Changuito, El Misterioso
Changuito, el misterioso Rafael Lam | Maqueta Sergio Berrocal Jr. En Cuba han existido, entre muchos, otros percusionistas que residieron en el exterior, muchas estrellas: Mongo Santamaría, el Patato Valdés, Orestes Vilató, Candito Camero, Walfredo de los Reyes, Carlos Vidal Bolado. Pero, en La Habana, hay que hablar de tres percusionistas de marca mayor, de grandes ligas: Chano Pozo, rey de las congas; Tata Guines, estrella de la tumbadora y José Luis Quintana “Changuito”, rey de las pailas. Changuito cumplió años el 18 de enero, no hubo fiesta grande, unas cervezas heladas (frías) y masitas de cerdo. El pailero mayor pasó la raya de los sesenta años de vida profesional. Cuando se hable de Premio Nacional de la Música, hay que recordar a los grandes. Changuito, ¿dónde comenzaste en la música? Empiezo a tocar influido por el ambiente en mi casa, mi papá era músico y ya a los cinco años yo estaba metido en la percusión, también me ayudó mucho Roberto Sánchez Calderín, formaba piquetes con mis amigos, estuve en el grupo Cabeza de Perro, y ya en 1956 responsablemente sustituía a mi padre en la orquesta del cabaret Tropicana y en la Orquesta Habana Jazz. Cuando aquello se empezaba temprano. Le hice una suplencia a mi padre en el cabaret Tropicana. ¿Después de esas experiencias qué hiciste en todos estos años, antes de 1959? Estuve trabajando con la Orquesta de Gilberto Valdés, Quinteto José Tomé, Artemisa Souvenir, Habana Rítmica 7. ¿A partir de 1959 qué haces? Comencé con el grupo Los Bucaneros que, en aquellos tiempos tenía mucha aceptación del público joven.
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