Redalyc.INVASIÓN DE VERNON a PANAMÁ Y OTRAS GUERRAS
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Tareas E-ISSN: 0494-7061 [email protected] Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena" Panamá Castillero Calvo, Alfredo INVASIÓN DE VERNON A PANAMÁ Y OTRAS GUERRAS COLONIALES EN EL ISTMO Tareas, núm. 157, septiembre-diciembre, 2017, pp. 27-50 Centro de Estudios Latinoamericanos "Justo Arosemena" Panamá, Panamá Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=535056123003 Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto INVASIÓN DE VERNON A PANAMÁ Y OTRAS GUERRAS COLONIALES EN EL ISTMO* Alfredo Castillero Calvo** Resumen: Se contrasta las fuentes extranjeras, sobre todo inglesas y británicas, con las de archivos españoles, referentes a las invasiones extranjeras al Istmo de Panamá durante el período colonial. Señala la creación, a partir de 1597, de fuerzas milicianas y tropas regulares, destacando la importancia creciente de las ordinarias (y luego las mi- licias disciplinadas a partir del siglo XVIII) en la defensa del Istmo. Dos factores fueron decisivos en su defensa: Las milicias y la naturaleza del Istmo central. Explica que, contra las versiones tradicionales, las defensas panameñas tuvieron éxito al rechazar numerosas veces al enemigo, pese a los iniciales reveses . Estados Unidos y la nueva correlación de fuerzas internacional, 2017, Palabras clave: Istmo de Panamá, Portobelo, San Lorenzo del Chagres, Marco A. Gandásegui, h. (coordinador), México, coedición de Siglo Drake, Parker, Morgan, Vernon, Gran Bretaña, Guerra del Asiento . XXI Editores, CELA y CLACSO. *Adaptación de conferencia dictada a ex-alumnos panameños de la Univer- sidad de New York (NYU), Club Unión, Panamá, 12 de junio de 2017. **Historiador, profesor jubilado de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Cela. Tareas 156/p.27-50 27 Introducción res que a mi juicio resultaron decisivos en la defensa. Por un A los panameños se nos ha acostumbrado a la idea de que lado, el papel que jugaron las tropas milicianas, es decir cien- durante el largo período colonial, no solo fuimos víctimas de tos y miles de panameños que peleaban hombro con hombro numerosos ataques piráticos y de potencias extranjeras, sino junto a las tropas regulares llegadas de España. que cada vez nos derrotaron y humillaron. En un par de con- Estas milicias, que eran tanto urbanas como rurales, se ferencias recientes y sobre todo en mi libro Portobelo y el San organizaron a partir de 1597, una vez se fundó Portobelo con Lorenzo del Chagres. Perspectivas imperiales ,1 me esmeré por sus castillos y fortalezas. Esto ocurría al mismo tiempo que profundizar el tema de la guerra, al que le dediqué varios capí- llegaban a Panamá los primeros 200 soldados profesionales — tulos, incitado por el interés de conocer más sobre lo que una es decir tropas regulares y pagadas—, procedentes de Espa- y otra vez se repetía. Desde mucho antes, la documentación ña. Con la construcción de las fortificaciones, la creación de que conocía me había rendido convincentes atisbos de que las las milicias y la introducción de la tropa regular y paga, Panamá cosas no fueron como me la habían contado, pero debía siste- se convirtió desde entonces en una auténtica plaza militar. 3 matizar la información y contextualizar los datos en un marco La importancia de las milicias locales fue crecientemente más amplio. reconocida por las autoridades militares y, en el siglo XVIII, ya La mayoría de las respuestas las encontré en varios archi- eran consideradas totalmente indispensables; de hecho, se las vos y bibliotecas de España, sobre todo en el Archivo General consideraba más importantes para la guerra que a las propias de Indias, en Sevilla, al que he frecuentado durante años, y en fuerzas regulares y pagadas, sobre todo cuando se crearon las los cientos de legajos que consulté, me quedó claro que gran milicias disciplinadas en la década de 1770. Es más, siendo parte de las versiones conocidas, sobre todo las británicas, que era imposible para España enviar desde la propia Penín- eran muy sesgadas, o se abultaban los triunfos, o bien omi- sula tropas de relevo para cubrir las innumerables plazas que tían información crítica o mentían sin la menor vergüenza. tenía en las colonias, tuvo que aceptarse que cada vez más las Raras veces, si alguna, eran informes oficiales. Casi todas eran propias tropas pagadas fuesen constituidas por veteranos de escritas para el gran público y con criterios propagandísticos. guerra de las milicias locales. Para fines del siglo XVIII casi Y donde uno pudiera esperar interesantes noticias, como los las tres cuartas partes el ejército local ya estaba constituido famosos Vernon Papers , que bastante trabajo me costó conse- por soldados regulares nacidos aquí. Esto ocurría en todas las guir, resulta decepcionante lo poco que contiene. 2 En franco plazas militares de la América colonial y no era por supuesto contraste, los informes españoles que conozco eran todos de exclusivo de Panamá. 4 carácter oficial y debían responder a un estricto protocolo ju- El otro factor al que me he referido antes es a las caracte- rídico. Luego de cada evento bélico se levantaban sistemáti- rísticas del medio físico panameño. Aunque la observación de camente pesquisas, se exigían declaraciones juradas a los prin- un mapa podría sugerir en aquella época que era fácil cruzar- cipales actores o testigos, todo lo cual producía numerosos lo de uno al otro mar, en realidad el Istmo presentaba un testimonios que por su propia naturaleza eran obviamente más enorme y casi insalvable obstáculo para la movilización de confiables que las versiones extranjeras. tropas, sobre todo si eran numerosas, debido a la espesura de El resultado final, y así lo plasmo por extenso en el libro, su 'selva lujuriante', y a lo accidentado del relieve montañoso es que si bien sufrimos derrotas y humillaciones, también de su istmo central, y más aún cuando la campaña se realiza- nuestras fuerzas se impusieron al enemigo y este fue repeti- ba durante la estación lluviosa. Esta realidad se hizo evidente das veces rechazado y vencido. desde los primeros episodios bélicos, y se fue confirmando una Aparte los méritos propios de algunos presidentes, capi- y otra vez, hasta que ya para fines del siglo XVII se considera- tanes generales y oficiales encargados de la defensa, gracias a ba como un hecho que la mejor defensa del Istmo era su pro- su coraje y resolución, o a su habilidad táctica, hay dos facto- pia naturaleza. Muchas de las mejores propuestas tácticas para la defensa del país se basaron en esta premisa. 5 28 septiembre-dicimbre 2017 Tareas 157/p.27--50 29 Introducción res que a mi juicio resultaron decisivos en la defensa. Por un A los panameños se nos ha acostumbrado a la idea de que lado, el papel que jugaron las tropas milicianas, es decir cien- durante el largo período colonial, no solo fuimos víctimas de tos y miles de panameños que peleaban hombro con hombro numerosos ataques piráticos y de potencias extranjeras, sino junto a las tropas regulares llegadas de España. que cada vez nos derrotaron y humillaron. En un par de con- Estas milicias, que eran tanto urbanas como rurales, se ferencias recientes y sobre todo en mi libro Portobelo y el San organizaron a partir de 1597, una vez se fundó Portobelo con Lorenzo del Chagres. Perspectivas imperiales ,1 me esmeré por sus castillos y fortalezas. Esto ocurría al mismo tiempo que profundizar el tema de la guerra, al que le dediqué varios capí- llegaban a Panamá los primeros 200 soldados profesionales — tulos, incitado por el interés de conocer más sobre lo que una es decir tropas regulares y pagadas—, procedentes de Espa- y otra vez se repetía. Desde mucho antes, la documentación ña. Con la construcción de las fortificaciones, la creación de que conocía me había rendido convincentes atisbos de que las las milicias y la introducción de la tropa regular y paga, Panamá cosas no fueron como me la habían contado, pero debía siste- se convirtió desde entonces en una auténtica plaza militar. 3 matizar la información y contextualizar los datos en un marco La importancia de las milicias locales fue crecientemente más amplio. reconocida por las autoridades militares y, en el siglo XVIII, ya La mayoría de las respuestas las encontré en varios archi- eran consideradas totalmente indispensables; de hecho, se las vos y bibliotecas de España, sobre todo en el Archivo General consideraba más importantes para la guerra que a las propias de Indias, en Sevilla, al que he frecuentado durante años, y en fuerzas regulares y pagadas, sobre todo cuando se crearon las los cientos de legajos que consulté, me quedó claro que gran milicias disciplinadas en la década de 1770. Es más, siendo parte de las versiones conocidas, sobre todo las británicas, que era imposible para España enviar desde la propia Penín- eran muy sesgadas, o se abultaban los triunfos, o bien omi- sula tropas de relevo para cubrir las innumerables plazas que tían información crítica o mentían sin la menor vergüenza. tenía en las colonias, tuvo que aceptarse que cada vez más las Raras veces, si alguna, eran informes oficiales. Casi todas eran propias tropas pagadas fuesen constituidas por veteranos de escritas para el gran público y con criterios propagandísticos. guerra de las milicias locales. Para fines del siglo XVIII casi Y donde uno pudiera esperar interesantes noticias, como los las tres cuartas partes el ejército local ya estaba constituido famosos Vernon Papers , que bastante trabajo me costó conse- por soldados regulares nacidos aquí. Esto ocurría en todas las guir, resulta decepcionante lo poco que contiene.