Prisma Revista Interdisciplinaria
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PRISMA REVISTA INTERDISCIPLINARIA UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PUERTO RICO RECINTO DE ARECIBO Año XVIII 2012-2013 JUNTA EDITORA Esther Albors Juan R. Horta Josué Santiago Luis F. Santiago Brenda Corchado Ángel M. Trinidad RECINTO DE ARECIBO UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PUERTO RICO RECTOR Dr. Rafael Ramírez Rivera PRISMA es una publicación del Recinto de Arecibo de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Su propósito es fomentar el discurso intelectual, la creación, la investigación y la crítica. La Revista Prisma no se hace responsable por las ideas expresadas por parte de los autores en sus escritos. ARTE Roberto Robles Artista Gráfico Recinto de Arecibo CORRESPONDENCIA PRISMA PO Box 4050 Arecibo, P.R. 00614-4050 ÍNDICE A nuestros lectores…………………………………………...………..…I CRÍTICA LITERARIA Antonio Álvarez Rivera La angustia existencial en Hijos de la ira de Dámaso Alonso.………………………………………1 Wanda I. Balseiro Chacón El tema del café en dos novelas puertorriqueñas: La charca de Manuel Zeno Gandía y Solar Montoya de Enrique A. Laguerre……............…………….....…18 Juan R. Horta Collado Alejandro Tapia y Rivera: romántico, colonizado e híbrido…..….....40 Nelson E. Vera Santiago Desde la ilegalidad: el poder de los delincuentes en Marta Aponte Alsina y Josué Montijo…………....…61 HISTORIA Laura Horta Vargas y César Solá García The Ghost and the Darkness: la representación fílmica de símbolos del colonialismo británico en el África Oriental………………….......71 Verónica M. Rodríguez Rivera “Estos, ¿no son hombres?” La alteridad en la historiografía de la conquista y colonización……………………….....81 César J. Solá García Literatura, arqueología y construcciones raciales: la novela King Solomon’s Mines de H. Rider Haggard y las ruinas del Gran Zimbabue.............................92 Héctor M. Torres Camacho Voltaire’s Views Towards Religion and Their Application Within His Historiography in History of the Russian Empire under Peter the Great (1763)…………………………………………..103 LINGÜÍSTICA Brenda Corchado Robles El poder de las palabras: El lenguaje del chisme televisivo presentado como medio de control social en Puerto Rico.....……….110 RELIGIÓN Luis G. Collazo Torres De la espiritualidad en Pedro Albizu Campos....................................116 CUENTO Josué Santiago Berríos Judith…………………………………………………………………..138 Camilo E. Santiago Morales Asirio….……………….………….……………………………………143 Ángel M. Trinidad Hernández De cintura para abajo…………...………..………………………..….147 POESÍA Ángel M. Trinidad Hernández El rostro humano…………………………..……………………….....151 Discurriendo…………...……………………………………………....152 Poesía rota……………………………………………………………..153 Ella es dueña de una calma……………………..………………….....154 Miré la tarde…………………………...……………………………....155 José A. Valle de Jesús Evocación…………………………………………………………........156 Ilusión…………………………………………………………………..158 Guía para el envío de colaboraciones………………...........................159 A NUESTROS LECTORES Uno de los modos de expresión más contundentes para la divulgación de nuestro quehacer académico, y a su vez está a tono con la visión interdisciplinaria que el mundo actual exige a los centros de educación superior, es la presentación de este número de Prisma. Una vez más, se abren sus páginas para esa apertura de enlace entre la investigación, la labor creativa y la crítica. Es verdaderamente un honor presentar el número XVIII, año 2012- 2013, con una variedad de temas que esperamos sean de su enriquecimiento cultural. Les invito a una lectura ponderada de cada uno de los escritos que aparecen a continuación. Su servidor Dr. Rafael Ramírez Rivera Rector I La angustia existencial en Hijos de la ira de Dámaso Alonso* Antonio Álvarez Rivera Concepto histórico y filosófico del existencialismo La poesía lírica es un aldabonazo en la conciencia del ser humano. A veces, un solo verso en una poesía es un relámpago de eternidad en la palabra. En el libro Hijos de la ira, constituido por veinticinco poemas, se da ese estremecimiento ontológico metafísico en su autor, Dámaso Alon- so. El poeta en esta obra se convierte en una abertura íntima que permite al lector hacer suya la problemática existencial del poeta. El marco referencial de Hijos de la ira, en cuanto a su configuración filosófica, es el existencialismo. Después de la Segunda Guerra Mundial, la filosofía de la existen- cia se puso de moda en varios países. Se puede fijar como fechas princi- pales del existencialismo las siguientes: en 1855 muere Kierkegaard; en 1919 Karl Jasper publicó su Psicología de las concepciones del mundo; en 1927 publicó Gabriel Marcel su Diario Metafísico y Heidegger su El ser y el tiempo; finalmente en el 1943 apareció El ser y la nada de Jean Paul Sartre. Sus orígenes Las obras de Søren Kierkegaard (1813-1855) revisten fundamental importancia para el existencialismo1. Además, señala Bochenski, que el filósofo protestante danés apenas ejerció alguna influencia durante su vida. Su redescubrimiento en el Siglo XX se debe a la relación íntima que guar- da su pensamiento subjetivo y trágico con el espíritu del presente. Marcel de-sarrolló sus ideas, afines a las de Kierkegaard, en una época en que no conocía todavía las obras de este. Kierkegaard no dispone de un sistema propiamente dicho. Este filósofo afirma la prioridad de la existencia frente a la esencia y parece haber sido el primero que dio a la palabra Existencia su sentido existencialista. Es un antiintelectual radical: “no es posible llegar a Dios por la vía intelectual, la fe cristiana es contradictoria * Nota: Al ser este número de Prisma de dos años, la Junta permitió exceder el máximo de páginas que es de quince. 1I. M. Bochenski, La filosofía actual. p. 176 1 y cualquier intento de racionalizarla representa un sacrilegio”2. Alía a su teoría de la angustia la soledad, las cuales completan al ser humano frente a Dios y al carácter trágico del destino humano. Ve en el instante una síntesis de tiempo y eternidad. Junto a Kierkegaard, Husserl con su feno- menología viene a ser la figura más importante para el existencialismo. La filosofía de la vida ha influido fuertemente en el existencialis- mo y hasta se puede decir que este la ha prolongado, especialmente su ac- tualismo, su análisis del tiempo; su crítica del racionalismo y a menudo también de las ciencias de la naturaleza. Bergson, Nietzsche y Dilthey, sobre todo, representan otras tantas influencias para los existencialistas. La metafísica nueva ha repercutido fuertemente en la filosofía de la existencia. Todos los existencialistas plantean el problema típicamente metafísico del ser, y algunos de ellos, como Heidegger, se distinguen por su conocimiento profundo de los grandes metafísicos de la Antigüedad y de la Edad Media. Hemos visto que el existencialismo arranca de dos grandes corrientes espirituales que condujeron al rompimiento con el Siglo XIX: la filosofía de la vida y la metafísica nueva. En su conjunto, el pensamiento existencial abunda en paradojas y contradicciones internas, y evidencia una falta general de congruencia, de unidad y de orden sistemático3. Pero es que obviamente tiene que ser así por la naturaleza misma de la existencia humana: es decir, el ser humano no es objeto, es sujeto. Tiryakian refuerza este criterio mío cuando sostie- ne: “En la medida en que cada lector es también un “existente”, compro- bará que posee una conciencia preexistencialista de la existencia, que el pensamiento existencial tiene referentes que tal vez ya son personalmente significativos para él, que no puede abordar un análisis de la existencia como un objeto más del pensamiento cognoscitivo4. La tesis esencial del existencialismo es que el ser humano es una incógnita pensante. La muta- bilidad constante a la que está sometido el ser humano le deforma la per- cepción objetiva del mundo y la de su realidad íntima. En la indagación de su propio ser Dámaso Alonso hace una aportación evidenciar de lo anteriormente expuesto. Sírvanme seis versos de la segunda estrofa del poema “En el día de los difuntos” para sustentar mi punto: ¡Qué horrible viaje, qué pesadilla sin retorno! 2Bochenski, op. cit., p 177 3 Edward Tiryakian, Sociologismo y existencialismo, pág. 107. 4Tiryakian, op. cit., p. 109 2 A cada instante mi vida cruza un río, un nuevo, inmenso río que se vierte en la desnuda eternidad. Yo mismo de mí mismo soy barquero, y a cada instante mi barquero es otro5. Puede atribuirse a un contemporáneo de Kierkegaard, Ludwig Feuerbach, como la persona que sentó las bases del existencialismo social. En su esfuerzo por desarrollar una filosofía del futuro, llegó a decir que: “La nueva filosofía… hace del hombre… el objeto exclusivo y universal de la filosofía”6. Esta tesis de Feuerbach reaparece un siglo después en Nicolás Alexandrovich Berdiaeff. Afirma Berdiaeff que el tema real del conocimiento filosófico es el ser humano, y que por intermedio del ser humano el filosófico puede aprehender tanto a Dios como a la naturaleza7. Esta posición, tanto de Feuerbach como de Berdiaeff, es antagónica con la de Kierkegaard expuesta anteriormente en este trabajo. A mi juicio, Kierkegaard está planteando la tesis enorme de la ininteligibilidad total del “yo y mi circunstancia”. Llevada al nivel poético simbólico, esta tesis Kierkegaardiana, a mi juicio, aparece estupendamente presentada en el formidable poema “Monstruos”. En mi criterio, ese es el poema que mejor revela la influen- cia de Kierkegaard en Dámaso Alonso. Agustín Basave está acertado cuando expresa que: “Para los exis- tencialistas filosofar ha sido, hasta ahora, preocuparse por los problemas humanos. En este sentido