La Revolución Juliana, Evento Ignominioso En La Historia De Guayaquil Guillermo Arosemena
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From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena 2002 La Revolución Juliana, evento ignominioso en la historia de Guayaquil Guillermo Arosemena Available at: https://works.bepress.com/guillermo_arosemena/248/ La Revolución Juliana Evento ignominioso en la historia de Guayaquil Guillermo Arosemena Arosemena Archivo Histórico del Guayas 2002 1 ARCHIVO HISTÓRICO DEL GUAYAS José Antonio Gómez Iturralde Director Lcdo. Willington Paredes Ramíre Asesor Académico 2 Dis. Delia María Torres de Resch Asistente Consejo Editorial Ec. Guillermo Arosemena Arosemena Dr. Gaitán Villavicencio Loor Dr. Víctor González Suasnavas Lcdo. Ezio Garay Arellano Producción Editorial José Antonio Gómez Iturralde Editor General Ab. Susana Loor Jara Asistente Marjorie Bravo Brito Diseño y Diagramación Ing. Alfredo García Echeverría Diseño de Portada Napoleón Campos Impresor LA REVOLUCIÓN JULIANA, EVENTO IGNOMINIOSO EN LA HISTORIA DE GUAYAQUIL. Derechos de Autor Nº 016515 ISBN: 9978-72-357-9 Impresión: Talleres gráficos del Archivo Histórico del Guayas. Alberto Borges y Ave. de las Américas en la unión con la Ave. J. Tanca Marengo Tlf. 2394440, 2394441, 2285002. Fax: 2394442, email: [email protected] Apartado de Correos 09-04-634. Guayaquil, Ecuador. 3 Dedicatoria A Guayaquil Agradecimiento Solubles Instantáneos C. A. 4 ÍNDICE Notas del autor …………………………………….…….. 9 Proemio ………………………………………………….. 11 Introducción …………………………………………….. 17 Capítulo 1: Antecedentes económicos- sociales de la Revolución Juliana 27 ………………………………………. Capítulo 2: El costo de ser país 53 monoexportador …….. Capítulo 3: La Revolución Juliana 79 ……………………… Capítulo 4: Fue la “oligarquía guayaquileña” responsable de los males 113 económicos del Ecuador? ... Anexos …………………………………………………… 119 Bibliografía ………………………………………………. 129 130 5 NOTAS DEL AUTOR El capital más importante de un país es el intelectual, por ser el más valioso de todos. Sin él, las naciones no podrían progresar en lo tecnológico, científico, ciencias sociales y político. Para que un país crezca necesita que el capital intelectual se acumule y encuentre disperso en todas las regiones del territorio. En Ecuador, hay un desequilibrio en cuanto a la distribución del capital intelectual. Quito posee un alto porcentaje de este intangible, por diversos factores: concentración de las becas para estudios en el exterior, mayor inclinación de la sociedad al estudio e investigación y mejor organización para manejar las ayudas económicas provenientes de las fundaciones internacionales. En cuanto al campo de la historia, el guayaquileño del siglo veinte no mostró mayor interés por investigarlo y quedó en manos de los ecuatorianos de la región interandina. El capital intelectual produce poder. El poder intelectual en el campo de las ciencias sociales, no se ve, ni se siente, pero está presente entre nosotros con capacidad creadora o destructiva. Si se lo utiliza en forma negativa, opera silenciosamente y en forma gradual, mina las bases de la ecuatorianidad, es decir la unidad nacional y la armonía entre los estratos socio-económicos del Ecuador. Es este siniestro poder, que reúne a sociólogos incorrectos, politólogos deshonestos e historiadores parcializados, el que logró convencer al pueblo que la luz eléctrica, telefonía y otros servicios públicos, forman parte de las mal llamadas empresas estratégicas. Y deben estar en poder del Estado. 6 Años atrás se publicó un libro, escrito por la socióloga quiteña Patricia de la Torre, sobre la Junta de Beneficencia. En esta obra, la Junta es ultrajada en forma imperdonable. Es el poder intelectual interandino de historia que desde hace más de medio siglo, se ha encargado de interpretar la historia a su manera. Son tres generaciones de intelectuales que escriben lo mismo, distorsionando los verdaderos hechos. No menos de 10 historiadores de la sierra, han desprestigiado las actividades productivas costeñas y particularmente guayaquileñas. De mis agotadores estudios de la historia económica ecuatoriana he llegado a la conclusión de que la Revolución Juliana marcó el inicio de la pérdida del poder económico guayaquileño. Si analizamos el monto de los capitales de la empresa privada de Quito y Guayaquil, década a década, nos damos cuenta de que a partir de ese evento las diferencias se fueron acortando entre las dos ciudades. Para 2001 (año más reciente), de las 20 compañías más grandes del Ecuador, 12 eran de nuestra ciudad y 8 de la capital. Esta diferencia es muy pequeña comparada con la relación 90%-10% de 1925. La tragedia que actualmente sufre el sector productivo costeño, incluyendo la banca, exportadores y empresarios en general, es una nueva pérdida de poder económico frente a las empresas quiteñas. Es culpa de los guayaquileños, haber permitido que el poder intelectual de la historia sea monopolio de los quiteños. La indiferencia a la lectura y estudio, son las causas de que nuestra gente e instituciones hayan sido ultrajadas y pisoteadas, sin que las mismas se hayan dado cuenta y que año tras año, se repitan como 7 verdades, eventos que sólo han sucedido en la versión serrana. 8 PROEMIO Telmo Viteri Briones* El economista Guillermo Arosemena comienza su libro: La Revolución Juliana: evento ignominioso en la historia de Guayaquil analizando las condiciones materiales de existencia de nuestro país desde la Colonia y precisando el mayor desarrollo económico en la Sierra hasta fines del siglo XVIII, que es cuando se contrae la actividad minera, quiebra la producción obrajera, y se produce el ascenso de la socioeconomía costeña en base a un producto fundamental, el cacao, que alcanza su auge en 1870. Estas circunstancias provocarán desniveles de vida entre las dos regiones. Guayaquil, logra desarrollarse: “no por la concentración de rentas públicas…sino –por– el espíritu empresarial guayaquileño”; en tanto que, la economía serrana entra en un estado deplorable, lo que provocará que “los serranos –envidien– el poder económico de la costa”. Entre 1870 a 1920, la balanza comercial superó los 100 millones de sucres, “el mercado cambiario fue libre, se desconoció la incautación”, eran momentos boyantes de la economía costeña que sustentaban las finanzas públicas del país, ya que el Estado no se preocupaba por impulsar y mejorar la producción, sino que esta formaba parte de la iniciativa empresarial costeña, a la que se la gravaba con exorbitantes impuestos. Para Arosemena, antes de la Revolución Liberal, “todo giraba alrededor de la Hacienda” –eje de acumulación de la oligarquía terrateniente serrana, a la cual estaba atada por el concertaje la población campesina e indígena a través de una enmarañada red de deudas que no terminaban con la vida del deudor sino que la heredaban los hijos de sus hijos–, y con esta Revolución el Ecuador se integra al mercado capitalista internacional, sustentada su inserción en “la explotación cacaotera –que– fue realizada de forma extensiva a base de una escasa exigencia de capital y tecnología…–ajustada, por cierto–, …a los vaivenes de la * Investigador del Archivo Histórico del Guayas 9 demanda internacional, que es en definitiva la que determina los precios y la comercialización del producto, cuya fase de producción, eso sí, se mantuvo en manos nacionales”1. Proposiciones fundamentales del estudio. La Revolución Juliana comprende el período de dos juntas de Gobierno Provisionales, la presidencia interina de Isidro Ayora y su presidencia constitucional que concluyó por un nuevo golpe militar el 24 de agosto de 1931. Revisemos disímiles proposiciones de historiadores : “En síntesis, el golpe de Estado del 9 de julio …se dio en el contexto de la consolidación del dominio imperialista de los EE.UU. sobre América Latina…con el movimiento de modernización del atrasado Estado ecuatoriano producto de la “juliana”, se sella la vía gamonal-dependiente de constitución del Estado abierta en 1912, anulando definitivamente la posibilidad de constitución de un Estado nacional en el Ecuador2. Por el contrario, otro, argumenta que: “El modelo estatal-nacional de la Revolución Juliana –articuló- … un nuevo “modelo” de Estado-Nación, que trató de imponer la autoridad política, centralista e institucional del Estado, como aparato de expresión de “lo nacional”, sobre los fraccionamientos regionales, sociales, partidistas o de grupo3; el que es refutado por éste: “…era también patente el sentido de irrealismo: (d)el nuevo Estado centralizador… La nueva Constitución debilitaba al Ejecutivo, ocasionaba la demagogia en el Congreso y propiciaba la manipulación política de las entidades creadas para modernizar la administración del Estado”4; por último se señala que se logró:“… la institucionalización de la “cuestión social ecuatoriana” 1 Acosta, Alberto, “Breve historia económica del Ecuador”, (2001), Quito, Corporación Editora Nacional, II edición, pág.59. 2 Quintero, Rafel, Silva, Erika, “Ecuador: una nación en ciernes”, (1991), Quito, FLACSO-ABYA,YALA, TI, págs. 379,380. 3 Juan J. Paz y Miño, “Revolución Juliana. Nación, Ejército y bancocracia”, (2000), Quito, Abya-Yala, pág. 72. 4 Espinoza, Simón, “Presidentes del Ecuador”, (1995), Guayaquil, VISTAZO, pág. 125. 10 como política de Estado”5, a esto último Arosemena, arguye: “¿De qué reformismo social se habla?, si el periodo pos-juliano fue de mayor volatilidad y desorden político, económico y social que del que se refiere como “plutocracia liberal”, -ejemplificando, que en la década de los años treinta- “tuvimos alrededor de 13 jefes de Estado, más de uno por año, el número de ministros fue mayor y el dólar se devaluó 400%, mientras