kilómetros de anchura es el principal macizo montañoso de la provincia de El bosque protector Almería. Sierra de los Filabres. El bosque Orientado de este a oeste actúa como divisoria de aguas entre las dos frontera grandes cuencas almerienses, la del Andaráx y la del . Penetra en En la provincia de Almería y en la provincia de Granada para dar con- especial en la sierra de los Filabres se tinuidad a la Sierra de Baza hasta pone de manifiesto la fragilidad con la Guadix. que responden los bosques del sector Las cicatrices de sus laderas mediterráneo árido. anuncian la amenaza del desierto. Durante siglos este territorio ha Sus condiciones climáticas la sido sobreexplotado, posteriormente enmarcan dentro del mediterráneo árido, abandonado y durante la segunda mitad con escasas precipitaciones con- del siglo XX se intentó restaurar. centradas durante otoño e invierno y un En este capítulo mostraremos la prolongado y seco estío. negativa incidencia del hombre en esta Mientras en la base de la sierra zona y cómo se ha intentado recuperar las precipitaciones alcanzan los 350 uno de los enclaves más áridos de la litros por metro cuadrado, en las Península Ibérica. cumbres difícilmente se llega a los 500. En el sector oriental de las La recarga de sus cuencas, la mayor Cordilleras Béticas, se levanta agostada parte del año secas, depende en gran y sedienta la Sierra de los Filabres. Con medida del deshielo temprano de las unos 50 kilómetros de longitud y 25 nieves que coronan la sierra.

© Luis G. Esteban En las cumbres, algunas de sus palmente por cuarcitas, micaesquistos y cotas sobrepasan los 2000 metros de pizarras silíceas. En la cara Norte, los altitud. El Calar Alto, Calar del Gallinero, materiales del Complejo Alpujárride son Las Hoyas y Tetica de Bacares. Esta a base de calizas y dolomías última cima, también denominada Cerro interrumpidos por los principales Nimar, fue utilizada a finales del siglo XIX yacimientos metalíferos de plomo, cinc, para realizar la triangulación geodésica cobre, cinabrio y de hierro, como los de entre Europa y África junto con el Serón y Bacares, o los marmóreos de Mulhacén y los montes Filhaoussen y M , Cóbdar y . Los ´Sabiha en Argelia. materiales más recientes aparecen Los días despejados permiten ver sedimentados a los pies del gran macizo la costa africana e invitan a imaginar por sucesivos arrastres. cómo fueron aquellas jornadas de una Es una sierra dura, agreste, expedición de pesados equipos salpicada de barrancos y ramblas que topográficos, cuya misión era enlazar los atestiguan la relación entre el agua y el dos continentes. suelo, donde la vegetación libra una Este macizo montañoso está dura batalla por colonizar el territorio rodeado por dos mantos geológicos que perdido. fueron plegados durante la orogenia El gran zócalo altitudinal que alpina. supone este macizo, desde los 300 Los plegamientos y fracturas se metros hasta los 2168 del Alto del Calar, dejan ver en los cortes del terreno. La obliga a que la vegetación se distribuya amplia gama de colores de sus suelos en escalones bioclimáticos influenciados nos sugiere una variada geología: desde por la temperatura y las precipitaciones. las calizas y dolomías del complejo A la altitud, se le suman como alpujárride hasta los yacimientos factores limitantes las exposiciones de metalíferos de Serón y Bacares, o los solana o de umbría y la calidad del marmóreos de Macael, Cóbdar y suelo. Chercos. La altitud limita la vegetación de El más extenso es el Complejo las cumbres. Se tapizan de plantas Nevado-Filábride, compuesto princi- almohadilladas y espinosas sobre las

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Sierra de los Filabres: el bosque frontera 2 © Luis G. Esteban que emergen pequeños arbustos como bosque es rico en endemismos ibéricos el agracejo y el enebro. Muchos de los y de las propias sierras béticas. pastizales y tomillares de estas zonas se Gran parte del encinar fue destruido y encuentran sobre antiguas tierras de transformado en terrenos de cultivo, en cultivo hoy abandonadas. especial extensivo de cereal, y árboles La actual composición de la flora frutales, como el almendro y el cerezo. de los Filabres es, sin duda, conse- Su posterior abandono ha modelado el cuencia de una intensa actividad paisaje actual, coloreado por jaras, humana, fruto de extensas roturaciones, retamas, tomillos y romeros. talas sin control por la explotación A medida que se desciende en minera y, actualmente, por las canteras altitud, la encina deja paso a coscojas, de mármol. enebros y sabinas moras. En estas En las manchas calizas, los altitudes, el incremento de la tempe- pinares naturales de laricio y carrasco ratura comienza a limitar la presencia de debieron ser muy abundantes. Las vegetación y en los terrenos muy manchas de El Horcajo en Serón, el degradados, sólo los jarales, bolinares y Pinar de , explotado durante atochares son capaces de mantenerse. siglos por la Marina, y los de las sierras Entre los 300 y los 600 metros, de y Lúcar, en la vertiente norte las altas temperaturas y especialmente del Río Almanzora, representan los la incidencia negativa de la presencia últimos vestigios de aquel pinar original. humana, han dado lugar a un paisaje De los grandes laricios de corteza desolador. Tan sólo el espartal, plateada tan sólo quedan cincuenta albardines y bolinas junto a las plantas ejemplares centenarios en Bacares. aromáticas con su color y olor, salpican La calidad de sus maderas para de vida el agostado terreno. construcción civil y naval, apeas de Sin duda, este territorio en otro minas o traviesas, motivó que estos tiempo estuvo tapizado de formaciones pinos fueran sobreexplotados y casi arbustivas adaptadas a estas condi- extinguidos en esta sierra. ciones climáticas extremas, como En las zonas intermedias y altas lentiscos, coscojas, espinos o acebu- de la montaña, la protagonista de la ches, pero debido a su utilización masi- sierra debió ser la encina, como va fueron esquilmadas prácticamente de muestran las manchas más antiguas de manera definitiva. Serón. A pesar de la presión sufrida, Algunos quejigos sueltos rompen esta sierra se revela de una extra- la homogeneidad del encinar. El soto- ordinaria singularidad botánica, con de

Sierra de los Filabres: el bosque frontera 3 © Luis G. Esteban más de 50 endemismos vegetales entre el azote de la roturación. Montes exclusivos e ibéricos. públicos, como el encinar de Bacares y La presión del hombre sobre el pinar de Bayarque, con ordenanzas este territorio motivó la deforestación propias de explotación, se vieron de prácticamente toda la sierra. La afectados, ya que de ellos se extraía minería, la presión ganadera, ovina y madera para los vecinos. caprina fundamentalmente, y la agri- Hacia 1930, comienza la crisis de cultura extensiva, se encargaron de la minería en la comarca y en los años esculpir durante siglos la erosión de la 60 del siglo XX se abandona defi- comarca. nitivamente por el cierre de las minas. La agricultura inicialmente se El abandono de las tierras de limitaba a los alrededores de los pueblos cultivo despojadas de su cubierta de y se instalaba en el fondo de las vegetal, casi agotadas y situadas en cañadas y, allí donde era necesario, se pendiente y con bajas precipitaciones, realizaban muros de mampostería en marcó el comienzo de un proceso seco. erosivo que todavía hoy es patente. Tras la expulsión de los moriscos Las canteras de mármol de la y, fundamentalmente, a partir del siglo comarca de Macael, que datan de la XVII, comenzó una desenfrenada época de los fenicios, también actividad roturadora que alcanzó su aportaron, y todavía hoy lo hacen, su máxima intensidad a mediados del siglo cuota erosiva. XIX, coincidiendo con la actividad La fotografía aérea de los años minera para la obtención de hierro y cincuenta muestra en blanco y negro la plomo. Las explotaciones mineras de ambición del hombre. Intensamente Bacares y Serón, son ejemplos de deforestada, sólo se observan árboles aquella etapa industrial de la sierra. sueltos del pinar de Bayarque y del La minería produjo en la comarca encinar de Bacares, como testigos de lo un incremento demográfico y, como que pudo ser la cubierta forestal de la consecuencia, una expansión de la sierra en otro tiempo. actividad agrícola. Sin duda, los bos- Ante la situación de la comarca, ques que aún se conservaban sufrieron el Distrito Forestal de esta sierra inició

Sierra de los Filabres: el bosque frontera 4 © Luis G. Esteban uno de los trabajos más difíciles de En apenas diez años, esa restauración de cubierta arbórea. frenética actividad patrimonial trans- No era para menos, ya que a las formó una montaña de propiedad condiciones extremas de temperatura se privada en un inmenso monte del le sumaba la pobreza del suelo y unas Estado, cuya única finalidad era frenar elevadas pendientes que favorecían la los procesos erosivos de la comarca. erosión. Del inicial ahoyado manual, se Sin embargo, no fue hasta el día pasó a una preparación del terreno por 4 de noviembre de 1955 cuando el terrazas con tractor y su consiguiente Patrimonio Forestal del Estado comenzó secuela paisajística, quizás uno de los la verdadera actividad repobladora de la aspectos más criticados de esta sierra a gran escala con una plantación extensa actuación forestal. de pino laricio en el Collado Ramal, del El hecho de tratarse de suelos Monte Público de Bacares. erosionados procedentes del abandono La actividad repobladora se de cultivos de cereal de secano, con intensificó a partir del año 1961 y se una vegetación muy degradada a base cubrieron 44.000 hectáreas, utilizando de tomillares nitrófilos, hizo que se como especies básicas pino carrasco, tomara la decisión de utilizar este tipo negral, laricio y silvestre. de maquinaria. De todos ellos, el carrasco, por La construcción de terrazas iba a su adaptabilidad y poca exigencia, fue permitir organizar la escorrentía empleado en la tercera parte de la superficial aprovechando de esa manera superficie repoblada. las exiguas precipitaciones de la zona. En los años cuarenta y Se calculó que su periodo de eficacia cincuenta, la repoblación se realizó a debía ser equivalente al tiempo que base de ahoyado en unas condiciones tardase la repoblación en cubrir el suelo poco favorables para los jornaleros. y producir su efecto protector. Entre 1963 y 1991, casi 15.000 A partir del año 1985, la hectáreas fueron adquiridas por la preparación del terreno se realizó con Administración, y en el mismo periodo retroexcavadora y la construcción de se consorciaron 8.684 ha, buena parte banquetas, disminuyendo así el impacto de ellas correspondientes a los montes de las terrazas volcadas y los ca- públicos de Bacares y Bayarque, y a ballones. unos pocos montes privados en torno al La utilización masiva de pinos núcleo minero de Las Menas, en los debe ser considerada como la primera términos de Serón y Bayarque.

Sierra de los Filabres: el bosque frontera 5 © Luis G. Esteban fase de restauración de la cubierta Para que esto ocurra, las vegetal. repoblaciones deben ser tratadas como En suelos tan maltratados, bosques artificiales que necesitan de la desnudos durante tanto tiempo y intervención del hombre para alcanzar sometidos a la implacable erosión, era su objetivo final. necesario crear el suelo que se había Las repoblaciones se realizaron perdido y esto sólo era posible con con densidades muy altas, entre 1600 y especies poco exigentes. 3000 plantas por hectárea, con el fin de Sesenta años después de las cubrir el suelo lo antes posible y primeras repoblaciones forestales, la protegerlo de la erosión. sierra ha abandonado su color agostado Actualmente, son necesarias para volver a albergar en sus laderas lo acciones selvícolas que reduzcan la que un día no muy lejano fue. densidad y disminuya así la com- La culminación de la restauración petencia entre las plantas. se alcanzará cuando, bajo la protección Mantener durante más tiempo de los pinos y con un suelo más esta competencia provoca un debi- maduro, la exigente encina sea capaz litamiento de la masa y, como conse- de colonizar el territorio perdido. cuencia, la aparición de plagas y una En unas zonas, esto ya está peor respuesta a la incidencia del ocurriendo y la encina, aunque cambio climático. tímidamente, comienza a reivindicar su En un territorio tan límite como parte del bosque. éste, donde las condiciones ecológicas En otras, son necesarias inter- son tan adversas, un pequeño incre- venciones de introducción de ar-bustos mento de la temperatura provocará sin y matorral para lograr restaurar el duda la pérdida de miles de hectáreas equilibrio perdido. de bosques en fase de restauración. Si no se completa la restauración De hecho, en 2001 se han con la introducción de especies de comenzado a detectar signos de matorral, la repoblación nunca llegará a debilitamiento de la repoblación con la ser un bosque. La llegada o la pérdida de 700 hectáreas y se considera introducción de la encina no es que otras 10.000 se encuentran en suficiente y, por ello, se deben aportar peligro. especies propias de un encinar maduro. Sólo aclarando la masa hasta densidades de entre 150 y 400 plantas

Sierra de los Filabres: el bosque frontera 6 por hectárea será viable la supervivencia del pinar y posteriormente la creación de bosques de quercíneas. Estos pinares necesitan ser mimados, acicalados y vigilados, ya que se desarrollan bajo condiciones límite. Probablemente necesiten mayor atención que otras repoblaciones forestales que se realizaron para restaurar la maltrecha cubierta forestal de nuestro país. Sin embargo, el reto que supone devolver a esta comarca su esplendor perdido pasa por mantener este último bosque frontera. 44.000 hectáreas de la Sierra de los Filabres se aferran a un suelo escaso, pobre, maltratado por el hombre y bajo unas condiciones climáticas desfavorables, sin embargo no renuncian a coronar una sierra que necesita albergar su propio bosque protector.

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