FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO El hábitat fortificado del cerro de la Cabeza del Oso (El Real de San Vicente, Toledo). Un modelo de control territorial durante la Prehistoria Reciente

Cabeza del Oso fortified settlement (El Real de San Vicente, Toledo). A territorial control model during Late Prehistory

Alberto Moraleda Olivares Arqueólogo, Tutor C.A. UNED Talavera [email protected]

Sergio de la Llave Muñoz Arqueólogo, Investigador Fundación Tagus [email protected]

RESUMEN Se presentan nuevas aportaciones y precisiones cronológicas sobre el uso, funcionalidad, siste- ma defensivo y papel territorial que desempeñaba el asentamiento en altura de la Cabeza del Oso en el contexto geográfi co que ocupa mediante la presentación de nuevas evidencias ar- queológicas y conclusiones extraídas de nuestras últimas investigaciones. El yacimiento plan- tea varias cuestiones sobre el poblamiento durante la Edad del Bronce y el Hierro I en la Sierra de San Vicente. El lugar es conocido desde antaño por lugareños, eruditos y arqueólogos. Pese a ello, las difi cultades que plantea la escasez de materiales en superfi cie y la ausencia de exca- vaciones sistemáticas en el lugar impiden un encuadre cronológico preciso del yacimiento. A través de una revisión bibliográfi ca y nuevas evidencias materiales que disponemos, realiza- mos nuevas precisiones que permiten ampliar su contexto cronocultural.

PALABRAS CLAVE Edad del Bronce, Edad del Hierro, Sierra de San Vicente, Asentamiento en altura, Recinto fortifi cado.

ABSTRACT We present new contributions and chronological details about the use, functionality, defense system and territorial role of the settlement of Cabeza del Oso, thanks to new archaeological discoveries from our latest investigations. This site deals with several issues about settlement patterns during the Bronze and Iron Age in the Sierra de San Vicente. Although the place is known since ancient times by locals, scholars and archaeologists, due to the few surface ma- terial and the absence of systematic excavations it is very diffi cult to give an accurate chrono- logical frame to the site. Through bibliographical research and new material evidence found, we made further clarifi cation that expand the chronocultural context.

KEY WORDS Bronze Age, Iron Age, San Vicente Mountains, Height settlement, Fortifi ed settlement.

194 EL HÁBITAT FORTIFICADO DEL CERRO DE LA CABEZA DEL OSO

INTRODUCCIÓN poblados con estructuras fortificadas en torno a las provincias de Toledo y Ávila (Rodríguez El asentamiento de la Cabeza del Oso se Almeida, 1955: 257-271). En citado trabajo encuentra enclavado al Norte de la provincia se hace referencia a diferentes estructuras y de Toledo, dentro de la comarca de la Sierra materiales documentados en superficie. Con de San Vicente, que delimita al Norte con el posterioridad se han realizado pequeñas re- valle del Tiétar y al Sur con las llanuras que ferencias recogidas en obras más generales forma el rio Tajo y sus afluentes. Las condi- por autores como Jiménez de Gregorio (1962: ciones geográficas del entorno han determi- 207-208). Sin embargo, habrá que esperar has- nado desde la prehistoria el poblamiento de ta 1992 para encontrar nuevamente un traba- la zona. Frente a los pobres suelos silíceos jo dedicado en exclusividad al asentamiento presentes en el Oso, se encuentran numerosos del Oso por parte de Carlos Barrio (1992: 301- valles con agua abundante en las proximida- 306), donde presenta nuevas estructuras y re- des, condicionando el modelo económico ba- afirma la existencia de materiales cerámicos sado en la explotación agropecuaria y forestal en superficie. del entorno. El volumen de información disponible en El yacimiento plantea varias cuestiones la actualidad sobre el tema en cuestión es in- sobre el poblamiento durante la Edad del suficiente, ya que tan solo contamos con refe- Bronce y el Hierro I en la Sierra de San Vi- rencias de carácter superficial que en ningún cente. El lugar es conocido desde antaño por caso permiten extraer conclusiones sobre la lugareños, eruditos y arqueólogos. Las pri- evolución del poblado de El Oso. Sirvan pues meras investigaciones sobre la existencia de los siguientes datos como nuevas aportacio- poblamiento durante la Prehistoria Reciente nes al estudio del asentamiento en altura que en la Cabeza del Oso fueron realizadas por aquí nos ocupa. Presentamos nuevas apor- Rodríguez Almeida, quien presentó varios taciones y precisiones cronológicas sobre el

Fig. 1. Vista de la Cabeza del Oso desde Cabeza Chica (Autores).

195 FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO uso, funcionalidad, sistema defensivo y papel dano de El Real de San Vicente está enclava- territorial que desempeñaba éste lugar dentro do en la zona meridional de la comarca de de su el contexto geográfico, mediante la pre- la Sierra de San Vicente, a unos 22 km al ne sentación de nuevas evidencias arqueológicas de . El contexto geoló- y conclusiones extraídas de nuestras últimas gico está caracterizado por la presencia de investigaciones. No obstante, las aportacio- afloramientos graníticos con modelados re- nes aquí expuestas deben ser interpretadas y dondeados típicos de contextos de faldas y estudiadas pormenorizadamente en futuros piedemontes, si bien en las zonas bajas, junto trabajos mediante otros postulados. a las cuencas de algunos de los colectores que descienden desde la vertiente meridional de LOCALIZACIÓN la sierra, es posible detectar niveles de terra- za con entidad agropecuaria. La comarca de la Sierra de San Vicente se Se trata de un territorio que marca la tran- encuentra en el sector no de la provincia de sición entre la amplia franja que representa Toledo (Jiménez de Gregorio, 1991). Se trata la Fosa del Tajo, al s, y el valle del Tiétar, al n. de un macizo o batolito granítico de origen De hecho, las cotas del Cerro del Obispo (779 herciniano a modo de estribo del sector de m), Cerro del Castillo (789 m) o el Cerro de la Gredos en el Sistema Central (Doblas, Capo- Cabeza del Oso (1101 m) representan los pri- te y Casquet, 1983: 27-38; Mapa Geológico de meros hitos fisiográficos de estos conjuntos España, Hoja 602: 16-24). El municipio tole- montañosos según nos desplazamos hacia el

Fig. 2. Localización del cerro de la Cabeza del Oso (Autores).

196 Fig. 4 Vías de comunicación y elementos de la Prehistoria Reciente en torno a la Sierra de San Vicente (Autores). FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO definitiva, las condiciones físicas del entorno lítico, como es el caso de Cabañuelas, en Ta- posibilitan un enorme control visual del terri- lavera de la Reina (Pacheco et al., 2010-2011) torio circundante. o la Casa del Guarda, en Navalcán (Bueno et al., 1999). MARCO ARQUEOLÓGICO Tradicionalmente sólo se conocían escue- tas referencias que aluden a una supuesta La ocupación del sector no de la provin- ocupación del Bronce Pleno en el Cerro del cia de Toledo en torno al Tajo y al Tiétar goza Castillo (Menéndez et al., 1988: 101). Tam- de una posición privilegiada para interactuar bién queremos mencionar que la necrópolis con ámbitos diversos, condicionada por su del Cerro del Obispo se ha vinculado con un proximidad a las sierras del Sistema Central y asentamiento contemporáneo y la existencia su paso a la Meseta Norte y a los vados próxi- de un posible castro vetón que se situaría en mos del Tajo y el Alberche. Las poblaciones el Cerro del Castillo, en cuyas cercanías se ha- humanas que ocuparon este territorio desde llaron tres verracos emplazados cerca de una la Prehistoria no sólo se beneficiaron de la cañada (Rodríguez Almeida, 1955: 26). Ade- existencia de recursos en el entorno, sino tam- más, cabe mencionar el hallazgo de un ídolo bién de su posición en una zona de contacto o violín en una vaguada situada entre ambos transición entre ámbitos diferentes, la Meseta yacimientos (Moraleda Olivares, 2010: 267- Norte y la Sur (Díaz-Guardamino, 2010: 216- 274). Por su parte, la ejecución del inventario 217). del patrimonio cultural de Castilla-La Man- Los primeros indicios de presencia huma- cha en diferentes términos municipales de la na en la comarca de la Sierra de San Vicente se sierra puede ofrecer datos interesantes sobre remontan al Paleolítico Inferior, tal y como re- la ocupación del territorio entre el Calcolítico velan hallazgos aislados de industria lítica en y Bronce Final. En ese sentido, los trabajos de diferentes localizaciones, como la Dehesa de prospección superficial en el término de Cas- Balsamaña a orillas del rio Alberche en Cas- tillo de Bayuela han permitido documentar tillo de Bayuela (Mayoral y Gutiérrez: 2008). varias localizaciones que se suman a otros en- Sin embargo, no será hasta tiempos posterio- claves ya conocidos (Moraleda y De la Llave, res cuando tengamos constancia de asenta- 2015). mientos permanentes en el curso medio del Por otro lado, es importante señalar el ha- Tajo pertenecientes al periodo Calcolítico o llazgo de la estela-menhir de Los Llanos en Bronce inicial como son los establecimientos , asociada a finales del en altura de Cabeza del Conde en La Estrella, Neolítico y el Bronce Inicial, la cual pudo es- El Castrejón en Aldeanueva de San Bartolo- tar vinculada a una estructura tumular pro- mé (Carrobles y Méndez-Cabeza, 1991), El fanada identificada en invierno de 2009, en Oso en El Real de San Vicente (Barrio Aldea, cuyo entorno se documentaron fragmentos 1992), Los Castillejos en (Álva- de cerámica a mano, lascas y un fragmento ro et al., 1988) o (Sánchez Hidalgo et al., 2011). de molino naviforme (Moraleda y De la Lla- Generalmente, tal y como se ha dicho se trata ve, 2015). Así mismo, cabe citar que también de hábitats ubicados en lugares elevados, con se dan casos de estatuas-menhires aisladas un importante dominio visual del territorio y como la de Talavera de la Reina (Portela y cercanos a fuentes de agua, vías de comunica- Jiménez, 1996: 36-43) o la de Castillo de Ba- ción o próximos al control de recursos metáli- yuela (Pacheco y Deza, 2003: 48-53 y Pacheco cos como el cobre (Montero et al., 1990; Carro- y Deza, 2001-2002: 12-21) que fue hallada a bles y Méndez-Cabeza, 1991; Carrobles et al., los pies del Cerro del Obispo, donde se en- 1994: 174). Sin embargo, no debemos olvidar contró un menhir de morfología fálica reuti- la existencia de asentamientos menores ubi- lizado como estela-menhir durante el Bronce cados en plena llanura aluvial desde el Calco- final para el grabado de un antropomorfo

198 EL HÁBITAT FORTIFICADO DEL CERRO DE LA CABEZA DEL OSO asimilable a la iconografía de las estelas del habitaron la zona debieron guardar cierta re- SO (Díaz-Guardamino, 2010). Además, aso- lación con las corrientes culturales de la Edad ciado a citado cerro se ha documentado una del Bronce y el Hierro. necrópolis del Bronce pleno y materiales que El fin de los establecimientos en altura es- apuntan hacia una cronología temprana den- taría vinculado a la llegada del mundo roma- tro del Bronce inicial o comienzos del Bronce no. La comarca se encuadraría en la provincia pleno (Gil et al., 1988: 95-96; Carrobles et al., Lusitania, con la urbe de Caesarobriga (actual 1994: 185; Abarquero, 2005). Talavera de la Reina) como centro político y El poblamiento en el extremo occidental administrativo de un amplio territorium. A de la provincia durante el Bronce Final ha partir de entonces, el patrón de asentamiento sido atestiguado en diversos yacimientos cambiará proliferando la villae como modelo como arroyo Manzanas, en Las Herencias de poblamiento más representativo localiza- (Moreno Arrastio, 1990) o el asentamiento das en torno a los ejes fluviales como el arro- de El Carpio, en Belvis de la Jara (Pereira y yo Guadamora, en Castillo de Bayuela, para De Álvaro, 1990). En ambos yacimientos se el aprovechamiento agropecuario de las fér- han hallado materiales de influencia medi- tiles tierras. terránea pertenecientes a élites locales y que ponen en evidencia transacciones comercia- EL YACIMIENTO DE LA les importantes (Pereira y De Álvaro, 1990; CABEZA DEL OSO Fernández y Pereira, 1992; Pereira, 1994). Por lo que a la Sierra de San Vicente se refiere, no Sistema defensivo descartamos que algunos de los yacimientos referenciados no estuviesen ocupados duran- Las defensas artificiales identificadas al te éste periodo con hilo de continuidad hasta NE de la Cabeza del Oso aprovechan las con- el Hierro I como pudo ser el caso de la Cabe- diciones naturales que ofrece el medio físico. za del Oso. El principal elemento del sistema defensivo Durante la Segunda Edad del Hierro la del Cerro del Oso es la muralla que rodea, al zona fue habitada por el pueblo vettón. El menos parcialmente, el perímetro del asenta- hábitat se construye en altura, formando los miento, conservándose con cierta claridad en denominados castros o poblados amuralla- algunos sectores del cerro. La técnica cons- dos, siendo el caso cercano más conocido el tructiva empleada es simple, utilizándose el Cerro de La Mesa, situado en granito de la zona. La construcción se realizó (Chapa y Pereira, 2006: 120-133) y presunta- mediante el levantamiento de dos paramen- mente en el Cerro del Castillo, en Bayuela. tos verticales y paralelos de piedras, y entre Ejemplos de la presencia de esta cultura son ambos un relleno de tierra y piedras irregu- los verracos, esculturas zoomorfas de granito lares. Toda la fábrica está unida en seco, sin que representan cerdos o jabalíes, localizados mortero, aunque para igualar las hiladas se en torno a las cañadas, coladas ganaderas y procedió a calzar las piedras para lograr un zonas de pasto, tratándose los ejemplares de mayor ajuste. Parece ser que la muralla se Castillo de Bayuela los más cercanos a nuestro construyó sin cimentación, apoyando directa- asentamiento (Gómez y Santos, 1998: 71-96). mente sobre la roca natural. Es probable que Así pues, los datos en torno a la Sierra de el grosor fuese superior en la base, marcándo- San Vicente sugieren que el entorno estuvo se un talud en altura. La anchura media de la poblado por numerosos asentamientos en muralla es de 4 m, siendo la altura conserva- valle y en altura. Esta serie de datos ponen da en alguno de los tramos de varias decenas de manifiesto la importancia que llegó a te- de centímetros. Es presumible que la mura- ner como zona de contacto desde el iv mile- lla estuviese rematada por una estructura de nio a.C. y que las comunidades humanas que madera a modo de empalizada. Así pues, el

199 FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO

Fig. 5. Restos del recinto fortificado en el sector NE del cerro (Autores). sistema constructivo recuerda al empleado llo. En este sentido, aún quedan restos de un por la cultura vetona en otros asentamientos antiguo camino cuyo trazado se encontraba (Maluquer de Motes, 1956: 28; Martín Valls, delimitado por cercas de piedra y que puede 1971: 127; 1973: 83; Arias et al, 1986: 117; Ruiz tener reminiscencias del itinerario prehistóri- Zapatero y Álvarez-Sanchís, 1995: 214-212). co de acceso. La prospección superficial del entorno no ha Por su parte, Rodríguez Almeida (1955: permitido documentar ningún testimonio de 270) hace referencia a la existencia del recin- la presencia de fosos ni piedras hincadas, he- to amurallado del siguiente modo: “El recinto cho que puede ser explicado por las condicio- murado parte de la cresta superior, al SO, donde las nes físicas del terreno. rocas le sirven de apoyo; pasa sobre la esquina rocosa Parece ser que las rocas le sirven de apo- del O, desciende ligeramente y bordea el costado del yo en todo el recorrido, tomando un sentido cerro unos veinte metros y se bifurca, siguiendo uno descendente en el costado E del cerro y as- de los muros, en la misma dirección, para completar cendente en el sector N y W. Es conveniente el de mayor perímetro, que dobla a los cincuenta me- mencionar que hay sectores donde se intuye tros (sobre el apoyo de otra roca), casi en ángulo recto; el recorrido de la misma pero factores como vuelve a repetirse el apoyo en otra roca aislada, como la explotación ganadera, los agentes atmos- si se tratara de torres de refuerzo, doblando nueva- féricos y la antropización del entorno han mente, ahora por el costado SE, donde alcanzan poca ido borrando paulatinamente su testimonio. longitud los restos, la mayor parte de los cuales han El hecho de encontrar un tramo amurallado rodado por la pendiente. Se puede seguir su trazado en citado sector está justificado por tratarse lógico sin dificultad hasta las rocas del costado SO. A de la zona más vulnerable del cerro, ya que este lado los peñascos sustituyen a la muralla, de la la accesibilidad por éste sector es más senci- que sólo se aprecia un lienzo pequeño”.

200 EL HÁBITAT FORTIFICADO DEL CERRO DE LA CABEZA DEL OSO

Por nuestra parte, algunas referencias de cerámicos. En general, se trata de cerámica Rodríguez Almeida nos parecen arriesgadas que ha sido cocida a fuego reductor, con sín- dadas las alteradas condiciones del entorno, tomas de cocción discontinua que hace que por lo cual creemos conveniente no proponer se produzcan alteraciones en la coloración de la existencia de lienzos o recintos que no sean las pastas que varían desde los tonos negros justificados mediante futuros trabajos de ex- a grises, siendo habituales también los tonos cavación arqueológica. marrones. Los desgrasantes que presentan las pastas son minerales, de cuarzo y mica, su ta- Estructuras habitacionales maño es, generalmente, medio-fino. La técnica de elaboración más utilizada es el modelado En el perímetro que debió ocupar el asen- directo y mediante cordones superpuestos; tamiento de Cabeza del Oso aún pueden mientras que el tratamiento de la superficie distinguirse algunos restos estructurales que más común es el alisado, seguido del bruñido pudieron servir como espacios de habitación sobre todo al exterior y los acabados toscos. durante la horquilla cronológica a la que nos Morfológicamente hablando, la mayoría referimos. Es importante señalar que hay zo- de los fragmentos pertenecen a recipientes de nas que presentan testimonios de áreas ate- varios tamaños. Es posible distinguir vasos rrazadas mediante bancales de mampostería de tipología simple, platos de borde sencillo, irregular de granito que debieron servir para platos cóncavos de labio redondeado, fuen- optimizar el uso y aprovechamiento del espa- tes de borde sencillo con labio recto, cuencos cio, que tal y como hemos dicho presenta un de casquete esférico hemiesféricos, así como relieve abrupto. ollas y orzas con perfil cerrado rematados en Es presumible que las pequeñas covachas borde vertical. Otros fragmentos presentan y abrigos existentes fueran utilizados como características comunes a yacimientos del zonas de habitación o para el resguardo de Bronce Pleno, con vasijas con bordes exvasa- ganado. Lo cual ha quedado fosilizado has- dos y carenas medias-bajas, así como vasos ta la actualidad, ya que algunos de ellos aún de paredes rectas. Respecto a fragmentos con conservan pequeños paredones para delimi- motivos decorativos se reducen a escasos tar los espacios. fragmentos con algún motivo impreso de di- Por su parte, Barrio cita la existencia en la gitaciones y ungulaciones sobre los bordes. parte más alta del cerro de 3 presuntas estruc- Por su parte, entre el material lítico docu- turas habitacionales de planta cuadrangular mentado podemos observar como la materia realizadas con mampostería de 1,5 x 2 m cuya prima dominante es la cuarcita roja, la cual cronología plantea dudas al respecto (Barrio, ha sido recogida en cotas más bajas del en- 1992: 302). Lo mismo sucede con algunos pe- torno. Atendiendo a las distintas categorías queños muretes documentados en el sector líticas se han encontrado lascas sin secuencia NE del cerro que parecen definir estructuras de talla que parecen que provienen de saltos habitacionales de planta ovalada o semicircu- en actividades de percusión y macroutillaje lar a modo de cabañas y que pueden tratarse destinado a reavivar superficies rugosas de de estructuras pertenecientes al asentamiento granito y hendedores. La presencia de otros en funcionamiento durante la Prehistoria Re- fragmentos líticos no tallados nos hace pen- ciente, lo cual requiere estudios pormenoriza- sar que la comunidad que habitó este entor- dos para ser confirmado. no ya desempeñaba posiblemente tareas de molienda y/o tratamiento de elementos ve- Materiales getales, debido a la presencia de algún que otro fragmento de granito con superficie Durante la prospección del yacimiento alisada y cantos de cuarcita con estigmas de fueron documentados más de 100 fragmentos percusión, viéndose con más claridad en al-

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Fig. 6. A: Fragmentos cerámicos e industria lítica; B: Molino barquiforme y C: Hacha plana de Bronce (Autores). gunos de ellos superficies pulidas, pudiendo Cabe mencionar la presencia de molinos así haber funcionado como mano de molino. naviformes, lo que refuerza la teoría de la Estrechamente vinculado a las actividades de producción de panificables para autoconsu- molienda se ha documentado algún elemento mo. Estos elementos se usaron para la moltu- que podría tratarse de bujardas. Se trata can- ración de las bellotas, cereales y/u otros ve- tos de cuarcita que, debido posiblemente a un getales con el fin de preparar alimentos para golpeo intensivo contra una superficie dura, un consumo de corta o media duración. presenta un extremo en el que se ha confor- En cuanto a materiales metálicos, conoce- mado aristas totalmente machacadas. La fun- mos la referencia que hace Rodríguez Almei- cionalidad sería posiblemente la de reavivar da sobre el hallazgo de un hacha de bronce superficies rugosas -por el uso- de molinos, cuyas características desconoce (1955: 271). como se ha documentado en otros yacimien- No obstante, en el Centro de Interpretación tos Calcolíticos Cabañuelas, en Talavera de la de Naturaleza y Patrimonio Histórico de la Reina (Pacheco et al., 2010-2011: 18). Sierra de San Vicente ubicado en la localidad

202 EL HÁBITAT FORTIFICADO DEL CERRO DE LA CABEZA DEL OSO de Castillo de Bayuela, se conserva un hacha plana de bronce cuyas características técnico formales parecen conducirnos al Bronce Ini- cial-Pleno.

Presuntos Grabados Ancoriformes

En la zona más elevada del cerro, donde se encuentra el vértice geodésico del mismo, ubicado sobre varios batolitos de granito, hay un grupo de grabados formado por un cuadrilátero de 30 cm de lado, con sus lados orientados a los Puntos Cardinales con Fig. 7. Presuntos grabados (Autores). un orificio de 6 cm de diámetro en su centro. En torno a la anterior figura, entre los dos y los cinco metros de distancia, se encuentran paso natural hacia el valle del Tiétar al Norte tres grupos de figuras cuyo aspecto antropo- (Muñoz López-Astilleros, 2002: 31-52). Vías morfo puede llegar a ser interpretado como que debieron tener una notable importancia grabados adscritos cronológicamente al Bron- como ejes comerciales de metales y otros bie- ce (Sánchez Gil, 2003: 35). nes entre el Sistema Central y la Meseta Sur. Dadas las circunstancias del presente Además, el asentamiento de El Oso pudo ser- trabajo y por cuestiones de espacio no nos de- vir como base para la práctica de la traster- tendremos en un análisis pormenorizado de minancia con poblados próximos. Lo mismo los mismos, pues entendemos que plantean sucede respecto a la proximidad de cursos de cuestiones respecto a su correcto encuadre agua de cierta entidad que cuentan con terre- cronológico. En este sentido, los indicios de nos aptos para la explotación agrícola (Ruíz la existencia de un punto geodésico anterior Taboada, 1993: 317). En nuestro caso, domina pueden explicar que los grabados puedan toda la vega de la margen derecha del rio Al- tratarse de marcas destinadas a la nivelación berche hacia el Sur. y triangulación realizadas entre el último ter- La presencia de materiales arqueológicos cio del siglo XIX y el primero del XX, tal y en superficie parece indicar la existencia de como se especifica en el manual: Instrucciones un poblado que aprovechaba los recursos del para los trabajos topográficos (IGE, 1878). territorio circundante, lo que conlleva una or- ganización socioeconómica para el abasteci- Explotación y control territorial miento del mismo. En este sentido, cabe seña- lar la presencia de pastos, hecho que debemos Tal y como se ha visto nos encontramos tener en cuenta dada la importancia que llegó ante un yacimiento en altura que prolifera du- a tener la ganadería de bóvidos y ovicápridos rante la Edad del Bronce. Ocupa una posición a partir del II milenio B.C., momento en el destacada en el paisaje con un extraordinario cual adquieren enorme importancia produc- dominio visual sobre el entorno, aprovechan- tos como la leche, lana, abono; más si cabe al do zonas rocosas para su establecimiento, existir terrenos no aprovechables directamen- en un lugar de difícil acceso que controla un te por el hombre (Montoya Oliver, 1984: 28). paso natural. En este sentido, es importante Por su parte, la actividad cinegética debió señalar que en el entorno confluyen varias tener enorme importancia, donde la fauna vías ganaderas históricas que pueden remon- doméstica sería una de las bases alimenticias, tar su origen a tiempos prehistóricos como que estaría complementada por especies sal- es el caso del cordel de merinas al Sur o el vajes como el ciervo, el conejo, aves, etc. De

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