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Departamento De Sociología. Magister En Sociología

Departamento De Sociología. Magister En Sociología

DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA. MAGISTER EN SOCIOLOGÍA.

SIGNIFICACIÓN Y RE-SIGNIFICACIÓN DEL ESPACIO-SOCIAL, POR PARTE DE

FAMILIAS PROVINIENTES DE IRREGULARES,

TRASLADADAS A CONJUNTOS HABITACIONALES DEL ESTADO.

El caso de las familias del ex Peñoncito, trasladados a la Villa General Bernales,

en la comuna de Puente Alto de la región Metropolitana.

Tesis para Optar al grado de Magister en Sociología

Autor: Andrés Ignacio Godoy Ossandón

Director de Tesis: Juan Enrique Opazo.

Profesor Lector 1: Alexis Cortés

Profesora Lectora 2: Maria P. Trabilcock

Santiago de Chile, Abril de 2017.

Agradecer a todos mis seres queridos por apoyarme en este arduo proyecto.

Índice: Resumen ...... 5 Introducción ...... 6 1. Antecedentes...... 8 1.1 Nacimiento de los asentamientos irregulares ...... 8 1.2 Política Habitacional primera mitad del siglo XX ...... 11 1.3 Tomas de terreno ...... 12 1.4 Período de participación popular, Dictadura Militar y Democracia ...... 14 1.5 Surgimiento de los campamentos y Política de vivienda actual ...... 19 2. Problema de estudio y Objetivos ...... 23 2.1 Problematización ...... 23 2.2 Objetivos ...... 27 . 2.2.1 Objetivo General ...... 27

. 2.2.2 Objetivos Específicos...... 28

2.3 Relevancia sociológica ...... 29 3. Antecedentes Teóricos ...... 30 3.1 Estado del Arte ...... 30 3.2 Marco Teórico ...... 34 3.2.1 Espacio y prácticas sociales ...... 34 3.2.2 Concepto de significación ...... 38 3.2.3 Re-significación esperada por parte del Estado...... 43 4. Marco Metodológico ...... 48 4.1 Definición general de la estrategia metodológica...... 48 4.2 Definición de la muestra y criterio muestral ...... 49 4.3 Técnicas de recolección de la información ...... 51 4.4 Procedimiento ...... 53 4.5 Diseño de la estrategia de análisis ...... 54 4.6 Consideraciones éticas ...... 55 5. Análisis de la Información ...... 56 5.1 Vida en el ...... 57

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5.1.1 Llegada al campamento ...... 57 5.1.2 Construcción de la vivienda y el entorno ...... 60 5.1.3 Prácticas al interior de la vivienda y vida en el ...... 62 5.1.4 Dejar el campamento “El lugar que te acogió” ...... 67 5.2 Re-significación del espacio y vida en la Villa General Bernales ...... 70 5.2.1 Prácticas al interior de la vivienda y características de esta...... 71

5.2.2 Vida en comunidad: Prácticas sociales y el uso de espacios públicos...... 77

5.2.3 Relaciones sociales ...... 81 5.2.4 Percepción del cambio y realidad actual familiar y social...... 85

6. Conclusiones ...... 88 7. Bibliografía ...... 96 8. Anexos ...... 101 8.1 Pauta de entrevistas ...... 101 8.2 Consentimiento informado ...... 103 8.3 Imágenes ...... 104

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RESUMEN

La presente investigación, tuvo por objetivo comprender las formas de re-significación socio- espacial que desarrollan las familias de asentamientos irregulares, que se trasladan a vivir en conjuntos habitacionales del Estado. Lo anterior, visto a partir de un estudio de caso de un grupo de familias del campamento Peñoncito, que pasaron a vivir al conjunto habitacional Villa General Bernales. La metodología aplicada fue mediante el uso de entrevistas en profundidad más un proceso de observaciones participante, cuyos resultados fueron sistematizados mediante análisis de contenido. Los resultados obtenidos, muestran que las familias estudiadas desarrollan una forma particular de habitar, en función de su paso por el campamento, lo que condiciona su forma de adaptación al nuevo barrio, tanto en prácticas como en discursos. En este sentido, se reconocen tres factores relevantes. Primero, creen y valoran que se dio un mejoramiento considerable de su hábitat y entorno, lo que ha generado un cambio en su forma de habitar. Segundo, consideran que existe una pérdida de capital social y organización comunitaria marcada por un fuerte proceso de individualización. Por último, entienden y se enorgullecen de que la obtención de la vivienda y desarme del campamento, fue un proceso de lucha, el cual lograron conquistar.

Palabras clave: Re-significación, Espacio-social, Campamento, Vivienda Social, Política pública.

ABSTRACT

The present investigation was set on course with the purpose of understanding the different forms of socio-spatial re-signification in irregular-settlement families which relocate to State residential complexes. All this was observed based on a case study of a group of families from the Peñoncito camp relocated to the Villa General Bernales residential complex. The methodology applied was based mainly on the use of in-depth interviews and a process of participant observation. The results were systematized through a content analysis. Those results show that the families which were part of the study develop a particular way of inhabiting due to their times living in the camp, which in turn conditions the way in which they adapt to the new neighborhood, both in in exercise and discourse. In this sense, three relevant factors are easily recognizable. First, they believe and appreciate that their environment and habitat were largely improved, which generated a transformation in their way of inhabiting. In the second place, they consider that there is a loss of social capital and community organization represented by a strong process of individualization. In the third place, they understand and take pride in that the assignment of housing and the dismantling of the camp was a fighting process that they managed to accomplish.

Key words: Re-signification, socio-spatial, camp, social housing, public policy.

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INTRODUCCIÓN.

La presente investigación es un estudio aplicado durante el año 2016, que busca analizar el caso de un grupos de familias habitantes de un asentamiento irregular (campamento) de nombre Peñoncito de la comuna de Puente Alto en la Región de Metropolitana, que se trasladan a vivir a un conjunto habitacional del Estado de nombre Villa General Bernales de la misma comuna. Lo anterior, investigado a partir de la significación que dichas familias le otorgaron a su espacio habitado, en función de las prácticas y percepciones que allí se daban, con el fin de observar cómo esta relación permea su adaptación y nueva relación con el espacio social al cual se trasladan entendido bajo el concepto de re-significación.

Para cumplir con dichos objetivos, la investigación se organiza mediante ocho capítulos. Un primer capítulo en el cual se plantean los antecedentes de la problemática estudiada, en el que describe el surgimiento de los asentamientos irregulares en Chile, y las políticas públicas de vivienda que han existido para dar solución ha dicho fenómeno en los últimos setenta años.

El segundo capítulo problematiza cómo la vida en los campamentos y las diferentes políticas públicas que se le han aplicado a este grupo de familias ha permeado diferentes relaciones a partir del período histórico entre los habitantes de campamento y su espacio habitado ya sea en cuanto al campamento o respecto al espacio donde son re-localizado. Esto con el objeto de entender cómo la primera relación espacial que se construye en el campamento, condiciona el proceso de re-significación que se da en su nuevo hábitat, sumado además a cómo la calidad de la política utilizada también influirá en dicho proceso. Por último se describe la pregunta de investigación y los objetivos que se buscaran perseguir.

Posteriormente, en el tercer capítulo se trabajan los conceptos teóricos de la investigación. En un primer punto se presenta un estadio del arte acerca de los estudios y corrientes que han investigado la relación de los sujetos con los espacios, en los cuales destacan autores como Simmel o Catells. Luego de esto, se presenta el marco teórico de la investigación el cual se basa en describir y argumentar la relación de los grupos, sujetos y espacios, principalmente bajo las ideas de P. Bourdieu, T. Vidal y E. Pol. Por otro lado, se utilizan estos mismos autores para trabajar el concepto de significación entendido como la capacidad colectiva e individual de dotar

6 de significado los espacios, trayendo consigo repercusiones en las prácticas sociales que se dan en los lugares, como en la identidad subjetiva de los habitantes. Además se contextualiza el concepto de re-signifcación, y cómo este proceso para el caso estudiado, es condicionado por las pretensiones del Estado de normalizar las conductas de las familias de asentamientos irregulares al insértalos en conjuntos habitacionales.

El cuarto capítulo, se presentan los antecedentes metodológicos de la investigación. En la cual se presenta el enfoque interpretativo de la misma, y se define la muestra de estudio, los procedimientos aplicados, las técnicas e instrumentos de recolección de la información y el análisis de la información aplicado.

Un quinto capítulo trabaja los resultados construidos. Lo que se estructura a partir de dos apartados, un primer apartado que analiza la significación que las personas estudiadas tienen con el campamento a partir de la vida en este lugar, describiendo las razones de la llegada a este, el uso de la vivienda, el uso de los espacios públicos, el significado que dicho espacio genera en los caso estudiados y el proceso de cierre y desarme que los habitantes de este lugar debieron pasar. El segundo apartado trabaja el re-significación del espacio a partir de la vida en la Villa General Bernales, entiendo que componentes de la vida en el campamento siguen dándose en el nuevo espacio y que otros aspectos son modificados o totalmente nuevos. Para esto se estudia los usos al interior de la vivienda y de los espacios públicos, las relaciones sociales al interior del barrio, los cambios materiales vividos y que ha significado el proceso de cambio y mudanza que dichas familias han pasado.

El sexto capítulo presenta las conclusiones del estudio, analizando en primera instancia de qué forman se cumplen los objetivos del estudio, presentando la significación en el campamento y la re-significación en la Villa. Además, se presentan los alcances del estudio y sus limitaciones, como la contribución científica que se buscaba junto con las percepciones del autor respecto a futuras investigaciones en cuanto a las temáticas planteadas.

El séptimo y octavo capítulo, presentan la bibliografía aplicada para construir el estudio y los anexos del mismo respectivamente.

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1. ANTECEDENTES

1.1 Nacimiento de los asentamientos irregulares:

Según datos del MINVU 2004, a mediados del siglo XX, la ciudad de Santiago comenzó a vivir un crecimiento demográfico sin precedentes. Se atribuye que la principal razón de este crecimiento, es explicado a partir del fenómeno migratorio protagonizado por trabajadores del sector rural, que decidían aterrizar en la cuidad bajo la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida. En este contexto, la ciudad se presentó como una mejor oferta laboral, que la propiciada por los sistemas tradicionales de latifundio, característicos de los sectores rurales.

Este crecimiento demográfico, se vio reflejado en un proceso de expansión territorial de la ciudad en todas sus direcciones, por sobre un crecimiento en términos de densidad poblacional. Producto de lo anterior, es que se da un estancamiento respecto a la representatividad de habitantes que producía la comuna de Santiago, dando paso a un crecimiento exponencial de las comunas aledañas a estas. Espinoza (1988) comenta que

“En efecto las comunas de Conchali, Ñuñoa, San Miguel y Quinta Normal, que en 1930 representaban 17 por ciento de la población de la provincia de Santiago, en 1940 representaban 22 por ciento, y en 1952 prácticamente un tercio (32 por ciento)” (Espinoza, 1988, p. 244). A su vez, el autor menciona que Santiago entre 1940 y 1952, creció casi en un 40%, a partir del cambio de uso-suelo de sectores agrícolas, ubicados en los sectores periféricos de la ciudad.

En este contexto de crecimiento poblacional, fue lógico que comenzara a existir una crisis habitacional sin precedentes. Básicamente por dos sencillas razones; por un lado, Santiago era una ciudad que no contaba con la estructura necesaria para abarcar la nueva demanda habitacional proliferante. Mientras que por otro lado, se dio un alza de precio en los arriendos de la cuidad, debido a que la vivienda definitivamente pasaba a ser considerada como un bien escaso, de alto costo y con una altísima demanda.

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Frente a esta situación, durante dicho período, se comenzó a acentuar la proliferación de ocupaciones ilegales de terrenos, por parte de grupos de la sociedad que no contaban con el capital necesario para acceder a algún tipo de vivienda o solución habitacional, que los acogiera en conjunto con sus familias. Dichas ocupaciones comenzaron a recibir el nombre de “poblaciones callampas”.

Las primeras ocupaciones de terrenos, según autores como Sepúlveda (1998), Espinoza (1988), De Ramón (1990), se dan de manera espontánea, a partir de la ocupación de pequeños grupos, los cuales iban creciendo de manera paulatina mediante iba corriendo la voz de la ocupación de ciertos terrenos. No existían concentraciones previas, ni tampoco era predecible determinar cuántas familias llegarían a colonizar los terrenos tomados.

En esta línea, Sepúlveda (1998), comenta que en primera instancia las poblaciones callampas, no podían ser consideradas como movimientos sociales, que buscaban instaurar y proclamar su derecho a una vivienda. En ningún caso la ocupación de terrenos era un acto planificado y organizado. Es en razón de lo anterior, que la distribución espacial, de estos primeros conjuntos informales, son totalmente desregulados.

Esta extensión irregular y espontanea de la ciudad, provocó que las tomas de terrenos fueran en espacios que no contaban con los privilegios del tejido urbano, en relación al acceso a servicios básicos de manera regular, como eran el alcantarillado, pavimentación, conexión eléctrica y agua potable. Este tipo de precariedad hacía que la vida en las poblaciones callampas fuera en extremo complicada, siendo lugares con incontables peligros sanitarios, lejos de espacios de trabajo formales (la cual era una de las principales razones del porqué existía un movimiento migratorio del campo a la ciudad), y lejos de cualquier servicio propio de la ciudad, como servicios de salud, de transporte o cualquier tipo de servicio público.

Entrado la década de los sesenta, era posible encontrar familias de la ciudad de Santiago, viviendo en sectores cercanos al Zanjón de la aguada, Cerro blanco, Cerro San Cristóbal, Mapocho Norte y hacia el sur del Estadio Nacional.

Además los habitantes de las poblaciones callampas, debían convivir con la posibilidad de que las fuerzas públicas los desalojaran de los terrenos utilizados, a partir de órdenes del

9 gobierno (dado que en general era la ocupación de terrenos fiscales). No obstante, Espinoza plantea que:

“El gobierno bien poco podía ofrecer frente a la realidad de las callampas. En la totalidad de los casos, ante la inexistencia de políticas adecuadas de vivienda, debió consentir este tipo de ocupación y, posteriormente, preocuparse de buscar alguna solución más definitiva para los grupos involucrados.”(Espinoza, 1988, p. 246). Además, el autor presenta un cuadro que permite dimensionar el aumento de familias viviendo en poblaciones callampa dentro de la década de los cincuenta:

Cuadro Número 1. Familias en poblaciones callampas 1952 -1959.

Fuente: Espinoza, 1988, p. 247

Es posible observar como dentro de un período de menos de 10 años, la cantidad de personas que habitan en asentamientos irregulares aumenta prácticamente al doble. Siendo las comunas periféricas las que recibieron más familias en esta condición, lo que demuestra cómo

10 las callampas se van instalando en los sectores donde se estaba jugando el crecimiento de la ciudad.

Así, las poblaciones callampa eran espacios con alta densidad poblacional, ubicadas en sectores sin condiciones de habitabilidad urbana, propensos a catástrofes, como inundaciones e incendios (dada la cercanía a ríos, y conformación mediante materiales inflamables) y en las que sus habitantes concentraban altos índices de pobreza.

Estas problemáticas, Según Espinoza (1988) y Sepúlveda (1998), lentamente van produciendo que los pobladores de las callampas -quienes en un principio no cuentan con vínculo alguno, más allá de la problemática habitacional, ni tampoco organización alguna- comiencen a tener puntos de encuentro a partir de la exclusión social compartida, dando paso a formas de organización que afrontan la situación de conflicto a la que se encuentran expuestas estas familias.

En consecuencia, según dicho autores, estas proliferantes formas de organización, empiezan a generar para mediados de la década de los sesenta, un proceso identitario inexistente hasta esa fecha por parte de estos grupos. Este nuevo fenómeno que se da en las poblaciones callampas, produce que los pobladores de dichos espacios, vean en el Estado de Chile, la responsabilidad de dar respuesta a su situación habitacional.

No obstante, para entender la baja capacidad de respuesta habitacional con la que contaba el Estado, es importante hacer un pequeño repaso de lo que fue la política habitacional hasta la década de los sesenta.

1.2 Política Habitacional primera mitad del siglo XX:

Los primeros indicios de política habitacional mediante la promoción del Estado aparecen aproximadamente en 1906. Estos se caracterizaban por ser “sistemas de préstamos pensados para apoyar el arriendo y habitación por familias pobres y obreras; después leyes que permitieron el otorgamiento de préstamos a imponentes de las cajas Nacionales de Empleados a mejoreros y compradores de a plazo”. (MINVU, 2004)

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Sin embargo, durante las siguientes décadas se ve una diversidad de instituciones ligadas al sector habitacional que van mutando a partir de la incipiente y la incontrolable migración del campo a la ciudad.

Si bien, es posible afirmar que la temática habitacional durante la primera mitad del siglo XX, no pasó desapercibida en Chile, aún era una institucionalidad que se encontraba en pañales (apenas iban 40 años de políticas de vivienda), por lo cual, frente al crecimiento desbordante de ciudades como Santiago, el Estado se vio muy limitado y poco ágil en dar respuesta a las demandas habitacionales, representada principalmente por las familias de la poblaciones callampas.

No obstante, dentro de las respuestas que se dieron en un primer momento, De Ramón afirma que el Estado intentó hacer frente a la formación de asentamientos espontáneos, través de dos tipos de acciones:

“Continuar con la construcción de poblaciones que se hacían por la Caja de habitación, añadiendo a esta labor una serie de incentivos a los particulares para promover la edificación, como fue el establecimiento de tributos a los beneficios para que estos sean invertidos en la actividad constructora, o, b) erradicar a los habitantes de las “callampas” hacia otros lugares (De Ramón, 1990, p. 12). Según el MINVU (2004), las políticas de erradicación se desarrollan con fuerza durante los gobiernos de Gabriel González Videla (1946-1952), Ibañez (1952-1958) y Alessandri (1958- 1964).

Lo interesante de esta solución habitacional, es que las familias reasignadas dada la mínima inversión del Estado, se ven obligadas a vivir procesos de auto-construcción, en los que son los mismos pobladores los encargados de dar forma a sus viviendas definitivas, definiendo materialidad y distribución. Frente lo cual cada poblador y familia, le otorgó su estampa propia al terreno y espacio asignado por el Estado.

1.3 Tomas de terrenos:

Entrada la década de los sesenta, la lenta solución del Estado para con las familias de las poblaciones callampas, arrendatarios o allegados, fue motivando la organización de los pobladores, quienes en sentido contrario a lo que consistió la conformación de las callampas

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(proceso más bien espontáneo debido a la necesidad habitacional), deciden tomar acciones concretas que motivarán al Estado a dar pronta respuesta, y que hiciera que sus demandas fuesen escuchadas. Proceso que da inicio a las tomas de terreno planificadas.

Dicha transición según Sepúlveda (1998) provoca que las poblaciones callampa, lentamente comiencen una conversión hacia un tipo de movimiento social que exige el acceso a la vivienda. Por lo que sostiene que:

“Un movimiento social es una acción que involucra a un grupo social, que posee una identidad y que plantea una lucha reivindicativa… Lo que diferenciara a las tomas de terreno, de otras iniciativas y que las constituyen como movimiento social es que estas son producto de una acción organizada de pobladores, los cuales se auto reconocen a sí mismos como diferentes de los otros.” (Sepúlveda, 1998, p. 109) En este sentido los diferentes autores mencionados, coinciden que el caso más emblemático de la época, que representa a los pobladores de callampas como movimiento social reivindicativo, fue la toma que terminaría con la conformación de la población La Victoria.

La Población la Victoria nace, a partir de la toma de terreno por parte de pobladores habitantes del Zanjón de la Aguada, quienes vivían en condiciones de habitabilidad particularmente insalubres. Junto con esto, los pobladores del zanjón eran víctimas constantes de incendios que dejan múltiples damnificados y decenas de casas destruidas. Espinoza (1988), menciona que entre 1947 y 1957 los habitantes del Zanjón de la aguada, debieron enfrentar alrededor de 19 incendios.

Estas circunstancias, motivaron a que la madrugada del 30 de octubre de 1959, cerca de dos mil familias provenientes del Zanjón de la Aguada, ocuparan los terrenos ubicados en la avenida La Feria. Sepúlveda menciona lo siguiente

“Se inicia, de esta forma, una nueva etapa en la historia de los pobladores. Lo interesante es que desde este momento se establece un quiebre en la historia nacional, puesto que se pone un ejemplo de ocupación de terreno a través de la movilización social, que como tal, logra establecer una acción negociadora con el Estado.” (Sepúlveda, 1998, p. 111). Si bien, el gobierno de la época buscó bajo diferentes mecanismos, dar término a la toma de la Victoria, pero la influencia de diferentes actores, como partidos políticos de izquierda y la

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Iglesia Católica, sumado a la falta de una solución concreta y rápida para todas las familias en cuestión, dada la falta de recursos, concluyó en que la solución que se decidió entregar a estas familias fue transformar la ocupación ilegal, en un proyecto de población a partir de la buena disposición de los distintos actores y organismos.

Esta nueva etapa de tomas de terreno, ejemplificada en lo que significó la consolidación de población la Victoria, re-orientó a los movimientos que buscaban una solución habitacional a organizarse y exigir con fuerza al Estado una respuesta a sus demandas. Además, dio paso a que la ocupación de terrenos fuera una acción estratégica, la cual buscaba que la solución a entregar por el Estado fuera en el mismo terreno tomado.

1.4 Período de participación Popular, Dictadura Militar y Democracia:

Según MINVU (2004), para mediados de los años sesenta, la situación habitacional del país era crítica -lo que se reflejaba en un gran cantidad de tomas de terrenos estatales y privados- por lo cual, el Estado, representado en los gobierno de Eduardo Frei y posteriormente bajo el gobierno de Salvador Allende, debió crear una nueva institucionalidad que lograse hacer frente a estos nuevos movimientos sociales que buscaban revindicar su derecho a una vivienda digna.

El gobierno de Frei Montalva, tuvo como objetivo habitacional atender preferentemente a los sectores de más bajos ingresos de la población, teniendo por meta cuantitativa la construcción de 360.000 viviendas durante el periodo de 1964 a 1970. Todo esto en el contexto de una política de integración y participación social dirigida por el Estado, que promovía la organización social y la auto construcción de viviendas.

“El gobierno de Frei en materia habitacional hizo un cambio de enfoque respecto al gobierno de Alessandri: el objetivo ya no fue la reactivación económica sino que la redistribución de recursos y la incorporación a la sociedad de los sectores “marginado”, a través de su movilización y organización.” (MINVU, 2004, p. 128) Este cambio de enfoque no es menor, ya que invita a involucrar en los procesos de la política habitacional a los distintos actores sociales, a partir principalmente de organizaciones de base como las juntas de vecinos. Otro punto importante, es un nuevo reordenamiento institucional que culmina con la creación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, mediante la Ley 16.391, de 16 de diciembre de 1965.

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Para el gobierno de la unidad popular se mantuvo una lógica similar a la del gobierno de Frei. Se consideraba que la actividad constructiva lucraba y se beneficiaba a partir de la carencia habitacional de las familias más vulnerables. Por lo que según palabras de Raposo (2001), el objetivo primordial en esta materia, es que cada familia llegue a ser propietaria de su casa.

No obstante, existía un contexto donde las tomas de terreno se habían agudizado, como nunca antes en la historia del país, Fadda y Ducci (1993) aseguran que para el año 1968 las tomas de terreno eran menos de 10 por año, mientras que para el año 1970 esta cifra aumento a más de 220.

Lo importante de este período en cuanto a la política habitacional, es el reconocimiento de la vivienda y a la ciudad como un derecho a la que todo sujeto debiese acceder. Siendo un proceso promovido a partir del principio que, los pobladores de las tomas de terreno son un actor relevante en el diseño y desarrollo de los conjuntos que estos habitarán, por lo cual el Estado se responsabiliza de hacer eco a la demanda reivindicativa de dichos movimientos.

No obstante, este período de la política habitacional, y de las tomas de terreno entendidas como movimiento social, se ve interrumpido de forma abrupta, a partir del fin a la democracia ocurrido el 11 de septiembre de 1973 con el golpe militar. Sepúlveda (1998), comenta que solo la fuerte intervención militar de septiembre de 1973 que culminó con una dictadura, fue capaz de reducir la lucha reivindicativa habitacional.

El período de 1973 a 1990, constituye un nuevo modelo de política habitacional para Chile, sobre todo porque el Estado da un giro en su modelo de desarrollo económico, conformándose y consolidándose como un Estado Neo-liberal. Este nuevo paradigma se funda en cierta concepción de la sociedad que es importante de resumir, ya que será la lógica que marcará las políticas sociales de la actualidad.

Es bajo este contexto que los militares van construyendo la política habitacional de la época, la cual tiene como eje principal la constitución de la figura del subsidio habitacional a la demanda. El subsidio según Sugranyes (2005), se define como una ayuda en dinero (por parte del Estado) para la compra de una casa, por parte de una familia que no cuenta con propiedad. No obstante, este subsidio no cubriría la totalidad del pago de una vivienda por lo cual va

15 acompañado de un aporte por parte del propio beneficiario, más el endeudamiento del mismo a través de un crédito hipotecario. Se produce una focalización de los recursos por lo que el Estado:

“ayudaría a las familias más necesitadas suplementando su poder adquisitivo con subsidios directos, en tanto los bancos privados ofrecerían financiamiento suplementario… de esta forma la construcción y el financiamiento de viviendas quedaría a cargo del sector privado y el gobierno solo actuaría como facilitador”. (Rojas, 1999, p. 2) Para 1970 en plena consolidación del Estado Neo-liberal, se liberaliza el mercado del suelo, “se simplifican las reglas para incorporar terrenos a usos urbanos y se flexibilizaron las normas que regulaban el uso de la tierra… para que el crecimiento urbano marcase más de acuerdo con las tendencia del mercado” (Rojas, 1999, p.3). Por lo cual la ciudad deja construirse de forma planificada y pasaba a ser regulada mediante las reglas de la oferta y la demanda. Además con el fin de reactivar la economía, solo se construyen viviendas nuevas, dejando de lado los programas de remodelación y mejoramiento de viviendas.

No obstante, si bien el período de militar, sentó las bases de la política habitacional que se da hasta la fecha, en términos cuantitativos no fue del todo exitoso, ya que según datos de MINVU, “se estima que el promedio de la oferta habitacional del gobierno militar estuvo entorno a las 45 mil viviendas anuales, mientras que en igual período la formación de hogares llegó a ser de 90 mil unidades”. (MINVU, 2004, p. 187):

En resumen “este periodo tuvo la relevancia de marcar la evolución del concepción de la vivienda: desde un derecho social función obligatoria del Estado, al concepto de un Estado subsidiario inserto en una economía de libre mercado” (MINVU, 2004, p. 187).

Para el periodo que va desde 1990 hasta inicios de la década del 2000, se mantuvo las principales característica de la matriz impuesta por la dictadura. El Estado sigue su rol subsidiario, actuando solo como ente fiscalizador del sector privado en términos de calidad de la construcción.

Dentro de la década de los años noventa, el principal objetivo del Estado fue construir viviendas sociales a gran escala, con el fin de dar un pronta solución a los miles y miles de

16 chilenos que se encontraban en situación de carencia habitacional. Lo cual es reflejado en cifras del censo 2002. Larrañaga (2003) advierte que el número de viviendas aumento en un 25%, mientras que disminuye el número de habitantes por vivienda y aumenta la tenencia en propiedad de la vivienda.

Consecuencia de todo lo anterior, los nuevos de construidos en la década de los noventa, también fueron llevados a la periferia de las ciudades, donde el valor del suelo era menor y la factibilidad económica (a partir del incentivo económico de los privados) se hacía posible. Durante dicho periodo se construyeron innumerables conjuntos que contaban con metros cuadrados mínimos y con densidades poblacionales inmensas, sin buen acceso a transporte, salud, educación y trabajo. Consolidándose según Correa (2015), patrones de segregación territorial, dado que se acumula a la población más pobre del país, en determinadas áreas de la periferia de la ciudad, emergiendo problemas de distintos ámbitos sociales.

Junto con lo anterior, para la década de los noventa en particular, la materialidad y calidad técnica de las viviendas también deja mucho que desear, al contar con una baja fiscalización en obra. Datos del MINVU (2004) hablan de que las viviendas SERVIU 1, un 31% aparecieron afectadas por algún tipo de falla.

Ana Sugranyes comenta que la construcción de viviendas sociales durante la década de los ochenta, se enfocó principalmente en la erradicación de campamentos formados en la década de los sesenta y setenta. Asegurando que “entre 1979 y 1984, 28 mil familias han sido erradicadas en Santiago, lo que corresponde al 20 por ciento de los hogares pobres de la ciudad” (Sugranyes 2005, p. 31). No obstante, argumenta que si bien estas políticas aplicadas logran dar techo a los pobres a través de una solución habitacional en propiedad y de carácter definitivo, los estudios demuestran que:

“a pesar de la obtención de la casa propia anhelada para lo erradicados, aparecieron problemas como la pérdida de empleo; el incremento de los costos, especialmente de traslado hacia y desde los lugares de trabajo y otros, dificultades de acceso a educación, salud y subsidios de la red social; además de nuevas dimensiones de violencia e inseguridad que no existían en los campamento... Además los estudios

1 SERVIU: Servicio de Vivienda y Urbanismo.

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establecieron que más de la mitad de los pobladores erradicados manifestó su voluntad de regresar a su campamento de origen”. (Sugranyes, 2005, p. 31). Por lo cual, Sugranyes sostiene que es posible encontrar en gran parte de los barrios construidos desde la dictadura militar hasta el año 2005, problemas en cuanto a desempleo, deserción escolar, narcotráfico y un símil de otras problemáticas de índole social y delictual a partir de la problemática territorial. Con respecto a lo laboral:

“Entre los hogares que viven en los conjuntos más segregados es mayor el desempleo y menor la probabilidad de salir de la pobreza. Un dato revelador de ese estudio indica que la mayoría de las mujeres que habitan esos barrios populares altamente segregados prefiere no trabajar (53,8% inactivas) puesto que la compensación monetaria proveniente del ingreso mínimo al cual ellas generalmente pueden optar, no suple el gasto tanto en tiempo como en dinero que les implica trasladarse a los lugares de trabajo .” (Sabatini y Brain, 2008, p. 11) Frente a la gran cantidad de viviendas sociales construidas durante dos décadas, pareciera ser según la tesis de Rodríguez, y Sugranyes (2005), que la problemática habitacional pasa a ser ya no el problema de los sin techos habitando terrenos ajenos, sino que al contrario, la gran problemática en torno a la vivienda haría referencia a “un enorme stock de viviendas sociales inadecuadas que requieren atención…hoy en Santiago el gran problema habitacional es el de las familias con techo”. (Rodríguez, Sugranyes, 2005, p. 33). Por lo cual, Rodríguez, y Sugranyes comentan que incluso en algunos casos, los beneficiados con la política habitacional de los ochenta y noventa consideran que viven una realidad habitacional peor a la que se daba en el asentamiento irregular.

Sabatini evidencia que los nuevos movimientos sociales con fines habitacionales, comienzan a exigirle al Estado su “derecho a la Cuidad”, comprendiendo que su solución habitacional no puede ser dada en la periferia, donde estarían lejanos a toda prestación de bienes y servicios, manteniéndose la situación de exclusión. Otro reflejo de esto, es como los nuevos asentamientos informales que se van creando en la última década, se encuentran en comunas centrales, “Así, las grandes ocupaciones ilegales de terreno de antaño ya no parecen posibles. Han sido sustituidas por pequeños grupos dispersos por la ciudad que muestran el ánimo de no ceder en la búsqueda de un emplazamiento que mejore su "geografía de oportunidad". (Sabatini y Brain, 2008, p 12)

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1.5 Surgimiento de los campamentos y Política de vivienda de 2001 a 2016.

Paradójicamente al avance en términos de cobertura que ha logrado la política habitacional en las últimas décadas, aun así para el año 2016, es apreciable la existencia de asentamientos irregulares, los cuales hoy en día reciben el nombre de Campamentos 2. Esto demuestra como aún existen personas que no cuentan con los medios monetarios, para hacerse con un inmueble, que les permita contar con un hogar a través del intercambio económico, o que en su defecto no han sido beneficiados por la política habitacional subsidiaria, por lo que se ven obligados a vivir en asentamientos irregulares, donde no deban desembolsar un capital significativo en materia de arriendo, dividendo o tener que vivir en condición de allegamiento.

Según datos de la fundación TECHO, a partir de su Encuesta Nacional de Campamentos (ENDC), al año 2015 existen 691 campamentos en Chile compuestos por 36.023 familias. Esto presenta un incremento sostenido de los campamentos y familias en esta situación, si se compara con el catastro realizado por el MINVU en el año 2011 3. Estos datos demuestran que a pesar de los esfuerzos realizados por el Estado desde la década de los cincuenta, y los avances significativos logrados -por lo menos en materia cuantitativa- en cuanto a la entrega de soluciones habitacionales, sigue existiendo una situación habitacional, que no ha logrado ser solucionada, dado que aún hay familias que se encuentran dispuestas a vivir en situación de campamento, en un contexto de precariedad material donde no existe el acceso a servicios básicos. El 47 % de las familias de campamento tienen una conexión de luz irregular y se encuentran colgadas al cableado eléctrico, siendo propensos a la constante posibilidad de sufrir incendios en sus viviendas. Además, un 76% de ellas no cuenta con agua potable y un 91% de las viviendas no tiene sistema de alcantarillado.

Junto con lo anterior, la ENDC reconoce que la situación que se vive al interior de los campamentos no solo es preocupante en términos incapacidad económica y carencia material de una vivienda digna, sino que a su vez, se aprecia un contexto en distintos ámbitos de la sociedad,

2 El Ministerio de Vivienda en la actualidad define a un campamento como la conformación de ocho o más familias agrupadas o contiguas, que no cuentan con acceso regular a uno de los servicios básicos (alcantarillado, agua potable y energía eléctrica) y que se encuentran en una situación irregular del terreno, es decir, que no sean propietarios del inmueble en donde habitan. 3 Disponible en: http://www.minvu.cl/opensite_20110523144022.aspx

19 que demuestra una situación de desventaja en cuanto a los habitantes de campamento, respecto al resto de los ciudadanos. Por ejemplo, en materia laboral la realidad es poco alentadora, dado que, la ENDC arroja que el nivel de cesantía que se vive en los campamentos es cercano al 10%, cifra superior en un 4,2% al registrado por el INE, respecto a la realidad nacional para el año 2015 . O en materia de educación, donde el 66,2% de los mayores de edad habitantes de campamento no ha finalizado su educación escolar.

Como muestran las cifras mencionadas, se observa que para el año 2015, la existencia de los campamentos, sigue siendo una realidad para Chile, y aún peor, una realidad que va en aumento según las cifras proporcionadas por la ENDC. Frente a esto, y complementando la tesis de Rodríguez y Sugranyes (2005), se podría mencionar que el problema habitacional es una realidad para los con techo y los sin techo.

El contexto descrito, ha producido que finalizando la década de los noventa, se da nuevamente un giro en términos de política habitacional y trabajo con familias de campamento, ya que por un lado, en el año 2001, se crea un nuevo programa para familias vulnerables, y por otro lado, en el año 1997 se crea el programa Chile Barrio, posteriormente en el año 2006, la Línea de atención de campamentos, y en el año 2011, la Secretaría Ejecutiva de Campamento, todos programas que buscan dar atención a las familias de campamento en particular.

Las conclusiones de los expertos como Rodríguez y Sugranyes (2005), Ducci (1997), Sabatini y Brain (2008), junto con las exigencias de la ciudadanía, fomentaron que para el año 2000 en adelante, se dé por parte del Estado, un cambio de perspectiva respecto a la política pública de vivienda, dando prioridad a temáticas no consideradas dentro de las los años anteriores, como la buena localización de los nuevos conjuntos habitacionales, o la mejora en la calidad material de la viviendas construidas. Debido a esto, es que en la actualidad podemos encontrar viviendas sociales en comunas consideradas como céntricas o envueltas en zonas no pobres, tales como, Peñalolen, Estación Central, La Florida y Maipú (al igual que distintos conjuntos habitacionales de la década de los sesenta y setenta). Si bien el Estado sigue cumpliendo una función subsidiaria y fiscalizadora, externalizando la responsabilidad de la gestión de los proyectos y su construcción al sector privado.

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En términos programáticos respecto a este periodo (que llega hasta el año 2016) en cuanto a los programas destinados a las familias vulnerables, destaca la creación del Fondo Solidario de Vivienda (FSV), modificado en el año 2011, por el Fondo Solidario de Elección de Vivienda 4 (FSEV), regulados por los Decretos Supremos N°174 y N°49 respectivamente. Este programa y sus respectiva modificación, son las bases de la política habitacional actual, respecto a la situación de exclusión que viven las grupos más desfavorecidos del país, y es innovador en tanto que inserta una serie de nuevos elementos al marco habitacional y el desarrollo urbano de la cuidad.

Por un lado se da una diversifican de las opciones de postulación y soluciones respecto a las cuales los beneficiarios pueden acceder. Se prioriza una postulación de tipo colectiva, que permita que grupos organizados en comités de vivienda, puedan de manera conjunta pasar a vivir en nuevos conjuntos habitacionales. Esto con la idea de que las familias puedan mantener sus redes e identidad grupal, buscando minimizar las problemáticas de índole social que ocurrieron con los conjuntos de los años ochenta y noventa. No obstante, sigue existiendo la oportunidad de buscar solución de manera individual, a partir de la posibilidad de adquirir viviendas usadas que cumplan con ciertos estándares técnicos. Además surge la posibilidad de la construcción en sitio propio y la densificación predial

Por otra parte, se promueven que el subsidio otorgado por el Estado, costeé prácticamente el total de la vivienda a construir, exigiéndole al beneficiario, solo un ahorro mínimo de 10 uf, eliminado para el tramo más vulnerable de la población, la relación con los créditos hipotecarios y la banca privada ..

Además, el FSV y el FSEV, incorporan una dimensión social en cuanto a la construcción de viviendas sociales, siendo uno de los aspectos más relevantes, el que se involucra a las familias en el diseño de sus viviendas, cuando se trata de postulaciones colectivas que buscan la construcción de nuevos conjuntos habitacionales. Por lo cual se diagnostica y determinan las necesidades de las familias, con el fin de que los nuevos barrios respondan a sus características y requerimientos. Además, se crean planes de acompañamiento social, con el objeto de que las

4 Para mayor detalle de estos reglamentos, es posible descargarlos de la página www.minvu.cl

21 familias beneficiadas, cuenten con apoyo en términos de organización del grupo postulante, involucramiento en el desarrollo del proyecto, preparación para ser futuros propietarios, tareas de administración y co-propiedad de los barrios y capacitación en el acceso a redes y servicios cercanos a sus nuevas viviendas.

Por último, el estándar técnico sube considerablemente siendo viviendas que cuentan con una mejor materialidad y espacialidad que sus antecesores, dejando además la posibilidad que los usuarios del programa puedan proyectar un crecimiento de sus viviendas según sus necesidades familiares, construyéndose viviendas con posibilidades de ampliación.

También se implementa la constitución de las Entidades de Gestión Social (EGIS), 5 quienes serán instituciones públicas o privadas, que funcionan como mediadores entre el Estado y las constructoras, siendo los encargados diseñar el proyecto, realiza el acompañamiento social y conseguir a la constructora del proyecto.

2. PROBLEMATIZACIÓN Y OBJETIVOS

2.1 Problematización.

Según MINVU 2004, la política de vivienda en Chile, ha buscado a lo largo de su más de 100 años de historia, dar solución habitacional a los grupos más desprotegidos y vulnerables de

5 Para el año 2011, a partir de la modificación del programa, con la entrada en vigencia del FSEV, pasan a llamarse Entidades Patrocinantes (EP).

22 la sociedad. Las diferentes políticas sociales aplicadas hasta la fecha, han significado diferentes tipos de solución habitacional según gobierno, tipo de modelo de desarrollo, y las demandas que han logrado impulsar los pobladores de asentamientos irregulares o los beneficiarios de políticas de vivienda deficientes.

Para el caso de los pobladores de asentamientos irregulares, independiente del tipo de solución recibida, al ser beneficiado por una política social de esta índole, implica un cambio en las condiciones materiales de vida asociado a la vivienda y su entorno, que conlleva un proceso de reordenamiento físico, social y mental, en función de su condición original.

En este sentido, las familias de asentamiento irregulares, que son trasladadas a conjuntos habitacionales patrocinados por el Estado, tendrán una relación con este espacio, condicionada por su hábitat original (campamento), por lo cual deben generar un proceso de adaptación que les permita desarrollarse en su nuevo lugar de residencia.

Por ejemplo, las familias de campamento, del período de la década de los sesenta y setenta, al realizar una toma organizado de territorios en la que en muchos casos se quedaron definitivamente en esos lugares, produjo según Sepúlveda (1998), que estos hayan entendido la toma de terrenos como un proceso de conquista, el cual requiere de prácticas de organización sólidas, y trae como consecuencia una valoración y cuidado por el espacio adquirido.

A su vez, la solución para acondicionar urbanísticamente los espacios tomados, fue para el gobierno de Frei Montalva, por ejemplo, promoviendo un proceso de auto-construcción, bajo el cual cada familia iba desarrollando su propia vivienda, y así se va conformando un barrio- población desarrollado por sus propios habitantes. En la que existe coherencia entre el espacio habitado y la forma de vida de sus habitantes.

Lo anterior también hace suponer entonces, que estos pobladores tendrán una relación de cuidado, acerca de la solución habitacional entregada, ya que cuentan con la oportunidad de utilizar el territorio escogido por los mismos y edificarlo según sus propias pretensiones. De igual modo, se tendrá una especial preocupación y respeto por el uso de los espacios públicos y los demás habitantes del lugar.

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A diferencia del caso anteriormente mencionado, la política de los años ochenta y noventa, generó una relación entre los pobladores beneficiados y su nuevo espacio social, totalmente negativa, según Rodriguez y Sugranyes (2005).

Juan Carlos Skewes (2005), comenta que no es solo un flujo espacial el que se produce con la política habitacional, sino que lo más importante de todo el proceso de traslado del campamento a la vivienda social, es “el tránsito de una forma de sociedad a otra que se expresa de modo irregular, impreciso y matizado por las vicisitudes de historias personales desarraigadas de sus mundos de vida y trasplantadas a nuevos escenarios” (Skewes, 2005).

Frente a esta situación, Skewes (2005) considera que el campamento entendido como diseño popular, garantiza protecciones que viabilizan la supervivencia de este grupo de familias. Por lo cual, las familias beneficiarias considerarían al campamento como un espacio que a pesar de que quizás en condiciones materiales es inferior a su actual vivienda, les entrega ciertas condiciones que hacen que sea un lugar que cuenta con una valoración positiva en contraste a su actual situación (vida en block en la periferia de la ciudad).

En cuanto a la actual política habitacional (FSV –FSEV) que va desde el año 2005 a la fecha, y su relación con los campamentos, dado la contingencia de la temática, ha sido difícil para esta investigación, encontrar estudios recientes (2012 en adelante) que busquen específicamente, posibles significaciones que beneficiarios de asentamientos irregulares tienen respecto a su anterior espacio (campamento) o de su actual lugar de residencia (conjunto habitacional). Es más, por ejemplo, hoy en día no existe claridad respecto a por qué a pesar de los esfuerzos en materia habitacional tanto pública como privada se mantiene constante el crecimiento de los campamentos en los últimos 5 años e incluso se contraponen estudios diferentes, por un lado un estudio realizado “ponen en duda que la existencia de campamentos sea una clara y simple manifestación del "déficit habitacional. Corresponde también a una decisión calculada de sus residentes para mejorar su localización dentro de la ciudad.” (Brain, Prieto y Sabatini, 2010). Mientras que por otro lado, la ENDC 2015, manifiesta que más de 50% , de los encuestados llegó al campamento por no tener otro lugar a donde ir con su núcleo familiar o por alguna problemática familiar, siendo una situación homóloga a la que producía con las ya mencionadas “poblaciones callampas”.

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No obstante, si es posible identificar diferentes organismos como TECHO-CHILE, Centro de Políticas Públicas UC, Instituto de Estudios Urbanos UC, facultades de sociología y arquitectura de diferentes universidades, etc., que estudian el fenómeno de la vivienda social y los campamento desde diferentes aristas.

Es por esto que la presente investigación, intentando ser un aporte en la problemática expuesta, buscó realizar un estudio de caso acerca de familias pertenecientes a un campamento en la comuna de Puente Alto, de nombre el Peñoncito, que fueron beneficiados por la actual política habitacional y pasaron a vivir al conjunto habitacional Villa General Bernales de la misma comuna. Esto con el fin de conocer cómo es re-significado el cambio espacial que estas familias vivieron, como consecuencia del traslado de un campamento a un nuevo conjunto habitacional. Ya sea a partir de la relación con el espacio físico, de las relaciones sociales, o como ha sido entendido de forma subjetiva por cada poblador.

El campamento peñoncito, se encontraba ubicado en la calle el Peñon, con la calle Camilo Henríquez en la comuna de Puente Alto de la región Metropolitana. Y su nombre como es apreciable, es a partir de la calle donde se instaura el campamento. Este asentamiento nace a fines de la década los noventa, en función de la necesidad de diferentes familias, no necesariamente relacionadas entre sí, por contar con un lugar donde poder habitar, debido a su situación de vulnerabilidad, la cual no les permite contar con los medios necesarios para adquirir una vivienda de forma regular mediante el mercado inmobiliario.

Así, como ocurre con la mayoría de los asentamientos irregulares en general, poco a poco comenzaron a llegar más personas con la necesidad de contar con un vivienda para estar junto a su núcleo familiar, (al final del campamento vivían alrededor de 53 familias), desarrollando un conjunto caracterizado por contar con viviendas de escaza materialidad (madera, lata, desechos y otros), sin áreas verdes o espacios de recreación y sin ningún tipo de servicio básico. Habitado además por familias con poco capital económico, social y cultural.

No obstante, al paso de unos pocos años y a diferencia de lo que se pudiese pensar, un pequeño grupo de familias decide organizarse, por buscar y exigir al Estado, una solución habitacional que les permita dejar de vivir en estas condiciones.

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Se consolidan estructuras de organización, mediante la constitución de un comité de vivienda y se elige una directiva de forma democrática, la cual busca representar los intereses y necesidades de todas las familias del lugar. En este sentido, es posible a apreciar a primera vista, que este grupo tiene una relación con su espacio que no es óptimo para estos, no necesariamente por las prácticas que se dan al interior de este, sino por la escaza materialidad con la que cuentan las viviendas y la falta total de servicios, como alcantarillado, o agua potable.

Una vez organizado las familias del campamento, comienzan un arduo trabajo con instituciones públicas y privadas, con el fin de lograr el objetivo de tener su vivienda propia y con la particularidad de que esta sea de forma colectiva, es decir que, todas las familias del lugar, buscan seguir viviendo de manera conjunta. Por lo que desarrollan la opción de que el Estado mediante la gestión de una Entidad de Gestión de Inmobiliaria Social (EGIS), desarrolle un conjunto habitacional totalmente nuevo. 6

Así nace la idea de desarrollar el proyecto Villa General Bernales. Este proceso inicia en el año 2005, y es logrado recién para el año 2015, existiendo diferentes problemáticas propias de la política de vivienda actual, tales como: la falta de terrenos, constructoras con poco capital, o la lentitud de asignación de fondos por parte del Estado. En este contexto, las familias del campamento debieron demostrar un fuerte ímpetu y constancia para lograr su objetivo último.

Para finales del año 2015 las familias del campamento Peñoncito junto a familias de otros campamentos, y allegados del sector, pueden recibir las llaves de su vivienda definitiva, e inician su vida en la Villa General Bernales.

Sin embargo y como se explica en los antecedentes teóricos, cada espacio requiere de conductas diferentes, sobre todo en el paso de un contexto informal a uno de carácter formal. Por lo cual, dichas familias deben enfrentar la compleja situación de insertarse en un nuevo espacio-social, que bajo los objetivos del Estado, está que éste grupo humano desarrolle conductas específicas, dentro del orden de la formalidad, ya sea mediante el pago de cuentas, el cuidado de los espacios y la no modificación arquitectónica de las viviendas. Por lo que para

6 Una EGIS es una entidad pública o privada encargada de diseñas y gestionar la construcción de conjuntos habitacionales, mediante los fondos entregados por el Estado a través de los subsidios.

26 cumplir con estos requerimientos, deberán contar con una alta capacidad de adaptación y con la difícil misión de dejar atrás una relación con el espacio particular, plasmada en sus prácticas y discursos, en función de lo que era el campamento Peñonctio, con el fin de adaptarse a lo que supuestamente debiese ser su vida en la Villa General Bernales.

De este modo, la pregunta que orienta esta investigación es:

¿Cómo son las formas de re-significación, que construyen las familias de asentamientos irregulares, beneficiadas por la política la pública del programa Fondo Solidario de Vivienda, una vez instalados en su nuevo espacio social?.

2.2 Objetivos.

2.2.1 General:

• Comprender las formas de re-significación socio-espacial, que construyen las familias de asentamientos irregulares, beneficiadas por la política pública del programa Fondo Solidario de Vivienda, una vez instalados en sus nuevos barrios.

2.2.2 Objetivos específicos:

• Describir la significación de las familias estudiadas en relación al campamento Peñoncito y el tiempo que habitaron en este espacio social. Yendo desde su llegada al campamento hasta el momento de su término y desarme. • Contrastar la significación del campamento Peñoncito, con las prácticas y percepciones que han desarrollado las familias estudiadas en la Villa General Bernales, ya sea en relación a la nueva vivienda habitada y el espacio privado de cada familia, como del barrio en su conjunto y la convivencia social que se da al interior de este. • Conocer la re-significación socio espacial de las familias estudiadas, en cuanto a su vida en la Villa General Bernales.

2.3 Relevancia Sociológica:

En términos sociológicos, la presente investigación buscó ser un aporte científico en base a dos lineamientos. Primero que todo, en materia de sociología del espacio, se profundiza y trabaja el apartado teórico en cuanto a que los territorios, lugares y su distribución del espacio,

27 moldean las prácticas sociales de los grupos habitantes, como a su vez, se produce una subjetivación simbólica de los individuos acerca del lugar o espacio en cual se desenvuelven, la que también tendrá de igual forma una fuerte relación con la construcción física y el tipo de prácticas que lo sujetos estén dispuestos a realizar. En específico para este estudio, se trabaja en el caso de las familias habitantes de asentamientos irregulares “campamentos”, consolidando y demostrando que la relación con estos espacios particulares, marcados por una alta vulnerabilidad e informalidad, genera un modo de actuar y habitar diferente a otros espacios formales. Por lo cual, el traspaso a viviendas sociales genera un efecto en los individuos y grupos, quienes deben re-significar (dotar de significados) su nuevo espacio condicionado por su habitar anterior. Así, esta investigación, permite aceptar con mayor fuerza la teoría de la relación sujeto- espacio, bajo la cual se entiende que este concepto no es un mero escenario en donde los individuos se desenvuelven e interactúan, sino que por el contrario, funciona como un actor relevante que configura y es configurado en función de las prácticas entre en los individuos y grupos habitantes.

Además, esta investigación busca trabajar estos aportes teóricos mediante una metodología cualitativa, en la cual se pone relevancia a las prácticas de interacción entre los sujetos y el espacio, mediante la observación participante, junto con la propia percepción de los sujetos respecto a los lugares habitados. Por otro parte, se trabajó con un caso empírico representado en las familias del campamento Peñoncito y Villa General Bernales, permitiendo entender mediante un caso concreto, pero que a su vez recopila características particulares propias de la situación de cada sujeto y familia estudiada.

3. ANTECEDENTES TEÓRICOS.

3.1 Estado del Arte análisis relación sociedad y espacio.

El concepto de espacio y su relación con la sociedad y los sujetos, ha sido trabajado por distintas disciplinas de las ciencias sociales, entre ellas la sociología, antropología, geografía, y la psicología social. Autores que han abordado esta temática son por ejemplo, Geogre Simmel en

28 su libro El Espacio y la sociedad, Henry Lefebvre y su teoría de la producción social del espacio, Pierre Bourdieu a través del trabajo de los conceptos de campo, espacio social y habitus, Rober Castells a partir del concepto de sociedad informacional. Respecto a lo más teóricos más contemporáneos se pueden encontrar especialista en la temática del espacio social como, Edith Kuri, o Sergio Tamayo y Katherin Wildner. Pudiéndose desprender además, una serie de otros autores a través de temáticas relacionadas y entrecruzadas, como las referentes a la sociología urbana y el concepto de ciudad, en los cuales se engloban autores como Bauman (2001), Sennet (2002), Foucault (2006) o Giddens (1995) .

Con respecto a la re-significación de los espacios, existe mucho trabajado de campo aportado por la antropología, que más allá de una construcción teórica a priori, realizan concusiones a partir de la información recabada en el trabajo de campo. Algunos autores clásicos Louis Wirth, C. Geetz. Dentro del contexto latinoamericano están autores como Wildner, Francois Tomas, Eduardo Nivón Bolán . Y dentro de lo que es Chile, algunos de los autores que más han trabajado re-significaciones de espacio son Francisca Márquez y Juan Carlos Skewes, a partir del caso de las viviendas sociales.

Gerog Simmel es de los primeros sociólogos, en intentar definir el concepto de espacio y su relación con las prácticas y discursos sociales. Siendo quizás, el punto de partida para el futuro desarrollo del concepto y los diferentes autores que han trabajado el concepto (no obstante, autores clásicos como Durkheim o Weber abordaron el espacio solo de forma indirecta).

Simmel reconoce que el espacio en sí, en cuanto formas de proximidad o distancias espaciales, no tiene ninguna resonancia sociológica. Sino que son los factores sociales los que le dan sentido al espacio. Además, indica un punto medular de la problematización del espacio al mencionar que la experiencia humana es por esencia una experiencial espacial.

Una corriente de pensamiento que se vio influenciada por Simmel fue la escuela de chicago, quienes también se dedicaron a realizar estudios sociológicos a partir de la geografía humana. Robert Park planteaba que las urbes modernas son ante todo una forma de sociabilidad:

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“La ciudad es algo más que una aglomeración de individuos y de servicios colectivos...la cuidad es sobre todo un estado ánimo, un conjunto de costumbres y tradiciones... En otras palabras, la cuidad no es simplemente un mecanismo físico y una construcción aritficial: está en los procesos vitales de la gene que la forman.” (Park, 1999, p. 49). Al igual que Simmel, Park relaciona la construcción de ciudad con el concepto de modernidad, señalando que la cuidad urbana es el taller del hombre moderno, y es el espacio construido para que este pueda desarrollarse. Por lo cual, la ciudad genera diversos sujetos sociales con su respectivas prácticas socio espaciales y perfiles identitarios.

Otro exponente de la escuela de Chicago que trabaja estas temáticas es Louis Wirth, quien desarrolla el concepto de urbanismo, definiéndolo a partir de tres componentes:

Tamaño de la población: El incremento demográfico afecta las relaciones sociales así como el carácter de la misma ciudad. Ya que, mientras mayor es la cantidad de habitantes, mayor será la diferenciación social de los mismos.

Densidad: La densidad implica la disputa constante del espacio, ya que este es restringido a partir de la cantidad de individuos que coexisten dentro de los mismos límites.

Heterogeneidad: Lo prevaleciente en la cuidad urbana es la heterogeneidad, ya que los sujetos se agrupan a partir de intereses o afinidades en común.

En consecuencia, Wirth entiende el urbanismo como modo de vida, como una forma específica de asociación humana, siendo un factor relevante de las ciudades las prácticas socioculturales.

Otro autor clásico, que trabaja el concepto de espacio es el francés Pierre Bourdieu. Este intelectual, entiende el fenómeno espacial a partir de dos dimensiones: en un plano físico y en un plano social. Existiendo un vínculo inquebrantable entre ambos. Siendo la dimensión material, un cristalización de lo que ocurre en el plano social. “así como los individuos y las cosas ocupan un lugar físicamente, en el terreno social los agentes también lo hacen de modo tal que, detalla Bourdieu, cuentan con una posición determinada y existe un distancia entre ellos” (Kuri, 2013, p. 82 ). Por lo que en resumen, el posicionamiento espacial suele ser reflejo de posicionamiento social.

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Además, Bourdieu manifiesta que la oposición es el elemento definitorio tanto del espacio social como del espacio físico. “La estructura del espacio se manifiesta, en los contextos más diversos, en la forma de oposiciones espaciales… En una sociedad jerárquica no existe espacio que no esté- jerarquizado y no exprese las jerarquías y las distancias sociales.” (Bourdieu, 1999, p. 120).

Otro autor que estudia el fenómeno espacial es la geógrafa Doreen Massey, quien desarrolla una noción sobre lo espacial con una clara correspondencia sociopolítica. Su mirada constructivista del espacio, se plantea principalmente a través de tres puntos:

-El espacio es producto de las relaciones sociales

-El espacio es la esfera de la posibilidad de heterogenidad

- El espacio tiene un carácter procesual, siempre se encuentra en construcción, a partir de las relaciones que realizan los sujetos. Acuñando también, la relación entre espacio e identidad.

Por otro lado, la socióloga Edith Kuri trabaja la relación que existe entre poder y espacio, precisando que el poder como cualquier práctica social, requiere que se le permee a los individuos con la idea de permanencia. En consecuencia, las instituciones políticas como religiosas, requieren la edificación de monumentos de diversa índole. Por ejemplo, menciona como las religiones requieren de una iglesia (edificio). El poder, sin importar el tipo que sea, menciona la autora, busca a través del espacio, simbolizarse, es decir, hacerse tangible. Busca otorgarle una duración mayor a un tipo de relación que es una construcción socio-histórica. Por lo que concluye que el poder a través del espacio es como logra perpetuarse y puede reproducir socialmente su existencia. Por lo que, sigue la lógica de los planteamientos de Bourdieu, asegurando que el poder mediante el dispositivo espacial, es invisibilizado y naturalizado por los sujetos.

Kuri también trabaja el concepto de lugar, diferenciándolo del de espacio. Definiendo que espacio es un terreno abstracto, ilimitado, que tomará forma una vez que sea significado y valorado por los individuos, transformándose en lugar. Por lo que el lugar es un territorio de significatividades, en el cual se encuentran diferentes tipos de relacionalidad social, identidades, intencionalidades, etc.

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Otros exponentes de la UNAM de México, son Sergio Tamayo y Kathrin Wildner, quienes coordinaron un libro de nombre Identidades urbanas (2005), el cual recopila una serie de artículos relacionados con la subjetivación del espacio y su permeabilidad en las identidades y prácticas colectivas. En este libro, los propios autores desarrollan ciertas concepciones, que son importantes de considerar.

Primero que todo, estos autores realizan una definición de ciudad en la que la definen como, “producto de la intención humana, resultado de la acción social, escenario de contactos sociales y derivación de manifestaciones culturales. Es producto de la historia.” (Tamayo y Wildner, 2005, p. 34).

El concepto de espacio, lo define a través de dos niveles. Por un lado, de forma práctica respecto al uso cotidiano que las sujetos realizan del espacio y por otro lado a partir de la carga afectiva y emocional del espacio.

En este mismo libro, Virginia Guzmán (2005) trabaja los conceptos de uso y apropiación. Argumentado que el uso del espacio tiene relación con el sentido práctico de las acciones, mientras que el de apropiación tiene un componente afectivo. Por lo cual, la subjetivación del espacio se encontraría dentro del marco de la apropiación más que en la del uso.

“La apropiación del espacio es una acción personal o colectiva atravesada por la empatía- endopatía que actúa como detonador de la aceptación o rechazo inicial que favorece o no el surgimiento de la identificación entre las personas en y con el espacio, en tanto que es una respuesta a la necesidad de trascenderse a sí mismo a través de los otros mirándose en un espejo común que encarna el espacio compartido.” (Guzmán, 2005, p. 233).

Por otra parte trabaja los conceptos de territorio y lugar. Con respecto a territorio, se refiere a este como “zona de límites y dimensiones variables que tiene que ver con nuestra seguridad vital, que se defiende como un derecho adquirido mediante su apropiación real o simbólica, física o social. Tiene límites y dimensiones variables de acuerdo con el grado de confianza personal o grupal” (Guzmán, 2005, p. 233).

Con respecto al concepto de lugar, remite a la ubicación del yo con relación a los otros en un sistema de reconocimiento socio-espacial.

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En el caso Chileno, la relación del espacio con las comunidades, ha sido trabajado por los antropólogos Francisca Marquez o Juan Carlos Skewes (2005), al analizar por ejemplo las formas de organización y lazos afectivos que producen las familias de asentamientos irregulares a los espacios tomados, entendidos espacios de protección frente a la exclusión social. Por otro lado autores como Wormald, Sabatini, Brain o Ibañez, han extensos estudios respecto a los problemáticas sociales de la segregación y la conformación de la ciudad entendido como mecanismo de distanciamiento social y cultural.

Por otro lado en Latinoamérica también existen variados estudios de casos que buscan analizar la adaptación de grupos vulnerables provenientes de espacios informales como tomas de terrenos en proyectos habitacionales patrocinados por el Estado. Algunos ejemplos son, María Belen Herrero quien realiza un estudio en Argentina a partir de los conceptos de disciplinamiento de Foucault. F. Girola, quien a partir de un estudio también de Argentina, define operacionalmente el uso del espacio en los conjuntos habitacionales definiéndolos como; incompatibles, ociosos e inciviles. O Sanin en Colombia, quien trabaja el concepto de espacio doméstico en función del acomodamiento de familias de asentamientos irregulares.

3.2 Marco teórico:

Como se menciona en el apartado anterior, la relación entre espacio y sociedad no ha sido un lineamiento de investigación mayormente relevante dentro de las ciencias sociales, respecto a temáticas como el tiempo u otros. No obstante, durante más de cien años ha sido estudiado por distintos autores y en distintos momentos. Todos estos autores coinciden en la idea de que las prácticas sociales y la subjetividad de los individuos, se encuentran condicionadas y posibilitadas a partir de la estructuras físicas en las cual se desarrollan los individuos, es decir, el espacio donde se desenvuelven. Por lo cual, todos los autores mencionados hasta este punto, adhieren al pensamiento que de que existe una estrecha relación entre espacio y sociedad, por lo que el espacio puede considerarse como espacio-social. Siendo esta la premisa principal que guió la investigación al momento de construir y relacionarse con el objeto de estudio.

En consideración de lo anterior, la estructura del marco conceptual se divide en dos ejes. Un primer eje, busca reforzar el argumento acerca de la relación del espacio con los sujetos y las prácticas sociales, principalmente a partir de los argumentos de P. Bourdieu y E. Kuri. Una

33 segunda idea, tomada a partir de los planteamientos trabajados por T. Vidal y E. Pol, busca justificar como esta relación de los espacios con la sociedad se da a partir de un procesos de significación, entendido como dotar de significado a los espacios. Por lo cual, en la evidencia empírica se busca demostrar y describir la significación que las familias del campamento Peñoncito construyeron con dicho lugar, y como esta relación condiciona su inserción y adaptación a la vida en la Villa General Bernales.

Una tercera línea de análisis, busca demostrar que para el caso estudiado la re- significación del espacio (reordenamiento a partir del cambio de hábitat), no se da de forma libre para las familias estudiadas, dado que deben cumplir con una serie de requisitos en cuanto a conducta, a partir de las exigencias de la política pública de vivienda y la formalidad habitacional. Por lo cual esta situación es analizada como argumento teórico a partir de la visión de M. Foucault, respecto a cómo los Estados utilizan a la ciudad y el espacio como mecanismo de disciplinamiento

3.2.1 Espacio y prácticas sociales.

El primer argumento que la construcción teórica de la presente investigación tomará, es el planteado por Edith Kuri (2005), el cual habla que en general el espacio ha sido abordado como algo dado naturalmente, es decir, como mero escenario del quehacer humano. Sin embargo, el espacio es un proceso que es resultado de las relaciones sociales, las que a su vez, son el mismo espacio quien las configura.

En esta misma línea, Pierre Bourdieu (1993) profundiza en la idea de cómo el espacio físico es reflejo de oposiciones y diferenciaciones que se producen en el nicho del mundo social, por lo cual el espacio físico vendría a ser una objetivación de las distancias del mundo social, lo que conlleva como efecto, el hecho de que determinados lugares se encuentren asociados a ciertas subjetivadas colectivas, caracterizadas por estar ligados a valoraciones negativas o positivas según el grupo social que dicho espacio representa. El autor ejemplifica mediante contextos como el de la capital y la provincia, siendo significaciones espaciales que reflejarían ciertas formas de actuar y pensar. A su vez, muestra cómo diferentes estructuras espaciales se relacionan a partir de los conceptos de ascensión o declinación, reflejado en percepciones como las de subir al barrio alto o de bajar a los suburbios, poblaciones (para el caso chileno) o guetos.

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Siguiendo con esta la línea los conceptos de centro y periferia también reflejarían ideas como las de exclusión o inclusión.

Sin embargo, el autor enfatiza que “la incorporación insensible de las estructuras del orden social se cumple, en buena medida, a través de las experiencias prolongadas e indefinidamente repetidas de las distancias espaciales” (Bourdieu, 1993, p. 121). Demostrando que las diferencias físicas y territoriales de diferentes espacios, no solo son la cristalización de las clasificaciones sociales, sino que además permite que estas - encuentran sustento y se refuerzan mediante la separación y distanciamiento del espacio físico- naturalizando las diferencias de los distintos grupos de la sociedad a partir de elementos objetivos como la ubicación en la cuidad o el capital que se logra reflejar en elementos como la vivienda y el entorno.

Otra idea importante de rescatar del autor francés y que fue crucial para efectos de cómo se aborda la relación del espacio y el grupo humano estudiado referente a familias de asentamiento irregulares (campamentos) una vez instaladas en sus nuevos barrios, es guiada por la idea de que el espacio físico no solo permite reflejar y naturalizar separaciones de grupos de la sociedad, sino que además permea las estructuras mentales de los sujetos o grupos que se desenvuelven un determinado espacio físico. En este sentido Bourdieu (1993) asegura que los espacios arquitectónicos, interpelarían al cuerpo humano y obtienen efectos de este.

Por lo cual el hábitat o espacio físico es considerado según el autor, como un elemento que aportaría en la construcción del habitus, entendido como sistema de disposiciones que constituye una estructura que integra “todas las experiencias pasadas” y “funciona en cada momento como una matriz de percepciones, de apreciaciones y de acciones” que efectúan los individuos . En consideración de lo anterior, el habitus no solo sería generado por las estructuras sociales o la posición social, donde le toca nacer a un individuo, sino que además, es asentado por las condiciones físicas y la connotación social, que otorga el espacio social donde se ha desarrollado un determinado grupo con un determinado habitus de clase. Siendo el espacio físico un elemento, estructurado y estructurante, dentro de la conformación del habitus. Lo cual permitiría comprender como la relación de un sujeto o grupo, con un determinado lugar, permea y condiciona tanto prácticas como apreciaciones de los individuos.

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Más allá de la pertinencia respecto a la construcción del habitus (que no es relevante para esta investigación), el párrafo anterior, profundiza la idea respecto a cómo los habitantes de un lugar, tanto como las personas externos a este, tienen percepciones e imaginarios acerca de ciertos espacios, los cuales configuran e interpelan el actuar de los sujetos y las prácticas sociales que se desarrollan al interior de estos. En este caso acerca del campamento Peñoncito y posteriormente la Vila General Bernales, hecho por el cual es posible que se reconozcan actuares distintos del mismo grupos de personas, en dos lugares completamente diferentes.

En consecuencia del párrafo anterior, cómo habitar y poseer un espacio, requiere que los actores sociales deban conocer reglas y códigos particulares del lugar en cuestión que les toca habitar, es decir, es necesario contar con un capital cultural y un habitus específico de los distintos espacios, ya que de lo contrario se corre el riesgo de no ser aceptado por el grupo con el que se debe coexistir. En esta línea Bourdieu comenta que:

“la creencia de que el acercamiento espacial de agentes muy alejados en el espacio social puede tener de por sí, un efecto de acercamiento social: de hecho, nada es más intolerable que proximidad física (vivida como promiscuidad) de personas socialmente distantes” (Bourdieu, 1993, p. 123). Por lo que, existiría una ocupación legítima del espacio solo a partir de una ocupación prolongada del mismo, relacionada con la frecuentación continua de los ocupantes que allí comparten.

Otra idea que es importante de recalcar y que es fundamental a tener en consideración al momento de analizar espacios sociales, en grupos que se desenvuelven en ambientes catalogados como faltos de capital y por sobretodo vulnerables socio-económicamente, es que por lo general viven un estigmatización que los degradan simbólicamente a quienes lo habitan “los cuales hacen los mismo con él, ya que al estar privado de todas las cartas de triunfo necesarias para participar en los diferentes juegos sociales no comparten sino una común excomunión.” (Bourdieu, 1993, p. 124).

De esta forma, la concentración homogénea de una población desposeída en un mismo lugar, tiende a profundizar la condición de los mismos, principalmente en cultura y prácticas

36 culturales, es decir que “producen un efecto de arrastre hacia abajo y por lo tanto de nivelación y no dejan otra salida que la huida” (Bourdieu, 1993, p. 124.)

En este sentido, y siguiendo el pensamiento lógico de Bourdieu, es probable que los grupos humano que habitan asentamientos irregulares, producen una relación con su espacios, que se ajustaba a las condiciones físicas en las que se desarrollaron durante ese tiempo prolongado, la cual para este caso, se caracteriza por las condiciones de precariedad, en cuanto a materialidad de las viviendas, y la falta de servicios básicos como agua y alcantarillado. De igual forma, dicho espacio físico, no solo irá condicionando las relaciones sociales y subjetividades simbólicas, sino que al mismo tiempo, el espacio físico (campamento) va siendo construido y tomando forma, a partir de las prácticas y discursos que los ocupantes van generando con el paso del tiempo. Por lo que el espacio físico sería condicionante para los sujetos y a su vez, los sujetos construirían su espacio físico a partir de su significación.

Los argumentos presentados permiten entender cómo la relación de los sujetos y grupos con los espacios, no son estáticas ni fijas, si no que por el contrario, moldean prácticas y pensamientos particulares en el tiempo (para Bourdieu con el concepto de habitus) e incluso muestra relación con las diferenciación social de la sociedad. Por lo que es correcto hablar de la construcción de espacios-sociales, con el fin de especificar la relación que existe entre estas dimensiones. Configurándose un círculo en el que se entrecruzan y condicionan constantemente, estructura física, prácticas sociales, subjetividad y percepción de los individuos (self).

3.2.2 Concepto de significación:

Tomando en consideración lo anterior, es que para efectos de esta investigación toma fuerza la idea de que una parte importante de la relación entre las personas/grupos con los espacios es en función un proceso de significación del espacio que se describe a continuación.

Vidal y Pol (2005), aseguran que las personas y los grupos, generan apropiación sobre los espacios habitados. Entendiendo que “la apropiación del espacio es un proceso dialéctico por el cual se vinculan las personas y los espacios, dentro de un contexto sociocultural, desde los niveles individual, grupal y comunitario hasta el de la sociedad”. (Vidal y Pol 2005, p. 291). Este proceso se desarrollaría mediante dos componentes que son; la acción-transformación y la

37 identificación simbólica. La acción-transformación es entendida por los autores como procesos de interacción entre los sujetos que coexisten en un determinado espacio en el cual “la persona incorpora el entorno en sus procesos cognitivos y afectivos”. (Vidal y Pol 2005, p. 283). Mientras que la identificación simbólica los sujetos y el grupo, se reconocen en el entorno. De este modo, los autores consideran que la apropiación del espacio es un proceso dinámico de interacción del sujeto con su entorno. Por lo cual consideran que la capacidad de apropiación, no es el dominio de un espacio físico, si no el dominio de las significaciones sociales que conlleva dicho espacio. Por lo que además considerarían que las personas no generan apego con lugar si no con los significados que dicho espacio conlleva, a partir de las experiencias vividas.

En esta línea los autores aseguran que el proceso de significación se lleva a cabo mediante las acciones transformadas de interacción que realizan los sujetos en los espacios, incorporando la dimensión física de su vida a sus procesos cognitivos y afectivos. Lo cual en el mediano plazo, trae como consecuencia que los sujetos se sientan identificados simbólicamente con dicho lugar, reconociéndose en el entorno, lo que permearía la identidad de los sujetos.

Estos argumentos tienen estrecha relación con los planteamientos de Bourdieu, al considerar que la relación con una determinado espacio social es partir de la construcción de significados compartidos por los grupos habitantes, quienes permean su actuar y relación entre individuos, en función de una serie de códigos, normas y conductas, que tiene lógica a partir del lugar donde estas prácticas son llevadas a cabo. Como de igual forma, el espacio va variando y se va encontrando en función de los significados subjetivos y colectivos.

Así, este proceso de apropiación, da entender según lo planteado por los autores, que la relación de una comunidad con los espacios habitados se forman a partir de “depósitos de significados”, compartidos por los distintos actores, los cuales construyen las prácticas que se dan al interior de los espacios, como a su vez, desarrollan aspectos de la identidad de los individuos. Ambos resultados traerían por una parte, una mayor cohesión de las personas que habitan un determinado entorno físico como a su vez estabilidad en las identidades personales.

A continuación se presenta un cuadro resumen elaborado por los autores en cuanto a su teoría:

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Cuadro Número 3: Figura de apropiación del espacio.

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Fuente: Guardia, Pero, Pol y Vidal (2004).

Tomando estos planteamientos en consideración para la construcción teórica de esta investigación, es pertinente argumentar que los grupos humanos, realizan un proceso de significación de su espacio (le dan un significado), que permea las relaciones sociales, las prácticas de interacción entre los habitantes, y la identidad y percepción subjetiva del mismo, altamente relacionadas también, con la dimensión física que tenga dicho espacio.

Esta idea permitirá comprender que las familias de asentamientos irregulares generan una signifcación con su espacio, a partir de condiciones externas como puede ser componentes de vulnerabilidad o informalidad, y condiciones internas, a partir del tipo de acciones transformados e identidad que han construido en de dicho espacio lugar. Llevando consigo un tipo de habitar particular, que posteriormente debe volver a ser configurado a partir de un cambio drástico en sus condiciones materiales.

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En esta línea Vidal y Pol (2005), también mencionan otro elemento que es clave para esta investigación, el cual hace alusión con que:

“El significado del espacio se deriva, en definitiva, de la experiencia que en éste se mantiene, lo que incluye el aspecto emocional como ha destacado José Antonio Corraliza (1987, 2000). La experiencia emocional en los lugares implica que las acciones que se desarrollan en el lugar y las concepciones que del lugar se generan están imbricadas. De esta premisa también parte Gustafson (2001a), en un estudio empírico, al plantear tres polos alrededor de los cuales emerge el significado: el self, los otros y el entorno” (Vidal y Pol, 2005, p. 295).

Esto es relevante ya que deja claro que la experiencia que se viva en un determinado espacio, será clave al momento de entender las prácticas y concepciones que se obtengan del mismo. Junto con definir que el significado y por ende la significación se define por el self, los otros y el entorno mismo.

Por último, respecto a lo que se entenderá por re-significación, es debido que, al producirse un quiebre con el espacio, en virtud de que este es dejado de habitar por una comunidad, para pasar a vivir en otro entorno, con una nueva dimensión física, este grupo debe cargar de significados (que determinarán prácticas e identidades) el nuevo lugar. No obstante, la experiencia con el espacio anterior, condicionará fuertemente el nuevo habitar del grupo, por lo que más que una significación totalmente nueva que empieza desde cero, se produce una dialéctica -entre lo que se trae y lo que se incorpora por las nuevas condiciones físicas y sociales- al cual se acomoda de mejor forma el concepto de re-significación, ya que toma en consideración este proceso.

Estos planteamientos, a rasgos generales son compartidos por otros autores dentro de las ciencias sociales. Kuri, toma de Marc Auge, la idea de que los lugares, se caracterizan por contar con un componente identitario, otro relacional y uno histórico. Siendo un soporte material y simbólico en donde se cruzan diferentes temporalidades de presente, pasado y futuro. Por ende, los lugares cuentan con una dimensión cognitiva y otra axiológica. Para ejemplificar este punto, Kuri acuña el concepto de topofilia desarrollado por el geógrafo Yi-Fu Tuan. Por topofilía, se entiende como la relación social que producen los sujetos en cuanto a un espacio material, percibido, habitado y apropiado. Es una manifestación de amor, respecto a un lugar

41 determinado, condicionado a partir de las coordenadas históricas y culturales como la propia existencia socio-espacial de los individuos.

A su vez, tal como los individuos pueden generar sentimientos de amor, respecto a ciertos espacios y lugares, tienen la capacidad de generar totalmente lo contrario con determinados espacios y lugares. Esta reacción opuesta se considera dentro del concepto de topofobía y se define por el rechazo, desprecio por un determinado lugar.

“El espacio no solo es escenario de la identidad sino además uno de sus componentes, de forma tal que un cambio en la identidad puede redundar en una mutación espacial y viceversa, una transformación espacial tal vez pueda desembocar en la dinámica identitaria”. (Kuri, 2013, p. 94). Por otro lado, existirían diversos autores como Baumann y Sannet, quienes hablan que a partir de los avances tecnológicos y las nuevas redes internacionales, existirían tendencia mundial hacia la desapropiación de los espacios, es decir que poco a poco se eliminarían la barreras físicas y espaciales, dejando de ser necesarios encontrarse arraigado a las prácticas y conductas de un determinado lugar. Bajo este punto de vista se podría reflexionar, respecto a que las familias de campamento al ser relocalizadas, no realizaran un proceso de re-signifcación sino por el contrario no tendrían arraigo con su vida en el campamento al ser parte de la aldea global, y generarían fácilmente una nueva significación o incluso podría ser que nunca hayan generado relación con su dimensión física anterior, ni menos con su actual entrono.

No obstante, Castells plantea que si bien existe una tendencia hacia las comunidades de global mediante el concepto de sociedad informacional, considera que este proceso de globalización no implica que exista una tendencia de desaparición de lo local. Incluso afirma que frente a la disolución de identidades generales, lo local entendido como los más intímo de los espacios (como el lugar donde una persona habita), refuerza la identidad y arraigo de los individuos. Lo anterior se ejemplifica en la siguiente cita:

“Lo global no disuelve lo local, al contrario, crea la posibilidad de un papel mucho más activo, mucho más decisivo de lo local. En términos propiamente culturales, lo local y los lugares se convierten cada vez más en trincheras de identidad. Frente a la disolución general de identidades en el mundo instrumental del espacio de los flujos (véase mi libro La sociedad red, Alianza Editorial, 1997), el espacio de los lugares se

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constituye como expresión de identidad, de lo que yo soy, de lo que yo vivo, de lo que yo sé y de lo que organizo mi vida en torno a ello.” (Castells, 1998, p. 1). En consideración de este punto, es posible entender que dentro de una sociedad que tiende hacia lo global, aún es posible utilizar la idea en cuanto a la relación de los sujetos con su espacio-local. Más aún en un contexto de vulnerabilidad como es el caso de las familias estudiadas, quienes se enfrentan a un proceso de discriminación social, en el cual deben generar un proceso de dotación de significados bajo el cual puedan contar con una estabilidad emocional y cohesión social, que les permita hacer frente a su situación de exclusión.

3.2.3 Re-significación esperada por parte del Estado.

El objeto de estudio, que en este caso son familias de asentamiento irregulares que mediante la ayuda del Estado, pasan a vivir a nuevo espacio-social, viven un proceso de re- significación que cuenta con condiciones particulares. Ya que no es un proceso de re- significación totalmente libre en función a las características del grupo o como ocurre en el caso de cualquier familia que cambia de vivienda, sino que se produce un fuerte factor normativo a partir de ciertos requisitos que el programa habitacional del cual son beneficiarios las familias estudiadas exigen.

Es decir que, los depósitos de significados no son totalmente libres ni muchos menos, ya que las acciones transformadoras que se espera que realicen las familias beneficiadas sea dentro del marco de un programa el cual cuenta con objetivos específicos.

En esta línea, es importante describir que el programa de vivienda que aplica el Estado, busca que las familias de campamento realicen una re-significación en el cual adecuen sus conductas e identidad a la normalidad de la sociedad.

Si se toma en consideración los argumentos de M. Foucault, se podría plantear que estos requerimientos del Estado dentro de los cuales se encuentra el pago de cuentas, la mantención de los espacios comunitarios, la no modificación de los espacios físicos, el pago de bienes comunes, la generación de un reglamento de copropietarios, es partir de la búsqueda disciplinar a un grupo de la sociedad que opera por fuera de los cánones establecidos ( tomas de terreno, construcciones irregulares, etc.), lo cual pasa a ser relevante en este estudio dado que condiciona y presiona al grupo estudiado a optar por un tipo de significados por sobre otros, como si ocurriría en un proceso de relocalización de índole privado.

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En consideración de lo anterior, es importante para efectos de esta investigación comprender que la construcción de las ciudades también busca -según palabras del autor francés- responder a determinados objetivos, en los cuales se encuentran como foco principal la construcción de ciertas conductas esperadas en este caso por parte del Estado.

Es así como Foucault en el libro Seguridad, territorio y población (2006), escrito a partir de un curso impartido en el Collegé de France, durante los años 1977 y 1978, menciona que mediante la configuración de los conceptos de territorio, población e individuo, es posible aplicar mecanismos de soberanía, disciplinamiento y seguridad, asegurando que:

“la soberanía se ejerce en los límites de un territorio, la disciplina se ejerce sobre el cuerpo de los individuos, y la seguridad, para terminar, se ejerce sobre el conjunto de una población” (Foucault, 2006, p. 27). Por lo cual el autor considera que los problemas de los espacios serían igual de relevante para estos tres mecanismos. Es decir que, para lograr aplicar soberanía se considera necesario delimitar un territorio y ejercerse al interior de este. Para poder aplicar la disciplina sobre los sujetos sería necesaria una distribución espacial en específico lo que ocurría de igual forma con la seguridad ejercida en una población. No obstante el autor es claro en recalcar que cada uno de estos mecanismo de conducta es se realizan tratamientos particulares con el espacio.

En sentido Foucault ejemplifica mediante la descripción de diferentes tipos de ciudades, argumentado que:

“La soberanía capitaliza un territorio y plantea el gran problema de la sede de gobierno, y así como la disciplina arquitectura un espacio y se plantea como problema esencial una distribución jerárquica y funcional de los elementos, la seguridad tratara de acondicionar un medio en función de acontecimientos… que será preciso de regularizar en un marco polivalente.” (Foucault, 2006, p. 40). Para efectos del presente marco y en relación al objeto de estudio ya descrito, se acogen los argumentos de Foucault, respecto que la inclusión a la ciudad formal mediante las políticas públicas de vivienda opera como mecanismo de disciplinamiento, por lo que será importante detallar algunas características en relación a esta idea.

La ciudad entendida como forma de disciplinamiento, debe ser pensada a partir de estructura interna de la misma, a diferencia del mecanismo de soberanía el cual le otorga un valor

44 a la ciudad en relación a lo que se encuentra por fuera de esta. Además se debe observar como una figura geométrica, cuadrado o rectángulo subdividido en otros cuadrados y rectángulos, siendo un conjunto con divisiones claras y funcionales calculadas previamente. Por lo que espacios, son construido y diseñados, para que se ejerza una función en específico, ya sea mediante un barrio comercial, o un barrio residencial por dar algún ejemplo. Por lo que para el uso determinado que se lo otorga a un lugar dentro de la ciudad se esperan ciertas conductas y acciones específicas según la planificación propia de cada ciudad, y por tanto la disciplina sería el orden que regula la convivencia del espacio planificado.

Es por estas razones, que los asentamientos irregulares rompen la lógica misma de la ciudad entendida como mecanismo de disciplinamiento, ya que al ser su principal característica, la libertad de los grupos que allí habitan, de diseñar los conjuntos habitacionales y la distribución de los mismos, no se da la posibilidad de que su arquitectura opere como operaría en contexto de formalidad, siendo difícil lograr al interior de estos conjuntos conductas normalizadas, según los parámetros sociales. Existiendo conductas, códigos y normas, fuera de la lógica general esperada en el Neo-liberalismo.

Tomando como base este pensamiento, María Belen Herrero (2009) plantea que la construcción de viviendas sociales por parte de los Estados, para las familias excluidas del sistema social, busca funcionar como mecanismo de disciplinamiento que invita a estos grupos vulnerables a vivir bajo el alero del sistema neo-liberal.

Como primer punto, asegura que el disciplinamiento es un mecanismo para aplicar poder y sirve de la arquitectura con el objeto de crear espacios que sirvan como mecanismo de ver y producir sujetos, dado que la ubicación de sujetos en espacios cerrados, es condición de posibilidad parar moldear los cuerpos e individualizar sujetos, convirtiéndolos en personas con conductas normales y esperadas.

Si bien reconoce que los programas de vivienda social no generan espacios literalmente cerrados como las cárceles o manicomios, si ejecutan una modalidad de encierro parcial y que “se comportan como una unidad ordenada, estructurada, con fronteras que posibilitan el ejercicio del poder en su interior y la aplicación de técnicas de individualización. Se pueden identificar en su interior los cuerpos, ejerciendo un mayor control sobre ellos.” (Herrero, 2009,

45 p. 5). Por lo que se ubica a cada sujeto en un lugar preciso, el cual es fácil de identificar y controlar.

Por otro lado, comenta que los espacios que circulamos conllevan relaciones de poder, y se expresan mediante normas que codifican los cuerpos. Es así como “cada espacio y cada institución por la que el sujeto circula graba su cuerpo, codificándolo, marcándolo, automatizándolo, genera en él hábitos de comportamiento.” (Herrero, 2009, p. 6). Siendo así como los individuos se acoplan a la norma, actuando de manera esperada a medida que se naturalizan comportamientos que no son cuestionados por los actores.

Por tanto, el barrio pasaría a ser un mecanismo que conlleva un tipo de subjetividad específica, la de carácter urbano, la cual se sustenta en la lógica de la ciudad. Siendo la ciudad entendida como espacio propio de la modernidad, donde prima la civilización y las conductas normalizadas.

En consecuencia, el traspaso de un asentamiento irregular (fuera de la planificación de la ciudad) a un barrio, exigiría una nueva subjetividad para estos grupos, desde los niños hasta los más adultos, viéndose inducidos a asumir la normas y valores propio de la vida urbana.

Ahora, si se complementan los argumentos expuesto provenientes de P. Bourideu, Vidal, Pol y M Foucault, para el caso a estudiar, que representa un ejemplo de la vida en asentamientos irregulares y el traspaso hacia un nuevo espacio a partir de las políticas de Estado, es posible sacar algunas conclusiones de carácter teórico.

Estos autores coinciden en la idea que habitar un espacio por un tiempo prolongado genera de una forma u otra, conductas que se ajustan a la dimensión física de ese espacio y que de forma inversa ese espacio se va configurando a partir de las conductas de sus habitantes. Estas conductas funcionan de forma mecánica o mediante un proceso en que los sujetos crean un imaginario de su entorno y actúan según las percepciones que tengan sobre si mismos, sus pares y su entorno físico, lo cual se manifiesta mediante discursos y prácticas específicas de cada lugar.

Dentro del marco teórico de esta investigación, se conceptualizó y comprendió este tipo de conductas asociadas al espacio habitado, como (re)significación socio-espacial.

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Es así como se presupone que el objeto de estudio a investigar, entendido como las familias del campamento Peñoncito, han formado una significación respecto al espacio que han habitado por más de una década, por lo cual contarían con práctica y conductas propias del campamento que los acogió. No obstante, el campamento como espacio social, cuenta con la particularidad de no ser un lugar tradicional, ya que no es parte de la planificación urbana de la ciudad. En razón de lo anterior, este grupo contaría con una significación del espacio atípica, caracterizada por un contexto de informalidad, donde no existen requerimientos normativos propios de los espacios formalizados de la sociedad chilena.

Por otro lado, el Estado dentro de su contexto de ente normalizador de conductas según los planteamientos de Foucault, busca que la ciudad opere como mecanismo de disciplinamiento, por lo que pretende que la existencia de este tipo de asentamientos -que van fuera de las lógicas de planificación urbana- sean eliminados. Invitando a sus habitantes a ser parte de la ciudad formal y de las conductas propias del modelo de desarrollo neoliberal, regido por el mercado y la individualización de los sujetos, induciéndolos a dotar su nuevo espacio con una significación en línea con lo formal y regulado.

Lo interesante de esto, es que al momento de insertar a los beneficiarios provenientes de campamentos en esta lógica, dada la particularidad de sus entorno original, pueden ocurrir diferentes resultados, a partir de la tensión entre dos factores; por un lado la significación que acarrean de su hábitat anterior y por otra parte a partir de la especificidad del conjunto que habitaran, determinado por el tipo de política habitacional que se le aplicó. En esta línea se quiere decir que deberán re-significar su nuevo espacio social, y construir nuevas conductas socio- espaciales

4. MARCO METODOLÓGICO.

4.1 Definición general de la estrategia metodológica:

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La presente investigación se enmarca bajo un paradigma interpretativo, ya que este paradigma según Ramos (2005), concibe un mundo social construido interpretativamente donde existe una compresión de los sujetos, en el sentido y en el lenguaje. En esta línea, la investigación se lleva a cabo mediante un proceso en que el investigador “construye un interpretación sobre las interpretaciones que circulan en la sociedad y que la constituyen: son interpretaciones de segundo orden, que carecen de un referente objetivo” (Ramos, 2005, p. 88). Por lo cual, esta investigación abandona las nociones representacionistas de verdad y objetividad, entendiendo que estas se configuran a partir de una construcción social y no son posibles de concretar mediante medición, que tomen a la realidad como un ente externo al sujeto.

La investigación también se ampara en un paradigma interpretativo ya que epistemológicamente, se asume que el investigador no es un ente objetivo, que cuenta con neutralidad valórica, lo cual se hace presente al momento de la construcción de datos como de los análisis posteriores. Por lo que no es posible representar objetivamente el objeto de estudio entendido como una realidad externa sino con el cual se entra en interacción durante todo el proceso investigativo.

En esta lógica, se busca ahondar en la comprensión de la realidad, develando los significados detrás mediante una interpretación de los discursos y prácticas, de los habitantes del campamento Peñoncito y posteriormente de la Villa General Bernales.

En concordancia con lo anterior, el estudio será llevado a cabo a través de métodos cualitativos, que buscan recolectar información que permita lograr conclusiones con un alcance de tipo comprensivo, ya que se quiere “explicar cómo es comprendido un fenómeno y en qué condiciones se da este” (Hernádez S., 2003, p. 126). Siendo el principal objetivo, comprender cómo estos pobladores, re-significan el cambio espacial vivido, pasando de la informalidad a la formalidad propia de la vivienda social.

Dado el enfoque de la investigación, como su pregunta y objetivos, se considera que las técnicas más pertinentes para comprender la re-significación del espacio, visto en las conductas de los pobladores que se manifiestas en prácticas y discursos específicos, son dos. Por una parte, se realizó en una observación participante que permite ver in situ las prácticas y uso del espacio común e individual que realizan los habitantes del barrio Villa General Bernales. Y por otro lado,

48 se aplicó una serie de entrevistas que permitan comprender el discurso de los pobladores en cuanto a su anterior y actual lugar, poniendo énfasis en las dimensiones físicas, en las prácticas que se daban tanto en la vivienda como en los espacios comunitarios, y el significado subjetivo que cada lugar tiene para los entrevistados. Ambas técnicas fueron aplicadas mediante un corte temporal que va desde el 1 de agosto de 2016 al 30 de octubre de 2016, siendo una investigación de carácter transversal.

4.2 Definición de la muestra y criterio muestral

Universo: Familias provenientes de asentamientos irregulares que pasan a vivir en viviendas sociales a partir del programa de gobierno Fondo Solidario de Vivienda.

Población: Familias del campamento Peñoncito que pasaron a vivir al conjunto habitacional Villa General Bernales de la comuna de Puente Alto.

Muestra: Ocho familias del campamento Peñoncito que pasaron a vivir al conjunto habitacional Villa General Bernales de la comuna de Puente Alto. Los que serán contactados “a través de informantes clave y siguiendo un lógica de muestreo secuencial conceptualmente conducido” (Flick, 2004)

La muestra realizada fue de tipo no probabilística por lo cual opera bajo un carácter intencional, en este caso se trata de una de tipo cualitativa dirigida por la teoría, de la “muestra por criterios” ya que tiene como propósito “seleccionar a los sujetos o al grupo social, porque tienen uno o varios atributos que ayudan a ir desarrollando una teoría” (Coffey, 2005). Para este caso, se escogieron los entrevistados en función de una característica que permitiera que la información entregada de luces a la pregunta de investigación.

Por esto, el primer criterio para seleccionar la muestra es; haber vivido por más de cinco años en el campamento Peñoncito, dado que la teorización del concepto de significación (necesario para responder a la pregunta de investigación), conlleva el estar durante un tiempo considerable relacionándose con un espacio determinado.

Luego de definir el criterio temporal como primer punto de selección. Se decidió partir por entrevistar a la presidenta del comité del campamento que lideró el proceso de traslado hacia

49 la Villa General Bernales y una vez contactada la dirigente, comenzar con entrevistados que hayan participado a juicio de la dirigente, activamente en el proceso de consecución de la vivienda, con el fin de tener un visión de un grupo de entrevistados que hayan realizado las acciones necesarias para dejar de habitar en el campamento. Así, fue posible realizar tres entrevistas a personas que participaron activamente del proceso descrito. Una vez realizado el contacto con los entrevistados, se le solicitó a estos a mismos el contacto de sujetos que no hayan participado activamente el proceso de consecución de la vivienda, con el fin de identificar si entre estos grupos existían diferencias importantes en cuanto a la significación por el campamento y su re-significación por el nuevo barrio, siendo posible realizar 2 entrevistas más. Por último, con el fin de aumentar las interpretaciones y significados de la muestra, se volvió a solicitar a la dirigenta el contacto para entrevistar dos casos, que fueron mencionados en las entrevistas anteriores, por un lado una persona que había mejorado considerablemente sus condiciones materiales del campamento al barrio y por otro lado un sujeto que había contado con serias complicaciones para adaptarse a la vida en la Villa General Bernales, a partir de las complicaciones para pagar las cuentas de la vivienda, encontrándose sin acceso a luz y agua. Lo anterior con el fin de poder comparar y analizar dos situaciones totalmente dispares.

Además se tomó en consideración la proximidad y la disponibilidad de los informantes y siempre fue centrada en individuos que hayan sido socios del comité (solo puede ser una persona por familia).

Una vez realizadas estas ocho entrevistas se consideró que ya existía una saturación de la información, que sumada al trabajo de campo no hacía necesario realizar más entrevistas.

Contacto con las fuentes Fecha inicio Tiempo que habitó en el campamento. Entrevista a dirigente del 9 de septiembre 15 años comité de vivienda

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(informante clave). Mujer 49 años. Entrevista a pobladora 9 de septiembre 13 Años número 2. Mujer, 53 años. Entrevista a pobladora 28 de septiembre 10 años número 3. Mujer, 33 años. Entrevista a pobladora 5 de octubre 15 años número 4. Mujer, 45 años Entrevista a poblador 5 de octubre 12 años. número 5. Hombre, 48 años Entrevista a pobladora 12 octubre 8 años. número 6. Mujer, 29 años. Entrevista a poblador 15 de octubre 12 años número 7. Hombre, 54 años. Entrevista a pobladora 25 de octubre 9 años número 8. Mujer, 44 años. Observaciones participantes 1 de agosto -30 octubre. (8 visitas)

4.3 Técnicas de recolección de la información:

Las entrevistas realizadas fueron de carácter semi-estructuradas, ya que se basaron en “una guía de asuntos o preguntas y el entrevistador tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u obtener mayor información sobre los temas deseados” (Hernádez S., 2003, p. 357). Además de esto, son entrevistas en profundidad ya que se buscan realizar un proceso comunicativo a través del cual el investigador extrae información:

“La entrevista de investigación es por tanto, una conversación entre dos personas, un entrevistador y un informante, dirigida y registrada por el entrevistador, con el propósito de favorecer la producción de un discurso conversacional, continuo y con una cierta línea argumental, del entrevistado sobre un tema definido en el marco de una investigación. La entrevista es pues una narración conversacional, creada conjuntamente” (Bruner 1991, citado por J Delgado, 1993) Estas entrevistas tendrán por objetivo conocer la percepción y el relato de los pobladores frente al contexto espacial en el que se han debido desenvolver (ex ante y ex post) y de cómo ellos consideran que por un parte, estos espacios han moldeado sus prácticas y relaciones con los demás habitantes y entornos, y por otro lado como se sitúan de forma subjetiva en la sociedad a partir de estos espacios o lugares

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En sentido la pauta de estudio se compone por las siguientes temáticas:

Temática:

• Re-significación del espacio, del campamento al barrio (contraste entre el campamento Peñoncito y la Villa General Bernales): Dimensión Física: i) Vivienda (a) Habitantes (b) Materialidad (c) Distribución

ii) Espacios comunes

(a) Distribución (b) Materialidad

Significación del lugar: iii) Practicas: (a) Uso de espacios comunes (b) Uso de la vivienda. (c) Relación con vecinos (otros pobladores del campamento).

iv) Discurso (a) Percepción del campamento como espacio físico y social (b) Percepción del cambio Vivido.

Además, se llevó a cabo una observación participante, con una frecuencia de una vez cada dos semanas durante tres meses en el barrio Villa General Bernales, lugar donde habitan los pobladores del grupo estudiado y entrevistado. La observación en estudios cualitativos tiene la función según Hernández 2003 de:

“explorar ambientes, contextos, subculturas y la mayoría de los aspectos de la vida social (Grinnell, 1997); b) describir comunidades, contextos 0 ambientes; asimismo las actividades que se desarrollan en estos, las personas que participan en tales actividades y los significados de las mismas (Patton, 1980) ; c) comprender procesos, vinculaciones entre personas y sus situaciones 0 circunstancias, los eventos que suceden a través del tiempo, los patrones que se desarrollan, as! como los contextos sociales y culturales en los cuales ocurren las experiencias humanas Uorgensen, 1989); d) identificar problemas (Grinnell, 1997); ye) generar hipótesis para futuros estudios.

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Es por esto es que la observación tiene como propósito, complementar las información rescatada de las entrevistas, desde otra arista, junto con la posibilidad de contar con una visión en primera persona, respecto a cuál es la utilización que los pobladores hacen del espacio social que les entrega el conjunto habitacional (estadía, frecuencias, respeto de normas de copropiedad, ampliaciones, etc), y así poder visualizar acerca de cómo es la forma que los pobladores interactúan en sus viviendas y espacios compartidos. Así, la pauta de observación fue la siguiente:

• Observación del conjunto en cuanto a su dimensión física: mantención y cambios de las viviendas (cierre, fachadas, ampliaciones, etc). Mantención de espacios comunitarios. (cuidado, modificaciones). • Ambiente social y humano • Prácticas en espacios comunitarios (usos incompatibles, usos ociosos, usos inciviles). • Actividades comunitarias • Artefactos que utilizan los grupos observados. • Hechos que sean considerados como relevantes.

4.4 Procedimiento.

El trabajo de campo se llevó acabo entre los meses de agosto y octubre del año 2016. Se inició con las entrevistas a los pobladores seleccionados. Las cuales tenían una duración aproximadamente de unos 60 minutos y se desarrollaron en las viviendas sociales y en los espacios públicos de la Villa. La primera entrevista se realizó a un informante clave que fue uno de los dirigentes del campamento Peñoncito. Además, estas entrevistas fueron grabadas, y luego transcritas.

En paralelo se realizó la observación participante, durante los mismos meses, mediante una visita semanal y en ocasiones quincenal al conjunto habitacional Villa General Bernales, observando el conjunto en general, poniendo énfasis en los espacios comunitarios como la sede social y áreas verdes. Además se participó en dos reuniones de propietarios, donde trabajan las temáticas de conflicto en la comunidad. La información generada y observada, fue registrada en

53 una libreta de notas de campo, complementada con la toma de fotografías, y posteriormente trascrita a archivos digitales.

4.5 Diseño de la estrategia de análisis.

Las entrevistas y las notas de campos, fueron analizadas mediante un análisis cualitativo de contenido, el cual según Cáceres (2003) tiene un origen a fin con la metodología cuantitativa en relación a definiciones como la siguiente: “técnica para estudiar y analizar la comunicación de una manera objetiva y sistemática (…). Realiza inferencias válidas y confiables de datos con respecto a su contexto” (Kripendorf, “Content Analysis” Beverly Hills: Sage Publications, 1980, citado por Hernádez S., 2003, p. 357,) no obstante ha ido variando y haciéndose propia de la investigación cualitativa, amparándose en un procedimiento que responde a la siguiente definición de Philipp Mayring :

“El análisis cualitativo de contenido se define a sí mismo dentro de este marco de trabajo como una aproximación empírica, de análisis metodológicamente controlado de textos al interior de sus contextos de comunicación, siguiendo reglas analíticas de contenido y modelos paso a paso, sin cuantificación de por medio” (Mayring, 2000, párrafo 4). Así el análisis de contenido tiene una serie de procedimientos que según Cáceres (2003), parte por un proceso de donde se parte por definir una postura teórica y paradigmática en cuanto a dónde se pondrá el acento en los textos analizados. Posteriormente es necesario realizar un pre análisis donde se genera un primer intento de organización de la información recogida. Para así comenzar con el procedimiento formal a) Seleccionar unidades de análisis

En esta etapa se transformaran a unidades las características relevantes del contenido de un mensaje. Las unidades de análisis son “segmentos del contenido del mensaje que son caracterizados para ubicarlos dentro de categorías” (Hernádez S., 2003, p. 414). El investigador decide si serán palabras, líneas o párrafos, etc… en nuestro caso serán los párrafos de las entrevistas aplicadas. b) Elegir categorías:

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Luego, estas unidades de análisis serán agrupadas en categorías de análisis, a partir de un proceso de codificación en el cual se definen reglas de análisis y códigos de clasificación, que permite agrupar las categorías de análisis. c) Elegir temas

“Se identifican diferencias y similitudes entre las categorías con el objetivo de integrarlas en temas y subtemas, basándose en sus propiedades (…). Describir temas implica localizar los patrones que aparecen repetidamente entre las categorías” (Hernádez S., 2003, p. 596). Por lo que luego de categorizar los párrafos analizados, a dichas categorías, se le asignarán nombres, es decir se identificaron temas, o dimensiones d) Interpretar los datos

En este último paso, el más importante, resulta fundamental darle sentido a la descripción de cada categoría, los significados de las mismas para los entrevistados, la frecuencia con la cual aparecieron en las entrevistas, y sus relaciones entre las categorías ya agrupadas en temas.

4.6 Consideraciones éticas.

Previo a comenzar el trabajo de campo, se contactó con los dirigentes del conjunto habitacional para que tengan conocimiento de la realización de la investigación, en cuanto objetivos, procedimiento a aplicar (tiempo de visitas, información que guiará las entrevista, etc,) además de comprometer una copia del estudio una vez terminado. Además, en todas las entrevistas se señaló a los entrevistados, los objetivos de la investigación, y se garantizará el anonimato y la confidencialidad de los datos, dejando constancia a través de la firma de un consentimiento informado.

Es importante entender que el estudio fue aplicado a un grupo social de características socio económicas vulnerables, quienes han sido víctimas de la exclusión social que se vive día a día en nuestro país, por lo que el trabajo a realizar debe ser desarrollado con la mayor seriedad y responsabilidad posible con el fin de que no vulnere ningún tipo de derecho de estas familias

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5. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN.

Como se menciona en los aspectos metodológicos, las técnicas de recolección y construcción de datos utilizadas para abordar la pregunta y objetivos de la presente investigación fueron principalmente mediante el uso de entrevistas y de observación participante en la Villa General Bernales. Posteriormente, una vez aplicados estos instrumentos, se realizó un análisis de contenido que permitió construir la asociación de diferentes códigos, los cuales dieron como resultado la conformación de diferentes categorías, dimensiones y variables, que permiten dar cuenta de la re-significación socio espacial que han vivido las familias habitantes del campamento Peñoncito, una vez instalados en su nuevo barrio.

En este sentido, los resultados que se presentan a continuación, se trabajan de la siguiente manera. Por una parte, se explica cómo se fue conformando la relación que los individuos entrevistados generaron con el espacio habitado durante su vida en el campamento. Es decir que, se describe cómo estos llegaron al lugar, cómo fueron construyendo su vivienda y entorno, cuáles eran las prácticas al interior de este, ya sean dentro del nicho familiar o mediante la relación con los vecinos y finalmente respecto al proceso que significó el cierre del mismo, que culmina con el desarme total de este. Todos estos elementos, permiten hablar acerca de cuál es la significación que crean los habitantes del campamento respecto a este.

Con esta variable desarrollada, es posible trabajar respecto a cómo los elementos mencionados que se daban en el campamento Peñoncito, entran en contraste con las nuevas condiciones del condominio Villa General Bernales, lo cual permitirá responder a la pregunta de investigación. De este modo, se trabajó el modo en que entran en relación las nuevas condiciones de la vivienda y las prácticas al interior de esta, las nuevas relaciones sociales que dan al interior del barrio, y la percepción que tienen estas familias beneficiadas acerca del cambio espacial que les ha tocado vivir.

Una vez desarrolladas las dos variables mencionadas, se está en condiciones de saber si la re significación espacial construida por las familias estudiadas van en línea con lo esperado por el Estado y la política pública de vivienda o más bien, el grupo estudiado ya sea de forma

56 consciente o inconsciente sigue desarrollándose de una forma más similar a las condiciones del campamento y tiene un percepción más bien negativa del cambio vivido.

5.1 Vida en el campamento.

Un punto determinante para poder comprender la re-significación espacial que construyen las familias estudiadas, una vez instalados en su nuevo barrio, tiene que ver con poder comprender cómo se fue originando, desarrollando y consolidando su vida dentro del campamento hasta el momento que este fue desarmado. Ya que es la variable que permite comprender cómo se van forjando determinadas prácticas en cuanto al uso de espacios a partir de las condiciones del mismo (privados y comunes), de conocer las distintas relaciones sociales que se forman en este contexto y cómo todo lo anterior, moldea la percepción de un individuo respecto al lugar que habita. Siendo todo estos elementos los que permite entender la significación que tiene este lugar para el grupo habitante, y a posteriori cómo esto entra en relación con las prácticas y discursos que llevarán a cabo en la Villa General Bernales.

5.1.1 Llegada al campamento.

Uno de los elementos centrales para comprender la relación significada que se construye con el campamento, se da a partir del conocimiento acerca de la situación y contexto, que llevó a las familias entrevistadas a vivir en el campamento. Si bien es importante reconocer que cada persona y cada grupo familiar tiene su historia particular que lo lleva a tomar la decisión de vivir en un asentamiento irregular, carente por ejemplo de servicios sanitarios y caracterizado por condiciones materiales precarias, se observa que los entrevistados si mencionan ciertos puntos en común que impulsarían a una familia a vivir en un campamento.

En este sentido, el componente que más se repite al momento de abordar la razón por la cual los entrevistados deciden llegar a vivir ahí tiene que ver con una situación previa de encontrarse en calidad de allegado. Por allegado, entenderemos a personas que junto a sus familias no cuentan con la posibilidad de vivir en una vivienda propia o arrendar algún inmueble, por lo cual se ven obligados junto a estos a vivir en la vivienda de otro núcleo familiar.

En general esta situación suele ser compleja para las familias allegadas ya que viven en un contexto que depende de la buena voluntad de otro grupo familiar, a pesar de que puedan

57 existir lazos de parentesco entre ambos grupos. Por lo cual se genera una situación delicada y tensa, ya que el grupo allegado debe tener la capacidad de adaptarse a las reglas y estilos de vida que determina la familia responsable de la vivienda. En esta línea los distintos entrevistados comentan que cuando se encontraban en situación de allegados, debían constantemente estar preocupados de no molestar a la familia que los recibía, lo cual no les permitía actuar de la forma que estimarán pertinente, lo que tarde o temprano, generaba roses entre los do núcleos familiares.

Lo anterior se gráfica en lo que una de las entrevistadas nos comenta a partir de la siguiente situación:

“La última vez que nos fuimos mi hijo, no se puso a discutir, pero mi abuela si lo retó y yo me dije que hago aquí, agarre mis cosas y me fui ese día en la noche y el Joselo me dijo “pero ¿dónde nos vamos a ir”, al campamento y él me dijo “no es que ese no es lugar para ti, para los niños”, yo le dije, pero nadie va a poder decirle a los chiquillos nada porque van a estar en su espacio, aún que fuera una casa de madera, fuese como fuese ellos lo sienten como de ellos… Que al final molestay, cuando uno es solo cae en cualquier lado, pero cuando tení hijos y no solamente uno, sino son tres, molestay. Por más que uno ayude y trate de ayudar y pagar algunas cosas, molestay igual” En general los entrevistados consideran que es preferible vivir en condiciones materiales más precarias, pero donde no se deba estar preocupado de pedir permiso respecto al actuar que desean realizar, o vivir con el sentimiento de incomodar o molestar el diario vivir de otros sujetos.

En esta misma línea, otra sensación repetida que comenta respecto a la situación de allegamiento tiene que ver con el sentimiento de no contar con algo propio. Es decir que las familias allegadas optan por vivir en un campamento ya que a pesar de estar tomándose un terreno ajeno, consideran que la vivienda auto-construida es propia, como las artefactos materiales al interior de esta. Así una entrevistada comenta la siguiente situación que la llevo a vivir al campamento Peñoncito:

“Y el Orlando gastaba mucha plata en la casa de mi mamá y a la vez no teníamos cama, nada, todo era prestado, no era de nosotros. Y el Orlando con todo eso, se metió a la droga y un día vino un amigo que vivía en el campamento y me dijo si yo me quería ir con él, con mi familia al campamento para tener mis cosas y yo le dije que bueno… yo le dije a él la condición, “vámonos, yo me voy a ir al campamento,

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si tú me querí por tu hijo pa cambiar, nos vamos. Si no te queday aca Total yo me voy a ir igual con los chiquillos porque yo quiero tener mis cosas y mi casa”. Se observa en esta cita como la entrevistada comenta en diferentes momentos la necesidad de contar con sus “propias cosas”. Aunque esto signifique vivir en una situación desregularizada como es vivir en un campamento.

Ambos elementos mencionados, muestran que las familias entrevistadas encuentran en el campamento un espacio que les otorga un sentido de dignidad en cuanto a lo propio, que no era posible de encontrar viviendo en condición de allegamiento. Elemento que será clave a la hora de entender la significación que construyen entorno al campamento, ya que como se muestra más adelante es el espacio que les permitió no depender de otros y tener su espacio propio.

Por otra parte, otro grupo de entrevistados llegan al campamento por un motivo diferente. Ya que estos no vivían en situación de allegamiento sino que de arrendatario. Es decir que, debían cancelar un monto específico al dueño de una vivienda, para así poder habitarla. En general estos casos comentan que su situación económica no les permitió seguir realizando gastos en cuanto al concepto de arriendo por lo cual no llegan al campamento no por una búsqueda de mayor dignidad como los entrevistados anteriores, sino que por el contrario, se ven obligados a partir de su situación económica. No obstante, entiende al campamento como el espacio que los recibe cuando no contaban con ningún lugar donde vivir. Una entrevistada comenta lo siguiente:

“Ahí arrendaba y era mucho lo que se me iba en arriendo entonces ella me dijo que tenía la posibilidad de venirme para acá y que podía postular y como ella no tenía la plata yo la pude depositar y ahí empecé. Fue bastante importante porque osino hubiera vivido en la calle con mis cabros.” Otra entrevistada comenta una situación similar que refleja la falta de elección a la que se vieron expuestos a partir de su situación económica.

“No tengo para arrendar, ya que el arriendo es caro, tenía que dejar de comprar esto o eso, pero ¿de qué vivo? O ¿qué como? Si los sueldos son, por decirlo así, son tan bajos los sueldos de hoy en día que a las familias muchas veces no les alcanza y tienen que trabajar los dos, pero con quién quedan los niños…yo llegué a vivir a un campamento por necesidad no porque se me antojo o porque quisiera, fue por

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necesidad, por no tener por ejemplo para pagar un arriendo o tener un lugar donde vivir, tener un familiar o algo que me dijeran aquí tienes.” 5.1.2 Construcción de la vivienda y el entorno.

Otro punto importante que caracteriza la relación del grupos estudiado con el espacio habitado, hace relación con que una de las características más importantes de los campamentos y los asentamientos irregulares, es que por lo general son lugares en donde las propias familias van construyendo sus viviendas y espacios comunes. Lo que conduce a que estos tengan una relación con sus espacios bastante particular y estrecho dado que está construido con las manos y trabajo de sus propios habitantes. Lo cual por un lado, va generando una apropiación del espacio en la que es la materialidad física la que se adapta a la realidad familiar, en viceversa de lo que sucede en situaciones más regulares.

En general, al llegar al campamento las familias entrevistadas no contaban aún con su vivienda ya construidas, por lo que llegan al campamento sin nada en cuanto a una estructura física que los provea de techo, en consecuencia se ven obligados a primero residir en algún tipo de habitación cedida por algún habitante del lugar o prácticamente dormir a la intemperie. Mediante va transcurriendo el tiempo de vida en el campamento, estos se van acomodando al lugar, y van ampliando y acomodando la vivienda a las necesidades familiares, o también se comenta un cierta movilidad al interior del campamento a partir de la salida de familias que van dejando disponibles sus habitaciones o viviendas, la cuales van siendo tomado por las familias más nuevas que no han constituido estructuras semi-permanentes. Así, la mayoría de los entrevistados parten con bastante poco y al cabo de un tiempo logran vivir en condiciones -por lo menos en cuanto a la variable de espacialidad- que sea coherente con el número de habitantes del grupo familiar.

Por otra parte, esta ampliación y adaptación física, se va logrando mediante de dos formas, por un lado a través de la compra de medias agua o por otro lado, del reciclaje de materiales ligeros como maderas, latas y otros elementos. Por esto, en general las viviendas si bien logran responder a las necesidades espaciales de las familias, en lo que trata a los términos materiales, son un tanto precarias, situación que conllevan a un estado de fragilidad respecto a desastre naturales, o condiciones climáticas.

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A continuación se presentan algunos testimonios respecto a cómo los entrevistados describen dicho proceso de adaptación del espacio físico. Por ejemplo uno de los entrevistados pasó por lo siguiente:

“Una pieza, más o menos de 4x4 donde teníamos nuestras cosas. Después el Gino decidió, ósea yo le pedí igual, a petición mía que compráramos una mediagua. Ahí mismo, había una persona que conocimos con el transcurso del tiempo que nos vendió una mediagua. Nos fuimos de donde mi cuñada, por el tema de como teníamos muchos problemas y todo eso, nos fuimos a vivir a la mediagua que habíamos comprado. Después se nos hizo un poquito chica la mediagua así que decidimos comprar otra, que era la que teníamos antes de llegar a la casa esta, la nueva, que era más grande el sitio por decirlo así, por lo niños. Nos cambiamos de sitio. A uno más amplio, más grande. Ahí quedamos mejor, por decirlo un poquito más cómodos en tema de espacio, en lugar para los niños, que se yo.” Acá se describe la movilidad que se da al interior campamento y como las familias en general empiezan en espacios reducidos para luego ir ampliándose. Otra entrevistadas comenta un proceso bastante similar.

“No, en el mismo botadero las iba a buscar po, por ejemplo los pedazos de cholgüan, el yeso cartón. Yo llegué aquí con los sillones, una cocina, una mesa y mis camas, nada más. Después empecé a adquirir cosas que llegaban al mismo botadero y de ahí yo las arreglaba po. De la casa donde yo vivía hubo una niña que después tuvo que irse de ahí y las piezas de ella eran las que yo vivía hasta el final. Por último un tercer entrevistado muestra como la capacidades de adaptación y creatividad, para ingeniárselas en un primero momento de llegada y posteriormente para crear nuevos espacios sin grandes recursos económicos.

“Con las dos medias agua que nos dieron que eran de 3x6 hicimos tres piezas, dos piezas primero, tres piezas porque la del Rabo estaba en el comedor. Como era una mediagua de 3x6 la partimos por la mitad y dejamos el dormitorio y el comedor y después con puros pedazos hicimos la cocina.” Los elementos anteriormente descritos en cuanto a la construcción de la vivienda y el entorno inmediato serán relevantes para el análisis posterior, dado que, las viviendas de la Villa General Bernales operan en una lógica totalmente diferente a las viviendas del campamento Peñoncito, ya que en este caso son las familias quienes deben adaptarse al espacio físico asignado, sin la posibilidad de modificarlos a diestra y siniestra como era posible en el campamento.

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Otro elemento interesante de recalcar respecto a las condiciones más materiales del campamento y el cambio que viven una vez traslados a la Villa General Bernales, es de la carencia de servicios básicos. Siendo quizás el tema más delicado el del alcantarillado y el uso del baño. Al no contar con servicio de alcantarillado las familias deben construir letrinas donde puedan realizar sus necesidades fisiológicas, no obstante, en general estas se construyen por fuera de la vivienda, por razones como el olor y la privacidad, lo que implica tener que salir a la intemperie para ir al baño. Práctica que es complicada, por ejemplo, en el invierno o en la noche, sobre todo cuando existen niños dentro del grupo familiar, por lo que se realizan acciones precarias para enfrentar estas condiciones. Un entrevistado comenta lo siguiente:

“Sípo, para ir al baño había que salir también de la casa, al patio, al final. Acá no po, acá es adentro. Entonces en la noche entrabamos entrábamos un tarro para ir al baño. Para bañarnos poníamos de repente una tina o un latón grande y hay nos bañábamos adentro de la casa”. Incluso otro entrevistado nos cuenta que para ir al baño debía ir a pasos de un canal que atravesaba el campamento:

“Baño tampoco tuve, era el canal. No tenía letrina nada, cuando quería hacer gancho, caminaba pa allá atrás donde cruza el canal, me bajaba los pantalones y hacia lo que tenía que hacer.” 5.1.3 Prácticas al interior de la vivienda y vida en el barrio.

Otro elemento importante recabado a partir del análisis de las entrevistas y la observación realizada, tiene relación con las prácticas que se dan al interior de las viviendas del campamento y a su vez en los espacios comunitarios del mismo. Ya que son prácticas y relaciones sociales que caracterizan una forma de vida que no necesariamente se acopla con el actuar esperado en el nuevo barrio. Así, es posible comentar algunos elementos que serán claves para dar respuesta a lo mencionado.

Primero que todo, en cuanto a los espacios de la vivienda que más utilizaban las personas entrevistadas, es diverso según cada caso. Debido que, dependerá de la cantidad de personas que compongan el núcleo familiar, de la estructura de la vivienda y los espacios que existan al interior de esta, y del tipo de relación que se dé entre los individuos que habiten el lugar. A su vez, las prácticas que se dan en estos espacios, son variadas y por un lado van en

62 estricta relación con las características funcionales de cada espacio y por otro lado, dependerá según cada entrevistado, pero en general son espacios en los que se busca la recreación, ya sea de forma individual o grupal.

Es por esto que se encontraron entrevistados que pasaban la mayor parte del tiempo en su habitación solo por el hecho de no querer compartir con otros habitantes del hogar debido a malas relaciones. O en contraste, se encontraban personas que pasaban gran parte del tiempo en los espacios comunes como eran la cocina o el comedor, ya sea por no contar con una infraestructura adecuada para el espacio privado, o por el hecho de existir elementos materiales trascendentales para los entrevistados como un televisor o por el simple hecho de querer compartir con otros integrantes del hogar.

A continuación se presentan algunos comentarios que reflejan el contraste visto en cada caso:

“Yo donde más pasaba era en mi dormitorio. Almorzábamos, ponte tú, terminábamos de almorzar, me iba a mi dormitorio y me ponía a escribir, trataba de buscar mi paz. El que menos utilizaba era el living y el comedor, usaba mi pura pieza... Éramos cuatro personas que no teníamos los mismos pensamientos o no se podían establecer una conversación con ninguno porque uno llegaba cansado, que la otra estaba enojada. Por ejemplo mi pareja llegaba “no, que estoy cansado” y uno solo quería conversar con él, pero la respuesta era ahh que conversemos mañana, mejor. Con mi hija era algo parecido.” A diferencia de la cita anterior, otro entrevistado nos menciona lo siguiente:

“Donde más estaba era en el comedor de mi mamá porque ahí veíamos tele. No mira, mi pieza era una pieza de 3x6, ahí no pasaba nunca, en el súper living que tenía. Sí, tenía un living y después había una puerta para mi pieza. Ahí no pasaba nunca. No me gustaba porque me sentía sola, siempre estábamos todo ahí en el comedor.” Como se refleja en la citas no es posible generalizar respecto a una forma de habitar la vivienda por lo menos respecto al uso de espacios y las prácticas que se dan estos. Lo que sí es interesante de comentar y existe un cierta generalidad, es que en su mayoría, los entrevistados comentaron pasar más tiempo fuera de la vivienda que dentro de esta. Existiendo una tendencia hacia la vida pública por sobre la privada ya sea por el hecho de encontrare utilizando los espacios comunes del campamento incluso para acciones propias de la vivienda privada como cocinar,

63 por situaciones laborales, o por el hecho de realizar actividades que eran por fuera del campamento. Así algunos entrevistados comentan lo siguiente:

“Yo pasa lo mínimo en la viviendapo. Sí po, lo mínimo. Más pasaba, ponte tú, en el consultorio, acompañando a alguien a hacer algún trámite, entonces mi tiempo, más bien dicho era para la gente, a mí me decían te necesito y yo tenía que estar ahí po” Mientras que otro entrevistado se encontraba la mayor parte del tiempo en el espacio público del propio campamento:

“Caminaba, cocinaba atrás, con leña y ahí nos manteníamos todos, cocinábamos ahí en la calle. Se compartía no más ahí todo el día en la calle. Tomábamos, echábamos la talla, comíamos, estábamos siempre ahí.” No obstante, cabe destacar que de los entrevistados que contaban con niños pequeños, en general pasaban mayor tiempo al interior de la vivienda y no eran parte de esta vida más pública que se daba al interior del campamento.

“Yo estaba mucho más adentro, adentro. Cuando llegaba mi marido salíamos un rato pa afuera, pero era porque estaba él po, sino estaba casi todo el día adentro. Sí porque como se ponían a tomar harto entonces eso igual molestaba, más por los niños po, había que tener cuidado con ellos enonces era mejor estar adentro de la casa.” En cuanto a los usos y prácticas que se daban en los espacios comunes del campamento -entendidos como aquellos que podían ser utilizados por cualquiera de sus habitantes- también son diversos según cada espacio. En general todos los entrevistados coincidieron en reconocer la existencia de tres sectores comunes, denominados como; la cancha, la sede, y la calle.

Respecto a la denominada calle, los entrevistados la describen como el espacio de circulación que permitía moverse alrededor de todo el campamento. Dada la distribución de las viviendas del campamento, esta calle se componía como una línea recta, por lo cual solo existía una gran calle de tierra que atravesaba todas las viviendas. En este sentido, el principal uso que se le daba a la calle era respecto a circulación, ya que era necesario pasar por la calle ya fuese para entrar o salir del lugar, o para desplazarse al interior de este. Por lo que tiene un uso funcional

64 que obliga a todos los habitantes del campamento a realizar uso de la calle como medio de circulación. 7

No obstante, existía una gran cantidad de otras prácticas que también se desarrollaban en la calle, ya que se considera como un espacio en el que se realizaba la vida social del campamento. La calle es vista por gran parte de los entrevistados, como un lugar para compartir, un punto de encuentro, en el cual se llevaban a cabo distintas actividades recreacionales, las que iban desde la celebración de eventos como navidad, año nuevo o el día del niño, hasta el consumo de alcohol y drogas por algunos grupos. En general, era un espacio mayormente colonizado por personas adultas y no dejaba mayor uso para los niños del sector, quienes se mantenían al interior de la vivienda, junto a sus padres.

Acá algunos testimonios respecto a la pregunta acerca de los espacios comunes que existían en el campamento:

“La calle po, una vez hicieron una comida. Donde la señora Lili, al frente. No po, donde la señora Lili, al frente, todo ese terreno una vez pusimos palos, hicimos carpa y hicimos una comida con el Techo para Chile. Hicimos como una misa con comida y todo. Las cosas todas las hacíamos en la calle... Los niños ocupaban la calle para jugar a la pelota, para jugar pillarse en la noche, pero hasta cierta hora porque más en la noche, como no había luz no se podía nada.” “Los curaitos se juntaban todos afuera. Claro, ellos se ponían al frente de las casas y se ponían a hacer juegos, cosas así, pero ellos eran los únicos que tu veíay en la calle po y te llegaba a dar risa porque pasabay la primera vez y encontrabay cuatro curados, después cuando volviay ya eran diez po. Sí po, se ponían ahí de repente a conversar, pero más que nada cuando habían actividades, se ponían todos ahí a conversar, en vez de ir a la sede que era más chica” “Como el día del niño, las navidades o de repente cuando celebraban cosas o venía la a la cuestión de los perros casi todo se hacía en el mismo sector en la calle… Pero eran los mismos vecinos que se ponían ahí a conversar a lesear, eran los mismos vecinos de allí” Estos elementos no solo reflejan una dimensión particular del campamento como es el uso del calle, como espacio de interacción y encuentro social, sino que además demuestra que la

7 Ver anexo 8.3, cuadro 3 respecto a distribución del campamento.

65 vida en el campamento, se encuentra asociada a una alta vida pública, la cual se lleva a cabo en diferentes espacios en que los vecinos comparten gran parte del día entre ellos.

Otro espacio importante de interacción, pero que no cumple un rol tan recreacional como la calle, sino uno de carácter funcional, es la sede comunitaria. Siendo el lugar donde los vecinos llevan a cabo la organización comunitaria que les permite lograr organizarse con el fin de obtener una vivienda definitiva y lograr la construcción de la Villa General Bernales. Además, es un lugar que su utiliza para realizar diferentes capacitaciones y nivelaciones de estudio, tanto para niños y adultos, mediante la ayuda de diferentes actores públicos y privados.

“La gente compartía y ocupábamos la sede, ahí se compartía como ejemplo cuando se hacían talleres, se hacían las reuniones del comité o las convivencias para los niños o cosas así, generalmente se ocupaba la sede.” A diferencia de la calle, la sede es un espacio regulado, que cuenta con normas, roles y prácticas específicas, y en donde los habitantes del campamento se configuran como socios del comité, quienes deben responder a la directiva del mismo, contando con una responsabilidad respecto a la asistencia a reuniones, el pago de cuotas, el comportamiento al interior de la sede, etc. Existe un componente normativo mayor a cualquier otro espacio común que pudiese haber en el campamento, siendo comprendido y entendido por todos los entrevistados. Por lo cual es considerado como lugar de respeto. Por esta razón, y a diferencia de lo que ha pasado con otros lugares comunes, la sede es el único espacio que cuenta con la constante preocupación de un pequeño grupo, quienes se encargan de mantenerla y cuidarla, con el fin de que no se vaya deteriorando con el paso del tiempo.

Por último, el tercer espacio común identificado por los entrevistados, es acerca de una cancha de tierra que se ubicaba a la entrada del campamento. Lo interesante de este espacio, es que en su mayoría los entrevistados lo recordaban con bastante cariño, ya que en general se utilizaba para hacer deporte y actividades al aire libre, siendo un lugar que era utilizado mayoritariamente por los niños y por las mujeres del campamento quienes jugaban futbol. No obstante, con el paso del tiempo esta cancha de tierra se fue transformando lentamente en un botadero, donde las personas que debían trabajar de “carretoneros”, la utilizaban para dejar sus desechos, convirtiéndose en un basural peligroso para la higiene y salubridad de todos los habitantes del campamento. Esto demuestra una despreocupación por el lugar que es totalmente

66 disímil a lo que ocurría con la sede, la cual era responsabilidad de una directiva que se encargaba de su mantención y cuidado.

A continuación se muestra un relato de lo acontecido con la cancha:

“Un tiempo lo que se ocupaba harto porque jugábamos a la pelota las mujeres, los hombres, hacíamos pichangas por decirlo así, era la cancha, la multicancha, pero después de un tiempo la llenaron de basura y escombros y cosas así. Esa época donde jugábamos a las pichangas y nos reuníamos, que se yo, era bonito, era bonito ver cómo nos conocíamos y nos asociábamos a través de jugar o talleres, a través de actividades, fue bonito, eran etapas bonitas. Claro, no se pudo ocupar más. Ya no sacabay nada, no sacabay nada con ir pa allá, si teníay gérmenes por todos lados, el basural ya estaba por todos lados, pa que ibay a ir ¿pa que los cabros chicos se enfermaran?” En conclusión respecto a los espacios comunes, es necesario volver a recalcar la idea de que a pesar de no existir una gran infraestructura comunitaria que promoviera el encuentro entre los vecinos o su organización, este se daba de igual manera, existiendo un importante vida pública por parte de los habitantes del campamento, quienes se las ingeniaban ya sea por razones recreacionales o mediante responsabilidades como socio del comité de vivienda, para reunirse y compartir constantemente, siendo este elemento clave para el posterior análisis respecto a lo que se da en el nuevo barrio.

5.1.4 Dejar el campamento “El lugar que te acogió”.

Para terminar el análisis respecto a lo que fue la vida en el campamento, es necesario hacer hincapié en lo vivido en la etapa final de este, debido que, es un período que se relaciona con una experiencia particular de los entrevistados, que permite vislumbrar el tipo de percepción subjetiva que estos tienen por el campamento entendido como un espacio social

Se debe señalar que uno de los acuerdos que toma el servicio público con las familias de campamento al momento de beneficiarlas con la construcción de un conjunto habitacional, es la exigencia de que al momento de tener que trasladarse al nuevo barrio, deberán destruir su vivienda en el campamento, para así desarmar el lugar y que este no pueda volver a ser utilizado por otro grupos de familias sin vivienda. Por lo cual para poder recibir la llave de nueva vivienda, deben contar con un certificado que acredita el desarme de la anterior.

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Bajo esta perspectiva, es importante comprender que el traslado a vivir en la Villa General Bernales, no solo significa dejar de vivir en el campamento -hecho que ya conlleva un sinfín de sentimientos y emociones dispares para los habitantes del lugar- sino que además se suma la tarea de tener que desarmar la vivienda que fue construida por el trabajo y esfuerzo de ellos mismos.

Así frente al pregunta respecto a “qué sintieron al momento que les comunicaron la fecha del traslado a la Villa y el eventual desarme del campamento”, todos los entrevistados comentaron que fue una sensación de sentimientos encontrados. Por un lado, existía la alegría de saber que recibirían al fin su vivienda nueva, pero a su vez, existía un sentimiento de nostalgia por tener que dejar y desarmar el campamento que los había acogido por tantos años. Incluso algunos de los entrevistados comentaron que al momento de escuchar que efectivamente ya debían dejar el campamento, generaron una percepción de negativa frente al inminente hecho, por lo que cuentan que ya no querían irse del mismo.

Esta reticencia al desarme del mismo, lo asocian a distintos motivos. Primero que todo, porque existe un cariño por las prácticas sociales que se daban en el lugar, como da cuenta la siguiente cita:

“Eran sentimientos encontrados, era como por fin me voy a mi casa y todo y después era como oh, qué voy a echar de menos. Nosotros igual habían veces que hacíamos fogatas al frente de la casa y llegaba gente a conversar, a calentarse y a tirar la talla.” Por otro lado, debido a todo el cariño que existía por la vivienda misma, siendo el espacio físico que habitaron por años, y que además fue construida por ellos mismos.

“Claro, por una parte dije ah qué rico, qué bueno. Pero cuando empezó todo el desarme de las casas y el cambio y todo eso, me vino como así como ¡woo!, como un colapso, como así como ¡caramba!, no sé po, como pucha, no me voy, me quedo, que hago. Porque, fue como nostálgico a la vez, desarmar todo lo que había construido y que iba a pasar la maquina desarmando todo lo que quedara en pie, todo. Yo dije ¡caramba!, después de haber construido, haber armado, todo el tiempo, yo dije, se pasaron momentos bonitos, pero como dicen los momentos y los recuerdos quedan. Yo decía para mí “¡nooo!, no la desarmen, ¿por qué?” Como por qué tienen que desarmarla”

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Por último existe un cierto temor al futuro incierto que les depara, en el cual existirá relación con un nuevo espacio físico y con nuevos actores, teniendo que convivir en diferentes condiciones y con nuevos vecinos.

“La última noche yo me imaginaba como iba a ser el cambio, si me irá a tocar allá adaptarme, me irá a tocar todo nuevo, organizar. Ósea venía una tarea muy muy difícil, por decirlo así, de volver a empezar acá, volver a adaptar todo. Me preguntaba cómo irá a ser cuando me cambie, por dónde empiezo, de dónde empiezo, pero bueno, fue como un encuentro y que se te venía todo a la cabeza y no hallabay qué hacer, me quedaba en blanco, no sabía por dónde empezar, nada.” A su vez, todo este proceso de cierre, permitió que los pobladores tomaran conciencia respecto a los sentimientos que tenían por el campamento, dando cuenta de la relación que los individuos generaron con los espacios que habitan, la cual va mucho más allá de solo la dimensión física de un determinado espacio. Así, los pobladores entrevistados, frente a la pregunta de “qué es el campamento para ellos”, responden diferentes comentarios, ya sea para el lugar en sí mismo, o para los sujetos que lo habitaban, no obstante, en general existe una percepción de agradecimiento hacia el campamento y la experiencia vivida. Junto con entenderlo como un lugar y período de crecimiento y aprendizaje constante. Dado que ven su llegada al campamento como un nuevo comienzo marcado, por el partir de cero, donde no existen mayores bienes materiales, y donde se realiza un trabajo reflexivo de enfrentar con dignidad una situación social de exclusión. Entendiendo que conllevó a un crecimiento personal que fue determinante en los individuos que son hoy en día.

“Mira fue, fue, a ver, fue un lugar donde aprendí, aprendí a vivir, aprendí a valorar, aprendí a conocer a gente y a la gente del campamento, aprendí en un lugar donde no habían comodidades, aprendí a empezar de cero y también a sentirme como que si fuera una gran familia, porque vez que había un problema o surgía algo se apoyaba” Otro entrevistado también recuerda su vida en el campamento en relación a la enseñanza y el aprendizaje recibido.

Sí, todo. Es un lugar importante porque me enseño todo lo que soy ahora. El campamento me enseñó a vivir, a conocer a las familias. Que antes cuando yo vivía en renca era como bien cerrada, yo no y no, acá no po, acá yo conocí a la gente humilde, para poder apoyar a las familias. Las familias de campamentos necesitan ayuda, necesitan el apoyo de una persona que sepa ¿cachay?

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Por último, uno de los entrevistados habla de cómo el campamento fue una oportunidad para engrandecerse como persona y de adaptación a una nuevo entorno y realidad habitacional.

“El campamento para mí fue, como te dijera, darte una oportunidad de engrandecerte como persona, de poder demostrarte que era capaz de poder vivir en un campamento y que podía también, el día de mañana cambiarme de un campamento a una casa. Sí, fue bastante importante porque osino hubiera vivido en la calle con mis cabros. Claro, me recogió, me acogió y me dio la oportunidad de poder luchar por lo que tú querías, que era tu casa.”

5.2 Re-significación del espacio y vida en la Villa General Bernales.

El siguiente apartado, se concentra en reflexionar respecto a cómo todo lo el proceso vivido en el campamento Peñoncito y la relación que sus habitantes generaron con este lugar, se debe resignificar con el fin de adaptarse a nuevo espacio social como es la Villa General Bernales. Siendo un conjunto habitacional, con carácter de condominio, en el cual sus habitantes pasan a ser propietarios legales de sus viviendas y además, cuentan con reglamento de co-propiedad, estando ambos elementos asociados a una serie de requisitos y comportamientos que se rigen por ley. Situación totalmente disímil a lo que era la vida en el campamento.

A su vez la dimensión material de sus vidas, también vive un cambio radical, al pasar a vivir en viviendas de material ligero, sin servicios, a viviendas construidas con todos los requerimientos constructivos y con todos los servicios básicos necesarios.

Por lo cual la siguiente parte de análisis se concentra en tres elementos considerado como claves al momento de reflexionar respecto a la re-significación que han debido realizar los pobladores que han vivido el cambio antes mencionado. Primero que todo en cuanto al cambio de vivienda, ya sea en términos materiales, en términos espaciales, o respecto a las prácticas que se dan al interior de esta. Por otro lado en cuanto al uso de los espacios comunes y las prácticas sociales que se dan en el nuevo condominio. Y por último, respecto al proceso más individual que ha simbolizado el cambio vivido.

Estos tres elementos, serán los componentes claves para responder al objetivo respecto a cómo ha sido este proceso de adaptación para los pobladores (re-significación),

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5.2.1 Prácticas al interior de la vivienda y características de esta.

En cuanto a la dimensión más material de la vivienda y lo que ha sido el cambio de pasar de vivienda de material ligero a viviendas construidas con albañilería y que cumplan con los diferentes requerimientos normativos en respecto a estructura, resistencia, aislación, en general ha existido una muy buena recepción de parte de los entrevistados. La mayoría de estos apela a conceptos asociados con la comodidad que significado la vivienda nueva, en relación a diferentes situaciones.

En esta línea, el factor climático pasa a ser uno de los más trascendentales, ya que uno de los elementos más negativos de la vida en el campamento eran las complicaciones que se sufrían en periodos de invierno. Por un lado, debido a las bajas temperaturas respecto a las cuales las viviendas no contaban con el sistema constructivo adecuado para dar resistencia, por lo que las familias se veían expuestas a dormir con temperaturas muy similares a lo que era la intemperie, obligándolos además a recurrir a prácticas de calefacción que pudiesen ser peligrosas para el grupo familiar y para la vivienda misma, como es el uso de fuego. Sumado a esto, en épocas de lluvia, muchas de estas casas no lograban mantener el interior de la vivienda aislado del agua, ya que contaban con diferentes filtraciones, tanto en muro como techumbres, que hacían de la vivienda un lugar húmedo y afecto a diferentes enfermedades como incluso inhabitable debido a la cantidad de agua que podía entrar.

Al contrario de esta situación, y ya habiendo pasado un invierno dentro de la Villa General Bernales, los pobladores comentan como las viviendas recibidas enfrentaron de muy buena forma el invierno, por lo cual no existieron problemas en cuanto al paso del frio y del agua de las lluvias, elemento que produce una cierta sensación de satisfacción en cuanto al cambio material de las viviendas que parece ser importante para los entrevistados, el que es reconocido y comentado en las diferentes entrevistas.

“En este sentido la casa sólida no te pasa la humedad, en las otras casas si se pasaba la humedad o el viento. Acá te puede pasar el viento por algún desperfecto que tenga la ventana ¿cachay? Cosas que se pueden arreglar, allá nopo tenías que sí o sí martillar. Allá, se sentía harto, el ruido, el viento y la lluvia. Sí, igual caía sobre todo en las mañanas amanecía todo mojado”

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Otro componente material de la vivienda, que ha sido considerado como positivo por todos los entrevistados, hace relación con los servicios referentes a agua, luz y alcantarillado. Con respecto a la electricidad el contar con un servicio regular de luz, por sobretodo conlleva un elemento de seguridad que los entrevistados rescatan, ya que anteriormente las conexiones irregulares eran foco de incendios que podían hacer perder todo a las familias del campamento. Sin embargo, el componente más resaltado por los entrevistados, responde a lo que significado el poder contar con baño, ya sea para el uso de la ducha o para el WC. Como se describió anteriormente, algunos entrevistados contaban como debían ducharse con tarros, o tener que hacer sus necesidades cerca del canal que pasaba por el campamento, por lo que el poder tener servicios regulares para el baño ha sido valorado y percibido como un cambio bastante positivo.

“Igual aquí ya no hay eso del barro, del polvo a cada rato, es todo totalmente distinto, ya no tení eso del frío en las noches ahora tení calor po y te destapay, el baño, el baño es algo muy distinto. No es lo mismo andar con un tarro para bañarte, que llegar y abrir y que salga agua para bañarte. Es todo súper distinto, pero ha sido bueno, pa nosotros, pa mí, mi marido, mis hijos ha sido algo súper positivo”. En cuanto a las prácticas y el uso que se da al interior de la vivienda, no es posible detectar un solo patrón respecto a cómo se comportan los pobladores al interior de estos espacios, siendo cada caso particular, ya sea para la vida en el campamento como en el nuevo barrio. La verdad es que cada caso entrevistado y observado responde a una realidad familiar y personal, disímil. Así algunos utilizarán más tiempo en la habitación, mientras que otros se concentran en los lugares comunes como living o comedor. Si bien en términos muy generales algunos comentarios hacían referencia a que no ha sido difícil adaptarse al nuevo espacio físico que los ha recibido.

No obstante, si se reconocen ciertas prácticas que han debido modificar algunos casos observados que son interesantes de comentar. Por ejemplo, respecto a cocinar, la mayoría cocinaba en el campamento a partir del uso de leña y no de gas. En cuanto a esta práctica, se han visto obligados a modificarla ya que no existe la posibilidad de cocinar con leña en las nuevas viviendas siendo un cambio que también ha traído implicancias económicas en cuanto al gasto de gas. Lo mismo ocurre con el tema del baño como antes se mencionaba, ya no tienen la necesidad de tener que ir fuera de la vivienda para realizar sus necesidades o poder ducharse, por lo que han cambiado sus prácticas en cuanto a todo lo relacionado con esta temática.

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Por otra parte según lo comentado por algunos informantes, es posible reconocer que varios pobladores han realizados cambios materiales en cuanto a los componentes al interior de la vivienda, ya sea a través de mejoras en terminaciones, compra de electrodomésticos, el uso de muebles y otros artefactos. Este punto es interesante de reflexionar, ya que es interpretado como la búsqueda de una mejora material a partir del cambio de vivienda, en el cual reconocen que es necesario, debido a una mejora en sus condiciones de vida, la que amerita contar con mejores elementos para habitar sus viviendas nuevas. Si bien estos casos se encuentran estrechamente relacionados con el posible capital económico que cuente el grupo familiar. Por lo que también es posible identificar casos en los que no han existido grandes cambios materiales debido a la imposibilidad económica de realizar dicha inversión. Sin embargo, estos casos igualmente hablan del deseo de querer contar con mejores objetos para la nueva vivienda, de contar con los recursos necesarios. Por lo cual se aprecia un primer elemento que permite prever que los entrevistados asocian el cambio de vivienda con una la necesidad una mejor calidad de vida sobretodo en términos materiales.

Otro punto interesante es respecto a la espacialidad de la vivienda, ya que en general las viviendas del campamento tenían una dimensión bastante amplia, siendo casa que podían tener hasta cinco piezas y grandes patios, debido a la desregulación que permitía a los pobladores ampliarse de la forma que estimaran pertinente. En contraste, las viviendas de la Villa General Bernales, cuentan con una superficie de 55 mts cuadrados, de tres piezas, siendo en algunos casos muy inferior a lo que era la vivienda anterior, por lo que existiría un reducción considerable de espacio. En relación a este punto, los entrevistados comentaron no haber tenido problemas para adaptarse al a nueva espacialidad de la vivienda. Sin embargo, mediante la observación realizada del barrio, más lo que comentaron los entrevistados en cuanto a otros vecinos, es evidente que muchas familias, han tenido la necesidad según las características de su grupo familiar o de sus interés particulares, de modificar la estructura de sus viviendas ampliándose de manera irregular, sin los permisos municipales necesarios ni con las garantías constructivas formales. Este elemento demostraría una práctica que se asocia directamente con lo que era la vida en el campamento, en donde los pobladores no tenían ningún impedimento para auto construir y edifica según el criterio que estimaran conveniente para su grupo familiar. Sin duda que este elemento va en contra de lo planificado por la política de Estado, la cual entrega una

73 vivienda específica, que busca ser pertinente para cualquier grupo familiar, y que en caso de existir ampliación, se exige que cumpla con los requerimientos constructivos y con los permisos necesarios. Uno de los entrevistados comenta las modificaciones que ha realizado otro vecino:

“Ah no, yo he entrado a casas que las han desarmado enteras, con ampliaciones. Yo el otro día entré a una casa y la transformaron . La transformaron , no sé cómo se llama el caballero, pero es una cosas que tu entray y dejaron del marcó de la ventana al marco de la puerta todo abierto y se ampliaron todo pa atrás . Sí po, y desarmaron todo po, todo, todo, esto y tú lo veí y todos dicen la media casa” Por otra parte, el que las nuevas viviendas de la Villa General Bernales sean más pequeñas, también va relacionado con que se encuentran muchos más próximas las unas de otras, de lo que era el campamento. Este factor fue considerado como relevante a la hora de realizar las entrevistas, ya que los pobladores comentan tener problemáticas en cuanto a esta situación, debido que, significa estar bastante más cerca de sus vecinos en comparación a lo que era el campamento. Existen quejas en relación al ruido de los mismos. Cuando vivían en el campamento los pobladores podían tener, por ejemplo, niveles muy elevados de música, sin molestar al vecino aledaño, no obstante la proximidad de las viviendas de la Villa y el no cambiar este tipo de prácticas debido a la costumbre del campamento, trae problemáticas de convivencia entre los vecinos.

“Mira ayer deben haber sido las 7.30, 8 y seguían con la música fuerte, sobre todo la niña de aquí, muchas veces también pasa que hacen fiestas, están hasta las tantas y es como desubicado porque empiezan el viernes y hay mucha gente que trabaja el día sábado, nadie les dice que no hagan fiestas, pero sean ubicados en la música, si la música es para uno no para toda la población. Ahora milagro que ha estado tranquilito hoy día, no han puesto música hoy día, pero como te digo yo ayer estaba así, lo único que quería era que apagaran esa música y que ya no más. Porque ya me tenían los nervios de punta, porque tú quieres ver tele y no puedes, ósea puedes ver, pero no puedes escuchar lo que están diciendo” Por último, una de las principales problemáticas que han mencionado los entrevistados acerca de lo que ha significado la adecuación a sus nuevas viviendas y por ende a su nuevo estilo de vida, es el gasto monetario. Cuando los pobladores vivían en el campamento Peñoncito, tenían la posibilidad de contar con conexiones eléctricas irregulares, o servicios de agua mediante el de Puente Alto, la posibilidad de cocinar con leña del sector, e incluso con acceso a internet de forma gratuita. Situación que producía que sus gastos fueran mínimos por lo menos

74 en cuanto a los servicios más básicos, gastando dinero principalmente en alimento. En este contexto, los habitantes del campamento, no contaban con la necesidad de adquirir trabajos que les dieran una remuneración fija mensual, ni menos algún tipo de planificación económica presupuestaria. Por lo que en su mayoría los jefes de hogar se preocupaban de conseguir el dinero de manera a diaria para ser gastado dentro del mismo día. Por otra parte, al no pagar dinero asociado al consumo de agua luz, agua o gas, existía poca o nula cultura del ahorro, respecto a optimizar los recursos.

Este cultura respecto al no pago de cuentas, más la falta de conciencia del gasto que generaba el consumo de servicios (por sobretodo electricidad) ha sido complicado al momento de pasar a vivir a la nueva vivienda. Ya que tal como se menciona en el apartado teórico y como lo describe Foucault (1979), políticas neo-liberales de este tipo, requieren que los excluidos sociales, se reincorporen a los funcionamientos y reglas del sistema formal. En consecuencia, el Estado al otorgarles viviendas a estos pobladores de asentamientos irregulares, les exige que pasen a cumplir con todas las reglas de un propietario cualquiera, como en este caso sería por el pago de cualquier tipo de servicio, sin importar si el susodicho contaba con los recursos o la capacidad de generar recursos, que le permitiera poder asumir este tipo de gastos monetarios.

Por lo que, dependiendo de cada caso particular, es posible reconocer con mayor o menor capacidad de hacer frente a esta situación, existiendo casos de muy complicadas al respecto y otras que han podido enfrentarlo sin problema. Acá se muestra como uno de los entrevistados se ha visto muy contrariada por la su situación económica y lo que ha significado el pago de cuentas:

“Ahora mismo, yo converso con la Nena y le digo “está bien, yo me vine a mi casa, está bien”, pero yo allá no pagaba ni luz ni agua. Acá tengo los dos suministros cortados por lo mismo, porque no tengo como pagarlos ¿cachay? Yo ahora para poder pagarlos tengo que tener $130.000 y de donde te los pinto si no estoy trabajando, entonces para mí eso de repente. Mira, la vecina de al lado me da luz en la noche, como a las ocho de la noche ella me da luz., me pasa un alargador ¿cachay? , y el agua porque tampoco tengo agua. Entonces voy donde la Nena que me da dos bidones y con eso tengo que tener para el día ¿cachay? Después, ponte, si tengo que lavar, lavó y esa misma agua la echo al baño” En este caso particular, la entrevistada comenta que extraña el campamento porque no debía vivir en lógica de tener que reunir un dinero mes a mes que le permitiera el pago de cuentas

75 y el contar con servicios, por lo que quizás, este elemento pudiese ser clave para que personas beneficiadas con la política habitacional decidan regresar a los campamentos.

Otro caso interesante de comentar es el de una entrevistada que cuenta cómo junto a su familia tuvieron que generar una cultura presupuestaria que les permitiera ser ordenados con el pago de cuentas, con el fin de llegar de buena forma al final de mes.

“Sí, yo toda la gente que conozco, yo decía van a estar sin luz, con el agua cortada, porque es difícil, es difícil y hay que ser súper organizado. Yo aquí tengo un cuaderno, que mi marido parece que anda trayendo, donde anoto todos los gastos semanales, todos los gastos semanal. En el campamento nopo. No pagabay agua, no pagabay luz, solo se pagaba gas, pero el gas te duraba harto. Acá el gas dura un mes y esta semana tengo que pagar el agua, la luz y el gas, la otra semana el supermercado y así organizándote para que no te falte nada po. Hemos tenido que ordenarnos.” Siguiendo con la idea de Foucault toda está reformulación económica de inserción formal al sistema neo-liberal ha tenido una serie de efectos en las prácticas y estilos de vida de algunos pobladores que han querido adaptarse a su nueva vida como sujeto parte del sistema social. Por ejemplo, algunos sujetos han decido buscar trabajos dependientes que les permita contar con un ingreso fijo al final de mes, dejando de lado labores informales como el denominado trabajo de “carretonero” ( persona que se dedica a recibir pagos por retirar basura de ciertos lugares), siendo una labor que en ningún caso aseguraba un monto de dinero fijo al mes.

“No, no quiero seguir trabajando de carretonero, sí por eso me cambié pa acá. O sea igual te abastece, pero no ya no, mucho copete, está bien dicho el tomay como carretonero. Igual se gana y todo, pero no es que a mí no me sirve, porque es para hoy, hambre para mañana. Acá como teni que pagar, es mejor tener otra cosa, algo más seguro po, mejor abastecerme con esto” Por último, es importante destacar que los propios entrevistados reconocen que este cambio de vida en cuanto a lo laboral y las responsabilidades económicas, no necesariamente son valorados, ya que dentro de su vida en el campamento existía mucho tiempo libre para desarrollar las relaciones humanas tanto intimas como sociales, ya que se contaba con una mayor cantidad de tiempo al existir menor amarre al trabajo. Mientras que en la actualidad, la necesidad de generar dinero, los mantiene obligados a dedicar un mayor cantidad de tiempo a trabajar por sobre prácticas mayormente relacionadas con el ocio y la vida social. La presente cita es contundente en cuanto a esta situación:

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“Yo me pongo a pensar de repente el Orlando trabaja casi para las puras cuentas po ¿cachay? Que tiene que pagar luz, que tiene que pagar agua, que tiene que pagar el furgón del Francis, que tiene que pagar la alimentación, entonces son cosas que no te alcanzan y que tú no trabajay por $1.000.000 o $2.000.000 en ninguna parte entonces en este momento si te poní a mirar y a analizar el factor lucas es lo que nos tiene castigados”. 5.2.2 Vida en comunidad: Prácticas sociales y el uso de espacios públicos.

Acerca del espacio comunitario, es importante precisar que la Villa General Bernales, tal como se muestra en el plano del conjunto 8, en cuanto a infraestructura comunitaria, cuenta con una multicancha, una sede comunitaria y dos áreas verdes (plazas) que dan de manera directa a la mayoría de las casas de la Villa. Dicha infraestructura es sin duda muy superior con respecto al equipamiento comunitario que existía en el campamento, en donde no había áreas verdes, donde la cancha fue transformada en basural y donde quizás lo más similar era la existencia de una sede comunitaria de material ligero (a diferencia de la actual).

A partir de la observación participante realizada, sumada a la información recogida de las entrevistas, no cabe duda que la nueva realidad comunitaria de la Villa, sumada a la percepción del cambio de espacio, ha conllevado efectos en el uso de los espacios comunitarios en cuanto a la realidad que se vivía en el campamento.

Por sobre todo uno de los elementos que más llama la atención, es que a diferencia de lo que se daba en el campamento, pareciera ser que, los pobladores dejan de desarrollar la mayor parte de su vida en la vía pública, para pasar a realizarla en la vida privada (al interior de la vivienda). Llama la atención como todos los entrevistados tienen la percepción de que la mayor parte del grupo ha entendido que la vida en la Villa no se puede desarrollar de igual forma a como era en el campamento, por lo que reconocen que las personas desarrollan sus actividades al interior de las viviendas, como por ejemplo; con el consumo de alcohol u otras sustancias.

Uno de los entrevistados, que tendía a pasar la mayor parte de su tiempo en la calle del campamento comenta su percepción respecto al nuevo uso de los espacios:

“Bueno, si esto es como un matrimonio, tienen que tener sus metros cuadrados. Ahora son más reservados que allá abajo. Claro, allá abajo no, abajo (en el

8 Ver anexo 8.3, cuadro número 4.

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campamento) se compartía no más, ahora se comparte dentro del rancho no más y queda todo ahí. Ya nadie anda de allá pa acá como antes, uno que otro no más y tampoco curado, yo cuando vengo curado abro mi puerta y a dormir.” Pareciera ser que los pobladores cuentan con un entendimiento de la Villa, bajo el cual comprenden que deben actuar de forma diferente al campamento, sobre todo a partir del concepto de cambio de vida.

No obstante, otro elemento que es importante a la hora de comprender por qué se produce un mayor posicionamiento de la vida privada por sobre la pública tiene que ver con el sentimiento de la propiedad privada. Lo anterior hace referencia a que los entrevistados se ven permeados por la condición de ser propietarios legales de una vivienda, la cual implica que decidan pasar más tiempo al interior de las mismas, que afuera en los espacios comunes. Esta idea se ve reflejada también, en cómo las familias se van encerrando al interior de sus viviendas a partir de la velocidad y aparataje con la que realizan sus cierres perimetrales, donde delimitan sus terrenos en cuanto al de sus vecinos, o de cualquier otro vecino.

A continuación, el mismo entrevistado comenta respecto a su cambio de actuar debido a contar con una vivienda propia y con mejores condiciones materiales:

“En el campamento era otra cuestión po. Si todo tiene que evolucionar po. Antes teníamos una casita, ahora tenemos casa sólida que es de uno, a esta wea le prendemos fuego y cuesta que se queme, allá no po, allá se quemaba todo. Ahora no po, esto hay que cuidarlo po, es más reservado.” En consecuencia, todos los entrevistados concuerdan en que el comportamiento de la gente en lo que respecta a los espacios públicos ha sido el adecuado según lo esperado por los vecinos y mediante la observación realizada también cumpliría con lo esperado por las políticas públicas de Estado.

Acá un cita de la presidenta del comité de vivienda en relación al comportamiento de los pobladores:

“Más encima que la gente igual ha cambiado acá, tu no vay pa afuera y vei a gente tomando, nada de eso como allá que se amanecían tomando, fumando y bailando, acá no po que tienen hasta cierta hora no más con la música y chao pescao.”

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Por otro lado, este cambio en términos de infraestructura y prácticas, ha permitido que nuevos actores puedan hacer uso de la infraestuctura comunitaria. Si en el campamento el espacio público era colonizado en su mayoría por hombres adultos, hoy en día en la Villa General Bernales, se puede observar que el uso del espacio público es colonizado en su mayoría por los niños del sector. Ya que son estos a quienes se puede ver haciendo uso de las áreas verdes, como de la cancha e incluso de la misma calle, no siendo difícil verlos corriendo al interior del conjunto, jugando futbol, utilizando los juegos de las plazas, etc. Incluso es posible que estos se encuentren jugando y recorriendo el sector hasta altas horas de la noche.

Acá una vecina no cuenta como los niños son mayoritariamente los que usan las plazas:

“Ahora por ejemplo, no ves tantos niños, pero si tu te quedas un ratito más, cuando sale el sol, salen todos a la calle. En el día no es tanto, a esta hora cuando hace calor no es tanto, pero después salen todos a la calle, en la tarde tipo 8, 9 ya salen todos a la calle. Los niños afuera, jugando y los papás, las mamás salen a mirarlos a ver que están haciendo, que se yo.” Desde otro punto de vista, también es posible identificar prácticas que no estarían en línea con los esperado en el diseño del conjunto, ni lo acordado entre vecinos, ni con lo esperado por el Estado mediante las diferentes capacitaciones que realiza durante la construcción del conjunto. Esto tiene que ver con diferentes elementos que son por un lado reconocido por algunos de los entrevistados, pero que mayoritariamente fueron recogidos mediante la observación participante.

Un elemento clave, tiene que ver con el uso de los vehículos, ya que el diseño del conjunto no contemplaba que todas las viviendas pudiesen tener estacionamiento o viviendas que den directamente a la calle para dejar el auto (muchas se encuentran dentro de pasajes donde solo existe un paso peatonal.). No obstante, los dueños de las viviendas igualmente se las han ingeniado para encontrar donde dejar sus vehículos, cercano a sus viviendas, lo que en general, ha ido en desmedro del mantenimiento de las áreas verdes y aceras y otros espacios comunitarios. Cabe destacar que esta no necesariamente es una práctica que corresponda exclusivamente a los pobladores del campamento, ya que como se ha mencionado existen más vecinos al interior de la Villa que no provienen del campamento Peñoncito, pero si es posible de reconocer que se da en un sector donde mayoritariamente existen familias del campamento. Este tema no es menor

79 ya que demuestra una tendencia hacia el beneficio personal por sobre el colectivo, como sería el cuidado del área verde, además demostraría una cierta tendencia de los pobladores de la Villa a no respetar ciertos elementos de diseño del conjunto, quizás a partir de que en el campamento nunca se vieron coartados por este tipo de reglamentos en cuanto a diseño habitacional-urbano.

Por otra parte, otra situación que iría en contra de lo esperado por el Estado, tiene que ver en cuanto al cuidado mismo de los espacios comunes, ya que si bien el municipio cumple funciones de mantenimiento, es apreciable que por parte de los vecinos existe poca conciencia por preservar dichos espacios, destacando el tema en de la basura. Ya que solo con caminar por ciertos sectores de la Villa como son las plazas, es posible encontrar cantidades de basura no menores. Siendo una situación similar a lo que ocurría en el campamento donde había poco cuidado por los espacios comunes y nadie se hacía cargo de la mantención de los mismos, siendo el mayor ejemplo de esto lo ocurrido con la cancha comunitaria transformada en botadero. Solamente exceptuando –al igual que en el campamento- el cuidado de la sede comunitaria, la cual se encuentra a cargo de la directiva. Espacio que además se ocupa para el arriendo de eventos como matrimonios y cumpleaños, lo que permite generar recursos para su propia mantención.

Acá una entrevistada refleja lo observado en cuanto el cuidado de los espacios comunitarios:

“Como te podí dar cuenta no creo que cuiden mucho los espacios, porque de repente son las 12, la 1, yo me acuesto tarde, entonces de repente tomo el escobillón y empiezo a barrer, pero no sacó nada con barrer en las noches me acuesto y al otro día la inmundicia va a estar igual. De primera cuando llegamos, nos turnábamos las vecinas un día te toca a ti barrer, al otro día me toca a mi ¿cachay? Pero ya no.” 5.2.3 Relaciones sociales.

Quizás, de todo el análisis realizado, este apartado refleja una de las variables en la que los entrevistados más añoran el campamento Peñoncito, por sobre la vida en la Villa General Bernales. Generando que su re-significación del nuevo barrio en este ámbito, sea negativa y haga más dificultosa su adaptación al cambio de vida que han debido enfrentar. Lo anterior se explica por las siguientes razones.

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Primero que todo, la mayoría de los entrevistado al referirse a cómo eran las relaciones sociales al interior del campamento utiliza el concepto de familia. Dado que, comentan que era bastante lo que se compartía entre vecinos (marcado por el componente de la vida en el espacio público) y existía una preocupación constante por las problemáticas que acogían al resto, por lo cual se habla de que era una comunidad ante todo muy unida. En este sentido los entrevistados sienten que esta situación no se ha mentido en la Villa. Por ejemplo, en la siguiente cita la presidente del Comité comenta:

“El campamento como que era una familia ¿cachay?, y como que el campamento era mucho más unido que la Villa. Porque tu estabay ahí, conversabay con las familias y acá no po, acá no te cruzay con casi nadie. Sí yo cuando salgo converso en el almacén, con las chiquillas, pero la diferencia es que el campamento era mucho más unido que la Villa. Eso era lo que no había que cambiar po, aunque ya en el campamento no vivimos ¿cachay?” Otra entrevistada comenta un relato similar, también apelando a que la unión del campamento no se replica en lo que se vive en la Villa, y apelando además que el componente de cariño que se daba en el lugar no es replicable de repetir en cualquier otro espacio.

“No acá siento que cada cual por su lado, se perdió eso, acá da lo mismo si la vecina tiene o no tiene, eso se perdió, allá no, allá era como más, había un poquito más de unión en el campamento, el campamento me enseñó muchas cosas, me enseñó a vivir, a conocer a la gente, a valorizar, a valorizar lo que tuviste y perdiste, a conocer el valor de las cosas el cariño que te entrega la gente eso no se compra, eso no se puede comprar en cualquier lado.” En cuanto al por qué consideran que esta pérdida de capital social se ha dado, las razones son diversas. Acerca del factor físico, es importante considerar que el grupo de familias que vive en la Villa General Bernales está compuesto por las familias del campamento Peñoncito más un grupo no menor de otras familias que nunca vivieron en el lugar, con las cuales solo se compartían en instancias de comité pero no en el diario vivir. Por lo que se debe comenzar a compartir y conocer a nuevos vecinos, con los cuales aún es imposible que se construyan las relaciones con el nivel de confianza que les permita considerarlos como parte de una gran familia.

Por otro lado, a partir del hecho que existan más familias coexistiendo en la Villa General Bernales, se da la variable física que produce que las familias provenientes del campamento no

81 necesariamente vivan en viviendas contiguas, por lo cual el encuentro entre las mismas, se da con menor frecuencia (sumado también al elemento descrito en el ítem anterior, que habla respecto a que la vida pública se ve visto mermado por un mayor paso del tiempo al interior de la vivienda.). Así, es posible ver como un elemento característico de la espacialidad moldea de forma diferente las prácticas sociales de la Villa en contraste a lo que fue el campamento Peñoncito.

Acá una entrevistada comenta como la dispersión espacial que se vieron afectos, sumado al componente de existir nuevos vecinos va permeando la identificación con una gran familia que se sentía en el la vida en el campamento.

“Muchos de los que están ahí, no están todos juntos, ahora están todos dispersos, hay algunos en El Manzano, otros en la avenida. Allá todos nos conocíamos yapo, era diferente, acá hay muchos que los conocí pero no tení idea en verdadpo. Allá éramos como una familia gigante igual aquí igual los veí y todo, pero no es lo mismo. Porque allá los veía y a todos así apatonados ahí, aquí nopo, están todos dispersos. Ponte los que vivían al lado de nosotros allá, acá están todos en la avenida.” Otro elemento que fue mencionado por los entrevistados hace referencia a que existiría un cierto cambio de actitud por parte de algunos vecinos, quienes se encontrarían centrado solo en sus problemas personales, dejando de existir esa preocupación constante por el resto e incluso se considera que algunos, a partir del hecho de haber obtenido la vivienda, han tenido una suerte de altanería que ha producido que no reconozcan o hayan olvidado sus lazos de afectividad con ciertas personas, comentando incluso que le han quitado el saludo a otros vecinos con los que compartían en el campamento. Siendo interesante el que los entrevistados consideren que dentro del campamento se daba un componente de igualdad, sin distinción de los bienes materiales que cada quien poseía, a diferencia de lo que se vive en la Villa, donde el componente material se acentúa y visibiliza bastante más, como fue posible de observar, siendo notorio desde el cuidado del patio privado, hasta los elementos al el interior de la vivienda. Así un entrevistado comenta su percepción frente a esto:

“Sí po, pero la diferencia es que yo nunca pensé que iban a haber personas que se les iban a subir los humos a la cabeza, te miran pero no te saludan. Yo pensé que todos iban a ser igual.”

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Otro entrevistado comenta una percepción muy similar a la anterior y con palabras muy parecidas:

“Hubo mucha gente que confundió tener su casa a levantarse de raja que ellos no eran parte de vivir en un campamento ¿cachay? Hay mucha gente que ahora te mira por encima del hombro, que eso antes no lo hacían éramos todos iguales po, pero como te digo, hubo ese cambio cuando nos vinimos para acá, ya no éramos iguales. Algunos como que tenían más que los demás siendo que, yo creo que está bien, te viniste a una casa, pero no creo que te hayan cambiado tu personalidad. Yo sigo siendo la misma, a mí me da lo mismo, soy la misma que estaba en el campamento, pero hay personas que no entienden eso.” A modo de reflexión, quizás otro elemento que pudiese influir en este cambio de actitud y que no es reconocido en las entrevistas tendría que ver con que el contexto de precariedad que caracteriza a un campamento conlleva la necesidad de generar redes al interior del mismo que permita hacer frente a condiciones adversas como las climáticas, o a oportunidades que permitan superar dicha condición como la constitución de un comité de vivienda.

Sin embargo, a pesar de darse esta pérdida de capital social (quizás el elemento más trascendental de lo que era la vida en el campamento), los entrevistados igualmente reconocen que existe un componente de solidaridad, frente a situaciones o casos complejos que se mantiene tal cual como en el campamento, en donde todos los pobladores se ponían a disposición con el fin de solucionar diferentes problemática o emergencia. Una entrevistada comparte su apreciación respecto al componente solidario:

“Un buen ejemplo es cuando se quemó la Damaris, estaban todos, la Damaris tenía que tener en media hora o tres cuartos de hora todo limpio para que le pudieran traer la mediagua, toda la gente estaba ayudando a sacar todo para afuera, sacar lo quemado para poder tener el espacio limpio y que le trajeran su mediagua, entonces uno así se da cuenta cuando quiere cooperar y cuando está dispuesta a ayudar. La gente era solidaria cuando se necesitaba. Y yo aquí me he dado cuenta que eso se mantiene. Aunque no se ven, gracias a Dios, problemas mayores, no se ven. Pero yo creo que si se vieran problemas que fueran mayores todos estarían dispuestos a lo mismo”. Sumado a lo anterior, siguen existiendo ciertas instancias comunitarias que fomentan la organización y profundizan las relaciones de los vecinos de la Villa, más allá de lo que eran solo las familias del campamento Peñoncito. Algunos ejemplos de esto, son la existencia de un equipo

83 de futbol femenino, la organización de una navidad comunitaria, la existencia de talleres de aprendizaje popular dictado por los mismos vecinos, etc.

“Organizamos los talleres y ahora estamos organizando una cuestión para la Navidad, estamos juntando plata para la Navidad de los niños, Participan las dos partes, El Manzano y el Peñoncito. Va ser la primera celebración todos juntos. Esto lo hacíamos todos los años en el campamento ¿por qué no lo vamos a hacer ahora? Ya que de repente hay mamás que no tienen como pagarle a sus hijos po, un regalo ¿cachay?, entonces es fome que ellos después no tengan y los demás anden después, al otro día, mostrando todos sus regalos”

5.2.4 Percepción del cambio vivido y realidad actual familiar y social.

Como última dimensión del análisis, se reflexiona respecto a la variable más individual que caracteriza al proceso de re-significación, la cual tiene que ver con la percepción de los entrevistados en cuanto a lo que ha significado para estos, todo el proceso experimentando a partir del cambio de espacio social. Cabe recalcar que cada proceso ha sido significado de manera única por cada uno de los entrevistados en base a su propia experiencia, no obstante, se describen los componentes en lo que se encontró mayor grado de similitud entre los diferentes pobladores.

En términos generales, todos los entrevistados concuerdan con que el cambio vivido es considerado como positivo por diferentes motivos (a pesar de en todo momento recordar elementos del campamento con bastante nostalgia).

Como primer elemento a considerar, se encuentra el tema de la propiedad privada. Ya que los entrevistados en general comentan que volaran el traslado del campamento al barrio como algo positivo debido a que en su nueva situación tienen la oportunidad de contar con algo propio para ellos y su familia de forma definitiva y permanente en el tiempo, lo cual permite la posibilidad de no tener que en condiciones de allegamiento o con otros núcleos dentro de sus viviendas, recordando que es el principal elemento del porqué de que llegaron al campamento.

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Por otro lado, la propiedad privada también toma relevancia respecto a la oportunidad de poder dejar una herencia a sus hijos al momento en que estos fallezcan. En la siguiente cita una entrevistada muestra algunos de los elementos mencionados:

“No, bien, feliz. Feliz porque ya es algo que es mío, algo propio, ya no voy a ser allegada, ni voy a tener miedo que en algún momento me puedan echar de la casa o que se yo, ahora sé que tengo algo mío, que es de familia para siempre. Esto es algo que si nosotros morimos a nuestros hijos les va a quedar como herencia también, así que feliz.” Otro motivo importante respecto al porqué consideran que en términos generales el cambio ha sido visto como positivo, es debido al cambio de materialidad, dado que como se comentan en párrafos anteriores, consideran que al contar con regulación y mejoramiento de servicios básicos, como de infraestructura y materialidad, tanto para sus viviendas propias como en el entorno comunitario, es un cambio importante que les permite vivir en mejores condiciones de vida, superando condiciones adversas del campamento como eran por las condiciones climáticas. Volviéndose a remarcar la importancia respecto a los hijos, en relación a un mejoramiento de sus condiciones de vida necesarias para su desarrollo.

“Fue cambiar mucho, imagínate de pasar de vivir en campamento, vivir en el barro, pasar todos mojados a cambiar a una calle donde a lo mejor sí te mojay, pero no te embarray, o si pasay frío afuera, pero no adentro. Allá no po, allá pasaba frío adentro y afuera de la casa A sido un mejoramiento en el bienestar de mis hijos po y que claramente no pasaba en un campamento. Ponte tú, acá tienen su propia pieza, los dos hombres en una pieza y la mujer en otra. Allá no po, todos en una mediagua de poco más de 3x6 todos juntos, acá no po, cada uno tiene su pieza y su espacio”. Por otro lado, otro elemento positivo que se menciona respecto al cambio experimentado es en cuanto a la discriminación que al parecer vivían por ser familias de campamento. Así vuelve a comentarse como factor preponderante los hijos, quienes tenían problemas en sus establecimientos educacionales por parte de sus compañeros o sentían cierto recelo de invitar a otros sujetos a sus viviendas, por vergüenza a mostrar las condiciones en las cuales habitaban. Una entrevistada cuenta un relato respecto a lo que vivieron sus hijos en la escuela:

“Pero como te digo el cambio fue bueno, me quedo tranquila de saber que a mis hijos ya no los están discriminando por el lugar donde viven, ahora es bulling como en todos los colegios, que soy flaco, que soy gordo, que soy fea, que soy morena,

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que tení el pelo pa allá, que tení el pelo pa acá, pero ya no por el lugar donde viven, porque eso les importaba mucho, les incomodaba o se sentían mal, aparte que igual son chicos muy sensibles a las cosas que sus compañeros dicen o a lo que les dicen, son muy sensibles a ese tipo de cosas entonces muchas veces me tocó verlos llegar llorando o ir a hablar con el inspector y ver el tema de porque los molestaban, eso por lo menos es un cambio que les tocó hoy en día.” Un punto importante a la hora de entender la evaluación que estos hacen del proceso, tiene como antecedente que fueron los propias familias quienes se organizaron en pos de buscar una solución habitacional que les permitiera dejar el campamento, siendo un proceso que duro más de 10 años, en el cual vivieron grandes problemáticas, como fue por ejemplo, la quiebra de la empresa constructora que les construía sus viviendas. Así, todo el proceso fue entendido como una lucha que necesito de un gran esfuerzo por parte de los mismos, y del cual lograron salir airosos. Por lo que, una vez recibidas sus viviendas, todos los entrevistados comentaron sentir una sensación de triunfo frente a todo el proceso vivido. Una pobladora comenta la siguiente sensación:

“La casa fue para mí como un triunfo, como un trofeo de una lucha dia a dia que se hizo, fue como algo por lo que tu luchaste y lucharon muchos, no solo yo si no también los que estaban detrás de uno, por decirte la presidenta, vicepresidente que ellos también se esforzaron mucho, dejaron los pies en la calle para poder sacar a la gente del campamento y eso se agradece, eso se agradece porque es un trofeo para muchos, para todos los que lucharon, para todos los que lucharon para poder salir del campamento”. No obstante, si bien los elementos recabados inclinan la balanza hacia la evaluación positiva respecto al proceso, también existen ciertos elementos que se consideran como negativos en cuanto a lo que ha significado el cambio para estos, siendo el argumento que toma más peso es del capital social y las relaciones sociales que no se replican en la Villa General Bernales, como ya se ha descrito largo y tendido en el análisis de los resultados. Además, existen ciertos casos particulares que han contado con dificultades debido a las responsabilidades que genera contar con una vivienda formal, sobre todo en cuanto al pago de cuentas. Un poblador comenta su experiencia y reflexión a esta problemática:

“En el campamento no teníay, como es que te dijera, esa espera que va a llegar el fin de mes y tengo que pagar la luz o que me van a cortar la luz si es que no pago. Ahora de repente hay personas que trabajan para puro pagar los suministros, nada más. Y los que no tienen trabajo van a seguir siempre encalillándose, porque ponte tú

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pueden pagar este mes, me van a dar la luz y el agua, pero el otro mes me la van a volver a cortar porque no voy a poder pagar, si no tení algo estable.” Por último, y a modo de síntesis en cuanto a la pregunta a los pobladores de si volverían al campamento, todos los entrevistados contestaron que no.

6. CONCLUSIONES

Habiendo descrito los resultados de la presente investigación, es posible argumentar ciertas conclusiones que son importantes de mencionar. Para esto, como primer punto, es necesario recordar los objetivos que buscaba esta investigación, con el fin de dar respuesta a estos y determinar si se lograron realizar.

En este sentido, la presente investigación, buscó ser un aporte en la relación que se da entre los sujetos, los grupos humanos y los espacios que estos habitan. Bajo la concepción teórica - fundada en autores como Bourdieu, Kuri, Pol, Vidal y Foucault- de que estas relaciones, tienen repercusiones ya sea en el mismo espacio físico que es habitado, como en las prácticas y percepciones de los individuos que lo habitan, lo que fue entendido como significación del espacio. Lo anterior, estudiado en el contexto de la adaptación de un grupo humano -permeado por un espacio original con una significación específica- que se traslada a uno nuevo lugar con condiciones totalmente disimiles, mediante una política pública específica la cual espera de estos grupos un comportamiento particular.

Así, el objetivo general fue comprender las formas de re-significación socio-espacial que desarrollan las familias provenientes de asentamientos irregulares, que pasan a vivir en conjuntos

87 habitacionales patrocinados por la política pública de vivienda, a partir del caso de las familias del ex campamento Peñoncito de la comuna de Puente Alto. Para dar con este objetivo, se vio como necesario describir la significación que desarrollaron en su espacio original (campamento), para posteriormente contrastar las prácticas y percepciones que desarrollaron en su nuevo espacio, en relación al anterior

En esta línea, es necesario recalcar diferentes aspectos de los resultados que permiten responder a los objetivos planteados. En cuanto a la significación que los sujetos desarrollan con su espacio original, podemos mencionar que está marcada por tres factores considerados como relevantes.

Primero que todo, existe una relación con el espacio que se encuentra marcado por ser un lugar de acogida que recibió a un grupo humano que por distintas circunstancias toma la decisión de residir en un campamento bajo el cual son los mismos habitantes los responsables de construir su espacio físico, lo que es fundamental por dos razones. Por un parte, el campamento es visto por los entrevistados como un lugar de acogida, que le entrega a las familiar la oportunidad de contar con un espacio donde habitar y estar con su núcleo familiar en caso de que exista. Además, por el hecho de tener que auto-construir su vivienda y entorno, lo que genera en los pobladores una relación estrecha con sus viviendas al ser entendidas como fruto concreto de su trabajo y esfuerzo.

Estos factores generaron en los entrevistados un sentimiento de arraigo por su lugar de origen que fue relevante de considerar al momento de contrastar su adaptación al nuevo espacio social que los acogió como es la Villa General Bernales.

Como segundo punto, es posible desprender de las entrevistas que en general en cuanto al uso que se da a las viviendas, la mayoría de los entrevistados comentó pasar más tiempo en los lugares comunes del campamento, específicamente en la calle del mismo. Esta práctica da cuenta de la álgida vida social que se daba al interior del campamento, en el cual existían patrones de solidaridad y organización que son difíciles de reconocer en otros espacios habitacionales. Así, todos los entrevistados comentaron que en el campamento existía un importante nivel de altruismo y preocupación por el bienestar colectivo.

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Además, es posible interpretar que no existía mayor regulación en cuanto a las prácticas de los espacios públicos, por lo que se daba un libertad de actuar según conforme a lo que estimara cada persona, por lo que se identifican diferentes prácticas dentro de los espacios comunes, que van desde reuniones de comité, hasta el consumo de drogas. Esta característica del campamento, devela que en cuanto al uso de los espacios comunes es mayoritariamente utilizado por los adultos, dándose poco uso por los menores, quienes pasarían mayor tiempo al interior de sus viviendas que fuera.

Por otro lado, se recoge que existe poca preocupación en cuanto al mantenimiento de los espacios comunes por parte de los pobladores, a excepción de la sede social que es mantenida por la directiva del campamento. Esto se ve ejemplificado en el caso de una cancha de futbolito auto-construida que finalmente termino como botadero utilizado por los carretoneros del sector. En este sentido es posible concluir que no había una concientización mayor por mantener cuidado en cuanto a los espacios comunes o públicos, los que son reconocidos por los entrevistados como lugares sucios y descuidados, a diferencia de la preocupación que los entrevistados mencionan tener en cuanto a sus viviendas individuales.

Las situaciones descritas se muestran un tanto contradictorias en cuanto a la significación del espacio reflejada en prácticas y percepciones, que pareciera ser van en líneas o puestas, ya que por un lado, se habla de la valoración que existe por la álgida vida social y compañerismo que se da en el campamento, mientras que por otro lado se observa que la preocupación en cuanto al cuidado de los espacio está marcado mayormente por una visión individual y no colectiva.

Como tercer elemento a considerar en cuanto a la significación de los pobladores por el campamento, tiene relación con el proceso de cierre del mismo. Como se explica en el análisis de la información, los pobladores para poder mudarse a la Villa General Bernales, debían por exigencia del Estado desarmar su vivienda del campamento. Esta situación según los entrevistados es bastante fuerte, ya que a pesar de que la mayoría se encontraba de acuerdo con el cambio venidero, el tener que desarmar el lugar que los acogió y que estos mismos construyeron, era un proceso difícil que conllevaba no solo destruir materialmente dicho espacio, sino que a su vez se da una destrucción simbólica al desaparecer el punto de referencia donde

89 desarrollaron su vida por más de una década, borrándose de golpe todos los lugares donde se formaron familia y desarrollaron lazos de amistas con sus cohabitantes.

En función de este contexto, algunos entrevistados comentaron que al momento de saber que la mudanza era inminente y por ende el desarme del campamento, los embargó un sentimiento de nostalgia que incluso hizo que algunos de estos, consideraran reusarse a realizar la mudanza. Es posible que este contexto, referente a la etapa última de la vida en el campamento, haya estrechado aún más la relación de los pobladores con el espacio, en relación a su percepción del mismo, embargado por un sentimiento de nostalgia.

Por último, en cuanto a la significación del campamento, todos los pobladores consideran que dicho espacio fue un lugar de aprendizaje y además es compartido un sentimiento de agradecimiento por este.

Al observar estos resultados, en función de los antecedentes teóricos, es posible corresponder ciertos aspectos. Por un lado en cuanto a los planteamientos de Bourdieu, el cual menciona que los espacios permean las estructuras mentales de los sujetos o grupos que se desenvuelven un determinado espacio físico, lo que condiciona tanto prácticas como apreciaciones de los individuos, en cuanto al espacio en sí y respecto a las relaciones sociales que se dan al interior de este. Es posible asegurar para este caso, que es probable que los grupos humano que habitan asentamientos irregulares, producen una forma de habitar en específico, que se ajustaba a las condiciones físicas en las que se desarrollaron durante ese tiempo prolongado, la cual se caracteriza por las condiciones de precariedad, en cuanto a materialidad de las viviendas, y la falta de servicios básicos como agua y alcantarillado. De igual forma, dicho espacio físico, no solo iría estructurando las disposiciones duraderas de los habitantes, sino que al mismo tiempo, el campamento va siendo construido y tomando forma, a partir de las prácticas y discursos que los ocupantes van generando con el paso del tiempo.

Por otro lado, en cuanto los planteamientos de Pol y Vidal (2005), acerca de los espacios sociales entendidos como depósitos de significados, dados por la acción transformadora y la identificación simbólica, se observa que para el caso estudiado corresponden de forma importante. Dado que la vida en el campamento se encuentra fuertemente permeada por las condiciones materiales bajo el cual viven las familias, ya sea por el contexto de informalidad o

90 precariedad bajo que en el desvuelven, el que demuestra una libertad en cuanto al actuar y el habitar que es particular de dichos espacios. Por otro lado, existe una serie de componentes identitarios en cuanto al espacio, que también moldean percepciones y actitudes, lo que se ve reflejado tanto en el importante capital social que se da en el campamento, como en la percepción y sentimientos compartidos al momento de referirse y reflexionar sobre este. Así, es posible hablar de una significación de los pobladores que es compartida, y que se ve marcada por percepciones, discursos y formas de actuar particulares, evidenciando la relación que los grupos humanos desarrollan con los espacios, no siendo un mero escenario de la vida cotidiana .

Tomando en consideración los argumentos anteriores es posible hablar de una significación particular del campamento Peñoncito. De este modo, fue posible contrastar cómo esta forma de relacionarse con un espacio-social con condiciones particulares influye en la forma de adaptación a un nuevo lugar, lo cual fue definido bajo el concepto de re-significación. Para esto se contrastaron diferentes dimensiones que hacen relación -tomando a Pol y Vidal (2005)- con mecanismos dados por la acción transformadora y la identificación simbólica.

Como primer elemento, se analizó las diferencias en cuanto al cambio de vivienda. Así los entrevistados mencionaron como elemento general, sentir un regocijo por el cambio material experimentado, dado las problemáticas vividas en el campamento por sobretodo en cuanto a la precariedad material de las viviendas y la falta de servicios básicos. En esta línea, los entrevistados comentaban los diferentes cambios positivos acerca de las condiciones climáticas, a partir de las problemáticas que vivían con las lluvias, el frío u otras catástrofes naturales. Además, reconocían una percepción positiva respecto al cambio que significaba contar con servicios de alcantarillado, agua caliente y otros.

No obstante, también se reconocieron diferentes prácticas que han sido difíciles de acomodar para los entrevistados. Por un lado se encuentra la espacialidad, la que se vio considerablemente reducida, y que generó prácticas en los entrevistados que eran consideradas como indebidas por la política pública como son las ampliaciones irregulares, denotando a su vez un componente de los pobladores asociado a la informalidad y falta de regulación respecto a temáticas constructivas. Por otro lado, se evidenciaron problemáticas en cuanto a los gastos asociados a una vivienda formal, como el pago de cuentas, que no eran consideradas durante la vida en el campamento.

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De este modo, se evidenció un cambio en cuanto a la planificación monetaria, y laboral, debido que los entrevistados se vieron enfrentados a buscar formas de ahorro que les permitiera contar con dinero para el pago de cuentas, y de trabajo más estableces que les asegurara contar con un salario estable cada 30 días.

Como segundo elemento a considerar, se contrastó las prácticas sociales que se dan en la Villa General Bernales y el uso de los espacios públicos. Los resultados observados dan cuenta de distintas aristas en cuanto a este punto, por una parte se observó que acerca del uso de los espacios comunes, existe un cambio frente a los usuarios del mismo, siendo colonizado mayormente por los jóvenes y niños de la comunidad. Así, los adultos que dentro del campamento pasaban la mayor parte del tiempo en la calle del mismo, se retraen al interior de sus viviendas, realizando allí las prácticas que antes se daban en el espacio público como cocinar, reunirse, consumo de alcohol y drogas, etc. En esta línea la mayoría de los entrevistados comentaban pasar más tiempo al interior de sus viviendas, y ser más recatado en cuanto a ciertas acciones que dentro del campamento consideraban como libres de realizar, consensuado en que sus vecinos habían optado por la misma opción. Por otro lado, respecto a los espacios comunes es posible mediante la observación realizada y las entrevistas aplicadas, evidencias que se sigue manteniendo un deje en cuanto a la preocupación por la mantención de los mismos, siendo una práctica similar a lo que ocurría en el campamento.

Respecto a las prácticas sociales, los entrevistados en general evidencian un proceso de individualización a partir del traslado a la Villa, en el que los vecinos se centran en su bienestar individual por sobre el colectivo, sentido contrario a lo que se daba en el campamento. Por lo cual se considera que existe un desmedro del capital social al pasar a vivir a la Villa, que va en relación con el mayor paso del tiempo en la vivienda propia, el menor encuentro en los espacios comunes, las mayores responsabilidades laborales y una preocupación por aspectos más materiales de la vivienda propia. No obstante, es posible reconocer aún la existencia de una directiva que fuerza espacios de organización y actividades en pos de la comunidad como el día del niño, la navidad u otras.

Por último, como tercer elemento, se estudió la percepción de los entrevistados frente al cambio vivido, y la realidad actual que viven tanto para ellos como su entorno familiar. Frente a este

92 punto, todos los entrevistados comentaron que a pesar de estar muy agradecidos por su vida en el campamento, el contar con una vivienda definitiva dentro de la Villa General Bernales ha sido una conquista frente un proceso que fue largo y dificultoso por diferentes motivos. Por lo cual ninguno de los entrevistados comento que estaría dispuesto a dejar su vida en el Villa General Bernales y volver al campamento.

De este modo, al analizar el contraste de la relación con el espacio social que se daba en el campamento Peñoncito y que se da en la Villa General Benales, es posible asegurar que por lo menos –en cuanto a las personas entrevistadas y la observación realizada- que efectivamente se da un procesos de re-significación del espacio, dado que la adaptación a la vida en la Villa General Bernales, se encuentra totalmente permeada por lo que fue la estancia en el campamento Peñoncito.

De este modo, dicha re-signficación se caracteriza por existir en términos de percepciones e identidad, ya que se observa una adaptación y agradecimiento por el cambio vivido, al existir satisfacción en cuanto a las nuevas condiciones materiales en las que se encuentra la comunidad, y un orgullo por ser estos, los principales promotores del cambio vivido. No obstante, se produce una disminución del capital social e individualización, que es sentida por los entrevistados, existiendo nostalgia respecto a las prácticas sociales que se daban en el campamento. Por otra parte, se mantienen prácticas propias del campamento como el poco cuidado de los espacios comunes o la ampliación de los espacios de forma informal.

No obstante, se debe reconocer que estos resultados y conclusiones se ven condicionados por una serie de limitaciones que lleva la investigación. Como primer punto es importante considerar que la presente investigación, en cuanto a su trabajo de campo, se realizó dentro de un período de tiempo acotado (alrededor de tres meses) y con una magnitud acorde a los recursos humanos de la misma. Por lo cual si bien los resultados muestran distintas aristas y niveles de análisis, un trabajo de campo más prolongado, con más observaciones participantes con más entrevistados, o con la opción de realizar más de una entrevista por entrevistado, podría haber levantado información acerca de otras dimensiones de la relación espacio-sociedad. Por otro lado, el período de tiempo en el que las familias estudiadas llevan viviendo dentro de la Villa General Bernales, aún es considerado como reciente (alrededor de un año), por lo cual sería interesante

93 contrastar estos resultados en un período posterior, cuando los entrevistados lleven un tiempo considerable viviendo al interior de la Villa.

Por último y quizás como el factor más importante a considerar dentro de las limitaciones del estudio, es la relación del investigador con el objeto de estudio. Dado que la investigación se da un marco donde existe una relación previa con algunos de los entrevistados y con la comunidad en general.

Así, toma aún más fuerza la declaración epistemológica, en la que se reconoce que el investigador no se posiciona frente a una realidad neutra, en la que no existe interacción con el objeto de estudio, por lo que los resultados expuestos claramente se encuentran permeados por la experiencia previa que el investigador construyó con el grupo estudiado.

Respecto a las aportaciones que esta investigación entrega al campo científico también es importante de considerar distintos aspectos. Por un lado, el estudio busca seguir poniendo de manifiesto la sociología urbana a partir del concepto de espacio. Bajo esta línea, es un aporte en profundizar y poner en consideración la relación que los individuos, los grupos y los espacios físicos desarrollan entre sí, permeándose estas tres dimensiones de forma multidireccional, conllevando la construcción determinada de prácticas y percepciones en determinados grupos que habitan espacios específicos. Además, estudia la situación ocurrida cuando un grupo humano se traslada a un nuevo espacio social y cómo enfrenta esta situación a partir de su experiencia anterior, construyéndose un híbrido a partir de dos contextos diferentes.

Por otro lado, la investigación buscó ser un aporte en analizar la realidad que se vive en Latinoamérica en cuanto a las familias que habitan asentamientos irregulares, conocidos para el caso de Chile como campamentos, y cómo su relación particular con el espacio habitado tiene estrecha incidencia con el existo o fracaso de las políticas públicas de Estado en cuanto a solución habitacional. Así, los resultados aquí esbozados, pueden servir como aproximación a la vida en campamentos, destacando diferentes elementos que puede que hoy en día no estén siendo tomados en consideración por la política pública.

En consideración de esto, y siguiendo con los planteamientos del presente estudio, se hace interesante realizar líneas investigativas que estudien la re-significación del espacio que se da

94 cuando grupos humanos se trasladan en su conjunto a nuevos espacios sociales, con el fin de comprender de forma más contundente y profunda, la importancia que produce vivir por un tiempo prolongado en un determinado espacio social, al momento de enfrentar en nuevo contexto. Situación que es posible observar en cualquier contexto social, o territorial.

A su vez, se considera que en necesario consolidar investigaciones que profundicen las prácticas y relaciones que se dan al interior de los campamentos, con el objeto de tener mayores alcances respecto al componente social y cultural de los mismos, al momento de pensar en políticas públicas que busquen terminar con estos asentamientos.

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8. ANEXOS.

8.1 Pauta de entrevista.

Temáticas:

Re-significación del espacio, del campamento al barrio: Introducción: ¿Cómo llegaste a vivir en el campamento?. ¿Cómo llegase a participar en el comité de vivienda?

Dimensión Física: i) Vivienda (a) Habitantes ¿Con quién vivías en el campamento? ¿Con quién vives en tu vivienda? (b) Materialidad ¿Cómo se construyó tu vivienda en el campamento? ¿De qué materiales estaba compuesta esta? ¿Cómo fue cambiar de material ligero a una vivienda sólida? ¿Qué arreglos le has realizado a la vivienda nueva? (mejoramientos)

(c) Distribución ¿Cómo era la organización del espacio al interior de la vivienda en el campamento? (Tamaño de los espacios, Número de habitaciones, ubicación del baño, espacios comunes, etc.) ¿Te ha costado estar en un espacio más reducido? ¿Ha sido difícil adaptarse a la distribución de la nueva vivienda? ¿Has alterado la distribución de tu vivienda nueva? ¿Por qué? (ampliaciones o modificaciones tabiquería)

ii) Espacios comunes

(a) Distribución ¿Cómo se distribuía el campamento? (Que forma tenía) ¿Cómo se distribuye el nuevo barrio? ¿Están todos los vecinos del campamento juntos?

(b) Materialidad ¿Qué espacios comunes existían en el campamento? ¿Qué materialidad y forma tenían? ¿Qué espacios comunes hay en el nuevo barrio? ¿Qué materialidad y forma tienen?

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Significación del lugar: iii) Practicas: (a) Uso de espacios comunes ¿Quién hacía uso de los espacios comunes del campamento? ¿Qué prácticas se daban en estos espacios? ¿Quién se preocupaba de mantener estos espacios? ¿Quién hace uso de los espacios comunes del nuevo barrio? ¿Qué prácticas se dan en los espacios comunes del nuevo barrio? ¿Quién se preocupaba de mantener estos espacios? ¿Qué diferencias existen respecto a las prácticas que se daban en los espacios comunes del campamento?

(b) Uso de la vivienda. ¿Cuánto tiempo pasabas en la vivienda del campamento? ¿Cuál era el espacio que más utilizabas? ¿Cuál era el espacio que menos utilizabas? ¿Cuál era el lugar en el que más compartías con tus familiares? ¿Cuánto tiempo pasas en la vivienda nueva ? ¿Cuál es el espacio que más utilizas? ¿Cuál es el espacio que menos utilizas? ¿Cuál es el lugar con el que más compartes con tus familiares? ¿Se comportan de forma diferente en la nueva vivienda? (qué ha cambiad). ¿Cuál consideras qué es el espacio más importante de la casa? ¿Cómo ha sido comenzar a pagar cuentas?

(c) Relación con vecinos (otros pobladores del campamento). ¿Cuál era la relación con tus vecinos del campamento? (Indiferente, amistad, etc) ¿En qué lugares y momentos se encontraban? ¿Realizaban alguna actividad en conjunto? ¿Se organizaban para resolver problemáticas comunes? ¿Ha cambiado la relación con estos en el nuevo barrio? ¿En qué momentos y lugares se encuentran? ¿Se realizan actividades en conjunto? ¿Has notado diferencias respecto a su actuar en el campamento y el barrio? ¿Crees que les ha costado adaptarse al cambio de lugar? (espacio, formalidad, laboralmente, etc) ¿Consideras que existen prácticas que se daban en el campamento que no se pertinentes de realizar el nuevo barrio? ¿Se respeta el reglamento de copropiedad?

iv) Discurso (a) Imaginario del grupo social ¿Qué piensas de la comunidad que habitaba el campamento? ¿Qué importancia tienen ellos para ti y tu familia? ¿Crees que ha sido un cambio positivo para las familias del campamento? ¿Crees que la gente prefiere está contenta en el nuevo barrio? (b) Imaginario del lugar habitado ¿Qué importancia tiene para ti el campamento?

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¿Cómo fue el momento que desarmaste tu vivienda? ¿Qué sentiste al momento de dejar el campamento? ¿Cómo fue llegar a una nueva vivienda? ¿Cómo te sientes en esta nueva vivienda? ¿Qué significa para ti el nuevo barrio? ¿Volverías a vivir en el campamento?

8.2 Consentimiento informado.

8.3 Cuadros.

Cuadro Número 3 . Distribución Campamento Peñoncito.

Fuente: Elaboración Propia.

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Cuadro N úmero 4 . Plano Villa General Bernales.

Fuente: Fundación Un Techo Para Chile.

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Cuadro N úmero 5. Ubicación Campamento Peñoncito - Villa General Bernales.

Fuente: Elaboración Propia.

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