El Perœ contemporÆneo

LOSLOS REGÍMENESREGÍMENES POPULISTPOPULISTASAS DEDE LOSLOS ‘80‘80 (1980-1990)(1980-1990)

I

EL SEGUNDO BELAUNDISMO general Jorge Muñiz Luna, ministro de Guerra; te- niente general José Gagliardi Schiaffino, ministro de Belaunde había accedido al gobierno en 1963 Aviación; Javier Arias Stella, ministro de Relaciones con un amplio programa reformista, bajo gran ex- Exteriores; José María de la Jara y Ureta, ministro pectativa popular y el apoyo de diversos sectores so- del Interior, entre otros. Una rápida revisión de su ciales, pero no tenía el control del Congreso. En composición muestra que los ministros podían ser 1980 la situación era casi inversa. No tenía un pro- clasificados en tres grupos. El primero integrado grama de gobierno claro, salvo la búsqueda de solu- por los ministros moderados encargados de los sec- ción para las necesidades inmediatas; las expectati- tores de gran influencia social (Trabajo, Transpor- vas populares no eran entusiastas y los diversos sec- tes, Educación, Interior, Relaciones Exteriores); el tores sociales lo presionarían tratan- do de enrumbar su gobierno. Pero contaba con una relativa mayoría en el Congreso gracias a la alianza con el PPC, que recibió los ministerios de Justicia, e Industria, Turismo e In- tegración. Los demás partidos se ha- bían negado al llamado de Belaunde a participar directamente en el go- bierno, colocándose más bien en la oposición. El primer gabinete de Belaunde estaba compuesto por: Manuel Ulloa

Elías, presidente del Consejo de Mi- E TAPA nistros y ministro de Economía; Pe- dro Pablo Kuczynski, ministro de C ONTEMPORÁNEA Energía y Minas; Alfonso Grados Bertorini, ministro de Trabajo; Fernando Belaunde Terry fue el vencedor de los comicios generales de 1980. Eduardo Orrego, ministro de Trans- Convocó a los partidos políticos a formar un gobierno de “ancha base”; sólo el portes y Comunicaciones; Luis Feli- PPC aceptó colaborar con el gobierno recibiendo las carteras de Justicia y de pe Alarco, ministro de Educación; el Industria, Turismo e Integración.

1137 Portocarrero Grados

influencia gremial sobre el Esta- do; el segundo, que pese a no ha- ber logrado un cambio de rumbo en la política económica liberal ni en la militarización, mantenía su fuerza movilizadora y sus comportamientos tenían gran impacto en el curso político, por lo que la política no se redujo al Congreso.

LAS PRIMERAS MEDIDAS

Siguiendo a Malpica, entre las primeras medidas liberales del gobierno de Belaunde se encon- traban las que continuaban el proceso de privatización iniciado por el gobierno de Morales Ber- Desde antes de los comicios generales de 1980 uno de los puntos de la agenda política estaba referido a la devolución de los medios de prensa a sus antiguos dueños. Al múdez. Veamos algunas: la devo- producirse el triunfo electoral de Fernando Belaunde, su gobierno asumió ésta como lución de los diarios y las estacio- una de sus primeras medidas. En la imagen, Manuel Ulloa Elías (a la izquierda) nes de televisión y de radiodifu- conversa con Alejandro Miró Quesada Garland y Aurelio Miró Quesada Sosa; al sión; la devolución de la mayoría centro de la escena aparece Enrique Agois. de acciones de las empresas de cemento; las negociaciones para segundo por los ministros liberales vinculados a or- transferir los yacimientos en posesión de Minero ganismos financieros internacionales (Economía y Perú; la transformación de empresas estatales en so- Energía y Minas); y el tercero por los ministros mi- ciedades anónimas (Minero Perú, Electroperú, Pe- litares en actividad (Guerra, Marina y Aviación). Es- troperú, MINPECO, entre otras); eliminación del ta composición denota dos de las principales con- monopolio de la comercialización de minerales por tradicciones al interior del gobierno de Belaunde: parte de MINPECO y de diversos productos de ex- en primer lugar, la combinación de una política eco- portación como el algodón, el café, el azúcar, los nómica liberal con políticas populistas que busca- fertilizantes y el tabaco negro. Aunque se intentó la ban paliar los efectos de la crisis, ante el temor de desactivación de ECASA y ENCI –como parte de los una explosión social; en segundo lugar, la fuerte acuerdos con el FMI– para liberar la comercializa- presencia militar en un régimen nominalmente re- ción del arroz y otros productos agrícolas, no se lo- presentativo y democrático que ponía límites al po- gró por la oposición del Congreso. Dentro de la po- der civil. Esta situación se acrecentaría en los años lítica liberalizadora destacan las medidas destinadas venideros. Por ello la democracia nacida en 1980 a otorgar mayores facilidades al capital extranjero puede ser caracterizada como restringida y tutelada en la explotación de nuestros productos mineros. por el poder militar. En el caso del petróleo, a fines del gobierno militar Ambos elementos, que ya estaban presentes des- se habían renegociado los contratos con la Occiden- de 1975, serían el contexto y el germen del desarro- tal Petroleum, la Belco Petroleum y Oxy Bridas. El llo de la violencia política a lo largo de la década. gobierno de Belaunde dictó la llamada “ley Por ello este fenómeno no puede ser interpretado Kuczynski”, por la cual se modificó la legislación como causado por un grupo aislado o calificado de para la explotación y exploración del petróleo, con- incomprensible. La violencia política ya estaba pre- tando con el apoyo aprista. Bajo esta ley se firmaron sente antes de 1980 y recrudecería después hasta nuevos contratos con Superior Oil, Hamilton Petro- llegar al horror. Otro elemento importante en el pe- leum, Shell y Union Texaco, empresas a las que se ONTEMPORÁNEA

C ríodo es la constante presión sobre el gobierno tan- otorgó ventajas tributarias adicionales a cambio de to por parte del empresariado como del movimien- invertir en nuevas explotaciones. A fines de 1984 se TAPA

E to social: el primero a través de la reactivación de su comprobó que la Oxy Bridas y la Belco Petroleum,

1138 El Perœ contemporÆneo en vez de utilizar el crédito tributario en nuevas ex- parceleros quedaron en la ruina y tuvieron que ven- plotaciones, se habían dedicado a la extracción de der sus parcelas. En el sector industrial, se limitó las reservas conocidas. más los alcances de la comunidad industrial con in- En esta línea, se dictaron leyes para obstaculizar tenciones de desactivarla. Finalmente, para lograr la el desarrollo de proyectos productivos estatales ini- autorización de venta de las empresas estatales, se ciados por gobiernos anteriores. Por ejemplo, en el envió un proyecto de ley denominado de acción caso de la minería, se prohibió que el Estado avala- empresarial del Estado, el cual, luego de dos años, se proyectos financieros de empresas estatales. Por no fue aprobado en el Congreso. Ante la imposibili- ello no se pudo financiar la segunda etapa de Cerro dad de acelerar el proceso privatizador, el gobierno Verde y tampoco se culminó el convenio para la mi- decidió transformar las empresas públicas en socie- na Antamina, entre otros casos. También se tomaron dades anónimas dirigidas por un directorio y una medidas para reducir la presencia estatal en el sec- junta de accionistas, nombrando en estos cargos a tor financiero, mediante el crecimiento de la banca personas con mentalidad privatista quienes usaron privada y el establecimiento de bancos extranjeros. descaradamente sus recursos en provecho propio. Se dictó la llamada “ley chica” de la banca la cual Ejemplos claros son los de Pescaperú, Epsep, Min- permitió la propiedad de hasta un 33% del capital peco y Centromin. accionario de los bancos privados por empresas ex- tranjeras y se autorizó la apertura de nuevas sucur- LA POLÍTICA ECONÓMICA sales y nuevos bancos extranjeros; pero se nombró directorios con personas inescrupulosas y de poca Dentro de la línea de aplicación de medidas en experiencia, produciéndose no pocos casos de prés- el marco de las propuestas de los principales orga- tamos a empresas insolventes, cobertura de deudas nismos financieros, especialmente el FMI, el go- de la banca privada o conversiones de deudas en dó- bierno nombró como ministros a connotados re- lares a soles, lo cual llevaría a una serie de escánda- presentantes de los intereses de la banca y empre- los financieros tanto en la banca estatal como priva- sas extranjeras; los casos más saltantes fueron los da. Se crearon los siguientes bancos nacionales: La- de Pedro Pablo Kuczynski (Energía y Minas), Car- tino, Mercantil y Bandesco; y se establecieron ofici- los Rodríguez Pastor y, en menor grado, Manuel nas de representación y sucursales del Banco Unión Ulloa (Economía). República de Venezuela, Commerzbank S.G., Chase Manhattan Bank, The Bank of Tokio, The Citizens and Southern National Bank, Union Chelsea Natio- nal Bank N.Y., Wells Fargo Bank, First Interstate Bank of California y Manufacturers Hannover Trust. Asimismo, el transnacional Banco Exterior de los Andes y de España (Extebandes) consiguió autori- zación para actuar en el mercado interno. Curiosamente, a pesar de la vocación privatista del régimen, la quiebra del Banco de la Industria de la Construcción (BIC) y luego del Banco de los An- des, del Banco Comercial del Perú y su financiera y del Banco Sur Medio y Callao obligaron al gobierno a asumir los activos y pasivos de estos últimos y em- prender la operación de salvataje, incrementándose de este modo el número de bancos y financieras en poder del Estado. También se devolvió el 51% del E TAPA capital social de las empresas de cemento a sus an- tiguos propietarios, a pesar de que se les había pa- C ONTEMPORÁNEA gado los montos de valorizaciones de sus acciones. En el sector agrario, se autorizó la parcelación de Manuel Ulloa Elías, ministro de Economía y Finanzas durante los primeros dos años del gobierno del arquitecto Fernando las cooperativas y sociedades agrícolas de interés Belaunde Terry. El programa económico de este período fue social (SAIS), fragmentándose sus tierras en lotes, acusado, especialmente por el APRA y la izquierda, de aunque luego de dos o tres campañas muchos de los sujetarse a las políticas del Fondo Monetario Internacional.

1139 Portocarrero Grados

Como han señalado Iguíñiz, Basay y Rubio, la la deuda externa. En ellas se establecieron nuevas bonanza de las cuentas externas entre 1979 y 1980, medidas restrictivas, diseñadas y aplicadas por el ex lograda mediante políticas de ajuste, terminó muy funcionario de la Wells Fargo, Carlos Rodríguez pronto, apareciendo los problemas en los primeros Pastor, incluyendo reducción del gasto público, ma- meses de 1981 debido, en primer lugar, a la caída yor restricción de la demanda e incremento del rit- del precio real de nuestros productos en el mercado mo de devaluación y de las tasas de interés. Dichas internacional y, en segundo lugar, al déficit surgido metas no se alcanzaron a pesar de la eliminación de en la balanza comercial debido a la liberalización de subsidios, del incremento en el precio de la gasoli- las importaciones y al incremento de pagos de la na y el servicio eléctrico y de la política de “minide- deuda externa. valuaciones”. Los precios de los productos básicos Para enfrentar la situación, el gobierno recurrió continuaron su tendencia alcista a lo largo del año, a una política de devaluaciones periódicas, lo cual por lo que el gobierno comenzó a controlarlos en provocó la “dolarización” del ahorro y de la econo- perspectiva de las elecciones municipales de no- mía en general. Se establecieron sobretasas del 15% viembre. Los salarios se mantuvieron por debajo del a las importaciones. La política de apertura de la nivel de inflación. Ante la situación crítica, el go- banca nacional a la inversión de capitales extranje- bierno atribuyó el fracaso del programa económico ros, reseñada líneas arriba, permitió al gobierno re- a los efectos de las inundaciones causadas en 1983 currir a nuevos préstamos para pagar la deuda ex- por la corriente del Niño. terna y elevar nuestras reservas internacionales, pe- ro ello sólo postergó el problema. Parte de los nue- LA APARICIÓN DE SENDERO LUMINOSO vos préstamos se orientó a cubrir el continuo défi- cit y a la aplicación de una política tributaria que Semanas antes de las elecciones generales de ponía énfasis en el incremento de los impuestos in- 1980, aparecieron numerosos perros colgados de directos (de 50,5% en 1980 a 66,6% en 1982) y en postes públicos, con sendos carteles con los nom- la reducción de los directos (de 48,9% en 1980 a bres de los principales líderes del gobierno chino; 32,2% en 1982). La política monetaria se aplicó a hecho que sorprendió a la mayoría, pero del cual no restringir el consumo ya que se consideraba que ha- se dio mayor explicación. Más adelante, el 17 de bía “un exceso de la demanda”; logrando una rece- mayo, en la plaza central del pueblo de Chuschi, sión en el sector productivo, pero no la reducción Ayacucho, un pequeño grupo armado quemó las de la inflación, ya que desde 1981 se había iniciado ánforas que se iban a utilizar en las elecciones del también la liberalización de los precios controlados día siguiente. Con este acto simbólico, Sendero Lu- y regulados. minoso –por entonces un grupo reducido, con ar- A mediados de 1983, el gobierno reinició nego- mamento obsoleto y sin experiencia en el campo ciaciones con el FMI para resolver los problemas de militar– dio inicio a su “lucha armada”, sin concitar mayor atención, ya que la mayo- ría de los partidos políticos y el gobierno estaban preocupados por las campañas electorales de ese año. Tampoco había mayor in- formación al respecto ya que los documentos de los servicios de inteligencia y de seguridad del Es- tado habían sido sustraídos por los militares antes de la transfe- rencia. Aunque no faltaron voces de alerta, el presidente Belaunde

El 17 de mayo de 1980 en Chuschi

ONTEMPORÁNEA (Ayacucho), Sendero Luminoso dio C inicio a la llamada “lucha armada”. Estas acciones prontamente se TAPA

E trasladaron a las ciudades.

1140 El Perœ contemporÆneo volvió a atribuir estas acciones al abigeato, como lo ciembre de 1982, luego del asesinato del director de había hecho 15 años antes. la filial ayacuchana del Instituto Nacional de Cultu- Sendero Luminoso iniciaba así su “guerra popu- ra. Ello significó que las Fuerzas Armadas recupera- lar del campo a la ciudad”, cuya primera etapa era ran injerencia y presencia política en el Estado, per- “conquistar bases de apoyo en el campo” para esta- didas desde su retiro a los cuarteles en 1980, y que blecer “zonas liberadas”. Esta situación coincidía se fueron incrementando a lo largo de la década. con la intención inicial del gobierno de establecer Junto con la intervención, se declaró el estado de una actitud distinta a la política de violación de los emergencia para cinco de las provincias del depar- derechos humanos del gobierno militar, que no pa- tamento de Ayacucho sometiéndolas, además, a la só de buenas intenciones. Sólo el ministro del Inte- autoridad del comando político-militar bajo las ór- rior José María de la Jara y Ureta renunciaría por vo- denes del general Clemente Noel Moral. El poder luntad propia, en agosto de 1980, al asumir la res- civil quedó así sometido al poder militar. Con dicha ponsabilidad política por la muerte en el Cuzco de intervención se inicia la puesta en práctica de doc- un estudiante universitario a manos de la policía. trinas militares contrainsurgentes cuya estrategia Entre 1980 y 1982 SL logró una relativa expan- no estaba exenta de racismo, que implicaba coac- sión en el campo. Cabe citar como ejemplo el entie- cionar a los campesinos, utilizar a las comunidades rro multitudinario de la joven dirigente senderista unas contra otras, ataques de saturación de pobla- Edith Lagos en setiembre de 1982. Esta inicial dos y “juicios sumarios”, semejantes a los “juicios expansión es explicable por varias razones: en pri- populares” de SL. Con el tiempo vendrían las de- mer lugar, las características socioeconómicas de nuncias por violaciones de derechos humanos he- Ayacucho, uno de los departamentos más pobres y chas por campesinos ante las diversas fiscalías del olvidados del llamado “trapecio andino”; en segun- departamento. do lugar, las características culturales, pues junto a A comienzos de 1984 se nombró al general la Universidad San Cristóbal de Huamanga –punto Adrián Huamán como nuevo jefe político-militar de de modernización y difusora de nuevas ideas– exis- Ayacucho. El general Noel salió al “exilio dorado” tía un mundo rural y urbano bastante complejo con como agregado militar del Perú en los Estados Uni- importantes reminiscencias andinas; en tercer lugar, dos, alejándose de las investigaciones que entonces las tácticas iniciales aplicadas por SL –ayuda en los continuaban con respecto al caso Uchuraccay y a las trabajos agrícolas, protección frente a los abigeos y violaciones de derechos humanos durante su jefatu- las autoridades corruptas, apoyo a las comunidades ra. El general Huamán aplicó, junto con las medidas en sus disputas por linderos con las SAIS– le gana- militares, una política asistencialista de apoyo a la ron el apoyo activo (alimentación y protección) o población para lograr su adhesión. En setiembre fue pasivo (encubrimiento) de la población rural. removido de su comando por hacer declaraciones Cabe resaltar que los iniciales militantes de SL que el gobierno consideró “políticas” y que “iban provenían del campo o eran descendientes de cam- más allá de sus estrictas funciones militares”. Como pesinos. Su dirigencia, en cambio, estaba compues- ha resaltado Heraclio Bonilla, la ineficacia de las ta por sectores intelectuales y medios profesionales, Fuerzas Armadas frente a SL no sólo fue el resulta- algunos de los cuales eran descendientes de hacen- do de la ausencia de una política antisubversiva co- dados. Ellos conocían, pues, la realidad del campo. herente y sostenida –ya que ésta variaba según los El Estado, más bien, los tenía olvidados y relegados. vaivenes de la situación política–, sino también in- Pero esta relación, como se comprobaría rápida- fluyó el hecho de que sus operaciones eran realiza- mente, nacía de la misma matriz paternalista– auto- das por soldados no oriundos de la zona, por lo cual ritaria del gamonalismo; SL cuidaba de sus amigos, no se identificaban con la población; se enfrentaban pero castigaba a sus enemigos o a los que dudaban. además a un ejército que no daba la cara y que más

Éstos fueron los casos de las comunidades de Huan- bien tenía la capacidad de desplazarse y confundir- E TAPA casancos y Lucanamarca, las que fueron masacradas se con la población rural. A ello hay que sumarle los por un centenar de senderistas en abril de 1983 al bajos salarios de la tropa y las Fuerzas Policiales. La C ONTEMPORÁNEA negarse a continuar protegiéndolos. capacidad de acumulación de fuerzas de SL, que en La situación de la población rural se había vuel- ese entonces obtenía sus armas mediante el robo o to muy díficil, y en la práctica se hallaba entre dos el asesinato de policías, se puso de manifiesto en el fuegos con la intervención de las Fuerzas Armadas ataque a la cárcel de Ayacucho a mediados de 1983, en la lucha antisubversiva, decretada el 20 de di- que liberó a decenas de detenidos, tanto militantes

1141 Portocarrero Grados

de SL como delincuentes comunes. A partir de en- en el debate interno sino también en las calles, con tonces los diversos sectores dejaron de considerar a enfrentamientos entre los grupos de choque de ca- SL como un problema menor. da bando, llegando al colmo de darle una paliza al ya anciano Luis Alberto Sánchez. Finalmente, el LAS FUERZAS POLÍTICAS DE OPOSICIÓN único líder que se retiraría del partido aprista sería Townsend, quien posteriormente fundaría el Movi- Luego del fracaso de la Alianza Revolucionaria miento de Bases Hayistas (MBH), que tuvo corta vi- de Izquierda (ARI) y de los resultados adversos en da. Armando Villanueva sería elegido secretario ge- las elecciones generales, la izquierda intentó recom- neral y Alan García continuaría en la secretaría de poner sus fuerzas. Para las elecciones municipales Organización. Como presidente de la Comisión Na- de 1980, nace Izquierda Unida (IU) como un frente cional de Plan de Gobierno (CONAPLAN) fue ele- de partidos de diversas tendencias marxistas: el PCP gido Luis Alva Castro. Sin embargo, ello no resolvió y el PSR, representantes de los sectores velasquistas; la crisis interna. La “renovación aprista” vendría la UDP, integrada por un grupo de partidos de la lla- después. mada Nueva Izquierda, fundamentalmente el MIR, VR y el Partido Comunista Revolucionario (PCR); LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 1980 el FOCEP; la Unidad de Izquierda Revolucionaria (UNIR), frente de partidos conformado por el PC En agosto de 1980, en medio de un rápido cam- del P-Patria Roja, VR–Proletario Comunista y MIR- bio de gabinete, Eduardo Orrego renunció al minis- Perú; y grupos de independientes, entre los que se terio de Transportes y Comunicaciones, con el fin encontraban importantes intelectuales. Más adelan- de iniciar la campaña de AP hacia las elecciones te se incorporaría Acción Política Socialista (APS), municipales convocadas para noviembre. Se presen- grupo escindido de Acción Popular en 1968, enca- taron también, como candidatos con opciones, Ri- bezado por Gustavo Mohme Llona. Alfonso Ba- cardo Amiel (PPC), Justo Enrique Debarbieri (PAP) rrantes Lingán, reconocido como un independiente y Lingán (IU). Según el JNE, los de consenso, presidía este frente de partidos. Como resultados nacionales fueron los siguientes: AP, 1 su principal líder, también sería su candidato tanto 386 774 votos (35,92%); IU, 898 325 votos a las elecciones municipales como a las elecciones (23,27%); PAP, 877 807 votos (22,73%); PPC, 272 generales. 896 votos (10,99%) y otros, 272 896 (7,06%). Se- El PAP, luego de los resultados electorales de gún la información oficial, AP y el PAP tuvieron re- 1980, realiza un congreso extraordinario en la ciu- sultados nacionales inferiores a los obtenidos en las dad de Trujillo, donde se ponen en evidencia las elecciones generales; el PPC ratificó su presencia fuertes fisuras existentes en su interior. Por un lado se en- contraba el ala izquierdista encabezada por Armando Vi- llanueva del Campo, apoyado por jóvenes dirigentes como Luis Alva Castro, Carlos Roca y Alan García Pérez; y por el otro el ala derechista encabe- zada por Andrés Townsend Ezcurra, apoyado por viejos líderes como Ramiro Prialé y Luis Alberto Sánchez. Las dis- putas no sólo se expresaron

ONTEMPORÁNEA Fernando Belaunde Terry y C Eduardo Orrego Villacorta aparecen en el balcón del palacio TAPA

E de Gobierno.

1142 El Perœ contemporÆneo sólo en , obteniendo escasa votación en el res- LA MASACRE DE UCHURACCAY to del país; la sorpresa la dio IU que pasó a consti- tuirse en la segunda fuerza política, ganando impor- En la mañana del 28 de enero de 1983, los dia- tantes alcaldías provinciales en el sur. Casi un año rios amanecieron con grandes titulares anunciando después, el 8 de noviembre de 1981, se realizaron la muerte de 8 periodistas de la oposición y de su elecciones municipales complementarias en las seis guía en la comunidad de Uchuraccay, en las alturas provincias y 119 distritos donde los resultados de de Ayacucho. Según las informaciones que se obtu- 1980 fueron anulados por el JNE, ratificándose la vieron, Jorge Sedano de La República, Eduardo de misma correlación de fuerzas del año anterior. la Piniella y Pedro Sánchez de El Diario de Marka, Willy Retto y Jorge Luis Mendivil de El Observador, EL CONFLICTO CON EL ECUADOR Amador García de Oiga, el corresponsal de El Dia- rio Félix Gavilán, un periodista ayacuchano, Octa- A principios de 1981 se produce un enfrenta- vio Infante, y el guía Juan Argumedo, salieron de la miento entre patrullas peruanas y ecuatorianas. El ciudad de Ayacucho para investigar la muerte de gobierno de Quito denunció que dicho enfrenta- siete senderistas en manos de los campesinos de miento se había producido en su territorio, en la zo- Huaychao, lo cual fue presentado por algunos sec- na de Paquisha: la realidad era que el ejército ecua- tores de la prensa como un hecho significativo y toriano había instalado puestos de vigilancia en el “patriótico”; sin embargo, no se tenía acceso a la lado peruano del sector no delimitado de la fronte- zona por el hermetismo y la falta de apoyo de las ra, con los mismos nombres de puestos ecuatoria- Fuerzas Armadas, que controlaban la región y no nos. El presidente Belaunde ordena la expulsión de querían testigos incómodos. Un grupo de periodis- dichas tropas pero sin transgredir la frontera norte. tas decidió salir rumbo a Huaychao, ya que se tenía El Ejército, comandado por el general Hoyos Rubio información de que esta situación era producto de –uno de los conspiradores del golpe de 1968–, lue- la estrategia contrainsurgente aplicada por el co- go de algunos días de enfrentamientos logra expul- mando político-militar de Ayacucho. El día 26, en sar a los ecuatorianos. Belaunde, junto con un gru- la comunidad de Uchuraccay, cercana a Huaychao, po de periodistas, viaja a la denominada “Falsa Pa- los hombres de prensa fueron muertos y sus cuer- quisha”, donde los indicios señalaban que tan rápi- pos mutilados. En un primer momento, el general da expulsión se debió a que el Perú mantenía la su- Noel –jefe político-militar de Ayacucho– afirmó perioridad militar frente al Ecuador y a que la infil- que los periodistas habían llegado a Uchuraccay tración estaba recién en sus inicios (dada la preca- portando una bandera roja y dando vivas a la sub- riedad de sus puestos). El descuido posterior –a versión, desviando así su responsabilidad política y partir de 1990– de la política exterior frente a nues- señalando implícitamente que la oposición tenía tros vecinos, les permitiría una infiltración más só- vínculos con SL. lida. Terminados los combates, los países garantes del protocolo de Río de Janeiro insistieron en la necesidad de concretar negociaciones para solu- cionar la falta de delimitación de 78 km en la frontera norte. Como se mostraría una década después, no se avanzó nada al respecto. E TAPA

En enero de 1981 se produjo el conflicto con C el Ecuador por el Falso Paquisha, toponimia ONTEMPORÁNEA ecuatoriana en territorio peruano. La inmediata acción militar peruana, dirigida por el general Hoyos Rubio, concluyó con el desalojo de las patrullas militares ecuatorianas.

1143 Portocarrero Grados

La cruenta represión militar al terrorismo dio pie a que se sospechara sobre el uso de métodos vedados por el ejército en las zonas de emergencia. La idea de una “guerra sucia” en los Andes fue tomando fuerza entre los medios de prensa opuestos al gobierno. Con el propósito de investigar tal presunción, un grupo de periodistas marchó a Huaychao, donde se había producido una matanza, siendo victimados por los comuneros de Uchuraccay en un confuso incidente. En la imagen, pobladores de Uchuraccay transportan el cádaver exhumado de uno de los periodistas.

El gobierno decidió nombrar una comisión in- de que los periodistas hubieran llegado enarbolan- vestigadora presidida por el escritor Mario Vargas do una bandera roja y dando mueras al gobierno y Llosa, e integrada por el periodista Mario Castro a los “sinchis”. Que la masacre fue obra de los co- Arenas y el jurista Abraham Guzmán Figueroa. muneros de Uchuraccay, sin que participaran en También fueron parte de la comisión los antropólo- ella fuerzas del orden; reconociendo, sin embargo, gos Juan Ossio, Fernando Fuenzalida y Luis Millo- que los comuneros habían recibido de los “sinchis” nes, el lingüista Rodolfo Cerrón Palomino, el sicoa- la recomendación de defenderse y matar a los te- nalista Max Hernández y el abogado Fernando de rroristas que se acercaran a Uchuraccay, aunque no Trazegnies. A mediados de febrero la comisión visi- de manera sistemática; tal decisión habría sido tó la comunidad de Uchuraccay, recogiendo los tes- adoptada por los comuneros en sus asambleas. És- timonios de los comuneros y entrevistando a los fa- tos finalmente –según la comisión– no pudieron miliares del guía Juan Argumedo, a los periodistas dar una respuesta coherente respecto a la desapari- ayacuchanos que llegaron a Uchuraccay algunas ho- ción del dinero, las ropas y las cámaras fotográficas ras después de conocida la noticia y a los miembros de los periodistas. de las Fuerzas Policiales presentes en la zona. Cabe resaltar una afirmación del informe de la El informe de la comisión investigadora fue en- comisión respecto a la supuesta ignorancia de los tregado en marzo de 1983, caracterizándose por in- comuneros, que dejaría implícita como conclusión cluir interpretaciones de tres tipos: convicción ab- de fondo que la masacre fue producto de un malen- soluta, convicción relativa y convicción dudosa. tendido: “No se necesita gran esfuerzo de imagina- Entre las conclusiones más importantes, la comi- ción para saber que, al sentirse atacados, uno o va- sión señaló que el viaje de los periodistas fue bajo rios de los periodistas hicieron funcionar sus cáma- su propia responsabilidad y que los principales je- ras, reacción primera e instintiva de un reportero fes político-militares no tuvieron conocimiento de gráfico. ¿Están en condiciones los comuneros de él. Que los comuneros de Uchuraccay los habrían Uchuraccay de identificar una cámara fotográfica y confundido con un destacamento senderista que saber para qué sirve? Algunos de ellos, por lo me- venía a escarmentarlos por los linchamientos ocu- nos, sin duda alguna. La comisión tiene testimonios rridos en Huaychao. Que “los periodistas debieron que prueban que en la comunidad hay artefactos ser atacados de improviso, masivamente, sin que como linternas, radios y tocadiscos a pilas. No es és- mediara diálogo previo, y por una multitud a la te el primer caso de una sociedad en la que el pri- ONTEMPORÁNEA

C que el miedo y la cólera, mezclados, enardecían y mitivismo y el arcaísmo culturales pueden coexistir dotaban de ferocidad infrecuente en su vida diaria con el uso de ciertos productos manufacturados TAPA

E y en circunstancias normales”. Que era falsa la tesis modernos”.

1144 El Perœ contemporÆneo

El informe de la comisión 689 182 votos (17,5%); PPC, investigadora fue duramente 547 346 votos (13,9%), y criticado y calificado como otros, 262 794 votos (6,7%). una maniobra encubridora del De esta manera: a) el país gobierno. La comisión habría quedó dividido en tres tercios: ejercido funciones que le co- el PAP, IU y la alianza AP- rrespondían al poder Judicial PPC; b) pese a ganar en Lima y las visitas a la comunidad de y a su alta votación, IU seguía Uchuraccay habrían sido po- siendo segunda fuerza electo- cas y breves. Las conclusiones ral, sin poder recuperar la vo- del informe implicaban una tación alcanzada en 1978; c) subvaloración del campesina- el PAP se recuperaba de su do, calificándolo como igno- crisis al pasar de ser tercera rante, tradicional y arcaico, fuerza política al primer lu- contrapuesto a la sociedad gar; d) la crisis del gobierno moderna. Las investigaciones era irremediable. y los hechos posteriores de- La victoria de IU en Lima mostraron que las conclusio- significó la aplicación de un nes de la comisión estaban en amplio proyecto de beneficio varios aspectos alejadas de la a los sectores populares –ya realidad y más cercanas a la que IU había ganado mayor- imaginación y a la ficción. Ca- mente en los distritos más Alfonso Barrantes Lingán, candidato de be resaltar tres hechos al res- Izquierda Unida y electo alcalde de Lima en pobres– en el que destacaron pecto. Primero, los periodistas los comicios de 1983. el programa del Vaso de Le- hicieron trámites previos para che (que inicialmente abarcó viajar con miembros del Ejér- a más de 300 mil niños entre cito, lo que les fue negado; y para salir de la ciudad los 0 y los 5 años) y el reconocimiento de los nu- pasaron por tres puestos del Ejército, lo cual arroja- merosos asentamientos humanos de la capital. Esto ba serias dudas sobre el “desconocimiento” del via- se hizo en base al empuje de la movilización popu- je por parte del comando político-militar; en segun- lar, lo que dio un nuevo impulso a las diferentes do lugar, la posterior aparición de las ropas y las cá- organizaciones de subsistencia dirigidas por muje- maras fotográficas de los periodistas, en cuyos ro- res: comedores populares, clubes de madres, entre llos figuraban fotos que demostraban que sí existió otros. En términos generales, la experiencia muni- contacto y comunicación previos en las proximida- cipal tuvo un gran impacto en los partidos de iz- des de Uchuraccay, y que los periodistas fueron lle- quierda, que por primera vez debían asumir direc- vados posteriormente a la comunidad, en donde tamente la toma de decisiones y la administración fueron asesinados; en tercer lugar, la evidencia de de importantes recursos pertenecientes al aparato que las Fuerzas Armadas estaban implementando estatal. Destacan dentro de ellas las iniciales gestio- un modelo de lucha contrainsurgente de guerra in- nes municipales de IU en Villa El Salvador, San terna, que incluía la formación de grupos paramili- Martín de Porres y Villa María del Triunfo. tares en el campo. EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 1983 TUPAC AMARU

Las elecciones municipales se realizaron el 13 de El MRTA, a diferencia de SL, proviene de la Nue- E TAPA noviembre de 1983, teniendo como candidatos de va Izquierda que comenzó a gestarse en la década fuerza para la alcaldía de Lima a Alfonso Grados del 60. A partir de sus múltiples divisiones, se dis- C ONTEMPORÁNEA Bertorini (independiente, por AP), Alfonso Barran- tancian en 1980 de aquellos partidos que deciden tes Lingán (IU), (PAP) y Ricardo participar en las elecciones de dicho año. Militantes Amiel (PPC). Según el JNE, los resultados oficiales provenientes del MIR-El Militante, PSR-Marxista a nivel nacional fueron los siguientes: PAP, 1 306 Leninista y otros grupos pequeños de la UDP que se 345 votos (33,1%); IU, 1 143 102 votos (29%); AP, disolvieron oficialmente al crearse el Partido Unifi-

1145 Portocarrero Grados

cado Mariateguista (PUM) en Víctor Polay Campos, uno de los octubre de 1983, son los que principales dirigentes del MRTA. convergen para formar el En 1984 el MRTA ataca el puesto policial de Villa El Salvador y tres MRTA. También hay que in- años más tarde alcanza notoriedad cluir a jóvenes dirigentes pública al tomar la ciudad de apristas, como Víctor Polay Juanjuí en el departamento de San Campos, y líderes sindicales Martín. como Néstor Cerpa Cartoli- ni, quien perteneció al sindi- cato de la fábrica Cromotex y da de los Estados Unidos y estuvo involucrado en la diferentes agencias bancarias, huelga de 1979. el MRTA se dedicó a una El MRTA se definía como campaña de proselitismo con una organización marxista- acciones como la colocación leninista que proclamaba la de banderas, el secuestro de necesidad de hacer la revolu- periodistas y la toma de ra- ción combinando “todas las dioemisoras y agencias de formas de lucha”, pero prio- noticias, desde donde lanza- rizando la que ponía en eje- ba proclamas previamente cución su “aparato militar”. grabadas, así como repartos Como señala la comisión de alimentos en barrios mar- Bernales, ideológicamente no se diferencia de cual- ginales. El acto de mayor envergadura en sus inicios quier otro partido marxista-leninista, ni tampoco en fue la toma de Juanjuí, en el departamento de San lo referido a las proclamas y a la reivindicación de Martín, acto de propaganda al que se citó a periodis- personajes como el Che Guevara o Luis de la Puen- tas de un canal de televisión para que grabaran la te Uceda. En el aspecto militar, el MRTA combinó parada militar y el retiro de sus tropas. tácticas guerrilleras propias del “foquismo” castris- ta, sobre todo en la selva del departamento de San BALANCE DE LA POLÍTICA ECONÓMICA Martín, con las tácticas de guerrilla urbana de los APLICADA BAJO EL SEGUNDO grupos insurgentes del Cono Sur. Siguiendo el mis- GOBIERNO DE BELAUNDE mo documento, señalaremos que el MRTA surgió contra el segundo gobierno de Belaunde, al que de- Según el economista Augusto Portocarrero, para nunciaron como entreguista, proimperialista y com- fines de 1984 las reservas internacionales lograron prometido con la “guerra sucia” que se implemen- recuperarse como resultado de las políticas recesi- taba en Ayacucho. Previniendo un posible golpe mi- vas aplicadas, alcanzando casi los mismos niveles litar, el MRTA se preparaba para liderar la “insur- de julio de 1980. Los gastos de defensa se redujeron gencia del pueblo” desarrollando la violencia revo- en 21% y los de planillas del Estado en 8%, pero los lucionaria. Originalmente sus tácticas se diferencia- pagos por concepto de deuda externa aumentaron ban de las acciones terroristas de SL, realizando en 51%. Pese a ello la deuda externa se incrementó además acciones asistencialistas en sectores popula- a lo largo del gobierno de Belaunde en más de 4 mil res (como el robo y reparto de alimentos) e impul- millones de dólares, sumando un total de 13 721 sando una prensa oficiosa que publicitaba y reivin- millones de dólares. dicaba sus actos en el afán de demostrar que, a dife- Se continuó con la política fiscal de reducir la rencia de SL, la violencia revolucionaria no atenta- presión tributaria, especialmente a los sectores de ba contra el pueblo sino contra los enemigos de és- mayores ingresos. En 1985 se recaudó el 61% de lo te. Sin embargo, estas concepciones y prácticas que se había recaudado en 1980 por concepto de cambiarían sustancialmente a fines de la década. impuestos directos; en cambio, los impuestos indi- Según la base de datos sobre violencia política de rectos se redujeron en 2%. Así, mientras en 1985 los DESCO, el 22 de enero de 1984 se produce la pri- impuestos a las exportaciones representaron sólo el ONTEMPORÁNEA

C mera actividad pública conocida del MRTA: el ata- 13% de lo recaudado en 1980, se incrementaron im- que al puesto policial de Villa El Salvador. Inicial- puestos como el General a las Ventas (IGV) y el Se- TAPA

E mente, junto a ataques contra la sede de la embaja- lectivo al Consumo (ISC), rubro este último que tu-

1146 El Perœ contemporÆneo vo gran importancia en el incremento en 166% del dustriales subieron más que los agrícolas, por lo impuesto a los combustibles. Se mantenía así la an- que la situación del agro continuó su secular caída. tigua costumbre de cubrir las necesidades de liqui- Además, dadas las circunstancias, durante los últi- dez mediante el incremento del precio de la gasoli- mos seis meses del gobierno belaundista los empre- na para a su vez aumentar la recaudación de im- sarios adelantaron la subida de sus precios, dándo- puestos que lo afectaban. Para 1985, la recaudación se niveles de inflación que no se habían producido por impuestos indirectos representaba el 77% del en 10 años. total, mientras que en 1980 había sido del 65%. En Con el rotundo fracaso de las políticas de ajuste términos generales, mientras los gastos del gobier- del gobierno belaundista la campaña del PAP en- no aumentaron, sus ingresos se redujeron, con lo contró terreno fértil para su promesa de construir cual aumentó el déficit fiscal. “un futuro diferente” “para todos los peruanos”. En cuanto a la producción, el país sufría una fuerte recesión, expresada en la caída en 1985 del LAS ELECCIONES DE 1985 PBI per cápita a los niveles de 1975. Esta recesión tuvo tres causas fundamentales: las políticas de Para dichos comicios, AP nombró como candi- ajuste, los desastres naturales de 1983 y la política dato a Javier Alva Orlandini, quien además de con- arancelaria norteamericana que limitó nuestras ex- tar con un importante apoyo de las bases de provin- portaciones. Más de la mitad del sector manufactu- cias, había venido realizando una serie de críticas al rero trabajó por debajo del 50% de su capacidad ins- gobierno para legitimar su candidatura, y por ello talada, con la consiguiente reducción del empleo. Belaunde se opuso a su elección. El PPC se negó a Por añadidura, se produjo una drástica caída de la mantener la alianza con AP tratando de evitar las inversión en términos generales. Para 1985, las in- consecuencias políticas del desgaste del gobierno versiones del sector público se redujeron a los nive- belaundista pero, sabedor de su poca influencia, se les de 1970, siguiendo las recomendaciones del aliaría con el MBH de Townsend y otros indepen- FMI; sin embargo, por el carácter populista del go- dientes, formando la Convergencia Democrática bierno se mantuvo un amplio programa de obras (CODE). La IU lanzó la candidatura de Alfonso Ba- públicas, sobre todo en el sector vivienda. La inver- rrantes confiando en el impacto de su gestión en la sión del sector privado repre- sentó en 1985 tan sólo el 11,1% del PBI, pese a los constantes estímulos que Be- launde otorgó a los empresa- rios, tanto nacionales como extranjeros. Mientras tanto la infla- ción, que entre julio de 1975 a julio de 1980 fue de 677,49% alcanzó durante el quinquenio 1980-1985 la ci- fra de 3 734,52%, hasta en- tonces la más alta de nuestra historia. Pese a las políticas recesivas y de ajuste, la infla- ción no sólo no fue derrotada sino que mantuvo tasas ma- E TAPA yores a las existentes antes de su aplicación, entre otras ra- C ONTEMPORÁNEA zones, por la constante mani- pulación de los precios de los En 1985 el APRA presentó a Alan García Pérez como su candidato presidencial. García, quien había sido constituyente en 1978 y diputado durante el período 1980-1985, fue el servicios públicos con el ob- vencedor de la primera vuelta. Ante la defección del candidato de la Izquierda Unida, jetivo de cerrar la brecha fis- Alfonso Barrantes Lingán, para participar en una segunda vuelta, García fue ungido cal. Asimismo, los precios in- como presidente de la República.

1147 Portocarrero Grados

alcaldía de Lima y en el incremento de su influencia Las elecciones se realizaron el 14 de abril de política y electoral. En el seno del PAP se había pro- 1985. Los resultados oficiales, según el JNE, fueron ducido la “renovación aprista”, encabezada por los siguientes: PAP, 3 452 111 votos (45,8%); IU, 1 Alan García Pérez, quien consiguió en 1983 la se- 605 139 votos (21,3%); CODE, 773 313 votos cretaría general del partido, derrotando a Luis Alva (10,2%); AP, 471 150 votos (6,3%); Izquierda Na- Castro, y luego, en 1984, fue nombrado candidato cionalista (IN), 91 968 votos (1,2%); Frente de Uni- presidencial, derrotando a Carlos Enrique Melgar. dad Nacional (FUN), 54 899 votos (0,7%); Partido Desde entonces y de manera anticipada a su formal de Avanzada Nacional (PAN), 26 366 votos (0,3%); inscripción ante el JNE, Alan García inició su cam- Partido Socialista de los Trabajadores (PST), 15 696 paña electoral cambiando radicalmente el discurso votos (0,1%); Movimiento Cívico Nacional 7 de Ju- y la simbología aprista: a) hizo a un lado el discur- nio, 10 150 votos (0,1%). so excluyente a toda posibilidad de alianza o con- Cabe resaltar que los porcentajes se establecieron certación política expresado en el famoso lema “Só- sobre el total de votos emitidos. Con estos resulta- lo el aprismo salvará al Perú” (SEASAP), utilizando dos, el PAP obtenía una amplia mayoría tanto en se- otros como “futuro diferente” y “un gobierno para nadores como en diputados. Según la Constitución todos los peruanos”; b) fue el primero en emplear de 1979, que se aplicaba por primera vez, si el can- como táctica electoral una campaña en base al apo- didato de mayor opción no obtenía el 50% más 1% yo de personajes independientes (artistas, deportis- de los votos, debía realizarse una segunda vuelta tas, intelectuales) a su candidatura; c) utilizó como con el candidato con segunda votación más alta, en imagen a una paloma blanca enmarcada por la es- este caso Alfonso Barrantes; quien sorpresivamente trella aprista; d) realizó una campaña electoral “po- renunció a la confrontación “para ahorrar dinero a pulista” en la que se confundía con el pueblo y rea- los contribuyentes”, según su comunicado. A pesar lizaba actos sorpresivos, que persistieron durante su de ser una situación irregular, nadie se opondría y el gobierno en los famosos “balconazos”. Finalmente, JNE proclamaría a Alan García como el siguiente existían cinco candidaturas menores. presidente de la República.

II

EL GOBIERNO APRISTA posiciones y hasta simpatías de su principal líder, Alfonso Barrantes El inicio del gobierno aprista Lingán, respecto al presidente se produjo en un contexto muy García. similar al primero de Belaunde: En cuanto al programa de go- una votación muy alta, nivel de bierno, Alan García sorprendió a popularidad al tope y apoyo de propios y extraños con su discur- amplios sectores sociales en todos so del 28 de julio, por su conteni- los estratos. El PAP había logrado do radical, antimperialista y de- incluso limar sus históricas aspe- rezas con las Fuerzas Armadas. La La elección de Alan García Pérez fue principal fuerza política que po- saludada por la prensa internacional, dría disputarle el liderazgo en el cuyos analistas veían en él a un joven ONTEMPORÁNEA gobernante socialdemócráta moderado C país, la IU, adolecía de serias dis- y razonable. Portada de la revista putas internas motivadas entre Visión, publicación de inspiración TAPA E otras razones, por las ambiguas liberal, del 1 de julio de 1985.

1148 El Perœ contemporÆneo fensor de las amplias capas nuestro consumo y “el con- empobrecidas del país; dis- trol de precios contra las ga- curso que en la realidad se nancias abusivas”. iría desdibujando según En cuanto a la recesión, la avanzaban los meses. necesidad de garantizar el En su discurso Alan Gar- ahorro interno y la fuga de cía criticó las políticas de capitales, García anunció una ajuste del FMI que se habían política de control de las aplicado hasta entonces y se- transacciones con el exterior ñaló que la crisis económica mediante la restricción del era causada por “una larga uso del dólar; el apoyo a la historia de injusticia”. Asi- inversión privada (tanto na- mismo, criticó la corrupción cional como extranjera) ofre- y “el abuso prepotente del ciendo “seguridad en las re- poder en todos los niveles”. glas de inversión”, restrin- Su interpretación sobre la giendo las importaciones a lo realidad del país era que éste indispensable, mediante la estaba administrado por los “estabilidad laboral para el sectores económicos más po- trabajador” y, sobre todo, el derosos en colusión con “el apoyo crediticio, técnico y de centralismo” y “la dependen- maquinaria para el agro. Su cia”. Denunció a un empresa- discurso señalaba que la sub- riado que sólo ensamblaba versión tenía su causa en la productos importados y Fernando León de Vivero, uno de los líderes miseria y que la democracia mantenía su capacidad pro- históricos del APRA, hace uso de la palabra como debía ser “autoridad y ener- ductiva instalada funcionan- presidente de la cámara de Diputados. gía”. Más adelante diría que: do sólo en un 38%. Se anun- “no aceptamos que el sistema ció así una política de apoyo democrático use la muerte a la industria nacional, de descentralización, de eco- como instrumento” y que la ley sería “aplicada con nomía autónoma, de redistribución de la riqueza y severidad también para los que violen los derechos de solidaridad con los más pobres. Según su discur- humanos mediante la muerte, las ejecuciones extra- so, los principales problemas del país eran: la deu- judiciales y la tortura”. Para combatir el desorden y da externa, la inflación, la recesión, la subversión, el la inmoralidad, García propuso la doble pena para desorden y la inmoralidad. Respecto de la deuda ex- los funcionarios públicos, la reorganización de las terna, señaló que ésta era producto de las “desigua- Fuerzas Policiales y la coordinación con Colombia les relaciones entre los países ricos y pobres”, del de acciones conjuntas contra el narcotráfico. En su “sobredimensionado valor del dólar frente a otras política exterior, propuso una postura integracio- monedas” y de “nuestra debilidad como país”, para nista, de soberanía y libre determinación, resaltan- utilizar productivamente dichos recursos. Ensegui- do nuestra posición como país no alineado. da anunció: “dialogaremos con nuestros acreedores Los hechos posteriores se encargarían de refutar sin usar como intermediario al Fondo Monetario cada uno de los puntos de este discurso. Internacional, pero en los próximos doce meses y mientras las situaciones no cambien, sólo destinare- POLÍTICA ECONÓMICA HETERODOXA Y mos al servicio de la deuda externa el 10% del valor CRECIMIENTO ECONÓMICO, 1985-1987 total de nuestras exportaciones y no el 60%, como E TAPA hasta ahora se nos exige”. Señaló que la inflación se Con respecto a la política económica del gobier- debía a que el Estado “prefirió apoyar las ganancias no aprista, se distinguen claramente dos momen- C ONTEMPORÁNEA transnacionales, a la industria ensambladora de Li- tos: el primero –caracterizado por la aplicación de ma y al crecimiento de la burocracia”, olvidando al una “política heterodoxa”, keynesiana– abarcó des- campesinado y a la agricultura; para resolver este de julio de 1985 hasta diciembre de 1987, cuando problema planteó elaborar una ley antimonopolio, fue ministro de Economía Luis Alva Castro, y el se- una política de apoyo al agro, una reorientación de gundo desde enero de 1988 hasta julio de 1990,

1149 Portocarrero Grados

ducir la alta tasa inflacionaria, evitar la reducción de la inversión privada (que bajó de 10,3% en 1980 a 6,1% en 1984) y el deterioro de los niveles de vi- da de la población. En los primeros días de agosto se elevó el tipo de cambio a 13,90 soles y luego se le congeló, reduciéndose las tasas de interés de 280% a 140%. Más adelante, éstas llegarían a redu- cirse al 38%. Siguiendo su propuesta de proteger el mercado interno, reorientando las divisas que se usaban en el pago de la deuda externa, el gobierno transfirió el 12% del PBI al sector privado mediante modifica- ciones tributarias y manejo de los precios públicos. Con ello se buscaba incentivar la inversión privada, el uso de la capacidad instalada ociosa y una rees- tructuración de la economía. Los empresarios se vieron beneficiados ampliamente con estas medi- Luis Alva Castro, segundo vicepresidente de la República y das, cuyos gastos derivados asumió el Estado incre- ministro de Economía durante los primeros dos años de gobierno aprista. Puso en práctica un plan heterodoxo que mentándose el déficit fiscal. Sin embargo, a pesar de luego tuvo que ser corregido con un severo reajuste de precios. que la industria se recuperó y volvió a funcionar con toda su capacidad, no dio el salto de hacer nue- cuando se aplicó una “política ortodoxa”, vincula- vas inversiones y se contentó con las fáciles ganan- da a los lineamientos del FMI. Como se señaló, al cias que el gobierno le había otorgado. Ello generó finalizar el segundo gobierno de Belaunde las reser- un problema político interno que provocó que en su vas internacionales se encontraban en los niveles discurso del 28 de julio de 1987 Alan García anun- de 1980, lo que le permitió al gobierno aprista una ciara la estatización de la banca privada. Sin embar- inicial maniobrabilidad políti- go, con estas medidas se logró ca. Como condiciones favora- reducir la inflación: en 1985 bles hay que agregar también la inflación acumulada fue de el alto porcentaje de la capaci- 158% y en 1986 de 60%. dad instalada ociosa, la situa- Otra de las medidas de ción del nivel de precios, es- apoyo al sector industrial pri- pecialmente públicos, que por vado fue la paulatina desacti- su sobrecosto permitían una vación de la estabilidad labo- política de control, y la pro- ral iniciada bajo el gobierno clividad pública al discurso de Morales Bermúdez. El go- populista de Alan García. La bierno aprista tomó medidas tendencia económica inicial para poner en el régimen de es keynesiana: en vez de con- eventuales los contratos de traer la demanda mediante los trabajadores, debilitando una política de ajustes, había así otros derechos colectivos y que alentar el crecimiento el uso de la presión sindical. productivo y el uso de la ca- Entre las medidas introduci- pacidad instalada ociosa me- das como medidas de “em- diante el estímulo de la de- pleo temporal” destaca el D.L. manda, la mejora de los suel- 22342, que señalaba que las dos y salarios, el aumento del empresas exportadoras po- gasto público, el control de dían contratar el número de los precios de los productos personal eventual a plazo fijo ONTEMPORÁNEA César Vásquez Bazán, ministro de Economía C de primera necesidad, del dó- durante el gobierno de Alan García. En 1988 se que requiriesen, a condición lar y de las tasas de interés. produjo el primer ajuste sustancial en el de que existiera un contrato TAPA

E De esta manera se buscaba re- programa económico del gobierno aprista. de exportación, orden de

1150 El Perœ contemporÆneo

Remigio Morales Bermúdez, elegido diputado por Lima en 1985 y ministro de Agricultura durante el bienio 1986-1988. compra o documento similar y un progra- ma de producción a ser cumplido. Aco- giéndose a este dispositivo legal, muchas empresas incorporaron masivamente a trabajadores eventuales, quienes acumu- laron años de trabajo sin adquirir estabili- dad laboral. Otra de las medidas de “empleo tem- poral” establecida por los D.S. 018-86-TR y 020-86-TR fue el Programa Ocupacio- nal de Emergencia (PROEM). Según este dispositivo, los empleadores podían con- tratar personal a plazo fijo sin limitación de número y sin necesidad de acreditar la naturaleza accidental o temporal de las labores a da recibirían una parte proporcional de ese 10%. En realizarse. Con el inicio de la crisis en 1988, dicho tercer lugar, hubo un conjunto de entidades a las dispositivo fue prorrogado hasta julio de 1990. que no se pagaba. De este modo los créditos de me- En lo que respecta al agro, se congelaron los pre- diano y largo plazo del sector público captaban casi cios industriales y se liberalizaron los precios agrí- el 20% del servicio de la deuda, incluidos los del colas, con el fin de beneficiar al campo en la políti- BCR, créditos privados y de corto plazo. ca redistributiva. También se aplicó el denominado Indudablemente, esta restricción de los pagos “crédito cero”, sobre todo en el llamado “trapecio provocó serios conflictos políticos internacionales andino” donde el conflicto con Sendero Luminoso con todos los acreedores. El gobierno peruano sabía era más agudo, y se impulsó los llamados “rimana- que el Perú sería declarado “valor deteriorado”, y cuys”, en el marco de los cuales el presidente Gar- no le importó. Esta declaración significaba que las cía, desconociendo a las organizaciones sindicales deudas serían colocadas en una reserva contable co- agrarias, realizó asambleas directas con las comuni- mo “incobrables”, y mientras esa situación durase, dades campesinas. En cuanto al trato al capital ex- el Perú no sería sujeto de crédito. El gobierno apris- tranjero, el hecho más significativo fue la declarato- ta calculó –según Ugarteche correctamente– que era ria de nulidad del contrato suscrito entre Petroperú irrelevante ser considerado en esta categoría, por- y la Belco Petroleum Corporation, a fines de 1985, que de todas maneras no habría créditos de media- que significó la práctica expropiación de la empre- no y largo plazo de parte de la banca comercial in- sa. En el sector financiero destacan la quiebra del ternacional en un período largo por razones ajenas Banco Amazónico, que sería asumido por el Banco a la economía peruana. Sin embargo, el gobierno Continental, y la definitiva consolidación del Banco aprista pagó alrededor del 30% de las exportaciones del Sur Medio y Callao (Surmebanc) como banco de bienes y un 20% de servicios, descendiendo és- estatal, que tras haber sido intervenido por el presi- tas drásticamente en 1988 cuando se agotaron las dente Belaunde, fue reflotado bajo el gobierno de reservas internacionales. Alan García. Este modelo del gobierno aprista tenía, pues, un En cuanto a la deuda externa y a la postura de límite. El presidente García esperaba que con estas pagar únicamente el 10% de ésta, Óscar Ugarteche medidas los empresarios recuperaran la confianza E TAPA afirma que existieron tres criterios relacionados con en el Estado, mediante los beneficios otorgados, y se la transferencia neta de recursos (TNR). Primero, si reorientaran hacia una política más nacionalista. C ONTEMPORÁNEA el acreedor tenía una TNR positiva al país, definida Esta alianza no llegó a concretarse porque, como ya como la diferencia entre los desembolsos de crédi- se señaló, los empresarios se contentaron con los al- tos menos los pagos por amortizaciones e intereses, tos beneficios alcanzados pero no reinvirtieron. se le pagaba; si ésta era negativa, no se le pagaba. En Hacia octubre de 1986 comienzan a aparecer los segundo lugar, aquellos a quienes se les pagaba deu- primeros límites de la política heterodoxa. Según

1151 Portocarrero Grados

nuncia al ministerio de Economía a fi- nes de junio de 1987, teniendo en pers- pectiva las elecciones internas del PAP para candidato a presidente, y es reem- plazado por Gustavo Saberbein. A principios de julio se produjo una devaluación del 93,7% del tipo de cam- bio paralelo. El presidente García de- creta el 28 de julio la prohibición del mercado paralelo y la estatización de la banca, medida que produjo la descon- fianza de los empresarios. A pesar de todas estas acciones la inflación volvió a desbocarse, alcanzando nuevamente índices de más de un dígito.

LAS ELECCIONES Luis Alberto Sánchez, primer vicepresidente de la República, hace su ingreso MUNICIPALES DE 1986 al Congreso. Escritor, ensayista y uno de los miembros sobrevivientes de la generación del centenario, fue uno de los líderes históricos del APRA. Al igual que en el segundo gobierno de Belaunde, las primeras elecciones mu- Óscar Ugarteche, a fines de 1986 las reservas inter- nicipales que se realizaron bajo el gobierno aprista nacionales cayeron aceleradamente a un ritmo de tenían un carácter plebiscitario para medir la fuerza 100 millones de dólares mensuales, y la inflación de los partidos políticos, muy especialmente la del comenzó a incrementarse debido a que la oferta es- partido de gobierno. Los candidatos a la municipali- taba alcanzado los “cuellos de botella” ante la falta dad de Lima fueron los siguientes: Alfonso Barrantes de nuevas inversiones. No obstante, durante 1987 Lingán (IU), (PAP) y Luis Bedoya se mantuvo la “política heterodoxa” llegándose a di- Reyes (PPC). AP no se presentó. Las elecciones se ciembre de dicho año con una inflación acumulada realizaron el 9 de noviembre y sus resultados oficia- de 120% y sin reservas inter- les a nivel nacional, según el nacionales. JNE, fueron los siguientes: Ante esta situación, el go- PAP, 2 765 112 votos (47,6%); bierno dictó medidas de flexi- IU, 1 790 886 votos (30,8%); bilización. Para recuperar las PPC, 858 140 votos (14,8%), reservas internacionales netas, independientes, 226 256 se buscó reducir la importa- (3,9%); y otros, 225 640 votos ción mediante un proceso de (3,9%). Los resultados no hi- devaluaciones del 2% anual, cieron sino ratificar, luego de estableciendo una variedad de casi año y medio de gobierno tipos de cambio a partir de su aprista, la correlación de fuer- función (exportación o im- zas existentes. portación), evaluados como porcentajes del dólar MUC y del financiero. En segundo lu- gar, debido al desfase entre los Jorge del Castillo fue el candidato precios públicos y un efectivo del APRA para Lima Metropolitana en las elecciones municipales de control de precios, se estable- noviembre de 1986. Sus principales cieron cuatro categorías de és- adversarios políticos fueron Alfonso tos: los controlados, los de ré- Barrantes Lingán de la Izquierda ONTEMPORÁNEA

C gimen especial, los regulados Unida y del y los supervisados. En esta co- Partido Popular Cristiano,

TAPA resultando elegido Del Castillo en E yuntura, Luis Alva Castro re- un discutible proceso electoral.

1152 El Perœ contemporÆneo

Una de las razones de la victo- ria de Del Castillo, pese a su bajo perfil y carencia de carisma, fue que Alan García, en vez de mante- ner una distancia política con res- pecto al tema electoral, apoyó abiertamente a su candidato mani- festando su capacidad personal de endosar sus altos niveles de popu- laridad. Uno de las propuestas de la campaña electoral aprista fue la construcción de un tren eléctrico que uniría los conos distritales con el centro de Lima. También se pro- metió la ampliación del programa del Vaso de Leche. Sin embargo, La principal promesa electoral de la campaña de Jorge del Castillo fue la ambos proyectos terminaron en construcción de un tren eléctrico que integraría a las poblaciones del cono sur con el sendos escándalos de corrupción; centro de Lima. A pesar de la construcción de varios tramos, la obra no fue el del Vaso de Leche por las de- concluida, siendo considerada desde entonces un “elefante blanco” de la ciudad. nuncias respecto al uso y estado de las donaciones, y el del tren eléctrico porque en Internacional, entre cuyos principales líderes se en- principio su proyecto de factibilidad fue cuestiona- contraban los primeros ministros de Alemania do, ya que era oneroso frente a otras propuestas. Só- (Willy Brandt), Francia (Francois Mitterrand) y Es- lo se construyeron pequeños tramos de la obra y paña (Felipe Gonzales), y el ex presidente de Vene- García la “inauguró” con sólo un kilómetro de ex- zuela, Carlos Andrés Pérez. En ese sentido, Alan tensión desde la estación central, pero la obra en su García estaba dispuesto a disputarle el liderazgo la- conjunto nunca se terminó. Más adelante, las inves- tinoamericano y tercermundista a Fidel Castro, uno tigaciones del Congreso por corrupción contra Alan de los últimos líderes históricos del movimiento García demostraron que éste recibió sobornos de NO-AL, quien además sostenía, frente al problema parte del consorcio italiano encargado de la obra pa- de la deuda externa, la tesis del “no pago” y el uso ra ganar la licitación. de los recursos militares de las grandes potencias para cubrirla. LA POLÍTICA EXTERIOR Y EL Alan García asiste a la promulgación de la Cons- PROTAGONISMO INTERNACIONAL titución sandinista, se opone a la intervención de Estados Unidos en Panamá y a la derogación de la Se puede señalar que con el anuncio sobre el pa- Decisión 24 del Pacto Andino que ponía límites a la go del 10% con respecto a la deuda externa, se ini- inversión extranjera en la región, e impulsa la for- ció la política exterior del gobierno aprista. Dicha mación del Grupo de Apoyo al Grupo de Contado- posición sería ratificada en la ONU en setiembre de ra, encargado de las negociaciones de paz para Cen- 1985, ocasión en que Alan García comenzó a perfi- troamérica. El momento cumbre de la política exte- larse como uno de los nuevos líderes mundiales del rior del gobierno aprista fue cuando la Internacio- movimiento NO-AL. Habría que recordar que el Pe- nal Socialista aceptó la invitación del presidente rú no era un país más al interior del Tercer Mundo, García para realizar su XVII congreso en Lima en ju- ya que bajo el gobierno del general Velasco había nio de 1986. Los sucesos de los penales fueron un cumplido el importante papel de acercar a América duro revés para la política exterior peruana, del cual E TAPA Latina a este movimiento, y por su política exterior nunca se pudo recuperar. de enfrentamiento a los Estados Unidos; Alan Gar- C ONTEMPORÁNEA cía no hacía más que recoger la cosecha. Su discur- LA LUCHA ANTISUBVERSIVA so antimperialista, independiente y radical tuvo también amplio impacto en el exterior, sobre todo Tras el discurso presidencial del 28 de julio de cuando el gobierno aprista comenzó a acercarse ca- 1985, el MRTA anunció el inicio de una tregua uni- da vez más a la Internacional Socialista o Segunda lateral para “evaluar la situación” y “fiscalizar las

1153 Portocarrero Grados

militares en las zonas de emergencia. Sin embargo, perdieron prerrogativas en cuan- to a los sistemas de defensa e inteligencia, el nombramiento de los altos mandos y el manejo presupuestal. En el tema de los derechos humanos, pa- recía que el gobierno aprista cumpliría su promesa de defenderlos y castigar a los culpables de su violación. A principios de 1986 fue denunciada la existencia de fosas comunes con cadáveres de campesinos asesinados por el Ejército en Pucayacu y Accomarca. El presidente García, en un ac- to significativo, procedió a la destitución El estallido de la lucha subversiva generó una cruenta respuesta por parte del jefe político-militar y del comandante de la policía, en primer lugar, y seguidamente del ejército, dando inicio a de la segunda región militar, lo que moti- la llamada “guerra sucia”. En la imagen y como evocación de una varía un fuerte resentimiento entre los al- tragedia que costó la vida de más de 20 000 personas la obra Tablas tos mandos militares. Sin embargo, éste heridas de Emilio Rodríguez Larraín. fue sólo un acto simbólico del presidente. Los hechos de los penales ese mismo año promesas del gobierno”; Sendero Luminoso en se encargarían de desmentir el supuesto cambio en cambio rechazaría dicha actitud. En su discurso, las orientaciones sobre la lucha contrasubversiva. García había propuesto como medidas antisubversi- Más adelante, en mayo de 1988, fue denunciada vas un mejoramiento de las condiciones de vida de la masacre de 30 campesinos, esta vez en Cayara la población, la defensa de los derechos humanos y (provincia de Cangallo), en represalia por una em- la lucha contra la corrupción. Respecto a este últi- boscada a un convoy del Ejército, siendo acusados mo punto solicitó al Congreso facultades extraordi- los campesinos de ser “simpatizantes” de SL. Para narias para la reorganización de las Fuerzas Policia- investigar los hechos, se nombró una comisión en el les y las Fuerzas Armadas, unificando los mandos Senado presidida por Carlos Enrique Melgar, del en la policía, que pasó a llamarse Policía Nacional, PAP, la que en un primer momento quiso negar la e integrando los ministerios de Guerra, Marina y existencia del hecho para –luego de las pruebas pre- Aviación en uno solo, denominado ministerio de sentadas– emitir un dictamen que liberaba de toda Defensa, en octubre de 1987. El primer titular del responsabilidad a las fuerzas del orden. Durante el recién creado ministerio sería el general (r) Enrique proceso penal en la fiscalía de Ayacucho, nueve de López Albújar, asesinado en 1989 por el MRTA. Si los testigos “desaparecieron” o fueron asesinados, y bien en términos generales tales reformas eran ne- el fiscal a cargo fue hostigado hasta que renunció. cesarias y funcionales, significaron también un pro- Ese caso, como otros, quedó en la impunidad. Como ceso de “apristización” de dichas fuerzas, injerencia el gobierno aprista se hallaba en un creciente descré- que produjo fuertes descontentos, especialmente al dito desde la estatización de la banca, el presidente interior de las Fuerzas Armadas. Según ha resaltado García no encontró mejor mecanismo que afianzar Sinesio López, los gastos dirigidos a los sectores de sus vínculos con las Fuerzas Armadas para prevenir Defensa e Interior representaron el 25,6% de los un golpe de Estado. Por ello, desde 1988 se dio ma- gastos generales bajo el gobierno aprista. En cambio yores poderes y autonomía a los jefes político-mili- se redujeron los gastos de las Fuerzas Policiales, te- tares de las zonas de emergencia. Asimismo, se for- niendo éstas que replegarse en las áreas rurales de malizó la acción armada de la población civil contra las zonas en emergencia. Más de un centenar de co- la subversión, con la creación de grupos de defensa misarías fueron abandonadas, por lo cual sus cir- civil o “ronderos”. Temerosos de que éstos acumula- cunscripciones quedaron a merced de los grupos sen cierto poder y autonomía, no se les proveyó de subversivos. La mayor parte del gasto se orientó ha- armamento moderno. Sin embargo, ello provocó ONTEMPORÁNEA

C cia las Fuerzas Armadas, que en términos reales que en algunas zonas los grupos de ronderos se en- controlaban el 40% del territorio nacional y el 50% frentaran entre sí no por la lucha contra la subver- TAPA

E de la población a través de los comandos político- sión, sino para resolver diferencias ancestrales.

1154 El Perœ contemporÆneo

El MRTA manifestó rápida- mente sus problemas en cuanto a organización y clandestinidad. A pesar de contar, a diferencia de SL en ese entonces, con arma- mento y un sistema de comuni- caciones moderno, su estructura interna era fácil de penetrar. Así se logró la captura de los más importantes dirigentes del MR- TA, incluido Víctor Polay Cam- pos a quien, pese a las críticas, se le dio un trato preferencial. Sin embargo, casi al finalizar el go- bierno aprista, él y 52 reclusos del MRTA protagonizaron una espectacular fuga a través de un túnel de la cárcel de alta seguri- Una vista de los restos del pabellón senderista en el presidio de la isla El Frontón. dad “Miguel Castro Castro”, Los senderistas se habían amotinado el 18 de junio de 1986 en tres cárceles limeñas: construida durante el gobierno Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara. anterior. Dicha situación produ- jo una crisis interna en el MRTA, que originó una lí- su capacidad para albergar más presos. La lentitud nea “dura” que comenzó a emular los métodos de de los procesos, la corrupción de los funcionarios a terrorismo urbano de SL. El hecho más importante cargo de dichos establecimientos y las malas condi- fue el asesinato del general (r) López Albújar, ex ciones internas ya habían provocado, bajo el segun- ministro de Defensa, bajo cuya gestión se había pro- do gobierno de Belaunde, sangrientos motines en El ducido la masacre de los combatientes del MRTA en Sexto y Lurigancho. Los Molinos, en la sierra central. También comen- Formalmente, los presos comunes y los presos zaron a resolver sus problemas internos mediante por terrorismo estaban en diferentes pabellones. asesinatos selectivos. Los presos por terrorismo tenían una organización Sendero Luminoso consiguió aumentar la fre- interna propia: limpieza, alimentación, talleres, es- cuencia de sus acciones y sus zonas de influencia. cuelas de adoctrinamiento y sistemas de comunica- Debido a la fuerte presencia militar en el campo, SL ción con el exterior. Ello provocó el malestar y los opta por un cambio estratégico: no ahogar a las ciu- temores de las Fuerzas Armadas porque las cárceles dades desde el campo sino centrar sus acciones en se convertían en “gloriosas trincheras de lucha”, se- ellas. Con esta política se incrementan las voladuras gún los términos de SL. Ante el temor de un trasla- de torres de alta tensión, pero sobre todo los asesi- do al nuevo penal de “Miguel Castro Castro” o la in- natos selectivos de dirigentes populares y de iz- tervención de las Fuerzas Armadas en el control de quierda, y de funcionarios públicos como fue el ca- los penales, los presos por terrorismo lanzaron una so del presidente de ENCI y dirigente aprista, Ro- campaña “contra el genocidio que se preparaba en drigo Franco Montes. Ello produciría la aparición las cárceles”; ello sería el preludio de un vaticinio del grupo paramilitar “Rodrigo Franco”, integrado autocumplido. por militares apristas vinculados, como lo señalaría A mediados de junio de 1986 se inauguraba el el informe sobre grupos paramilitares del Congreso, congreso de la Internacional Socialista, evento que al ministerio del Interior. se realizaría en respaldo al gobierno del presidente E TAPA García. Los presos por terrorismo de las cárceles de

LA MASACRE DE LOS PENALES Lurigancho, El Frontón y Santa Bárbara iniciaron C ONTEMPORÁNEA un motín en la mañana del 18 de junio, fecha en Con el incremento de la lucha subversiva, tam- que se apoderaron de sus pabellones y en algunos bién aumentó el número de detenidos por este deli- casos de rehenes –de quienes tomaron las pocas ar- to. Ello provocó una situación explosiva en las cár- mas con las que contaban–, logrando con ello la celes de Lima, que hacía mucho habían desbordado atención de la prensa internacional y de los asisten-

1155 Portocarrero Grados

tes al congreso de la IS. Reunido urgentemente el bargo a los jefes, oficiales y personal de tropa de la Consejo de Ministros se ordenó a las Fuerzas Arma- Guardia Republicana de dichos hechos. Días des- das “el restablecimiento del orden y el principio de pués, en un recorrido por Lurigancho junto a la autoridad”. Para avalar la intervención militar en la prensa nacional e internacional, señaló enfática- jurisdicción penal, se dictó un decreto declarando a mente: “O se van ellos o me voy yo”. Las investiga- los penales “zonas de exclusión militar” –relegando ciones posteriores no llegaron a sanciones, salvo en a las autoridades civiles– que, además de ilegal, no los casos de los miembros de la Guardia Republica- entraría en vigencia sino hasta su posterior apari- na. En el Senado se formó una comisión investiga- ción en El Peruano. dora presidida por Rolando Ames (IU), que presen- El operativo se inició en El Frontón, a las 5 de la tó un informe en minoría. La mayoría aprista apro- tarde del día 18, a cargo de la Marina, con bombar- bó un informe donde se exculpaba de responsabili- deos contra el “pabellón azul” –donde se encontra- dad política a las Fuerzas Armadas y al presidente ban los presos por terrorismo y tres rehenes– que García. El único ministro en presentar su renuncia durarían hasta la madrugada del día siguiente. Los sería el entonces titular de Justicia, Luis Gonzales presos lograron resistir debido a un sistema de tú- Posada. La voluntad política de encubrimiento se neles subterráneos. La toma del derruido pabellón manifestaría semanas después cuando los cuerpos se inició a las 6:00 a.m. y culminaría a las 2:00 p.m. de presos dados como “desaparecidos” en la toma Aunque todavía en los siguientes días se buscarían de los penales aparecieron en diferentes cementerios más presos sobrevivientes, se procedió a demoler el de Lima y ciudades cercanas, enterrados clandesti- pabellón bombardeado. En el caso de Lurigancho el namente. Oficialmente se reconoció que el número Ejército abrió un boquete en sus muros el 19, para de presos muertos fue de aproximadamente 300. entrar y someter a los amotinados; el rehén fue res- catado y se procedió a la ejecución de los presos so- LA ESTATIZACIÓN DE LA BANCA brevivientes. En cuanto a Santa Bárbara, la inter- vención a cargo de la Fuerza Aérea se inició a las Como ya se señaló, el modelo económico hete- 8:00 p.m. del día 18 y culminó a las 11:00 p.m. res- rodoxo se basaba en el presupuesto de una paulati- catándose a dos rehenes. na toma de conciencia de los empresarios para la En un inicio la opinión pública estuvo de acuer- formulación de un esquema de crecimiento basado do con la actitud del gobierno frente al motín de los en el mercado interno. Sin embargo, los empresa- penales. La IS emite también un comunicado soli- rios –y en especial los grupos de poder económico– darizándose con el gobierno; sin embargo, pese al continuaron con sus actitudes rentistas y especula- control militar y al hermetismo, comienza a filtrar- tivas, aprovechando los beneficios otorgados por el se información acerca del ajusticiamiento de los pre- gobierno. Frente a ello, el presidente García decidió sos rendidos. El día 21, el gobierno reconoce que el tomar el control del principal mecanismo de capta- alto número de muertos en Lurigancho “hace presu- ción y distribución de capitales: el sistema financie- mir que se cometieron excesos en el uso de la fuer- ro. El 28 de julio de 1987, durante su discurso de za”. Encarga las investigaciones al fuero militar y orden, anunció el envío de un proyecto de ley al llama al Congreso y a la Fiscalía de la Nación a rea- Congreso para la nacionalización de los bancos, las lizar investigaciones similares, señalando que “el financieras y las compañías de seguros. García ma- gobierno garantiza la sanción a cualquier exceso nifestó que había empezado la verdadera revolución que pueda haber ocurrido en el restablecimiento del aprista y convocó a sucesivos mítines en los que orden en el penal de Lurigancho”. Se provoca un conminó al Legislativo a respaldar las medidas to- cambio en la opinión general e incluso la IS expresa madas. Si bien ello provocó el eufórico apoyo del que “serias preocupaciones han surgido por posi- partido de gobierno, en otros sectores hubo posicio- bles excesos en los métodos utilizados y el número nes divergentes. En el Congreso, un sector encabe- de muertos”. El día 24 el presidente García se dirige zado por IU señaló estar de acuerdo con la medida, al país respaldando a las Fuerzas Armadas. En cuan- pero que plantearía modificaciones para evitar que to a los “excesos” señaló que “como presidente de la fuera utilizada como un mecanismo de control y nación, no avalo ni respaldo, ni apruebo la comisión poder personal. Ambas fuerzas reunieron una am- ONTEMPORÁNEA

C de excesos, la venganza criminal e instintiva. Las plia mayoría en el Congreso, frente a partidos como fuerzas de la ley deben estar por encima de la reac- el PPC y AP, por lo cual la oposición principal vino TAPA

E ción primaria y brutal”; responsabilizando sin em- de los dueños.

1156 El Perœ contemporÆneo

Los propietarios o mayores accio- nistas de los bancos eran connotados representantes de los denominados “doce apóstoles” o grupos de poder económico más importantes del país: Dionisio Romero y Juan Francisco Ra- ffo (Banco de Crédito), Augusto y Gui- llermo Wiese de Osma (Banco Wiese), Francisco Pardo Mesones (Banco Mer- cantil), y los Picasso Salinas (Banco Latino). Frente a los recursos de ampa- ro, el poder Judicial se divide entre la aceptación del reclamo de los propie- tarios o el apoyo al gobierno. La cre- ciente oposición y una opinión públi- ca desfavorable provocan que paulati- namente sectores del propio PAP pre- sentaran dudas respecto del acierto En su mensaje a la Nación del 28 de julio de 1987 Alan García, en sorpresiva decisión, anunció la estatización del sistema financiero y de seguros del país. político de la medida. Poco a poco, y En la vista el Banco Wiese, una de las entidades financieras intervenidas. con las modificaciones planteadas por IU, el proyecto se convierte en ambi- guo e inoperativo. Cabe resaltar que tanto los que lo partidos minoritarios, organizan alrededor de la fi- apoyaban como los que se oponían, se fundamenta- gura del escritor el Movimiento ron en la Constitución de 1979; los primeros por- Libertad. Para probar fuerzas, se convoca en agosto que las expropiaciones estaban reconocidas y los se- de 1987, en la plaza San Martín, a un mitin contra gundos porque la medida era contraria a la econo- la estatización de la banca que logra un éxito ines- mía social de mercado. Comienzan aquí a manifes- perado. Junto con Vargas Llosa se presentó Hernan- tarse en el campo económico las contradicciones y do de Soto, director del Instituto Libertad y Demo- ambigüedades de la Constitución de 1979. Los opo- cracia (ILD). Los propietarios, la alta clase media y sitores a la medida que no se sentían representados sectores del comercio popular se sintieron represen- por el PPC y AP en el Congreso por su condición de tados por este nuevo movimiento que surgía en reemplazo de los partidos existentes. De la oposición a la estatización a las posibilida- des de que Vargas Llosa fuera candidato a la presidencia en 1990, sólo había un paso. Con el Movimiento Libertad comienzan a surgir en el discurso político los cuestiona- mientos a los “partidos tradicionales” y el lanzamiento de candidaturas “independien- tes” y de “técnicos” que “no son políticos”. Finalmente, mediante la ley Nº 24723, el Congreso aprobó la expropiación de has- ta el 70% del capital social de los bancos y financieras en poder del sector privado, del

30% de las acciones de los bancos regiona- E les, y del 15% de las acciones de las compa- TAPA C ONTEMPORÁNEA Manifestación de empleados bancarios en contra de la estatización del sistema financiero. En agosto de 1987 Mario Vargas Llosa convocó a un mitin en la plaza San Martín que sería el germen del futuro Movimiento Libertad.

1157 Portocarrero Grados

En el seno del Congreso fue nombrada una comisión investigadora de las actividades del comando “Rodrigo Franco”, que no aportó mayores luces sobre su accionar.

go Franco”. En mayo de 1986, un grupo de estu- diantes que se identificaron con carnets apristas fueron detenidos luego de haber detonado explosi- vos durante una huelga sindical. En febrero de 1987 se encontraron dos arsenales: el primero dentro de un camión camuflado entre el equipo sanitario del ministerio de Salud, dirigido a Ayacucho; el segun- do en la casa del secretario general del partido apris- ta de Puno. Ese mismo año, el 2 de octubre, dos jó- venes apristas murieron al detonarse una poderosa carga de dinamita en el interior del auto en que se encontraban, frente al local de El Diario, periódico oficioso de Sendero Luminoso. El primer atentado reivindicado por el comando “Rodrigo Franco” tuvo lugar el 28 de julio de 1988, cuando fue asesinado en Lima Manuel Febres, el abogado defensor de Osmán Morote, en ese enton- ces considerado el número dos de SL. El 8 de agos- to fue dinamitada la tumba de Edith Lagos en Aya- ñías de seguros. Sin embargo, a pesar de los reitera- cucho. A partir de entonces, “Rodrigo Franco” rea- dos anuncios al respecto de parte del presidente lizó una serie de atentados en diferentes puntos del Alan García, la ley no se aplicó. De las treinta comi- país no sólo contra personas o sectores sospechosos siones interventoras proyectadas, se nombraron sie- de estar vinculados a la subversión (como los diri- te y sólo dos asumieron sus cargos, la del Banco de gidos contra el semanario Cambio y el periódico El Crédito y la del Banco Wiese. Los accionistas del Diario), sino también contra dirigentes y periodis- primero decidieron vender la mayoría de sus parti- tas de la oposición (especialmente de IU), fiscales cipaciones a los trabajadores, en una discutida ope- investigadores de casos de violaciones de derechos ración que al comienzo fue calificada de “fraudu- humanos como el de Cayara, y aun contra sectores lenta” e “ilegal” por los funcionarios de la Bolsa de de la Iglesia, como el atentado en Chimbote contra Valores de Lima, por la Comisión Nacional de Su- monseñor Luis Bambarén. Algunos atentados, se- pervisión de Empresas y Valores, por el ministro de cuestros y posteriores desapariciones fueron realiza- Economía y por el presidente García quien, con la dos dentro de las horas del estricto toque de queda batalla perdida, meses después declararía dicha ven- establecido por el gobierno, cuando las Fuerzas Ar- ta de acciones como “legal”, “patriótica” y “antioli- madas controlaban las calles, por personas identifi- gárquica”. Dictó, además, un decreto legislativo pa- cadas como miembros del Ejército o de la Dincote. ra consolidarla a través de la denominada “banca Por esta razón, las investigaciones periodísticas se- autogestionaria”, con la que los “pequeños” accio- ñalaban que los integranres del comando “Rodrigo nistas podrían controlar hasta la mitad del capital Franco” eran militantes apristas, policias y oficiales social. Según Malpica, la situación de los bancos no de las Fuerzas Armadas, vinculados al ministerio cambió, ya que los antiguos accionistas continuaron del Interior. controlándolos. Muchas de las denuncias contra “Rodrigo Fran- co” no fueron investigadas. La Cámara de Diputa- LOS GRUPOS PARAMILITARES dos nombró una comisión investigadora presidida por el diputado Manuel Piqueras de IU, cuyo infor- Según la información de la base de datos de me en mayoría –aprobado por el pleno del Congre- ONTEMPORÁNEA

C DESCO, ya entre 1986 y mayo de 1988 era posible so controlado por el PAP– no dio mayores luces so- rastrear las actividades de lo que posteriormente se- bre el funcionamiento del comando y los sectores TAPA E ría conocido como el comando democrático “Rodri- oficiales a los cuales estaban vinculados. Conforme

1158 El Perœ contemporÆneo se acercaba el término del gobierno aprista, las ac- ciones de este grupo fueron disminuyendo paulati- namente.

LA CRISIS ECONÓMICA, 1988-1990

Con la aparición de los primeros síntomas de los límites del modelo heterodoxo y el fracaso de la es- tatización de la banca, el gobierno aprista se orien- tó hacia políticas ortodoxas. En un primer momen- to, intenta negociar con los organismos financieros internacionales, pero éstos exigieron el pago previo de las moras, que ascendían a 1 500 millones de dó- lares. A fines de agosto, las reservas internacionales eran negativas. Para mostrar buena fe, y luego de una serie de indecisiones, se nombró ministro de Economía a Abel Salinas, quien el 7 de setiembre de Abel Salinas fue ministro del Interior durante el bienio 1985- 1988 aplica un “paquete” económico preparado por 1987 y ministro de Energía y Minas entre 1987 y 1988. el ministerio de Economía y el BCR. Según Iguíñiz, Basay y Rubio, los objetivos de las 36,3% para los salarios privados, 27,2% para los medidas eran tres: detener la inflación y la recesión, sueldos privados y de 27% para los trabajadores es- terminar con la pérdida de divisas y crear un con- tatales. Sólo el Ingreso Mínimo Vital (IMV) se in- texto de estabilidad y confianza para los agentes crementó en 17%. Respecto al empleo, la disminu- económicos. El programa tuvo dos lineamientos: ción de las ventas y el sobrealmacenamiento pro- primero, cerrar la brecha cambiaria y fiscal median- dujo la reducción de los turnos y del personal te la devaluación del inti, el incremento de los in- eventual contratado por el sistema del PROEM. La gresos fiscales, la reducción de subsidios y exonera- producción cayó y la recesión se incrementó. El ciones impositivas y la restricción del consumo; se- sector manufacturero se redujo en 6,1%, el sector gundo, congelar los precios de los salarios, el tipo comercio en 41% y las ventas de los empresarios de cambio, precios públicos, tarifas y tasas imposi- industriales y los empresarios comerciales se redu- tivas por 120 días, a contar luego de 10 días de in- jeron en 67% y 48%, respectivamente. crementos privados. Sin embargo, éstos fueron tan Como conclusión se puede señalar que el ajuste grandes que se imposibilitó sostenerlos, por lo que recayó principalmente en los trabajadores asalaria- la medida se suspendió el 21 de setiembre. dos, lo cual produjo que en la distribución del in- Los resultados inmediatos fueron el cierre de la greso las remuneraciones variaran de 32% en 1987 brecha externa, al alcanzarse 72 millones de dóla- a 28% en 1989. En noviembre se produjo una nue- res para el cuarto bimestre del año, debido sobre va elevación de los precios públicos. Al no poder ser todo a una mayor reducción de las importaciones detenido el proceso inflacionario ni recuperarse los que de las exportaciones. Esta situación de la ba- niveles de reservas internacionales, el Perú fue de- lanza comercial continuaría durante 1989, pero los clarado “inelegible” en marzo de 1989. El gobierno niveles de las Reservas Internacionales Netas (RIN) intentó entonces obtener un préstamo “puente” de siguieron siendo negativos hasta mediados de di- 800 millones de dólares, para lo cual se enviaron di- cho año. En el sector fiscal no se logró la reducción versas misiones a Washington. En julio el FMI se drástica del déficit y la tendencia decreciente de los comprometió a conseguir el préstamo mientras ingresos reales del gobierno continuó a lo largo de concertaba una misión de rutina para enero de E TAPA 1989, debido a que, para cubrirse, el sector privado 1990, con el fin de intentar restablecer las relacio- incrementó sus precios proyectados hasta diciem- nes financieras internacionales con el gobierno. Se- C ONTEMPORÁNEA bre. Los gastos totales del gobierno también caye- gún Óscar Ugarteche, hacia 1990 la deuda ascendía ron. El impacto más importante del “paquete” fue a alrededor de 16 720 millones de dólares: 13 mil la drástica caída de las remuneraciones reales y el millones de dólares del sector público; 800 millones empleo. Los aumentos nominales no impidieron de la deuda del BCR con el FMI; 1 500 millones del que la pérdida real con respecto a agosto fuera del sector privado; y 1 500 millones de la deuda de cor-

1159 Portocarrero Grados

Una de las antiguas aspiraciones de las elites provincianas fue la descentralización. La carta política de 1979 prescribía un plan nacional de regionalización (art. 259). A partir de 1988 se fueron estableciendo las regiones, pero el proceso quedó suspendido en 1992. En la imagen, la ciudad de Pucallpa en el departamento de Ucayali.

vió a cero. Después no se ha vuelto a tra- tar el tema. Una de las características del proceso de regionalización aprista es que mantu- vo la posición centralista de Lima, ya que no se otorgó autonomía ni atribuciones a los gobiernos regionales ni los recursos to plazo. La mora ascendía al 69% del total de la económicos necesarios para su funcionamiento. deuda de largo plazo del sector público más la del Asimismo, el Estado comenzó a reducir la asigna- BCR. ción de recursos fiscales para una serie de progra- mas multisectoriales que afectaron a las regiones. EL PROCESO DE REGIONALIZACIÓN Éstos fueron los casos de las CORDEs, Cooperación Popular y los programas de emergencia, cuyos mon- Según ha señalado Sinesio López, ante el debili- tos invertidos bajaron de 3,2% del gasto público tamiento del gobierno aprista el presidente García global entre 1980-1985 a 2,9% entre 1986-1990, se- buscó ganar nueva legitimidad impulsando el pro- gún Sinesio López. Esta reducción sería una de las ceso de regionalización. Basándose en la Constitu- principales causas del fracaso de los gobiernos re- ción de 1979 se procedió a la elaboración del Plan gionales. Nacional de Regionalización, en donde se establece- ría el número de regiones a formarse y los mecanis- LA CRISIS DE LA IZQUIERDA mos de constitución de los gobiernos regionales. Los aprobados fueron los siguientes: Grau (marzo Izquierda Unida logró mantener su unidad has- de 1988), Loreto (marzo de 1988), Nor-Oriental del ta 1989, pero ya manifestaba signos de crisis alrede- Marañón (julio de 1988), Ucayali (noviembre de dor de 1987. A sus habituales discrepancias inter- 1988), Inka (enero de 1989), La Libertad-San Mar- nas entre los sectores moderados y radicales se agre- tín (enero de 1989), Los Libertadores-Wari (febrero garon las discrepancias de actitud y toma de posi- de 1989), Andrés Avelino Cáceres (abril de 1989), ción respecto del gobierno aprista. Al inicio de éste, Arequipa (abril de 1989), Chavín (abril de 1989), y los sectores moderados de IU, encabezados por el José Carlos Mariátegui (abril de 1989). Sin embar- propio Barrantes, intentaron un acercamiento a go, mientras se tramitaba la aprobación de las regio- Alan García, mientras que los partidos radicales nes, diferentes circunscripciones solicitaron modifi- asumieron de principio una actitud de oposición y caciones en los proyectos. La creación de la región diferenciación con el PAP. Para algunos, la renuncia La Libertad-San Martín quedó suspendida ya que a la segunda vuelta electoral fue vista como un táci- por consulta popular este último departamento lo- to apoyo a Alan García. Pero los sucesos de los pe- gró ser separado. La región Lima-Callao también pi- nales marcaron un momento de distanciamiento en- dió su separación. El problema que se presentaba tre los sectores moderados de IU que apoyaban la era que el Plan Nacional de Regionalización sólo re- posición de Barrantes frente al gobierno. Esta acti- conocería 13 regiones. Los debates continuaron du- tud se fortaleció con la estatización de la banca, rante los primeros meses del gobierno de Fujimori. cuando los sectores radicales apoyaron inicialmente San Martín sería reconocida como región autónoma la medida con el fin de llevarla más lejos; pero am- ONTEMPORÁNEA

C en febrero de 1991, pero todo el proceso quedó bas posiciones fueron derrotadas junto con el inten- trunco el 5 de abril de 1992, cuando Fujimori des- to estatizador, debido a las dudas al interior del PAP, TAPA

E conoció a los gobiernos regionales y el proceso vol- que tenía mayoría en el Congreso.

1160 El Perœ contemporÆneo

La agudización de las dis- res que apoyaban a Barrantes se crepancias internas en IU se hi- retiran del evento. Los sectores zo cada vez más patente cuan- radicales llegan entonces a un do Barrantes Lingán comenzó a acuerdo con el sector de centro utilizar la amenaza de renuncia mediante el lanzamiento de la a su presidencia, como una ma- candidatura de Henry Pease. nera de defender su posición, A estos factores internos ha- lo cual era expresión de la exis- bría que sumar los factores ex- tencia de posiciones encontra- ternos que afectaron a toda la das. Barrantes sólo podía ape- izquierda en general: en primer lar a su imagen política como lugar, el reagrupamiento de la independiente y como cataliza- derecha peruana alrededor de dor de la fuerza electoral de IU. la figura de Mario Vargas Llosa Comenzó a marcar distancia y de un programa de claro tinte con las protestas sociales, via- neoliberal. Desde la estatiza- jando, por ejemplo, a Bulgaria ción de la banca había comen- en mayo de 1987, cuando se zado una vasta campaña propa- iba a realizar un importante pa- La Izquierda Unida lanzó como candidato gandística que enfrentaba ideo- ro convocado por la CGTP. presidencial para los comicios de 1990 a lógicamente a la izquierda y al En esos años se fueron per- Henry Pease García, quien había sido teniente PAP, a quienes se acusaba de alcalde de Barrantes durante su gestión filando tres sectores: los secto- municipal entre 1983 y 1986. continuar las políticas populis- res radicales, representados por tas iniciadas bajo el gobierno el Partido Unificado Mariate- militar. En segundo lugar, la guista (PUM, ex UDP), la Unión de Izquierda Revo- crisis del socialismo real a nivel mundial, que co- lucionaria (UNIR) y el FOCEP; el sector de centro, menzó con el debate alrededor de la perestroika y el conformado por los llamados cristianos de izquier- glasnost impulsados por Mijail Gorbachov en la en- da –que defendían la institucionalidad de IU al mar- tonces Unión Soviética. Dicha situación se expresa- gen de los partidos y del propio Barrantes–, y el ría en 1989 en la caída del muro de Berlín y en 1990 PCP; y los sectores moderados, encabezados por Ba- en la disolución de la URSS. rrantes, quien comenzó a crear su propia organiza- ción al interior de IU, los No Partidarizados, apoya- SURGIMIENTO DEL FREDEMO dos por partidos como el PSR y APS. Las constantes discrepancias y tensiones inter- A pesar de que el lanzamiento de la candidatura nas llevaron a la convocatoria del primer congreso de Vargas Llosa era prematuro, nadie dudaba de és- nacional de Izquierda Unida para los primeros me- ta. Se inició entonces la difusión por diferentes me- ses de 1989. Se buscaba, en teoría, resolver los pro- dios de las tesis neoliberales que en el largo plazo blemas internos mediante un evento organizativo fueron creando reacciones opuestas en la ciudada- que definiera un programa, una línea política y una nía, pues dejaban entrever una admiración por los democratización interna; apuesta, sobre todo, de los países europeos en desmedro del Perú, del cual se sectores de centro. Sin embargo, en la práctica, el tenía una visión pesimista, especialmente del cam- proceso hacia el primer congreso significó la polari- pesinado y del sector agrario, denotando a la vez zación interna. Si bien se llegó a acuerdos políticos prejuicios raciales ya manifestados en el informe so- formales en los temas tratados, la situación clave era bre Uchuraccay. la definición del candidato a alcalde para las elec- Dentro del Movimiento Libertad destacaban los ciones municipales de noviembre. Alfonso Barran- denominados “jóvenes turcos”, profesionales de E TAPA tes había sido a lo largo de la década el candidato de ideas neoliberales, que representaban a los sectores consenso en toda elección importante. Los sectores más radicales. Este sector en concreto se opuso a un C ONTEMPORÁNEA radicales plantearon su candidatura, lo cual fue acercamiento entre Libertad y AP y el PPC, a los considerado por el sector moderado como una ma- cuales denominaban “partidos tradicionales” y “po- niobra para cerrarle el paso a la candidatura presi- pulistas”. Sin embargo, la necesidad de unir el ma- dencial de 1990 en caso de ganar las elecciones mu- yor número de fuerzas para asegurar una aplastante nicipales. La ruptura se produce cuando los secto- victoria que le diera la mayoría en el Congreso fue

1161 Portocarrero Grados

El Fredemo, pese a ser una suma de fuerzas, no alcanza- ría los altos porcentajes logra- dos por el PAP en su mejor momento. En todo caso, igualará los anteriores niveles de IU, lo que demostraba que hasta entonces el Fredemo no lograba convencer. Este cam- bio del espectro político tenía sus causas en la creciente cri- sis económica enrumbada ha- cia la hiperinflación y en el descrédito en que había caído El Fredemo fue una alianza política conformada por Acción Popular, el Partido Popular el gobierno aprista desde el Cristiano y el Movimiento Libertad. En la imagen aparecen los líderes de estas agrupaciones año anterior. suscribiendo un documento: Fernando Belaunde Terry (Acción Popular), Luis Bedoya Reyes (Partido Popular Cristiano) y Mario Vargas Llosa (Movimiento Libertad). La situación de IU, tal co- mo en las elecciones genera- les de 1980, era una conse- decisiva. Luego de semanas de negociaciones, en cuencia directa de su ruptura. Sin embargo, su am- marzo de 1989 se constituye el denominado Frente plia distancia con respecto al Acuerdo Socialista de Democrático –utilizando el nombre del frente polí- Izquierda (ASI) –organización política formada por tico liderado por Bustamante y Rivero en 1945– o los grupos que apoyaban a Barrantes– mostraba que Fredemo, conformado por el Movimiento Libertad, la mayoría de la izquierda se identificaba más con el AP, el PPC y el SODE. Para formalizar la candidatu- ala radical. ra de Vargas Llosa, y para continuar usando la ima- Las principales candidaturas para Lima fueron: gen de 1945, se lleva a cabo un mitin en Arequipa, Juan Incháustegui (Fredemo); Mercedes Cabanillas una de las bases históricas del liberalismo peruano. (PAP); Henry Pease (IU); Enrique Bernales (ASI) y Sin embargo, los problemas comenzaron muy pron- (Movimiento Obras). Los resulta- to. Al realizarse las negociaciones para establecer las dos oficiales a nivel nacional, según el JNE, fueron candidaturas a las elecciones municipales de ese los siguientes: Fredemo, 1 572 868 votos (31,6%); año, a las discrepancias al interior de Libertad sobre PAP, 982 040 votos (19,7%); IU, 888 422 votos sus aliados se unieron las disputas por las cuotas (17,9%); ASI, 113 734 votos (2,3%); otros, 1 418 electorales de cada partido. Libertad consideraba 541 votos (28,5%). Para el caso de Lima, el Movi- que por constituir la fuerza más importante de atracción electoral, debía encabezar las listas muni- cipales; AP apelaba a su importante presencia muni- cipal a nivel nacional. Vargas Llosa decide presionar amenazando con su renuncia a la candidatura pre- sidencial, iniciando su primera “cura de silencio” frente a los problemas internos del Fredemo.

LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 1989

Las elecciones municipales de ese año se realiza- ron el 12 de noviembre. Como antecedente a las elecciones generales de 1990, éstas significaron un cambio sustancial del espectro político, con un cre- cimiento del peso de los grupos no pertenecientes a ONTEMPORÁNEA

C los partidos más antiguos. Ello se refleja en la caída de los porcentajes del PAP y de IU, mientras que su- Mercedes Cabanillas, candidata del APRA al sillón TAPA

E be el rubro de “otros”. municipal de Lima en 1989.

1162 El Perœ contemporÆneo miento Obras obtuvo el cía poder enfrentársele. El PAP 48,70%, el Fredemo 23,39%, el estaba desgastado por los re- PAP 12,38%, IU 11,40%, ASI sultados finales del gobierno y 1,69% y otros 2,44%. La victo- la izquierda se presentaba divi- ria de Ricardo Belmont en Li- dida en dos candidaturas. ma, según Julio Cotler, signifi- Según Carlos Iván Degrego- có la entrada del primer “outsi- ri y Romeo Grompone, el Fre- der” en el espectro político. El demo parecía tenerlo todo: la Fredemo interpretó estos resul- unidad, un programa neolibe- tados en el sentido de que su ral coherente, un equipo de candidato, Mario Vargas Llosa, asesores de alto nivel, un alcanzaría la presidencia en las “candidato de lujo” y el apoyo elecciones de 1990. de los principales grupos de poder económico. Semanas LAS ELECCIONES DE antes de las elecciones, las en- 1990 cuestas le otorgaban el 40% de las preferencias. Pero la desor- El gobierno aprista llegaba a denada campaña de los candi- su término en condiciones de datos al Congreso y algunos total desprestigio. Frente a éste “spots” cuestionables llevaron y la izquierda se levantaba la a una saturación del público propuesta neoliberal del Frede- En las elecciones municipales de 1989, votante. El objetivo de la cam- Ricardo Belmont Cassinelli, carismático mo encabezado por Mario Var- comunicador social, fue el vencedor en Lima paña era superar el 50% de los gas Llosa, quien había iniciado como candidato del Movimiento Obras. votos necesarios para ganar en su campaña, en la práctica, des- primera vuelta. Sin embargo, de el mitin de la plaza San Mar- hacia mediados de marzo co- tín en 1987. La propuesta del Fredemo señalaba la menzó a destacar uno de los candidatos “chicos”, inmediata y necesaria implementación de un pro- , que pasó del 1% de las encuestas grama de ajuste como medio de estabilizar la econo- al 10% de las intenciones de voto. mía y la promesa de reducir la inflación al 10% en Para las elecciones del 8 de abril los candidatos el plazo de un año. Esta propuesta fue criticada por eran: Mario Vargas Llosa (Fredemo), Alberto Fuji- sus opositores que la bautizaron co- mo “la política del shock”. Ante el impacto de esta imagen, el Fredemo comenzó a resaltar sus propuestas paralelas de un progra- ma de compensación social y de reestructuración del aparato pro- ductivo, orientándolo hacia la ex- portación y la atracción de capita- les, especialmente extranjeros. Para lograrlo, debía reducirse la presen- cia estatal en la economía, la cual quedaría bajo el control de la inicia- tiva privada, el libre mercado y la li- E TAPA bre competencia, todo lo cual lleva- ría al Perú a ser un “moderno país C ONTEMPORÁNEA capitalista”. Vargas Llosa solicitaba un mandato claro y mayoritario pa- ra realizar el “gran cambio”. Frente Alberto Fujimori Fujimori, candidato “marginal” de la política peruana, fue la a este discurso y su nivel de campa- gran sorpresa en las elecciones de 1990. Había sido rector de la Universidad ña publicitaria, nada ni nadie pare- Nacional Agraria y presidente de la Asamblea Nacional de Rectores.

1163 Portocarrero Grados

Para las elecciones generales de 1990 la plancha presidencial del Fredemo estuvo conformada por Mario Vargas Llosa (Movimiento Libertad), Eduardo Orrego (Acción Popular) y Ernesto Alayza Grundy (Partido Popular Cristiano). Se puede apreciar a Mario Vargas Llosa en plena campaña proselitista.

La contienda electoral de 1990 fue una de las más apasionadas y polarizadas de la historia republicana peruana. Al enfrentamiento ideológico se sumaron las adhesiones y oposiciones raciales y de clase social. En la imagen, portada de Página Libre en su edición del 5 de abril de 1990, haciendo alusión al mitin de cierre de mori (Cambio 90), Luis Alva campaña de Mario Vargas Llosa. Castro (PAP), Henry Pease Gar- cía (IU), Alfonso Barrantes Lin- gán (IS), Roger Cáceres Veláz- El anuncio de un “shock” económico quez (FNTC), Dora Larrea de para reajustar la economía por parte de Vargas Llosa espantó a muchos de sus Castillo (UNO), Nicolás de Pié- potenciales electores. Este punto fue rola Balta (Unión Democrática) y hábilmente explotado por los asesores Ezequiel Ataucusi Gamonal (Fre- de imagen del candidato aprista Luis pap). Los resultados oficiales, se- Alva Castro, quienes difundieron un “spot” publicitario en el que se gún el JNE, fueron los siguientes: mostraban los potenciales efectos Fredemo, 2 163 323 votos devastadores de esta medida. (27,6%); Cambio 90, 1 932 208 votos (24,6%); PAP, 1 494 231 votos (19,2%); IU, 544 889 votos (6,9%); IS, 315 038 votos (4,1%); FNTC, 86 418 votos (1,2%); UNO, 21 962 votos (0,3%); UD, 9 541 votos (0,1%); y Frepap, 73 974 votos (1%). Dichos resul- tados sorprendieron, no tanto porque ningún candi- dato hubiera alcanzado el 50% más uno de los vo- tos, sino porque en la segunda vuelta se enfrenta- rían Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori, un in- geniero agrónomo hasta entonces desconocido en política. Descendiente de inmigrantes japoneses, había sido rector de la Universidad Nacional Agra- ria y director de un programa de debate político en el canal del Estado bajo el gobierno saliente. La campaña de Fujimori, según la Comisión Andina de Juristas (CAJ), se había caracterizado por la falta de propuestas concretas y la carencia de un programa de gobierno, con un difuso lema de “honradez, tec- ONTEMPORÁNEA

C nología y trabajo” como expresión de los lineamien- tos de su futuro gobierno; mientras que su movi- TAPA

E miento, Cambio 90, estaba compuesto por peque-

1164 El Perœ contemporÆneo

ños industriales, comerciantes y “mi- croempresarios” informales, profesiona- les de clase media y grupos evangélicos. Algunas conclusiones de estos resul- tados. En primer lugar, a pesar de iniciar su millonaria campaña antes que todos, el Fredemo no superó los niveles de las elecciones municipales; en segundo lu- gar, el PAP seguía siendo el partido polí- tico más importante, pese a la reducción porcentual y nominal, pues había obte- nido su votación sin alianzas y cargando con las consecuencias del gobierno de Alan García; en tercer lugar, la izquierda como conjunto se enrumbaba hacia la práctica desaparición electoral, crisis de la que no se recuperaría; en cuarto lugar, para Cambio 90 existía una gran diferencia entre la votación pre- sidencial y la votación para el Congreso y, de ganar la segunda vuelta, sería minoría. La distri- Si bien Alberto Fujimori Fujimori quedó en segundo lugar en los comicios bución en el Congreso era la si- del 8 de abril de 1990, sabía que podía guiente: Fredemo, 63 diputados contar con los votos del APRA y de las y 21 senadores; PAP, 53 diputa- izquierdas para la segunda vuelta fijada dos y 17 senadores, Cambio 90, para el 10 de junio. Finalmente, gracias 32 diputados y 14 senadores; IU, a este respaldo electoral pudo acceder a la primera magistratura del país. 16 diputados y 6 senadores; FIM, 7 diputados; IS, 4 diputa- dos y 3 senadores; FNTC, 3 di- Portada de La República en su edición putados y 1 senador; e indepen- del lunes 9 de abril de 1990. El titular del diario subraya la fuerza electoral de dientes, 3 diputados. Alberto Fujimori, quien ya se perfilaba Las reacciones en el Fredemo como el posible nuevo presidente del fueron básicamente dos. La pri- Perú, y anuncia la realización de una mera, el surgimiento de una polé- segunda vuelta. mica interna sobre las causas de no haber logrado una victoria contundente. Por un lado, se señalaron los errores recuerdan Degregori y Grompone, en los días si- de la estrategia electoral: la excesiva arrogancia de guientes a la primera vuelta, Vargas Llosa realiza una Vargas Llosa o su sinceridad sobre los efectos del nueva “cura de silencio” para decidir si renunciaba “shock”; por el otro, el lastre de que Libertad hubie- a participar en la segunda vuelta. Como ha relatado ra ido acompañado de otros partidos. La segunda su hijo Álvaro, el propio arzobispo de Lima Augus- fue una reacción de impotencia que se expresó en to Vargas Alzamora visitó de manera encubierta a críticas muy duras contra el candidato de Cambio Vargas Llosa para convencerlo de no renunciar.

90, sobre todo de índole xenofóbica: “extranjero”, Para continuar, el Fredemo necesitaba replantear E TAPA “chino”. Uno de los voceros del Fredemo, el aboga- su campaña electoral, ya que obviamente el PAP e do constitucionalista Enrique Chirinos Soto, decla- IU apoyarían a Fujimori. En primer lugar, se dejó de C ONTEMPORÁNEA ró que existía una Constitución no escrita que impe- hablar del “shock” y se insistió en el Programa de día elegir presidente a “un peruano de primera ge- Asistencia Social (PAS) destinado a paliar los efec- neración”. También se acusó a Fujimori de testafe- tos de dicha medida. En segundo lugar, Vargas Llo- rro de Alan García, de querer atentar contra “la reli- sa se vistió con ropas más sencillas y recorrió las ba- gión católica” y de evasor de impuestos. Como nos rriadas que antes casi no había visitado. En tercer

1165 Portocarrero Grados

lugar, se convocó a un número significativo de artis- de alianzas abiertas que comprometieran su imagen tas y deportistas para que apoyaran públicamente de “independiente”. su candidatura. En cuarto lugar, como ya se señaló, Las elecciones para la segunda vuelta se lleva- se inició una investigación y denuncias sobre Fuji- ron a cabo el 10 de junio. Los resultados oficiales, mori, no exentas de xenofobia. En quinto lugar, la según el JNE, fueron: Alberto Fujimori, 4 489 897 Iglesia Católica, temerosa de la presencia evangéli- votos (62,4%) y Mario Vargas Llosa, 2 708 291 vo- ca, apoyó la candidatura de Vargas Llosa –a quien se tos (37,6%). Como se puede observar, la diferencia le perdonó su “agnosticismo”– y sacó en procesión fue casi del 35%, lo que significó una victoria con- al Señor de los Milagros en Lima y a la Virgen de tundente. Según la CAJ, el hecho de no contar con Chapi en Arequipa. Fujimori, en cambio, guardó un mayoría en el Congreso ni con un partido discipli- cauto silencio al respecto y priorizó su campaña en nado y organizado se presentaba, en teoría, favora- provincias para consolidar su posición, ya que daba ble para el diálogo y el acuerdo para gobernar, pero por descontado el apoyo del PAP e IU sin necesidad no fue así.

III

LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN LOS 80 y Aurelio Loret de Mola por el SODE y de Carlos Blancas y César Delgado Barreto por la DC en las lis- Como ha señalado Sinesio López, la década de tas parlamentarias del PAP para el departamento de los 80 significó el desmoronamiento de los partidos Lima. Dicha alianza se rompería en la coyuntura de políticos. Durante los procesos electorales de 1980 la estatización de la banca en julio de 1987. Tam- a 1986, el país se dividió en tres tercios: la derecha bién en la perspectiva de las elecciones generales de (AP y PPC), el centro (PAP) y la izquierda (IU). La 1985, se conformó el 8 de noviembre de 1984 la derecha fue la primera en desmoronarse, logrando Convergencia Democrática (CODE), integrada por un breve resurgimiento con el Fredemo. el PPC, el MBH y un grupo de independientes enca- Para las elecciones municipales de 1989, la crisis bezados por Esteban Rocca. En dichos comicios fue- partidaria era patente. Para intentar cubrir esos es- ron elegidos Andrés Townsend Ezcurra, Ernesto La- pacios políticos, surgieron numerosas pequeñas or- natta Piaggio, Felipe Osterling, Mario Polar Ugarte- ganizaciones de efímera existencia, entre las que se che y Esteban Rocca. Dicha alianza se disolvió igual- encontraba el Frente de Unidad Nacional (FUN), mente en 1987, en el contexto de la estatización de encabezado por el general (r) Francisco Morales la banca. Mientras el PPC intentaba un acercamien- Bermúdez Cerruti, fundada en marzo de 1983, or- to al Movimiento Libertad, el MBH fue disuelto. ganización que no tuvo ninguna presencia real. Par- La organización política más importante que ticipó en las elecciones de 1985 sin ningún éxito y surgió durante la década de los 80 fue sin duda al- en 1987 dejó formalmente de existir. guna IU. Fundada en 1980, a lo largo de su existen- Otro caso es Solidaridad y Democracia (SODE), cia hasta 1990, pasó por un prolongado proceso de fundada el 19 de febrero de 1984. Entre sus princi- recomposición y reacomodos. En primer lugar la pales miembros fundadores se encontraban Javier formación del Partido Unificado Mariateguista Silva Ruete, Manuel Moreyra Loredo y Carlos Ferre- (PUM) que realizó su congreso de fundación en oc- ro Costa; lo integraban antiguos funcionarios del tubre de 1984. El PUM se constituyó a partir de la gobierno militar y ex militantes de la DC. A fines de unificación de los partidos integrantes de la UDP 1984 el SODE realiza conversaciones con el PAP pa- (MIR, VR y PCR), aunque un sector del PCR enca- ONTEMPORÁNEA

C ra participar conjuntamente en las listas parlamen- bezado por Manuel Dammert decidió no integrarse. tarias con vistas a las elecciones de 1985. En enero Para la izquierda en general esto significó un impor- TAPA

E de 1985 se acordó la inclusión de Javier Silva Ruete tante avance en el proceso de unificación de los par-

1166 El Perœ contemporÆneo

Mitin de Alfonso Barrantes Lingán como líder de la Izquierda Unida en el Cuzco. La Izquierda Unida fue uno de los más serios experimentos políticos de la izquierda peruana en su intento por agrupar a los diversos partidos y grupos de dicha tendencia, habitualmente atomizados y divididos. tidos llamados de la Nueva Izquier- da. Para IU significó el fortaleci- miento de las posiciones radicales, lo cual fue visto con desagrado por Barrantes y por el PCP. En segundo lugar, al interior de la UNIR se dio un proceso de depuración que dejó como único partido actuante al PC del P “Patria Roja”, que prefirió mantener el membrete de UNIR para lograr una mayor representa- ción en la dirección de IU. En ter- cer lugar, después de las elecciones de 1985 comenzaron a surgir pequeñas organizacio- PUM sufrió la disidencia de un grupo de dirigentes nes a la izquierda de IU, como la Unidad Democrá- encabezados por Santiago Pedraglio, quienes forma- tica y Popular (UDP) y Pueblo en Marcha (PM), las ron el Partido Mariateguista Revolucionario (PMR). que en determinado momento intentaron unirse en El sector moderado de IU, encabezado por Barran- el llamado Bloque Revolucionario (BR), que tuvo tes, formaría luego de la ruptura la Izquierda Socia- corta duración. Eran agrupaciones que realizaban lista (IS) –inicialmente denominada Acuerdo Socia- proselitismo político de manera pública, pero que lista de Izquierda (ASI)–, que participaría en las rechazaban la participación en los procesos electo- elecciones municipales de 1989 y en las generales rales. Incluso intentaron ser aceptados en IU, pero de 1990. La ruptura de IU significó el inicio del pro- ante sus obvias intenciones ceso de descomposición de de captar la militancia iz- la izquierda, que culminaría quierdaunidista, fueron re- con la desaparición de IU y chazados. Su discurso era la IS tras las elecciones ge- bastante radical, lo cual los nerales de 1990. Su reapari- acercaba más a los grupos ción en los comicios de subversivos que a IU. No 1995 fue efímera. alcanzaron a tener mayor presencia, desapareciendo a principios de los 90. La escisión de un grupo Finalmente, luego de la encabezado por Alfonso ruptura de IU en 1989, a su Barrantes Lingán de la interior los cristianos de iz- Izquierda Unida precipitó la descomposición de esta quierda formaron el Movi- E agrupación. En 1989, la TAPA miento de Afirmación So- Izquierda Unida Socialista (el cialista (MAS), con el obje- grupo de Barrantes) presentó C ONTEMPORÁNEA tivo de fortalecer la partici- como candidato al sillón pación de los independien- municipal a Enrique Bernales Ballesteros (en la foto) y al año tes y defender la institucio- siguiente a Alfonso Barrantes nalidad de IU mellada por Lingán como candidato la ruptura. Asimismo, el presidencial.

1167 Portocarrero Grados

LA INFLUENCIA POLÍTICA DE LAS Estado; y la incidencia del poder militar en el go- FUERZAS ARMADAS EN EL GOBIERNO bierno local y regional en diferentes zonas del país. Siguiendo con Obando, bajo el segundo gobier- Según el especialista Enrique Obando, existen no de Belaunde se produjo una reducción del poder varios aspectos para evaluar el poder de los milita- de los militares en el Estado y la sociedad, derivada res. A éstos, como grupo de presión al interior del de una reacción gubernamental contra todo lo que Estado, les interesa que éste se organice de acuerdo significara Fuerzas Armadas por el temor de que se a su concepción de seguridad nacional y que fun- repitiera un golpe de Estado. El Sistema de Defensa cione; las decisiones que se tomen al respecto son Nacional, aunque no fue modificado, no recibió un indicador de su poder. A esta variable se suman apoyo en su implementación, sobre todo en lo refe- otras importantes, como el nombramiento de los al- rido a la cooperación de los ministerios civiles. Asi- tos mandos y la decisión de los ascensos en las mismo, el Servicio de Inteligencia se debilitó al ser Fuerzas Armadas; su capacidad para lograr que sus desactivado el servicio de vigilancia de la sociedad hipótesis de guerra sean aceptadas; el poder y el ám- civil y reducido su presupuesto. En cuanto al nom- bito de acción de los servicios de inteligencia; la ca- bramiento de los mandos y la decisión de los ascen- pacidad de presión para la aprobación de su presu- sos, el presupuesto y las adquisiciones militares y puesto y para realizar adquisiciones militares; los los privilegios personales, no hubo cambio alguno. privilegios otorgados a sus miembros; sus sueldos; Sin embargo, con el problema de la subversión la protección de los miembros de las Fuerzas Arma- las Fuerzas Armadas comenzaron a obtener mayor das contra juicios e investigaciones por el poder ci- poder en otros ámbitos, como en el caso de la crea- vil relacionados con la violación de los derechos hu- ción de comandos político-militares en las provin- manos y con los malos manejos de los fondos del cias declaradas en emergencia de los departamentos de Ayacucho y Apurí- mac, teniendo bajo su mando no sólo a las fuerzas militares sino también a las policiales, con libertad de realizar operaciones antisubver- sivas en la zona. Con ello comenzó a aplicar- se una política contra- subversiva que la oposi- ción y los organismos de derechos humanos, tanto nacionales como extranjeros, calificaron de “guerra sucia”. Con el paso del tiempo las autoridades civiles per- dían poder de decisión frente a los jefes políti- co-militares, situación que se agudizaría con Alan García, bajo cuyo gobierno no sólo se mantuvo la actitud de no apoyar la implemen- tación del Sistema Na- ONTEMPORÁNEA C En la historia peruana las Fuerzas Armadas han jugado un rol importante ya sea como árbitros cional de Defensa, sino de la vida política o como gobernantes de facto. En los años ochenta su poder se hizo notorio que además se intentó TAPA

E durante la lucha antisubversiva. En la fotografía, Alan García durante una parada militar. controlar sus procesos

1168 El Perœ contemporÆneo

Ayacucho fue una de las zonas más convulsionadas por la violencia subversiva, originando un masivo éxodo de sus habitantes.

internos. Ello se manifestó en la creación del ministerio de Defen- sa, que unificó los tres ministe- rios militares más la secretaría de Defensa y el comando conjunto; en la interferencia en la elección de los mandos y en la determina- ción de los ascensos, tratando así de controlar a los altos mandos; en la disminución del presupues- to de las Fuerzas Armadas, sobre todo en lo que respecta a sueldos; y en la reducción de la calidad de los servicios que recibían los miembros de la institución. El Servicio de Inteligen- toridades civiles en las zonas de emergencia. Así, cia fue fortalecido, aunque se le utilizaba para vigi- durante el gobierno de García la Fuerza Armada lar a sectores de la oposición y a las propias Fuerzas perdió casi toda su capacidad de presión frente al Armadas. En cuanto a la lucha antisubversiva, Gar- Estado peruano, excepto para proteger a algunos de cía trató de preservar su imagen frente al problema sus miembros que habían cometido excesos en la de los derechos humanos, por lo que llegó a remo- guerra antisubversiva y en los casos de corrupción, ver a un presidente del comando conjunto, a un je- posición que el gobierno aceptaba como un medio fe de región militar y al jefe político-militar de Aya- de mejorar sus relaciones con los altos mandos cucho, abriendo incluso procesos judiciales contra militares. varios miembros de las Fuerzas Armadas. Pero debido a la crisis política que sufría el gobierno en sus últimos años, García deci- dió respaldar las acciones de la Fuerza Ar- mada en cuanto a la lucha antisubversiva. La situación antes descrita no impidió que se incrementara el poder que la Fuerza Armada tenía en las zonas declaradas en emergencia y bajo control político-militar. Conforme la subversión fue creciendo, nuevas zonas fueron declaradas en emer- gencia y nuevos jefes político-militares fue- ron encargados de su pacificación; de este modo, las Fuerzas Armadas llegaron en al- gún momento a tener bajo su control a la E tercera parte del país. En opinión de Oban- TAPA do, ese poder no era total, ya que los mili- C tares sólo tenían mando sobre sus fuerzas y ONTEMPORÁNEA las policiales, y no sobre autoridad civil al- guna. Justamente uno de los pedidos de los Plaza de armas de Andahuaylas, ciudad apurimeña que también sufrió militares a los cuales el gobierno no accedió los embates del terrorismo y permaneció por mucho tiempo en la era que se pusiera bajo su mando a las au- categoría de zona en emergencia.

1169 Portocarrero Grados

EL IMPACTO SOCIAL DE LA VIOLENCIA estructurada, sino que sus partidarios se ubican en POLÍTICA una opaca y heterógenea franja social producto del cuestionamiento del orden tradicional que todavía Según datos presentados por Heraclio Bonilla, no encuentra una condensación, aunque los apelli- una estimación del ministerio del Interior establece dos de una importante fracción de muchos de sus que entre 1980 y 1990 se produjeron 17 466 atenta- militantes aluden a un pasado indígena reciente. És- dos y 12 055 muertos, mientras que en 1992 el nú- tos son en su mayoría jóvenes, y muchos de ellos mero de muertos fue de 22 mil y los costos materia- cuentan con educación formal superior, lo cual re- les de los recursos destruidos durante la década as- fleja el hecho de que en el Perú los niveles de em- cendieron a 22 mil millones de dólares, monto equi- pleo se reducen mientras se incrementa la tasa de valente al valor total de la deuda externa del Perú. escolaridad. Las expectativas de un mejor futuro y La lectura de la distribución de los atentados y de posibilidades de movilización social producto de de los muertos como consecuencia de la violencia la educación no encuentran satisfacción; por ello permite constatar algunos hechos importantes. En los jóvenes se debaten entre la marginalidad y la primer lugar, los departamentos más afectados por subversión. los atentados fueron Lima (4 245), Ayacucho (3 541), Pasco (788) y Puno (684), sumando 11 071; el 63% del total. En segundo lugar, los atentados se incrementan en número paulatinamente, teniendo sus picos más altos entre 1983-1985 y entre 1989- 1992. En tercer lugar, los atentados sufren un des- plazamiento de las zonas rurales a las urbanas, de- bido a los cambios de estrategia de SL y el MRTA. En cuarto lugar, la población civil fue la más afecta- da con el mayor número de muertos. Hasta 1990 las muertes se distribuyeron de la siguiente manera: población civil (5 477), miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales (997), autoridades civiles (381), y subversivos (5 200). Recogiendo los estu- dios de Favre, Bonilla postula que la base social de SL se encuentra entre los sectores más desarraiga- dos de la población peruana, tanto rural como urba- na. No se trata de un movimiento organizado de obreros o campesinos, ni portador de una cultura

En ciertas áreas, especialmente en Ayacucho, las rondas fueron apoyadas y alentadas por las Fuerzas Armadas. Al lado de las funciones de vigilancia y seguridad, las rondas suplieron el papel del Estado en la tarea de administrar justicia.

La violencia política supuso un alto costo ONTEMPORÁNEA

C en vidas humanas y en bienes materiales. La fotografía muestra un atentado terrorista

TAPA contra las tiendas Hogar en Lima. E

1170 El Perœ contemporÆneo

Las rondas campesinas fueron los principales adversarios de Sendero Luminoso en las áreas rurales y a ellas se debe en gran parte la derrota sufrida por las huestes de Abimael Guzmán. En la fotografía se puede apreciar a ronderos ayacuchanos.

Un elemento importante que marcó un giro en guridad, medios de comunicación sofisticados, la guerra interna fue la mayor presencia subversiva centros médicos, centros de información y propa- en las regiones cocaleras del Alto Huallaga, que ganda, etc. desde la década del 70 surge como zona económica Otro fenómeno importante será el rol de las importante. Su prosperidad está relacionada con la rondas campesinas en la lucha contrasubversiva. expansión del consumo de cocaína en los Estados Las rondas ya existían como organizaciones autó- Unidos, lo cual provocó el incremento de las áreas nomas desde antes de 1980. Desde 1983 se forma- sembradas que alcanzaron 28 mil ha en 1980 y 211 ron otras nuevas controladas por el gobierno y las mil en 1988. Allí trabaja aproximadamente el 5% Fuerzas Armadas, con efectos contraproducentes. de la Población Económicamente Activa (PEA), Junto con el control y expulsión de SL en Piura, mayormente desempleada o subempleada. El valor Puno y Cuzco, también se produjeron abusos, en- anual de la producción de cocaína, según estima- frentamientos entre comunidades y corrupción, co- dos, es de 1,2 billones de dólares, casi el 50% de las mo en el caso del tristemente célebre “Comandante exportaciones legales. Inicialmente, los actores po- Huayhuaco”, un traficante convicto. líticos de esta zona eran los campesinos, los narco- Para terminar, el impacto social más dramático, traficantes y la policía. Para 1985 SL ya se encon- junto con los casos de violaciones de derechos hu- traba sólidamente instalado en la zona; le seguiría manos, es el fenómeno de los desplazados por la el MRTA, que desde sus inicios había establecido violencia política de SL y las Fuerzas Armadas. Co- destacamentos en el departamento de San Martín. munidades enteras migraron sin apoyo hacia las Como ha demostrado Nelson Manrique, SL buscó capitales de departamento primero y a Lima des- ganarse el respaldo de los cultivadores frente a los pués. Su número se calcula en aproximadamente abusos de la policía y de los narcotraficantes. A los 200 mil personas, provenientes principalmente de narcotraficantes les ofrecía protección y salida ga- departamentos como Ayacucho y Huancavelica, de rantizada de la cocaína y, a cambio, recibía cupos y las cuales más de 6 mil son huérfanos que han sido E TAPA armas. Es claro que con el tiempo los productos del recogidos por otras familias. Estos desplazados, por narcotráfico también corrompieron a la subversión, sus lugares de procedencia, seguirían siendo margi- C ONTEMPORÁNEA como lo habían hecho con las fuerzas del orden, nados debido a la desconfianza de que a su interior creando una “casta privilegiada” al interior de los existiesen células de SL, razón por la cual sufrieron grupos subversivos. Ello les permitió –sobre todo a operativos de rastrillaje y de hostigamiento en sus SL– dar un salto en términos de capacidad militar, precarios asentamientos marginales por parte de las que se manifestó en la constitución de casas de se- fuerzas del orden.

1171 Portocarrero Grados

IV

EL PROBLEMA INFLACIONARIO siendo su principal blanco los ingresos por sueldos y salarios, y el gasto público orientado a la aplica- Es claro que uno de los principales problemas ción de políticas sociales de apoyo. En cuanto a los económicos durante la década del 80 ha sido y es el sueldos y salarios, no se ha optado por otras alter- problema inflacionario. Según el economista Au- nativas como sería aumentar la oferta, es decir, pro- gusto Portocarrero, las interpretaciones sobre la ducir más, o afectar los márgenes de utilidades de causa de la inflación –y por tanto la aplicación de las empresas o de la renta agraria y, en lo que respec- medidas tendientes a combatirla– han sido dos: la ta al gasto público, tampoco se ha elegido reducir de exceso de demanda y la de incremento de costos. los subsidios a las empresas mediante la exonera- La primera señala que para mantener en equilibrio ción tributaria o el otorgamiento de un dólar más el mercado la oferta y la demanda deben ser iguales, barato que el del mercado libre. En ambos casos, se pues cualquier desequilibrio produce una variación trataría de incentivos a la inversión por lo cual el de precios; sobre todo cuando la demanda es mayor gobierno no quiere tocarlos. Las ganancias no se que la oferta, lo cual produce un incremento de pre- han orientado, pues, a la inversión –que se ha redu- cios debido a la escasez de productos. Cuando esta cido drásticamente desde la década de los 70–, sino situación se presenta en el conjunto de los produc- más bien al consumo suntuario de las familias de tos de la economía del país y de manera permanen- los empresarios, a la especulación financiera y a la te, se habla de inflación. La solución para lograr un apertura de cuentas en el exterior. nuevo equilibrio hasta el momento ha sido restrin- La segunda interpretación señala que la infla- gir la demanda, alternativa que implica reducir ción se explica por los cambios en el comporta- aquellos elementos que generan mayor consumo, miento de los actores económicos (asalariados, em- presarios, rentistas y gobierno) capaces de influir sobre los cuatro precios bási- cos que determinan los costos del pro- ducto: el salario, el margen de ganan- cia, la tasa de interés y el tipo de cam- bio. De estos factores el que común- mente se ve afectado es el de los sala- rios. El problema aquí es que se asume éstos como costo, cuando en realidad son los trabajadores quienes transfor- man las máquinas e insumos en pro- ductos, y no se les reconoce como con- sumidores, es decir ampliadores del mercado interno. Aun asumiendo estas consideraciones, el peso de las remu- neraciones en el total de ventas es mí- nimo con tendencia a la baja, sobre to- do con la introducción de nueva ma- quinaria. Otra alternativa habría sido disminuir el margen de ganancia, pero ello era inaceptable para los empresa- ONTEMPORÁNEA Una vista nocturna de la zona financiera de Lima en el distrito de San Isidro. C El problema inflacionario fue en los años ochenta una de las principales rios. La decisión de qué alternativa to- preocupaciones del gobierno de Fernando Belaunde Terry y especialmente mar no depende de criterios técnicos, TAPA

E del de Alan García Pérez. sino que se trata de una decisión políti-

1172 El Perœ contemporÆneo

Local principal del Banco de Crédito del Perú en La Molina. Por sus dimensiones empresariales y su magnitud financiera sus propietarios son considerados el grupo económico más influyente del Perú.

ca de asignar a uno u otro sector socioeconómico el pago de los costos de la crisis. Además, es claro que existe otro factor que influye más en la determi- nación de los costos, que es la variación del tipo de cambio, ya que los pro- ductos tienen una alta dependencia de insumos im- sus excedentes de liquidez y un manejo relativa- portados. Sin embargo, no se ha aplicado ninguna mente más rápido y libre de los flujos monetarios política tendiente a la reestructuración del aparato generados dentro y fuera del sistema. También pro- productivo. porciona acceso al crédito internacional, la diversi- ficación del riesgo y un rol anticíclico en épocas de LOS GRUPOS DE PODER ECONÓMICO Y crisis y recesión, lo que en un contexto de escasez LOS GREMIOS EMPRESARIALES del crédito se transforma en un verdadero “poder fi- nanciero”. Según Campodónico, Castillo y Quispe, un gru- Según los autores citados, los cambios más sus- po de poder económico está constituido por un tanciales en la estructura económica durante los conjunto de empresas que tienen participaciones años 80 fueron la tendencia al fortalecimiento del mayoritarias en diversos sectores económicos, ge- sector empresarial privado y la conformación de los neralmente en los sectores de punta. Para ello no re- denominados “grupos económicos” como la frac- quieren participación mayoritaria en cada empresa ción empresarial más dinámica e influyente en el o sector, pero sí una dirección centralizada que de- conjunto de la economía. Dicha estructura tendría cida la política común. En ese sentido, la tendencia la siguiente composición: en primer lugar, los gru- en las empresas más dinámicas es a la diversifica- pos económicos nacionales y extranjeros privados; ción. El motor central de la acumulación y el creci- en segundo lugar, el Estado con sus propias empre- miento de la inversión están en relación proporcio- sas; el capital extranjero, formado por empresas y nal a esta diversificación, que permite aprovechar corporaciones internacionales; y el resto el sector oportunidades y rentabilidades en varios sectores empresarial privado. Según Perú: The Top, son 13 de manera paralela. La finalidad del grupo de poder los grupos económicos más grandes: el grupo Bres- económico es incrementar la tasa de ganancia, es cia (40 empresas), el grupo Romero (32 empresas), decir, lograr una mayor rentabilidad, y el acceso al el grupo Ferreyros (21 empresas), el grupo Backus- crédito es esencial para el logro de estos fines. Por Bentín (15 empresas), el grupo Nicolini (14 empre- ello, un elemento central en un grupo de poder eco- sas), el grupo Wiese (13 empresas), el grupo La Fa- E TAPA nómico es su participación en la propiedad de una bril (11 empresas), el grupo Lanatta Piaggio (11 institución bancaria, financiera o de seguros, gene- empresas), el grupo Benavides de la Quintana (9 C ONTEMPORÁNEA ralmente con otro u otros grupos; vinculación que empresas), el grupo Fierro (7 empresas), el grupo le ha de permitir potenciar sus estrategias de diver- Hochschild (6 empresas), el grupo Arias Dávila (6 sificación y expansión económica, que no depende- empresas) y el grupo Raffo (4 empresas). Estos gru- rán ya de fondos propios autogenerados. Permite pos totalizan 189 empresas, que representan el 7,6% además reciclar y dotar de una mayor rentabilidad a del total de las 2 500 contabilizadas en Perú: The

1173 Portocarrero Grados

To p . En términos de valores económicos, sus ingre- y clientelistas que regían las relaciones laborales en sos sumaban 3 209 millones de dólares, los activos las fábricas, emprendiendo una lucha por la univer- totales 2 746,1 millones, el valor patrimonial 1 salización de derechos sociales en un contexto de 182,2 millones y las utilidades netas generadas un difusión de ideas igualitarias. El clasismo tuvo así valor de 71,6 millones. De estos grupos destacan que enfrentar a un empresariado con concepciones cuatro: Brescia, Romero, Nicolini y Raffo, cuyo ras- racistas y autoritarias –expresadas en formas sote- go más saltante es su vinculación con el Banco de rradas de menosprecio y maltrato al trabajador–, y Crédito del Perú, el banco privado más importante se fortaleció en tanto vía de canalización de resenti- e influyente del país. Otros grupos con vínculos en mientos y desfogue de odios frente a las concepcio- bancos son: Lanatta Piaggio (Banco Mercantil); nes y actitudes de los empresarios, reticentes a un Wiese (Banco Wiese); y Benavides de la Quintana reconocimiento de derechos y a un trato igualitario, (Banco de Lima). Los grupos más vinculados a alcanzando a liderar un movimiento social y nacio- compañías de seguros son: Backus-Bentín (Compa- nal. En los 80, con la restauración democrática, las ñía de Seguros Cóndor S.A. y Fénix Peruana Com- concepciones contra las que insurgió el clasismo pañía de Seguros); y Arias Dávila (Compañía Inter- pierden fuerza y se instauran nuevos canales de ne- nacional de Seguros). gociación, por lo que se debilita. Son muchos los gremios empresariales que cons- Según la autora, la crisis del sindicalismo es tantemente se pronuncian sobre la política macroe- ideológica y organizativa, lo cual incluye la pérdida conómica a través de diferentes órganos de expre- de representatividad de las dirigencias frente a sus sión masivos. Su accionar en ese sentido consiste en bases y de su capacidad para plantear alternativas a expresar sus puntos de vista por medio de manifies- las propuestas antisindicales en marcha; inciden en tos y declaraciones de sus dirigentes, en particular ello varios factores. En primer lugar, los cambios en sobre aquellas medidas que les conciernen directa- la composición de la fuerza de trabajo por el creci- mente. Por estas razones, entre otras, es que gre- miento dinámico de la pequeña empresa y el incre- mios como la SNI, ADEX y la CONFIEP, casi desde mento explosivo del sector informal; en segundo lu- su acto fundacional se comportan como clásicos gar, los efectos de la recesión sobre el empleo, que grupos de interés presionando para que sus puntos genera una reducción del conflicto como una mane- de vista sean asumidos por el Estado. ra de preservar el puesto de trabajo, fragmentando la acción sindical; y en tercer lugar, el incremento LA MOVILIZACIÓN SOCIAL Y EL del número de trabajadores contratados o eventua- DEBILITAMIENTO DE LOS GREMIOS les, que no se sindicalizan pues su prioridad es un SINDICALES proyecto individual, ya que generalmente se trata de jóvenes que recién se incorporan al mercado laboral. Como señala Sinesio López, la crisis institucio- Pero también existieron otras razones más com- nal llegó también a la sociedad civil, debilitándose plejas. Quizás la más importante fue el abuso de la las organizaciones sindicales, populares, regionales, protesta radical en la lucha por los derechos labora- barriales y culturales. El sindicalismo clasista prácti- les, junto con un desinterés para ofrecer propuestas camente ha desaparecido. En los años 80, más bien, en el terreno de la producción y la productividad, la institucionalidad social es asumida por la Iglesia, deslegitimando a las organizaciones clasistas frente los medios de comunicación masiva y las organiza- a la sociedad. Con el agravamiento de la crisis, el ciones no gubernamentales (ONGs), perdiéndose el discurso empresarial que culpaba al sindicalismo de carácter popular que existió en la década de los 70. todos los males comenzó a calar aun entre los jóve- El sindicalismo perdió su capacidad para presionar nes trabajadores eventuales que se incorporaban al al gobierno y establecer alianzas con sectores popu- mercado laboral, especialmente bajo el gobierno de lares más amplios: golpeado por las políticas de Fujimori. Éste buscó mostrar a un sindicalismo que ajuste, desprotegido por el desmantelamiento de los defendía el status quo de una burocracia negligente derechos sindicales, entró también en una crisis de y ociosa, sin deberes para con el país, que limitaba liderazgo y de descomposición organizativa. el progreso, culminando con ello el proceso de de- Según Carmen Rosa Balbi, el clasismo se había sarticulación de las dirigencias sindicales. El pro- ONTEMPORÁNEA

C consolidado por su papel en la transformación de yecto de Fujimori implica una reforma autoritaria los patrones de poder vigentes en la sociedad hasta de las relaciones laborales para imponer nuevas TAPA

E los setenta, que rompieron las formas paternalistas condiciones que incrementen la productividad,

1174 El Perœ contemporÆneo otorgándole un poder desmesurado y peligroso al preñados de corrupción, se convirtieron en una ba- empresario. La autora finaliza señalando que esto rrera que impedía a los más pobres el acceso a la conduce a una peligrosa desaparición de un grupo propiedad. De Soto demuestra esta aseveración es- de presión e interlocutor social importante que ba- tudiando, con un importante equipo de asesores, lancee el poder empresarial. casos concretos de los sectores vivienda, industria, comercio y transporte, en los que se habría produ- LA INFORMALIDAD Y LA PEQUEÑA cido el desencuentro entre el Estado y la sociedad EMPRESA civil. Como alternativa se plantea el establecimien- to de un régimen liberal (neoliberal) donde la re- Uno de los principales problemas que tuvieron ducción del Estado y sus mecanismos de control que enfrentar los investigadores sociales en los 80 –que para el autor son en realidad mecanismos de fue definir con igualdad de criterios el fenómeno de marginación– cedan el lugar a una ampliación sig- la llamada “informalidad”. El uso de términos como nificativa de la propiedad. sector informal, economía informal, trabajo infor- El tema de la informalidad está relacionado al de mal, tiene connotaciones diversas. Sin embargo, se la pequeña empresa, ya que un importante número parte de una realidad aceptada: la existencia de una de empresas y comerciantes son o eran informales. extendida red de empresarios y comerciantes que Éste es el caso por ejemplo de Vicente Díaz Arce, trabajan al margen del sistema económico legal, es uno de los más importantes empresarios textiles de decir, que no están registrados, no pagan impuestos Gamarra que terminaría detenido por evasión tribu- y no se rigen por los diversos dispo- sitivos y leyes da- dos por el Estado. El autor que con mayor éxito editorial ha tratado La migración y la de definir la infor- aparición de malidad es, sin du- actividades da alguna, Hernan- económicas do de Soto, quien informales transformaron el inicialmente contó rostro de la con el apoyo polí- antigua ciudad tico de Mario Var- señorial y captaron gas Llosa. Ello se la atención de los debió, según el analistas sociales. propio Hernando de Soto, a que su libro El otro Sendero lleva implícito un proyecto político de transformación del Estado, al cual califica de “mercantilis- ta”, ya que su estructura y las políticas aplicadas por éste sólo han beneficiado a sectores minoritarios vinculados al poder. Según De Soto, la informalidad se origina como una respuesta “popular E TAPA y creativa” ante la incapacidad estatal de satisfacer las demandas más esencia- C ONTEMPORÁNEA les; a ello se suma la actitud discrimina- toria del Estado al no permitir el acceso a la formalidad a quienes no detentan el poder económico y político. Los largos y costosos trámites, muchos de ellos

1175 Portocarrero Grados

taria. El creciente interés en este sector ha llevado a parte creciente se orienta a la exportación. Algunas que en vez de plantearse la aplicación de medidas de las condiciones que lo hicieron posible fueron: de represión o de un mayor control tributario, se una tradición comercial de décadas en la zona, su realicen importantes propuestas de legalización y densidad poblacional, la cercanía de los mercados apoyo empresarial, y también a que éste sea visto mayoristas y la contribución de grupos importantes potencialmente como una alternativa para el creci- de migrantes; haciendo de este complejo un caso miento y el desarrollo económico del país. particular. Uno de sus más importantes estudiosos y defen- El proceso de formación de Gamarra se inicia en sores es Fernando Villarán, quien en sus estudios la década del 50, cuando la avenida Aviación empe- sobre la pequeña empresa distingue estratos al inte- zó a cobrar importancia comercial. En ese entonces rior de la estructura industrial: la artesanía, la mi- el jirón Gamarra era una zona residencial, pero con croindustria, la pequeña empresa industrial, la me- la construcción de los mercados Mayorista y Mino- diana empresa industrial y la gran empresa indus- rista se potenció el movimiento comercial en dicha trial. Según datos de 1987 (en los que se basa por avenida y sus alrededores. En las décadas de los 50 ser los más confiables), en el caso de las llamadas y los 60 se vendieron casi todos los terrenos de microempresas, su rasgo más importante es su re- setecientos y mil metros cuadrados, pero existían ducido tamaño, 1 a 4 personas ocupadas y una den- restricciones por ser zona residencial de “alta densi- sidad de capital de 600 dólares por puesto de traba- dad”. Éstas desaparecieron con la aplicación del jo. Se calcula que la PEA empleada representa el Plan de Lima Metropolitana en 1972, donde se esta- 29,3% del sector (210 mil personas) y que existirían bleció que la zonificación de Gamarra sería comer- aproximadamente más de 84 mil empresas; asimis- cial. Con ello comenzaron a construirse las prime- mo, genera el 8% del producto del sector, utiliza po- ras galerías, con numerosas tiendas, cuyas áreas ini- co equipo de capital, manteniendo sus ingresos en cialmente eran grandes (40 m2), para que además los niveles de subsistencia. En conclusión, es inten- de la tienda estuviera el pequeño taller. Con el tiem- siva en mano de obra, es económicamente inestable, po, por su creciente importancia económica, las su productividad es baja y casi nula en la genera- áreas fueron reduciéndose hasta llegar en la actuali- ción de excedente. dad a menos de 12 m2 debiéndose trasladar los ta- La pequeña empresa ocupa de 5 a 19 personas, lleres a otras zonas. Asimismo, el metro cuadrado con una densidad de capital de 300 dólares aproxi- llegó a costar hasta mil dólares. madamente por puesto de trabajo, estimándose en Su desarrollo está vinculado a una serie de facto- 137 mil las personas empleadas (el 19% de la PEA res. En primer lugar, su ubicación, estrechamente del sector). Existen unas 17 mil empresas que pro- asociada al movimiento comercial del mercado Ma- ducen el 13% del PBI del sector. Su base tecnológi- yorista, puerta de entrada y salida de Lima hacia el ca es moderna, ya que cuenta con equipos y maqui- centro del país. En segundo lugar, la expansión de narias, cierta estabilidad económica y capacidad de la producción textil, que creció notablemente du- producir excedente. Villarán señala que el 43% del rante la década del 70 debido al aumento de la de- personal ocupado en todo el sector industrial se en- manda interna y a la introducción de las fibras sin- cuentra bajo condiciones de informalidad, concen- téticas, que redujo los precios. Ello produjo el cam- trándose sobre todo en la microindustria (que llega bio de escala en las empresas textiles de confeccio- al 85%) y la artesanía. El 30% de las pequeñas em- nes de relativa antigüedad y presencia en el merca- presas son informales. do, que contaban con una gran cantidad de perso- Quizá el ejemplo más importante en cuanto a la nal; al no poder trabajar como antes tuvieron que pequeña empresa lo representa el complejo indus- reducir su escala de operaciones, pasando a desarro- trial de Gamarra, en el distrito de La Victoria. En él llar intensamente la industria a domicilio y la sub- se concentran en pocas manzanas 7 mil estableci- contrata. Asimismo, las empresas que cerraron o se mientos productivos y comerciales, donde laboran recompusieron dispersaron una buena cantidad de más de 40 mil personas, generándose un movimien- trabajadores con experiencia, muchos de los cuales to comercial de casi 800 millones de dólares al año. crearon pequeñas empresas individuales o grupales. Las transacciones se basan en redes familiares y de Los capitales provinieron de jubilaciones, benefi- ONTEMPORÁNEA

C paisanaje, que combinan las reglas de la reciproci- cios sociales y retiros con máquinas de costura, re- dad con las del mercado; la mayoría de su produc- malladoras y otros equipos. Así, el “boom” de la pe- TAPA

E ción está orientada al mercado interno, pero una queña empresa de confecciones en Gamarra, mayo-

1176 El Perœ contemporÆneo

La plaza Bolívar de Lima hacia 1910. Desde el siglo XIX se inicia el proceso de expansión de la ciudad aunque a costa de valiosos y únicos monumentos coloniales.

ritariamente informal en su ini- cio, se ubica entre 1978 y 1987, período en el cual convergieron diversos elementos que favore- cieron su desarrollo: un merca- do nacional protegido, funcio- namiento al margen de la legali- dad, el desarrollo de la empresa informal y el traslado de anti- guos hacendados y empresarios agrícolas al sector textil y de confecciones. A estos vicios, a partir de un núcleo central; los compromi- factores se suma la tradición confeccionista de los sos de empleo son temporales y a destajo, con el fin vecinos de La Victoria. La mayoría de estas empre- de eliminar costos fijos de mano de obra, lo cual de- sas eran negocios familiares, con salarios bajos, que termina la existencia de una mano de obra no cali- no tributaban directamente y no daban seguros ni ficada en la zona. beneficios sociales, lo cual permitía una acumula- ción rápida. Esta situación desfavorable para el tra- LA TRANSFORMACIÓN DEL ROSTRO DE bajador era causa de que luego de un período de LA CIUDAD DE LIMA aprendizaje éste se independizara, aunque en mu- chos casos los que formaban su propio negocio no Desde la década del 50, la migración hacia Lima eran los más pobres. se volvió un proceso que paulatinamente ha trans- El complejo Gamarra tiene, en términos genera- formado el rostro de la ciudad. Si bien la migración les, los siguientes rasgos: se especializa en textiles, del campo a la ciudad es un fenómeno nacional, fue específicamente en confecciones; no se trata de un a Lima hacia donde se orientó la mayoría de mi- parque industrial sino que está íntimamente vincu- grantes, provenientes de casi todos los puntos del lado al comercio; el sistema de comercio se basa en país, desbordando los fenómenos regionales. A ello el consumo personalizado, mediante una atención se sumaba el tradicional centralismo administrativo al público a través de las “boutiques”; el tipo de em- limeño desde la llegada de los españoles, que con- presa que más abunda es el de la pequeña y micro centraba en la capital a la elite económica, política empresa de índole familiar, agrupándose en galerías y social, imprimiéndole a la ciudad un ordenamien- para vender directamente al público y a los distri- to donde la distribución espacial y temporal repro- buidores; los empresarios que trabajan en Gamarra ducía las formas de dominación de las elites gober- son en su mayoría migrantes del interior, prove- nantes. Como ha sostenido Eduardo Arroyo, ello ha nientes sobre todo de Huancayo, Ayacucho, Huan- cambiado drásticamente. La distribución espacial cavelica, Cuzco, Puno, Abancay y Ancash. En cuan- ha sido rota, su diversidad cultural es mucho mayor to a sus dimensiones, el complejo Gamarra es una y sus personajes populares ya no son los mismos. concentración de edificios de galerías, de hasta 11 Algunos sectores empezaron entonces a crear imá- pisos, en las cuales se ubican tiendas comerciales y genes de una Lima que realmente nunca fue: la de- E TAPA tiendas-talleres, cuyo número se calcula entre 6 y 8 nominada “arcadia colonial” reseñada por Sebastián mil, cubriendo en total 75 manzanas ubicadas entre Salazar Bondy en Lima, la horrible. Estos cambios C ONTEMPORÁNEA las avenidas México, 28 de Julio, Aviación y Prolon- han llevado a la necesidad de replantear lo que es gación Parinacochas. Según la SUNAT, se le calcula Lima, lo que es ser limeño y qué une o identifica a un movimiento comercial de hasta 800 millones de los que viven en ella. dólares. Tiene una demanda continua de trabajado- En la década del 50 la puerta de entrada del mi- res debido a lo extendido de la subcontrata de ser- grante se hallaba en los paraderos de los autobuses

1177 Portocarrero Grados

El centralismo ha determinado lante como el nuevo per- que Lima concentre la mayor sonaje limeño. Lima co- cantidad de recursos económicos y culturales. Por esta razón, menzó así a llenarse de numerosas familias procedentes quechuahablantes, a ves- de distintas partes del Perú se tirse de polleras, a escu- han sentido atraídas por la char otra música, a tener ciudad; sus hijos conforman los nuevas festividades y nue- “nuevos limeños” que se han apropiado de la capital peruana vas costumbres. Aunque y le han dado un nuevo rostro. inicialmente se ocultaron estas características debi- do al menosprecio y a la interprovinciales en el dis- discriminación, pronto trito de La Victoria, en los empezaron a cobrar gran alrededores de lo que sería fuerza y ahora se mani- conocido como La Parada. fiestan con toda claridad. Su importancia se expresó A fines de los 80 los hijos en la construcción del mer- de los migrantes pioneros cado Mayorista para los se han asentado en la ciu- productos que bajaban de dad y la han hecho suya. la sierra. En ese sector se Muchos han nacido aquí y mezclaron criollos y serra- ya no se sienten extraños, nos, y su creciente pobla- pues no lo son. Son los ción migrante pronto se “nuevos limeños”. Se han desbordó y se expandió ha- adueñado de Lima, plebe- cia el centro de Lima. yizándola, masificándola. Mientras los migrantes y sus descendientes fue- Pero no sólo han llegado a apropiarse del centro de ron apropiándose de los espacios de la Lima cuadra- la ciudad, sino que además se han extendido en da, la clase dominante que los recibía con desprecio múltiples barriadas y pueblos jóvenes, han fundado y temor a la vez, empezó a desplazarse hacia los dis- barrios y distritos. La mayoría de la población de Li- tritos del sur buscando alejarse de ellos, no mez- ma es ahora provinciana. Sus instituciones, como clarse. Lima empezó poco a poco a tugurizarse, y clubes provinciales y deportivos, cofradías religio- frente a la falta de acceso al empleo surgió el ambu- sas, etc. se extienden por toda la ciudad.

BIBLIOGRAFÍA

Existen diversas obras de consulta general. Quizás Para los temas de política, partidos y elecciones EL RÉGIMEN OLIGARQUICO (1950-1968) la más reseñada sea la Historia de la República (1991) de destacan obras como Partidos políticos en el Perú (1987) Para una introducción a la historia política y econó- Enrique Chirinos Soto, a pesar de su apasionamiento –de- de Álvaro Rojas Samanez; ¿Quién ganó? Elecciones 1931- mica del período se puede consultar el libro de Gonzalo bido a que es protagonista de la política peruana en todo 1980 (1980) de Rafael Roncagliolo; y Perú político en ci- Portocarrero De Bustamante a Odría (1986). Para una pre- el período que abarca este libro– y de su limitada incur- fras. Elite política y elecciones (segunda edición, 1994) de sentación general, las obras de Carlos Miró Quesada, Au- sión en los temas económicos y sociales. Fernando Tuesta Soldevilla, de consulta indispensable, y topsia de los partidos políticos en el Perú (1961); François A Chirinos se han sumado Margarita Guerra con sus de donde hemos obtenido los datos más confiables sobre Bourricaud, Poder y sociedad en el Perú (segunda edi- trabajos sobre la República contemporánea (1984 y 1994); la evolución política y electoral. Tuesta ha publicado tam- ción, 1989); Baltazar Caravedo, Desarrollo desigual y lu- César Pacheco Vélez como editor de Perú promesa bién Sistemas de partidos políticos en el Perú, 1978-1995 cha política en el Perú, 1948-1956 (1976); y Julio Cotler, (1988); Franklin Pease con Hombre e historia. Siglo XX (1995). Para un ensayo global véase “Estado, régimen po- Clases, Estado y Nación en el Perú (1978). Para obras (1993); y Luis Durand Flórez con La República, 1900-1993 lítico e institucionalidad en el Perú (1950-1994)” (1995), de más específicas, véanse los trabajos de: Enrique Chirinos (1993). No hay que olvidar la colección de Historia del Pe- Sinesio López. Soto, Cuenta y balance de las elecciones de 1962 (1962); y rú del desaparecido Juan Mejía Baca (1980), cuyos tomos En el aspecto económico destacan Giancarlo Barde- Pedro Pablo Kuczynski, Democracia bajo presión económi- VIII, XI y XII están dedicados al siglo XX. Dentro de estas lla con Un siglo en la vida económica del Perú (1889-1989) ca. El primer gobierno de Belaunde (1963-1968) (edición colecciones se encuentran trabajos específicos como los (1989); Rosemary Thorp y Geoffrey Bertram con Perú, en español, 1980). Para el estudio del pensamiento políti-

ONTEMPORÁNEA de Baltazar Caravedo y Luis Ponce dedicados a los as- 1890-1977. Crecimiento y políticas en una economía abier- co véase el libro editado por Alberto Adrianzén, Pensa-

C pectos económicos: el primero con “Economía, produc- ta (edición en español, 1985); Javier Iguíñiz con sus Crisis miento político peruano, 1930-1968 (1990); y para las ción y trabajo (Perú, siglo XX)” (1980) y el segundo con su y fluctuaciones en la economía peruana, 1950-1983 Fuerzas Armadas y la doctrina militar el de Víctor Villanue- “Historia económica del siglo XX”, en sus dos ediciones (1985); y Los ajustes. Perú, 1975-1992 (1993), este último va, El CAEM y la revolución de la Fuerza Armada (1972), y TAPA (1984 y 1993). con Rosario Basay y Mónica Rubio. el de Jorge Rodríguez, Los militares y el poder. Un ensayo E

1178 El Perœ contemporÆneo

sobre la doctrina militar en el Perú, 1948-1968 (1983). Pa- ensayo de Daniel Carbonetto incluido en La opción por perspectivas (1994). ra estudiar la evolución económica, el libro ya citado de un nuevo modelo de acumulación: sus límites (1983) de Para una inicial evaluación de las políticas inflacio- Kuczynski y La economía política del Perú, 1956-1978 Carlos Franco. Para un testimonio de parte, véase Yo narias y su impacto en el sector laboral, consúltese “Teo- (1981), de E.V.K. Fitzgerald. En lo que concierne al estu- asumí el activo y el pasivo de la revolución peruana rías sobre la inflación y su implicancia en la política sala- dio de las clases sociales véase para el debate alrededor (1981) de Javier Silva Ruete. rial” (1995) de Augusto Portocarrero, tesis de Economía de la oligarquía en el Perú, además de Bourricaud, Los Respecto a las reformas, para una visión de conjun- presentada a la Universidad Nacional Mayor de San Mar- dueños del Perú (duodécima edición, 1981) de Carlos to, véase Cambios estructurales en el Perú, 1968-1975 cos. Malpica; Mito y realidad de la oligarquía peruana (1966) (1976) de Ernest Kerbusch. Para el sector industrial, Di- Sobre el tema de la violencia política existe una am- de Jorge Bravo Bresani; la compilación de José Matos námica de la comunidad industrial (1974) de Diego García plia bibliografía. Sobre SL destacan las investigaciones Mar, La oligarquía en el Perú (1972); el debate de la iz- Sayán, Jorge Santisteban y Luis Pásara; Comunidad labo- de Carlos Iván Degregori, entre ellas, Sendero Luminoso. quierda en Frente al Perú oligárquico (1977) moderado ral y capitalismo. Alcances y límites (1976) de Hugo Ca- Los hondos y mortales desencuentros (1986) y Ayacucho, por Mirko Lauer; y La oligarquía peruana. Historia de tres bieses; Empleo y estabilidad laboral (1976) de José Bur- 1969-1979. El nacimiento de Sendero Luminoso (1990); familias (1982) de Dennis Gilbert. Sobre los sectores in- neo, Adolfo Ciudad y Luis Pásara; y Política industrial pe- el libro del periodista Gustavo Gorriti, Sendero. Historia dustriales, véase “Empresarios, Sociedad Nacional de ruana, 1970-1980 (1984) de Javier Iguíñiz. de la guerra milenaria en el Perú (1990); Sendero Lumi- Industrias y proceso político, 1950-1968” (1978) de Gon- Para el sector agrario, véase Estado y política agra- noso. El movimiento subversivo más letal del mundo zalo Portocarrero; y La burguesía industrial en el desarro- ria (1977) de Henry Pease, Diego García Sayán, Fernan- (1992) de Simon Strong; y la compilación de trabajos por llo peruano (1982) de Anthony Ferner. Sobre el campo, la do Eguren y Marcial Rubio; Reforma agraria. Logros y Heraclio Bonilla, Perú en el fin del milenio (1994). Sobre edición de José Matos Mar, Hacienda, comunidad y cam- contradicciones, 1969-1979 (1980) de José Matos Mar y las causas y consecuencias de la violencia, véanse Vio- pesinado en el Perú (segunda edición, 1978); Economía Manuel Mejía; Agricultura, reforma agraria y pobreza cam- lencia y campesinado (1986) de Alberto Flores Galindo y agraria en la sierra peruana antes de la reforma agraria pesina (1980) de José María Caballero; El agro peruano, Nelson Manrique, y Desplazamiento por violencia política de 1969 (1981) de José María Caballero; y Desarrollo de- 1970-1980 (1982) de Daniel Martínez y La reforma agraria en el Perú, 1980-1992 (1994) de Isabel Coral. Muy útiles sigual y crisis de la agricultura peruana, 1944-1969 (1981) peruana, 20 años después (1990), compilación de Ángel resultan para ello los dos volúmenes de DESCO sobre de Raúl Hopkins. Para los diversos movimientos políticos Fernández y Alberto Gonzales. Sobre la distribución del Violencia política en el Perú (1989). y sociales existe una amplia bibliografía. Para el movi- ingreso Distribución del ingreso en el Perú (1975) de Ri- Durante la década del 80 se realizaron investiga- miento obrero véase el ya clásico Historia del movimiento chard Webb y Adolfo Figueroa; y Crisis distributiva en el ciones respecto a la violencia política que son de consul- obrero peruano (1890-1977) (1977) de Denis Sulmont. Perú. Perú, 1970-1990 (1993), de Adolfo Figueroa. Para ta indispensable. Éstas son por orden cronológico: el In- Para el movimiento campesino, Los Andes. Tierra o muer- el sector petrolero, La política petrolera, 1970-1985 (1986) forme de la comisión investigadora de los sucesos de te (1967) de Hugo Neira; Tierra o muerte. Las luchas de Humberto Campodónico. Sobre la deuda externa, El Uchuraccay (1983); el Informe al Congreso sobre los su- campesinas en el Perú (1972) de Hugo Blanco; Latifundio Estado deudor. Economía política de la deuda. Perú y Bo- cesos de los penales (1988) de la comisión del Senado y sindicalismo agrario en el Perú (1974) de Eduardo Fio- livia, 1968-1984 (1986); de Oscar Ugarteche, y De la co- presidida por Rolando Ames; el Informe de la comisión ravanti; “Feudalismo andino y movimientos sociales rresponsabilidad a la moratoria. El caso de la deuda exter- especial del Senado sobre las causas de la violencia y (1866-1965)” (1980) de Manuel Burga y Alberto Flores na peruana, 1970-1986 (1987) de Drago Kisic. alternativas de pacificación en el Perú (1989), presidida Galindo; y El campesinado en la historia. Cronología de Para los grupos de poder económico véase, ade- por Enrique Bernales; y el Informe de la Comisión investi- los movimientos campesinos, 1956-1964 (1981) de Virgi- más de Malpica, El poder económico en la industria gadora de grupos paramilitares (1990), presidida por el nia Guzmán y Virginia Vargas. Sobre las guerrillas en el (1972) de Humberto Espinoza y José Osorio. Sobre el diputado Manuel Piqueras. Sobre los derechos humanos Perú, véase: Las guerrillas en el Perú y su represión comportamiento de los empresarios, además de Abusa- véanse los informes anuales de Amnistía Internacional y (1966) publicado por el ministerio de Guerra; Perú, 1965. da, véanse La década frustrada. Los industriales y el po- los informes específicos sobre la masacre de los penales Una experiencia guerrillera (1969) de Héctor Béjar; Histo- der, 1970-1980 (1982) de Francisco Durand; y Proyecto (1987) y de Cayara (1989). En cuanto a la evolución de ria secreta de las guerrillas (1967) de Gonzalo Añi; Las nacional. Empresarios y crisis, 1970-1987 (1990) de Ja- las Fuerzas Armadas y su relación con el Estado, véase guerrillas del MIR, 1965 (1982) de Rogger Mercado; y vier Iguíñiz. Respecto a los movimientos sociales, véase Fuerzas Armadas, subversión y democracia. Perú, 1980- nuestro ensayo “Los movimientos guerrilleros de la déca- además de Sulmont y Lynch para el movimiento obrero, 1993 (1993) de Carlos Iván Degregori y Carlos Rivera. da del sesenta” (1989). Acerca de los sectores urbanos y Velasquismo y movimiento popular. Otra historia prohibida Sobre el problema del narcotráfico, véanse los trabajos la migración, véase la edición de Carlos Enrique Paz Sol- (1985) de Teresa Tovar. Para el movimiento campesino, de la Comisión Andina de Juristas compilados por Diego dán, Lima y sus suburbios (1957); Las barriadas de Lima, además del texto de Pease, véanse Andahuaylas, la lu- García Sayán, Coca, cocaína y narcotráfico y Narcotráfico 1957 (segunda edición, 1977) de José Matos Mar; Las cha por la tierra (1981) de Lino Quintanilla; Toma de tie- (1989). Realidades y alternativas (1990). migraciones internas en el Perú (1969) de Héctor Martí- rras y conciencia política campesina (1981) de Rodrigo Sobre el tema sindical y su evolución, véanse los nez; y Lima, 1940-1970. Aspectos del crecimiento de la Sánchez; y Toma de tierras en el Perú (1982) de Diego trabajos de Jorge Parodi Ser obrero es algo relativo. capital peruana (1975) de Jean Paul Deler. García Sayán. Respecto al debate constitucional, véase Obreros, clasismo y política (1986) y La desmovilización Constitución y sociedad política (1983) de Enrique Berna- del sindicalismo industrial peruano durante el segundo be- EL RÉGIMEN MILITAR (1968-1980) les y Marcial Rubio. laundismo (1985); el trabajo de Pedro Galín, Julio Carrión Existe una amplia bibliografía acerca del régimen y Óscar Carrillo, Asalariados y clases populares en Lima militar. Para una visión de conjunto veáse Perú: ¿Qué LOS REGÍMENES POPULISTAS DE LOS ‘80 (1980-1990) (1986); y de Carmen Rosa Balbi Identidad clasista en el pasó? 1968-1976 (1977) de Francisco Moncloa; El ocaso Para los diversos temas del período, véanse los tra- sindicalismo. Su impacto en las fábricas (1989). Sobre los del poder oligárquico (1977) y Los caminos del poder bajos generales ya citados. Trabajos más específicos so- nuevos movimientos sociales véanse los libros compilato- (1979) de Henry Pease; “El docenio militar” (1980) de bre política son los de Henry Pease, A un año del segun- rios de Eduardo Ballón, Movimientos sociales y crisis. El Luis Pásara; El experimento peruano en retrospectiva do belaundismo (1981) y Democracia y precariedad bajo caso peruano (1986) y Movimientos sociales y democra- (1986) de Jane Jaquette y Abraham Lowenthal; La revo- el populismo aprista (1988). Cabe destacar los vacíos en cia. La fundación de un nuevo orden (1986); los 5 libros lución por decreto (1989) de Dirk Kruijt; La transición con- estudios sistemáticos referidos a las coyunturas políticas editados por los 25 años de DESCO (1990); y el libro de servadora, 1975-1978 (1992) de Nicolás Lynch; El refor- y económicas de los 80, especialmente para los años fi- Carlos Franco, Imágenes de la sociedad peruana. La otra mismo burgués (1968-1976) (1978), debate al interior de nales del gobierno aprista. modernidad (1991). Sobre los temas de migración, pro- la izquierda, moderado por Mirko Lauer; las compilacio- Para los temas económicos, véanse los trabajos vincianos en Lima y transformación de la ciudad, véanse nes El Perú de Velasco (3 tomos, 1983), de Carlos Fran- generales ya citados, especialmente el de Javier Iguíñiz. los trabajos de Cecilia Blondet, Nicolás Lynch y Carlos co; y El gobierno militar. Una experiencia peruana, 1968- Con respecto a la distribución del ingreso para el perío- Iván Degregori en Conquistadores de un nuevo mundo. 1980 (1985) de Cynthia McClintock y Abraham Lowent- do, véase Crisis distributiva en el Perú, 1970-1990 (1993) De invasores a ciudadanos en San Martín de Porres hal. Para testimonios de los militares del 68, véase ¿Gol- de Adolfo Figueroa y, sobre deuda externa, Inserción y (1986) y Los caballos de Troya de los invasores. Estrate- pe o revolución? Hablan los militares del 68 (2 tomos, deuda. Perú, 1985-1990 (1991) de Óscar Ugarteche. Pa- gias campesinas en la conquista de la gran Lima (1987) 1983), entrevistas realizadas por María del Pilar Tello; y ra el estudio de los grupos de poder económico, véanse de Jürgen Golte y Norma Adams. Finalmente, sobre di- Una revolución itinerante (1989) de Arturo Valdés Pala- los tres volúmenes de Carlos Malpica, El poder económi- versos temas, véase el libro editado por Augusto Álvarez cios. También resulta de interés para el último año del go- co en el Perú (1989-1992); El nuevo capital financiero. Rodrich El poder en el Perú (1993). bierno de Velasco el libro No, mi general (1976) de Gui- Grupos financieros y ganancias sistémicas en el Perú Para un análisis de la vida y personalidad de Alber- llermo Thorndike. Para los testimonios de civiles véanse, (1992) de Ludovico Alcorta; y Los grupos de poder eco- to Fujimori, véase Ciudadano Fujimori. La construcción de además de Moncloa, Testimonio de lucha (1973) y Revo- nómico. Un estudio de la oligarquía financiera (1990), de un político (1993), de Luis Jochamowitz, y El pragmatis- lución peruana. Autonomía y deslindes (1975) de Carlos Eduardo Anaya Franco. Para analizar el comportamiento mo de Fujimori. Del exceso ideológico al realismo político Delgado; y El plan Inca. Objetivo: revolución peruana gremial y como grupo de presión de los grupos de poder (1992), de Rafael Romero. Para un análisis de la campa- (1974) y Camino al socialismo (1976) de Augusto Zim- económico, véase De poder a poder. Grupos de poder, ña electoral, véanse dos libros: La guerra del fin de la de-

mermann. gremios empresariales y políticas macroeconómicas mocracia (1993) de Jeff Daeshner, y Demonios y redento- E

Para un balance económico, además de los ya cita- (1993) de Humberto Campodónico, Manuel Castillo y An- res en el nuevo Perú. Una tragedia en dos vueltas (1991) TAPA dos Fitzgerald e Iguíñiz, véase Políticas de industrializa- drés Quispe. Acerca del sector informal véanse los dos de Carlos Iván Degregori y Romeo Grompone. Respecto ción en el Perú, 1970-1976 (1977) de Roberto Abusada; volúmenes de Daniel Carbonetto, Lima. Sector informal a la candidatura de Mario Vargas Llosa se han escrito va- Economía peruana. Un ensayo de interpretación (1977) (1988); y de Hernando de Soto El otro sendero. La revo- rios libros. Como testimonios destacan el libro del propio C de Hugo Cabieses y Carlos Otero; Anatomía de un fraca- lución informal (1987, sexta edición). Sobre la pequeña Vargas Llosa El pez en el agua. Memorias (1993), y el de ONTEMPORÁNEA so económico. Perú, 1968-1978 (1979) de Daniel Schyd- empresa, el trabajo de Fernando Villarán, El nuevo desa- su hijo Álvaro, El diablo en campaña (1991). lowsky y Juan Witch; Crónica de un colapso económico. rrollo. La pequeña industria en el Perú (1992), y el de Perú, 1974-1979 (2 tomos, 1980) de Guido Pennano; y el Carlos Ramón Ponce Gamarra. Formación, estructura y

1179 Portocarrero Grados

OBRAS GENERALES Añi Castillo, Gonzalo Ediciones Perú. 1967 Historia secreta de las guerrillas. Lima, Más Allá. Cobas, Efraín Bardella, Giancarlo Artola, Armando 1982 Fuerza Armada, misiones militares y dependencia en 1989 Un siglo en la vida económica del Perú (1889-1989). 1976 ¡Subversión! Lima, Editorial Jurídica. el Perú. Lima, Editorial Horizonte. Lima, Banco de Crédito. Asociación Peruana de Estudios de Investigación para la Collier, David Burga, Manuel y Alberto Flores Galindo Paz. (APEIP) 1978 Barriadas y elites. De Odría a Velasco. Lima, IEP - 1980 “Feudalismo andino y movimientos sociales (1866- 1990 Cocaína. Problemas y soluciones andinas. Lima. Comisión Andina de Juristas (CAJ). 1965)”. En: Historia del Perú, tomo XI. Lima, Editorial Balbi, Carmen Rosa Comisión investigadora de los sucesos de Uchuraccay Juan Mejía Baca, pp. 10-112. 1988 Las relaciones Estado-sindicalismo en el Perú, 1985- 1983 “Informe”. Lima, Ediciones Perú. Caravedo Molinari, Baltazar 1987. Lima, FFE. Coral, Isabel 1980 “Economía, producción y trabajo (Perú, siglo XX)”. 1989 Identidad clasista en el sindicalismo. Su impacto en 1994 Desplazamiento por violencia política en el Perú, En: Historia del Perú, tomo VIII. Lima, Editorial Juan las fábricas. Lima, DESCO. 1980-1992. Lima, IEP - Centro de Promoción y Desa- Mejía Baca, pp. 189-361. Ballón, Eduardo rrollo Poblacional (CEPRODEP). Chirinos Soto, Enrique 1978 Barriadas y elites. De Odría a Velasco. Lima, IEP. Cornejo Chávez, Héctor 1991 Historia de la República, tomo II: 1883-1968; tomo III: 1986 (Ed.).Movimientos sociales y crisis. El caso peruano. 1960 Nuevos principios para un nuevo Perú. Lima. 1968-1991. Lima, A. Ch. Editores S.A., cuarta edición. Lima, DESCO. 1975 Socialcristianismo y revolución peruana. Lima, s/r. Durand Flórez, Luis 1986 (Ed.). Movimientos sociales y democracia. La funda- Cotler, Julio 1993 “La República, 1900-1993”. En: Compendio histórico del ción de un nuevo orden. Lima, DESCO. 1978 Clases, Estado y Nación en el Perú. Lima, IEP. Perú, tomo VI. Lima, Editorial Milla Batres. 1990 (Ed.). Movimientos sociales. Elementos para una re- 1995 (Ed.). Perú, 1964-1994. Economía, sociedad y políti- Gargurevich, Juan lectura. Lima, DESCO. ca. Lima, IEP. 1991 Historia de la prensa peruana, 1594-1990. Lima, Edi- Béjar, Héctor Cotler, Julio; Fernando Fuenzalida, Alberto Escobar, Augus- ciones La Voz. 1969 Perú, 1965. Una experiencia guerrillera. Lima, Campo- to Salazar Bondy y Jorge Bravo Bresani Guerra, Margarita dónico-Moncloa. 1971 El Perú hoy. México, Editorial Siglo XXI. 1984 “La República contemporánea (1919-1980)”. En: His- 1978 La revolución en la trampa. Lima, Ediciones Socialismo Daeschner, Jeff toria general del Perú, tomo XII. Lima, Editorial Milla y Participación. 1993 La guerra del fin de la democracia. Lima, Perú Repor- Batres. Bernales, Enrique ting. 1994 “La República, 1948-1980”. En: Historia general del 1980 Crisis política ¿solución electoral? Análisis de los re- Degregori, Carlos Iván Perú, tomo IX. Lima, Editorial Brasa. sultados de las elecciones para la Asamblea Consti- 1986 Sendero Luminoso. Los hondos y mortales desen- Klaiber, Jeffrey tuyente de 1978. Lima, DESCO. cuentros. Lima, IEP. 1988 La Iglesia en el Perú. Su historia social desde la inde- 1989 (Ed.). “Comisión Especial del Senado sobre las cau- 1989 Qué difícil es ser Dios. Ideología y violencia en Sen- pendencia. Lima, Pontificia Universidad Católica del sas de la violencia y alternativas de pacificación en dero Luminoso. Lima, El Zorro de Abajo Ediciones. Perú (PUC). el Perú”. Lima, DESCO - Comisión Andina de Juristas 1990 Ayacucho, 1969-1979. El surgimiento de Sendero Lu- Mejía Baca, Juan (Ed.) (CAJ). minoso. Lima, IEP. 1980 Historia del Perú, tomos VIII, XI y XII. Lima, Editorial Bernales, Enrique y Marcial Rubio Degregori, Carlos Iván y Romeo Grompone Mejía Baca. 1983 Constitución y sociedad política. Lima, Mesa Redon- 1991 Demonios y redentores en el nuevo Perú. Una trage- Pacheco Vélez, César (Ed.) da Editores. dia en dos vueltas. Lima, IEP. 1988 Perú promesa. Lima, Universidad del Pacífico. Blanco, Hugo Degregori, Carlos Iván y Carlos Rivera Pease, Franklin 1972 Tierra o muerte. Las luchas campesinas en el Perú. 1993 Perú, 1980-1993. Fuerzas Armadas, subversión y de- 1993 Hombre e historia, tomo III: siglo XX. Lima, Edubanco. México, Siglo XXI Editores. mocracia. Redefinición del papel militar en un contex- Ponce, Luis Blanco, Hugo; Javier Diez Canseco y Javier Echeandía to de violencia subversiva y colapso del régimen de- 1984 “Perú. Historia económica del siglo XX”. En: Historia 1979 “Informe sobre la situación de los derechos humanos mocrático. Lima, IEP. general del Perú, tomo XII. Lima, Editorial Milla Batres. en el Perú (1968-1978)”. Lima. Deler, Jean Paul 1993 “Historia económica del Perú (siglos XIX-XX)”. En: Blondet, Cecilia; Nicolás Lynch y Carlos Iván Degregori 1975 Lima, 1940-1970. Aspectos del crecimiento de la ca- Compendio histórico del Perú, tomo VI. Lima, Editorial 1986 Conquistadores de un nuevo mundo. De invasores a pital peruana. Lima, Centro de Investigaciones Geo- Milla Batres. ciudadanos en San Martín de Porres. Lima, IEP. gráficas. Boloña, Carlos Delgado, Carlos BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA (UTILIZADA Y 1993 Cambio de rumbo. Lima, Instituto de Economía de 1973 Testimonio de lucha. Lima, Editorial Peisa. RECOMENDADA) Libre Mercado. 1975 Revolución peruana. Autonomía y deslindes. Lima, Bonilla, Heraclio (Comp.) Editorial Universo. Abusada Salah, Roberto 1994 Perú en el fin del milenio. México, Consejo Nacional DESCO 1977 Políticas de industrialización en el Perú, 1970-1976. para la Cultura y las Artes. 1989 Violencia política en el Perú. Lima, DESCO, 2 tomos. Lima, PUC. Bourricaud, François Deustua, Alejandro Adams, Norma 1989 Poder y sociedad en el Perú. Lima, IEP-Instituto Fran- 1987 El narcotráfico y el interés nacional. Un análisis de la 1991 Los otros empresarios. Etica de los migrantes y for- cés de Estudios Andinos (IFEA). perspectiva internacional. Lima, CEPEI. mación de empresas en Lima. Lima, Instituto de Estu- Bravo Bresani, Jorge Diez Canseco, Javier dios Peruanos (IEP). 1966 Mito y realidad de la oligarquía peruana. Lima, IEP. 1985 Democracia, militarización y derechos humanos en el Adrianzén, Alberto (Ed.) Burneo, José; Adolfo Ciudad y Luis Pásara Perú, 1980-1984. Lima, Servicios Populares (SER- 1990 Pensamiento político peruano, 1930-1968. Lima, Cen- 1976 Empleo y estabilidad laboral. Lima, DESCO. PO) y Asociación Pro Derechos Humanos (APRO- tro de Estudios y Promoción del Desarrollo (DESCO). Caballero, José María DEH) Alarco, Germán; Oscar Dancourt y César Herrera 1980 Agricultura, reforma agraria y pobreza campesina. Li- Durand, Francisco 1987 Reactivación y política económica heterodoxa, 1985- ma, IEP. 1982 La década frustrada. Los industriales y el poder, 1970- 1986. Lima, Fundación Friedrich Ebert (FFE). 1981 Economía agraria en la sierra peruana antes de la re- 1980. Lima, DESCO. Alarco, Germán; Patricia del Hierro y Carmen Salas forma agraria de 1969. Lima, IEP. Espinoza, Humberto y José Osorio 1990 Economía peruana, 1985-1990. Lima, FFE. Caballero, José María y Elena Álvarez 1972 El poder económico en la industria. Lima, Universidad Alberti, Giorgio; Jorge Santistevan y Luis Pásara 1980 Aspectos cuantitativos de la reforma agraria, 1969- Federico Villarreal. 1977 Estado y clase. La comunidad industrial en el Perú. 1979. Lima, IEP. Fernández, Ángel y Alberto Gonzales (Eds.) Lima, IEP. Cabieses, Hugo 1990 La reforma agraria peruana. 20 años después. Chi- Alcorta, Ludovico 1976 Comunidad laboral y capitalismo. Alcances y límites. clayo, Centro de Estudios Sociales Solidaridad. 1992 El nuevo capital financiero. Grupos financieros y ga- Lima, DESCO. Ferner, Anthony nancias sistémicas en el Perú. Lima, FFE. Cabieses, Hugo y Carlos Otero 1982 La burguesía industrial en el desarrollo peruano. Li- Alva Castro, Luis 1977 Economía peruana. Un ensayo de interpretación. Li- ma, Editorial ESAN. 1987 Economía peruana, 1985-1986. Retos y propuestas. ma, DESCO. Figueroa, Adolfo Lima, Cambio y Desarrollo. Campodónico, Humberto 1993 Crisis distributiva en el Perú, 1970-1990. Lima, PUC. Álvarez Rodrich, Augusto (Ed.) 1986 La política petrolera, 1970-1985. El Estado, los con- Fioravanti, Eduardo 1993 El poder en el Perú. Lima, Editorial Apoyo. tratistas y Petroperú. Lima, DESCO. 1974 Latifundio y sindicalismo agrario en el Perú. Lima, IEP. Ames, Rolando (Ed.) Campodónico, Humberto; Manuel Castillo y Andrés Quispe Fitzgerald, E.V.K. 1988 “Informe al Congreso sobre los sucesos de los pena- 1993 De poder a poder. Grupos de poder, gremios empre- 1981 La economía política del Perú, 1956-1978. Desarrollo les”. Lima, Talleres Gráficos Ocisa. sariales y políticas macroeconómicas. Lima, DESCO. económico y reestructuración del capital. Lima, IEP. Amnistía Internacional Caravedo Molinari, Baltazar Flores Galindo, Alberto 1987 Perú. Desapariciones, torturas y ejecuciones suma- 1976 Desarrollo desigual y lucha política en el Perú, 1948- 1988 Tiempo de plagas. Lima, Editorial El Caballo Rojo. rias después de los motines penitenciarios de julio de 1956. Lima, IEP. Flores Galindo, Alberto y Nelson Manrique 1986. Londres, Publicaciones de A.I. Carbonetto, Daniel 1986 Violencia y campesinado. Lima, Instituto de Apoyo 1989 Perú. Entre dos fuegos. Madrid, Editorial A.I. 1988 Lima. Sector informal. Lima, Centro de Estudios para Agrario (IIA) 1991 Perú. Derechos humanos en un clima de terror. Ma- el Desarrollo y la Participación (CEDEP), 2 tomos. Franco, Carlos

ONTEMPORÁNEA drid, Editorial A.I. Centro Peruano de Estudios Internacionales (CEPEI) 1983 (Coord.) El Perú de Velasco. Lima, CEDEP, 3 tomos.

C Anaya Franco, Eduardo 1991 El convenio contra el narcotráfico entre el Perú y los 1983 La opción por un nuevo modelo de acumulación. Sus 1990 Los grupos de poder económico. Un estudio de la oli- Estados Unidos. Un debate de interés nacional. Lima, límites. Lima, CEDEP. garquía financiera. Lima, Editorial Horizonte. CEPEI. 1991 Imágenes de la sociedad peruana. La otra moderni- TAPA Ansión, Juan (Ed.) Chirinos Soto, Enrique dad. Lima, CEDEP. E 1989 Pishtacos. De verdugos a sacaojos. Lima, Tarea. 1962 Cuenta y balance de las elecciones de 1962. Lima, Frías, Ismael

1180 El Perœ contemporÆneo

1970 La revolución peruana y la vía socialista. Lima, Edito- Kruijt, Dirk Pease, Henry; Diego García Sayán, Fernando Eguren y rial Horizonte. 1989 La revolución por decreto. Lima, Mosca Azul Editores. Marcial Rubio Galín, Pedro; Julio Carrión y Óscar Carrillo 1991 Perú. Entre Sendero y los militares. Seguridad y rela- 1977 Estado y política agraria. Lima, DESCO. 1986 Asalariados y clases populares en Lima. Lima, IEP. ciones cívico-militares, 1950-1990. Barcelona, Edito- Pennano, Guido Gallegos, Enrique rial Robles. 1980 Crónica de un colapso económico. Perú, 1974-1979. 1968 Las guerrillas en el Perú y la acción de las FF.AA. Li- Kuczynski, Pedro Pablo Lima, Universidad del Pacífico, 2 tomos. ma, Las Palmas. 1980 Democracia bajo presión económica. El primer go- Piqueras, Manuel (Ed.) García Belaunde, Domingo bierno de Belaunde (1963-1968). Lima, Ediciones 1990 Comisión investigadora de grupos paramilitares. Una 1993 Las Constituciones del Perú. Lima, Ministerio de Treintaitrés-Mosca Azul Editores. lucha cívica contra la impunidad. Lima, s/r. Justicia. Lauer, Mirko Ponce Monteza, Carlos Ramón García Pérez, Alan 1977 (Moderador). Frente al Perú oligárquico, 1928-1968. 1994 Gamarra. Formación, estructura y perspectivas. Li- 1982 El futuro diferente. La tarea histórica del Apra. Lima, Lima, Mosca Azul Editores. ma, FFE. Desa. 1978 (Moderador). El reformismo burgués (1968-1976). Li- Portocarrero Grados, Augusto García Sayán, Diego ma, Mosca Azul Editores. 1995 “Teorías sobre la inflación y su implicancia en la polí- 1982 Toma de tierras en el Perú. Lima, DESCO. Lynch, Nicolás tica salarial (Perú, 1985-1989)”. Tesis de Economía. 1989 La Constitución. Diez años después. Lima. 1992 La transición conservadora. Movimientos sociales y Lima, UNMSM. 1989 (Ed). Coca, cocaína y narcotráfico. Laberinto en los democracia en el Perú, 1975-1978. Lima, El Zorro de Portocarrero Grados, Ricardo Andes. Lima, CAJ. Abajo Ediciones. 1989 “Los movimientos guerrilleros de la década del se- 1990 Narcotráfico. Realidades y alternativas. Lima, CAJ. Malpica, Carlos senta”. En Pasado y Presente, año II Nº 2-3. Lima, García Sayán, Diego; Jorge Santisteban y Luis Pásara 1989-1992 El poder económico en el Perú. Lima, Mosca Azul junio, pp. 183-190. 1974 Dinámica de la comunidad industrial. Lima, DESCO. Editores, 3 tomos. Portocarrero Maish, Felipe Gilbert, Dennis Martínez, Daniel 1980 Crisis y recuperación. La economía peruana de los 1982 La oligarquía peruana. Historia de tres familias. Lima, 1982 El agro peruano, 1970-1980. Análisis y perspectivas. 70 a los 80. Lima, Mosca Azul Editores. Editorial Horizonte. Lima, CEDEP. Portocarrero Maish, Gonzalo Golte, Jürgen y Norma Adams Martínez, Héctor 1978 “Empresarios, Sociedad Nacional de Industrias y 1987 Los caballos de Troya de los invasores. Estrategias 1969 Las migraciones internas en el Perú. Caracas, Monte proceso político, 1950-1968”. Lima, PUC, Mimeo. campesinas en la conquista de la gran Lima. Lima, Avila Editores. 1986 De Bustamante a Odría. El fracaso del Frente Demo- IEP. 1991 Reforma agraria peruana. Las empresas asociativas crático Nacional, 1945-1950. Lima, Mosca Azul Edi- Gonzales de Olarte, Efraín y Lilian Samamé altoandinas. Lima, CEDEP. tores. 1994 El péndulo peruano. Políticas económicas, goberna- Matos Mar, José 1993 (Ed.). Los nuevos limeños. Sueños, fervores y cami- bilidad y subdesarrollo, 1963-1990. Lima, IEP, segun- 1977 Las barriadas de Lima, 1957. Lima, IEP, segunda edi- nos en el mundo popular. Lima, SUR, Casa de Estu- da edición. ción. dios del Socialismo - Taller de Fotografía Social (TA- Gorriti, Gustavo 1986 Desborde popular y crisis del Estado. Lima, IEP, ter- FOS). 1990 Sendero. Historia de la guerra milenaria en el Perú. cera edición. Portocarrero Maish, Gonzalo y Patricia Oliart Lima, Editorial Apoyo. 1972 (Ed.). La oligarquía en el Perú. Lima, IEP. 1989 El Perú desde la escuela. Lima, IAA. Guerra García, Francisco 1978 (Comp.). Hacienda, comunidad y campesinado en el Portocarrero Maish, Gonzalo, Isidro Valentín y Soraya Iri- 1983 Velasco. Del Estado oligárquico al capitalismo de Es- Perú. Lima, IEP, segunda edición. goyen tado. Lima, CEDEP. Matos Mar, José y Rosa Díaz 1991 Sacaojos. Crisis social y fantasmas coloniales. Lima, Gutiérrez, Miguel y otros 1976 Yanaconaje y reforma agraria en el Perú. Lima, IEP. Tarea. 1981 Cobriza, 1971. Lima, Ediciones Nueva Corónica. Matos, Mar, José y Manuel Mejía Portocarrero Maish, Javier (Ed.). Guzmán, Virginia y Virginia Vargas 1980 Reforma agraria. Logros y contradicciones, 1969- 1991 Foro Económico 1. Perú, 1990. Estabilización y políti- 1981 El campesinado en la historia. Cronología de los mo- 1979. Lima, IEP. cas monetarias y cambiarias. Lima, FFE. vimientos campesinos, 1956-1964. Lima, Ideas. Mauceri, Philip 1991 (Ed.). Foro Económico 2. Reforma tributaria en el Pe- Haya de la Torre, Agustín 1989 Militares. Insurgencia y democratización en el Perú, rú. Lima, FFE. 1988 El retorno de la barbarie. La matanza en los penales 1980-1988. Lima, IEP. 1991 (Ed.). Foro Económico 3. Liberalización del comercio de Lima en 1986. Lima, Bahía Ediciones, segunda McClintock, Cynthia y Abraham Lowenthal (Comp.) exterior en el Perú. Lima, FFE. edición. 1985 El gobierno militar. Una experiencia peruana, 1968- 1991 (Ed.). Foro Económico 4. Reinserción del Perú en el Henry, Etienne 1980. Lima, IEP. sistema financiero internacional. Lima, FFE. 1978 La escena urbana. Estado y movimiento de poblado- Mercado, Rogger 1991 (Ed.). Foro Económico 5. Proceso de privatización en res, 1968-1976. Lima, PUC. 1982 Las guerrillas del MIR, 1965. Lima, Editorial de Cultu- el Perú. Lima, FFE. Hopkins, Raúl ra Popular. 1993 (Ed.). Foro Económico 6. Estabilización y dolariza- 1981 Desarrollo desigual y crisis de la agricultura peruana, 1983 El Partido Comunista del Perú. Sendero Luminoso. Li- ción en el Perú. Lima, FFE. 1944-1969. Lima, IEP. ma, Cultura Popular. 1994 (Ed.). Foro Económico 7. El costo del crédito en el Huamantinco Cisneros, Francisco Ministerio de Guerra Perú. Lima, FFE. 1971 Andahuaylas. Reforma agraria y campesinado. 1966 Las guerrillas en el Perú y su represión. Lima, Minis- 1994 (Ed.). Foro Económico 8. Ataque a la pobreza en el Ayacucho. terio de Guerra. Perú. Lima, FFE. Iguíñiz, Javier Miró Quesada, Carlos Portocarrero Suárez, Felipe 1981 Desde la crisis económica peruana. Estrategia de de- 1961 Autopsia de los partidos políticos en el Perú. Lima, 1986 “El imperio Prado (1890-1970). Orígenes, auge y de- sarrollo y política económica. Lima, Tarea. Ediciones Páginas Peruanas. pendencia de un grupo económico familiar”. Tesis 1984 Política industrial peruana, 1970-1980. Una síntesis. Moncloa, Francisco de Maestría. Lima, PUC. Lima, DESCO. 1977 Perú: ¿Qué pasó? 1968-1976. Lima, Editorial Hori- Quintanilla, Lino 1985 Crisis y fluctuaciones en la economía peruana, 1950- zonte. 1981 Andahuaylas. La lucha por la tierra. Lima, Mosca 1983. Lima, Tarea. Neira, Hugo Azul Editores. 1986 “La crisis peruana actual. Esquema para una inter- 1967 Los Andes. Tierra o muerte. Lima, Populibros Pe- Rénique, José Luis pretación”. En: Bonilla, Heraclio (Ed.). Las crisis eco- ruanos. 1990 La batalla por Puno. Violencia política en la sierra del nómicas en la historia del Perú. Lima, FFE-Centro La- 1974 Huillca. Habla un campesino peruano. La Habana, Ca- Perú. New York, Columbia University. tinoamericano de Historia Económica y Social (CL- sa de las Américas. Rodríguez, Jorge HES). Nugent, José Guillermo 1983 Los militares y el poder. Un ensayo sobre la doctrina mi- 1989 “Evaluación crítica de la política económica bajo Gar- 1991 El conflicto de las sensibilidades. Lima, Instituto Bar- litar en el Perú, 1948-1968. Lima, Mosca Azul Editores. cía. Balance de tres años de gobierno”. En: Heraclio tolomé de las Casas-Rímac. Rojas Samanez, Álvaro Bonilla y Paul Drake (Eds.). El APRA. De la ideología 1992 El laberinto de la choledad. Lima, FFE. 1987 Partidos políticos en el Perú. Manual y registro desde a la praxis. Lima. Parodi, Jorge 1872 hasta nuestros días. Lima, Industria Gráfica. 1992 Políticas de industrialización del Perú, 1980-1990. Li- 1985 La desmovilización del sindicalismo industrial perua- 1988 Partidos políticos en el Perú. Lima, Promotores y ma, DESCO. no durante el segundo belaundismo. Lima, IEP. Consultores Andinos. Iguíñiz, Javier y Noemí Montes 1986 Ser obrero es algo relativo. Obreros, clasismo y polí- Romero, Rafael 1990 Proyecto nacional. Empresarios y crisis, 1970-1987. tica. Lima, IEP. 1992 El pragmatismo de Fujimori. Del exceso ideológico al Lima, DESCO. Pásara, Luis realismo político. Lima, Taller Gráfico Sediot S.A. E

Iguíñiz, Javier; Rosario Basay y Mónica Rubio 1980 “El docenio militar”. En: Historia del Perú, tomo XII. Li- Roncagliolo, Rafael TAPA 1993 Los ajustes. Perú, 1975-1992. Lima, FFE. ma, Editorial Juan Mejía Baca, pp. 323-433. 1980 ¿Quién ganó? Elecciones 1931-1980. Lima, DESCO. Jaquette, Jane y Abraham Lowenthal Paz Soldán, Carlos Enrique (Ed.) Rospigliosi, Fernando

1986 El experimento peruano en retrospectiva. Lima, IEP. 1957 Lima y sus suburbios. Lima, Universidad Nacional 1987 Los jóvenes obreros de los 80. Inseguridad, eventua- C Jochamowitz, Luis Mayor de San Marcos (UNMSM). lidad y radicalismo. Lima, IEP. ONTEMPORÁNEA 1993 Ciudadano Fujimori. La construcción de un político. Pease, Henry Salazar Bondy, Augusto Lima, Peisa. 1977 El ocaso del poder oligárquico. Lima, DESCO. 1966 La cultura de la dominación. Lima, IEP. Kerbusch, Ernest 1979 Los caminos del poder. Tres años de crisis en la es- 1969 Entre Escila y Caribdis. Reflexiones sobre la vida pe- 1976 Cambios estructurales en el Perú, 1968-1975. Lima, cena política. Lima, DESCO. ruana. Lima, Casa de la Cultura. FFE. 1981 A un año del segundo belaundismo. Un perfil del pro- Sánchez, Rodrigo Kisic, Drago ceso político peruano. Lima, DESCO. 1981 Toma de tierras y conciencia política campesina. Las 1987 De la corresponsabilidad a la moratoria. El caso de la 1988 Democracia y precariedad bajo el populismo aprista. lecciones de Andahuaylas. Lima, IEP. deuda externa peruana, 1970-1986. Lima, CEPEI. Lima, DESCO. Sardón, José Luis

1181 Portocarrero Grados

1995 Walter Piazza en el MEF. Lima, Instituto Apoyo. nomía abierta. Lima, Universidad del Pacífico-Mosca 1994 Simbólica y política. Perú, 1978-1993. Lima, FFE. Schydlowsky, Daniel y Juan Witch Azul Editores. Vildoso, Carmen 1979 Anatomía de un fracaso económico. Perú, 1968- Tovar, Teresa 1992 Sindicalismo clasista. Certezas e incertidumbres. Li- 1978. Lima, Universidad del Pacífico. 1985 Velasquismo y movimiento popular. Otra historia pro- ma, EDAPROSPO. Silva Ruete, Javier hibida. Lima, DESCO. Villanueva, Víctor 1981 Yo asumí el activo y el pasivo de la revolución. Lima, Tuesta Soldevilla, Fernando 1963 Un año bajo el sable. Lima, Empresa Gráfica T. Ediciones CID. 1994 Perú político en cifras. Elite política y elecciones. Li- Scheuch S.A. Soto, Hernando de ma, FFE, segunda edición. 1967 Hugo Blanco y la rebelión campesina. Lima, Editorial 1987 El otro Sendero. La revolución informal. Lima, Institu- 1995 Sistema de partidos políticos en el Perú, 1978-1995. Juan Mejía Baca. to Libertad y Democracia (ILD), sexta edición. Lima, FFE. 1969 Nueva mentalidad militar en el Perú. Lima, Editorial Strong, Simon Ugarte del Pino, Vicente Juan Mejía Baca, segunda edición. 1992 Sendero Luminoso. El movimiento subversivo más le- 1987 Historia de las Constituciones del Perú. Lima, Edito- 1972 El CAEM y la revolución de la Fuerza Armada. Lima, tal del mundo. Lima, Perú Reporting. rial Andina. IEP. Sulmont, Denis Ugarteche, Óscar Villarán, Fernando 1977 Historia del movimiento obrero peruano (1890-1977). 1980 Teoría y práctica de la deuda externa en el Perú. Li- 1992 El nuevo desarrollo. La pequeña industria en el Perú. Lima, Tarea. ma, IEP. Lima, Organización de las Naciones Unidas para el Tello, María del Pilar 1986 El Estado deudor. Economía política de la deuda. Pe- Desarrollo Industrial (ONUDI) - Pequeña Empresa 1983 ¿Golpe o revolución? Hablan los militares del 68. Li- rú y Bolivia, 1968-1984. Lima, IEP. Tecnología y Sociedad (PEMTEC). ma, Editorial Sagsa, 2 tomos. 1991 Inserción y deuda. Perú, 1985-1990. Un caso espe- Webb, Richard y Adolfo Figueroa 1989 Sobre el volcán. Diálogo frente a la subversión. Lima, cial. Lima, Foro sobre Deuda y Desarrollo (FONDAD)- 1975 Distribución del ingreso en el Perú. Lima, IEP. Centro de Estudios Latinoamericanos. DESCO-CEPES. Webb, Richard; José María Caballero, Adolfo Figueroa y Ja- 1991 Perú: El precio de la paz. Lima, Petroperú. Valdés Palacio, Arturo vier Iguíñiz. Thorndike, Guillermo 1989 Una revolución itinerante. Lima, Ediciones del Institu- 1981 Distribución del ingreso en el Perú. Lima, PUC. 1976 No, mi general. Lima, Mosca Azul Editores. to Peruano de Empresas de Propiedad Exclusiva de Zimmermann, Augusto 1983 Uchuraccay. Testimonio de una masacre. Lima, Edito- Trabajadores (INPET). 1974 El Plan Inca. Objetivo: revolución peruana. Lima, Edi- rial Cabrusa. Valladares, Manuel torial Oficial El Peruano. 1994 El Hermanón. Lima, Libre. 1987 “Paro nacional. 19 de julio de 1977”. Lima, UNMSM, 1976 Camino al socialismo. Lima, Empresa Editora Hum- Thorp, Rosemary Mimeo. boldt. 1987 Política económica y planificación de largo plazo en el Vargas Llosa, Álvaro Zuzunaga Flores, Carlos modelo heterodoxo. Lima, Instituto Nacional de Plani- 1991 El diablo en campaña. Madrid, El País-Aguilar. 1992 Vargas Llosa. El arte de perder una elección. Lima, ficación. Vargas Llosa, Mario Editorial Peisa. Thorp, Rosemary y Geoffrey Bertram 1993 El pez en el agua. Memorias. Barcelona, Seix Barral. 1985 Perú, 1890-1977. Crecimiento y políticas en una eco- Vega Centeno, Imelda ONTEMPORÁNEA C TAPA E

1182

Resumen cronol gico

RESUMEN CRONOLÓGICO

1990

JUNIO 10

Alberto Fujimori Fujimori, candidato de la agrupación Cambio 90, gana la segunda vuelta de las elecciones presidenciales obteniendo el 62,4% de la votación, a casi 35% de distancia de su contendor Mario Vargas Llosa, del Frente Democrático (Fredemo), quien obtuvo el 37,6% de los votos. Los acompañantes de la plancha electoral de Fujimori, Máximo San Román y Carlos García García, acceden a la primera y segunda vicepresidencias, respectivamente.

Alberto Fujimori Fujimori es investido como presidente constitucional de la República el 28 de julio de 1990, luego de ganar las elecciones generales en segunda vuelta.

AGOSTO 8

Para enfrentar el proceso hiperinflacionario heredado de la gestión aprista el gobierno adopta un conjunto de medidas de ajuste eco- nómico, tanto en materia de política cambiaria, como en política fiscal y de precios, que son anunciadas por el ministro de Economía Juan Carlos Hurtado Miller.

ONTEMPORÁNEA El ingeniero Juan Carlos Hurtado Miller, ministro de C Economía y presidente del primer gabinete ministerial

TAPA nombrado por Fujimori. E

1184 Resumen cronol gico

NOVIEMBRE 5

Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, visita palacio de go- bierno junto con representantes del Banco Mundial (BM), en un primer acercamiento para restable- cer las líneas de cooperación económica con el país.

1991

ENERO 14

El diplomático peruano Javier Pérez de Cuéllar realiza visita oficial al Perú en su condición de se- cretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

ENERO 29

Visita del astronauta norteamericano James E. Irwin, cuarto hombre en llegar a la luna y primero en pasearse a bordo de un módulo independiente.

FEBRERO 13

El economista Carlos Boloña Behr reemplaza a Juan Carlos Hurtado Miller en la cartera de Economía. Su pre- sencia enfatiza la orientación neoliberal de la política económica del gobierno.

Carlos Boloña Behr consigue un mayor acercamiento con organismos económicos internacionales tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

ABRIL 3

Se promulga nuevo Código Penal en la sede de palacio de gobierno con la presencia del ministro E de Justicia Augusto Antoniolli. TAPA C ABRIL 6 ONTEMPORÁNEA

Estadísticas oficiales señalan que 130 mil personas afectadas y casi un millar de muertos es el sal- do a la fecha de la epidemia de cólera que desde febrero azota al país.

1185 Resumen cronol gico

MAYO 14

Se suscribe convenio sobre política de control de drogas y desarrollo alternativo con Estados Uni- dos, orientado a promover cultivos y programas alternativos que no signifiquen perjuicio social o eco- nómico a los productores de coca.

JUNIO 8

Se confirma formación de primer Grupo de Apoyo, encabezado por Estados Unidos y Japón, e in- tegrado entre otros por Francia, Canadá, Alemania, Italia, Holanda, totalizando once países, los cua- les en forma conjunta se comprometen a otorgar al Perú préstamos y donaciones por mil cien millones de dólares para po- ner al día los pagos vencidos y atrasados con los organismos multilaterales y acele- rar así el proceso de reinserción del país en la comunidad financiera internacional.

La reinserción del Perú en el ámbito financiero internacional fue uno de los primeros puntos de la agenda externa de Fujimori. La actitud peruana fue bien recibida tanto por la comunidad internacional como por las entidades financieras multilaterales, las cuales negociaron con el Perú varios acuerdos y préstamos para refinanciar su deuda exterior.

JULIO 30

Se denuncia que Leonel Figueroa, ex presidente del Banco Central de Reserva del Perú, y Héctor Neyra, ex gerente general de la misma entidad, habrían recibido sobornos por tres millones de dóla- res del Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), involucrado en uno de los mayores frau- des bancarios a nivel mundial.

DICIEMBRE 12

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) le confiere a Lima la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

1992

ENERO 9

Presidente Alberto Fujimori llega a Quito (Ecuador), en la que constituye la primera visita oficial ONTEMPORÁNEA

C de un presidente peruano a ese país. TAPA E

1186 Resumen cronol gico

ENERO 24

Presidentes de Perú y Bolivia suscriben la De- claración de Ilo por la cual el Perú concede al país del sur el libre uso de sus instalaciones por- tuarias y el desarrollo de una zona franca indus- trial y una zona franca turística en la playa del puerto de Ilo (Moquegua).

El acuerdo suscrito en Ilo rompe la mediterraneidad de Bolivia luego de más de un siglo y facilita el flujo comercial de los productos peruanos por el Atlántico.

FEBRERO 15

Sendero Luminoso asesina a balazos a María Elena Moyano y dinamita su cuerpo. La dirigente popular de 33 años había presidido la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador (Fepomu- ves), constituida en 1983 para llevar a la práctica proyectos de ayuda legal a la mujer, formación de comedores populares y el programa del vaso de leche. También fue teniente alcadesa del distrito mencionado.

MARZO 19

La Universidad Nacional Mayor de San Marcos otor- ga doctorado Honoris Causa a Gustavo Gutiérrez, teóri- co de la denominada “teología de la liberación”, cuya di- fusión le ha valido reconocimiento continental. En el pre- sente siglo esta distinción sólo ha sido conferida anterior- mente al jurista José Luis Bustamante y Rivero y al diplo- mático Javier Pérez de Cuéllar.

Gustavo Gutiérrez agradece distinción otorgada por la Universidad de San Marcos.

ABRIL 5

El presidente Alberto Fujimori anuncia el establecimiento de un gobierno de emergencia y recons- trucción nacional, y la disolución del Congreso, del Tribunal de Garantías Constitucionales, del Con- sejo Nacional de la Magistratura y de los gobiernos regionales. Anuncia igualmente la realización de E un plebiscito para aprobar una nueva Constitución. TAPA C

JULIO 16 ONTEMPORÁNEA

Dos edificios quedan totalmente destrozados y mueren veinticinco personas en atentado terrorista en la calle Tarata del distrito de Miraflores. Se calcula que fueron usados 600 kilos de componentes explosivos en este violento ataque, cuyas pérdidas materiales se estiman en tres millones de dólares.

1187 Resumen cronol gico

AGOSTO 4

Familiares denuncian el secuestro y asesinato de un profesor y nueve alumnos de la Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzmán y Valle” en operativo militar, sindicándolos como terro- ristas.

AGOSTO 9

Fallece Manuel Ulloa Elías, quien fuera primer ministro, mi- nistro de Economía y presidente del Senado durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde Terry.

Manuel Ulloa, además de su fecunda actividad política, fue fundador –junto con Manuel Mujica Gallo– del diario Expreso.

SETIEMBRE 7

En el marco del proceso de privatización de entidades estatales, la empresa brasileña Ingá, perte- neciente al grupo Kibo, adquiere cien mil acciones de Minero Perú Comercial (Minpeco), por un mon- to de 4,1 millones de dólares.

SETIEMBRE 12

Luego de un minucioso y prolongado trabajo de seguimiento de la Dirección Nacional Contra el Te- rrorismo (Dincote) de la Policía Nacional, encabeza- da por el general Ketin Vidal, se logra capturar a Abi- mael Guzmán, cabecilla del grupo terrorista Sendero Luminoso.

El 12 de setiembre de 1992 fue capturado Abimael Guzmán, conocido como el “camarada Gonzalo”, líder máximo de Sendero Luminoso. Su detención y la de importantes dirigentes senderistas precipitó la desintegración y derrota militar de este movimiento terrorista.

OCTUBRE 7

Abimael Guzmán es juzgado por un tribunal militar y condenado a cadena perpetua en una base ONTEMPORÁNEA

C custodiada por la Marina de Guerra. TAPA E

1188