Fuerzas Armadas Y Constituciones
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BIBLIOTECA DEL CONGRESO NACIONAL DE CHILE DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS, EXTENSIÓN Y PUBLICACIONES LAS FUERZAS ARMADAS EN EL DEBATE DE LAS CONSTITUCIONES DE 1833, 1925 Y 1980 DEPESEX/BCN/SERIE ESTUDIOS AÑO XI, Nº 256 SANTIAGO DE CHILE JULIO DE 2001 TABLA DE CONTENIDOS INTRODUCCIÓN. .................................................................................................................... 1 1. LAS FF.AA. Y LA CONSTITUCIÓN DE 1833. ................................................................ 1 2. LAS FF.AA. Y LA CONSTITUCIÓN DE 1925. .............................................................. 10 3. LAS FF.AA. Y LA CONSTITUCIÓN DE 1980. .............................................................. 19 CONCLUSIONES ................................................................................................................... 26 FUENTES CONSULTADAS ................................................................................................. 29 Biblioteca del Congreso Nacional de Chile - Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones Las Fuerzas Armadas en el debate de las Constituciones de 1833, 1925 y 1980 Estudio elaborado por David Vásquez. Introducción. Este trabajo desarrolla el tema de la deliberación1 de las Fuerzas Armadas en las discusiones en torno a las Constituciones de 1833, 1925 y 1980. Las fuentes principales para recoger dicho debate han sido las actas de las comisiones o convenciones convocadas para la elaboración de los respectivos códigos, además de las opiniones y análisis de juristas, comentaristas e historiadores. 1. Las FF.AA. y la Constitución de 1833. El estado de desorden e incertidumbre a que había llegado la vida política del país terminando la década de 1820 –tres Constituciones y dos Reglamentos Orgánicos en 7 años–, culminó con el enfrentamiento armado entre pipiolos (liberales) y pelucones (conservadores) a fines de 1829. La Constitución de 1828 no logró dar cauce político al conflicto entre las distintas agrupaciones: pelucones, federalistas, estanqueros, o’higginistas que conformaban la 1 El concepto deliberación significa, de acuerdo al Diccionario de la Academia, “considerar atenta y detenidamente el pro y el contra de los motivos de una decisión, antes de adoptarla…”. Cuando hablamos de la deliberación militar nos referimos al cuestionamiento de las decisiones políticas de los gobernantes civiles, por Biblioteca del Congreso Nacional de Chile - Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones 2 oposición, y el bando pipiolo en el gobierno encabezado por el Vicepresidente y finalmente Presidente de la República general Francisco Antonio Pinto, cuyos líderes tampoco fueron capaces de sobreponerse a la disputa de facciones y de enfrentar el poderío económico y militar de sus opositores. La Constitución de 1828 debe ser reconocida como una carta liberal, coherente con las ideas de su tiempo, pero no con la confusa realidad política del país. Finalmente, fue por la violación flagrante a la propia Constitución llevada a cabo por los propios liberales, al desconocer los resultados de la elección del vicepresidente en las elecciones de 1829, que las fuerzas militares del sur, acatando las resoluciones de la Asamblea Provincial de Concepción y la de Maule, marcharon hacia Santiago, en octubre de 1829. El enfrentamiento concluyó en la batalla de Lircay, en abril de 1830. El triunfo militar del sector conservador sobre el bando liberal, significó el establecimiento de un régimen político basado en el respeto y mantenimiento estricto del orden y el ejercicio severo e impersonal de la autoridad. El principal responsable de la nueva arquitectura constitucional fue Diego Portales. El principal logro del Presidente Joaquín Prieto (1831-1841) y su ministro Diego Portales, consistió en establecer un nuevo equilibrio político, llenando el vacío de poder producido por la guerra civil con una institucionalidad eminentemente civilista, poniendo fin a la incertidumbre y a las facciones caudillistas y militares, dentro de un marco de negociación entre el mundo militar y el civil, representados por el Presidente y su ministro como fórmula de consenso. El instrumento que se dio el nuevo gobierno fue la reforma a la Constitución de 1828, desbordada como ya vimos por la lucha política, que significó la estructuración de un marco de sometimiento de las fuerzas militares al poder civil, idea promovida por Diego Portales. El contexto lo señala el constitucionalista Alejandro Silva Bascuñán: parte de personal perteneciente a institutos armados que desacata esas decisiones o las toma en forma autónoma, además de su participación –como instituciones– en actividades políticas. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile - Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones 3 “La Constitución de 1833 representa uno de los aportes básicos que, para dar solidez a la nueva organización republicana, realiza el binomio formado por el Presidente Prieto y por su ministro Portales, símbolos uno y otro del entendimiento producido entre el poder militar y el civil que resultaba indispensable concretar y apoyar…”.2 El espíritu que trasuntaba la experiencia constitucional inspirada por Portales tenía sus raíces en la experiencia colonial de administración centralizada, vertical y autoritaria, requisitos que para el ministro resultaban indispensables a la hora de reordenar el país. Conocidos son sus argumentos en este sentido, apelando a la necesidad de fomentar la virtud, la educación cívica, el ejercicio impersonal del poder, la confianza en las clases dominantes como depositarias naturales de la capacidad de gobernar, además del orden y la probidad como virtudes centrales de todo servidor público. La nueva Constitución fue elaborada por una Convención conformada por parlamentarios y algunos notables hombres de derecho, como don Mariano Egaña, hombre de confianza de Portales y autor del proyecto sobre el cual la Convención trabajó durante 80 sesiones, entre octubre de 1831 y mayo de 1833. La revisión de dichas sesiones no arroja información respecto a la discusión específica del tema militar, salvo algunas transcripciones de artículos de prensa que se refieren a aspectos como el fuero militar ante los tribunales de justicia.3 En forma breve nos referiremos a las reformas más importantes respecto al status de las fuerzas armadas entre el texto constitucional de 1828 y el de 1833 para, posteriormente, mencionar las medidas políticas y administrativas que adoptó el ministro Portales y que apuntaban a consagrar el sometimiento de los militares al poder civil.4 2 Silva Bascuñán, Alejandro. Las Fuerzas Armadas en la Constitución. Revista de Derecho Público N° 37-38 enero-diciembre 1985, Facultad de Derecho, Universidad de Chile, p. 126 3 Sesiones de los Cuerpos Legislativos 1811 a 1845, recopiladas por Valentín Letelier. Tomo XXI, Gran Convención y Cámara de Senadores (1831-1833), Santiago, Imprenta Cervantes, 1901. 4 El tema de la relación entre poder militar y poder civil ya se venía discutiendo en textos constitucionales anteriores, pero no nos referiremos a ellos dada su corta duración en el contexto de anarquía político-militar predominante. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile - Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones 4 En la Constitución de 18285 podemos leer, en el Capítulo VII “Del Poder Ejecutivo”: “Art. 85. Se prohibe al Poder Ejecutivo: 1° Mandar personalmente la fuerza armada de mar o tierra, sin previo permiso del Congreso, o en su receso, de las dos terceras partes de la Comisión Permanente”. Asimismo, la Constitución consideraba un Capítulo XI denominado “De la Fuerza Armada”, el cual, en el artículo 123, entregaba al Congreso, en virtud de sus atribuciones, la regulación del número, orden, disciplina y reemplazo de las fuerzas armadas de mar y tierra. En la Constitución de 1833, el capítulo dedicado a las Fuerzas Armadas fue suprimido. Además, el Presidente no requirió de la aprobación del Congreso para disponer de las fuerzas de mar y tierra, organizarlas y distribuirlas según su criterio, cuestión que sí se estipulaba en la anterior Carta (Artículo 83 N° 10). La aprobación del Senado o de la Comisión Conservadora (equivalente a la Comisión Permanente de la Carta de 1828) se mantuvo para la disposición N° 17 del artículo 82, cual era mandar personalmente las fuerzas de mar y tierra. Sin embargo, la incorporación, dentro de las disposiciones generales, del artículo N° 157, vino a establecer constitucionalmente por primera vez el estatuto de subordinación de los militares al poder civil. Dice el artículo: “La fuerza pública es esencialmente obediente. Ningún cuerpo armado puede deliberar”. El modelo de relaciones cívico-militares inaugurado por Diego Portales comenzó a estructurarse desde el triunfo pelucón de Lircay. Como consecuencia de aquel desenlace militar, el ejército pipiolo encabezado por el general Ramón Freire fue purgado de más de 200 oficiales que “…debieron abandonar las filas sin pensión de retiro, de los cuales 5 eran oficiales generales: Ramón Freire y Serrano, Francisco Antonio Pinto Díaz, Juan Gregorio 5 Las citas de los textos constitucionales corresponden a: Luis Valencia Avaria, Anales de la República, tomo I, Imprenta Universitaria, 1951. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile - Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones 5 de las Heras de la Gacha y los generales de brigada José Manuel Borgoño Núñez y Francisco de la Lastra de la Sotta”.6 La estricta disposición fue seguida de la disolución de los batallones de línea Chacabuco, Concepción y Pudeto,