Ciencia Ergo Sum ISSN: 1405-0269 [email protected] Universidad Autónoma del Estado de México México

Rutsch, Mechthild Enlazando al pasado con el presente: reflexiones en torno a los inicios de la enseñanza de la antro- pología en México (primera de dos partes) Ciencia Ergo Sum, vol. 7, núm. 3, noviembre, 2000 Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México

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ENLAZANDO AL PASADO CON EL PRESENTE: REFLEXIONES EN TORNO A LOS INICIOS DE LA ENSEÑANZA DE LA ANTROPOLOGÍA EN MÉXICO

PRIMERA DE DOS PARTES

MECHTHILD RUTSCH*

…Además, debe decirse sin reticencias ni cobardías y con viril resolución, que en México, la arqueología ha sido una especie de fatal piedra de toque, sobre la cual cada uno se cree con derecho a descargar sus golpes y sin criterio. Jesús Galindo y Villa, 1914.

Pienso que no está muy lejano el tiempo en el que la antropología a secas se ocupe sólo de las costumbres y las creencias de los pueblos menos civilizados, y la lingüística y la biología continuarán desarrollando la labor que ahora hacemos porque nadie se ocupa aún de ella. No obstante, siempre debemos exigir que el antropólogo que lleva a cabo trabajo de investi- gación debe estar familiarizado con los principios de estos tres métodos, ya que todos ellos son necesarios a la investigación antropológica. Y no menos debemos insistir en que tenga un conocimiento firme de los resultados generales del método antropológico como es aplicado en diferentes ciencias. Sólo tales exigencias darán a la labor del antropólogo la perspectiva histórica que es lo que constituye su más alto valor científico. Franz Boas, 1904. Recepción: 20 de junio del 2000 Aceptación: 22 de julio del 2000

Relating the Past to the Present. archeology and history, this tradition forman parte de un tejido social que Thoughts on the Origins of addresses some of the core problems still puede caracterizarse por severas ten- Anthropological Education in present in the nature of contemporary Mexico (and future) anthropology in Mexico. * Dirección de Etnología y Antropología Social del INAH. Correo electrónico: [email protected] Abstract. This essay offers a review of Agradezco a Patricia Argomedo su paciente ayuda en la the interdisciplinary tradition in Introducción búsqueda de una parte de los documentos citados. La anthropology at the National Museum versión original de este ensayo fue presentado como ponen- “ of Mexico during the first years of the A lo largo del siglo veinte, la antro- cia de la mesa inaugural La antropología mexicana frente al siglo XXI”, a invitación de la XXV Mesa Re- twentieth century. As a guiding line to pología en México ha permanecido donda de la Sociedad Mexicana de Antropología, the initial teaching of ethnology, ante retos diversos y difíciles. Estos San Luis Potosí, México, 13 de julio de 1998.

308 CIENCIA ERGO SUM V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 enlazando el pasado con el presente... siones en lo económico y político. En este ensayo se describe parte de Bustamante e Ignacio Cubas, respec- Ayer como hoy, el Estado mexicano los inicios de la enseñanza de la an- tivamente. está en vías de transformaciones pro- tropología en México, con la esperanza La vida del Museo estuvo en peli- fundas que parecen “inmensos cata- de contribuir, con una reflexión más gro y sujeta a los vaivenes políticos clismos”, como escribió Ezequiel amplia y actual en torno a la pregun- múltiples del siglo pasado, por esto A. Chávez a Franz Boas en 1917 (BP, ta ¿qué tipo de antropólogo se debe las clases “apenas se les atendió, lle- Chávez a Boas, 15/10/17). Desde en- formar durante el siglo XXI y en qué vando una vida enteramente nula”. tonces como ahora irrumpen “nue- tipo de tradición o transformación se Y si bien un año después de la mu- vos sujetos sociales” que reclaman debe fincar esta formación y esta en- danza del Museo a la calle de Mone- participación, autonomía, legitimidad. señanza? Su pretensión de validez se da 13, en 1867 se crearon los depar- Si a principios de este siglo el acceso construye en la medida en que haga tamentos de Historia Natural, Ar- a la educación fue restringido privi- relevante esta historia de principios queología e Historia “a cargo cada uno legio de clase, hoy esta situación no de siglo a la formación antropológica de éstos de catedráticos especiali- parece haber cambiado tanto. Méxi- presente y futura. zados”; no poseemos más noticias de co entró a una modernidad ya muti- Si bien se ha reconocido muchas estos cursos. Fue hasta que Justo lada desde los países centrales, desga- veces la importancia del Museo Na- Sierra ocupó el cargo como sub- rrada además por profundas desigual- cional como iniciador de la enseñan- secretario de Instrucción Pública de dades internas. za antropológica en México, e incluso la Secretaría de Justicia primero Hoy se nos empuja hacia una post- que éste sostuvo una tradición aca- (1901), y después como secretario de modernidad, cuya pretendida novedad démica (Medina, 1996: 38-39; Mo- resulta, por lo general, en un discurso rales, 1994: 52), es poco lo que real- 1. El ejemplo más reciente de estas inexac- académico muy conservador. No obs- mente se sabe de tal tradición y acer- titudes históricas es un trabajo en el tante, el problema central que esta post- ca de la comunidad de científicos que número 47 del Boletín Oficial del INAH modernidad volvió a traer a la mesa de la sostuvo. Más bien, gran parte de la discusión es cómo se debe asumir o ne- historiografía antropológica señala que ubica la creación de la Escuela In- gar el compromiso con la Ilustración y como inicios verdaderos de la antro- ternacional como consecuencia de ini- sus ideales de racionalidad histórica, pología en México a Manuel Gamio ciativas de Gamio y su enfoque integral social, económica y científica: esto no y su propia noción de antropología (Ramírez Castilla, 1997: 58). Por lo mismo, 1 sólo es importante, sino fundamental. integral, mientras el periodo que an- la presente descripción está basada, en En este sentido, la postmodernidad, este tecede a tales sucesos se concibe como parte, en fuentes primarias relacionadas “reino de la literatura” o “reino del una especie de “oscura edad media”. conocimiento a medias” (Cfr. Simpson, con los pasos iniciales de la enseñanza 1995), señala una pregunta que perió- I. Algunos antecedentes políticos antropológica en México. dicamente ha surgido en los contextos 2. Puede decirse que el periodista nayarita de las ciencias: la cuestión de la inter- En 1932, Luis Castillo Ledón, quien Luis Castillo Ledón (1880-1944), miembro 2 disciplinariedad y la jerarquización de para entonces llevaba 16 años co- del Ateneo de la Juventud, verdaderamente se las ciencias entre sí. mo director del Museo Nacional eternizó al frente del Museo entre 1914 y Éste parece un tema que enlaza al (INAH,1997), recuerda que los ante- 1941. Durante los 27 años transcurridos proceso de profesionalización de la cedentes más remotos de los cursos antropología mexicana con su pre- se encuentran en el decreto de su crea- en este periodo, él ocupó la silla del sente. La polémica implícita y explíci- ción, en tiempos del General Anastasio director en siete ocasiones (de las cuales ta alrededor de este tema señala no Bustamante (1831). En el artículo 19, los periodos más largos fueron de 1916 a sólo la pervivencia de diversas tra- el decreto ordenó establecer dos cá- 1924 y de 1936 a 1941), durante un total de diciones de pensamiento, sino también tedras, una de Antigüedades y otra 21 años con tres meses. Cfr. Museo Na- sus implicaciones en una parte de de Historia Natural (AHMNA, v.83, s. cional de Antropología, Catálogo del Archivo nuestro quehacer cotidiano, es decir, 2799, fs. 3-13).3 Pero las cátedras, la formación de nuevas generaciones de hecho, arrancaron hasta 1835 con Histórico (1937-1963), V. II, INAH, 1997. o, lo que es lo mismo, la enseñanza dos cursos: Historia Natural e His- 3. Transcripción del mismo se encuentra en de la antropología. toria Antigua, impartidas por Miguel el Anexo II-F en Rutsch, 1999.

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Exhibición de arqueología Azteca, antiguo Museo Nacional (1910) Instrucción Pública y Bellas Artes puede ser comprendido como conse- (Tomado de: Wright, 1911: 104). (1905), que el Museo tuvo apoyo pa- cuencia de su vocación y amor a la ra su vida académica; la docencia ciencia universal, así como parte de 4. Es decir, no sólo en el Museo, sino más adquirió estatus oficial y continuidad. las ideas rectoras de sus reformas edu- tarde en la Escuela Internacional de Arqueo- Si la labor del Museo y los inicios cativas.5 No obstante, Justo Sierra logía y Etnología Americanas y en la Escuela de la enseñanza antropológica regu- también tuvo una causa política me- de Altos Estudios de la Universidad lar bien pueden ser vistos como “un nos elevada, pues a la vez fue re- Nacional (1910). trabajo nacido de la iniciativa política sultado de una “zarandeada” que de los criollos coloniales que articu- Sierra recibió veinticinco años antes, 5. Como dice Dumas (1992 II: 65 ss) las refor- laban estrechamente la arqueología mientras era director del periódico mas educativas de Justo Sierra descansaban y la historia del México Antiguo con liberal-conservador La Libertad y sobre dos ideas: una, la reforma de la la legitimación de sus pretensiones diputado de la Décima Legislatura de educación primaria y dos, la reforma de la políticas nacionalistas frente a los es- la Unión (Díaz y de Ovando, 1990: educación superior y el establecimiento de pañoles” (Medina, 1996: 38), la 45). Este suceso data del 28 de oc- la Universidad. institucionalización de la misma en tubre de 1880, y tuvo lugar en el Con- 6. El convenio establecía que dos terceras tiempos de Justo Sierra obedece tam- greso de la Unión, donde se discutió bién a causas más específicas. el asunto del convenio celebrado por partes de los objetos encontradas en las La importancia y el interés de Justo el Ejecutivo con Desirée Charnay, excavaciones de Charnay le pertenecían a Sierra por fomentar en diferentes ins- relativo a excavaciones y exporta- éste, mientras la parte restante sería tituciones4 el estudio de la historia ciones de materiales arqueológicos, custodiada por el Museo (Cf. Díaz y de antigua del país, el conocimiento ar- así como a la legalidad del mismo.6 Ovando, 1990). queológico y asuntos relacionados, En aquel entonces, Sierra argumen-

310 CIENCIA ERGO SUM V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 enlazando el pasado con el presente... tó a favor de la universalidad de la drich Ratzel, era el pasado prehis-pá- facultades lo situaban al lado, de he- ciencia y, en consecuencia, de la his- nico lo que otorgaba a México una cho estaba por encima del Museo y toria mexicana y sus vestigios. Al tiem- dignidad especial de la cual carecen con tales facultades, la Inspección po, adujo la falta de infraestructura otras naciones latinoamericanas; en podía fomentar u obstaculizar sus para el resguardo de las antigüeda- aras de este pasado, Ratzel estaba actividades en campo y en gabinete.9 des del país, así como la escasa posibi- dispuesto en reconocer la categoría Por ejemplo, a los hallazgos de Ni- lidad de investigación en suelo na- de una semi-cultura (sic) del país (cf. colás León durante su excursión con cional. Sus argumentos provocaron Vázquez y Rutsch, 1997: 126). los popoloca a fines de 1904, publi- una airada respuesta de una mayoría Veinticinco años más tarde, la preo- cados inicialmente en la primera pla- abrumadora de nacionalistas libera- cupación de Justo Sierra por fomentar na de El Imparcial el 13 de enero de les, entre ellos Guillermo Prieto y Vi- la arqueología del país tenía razona- 1905, Batres responde con un oficio cente Riva Palacio. La votación acerca mientos análogos. Al defender el pre- de este asunto, resultó en 6 votos afir- supuesto destinado a la restauración 7. Cabe ilustrar la diferencia existente de co- mativos y 114 negativos, lo cual mos- de Teotihuacán, argumentó ante el lecciones arqueológicas mexicanas en tró claramente la censura a la posición Ministerio de Finanzas que: “para de Justo Sierra. Asimismo, en dicha ustedes, hombres de las finanzas y de México y otras partes. Mientras la Galería discusión se planteó la necesidad de los fiscos, esto de la arqueología es de Monolitos para entonces “en su que el Estado debía otorgar los re- asunto baladí y de poca importancia, Género, la primera Galería Arqueológica cursos necesarios para la investiga- pero para nosotros es lo único que ga- del país y probablemente de toda la ción y el resguardo adecuado del rantiza la personalidad de México ante el América Latina” en 1896 se integró de 350 patrimonio nacional, amén del re- mundo científico, todo lo demás es lo piezas (Galindo y Villa, 1896: 9), sólo la pudio a su saqueo.7 Años más tarde, mismo que existe en otras partes y colección llamada Seler o Loubat de y financiado por el mismo Estado, está realizado aquí por extranjeros” objetos arqueológicos mesoamericanos Leopoldo Batres comenzó las exca- (Dumas (II), 1992: 364, cursivas del vaciones en Teotihuacan y se creó la autor). del Königliche Museum für Völkerkunde de Dirección de Conservación e Inspección de A veinte años de fundación de la Berlín constó de 13000 objetos en 1911 Monumentos Arqueológicos en 1885 primera institución nacional dedi- (Krieger y Koch, 1973: 181). Hasta donde (Lombardo, 1988: 66). cada específicamente a la protección sé, el asunto del saqueo de piezas arqueo- Entre otras cosas, este episodio del patrimonio arqueológico, la ad- lógicas de México ha sido muy poco es- muestra que el liberalismo económico ministración de Justo Sierra, me- y social no está reñido con la protec- diante la institucionalización de la en- tudiado y mucho menos se ha escrito ción y el cuidado celoso del pasado señanza antropológica, fomentó la sobre él un análisis histórico concienzu- propio. Al contrario, la narrativa del investigación de la memoria histó- do. Con las escasas cifras disponibles se “museopatria” (Morales, 1994: 44) rica mexicana y la formación de espe- comprende la justeza de la afirmación de dio unidad ideológica al Estado mo- cialistas en ese campo. Ésta, en mu- José Luis Lorenzo por ejemplo, quien derno y nacional, como escribió Ga- chas ocasiones, se oponía a las con- asentó que llenar los Museos de las lindo y Villa (1911-1912: 22): “llegó, cepciones de la Inspección, no sólo colecciones de diverso tipo desató, sin embargo, el tiempo en que el su- de las manifestadas en Leopoldo premo gobierno fijó su mirada en Batres y sus diferencias con arqueó- durante esta época, “una desaforada el Museo, le consagró su atención, le logos y antropólogos nacionales y competencia”, sobre todo entre los países facilitó medios para levantarse, y el extranjeros,8 sino también como en- centrales (Lorenzo, 1976: 11). Museo comenzó a hacer lo que debía; tidad autónoma, desvinculada de la 8. Por ejemplo, para el caso de las controver- la reforma más completa hizo sentir entonces institución antropológica sias entre Eduard Seler y Leopoldo Batres su mano, en las antiguas y hete- del país, o sea, el Museo. Así, el Ins- (Rutsch, 2000). rogéneas colecciones sucedieron las pector funcionaba como una especie que formó el más riguroso método de trabajador de campo a la vez que 9. Cf. Comunicado de Atribuciones del científico”. controlaba las colecciones entrega- Inspector de Monumentos Arqueológicos, También a ojos de viajeros extran- das al Museo y vigilaba los permisos Lombardo de Ruiz/Solís Vicarte, 1988: 66/ jeros, como del geógrafo alemán Frie- otorgados a extranjeros. Si bien estas 67.

V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 CIENCIA ERGO SUM 311 ENSAYO directamente dirigido al Secretario monumentos serán destruidos ó de- claro en Estados Unidos, donde la de Justicia e Instrucción Pública en teriorados por la mano oficial” (AGN/ enseñanza profesional se tuvo que el cual, “cumpliendo con mi deber IPBA/c. 170, e. 36, f. 28).10 emancipar de los tutelajes y las trabas de Conservador de monumentos ar- El poder de la Inspección como museísticos. En el caso alemán, estos queológicos, me permito suplicar á arqueología oficial también se ma- conflictos no parecen tan claros, aun- Ud. se sirva ordenar al profesor de nifiesta en que se pide el parecer de la que las primeras cátedras se estable- Arqueología se limita á estudiar los Inspección para revisión de los progra- cieron en universidades de renombre monumentos sin hacer excavaciones, mas de estudio de la materia impartida (Berlin y Leipzig), donde también ni derribar losas, de lo contrario esos en el Museo. Tal estado negativo de hubo fracasos en proyectos de co- competencia entre las dos instituciones laboración. 10. En su informe, León había dicho que la fue descrito también por Galindo y Villa El desarrollo de la profesiona- excavación correspondía a Galindo y Villa (1911: 64) cuando se dice que la Ins- lización antropológica en México como profesor de arqueología del Museo. pección debería pertenecer al Museo. muestra una institucionalización Este origen cronológico e institucional desdoblada en su origen, no sólo entre 11. Para un análisis detallado de esta cuestión dispar entre la conservación, por un enseñanza museística y universitaria durante los últimos sexenios, véase lado, e investigación y enseñanza, por (cuya implementación y relación tiene Rodríguez, 1996. otro, dejó una huella profunda en la an- asimismo sus particularidades), sino 12. Para el caso de la arqueología, Vázquez tropología mexicana que perdura hasta ante un tercer factor, esto es, una ins- (1995: 74-125) sostiene que el patri- el día de hoy. titución que ejerce un gran poder y monialismo (como concepción extra- Cabe recordar que la enseñanza cuyo primer cometido es la conser- polada de propiedad privada sobre un antropológica en otros países nació vación de monumentos arqueológicos también ligada a los Museos, pero en campo. Quedan claras, además, patrimonio inmueble) tiene hondas raí- pronto se emancipó de ellos. En di- las funciones políticas dobles de la Ins- ces históricas que, en su devenir, se ubica versas tradiciones nacionales, como pección, que son control de saqueo y en las cortes europeas y la colonia. Ar- la estadounidense y la alemana, y conservación, así como apuntalar la gumenta que tal patrimonialismo rea- durante su respectivo proceso de pro- ideología del prestigio del pasado parece en la conciencia moderna de fesionalización de la antropología, mexicano, prestigio capitalizado di- administración del patrimonio nacional, los proyectos de colaboración entre rectamente por el Estado y que dominó Museos e instituciones académicas y y sigue dominando generalmente la mediada por la relación clientelar entre universitarias fracasaron en gran me- investigación académica.11 poder ejecutivo, arqueología y ar- dida y fueron marcados por fuertes Así, y desde los inicios de la antropo- queólogos. Lo mismo podría decirse de conflictos (Darnell, 1969; Hinsley y logía mexicana, las funciones de con- otros niveles más individuales de Holm, 1976; Krieger y Koch, 1973). servación se independizaron de la in- concepción de “propiedad” que aún De hecho, la mayor parte de las veces, vestigación académica a la cual, en todo dominan gran parte de nuestro quehacer el desarrollo de una comunidad cien- caso, deberían rendir cuentas. Si se con- cotidiano. tífica en antropología se ha dado me- sidera que el carácter de la investiga- diante una enseñanza profesional ción científica debe ser público, abier- 13. Así, Xavier Lizárraga (1998) escribe lo crítica, distanciada de los Museos, en to, intersubjetivo e idealmente distan- siguiente: “Como investigadores (del términos teóricos y espaciales. En ciado de cualquier sujeción a criterios INAH), nos vemos y consideramos los muchos casos y durante este perio- políticos, la antropología mexicana na- custodios (y, por ende, los poseedores) de do, reductos de poderío anticuarista ció con una pesada carga institucional. lo que se ha decidido y decretado que es y regionalista no sólo impidieron la El “patrimonialismo” instaurado bajo nuestro patrimonio histórico, nuestro realización de la idea de que la en- una concepción extrapolada de propie- señanza y formación en antropología dad privada, sigue vigente en muchos patrimonio cultural... perdón, el patrimonio debía comenzar y terminar en el niveles.12 Hasta el día de hoy, en el Ins- nacional. Pero ¿no nos estamos engañando ámbito del Museo (Tozzer citado en tituto Nacional de Antropología e His- e inventando a nosotros mismos? [….] Ya Darnell; 1969: 258), sino obstaculi- toria se pone en duda el derecho de habrá, en algún sitio, espacio académico zaron los proyectos de cooperación nuevos sujetos sociales al patrimo- para la antropología…¿no?”. institucional. En especial, esto queda nio;13 lentamente se abre paso un cam-

312 CIENCIA ERGO SUM V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 enlazando el pasado con el presente... bio más democrático, es decir, una nue- tinción de la etnia en cuestión: “in- estudio”. La catalogación que se te- va concepción que considere al patrimo- dios de la raza popoloca, mixteca baja nía a la vuelta del siglo seguía siendo nio como propiedad de la Nación (y …Quizá dentro de poco ellos tendrán imperfecta, pues solamente abarcó un hasta de la humanidad), no de la buro- que desaparecer… Es mi propósito criterio temático. Y éste se agotó casi cracia ni de la iniciativa privada, sino en tanto que tengo la honra de ser por completo en temas religiosos y “de la titularidad de todos los mexica- profesor de este Museo, hacer anual- de “costumbres”,18 de forma tal que nos y hasta de los habitantes del país”. mente el estudio de una de las varias la primera tarea de la arqueología y Por lo tanto, funda el derecho subjetivo de tribus indias de México, eligiendo a etnoantropología científica que se éstos y, en consecuencia, el carácter aquella próxima a extinguirse o que pretendía inaugurar era la de cla- inalienable del derecho a su defensa y a sea poco o nada conocida. De esta sificación y catalogación; esto le que- pedir cuentas en estos asuntos a los fun- manera cada año se podrá tener un dó claro al gobierno. Así, la Secreta- cionarios en turno.14 estudio monográfico y una colección ría de Instrucción Pública contrató en de objetos para formar nuestra na- 1907 a Eduard Georg Seler, enton- II. Hacia la construcción de un ciente exhibición étnica, bajo un espí- ces jefe del Departamento America- discurso y una enseñanza ritu verdaderamente científico” (AGN/ no del Museo de Berlín para instru- antropológicos IPBA, c. 150, e. 26, f. 4). mentar una clasificación y cataloga- Aparte de la voluntad de conocer ción de las piezas arqueológicas del Desde 1904 se disponen de testimo- las etnias del territorio nacional y del Museo Nacional. Seler procedió a cla- nios15 de los primeros antecedentes “rescate de última hora” –moneda co- de trabajo de campo y de investiga- rriente en la etnología mundial de la 14. Cf. Sentencia del juez Jean Claude Tron ción de cuatro trabajadores del Mu- época– aquí se expresa la intención Petit, Juez Primero de Distrito en Materia seo, tres de los cuales serían futuros de conferir cientificidad sistemática Administrativa en el Distrito Federal, catedráticos en tiempos de Justo Sie- a las colecciones exhibidas por el Mu- rra (Nicolás León en Etnología, Ga- seo. Esta voluntad positiva de sis- del día 7 de mayo 1998, otorgamiento lindo y Villa en Arqueología y Gena- tematización es típica de la época, del de amparo a la Asociación Vecinal para ro García en Historia). Dos de ellos positivismo y su imagen de ciencia, la la defensa de Tlalpan A. C. y Coagraviados, fueron catedráticos hasta principios cual reencontramos a lo largo de do- contra de actos y autoridades: Presidente de los años veinte, enseñando ya en cumentos escritos también por los de la República, Jefe de Gobierno del la Facultad de Altos Estudios, pues demás trabajadores del Museo. Como Distrito Federal, Secretaría de Educación en 1916 la enseñanza antropológica dice Leticia Mayer (1996: 1): “Des- (Director de Bellas Artes y del INAH), pp. pasó a la Universidad (cf. AGN/IPBA, pués de la guerra de Independencia, c. 159, e. 78). la estadística fue la forma científica 23 ss. En los escritos que dirigen al Di- de conocer a la nación, pero princi- 15. Coincidentemente es este también el año rector del Museo a principios de 1905 palmente de crear y recrear al nacien- en el que encontré el primer testimonio de –para entonces el Ing. Francisco M. te país, de concebir el gran imaginario las intenciones de Boas por establecer una 16 Rodríguez– narran el trabajo de de “lo nuestro”. No sólo resultó im- Escuela Internacional en México. campo realizado durante los meses portante contabilizar los recursos na- 16. Rodríguez fue director del Museo desde el de noviembre y diciembre de 1904 turales, sino que lo más significativo 19 de marzo 1903 hasta el 18 de abril de (AGN/IPBA, c. 170, e. 36, fs. 1-30).17 fueron los hombres y sus cualidades Por varias razones vale la pena men- morales y antropomórficas”. 1907. cionar las páginas entonces escritas Entonces, la clasificación y catalo- 17. Aquí también se encuentra el informe de por Nicolás León, quien informa gación de objetos eran, en aquél en- Manuel M. Villada para la materia sobre su estudio de los popoloca de tonces, sumamente rudimentarias, de Prehistoria. Puebla y Oaxaca (AGN/IPBA, c. 170, pues como dice Galindo y Villa (1914: 18. Éstos fueron: astronomía, cronología, e. 36, f. 11-16); León había solicitado 188), citando a los maestros de 1881, mitología, objetos destinados al culto, urnas, permiso y fondos para tal estudio des- el Museo durante años ha padecido de el 3 de octubre de 1904. La fun- –aún del público ilustrado– un con- piedras de juego de pelota, monumentos damentación de esta solicitud se basa, cepto de “almacén de curiosidades conmemorativos, epigrafía, arquitectura, en primer lugar, en el peligro de ex- […] sin orden, sin clasificación, sin escultura y piezas diversas.

V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 CIENCIA ERGO SUM 313 ENSAYO sificar pieza por pieza, elaborando conciencia más adelante le permiti- tres pretendidas razas y logré no sin una cédula que contenía medidas, una rá a León ejercer una fuerte crítica gran contentamiento, ver lo que las sucinta descripción, dibujo y biblio- de la enseñanza antropológica del lenguas me enseñaban me lo com- grafía sobre el objeto, además de su Museo. En cuanto a su solicitud de probaba la conformación física”, crite- nombre indígena con traducción al fondos de 1904, León reconoce que rio el más valioso en la importante cuestión castellano, explicación de su empleo, “si bien estoy muy lejos de ser un del origen de los pueblos (AGN/IPBA, c. raza indígena que lo usó, año que fue perfecto etnologista, no me falta ni la 170, e. 36, f. 13, subrayado mío). traído y donante por el cual llegó al conciencia de mi deber, ni la abro- Es interesante observar aquí que la Museo (AGN/IPBA, e. 168, e. 44, fs. gación y entusiasmo necesarios para motivación de su investigación, al me- 20-23).19 De esta manera se introdu- abordar sus labores” (AGN/IPBA, c. nos en parte, está regida por el deseo jo un criterio histórico contextual a 150, e. 26, f. 4). de la determinación del origen de los la catalogación de las colecciones. El En segundo lugar, este documen- pueblos. No existe un criterio social criterio temático que había predomi- to es significativo porque, 16 años cuya finalidad se pudiera imaginar nado en la descripción de Galindo y antes de la obra El Valle de Teotihua- como el mejoramiento de las cues- Villa muestra la causa de admiración can… y la ya mítica “integralidad” tiones de integración y de vida indí- y de estudio de la “Pompeya Mexica- de los estudios de Gamio, propone gena actual, lo que Andrés Medina na” de la época, es decir, “su eleva- un estudio integral. León busca (1996: 32) ha llamado una “escanda- do ideal religioso” –como se expresó abordar los siguientes objetivos: 1. de- losa miopía” de la antropología por- Justo Sierra, en un histórico discurso terminar la área geográfica que ocu- firista en general y que José Lameiras pronunciado en Teotihuacan (Dumas, pan los popolocas actuales; 2. in- (1979: 116) calificó como una “mera op. cit.: 421). A su vez, este énfasis en vestigar la que en tiempos precolom- abstracción” de la indianidad y del temas de religión y costumbres mu- binos hayan llenado; 3. recoger datos México mestizo, campesino y de su cho tenían que ver con la tradición relativos a su idioma; 4. examinar su realidad. Existe, eso sí, la preocu- etnológica y filológica alemana de cultura actual; 5. coleccionar pro- pación por determinar origen, con- esos tiempos. ductos de su industria; 6. investigar formación racial y lingüístico de las Desde Nicolás León hacia 1905, el su vida social actual; 7. estudiar de etnias del territorio nacional, de su afán por una sistematización cien- un modo especial sus prácticas reli- descripción y clasificación; León pro- tífica va acompañado por la con- giosas; 8. acopiar el mayor número pone: “en tanto tengo la honra de ser ciencia de las propias limitaciones de posible de datos folklóricos; 9. bus- profesor de este Museo, hacer anual- formación, en lo que coincide con car monumentos arqueológicos, pro- mente el estudio de las varias tribus Galindo y Villa; a la vez, esta auto- ducto de su civilización prehispáni- ca; 10. estudiar su conformación fí- sica; 11. tomar moldes, si fuera posi- 19. Esta labor que realizó Seler, y por la cual se ble, sobre el vivo para arreglar mani- le pagó, al parecer no dejó mayor rastro, quíes exactos de esa raza; y 12. co- salvo que se le nombrara profesor leccionar piezas de la indumentaria para vestir los maniquíes (AGN/IPBA, honorario del Museo. Felipe Solís, en su c. 150, e. 26, f. 5). ponencia “Eduard Seler y las colecciones Su estudio pretendió abarcar la ar- arqueológicas del Museo Nacional” queología, la antropología física, la et- presentada en el Coloquio Internacional Eduard nología y la lingüística. De estos pro- y Caecilie Seler el día 23 de marzo de 1999, pósitos, los logros en cuanto a datos refirió que el “Catálogo Seler” que obra en recolectados de antropología física y lingüística fueron los más numerosos el Archivo del Departamento de y relevantes. Incluso, según León, Arqueología del actual Museo es copia me- pudo correlacionarlos, aclarando que, canografiada del original. Sin embargo, no “puse entonces particular cuidado y pude comprobar esta afirmación, pues no empeño en estudiar los caracteres fue posible obtener acceso a este archivo. antropológicos más salientes en esas Eduard Seler

314 CIENCIA ERGO SUM V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 enlazando el pasado con el presente... indias en México, eligiendo a aquella excursio-nes o sea a estudios fuera Nicolás León, sino también con el próxima a extinguirse o que sea poco del gabi-nete” (AGN/IPBA, c. 150, e. del americanista Eduard Seler. Como o nada conocida. De esta manera 26, f. 4). se escribe en otra parte, para Seler la cada una podrá tener un estudio Es decir, por fin se apoyaba al tra- arqueología era una variante de monográfico y una colección de obje- bajo de campo hecho desde y por el la etnología, una etnología antigua tos para formar nuestra naciente Museo, y no tan solo el de Inspección. o histórica, asistida por la lingüística, exhibición étnica, bajo un pie ver- La investigación antropológica me- la geografía, la historia y el folklore daderamente científico” (AGN/IPBA, c. recía atención y respaldo como con- (en lo que coincidía con Boas) y cuyo 150, e. 26, f. 5). secuencia de las reformas de Justo principal objeto era, según sus pala- De regreso a Puebla, León estudia Sierra, quien anunció que de la pró- bras, “reconstruir la historia de esos los códices (un códice chuchon) y xima obra de León sobre los po- pueblos antiguos y los rasgos esen- ocupa su tiempo “en fotografiar las polocas se imprimirán 1000 ejem- ciales de su civilización” (Vázquez y antigüedades popolocas que en el plares, para distribuirla también en Rutsch, 1997: 124). Museo de la misma se conservan” los centros científicos de Europa A su vez, esta concepción de un es- (AGN/IPBA, c. 170, e. 36, f. 15). y de América. tudio antropológico integral, supone Por lo demás, es claro aquí que, des- Cabe agregar aquí que la con- un concepto antimonumentalista de de un inicio, las investigaciones ar- cepción de León acerca de la inte- la arqueología, pues como escribía queológicas que efectúa León son ins- gralidad de los estudios, así como de Galindo y Villa, “algunos etimologis- trumentos para corroborar y com- la clasificación de las ciencias, es tas estrechan los límites del concepto probar los datos lingüísticos, etno- compartida por quien fuera el cate- reduciendo la Arqueología al estudio lógicos y de antropología física. Po- drático fundador de arqueología en de los monumentos de la antigüedad; dríamos hablar de etno-arqueología o de este país, el Ing. Jesús Galindo y Villa entendiendo por monumento toda etno-antropología, tal cual lo hace el mismo (1867-1937). Éste, en 1914, publicó obra material levantada o hecha en autor (AGN/IPBA, c. 170, e. 36, f. 15).20 una conferencia titulada “Exposición memoria o honor de acciones heroi- De los informes de trabajo de campo general sobre arqueología mexicana”, cas o de personas; definición poco que se llevaron a cabo durante di- interesante por diversos motivos, en completa, puesto que, por extensión, ciembre de 1904 es el que, a la pos- la cual expone, entre otras cuestiones, se aplica el término monumento a las tre, arrojará un fruto importante. el lugar de la arqueología mexicana mismas obras literarias de alta valía o Al llegar a la ciudad de México, entre las ciencias. Sin abundar en este de universal renombre; y tan monu- León dictó conferencia de sus re- asunto, es importante señalar que para sultados de estudio el 15 de marzo Galindo y Villa la arqueología no es de 1905 en la Escuela de Minas sinónimo de Ciencia o Historia de la 20. “El resultado de mi labor de dos meses (Dumas, 1992 II: 184-185).21 Entre Antigüedad, sino más bien, “la Ar- espero darla a conocer en el transcurso del la nutrida asistencia de esta velada queología […] camina sobre campos año escribiendo un libro que forme una se encontró Justo Sierra “quien es- cubiertos de despojos; pero tan sólo monografía sobre la historia y etno-antro- taba en el origen de estas explora- analiza un aspecto de la Historia de la pología de los indios popolocas, tal cual ciones y de éstas muy útiles confe- Antigüedad y es auxiliar de primer hoy se encuentran, y algunas noticias de rencias científicas” (ibid.), pues, como orden para ésta.[ ] A pesar de tal dijo León en su misma solicitud de restricción, se ha concedido al término sus consanguíneos, los chuchones y fondos y de permiso para la investi- Arqueología una gran latitud […] mixtecas”. gación: “No es ésta la primera vez considerada como la ciencia de lo 21. El éxito de León en esta expedición se re- que propongo trabajos de esta índo- antiguo, no debe confundirse con la flejó también en un artículo de primera le, que si no se han realizado ha sido ciencia de la Antigüedad, ésta es plana de El Imparcial del viernes 13 de enero por la pobreza de nuestro presupues- genérica y aquélla específica” (Galindo de 1905. En éste, aparte la insistencia sobre to y las múltiples o ingentes y Villa, 1914: 191). leyendas fantásticas y el descubrimiento de necesidades de nuestra institución. Este punto de vista acerca de la ar- Afortuna-damente en el actual pre- queología como ciencia auxiliar de nuevos pirámides, se insiste sobre la colec- supuesto de ella veo consignada una una ciencia global de la antigüedad ción arqueológica y etnológica que el cien- partida dedicada exclusivamente a es coincidente no sólo con el de tífico había recolectado.

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mento es la obra inmortal de Cervan- Jitrik, N. (comp.) (1990). Irrupción del discurso. Dis- tes, como los pasmosos manuscritos curso e interdisciplina. Serie Discurso y Socie- de los indios mexicanos” (Galindo y BIBLIOGRAFÍA Villa, op. cit.). dad. 2. UNAM, México. Cabe señalar, por otro lado, que la Krieger y Koch (eds.) (1973). 100 Jahre Museum noción de una antropología integral Boas, F. (1974). “The History of Anthropology”, für Völkerkunde Berlin. Baessler Archiv. estuvo en los orígenes de la investi- en Darnell, Regna. Readings in the History of Beiträge zur Völkerkunde. Neue Folge. Band gación antropológica del Museo; Anthropology. Harper and Row Publishers, XXI, Berlín. contemplado a la luz de lo dicho, resulta que en la concepción de su New York and London. pp. 260-270. Lameiras, J. (1979). “La antropología en México. clasificación de las ciencias, los pro- Darnell, R. (1969). The Development of American Panorama de su desarrollo en lo que va del fesores del Museo no concebían a la Anthropology. 1879-1920. From the Bureau of siglo”, en Ciencias sociales en México. Desarrollo y arqueología como cúspide y corona American Ethnology to Franz Boas. Tesis perspectiva. El Colegio de México, México. pp. del estudio del hombre americano, amén de una noción petrificada de de Doctorado. Philadelphia. 109-180. su propia realidad, como se ha afir- Díaz y De Ovando, C. (1990). Memoria de un debate León, N.; Galindo y Villa J. y González, P. (1911). mado. Más bien apostaban –y dicho (1880). La postura de México frente al patrimonio “Dictamen de la Comisión de Profesores sea de paso, bajo diversas categorías arqueológico nacional. Universidad Nacional Au- del Museo Nacional sobre expedición de y epistemologías de clasificación de tónoma de México, México. las ciencias–22 a una ciencia antropo- títulos a los alumnos y organización de lógica, que comprendía una ciencia Dumas, C. (1992). Justo Sierra y el México de su cursos”, Boletín del Museo Nacional de Arqueología, de la antigüedad, de la cual, y entre tiempo 1848-1912. 2 vls., Universidad Nacional Historia y Etnografía. T. 1; N. 6; dic. pp. 137- otras ciencias específicas, formaba Autónoma de México, México. 141. parte la Arqueología.23 Se compren- Galindo y Villa, J. Lizárraga, X. (1998). “¿Dónde quedó la Antro- de que esta concepción se oponía al concepto monumentalista de la Ins- _____ (1896). Breve Noticia Histórica Descriptiva del pología?”, Diario de Campo. Boletín Interno de los pección. Museo nacional de México. Imprenta del Museo Investigadores del Área Antropológica. No. 2. Nacional, México. Lombardo de Ruiz/Solís Vicarte (1988). Cf. De- _____ (1911-1912). “En la apertura de clases de creto de Creación de la Plaza de Inspector y Conserva- 22. Aquí pienso en la clasificación de las cien- Historia correspondientes al Curso de 1911- dor de Monumentos Arqueológicos. p. 66. cias que hizo a principios de los años veinte 1912”, Boletín del Museo Nacional de Historia y Lorenzo, J. L. (1976). La arqueología mexicana y los

Andrés Molina Enríquez, la cual difiere de Etnología. Vol. 1, No. 1-12. 3ª época. 1911- arqueólogos norteamericanos. INAH, Departamen- su antecesor León, por ejemplo (Molina 1912. pp. 22-26. to de Prehistoria (apuntes para la arqueolo- Enríquez, 1990). Sin embargo, por falta de _____ (1914). “Exposición general sobre ar- gía). México. espacio este asunto quedará para una oca- queología mexicana”, Anales de antropología e Mayer, L. (1996). Reflejos sobre el Agua. La significa- sión posterior. historia. V. 5; N. 1-5; pp.185-198. ción cultural de la estadística en el siglo XIX. IIMAS- 23. Por lo demás, la miopía ideológica de estos _____ (1923). El Museo de Arqueología, Historia y UNAM. hombres no fue la excepción, sino la regla. Etnología. Imp. del Museo Nacional, México. Medina, A. (1996). Recuentos y Figuraciones. Ensa- En términos generales, el conservadurismo Garciadiego, J. (1996). Rudos contra Científicos. La yos de Antropología Mexicana. UNAM, IIA, de la élite intelectual de la época más bien Universidad Nacional durante la Revolución Mexi- México. fue mayor que su nacionalismo. Así, pocos cana. Colmex/UNAM, México. años después, mientras el resto del país Molina Enríquez, A. (1990). Clasificación de las Cien- estaba casi totalmente en armas, “la comu- Hinsley, C. M. y Holm, B. (1976). “A Cannibal in cias fundamentales. (Facsimilar de la 2ª edición nidad universitaria y su entorno disfrutaron the National Museum. The Early Career of de 1935) Instituto Nacional de Antropología de una paz casi ininterrumpida” (Garciadiego, Franz Boas in America”, en American e Historia, México. 1996: 16-17). Anthropologist. 78: 306-16. Morales Moreno, L. G. (1994). Orígenes de la

316 CIENCIA ERGO SUM V OL. 7 NÚMERO TRES, NOVIEMBRE 2000-FEBRERO 2001 enlazando el pasado con el presente...

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