Antecedentes Feministas En La Producción Cultural De Rosario
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Chádez, Ruskin. “Antecedentes feministas en la producción cultural de Rosario Sansores en la prensa hispana en los Estados Unidos.” Plaza: Dialogues in Language and Literature 4.2 (Summer 2014): 16-29. PDF. Ruskin Chádez Antecedentes feministas en la producción cultural de Rosario Sansores en la prensa hispana en los Estados Unidos Fig. 1. Rosario Sansores (1889-1972) fue una poeta y periodista nacida en Mérida, Yucatán, el 25 de agosto de 1889. Se casó en 1904 y emigró a Nueva York, donde residió aproximadamente Plaza 4.2 © Ruskin Chádez por un año (1908). De su matrimonio nacieron tres hijos: Blanca, Beatriz, y un varón, quien murió cuando era un bebé. Después se estableció por veintitrés años en la Ciudad de La Habana (1909-1932) y el resto de su vida la pasó en la Ciudad de México. En estos países Rosario Sansores publicó sus textos literarios y periodísticos, como poemas, cuentos breves, narraciones, artículos, crónicas, reflexiones, etc. Algunas de las publicaciones periódicas habaneras donde Sansores colaboró fueron los periódicos el Diario de la Marina, El Mundo, El País, las revistas Carteles, Bohemia, El Fígaro, etc. Durante esta época ganó el concurso del madrigal en la ciudad de Querétaro, México (1924), con el madrigal intitulado “La estrella” (D’Acosta 65). Sansores regresó a la Ciudad de México en 1932, donde también cultivó la poesía, pero sobre todo fue conocida por su labor periodística. Colaboró en los periódicos Excélsior, Novedades, El Diario de la Tarde, en periódicos de provincia y en las revistas Hoy, La Familia, Revista Social y Diplomática, Amenidades, etc. En Yucatán publicó en El Eco del Comercio, La Revista de Mérida, La Revista de Yucatán, entre otros. Hay registros de colaboraciones sansorinas en varios periódicos americanos en español, sobresale el caso de La Prensa de San Antonio, donde publicó desde 1914. Además destacan Epoca de San Antonio, Heraldo de México de Los Angeles, Hispano América de San Francisco, Tucsonense de Tucson, Cronista del Valle de Brownsville, Traducción-Prensa de Tampa, La Prensa de Nueva York, Mundo de Oakland, entre otros más. La embajada de la República de Cuba en México, el 4 de julio de 1955, envió a Rosario Sansores la más alta condecoración de Cuba, la Orden Nacional del Mérito Carlos Manuel de Céspedes. También le otorgaron a Sansores La Orden Mambí de Cuba. La escritora y periodista, D’Acosta, subraya que por los cincuenta años de periodismo (1969) le dieron a Sansores la medalla Filomeno Mata (62). Por su parte, el ingeniero e investigador musical, Roberto Mac- Swiney Salgado, señala que Rosario Sansores viajó a Ecuador en 1967, cuando “el Ayuntamiento de Guayaquil le otorgó unas palmas Literarias y la declaró ‘Poetisa de América’ y también fue agasajada en Quito por el Presidente de la República y por el Embajador de México en Ecuador (12).” Existen alrededor de veinticinco obras de Rosario Sansores. En prosa son ocho, contando la edición de Rutas de Emoción del Club Rotario, y de poesía son diecisiete. Rosario Sansores falleció el 7 de enero de 1972 a los 82 años de edad. Fue sepultada en la cripta familiar del Panteón Jardín de la Ciudad de México. Falleció a consecuencia de un infarto al miocardio. Los libros que se conocen físicamente en prosa son: Rutas de emoción. México: Libros y Revistas, 1945; Diez años de juventud. México: Libros y Revistas, 1946; Libro azul de la sociedad mexicana. México: Publicidad Carbac, 1946; Dulzura en el recuerdo. México: Libros y Revistas, 1951. Los de poesía son: Ensueños y Quimeras. La Habana, 1911; Del país del ensueño. La Habana, 1911; Las horas pasan. La Habana, 1921; Mientras se va la vida. México: Herrero Hermanos Sucesores, 1925; Cantaba el mar azul. Madrid: Espasa Calpe, 1927; El breviario de Eros. La Habana: Molina y Ca., 1930; La novia del sol. México: Ediciones Botas, 1933; Fruta madura. México: Artes Gráficas del Edo, 1940; Mi corazón y yo. México: Libros y revistas, 1943; Los cien mejores poemas. México: Secretaría de Educación Pública, 1946; Plaza 4.2 © Ruskin Chádez Sombra en el agua: México: Editorial Olimpo, 1951 y Polvo de olvido. México: Libros y Revistas, 1951. La poesía de Rosario Sansores abreva tardíamente de la tradición literaria decimonónica, principalmente la romántica y por tanto, uno de sus temas principales es el amor. De hecho tanto la escritora Elena Poniatowska como el cronista Germinal Barral la consideran la última poeta romántica; asimismo, como dijera el escritor Octavio Paz, según el periodista y poeta Roger Cicero Mac-Kinney, que Rosario Sansores fue “la mujer romántica que sentía en la piel el 1 llamado estricto del amor, y la considera nuestra más audaz poeta romántica.” Me parece acertada la visión del investigador yucateco, Rubén Reyes Ramírez, de que la obra sansorina “pudiera ubicarse en una forma de postmodernismo neorromántico (48)”, ya que es indudable que su poesía se nutre de esa corriente literaria conocida como Modernismo hispanoamericano también. En este sentido, el cronista, escritor e investigador mexicano José Joaquín Blanco nos dice, en relación con la poesía de Rosario Sansores, que: Se trata de poemas efectivamente anticuados, como detenidos en 1900, en el aspecto más sentimental de Nervo y Darío. Pero no están mal hechos. La señora Sansores sabía su castellano, y conocía las audacias modernistas de sintaxis, léxico y versificación. ¿Anticuados? Urbina seguía escribiendo igual en 1930 […] ¡Nada mal! Mucho sabía del modernismo la Sansores: […] hasta un perejilito de Lugones. Algo del dandismo del Duque Job también asoma en su manera de celebrar La Habana […] de repente la encontramos a punto de dirigirse hacia los rumbos prosaístas y cotidianos de Salvador Novo, pero sólo echa un vistazo, y vuelve a su trayecto habitual. (4) El neorromanticismo de Rosario Sansores se aprecia en el poema “El caminante”, publicado en el periódico El Tucsonense, cuando dice lo siguiente: “Si canta un ruiseñor, oye su trino; / y si ves al Amor, ¡oh peregrino!, / tender el arco con segura mano, / el peligro no esquives; ¡que en su herida / están todos los goces de la vida / y todo el fondo del dolor humano…! (3). Sin embargo, no en todos los poemas de Rosario Sansores se aprecia un amor ideal, aunque en este ya se vislumbran algunas amarguras que el amor puede provocar, es decir, el yo lírico femenino se comporta de manera diferente en relación con el tema del amor. En este sentido, me gustaría subrayar que en la poesía y en otros textos de Rosario 2 Sansores, parte de ellos publicados en algunos periódicos americanos en español , se aprecian atisbos, que pueden constituir un antecedente temprano o un ejemplo de protofeminismo o prefeminismo. Debido a que el yo lírico femenino pasa de ser un objeto de placer a ser un sujeto protagónico y que toma decisiones. Claro, aparte del caso muy conocido de Sor Juana Inés de la Cruz, que se remonta al siglo XVII, entre otros. Entiendo como protofeminismo las acciones y los escritos de algunas mujeres a principio del siglo XX, que a pesar de presentar viñetas de una postura a favor de la liberación y los 1Este es un recorte de un artículo que me proporcionó la familia Miranda, parientes de Rosario Sansores, desafortunadamente no se acuerdan de dónde lo tomaron. 2Incluso, algunos de estos poemas no han sido antologados. He tenido acceso a todo este material gracias al Proyecto Recovery de la Universidad de Houston, fundado y dirigido por el Dr. Nicolás Kanellos. Plaza 4.2 © Ruskin Chádez derechos femeninos, todavía no se logran desprender de manera radical de los lazos conservadores en relación con los roles que tradicionalmente fueron atribuidos a las mujeres. Algunos de estos roles tienen que ver, para sólo citar un ejemplo, con las responsabilidades de las féminas en el hogar y su confinamiento casi exclusivo a este espacio, sin tener prácticamente una participación activa o directa en los demás ámbitos de la sociedad. La doctora Gabriela Baeza Ventura vislumbra lo anterior cuando comenta una crónica, La mujer de talento, de Loreley (María Luisa Garza), en la antología La otra voz, de la siguiente manera: “Loreley crea en sus escritos un espacio para la mujer, convirtiendo a sus lectoras en participantes activas. Pero ella no puede romper con los lazos que la atan a la tradición y, al final, les indica a las mujeres que deben permanecer en el hogar, al cuidado de sus tareas como inteligentes amas de casa (304).” No obstante este vínculo con la tradición todavía presente en algunas de estas mujeres, sus acciones y pensamientos no dejan de ser importantes, ya que constituyeron un antecedente a lo que posteriormente se consolidaría como una ideología feminista en forma a partir de los años sesenta. El Dr. Nicolás Kanellos, en relación con el contexto hispano en Estado Unidos apunta que estas mujeres “hicieron esto a pesar de tener que sobrevivir en el ambiente hostil predominantemente masculino de la prensa de los 1920 en Texas (XXXV).” Y agrega que “todas estas escritoras-activistas presentaron poderosos modelos de pensamiento y expresión que más tarde inspirarían a sus herederas espirituales (XXXVI).” En el poema “Cuando tú te hayas ido”, antologado en Cantaba el mar azul (1942), el yo lírico femenino, a través de una premonición (prolepsis), aclara que quedará tristemente abandonado con la partida del sujeto ficcional, es decir, su amado. Lo anterior se aprecia de la siguiente manera: “Cuando tú te hayas ido / me envolverán las sombras; / cuando tú te hayas ido, 3 / con mi dolor a solas, / evocaré este idilio / con sus azules horas (67-68).” En este caso, se nota que la mujer presiente la dolorosa partida, y se aprecia un yo lírico femenino como un objeto un tanto usado que luego se desecha o se abandona.