EFEMÉRIDE SOBRE LA CONMEMORACIÓN DE LA BATALLA DE OTUMBA.

HUIDA DE HERNÁN CORTÉS HACIA TRAS .

Tras el intento fallido de huir de sin ser descubiertos, Hernán Cortés, el resto de los españoles y los tlaxcaltecas que sobrevivieron la batalla conocida como la “Noche Triste”, se dirigieron de Popotla hacia el cerro de Otocampulco, en donde fueron atacados por los tepanecas. Pasaron la noche en Acueco, y al día siguiente, se dirigieron hacia Tlalnepantla, atacaron el poblado de Calacoayan, cruzaron Atizapán, y pararon en Teocalhueyacan. Posteriormente, continuaron su camino hacia Tepotzotlán, luego hacia Citlaltepec, bordearon el lago de Zumpango, y pasaron la noche en Aychqualco. Al día siguiente, se dirigieron hacia Tonaxipan, en donde pasaron la noche.

Durante su trayecto, los españoles y sus aliados tlaxcaltecas fueron atacados en diversas ocasiones por los mexicas, quienes les seguían de cerca desde su salida de Tenochtitlan; durante uno de esos ataques por la retaguardia, Cortés sufrió una herida en la cabeza causada por una piedra.

LA BATALLA DE OTUMBA.

El 07 de julio de 1520, al llegar a las planicies cercanas a Otumba, en Temalcatitlan, se dice que habían muerto durante el trayecto decenas de españoles por heridas sufridas durante los ataques, por lo que únicamente quedaban alrededor de 350 soldados, casi todos con algún tipo de herida, y de 16 a 23 caballos. Asimismo, entre mil y dos mil tlaxcaltecas aún seguían en pie. No hay una cifra exacta de la cantidad de españoles y tlaxcaltecas que llegaron a Otumba, pues las cifras que los historiadores han mencionado, varían de entre 340 y 600 españoles y de 800 a 4,000 tlaxcaltecas.

Ese día, en las llanuras de Temalcatitlan, el ejército de la Triple Alianza alcanzó finalmente a sus enemigos. Tampoco hay una cifra exacta ni aproximada de la cantidad de guerreros mexicas que llegó al campo de batalla, pues las cifras que los historiadores han mencionado, varían de entre 40,000 y 200,000 guerreros. Lo que sí se puede válidamente concluir, es que el ejército de la Triple Alianza y sus aliados, comandado en esa batalla por el cihuacoatl (comandante del ejército en las campañas militares y líder del ejército en ausencia del tlatoani) llamado Matlatzincatzin, hermano de Cuitlahuac, sobrepasaba por mucho en número a sus enemigos.

La batalla comenzó alrededor de las 09:00 horas. La estrategia del ejército mexica era capturar a los españoles, y no matarlos si no era necesario, pues su tradición militar era sacrificar a sus prisioneros de guerra y ofrecerles a los dioses tanto la batalla como el sacrificio en sí mismo. Matlatzincatzin, quien dirigía al ejército mexica desde la loma de Petzicatla, dio la orden de rodear a los españoles, y los españoles reaccionaron formando un círculo, colocando a los caballos en el interior, a la infantería en medio, y a los piqueros en la parte exterior.

Tras varios ataques repelidos por los españoles, éstos comenzaron a utilizar a la caballería para atacar rápidamente y regresar inmediatamente después al interior de la formación. Se dice que María de Estrada, una mujer soldado nacida en Sevilla, España, fue una de las piezas fundamentales de Cortés en la batalla.

Tras varias horas de batalla, Cortés planeó una carga de la caballería directamente en contra de Matlatzincatzin, habiendo escuchado de los tlaxcaltecas el dicho de que, en las batallas mesoamericanas, capturar el tlahuizmatlaxopilli o quetzalteopamitl (estandarte de guerra y símbolo de poder militar) era una forma de decidir las batallas.

Así, junto con Gonzalo Domínguez, Cristóbal de Olid, Gonzalo de Sandoval y Juan de Salamanca (algunos historiadores incluyen también el nombre de Alonso de Ávila), rompió el cerco que mantenían los guerreros

mexicas y cargó directamente hacia Matlatzincatzin. Cortés derribó con su lanza al cihuacoatl mexica, Matlatzincatzin cayó desde el palanquín en el que se encontraba y, tras haber quedado tirado en el suelo, Juan de Salamanca lo mató, le arrebató el estandarte y se lo entregó a Cortés, quien enseguida lo ondeó lo más alto que pudo, a fin de hacer notar que los españoles habían derrotado al cihuacoatl mexica.

Al notar la captura del tlahuizmatlaxopilli y la muerte de Matlatzincatzin, el ejército mexica rompió filas y se retiró del lugar. Esa noche, los españoles y sus aliados tlaxcaltecas pasaron la noche en Apan, y llegaron el día siguiente a territorio tlaxcalteca.

En la batalla del 07 de julio de 1520, murieron entre 4,000 y 20,000 mexicas, de 60 a 100 españoles, así como un número indeterminado de tlaxcaltecas, el cual algunos historiadores mencionan que fue de cientos, y otros aseveran que fue incluso de miles.

La batalla de Otumba fue decisiva en la campaña de Cortés en territorio mexicano, pues salvó la vida y pudo llegar a Tlaxcala para sanar sus heridas, reagruparse, rearmarse y construir bergantines para posteriormente iniciar el asedio de Tenochtitlan. En España es considerada como una de las batallas decisivas de su historia, e incluso la batalla de Otumba es el nombre de diversas calles, entre ellas una ubicada en Ponferrada, León, y otra ubicada en Sax, Alicante. El rey Carlos I de España reconoció a Juan de Salamanca permitiéndole lucir en su escudo de armas el tocado de plumas que capturó en la batalla de Otumba.

La ruta de los españoles de Popotla hacia Tlaxcala fue recogida por Fray Bernardino de Sahagún, y lo sucedido en varios de dichos lugares fue ilustrado en el llamado “Lienzo de Tlaxcala”, elaborado en 1552, el cual compiló en ilustraciones la participación de los tlaxcaltecas en la conquista de México, como aliados de los españoles. De dicho lienzo únicamente se conserva una copia elaborada en 1773, la cual se encuentra en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia.

En el sitio que se presume fue el campo de batalla, al norte de Otumba, existe un pequeño monumento, construido en memoria de los guerreros mexicas, xochimilcas, tepanecas, acolhuas y culhuas que perdieron la vida el 07 de julio de 1520.

Para abundar sobre la información plasmada en este documento, y para entender el contexto de lo aquí mencionado, consultar, entre otras fuentes:

–CORTÉS, Hernán. Cartas de relación. México: Ed. Porrúa, 2015. –HUGH, Thomas. Conquest: Cortes, Montezuma, and the fall of old . Nueva York: Ed. Simon & Schuster, 1993. –LOSADA, Juan Carlos. Batallas decisivas de la historia de España. Madrid: Ed. Punto de Lectura, 2006. –MARLEY, David. Wars of the Americas. vol. 1, Santa Bárbara (California): Ed. ABC-CLIO, 2008. –MARTÍNEZ, José Luis. Hernán Cortés. México: Fondo de Cultura Económica, 2005. –PRESCOTT, William. Historia de la conquista de México. México: Ed. Porrúa, 2000. –SAHAGÚN, (Fray) Bernardino de. Historia general de las cosas de la Nueva España. México: Ed. Porrúa, 2016.

Dado en el Salón de Sesiones de la Comisión Permanente,

en el Senado de la República, el 08 de agosto de 2017

DIP. CRISTINA ISMENE GAYTÁN HERNÁNDEZ