INVESTIGACIÓN HISTÓRICA I Leprosería de La Espina en el Concejo de AT los Apuntes estadísticos sobre Beneficencia, publicados por la Dirección general de Admi­ nistración en 1919, figuran Establecimientos E destinados al cuidado de los leprosos en España, donde existían ya en el siglo xm. Los leprosos de Santa María de Bazar, en la feli­ gresía de la Espina y coto de Mirallo, en el Concejo de Salas, gozaron, desde el año 1229, de exención de car­ gas y tributos por privilegio de Alfonso IX, concedido en Tineo a 30 de julio-de aquel año. Este privilegio fué confirmado por los reyes suce­ sivos hasta Carlos V, que lo hizo en Valladolid a 28 de febrero de 1520, y según la inserción defectuosa hecha en éste, dice así: "A. dei gratia rex Legión totis qui beas istas víde- rit salutem, sapiatis quod ego quito suos ornes de lepro- sis de Bacal ele toto foro et de tota facendaria et de nos- tra moneta et quitos super contriberit yra mea habebit et quantum inuaserit dupla nita nec demandet eis jan- tare nec meum nec alios ominis. Data in Tineo XXX die Jullii era millessima ducentissima sesagessima sép­ tima. " En la confirmación de Alfonso X dispone que los leprosos que habían de gozar del privilegio fuesen cator­ ce : dos clérigos y doce legos. En la de 1427 se les llama 2 10 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA "los gafos de Santa María de Bacar de la Espina". En 1248 el Convento de los leprosos de Bazar recibe en do­ nación, como tal entidad, una tierra en Piero, con obliga­ ción de celebrar aniversario por los donantes. En 1426 los hombres y mujeres leprosos y leprosas de la Orden de Santa María de Bazar tenían costumbre de juntarse en el Palacio de la Orden con Diego Menén- dez de Salas, su abad. En esta fecha se obligó Juan Al­ fonso a hacer, reparar y techar el Palacio a la redonda, todo de piedra y barro hasta el techo, poniendo las made­ ras necesarias dentro de seis años y doscientas tejas en cada uno durante su vida, arreglando, a su costa, las puertas y ventanas. La Orden le daría, en cambio, una ración igual a la de los leprosos, un almallo de los me­ jores de las vacas de la Orden, más la panadería del Convento a la mujer de Juan Alfonso, para que la sir­ viese conforme a la costumbre de la Institución. Ciertos leprosos de la Malatería, por sí y en nombre de todos los demás, otorgaban escrituras de foro de las tierras y hacienda que poseía el Hospital. Los contratos se hacían en su Palacio con licencia del Abad; la renta se había de entregar el día de San Martín, y cuando se cobraba en escanda, había de ser "pisada e guardada de fuego e de agua". Estos aforamientos son del siglo xvi. Otorgaban también trueques de fincas con las mismas formalidades. De los bienes que el Hospital poseía existían apeos desde 1405. Su propiedad la defendía de las intrusio­ nes abusivas que los colindantes intentaron, obteniendo sentencias a su favor. En la que ganaron en 1817 cons­ tan, los terrenos, que entonces le pertenecían en la juris­ dicción de Mirallo, que eran los siguientes: "desde el ojo de la fuente de Acebo, según corta la agua que nace de la dicha fuente hasta el río y pasa por el lugar de Mirallo abajo, todo el término hacia Perluces entera­ mente, laborías, prados, heredades, castañares y árbo­ les, o sea todo el término manso y bravo, según corta el LEPROSERÍA DE LA ESPINA EN EL CONCEJO DE SALAS II agua de dicha fuente, hasta el término de Perluces y el camino de los molinos." Esta hacienda estaba arrendada, y la labraban ve­ cinos de Mirallo, pagando la renta correspondiente al Hospital. De ella tomaron posesión los malatos y el Ad­ ministrador, nombrado por el único patrono de la Ins­ titución, don Francisco de Valdés Osorio. Tenía también tierras el Hospital en el lugar de Arganza, jurisdicción del Concejo de Tineo, aforadas en 1618 a los vecinos por el Abad de la Malatería. Otras en el lugar de Brañalong-a, con un molino en el mismo Concejo de Tineo, aforadas en 1654 y 1698, y otras en el de Boura, aforadas en 1684. Mucha de la hacienda del Hospital andaba oculta, y alguna había sido enajenada. Para rescatarla se obtuvo, en 1696, una Paulina del Nuncio, que se leyó en las parroquias del distrito de la Malatería. De las declaraciones prestadas a consecuencia de esta lectura, resultaba que más de la mitad del lugar de la Espina era del Hospital, teniendo varias fincas pro indiviso con otros llevadores. Entre los 144 testigos citan muchas fincas: prados, montes, vegas, molinos, satos, laborías, batanes, solares y casas. Sobre la presentación del beneficio curado de de la Espina se convinieron en 1697 doña Ana María Enríquez, marquesa de Mirallo, y el Monaste­ rio de Benedictinos de , en que le nombra­ rían alternativamente. De algunas tierras que estaban detentadas por par­ ticulares se hizo devolución al Hospital previo auto del provisor de Oviedo, declarando que le pertenecían. En 1700 la Casa de Salas gana una Ejecutoria con­ tra Luis de Miranda sobre el cercado hecho por éste en el lugar de la Espina, que le fué mandado demoler. En­ tre las declaraciones hechas en este pleito consta que pertenecía al Conde de Miranda el patronato y presen­ tación de la Malatería de la Espina. En 1703 aún exis­ tía el cercado; pero el Miranda, respetando la Ejecuto- 12 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA ría, concierta con la Casa que se la consintiesen hasta levantar frutos y pastos. De la hacienda propia del Hospital se hizo apeo en 1405 por el licenciado Llamazares, en ocho hojas. Otro en 1630, en 22 hojas, ante el notario Diego de Pronga; y otro en 1696, en 118 hojas. Era costumbre entre los que deseaban entrar en la leprosería hacer una dona­ ción a la misma para mejor conseguir su ingreso, ale­ gando padecer el mal de San Lázaro y hacer la dona­ ción por amor al Santo. Esta consistía en renta de gra­ nos, impuestos sobre fincas del clonante, generalmente en cantidades mínimas: un copín, un toledano, media ochava, un celemín, una libra de cera, etc., pagados por San Martín. A fines del siglo xvn tenía el Hospital más de ochenta fanegas de grano de renta, la mayor parte en escanda. A pesar de la concordia otorgada por la Marquesa de Mirallo y los Benedictinos, todas las informaciones posteriores coinciden en que el Señor de la Casa de Sa­ las era patrono in solidum de la leprosería, y en todo tiempo nombraba cura que sirviese el beneficio de San­ ta María de Bazar y mayordomo de la Malatería. Este, cuando había algún leproso en el distrito, eonstándole por certificación médica que padecía tal enfermedad, daba cédula al leproso para que le admitiesen en el Hospi­ tal, y en su virtud el cura y ministros le recibían, dán­ dole la ración ordinaria. Si éste sanaba, "como solía acontecer", era despedido, "para que no se gastase la hacienda de los pobres leprosos con los que no lo eran". Nombraba el mayordomo empleados y criados de la leprosería: oficiales, panadero, carpintero y sirvien­ tes ; más doce hombres labradores y pecheros, llamados prestameros, los cuales, por antiguos privilegios reales, tenía el Hospital para su servicio, amparo y ayuda, con obligación de darle cada uno cierta cantidad de pan y leña, por cuyo abono quedaban exentos de los tributos que pagaban los demás pecheros del Concejo de Salas. LEPROSERÍA DE LA ESPINA EX EL CONCEJO DE SALAS 13 Contra este privilegio recurrieron los demás pecheros, suscitándose un pleito ante el Consejo de Hacienda, que no llegó a fallarse. En la actualidad el Patronato de Santa María de Ba­ zar, perteneciente a la Casa de Mirallo, ha desapare­ cido; la documentación que en ésta se conserva de la leprosería es incompleta, y no suministra más datos que los resumidos en las notas anteriores, faltando de aqué­ lla lo que sería más interesante para conocer el régimen primitivo de estas asociaciones o comunidades de en­ fermos instituidas con carácter benéfico, seguramen­ te en el siglo xn, o sea el Libro de las Constituciones y Estatuto de la Hermandad de leprosos, que existió, pero que no se conserva en mi archivo. EL DUQUE DE ALBA.

DOCUMENTOS /> In Dei nomine amen. Sabiant todos quantos esta carta uirent et oirent quod ego Gonsaluus / Pelaez et uxor mea María Diaz, vobis conuento de los malatos de Basxar heredamus uos et da / mus uos per redeptione animarum nostrarum una térra in uilla noniinata in Piero in locum predictum in illa / Frecha et est determi- nata de ambas las costeras de Pele Menendiz et de suas hermanas et de / illas fronteras pelas de filios de Roí Pelaez. Ista térra de dentro estos términos damus uobis por / amor de Dios et de Sancta María, que depues nos- tra f inalla uos la aiades pora sempre et stia / sempre in iur del conuento et cada año desque nos finarmus otro dia de San Marcio deuedes / fazer por nostras almas aniuersarium. Si quis tamen contra hoc nostrum factum temptare uel frange / re uenerit uel uenerimus tam nos quam nostri filii, qui talia comiserit sit maledictus a Deo et ha / beat nostram maledicionem ille et tota sua gene­ rado, super hoc pariter heredictatem in dup / pío in simi- 14 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA le loco tali. Super hoc pectet uobis C morabetinos et regi- aliud tantum exoluat. / Facta carta / in mense Julio era M CC LXXXVI. Regnante rege Fernando in Legione et in Castella, episcopo in Oueto / Roderico. Maiorino regís García Roderici. Tenente Salas Roderico Alfonzo. Judices in Salas Fernán González et / Marcio Roderici et Alcaydes Alvar Petri et Fernán Diaz. Ego Gonzalo Pelaez et ego Maria Diaz uobis / conuento de los mala- tos de Basxar, in hanc cartam manus nostras roboraui- mus et sigrium fecimus. / Quid ad hanc roboracionem presentes fuerunt Johan Lorenciz capellán. Suer Abril miles. Alfonsus / Abril et Menen Abril et Menen Pe­ laez et Suer Pelaez milites. Johan de Ualdes, Suer Pe­ laez presbiter, Suer / Alfonzo, Suer Fernandiz, Petro Pelaez et alii boni nomines qui uiderunt et audierunt in concilio de . / Laurencius Roderici notarius. Sepan quantos esta carta viren como nos los onbres e mulleres leprosos e leprosas de la ordene de Santa Ma­ ria de Bacar siendo ajuntados en el palacio de la dicha ordene con Diego Menendez de Salas nuestro abat, se- gund que lo avernos de uso e de costumbre por nos de la una parte eyo Juan Alfonso, morador en Pasadorio e yo Dominga Suares, sua muller e con licencia e otoridat el uno del otro que nos damos e otorgamos para esto que se adelante siegue por nos de la otra parte, por ende nos nartes solim dichas fasemos entre nos avencia e postura la una de nos partes con la otra firme e validera en todo para siempre en esta manera que se adelante siegue: que yo el dicho Juan Alfonso otorgo que he de facer e repa­ rar e techar el palacio de la ordene de Santa Maria de Bacar en esta manera: a la redonda todo de piedra e de barro fasta el techo fasta seis años primeros seguientes o antes si yo podier e mas otorg-o que hey de facer e re­ parar e techar todo el dicho palacio e de poner todos ca­ brios e ripios e pandas e toda la otra madera que al dicho palacio for menester fuera ende las estantes e vigas e pesladorias que foren menester dentro del dicho palacio LEPROSERÍA DE LA ESPINA EN EL CONCEJO DE SALAS 15 e la tubla de techo que me avedes de dar vos el dicho con­ bento dentro en el dicho palacio e yo el dicho Juan Al­ fonso ponerlo e adobarlo e techar donde complir e for menester e mas otorgo que después de complidos los di­ chos seis años que he de poner techada en el dicho pa­ lacio en cada hun año por en toda mia vida dos cientos de bona tubla nueva e que he de adobar eso mesmo las puer­ tas e ventanas del dicho palacio todo a mi costa e por es­ tas cosas sobre dichas que vos el dicho Juan Alfonso avedes de faser nos el dicho conbento otorgamos de dar a vos el dicho Juan Alfonso luego de mano e por en toda vuestra vida una ración en la dicha ordene tanto como a uno de nosotros de quanto venir a la duerna e mas vos avernos a dar luego de mano un almallo de los ine- llores que toviermos de las nuestras vacas para ayuda de faser la dicha obra e mas otorgamos que avernos de dar la nuestra panadería del dicho conbento a la dicha Dominga Suares vostra muller e ella que la ha de ser­ vir bien e lealmente segund uso e costumbre de la dicha ordene e no la serviendo segund devier que nos el dicho conbento que lie la podamos tomar e resgebir en nos e para la dicha ordene e nos el dicho Juan Alfonso e Do­ minga Suares, sua muller, asi rescebimos de vos la di­ cha ordene e conbento la dicha ración e panadería que nos fasedes e con las condiciones sobre dichas obligamos a nos e a todos nuestros bienes de complir e servir todo lo sobre dicho segund de suso dicho es, ambas las dichas partes otorgamos de tener e complir e guardar todo lo en esta carta contenido e de non ir nin pasar contra ello ni contra parte dello por nos ni por otro alguno en nues­ tro nombre en algund tiempo ni por alguna manera para siempre so pena de tres mili maravedises de real moneda que otorgamos que die e pague la una parte de nos que contra lo sobre dicho o contra parte dello for o pasar e lo non quesier complir para que les die e pague para si e para sus bienes a la otra parte de nos que para ello estovier e lo complir e la pena pagada o non, que toda- l6 BOLETÍN DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA vía que vala e sea firme todo lo contenido en esta dicha carta en todo e por todo so la dicha pena para siempre e queriendo ir o pasar contra ello o contra parte dello otorgamos que nos non vala en juisio nin fuera del nin en otra manera alguna, antes por esta carta rogamos e pedimos a qualesquier justicias o justicia de nuestro se­ ñor el Rey ante quien esta carta f or presentada e por par­ te de nos o de qualquier de nos for pedido cumplimiento della que la cumplan e fagan complir e levar a toda pura e devida esecucion segund que se en ella contiene, e porque esto sea cierto e no venga en dubda rogamos a Gutier Al­ vares, notario publico del Rey en la pobla e concello de Salas e en sus términos, que escreviese desto dos cartas para cada parte la suya e las signase de su signo que foe fecha e otorgada en el dicho palacio jueves dies e ocho dias del mes de Julio año del nascimiento de nuestro se­ ñor Jesucristo de mili e quatrocientos e vinte e seis años. Testigos que a esto forón presentes: Dieg"o Peres Pelite- ro, Menen Fernandes de Casaldeson, Pedro Juan de la Pereda, Martin Suares de Mallesa, e yo el dicho Gutier Alvares, notario público sobre dicho, fui presente a esto que dicho es en uno con los dichos testigos e por el dicho ruego escrevi esta carta e nonle enpiesca do va escripto e sobrerraydo en el primero rrenglon do clise María de que asi ha de desyr e yo el dicho notario lo pongo a salvo e fise aquí mió signo que es tal en testimonio de verdat.