Los Viajes Amazónicos de Richard Evans Schultes Capítulo II. Misión cauchera de la Segunda Guerra Mundial

por Brian Hettler y Mark Plotkin 8 de abril, 2019

El texto siguiente es del mapa interactivo, el cual está disponible en el enlace:

banrepcultural.org/schultes

Luego del ataque japonés a Pearl Harbor, Schultes abandonó el Amazonas y se presentó a la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá para enlistarse en el ejército, solo para ser enviado de regreso al Amazonas en una misión especial, vital para el esfuerzo de guerra de los aliados: el estudio de árboles productores de caucho. La búsqueda de Schultes para obtener variedades de caucho natural resistentes a las enfermedades estructuraría sus viajes a través del Amazonas durante la próxima década y lo conduciría a innumerables descubrimientos.

La Segunda Guerra Mundial y la crisis del caucho

El 7 de diciembre de 1942 Richard Evans Schultes estaba en las afueras de Mocoa, Putumayo, en el sur de Colombia, cuando se enteró de que los japoneses habían bombardeado Pearl Harbor. Schultes se presentó de inmediato a la embajada de Estados Unidos en Bogotá. Esperaba que se le enviara de nuevo a los Estados Unidos para que se le diera entrenamiento básico y se le enviara a los campos de batalla en Europa (Schultes, Libreta del campo 1952, p. 43). Para su sorpresa, recibió instrucciones de quedarse en América del Sur y esperar nuevas órdenes.

[Subtítulo] Ataque japonés a Pearl Harbor Mientras Schultes avanzaba por el río Putumayo en 1942, la Alemania nazi consolidaba el control de la Europa continental después de conquistar a Polonia en 1939 y a Francia en 1940. Los submarinos alemanes devastaban los barcos británicos en el Atlántico, mientras que el ejército alemán volvía su ávida mirada hacia el oeste, hacia los países del oriente de Europa y la Unión Soviética.

Ver Mapa del Europa en 1942 durante la Segunda Guerra Mundial

[Subtítulo] Bombardero japonés Tras el ataque a Pearl Harbor, los japoneses lanzaron un ataque "centrífugo", invadiendo casi simultáneamente colonias británicas y holandesas en Filipinas, Borneo, Hong Kong, Java y Sumatra. En mayo de 1942, Japón había conquistado un amplio arco de territorio desde Birmania en el occidente hasta Nueva Guinea en el sur e Iwo Jima en el norte.

Ver Mapa del ataque japonés a las colonias europeas en el Sudeste Asiático Al tomar estos territorios, las fuerzas japonesas habían obtenido el control del suministro global de un material vital para el esfuerzo de guerra: el caucho. Cada tanque Sherman requería media tonelada de caucho; un bombardero pesado requería una tonelada completa (Davis, 1996, pp.

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297-300). Algunos barcos de guerra podían tener hasta 20.000 partes de caucho (Davis, 1996, 300). El caucho no era tan solo uno de los componentes de cada llanta de los vehículos utilizados, sino que también recubría cada uno de los cables de esos mismos vehículos. Las colonias europeas caídas en el sudeste de Asia, principalmente en la Malasia británica y las Indias Orientales Neerlandesas, produjeron el 90% del suministro mundial de caucho natural (Davis, 1996, 300). Al reconocer esta vulnerabilidad, Franklin D. Roosevelt formó la Rubber Reserve Company (RRC) en 1940, con el propósito de satisfacer la urgente demanda de caucho en tiempos de guerra mediante la conservación de las reservas actuales de caucho, el reciclaje de caucho de chatarra y la reapertura de la extracción de caucho silvestre en Sudamérica. El hallazgo de puestos productivos de caucho en la selva amazónica dependería de exploradores botánicos como Richard Schultes.

El Gobierno estadounidense puso sus ojos en las inmensas y abandonadas masas de caucho silvestre en la selva amazónica y organizó... una entidad para ayudar a los gobiernos locales a comenzar la producción de la selva. Me uní a esta organización e inmediatamente me sumergí en los bosques de caucho de Colombia como explorador, buscando las masas más densas y los mejores tipos de caucho, cartografiando los ríos e informando sobre su navegabilidad y otras tareas preparatorias para el renacimiento de la industria del caucho silvestre.

Me interesé mucho por la planta de caucho, y más aún desde que vi, en estudios sobre el terreno, que botánicamente había mucho que hacer antes de pretender tener una comprensión preliminar de... este grupo de plantas que se había convertido en elemento tan vital para nuestra civilización que ni la paz ni la guerra podrían continuar sin ella.

Por lo tanto, sin planear, me absorbí en el estudio del caucho, un estudio que probablemente será el tema principal de la productividad botánica de mi vida (Schultes, Libreta del campo 1952, p. 43).

Caucho: El árbol que cambió el mundo

Schultes más tarde se referiría al caucho como “el árbol que cambió al mundo en un solo siglo” y observó que "pocas plantas económicas han afectado a la civilización más profundamente que el árbol de caucho de Pará... cuyo producto ha hecho posible el transporte actual y gran parte de la industria y la tecnología modernas" (Schultes, 1970, p. 197).

[Subtítulo] Mapa de la distribución natural del género El 95% de todo el caucho natural se deriva del látex de los árboles del género Hevea, un grupo de plantas nativas de América del Sur que se encuentran en las cuencas del Amazonas, Orinoco y Guayanas (Schultes, 1956, pp. 124-125). Cuando se corta el tronco de un árbol Hevea, gotea un

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látex blanco de la corteza; este puede recogerse, coagularse y almacenarse en forma de lo que conocemos como caucho natural.

[Subtítulo] Extracción de látex de un árbol del caucho

[Subtítulo] Coagulación del látex El caucho amazónico fue observado por primera vez por científicos occidentales a principios del siglo XVIII en la Guayana Francesa, cuando el etnobotánico francés Jean Baptiste Christian Fusée- Aublet observó a los indígenas locales que mojaban sus pies en la savia del árbol de caucho Hevea y los sostenían sobre el fuego, creando así los primeros zapatos de entrenamiento hechos a la medida. Aublet también observó grupos indígenas locales que consumían semillas de Hevea (Schultes, 1977, p. 134).

[Subtítulo] Semillas de Hevea El héroe personal de Schultes, Richard Spruce, también observó el uso de semillas de caucho en sus viajes a mediados del siglo XIX:

Las semillas son un excelente cebo para peces. Las guacamayas se las comen con avidez, pero para el hombre y los cuadrúpedos son venenosas cuando están frescas. Los indígenas en el Vaupés las hacen comestibles así: después de haberlas hervido durante veinticuatro horas, el licor se filtra, y la masa que queda tiene algo del color y la consistencia del arroz hervido durante mucho tiempo. Es muy sabroso con el pescado (Schultes, 1956, p. 135). Aunque los pueblos indígenas del Amazonas, especialmente en el noroccidente, disfrutaban consumiendo las semillas, la mayoría de los indígenas tenían poco uso para el látex producido por el árbol. El látex de Hevea se trajo por primera vez a Europa en el siglo XVIII, pero era demasiado frágil en el frío y demasiado blando para ser útil en procesos industriales. Una serie de innovaciones en la década de 1800 permitió la producción de impermeables y neumáticos de goma de Hevea, lo que resulto en una mayor demanda en Europa y Estados Unidos (Schultes, 1977, p. 133). Con la creciente popularidad de las bicicletas en Europa, así como con la invención del neumático y la primera producción en masa de automóviles en 1901, se preparó el escenario para que la demanda aumentara, y el Amazonas seguía siendo la única fuente de caucho de alta calidad.

[Subtítulo] Patente de caucho de Macintosh

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Las atrocidades del boom del caucho

A medida que la demanda de caucho aumentaba rápidamente, empresarios ambiciosos y, a veces inescrupulosos, se lanzaron a la Amazonía en busca de formidables ganancias. Pronto se dieron cuenta de que la baja densidad y la amplia distribución de los árboles hacían que la recolección del látex de caucho silvestre fuera una tarea difícil y laboriosa. Para satisfacer la demanda, los despiadados comerciantes esclavizaron a grupos indígenas locales a través de una deuda insuperable y una crueldad extrema en el proceso de establecer imperios empresariales vastos y enormemente rentables.

[Subtítulo] Los uitoto en Casa Arana, 1912 Schultes había conocido a los uitoto en el río Putumayo, que fueron testigo de esta época. A algunos les faltaban dedos y orejas que los comerciantes de caucho les habían cortado (Kreig, 1966, p. 88). El territorio uitoto, entre los ríos Putumayo y Caquetá, fue el dominio de uno de los barones del caucho más brutales de todo el Amazonas: Julio Arana. Julio César Arana nació en 1864 en Rioja, un pequeño pueblo de la selva peruana (Hemming, 2008, p. 204). Hijo de un fabricante de sombreros, su primer trabajo fue la venta de sombreros de paja. A los 24 años, Arana abrió un puesto de comercio en Tarapoto, donde vendía suministros a los recolectores de caucho, normalmente a crédito. A medida que el precio del caucho subía, Arana pronto cuadruplicó sus ganancias (Hemming, 2008, p. 204). Compró varios circuitos de caucho nuevos y pasó tiempo en el área del río Javarí y en Manaos aprendiendo el negocio del caucho (Hemming, 2008, p. 204).

[Subtítulo] Julio César Arana Arana hizo su primer viaje por el Putumayo en 1896 (Hemming, 2008, p. 204). A comienzos del siglo XX, el Putumayo era una zona fronteriza disputada entre Colombia, Perú y Ecuador. En 1906, el Papa Pío X dictaminó que todas las fuerzas armadas deberían retirarse de esta región en contienda hasta que se pudiera llegar a un acuerdo sobre la frontera internacional, creando una tierra de nadie que Arana explotaría para su propia ventaja comercial (Hemming, 2008, p. 204). Arana comenzó a hacer tratos con comerciantes de caucho peruanos y colombianos que operaban en el Putumayo. Utilizó su supervisión del transporte local para apalancar la deuda y tomar control de varias empresas más pequeñas, acaparando un territorio cauchero que cubre más de 30.000 kilómetros cuadrados (Hemming, 2008, p. 209).

[Subtítulo] Mapa del territorio ocupado por J.C. Arana y sus hermanos, por el explorador francés Eugène Robuchon en 1904

Ver Mapa del Territorio Ocupado por Julio César Arana y sus Hermanos Arana consolidó su imperio, trayendo a su cuñado para ayudar a administrar el negocio y reclutando supervisores negros de la colonia británica de Barbados (Hemming, 2008, pp. 205 - 206). Cada una de las estaciones de caucho estaba protegida por 15 a 20 guardias fuertemente

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armados y el acceso a la zona estaba controlado por la flota de barcos propiedad de la empresa J.C. Arana y Hermanos (Hemming, 2008, p. X).

[Subtítulo] Casa Arana, 1912 En los albores del comercio del caucho, los uitoto y los bora intercambiaban el caucho por mercancías comerciales. Arana convirtió esto en un sistema de trabajo esclavo impuesto por la violencia institucionalizada (Hemming, 2008, p. 20). Los indígenas tenían que aportar 75 kilos de caucho cada trimestre (Hemming, 2008, pp. 205-206). Si no lo hacían los enjaulaban y los azotaban hasta sangrar o les cortaban las extremidades con machetes (Hemming, 2008, p. 212). Las heridas y cicatrices resultantes se conocían como la marca Arana.

[Subtítulo] Pesaje de rendimientos de caucho en Casa Arana, 1912 Algunos de los informes más llamativos de la barbarie de la compañía incluyen el de un barón del caucho que disparaba a grupos de hombres, mujeres y niños para practicar el tiro al blanco y quemaba las malocas o casas comunales en el río Caulinar con cuarenta familias dentro (Hemming, 2008, pp. 212-215). Se informó que si los indígenas trataban de huir de esta violencia opresiva, colocaban a sus hijos sobre fogatas y los torturaban (Hemming, 2008, p. 212).

[Subtítulo] Fotos de las dificultades sufridas por los uitoto durante el boom del caucho, tomadas por el estadounidense Walter Hardenburg Este reinado de terror era buen negocio para Arana: en 1903, la región del Putumayo produjo 230.000 kilos de caucho, cantidad que se duplicó en 1905, a pesar de que los árboles se estaban volviendo más escasos. Durante doce años, Arana exportó más de 4.000 toneladas de caucho del Putumayo, ganando más de $7.5 millones (Davis, 1996, p. 239). Sin embargo, los otrora orgullosos uitoto se habían reducido en número a menos del 20% de su población original, de 50.000 a 8.000 individuos (Davis, 1996, p. 239). Los relatos de esclavitud y carnicería - sacados a la luz por periodistas heroicos y diplomáticos - horrorizaron al mundo. Finalmente, la compañía de Arana fue clausurada, pero muchos de los peores perpetradores de atrocidades escaparon del castigo. Arana mismo había escondido suficiente dinero para vivir cómodamente hasta que murió en Lima en 1952, a la edad de 88 años (Hemming, 2008, p. 230).

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La odisea del árbol de caucho cultivado

Con el valor del caucho en niveles récord a principios del siglo XX, hubo muchos intentos de establecer plantaciones de cultivo de caucho en América del Sur que se derrumbaron debido a la plaga de la hoja en Sudamérica, un hongo originario de la Amazonia que ataca, debilita y suele matar los árboles. La plaga del hongo de la hoja, Microcyclus ulei (anteriormente conocido como Dothidella ulei), vive solo en los suelos de la selva amazónica, habiendo co-evolucionado con el Hevea. Las esporas pueden viajar solo distancias cortas, por lo cual los árboles de caucho individuales están ampliamente dispersos en el bosque. Por lo tanto, sembrar árboles cerca uno del otro en presencia del hongo fue una receta para el fracaso económico. Había esperanzas de que el cultivo de árboles de caucho lejos del Amazonas resolvería el problema de la plaga del hongo de las hojas. Sin embargo, los intentos de transportar semillas de caucho fuera de Sur América también fracasaron cuando las semillas aceitosas se echaron a perder y perecieron rápidamente.

[Subtítulo] Henry Wickham al lado de un árbol de Hevea en Santarém, Brasil Henry Wickham, un ciudadano británico, vivió muchos años en el Amazonas y en el Orinoco a mediados del siglo XIX, y publicó un libro sobre sus viajes. Wickham tenía un interés particular por las plantas económicamente útiles. Había ayudado a recolectar semillas de quina en Perú y Ecuador que luego se convirtieron en la fuente de plantaciones de quina en la India y en Ceilán, produciendo valiosas medicinas anti-malaria para el imperio británico. En 1876, Wickham se encontraba en Santarem cuando un buque a vapor de época reciente — llamado casualmente S.S. Amazonas—surcó el río Amazonas en un viaje inaugural desde Liverpool hasta Manaos. Cuando el barco se encontraba navegando río abajo, Wickham se dio cuenta de que un negociante corrupto había dejado al S.S. Amazonas sin nada de carga para el viaje de regreso (Schultes, 1977, p. 136; Hemming, 2008, p. 192). Aprovechando esta oportunidad, Wickham les encargó a sus colaboradores indígenas que recogieran semillas de caucho que se encontraran en plena etapa de maduración (Hemming, 2008, p. 192). Anteriormente ya se había realizado envíos de semillas mediante barcos de vela, y los pocos días que se ahorraron mediante el uso del rápido barco a vapor aseguró que algunas de las semillas sobrevivieran al viaje hasta Inglaterra. Se recolectaron más de 70.000 semillas que se transportaron al Real Jardín Botánico de Kew en las afueras de Londres, de las cuales solo 2.800 sobrevivieron (Schultes, 1977, p. 136). Los semilleros resultantes se empacaron en contenedores de vidrio en forma de domo y se enviaron a través del Canal de Suez hasta Ceilán, Singapur y otras colonias tropicales europeas (Schultes, 1977, p. 136).

[Subtítulo] Casos de cúpula de vidrio utilizados para transportar plántulas de Hevea

Ver Mapa de la Odisea del Árbol de Caucho Cultivado

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Luego de las dificultades iniciales para cultivar y cosechar eficientemente látex en Asia, las plantaciones de caucho crecieron en términos de popularidad a medida que los métodos mejoraban. En 1907, más de 10 millones de árboles de caucho crecían en Ceilán y Malasia. Sólo dos años después, Malasia contaba con más de 40 millones de especímenes (Davis, 1996, p. 306).

[Subtítulo] Plantación de caucho de Singapur Se desarrollaron nuevas técnicas para desangrar los árboles de caucho: haciendo una sola incisión en la corteza, se podía cultivar árboles de caucho a una edad más joven y de forma más seguida sin impedir su crecimiento o tener que matar al árbol. La clonación de los especímenes genéticamente más productivos pronto tuvo como resultado que la producción se doblara dentro de una sola generación. A medida que se expandían las plantaciones en Asia y se volvían más productivas, la industria cauchera del Amazonas colapsó y el sureste asiático se convirtió en el proveedor dominante.

Desarrollo del caucho en América Latina

En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos enfrentó una grave escasez de caucho cuando las fuerzas japonesas amenazaron las plantaciones de caucho del sudeste asiático y las reservas domésticas se agotaron. Al darse cuenta de que sería completamente imposible satisfacer las necesidades de caucho durante la guerra solo con la recolección de caucho silvestre, el gobierno de los Estados Unidos decidió que era necesario establecer plantaciones de caucho resistentes la plaga del hongo en las Américas.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos con miras al futuro, resolvió asistir técnicamente a los gobiernos latinoamericanos en el establecimiento de plantaciones de caucho. Fomentó un programa de investigación científicamente sólido dirigido principalmente a rastrear las selvas del Amazonas, que entraban en producción, para ubicar árboles sobresalientes o prometedores desde el punto de vista del rendimiento y resistencia a enfermedades para el cultivo de árboles de calidad superior para las plantaciones del Nuevo Mundo. Varios exploradores de la selva en el Departamento estaban atareados, pero ninguno trabajaba en Colombia, donde el árbol del caucho era quizás el menos conocido. En diciembre de 1943, dejé la Corporación de Desarrollo del Caucho y me uní al programa de caucho de la Oficina de Industria de Plantas del Departamento de Agricultura como explorador botánico (Schultes, Libreta del campo 1952, p. 45).

[Subtítulo] Mapa de la cooperativa de caucho del USDA La cooperativa de caucho del USDA estableció estaciones de investigación de caucho tropical en Costa Rica, Guatemala y Haití, en sitios elegidos por su favorable microclima y garantías de apoyo de los gobiernos locales. Estos centros fueron apoyados por proyectos cooperativos en nueve naciones latinoamericanas: Brasil, Bolivia, Colombia, República Dominicana, Ecuador, México, Nicaragua, Panamá y Perú (Rands, 1955, p. 7).

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Los investigadores en estas estaciones indagaron sobre varias técnicas para combatir el deterioro de las hojas en Sudamérica. Encontraron que rociar fungicidas en plantas pequeñas resultaba efectivo, pero no fue práctico para tratar árboles grandes y maduros (Rands, 1955, p. 7). Una de las soluciones más prometedoras (aunque laboriosas) fue la de injertar varias cepas de Hevea, combinando tallos y raíces resistentes a la enfermedad con coronas de alto rendimiento pero susceptibles a la enfermedad, un producto denominado “árbol de 3 componentes” por científicos del USDA (Rands, 1955, p. 7-8).

[Subtítulo] Injerto de árbol de 3 componentes La experimentación continua con injertos de plantas, junto con la reproducción selectiva de variedades altamente productivas y resistentes a enfermedades, ofreció una promesa tentadora para el potencial a largo plazo de las plantaciones de caucho del Nuevo Mundo. Sin embargo, esta investigación dependió de la capacidad de los exploradores de plantas como Richard Evans Schultes para encontrar variedades únicas de caucho en los remotos rincones de la selva amazónica.

[Subtítulo] Árbol de Hevea de 3 componentes Tras su transferencia a la cooperativa de caucho dirigida por el USDA, el enfoque de Schultes cambió de hacer un inventario de Hevea a la coordinación de la recolección de semillas de Hevea que podría permitir la creación de plantaciones resistentes a las enfermedades en las Américas. Su área de investigación sería la Amazonía noroccidental menos explorada, donde se sabía muy poco acerca de Hevea, aparte de los primeros relatos botánicos incluidos los de Richard Spruce a mediados de la década de 1800, que indicaban que podrían existir allí especies potencialmente resistentes a la plaga, posiblemente incluyendo las más antiguas formas del género.

[Subtítulo] Encuentro con compañeros investigadores Schultes aceptó un cargo en el Gobierno con cierta vacilación y, a menudo se molestaba con las restricciones de trabajar para una institución burocrática, como lo ilustra un incidente descrito en Green Medicine:

Cuando, en su segundo año, aceptó un contrato para trabajar para una agencia gubernamental, se le pidió que llenara una gran cantidad de formularios. Los completó con su firma habitual, Richard Evans Schultes. Fueron devueltos con la tensa anotación de que a nadie en el servicio gubernamental se le permitía usar tres nombres; él se debería llamar a sí mismo "Richard Schultes" y punto.

Él respondió: "¿Cómo hace Franklin Delano Roosevelt para salirse con la suya?" (Kreig, 1966, pp. 73-74).

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Investigación del caucho en la Amazonía colombiana

La investigación del caucho de Schultes enmarcaría sus viajes durante la próxima década. Con financiamiento y apoyo logístico del Gobierno de los Estados Unidos, Schultes tuvo la oportunidad sin precedentes de atravesar la selva amazónica en busca de nuevas variedades de caucho mientras vivía en medio de grupos indígenas y recolectaba otras plantas de interés.

El río Apaporis

A fines de 1943, la primera misión importante de Schultes con el RRC fue estimar los rendimientos potenciales de caucho en el remoto río Apaporis de Colombia. Schultes comenzó su expedición en las inaccesibles cabeceras del Apaporis entre la confluencia de los ríos Macaya y Ajajú, donde se encontró con una especie no descrita de Hevea en las espectaculares formaciones rocosas de Chiribiquete.

[Subtítulo] Cerro Chiribiquete La variedad extraña, más tarde descrita como Hevea nitida var toxicodendroides, era pequeña, similar a un arbusto, y prosperaba en los suelos rocosos de los ecosistemas de sabana en las cimas de montañas (Schultes, 1945, p. 12). La especie mostró una resistencia excepcional a la plaga del hongo de las hojas y producía un látex de alta calidad, pero tuvo un potencial comercial limitado debido a su tamaño pequeño (Schultes, 1945, p. 12).

[Subtítulo] Hevea nitida var. toxicodendroides

[Subtítulo] Dibujo de Hevea nitida var. toxicodendroides Schultes creía que esta variedad podía proporcionar valiosas propiedades de resistencia a la plaga cuando se cruzaba con especies más grandes y más productivas de Hevea. Más tarde encontró esta misma especie cerca de Araracuara en el río Caquetá, en los altiplanos de la región del Vaupés, incluyendo las mesetas de arenisca en Yapoboda cerca de Cuduyari, y en el Cerro Circasia sobre el río Vaupés, lo que ayudó a los investigadores a determinar su rango geográfico aproximado.

Ver Mapa de la Distribución de Hevea nitida var. toxicodendroides Después de abandonar los altiplanos de Chiribiquete, Schultes descendió a lo largo del Apaporis, observando y registrando una gran cantidad de árboles de caucho en sus orillas. Más tarde, a principios de la década de 1950, regresó para establecer estaciones de caucho en Soratama, cerca de la desembocadura del río Pacoa, y Jinogoje, cerca de la desembocadura del río Pira Paraná. Durante este tiempo Schultes trazó meticulosamente el curso del Apaporis e hizo conteos detallados de Hevea en sus orillas.

[Subtítulo] Un cauchero tucano trae su producción del día a Soratama

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[Subtítulo] Día de lavado en Soratama Schultes encontró que las zonas media e inferior del Apaporis tenían una variedad de al menos tres especies de Hevea. Una de las más comunes era (Schultes, 1945, p. 18), un árbol de tamaño mediano que se reconoce por el tono marrón dorado en la superficie inferior de sus hojas (Schultes, 1956, p. 125). Produce un látex blanco puro de alta calidad, solo un poco inferior a las mejores variedades comerciales (Schultes, 1945, p. 7). Schultes descubrió que H. benthamiana se utilizaba con frecuencia, pero nunca se había cultivado en plantaciones (Schultes, 1956, p. 125).

[Subtítulo] Dibujo de Hevea benthamiana La H. benthamiana crece cerca de las orillas de ríos, arroyos y en regiones pantanosas que se inundan anualmente durante la temporada de lluvias; áreas con abundantes palmas de mirití o canangucho (Mauritia flexuosa). La H. benthamiana se encuentra en el noroccidente del Amazonas y en el Alto Orinoco, y es especialmente abundante en la cuenca del Río Negro.

Ver Mapa de la Distribución de Hevea benthamiana

El río Vaupés

En enero de 1944, Schultes llegó a Miraflores en busca de árboles de caucho a lo largo del río Vaupés. En los cursos superiores del río, sobre las cataratas de Yuruparí, encontró abundantes Hevea guianensis y una variedad relacionada, Hevea guianensis var lutea (Schultes, 1945, p. 12). Ambos eran árboles gigantescos, que medían más de treinta metros de altura, a menudo elevándose sobre el dosel de la selva. La variedad lutea podía distinguirse por la posición erecta de sus hojas (Schultes, 1956, p. 126).

[Subtítulo] Hevea guianensis var lutea

[Subtítulo] Mapa de la distribución de Hevea guianensis Ambas variedades de Hevea guianensis producían un látex amarillento de calidad inferior, pero que de todas formas se utilizaba comúnmente para el caucho en el oriente de Colombia (Schultes, 1956, p. 126). H. guianensis es la especie más extendida de Hevea, y se encuentra en toda la gama del género, generalmente en suelos bien drenados y riberas de ríos que se inundan periódicamente (Schultes, 1956, pp. 125-126).

[Subtítulo] Raudales del río Vaupés En las regiones más bajas del Vaupés, Schultes notó un cambio en las especies de Hevea presentes a medida que el río se veía afectado por los rápidos y flanqueado por las imponentes montañas de arenisca (Schultes, 1945, p. 12). Schultes observó abundante Hevea nitida (anteriormente Hevea viridis) que crecía en las laderas rocosas cerca de los rápidos (Schultes,

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1945, p. 12). Esta variedad era típicamente un árbol de tamaño mediano con una corona rala de hojas de textura brillante (Schultes, 1956, p. 126).

[Subtítulo] Hevea nitida La H. nitida produce un látex amarillento y pegajoso que carece de elasticidad, por lo que es inútil para los extractores de goma. La variedad también se evitaba debido a sus propiedades anticoagulantes: su savia puede echar a perder un lote completo de látex cuando se mezcla con Hevea de mayor calidad (Schultes, 1956, pp. 125-126).

[Subtítulo] Mapa de la distribución de Hevea nitida

La región de Leticia y Loretoyacu

[Subtítulo] El río Amazonas En septiembre de 1945 Schultes llegó a Leticia, una pequeña ciudad ubicada en el río Amazonas en el punto más septentrional de Colombia, donde se encuentran las fronteras de Colombia, Perú y Brasil. Leticia se convertiría en una de las ciudades favoritas de Schultes en el Amazonas. A menudo comentaba que al llegar a Leticia después de meses en la selva tropical, se sentía como si estuviera entrando a Boston o a Manhattan (Plotkin, comunicación personal).

[Subtítulo] Campamentos de caucho en las orillas del río Amazonas Desde Leticia, Schultes viajó hacia el occidente por el río Amazonas, hasta la desembocadura del río Loretoyacu, donde se hospedó en la finca de Rafael Wandurruga, un colombiano del Huila que trabajaba como recolector de caucho (Davis, 1996, p. 348). La finca de Wandurruga se convirtió en una importante base de operaciones para Schultes, pues ofrecía un lugar cómodo para trabajar con muchos recolectores de caucho locales, examinando los rendimientos de látex y recolectando semillas de variedades productivas.

[Subtítulo] Un campamento de caucho en el río Loretoyacu

[Subtítulo] Schultes examina los rendimientos del caucho En Loretoyacu Schultes observó abundancia de Hevea brasiliensis, una especie altamente productiva que ha sido esencial para la producción comercial de caucho, y que es la única fuente genética de las plantaciones de caucho en el sudeste asiático (Schultes, 1956, p. 124). La variedad de H. brasiliensis encontrada alrededor de Leticia tenía un alto nivel de resistencia a la plaga del hongo de las hojas y unos rendimientos de látex impresionantes, lo que hace que las semillas sean ideales para los programas de reproducción selectiva (Schultes, 1970, p 268).

[Subtítulo] Hevea brasiliensis

[Subtítulo] Coagulación de látex en un campamento de caucho de Loretoyacu

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La variedad de H. brasiliensis hallada por Schultes cerca de Leticia fue un ecotipo raro adaptado para vivir fuera del rango típico de la especie. H. brasiliensis generalmente crece en la mitad sur de la cuenca del Amazonas, y se encuentra al norte del río Amazonas en solo dos lugares aislados: cerca de Leticia y de una pequeña área al oeste de Manaos (Schultes, 1956, p. 125). Las semillas de esta variedad única y prometedora de H. brasiliensis proporcionaron valiosos rasgos genéticos para el programa de desarrollo del caucho.

Ver Mapa de la Distribución de Hevea brasiliensis

[Subtítulo] Dibujo de Hevea brasiliensis En octubre de 1945 Schultes viajó hacia el norte desde la finca de Wandurruga, ascendiendo por el río Loretoyacu antes de cruzar por tierra hasta el río Cotuhé, donde construyó una balsa de troncos y remó río abajo hasta Tarapacá en el Putumayo (Davis, 1996, p. 357). Repitió este viaje por tierra al Cotuhé un año más tarde, en 1946, esta vez continuando en canoa por todo el río Putumayo hasta su confluencia con el río Amazonas, y desde allí río arriba a Leticia en barcos fluviales (Davis, 1996, p. 359). Durante estos viajes, Schultes determinó que Hevea brasiliensis no se extendía al norte más allá de la cuenca del Amacayacu.

[Subtítulo] Schultes examina las semillas de Hevea en Leticia Mientras estuvo en Leticia, Schultes realizó un esfuerzo masivo por recolectar semillas de Hevea para enviarlas a estaciones de investigación fuera del Amazonas. Para cumplir con esta tarea, Schultes pagaba a los lugareños para que recogieran las semillas, que inspeccionaba y empacaba en aserrín húmedo para preservarlas (Davis, 1996, p. 351). A fines de 1944 se habían recolectado tres toneladas de semillas, y Schultes había examinado personalmente unas 600.000 semillas (Davis, 1996, p. 352). Repitió este mismo programa los siguientes dos años, regresando a Leticia y Loretoyacu nuevamente a fines de 1945 y 1946 para recoger semillas, superando los rendimientos de 1944 en ambos años (Davis, 1996, p. 358).

Investigación del caucho en Perú y el sur de Brasil

Después de enviar la colección de semillas de Hevea de Leticia, Schultes voló a Lima, Perú, en abril de 1945 y luego viajó por tierra a Tingo María, una estación de investigación de caucho del USDA recién construida en la región de los Andes en el centro de Perú (Davis, 1996, p. 352).

[Subtítulo] Caucheros en Tingo María, Perú De vuelta en Lima, en mayo de 1945, Schultes conoció a Russell Seibert, otro botánico estadounidense que investigaba Hevea, y volaron juntos hacia el oriente para investigar una variedad particularmente prometedora de Hevea brasiliensis que Seibert había descubierto cerca

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de Iñapari en la frontera con Brasil (Davis, 1996, pp. 353-354). Conocida localmente como acre fino, la variedad mostró altos rendimientos de látex y potencial resistencia a enfermedades (Davis, 1996, p. 353).

[Subtítulo] Hevea brasiliensis Schultes pasó cinco semanas estudiando estos árboles con Seibert, y estuvo de acuerdo en que estos eran algunos de los Hevea de mayor calidad que había visto (Davis, 1996, p. 354). Schultes tomó nota de un tinte azulado en las hojas, un detalle que había eludido Seibert (Davis, 1996, p. 354). A diferencia de la variedad H. brasiliensis que Schultes había observado cerca de Leticia, en esta parte sur de América del Sur la especie crecía en suelos más altos y bien drenados, donde se convertía en un árbol alto (Schultes, 1956, p. 125). Al regresar a Lima, Schultes emprendió un tremendo viaje a través de Sur América, descrito por Wade Davis en El río:

Desde Lima, viajó por tierra a Cuzco y luego por ferrocarril a las orillas del lago Titicaca y por el altiplano boliviano a La Paz ... antes de volar 800.000 kilómetros al oriente a través de las montañas a Guayeramerín, un pequeño puesto remoto de tierras bajas sobre el río Mamoré, justo frente a la frontera brasileña. Al encontrar a los agentes de aduanas irremediablemente ebrios, salió de Bolivia ilegalmente, deslizándose a través del río infestado de caimanes en una canoa remada por muchachos indígenas. Una vez en Brasil, tomó un pasaje en el viejo ferrocarril Madeira-Mamoré, una locomotora de vapor que recorría 300.000 kilómetros por el bosque hasta Porto Velho... Llegó a Porto Velho el 26 de julio (Davis, 1996, pp. 354-355). Desde Porto Velho, Schultes descendió por el río Madeira con el objetivo de explorar el río Marmellos, un afluente del sur que desemboca en el Madeira aproximadamente a la mitad de su curso. Un colega brasileño de Schultes, el botánico Adolpho Ducke, le había contado acerca de una nueva variedad enana de Hevea que se había encontrado en las sabanas en la cabecera de los ríos Marmellos y Manicoré (Schultes, 1970, p. 246).

Ver Mapa de la Distribución de Hevea camporum

Ducke había descrito la planta como una nueva especie, Hevea camporum, pero carecía de suficiente material vegetales para describirla completamente (Schultes, 1970, p. 246). Schultes esperaba encontrarla, pero se vio obligado a regresar en 1945 debido a los bajos niveles de agua del río (Davis, 1996, p. 355). Intentó volver a llegar a estas remotas sabanas en 1948, viajando por el río Madeira pocos días después de haber recibido tratamiento para el beriberi, y nuevamente le fue imposible alcanzar las apartadas sabanas (Davis, 1996, p. 356).

[Subtítulo] Dibujo de Hevea camporum

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Investigación del caucho en el río Negro, Brasil

En 1946, Schultes estaba listo para comenzar su ascenso al Río Negro, ansioso por seguir los pasos de su héroe, Richard Spruce, quien había proporcionado información sobre diversas variedades intrigantes de Hevea. Schultes llegó a Belém en julio y se fue en ferry por el río Amazonas a Manaos, una ciudad amazónica ubicada en la desembocadura del río Negro.

[Subtítulo] Richard Spruce En las orillas de este poderoso río, a las afueras de Manaos, Schultes se encontró con Hevea spruceana, una especie de caucho llamada así por Richard Spruce, quien la describió por primera vez. Esta variedad de Hevea tiene una base inusualmente hinchada y Schultes notó el olor fuerte, "a veces desagradable" de las flores de color marrón violáceo (Schultes, 1970, p. 128). H. spruceana crece a lo largo de las orillas del río Amazonas desde su desembocadura hasta su confluencia con el Iça (río Putumayo), una distancia de 2.000 km, y también se encuentra a lo largo de los trayectos bajos de varios afluentes del bajo Amazonas, prefiriendo riberas profundamente inundadas (Schultes, 1970, p. 128). Si bien no es de interés comercial debido a su látex acuoso, Schultes agradeció la oportunidad de estudiar la planta descubierta por su héroe por primera vez para la ciencia.

Ver Mapa de la Distribución de Hevea spruceana En el Alto Río Negro, Schultes también buscaba otra variedad de Hevea descrita por primera vez por Spruce: Hevea rigidifolia, encontrada inicialmente en bosques de caatinga (arenas blancas) en Panuré sobre el río Vaupés en Brasil. Hasta entonces solo se conocía a partir de este tipo de material. Panuré, también conocido como Ipanoré, fue el sitio de un asentamiento indígena en 1852, visitado por Spruce, pero a la llegada de Schultes, casi 100 años después, el asentamiento había sido abandonado.

[Subtítulo] Schultes inspeccionando una plántula de Hevea rigidifolia Schultes buscó dispendiosamente esta rara variedad y finalmente encontró lo que concluyó que eran los mismos árboles que Spruce había estudiado en Panuré, Vaupés (Schultes, 1953, p. 35). Schultes también encontró otros especímenes en los ríos Vaupés e Isana (en portugués: rio Içana), lo que ayudó a determinar su distribución natural como endémico del Alto Río Negro en Colombia, Brasil y Venezuela (Schultes, 1970, p. 127).

[Subtítulo] Mapa de la distribución de Hevea rigidifolia

Ver Mapa de la distribución de Hevea rigidifolia H. rigidifolia es un árbol de tamaño mediano que mide unos dieciocho metros de altura, con una corona rala de hojas coriáceas (Schultes, 1956, p. 126). Produce un látex amarillento resinoso, malo para la fabricación de caucho y no apto para fines comerciales (Schultes, 1956, p. 126).

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Prefiere los suelos arenosos y bien drenados, típicos de los bosques de caatinga de las aguas negras de Río Negro y sus afluentes (Schultes, 1956, p. 126).

[Subtítulo] Dibujo de Hevea rigidifolia Mientras se encontraba en el río Negro, Schultes estudió una de las especies más disímiles de Hevea que encontró: Hevea microphylla. Crecía en pantanos, con una base hinchada que se estrecha rápidamente formando un tronco delgado y flexible con una corteza lisa y rojiza, y frutos puntiagudos raros que se ven triangulares en sección transversal. Esta variedad produce un látex acuoso que no es adecuado para uso comercial.

[Subtítulo] Hevea microphylla Schultes visitó la localidad del ejemplar original de Hevea microphylla en la Ilha de Xibaru, y también encontró cientos de especímenes de Hevea microphylla en Piloto, cerca de Barcelos, así como a lo largo del río Negro, desde la confluencia de los ríos Negro y Vaupés, hasta la desembocadura del Içana (Schultes, 1952, pp. 114-115). Encontró concentraciones extraordinarias del árbol cerca de la ciudad de San Felipe, ligeramente abajo de la desembocadura del Içana, así como densidades sorprendentemente altas a lo largo del curso bajo del río Içana y del río Xié (Schultes, 1952, p. 115).

[Subtítulo] Mapa de la distribución de Hevea microphylla La investigación de Schultes sobre H. microphylla ayudó a determinar su rango geográfico como endémico de la cuenca del río Negro, desde poco más abajo de Barcelos por el río Negro hasta la confluencia del famoso canal de Casiquiare; explorado por primera vez en un contexto científico por el biólogo alemán Alexander von Humboldt y luego por Spruce; y el río Guainía (Schultes, 1952, p. 116).

[Subtítulo] Dibujo de Hevea microphylla

Un tesoro perdido

Después de más de una década de investigación, Schultes y sus colegas indígenas habían explorado algunas de las selvas tropicales menos conocidas e inaccesibles del mundo para recuperar un tesoro de semillas de caucho y especímenes de gran variedad, algunas de alto rendimiento y otras resistentes a las plagas. Si se mezcla adecuadamente, esta gran cantidad de material genético proporcionaría una base amplia para las prósperas plantaciones de caucho en las Américas.

[Subtítulo] Estación de investigación Turrialba, Costa Rica

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Sin embargo, debido al final de la guerra y a los avances en la fabricación de caucho sintético, la necesidad de crear un abastecimiento sostenible de caucho natural se hizo menos urgente. En un acto de gran miopía, el gobierno de EEUU eliminó el programa de caucho el 12 de octubre de 1953. Un año después, el depósito único e invaluable de diversidad genética de Hevea en Turrialba, la base potencial de una floreciente industria de caucho natural en las Américas, fue derribado y perdido (Davis, 1996, p. 369).

[Subtítulo] Plantación de la cooperativa del Gobierno estadounidense Schultes quería recopilar todas sus notas sobre el caucho y sus conocimientos en un informe exhaustivo, pero su solicitud de apoyo fue denegada. Al necesitar una fuente de ingresos cuando regresó a los Estados Unidos, Schultes aceptó el mejor cargo disponible: curador en el Herbario de orquídeas de Harvard. Este trabajo tenía estipulaciones legales formales que exigían una dedicación total en las orquídeas, lo que hacía imposible que Schultes continuara su trabajo sobre el caucho durante varios años (Davis, 1996, p. 369). Nunca terminaría su informe exhaustivo, una enorme pérdida para la ciencia. Schultes lamentó lo poco que entendíamos el caucho silvestre, un compuesto que aún hoy juega un papel vital en muchas industrias. Muchos productos que requieren una alta resistencia a la tracción y al desgarre, así como una excepcional resistencia al desgaste, todavía se producen a partir de caucho natural, incluyendo neumáticos para aviones y automóviles, guantes quirúrgicos y anticonceptivos. El abandono del programa del caucho en las Américas fue una oportunidad perdida para el desarrollo económico y dejó en riesgo el suministro de caucho natural del mundo. Es de anotar que si la enfermedad de la hoja en Sur América se transmite un día al Asia, los resultados podrían ser catastróficos. Si bien podemos lamentar la abortada labor académica, la búsqueda de caucho de Schultes entre 1941 y 1954 fue muy fructífera, brindó una excelente oportunidad para investigar la flora general de la Amazonía y su uso por parte de grupos indígenas locales; un rico archivo de conocimiento local. En una cita memorable, Schultes escribió: "Ahora es el momento de registrar esta información... sepultada con las culturas que la dieron a luz".

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Los Viajes Amazónicos de Richard Evans Schultes Capítulo II. Misión cauchera de la Segunda Guerra Mundial

por Brian Hettler y Mark Plotkin 8 de abril, 2019

El texto anterior es del mapa interactivo, el cual está disponible en el siguiente enlace: banrepcultural.org/schultes

Esta obra está basada en los escritos, fotografías y registros etnobotánicos del Dr. Richard Evans Schultes. Todas las fotografías son propiedad de la familia Schultes.

Amazon Conservation Team desea agradecer especialmente al Dr. Wade Davis, cuyo libro El Río fue esencial para reconstruir los detalles de los viajes de Schultes para este mapa. Para obtener más información sobre el Dr. Schultes, recomendamos encarecidamente El Río y Lost Amazon: The Photographic Journey of Richard Evans Schultes del Dr. Davis.

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