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Iberian Journal of the History of Economic Thought ISSN-e: 2386-5768

http://dx.doi.org/10.5209/IJHE.60280

León XIII y los terciarios franciscanos: una condena del pauperismo en los inicios del catolicismo social

Begoña Pérez Calle1; José Luis Malo Guillén2

Recibido: 07 de febrero de 2017 / Aceptado: 01 de junio de 2018

Resumen. Ya desde los inicios de la revolución industrial, el pauperismo en que derivó un alto porcentaje de las clases trabajadoras llamaría la atención de la Iglesia y generaría distintos discursos. Las vertientes fueron variadas, desde el corte caritativo al solidario, desde el intervencionista Iglesia-Estado al de pura conciencia. De una manera u otra, los debates generados se enmarcarían en una época presidida por un problema: la cuestión obrera, de la cual se estaban ocupando por otra parte las teorías socialistas que adquirían cada vez más protagonismo en la ideología de las clases trabajadoras. En el último tercio del siglo XIX, el Papa León XIII hizo una puesta de largo de esa preocupación vaticana por el estado GHSREUH]DHQTXHODLQGXVWULDOL]DFLyQKDEtDGHMDGRDDPSOLRVVHFWRUHVGHODSREODFLyQ(VWHDUWtFXORLGHQWL¿FDHOIRQGR de esa cuestión con una deriva del pensamiento franciscano que nunca abandonó al sacerdote y miembro de la Orden Tercera Gioacchino Pecci. Palabras clave: Catolicismo social; franciscanismo; pauperismo; cuestión obrera; mercado ético.

&ODVL¿FDFLyQ-(/ B19, N43, Z12.

[en] Leon XIII and the Franciscan tertiary: a condemnation of pauperism at the dawn of social Catholicism

Abstract. From the beginning of the industrial revolution, the pauperism in which a high percentage of the working FODVVHVGHULYHGDWWUDFWHGWKHDWWHQWLRQRIWKH&KXUFKDQGJHQHUDWHGGLIIHUHQWGLVFRXUVHV:HFDQ¿QGYDULHGGLPHQVLRQV from charitable to solidary, from the Church-State interventionist to pure conscience. In one way or another, the generated discussions were taken at a time when a main problem to solve was the Labour Question, a matter that was being addressed by the socialist theories, which began to assume an important role in the ideology of the working classes. In the last third of 19th century, Pope Leo XIII made a presentation of that Vatican concern for the state of poverty in ZKLFKLQGXVWULDOL]DWLRQKDGOHIWODUJHVHFWLRQVRISRSXODWLRQ7KLVDUWLFOHLGHQWL¿HVWKHEDFNJURXQGRIWKLVTXHVWLRQZLWK a drift of Franciscan thought that never left Gioacchino Pecci, priest member of the Third Order . Keywords: Social Catholicism; franciscanism; pauperism; worker question; ethic market.

&ODVVL¿FDWLRQ-(/ B19, N43, Z12.

Sumario: 1. Introducción. 2. Un hombre y una época: Gioacchino Pecci. El terciario franciscano que se convertiría en /HyQ;,,,/DVLQÀXHQFLDVQHRWRPLVWDVHQHOSHQVDPLHQWRGH/HyQ;,,,(OVXVWUDWRIUDQFLVFDQR8QDKRMD de ruta: rerum novarum. 3. Un modelo práctico de sociedad y organización económica: la orden tercera franciscana y la empresa social. 3.1. La estación de los congresos. 3.2. León Harmel y el modelo de empresa social. 4. Conclusiones. 5. Bibliografía.

1 Universidad de Zaragoza. Departamento de Análisis Económico. 2 Universidad de Zaragoza. Departamento de Estructura e Historia Económica y Economía Pública.

Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 45 46 Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56

Cómo citar: Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. (2018) León XIII y los terciarios franciscanos: una condena del pauperismo en los inicios del catolicismo social, en Iberian Journal of the History of Economic Thought 5(1) (2018), 45-56.

1. Introducción GDUtD XQ SDVR DO PRGL¿FDU HO FRQFHSWR KDFLD el de caridad mutua, una forma pragmática de Ante los males generados por la revolución H[WHQVLyQGHODYLUWXGWHRORJDOPiVFHUFDQRDO LQGXVWULDO \ HO SDXSHULVPR H[LVWHQWH GXUDQWH de solidaridad. A partir de la visión de la Orden ODVHJXQGDPLWDGGHOVLJOR;,;VHLQWHQVL¿FDQ Tercera de San Francisco, alentada e impulsada los ataques al liberalismo causante y comienza por León XIII surgirían una serie de posiciones la búsqueda de cómo afrontar el mal desde la que, en sus variadas manifestaciones, confor- UDt]'HHVWDIRUPDVHFRQ¿JXUDXQDRSRVLFLyQ marían algunos de los elementos básicos de un generalizada por parte de la Iglesia a las ideas pensamiento que condenó al pauperismo en la políticas y económicas del liberalismo. Esto, teoría y en la práctica. en un breve periodo de tiempo, adquiriría for- 3XHGHD¿UPDUVHTXHOD,JOHVLDVHHQFRQWUD- ma de denuncia religiosa y moral, conforman- ba ciertamente rezagada en la época ya que el do el cuerpo de la Doctrina Social de la Iglesia, pensamiento católico mostraba una debilidad que la historia admite constituida con la publi- sustancial para responder a las problemáticas cación de la encíclica Rerum Novarum. generadas, viniendo suplantado por formas de Los estudios sobre pensamiento económico saber que podían sustituir perfectamente a la hasta la fecha no han tenido en cuenta el sustra- religión. Cierto que el liberalismo había sido WRIUDQFLVFDQRH[LVWHQWHHQHOSHQVDPLHQWRGHO atacado por Gregorio XVI en las encíclicas 3DSD/HyQ;,,,DXWRUGHODHQFtFOLFD\DUWt¿FH Mirari Vos de 1832 y Singulari Nos de 1834, y GHOFDWROLFLVPRVRFLDO&RPRD¿UPDQ7ULQFDGR que los efectos perversos del capitalismo sobre y Perdices (2015) la historia del pensamiento la pobreza se venían analizando y denuncian- económico es doblemente compleja, al amal- do puntualmente, especialmente en Francia y JDPDUQDWXUDOH]DVWDQGLVWLQWDVFRPR¿ORVRItD Alemania. En este sentido, y a pesar de que no ética, historia de la ciencia y crítica literaria, HV OD LQWHQFLyQ GH HVWH WUDEDMR H[WHQGHUVH HQ y en este sentido, el tema que nos ocupa ha H[SOLFDUOtQHDVSXQWXDOHVSUHFXUVRUDVQRSXH- sido vagamente abordado, y en cualquier caso den dejar de comentarse ejemplos puntuales siempre desde perspectivas históricas o teoló- WDQVLJQL¿FDWLYRVFRPRODLQLFLDWLYDKDFLDXQD gicas por parte de investigadores pertenecien- Economía Política Cristiana de Alban de Vi- tes al mundo franciscano, lo que lleva a preci- lleneuve-Bargemont, quien en 1834 publicaría sar de un estudio transversal e interdisciplinar. una obra dedicada, entre otros temas, a estu- En efecto, al igual que combatir el paupe- diar el pauperismo en una línea reformadora, y rismo medieval fue un reto para la familia fran- FRQXQWtWXORPX\VLJQL¿FDWLYRÉconomie po- ciscana del siglo XIII, ocuparse de la cuestión litique chrétienne, ou Recherches sur la nature obrera como si fuese una versión de ese paupe- et les causes du pauperisme en France et en rismo, viajando quinientos años en el tiempo, Europe, et sur les moyens de le soulager et de y de las nuevas situaciones de pobreza genera- le prevenir. El mismo autor publicaría en 1841 das a causa de la revolución industrial, fue su un manual sobre la Historia de la Economía UHWRD¿QDOHVGHOVLJOR;,;3. Así, dicha fami- Política en la misma línea: Histoire de l’Éco- lia, llamada a volver a sus inicios para luchar nomie Politique4. contra el pauperismo desde diversos frentes, Sin embargo hay que apuntar que las inte- sentiría el despertar de una nueva conciencia resantes iniciativas previas, en las décadas de TXHLGHQWL¿FDUtDDpVWHFRQODFXHVWLyQVRFLDO 1830 y 1840, no contaban con un elemento es- ampliaría la perspectiva de caridad a otra dife- tímulo que vendría después y podemos nom- rente basada en las relaciones capital-trabajo, brar la gran amalgama entre conciencia cristia- afrontadas desde una base de justicia social, y na verdadera y temor a la pérdida de las clases

3 Para un estudio amplio comparado de las primeras fraternidades franciscanas medievales frente a su situación en el siglo XIX véase Lombardi (1980). 4 6REUHODREUD\VLJQL¿FDWLYLGDGGH$OEDQGH9LOOHQHXYH%DUJHPRQWYpDVHHOH[KDXVWLYRHVWXGLRGH7LDQR   Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 47 trabajadoras: el 0DQL¿HVWR&RPXQLVWDGH0DU[ 2. Un hombre y una época: Gioacchino y Engels, que poco a poco durante la segunda Pecci. El terciario franciscano que se PLWDGGHOVLJOR;,;VHLUtDWUDGXFLHQGR\H[- convertiría en León XIII. tendiendo entre los sectores proletarios de la población. Se ha admitido una perspectiva general de Paralelamente las jerarquías e intelectuales León XIII como un Papa moderno, como eclesiásticos adquirirían conciencia de la pro- apunta Montero (1983), que aportaría grandes blemática social en que había degenerado la novedades críticas a la cuestión social duran- revolución industrial así como de la iniciativa WHVXSRQWL¿FDGR/DVLQYHVWLJDFLRQHVKDVWDOD y lenta pero profunda popularidad del Mani- fecha vienen, mayoritariamente, concentrán- ¿HVWR. Centrando la preocupación motor en la dose en el componente neotomista de su pen- cuestión obrera y la pobreza, la Iglesia precisa- VDPLHQWRSHURDSHQDVKDQDSXQWDGRDOD¿JXUD ba además de aportar una vía a las soluciones GHO/HyQ;,,,SUHSDSDODVX¿ORVRItDIUDQFLV- propuestas por el socialismo que tanto estaba cana y su relación con los franciscanos tercia- H[WHQGLpQGRVH HQWUH ORV VHFWRUHV SUROHWDULRV rios, su entusiasmo con el modelo de empresa De esta forma, a partir de la década de 1850, social como solución a la cuestión obrera y el comenzarían los discursos dedicados a la bús- equilibrio capital-trabajo, todo ello fundamen- queda de una solución a la llamada cuestión tal para entender la trayectoria del catolicismo obrera, por parte de hombres de iglesia, que a VRFLDOGXUDQWHVXSRQWL¿FDGRTXHGLVFXUULyHQ- la vez condenaban lo que entendían como el tre 1878 y 1903. ³HUURU´GHODVVROXFLRQHVFROHFWLYLVWDVGH0DU[ Vicenzo Gioacchino Rafaelle Luigi Pecci y Engels. En este sentido fueron destacadas las nació en Carpineto Romano (Roma) en 1810 posturas por parte de clérigos, algunos osten- y se formó con los jesuitas de . Proce- tando altos puestos de la jerarquía eclesiásti- día de una familia perteneciente a la pequeña FD FRPR IXHURQ ORV FDUGHQDOHV 9RQ.HWWHOHU nobleza romana pero de costumbres austeras, Marmillod (ambos además terciarios francis- perteneciendo su madre a la Orden Tercera canos), Manning y Gibbons, otros desde su de San Francisco6, orden en la que él acaba- labor pastoral como sacerdotes diocesanos, ría ingresando en 1872, después de haber sido GHVWDFDQGR $GROI .ROSLQJ R WDPELpQ ODLFRV obispo y cardenal. Ya desde niño, Gioacchino como Frédéric Ozanam y Léon Harmel, tercia- Pecci había cultivado la amistad con frailes de rios franciscanos también. En un principio, el la Orden Primera. problema venía afrontado con un enfoque con- Desde 1824 realizaría los estudios de Filo- trarrevolucionario, no proclive a la igualdad sofía y Teología en el Collegio Romano y pos- democrática y sobre todo lleno de indicaciones teriormente los de Derecho Civil y Canónico pastorales, en una línea reformista interna a en la Università della Sapienza, ampliando su la Iglesia que añadía también la preocupación formación en Administración y asuntos diplo- por perder el espacio que el socialismo podía máticos en la Accademia dei Nobili Ecclesias- ³DUUHEDWDUOH´'XUDQWHHOSRQWL¿FDGRGH3LR,; tici en 1832. Ordenado sacerdote en 1837, fue tendrían lugar nuevos ataques al liberalismo en GHOHJDGRGHO(VWDGR3RQWL¿FLRSDUD%HQHYHQWR la encíclica Quanta Cura de 1864. un año después y desde 1841 desarrollaría la Es importante destacar de nuevo aquí a Wil- misma labor en Spoleto y . En 1843 fue KHOP(PPDQXHO9RQ.HWWHOHUTXLHQSULRUL]y nombrado arzobispo titular de Damietta y tres la cuestión obrera como el principal problema meses después nuncio apostólico en Bélgica, de la cuestión social de su tiempo en su obra de uno de los países donde se congregaban los 1864 Die Arbeiterfrage und das Christentum, principales reformadores europeos de la época revelándose en su pensamiento cierta cercanía y en el que tuvo la oportunidad de contemplar a las demandas trabajadoras de Ferdinand La- de cerca la Europa industrial e imbuirse de sus salle5. problemas. A ello se añaden algunas estancias

5 6REUHODSUR[LPLGDGGHYRQ.HWWHOHUFRQGLFKDVGHPDQGDVGH/DVDOOHYpDVH(LVVULFK   6 La Orden Franciscana Seglar, como se conoce también a la Orden Tercera de San Francisco, según viene indicado en su Regla (cap. $UW ³VHFRQ¿JXUDFRPRXQDXQLyQRUJiQLFDGHWRGDVODVIUDWHUQLGDGHVFDWyOLFDVHVSDUFLGDVSRUHOPXQGRHQWHUR\DELHUWDVD WRGRJUXSRGH¿HOHVHQODVFXDOHVORVKHUPDQRV\ODVKHUPDQDVLPSXOVDGRVSRUHO(VStULWXDDOFDQ]DUODSHUIHFFLyQGHODFDULGDG HQVXHVWDGRVHJODUVHFRPSURPHWHQFRQOD3URIHVLyQDYLYLUHO(YDQJHOLRDODPDQHUDGH6Q)UDQFLVFR«´ 2)6  48 Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 en Renania (donde observaría de cerca el tra- una larga trayectoria gestora y social a sus bajo social desarrollado por el arzobispo Von espaldas, lo que venía unido a la formación Geisel), así como otras en Londres y París. Re- HLQÀXHQFLDVTXHKDEtDUHFLELGR7HQLHQGRHQ gresa a Italia en 1846, siendo nombrado obispo cuenta esto, una línea importante y de gran de Perugia, si bien bajo observación, dadas las utilidad en cuanto al estudio que nos ocupa quejas del rey belga Leopoldo I sobre la ges- es el pensamiento económico del hombre y el tión de Pecci en Bruselas7. sacerdote que llegaría al Papado, hemos de co- Su estancia belga le permitió convivir con PHQ]DUSRUGLVWLQJXLUGRVLQÀXHQFLDVEiVLFDV una sociedad en la cual clérigos y laicos pro- forjadas a consecuencia de su trayectoria vital: tagonizarían diversas iniciativas sociales del el neotomismo y el franciscanismo. momento. Esta realidad ha llevado a que al- gunos autores sitúen aquí el inicio de sus in- /DVLQÀXHQFLDVQHRWRPLVWDVHQHOSHQVD- tereses por la cuestión operaria, a lo que hay miento de León XIII que apuntar que desde hace algunos años se pone en tela de juicio esta hipótesis atendiendo Viene aceptándose como un elemento básico a los orígenes familiares franciscanos de Pecci HQODJpQHVLVGHOFDWROLFLVPRVRFLDOODUHÀH[LyQ (Malgeri, 2000: 577). sobre la sociedad y la economía derivada a su En Perugia permanecería 31 años, en los vez de la proyección social del netomomis- que su labor fue absolutamente transversal, mo o neoescolástica, corriente reivindicativa discurriendo por los caminos de la instrucción del pensamiento de Santo Tomás de Aquino y y la formación, de la obra social y de la pas- cuyo objetivo era la resolución de problemas toral. A nivel formativo destaca la fundación contemporáneos9. de la Accademia di San Tommasso; en cuanto Gioacchino Pecci estudió y conoció a fon- a la dirección pastoral hay que señalar la or- GR OD ¿ORVRItD GH 6DQWR 7RPiV $ FDXVD GH ganización de numerosas misiones, así como HOORVHKDDSXQWDGRIUHFXHQWHPHQWHDVXSHU¿O la construcción de iglesias en localidades que neotomista, incluso asociando el propio neo- aún no contaban con ellas. Pero lo más im- tomismo como un pistoletazo de salida para portante cara al tema que nos ocupa es lo que su encíclica . Verdaderamente, puede considerarse su principal gran empeño no puede negarse que el joven Pecci, además \TXHPDUFDXQSXQWRGHLQÀH[LyQHQODODERU de estudiarlo, hubiese comenzado a apreciar episcopal en Perugia: el empuje a sus diocesa- el tomismo durante su época de estudiante en nos en cuanto a implicarse en aliviar las nece- el Collegio Romano, entre 1825 y 1828, en la sidades de un gran número de conciudadanos época durante la cual Luigi Taparelli10 fue rec- que habían caído en la miseria. Es aquí donde tor. Como hemos comentado, cuando ya fue Pecci destinaría grandes esfuerzos y dedicaría arzobispo de Perugia fundó en 1872 la Acca- sus competencias en administración y gestión, demia di San Tommasso junto a su hermano tanto en herramientas de previsión, caso de la Giuseppe Pecci. Además, desde que fue elegi- fundación de los Monti Frumentari8 y las ca- do Papa en 1878, se rodeó de los tomistas más jas de ahorro, como en otras de salud pública, destacados. En 1880 fundaría en Roma la Pon- dentro de lo que destacan las campañas de va- WL¿FLD$FFDGHPLDGL6DQ7RPPDVR, de la que cunación contra la viruela. serían presidentes dos cardenales, su hermano Evidentemente, cuando Gioacchino Pec- Giuseppe y Tommaso Zigliara, y en cuya tarea ci fue nombrado Papa en 1878 contaba con FLHQWt¿FDFRODERUDUtDQGRVHVSDxROHVGHSHU¿O

7 Para más información véase Rivi y Gasparini (2012). 8 Complementarios a los Montes de Piedad, los Monti Frumentari operaban en las zonas rurales desde el siglo XVII. Este tipo de Monti propusieron dar acceso al crédito también a los más pobres con una tasa de interés relativamente baja, siempre otorgando sus préstamos caso por caso según las necesidades reales. 9 $SULQFLSLRVGHOVLJOR;,;HQ,WDOLDSXHGHVLWXDUVHHOFRPLHQ]RGHODQHRHVFROiVWLFDFRQORVKHUPDQRVMHVXLWDV6HUD¿QR\'RPH- QLFR6RUGLFX\RVPDHVWURVIXHURQSURIHVRUHVGHOD8QLYHUVLGDGGH&HUYHUD\MHVXLWDVPXFKRVGHHOORVHQ,WDOLDWUDVVXH[SXOVLyQ HQHOVLJOR;9,,,6HUD¿QR6RUGLLQVWUX\yHQHOWRPLVPRD/XLJL7DSDUHOOL\*LXVHSSH3HFFLHQWUHRWURV 3pUH]&DOOH  10 escribió entre 1840 y 1843 su obra Saggio Teoretico di diritto naturale apoggiatto sui fatti, la cual ofrece una síntesis de lo que se conocería como neotomismo, y que apunta a cómo la Economía debía ser estudiada dentro de la comunidad políticamente unida y al servicio de toda la sociedad, siendo la obligación de la Ciencia Económica investigar cómo lograr el Pi[LPRELHQHVWDUPDWHULDODWDFDQGRDOOLEHUDOLVPRSRUVXSRVLFLyQDQWLUUHOLJLRVD\VXRSWLPLVPRHQPDWHULDGHOLEHUWDG7DSDUHOOL apuntaría como las sociedades había de organizarse según sistema de relaciones justas y naturales entre todas ellas, desde la fa- PLOLDKDVWDHO(VWDGR\PiVDOOi3DUDPiVLQIRUPDFLyQYpDVH2¶1HLOO\'RPtQJXH]   Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 49 universitario neotomista, el fraile dominico En este sentido hay que comenzar por apun- Zeferino González11 y el profesor José Manuel tar que, si bien ha sido estudiados en profun- Ortí y Lara12. didad los componentes neotomistas de Aeterni Pero si verdaderamente hemos de hablar Patris en 1879, las investigaciones hasta la GHXQSXQWRGHLQÀH[LyQSDUDHOQHRWRPLVPR IHFKDSDUHFHQROYLGDUVDOYRDOJXQDVH[FHSFLR- KHPRVGHGHFLUTXHHVWD¿ORVRItDVHFRQVDJUy nes, los mensajes escritos tres años después en a raíz de la encíclica de León XIII Aeterni la encíclica Auspicato Concessum, así como el Patris, publicada el 4 de agosto de 1879, do- gran apoyo de Pecci a las publicaciones perió- cumento que hacía un llamamiento a la reor- dicas que difundieran los ideales franciscanos. ganización cristiana de la sociedad a la vez Siendo todavía obispo de Perugia, había im- TXHDOD³5HVWDXUDFLyQGHOD¿ORVRItDFULVWLD- SXOVDGRSRUWRGRVORVPHGLRVODH[SDQVLyQGH na conforme a la doctrina de Santo Tomás de la tercera orden en todas las parroquias de su $TXLQR´ D¿UPDQGR TXH ³WRGDV ODV FLHQFLDV diócesis. Nombrado Papa, comenzaría presen- humanas deben esperar aumento y prometer- tando un programa de cercanía al panorama VHJUDQGHDX[LOLRGHHVWDUHVWDXUDFLyQGHODV cultural y sociopolítico de su tiempo desde su FLHQFLDV¿ORVy¿FDVSRU1RVSURSXHVWD´ /HyQ primera encíclica Inscrutabili Dei Consilio, de XIII, 1879: 12). 1878; y posiblemente su empeño era presentar Aeterni Patris como la primera de una serie de 2.2. El sustrato franciscano intervenciones para alentar hacia una fusión ¿ORVy¿FD\FULVWLDQDGHODVRFLHGDG'LFKDIX- /D¿ORVRItDIUDQFLVFDQDSUHVLGLyHOSHQVDPLHQ- sión habría de ser organizada desde la base, a to económico más profundo de Gioacchino WUDYpV GH OD LQLFLDWLYD GHO ODLFDGR FRQ HO ¿Q Pecci, dando muestras continuas de ello a lo de imbuir de espíritu evangélico todos los as- largo de su vida. Terciario franciscano él mis- pectos de la vida moderna. Esto debía produ- mo, e hijo de terciaria como ya se ha comen- cirse según el lema franciscano “pasando del tado, León XIII puso en el franciscanismo sus evangelio a la vida y de la vida al evangelio”14; mayores preferencias y sus mayores esperan- es decir, se trataba de una invitación a que la zas para la regeneración de la sociedad cristia- sociedad se organizase según postulados de la na13 (V IXQGDPHQWDO HO SHU¿O IUDQFLVFDQR GH orden tercera de San Francisco, la cual podía /HyQ;,,,\ODLQÀXHQFLDGHHVWD¿ORVRItDHQ ser un modelo perfectamente adaptado a los Rerum Novarum, al ser considerada la encícli- avances que pudieran venir. De esta forma, du- ca que instituye el cuerpo doctrinal del catoli- UDQWHVXSRQWL¿FDGRODRUGHQWHUFHUDUHFLELUtD cismo social, especialmente en lo que respecta un gran estímulo para recobrar el papel que el a sus fundamentos económicos. propio Francisco le había dado en el siglo XIII, Consideramos de suma importancia el pro- como armonizadores sociales y luchadores IXQGL]DUHQHVWDOtQHDGHUHÀH[LyQSXHVWRTXH contra el pauperismo. Para ello, el Papa habría la historia del pensamiento no se ha ocupado de dotar de instrumental adecuado a la Tercera, de ella hasta ahora. Ha de añadirse que el cuer- pudiendo datarse un centenar de documentos po principal de análisis de su pensamiento se de instrucción dirigidos a ella (Rivi y Gaspa- ha venido centrando en gran manera tanto en rini, 2012: 19). dicha encíclica como en la Aeterni Patris, de El 17 de septiembre de 1882 publicó la 1879, cuando es fundamental, como apunta encíclica Auspicato Concessum, aprovechan- Della Balda (2010) realizar un recorrido, al do la celebración del séptimo centenario del PHQRVVLPSOL¿FDGRSRUORVHVFULWRVGHOSUROt- nacimiento de San Francisco de Asís. En esta ¿FR\ORQJHYR3DSDSDUDHQWHQGHUHOSXQWRGH encíclica León XIII recorrió la vida del santo LQÀH[LyQTXHVLJQL¿FyVXSRQWL¿FDGR umbro, profundizando en su faceta como re-

11 =HIHULQR*RQ]iOH]GRPLQLFR3URIHVRUGH)LORVRItD\7HRORJtDHQOD8QLYHUVLGDGGH0DQLODIXHXQDGHODV¿JXUDVPiVGHVWDFDGDV del catolicismo social español y uno de los más importantes de los pensadores neoescolásticos del momento, fundador de los Círculos Católicos de Obreros en Córdoba una vez nombrado obispo de esa ciudad en 1875. En su obra La Defensa de la Sociedad  LGHQWL¿FyDODVRFLHGDGFRPRODFROHFFLyQGHPXFKDVIDPLOLDVSXHVWDVHQFRQWDFWRQRXQDVXPDGHLQGLYLGXRVDSDUWLUGH ODFXDOKDEUtDGHFRQ¿JXUDUVHHOPHUFDGR 12 Juan Manuel Ortí y Lara fue alumno de Zeferino González y uno de los profesores universitarios neotomistas más destacados. 13 Desde Pio IX (1846-1878) hasta Juan XXIII (1958-1963), todos los Papas fueron miembros de la Orden Tercera antes de su DVFHQVLyQDOSRQWL¿FDGR 14 Tal y como reza el capítulo II, artículo 4 de su Regla (OFS, 2001: 27). 50 Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 formador social que llamaba a la virtud en la segunda una enérgica condena al liberalismo época que le tocó vivir. Realizaba además un político, por cuanto su negación de la autori- análisis de la sociedad individualista del mo- dad divina y proclamación de la soberanía de mento según semejanza con la del siglo XIII y la razón, lo que se opone a la tesis cristiana se- su reforma según el modelo de Francisco, po- J~QODFXDOODOLEHUWDGUDFLRQDOHVH[FOXVLYDGH QLHQGRGHPDQL¿HVWRTXHWDQWRHQGLFKDpSRFD los seres racionales y es la que ha de fundar la como en la que el Papa estaba escribiendo, la libertad moral, siendo ésta última la que ha de FDULGDGHUDLQVX¿FLHQWHSDUDDIURQWDUODPLVHULD proyectarse en libertad social y política. (Ruiz, del pueblo, y ello a causa del egoísmo e indi- 1986: 96). vidualismo en el que vivía la sociedad. Para /HyQ;,,,ODGHVLJXDOGDGH[LVWHSHURVLODVR- 8QDKRMDGHUXWDrerum novarum FLHGDGVHFRUULJHVHJ~QODIyUPXODGHODX[LOLR mutuo no cabrán soluciones basadas en revo- /HyQ ;,,, KD VLGR HO SRQWt¿FH PiV SUROt¿FR luciones y discursos del odio, pues la pobreza en encíclicas, con 87 publicadas y una media es un efecto perverso de una desigualdad sin anual de 3,48, además del segundo más cita- soluciones cristianas. La lucha contra la condi- do, con 457 citas recibidas en Web of Science FLyQHJRtVWDHQHOFULVWLDQRFRQHO¿QGHORJUDU (datos de 2016), tal y como apuntan Repiso, mecanismos paliativos del pauperismo esboza Ahedo y Montero (2018). Este estudio revela una primera línea de lo que serían los postu- además que la encíclica más citada es Rerum lados posteriores de doctrina social católica. Novarum (1891). Para reforzar dicha lucha, León XIII hacía un Sobre Rerum Novarum se ha escrito y di- llamamiento a la revigorización de todas las sertado ampliamente, y dato relevante es el instituciones franciscanas, en especial de la que acabamos de apuntar. Pero hemos de ha- orden tercera, como el mejor antídoto contra cer otro apunte en el tema que nos ocupa, y ORVHJRtVPRVTXHGDQSUHWH[WRDOVRFLDOLVPR HVTXHHO3DSD3HFFLVHHQFRQWUDEDD¿QDOHV En los congresos terciarios se produciría una de 1890 en un momento propicio para en- relectura de esta encíclica a raíz de Rerum No- viar desde el Vaticano un mensaje clave a la varumWUDWiQGRODFRPRWH[WRGHUHIHUHQFLD\ cristiandad: la fórmula para una organización pauta para las reformas sociales que de ellos socioeconómica cristiana en la cual la cues- derivarían. tión social fuese el primer objetivo a tener El 30 de mayo de 1883 León XIII promulgó en cuenta. El problema obrero precisaba de una nueva Regla para la Orden Tercera, dentro soluciones, el socialismo crecía y a pesar de de la Constitución apostólica Misericors Dei que muchas iniciativas se venían llevando a FiliusFRQHO¿QGHDGDSWDUDORVQXHYRVWLHP- cabo desde la sociedad cristiana, no se podía SRV\DODVH[LJHQFLDVGHODYLGDPRGHUQDOD hablar todavía de una doctrina arraigada. Es regla precedente de 1289, de manera que fuese GHGHVWDFDUTXHFRQHODSR\RGHH[SHULHQFLDV XQLQVWUXPHQWRGHVDQWL¿FDFLyQDELHUWRDWRGRV concretas de seglares católicos franceses, bel- y dedicado a la cuestión social, una alternativa gas y alemanes preocupados por la cuestión GLIHUHQWH DO VRFLDOLVPR TXH VH H[WHQGtD HQWUH social, había comenzado a reunirse la deno- ODVFODVHVGHVIDYRUHFLGDV1RSRGtDH[LVWLUDF- minada Unión de Friburgo entre 1885 y 1891, ción religiosa sin acción social ni acción social integrada por un conjunto de personas que sin acción religiosa15. Dado este paso trascen- habían venido trabajando en el cambio so- dental, el Papa no perdió ocasión en los años cial desde la opción católica y cuyo objetivo siguientes de interesar a todo el episcopado ca- central era buscar una alternativa al sistema tólico en la propagación de dicha Orden. de mercado liberal a través de la restauración Otra intervención importante de impron- del orden basado en el ideal católico medie- ta franciscana viene contenida en la encíclica YDO 6XV UHÀH[LRQHV HVWDEDQ EDVDGDV HQ XQ Humanum Genus de 1884, donde señala la or- claro anti-liberalismo y anti-industrialismo, GHQWHUFHUDFRPRXQUHPHGLRH¿FD]SDUDHYLWDU plataformas dialécticas a partir de las que se la proliferación de las sectas masónicas. En atacaba al mercado y a la competencia que 1888 publicó Libertas Praestantissimum, un KDEtDFRQ¿JXUDGRHOVLVWHPDLQGXVWULDO )UDL- documento que consta de dos partes, la pri- le, 1998: 62). Sus propuestas para la mejora mera referida a la libertad como un don y la social incluirían la idea de una legislación

15 Así se referiría a León XIII su amigo Leon Harmel en 1899 (Bigi y Monaco, 1985: 60) Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 51 internacional para los trabajadores, la orga- por los capuchinos franceses, a la que siguió el QL]DFLyQ FRUSRUDWLYD SDUD ODV H[SORWDFLRQHV periódico L´Année Franciscaine publicado por agrícolas y formas transversales de sindicatos los Hermanos Menores Recoletos. A partir de (Pérez, 2015: 989). ahí, como describe Iriarte (1979), surgirá una Finalmente, el 15 de mayo León XIII publi- larga lista de publicaciones: en 1870 fundaban có Rerum Novarum, una encíclica escrita a sus los capuchinos de Lombardía la revista Annali  DxRV UHVXOWDGR GH FRQYLFFLRQHV UHÀH[LR- Francescani y tres años después L´Eco di San QHV\H[SHULHQFLDVDFXPXODGDVDORODUJRGHOD Francesco en Nápoles. En España desde 1872 ya larga vida de un hombre impregnando de surgieron algunas publicaciones. También en ¿ORVRItDIUDQFLVFDQDTXHKDEtDOOHJDGRDO3D- Inglaterra desde 1877, y nuevamente los capu- pado hacía trece años. En esta encíclica, con- chinos, comenzaron a publicar Franciscan An- siderada un documento base para la gestación nals. Lo mismo hicieron en Austria en 1878. del catolicismo social, se propugnaría el atajar 'XUDQWHHOSRQWL¿FDGRGH/HyQ;,,,ODVSXEOL- los problemas inherentes a la cuestión social FDFLRQHVH[SHULPHQWDUtDQXQLQFUHPHQWRQRWD- a través de posiciones ciertamente prointer- ble: De bode van den H.Franciscus van Assisi vencionistas, haciendo uso de herramientas de (Bélgica, 1880), El Eco Franciscano (España, tipo corporativista que recreaban míticamente 1882), Revue Franciscaine (Canada, 1883), St. el desaparecido orden gremial, optando por Franciscus (Holanda, 1884), Dzowonek Trze- un intervencionismo moderado si bien la pre- ciego Zakonu (Polonia, 1885), 2ULHQWH6HUD¿- ferencia por la iniciativa personal, familiar y co (Italia, 1889), Sendbote des H. Franziskus asociativa sobre la estatal marcaba los límites (Alemania, 1890), Paz y Bien (Chile, 1893), del intervencionismo de acuerdo con el prin- HWF«7RGRVHVWRVPHGLRVYHQtDQVRSRUWDGRV FLSLR GH VXEVLGLDULHGDG (Q GH¿QLWLYD OD HQ- tanto por religiosos como por laicos, demos- FtFOLFDDSRUWDUtDXQDFRQGHQD¿UPHDOOLEHUD- trando el interés de la familia religiosa francis- lismo en cuanto a su responsabilidad sobre el cana por la difusión. problema obrero y el pauperismo, planteando Por otra parte, el número de profesos tercia- un nuevo mercado sobre cimientos éticos y ba- ULRVDXPHQWyQRWDEOHPHQWHGXUDQWHHOSRQWL¿- sado en preceptos franciscanos por un lado y cado de León XIII, especialmente a partir de la neotomistas por otro, reconociendo además el década de 1890. derecho del trabajador al asociacionismo y a la negociación salarial (Pérez Calle, 2015: 988). 3.1. La estación de los congresos

En julio de 1893 se reunió en Val–des-Bois la 3. Un modelo práctico de sociedad y Comisión Internacional de Estudio en la que RUJDQL]DFLyQ HFRQyPLFD OD RUGHQ WHUFHUD participaron los representantes de siete pro- franciscana y la empresa social vincias franciscanas francesas, belgas y ho- landesas. Uno de sus objetivos principales fue &RPRD¿UPDQ5LYL\*DVSDULQL  GHVGH estudiar lo que había sido la Orden Tercera en ORVLQLFLRVGHOVLJOR;,;OD¿JXUDGH6DQ)UDQ- tiempos de San Francisco y lo que debía ser en cisco de Asís comenzó a interesar en muchos los tiempos contemporáneos, y en este sentido ambientes tanto intelectuales como artísticos; VHFRPSDUDURQVLWXDFLRQHVLQDGPLVLEOHVH[LV- este renovado interés vendría acompañado por tentes en ambas épocas, como la opresión de XQDH[SORVLyQGHH[SUHVLRQHVHQHOFDPSRGH los débiles, la división de las clases o el servi- la investigación histórica que comparaban los OLVPRDOOXMR\DOSODFHU'H¿QLGRVORVSUREOH- problemas sociales y económicos derivados de mas, la hoja de ruta marcaría pasar a la acción la revolución industrial con los que sobrevinie- a través de los esfuerzos de diversas fraterni- ron en la Edad Media cuando las clases burgue- dades, concluyendo con un mensaje al Papa en VDVHFORVLRQDURQ\VHH[SDQGLHURQODVFLXGDGHV HOTXHVHGH¿QtDDOD2UGHQ7HUFHUDFRPR³XQD Ya Pío IX, otro Papa perteneciente a la institución de reforma social cristiana”, a lo Orden Tercera, ayudó e incentivó a la misma cual León XIII respondió con gran satisfacción GXUDQWHVXSRQWL¿FDGR  &RPHQ]D- DOD¿UPDUVHQWLUFyPR\DVHHVWDEDHMHFXWDQGR URQDGHPiVDXWLOL]DUORVPHGLRVFRQHO¿QGH HOPDQGDWRTXHpOPLVPRKDEtDFRQ¿DGRDHVWD difundir y dar visibilidad al modelo terciario. Orden y añadiendo sus claros sentimientos de La más antigua publicación de este género son FRQ¿DQ]DSDUDHVWRVSURSyVLWRVHQODODERUGH los Annales Franciscaines, iniciada en 1861 Harmel (Burnod, 1991: 53). A resultas de esta 52 Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 reunión se nombrarían los comisarios provin- XIII envía al franciscano Jules de Sacré-Coeur, ciales franceses para seguimiento de las frater- encargado de fundar a raíz de Val-des-Bois la nidades con arreglo a los objetivos marcados Comisión de la Orden Tercera para Francia, y y un año después, en julio de 1894 hubo una que sirvió para aprobar dichas resoluciones, nueva reunión en Val-des-Bois en la que, en- D¿UPDQGR³$KRUDTXH1XHVWUDV(QFtFOLFDV\ tre otros temas relacionados con la acción so- H[KRUWDFLRQHV KD\DQ SRGLGR PXFKR HQ YRVR- cial, se tomó la determinación de convocar un WURVHVWiFODUDYXHVWUDREUDSUHVHQWHPi[LPR &RQJUHVRSDUDH[SRQHUORVDYDQFHV\XQL¿FDU trabajando con tanto ardor para hacer resurgir esfuerzos. el poder natural del Tercer Orden en ayuda a la 'HHVWDIRUPDDSDUWHGHODVH[SHULHQFLDV causa social” (Bigi y Monaco, 1985: 46-47). prácticas llevadas a cabo, comenzaría la lla- /DH[SHULHQFLDGH9DOGHV%RLVIXHLPLWD- mada estación de los congresos terciarios, en da en Italia, convocándose un nuevo congre- ORVFXDOHVODRUGHQWHUFHUDGH¿QLHQGRFRPR so en Novara entre 24 y el 27 de septiembre objetivo el campo social, coordinaría esfuer- de 1894 con más de ochocientos participan- zos de las diversas fraternidades, y llegaría a tes y en el cual se dirigieron esfuerzos para DXWRGH¿QLUVHFRPRLQVWLWXFLyQGHUHIRUPDVR- que los medios diesen la difusión adecuada, cial cristiana. De esta forma se celebrarán los logrando de esta forma la asistencia de perio- FRQJUHVRVPiVVLJQL¿FDWLYRVHQ)UDQFLDH,WD- distas. En él fueron aprobados treinta y cinco lia en 1894 (Paray-le-Monial) 1895 (Limoges objetivos, entre los cuales se encontraron los y Asís), 1896 (Reims), 1897 (Nimes), 1900 de colaboración en obra social católica como 5RPD  /DV UHVROXFLRQHV TXH SHU¿ODEDQ HO las sociedades de socorro mutuo, las cajas modelo de sociedad que debían seguir las rurales, los sindicatos y las sesiones perió- fraternidades terciarias en su vida, familias y dicas de estudio de naturaleza social, apro- negocios serían estudiar las reglas de la justi- YHFKDQGRSDUDGH¿QLUHO7HUFHU2UGHQFRPR cia social, organizar y listar los negocios ges- una institución que “puede y debe concurrir a tionados cristianamente y formar parte de la solucionar la cuestión social, como hacía en vida pública política y social, presentándose otros tiempos”, debiendo ser una institución DHOHFFLRQHVVLH[LVWtDODSRVLELOLGDGDGHPiV “eminentemente activa y social” (Bigi, 1983: de creer posible la igualdad social a través del 148). equilibrio entre el trabajo y la remuneración. Rivi y Gasparini (2012) apuntan como Hubo otros congresos en Suiza, Bélgica, In- ambos congresos despertaron una serie de glaterra, Alemania y España. Todos los con- impresiones acerca de su utilidad en esos gresos contaron con el apoyo entusiasta del PRPHQWRVVLHQGRFODVL¿FDGRVFRPRFRPSOH- Papa Pecci. PHQWDULRVHQVXVFRQFOXVLRQHVFDOL¿FDQGRDO El primero de ellos tuvo lugar en Paray-le de Paray-le-Monial con un trasfondo de preo- Monial entre el 11 y 13 de septiembre de 1894, cupación por la justicia y al de Novara por la GRQGHRFXSyXQFXHUSRSULQFLSDOODUHÀH[LyQ caridad, no matizada ésta última como virtud sobre la acción social de los terciarios y sus teologal sino envuelta de un sentido cercano problemas de organización práctica. El con- al de solidaridad, ya que viene enlazada con greso tuvo un eje fundamental crítico del ca- ODMXVWLFLDVRFLDO(VWDVLGHDVYLHQHQFRQ¿UPD- pitalismo, y uno de sus productos intelectuales das en la carta del sacerdote Don Villeneuve fue un listado de doce resoluciones abiertas al al franciscano Jules du Sacré-Coeur, fechada mundo y de corte únicamente social, sin hacer en 10 octubre de 1894 (Bournod: 61) en la que QLQJ~QWLSRGHUHIHUHQFLDDODVDQWL¿FDFLyQSHU- D¿UPD TXH ³3DUD\ TXLHUH OD MXVWLFLD D ¿Q GH sonal. Hay que señalar que la encíclica Auspi- detener los espantosos desarrollos del proleta- cato ConcessumIXHHOWH[WRGHUHIHUHQFLDSDUD riado y de la indigencia, fruto de la injusticia WRGDV ODV UHÀH[LRQHV \ FRQFOXVLRQHV UHOHtGD VRFLDO1RYDUDTXLHUHODFDULGDGD¿QGHUHPH- e interpretada ésta a la luz de la apertura so- diar la miseria que golpea a los trabajadores cial y el posicionamiento de Rerum Novarum y desempleados involuntarios allí donde no se contra los abusos del socialismo y del capita- observa la justicia social”. lismo. Toda la información sería remitida al La referencia anterior a una combinación Papa posteriormente, recibiéndola con gran entre Rerum Novarum y Auspicato Conces- entusiasmo y satisfacción e invitando al Tercer sum como encíclicas complementarias a la Orden a seguir por ese camino (Mayeur, 1984: hora de tratar el problema social, se pone de 183). De gran relevancia es la carta que León PDQL¿HVWR HQ HO &RQJUHVR GH 7RXORXVH GH Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 53

HQHOFXDOVHFDOL¿FDUtDDODAuspicato 3.2. Léon Harmel y el modelo de empresa como consecuencia lógica de Rerum Nova- social rum, en el sentido de que los congresos nacen de la propia Auspicato siguiendo la secuencia Ya nos hemos referido anteriormente a Léon de regeneración que se dio por inaugurada en Harmel (1829-1915), uno de los principales RN. (Bournod: 63). Ello refuerza la idea de DUWt¿FHVGHORVFRQJUHVRV+DUPHOHUDXQHP- un magisterio de León XIII releído siguien- SUHVDULR WH[WLO IUDQFpV WHUFLDULR IUDQFLVFDQR do más a su lógica que a la cronología, tal y desde 1861 y considerado como “icono del ca- como él mismo invitaría a hacer en Pervenuti tolicismo social en Francia” (Sierra, 1990: 4). all’anno venticinquesimo, su encíclica de Desde 1854 había organizado una empresa de 1902 (Del Noce, 2005: 77). hilado heredada de su padre en Val-des-Bois El tercer Congreso francés, celebrado en- según un modelo cristiano de gestión coope- tre el 17 y el 21 de agosto de 1897 en Reims, rativa basado en la mejora de las condiciones elevaría tres resoluciones importantes: los ter- laborales y el empoderamiento de los traba- ciarios debían estudiar las reglas de la justicia jadores, con el objetivo de demostrar que el social prestando su voluntariado en obras y acuerdo y el respeto mutuos eran posibles a asociaciones de las cuales se espera una reor- través del trabajo y la gestión. De esta forma, ganización social cristiana; debía elaborarse Harmel convirtió la hilandería de su propie- XQDOLVWDH[DFWDGHQHJRFLRVJHVWLRQDGRVFULV- dad en una corporación cristiana. Su motor e WLDQDPHQWHSRUR¿FLRV\VLWXDFLRQHVJHRJUi¿- ideal fue “vivir en medio de los trabajadores, cas, y también se indicaba que, como deber de trabajar con los trabajadores, cuidando de sus conciencia, los terciarios debían formar parte necesidades y preocupándose de sus familias” de la vida política. (Bournod, 1991: 88). (Paolillo, 1982: 83). Sus objetivos eran favo- Al año siguiente, entre el 23 y el 27 de recer la unión obrera a la vez que despertar el agosto de 1897, tuvo lugar el Congreso de Ni- sentido de responsabilidad. mes, en el que se insistiría en el aliento a la $ SDUWLU GHO H[WHQVR WUDEDMR GH &RIIH\ iniciativa política sugerido un año antes, como (2003) sobre Léon Harmel, se concluye clara- una recomendación de iniciativa individual de mente cómo para este empresario la sociedad cualquier terciario, solo así podía lograrse una ideal no podía ser otra que la constituida por LQÀXHQFLDHIHFWLYDHQODRUJDQL]DFLyQGHODVR- el modelo de la Orden Tercera, ciudadanos ciedad. Esta visión franciscana que priorizaba con un modo de comportamiento según insti- ODFUtWLFDDORUGHQVRFLDOH[LVWHQWHVHUtDFRPHQ- tuyó Francisco en el siglo XIII. La sociedad tada en una artículo de 1897 titulado “La ré- debería comportarse según su modelo en cos- novation sociale et le Tiers Ordre franciscain” tumbres, tratamiento de la fe y caridad mutua publicado en la revista Le XXème siècle. Puede IRUPDGHHQWHQGHU\H[SUHVDUSDUD+DUPHOOD FDOL¿FDUVHHVWH&RQJUHVRFRPRODFXOPLQDFLyQ solidaridad). Ello revelaría además una vuelta de un movimiento social que se desarrolló de al espíritu per se de acción social terciaria y forma continuada desde 1893, con una evolu- respuestas a la pobreza en forma de soluciones ción paralela a la de la democracia cristiana en SUiFWLFDV6HJ~QHVWD¿ORVRItDHQSXEOL- Francia y que se traducía sobre el plano eco- có su Manuel d’une corporation chrétienne nómico como una crítica viva del capitalismo, GRQGHD¿UPDEDTXHHOKDEHUHQWUDGRHQOD2U- ODXVXUD\ODHVSHFXODFLyQ¿QDQFLHUD 5LYL\ den Tercera fue el estímulo fundamental para Gasparini, 2012: 45). acometer la reforma cristiana de su modelo A la luz de las conclusiones de estos congre- empresarial. Éste se sostenía sobre la base del sos ha de destacarse que, añadido a la versión salario justo. Este salario justo, decidido por \DH[LVWHQWHGHODFDULGDG\DODDUPRQtDHQWUH consenso en un comité de empresa era la varia- las clases como solución a los males del capi- ble principal sobre la cual habrían de tomarse talismo, se pronunció una facción importante las decisiones sobre producción y precios. A dentro de los terciarios franciscanos: aquéllos partir de ahí, la empresa cristiana no estaba de- que creyeron en las ideas democráticas, en la dicada a la producción, pues en sus instalacio- igualdad y justicia social a través del equili- QHVGH9DOGHV%RLVFRQ¿JXUyXQDDOGHDRSH- brio entre el trabajo y las remuneraciones, en raria, en la que las familias trabajadoras podía un mercado ético para los bienes y los trabaja- residir voluntariamente. En la misma, se cons- GRUHV\SDUDHOORGHIHQGLHURQHODX[LOLRHQODV tituyó asimismo una organización cooperativa ciencias económica y sociológica. y de corte democrático que se ocupaba de la 54 Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 asistencia religiosa, intelectual y material, se FDQRIXHIXQGDPHQWDODODKRUDGHFRQ¿JXUDU instituyó una caja de prestaciones familiares, un ambiente y un pensamiento económico que una caja de mutua asistencial y un centro de pretendía ofrecer soluciones teóricas y prácti- estudios sociales. FDVDOSDXSHULVPRH[LVWHQWHFRQVHFXHQFLDGH Totalmente volcado en su empresa y su la revolución industrial. El pauperismo no era REUDVRFLDOFRQ¿JXUDGRFRPRXQSUR\HFWR~QL- sino un resultado de la propia problemática re- co de vida, Harmel se dedicó también a organi- lativa a la cuestión social, y la encomienda de zar peregrinaciones de trabajadores franceses búsqueda de estas soluciones fue el principal a Roma y a difundir los principios sociales de cometido a abordar por parte de la Orden Ter- Rerum Novarum, siendo uno de los principa- cera de San Francisco, especialmente bajo el OHV DUWt¿FHV GH ODV VHVLRQHV HQ 9DOGHV%RLV SRQWL¿FDGRGH/HyQ;,,,ODFXDODGHPiVH[- y de los congresos de la Orden Tercera. La perimentó un fuerte incremento en número de práctica de su negocio asentado en el mercado personas y actividades. ético llamaría la atención del Papa León XIII Las soluciones prácticas no solo fueron con quien le unió una notoria amistad que les SURSXHVWDVVLQRTXHH[LVWLHURQPRGHORVUHDOHV acompañaría durante muchísimos años, y sen- SXQWXDOHVFX\RFDVRPiVVLJQL¿FDWLYRIXHOD tó las bases para el modelo de empresa social empresa social del terciario Léon Harmel en que tomó Pecci. 9DOGHV%RLVXQDGHODV¿JXUDVPiVUHOHYDQWHV Su mensaje en el Congreso de Reims de entre estos franciscanos laicos. El entramado 1894 (Paolillo, 1982: 97) muestra claramente IUDQFLVFDQRUHIRU]yVXWHRUtD\H[SHULHQFLDGL- la visión de Harmel sobre el papel de la Orden rigiendo grandes esfuerzos hacia la difusión y Tercera en la cuestión social, la cual había de el propagandismo de esa nueva versión de la ponerse al servicio de los más pobres, inspira- caridad y sobre todo de la caridad mutua, con- da en el espíritu de Francisco, y no solo para cepto que sale de la virtud teologal avanzan- aliviar sus necesidades sino para evitar que la do hacia matices solidarios y que había de ir desigualdad les llevase a esa necesidad de ali- acompañado de justicia social y democracia, lo vio, trabajando junto a ellos para luchar contra que se lograría a través del trabajo periodístico cualquier forma de opresión que diese lugar al y de los congresos. pauperismo. En ese empeño, los terciarios de- Es de rigor admitir estas raíces y reconocer bían cumplir con la obligación de fundar insti- el papel fundamental del sustrato franciscano WXFLRQHVFRQHO¿QGHRUJDQL]DUHOWUDEDMRFRQ así como el trabajo de equipo con la familia igualdad y justicia bajo criterios cristianos o franciscana, especialmente con los laicos de bien ayudar en ellas, siendo las fraternidades la Orden Tercera, en la trayectoria del Papa franciscanas el mejor medio para llevar a cabo /HyQ;,,,LGHQWL¿FDGRFRPRHOJUDQDUWt¿FH HVWH WLSR GH SUR\HFWRV TXH HQ GH¿QLWLYD KD- de la Doctrina Social de la Iglesia. A través de brían de responsabilizarse de salvaguardar en ese trabajo de aliento y equipo, de propuestas, el mercado de trabajo el sentimiento cristiano H[SHULHQFLDVUHDOHVFRPXQLFDFLyQ\GLIXVLyQ fraterno junto al reino de la justicia social. Así, ¿JXUDVODLFDVSHUWHQHFLHQWHVDOD2UGHQ7HU- los terciarios, viviendo en el mundo, habían de cera como Léon Harmel o Giuseppe Toniolo sentir como misión la de embarcarse en hacer nunca habrían visto la difusión de sus proyec- prevalecer en la sociedad los principios cristia- tos tal y como acabaron resultando, y posi- QRV\ODLQÀXHQFLDVRFLDOGHOD,JOHVLD blemente el Vaticano nunca se habría pronun- ciado sobre la cuestión social de la forma que ¿QDOPHQWHFRQRFHPRVQLWDPSRFRVHKXELHUD 4. Conclusiones producido esa invitación a la justicia social y ciertas formas de democracia que llevó a A lo largo de este trabajo hemos intentado la evolución del catolicismo social hacia los GHMDU GH PDQL¿HVWR FyPR HO VXVWUDWR IUDQFLV- primeros modelos de democracia cristiana. Pérez Calle, B.; Malo Guillén, J. L. Iber. hist. econ. thought. 5(1) 2018: 45-56 55

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