UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE PSICOLOGíA DIVISiÓN DE ESTUDIOS PROFESIONALES

EL PAPEL DE LOS CELOS EN LOS VíNCULOS AMOROSOS DE LOS ESTUDIANTES DE LA FACULTAD DE PSICOLOGíA DE LA UNAM. UN ABORDAJE DESDE EL PSICOANÁLISIS

T E s S

QUE PARA OBTENER EL TíTULO DE LICENCIADA EN PSICOLOGíA CLíNICA Y DE LA SALUD p R E s E N T A: FABIOLA CHÁVEZ DEL ARCO

ASESOR DE TESIS: MTRO. JUAN CARLOS MUÑOZ BOJALlL REVISORA: MTRA. ANGELlNA GUERRERO LUNA

MÉXICO, D. F. 2009

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“El que mira para atrás se vuelve de sal”.

“Sobre los celos normales hay poco que decir desde el punto de vista analítico. Se echa de ver fácilmente que en lo esencial están compuestos por el duelo, el dolor por el objeto de amor que se cree perdido, y por la afrenta narcisista, en la medida en que esta puede distinguirse de las otras; además, por sentimientos de hostilidad hacia los rivales que han sido preferidos, y por un monto mayor o menor de autocrítica, que quiere hacer responsable al yo propio por la pérdida del amor. Estos celos, por más que los llamemos normales, en modo alguno son del todo acordes a la ratio, vale decir, nacidos de relaciones actuales, proporcionados a las circunstancias efectivas y dominados sin residuo por el yo conciente; en efecto, arraigan en lo profundo del inconciente, retoman las más tempranas mociones de la afectividad infantil y brotan del complejo de Edipo o del complejo de los hermanos del primer período sexual”.

SIGMUND FREUD. Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad, 1922 (1921).

“San Agustín se adelanta al psicoanálisis al darnos una imagen ejemplar de un comportamiento tal en estor términos: Vidi ego et expertus sum zelantem parvulum: nondum loquebatur et intuebatur pallidus amaro aspectu conlactaneum suum; Vi con mis propios ojos y conocí bien a un pequeñuelo presa de los celos. No hablaba todavía y ya contemplaba, todo pálido y con una mirada envenenada, a su hermano, de leche. ¡Así anuda imperecederamente, con la etapa infans (de antes de la palabra) de la primera edad, la situación de absorción espectacular: contemplaba, la reacción emocional, todo pálido, y esa reactivación de las imágenes de la frustración primordial; y con una mirada envenenada, que son las coordenadas psíquicas y somáticas de la agresividad original¡”.

JACQUES LACAN. La agresividad en Psicoanálisis. Esta tesis representa un parteaguas entre una etapa muy enriquecedora y el comienza de una nueva etapa que aguarda felicidad y más éxitos. A lo largo de mi trayectoria escolar y la finalización de éste trabajo de tesis, ha habido personas que merecen las gracias porque sin su valiosa aportación no hubiera sido posible este trabajo, asimismo hay quienes las merecen por haber dejado su huella en mi camino. A todos ell@s les dedico esta tesis.

A G R A D E C I M I E N T O S

A Dios, por llenar mi vida de dicha y bendiciones, permitiéndome conocer a valiosas personas y vivir experiencias maravillosas, de tener la oportunidad de conocer el amor y de llegar hasta este momento tan importante de mi vida.

A mis padres, José Enrique Chávez Chávez y Gabriela del Arco Moreno, a quienes agradezco de todo corazón por su amor, cariño y comprensión. En todo momento los llevo conmigo. Les agradezco mucho su apoyo, su guía y su confianza en la realización de mis sueños.

A mi hermano, Diego Arturo Chávez del Arco, por la compañía, apoyo y tolerancia que me brinda. Y también a aquellos, que ya no nos acompañan en esta vida.

Al Mtro. Carlos Alberto Vargas Prado, mi amigo, mi amor, mi Príncipe azul, por apoyarme y ayudarme a lograr mis metas y más. Gracias por estar en mi vida y enseñarme lo que es el verdadero amor. Eres la luz que ilumina mis días.

A toda mi familia, por su cariño y comprensión. Gracias por impulsarme a siempre seguir logrando metas más grandes y por estar ahí para apoyarme.

A mis dos mejores amigas: Blanca Estela Martínez Flores y Mayra Monserrat Sánchez Armenta, por ser unas amigas maravillosas y con quienes he compartido muchos momentos que siempre recordaré con gran alegría. Ustedes han enriquecido mi vida con su cariño y su alegría.

A mis profesores, que compartieron conmigo sus conocimientos y fueron parte de mi desarrollo académico.

A mi tutor principal, el Mtro. Juan Carlos Muñoz Bojalil y a mi revisora de Tesis, la Mtra. Angelina Guerrero Luna, quienes a pesar de sus múltiples compromisos siempre tuvieron tiempo para dedicar a la lectura de mi trabajo y por el apoyo que nos han brindado en la realización de los Eventos de Psicoanálisis que hemos realizado, el Mtro. Carlos Alberto Vargas Prado y yo.

A el Mtro. César Illescas Monterroso, la Mtra. Georgina Zárate Vargas y a la Dra. Georgina Martínez Montes de Oca, integrantes del Comité de Revisión de esta tesis, por su apoyo y confianza en mi trabajo además de sus comentarios y sugerencias para un mejor desempeño de mi parte.

A los participantes con los que tuve el agrado de trabajar, por depositar su confianza en mí y permitir llevar a cabo esta investigación.

Y a todos aquellos que en menor o mayor medida han contribuido para la realización de este trabajo.

ÍNDICE

página

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………... 1

CAPÍTULO I LAS EMOCIONES COMO LAS BASES PSICOLÓGICAS DE LOS CELOS Y SU IMPORTANCIA EN EL ENTENDIMIENTO DEL SUJETO……………………. 10

¿Qué son las emociones?...... 11

Etimología………………………………………………………………………………………. 12

Origen de las emociones………………………………………………………………….. 12

Filosofía de las emociones……………………………………………………………….. 16

Importancia de la comprensión de las emociones………………………………. 18

Experiencias emocionales básicas…………………………………………………….. 21

Teoría de las emociones………………………………………………………………….. 22

Componentes de las emociones……………………………………………………….. 23

Componente fisiológico……………………………………………………………………. 23

La corteza cerebral…………………………………………………………………………… 24

El hipotálamo…………………………………………………………………………………. 24

La amígdala……………………………………………………………………………………. 25

La Médula Espinal…………………………………………………………………………… 25

Formación reticular, el fabricante de la realidad…………………………………. 26

Trastornos psicofisológicos viscerales y del sistema nervioso autónomo.. 30

Diagnóstico……………………………………………………………………………………... 31

El stress psicológico y el funcionamiento de los órganos………………………. 32

Procesos de origen de las reacciones y tipo de los síntomas…………………. 32

Tipos de reacciones psicofisiológicas………………………………………………….. 33

Sistema cardiovascular…………………………………………………………………….. 33

Tratamiento…………………………………………………………………………………….. 33

Hipertensión……………………………………………………………………………………. 34

Migrañas…………………………………………………………………………………………. 34

Síntomas…………………………………………………………………………………………. 35

Aparato gastrointestinal……………………………………………………………………. 35

La obesidad…………………………………………………………………………………….. 35

Artritis reumatoide…………………………………………………………………………… 36

Sistema respiratorio…………………………………………………………………………. 36

Componentes subjetivos…………………………………………………………………… 36

Aspectos sociales de las emociones…………………………………………………… 38

Componente conductual…………………………………………………………………… 39

El estado emocional…………………………………………………………………………. 40

Aspectos psicológicos de las emociones: Frustraciones y conflictos………. 42

El aprendizaje y las emociones………………………………………………………….. 44

El control de las emociones………………………………………………………………. 45

Psicología de las Emociones………………………………………………………………. 45

Conducta Elemental y Emociones………………………………………………………. 46

Inteligencia emocional……………………………………………………………………… 48

Polarizaciones…………………………………………………………………………………... 51

¿Amor o sentimiento de posesión? Los celos……………………………………….. 53

Emociones y conflictos individuales…………………………………………………….. 53

Un sentimiento que puede resultar peligroso………………………………………. 55

¿Los celos son amor?...... 57

Cuando nos sentimos celosos de nuestra pareja………………………………….. 59

Del control de las emociones al control de los celos……………………………… 60

Origen y uso de los celos en la relación de pareja……………………………….. 61

¿Los celos son necesarios en la relación de pareja?...... 67

Los celos en las relaciones de pareja durante la juventud…………………….. 68

¿Celos o miedo a estar sólo?...... 69

Los celos patológicos………………………………………………………………………… 70

Celos incontrolables y violencia………………………………………………………….. 72

Los celos y la Psicología…………………………………………………………………….. 74

CAPÍTULO II EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO COMO EJE TEÓRICO PARA ANALIZAR LOS CELOS EN LAS RELACIONES AMOROSAS……………………………………… 76

Fundamentos teóricos sobre la juventud…………………………………………….. 76

¿Qué es la juventud?...... 82

El Psicoanálisis…………………………………………………………………………………. 90

Cultura y estructura psíquica……………………………………………………………… 91

DESARROLLO PSICOSEXUAL EN EL NIÑO Y LA NIÑA…………………………… 96

Complejo de Edipo en la niña…………………………………………………………….. 99

Complejo de Edipo en el niño…………………………………………………………….. 101

De las pulsiones de vida y de muerte…………………………………………………. 103

De la sexualidad y la genitalidad………………………………………………………… 104

De las etapas psicosexuales………………………………………………………………. 105

Reflexión en torno de el ello, el yo y el superyó…………………………………… 109

El yo y el conocimiento del sujeto………………………………………………………. 111

Psicoanálisis de la juventud……………………………………………………………….. 113

Categorización analítica de la juventud……………………………………………….. 115

Eric Erikson y la teoría de la identidad del yo………………………………………. 118

El Principio Epigenético……………………………………………………………………… 118

Niños y adultos…………………………………………………………………………………. 120

Estadio I………………………………………………………………………………………….. 121

Estadio II.……………………………………………………………………………………….. 123

Estadio III……………………………………………………………………………………….. 124

Estadio IV.……………………………………………………………………………………….. 126

Estadio V…………………………………………………………………………………………. 128

Estadio VI………………………………………………………………………………………… 130

Estadio VII………………………………………………………………………………………. 133

Estadio VIII……………………………………………………………………………………… 135

Los celos en la juventud: ¿Problema o estímulo?...... 138

Psicoanálisis de los celos……………………………………………………………………. 140

CAPÍTULO III EL DECIR DE LOS JÓVENES EN SUS VÍNCULOS AMATORIOS……………….. 145

El estudio en profundidad………………………………………………………………….. 145

Palabras que dejan huella en el cuerpo y en el alma……………………………. 147

Del eco vivo de las sonoridades inconscientes……………………………………… 156

De la convivencia a los hechos…………………………………………………………… 167

CUANDO LOS CELOS SE CONFUNDEN CON AMOR……………………………….. 178

A MANERA DE CONCLUSIONES………………………………………………………….. 180

Reflexiones finales……………………………………………………………………………. 189

BIBLIOHEMEROGRAFÍA…………………………………………………………………..... 193

INTRODUCCIÓN

“Según Freud, durante la etapa edípica los niños experimentan los primeros indicios de sexualidad Sus impulsos sexuales se dirigen hacia la persona más cercana del sexo opuesto. En el caso de un niño, la madre. En el caso de una niña, el padre (...) Cuando el niño se vuelve adulto, cada vez que por obra de un tercero se cierne una amenaza sobre una relación sentimental valorada, la antigua y dolorosa herida vuelve a abrirse y se experimenta como celos”.1

CARLOS ALBERTO VARGAS PRADO. El verso del perverso: Influencias psicológicas e ideológicas de los contenidos publicitarios de vinos y licores transmitidos por televisión en la construcción de la realidad social hecha por los adolescentes. Psicoanálisis de la Comunicación Colectiva.

Todo trabajo de investigación comienza con una inquietud que va tomando cuerpo. De cierto modo algo que sucede en nuestro entorno nos llama la atención o despierta alguna cascada de opciones que van directamente a orientarse hacia

1 VARGAS Prado, Carlos Alberto y Menez Díaz, Judith Marina (revisora). El verso del perverso: Influencias psicológicas e ideológicas de los contenidos publicitarios de vinos y licores transmitidos por televisión en la construcción de la realidad social hecha por los adolescentes. Psicoanálisis de la Comunicación Colectiva. Tesis de Licenciatura en Psicología Clínica y de la Salud, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología, Coordinación de Psicología Clínica y de la Salud, México, 2008, pp. 39. algún tipo de hipótesis de trabajo. En el área de sexualidad, esas inquietudes nacen, muchas veces, por la propia naturaleza de la sexualidad en la interrelación cotidiana. Es el caso de este trabajo, que la motivación surge a partir de una afirmación escuchada en rueda de amigos: ¡Si no tienes celos es porque no amas! Esta afirmación dicha tan taxativamente y reafirmada por los demás a través de sus palabras y sus silencios fue la primera chispa que encendió esta inquietud.

¿Por qué tener celos? ¿Por qué no tenerlos? ¿Dónde la normalidad de su causa? ¿Dónde la patología de su alcance? ¿Para qué sirven? ¿Qué es necesario para su gestación? ¿Qué lógica tienen? ¿Cómo aceptarlos? ¿Cómo manejarlos? ¿Cómo convivir? ¿Hasta donde permitirlos? Las preguntas se acumularon.

Lo primero que pensamos, cuando esta inquietud inicial se fue tornando hacia una investigación, es que era difícil de consensuar una respuesta única sobre el alcance real de los celos; la simplificación es obvia frente a ello, pues los celos son antes que nada una emoción,2 relacionada con un sentimiento.

La asociación de los celos al sentimiento pone de manifiesto lo difícil de conceptualizarlos. Puesto que, paradójicamente, no existe algo más claro y al mismo tiempo difícil de definir que un sentimiento, una emoción o una pasión. Y si se duda probemos de definir al amor. Existe en ello una carga subjetiva que Jung la expone diciendo que "la naturaleza de la valoración del sentimiento puede compararse con la percepción intelectual como una percepción de valor".3 La primera premisa que surgió fue: los celos son subjetivos.

Evidentemente esta primera respuesta no es más que un inicio de discusión. Profundicemos sobre esta noción y para ello podemos aclarar que los celos nacen

2 La distinción entre sentimiento, emoción y estado de ánimo es un tema crucial en el estudio de los afectos. 3 Citado en VISCIDO Bazán, Nilda María y Francisco Juan José Viola. Los celos: la violencia emotiva en su visión incipiente y sutil. Claridad, Argentina, 1983, pp. 47. en función de una relación con otra persona. Tenemos entonces la segunda premisa: una relación con otra persona. Es importante remarcar que una relación es una forma de comunicación particular de alguien con algo o alguien capaz de comunicar (consideremos esto como la tercera premisa). Esta definición de relación, nos realza el concepto de comunicación como fundamento de la relación. Pero al mismo tiempo nos deja abierto el concepto de “con quién comunicamos”, pues los interlocutores puede ser: reales, imaginarios y/o simbólicos.

Frente a una relación que consideramos privilegiada (por lo afectivo, por lo erótico, por lo laboral, etc.), queremos acaparar las formas de comunicación. Algo imposible, puesto que la diversidad de formas de comunicación (verbal, gestual, posicional, etc.) y de los espacios de comunicación (laboral, circunstancial, fraternal, maternal, filial, amorosa, etc.) nos impiden la tarea.4 Ahora bien, puede surgir frente a esa incapacidad de acaparar (llamemos "inacaparabilidad del ser humano"), la sensación de amenaza por creer que una forma de comunicación del otro con una tercera persona puede privilegiarse en desmedro de la nuestra.

Esta sensación de amenaza es condición fundamental de los celos. Frente a algo o alguien que es, lo sentimos o lo deseamos como nuestro, los celos son una reacción frente a esa amenaza que se presenta frente a nuestro deseo. Sin pretender ser muy exhaustivos, resumamos la idea diciendo que los celos se basan en una experiencia pasada del sujeto y que se manifiesta frente a un estímulo presente y que se expresa como una amenaza a nuestro deseo. Es decir:

• Los celos son patrimonio de lo imaginario, • El estimulo para ellos puede ser simbólico, • La manifestación es en el campo de lo real.

4 Remontándonos al mito de la esfera puesto en boca de Aristófanes en el Banquete por Platón, sería el deseo de una unidad con el otro ser de manera de no necesitar nada de nadie más y no ser necesario otra cosa. Cfr. LACAN, Jacques. El seminario de Jacques Lacan. Libro 8: La Transferencia. 1960-1961. Paidós, Argentina, 1998, pp. 94-105

Los celos no se justifican en lo real, sino en lo imaginario. Y es allí donde toma su valor más importante. Las sospechas, las pruebas no implican celos. Implican duda y decisión personal frente a una situación. O sea, los celos son una actitud frente al otro en una situación en la que sentimos que está amenazada nuestra posición. A esa amenaza imaginaria, necesitamos llevarla a un plano real y para hacerlo nos aferramos a elementos concretos. Sin embargo los elementos concretos no justifican los celos. Sino que lo transforman en comprobación. El adulterio, por ejemplo, no puede motivar celos. Puesto que es una situación concreta donde se afectó la fidelidad.

El objetivo general de este trabajo es ubicar los mecanismos de los celos en los vínculos amorosos establecidos entre los estudiantes de los últimos semestres de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Asimismo, tuvimos como objetivos particulares los que a continuación se desglosan:

• Establecer qué papel desempeñan los celos en los vínculos amorosos establecidos entre los estudiantes de Psicología de la UNAM. • Consignar los testimonios de hombres y mujeres que hubiesen sufrido celos en sus vínculos sentimentales y dar cuenta de las consecuencias emocionales y psíquicas que trajo consigo este hecho. • Tener un acercamiento a las vivencias de los jóvenes y construir un puente entre éstas y los sucesos que experimentan en la actualidad en sus relaciones amorosas. • Dar cuenta de la subjetividad de los estudiantes de Psicología de la UNAM referida a sus relaciones románticas y el papel que desempeñan éstas en sus vidas. • Posibilitar un mayor acercamiento a las vivencias de los jóvenes en sus romances y conocer el modo en que los celos se enmarcan en los mismos.

En este sentido, el despertar de la sexualidad genital durante la pubertad y la adolescencia, además de la integración de los aspectos masculinos y femeninos en sintonía con el sexo anatómico, y la asunción de la identidad sexual, favorece la capacidad de elegir un destinatario amoroso fuera de la familia. Esto no quiere decir que se escoja la pareja definitiva, puesto que el adolescente todavía tiene que recorrer mucho camino para poder realizar una elección de tal envergadura.

Por eso, los romances en esta época son buenos y necesarios para ir experimentando en las relaciones amorosas los aspectos personales y sociales más importantes. La atracción ha de ser recíproca, y no deben existir presiones ni culpabilidades Confianza, sinceridad y diálogo compartido son aspectos fundamentales para una buena relación, en donde la complicidad y el compañerismo han de ser prioridades indiscutibles

Lo más frecuente es que, después de haber realizado algunos tanteos y aventuras, cada adolescente esté más capacitado para escoger la persona con la que prefiere compartir sus cosas más íntimas La primera experiencia suele ser confiada primeramente al mejor amigo o la mejor amiga; sólo cuando el adolescente se sienta más seguro en la relación surgirán las ganas de explicarlo a sus padres.

1. Tener pareja da una gran satisfacción personal en una época de crisis como la adolescencia, pero no debe constituir una obsesión para calmar angustias de soledad, ni ser un motivo de orgullo delante de los amigos. 2. Las confidencias de amor con los amigos suelen proporcionar seguridad, si no se pretende con ello dar envidia, celos o quedar bien ante los demás Un buen amigo puede guardar bien un secreto, ya veces es más importante su opinión que la de los protagonistas de la historia. 3. La madre puede ser una buena confidente y también una buena consejera para sus hijos, aunque suele ser preferible que no quiera estar al corriente absolutamente de todo, para que éstos no se sientan presionados o investigados. 4. Cuando la pareja de un hijo o hija adolescente !lega a casa, la expectación suele ser enorme; por lo que que precipitar la ocasión Hasta que las cosas no están bien claras entre los dos, los puntos de vista familiares suelen ser muy incómodos y parecen poco objetivos.

La adolescencia es una etapa de búsqueda de la identidad física y psicológica- y también un proceso de adquisición de independencia. Por este motivo, los adolescentes pasan a menudo períodos en que desean compañía y otros en los que prefieren la soledad y el aislamiento. También es en esta etapa cuando se establece una nueva relación con la familia, a la que sustituyen por el grupo de amigos.

Las ansiedades acerca del presente y del futuro, la aceptación de la finitud de la propia vida, y la pulsión sexual que requiere satisfacción, son los ejes fundamentales en los que se asienta la crisis vital adolescente. Chicos y chicas se enfrentan a ella según sus propias características subjetivas y con nuevos retos por delante: la necesidad de experimentar situaciones nuevas y diferentes, la atracción por el riesgo, la asunción de ideales distintos a los familiares, y la búsqueda de la pareja. En definitiva, la palabra clave de este momento evolutivo es “salir”: de noche, al exterior, fuera del seno familiar, visitar otros países, conocer nuevas ideas, lugares, personas, experiencias, caminos, situaciones…

Los padres no habrían de inquietarse ante los constantes cambios de humor de su hijo adolescente. Su vida emocional pasa por un periodo -largo a veces- de inestabilidad que confunde a los que les rodean tanto como a él mismo. El adolescente cree que no le entienden pero tampoco se entiende a si mismo ni tiene capacidad para entender a los demás. Pasa fácilmente de la alegría a la tristeza de verse capaz de todo a sentirse débil de creerse adulto y responsable a necesitar compañía y ayuda como cuando era pequeño.

Los padres tampoco habrían de exigirle ni esperar de él un comportamiento cariñoso con ellos como antes pues para el adolescente ahora es imprescindible separarse internamente de los padres como destinatarios amorosos para buscar y elegir otros nuevos intereses de su entorno. El mayor peligro a esta edad es que el adolescente se quede pegado a los padres por miedo a «salir» al mundo ya vivir sus propias experiencias.

Es de esperar pues que inhiba sus sentimientos afectuosos con los miembros de la familia más cercanos. Hay que respetar sus deseos de estar solo o acompañado en este momento los jóvenes necesitan replantearse muchas cosas pasadas para afrontar el futuro. Una de las cuales es, precisamente, los celos en sus incipientes relaciones amorosas.

El adolescente es muy frágil en su relación con los demás, porque internamente no se siente seguro de casi nada. Su auto estima puede ser fácilmente herida, y necesita sentirse aceptado por los amigos y el resto de la pandilla.

El miedo al rechazo o a la exclusión, y la búsqueda de aceptación por todos los medios son dos aspectos esenciales de este período, durante el cual se van a determinar muchas de las conductas del adolescente, que puede llegar a transgredir las normas impuestas por la familia.

El modelo grupal sustituirá a los valores representados por los padres, a los que se enfrentará para poder seguir formando parte de su grupo de amigos. Las relaciones amorosas ocupan buena parte de su tiempo y espacios mentales, ya que ser escogido y amado le produce una enorme gratificación personal y eleva su autoestima. Cuando vive situaciones de celos, exclusión y abandono, el adolescente experimenta un enorme sufrimiento, aunque más adelante su capacidad de reacomodación emocional le permita volver a la carga y buscar otros acompañantes.

En este trabajo presentamos, en primer término, un abordaje de las emociones, las pasiones y los celos desde una perspectiva psicológica que desemboca, a su vez, en una exploración de lo que el Psicoanálisis ha establecido desde los tiempos de Freud en torno de este tema y lo fundamentales que resultan los textos de Sifmund Freud, Jacques Lacan y Melanie Klein en el abordaje de esta problemática.

Por otro lado, en el segundo capítulo, diseminamos extensamente el saber psicoanalítico –en falta– en torno de la estructuración y constitución psíquica y sexual de los sujetos del inconsciente. Una a una son vertidas las tesis freudianas sobre los primeros años de vida de los pequeños y lo fundamentales que son los mismos en su devenir en el mundo del lenguaje, de lo simbólico y del lazo social y cultural. Destacan aquí también los nombres de Anna Freud, Donald Winicott y Erik Erikson, quienes contribuyeron muchísimo al entendimiento de la adolescencia como una faceta imprescindible y fundamental en el desarrollo psicológico de las personas.

En el tercer capítulo, abundamos sobre la investigación llevada a efecto con treinta estudiantes del último semestre de la Licenciatura en Psicología de la UNAM, dándole un sustento psicoanalítico a sus palabras y fundando un lugar para que uno a uno fuesen colocados los testimonios más sobresalientes que en torno a este tema tuvieron a bien darnos a conocer. En este apartado damos a conocer el caso de una chica de 22 años que desde hace tiempo vive en una situación de celos que la ha llevado hasta el extremo del goce y nos abocamos en dar a conocer las diversas situaciones que la llevaron hasta este punto.

Finalmente, damos a conocer las conclusiones extraídas de este trabajo, nuestras reflexiones finales y la bibliohemerografía empleada para la constitución de este trabajo, creado bajo la lógica de los estudios psicoanalíticos con el fin de dar pie a una categoría analítica que, desde el año de 1922, pareció llamar la atención del padre de Psicoanalísis: los celos.

CAPÍTULO I LAS EMOCIONES COMO LAS BASES PSICOLÓGICAS DE LOS CELOS Y SU IMPORTANCIA EN EL ENTENDIMIENTO DEL SUJETO

“Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras”.5

CARL GUSTAV JUNG. Sobre la relación de la psicoterapia con la dirección espiritual, 1932 (1948).

La sociedad ha identificado tradicionalmente a las emociones con la "parte más débil" de las personas. Así, la capacidad intelectual de una persona se basaba casi exclusivamente en su capacidad para la lógica y el pensamiento.

En la actualidad, sin embargo, se ha constatado la influencia determinante de las habilidades emocionales para tomar la mejor opción de las principales decisiones, no sólo personales.

5 JUNG, Carl Gustav. “Sobre la relación de la psicoterapia con la dirección espiritual, 1932 (1948)” en Obras completas. Biblioteca Nueva, Madrid, 1988, Tomo XII, pp. 42, 43. ¿Qué son las emociones?

Las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representan modos eficaces de adaptación a ciertos cambios de las demandas ambientales. Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas en la jerarquía de respuestas del sujeto y activan redes asociativas relevantes en la memoria.

Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluyendo expresiones faciales, músculos, voz, actividad del sistema nervioso autónomo y sistema endocrino, a fin de establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo.

Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, impulsándonos hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y alejándonos de otras. Las emociones actúan también como depósito de influencias innatas y aprendidas, “poseyendo ciertas características invariables y otras que muestran cierta variación entre sujetos, grupos y culturas”.6

Las emociones son procesos neuroquímicos y cognitivos relacionados con la arquitectura de la mente —toma de decisiones, memoria, atención, percepción, imaginación— que han sido perfeccionadas por el proceso de selección natural como respuesta a las necesidades de supervivencia y reproducción.7

6 BALLESTEROS Jiménez, Sandra. Procesos psicológicos básicos. Editorial Universitas, Madrid, 1995, pp. 31, 32. 7 Cfr. SLOMAN, Aaron. Why Robots Will Have Emotions. University of Sussex, 1981, en prensa, pp. 25. Etimología

Etimológicamente, el término emoción significa el impulso que induce la acción. En psicología se define como “aquel sentimiento o percepción de los elementos y relaciones de la realidad o la imaginación, que se expresa físicamente mediante alguna función fisiológica como reacciones faciales o pulso cardíaco, e incluye reacciones de conducta como la agresividad, el llanto”.8

Las emociones son materia de estudio de la psicología, las neurociencias, y más recientemente la inteligencia artificial.

Origen de las emociones

Según Aaron Bande,9 la necesidad de enfrentar un mundo cambiante y parcialmente impredecible hace necesario que cualquier sistema inteligente (natural o artificial) con motivos múltiples y capacidades limitadas requiera el desarrollo de emociones para sobrevivir.

De acuerdo a Linda Davidoff,10 las emociones se constituyen mediante los mismos componentes subjetivos, fisiológicos y conductuales que expresan la percepción del sujeto respecto a su estado mental, su cuerpo y la forma en que interactúa con el entorno, siendo así ¿qué ventajas podría tener un sistema artificial muy complejo, digamos, una planta nuclear, que fuera diseñado para que sus sistemas de control reaccionaran de forma emotiva? ¿Cómo funcionaría un avión de combate emotivo? ¿Sería prudente que el sistema de control de un buque petrolero sintiera miedo o enojo? ¿Y el sistema de vigilancia de un aeropuerto?,

8 GROSS, Robert D. Psicología. La ciencia de la mente y la conducta. El Manual Moderno, México, 1992, pp. 15, 16. 9 Citado en BALLESTEROS Jiménez, Sandra. Op. Cit. pp. 56. 10 Cfr. DAVIDOFF, Linda. Introducción a la Psicología. 2ª. ed., McGraw-Hill. México, 1980, pp. 91, 92. contrario a la creencia popular, las emociones, lejos de ser un obstáculo en la comprensión cabal del universo lo describen con claridad.

Las emociones son mecanismos que permiten a la mente describir un universo que no necesariamente puede ser representado simbólicamente. La percepción emocional del entorno es una visión diferente del mundo que nos rodea.

Como señalan Alejandra Echebarría y Daniel Pérez:

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación. Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos.11

De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del sujeto, aunque nos puede ayudar a intuirla. Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.

Cada sujeto experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta.

11 ECHEBARRÍA, Alejandra y Daniel Pérez. Emociones: perspectivas psicosociales. Editorial Fundamentos, Madrid, 1992, pp. 74, 75. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Charles Darwin12 observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa.

Existen 6 categorías básicas de emociones:

• Miedo. Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad. • Sorpresa. Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa. • Aversión. Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión. • Ira. Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad. • Alegría. Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad. • Tristeza. Pena, soledad, pesimismo.13

Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:

• Miedo. Tendemos hacia la protección. • Sorpresa. Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación. • Aversión. Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.

12 Citado en PÉREZ Gómez, Arturo. Análisis didáctico de las Teorías del Aprendizaje. Universidad de Málaga, Perú, 1989, pp. 62-64. 13 ECHEBARRÍA, Alejandra y Daniel Pérez. Op. Cit. pp. 52-53. • Ira. Nos induce hacia la destrucción. • Alegría. Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien). • Tristeza. Nos motiva hacia una nueva reintegración personal.14

Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras.

Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el hombre es el animal social por excelencia.

Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a las demás personas, tienen la misma expresión facial.

Posiblemente existan unas bases genéticas, hederitarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc.

Las mujeres tienen más sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las señales emotivas y esta sensibilidad aumenta con la edad. Otro ejemplo son los rostros de los orientales, especialmente los japoneses, son

14 Ibídem. pp. 53, 54. bastante inexpresivos, pero es de cara a los demás, porque a nivel íntimo expresan mejor sus emociones.

Parafraseando a Adriana Valles Arándiga:

Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos tristes o serios e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión.15

Filosofía de las emociones

La descripción de las emociones como casi todos los conceptos relacionados con la conducta y cognición humana está sujeta a la apreciación desde dos puntos de vista naturalmente opuestos. Por un lado, una explicación idealista que se basa en la concepción de un universo infinitamente complejo cuyo entendimiento absoluto solo está en manos de un ser supremo e ideal.

En el otro extremo una concepción materialista que describe los fenómenos universales, incluidos aquellos que explican la condición humana, como una consecuencia lógica de la configuración inicial, elemental y simplificada de un universo, que en sus inicios sólo estaba repleto de "voluntad de crear", o sea, energía.

Los idealistas consideran a las emociones como un legado divino cuyo origen no es entendible por mente humana no inspirada. Las emociones son humores invisibles que dictan las reglas de conducta social e individual y que

15 VALLES Arándiga, Adriana. Desarrollando la inteligencia emocional. Instituto de Orientación Psicológica, Madrid, 1999, pp. 27. previenen de los efectos nocivos o benéficos de nuestros actos y pensamientos y explican la bondad de las causas.

Tratar de explicar las emociones desde este punto de vista implica, para el idealismo, tratar de razonar la relación que existe entre el entendimiento humano y los designios de Dios.

Como apunta Manuel de Vega:

La inspiración divina se comunica con los seres humanos mediante las emociones, las emociones son en estos términos caracteres de un lenguaje cuyos mensajes solo puede ser entendido por aquellos que han logrado un nivel de comprensión y abstracción espiritual superior de las obras de Dios y de los hombres, filósofos, sacerdotes, adivinos y emperadores. Las emociones vistas de esta manera explican sin necesidad de polémica la divinidad y maldad de todas las cosas. Los dioses, los elegidos y los santos son entonces entidades cuya explicación es el conjunto emocional que provocan en el creyente o en el inspirado.16

Del lado opuesto, el materialismo, consideran que los hechos del universo son consecuencia de las alteraciones del azar, generadas por la constante distribución de la energía hacia los confines del universo, de una gran explosión que afecta, desde sus inicios, una gran sopa submolecular primigénica.

Las emociones para el materialista, son estructuras cada vez más improbables de acontecimientos y objetos, que han sido ordenados y almacenados en el complejo rompecabezas de la cognición a lo largo de millones de años de evolución, y que han sobrevivido gracias a continuas escrituras y reescrituras en la biblioteca proteica del genoma animal.

16 DE VEGA, Manuel. Introducción a la Psicología Cognitiva. 2ª. ed., Alianza, Madrid, 1984, pp. 93, 94. Independientemente de cual de estas explicaciones consideremos más aceptable, las emociones constituyen un concepto tan importante que no permiten dejar camino sin recorrer. Los estudios tanto humanistas como materialistas de los complejos sistemas emocionales de los seres vivos han permitido explicar muchos aspectos de la complejidad de la interacción humana y los sistemas socioeconómicos.

El entendimiento de las emociones es además un mecanismo de poder e influencia bastante maleable y corrompible. De todo esto, adicional a la comprensión de los caracteres emotivos incuestionables de cada sujeto, es necesario entender el significado social y práctico de las emociones.17

Importancia de la comprensión de las emociones

La interacción humana con el entorno es básicamente emocional, “las características distinguibles de la cognición humana respecto a otros seres vivientes parece siempre estar definida en el plano emocional, al grado tal que quienes han comprendido este hecho lo han aprovechado para vincular las emociones con objetos e identidades que normalmente no son objetos emocionales del ser humano”.18

¿Cómo puede un ser humano amar a un automóvil? ¿Cómo podemos apreciar más a una persona que a otra únicamente por su forma de vestir? ¿Cómo podemos amar u odiar a los sujetos de una raza como si fueran una única persona? La clave para contestar estas preguntas consiste en la conversión de la entidad real en un objeto de expresión o percepción emocional.

17 Cfr. GROSS, Robert D. Op. Cit. pp. 40. 18 JÍMENEZ Arteaga, Marina. El laberinto sentimental. Anagrama, Madrid, 1998, pp. 28, 29. El plano de lo emocional es el plano de lo que entendemos o reconocemos como entendido, recordado y concluido en nuestras mentes, si percibimos una emoción respecto al hecho, no hay necesidad de discusión adicional lo hemos captado.

El sujeto tiende a recordar con mayor facilidad a las personas con quienes, de una u otra forma, han estrechado un vínculo emocional, aún cuando sea negativo, incluso momentáneo. Las relaciones humanas y las preferencias sobre personas y grupos generadas en instantes de carga emocional son más duraderas y radicales, como en un partido de fútbol o en una guerra.

Las grandes guerras de la actualidad resultan cada vez más difíciles de entender mediante los clásicos modelos socioeconómicos que durante décadas usamos para explicar las guerras de los milenios históricos pasados.

La explosiva importancia actual del estudio de las emociones humanas estriba en la propagación de los medios informáticos. Las innegables características cognitivas de las emociones descubren la trascendencia de la información en la producción de conductas y de apreciaciones de las masas.

En este sentido, Adriana Valles Arándiga señala:

Millones de seres humanos buscando descargas de emotividad en la gigantesca masa de información de las redes globales, en un mundo donde los medios masivos unidireccionales, se han vuelto completamente indiferentes y poco estimulantes, ante un público cuyas reacciones ya no pueden ser provocadas si la información no incluye un componente explicativo de la realidad individual y de la interacción con el mundo.19

19 VALLES Arándiga, Adriana. Op. Cit. pp. 27. Es un terreno enorme de posibilidades y peligros para aquellos que sepan describir la forma de interactuar emocionalmente con millones de usuarios, de ahí, que la informática y la inteligencia artificial adquieran un nuevo papel respecto a lo que los usuarios de la redes informáticas buscan, éstos nuevos usuarios de la información que ahora interpretan y solicitan respuesta acerca de los contenidos de la misma son adictos a las emociones que el proceso mental de información y la compresión del mundo genera en sus cerebros.

Autores como Minsky, Isaac Asimov y Bateson han sido desempolvados y renovados y sus estudios han regresado a las aulas en las Universidades, antiguas obras de la ciencia ficción donde robots inteligentes y emocionales afectan drásticamente el futuro de la humanidad hoy en día son éxitos en las carteleras de las salas de cine en el mundo.

Todo esto causa avidez por descubrir la manera en que se ha concebido, cómo las computadoras pueden representar, explicar e interactuar con las emociones humanas, y más importante, cómo comunicarse e influir en millones de seres con el mítico lenguaje de las emociones.

La dificultad del proceso se hace evidente cuando se descubre la ignorancia generalizada de las causas y consecuencias de los procesos emotivos y su relación con la cognición y la concepción humana de la misma sociedad:

Al sopesar el abandono, por parte de la ciencia, la economía y política, del entendimiento de los intrincados laberintos de los sentimientos, las emociones y las creencias de los seres humanos descubrimos cuan ignorantes son las sociedades y sus sujetos del futuro de los pueblos, el determinismo económico y político no puede predecir más un mundo tan complejo, de tal manera que se requiere la concepción emocional de los sujetos y de las sociedades para ser explicado.20

20 ECHEBARRÍA, Alejandra y Daniel Pérez. Op. Cit. pp. 11. Las complejas relaciones sociales en un mundo con recursos cada vez más limitados, con peligros que no se presentan ante los sujetos en patrones físicos reconocibles, con estructuras sociales cambiantes y repleto de seres inteligentes y mentes complejas, prevé que la inminente caída de las tecnocracias dará lugar al imperio de las emociones, donde las emociones humanas explican nuestra humana concepción del mundo.21

¿Qué tipos de sociedades u organizaciones basan su conformación únicamente en los intercambios emocionales de los sujetos? ¿Cuáles son los efectos sociales y políticos del choque entre la racionalidad y la emotividad? ¿Qué culturas modernas se caracterizan por determinar sus preceptos de justicia y riqueza en términos exclusivamente emotivos?

Experiencias emocionales básicas

Las emociones pueden agruparse, en términos generales, de acuerdo con la forma en que afectan nuestra conducta: si nos motivan a aproximarse o evitar algo. ¿Cuántas emociones diferentes existen?

Robert Plutchik,22 quien identificó y clasificó las emociones en el 1980, propuso que los animales y los seres humanos experimentan 8 categorías básicas de emociones que motivan varias clases de conducta adoptiva. Cada una de estas nos ayudan a adaptarnos a las demandas de nuestro ambiente aunque de diferentes maneras:

a) Temor b) Sorpresa

21 Cfr. ECHEBARRÍA, Alejandra y Daniel Pérez. Op. Cit. pp. 14. 22 Citado en BALLESTEROS Jiménez, Sandra. Procesos psicológicos: las funciones de las emociones. Editorial Universitas, Madrid, 1999, pp. 44. c) Tristeza d) Disgusto e) Ira f) Esperanza g) Alegría h) Aceptación23

Según Plutchik, las diferentes emociones se pueden combinar para producir un rango de experiencias aún más amplio. La esperanza y la alegría, combinadas se convierten en optimismo; la alegría y la aceptación nos hacen sentir cariño; el desengaño es una mezcla de sorpresa y tristeza.

Así, como apunta Andrés Puente Ferreras, las emociones varían en intensidad, la ira, por ejemplo, es menos intensa que la furia, y el enfado es aún menos intenso que la ira:

La intensidad emocional varía en un sujeto a otro. En un extremo se encuentran las personas experimentan una intensa alegría y en el otro extremo están los que parecen carecer de sentimientos, incluso en las circunstancias más difíciles. Entre más intensa sea la emoción, más motivara la conducta. Las emociones varían según la intensidad dentro de cada categoría y este hecho amplía mucho el rango de emociones que experimentamos.24

Teoría de las emociones

En 1880, William James formuló la primera teoría moderna de la emoción; casi al mismo tiempo un psicólogo danés, Carls Lange, llegó a las mismas

23 Ibídem. pp. 45. 24 Puente FERRERAS, Andrés. Psicología Básica: Introducción al estudio de la conducta humana. Pirámide, Madrid, 1995, pp. 91, 92. conclusiones. Según la teoría de James-Lange, los estímulos provocan cambios fisiológicos en nuestro cuerpo y las emociones son resultados de ellos.

La teoría de Cannon-Board, propuso que las emociones y las respuestas corporales ocurren simultáneamente, no una después de la otra. Esto señala un aspecto muy importante: lo que ve (escucha o en todo caso percibe) desempeña un papel importante en la determinación de la experiencia emocional que tiene.

Componentes de las emociones

Componente fisiológico

El componente fisiológico de las emociones son los cambios que se desarrollan en el Sistema Nervioso Central y que están relacionados con la presencia de determinados estados emocionales.

Son tres los subsistemas fisiológicos que según Davidoff están relacionados con las emociones:

a) El Sistema Nervioso Central, b) el sistema límbico, y c) el sistema nervioso autónomo.25

Durante los procesos emocionales se consideran particularmente activos a los siguientes centros del Sistema Nervioso Central:

25 DAVIDOFF, Linda. Op. Cit. pp. 68, 69. La corteza cerebral

La corteza cerebral forma parte del Sistema Nervioso Central. Davidoff26 y Sloman coinciden en que la corteza cerebral activa, regula e integra las reacciones relacionadas con la emociones. De acuerdo a la Arquitectura Computacional de la Mente de Sloman, se requiere de un proceso central administrativo dedicado a las decisiones referentes a intenciones, selección de planes y resolución de conflictos: de acuerdo a Sloman las decisiones de un sistema inteligente no se pueden tomar de manera independiente, de ahí que los procesos desarrollados por la mente que impliquen logros conflictivos necesitan ser resueltos a un mayor nivel de abstracción.

Cabe mencionar que Sloman27 considera los procesos emocionales como la base estructural de la mente de los sistemas inteligentes. ¿Se puede describir el funcionamiento de la mente etapa por etapa? ¿Qué tan compleja o completa podría ser esa descripción? ¿Son los procesos de la inteligencia humana consecuencias lógicas de millones de años de adaptación al entorno? ¿Son la mente y las emociones humanas accidentes estadísticos en una infinita combinación de arreglos de células nerviosas que logró sobrevivir a millones de años de evolución?

El hipotálamo

Este se dedica a la activación del sistema nervioso simpático. Este centro está relacionado con emociones como el temor, el enojo, además de participar como activador de la actividad sexual y la sed.

26 Ibídem. pp. 69, 70. 27 SLOMAN, Aaron. Op. Cit. pp. 25. ¿Puede estar una persona entrenada para no reaccionar fisiológicamente a las emociones? ¿Son las emociones mecanismos de comunicación primitivos anteriores a los lenguajes simbólicos? o ¿Son mecanismos más sofisticados y evolutivamente más recientes?

La amígdala

La amígdala está relacionada con las sensaciones de ira, placer, dolor y temor. La extirpación de la amígdala causa complejos cambios en la conducta.

La Médula Espinal

De acuerdo a Harold Wolff,28 todas las emociones están relacionadas con determinadas respuestas fisiológicas a las emociones. Wolff con sus experimentos demostró que las paredes estomacales reaccionaban a los estados emocionales cambiando su flujo sanguíneo, las contracciones peristálticas y las secreciones de ácido clorhídrico.

Albert Ax29 determinó la relación entre las emociones y la frecuencia cardiaca, conductividad eléctrica de la piel (relacionada con la transpiración), tensión muscular, temperatura de rostro y manos y frecuencia respiratoria. Se encontró que las reacciones emocionales al peligro provocaban reacciones similares a la acción de la adrenalina, se encontró que los actos insultantes provocan reacciones musculares, cardíacas y respiratorias similares a la acción de la adrenalina y noradrenalina.

28 Citado en DAVIDOFF, Linda. Op. Cit. 81-84. 29 Citado en GROSS, Robert D. Op. Cit. pp. 43, 44. Gary Schowartz30 encontró que algunas reacciones emocionales provocan cambios de tensión muscular facial imperceptibles a simple vista pero medibles instrumentalmente. Según lo anterior es posible que las reacciones emocionales estén relacionadas con cambios fisiológicos necesarios para que el sujeto haga frente a la situación o bien para la transmisión de mensajes o señales de respuesta a otros sujetos. Puede considerarse también la hipótesis de que muchos de estos cambios quizás sean perceptibles sólo de forma inconsciente por otros sujetos.

Mapa de componentes fisiológicos de las emociones FUENTE: http://www.regalosvirtuales.com/salvapantallas/bebes/deux_bebes1280.jpg

Formación reticular, el fabricante de la realidad

Al igual que la corteza forma parte del Sistema Nervioso Central. Davidoff explica la operación de la formación reticular como un proceso de filtrado e interpretación básica de la información percibida por el sujeto. De acuerdo a esto, Davidoff31 explica que los procesos de percepción que puedan contener datos o información que potencialmente sea capaz de generar emociones deben filtrarse por este sistema.

30 Citado en GROSS, Robert D. Op. Cit. pp. 54-59. 31 DAVIDOFF, Linda. Op. Cit. pp. 94. Sloman32 dice que para los sujetos inteligentes los obstáculos, oportunidades, enemigos y amigos no siempre pueden ser reconocidos por la mente del sujeto según patrones físicos simples, de manera que se requiere el uso de una descripción estructural de ellos para reconocerlos.

Podríamos proponer entonces que la formación reticular procesa los patrones físicos para reconocer estructuras cognitivas que no son perceptibles directamente por las sensaciones. Cabría preguntarse si es probable el hecho de que los sujetos que demostraran una mejor habilidad de percibir situaciones o estructuras complejas de interacción social o humana desarrollan una mayor actividad o crecimiento en la formación reticular.

Como indica Federica Rosel Lana:

En torno a la función de la formación reticular en los procesos mentales emotivos debe indicarse la dificultad que hay en describir los procesos de inteligencia y la construcción mental de estructuras lógicas como causa o como consecuencia de los estados emocionales, la aproximación más precisa en ese sentido la da Piaget al describir las conductas emocionales representadas por los niños como consecuencia de los procesos de percepción, aprendizaje y comprensión a diferentes edades (Psicología de la Inteligencia).33

De ser así las disfunciones en la formación reticular en los niños a causa de alguna enfermedad debe tener consecuencias notables en su habilidad de adaptarse a diferentes métodos de aprendizaje y dicho comportamiento puede revelarse como estados emocionales inusuales en ciertas actividades relacionadas con la cognición.

32 SLOMAN, Aaron. Op. Cit. pp. 24. 33 ROSEL Lana, Federica. Definición de la psicología y procesos psicológicos básicos. Alianza Editorial, Madrid, 1999, pp. 12, 13. Me pregunto si habrá casos de niños que adquieren ciertos estados emocionales, tal vez depresivos, cuando el maestro les dice que van a aprender una canción, por ejemplo, y me pregunto si es posible que este tipo de comportamiento esté relacionado con alguna enfermedad previa, que haya alterado las funciones reticulares.

Esteban Erro,34 del Departamento de anatomía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra explica que el sistema reticular puede estar relacionado mediante una cierta región PPTg con los procesos la transformación de motivación en acción o comportamiento.

Además añade que por su ubicación, el PPTg pudiera cumplir con las funciones de integrador límbico-motor. Aunque Giménez-Amaya menciona los estados emocionales, cabe señalar que las funciones descritas por Giménez son los elementos básicos de las emociones según Sloman.

Esto básicamente significa que en efecto las afecciones en determinadas regiones de la formación reticular pueden estar relacionadas con alteraciones en los procesos afectivos y de ahí con las habilidades de aprendizaje de los sujetos. Giménez menciona en este mismo artículo la relación de la zona PPTg del sistema reticular con enfermedades como la esquizofrenia y las alucinaciones. La explicación de Giménez es relevante y la citamos textualmente:

En la esquizofrenia, trastorno caracterizado por síntomas psicóticos así como por alteraciones de atención y cognitivas, apatía y déficit emocional, se ha estudiado también la posible participación del PPTg. En cerebros de pacientes con esta enfermedad se ha encontrado un aumento en el número de neuronas en este núcleo lo que indica que una de las posibles causas de la esquizofrenia podría ser

34 Cfr. ERRO, Esteban y Juan Manuel Giménez-Amaya. El núcleo tegmental pedunculopontino. Anatomía, consideraciones funcionales e implicaciones fisiopatológicas. Departamento de Anatomía, Facultad de Medicina, Universidad de Navarra, 2001, pp. 89. una alteración del desarrollo prenatal. Estos hallazgos sugieren además una participación de la formación reticular del tronco del encéfalo en la patofisiología de la esquizofrenia y pueden explicar algunos de los síntomas que aparecen en ocasiones, como son las alteraciones de la marcha y del ciclo vigilia-sueño y, quizás, las alucinaciones.35

Giménez-Amaya en su artículo al describir algunas de las funciones de la formación reticular nos sugiere que la formación reticular relaciona algunos estados emocionales con la habilidad del sujeto de permanecer alerta (sueño- vigilia) en un entorno cambiante y de percibir adecuadamente los estímulos para interpretar la realidad del entorno.

En otras palabras, la formación reticular sería como una especie de intérprete y enlazador de los estímulos del mundo y la conexión con la concepción de la realidad para cada sujeto. En el artículo de Giménez-Anaya se menciona una serie de enzimas relacionadas con los procesos neuroquímicos de la formación reticular.

Sloman considera la importancia de representar el estado mental de otros sujetos como una necesidad en los entornos altamente socializados "...donde las acciones y las actitudes adquieren importancia...". Este tipo de necesidades son consideradas por Sloman como las limitaciones que el sujeto debe superar mediante los procesos de inteligencia.

En el caso del comportamiento humano la expresión de emociones como la vergüenza tienen un importante trasfondo fisiológico y un papel determinante en el comportamiento. ¿Determina el conjunto de conductas relacionadas con las emociones la jerarquía social que los sujetos ocupan en un grupo?, si es así y además existe la posibilidad de que los estados emocionales estén relacionados

35 Ibídem. pp. 90, 91. con la herencia genética, ¿sería posible que determinadas razas y familias estén genéticamente predispuestas a ocupar niveles superiores en las jerarquías sociales animales y humanas?

Trastornos psicofisológicos viscerales y del sistema nervioso autónomo

Las reacciones que se incluyen bajo el título de trastornos psicofisiológicos viscerales y del sistema nervioso autónomo comprenden los padecimientos que con más frecuencia se denominan "trastornos psicosomáticos".

Las enfermedades psicosomáticas más frecuentes son aquellas que están vinculadas con el aparato respiratorio, la piel, el aparato gastrointestinal, el genitourinario y el cardiocirculatorio. El asma bronquial, las disneas psicógenas, las dermatitis atópicas, la alopecía areata, las dishidrosis, el colon irritable, la úlcera gastroduodenal, la constipación pertinaz, la disuria, la estranguria, la frigidez, la impotencia sexual, las taquicardias paroxísticas, las lipotimias, son las afecciones que se suelen ver con más frecuencia, ligadas con aspectos psicológicos.

La angustia produce trastornos que se expresan de manera predominantemente fisiológica y simbólica. Como apunta Andrew Wickens:

Como el afecto se expresa a través de las vísceras, su sentimiento o su parte subjetiva se reprime y en consecuencia se previenen la posibilidad de que se vuelva consciente. Su expresión no esta bajo el control absoluto de la voluntad ni de la percepción. La tendencia a delinear tales trastornos psicosomáticos como alteraciones que se expresan a través de la medición patológica del sistema nervioso.36

36 WICKENS, Andrew. Fundamentos de Biopsicología. 2ª. ed., Prentice Hall Interamericana, Buenos Aires, 2004, pp. 234, 235. Del área de los trastornos psicosomáticos quedan excluidas, las fallas en: las funciones del sistema nervioso central que sirven al sujeto relacionarse con el exterior, las actividades preceptúan y conativas, los sistemas comunicativos, la orientación en espacio y el tiempo, y la capacidad del hombre para organizar e integrar la información que le proporcione el mundo exterior.

Diagnóstico

Debido a que los estados emocionales crónicas con frecuencia se asocian a defectos en las funciones orgánicas y se relacionan en forma estrecha con los problemas cotidianos de la vida.

La acumulación de problemas en las relaciones interpersonales produce una gran parte de las tensiones y angustias que acosan al ser humano y trastornan su fisiología.

Los síntomas iniciales son de tipo físico y dominan a tal grado el cuadro clínico que no es posible reconocer a primera vista su origen mental.

La medicina psicosomática se ocupa de los siguientes grupos de enfermos:

• En el primero se encuentran los que sufren de diversos síntomas físicos, pero no tienen una enfermedad corporal a la que puedan atribuirse en dicho síntomas. • En otro grupo de enfermedades psicosomáticas, existe un padecimiento físico, pero los factores originales que lo provocaron son de naturaleza emocional.

• En un tercer grupo de enfermedades psicosomáticas, el paciente sufre de un padecimiento orgánico real, pero algunos de sus síntomas no se originan en éste sino en factores mentales.37

El stress psicológico y el funcionamiento de los órganos

La tristeza, el desaliento y los auto reproches producían palidez prolongada de la mucosa e hiposecreción. La angustia producía hipermotilidad. Los sentimientos agresivos, incluyendo el resentimiento y la hostilidad, producían un gran aumento en la secreción y en la vascularidad y un aumento discreto en la motilidad.

De acuerdo con lo que las observaciones clínicas y de laboratorio muestran en la actualidad, las experiencias que despiertan una emoción de gran de gran intensidad, ya sea porque son súbitas o inesperadas o porque ocurren de manera variable o prolongada, tienen el potencial de establecer patrones que desorganizan el funcionamiento orgánico.

Procesos de origen de las reacciones y tipo de los síntomas

Las respuestas psicofisiológicas pueden interpretarse como la perpetuación inapropiada de las reacciones orgánicas que han servido para adaptarse a, o protegerse de, algún stress en la experiencia de la vida humana.

El síntoma psicosomático representa la concomitante fisiológica de un estado emocional. Los psicoanalistas han postulado que los síntomas representan regresiones fisiológicas, en la misma forma en que los síntomas psicológicos a menudo expresan la reaparición de formas infantiles de conducta, como una tentativa para resolver un conflicto.

37 FERRERAS, Andrés. Op. Cit. pp. 122. Algunos psiquiatras opinan que los factores psicológicos no son los que determinan cuál sistema orgánico se afectará por las influencias que actúan emocionalmente, sino más bien existe una tendencia hereditaria a responder somáticamente ante el stress y ante el conflicto, en una forma característica para cada sujeto.

Tipos de reacciones psicofisiológicas

Según la experiencia clínica muestra que a veces un sujeto puede tener, en forma sucesiva o simultánea, trastornos que afectan a varios sistemas orgánicos. Con el objeto de clasificar estas fallas, se separarán según el sistema en el que aparecen.

Sistema cardiovascular

Se ha demostrado que el stress que provoca angustia tiende a aumentan la frecuencia de los latidos cardíacos, el gasto cardíaco, y la presión sanguínea, así como a provocar cambios en el ritmo y en el electrocardiograma. Estos desarreglos funcionales pueden volverse el foco neurótico, especialmente si el médico emite algún comentario imprudente con respecto a ellos.

Tratamiento

Cuando la función cardiaca está notablemente alterada debido a una lesión somática grave, una carga de angustia añadida por el lado psíquico puede ser suficiente para inclinar la balanza en dirección de la insuficiencia.

Una relación médico-enfermo que sea fuerte, segura y constructiva, ayudará al paciente a manejar las tensiones intrínsecas y extrínsecas, y las situaciones vitales emocionalmente angustiantes. En la enfermedad cardiaca, especialmente en la trombosis coronaria, el médico debe tratar de disipar el miedo que el paciente tiene ante su trastorno, ya que lo ve como una dolencia que le producirá incapacidad o muerte.

Hipertensión

La hipertensión vascular no es, desde luego una enfermedad específica, sino más bien una reacción sistemática que puede ser inducida por muchas causas. Los casos en los que el psiquiatra se interesa primariamente son aquellos en los que un factor principal es la tensión emocional, que actúa a través del sistema nervioso vegetativo y provoca vasoconstricción.

Parafraseando a Sandra Ballesteros Jiménez:

La personalidad de un paciente hipertenso muestra serenidad y afabilidad aparente, pero encubre actitudes conflictivas de predisposición a la hostilidad agresiva que debe reprimirse a fin de mantener fuertes ligas de dependencia, especialmente hacia personas que ocupan puestos de autoridad.38

Migrañas

Este síndrome consiste en un mal funcionamiento neurovascular con muchas facetas, con otros síntomas somáticos que también se acompañan de alteraciones en el estado de ánimo, en sujetos con una personalidad perfeccionista y de gran empuje, del tipo ejecutivo cuyas metas son siempre ambiciosas.

38 BALLESTEROS Jiménez, Sandra. Op. Cit. pp. 64. Síntomas

Se presenta cambios en el estado de ánimo, asociados a un aumento en la variabilidad del estado contráctil de los vasos sanguíneos, especialmente en la cabeza.

También aparecen enrojecimientos o lagrimeo del ojo afectado, edema de la mucosa nasal, y contracción dolorosa de la musculatura del cuelo en algunos pacientes. En otros hay nauseas, vómitos, retención de líquidos y diversos fenómenos de otros tipos, que se asocian a la migraña.

Aparato gastrointestinal

Los síntomas de trastornos gastrointestinales son múltiples, ya que se extienden, desde los que se localizan en la cavidad bucal y que el dentista observa con mayor frecuencia, hasta la gran variedad de expresiones de mal funcionamiento en el estómago, el intestino delgado y intestino grueso, y en los principales órganos secretores que se relacionan con la digestión.

Los síntomas más frecuentes son: anorexia, náusea, indigestión nerviosa, incomodidad por gases, vómito, eructos, dolor epigástrico, diarrea y constipación.

La obesidad

Se ha interpretado en gran parte como un aumento en el impulso coercitivo que lleva el sujeto a comer. Se ha tratado de elucidar el origen de tal impulso patológico, tanto por medio de impulsos fisiológicos como por medio de estudios psicológicos.

El desarrollo de la obesidad suele ocurrir en un marco familiar en el que los padres compensan las propias frustraciones y desengaños de su vida a través de su devoción hacia el niño.

Al pasar el tiempo, la imagen del cuerpo obeso llega a tener un gran significado emocional para el paciente, ya que suele representar el deseo poderoso y en la vida real proporciona satisfacción.

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide proviene de la frecuente observación de que la aparición o la exacerbación de la enfermedad se ha relacionado con períodos de stress emocional. Este paciente es un sujeto emocionalmente tranquilo, que rara vez expresa abiertamente sus sentimientos y que parece tener satisfacciones sirviendo a los demás.

Sistema respiratorio

La conducta emocional afecta al sistema respiratorio tanto en su expresión como en su acción. El llanto y la risa, los gritos o el habla, implican cambios en la acción respiratoria; la respiración excesiva o lo opuesto son repuestas típicas durante períodos contrastantes de acción o descanso. Dentro de estas están el síndrome de hiperventilación, el asma, etc.

Componentes subjetivos

El componente subjetivo de las emociones es el conjunto de procesos cognitivos relacionados con la respuesta emocional a determinados estados del entorno y cambios fisiológicos. Piaget explica en su Psicología de la Inteligencia que algunas reacciones emocionales son producto de los procesos mentales que tratan de estructurar el entorno del sujeto.

Como apunta Federica Rosel Lana:

Los procesos de aprendizaje y comprensión de acuerdo a Piaget son procesos que intrínsecamente generan o requieren la existencia de estados emocionales. El componente subjetivo de la emoción es objeto de polémica. Hay varias aproximaciones, una neuropsicológica, que explica las emociones de acuerdo con la conciencia individual y a la percepción humana de las mismas y al análisis de sus relaciones con la conducta y la fisiología.39

Otra aproximación que trata de explicar las emociones como consecuencia de los procesos necesarios para el funcionamiento de diferentes estructuras cognitivas de la mente. Una tercera y poco común trata de explicar las emociones como un conjunto de consecuencias fisiológicas y de conducta producto de la conformación de estructuras lógicas en los procesos mentales.

Como vemos, todas las aproximaciones que tratan de explicar el componente subjetivo de las emociones suelen ser unas casos especiales de las otras, esto es, las emociones se generan por niveles de abstracción los cuales definen su complejidad, desde emociones superficiales resultados de percepciones elementales y reacciones inmediatas, hasta emociones complejas producto del análisis de escenarios y entornos complejos que implican elementos de la memoria y consideraciones de estados pasados, actuales y futuros del sujeto, de esta forma los mismos tipos genéricos de emoción, como por ejemplo, el enojo, pueden generarse de varias formas según el nivel de abstracción, por una reacción inmediata a un estímulo nerviosos directo, como una herida, o bien como resultado de una apreciación abstracta del entorno, como al escuchar un discurso ofensivo.

39 ROSEL Lana, Federica. Op. Cit. pp. 92, 93. Alejandra Echebarría y Daniel Pérez señalan al respecto:

Normalmente las reacciones emocionales fisiológicas observables son difíciles de diferenciar por su nivel de abstracción. La principal diferencia, la duración, depende del estado de aceptación o rechazo del sujeto a las condiciones del entorno o bien a la duración de las condiciones que la provocaron.40

Sin embargo no queda duda que las reacciones emocionales también están relacionadas con la bioquímica del organismo. ¿Cambiará la bioquímica de los procesos mentales relacionados con las emociones dependiendo del nivel de abstracción mental que generó la emoción? ¿Se requieren ciertas condiciones en la química de la sinapsis para generar determinado tipo de emociones? ¿Estas condiciones varían de acuerdo al nivel de abstracción?

Si es así, entonces la producción de ciertas enzimas en el cerebro determinaría la capacidad de ciertos sujetos para lograr determinados estados emocionales y de ahí su habilidad o dificultad de permanecer en estos estados emocionales en los procesos de enseñanza, aprendizaje y comprensión.

Si existiera una relación entre el genoma del sujeto y su habilidad de comprender el mundo que le rodea, probablemente la relación se encontraría entre el componente subjetivo de la emoción y la bioquímica de las conexiones sinápticas.

Aspectos sociales de las emociones

Las emociones van acompañadas de diversas expresiones del cuerpo, existen una serie de reacciones emocionales que pueden ser llamadas sociales,

40 ECHEBARRÍA, Alejandra y Daniel Pérez. Op. Cit. 52. porque en la producción de las mismas intervienen personas o situaciones sociales. Estas emociones sociales son:

• Cólera. Se produce por la frustración de no obtener lo que necesitamos o deseamos. • Temor. Se produce como reacción ante la llegada rápida, intensa e inesperada de una situación que perturba nuestra costumbre. • Emociones agradables. Existen una serie de emociones sociales que tienen el carácter de ser agradables y liberadoras de tensión y excitación en las personas. Estas son: gozo, júbilo, amor y risa.41

Los estados emocionales, es decir, los sentimientos dependen tanto de la actividad fisiológica, como del estado cognitivo del sujeto ante tal activación.

Componente conductual

El Componente conductual de las emociones es el comportamiento perceptible de los sujetos relacionados con estados mentales emocionales. Se considera que las reacciones de conducta a los estados emocionales no constituyen conductas relacionadas directa o lógicamente con el estado del entorno, es decir, las conductas características de diversos estados emocionales son en general conductas emergentes.

Las conductas emergentes relacionadas con las emociones pueden tener la función de transmitir o comunicar el estado emocional a otro sujeto, ya sea para prevenirlo o intimidarlo, pueden ser reacciones de defensa involuntarias ante un enemigo o agresor real o imaginario (como patear el automóvil si no arranca por la

41 GORRI Gorri, Alberto. Aproximación educativa a la psicología de la inteligencia. Perspectiva para una intervención psicosocial. Esfinge, Madrid, 1994, pp. 32, 33. mañana) o pueden ser un proceso de búsqueda de conductas adecuadas para manejar determinadas situaciones desconocidas.

Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:

• Expresiones faciales. • Acciones y gestos. • Distancia entre personas. • Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no verbal).42

El estado emocional

Parece ser determinante ante la disyuntiva atacar o huir de un sujeto amenazado, normalmente este estado emocional se genera ante las señales emocionales representadas o transmitidas por el agresor o víctima. Muchas emociones tienen un comportamiento de relajación y posteriormente opuesto al estado emocional, después de un estado de enojo puede sobrevenir un estado de calma o incluso placer, después de un estado de tristeza puede sobrevenir cierto estado de calma o consuelo.

En los niveles más elementales de abstracción la conducta emocional es más fácil de comparar entre sujetos, especies o agentes (IA) al elevar el estado de abstracción, la conducta relacionada con los estados emocionales suele ser impredecible.

42 Ibídem. pp. 33. Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales para todos:

• Temblor • Sonrojarse • Sudoración • Respiración agitada • Dilatación pupilar • Aumento del ritmo cardíaco.43

Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del detector de mentiras. Se supone que cuando una persona miente siente o no puede controlar sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden llegar a controlarlo.

Así, cuando por ejemplo nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o temor, nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos a punto para cualquier reacción de lucha o huída que sea preciso a fin de protegernos, ya que nuestro impulso más básico es el de la supervivencia.44

La activación se produce de la siguiente manera:

• El lóbulo frontal de la corteza cerebral por la acción del hipotálamo activa la glándula suprarrenal. • La glándula suprarrenal descarga adrenalina. • Las pupilas se dilatan • El tórax se ensancha • El corazón se dilata, aumenta la provisión de sangre.

43 Ibídem. pp. 34, 35. 44 ECHEBARRÍA, Alejandra y Daniel Pérez. Op. Cit. pp. 74, 75. • Se produce un aumento de la tensión arterial. • Los músculos se contraen. • El hígado libera glucosa, el combustible de los músculos. • La piel palidece. • Los bronquios se dilatan para aumentar el volumen de oxigeno. • En casos extremos la vejiga urinaria se vaciará.45

Como curiosidad es adecuado señalar que en algunas experiencias en las aulas demuestran que los estados emocionales de un grupo de alumnos pueden ser sorprendentemente variados conforme avanza el nivel de abstracción de un concepto. Bajo determinadas condiciones dependiendo de la complejidad del concepto algunos alumnos pueden tener reacciones casi eufóricas a determinadas actividades en clase.

Parafraseando a Alberto Gorri Gorri:

Aparentemente los estados emocionales permiten al sujeto establecer determinados formas de apreciar el entorno y a preferir determinadas estructuras lógicas o formales para concebirlo respecto de otras, todo esto con el fin de ser capaz de obtener conclusiones rápidas y de cambiar sin necesidad de un proceso racional de un patrón de conducta o razonamiento a otro, quizás más adecuado al tipo de situaciones a las que se enfrenta, ya sea una situación práctica, social, analítica o creativa o de supervivencia.46

Aspectos psicológicos de las emociones: Frustraciones y conflictos

La frustración se produce cuando aparece una barrera o interferencia invencible en la consecución de una meta o motivación.

45 Ibídem. pp. 75, 76. 46 GORRI Gorri, Alberto. Op. Cit. pp. 123. La frustración y los conflictos son un quehacer ordinario de nuestras vidas. Ellos no sólo interactúan entre sí, sino que viene hacer una de las fuentes más importantes del comportamiento humano. Y de tal modo, que la manera como el sujeto los resuelva, dependerá, en gran medida su salud mental.

Adriana Valles Arándiga señala al respecto:

En primer lugar, tenemos las frustraciones de origen externo, que pueden ser "físicas", como la imposibilidad de encender el carro antes de salir del trabajo, y "sociales", como la falta de dinero para llevar a una fiesta a una amiga, o las negativas de la misma a acompañarnos. En segundo lugar, tenemos frustraciones de origen interno: que son, entre otras, la inadaptación emocional y la falta de tolerancia a las mismas. De este modo el logro y el fracaso, así como la dependencia e independencia, son las principales fuentes internas de frustración y de acción.47

La repetición de la frustración tiende a desarrollar la distancia entre su causa y la reacción; y puede llegar el momento en que se ha perdido la noción del origen de la frustración.

Con relación a los conflictos pueden considerarse de cuatro tipos:

• Cuando la elección debe ser hecha entre varias alternativas agradables, como la elección de carrera. • Cuando la elección debe hacerse ante un solo camino, cuyo recorrido deseamos o no deseamos. • Un tercer tipo de conflictos se da cuando se representan dos metas a elegir, pero una de ella es desechada pero no todo.

47 VALLES Arándiga, Adriana. Op. Cit. pp. 83, 84. • Existe un cuarto tipo de conflicto, que sucede cuando debe hacerse una elección entre dos cosas malas.48

Si el conflicto es grave y prolongado puede acabar creando en nosotros no sólo una gran tensión, sino también puede quebrar o trastornar nuestra salud mental.

El aprendizaje y las emociones

Según Jean Piaget,49 existen conductas claramente emocionales relacionadas con los proceso de construcción de una mente individual inteligente. Los procesos de conocimiento del entorno se adquieren en un proceso de evolución individual de la inteligencia que selecciona estructuras internas relacionadas con la formación y características estructurales del cerebro y los elementos del sistema nervioso y las relaciona con las percepciones del entorno, dando como resultado procesos mentales cada vez más complejos que constituyen literalmente una Epigénesis de las estructuras cognitivas, la interacción de estos factores son lo que conocemos como inteligencia.

Cabría preguntarnos, de acuerdo con Piaget: ¿La habilidad de reaccionar emocionalmente está relacionada con la inteligencia del sujeto? ¿Son los sujetos más inteligentes también los más emotivos? ¿Se les puede enseñar a los sujetos a tener o adquirir determinados estados emocionales? ¿Lo hace esto más capaces de entender el mundo?

48 Ibídem. pp. 84. 49 PIAGET, Jean. “El pensamiento biológico, el pensamiento psicológico y el pensamiento sociológico, (1950)” en Introducción a la Epistemología Genética. Paidós, Buenos Aires, 1975, Tomo III, pp. 47-51. El control de las emociones

Las emociones en sus aspectos internos son bien difíciles de controlar. En cambio, en sus aspectos externos son más fáciles de lograr.

El mundo de las emociones ha sido considerado siempre conflictivo, porque crea dos tipos de problemas: el conflicto del predominio entre ellos y la discordancia de ellos y la razón.

Algunos consejos para aprender a controlar las emociones:

• Mantener una apariencia tranquila ante los estímulos que nos provocan temor. • Controlar el lenguaje, ya que el control de las palabras ayuda a disciplinar las emociones. • Procurar ajustar los estímulos excitatorios de las emociones a las condiciones de tolerancia de nuestro organismo. • Aclarar cada día nuestros pensamientos. • Aprender a proyectar a nuestra mente a situaciones nuevas, comparando las mismas con otras experiencias. • Hacer comparaciones con las diferentes situaciones.50

Psicología de las Emociones

La Psicología de las Emociones es una manera de explicar y estructurar el funcionamiento de la mente mediante la articulación lógica de los estados mentales y los procesos cognitivos. Mediante estas especificaciones se analizan y sintetizan artificialmente los estados mentales como las emociones y las conductas relacionadas con las mismas.

50 VALLES Arándiga, Adriana. Op. Cit. pp. 38, 39. La Psicología de las Emociones establece que es posible explicar los procesos mentales como consecuencias lógicas de los procesos de interacción de los elementos que intervienen en ellos. Para poder hacerlo la Psicología de las Emociones establece ciertos mecanismos o modelos básicos de comportamiento de cada uno de estos elementos y sus interrelaciones, con el fin de poder predecir o analizar el desarrollo de ciertos procesos mentales.

Los conceptos de la Psicología de las Emociones permiten hoy en día la simulación por computador de procesos mentales de sujetos (agentes) con mentes poco complejas o con niveles de abstracción bajos, insectos, pequeños roedores e incluso niños menores de cuatro años. La Psicología de las Emociones difícilmente puede modelar, hasta ahora, procesos cognitivos y emocionales de mentes complejas o con niveles de abstracción apenas mayores a los niños en edad de leer y escribir.51

Conducta Elemental y Emociones

Algunos de los conceptos de la conducta elemental y de las emociones que nos permiten entender qué significado puede tener las emociones en diferentes tipos de sistemas. Las emociones tienen la característica de variar en la complejidad de los procesos mentales que las provocan, es decir que ciertas reacciones fisiológicas caracterizadas como emociones suelen ser provocadas por diferentes proceso mentales de diferente complejidad.

De acuerdo a esto, ¿Cuál sería el mecanismo o sistema más simple que pudiera tener un conjunto de reacciones caracterizadas como una emoción? Para poder iniciar el tema es importante señalar que las emociones tal como las entendemos comúnmente están sujetas a la apreciación de ciertas condiciones del entorno y sus consecuentes reacciones del sujeto, si podemos encontrar estas

51 JIMÉNEZ Arteaga, Marina. Op. Cit. pp. 52, 53. condiciones y reacciones en sujetos o agentes cada vez más simples entonces podemos apreciar el comportamiento del sistema como un comportamiento emocional. Esta concepción es típica de la Psicología de las Emociones.

Desde el punto de vista humanístico esta apreciación de las emociones carece de valor ya que la emoción, desde ese punto de vista, es por definición un proceso mental complejo, en cierta forma la aproximación humanista a las emociones establece una especie de prerrogativa: Si lo puedes entender o articular mentalmente, entonces no es una emoción, sino un proceso de razonamiento, de ahí que las emociones siempre hayan estado rodeadas de cierto halo de misterio o incomprensión para el sujeto mismo, la introspección en los aspectos emocionales de nuestra mente es ciertamente una aventura intimidante.52

A diferencia de eso, por principio, nosotros estableceremos comparaciones entre los procesos emotivos de agentes o sujetos complejos, con un sistema muy sencillo, un sistema de control automático. Debemos aclarar que no estamos considerando que un sistema tan elemental como un control automático, tal como lo conocemos, pueda tener un comportamiento que sea posible tipificar como una emoción.

Pero si consideramos la posibilidad de que ciertos tipos de comportamientos de los sistemas bajo determinadas condiciones se produzcan como resultado de procesos análogos a los que, en los animales superiores consideramos como emociones.

Evidentemente este tipo de comparaciones están limitadas a nuestra habilidad de establecer formalmente los mecanismos que generan estos comportamientos en los sistemas complejos, es decir la capacidad de proceso de información es la mayor limitante en la simulación de procesos mentales que se

52 GOLEMAN, David. La inteligencia emocional. Paidós, Barcelona, 1996, pp. 151. equiparen a los procesos cognitivos de animales o seres humanos, pero no es la única limitante.

El psicólogo David Goleman sentencia:

Los procesos cognitivos humanos solamente pueden ser descritos desde un punto de vista de observador, el concepto de caja negra es muy socorrido por los diseñadores de los sistemas que simulan el comportamiento o lo mimetizan, porque simplemente no sabemos como funciona el interior y ya que aún con el considerable aumento de la capacidad de cálculo de los procesadores más potentes, no existe una forma de asegurar que los modelos de procesos mentales relacionados con las emociones que utilizamos para explicarnos su existencia y desarrollo sean exactamente los mismos y de la misma complejidad que aquellos que se desarrollan dentro de la mente humana, ni siquiera podemos establecer una medida de su similitud.53

Inteligencia emocional

De la misma manera que se reconoce el CI (cociente intelectual), se puede reconocer la Inteligencia Emocional. Se trata de conectar las emociones con uno mismo; saber qué es lo que siento, poder verme a mí y ver a los demás de forma positiva y objetiva. La Inteligencia Emocional es la capacidad de interactuar con el mundo de forma receptiva y adecuada. Las características básicas y propias de la persona emocionalmente inteligente son:

• Poseer suficiente grado de autoestima. • Ser personas positivas • Saber dar y recibir

53 Ibídem. pp. 153, 154. • Empatía (entender los sentimientos de los otros) • Reconocer los propios sentimientos • Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos • Ser capaz también de controlar estos sentimientos • Motivación, ilusión, interés • Tener valores alternativos • Superación de las dificultades y de las frustraciones • Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.54

Goleman explica que la Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y social. Incluye, por tanto, un buen manejo de los sentimientos, motivación, perseverancia, empatía o agilidad mental. Justo las cualidades que configuran un carácter con una buena adaptación social.

El psicólogo W. Mischel55 hizo un experimento con niños de 4 años: les daba un caramelo y les decía que tenía que irse un momento, pero que debían esperar a que él volviera antes de comérselo, si lo hacían así él les daría otro caramelo como premio. El tiempo que permanecía fuera era tan sólo de 3 minutos.

Había niños que no esperaban y se comían el caramelo. Posteriormente hizo un seguimiento de los niños y observó que los que no se habían comido el caramelo, eran más resistentes a la presión, más autónomos, más responsables, más queridos por sus compañeros y mejor adaptados en el medio escolar que los otros.

Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes, pero muchas veces la manera que tenemos de comportarnos o de

54 VALLES Arándiga, Adriana. Op. Cit. 212. 55 Citado en WICKENS, Andrew. Op. Cit. pp. 74. enfrentarnos a los retos de la vida son aprendidos. Desde pequeños podemos ver como para un niño no está tan bien visto llorar y expresar sus emociones como en una niña, además a los varones se les exige ser más valientes, seguros de sí mismos.

También podemos observar como, según las culturas, las mujeres son menos valoradas, tanto en el ámbito personal como en el laboral, lo cual es el origen de opresiones y malos tratos. Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el momento en que venimos al mundo: nos comportamos como nos han "enseñado" a comportarnos.

Quererse a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos, no todo depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser capaces de seguir aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día, aprender a ser más inteligentes emocionalmente, en definitiva a ser más felices.

Según Goleman, los centros cerebrales que albergan las emociones albergan también las habilidades necesarias para la supervivencia y la adaptación de acuerdo a la herencia evolutiva. La inteligencia emocional significa el manejo adecuado y efectivo de los sentimientos con el fin de lograr el trabajo pacífico y conjunto de los sujetos con una meta común:

• Autodominio (Inteligencia preconsciente) • Habilidad social (Inteligencia social) • Aprendizaje (Inteligencia racional)56

Goleman considera que un nuevo modelo de aprendizaje es necesario para la comprensión adecuada de la realidad. Este modelo implica que el sujeto aprende no solamente habilidades puramente cognitivas sino además habilidades

56 GOLEMAN, David. Op. Cit. pp. 157. personales y sociales. Estos grupos operan en diferentes estructuras del cerebro del sujeto.

Polarizaciones

Para Renny Yagosesky,57 Escritor y Orientador de la Conducta, no existen emociones negativas, y sólo dos factores las convierte en potencialmente negativas: el tiempo de permanencia y las cogniciones que las acompañen. Desde esta óptica, la rabia puede servir para proteger un territorio que se cree amenazado, la tristeza puede ayudar a una introspección curativa, la culpa nos permite reconstruir nuestra moralidad, y el miedo sirve para protegernos de riesgos perjudiciales.

Asegura que ciertas emociones pueden dañarnos cuando dejan de ser una expresión, una reacción, y se fijan como estado o condición, con poca o ninguna variabilidad. Para Yagosesky, los estados internos que promueven mayor bienestar son: la alegría y la serenidad, y sugiere para alcanzar la alegría, incrementar las actitudes de gratitud y Optimismo, y para desarrollar Serenidad aboga por aprender neutralidad o bajo juicio, y relajación frecuente.

Esta capacidad emocional positiva tiene que ver con aspectos como: a) Aptitudes emocionales personales

• Autoconcepto. Aceptarse y respetarse tal y como es cada uno. • Asertividad. Habilidad para expresarse y defender los propios derechos, desde la óptica de los demás y procurando no hacer daño.

57 Citado en PELECHANO, Valeria. Psicología de la Personalidad. Ariel, Madrid, 1996, pp. 94, 95. b) Actitudes emocionales interpersonales

• Empatía. Habilidad para reconocer las emociones de los otros. • Responsabilidad social. Capacidad para mostrarse como un miembro constructivo de la sociedad. c) Adaptabilidad

• Flexibilidad. Capacidad para ajustarse a las condiciones cambiantes del medio. • Solución de problemas. Saber ver, juzgar y actuar ante las distintas situaciones. d) Manejo del estrés

• Tolerancia. Capacidad de sufrir y aceptar situaciones imprevistas sin venirse abajo. • Control de impulsos. Habilidad de resistir o retardar un impulso e) Estado de ánimo y motivación

• Optimismo. Aprender a ver siempre el lado bueno de las cosas. • Felicidad. Habilidad para disfrutar y sentirse, en general, satisfecho con lo que se tiene y se ha conseguido.58

El manejo adecuado de las emociones es un elemento tan valorado como útil en la vida personal. De hecho, cuando el control no es posible, pueden surgir con mucha facilidad los efectos perniciosos de las emociones negativas,

58 GOLEMAN, David. Op. Cit. pp. 132. sentimientos irracionales que lastran al sujeto y que se transforman en creencias, muchas de ellas derivadas de etapas infantiles del desarrollo y que, por lo general, actúan de manera inconsciente, sin que la persona se percate de su papel.

En resumen, las emociones son estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, que se refleja a veces como un torbellino de comportamientos externos e internos, y otras con estados anímicos permanentes.

Estas se conciben como un comportamiento que puede ser originado por causas externas e internas; que puede persistir, incluso, una vez que ha desaparecido el estímulo y que acompaña necesariamente, en mayor o menor grado, toda conducta motivada.

Se puede decir, que las emociones no son entidades psicológicas simples, sino una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación.

Las emociones como los motivos pueden generar una cadena compleja de conducta que va más allá de la simple aproximación o evitación.

¿Amor o sentimiento de posesión? Los celos

Emociones y conflictos individuales

Los celos, –el vicio de la posesión, como Jacques Cardonne los denominaba– han sido, desde hace siglos, argumento recurrente y fértil de la literatura aunque constituyan también el germen de demasiados sucesos desgraciados y muy reales. Pero, ¿qué son los celos? Podríamos definirlos como “un estado emotivo ansioso que padece una persona y que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se posee-tiene, o se considera que se tiene-posee, o se debiera tener-poseer (amor, poder, imagen profesional o social...)”.59

En el ámbito sentimental, el rasgo más acusado de los celos es la desconfianza y sospecha permanentes en el otro que tiñen, y perjudican gravemente, la relación con la persona amada. La mayoría entendemos por celos ese confuso, paralizador y obsesivo sentimiento causado por el temor de que la persona depositaria de nuestro amor prefiera a otra en lugar de a nosotros.

Cuando se muestra en su forma aguda, el origen de los celos hay que buscarlo en situaciones neuróticas o, en general, psicopáticas. Algunos autores creen que el sentimiento de los celos es universal e innato. Linton,60 por ejemplo, ve una prueba de esta tesis en el hecho de que en las Islas Marquesas, donde la libertad sexual es prácticamente total, los indígenas manifiestan sus celos sólo cuando están ebrios; es decir cuando su control voluntario, su raciocinio, ha disminuido.

Por el contrario, psicólogos como O. Klineberg61 señalan que este sentimiento es de origen cultural, y que los celos no dependen del deseo o necesidad de goce exclusivo de los favores del otro, sino del estatuto social. En las sociedades monogámicas, como la nuestra, y siempre según este autor, el adulterio sólo provoca reacciones celosas en la medida en que origina inseguridad (material o afectiva) o afecta al prestigio y al honor. Son dos teorías relativamente antagónicas, pero como ocurre con frecuencia, perfectamente complementarias.

59 GORDON, Clanton y Lynn G. Smith. Anatomía de los celos. Grijalbo, Barcelona, Colección Relaciones humanas y sexología, 1981, pp. 46. 60 Citado en BARRÓN López de Roda, Ana y David Martínez Iñigo. Los celos. Una perspectiva psicológica y social. Libros Aula Magna, España, 2001, pp. 56, 57. 61 Ibídem. pp. 57. Hay personas que consideran los celos como una prueba de amor, y otras lo ven en cambio como indicio de inseguridad personal y de una relación afectiva poco madura. En dieciocho artículos, una serie de psicólogos, antropólogos, sociólogos y asesores matrimoniales -entre ellos personalidades como Margaret Mead, A. S. Neill y Albert Ellis –examinaron la dinámica de los celos y la diferente consideración que merecen en distintas culturas, distintas parejas y distintas personas, subrayando que una experiencia de celos correctamente asimilada puede ser útil para realizar una labor creativa respecto a nosotros mismos y a nuestras relaciones.62

Podemos pensar por tanto, que cuando nos mostramos celosos experimentamos sensaciones inherentes a nuestra condición de seres humanos y, a la vez, manifestamos un comportamiento adquirido y heredado de nuestra cultura y modus vivendi.

Un sentimiento que puede resultar peligroso

Los celos son un sentimiento de temor a perder a la persona amada. Los celos, de forma controlada y en pequeñas dosis, pueden ayudarnos a potenciar la relación pero, cuando los celos son enfermizos nublan la razón de quien los padece.

Sus sospechas se basan, la mayoría de las veces, en hechos infundados y, el constante temor a ser abandonados les lleva a ejercer un continuo temor sobre la pareja. Aunque conviene saber que cuanto más seguros nos sentimos de nuestra pareja y de nuestra relación con ella menos intensos y duraderos son.

Las personas muy celosas son, frecuentemente, apasionadas, ansiosas, un poco sadomasoquistas y neuróticas, y proyectan en su entorno humano sus

62 FERNÁNDEZ Montalvo, Javier y Enrique Echeburúa. Celos en la pareja: una emoción destructiva. Un enfoque clínico. Ariel, Madrid, 1998, pp. 9, 10. propias tendencias a la infidelidad. Buscan con avidez todas las pruebas de su presunto infortunio y se muestran refractarios a los argumentos racionales que les trasmiten las personas cercanas con las que se sinceran.

Los celosos delirantes que se sienten abandonados, menospreciados y burlados, pueden llegar hasta la tragedia de perseguir con odio a su amor y no vacilarán en atacarlo. De ahí que este sentimiento de los celos genere tantos problemas, no sólo en la seguridad física de las personas directamente afectadas por casos criminales sino también en el equilibrio emocional de otras muchas cuyo bienestar psicológico se ve amenazado.

Cuando en una pareja surge el miedo a la separación, éste se manifiesta en forma de celos, de persecución al cónyuge en su hipotética infidelidad, controlándole y pretendiendo obligarle a que sea fiel. Cuanto más persigue a su pareja con celos, tanto más se siente impulsado el perseguido o perseguida a demostrar su autonomía, esforzándose en alejarse y no dejarse obligar. Y cuanto más lo hace, tanto más busca el celoso o celosa reclamarle como posesión propia y secuestrar su libertad de movimientos y de sentimientos.

El celoso exige entonces a su pareja la descripción pormenorizada de su supuesta aventura y en su mente se mezclan el miedo al ridículo, a estar en boca de todos, el sentir con dolor que la otra persona vale más, la pérdida de autoestima, un deseo morboso de información (circunstancias de la otra relación, quién es, dónde se ven, desde cuándo lo hacen), un desmedido afán de control, un sentimiento de posesión exacerbado y la agresividad para con uno mismo.63

Vive la situación como si de una tortura se tratara e incluso con deseos de venganza, que van desde el encerrarse en el silencio hasta el drama que con tanta frecuencia describen las secciones de sucesos de los medios de comunicación.

63 Ibídem. pp. 25. Para Javier Fernández Montalvo y Enrique Echeburúa, las razones por las que en una persona se dan los celos son:

• Falta de confianza en uno mismo. Las personas inseguras muchas veces no se sienten merecedoras del amor de su pareja y esto les lleva a desconfiar de la sinceridad y cariño del otro. Siempre están pensando en que en cualquier momento su pareja puede conocer a alguien mas atractivo y tienen miedo a que descubra lo poco que vale en realidad. • Experiencias familiares. Es probable que una persona que haya presenciado escenas de celos en sus padres tenga más predisposición a ser celoso que otra cuyos padres se sentían seguros el uno del otro. • Experiencias vividas. las personas que han sido traicionadas alguna vez por alguien en quien confiaban es más probable que posteriormente desarrollen una personalidad celosa. • Trastornos psicológicos. Las personalidades paranoides, narcisistas e histriónicas tienen una gran tendencia a desconfiar continuamente de los demás y por consiguiente a desarrollar una celotipia.64

¿Los celos son amor?

Los celos, en contra de lo que podría parecer y de lo que sugieren algunas letras de canciones, argumentos literarios o guiones de películas, no siempre son consecuencia de un gran amor, ni indican cuánto se quiere, se necesita o se desea a la otra persona. Y, normalmente, quienes padecen preferentemente estos ataques de celos son personas muy centradas en sí mismas, que sólo se curarán saliendo de su autoencierro. En muchas situaciones de celos hay, más que amor o miedo a la soledad, otras causas: sentimientos de posesión del otro, de necesidad de controlarle, de inseguridad en uno mismo, de envidia hacia la mayor riqueza de la vida emocional del otro.

64 FERNÁNDEZ Montalvo, Javier y Enrique Echeburúa. Op. Cit. pp. 52, 53. Un tipo muy especial de celos son los infantiles –el llamado Complejo de Caín– que se manifiestan tras el nacimiento de un nuevo hermano. El niño, antes centro de todas las atenciones, se ve obligado a aceptar que debe compartir con el nuevo miembro de la familia el amor y cuidados de sus padres, muy especialmente de la madre, lo que hace que vea en el recién llegado un usurpador y la malquerencia hacia el intruso, lo que puede conducirle a volcar su agresividad en su pequeño hermano.

Según los psicólogos, no es extraño que incluso el origen de ciertos estados neuróticos que sufren los adultos provenga de secuelas de celos infantiles padecidos hace décadas. Pero los celos no son exclusivos del espacio familiar o sentimental: otro ámbito donde germinan es el mundo laboral.

Los celos afectan con frecuencia a profesionales desconfiados y muy competitivos (en la mala acepción del término), incapaces de trabajar en equipo y que invierten gran parte de su tiempo y energía en los pequeños detalles, no compartiendo información y controlando cuanto ocurre a su alrededor, a fin de que nadie presente un trabajo que pueda ensombrecer el suyo. La vida y valía personal de estos celosos laborales giran en torno a su estatus profesional y mantienen una baja autoestima (disfrazada frecuentemente de autosuficiencia). Y, por supuesto, con esa actitud, evidencian su inseguridad y un déficit de inteligencia emocional, al no responder positiva y equilibradamente a los estímulos del exterior, en este caso, a la competencia de sus compañeros de trabajo.65

También pueden surgir los celos en la relación con los amigos ("ese es el más guapo, aquella es la más lista, ese el que tiene la casa más bonita, este es el que está casado con la que más dinero gana"), pero normalmente no generan tantos problemas ni alcanzan dimensiones dramáticas.

65 VISCIDO Bazán, Nilda María y Francisco Juan José Viola. Op. Cit. pp. 32. Cuando nos sentimos celosos de nuestra pareja

En la realidad cotidiana, los celos rompen y enturbian las relaciones, y los sujetos celosos acaban minando, con su posesividad y persecución asfixiante, el gozo y el placer del encuentro, el equilibrio en la pareja, que se basa en la ternura, la comprensión, la tolerancia y el respeto a la autonomía del otro.

Para Ana Barrón López de Roda y David Martínez Iñigo, si en un momento determinado nos sentimos víctimas de un ataque de celos que perjudica nuestro bienestar emocional, actuemos decididamente:

• Seamos conscientes de que estamos padeciendo los celos sin querernos engañar jugando a progresistas. • Comuniquemos nuestros sentimientos a la persona cuyo comportamiento ha generado los celos, especificándole claramente las conductas que nos hacen sentirnos celosos. • Hablémosle cuanto haga falta, aunque sin someterla a una presión excesiva (y mucho menos aún, recurriendo a amenazas o agresiones físicas), y con ánimo de pedirle que nos ayude a disipar nuestras dudas. Se trata de saber qué ocurre en realidad y de cotejarlo con nuestra percepción, que perfectamente puede ser errónea. • Si se trata de un pensamiento irracional que estamos alimentando, debemos apoyarnos en la realidad y desterrarlo definitivamente. Nos será más fácil si contamos con la ayuda de la otra parte. Pero no olvidemos también es parte afectada, a la que debemos comprender y ayudar. • Revisemos durante un cierto tiempo nuestra actitud ante la otra persona, para comprobar que los celos han desaparecido. • Fortalezcamos el diálogo continuo, la confianza y el contacto amoroso: son los mejores instrumentos para superar el desencuentro y los celos. • Aceptémonos más, confiemos en nosotros mismos y trabajemos la seguridad en nosotros mismos, nuestra autoestima. • Si sufrimos un cuadro agudo de celos o nos vemos incapaces de gestionarlos por nosotros mismos, dirijámonos cuanto antes a una consulta psicológica. • Y, por último, si hay motivo real para nuestros celos, planteemos con realismo la situación a nuestra pareja. Y armémonos de valor, paciencia y comprensión para superar la situación. Casi todo tiene un final, y el amor también puede tener fecha de caducidad.66

Del control de las emociones al control de los celos

En su texto La Psicología de los celos, Juan Lazarte se pregunta ¿cómo podemos controlar nuestros pensamientos destructivos y los celos? El especialista anota siete puntos principales, mismos que colocamos a continuación:

a) Evita pensamientos destructivos que hacen que el problema de los celos se agrave e intenta sustituirlos por otros de seguridad y confianza que ayuden a frenarlos. Esfuérzate en ser objetivo y aprende a diferenciar lo que son hechos reales de lo que puede estar manipulando tu imaginación. Esto no es otra cosa que tomar verdadera conciencia del problema e intentar hacer algo al respecto. b) Procura ser más tolerante y dejarle su espacio a tu pareja: evita ese impulso irrefrenable que te lleva a estar en todo momento controlando y preguntándole sobre lo que hace y con quien. De esta forma lo único que vas a conseguir es que se sienta cada vez más agobiada y atosigada. c) Comenta lo que te ocurre a algún amigo de confianza y pídele consejo. No olvides que ocultar el sufrimiento y negarlo hace que se potencie cada vez más. Los consejos y puntos de vista de otras personas ayudan a analizar lo

66 BARRÓN López de Roda, Ana y David Martínez Iñigo. Op. Cit. pp. 38-41. que nos ocurre de forma objetiva y a encontrar soluciones que tal vez no se nos habían ocurrido. d) Reflexiona sobre lo que te ocurre e intenta aclarar tus ideas. Esto te ayudará a exponer tus sentimientos con sinceridad, a descubrir tus miedos, necesidades, etc. Y una vez detectado el problema procura poner todos los medios a tu alcance para solucionarlos. e) Evita utilizar amenazas, habla claramente de lo que te ocurre, no te ciegues con la rabia e intenta buscar soluciones al problema. f) Evita culpabilizar a alguien de lo que te ocurre. Procura ser responsable de lo que sientes y no olvides que tus actos dependen de ti, y eres la única persona que puede cambiar tu conducta ante lo que estas sintiendo. g) Evita ser trágico a la hora de asumir los celos: esfuérzate en apreciarlos como síntoma de amor verdadero y prevenirlos cuando se descontrolan y vuelven dañinos.67

Como vemos, si aprendemos a controlar estos impulsos, los celos nos pueden ayudar a apreciar y valorar a la persona que tenemos al lado y a cuidar el amor del otro sin darlo siempre por supuesto. En algunos casos, cuando los celos son muy frecuentes, intensos y duraderos y surgen sin ningún motivo, se vuelven patológicos. Esto produce un sufrimiento intenso en quien los sufre, y en muchas ocasiones se aconseja acudir a un profesional especializado en terapia de pareja.

Origen y uso de los celos en la relación de pareja

La cuestión de los celos constituye una problemática profunda que se remite a la historia de la especie humana, cumpliendo así funciones específicas relacionadas con la supervivencia. Involucra a hombres y mujeres, a pesar de lo

67 LAZARTE, Juan. La Psicología de los celos. Fondo de Cultura Económica, México, 2001, pp. 30- 32. cual existen especificidades en la vivencia y expresión de este afecto, expresión del temor de que la persona amada se aleje con otro sujeto.

Si bien la existencia de los celos es universal y se basa sobre situaciones reales o fantaseadas, es posible considerar ciertas pautas para intentar manejarlos en pro de la construcción de relaciones de pareja adecuadas.

Como hemos visto, en su definición más básica, los celos constituyen aquello opuesto a la noción de confianza. Su presencia en las relaciones de pareja es innegable, ya sea al comienzo, en el curso o al final. Normal para algunos, enferma para otros, este tipo de emoción tiene orígenes específicos así como consecuencias para la interacción de las personas.

Mirando el fenómeno desde la Psicología Evolutiva, podría decirse que los celos tienen una función particular y universal en la historia de la especie humana dado que permiten la construcción de relaciones monogámicas y fieles. Así, los celos son emociones que funcionan como un mecanismo de defensa por medio del cual las personas garantizan la permanencia de su pareja y protegen la relación de actuales o potenciales intromisiones.

Como señala Juan Lazarte:

La percepción, sensación o fantasía de que tal amenaza existe lleva a que la persona tome acciones encaminadas a eliminarla o disminuirla. Las medidas generadas a partir de los celos varían en un amplio rango que va desde ejercer vigilancia sobre la pareja buscando signos probables de que el otro ha establecido una relación paralela, hasta las demostraciones crudas de violencia.68

68 Ibídem. pp. 46. La rabia, tristeza y humillación, sensaciones también relacionadas con los celos, motivan un comportamiento que típicamente busca el alejamiento del tercero o la prevención de que la pareja abandone la actual relación.

Estudios han puesto en evidencia que aunque la naturaleza de los celos es la misma para ambos sexos, es posible distinguir ciertos elementos. Los hombres suelen verse más afectados ante la idea de que su pareja tenga relaciones sexuales con otro (infidelidad sexual), mientras que las mujeres sufren más cuando se trata de cuestiones que tocan lo que podría denominarse infidelidad emocional. Lo anterior hace referencia a una situación en la cual la persona dedica tiempo, atención y recursos a otra que no es su pareja sin que necesariamente exista una relación sexual de por medio. Cuando una mujer percibe que la atención de su pareja se ha desviado hacia otra persona pone en marcha un conjunto de tácticas para atrapar de nuevo sus sentidos: vuelve a usar su perfume favorito, cambia de peinado, etc.69

Como vemos, hombres y mujeres manifiestan la emoción de los celos de diferentes formas, por ejemplo los actos violentos por medio de los cuales el hombre siente que sus derechos deben quedar claros, mientras que la mujer busca llamar la atención de su pareja usando tácticas que le permitan verse y sentirse más atractiva.

Se han observado también diferencias relacionadas con la principal función que cumplen los celos y el sexo. Desde la perspectiva masculina se trata de garantizar la paternidad de los hijos, diferente a las mujeres, las cuales tratan de asegurar los recursos y el compromiso de su pareja con ella y sus descendientes.

Los sentimientos que las mujeres experimentan al ser testigo o tener fuertes evidencias acerca de la infidelidad del ser querido se asocian principalmente con

69 DUDET Lions, Claudette. “Maltrato psicológico en el enamoramiento” en Revista Mexicana de Psicología. Año XVII, Núm. 14, (Ciudad Universitaria, 1 de octubre de 1997), pp. 56, 57. tristeza y una idea de abandono. Los hombres, de otro lado, tienden a experimentar en un mayor porcentaje rabia y furia. A pesar de lo anterior se ha encontrado que la humillación es una sensación compartida por ambos sexos.

A continuación identificaremos los elementos que intervienen en la constitución de los celos dentro del desarrollo de un ser humano. Lo anterior podría ubicarse en la relación del bebé con su cuidador. El pequeño depende en gran medida de las atenciones que recibe del otro, dado su alto estado de indefención.

La madre es en la mayoría de las veces aquella figura central, fuente de cariño y seguridad. Además de proveer cuestiones relacionadas con la alimentación y el aseo, entre otras cosas, la mamá constituye la base a partir de la cual el chiquito se descubre en conjunto con el mundo que lo rodea.

Esta relación dual deja de ser exclusiva en la medida en que la madre introduce la existencia efectiva de un tercero, el cual puede ser encarnado por el padre o persona similar, o por una ocupación o actividad que ponga una distancia entre ella y el bebé.

En este momento el niño percibirá que hay otra cosa más allá de él para la madre, lo cual puede en un momento particular ocupar toda su atención. Lo anterior implica ya una relación triangular más evolucionada que la primera dual, lo cual no quiere decir que el niño quede abandonado a su suerte. Se trata más bien de que para la madre el mundo es más que el niño.70

Parafraseando al Mtro. Carlos Alberto Vargas Prado:

70 Cfr. LACAN, Jacques. “Los tres tiempos del Edipo” en El Seminario de Jacques Lacan. Libro V: Las formaciones del inconsciente, 1957-1958. Paidós, Buenos Aires, 1996, pp. 93-107. A partir de entonces los celos del bebé tendrían la finalidad, jamás lograda como en el comienzo, de recuperar el objeto de amor perdido (en este caso la madre) y excluir al rival (padre, trabajo, hobby, etc.). De ahí en adelante ese tercero, estará presente así sea en las fantasías inconscientes (o conscientes) y en los sueños que nunca se recuerdan. No obstante, existe un punto a partir del cual su presencia se convierte en fuente de problemas y conflictos en las relaciones cotidianas. Se trata de una situación en la cual no se han generado estrategias claras y funcionales ante el vacío asociado al alejamiento de la madre.71

Lo anterior se proyectaría sobre las interacciones actuales, siendo la figura materna sustituida por la pareja amorosa, mientras que el rival puede ser cualquiera. La existencia perturbadora del tercero real o virtual, se convierte en el centro de los pensamientos del que cela, siendo la infidelidad de la pareja su principal preocupación.

La persona que sufre con lo anterior tiene un claro perfil psicológico asociado que incluye elementos tales como baja autoestima e inseguridad, necesidades altas de estimación y aprobación externas, demanda de ser amado incondicional y exclusivamente, es egoísta y desconfía con frecuencia.

Controlar los aspectos físico y emocional de la pareja se convierte en su obsesión, de tal forma que comienza a comunicar mensajes dirigidos a restringir cuestiones como el atuendo que usa el otro, el tipo de personas con el que interactúa (llamadas, reuniones, etc.) y toda actividad que implique para el sujeto que cela una probable situación que fomente la infidelidad.

71 VARGAS Prado, Carlos Alberto y Alfredo Andrade Carreño (asesor). La formación de bandas juveniles al interior del Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur y su relación con las adicciones a las sustancias tóxicas de efectos estimulantes o depresivos y el desempeño escolar de 20 estudiantes del Bachillerato Universitario. El punto de vista psicosocial. Tesis de Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS) con especialidad en Ciencias Sociales. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 2007, pp. 150. Ahora bien, para evitar que la pareja alimente sus ideas no reales de infidelidad, es conveniente expresar de manera clara y decidida el cariño y amor que los une, dando así seguridad acerca del vínculo actual. Lo anterior puede darse sin tener que exponer explicaciones para cada uno de los movimientos y actividades que se hacen a diario. También es importante aclarar cualquier situación que pueda resultar ambigua y que por esto mismo sirva para alimentar la sensación de celos.

Como señalan Javier Fernández Montalvo y Enrique Echeburúa:

Aunque muchos de los problemas que se presentan en la pareja pueden relacionarse con los celos, no todo puede explicarse a partir de ellos. Los celos pueden ser considerados como una manifestación de algo que no anda bien entre las dos personas, algo que puede ser mucho más profundo ya que cada uno en la relación cumple un papel fundamental en la situación presente. Esto ha de considerarse en cada caso por separado.72

Adicionalmente es conveniente que se articulen las ideas de confianza y amor en la pareja: querer es muchas veces creer en el otro. Por otro lado, es importante que el sujeto celoso reflexione acerca de su afecto, tratando de entender que el hecho de que su pareja tenga amistades y desee compartir tiempo y espacios con éstas no implica necesariamente que haya dejado de amarlo.

Un punto adicional importante es la comunicación de las sensaciones de malestar relacionadas con las escenas de celos a la persona que las propicia. Lo anterior con el fin de que el sujeto se haga consciente acerca del efecto de su comportamiento en la pareja y el probable abismo que puede abrirse si persiste en su conducta.

72 FERNÁNDEZ Montalvo, Javier y Enrique Echeburúa. Op. Cit. pp. 95, 96. En la medida en que considere que la pareja es un ser humano y no una propiedad se podrá dialogar y establecer estrategias para resolver la actual situación. Así mismo se podrá sentir que la presión y la fuerza no sirven de nada al final. El libre albedrío del otro será siempre el mejor aliado y no el miedo ante las reacciones violentas.

¿Los celos son necesarios en la relación de pareja?

La vida en pareja está llena de alegrías, pero muchas veces también de malos momentos y complicaciones. Querer, amar y compartir la vida con una persona puede ser maravilloso. Y parece que mientras más perfecta es la relación, más miedo hay a perderla. Ya desde pequeños comenzamos a exigir el amor exclusivo de los padres.

Hemos visto ya que los celos están considerados como una emoción. Así existe el odio o el amor, los celos, en el marco de una relación de pareja, en su defecto pueden causar la desconfianza del prójimo y en su exceso, la ruptura de la relación afectiva.

Javier Fernández Montalvo y Enrique Echeburúa anotan:

La emoción y la ansiedad ante la posible pérdida de nuestra necesaria figura de apego, la que nos brindaría seguridad psicológica, puede ser una reacción natural ante la posible pérdida de nuestra pareja. Lo que determinará que los celos sean patológicos o normales es su intensidad y el hecho de que se deban a una causa justificada o infundada.73

73 Ibídem. pp. 96. Los celos en las relaciones de pareja durante la juventud

Durante la juventud, los celos pueden llegar a ser útiles, porque actúan como un generador de energía en la pareja. Desde este punto de vista, cada uno se llegaría a esforzar para mantener encendida la llama del amor. De esta forma, pueden tomarse como una reacción de alerta ante un bajón amoroso de cualquier miembro de la pareja. Así, los celos serán saludables y constructivos.

Pero una desconfianza excesiva. La limitación de libertad de la pareja para ser el eje exclusivo de su vida puede hacer que fracase una relación y un noviazgo. En toda dificultad de encontrar el término medio, en este caso, las reglas y los límites deben establecerse por ambas partes.

Parafraseando a Nilda María Viscido Bazán y Francisco Juan José Viola:

Los celos como tal responden a la intención de propiedad, entendida como la noción de sentirse dueño, responsable de algo. Y la convicción de tener una forma privilegiada de relacionarse con el otro. La amenaza de esa propiedad y o privilegio genera en uno una inquietud, que según el carácter y las posibilidades van a expresarse de diferente forma. Pero que intenta limitar al otro, por más que no siempre se exteriorice. Lo que pretenden los celos es tener una relación semejante a la que el otro tiene con otra persona, independiente de la relación que uno tenga. Esta expresión que el medio, uno mismo y la relación permiten, es lo que se entiende como celos. Es decir una expresión de una situación cultural y social relacionada con la noción de pareja y de exclusividad (relacionadas directamente con el concepto de propiedad). Los celos surgen como un intento de confrontar a la inestabilidad posible de una relación que uno considera segura.74

74 VISCIDO Bazán, Nilda María y Francisco Juan José Viola. Op. Cit. pp. 37. En algunas parejas, los celos no tienen cabida alguna en la relación. Mientras, para otras, la falta de este sentimiento puede ser un indicativo de falta de interés. Normalmente en las parejas recién formadas, los celos es un índice para verificar si la otra persona está realmente interesada.

¿Celos o miedo a estar sólo?

La soledad provoca angustia. El miedo de perder a la persona amada se une al pánico que sufre la mayoría de las personas a estar sólo. Darse cuenta que uno no es irremplazable, es duro, pero mucho más en cuanto es mayor el temor a la soledad.

Por este motivo, el perfil psicológico de la persona que siente celos se relaciona con la baja autoestima y la inseguridad. Estas personas, además de tener reacciones emocionales negativas, tienen necesidades de estimación y demanda continua de aprobación.

Teniendo en cuenta lo anterior, Carlos Gurmédez apunta:

En particular los celos son considerados, por algunos, como una manifestación del amor: sólo se tiene celos de lo que se ama y si no tienes celos es porque nunca amas. Esta ecuación, se expresa en muchas conversaciones sobre celos. En nuestro primer análisis surge una paradoja muy evidente, cual es el conjunto de situaciones no placenteras que generan los celos (bronca, malestar, violencia, etc.) y al mismo tiempo una serie de reacciones comportamentales y/o verbales en relación a la situación que generan los celos (reprimir comentarios, separarse de amigos/as, no frecuentar ciertos sitios, cambios en la apariencia, etc.); estas dos situaciones están lejos de ser una expresión y medida de un sentimiento como es el amor.75

75 GURMÉNDEZ, Carlos. Tratado de las pasiones. Fondo de Cultura Económica, México, 1986, pp. 81. La persona celosa reclama un sacrificio, desea ser amado incondicionalmente, siendo incapaz de sacrificarse, puesto que suele ser demasiado egoísta y desconfiado. Por estar necesitadas de estima, suelen demandar constante aprobación.

Los celos patológicos

A continuación trataremos los celos patológicos desde el punto de vista de la terapia racional emotiva.76 En primer lugar, conviene distinguir entre los celos normales, que cualquier persona puede sentir en un momento dado sin que suponga un problema, y los celos patológicos.

Los celos sanos consisten en una preocupación por la posible pérdida de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie más.

Esto a veces causa algunos problemas en la pareja pero no son demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los miembros de la pareja. Por el contrario, los celos patológicos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación.

La diferencia entre ambos tipos de celos está en que en vez de preferir y desear que su pareja esté sólo con él o ella, las personas con celos patológicos, están exigiendo o demandando que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse emocional o sexualmente con otras personas.

76 Cfr. ELLIS, Albert y W. Dryden. Una Terapia Breve más profunda y duradera. Paidós, Barcelona, 1999, pp. 23, 24. Al estar utilizando un pensamiento rígido, basado en exigencias absolutistas que no admiten más posibilidad que el cumplimiento de sus deseos, estas personas perciben la posibilidad de una infidelidad como algo terrible (siempre que exijas que algo tiene que ser como tú quieres que sea, en vez de solamente preferirlo, considerarás horrible la mera posibilidad de que no sea así).

De este modo, vigilará cada gesto inocente de su pareja hacia otra persona para tratar de prevenir e impedir que llegue a suceder eso que considera tan terrible e insoportable.

En cambio, cuando una persona utiliza un pensamiento flexible, se dice a sí misma cosas como: "Deseo mucho que mi pareja esté sólo conmigo, pero es libre de elegir lo que quiere, y si me deja será doloroso y frustrante pero no será algo terrible, ni insoportable ni me matará".77 La persona que piensa de este modo puede estar preocupada, pero no aterrorizada ante la posibilidad del abandono ni necesitará estar constantemente en guardia por si sucede eso tan temido.

En cambio, si está utilizando un pensamiento rígido y dogmático, creerá cosas como: "Mi pareja no puede ni debe dejarme nunca bajo ninguna circunstancia ni tiene derecho a hacerlo porque si lo hace me sentiré fatal y será terrible e insoportable".78 La persona que piensa de este modo se sentirá muy ansiosa, insegura, deprimida, agresiva y dependiente.

Por ejemplo, quien piensa que su valor personal -u hombría, en el caso de los hombres- depende de que su pareja permanezca con él o ella, está creando una relación de dependencia que lo mantendrá continuamente ansioso pensando en lo horrible y humillante que sería que su pareja lo dejara; mientras que si

77 ELLIS, Albert. y R. Grieger. “La Psicoterapia y la Valía del Ser Humano” en ELLIS, Albert. y R. Grieger (eds.) Manual de Terapia Racional-Emotiva. Editorial Desclée de Brouwer, Bilbao, 1981, pp. 43. 78 Ídem. piensa que su valor como persona no tiene nada que ver con eso (es decir, utiliza un pensamiento más realista) entonces se sentirá más relajado en su relación con su pareja.

Los sentimientos de hostilidad provienen de creencias como: "si mi pareja me deja sufriré mucho; por tanto, no puede dejarme y si lo hace es una persona horrible que merece el castigo".79 De este modo se ven con derecho a llegar incluso a la violencia. Es decir, quien piensa así considera que sus deseos son órdenes para los demás y antepone sus propios deseos y bienestar al de su pareja: "como a mí me dolería mucho que me dejaras, no eres libre para hacerlo".

Celos incontrolables y violencia

El ataque a nuestro orgullo es lo que nos pone en situaciones donde no somos capaces de frenar nuestra propia actitud frente al otro. Dentro de esa concepción el concepto de violencia, abuso y agresión se separan y se mezclan. Uno y el otro van aferrándose a sus propias realidades y diversos marcos conceptuales.

Al mismo tiempo la representación social de estos términos hace que se encuadren en diversas situaciones, algunas no muy definidas. En lo físico se llega a un consenso con más rapidez puesto que la prueba tangible está en la piel misma en hechos objetivables y en muchos casos mensurables.

Pero cuando lo físico no está presente, la subjetividad toma lugar y al hacerlo queda claro que un mismo comportamiento será percibido por algunos como violento, abusivo o agresivo y por otros no.

79 Ibídem. pp. 43, 44. Esta situación de subjetividad pone en evidencia un comportamiento muy común en el ser humano y que podemos reconocer en nuestros propios actos: cuántas cosas perdonamos a algunos y no a otros. Esta violencia se da entre sujetos y es una forma de comunicar.

Estos tres elementos o premisas, que ya habíamos señalado anteriormente, son de un valor primordial en el caso de la violencia, donde ciertos gestos, comportamientos, situaciones, son naturalizadas por las personas a través del influjo de una educación y un impacto sociocultural. Lo que ciertos autores llaman violencia estructural.

La violencia, como actitud hacia el otro, estuvo limitada a ciertos fenómenos durante mucho tiempo. Por ejemplo, la guerra; cuando era corriente por ser fruto de la modalidad de intercambio entre los pueblos, era una noción de violencia colectiva aceptada o tolerada por estar regida por otros cánones relacionados con la realidad circundante. Actualmente la violencia física está en permanente y actualizada discusión y esto ha permitido que los otros tipos de violencia se manifiestan y se expresen a través de los estudios y los cuestionamientos sociales.

Como señala Juan Lazarte:

Decíamos que, cuando la violencia física deja de ser un problema de cada uno, para transformarse en un cuestionamiento social, cuando la investigación la aborda y los terapeutas de cada área comienzan a buscar soluciones a problemas conexos a esta violencia; cuando los que se dedican a la problemática social desde una perspectiva social, política y/o económica comprenden el alcance de sus consecuencias, la violencia física comienza su ciclo de denuncia y de problematización, es decir se instala en la sociedad en mayor o menor grado, se discute y se condena. Eso permite que las otras formas de violencia se pueden mencionar como fenómenos con valor de denuncia, es decir, los sujetos reaccionan frente a estas situaciones que antes estaban ocultas bajo el paño de la aceptación silenciosa de situaciones vividas.80

Finalmente, entre las creencias irracionales que dan lugar a celos patológicos, la Doctora Claudette Dudet Lions señala las siguientes:

a) La pareja que yo he elegido debe amarme mucho y en todo momento mientras yo quiera que sea así. b) Es terrible que mi amor no sea correspondido (como tiene que ser) y eso hace que mi vida sea horrible. c) No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como yo a ella/él d) Dado que no he logrado que mi pareja me quiera como tendría que haber hecho soy una persona inadecuada e indigna de amor. e) Si mi pareja me deja nunca encontraré a nadie a quien amar y seré infeliz toda mi vida porque no puedo ser feliz sin un/a hombre/mujer. f) Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir. g) Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán de mí y pensarán que soy un idiota total, y eso no podría soportarlo.81

Los celos y la Psicología

Como hemos visto en este capítulo, los celos son un afecto o emoción inevitable, y nacen en el momento en el que alguien o algo interfiere e intenta romper aquella fantasía por la cual creemos ser uno con el Otro (la madre). Los celos pueden ser una reacción natural ante la posible pérdida de nuestra pareja. Lo que determinará que los celos sean patológicos o normales será su intensidad,

80 LAZARTE, Juan. Op. Cit. pp. 62. 81DUDET Lions, Claudette. Op. Cit. pp. 67. la reacción que provoquen y el hecho de que se deban a una causa justificada o infundada.

La celopatía, enfermedad de celos, tiene su origen en la misma personalidad del celoso, dominado por el miedo al ataque y a la pérdida. Los celos pueden ser el emergente de deseos de infidelidad proyectados en el otro/a. El celoso patológico es aquel cuyo accionar movido por los celos hace sentir a él y a su pareja, que desciende la calidad de vida de ambos, o sea que la existencia de la pareja deja de ser un ámbito de comedia para pasar a ser una tragedia diaria.

La angustia y la desesperación del celoso surgen del querer inútilmente controlarlo todo, y la impotencia que sufre al descubrir que es imposible. Siempre habrá un factor externo intentando interaccionar con el objeto de deseo que lo desvela y que cree propio.

Su alivio sobrevendrá al entender que puede prescindir de ese objeto de deseo y seguir viviendo o cambiarlo por otro, y que nadie ni nada podrá satisfacerlo totalmente.

Los celos son una señal de debilidad, y están relacionados con la falta de confianza en si mismo del sujeto celoso, cuya autoestima depende excesivamente de su pareja.

Mientras la envidia es querer tener, los celos son un querer retener; el tipo de relación que el bebé establezca con la madre y la forma en que tramite en su psiquis las sensaciones de plenitud y de abandono, son la plataforma fundamental para la crianza de un celoso voraz o no.

Este último hecho es el pie de lanza para lo que a continuación presentamos.

CAPÍTULO II EL ENFOQUE PSICOANALÍTICO COMO EJE TEÓRICO PARA ANALIZAR LOS CELOS EN LAS RELACIONES AMOROSAS

“La juventud es el periodo de cambio comprendido entre la pubertad y la edad adulta. El joven o adolescente está sexualmente desarrollado, pero carece de la necesaria experiencia y la madurez emocional para tratar con equidad todos los problemas que caracterizan la vida adulta. En consecuencia muchos jóvenes encuentran dificultades y caen fácilmente en actitudes depresivas en razón de algunas situaciones. Particularmente, las muchachas deben asimilar la experiencia de la menstruación, que a veces es desagradable y para algunas resulta perturbadora”.82

FRANÇOIS DOLTO. La causa de los adolescentes.

Fundamentos teóricos sobre la juventud

Creí conveniente que este segundo punto haga referencia a las distintas miradas, posiciones o argumentaciones que se dan en torno a los conceptos de Jóvenes y de Juventud, sobre todo porque existen divergencias entre las

82 DOLTO, François. La causa de los adolescentes. Seix Barral, España, 1990, pp. 42. posiciones que adoptan instituciones como la UNESCO y especialistas dedicados al tema, y que tiene que ver preponderantemente a la posición social que ocupa el joven, y en que generalmente se tiende a homogeneizar al sector Juventud.

A lo largo del ciclo de la vida humana, la juventud ha sido identificada como una fase etérea intermedia, la transición de la adolescencia a la vida adulta. Ésta fase etérea, también es identificada, generalmente, como la de dependencia económica y asociada a la educación y a la formación, próxima a la constitución de una vida familiar y profesional propia. También en ocasiones, la juventud es vista como un estado del espíritu, del cuerpo, como un signo de salud y disposición; pero a la vez, es también un consumidor, una franja del mercado que todos quieren incluir.

La juventud podría entonces emparentarse con todo el período de la adolescencia hasta la entrada en la vida adulta, sin embargo la adolescencia es más que una etapa o un estadio del desarrollo cognitivo o biológico, sino que además es el momento mas importante de la constitución de subjetividad desde la pubertad; esta etapa está marcada también por la irrupción de la sexualidad, en su vertiente de la genitalidad. Esta etapa es acompañada por importantes cambios corporales, tanto en el hombre como en la mujer y es la etapa cuando los adolescentes/jóvenes comienzan a identificarse con tal o cual gusto (sexual, musical, artístico, etc.) que lo llevan a vestir nuevos ropajes, lucir nuevos peinados, tatuar o agujerear partes de su cuerpo. Hábitos que proponen distintas y cambiantes identificaciones -soy esto o soy lo otro- donde cada identificación supone modos de relación con los otros, conductas, códigos de lenguaje, gustos musicales, de los que el joven se apropia.

Desde una mirada institucional, la juventud es una etapa de la vida humana que ha adquirido una especial importancia en los tiempos contemporáneos. Esta edad comienza a los 15 años aproximadamente hasta los 25 años donde dará comienzo la edad de la adultez que es la más larga, según la UNESCO. Sin embargo una definición puramente cronológica se ha mostrado insuficiente. La juventud es un proceso relacionado con el período de educación en la vida de las personas y su ingreso al mundo del trabajo. Pero profundizando aún más la idea de juventud pone acento en los procesos de construcción de la identidad.

Ahora veamos que opinan los especialistas. Según Cecilia Braslavsky, "la etapa juvenil es considerada, habitualmente, como el período que va desde la adolescencia (cambios corporales, relativa madurez sexual, etc.) hasta la independencia de la familia, la formación de un nuevo hogar, la autonomía económica; éstos serían los elementos que definen la condición de adulto. Un período que combina una considerable madurez biológica con una relativa inmadurez social. La juventud se convertiría como en una especie de transición hacia la edad adulta".83

Sin embargo, esta autora sostiene que "existe en la sociedad el mito de identificar a los jóvenes con algunos de ellos, una especie de juventud homogénea" o también " el mito de la igualdad de oportunidades con que cierto discurso intenta unificar la condición para todo aspirante a participar plenamente de la vida colectiva, aunque provengan de mundos sociales extremadamente diversos. Así, todo joven se encontraría en igualdad de oportunidades para recibir los conocimientos e incorporar las aptitudes que lo transformarán en productor y lo formarán como ciudadano".84

83 BRASLAVSKY, Cecilia. La juventud mexicana. Informe de situación. Tesis de Licenciatura en Trabajo Social. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Trabajo Social, México, 1992, pp. 31, 32. 84 Ibídem. pp. 33. Para Mario Margulis, el tema de la juventud se complica cuando "ésta no se refiere solo a un estado, una condición social o una etapa de la vida, sino que es vista como un producto".85

Y agrega:

La juventud aparece entonces como un valor simbólico asociado con rasgos apreciados –sobre todo por la estética dominante-, lo que permite comercializar sus atributos (o sus signos exteriores), multiplicando la variedad de mercancías – bienes y servicios- que impactan directa o indirectamente sobre los discursos sociales que la aluden y la identifican.86

En ocasiones, se suele hablar de juventud y hacer referencia a lo generacional, como que los jóvenes son generacionalmente iguales según la edad de nacimiento. Mario Margulis hace el siguiente aporte con respecto a este punto:

La generación, más que a la coincidencia en la época de nacimiento, remite a la historia, al momento histórico en que se ha sido socializado. La generación no es una simple coincidencia en la fecha de nacimiento, sino una verdadera hermandad frente a los estímulos de una época, una simultaneidad en proceso que implica una cadena de acontecimientos de los que se puede dar cuenta en primera persona, como actor directo.87

Otro aporte a la cuestión generacional lo hace el sociólogo Jorge Elbaum, quien nos dice:

Homogeneizar a los distintos grupos juveniles sobre la base de una pertenencia generacional suele ser una falacia analítica habitual. Dicha clasificación suele estar

85 MARGULLIS, Mario y Urresti, Mónica. La juventud es más que una palabra. Biblos, Argentina, 2000, pp. 13. 86 Ibídem. pp. 15. 87 Ibídem. pp. 11. guiada mas por los datos que el sentido común brinda que por el resultado de un auténtico relevamiento sociológico. Considerar la dimensión etérea como un dato explicativo de percepciones y prácticas regulares termina funcionando en la investigación como obstáculo epistemológico que impide comprender la influencia de otros factores –como la clase social, el género y las pertenencias étnicas y culturales- que en ocasiones terminan siendo más importantes que la tenencia de una edad determinada.88

Por último, veamos la opinión de Sergio Balardini:

Jóvenes hubo siempre, pero juventud no, aunque parezca extraño, la idea de juventud está íntimamente ligada a los roles históricos de los distintos grupos etéreos y sociales (...) la juventud como tal (no los jóvenes) es un producto histórico resultado de relaciones sociales, relaciones de poder, relaciones de producción que generan este nuevo actor social. La juventud es un producto de la sociedad burguesa, de la sociedad capitalista, antes la juventud no existía; uno podía decir que jóvenes hubo siempre mientras que juventud no, la juventud como fenómeno social en los términos occidentales que hoy la comprendemos, es un producto histórico que deviene de las revoluciones burguesas y del nacimiento y desarrollo del capitalismo.89

Después de analizar las distintas miradas sobre los conceptos de Jóvenes o Juventud, parece quedar claro que estos conceptos no pueden quedar aislados, sin tener en cuenta las variables económicas, políticas, sociales y culturales que ocupan los jóvenes en la sociedad del siglo XXI. Asimismo, se debe desnaturalizar la categoría juventud, para tomarla en su historicidad. Son arbitrarios culturales y reglas socialmente construidas las que determinan en que momento o por medio

88 ELBAUM, Jorge. ¿Qué es ser joven? Mimeo, Barcelona, 2003, pp. 5. 89 BALARDINI, Sergio. De los jóvenes, la Juventud y las políticas de juventud. Conferencia pronunciada en el Seminario Políticas locales de juventud. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco, México, 1999. de que rituales se pasa de una etapa a la otra, de esta manera, varían las edades cronológicas.

En las sociedades del siglo XXI, los jóvenes son presas de una gran contradicción producto del sistema capitalista imperante y es que los jóvenes de sectores medios y altos generalmente tienen la oportunidad de estudiar, de postergar su ingreso a las responsabilidades de la vida adulta: se casan y tiene hijos mas tardíamente, gozan de un período de menor exigencia, de un contexto social protector que hace posible la emisión, durante períodos más amplios, de los signos sociales de lo que generalmente se llama juventud. En cambio, los jóvenes, integrantes de las clases subalternas, tienen acotadas sus posibilidades de acceder a la moratoria social por la que se define la condición de juventud; no suele estar a su alcance el lograr ser joven de las formas normales: deben ingresar al mercado de trabajo tempranamente –a trabajos mas duros y menos atractivos-, suelen contraer a menor edad obligaciones familiares (casamiento o unión temprana, consolidada por los hijos). Carecen del tiempo y del dinero (moratoria social) para vivir un período más o menos prolongado con relativa despreocupación y ligereza.

Podemos afirmar entonces que en la actual coyuntura que vive nuestro país, que será analizado en el siguiente punto, no se puede hablar de jóvenes o de juventud de manera uniforme, ya que éstos conceptos guardan una estrecha relación con las condiciones políticas, sociales, económicas, culturales y hasta jurídicas en que se encuentran los sujetos insertados dentro de éstos conceptos. Por lo que sería necesario revisar este período de transición denominado juventud.

¿Qué es la juventud?

“La juventud, como cualquiera otra etapa de la vida humana, tiene características particulares que permiten identificarla cronológicamente por medio de los comportamientos específicos o por los fenómenos del proceso de ajustamiento de los sujetos a su medio o con otros adolescentes que se encuentren en situaciones semejantes”.90

ROSA ELENA NIEVES RODRÍGUEZ. Aspectos del desarrollo y consistencia de la personalidad.

Cuando no se tiene una idea clara de los diferentes estudios que en torno al desarrollo del adolescente se han elaborado y se hacen juicios de valor acerca de su comportamiento sin tomar en cuenta los postulados de diversos autores, se cae en el error de considerar esta fase del desarrollo humano como poco determinante y carente de interés en el análisis psicológico de diferentes sociedades.

La juventud es una etapa de suma importancia en el desarrollo de todos los seres humanos, al ser determinante en el comportamiento venidero de algunos sujetos y representar para diferentes culturas una entrada a un nuevo estadio, en el que la toma de decisiones y la consecución de objetivos serán de vital

90 NIEVES Rodríguez, Rosa Elena. Aspectos del desarrollo y consistencia de la personalidad. Un abordaje desde la Psicología Evolutiva. Tesis de Doctorado en Psicología y Salud, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología, Área de Psicología y Salud, México, 2004, pp. 99, 100. importancia y trastocarán todos o la mayoría de los aspectos biopsicosociales de los hombres y mujeres que hubieran tenido en dicha fase un desarrollo promisorio.

En esta parte del trabajo se hace una síntesis comentada de los diferentes estudios que se han llevado a cabo en torno al desarrollo del adolescente, cuyas aportaciones serán de vital importancia no sólo para nuestro entendimiento sobre las personas que atraviesan esta etapa, sino para hallarle una aplicación en las aulas y en nuestro desarrollo posterior.

Cuando se habla sobre los posibles problemas que atraviesa el ser humano durante su desarrollo adolescente y la serie de eventos que deben suscitarse para que consiga salir airoso de esta fase de su vida, lo que se hace es una alusión a una de las primeras teorías en torno a los cambios psicológicos que se dan durante esta etapa, misma que fue planteada por Hall91 a principios del siglo XIX y que se va más por considerar la juventud como una etapa entre la niñez y la adultez, que carece de significaciones posteriores en el andar del sujeto.

Una teórica del desarrollo y pensamiento adolescente que fundamentó sus resultados en el análisis de dos grupos de sujetos que atravesaban por esta etapa de su vida fue Margaret Mead.92 Esta autora analizó el comportamiento de algunos adolescentes de la Samoa y quiso aplicar dichos resultados a la realidad de las sociedades occidentales, en las que el desenvolvimiento de los roles sexuales, el interés por el trabajo, la ayuda a los adultos, entre otros factores, encuentra semejanza con lo que sucede en dicho país.

Sin embargo, Freeman, entre muchos otros autores,93 criticó esta postura y hoy ha pasado a formar parte de las explicaciones olvidadas. Para llegar a dicha

91 Citado en NIEVES Rodríguez, Rosa Elena. Op. Cit. pp. 104-106. 92 Citado en FREIRE Costa, Jerónimo. "Perspectivas de la Juventud en la sociedad de mercado" en Juventud y Sociedad. Fundación Perseu Abramo, Argentina, 2003, pp. 41-46. 93 Cfr. VARGAS Pérez, Mario Alberto. Op. Cit. pp. 210. conclusión, Freeman especifica que el contexto situacional, cultural y social de los adolescentes debe ser tomado en cuenta siempre que desee plantearse una teoría y no generalizar los resultados a los que se llegan.

En este sentido, el Mtro. Carlos Alberto Vargas Prado ha sentenciado:

A la luz del Psicoanálisis y la Psicología del Yo se han llevado a efecto los estudios más concienzudos y de aplicación sobre el desarrollo del adolescente. Sigmund Freud y Anna Freud, junto con Erik Erikson legaron análisis que hasta nuestros días resultan de vital importancia en el entendimiento de la juventud, por lo que sus teorías, a diferencia de las mencionadas anteriormente, no resultan obsoletas.94

El descubridor del inconsciente, Sigmund Freud95 miraba en la juventud una etapa de vital importancia en el desarrollo de los seres humanos, al ser en ésta donde las pulsiones sexuales pueden hallar una salida, por contar los sujetos en esta periodo de estructuras físicas que les permitirán llevar a efecto el acto sexual, lo que les deparará satisfacción y la posibilidad de continuar con la permanencia de la especie.

Consideraba que en los comienzos de la juventud, tanto hombres como mujeres recurren a la masturbación como un deseo de encontrar los centros de placer en su cuerpo y como una preparación a lo que serán los sucesivos encuentros sexuales con personas del sexo opuesto.

Aunque psicólogos posteriores a Freud dijeron que entre los adolescentes de 16 y 17 años la autoerotización es más frecuente que entre los de 13 y 14, el genio vienés ya había advertido de que es justamente a partir de esta edad

94 VARGAS Prado, Carlos Alberto. La formación de bandas… Op. Cit. pp. 18. 95 Cfr. FREUD, Sigmund. “Pulsiones y destinos de pulsión, (1910)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo XI, pp. 99-101. cuando la masturbación puede disminuir, por comenzar los galanteos y coqueteos entre los adolescentes y, por lo consiguiente, las primeras relaciones sexuales.

El padre de la Psicología moderna anotó que el deseo del adolescente de tener nuevas identificaciones, lo llevaba a transitar por un estadio de homosexualidad latente, en la que depositaba montos libidinales en aquellas personas de su mismo sexo que significaran un aliciente de socialización y de objetivos de vida, mismos que podrían ser profesores o gente importante. Por este motivo, en la juventud es más frecuente que existan bandas y grupos en las escuelas en los que difícilmente puedes entrar por no contar con las características que los integrantes piden.

Cuando se piensa en que hay adolescentes que no piensan en sexo ni en fiestas, sólo se dedican a estudiar y pasan grandes periodos de tiempo a solas, y no se toma en cuenta la explicación de lo mismo, se deja de lado la explicación que Anna Freud,96 hija del creador del Psicoanálisis, hizo sobre la intelectualización, mediante la cual el adolescente reprime sus deseos pulsionales vía la sublimación y traslada su energía sexual al estudio y a la formación académica. Cuando la experiencia lo lleva a tener sus primeros encuentros sexuales, lo normal es que consiga hacer un balance entre sus actividades escolares y sus encuentros amorosos.

Para Anna Freud, el ascetismo es común en la juventud, pues los sujetos se encierran en sí mismos y difícilmente permiten que otros formen parte de su mundo. Consideraba que el andar cotidiano y el desarrollo posterior conseguirían que la sociabilidad hiciera su entrada y que el adolescente renunciara a su deseo de apartarse de los demás.

96 Cfr. FREUD, Anna. El yo y los mecanismos de defensa. Alianza, Barcelona, 1979, pp. 81, 82. Erik Erikson97 ve en la juventud una etapa de suma importancia por ser en ella donde los deseos de sobresalir son manifiestos y en la que se lucha por alcanzar los objetivos tanto de intelectualización y trabajo, como los de vida. En el adolescente hay una crisis de identidad por no encontrar una respuesta a los cambios que se dan en su cuerpo, pero con el paso del tiempo les halla una solución y entonces la intimidad y sus deseos de superación lo llevan por un camino normal.

Al tomar en cuenta lo anterior, vemos que en la juventud puede existir un desarrollo saludable cuando no se pierde de vista el deseo que en cada uno de nosotros está presente por aprender y ser mejores cada día. Existen sujetos que en esta etapa pueden presentar un comportamiento desviado del esperado no sólo por sus padres, sino por sus profesores o algunas autoridades, pero debe tenerse en cuenta que con la entrada de la llamada juventud tardía, surge también la presión social que depara al sujeto un afán de pasar al siguiente estadio: la juventud, en la que todo lo que aprendió tendrá diversas aplicaciones y repercusiones.

Cuando existen mujeres que de 15 o 16 años que han dado a luz y deben renunciar a sus estudios o casarse sin estar preparadas para ello, se genera odio en el adolescente varón por los planes que puede tener y a los que debe renunciar. Esto no es benéfico para ninguna de las dos partes y tristemente se piensa que los padres de estos sujetos no tienen cabida en la resolución de problemas de sus hijos y eso no es verdad. Toda vez que exista una armonía en los hogares, la suficiente comunicación y apoyo por parte de los progenitores y un deseo manifiesto en los mismos porque su hijo o hija salga adelante, se logra un desarrollo normal, se evita el vandalismo y se mira un desempeño futuro muy promisorio.

97 Cfr. ERIKSON, Erik. Infancia y sociedad. Hormé, Buenos Aires, 1979, pp. 71. El conocimiento que tengamos sobre los diferentes puntos de vista desde los que se ha mirado a la juventud, nos permitirá hallarle una aplicación en nuestras aulas y con los sujetos a los que debamos darles clase, no sólo para transmitirles de un mejor modo todo nuestro caudal de saberes, sino para hallar la mejor forma de que lo adquieran, de que lo asimilen y de que dejemos honda huella en sus corazones y en su pensamiento, para que vean a la labor docente como un aliciente en su posterior profesionalización.

La creación de talleres en la Universidad son un aliciente de socialización y de deseo de conocer otros espacios del ambiente universitario que deben ser dados a conocer a los jóvenes. Actividades extra–clase como el teatro, el canto, la realización de proyectos de investigación, la creación de grupos de debate, aprender a bailar, son de vital importancia para canalizar la energía de los estudiantes y que de esta manera, encuentren un modo óptimo de sobresalir no solamente en sus estudios sino en realizaciones que les permitirán nutrirse de otros aspectos relacionados indirectamente con la academia.

Desde esta perspectiva y con lo que se ha visto hasta ahora en el presente trabajo, son diez las palabras que deben tomarse como referencia al hacer un estudio sobre la juventud y la academia, para el entendimiento de los procesos psicológicos y físicos que se experimentan durante este periodo.

• juventud. Etapa del desarrollo que va de los 15 a los 20 años y en la que los sujetos experimentan cambios físicos como el ensanchamiento de la espalda, en el caso de los hombres, y el crecimiento de los senos, en las mujeres y el cambio de voz. En esta etapa hay cambios psicológicos que conllevan crisis de identidad e iniciación en actividades sexuales, que serán determinantes en el desarrollo posterior de los adolescentes. • sexualidad. Parte fundamental del desarrollo humano, según Freud, al proveer a los sujetos de energía, el libido, para llevar a efecto las actividades que deseen no sólo en el rubro genital, sino en lo que sea que les depare placer. La universalidad de la sexualidad en la teoría psicoanalítica freudiana si bien tiene relación con la genitalidad, se aparta de esta por la constitución de un tipo de personalidad específica, ya sea psicótica, perversa o neurótica y en este último caso que estará marcada por un fijación: oral, para la histeria, anal, para la obsesión compulsiva y fálica, para los fóbicos. • teoría. Punto de vista desde el que se busca dar respuesta a algún problema. Para la elaboración y comprobación de una teoría debieron llevarse a efecto una serie de estudios y análisis concienzudo por parte de los investigadores, que en la mayoría de los casos parten de una corriente crítica y de conocimiento. Una teoría puede convertirse en ley cuando la repetición del experimento da el mismo resultado. Sin embargo, esto es más frecuente en las ciencias naturales o formales, cono la biología y la física, que en las sociales, como la comunicación, la política o la Psicología. • salud. Se dice del estado en que la persona cuenta con las capacidades motrices y mentales para llevar a efecto las actividades que desee, sin conllevar un riesgo para los demás miembros de la sociedad. Salud e higiene suelen ir de la mano cuando se hacen estudios sobre desarrollo humano y diversas enfermedades. • desarrollo. Abstracción que hace referencia a los cambios experimentados por los organismos y que encuentra su aplicación en la biología, la Psicología y otras ramas del saber: desarrollo intelectual, desarrollo físico, desarrollo motriz, entre otros. • intelecto. Capacidad que tienen todos los seres humanos normales de desarrollar actividades que conlleven un avance en la ciencia, en la técnica, en la cultura y en la sociedad, de tal modo que pueda verse un alcance de las estructuras cerebrales capaz de llevar a efecto lo que sea necesario. • masturbación. Actividad sexual y genital, llamada por Freud autoerotización, en la que no se cuenta con una pareja y a través de la cual se busca llegar al orgasmo y obtener un placer inmaduro por no ser de intercambio recíproco. Es más frecuente en los adolescentes de 12 o 14 años y disminuye cuando se madura en los aspectos amorosos, genitales y de desarrollo. • identidad. Aquello que el sujeto conformador de una cultura lleva inserto desde el momento de su nacimiento y que conllevan comportamiento, tradiciones, costumbres, ritos y formas de entender el mundo. Se acompaña de la alteridad, por ser ésta la representación de lo que otros sujetos con un desarrollo diferente tienen y los hace ser de interés con respecto a las características que se tienen en una sociedad determinada. • rol. Conjunto de normas y comportamientos que conllevan en los sujetos un reconocimiento de su andar por la vida. Se establece por diferencias sexuales, de desarrollo, culturales, sociales, económicas, psicológicas y políticas, que propician un reconocimiento de las estructuras de poder dominantes en diversas comunidades y permiten la identificación de los sujetos y la formación de grupos específicos. • lealtad. Mecanismo psíquico por el que se reconoce la existencia de algunos sujetos en nuestra vida. Los lacanianos hacen la separación entre fidelidad o lealtad, por considerar a la primera imposible en los seres humanos. Se es leal en el sentido de que se sabe de la pertenencia a Otro y de los sentimientos que se experimentan hacia él.

Si se tiene como base la investigación cualitativa en torno al desarrollo de las sociedades contemporáneas y el predominio de estudios sobre la importancia de la juventud, que prefieren analizarla desde un sentido más cultural que psicológico, aunque no dejan de lado al mismo, es importante tener en mente que las teorías psicológicas sobre el desarrollo de la personalidad y la importancia de la juventud representan un avance en las diferentes perspectivas desde las que se ha mirado el desenvolvimiento y análisis de los seres humanos en diversas facetas de su vida La juventud es una etapa de vital importancia para el desarrollo posterior de todos los sujetos, en la que se reafirma el instinto sexual y en la que se desea sobresalir de diferentes maneras contrarias a lo académico, como la conformación de bandas, la drogadicción y la delincuencia. Así, puede hallarse una explicación del comportamiento adolescente en el predominio de confusiones y cuestionamientos que los sujetos se hacen en esta etapa de su vida acerca del desarrollo físico que experimentan y que los marcará en lo sucesivo.

En esta parte del trabajo se ha hecho un balance profundo sobre diversas teorías tendientes a explicar el desarrollo físico y psicológico de los adolescentes. Esto nos abre la brecha para puntualizar sobre la importancia de trasladar todos estos conocimientos a las aulas y de esta manera encontrar una explicación sobre la conducta que se hace manifiesta entre los estudiantes univeristarios, mismos que parecen no darse cuenta de la oportunidad que tienen de incrementar su bagaje cultural al formar parte de una institución como la Universidad Nacional Autónoma de México.

Por el interés puesto en la realización del presente informe y la crítica al modo de operar de algunas teorías del desarrollo adolescente, considero que evidentemente las propuestas por Mead y Hall resultan obsoletas en la actualidad por no contener en su estructura un análisis de los profundos procesos de cambio que hay en los adolescentes.

El Psicoanálisis

“El segundo inicio de la vida sexual conlleva una verdadera metamorfosis del sujeto en relación al objeto e implica un trastocamiento de los goces y los placeres en juego, un renovado florecimiento de fantasías que abren puertas a la exogamia. A este tiempo Freud lo denominó pubertad. Término que si bien no es un significante nuevo, pues ya jugaba en la cultura, Freud le otorga un sentido nuevo; a saber, la pubertad no es el inicio, ni la primer vuelta, sino que en este tiempo se absorbe y se recompone en segunda vuelta las inscripciones primeras”.98

MARIO ALBERTO VARGAS PÉREZ. Juventud y Modernidad actual: Un abordaje desde el Psicoanálisis.

No hay una forma ni un punto exacto para ubicar la realidad humana. Hay quienes crean castillos en el aire y ese es su secreto; otros los crean e inclusive invitan a pasara terceros, esa es su fechoría. Pero también hay algunos que viven en ese castillo solos, esa es su nada. La vida es un ir y venir del deseo, mientras más se tiene más se desea y menos se obtiene. Porfía paradójica que permite hipnotizarnos en el dulce néctar de la cultura sexual.

Cultura y estructura psíquica

En el ensayo Tótem y tabú (1912-1913) el Doctor Sigmund Freud manifiesta que la cultura se fecundó por la instauración de la prohibición, la cual deviene de la simbolización de la muerte, que estructura el discurso simbólico que toma forma en el lenguaje. El artículo nos permite analizar la función paterna en su lugar

98 VARGAS Pérez, Mario Alberto. Juventud y Modernidad actual: un abordaje desde el Psicoanálisis. Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales con Orientación en Psicología Social de Grupos e Instituciones, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, México, 1999, pp. 183. instituyente en el Edipo, ya que “Tótem y tabú” es un mito creado por Freud y trata de explicar especialmente el lugar del padre.

A través del mito, Freud ubica a un padre gozador que posee todas las mujeres; es violento y celoso porque castra a sus hijos, cuando estos crecen. Allí habla de la horda primordial y del mito del asesinato del padre.

Un día los hermanos se unieron, lo mataron y lo devoraron; en ese acto cada uno se apoderaba de un fragmento de su fuerza, identificándose con él. Se creó así la primera fiesta de la humanidad: el festín totémico. Tenemos un padre gozador y un padre muerto. Aparecen los efectos que producirá la muerte de este padre, padre muerto que condicionará la organización estructural de la horda. Por primera vez se hace un lectura del sujeto, es decir, ese Padre primordial, además de ser autoritario y represor, también los protegía y legitimaba frente a las demás hordas; entonces el padre era bueno y malo, justo y autoritario, etc.

Como consecuencia de esa muerte el padre se vuelve más efectivo, por lo que Freud denomina la actitud de los hijos como obediencia retrospectiva sostenida en la culpa –de su muerte. Se crean las prohibiciones edípicas: incesto, parricidio y canibalismo, que fundan la cultura.

El asesinato del padre se da en el seno de la estructura edípica, es decir, unifícale pasaje del padre como la Ley y al padre como ejecutor de la Ley. Este pasaje de ser “el padre” a ser “un padre”, abre la posibilidad de que el sujeto pueda llegar a su vez a ejercer dicha función.

Freud manifiesta que la prohibición (no deber), la culpa (por el desear) y el lenguaje (el discurso del NO debes) se instauraron a la par en la psique de los miembros de la horda. Nace la culpa como discurso.

Esos hombres y mujeres están sujetos a la prohibición de repetir el asesinato, el incesto y el canibalismo. He aquí para Freud el discurso de la cultura:

NO PARRICIDIO NO INCESTO NO CANIBALISMO

El sujeto que acata esta prohibición tripartita, queda en falta de satisfacción real de estos deseos. Freud afirma que esta aceptación de prohibición a ejecutar es una castración necesaria para la constitución del sujeto. La estructura psíquica en cuanto remite a cierta estabilidad, a cierta fijeza, garantiza un movimiento repetitivo. Se trata de una estructura inacabada, incompleta, marcada por una falta (castración). Con esta idea de estructura encontramos una teoría que da cuenta de la constitución del sujeto, como efecto de la misma.

De este modo Freud declara que este mismo proceso primitivo sucede en el inconsciente del niño y niña, al finalizar la edad de seis años de edad aproximadamente, con la aceptación y asunción psíquica de la prohibición, y se estructura precisamente un aparato psíquico conformado (casi siempre) por tres instancias psíquicas.

• El Ello (Das Es). Instancia psíquica que distingue Freud en su Esquema del Psicoanálisis: “Es todo lo heredado, lo congénitamente dado, lo constitucionalmente establecido; es decir, ante todo, los instintos surgidos de la organización somática”.99 Es el polo pulsional y sus contenidos son inconscientes en su totalidad; bien innatos, bien reprimidos y no aprendidos. Es la reserva básica de energía psíquica. Funciona según el proceso primario, por el que se busca una satisfacción inmediata (principio de placer) y que se manifiesta típicamente en la estructura manifiesta del

99 FREUD, Sigmund. Esquema del Psicoanálisis, (1938). Paidós, México, 1994, pp. 12. sueño: distorsión en secuencias temporales, lógica y relaciones causa- efecto; desplazamiento, condensación y simbolismo. También lo podemos encontrar claramente en el proceso de pensamiento de niños pequeños.

El Ello se establece en reacciones impulsivas dotadas de órganos receptores de estímulos. Son nuestros movimientos que aún compartimos con los animales. Cuando nacemos somos puro ello,y la cultura nos enseña a reprimirlo. Es importante señalar que nuestras necesidades se encuentran en esta instancia.

• El Superyó (Das Über-Ich). “Una instancia particular que perpetúa esa influencia parental (...) Satisface las exigencias de la realidad (...) El superyó también incorpora aportes de ulteriores sustitutos y sucesores de los padres, como los educadores, los personajes ejemplares, los ideales venerados en la sociedad. El ello y el superyó coinciden entre sí al representar las influencias del pasado: el ello, las heredadas; el superyó, principalmente las recibidas de otros. El superyó puede hacer valer nuevas necesidades, pero su función principal reside en restringir las satisfacciones”.100 Se incorpora el aparato psíquico debido a la convivencia y dependencia del niño con sus padres, pero sobre todo a la autoridad que estos ejercen con él. El Superyó está constituido por restricciones y prohibiciones que exigen no sólo los padres o sustitutos, sino la sociedad.

En pocas palabras, el Superyó es la conciencia moral y la amoral, ya que se distinguen dos caras de esta instancia. Por una parte el Superyó Conciencia, que nos aconseja darle un no a la satisfacción y al placer, es propiamente esta conciencia donde está instaurado el “no deber”. La otra cara es el

100 FREUD, Sigmund. “El yo y el ello, (1923)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo XIX, pp. 51. Superyó Tiránico que nos invita al goce de la satisfacción del deseo, es decir, exhorta, condena e inhibe tiránicamente el deseo.

• El Yo (Das Ich). Su tarea psíquica consiste en protegernos del peligro del goce y, además, equilibrara las dos anteriores. Así logra regir y ordenar nuestros movimientos, aprehender el mundo y lograr la adaptación al modificar el mundo exterior para evitar estímulos intensos y el displacer. El YO es adquirido por la experiencia propia, por el vivir actual accidental, pero sobre todo recuerda para no sentir el dolor del displacer. En síntesis, es el mediador del impulso y la moral, del deseo y de la prohibición.

Estas tres instancias forman (casi siempre) el aparato psiquico del sujeto social, y se establecen en el desarrollo psicosexual durante la infancia, en el cual, se presenta un proceso de tres etapas en las que el infante se debate la libido (energía psíquica contenida en la pulsión de vida) en diferentes zonas erógenas corporales para lograr así su adaptación social.

El Psicoanálisis freudiano de la sexualidad parte de que la “vida sexual no comienza en la pubertad, sino que se inicia con evidentes manifestaciones, poco después del nacimiento”.101 Así los primeros seis años de edad son para el niño(a) decisivos en la vida sexual futura del sujeto. Para una mejor comprensión de las tres etapas ofrecemos al lector una esquematización de tales.

101 FREUD, Sigmund. Esquema del Psicoanálisis, (1938). Op. cit. pp. 21. DESARROLLO PSICOSEXUAL EN EL NIÑO Y LA NIÑA

CARACTERÍSTICA ETAPA ORAL ETAPA ANAL ETAPA FÁLICA EDAD Nacimiento hasta los 8 De la aparición de los Desde el autocontrol meses de edad dientes hasta más o hasta los 6 años de aproximadamente menos los 2 y medio, edad tres años de edad, cuando el pequeño aprende a controlar sus esfínteres ZONAS Boca, labios, lengua y Ano, nalgas, sistema Genitales: Pene y CORPORALES nariz muscular, uretra y clítoris. La niña conoce esfínteres su vagina hasta que IMPLICADAS comienza a menstruar CENTRO DE Incorporación pasiva: Eliminar y retener Niño: inductivo ACTIVIDADES recibir. Niña: incorporativa Incorporación activa: presión MODO GENERAL El placer se obtiene al El placer se obtiene al Actividades DE succionar, tragar, defecar, expulsar, masturbatorias morder, masticar. destruir, retener las ACERCAMIENTO Evoluciona hasta el heces y la orina EN ESTAS contacto corporal y ACTIVIDADES observar OBJETO DE Seno de la Madre La Madre La Madre y el Padre AMOR EN ESTAS como fuente de nuevas exigencias ACTIVIDADES FRUSTRACIÓN La posible El control de los Miedo a ser castrado NORMAL indisponibilidad de la esfínteres y otras en el niño(a). En la Madre para satisfacer demandas maternales niña el sentimiento de las necesidades del de autocontrol haber sido castrada pequeño y sobre todo el “destete” MECANISMOS DE El aislamiento La proyección La represión DEFENSA La negación La anulación El desplazamiento La introyección del La intelectualización La conversión objeto de amor La racionalización ACTITUDES Pasividad Autoritarismo Impulsividad SOCIALES Y Dependencia Desorden Ingenuidad Receptividad Irresponsabilidad Culpa RASGOS DE Curiosidad Lujuria Superficialidad CARÁCTER Generosidad Suciedad Oportunismo Sumisión Extravagancia Soberbia Optimismo Obstinación Arrogancia Prisa Orden Vanidad Inquietud Terquedad Exhibicionismo Tabaquismo Tendencia a Alcoholismo coleccionar Comedores Personas posesivas compulsivos Puntualidad Rectitud Fanatismo Avaricia PROBLEMAS DE El niño(a) está en la Crisis evolutiva donde El niño(a) se encuentra DESARROLLO dualidad confianza la autonomía lucha con en lucha entre la contra la desconfianza la vergüenza (culpa) y iniciativa y la culpa. El PRESENTADO respecto al mundo la duda niño(a) adquiere el POR LA ETAPA externo y sus impulsos conocimiento de los roles sexuales y el rol de la madre ESTRUCTURA El niño(a)-seno-pezón. El niño(a)-madre. El niño(a) adquiere la SOCIAL La Madre cuida al Pero ahora el niño(a) diferenciación de su niño(a) para que tiene responsabilidades sistema social hijo(a)- IMPLICADA crezca y desarrolle y asume la autoridad padre en términos de necesidades sociales a maternal poder, con el sistema partir de su presencia social sexual macho- omnipotente y por hembra en término de supuesto cuenta con su sexo apropiación

El parteaguas triangular de esta operación de Freud a principios del siglo XX, forman un proceso con un par de complejos que determinan la estructuración psíquica del sujeto, elementos importantes para comprender el sentido del análisis de paidofilias.

Así es como aparecen bajo el telón de la infancia primera del niño y la niña el Complejo de Edipo y el Complejo de Castración, los cuales se desarrollan paralelamente durante el desarrollo de la etapa fálica para dar fin a la evolución psicosexual de la libido, pero no del sujeto.

El niño y la niña de tres años de edad tienen un sentido moral, resultado de la necesidad de asociarse con los otros, reaccionan a las reglas morales, no sólo de sus padres, sino también de la gente que los rodea.

El complejo de castración es un proceso psíquico que se vive inconscientemente por la niña y el niño más o menos a los cinco años de edad. Su origen es la masturbación a laque se entrega el niño(a), desarrollándose ante esto una angustia de castración por las prohibiciones habituales que se le hacen a esta actividad, ya que “en la temprana infancia existen indicios de una actividad corporal a los que sólo un arraigado prejuicio podía negar el calificativo de sexual, y que aparecen ligados a fenómenos psíquicos que volveremos a encontrar más tarde, en la vida amorosa del adulto”.102 A pesar de ello, esa angustia se presenta y genera una rivalidad edípica con el Padre y esto desencadena el complejo que se presenta por tres factores:

• El descubrimiento de la diferencia sexual: dualidad sexual.

102 Ídem. • El poder mágico atribuido a los adultos. Siempre existirá un mayor bueno y uno malo. Es una especie de moral donde el concepto justicia responde a los factores placer y displacer.

• Una inferioridad general y verdadera frente a los adultos. El niño comienza ha hacer expectativas sobre lo que es y lo que quiere ser.

Este complejo de castración parte de la premisa de que el niño y la niña creen inconscientemente que el órgano genital masculino es el único admisible para ambos sexos y –sobre (el) todo– que su madre lo posee. El niño y la niña descubren, por la comparación, esta falsa interpretación de la realidad que se le atribuye a la madre, todo sucede en el yo consciente, no obstante, hay que recordar que el complejo se vive inconscientemente.

Para facilitar la comprensión de este complejo lo esquematizamos por momentos y por sexo. El complejo de Edipo en la niña y el niño de acuerdo al esbozo que hace Juan David Nasio en su libro Enseñanza de siete conceptos cruciales del Psicoanálisis:

Complejo de Edipo en la niña

• La niña vive de forma distinta el proceso del Complejo de Edipo, porque su angustia de castración es vivida, más que como un peligro, como un odio, ya que se sabe castrada, que ella no tiene pene, pero alberga la esperanza de que le crecerá y su devenir normal es la espera de tal porque cree que la Madre sí tiene uno, de esta forma niega a toda costa la inferioridad de su clítoris, y la amenaza de castración no existe, puesto que no hay algo que amenazar.

• El proceso en la niña también está centrado en el deseo por la madre y por llevar a cabo el incesto, puesto que ella es el objeto de amor, es la función rectora que le proporciona tanto demandas como satisfacciones. La Madre es su objetivo y es a quien quiere complacer y conquistar, desea el amor exclusivo, desea toda su atención, pero su Padre se convierte en un rival. Para compensar la falta de pene y poder tener la exclusividad de Mamá, para así fascinarla con su imagen, por ello recurre a la coquetería, a los accesorios, a un comportamiento social, habla claramente y demuestra su inteligencia en actividades intelectuales de su edad. Con ello su amor propio se satisface y cree satisfacer las necesidades de Mamá.

• Por imitación materna, la niña empieza a ver como punto de conquista a los niños y a Papá, esto porque se envidia lo que no se tiene, es decir, ellos tienen algo que aún no tiene o no le ha crecido, así la envidia del pene hace su aparición y se aúna a ello el cese de la masturbación clitóidea se da lugar a la vergüenza a esos actos. Estos dos factores inhibidos, uno por la naturaleza (el pene) y el otro por la cultura (la masturbación) hace que la niña desplace su envidia del pene a la envidia de las mujeres que tienen enormes panzas, donde ella cree que crece y se aloja el pene que desea, con esto la niña logra estructurar la ecuación simbólica: PENE = HIJO

• Con este desplazamiento la niña obtiene la identificación con las señoras y el deseo por los varones, en especial a Papá, puesto que renuncia a Mamá cuando la sabe castrada y sabe que no tiene pene. Se identifica con los sujetos que lo poseen y se alberga la idea inconsciente de que ellos se lo darán. La niña renunciará a Papá en su primera vez, cuando comprueba que nunca lo poseerá.

Según Sigmund Freud, el devenir normal de toda mujer es el complejo de Edipo. Es decir, ella no renunciará a su objeto de amor primario hasta que sea desvirgada, más, esta esperanza de tener pene algún día es lo que estructura la personalidad femenina de la mujer, conquistará y asumirá comportamientos sociales propios de su sexo.

La pregunta ahora es: ¿cómo y por qué renuncia al deseo incestuoso con la Madre, mujer y función prohibida que estructura la cultura? Esto se logra cuando la niña se da cuenta de que no tiene pene y de que la Madre es del Padre, aunado el odio que se le deposita a ésta por no haberla dotado del miembro que organiza la sexualidad y la cultura. Más que por una prohibición, la niña renuncia a la Madre por odio.

En el niño este complejo varía en algunos puntos pues, si bien idealiza al Padre, también lo odia por poseer a la Madre. Por otro lado, el niño no necesariamente cambia de objeto de amor, mientras que la niña sí lo hace.

Complejo de Edipo en el niño

• El niño de 4 a 6 años aproximadamente lucha inconscientemente contra una angustia de castración debido al peligro que siente al ver que las niñas no tienen pene, sin embargo se siente favorecido y aprecia más su pene. El objeto de amor, es decir, aquello que le proporciona todas las satisfacciones es la madre, a quien desea y ama sobre todas las cosas. Es capaz de todo por ella, hasta volverse loco.

• El niño desea conseguir la exclusividad del amor y admiración completa de la Madre, y su estrategia gira alrededor de los juegos toscos y agresivos, la paga por ello son heridas, caídas y chipotes que su madre cura tiernamente, pero él sin llorar y aguantándose, hace alarde de su valentía que responde a su rival: Papá. El Padre, quien lo protege y sostiene, es el modelo a superar, imitar y a reemplazar. Busca todos los medios para tratar de ser como él para así agradar a Mamá.

• Los límites corporales reales, aunado a que Mamá ya eligió a Papá como pareja, hacen que el niño sepa de lo inútil que es su lucha y renuncia a la Madre, abdica al incesto y así es castrado, acaba por aceptar la superioridad funcional y biológica del Padre; deviene entonces, un desinterés por las actividades sexuales que da lugar a nuevos comportamientos sociales: la rivalidad con el sexo opuesto, la intelectualización, el ejercitamiento corporal, es decir, canaliza su energía sexual en actividades propias de su edad.

• La renuncia total a su Madre y al incesto finaliza la formación e incorporación del superyó, almacenando su deseo incestuoso, parricida y canibalista al inconsciente primitivo, que permite además el SABER de la impotencia, los límites y la muerte. De esta manera el niño sabe convivir con el mundo real que lo rodea, sabe que sus límites corporales son más estrechos que los límites de su deseo. Para Freud, el Complejo de Edipo es universal y su superación, que es la renuncia a la meta sexual del incesto, es propiamente lo que hace a un sujeto, este se somete a la ley de la prohibición cultural, y es su desarrollo y conclusión lo que estructura la personalidad y carácter del sujeto.

Este complejo se vuelve a revivir durante la adolescencia, ya que nuevamente el sujeto cultural se enfrenta a la renuncia del objeto de amor primario, que son los padres, y así comienza la elección de nuevos objetos de amor fuera de la familia. El superyó y la cultura son los herederos del Complejo de Edipo. Por ende, sometimiento a la Ley.

De las pulsiones de vida y de muerte

Siguiendo a Freud, el niño al nacer se caracteriza por poseer en su interior dos pulsiones: Eros, o de vida, y Thanatos, o de muerte. La primera caracterizada por contar con el apoyo de la naturaleza y ser un aliciente en la conservación y multiplicación de la especie; mientras que la segunda, si bien en las ciencias biológicas se traduce en irritabilidad (entendida ésta como la capacidad para sobrevivir a los estímulos del medio, permitiendo que el proceso de selección natural, supervivencia del más fuerte y lucha por la existencia se dé y facilite la conservación y predominio de la especie humana y de los animales inferiores) y posee el favor del ambiente y sus determinantes ecológicos, tiene como objetivo principal hacer desaparecer al sujeto hacia el cual está dirigida o hacia el propio yo. Es decir, mientras la pulsión de vida se encarga de lograr la socialización entre los seres humanos, la segunda aleja a éstos al poner en riesgo la vida o la integridad de algunos de ellos.103

A estas dos pulsiones Freud anexó una más, que incluye en su haber características tanto de la pulsión de vida como la de muerte: la sádica. Ésta pulsión vela por la posesión del objeto sexual, pero lejos de conllevar un amor profundo al mismo, se hace del deseo único de integrarlo al sujeto que la pone en práctica. La denominamos sádica debido a que el creador del Psicoanálisis observó durante mucho tiempo que en sus pacientes psicóticos y perversos se hallaba presente la cualidad de abusar, someter e incluso negar la libertad de sus parejas sexuales, lo que conllevaba no un afán de amarlos, sino de gozar de ellos e incluso destruirlos.104

103 FREUD, Sigmund. “El malestar en la cultura, (1930)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo XXII, pp. 113-118. 104 Ídem. Entonces, decimos que desde el instante en que el pequeño es extraído del vientre materno y, tras un breve periodo de tiempo en que debe satisfacer su necesidad de comer, pone en acción la pulsión de vida al ingerir la leche del seno materno. Sobra decir que esto no se iguala en las especies inferiores por ejemplo, a los canguros, quienes tras quedar fuera del interior de su madre, se meten en la bolsa que ésta lleva en el estómago. “Ese es el instinto. El hombre y la mujer tienen pulsiones”.105

De la sexualidad y la genitalidad

Cuando el niño inicia su desarrollo en la sociedad en que vive, comienza a desarrollar un amor profundo por su madre, quien al fin y al cabo dotó a éste de vida y le proporciona amor y cuidado. Esto provoca que el pequeño tenga un odio profundo hacia la figura paterna, llegando a desear su muerte con tal de que no le estorbe en su comercio sexual con la madre.

Conviene decir que los términos sexualidad y genitalidad, si bien comparten características que los hacen aparejarse, no deben ser confundidos con las mismas manifestaciones de conducta. Por sexualidad vamos a entender todo aquello que depara placer al sujeto y que no necesariamente debe tener relación con los órganos genitales; la “genitalidad”, por el contrario, se aplica a la puesta en práctica de dichos órganos con el propósito de obtener un placer fugaz, determinado por el tiempo en el que hombre y mujer alcanzan el orgasmo. De esta manera, Freud apuntaba que, al ingerir la leche del seno materno el niño alcanza un placer sexual, que le deviene contento y le hace no desear que termine.106

105 Georgina Zárate Vargas, profesora y psicoanalista, en entrevista exclusiva. Martes 3 de junio de 2008. 106 NASIO, Juan David. “El concepto de falo” en Enseñanza de siete conceptos cruciales del psicoanálisis. Gedisa, Barcelona, 1999, pp. 49. De las etapas psicosexuales

Surge entonces la primera de las etapas en las que se divide el desarrollo del niño y cuya fijación en alguna de ellas, provocará la conformación de un tipo caracterológico determinado. Esta etapa es la oral y tiene la peculiaridad de que en ella el niño obtiene placer probando, devorando, chupando e ingiriendo todo lo que venga del exterior y, preferentemente, que le provea la madre. Se habla de fijación en esta etapa en aquellos sujetos cuyos comportamientos hacen pensar que desean ser aceptados en todo lo que hacen, además de caracterizarse por estar comiendo durante gran cantidad de tiempo o bebiendo grandes cantidades agua. Una fijación puesta en el extremo puede verse en aquellas personas que beben alcohol y saben o no que eso es dañino para su salud.107

Cuando la voz paterna termine con el vínculo amoroso sexual establecido entre madre e hijo mediante la leche que del pecho deglute, éste buscará la mejor manera de compensar esa falta y obsequiará a ésta sus excrementos, heces y gases. De ahí que Freud observara que los niños pequeños sólo ensucian con su popo a aquellas personas que le son importantes o tienen un peso especial en sus vidas.108

Se entra entonces en la etapa anal, en la que el control de los esfínteres tendrá un papel preponderante, al señalar al niño los límites del aseo personal. Los padres que se comporten de un modo rígido con sus hijos en cuanto a esto, provocarán que en un futuro, posiblemente, el niño sea tacaño y se niegue a salirse de los programas establecidos. De ahí que en una obra posterior, el creador del concepto inconciente se refiera a un tipo de erotismo anal muy singular en los sujetos obsesivos, quienes pueden alcanzar un placer descomunal al hacer sus

107 MORRIS, Charles G. Introducción a la psicología. Prentice Hall, México, 1992, pp. 357. 108 NASIO, Juan David. Op. cit. pp. 48. labores con empeño y siendo felicitados por las figuras de autoridad, pero sentirse mal cuando se les recrimina el haberla “cagado”.109

En el terreno de la Psicología durante mucho tiempo se pensó que los sujetos homosexuales tenían una fijación en la etapa anal, postura en la que Freud no estuvo del todo de acuerdo al decir, basándose en el caso de una paciente suya, que éstos bien podrían tener una fijación en la etapa fálica que los hiciera no querer apartarse del pene, o lo que representa éste. Huelga decir que el narcisismo de estos sujetos sale a flote en el instante del análisis, dejando entrever que por el amor que tenían a su miembro viril, es que renunciaron a introducirlo en una vagina por el temor a perderlo al ser devorado por ésta, decidiéndose a gozar de uno en la zona trasera erogenizada.110

Y ya que hemos hablado de la etapa fálica, Freud se refirió a ésta como quizá la de mayor peso en la conformación del aparto psíquico del pequeño, pues como hemos visto es en ella en que se entra también en el complejo de castración, que no ha confundirse con la definición estándar de pérdida del miembro viril a casa de un tercero, sino como el temor que el niño siente de perder el pene al saber que existen seres que carecen de él: las niñas.111

De este modo, cuando el niño ha llegado a un punto en que su miembro le depara placer y le produce satisfacción narcisista, se da cuenta, ya sea por su madre, hermana o algún otro miembro de su entorno del sexo femenino, de que ellas carecen de pene, con lo que su idea de la universalidad de este órgano pierde su fundamento.112

109 FREUD, Sigmund. “Carácter y erotismo anal, (1908)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo IX, pp. 37. 110 CASTAÑEDA, Marina. “Homosexualidad. Lo que sabemos hoy” en Muy interesante. Año VIII, Núm. 28, (México, D. F., 15 de junio de 2002), pp. 12. 111 NASIO, Juan David. “El concepto de castración” en Enseñanza de siete conceptos cruciales del psicoanálisis. Gedisa, Barcelona, 1999, pp. 19. 112 Ibídem. pp. 19, 20. A esto hay que añadir que, ante la creencia de que el clítoris bien pudiera ser un pene chiquito que no tardará en crecer, el niño puede consolar su idea de saber a personas carentes de él. El problema es que al entrar en la etapa fálica, donde los excrementos han sido sustituidos por tocamientos dirigidos hacia la madre, Freud advirtió de lo común que resulta que sea el padre el que advierta al niño de la posibilidad de perder este miembro si sigue con esas prácticas, con lo que la emergencia del complejo de castración vuelve a surgir.113

Este complejo llega a su fin cuando el infante comprende que realmente existen seres que no poseen un pene, que nunca podrá sustituir a su padre en el comercio sexual con su madre, que su libertad está supeditada a los requerimientos de otras personas, traducido esto a no poder tocarse donde él lo desee y mucho menos dirigir esta práctica hacia la figura materna. Finalmente, el niño se hará a la idea de que sólo identificándose con el progenitor de su mismo sexo podrá, quizás, tener una mujer que se iguale en algunas cosas a su madre, con lo que comienza la formación de su personalidad.114

El lector quizás se pregunte qué es lo que sucede en las niñas, al carecer éstas, como ya dijimos, de un pene. ¿Hay emergencia del complejo de castración en la niña? A este cuestionamiento respondo, apoyándome en el libro Enseñanza de siete conceptos cruciales en Psicoanálisis, de Juan David Nasio, que mientras en el niño se crea la concepción de que todos los seres humanos poseen un pene, las mujercitas se hacen a la idea de que sólo algunas personas, la mayoría de las veces la figura paterna, lo posee.115

No conviene dejar de lado que al saberse satisfecha por el placer que le da tocar este órgano femenino, la niña no siente envidia del pene, por el contrario,

113 Ibídem. pp. 20, 21. 114 Ibídem. pp. 21. 115 Ibídem. pp. 23. piensa que puede obtener el mayor deleite del clítoris. Sin embargo, cuando la pequeña descubre de que existen más seres (hermanos, primos, amigos y compañeros de juego) que tienen pene, se da cuenta de que ella ya ha nacido castrada, culpando a la madre por no haberla dotado de este miembro y dirigiendo todos sus afectos y prácticas sexuales hacia el padre, por el que ha de experimentar el mismo deseo que el niño de ocupar el puesto del progenitor del mismo sexo en el comercio sexual con el objeto amado.116

Similar a lo que ocurre con el niño, la niña habrá de pasar por un proceso en el que alcanza a comprender que nunca se llevara a efecto su deseo edípico, además de tener que intercambiar el placer alcanzado mediante su clítoris, por el que le produce la vagina. De ahí que también Lacan se refiriera a las tres salidas por las que las mujeres se deciden en lo que respecta al complejo de castración:

• La primera de ellas es un alejamiento de las prácticas sexuales en las que se tenga que ver con este miembro viril, manifestado comúnmente, en las chicas lesbianas que dicen no necesitar de un pene para alcanzar el mejor placer. • La segunda tiene que ver más con la representación de poder que en las sociedades occidentales tiene el pene, denominado por Freud como falo, y se refiere a que las muchachas si bien no renuncian a gozar de un pene, desean equipararse a las actividades masculinas, negándose a recibir ayuda del sexo opuesto y sabiéndose capaces de hacer lo que sea. • La tercera salida que Freud considera la más común tiene que ver con el intercambio de tener un pene, a gozar de uno al interior de la vagina, dando como resultado, dependiendo de la situación, a un hijo que, de ser hombre, se erigirá como el falo, o la representación de poder que confiere el pene, y de ser mujer, en torno a la que girarán los deseos de realizar los sueños que

116 Ídem. una madre sin trayectoria profesional, por ejemplo, tiene de que su pequeña sí lo consiga.117

Resumiendo, mientras en el niño el complejo de Edipo tiene un comienzo y un fin durante el complejo de castración, en la niña éste permanece vigente durante toda su vida. De ahí que Juan David Nasio puntualice que la femeinidad es un constante devenir entramado por una serie de intercambios, los cuales están encaminados a encontrar los mejores sustitutos del pene.118

Reflexión en torno de el ello, el yo y el superyó

Lo anterior da pie a considerar las tres instancias que conforman el aparato psíquico y en torno a las cuales bien puede estructurarse la vida de todos los sujetos. Estas instancias son: el ello, el yo y el superyó, y lejos de que una sustituya a la otra, cada una complementa a la anterior.

De este modo, decimos que el niño al nacer es puro ello, lo que equivale a decir puro principio del placer. Desea la satisfacción que le produce ingerir la leche del pecho materno, defecar en donde quiera que sea y dar sus excrementos como obsequio a la madre y dirigir sus tocamientos a ésta.119

Ahora bien, como el sujeto no es tal sin el otro, los padres deben insertar al niño en la cultura y mostrarle que todas las prácticas que le devienen contento y que engrandecen su narcisismo, exaltando, quizás, sus malos comportamientos, no son bien vistas entre los habitantes de su comunidad. Lo que desemboca en una inclusión del infante en una cultura, entendiendo por ésta la serie de costumbres y tradiciones que conforman una sociedad determinada por límites geográficos, por

117 Ibídem. pp. 26. 118 Ídem. 119 MORRIS, Charles G. Op. cit. pp. 355. lo que se dará una renuncia a las pulsiones en beneficio del desarrollo tecnológico, por ejemplo. De ahí que el mismo Freud apuntara que aquellos sujetos que van bien en la escuela tengan poca actividad sexual, sublimando su quehacer genital por la satisfacción que les produce estudiar.120

Surge con esto el superyó, que señalará al sujeto cuáles son aquellas actividades que debe seguir y cuales las que no debe llevar a la práctica, pues se caería en la perversión. En este sentido, destaca que personajes representativos de las cintas hollywoodenses puedan ser considerados perversos o psicóticos carentes de un superyó bien estructurado. Por ejemplo, la figura principal de la película Psicosis, Norman Bates.121

Sobra decir que el superyó se rija también por el principio del placer, sólo que mientras el ello busca una satisfacción fugaz, el primero persigue un gozo pleno que incluso se multiplique con la repetición de tal o cual acción. Aunque el superyó puede, al mismo tiempo, ser amigo y enemigo del hombre, razón por la cual muchos sujetos que estudian música, por ejemplo, renuncian a dicha actividad al darse cuenta de que nunca podrán igualar el talento de un Rembrandt.122

Ante las demandas de placer que el ello le exige le proporcione y las exigencias de que el superyó lo hace presa, ¿qué debe hacer el sujeto? Para mediar entre estos dos entes existe el yo, instancia a la cual le es conferido regirse por el principio de realidad y proporcionar a ambas instancias la satisfacción que requiere.123

120 FREUD, Sigmund. “La moral sexual ‘cultural’ y la nerviosidad moderna, (1908)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, Tomo IX, 1988, pp. 168. 121 Psicosis (Psycho). (1960), Director: Alfred Hitchcock. Distribuidora: Paramount Pictures. Protagonistas: Anthony Perkins, Janet Leigh, Vera Miles, Martin Balsam. 120’ aprox. Color. VHS. 122 Nasio, Juan David. “El concepto de superyó” en Enseñanza de siete conceptos cruciales del psicoanálisis. Gedisa, Barcelona, 1999, pp. 192. 123 Íbídem. pp. 194 El yo es comparado por el superyó con un yo ideal de perfección. Lo que puede provocar que, tras la mala ejecución de una tarea, el superyó vuelque sus injurias contra el yo, provocando que el sujeto se sienta deprimido y triste.124

El yo y el conocimiento del sujeto

Lo revisado hasta este momento nos permite sentenciar que con el conocimiento que el sujeto adquiere de los objetos que se encuentran a su alrededor, tiene conciencia, asimismo, de su permanencia en este mundo. Una antología en sobre el tema no debería obviar que el término conocimiento, por su etimología, viene de latín cognoscere, que implica la manera en que los sujetos aprehendemos todo aquello que significa nuestra permanencia en la Tierra y el saber cotidiano.125

A lo largo de la historia de la humanidad, el hombre ha buscado la manera de sacar provecho de lo que conoce. Uno de los primeros conocimientos que el sujeto adquiere provienen de la experiencia cotidiana, por lo que los denominamos empíricos. Esto implica, a su vez, que sean subjetivos.126

Sobre esta misma línea, destaca que incluso en la Biblia se haga mención de cómo Adán, al ser presentado ante la mujer que sería su pareja, Eva, decide conocerla. El texto en cuestión señala “Adán cognocerum Eva”, entendido esto como el paso por el cual el hombre tuvo conocimiento de la mujer.127

Lo que es más, del conocimiento derivado de la experiencia, surge la corriente filosófica conocida como empirismo, del griego emperia, que nace a

124 Ídem. 125 ABBAGNANO, N. Diccionario de Filosofía. México, Fondo de Cultura Económica, México, 1974, pp. 65. 126 BELTRÁN Martínez de Castro, Margarita. El mundo vivo. Fernández Editores, México, 1993, pp. 16, 17. 127 La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento. Vida, Miami, Florida, 1960, pp. 8. principios del siglo XVII y cuyos principales representantes son David Hume, George Berkeley y John Locke,128 quien incluso dedica un capítulo completo de su libro Ensayo sobre conocimiento humano, a analizar la manera en que los conocimientos son adquiridos mediante la experiencia, llamando al intelecto humano “hoja en blanco” (white paper), y destacando el modo en que en ésta es inscrito el saber cotidiano, opuesta a la creencia de los pensadores que suponían la existencia de principios o ideas innatas en la mente humana.

Supongamos, pues, que la mente sea, como se dice, un papel en blanco, limpio de toda instrucción, sin ninguna idea. ¿Cómo llega entonces a tenerla? ¿De dónde se hace la mente con esa prodigiosa cantidad que la imaginación limitada y activa del hombre ha grabado en ella, con una variedad casi infinita? ¿De dónde extrae todo ese material de la razón y del conocimiento? A estas preguntas contesto con una sola palabra: de la experiencia.

Según Locke,129 todas las ideas derivan de la experiencia, tanto las ideas teóricas (principio, de identidad, de no contradicción, etcétera) como las prácticas (normas y códigos morales) y las religiosas (Dios, y alma). Es decir, todas son aprendidas, nadie nace con ellas con ellas.

Así como el yo tiene un papel fundamental en la conformación del sujeto, lo tiene también en la adquisición de los saberes necesarios que los sujetos requerimos. Con esto, se da la conformación del sujeto que conoce al objeto y que busca encontrar la mejor manera de sacar provecho de éste.

Lo anterior no ha de ser confundido con la prevalencia de la pulsión sádica, en la que se mira al objeto de amor sólo como un ente que nos depara placer y ya. Por el contrario, debemos anotar, basándonos en lo expuesto por el comunicólogo,

128 LOCKE, John, Ensayo sobre entendimiento humano. Porrúa, México, 1980, pp. 63. 129 Ibídem, pp. 64. psicólogo y psicoanalista, César Illescas Monterroso130 que, cuando el sujeto no alcanza a comprender que los límites de su libertad se hallan constreñidos a los de los demás, se cae en la psicosis o en la perversión. De ahí que enfatizara que, cuando no se tiene conocimiento de que existen dos sexos diferentes, de que el mundo se conforma no solamente por hombres sino por mujeres y de que la universalidad del pene es una falacia, se llega a cualquiera de estas dos disfunciones psíquicas.

Por lo que podemos concluir que el psicótico y el perverso se han formado una realidad alterna en la que se mira a los miembros del sexo contrario, e incluso en algunos casos a los del mismo sexo, como objetos que deben ser utilizados solamente para la satisfacción personal. Se han aceptado como sujetos universales, tienen conocimiento de sí, pero no de los demás. Sobra decir, como a lo largo de este ensayo se ha expuesto, que los padres desempeñen un rol principal, pues el trabajo psicoanalítico ha demostrado que sujetos a los que se les cumple su deseo edípico de ocupar el sitio del progenitor de mismo sexo en el comercio sexual con el primer objeto de amor, caen en la psicosis o en la perversión.

Psicoanálisis de la juventud

En los discursos globalizadores, los jóvenes son considerados como objetos y por tanto, no participan en la toma de decisiones; tal situación se observa en las políticas de asistencia social, en las que se resalta el carácter dependiente asignado al adolescente por no haberse afianzado como objeto socializante. Su

130 Las representaciones de la violencia. Mesa cuatro. Moderadora: Aurea Blanca Aguilar Plata. Ponentes: César Illescas Monterroso , Federico Dávalos Orozco, Francisco Peredo Castro. Lugar en que se llevó a cabo la conferencia: Sala Lucio Mendieta y Núñez en el edificio “F” de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fecha del evento: Martes 20 de mayo de 2003. modelo de comportamiento a desempeñar se orienta a su consolidación como sujeto conformista, capaz de establecer la línea que continúe la dinámica general.

En la antigüedad, la juventud se conceptualizaba como una etapa eminentemente de preparación a cuyo término el sujeto se incorporaba a la vida adulta, y tal patrón se repetía de generación en generación. Sólo hasta que se implantó la comunicación masiva -configuración social refleja en la diversificación de las actividades sociales- la socialización del sujeto dejó de ser tarea asignada solamente a la continuidad social; en consecuencia, y con el mayor desarrollo de las fuerzas productivas, la educación se encarga de preparar a los sujetos para transformarlos, ocupar un estatus superior al que se adquiere por el sólo hecho de nacer, sino porque la educación retarda la llegada en oleadas de futura mano de obra, que al estar inactiva (juventud/fase preparativa) representa una fuerza latente, lista para las nuevas fuentes de trabajo.

Por otro lado, si la juventud se conceptualiza desde el punto de vista biológico, aparece como un soporte de la continuación de la especie humana en el mundo.

Sin embargo, para la Psicología, el período de la juventud representa una etapa en la vida individual caracterizada por la aparición de los procesos formativos de la personalidad, en tanto que la antropología considera a la juventud como un estado intermedio entre la infancia y la adultez, cuyo fin y principio es marcado por un mecanismo de ascenso social llamado rito de paso. Sociológicamente, la juventud deja de ser una simple abstracción homogénea para convertirse en una categoría social.

A causa del papel que se le asigna, no puede ser vista por su potencialidad de reproducción en el trabajo, o como fuerza latente de cambio social; quizá por tal razón, la juventud ocupa (o se le confiere) un estatus incompleto respecto al de los adultos, que se fundamenta en la fuerza por no tener acceso al poder, o en el saber, al no poseer el conocimiento.

En la juventud ocurren una serie de cambios a nivel biológico, que a su vez producen diversos cambios psicológicos que constituyen la base de la personalidad. Por tanto, el desarrollo psicológico es uno de los mecanismos activados durante la maduración biológica, durante la pubertad.

La diferencia entre la maduración física y los papeles señalados culturalmente (roles sociales) conlleva a otra visión de la juventud: la antropológica.

Para una mejor comprensión de la juventud, a continuación se desglosarán tres términos que están íntimamente relacionados con ella pubescencia, pubertad y juventud.

Cuadro 1.1 Categorización analítica de la juventud

Categoría Caracterización Mecanismos Identificación Terminología analítica Psicobiológica Procesos Maduración Pubertad Juventud psicológicos de la formación de la personalidad Antropología Proceso de Ritos de paso Iniciado Preadulto adscripción social Sociológica Proceso de Socialización Estatus Juventud inserción social incompleto

La pubescencia es un período anterior a la pubertad en el que se manifiestan algunos cambios físicos: su inicio se caracteriza por cierta aceleración en el crecimiento que anuncia la terminación de la fase latente del mencionado período, junto con el crecimiento, en esta etapa son notables los cambios en las proporciones faciales y corporales y la maduración de los órganos sexuales. Dicha etapa se denomina frecuentemente prejuventud.

El sujeto pubescente conserva la apariencia de niño, pero en proceso de transformarse en adolescente. En la pubertad comienza a manifestarse la madurez sexual. La juventud puede enfocarse conceptualmente de dos maneras: en la primera, como una distinción eminentemente psicológica, encontramos que en el período adolescente el comportamiento tiene como punto central la búsqueda de identidad; el otro enfoque radica en su comportamiento social, el propio y la forma como es visto por los demás.

Para Freud, “la pubertad representa el estadio de la vida individual en el cual se activa el instinto sexual y se afirma con más energía, por lo que el adolescente asume una actitud libidinosa, en el sentido de que percibe su propio libido”131.

Freud también considera a la pubertad como “la fase en la cual los procesos afectivos se acentúan y desarrollan con marcada intensidad, procesos que, simplemente son los correspondientes al complejo de Edipo, o una reacción contraria a éste”132.

Así pues, los procesos descritos por Freud se desarrollan en lo más recóndito de la conciencia humana; pero Dons Bibbons amplía esta afirmación

131 FREUD, Sigmund. “Tres ensayos para una teoría sexual: Las metamorfosis de la pubertad, (1905)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo VIII, pp. 33. 132 Idem. pues, para él, en la juventud se encuentra la marcada diferencia de sexos y generaciones, en la condensación de los que se conoce como significante falo “estructurante del sujeto en los tiempos del Edipo”133, es decir, una competencia frontal entre progenitores y su descendencia.

Las etapas evolutivas de Freud son caracterizadas por cambios en la energía libidinal (las pulsiones sexuales y agresivas que escribe Freud), cuya función es proporcionar equilibrio a las expresiones libidinales contrarias a las exigencias adaptativas de la sociedad.

Así, Freud localizó la identidad psicosocial del adolescente en tres órdenes, a través de los cuales pasa el sujeto:

• El orden somático (por el cual el organismo) busca mantener su identidad en una renovación constante de la mutua adaptación del milieu intérieur y su medio ambiente. • El orden yoico, es decir, la integración de la experiencia y conductas personales. • El orden social mantenido, unido por organismos yoicos, que comparten una ubicación histórica-geográfica.134

Freud pensaba que la vinculación de un joven en una pandilla obedecía a la imperiosa necesidad de pertenecer a un grupo social.

133 BIBBONS, Dons C. Delincuentes juveniles y criminales. Fondo de Cultura Económica, México, 1985, pp. 52 134 Ibídem, pp. 38. Eric Erikson y la teoría de la identidad del yo

Erikson es un psicólogo del Yo Freudiano. Esto significa que acepta las ideas de Freud como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles como el complejo de Edipo, así como también las ideas con respecto al Yo de otros Freudianos como Heinz Hartmann y por supuesto, Anna Freud.

No obstante, Erikson está bastante más orientado hacia la sociedad y la cultura que cualquier otro Freudiano, tal y como cabía esperar de una persona con sus intereses antropológicos. Prácticamente, desplaza en sus teorías a los instintos y al inconsciente. Quizás por esta razón, Erikson es tan popular entre los Freudianos y los no-Freudianos por igual.

El Principio Epigenético

Erikson es muy conocido por su trabajo sobre la redefinición y expansión de la teoría de los estadios de Freud. Establecía que el desarrollo funciona a partir de un principio epigenético. Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio está determinado en parte por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes. Como si fuese el botón de una rosa que esconde sus pétalos, cada uno de éstos se abrirá en un momento concreto, con un cierto orden que ha sido determinado por la naturaleza a través de la genética. Si interferimos con este órden natural de desarrollo extrayendo un pétalo demasiado pronto o en un momento que no es el que le corresponde, destruimos el desarrollo de la flor al completo.

Cada fase comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza. Aunque Erikson les llama crisis por seguir la tradición Freudiana, el término es más amplio y menos específico. Por ejemplo, un niño escolar debe aprender a ser industrioso durante ese periodo de su vida y esta tendencia se aprende a través de complejas interacciones sociales de la escuela y la familia.

Las diversas tareas descritas por el autor se establecen en base a dos términos: una es la tarea del infante, llamada confianza-desconfianza. Al principio resulta obvio pensar que el niño debe aprender a confiar y no a desconfiar. Pero Erikson establece muy claramente que debemos aprender que existe un balance.

Ciertamente, debemos aprender más sobre la confianza, pero también necesitamos aprender algo de desconfianza de manera que no nos convirtamos en adultos estúpidos.

Cada fase tiene un tiempo óptimo también. Es inútil empujar demasiado rápido a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función.

Si pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida.

Por el contrario, si no nos va tan bien, podremos desarrollar maladaptaciones o malignidades, así como poner en peligro nuestro desarrollo faltante. De las dos, la malignidad es la peor, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y como presentan las personas desconfiadas. La maladaptación no es tan mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como las personas que confían demasiado.

Niños y adultos

Quizás la innovación más importante de Erikson fue la de postular no 5 estadios como Freud había hecho, sino 8. Erikson elaboró tres estadios adicionales de la adultez a partir del estadio genital hasta la adolescencia descrito por Freud. Ninguno de nosotros nos detenemos en nuestro desarrollo (sobre todo psicológicamente) después de los 12 o 13 cumpleaños. Parece lógico estipular que debe haber una extensión de los estadios que cubra el resto de nuestro desarrollo.

Erikson también tuvo algo que decir con respecto a las interacciones de las generaciones, lo cual llamó mutualidad. Ya Freud había establecido claramente que los padres influían de una manera drástica el desarrollo de los niños. Pero Erikson amplió el concepto, partiendo de la idea de que los niños también influían al desarrollo de los padres. Por ejemplo, la llegada de un nuevo hijo, representa un cambio de vida considerable para una pareja y remueve sus trayectorias evolutivas. Incluso, sería apropiado añadir una tercera (y en algunos casos, una cuarta) generación al cuadro. Muchos de nosotros hemos sido influenciados por nuestros abuelos y ellos por nosotros.

Un ejemplo claro de mutualidad lo encontramos en los problemas que tiene una madre adolescente. Aún cuando tanto la madre como el hijo pueden llevar una vida satisfactoria, la chica está todavía envuelta en tareas de búsqueda de sí misma y de cómo encajar en la sociedad. La relación pasada o presente con el padre de su hijo puede ser inmadura tanto en uno como en el otro y si no se casan o viven juntos, ella tendrá que lidiar con los problemas de encontrar una nueva pareja. Por otro lado, el infante presenta una serie de necesidades básicas de todo niño, incluyendo la más importante: una madre con las habilidades maduras y apoyo social, como toda madre.

Si los padres de la chica en cuestión se unen para ayudar, tal y como cabría esperar, también romperán con sus funciones evolutivas, volviendo a un estilo vital que pensaban que habían pasado y altamente demandante. A estas generaciones se pueden añadir otras, y así sucesivamente.

Las formas en que nos interactuamos son extremadamente complejas y muy frustrantes para los teóricos. Pero ignorarlas sería obviar algo muy importante con respecto a nuestro desarrollo y nuestras personalidades.

Estadio I

El primer estadio, el de infancia o etapa sensorio-oral comprende el primer año o primero y medio de vida. La tarea consiste en desarrollar la confianza sin eliminar completamente la capacidad para desconfiar.

Si papá y mamá proveen al recién nacido de un grado de familiaridad, consistencia y continuidad, el niño desarrollará un sentimiento de que el mundo, especialmente el mundo social, es un lugar seguro para estar; que las personas son de fiar y amorosas. También, a través de las respuestas paternas, el niño aprende a confiar en su propio cuerpo y las necesidades biológicas que van con él. Si los padres son desconfiados e inadecuados en su proceder; si rechazan al infante o le hacen daño; si otros intereses provocan que ambos padres se alejen de las necesidades de satisfacer las propias, el niño desarrollará desconfianza. Será una persona aprensiva y suspicaz con respecto a los demás.

De todas maneras, es muy importante que sepamos que esto no quiere decir que los padres tengan que ser los mejores del mundo. De hecho, aquellos padres que son sobreprotectores; que están ahí tan pronto el niño llora, le llevarán a desarrollar una tendencia maladaptativa que Erikson llama desajuste sensorial, siendo excesivamente confiado, incluso crédulo. Esta persona no cree que alguien pudiera hacerle daño y usará todas las defensas disponibles para retener esta perspectiva exagerada.

Aunque, de hecho, es peor aquella tendencia que se inclina sobre el otro lado: el de la desconfianza. Estos niños desarrollarán la tendencia maligna de desvanecimiento (mantenemos aquí la traducción literal de withdrawal, como caída o desvanecimiento). Esta persona se torna depresiva, paranoide e incluso puede desarrollar una psicosis.

Si se logra un equilibrio, el niño desarrollará la virtud de esperanza, una fuerte creencia en la que se considera que siempre habrá una solución al final del camino, a pesar de que las cosas vayan mal. Uno de los signos que nos indican si el niño va bien en este primer estadio es si puede ser capaz de esperar sin demasiado jaleo a demorar la respuesta de satisfacción ante una necesidad: mamá y papá no tienen por qué ser perfectos; confío lo suficiente en ellos como para saber esta realidad; si ellos no pueden estar aquí inmediatamente, lo estarán muy pronto; las cosas pueden ser muy difíciles, pero ellos harán lo posible por arreglarlas. Esta es la misma habilidad que utilizaremos ante situaciones de desilusión como en el amor, en la profesión y muchos otros dominios de la vida.

Estadio II

El segundo estadio corresponde al llamado estadio anal-muscular de la niñez temprana, desde alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de edad. La tarea primordial es la de alcanzar un cierto grado de autonomía, aún conservando un toque de vergüenza y duda.

Si papá y mamá (y otros cuidadores que entran en escena en esta época) permiten que el niño explore y manipule su medio, desarrollará un sentido de autonomía o independencia. Los padres no deben desalentarle ni tampoco empujarle demasiado. Se requiere, en este sentido, un equilibrio. La mayoría de la gente le aconsejan a los padres que sean firmes pero tolerantes en esta etapa, y desde luego el consejo es bueno. De esta manera, el niño desarrollará tanto un autocontrol como una autoestima importantes.

Por otra parte, en vez de esta actitud descrita, es bastante fácil que el niño desarrolle un sentido de vergüenza y duda. Si los padres acuden de inmediato a sustituir las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el niño pronto se dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo. Debemos tener presente que el burlarnos de los esfuerzos del niño puede llevarle a sentirse muy avergonzado, y dudar de sus habilidades.

También hay otras formas de hacer que el niño se sienta avergonzado y dudoso. Si le damos al niño una libertad sin restricciones con una ausencia de límites, o si le ayudamos a hacer lo que él podría hacer solo, también le estamos diciendo que no es lo suficientemente bueno. Si no somos lo suficientemente pacientes para esperar a que el niño se ate los cordones de sus zapatos, nunca aprenderá a atárselos, asumiendo que esto es demasiado difícil para aprenderlo.

No obstante, un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que incluso es bueno. Sin ello, se desarrollará lo que Erikson llama impulsividad, una suerte de premeditación sin vergüenza que más tarde, en la niñez tardía o incluso en la adultez, se manifestará como el lanzarse de cabeza a situaciones sin considerar los límites y los atropellos que esto puede causar.

Peor aún es demasiada vergüenza y duda, lo que llevará al niño a desarrollar la malignidad que Erikson llama compulsividad. La persona compulsiva siente que todo su ser está envuelto en las tareas que lleva a cabo y por tanto todo debe hacerse correctamente. El seguir las reglas de una forma precisa, evita que uno se equivoque, y se debe evitar cualquier error a cualquier precio.

Si logramos un equilibrio apropiado y positivo entre la autonomía y la vergüenza y la culpa, desarrollaremos la virtud de una voluntad poderosa o determinación.

Una de las cosas más admirables (y frustrantes) de un niño de dos o tres años es su determinación. Su mote es puedo hacerlo. Si preservamos ese puedo hacerlo (con una apropiada modestia, para equilibrar) seremos mucho mejores como adultos.

Estadio III

Este es el estadio genital-locomotor o la edad del juego. Desde los 3-4 hasta los 5-6 años, la tarea fundamental es la de aprender la iniciativa sin una culpa exagerada.

La iniciativa sugiere una respuesta positiva ante los retos del mundo, asumiendo responsabilidades, aprendiendo nuevas habilidades y sintiéndose útil. Los padres pueden animar a sus hijos a que lleven a cabo sus ideas por sí mismos. Debemos alentar la fantasía, la curiosidad y la imaginación. Esta es la época del juego, no para una educación formal. Ahora el niño puede imaginarse, como nunca antes, una situación futura, una que no es la realidad actual. La iniciativa es el intento de hacer real lo irreal.

Pero si el niño puede imaginar un futuro, si puede jugar, también será responsable… y culpable. Podría sentirse culpable del acto y comenzaría a sentirse culpable también. Ha llegado la capacidad para establecer juicios morales.

Erikson es, por supuesto, un Freudiano y por tanto incluye la experiencia edípica en este estadio. Desde su punto de vista, la crisis edípica comprende la renuencia que siente el niño a abandonar su cercanía al sexo opuesto. Un padre tiene la responsabilidad, socialmente hablando, de animar al niño a que crezca: “¡que ya no eres un niño!”. Pero si este proceso se establece de manera muy dura y extrema, el niño aprende a sentirse culpable con respecto a sus sentimientos.

Demasiado iniciativa y muy poca culpa significa una tendencia maladaptativa que Erikson llama crueldad. La persona cruel toma la iniciativa. Tiene sus planes, ya sea en materia de escuela, romance o política, o incluso profesión. El único problema es que no toma en cuenta a quién tiene que pisar para lograr su objetivo. Todo es el logro y los sentimientos de culpa son para los débiles. La forma extrema de la crueldad es la sociopatía.

La crueldad es mala para los demás, pero relativamente fácil para la persona cruel. Peor para el sujeto es la malignidad de culpa exagerada, lo cual Erikson llama inhibición. La persona inhibida no probará cosa alguna, ya que si no hay aventura, nada se pierde y particularmente, nada de lo que sentirse culpable. Desde el punto de vista sexual, edípico, la persona culposa puede ser impotente o frígida.

Un buen equilibrio llevará al sujeto a la virtud psicosocial de propósito. El sentido del propósito es algo que muchas personas anhelan a lo largo de su vida, aunque la mayoría de ellas no se dan cuenta que, de hecho, ya llevan a cabo sus propósitos a través de su imaginación y su iniciativa. Creo que una palabra más acertada para esta virtud hubiera sido coraje; la capacidad para la acción a pesar de conocer claramente nuestras limitaciones y los fallos anteriores.

Estadio IV

Esta etapa corresponde a la de latencia, o aquella comprendida entre los 6 y 12 años de edad del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una capacidad de laboriosidad al tiempo que se evita un sentimiento excesivo de inferioridad. Los niños deben domesticar su imaginación y dedicarse a la educación y a aprender las habilidades necesarias para cumplir las exigencias de la sociedad.

Aquí entra en juego una esfera mucho más social: los padres, así como otros miembros de la familia y compañeros se unen a los profesores y otros miembros de la comunidad. Todos ellos contribuyen; los padres deben animar, los maestros deben cuidar; los compañeros deben aceptar. Los niños deben aprender que no solamente existe placer en concebir un plan, sino también en llevarlo a cabo. Deben aprender lo que es el sentimiento del éxito, ya sea en el patio o el aula; ya sea académicamente o socialmente.

Una buena forma de percibir las diferencias entre un niño en el tercer estadio y otro del cuarto es sentarse a ver cómo juegan. Los niños de cuatro años pueden querer jugar, pero solo tienen conocimientos vagos de las reglas e incluso las cambian varias veces a todo lo largo del juego escogido. No soportan que se termine el juego, como no sea tirándoles las piezas a su oponente. Un niño de siete años, sin embargo, está dedicado a las reglas, las consideran algo mucho más sagrado e incluso puede enfadarse si no se permite que el juego llegue a una conclusión estipulada.

Si el niño no logra mucho éxito, debido a maestros muy rígidos o a compañeros muy negadores, por ejemplo, desarrollará entonces un sentimiento de inferioridad o incompetencia. Una fuente adicional de inferioridad, en palabras de Erikson, la constituye el racismo, sexismo y cualquier otra forma de discriminación. Si un niño cree que el éxito se logra en virtud de quién es en vez de cuán fuerte puede trabajar, entonces ¿para qué intentarlo?.

Una actitud demasiado laboriosa puede llevar a la tendencia maladaptativa de virtuosidad dirigida. Esta conducta la vemos en niños a los que no se les permite ser niños; aquellos cuyos padres o profesores empujan en un área de competencia, sin permitir el desarrollo de intereses más amplios. Estos son los niños sin vida infantil: niños actores, niños atletas, niños músicos, niños prodigio en definitiva. Todos nosotros admiramos su laboriosidad, pero si nos acercamos más, todo ello se sustenta en una vida vacía.

Sin embargo, la malignidad más común es la llamada inercia. Esto incluye a todos aquellos de nosotros que poseemos un complejo de inferioridad. Alfred Adler135 habló de ello. Si a la primera no logramos el éxito, no volvamos a intentarlo. Por ejemplo, a muchos de nosotros no nos ha ido bien en matemáticas, entonces nos morimos antes de asistir a otra clase de matemáticas. Otros fueron humillados en el gimnasio, entonces nunca harán ningún deporte o ni siquiera jugarán al raquetball. Otros nunca desarrollaron habilidades sociales, entonces nunca saldrán a la vida pública. Se vuelven seres inertes.

135 Citado en CUELI, José, et. al. Teorías de la personalidad. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología, 1996, pp. 112. Lo ideal sería desarrollar un equilibrio entre la laboriosidad y la inferioridad; esto es, ser principalmente laboriosos con un cierto toque de inferioridad que nos mantenga sensiblemente humildes. Entonces tendremos la virtud llamada competencia.

Estadio V

Esta etapa es la de la adolescencia, empezando en la pubertad y finalizando alrededor de los 18-20 años. Actualmente está claro que debido sobre todo a una serie de factores psicosociales, la adolescencia se prolonga más allá de los 20 años, incluso hasta los 25 años. La tarea primordial es lograr la identidad del Yo y evitar la confusión de roles. Esta fue la etapa que más interesó a Erikson y los patrones observados en los chicos de esta edad constituyeron las bases a partir de la cuales el autor desarrollaría todas las otras etapas.

La identidad yoica significa saber quiénes somos y cómo encajamos en el resto de la sociedad. Exige que tomemos todo lo que hemos aprendido acerca de la vida y de nosotros mismos y lo moldeemos en una autoimagen unificada, una que nuestra comunidad estime como significativa.

Hay cosas que hacen más fácil estas cuestiones. Primero, debemos poseer una corriente cultural adulta que sea válida para el adolescente, con buenos modelos de roles adultos y líneas abiertas de comunicación.

Además, la sociedad debe proveer también unos ritos de paso definidos; o lo que es lo mismo, ciertas tareas y rituales que ayuden a distinguir al adulto del niño. En las culturas tradicionales y primitivas, se le insta al adolescente a abandonar el poblado por un periodo de tiempo determinado con el objeto de sobrevivir por sí mismo, cazar algún animal simbólico o buscar una visión inspiradora. Tanto los chicos como las chicas deberán pasar por una serie de pruebas de resistencia, de ceremonias simbólicas o de eventos educativos. De una forma o de otra, la diferencia entre ese periodo de falta de poder, de irresponsabilidad de la infancia y ese otro de responsabilidad propio del adulto se establece de forma clara.

Sin estos límites, nos embarcamos en una confusión de roles, lo que significa que no sabremos cuál es nuestro lugar en la sociedad y en el mundo. Erikson dice que cuando un adolescente pasa por una confusión de roles, está sufriendo una crisis de identidad. De hecho, una pregunta muy común de los adolescentes en nuestra sociedad es ¿Quién soy?

Una de las sugerencias que Erikson plantea para la adolescencia en nuestra sociedad es la una moratoria psicosocial. Anima a los jóvenes a que se tomen un tiempo libre.

Si tienes dinero, vete a Europa. Si no lo tienes, merodea los ambientes de Estados Unidos. Deja el trabajo por un tiempo y vete al colegio. Date un respiro, huele las rosas, búscate a ti mismo. Por norma, tendemos a conseguir el éxito demasiado deprisa, aunque muy pocos de nosotros nos hayamos detenido a pensar en lo que significa el éxito para nosotros. De la misma manera que los jóvenes Oglala Dakota, quizás también necesitemos soñar un poco.136

Existe un problema cuando tenemos demasiado identidad yoica. Cuando una persona está tan comprometida con un rol particular de la sociedad o de una subcultura, no queda espacio suficiente para la tolerancia. Erikson llama a esta tendencia maladaptativa fanatismo. Un fanático cree que su forma es la única que existe.

136 ERIKSON, Erik. Sociedad y adolescencia. Paidós, Buenos Aires, 1972, pp. 16. Por descontado está que los adolescentes son conocidos por su idealismo y por su tendencia a ver las cosas en blanco o negro. Éstos envuelven a otros alrededor de ellos, promocionando sus estilos de vida y creencias sin importarles el derecho de los demás a estar en desacuerdo.

La falta de identidad es bastante más problemática, y Erikson se refiere a esta tendencia maligna como repudio. Estas personas repudian su membresía en el mundo adulto e incluso repudian su necesidad de una identidad. Algunos adolescentes se permiten a sí mismos la fusión con un grupo, especialmente aquel que le pueda dar ciertos rasgos de identidad: sectas religiosas, organizaciones militaristas, grupos amenazadores; en definitiva, grupos que se han separado de las corrientes dolorosas de la sociedad. Pueden embarcarse en actividades destructivas como la ingesta de drogas, alcohol o incluso adentrarse seriamente en sus propias fantasías psicóticas. Después de todo, ser malo o ser nadie es mejor que no saber quién soy.

Si logramos negociar con éxito esta etapa, tendremos la virtud que Erikson llama fidelidad. La fidelidad implica lealtad, o la habilidad para vivir de acuerdo con los estándares de la sociedad a pesar de sus imperfecciones, faltas e inconsistencias. No estamos hablando de una lealtad ciega, así como tampoco de aceptar sus imperfecciones. Después de todo, si amamos nuestra comunidad, queremos que sea la mejor posible. Realmente, la fidelidad de la que hablamos se establece cuando hemos hallado un lugar para nosotros dentro de ésta, un lugar que nos permitirá contribuir a su estabilidad y desarrollo.

Estadio VI

Si hemos podido llegar esta fase, nos encontramos entonces en la etapa de la adultez joven, la cual dura entre 18 años hasta los 30 aproximadamente. Los límites temporales con respecto a las edades en los adultos son mucho más tenues que en las etapas infantiles, siendo estos rangos muy distintos entre personas. La tarea principal es lograr un cierto grado de intimidad, actitud opuesta a mantenerse en aislamiento.

La intimidad supone la posibilidad de estar cerca de otros, como amantes, amigos; como un partícipe de la sociedad. Ya que posees un sentimiento de saber quién eres, no tienes miedo a perderte a ti mismo, como presentan muchos adolescentes. El miedo al compromiso que algunas personas parecen presentar es un buen ejemplo de inmadurez en este estadio. Sin embargo, este miedo no siempre es tan obvio. Muchas personas enlentecen o postergan el proceso progresivo de sus relaciones interpersonales. “Me casaré (o tendré una familia, o me embarcaré en algún tema social) tan pronto acabe la Universidad; tan pronto tenga un trabajo; cuando tenga una casa; tan pronto… Si has estado comprometido durante los últimos 10 años, ¿qué te hace echarte atrás?”137

El joven adulto ya no tiene que probarse a sí mismo. Una relación de pareja adolescente sí busca un establecimiento de identidad a través de la relación. ¿Quién soy? Soy su novio. La relación de adultos jóvenes debe ser una cuestión de dos egos independientes que quieren crear algo más extenso que ellos mismos. Intuitivamente reconocemos esto cuando observamos la relación de pareja de dos sujetos donde uno de ellos es un adolescente y el otro un adulto joven. Nos percatamos del potencial de dominio que tiene el último sobre el primero.

A esta dificultad se añade que nuestra sociedad tampoco ha hecho mucho por los adultos jóvenes. El énfasis sobre la formación profesional, el aislamiento de la vida urbana, la fractura de las relaciones por motivos de traslados y la naturaleza generalmente impersonal de la vida moderna, hacen que sea más difícil el desarrollo de relaciones íntimas.

137 ERIKSON, Erik. Identidad, juventud y crisis. Paidós, Buenos Aires, 1968, pp. 24. Yo soy una de esas personas que he tenido que mudarme de lugar docenas de veces en mi vida. No tengo ni la más remota idea de lo que pasó con mis amigos infantiles o incluso de aquellos que tenía en la Universidad. Mis amigos más antiguos están a miles de kilómetros de donde vivo. Yo resido donde las necesidades relativas a mi profesión me han llevado y por tanto, no tengo una sensación firme de comunidad. Bueno, antes de que me ponga demasiado depresivo, mejor hablemos de ustedes. Sé que a muchos de ustedes no les ha pasado lo mismo. Si han crecido y afincado en una comunidad en particular, especialmente una rural, es muy probable que ustedes tengan relaciones mucho más profundas y duraderas; probablemente se casaron con el amor de toda su vida, y sienten un buen cariño por su comunidad. Pero este estilo de vida se está volviendo rápidamente un anacronismo.138

La tendencia maladaptativa que Erikson llama promiscuidad, se refiere particularmente a volverse demasiado abierto, muy fácilmente, sin apenas esfuerzo y sin ninguna profundidad o respeto por tu intimidad. Esta tendencia se puede dar tanto con tu amante, como con tus amigos, compañeros y vecinos.

La exclusión es la tendencia maligna de aislamiento máximo. La persona se aísla de sus seres queridos o parejas, amigos y vecinos, desarrollando como compensación un sentimiento constante de cierta rabia o irritabilidad que le sirve de compañía.

Si atravesamos con éxito esta etapa, llevaremos con nosotros esa virtud o fuerza psicosocial que Erikson llama amor. Dentro de este contexto teórico, el amor se refiere a esa habilidad para alejar las diferencias y los antagonismos a través de una mutualidad de devoción. Incluye no solamente el amor que compartimos en un buen matrimonio, sino también el amor entre amigos y el amor de mi vecino, compañero de trabajo y compatriota.

138 MOLLA, Miguel. La Identidad del Adolescente. Estudio preliminar de una Prueba de la Identidad. Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú, 1978, pp.79. Estadio VII

Este estadio corresponde al de la adultez media. Es muy difícil establecer el rango de edades, pero incluiría aquel periodo dedicado a la crianza de los niños. Para la mayoría de las personas de nuestra sociedad, estaríamos hablando de un período comprendido entre los 20 y pico y los 50 y tantos. La tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad, también conocido en el ámbito de la psicología como generabilidad, y el estancamiento.

La productividad es una extensión del amor hacia el futuro. Tiene que ver con una preocupación sobre la siguiente generación y todas las demás futuras.

Por tanto, es bastante menos egoísta que la intimidad de los estadios previos: la intimidad o el amor entre amantes o amigos, es un amor entre iguales y necesariamente es recíproco. Si no recibimos el amor de vuelta, no lo consideramos un amor verdadero. Con la productividad, no estamos esperando, al menos parece que no implícitamente, una reciprocidad en el acto. Pocos padres esperan una vuelta de su investimiento de sus hijos, y si lo hacen, no creemos que sean buenos padres.

Aunque la mayoría de las personas ponen en práctica la productividad teniendo y criando los hijos, existen otras maneras también. Erikson considera que la enseñanza, la escritura, la inventiva, las ciencias y las artes, el activismo social complementan la tarea de productividad. En definitiva, cualquier cosa que llene esa vieja necesidad de ser necesitado.

El estancamiento, por otro lado, es la auto-absorción; cuidar de nadie. La persona estancada deja de ser un miembro productivo de la sociedad. Es bastante difícil imaginarse que uno tenga algún tipo de estancamiento en nuestras vidas, tal y como ilustra la tendencia maladaptativa que Erikson llama sobrextensión. Algunas personas tratan de ser tan productivas que llega un momento en que no se pueden permitir nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y descansar.

Al final, estas personas tampoco logran contribuir algo a la sociedad. Estoy seguro de que todos ustedes conocerán a alguien inmerso en un sinnúmero de actividades o causas; o tratan de tomar todas las clases posibles o mantener tantos trabajos. Al final, no tienen ni siquiera tiempo para hacer ninguna de estas actividades.

Más obvia todavía resulta la tendencia maligna de rechazo, lo que supone muy poca productividad y bastante estancamiento, lo que produce una mínima participación o contribución a la sociedad. Y desde luego que aquello que llamamos el sentido de la vida es una cuestión de cómo y qué contribuimos o participamos en la sociedad.

Esta es la etapa de la crisis de la mediana edad. En ocasiones los hombres y mujeres se preguntan esa interrogante tan terrible y vasta de ¿Qué estoy haciendo aquí?

En el prólogo de la última edición del texto La adultez de Erik Erikson, la Doctora Mónica Susana Gaytán Ramírez expone lo siguiente:

Detengámonos un momento a analizar esta pregunta. En vez de preguntarse por quiénes están haciendo lo que hacen, se preguntan el qué hacen, dado que la atención recae sobre ellos mismos. Debido al pánico a envejecer y a no haber logrado las metas ideales que tuvieron cuando jóvenes, tratan de recapturar su juventud. El ejemplo más evidente se percibe en los hombres. Dejan a sus sufrientes esposas, abandonan sus tediosos trabajos, se compran ropa de última moda y empiezan a acudir bares de solteros. Evidentemente, raramente encuentran lo que andan buscando porque sencillamente están buscando algo equivocado. Un buen ejemplo lo constituye el papel interpretado por Kevin Spacey en la famosa película American Beauty.139

Pero si atravesamos esta etapa con éxito. Desarrollaremos una capacidad importante para cuidar que nos servirá a lo largo del resto de nuestra vida.

Estadio VIII

Esta última etapa, la delicada adultez tardía o madurez, o la llamada de forma más directa y menos suave edad de la vejez, empieza alrededor de la jubilación, después que los hijos se han ido; digamos más o menos alrededor de los 60 años. Algunos viejitos rabian con esto y dicen que esta etapa empieza solo cuando uno se siente viejo y esas cosas, pero esto es un efecto directo de una cultura que realza la juventud, lo cual aleja incluso a los mayores de que reconozcan su edad. Erikson establece que es bueno llegar a esta etapa y si no lo logramos es que existieron algunos problemas anteriores que retrasaron nuestro desarrollo.

La tarea primordial aquí es lograr una integridad yoica (conservamos aquí la terminología acorde con los vocablos técnicos dentro del marco de la psicología. También puede entenderse el término como integridad. con un mínimo de desesperanza. Esta etapa parece ser la más difícil de todas, al menos desde un punto de vista juvenil. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad; todo esto evidentemente en el marco de nuestra sociedad. Algunos se jubilan de trabajos que han tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como padres ya ha finalizado y la mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios.

139 GAYTÁN Ramírez, Mónica Susana. “Prólogo. Erik Erikson y la Crisis de la Mediana Edad” en ERIKSON, Erik. La adultez. Fondo de Cultura Económica, México, 1978, pp. 12. Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de forma dramática. Los hombres creen que ya no dan la talla. Surgen enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata. Empiezan los miedos a cuestiones que uno no había temido nunca, como por ejemplo a un proceso gripal o simplemente a caerse.

Junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también. La esposa muere. Es inevitable que también a uno le toque su turno. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos debemos sentirnos desesperanzados.

Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se preocupan por sus fallos; esas malas decisiones que se tomaron y se quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía para revertirlas (muy diferente a estadios anteriores). Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven resentidos, paranoides, hipocondríacos o desarrollan patrones comportamentales de senilidad con o sin explicación biológica.

La integridad yoica significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto, llegar a los términos del final de tu vida. Si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no necesitarás temerle a la muerte. Aunque la mayoría de ustedes no se encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un poco si empezamos a cuestionarnos nuestra vida hasta el momento. Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que somos si no los hubiéramos cometidos.

Si hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es.

La tendencia maladaptativa del estadio 8 es llamada presunción. Esto ocurre cuando la persona presume de una integridad yoica sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud.

La tendencia maligna es la llamada desdén. Erikson la define como un desacato a la vida, tanto propia como la de los demás.

La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erikson llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”.140 El autor sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia, entendiendo lo de agraciada en su sentido más amplio: me he encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil acercamiento a la vida y a la muerte; por su generosidad de espíritu.

Me resulta difícil pensar en otra persona, a no ser Jean Piaget, que haya desarrollado más un acercamiento a los estadios del desarrollo que Erik Erikson.

Como vemos, nos provee de conocimientos que no nos hubiéramos percatado de otra forma. Por ejemplo, podríamos pensar en sus ocho estadios como una serie de tareas que no siguen un patrón lógico particular. Pero si dividimos el abanico de la vida en dos secuencias de cuatro estadios, podemos ver un patrón real, con la mitad referida al desarrollo del niño y la otra mitad al desarrollo del adulto.

140 ERIKSON, Erik. Infancia y sociedad. Op. Cit. pp. 67. En el estadio I, el niño debe aprender que eso (el mundo, especialmente representado por mamá y papá, y él mismo) está bien; que no hay problema. En el estadio II, el infante aprende a yo puedo hacerlo en el aquí y ahora. En el estadio III, el preescolar aprende a puedo planear y proyectarse a sí mismo hacia un futuro. En el IV, el escolar aprende puedo finalizar estas proyecciones. A través de estas cuatro etapas, el niño desarrolla un Yo competente y preparado para el amplio mundo que le aguarda.

Tomando la otra mitad relativa al periodo adulto, nos expandimos más allá del Yo (entendiéndose el Yo no como instancia psíquica Freudiana, sino como self o sí mismo). El estadio V tiene que ver con establecer algo muy parecido al está bien; no hay problema. El adolescente debe aprender a que yo estoy bién; conclusión de la negociación establecida de los cuatro estadios precedentes. En el VI, el adulto joven debe aprender a amar, lo que sería una variación social de yo puedo hacerlo en el aquí y ahora. En el estadio VII, el adulto debe extender ese amor hacia el futuro, pasando a ser llamado cuidar de. Y finalmente, en el estadio VIII, la persona mayor debe aprender a limitar su Yo, y establecer una nueva y amplia identidad. En palabras de Jung, la segunda mitad de la vida está dedicada a la realización de uno mismo.

Los celos en la juventud: ¿Problema o estímulo?

“Uno de los grandes pilares del Psicoanálisis es, sin duda, el constituido por la extensa obra de Melanie Klein, la cual abre y transita senderos dentro de nuestro quehacer psicoanalítico. Hoy día, ya a finales de siglo, la teoría kleiniana como todo cuerpo teórico en Psicoanálisis, ha de ser replanteada e interrogada, no en una búsqueda de vigencia, sino en busca del constante re-trabajo de las ideas que exige el psicoanálisis, para no caer en compartimientos estancos y en omnicomprensiones”.141

JOSÉ BEGLER. La identidad en el adolescente.

Respecto al tema de los celos se ha dicho mucho, y en general se piensa que son un problema. Las teorías influidas por el psicoanálisis dicen que los celos son producto del egoísmo característico del ser humano que cree siempre que cuanto quiere le pertenece. Según la psicología, los celos demuestran inseguridad y poca autoestima. Otras teorías más sociológicas piensan que los celos provienen del concepto de propiedad privada y de la instauración en occidente de la monogamia.

Pero no importa de donde provengan, está claro que hay posiciones encontradas acerca de si los celos son perjudiciales o positivos para una relación. Por ejemplo, es común que muchas parejas terminen debido a que uno de los dos es muy celoso y no le da el espacio para desarrollarse a la otra persona. Sin embargo, también es muy común que uno de los dos se sienta no querido ante la indiferencia de su pareja.

En el último caso, nos parece importante hacer notar que siempre se ha visto como negativa esta posición, pues se cree que la relación que quiere o que necesita una persona así es enfermiza, dependiente y, para usar términos psicológicos, simbiótica. Nosotros creemos que esto no es un problema necesariamente. La situación se vuelve negativa si uno de los dos es liberal y el

141 BLEGER, José, et. al. La Identidad en el Adolescente. Paidós, Buenos Aires, 2001, pp. 104. otro es dependiente, pues el uno se sentirá asfixiado y el otro sentirá que su pareja es independiente. Es innegable que una cantidad razonable de celos es necesaria, pues es una manera de demostrar que la otra persona te interesa. La falta de celos puede interpretarse como indiferencia.

Psicoanálisis de los celos

¿Cuál es la relación entre los celos y lo imposible? ¿Cuándo se ama a una persona, es por sus cualidades? ¿Qué pierde el amante al poseer a la persona amada?

Una mirada o la indiferencia, una palabra o el silencio, una sonrisa, una lágrima; nada parece ser el remedio adecuado cuando los celos pasan a entretejer la trama de una relación amorosa. Así vemos y escuchamos a diario la información sobre actos de violencia ejercidos ferozmente sobre las parejas, actos, las más de las veces, disparados por ese sentimiento atroz que es el de los celos. El aspecto jurídico de esos hechos queda reservado a los jueces, el aspecto social del fenómeno es estudiado por las disciplinas correspondientes, pero, ¿qué hacer con esos dos que sufren su enredo amoroso hasta el límite de arriesgar su existencia?

Quien sabe del sufrimiento que los celos ocasionan, también sabrá lo costoso que es soportarlos tanto para el celoso como para su partenaire. Sin embargo, y a pesar de ello, los celos producen un circuito entre los amantes muy difícil de romper.

Después que en 1921 Freud142 diera a conocer su teoría sobre los celos no han surgido nuevas razones para explicar este fenómeno de modo verosímil. Sin

142 FREUD, Sigmund. “Psicología de las masas y análisis del yo, (1921)” en Obras completas. Amorrortu, Barcelona, 1988, Tomo XIX, pp. 226. embargo, la literatura, el cine, se interesan a menudo en mostrar las distintas formas que adquieren en cada época sin hallar más que desenlaces trágicos. Claro que hoy podríamos agregar también a los periódicos de las grandes urbes como excelentes ilustradores de esta cuestión.

Freud ubica a los celos, junto con la tristeza, entre lo que llamó estados afectivos y distinguió tipos de celos según la relación del sujeto con aquello que los causa.

Jacques Lacan143 ya en los años treinta presentó el tema dándole todo su valor en el terreno que podríamos llamar pasional. Advierte sobre la profunda diferencia que separa a la pasión amorosa normal de las estructuras pasionales anómalas, es decir, la erotomanía y el delirio de los celos. La hipótesis es que los celos son una respuesta del sujeto a aquello que se le presenta como imposible, a aquello que impide lograr la anhelada complementariedad entre lo femenino y lo masculino; es una respuesta que se torna justificación para lo que no se puede obtener. Finalmente, el celoso más que tratar de lograr la complementariedad, se esfuerza en destacar su imposibilidad.

• ¿Qué quiere el celoso? Verificar que existe el goce absoluto. • ¿Qué hace el celoso? Armar estrategias para garantizarse no llegar nunca a esta comprobación. • ¿Cómo se arma esta paradoja? Creando un círculo vicioso sostenido entre celos y mentiras, entre desconfianza y engaño; lo inaccesible funciona como axioma y el misterio como motor. Podemos escuchar al celoso diciendo: “Jamás será totalmente mía. Algo esconde y debo averiguarlo”.

143 LACAN, Jacques. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. Siglo XXI Editores, México, 2007, pp. 131. Esta situación paradojal es lo que hace difícil el tratamiento de los celos delirantes aunque actualmente aumentan las consultas en relación a esta cuestión –siempre veladamente– a partir de la preocupación que genera en la sociedad la violencia en la intimidad.

En virtud de esto, el Doctor Hans Robert Saettele Zuend nos señala:

Marcel Proust, escritor privilegiado en este tema, muestra a los celos como la forma que adquiere la agonía de un amor que nunca será feliz, que siempre se verá amenazado por la inconstancia, con el peligro de muerte acechándolo permanentemente. Amor y sufrimiento son, en Proust, el anverso y reverso de una misma realidad: la existencia del otro es motivo de dolor; el amor es verdaderamente una maldición a la que no puede sustraerse.144

¿Cómo se presenta este amor? Una nueva paradoja como respuesta, el amor se presenta siempre más grande que la persona amada, ella es insignificante en relación con ese amor. La persona es amada pese a sus cualidades. Lo que se ama de una mujer es el mundo desconocido que ella misma implica. Sin embargo, al poseer a la persona amada, el amante pierde la ilusión de poseer el mundo que se anunciaba a través de ella. El rasgo más importante que especifica ese amor es la angustia de la ausencia.

La angustia aparece en Proust como la materia prima del amor que adquiere su especificidad en los celos, figura obsesionante que redobla el amor, ya que para que haya celos tiene que haber obstáculos para poseer a la persona amada, ya sea en poder conocer su interioridad, participar de su mundo o cualquier otra razón que establezca la separación entre uno y otro. En Proust, la amada posee ese rasgo irreductible de opacidad que aún con el desmesurado intento de una conciencia ubicua de parte del amante, no logra acceder a la

144 SAETTELE Zuend, Hans Robert. Palabra y silencio en Psicoanálisis. Universdidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México, 2005, pp. 91. escondida interioridad. Sumando a esto una condición suplementaria: que cualquier cosa, por más inverosímil que parezca, puede ser posible.

Es el mismo terreno oscuro el que hace crecer la duda y puede albergar los peores pensamientos de quien los tiene, por supuesto. Aunque no queda descartado que en el otro estén de igual modo. ¿Quién engaña a quién entonces? En la medida que se sabe cuánto se engaña al otro es que se imagina ser engañado. Horroriza la maldad del otro en tanto se la conoce en el que la sospecha. Se duda del otro en la medida en que se conocen todas las razones por las que el otro dudaría de uno.

La imaginación celosa es sospechosa al punto de suponer infernal el mundo que la mujer oculta. La imaginación celosa está siempre en razón inversa con la percepción, de modo tal que se fabula menos cuanto se percibe más, al punto que los celos desesperantes imaginan voluptuosidades infinitas. Sin embargo, el celoso no quiere saber por los sentidos. Vea lo que vea, escuche lo que escuche, no hará más que confirmar su certeza. Tan polimorfos son los celos que tanto la precisión como la imprecisión hacen a la imaginación más intensa y dolorosa. Las preguntas interminables del celoso intentan constatar lo inverificable de una realidad inapresable. Él espera de ella hacerle decir una mentira.145

Un mínimo tropiezo en lo que ella diga puede desencadenar una brutal escalada de pensamientos que conforman un tejido espeso y escabroso llegando al final hasta concluir en la mentira más increíble.

Los celos son una patología del amor que se ven afectados por las dos condiciones de la pasión: que haya sufrimiento, pero que a la vez intervenga el deseo.

145 FERNÁNDEZ Miralles, Esteban. “Los celos en Freud” en Revista del CPM. Congreso de CPM, Murcia, 2005, pp. 48. La serie de paradojas enunciadas advierte lo complejo que resulta desanudar esa relación ya que con el intento se corre el peligro de: o bien anudarla aún más o bien acrecentar la sospecha irritando al celoso hasta el punto de que quiera hacerla desaparecer. Sin embargo, es el anhelo de marcar la imposibilidad lo que puede abrir otra vía para el sujeto que se halla enredado en el oscuro misterio de los celos.

La falta de circulación de la palabra y la tendencia cada vez más creciente a llevar cada impulso a la acción inmediata, propician entre los amantes los desenlaces horrorosos que conocemos día a día a través de los medios de comunicación. Ninguna acción social, universal, podrá evitar que se teja la trama de celos cuando el rasgo del encuentro está sostenido en este tipo de amor. Es necesario ubicar ese rasgo, hacerlo hablar y revelar su causa para acceder a la sustancia de goce que materializa ese tejido particular.

La violencia amorosa supone una serie de motivos que habrá que elucidar, sobre todo en ciudades donde las estadísticas de muerte son verdaderamente alarmantes en este tópico. Al respecto, es preciso considerar a los celos como uno de los factores decisivos y no secundario a la hora de interpretar tales desenlaces.

Las patologías del amor merecen estar en la cuenta de esos motivos y, como vemos, es indispensable para encontrar respuestas que el psicoanálisis se haga presente y tome la palabra CAPÍTULO III EL DECIR DE LOS JÓVENES EN SUS VÍNCULOS AMATORIOS

“Los celos, un sentimiento tan natural como el amor, a veces invaden a un sujeto de tal manera que producen catástrofes insoportables: esos celos pueden llegar a destruir el amor o a sus protagonistas. No hay nada que escape a lo social, en situaciones de profunda crisis, los sentimientos de celos se agudizan. Inseguridad personal, inseguridad frente a la realidad social, son elementos que se entrelazan, se potencian: sentimientos que en las relaciones intimas encuentran un lugar para descargarse. A veces se transforman en un difícil equilibrio y otras veces disparan hacia otras expresiones de conflicto, como los celos y la violencia”.

JAVIER FERNÁNDEZ MONTALVO Y ENRIQUE

ECHEBURÚA. Celos en la pareja: una emoción destructiva. Un enfoque clínico.

El estudio en profundidad

Toca el turno de hablar de los resultados obtenidos con la investigación de campo llevada a cabo entre los estudiantes del último semestre de la Licenciatura en Psicología Clínica y de la Salud de la UNAM, referidos al tema de lo que representan los celos para ellos y el inminente papel que desempeñan en sus vínculos amorosos.

Esta investigación se llevó a cabo en un periodo de tres meses, en los cuales teniendo como punto principal los estudios cualitativos, se llevaron a cabo entrevistas en profundidad, historias de vida y la utilización de diarios de campo, con el afán de incluirlos en un trabajo práctico que conllevó la elaboración de grupos focales y de discusión del tema de los celos en las relaciones de pareja.

Se trabajó con un total de treinta alumnos del último semestre de la Facultad de Psicología, adscritos al área de Psicología Clínica y de la Salud. Quince hombres y quince mujeres, quienes tenían la particularidad –fundamental para la elaboración del presente trabajo– de tener una relación amorosa mayor a seis meses.

Lo anterior, debido a que la mayoría de las ocasiones se tiende a pensar en las relaciones que llevan mucho tiempo de haberse constituido como aquellas que se encuentran sólidas y son difíciles de corromperse ante los embates que dan los problemas típicos de la vida amorosa, entre los cuales destacan fuertemente los celos, ya sea por infidelidad segura o por el sólo hecho de una fantasía prevaleciente en cualquiera de los dos sujetos que la componen.

Asimismo, trabajar con personas que se encontraban en una relación duradera posibilitó que en nuestro trabajo desde el comienzo estuviese presente el respeto entre los integrantes del grupo y la advertencia de que por tratarse de un estudio de índole académico-profesional no se hallaban permitidos los galanteos y las insinuaciones entre ellos.

No nos fue difícil localizar a los compañeros que formaron parte de este estudio y todos ellos se mostraron gustosos de colaborar en el mismo, al saber que la orientación dada sería psicoanalítica y eso les posibilitaría, según dijeron, tener un mayor conocimientos de las cosas que los motivaban y hacían de ellos los sujetos que son en la actualidad.

Todos se hallaron de acuerdo en dejarse ver en lo más profundo de su ser y de sus secretos y siempre que se les hicieron preguntas sobre el modo en que establecían sus vínculos amorosos, se mostraron prestos a responder y dar detalles que dejaban entrever, desde el principio, que efectivamente se hallaban movidos por un deseo de saber de su inconsciente.

Conviene destacar que contrario a lo que pensamos guiados por un falso prejuicio sobre la posibilidad de que a diferencia de las compañeras, los hombres tuviesen problemas de compartirnos sus sentimientos, esto no fue así y ninguno de los quince varones tuvieron empacho en decirnos aquellos aspectos de su vida pasional y amatoria en torno a los cuales buscaban ahondar.

Con miras a presentar a continuación los testimonios extraídos del trabajo con estos jóvenes estudiantes, nos dimos a la tarea de llevar a efecto una minuciosa selección de aquellos que nos parecieron más sobresalientes y daban cuenta, al mismo tiempo que de la subjetividad y particularidad de cada caso, del modo en que los celos juegan un papel importante en la organización y estructuración psíquica y sexual de todos estos amantes.

Palabras que dejan huella en el cuerpo y en el alma

Una vez que se tuvo conformado el grupo con el cual llevamos a cabo el trabajo de investigación que ahora presentamos y luego de conocer a grandes rasgos el tipo de relación que cada uno de estos jóvenes tenía, nos dimos a la tarea de ahondar un poco más en wel modo en que habían vivenciado sus primeras relaciones amatorias y pasionales y cómo se habían sentido. Este último eje generó al mismo tiempo que mucha expectativa sobre lo que se diría en el grupo, una serie de consideraciones y testimonios sobre el devenir histórico de cada muchacho que desembocó a su vez, en un constante y profundo análisis de sus vivencias personales y de la manera en la que sus padres y otros familiares habían influido en su modo de concebir al amor, en la idea que tenían de lo que era una relación amorosa y, sobre todo, en la elección de pareja que debían tener una vez que llegaran a la juventud.

El punto en sí mismo propició que tanto hombres como mujeres externaran algunos pasajes de su vida que de algún modo u otro los habían marcado y también que se trajeran a colación al mismo tiempo que recuerdos amorosos y cargados de ternura por parte de unos padres con la posibilidad de hablar de estos temas, hasta problemas emocionales generados a causa de la poca competitividad de las figuras parentales de abordar este tipo de temas con sus retoños.

Mujer: Píenso que tienes más problemas con tus papás cuando quieres hablar de ciertos temas, como la sexualidad o el sólo hecho de querer con alguien. A mí me genera mucha frustración no poder platicar con mi mamá sobre mis novios, las cosas que me pasan y lo que me hace sentir mi actual pareja. En ocasiones pienso que no deberían haberme tenido si nunca están ahí para escucharme.

Hombre: Pues creo que como hombre tienes más posibilidades de hacer muchas cosas, porque hay veces que tus papás ni te pelan. A mí me costó trabajo hacer que mis papás me dejaran ir a fiestas y con mis amigos. Pero la verdad nunca he tenido problemas con ellos por novias o cosas así. Ni siquiera pensé que hubiera papás a los que les molestara eso.

Es de destacarse el hecho de que algunos de estos jóvenes se refirieran a sus primeras experiencias amorosas de modo traumante y en otras ocasiones, ni siquiera se prestaran a querer platicar de ello por temor de sentir que los resabios de aquellos recuerdos opacaran lo que en la actualidad sentían por sus parejas.

Este último hecho llamó la atención principalmente de los muchachos, quienes dijeron no alcanzar a comprender algunas mujeres quedan estrechamente ligadas al recuerdo de sus amores anteriores y principalmente a aquel que fue el primer con quien cohabitaron. Lo que irremediablemente guarda una estrecha relación con el planteamiento teórico freudiano en torno de El tabú de la virginidad y la creación de la servidumbre sexual.

Plantearon ser sumamente común que existan instantes en su vida en los que se sintieron amados y muy queridos por una persona, que a final pareció no ser la indicada. Motivo por el cual debieron dar fin a ese vínculo amoroso. Sin embargo, también repararon en que en cualquier clase de relación es muy importante ir conociendo a la persona para que con el paso del tiempo no existan cosas desagradables que propicien el estancamiento del noviazgo e incluso su difuminación total.

Dentro de estos puntos destacó fuertemente el referido a los objetivos profesionales que en cierto momento de la relación y de la vida individual de cada uno pudiesen tener y lo que estén dispuestos a hacer por alcanzarlos. Esto último sobresale debido a que ya Jacques Lacan afirmaba en el Seminario V. Las formaciones del inconsciente lo recurrente que resultas ser en la vida de los neuróticos el tener que disputarse entre la demanda del Otro y lo que ellos desean, tesis que alcanzará su máxima ejemplificación con el análisis hecho por el mismo autor en el Seminario VI. El deseo y sus interpretaciones acerca de la obra literaria de Shakespeare, Hamlet.

Mujer: Una de las cosas que yo nunca he podido entender es que mi novio (con quien tiene tres años y medio de relación) se ponga celoso cuando le hablo de mis ex-novios. Al principio se molestaba más, me decía que me largara con cualquiera de ellos si tanto los extrañaba y me repetía constantemente que así como yo tenía un “pasado oscuro”, él también podía hablarme de sus muchas aventuras con mujeres fáciles. Al principio me valía… ahora me duele muchísimo cuando lo hace.

Hombre: Yo creo que lo importante siempre que vas a comenzar a andar con alguien es dejar las cosas en claro desde el principio para que después no existan malentendidos y no termines enamorándote de la persona equivocada. Tampoco creo que debas comenzar una nueva relación si aún estás muy dañado o dañada porque terminaste con alguien a quien amabas mucho. Pienso que ante todo debe haber sinceridad desde el comienzo para, si a final de cuentas no va a funcionar, puedas quedar en muy buenos términos con esa persona y no verla después y no querer ni reconocerla o saludarla.

Mencionaron que desde que somos muy pequeños se nos educa de tal manera que inconscientemente se nos obliga a tener una actitud de recato ante las escenas de sexo, por ejemplo, y que frecuentemente se castiga a los niños cuando exponen su sexualidad, quitándose sus ropas y corriendo de un lado a otro como sí pueden hacerlo en su casa. Este último hecho principalmente en el caso de las mujeres, quienes a diferencia de lo que pasa con los hombres, desde muy pequeñitas deben aprender a sentarse correctamente, tener las piernitas cruzaditas, no entablar contacto físico con ningún hombre y vivir esperando que llegue aquel que las saque del vínculo que prevalece con los padres.

Sin embargo, también aceptaron que este tipo de conductas está fuertemente reforzado por los contenidos de los medios masivos de difusión, a quienes reconocieron como casi-casi rectores de la educación en nuestro país no sólo para los más pequeños de la casa, sino también para los padres, quienes basan buen número de sus decisiones, además de en aquello que aprendieron a su vez de sus padres, en los contenidos programáticos de la televisión, la radio y el cine.

Por este motivo, advirtieron que resulta ser muy frecuente que a los niños desde muy pequeñitos se les eduque para tener alas y a una mujer se le instruya para tener raíces. Principalmente, tomando en cuenta la serie de películas y caricaturas que día a día engalanan las pantallas de la televisión y de los cines. No es de extrañarse, dijeron, que hasta hoy día continúe prevaleciendo en el psiquismo de muchas personas la idea de que existe un Príncipe Azul y una Princesita Encantada.

Mujer: Y seguimos entonces cargando sobre nuestros hombros una serie de estereotipos que a la fecha resultan sumamente ridículos e insostenibles. A mí me parece terrible mirar que la educación que recibí sea igual e idéntica a la que mi abuela le dio a mi madre y me da mucho miedo pensar que aún hoy existen mamás que les proponen a sus hijas que si no son madres y encuentran un buen esposo al cual atender, no triunfarán en la vida y en el futuro seguramente no las bajarán de “coscolinas”, “arrastradas”, o hasta prostitutas. Es horrible. A mí me da mucho asco todo esto, pero creo que si no soy parte de la solución entonces soy parte del problema.

Hombre: Cuando estás chico no te alcanzar a dar cuenta de todas las cosas que tus papás están haciendo y que desafortunadamente tú te estás tragando de modo inconsciente. O sea, que no te das cuenta de lo mucho que te pueden afectar algunos de sus comentarios, las cosas que hacen o el modo en el que te están educando. En mi casa pasaba muy seguido que a mi hermana la jalaban de los cabellos y de las orejas cuando “se portaba mal”. Y hasta eso yo me acuerdo que lo único que hacía era querer jugar como hombrecito: fútbol, a los carritos o cosas así… Esto es, creo que es algo muy grave ver que tus padres tienen una educación que de plano tú quieres hacer todo lo posible por no repetir, pero a fin e cuentas terminas mordiéndote la lengua porque todo lo traes muy adentro de ti.

Dijeron ser algo grave que en la actualidad comiencen a derrumbarse las estructuras sociales de la educación y la instrucción y que a cada momento se desplieguen por diversos canales una serie de imágenes que al mismo tiempo incitan y coartan el pensamiento de las personas, sólo para que repitan patrones de comportamiento ya establecidos sin la posibilidad de cuestionarse sobre los mismos.

Así, mencionaron, lo único que ocurre es que al mismo tiempo que los padres dan una educación a niños y a niñas sustentada en una doble moral cultural, siguiendo el planteamiento freudiano de La moral sexual “cultural” y la nerviosidad moderna, éstos son muy pequeños e indefensos como para tomar conocimiento de las cosas que se les están pidiendo que hagan, los sueños frustrados que deben alcanzar sólo porque sus padres no pudieron y, más importante aún, tener que responder como hijos a aquello que les está demandando el Gran Otro Materno, ya sea con cariños o hasta con improperios sustentados en un amor que es capaz de darlo todo, pero también de quitarlo.

Y es que desde las épocas freudianas sabemos que la educación, constitución y estructuración psíquica y sexual de los sujetos se halla conformada y establecida hasta los seis años de vida, periodo en el que todos los acontecimientos que sucedan irremediablemente marcarán al infante a lo largo de su vida y que es importante reconocer para que en el futuro no se generen síntomas ni se repitan los mismos comportamientos hirientes y demandantes que los padres tienen con sus pequeños.

Advirtieron de la importancia que tiene crear fuertes vínculos afectivos y libidinales con los padres, pero también de lo nocivo que puede llegar a ser esto una vez que no se hace un corte y no alcanzamos a distinguir qué es lo que corresponde a nosotros como sujetos y lo que forma parte de aquellos sueños frustrados que desafortunadamente los padres no alcanzaron a llevar a efecto y que ahora los hijos deben cargar con ellos.

Y es que es en el seno materno, precisamente, donde comienza a prepararse lo que posteriormente devendrá en un sujeto del inconsciente, pero es importante destacar que al mismo tiempo que papá y mamá nutren y cobijan al niño con cuidados y afectos, lo están insertando en un mundo cultural y simbólico, donde las reglas del lazo social ya se hayan establecidas y esto puede desembocar en frustración y una constante imposición de la castración simbólica.

Mujer: Muchas ocasiones he llegado a pensar que tanto mi mamá como mi papá se preocupan mucho por mí, pero sólo para que soporte y haga las cosas que ellos no pudieron hacer y la verdad es algo que me molesta mucho. Al principio no me daba cuenta, pero con el paso del tiempo he podido cuestionar no sólo la educación que me dieron, sino también que a fuerzas quieran que mi relación con mi novio sea semejante o igual a la de ellos. A veces me canso y sí les digo. Les grito, pero después de todo pasa un tiempo y todo a como estaba antes. Ya ni caso tiene molestarme con ellos. La última vez que algo así pasó mi papá me dijo que mientras viviera en su casa obedecería sus reglas y pues… me tengo que aguantar.

Hombre: Yo procuro no meterme en broncas ni hacer enojar a mis papás, porque entiendo, en primer lugar, que ya están grandes y que muchas de las cosas que ellos quisieran hacer conmigo es porque, a su vez, mis abuelitos estaban bien locos y se las enseñaron desde que eran chiquitos. Se que de ninguna manera es una justificación para estar cargando con los problemas y frustraciones de los papás, ¿no? Pero sí estoy de acuerdo y debo reconocer que aún me queda un buen rato en mi casa, con ellos, y la verdad prefiero “llevar la fiesta en paz” con los dos, en lugar de que me digan que soy un malagradecido y me corran o me digan que no valgo nada o todas esas cosas que los papás enojados dicen.

En virtud de esto, es que la primera problemática que se planteó fue la referida a la conformación y creación de una relación amorosa y los cambios que lleva consigo en la vida de cada una de las personas que la integran, pero más importante: el por qué dos sujetos que se encuentran solos llevando a efecto sus actividades cotidianas de siempre, al encontrar a alguien en su camino piensan que han encontrado a lo que en los círculos estudiantiles se conoce como la media naranja.

Cuando se les cuestionó acerca de este último hecho, permanecieron pensativos durante una buena cantidad de tiempo antes de comenzar a decir algunas de las cosas que habían vivenciado en su infancia y que de alguna manera era instante de traer a colación. Miles de cosas salieron a la luz, desde lo más profundo de sus corazones y de su voz para ser simbolizadas en un espacio de cuatro paredes, donde los sentimientos, quejas y demandas no se hicieron esperar. La educación, los maltratos, los correctivos que llevan implícito al mismo tiempo que un afán de educar a los infantes, también van acompañados de dolor y humillación.

Fue en estos instantes en los que verdaderamente conseguimos instalar un puente entre las vivencias de todos estos jóvenes con sus primeras figuras significativas, que han sido traídas a la memoria no siempre del mejor modo y, según aceptan algunos, les han imposibilitado vivir con la armonía que ellos desearían y, en los casos más extremos, los orillaron a hallar en la Psicología más que la posibilidad e un estudio, la entrada a un sitio en el que quizás podían dar una resolución a sus problemas, confundiendo, en sobradas ocasiones, estar en el diván con el hecho de devorar libros de explicación conductual.

Aquí surgieron también todos esas demandas de cariño que nunca pudieron ser satisfechas por los padres, principalmente por la madre, y todos esos deseos reprimidos de requerir amor y no encontrarlo por algún lado, sino, por el contrario, recibir acusaciones, insultos y mandatos encaminados a encuadrarse en una lógica sentimental futura bastante parecida a la de sus progenitores.

Mujer: Yo siempre he sabido que no tengo por qué criticar a mis papás y tampoco me gustaría que esto se convirtiera en una especie burda de confesionario, donde sólo critique a mi mamá sin reconocer lo mucho que se ha esforzado por sacarme adelante… Pero, a mí siempre me molestó ver que mi mamá le permitía muchísimas cosas a mi papá. A veces yo sentía que ellos no se querían. No tengo un solo recuerdo de mi infancia en el que ellos no se estén gritando por tonterías, como que se metió el gato y desbarató los sillones o algo tan tonto como que llegué con las calcetas de la escuela sucias. Fíjate que a veces pienso que yo con mi novio repito muchos de los comportamientos que mis papás tenían y me da mucho miedo que vaya a repetir sus mismos pasos…

Hombre: Mis papás… Yo sí creo que mis papás se quieren y mucho. Pero también pienso que ambos se casaron muy jóvenes e inexpertos y pues… Bueno, a mí “me tocó pagar los platos rotos” porque soy el primero y siempre me han recalcado que por ese hecho tan insignificante también debo ser un ejemplo para mis hermanos. Yo la verdad no entiendo por qué nos enamoramos de gente que resulta ser tan parecida a nuestros papás y también por qué sin darnos cuenta repetimos las mismas cosas hirientes con esa persona la que, se supone, amamos. Yo no tengo ningún problema en que, cuando llegan a darse problemas con mi pareja y yo acepto que tuve toda la culpa, decírselo y pedirle perdón hasta de rodillas… Como una vez que me molesté porque la estuve esperando una hora afuera del cine y por poco me dejaba plantado.

La serie de testimonios vertidos hasta este momento dan cuenta de la manera en que la educación que los padres dan a sus hijos repercute incluso en la elección de pareja que éstos tienen y en el modo en que se comportan y aman a la misma. Resulta sumamente interesante en que los jóvenes lo traigan a colación de esta manera, toda vez que desde la época de Freud tenemos noticia de lo fundamentales que son las primeras vivencias amorosas tenidas hacia los padres en la construcción de una identidad y de la creación de una fantasía y un ideal de pareja que la mayoría de las veces, como veremos a continuación, difícilmente se consigue alcanzar.

Todo lo anterior, teniendo como punto principal el hecho de que los jóvenes han traído a su realidad aquellos pasajes de su historia en los que de algún modo se sintieron sin una respuesta proveniente del Gran Otro, que aclarara sus dudas no sólo sobre la masculinidad y la feminidad, sino también sobre el modo en que debían entregarse y amar al otro. Pienso que esto es fundamental cuando advertimos que verdaderamente el ideal de pareja feliz y dichosa es muy difícil de alcanzar e incluso de sostener y nos damos cuenta de que, siguiendo la propuesta lacaniana: No hay relación sexual.

Del eco vivo de las sonoridades inconscientes

Conforme el trabajo de grupo avanzaba y comenzaron a tocarse tópicos como: los celos, la relación de pareja, el vínculo familiar, entre otros, también surgió la problemática en torno del lugar de las mujeres y de los hombres en los noviazgos e incluso en el matrimonio. Tanto los compañeros como las compañeras hicieron particular énfasis en el hecho de que la manera de educar a los niños y a las niñas podría variar muchísimo, dependiendo de lo que los padres esperaban de cada sexo.

Estuvieron de acuerdo en que existen ciertas normas sociales que trastocan lo cultural y propician que nuestra educación esté cimentada en una doble moral, pero advirtieron del hecho de que, aunque la figura del padre es importante para enseñarle ciertas cosas a los pequeños, el sentido de la educación y el rumbo que toma ésta a lo largo de la vida, depende en buen número de ocasiones de la figura materna, a quien sobre todo en nuestro país se la tiene en un lugar privilegiado, donde lo único que se oculta es sumisión y esclavitud.

Sin embargo, destacaron el hecho de que no debiesen construirse estereotipos en el ámbito de lo social, mucho menos en el rubro académico haciendo énfasis en que estábamos llevando a cabo un estudio serio en torno a la problemática de los celos y cómo nuestra historia influye en vida sentimental que llevamos al ser adultos. Por ello, advirtieron que es muy común que se formen gracias a los medios masivos de difusión, ciertas caricaturas de lo que debe ser un hombre y cómo debe comportarse, y cómo debe ser una mujer y las tareas que, dijeron, debe llevar a cabo para alcanzar cierta aceptación social.

Fue en este momento cuando comenzaron a salir a la luz una serie de eventos que al ser muy pequeños propiciaron que estos muchachos tuviesen una idea de lo que eran las relaciones de pareja y el modo en que debían conformarse los vínculos amorosos, siempre con miras a encontrar al Príncipe Azul, en el caso de las mujeres, y vivir con una sola persona por toda la eternidad.

Aunque algunos de ellos se refirieron a este último aspecto como ridículo, destacaron que siendo muy pequeños realmente fueron cosas que se creyeron y asimilaron a la perfección. De modo tal, que podía verse a las niñas en su cumpleaños ataviadas con largos vestidos de princesas y comportándose de un modo muy semejante a como lo hacen las más sobresalientes doncellas de las películas de Walt DIsney, por ejemplo. Sin dejar de mencionar, que sea desde la vestimenta como sus padres los marcaron, vía la moral cultural, para llevar a cabo ciertos tipos de tareas y comportamientos que eran propios del sexo de cada uno. En virtud de esto, anotaron ser muy común que también estas figuras parentales, tan importantes y significativas para ellos durante su niñez y en la actualidad, también les hallan marcado un modo de amar y de expresar los sentimientos.

Por su lado, los varones aplaudieron el argumento anterior y establecieron que en esas mismas películas donde aparece una hermosa Princesa, que no hace más que ser la marioneta de una sociedad burguesa que vende el estilo de cómo debe ser una mujer, suele aparecer un hombre que se halla en la búsqueda constante de ella y hace todo tipo de cosas para llamar su atención y tenerla a su lado.

Destacaron el caso, por ejemplo, de Blanca Nieves o La Dama y el Vagabundo. Esta última prueba de cómo existe un hombre sin quehacer profesional que cierto día tiene la “fortuna” de encontrar en su camino a una mujer que está dispuesta a entregarle todo de sí y a dejar incluso a sus amigos con tal de seguirlo. Son casos como este, los que hacen que ciertos estilos de amor y modo de vincularnos con las personas que amamos vayan quedando guardadas en nuestro inconsciente, a modo de huellas mnémicas, que tarde o temprano buscan tener una expresión y de este modo salir a la luz a modo de síntomas, sueños, lapsus, actos fallidos o chistes.

Hombre: Es que yo creo que no se trata de etiquetar a las mujeres como sufridas y abnegadas ni de pensar en los hombres como unos malditos que las maltratan y las hacen sentir mal. Yo creo que debemos mirar a cada persona muy desde su contexto y, como han dicho algunos de ustedes, desde las vivencias y fantasías subjetivas de cada uno, para no caer en el error de crear una caricatura del hombre y de la mujer. Para eso no tendría ningún caso estar aquí en este momento, mejor me pongo a ver Mujer, casos de la vida real o la otra tontería llamada Lo que callamos las mujeres, ¿no?

Mujer: Estoy totalmente de acuerdo en que no debe existir una victimización de las mujeres ni un engrandecimiento de los hombres basados solamente en una diferencia sexual. Pero también es muy cierto que al estar insertos en un contexto social y cultural como el que vivimos en nuestro país, sí hay ciertas cosas que se le exigen a los hombres y otras que se les piden a las mujeres, quizás no de un modo explícito, pero que sí van quedando dentro de todos nosotros de modo inconsciente y, en cierto sentido, posibilitan que siga dándose un tipo de educación machista como esta.¿Qué es lo que pasa entonces? El hombre debe proveer y proteger a la mujer y ella debe educar a los hijos. También debe ser ella la que no puede tener una libre expresión de su sexualidad y muchas otras cosas. En fin. Creo que si hacemos un discurso de víctimas y de victimarios no llegaremos a ningún lugar.

En este tenor, destaca fuertemente la imagen de los padres –y sobre todo de la madre– como aquellas figuras significativas que marcaron nuestro destino e influyeron sobremanera no sólo en nuestro modo de comportarnos, sino –como veremos a continuación– en el modo en que nos dirigimos por la vida y la manera en la que estamos relacionándonos a cada momento con nuestro entorno, donde destaca fuertemente los vínculos amatorios y pasionales que establecemos con nuestras parejas sentimentales.

Suele ser muy frecuente que al ser niños, y entre buen número de adolescentes, la relación de los padres tienda a idealizarse y a ver en ellos a figuras importantes en nuestro devenir psicológico. En virtud de que son ellos, y aquí resalta nuevamente la figura de la madre, quienes comienzan a tocar el cuerpecito del bebé y le dan todos los cuidados y caricias requeridas para un infante tan pequeño e indefenso.

La influencia de los padres en el desarrollo psíquico y la constitución subjetiva de sus hijos resulta, bajo esta lógica, fundamental e interesante si tomamos en cuenta que la mayoría de las veces la misma manera en el que un sujeto observó que se vincularon sus padres, sea el modo en que él se lleva con su pareja.

Conviene destacar que no sólo nos estamos refiriendo a los comportamientos que se tienen con la persona amada, sino incluso lo que en cierto momento de nuestra relación podemos llegar a sentir por ella y el modo en el que llevamos a cabo las actividades cotidianas, como salir a comer, viajar e ir a la escuela o al trabajo.

Si una madre y un padre tienen claros problemas en su relación, irremediablemente eso se verá reflejado en el modo en que educan y orientan a su hijo y, de igual manera, éste generará síntomas que aparecerán como muestra clara de lo anterior. No olvidemos que los hijos son el síntoma de los padres y desde que somos muy pequeños, todos y cada uno de nosotros tiene un lugar muy particular y significativo en el deseo de la madre.

Es por este motivo que también apuntamos a conocer la manera en que los jóvenes habían visto la relación de los padres y hasta qué punto eso pudo llegar a influir en el modo de amar a sus parejas sentimentales. No es de extrañarse que un número considerable de ocasiones, podamos darnos cuenta de que inconscientemente repetimos el mismo patrón de comportamiento que nuestros progenitores, junto con las posibles consecuencias que eso lleva implícito desde el comienzo.

Una madre abnegada y sufriente y un padre terrible y perverso. Mucha madre y padre ausente… Suelen ser la combinación que destaca fuertemente en nuestro contexto e imposibilita, la mayoría de las veces, que pueda hacerse algo para modificar ciertos patrones de conducta y algunos estereotipos que marcan caminos a seguir en el advenimiento de cada uno de nosotros como sujetos sociales y, por sobre todo lo anterior, libidinales.

Hombre: Pues a mí antes me costaba mucho trabajo pensar en la posible influencia que había tenido en mi persona el modo en que desde pequeño me educaron y me costaba trabajo pensar en que iba a estar al lado de una persona que fuera tan parecida a mi mamá. Pero ahora que lo reflexiono y con estas cosas que estamos trabajando, la verdad es que es muy cierto todo lo que plantea el Psicoanálisis. Yo sí crecí mucho con esta figura de un hombre molesto, enojado, con quien no se puede hablar, que era mi padre; y con la imagen de una mujer abnegada, entregada a su familia y a sus hijos y constantemente preocupada porque su marido no la fuera a abandonar. Si bien, existen algunas cosas que para nada entran en la relación de casi dos años que llevo con mi novia, sí hay otras que, de plano, “me dejan de a seis”.

Mujer: Es que sí es bastante cierto. Ahora sí puedo aceptar aquello de lo que durante mucho tiempo no me quise dar cuenta. Mi madre me escoge los novios (Ríe). Antes no lo podía creer y algo que debo reconocer es que mi papá sí prefiere mantenerse al margen. No porque no me quiera ni se interese en las cosas que me pasan, más bien él sí creció con una educación en la que se dice que los hombres son meno afectivos y poco emotivos. A mi papá le basta con decirme que en la casa no quiere ver a mis novios y si en algún momento llego a presentarle a uno, que sea con el que me voy a casar o no tiene ningún caso. Una vez pasó que me encontró en la calle con mi ex-novio y sólo se me quedó mirando. En ese momento, casi por inercia, supe que tenía que dejar a mi novio ahí e irme con mi papá. No acepto que mi papá o la imagen que tengo de él influyan mucho en el tipo de novios que tengo, pero sí es verdad que al menos los tres últimos sí se parecían muchísimo a él, principalmente en sus actitudes. Mi papá es muy serio y tranquilo, pero cuando lo haces enojar entonces sí todos a correr y fíjate que mi novio anterior era justo así. Con el que ando ahorita todo es muy diferente: Me lleva a muchos lugares, salimos a comer y así. Lo quiero mucho y me gusta cómo me trata.

Ven el noviazgo como una especie de ritual en el que hombres y mujeres experimentan sus sentimientos amorosos hacia el otro sexo y es una oportunidad para aprender a reconocer intereses y deseos individuales. Dicen que en este juego, desde que son adolescentes, tratan de ensayar su identidad sexual y sus futuros roles.

Destaca el hecho de que el noviazgo se inicia con la frescura de la edad, algunas veces de forma meditada y otras espontáneas, pero no carece de riesgos y temores para los jóvenes, porque expone su personalidad. El noviazgo tiene diferentes momentos, la etapa de atracción y encantamiento, pasando por la amistad, donde se empiezan a vivir sentimientos de intimidad, cercanía y se definen las normas y los alcances de la relación; y finalmente los rituales (una flor, una frase, un beso robado, etcétera) que dan inicio al noviazgo.

Los jóvenes, principalmente para las mujeres implicadas en esta investigación, cuando se enamoran, se vuelven románticos, e idealizan y buscan la cercanía constante. Con el tiempo esta etapa concluye porque no cumple con las expectativas y se termina la relación amorosa; o se trasforma en un compromiso de mayor duración.

Mencionaron la existencia de muchos tipos de noviazgo, algunos de los cuales se viven como un juego, mientras otros son más cercanos y profundos e hicieron énfasis en que todavía en siglo XX, los padres arreglaban los matrimonios, y buscaban pareja para sus hijos e hijas. Se sienten afortunados de que hoy puedan elegir a sus parejas amorosas y en esa libertad, entregar voluntariamente su intimidad a una sola persona. Aunque en este último punto de la exclusividad en el amor para estar sólo un cuerpo con alma y espíritu no estuvieron tan de acuerdo y las opiniones se disiparon.

Mujer: “Lo que se supone aprendes es que, en la vida del niño, hasta que llega a la adolescencia, los pilares que sustentan y definen su comportamiento son los padres, la escuela-amigos-profesores y él mismo y su forma de procesar las influencias anteriores. Se supone que la importancia de los padres es casi absoluta al principio de la vida del niño y, conforme va yendo a la escuela y sale con otros niños el porcentaje de importancia se reduce. Si alguno de los pilares falla, el niño puede buscar apoyo en los otros dos. Si fallan dos puede haber bastantes más problemas. Y si fallan los tres...”

Hombre: “A decir verdad esto no modifica gran cosa de lo dicho al principio. Eso que era tan obvio. Cuando no encuentra nada estable a su alrededor (sus padres están poco en casa, tiene varias canguros, le cuidan los abuelos y pasan algunos días en la guardería), el niño desarrolla más rápido la capacidad de adaptación al cambio. Se hace fuerte para equilibrar las carencias externas. Pero me gustaría puntualizar. Los niños son los mayores experimentadores del mundo. Con sus actos, con sus palabras, con sus miradas, siempre están preguntándose cosas. Cuando después de varios experimentos obtienen siempre la misma respuesta, como buenos científicos se dan cuenta de que por ahí ya no hay nada más que descubrir... de momento Cuestionan por instinto porque la evolución les ha dicho que tienen que aprender rápido y si el entorno es cambiante experimentarán con él hallando sus respuestas, las adecuadas para cada situación. Enseguida sabrán que hay cosas que el abuelo les permite pero mamá no. No hay nada de extraño en eso. Es sólo instinto de supervivencia. Completamente natural”.

Estuvieron de acuerdo en que el noviazgo es una relación social aceptada, acordada y con reconocimiento social para experimentar e intercambiar no solo palabras dulces, sino además el contacto corporal a través de besos, caricias y abrazos. En el noviazgo se experimenta la confianza e intimidad de permanecer juntos y durante largas conversaciones se intercambiar sentimientos amorosos y se comparten problemas, escolares y familiares.

Dieron una gran importancia al hecho de seducir a la pareja. Para ellos, la música desempeña un papel fundamental en el enamoramiento; en la seducción entra en juego la estética de los cuerpos y por supuesto los accesorios y la ropa de moda. En el caso de las mujeres el noviazgo es una experiencia que permite probar su seguridad, porque también corren el riesgo de relacionarse con hombres que las violenta o las hostigan.

Piensan que desde siempre han existido parejas como historias de amor y cada una va creando, construyendo o reconstruyendo su historia de amor. Hombres y mujeres aman desde diferentes lugares, con proyectos de amor similares. Apuntaron que mientras las mujeres poseen la cultura del amor romántico, los hombres se alimentan de la pasión y cada uno lleva a la pareja su fantasía que puede o no coincidir con la realidad. Así, los principales ingredientes del amor son: intimidad, pasión y compromiso, tres elementos que constituyen el triángulo equilibrado del amor. La intimidad tiene que ver con la comunicación, el acercamiento, el respeto y el valor hacia la persona que se ama; con buscar su bienestar y con sentimientos de felicidad junto a ella o a él.

Argumentaron que aunque la intimidad fortalece los vínculos amorosos y brinda la seguridad de contar con la persona amada en los momentos difíciles, es también uno de los principales motivos por los que aparecen los celos en los vínculos románticos entre los jóvenes. Ven a la pasión como segundo componente del triángulo del amor. Es el deseo intenso de unión con el otro; es la pasión por estar juntos, es la locura donde no hay tiempo y espacio, es lo inestable; es la fascinación del uno con la otra.

Sin embargo, puntualizaron que las parejas pueden experimentar el predominio de un sentimiento sobre otro, pero entonces no se estaría hablando de amor, puede ser cualquier otro vínculo pero no el amor, que vive a plenitud los tres elementos. Por ejemplo: Si el componente de la relación es sólo la intimidad, entonces son amigos. Es una relación en que la intimidad es muy valiosa, pero no existe pasión, tampoco compromiso, entonces son dos buenos amigos, porque no existe el amor, a pesar de la proximidad, la unión y el cariño.

Por otro lado, apuntaron, cuando en una relación de pareja predomina la pasión, se esta hablando de los amantes, que se encuentran unidos por el apasionamiento, no hay intimidad, menos compromiso. Son relaciones que generalmente desaparecen en cuanto se apaga el fuego de la pasión, desde su punto de vista, pero en las que también pueden verse claros indicios de celos y sentimiento de propiedad que pueden provenir de ambas partes y puntos del vínculo amoroso o pasional que se entabló.

Hombre: Yo sí soy muy celoso… Excesivamente, digamos (Ríe). Es que cuando estás junto a una persona a quien quieres, pues de entrada quieres que sólo sea para ti y no puedes imaginar que esté con alguien más y ni siquiera que halla otros hombres que la miren con deseo y muchas ganas de llevársela a la cama. Yo me doy cuenta que eso es algo que desde que somos muy pequeños nos ocurre. Yo recuerdo que a mi papá sí llegué a alucinarlo porque yo quería tener a mi mamá sólo para mí y –habré tenido como unos seis o siete años– pero sí fantaseaba mucho con esto de que él se fuera y nos dejara en la casa sólo a nosotros. Con mis hermanas también soy sumamente celoso. Me acuerdo que cuando la que es mayor que yo llevó a su primer novio a la casa, me enojé mucho y comencé a decirle a mis tías que estaba bien feo y que le dijeran a mi hermana que lo dejara. Todo cambió cuando llegué a la adolescencia y comencé a tener mis primeras novias, ya no me fijaba tanto en las cosas que pasaban en mi casa, sino que les ponía más atención a ellas y eso mejoró considerablemente mi punto de vista sobre lo que es tener una mujer y amplío mucho mi panorama… pero la verdad es que sigo siendo muy, muy, muy celoso (Rié).

Mujer: “Mi novio es muy enojón. Llevo con él tres años. Yo creo que somos una relación estable, aunque sí hubo unas épocas en las que teníamos muchos problemas. Con esto de los celos… Cuando yo era muy chiquita me acuerdo que veía que mi mamá a veces hostigaba mucho a mi papá y lo celaba. Él también le daba motivos y varias veces le fue infiel. Yo con mi novio, para no tener que atravesar por lo mismo, desde el principio le puse las cosas muy en claro. A mí no me van a traer loca con esas idioteces de los celos y las demás cosas que a los estúpidos les gusta hacer para sentirse más hombres… Lo que sea que eso signifique en nuestro contexto. Si no está feliz conmigo, pues obvio que me va a doler mucho y que voy a quererlo matar, pero de verdad se puede ir con quien quiera pues de ninguna manera está atado a mí, y como he decidido renunciar a la maternidad, pues no existe ni existirá algo que nos ate. Siento que a un hombre no se le detiene con “una panza” ni con obligaciones ficticias. Si él se quiere largar lo va a hacer. Yo soy muy libre y me gusta tener mi propio espacio.

Lo cierto es que, en la medida que hombres y mujeres se acerquen entre sí y sean más receptivos a las necesidades emocionales, a la intimidad y la comunicación con la persona amada, el amor consumado estará más próximo a lograrse y mantenerse en equilibrio, que es el balance necesario entre la intimidad y la independencia. Resulta evidente, tomando como base los testimonios vertidos hasta este punto, que es certero lo que apuntaba Octavio Paz al decir que "el jardín del enamoramiento es una parte del camino, no la meta".

Hubo opiniones que afirmaron que el amor surge poco a poco. Estos jóvenes definen al amor como entendimiento, satisfacción recíproca, la necesidad de estar con el otro, ser puro, desapegado y darse sin esperar nada a cambio.

Se debe analizar el proceso de formación de la pareja partiendo del enamoramiento, que es un evento discontinuo, explosivo y extraordinario. No todas las parejas se forman de esta manera. Hay parejas basadas en la atracción erótica, el placer de estar juntos, el hábito, la ayuda recíproca y la necesidad económica, pero el mecanismo fundamental con el que en la vida adulta se forman los vínculos amorosos fuertes es el enamoramiento. Estos vínculos pueden resistir traumas, conflictos y decepciones.

Piensan que el enamoramiento, aunque luego se desvanecerá, hace pensar que se amará para siempre. Se contempla un mundo maravilloso y parece que la persona amada no tiene defectos. Este vínculo, a diferencia del que existe entre los padres, hijos y hermanos, está por construirse y por realizarse. La persona enamorada se siente interiormente obligada a comprometerse; en el caso de los jóvenes, el compromiso es volátil aunque serio, cambiante, por eso el amor no es sólo placer, sentimiento y pasión, sino también compromiso, juramento y promesa. Es un proyecto de edificación que se propone durar. Es el creador del nacimiento de la más pequeña comunidad posible, formada por sólo dos personas. Es el renacimiento del sujeto porque, siguiendo a Lacan, no puede haber ningún sujeto sin lenguaje, cultura y lazo social.

De la convivencia a los hechos

Como hemos visto a o largo de este trabajo, el amor y los celos están íntimamente relacionados, ya que quien ama permanece habitualmente en estado de alerta hacia la otra persona. Los celos en pequeñas dosis son saludables e incluso pueden calificarse de románticos pero cuando son excesivos pueden resultar enfermizos y llegar a causar irremediable dolor.

En este sentido, los jóvenes participantes en esta investigación consideraron que los celos surgen en aquellas personas inseguras que no confían en que su pareja sea capaz de quererlas y de serles fieles sólo a ellas. Destacaron que cuando una persona tiene la autoestima por los suelos, le resulta difícil llegar a creer que alguien pueda fijarse en ella, por lo que empiezan las dudas y se llegan a ver traiciones donde realmente no las hay.

Sostuvieron que el principal problema de las personas celosas es que su curación es prácticamente imposible, aunque sí que se puede alcanzar un cierto control. La mejor vía de dominar los celos es hablar abiertamente de ellos a la persona que se los provoca y al especialista. En toda relación es fácil que se produzcan los irremediables celos por temor a perder al ser querido, pero uno debe ser capaz de controlarlos para lograr ser feliz. Y es que la persona celosa difícilmente puede ser feliz, ya que sus deseos por controlar a su pareja continuamente y sospechar de cada uno de sus actos imposibilitan esta opción.

Y es que ven al pensamiento como una de las "máquinas" más creativas que existen y que actúa de forma automática. Cuando un sujeto permite que los celos se manifiesten en su forma de ser y comportarse, su carácter se ve dominado por ciertas ideas falsas o verdaderas. La persona en cuestión puede empezar a ver cosas que no son ciertas, llegando a acusar a otras personas sin tener pruebas.

Los celos son, como hemos dicho, la falta de confianza en uno mismo y en la pareja. Al hablar de este punto con los estudiantes del último semestre de la Licenciatura en Psicología de la UNAM, refirieron que los celos son principalmente una actitud obsesiva que encadena situaciones innecesarias que se pueden evitar bajo un adecuado análisis. En muchos casos, la persona celosa actúa impulsivamente, de forma inadecuada con la pareja, y una vez que se ha dado cuenta del error que ha cometido se arrepiente y se disculpa. No obstante, el tiempo va pasando y el error se vuelve a cometer, lo que sin duda llega a deteriorar una relación. Consideran que las personas celosas deben identificar si existen realmente razones para sentir celos. En caso de que existan motivos para expresarse de tal forma, éstos se deben expresar inmediatamente a la otra persona, con la finalidad de evitar malos entendidos y un deterioro en la relación. Así, una serie de recomendaciones pueden ayudar al sujeto celoso, pero siempre que él mismo desee con todas sus fuerzas acabar con esta actitud obsesiva.

Mujer: Quien diga que no es celoso y está enamorado miente. Para mi los celos y el amor van unidos. He oído de todo: que si los celos esconden una necesidad oculta de ser infiel, que si esto, lo otro… La verdad es que soy celosa, pero también conozco mis defectos. Y aparte de ser celosa, soy muy insegura y tengo baja la autoestima. Por lo tanto, si estoy con mi novio, por ejemplo, tomando algo en un antro y mira a una chica, me siento mal. Si lo veo hablando con otra persona, me siento mal, etcétera. ¿Quieren saber por qué? Pues porque el ser humano es así. Me da miedo que hayan rivales, el no ser suficiente para él y que me deje por otra me atormenta. No lo considero en mi caso algo enfermizo, pero si puedo decir que soy celosa. Soy así y no voy a cambiar. Hasta ahora he tenido suerte porque los hombres con los que he estado no me lo reprochaban ni me hacían sentir mal. La mayoría de las personas que conozco, cuando me dicen: “Yo no soy celoso”, siento que son personas que se nota que no están enamoradas. Gente muy “pasota” y que realmente nunca han visto en peligro sus relaciones, suelen mentir en mi opinión… Pero es extraño lo que me ocurre a mi: Soy celosa pero no me gustan los hombres celosos, supongo que será porque odio que desconfíen de mi (Rié).

Hombre: “Cada vez que mi novia me menciona algo sobre otro chavo me molesto. Me molesta que entable conversación con otros hombres… Sólo digo lo que siento, nunca dije que estuviera bien. Es cuando me doy cuenta que soy celoso. Y “de a madres”. No es que quiera golpear al tipo que me platica ella, sino que me pone triste aunque ella me diga que solo me ama a mí. Por ejemplo, ayer le hablé por teléfono y después de rato comencé a molestarla sobre que siempre la perseguían los chavos antes de que fuéramos novios. Igual y se molestó, pero colgamos y todo bien. Me sentí mal por haberla molestado y le llamé de nuevo para decirle lo que no le dejé muy en claro: que la amo y que la he extrañado mucho. Entonces me dice que ella también y algo así como: “ah ¿ya te dije? Ya tengo quién va por mí después del Servicio Social).” Le pregunté y me respondió que es un chavo que ella conoce, no me acuerdo del nombre, y pues supongo que son amigos. Se que me ama, pero aun así me quedé serio hasta que colgamos de nuevo, me sentí muy mal. Se que no debería de sentir celos… ¡Pero los siento y mucho!”

Al plantearse la creencia, bastante extendida desde siempre, de que las mujeres son más celosas que los hombres, se dio el caso de que incluso los participantes se refirieran a estudios que desmitifican esta afirmación y señalan que esta actitud derivada de la inseguridad y de la obsesión es una problemática que nada tiene que ver con la distinción de sexos, sino que más bien está relacionada con el carácter de cada persona.

Lo que es evidente, destacaron, es que los celos siempre aparecen en las relaciones amorosas y cuando se presentan desigualdades notorias en la pareja, cuando se distingue claramente un dominador y un dominado, este sentimiento se hace aún más evidente.

Advirtieron que cuando los celos son simplemente pequeñas dosis de amor hacia la persona querida uno no debe preocuparse para nada de esta actitud, ya que es de lo más habitual e incluso enriquecedor en una relación, pero cuando se convierte en algo obsesivo lo mejor es acudir a un especialista que le ayude a combatir esta problemática. Sin duda, la sinceridad es otro de los puntos clave en la celosía, ya que una explicación a tiempo, aunque le resulte difícil, puede evitar que la pareja se rompa definitivamente. Así, puntualizaron que los problemas deben hablarse abiertamente, así como cualquier duda o sospecha que se tenga sobre la otra persona, antes que crearse unas ideas inamovibles sin tener motivos para ello.

Podemos sentenciar, tomando en cuenta la serie de ideas planteadas en el estudio y los testimonios vertidos por los jóvenes participantes en este estudio, que cuando se han mostrado celosos experimentaron sensaciones inherentes a su condición de seres humanos y, a la vez, manifestaron un comportamiento adquirido y heredado de nuestra cultura y modus vivendi.

Sostuvieron que las personas muy celosas son, frecuentemente, apasionadas, ansiosas, un poco sadomasoquistas y neuróticas, y proyectan en su entorno humano sus propias tendencias a la infidelidad. Buscan con avidez todas las pruebas de su presunto infortunio y se muestran refractarios a los argumentos racionales que les trasmiten las personas cercanas con las que se sinceran.

Mujer: “Nunca había sido celosa, pese a estar profundamente enamorada. La confianza, ciega o no, es el mejor remedio contra los celos. Y aunque puedan abusar de ella, pienso que sin confianza poco hay que construir. Tampoco he tenido nunca celos, de los amores pasados o presentes de algunos de mis ex. Y es que donde no hay sentimientos, pocos celos pueden haber. De la indiferencia no puede salir ningún tipo de aflicción por verlos con una mujer. Sin embargo, del amor salen las ranas que te revuelven el estómago si imaginas a quien amas en los brazos de otra. Por eso no entiendo los celos sin amor. Sin sentimientos. Que aún sin amar a una persona puedas estar celosa porque mire a otras. Porque tenga una inocente foto en el messenger de alguna mujer bonita, un póster en su cuarto, o le eche una mirada de lobo a una tipa que cruza la calle. Creo que estos tres años que he estado con mi actual novio, he aprendido a mirarme y a menos reflexionar sobre mis sentimientos. Y es que hay gestos que nos delatan, aunque nos empeñemos en negar con palabras. Pienso que sin sentimientos, no pueden haber celos”.

Hombre: “He pensado sobre por qué siento tantos celos. Realmente son por inseguridad. Yo se que ella me ama, es solo que me siento inseguro de mi mismo. Me di cuenta que estoy con ella por una equivocación, lo cual realmente no me importa, pero que si en un principio la hubieran dado a elegir entre mí o un tonto llamado Maximiliano yo no hubiera sido el escogido. Y es que me dio el complejo que siempre quise evitar… Sé que las mujeres los prefieren altos y esa es la principal razón por la cual no me atrevo a hablarle a las chavas. Me predispongo a que me rechacen y eso es patético. De hecho me acuerdo que cuando corría compitiendo con mis amigos, pues siempre me ganaban, en especial Eli. No era justo. ¡Por cada dos pasos que él daba, yo daba tres! Quizás eso me animó a seguir intentando. Ahora aunque no tengo mucha resistencia, puedo sacarle ventaja corriendo”.

Ante todo, advirtieron que si estamos siendo realmente engañados, la duda y la sospecha que abrigamos, antes de producirse la constatación de tal engaño, nos provocarán, sin duda, un desasosiego y dolor del todo similares, e incluso idénticos, a los que experimenta el celoso; pero conviene matizar: toda vez que la sospecha y la duda lo es de algo que efectivamente está teniendo lugar, antes denotan perspicacia que un carácter celoso.

Destacaron la frecuencia con la que la gente utiliza la expresión “celos infundados” sin advertir lo redundante de la misma. Los celos siempre son infundados. Unos celos fundados no son celos: son cuernos. Claro que también puede suceder que el que frecuentemente cela sin motivo, una vez acierte por casualidad. En este caso no habría que decir sino que ha puesto tanto empeño y terquedad en ser “cornudo” que, finalmente, lo ha conseguido.

Uno de los aspectos que llamaron nuestra atención fue el hecho de que conforme avanzaba el estudio y las sesiones del trabajo grupal, los jóvenes llegaron a sostener que los celos son un sentimiento, no una emoción ni una pasión. Dijeron que resultaba obvio que no fueran una emoción, pues las emociones, aunque intensas, son pasajeras y de breve duración. Dudaron, en cambio, que puedan ser considerados un sentimiento.

Los celos, es cierto, comparten con los sentimientos su carácter estable y duradero, pero a diferencia de éstos, tienen (me parece) la intensidad de las emociones. Y esto, un estado afectivo intenso y duradero, es precisamente lo característico de las pasiones, como señalan los propios psicólogos franceses, para añadir que la pasión transforma el mundo que tenemos delante, nos "ciega" sobre la realidad.

El celoso vive inmerso en un infierno de ansiedades y de temores: temor a ser abandonado, a perder aquellos beneficios de los que ha disfrutado hasta el momento presente, temor a que éste o aquélla, cualquiera, pueda resultar a ojos de la persona amada más interesante que él mismo, temor, en definitiva, a que lo que hasta ahora no ha sucedido vaya a suceder mañana o esté sucediendo en este preciso momento. Y a veces, irónicamente, sucede; y no tan irónicamente, si tenemos en cuenta que en la pasión del celoso no sólo se agota y se consume él, sino que agota y consume también al otro, quien, finalmente, puede optar por escapar de tal pesadilla utilizando, justamente, los medios que el celoso tanto temía: el engaño o el abandono.

Mujer: Si soy celosa. Creo que las personas celosas somos inseguras, dependiendo de tu nivel de inseguridad son tus celos. Básicamente es parte de una falta de comunicación y comprensión con tu pareja. Esto es importante ya que de esta forma conoces mejor a tu pareja y sabes hasta donde puede llegar. Los celos son una falta de confianza en ti mismo. Los celosos creemos que algo nos falta para tener al 100% a la pareja, por eso la "sobreprotejemos" con nuestros celos sin saber que éstos son los que nos distanciarán y pueden acabar con una relación. Es muy simple, es inseguridad, todo viene de que tanto crees en ti, que tan seguro eres de ti mismo, tengo varios amigos, que son celosísimos, por que, pues simple, ellos no confían en si mismos, piensan que va a llegar un tipo así galán, y les bajara a su novia, o de lana, o todo un poeta, etcétera. Pienso que si crees en tu pareja, si ella dice amarte, no pasara nada malo, y todo en esta vida se paga. Si eres una buena persona que nunca ha sido infiel, ya verás que con el tiempo te llegara tu recompensa. Los celos suelen ser por inseguridad. Cuando sientes que te pueden quitar algo que tú quieres mucho y te ves en desventaja y con posibilidades de que se lo lleven. Si tú tienes confianza en ti misma y en la otra persona, no tienes porque sentir celos. Pero si eres muy celosa puedes provocar cansancio en la otra persona y terminara dejándote por tus celos.

Hombre: “Me siento muy inseguro porque sé que físicamente no tengo mucho qué ofrecer. Sentimentalmente y todo eso que va después de la entrada de la apariencia, pues quizás más o menos. Entreno defensa personal para poder hacer a un lado esa desventaja y poder proteger a los demás y a mi mismo pero eso no me salva de que a veces no me tomen enserio. Igual y me la paso diciendo muchas estupideces últimamente, sé que tengo muchos defectos que debo corregir todavía. Solo quería desquitar que me siento muy celoso cuando mi novia me cuenta sobre otros chavos, porque sé que en el fondo igual le molesta mi modo de ser. A mí no me molesta, me molesta que los demás le tomen importancia. (Ríe) Me acuerdo que una vez me iba a suicidar por eso… ¡Qué locura habría sido! Sierre he creído que como hombre existen ciertas cosas que debes darle a una mujer y que ellas están esperando. Es increíble que después de un año de relación aún me sigan pasando estas cosas, que aunque he trabajado en diferentes lugares y psicoterapias incluso, al parecer no he podido superar. Quiero a mi novia, la amo muchísimo y no quiero perderla… Perdón si lloro.

Como vemos, los celos no nacen, ciertamente, del odio, sino del amor (y a veces ni siquiera necesariamente de un gran amor: basta con que en el celoso sea grande el afán de posesión). Ahora bien, no dudo que, como señala Espinosa, en el proceso mismo de celar se acabe generando odio hacia la persona amada, desde el momento en que los celos implican la sospecha del engaño y la traición. En consecuencia, me parece acertado suponer que el estado afectivo y de ánimo del celoso se mueve en la ambivalencia amor / odio, dibujando así uno de los tipos característicos de frustración por conflicto, a saber: aquel en el que algo nos atrae y nos repele al mismo tiempo. De este modo, al cuadro afectivo del celoso podemos añadir ahora la frustración, y con ella todos los sentimientos que la acompañan: rabia, tristeza, impotencia... y, no pocas veces, agresividad; una agresividad que puede volverse contra el celoso mismo o contra la persona a la que considera responsable de su frustración.

En cuanto a la envidia, supongo que es claro que se puede afirmar que quien experimenta celos siente envidia de aquél de quien sospecha que le ha arrebatado, o está a punto de arrebatarle, a aquella persona que él desearía poseer con carácter exclusivo; pero, con todo, existen diferencias sustanciales entre la envidia del celoso y la del envidioso en general.

La envidia del celoso se suscita porque la dicha y el bien del otro suponen, al tiempo, la desdicha y el mal propio. Al celoso le va mucho en lo que sucede (o en lo que supone que está sucediendo), y si envidia la fortuna del otro es debido a que ésta sólo puede labrarse sobre su propio infortunio. Su envidia no nace del odio o la malicia, sino de la desesperación causada por temor a perder lo que ama o lo que, en cualquier caso, no desea perder.

En cambio, el envidioso envidia aunque nada le vaya en ello, aunque el bien del otro no suponga una merma del propio, y aunque incluso, respecto a ese bien preciso, su caudal exceda al del envidiado. El celoso envidia porque siente que le han arrebatado algo que le pertenecía (con independencia de lo reprobable que esto pueda resultar en sí mismo); el envidioso lo hace porque no tolera el bien ajeno y no cree tener nunca suficiente del propio.

La envidia del celoso es cualquier cosa menos gratuita, en tanto que el envidioso, en no pocas ocasiones, envidia gratuitamente. En el celoso la envidia tiene un algo de nobleza de la que carece la ruindad del envidioso. Si los celos han de ser vistos como una de las formas de la envidia, creo que al menos deben considerarse como una de las modalidades más nobles de la misma. El celoso tiene derecho a envidiar, pero al envidioso (al menos en su estado puro) ninguna justificación le asiste. Los celos, en suma, constituyen la cara más noble y lícita de la envidia.

Puestos a buscar similitudes entre la envidia y los celos, aún habría que señalar otra: en ambas pasiones ocupa un papel relevante el sentimiento de inferioridad, y, con él, la duda sobre la propia valía. Esto es particularmente claro en el caso de la envidia, hasta el punto de constituir, seguramente, la clave explicativa de la misma, pero también puede sospecharse en el celoso.

Quien se sienta completamente seguro de sí hasta el punto de verse como una de las modalidades de la perfección, difícilmente incurrirá en el vicio o la debilidad de celar (lo que no resulta un obstáculo para que tal tipo de sujeto suela ser una de las variedades más comunes de cornudo).

Al vanidoso o al narcisista no les es fácil entender que alguien más que ellos pueda despertar algún interés erótico o amoroso, y acaso por eso, obligado a enfrentarse a hechos consumados, es seguramente el narcisista quien peor soporta el engaño o el abandono, y si el narcisismo llega al extremo de constituirse en un importante trastorno de la personalidad, mezclado con rasgos psicopáticos, la reacción puede ser violentamente impredecible.

Quien siente celos (creo yo) es porque piensa que aquél que los suscita es mejor que él, e incluso, en general, porque piensa que su pareja siempre puede encontrarse a alguien mejor, sea quien sea, y ello porque cualquiera se le antoja mejor que él mismo. De donde cabe concluir que los celos son inseparables de la inseguridad, de la falta de confianza y tal vez de un cierto grado de baja autoestima. Esto, que probablemente se da, en mayor o menor medida, en los celos que cabe calificar de «normales», resulta especialmente claro en el caso extremo de la celotipia.

En el delirio celotípico (una de las formas de la paranoia), la sospecha permanente se convierte en una forma de vida capaz de hundir en la desesperación no sólo al celoso, sino también a quien tiene la desgracia de tener que sufrirlo, y en tal delirio, además de la más que probable proyección (el mecanismo paranoico de defensa por excelencia) en la otra persona de los propios deseos de infidelidad, es seguro que subyace un profundo sentimiento de inferioridad.

Sigmund Freud consideraba que los celos son un recurso neurótico con el que se busca humillar y castigar a la pareja, porque mediante tal agresión consigue el celoso, siquiera por un momento, sentirse superior y por encima del otro, acrecentando, de éste modo, su sentimiento de personalidad. Esa es la razón por la que el celoso (al menos el celoso patológico) raramente tomará la decisión de separarse definitivamente de la persona objeto permanente de sus sospechas, porque tal persona es el instrumento mediante el que logra (a ratos) paliar su sentimiento de inferioridad.

CUANDO LOS CELOS SE CONFUNDEN CON AMOR

“Pasó el tiempo y logré que me amara y que dejara a su otra novia. Me costó mucho trabajo, pero para ese entonces ya teníamos un año de estar juntos. Cuando la relación comenzó a ser de dos solamente, me sentía amada; él decía que su antigua relación era pura costumbre, que ya estaba aburrido…”

Tengo 22 años y llevo una relación con mi novio desde hace ya dos años. En un principio era muy bonita, ya que nos divertíamos juntos y salíamos a todos lados, hasta que me enteré que tenía otra novia, que llevaba con ella ya seis años. Entonces, por mi coraje o tal vez por ser tan posesiva, me di a la tarea de conquistarlo más, trataba de tenerlo ocupado conmigo, que no se aburriera, darle detalles, los que fueran...

Pasó el tiempo y logré que me amara y que dejara a su otra novia. Me costó mucho trabajo, pero para ese entonces ya teníamos un año de estar juntos. Cuando la relación comenzó a ser de dos solamente, me sentía amada; él decía que su antigua relación era pura costumbre, que ya estaba aburrido.

Hasta que un día me di cuenta que estaba embarazada. Yo ya tenía dos meses de embarazo. La verdad es que no lo podía tener; tenía mucho miedo. Él me ayudó y pagó todo, siempre estuvo a mi lado, fue de las veces que lo he sentido muy cerca de mí. Él decía que ese niño no era de él, siempre lo ha negado. La verdad que hay veces que no entiendo su actitud.

Después entré a trabajar a una compañía. Me sentí más independiente; a él no le parecía que yo trabajara y estudiara al mismo tiempo, pero a mí me gustaba. Desde entonces él me empezó ha prohibir muchas cosas; dejé de ver a mis amistades, de salir a divertirme, e incluso me visto diferente, ya que a él no le gusta porque dice que enseño todo. Empecé a tenerle un poco de miedo. Me regaló un anillo, un solitario, como un presente de nuestro amor. Me gustó mucho; así como me hace sentir tan mal, al igual me hace sentir tan bien.

Como yo trabajaba con un amigo mío, que lo considero como mi hermano de toda la vida, desde pequeños, un día regresamos juntos del trabajo y veníamos de la mano. Una de las hermanas de mi novio por mala suerte me vio y le fue a contar a toda la familia. Ese día yo llegué a su casa después de la escuela. Estábamos viendo la televisión cuando su hermana le habló y le dijo lo que había pasado; él me corrió de su casa a patadas, me golpeó. Esa noche regresé a casa llorando y con el corazón destrozado, le conté a mi mamá, ella no lo podía creer, ni mis hermanas, así que me prohibieron verlo más.

Pasé como una semana sin saber nada de él, hasta que yo le hablé por teléfono y platicamos; me pidió perdón, me invitó a salir, acepté y terminamos por regresar, ya que yo lo amo demasiado. Lo perdoné.

Hoy en día mi madre no sabe que sigo con él. Los dos nos amamos, pero no sé qué pueda pasar en un futuro. No me gustaría casarme con él, ya que podría llegar a hacer lo mismo que antes, por sus celos. Él me sigue celando y últimamente si no peleamos no estamos bien. ¿Por qué sucede esto? No lo quiero perder. ¿La gente cambia cuando en verdad ama a su pareja? ¿Llegaré a ser feliz?

A MANERA DE CONCLUSIONES

"Si yo quisiera por ejemplo ahorita saltarme a los veintidós años, me saltaría de muchas experiencias. Tal vez voy a recibir ahora golpes que no sabré cómo afrontarlos. Pero ya iré viendo cómo resolverlos en ese etapa. La adolescencia te dejará lleno de experiencias que, al fin de cuentas, te hacen para siempre. Cuando pase, cuando se llegue a la edad adulta y a la vejez, no se querrá volver a ser nuevamente joven, sino a recordar las travesuras, lo pillos que fuimos cuando tuvimos esa edad".

RAÚL TENORIO. Juventud urbana.

“Por ser celoso sufro muchas veces más: porque soy celoso, porque me reprocho a mí mismo el hecho de serlo, porque temo que mis celos acaben por herir a la otra persona y porque me dejo dominar por una banalidad; sufro por sentirme excluido, por ser agresivo, por estar loco y por ser como todos los demás”.

MIGUEL OSCAR MENASSA. El sexo del amor.

Como hemos visto a lo largo de este trabajo, la sexualidad se organiza en el cuerpo en el cual se expresa en todas sus dimensiones. Hablar de sexualidad sin hacer referencia al cuerpo es caer en una sexualidad idealista, mítica, tal como la propuso Platón. Y saber del propio cuerpo equivale, en gran medida, a conocer el sentido de la existencia. De ahí que los cambios confundan e incluso lleguen a angustiar a las mujeres y a los varones en la adolescencia.

La pubertad no es la puerta que mágicamente se abre para permitir el ingreso a la sexualidad, puesto que el niño y la niña poseen una sexualidad igualmente inscrita en el cuerpo, que les ofrece experiencias placenteras. Sin embargo, es cierto que la pubertad termina por ser como un instante mágico que marca un momento muy especial de transmutación.

Tanto las mujeres como los varones requieren que los adultos realicen un acercamiento comprensivo e iluminador a los conflictos que el cuerpo les origina Ese cuerpo mutante que no debe su presencia significante tan sólo a los cambios propios de la edad sino a los valores, creencias y más representaciones que cada sujeto utiliza en la tarea de hacer presencia frente a los demás como mujer o varón.

La mayoría de las chicas se encuentra más o menos preparada para la primera regla. Saben de ella, la conocen de cerca. Por eso la esperan con una mezcla de sentimientos: ansiedad y deseo, temor y esperanza. Muy probablemente la forma como la mamá vive su regla servirá de referente para la hija. Si la mamá ha integrado la menstruación a su propia sexualidad y la ha asumido como una forma más de demostrar su feminidad y su capacidad de fecundación, es muy probable que la hija coloque en la regla que está por llegar más ilusión y expectativas de bienestar que de malestar o rechazo. Por el contrario, si hay una madre que con cada regla pierde su ecuanimidad, que con los cólicos menstruales no hace otra cosa que rechazar abierta y frontalmente parte de su feminidad, es muy probable que para la hija el advenimiento de su primera regla no sea precisamente un acontecimiento agradable y enriquecedor sino, al revés, algo desechable, sucio, conflictivo y hasta terrorífico.

El cuerpo es, para la chica, su palabra, su discurso y también el camino a través del cual transita su deseo y el de los otros. Un cuerpo erotizado a partir del nacimiento y cuyas manifestaciones en la adolescencia son importantes para llegar al espacio de los otros. Desde esta perspectiva, la adolescente debe adecuar su cuerpo al modelo vigente en el medio: talla, formas, medidas, ritmo y cadencia de los movimientos destinados a capturar la mirada del otro. Aunque ya comenzó en la niñez, en la adolescencia la sensualidad ocupa un lugar primordial en la vida de las chicas. Hasta se podría afirmar que representa como el gran indicador del ingreso en este nuevo período.

Para las jóvenes, la construcción de una forma personal de sensualidad constituye una tarea básica puesto que es la forma a través de la cual ellas disfrutan de su sexualidad, al tiempo que se aseguran de que son o no son aceptadas en el mundo de los otros. Lo sensual es llamada e invitación. El vestido, el maquillaje, el tono de voz, las posturas se sensualizan en mayor o menor grado no como una pura estrategia de presencia sino como una forma privilegiada de expresión de la feminidad.

La construcción de la virilidad recorre similares caminos. Pero parecería que a los jóvenes les angustia más ciertas partes del cuerpo y algunas de sus características. Tanto la feminidad como la masculinidad se construyen más con fantasías que con realidades. Creencias, suposiciones, mitos y prejuicios que intervienen en la constitución de la sexualidad determinan en gran medida las actitudes de los adolescentes frente a su cuerpo. Ellos saben que las chicas poseen un modelo de varón ideal y que tratan de establecer relaciones con chicos que, de alguna manera, se acercan a esa imagen. Pero, sin duda, el tamaño y características externas de los genitales han constituido siempre los lugares privilegiados para los temores y fantasías de los varones. Por eso no dudan en compararse entre ellos porque prejuzgan que una verdadera masculinidad, llena de potencia y aseguradora de éxito sexual con la pareja del gozo se ubica, por ejemplo, en el tamaño del pene.

Los celos son un sentimiento, un estado de ánimo o una condición emocional especial que puede traducirse en vivencias personales más o menos intensas y en respuestas comportamentales distintas. Algunas personas experimentan cortos cambios de humor, otras registran una complicada reacción psicosomática a base de ansiedad, rabia y palpitaciones; en casos extremos los celos pueden convertirse en el síntoma preponderante de la vida afectiva del sujeto, hasta adquirir las características patológicas de delirio o paranoia.

Algunos psicoanalistas afirman que los celos guardan estrecha relación con la debilidad o con la pérdida de seguridad. En este caso, el impulso amoroso puede nacer como intento inconsciente de superar una insatisfacción íntima, una inseguridad inconsciente: a través del amor el sujeto “incorpora” otro YO, extendiendo y reforzando el propio. Pero en realidad la desconfianza en sí mismo se halla aún presente y puede aflorar en forma de miedo al abandono o celos. En tales casos el Otro, el Rival real o imaginario se convierte en termino de referencia en una confrontación perdedora, en cuanto se halla contaminada por la certeza de la propia insuficiencia. La convicción de haber sido traicionado puede ser irracional e inmotivada, dado que las condiciones externas constituyen un pretexto para reafirmar la propia indignidad.

Esta forma de celos nace de la infidelidad, que el sujeto celoso vive siempre de igual forma, aunque con apariencias distintas. La infidelidad puede ser inconscientemente deseada o realmente llevada a cabo por parte del sujeto celoso. En este caso la proyección representa un mecanismo psíquico defensivo en relación a los propios impulsos volubles y desleales.

De aquí nacen actitudes generalizadas de desprecio hacia el otro sexo.

La posesión exclusiva del objeto de amor refleja la regresión al deseo infantil de ser amado en lugar del deseo de amar. En este caso el amor es sobre todo necesidad de afirmación, especialmente en la esfera sexual: no se siente interés por el compañero como tal, sino por la relación de este último hacia el propio sujeto. En la necesidad de afirmación del amor absoluto del Otro se manifiesta una dependencia psicológica que esconde una profunda incapacidad interna de autoexpresión.

El sujeto en cuestión busca en su compañero seguridad, serenidad, fuerza, reconocimiento y gratificación y para obtenerlos puede manifestar comportamientos impetuosos, solemnes, pasionales y arrolladores, pero manipuladores y poco adultos.

Si consideramos los celos desde el punto de vista de la especie animal y de la especie humana nos daremos cuenta de que las cosas no son al fin y al cabo tan distintas. El macho defiende a la hembra de la intrusión de los rivales, porque se deja llevar por el instinto de territorialidad.

El territorio es lugar de supervivencia y debe defenderse: esto es válido también para la hembra, terreno simbólico gracias al cual la especie se reproduce y sobrevive.

Desde el punto de vista de la hembra, el tema de los celos como supervivencia asume otro significado y ello es muy evidente en algunas especies animales: entre los monos, por ejemplo, es frecuente observar un comportamiento de seducción y celos hacia el macho más fuerte de la manada, que puede garantizar mayor protección y seguridad a la prole.

Acreditados estudios en el campo del psicoanálisis interpretan los celos como una expresión de homosexualidad reprimida. En tal caso el sujeto celoso rechaza la propia homosexualidad latente, relegándola a su inconsciente; el odio hacia el “rival” se utiliza como mecanismo de defensa frente a un sentimiento de atracción amorosa.

Durante la fase más avanzada de la infancia el niño invierta en el interés sexual hacía sus padres cierta cantidad de energía psíquica.

Generalmente el varón se enamora de la madre y la niña del padre. La resolución positiva de las complicadas relaciones con las figuras de los padres es decisiva para el posterior desarrollo de la personalidad del niño así como para las sucesivas modalidades de relación con los dos sexos.

Más tarde, durante el período de latencia, aparecen otros tipos de actividades e intereses al margen de los padres que suelen dejar a un lado el problema.

Al llegar la pubertad, no obstante, la situación edípica originaria vuelve a presentarse y es superada mediante la orientación apropiada de los intereses hacia otros objetos de amor sin aparente referencia a los padres.

Algunos psicoanalistas reconocen en la situación edipica el arquetipo de toda la vida adulta: las modalidades de relación con los dos sexos tendrían por tanto motivaciones inconscientes muy lejanas en el tiempo.

Las personas que han quedado emocionalmente estancadas en una difícil experiencia infantil tienen miedo de reviviría y de ser abandonadas y manifiestan celos incluso injustificados: haga lo que haga y diga lo que diga el compañero, tenderán a no creerle.

El llamado delirio de celos es una forma patológica que aparece sin una aparente motivación externa y que persiste a pesar de que las pruebas y los hechos demuestren de forma clara e incuestionable la inconsistencia de tal afirmación.

Los celos delirantes se convierten en estos casos en el síntoma dominante de toda la vida afectiva del sujeto y éste busca continuamente pruebas y signos de la traición y el engaño del compañero.

El alcoholismo crónico se caracteriza frecuentemente por la aparición de esta modalidad de comportamiento, que se distingue por una sucesión de preguntas y sospechas, rabia contenida o explosiva, suposiciones y confirmaciones, sobresaltos y escenas.

Un estudio norteamericano ha demostrado que más del 33% de las parejas sufre de celos y casi la mitad de los encuestados los consideran una consecuencia inevitable del amor verdadero.

Si bien los celos son normales y naturales en la conducta humana, existe un lado oscuro en estas pasiones: los celos patológicos. Corresponden a personalidades limítrofes y pueden tener trágicas consecuencias, tanto en quien los padece, como en el objeto de la obsesión.

Una persona patológicamente celosa cree que es dueña de los sentimientos de su pareja, rompiendo el equilibrio que supone la unión de dos personas iguales. Ahí comienzan los celos que, paulatinamente, van socavando la personalidad y bienestar de ambos.

La falta de amor genera en los niños, por lo general, ansiedad, lo que supone adultos histéricos y/o neuróticos: creadores inconcientes de celos como enfermedad.

Estos son generalmente permanentes y de diferentes órdenes. El celoso reclama sacrificio, pero no es capaz de sacrificarse y es egoísta, porque desea ser amado incondicionalmente. De ahí que el niño necesita cariño y respaldo como fuerzas creadoras, para asentarse en el mundo adulto sin problemas.

El celoso comienza por exigir en el plano sexual, para luego derivar a exigencias de ideas y espiritualidad, para más tarde requerir lo económico, parasitando en la vida del otro, tomando para sí la vida ajena. Las personas con alteraciones en la tiroides suelen presentar celos patológicos, relacionados con cambios drásticos del carácter y conducta. La disfunción tiroidal puede traer consigo manifestaciones somáticas, como dolores musculares, genitales y cardíacos. Pero lo más importante son las alteraciones mentales, entendidas como obsesiones, manías y neurosis.

Entre otros trastornos mentales relacionados con los celos patológicos está el delirante paranoide, que corresponde a un estado de elevación de la conciencia del Yo, con gran tendencia a la autorreferencia y a la proyección de las propias ideas en los demás.

En una peligrosa forma de psicosis paranoide, el tema central lo constituyen los celos sexuales delirantes. Los celos tienen una compleja sicopatología y los celos patológicos se presentan en diversas situaciones, incluyendo la paranoia conyugal (síndrome de Otelo), limitada al delirio de celos que involucra a la pareja. La angustia a la que se ve sometida una persona celosa deriva rápidamente en ira. La persona acusa, espía o sigue insistentemente a su pareja, con el fin de demostrar la infidelidad, llegando a registrar su ropa en busca de evidencia o a malinterpretar acciones que justifiquen su sospecha. La agresión física se transforma, en estos casos, en un peligro real.

Como resultado de la relación entre dos personas con este trastorno se genera la psicosis de inducción, resultante de compartir y aceptar como reales los delirios de una de las personas involucradas, transformando la relación en una fuente inagotable de recursos que justifiquen los celos.

Hay personalidades que hacen más posible los celos patológicos, como la obsesiva, compulsiva, la gente con baja autoestima, pero también hay evidencia de que la gente con heridas cerebrales, como golpes, son más celosos; por ejemplo, los boxeadores o futbolistas. Hay estadísticas que muestran este vínculo, pero aún no se sabe por qué.

El problema no reside en el hecho de sentir celos, sino en la intensidad de los mismos, en su frecuencia, en si tienen una base justificada y en la manera en que éstos influyen en nuestra conducta. Los celos patológicos deben ser tratados con la ayuda de un profesional en una consulta psicológica, pero si la persona celosa no ha llegado a tal estado enfermizo, puede acudir a sencillas tácticas que le permitirán equilibrar su estado de ánimo y retomar la armonía en pareja que se basa en la ternura, la comprensión, la tolerancia y el respeto mutuo.

Con mucha frecuencia, el discurso oficial se refiere a la adolescencia y la juventud como a la generación del mañana, la que tendrá importancia cuando sustituya a la que actualmente ostenta el poder en sus diferentes manifestaciones. Con este discurso, el Estado y sus gobiernos pretenden justificar el abandono generalizado en el que viven mujeres y varones adolescentes y jóvenes. En la práctica, a las nuevas generaciones tan sólo se les ofrece un sistema educativo que no necesariamente responde a las exigencias de la contemporaneidad. Para ellos no existen servicios específicos de salud, de consultoría, de información sobre ellos mismos y de recreación. La mayoría de adolescentes y jóvenes del país vive en la pobreza.

En lo que respecta a la sexualidad, el Estado no ha hecho casi nada para educarlos e informarlos de manera oportuna y adecuada. El embarazo en la adolescencia, la maternidad prematura, el aborto y el suicidio siguen siendo los conflictos más importantes. Para adolescentes y jóvenes, los años transcurren como una acumulación dinámica y vívida de experiencias. La juventud es hoy su slogan. Mañana es otra edad: la adultez, la vejez y la misma muerte. No es posible dar un brinco sobre ella para vivir artificialmente una adultez que no les corresponde.

Reflexiones finales

“Cuando el corazón está herido, insatisfecho o inseguro, los celos pueden ser muy peligrosos para la salud integral”.

NORMA AVILÉS.

Los celos son un sentimiento humano, normal y en ocasiones muy gratos. No conocen edad, sexo o condición física o económica, se sienten desde la infancia hacia los padres, hermanos, amigos, compañeros, jefes y se agudizan enorme y peligrosamente cuando se sienten con relación a nuestra pareja.

La historia, las noticias, las novelas y la literatura nos revelan hechos dramáticos de asesinatos, violencia o suicidios relacionados con los controvertidos celos.

Este sentimiento que puede ser tan dulce, ya que refleja el amor, el deseo de ayudar, las ganas de compartir y vivir con alguien cada momento de la vida, puede llegar a ser la parte oscura del amor, cuando su motivación es la envidia, el temor a la soledad, la inseguridad y el sentido de posesión y control absoluto sobre una persona.

Ante una situación de celos, generalmente los hombres tienden a la violencia y las mujeres se consumen en la lamentación y autocompasión, pero los dos se sumen en una terrible depresión que ocasiona graves daños a la salud.

Pero ¿por qué se originan? Todos los seres humanos de forma natural tenemos necesidad de sentir que somos especiales para alguien. La palabra “te quiero” significa, por un lado el sentimiento de la otra persona hacia nosotros, pero por el otro, es símbolo de posesión, “te quiero, pero para mí”.

Los celos son normales y el riesgo de perder a la pareja existe siempre porque el ser humano vive en sociedad, se desarrolla en grupos y desarrolla múltiples relaciones a lo largo de su vida que cambian de grado de vinculación. Se manifiestan durante toda la vida, pero suelen ser muy peligrosos en la adolescencia, ya que esta etapa es de identificación, autoaceptación y experimentación de los primeros sentimientos sexuales y aunque generalmente el novio o novia de la adolescencia no va a ser la pareja definitiva, los jóvenes ponen todo su amor e ilusiones en esta relación.

El problema real de los celos, ni siquiera tiene que ver en muchos casos con el amor, sino con la posesión, la seguridad y la imagen social. Un hombre teme perder las atenciones y cuidados que le brinda su esposa y una mujer el apoyo económico que le da el hombre y bajo estas circunstancias los dos se revelan al abandono viven bajo situaciones verdaderamente desgastantes.

Por otro lado, es normal que tengamos miedo a la soledad, al olvido, a la traición, a la infidelidad o al abandono y más si se han tenido experiencias previas que nos hayan lastimado o nos lleven a desconfiar de la persona amada.

Los celos pueden ocasionar graves problemas en nuestra salud física, mental y social y pueden llegar a crear situaciones verdaderamente peligrosas con las que además, nuestra seguridad, libertad y vida estén en peligro. Algunos han llegado a situaciones tales como el que los hombres duden de su paternidad, las mujeres abandonen su hogar, se busquen evidencias de infidelidad aunque no las haya, ambos desarrollen adicciones y se realicen verdaderas escenas y “osos” delante de los supuestos rivales.

Los celos excesivos pueden llegar a provocar:

• Estrés de tal forma que repercuta en problemas digestivos, de insomnio, malestar general, dolores de cabeza y hasta cardíacos. • Mentalmente nos pueden afectar tanto que muchas personas han llegado a la obsesión, la violencia, los asesinatos o el suicidio. • Socialmente generan situaciones muy desgastantes que dañan severamente todo tipo de relación y productividad en nuestros grupos de relación, amigos, familias, escuelas o centros de trabajo.

Los celosos y celosas, son personas que sufren de privación de afecto, que se creen tratados injustamente y tienen sensaciones desgarradoras cuando aparece un contrincante imaginario o real, que según ellos recibe más atención. Los celosos inmediatamente se autocomparan, de devalúan a sí mismos y son capaces de hacer cosas ridículas basados en la falta de confianza en sí mismos y en el “honor herido”.

Quizá no haya mejor modo de terminar este escrito que con una alegoría, siempre dentro de los planteamientos propuestos por Alberto Gorri:

La respuesta obvia es que el problema no está solamente en enterarnos qué nos pasa y porqué, sino en ver qué podemos hacer con eso. Y cómo podemos enfrentarlo a diario con técnicas renovadoras, creativas, sorprender al otro y a nosotros mismos con recursos que nos permitan movilizar esas ansiedades profundas que nos provocan navegar aguas turbulentas donde los vínculos corren riesgos de atorarse en piedras o acantilados. Llegar pues allí donde la palabra no puede ser agente de cambio. Porque el cuerpo muchas veces se nieta a mentir. Y comprender finalmente que seguimos siendo únicos e irrepetibles, justamente como componentes de la gran riqueza grupal en acción, y no dentro de la ilusión del Todo pasivo y omnipotente que alguna vez creímos ser, como parte de una fantasía inevitable, pero de corta duración. Añorar ser el UNICO es por empezar, no poder entender finalmente cuál es nuestra propia situación dentro de la corriente vital de la que formamos parte. Y es conectarnos con la impotencia de pretender detener y encapsular lo incontrolable, el Otro, ahogándonos en ese mar imaginario y frustrante.146

146 GORRI Gorri, Alberto. Op. cit. pp. 164. BIBLIOHEMEROGRAFÍA

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7 92. VARGAS Pérez, Mario Alberto. Juventud y Modernidad actual: un abordaje desde el Psicoanálisis. Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales con Orientación en Psicología Social de Grupos e Instituciones, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, División de Ciencias Sociales y Humanidades, México, 1999, 474 pp. 93. VARGAS Prado, Carlos Alberto e Illescas Monterroso, César (asesor). ¡Vade retro televisión comercial y las películas de terror que trasmites y producen miedo en niños y niñas de primaria! ¡El poder de la teoría empírico – analítica te lo ordena! Tesis de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación con especialización en publicidad, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 2005, 246 pp. 94. VARGAS Prado, Carlos Alberto y Andrade Carreño, Alfredo (asesor). La formación de bandas juveniles al interior del Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Sur y su relación con las adicciones a las sustancias tóxicas de efectos estimulantes o depresivos y el desempeño escolar de 20 estudiantes del Bachillerato Universitario. El punto de vista psicosocial. Tesis de Maestría en Docencia para la Educación Media Superior (MADEMS) con especialización en Ciencias Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, México, 2007, 232 pp. 95. VARGAS Prado, Carlos Alberto y Menez Díaz, Judith Marina (revisora). El verso del perverso: Influencias psicológicas e ideológicas de los contenidos publicitarios de vinos y licores transmitidos por televisión en la construcción de la realidad social hecha por los adolescentes. Psicoanálisis de la Comunicación Colectiva. Tesis de Licenciatura en Psicología Clínica y de la Salud, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología, Coordinación de Psicología Clínica y de la Salud, México, 2008, 237 pp. 96. VARGAS Prado, Carlos Alberto. “El Psicoanálisis en la escritura de casos” en Revista Mexicana de Psicología. XV Congreso Mexicano de Psicología: “El trabajo del Psicólogo y su relación con otras ciencias”. Sociedad Mexicana

8 de Psicología, Universidad de Sonora, Número especial, (México, D. F., 1 de octubre de 2007, pp. 131, 132. 97. VISCIDO Bazán, Nilda María y Francisco Juan José Viola. Los celos: la violencia emotiva en su visión incipiente y sutil. Claridad, Argentina, 1983, 206 pp. 98. WICKENS, Andrew. Fundamentos de Biopsicología. 2ª. ed., Prentice Hall Interamericana, Buenos Aires, 2004, 565 pp.

Periódicos y revistas

1. CASTAÑEDA, Marina. “Homosexualidad. Lo que sabemos hoy” en Muy interesante. Año VIII, Núm. 28, (México, D. F., 15 de junio de 2002), pp. 10-14. 2. DUDET Lions, Claudette. “Maltrato psicológico en el enamoramiento” en Revista Mexicana de Psicología. Año XVII, Núm. 14, (Ciudad Universitaria, 1 de octubre de 1997), pp. 1-66. 3. FERNÁNDEZ Miralles, Esteban. “Los celos en Freud” en Revista del CPM. Congreso de CPM, Murcia, 2005, pp. 40-52. 4. SLOMAN, Aaron. Why Robots Will Have Emotions. University of Sussex, 1981, en prensa.

Videografía

Psicosis (Psycho). (1960), Director: Alfred Hitchcock. Distribuidora: Paramount Pictures. Protagonistas: Anthony Perkins, Janet Leigh, Vera Miles, Martin Balsam. 120’ aprox. Color. VHS.

9 Entrevistas

Georgina Zárate Vargas, profesora y psicoanalista, en entrevista exclusiva. Martes 3 de junio de 2008.

Conferencias

1. Las representaciones de la violencia. Mesa cuatro. Moderadora: Mtra. Aurea Blanca Aguilar Plata. Ponentes: Mtro. César Illescas Monterroso, Lic. Federico Dávalos Orozco, Dr. Francisco Peredo Castro. Lugar en que se llevó a cabo la conferencia: Sala Lucio Mendieta y Núñez en el edificio “F” de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Fecha del evento: Martes 20 de mayo de 2003. 2. VARGAS Prado, Carlos Alberto. Algo más que monos desnudos. Ponencia presentada en el II Congreso Internacional “La Psicología Frente a las Ciencias Sociales”. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, Facultad de Psicología, Ciudad Universitaria, 6 de junio de 2008. 3. VARGAS Prado, Carlos Alberto. De dividido por el goce a gozador sin ley. Ponencia presentada en el V Congreso de Investigación Formativa. Homenaje al Dr. Jerome Bruner. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología, Ciudad Universitaria, 20 de febrero de 2008. 4. VARGAS Prado, Carlos Alberto. Elementos para una crítica de la Investigación Social en el marco del Paradigma Alternativo. Ponencia presentada en el IV Congreso Internacional de Metodología de la Ciencia y de la Investigación para la Educación: La Metodología Frente a la Complejidad de lo Real. Asociación Mexicana de Metodología de la Ciencia y de la Investigación, Centro de Formación e Innovación Educativa del Instituto Politécnico Nacional, 26 de junio de 2008.

10 5. VARGAS Prado, Carlos Alberto. Freud con Lacan… y Kant con Sade. Ponencia presentada en el XXV Encuentro Nacional de Estudiantes y Pasantes de Filosofía: “Enlaces y rupturas”. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Facultad de Filosofía y Letras, 20 de mayo de 2008. 6. VARGAS Prado, Carlos Alberto. La estructura perversa en Psicoanálisis. Ponencia presentada en el VI Coloquio Nacional de Investigación Estudiantil en Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, Facultad de Psicología, Ciudad Universitaria, 10 de abril de 2008. 7. VARGAS Prado, Carlos Alberto. Lacan y la perversión. Conferencia Magistral presentada en el Encuentro Internacional A 89 Años de Pegan a un Niño. Más allá de la génesis de la perversión. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Psicología, Coordinación de Psicología Clínica, Ciudad Universitaria, 13 de octubre de 2008. 8. VARGAS Prado, Carlos Alberto. Principales aportaciones teóricas sobre el desarrollo de la adolescencia: Su aplicación en las aulas. Ponencia presentada en el VII Encuentro Nacional de Estudiantes de Pedagogía y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, Colegio de Pedagogos de México, A. C., Centro de Investigación y Asesoría Pedagógica, 17 de julio de 2008. 9. VARGAS Prado, Carlos Alberto. Sigmund Freud: Más allá de la conquista del inconsciente… (Des)Conocimiento y (re)significación del sujeto. Ponencia presentada en el Primer Coloquio Estudiantil de Filosofía. Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, Licenciatura en Filosofía, 23 de septiembre de 2008.

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