Chungara, Revista de Antropología Chilena ISSN: 0716-1182 [email protected] Universidad de Tarapacá

Castro C., Luis Recursos hídricos altoandinos, estrategias de desarrollo económico y proyectos de riego: Tarapacá, 1880-1930 Chungara, Revista de Antropología Chilena, vol. 36, núm. 1, enero, 2004, pp. 205-220 Universidad de Tarapacá Arica, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32636106

Cómo citar el artículo Número completo Sistema de Información Científica Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico…Volumen 36, Nº 1, 2004. Páginas 205-220205 Chungara, Revista de Antropología Chilena

RECURSOS HêDRICOS ALTOANDINOS, ESTRATEGIAS DE DESARROLLO ECONÓMICO Y PROYECTOS DE RIEGO: TARAPACÁ, 1880-1930 HYDRAULIC RESOURCES OF THE HIGH ANDES, STRATEGIES OF ECONOMIC DEVELOPMENT AND IRRIGATION PROJECTS: TARAPACÁ, 1880-1930

Luis Castro C.*

Este artículo aborda la problemática referida al uso de los recursos hídricos del área andina de la provincia de Tarapacá entre las décadas de 1880 y 1930 contextualizada en el debate epocal sobre el desarrollo regional. Describe las distintas iniciativas que se plantearon y los fundamentos propositivos que las sustentaron. Además, analiza la visión del Estado chileno respecto a la utiliza- ción de los recursos naturales del espacio altoandino tarapaqueño, las posiciones y argumentaciones de la comunidad provincial en torno a este tema, y el impacto potencial que pudieron tener estos proyectos de uso de acuíferos cordilleranos en las comunidades aymaras locales. Palabras claves: Recursos hídricos altoandinos, estrategia de desarrollo regional, irrigación, recursos Aymara.

This article concerns water usage and regional development in the Andean of Tarapacá between the decades of 1880 and 1930. Various initiatives during this period were proposed and considered. Presented here is the vision of the Chilean state regarding the utilization of natural resources of the Tarapacá highlands, the positions and arguments of the community, and the potential impact that these projects had on mountain aquifers for Aymara communities. Key words: Andean water resources, regional development, irrigation, and Aymara resources.

En el contexto del debate público sobre la pro- A diferencia de lo planteado por Juan van blemática del desarrollo regional llevado a cabo Kessel (1985:142-145, 1992:196) de que las ac- en la provincia de Tarapacá (Figura 1) durante las ciones por expandir el sector agrario durante el ci- primeras seis décadas de administración chilena, clo expansivo del salitre obedecieron únicamente uno de los tópicos que provocó mayor preocupa- a la mirada cortoplacista de empresarios y autori- ción fue el de los recursos hídricos (Castro dades chilenas destinada a satisfacer las demandas 1995:32-66, 1998a:390-433). emanadas de los centros productivos del nitrato de Desde el punto de vista del Estado chileno el sodio y que estos ímpetus se diluyeron rápidamen- tema pasaba exclusivamente por asegurar una do- te por el alto costo de la infraestructura requerida y tación suficiente de agua para mantener la base por lo limitado del mercado consumidor potencial, industrial y social que permitiera la producción de postulo que el uso de los acuíferos bajo un nitratos. Cualquier otro uso debía supeditarse a este parámetro modernizador y estratégico fue un pun- propósito fundamental. Para los intereses de los to de desencuentro entre dos perspectivas econó- actores locales involucrados en el debate el asunto micas. Una discordia que adicionalmente hizo abor- tuvo ribetes contradictorios. Algunos promovieron tar la opción de algunos tarapaqueños por lograr la expansión agrícola mediante una mayor y mejor un crecimiento agrícola local sustentado en un utilización de los acuíferos. Otros, en cambio, exi- modelo que optimizara la acumulación hídrica para gieron a la administración estatal la ocupación de el riego. enormes cantidades de recursos acuícolas con fi- En este sentido más que concordancia coyun- nes netamente de modernización: potabilizada para tural entre Estado y empresarios salitreros para consumo doméstico, riego ornamental y uso indus- incentivar cierta actividad agrícola destinada al trial urbano (Castro 1998a:433-454). consumo de quienes trabajaban en las faenas

*Facultad de Humanidades, Universidad de Valparaíso, 2 Norte 802, Viña del Mar. Becario Mecesup, Programa Doctorado en Historia, Universidad de [email protected]; [email protected]

Recibido: abril 2001. Aceptado: marzo 2004.

06-L. Castro 205 18/06/2004, 12:04AM 206 Luis Castro C.

PISAGUA

Figura 1. Mapa de la Provincia de (antiguamente Provincia de Tarapacá). Map of the Iquique province, former Tarapacá province.

salitreras, lo que hubo fue un proceso conflictivo políticos, gremiales y del comercio iquiqueño por entre el empecinamiento estatal por asegurar la habilitar un sector agrícola de magnitud en la pampa dotación de recursos que resguardara la produc- del Tamarugal al amparo de un modelo de desarro- ción de salitre, y así cobrar la anhelada renta deri- llo regional no rentista, es decir, no centrado en la vada por cada quintal exportado de este fertilizan- explotación del llamado “oro blanco” y la carga te salino, y el interés decidido de activos actores tributaria asociada.

06-L. Castro 206 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 207

Si bien el debate público derivado a partir de van Kessel 1985:145; Guerrero 1991:6). Durante esta oposición de intereses y visiones económicas el lapso colonial dos iniciativas continuaron con consignó una genuina preocupación en importan- esta idea: la de O’Brien, que en 1765 buscó regar tes agentes locales por resguardar los recursos el sector norte de esta planicie conocida como pam- hídricos para la agricultura, del mismo modo acen- pa Iluga, y la de Mendizábal, que en 1807 planteó tuó una marginación estructural de los campesinos encauzar los recursos hídricos de la quebrada de indígenas, tributarios históricos de este bien natu- Tarapacá con este mismo objetivo (Hidalgo ral, en el ámbito de los contenidos planteados a 1985:186-192; Larraín 1974:9-12; Couyoumdjian nivel de los proyectos de riego a gran escala como y Larraín 1975:329-362). en la proyectada articulación social de los benefi- Bajo la administración peruana los esfuerzos cios que se anhelaban. Esta deficiencia contenida por irrigar el área ecológica de la depresión inter- en las distintas propuestas locales de trasvasije de media de Tarapacá se acrecentaron significativa- aguas altoandinas a la pampa del Tamarugal no sólo mente, sobre todo por la configuración de un mer- se verificó en la total despreocupación por el po- cado consumidor creciente al amparo de la tencial impacto negativo que podría producir esta industria salitrera. En 1845 el ingeniero chileno acción en las economías agroganaderas de las po- Francisco Puelma fue el primero en sugerir, en este blaciones indígenas de la provincia al correr el ries- nuevo y capitalista entorno epocal, la viabilidad go de quedar literalmente sin recursos hídricos, sino del proyecto para cultivar el llano del Tamarugal, también en la escasa injerencia que tuvo en los años una idea que la retomó en 1857 el ingeniero Smith 1912 a 1924, en tanto una posición pro utilización (Hidalgo 1985:186-192; Larraín 1974:9-12; agrícola de las aguas, en la generación de una opi- Couyoumdjian y Larraín 1975:329-362). En 1863, nión pública contraria al uso de los acuíferos de comisionado por el gobierno del Perú, el ingenie- las vertientes de Chintaguay ubicadas en el valle ro británico Church propuso regar esta pampa y de Quisma con el objeto de abastecer a Iquique las tierras viñateras del oasis de Pica con aguas (Castro 1998a). cordilleranas de la laguna del Huasco (Hidalgo En resumen, el siguiente trabajo aborda la pro- 1985:186-192; Larraín 1974:9-12; Couyoumdjian blemática pública que suscitó el manejo de las y Larraín 1975:329-362). En 1872, Oton Buchwald aguas altoandinas con fines económicos entre las practicó un reconocimiento de factibilidad agrí- décadas de 1880 y 1930 y los efectos que pudieron cola que se tradujo en un informe emitido el 13 de generar algunos de los planteamientos regionalis- mayo de 1873. En este estudio se sostuvo la nece- tas partidarios del traslado de los recursos hídricos sidad de repoblar el bosque de tamarugos que se cordilleranos a la pampa del Tamarugal en las eco- había talado indiscriminadamente para utilizarlo nomías agroganaderas de las poblaciones indíge- como combustible en el proceso de obtención del nas aymara parlantes de Tarapacá. Con este fin se nitrato de sodio bajo el sistema de paradas describirán los distintos proyectos que buscaron (Billinghurst 1887:152-153; Larraín 1974:9-12)1. irrigar los suelos pampinos de la provincia, y se En este mismo año el científico italiano Antonio revisarán algunos contenidos explicitados al inte- Raimondi vuelve a insistir en la viabilidad técnica rior de la idea de desarrollo regional y expansión del riego de la pampa del Tamarugal con el objeto agrícola. de desarrollar una agricultura de grandes dimen- siones (Billinghurst 1886:105; van Kessel Una larga Historia: La Utilización de los 1992:196; Bermúdez s/f:415)2. Por último, en 1876 Recursos Hídricos Altoandinos para la agricultores del valle de Tarapacá, como Antonio Irrigación del Desierto Cevallos, Fermín Vernal, Félix Olcay, Eduardo Caucoto, Manuel Vernal, Marcelino Luza, Andrés En Tarapacá las intenciones por darle un sen- Loayza, Mariano Perea y otros, crean una socie- tido estratégico al uso de las aguas, quizás por sus dad anónima destinada a implementar un proyec- características geoclimáticas, fue una constante to de irrigación de la quebrada y planicie aledaña desde el período precolombino. Ya en la época del desaguando aguas cordilleranas3. dominio incaico se había intentado canalizar a gran Hacia la década de 1880, a pesar del cambio distancia y volumen acuíferos cordilleranos para de administración política de la provincia a manos regar la pampa del Tamarugal (Hidalgo 1985:183; chilenas, este proceso no se detuvo; aún más, co-

06-L. Castro 207 18/06/2004, 12:04AM 208 Luis Castro C.

menzó a teñirse de cierto sesgo de modernización. va industria a la vida y al bienestar de los Por ejemplo, a mediados de 1884 Claudio Mackenna habitantes de la provincia7. pidió autorización para ocupar acuíferos de los ríos Loa y Collacagua y de las lagunas de Lirima, Copo- Las solicitudes para buscar y utilizar recursos sa y Huasco, con el propósito de hacerlos llegar a hídricos altoandinos, dado el respaldo de la máxi- los “terrenos fiscales [de la pampa] susceptibles de ma autoridad política de Tarapacá, aumentaron regarse a gran escala”4, una idea que llevó a la máxi- notablemente. A mediados de 1886 Olivan pidió ma autoridad política de la provincia a señalarle al nuevas concesiones8. Por esa misma fecha Temís- Ministro de Obras Públicas que: tocles Larrañaga, Juan Nepuceno Mutis y Samuel Villalobos demandaron mercedes de agua ubica- La idea en sí misma no puede menos que das al interior de Pica para incrementar trabajos de merecer el apoyo del gobierno. cultivos mayores en este oasis9. En 1887 los em- Si llegara a realizarse convertirá los cam- presarios franceses Le Chevalier Fontaine y Eduar- pos feraces, susceptibles de una produc- do de Lapeyrousse elevaron una petición en este ción intertropical en un desierto que hoy sentido para experimentar agrícolamente la pam- día no tiene en sí mismo valor alguno, y pa salitrera10, y en el valle de Camarones se dio que más bien son por su esterilidad y aban- forma a una sociedad agrícola con el propósito de dono [es] un obstáculo o un peligro para plantar intensivamente alfalfa, un negocio que se todo hombre que se aventura en ellos. pensaba solventar mediante la irrigación masiva y Aunque dudo que las ideas que predomi- una comercialización a través de medios moder- nan en esta solicitud lleguen jamás a rea- nos de transporte como buques a vapor11. A co- lizarse, es conveniente que por parte de la mienzos de 1889, Nemesio Cancho gestionó una autoridad no encuentren sino facilidades autorización para buscar aguas subterráneas desti- y estímulo. nadas a fertilizar la planicie del Tamarugal12. Ese La creación de la agricultura en la pampa mismo año Máximo Urízar, Eleuterio Dañin y del Tamarugal sería lo mismo que la im- Manuel Vidaurre del Río tramitaron una concesión provisación de una fuente de riqueza que a perpetuidad de todas las aguas de la laguna del superaría tal vez a la del salitre5 . Huasco al interior de Pica. El objetivo de estos empresarios fue canalizar los acuíferos hacia la En 1885, continuando con esta dinámica, Fran- pampa, acumularlos e irrigar extensivamente13. En cisco S. Olivan solicitó una concesión de aguas el mes de febrero de 1890 el Intendente Ramón subterráneas de la zona cordillerana con el objeto Yávar negó el carácter perpetuo de ésta, autorizan- de irrigar la pampa del Tamarugal6. Muy entusias- do sólo el uso por dos años con fines exclusiva- mado con esta solicitud, el Intendente Gonzalo mente agrícolas14. A la par con esta negativa de la Bulnes le hizo llegar al Ministro del Interior ideas máxima autoridad política de la provincia, el go- muy similares a las dirigidas al ministro de Obras bierno decretó el 22 de enero de 1890 el traslado a Públicas un año antes a propósito del interés de esta región del químico Juan Shulze, de la Univer- Mackenna de acometer este mismo proyecto: sidad de Chile, con la misión de realizar reconoci- mientos destinados a ver la factibilidad de condu- El Sr. Olivan se propone utilizar por me- cir aguas de las lagunas cordilleranas emplazadas dio de conocimientos exitosos y eventua- al interior de la quebrada de Tarapacá hacia la pam- les, esas aguas subterráneas extrayendo del pa del Tamarugal e Iquique15. fondo de la tierra una riqueza ignorada. En este escenario, el ingeniero Valentín Este sólo [hecho] basta para que su em- Martínez publicó en 1893 el primer informe metó- presa merezca la decidida protección del dico del sistema hídrico de Tarapacá, un texto en Gobierno. Si a esto se añade que un ensa- donde se dejó claramente establecido, a pesar de yo feliz tentaría otras empresas análogas algunos errores, la mayor potencialidad de las exis- y que al favor de estas tentativas podrían tencias acuícolas altoandinas: formarse oasis regados en medio de la pampa, US. comprenderá sin esfuerzo que De las cinco zonas en que puede dividirse inmensas ventajas proporcionaría esta nue- la provincia de Tarapacá, la de la costa y

06-L. Castro 208 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 209

la de los caliches no ofrecen ningún re- expresar los fundamentos de su posición favorable curso en agua potable. La zona de la pam- a este proyecto: pa del Tamarugal podría ofrecer recursos si existiesen capas subterráneas artesianas; Por su abundancia no sólo será suficiente pero todos los ensayos hechos hasta hoy para abastecer a la ciudad sino también a manifiestan que el terreno de la pampa es la pampa salitrera y a todos los estableci- un terreno de acarreo impregnado de agua, mientos anexos a la explotación del sali- pero sin presión, como que tiene su ori- tre. Y todavía habrá de sobrante que se gen en el agua de la zona de las quebradas pueda destinar al incremento de la agri- que alcanza a llegar a la pampa por cultura de la provincia. Los estudios prac- escurrimiento superficial en los fuertes ticados demuestran a este respecto que hay aluviones. grandes extensiones de terrenos aptos para La zona de las quebradas, en las cuales el cultivo agrícola y que sólo requiren el comprenderemos el oasis de Pica y la alti- abono del agua que sean un elemento de planicie andina, son las únicas que ofre- riqueza para esta provincia23. cen recursos en agua potable. Ahí hay la- gos, ríos y vertientes; pero, por encontrarse En 1911, la empresa Mannesman realizó nue- el terreno impregnado de sales tanto las vos estudios para evaluar opciones técnicamente aguas de las lagunas como la de los ríos factibles para el traslado de líquido con fines co- son salobres. Quedan sólo las vertientes, merciales diversos24. En el mes de febrero de 1912 las cuales es de absoluta necesidad cap- se decretó la expropiación de las aguas de las ver- tarlas en su origen, por encontrarse im- tientes de Chintaguay, ubicadas en el valle de pregnados de sales los terrenos por donde Quisma, con el propósito de llevar a cabo un pro- corren (Martínez, V. 1893:6). yecto fiscal de abastecimiento para Iquique (Cas- tro 1998a:214-228, 1998b:48-54). La ejecución de Sobre los alcances de su estudio, Martínez pro- esta iniciativa alcanzó ribetes insospechados, lle- puso a fines de 1894 utilizar las aguas de las ver- gando a provocar un intenso conflicto que llegó a tientes de Yabricoya con el doble objeto de irrigar las puertas del mismo palacio presidencial y el he- la pampa y abastecer a la población iquiqueña16. miciclo parlamentario. En 1914 el ingeniero a car- En la década de 1900 el interés por ocupar go de las obras fiscales de la aducción hacia el prin- acuíferos altoandinos no decayó. En 1903 se le cipal puerto de la provincia, Enrique Döll, propuso entregaron en privilegio a Manuel Risueño las agua- utilizar las aguas de Piga y Porqueza tanto para das de Anchoquinquintipa, Pancheta, Milagro y regar el bosque de tamarugos como para abastecer Petentecaya ubicadas en Guatacondo17. En 1906 a la población iquiqueña, una idea que fue final- las aguas de Piga fueron concesionadas a Raimundo mente rechazada por entenderse de un alto costo25. Salas para regadío y usos industriales18. Sobre la A comienzos de 1919 Johannes Felsch plan- base de este permiso, el ingeniero Camilo Edwards teó ocupar los acuíferos de Mamiña y las vertien- estudió la posibilidad de canalizar y entubar estas tes de Culumtucsa y Picunticsa para bajarlos a la existencias acuícolas hacia la pampa del Tamarugal zona de la pampa aledaña al pueblo de Pozo e Iquique por encargo de la sociedad comercial Almonte, y los recursos de las aguadas de Chara y Compañía Proveedora de Agua de Tarapacá19. Alona para llevarlos al oasis de Pica con el propó- Durante 1908 se otorgaron, por un lapso de nueve sito de irrigar y potenciar la agricultura del lugar, años, a Carlos Aguirre Naranjo las vertientes de disminuyendo así los efectos de la expropiación aguas termales y algunas vegas de Lirima20; de las existencias acuícolas de las vertientes de adicionalmente los recursos hídricos de las lagu- Chintaguay (Felsch 1920:30-34; Castro 1998a:272- nas de Lirima y Chuncara y de los riachuelos Sitana, 275)26. En el mes de mayo de 1922 el empresario Rinconada, Toruna y Collacagua fueron solicita- Julio Pinto pidió importantes mercedes de agua de dos por Ramón del Barrio González21, gestión que los ríos Ajutamas y Caritaya, ambos cursos afluen- encontró un decidido respaldo de destacados resi- tes del río Camarones, para llevar a cabo experi- dentes iquiqueños, quienes emitieron un manifies- mentos agrícolas27. Al año siguiente, el 15 de di- to público, avalado por 375 suscriptores22, para ciembre de 1923, el Ministerio de Obras Públicas

06-L. Castro 209 18/06/2004, 12:04AM 210 Luis Castro C.

le concedió a Federico Branmüller una merced de lleranos; la integración económica, comprendida mil quinientos litros por segundo del río del valle como una red vial de conexión comercial a gran de Aroma28. Este beneficio contempló la construc- escala con Bolivia, el noroeste argentino y el sur ción de un tranque a cuatrocientos metros aguas peruano; y una industria agrícola, requerida a par- abajo de la confluencia de las quebradas de Aroma tir de un uso planificado y masivo de los recursos y Chismiza y el derecho del gobierno a aprovechar hídricos para cultivar comercialmente la pampa del los sobrantes de estos recursos hídricos “para re- Tamarugal (Castro 1995, 1998a, 2002). gadío u otros fines que estime conveniente sin Ya a mediados de la década de 1880, aduciendo gravámenes ni indemnizaciones de ningún géne- que la agricultura del desierto sería una cuestión de ro”29. A finales de la década de 1920 Carlos Harms primer orden en el devenir económico de la provin- formuló, marcando el epílogo de las demandas de cia de Tarapacá, tanto el Intendente Gonzalo Bulnes aguas cordilleranas iniciadas a mediados del siglo como el afamado Guillermo Billinghurst señalaron XIX, el último proyecto buscando sustentar la via- la necesidad de afrontar integralmente el tema de la bilidad de la anhelada estrategia de desarrollo agrí- expansión agrícola en la pampa del Tamarugal. cola sin menoscabar los requerimientos de moder- Bulnes expresó, apoyando la solicitud de Claudio nización urbano-industrial (Carevic 1989:10). Mackenna para ocupar gratuitamente terrenos pampinos fiscales para fines agropecuarios, que: Los Afanes por Irrigar en Tarapacá Durante el Ciclo Salitrero y su Relación con un ...el Estado debe dar cualquier extensión Proyecto de Desarrollo Regional de la pampa del Tamarugal a quién lo pida con el objeto de darle vida con su indus- Cobijada en una larga experiencia de intentos tria o sus capitales, porque en sí no tiene por llevar a cabo una irrigación a gran escala, el valor intrínseco alguno. tema de la expansión agrícola rápidamente se asen- El interés del Estado consiste en que se tó en la opinión pública de los tarapaqueños bajo cree una riqueza donde no la hay, para el marco de una discusión promovida, impensada- deducir de allí los provechos fiscales que mente, por la administración chilena en considera- sólo la riqueza puede dar30. ción de su política económica asociada a la explo- tación del salitre, como por el especial interés de En tanto Billinghurst pidió la entrega de in- algunos sectores de la comunidad iquiqueña por centivos a los privados para que emprendieran esta configurar el uso de los recursos hídricos como tarea mientras las instancias fiscales no fueran ca- parte de una estrategia de desarrollo regional. En paces por sí mismas de cultivar extensivamente la efecto, la estrategia rentista estatal, es decir el co- desértica depresión intermedia de Tarapacá: bro de un impuesto específico a cada quintal de salitre que saliera por los puertos nortinos, se sol- Mientras se presenta una oportunidad fa- ventó sobre la base de dos componentes: la hege- vorable para que el Estado emprenda obras monía minera, que restringió el potencial indus- de esta naturaleza [acumulación y rega- trial de Tarapacá en esta área en torno a la exclusiva dío] habría conveniencia en estimular en explotación del nitrato de sodio; y la especializa- tal sentido el interés de los particulares ción productiva, que terminó condicionando a la ofreciéndoles, bajo determinadas condi- economía tarapaqueña a una nula diversificación ciones, la propiedad de los terrenos fisca- productiva al definirla como un espacio estricta- les que consigan habilitar para el cultivo mente minero, y en donde “lo minero” se acotaba (Billinghurst 1886:37). estrictamente en “lo salitrero”. En tanto, los plan- teamientos locales se configuraron en torno a un La idea del rol estatal, para afianzar una in- proyecto de desarrollo regional que contemplaba dustria agrícola en la pampa del Tamarugal, Guiller- la articulación de tres sectores estratégicos: la ac- mo Billinghurst la reiteró con mayor profundidad, tivación de una minería regional, aspecto que bus- argumentos y sentido crítico en 1893: có extender la percepción estatal de lo salitrero hacia la amplia potencialidad que había para tra- No se explica uno tan pronto, cómo ese bajar yacimientos metálicos y no metálicos cordi- interesante llano [la pampa del Tama-

06-L. Castro 210 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 211

rugal], donde se han acumulado inmen- También tuvieron esta orientación los comen- sos depósitos de humus, y donde todavía tarios manifestados, en septiembre de 1894, por el se encuentran los restos palpitantes de una Intendente Ruperto Álvarez al informar al Minis- no remota y vigorosa vegetación, rodeado tro de Obras Públicas su posición ante la necesi- como está de desiertos áridos e inclemen- dad de cultivar la superficie del Tamarugal: tes, lo cual es para su cultura otro podero- so aliciente, no haya sido, de antiguo, El estudio de irrigación de la pampa debe, abundantemente irrigado; y cómo los po- pues, iniciarse por el Supremo Gobierno deres públicos no han fomentado la indus- con el empeño que requiere una obra de tria privada a este respecto, ni ellos se han gran importancia, que reportaría incalcu- preocupado de una manera práctica de lle- lables beneficios al país y muy especial- var a término esa obra que está llamada a mente a esta provincia. asegurar a esta sección territorial, hasta Además que le daría vida propia, la con- cierto punto, una vida permanente que no versión de la extensa pampa hoy estéril e se halle sujeta a las alternativas de una in- improductiva, en terrenos adaptables a la dustria que tiene sus días contados industria agrícola sería el medio más efi- (Billinghurst 1893:5-6). caz para dar estabilidad a las poblaciones del interior. Estas estratégicas insinuaciones de Billinghurst La irrigación de la extensa pampa del tuvieron la virtud de centrar la discusión relacio- Tamarugal, sería obra que además de la nando algunos de los elementos medulares de la importancia que en si representa, vendría problemática por el uso del agua. Por una parte, la a dar vida propia a la provincia de estabilidad agrícola versus la inestabilidad salitre- Tarapacá, que en la actualidad sólo tiene ra; por otra, la necesaria articulación de las inicia- lo que le da la industria del salitre. Y si tivas privadas con las gestiones públicas para re- bien es cierto que por ahora no hay temor gar el desierto. De este modo, la irrigación se de agotamiento de la sustancia que le sir- comenzó a entender como un factor irrestrictamente ve de base, no es posible, sin embargo, enlazado con una propuesta de desarrollo regio- prever las alternativas que puede experi- nal. Un diseño que debía comprender en su con- mentar en lo futuro32. junto al sector minero, al comercio interregional con Bolivia y el noroeste argentino y la actividad Las expresiones del Intendente Álvarez vinie- agrícola orientada al mercado en la pampa del ron a remarcar, contradiciendo los intereses rentis- Tamarugal (Castro 1995). tas de la administración central, dos ideas que ya Este fue el sentido analítico del informe emiti- estaban circulando con fuerza en el meollo de la do en julio de 1894 por quien ocupara el cargo de opinión pública tarapaqueña fines del siglo XIX. Ingeniero de la Provincia: Primero, que la economía provincial no podía con- tener un crecimiento sostenido y estable basándo- Como la extensión cultivable de la pampa se exclusivamente en la minería del salitre, y que, es tan considerable y existe agua en dife- por tanto, era necesario potenciar otras áreas pro- rentes niveles y en algunos puntos casi en ductivas más seguras en su futuro, particularmente la superficie, debiera utilizarse abriendo la agricultura. Segundo, que esta materia debía ser pozos y estancar agua para el regadío para un componente básico para una visión coherente formar así grandes siembras de árboles del desarrollo regional. frutales, potreros, huertas, etc., lo que creo Los alcances de esta opinión pionera encauza- fácil y muy conveniente realizar o llevar a ron una creciente articulación social vinculada a la cabo permitiendo las concesiones de te- posibilidad cierta de llevar a cabo una propuesta rrenos para el cultivo. de desarrollo regional desligada de los intereses De esta manera se conseguirá mayores rentistas exógenos del Estado chileno, sobre todo, entradas fiscales y se daría vida propia a porque, a partir de la posición manifestada por esa extensa y desierta pampa31 ‘. quien fuera entonces la máxima autoridad política de Tarapacá, se allegaron a este tipo de planteamien-

06-L. Castro 211 18/06/2004, 12:04AM 212 Luis Castro C.

tos algunos agentes de la administración provin- La agricultura no es acá actualmente una cial, la Municipalidad de Iquique, el periodismo33, industria, porque no existe en sí. Pero es varios gremios, colonias de residentes extranjeros, un problema no debatido, que los extensos partidos políticos, la Iglesia Católica34, comercian- terrenos del Departamento se adaptan a ella tes y empresarios locales como Juan Dassori, Luis y que puede resolverse con obras de irriga- Junois, Bernardo Digoy, Juan Bautista Montenegro, ción para aumentar su poder productivo e Demófilo Herrera, Arturo del Río y Luis Advis, incrementar, más que la misma minería, la todos decididos emprendedores de proyectos agrí- fortuna pública y privada del país37. colas35. La configuración de este soporte social con- También insistieron en lo mismo, aunque de llevó un salto cualitativo que le permitió a la opi- modo más directo, los editoriales del semanario ca- nión pública iquiqueña, hacia comienzos del siglo tólico “Las Cuestiones Sociales” aparecidos en ene- XX, pasar de insinuaciones y recomendaciones a ro de 1922 y diciembre de 1926. En la primera, demandas claramente inducidas y contestatarias. escuetamente se comentaba: Por ejemplo, en el año 1900, tras una sostenida campaña periodística para resguardar los algarro- ...que [la agricultura] es una riqueza que bos existentes en los bosques pampinos, no sólo se no está expuesta como las minas, o el sa- le terminó pidiendo al fisco su directa intervención litre, a falta de utilidad, crisis, tempesta- en este asunto para consolidar una relevante “posi- des o calamidades o incertidumbre de nin- bilidad económica para la provincia”36, sino ade- gún género38. más el Delegado Fiscal de Salitreras presentó un lúcido plan para desarrollar la agricultura que con- En tanto en la segunda, a propósito de la parti- templaba la promulgación de una ley que debía otor- cipación de los parlamentarios de la zona ante una gar la propiedad de la tierra a quienes cultivaran supuesta iniciativa gubernamental para implemen- el árido y salino suelo del Tamarugal (Bermúdez tar proyectos de irrigación en el norte del país, se s/f:419). Este tipo de exigencias caló tan hondo en indicaba: los vericuetos de La Moneda, que en 1903 el Minis- tro de Hacienda del gobierno del Presidente Germán El señor Velasco, Ministro de Obras Pú- Riesco, Manuel Salinas, presentó al hemiciclo par- blicas, tiende a que se destinen treinta y lamentario un proyecto de irrigación del área de cuatro millones de pesos para irrigación Canchones que en su fundamentación sostenía: en las provincias entre Coquimbo y Tarapacá. Si ello fuera así, habría llegado Si fuera posible dotar de agua estos terre- el caso que los representantes de esta pro- nos, se lograría asegurar la vida de la pro- vincia se esforzaran en conseguir una res- vincia de Tarapacá, que hoy se sostiene petable cantidad para que la pampa pudiera casi exclusivamente de industrias inesta- convertirse en una región agrícola, princi- bles y transitorias, como la explotación de palmente estando amenazada la industria sus depósitos de nitratos y de sus minas... del salitre. (Salinas 1903:36). La pampa regable puede convertirse en campo feraz, que haría barata la vida en el La aceptación social de esta idea que asegura- norte. La región de Pica es arenosa, como ba que la industria salitrera iba a terminar siendo toda la pampa, y, sin embargo, es cultiva- nociva para la economía de Tarapacá debido a su ble hasta donde llega el agua, que, si fuera endémica inestabilidad, definitivamente asentó abundante habría campos fértiles inmen- aquello de que la potenciación agrícola a gran es- sos. Cierto, que en terrenos altamente cala era uno de los instrumentos más adecuados salitrosos, quizás no sería tan fácil la ve- para solventar en el largo plazo el desarrollo regio- getación, pero muchas extensiones, aún en nal. Así lo planteó en su Memoria Anual, en el trans- las mismas oficinas salitreras, que podrían curso del año 1912, Manuel Urrutia en su calidad dedicarse al cultivo. de Administrador de la Aduana y Tesorería Unida Por otra parte, más allá de Pica, en Piga, de Iquique: hay abundante agua que se pierde lasti-

06-L. Castro 212 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 213

mosamente, que bien encauzada, podría la industria salitrera en los años 1930 y 1940. Como dirigirse a la pampa. consecuencia de lo anterior, la provincia de Tienen la palabra los representantes de Tarapacá se quedó, tras largas décadas, sólo con Tarapacá en el parlamento, cuando se dis- los fantasmas de una riqueza y un desarrollo eco- cuta la ley de irrigación39. nómico prometido a su amparo; así las prediccio- nes de inestabilidad y ausencia de desarrollo real Lo marcadamente explícito de estos plantea- se cumplieron con precisión hasta la aparición, mientos devino como la resultante de una larga necesaria y vergonzosa, de banderas y crespones reflexión amparada en la observancia de la ende- negros en el otrora bullente puerto de Iquique como ble realidad económica de Tarapacá. Una consta- respuesta a una crisis terminal. tación que, además, actuó como gatillante para una La conjunción de estos factores permitió que radicalización de las argumentaciones de quienes se le diera un respaldo social mayoritario a la pro- optaron por un diseño de desarrollo regional to- puesta de ocupar parte importante de los recursos talmente desligado del rentismo salitrero al cual hídricos en la implementación de un sector agríco- apostaba decididamente el Estado chileno. En este la de grandes dimensiones en la pampa del contexto, el esfuerzo más vital por viabilizar esta Tamarugal, una dinámica que alcanzó incluso a opción se centró de manera importante en aquellos que aún apostaban a la minería salitrera implementar diversos proyectos agrícolas que pro- como el medio de crecimiento más eficaz para la movieran el tema de la definición planificada del economía tarapaqueña. Estos últimos tuvieron que uso de los recursos hídricos existentes en este ale- reconocer al menos la posibilidad de complemen- jado y árido territorio. tar estas áreas productivas y, por tanto, demandar a Tres fueron los factores que ampararon un la administración estatal mecanismos para ampliar mayor consenso entre los diferentes actores las estructuras generadoras de riqueza al alero de tarapaqueños involucrados en esta discusión para un modelo suficientemente acotado y concatenado. pasar de iniciativas privadas focales a megapro- Las resoluciones del Congreso de Cámaras de Co- yectos de irrigación. Primero, el que se haya en- mercio del Norte realizado en 1934 y los alcances tendido esta demanda dentro de un proceso pro- emitidos por el estudioso Carlos Alfaro Calderón, movido por la capacidad de gestión endógena para en su “Reseña Histórica de la Provincia de Tara- buscar un necesario respaldo estatal, despejando pacá” publicada en 1936, son una buena muestra así algunas dudas referidas a ciertos énfasis más de este aglutinamiento. Los comerciantes, en un decididamente regionalistas de algunos discursos momento socioeconómico muy difícil, llegaron a locales que se habían derivado de un profundo sen- pedir: timiento de abandono fiscal, cuestión que no era aceptada en algunas esferas de la vida pública de Como medio de propender al fomento de Iquique considerando la importancia que tenía la la agricultura regional, se active la termi- zona para el modelo rentista, base de la riqueza y nación de los tranques de regadío que ac- progreso económico del país (Castro 2003). Segun- tualmente se construyen y avanzar en los do, el que no se transara en la articulación de una estudios de otros embalses que se reco- lógica analítica que estuviera en función de una miendan construir en las provincias de estrategia de desarrollo regional que potenciara y Tarapacá y Antofagasta...40. privilegiara el conjunto de las posibilidades pro- ductivas que contenía en sus entrañas esta provin- En tanto, Alfaro Calderón acentuará, valoran- cia. Tercero, que el diagnóstico de la precariedad do lo agrícola para la economía local, la necesidad de la minería salitrera se fuera irremediablemente de implementar caminos para incrementar su acti- corroborando desde fines de la década de 1910, lo vidad: que permitió la adscripción de un número mayor de sectores sociales que se convencieron de la ne- Aún cuando las mayores riquezas que en- cesidad de superar las ideas inmediatistas y cierra la provincia de Tarapacá son el sali- adentrarse en propuestas más estratégicas. Qué tre y la minería, no debe desmerecerse mejor ejemplo, y a la vez dramático reconocimiento tampoco la agricultura, cuyos productos a esta última postura, que la rauda desaparición de son variadísimos y de excelente calidad.

06-L. Castro 213 18/06/2004, 12:04AM 214 Luis Castro C.

Si su desarrollo no ha sido muy intenso, se de irrigar el valle de Camarones, un proyecto agrí- ha debido esto a la escasez de transportes, cola que se inició mediante el Decreto Ley pro- como ser buenos caminos para vehículos mulgado el 20 de marzo de 1925 y que establecía que puedan transportar esos productos a los la constitución de una Asociación de Canalistas, la centros de consumo. Sin embargo, como especificación de los terrenos que se iban a culti- de esto ya se ha han preocupado las autori- var y los mecanismos de transferencia de las mer- dades desde hace poco tiempo, lo mismo cedes de agua fiscales a los socios de la mentada que el Gobierno, se ha podido observar asociación. Este cuerpo normativo se complemen- mayor interés entre los agricultores del in- tó con la aprobación, el 8 de junio de 1928, del terior por aumentar la producción, y sin plan confeccionado por la Dirección de Riego del duda que en lo sucesivo, cuando se com- Ministerio de Obras Públicas que consignaba un pleten las redes camineras, ese aumento será financiamiento de $ 3.300.300 para llevar a cabo más intenso (Alfaro 1936:301). las obras43. Se estimaba la capacidad de almace- namiento de Caritaya en unos 40 millones de me- La culminación exitosa de esta estrategia de tros cúbicos de agua, cantidad suficiente para fer- manejo de recursos hídricos para propósitos agrí- tilizar 3.000 hectáreas en Camarones y 2.000 colas debió haber sido el inicio de la construcción hectáreas en las pampas aledañas. Para 1936 este de los tranques de Caritaya y Pachica ubicados res- depósito de acumulación se encontraba totalmente pectivamente al interior del valle de Camarones y terminado (Alfaro 1936:308-309; Keller 1946:161). el poblado de en la década de 1930. Sin El de Pachica, ubicado en el valle de Tarapacá, es- embargo, los resabios de una administración estatal taba destinado a regar entre 4.500 y 5.000 hectá- sin visión de futuro, la inconsistencia por parte de la reas de la pampa del Tamarugal con una capacidad comunidad regional a la hora de asumir un de depósito de 33 millones de metros cúbicos de lineamiento político sin reparos en esta materia y la agua (Alfaro 1936:309-310; BOIFMIT, Año II, galopante crisis de los años 1929-1930 terminaron N¼ 2, Iquique 25/10/1936, p. 706). por dejar inconcluso este proceso de planteamien- Considerando el potencial de estos embalses, tos desarrollistas en el ámbito de la agricultura en el su mayor utilidad precisamente apuntó hacia la desierto41. Ambos embalses significaron, en su mo- conformación de la trilogía base de las propuestas mento, la posibilidad más concreta de habilitar en locales de desarrollo regional: agricultura, comer- esta región un manejo más racional de los acuíferos, cio y minería. En otras palabras, no sólo estaba en delimitando los márgenes de la discusión local res- juego la posibilidad de contar con líquido suficiente pecto a la relación modernidad-agricultura. Como para cultivar grandes extensiones de suelo seco, lo estimara el obispo de Iquique de la época, Car- sino también se contaba con el hecho de que para los Labbé, la edificación de ambas represas: llegar a sus instalaciones había que habilitar cami- nos expeditos, vías que con un poco más de impul- ...asegurarían a esta nuestra querida pro- so podían llegar a la frontera con Bolivia y de esta vincia un porvenir seguro y constante, ba- manera servir, por una parte, de conexión a distin- sado en la agricultura que ha sido y será tas faenas mineras a ambos lados de la frontera y, siempre la industria básica del progreso por otra, a un comercio creciente entre Tarapacá y de nuestro país. algunas ciudades bolivianas como Oruro, La Paz e ¡Cuán distinto será el panorama cuando incluso Cochabamba. Tanto fue así esta relación, se hayan terminado las obras del tranque que la propuesta del ferrocarril entre Huara y Pachica! Ellas fecundizarán una enorme Chusmiza emprendida por el presidente del Insti- extensión de territorio, regándola con gran- tuto de Fomento Minero e Industrial de Tarapacá des canales, con agua cuyo costo, posible- entre 1935 y 1937 se entendió como un sustento a mente, no excederá de la décima parte del los alcances económicos del tranque Pachica44. precio del agua obtenida por medio de Las expectativas puestas en estos proyectos pozos (En Alfaro 1936:311)42. fueron demasiadas. Si bien el embalse de Caritaya se terminó de construir, nunca se pudo utilizar ín- El tranque Caritaya se ubicó a 144 kilómetros tegramente. Como acertadamente lo percibió Car- al este de Zapiga, y su objetivo primordial fue el los Keller en la década de 1940, al ser demasiado

06-L. Castro 214 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 215

grande esta obra en relación al nivel de las preci- cal y ciertos sectores organizados de Iquique más pitaciones no era correcto “cifrarse expectativas decididos en esta materia. Como nada se había lo- exageradas en las posibilidades de incrementar grado concretar, las estrategias de desarrollo con- apreciablemente las superficies regadas del depar- tinuaron en discusión, pero sin la fuerza de antes. tamento” (Keller 1946:163). Pachica, en tanto, no Junto con la desaparición paulatina de una apuesta se concluyó. A menos de un año de haberse inicia- económica anhelada durante mucho tiempo, tam- do su habilitación las faenas se paralizaron, des- bién se diluyó la posibilidad de reorientar la discu- pués continuaron, pero sin ninguna seguridad de sión referida al manejo masivo de las aguas para éxito pasando a ser su silueta durante muchos años regadío en el contexto de una estrategia de desa- la de un gigante inconcluso45. Así lo constató el rrollo regional. periodista iquiqueño Alberto Brandan a mediados de la década de 1930: Las Comunidades Aymaras, la Propuesta de Desarrollo Regional y los Proyectos de El tranque sigue a medio hacer, y con lo Irrigación con Aguas Altoandinas que cada año se gasta para que se invierta en la obra, no hay posibilidad que alguien Aun cuando las propuestas locales de uso a garantice que en medio siglo más quede gran escala de los acuíferos altoandinos se pre- terminado (Alfaro 1936:311). sentaron contextualmente como opciones menos degradantes en lo que tocaba a un uso preferente- La opinión de Brandan fue coincidente con el mente agrícola y no minero, sus formulaciones más comentario emitido en el periódico “El Regional” sustantivas no lograron dar cuenta de todos los en diciembre de 1936: componentes socioculturales implicados en el asunto. La ausencia de quienes habían sido los tri- Deplorable, bajo todos los conceptos, es butarios históricos de las aguas, los campesinos la lentitud por falta de dinero, en que pro- indígenas agroganaderos de valles, precordillera sigue actualmente la construcción del tran- y altiplano, resultó sintomático de la orientación que de Pachica, obra muy reclamada y en modernizadora de este modelo de desarrollo re- la cual está basado el futuro sólido de esta gional. zona y aún de la provincia en general. Por una parte, la población andina no estuvo Está probado hasta la evidencia por auto- como un actor constituyente de los sectores provin- ridades lumbreras de la ingeniería que di- ciales que se afanaban en darle un sentido estratégi- cho embalse tendrá agua suficiente para su co a la utilización de las existencias acuícolas de la capacidad, y como si estas afirmaciones cordillera. Por otra, tampoco hubo consideración fueran pocas, la naturaleza misma con sus ante el posible impacto que generaría este trasvasije avenidas de agua de tiempo en tiempo, quie- tan masivo de aguas a la pampa del Tamarugal en re demostrar a los poderes públicos de Chile las economías agroganaderas de las comunidades que esta debiera ser una de las obras que aymaras47; en este sentido primó la preponderancia debe merecerles su preocupación principal de lo moderno por sobre lo tradicional. ya que terminada dejaría a Tarapacá una Es probable, de haberse dado este escenario situación de seguro porvenir. desarrollista, que una parte de estos indígenas cam- Desgraciadamente nada de esto acontece pesinos, los vallesteros, se hubiesen integrado ple- y se cree hacerlo todo con mantener en el namente a la nueva dinámica modernizadora de una presupuesto anual una insignificante mi- agricultura a gran escala orientada al mercado. Lo gaja para sostener un personal inadecua- anterior no hubiese sido para nada extraño, des- do por su número y con lo cual sólo se pués de todo muchos de ellos ya habían experi- consigue eternizar esa construcción y bur- mentado esta transformación de intentar ejecutar lar a sí mismo las más sentidas aspiracio- usos hídricos asociados a proyectos agrícolas nes de nuestra provincia46. modernizadores48. Por ejemplo, los casos ya rese- ñados de las sociedades constituidas en la quebra- La frustración por estos resultados reactivó una da de Tarapacá en 1876 y en el valle de Camarones vez más las diferencias entre la administración fis- en 188749, como otros intentos menores, pero con

06-L. Castro 215 18/06/2004, 12:04AM 216 Luis Castro C.

este mismo perfil en Camiña, Aroma, Pica, Can- lo tocante a la agricultura en el desierto. De esta chones y Tiliviche50. Por el contrario, para los agro- manera, el aparato fiscal muy tempranamente ope- ganaderos andinos del altiplano hubiese implica- ró con este criterio para resolver, positiva o negati- do un efecto negativo radical, sobre todo tomando vamente, las solicitudes privadas de concesión de en cuenta que sus estructuras socioeconómicas, aguas, enajenando así los derechos históricos de particularmente su agricultura de subsistencia, de- los campesinos indígenas sobre este escaso recur- rechamente no estaban adecuadas para una inser- so. Gonzalo Bulnes, una autoridad bastante intere- ción tan rápida a una producción mercantilizada sada en estos asuntos, fue en buen ejemplo de este (Gundermann 1999). proceder. Acusando una petición para ocupar No obstante las diferencias potenciales entre acuíferos ubicados al interior del oasis de Pica, en aymaras vallesteros y altiplánicos, la posibilidad 1885 aclaró: de extraer gran parte de las existencias hídricas de la cordillera con el objeto de irrigar masivamente No veo qué inconveniente legal podría la pampa del Tamarugal finalmente hubiese ope- oponerse a la concesión del agua que se rado en ambos contingentes como un factor extraiga de la tierra desde que nuestra le- exógeno; más aún cuando el conjunto de los pro- gislación permite a los particulares apro- yectos en cuestión tenían por objetivo medular dar piarse del agua de los ríos i vertientes para un sustrato lo suficientemente acotado a una es- dedicarlas al regadío de los terrenos53. trategia de desarrollo regional moderna y en nin- gún caso entregar instrumentos específicos y en Si lo afirmado por Bulnes a fines del mes de directo beneficio para las economías agrogana- agosto de 1885 dejaba en claro los fundamentos deras “tradicionales” y “atrasadas” de los campe- legales en los que se sustentaría la administración sinos indígenas que habitaban en el interior de la estatal chilena para actuar en esta materia, lo que provincia de Tarapacá. En otras palabras, con la eliminaba en principio cualquier atisbo de recla- fertilización en grande de la superficie arenosa de mación basada en derechos consuetudinarios am- la pampa se buscó, tal como lo indicó el Intenden- parados por la legislación peruana, las acciones te Gonzalo Bulnes en 1884, modificar una “agri- emprendidas por el gobierno en 1890 Ðcomo la cultura mui reducida” trabajada por “una pobla- formación de una Comisión Fiscal encargada de ción indígena, importante como número, si bien evaluar todos los estudios hidrográficos y geológi- desprovisto de actividad i energía moral”51, o como cos que llevaran a cabo empresarios privados y la lo reafirmó el Intendente Oyarzún Lorca en 1920 ya referenciada designación de Juan Schulze para al señalar la necesidad que había de superar las ac- que ejecutara estudios de factibilidad tendientes a tividades de “...jentes rústicas, sin ilustración, [que] sacar agua para regar la pampa salitrera y abaste- cultivan sus campos en la forma rudimentaria, como cer Iquique54Ð terminaron por reafirmar la total lo hacían sus antepasados, forma que ha venido asimetría y desventaja de los campesinos aymaras trasmitiéndose de generación en generación”52. con relación a los derechos que podía ejercer el A partir de este posicionamiento, el elemento propio Estado chileno como los restantes ciudada- más gravitante a la hora de describir una posición nos en pos de ocupar recursos hídricos con fines precaria de la población campesina indígena ante económicos. las directrices establecidas para ocupar aguas altoandinas al amparo de un proyecto modernizador Conclusiones fue el de legalidad impositiva de los bienes natura- les, un componente que zanjó con rapidez la pro- Entre las décadas de 1880 y 1930 importantes piedad fiscal de la totalidad de los recursos hídricos sectores de la vida pública de la provincia de de la provincia. Bajo este parámetro las propues- Tarapacá se manifestaron a favor de usar los recur- tas de desarrollo agrícola, tanto la de los agentes sos hídricos para irrigar la pampa del Tamarugal, locales como las impulsadas por la administración una inquietud generalizada que dio paso a una co- estatal chilena, terminaron enajenando los intere- rriente de opinión pública que terminó cuestionan- ses y conveniencias de la población aymara par- do los énfasis estatales por restringir la economía lante como su experiencia cultural de larga data en tarapaqueña a la sola explotación salitrera. El an-

06-L. Castro 216 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 217

helo por trasvasijar grandes volúmenes de agua e entre el accionar fiscal propenso a utilizar los irrigar masivamente se afianzó rápidamente en dis- acuíferos para abastecer los centros urbanos y sa- tintos grupos gremiales de Iquique que se aboca- tisfacer los requerimientos de la industria salitrera ron a formular proyectos o promover propuestas y las intenciones de los partidarios, en su gran ma- de terceros buscando demostrar la viabilidad de esta yoría residentes iquiqueños, de incentivar un sector idea, sobre todo de una agricultura moderna orien- agrícola mercantil a gran escala como parte de un tada al mercado y a la exportación. proyecto de desarrollo regional no rentista. En este En este escenario de gran dinamismo la posi- sentido, la actividad agrícola de las poblaciones in- ción que tomaron algunos intendentes resultaron dígenas, vista como tradicional y no moderna, que- de suyo interesante, sobre todo porque, a pesar de dó marginada de los lineamientos centrales que en- que eran los representantes del Ejecutivo en la pro- cauzaron el debate y las propuestas agrarias. vincia, fueron capaces de asumir ciertas posturas regionalistas, demostrando de paso que tenían una Agradecimientos: Este artículo forma parte del visión macro de las potencialidades económicas de proyecto Dipuv 01/2000 “Economía y Sociedad en Tarapacá. Tarapacá: Comunidad regional, Estado nacional y No obstante lo anterior, desde la perspectiva la problemática del desarrollo, 1880-1940”, Direc- de los intereses y requerimientos de los campesi- ción de Investigación y Postgrado, Universidad de nos aymaras finalmente no hubo mayor distancia Valparaíso.

Referencias Citadas

AIT 1915 Volumen 2619. 1884 Archivo Nacional de Chile. Fondo Intendencia de 1919 Volumen 2815. Tarapacá. Volúmenes 67, 68. ANI 1885 Volúmenes 46, 76. 1876 Archivo Nacional de Chile. Fondo Notarial de Iquique. 1886 Volumen 15. Volumen 18, Registro 62, Documento 22. 1888 Volumen 151. ANT 1889 Volumen 157. 1876 Archivo Nacional de Chile. Fondo Notarial de 1890 Volúmenes 181, 536. Tarapacá. 1894 Volumen 177. Volumen 14, Protocolo 1876, Minuta 79. 1903 Volumen 492. Bermúdez, O. AITRI 1963 La Historia del Salitre desde sus Orígenes hasta la 1909 Archivo Regional de Iquique. Fondo Intendencia de Guerra del Pacífico. Ediciones de la Universidad de Chile, Tarapacá. Libro Arrendamientos de Terrenos Fiscales 1909. Santiago. Volumen 2. s/f La “agricultura sin riego” en la zona de Canchones 1909 Volumen 23, Libro Solicitudes 1909. (Tarapacá, Norte de Chile). Manuscrito inédito. 1920 Volumen 6, Libro Oficios a los Ministerios 1930. Billinghurst, G. 1922 Volumen 32, Libro Copiador de Oficios a los Ministe- 1886 Estudio sobre la Geografía de Tarapacá. Santiago. rios 1922. 1887 El abastecimiento de Agua Potable del Puerto de 1923 Volumen 10, Libro Ministerio Industria y Obras Pú- Iquique. Imprenta Española, Iquique. blicas 1923. 1893 La Irrigación de Tarapacá. Imprenta Ercilla, Santiago. 1928 Volumen 1, Libro Ministerio de Obras Públicas y Fo- BOIFMIT 1936 Boletín Oficial del Instituto de Fomento Minero e In- mento 1920-1928. dustrial de Tarapacá, Año II (2), 25 de octubre, Iquique. 1932 Volumen 11, Libro Memorias 1932. Carevic, A. Alfaro, C. 1989 La Pampa del Tamarugal: una visión arqueológica y 1936 Reseña histórica de la Provincia de Tarapacá. Imprenta etnohistórica de su utilización. Documentos de Investiga- Caras y Caretas, Iquique. ción 10:1-16, Centro de Estudios del Desierto, Universi- AMI dad Arturo Prat, Iquique. 1887 Archivo Nacional de Chile. Fondo Ministerio del Inte- Castro, L. rior. 1995 Tarapacá 1880-1936: Debates, reflexiones, propues- Volumen 1406. tas y proyectos en torno al problema del desarrollo. Temas AMIOP Regionales, Año 2 (1):32-66. 1894 Archivo Nacional de Chile. Fondo Ministerio de Obras 1998a Cuando el susurro del agua se acalló en el desierto: Públicas. La expropiación de las aguas del valle de Quisma, el Volumen 694. abastecimiento fiscal a Iquique y el debate sobre el pro-

06-L. Castro 217 18/06/2004, 12:04AM 218 Luis Castro C.

blema del desarrollo económico regional, Tarapacá 1912- Hidalgo, J. 1937. Tesis Magíster en Historia, Universidad de San- 1985 Proyectos coloniales inéditos de riego en el desierto. tiago. Azapa (cabildo de Arica, 1619), pampa Iluga (O’Brien, 1998b Las otras luchas sociales en el Tarapacá salitrero. 1765) y Tarapacá (Mendizábal, 1807). Chungara 14:183- La defensa de los quismeños del agua de Chintaguay. En 222. A 90 años de los Sucesos de la Escuela Santa María de Keller, C. Iquique, pp. 45-78, Coedición Dibam, Lom, Centro de 1946 El Departamento de Arica. Empresa Editora Zig-Zag, Investigaciones Barros Arana, Universidad Arturo Prat, Santiago. Iquique. La Defensa de Tarapacá 2002 La circulación arterial de la riqueza: Estrategias de 1934 Iquique, 17 de noviembre desarrollo regional e integración económica con Bolivia y La Patria el noroeste argentino, Tarapacá 1864-1936. Diálogo Andino 1894 Iquique, 7 de diciembre 19:111-131. Larraín, H. 2003 Regionalismo y Desarrollo Regional: Debate público, 1974 Antecedentes históricos para un estudio de la proyectos económicos y actores locales (Tarapacá 1880- reutilización de los suelos agrícolas en la Pampa del 1930). Manuscrito inédito. Tamarugal. Norte Grande, vol.1(1):9-22. Contreras, C. y M. Cueto Las Cuestiones Sociales 1999 Historia del Perú Contemporáneo. Red para el Desa- 1922 N¼ 46, Iquique, 12 de enero; N¼ 47, Iquique, 19 de enero. rrollo de las Ciencias Sociales, Lima. 1926 N¼ 285, Iquique, 12 de diciembre Couyoumdjian, R. y H. Larraín López Loayza, F. 1975 El plano de la Quebrada de Tarapacá de don Antonio 1913 La provincia de Tarapacá (Alrededor de su industria O’Brien. Su valor geográfico y socio antropológico. Norte y de Iquique, su principal puerto). Editor Edw. E. Muecke, Grande, vol.1 (3-4):329-362. Iquique. El Nacional Martínez, V. 1900 Iquique, 22 de abril 1893 Proyecto de Abastecimiento de Agua Potable para el El Regional Puerto de Iquique y otras Poblaciones del Departamento 1936 N¼ 2, Iquique, 19 de diciembre de Tarapacá. Santiago. Felsch, J. Memoria del Administrador de la Aduana y Tesorería Unida de 1920 El agua en la pendiente occidental de la Cordillera Real Iquique al Superintendente de Aduanas entre la Quebrada de Huatacondo y la Quebrada de 1912 En Fernando López Loayza, La Provincia de Tarapacá Tarapacá. Publicaciones del Servicio Geológico 5, Minis- (Alrededor de su Industria y de Iquique, su Principal Puer- terio de Obras Públicas, Santiago. to). Editor Edw. E. Muecke, Iquique. Guerrero, V. Podestá, J. 1991 Recursos hídricos y conflictos sociales en Tarapacá. 2004 La invención de Tarapacá. Estado y Desarrollo Re- Cuadernos de Investigación Social 31:1-38, CREAR, gional en Chile. Ediciones Campvs, Universidad Arturo Iquique. Prat, Iquique. Gundermann, H. Ríos, M. 1997 Etnicidad, identidad étnica y ciudadanía en los países 1992 Política y propuestas de desarrollo en Arica desde 1930 andinos y el Norte de Chile. Los términos de la discusión y a 1973. Cuadernos de Investigación Social 32:1-52, CREAR, algunas hipótesis de investigación. Estudios Atacameños Iquique. 13:9-26. Salinas, M. 1998 Comunidad aymara, identidades colectivas y estados 1903 Proyecto de irrigación de la Pampa del Tamarugal pre- nacionales en los albores del siglo XX. En A 90 años de los sentado al Congreso Nacional, Santiago, 29 de mayo de sucesos de la Escuela Santa María de Iquique, pp. 45-78, 1903. En Provincia de Tarapacá, editado por Francisco Coedición Dibam, Lom, Centro de Investigaciones Barros Riso-Patrón, pp. 34-38, Santiago. Arana, Universidad Arturo Prat, Iquique. Van Kessel, J. 1999 Sociedad aymara y cambios sociales en la segunda 1985 La lucha por el agua en Tarapacá: la visión andina. mitad del siglo XIX. Ponencia, Terceras Jornadas de His- Chungara 14:141-155. toria Andina del Norte de Chile, Universidad de 1992 Holocausto al Progreso. Los Aymaras de Tarapacá. Valparaíso. HISBOL, La Paz.

Notas

1 Las paradas eran grandes ollas de fierro donde se calenta- mandado por el gobierno peruano para analizar vetas mi- ba a leña agua mezclada con soluciones químicas para eje- neras de boratos de soda y cal que se habían descubierto cutar la lixiviación, o sea, la separación del mineral salino por aquella época. En esta categoría de asesor minero, es- del material estéril. tuvo ligado a esta provincia hasta la década de 1870. Este 2 Según Oscar Bermúdez (1963:133, nota 1), el químico ita- científico llegó muy joven al Perú, en 1850, desarrollando liano Antonio Raimondi llegó a Tarapacá a fines de 1853 una notable carrera académica en la Universidad de San

06-L. Castro 218 18/06/2004, 12:04AM Recursos Hídricos Altoandinos, Estrategias de Desarrollo Económico… 219

Marcos en donde dictó los cursos de Historia Natural y Bello, Luis Castro, Santiago Silva, Pablo Di Caro, Teodoro Química Analítica; además, realizó notables estudios de Blanche, etc. geografía, botánica y mineralogía. Todo lo anterior lo lle- 23 AITRI, vol. 23, Solicitudes 1909, Manifiesto de vecinos de vó a convertirse en el naturalista más importante del siglo Iquique al Intendente de Tarapacá apoyando el uso de las XIX en ese país (Contreras y Cueto 1999:104). aguas de Chuncara y Lirima, Iquique 2/9/1909, sin fol. 3 ANI, vol. 18, reg. 62, doc. 22, Iquique 21/6/1876, fol. 27v- 24 Las Cuestiones Sociales, N¼ 47, Iquique 19/1/1922, p. 2. 28; ANT, vol. 14, protocolo 1876, minuta 79, San Lorenzo 25 AMIOP, vol. 2619, Memorando sobre el agua potable de de Tarapacá 20/6/1876, fol. 73-77. Iquique, Santiago 1915, sin fol. El registro de la sociedad en las Notarías de Iquique y 26 AMIOP, vol. 2815, Oficio del Director de Obras Públicas Tarapacá presenta leves diferencias en el número de so- al Ministro de Obras Públicas, Santiago 25/4/1919, sin fol. cios. En la primera inscripción aparecen 33 participantes y 27 AITRI, vol. 32, Copiador de Oficios a los Ministerios 1922, en la segunda 49. No tengo mayores antecedentes de esta Solicitud mercedes de agua, Iquique 22/5/1922, fol. 402. anomalía, salvo la presunción que en la Notaría de Tarapacá, 28 AITRI, vol. 10, Ministerio de Industria y Obras Públicas por estar ubicada en el valle mismo, pudieron firmar aque- 1923, Concesión aguas de Aroma, Santiago 15/12/1923, llos que les fue imposible bajar a Iquique. sin fol. 4 AIT, vol. 65, Informe del Intendente de Tarapacá sobre la 29 Ibíd. solicitud de Claudio Mackenna para ocupar diferentes 30 AIT, vol. 68, Informe del Intendente de Tarapacá al Minis- aguadas de la provincia, Iquique 20/12/1884, sin fol. tro de Obras Públicas respecto a la petición de Claudio 5 AIT, vol. 68, Informe del Intendente de Tarapacá al Mi- Mackenna para utilizar diversas aguadas con el objeto de nistro de Obras Públicas respecto a la petición de Claudio regar la pampa del Tamarugal, Iquique junio 1884, sin fol. Mackenna para utilizar diversas aguadas con el objeto 31 AIT, vol. 177, Informe del Ingeniero de la Provincia al de regar la pampa del Tamarugal, Iquique junio 1884, Intendente de Tarapacá sobre la irrigación de la pampa sin fol. del Tamarugal, Iquique 9/7/1894, sin fol. 6 AIT, vol. 76, Informe sobre la solicitud de Francisco S. 32 AMIOP, vol. 694, Oficio del Intendente de Tarapacá al Olivan y Cía. para obtener una concesión de aguas subte- Ministro de Obras Públicas, Iquique 6/9/1894, sin fol. rráneas, Iquique 29/8/1885, fol. 12-12v. 33 Para dimensionar el nivel de participación del periodismo 7 Ibíd. iquiqueño en este debate, sólo es necesario recordar cómo 8 AIT, vol. 151, Informe de la Comisión de Agua Potable su labor, mediante los gravitantes editoriales y reiterados sobre solicitudes diversas, Iquique 23/8/1888, fol. 102. artículos, fue primordial para masificar la discusión y trans- 9 AIT, vol. 15, Solicitud de concesión de agua en Pica, formarla en una cuestión pública. Iquique 1886, sin fol. 34 La participación de la Iglesia Católica tarapaqueña en el 10 AIT, vol. 151, Informe de la Comisión de Agua Potable debate sobre el desarrollo regional y la apuesta por dismi- sobre solicitudes diversas, Iquique 23/8/1888, fol. 102. nuir la preponderancia de la renta salitrera en la economía 11 AMI, vol. 1406, Memoria del Gobernador de Pisagua, provincial se canalizó a través del semanario Las Cuestio- Pisagua 13/4/1887, fol. 240. nes Sociales, publicación oficial de difusión de sus ideas, 12 AIT, vol. 157, Solicitudes concesión de agua, Iquique que acotó en sus ediciones una buena parte a opinar 15/2/1889, fol. 24-25. argumentadamente sobre estas materias denotando una 13 Ibíd. decidida postura regionalista. 14 AIT, vol. 181, Informe del Intendente de Tarapacá sobre 35 El quehacer empresarial de estos personajes ligado a pro- solicitud de aguas de la laguna del Huasco, Iquique 22/2/ yectos agrícolas se puede revisar en: Bermúdez (s/f:411- 1890, fol. 15-16. 423) y Carevic (1989:5-20). 15 AIT, vol. 536, Oficio del Ministro de Industria y Obras 36 El Nacional, Iquique 22/4/1900. Públicas al Intendente de Tarapacá dando cuenta del de- 37 Memoria del Administrador de la Aduana y Tesorería Uni- creto N¼ 253, Santiago 22/1/1890, sin fol. da de Iquique al Superintendente de Aduanas. Iquique 1912. 16 La Patria, Iquique 7/12/1894. En: López Loayza (1913:56). 17 AIT, vol. 492, Copias de los decretos de concesión de 38 Las Cuestiones Sociales, N¼ 46, Iquique 12/1/1922, p. 2 las aguadas de Guatacondo a Manuel Risueño, Santia- 39 Las Cuestiones Sociales, N¼ 285, Iquique 9/12/1926, p. 4. go 28/3/1903, sin fol. 40 La Defensa de Tarapacá, Iquique 17/11/1934, p. 10. 18 AMIOP, vol. 2619, Documento confidencial: Agua Pota- 41 El fracaso de los embalses de Pachica y Caritaya como ble Iquique. Minuta explicativa de la situación producida instrumentos de desarrollo económico no sólo se acotó al en las obras de captación, Iquique 1915, sin fol.; Las Cues- término de un ciclo (1880-1930), sino que adicionalmente tiones Sociales, N¼ 47, Iquique 19/1/1922, p. 2. se vinculó con las dificultades económicas que vivió 19 Ibíd. Tarapacá en el lapso de las décadas de 1940 a 1970. Este 20 AITRI, vol. 2, Arrendamiento de Terrenos Fiscales 1909, último período es tratado, para el caso de la provincia de Concesión aguas de Lirima, Santiago 28/12/1908, sin fol. Arica, por Ríos (1992) y para la región de Tarapacá por 21 AMIOP, vol. 2619, Memorando sobre el agua potable de Podestá (2004). Iquique, Santiago 1915, sin fol. 42 La opinión del obispo Labbé no fue un asunto formal de 22 Entre los que firmaron este documento dirigido al Inten- alguien con autoridad moral para inmiscuirse en los pro- dente de Tarapacá y a la comunidad iquiqueña figuraban: blemas económicos locales, sino una voz autorizada y com- Ernesto Escalante, Luis Cancino, Camilo Ayarza, Rober- petente. Como ya lo indiqué, la Iglesia Católica, a través to León Viel, Carlos Gahona, Adolfo Ramírez, Pedro del semanario Las Cuestiones Sociales, se constituyó en

06-L. Castro 219 18/06/2004, 12:04AM 220 Luis Castro C.

un actor de primer orden en la promoción de un proyecto guración de un nexo estructural de los campesinos aymaras de desarrollo regional; pero, además, Labbé fue un decidi- de valles con la economía capitalista de enclave de la mi- do impulsor a través de la creación del fundo El Carmelo, nería salitrera, vínculo con claras implicaciones de inte- cercano al pueblo de La Tirana, de una de las iniciativas gración a los mercados subregionales. agrícolas más interesante de aquella época; por tanto, sa- 49 ANI, vol.18, reg. 62, doc. 22, Iquique 21/6/1876, fol. 27r- bía perfectamente cuánto preocupaba el tema del manejo 28; ANT, vol. 14, protocolo 1876, minuta 79, San Lorenzo de los recursos hídricos. de Tarapacá 20/6/1876, fol. 73-77; AMI, vol. 1406, Memo- 43 AITRI, vol. 1, Ministerio de Obras Públicas y Fomento ria del Gobernador de Pisagua, Pisagua 13/4/1887, fol. 240. 1920-1928, Aprobación de planos del proyecto de riego 50 AMI, vol. 1406, Memoria del Gobernador de Pisagua, del valle de Camarones, Santiago 8/6/1928, sin fol. Pisagua 13/4/1887, fol. 240. 44 Mayores antecedentes sobre esta iniciativa ferroviaria en: 51 AIT, vol. 67, Descripción de Tarapacá, Iquique 5/6/1884, Castro (2002). sin fol. 45 AITRI, vol. 11, Memorias 1932, Informe sobre los embal- 52 se de Caritaya y Pachica, Caritaya 5/1/1932, sin fol. AITRI, vol. 6, Oficios a los Ministerios 1930, Informe del 46 El Regional, N¼ 2, Iquique 19/12/1936, p. 5. Intendente de Tarapacá al Ministro del Interior sobre los 47 Para el concepto “comunidad aymara” seguimos el plan- problemas agrícolas de Tarapacá, Iquique 12/11/1920, teamiento de Hans Gundermann (1998:153-181; 1999) que sin fol. señala la existencia de ésta sólo en términos sociológicos y 53 AIT, vol. 46, Solicitudes de aguas por parte de Francisco no histórico-cultural, denotando con ello los cambios es- S. Olivan y Cía., Iquique 29/8/1885, fol. 12r. tructurales en la sociedad andina de fines del siglo XIX y 54 AIT, vol. 181, Informe del Intendente de Tarapacá Ramón comienzos del XX. Yávar al Ministro del Interior, Iquique 22/2/1890, sin fol.; 48 Hans Gundermann (1997:11; 1999) describe esta experien- AIT, vol. 536, Oficio del Ministerio de Obras Públicas al cia, pero en un marco de comprensión mayor, como la confi- Intendente de Tarapacá, Santiago 22/1/1890, sin fol.

06-L. Castro 220 18/06/2004, 12:04AM