Tesoros, Ayalgas Y Chalgueiros. La Fiebre Del Oro En Asturias
Total Page:16
File Type:pdf, Size:1020Kb
Primeras páginas 6/6/07 14:38 Página 1 Primeras páginas 6/6/07 14:38 Página 3 TESOROS, AYALGAS Y CHALGUEIROS Primeras páginas 6/6/07 14:38 Página 4 MUSEO DEL PUEBLO DE ASTURIAS FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LA ANTROPOLOGÍA ASTURIANA 5 Primeras páginas 6/6/07 14:38 Página 5 MUSEO DEL PUEBLO DE ASTURIAS ARCHIVO DE LA TRADICIÓN ORAL TESOROS, AYALGAS Y CHALGUEIROS LA FIEBRE DEL ORO EN ASTURIAS Edición de Jesús Suárez López Con la colaboración de Alberto Álvarez Peña 2001 Primeras páginas 6/6/07 14:38 Página 6 Esta obra se publica con la colaboración de Río Narcea Gold Mines, S. A. Edita: Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular. c/ Jovellanos, 21 - 33207 GIJÓN. © De esta edición: F. M. C. E. y U. P. del Ayuntamiento de Gijón. © De la obra: Jesús Suárez López. Cubierta: Manuel Blanco Castro, el último chalgueiro. Foto: Jesús Suárez López I.S.B.N.: 84-87741-43-6 D.L.: As.-1.754/01 Compuesto e impreso por: Imprenta Mercantil Asturias, S. A. Agradecimientos 6/6/07 14:56 Página 7 A Mariola Agradecimientos 6/6/07 14:56 Página 8 Agradecimientos 6/6/07 14:56 Página 9 Estando en Galicia oí muchas veces, (y lo creí siendo niño) que havía uno, u otro Librejo ma- nuscrito, en que estaban notadas las señas de los sitios de varios thesoros. Después que vine a As- turias oí lo mismo; y en uno, y otro País atribu- yen la possesión de alguno de estos Librejos (as- sientan que son raríssimos) a tal qual feliz parti- cular, que por alguna extraordinaria vía lo adqui- rió, y le guarda, no sólo como un gran thesoro, mas como llave de muchos thesoros (Fray Beni- to Jerónimo Feijoo, De la vana y perniciosa aplicación a buscar Thesoros escondidos, 1750). A los tesoros ocultos en Oriente los llaman te- soros; en Morcín, Riosa, Belmonte y Allande, los llaman ayalgas; en el concejo de Cudillero y el de Luarca, yalgas; en Teverga y Somiedo, chalgas; y chalgueiros a los que se dedican a buscarlas (Au- relio de Llano, Del folklore asturiano, 1922) A veces al buscar tesoros se encuentran libros y al buscar libros se encuentran tesoros. Libros y tesoros se autorreflejan: mezclan y combinan sus trayectorias, intercambian sus metáforas y leyen- das en las arcas de la memoria e imaginación co- lectiva. Ya que existen ante todo por lo que se di- ce o escribe de ellos, los tesoros son entidades lin- güísticas, y el lenguaje –oral y escrito– es el medio privilegiado para hacerlos aparecer. El carácter es- crito, por su estatuto de mediador entre lo visible y lo invisible, por su capacidad de dar cuerpo per- ceptible al viento de las palabras e ideas y por lo tanto a entes de ficción, se impone como mágico intercesor entre quien lo domina y el más allá: Te- soros y Textos son focos de condensación y con- centración de fuerzas cósmicas y sobrenaturales, encrucijadas de universos ajenos pero interdepen- dientes (Françoise Delpech, Libros y Tesoros en la cultura española del Siglo de Oro, 1998). Agradecimientos 6/6/07 14:56 Página 10 Agradecimientos 6/6/07 14:56 Página 11 AGRADECIMIENTOS uscando tesoros de leyenda crucé trescientas puertas. Detrás de cada Bpuerta encontré una persona, un matrimonio, una familia. Ellos, con sus recuerdos y vivencias, son los autores de este libro. Mi trabajo consistió únicamente en fotografiar palabras y personas. Las palabras las doy como me las dieron, las personas quedan. Mi gratitud hacia ellas es el eco de otra palabra que ya fue pronunciada en cada ocasión. La palabra la llevó el viento, pero mi agradecimiento queda. Me cumple también agradecer a Berto Peña su colaboración en esta obra. Gracias a la afición compartida por las leyendas de tesoros se fra- guó una amistad, y como dice el refrán: quien tiene un amigo, tiene un tesoro. El viejo axioma de que “la aversión entre folkloristas es directa- mente proporcional a la proximidad de sus áreas de trabajo” quedó arrinconado en este caso por la generosidad de Berto, que puso a mi en- tera disposición todas sus notas de campo. Entre ellas, dos extraordina- rias “gacetas” de tesoros que damos a conocer en este libro. También gracias a él, tuve el placer de entrevistar a tres grandes buscadores de te- soros: Milio el del Castro, 77 años, chalgueiro sin miramientos, rudo y pragmático; José Manuel de Velasco, 85 años, de inteligencia poco co- mún, curioso, iluminado y visionario; y Manolín el de Los Bayos, 66 años, el último chalgueiro en activo, ermitaño irredento y esclavo de su locura tradicional. Junto a ellos figura, por derechos de herencia y méri- tos propios, Vicente González Fuertes, 80 años, de casa Tiso de Folgue- raxú, cuyo bisabuelo tuvo un sueño cruzado con un desconocido que le llevó al hallazgo de una cabrita de oro en su propia casa, lo cual dio ori- gen a una dinastía familiar de buscadores de tesoros que se prolongó du- rante cuatro generaciones. A todos ellos, mi agradecimiento y mi admi- ración a partes iguales. Agradecimientos 6/6/07 14:56 Página 12 12 TESOROS, AYALGAS Y CHALGUEIROS También me satisface reconocer aquí la ayuda prestada por mis colegas y amigos de más allá de Pajares. En primer lugar, a José Manuel Pedrosa, de la Universidad de Alcalá, que con su erudición enciclopédica, su monu- mental producción investigadora y su aventurera exploración de campo por cuatro continentes está abriendo caminos insospechados a cuantos le andamos a la zaga. A José Manuel Fraile Gil, modelo inimitable de escritura etnográfica, plástica, jugosa y sensorial, a quien debo continuas muestras de apoyo, co- municaciones y envíos llenos de sabiduría y amistad. A Jose Joaquim Dias Marques, de la Universidade do Algarve, por servir de correo a las leyendas portuguesas. A los grandes maestros que he tenido el privilegio de conocer en las distintas etapas del camino que me ha traído hasta aquí: Jesús Anto- nio Cid, Maxime Chevalier y Diego Catalán. A Melchor Fernández Díaz por “El tesoro de Suso”, a Astur Paredes por las semeyas de torques y perendengues, a Juan Carlos Villaverde Amie- va por la corrección tipográfica de las pruebas de imprenta, a Ángel Villa y Alberto Lavandeira, de Río Narcea Gold Mines, por su colaboración áuri- ca en la edición de este libro. A mis compañeros del Museo del Pueblo de Asturias por activar el de- tector de tesoros en sus lecturas, y muy especialmente a su director, Juaco López, por su atenta revisión del original de esta obra, por su lucha tenaz contra la amnesia del pueblo asturiano y, sobre todo, por su decisiva con- tribución a que el Archivo de la Tradición Oral sea hoy una realidad. El autor Introducción 6/6/07 14:45 Página 13 INTRODUCCION os tesoros ocultos constituyen uno de los motivos culturales más L arraigados en el imaginario popular asturiano. Los restos arqueológi- cos de dólmenes, túmulos y castros, las huellas de la minería romana y la legendaria expulsión de los moros se han entretejido a lo largo de los siglos formando un complejísimo sistema de creencias, leyendas, obras literarias y sucesos reales que se han transmitido oralmente hasta nuestros días. En el “Estudio preliminar” que corresponde a la primera parte de este libro tra- taremos, por un lado, de mostrar la dimensión histórica de este fenómeno y su proyección universal, y por otro, de sistematizar, clasificar y analizar el inmenso caudal de leyendas, cuentos y relatos populares que tienen como centro de interés los tesoros ocultos. Más allá de la simple referencia topográfica: “En un lugar determinado hay un tesoro oculto”, estos relatos constituyen la narración de un suceso histórico o legendario relacionado con tal o cual tesoro. La interacción en- tre los tesoros ocultos y la actividad humana desarrollada en torno a su búsqueda dio lugar a multitud de relatos que se han transmitido por vía oral. Estos relatos, que exploran y recrean las múltiples posibilidades de tal interacción, constituyen el motivo central de esta obra. Una vez establecida la tipología de esta serie de relatos, trataremos de mostrar la actividad hu- mana en torno a los tesoros ocultos como un fenómeno social que, dadas las proporciones que alcanzó en Asturias a lo largo de los últimos siglos, podría calificarse como fenómeno de masas. De ahí el subtítulo del libro: La fiebre del oro en Asturias. En la segunda parte, publicamos un extenso corpus de textos inéditos sobre tesoros ocultos, resultado del proyecto de recolección, estudio y edi- ción de fuentes orales que el Archivo de la Tradición Oral (MUSEO DEL PUE- BLO DE ASTURIAS) viene realizando desde su creación en 1996. Este corpus Introducción 6/6/07 14:45 Página 14 14 TESOROS, AYALGAS Y CHALGUEIROS se divide en ocho grandes apartados. El primero de ellos recoge las creen- cias populares en torno a una mítica industria moruna del oro (molinos, hornos, lavaderos, secaderos de oro, etc.). El segundo reune numerosas re- ferencias orales acerca de la existencia de tesoros ocultos en suelo asturiano (boleras de oro, pitas con pitinos de oro, toros, cabras y carneros de oro, arados, carros y otros utensilios en oro, oro envuelto en pellejos de anima- les, arcas de oro y arcas de veneno, etc.). El tercer apartado tiene como ob- jeto los relatos de actividad humana en torno a la búsqueda de tesoros ocultos (tesoros encontrados por campesinos, tesoros hallados por foraste- ros o por jornaleros, tesoros desenterrados por animales, tesoros robados, perdidos o malvendidos, tesoros adivinados, tesoros soñados, etc.). En el cuarto se ofrece un variado muestrario de referencias poéticas, enigmas y canciones sobre tesoros ocultos.