El Carmen De Viboral
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Los cuadernos del barro El Carmen de Viboral el jardín llevado a la loza Ministerio de Cultura Los cuadernos del barro Mariana Garcés Córdoba Carlos Enrique “Toto” Sánchez Ramos Ministra de Cultura Coordinación del proyecto María Claudia López Sorzano Viviana Gamboa Rodríguez Viceministra de Cultura Coordinación Editorial Enzo Rafael Ariza Ayala Clementina Grillo Gálvez Secretario General Diseño Gráfico Juan Luis Isaza Londoño Astrid Ávila Castro Director de Patrimonio Corrección de estilo “Oficio noble y bizarro Adriana Molano Arenas Nomos Impresores entre ellos el del barro, Coordinadora Impresión ya que Dios fue el primer alfarero Grupo Patrimonio Inmaterial Juan Gabriel Soler y el hombre el primer cacharro” Isabel Cristina Restrepo Erazo Carlos Enrique “Toto” Sánchez Ramos Supervisora del proyecto Fotografías Anónimo Juan Pablo Henao Vallejo Asesor del proyecto El Carmen de Viboral, el jardín llevado a la loza Fundación Tridha © Ministerio de Cultura, 2014 Armando de la Torre Muñoz ISBN Colección 978-958-99677-1-3 Director Ejecutivo ISBN Volumen 978-958-99677-3-7 “Los grupos cohesionan, multiplican las ideas y le dan Jorge Camilo Pedraza Infante Coordinador de proyecto Impreso en Colombia mucha fuerza a los proyectos, es cuestión de organización Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción y de compartir los saberes. Sería un crimen dejar perder la Instituto de Cultura de El Carmen de total o parcial por cualquier medio, o tecnología, sin Viboral autorización previa y expresa del editor o titular. historia de toda una tradición, allí radica la importancia de María Eugenia García Gómez rescatar la memoria, es como ese momento de gracia, la Directora Ministerio de Cultura, República de Colombia ocasión en que en algún lugar desconocido del mundo algo Equipo de investigación local Dirección de Patrimonio mejoró porque nosotros estuvimos allí. No pasar por este Isabel Cristina Blandón Jaramillo Carrera 8 No 8 - 55 Mary Brigit Franco Gómez Teléfono: (571) 3424100 planeta sin pena ni gloria, hay que dejar huella, hay que Dairo Zuluaga Zuluaga Bogotá D.C. [email protected] dejar algo...” www.mincultura.gov.co Testimonio de Enrique Montoya recogido por Brigit Gómez en su monografía: Locería Júpiter, Memoria de Memorias. Así también se recrea en el poema “XLIV Regreso” de José Presentación Manuel Arango, en su trabajo Este lugar de la noche. XLIV Regreso Entre paisajes verdes, árboles frutales y el cielo azul de El Con una fina máscara de polvo Carmen de Viboral se ha constituido una manifestación regreso artesanal con más de 100 años de tradición. Persiste una de los caminos blancos. memoria que se recrea cada día, cada mañana y cada Este lugar de la noche, p. 58 noche carmelitana con pequeños pero significativos es- tímulos desde el recordar. La comunidad creativa de El Y así, entre el temor a las grietas y la mezcla de arcillas, Carmen lo dice así: “La memoria, cuando hay buenos feldespato y caolín, se fue instalando una tradición que estímulos, va apareciendo (...) la memoria sabe cuándo en la actualidad es una de las once manifestaciones arte- sale, cuando la estimulan saldrá mucha anécdota ahí”. sanales en Colombia con denominación de origen. Tra- zos, colores y pinceladas que reflejan la ruralidad del mu- La memoria es el ejercicio natural de narrar, vivir y repre- nicipio: hortensias, pompones y pensamientos. sentar el pasado. También es un vehículo y un lenguaje cambiante que se construye y deconstruye en cada rela- El Carmen de Viboral es uno de los centros cerámicos más to, desde el deleite y los diversos recuerdos de aquellos importantes del país. Sus vajillas multicolores han adorna- que compartieron un tiempo y espacio determinado. do por muchos años las mesas de Colombia y otros países. Se recuerdan imágenes, momentos, hechos, conversa- La cerámica actual es evidencia de un pasado glorioso y ciones, formas, colores, lugares y caminos que la historia de un presente que se prepara para enfrentar de manera no podrá contar porque desde la memoria son recreados creativa el futuro. consciente o inconscientemente por el narrador. EL CARMEN DE VIBORAL El municipio de El Carmen de Viboral está ubicado en el suroriente antioqueño, a 54 km de Medellín. Pertenece a la subregión del Valle de San Nicolás y a la serranía de Vallejuelo, masa principal de la Cordillera Oriental de Antioquia y de la Cordillera Central de los Andes. El altiplano del Oriente An- tioqueño está ubicado en el extremo norte de la Cordillera Central de los Andes. Las condiciones climáticas generales corresponden a la alta mon- taña andina tropical. Según el censo del DANE del 2005, en El Carmen de Viboral habitan cerca de 42.000 personas, de las cuales 23.000 se ubican en la zona urbana y 19.000 se encuentran dispersas en la extensa área rural. El Carmen de Viboral cuenta con una altura sobre el nivel del mar de 2.150 metros en el área urbana. Su punto más alto es de 3.000 msnm, en Las Palomas, y el más bajo a 800 msnm, en el ca- ñón del río Melcocho. El área total del municipio es de 448 km2, de los cuales el perímetro urbano tiene un área aproxi- mada de 3 km2 y una temperatura media de 17 °C. También tiene límites con ocho municipios. Al norte limita con Rionegro y Marinilla, al sur con Sonsón, al oriente con Santuario y Cocorná, y al occidente con La Ceja, La Unión y Abejorral. Este N territorio es rico en quebradas y ríos, condición determinante para el establecimiento de una in- dustria cerámica. La economía está centrada en la agricultura. Con gran variedad de productos agrícolas, el municipio represen- ta una fuente importante de flores, fríjol, maíz, papa, to- mate de árbol, fresa y hortalizas en las zonas frías y del altiplano. De manera más restringida, por su lejanía y es- tado de las vías, en las zonas de clima cálido y caliente se produce café, yuca, plátano, cacao, guanábana, guayaba, papaya, naranja, borojó y caña de azúcar, entre otros. También existen actividades agropecuarias repre- sentadas en ganado de leche, ganado de doble propósi- to y ganado de levante. A su vez, existen granjas de avi- cultura de gran y pequeña escala. La piscicultura y la cría de especies menores, como aves de corral, cerdos y conejos, hacen parte de la agroindustria que se da en pequeña escala en el municipio. También se destaca el creciente número de granjas de producción limpia que hacen esfuerzos por la recuperación del suelo y la no utilización de agroquímicos y fertilizantes en la produc- ción agrícola. Existe una capacidad industrial naciente en algunos talleres de cerámica que cuentan con salones de venta que se han vuelto atracción turística, al igual que diver- sas manifestaciones artesanales y artísticas que se han promovido recientemente. Gracias a las diversas rutas de acceso, actualmente el municipio es un atractivo turís- tico y cultural a nivel regional y departamental. La tradición cerámica La tradición cerámica de El Carmen de Viboral se remonta a 1898, año en el que don Eliseo Pareja, empresario de la cerámica en el municipio de Caldas, se instaló en el mu- nicipio de El Carmen de Viboral. Al año siguiente fundó la Locería del Carmen, iniciando así una tradición. Rápida- mente se fundaron otras fábricas como la Nueva Locería del Carmen, Locería Cruz Férrea y Locería Antioqueña, que fueron modelos para la creación de nuevas empresas. Debido a la existencia de recursos hídricos suficientes para mover las ruedas de cajón que generaban energía mecánica para el complejo sistema de producción, y a la disponibilidad de arcillas y otros elementos tanto en El Carmen de Viboral como en las cercanías, rápidamente se fundaron numerosas fábricas, entre las que se encuentran La Locería Júpiter, Cerámica Moderna, Cerámica Indepen- dencia o La Nueva, Cerámica Kiramá y El Trébol, Cerámica Modelo, Cerámica Libertad, Cerámica Indo-americana, Cerámica Nacional, Cerámica Palissy, Cerámicas El Cóndor, Cerámicas La Continental, Cerámicas Medellín, Cerámicas San Antonio, Cerámicas El Progreso, Cerámicas Gema, Cerámicas El Dorado, entre otras. Varias de estas fábricas se unieron para conformar una gran empresa denomina- da Cerámicas Unidas. La fábrica más grande llegó a tener hasta 300 empleados y varios hornos de carbón. Las materias primas llegaban a lomo de mula. Las ar- cillas provenían especialmente de La Unión, Rionegro y Llanogrande, así como de los feldespatos. Los niños ayudaban a la actividad cerámica recogiendo cuarzo en los ríos. Entre los años 30 y 50 toda Colombia tuvo que ver con El Carmen de Viboral, pues era uno de los pocos municipios que producía las piezas de loza para suplir las necesidades otras piezas más. Aunque existen algunos hombres deco- utilitarias. Desde El Carmen salía loza a lomo de mula y en radores, las mujeres son las responsables de plasmar en camiones con destino a todo el país y al exterior. Una buena los bizcochos la hermosa abstracción de la naturaleza. parte de las vajillas y piezas sueltas se comercializaban en Medellín y desde allí se distribuían hacia el resto del país, Con este auge, durante mucho tiempo la cerámica fue mientras que otra parte de la loza, generalmente las segun- la base de subsistencia de las familias del El Carmen de das, eran vendidas de pueblo en pueblo por un grupo de pre- Viboral y de gran parte de la economía del municipio. Sin goneros, quienes en actos públicos demostraban la calidad embargo, esta actividad empezó a entrar en declive en la de la loza. Algunos no vacilaban en lanzar pocillos o platos década de los años 80 por diversos factores, como la aper- contra el suelo, que rebotaban ante el asombro de los es- tura económica y los escasos procesos de tecnificación e pectadores.