Mariquita Aparece Ahogada En Una Cesta Juan García Larrondo
Mariquita aparece ahogada en una cesta Juan García Larrondo A San Juan de La Cruz Querida Mariquita: Como ves, no te llamo por tu nombre. Será porque tus miedos son esencialmente los míos, o será que a nadie -más que a nosotros- puede importarle tu verdadera identidad. Tú y yo sabemos darle a las cosas una relativa importancia y, estas letras que te mando la tienen, la justa, eso es cierto. Lo que quisimos decir, indudablemente, no se encierra en estas páginas con toda su intensidad, y sería absurdo también pensar lo contrario, ¿verdad? Ya verás cuando leas la obra. Te darás cuenta de que hay un personaje que lleva tu nombre, me refiero a tu falso nombre, pero, evidentemente, esa no eres tú. Sin embargo, ahí estaban tus marineros. Si la gente supiera que aquello pasó casi de esa manera. Aunque no fue divertido, ¿verdad? Hay tantas cosas de las que nos reímos cuando - tras el paso de los años- la amargura se va transformando en anécdota de bestiario. No te aflijas, todos tenemos miedo pero, a ver si con esto, y con otras cosas que no se pueden escribir, hacemos un poco más digno el mundo fantástico que nos ha tocado pisar, por lo menos, algo más sincero de lo que es. Además, es hermoso pensar que, a principios de este nuevo siglo, aún quedan muchas personas con conciencia y, lo que es más importante, un sinfín de lugares en donde aún no se ha oído hablar de nuestra civilización. ¡Imagínate! Cuando tengamos mucho dinero, nos marcharemos lejos para encontrar a Abdul, que ya verás como vuelve.
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