CUADERNOS DE TERCERA EPOCA, AÑO VI, SETIEMBRE 1990 N$ 1800 A 12000

¿A QUE APOSTAMOS? JOSE MANUEL QUIJANÖ SOBRE LA LITERATURA COLONIAL GUSTAVO VERDESIO DEUTSCHLAND ÜBER ALLES! AGAPITO MAESTRE EL EXODO ORIENTAL CARLOS FILGUEIRA LA IDEOLOGIA DE LA IZQUIERDA URUGUAYA (II) HEBERT GATTO MELANCOLIA FINAL MARIA ESTHER CILIO cuadernos del claeh

LAS ELECCIONES DE 1989 EN : UN SISTEMA DE PARTIDOS EN TRANSICION Pablo Mieres LAS ELECCIONES DE 1989 EN BRASIL Waldo Ansaldl SOBRE LA NATURALEZA DEL DISCURSO BIOGRAFICO Carlos Piña R. "LA VIDA ERA SIEMPRE..." Rosario Beisso y José L. Castagnola LA PRODUCCION NARRATIVA EN LA SITUACION DE ENTREVISTA María Magdalena Chirico

REVISTA URUGUAYA DE CIENCIAS SOCIALES Editada por CLAEH, 2^ Serie, Año 15, 1990/1 Sumario

¿A qué apostamos? 3 José M. Quijano

Las economías desarrolladas en cifras 8

Población y emigración El éxodo oriental 11 Carlos Filgueira

La ideología de la izquierda uruguaya (II) 17 Hebert Gatto

Deutschland über alies! 29 Agapito Maestre

Entrevista a Natalia Guinsburg 39 Melancolía Final María Esther Gilio

La literatura uruguaya colonial 43 Gustavo Verdesio

De Maracaná a la cultura del reciclaje 49 Hugo Achugar

Las ilustraciones de interiores son de Toño Salazar. Director fundador CARLOS QUIJANO

CONSEJO EDITORIAL Arturo Ardao, Femando Fajnzylber (Chile), , Omar Prego, Teresa Quijano, Augusto Roa Bastos, Jaime Ros (México)

DIRECTORES RESPONSABLES

José Manuel Quijano Mercedes Quijano

CONSEJO DE REDACCION

Hugo Achugar, Rodrigo Arocena, María Esther Gilio, María Angélica Petit, Eusebio Rodríguez Gigena, Judith Sutz, , , Carmen Tomaría,

Ricardo Urioste. , k \ j . . .

COLABORADORES Enrique Cárpena, Eduardo Jacobs, Jaime Estévez, Adolfo Gilly, Eduardo Milán, Juan Carlos Pía, Maluza Stein.

REDACTORA RESPONSABLE

Mercedes Quijano Capurro ■ u Guayaquí 3385, piso 9.

Composición y armado: editorial Salamandra, Piedras 524, 95.80.04, impresión impresora Polo Ltda. Distribuidores Hebert Berriel y Nery Martínez, 90.51.55 y distribuidora Canaima, 50.64.23. Permiso del Ministerior de Educación y Cultura, carpeta 1^96, año 85,Inc.2.417. Permiso del Ministerio de Economía y Finanzas 63.908,1-2.439. Matrícula de Industria, depósito legal 205.067/87. ¿a que apostamos?

jóse m. quijano

^ Contra lo que pueda parecer a pri­ dado. Quizá el dato que más alarma causa, mera vista, los cambios vertiginosos que sobre todo a quienes ahí depositaban sus vive el mundo están llegando a tierras esperanzas, es el abandono y el desinterés uruguayas. No compartimos la idea de que de los países del norte por los problemas del el país se ha quedado inmóvil en los últimos sur. Hace apenas pocos días, en una reu­ treinta años. Se ha sacudido, y mucho: su nión realizada en Buenos Aires para anali­ sector industrial es otro: la agricultura se zar los cambios en los países del este euro­ ha transformado; el sistema financiero ha peo, escuchamos a especialistas en Améri­ crecido de manera anómala y costosa: el ca Latina de Alemania Federal y de Estados mercado de trabajo ha visto la incorpora­ Unidos. La conclusión era la misma. En los ción de la mujer y de los más jóvenes (con­ setenta nuestra región era parte del debate secuencia, en parte, del descenso brusco internacional (“estaba ¿n", dijo uno de los del salario real en los años sesenta); la conferencistas) y ahora está totalmente familia uruguaya ya no es la misma y los ausente. Ausente del diálogo Norte-Sur, hábitos culturales de los uruguayos se han porque éste ha dejado prácticamente de transformado: el sistema político ha aban­ existir; apartada de los flujos de inversión donado definitivamente el bipartidismo. El extranjera directa; cada vez menos gravi­ Uruguay del noventa es otro, muy distinto, tante en el comercio internacional; y trans­ al del setenta. Pero todavía nos queda por firiendo recursos financieros, durante la ver una transformación regional de grandes década perdida de los ochenta, hacia los dimensiones y nuestro país no será ajeno a países centrales. ella. Basta analizar el comercio entre Estados Buena parte de lo que nos ocurre, nos viene Unidos y América Latina. En los últimos diez años nuestras ventas hacia el país del controles de precios internos y a la erradi­ norte, si bien han mostrado cierto dinamis­ cación de aranceles y otras barreras no mo, pierden participáción con respecto a arancelarias. las exportaciones del resto del mundo hacia ese mercado. Además, con el descenso del Es difícil, todavía, realizar una evaluación precio del petróleo en el segundo lustro de cuidadosa de las potencialidades de la la década pasada, las ventas latinoamerica­ propuesta Bush.. Sí conocemos, no obstan­ nas de productos agrícolas y de bienes te. sus motivaciones más inmediatas: pre­ manufacturados crecieron, pero concen­ sionar sobre los otros países desarrollados tradas en pocos países. México, en primer para destrabar la Ronda Uruguay del Gatt lugar, incrementa sustancialmente su par­ (en particular, con respecto al comercio de ticipación regional en las ventas hacia Esta­ productos agrícolas, a los servicios y a los dos Unidos de bienes manufacturados y controles referidos a la propiedad intelec­ productos agrícolas; Brasil aumenta algo tual),'cuya finalización está prevista para su participación en manufacturados; y antes de que concluya el año 1990; abatir el Chile en productos agrícolas. Eso es todo. O persistente déficit comercial de Estados al menos todo lo relevante cuando se obser­ Unidos con media docena de países de la van cifras agregadas. región, coincidente con la política más general de reducir dicho déficit con Canada, Obsérvese, si se quiere abundar en infor­ la CEE y Japón: y generar “un nuevo estí­ mación, la evolución de la inversión extran­ mulo", al decir de uno de los asesores del jera directa de Alemania Federal en Améri­ presidente norteamericano, en una región ca Latina. En poco más de tres lustros se ha abatida por los problemas no resueltos y las reducido a un diez por ciento. Otras priori­ presiones externas. dades están en el horizonte de los inverso­ res alemanes: la comunidad de los doce, el Alexander Wilde, de la Oficina para América este europeo y, ahora, la re unificación con Latina (WOLA), decía recientemente que las Alemania Democrática. Préstese atención a energías estadounidenses están, creciente­ las prioridades de Japón: persistente su­ mente, volcadas a solucionar sus proble­ perávit comercial con los Estados Unidos y, mas internos. Su visión resulta coincidente simultáneamente, flujos de comercio y de con la de Lawrence Klein (autor y promotor inversión directa altamente dinámicos con del modelo LINK) para quien las prioridades los demás países del sudeste asiático. de los Estados Unidos deben orientarse a Desde las perspectivas germano federal y poner “la casa en orden". Sin perjuicio que Japonesa, nuestra región está en uno de los los acontecimientos en Medio Oriente y el escalones más bajos de sus prioridades. incremento en el precio del barril del petró­ leo serán, en tanto persistan, elementos seriamente perturbadores para la econo­ mía norteamericana, el modelo de Klein estima que las dos superpotencias se diri­ J ím á J Se dirá que la iniciativa del presi­ gen hacia un programa acelerado de desar­ dente Bush, lanzada en un discurso el 27 de me. cuyo ritmo será más intenso del que junio, pone otra vez a América Latina sobre aparece en las declaraciones públicas y los el tapete. Un poco antes, el 22 de mayo, el compromisos asumidos por Bush y Gorba­ Comité Económico Conjunto del Congreso chov. norteamericano habla destinado una au­ diencia a destacar la importancia económi­ El modelo estima que cada 5 puntos de ca de América Latina para Estados Unidos. descenso en el gasto militar soviético cabe Un testigo, alto ejecutivo de Goodyear, dijo: esperar un incremento de 3 puntos en el “Los países de Europa Oriental caen con gasto global de consumo. Gorbachov, dice mayor naturalidad dentro de la órbita de Klein, necesitará reducciones muy drásti­ Europa Occidental. Lo mismo puede decir­ cas en el gasto militar -por cierto, superio­ se de América Latina con respecto a Esta­ res a los 5 puntos que tiene programados- dos Unidos". Otro testigo señaló que "he­ para satisfacer el consumo postergado de mos presenciado durante los últimos 18 los soviéticos y otorgar viabilidad a su meses un cambio hacia políticas económi­ nueva política. Pari pa ssu Estados Unidos cas muy positivas" Se refería a la disposi­ irá reduciendo también su gasto en arma­ ción para recibir inversión extranjera sin mentos. “Por lo tanto puedo prever -ha restricciones, a las eliminaciones de los dicho Klein- sucesivas rondas de cortes en el gasto militar hasta llegar a una reducción déficit comercial de ese país con la región. tres o cuatro veces superior a la que se ha De hecho, el acuerdo de Libre Comercio con logrado hasta ahora" (abril 1990). En la Cañada y el avance en la misma dirección actualidad, los soviéticos destinan entre el con México ya muestra, en 1989, un des­ 13 y el 16% de su producto al programa de censo importante del déficit de Estados defensa y Estados Unidos entre un 6 y 7%. Unidos con esos dos países. Una enorme masa de recursos buscará otro destino. ¿Cuál? Así percibida, la propuesta del presidente Bush a la región es, también, uno de los instrumentos para poner “la casa en orden" que se suma a dos medidas que le fueron sugeridas a Reagan y que éste resistió 1" / Las opciones para Estados Unidos durante todo su mandato o buena parte del son varias y. obviamente, cabe imaginar mismo: el descenso programado del dólar una combinación más que un sendero en con relación a las demás monedas fuertes una sola dirección. Menos gastos en arma­ para que se dinamicen las exportaciones mentos permitirían reducir el déficit fiscal, norteamericanas (que Reagan adoptó du­ de forma que Estados Unidos elimine ese rante su segundo período y Bush ha inten­ desequilibrio de sus cuentas tal como ellos sificado) y el incremento de la carga tribu­ aconsejan al resto del mundo; también taria que el presidente rechazó expresa y permitirían atender a la reconversión de la enfáticamente durante toda su campaña industria de armamentos hacia la produc­ pero que terminó admitiendo a poco de ción de bienes con destino civil, como se sentarse en la Casa Blanca. En este contex­ hizo por ejemplo, al finalizar la segunda to, es fácil percibir que no estamos ante un guerra mundial con las plantas de montaje “plan de ayuda" que Estados Unidos ofrece de tanques; en términos más amplios, da­ a América Latina. Dicho en otros términos, rían paso a programas más ambiciosos .de la propuesta de Bush -si prospera- no tiene ciencia y tecnología los cuales, a su véz. nada que ver con la Alianza para el Progreso apuntalarían la reconversión en la indus­ del presidente Kennedy. Es, en verdad, una tria y en ciertos servicios de forma que la iniciativa bastante más interesante, porque economía recuperara competitividad con nos convoca a la negociación. respecto a la CEE y Japón: asimismo, existe la posibilidad - aunque no mtiy a tono con el gobierno republicano de Bush- de que se fomenten políticas sociales, destinadas a atender los núcleos de pobreza que se han extendido en la sociedad norteamericana.

En cualquiera de los escenarios futuros no cabe imaginar que el gobierno de los Esta­ dos Unidos disponga de recursos abundan­ tes para impulsar una nueva relación hemisférica. Los magros 100 millones anuales comprometidos por Bush para canalizarlos hacia América Latina por medio del BID, hablan a las claras de lo poco que cabe esperar al respecto. En el área del comercio, una ola de rebajas arancelarías decretadas unilateralmente por varios go­ biernos latinoamericanos (mientras el resto del mundo negocia palmo a palmo en el Gatt y las resistencias son notorias, en el caso de los países desarrollados, a reducir el pro­ teccionismo en textiles y productos agríco­ las. para mencionar tan sólo dos puntos sensibles para el mundo subdesarrollado) es posible que incremente las ventas de Estados Unidos hacia América Latina y por consiguiente, se reduzca o desaparezca el dos perjudiciales para la región (tanto en el comercio con ese país como con el resto del mundo). Se trata, y así debe ser, de una Bien, pero sí se trata de una nego­ agenda abierta. Pero debería estar claro, ciación varios problemas emergen. antes de sentarse en la mesa de diálogo, qué pretende obtener el Cono Sur con esta Primero, ¿quién negocia? ¿Se trata de nego­ negociación y qué está dispuesto a ceder ciaciones bilaterales, o de Estados Unidos para obtenerlo. con toda América Latina, o de Estados Unidos con grupos de países? No es necesa­ rio abundar demasiado en las desventajas de la negociación bilateral. Tampoco, cree­ mos, en la inviabilidad de una negociación /S i el desinterés del norte por los entre Estados Unidos, de una parte, y toda problemas de los países subdesarrollados América Latina, de la otra. Son los espacios es un hecho (y en ese desinterés engloba­ subregionales, que han ido surgiendo y mos también a la Unión Soviética, acuciada consolidándose por múltiples razones, los por sus problemas internos); si poco cabe que adquieren aquí una nueva relevancia. esperar de la iniciativa de Bush aunque Téngase en cuenta que el nuevo acuerdo abre quizá una instancia de negociación entre Argentina y Brasil -el Acta de Buenos que no deberíamos desaprovechar; si el Aires- se firma apenas una semana des­ proceso de integración entre Argentina y pués de que Bush lanzara su iniciativa Brasil se ha ido acelerando, ha sorteado ¿Cuál es la relación entre ambos hechos? dificultades, y se ha convertido en objetivo Resulta prematuro aventurar una opinión, nacional por encima de los gobiernos con­ sobre todo cuando no se dispone, aún, de tingentes, parece meridianamente claro información acerca de los tejidos diplomá­ que Uruguay debe ser parte de ese acuerdo ticos que están en la sombra cuando ocu­ de integración (como, de hpcho, lo es luego rren acontecimientos internacionales de de la reunión de Brasilia a la que asistieron, importancia. El hecho cierto es que, dentro con buena dosis de realismo, nuestro Can­ de pocas semanas Argentina, Brasil y Uru­ ciller y nuestro Ministro de Economía) y guay, de una parte, y Estados Unidos, de la debe prepararse ya para dos negociaciones otra, firmarán un primer protocolo en el que son vitales, pues transformarán acele­ marco de la iniciativa Bush. radamente su economía y su sociedad: la negociación con sus vecinos y la negocia­ Segundo, ¿cuál es la agenda de la negocia­ ción de los tres (o de los cuatro, si en ción? A primera vista, algunas cosas resul­ definitiva Chile se incorpora) con Estados tan obvias: el proteccionismo estadouni­ Unidos. dense que afecta, sobre todo, a las expor­ taciones subregionales con mayor valor Admitamos, en esta hora de desaliento agregado: las represalias o amenazas de nacional, cuando los problemas en lugar de represalias que se han esgrimido contra resolverse se acumulan, que Uruguay pue­ países de América Latina bajo la acusación de tener un destino diferente al que le unilateral de estimular prácticas desleales ofrecen las fuerzas políticas que se han de comercio: la insoportable transferencia turnado en el gobierno. Aquí, también, hay por el pago del servicio de la deuda, la cual un reto a la imaginación y a la audacia. Si, está contratada mayoritariamente con como es deseable, los uruguayos queremos bancos privados norteamericanos. orientar la transformación que se aproxi­ ma, prepararse implica también construir Pero hay otros temas, no menos relevantes, el instrumento político capaz de ofrecer esa que también deberían estar en la negocia­ orientación. Un instrumento político des­ ción: la transferencia en Ciencia y Tecnolo­ pojado de todo dogmatismo: de los dogma­ gía (informática, electrónica, energía nu­ tismos de izquierda (que están haciéndose clear, etcétera) donde los sucesivos gobier­ pedazos, afortunadamente, en parte por los nos norteamericanos han tenido posiciones acontecimientos en Europa del este) y de esquivas o francamente negativas para la derecha, que todavía nos atenazan y obli­ región; los espacios en el área de servicios gan al país a discusiones estériles, a desen­ que deberían reservarse para la expansión foques garrafales, a medidas desatinadas nacional; la política interna de subsidios que nos debilitan a priori para las negocia­ que practica Estados Unidos con resulta­ ciones que tenemos por delante. Admitamos que el país y su sistema político apunte a reformas viables en los ámbitos puedan generar una corriente progresista, tributario, financiero y administrativo y de profundo sentido nacional, que apoyán­ que admita que, en las condiciones presen­ dose en los enfoques comunes concretos tes, los equilibrios macroeconómicos bási­ que ya se vislumbran abra paso a un acuer­ cos y la coordinación de política económica do político, programático y electoral. Un con los vecinos son requisitos imprescindi­ acuerdo que erradique toda pretensión de bles. hegemonismo (más bien, que milite contra el hegemonismo), que obligue a trabajar -una propuesta de integración con los veci­ disciplinadamente en común y que se pro­ nos (y de eventual negociación con Estados ponga los siguientes objetivos: Unidos) de forma que la sociedad y la econo­ mía uruguayas obtengan al máximo parti­ -una radical propuesta de reforma electoral do -y aminórenlos efectos negativos- de los que permita, democráticamente (en ningún nuevos escenarios regional e internacional, caso minimizando la representación pro­ -un compromiso con la Justicia social que porcional), construir mayorías. es, en definitiva, el objetivo primero y que permea a todos los demás. -una propuesta de reforma educativa (y aquí los sectores progresistas que tenemos Admitamos que ese acuerdo político, pro­ nuestro origen en la izquierda no podemos gramático y electoral es posible y que el seguir apegados a lo que fue bueno, quizá, Uruguay necesita una nueva inyección de hace varias décadas pero que hoy es un vitalidad que lo catapulte hacia un lugar factor de rezago) que establezca los cimien­ (modesto quizá, pero lugar al fin) en el tos sólidos de un esfuerzo nacional y regio­ mundo. Mucho está por cambiar en nues­ nal en ciencia y tecnología. tra economía y nuestra sociedad. Quizá, también, la forma rutinaria que tenemos de -una propuesta de política económica qpe aproximamos a la política.

PABLO PICASSO Las economías desarrolladas en cifras*

CUADRO 1

LOS MAYORES INGRESOS PERCAPITA

Producto Producto T asa de Población per capita nacional bruto crecimiento (millones) dol. de 1987 dol. corrientes anual del prod. 1989 (mil millones) 1984-89

Estados Unidos 17615 5234.0 3,45% 249:0 Cañada 16375 547.8 3.86% 26:2 Noruega 15940 90.7 2.01% 4:2 Suiza 15403 176.6 2.71% 6:7 Luxemburgo 15247 6.6 3.55% 0:4 Dinamarca 15119 104.3 0.76% 5:1 Alemania Federal 14730 1203.0 2.91% 61:6 Francia 13961 957.4 3.06% 56:1 Hong Kong 13906 61.5 8.78% 5:7 Kuwait 13843 22.4 5.43% 2:1 Suecia 13780 185.0 1.80% 8:5 Islandia 13324 5.2 2.93% 0:3 Bélgica 13140 151.1 3.34% 9:9 Japón 13135 2834.0 4.43% 123:0 Finlandia 12795 112.2 3.57% 5:0 Singapur 12790 28.4 7.86% 2:7 Holanda 12661 221.5 2.13% 14:9 Austria 12386 125.9 2.77% 7:6 Gran Bretaña 12270 833.2 3.88% 57:1 Emiratos Arabes 12191 23.8 4.08% 1:7 A ustralia 11782 280.8 3.44% 16:8 Bahrain 11142 0.5 1.75% 0:5 Italia 10682 866.1 3.22% 57:5 Nueva Zelandia 10541 40.3 0.19% 3:4 Israel 9182 40.8 3.55% 4:5

* La información ha sido tomada de “Fortune*, 30 de julio de 1990. CUADRO 2

FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA ENTOE PAÍSES DE OECD (miles de millones de dólares)

Principales Acumulado Principales Acumulado exportadores 1961-1988 1988 importadores 1961-1988 1988 de capitales de capitales

Estados Unidos 302.4 20.4 Estados Unidos 276.2 42.2 Gran Bretaña 183.0 26.6 Gran Bretaña 98.8 12.7 Japón 113.2 34.2 Francia 43.8 6.7 Alemania Federal 70.5 10.4 Australia 37.0 4.8 Francia 57.1 12.8 Holanda 30.9 3.2

CUADRO 3

INVERSIÓN Y AHORRO (mayores tasas)

Inversión fija como Ahorro bruto como Países % del producto % del producto (promedio 5 años) (1989)

Japón 35.6% 34.4% 4 países del sudeste asiático* 29.2% 47.2% Malasia 28.4% 35.0% Tailandia 23.5% 30.1% C. E. Europea 21.9% 22.3% Indonesia 21.2% 21.5% India 20.0% 32.2% Estados Unidos 17.0% 13.9%

• Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong. CUADRO 4

MERCADO DE CAPITALES

dimensión del mercado tasa anual de Países desarrollados (junio 1990) crecimiento (en miles de millones de dólares) 1984-89

Japón 3482.0 46.80% Estados Unidos 3067.1 13.48% Gran Bretaña 838.1 27.77% Alemania Federal 368.7 36.03% Francia 364.8 54.75% Hong Kong 86.9 26.84%

Países emergentes

Taiwan 155.4 88.77% Corea del Sur 122.7 86.64% Malasia 46.5 15.48% México 41.2 59.32% Brasil 26.8 8.88% población y emigración

el éxodo oriental

PAUL CLAUDEL carlos h. filgueira 9 i l . La población del Uruguay crece muy Sabemos que la dinámica de la po­ poco y de mantenerse las tendencias de los blación es resultado del juego de una serie últimos años, podrá llegar a un crecimiento de factores. En sociedades cerradas el cre­ cero. Para 1970 se esperaba que el país cimiento de la población depende de la alcanzara por lo menos la cifra simbólica de relación entre los nacimientos y las defun­ los tres millones de habitantes. El Censo ciones, o si se quiere, entre las tasas de Nacional de 1975 frustró estas expectati­ natalidad y mortalidad. En sociedades vas; la población llegó a 2.788.429 habitan­ abiertas, depende también de los movi­ tes. Lo mismo ocurrió diez años después; en mientos de población, o sea, de la relación 1985 el Censo registró 2:955.241 residen­ entre la inmigración y la emigración. La tes en el país. Por otra parte , las estimacio­ conquista, el expansionismo territorial y la nes actuales de CELADE-CEPAL para 1995 anexión, son -aunque menos frecuentes- indican, para la hipótesis media, que final­ procesos que alteran igualmente el volu­ mente se alcanzaría la meta -veinticinco men poblacional de un país. años después- con un total poblacional del orden de los 3.185.000 habitantes. Si se El crecimiento poblacional es, naturalmen­ opera con hipótesis más pesimistas respec­ te. mucho más complicado que la simple to a la natalidad, mortalidad y emigración, agregación de los efectos aislados de estos los resultados indicarían un crecimiento factores. Esta complejidad deriva, en ver­ apenas superior a los 3 millones. dad, de la mutua interacción entre ellos. Así por ejemplo, el número de nacimientos de Comparativamente con el resto de la región, un país no depende sólo del número de hijos el Uruguay en cambio, es una sociedad nacidos vivos por mujer (fecundidad), sino cada vez más pequeña. Rasgo, que por otra de la estructura de edades de la población parte no es para nada novedoso. -porcentaje de mujeres en edad fértil-, la cual a su vez es función, entre otros facto­ plenamente integrados a la dinámica so­ res, de la estructura de edades de los emi­ cial. grantes e inmigrantes. Tal vez, sean estas “rigideces" las que con­ Por otra parte, cada uno de los factores tribuyen al desánimo, a la frustración o al señalados obedece a dinámicas propias escepticismo, cuando la realidad se empe­ dependientes de interrelaciones complejas cina en demostrar que las tendencias po- entre variables socio-culturales y económi­ blacionales del país no se revierten sino que cas. Variables que además, operan en el se autoalimentan. largo plazo y poseen pesadas inercias. El tiempo ,en sí mismo, es una variable funda­ Por último, cabe agregar que la compleji­ mental para la comprensión de los fenóme­ dad de la dinámica poblacional, depende nos demográficos. también de otros factores -exógenos- que están fuera del control de cualquier socie­ Volviendo a nuestro ejemplo, las inercias dad concreta. aludidas se han manifestado claramente en los intentos de abatir los nacimientos en los En este sentido, las transformaciones ocu­ países considerados “superpoblados". La rridas en el ámbito internacional, constitu­ caída abrupta de la fecundidad -número de yen el referente de los movimientos de hijos por mujer- tuvo efectos diferidos y no población. Con esto, aludimos a un tópico abatió significativamente en el corto y de singular importancia que será objeto de mediano plazo el número de nacimientos - lo que sigue a continuación. natalidad-, dado que la “superpoblación" se asocia a la juventud de la población y por lo tanto, a una amplia “reserva" de mujeres - niñas y jóvenes- que no entraron aún a la Q edad reproductiva. Estas inercias opera­ t Hace 17 años que iniciamos en rían igualmente si se quisiera incrementar C1ESU los primeros estudios sobre la emi­ la natalidad en una sociedad como la uru­ gración internacional en el Uruguay. Eran guaya. Cualquier política pro-natalista los primeros tiempos de la “gran diáspora" daría sus frutos en forma diferida por una y en verdad, aún no sospechábamos la ver­ sencilla razón: su punto de partida es ya dadera magnitud que a la postre podría ad­ una sociedad envejecida. quirir. De allí en más, el tema se impuso por la fuerza de los hechos. Demandó, por una Pero cualquier política pro-natalista encon­ parte, la atención creciente de investigado­ traría rigideces derivadas de un sistema res e instituciones de investigación, dió social operando “espontáneamente". El lugar a la realización de múltiples estudios, número de nacimientos en toda sociedad diagnósticos y Encuestas de Hogares depende de factores estructurales y obede­ (DGES), ocupó un lugar destacado en la ce a leyes o regularidades empíricas, las prensa, promovió el establecimiento de Co­ cuales, valga la trivialidad, por algo existen. misiones Especiales, e involucró a organis­ El comportamiento reproductivo de una mos internacionales como el PNUD, OEA y sociedad depende de las relaciones existen­ C1M en ciertos programas específicos. tes entre el nivel socio-económico de los individuos y sus actitudes, hábitos y valo­ En suma, la emigración internacional ad­ res con respecto a los hijos, y en sentido quirió, con justicia, el status de un “proble­ más lato, como horizonte general de vida. ma candente" que superaba su propia espe­ Está determinado por un universo de ex­ cificidad. En rigor, y así fue sentido por la pectativas y aspiraciones de las unidades “conciencia colectiva", la emigración inter­ familiares, que no se generan en un vacío nacional era expresión y símbolo del dete­ social, que no se modifican fácilmente, y rioro, largamente prolongado y aparente­ que se traducen en patrones estables y mente irreversible, de un modelo de socie­ recurrentes de comportamiento individual dad. y familiar. No obstante estas observaciones, existe En suma: modificar los factores princi­ una ausencia notoria de políticas públicas pales que hacen a la dinámica poblacional en materia de población. I-a magnitud del implica remover o revertir “procesos socia­ problema poblacional del Uruguay -su les" de carácter “autosostenido" e inercial, indudable gravedad- y la forma como el mismo compromete el futuro del país, no presión de libertades, persecusión ideológi­ tuvo una respuesta acorde por parte de la ca, etc. En cuanto a los “diferenciales”, los esfera de decisiones políticas. No sería ejemplos más frecuentes son las oportuni­ aventurado afirmar que en los últimos dades de trabajo o los ingresos. En este años, el tema perdió totalmente centralidad caso, es la diferencia relativa entre dos hasta el punto de haber salido virtualmente contextos la que determina la emigración, de la agenda política. Los partidos políticos no los atributos absolutos de cada contex­ no tienen propuestas, el silencio parlamen­ to. Desde este punto de vista, carecería de tario es ostensible, y no se dispone al menos sentido hablar factores de atracción y ex­ de un paquete medianamente integrado de pulsión como causas de la emigración, sino medidas. de condiciones diferenciales de vida, de trabajo, etc, que, en todo caso, inducen la En contraste con este inmovilismo. la emi­ expulsión y la atracción. Incluso los facto­ gración de uruguayos al exterior parece res “puros de expulsión" podrían ser asimi­ seguir adelante. La predisposición migrato­ lados a los “diferenciales", en la medida en ria de los jóvenes es notoriamente elevada, que sea posible establecer que el atributo en y las condiciones estructurales del país, vis cuestión -por ejemplo, libertad, pluralismo- a vis la región y el mundo, continúan siendo tiene valores diferentes en cada sociedad. favorables a la emigración. Si se aplica este modelo muy simple a la Las dificultades para conocer qué es lo que emigración de uruguayos, parece plausible está pasando provienen de que no se dispo­ la hipótesis de que el país ha pasado gra­ ne de información confiable. Desde 1981 la dualmente a tener diferenciales negativos, DGEC no realiza Encuestas sobre Emigra­ o si se quiere, expulsores. Si esto es efecti­ ción y habrá que aguardar al próximo vamente así, y si las tendencias no se revier­ Censo Nacional para disponer de informa­ ten, las consecuencias que se derivan de ción agregada. Hasta tanto sólo caben.“im­ ello son naturalmente, preocupantes: el presiones", conjeturas y estimaciones -más Uruguay continuará siendo una sociedad o menos fundadas- que no haremos aquí. estructuralmente propensa a la emigra­ ción. 4 JL A continuación, interesa referimos a los factores estructurales que han sido to­ mados en cuenta para explicar la emigra­ ción en el Uruguay. Se supone que con ellos no se da cuenta de la complejidad del fenó­ meno y que, en el mejor de los casos, ofrecen una interpretación parcial de la emigra­ ción.

Para entender los movimientos de indivi­ duos entre dos puntos (migración interna o internacional) se ha recurrido con frecuen­ cia a modelos interpretativos que identifi­ can factores de “expulsión" en la sociedad de origen, y de “atracción" en la destino. Algunos autores han agregado otra distin­ ción: factores de expulsión y atracción “pu­ ros" y factores interrelacionados. Los pri­ meros se refieren a efectos migratorios derivados de las características específicas de cada contexto, sin atender a sus relacio­ nes. Los segundos, comprenden los llama­ dos “diferenciales" entre los puntos de partida y de destino. Ejemplo de los prime­ ros son ciertos acontecimientos políticos como golpes de estado y sus secuelas: su­ En realidad, debemos dar un paso más. El relación al resto de los países y en particular contexto general en el cual es posible ana­ con respecto a ciertas sociedades. De allí el lizar los flujos migratorios está constituido incremento de los factores de “expulsión por el sistema internacional. Se puede ar­ internos" y de “atracción externos". gumentar con bastante justificación, que el sistema puede ser examinado como un En un trabajo previo dedicamos alguna conjunto de unidades interrelacionadas atención a la trayectoria del Uruguay en el que intercambian bienes materiales y cul­ sistema latinoamericano; aqui sólo será turales, que se relacionan en términos de posible efectuar una breve referencia a los poder económico, político, militar, y que ac­ indicadores más importantes. ceden diferencialmente a posiciones de rango en las dimensiones de desarrollo En cuanto al volumen de población, el económico y modernización social. El Uruguay ocupa una de las posiciones más carácter dinámico del sistema internacio­ bajas en el sistema internacional y en rela­ nal, permite además presuponer que existe ción a la región. Con la excepción de los un movimiento relativo y continuo de las pequeños países del Caribe de origen no unidades, perdiendo o adquiriendo posicio­ latino, el país comparte con tres sociedades nes. centroamericanas, el rango más bajo en materia de población. A diferencia de éstos, Si se consideran como unidades los países el Uruguay no se ubica territorialmente dentro de un sistema de rangos en diversas entre países de dimensiones semejantes. dimensiones económicas y sociales, los Por una parte, limita con Argentina que lo países experimentan con diferente ritmo y supera 10 veces en el número de habitan­ velocidad, cierta movilidad ascendente o tes, con respecto a Brasil su relación es descendente dentro del sistema internacio­ aproximadamente de 1 a 40. nal. Es precisamente esta configuración y su dinámica, la que tiende a modificar los Adicionalmente, las tendencias de largo “diferenciales" entre países. plazo, muestran que esta posición relativa del país en el sistema internacional, es cada Conocer la lógica de este sistema y las vez más desfavorable. pautas que adopta el cambio de la estratifi­ cación internacional, se vuelve una condi­ El factor “población absoluta" en verdad, ha ción necesaria para comprender por qué los sido generalmente negligenclado como va­ individuos de un país se muevan a otro., riable relevante para explicar la dirección y cristalizando asi los flujos migratorios in­ el volumen de los flujos migratorios inter­ ternacionales dominantes en cada momen­ nacionales. Tal vez por considerarlo un to. atributo ascripto, de lenta transformación, o bien por el hábito de operar con indicado­ La posición que logra adquirir un pais en el res relativos y no absolutos. sistema mundial, será por lo tanto un factor relevante para poder entender su compor­ Sin embargo, cualquiera sea la razón, es tamiento y en particular sus pautas migra­ indudable que la “población total" constitu­ torias. De allí que el análisis comparativo a ye un importante diferencial entre países nivel internacional pueda ofrecer el marco que explica la propensión migratoria relati­ de referencia más general, a partir del cual va. A otros factores constantes, la capaci­ explicar los flujos migratorios de un país dad de absorción de no nativos por parte de determinado. un país, es función directa de su tamaño respecto al país emisor. Esto implica, ex­ En el caso uruguayo, resulta por demás presado en otra forma, que si la Argentina evidente que cualquiera sea el indicador pudo absorver entre un 5 y un 6 por ciento que se adopte, el país venía perdiendo regu­ de la población del Uruguay y en unos pocos larmente, y a veces en forma acelerada, años, ello se vió facilitado porque para la posiciones relativas dentro del sistema in­ población argentina el flujo de uruguayos ternacional. No sólo en relación a todo el significó apenas un crecimiento de un 5 o 6 sistema, sino también con respecto al siste­ mil. ma latinoamericano. El proceso de “atimia” que caracteriza esta pérdida de status in­ La urbanización ofrece otro ejemplo de la ternacional, significó a la postre, una rever­ pérdida de posiciones del país, tanto en sión de los diferenciales migratorios con términos absolutos como relativos. Tradi- cionalmente el Uruguay siempre estuvo en ces de movilidad ascendente menores. Los el orden de rango más alto del sistema cambios en la estructura productiva sólo latinoamericano, con niveles de urbaniza­ produjeron una movilidad ocupacional ción sólo comparables a la Argentina, pero ascendente que afectó al 1.7 por ciento de la a su vez, muy distanciado del resto de la población activa, entre 1960 y 1970. En región. Con el tiempo esa brecha tendió a Argentina y Brasil, para el mismo período, cerrarse. Países como Brasil, que en la las oportunidades abiertas por la movilidad década de los cincuenta eran aún predomi­ ocupacional fueron, respectivamente, del nantemente rurales, están hoy más próxi­ orden de 9.1 y 12.7 por ciento. mos al Uruguay luego de haberse registra­ do un rápido proceso de migraciones de tipo Estudios realizados a inicios de la década rural-urbano. La región en su conjunto es del sesenta, mostraban que el país, compa­ actualmente urbana y la diferencia especí­ rativamente con Chile, Argentina y Brasil, fica de Uruguay y Argentina tiende a anu­ se encontraba entre las sociedades más / larse. permeables y abiertas a la movilidad social. La movilidad entre padres e hijos registraba Por otra parte, si se compara en términos que un 32 por ciento de estos últimos absolutos la micro-región de la cuenca habían ascendido con respecto a sus pa­ atlántica, Montevideo era en el año 1960 la dres, en virtud de los cambios producidos cuarta ciudad en orden de rango. En 1970 • en la estructura de estratificación. En pasó a ocupar la séptima posición y en 1980 1983, se verifica que este porcentaje había la novena. En cuanto a las ciudades inter­ caído a un 6.4 por ciento. medias, la comparación con Argentina y Brasil, es aún más desfavorable. Con respecto a la educación, no cabe duda que el Uruguay ha continuado experimen­ Pero sin duda es el desempeño económico el tando un proceso de expansión y cobertura que mejor muestra el deterioro del país y su creciente. En este sentido, la educación es pérdida relativa de posiciones en el sistelna la única dimensión que muestra un com­ internacional. El Uruguay, salvo cortos portamiento claramente dinámico, sobre períodos de excepción, no pudo crecer eco­ todo en los niveles de enseñanza media y nómicamente en casi treinta años. A princi­ superior. No obstante ello, el crecimiento pios de la década del cincuenta su perfor­ fue inferior al de algunos otros países lati­ mance económica lo colocaba en una posi­ noamericanos. En este caso también, la ción claramente favorable respecto a la brecha se achicó respecto a la región. región. De allí en más, y cerrado el ciclo de sustitución de importaciones y ante el fra­ Por último, la combinación de estos movi­ caso del “modelo de desarrollo hacia aden­ mientos en las dimensiones mencionadas, tro", la economía entra en un prolongado dió lugar también a otra posición peculiar período de estancamiento. En sólo diez del país en relación a la región. Si se mide la años la caída del PBI es tan abrupta que “deprivación relativa" de la población uru­ solamente tres países de la región tienen un guaya, se verifica que el país continúa sien­ desempeño peor que el Uruguay. En cuanto do una de las sociedades con mayor “ten­ al desarrollo industrial, sólo dos países. El sión estructural”. En otras palabras, que la crecimiento del PBI y del PBI per cápita relación entre expectativas y aspiraciones entre los decenios 1950-60 y 1960-70, de la población, y sus posibilidades reales muestran los mismos signos: de un total de 21 países latinoamericanos, Uruguay ocu­ paba las peores posiciones de rango (entre la posición número 17 y 20 en ambos indi­ cadores respectivamente). En 1950 se en­ contraba entre las posiciones más favora­ bles (tercero y quinto) respecto a la Inver­ sión Bruta, Bienes de Capital, y en el Ahorro Nacional Bruto: en 1960 y 1970 se repite la caída a las posiciones de rango 15 y 19.

Como consecuencia de este estancamiento económico, la estructura ocupacional se hizo crecientemente más rígida y las chan­ am de satisfacerlas, son más críticas en el En Europa Occidental la internacionaliza­ Uruguay que en la casi totalidad de los ción de la economía viene acompañada de países de la región. Esta “tensión estructu­ procesos de integración que, en rigor, están ral” se expresa por ejemplo en los efectos de cambiando el concepto tradicional de sobe­ la Educación y la Urbanización, como legi­ ranía. Las migraciones internacionales timadores de aspiraciones, en contraste tienden a transformarse en migraciones con la rigidez de los Ingresos. internas. En América Latina es indudable el impacto de la creciente internacionaliza­ Un ejercicio de medición de estas dimensio­ ción; integración entre países, proyectos de nes, indicó que en una escala de 0 a 100, el inversión conjuntos, obras binacionales, Uruguay ocupaba a principio de los ochen­ programas de investigación cooperativa, ta, una posición de “tensión estructural" son algunas de sus manifestaciones. Cual­ elevada (76). Otros países receptores de quiera de ellas tiene como efecto erosionar migrantes uruguayos evidenciaron en las fronteras nacionales -así sea en el plano cambio una “tensión estructural” más baja; psicológico- y facilitar la movilidad territo­ Argentina 48, Brasil 16, Venezuela 13, y rial. Es probable que este proceso tenga México, cero. Aparentemente, la movilidad como efecto reforzar las tendencia estruc­ internacional de uruguayos se establece en turales del país hacia la emigración, como tomo a diferenciales relativos de la “depri­ también debemos admitir la posibilidad de vación relativa". Esta pauta, por otra parte, que el fenómeno emigratorio se abra en un es más general y puede ser enunciada al complejo abanico de “tipos de migración" menos como una regularidad empírica; (permanente, intermitente, doble residen­ otros flujos migratorios que se conocen en cia, etc.) que requiera de instrumentos más América Latina, procedentes de otros paí­ afinados para su captación. ses, registran la misma regularidad. Los países de la región que “expulsan" pobla­ 5. Para terminar: si el Uruguay no está ción hacia polos de “atracción" (Chile, Boli- dispuesto a abordar una política inmigrato­ via y Paraguay hacia Argentina; Colombia ria de vastos alcances, la población del país hacia Venezuela, y Centroamérica hacia no crecerá. Además, la predisposición mi­ México), evidencian siempre mayores gra­ gratoria continuará siendo elevada, y la dos de “tensión estructural" que el país re­ migración real -con las oscilaciones del ceptor. caso- continuará adelante. Suponer que las bases estructurales de la emigración En la medida en que el Uruguay continúe podrán ser removidas espontáneamente o generando condiciones de “deprivación re­ con medidas ad-hoc, es voluntarismo puro. lativa" elevadas, y si este proceso se adelan­ Esperar que el deterioro circunstancial de ta al movimiento general de la región -o los países receptores contribuya a dismi­ eventualmente del mundo desarrollado-, nuir la “atracción" de uruguayos, es apos­ cabe esperar una tendencia estructural tar a la coyuntura. hacia una propensión migratoria, también elevada. Parece más razonable, asumir las impli­ caciones que derivan de la posición que 4 En un análisis prospectivo, es necesario ocupa el Uruguay en el sistema internacio­ tomaren cuenta por lo menos, otro aspecto. nal, reconocer los cambios más recientes El mismo se refiere a la creciente intema- producidos por la internacionalización cre­ cionalización de la economía en un sistema ciente de la economía, y desarrollar políti­ mundial que funcional como unidad coti­ cas y medidas parciales que contribuyan a diana de los flujos de capital, de los merca­ disminuir la propensión migratoria y a vol­ dos y de los procesos productivos y de ver beneficiosa -o menos mala- para el gestión. Desde cualquier punto de vista, país, la presencia de sus nacionales en el económico, político, y social, el mundo se exterior. Ciertamente ello no resuelve los está “achicando". Ello implica por lo menos graves problemas de la estructura de­ dos cosas: a) una creciente interacción físi­ mográfica del Uruguay. Algunas medidas ca de individuos, firmas, establecimientos pronatalistas podrán ser intentadas, y es educativos, científicos, políticos, etc. y b) bueno que así sea, pero sus efectos no serán una movilidad psicológica mayor, estable­ suficientes para revertir el proceso acumu­ cida en tomo a un marco de referencia de la lativo que durante muchas décadas ha acción individual, constituido por el siste­ dado lugar a la actual estructura demográ­ ma internacional. fica del país. la ideología de la izquierda uruguaya (II)

hebert gatto

TJ L n la primera parte de esta nota - estará en las mejores condiciones para publicada en el número anterior de Cuader­ superar su actual crisis de identidad y nos de Marcha -incursionamos en la génesis afrontar la ofensiva que desde otras tiendas y el desarrollo del pensamiento leninista, al se ha desatado contra ella. que definimos como un populismo mesiáni- co en gran medida inconciliable con el El tema, es especialmente vigente, ahora, marxismo clásico. Un marxismo que en su cuando sabemos que la libertad, lajusticia, encuadre soviético, al mismo tiempo que la solidaridad y la confianza en que algo perdía valor teórico, adquiría funciones re­ puede hacer la razón para implementarlas tóricas y de legitimación del populismo re­ socialmente -que distingue a la izquierda volucionario. de la derecha- no se confunde ni con recetas económicas simples, ni con perimidas filo­ En esta segunda parte, procuramos anali­ sofías de la historia. A ese propósito de zar la forma en que a partir de la Revolución repensar un pasado que no nos es total­ Cubana, esta particular concepción devino mente ajeno, apuntan las siguientes líneas. la ideología hegemónica de la izquierda uruguaya, así como las consecuencias, en términos de pérdida de la dimensión de­ mocrática, que este hecho supuso. A Creemos -y lo creemos firmemente- que JL JL. comienzos de la década de los mientras la izquierda no ajuste explícita­ sesenta, la izquierda uruguaya pensó que mente cuentas con su pasado ideológico, no su sostenida crítica a la cultura política nacional, o más precisamente a una cosmo- evaluado en términos de visibilidad ideoló­ visión pensada y articulada de arriba a gica y no de éxitos electorales, la tarea fue abajo, estatalista y partidocéntrica, tran­ relativamente más sencilla. Provisto de una sadora y concesiva, encontraba por fin referencia doctrinaria fuertemente estruc­ audiencia. turada, de un método para aplicarla y de un sujeto histórico para encamarla, las incer­ Terminado el último impulso balllista el tidumbres que a otros asaltaban no consti­ país entero comenzó a transitar una pen­ tuían su mayor desvelo. diente de inclinación progresiva que apenas unos años más tarde lo conduciría al final Formado no como un partido autónomo, despeñadero. Hoy es fácil de advertir como sino como una sección territorial de un el modelo de “revolución pasiva", donde el macro partido de vocación mundial (se creó estado asumía funciones protagónicas que como la sección uruguaya de la III Interna­ la debilidad de los otros actores imponía, cional) sus preocupaciones iniciales eran tenía límites precisos que en gran medida más de traducción y adaptación y de plegar­ trascendían nuestras fronteras. Entre el se a un entorno que ya comenzaba a sata­ final de la “pax británica" y la guerra nizar al comunismo, que de conformación coreana, luego del fuerte envión del primer de un pensamiento político propio o de batllismo, el Uruguay acomodó su débil constituir sujetos que excedieran o comple­ anatomía a las concesiones, necesidades o mentaran la referencia clasista. distracciones extranjeras para despuntar una prosperidad frágil pero no menos Apenas si únicamente los avatares interna­ atipíca, en el marco de un continente de cionales y la posición de la URSS.en ellos, rezagos centenarios. exigían definiciones que evadían los este- riotipos doctrinarios. En 1928 en el VI Integrar el alud inmigratorio, empujar un Congreso de la Internacional, la Unión crecimiento económico no espectacular Soviética, resuelta a liquidar la NEP y a pero sí sostenido y asentar a un tiempo el impulsarla revolución mundial mediante la juego de equilibrios y pactos políticos y estrategia de “clase contra clase", decidió sociales que articularon la democracia “descubrir América", como un territorio de uruguaya, fue una tarea bastante inédita directa oposición al emergente imperialis­ que el sector progresista del Partido Colora­ mo norteamericano. do . hasta la primera mitad del siglo, cum­ plió con solvencia. El fracaso chino de 1927, atribuido a la defección de la burguesía nacional del Es también cierto que en estas décadas Kuomitang y la lucha de Nicaragua contra constitutivas, el batllismo se representó las fuerzas invasoras de los E.E.U.U. apare­ mayoritartamente a si mismo, fracasando o cieron como los detonantes internaciona­ no asumiendo -quizás ante la propia inma­ les, de la nueva correlación de fuerzas a durez de la sociedad civil- el desafio de nivel mundial. generar identidades sociales persistentes donde anclar su proyecto y otorgarle rele­ Los voceros de Bujarín, “el Colón rojo", vos. No lo es menos, que el desafio hegemó- adelantaban que en la América “dependien­ nico batllista, debió abrirse camino entre te" no existían burguesías nacionales con la frenos y contrapesos que obstaculizaron su suficiente autonomía como para liderar acción, otorgándole una dinámica que en una revolución democrática. Consiguiente­ muchos frentes fue más defensiva y tímida mente, razonaban desde Moscú, ella debe­ que las exigencias que el propio proyecto ría ser articulada mediante una alianza imponía. obrero campesina impulsada por el partido del proletariado, en lo que en buen romance Fueron quizás estos desmayos los que sir­ , constituía una virtual repetición del mode­ vieron de principal insumo a la joven iz­ lo revolucionario soviético. quierda uruguaya, que a través de los par­ tidos socialista y comunista, pugnaba des­ En ese espíritu, los comunistas proclamaba de los años veinte (1910 en el caso del David Alfredo Siqueiros, deberían tomar las Partido Socialista) por afirmar su identi­ armas de inmediato, sin esperar más para dad. culminarlas revoluciones inconclusas o co­ menzar las muchas que América esperaba. Para el Partido Comunista Uruguayo (PCU) “Las condiciones objetivas y subjetivas,-de- cía el muralista mejicano que tan tempra­ Más tarde, en 1939 para desesperación de namente emulaba al Che- son francamen­ muchos comunistas uruguayos, el pacto te revolucionarias...", “tenemos camara­ Stalin-Ribentropp, impondría un tercer das, el prospecto de crear un Sandino en giro a la política soviética, de nefastas con­ cada región”* 1. secuencias para la “sección uruguaya". De la gesta antifascista a la “neutralidad frente Revolución de inspiración proletaria ya, o a la rebatiña imperialista", transformada apoyo a las burguesías nacionales progre­ en “un asunto de otros", el PCU durante sistas para superar el semifeudalismo y la casi dos años, y con grandes costos inter­ dependencia colonial, como había sugerido nos, se movió a distancia y con “objetivi­ un Stalin menos entusiasta en 1925, fue­ dad" frente a la rampante irracionalidad ron el intríngulis con que la voluntad insu­ fascista. rreccional debía enmarcarse en cada una de las realidades nacionales. Afortunadamente para la coherencia de su causa, invadida la URSS, la guerra de América estaba descubierta: ¿cómo y cuán­ otros, nuevamente se trocó en la cruzada do conquistarla? ¿Con qué ritmo y con qué por la razón y la democracia. En 1943, aliados?, seguía siendo el desafío táctico, en cuando Stalin en medio de la etapa antifas­ gran parte condicionado a las necesidades cista, disolvió la Internacional, el PCU. se de la gran patria soviética. había negado sistemáticamente a secundar cualquier medida sindical que pusiera aun Sin embargo nuevamente en 1935, la ca­ en remoto peligro la causa aliada y en esa racterización de socialfascistas aplicada a posición -no siempre explicable en térmi­ la izquierda no comunistas, se trocó súbi­ nos nacionales- se mantendría inconmovi­ tamente en una consigna frentista y en la ble hasta el fin de la contienda. Tantas desembozada invocación a la colaboración marchas y contramarchas, tanta subordi­ de clases. nación a un lejano proceso europeo, no eran fácilmente explicables a ojos uruguayos y el El peligro fascista, la inminencia del poder Partido mantuvo siempre su impronta del Reich sobre las fronteras de la “primera extranjerizante. revolución socialista" impuso el nuevo giro, de algún modo también reclamado por Sin embargo y en general, no era la obse­ mínimos indispensables de coherencia cuencia la que dictaba esta política de ideológica. La Tercera Internacional que acomodamiento a un centro internacional. con Bujarin había descubierto América, Para los comunistas uruguayos su adhe­ ahora con Dimitrov descubría la democra­ sión a un proceso de carácter supranacio- cia. nal no era más que una consecuencia práctica de la universalidad de la clase En ese marco, dicen Rilla y Caetano2, “la obrera (los proletarios no tienen patria) y dictadura de Gabriel Terra podía ser fácil­ del proclamado carácter planetario de la mente caracterizada como “fascista" y la revolución socialista. En esa lógica, tan estrategia del Frente Popular -que tuvo en el bien simbolizada por la Internacional con Partido Comunista Uruguayo un impulsor su llamado a la unidad de los obreros del de primera línea- quedaba asimismo plena­ mundo y la universal bandera con la hoz y mente habilitada”. El P.C.U. en el clima de el martillo, la causa de la U.R.S.S., portavoz lucha antifascista daba los primeros e in­ de la primera revolución obrera de la huma­ sustituibles pasos en su proceso de uru- nidad, “amanecer de una nueva historia de guayización, tarea que sin embargo nunca justicia e igualdad entre los hombres", pudo completar totalmente. como proclamaba Stalin, era la de todos los revolucionarios, por encima de fronteras o intereses nacionales, simples barreras eri­ gidas por las burguesías para mejor encu­ brir su explotación nacional. 'Caballero, Manuel. La Internacional Comunis­ ta y la Revolución Latinoamericana. Edit. Nueva Mientras la conducción soviética permane­ Sociedad, Caracas 1987. ciera fiel a su misión de guía y vanguardia de la clase obrera universal -y nada hacía lRilla y Caetano. Trabajo Inédito, consultado por presumir otra cosa- todas sus acciones, gentileza de los autores. aun las más incomprensibles, quedaban legitimadas por la lógica histórica de su Con este bagaje y algunos indudables éxi­ misión. tos en la organización de la clase obrera, la mitad de la izquierda uruguaya se alistaba “Si el proletariado es la fuerza en que se para ingresar en la década de los sesenta. basa la sociedad revolucionaria -razonaba Probablemente la más traumática, la más aún un filósofo no comunista como Merleau fermental y la más trágica de todas las Ponty- y si el proletariado es la clase univer­ transcurridas en el siglo. La misma que le sal que describía Marx, entonces los intere­ otorgaría un gran triunfo ideológico y que ses de esta clase llevan los valores humanos culminaría, con la creación del Frente en la historia, y el poder del proletariado es Amplio, en el mayor éxito estratégico de su el poder de la humanidad". historia.

En ese marco ideológico y valorativo. que el PCU había aplicado con esmero y ortodoxia, sobrevino el XX Congreso del PC.soviético. Q El estalinismo, confundido e x post con la K —✓ i para los comunistas uruguayos traumática e independiente sustitución de fue tarea más sencilla conformar una iden­ Gómez por Arismendi, se inscribió en la tidad partidaria definida, para el Partido inocua dimensión del error y la desviación Socialista el desafio fue sin duda difícil. personal. Curiosamente para el pensa­ miento marxista, el antihéroe a diferencia Aprisionados entre el reformismo batllista del héroe, tenía virtualidades para explicar que hasta pasado el medio siglo mantuvo la historia. una historia de logros tangibles y una iz­ quierda comunista legitimada por sus éxi­ Tal como sucedió en la U.R.S.S., ningún tos internacionales, la individualidad so­ intento de revisar en profundidad doctrinas cialista, por lo menos desde la revolución y conductas emergió del acontecimiento soviética, estuvo siempre en cuestión. que sin embargo ponía en cuestión treinta años de historia revolucionaria. Quizás ello pueda explicar su accidentada suerte electoral (donde al final terminó cla­ Los comunistas uruguayos arribaron a su ramente aventajado por su rival en la iz­ XVII Congreso en 1958, con lincamientos quierda) y los marcados desniveles de su tácticos y estratégicos, que constituían una perfil ideológico. Tanto que puede afirmarse casi literal traducción del leninismo-estali- con rotundidad, pese a algunas continuida­ nismo soviético. Ni los acontecimientos de des, la existencia de dos partidos socialis­ Alemania en 1935, de Hungría en 1956, ni tas, separados por la cesura que para Lati­ las propias denuncias de Jruschov, mere­ noamérica significó la Revolución Cubana. cieron ningún comentario en los extensos documentos del Congreso, irónicamente Real de Azúa en la Antología del Ensayo centrados en la repetida denuncia del impe­ Uruguayo, analizando la trayectoria de rialismo norteamericano. Emilio Frugoni, afirmaba que el primer socialismo uruguayo se forjó tendencial- mente como “una agrupación política rela­ tivamente enclaustrada en sí misma, om- bliguisticamente suficiente, puritanamen­ te desabrida a todo contacto con los impu­ ros y aun con los distintos...”.

A partir de un marxismo que el mismo Real tildaba de “desmonolitizado" y “abierto", la visión del mundo de los socialistas urugua­ yos de entonces, se identificaba con en “la ideología del liberalismo democrático, radi­ cal, laico, racionalista, europeo, intelec­ tual...", inscribiendo sus valores más en­ trañables en “la Idea, la Justicia, la Igual­ dad, la Libertad” invocativamente herma­ nados con “la Democracia, el Espíritu Humano, la Humanidad y la Dignidad humana". Todo lo cual lo llevaba a valorar Escindir democracia y nación, antimperia- a este socialismo frugoniano, como el clási­ lismo y pluralismo, revolución y libertad, co socialismo americano: “intelectual, uni­ justicia e individuo, fue -ahora lo sabemos- versitario. doctoral, democrático, raciona­ uno de los pecados de las urgencias de una lista. economista, universalista, pacífico, época. Rescatarla incanjeable singularidad culto, urbano...”. de la nación, engarzar la vigencia de lo popular en la tradición histórica de los Tantos adjetivos, pese a la sagacidad y fine­ pueblos latinoamericanos constituyó uno za del analista, más califican el contexto de sus aciertos pese a que en este esfuerzo discursivo de una época -el ensayo es de de inserción y rescate, no siempre evitó, 1964- que a la naturaleza misma de su sino que a veces más bien propició, el riesgo referente. del populismo y la simplificación o lo que es más grave, la caída lisa y llana en los moldes Evaluando desde los sesenta, en el clima de prefabricados y ajenos que se propuso evi­ euforia revolucionaria de la época y en un tar. contexto de rescate de densidades naciona­ les e idiosincráticas, que el liberalismo En ese marco ideológico el primer socialis­ democrático habría borrado, las caracteri­ mo se distinguió del reformismo batllista zaciones de Real, pudieron parecer ajusta­ mediante la reafirmación de los valores de das. Así por lo demás, lo creyeron los pro­ un universalismo socialista (marxista, pios socialistas, que por similares motiva­ humanista, pluralista con dejos liberales)4 ciones críticas, terminaron por afiliarse a yen su explicitación sistemática, ordenada, una profunda renovación ideológica. racional y docente. Se separó con más niti­ dez del PCU , por su firme y proclamado Vista desde nuestra actual circunstancia, anticomunismo militante, y por su indecli­ marcada por la trabajosa recuperación de nable defensa de los valores democráticos. valores democráticos y liberales muy cerca­ namente abrogados, no ya por la verboáa Por allí emergió otra de sus señas de iden­ denuncia de la izquierda, sino por la más tidad. seguramente la que más le costo contundente decisión de la reacción mili­ sostener en el momento de la eclosión del tar, la crítica de los sesenta resulta sin duda espíritu revolucionario tercermundista y desajustada y ligera. Mucho más si pensa­ que pasado el tiempo lo llevó a riesgo de mos que la reclamada peregrinación a las perder su individualidad histórica, a la fuentes, por la que tanto clamó el naciona­ fundación del segundo socialismo. lismo revisionista, nada ganaba con perder en el camino, nada menos que a la democra­ cia, a la razón, al sentido universalista de sus valores, o al pacifismo y a la laicidad que había distinguido al pensamiento de los n uando en el marco de una socie­ primeros marxistas uruguayos. dad como la uruguaya, bloqueada y desen­ cantada por la pérdida de su anterior diná­ Es cierto, o parcialmente cierto, que el mica de crecimiento y optimismo, se supo socialismo ffugonista fue librecambista que los guerrilleros cubanos, culminando cuando las necesidades del desarrollo na­ su gesta emancipadora entraban en La cional imponían el proteccionismo econó­ Habana, en la totalidad de la izquierda mico: se reclamó europeista cuando Améri­ emergió un fuerte sentimiento de esperan­ ca pugnaba por afirmar su individualidad za. mediante el rescate de historias y tradicio­ nes populares, y no supo ser enfáticamente Una pequeña nación, guiada por una gene­ antimperialista cuando la defensa de la ración de jóvenes románticos, de límpido nación así lo imponía. idealismo, derrotaba, en las puertas de sus

Pero no acertaban los críticos sesentistas cuando acusaban a Frugoni y a su partido de sostener “La noción de multiplicidad de partidos, por ejemplo, fragmentando la 3Rcal de Azua, Antología del Ensayo Umguayo Contemporáneo, Tomo 1. Universidad de la unidad auténtica del querer popular, (y República, Montevideo, 1964. defender) la libertad de prensa, tal como es disfrutada por los sectores oligárquicos...3" 4Real de Azua. Obra cít. propios dominios, a la arrogancia del gen­ la de Carlos Quijano, desde MARCHA, darme imperial. señalaban que las declaraciones de Castro conllevaban “ ...un pueril sabor religioso. Era el principio del fin, así se creía, de un La puerilidad de los catecúmenos, que se siglo de humillaciones; la reivindicación de creen capaces de llevar en el hueco de la una dignidad nacional, étnica y cultura mano todas las verdades y todas las expli­ mancillada, por la larga soberbia del gigan­ caciones"6. te del Norte. Fidel, el Che, la juventud, la entrega generosa, la voluntad revoluciona­ Castro no sólo se afiliaba al leninismo, sino ria, la mística del heroismo sin reticencias, que al tiempo y con el desprecio del conver­ constituían los mezclados símbolos del so hacia su antigua fe, enterraba explícita­ nuevo despertar de un continente humilla­ mente al tercerismo, y deslegitimaba a do. todos quienes creían que “América tiene un camino propio... que nuestra política inter­ En 1961, cuando arrinconada por la des­ na e internacional, debe ajustarse a nues­ embozada agresión norteamericana, pero tras necesidades, a nuestros intereses, a también, no debe omitirse, por la arraigada nuestras conveniencias, y a nuestros pla­ concepción comunista de algunos de sus nes... al deseo de pensar con nuestras líderes, Cuba se declaró marxista-leninlsta, cabezas7". el imaginario revolucionario latinoamerica­ no adquirió una precisa dimensión ideoló­ Pero los sesenta eran años de guerra y en gica que enmarcaría todo su futuro desa­ ella los principios cedieron frente a la arro­ rrollo. A la “lucha armada sin concesiones, gancia de los hechos. Si las revoluciones la guerra popular hasta la derrota del ejér­ querían triunfar y no naufragar en las cito burgués, la revolución permanente aguas chirlas del reformismo, tarde o tem­ hasta el socialismo"5, que constituían la ba­ prano debían optar, así se pensaba, por la se del espíritu guerrillero, se agregó una única ideología revolucionaria conocida. ideología de corta pero venerable tradición: Hoy sabemos cuanto -confundiendo me­ el leninismo erigido en arma de guerra prá­ dios con fines, recetas con curas- se aleja­ ctica y teórica contra el yugo imperialista. ban de los valores del socialismo.

Cuba abandonaba es cierto, la frontera atractiva pero incierta del romanticismo in­ surgente, de la creación sin ataduras, de un latinoamericanismo sin férreos compromi­ E-i- -A n una mirada superficial, para el sos ideológicos; ganaba en compensación la Partido Comunista Uruguayo, la gesta experiencia de una revolución victoriosa, la cubana, fuera de alguna razonable novedad cobertura de una teoría venerable, la garan­ en la metodología revolucionaria, nada tía geopolítica de una superpotencia. esencial aportaba que no fuera la clamoro­ sa confiimación de sus tesis. El impacto de esta definición ideológica revolucionaria sobre la izquierda uruguaya El Partido había sostenido desde su funda­ tuvo el efecto (en todos los sentidos) de un ción (con el paréntesis de la II Guerra) la verdadero ciclón tropical. La sorda lucha de necesidad de la “unidad de los pueblos hegemonías y sus correlaciones de fuerzas, latinoamericanos contra su enemigo quedaron bruscamente alteradas. Cada vez común"8. Había proclamado asimismo que fue más difícil defender la revolución y a atacar a su numen inspirador, el cuerpo de ideas que no en balde había motivado a los soviéticos, a los chinos y ahora al heroico 5Lowy, M. El pensamiento del Che Guevara (ci­ pueblo cubano. tando palabras del Che) . Siglo XXI, Argentina 1972.

Desde entonces, explícita o implícitamente, GQuijano, C. Escritos Políticos 11. Cuadernos de como discurso articulado o como difuso Marcha, Montevideo, año I N° 3, 1985, reprodu­ sustrato referencial en la cita entrecomilla­ ciendo editorial de Marcha 8/12/61. da o en el doblegarse ante la evidencia , la izquierda fue mayoritariamente leninista. 7Quijano, C. Obra cit.

Unicamente algunas voces solitarias, como 8P.C.U. Congresos y Docs. Montevideo, 1988. “En la práctica de la lucha histórica por la fuerza condenaba cualquier atisbo de blan- paz y la independencia de los pueblos se ha quismo o anarquismo, reafirmando el constituido un gran frente único interna­ “papel de las masas en todos los aspectos de cional, entre los Estados socialistas enca­ la acción revolucionaria, inclusive en los bezados por la Unión soviética y los países planteamientos tácticos inmediatos"11. que se han liberado o luchan por liberarse de la opresión imperialista"9. Para los cubanos, acuciados, por el bloqueo y la urgencia de afianzar su amenazada En la tradición de la III Internacional, el revolución, la estrategia era otra. El 10 de Cominform, las Conferencias Mundiales Agosto de 1967, Fidel Castro con brutal (1957/69) y Regionales de los Partidos claridad cerró la conferencia de la O.L.A.S., Comunistas (1969/76), y por encima de recordando que la discusión sobre la vía cualquier disidencia rápida y sistemática­ pacífica o violenta para la revolución era un mente condenada, la defensa de la URSS diálogo de sordos “porque es lo que diferen­ había constituido el objetivo central de la cia a los que quieren impulsar la revolución política del PCU. Nada en el rutilante proce­ y a los que no la quieren impulsar, los que so urbano, contrariaba esa sostenida fina­ quieren frenarla y los que quieren impul­ lidad estratégica que claramente aceleraba sarla. ¡Nadie se llame a engaños!... nadie se la crisis final del imperialismo. haga ilusiones de que conquistará el poder pacificamente en este continente". En Es cierto sin embargo que cuando el Che minoría el P.C.U., presente Arismendi en la Guevara invitaba a luchar y a “morir bajo conferencia no aplaudió la alocución. Su las enseñas de Vietnam, de Venezuela, de silencio no significaba una callada defensa Guatemala, de Bolivia, de Brasil"10, los co­ de la democracia (tan formal y burguesa munistas uruguayos, pese a estar de siem­ como para los cubanos) ni una renuncia a pre convencidos en la revolución mundial, la violencia revolucionaria -la ambigüedad celebraban verbalmente sus llamados de los documentos partidarios no arrojan aunque los diferían hasta que la acumula­ dudas- sino un llamado a un realismo ción de fuerzas lo permitiera. La acción de­ pragmático que nunca lo abandonó. Un predadora de la política norteamericana aviso que no siguió una gran parte de la hacia latinoamérica en esos años, con in­ izquierda latinoamericana, que al impulso tervenciones directas e indirectas, fortale­ cubano, regó con su sangre, selvas, mon­ cía esa congruencia; la conocida prudencia tañas y ciudades del continente, ante la del P.C.U. la difería. general indiferencia -cuando no la hostili­ dad- de los humildes y los desheredados Pese a todo, las diferencias entre comunis­ por los que luchaban. tas uruguayos y cubanos, que en esos años parecían importantes, no eran de princi­ Para bien o para mal el romanticismo no fue pios, se reducían, aunque entonces no se una virtud que adornara la práctica del viera, al plano puramente táctico. Partido Comunista de Uruguay. Su estrate­ gia, desde 1955 hasta los actuales derrum­ Si crear dos, tres, muchos Vietnams, como bes, no tuvo alteraciones sustanciales. pedía el Che, podía significar una vuelta a las fuentes leninistas del primer período de Su revolución, en su primera fase, era agra­ la III Internacional, también podía concluir ria y antimperialista y se procesaba me­ en una florescencia incontenible de conflic­ diante la reforma antilatifundista y la ex­ tos difícilmente manejables por el campo propiación de “ las grandes empresas in­ socialista. dustriales y bancos en poder de los imperia­ listas o de los grandes capitalistas antina­ Para el cauto Partido Comunista Uruguayo, cionales"; desde allí se avanzaba sin inte­ la revolución advendría (lo aseguraban las rrupciones hacia el socialismo. Su instru­ leyes de la historia en las que confluían cubanos y orientales) pero mientras ello no ocurriera, la prudencia exigía acumular fuerzas, aguardar los acontecimientos y 9P.C.U. Cit refrenar aventurerismos peligrosos. l0Lowy, M. Cit. (Che- Mensaje a la Tricontinen- tal). Y si bien el P.C.U. negaba todo evolucionis­ mo, gradualismo o reformismo, con igual “ PCU, cit. mentó era el partido comunista vanguardi- ba a la subjetividad de la clase y se mani­ zando al proletariado, en alianza con el festaba como lucha de clases. campesinado y -en papel subordinado- con la burguesía progresista, agrupados todos La contradicción fundamental, enseñaba en un Frente Democrático de Liberación Trías, se materializaba mediante una “plu- Nacional. Su carácter y periodización: el de ridad de contradicciones concretas" una revolución ininterrumpida que pasaba (U.R.S.S.- E.E.U.U.; imperialismo-colo­ sin solución de continuidad de las tareas nias; burguesía-proletariado), entre las económico-sociales democráticas (que el cuales y en esta etapa histórica una emer­ imperialismo había impedido concluir) a la gía como principal : la que confrontaba al etapa socialista-comunista. Su encuadre: imperialismo con el movimiento revolucio­ la revolución nacional, porción de la revolu­ nario liberador de las colonias y semi-colo- ción antimperialista latinoamericana, par­ nias. Como consecuencia y por un juego de te de la revolución anticolonialista mun­ correspondencias, la resolución de la con­ dial, eslabón de la revolución socialista tradicción principal mediante la derrota del internacional. Su ideología: la de su van­ imperialismo, conllevaba la ruptura del guardia, la de “Un partido monolítico, de equilibrio del sistema con la dilucidación de una sola ideología, la proletaria, el marxis­ las restantes contradicciones derivadas. mo-leninismo"12. Vencer al imperialismo equivalía para Trías a asumir el socialismo, en tanto ambos El modelo regado con las infaltables apela­ aspectos confluían en un único proceso ciones a la dialéctica,, reproducía con sólo conceptualmente divisible. mínimas alteraciones -apenas si en lo refe­ rido a la burguesía nacional se marcaba un Un socialismo que si bien no se subordina­ distingo- la matriz leninista de 1917. Sólo ba a ningún centro hegemónico, ya no se que ahora, a diferencia de entonces, la diferenciaba en su programa básico de su presencia de la U.R.S.S. y del campo socia­ similar comunista. lista, facilitaban una tarea que los soviéti­ cos habían debido realizar por sí solos. A lo sumo y en la senda del pensamiento cubano y del revisionismo histórico enton­ Antimperíalismo y socialismo a la soviética ces en boga, se priorizaba la construcción constituían una unidad inescindible, y des­ de la nación como momento de incorpora­ de entonces, cualquier otro camino queda­ ción de las masas a la lucha política mien­ ba vedado para siempre. La Historia había tras se descalificaba cualquier aporte de las dicho su veredicto, y la trilogía de propiedad burguesías nacionales. El conjunto consti­ estatal en la economía, partido único en lo tuía una curiosa mezcla, con un núcleo político y materialismo dialéctico en lo ideo­ central leninista, (revolución obrero-cam­ lógico, eran el camino de salvación. pesina) una periferia tnaoista (toda la silo­ gística de las contradicciones) y una retóri­ A ese influjo trinitario tampoco escapó el ca machaconamente marxista, con algunos Partido Socialista, que en su adopción resabios del tradicionalismo blanco. decidida pretendió desbordar por la izquier­ da a su rival comunista. Con esta decisión En cuanto a los aspectos tácticos. Trias y su toda la cultura de la izquierda -con mínimas partido se mostraban menos renuentes que excepciones- pasó a tener como eje una los más juiciosos comunistas. Para los matriz común de inspiración leninista. socialistas el tema de “las vías de tránsito" que tanto desveló a la izquierda de esos Para Vivíán Trías que emergió a comienzos años, no admitía mayores dudas. Vísta la de los sesenta como nuevo conductor del contradicción principal de nuestra época - Partido, su época (1965), se caracterizaba dirá Trías que cita a Lenin y a su folleto por una contradicción fundamental (la que sobre La guerra de guenillas- la cuestión de oponía capitalismo a socialismo) que alcan­ “las formas de lucha no es de principios, no zaba su mayor madurez o su fase superior se atiende a ningún dogma... el imperialis­ en la época del imperialismo, donde era mo empleará todos los medios a su alcance reconocida por el proletariado. Con esta para impedirla revolución...". Como conse­ asunción la contradicción objetiva se eleva­ cuencia y teniendo en cuenta su proclividad a fabricar formas liránico-militares, “ello sólo.deja lugar a la insurrección, a la lucha 12PCU,cit. annada por Ja revolución nacional y socia*-

setiembre 1990 <•, lista. Esta es la réplica que corresponde a ¿Qué puede haber más seductor frente a la una situación irreversible creada por el opacidad de la realidad que una retícula imperialismo en su fase de descomposición que la organiza en contradicciones (la fun­ y en su área critica". Todo esto, con la damental, la principal, las derivadas, las seguridad de un físico que mide la desinte­ antagónicas, las del seno del pueblo, las gración del uranio, lo decía un partido que tácticas y las estratégicas...), pero que no alcanzaba el 3% de los votos y que con el además, a cada una de ellas las agrupa por aporte comunista (y ahí prácticamente ter­ niveles (infraestructurales, superestructu- minaba la izquierda uruguaya) no llegaba al rales, dominantes...) al tiempo que las 7% del total. explica o más bien las cuenta en su génesis, su desarrollo y su superación final.

En el sistema, de carácter fuertemente axiomático, todo encuentra un lugar aprio- nielamos estas ya demasiado lar­ rísticamente determinado. Las divisiones y gas reflexiones, procurando demostrar subdivisiones descriptivas de los procesos como el leninismo, ideologia básica de la (el ejemplo de las clases es paradigmático) izquierda en este siglo, constituía la impro­ generan la ilusión de la explicación, cuando bable tarea de realizar una revolución en realidad se limitan únicamente a nom­ socialista en las periferias capitalistas en brar, descomponiendo los conceptos en nombre del marxismo. microcategorías (clase, subclase, fracción, microfracción, grupo, subgrupos e indivi­ Más de cuarenta años después de experi­ duos), que aparecen retóricamente como mento soviético, la izquierda latinoameri­ correlaciones o hipótesis causales. cana, acuciada por el estancamiento y la abyecta miseria de las grandes mayorías del Algo parecido sucede con la distorsión de continente, lo adoptó como ideologia de'Ja los conceptos de “representación" y de emancipación y la Justicia. Cuando lo hizo, “intereses objetivos", utilizados ad nau­ ya esa ideología, transformada en la seam en toda explicación del pasado o en U.R.S.S. y adyacencias en una verdadera cualquier prognosis histórica. Mediante “ideocracia", había exterminado y vejado a ellos, las clases (descriptivamente defini­ decenas de millones de seres humanos. das) aparecen dotadas de “intereses" y de “mandantes” que las guían, y vanguardizan Lo que más sorprende de ese proceso, más en la consecución de presuntos intereses allá de su esquizofrenia ética, es la simpli­ cidad, el terrible esquematismo con que la izquierda (la nuestra y la ajena) pretendió no sólo comprender la realidad sino tam­ bién transformarla.

Más allá de los valores que proclamaba -y que la práctica desmintió- no es fácil, expli­ carse pese a su rústica simplicidad, la in­ discutible fascinación de este modelo de pensamiento.

Algunas de sus ventajas son conocidas, y las comparte con otras ideologías. Por un lado identifica al enemigo: los imperialistas ( de nombre, apellido y geografìa determina­ da), las grandes burguesías, las oligarquías antinacionales, etc. con un grado de nitidez e inequivocidad que despeja toda ambigüe­ dad. Por otro ordena la realidad en un es­ quema abarcativo donde todos los sucesos (desde los nimios a los fundamentales, de los colectivos a los individuales) encuen­ tran su lugar, su jerarquía, su importancia analítica y su calificación valorativa. naturales. Mediante ese artilugio una cate­ teoría social y que explica -creo- su enorme goría estática como la clase o cualquier otro poder movilizados grupo o institución estructuralmente defi­ nido adquiere una dinámica y una función Hace ya muchos años, Marcel Granet social que no surge del análisis empírico mostró como la civilización china estaba sino de una atribución arbitraria de la ideológicamente estructurada sobre dos teoría. Obvio es que en ese plano nada fuerzas antagónicas, el Yin y el Yang, en resulta más fútil que preguntarse lo que los tanto Levi-Bruhl generalizó la oposición - hombres y mujeres concretos que compo­ también rastreable en la teorización gnósti- nen tales colectivos analíticos, realmente ca- a todo el pensamiento primitivo. sienten, quieren o piensan que son sus intereses. Ello, en cualquier caso lo sabe el Un camino similar siguió la izquierda a partido, que como intérprete de la verdad no partir del pensamiento de Lenin, con el está limitado por los deseos de sus repre­ agregado, en el caso latinoamericano, de las sentados. trivialidades chinas aportados por el inefa­ ble “filósofo" Mao Tse Tung. Redujo la dia­ Pero más allá aún de estas anomalías, el léctica hegeliana -fuere cual fuere su valor marxismo-leninismo tiene una particulari­ intrínseco- a una serie de obvios lugares dad única, que explica su éxito y su difu­ comunes de resonancia escolar, (la vida sión. Nos referimos a su capacidad de des­ espiritual y material es movimiento oposi­ agregarse -como un verdadero holograma- ción y lucha; nada puede concebirse abs­ en visiones de la realidad cada vez más tractamente; todo es heterogéneo y desi­ sencillas, sin perder totalmente su poder gual; las particularidades deben pensarse explicativo, ni su coherencia retórica. Una en sus múltiples relaciones; el todo es in­ cualidad que no comparte con ninguna otra concebible sin las partes y las partes sin el todo; las determinaciones admiten retroac­ ciones etc.) elevadas al estatuto de leyes NOVEDAD científicas, y creyó que con ello descifraba la realidad y deducía la correcta estrategia LA CRISIS DE LA política para la emancipación de la humani­ DEUDA EXTERNA dad. ORIGENES, SITUACION ACTUAL En los hechos confundió al maoismo con la Y PERSPECTIVAS filosofía, al leninismo con la teoría política y Danilo Astori a Fidel Castro con José Martí, invitando a COMPILADOR luchar y a morir en aras de ese entrevero. I. El sistema financiero Internacional como marco general de la deuda externa. C é sa r La izquierda negaba la ética en tanto com­ F attaché -C IED UR batía no por valores (la moral -Lenin dixit- II. La negociación de la deuda externa latinoa­ no era más que retórica pequeño burque- mericana a partir de la crisis de 1982. D an ilo sa) sino por el progreso histórico. Simultá­ A sto ri - CIEDUR neamente generaba certezas tan arraiga­ III. Estrategia y táctica de la banca acreedora. das, que estaban más allá del diálogo y la Juan Manuel Rodríguez - C.U.I. controversia. El resultado fue un sistema IV. C aracterísticas gen erales del endeudam ien­ to uruguayo con el exterior. Walter Cancela - de certidumbres (que confundió con la CLAEH ciencia) que eliminaba de la vida social toda V. La deuda externa del Uruguay: un negocio contingencia y opacidad. Dado que de ante­ para pocos. Gustavo Arce; José Rocca; Héctor mano, y leyendo a Marx con anteojeras, Tajam - PRIES S.C. URUGUAY conocía a los actores (patricios y plebeyos, VI. Deuda e x te m a y política en el U ruguay; 1985 señores y siervos, burgueses y proletarios) - 1989 (De las palabras a los hechos). J o rg e y que sabía la precisa dirección de la histo­ S o la ri- C.U.I. ria, su función revolucionaria se redujo a* EDITA Y DISTRIBUYE apresurar lo inevitable. Con ello, como Lenin mostró, no eliminó al voluntarismo, FUNDACION DE CULTURA sólo lo hizo más confiable colocándolo bajo \im\ la tutela de la ciencia. g g w | UNIVERSITARIA 25 de mayo 568-Tel.96 11 52 Con estas premisas,¿qué lugar podía caber a una democracia concebida como un con­ junto de reglas destinadas a generar preca­ que hoy suscribiera, de uno de sus repre­ rios acuerdos sociales y a los mudables sentantes más lúcidos. A comienzos de los actores sociales de los mismos? Es obvio setenta, el poeta cubano Heriberto Padilla que ninguno. había realizado su “autocrítica" de claro sabor estalinista, ante la que algunos inte­ Los sistemas de certezas pueden tener que lectuales -todos ellos hasta entonces defen­ ver con el pensamiento religioso, nada con sores de la revolución- reaccionaron en un la democracia que por definición, en su Manifiesto. Como respuesta, Mario Bene- clave más profunda, no puede, sin destruir­ detti, sin duda expresando el sentir de la se a sí misma, afiliarse a ningún dogma. mayoría de la izquierda uruguaya expresó: “Quienes escriben literatura subersiva Nada marca más una época que la creencia dentro del mundo capitalista, en su mayo­ de grupos, partidos o individuos de encon­ ría dan por sentado que, una vez subvertido trarse en posesión de la verdad, de ser ese orden y reemplazado por el revoluciona­ portadores de la solución del enigma de la rio su misión de subversión estará cumpli­ historia y de encontrar audiencia para reci­ da. Continuar tratando de subvertir un bir su revelación. orden que entonces sería socialista signifi­ caría sencillamente pasar a militar en la En esos periodos es cuando prosperan contrarrevolución. Es una región de míni­ (porque existir siempre existieron), los re­ ma coherencia: sólo los negadores profesio­ presentantes de las totalidades, los cronis­ nales pueden no entenderlo. Dentro de la tas de las certezas indubitables, las águilas revolución cabe perfectamente la literatura metafísicas que de una sola y completa crítica y sobre todo una actitud crítica, pero mirada desde la altura, abarcan la comple­ siempre dentro de la revolución y no fuera jidad de lo real. de ella, como ya lo advirtió Fidel, no ahora, sino en 1961, en sus Palabras a los intelec- Aquellos que con Hegel, piensan “que enJos luales.",3- acontecimientos de los pueblos domina ün fin último” y que en la historia universal hay una razón no sólo empírica sin ética, que ellos -y únicamente ellos - conocen y pueden transmitir a sus fieles. Puesto que su cir­ cunvisión es la de los ángeles, su misión es la de los pueblos de los que se sienten carne, sustancia y futuro.

Su concepción de la justicia es la que debie­ ran sustentar todos los hombres -aunque ellos no lo sepan- y si alguna vez se identi­ fican con una causa concreta, su adhesión es la del converso que hace del fanatismo la señal cotidiana de su entrega sin condicio­ nes.

Esa fue, a izquierdas y derechas la cultura política y no política de los años sesenta en el Uruguay y exacerbada al límite la de su trágico epílogo en los setenta, cuando al arma de la crítica lo sucedió la crítica de las arm as.

Para sólo citar un caso en la izquierda, de ese clima de certezas encontradas, valga la reacción -que es prototípica- y que dudo

“Benedetti, Mario, MARCHA, N°1546, 4 de junio de 1971. Todo está aquí, la subordinación del arte a identificadas con el mesianismo, apostaron la política, la obsecuencia ante el lider revo­ a la salvación castrense. lucionario que advierte a los escritores su lugar en el proceso, la descalificación de los Ya por la mística del honor y del rescate de inconformistas como “negadores profesio­ la nacionalidad agredida, ya por la ilusión nales", la revolución como un bien absolu­ de que la lucha de clases atravesaba el to, que no admite un afuera, etc. ejército y que la confrontación no era entre pueblo y ejército sino entre pueblo (al que El texto no importa en sí mismo; si aún pertenecían los soldados) y oligarquía, muy interesa es como muestra acabada de una pocos se sintieron llamados a defender la actitud profundamente arraigada en la democracia. Años de denostarla, no habi­ izquierda: la asunción de un sistema de litaban para ese ejercicio. certezas que conforma al pensamiento fundamentalista y la pérdida en él de toda Con la dictadura se cerró un período de un dimensión democrática. Una carencia ori­ cuarto de siglo de historia de la izquierda, ginada en no advertir que los valores -aun transcurrida bajo el influjo de la Revolución aquellos consustanciales a la izquierda, Cubana y de la insurgencia -y la esperanza- como la libertad, la justicia y la solidaridad- tercermundista. sólo pueden implementarse imperfecta­ mente sobre la tierra y que en cualquier Socialistas y comunistas con el aporte de caso esa práctica instituyente es obra de otros grupos más tarde, se enfrentaron hombres, hasta donde la quieran y cómo la desde su posición de minorías a la emergen­ quieran. Ese y no otro es el secreto último de cia de un pensamiento conservador y pro­ la democracia, un secreto que la izquierda gresivamente autoritario. Tuvieron más confundiendo medios con fines, terminó éxito en la defensa de los valores de solida­ por abandonar. ridad y justicia y en la organización de los más débiles, que en su empeño por preser­ Cierto es, por cierto que sí lo es, que la var libertades e instituciones públicas, en actuación de los últimos gobiernos, la evi­ las que en gran medida no creían. dente parálisis de las instituciones y la creciente desesperación ante la suerte de El fundamentalismo ideológico de la iz­ los marginados que el sistema creaba -y quierda y su ilusoria creencia de que las crea- en número creciente, no alentaba al bases del socialismo coincidían con la pro­ pensamiento democrático de la izquierda. piedad estatal a la soviética, donde por Tampoco lo hacía el fundamentalismo de añadidura se estaría construyendo el socia­ signos opuestos, que propiciaba una con­ lismo, constituyeron su mayor desventura. frontación que nunca ignoró se resolvería en su favor.

La aparición en la izquierda de grupos guerrilleros, que ni siquiera apelaban a un proyecto ideológico -por más que interna­ mente se sintieran los depositarios de la historia verdadera, en una suerte de poten­ ciación del fundamentalismo ambiental- en nada contribuía a la distensión que no muchos querían.

La creación del Frente Amplio en 1971, con un proyecto que si por un lado constituía una reacción de autodefensa frente a los desbordes de la derecha, por otro recogía, pese a ciertos recaudos, un programa enmarcado en la ideología revolucionaria clásica, en poco alteró una dinámica enfila­ da hacia el abismo.

Cuando en 1973, el ejército irrumpió en el escenario, izquierdas y derechas, ambas deutschland über alles!

agapito maestre* T -1—J a futura Alemania unida constitui­ aquella simpleza que intenta hacemos cre­ rá en un futuro próximo la mayor amenaza er que las suspicacias ante la inminente para la integración política y económica de unión alemana harán resurgir el naciona­ la Comunidad Europea. Sin embargo, para­ lismo germano más violento. La incompren­ dójicamente, los gobiernos y autoridades sión de las naciones occidentales antes las políticas europeas muestran un optimismo expectativas de los alemanes fue, según la tan exagerado ante el proceso de unifica­ interpretación de Keynes, la explicación del ción de las dos Aleinanias que, si no me surgimiento y desarrollo del Nacional-so­ equivoco, pudiera ser más fruto de una cialismo. Esta controvertida hipótesis del táctica cínica que de un análisis sosegado pasado sime actualmente a políticos como de la realidad. Efectivamente, más allá del Kissinger, y a mil y un comentarista político mensaje retórico del conservador Kohl que le siguen en su diagnóstico, para esca­ acerca de que la unificación alemana se motear los problemas decisivos que están llevará a cabo en el proceso de integración detrás de la cuestión alemana. Unos pro­ europeo, un minimo repaso a determinados blemas que, desde que gobierna el país la acontecimientos ideológico-culturales en coalición de conservadores y liberales, más los últimos años en la REA, así como una allá de resolverse han venido a sumársele rápida prospectiva al modelo económico otros nuevos, que como intentaré mostrar a expansionista alemán, hará comprensible lo largo de este trabajo son la expresión de no sólo los recelos intelectuales sino un una crisis encubierta de legitimación del cierto malestar cultural en los ciudadanos sistema político de la República Federal de europeos ante la Alemania que viene. Alemania.

Se trata, pues, de justificar sin alarmismos Tres líneas fundamentales de investigación catastrofistas ese pesimismo, para lo cual podrían escudriñarse para justificar ese nada mejor que comenzar descalificando pesimismo que muestran algunos grupos intelectuales en la propia RFA y en Europa * Agapito Maestre es miembro del Instituto de en general. En primer lugar, en el ámbito Filosofía del Consejo Superior de Investigacio­ ideológico cultural, y más concretamente nes Científicas. en la esfera de la historiografía alemana, se debe analizar hasta qué punto el revisionis­ 1982, que accede al gobierno la coalición mo histórico de la derecha alemana consti­ liberal-conservadora, ha limitado ese deba­ tuye no sólo un elemento decisivo en una te a los estrechos márgenes de una posible nueva autointerpretación de un Estado conciencia histórica de los alemanes como surgido de la II Guerra Mundial, sino una donadora de sentido de todos los problemas ruptura decisiva en la cultura política de los alemanes. Asi, para Stürmer, famoso histo­ años ochenta de la RFA. En segundo lugar, riador de Erlangen y consejero del canciller podría vincularse el objetivo último de este Kohl, la historia depende de quién la inter­ revisionismo histórico, que no es otro que preta: "La historia permite indicar la identi­ resucitar un patriotismo alemán, eliminan­ dad. Si nosotros no conseguimos ponemos do cualquier “sombra de nazismo", al surgi­ de acuerdo sobre un plan de enseñanza miento de un nuevo nacionalismo producto elemental de la cultura, que siga creando del famoso modelo económico alemán de continuidad y consenso en el país , y que postguerra. Y, finalmente, es posible di­ reencuentre la mediday el centro del patrio­ señar, en función de los resultados de los tismo. entonces la RFA podría haber sobre­ análisis anteriores, las dos principales pro­ pasado la mejor parte de su historia”. La puestas de unificación de los dos estados verdad y los métodos crítico-científicos alemanes que, a su vez, corresponderán a para alcanzar la verdad histórica importan las dos interpretaciones más importantes poco para este historicismo, lo decisivo es el de la Ley Fundamental de Bonn. Me centra­ efecto político: “Unicamente quien llene el ré en el primer punto propuesto. recuerdo, marque los conceptos e interpre­ te el pasado ganará el futuro".Si se tiene en Revisionismo histórico cuenta, según mantienen los conservado­ res, lo necesitada que está la RFA de esa A diferencia de Norteamérica y Francia, el donación profunda de sentido, que en la surgimiento del estado moderno en Alema­ sociedad postindustrial ya no puede ofrecer nia no fue un instrumento de la ilustración la religión, entonces se entenderá mucho y de la revolución, sino que siempre fue mejor la función de la historia como direc­ visto como la encarnación mistificada de la triz de la vida pública. Efectivamente, sólo la contrailustración y de la contrarrevolución. nación y el patriotismo o mejor dicho, la La república democrática nunca fue la historia que llena de sentido a la nación y al manifestación de un acto de liberación sino, patriotismo pueden sustituir a la religión. como ha expresado J. Seifert, un tributo de derrotas -piénsese en la República de Wei- La historia, pues, como sustituto de la mar o en la actual República Federal como religión sintetiza con fidelidad el programa productos de la I Guerra Mundial y de la II de ofensiva ideológica llevado a cabo por Guerra Mundial, respectivamente-. Seme­ el gobierno de Kohl para crear identidad jante concepción autoritaria del estado nacional y consenso político. Mas como constituye, todavía hoy, uno de los lastres la historia sólo adquiere su especificidad más pesados de la RFA. Habermas ha sin­ con el historiador, a éste le compete una tetizado muy bien ese malestar al decir: “En tarea política decisiva, e incluso casi mili­ estos decenios se ha formulado una con­ tar: debe ocupar el campo de batalla ciencia do una claridad casi meridiana de enemigo y llenarlo con contenidos política­ que nuestra república, a los cuarenta años mente orientados. De ahi que sea en el de su existencia, sigue teniendo los pies de ámbito histórico donde se produce la mayor bañ o y de que hay que defenderla frente a fractura en la cultura política de la RFA, quienes no se avergüenzan de decir que hay especialmente las discusiones sobre la his- excesiva democracia". torización del período nazi han puesto en evidencia que no sólo ha finalizado la etapa del consenso antifascista explícito entre las fuerzas políticas dominantes de la RFA, sino que también ha sido puesto en cues­ Í e las palabras de Habermas se de­ tión lo que hasta finales de los setenta fue duce que la famosa cuestión alemana úni­ considerado un consenso tácito entre las camente puede resolverse en la “cuestión fuerzas de la derecha y de la izquierda, a democrática", pero, al margen de cómo se saber, únicamente a partir de la apropia­ resuelva este complicado asunto no sólo ción crítica del pasado se podría crear una para Alemania sino para toda Europa, la conciencia nacional. Auschwitz jamás po­ derecha alemana, especialmente a partir de dría ser justificado. la guerra fría. La teoría de la dictadura totalitaria sugería que el fascismo en gene­ Q ral, pero sobre todo el nacionalsocialismo, in embargo, en la última década ha no podía ser concebido como un género proliferado un tipo de historiador conserva­ absolutamente excepcional, sino que era dor-académico dispuesto a legitimar horri­ una manifestación entre otras de un fenó­ bles tradiciones, a la par que ofrece directri­ meno más amplio y siniestro, llamado tota­ ces ideológicas que ponga un punto final al litarismo del siglo XX. Esta linea de inter­ período que va de 1933 a 1945 con el ánimo pretación fue inmediatamente aceptada de estimular y reforzar, a través dé “una por casi todos los historiadores alemanes sana conciencia de identidad y una sana que jamás habían abandonado sus cáte­ conciencia de la historia nacional, las fuer­ dras por la llegada de Hitler al poder. Por zas autoaflrmadoras del pueblo". Mas, fren­ supuesto, algunos de estos profesores, te a ese “pasado que no quiere pasar" del efectuaron considerables modificaciones conservador Nolte, no parece fácil hallar respecto a lo que enseñaron antes de 1945, una solución o punto final de la época pero siempre les resultó bastante fácil nacionalsocialista, porque, como ha co­ adaptarse a la nueva teoría porque su con­ mentado inteligentemente Dubiel, esta cepción nacional conservadora de la histo­ mentalidad desactivadora del recuerdo ria apenas variaba con esta interpretación. peligroso tiene los mismos problemas que Lo que más les interesaba de la interpreta­ aquellos que buscan un vertedero para los ción americana era el acercamiento entre residuos nucleares, a saber, no encuentran las formas de gobierno del nazismo y del un cementerio seguro donde enterrarlos. bolchevismo. Muy pronto comenzaron a equiparar el Lager con el Gulag; más tarde, Ciertamente, desde el fin de la II Guerra en los años ochenta, se irá más lejos y Mundial, la Escuela Histórica Alemana ha Auschwitz será interpretado como una pasado por distintos avatares, pero todo respuesta a cualquier posible Gulag. ellos se caracterizan por un procesó de adaptación a la línea de autocomprensión oficial de la RFA. Ello obedecía a razones de tipo táctico y a características teóricas de la propia historiografía alemana tradicional. EM J t sa vulgar equiparación de la teoría Respecto a las primeras, hay que recordar de la “dictadura totalitaria" embellecida con que gran parte de los historiadores alema­ alguna declaración “antifascista", constitu­ nes antes de la guerra estuvieron ligados a yó la más firme plataforma ideológica para los intereses del Estado autoritario, prime­ aislar y criminalizar cualquier pretensión ro, y, después, al Nacionalsocialismo. En izquierdista en la RFA, a la para que se todo caso, la historiografía académica ale­ reforzaba el tradicional anticomunismo, mana refleja bastante bien las contradic­ seguido del desprecio por los intelectuales ciones y relaciones de poder en la RFA, y los judios, que desde los tiempos del especialmente si se observa con un mínimo Imperio, como diría Habermas, ha ejercido detenimiento las interpretaciones que ha una gran fuerza de atracción sobre el espí­ llevado a cabo del nacionalsocialismo. ritu de los alemanes. Dentro de la tradicio­ nal continuidad, ya postulada por F. Mei- Hasta la década de los ochenta, la historio­ necken en su Deutschekatastrophe (1946), grafía conservadora alemana aceptaba la de la historia alemana, el III Reich era un inhumanidad del régimen nacionalsocialis­ paréntesis, obra única de un seductor ta, y si bien se reconocía esta singularidad, demoniaco que impuso al pueblo la peor de ella era concebida como una inhumanidad las tiranías. De este modo, indirectamente, más dentro de una amplia corriente antide­ se disculpaba de sus responsabilidades a mocrática del período de enlreguerras y de las élites políticas y económicas, de amplia postguerra. Esta reserva de los conservado­ orientación conservadora, en el surgimien­ res procedía de una nueva interpretación to y estabilización de la dictadura nacional­ del fascismo surgida inmediatamente des­ socialista. Después de todo, estas élites pués de la II Guerra Mundial, y que obtuvo podrían argumentar que ellas no hacían desde EEUU y a través de la obra del otra cosa que obedecer los “sacrosantos" conservador Brzezkinsky, Totalitarian Dic­ dictados del Estado. Este era el momento tatorship, su mayor divulgación mundial, oportuno en el que los historiadores conser­ alcanzando un gran éxito en el contexto de vadores utilizaban los mejores argumentos de su propia tradición: el historicismo, que do todos los instrumentales crítico-científi­ se adaptaba bastante bien a la teoría de la cos a su alcance, el historicista afirmará dictadura totalitaria. que en el proceso histórico aparecen una multitud de historias aisladas singulares, cuyo sentido no se puede reconocer. “De ningún modo científico se podría hablar de dónde y a dónde va la historia". (Erdmann). E* fectivamente, los distintos progra­ m as de reestructuración histórica que ha llevado a cabo el pensamiento conservador en Alemania siempre han estado inspirados por la batalla política iniciada por el histori­ EA, stas últimas palabras del presidente cismo alemán desde el siglo XIX con la obra de la “Asociación de Historiadores Alema­ de L. von Ranke. Como es sabido, para el nes", entre 1962 y 1967, y presidente del historicismo el sujeto determinante del “Consejo de Formación Superior Alemana", proceso histórico es el Estado, en cuya entre 1966 y 1970, están pronunciadas en acción debe el historiador concentrar toda el año 1970, y suponen la primera reacción su atención. El poder y su desarrollo es la de la historiografía académica contra los esencia del Estado, de ahí que éste se métodos y técnicas de las ciencias sociales defina, sobre todo, en la política exterior y en el ámbito de las ciencias del espíritu. La en la guerra. El Estado, pues, jamás puede primera reacción, pues, contra los cambios ser culpable de nada porque sigue su fin institucionales y académicos producidos existencial que no es otro que el afán de en la RFA como consecuencia de las revuel­ poder. Pero, además, y esto resulta insupe­ tas del 68 es una reacción contrailustrada rable para los obedientes seguidores del en la que poco importa la historia como Estado nazi, el Estado representa la etici- ilustración, es decir, la reflexión hermenéu­ dad (Sittlichkeit) del pueblo, convirtiéndose tica sobre los métodos para conocer e inter­ en un fin en sí mismo por encima de los pretar el pasado críticamente. Antes al individuos. Por este camino, como han contrarío, se trata más bien de una “cons­ puesto en evidencia los trabajos más re­ trucción narrativa" que. al margen de lo cientes de historiadores como Nolte, Hlll- verdaderamente sido, cortada, como dice gruber, Gillessen, Hofmann, Fest, Hílded- Habermas, al talle del propio colectivo, brand y otros, muy ligados todos ellos a la pueda suministrar perspectivas de futuro política conservadora de Kohl, ya no se orientadoras de la acción, a la par que relativizan los crímenes nazis, sino, algo puede cubrir la necesidad de afirmación y mucho peor, se banalizany se le contextúa- autoaflrmación nacional. Una vez más, el liza en un ámbito de normalidad al margen conservadurismo nacionalista cede el de las poblaciones, de los intereses sociales puesto de las pretensiones de explicación y, en general, de las fuerzas políticas que teorética a la mera, si no falsificadora, habían sostenido y desarrollado el régimen exposición narrativa de los acontecimien­ de Hitler. tos.

EJL xiste una segunda razón por la que F-A. rente a la historia reducida a un juego el historicismo sirve bastante bien para re- en manos de los conservadoras, a uno no le lativizar el nazismo, a saber, uno de sus queda otra alternativa que reclamar la his­ principios afirma que los acontecimientos toria como ilustración, que, más allá de históricos y personalidades son "únicos" y cualquier teleología de “progreso" histórico, “singulares”. De ahí se deriva, primero, que no sólo se negará a hablar de leyes explica­ Hitler y el nazismo son únicos en la historia tivas de la historia, en el sentido del marx­ de Alemania, por tanto no se necesita pre­ ismo más ortodoxo, sino que negará cínica­ guntar por su más que posible continuidad mente la posibilidad de predecir la historia desde etapas anteriores; en segundo lugar, científicamente. Más quien se niegue a se concluye que con la caída de Hitler ha explicar coherentemente los procesos histó­ caído definitivamente el problema; y, en ricos no sólo está renunciando a todo tipo tercer lugar, frente al historiador que pre­ de racionalidad, y con ello a lo mejor de las tenda un mínimo de “explicación", utilizan­ ciencias sociales, sino que se está abando- nando a los poderes de una filosofìa de la aquella, supuesta, exigencia permanente historia de dudosa catadura moral y políti­ por parte de los vencedores de una concien­ ca, anclada, por supuesto, más en intencio­ cia y confesión de culpabilidad. Esta acti­ nes políticas que científicas. tud ganó adeptos con el crecimiento de una generación que no participó en el período nazi, y así no sólo oscurecía la verdad histórica sobre el nazismo, sino que prepa­ raba el suelo para una ideología más reac­ Ei* ^ sas mismas intenciones políticas se cionaria y de corte nacionalista. Justam en­ manifiestan cuando se habla de la “singula­ te aquí, en esta falsa tesis de la culpabilidad ridad” del nazismo, que tiende a diluir la colectiva, fundamenta el nuevo nacionalis­ verdadera singularidad del mismo -una mo su argumentación: el pueblo alemán, mezcla explosiva de estatismo autoritario, como cualquier otro, tiene buenas razones debilidad de la burguesía y poder de las para desarrollar y reconocer su identidad élites tradicionales- al considerar que fue nacional; por tanto, ha de ponerse fin a esos todo el pueblo alemán el culpable del nacio­ continuos reconocimientos y confesiones nalsocialismo. Esta extraña tesis, frecuen­ de culpabilidad. temente vinculada al reconocimiento de un carácter nacional alemán, sirvió muy bien para cubrir determinadas lagunas ideológi­ cas del conservadurismo alemán, porque, por un lado, se pudo suprimir la sospecha EM n el período de los ochenta, la ofen­ de culpabilidad de las capas dirigentes, que siva ideológica iniciada por el gobierno de todavía en Nuremberg habían estado en el Kohl tiene su objetivo final en la creación de banquillo de los acusados, aunque muy una nueva autoconciencia nacional, que pronto ocuparon cargos de responsabilidad tendría, por un lado, en los rendimientos en la RFA; pero, por otro lado, y esto sí que económicos y tecnológicos del modelo de la ha resultado efectivo para reprimir determi­ RFAy en el oluido del nazismo, por otro, sus nadas reivindicaciones socio-políticas de mejores puntos de apoyo. Sin lugar a duda, corte progresista, culpabilizando a todo el el nacionalismo alemán casi siempre fue la pueblo se ponía en danza una sospecha cobertura ideológica del expansionismo general contra cualquier actitud popular económico-militar y, ahora, por razones que exigiese, de un modo u otro, "más obvias, únicamente económico; por tanto, democracia". Así, el nazismo era interpreta­ sería Ingenuo pensar en un nuevo naciona­ do como el resultado de un superávit de lismo alemán sin el apoyo económico. Más democracia, que había sido introducido en lo que sí supone un nuevo paso cualitativo Alemania bajo la presión de la calle y de las respecto de la cuestión de la superación del fuerzas occidentales, al que era necesario pasado es el olvido propuesto por el gobier­ poner límites. Por este camino, en los años no de Kohl y, en general, por la historiogra­ sesenta y setenta en la RFA, el poder estatal fía revisionista y el pensamiento neoconser- fue fortalecido en contra de determinados vador alemán, que en algunos casos tende­ derechos ciudadanos. Esta posición ideoló­ rían no sólo a relativizar y poner entre gica alcanzó, en 1972, su punto culminante paréntesis el período nazi, sino a legitimar con la aprobación en el Parlamente de la y culpabilizar a los otros de los crímenes Radikalenerlass, que prohibía ejercer una nazis, como intentaré mostrar más tarde. profesión por motivos ideológicos. La voz de salida de esta nueva estrategia fue dada por el renegado socialdemócrata H. Así pues, esa descabellada tesis que culpa- Lübbe, quien en el Congreso celebrado en el biliza a todo el pueblo alemán del nazismo, Reichstag, con motivo del cincuenta aniver­ iricapaz de distinguir entre culpa indivi­ sario de la subida de Hitler al poder, el 30 de dual y responsabilidad colectiva, ha sido enero de 1983, mantenía que “callarse so­ muy bien utilizada por el neofascismo de los bre el fascismo constituía la base necesaria años sesenta y por los actuales republica­ de la consolidación política y de la reconci­ nos, sin descartar los grandes provechos liación hacia el interior de la RFA". Callar­ que de ella ha sacado y continúa sacando el se “comunicativamente" sobre el pasado gobierno de Kohl. Efectivamente, esta teo­ nazi era par Lübbe el primer deber del ría ha logrado calar en amplios sectores de ciudadano de la RFA, ese silencio, pues, y la población alemana, que dirigidos por la no el recuerdo crítico y antifascista del propaganda conservadora se defiende de pasado, debía “marcar un cierto estilo y un

cuadernos de marcha medio psico-político y social para transfor­ primera república alemana, la República de mar a nuestra población de la postguerra Weimar, fue considerada, por lo menos en la ciudadanía de la RFA". hasta después de la Democracia de los Cancilleres, una experiencia abocada al La línea abierta por Lübbe sobre la inter­ fracaso, cuyo desarrollo interno, reducido pretación del período nazi constituye el a una “democracia de papeletas de voto" comienzo de una ruptura decisiva en la (;Stimmzetteldemokratie), la habría llevado cultura política de la RFA- El adversario desde una etapa de libertad hasta el totali­ ideológico de la RFA ya no es el nazismo, tarismo. sino el antifascismo, siempre dirigido, según los conservadores por el comunismo. Ya no se trata de revisar la concepción de la historia, sino falsificarla; ciertamente, el re­ Q visionismo de las décadas anteriores a los in embargo, desde los años sesenta ochenta condenaba, lo cual ya era algo, el en adelante se abre una línea de investiga­ racismo, el antisemitismo, los campos de ción histórica que se centra en la estructura concentración y la guerra de agresión interna del sistema de dominación nazi, comenzada en el 39 por el III Reich, pero buscando antes que nada aquellos factores ahora se trata de falsificar y colorear la políticos y sociales más alejados que posibi­ sangre, el terror, la guerra, el genocidio, etc. litaron la toma del poder por parte de los Precisamente éste es el punto donde debe nacionalsocialistas. Esta corriente de in­ situarse el punto de partida del famoso vestigación1, especialmente desarrollada debate de los historiadores : ya no se trata en los ámbitos de la historia social y de la de la rehabilitación de un componente historia de la vida cotidiana, acentúa no ideológico del fascismo o del nacionalismo, sólo la continuidad de los objetivos bélicos sino de una valoración total del mismo. El en la historia de Alemania, es decir, la gobierno de Kohl ha seguido la línea de continuidad de objetivos entre la Primera y Lübbe: “Mejor no hablar de ello". Pero antes la Segunda Guerra Mundial, sino que si­ de entrar en esta cuestión, auténtico caba­ túan al nazismo en la continuidad de la llo de batalla para la futura Alemania, seria evolución económica, social y política de conveniente hacerse eco de otra línea de Alemania desde mediados del siglo XIX, interpretación ilustrada del fenómeno nazi, especificando las fuerzas y clases sociales contra la que ha reaccionado el revisionis­ que favorecieron la extensión del partido mo contemporáneo. nazi, a la vez que indagaba los débiles lazos de Alemania con la tradición parlamentaria Democratización frente y racionalista de la Europa occidental2. a nacionalismo

Las prioridades impuestas por la normali­ zación de la vida cotidiana en la postguerra impidieron, en el mejor de los casos, un T J a imágen de la historia alemana de auténtico análisis de los orígenes sociales, corte nacionalista, que interpretaba el na­ políticos y económicos del nacionalsocialis­ cionalsocialismo como un hecho aislado, mo. En el peor de los casos, esas priorida­ tembló por vez primera, en los años sesen­ des, junto a la política exterior desarrolla­ ta, con las investigaciones de F. Fischer3 y da por EEUU contra la URSS, hicieron posible tal y como estoy analizando aquí, no sólo una falsificación de los orígenes del nazismo, sino de su propio desarrollo. Esa imagen falsificada pretendía, sobre todo, 1 Aquí se podrían citar autores como Kocka, presentar al nazismo como un hecho aisla­ Wehler y Rosenberg, pero también autores do, al margen de la continuidad de la histo­ marxistas de corte ortodoxo comp R Kuehnl, A. ria alemana, e interpretado como un poder G alkin y M. Vajda. extraño inducido desde fuera. Así, por * D. GRÖH: Le Sonderweg de l' historie alleman­ ejemplo, para los conservadores hubiera de: Mythe ou réalité? en Annales E. S. C. 38-2- sido imposible la “toma del poder" por Hitler 1983, págs 1166-1187. sin los efectos de la crisis económica mun­ dial y el consecuente paro masivo de los 3 Cfr. F. FISCHER Griff nach der Weltmacht primeros años treinta. Por lo demás, la Duesscldorf, 1961. su escuela. Efectivamente, esa imagen Ese corte alcanzó en los años setenta un encamada por la concepción histórica de significativo carácter crítico. Valga la pena la CDU-CSU, que pretendía rescatar “mil recordar las enseñanzas de auotres como años de sana historia alemana” al margen H. U. Wehlwer, J . Kocka, W. J . Mommsen, del nacionalsocialismo, defendió siempre H. Mommsen, M. Broszat, K. Paetzold, etc. que el ascenso del nacionalsocialismo era Todos estos trabajos incidían más en la la consecuencia de la acción conjunta de historia social que en la política; resultaba los resultados del Tratado de Versalles y la impresionante, por ejemplo, la investiga­ crisis económica de la época de Weimar. ción de Kocka sobre los trabajadores de la Sin embargo, a partir de los materiales fábrica Siemens, auténtica primicia en la encontrados en los archivos estatales, Fis- RFA sobre las clases sociales, o los no cher y sus discípulos pudieron vincular los menos enjundiosos análisis de Wehler objetivos expansionistas de los medios fi­ sobre las funciones y las formas de la polí­ nancieros alemanes con los del gobierno y tica bismarckiana y su posterior influencia los del estado mayor del ejército. Por ahí se en la vida política y social de Alemania. En pudieron comprobar las continuidades este clima intelectual, comenzaron a ser entre los objetivos de Guillermo II y de importantes las investigaciones sobre el rol Hitler, es decir, el imperio bísmarckiano y del capital en la destrucción de la República su objetivo de eliminar media Europa era el de Weimar, el asentamiento de la dictadura antecedente directo del nacionalsocialis­ fascista y el papel del ejército en la realiza­ mo. Pocos años más tarde también se pudo ción de la politica fascista. Especial aten­ comprobar que las capas dirigentes de ción se le prestó a la realidad del trabajo Bismarck fueron las que arruinaron la forzado, a la historia de los campos de democracia de Weimar y se unieron al Par­ concentración y al papel de la industria tido Nacionalsocialista; de este modo la iz­ durante la guerra. quierda tuvo ocasión de plantear con serie­ dad un debate sobre las cáusas socioeconó­ micas de la disolución de la República de Weimar y la creación de la coalición conser­ vadora y nacionalsocialista de 1933^ JL.P aralelamente a ese desarrollo cientí­ fico, en las dos últimas décadas hubo una No cabe la menor duda que ese tipo de creciente concienciación democrática ante estudios fueron, por un lado, un acicate el fascismo, puesta de relieve, por ejemplo, para recuperar tradiciones que habían sido en la movilización y protesta generalizada estigmatizadas por la derecha, especial­ cuando, en 1979, el ya fallecido derechista mente la República de Weimar, que de ser F. J. Slrauss fue propuesto como candidato considerada, en la inmediata postguerra, a la cancillería de la RFA. Del mismo modo un experimento condenado al fracaso des­ optimista deben ser consideradas las dis­ de sus inicios, después del éxito económico tintas movilizaciones contra el estaciona­ y político de la democracia de los cancilleres miento de los misiles de alcance medio en la pasó a ser un referente, aunque muy com­ RFA, el fuerte movimiento pacifista en los plementario y siempre por debajo de la primeros años ochenta, la pérdida del superioridad de la República de Bonn, de monopolio de algunos partidos tradiciona­ legitimación de la República Federal. Pero, les, etc. En general, la RFA alcanzó en ese por otro lado, ese tipo de trabajos, entre los período un nivel democrático significativo que también cabría recordar los de la Teoría en el orden científico y político. En resumen Crítica o los desarrollados en EEUU por se podría decir que durante la década de los Hans Rosenberg, constituyeron, junto a la sesenta y setenta el pensamiento conserva­ revuelta estudiantil del 68, un corte en la dor perdió credibilidad, especialmente en la visión de la historia del Tercer Reich que, órbita de la historiografía que cedía puestos como ha visto muy bien Mommsen, consi­ ante la ciencia social y, sobre todo, frente a guieron que “la sensibilización frente a la herencia nacionalsocialista se abriera paso cada vez más, en la conciencia política de las generaciones más jóvenes, que pronto comenzaron a reprochar abiertamente a la * Cfr. H. MOMMSEN: Aufarbeitung und Verdaen- generación paterna su negativa a acusar, gung, pags 74 a 88, en Ist der Nationalsozialis­ su indiferencia moral y su oportunismo mus Geschichte? Herausgegeben von Dan Diner. político4". Fischer, Frankfurt/M. 1987. . N agapito maestre

la ciencia política, que, fuertemente enrai­ mendado, desde el punto de vista pedagógi­ zada en las tradiciones intelectuales de EE co, en la escuela, Fest mantiene que el error UU, era considerada como una “ciencia capital de Hitler consistió en que la guerra democrática". La historia de corte conser­ contra la URSS no movilizó a todas las vador quedó, finalmente, enfrentada a la fuerzas europeas a su favor. El segundo sociología. Esta se presentaba, una vez libro es obra de otro periodista, S. Haffner, más, como ciencia emancipatoria, consti­ escrito en 1978, fue lanzado también con tuyéndose en elemento vertebral de una gran publicidad, y valora, por encima de historia de las ideas donde las dimensiones todo, muy positivamente el milagro econó­ histórico-estructurales y sociales predomi­ mico durante la época de Hitler. Pero aun­ naban sobre aquel otro tipo de historia cen­ que estos dos libros fueron muy criticados trada en las acciones más importantes de por los especialistas, a excepción de Hilde­ los estados. La hegemonía ideológica del brand e Hillgruber -dos de los historiadores conservadurismo había sido puesta en claves en la rehabilitación moral del nacio­ cuestión no sólo política sino científicamen­ nalsocialismo en las años ochenta-, que los te. La derecha tenía que desarrollar nuevas celebraron muy positivamente, lo decisivo estrategias para defenderse de esa oleada es que aparece en ellos, desde un anti­ progresista, su reacción no se haría espe­ bolchevismo de base, una nueva valora­ rar. ción positiva del período nazi, que resultará decisiva para la ofensiva conservadora de los ochenta y de la que Kohl hace gran gala no sólo cuando compara a Goebbels con Gorbachov, sino también cuando en las ahí que, simultáneamente al desa­ reuniones sobre la unificación alemana ya rrollon de esas tendencias democráticas, se no habla de potencias vencedoras en la II manifestase una contraofensiva conserva­ Guerra Mundial, sino de países signata­ dora que en el orden historiográfico, retro­ rios. traía sus intereses históricos a los siglos XVII y XIX, intentando recrear una concien­ cia nacional germano occidental apenas t ? existente, siempre partiendo de ese orgullo nacional obtendio gracias al famoso mila­ i J n este contexto, el 24 de julio de gro económico alemán de postguerra. Así 1980, el FAZ publica por pirm era vez un pues, en contraste con la actitud de los artículo de E. Nolte que pasa desapercibido, ciudadanos, la derecha apuesta por un pero que posteriormente , en 1986, consti­ nacionalismo encerrado en los viejos idea­ tuirá la base de una tesis que hace depen­ les del Estado autoritario. Se contraataca, der el nazismo del bolchevismo: “¿Acaso los pues, intentando crear una infraestructura nacionalsocialistas y Hitler cometieron un ideológica y científica que fundamente la acto asiático sólo porque se sintieron como política que, posteriormente, llevará a cabo víctimas potenciales o reales de un acto el famoso gobierno del “cambio" a partir de asiático?". 1982. Un importante número de periódi­ cos, revistas, editoriales, publicacions aca­ Sin embargo, quien señaló el verdadero démicas y congresos de historiadores e punto de arranque del conocido debate de intelectuales se ponen al servicio de ese los historiadores fue, como decía más arri­ objetivo "nacionalista”, que tendrá en pre- ba, H. Lübbe. Se trata de una valoración, si i sentar a Hitler y a su sistema con un rostro no rehabilitación, total de nacionalsocialis­ ' más humano una de sus tareas más impor­ mo. Globalmente visto, el nacionalsocialis­ tantes. mo representó los verdaderos intereses de Alemania e incluso de Europa. Entonces como ahora, luchó contra su verdadero enemigo, el Este. A partir de ese enjuicia­ miento se pierde de vista la atrocidad del L a s dos obras más representativas de crimen nazi y la fecha del 8 de mayo de 1945 este período en la RFA son dos libros sobre no significa la liberación de Alemania sino Hitler. El primero es de J. C. Fest, editor del la derrota de toda Europa. Las potencias influyente diario Frankfurter Allgemeine aliadas con la URSS se situaron en la parte Zeitung, titulado Hitler, West-Berlin (1973), falsa. ¿Seguirán aquéllas en el futuro a la fue en su época un best seller y muy reco­ actual Alemania? Unificación alem ana y debate dora de posiciones historiográficas. de los historiadores Mommsen lo apreció certeramente al reco­ nocer que, después de haber alcanzado la Con la consigna un nuevo nacionalismo REA un enorme peso económico y militar - alemán, el gabinete de Kohl abrió, segura­ sólo carece de la bomba atómica-, se trata mente sin pretenderlo, un debate decisivo de una reestructuración de la derecha a sobre un período de la historia contemporá­ nivel de pensamiento histórico-político, nea, que puede oscurecer o alumbrar el pues, a diferencia de lo que sucede en el presente no menos que el futuro. El debate, campo económico y político, la reestructu­ pues, sobre la historización, o mejor, la ración en ese nivel se produce a un ritmo relectura del pasado nazi ha pretendido ser más lento. Con ello puede explicarse el zanjado ya varias veces por los conservado­ por qué este debate acerca de la con­ res alemanes; por ejemplo, el cardenal ciencia histórica de los alemanes surge en HoeíTner de Colonia exigió un punto final un momento caracterizado más por el es­ sobre el fascismo: “No deberíamos cargar­ tancamiento político que por un cambio nos con la culpa pasada y una injusticia acelerado6 **, fiel reflejo de una crisis latente mutuamente causada de forma torturan­ de legitimación política, a la que actual­ te". Sin embargo, la historiografía crítica y mente la derecha intenta ponerle remedio la cultura ilustrada alemana no sólo han paradójicamente, adaptándose, cuando no cuestionado aquella cultura del olvido que imprimiendo un ritmo endiablado, al pro­ preconiza Ltlbbe, sino que no desea poner ceso de “unificación-anexión” de las dos punto final a un asunto donde parece defi­ Alemanias, provocado por los cambios en nirse el futuro de Europa y, por supuesto, los países del Este. Mas dejaré esto para de Alemania. otra ocasión, para retomar algunos argu­ mentos revisionistas del pasado nazi que Las revisiones de las posiciones histo- bien pudieran tener infuencia en las discu­ riográficas en un sentido neoconservaijlor siones sobre la unificación, o mejor, “ane­ son demasiado peligrosas como para dejar­ xión", encubierta de la RDA por la RFA. las pasar. Efectivamente, en el centro de ese debate hay un objetivo poli tico determinan­ La ofensiva de la derecha contra la historio­ te, hoy más acentuado que ayer ante el grafía crítica la centraría en cuatro puntos: proceso de unificación, la creación de un nuevo nacionalismo. El método, evidente­ 19) la leyenda sobre Auschvvitz. Nolte y Fest mente, es, siguiendo al historicismo clásico no sólo equiparan bolchevismo y nazismo, alemán, la historia como “ciencia" directriz sino que hacen depender los campos de ideológica. Tanto el objetivo como el método concentración del Culag soviético. Hillgru- tienen un fin, primero, crear una imagen ber, otro importante apologeta del período histórica que banalice los crímenes del nazi, resumía y suavizaba así la tesis de nazismo y los sitúe en un ámbito de norma­ Nolte: “Singularidad y comparación no se lidad histórica; en segundo lugar, aquellos excluyen. El genocidio de los judíos es sin­ crímenes que no puedan ser ¿analizados, gular si se toma como medida el ‘mundo hay que legitmarlos poniéndolos al servicio occidental’ (...). Pero si incluimos en la de una buena causa; y tercero, si no se comparación a la Rusia bolchevique, enton­ consiguen los dos objetivos anteriores hay ces podríamos decir que el genocidio de los que oscurecer la parte más criminal del kulakos a principios de los años treinta, el nazismo haciendo caso omiso de las estruc­ genocidio de los cuadros dirigentes del ejér­ turas causales que pudieran explicarlo y cito rojo en 1937-38, y el genocidio de los transformar en principios de explicación oficiales y nobles polacos que en septiembre científica lo que no son más que legitimacio­ de 1939 cayeron en las manos de los sovié­ nes de actores históricos5.

5 Cfr. W. F. HAUG: Der hilfose Antifaschismus. n Berlin, 1989, capítulos 5,6 y 7. Cfr. r. Kuehnl on todo, y quizá a estas alturas del (Hrsg): Streit ums Geschichtsbild, Koeln, 1987, trabajo huelgue esta matización, no se tra­ págs. 200 y ss. ta, frente a lo que puedan pensar los más ®H. MOMMSEN: Suche nach der ‘verlorenen Ges­ pesimistas, de una lectura neonazi de la chichte'?, págs. 156 y 157, en líistoriderstreit. historia, sino de una revisión neoconserva- Piper, München, 1987, ticos, no pueden ser valorados de modo que intente exponer lo sucedido desde la distinto que el genocidio en el Tercer Re­ perspectiva de los afectados lo cual es dis­ ich7". Winkler, Habemias, Jaeckel, Kocka, cutible metodológica e ideológicamente, H. Mommsen y Broszat han reaccionado sino que pretenden integrarse dentro de los críticamente frente, sobre todo, a esa difu- esfuerzos de historiadores progresistas, por minación de diferencias entre bolchevismo ejemplo, H. Mommsen y M. Broszat con y nazismo: no sólo queda por explicar en relación a otros campos de la historia del qué medida las decisiones nazis, en rela­ Tercer Reich. La última posición ha sido la ción con el genocidio, hubieran podido más contestada tanto desde el punto de estar influidas por la experiencia bolchevi­ vista científico como político. R. Augstein, que, sino que el antisemitismo hitleriano por ejemplo, el editor de Der Spiegel llegó era anterior a los campos estalinianos. Por hasta el punto de acusar a Hillgruber de lo demás, como dice Jaeckel: “El asesinato nazi constitucional, indicando que si un de los judíos por los nazis fue singular en maestro expresara y defendiera cosas esto: nunca antes un Estado había decidido comparables a las del “gran" historiador y proclamado por la autoridad de su líder Hillgruber tendría que ser expulsado de su responsable que un grupo de hombres, actividad pedagógica. Efectivamente, incluidos viejos, niños y recién nacidos, según Hillgruber, la liberación del 8 de habría de morir, y que esta decisión debería mayo de 1945 no sólo significó la catástrofe llevarse a la práctica con todos los medios de Hitler sino que “toda Europa fue la per­ estatales posibles8". dedora”. Acaso por eso, ahora, el 8 de mayo de 1990, no haya merecido para las autori­ 29) En la línea del libro del filósofo social E. dades alemanas ni un solo recuerdo. En Topisch Stalins Krieg, al redactor del FZAG. 1985, el órgano de opinión de la CSU, el Ba- Gillessen y el director científico del departa­ yemkurier, manifestaba que “celebrar el mento de investigación de historia militar cuadragésimo aniversario del fin de la gue­ de Friburgo, J. Hoffmann, mantienen que rra sería blasfemo e indigno, sería un auto- desde 1941 la guerra contra la Unión Sovié­ rrebajamiento nacional, una idiotez inútil tica no puede ser considerada como una en el sentido de Lenin. Sólo la URSS tenía guerra de agresión sino de defensa. La razones para celebrarlo". Cinco años más debilidad de esa tesis era tan grande que no tarde, con la misma derecha en el poder, el mereció demasiados comentarios por los muro derrumbado, la pronta desaparición historiadores más serios, aunque B. Pie- de dos estados alemanes, gran parte de trow, del Instituto de Historia del Este de Europa entregada al modelo económico Europa de la Universidad de Tubinga, y G. alemán y cierta fiebre nacionalista por las R. Ueberschaer no dejaron pasar la oportu­ calles, Kohl y su gobierno comienzan a nidad para responder. Este último, por imponer ese “silencio callado” del que ha­ ejemplo, recordó que esa tesis ya había sido blaba Lübbe. utilizada por los dirigentes nazis emo ins­ trumento de propaganda y agitación contra A la izquierda europea le quedan pocas la URSS. opciones, sobre todo si continúa agarrada a esa falacia que es la Europa de los mercade­ 39) A partir de los libros y artíclos de A. res, pero si ha de empezar por algo será por Hillgruber, al que siguieron Hildebrandt, la búsqueda de un discurso coherente que Sturmer y otros, se trata de relativizar los comience discutiendo seriamente qué es crímenes de los nazis en el frente del Este, Europa. Comenzando por cuestionar, an­ acentuando los terrores soviéticos y propo­ tes que otra cosa, aquella tesis neoconser- niendo una imagen positiva de los militares vadora que eleva la situación geográfica de alemanes. Lo que da idea hasta qué punto Alemania a categoría determinante del pro­ estas “extrañas” tesis son peligrosas no es ceso histórico mundial. El destino alemán no es sólo el de su geografía, pues sin quitar importancia a esta hipótesis, que comienza 7 A. HILLGRUBER: Für die Forschung gibls es a hacer estragos en el proceso de unifica­ kein Fragebot?, c n Historikerstreit, op.cit. pägs. ción, explica, sin embargo, muy poco si se 235 y 236. compara la historia ten-orifica del Tercer Reich con la de otros países que ocupan una * E. JÄCKEL: Die elende Praxis del Unterstellcr. posición similar geográficamente, pero que, Das Einmalige der nationalsozialistischen Ver­ brechen laesst nicht leugnen cn Die Zeit, 12-9- en ningún caso, comparten con Alemania 1986. historias ideológicas paralelas. entrevista a natalia guinsburg en roma

melancolía final

maria esther gilio

N^ atalia Guinsburg... Primero con­ nas. A las once y veinticinco comenzamos a seguir su teléfono. No es fácil conseguir el subir las escaleras de piedra gris hacia el teléfono de alguien que no quiere que lo último piso de aquel auténtico palazzo con llamen. Cuando finalmente uno lo tiene, y trescientos años de historia que en algún llama, la voz que aparece del otro lado, momento habían dividido en apartamen­ lejana y apática, confirma la sospecha de tos. que esa persona no quería ser llamada y que. más aún, no entiende bien porqué hay Natalia abrió la puertay entramos. Grandes alguien que quiere verla... Sus inflexiones cuadros en las paredes, muebles antiguos, muestran sobre todo incredulidad ante el objetos de arte sobre las mesas, muchos entusiasmo del otro. Algo así como: “Es libros, y revistas por todas partes. Con curioso que usted desee tanto conocerme. amplios pasos Natalia nos señalaba el No lo entiendo”. En los hechos sólo dijo: camino -una mujer en los setenta, alta, “Llámeme el martes a las nueve”. El martes morena, canosa, vestida de oscuro y que a las nueve se mostró sorprendida: “Ah, la apenas sonreía-. periodista. Llámeme mañana a la misma hora", dijo. Y lo repitió uno a uno todos los De pie junto a la chimenea de mármol dijo días subsiguientes hasta llegar a doce. El levantando levemente su mano derecha: día número trece en que pensé que me daría “Fotos no, por favor". Me volví, Flora había una disculpa, y anularía para siempre empalidecido. Desde hacía veinticuatro ho­ jam ás esa entrevista tan poco deseada, dijo: ras sólo hablaba de esas fotos. Pero ahora la “venga mañana a las once y media”. A las modelo decía “no". Se sobrepuso: “No estoy once y quince la fotógrafa y yo esperábamos interesada en primeros planos. No traje en la vereda de enfrente mirando sus venta­ teleobjetivo, no traje flash", -dijo mintien­ do- Esta luz es suficiente". Natalia se enco­ sonriendo, o casi sonriendo-. Prefiero que gió levemente de hombros. Le parecía Irre- se los vea vivir. levante lo que Flora decía, pero debe haber presumido el desencanto que su negativa -¿Habría allí alguna influencia de los objeti- ocasionaba porque dijo: “Bueno", y se sen­ vistas franceses? tó. -No creo, no, no creo. Yo reconozco... he Me miró, miró el reloj. Tenemos media leído, me gusta mucho Cesare Pavese. Que hora", susurró, esbozando su ardua son­ tampoco busca detrás de los actos. Y me risa. De golpe me vino a la memoria una gusta Chéjov, tan anterior al objetivismo entrevista con Clarice Lispector hacía más francés. Me gusta Chéjov, todo Chéjov que de diez años. La misma melancolía, el mis­ tampoco explica. Su ironía, al tiempo que la mo desinterés, debajo del cual, sin embar­ piedad, la humanidad. Los hombres sim­ go, se presentía calidez y cansancio. Ese ples debatiéndose en medio de problemas presentimiento, que había nacido no a tremendamente complejos, y hablo de toda partir de gestos y palabras, sino de una su obra. No sólo de los cuentos, también el mirada que llegaba desde muy hondo, per­ teatro. mitía pensar que, a pesar de la apariencia, la comunicación no era imposible. - Usted ha escrito teatro.

-¿Por qué tanto interés en entrevistarme? -He escrito teatro que ha sido representado. Es importante esa diferencia. No es posible -¿Usted no sabe que en Chile, Uruguay y saber definitivamente si una obra de teatro Argentina es muy conocida? vale o no hasta que se la ve representada.

-Si lo sabía lo he olvidado. -Nunca he visto nada suyo en teatro, pero uí en cine su “Caro Michele“. ¿Le gustó la -Yo pienso que es más conocida aun que versión? Seiascia, el cual no ha sido muy leído a pesar de muy bueno. -En parte sí, y en parte no. María Melato no me pareció bien elegida. Es exageradamen­ -Sí, un escritor excelente. te bella, exageradamente vistosa, toma demasiado espacio. Yo había pensado en - Usted en general, en sus novelas muestra a una persona menos deslumbrante, más en sus personajes inmersos en un mundo don­ el estilo de la gente marginada. Ella tiene de lo político decide conductas, formas de demasiada personalidad. vida. -Muchas veces los escritores dicen que escri­ -No sé si tanto. Claro, cuando uno escribe ben para entender el mundo. Que describirlo busca reflejar no sólo los personajes sino su es entenderlo. entorno. -No. no es mi caso, yo escribo sólo para -Es verdad pero en usted ese entorno tiene comunicarme. No pretendo entenderlo. El siempre una presencia muy viva. Pienso en mundo se ha transformado en algo incom­ “Querido Miguel“, “Todos nuestros ayeres“. prensible. Ya vimos la estupefacción de Sartre, Kafka, Camus frente al absurdo del -Pero esto ocurre con todos los escritores. mundo. No intento entenderlo, no. Sola­ mente describirlo,-dijo, y se distrajo miran­ -Hay escritores que enfocan fundamental­ do el teléfono que sonaba pero que no mente lo interno. atendió. Parecía haber olvidado a Flora que leve como una sombra giraba en puntas de -Yo no hablo jamás de psicología, no co­ pie alrededor de ella sin acercarse nunca a mento psicológicamente mis personajes. más de dos o tres metros. Y también parecía No muestro los mecanismos internos que haberse olvidado de mí, que seguía su determinan sus conductas. Jamás descri­ mirada esperando un gesto de recomienzo. biría hechos de su infancia buscando expli­ El gesto vino finalmente cuando el teléfono car conductas de hoy -dice llevando leve­ dejó de sonar: “Entonces...", dijo. mente la cabeza hacia atrás, como si quisie­ ra alejarse de esa mera posibilidad, pero -Recuerdo un libro suyo donde relata lo que parecen ser experiencias personales. La -No es por esto no, que no escribo. Acabo de búsqueda de una casa para vivir, la vejez. publicar un libro, tengo que tener una Uno podía concluir que la vejez la angustia­ nueva historia que desee contar. No se trata ba mucho. de sentarse y preguntarse a uno mismo ¿y ahora qué cuento? De cualquier modo, -Sí, claro. Yo encuentro que la vejez no es cuando no escribo a menudo realizo una algo alegre. tarea vinculada a la escritura: traduzco.

-Algunos escritores hablan del fracasofinal -Del francés.

Yo no hablo del fracaso pero sí de estar fuera -Sí, sólo del francés. He traducido a Proust, de la vida, fuera del mundo. Es como si la dos tomos, a Flaubert, Madame Bovary. vida con breve empujón nos mandara a un Ahora tengo ganas de tomar a Maupassant desvío que no conduce a ninguna parte. Un al que amo mucho y me parece un poco camino sin paisaje y sin sorpresas. olvidado.

-Pero usted no está fuera del mundo. Su -He visto su firma en algún artículo periodís­ último libro “Mai devi domandarmi" ha pro­ tico. ducido una avalancha de elogios. Crítica y público lo aplaudieron unánimemente. -Sí, escribo a menudo sobre temas que surgen y me interesan. Cosas ocurridas en -Sin embargo ese hecho no nos permite la cámara, hechos de la vida cotidiana que sentir que estamos entre los que mueven el me conmueven. mundo, -dijo y quedó mirando, aunque tal vez sin verla a la mucama que iba y venía, -Muchas personas querrían estar fuera de la preparando la mesa del almuerzo en un vida de la manera en que usted lo está. rincón del living.- Es intensa la sensación de que el mundo sigue adelante sin noso­ -Posiblemente. Qué puedo decir. Se trata de tros. un sentimiento. El sentimiento de haber quedado afuera. -¿Cree usted que el escritor como tal tiene alguna responsabilidad?

-Tiene la responsabilidad de escribir lo mejor posible. Si es un buen escritor su capacidad de renuncia será viva y fuerte. Por más belleza que tenga una frase, por más que lo colme de placer, deberá renun­ ciar a ella si sólo está allí para producir efecto. Ahora... que luego, como persona, él sienta que hay una responsabilidad... ese es otro discurso. Se trata de su responsabi­ lidad como ser humano, no como escritor. La persona puede, como tal, comprometer­ se con esta o aquella idea, el novelista no debe hacerlo.

-Es importante que usted lo diga, ya que es diputada. El compromiso personal existe.

-Sí, aunque debo decirle que no soy un ser político. Voy, voto... Todo eso me lleva su tiempo. Pero no me apasiona no, el Parla­ mento. Aunque lo haga lo mejor que pueda. He sido designada dos veces. Cuando ter­ mine esta legislación, basta.

-¿Es por esto que no ha comenzado aún otro libro? -¿Sí tuviera que salvar de la destrucción a profundas. A veces en esos materiales des­ uno sólo de sus libros cuál seria el elegido? conocidos encontramos las revelaciones más deslumbrantes. -Léxico familiar. Ahí están personas que he amado y que han muerto. Mí madre, mis -¿Cuándo se dió cuenta de que era una hermanos.-dijo echando una rápida mira­ escritora, que su más importante trabajo en da a algunos retratos sobre la chimenea- la vida era escribir? Sín duda ese sería el libro que salvaría. Allí están las voces, los gestos de las personas -Usted dice con mucha seguridad que mi que formaron parte de mi vida. más importante trabajo en la vida es escri­ bir. -Usted, seguramente ha vuelto a leer por lo menos algunos de sus viejos libros, cuáles -Usted puede desmentirme. son los cambios que registra en ellos, las diferencias entre aquellos primeros y los que -No, no la desmiento, a pesar de que no lo vienen luego? sé. No sé si este es mi más importante trabajo en la vida. Pero le diré que yo -No registro más cambios que los que co­ empecé a escribir cuando era muy pe­ rresponden a la edad. Los primeros son queña. Cuentos, historias. En la adolescen­ más... espontáneos, frescos. Los otros ¿tal cia, en cambio, escribía poemas. vez son más profundos, más melancólicos? Los libros cambian con la edad como cam­ -¿Siente que hay un gran paso entre la biamos los seres humanos. poesía y la prosa?

-Hay escritores que para construir un perso­ -Ezra Pound decía que había que buscar los naje miran hacia adentro de sí mismos. Hay ritmos de la poesía en el lenguaje hablado. también los que miran a su alrededor, los Yo le digo que no sé dónde leí: “Nadie que registran gestos, reacciones de las per­ escribiría hoy buena poesía si se ignorara sonas del entorno. Stendhal y Flaubert".

-No me doy cuenta que realice esa búsque­ -¿Cómo se le presentan los argumentos de da en mí misma. Cuando busco en mí. sus historias, hay algo que quiera decir y nunca es pensando en la literatura sino por busca la historia que le permita decirlo o una necesidad de encontrar respuestas que comienza visualisando la historia? son necesarias en mi propia vida. Tampoco observo a los otros. Si me preguntara si soy -De pronto visualizo un lugar, un ambiente una persona observadora respondería que donde empiezan a pasar cosas. Los que no. Sin embargo al escribir surgen tantos aparecen en ese ambiente, los que hablan, detalles, los personajes aparecen a menudo sufren, ríen, son personas que conozco. a través de descripciones tan verosímiles, Familia, amigos, claro, con cambios, -dijo, ricas, minuciosas, que esto me lleva a y miró el reloj, aunque no directamente, pensar que se graban en mí cosas de las que sino con el púdico disimulo con el que lo no soy consciente. hacen los psicoanalistas. Dentro de uno o dos minutos nos diría que la entrevista -¿Esto significa en algún sentido, que dice había llegado a su fin. pues la media hora más de lo que quiere decir? ¿Hay veces en concedida hacía ya un rato que había pasa­ que se siente sorprendida por usted misma? do. ¿Veces en que se desconoce? -Los escritores, hoy no quieren explicarlo -Sí, sí, es así. Veces en que me pregunto a todo, mostrar las telas y las entretelas de las mí misma de dónde salió esto. Porque ni conducías de sus personajes. Dejan zonas siquiera recuerdo haberlo escrito. en sombras, verdaderos agujeros negros sobre los que se muestran inocentes. Usted -Es curioso como les pasa eso a muchos también lo hace. escritores. -Sí, es verdad. Pero juro que soy inocente, -Y ocurre que a veces están allí, en esos que yo tampoco sé, -dijo, y suspiró profun­ párrafos, los mejores hallazgos. La mirada damente, mirando ahora el reloj sin disimu­ parece haber llegado hasta las zonas más lo. Prolegómenos para un estudio

sobre la literatura uruguaya colonial

gustavo verdesio

Pero lo cierto es que yo nunca vi una vaca

Los Tontos

J ^ a mayoría de las historias de la blemente esta es una pregunta que esta literatura uruguaya comienzan alrededor propuesta de trabajo no pretende ni puede del año 1811. Es el año fundamental de la responder. Primero, porque para poder dar gesta artiguista y de su poeta: Bartolomé cuenta de tan inteligente cuestionamiento, Hidalgo. Los Cielitos de éste último son el habría que elucidar previamente el alcance inevitable punto de partida de la literatura del término “nación": segundo, porque de este país. Las posibles causas de ésto son también habría que dejar claro que se en­ fáciles de deducir: primero, la importancia tiende por “literatura”. De modo que para de la patriada artiguista en la formación de prevenirnos de tan difícil empresa, y al la nacionalidad oriental (o uruguaya); se­ solo efecto de dotar de mayor flexibilidad gundo. la supuesta inexistencia de textos a nuestra labor de investigación, propo­ literarios (en el sentido restringido de “be­ nemos sustituir la primera y conflictiva llas letras") producidos en fecha anterior en noción (“nación") por la de comunidad ima­ estas tierras. Estos presupuestos (no siem­ ginada y la segunda (“literatura") por la de pre explicitados, aunque sí asumidos por discursos coloniales. los historiadores de la literatura uruguaya) pueden y. me parece, deben ser revisados. Lo que concretamente se propone es incluir nuevos (viejos, en realidad) textos, de fecha anterior a 1811, dentro del Corpus • Este artículo es una especie de adelanto de de nuestra literatura. La inquietud que la tesis doctoral en que el autor está trabajando podría surgir aquí es si puede hablarse de para obtener su Ph D en Literatura Latinoame­ una literatura uruguaya antes de la exis­ ricana y Literatura Comparada (como segunda tencia de nuestra nacionalidad. Lamenta­ especialidad). Comunidad Imaginada dado desde nuestra situación actual, desde Con respecto al concepto “nación" (y nuestra comunidad imaginada tal y como la sus derivados tales como “nacionalidad"), vivimos hoy. partimos de la base de que es un artefacto La hipótesis que se maneja es la de cultural1. Es algo construido, no algo dado. que esos periodos y hechos históricos, des­ De ahí que pueda decirse que una naciona­ de la introducción de la ganadería en el lidad es menos un despertar a la autocon- Uruguay hasta la gesta artiguista, por ciencía que una invención. La nacionalidad ejemplo, contribuyen a producir las condi­ seria entonces algo construido por una ciones para la formación de una peculiari­ comunidad determinada. Y como bien dad oriental o uruguaya. El punto de apunta Benedict Anderson, es una comuni­ partida escogido no es tan antojadizo como dad imaginada, dado que aun en el país parece, dado que si pensamos al Uruguay más pequeño, es imposible que todos sus tal como lo conocemos hoy, habremos de miembros se conozcan entre sí: de modo concluir que no podemos imaginárnoslo sin que la comunión de todos los miembros ganadería. Para que la República Oriental existe tan sólo en la mente de cada uno de del Uruguay sea lo que es, tuvo que ocurrir ellos2. Y es imaginada, además, en tanto algo: la introducción del ganado. De lo que comunidad, entendiendo como tal una contrario obtendríamos, acaso, un país especie de relación de tipo horizontal (por pesquero y consumidor de cervatillos. encima de las desigualdades de clase, rela­ La comunidad imaginada que hoy ción de tipo vertical), que implica una espe­ somos, es incapaz de pensarse a sí misma cie de fraternidad limitada. Decimos comu­ sin la existencia de la vaca. nidad (relación horizontal) limitada porque ninguna “nación”, por más grande que sea, puede confundirse a sí misma con el resto de la humanidad (o sea, el conjunto de las Discursos coloniales otras comunidades que conforman eso que Otro propósito de estos prolegóme­ llamamos humanidad). nos es precisamente el de, mediante el El concepto de comunidad imagina­ análisis y revisión de los presupuestos cita­ da puede entonces sernos de utilidad para dos más arriba (cuestión de la nacionali­ abordar la formación de lo que llamamos dad, noción belleletristíca de literatura), habitualmente la nacionalidad oriental (o proponer una nueva forma de abordar la uruguaya). Puede ayudamos a detectar las literatura uruguaya, así como también fijar distintas etapas en que la comunidad a la nueva fecha para su nacimiento. La nueva que hoy pertenecemos se ha ido autogene- perspectiva que se propone es la de conside­ rando. rar la literatura desde un punto de vista Esta reconstrucción del proceso de más amplio, que permita incluir en su formación de nuestra comunidad imagina­ corpus textos hasta ahora no considerados da será, inevitablemente, otro constructo; como literarios. Los historiadores literarios una reorganización de textos previamente uruguayos más conspicuos (y también los interpretados ( bien dice Derrida que la más oscuros) coinciden por lo menos en escritura genera inevitablemente escritu­ una actitud, que podría describirse como ra). Esto no debe espantar al lector bienin­ tencionado, ya que todo trabajo histo- riográfico es una reorganización de datos. Es una labor de interpretación. De esta opinión es, entre otros. Cornejo Polar, que 'Benedict Anderson Imagined Cornmuni- subraya“... la naturaleza agudamente ideo­ ties (London: Verso, 1983) 13. lógica de las operaciones que fijan la ima­ gen del pasado y diseñan la ruta que condu­ 2 Anderson 15. ce, desde él, hasta el presente, nuestro presente."3 3Antonio Cornejo Polar La formación de la Además, ninguna interpretación es tradición literaria en el Perú (Lima: CEP, 1989) 15. Y continúa en la misma página: “De alguna inocente: responde a las condiciones y al manera esta es la tradición: corresponde a la lugar desde el que se la enuncia. La nues­ historia, pero a un a historia pasible de ser tra, qué remedio, tendrá como locas asumida como propia... la tradición es el pro­ nuestro hicet nunc: el Uruguay de hoy. Esto ducto de esta lectura que no solamente establece quiere decir que el proceso de formación de el sentido del pasado sino también- y a veces nuestra comunidad imaginada será abor­ más- el del presente." belleletrística: sólo las bellas letras (ficción, son tareas de descubrimiento, conquista o poesía, teatro, etcétera) son reputadas población de territorios habitados por abo­ manifestaciones literarias. La principal rígenes. En múltiples ocasiones encontra­ consecuencia de esta postura es que los mos las expresiones “encuentro con los textos que no encajan en los apretados y naturales", “los naturales se habían rebela­ restringidos limites de la Cultura (en senti­ do", y otras del mismos tenor, lo que nos da do restringido y no antropológico), tales la idea de la vida agitada que llevaba aquél como documentos historiográficos, trata­ que introdujera el ganado en nuestras tie­ dos filosóficos, de agricultura, etcétera, no rras. Sus correrías se extendieron a lo largo merecen ser estudiados. La exclusión de y a lo ancho de buena parte de lo que era la estos documentos ha impedido, hasta aho­ gobernación del Plata. ra, la existencia de estudios de lo que podría Para nuestro pesar,descubrimos que denominarse una literatura uruguaya colo­ debido a su larga carrera de conquistador y nial. poblador, en la relación de servicios no Pero si llevamos los orígenes de la aparecen muy frecuentemente los nativos literatura uruguaya hasta la época colonial, de nuestra tierra. Pero cuando los nombra, encontraremos (ya hemos encontrado) un éstos se nos presentan como guerreros: determinado corpus de textos de los que habrá que dar cuenta. Los documentos: ... y aviendole muerto y cauti­ cartas de relación, relaciones, etcétera, vado al dicho adelantado los serán por fin el largamente postergado indios charrúas muchos sol­ objeto de nuestro estudio. Por ello, y para dados en el dicho puerto de evitar equívocos, parece conveniente susti­ San graviel para asegurar la tuir el término literatura (al menos proviso­ dicha armada se aventuro con riamente) por el de discursos coloniales, doce soldados de a caballo que como propone Walter Mignolo4. Al igual que traya en su compañía y se nuestros colegas latinoamericanos, tendre­ metió con ellos en ciertos vaje- mos oportunidad de estudiar informes a la les y atravesando el rio de corona, relaciones de servicios, cartas de parana tuvo vatalla con los relación, y toda la gama de textos coloniales dichos indios charrúas que que componían el universo discursivo eran mas de dos mil los quales durante la ocupación española de estas por estar victoriosos por haber tierras. Los uruguayos quedaremos habili­ muerto muchos españoles tados a analizar nuestros Colones y Corte­ peleaban con mucho ani­ ses: por ejemplo, los informes de Hernando mo..-6 Arias de Saavedra sobre sus expediciones a “las tierras del Uruay" (que así se las llama­ Claro que, como surge del texto, a ba a principios del siglo XVII). pesar de ser los mismos charrúas que habitaban el territorio de lo que hoy es Uruguay, el encuentro relatado se produjo en una de las riberas del Río Paraná. Hemandarias de Saavedra Para encontrar referencias más El introductor de la ganadería en el abundantes a nuestro territorio y sus po­ Uruguay venía de una estirpe conquistado­ bladores será necesario dejar esta relación ra (hijo de un integrante de la “armada y y pasar a revisar la carta de relación escrita compañía" de aquel “govemador" de nom­ por Hemandarias a Su Majestad el 2 de bre premonitorio: Alvar Núñez Cabeza de Vaca). Así nos lo informa en un documento que Azaróla Gil fecha en 1612.5 En realidad no nos lo informa a nosotros sino a “V. M.", 4 Walter Mignolo “La letra, la lengua, el a cuyo “Real servicio” se encontraba. Y de territorio". Dispositio XI, # 28-29 (1986). 137- servicios, precisamente, es la relación que 157. nos ocupa, si hemos de adoptar la taxono­ mía propuesta por Mignolo. “Azaróla Gil, Luis Los orígenes de Montevi­ deo 1607-1749 (Buenos Aires: “La Facultad", En dicha relación se mencionan di­ 1933) Este documento está editado como parte versas actividades desempeñadas por el del apéndice documental en el libro de Azaróla funcionario Hemandarias. A primera vista, Gil, y a su edición nos remitimos. pocas son relevantes para un estudio desde un punto de vista uruguayo. Casi todas “Azaróla Gil 205. julio de 1608. En ella se refiere el ... este puerto de Sta Lucia descubrimiento de la Vanda del norte que estara tr.a leguas desta ciudad es la costa de los charrúas..."7- Los detalles tiene un rrio que baya- y una del “descubrimiento", de la campaña de ysla pequeña en medio de la exploración, no nos son escatimados ahora: entrada que le abriga y asegu­ la cantidad de hombres con que partió, el ra de todo Genero de vientos y camino que siguió, las diferentes zonas capaz de tener dentro gran geográficas que recorrió, etc. La abundan­ suma de naos que pueden cia de datos proporcionados en la carta venir a entrar a el a la Vela por­ relatoria nos revelan a un hombre observa­ que no ay baxios a la entrada y dor y aplicado, como luego veremos. tiene de hondura nueue Por ejemplo, nos dice sobre el río bragas todo lo qual pude son­ Uruguay: dar muy a mi satisfacion por que alie alli algunas canoas de “La noticia que desde rrio los naturales de aquella costa- nombrado Uruay traxo esta y en suma me parece uno de Gente- que vaxo rrio abaxo fue los mejores puertos y de mejo­ ser el rilo apasible de buena res calidades que deue de navegación y muy agradable y hauer descubierto porque de buenas tierras y partes demas de lo dicho tiene mucha para población aunque alia­ leña y pueden entrar los ron pocos naturales entiénde­ nauios muy cerca de tierra y la se que apartados del rrio en Velleza de aquel rrio la tierra otros mas pequeños los hay adentro es grande y capaz de porque hauia fuegos y humos tener muchos pobladores con y la fuerga de los del dho rrio grande aprouechamiento de esta de santa fe para arriua8. labranga y crianga por la gran vondad y calidad de la tie­ El beneplácito del explorador crece a rra...9 medida que se interna en el territorio uru­ guayo, ya que va descubriendo más y más La alabanza de nuestras tierras va bondades naturales en nuestra geografía: in crescendo, como se puede apreciar en el “La costa es buena y de muchos puertos y pasaje que cito a continuación: de muchos rrios que vienen de la tierra firme a la mar.” ... buenas para lauores que A pesar de que no llega a lo que con hauellas muy buenas en propiamente podríamos llamar Montevideo esta Governacion ningunas a (el Cerro y sus alrededores), queda muy aquellas, porque se da todo satisfecho con el río que bautiza Santa con grande abundancia y ferti­ Lucía, por haber llegado a él el día de la lidad y buena para todo Gene­ Santa. Las virtudes del mismo tampoco se ro de ganados y de muchos le escapon: arroyos y quebradas y rria- chuelos sercanos unos/ de otros y de mucha leña y made­ ra de gran comodidad para edificios y estancias en que se criaran gran suma de Gana­ dos...10

7Azarola Gil 207.

•Azaróla Gil 208.

•Azaróla Gil 209.

'•Azaróla Gil 209. El elogio progresivo desemboca, observación y espíritu de empresa lo lleva­ como no podía ser de otra manera, en la ron a la conclusión de que esa gran pradera sugerencia que, hecha proyecto, converti­ que era (y es) el Uruguay, estaba desperdi­ ría a Hemandarias en un personaje central ciada. Además de sus consideraciones de de nuestra historia (o proto-historia, si se tipo económico, lo animaban otras de tipo quiere). geopolítico: “... con el cuydado que lleuaua El observador funcionario de la coro­ de descubrir puertos de mar para poner na tiene una calculadora en la cabeza: espías para que esta ciud pudiese tener por ellos auiso de los corsarios / q.e según se y siruiendose V. mag. d de que entiende se an de arrimar siempre a aquella se pueble esta tierra en pocos Vanda como lo hizieron este año pasa­ as0 vendria a ser muy prospera do..."12 Esta doble finalidad que animaba la y de mucho prouecho porque empresa de Hemandarias, así como la for­ por la buena comodidad de la ma en que enuncia sus proyectos y aspira­ tierra y buena y fácil nauega- ciones, pueden sugerirnos algo sobre su cion de ella a esos Reynos de forma de ver nuestra geografía y nuestros españa y al bracil se podrían habitantes. nauegar los frutos della y suma de corambre de que no vendria daño al bracil ni a españa sino mucho prouecho Hemandarias y el Otro y la rreal corona le tendría, e La agudeza política de nuestro autor yria en aumento de mas del salta inmediatamente a la vista. Su abne­ gran seruicio que se haría a gación como súbdito de la corona también. dios nro Señor en que los na­ Pero hay un par de cosas más que quedan turales sircunvezinos se fue­ claras a partir de su carta relatoria. Una de sen atrayendo al conocimiento \ ellas es el espíritu mercantil con que se de nra Sta fe católica que la enfrenta a la nueva geografía. Su mirada tierra adentro ay suma dellos= parece que, al recorrer ríos, arroyos y pra­ y para que desta población se deras. va convirtiendo lo que ve en posibles siguiera otro gran bien y serui­ riquezas. Una mirada que no es la del cio a dios hauian de ser solte­ científico naturalista sino la del hombre de ros los mas de los que se estado y, si se nos apura un poco, la del embiasen a ella y hombres de mercader. Al igual que el primero de su castilla que se acomodasen a laya, el rapaz Colón, ve en todo lo que le la labranza y crianza los qua- rodea la eventualidad de un provecho. les se pudieran casar con las Claro que, más lúcido y honesto que el hijas de conquistadores desta Almirante, su objetivo ya no es el descubri­ prouincia del paraguay, qua- miento de metales preciosos, sino el de les todos les darían suma de tierras fértiles. Más realista (quizá debido al Ganados que tienen que por tiempo transcurrido desde el viaje del Almi­ estar tan atrasmano metidos rante), sabe que a la larga, la verdadera en la asumpcion y tan fuera de riqueza de América es su tierra. trato no son de prouecho y De ahí que examine cuidadosamente trayendolos a esta prouincia cada palmo de la geografía que se le ofrece. serían de mucho lo qual no Una geografía a la que no disfraza o adorna seria dificultoso por estar en su discurso (como sí lo hicieran tantos abiertos o a lo menos descu­ europeos participantes de la empresa de­ biertos los caminos que yo he predadora que fue la conquista). Dispuesto hecho...11 a ver el Nuevo Mundo tal como es y no como lo auguraban Marco Polo o Plinio, sus De modo que Hemandarias, con gran impresiones sobre nuestra tierra parecen visión de futuro, previo (y signó) nuestro bastante adecuadas. destino agropecuario. Su capacidad de Pero este escrutinio geográfico minu­ cioso no encuentra su contraparte en una descripción adecuada del poblador origina­ “Azaróla Gil 210. rio de estas tierras. Por el contrario, la presencia de los charrúas en ambos textos “Azaróla Gil 208. de Hemandarias es más bien exigua. La pintura que le merecen es no sólo bastante parece ser a través de acciones bélicas. Por incompleta, sino absolutamente incidental. lo que se percibe, el bueno de Hemanda­ A diferencia del jefe de su padre. Alvar rias, sumido en pleno etnocentrismo, no Núñez Cabeza de Vaca, que describió a los parece ser la fuente más adecuada para indígenas norteamericanos de diversas empaparse de información sobre nuestros zonas con un criterio casi antropológico, su nativos. interés por el poblador nativo es casi infe­ Sin embargo, el objetivo de estas lí­ rior al de un Colón (al menos este último se neas no es el de meramente denostar a preocupó en mentir y en elaborar una espe­ Hernandarias. Es más bien el de comenzar cie de esquemita que separaba los buenos y la tarea de revisar los textos en que se cobardes de los malos y guerreros). De registra el choque cultural (típico de la modo que Hemandarias se nos presenta conquista e invasión de América) que tuvo como un caso más de aquellos conquista­ lugar en nuestro territorio. Lamentable­ dores (a pesar de su origen criollo) que mente, tenemos sólo la voz de los vencedo­ ignoraban o reducían a su mínima expre­ res que, en general, son los que escriben la sión al Otro, es decir, al integrante de una historia oficial. Más lamentablemente aun, cultura ajena a la propia. En nuestro caso, textos como los arriba referidos, no nos no sólo los charrúas, sino toda la gama de ofrecen demasiada información sobre los etnias nativas que poblaban esta zona de la vencidos. Sin embargo, es acaso posible gobernación del Plata. que la cultura oprimida, el Otro silenciado, Si tomamos como medida de la rela­ pueda infiltrar o inficionar el discurso del ción con el otro dos de los tres ejes propues­ que tiene voz. Si es cierta la intuición de tos por Todorov en La conquista de América, Derrida (y yo tiendo a creer que sí), un (l)axiológico: consideración del Otro como discurso no es un todo homogéneo, el polo superior o inferior; 2)gnoseológico: conoci­ dominante de una oposición logocéntrica miento real de la cultura del Otro); veremos no es impenetrable. Los discursos colonia­ que Hernandarias se sitúa en un solo extre­ les que proponemos estudiar deben de mo de tales ejes; su desdén por el nativo es tener alguna rendija, alguna rajadura, por evidente, de modo que lo considera inferior; la que se filtren las trazas de lo postergado, su conocimiento de la alteridad a la que se de lo silenciado. Es esta presunción una enfrenta no surge por ningún lado en los (aunque no la única) de las que anima el documentos que poseemos. Por otro lado, trabajo de investigación del que estas su única forma de relacionarse con el otro líneas son un adelanto. >

Apuntes para una reflexión sobre las culturas en el Uruguay contemporáneo

de maracaná a la cultura del reciclaje.

hugo achugar

• Una cultura, muchas culturas. en una formulación generalizante, de uni­ Quisiera comenzar precisando el plural dades culturales a nivel nacional. El plural, utilizado al hablar de “las culturas en el entonces, implica: por un lado, la inexis­ Uruguay contemporáneo”. En general, se tencia de una única cultura nacional y, con­ ha usado y se usa el singular para hablar secuentemente por el otro, la coexistencia de la cultura nacional. Ello supone una de varias culturas nacionales. unidad y una homogeneidad de la sociedad, No me refiero, en este artículo, con el de la comunidad cultural y de la integración término cultura a lo que en general termina nacional. Es posible que tal unidad haya reduciéndose a la literatura, las artes vi­ existido en el algún momento de nuestra suales, al teatro y a la música. Tampoco se historia, -quizás durante la llamada “patria trata, estrictamente, de una concepción vieja"-, aunque una hipótesis pasible de antropológica -aunque quizá algunos le ser examinada podría postular que la tal podrán considerar cercana-; ni mucho mentada unidad u homogeneidad nacional menos a la cultura como una especie de nunca existió; al menos, de modo absoluto. revelación epifánica de un supuesto ser Otra cosa sería afirmar que durante ciertos nacional a-histórico, supra clasista y supra períodos de nuestra historia pudo haberse generacional. El aspecto de la cultura que dado la hegemonía de ciertos “constructos" pretendo considerar en esta oportunidad lo que permitiría hablar, eventualmente y apunta al conjunto de fenómenos, tanto a nivel de producción como de circulación y dad salvo en las descripciones que de épo­ consumo, que están regidos o constituyen cas, sociedades y civilizaciones los seres la “comunidad imaginada", en el sentido de humanos han gustado de realizar a lo largo Benedict Anderson. del tiempo. La postulación de la existencia Dicha comunidad imaginada, o ima­ de sociedades supuestamente homogé­ ginaria, es al mismo tiempo una “comuni­ neas, como la de la Europa occidental dad interpretativa", en el sentido de Stanley durante la Edad Media, suele ser desmen­ Fish; es decir, una comunidad que compar­ tida cuando el conocimiento y el estudio de te no sólo un imaginario social sino una dichas sociedades se profundiza. Es más serie de reglas y valores que le permiten así como hay una comunidad interpretati­ tanto la producción simbólica como la inter­ va que se nutre de un medio de comunica­ pretación de dicha producción. Es en el ción masiva como CX8 hay otra u otras que sentido de lo desarrollado anteriormente se nutre de CX20 o de Radio Sport. que creo posible hablar de una pluralidad Se podría decir o contra argumentar: de culturas coexistentes en nuestra socie­ “pero hay una manera de ser uruguayo o dad. Por supuesto, el fenómeno no es priva­ uruguaya" a nivel cultural que es común a tivo del Uruguay ni de la mayor parte de toda la sociedad y si no es permanente a lo Latinoamérica. largo de nuestra supuesta corta historia, al La noción de cultura que se maneja menos posee cierta estabilidad durante en este caso, pues, incluye además de períodos importantes. ¿Pero de cuál uru­ las llamadas “bellas letras" y demás mani­ guayo o uruguaya hablamos? No es igual el festaciones artísticas tradicionales aquellos hurgador de basura que el estudiante de la elementos discursivos que configuran la ORT, no es el mismo uruguayo el que autoimagen que una comunidad ofrece de consume video-clips que presentan can­ sí misma. Imagen que, por cierto, no sólo se ciones escritas en un idioma que el espec­ concreta en poemas, canciones, videos, tador, no siempre, puede comprender o esculturas sino también en murgas, dichos traducir que el que asiste a los bailes orga­ y pintadas o graJUtis; en expresiones sim­ nizados por el Coco Bentancourt. La serie bólicas de todo tipo que vehiculizan la de oposiciones, que no es por cierto binaría, imaginación, el deseo, de una comunidad podría continuar. ¿Qué tienen en común la y también en el modo en que dichas pro­ jovencita rubia natural u oxigenada que ducciones simbólicas circulan y son con­ asistió a la reciente Rural del Prado y que sumidas o interpretadas. hace el “Bacho”en el Lycée Français con el Planteado en términos más concre­ peón que por las noches es un payador? Por tos el argumento apunta al hecho de que, supuesto, estas oposiciones son fáciles y, digamos, la comunidad real que son los reconozco, que puedan quizás hasta llegar hurgadores de basura de nuestra capital a ser “facilongas". (o los pescadores de Rocha o el estudiantado Está, como acervo común, el conjun­ universitario, etc) constituyen a la vez una to de símbolos: Artigas, el Exodo, Obdulio comunidad interpretativa que postula una Varela, Maracaná, etc. Está también el comunidad imaginada o imaginaria de la mate, a pesar de ser regional, y la torta frita. que ellos se ven como formando parte. La Está, por sobre todo eso, el haber vivido o el descripción de dichas comunidades, -cuyo vivir en la misma sociedad. Pero, y esto factor aglutinante puede ser la clase, la parte central de mi argumentación, el vivir región, la edad, la ocupación o inclusive o el haber vivido una misma historia, el un conjunto de esos mismos u otros facto­ compartir ciertos símbolos, el vivir conjun­ res-, y en particular la descripción de la tamente los sucesivos auges y miserias de cultura de dichas comunidades, en las tres la economía uruguaya no implica una ho­ vertientes: producción, circulación y consu­ mogénea interpretación de los mismos y mo-, permitiría quizás tener una idea aca­ muchísimo menos el compartir proyectos bada de su funcionamiento. de país. Por otra parte, no creo que, por suer­ El Uruguay que imaginan los diver­ te, los factores unificantes que operan o sos actores o sujetos sociales de las diver­ podrían operar como tales en nuestro país, sas comunidades cohabitantes del espacio -educación, radio, televisión-, logren la ho- social y geográfico llamado Uruguay no es mogeneización y la integración cultural del siempre el mismo. Más aún, en este mo­ Uruguay en una totalidad coherente. Tal mento y de cara al siglo XXI, los proyectos tipo de totalidad, en verdad, es una abstrac­ de país, el imaginario que alienta y que ción que no encuentra sustento en la reali­ producen las diversas comunidades, son. digamos, varios. En esa linea de pensa­ discurso y tal presupuesto es producido miento es posible hablar de ideologemas, - desde la clase media o, mejor aún, desde en el sentido de ideas o dramatizaciones una perspectiva hegemónica en la clase productoras de narraciones-, que organi­ media que, a nivel ideológico, no puede o no zan ciertos discursos. quiere saberse diversa y plural: desde una Así, el discurso cotidiano del "irse", - perspectiva que ha reiterado hasta el can­ que merece reflexiones como el reciente sancio el mito de la “europeidad” de la artículo de Tomás Linn “Los muchachos se sociedad uruguaya tanto a nivel étnico nos van"-, perteneciente a una comunidad como cultural. De una perspectiva que no cuyo corte atraviesa clases sociales y eda­ puede entender su propia sociedad como des diversas es posible desde un imaginario integrada heterogéneamente; perspectiva o desde el Uruguay entendido como una que por supuesto se autocaracteriza o es comunidad imaginada donde al viejo dicho caracterizable como “blanca, masculina y "Como el Uruguay no hay" se le agrega la heterosexual". El uruguayo y la uruguaya expresión “p’a dirse". La cultura producida que son interpelados por esa perspectiva o o propia de la comunidad integrada por “los por ese discurso ideológico no pueden reco­ que se van" postula a nivel del imaginario nocer, salvo como enfermos o extraños, las algo terrible: la imposibilidad de vivir en la comunidades culturales integradas, entre comunidad imaginada que la educación, la otras posibles de ser enumeradas, por los radio, la televisión y el arte de aquellos que mulatos, los negros, los mestizos, las muje­ tienen el poder cultural y social proponen. res no machistas y los gays uruguayos. Es decir, propone la negación del deseo de La otra argumentación a considerar imaginar como viable la comunidad imagi­ sostiene o podría sostener que la diversidad nada que es la nación o que le proponen que existe pero que el grado de tal diversidad no es la nación. Claro están también, como un es tal como para poder hablar de culturas o subgrupo o una subcomunidad, aquellos subculturas dentro de la sociedad urugua­ que se van pero fosilizan el imaginario.por ya. Sostiene o sostendría que, en definitiva, medio de la nostalgia y conservan o siguen la cultura uruguaya es una y que el énfasis siendo interpelados por un discurso que en la diversidad atiende a lo no significante. apuesta a la uruguayidad. Esos son los que Incluso, en alguna variante de tal tipo de en el extranjero, como se puede observar en argumentación, es posible encontrar a alguna zona del estado de Nueva Jersey en aquellos que sostienen que, hablando en los Estados Unidos, intentan reproducir las plata, la cultura uruguaya es claramente condiciones de vida del país o del “paisito". identificable con el parnaso (claro no utili­ Pero incluso entre estos últimos la nostal­ zan esta terminología pues al habitar ellos gia, la fosilización, la mitificación del lar mismos el sagrado espacio de la cultura abandonado termina por producir y consu­ laureada no se dan cuenta que hablan en mir una cultura que otras comunidades, prosa) y que referencias a lo popular, a lo existentes entre los que se quedan, ya no marginal o a lo minoritario (las mujeres son quieren o intentan cambiar. minoría: aunque sí es cierto y hay que Por último, desearía considerar dos reconocerlo que las mujeres no machistas argumentaciones. Una que sostiene o po­ son minoría) indica una preocupación cul- dría sostener que, en definitiva, toda socie­ turalista o casi antropológica indigna o dad o toda cultura presenta los rasgos de lo impropia de quienes deberían ocuparse de descrito anteriormente como indicador de los orgasmos (otra palabra que no utiliza­ diversidad de culturas y que, en realidad, la rían) propios o inherentes a los transportes tal diversidad no es otra cosa que el plura­ de la poesía, la autorreferencia del artefacto lismo, la riqueza y la heterogeneidad inhe­ lingüístico o plástico, o los meta-meta-meta rente a toda sociedad organizada. Más aún, discursos del discurso que dis/curre pero que la heterogeneidad cultural propia de no corre y nada mete a pesar del imperativo países como el Perú, Ecuador, Guatemala, meta-meta. La diversidad, para esta argu­ etc. no es ni remotamente comparable a el mentación, es anecdótica y, como es sabi­ caso del Uruguay. Tal argumentación se do, la anécdota es falaz y trivial. Lo único apoya en el presupuesto ideológico, -es trascendente es aquello que navega en el decir, mitificante e inconciente-, de que la océano de la cultura de la mano del absolu­ sociedad uruguaya es homogénea. Todos to espíritu hegeliano. Esta misma argu­ somos iguales, más ricos o más pobres, mentación, mal que le pese, se mueve den­ pero al fin y al cabo todos somos lo mismo. tro de una comunidad interpretativa e Creo, y no es más que una hipótesis, que tal imaginaria que está constituida por la >

mayoría (hay por supuesto muchas excep­ cultura uruguaya hegemónica ha visto el ciones) de la intelligenizia uruguaya, -blan­ desarrollo de distintas imágenes -ideologe- cos, colorados, frentistas, pegepistas y etc, mas- que han expresado o configurado, su­ todos juntos, todos mezclados-, aunque no puestamente, la particularidad de nuestra por la mayoría de las comunidades cultura­ sociedad. Entre las muchas imágenes ela­ les uruguayas que muchas sino la mayoría boradas por distintos sectores de la cultura de las veces producen y consumen simboli­ nacional hegemónica cabe señalarse la zaciones -cultura, bah- sin tener noticia de serie: Maracaná y utopía, restauración y la existencia de los grandes valores nacio­ reciclaje. Cabría analizar, además, el pre­ nales de La Cultura Uruguaya. Para ellos, sente estancamiento de la cultura urugua­ ese sector de la intelligenizia uruguaya, por ya hegemónica. Estas imágenes condensan supuesto, la historia y la justicia estético- sentimientos y proyectos más o menos cultural borrará toda esta cháchara de los colectivos, más o menos inclusivos de los locos y enfermos (a pesar de que algunos sectores rectores de la sociedad o de la han leído a Foucault) que intentan descons­ cultura. Es cierto que ni antes ni ahora truir el discurso tradicional y hegemónico dicha totalidad fue algo más que una expre­ del estamento ilustrado uruguayo. Por si sión de deseos, un constructo derivado del quedan dudas de adonde estoy apuntando wishfull thinking más que de la observación quiero decir que mucho culto escritor y de la realidad social. lector de “Brecha”, “Búsqueda”, “20/21", “Maracaná” o “Uruguayos campeo­ “Punto y aparte". “La democracia", “La nes" o “Como el Uruguay no hay" tuvo su hora", “El país”, “El día", “Mate amargo", concreción histórica en o hacia 1950 con el “Zeta", “Alternativa", “La república" y por triunfo histórico y emblemático de nuestra qué no, Cuadernos de Marcha, etc. compar­ hazaña futbolística. Es cierto que, en parte, te el espíritu de lo afirmado por el Ministro venía de antes no sólo por los anteriores de Cultura Garda Costa cuando, eufórico, éxitos futbolísticos o por la autocomplacen- prometía volver a los fastos de la cultura cia mesocrática del Uruguay batllista sino uruguaya durante la década del 60. Restau­ también por una producción cultural hege­ ración nostalgiosa dixit. mónica que tendía a mirarse el ombligo. Es en el marco de lo señalado ante­ En la orgullosa euforia implícita en el riormente que me gustaría reflexionar sobre “todo lo podemos" que desencadenó Mara­ ciertas propuestas emanadas desde diver­ caná estuvo, dentro de los limites de la sas individualidades o comunidades cultu­ entonces insurgente generación del 45, la rales uruguayas con respecto al desarrollo Imagen paradójica de que la cultura uru­ de la cultura nacional. Y. en especial, por el guaya heredada no era particularmente hecho de que las propuestas que atiendan valiosa salvo la explosión del 900. Torres más que a restaurar, a crear, a producir, a García y su gente hizo tabla rasa de la construir la cultura uruguaya del presente mayoría de la pintura anterior, los críticos y de cara al próximo siglo XXI son escasas y literarios y culturales en su mayoría, con­ poco articuladas. denaron el siglo XIX y la generación o generaciones intermedias entre ellos y el 900 como de escaso o nulo valor, -por supuesto con las excepciones de siempre-. El Uruguay imaginado, la cultura urugua­ l l • De Maracaná a la cultura del re­ ya debía medirse por parámetros de valor ciclaje. Antes de ingresar en la segunda universales. Si eramos campeones de parte de este ensayo quiero aclarar que se América y del Mundo la cultura uruguaya trata de una propuesta que seguramente tenía que ser universal (esto con indepen­ puede no ser compartida y que, más impor­ dencia de temáticas regionales o universa­ tante qún, no se trata de una lectura “cien­ les, entrañavivistas o universalistas). Todo tífica" de la o las culturas uruguayas. Es lo podíamos. Eramos diferentes que el resto una opinión, una más, nada más y nada de América Latina y, sobre todo, eramos menos. Es muy posible que otros valoren mejores. algunos hechos de otra manera, -ojalá así En un momento posterior, otro sec­ sea-, y que incluso tomen en cuenta hechos tor u otra comunidad, tuvo como imagen que este ensayo deja de lado u “olvida" y discursiva central el “asalto al cielo”, el que permitirían otras opiniones. Uruguay como la comunidad que podía Durante el período comprendido, hacer realidad la utopía social. Esa comu­ aproximadamente, entre 1960 y 1990 la nidad cultural se nutría, básicamente, de aquella producción simbólica que reafirma­ vas tecnologías, etc; piensan que han here­ ba su pertenencia al credo y a la religión de dado el viento y que deben construir un los utópicos. Todo, o casi todo, lo que no Uruguay nuevo o que deben dejarlo caer y fuera o convergiera hacia el asalto al cielo abandonar el barco. era silenciado, despreciado o considerado La cultura de estas comunidades se desubicado. Seguía siendo válido el volun- nutre, fundamentalmente, de lo extranjero tarista “todo lo podemos" pero ahora con y muy selectivamente de lo nacional. Des­ una carga mesiánica particular. Este sector conociendo la tradición y la historia de la o o comunidad dominada por la utopía se las culturas nacionales que nadie ha des­ articuló con otros sectores sociales y con crito o investigado (o que si ha sido hecho no otras comunidades a nivel cultural. Es ha sido enseñado) rechazan la anquilosada decir, intentó interpelar o de hecho interpe­ figura emblemática críollista del gaucho ló individualidades pertenecientes a otras por no tener ninguna vigencia, rechazan la comunidades culturales e ideológicas. Fue autocomplacencia de la imagen de “ate­ tiempo de cambios y de pases; de cruces y nienses del plata" por saber que la informa­ mezclas. ción y la tecnología contemporánea que La gran cultura de ese entonces, por circula en el planeta apenas si llega a nues­ la que suspirara recientemente el señor tras costas y desean un Uruguay, imaginan Ministro de Cultura, fue en su inmensa una comunidad, moderna o modernizada mayoría producida e interpretada desde tanto da. que no logra arrancar, que no una comunidad cultural que imaginaba un logra ser instrumentada, que se estanca en Uruguay totalmente distinto al de aquellos este presente de empate cultural, ideológico sectores en el gobierno aunque, paradójica­ y político que parece vivir el conjunto de la mente, en gran parte detentores del poder sociedad. cultural. Es importante recordar que expo­ Hay entonces junto a la cultura de la nentes mayores de la comunidad cultural restauración otras culturas: una cultura dom inada por el todo lo podemos utópico del irse, una cultura de la importación, una fueron hacia el final del período encarcela­ cultura del reciclaje. Ya va demasiado largo dos, censurados y desterrados. este artículo como para proceder a una Entre este momento y el presente de consideración minuciosa de cada una de restauración y reciclaje median los años de estas y otras culturas en el Uruguay con­ la dictadura. No voy a considerar en esta temporáneo. Pero no resisto una mínima oportunidad la o las culturas del Uruguay caracterización incompleta. de la dictadura. En la historia de la o las La cultura del irse se nutre, funda­ culturas uruguayas la dictadura desem­ mentalmente, de dos elementos: uno peña, sin embargo, un papel fundamental. nostálgico que salva del naufragio aquellos Tan fundamental que el presente de res­ elementos que habrán de componer el tauración y reciclaje es porque la dictadura museo de la memoria y que abandona todo fue. No señalo sólo lo obvio sino que además intento de construcción, todo intento de trato de apuntar el hecho de que todavía conjugar colectivamente los verbos en futu­ vivimos conmocionados por el terremoto ro en relación a la comunidad que abando­ que fue la dictadura. Y los temblores y los na. Otro que abre un universo simbólico destrozos siguen entre nosotros. Tanto si­ donde visas, idiomas, certificaciones, pa­ guen que el propio discurso de la restaura­ sajes son factores claves y que evidencia la ción, ese ideologema de nosotros que todo lo disposición a la transculturación. La cultu­ podíamos porque eramos los campeones ra del irse no es nueva, ya en plena época del mundo todo lo seguimos pudiendo, fue del “todo lo podemos” estaba vigente y la co­ central en el discurso de Tarigo como ahora munidad cultural utópica ofreció un dis­ lo es en el de García Costa, fue central en curso voluntarista y esperanzado que decía gran parte de la izquierda como lo es alguna “Hermano no te vayas, aún queda una espe­ que otra comunidad cultural. La comuni­ ranza". ~ —- dad cultural hegemónica apuntó y apunta La cultura de la importación, de a la restauración; es decir, a la recons­ larga data también en el Uruguay, en sus trucción sin mayores modificaciones del aspectos más relevantes se articula hoy en antiguo régimen cultural pero hay otras co­ día con la formulación universalista y pla­ munidades. Una, eventualmente, podría netaria que el desarrollo de la comunica­ estar configurada por quienes: jóvenes des­ ción vía satélite hace posible. El planeta es empleados y futuros migrantes, empresa­ una aldea y el simulcast una realidad coti­ rios dinámicos, representantes de las nue­ diana. Para qué producir telenovelas o cine si es mejor y más barato importarlos. Por to volver a lo de antes que construir lo de qué prohibirse de Madonna o del espectácu­ mañana. Se reciclan antiguos funcionarios lo de “The W alt en Berlín si eso es lo de hoy. y no se emplean a los jóvenes; a estos se les Porqué insistir en la producción nacional si invita a irse. La cultura del reciclaje es no tiene nivel artístico o tecnológico. Por qué realista. Qué hacemos con los viejos, qué establecer un dilema de hierro entre lo hacemos con la basura, qué hacemos con nacional y lo importado si se puede gozar las las casa ruinosas. ¿Los desperdiciamos? dos cosas. La cultura de la importación Tiene potencial el viejo funcionario, tiene termina muchas veces por darse la mano potencial la basura, tiene potencial el viejo con la cultura del irse y apunta, en muchas Ford T, tiene potencial la casa antigua. oportunidades, a la estética del simulacro. ¿Qué hacer con ellos? Los reciclamos. Y La feria o festival de la comida que se realiza está bien que así sea pero no puede dejar de en el Parque Rodó, los show s y grafittis en observarse que el esfuerzo por reciclar inglés, las decoraciones y arquitecturas son supone una postergación del futuro y un muchas veces simulacros. La copia vale volver al pasado. Supone la necesaria y tanto como la cosa. Es el aire de estos justa revaloración de la tradición y del tiempos postmodernos y el fenómeno no es pasado pero supone también retacearle exclusivamente uruguayo pero también rubros a la dificultosa construcción del indica una cultura que tiene su propio futuro. universo simbólico. Es cierto también que el En la caracterización de lo anterior sincretismo cultural latinoamericano se hay mucho más de lo señalado; hay tam­ articuló y se articula sobre la importación. bién cierto empuje vehemente que debería Importación muchas veces caótica y decidi- ser tamizado y repensado o reformulado. dad por los importadores más que por los Hay además: angustia por un país que consumidores. Y es cierto que el sincretismo sigue a la deriva y que, como en el cuento de da como resultado una cultura diferente a la Quiroga, parece estar dando vueltas sobre importada. Pero no es menos cierto que la sí mismo en un riesgoso remolino. Y hay: comunidad imaginada e imaginaria que conciencia de que la problemática de las produce y consume una cultura de importa­ culturas uruguayas, y por-lo tanto de la ción puede ser creativa o puede ser mera­ nación, necesita de un examen y sobre todo mente reproductora. En todo caso, en lugar de una acción que pueda dar cuenta del del todo lo podemos, esa cultura afirma el presente y muy especialmente de ese siglo compremos todo lo que podamos lo que XXI que se nos sigue viniendo encima ine­ realizado sin proyecto o salvajemente puede xorablemente. no ser positivo. Por último, la cultura del reciclaje abarca, en algunos aspectos, tanto a la cultura del hurgador de basura como a la cultura de alguna comisión de patrimonio M IIIRIRIA T MMIIRIA que recicla casas y tugurios. Es, en definiti­ va y a la vez, la cultura de la pobreza y la cultura de la recuperación de la memoria. HUMECTO s . a . Es una cultura ambigua y ambivalente que tanto vuelve atrás a los desechos de la historia para “reciclarlos" como se vuelva sobre los desechos del presente también para “reciclarlos". Reciclar, la onda es reci­ MOKTEVK3EO: clar. Se reciclan antiguas casas para resi­ ANDES, 1332-TEL 90 28 72 dencias de ancianos donde los uruguayos 18 DE JULIO, 1408 - TEL 98 72 60 de la tercera edad tienen que subir escaleras 18 DE JUDO, 1644 MS y sortear innumerables obstáculos propios de viviendas que fueron pensadas para seres humanos en la plenitud física. Se recicla “Capítulo Oriental" escrito hacia PUNTADO. ESTE finales de los sesenta como si el conocimien­ GALERIA SHOPPING CENTER to sobre muchos de los temas no hubiera crecido o mejorado. Se recicla porque no LOCAL 23 tenemos medios para construir o crear cosas nuevas. O peor, porque es más bara­ Las artes, la cultura, el país y el mundo, en Brecha« El semanario independiente de los viernes Suscribas«

sais mases un añ o Uruguay N$ 11.000 NS 21.000 América latina US$ 3 2 US$ 56 festodal Mundo US$ 40 US$ 70

El precio de la suscripción incluye ei envío por vía aérea al exterior o la en­ trega por mensajero (el mismo día de salida) en Montevideo. Pida cobra­ dor a los teléfonos 91 67 23 ó 90 87 87. Desde el exterior, envíe cheque o giro a ta orden de BRECHA S,R.L

Avda Uruguay 844 - Montevideo -Uruguay Ahora, hasta las 11 horas M ¡US Para ser los primeros en enterarse de lo último

3 horas, en la nueva mañana de LA RADIO, con el estilo periodístico que usted ya eligió

Ion la información, el análisis, los Arocena, Raúl Barizzoni, Washington [corresponsales y los protagonistas Benavides, Ornar Ryner García, Juan Ique siempre han estado en PRI­ 'Arturo Grompone, Daniel Lillo, Hilia MERA FILA. Moreira, Alvaro Rico, José Rila, Judith Pero ahora, con nuevas propuestas, con Sutz y Marcelo Viñar, entre otros nuevos tiempo para hablar de deportes, medi­ protagonistas de PRIMERA FILA. cina, televisión, libros, historia, espectá­ Contaremos con la especial partici­ culos, ciencia, tecnología, psicología, cien­ pación de CRISTINA MORAN. Y un cias sociales, empresas o ecología. Con equipo periodístico de PRIMERA FI­ tiempo para hablar del futuro inme­ LA, integrado por Ana Pañela, Ana diato del Uruguay, un tema de hoy, cuan­ María Mizrahi, Ib más Vera y Marga­ do estamos a sólo 10 años del siglo XXI. rita Larriera. Compartiremos las mañanas con Rodrigo

EN LA CONDUCCION: MAMELA GENTA con ISMAEL BLANCO y DAINA RODRIGUEZ De lunes a viernes, dé 8 a 11, en CX 30 LA RADIO CUADERNOS DE MARCHA SUSCRIPCIONES 6 NUMEROS 12 NUMEROS URUGUAY NS 8.000 NS 15.000 ARGENTINA USS 12 USS 20 AMERICA LATINA USS 30 USS 55 OTROS PAISES USS 40 USS 70

Envios a CUADERNOS DE MARCHA Piedras 524- Montevideo- Uruguay