Pdf Geografía Segoviana Del "Libro De Buen Amor". Del Campo Azálvaro A
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GEOGRAFÍA SEGOVIANA DEL LIBRO DE BUEN AMOR. DEL CAMPO AZÁLVARO A VALDEVACAS Tomás Calleja Guijarro Sociedad Española de Estudios Medievales Mayoral de la Sierra de Malangosto INTRODUCCIÓN Creemos haber dejado plenamente sentado, tanto desde nuestro primer estudio en torno al autor del Libro de Buen Amor, como en el primer Congreso Internacional sobre el Arcipreste de Hita que tuvo lugar en Madrid en 1972, y en el también internacional celebrado en esta bella y acogedora localidad de Alcalá la Real en el año 2002 que Juan Ruiz, refiriéndose al viaje de don Carnal (Copla 1197) escribió Valdevacas y no Tornavacas1. Este último nombre es uno de los errores en que, contra la lógica, y lo que realmente escribió el verdadero autor del libro, incurre el copista Alfonso de Paradinas, error en el que, quizás por ser el códice más completo, se viene repitiendo en la mayoría de las ediciones que se han hecho del Libro de Buen Am,or. Error que, como ya dijimos en el anterior Congreso, celebrado en esta localidad, debe corregirse en las próximas ediciones, porque puede producir una gran confusión entre los lectores del Libro. Nuestra intervención en el actual, pretende entre otras cosas, presentarles una visión pormenorizada del trayecto seguido por don Carnal, en la mente de Juan Ruiz, desde el Campo Azálvaro hasta Valdevacas. Itinerario muy ilustrativo para opinar sobre el autor, con vistas a un mayor conocimiento de su posible origen. Itinerario que, por su belleza y valor cultural, merece ser incluido entre los recorridos de interés turístico. Empecemos, pues, a recorrerlo mentalmente: EL CAMPO AZÁLVARO Esta gran dehesa, una de las más importantes de la Mesta, está situada en el piedemonte suroccidental de la sierra de Guadarrama, cerca de El Espinar, entre las provincias de Segovia y Avila. Destaca, amén de por su extensión, por sus excelentes pastos y la abundancia de agua, por estar atravesada por el río Voltoya. A estas cualidades hay que añadir el ser lugar de cruce de parte de las reses procedentes de los pastos de invierno, de las dehesas de Medellín, Cáceres, Trujillo, la Vera de Plasencia, la Serena (Copla 1186), y las del Campo de Alcudia y toda Calatrava (Copla 1187), gracias a la intersección de varías cañadas y cordeles con la cañada Soriana Occidental para, desde el Campo Azálvaro, distribuir los rebaños que concurren en él a sus lugares de procedencia. 1 Calleja Guijarro Tomás. ¿Era el Arcipreste de Hita segoviano? Instituto Diego de Colmenares. Estudios Segovianos, T. XXII, pp. 299-332, Segovia 1970. Y abreviado, con el mismo título, en M. Criado del Val -. El Arcipreste de Hita. El Libro. El Autor. La 'Tierra, La Época. Actas del I Congreso Internacional sobre el Arcipreste de Hita. pp. 371-388. S.E.R.E.S.A., Barcelona, 1973: ídem: "Las dos rutas segovianas del Libro de Buen Amor" en Juan Ruiz, Arcipreste de Hita y el Libro del Buen Amor. Congreso Internacional del Centro para la Edición de Clásicos Castellanos. Alcalá la Real 9-11 de mayo del 2002, pp. 317- 326. Ayuntamiento Alcalá la Real, 2004 83 GEOGRAFÍA SEGOVIANA DEL LIBRO DE BUEY AVÍOS. DEL CAMPO AZÁLVARO A VALDEVACAS Ya en 1181, Alfonso VIII fijó los límites de los territorios de Segovia y Ávila en el Campo Azálvaro, a fin de que pudieran utilizarlo "para pastos comunes de ambas"2. Es fácil pensar, pues, que aparte de la citada utilización, al menos desde entonces, en todas las épocas, el Campo Azálvaro recibiera, ya por la susodicha y entonces incipiente cañada Soriana, ganados trashumantes procedentes de algunas dehesas de Extremadura por la parte abulense, así como la ganadería trashumante de la cabana leonesa que accedían a ella desde el sur de la cordillera. Decimos esto porque ya Alfonso X extendió en Burgos un privilegio sobre la cañadas, documento que posteriormente fue confirmado por su nieto Alfonso XI en la ciudad de Segovia el 15 de junio de 13113. Parece excusado decir que la utilización e importancia del Campo Azálvaro se incrementó a partir de la creación en 1273 del Concejo de la Mesta. ITINERARIO SEGUIDO POR DON CARNAL Reunido ya en el mencionado Campo lo que iba a ser su gran ejército para luchar contra doña Cuaresma, y librarse de sus garras, Don Carnal inicia su marcha siguiendo la cañada Soriana Occidental, la Vera de la Sierra adelante para entre Torrecaballeros y Basardilla tomar el cordel de los sorianos. Esto está claro en el libro ya que en él pone, como hitos de su itinerario, tres nombres que son las claves para que ahora podamos seguir su ruta con toda precisión: el de partida, es decir, el Campo Azálvaro, Valsain y el de llegada, o sea Valdevacas (Fig. 1). Con ellos podemos seguir los términos, no exactamente pueblos, por donde pasa, los que, como es lógico, vamos a designar con sus nombres actuales. Los primeros son los de El Espinar, Navas de San Antonio y Villacastín. Sigue por Otero de Herreros (antiguo barrio del Ferreros, núcleo hoy desaparecido), Riofrío (hoy Las Navas de Riofrío, Revenga y VALSAÍN. Hasta llegar aquí, su ejército ha podido disfrutar del agua de los ríos que ha tenido que atravesar que han sido, por este orden, el Moros, el Milanillos, el Peces y el Frío. Seguidamente y, hasta llegar a Valdevacas, necesitó atravesar los términos de Palazuelos, Trescasas, Cabanillas del Monte, Torrecaballeros, Basardilla y Tensuela para entrar en el Prado RANDO, continuando por La Cuesta y El Cubillo a fin de asentarse finalmente en VALDEVACAS, lugar a donde llega y monta su cuartel general, tras haber atravesado los ríos Eresma, Cambrones, Pirón y Viejo. Digo que sentó su cuartel general en Valdevacas porque, en la mente de Juan Ruiz, fue desde donde escribió sus cartas, tanto la de desafío a doña Cuaresma, como la que dirige a "todos los cristianos, e moros e judíos" (Copla 1193c), instándolos a que también ellos la desafíen e impidan que huya. Precisamente es en esta última localidad donde don Carnal pone la data (Copla 1197d) "Dada en Valdevacas, nuestro lugar amado". Parece lógico que las palabras "nuestro lugar amado" puestas en boca de don Carnal haya que interpretarlas, tal y como se viene haciendo, como un lugar en el que, por abundar las vacas fuera muy amado por él, precisamente por su gran abundancia de carne. 2 González González, Julio. El reino de Castilla en tiempos de Alfonso VIII, Madrid, 1966, T. II, doc. 365. ! Rui de Castro, Garci. Comentarios sobre la primera y segunda repoblación de Segovia. Facsímil del original de 1551, con transcripción v notas de José Antonio Ruiz Hernando, capítulo 5. Diputación Provincial de Segovia, 1988 84 TOMÁS CALLEJA GUIJARRO Pero ya hemos dicho en otras ocasiones que Valdevacas, localidad que él debía conocer perfectamente, no era entonces, ni lo ha sido nunca, un lugar en el que abundaran las vacas, sino todo lo contrario, ya que estos animales fueron siempre allí bastante escasos, por lo que, siendo así, nos preguntamos ¿es, acaso, demasiado aventurado pensar que empleara esa locución con un doble sentido, es decir, que ese lugar fuera también realmente amado como propio por el autor del Libro de Buen Amor? No nos ha quedado constancia de que en los tiempos del Arcipreste existieran en el trayecto que estamos contemplando esquileos ranchos y lavaderos de lana; pero podemos colegir, sin equivocarnos, que entonces les hubiera también, e incluso en los mismos lugares donde, en los pasados siglos, existieron hasta veinticuatro esquileos enclavados en esa ruta. Actualmente aún pueden contemplarse las ruinas de algunos de los más famosos como eran el de Santillana, cerca de Revenga, y el de Alfaro, en el término de Basardilla, junto al río Pirón. Queda en pie como una reliquia de su pasado y en plena actividad el rancho y esquileo de Cabanillas, del Monte, propiedad de la familia Peñalosa, convertido en un museo viviente de este buen hacer de la trashumancia. Rancho donde, en la época correspondiente, y en determinados días, puede contemplarse cómo se ejecutó, desde siempre, el esquileo de las reses lanares y, por tanto, el modo como se hacía en tiempos del Arcipreste, empleando unas tijeras ad hoc. Hoy su ganadería lanar es testimonial; pero en el siglo XVIII el rancho de Cabanillas tenía y esquilaba 15.000 reses lanares. No sé si alguno de ustedes ha estado presente en un desfile de ganado trashumante o en un esquileo. El Arcipreste estamos seguros de que sí. De ahí la descripción que hace de los grandes balidos de cabritos y ovejas (copla 1185), del erizar los cerros los toros con sus bramidos, el repicar de los cencerros de bueyes y vacas y los mugidos de terneras y becerros (copla 1188), organizando a veces verdaderos conciertos atronadores. Consustanciales con todo rebaño han sido siempre los perros, por lo que siempre han ido con el ganado, acompañando a don Carnal. El Arcipreste cita varias de sus razas o clases en la copla 1220. No quiero nombrar todas aquí por no aportar nada a este trabajo; pero creo interesante hacer hincapié en una de ellas, la que figura en el verso d de la citada copla: "e muchos nocherniegos que saltan matacanes" es decir en los perros nocherniegos, los que husmean y vigilan de noche, en torno a los rebaños trashumantes, para ahuyentar a los lobos y los osos que en todo el camino, y muy especialmente en este tramo de la ruta de don Carnal los acechaban, ya que eran muy abundantes en los bosques de esta vertiente de la sierra. Bosques que por esta razón, fueron en aquellos tiempos cazaderos reales, y tan importantes que incluso en uno de ellos tenían los monarcas sus palacios de caza.