Nómadas (Col) ISSN: 0121-7550 [email protected] Universidad Central

Estévez, Tomás THOMAS VAN DER HAMMEN UNA VIDA EN DEFENSA DE LA NATURALEZA Nómadas (Col), núm. 17, 2002, pp. 147-164 Universidad Central , Colombia

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Tomás Estévez*

* Biólogo, educador, trabaja en educación ambiental, en áreas silvestres protegidas y humedales. El autor fue miembro del equipo de investigación del DIUC. Es periodista, bajista de la agrupación de jazz y blues Isidore Ducasse y escritor de sobre con temas de educación ambiental. Autor de los libros Volcanes de Colombia y Hacia una cultura del bosque.

NÓMADAS 147 Thomas van der Hammen camina por su bos- nuestros recursos. La mayoría se refieren a Colombia, que en la Sabana, sembrado a tan solo diez minutos su patria de adopción, que gracias a su monumental de Bogotá, con la fe y la perseverancia de quien cono- trabajo es una de las más documentadas en cuanto al ce millones de años de la evolución de nuestra flora, conocimiento del paisaje y flora del pasado, el deve- mientras nos va mostrando nuevos arbolillos que aso- nir del clima, los avatares de sus primeros habitantes y man a la sucesión vegetal, pinos romerones vigorosos, sus adaptaciones, información toda ella vital para nues- gaques y tunos sembrados por aves, encenillos que ya tra viabilidad como nación (y por qué no, como espe- anuncian un bosque maduro. Poco a poco entre las cie) si queremos de una vez tomar un curso de conversaciones y las consultas bibliográficas vamos desarrollo sostenible y prometedor, en lugar de seguir descubriendo la intensidad y profundidad de la obra rodando cuesta abajo en el deterioro de la base misma de una vida, que apenas alcanzaba uno a intuir por de la supervivencia. trabajos famosos como la reconstrucción del clima y la vegetación del pasado de la Sabana de Bogotá, el hallazgo de un hito para el conocimiento de nuestras De los países bajos al altiplano raíces en el hombre del , realizado con cundiboyacense Gonzalo Correal, o el impulso que se dio en el cono- cimiento de nuestra diversidad con los transectos Cuando Thomas van der Hammen llegó desde su tropoandinos, estudios detallados y multidisciplinarios Holanda natal a Colombia en 1951, ya tenía decidido de nuestras cordilleras. su camino por las ciencias de la Tierra, tal como él lo define compartiendo su pasión entre la biología y la Su obra cuenta con más de trescientos títulos de geología. Atraído por esa legendaria exuberancia con- trabajos científicos en diferentes partes del mundo, que centrada con sinigual desproporción en los Andes y la cubren temas desde la geología hasta la biodiversidad Amazonia, se encontró de lleno con la megadiversidad y el clima, y desde la reflexión sobre la evolución de de Colombia varias décadas antes de que el concepto la vida hasta la discusión política sobre la gestión de fuera acuñado. n e m m a H r e d n a V

148 NÓMADAS Thomas van der Hammen adoptó como segunda oriente unas pocas decenas de metros, donde hubiera patria el que pudo ser el país más rico en especies co- encontrado suelo firme de colinas, sino que en todo nocidas y desconocidas, pero también uno de los que su eje longitudinal cortó en dos el humedal. Se ha menos se preocupaba por mirar hacia su verdadero enterrado varias veces el volumen de la misma auto- patrimonio vital. pista en roca gravilla y asfalto entre los suelos blandos de humedal, pagando con sobrecostos el craso error. Una breve descripción del paisaje sabanero de los El mismo humedal donde Manuel Ancízar1 , en su pe- cincuenta que acogió al joven científico, sirve para regrinación describiera un páramo azonal2 con imaginar por qué esta primera experiencia definiría su frailejones, en aquellos pantanos hoy convertidos en rumbo por el redescubrimiento de nuestro patrimo- cementerios, clubes o colegios. Y en el cerro cercano nio natural. se refugiaron osos de anteojos, el último de los cuales fue reportado en el bosque de La Aurora en 1967. Para aquella década, Bogotá llegaba apenas hasta Hacia el suroccidente la prodigiosa Laguna de la el Parque del Lago Gaitán por el norte, y los esfuerzos Herrera, inmortalizada en un cuadro de Gonzalo Ariza3 del Estado y los particulares no lograban todavía aca- de la misma época, daba cobijo a las inmensas banda- bar los espléndidos humedales que rodeaban la capi- das de patos pico de oro4 . Nadie observó su paulatina tal hacia el margen occidental. Quizás todavía el desaparición, y al finalizar la década ya estaban extin- Humedal Juan Amarillo se llamaba Lago Tibabuyes, tas. En los mercados domingueros no faltaban los hue- con su espejo de agua rebosante de vitalidad y de aves vos de pato y el pescado capitán o los cangrejos para acuáticas. el caldo, que se ofrecían vivos entre baldes.

Hacia finales de la misma década el Humedal de Todavía faltaban algunos lustros para que el ICA Torca comenzaba su lenta agonía con el reciente tra- patentara variedades genéticas de papa resistentes al zado de la Autopista del Norte, que por el troquel páramo y la Caja Agraria financiara planes de expan- euclidiano de la línea recta no fue curvada hacia el sión de la frontera agrícola hacia los páramos, esos

Laguna de Fúquene en 1959; desde entonces ha perdido la mitad de su “espejo de agua”

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Tatamá, un paisaje prístino, motivó a Thomas y al grupo de Ecoandes a la creación de un nuevo Parque Nacional Natural, quizás una de las áreas de mayor biodiversidad en la Cordillera Occidental. prodigios de la biodiversidad y el agua pura, para en- conservar lo que queda, sin negar el desarrollo. Buscar tonces íntegros casi en un 90% con respecto a su esta- caminos propios que consulten la “estructura ecológica do original. “La maleza de Suba” entre esta población principal”, concepto sobre el cual ha estado trabajando y lo que es hoy el aeropuerto de Guaymaral, era una últimamente Thomas van der Hammen, como instru- formación boscosa representativa de lo que fue la ve- mento de los planes de ordenamiento territorial. Este getación de la parte plana de la Sabana. Según el pro- concepto es una idea poderosa como herramienta de fesor Van der Hammen, allí se deben haber refugiado planeación, que ha dejado plasmada en el Atlas de la las últimas manadas de venado cola blanca endémico región CAR, de reciente publicación. Ahora el profesor de la Cordillera Oriental5 , a finales del siglo XIX y Van der Hammen lo desarrolla en el ámbito nacional comienzos del XX, el mismo que reportara Humboldt en la búsqueda de la conectividad de los pocos rinco- en el mencionado bosque. nes que todavía pueden ofrecer parte de la antigua bio- diversidad. Es una mirada que no excluye al ser humano Estos prodigios se han venido menguando a pasmo- en una visión integral de la conservación. so ritmo mientras científicos incansables, herederos del entusiasmo de la Expedición Botánica, realizan el in- Regresemos a la década de la llegada de Thomas dispensable inventario de nuestra diversidad; indagan, van der Hammen para establecer algunos contrastes y establecen parámetros de comparación, postulan teo- sorpresas en lo que fue su primer encuentro con el rías biogeográficas para tratar de explicar por qué la trópico. La palinología, ciencia que estudia la compo- naturaleza privilegió tanto a un país como Colombia, a sición florística del pasado por medio del registro del la vez que tratan de generar conciencia sobre nuestros polen fósil, establecería el justo nexo entre la biología recursos, orientación sobre la manera de conservarlos y y la geología con que soñaba van der Hammen desde advertencias sobre las consecuencias de modelos de su temprana vocación en la escuela, cuando las dos desarrollo que no consultan la naturaleza. Se trata de ciencias reclamaban por igual su curiosidad.

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El estanque, entre el bosque y la huerta, requirió de geomembrana para mantener el agua, debido a que hemos bajado decenas de metros el nivel freático de la Sabana, que se está secando por la extracción del agua fósil.

Al llegar a la Sabana se encuentra con un altipla- Laureano Gómez. Cuentan que las semillas fueron lan- no a 2.650 m de altitud, cosa excepcional en uno de zadas desde avionetas. De nombre Penisetum clandes- los países de relieve más complejo y variado. A dife- tinum y originario del África, marcaría dos épocas en rencia de las colinas holandesas rodeadas de llanura, la historia de los suelos sabaneros. En África, apenas esta altillanura con su verdor y riqueza en recursos sobrevive en competencia con otras hierbas agresivas hídricos era un pedacito de Holanda, enmarcado por y difícilmente lo reconocería quien ha luchado contra los dos brazos en que se bifurca la Cordillera Oriental. su tenacidad. Aquí se encontró a sus anchas, sin com- Un escenario prodigioso que deslumbró por igual al petidores y con los mejores suelos del mundo, formó hombre del Tequendama, a los primeros pobladores colchones tan densos que impidieron la regeneración de hace doce mil años y a conquistadores y científicos. natural, exterminó hierbas originales, rompió tuberías Hoy a punto de ser devorado por el cemento y el as- de gres, agrietó muros; pero, sobre todo, encareció falto, solamente sigue deslumbrando a visionarios tanto el laboreo manual del altiplano que la condi- como Thomas van der Hammen o, por el contrario, ción de campesino dejó de ser esa pastoral idílica del tentando los bolsillos de los especuladores de tierras y imaginario colectivo. Esto apenas es una acotación, si barrios instantáneos. lo comparamos con lo que para esta misma década se desataba en los campos, época que uno de los países Sin embargo, a diferencia de esa cultura campesi- más violentos del mundo llamó por antonomasia “La na holandesa que vivió realmente de sus campos ga- Violencia”. En síntesis, el campo sabanero después del nados con gran esfuerzo al mar, la Sabana dejaba de kikuyo ya no fue sino para los que tenían ganado, ara- ser emporio de alimento para comenzar su camino dos mecanizados, o se acogieron alborozados a otra suicida, convertida en lotes de engorde o ganaderías gran revolución que apenas comenzaba: la revolución extensivas. En un atentado a la diversidad se convir- verde, contubernio de máquinas, insumos químicos y tió la llegada del pasto kikuyo bajo el gobierno de semillas “mejoradas”, que con la política de présta-

NÓMADAS 151 mos y paquete técnico incluido, daba el golpe final al Hammen y Josina van der Spuy, quienes construyeron campo. Este modelo, quizás sin proponérselo, se con- un entorno familiar favorable al florecimiento de su virtió en otro atentado contra la diversidad, el agua y vocación científica que emerge desde su primera in- los suelos, tríada que desde el comienzo y profética- fancia. Ya a los diez años se interesó en la luna, los mente, ha venido defendiendo con su labor Thomas planetas y las estrellas. Leen, su hermano tres años van der Hammen. mayor, hoy biólogo, llevaba con esmero una colec- ción de conchas y estudiaba los pájaros. Gracias a sus estudios y los de muchos de sus cole- gas y sucesores, hoy sabemos que cada centímetro de Thomas comenzó a coleccionar piedras y fósiles, suelo demora casi trescientos años en formación. Que insectos y plantas de la región y un herbario que hicie- el agua nace en abundancia de los páramos con su ron juntos los dos hermanos. flora y no de los páramos quemados o con papa, ni de suelos compactados por ganado. Que el agua subte- Entonces descubrió un museo iniciado por los pro- rránea ha demorado miles de años en acumularse, y pios recursos y el entusiasmo de un profesor de escue- que la biodiversidad que hoy estamos acabando en la, un sabio en el conocimiento de la historia natural, pocas décadas, no sólo sobrevivió, sino que se enri- que siempre fiel a su vocación de naturalista y educa- queció durante episodios tan drásticos de cambio dor, se presentaba como tal, el profesor Johan Bernink. climático como fueron las glaciaciones. El joven Thomas quedó deslumbrado con las colec- ciones y se ofreció de asistente en las labores del museo.

Cuando se aprende de la solidaridad La generación de Thomas van der Hammen vivió en su plena juventud la dura experiencia de la Segun- Nacido en Schiedam, Holanda, el 27 de septiem- da Guerra Mundial y por tanto sabe lo que es una bre de 1924, el profesor es hijo de Cornelis van der guerra. Tenía 16 años cuando los radios anunciaban la n e m m a H

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Dos de sus maestros extraen muestras de un suelo rico en sedimentos al fondo de un lago congelado en Holanda: los primeros pasos de la joven ciencia de la palinología

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Van der Hammen conoció el Salto de Tequendama en su imponencia legendaria. Hoy es un desagüe industrial

invasión a Holanda bajo el sonido de aviones y bom- interior iluminado por vitrales alusivos a la vida del bas, y 21 cuando finaliza con la locura de la bomba santo, brindan al recinto una atmósfera azul de miste- atómica. rio y sencillez. El altar confeccionado en dos grandes bloques de piedra revive una tradición de Chía, las A los 16, poco antes de la guerra, había ingresado areniscas de labor, según dice Thomas, de setenta mi- a un grupo local de jóvenes estudiosos de la naturale- llones de años de edad, encargadas a artesanos locales. za y desde esa edad hasta los 23 abundaron las excur- Lo místico, lo científico y lo artístico armoniosamente siones de fin de semana, los campamentos de verano integrados para un homenaje a la memoria del santo, donde se coleccionaba, se cantaba, se cocinaban sus aquel que en su oración simple había dicho todo lo alimentos. El grupo era diverso en sus intereses cientí- que puede decirse sobre la paz. ficos y compartía conocimientos y descubrimientos. Comenzó a esbozarse lo que sería la ciencia de la Era el año cuarenta. La invasión nazi fue rápida y fitosociología entre jóvenes de 18 y 23 años al pre- efectiva con apoyo de los paracaidistas y el bombar- guntarse cómo y por qué unas plantas acompañan a deo a las ciudades. Vinieron los años de la ocupación otras, unas vienen después que otras y cómo se distri- directa. Cuando se avisaba de las redadas del ejército buyen los espacios. invasor, los jóvenes tenían que esconderse en los zarzos, o en donde fuera posible. El que se dejara atrapar era Por esta misma época nace una pasión por estu- llevado a trabajos forzados en las fábricas alemanas. diar la vida y obra de Francisco de Asís que lo ha Thomas van der Hammen recuerda especialmente el acompañado desde entonces. invierno de 1944 al 1945, que se conoció como el invierno del hambre cuando muchos murieron. Thomas abre la capilla que en su finca de Chía erigió a imitación de las pequeñas capillas de la pro- Pero lo más importante para destacar es que en vincia natal de Francisco de Asís, que ha visitado va- medio de esas calamidades el espíritu científico del rias veces. Los muros gruesos, el portal de madera, el grupo de jóvenes nunca decayó. Imposibilitados de

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1. Con sus hermanos al cumplir sus padres 12 años de casados 2. Amar los animales, el campo ... y también las vacaciones 3. En Europa en 1950 con el profesor Florschütz 4. En Europa, recién casado 4 5. Con sus tres hijos 6. En Colombia conoció a G. Reichel-Dolmatoff

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154 NÓMADAS n e m m a La labor de un maestro de escuela, H

r e el profesor Johan Bernink, con un museo d

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a de historia natural que todavía existe, V abrió las puertas de la ciencia al joven amante de la naturaleza. realizar sus largas excursiones, herborizaron e identifi- años, en julio de 1951 defiende exitosamente la tesis caron especies en los parques urbanos, se enseñaban de doctorado “Late glacial flora and periglacial pheno- unos a otros las diferentes disciplinas; con las universi- mena in the ”. dades cerradas se realizaba mucho trabajo autodidác- tico pero, sobre todo, recalca el profesor Van der Para entonces escuchó sobre Colombia y sobre Hammen, había mucha solidaridad. Hubach, director del Servicio Geológico Nacional, hoy Ingeominas, por medio de Raasveld, enviado a Finalizada la guerra en 1945, Thomas van der Holanda para buscar especialistas en nuevas discipli- Hammen se presenta en la universidad para sus estu- nas. Hubach lo invitó, por pedido del gobierno de dios de geología y biología y luego para el doctorado Colombia, a participar de un bloque inicial de cuatro con mucho bagaje de autodidacta. En 1948 obtuvo el años de investigación, para trabajar en palinología jun- grado de Candidato en geología, zoología, botánica y to con otros dos colegas, respectivamente en petro- química; en 1949 el de Doctoradus (Master) en logía y fotogeología. Como jefe de la sección de paleontología y botánica. Durante ese tiempo partici- Palinología y Paleobotánica, en donde comenzó a de- pó en numerosas excursiones alpinísticas y científicas sarrollar el estudio de palinología tropical del Cretáceo por varios países de Europa, entre ellas el mapeo del y del Terciario, el profesor Thomas van der Hammen Precámbrico del sur de Suecia. Se hizo miembro de la se propuso, luego de instalar los laboratorios, ir a co- Asociación Alpina de Austria. Desde 1949 hasta 1951 nocer a la primera oportunidad que se le presentara la fue el asistente científico del Museo estatal de geolo- naturaleza circundante. Su primer acercamiento ocu- gía y mineralogía en Leiden. Colaboró en excavaciones rrió a través del profesor Roberto Jaramillo quien lo del Paleolítico Superior de Holanda, expediciones bo- invitó a a reconocer y coleccionar la flora en diversas tánicas y fitosociológicas a Laplandia, e investigacio- excursiones cercanas. Pero el Amazonas seguía coque- nes del Cuaternario de Holanda. teando desde la distancia.

Habiendo definido ya su vocación sobre la histo- Los viajes se realizaban en primitivos Catalinas, ria de la vegetación del oriente de Holanda, entre la hidroaviones que acuatizaban en el Apaporis. Van der última glaciación desde hace 15.000 hasta hace 10.000 Hammen tuvo el privilegio de conocer una Amazonia

NÓMADAS 155 casi prístina con ojos de científico, siglo y medio des- Cuevas de Cunday en el Tolima. Cuentan ellos que al pués de Humboldt. Una selva anterior a las oleadas salir, después de día y medio de trayecto por la caver- de colonización que resultaron del desplazamiento de na al otro lado de la cordillera, los campesinos reac- campesinos y a la reciente maldición coquera. Lo cionaban con temor y reserva ante el grupo de acompañaba, todavía estudiante, Luis Eduardo Mora excursionistas en tanto ya se había desatado la peor Osejo, el primero de quienes serían su generación de fase de la violencia en Colombia. relevo. El punto de acuatizaje era un puerto de reco- lección de caucho. Sin embargo, la región del Apaporis Con la renovación del contrato por cuatro años era una zona casi despoblada, aun de comunidades más, se continúan y profundizan los estudios y ahora indígenas; solamente se sabía de tres o cuatro malocas. se trabaja conjuntamente con otras disciplinas e insti- Exploraron las mesetas de Isibucuri, casi desconoci- tutos. Da clases en el Instituto Colombiano de Antro- das para entonces abriendo trocha en una época de pología, y colabora en la fundación de la Facultad de lluvias. A veces tocaba, en la noche, levantarse a des- Geología de la Universidad Nacional como uno de aguar la hamaca convertida en colector de agua, para sus primeros profesores. En los siguientes cuatro años seguir durmiendo bajo la lluvia. El ascenso era una nacen sus hijos María Clara, antropóloga y Cornelis especie de alpinismo tropical, con poco equipo pero Bernardo, experto en agricultura ecológica. En 1958 muchas lianas para ascender los farallones. En esos visita Guyana, invitado por el gobierno de ese país y primeros cuatro años se hicieron importantes colec- desde 1959 a 1966 trabaja como miembro científico ciones de la flora y se trabajó sobre la historia de la y docente en el Instituto Geológico y Mineralógico vegetación del Pleistoceno, el Terciario y el Cretáceo. de la Universidad de Leiden; desde allí organizaban excursiones pedagógicas a España, Luxemburgo y Bél- Se había casado con la colombiana Anita Malo gica, Austria y Norte de Italia, incluida la Laguna de Rojas, y en los primeros cuatro años nació Tomás, su Venecia. Se realizaban cursos de campo en Twente, primogénito. oriente de Holanda.

Fue una época de excursiones y expediciones por En 1966 acepta el cargo de catedrático de la Fa- toda la república, a muchas de las cuales su esposa cultad de Biología de la Universidad de Amsterdam. Anita lo acompañaba. Recorrieron las tres cordille- Desde esa posición comienza una más estrecha co- ras, y más tarde la Sierra Nevada de Santa Marta y el operación con el Instituto de Ciencias, con INGEO- Cocuy. Realizaron el primer reconocimiento de las MINAS, con el IGAC y con el ICAN. Fue una época

El hombre del Tequendama marcó un hito con sus 14.000 años de antigüedad.

156 NÓMADAS El pico La Reina en 1959, hoy casi sin hielo. Las nieves perpetuas han subido en nuestro país casi mil metros en los últimos 50 años: ¡la deforestación!

de gran colaboración con Holanda, especialmente De regreso a Colombia vendrían hallazgos que han con la Universidad de Leiden y la Universidad de marcado verdaderos hitos de nuestro conocimiento Amsterdam. Desde 1966 se intensificó el intercam- del pasado: el hombre del Abra y del Tequendama, bio de estudiantes y graduados, gracias al cual gentes datados cerca de los 12.000 años, fueron trabajos rea- como Orlando Rangel, Gustavo Sarmiento, Enrique lizados conjuntamente con Gonzalo Correal por los González, María Lucía Absy, Hernando Dueñas, Ma- cuales recibieron en 1970 el mayor reconocimiento ría Antonieta Llorente, Ligia Estela Urrego, pudie- de la Nación, la Orden de San Carlos, y el primer Pre- ron hacer sus doctorados en Holanda. Ofreciendo mio Nacional de Arqueología. disculpas anticipadas por las omisiones, la lista de tesis de doctorado que ha dirigido y apoyado ya pasa de cincuenta entre colombianos y extranjeros. La Abriendo trocha siembra de Thomas van der Hammen también fruc- tificó en el campo de la vida misma no solo con doc- En 1977 comienza lo que sería una nueva expe- torados: otros matrimonios mixtos fueron regalo de riencia de solidaridad e interacción: los estudios esta época. tropoandinos Ecoandes, con participación de entida-

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El altar de la capilla que levantó cerca del bosque, en su casa de Chía, es de piedra de sesenta millones de años des como Inderena, Ingeominas, el Instituto Colom- jando integradamente con el estudio de las nume- biano de Antropología, el Instituto Geografico Agustín rosas colecciones recogidas. Codazzi y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional. Cada expedición duraba de dos a seis meses. Pri- mero se realizó el transecto de la Sierra Nevada de Se trata de la metodología de transecto con el es- Santa Marta y luego el de cada una de las tres cordi- tudio integrado de muchas disciplinas científicas en lleras, con gran énfasis en la Cordillera Central de la cada estación. cual se han publicado ya cuatro volúmenes. Produc- to visible de estas expediciones fue descubrir el teso- Se traza una línea sobre la cordillera cubriendo ro, casi desconocido para entonces, que resultó ser todos los pisos térmicos por ambos flancos y cada el Macizo de Tatamá, en la Cordillera Occidental. 200 metros, por esa línea, se establece una estación. Los investigadores convivieron con un páramo sin En el sitio se explora la vegetación y la flora; el sue- intervención humana alguna, ni de colonos, ni cam- lo, la fauna del suelo; la geología, la geomorfología pesinos desplazados, ni de comunidades indígenas y el clima; se estudia también la historia de la vege- nativas. Thomas van der Hammen ya imaginaba los tación y el clima y eventualmente la prehistoria. La paisajes de un páramo sin afectación, por las propor- convivencia en un solo campamento de científicos ciones de polen estudiadas sobre la reconstrucción de tantas disciplinas resultó novedosa al comuni- de páramos del pasado, pero para todos fue realmen- carse las inquietudes in situ, y en el momento en te impactante conocer un ecosistema “prístino”. A que se presentaban las incógnitas, sin publicacio- partir de esta visita se declara el Parque Nacional nes de por medio, en una informalidad extra acadé- Natural Tatamá, uno de los que puede fácilmente mica pero que no desaprovechaba los fértiles competir por la mayor biodiversidad entre las 49 áreas encuentros. Años después todavía se sigue traba- del sistema.

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En dos hectáreas de su finca en Chía restauró la flora original de la Sabana, en sólo diez años, ayudado por 50 especies de aves, que encontraron aquí un refugio

Es natural que para las publicaciones divulgativas Sobre los humedales y los páramos se destaque la flora, las aves, los mamíferos, pero otros grupos menos visibles reclaman el derecho de ser par- Bogotá podría haber sido una de las ciudades más te de la biodiversidad: los nemátodos, los ácaros, pa- bellas del mundo si se hubiera concebido con ciertos rientes de las garrapatas, pero utilísimos componentes criterios paisajísticos que consultaran con sus recursos de vida libre para el suelo, por ser detritívoros o y lo que Thomas van der Hammen ha definido como descomponedores, colémbolos primitivos y diminu- Estructura ecológica principal. tos insectos saltadores sin alas. Para sólo poner un ejem- plo, el 90 % de las especies de lombrices en la Hoy, aunque sobrevive apenas una minúscula frac- Cordillera Central resultaron ser nuevas para la cien- ción de los humedales originales, estos son un recurso cia. Lo que estos estudios ponen de presente es la alta valioso e indispensable para el buen funcionamiento vulnerabilidad de extinción cuando ya queda muy de la ciudad. Para Thomas van der Hammen, los sue- poco del bosque andino original; cuando en la bonan- los aluviales de cada humedal son el libro abierto que za cafetera de los años setenta se estimuló a talar los él y sus colegas saben leer. Cada faceta de milímetros cafetales de sombrío, reemplazados por desolados de grosor es una página en la cual se puede reconstruir monocultivos que ahora piden toneladas de insumos, la historia climática de los últimos milenios de nuestra abonos químicos y venenos. ¿Qué decir del cultivo de región y por ende del planeta. El daño que les hace- papa en los páramos? mos con la desecación, dragado, relleno, contamina- ción, equivale a quemar la biblioteca de Alejandría, Descubrir la megadiversidad no es solamente mo- pues los humedales han guardado información vital tivo de orgullo, sino pretexto para pensar sobre la para comprender el futuro del clima y tomar decisio- mega-responsabilidad planetaria que nos ha tocado nes apropiadas en el presente. Sin raíces no hay futu- como generación y como colombianos. ro. Pero son muchos más los servicios ambientales de

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A la puerta de su taller de escultura, con un tronco diez veces más antigüo que Bogotá un humedal: biodiversidad, paisaje, amortiguación-re- tiempo. Es un trabajo singular. La expedición al pasa- gulación del agua de los ríos y picos de agua lluvia do puede comenzar por ejemplo en el jardín de su casa sobre la ciudad, recarga de acuíferos subterráneos, tra- entre Cota y Chía, o en los predios de la Universidad tamiento natural del agua, estación de paso y sostén Nacional o las orillas de un humedal, con una peque- de aves migratorias, sostén y reproducción de aves ña excavación. Lo más minucioso apenas comienza: residentes. recuperar, a través de un tratamiento físico y químico de laboratorio, los granos de polen fosilizado, obser- varlos a través de estereoscopios y microscopios, cla- Sobre cambio climático sificarlos, desarrollar procesos estadísticos que llevan a recuperar las proporciones en que dominaba cada Bien sabemos que la situación ambiental es tan especie vegetal en cada página del libro para luego, grave que se puede hablar de una gran crisis planetaria. con modelos matemáticos de clima y ecosistemas, re- Ya es un lugar común decir que desaparece una espe- construir el paisaje y deducir el devenir climático del cie cada hora, que en Colombia estamos secando un pasado. río cada día, y que la deforestación mundial equivale a varias canchas de fútbol de bosque talado por minu- to. Además para la fecha de esta publicación acaba Es un viaje de la mente de finalizar con sensación de frustración la gran cum- fundamentado en la labor bre de Johannesburgo “Río más diez” que no sólo re- de muchas disciplinas cogió la frustración de Río de Janeiro sino que la reconfirmó. Vivir familiarizado con cambios climáticos y floras del pasado contribuye también a romper paradigmas Conversar con Thomas van der Hammen al res- establecidos, por ejemplo aquel que señalaba que era pecto es tener un interlocutor que conoce el devenir en extremo difícil reconstruir un bosque de la parte del paisaje, la vegetación y el clima desde la época de plana de la Sabana de Bogotá. Sin mucho ruido y con grandes dinosaurios y con gran profundidad del paciencia de artesano, el profesor Van der Hammen Cuaternario, es decir, del ultimo millón de años. Es ha ido convirtiendo dos hectáreas de llano sabanero como conversar con un viajero del tiempo que a pun- en una muestra de lo que puede hacerse en menos ta de laboriosa recolección de sus preciados fósiles, tiempo de lo que cualquiera imaginaba: reconstruir todos de tamaño inferior a la punta de un alfiler, ha un bosque que con solo diez años de cultivo, ya pare- reconstruido este viaje del clima y el paisaje por el ce centenario.

160 NÓMADAS Caminar con él por este bosque es realmente un otros arbolitos que ahora son parte de esta sucesión viaje a uno de los pasados hipotéticos reconstruidos a atípica en el último millón de años de historia de la punta de granitos de polen. Los ciros y chilcas, pione- Sabana pero en uno de los rincones más significativos: ros de una sucesión ya languidecen a la sombra de a pocos kilómetros de la “Maleza de Suba”, colindan- alisos, sangregados, con doseles tan altos que la luz se te con una de las haciendas más representativas del percibe cenital como la de cualquier bosque. Los pi- mundo colonial, el Noviciado. nos romerones, difíciles de propagar, prosperan por doquier con solo haber arrojado semillas sin mayor Lo más interesante es que si se logra el Corredor cuidado, pues han caído en el momento oportuno de Biológico del Norte de Bogotá propuesto por Thomas la sucesión. Ellos, con arrayanes, coronos, raques y van der Hammen, ya incluido en el POT del Distrito tibares, asomarán sus copas por encima de los alisos Capital, esta pequeña reserva de una hectárea sería para iniciar la etapa clímax, muchos años antes de lo un punto más de la conectividad vital para las espe- que los pesimistas hubieran asegurado o lo que hubie- cies, sobre todo aves, que recuperaría parte de la ra durado en el mismo sitio una sucesión natural sin estructura ecológica principal de la Sabana. Este corre- intervención humana. Otro paradigma que se rompe: dor será un transecto transversal al desarrollo Norte- el agresivo kikuyo languidece en una lucha inútil por Sur de la ciudad, que une el Bosque de Torca y la la luz bajo este bosque singular a tan solo diez minutos Aurora, hoy el rincón con mayor diversidad de aves y de la capital. Se escucha el canto de grillos y ranas, y flora del Distrito Capital, con el humedal de Torca y la cuenta de aves ha llegado a medio centenar, mu- Guaymaral, que llevarían la conectividad al Bosque chas de ellas trayendo con su trabajo de sembradoras de Las Mercedes y el Cerro de la Conejera, relevo al n ó e L a i c i r t a P

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La filosofía, la música y la escultura han ayudado a Van der Hammen a construirse una vida interior

NÓMADAS 161 otro lado de la pequeña Sierra de Suba hacia el Hu- Llegada la cosecha, no existía quien supiera cómo medal de La Conejera, hoy paradigma y ejemplo de cosechar el trigo. Descubrieron después de mucha in- los esfuerzos de la sociedad civil por la conservación. dagación al último dueño de una trilladora, oxidada y Ahora se une el corredor a la ronda del río Bogotá, ya parada hacía décadas. Costaba mucho reactivarla y aprobada en un ambicioso plan de recuperación del fue imposible el permiso para transitarla debido a su DAMA, lo que le dará conectividad hacia otros anchura. Tuvieron que aprender a recogerlo con hoz y humedales. Esta franja es la última oportunidad que azotarlo como en los tiempos bíblicos. Recordemos tiene la futura metrópoli para evitar la conurbación que Colombia fue productor de trigo e incluso tuvo con Chía–Cajicá–Zipaquirá en una sola masa urbana razas criollas naturalizadas que casi desaparecieron. Por invivible. Hoy se negocia la calidad de vida de los este camino, pronto seremos importadores absolutos futuros capitalinos, la de nuestros hijos y nietos. de papa, café, maíz, yuca. Pero Anita se resiste y con tenacidad produce desde verduras y hortalizas hasta En sinergia con la propuesta de Thomas van der quinua y amaranto, cereales nativos de la cultura Hammen, otras instituciones podrían añadirse volun- prehispánica, casi olvidados. No en vano uno de sus tariamente al sistema de conectividades. Por ejemplo hijos, Cornelis Bernardo, ha seguido este camino y ha los clubes privados que tienen hoy el privilegio y la implementado su experiencia en el Valle del Cauca. responsabilidad de manejar cuerpos de agua que con un criterio moderno, paisaje y conservación, golf y ¿Cómo se han logrado estos dos milagros: un bos- educación ambiental para los hijos de los afiliados, que y una huerta realmente productiva y diversa con podrían ser parte de este sistema, al enriquecer tan escasa lluviosidad? Al entrar a su casa, nos recibe florísticamente sus cuerpos de agua y campos con flo- una placa en cerámica estilo medieval, donde se lee ra que acoja la avifauna y de paso añadiría variedad “Paz y Bien”, la máxima de Francisco. El aprovecha- paisajística a sus mismos campos deportivos. miento de los elementos naturales es parte de la visión de la vida del hermano de Asís. En el patio el profesor señala el sistema de canales y bajantes que aprovecha Apuntalando futuro el agua de techos de las dos casas, la paterna y la de Clara y su esposo Carlos. Ha bastado para los tiempos Muy cerca de la capilla estilo medieval, homenaje de escasez en la huerta. Esta misma filosofía la ha trans- a la memoria de Francisco de Asís, contrasta la pre- mitido a floricultores que conscientes de lo valioso del sencia de una estación meteorológica de la EAAB recurso hidrico subterráneo y buscando soluciones, ya (Acueducto). Nos relata Thomas que él ya venía mi- surten el 80% de la necesidad de agua de sus cultivos diendo la lluviosidad, hasta que ofreció su predio para con lo recogido por la cubierta de sus invernaderos, establecer una estación. A él personalmente le intere- ejemplo que debería extrapolarse a la ciudad. saban los datos y al acueducto la seguridad de dejar en buenas manos una instalación de última tecnolo- Reproducciones de Vermeer, a quien Thomas ad- gía. Funciona de manera automática y con energía solar mira más que al mismo Rembrandt, esculturas y pla- y lleva todos los registros: radiación solar, vientos, cas de cerámica van descubriendo en el ambiente de pluviometría. La lluviosidad promedio de su finca es su casa una nueva faceta: la del artista. En su taller se poco más de 700 mm menos de lo que cabe imaginar revela una paciente labor de escultor que solo faltaba para el vigor de su bosque en gestación y la granja como complemento de quien conoce la historia de las diversificada y ecológica que ha dirigido su esposa piedras. Esculturas en cerámica, areniscas de Chía, ca- Anita desde que viven allí. Jocosamente señala que se lizas del sur de Francia, modeladas con un dominio de respetan sus espacios; Thomas con su bosque y Anita maestro. Un Señor resucitado se encuentra en etapa con su granja. Se destaca reluciente de una de finalización en cera de abejas, para ser vertido en maravilla olvidada hacía unos cuarenta años: trigo. bronce a la cera perdida. ¿De dónde ha salido el tiem- Un pequeño cuadrado de unos 15 m con las espigas po para el arte sin competir con una fértil producción de oro resplandeciente. Anita relata una aventura muy científica? Sin duda el componente que integra estos diciente de lo que pasa en el mundo. Sembró antes dos mundos es la sensibilidad. Es un nuevo tema que media fanegada; era mucho para recogerla a mano. nos lleva del taller a los álbumes de fotografía. Co-

162 NÓMADAS En la Sierra de la Macarena, 1959

® Expedición a la Sierra Nevada de Santa Marta, 1958

® El botánico Roberto Jaramillo le ofreció, con las primeras expediciones florísticas, el des- cubrimiento de nuestra biodiversidad.

Al sur de Francia, modelando el dintel de la puerta para la casa de su hijo Tomás, hoy restaurador de arte.

NÓMADAS 163 mienzan a revelarse todavía más secretos: el del baila- Thomas van der Hammen, que conoce desde el deta- rín que en su juventud estudió danzas folclóricas na- lle atómico y molecular en la petrografía, hasta el de- cionales e internacionales y perteneció a grupos que venir del paisaje y los seres vivos en el tiempo, asegura realizaban presentaciones en su tierra y el del violinis- que no todo puede ser materia solamente. Hay una ta que realizó los estudios básicos y participó en con- trascendencia y una razón de existir. Algo que le da ciertos en orquestas sinfónicas juveniles y grupos de sentido al universo. Porque ausencia de sentido es la cámara en su país natal. que le puede quedar al joven con una visión mecáni- ca y materialista del mundo. Y Francisco de Asís de Todavía cada vez que puede darse una escapadita manera muy especial encarna la dedicación de una entre sus múltiples viajes, de paso por la casa de su hijo vida a las mejores cualidades del ser humano: el amor Tomás al sur de Francia, esculpe con él en su taller. por todas las criaturas, la admiración de Dios en su Tomás estudió restauración de arte. obra.

Seis reconocimientos más, como el Premio Nacional de Medio Ambiente Citas 1994 1 Ancízar Manuel, 1851, Peregrinación de Alpha. Premio FEN Vida y obra 1995, Caballero de la 2 El concepto todavía no estaba acuñado por los fitosociólogos, Orden de León, de la Reina de Holanda 1989, entre pero ya Ancízar lo intuye con su aguda observación del paisaje. otros galardones; conferencista invitado a decenas de 3 Cuadro que hace parte de la colección del Museo Nacional. eventos científicos en los cinco continentes, o expe- 4 Anas georgica niceforoi. dicionario invitado, siempre regresa a su patria 5 Odocoileus virginianus goudotii. adoptiva y a su terruño en Chía construido con la paciencia de un Francisco de Asís, y si queda tiempo, que siempre es así, avanzar un poco más en alguna escultura en proceso.

Sin duda un talento y una vocación fructifican si encuentran los cauces apropiados. Agrupaciones ju- veniles de danza, de ciencia, de alpinismo, música, arte, estaban a la mano. Eran jóvenes con mucho para hacer y descubrir y no se dejaron amedrentar ni si- quiera por la guerra. Pero la sociedad que estamos esculpiendo nada ofrece al joven de hoy cuando el modelo que se vende es el “héroe” del nuevo formato llamado Reality TV, que se debate armado de indivi- dualismo y astucia mientras millones los admiran des- de la comodidad de sus hogares, como ocurría por estos días en “Protagonistas de telenovela”, con un Rating que paralizaba la ciudad. Un mito que Thomas van der Hammen y su entorno familiar desbaratan es el de que “no hay nada que hacer”, en un país que como él mismo ha mostrado con su obra, tiene toda- vía mucho por descubrir y por construir.

Finalmente otro imaginario que rompe es el de que exista una separación entre fe, ciencia y arte.

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