Historia, Viajes, Ciencias, Artes, Literatura
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HISTORIA, VIAJES, CIENCIAS, ARTES, LITERATURA CONSTANTINOPLA, EDMUNDO DE AMICIS. (CONTINUACIÓN). SANTA SOFÍA. Y ahora, si le es lícito á un humilde escritor de viajes invocar el auxilio de una musa, yo lo invoco juntas las manos, porque la mente mia se confunde «en presen cia del sujeto nobilísimo,» y los grandes lineamientos de la basílica bizantina se bambolean ante mis ojos cual imág-en que se reproduce en el cristal de agua inquieta y movediza. Inspíreme, pues, la musa; que santa Sofía me ilumine, y que el emperador Justiniano me perdone. Una hermosa mañana del mes de octubre, acompaña dos por un cavas turco del consulado italiano, y por un dragomán ó intérprete griego, nos dirigimos por fin á Visitar el «paraíso terrestre, el segundo firmamento, el carro de los querubines, el trono de la gloria de Dios, la maravilla de la tierra, el mayor templo del mundo después de San Pedro.» El último de cuyos calificativos, "-sépanlo mis amigos de Burgos, de Colonia, de Milán y ^e Florencia,—no es mío, ni siquiera me atreveré á pro barlo; sino que lo he citado con los demás, porque es una de las muchas expresiones consagradas por el entu siasmo de los griegos, que nuestro intérprete iba repi tiéndonos en el camino. Y ahora debo advertir que no al acaso, sino con propósito deliberado habíamos tomado por acompañantes un anciano cavas turco y un viejo dragomán griego, en la esperanza, que vimos realizada, Turca en la calle. T. V. (PniMERA SERIE). — T, I. (SEGUNDA SÉniE). — (!9. 546 EL MUNDO ILUSTRADO. de que en sus descripciones y en sus respectivas leyen de los muros, comunican al conjunto una vaga aparieri-,. das , veríamos chocarse las dos relig^iones; las dos histo cia de pagoda. ;En sus cuatro ángulos se levantan cuatro 1 rias; -entramhos pueblos; y que si el uno nos ensalzaba torrecillas redondas, con enrejadas ventanillas, ó mejor ? la iglesia, nos magnificaría el otro la mezquita,, de ma cuatro kiosquillos de forma por demás gentil, á lo/ nera que lográramos contemplar Santa Sofía, tal cual cuales corresponden en la parte superior del techo, otras debe ser contemplada, es decir, con un ojo de cristiano tantas esbeltas cupulillas, cada una de las cuales remata- y un ojo de musulmán. en una graciosa aguja, que forman corona á otra cúpu Mi espectacion era grande; mi curiosidad vivísima; y la de mayores dimensiones colocada en el centro. En sin embargo en tanto recorría el camino, iba pensando, cada uno de los cuatro muros ábrense dos elegantes como pienso aun, que no existe monumento alguno por hornacinas, intermediadas por un arco agudo, debajo más famoso que sea, y por más que tenga su fama legíti del cual una canilla da paso al agua que cae rumorosa mamente adquirida, cuya vista produzca en el ánimo una en una menuda concha. En torno del edificio^ como mo conmoción tan dulce é íntimamente placentera, como la tivo de ornamentación, corre una leyenda concebida en que se experimenta cuando se dirige el viajero á visitarlo. los siguientes términos:—«Esta fuente te revela suíedad Si tuviese que revivir una sola hora de todos los grandes en los siguientes versos del sultán Ahmed: vuelve la dias en que he visto alguna cosa notable, elegiría la que llave de esta fuente pura y cristalina, é invoca el nombre trascuTrió entre el instante en que dije:—Vamos—y el de Dios: bebe su agua fresca y trasparente, y ruega por momento en que llegaron á mi oido estas palabras: el sultán.» —Hemos llegado.—Sí, estas son las horas más bellas de El lindísimo edificio está todo construido de mármol los viajes. Al paso que se camina parece que se ensancha blanco, que apenas se aparece debajo de los infinitos el corazón para dar cabida al sentimiento de admiración adornos que cubren los muros, consistentes en arena y sorpresa que debe experimentarse al cabo de breves mo- ciones, hornacinas, columnillas, estrellas, polígonos,' nientos: retráense á la memoria los deseos de la primera cintas, bordados, labrados en mármol; adornos de oro juventud, que parecían sueños irrealizables: vese en sobre fondo azul; franjas caladas ciñendo las cúpulas; lontananza un anciano profesor de geografía, que des labores de taracea debajo de los techos; mosaicos de cien pués de haber señalado en el mapa de Europa el lugar colores; arabescos de mil formas que parece se empeñen donde se encuentra Constantinopla, traza eñ el espacio, en fijar nuestra mirada, y acaban realmente por irritar con una toma de rapé entre los dedos, los líneamíentos el sentido de la admiración. No hay un solo palmo que de la majestuosa basílica: se distingue la sala, el gabí- nó esté esculpido, miniado, adornado prolijamente. Es netíllo en que llegado el próximo invierno, se hará la un prodigio de gracia, de riqueza y de paciencia digno descripción del monumento, en medio de un círculo de de ponerse debajode una campana de cristal: algo que rostros maravillados é inmóviles: se oye resonar aquel no parece hecho simplemente para los ojos, sino también nombre de Santa Sofía en la cabeza, en el corazón, en los para otros sentidos; que deba tener un sabor, y se desee oidos, como el nombre de un ser viviente que os aguar chupar un gajo; un cofrecillo que se quisiera abrir, para da y os llama para revelaros un secreto importantísimo: verlo que encierra: si una diosa en miniatura, ó una vense aparecer arcos inmensos y pilastras prodigiosas perla enorme, ó una sortija hechizada. de edificios grandísimos que se pierden en el espacio; El tiempo ha empañado los dorados, confundido los y cuando se llega á pocos pasos de distancia en el lugar colores y ennegrecido los mármoles. ¿Qué seria, pues, que marca el término del camino, se experimenta un esta lindísima joya, cuando fué descubierta la vez pri placer indefinible en detenerse para contemplar un gui mera, nueva toda y deslumbrante, á los ojos del Salomón jarro, para seguir con la vista una lagartija que se del Bosforo, cumplen ahora ciento sesenta años? Pero esconde, para referir una anecdotilla, para ganar tiempo, ennegrecida y vieja como está, tiene aun la primacía . para retardar en suma la llegada de aquel instante por sobre todas las pequeñas maravillas de Constantinopla; el cual se ha suspirado durante veinte años consecutivos, siendo además un monumento tan completamente turco, y cuyo recuerdo se conservará en tanto dure la existen que visto una vez se fija para siempre más en la memo cia. De suerte que si se prescinde de las impresiones ria, en medio de aquel indeterminado grupo de imágenes que le preceden y de aquellas que le siguen, es muy que revolotean confundidas por la mente, cada vez que poco lo que resta de los tan ponderados placeres de la suena en el oido el nombre de Stambul, y forman como admiración. En rigor puede decirse que, por punto gene el fondo del cuadro oriental, sobre el cual moveráse ral, no son más que pura ilusión, de la cual surge una perpetuamente nuestro pensamiento. especie de desengaño, del cual nosotros, obstinados por Desde la fuente se distingue la mezquita de Santa naturaleza, hacemos brotar nuevas ilusiones. Sofía, que cierra íino de los lados de la plaza. La mezquita de Santa Sofía se levanta delante de la Su aspecto exteriornada ofrece de particular! Lo único entrada principal del antiguo Serrallo. que llama la atención son loS cuatro elevadisimos almi Sin embargo, lo primero que llama la atención al nares blancos, que sobre pedestales tamaños como casas, poner la planta en la plaza que se extiende delante del se elevan en los cuatro ángulos del edificio. La famosí Serrallo, no es la mezquita, sino la fuente famosa del sima cúpula semeja pequeña, pareciendo imposible que sultán Ahmed IIL sea aquella misma cúpula que se distingue redondeán Es indudablemente uno de los monumentos más ricos y dose en el espacio sobre el azul del firmamento, como la originales del arte turco. |Iás que un monumento es un cabeza de un gigante, desde Pera, desde el Bosforo, dije de mármol, que en un momento de amorosa locura desde el mar de Mármara y desde las colinas del Asia. colocó sobre la frente de su amada Stambul un sultán Consiste en una cúpula achatada, que flanquean otras enamorado. Creo que sólo una mujer es capaz de descri dos medias cúpulas, cubiertas de planchas de plomo, birlo cual se merece. La pluína de que dispongo no tiene coronada de aberturas, que se apoya sobre cuatro ro la finura y delicadeza necesarias para reproducir su lindí bustos paredones pintados á anchas fajas, blancas y sima imagen. Nadie dijeíá á-primera vista que es aque rosadas, sostenidos á su vez por medio de poderosos con llo una fuente. Afecta la forma de un templete cua trafuertes, en derredor de los cuales existen numerosos drado, que cubre y remata chinesca techumbre, cuyas edificios de reducidas dimensiones y mezquino aspecto, ondulaúas vertientes, extendiéndose más allá de la línea —baños, escuelas, mausoleos, hospicios, cocinas para EL MUNDO ILUSTRADO. 547 los pobres,—que ocultan la antigua forma arquitectónica El antiguo atrio ha desaparecido; el baptisterio se de la basílica. halla convertido en mausoleo de Mustafá y de Ibrahim I; Nada más se ve, pues, á primera vista, que una mole casi todos los demás pequeños edificios anexos á la inmensa, irregular, de color indeflnible, desnuda como iglesia griega, ó están destruidos, ú ocultos debajo de una fortaleza, no tan g-rande, en apariencia, que per nuevas construcciones, ó de tal manera trasformados, mita suponer á quien lo ignore, que en su interior se que es absolutamente imposible reconocerlos.