NOTA BIOGRÁFICA De Mons. Giuseppe Cognata (1885-1972)
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NOTA BIOGRÁFICA de Mons. Giuseppe Cognata (1885-1972) Años de niñez y juventud José Cognata nació en Agrigento el 14 de octubre de 1885. Fueron sus padres Vitale y Rosa. Desde niño demostró una gran riqueza de dotes y talentos humanos. A los doce años entró en el colegio salesiano “San Basilio” de Randazzo (Catania), la primera obra de Don Bosco en Sicilia, dispuesto a acoger la llamada a la vida religiosa y apostólica entre los Salesianos; una vocación fuertemente discutida por su padre y su abuelo, con sus pruebas y sus abundantes y sufridas luchas, coronada finalmente por un feliz éxito. Salesiano: sacerdote – educador – apóstol El 5 de mayo de 1908 el clérigo José Cognata emitía su profesión perpetua en San Gregorio de Catania, en las manos del entonces Rector Mayor don Miguel Rua, hoy beato, y el año después, el 29 de agosto de 1909, recibía en Acireale la ordenación sacerdotal. Había conseguido brillantemente la licenciatura tanto en Letras como en Filosofía. Desde entonces se hacía presente entre los jóvenes no sólo como profesor y asistente sino como sacerdote lleno de celo, desarrollando su misión en Bronte (Sicilia), en Este (Veneto), en Macerata (Le Marche). Director Durante la primera guerra mundial, Don Cognata sirvió como soldado en Palermo, Trapani y Padua. En Trapani puso las bases de la Obra salesiana que, unos años después, sería llamado a dirigir. Fue director de obras, pero, sobre todo, director de almas. Estando en Trapani fue requerido para dirigir el colegio de Randazzo (Catannia), y más tarde el de Gualdo Tadino, en Umbria, y finalmente fue director de la casa del “Sacro Cuore” de Roma. Obispo y Fundador Pío XI, en el Consistorio del 16 de marzo de 1933, nombró a don José Cognata, Obispo de Bova, una diócesis de Calabria particularmente pobre y descuidada. Recibió la ordenación episcopal el 23 de abril sucesivo en la Basílica del Sacro Cuore en Roma por parte del Cardenal salesiano Augusto Hlond, arzobispo metropolitano de Gniezno e Poznan, hoy Venerable, acompañado como consagrantes del obispo salesiano de Sutri y Nepi, Mons. Luis María Olivares, también él Venerable, y Mons. Rómulo Genuardi, obispo auxiliar de Palermo. Caminando por senderos escarpados y caminos de herradura Mons. Cognata, -que había escogido como lema episcopal la expresión paulina “Caritas Christi urget nos”-, quiso visitar y confortar no solo todos los pueblos y aldeas de la diócesis, sino también las familias más pobres, diseminadas por los lugares más remotos e inaccesibles del territorio. Dio vida a una Pía Sociedad de jóvenes generosas, dispuestas a trabajar con valentía y entusiasmo en los núcleos más pequeños, perdidos, abandonados. Nació así, el 8 de diciembre de 1933, la Congregación de las Salesianas Oblatas del Sagrado Corazón. En el silencio y la soledad En 1939 se desencadenó una tormenta infernal contra el Fundador y su Institución. El 20 de diciembre de 1939 la Congregación del Santo Oficio, basado en acusaciones falsas, condenó injustamente a Mons. Cognata, destituyéndolo de su dignidad episcopal. Él entonces se marchó lejos, viviendo durante años en el silencio y la soledad, separado de sus hijas espirituales. Fue acogido en las casas salesianas de Trento y Rovereto hasta 1952 y después en la de Castello di Godego (Treviso) hasta 1972, desarrollando un asiduo y apreciado ministerio de confesor y guía espiritual. Per Crucem ad lucem La Cruz es esperanza y certeza de resurrección y de vida. Mons. José Cognata, en la fiesta de Pascua de 1962, fue reintegrado al Episcopado por el Papa Juan XXIII. Por voluntad del papa Pablo VI participó en las sesiones segunda, tercera y cuarta del Concilio Vaticano II. El 6 de agosto de 1963 fue nombrado Obispo titular de Farsalo. El 29 de enero de 1972 tuvo la alegría de saber que su Instituto había sido reconocido con el “decreto de Alabanza” por parte de la Santa Sede. Su vida se apagó el 22 de julio de 1972 en Pellaro (Reggio Calabria), sede inicial de la actividad misionera de las Salesianas Oblatas. Sus restos reposan en la casa generalicia de las Hermanas Oblatas, en Tivoli. Fuente: Agenzia Info Salesiana .