Sociedad Y Transmisión Oral En La Toponimia Menor Palentina*
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005-022.qxp 27/10/08 17:21 Página 5 Sociedad y transmisión oral en la toponimia menor palentina* Gonzalo Ortega Aragón Ilmo. Sr. Presidente, Sras. y Sres. Académicos, Sras. y Sres.: El cuerpo lingüístico de la toponimia menor, es decir de los nombres de lugares rústicos, o no urbanos, no ha sido prácticamente estudiado y menos en nuestra provincia. Apenas si en la bibliografía palentina se encuentra alguna referencia interpretativa de esos nombres de pagos, términos, caminos, ríos, arroyos, parcelas, picones, montes, cuestas, sendas, cañadas y otros accidentes geográficos o vías de comunicación en el campo. E incluso si ocasionalmente encontramos una explicación toponímica de este apartado, vemos en- seguida que se ha llegado a ella más como referencia histórica, como curiosidad local, que como interpretación directa del topónimo. Desde hace mucho tiempo, vengo investigando, o curioseando, este mundo de la toponimia menor palentina, a través de la bibliografía disponible, con el conocimiento de los terrenos de los pueblos, de su historia, de sus conte- nidos monumentales y de sus características geográficas y productivas. Con estas artes y con algunas otras más ocasionales, como las entrevistas con nati- vos y a veces protagonistas o testigos del cambio de esos topónimos, he ido con- siguiendo esclarecer no pocos grupos nominales, llegando a saber su origen y razonando su evolución. También para este trabajo me han ayudado bastante mis incursiones en la bibliografía específica de otras provincias, que si no trata directamente de estos topónimos sí contiene ciertas alusiones o referencias pun- tuales que, por comparación o por identidad, me han llevado a la interpretación de topónimos de nuestra provincia. Algunas partes de este trabajo ya las he ido dando a conocer en distin- tos foros culturales. Y ahora se lo ofrezco más completo, ordenado y sistemati- * Discurso de apertura del Curso Académico 2006/2007 de la ITTM. PITTM, 78, Palencia, 2007, pp. 5-21. 005-022.qxp 27/10/08 17:21 Página 6 6 GONZALO ORTEGA ARAGÓN zado, pero advirtiendo, desde luego, que el campo investigador queda abierto, pues es muy amplio el espacio que aún está sin recorrer y que precisa una tiem- po y una dedicación más prolongados. CARACTERÍSTICAS Según he ido avanzando en el estudio de los topónimos menores, he entendido sus características comunes esenciales, que he concentrado en cuatro: 1.- Necesarios. Se entiende fácilmente que los topónimos de las diversas partes de un término municipal han sido necesarios desde el primer momento en que ha naci- do una población que labora y recorre esos campos. Como en una población se distingue a las personas por su nombre y a las calles por su denominación ofi- cial, también las distintas partículas del término rústico de esa población, partí- culas viarias, de labor o de características geográficas, necesitaron un nombre de uso común entre los moradores, para entenderse en sus referencias a ese campo que habían de andar y trabajar día a día. 2.- Espontáneos Ni que decir tiene que el origen de esos topónimos ha sido la esponta- neidad. Han sido los mismos moradores de cada lugar los que han ido ponien- do nombre a esos pagos que labraban, a esos senderos y caminos que recorrían, a esos elementos geográficos que contemplaban cada día. No ha habido norma oficial, no ha habido imposición alguna, para el surgir de esos nombres. Y si en los callejeros hubo también mucha espontanei- dad popular inicial, esos nombres originales y otros impuestos se oficializaron por las autoridades y para todas las referencias municipales; por tanto, los nom- bres de las calles hace ya siglos que se controlaron por los regimientos locales, mientras que los nombres del campo nadie los controló, aunque con el tiempo fueron apareciendo en los catastros y hoy también están oficializados pero nunca, salvo raras y curiosas excepciones, impuestos. 3.- Referenciales La necesidad de ellos y la espontaneidad de su nacimiento nos llevan a los contenidos referenciales de estos topónimos, es decir a que esos nombres 005-022.qxp 27/10/08 17:21 Página 7 SOCIEDAD Y TRANSMISIÓN ORAL EN LA TOPONIMIA MENOR PALENTINA 7 impuestos con plena libertad y para uso continuado hagan referencia a alguna singularidad del terreno, bien como alusión a su propietario, bien por alguna característica geográfica o de producción, bien por recordar un hecho, una cos- tumbre, etc. Es lógico que al diversificarse los cultivos, al multiplicarse las rotura- ciones, al dispersarse las propiedades y los usos, vayan surgiendo más topóni- mos en el campo. Y que el cambio de cultivos, de propietarios y de usos hayan obligado a los cambios nominales de los terrenos, hasta su oficialización en los catastros más modernos. Estos catastros han hecho la labor de fijación de esos topónimos, digamos que como la Real Academia de la Lengua ha ido fijando las palabras de nuestro idioma. 4.- De transmisión oral Asentado el viejo origen de estos topónimos, desde un principio se asientan, se configuran y se transmiten a lo largo de las generaciones por trans- misión oral, ya que no existe esa oficialidad impuesta y es muy escasa la docu- mentación en que pueden aparecer y más escaso aún el acceso popular a esos documentos. Incluso en épocas modernas, cuando la documentación y los catas- tros ya oficializan esos topónimos, sigue vigente esa transmisión oral, con sus eventuales transformaciones con respecto al nombre oficializado, transforma- ciones que se seguirán utilizando popularmente mucho más que el topónimo registrado. Precisamente esas desfiguraciones que sufren algunos topónimos en la rueda de transmisión oral dan origen a las dificultades de sus interpretaciones, a entender su nacimiento y lo que en un principio quisieron referenciar. EVOLUCIÓN Si bien una parte de los topónimos menores han llegado hasta nosotros tal como nacieron en primera o segunda instancia, sin ninguna evolución lin- güística o simplemente con una configuración más moderna del nombre primi- tivo, buena parte de los nombres del campo han experimentado una evolución formal, a veces fácilmente detectable pero otras veces totalmente desfigurante, lo que, como decía un poco más arriba, dificulta el conocer su origen y por tanto interpretar su significado. La evolución experimentada por muchos de esos topónimos menores puede ser sencillamente lingüística, según las normas digamos regulares de la 005-022.qxp 27/10/08 17:21 Página 8 8 GONZALO ORTEGA ARAGÓN evolución de nuestra lengua. De manera que un topónimo puede aparecer en la vieja documentación con un nombre arcaico y luego normalizarse en la docu- mentación moderna. Otras veces, la evolución se debe a la pérdida de la referencia original, con lo que las nuevas generaciones que ya no tienen esa referencia terminan desfigurando el topónimo casi siempre derivando hacia una referencia moderna o hacia una resonancia lingüística. En estos casos, es clara la dificultad para buscar la raíz y razón del topónimo y sólo llegaremos a una solución con el auxilio de la historia, la filología o el conocimiento del terreno y sus usos. En ocasiones, el topónimo aparece en su forma arcaica, pero leve o gra- vemente transformada por la transmisión oral, con lo que tenemos un híbrido también de difícil identificación. En estos casos, también hay que echar mano tanto de la filología como del conocimiento del lugar del topónimo y pueden coadyuvar las observaciones de los nativos, cuanto más cultos mejor. En fin, podemos encontrar topónimos menores con formas arcaicas más o menos desfiguradas por el rodaje y la erosión de la transmisión oral, para cuya interpretación será bueno conocer los repertorios de arcaísmos del lugar. Junto a formas arcaicas comunes también podemos hallar topónimos con formas loca- listas, es decir con denominaciones usadas exclusivamente en ese término o en una comarca determinada. Para estos localismos, también serán excelentes ayu- das las referencias y explicaciones de los nativos. En base a esas posibles evoluciones, podemos concluir que muchos topónimos menores palentinos, como ocurrirá en otras provincias, no son lo que parecen o no parecen lo que son. REFERENCIAS ECLESIALES Si tenemos en cuenta la implantación del hecho religioso y del esta- mento eclesial en la vida social desde la repoblación, veremos como normal que muchos topónimos menores hagan referencia a alguna faceta de la fe, de la pie- dad y de las instituciones de la Iglesia. Celebraciones litúrgicas, actos piadosos, posesiones de las iglesias o de los cabildos, de las cofradías, de los hospitales, de la obras pías, de las capellanías, de las ermitas, de monasterios y conventos y de los oficios auxiliares de las celebraciones tienen implantación en la topo- nimia menor de todas nuestras poblaciones. Muchos de esos topónimos de referencia eclesial han llegado a nuestros días tal como se instalaron en su momento. Lo que pasa es que ahora, sin refe- rencia histórica ni social de esa denominación, esos topónimos pueden resultar 005-022.qxp 27/10/08 17:21 Página 9 SOCIEDAD Y TRANSMISIÓN ORAL EN LA TOPONIMIA MENOR PALENTINA 9 chocantes y a veces llamar a confusión. Es normal que unos terrenos se llamen De las Ánimas, por muy mal que ahora nos suene, porque pertenecieron a la Cofradía de las Ánimas del lugar. Una tierra del Beneficio hoy nos puede resul- tar extraño, pero es fácilmente interpretable porque esa tierra estaría vinculada a algún beneficio eclesial que disfrutaría un beneficiado del Cabildo. Que a una parcela la llamen de Misa del Alba también puede ahora resultar chocante, pero no lo será si pensamos que ese terreno estaba vinculado a la celebración de las misas del alba que se celebraban en ciertas épocas del año en algunos pueblos y que con las rentas de esa parcela se pagaban los estipendios de esas misas. Tierras hay ahora que se llaman de Aniversario, por haber sido donadas a la iglesia del lugar para que con sus rentas se pagara una misa de aniversario por el donante.