Neevia Docconverter 5.1 El Tarot - 63 Edipo Creyó Vencer Al Vencer a La Esfi Nge
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En la carta número ocho podíamos ver al yin y el yang ella, lleva una corona dorada, pero en este caso le va en los platillos de la balanza de la Justicia, guardados mal, pues resulta incongruente con su cara de mona; la por una diosa de sabiduría imparcial que mantiene en impertinencia descuidada con la que sostiene la espada alto una espada. Aquí los vemos como animales vivos parece un remedo de cómo la Emperatriz sostiene su atrapados en un ingenio vigilado por un monstruo de cetro. Incluso las monstruosas alas rojas de la esfi nge, oscuros orígenes que sostiene una espada de manera sugieren aquellas “alas de ángel” que recordaba el descuidada y azarosa. Sea cual sea el poder que domina trono de la Emperatriz. El hecho de que la Rueda de la Rueda de la Fortuna, es evidente que es amoral. la Fortuna aparezca directamente debajo de la carta Guarda poca relación con la Justicia. Nos recuerda de la Emperatriz, viene a confi rmar la idea de que esta a aquel bufón que se burla de la autoridad del rey al esfi nge representa su aspecto sombrío. llevar puesta su corona. La madre esfi nge fue inmortalizada por el Esta criatura oscura con su dorada corona está mito de Edipo, donde sale al paso del héroe pidiéndole sentada sobre una plataforma, encima de la Rueda de soluciones a sus adivinanzas antes de permitirle la Fortuna, separado de la actividad de ésta. A pesar proseguir. Edipo resolvió con éxito la pregunta de que el monstruo guarda la Rueda, no le proporciona propuesta por la esfi nge, aunque no por eso redimió su fuerza motriz. Son las dos criaturas desesperadas las naturaleza instintiva del poder de la misma. Al igual que que le proveen de energía. Tradicionalmente es la labor del héroe liberar a las desesperadas víctimas del monstruoso destino, liberándolas del cautiverio sin matarlas ni lesionarlas. El primer paso en esta dirección es enfrentarse con la oscura criatura que está sentada sobre la Rueda, quien mantiene cautivas a estas dos bestias esclavizadas. Al igual que los dragones o animales mitológicos encargados de guardar un tesoro de logro difícil, estas criaturas son un conglomerado monstruoso de partes bestiales que representan una odiosa aberración del orden natural. Quizá simboliza el caos preexistente a la Creación. El animal que está desnudo aunque lleva una corona dorada sugiere que, a pesar de que su energía es primitiva, su poder es divino. Tiene cara de mico, cuerpo y cola de león; sus alas rojas de murciélago lo relacionan con la noche y con el Diablo, a quien encontraremos en la carta número quince. Ver una espada en m anos de semejante monstruo Edipo frente a la Esfi nge es alarmante, solamente su corona dorada nos deja entrever la esperanza de que esta extraña bestia tenga los desesperados animales que giran en la Rueda, Edipo algún aspecto redentor. De hecho, es una esfi nge. quedó atrapado en las garras del destino, víctima de su Ciertamente su rostro oscuro, casi travieso, no comportamiento instintivo y predestinado. Al matar se parece en nada al de su serena y dorada contraparte, a su padre (símbolo del orden masculino dominante) la familiar esfi nge egipcia. Son realmente opuestas. y casarse con su madre, la reina Yocasta (símbolo del Mientras que la esfi nge egipcia es un símbolo masculino principio legislador femenino), Edipo se identifi có con asociado al dios solar Horus, la esfi nge aquí dibujada el símbolo femenino, enterrando su masculinidad en el tiene apariencia femenina, similar a la esfi nge de la vientre de la Gran Madre. mitología griega que representa el principio de la madre Como resultado el hecho mítico, precisamente negativa. Sin duda el fatal opuesto de la Emperatriz, la por que Edipo supo responder al acertijo de la Esfi nge, madre positiva. ganó a Yocasta como recompensa. Resulta irónico Podemos ver a la criatura sentada encima de que Yocasta misma se convierta en la manifestación la Rueda como la parodia de la Emperatriz. Como humana del arquetipo de la Madre Devoradora que Neevia docConverter 5.1 El Tarot - 63 Edipo creyó vencer al vencer a la Esfi nge. Su intelecto estas desafortunadas criaturas. El círculo constante es superior fue castigado, pues los dioses son celosos de el ritmo preponderante de esta composición. comportamientos tan orgullosos como el suyo. En la Rueda de la Fortuna hay un gran número En los cuentos de hadas, el primer paso en la de opuestos: movimiento y estabilidad, trascendencia e búsqueda del héroe se representa universalmente como intrascendencia, lo temporal y lo eterno; todos trabajando un acto de desafío a la madre negativa. Tanto en la juntos. El amplio movimiento de su propósito exterior cultura oriental como en la occidental, el principio (su razón de ser) sería imposible sin la estabilidad de femenino se experimenta como un poder monstruoso su centro fi jo. En otras palabras, podríamos decir que e implacable que preside los giros de la fortuna de el centro de la Rueda representa la ley universal y el la humanidad. Dado que la Esfi nge del Tarot es tan borde exterior la aplicación individual. En el centro monstruosa, su sola presencia os advierte del destino se halla lo arquetípico o lo eterno y en el borde lo que aguarda a aquellos que osan elevarse por encima del resto de las criaturas y escapar así de la rueda del destino humano. Como toda hembra (sea diosa, bruja o humana) está llena de contradicciones. Por un lado se nos presenta con un trabajo heroico: la oportunidad de hallar el signifi cado de la vida más allá de un sistema movido por la energía animal. Por otro lado, nos distrae de nuestra búsqueda al envolvernos con sus adivinanzas, minando así nuestra fuerza vital. La Rueda de la Fortuna refl eja la paradoja de su gobernante. Las bestias cautivas deben recordarnos las limitaciones impuestas por nuestra naturaleza animal. Al mismo tiempo, nos ofrecen la oportunidad de trascender estas limitaciones, intercediendo, si hiciera falta, por nosotros. Podemos ver la Rueda de la Fortuna como un recipiente circular que contiene a toda la naturaleza dentro de unas fronteras preestablecidas, y como la fuente de energía mediante la cual podemos, concientemente, ir más allá de estas fronteras. Grabado medieval que muestra a dos brujas elaborando una poción La Rueda de la Fortuna es ante todo un sistema de fuerzas cuya esencia es el movimiento. Aquí específi co y lo efímero; en el centro lo subjetivo y lo la vida se nos representa como un proceso de constante ideal, y en la periferia o objetivo y lo real. Es como si transformación, que incluye a su vez integración y la necesidad primordial de creación divina, saliera a desintegración, generación y degeneración. Nada la superfi cie periférica con mil aspectos diferentes. El existe por sí mismo, todo se manifi esta y todo muere. centro pues, expresa la plenitud indiferenciada del puro No lo hace en una secuencia de tiempo determinada, ser, cuya esencia es inmutable e imperecedera, mientras sino de manera simultánea. que el borde ofrece modifi caciones, experiencias y Observemos que existe una correspondencia movimientos, todo ello a costa de una menor unidad. visual entre los animales que giran en la rueda y la rueda La Rueda de la Fortuna no está vacía. Está misma, fungiendo como ecos de ésta última, tanto en dividida en seis fragmentos que la dividen de manera su peso, forma y movimiento. La vista entra por el lado funcional, a la vez que su gráfi ca recuerda a una rueda derecho de la carta, pues entendemos que el animal solar, antiguo símbolo utilizado para describir la que “sube” es el “primero” y más “importante”, pues a fuerza vital divina. Seguramente no es casualidad que pesar de que nuestra lectura occidental es de izquierda las separaciones del interior de la Rueda formen la “I” a derecha, estamos condicionados a darles prioridad superpuesta a la “X”, que es el monograma griego para a las fi guras ascendentes. Así pues, nuestro recorrido Jesucristo. Esto último puede ser una representación nos lleva a través de la circunferencia de la rueda y del proceso de involución y generación, es decir, la nos mantiene ahí cautivos, de la misma manera que a clásica fórmula que expresa el descenso del espíritu NeeviaEl Tarot - 64 docConverter 5.1 sobre la materia. Después de girar la Rueda, veremos Los problemas que pertenecían al lado masculino de que los arcanos restantes nos van a mostrar los estadios la vida (Logos) ceden paso ahora a la pregunta básica siguientes: evolución y regeneración. Esto se entiende del instinto natural, que pertenece al reino del Eros, como el desprendimiento del espíritu de la materia, y el principio femenino. Ese cambio es el que aparece su consecuente ascenso a una nueva unidad celestial. representado en la onceava carta: la Fuerza. Aquí aparece por vez primera una mujer mortal como fi gura La rueda que gira ha sido en varias culturas central del drama. No es una diosa sentada inmóvil en símbolo del viaje interior hacia la conciencia. En la su trono, es un ser humano vestido según a la moda de fi losofía oriental se le conoce como Mandala; éste la época. Por supuesto, no es una mujer vulgar; está diagrama circular se viene utilizando desde hace domando a un león. El ala de su sombrero nos recuerda cientos de años como una ayuda para la meditación. al que llevaba el Mago. Como el Mago, debe poseer Seguramente los mandalas surgieron como intentos del poderes mágicos ya que, como él, representa una fi gura inconsciente de crear orden.