Los Viajes Amazónicos De Richard Evans Schultes Capítulo II
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Los Viajes Amazónicos de Richard Evans Schultes Capítulo II. Misión cauchera de la Segunda Guerra Mundial por Brian Hettler y Mark Plotkin 8 de abril, 2019 El texto siguiente es del mapa interactivo, el cual está disponible en el enlace: banrepcultural.org/schultes Luego del ataque japonés a Pearl Harbor, Schultes abandonó el Amazonas y se presentó a la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá para enlistarse en el ejército, solo para ser enviado de regreso al Amazonas en una misión especial, vital para el esfuerzo de guerra de los aliados: el estudio de árboles productores de caucho. La búsqueda de Schultes para obtener variedades de caucho natural resistentes a las enfermedades estructuraría sus viajes a través del Amazonas durante la próxima década y lo conduciría a innumerables descubrimientos. La Segunda Guerra Mundial y la crisis del caucho El 7 de diciembre de 1942 Richard Evans Schultes estaba en las afueras de Mocoa, Putumayo, en el sur de Colombia, cuando se enteró de que los japoneses habían bombardeado Pearl Harbor. Schultes se presentó de inmediato a la embajada de Estados Unidos en Bogotá. Esperaba que se le enviara de nuevo a los Estados Unidos para que se le diera entrenamiento básico y se le enviara a los campos de batalla en Europa (Schultes, Libreta del campo 1952, p. 43). Para su sorpresa, recibió instrucciones de quedarse en América del Sur y esperar nuevas órdenes. [Subtítulo] Ataque japonés a Pearl Harbor Mientras Schultes avanzaba por el río Putumayo en 1942, la Alemania nazi consolidaba el control de la Europa continental después de conquistar a Polonia en 1939 y a Francia en 1940. Los submarinos alemanes devastaban los barcos británicos en el Atlántico, mientras que el ejército alemán volvía su ávida mirada hacia el oeste, hacia los países del oriente de Europa y la Unión Soviética. Ver Mapa del Europa en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial [Subtítulo] Bombardero japonés Tras el ataque a Pearl Harbor, los japoneses lanzaron un ataque "centrífugo", invadiendo casi simultáneamente colonias británicas y holandesas en Filipinas, Borneo, Hong Kong, Java y Sumatra. En mayo de 1942, Japón había conquistado un amplio arco de territorio desde Birmania en el occidente hasta Nueva Guinea en el sur e Iwo Jima en el norte. Ver Mapa del ataque japonés a las colonias europeas en el Sudeste Asiático Al tomar estos territorios, las fuerzas japonesas habían obtenido el control del suministro global de un material vital para el esfuerzo de guerra: el caucho. Cada tanque Sherman requería media tonelada de caucho; un bombardero pesado requería una tonelada completa (Davis, 1996, pp. 1 297-300). Algunos barcos de guerra podían tener hasta 20.000 partes de caucho (Davis, 1996, 300). El caucho no era tan solo uno de los componentes de cada llanta de los vehículos utilizados, sino que también recubría cada uno de los cables de esos mismos vehículos. Las colonias europeas caídas en el sudeste de Asia, principalmente en la Malasia británica y las Indias Orientales Neerlandesas, produjeron el 90% del suministro mundial de caucho natural (Davis, 1996, 300). Al reconocer esta vulnerabilidad, Franklin D. Roosevelt formó la Rubber Reserve Company (RRC) en 1940, con el propósito de satisfacer la urgente demanda de caucho en tiempos de guerra mediante la conservación de las reservas actuales de caucho, el reciclaje de caucho de chatarra y la reapertura de la extracción de caucho silvestre en Sudamérica. El hallazgo de puestos productivos de caucho en la selva amazónica dependería de exploradores botánicos como Richard Schultes. El Gobierno estadounidense puso sus ojos en las inmensas y abandonadas masas de caucho silvestre en la selva amazónica y organizó... una entidad para ayudar a los gobiernos locales a comenzar la producción de la selva. Me uní a esta organización e inmediatamente me sumergí en los bosques de caucho de Colombia como explorador, buscando las masas más densas y los mejores tipos de caucho, cartografiando los ríos e informando sobre su navegabilidad y otras tareas preparatorias para el renacimiento de la industria del caucho silvestre. Me interesé mucho por la planta de caucho, y más aún desde que vi, en estudios sobre el terreno, que botánicamente había mucho que hacer antes de pretender tener una comprensión preliminar de... este grupo de plantas que se había convertido en elemento tan vital para nuestra civilización que ni la paz ni la guerra podrían continuar sin ella. Por lo tanto, sin planear, me absorbí en el estudio del caucho, un estudio que probablemente será el tema principal de la productividad botánica de mi vida (Schultes, Libreta del campo 1952, p. 43). Caucho: El árbol que cambió el mundo Schultes más tarde se referiría al caucho como “el árbol que cambió al mundo en un solo siglo” y observó que "pocas plantas económicas han afectado a la civilización más profundamente que el árbol de caucho de Pará... cuyo producto ha hecho posible el transporte actual y gran parte de la industria y la tecnología modernas" (Schultes, 1970, p. 197). [Subtítulo] Mapa de la distribución natural del género Hevea El 95% de todo el caucho natural se deriva del látex de los árboles del género Hevea, un grupo de plantas nativas de América del Sur que se encuentran en las cuencas del Amazonas, Orinoco y Guayanas (Schultes, 1956, pp. 124-125). Cuando se corta el tronco de un árbol Hevea, gotea un 2 látex blanco de la corteza; este puede recogerse, coagularse y almacenarse en forma de lo que conocemos como caucho natural. [Subtítulo] Extracción de látex de un árbol del caucho [Subtítulo] Coagulación del látex El caucho amazónico fue observado por primera vez por científicos occidentales a principios del siglo XVIII en la Guayana Francesa, cuando el etnobotánico francés Jean Baptiste Christian Fusée- Aublet observó a los indígenas locales que mojaban sus pies en la savia del árbol de caucho Hevea y los sostenían sobre el fuego, creando así los primeros zapatos de entrenamiento hechos a la medida. Aublet también observó grupos indígenas locales que consumían semillas de Hevea (Schultes, 1977, p. 134). [Subtítulo] Semillas de Hevea El héroe personal de Schultes, Richard Spruce, también observó el uso de semillas de caucho en sus viajes a mediados del siglo XIX: Las semillas son un excelente cebo para peces. Las guacamayas se las comen con avidez, pero para el hombre y los cuadrúpedos son venenosas cuando están frescas. Los indígenas en el Vaupés las hacen comestibles así: después de haberlas hervido durante veinticuatro horas, el licor se filtra, y la masa que queda tiene algo del color y la consistencia del arroz hervido durante mucho tiempo. Es muy sabroso con el pescado (Schultes, 1956, p. 135). Aunque los pueblos indígenas del Amazonas, especialmente en el noroccidente, disfrutaban consumiendo las semillas, la mayoría de los indígenas tenían poco uso para el látex producido por el árbol. El látex de Hevea se trajo por primera vez a Europa en el siglo XVIII, pero era demasiado frágil en el frío y demasiado blando para ser útil en procesos industriales. Una serie de innovaciones en la década de 1800 permitió la producción de impermeables y neumáticos de goma de Hevea, lo que resulto en una mayor demanda en Europa y Estados Unidos (Schultes, 1977, p. 133). Con la creciente popularidad de las bicicletas en Europa, así como con la invención del neumático y la primera producción en masa de automóviles en 1901, se preparó el escenario para que la demanda aumentara, y el Amazonas seguía siendo la única fuente de caucho de alta calidad. [Subtítulo] Patente de caucho de Macintosh 3 Las atrocidades del boom del caucho A medida que la demanda de caucho aumentaba rápidamente, empresarios ambiciosos y, a veces inescrupulosos, se lanzaron a la Amazonía en busca de formidables ganancias. Pronto se dieron cuenta de que la baja densidad y la amplia distribución de los árboles hacían que la recolección del látex de caucho silvestre fuera una tarea difícil y laboriosa. Para satisfacer la demanda, los despiadados comerciantes esclavizaron a grupos indígenas locales a través de una deuda insuperable y una crueldad extrema en el proceso de establecer imperios empresariales vastos y enormemente rentables. [Subtítulo] Los uitoto en Casa Arana, 1912 Schultes había conocido a los uitoto en el río Putumayo, que fueron testigo de esta época. A algunos les faltaban dedos y orejas que los comerciantes de caucho les habían cortado (Kreig, 1966, p. 88). El territorio uitoto, entre los ríos Putumayo y Caquetá, fue el dominio de uno de los barones del caucho más brutales de todo el Amazonas: Julio Arana. Julio César Arana nació en 1864 en Rioja, un pequeño pueblo de la selva peruana (Hemming, 2008, p. 204). Hijo de un fabricante de sombreros, su primer trabajo fue la venta de sombreros de paja. A los 24 años, Arana abrió un puesto de comercio en Tarapoto, donde vendía suministros a los recolectores de caucho, normalmente a crédito. A medida que el precio del caucho subía, Arana pronto cuadruplicó sus ganancias (Hemming, 2008, p. 204). Compró varios circuitos de caucho nuevos y pasó tiempo en el área del río Javarí y en Manaos aprendiendo el negocio del caucho (Hemming, 2008, p. 204). [Subtítulo] Julio César Arana Arana hizo su primer viaje por el Putumayo en 1896 (Hemming, 2008, p. 204). A comienzos del siglo XX, el Putumayo era una zona fronteriza disputada entre Colombia, Perú y Ecuador. En 1906, el Papa Pío X dictaminó que todas las fuerzas armadas deberían retirarse de esta región en contienda hasta que se pudiera llegar a un acuerdo sobre la frontera internacional, creando una tierra de nadie que Arana explotaría para su propia ventaja comercial (Hemming, 2008, p.