CRITICÓN, 45, 1989, pp. 131-153.

FUENTEOVEJUNA DE Y EL MAQUIAVELISMO

por Bernai HERRERA MONTERO (Universidad de Harvard)

NOTA ACLARATORIA

El presente trabajo se propone una meta muy concreta : indagar y explicar las relaciones que pudieran presentarse entre el pensamiento político de Maquiavelo contenido en El Príncipe y el de Lope de Vega en Fuenteovejuna. El circunscribirme a dichas obras, si bien es cierto que implica ciertas limitaciones, también representa una ventaja apreciable : la posibilidad de desarrollar el tema con algún detalle. Por lo demás, no creo equivocarme al asumir que ambas son plenamente representativas de sus autores. La constante referencia y cita de críticos de la comedia lopesca en algunas partes del trabajo no responde al afán de fingir una erudición que no poseo : dada la novedad de la aproximación propuesta, creo necesario hacer ver que ella no deriva de una simple ignorancia de la crítica más al uso. Para mayor facilidad del lector, cito a Lope por la numeración de los versos de su obra, y a Maquiavelo por el número del capítulo que contiene la afirmación, poniendo los números correspondientes inmediatamente después de la cita. La traducción de las citas cuyo original no está en español es de quien esto escribe. En el caso de Maquiavelo he seguido el original italiano, confrontando siempre mi traducción con la inglesa de George Bull. Puede verse la ficha bibliográfica de las ediciones manejadas en la Bibliografía final. 132 B ERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 Maquiavelo y el maquiavelismo en España

Es bien sabido que Maquiavelo es uno de los más importantes tratadistas políticos, y sin duda el más influyente de su época. Autores como Hobbes lo que hacen, en alguna medida, es desarrollar, afinar y perfeccionar sus intuiciones fundamentales. Sin embargo, su difusión en Europa estuvo lejos de ser uniforme, y si bien es cierto que El Príncipe provocó una condena generalizada a nivel oficial, probablemente fue en España donde ésta se presentó más agudamente. La influencia de Maquiavelo en España es, en sí misma, problemática. Ya en 1536 aparece un libro titulado De re militari, de Diego de Salazar, que no es más que una traducción incompleta y parafraseada de El arte de la guerra de Maquiavelo, cuya influencia es explícitamente aceptada por el autor. A esto le seguirán dos ediciones (1552 y 1555) de los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, en traducción de Juan Lorenzo Otevanti. Llama la atención en esta traducción, dedicada al entonces príncipe Felipe II, que Carlos V, al darle el privilegio de impresión, afirme haber leído y disfrutado mucho tales Discursos, por lo que se alegra de que se le dedique la traducción a su hijo1. O sea que en esta época se consideraba aceptable, y hasta provechosa, la lectura del florentino. Esto va a cambiar radicalmente a partir de 1559, fecha en que sus obras serán condenadas por la Inquisición, apareciendo en el índice del inquisidor Valdés2. La primera consecuencia es que, no habiéndose hecho previamente ninguna edición de El Príncipe en España, tal tarea será pospuesta, increíblemente, hasta el siglo XIX3. No implica lo anterior, sin embargo, que el libro no fuera conocido allí. Maravall menciona dos traducciones manuscritas de la época que se conservan en la Biblioteca Nacional de , y afirma : "En los antimaquiavelistas declarados o en escritores políticos de influencia maquiavelista más o menos amplia y directa, se encuentran traducidos fragmentos de El Príncipe o resúmenes de ciertos pasajes"4, lo que prueba que, pese a la prohibición oficial, y al igual que ocurrió con otros libros y autores prohibidos, se tenía conocimiento, al menos entre ciertos grupos, de la polémica obra. Tampoco se debe olvidar la relación que hubo entre los movimientos intelectuales españoles e italianos en los siglos XVI y XVII, relación que no hizo más que intensificarse con la presencia militar española en Italia. Con todo, el hecho es que el acceso a la obra era restringido, y si los interesados en difundir el pensamiento maquiavélico no hubieran encontrado un medio de subsanar la prohibición, siquiera a medias, aquél no hubiera tenido la repercusión que tuvo. El medio fue el tacitismo. Este movimiento, que no ha sido estudiado sino hasta muy recientemente, constituyó una de las principales y más interesantes corrientes del pensamiento político de la época, no sólo en España, que fue donde tuvo más éxito, sino en buena parte de Europa. El rasgo común de todos sus adhérentes es el examen y utilización de las ideas de Tácito, el historiador romano, ya fuera por el valor que se les daba en sí mismas, ya por la posibilidad de camuflar el maquiavelismo bajo su manto. Tanto Maravall5 como Tierno Galván5 han hecho ver la gran complejidad del tacitismo, así como las muy diversas intenciones de sus exponentes. Lo que empezó siendo el 'descubrimiento'

1 J. A.Maravall. Maquiavelo y el maquiavelismo, pp. 188-90. 2 Véase J. L. Abellán, Historia crítica, t. 3. 3 J. A. Maravall, art. cit., p. 190. 4 Ibid., p. 190. 5 J. A. Maravall, La corriente doctrinal, pp. 645-667. 6 E. Tierno Galván, El tacitismo en el siglo de oro español. FUENTEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 13 3 del valor de Tácito por parte de un Juan Luis Vives, quien recomienda su lectura, pasó a ser posteriormente un disfraz para exponer el pensamiento maquiavélico (razón por la cual tacitismo y maquiavelismo son condenados conjuntamente por el principal pensador antimaquiavélico de la época : el padre Rivadeneyra), para acabar convirtiéndose en un movimiento con vida propia e incluso, paradójicamente, en el único capaz de combatir en su propio terreno al florentino. Lo que permite todo esto es la visión 'naturalista' que de la política tiene Tácito. El historiador romano había visto en la historia un campo de experimentación y comprobación de la política, sobre la cual se podía razonar de manera autónoma y crítica. Así, sin llegar necesariamente a las mismas conclusiones que Maquiavelo, tenía de la política una perspectiva bastante cercana, que permitía utilizarlo tanto para disfrazar como para atacar al florentino, esgrimiendo en su contra conclusiones opuestas obtenidas, sin embargo, con métodos a grandes rasgos similares. Queda mucho por estudiar acerca del tacitismo, siendo aquí lo importante subrayar que el pensamiento de Maquiavelo se difundió en España, fundamentalmente, de dos maneras : por circulación de textos publicados en otros países y mediante el tacitismo en su faceta de camuflaje de dicho pensamiento. Tampoco debe olvidarse la influencia de aquellos que, habiendo leído a Maquiavelo en otras partes, difundían después sus ideas en España. Sea como sea, la sola existencia en ella de un movimiento antimaquiavelista, iniciado en su forma sistemática y explícita por Rivadeneyra en su libro Tratado de la religión y virtudes del príncipe cristiano (1595), da clara constancia del auge del maquiavelismo español. Más aún, se da un fenómeno interesante y, de alguna manera, recurrente en la historia : dado que para atacar el 'impío' concepto de "Razón de Estado" maquiavélico hubo que contraponerle una "Razón de Estado" 'verdadera' y 'cristiana', este concepto central del florentino acaba imponiéndose aún en sus adversarios. Se puede afirmar que todo el pensamiento político de la época, incluyendo el de los antimaquiavelistas, responde en algún grado a las tesis de Maquiavelo, lo que ha sido sostenido explícitamente por Maravall. A nivel teórico la prohibición impidió la formación de un maquiavelismo doctrinal consciente y abierto. Las consecuencias a nivel práctico serán más graves : se intentará elaborar un maquiavelismo sin Maquiavelo (y se puede comparar esto, por ejemplo, con el 'erasmismo sin Erasmo' que según Bataillon se da en España en esta misma época), lo cual será uno de los factores que incidan en la famosa decadencia española. A esto se refiere Tierno Galván cuando afirma : "El fondo de esta cuestión es trágico, si la tragedia es la lucha contra un destino inexorable. El destino europeo estaba vinculado a la posición maquiavélica, y España, parte de Europa, se obstinó en ignorarlo"7.

Interpretaciones de Fuenteovejuna

Gerald Brenan ha observado lo mal que viaja la literatura española, afirmando que la gran excepción a esto es Don Quijote*. Considero que se puede afirmar que, aunque en menor escala, Fuenteovejuna constituye otra excepción, para convencerse de lo cual basta la lectura del interesante recuento de adaptaciones que ha suscitado dado por Teresa Kirschner9. Encontramos respecto a la obra gran cantidad de interpretaciones críticas, que la han calificado

7 Ibid., p. 60. 8 Gerald Brenan, Historia de la literatura española. Barcelona, Crítica, 1958, p. 200. 9 Véase T. Kirschner, El protagonista colectivo, cap. I. 134 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 de revolucionaria, reaccionaria, apolítica, moral, etc. Dado que aquí defenderé una interpretación en algún sentido novedosa, expondré de manera resumida los principales puntos de vista que se han defendido, de manera que el lector pueda dar su propio veredicto. Pueden dividirse las interpretaciones en dos grandes grupos : morales y políticas, en base al énfasis dado en ellas. Empiezo por las morales. Probablemente la única que niega toda intencionalidad política a la obra es la de Casalduero10, para quien el eje fundamental es el triángulo amoroso Frondoso-Laurencia-Comendador. (Sigo aquí, como en algunos otros puntos de este recuento, el capítulo II de la obra de Kirschner). Tal visión me parece indefendible, ya que la total despolitización deja sin sentido partes centrales de la obra, como lo referente a la Guerra Civil, el carácter colectivo del levantamiento, etc. Mucho más interesante y razonable es la interpretación de Parker :

el honor es el tema principal de la obra, con los campesinos vindicando su derecho a poseerlo, contra la desdeñosa negativa del Comendador a reconocer sus apelaciones a una dignidad moral que limita y constriñe sus derechos sociales como aristócrata y soberano político. La defensa de la Monarquía no es el tema dominante. La Corona aparece al final de esta, y de todas las obras de este tipo, porque no había otra manera, dentro de la filosofía socio-política de la época, de afirmar la tesis : sólo si ¡a revuelta de los campesinos es ratificada por la Corona —única manifestación material de la Justicia— puede darse validez jurídica al reclamo del pueblo a poseer un honor que la aristocracia reclama como su privilegio exclusivo. Este es el único tema de la obraM

Parker concluye diciendo que los villanos se rebelan para defender no a la monarquía, sino los derechos morales y la dignidad del pueblo. Creo que la principal limitación de esta interpretación es la reducción del aspecto político a la defensa de la monarquía. Parker no atribuye ninguna significación política a la rebelión contra el Comendador, excepto su carácter de reinvindicación de la monarquía, y al no ser ésta la motivación fundamental, sitúa lo político en un segundo plano. Ahora bien, aparte de que los reyes aparecen desde el Acto I, lo que anula su supuesta utilización como simple deus-ex-machina, considero que la rebelión contra el Comendador debido a lo tiránico de su gobierno da una clara significación política a la obra. El mismo Parker consigna algunas consecuencias políticas en su excelente artículo : limitación de los poderes del gobernante local, reforzamiento de la monarquía, etc. Además, debemos recordar que aunque sea el más notorio, el trato dado por el Comendador a las mujeres no es el único motivo de rebelión12 ; así, cuando el alcalde Esteban le explica al rey los motivos de la revuelta, dice :

Las haciendas nos robaba y las doncellas forzaba, siendo de piedad extraño. (2399-2401, Acto III) Previamente, en la asamblea, Juan ha dicho :

10 Cf. J. Casalduero, Fuenteovejuna, en Revista de Filología Hispánica, V, 1943, pp. 21-44, apud Kirschner, p. 33. 11 A. A. Parker, Reflections on a new définition, pp. 144-5 12 Ya escrito este artículo, llegó a mis manos el excelente ensayo de Carlos Serrano sobre Fuenteovejuna, al cual remito al lector, y que en lo fundamental refuerza mis conclusiones. Tomarlo en cuenta como merece implicaría cambios en la redacción del presente que no puedo hacer por ahora. En este punto concreto, por ejemplo, hace ver que la tiranía del Comendador no se reduce a su trato con las mujeres, siendo éste más bien, un símbolo de aquélla. FUENTEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 13 5

Las casas y las viñas nos abrasan ; tiranos son. ¡A la venganza vamos! (¡710-1711, Acto 111)

Este motivo puramente material de defensa contra el abuso de los poderosos impregna toda la obra, aunque nunca ocupe el primer plano. Relatando la primera batalla por , afirma Flores :

La ciudad se puso en arma ; dicen que salir no quieren de la corona real, y el patrimonio defienden. (501-504, Acto 1)

Una posición similar a la de Parker es la defendida por Margaret Wilson, quien privilegia los aspectos morales sobre los políticos. En efecto, tras descartar que la rebelión de los habitantes de Fuenteovejuna vaya en contra del orden social, afirmando que más bien se efectúa para apoyarlo y reforzarlo, escribe :

Esta obra ilustra casi mejor que ninguna otra las enseñanzas morales del siglo XVII sobre el hombre y la sociedad. La sociedad representa el modo de existencia dado al hombre por Dios, y es esencialmente buena ; pero ella puede ser corrupta por la pecaminosidad de los individuos. Cuando esto sucede es la sociedad, no el hombre, la que se encuentra a sí misma en una situación verdaderamente dramática. La sociedad es la víctima indefensa del pecado.,13

Hay aquí una equivocada relegación de lo político ante lo moral. Además, no es totalmente cierto que los villanos se rebelen a favor del orden social. La rebelión no rechaza, es obvio, el orden social en bloque, pero tampoco lo acepta en su integridad ; el mero hecho de salirse de la jurisdicción de la Orden para ponerse bajo la tutela del Rey es un cambio político, sancionado incluso por el Rey, pero cambio al fin. Matar al Comendador, con toda la desmitificación ideológica que ello implica, aun cuando sea para aceptar de inmediato a otro, es un acto político ya que, como Parker lo ha visto, implícitamente pone límites al poder de la máxima autoridad local. En la misma dirección apunta un aspecto correctamente enfatizado por Wilson : el carácter colectivo de la rebelión. Obviamente ésta es una reinvindicación del honor colectivo, pero dicho carácter, unido al hecho de que se da en contra de un superior legalmente investido, convierte la reinvindicación misma del honor en un hecho político ; esto, que fue entrevisto por Parker, es adecuadamente valorado por López Estrada14, quien también ha hecho ver el carácter explícitamente político-jurídico del término 'tirano', cuya inclusión, como veremos, es una variante que introduce Lope a la Chrónica de Rades, marcando el paso de drama de honor a drama político, sin anular por eso al primero. Esta utilización del honor con fines políticos también ha sido notada por Arango15. A la hora de juzgar las interpretaciones que ven en Fuenteovejuna más un drama de honor que político, vale la pena tomar en cuenta un hecho recalcado por Robin Carter : las mujeres de Fuenteovejuna no son todas como Laurencia, que más pareciera la excepción. Afirma Carter que Lope "plantea de manera clara que las mujeres de la villa de ninguna manera están libres de culpa.

13 M. Wilson, Spanish Drama of the Golden Age, p. 49. 14 Cf. F. López Estrada, Los villanos filósofos y políticos. 15 Cf. M. A. Arango, Aspectos sociales en dos comedias de Lope. 136 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 Muchas de ellas se entregan de muy buena gana al Comendador, contribuyendo así a lo excesivo de su deseo. Hay muchos recordatorios de esta indiscreción femenina"16. En última instancia, el problema no es que el Comendador seduzca mujeres, incluyendo casadas, como ha venido haciendo a vista y paciencia del pueblo, sino que en un momento dado para hacerlo abusa de su poder, siendo este abuso más político que moral. Dentro de las interpretaciones de corte político cabe distinguir muchas variantes. La primera es la que afirma que Fuenteovejuna es un drama revolucionario, que apoya abiertamente la rebelión del pueblo contra la opresión. Ha sido defendida por Schevill, Wolfe, Boyadzhiev17 y, junto a éste, algunos otros hispanistas soviéticos. En la actualidad se da por superada (de los trabajos mencionados el más reciente es de 1938), ya que, pese a su indiscutible atractivo, parece indefendible. Independientemente del grado de simpatía que atribuyamos a Lope por la rebelión, es claro que ni a la luz del pensamiento de Lope en general, ni de la obra en concreto, es posible atribuirle a ésta auténticas características revolucionarias. Así, cuando se ha montado con esta perspectiva en mente, se suelen introducir al texto variantes de peso para poder adecuarlo. Luego viene lo que llamaré interpretación democrática, que ve en la obra la expresión de la simpatía de Lope por las clases populares en su lucha por lograr una sociedad más democrática. Ha sido defendida por Ziomeck18, y mencionada sin citar fuentes precisas por Ribbans19. Ya que el estudio de éste es muy anterior al de Ziomeck, es evidente que aquel ha conocido otros defensores de este punto de vista, el cual ha sido atacado, de manera contundente a mi entender, por Gómez Moriana20 . Los principales argumentos de éste en contra del pretendido democratismo lopesco son tres : a) el absolutismo monárquico defendido por Lope ; b) su defensa de la división estamental de la sociedad y c) su defensa de la proveniencia divina del poder. Gómez Moriana defiende una interpretación que llamaré legalista y que consiste en plantear no sólo la justicia, sino la legalidad de la rebelión en el marco de una tradición que, arrancando de Aristóteles y pasando por Santo Tomás, impregna toda la escolástica hasta desembocar en autores como Suárez, Molina y Mariana, tradición que aprueba el tiranicidio en ciertas circunstancias. Afirma Gómez :

La reunión del pueblo en que se concierta la muerte del Comendador es tan templada y disciplinada en sus argumentaciones y acuerdos tomados, que cada paso parece estar medido en ella por un criterio de legalidad preciso y claro. (...). No hay tal muchedumbre descontrolada y existen unos frenos que ella respeta, no obstante su indignación extrema ante las ofensas del Comendador. Estos frenos son la obligación que pesa sobre los subditos de acatar la autoridad legítima y respetarla y obedecerla, frenos que van aflojándose sólo paulatinamente durante el transcurso de la junta, presidida por el Alcalde —otra autoridad, aunque subordinada a la del Comendador—, al irse creando una clara conciencia del falso uso de su poder por parte del Comendador, lo que corrompe su autoridad y la convierte en tiranía ; de ¡a imposibilidad de resolver el conflicto por vía de apelación a una autoridad superior, por encontrarse el Rey ocupado en guerras ; de la urgencia del caso y necesidad de

16 R. Carter, "Fuenteovejuna" and tiranny, p. 321. 17 Cf. R. Schevill, The dramatic art of Lope de Vega : Berkeley, University of California Press, 1918 ; B. Wolfc, The mass as Hero, en The Modem Quarterly, VII, 1933, pp. 99-104 ; G. Boyadzhiev, Revolutionary staging of the classics, en Théâtre Workshop, II, n.° 1, 1938, pp. 22-29, apud Kirschner, p. 31. 18 Véase H. Ziomek, A history of Drama, pp. 50 y sigs. 19 Cf. G. Ribbans, Significado y estructura de "Fuenteovejuna". 20 A. Gómez Moriana, Derecho de resistencia y tiranicidio. FUFNŒOVFJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 13 7 actuar sin demora ; de la licitud, en estas circunstancias, de una acción conjunta de la comunidad política contra el tirano.21

Independientemente de los puntos débiles que pueda tener esta visión, y de la inaceptabilidad de suponer que el Rey está sujeto a las mismas limitaciones que las demás autoridades, camino por el cual llega Gómez a afirmar que Lope toma partido contra el monarca en obras como La Estrella de Sevilla, es indiscutible que llama la atención sobre un punto poco estudiado : el de la posible inscripción del levantamiento en la tradición escolástica de reflexión sobre el tiranicidio. Escapa a mis posibilidades juzgar adecuadamente tal tradición y, por ende, su grado de aplicabilidad a Lope. Sí diré, en cambio, que comparto con Carter (quien también trata este mismo punto) la idea de que la rebelión se produce no a consecuencia de una serie de razonamientos académicos, sino del furor y la pasión popular. En esta dirección apunta la no aparición del académico Leonelo en todo el Acto III. De ser esto cierto, pierde mucha base la lectura de Gómez. La siguiente interpretación es la escapista, mantenida por Larson22, quien afirma que Lope, utilizando una serie de elementos rituales : bodas, bailes, cantos, audiencia real, etc., logra establecer un estrecho contacto con su público para transmitir un arquetípico mítico (triunfo del heroísmo, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal), permitiendo al público saborear una gloria y una felicidad imposibles de alcanzar en la vida real. Me parece que esta interpretación es fundamentalmente correcta y en nada incompatible con algunas de las otras. Aceptado este escapismo, nada impide analizar las ideas políticas subyacentes y la intencionalidad que lo anima. Una última interpretación que mencionaré es la fascista, expuesta por Calle y Turrino en plena Guerra Civil española23, y también defendida en periódicos por Pemán y Concha Espina24. Trata de 'rescatar' la obra de la 'perversión' marxista a la que había sido sometida, haciendo ver que en ella la justicia social se logra al eliminarse el bárbaro régimen feudal (léase república) para fortalecer el gobierno central (léase falangismo). Es una interpretación que, pese a sus arbitrariedades y admitido tono polémico, recalca un punto central : la exaltación de la monarquía contenida en Fuenteovejuna. De estar en lo cierto Diez Borque25 en su análisis del pensamiento político de Lope (análisis que no incluye Fuenteovejuna entre las obras examinadas), al cual plantea como esencialmente reaccionario, probablemente sea la fascista una de las interpretaciones que mejor explican la intencionalidad de Lope. Como se ve, hay abundancia de puntos de vista. Se ha intentado trazar la posible genealogía ideológica de su pensamiento, para lo cual se ha retrocedido en algunos casos hasta Aristóteles. Sin embargo, y esto llama poderosamente la atención, no he logrado ubicar ni siquiera una alusión a Maquiavelo, pese a la gran difusión c importancia que tenía a principios del XVII la obra del florentino. Pero será conveniente, antes de ver su posible influencia, confrontar la obra con sus fuentes para, viendo los elementos utilizados, deshechados y adaptados por Lope, tratar de mostrar qué intención lo animaba a la hora de escribirla.

2' Ibid., p. 24. 22 D. R. Larson, The development of ihe "Honour Plays" of Lope de Vega, apud Kirschner, pp. 40- 41. 23 E. Calle Iturrino, Lope de Vega y clave de Fuenteovejuna, Bilbao, Casa Dochao, 1938, apud Kirschner, p. 23. 24 Véase K. Schwartz, A falangist view of Golden Age literalure, en Híspanla, XLIX, 1966, pp. 206- 210, apud Kirschner, p. 23. 25 J. M. Diez Borque, Sociología. 138 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989

Fuenteovejuna y sus fuentes

A partir del importante estudio de Claude Anibal publicado en 193426, ha sido aceptado de manera casi unánime que la fuente en que se basó Lope para escribir su obra es la Chrónica de las tres órdenes y caballerías de Santiago, Calatrava y Alcántara, de Francisco de Rades y Andrada, publicada en Toledo en 1572. Anibal demostró de manera convincente los muchos puntos de unión del argumento de la obra con la narración histórica, contenida en Rades, del levantamiento ocurrido en Fuenteovejuna en 1476 contra su Comendador. Con esto se creyó que se había resuelto el problema. No obstante, no todos son de la misma opinión. Ya Menéndez y Pelayo27 había intuido, como nos dice Kirschner, la influencia en Lope de alguna tradición oral que habría perpetuado lo acontecido en Fuenteovejuna, y que tenía su expresión más cristalizada en el proverbio "Fuenteovejuna lo hizo", recogido por Covarrubias en su Tesoro de la lengua castellana o española de 1611. Pero la falta de pruebas y la argumentación de Anibal habían enterrado esta idea. Ribbans, por ejemplo, afirma :

La fuente de la obra se encuentra en la Chrónica de las tres Ordenes y Caballerías de Santiago, Calatrava y Alcántara, de Francisco de Rades y Andrada (1572), de la cual fueron tomados el tema principal del levantamiento de Fuenteovejuna y el subtema de la oposición del Maestre de Calatrava a la sucesión de los Reyes Católicos. En general, Lope sigue fielmente la crónica y, como solía hacerlo cuando recurría a tales fuentes, toma casi textualmente muchos detalles históricos ?%

Esta idea se impone de manera casi unánime hasta que en 1979 se publica el excelente estudio de Kirschner, en el que la autora sostiene con sólidos argumentos la existencia de otras fuentes, aunque aceptando que la Chrónica de Rades es la más importante. Esta discusión, lejos de ser bizantina, es fundamental para una adecuada comprensión de la obra. La autora divide las posibles fuentes en dos grandes grupos : la tradición oral y la erudita. De la primera encuentra indicios en cuatro lugares : el "Acta del Cabildo de Tunja" del 27 de agosto de 1594 ; los Sermones de Quaresma del padre Juan de Luna, publicados en Madrid en 1609 ; los Emblemas morales de Covarrubias y el Tesoro del mismo autor. En cuanto a la tradición erudita, cita la autora tres fuentes : la "Conjuración de los de Fuenteovejuna, que dieron cruel muerte al Comendador y Mayor de Calatrava Fernando Ramírez de Guzmán", contenida en el capítulo IV de la Crónica de Enrique IV de Alfonso de Palencia ; la ya citada Chrónica de Rades, y lo referente al levantamiento contenido en el libro XXVI, capítulo XI de la Historia general de España de Juan de Mariana. Kirschner analiza la posibilidad de que Lope haya conocido estas fuentes, y llega a las siguientes conclusiones : a) es seguro que Lope conocía la tradición oral, dada su gran popularidad ; b) es muy posible que conociera las obras de Covarrubias, aparentemente anteriores a Fuenteovejuna y muy divulgadas en su época ; c) Lope conocía la Crónica de Palencia, ya que según la crítica aceptada se basó en ella para escribir El mejor mozo de España, probablemente anterior a Fuenteovejuna. Estamos, entonces, ante un panorama más complejo que el usualmente

26 C. Anibal, The historical éléments of Lope de Vega's "Fuenteovejuna", en PMLA, XLIX, September, 1934, pp. 657-718, apud Kirschner, pp. 65-66. 27 M. Menéndez y Pelayo, "Fuenteovejuna", en vol. V de Obras Completas, Madrid, Librería General de Victoriano Suárez, 1925, pp. 194-205, apud Kirschner, p. 45. 2« G. W. Ribbans, op. cit., p. 91-92. FUENrEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 13 9 presentado. Afirma Kirschner :

El hecho de Fuenteovejuna, como acabamos de comprobar, se mantenía vivo en la tradición oral aunque de modo latente. El episodio histórico se había olvidado hasta el punto que Covarrubias sintió la necesidad de suplir en su diccionario la conexión entre los sucesos y las connotaciones populares del refrán. Lope, pues, al adentrarse en la elaboración dramática del acontecimiento histórico, entraba en terreno relativamente desconocido para su público. Limitado solamente por el mito de la unanimidad del grupo y por ¡o que podría llamarse la ejecución violenta del Comendador, Lope podía usar de las fuentes históricas con suma libertad y adaptarlas a sus necesidades artísticas. Como pensamos demostrar, la selección que hizo de sus fuentes escritas no es tan automática ni tan sencilla como algunos críticos presumen.^

Kirschner se concentra en su análisis en los criterios artísticos de selección ; yo me concentraré en los políticos. Lo primero que salta a la vista es que las huellas escritas de la tradición oral suelen referirse a lo acontecido en Fuenteovejuna en términos condenatorios. De dichas fuentes, sólo la del Tesoro es neutral, siendo las otras abiertamente condenatorias. O sea que, al menos entre los grupos sociales con acceso a la escritura, parece haber prevalecido en dicha tradición una reacción negativa ante el levantamiento. En lo referente a la erudita, encontramos en Palencia una condena total a la rebelión, y en Rades y Mariana una actitud explicativa en la que, si bien no se aplaude el hecho, tampoco se le condena. Con lo cual llegamos a un punto fundamental : entre los materiales a su disposición, Lope ha escogido aquél que mira con más simpatía la revuelta. Ya no se trata de que Lope sigue el punto de vista de Rades, sino de que lo escoge como base de su obra. Pero Lope no sigue en todo a Rades, apartándose de él en varios puntos. Algunos de los críticos se han referido a varios de los cambios : Carter30, por ejemplo, ha hecho notar algunos cambios introducidos por Lope en el final de la obra ; Rubens31, a su vez, apunta acertadamente que Lope traslada el problema del ámbito jurídico al político. Gómez Moriana32, uno de los que más acertadamente se refiere a los cambios, demuestra que una buena parte de éstos tiene la intención de presentar de la manera más favorable posible la rebelión, pero su atribución a Lope de una visión pro-pueblo que llegaría a la crítica del rey mismo, le impide explicar adecuadamente los cambios notados por Carter. Kirschner, al analizar el tema33 , resalta algunos aspectos importantes pero también comete errores de monta, como cuando afirma que el Comendador y el Maestre están totalmente desligados en Rades. Por todo lo anterior, considero que no se ha dado hasta ahora una adecuada visión de conjunto al respecto, lo que reviste más importancia de lo que pudiera parecer a primera vista, ya que una buena parte de la tan discutida intención política del autor podría encontrar aquí su clave. Por ello, doy aquí el listado de los cambios introducidos por Lope respecto a Rades :

29 T. Kirschner, op. cit., p. 53. 30 Cf. R. Carter, art. cit., pp. 329-331. 31 E. F. Rubens, "Fuenteovejuna", p. 136. 32 A. Gómez Moriana, op. cit., pp. 69 y sigs. 33 T. Kirschner, op. cit., cap. IV. 140 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989

RADES LOPE 1. El Maestre es inducido a atacar El Maestre es inducido por Ciudad Real por el Marqués de Villena el Comendador Fernán Gómez. su primo, y el Conde de Villena, su hermano.

2. No se menciona al Comendador en El Comendador participa en el ataque a Ciudad Real. el ataque.

3. Ciudad Real se defiende para no Ciudad Real se defiende además para salir de la jurisdicción de la Corona Real. defender su patrimonio.

4. Tras la captura de Ciudad Real por El Maestre se adhiere al bando de tropas de los Reyes Católicos, éstas Fernando e Isabel casi inmediatamente combaten por algunos años con el Maestre después de perder Ciudad Real. antes de que éste se una a los Reyes.

5. Villanos gritan "mueran los traidores y Villanos gritan además "¡Mueran los los malos cristianos" durante el ataque tiranos!" contra el Comendador.

6. Comendador y sirvientes se Comendador y sirvientes defienden por dos horas. casi no se defienden.

7. Villanos injurian verbalmente al Injurias desaparecen. Comendador y a sus padres.

8. Villanos matan a 14 sirvientes Villanos parecen matar del Comendador. sólo a 2 sirvientes.

9. Defenestración y ensañamiento de Comendador parece estar muerto antes la muchedumbre con el Comendador de ser lanzado por la ventana se da estando éste vivo. a la muchedumbre.

10. Mujeres nombran una capitana, una Se nombra una alférez pero Laurencia se alférez y hacen una bandera. niega explícitamente a nombrar capitana y a hacer bandera.

11. Villanos no dan el cuerpo del No se menciona nada al respecto. Comendador a sus sirvientes para su entierro.

12. Los Reyes, tras ser informados del Los Reyes perdonan ante la imposibilidad resultado de los interrogatorios y de averiguar los culpables, pero de las tiranías del Comendador, enfatizando lo grave del delito. ordenan se cierre el caso.

13. Comendador tiene muchos Comendador tiene criados soldados en la villa, a quienes que se limitan a seguir sus permite todo tipo de atropellos órdenes. contra los habitantes, soldados que decía tener para apoyar al Rey de Portugal por mandato del Maestre. FUENTEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 141 14. Tras matar al Comendador, Se mantiene a las autoridades locales, villanos quitan las varas y cargos de justicia a sus poseedores, repartiéndolos a capricho.

15. Villanos se ponen bajo la Villanos se ponen bajo la jurisdicción de la ciudad de Córdoba. jurisdicción de la Corona.

Teniendo a la vista los cambios, ¿qué intencionalidad podemos encontrar en ellos? Considero que el 1, 2, 6, y 13 tienen como función primordial recargar todos los aspectos negativos en la figura del Comendador, que pasa a ser el inducidor de la deslealtad del Maestre, partícipe en ella y único culpable de lo que sucede en Fuenteovejuna, eliminando de paso su defensa ante el levantamiento, que en la Crónica de Palencia era prolongada a toda una noche. En íntima conexión con esto, el 4 y el 13 suavizan la culpa del Maestre, al hacerle volver al bando de los Reyes Católicos casi de inmediato y desligarlo de toda responsabilidad por los hechos de Fuenteovejuna. En cuanto a los números 7, 8, 9, 11, y 14, constituyen un medio de presentar de la manera más favorable los sucesos relacionados con la rebelión, eliminándole los aspectos más crueles y subversivos. Claro está que algunos de estos cambios también pueden ser vistos en función de la estrategia textual de la obra, lo que es evidente en el 10 ; ello no contradice su función política. Sin embargo, considero que el 5, con la inclusión del grito "mueran los tiranos", es el que aquí más interesa, ya que resulta claro que al pasar de "traidores" a "tiranos" se está pasando del terreno moral al político. Lope ha optado por no mantener su drama en el campo de la moral, como pretenden los que hacen de Fuenteovejuna un drama de honor, aun cuando trata y utiliza dicho tema. No sólo nos indican estos cambios el carácter conscientemente político de la obra, sino que nos ayudan a decidir cuáles son las ideas contenidas en la comedia a este nivel.

Fuenteovejuna y el maquiavelismo

La tesis que aquí defenderé afirma que la principal influencia que se nota en el pensamiento político contenido en Fuenteovejuna es el pensamiento de Maquiavelo contenido en El Príncipe. No implica ello, obviamente, que no se puedan rastrear otras influencias, ni tampoco el que Lope lo haya asimilado necesariamente en el libro mismo del florentino, pese a que hay indicios que nos hacen ver la posibilidad de que hubiera ocurrido así, como el conocimiento y profundo interés que tenía el Duque de Sessa en Maquiavelo ; ya volveré sobre esto. En todo caso, ello no es decisivo. Creo que, ya fuera en sus textos originales, ya a través del tacitismo, ya simplemente porque el pensamiento maquiavélico ocupaba en esta época un espacio cada vez mayor dentro del pensamiento político, el hecho es que el drama lopesco está profundamente imbuido de maquiavelismo. Un primer rasgo que salta a la vista es el monarquismo absolutista defendido por Lope, y que sin embargo algunos críticos han negado en el caso concreto de Fuenteovejuna. Los Reyes Católicos no son en esta obra, como pretende Parker, el tradicional deus-ex-machina, sino personajes inportantes para su desarrollo y comprensión. Si Lope introduce todo el episodio de Ciudad Real y las alusiones a la Guerra Civil, y cambia drásticamente la parte final de la Chrónica, ello se explica porque da a los Reyes un papel central en la obra. El episodio de Ciudad Real permite : a) cargar las tintas contra el Comendador, incitador de la deslealtad, lo que a su vez se constituirá en un motivo, aunque bastante secundario, de su muerte (recordemos que el grito de 142 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 "mueran los traidores" se mantiene) ; b) plantear una evolución positiva del Maestre, que tras su deslealtad se hace un fiel servidor de la Corona ; c) enfatizar la nobleza y generosidad de los Reyes por medio de su perdón al Maestre y d) ayudar a presentar la Corona como el elemento de unión y estabilidad en las situaciones de crisis. Apunto aquí de pasada que en Palencia el Comendador se atraía el odio del Maestre por defender el bando de los Reyes Católicos, lo que acentúa aún más la evolución sufrida por este personaje, y nos señala uno de los posibles motivos que llevaron a Lope a preferir a Rades. En cuanto al cambio del final, cambio tanto en los motivos del perdón como en la jurisdicción adoptada por la villa y su actitud ante el poder, ello permite : a) enfatizar el carácter absoluto, y al mismo tiempo generoso, del poder real, capaz de perdonar un delito por grave que se considere ; b) hacer ver que los villanos consideran al poder real como la única fuente real de poder, así como el más justo ; y c) plantear la superioridad de la jurisdicción real sobre cualquier otra. Maravall afirma que esto era un tópico corriente en la época : "Los pueblos llevan a cabo grandes esfuerzos por verse integrados en la jurisdicción real, a lo cual, como ya vimos, llaman libertad. A veces compran este derecho mediante grandes sumas. (...). Y en juristas, cronistas, escritores políticos, dramaturgos, la estampa del pueblo de realengo se exalta, en sus libertades y bienestar, sobre la del pueblo de señorío"34. Carter ha señalado como las dos tramas de la obra tienen su confluencia última, tras implicar ambas una quiebra del poder constituido, en la escena final, en que villanos y Maestre llegan a la corte del Rey a ofrecer su alianza y solicitar el perdón de la Corona. Recordemos además que incluso Flores, adversario de los Reyes Católicos, es a éstos a quienes solicita se haga justicia. Todo apunta, entonces, a la exaltación y defensa de la monarquía absoluta. La Corona se plantea como la impulsora y la encarnación de la unidad nacional, yendo en esto mucho más allá que la simple alianza Reyes-pueblo que algunos han defendido, alianza que implicaría el que la Corona no represente adecuadamente los intereses de la nobleza, que quedaría al margen del proyecto real. Esto, además de ser históricamente falso, conllevaría la existencia de un poder ajeno al real y opuesto a éste. El perdón simultáneo a Maestre y villanos nos indica la inclusión en el seno real de ambos segmentos de la población. Este absolutismo, que aunque no es exclusivo de Maquiavelo encuentra en él a su principal y más difundido exponente de la época, marca una ruptura con la tradición escolástica en que algunos han querido ubicar a Lope. Esta ruptura también queda patente en la denuncia de la imposibilidad de aplicar en la práctica el extremo racionalismo que caracteriza a esta tradición. Carter, quien es junto con Gómez el que más a fondo ha estudiado el tema, dice :

El intento de los campesinos por decidir lo que deben hacer por la vía de la argumentación es súbitamente dejado de lado por el dramaturgo, quien está mostrándonos que problemas tales como los que hemos presenciado en la obra no son, en la práctica, resueltos racionalmente, a pesar de los esfuerzos de los teóricos por encontrar soluciones racionales : habiendo sido roto el orden de la villa en todos sus niveles, no es esperable que ellos puedan decidir qué hacer basándose en razonamientos académicos (aunque lo intentan). La masacre, entonces, no es el resultado de un ordenado proceso de razonamiento, sino de lo contrario : de la completa ruptura de la razón y el orden. Lope nos ofrece una imitatio vitae más que una ¡miiatio libri.^5

Esto último, justamente, era el confesado propósito del florentino. Curiosamente, Carter ve todas las dificultades que hay en tratar de ubicar a Lope en la tradición escolástica, mas no la

34 J. A. Maravall, Estado moderno y mentalidad social (T. II), p. 8. 35 R. Carter, op. cit., p. 326. FUENTEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO \ 43 conexión con Maquíavelo. Pero lo más significativo, porque es algo que probablemente haya aflorado de manera no totalmente consciente, es que mientras los personajes 'simpáticos' de la obra se comportan maquiavélicamente, con el Comendador ocurre lo contrario. O sea que el maquiavelismo, en sus aspectos más básicos y menos llamativos, ha sido interiorizado como norma de valoración de la actividad política. Claro está que es un maquiavelismo del que se han desterrado los aspectos notoriamente escandalosos, pero los de más fondo aparecen, y en grado tal que hace imposible pensar en una mera coincidencia. Veamos. Al estudiar el comportamiento del Comendador se evidencia su alejamiento de todas las normas maquiavélicas. Don Fernán Gómez empieza por ser recibido en la aldea con grandes muestras de amor por parte de los villanos (pese a que nos enteramos después por Laurencia y por él mismo que ya había seducido a muchas mujeres), tal y como corresponde, según Maquiavelo, a los sentimientos que sienten los subditos por quien consideren su señor natural y legítimo. La autoridad que se funda en este amor, dice el florentino, es la más fácil de preservar y sólo se disipa si el gobernante comete graves errores36, que es exactamente lo que hace Don Fernán. Maquiavelo afirma que las ofensas hechas a los hombres deben ser de tal carácter que impidan la venganza37 ; el Comendador ofende a lodo el pueblo, pero de una manera tal que más bien la propicia. Respecto a la crueldad leemos en El Príncipe : "Crueldad mal usada es aquélla que, aunque infrecuente al principio, conforme avanza el tiempo crece en intensidad, en vez de ir disminuyendo" (VIII). Esta crueldad es exactamente la que aplica Don Fernán ; y de sus practicantes nos dice Maquiavelo que difícilmente pueden permanecer en el poder, lo que se cumple en este caso. En El Príncipe se afirma que el gobernante debe ser previsor, ya que los disturbios son como algunas enfermedades, difíciles de detectar y fáciles de curar al principio, fáciles de detectar y difíciles de curar después38 : el Comendador es incapaz de prever, ni por un instante, la amenaza que se cierne sobre él. En su caso esto se une a otro rasgo totalmente inmaquiavélico : la incapacidad de escuchar consejos y advertencias de quienes lo rodean. Leemos en El Príncipe : "un príncipe que no es sabio por sí mismo no puede ser bien aconsejado" (XXIII) ; en Fuenteovejuna, tras ofender el Comendador a los villanos de la manera más estúpida e innecesaria, reclamándoles que sus mujeres no se le entregan como él quisiera, Ortuño trata de aconsejarlo, pero cae en oídos sordos :

COMENDADOR ¿Qué os parece de esta gente? OKFUÑO No sabes disimular, que no (quieres) escuchar

36 "Porque el príncipe natural tiene menos necesidad y motivos de ofender, de donde se sigue que es más amado ; y, si vicios extraordinarios no lo hacen odiado, es razonable esperar que sus subditos lo quieran." (II) 37 "Los hombres deben ser o mimados o liquidados, porque si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden ; la ofensa que se hace a un hombre debe ser tal que no se tema la venganza." (III) 38 "Sucede aquí lo que dicen los médicos de la tisis : que al principio es fácil de curar y difícil de diagnosticar y, conforme pasa el tiempo, no habiéndose conocido ni tratado al principio, se vuelve fácil de conocer y difícil de curar. Lo mismo acontece en política, cuyos problemas, si se identifican rápidamente (lo que es dado sólo a los prudentes) se pueden corregir rápidamente ; mas cuando, por no haberlos reconocido, se dejan avanzar hasta que se hacen evidentes, ya no tienen remedio." (III) 144 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 el disgusto que se siente. COMENDADOR ¿Estos se igualan conmigo? ORTUÑO Que no es aqueso igualarse. (1023-1028, Acto 11)

Decía Maquiavelo que todo gobernante debe atraerse las autoridades subalternas, de manera que éstas, con su influencia sobre la población, estén a su servicio. El Comendador hace todo lo contrario, ofendiendo de todas las maneras posibles a las autoridades locales, con lo que éstas pasan de ser su apoyo natural a ser quienes propongan la rebelión. Muchas de las acciones del Comendador, que desembocarán en su muerte, se dan por el exceso de confianza que tiene éste en su autoridad y poder sobre los villanos, error sobre el cual se había llamado expresamente la atención en El Príncipe cuando, refiriéndose al gobernante, se dice que "debe proceder moderadamente, con prudencia y humanidad, para que una excesiva confianza no lo haga incauto" (XVII). Tal vez donde más se evidencia el total inmaquiavelismo de Don Fernán es en la manera en que éste se atrae el odio de la villa, odio que según Maquiavelo debe ser evitado por todo gobernante a cualquier costo. Tras afirmar las ventajas que hay para el gobernante en ser temido, nos dice el florentino :

No obstante, el príncipe debe hacerse temer de modo que, si no logra ser amado, evite el ser odiado ; porque muy bien pueden coexistir el ser temido y no ser odiado. Esto se logra siempre que el príncipe se abstenga de las propiedades de sus subditos y ciudadanos, así como de sus mujeres; si aun así es necesario proceder contra la vida de alguien, hay que hacerlo sólo cuando haya una justificación adecuada y una razón evidente. (XVIII)

Maquiavelo considera este punto tan importante, que vuelve sobre él posteriormente : "el príncipe debe, como ya lo he dicho, evitar todo aquello que lo pueda hacer odiado y despreciado. (...) Odiado lo hará, sobre todo, como ya dije, el ser rapaz y usurpador de las propiedades y mujeres de los subditos, de las cuales se debe abstener ; que la mayoría de los hombres vivirán contentos siempre que no se les despoje de las propiedades o el honor" (XIX). El Comendador viola sistemáticamente estos preceptos ; ya vimos como, pese a ser el problema del honor más importante, también hay indicios suficientes para saber que les robaba sus propiedades, punto en el que sigue a Rades, quien afirma, tras mencionar las tropelías que permitía a sus soldados : "ultra de esto, el mismo Comendador mayor había hecho grandes agravios y deshonras a los de la villa, tomándoles por fuerza sus hijas y mujeres, robándoles sus haciendas, para sustentar aquellos soldados que tenía, con título y color que el Maestre Don Rodrigo Téllez Girón su seflor lo mandaba"39. En cuanto a lo de las ejecuciones sin justificación, si bien es cierto que no llega a cometer ninguna, también lo es que en el momento de su muerte ya había ordenado la primera, de la cual Frondoso sería la víctima. Este odio que el Comendador se atrae sobre sí genera la apelación de los villanos a una autoridad superior, lo cual es planteado por Maquiavelo como una de las cosas que un gobernante debe evitar con más cuidado. Las víctimas de los desafueros del Comendador empiezan por apelar a Dios :

39 F. de Rades y Andrada, Chrónica, Folio 80a de los correspondientes a la Orden de Calatrava. FUEsraOVE/UNA Y EL MAQUIAVELISMO 145

JACINTA ¡Piedad, señor! COMENDADOR No hay piedad. JACINTA Apelo de tu crueldad a la justicia divina. (1274-1276, Acto II)

Ante la ineficacia de esta justicia, y en vista de que continúan los atropellos cometidos en su contra, los villanos empiezan a apelar a una autoridad más terrena :

ESTEBAN que Reyes hay en Castilla, que nuevas órdenes hacen, con que desórdenes quitan. Y harán mal, cuando descansen de las guerras, en sufrir en sus villas y lugares a hombres tan poderosos por traer cruces tan grandes. (1620-1627, Acto II)

El Comendador, una vez más, se muestra sordo a todo peligro, y finalmente los villanos acabarán rebelándose en nombre de sí mismos y de los Reyes Católicos, bajo cuya jurisdicción y amparo se pondrán. Se ha provocado la intervención, simbólica al principio y directa al final, de una autoridad superior. Ya en plena rebelión, el Comendador intentará dos recursos desesperados, los cuales fracasan y de cuya inutilidad había hablado Maquiavelo en El Príncipe : el intento de mostrar arrepentimiento y la tentativa de guarecerse en un lugar protegido. Del primero observa : "Un príncipe debe, sobre todo, comportarse con sus subditos de modo tal que ningún acontecimiento, favorable o adverso, lo obligue a variar su conducta. Porque cuando la adversidad lo hace necesario, no hay tiempo de infligir dafios ; y los favores que se hagan entonces son inútiles, ya que se juzgan como forzados, no acarreando ningún agradecimiento" (VIII). Del intento de guarecerse de la furia popular, Maquiavelo había dicho40 lo que, casi con las mismas palabras, le observa Flores a su señor :

FLORES Señor, por Dios te pido que no te hallen aquí. COMENDADOR Si perseveran, este aposento es fuerte y defendido. Ellos se volverán. FLORES Cuando se alteran los pueblos agraviados, y resuelven, nunca sin sangre o sin venganza vuelven. (1866-1871, Acto III)

Queda claro ahora el carácter totalmente inmaquiavélico del Comendador. Podríamos reducir todo lo anterior diciendo que Don Fernán, en vez de ser a la vez hombre y bestia como recomienda Maquiavelo, es sólo bestia ; y en vez de, al ser bestia, ser león y zorra simultáneamente, es sólo

40 "Pero la mejor fortaleza que existe es no ser odiado por el pueblo, porque aunque tengas fortalezas, si el pueblo te odia ellas no te salvarán." (XX) 14 6 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 león. De este tipo de gobernantes el florentino opinaba que eran estúpidos y estaban destinados a caer41. Muy diferente es en cambio la conducta de los personajes vistos con buenos ojos en la comedia : los Reyes Católicos, el pueblo y el Maestre. Se apegan ellos a los principales preceptos del maquiavelismo, algunos de cuyos rasgos los presentan en común, y otros cada uno por separado. Veamos primero los rasgos comunes. Hay en los tres una gran astucia que los lleva a fortalecer sus respectivas posiciones, atrayendo hacia sí las simpatías mediante actos destinados a tal efecto : el pueblo se hace perdonar su rebelión por parte de los Reyes, y para ello se ha colocado previamente bajo su jurisdicción (aunque este motivo no aparece explícito, resulta inevitable pensar en su gravitación) ; el Maestre también se hace perdonar su rebelión, para lo cual pide perdón humildemente y ofrece poner sus fuerzas al servicio de la Corona ; los Reyes se ganan la gratitud de ambos, con todo lo que ello implica políticamente hablando, al otorgarles su perdón. Esta capacidad de reforzar la propia posición ganando aliados era altamente alabada por Maquiavelo. También encontramos en ellos la capacidad de previsión tan recomendada por el florentino42. El Maestre prevé que el futuro está de parte de los Reyes, y se coloca a sí mismo en el bando ganador ; el pueblo prevé la reacción que despertará la rebelión, y se prepara adecuadamente para enfrentarla ; los Reyes prevén las posibles consecuencias de la toma de Ciudad Real por las fuerzas del Maestre, y toman de inmediato acciones para remediar tal situación. Los tres, y siempre con los Reyes como eje central de unión (lo que refuerza el monarquismo absolutista de corte maquiavélico de la comedia), se inspiran mutuamente temor, en muy diversos grados, pero sin llegar a suscitar odio, a excepción del que siente el Maestre por los villanos al enterarse de la muerte del Comendador, odio que sin embargo no acarrea consecuencias por la astucia de aquéllos de someterse a la Corona. Es obvio que todos temen a los Reyes, pero también es lógico pensar que éstos, a la hora de perdonar al Maestre y a los villanos, han decidido que es mejor tenerlos de amigos que de enemigos. Todos, a su vez, son capaces de aprovechar para su propio beneficio las circunstancias prevalecientes, punto que Maquiavelo consideraba fundamental43. El Maestre aprovecha la necesidad que tienen los Reyes de gente que pelee a su lado ; el pueblo aprovecha la guerra civil en curso para rebelarse y ponerse bajo la protección de los Reyes ; y los Reyes se aprovechan de los hechos cometidos previamente por el Maestre y el pueblo para, perdonándolos, atraérselos como aliados incondicionales. Esto último es, además, un rasgo de los Reyes que responde perfectamente al pensamiento de Maquiavelo, quien consideraba que no hay mejores subditos que aquéllos que sienten la necesidad de borrar una mala imagen anterior, recomendando atraerlos cada vez que se pueda44.

41 "Es necesario saber que hay dos maneras de combatir : con las leyes y la fuerza. La primera es propia del hombre, la segunda de las bestias, mas ya que la primera muchas veces no basta conviene recurrir a la segunda, por lo que es necesario para el príncipe saber usar bien ambas. (...). Necesitando un príncipe saber usar bien el modo de las bestias, debe seguir el ejemplo de la zorra y el león, ya que ni el león se defiende de las trampas ni la zorra de los lobos. Es necesario ser zorra para conocer las trampas, y león para aterrorizar a los lobos. Los que actúan sólo como leones no entienden de política." (XVIII) 42 "Por tanto aquél que en un principado no detecta los males cuando nacen no es verdaderamente sabio, y esto es dado sólo a pocos." (XIII) 43 "Creo que tienen éxito aquéllos que adaptan su modo de proceder a las circunstancias, e igualmente que no lo tienen aquéllos cuyo proceder no se adecúa a éstas." (XXV) 44 "Aquellos hombres que al principio de un principado eran enemigos del estado, y que son tales que FUENTEOVFJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 14 7

También encontramos en los tres un uso maquiavélico de la crueldad. Leemos en El Príncipe : "Podemos llamar bien utilizada aquella crueldad (si del mal es lícito hablar bien) que es empleada de una vez por todas en aquellos casos en que la propia seguridad lo demande, sin persistir luego en ella" (VIII). En el caso del pueblo vemos que se venga cruelmente del Comendador, pero ejerce toda su crueldad de una sola vez y en un momento en que su seguridad está en juego, sin persistir luego en ella ; en el caso del Maestre encontramos este mismo uso cuando, tras la conquista de Ciudad Real, da un escarmiento a la población ; y en el caso de los Reyes su utilización de la tortura responde también a los mismos preceptos. Vistos con un poco de detenimiento, los tres personajes (pueblo, Maestre y Reyes Católicos) reúnen las condiciones requeridas para una conducta maquiavélica : pueden ser hombres y bestias, y puestos en el trance de ser bestias pueden ser leones y zorras simultáneamente. Cada uno a su vez tiene rasgos propios de maquiavelismo. El Maestre y el pueblo, por ejemplo, comparten la capacidad de oír buenos consejos : el pueblo escucha el de Esteban respecto a lo que ha de decirse en la tortura, y el Maestre el del soldado que le recomienda no castigar a Fuenteovejuna por estar bajo la protección de los Reyes, para así bienquistarse con ellos. Ambos cometen, además, ofensas no vengables por el ofendido : el pueblo matando al Comendador, el Maestre matando a quienes se le oponen en Ciudad Real. Con todo, la situación del Maestre es un tanto ambigua, debido a la evolución que experimenta en la obra. Esta ambigüedad es reflejada en el hecho de que, pese a su valor y astucia, pierde Ciudad Real. Pero son los Reyes, como era previsible, quienes acumulan más rasgos maquiavélicos. Son ellos, por ejemplo, los máximos exponentes de prudencia y previsión en la obra. No hay detalle que se les escape ni situación peligrosa que no combatan con toda energía, lo cual es planteado de manera explícita en la obra, en la que aparecen, por ejemplo, explicando toda la importancia de la de Ciudad Real. De la misma manera, cumplen admirablemente con lo recomendado por Maquiavelo en las siguientes líneas : "los príncipes deben hacer ejecutar por otros las medidas impopulares, y distribuir ellos mismos los favores. De nuevo, concluyo que un príncipe debe estimar a los nobles, pero no hacerse odiar por el pueblo" (XIX). Vemos en la obra cómo los únicos actos directamente efectuados por ellos son el perdón al Maestre y al pueblo, con lo que al tiempo que valorizan a la nobleza evitan el ser odiados por el pueblo. Es este difícil equilibrio entre las diversas clases sociales algo que enfatizan con la misma fuerza Maquiavelo y Lope. El primero afirma : "Los estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han tomado gran cuidado en no desesperar a los nobles y en satisfacer al pueblo y mantenerlo contento, porque ésta es una de las más importantes tareas que tiene un príncipe" (XIX). Con respecto a Lope creo que, como ya dije, la única explicación a los cambios introducidos en la cronología y motivación del perdón al pueblo y al Maestre es la exaltación de la Corona en su carácter de representante de todas las clases sociales. Esto no siempre ha sido visto en su verdadera dimensión. Así, Carter observa las dificultades políticas que podría acarrear un perdón unilateral a favor del pueblo, pero su afirmación de que el perdón al Maestre resulta difícil de explicar demuestra que no vio con total claridad el problema. Puesto en la perspectiva del maquiavelismo, se explica a) que el Rey decida dar el perdón al pueblo más como una concesión que como un acto de justicia, y b) la doble necesidad de perdonar al Maestre : atraérselo a su lado en la guerra civil, y no inclinar peligrosamente la balanza necesitan algún apoyo, siempre pueden ser ganados por el príncipe con suma facilidad ; y mayormente forzados estarán a servirlo fielmente aquéllos que saben necesario lavar con sus acciones la mala opinión que se tenía de ellos." (XX) 148 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45, 1989 del lado del pueblo en desmedro de la nobleza. No en vano Maquiavelo menciona explícitamente dos veces al Rey Fernando en El Príncipe como ejemplo de gobernante sabio y prudente. Considero haber demostrado de manera suficiente el maquiavelismo subyacente en Fuenteovejuna. Preveo una objeción : la aplicación del adjetivo "maquiavélica" a la conducta del pueblo, del Comendador y del Maestre por no ser ellos príncipes, que era a quienes estaban destinados los consejos de El Príncipe. Contestarla no es difícil : si bien es cierto que el libro se dirige a los príncipes, la intención no es tanto el fortalecimiento de éstos por sí mismos, sino en cuanto implica el fortalecimiento del estado. Esto se refleja en el título original : De Principatibus, o De los principados. Por tanto, no es estrictamente cierto que sirva sólo a los príncipes : cualquier precepto sacado de él que lleve a un fortalecimiento del estado, independientemente de la clase social que lo aplique, puede ser calificado de maquiavélico. Estamos frente al permanente, aunque últimamente algo desacreditado, dilema entre letra y espíritu. Para el caso daría lo mismo afirmar que el libro fue escrito sólo para los Médicis, o sólo para la Italia de su tiempo. Maquiavelo nunca fue dogmático. Veamos un ejemplo íntimamente relacionado con lo aquí tratado : su afirmación de que Fernando puede ser considerado como un príncipe nuevo, pese a que era príncipe desde antes de su matrimonio con Isabel, por el cambio cualitativo y cuantitativo que experimentó su poder con dicho enlace. Si el maquiavelismo constituye aún hoy en día un pensamiento controvertido es porque su aplicabilidad sobrepasa en mucho a la pensada por el mismo autor. No creo haber sido infiel en el presente análisis a lo esencial de dicho pensamiento.

Conclusiones : Lope y el maquiavelismo

Acabamos de ver la gran presencia que tiene el pensamiento político de Maquiavelo en Fuenteovejuna. Si recordamos ahora lo dicho anteriormente acerca del triunfo del maquiavelismo en el pensamiento político de la época, resulta fácil ver que Lope no hace más, en última instancia, que reproducir patrones generales. En esta línea va Diez Borque cuando afirma : "Es evidente que las ideas políticas de Lope, que analizaremos, son de gran utilidad para conocer el pensamiento político corriente en su época, frente a las sutilezas de los tratadistas"45. Evidentemente ésta es una consideración fundamental a la hora de comprender el pensamiento lopesco. Ahora bien, ¿existen indicios de un conocimiento más directo de Maquiavelo por parte de Lope? Dentro de lo difícil que resulta manejarse en un terreno que sólo se presta a conjeturas, hay sin embargo un indicio muy significativo, aunque no concluyeme : el gran conocimiento y simpatía que tenía el duque de Sessa respecto al tacitismo en general y a Maquiavelo en particular. Afirma Maravall :

El duque de Sessa, en relación con el doctor Narbona, el duque de Frías con el padre Márquez, desean que los que puedan entender de la recta gestión de los negocios políticos les instruyan sobre ellos. Lo cierto es que Eugenio de Narbona responde, escribiendo su Doctrina política civil que, publicada por primera vez en 1604, será recogida por la Inquisición. (...). El duque de Sessa, con quien se relaciona el doctor Narbona —y la relación se mantiene en tanto que escritor político— es el mismo que se dirigía en dos ocasiones a la Inquisición solicitando se autorizasen las obras de Maquiavelo, aunque fueran expurgadas y apareciesen bajo otro nombre, publicación que el duque se ofrecía a hacer de su costo, por la mucha falla que hacía difundir los conocimientos políticos y el mucho provecho que redundaría de sus lecturas para el gobierno del país.46

45 J. M. Diez Borque, op. cit., p. 130. 46 J. A. Maravall, La corriente doctrinal, p. 8. FUENTEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 149

A esto mismo se vuelve a referir cuando nos habla del "interés del duque de Sessa por alcanzar una formación política que busca en la lectura de Maquiavelo"47. ¿Es mucho suponer acaso que, dado el tipo de relación que tenía Lope con Sessa y el ascendiente de éste sobre Lope, pudiera el dramaturgo haber leído a Maquiavelo? Tan arriesgado es afirmarlo como negarlo pero, por todo lo dicho anteriormente, se ve que la posibilidad de un conocimiento directo es bastante razonable. Independientemente de ello, no hay que perder de vista el valor explicativo que tiene la interpretación aquí defendida. Elementos que han sido apuntados dentro de los planteamientos lopescos —como la compaginación temor-amor, que según Diez Borque48 es la fórmula que las comedias de Lope proclaman ; la imposición de la razón de estado sobre el honor en los casos en que el rey está involucrado ; el supuesto carácter innato atribuido por el mismo Diez Borque al absolutismo de Lope, etc.— pueden ser vistos a una nueva luz, más de conjunto, aceptando la influencia del maquiavelismo, ya sea éste consciente, por lectura de las obras del florentino o de los tacitistas, ya inconsciente, por asimilación de los rasgos predominantes del pensamiento político de su época. Claro está que tal interpretación no aclara todo, y es factible encontrar elementos que no sólo no derivan, sino que en ocasiones parecen oponerse al maquiavelismo. Mientras para Maquiavelo, en especial si pensamos en sus Discursos, la monarquía absoluta es tan sólo una de las maneras que tiene la sociedad de organizarse, para Lope pareciera ser la única posibilidad de orden social, tal como lo apunta Ribbans : "La monarquía es para Lope la roca sobre la cual descansa la sociedad, la condición sine qua non de la existencia social en la tierra. La posición del Rey es, por lo tanto, indiscutida e indiscutible"49. Ello a su vez está en íntima relación con el origen atribuido por ambos al poder del soberano. Mientras en Lope, continuador en esto de la tradición medieval, hay una atribución divina del origen del poder, para Maquiavelo dicho origen es totalmente humano, lo que le hace decir con ironía : "Aunque no es lícito discurrir sobre Moisés, por ser un mero ejecutor de lo que era ordenado por Dios, no obstante debe ser admirado por la gracia que le hizo merecedor de hablar con Dios. Pero consideremos a Ciro y a los otros que han adquirido o fundado reinos : todos ellos son merecedores de alabanza, y sus acciones e instituciones no parecen diferir de las de Moisés, quien tuvo a tan poderoso maestro" (VI). Posteriormente, a la hora de mencionar los principados eclesiásticos, se burlará muy cartesianamente de la tradición medieval, al afirmar que no puede razonar sobre ellos ya que sólo un necio presuntuoso se atrevería a discutir sobre lo que está exaltado y mantenido por Dios50. Considero innecesario demostrar que Lope atribuía un origen divino al poder real, tarea que ya ha efectuado Diez Borque51. Se da a nivel de la relación Dios-Rey, lo mismo que religión-monarquía en general, una situación muy curiosa : Lope acepta íntimamente como cierto lo que Maquiavelo planteaba como mero recurso ideológico al servicio del poder52. Ni siquiera aquí Lope se ha salido por completo del

47 J. A. Maravall, Estado moderno y mentalidad social (T. O), p. 8. 48 J. M. Diez Borque, op. cit., p. 159. 49 G. W. Ribbans, op. cit., p. 119. 50 "Así, sólo estos principados son seguros y felices. Pero siendo ellos regidos por un poder superior, el cual no puede ser alcanzado por la mente humana, no hablaré de ellos. Porque, siendo exaltados y mantenidos por Dios, sería cosa presuntuosa y temeraria el discurrir sobre ellos." (XI) 51 Véase J. M. Diez Borque, op. cit., p. 140 y sigs. 52 Refiriéndose a la religiosidad afirma : "Y no hay cosa más necesaria que aparentar tener esta última 150 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989 maquiavelismo ; ha habido una transvaloración, una transmotivación, pero la relación se mantiene. Recordemos de paso que la antigua idea del origen divino del poder se revitaliza en gran forma con el advenimiento de las monarquías nacionales, que la utilizaron como herramienta ideológica fundamental. Se la puede encontrar con mucha fuerza aún en el siglo XVIII y, con mucho menor fuerza, hasta nuestros días. Un problema diferente es planteado por el estamentalismo lopesco. Es aquí donde encuentro la mayor separación de Lope con respecto a Maquiavelo. Mientras éste atacó fuertemente el poder de la nobleza, en tanto implicaba una dispersión, una traba y un límite indeseable al poder real, Lope asume una posición diferente. Aun en obras como Fuenteovejuna y Peribáñez, se equivocan quienes encuentran en Lope un ataque generalizado a la nobleza y una supuesta alianza Rey-pueblo. Ya me he referido a ello. Aquí resulta esclarecedora la obra de Diez Borque, quien hace patente el inmovilismo social extremo que caracteriza el pensamiento de Lope, calificado por Diez de reaccionario53. Esta curiosa mezcla de absolutismo y estamentalismo, contradictoria en el marco del maquiavelismo, podría intentar explicarse por un fenómeno histórico visto por Maravall a la hora de estudiar el problema de las variables relaciones de poder entre la nobleza y la Corona españolas. Afirma :

Del Estado moderno se mantendría firmemente, en nuestro xvn, uno de sus elementos integrantes : la soberanía absoluta. Pero, en cambio, la inmovilización de la estructura social y las arcaicas escisiones que en el seno de la sociedad se conservaban formalmente, en virtud del compensatorio régimen de privilegios asignado a la nobleza, corlaron la evolución normal de la conciencia de comunidad política y con ello del mismo Estado moderno.^

También Ribbans ha intentado explicar esta característica aduciendo que el sistema monárquico, con sus distinciones y grados, era percibido como una defensa del orden contra el caos ; sea lo que sea, lo cierto es que Lope, en apariencia debido a la situación histórica en que se maneja, se aparta en este punto del ideal del maquiavelismo, aunque sin desligarse totalmente. Recordemos no obstante que, pese a que Maquiavelo consideraba ideal un estado como el del Turco, con una sola fuente de poder, también se expresa con admiración de la organización del estado francés, con toda su nobleza. Una vez más se hace evidente el carácter antidogmático del florentino. Acabaré diferenciando dos niveles del maquiavelismo lopesco. El primero y más evidente es el aquí expuesto, y se da en los contenidos de las ideas planteadas en la comedia. Pero es posible ver otro ya no en los contenidos sino en la intencionalidad de ella, no coincidiendo necesariamente ambos niveles. Veamos por ejemplo la actitud ante la realidad. Maquiavelo, quien como ya vimos se dirige en primer lugar a los gobernantes, considera que El Príncipe puede ser útil en tanto muestra la realidad tal como es : "siendo mi intención escribir cosas útiles para quienes las entiendan, me ha parecido más conveniente presentar las cosas tal como ellas son en realidad, que como son imaginadas" (XV). Lope, en cambio, no parece estar interesado en transmitir la realidad como es, sino una visión idealizada (aunque hay críticos, como Margaret Wilson55, que consideran que la imagen que transmite es fundamentalmente justa y acertada). ¿Implica ello una posición antimaquiavélica? No. cualidad" (XVIII). 53 Cf. ibid., pp. 130 y sigs. y 255 y sigs. 54 J. A. Maravall, Estado moderno y mentalidad social (T. II), p. 9. 55 Cf. M. Wilson, op. cit., cap. IV. FUENTEOVEJUNA Y EL MAQUIAVELISMO 151 Recordemos que Lope se dirige, en primera instancia y mayoritariamente, no a las clases gobernantes sino al pueblo. Al transmitirles una visión idealizada de la realidad está contribuyendo a fortalecer la posición de la monarquía, con lo cual Maquiavelo se hubiera mostrado de acuerdo para ese momento histórico. El aparente antimaquiavelismo del contenido se evidencia como un maquiavelismo de la intención : en Et Príncipe se hacía ver la importancia de dar una imagen favorable de la monarquía al pueblo, aun cuando esto implicara engañarlo56. No se debe olvidar el papel de transmisión y refuerzo de valores sociales que tenía la comedia, estudiado entre otros por Maravall y Diez Borque. Como se ve, el problema es más complejo de lo que parece, y este trabajo aspira tan sólo a dejar en claro la influencia del maquiavelismo en Lope, incitando a otros investigadores a continuar con el estudio de una relación que, pese a su importancia, ha sido ignorada hasta ahora.

56 "No es necesario para un príncipe, por tanto, tener todas las cualidades arriba mencionadas ; pero es muy necesario que aparente tenerlas." (XVIII) 15 2 BERNAL HERRERA MONTERO Criticón, 45,1989

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Resumen. El presente trabajo se propone estudiar las posibles relaciones que hay entre las ideas políticas contenidas en Fuenteovejuna de Lope de Vega, y las expuestas por Maquiavelo en El príncipe. Partiendo de un somero análisis histórico acerca del maquiavelismo español de la época, y en especial de su problemática difusión, se pasa a hacer ver la relación de las ideas políticas defendidas allí por Lope con las planteadas por Maquiavelo, concluyéndose que Fuenteovejuna está imbuida de maquiavelismo. Se acaba haciendo ver la complejidad del problema, evidente en la pluralidad de niveles en que dicho maquiavelismo puede ser entendido y abordado.

Résumé. Etude des relations décelables entre les idées politiques contenues dans Fuenteovejuna et celles qui figurent dans Le Prince de Machiavel. A partir d'une brève analyse du machiavélisme en Espagne au Siècle d'Or et notamment des problèmes posés par sa diffusion, l'examen des rapports entre les idées politiques défendues par Lope et celles exposées par Machiavel conduit à la conclusion de l'intense machiavélisme de Fuenteovejuna. Est soulignée la complexité du problème telle qu'elle apparaît dans la pluralité des niveaux où ce machiavélisme peut être repéré et analysé.

Summary. This paper attempts to show the possible relations that exist between Lope de Vega's Fuenteovejuna and Machiavelli's The Prince political ideas. Beggining with a brief historical analysis about the machiavelism in Spain at that time, specially concerned with its problematic diffusion, the relations between Fuenteovejuna's and The Prince's political ideas are pointed out, leading to the conclusion that Lope's play is full of machiavelism. The complexity of the problem, évident in the various levéis in which Fuenteovejuna's machiavelism can be understood and studied, is posited at the end.

Palabras clave. Fuenteovejuna. Maquiavelo. Maquiavelismo. Lope de Vega.