FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

UNIDAD DE GESTIÓN DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO

Tesis de Licenciatura de Historia

La represión en el ámbito educativo, casos y experiencias en el Partido de Vicente López (provincia de ) (1976-1977)

AUTOR: AVILA, Laura Cecilia

DIRECTOR: SPINELLI, María

AÑO: 2019

INDICE Introducción ...... 3 Capítulo 1: Reflexiones sobre Historia reciente ...... 7 Capítulo 2: El terrorismo de Estado en , características y estudios ...... 20 Argentina entre los golpes de estado de 1955 y 1966 ...... 20 La Revolución Argentina ...... 23 Última dictadura militar ...... 30 ¿Qué sucedía en Latinoamérica? ...... 32 ¿Pero quiénes fueron los desaparecidos? ...... 43 Capítulo 3: El golpe militar en el ámbito educativo ...... 46 Un poco de historia ...... 46 ¿Qué pasó durante la dictadura? ...... 50 El rock y los jóvenes ...... 51 Políticas educativas ...... 54 Docentes desaparecidos ...... 57 La dictadura en las escuelas ...... 62 Capítulo 4: La dictadura en Vicente López ...... 65 Desapariciones en fábricas ...... 65 La prensa cuenta su historia...... 69 Capítulo 5: las desapariciones en Vicente López, un panorama general ...... 71 Antecedentes: ...... 71 Las organizaciones revolucionarias...... 71 Las desapariciones ...... 75 ¿Quiénes fueron los estudiantes y ex estudiantes desaparecidos? ...... 81 Capítulo 6: Los estudiantes desaparecidos, panorama general y contrapunto ...... 85 Contrapunto: Floreal Avellaneda y Pablo Meijide ...... 88 Pablo Fernández Meijide. El por qué de su desaparición ...... 88 Floreal Avellaneda, la clase trabajadora y el orgullo de la militancia por generaciones .... 90 Capítulo 7: La Memoria de la dictadura en la comunidad de Vicente López ...... 95 Bibliografía ...... 100 ANEXOS ...... 108 ENTREVISTAS: ...... 108 DOCUMENTOS ...... 121

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Introducción

En este análisis hemos querido desarrollar en forma descriptiva el proceso que se produjo en Argentina hasta 1976, como contexto de nuestro análisis sobre lo acontecido durante la última dictadura en el partido de Vicente López. En dicho trabajo se abordará en un primer momento los sucesos previos a 1976 para luego entender mejor lo que pasa tras el golpe de Estado. Dentro del contexto histórico, político, social general buscaremos cómo repercutió en un área específica - los sujetos sociales-y qué grado de complicidad tuvieron, cómo afectó la vida cotidiana y cómo soportaron la violencia.

El propósito de mi investigación es rescatar las historias de los estudiantes secundarios desaparecidos en Vicente López y el porqué de su desaparición, analizando sus trayectorias en relación a los posicionamientos de sus familias y las rupturas que se pueden haber provocado. La construcción de la memoria colectiva es parte de la tarea de la formación de las futuras generaciones.

En el partido de Vicente López han desaparecido cerca de 17 estudiantes secundarios. La mayoría militaba alguna agrupación política: Juventud Peronista, Juventud Guevarista, Partido Comunista, Partido Revolucionario de los Trabajadores y Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). Una estudiante, en particular, pertenecía a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Su nombre era Gabriela Mónica Petacchiola. Era alumna de 5º año en el Colegio “Ceferino Namuncurá”, situado en Florida, provincia de Buenos Aires. Fue secuestrada-desaparecida el 8 de octubre de 1976 en Olivos, partido de Vicente López. Trabajaba como empleada en tanto cursaba sus estudios. Fue vista en el CCD ESMA antes de su asesinato. También las hermanas Leonora y María Zimmermann Francani, de 17 y 18 años, fueron secuestradas en su domicilio de General Paz 1628 Florida, el 23 de octubre de 1976. En una primera investigación se desconoce las causas de sus desapariciones. Asistían al Colegio Nacional de Buenos Aires.

La activación de la memoria, centrada en múltiples actividades tales como la realización de entrevistas e investigación, revelaran la existencia de múltiples memorias y en disputa que pusieron al descubierto los traumas profundos que el genocidio provocó y aún provoca en la sociedad. En este caso el contacto de docentes, alumnos y alumnas con las historias de vida y el contexto de las

3 desapariciones de los ex alumnos del colegio describieron la multiplicidad de conflictos y tensiones entre memoria, recuerdos y relatos que aparecerán en las entrevistas.

Preguntas de investigación • ¿Cuántos estudiantes secundarios de Vicente López están desaparecidos? • ¿Quiénes militaban en espacios sociales, políticos y en actividades de la Iglesia? • ¿Qué procesos, acontecimientos, figuras referenciales ayudaron a que esos jóvenes tomaran esas definiciones políticas y militantes? • ¿A qué sectores sociales pertenecían estos jóvenes y como repercutió en sus círculos familiares y de amistad?, ¿cómo abordó el tema la sociedad de Vicente López en el momento? • ¿Cuál ha sido el recorrido histórico de la sociedad de Vicente López en relación a sus desaparecidos y más específicamente a los que eran estudiantes secundarios? • ¿Los directivos ocultaron estas desapariciones? ¿Por qué? ¿Cómo fue la reacción de sus familias y círculos personales? ¿Cuál fue la reacción de los directivos de las escuelas y del sistema escolar local? ¿Hubo ocultamiento?, ¿se establecieron diálogos -contención? A través del tiempo, ¿cómo han tratado esas mismas escuelas los casos de desapariciones de sus estudiantes?

Objetivo general Investigar, analizar y relacionar la participación política/social/religiosa de los estudiantes secundarios de Vicente López con sus desapariciones y el impacto en sus entramados familiares y sociales

Objeto de estudio El objeto de estudio son los estudiantes, a partir de la reconstrucción que hacen los familiares, amigos y conocidos de los estudiantes secundarios desaparecidos en Vicente López . Tipo de investigación a desarrollar Una de las principales novedades en el panorama historiográfico argentino de los últimos años es el auge de la denominada Historia reciente, verificado en el sostenido crecimiento de la producción académica y de los espacios donde se debate y se investiga sobre el pasado más cercano. Es el tipo de investigación que desarrollaré 4 porque delimita un lapso más o menos acotado, discrimina con relación a la historia oral; es decir, no toda historia oral es historia del presente, sino sólo aquella en que el objeto (esto es, el recuerdo) y el sujeto (en este caso, el historiador) pertenecen al mismo tiempo histórico y delimita como presente histórico aquel marco temporal de sentido determinado por la intersección de los espacios de experiencia de las generaciones que conviven en un mismo tiempo y espacio históricos.

El método de la historia oral será crucial para llevar a cabo esta investigación. La Historia Oral es mucho más que un método historiográfico, es una forma de hacer la historia que releva aspectos del pasado que no podrían ser conocidos desde un enfoque centrado sólo en los documentos escritos. Se ha convertido en la perspectiva privilegiada para conocer las miradas de los sujetos que no tuvieron voz en la historia. Este enfoque permitió y permite conocer las vivencias, las posiciones, las resistencias, las experiencias de los trabajadores, de las mujeres, de los jóvenes, entre otros. Se contemplará los problemas relacionados con el paso del tiempo y la memoria en el caso de la historia oral.

La subjetividad, la memoria y la particularidad de la fuente son las características que definen la historia oral. La historia oral apela a la memoria del sujeto para hacer historia a partir del relato de sus recuerdos y la fuente es el testimonio que el individuo da dentro del contexto de una entrevista.

La memoria como capacidad de conservar determinadas informaciones remite, ante todo, a un complejo de funciones psíquicas con el auxilio de las cuales el hombre está en condiciones de actualizar impresiones e informaciones del pasado, de comprender y producir ideas, transmitir experiencias y definirse a sí mismo, es decir, intervenir en el proceso social.

Hipótesis central • Los estudiantes de los colegios secundarios de Vicente López además de pertenecer a la asociación estudiantil, participaban en agrupaciones políticas, tenían convicciones más profundas y aspiraban, a partir de su compromiso práctico, a transformar la realidad imperante. Como hemos visto, la pertenencia social de los jóvenes desaparecidos es diversa, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿cuál fue el impacto de su desaparición en la sociedad local y si las repercusiones fueron también diversas de acuerdo a su posición en el entramado social?.

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Hipótesis secundaria • La juventud politizada era asociada muchas veces a subversión y amenaza social, ya que efectivamente buscaban cambiar el orden social y revertir injusticias sociales. ¿cuántos de los jóvenes desaparecidos pertenecían a organizaciones armadas?

Método/s o técnica/s a utilizar La técnica que usaré será la entrevista y la encuesta. La entrevista es el punto crucial de un trabajo de historia oral, es ese espacio de encuentro entre entrevistado y entrevistador, donde en conjunto construyen el documento. El éxito de una investigación depende en primer término de la calidad de las entrevistas que se lleven a cabo, ya que las mismas constituyen la documentación a interpretar. La entrevista es una técnica para obtener datos que consisten en un diálogo entre dos personas: El entrevistador "investigador" y el entrevistado; se realiza con el fin de obtener información de parte de este, que es, por lo general, una persona entendida en la materia de la investigación. Si la entrevista persigue el objetivo de adquirir información acerca de las variables de estudio, el entrevistador debe tener clara la hipótesis de trabajo, las variables y relaciones que se quieren demostrar; de forma tal que se pueda elaborar un cuestionario adecuado con preguntas que tengan un determinado fin y que son imprescindibles para esclarecer la tarea de investigación, así como las preguntas de apoyo que ayudan a desenvolver la entrevista. El éxito que se logre en la entrevista depende en gran medida del nivel de comunicación que alcance el investigador con el entrevistado; la preparación que tenga el investigador en cuanto a las preguntas que debe realizar; la estructuración de las mismas; las condiciones psicológicas del investigado; la fidelidad a la hora de transcribir las respuestas y el nivel de confianza que tenga el entrevistado sobre la no filtración en la información que él está brindando; así como la no influencia del investigador en las respuestas que ofrece el entrevistado.

La validez de toda investigación histórica está dada por la seriedad en el análisis de las fuentes. En el caso de la historia oral, un elemento que no debe omitirse para un buen análisis es que no sólo el entrevistador lleva a la entrevista incorporado un ordenamiento, selección e interpretación histórica preexistente, sino que también el entrevistado llega a la entrevista con su propia conciencia histórica, su propia interpretación de la historia de su comunidad.

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Capítulo 1: Reflexiones sobre Historia reciente

La historiografía francesa incorporó estas producciones con la creación del Instituto de Historia del Tiempo Presente a fines de los ’701. Concebido como continuación del Comité de Estudios de la 2ª Guerra Mundial, concentró sus investigaciones en torno a la ocupación nazi y el colaboracionismo francés. Y en los últimos años ha incluido la preocupación por la actuación de Francia en Argelia. En España, por su parte, los estudios sobre el pasado reciente centraron sus indagaciones en la Guerra Civil y en la transición post-franquista2. La caída del Muro de Berlín y la descomposición del orden creado por el socialismo real impulsó, en Europa Oriental, una importante cantidad de trabajos históricos en los que la mirada retrospectiva se tendió hasta 1918. En Alemania, entre tanto, las jóvenes generaciones de historiadores enrolados en la nueva corriente historiográfica se abocaron a analizar las repercusiones que sobre la memoria colectiva alemana tuvieron el ascenso del nacionalsocialismo y los traumas dejados por la “Shoá”. Y en América Latina, finalmente, quienes abrieron un camino propicio para la constitución del campo han sido los ensayos y los trabajos dedicados a explorar los últimos golpes militares y los procesos de transición hacia la democracia. Evidentemente es una historia que no sólo analiza procesos cercanos en el tiempo, sino que apunta a estudiar procesos traumáticos para las sociedades.

Una de las principales novedades en el panorama historiográfico argentino de los últimos años es el auge de la denominada Historia reciente, verificado en el sostenido crecimiento de la producción académica y de los espacios donde se debate y se investiga sobre el pasado más cercano. Es el tipo de investigación que desarrollaré porque delimita un lapso más o menos acotado y porque el objeto (esto es, el recuerdo, la memoria) y el sujeto (en este caso, el historiador) pertenecen al mismo tiempo histórico y delimita como presente histórico aquel marco temporal de sentido determinado por la intersección de los espacios de experiencia de las generaciones que conviven en un mismo tiempo y espacio históricos.

La historia oral es la metodología dentro de la ciencia histórica que utiliza como fuente principal para la reconstrucción del pasado los testimonios orales. A

1SAUVAGE, Pierre, Una historia del tiempo presente, Historia Crítica, Bogotá, 1998 2 Cuando el pasado reciente se hace historia. Notas sobre teoría de la historia. En: Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Universidad Nacional del Comahue. Año 8, n° 9, Gral. Roca, 2003, ISSN 950-9859-51-6, Dpto. de Publicaciones, Facultad de Derecho y Cs. Sociales, Revista con referato, pp. 115 a 128. 7 pesar de no tratarse de una técnica de investigación nueva, ya que lleva décadas siendo utilizada en distintos ámbitos, la historia oral supone una aportación bastante innovadora en el conjunto de la historiografía argentina, tanto en su vertiente de la investigación histórica como en lo relativo a la docencia de la propia historia. En palabras de Paul Thompson3, especialista en esta materia y autor de diversos trabajos sobre la metodología y las técnicas de la historia oral: «La historia oral es la más nueva y la más antigua forma de hacer historia».

Los historiadores tradicionalmente han evitado investigar sobre los años más recientes en la creencia de que el paso del tiempo otorgaba una supuesta objetividad. Se veía como dificultad el hecho de ser, al mismo tiempo, sujeto y objeto de trabajo y se temía que la pasión puesta en un tema contemporáneo distorsionase la objetividad en el análisis de los hechos. Actualmente existe consenso en que no hay “verdades absolutas” y, especialmente en el área de las ciencias sociales, se considera que en toda afirmación existe siempre un sesgo de subjetividad y de eventualidad. Esto no implica relativismo sino conciencia del carácter provisorio de los conocimientos que sólo se legitiman por acuerdo de los especialistas. Toda investigación histórica es necesariamente provisoria, un avance, un basamento sobre el que se harán nuevos aportes en el futuro. La historia que se escribe hoy será sucesiva e inevitablemente reelaborada en cada contexto futuro. Ello no inválida la escritura desde el presente, más aún, refuerza su utilidad: la historia escrita da cuenta del pasado, pero al mismo tiempo de la mirada y el contexto en que se escribió sobre ese pasado. Ambos elementos serán objeto de estudio en un futuro. Lo cierto es que –transcurridos muchos años– no tendremos la oportunidad de conocer el testimonio de los protagonistas. Y aquí es donde adquiere su sentido la historia oral. Admitiendo algún grado de pasión como motor de las investigaciones, hacer historia sobre la marcha de los acontecimientos o sobre temas contemporáneos al historiador, sin dudas sometido a las subjetividades propias de su tiempo, tiene la virtud de registrar una historia donde lo humano está presente en toda su complejidad. Contiene las sensibilidades del momento, las memorias en disputa, una conciencia particular que se perdería si la historia se escribiese un siglo después. La sociedad cambia rápidamente. Un documento oficial no podrá transmitir nunca los sentimientos, las dudas, las

3 THOMPSON, Paul (1988): La voz del pasado. Historia oral, Valencia: EdicionsAlfons el Magnàmin 8 contradicciones en juego en una revolución, en una huelga o en cualquier situación en la que intervenga el hombre4.

El testimonio vivo como fuente histórica tiene un alcance mucho mayor que lo estrictamente relacionado con hechos y personas destacadas de la escena política o militar; involucra también lo cotidiano y lo cultural, lo particular enmarcado en lo social. Reconocer que el saber histórico está permanentemente motivado e inspirado desde el hoy ha permitido escribir la historia más reciente con una disposición democrática, es decir, ha facilitado que sean los mismos pueblos los que dejen señal de su visión del presente y del pasado. Las sociedades tienen derecho a construir su pasado y, en función de él, definir su identidad. Hacer historia requiere habilidades determinadas, posee métodos y criterios propios, pero no es una tarea que necesariamente se deba restringir al campo de los especialistas. La sociedad en su conjunto, como protagonista vital, no puede estar excluida de esta actividad. De lo contrario, tendríamos una historia incompleta, parcializada, despojada de las voces de los pueblos, propulsores indiscutibles de su propia historia. Es por ello que la historia oral pone en valor las fuentes orales, y recupera de este modo un espacio para la historia no oficial. No hay futuro para los pueblos sin un permanente ejercicio de la memoria, porque sin ella no se puede construir ni resguardar la identidad.

La historia oral es necesaria porque la historia social y la de la clase obrera a menudo utilizan fuentes gubernamentales, escritos por líderes sindicales, fuentes periodísticas, archivos burocráticos, pero frecuentemente quedan afuera las opiniones y vivencias de la gente común. La perspectiva de la historia desde abajo prefiere enfocarse en los trabajadores que no fueron grandes líderes políticos o sindicales. Iniciada por Georges Lefebvre en Francia en la primera mitad del siglo XX, fue popularizada por los historiadores marxistas ingleses en la segunda mitad de ese siglo. El nombre del enfoque proviene de una expresión de uno de sus integrantes Thompson: quería hacer una “historia desde abajo hacia arriba” para contraponerse a la tradición historiográfica que sólo estudiaba a los vencederos, aunque no debían dejar de estudiarlos. Sobresale entre ellos Eric Hobsbawm quien sostiene que la “historia de la clase obrera, al igual que toda las ciencias sociales, se ocupa de cambiar el mundo tanto como de interpretarlo. Y afirma que los historiadores sociales trabajaron con “anteojeras”, ya que creyeron que la historia de quienes “representaban

4 Barela, Liliana Algunos apuntes sobre historia oral y cómo abordarla / Liliana Barela ; Mercedes Miguez ; Luis García Conde ; con colaboración de Adriana Echezuri ... [et.al.]. - 1a ed. - Buenos Aires : Dirección General Patrimonio e Instituto Histórico, 2009 9 a los trabajadores, podían sustituir a la historia de la gente corriente misma”. 5Para escribir esta historia es indispensable trabajar con el método de la historia oral. Siempre dependiendo del tiempo que estudies.

Otro historiador marxista británico que se destaca es Harvey Kaye. Según este autor, en su libro Los historiadores marxistas británicos6 donde da un panorama general de las aportaciones historiográficas de cinco historiadores británicos del siglo XX (Maurice Dobb, Rodney Hilton, John Edward Christopher Hill, el recientemente fallecido Eric Hobsbawm y Edward Palmer Thompson), más allá de las discrepancias de los propios historiadores adscritos a la corriente estudiada en este libro, ellos coincidieron en la búsqueda por rescatar del olvido a las clases populares o los grupos subalternos ajenos a las clases gobernantes. Otro punto concordante entre estos autores fue la de darle una mayor importancia a las clases populares dentro de sus escritos; porque de acuerdo a su propuesta historiográfica, los procesos históricos se han “hecho” con la participación las clases bajas, pero estas no han “escrito” discursos sobre sus vicisitudes a través del tiempo.

Las contribuciones de los historiadores marxistas británicos han sido muy valiosas porque escribiendo una “historia desde abajo”, creando un discurso atractivo para ir más allá de la historia política. En cuanto a la enseñanza de la historia, la aportación historiográfica marxista británica se nos presenta como una alternativa para acercarnos a la historia de los grupos alejados de la élite. Esta corriente historiográfica también abre la posibilidad de ampliar la teoría del materialismo histórico sin reducirla solamente a la economía o datos estadísticos. La contribución de los historiadores analizados por Kaye se centra en el esfuerzo por hacer una historia social, no solo de los acontecimientos o de los “grandes hombres”, siendo así más incluyente al abarcar todos los estratos sociales.

La Historia oral es un procedimiento determinado que permite consolidar fuentes orales para la investigación histórica; estos testimonios deben ser recogidos bajo métodos y bases teóricas explícitas y un conjunto de técnicas como la entrevista grabada.

5 HOBSBAWM, Eric, “Sobre la historia desde abajo”, en Sobre la historia, Crítica, Barcelona, 1998 6 Kaye, Harvey (1989), Los historiadores marxistas británicos. Un análisis introductorio, Prensas Universitarias, Universidad de Zaragoza, Zaragoza. 10

Sin embargo, las entrevistas y narraciones orales no constituyen por sí misma historia oral. Luego de ser realizada, la entrevista debe ser analizada por el historiador. El análisis y la explicación son fundamentales: el historiador oral no es solo un entrevistador sino sobre todo un historiador. Como dice Pablo Pozzi: “Si no hay explicación, si no hay proceso, si el uso de la oralidad no sirve para explicar el proceso histórico, entonces el análisis puede ser válido y hermoso pero no es historia oral”.7

El método de la historia oral ha sido crucial para llevar a cabo esta investigación. La Historia Oral es mucho más que un método historiográfico, es una forma de hacer la historia que releva aspectos del pasado que no podrían ser conocidos desde un enfoque centrado sólo en los documentos escritos. Se ha convertido en la perspectiva privilegiada para conocer las miradas de los sujetos que no tuvieron voz en la historia. Este enfoque permitió y permite conocer las vivencias, las posiciones, las resistencias, las experiencias de los trabajadores, de las mujeres, de los jóvenes, entre otros8.

La subjetividad, la memoria y la particularidad de la fuente son las características que definen la historia oral. La historia oral apela a la memoria del sujeto para hacer historia a partir del relato de sus recuerdos y la fuente es el testimonio que el individuo da dentro del contexto de una entrevista.

Desde el comienzo de la historia de la humanidad ha sido la transmisión oral la forma de conservar la memoria colectiva. Mucho antes de que se escribiera la historia, cantores, fabulistas, relatores de cuentos y leyendas, transmitían su propia visión de los hechos relevantes de la comunidad. Pero la importancia de la transmisión oral fue dejada de lado por los historiadores profesionales que sentaron las bases de lo que se considera la “historia científica” durante el siglo XIX. En esa época se inicia la profesionalización de la historia y al constituirse como disciplina, los historiadores se apropian de un método en el que ocupa un lugar central el documento escrito. Se trata de una historia narrativa, que privilegia los acontecimientos políticos y bélicos, rescatando a los grandes personajes, a los “notables”. Las fuentes orales fueron dejadas de lado y se estableció el carácter científico de la historia con base en el análisis exclusivo de fuentes escritas9.

7 POZZI, Pablo, Historia oral: repensar la historia, en Necochea Gracia G. Y Pozzi, P: Cuéntame cómo fue la introducción de la historia oral, Buenos Aires, Imago Mundi, 2008 8 Mariezkurrena Iturmendi, David, La historia oral como método de investigación histórica, Gerónimo de Uztariz, núm. 23/24 znb., pp. 227-233 9 En Laura Benadiba, Historia Oral, Relatos y Memorias. (Buenos Aires: Maipue, 2007) 11

La memoria como capacidad de conservar determinadas informaciones remite, ante todo, a un complejo de funciones psíquicas con el auxilio de las cuales el hombre está en condiciones de actualizar impresiones e informaciones del pasado, de comprender y producir ideas, transmitir experiencias y definirse a sí mismo, es decir, intervenir en el proceso social. La realización de entrevistas constituye en la actualidad una herramienta de trabajo fundamental para muchas profesiones, lo cual supone que su utilización responde a diferentes propósitos. Por ejemplo, a partir de entrevistas los periodistas escriben crónicas, o realizan periodismo de investigación; los directores de cine filman documentales, algunos escritores escriben novelas, los sociólogos escriben historias de vida o reconstruyen la cultura de pueblos ágrafos y los historiadores construyen nuevas fuentes para la investigación histórica10.

En sus formulaciones clásicas sobre la memoria social, Maurice Halbwachs la define como un fenómeno sociológico, que debe ser distinguido tanto de la memoria individual como de la memoria histórica, y que está pautado “en flujos de pensamiento continuo, de una continuidad que no tiene nada de artificial, puesto que retiene del pasado lo que aun está vivo o es capaz de vivir en la conciencia del grupo que la mantiene”. Este autor se destaca por su estudio de la Memoria, del Espacio y Grupo Social. Sus principales obras son “Memoria Colectiva” (1950), y “Los marcos sociales de la memoria” (1925).

Memoria Colectiva trata de los cambios en la memoria colectiva y sus consecuencias para el espacio (por ejemplo la familia se hace rica o pobre). Halbwachs relaciona con el ambiente urbano y el ambiente de campo. Esta teoría de relaciones entre la memoria colectiva y el ambiente del campo o la ciudad la siguen otros autores y gracias ellos tenemos otros conceptos teóricos bien desarrollados. Según Halbwachs11 el grupo social en la ciudad no siente su variabilidad e inestabilidad y eso es ante todo por la organización rígida de las redes sociales dentro de los barrios. El ejemplo de esta relación estrecha entre la ciudad y la gente se puede ver en Roma o París. Estas son ciudades centenarias que sobrevivieron a pesar de varios golpes de estado, guerras y sublevaciones. Para entender mejor la conexión entre los grupos y el ambiente urbano Halbwachs recomienda centrar nuestra atención en las partes más antiguas de la ciudad y en las

10 Barela, Liliana, Miguez, Mercedes, García Conde, Luis, Algunos apuntes sobre la Historia oral, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, 1999 11 Halbwachs, M. (2004) [1925]: Los marcos sociales de la memoria, Barcelona: Anthropos Editorial. 12 partes aisladas. Lo básico es observar el comercio en la ciudad, producción e interacciones entre la gente; todo esto se centra en las partes de las afueras de la ciudad. Por otro lado, existe el concepto del espacio de Pierre Nora12. Nora afirma que el hombre en la actualidad no vive mediante su memoria sino que necesita relacionar la memoria con lugares. Por tanto este tipo de memoria conectado con un lugar es indirecto y Nora le llama historia. La teoría de Nora está de acuerdo con Halbwachs en que la memoria siempre procede de una comunidad. Halbwachs dice que existen tantas posibles interpretaciones del espacio como comunidades hay.

En su libro Marcos Sociales de la Memoria, ubicado por primera vez en 1925, Halbwachs ha influido profundamente en historiadores y sociólogos. Reeditar y traducir ahora este texto significa ser fiel a la lección de Halbwachs sobre el recuerdo: reconstruir el pasado en función del presente. Pero la lealtad cultural es, tal vez, una ilusión; hoy el término de memoria colectiva inventado por él en el presente estudio se encuentra tan utilizado que ninguno considera ventajoso saber lo que significa.

La memoria social se constituye a partir de experiencias vividas por grupos sociales, mientras que la memoria histórica es un registro textual producido desde el poder. La memoria social se articula con la oralidad, la pluralidad y la sociedad civil y la memoria histórica con la textualidad, la unicidad y el Estado. Como dice el propio autor, el concepto de memoria histórica es un contrasentido, porque asocia términos que en realidad se oponen. La memoria histórica tiene como referente el trabajo del historiador. Son narrativas sobre el pasado que inscriben lo vivido en marcas textuales y perenes referida a periodos y cronologías establecidos de una forma exterior. Es una memoria necesariamente fija y generalizante, lo que estima ser útil en términos pedagógicos, principalmente pensando en las generaciones que no vivieron los hechos narrados. Por contraposición, a la memoria social atribuye la oralidad, las interacciones grupales y un permanente desplazamiento. Es un tipo de narrativa que se produce en grupos y que remite a grupos y por eso la memoria es del orden del lazo social. Las principales diferencias entre la memoria social y la memoria histórica residían en el hecho de que la primera estaba constituida por recuerdos vivos, comunicados oralmente, mientras que la segunda era un relato distanciado y único que se fijaba en un texto. La memoria social remitía a grupos y la memoria histórica a la Nación. Pero si bien consideraba que la memoria histórica era necesaria para la transmisión del pasado entre generaciones, enfatizaba el hecho de que ésta

12 Nora, Pierre (dir.);Les Lieux de Mémoire; 1: La République París, Gallimard, 1984

13 opacaba la vivacidad de las memorias espontáneas, que constituía el principal objeto de sus reflexiones. Cuando se toma a la memoria como objeto de estudio, la relación entre memoria e historia cobra otro sentido, especialmente cuando se incorpora la dimensión de lo traumático. Los acontecimientos traumáticos son aquellos que por su intensidad generan en el sujeto una incapacidad de responder, provocando trastornos diversos en su funcionamiento social13.

No hay una manera única de plantear la relación entre historia y memoria. Son múltiples niveles y tipos de relación. Sin duda, la memoria no es idéntica a la historia. La memoria es una fuente crucial para la historia, aun (y especialmente) en sus tergiversaciones, desplazamientos y negaciones, que plantean enigmas y preguntas abiertas a la investigación. En este sentido, la memoria funciona como estímulo en la elaboración de la agenda de la investigación histórica. Por su parte, la historia permite cuestionar y probar críticamente los contenidos de las memorias, y esto ayuda en la tarea de narrar y transmitir memorias críticamente establecidas y probadas.

A pesar de la fuerte represión, la censura, las persecuciones y el genocidio, en este período se produjeron diferentes manifestaciones de organización popular, en general poco visibles en los primeros años y desplegadas de manera más capilar y molecular. El cierre de los canales institucionales de participación ciudadana hizo que muchas de estas iniciativas de organización en dictadura se basaran en la acción directa y la organización local, sea en el lugar de trabajo o en el barrio. Muchos de los protagonistas de estas experiencias eran jóvenes que se organizaron a partir de cuestiones concretas a nivel cultural, educativo, territorial, barrial, laboral, entre otros.

La activación de la memoria, centrada en múltiples actividades tales como la realización de entrevistas e investigación, revelaran la existencia de múltiples memorias y en disputa que pusieron al descubierto los traumas profundos que el genocidio provocó y aún provoca en la sociedad. En este caso el contacto de docentes, alumnos y alumnas con las historias de vida y el contexto de las desapariciones de los ex alumnos del colegio describieron la multiplicidad de conflictos y tensiones entre memoria, recuerdos y relatos que aparecerán en las entrevistas14.

13 Javier Alejandro Lifschitz (2012) La memoria social y la memoria política. Aletheia, volumen 3, número 5, diciembre (p.2 y 3). 14 En: Elizabeth Jelin. Los trabajos de la memoria. Cap. 4, Siglo Veintiuno: Memorias de la represión. España. 2002. pp. 63-78. 14

Varios de los autores coinciden en que el vínculo entre historia y memoria suele ser pensado desde dos polos que no ayudan a comprender bien la cuestión. Traverso15, coloca a la memoria en un lugar de privilegio tal, que pretende borrar sus diferencias con la historia.

La articulación correcta permite vincular la historia y la memoria como dos discursos sobre el pasado con regímenes distintos de legitimación; la primera está asociada a la veracidad, y la segunda a la fidelidad. Desde la historia se puede corregir la memoria, pero no se la debe invalidar, porque allí aflora la subjetividad. El historiador debe servirse de la memoria sin rendirse ante ella. Ese riesgo se corre, señalan las autoras, cuando se sobrelegitima la voz de los testigos. El relato debe por un lado, ponerse en diálogo con otras fuentes, y por otro, historizarse para reconocer lo decible y lo indecible de determinados momentos históricos. Se evita de este modo fetichizar el testimonio16.

Enzo Traverso, cuyo trabajo se titula "Historia y memoria. Notas sobre un debate", señala que otra de las vinculaciones entre estas formas de acercamiento al pasado surge a partir de mediados del siglo XX, a través de la presencia social permanente de la memoria "como religión civil" y la obligación de los historiadores de hacerse cargo de ello. Este autor marca diferencias entre ambas, pero no para distanciarlas sino para ponerlas en interacción. La memoria es subjetiva, no necesita pruebas para quien la porta; se modifica con el tiempo; es una visión del pasado siempre mediada por el presente. La historia, que surge de la memoria, también se escribe desde el presente, pero pasa por otras mediaciones. Para constituirse como campo del saber debe emanciparse de la memoria, aunque no rechazarla; comprenderla, pero no someterse a ella. El historiador debe pasar la memoria por un tamiz objetivo, empírico, documental y fáctico.

Hilda Sábato por su parte, en "Saberes y pasiones del historiador"17, agrega otro matiz a este vínculo. Según esta autora la memoria se asocia a la búsqueda y construcción de identidades, mientras que la historia se desembaraza de ese trabajo. Sin embargo, esto no supone que sus tareas sean opuestas sino complementarias. De

15TRAVERSO, Enzo “Historia y memoria, notas sobre un debate”, en: Marina Franco (comp) 16 Reseña de Santiago Cueto Rúa del libro de Marina Franco y Florencia Levín (‘Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción’) 17 SÁBATO, Hilda, “Saberes y pasiones del historiador. Apuntes en primera persona” en Marina Franco y Florencia Levin (comps.): Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción, Buenos Aires, Paidós, 2007. 15 este modo puede llevarse a cabo una puesta en cuestión mutua que favorezca el mejor acercamiento al pasado. Algo semejante señala Kaufman ("Los desaparecidos, lo indecible y la crisis") para quien el trabajo del historiador no sólo no se opone al del testigo, portador de memoria, sino que ambos se retroalimentan18.

Sergio Visacovsky muestra, en "Historias próximas, historias lejanas"19, de qué forma entre la historia y la memoria puede entrometerse la etnografía, como una manera de acercarse al pasado que parte de las perspectivas de los actores, y del modo en que estos elaboran la linealidad temporal. Como se ha dicho, la memoria es una mirada del presente que construye y reconstruye el pasado. El autor muestra que el pasado no es lineal y es reestructurado de acuerdo a los problemas del presente.

En el trabajo de Elizabeth Jelin, "La conflictiva y nunca acabada mirada sobre el pasado"20, se encuentra un modo distinto de articular las dos formas de abordar el pasado que se vienen analizando. La autora hace una historia de la memoria. Su objeto es el Cono Sur, sobre todo las posdictaduras , chilenas y uruguayas, y su marco de referencia es al igual que en varios de los trabajos, el caso alemán. Allí se analiza cómo las distintas sociedades van variando las formas de interpretar el pasado traumático, y cómo esos cambios no necesariamente deben terminar en clausura, justamente porque cambian los actores que los reconstruyen, y con ello las preguntas e inquietudes. Puesto que, además, la intensidad del dolor impide el cierre del recuerdo y porque la memoria no es lineal, y ello impide que haya garantías de que a medida que pasa el tiempo ese pasado quede cada día más lejos. Para terminar, la autora valora esta dimensión abierta y permanentemente revisitada de la memoria, y se pregunta si esa no será su forma "normal". Por su parte, Vezzetti21 afirma que la dinámica social tiende a excluir y separar las memorias aisladas. No existe una memoria individual pura, ya que el individuo preserva y recupera sus recuerdos en sociedad. Pero los diferentes grupos “tienen en verdad diferentes pasados por lo tanto diferentes memorias”.

18 Reseña de Santiago Cueto Rúa del libro de Marina Franco y Florencia Levín (‘Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción’), 2008 https://www.redalyc.org/pdf/1795/179514533026.pdf 19VISACOVSKY, Sergio, “Historias próximas, historias lejanas. Usos sociales de las distancias temporales en la organización de las experiencias sobre el pasado” Editorial Paidós, 2007 20JELIN Elizabeth “La conflictiva y nunca acabada mirada sobre el pasado”, en Franco y Levin (comp.)Historia Reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Buenos Aires: Paidós, 2007. 21VEZZETTI, Hugo, “Demanda de memoria”, Página 12, 13/08/2009 16

Al mismo tiempo, más allá del tema de la justicia, el trabajo de la memoria tiene funciones terapéuticas. Según Vezzetti “la cuestión más relevante que se plantea, en relación con las significaciones del pasado como trauma, es la condición activa o pasiva de la memoria: hay, en cierto modo, una oposición entre la figura del trauma (sufrido pasivamente) y la idea de un trabajo de la memoria. Cuando más se destaca la figura del pasado traumático, menos recursos quedan para las formas de rememoración que impliquen una renovación del pasado”. Para superar el trauma22 y la melancolía se debe trabajar sobre lo que se impone del pasado y darle sentido. En nuestro pasado de violencia es importante un trabajo colectivo de memoria; puede haber responsabilidades por el pasado, hay acciones posibles sobre esas huellas. El trabajo en la construcción de la memoria colectiva sobre el pasado dictatorial es indispensable: las luchas se dirimen en el campo de la historia y en demandas sociales de justicia.

En "Historia reciente de pasados traumáticos. De los fascismos y colaboracionismos europeos a la historia de la última dictadura argentina", Daniel Lvovich incorpora una lectura diferente acerca del vínculo entre historia y memoria. Lo hace a través de la mención de dos autores argentinos, Tulio Halperín Donghi y Luis Alberto Romero, quienes a diferencia de las miradas hasta aquí citadas advierten sobre la necesidad de establecer una ruptura entre memoria e historia. El primero de estos historiadores señala que para analizar el caso de la última dictadura argentina es imprescindible mantener una memoria del horror, y ligada a eso marca la incapacidad de la historiografía de captar los sentidos fundamentales de lo vivido. Por su parte Romero, en un sentido opuesto, considera que la memoria fue útil en la faz cívica, pero obtura el saber histórico. De ese modo el saber académico historiográfico es el único modo de comprender el proceso dictatorial23.

La posición de Lvovich, por su parte, sostenida en un análisis de las dictaduras europeas, señala que el rechazo a esos gobiernos se ha articulado con estudios históricamente valiosos. En ese sentido se espera, de acuerdo con este autor, que del equilibrio entre distancia y compromiso puedan salir aportes historiográficos sustanciales. Ese es el segundo eje de este libro.

22 Trauma: acontecimiento que amenaza profundamente el bienestar o la vida de una persona o de un ser muy cercano o consecuencia de ese hecho en el aparato o estructura mental o vida emocional de la misma, que implica miedo intenso, sentimiento de incapacidad para ejercer control u otros reacciones. 23 Reseña de Santiago Cueto Rúa del libro de Marina Franco y Florencia Levín (‘Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción’) 17

Pierre Nora consiguió establecer una línea demarcatoria entre dos conceptos cercanos y con frecuencia contradictorios: "No hay que confundir memoria con historia", dice. Desde hace unos treinta años, con la nueva forma de hacer historia, ésta se convierte en un objeto que no se confunde con la memoria de la humanidad. Para un historiador de la época contemporánea, la memoria nacional rastrea los distintos estratos que a lo largo del tiempo se han depositado en un país, ya que el presente no se puede conocer sin comprender todo el lastre del pasado. La memoria es el recuerdo de un pasado vivido o imaginado. Por esa razón, la memoria siempre es portada por grupos de seres vivos que experimentaron los hechos o creen haberlo hecho. La memoria, por naturaleza, es afectiva, emotiva, abierta a todas las transformaciones, inconsciente de sus sucesivas transformaciones, vulnerable a toda manipulación, susceptible de permanecer latente durante largos períodos y de bruscos despertares. La memoria es siempre un fenómeno colectivo, aunque sea psicológicamente vivida como individual. Por el contrario, la historia es una construcción siempre problemática e incompleta de aquello que ha dejado de existir, pero que dejó rastros. A partir de esos rastros, controlados, entrecruzados, comparados, el historiador trata de reconstituir lo que pudo pasar y, sobre todo, integrar esos hechos en un conjunto explicativo. La memoria depende en gran parte de lo mágico y sólo acepta las informaciones que le convienen. La historia, por el contrario, es una operación puramente intelectual, laica, que exige un análisis y un discurso críticos. La historia permanece; la memoria va demasiado rápido. La historia reúne; la memoria divide. La memoria se sostiene en lugares, donde para Pierre Nora, se cristaliza y se refugia. Estos lugares de la memoria en general son restos, pero también pueden ser obras de arte o construcciones especiales para resguardarla, como museos o archivos, plazas y parques, monumentos, monolitos, placas recordatorias, baldosas por la memoria, murales o simples pintadas grafitis, etc. También lo son los cementerios, las colecciones, los actos, las fiestas, los aniversarios, los tratados, las causas judiciales24.

Así como existe una disputa por qué se recuerda del pasado y cómo se escribe la Historia, también hay una tensión permanente en los lugares de memoria que son significativos para gran parte de la población y lo que piensan sobre ellos otros sectores. En numerosos casos la confrontación ideológica se muestra en esos mismos lugares de la memoria: por ejemplo, los que no quieren juicios contra los represores en

24 Entrevista realizada a Pierre Nora en el Diario La Nación, del 15 de marzo de 2006. (https://www.lanacion.com.ar/cultura/no-hay-que-confundir-memoria-con-historia-dijo-pierre-nora- nid788817 ) 18 ocasiones destruyen las marcas de memoria que recuerdan a los desaparecidos por la última dictadura de la Argentina. Según Pierre Nora, “si los que defienden no estuvieran amenazados no habría necesidad de construirlos”. En un contexto más cercano a nosotros, el historiador Feierstein plantea que la recuperación de la memoria es un proceso de creación de significados y de identidades tanto individuales como grupales. La memoria de los acontecimientos traumáticos a partir de la recuperación de historias de vida da lugar al estudio de historias locales que permiten, en este caso en el colegio, dotar de significado social e identidad al contexto en que los alumnos y alumnas desarrollan su vida.

El abordaje de situaciones límites como las que implica el genocidio en Argentina, entendiendo este en los términos en que los plantea Daniel Feierstein, es decir como una tecnología especifica de destrucción y reorganización de relaciones sociales – y que al constituir una práctica que se despliega en el tiempo en tanto proceso requiere de un momento conceptual inicial que se basa en la construcción de otredades negativas- que excede el mero aniquilamiento y no concluye sino que se inicia con las muertes que produce y que se intentan capitalizar a través de los mecanismos de “realización simbólica”25, supone entonces pensar una pedagogía de la memoria –en este caso retomando las consideraciones que hace Sandra Raggio- que surja como un espacio de construcción donde podamos volver a pensar el proyecto histórico. Por ello debe ser una pedagogía critica, que vuelve sobre los fundamentos de la educación y sus fines e implique también la revisión de nuestras propias prácticas como docentes, definiendo no solo contenidos sino también las formas en que estos se transfieren, partiendo de la premisa de que esta transferencia no implica solo dar a conocer los hechos de la historia sino también trabajar para una apropiación significativa de ese pasado por parte de las nuevas generaciones que construya una mirada crítica del presente y se asiente en principios tales como el Nunca Más y la plena vigencia y cumplimiento de los derechos humanos26. Cada uno posee una memoria, y es precisamente por la memoria que uno es un individuo. A los veinte años, a los sesenta, a los ochenta, uno se identifica consigo mismo al tomar como referencia su pasado, un pasado del cual es el único poseedor por más que exista también en la memoria de otros.

25Feierstein, Daniel, El genocidio como práctica social. Entre el nazismo y la experiencia argentina, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2007, pp. 389-395. 26RAGGIO, Sandra, “Cuando el presente evoca el pasado”, En Puentes, Año 7, Nº 22, La Plata, Diciembre de 2007, pág. 33. 19

Capítulo 2: El terrorismo de Estado en Argentina, características y estudios

Argentina entre los golpes de estado de 1955 y 1966

Se define como Revolución Libertadora al período comprendido entre 1955 y 1958, descripto como un gobierno de facto de dictadura cívico-militar que derrocó al Presidente Perón y que entregó el poder al Presidente . Se aprovechó el fracaso de la política devaluatoria y el déficit fiscal que redujo las reservas nacionales y aumentó deudas, para dar lugar a la Revolución que derrocara al entonces Presidente.

La Revolución Libertadora inició el 16 de septiembre de 1955, con un golpe de estado que derrocó al Presidente Perón y que permitió el mando al General . Finalizó el 1 de Mayo de 1958, cuando el Presidente Arturo Frondizi recibió el mando de manos de . En ambos mandatos el Vicepresidente fue el Almirante Isaac Rojas.

La existencia de una Juventud Peronista se remonta a 1957, a los albores de la resistencia peronista clandestina contra la dictadura de la Revolución Libertadora, que, en 1955, derrocó al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón. A ella pertenecía el obrero metalúrgico Felipe Vallese, desaparecido en agosto del ´62.

Sin dudas, el mayor símbolo de aquella juventud política peronista que se dio la estrategia de la resistencia, fue John Willins Cooke, diputado por la Unión Cívica Radical (UCR), y canciller durante el gobierno de Edelmiro Farrell. Cooke militaría en la Unión Universitaria Intransigente, mientras cursaba Derecho en la Universidad de La Plata. Egresó como abogado en 1943 y fue electo diputado por el peronismo, a los 25 años, para el período 1946-1952. En el Congreso fue presidente de las comisiones de Asuntos Constitucionales, de la Redacción del Código Aeronáutico y de la Protección de los Derechos Intelectuales. Fue profesor titular de economía política en la facultad de derecho y ciencias sociales de la Universidad de Buenos Aires entre 1946 y 1955. Integró la resistencia peronista, fue delegado de Perón y padeció cárcel y exilio. Es uno de los máximos referentes intelectuales de la izquierda peronista. En la Revolución cubana del ´59, Cooke encontró un modelo de revolución que no respondía al canon previsto por la izquierda tradicional, por ello, bajo su influencia, pensó en la oportunidad para tender un puente entre socialismo y peronismo sobre la

20 base de un común antiimperialismo. Cooke definía a la Argentina como un país semicolonial, donde la “cuestión nacional” se había hecho indisociable de la social. Para lograr el objetivo del peronismo histórico: justicia social, independencia económica y soberanía política, ya no bastaba el proyecto de capitalismo nacional con que Perón había modernizado a la Argentina del ‘46 al ‘55, sino que se imponía un cambio de régimen: un socialismo nacional propulsado por el movimiento de masas peronista. La influencia de la revolución cubana fue muy significativa no solo para estos sectores, sino también impactó fuertemente en la iglesia católica con la aparición del movimiento de sacerdotes del tercer mundo, mas tarde llamados teólogos de la liberación. Estos curas populares desarrollarían en los sesenta y setenta una fuerte influencia en la juventud católica.

Luego de pasar por el gobierno dos presidentes de facto, Eduardo Lonardi y Eduardo Aramburu, en 1958 fue elegido como presidente Arturo Frondizi mediante elecciones democráticas con la proscripción del peronismo. Frondizi resultaba poco confiable para las Fuerzas Armadas, las que ejercían un rol tutelar en la política argentina, especialmente tras el golpe de Estado que protagonizaron en 1955. La política exterior frondizista y especialmente su pasado acuerdista con el peronismo proscripto, lo hicieron continuo blanco de planteos militares27.

El detonante pareció ser la autorización del gobierno para la presentación de candidatos peronistas en las elecciones de 1962.La UCRI (Unión Cívica Radical Intransigente, partido del gobierno) venía de obtener sendos triunfos en las elecciones de 1961 en Catamarca, San Luis y Santa Fe. El triunfo de los candidatos peronistas en las elecciones para gobernador en la Provincia de Buenos Aires resultó intolerable para los militares. De nada sirvió la anulación de los comicios decretada por Frondizi, ni las intervenciones a las provincias en las que el peronismo había triunfado.

Cercado por nuevos planteos28, Frondizi intenta un llamado a los partidos políticos de la oposición para conformar un gabinete de unión nacional. La convocatoria no tuvo eco. El 17 de marzo de 1962, las tres armas piden el alejamiento de Frondizi. El 29 de marzo, las fuerzas golpistas anuncian al país que “el Presidente de la República ha sido depuesto por las Fuerzas Armadas”.

27 Siempre historia. GOLPE DE ESTADO DE 1962 EN ARGENTINA. El derrocamiento de Frondizi https://www.siemprehistoria.com.ar/golpe-de-estado-de-1962-en-argentina-el-derrocamiento-de-frondizi/) 28 Discusiones donde los militares presionaban al Estado a tomar una acción "conveniente" para el país 21

De acuerdo con la ley de acefalia, y al no haber vicepresidente (había renunciado con anterioridad), el presidente provisional del Senado, José María Guido, jura ante la Corte Suprema y asume como presidente de la República. Un nuevo golpe de Estado se había consumado en la Argentina29.

En 1962 asume José María Guido, que ocupó una banca como Senador nacional en el año 1958, representando a la provincia de Río Negro. Cuando se produjo el golpe de Estado que derrocó al presidente Arturo Frondizi, el 29 de marzo de 1962, Guido ocupaba el cargo de Presidente Provisional de la Cámara Alta (Cámara de Senadores) y fue el instrumento que usaron quienes no querían un militar en el poder, para implementar un plan original. Si bien los militares aceptaron que Guido ocupara la primera magistratura, le impusieron condiciones por escrito, ejerciendo presión en las medidas de su gobierno, tal como habían hecho con su antecesor. Se intervinieron las provincias, el Congreso dejó de sesionar y se anularon las elecciones en las que el peronismo había resultado triunfante (gracias al levantamiento de la proscripción que hizo Frondizi y que fue una de las principales causas del golpe). El 24 de julio de 1962 dictó el Estatuto de los Partidos Políticos, que fijaba el sistema proporcional para las elecciones próximas en el que el peronismo debería abstenerse. Debió soportar los enfrentamientos entre dos facciones militares antagónicas los azules, más moderados, que propiciaban la vuelta a la democracia con mayor apertura; y los colorados, éstos últimos más radicalizados en sus ideas antiperonistas. Hubo varias sublevaciones en el seno del ejército, pero se pudo lograr controlarlas. José María Guido gobernó el país hasta el 12 de octubre de 1963. Lo sucedió por elecciones democráticas, pero con el peronismo proscripto, el radical Arturo Illia30.

Arturo Illia fue elegido democráticamente como presidente con el 25,14 % de los sufragios. El 18,82 % votó en blanco. Su vicepresidente fue el ultranacionalista, Carlos Humberto Perette. El 15 de noviembre de 1963, firmó los decretos 744 y 745/63 por los cuales anuló los contratos petroleros firmados por Frondizi, que establecían su privatización, en manos de empresas extranjeras, caracterizándolos de nulos y de contrarios a los intereses nacionales. La prensa, estuvo en su contra, y Estados Unidos por ese hecho le retiró su ayuda. Argentina debió indemnizar a las compañías petroleras por la suma de doscientos millones de dólares, pero la economía no se

29 Siempre historia. GOLPE DE ESTADO DE 1962 EN ARGENTINA. El derrocamiento de Frondizi https://www.siemprehistoria.com.ar/golpe-de-estado-de-1962-en-argentina-el-derrocamiento-de-frondizi/) 30 La Guía Historia. José María Guido https://www.laguia2000.com/argentina/jose-maria-guido 22 deterioró. Durante su gobierno los gastos públicos disminuyeron, al igual que la deuda externa, y las empresas estatales fueron controladas, con la creación de la Sindicatura de Empresas del Estado.

Los sindicatos peronistas opuestos a su gestión, a la que había llegado sin el apoyo de esta masa popular que había votado en blanco, al estar su partido prohibido, se vio aún más atacado por una Ley Sindical que regulaba su actividad, dictada sin previa consulta. La Ley de Asociaciones Profesionales, restringía la disponibilidad de dinero a los gremios y no podían realizar propaganda partidaria. La crisis de la industria azucarera en Tucumán, fue usada para criticar la gestión.

El triunfo peronista en las elecciones parlamentarias de 1965, enojó a las Fuerzas Armadas, ya desafiadas por Illia al levantar la proscripción al peronismo, y aunque fuerzas antagónicas, las militares y los peronistas, iniciaron una campaña para empañar la figura presidencial, a la que se sumaron todos aquellos sectores a los que de alguna manera había perjudicado en su mandato: las grandes empresas farmacéuticas, los capitales extranjeros, y los que estaban a favor de la política imperialista estadounidense, de la que este presidente pretendía desligarse31. El 28 de junio fue derrocado32.

La Revolución Argentina

El golpe se hace llamar "Revolución Argentina" (1966-1973), cuyo objetivo consiste en controlar las políticas públicas bajo la imposición de un "Estado Burocrático Autoritario" y eliminar toda idea política, así como también a quienes las sostengan. Además, suprimir la prensa y apoyar masivamente a las empresas extranjeras. Fue designado presidente Juan Carlos Onganía, quien daba el ejemplo: no manejaba nada de política, ni siquiera quienes lo acompañaban en el gobierno, ya que se trataba más bien de gente relacionada a empresas, de tendencia nacionalista y conservadora.

Lo primero que se dispuso desde el gobierno fue reemplazar la Constitución Nacional por el "Estatuto de la Revolución", seguidamente se suprimen los gastos destinados a los sectores débiles. Los sueldos inmóviles, los despidos y beneficios

31 Pedro Sánchez, La presidencia de Illia, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983 32 La Guía Historia. https://www.laguia2000.com/argentina/arturo-umberto-illia 23 para trabajadores cortados, fueron características del plan de achique de este gobierno33.

La dictadura militar tenía como prioridad normalizar la economía da la Argentina, afectada por una grave inflación producto del estancamiento económico, para lo cual se implementan medidas estratégicas; un ejemplo de éstas fue "El plan de Estabilización". Dicho plan benefició a gran parte del sector capitalista, pero impactó en los sectores asalariados que vieron estancados sus salarios y nula actividad sindical.

El gobierno toma un rol intervencionista, como base de organización política, que incluye la eliminación de los partidos políticos y todo lo relacionado a la democracia representativa. Ahora, los "nuevos políticos", eran empresarios o funcionarios administrativos, y esta situación llevó directamente a la violencia, pues los sectores obreros se resistieron a cualquier tipo de cambio impuesto por la dictadura, porque repercutían negativamente en este sector. La sociedad entera se encontró sin instituciones que aporten apoyo y respaldo a sus demandas.

El gobierno de Onganía es reconocido por militares liberales como autoritario y con características fascistas, por lo que entran en desacuerdo y enfrentamientos. Como resultado, los opuestos al presidente son destituidos y reemplazados.

Hacia fines de la década del ’60, el gobierno establece fuertes órdenes de prohibiciones en forma autoritaria, tales como: anular toda actividad política, -clausurar y censurar los medios de comunicación y reprimir toda forma de manifestación, suprimir instituciones legales que atendían los reclamos de la sociedad, intervenir las universidades, etc. Estas son algunas de las tantas medidas que originan seria disconformidad en los sectores populares, en las fuerzas políticas y sindicales; y llevan a que los mencionados sectores exclamen por el peronismo.

Se rompe el orden impuesto por militares y surgen distintas organizaciones en la sociedad destinadas a resistir y luchar contra el totalitarismo estatal. Ante la falta de un régimen democrático que permita la participación y otorgue eficientes soluciones a los agravados conflictos, surgen distintos grupos de izquierda opuestos al gobierno militar que representaban a diversos sectores de la sociedad. Algunos autores los

33 Trabajos de Historia Regional. Golpe de Estado de 1966. Historia argentina desde la costa del río Uruguay. http://trabajosdehistoriaregional.blogspot.com/2008/11/golpe-de-estado-de-1966.html 24 llamaron "grupos de nueva izquierda", pues luchan activamente contra la ilegalidad, pero algunos grupos de una manera particular: ahora eran agrupaciones armadas.

En el momento en que llegó el golpe de Estado que abrió la “Revolución Argentina”, en junio de 1966, el movimiento estudiantil reformista se encontraba movilizado y con una larga tradición de lucha que exhibía una creciente radicalidad, tanto en sus aspectos programáticos como en sus formas de acción. Ponía de manifiesto, al mismo tiempo, una buena capacidad para componer fuerzas con otros sectores sociales, especialmente con el movimiento obrero. Su involucramiento con los problemas candentes de la realidad nacional e internacional eran evidentes, como lo atestiguó, por ejemplo, su participación junto a los asalariados en la crisis del sector azucarero en 1965 y comienzos del ‘66. Corresponde señalar, igualmente, las movilizaciones en contra del envío de tropas argentinas a la República Dominicana como apoyo a la invasión norteamericana. En los prolegómenos de la caída de Illia, los detractores estudiantiles del reformismo también se encontraban activados, pero su interés se dirigía a la conformación de las huestes golpistas. La base universitaria de la dictadura se asentaba en sectores católicos, nacionalistas, desarrollistas y peronistas.

La fuerza que colocó a Onganía en el gobierno el 28 de junio de 1966 tenía en su “mira” la universidad estatal, a partir de un diagnóstico que se venía acuñando desde varios meses atrás: consideraba que ese era el ámbito principal donde se expandía la “infiltración comunista”. Aquellos que compartían esta certeza aseveraban que el reformismo facilitaba esa “intromisión”. Este factor, según su parecer, tornaba menester una intervención de todo el sistema universitario para romper la confluencia entre comunismo y reformismo, que como dijo un legislador peronista un tanto exagerado, había generado un “Estado dentro del Estado”34.

Cuando Onganía intervino a las universidades con el decreto-ley 16912 hubo una sorpresa. Si bien colocaba a todas las unidades académicas bajo el control directo del Ministerio de Educación, designaba como interventores a las mismas autoridades electas que estaban en ejercicio de la dirección universitaria. Esta medida de

34 PABLO AUGUSTO BONAVENA El reformismo estudiantil en la “Revolución Argentina”, Número 42, abril-mayo 2017.

25 apariencia insólita, procuraba ganar apoyos dentro del sistema universitario para cercar a los sectores más radicalizados. En los casos en que las autoridades no aceptaron esta situación, la prudencia cedió paso a la represión. El gobierno demostró que su determinación era muy firme y no dudó en generar hechos como “la noche de los bastones largos”, para dejar claro que no toleraba ninguna desobediencia. Varias casas de estudio perdieron sus autoridades, aunque no faltaron los cómplices, y hubo renuncias y cesantías masivas de docentes. Los estudiantes padecieron la prohibición del funcionamiento de los centros y federaciones y perdieron sus locales y bienes. La proscripción trasladó la resistencia a un escenario de combate donde los estudiantes reformistas ya habían acumulado mucha destreza.

El estudiantado, en defensa de la autonomía, el cogobierno tripartito y otros principios reformistas, se transformó rápidamente en la primera fuerza opositora al gobierno de facto. Desarrolló un variado repertorio de acción, que alcanzaba el grado de lucha nacional con las huelgas declaradas por la Federación Universitaria Argentina (FUA), cuya conducción era comunista. Se sucedieron actos de distintos tipos, piquetes, marchas, ocupación de edificios, cortes de calle, actos relámpagos, volanteadas en la vía pública, ollas populares, clases públicas y muchas otras medidas de lucha. El desafío a la represión fue constante. Los bastonazos, las cargas de la policía montada y los gases lacrimógenos fueron enfrentados con barricadas, bombas molotov y pedradas. La movilidad y la sorpresa fue la táctica estudiantil más eficaz para eludir a las fuerzas represivas. Este tipo de situaciones se propagaban en la vía pública de varias ciudades. Córdoba, Buenos Aires y Rosario sumaron la gran mayoría de estas acciones, pero también debemos destacar lo ocurrido en San Miguel de Tucumán y La Plata35.

El aislamiento estudiantil fue significativo durante las primeras jornadas pero, poco a poco, el movimiento opositor fue sumando adhesiones. Especialmente, las primeras provinieron de los sectores directamente afectados por las políticas de la dictadura y por el rechazo que generaba la brutal represión. Ante la prohibición del funcionamiento de las organizaciones tradicionales de los estudiantes, éstos recurrieron a la conformación de organismos de coordinación de las luchas. A estos instrumentos de enlace se fueron acercando sectores que hacía poco tiempo habían apostado por la dictadura y la intervención. Las alianzas del movimiento estudiantil reformista se fueron ampliando, especialmente a partir del asesinato de Santiago

35 Diario Córdoba del 24 de febrero de 1966 26

Pampillón, el 5 de septiembre de 1966, alcanzado por las balas policiales en Córdoba, en el marco de una de las huelgas de la FUA. La muerte de Pampillón generó apoyos del movimiento obrero y de muchos otros sectores sociales y políticos. Los estudiantes respondieron con huelgas y diversas manifestaciones de repudio. El barrio Clínicas de Córdoba fue el espacio de mayor confrontación y estuvo durante muchas horas bajo control estudiantil.

Hacia finales del año la dictadura consiguió controlar la situación y las universidades prosiguieron intervenidas. El receso de verano colaboró para desactivar la militancia estudiantil. El año 1966 se cerró para el activismo con el apoyo de la FUA al paro nacional convocado por la CGT el 14 de diciembre. En esta coyuntura, algunas voces auguraron la muerte del reformismo. Otros análisis veían en todo este proceso un crecimiento de la politización del alumnado, cuya movilización, en gran parte, se fundamentó en los argumentos reformistas que habían abandonado las aulas para ganar las calles, tal como lo marcaba su historia. El debate se polarizaba entre los que suponían que el reformismo había dado su último combate y los que consideraban que proseguía firme en su camino más radical.

El incremento en las luchas estudiantiles registrado en 1968 vivió un salto cuantitativo y cualitativo durante 1969. Las movilizaciones contra el sistema de ingreso y la privatización de los comedores volvieron a la agenda estudiantil, pero en esa oportunidad lograron una gran presencia de masas y varios triunfos parciales. El conflicto escaló en la Universidad Nacional del Nordeste y desde allí se propagó por varias provincias. El mes de mayo estuvo cargado de luchas obreras y estudiantiles. El movimiento estudiantil ganó las calles en Chaco, Rosario, Tucumán y en muchas ciudades del país, incluso en algunas que no tenían antecedentes de movilizaciones. En Córdoba, hacia finales de mes, los estudiantes acompañaron la resistencia obrera con un destacado papel en las batallas callejeras, volviendo a ocupar el barrio Clínicas y reeditando de manera ampliada las formas de combate puesta en acto en el año ‘66, en una serie de confrontaciones conocidas como el Cordobazo. En efecto, los estudiantes perfeccionaron el “arte” de la lucha callejera y se hicieron fuertes en las barricadas.

De allí en más se profundizó un ascenso en las luchas que afloró en 1968 y tuvo su punto culminante en el año 1971. En este lapso, la movilización se concentró, fundamentalmente, alrededor del problema del ingreso a las casas de altos estudios. En todo este proceso el reformismo ocupó el lugar más relevante en medio de fuertes

27 polémicas para brindarle su contenido revolucionario. Los enfrentamientos alimentaban al reformismo y el reformismo, a su vez, reforzaba esas luchas, situación que evidenciaba el fracaso de la política que se había empecinado en borrarlo definitivamente de la cultura estudiantil. Si bien se sometían a crítica sus basamentos y se buscaron reemplazos para sus principios organizativos, una y otra vez el movimiento estudiantil volvía a recrear sus tradiciones. Las victorias obtenidas contra las restricciones al ingreso en 1970 y 1971 fueron una prueba contundente de su vigencia, ya que el reformismo fue clave en la organización de las protestas, aún en una etapa signada por la represión y aires revolucionarios que no le fueron ajenos36.

En este contexto de permanentes movimientos sociales y políticos, impregnado por el “juvenilismo propio, tanto del mayo francés como de la contracultura beatnik y posterior cultura hippie norteamericana, el sector que crecería abruptamente y funcionaría como canalizador de esas rebeldías en los años ´70 en argentina, fue la juventud peronista organizada a través de las JP regionales, en alusión a las siete regiones en que se organizó a nivel nacional. Bajo las consignas, “la sangre derramada no será negociada” y “la patria dejará de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”, la JP llamaba a reconocer el liderazgo de Perón contra el neoperonismo, dispuesto a participar del Gran Acuerdo Nacional lanzado por el General Lanusse en marzo del ´71. Surgida de ese germen de influencia zonal, la denominada “gloriosa JP”, se constituyó como frente de masas de dos organizaciones político-militares peronistas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros. El levantamiento popular el Cordobazo del año 1969, marcará el apogeo de la confluencia de esas fuerzas. Se postulaba la liberación de los presos políticos, la derogación de las leyes represivas de la dictadura, elecciones libres, la vigencia de la constitución del ´49, la nacionalización de los sectores básicos de la economía y la solidaridad con las organizaciones armadas peronistas. De esa concepción, de un avance inexorable al socialismo, combinada con marcado voluntarismo, se desprendía la certeza de que o Perón se plegaría al movimiento de la historia o sería arrastrado por ella.

El movimiento de rock nacional aparece a mediados de los años ´60, al igual que su contraparte norteamericana e inglesa, la música, fue sólo una parte de una compleja actitud de vida caracterizada por un profundo cuestionamiento a la sociedad de su tiempo. El rock pone en cuestionamiento la concepción realista de la sociedad,

36 Bonavena, Pablo, El reformismo estudiantil en la Revolución Argentina, Ideas de Izquierda, Revista de Ideas y Política, Número 42, abril-mayo 2017 28 esto es, la forma en que usualmente los adultos entendían dicha sociedad, catalogada por los jóvenes de la época como hipócrita. En la década de los sesenta, el tipo de práctica social e ideológica que giró en torno del rock nacional fue sólo una de las posibilidades con que contó la juventud argentina para expresar su identidad. En este sentido, el rock nacional construyó sus prácticas y convicciones, enfrentando por un lado, a la música comercial, y por el otro, a las prácticas políticas de la juventud de izquierda, peronista y no peronista. En el juego de interpelaciones de la época, el rock nacional intentará representar y atraer a jóvenes de los estratos medios y bajos de la sociedad, jóvenes que ni se sienten consumidores de música comercial ni tampoco militantes políticos o guerrilleros. De esta manera, el rock nacional construye su sentido en una especie de tierra de nadie. Es justamente por aquellos años cuando aparece el rótulo de música progresiva nacional, denominación que intentaba diferenciarse de la música comercial y remarcar el carácter musical y no político del movimiento. Sin embargo, al inicio de los años 70, las disputas internas en el rock nacional entre “eléctricos” y “acústicos” “comerciales” y “progresivos”, quedan subsumidas a una disputa y controversia más general en la sociedad argentina: joven escapista” vs. joven “comprometido”. Para amplios sectores de la juventud de los 70, la política era una forma privilegiada de vivir la juventud, una forma digna que merecía la despreocupación hacia el consumismo, hacia el pasatiempo que ofrecía el sistema fundamentalmente a jóvenes de las capas medias. Es por ello que para la juventud de la militancia política, las propuestas del rock nacional aparecían cargadas de individualismo, sin contenido social y condescendiente con el sistema. Estas dos cosmovisiones serán las que encapsulen a la mayoría de la juventud argentina de esa década: dos formas de ver la vida, extremas y enfrentadas: la militancia y la introspección, la acción política en el ámbito de lo público y el cambio interno. Unos dan la vida por sus ideales revolucionarios, otros también la dan con la experimentación de las drogas, en busca de un mundo más pleno de sentido. Con la dictadura del 76, se termina de instalar el miedo como atributo social. El movimiento juvenil no es ajeno a esto, ya que la cultura del miedo y la sospecha lo tienen como destinatario. La represión se dirige principalmente a este grupo etario: un joven era sospechoso hasta que probara lo contrario. Un dato objetivo fuerte: (El 67% de los desaparecidos durante el periodo 1976-1983, fueron jóvenes cuyas edades oscilaban entre los 13 y los 18 años). Y mientras el movimiento estudiantil y las juventudes políticas, poco a poco, desaparecen como marco de referencia y sustento de identidades colectivas, el rock nacional se afianza como ámbito de construcción de un nosotros que excede ampliamente los límites de sus seguidores habituales, transformándose en un ámbito de supervivencia simbólica para la juventud argentina.

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De esta manera, ir a recitales y escuchar discos con grupos de amigos, se convierten en actividades privilegiadas para un amplio sector de jóvenes que, sin mucha conciencia de ello, intentan salvaguardar su identidad, la cual es cuestionada por el proceso militar37.

Desde el golpe del 55, al retorno del peronismo al poder en 1973, el movimiento de la Juventud Peronista sufrió una proscripción inédita en la historia argentina que llevó a la gran mayoría del pueblo a organizarse a través de distintas asociaciones civiles, políticas y militares en el marco de la ilegalidad impuesta y legitimada por los gobiernos de turno de aquellas décadas. El crecimiento meteórico que registran las organizaciones juveniles peronistas se debió ente otras causas, a un acercamiento de sectores de izquierda y de clase media hacia el peronismo. Por otra parte, a la agudización dentro del peronismo del enfrentamiento entre sectores participacionistas y los de confrontación. Estos últimos, encontrarían en 1968 su expresión sindical en la CGT de los argentinos que se conforma a partir de la ruptura con la CGT oficial conducida por José Ignacio Rucci, más proclive a la negociación con los regímenes de turno. Por otro lado, en la juventud politizada no peronista se dio una búsqueda de vías de cambio social por fuera de las estructuras de la izquierda tradicional, encarnadas en los Partidos Comunista y Socialista que, en su antiperonismo, se habían aliado a la Unión Democrática de la Sociedad Rural en 1945 y a la libertadora en 1955.

Última dictadura militar

La última dictadura militar argentina desató una represión sin precedentes en la historia del país que implicó un plan sistemático de secuestro, tortura y desaparición. Ante el régimen de terror implantado, el destierro fue una decisión tomada por sujetos perseguidos e impulsada por el miedo a perder la libertad o la vida. El exilio desencadenado fue el de mayor volumen y continuidad en el tiempo como movimiento colectivo de expulsión de población en la historia argentina38.

37 Padilla, Marcelo, entre otros, Extramuros, La historia del movimiento del rock mendocino (1958 - 1998), Ediunc, Mendoza, 2009 38 JENSEN, Silvina. Los exiliados. La lucha por los derechos humanos durante la dictadura. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2010

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Las multitudinarias movilizaciones en calles, puebladas y universidades que se registraron en todo el país a lo largo de estos años estuvieron marcadas por su protagonismo. Pertenecientes a un sector social antes remiso a estos escenarios, los jóvenes fueron los nuevos actores que se sumaron a una protesta que había sido liderara desde la proscripción del peronismo casi exclusivamente por la clase obrera. Esta confluencia implicó una renovación en los repertorios de la acción colectiva y transformó el escenario. La oposición a la dictadura de Juan Carlos Onganía fue el gran catalizador de esta activación política cada vez más extendida. Las escuelas secundarias y las universidades no estuvieron ajenas a este proceso, sino todo lo contrario, fueron espacios donde se desarrolló una intensa actividad. A temprana edad muchos jóvenes comenzaron su inserción política a través de distintos ámbitos de expresión y acción, como por ejemplo, los centros de estudiantes y organizaciones políticas. La toma de los edificios, las asambleas, volanteadas y pintadas sucedían a diario en los establecimientos educativos más movilizados39.

El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas protagonizaron en la Argentina un nuevo golpe de Estado. Interrumpieron el mandato constitucional de la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, quien había asumido en 1974 después del fallecimiento de Juan Domingo Perón, con quien en 1973 había compartido la fórmula en calidad de vicepresidenta. El gobierno de facto, constituido como Junta Militar, estaba formado por los comandantes de las tres armas: el general (Ejército), el almirante Emilio Eduardo Massera (Marina) y el brigadier Orlando Ramón Agosti (Aeronáutica). La Junta Militar se erigió como la máxima autoridad del Estado atribuyéndose la capacidad de fijar las directivas generales del gobierno, y designar y reemplazar a la Presidenta y a todos los otros funcionarios Amplios sectores sociales recibieron el golpe militar.

En forma pasiva, otros lo apoyaron, otros lo impugnaron y unos pocos lo resistieron. Era una nueva interrupción del marco constitucional –la sexta desde el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen en 1930– que, una vez más, prometía dejar atrás el «caos» imperante y retornar al siempre enunciado y anhelado «orden».

39 Programa “Jóvenes y Memoria. Recordamos para el futuro” https://www.suteba.org.ar/download/juventud(tarjeta-7)-13902.pdf 31

¿Qué sucedía en Latinoamérica?

A fines de los '50, Latinoamérica continuó siendo un continente marcado por altas desigualdades sociales. Los procesos populistas, en muchos casos interrumpidos por golpes de estado, no alcanzaron a superar los problemas de analfabetismo, desnutrición, vivienda y trabajo.

La Revolución Cubana se transformó en una alternativa a imitar para importantes sectores políticos y sindicales de América Latina que veían en el modelo socialista una posible solución a sus problemas cotidianos.

El gobierno norteamericano de Kennedy, preocupado por la influencia de la Revolución Cubana en América Latina, lanzó a comienzos de los 60 la "Alianza para el Progreso", un programa de ayuda económica destinado a combatir la miseria y mejorar la situación social de los sudamericanos. La trágica muerte de Kennedy en 1963 pondrá fin a las políticas reformistas y a la Alianza para el Progreso. Bajo la administración Johnson, los EEUU volverán a su tradicional política de respaldo de las fuerzas del orden establecido, y tomando como excusa el temor a la propagación del ejemplo cubano, fomentó experiencias militares totalitaristas.

Ya no se trataba del ejemplo de la URSS y el socialismo en otro continente, bajo condiciones completamente diferentes en términos históricos, políticos y económicos, sino de un acontecimiento en Latinoamérica; una nación con problemáticas comunes que había hecho una revolución, se había librado de Estados Unidos y estaba construyendo una nueva sociedad.

Durante los primeros años, su impacto parecía eminentemente político: la lección dada a millones en el mundo entero de que se podía "resistir al imperialismo", llegar al poder por la vía armada, y transformar la sociedad de cabo a rabo, de la noche a la mañana, desterrando para siempre, aunque fuera a Miami, la desigualdad, la pobreza, la discriminación racial y de género y la corrupción secular de gobernantes y elites.

La Revolución Cubana fue saludada en el mundo por una heterogénea mayoría. En la Argentina importantes diarios como La Prensa y La Nación la

32 elogiaron40. Es indudable que la lectura liberal de la que estos medios se hacían eco entendía al proceso cubano como un capítulo más en Latinoamérica de la lucha contra las “tiranías” autóctonas. Desde esta visión, Perón y Batista poseían una misma filiación política. Por lo tanto, el derrocamiento del último era visto como un nuevo triunfo de la “libertad”. Sin embargo, el apoyo homogéneo que atravesaba horizontalmente las clases en breve se diluyó en distancia del gran capital hasta reconvertirse a comienzos de los sesenta en dura crítica. Era claro: éste no se quedaría de brazos cruzados ante una revolución que, como ha sostenido Tulio Halperín Donghi41, devolvió al primer plano del debate político latinoamericano la cuestión del imperialismo.

De ese modo, el consenso inicial fue trocándose en enérgicos enfrentamientos protagonizados por dos grandes contendientes, amigos y enemigos de la Revolución Cubana.

Para el gobierno portar esa ambivalencia constituyó un severo problema. En un primer momento, Frondizi creyó ver en esos vaivenes un marco propicio para negociar con las grandes potencias y principalmente con los Estados Unidos. Desarrollar al país atrayendo capitales con el argumento de que de lo contrario se repetiría el caldo de cultivo revolucionario que eran la pobreza y la marginación económica, he allí su meta. Más allá de que esta tesitura de algún modo preanunciaba los objetivos con que desde Estados Unidos se lanzó en 1961 la Alianza para el Progreso, lo cierto es que fracasó. Su principal explicación reside en la presión militar argentina, ejercida bajo razones de seguridad nacional circunscriptas en el marco de la Guerra Fría, para abortar cualquier vaso comunicante con el país antillano. Una fuerza que había recibido desde 1957 entrenamiento de los generales franceses en la lucha contra el enemigo interno, no podía menos que mirar con aversión la “subversión” cubana. Presionado así por la fuerza castrense, el Ejecutivo fue cediendo. En agosto de 1961 el encuentro de Frondizi con el “Che” Guevara en Buenos Aires provocó gran malestar en las armas. El malestar se incrementó en enero de 1962 cuando la Argentina se sumó a otros países del cono sur en un voto de abstención ante la posibilidad de excluir a Cuba de

40AELO, Oscar, Branda Pérez, Pablo, La Revolución Cubana en el diario argentino “La Nación”: euforia, decepción, condena (1959-1962), Estudios Ibero-Americanos, PUCRS, v. 35, n. 2, p. 105-126, jul./dez. 2009 citado en Califa, Juan Sebastián; El temprano impacto de la Revolución Cubana en el movimiento estudiantil argentino. El caso de la Universidad de Buenos Aires. 1959-1962; Nuevo Mundo. Mundos Nuevos; 2013; 2-2013; 1-14 41DONGHI, Halperín, En Historia contemporánea de América Latina, Buenos Aires: Alianza, 1998, p. 545 citado en Califa, Juan Sebastián; El temprano impacto de la Revolución Cubana en el movimiento estudiantil argentino. El caso de la Universidad de Buenos Aires. 1959-1962; Nuevo Mundo. Mundos Nuevos; 2013; 2-2013; 1-14 33 la Organización de Estados Americanos en la Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores celebrada en el balneario uruguayo de Punta del Este. Esta decisión, que entroncaba con una tradición nacional neutralista e independiente respecto de lo dispuesto por los Estados Unidos, encolerizó nuevamente a los militares.

Bajo el asedio militar, Frondizi puso fin a las contradicciones al aceptar la ruptura de relaciones diplomáticas con la isla en febrero de 1962. Para los defensores de la Revolución Cubana, este curso de pasos en falso y declinaciones expuso el fracaso de un régimen político corrompido. Un mes más tarde, en medio de una crisis tras perder varias elecciones provinciales frente a listas identificadas con el peronismo, y mediando una fuerte presión militar, el presidente fue derrocado. En el próximo apartado se analizará cómo impactó en la UBA y en el movimiento estudiantil local esta revolución en los años que gobernó Frondizi en el país. Este período resulta fundamental porque en su transcurso se forjaron las primeras posturas frente a la Revolución Cubana en el estudiantado que hace observable el temprano impacto de ésta en sus filas.

A partir de 1959, el triunfo de la Revolución Cubana y la difusión de las ideas de Ernesto "Che" Guevara tuvieron un amplio impacto en los procesos políticos que protagonizaron las sociedades latinoamericanas en la década del ’60. La idea de la lucha armada, reinstalada a nivel continental por la revolución Cubana. Contribuyo al resurgimiento de la llamada "izquierda revolucionaria" que se enfrentó desde entonces considerada la "izquierda tradicional".

Durante las décadas del 60 y 70 surgieron en los partidos comunistas de toda América Latina "Fracciones" de izquierda guerrilleras.

Cavarozzi habla de “gobiernos débiles” refiriéndose a gobiernos tanto civiles como militares basados en el régimen semidemocrático (imponía la proscripción del peronismo). Estos gobiernos definieron un estilo propio de funcionamiento de la sociedad argentina, el cual todos sus procesos fueron casi autónomos de las iniciativas de transformación de dichos gobiernos, por la cual la sociedad tuvo la capacidad de hacer naufragar cada nuevo ciclo político42. Este hecho agudizó el enfrentamiento social y contribuyó a que los conflictos comenzaran a desarrollarse por

42CAVAROZZI, Marcelo, Autoritarismo y democracia, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1983

34 fuera de los canales institucionales de la democracia, lo que algunos autores definieron como «desinstitucionalización de los conflictos sociales».

Según Federico Finchelstein43 en su libro Orígenes ideológicos de la "guerra sucia", concluye que el fascismo proporcionó la base para los principios y prácticas de la violencia que el Estado argentino desató contra sus ciudadanos en la década de 1970. Desde una perspectiva histórica, la Guerra Sucia no tenía como protagonistas a dos combatientes, sino a víctimas y victimarios. El Estado hizo la "guerra" contra sus ciudadanos. Este terror autorizado por el Estado tenía sus raíces en los movimientos fascistas de los años de entreguerras; raíces que llegan hasta sus campos de concentración. Son bien conocidos los lazos de la Argentina con el fascismo, así como la cálida bienvenida que el país brindó a criminales de guerra nazis después de la Segunda Guerra Mundial. Además, fue el país de nacimiento del peronismo, la primera forma articulada del populismo latinoamericano que rechazo la forma de dictadura fascista pero que tomó también de su legado, creando una democracia anti-liberal y autoritaria. El populismo, una forma de democracia, es muy distinto al fascismo que propone la dictadura, pero este último es parte de su historia. La Argentina fue el lugar de nacimiento de una de las dictaduras más criminales de América latina de la década de 1970 y comienzos de la de 1980: la junta militar.

La vía de la Argentina hacia el fascismo fue construida en las décadas de 1920 y 1930 y desde entonces continuó para ir adquiriendo muchas reformulaciones y personificaciones políticas e ideológicas, desde el peronismo (1943-1955) que rechazo al fascismo pero que surge de él hasta las organizaciones terroristas de derecha en las décadas de 1960 y 1970 especialmente Tacuara y la Triple A del gobierno de Isabel Perón y la última dictadura militar (1976-1983).

El 24 de marzo de 1976 no fue un día más en la historia argentina. En esa fecha las Fuerzas Armadas de nuestro país usurparon el gobierno y derrocaron a la entonces presidenta constitucional María Estela Martínez de Perón. Del mismo modo destituyeron a los gobernadores de las provincias, disolvieron el Congreso Nacional y las Legislaturas Provinciales, removieron a los miembros de la Corte Suprema de Justicia y anularon las actividades gremiales como así también la de los partidos políticos. En suma clausuraron las instituciones fundamentales de la vida democrática.

43 FINCHELSTEIN, Federico, Orígenes ideológicos de la "guerra sucia", SUDAMERICANA, Marzo 2016 https://www.megustaleer.com.ar/libros/origenes-ideologicos-de-la-guerra-sucia/MAR-009456 35

La Constitución Nacional –es decir, la ley de leyes de la República Argentina–, dejó de regir la vida política del país y los ciudadanos quedaron subordinados a las normas establecidas por los militares. Se inició entonces una dictadura que se instaló en el gobierno por la fuerza, por medio de lo que se denomina golpe de Estado. El gobierno de facto estuvo integrado por una Junta Militar que reunía a los máximos jefes de las tres Fuerzas Armadas: el ex general Jorge Rafael Videla por el Ejército, el ex almirante Emilio Eduardo Massera por la Marina y el ex brigadier Orlando Ramón Agosti por la Aeronáutica.

El golpe de 1976 fue el último pero no el único. Desde 1930 nuestro país había sufrido sucesivas interrupciones del orden democrático. La supresión de los gobiernos elegidos por el pueblo, la represión de los conflictos que surgían entre distintos sectores sociales y la apelación a la violencia habían sido, lamentablemente, bastante frecuentes desde esa fecha. Sin embargo, la dictadura que se inició en 1976 tuvo características inéditas, recibiendo el nombre de terrorismo de Estado.

A la vez que se desarrollaban acciones de control, disciplina y violencia nunca vistas sobre la sociedad, se tomaban decisiones económicas que privilegiaban el ingreso de bienes y mercancías desde el exterior por sobre la producción de nuestro país. Así miles de trabajadores de nuestras fábricas perdieron su trabajo debido a que la industria nacional no podía producir productos a un precio similar o menor a los importados. Este proceso fue acompañado por una campaña publicitaria que intentaba convencer a la población de que la industria argentina era mala, de baja calidad y asociaba a lo venido de afuera con lo bueno, lo interesante, lo deseado, ocultando que en esa decisión miles de argentinos quedaban sin trabajo y muchas familias perdían su salario y pasaban entonces a ser pobres.

A la vez, los sucesivos miembros de la Junta Militar y diversas empresas asociadas solicitaron grandes sumas de dinero al exterior en carácter de préstamos. Ese dinero incrementó la deuda externa del país de una manera inédita: de 8 mil a 43 mil millones de dólares que se convirtió por decisión de la misma dictadura, en deuda pública, es decir en deuda que debieron pagar todos los argentinos.

Por otra parte se tomaron distintas medidas financieras y administrativas que hicieron que el Estado iniciara un período de desinversión en salud, educación y vivienda con efectos muy importantes en el empeoramiento de las condiciones de vida de la gente: aumento de la pobreza e inicio de lo que hoy denominamos exclusión

36 social. Es decir, se inició el proceso por el cual muchos hombres y mujeres no encontraban trabajo porque no había fábricas ni instituciones que necesitaran trabajadores y por lo tanto no podían cubrir sus necesidades básicas44.

Por una buena parte de la sociedad, el golpe de 1976 fue recibido con una mezcla de alivio, expectativa y resignada aceptación: las promesas de orden y autoridad no sólo se correspondían con una experiencia histórica que había reservado a las Fuerzas Armadas ese papel, sino que parecían, para muchos, la única salida frente a las evidencias de la fractura política, el caos social y el desquicio del estado. A la idea de una comunidad quebrada se agregaba esa figura de la subversión que ponía en riesgo una esencia nacional, una imagen que no había faltado en los modos en que el peronismo y el propio Perón habían enfrentado el desafío montonero. En todo caso, el régimen militar también buscaba afirmar su legitimidad hacia el pasado con referencias al nacionalismo, el patriotismo y los héroes de uniforme, según el modelo de eso que Baczko45 llamó historia propaganda. Por ejemplo, la conmemoración de la Conquista del desierto, en 1979, sirvió para proponer una equivalencia característica entre el pasado y el presente: los salvajes de ayer, inasimilables para el proyecto civilizador, se reencarnaban en los subversivos de hoy y desde luego merecían la misma solución exterminadora. La casi unánime euforia nacionalista que acompáñalo que parecía (y se quería creer) como una guerra victoriosa, reveló como pocos acontecimientos la fuerza de esa potencia mítica que atraviesa ideologías y experiencias: un nacionalismo esencial fundado en una visión sacralizada del territorio, fuente de identidad, garantía de destino y objeto fabuloso sobre el que se despliegan las amenazas siempre al acecho de alguna conspiración. La capacidad de animación y movilización de los sectores más diversos del espectro político, de la extrema derecha a la extrema izquierda, revelaba estratos profundos y oscuros de una memoria de largo plazo en torno de las visiones de la nación, un fondo disponible para diversas empresas, encarnado en fórmulas de lenguaje, imágenes, símbolos y pasiones. La insólita reanimación de un componente antiimperialista por parte de una dictadura de proclamada fe anticomunista, tuvo su expresión más arrogante en el abrazo del canciller Costa Méndez, un integrante de la derecha conservadora, con Fidel Castro en La Habana.

44CHIFFLET, Sergio Alejandro, El Kronoscopiohttp://elkronoscopio.blogspot.com.ar/ 45BACZKO, Bronislaw, Los imaginarios sociales. Memorias y esperanzas colectivas, Nueva Visión, Buenos Aires, 1984, pag 8 37

El libro de Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo y Miguel Khavisse analiza los efectos del último gobierno militar en la economía nacional. Llegan a la conclusión de que detrás del proyecto militar-económico se escondía la idea de que las demandas populares activadas por el primer peronismo (el populismo) fueron la base de la inestabilidad endémica de la Argentina. La identificación peronismo-comunismo (argumento justificador de la acción represora de la dictadura) es una derivación conceptual de este planteo. “Por primera vez, los grupos oligopólicos y las empresas transnacionales, dos fracciones del poder económico, ocupan conjuntamente el centro del proceso de acumulación y sintetizan un proyecto orgánico común”, explican Azpiazu, Basualdo y Khavisse, en una descripción del proceso de oligopolización de los mercados y consolidación del capital extranjero en gigantescos grupos diversificados e integrados, un detallado análisis de la fisonomía del nuevo poder empresario.

La dictadura se propuso lograr un férreo control sobre el aparato del Estado y sustituir una doctrina de seguridad, basada en la represión de los movimientos populares, por otra adecuada a las nuevas condiciones de los países imperialistas, sustentada en el aniquilamiento popular y la crisis productiva. Sobre estas bases, el régimen miliar avanzó a lo largo de tres líneas fundamentales: la reconstitución de dominación social, la redefinición del papel del Estado y reestructuración social y productiva46.

Cuando los militares latinoamericanos empezaron a utilizar la práctica de la desaparición forzada de personas como un método represivo, creyeron que habían descubierto el crimen perfecto: dentro de su inhumana lógica, no hay víctimas, por ende, no hay victimarios ni delito. La práctica de la desaparición forzada surgió en América Latina en la década del sesenta. Desde el primer momento, las desapariciones forzadas mostraron los signos de lo que a través de los años llegó a constituir el método principal de control político y social en ese país: impunidad y absoluta transgresión de las leyes más elementales de convivencia humana. Dentro de una tendencia represiva del ejército que se remonta a unos cuarenta años atrás, en 1973 habían surgido los escuadrones de la muerte47.

46AZPIAZU, BASUALDO, Eduardo, KHAVISSE, Miguel, El nuevo poder económico en la Argentina de los años 80, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2003, pp.175-176 47 Ana Lucrecia Molina Theissen La desaparición forzada de personas en América Latina. http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/investig/biblio_theissen_01.htm 38

Los familiares no deben dar por muerto al desaparecido porque de esa manera estarían estableciendo una complicidad con el represor, lo cual derivaría inevitablemente en sentimientos de culpa. También advierten que las personas que pueden adoptar una posición activa frente al trauma y que rechazan silenciar sus dolencias, tienen una “mejor preservación y una ampliación de los niveles de inserción activa en la realidad”. Respecto de la concepción del desaparecido y el silencio de la familia, Kordon y Edelman48 plantean que para elaborar la desaparición no debe dárselo por muerto, pues eso incurriría en una complicidad con el genocida y en futuros sentimientos de culpa. En la vereda de enfrente se encuentra Sluzki, quien no deja dudas acerca de su preferencia por que lo supongan muerto en pos de lograr un duelo. Kordon sostiene que aquellos que lo hacen logran insertarse más en la realidad, y Sluzki afirma que los beneficios de hablar de ello son “evolucionar” junto al mundo circundante y salir del aislamiento49.

Grupos como la Alianza Anticomunista Argentina y el comando Libertadores de América, por ejemplo, iniciaron el tránsito hacia la ilegalidad al secuestrar y asesinar supuestos opositores izquierdistas entre 1973 y 1974, de una manera completamente impune50.

La Alianza Anticomunista Argentina estuvo integrada por líderes sindicales, periodistas, intelectuales, artistas y hasta deportistas expulsados durante el gobierno democrático de Perón-Perón. Este grupo operaba bajo el paraguas del Ministerio de Bienestar Social y su titular era López Rega. Sus principales blancos fueron militantes políticos de larga trayectoria y con compromisos ligados al peronismo de izquierda y a Montonero pero también de la izquierda marxista y hasta del radicalismo51. La Alianza Anticomunista Argentina fue creada para diezmar a la vanguardia y sembrar el terror. En el ‘69 con el Cordobazo se había abierto un período revolucionario en el país. El rol de Perón era justamente desviar ese proceso, pacificar y devolverle tranquilidad a la burguesía, basado en su enorme prestigio. Pero eso no fue suficiente. Las masas habían derrotado a la dictadura y había una amplia vanguardia con raíces en sectores

48KORDON, D.; EDELMAN L. (Comp.), Efectos psicológicos de la represión política. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1986 49 Ana Lucrecia Molina Theissen La desaparición forzada de personas en América Latina. http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/investig/biblio_theissen_01.htm 50 Florencia Seijo. Informe de lectura ‘La familia silenciada’. Huellas psicológicas de la dictadura militar argentina: una mirada entre Diana Kordon y Lucila Edelman, y Carlos E. Sluzki (1986-1990). http://www.elseminario.com.ar/Biblioteca/Seijo_Familia_Silencia_Argentina.pdf ) 51 JENSEN, Silvina. Los exiliados. La lucha por los derechos humanos durante la dictadura. Editorial Sudamericana.Buenos Aires. 2010

39 de masas que se orientaba a cambios sociales que Perón no vino a dar. Entonces la Triple A es creada para realizar ataques selectivos a los que cuestionaban por izquierda la política del gobierno. Perseguían a la izquierda peronista y no peronista, a personalidades progresistas de la política y de la cultura, y particularmente concretaron muchos de sus ataques a los sectores de la clase obrera que manifestaban jalones de independencia de clase que enfrentaban a la burocracia y hacían peligrar el Pacto Social. El primer atentado de la Triple A fue el 21 de noviembre de 1973 al senador radical Hipólito Solari Yrigoyen. La Masacre de Pacheco, con el asesinato de tres militantes del PST en una redada a su local, en mayo de 1974, constituyó un salto en el accionar de la Triple A. En ese momento, Rodolfo Ortega Peña, defensor de presos políticos y diputado nacional del Peronismo de Base (la Triple A lo asesinará poco tiempo después) recalcó el carácter de clase de los ataques de las bandas parapoliciales al señalar que el terror estaba dirigido contra los que militaban en la clase trabajadora, fueran delegados o militantes, por ser considerados “peligrosos” para el Pacto Social, vaticinando que los ataques continuarían ante la imposibilidad de contener la radicalización de los trabajadores. El 1° de julio del ‘74 muere Perón y asume Isabel.

El gobierno de Isabel, que no gozaba de la popularidad que tenía el de Juan Perón, se basó aún más en la represión. Los ataques de la Triple A se incrementaron notablemente. El padre Carlos Mujica con lazos con Montoneros, Alfredo Curutchet, el abogado del SITRAC, Silvio Frondizi, reconocido intelectual de izquierda, Julio Troxler dirigente de Peronismo de Base y sobreviviente de la Masacre de José León Suárez, Atilio López dirigente de la UTA y vice gobernador de Córdoba son algunas de las víctimas más conocidas de la Triple A6. Personalidades de la cultura fueron amenazadas de muerte y obligadas al exilio, entre ellas el escritor Osvaldo Bayer. Fueron asesinados activistas estudiantiles, docentes, abogados de derechos humanos y defensores de presos políticos. Los 16 militantes del PST, al igual que los dos compañeros del PO muertos a manos de la Triple A, militaban en su gran mayoría en las fábricas combativas de zona Norte del Gran Buenos Aires y La Plata. En cambio, a mi viejo lo matan, al mismo tiempo que a un estudiante y un obrero del PST, como parte de un ataque a ese partido, junto al allanamiento de su local central52.

52 ROBLES, Andrea, entrevista a la web del Partido de los Trabajadores Socialistas, 11/01/2007 40

El “Comando Libertadores de América” fue una organización criminal paramilitar y policial que actuó con muchísima intensidad desde la segunda mitad de 1975 hasta el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

Esos meses fueron los de mayor ferocidad por la cantidad de secuestros, torturas y muerte registrados. En 1975, el ejército argentino recurrió por primera vez a la desaparición de personas en Tucumán, al reprimir un alzamiento guerrillero.

A partir del golpe de estado que derrocó a María Isabel Perón en marzo de 1976, el poder político fue centralizado en su totalidad por los militares. Sus intenciones fueron anunciadas por el golpista general Videla, quien en 1975 había dicho "...morirán tantos argentinos como sea necesario a fin de preservar el orden".

En un proceso cruento, cuyas víctimas eran escogidas bajo el criterio amplísimo de desempeñarse como opositores al gobierno militar, las detenciones legales fueron sustituidas por los secuestros y las desapariciones.

Ciudadanos de toda edad y condición social fueron secuestrados o detenidos ilegalmente por personal que en ocasiones se presentaba como perteneciente a las fuerzas de seguridad pero siempre actuaba en forma clandestina e ilegal. El gran despliegue de personal y armas de los operativos no permitía dudar de su carácter oficial o amparado por las autoridades. Los llamados “grupos de tareas” irrumpían en domicilios particulares en horas de la madrugada y secuestraban a una o varias personas en procedimientos brutales y sin preocuparse por la presencia de testigos. Los procedimientos incluían golpes y torturas en la misma vivienda y en presencia de los familiares. Solían robarse objetos de valor de los secuestrados, considerados “botín de guerra” legítimo y empleados como aliciente adicional para el personal que intervenía en ellos. Los secuestrados eran “encapuchados” y llevados generalmente en automóviles civiles sin chapa identificatoria a uno de los varios cientos de Centro Clandestino de Detención (CCD) que funcionaron en todo el país. Allí los detenidos eran sometidos a tormentos brutales. Fueron torturados hombres y mujeres, niños y ancianos, obreros y hombres de fortuna, discapacitados físicos, monjas y sacerdotes. La crueldad era generalizada, pero los prisioneros y prisioneras judíos eran objeto de un ensañamiento mayor. El propósito manifiesto era obtener información rápidamente que permitiera realizar nuevos secuestros; pero según los testimonios muchos detenidos siguieron siendo torturados durante días, semanas o meses. También se practicaron torturas psíquicas como los “simulacros de fusilamiento”, la exhibición de la

41 tortura de cónyuges, padres o hijos, y las mismas condiciones de cautiverio, asistiendo a la tortura y destrucción de sus compañeros de detención, consistían en un tormento psíquico adicional. Los prisioneros eran mantenidos “encapuchados” (con la cabeza cubierta de modo de aislarlos de todo estímulo exterior), lo cual añadía un elemento de dolor psíquico aún mayor, las infecciones de heridas y de ojos debido a la “capucha” eran frecuentes y a la falta de higiene extrema se sumaban el hambre, el frío y el terror permanentes. Luego de un período de tortura incierto, si se consideraba que el prisionero ya no podía brindar información útil, era asesinado sin que esto le sea comunicado previamente. El método de ejecución más frecuente consistía en adormecer a los prisioneros con un sedante y arrojarlos vivos al mar. También se practicaron fusilamientos y numerosos prisioneros fueron asesinados durante la tortura; en esos casos los cadáveres fueron quemados o arrojados a fosas comunes sin identificación o sepultados secretamente con la identificación N.N. (no nombre) en cementerios públicos. Las detenidas embarazadas fueron mantenidas con vida hasta el momento de dar a luz, luego de lo cual en la mayoría de los casos fueron asesinadas y sus bebés entregados a familias ajenas (generalmente parejas de militares o policías) ocultando su identidad; el mismo destino tuvieron bebés y niños pequeños secuestrados junto con sus padres, luego de que éstos fueron asesinados53.

Mientras se ejerció el terrorismo de Estado funcionaron en Argentina cientos de CCD. La Comisión Nacional para la Desaparición de Personas (Conadep) registró la existencia de 340, pero desde entonces nuevas denuncias permiten conjeturar que el número total pudo haber sido el doble. Aunque la estructura de funcionamiento era asombrosamente semejante en todos ellos, hubo también variaciones en los modos de reprimir de cada fuerza. La represión combinó la planificación racional del exterminio con el descontrol y la arbitrariedad en la ejecución. El territorio del país fue dividido en cinco grandes zonas, cada una de las cuales correspondía a uno de los cinco cuerpos del Ejército, con total jurisdicción sobre ella; parcelas menores de la represión se adjudicaron a la Fuerza Aérea y la Marina. Cada zona, a su vez, se dividió en subzonas y áreas, que funcionaban en forma autónoma.

53 Schindel, Estela, La desaparición a diario. Sociedad, prensa y dictadura (1975-1978), Villa María, Eduvim, 2012

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¿Pero quiénes fueron los desaparecidos?

La falta de certeza acerca de cuántos fueron los desaparecidos se debe ante todo a que la documentación disponible proviene de las denuncias de sus familiares y/o el testimonio de los sobrevivientes, pero las Fuerzas Armadas no han abierto aún sus archivos ni difundido las listas de los detenidos y ejecutados clandestinamente. La Conadep reunió en 1984 denuncias de 8.961 personas desaparecidas, número que ha ido actualizándose, pues el registro de denuncias continúa abierto, y hoy es cercano a los 10.000. A esa cifra se sumaban 1.300 personas vistas por testigos en CCD y la advertencia de que se trata de listas “abiertas”. Los organismos de derechos humanos, sobre esta base, han estimado que el número verdadero es de 30.000 desparecidos y convirtieron esa cifra en una suerte de nombre propio para hablar de los desaparecidos: “treinta mil”. Visiones contemporizadoras estiman una cifra intermedia (15.000; 20.000) pero ninguna de ellas puede avalar esos cálculos con evidencia. La consideración de las fuentes existentes y de la cantidad de prisioneros que se estima que pasaron sólo por los principales CCD permite conjeturar que la cifra real es en efecto muy superior a 10.000.En su larga experiencia con familiares de desaparecidos los miembros del movimiento de derechos humanos han constatado que en numerosas localidades sólo una de cada tres desapariciones fue denunciada, por motivos que incluyen la ignorancia respecto a las instancias de denuncia, la distancia con los centros urbanos donde radicarlas, la indiferencia o, hasta hoy, el miedo.

Estas limitaciones para conocer el universo real de desaparecidos determinan también el perfil disponible de ellos. Según el informe Nunca Más54las ocupaciones de los desaparecidos se distribuyen del siguiente modo: obreros 30,2%; estudiantes 21%; empleados 17%; profesionales 10,7%; docentes 5,7% y el resto se divide entre amas de casa, periodistas, religiosos, artistas, autónomos y personal de las fuerzas de seguridad. Puede conjeturarse, sin embargo, que en las denuncias se encuentran más representados los sectores de clase media, profesionales y urbanos, que son mayoritarios también en los organismos de derechos humanos, y que hay una su representación de desaparecidos de otros segmentos sociales bien porque aquellos de menores recursos culturales y económicos no pudieron o no supieron efectivizar las denuncias o bien porque entre los grupos sociales más acomodados se prefirieron realizar gestiones particulares antes que denuncias públicas y/o se ignoró al pariente desaparecido.

54 NUNCA MÁS, Conadep, Buenos Aires, 1984 43

Un documento de la Junta Militar de fecha 28 de abril de 1983, expresa que todos los detenidos-desaparecidos están muertos. Esta monstruosa afirmación adquiere una dimensión especial, por lo particularmente abyecta y aberrante que resulta en el caso de los niños y adolescentes desaparecidos. Son ciertamente estimables en más de 300 los niños y adolescentes secuestrados junto a sus padres o individualmente, y es posible calcular en una cifra superior los nacidos en cautiverio, cuyas madres fueron secuestradas en estado de gravidez.

Sin embargo, pese a la rotunda afirmación militar, en el caso de los recién nacidos y de los niños de pocos años de edad, existen suficientes constancias de que ello no es exacto, y que la afirmación de su muerte encubre un cruel comercio con esas criaturas que fueron entregadas o vendidas a terceras personas. Las abuelas de Plaza de Mayo, el CELS, la CADHU y los otros organismos de derechos humanos han dado a conocer listas de niños y adolescentes basadas en las denuncias de sus familiares. Con pequeñas variantes, dan estas escalofriantes cifras, teniendo en cuenta que sólo una parte de los secuestros han sido denunciados ante la justicia: niños desaparecidos: 28, adolescentes desaparecidos: 130, conscriptos desaparecidos (jóvenes de 18 a 20 años, realizando el Servido militar obligatorio): 74, mujeres embarazadas secuestradas: 102.

Surge de la documentación presentada por los padres de los adolescentes desaparecidos ante la Junta Militaren julio de 1980 que, sobre 130 adolescentes cuyas edades oscilan entre los 15 y 18 años, el 75% fue detenido entre mayo de 1976 y julio de 1977. Del total, a 92 se los detuvo en el domicilio de sus padres y en presencia de éstos; a 6 en la escuela o lugares de trabajo; 16 fueron secuestrados en la vía pública ante testigos que comunicaron el hecho a los padres y 4 -que eran conscriptos- en dependencias militares. Se ignoran las circunstancias exactas de la desaparición de los 12 restantes, operada poco después de que hubieran salido de sus hogares, del domicilio de algún familiar o amigo, o de sus lugares de trabajo55.

Prácticamente la totalidad de estos adolescentes vivía con su familia. Cursaban estudios en colegios secundarios o acababan reingresar en la universidad; trabajaban o cumplían su servicio militar obligatorio. Todos, sin excepción, estaban provistos de documentos de identidad, que en la mayoría de los casos fueron exigidos por sus captores y que estos se llevaron consigo.

55 DUHALDE, Eduardo, El Estado terrorista argentino, Editorial Colihue, Buenos Aires, 1984 44

Estos jóvenes no se ocultaban, circulaban normalmente, mantenían relaciones normales en el ámbito familiar, laboral o en los establecimientos educacionales a los que concurrían. Todo esto hace imposible que pudiera considerárselos como un peligro para la sociedad56.

El historiador Daniel Mazzei57 está convencido de que el último asalto al poder democrático tuvo una planificación quirúrgica. Eso se puede ver, según escribe, en la minuciosidad con que la detuvieron a la presidenta María Estela Martínez de Perón o en la caza de militantes políticos, sindicalistas y trabajadores en general que lanzaron el mismo 24 de marzo de 1976. Mazzei continúa: “Fue el único planificado hasta el último detalle. Todos los demás terminaron improvisándose. Había preparación, pero se largaban antes y había mucho de suerte. El de 1966, que es visto como el más armado, venía siendo preparado pero lo lanzaron porque se asustaron: pensaron que se venía un contragolpe, y se lanzaron sin la venia de Onganía. Hubo una operación de prensa previa, pero se disparó por un hecho fortuito. En 1976, por otro lado, estaban hasta las listas de objetivos, con nombre y apellido, lugares que debían ser tomados. El 24 a la mañana había militares apostados en diferentes fábricas. Estaba planificado con anticipación e incluso había una serie de problemas que pueden parecernos menores pero que había que resolver: cómo lograr que los Granaderos no quisieran defender a la Presidenta, que es su obligación. Lo resolvieron llevando a Isabel (María Estela Martínez) a Aeroparque, que es jurisdicción de la Fuerza Aérea. Ahí se acercaron los secretarios generales y le dijeron “Señora presidenta, queda detenida”. Además tenían en cuenta qué pasaba si le pasaba algo, se torcía un tobillo, cualquier cosa: no sólo era la presidenta, también era una mujer. Creo que aprendiendo de los otros golpes, no querían dejar nada librado al azar, asegurarse de que no hubiera resistencias, sobre todo porque operaba la guerrilla. Se suponía que debían tomarse decisiones esperando alguna reacción, algún intento de resistencia: por eso se habían liberado las camas del Hospital Militar. Esperaban resistencia y, aunque la noche del 24 hayan salido los primeros grupos, lo van a buscar a (Héctor) Cámpora y todo eso, la idea era mostrar una normalidad58.

56 CÁMERA, Pablo, Olvidar lo malo también es tener memoria Notas a efemérides democráticas para una dictadura, en Razón y Revolución nº 8, primavera de 2001, reedición electrónica http://revistaryr.org.ar/index.php/RyR/article/viewFile/320/336 57 El Ejército Argentino (1962-1973) y El CEMIDA: militares argentinos para la transición democrática, Eudeba, Buenos Aires, 2012 58 Entrevista a Daniel Mazzei. http://colectivoepprosario.blogspot.com/2015/03/entrevista-con-el- historiador-javier.html 23/03/2015 45

En Argentina, se tratan de dos períodos marcados: 1966-1973, con tres presidencias de facto, las de Juan Carlos Onganía, Roberto Levingston y Alejandro Lanusse. Si bien el régimen instaurado por Onganía fue institucional, no fue hegemónico o personalista. Ello llevó a su derrocamiento por Levingston, quien a su vez fue depuesto por Lanusse. La segunda etapa, de 1976 a 1983 tuvo un carácter más institucional. Fundamentalmente los gobiernos fueron dos, el de Jorge Videla y el de . La salida de Jorge Videla fue relativamente negociada y tuvo como sucesores interinos a Roberto Viola y Carlos Lacoste. Luego de la renuncia de Leopoldo Galtieri, en el tránsito a la democracia, gobernaron brevemente Alfredo Saint-Jean y Reynaldo Bignone59.

Capítulo 3: El golpe militar en el ámbito educativo

En este capítulo se tratará el tema del golpe militar en el ámbito educativo. Una breve historia de la educación desde principios de siglo XX, los sucesos que se desarrollaron en el ámbito de las universidades, las políticas educativas y para concluir, las medidas represivas que se aplicaron en las escuelas.

Un poco de historia

Hablando de educación recordemos una reforma propuesta a principios del siglo XX que luego sería aplicado en estos años de dictadura. La “escuela intermedia” había sido planteada por primera vez sin éxito en 1916 por el entonces Ministro de Justicia e Instrucción Pública, el Dr. Carlos Saavedra Lamas, apoyado en trabajos realizados por el pedagogo Víctor Mercante. La idea original era reformar la Ley 1420 del año 1884, acortar los años de obligatoriedad de la escuela primaria de siete a cinco y crear una “escuela intermedia” de cuatro años de carácter optativo. Saavedra Lamas buscaba proporcionar una “enseñanza técnica y especialmente práctica” a aquellos niños que se veían obligados a “buscarse la vida” y con ella “podían obtener una ocupación fácil y de suficiente remuneración en la industria”. En 1968 esta propuesta recobró fuerza de la mano del encargado del área, el Dr. José Mariano Astigueta, quien presentó un anteproyecto de Ley Orgánica de Educación y fue aprobado por resolución ministerial en octubre. Este documento fue objeto de críticas por la mayoría de los sectores de la comunidad y debió ser revisado. Según uno de

59 GARRETÓN M., Manuel Antonio: Proyecto, trayectoria y fracaso de las dictaduras militares del cono sur: Un balance. “Revista Alternativas” Santiago, Nº 2, 1984 (versión facsimilar del Documento FLACSO, Nº 217). 46 sus mentores, Gustavo Cirigliano, la escuela intermedia perseguía redefinir la naturaleza de los estudios en los últimos dos grados de la primaria, el sexto y el séptimo, introduciendo la promoción por ciclos y el trabajo por “áreas”, adonde la novedad eran las “actividades práctico- económicas”. Una característica destacada consistía “en la preocupación por el aprendizaje de algunos aspectos prácticos” que permitieran a “quienes no deseen o no estén en condiciones de continuar otros estudios, una rápida integración al mundo del trabajo”. Cirigliano concluía que los demás alumnos desarrollarían “las vocaciones”, retrasando la elección de sus futuras carreras. Además, se suprimió a la Escuela Normal como institución responsable de la formación de maestros del nivel primario y se crearon los Institutos de Formación Docente.

Después de la caída del peronismo en 1955, los sectores de pedagogos e intelectuales católicos cambiaron de estrategia respecto al Estado, comenzaron a ocupar cargos estratégicos dentro de sus estructuras y fueron los principales impulsores de la reforma. Durante esos años, los principales sindicatos docentes realizaron varios paros generales pidiendo su derogación y denunciando el desmantelamiento de la “escuela pública”. La escuela intermedia apuntaba a reforzar las formas artesanales de producción, mientras que la formación de cuadros para los sectores más dinámicos de la industria se continuaría realizando en las aulas universitarias60.

A mediados de 1969, asumió el Dr. Dardo Pérez Guilhou quien en 1970 impulsó su aplicación en algunas escuelas de la Capital Federal, Buenos Aires, Santa Fe, San Luis y Entre Ríos. Sin embargo, cada jurisdicción siguió sus propios criterios: en algunas provincias se había adoptado un currículum de cinco “áreas” y en otras de cuatro; en San Luis, el nivel intermedio duraba tres años y en Buenos Aires, cuatro, y así sucesivamente. A mediados de ese año, con la caída del presidente de facto, el general Juan Carlos Onganía, asumió como ministro de educación el Dr. José Luis Cantini, quien en 1971 habilitó la creación de la carrera de “profesor para el nivel intermedio” en los recientemente creados Institutos de Formación Docente. De todas las provincias que se involucraron en la reforma, Buenos Aires fue la que incorporó más cantidad de escuelas y en 1970 declaraba haber comenzado, en 60

60RODRIGUEZ, Laura, La escuela intermedia revisitada: racionalización y revisión curricular en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura militar", [En línea] Trabajos y Comunicaciones, número 34, Buenos Aires, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata, pp. 35-61. Disponible en: http://www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3723/pr.3723.pdf 47 establecimientos, con los dos ciclos del “nivel elemental” (primer a tercer grado y cuarto a quinto grado) y los dos ciclos del nivel intermedio (sexto a séptimo grado y octavo a noveno). El ministro en ese entonces era Alfredo Tagliabúe (1967-1971), quien después fue funcionario de Bruera y de Ovidio Solari. Aclaraba que en 1971 se incorporarían 600 escuelas y en 1972 serían 2.500.250 Esta propuesta recibió desde los inicios, la resistencia de los círculos gremiales de la docencia y de diversos grupos de opinión. No fue casualidad que los únicos que la apoyaron fueron las agrupaciones de docentes católicos y privados.

Rodríguez concluye que el proyecto de la escuela intermedia en los años de 1960, fue un intento ambicioso de modificar de raíz el sistema educativo, basado en la creencia implícita de que la educación no era un derecho para todos los ciudadanos y que el Estado no tenía la obligación de garantizar. A diferencia de lo ocurrido en esos años, el primer ministro bonaerense, Ovidio Solari, en nombre de la racionalización – que en teoría buscaba optimizarla actividad dentro del Ministerio-, mandó clausurar una gran cantidad de establecimientos y cursos de todos los niveles y modalidades, promovió el alejamiento de cientos de docentes y redujo el presupuesto a niveles nunca vistos.

En mayo de 1969, una serie concatenada de revueltas populares puso fin a las esperanzas de eternidad de la autodenominada “Revolución Argentina”. Instaurada en 1966 bajo el liderazgo del General Juan Carlos Onganía, ese régimen burocrático- autoritario, embebido de las doctrinas de “seguridad nacional” a tono con la Guerra Fría tanto como de catolicismo ultramontano, se proponía acelerar el desarrollo económico en aras de consolidar la defensa nacional y, de esa manera, impedir que se expandiera un “comunismo” al que ya entreveía presente61. Para impedir que ese “comunismo” se expandiera entre los jóvenes, un mes después de asumir, el régimen desplegó dos iniciativas: por un lado, intervino las universidades públicas, revocando su autonomía y prohibiendo la actividad política; por otro, entendiendo que la “debilidad moral” precedía a la política, emprendió campañas por las cuales las policías de diferentes municipalidades , como la de Buenos Aires, se enfocaron en la nueva sociabilidad juvenil, rapando melenas y persiguiendo a chicas que se animaran

61 O’DONNELL, Guillermo, El estado burocrático-autoritario, Buenos Aires, Editorial Belgrano, 1996. Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 48 a usar minifaldas62 . Cuando estallaron, entonces, las revueltas populares canalizaron un descontento generalizado con un régimen que había cerrado todo canal de participación y sofocado sensibilidades emergentes. Los estudiantes secundarios se plegaron a las revueltas en Resistencia, Tucumán, Rosario (donde el segundo de los 30 muertos de aquel mayo fue Luis Blanco, trabajador metalúrgico y estudiante técnico de 15 años) y Córdoba. En el clima de creciente politización social y radicalización que siguió, alcanzando su pico en la “primavera democrática” de 1973, con la asunción al gobierno de Héctor Cámpora, los estudiantes secundarios contribuyeron a la formación de una cultura juvenil contestataria63 que combinaba rasgos de una contracultura ligada al rock y sus estéticas con otros ligados a la militancia en grupos revolucionarios, ya sea de izquierda o peronistas. Esa cultura juvenil contestataria en buena medida tomó forma en las escuelas secundarias, informando demandas, repertorios de acción y alternativas de organización. Entre las nuevas demandas se encontraban las relacionadas con el largo del pelo y los modos de presentación personal, un área sensible para los chicos que se vinculaban a las culturas del rock. En 1971, por ejemplo, las autoridades de la escuela Mariano Acosta decidieron expulsar a un estudiante por no usar la “ropa apropiada” y tener el pelo “demasiado largo”. Cuando sus compañeros se solidarizaron, otros 25 fueron añadidos a la lista de despedidos. Un episodio similar ocurrió a principios de 1972, cuando 400 estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda llamaron a una huelga en repudio de las exigencias de pelo y ropa. En el transcurso de 1972, esas tensiones se entretejieron con otras que cuestionaban el sistema disciplinario por completo. Así, mientras estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires pusieron una bomba en una garita desde la que los preceptores controlaban sus movimientos, en otras escuelas los varones llevaron adelante lo que en la época se conoció como melenazos, mediante los cuales se negaban a cortarse el pelo y entraban en masa a la escuela para evitar expulsiones. Ese estado de evidente descontento con el autoritarismo escolar se entretejía con la rearticulación del movimiento estudiantil secundaria.

Había manifestaciones de la cultura hippie y la cultura rock, que no tenían demasiada articulación con la política, sí en el terreno de la cultura, en el rechazo de

62 PUJOL, Sergio, La década rebelde: los sesenta en la Argentina, Buenos Aires, Emecé, 2002. Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 63 CATTARUZZA, Alejandro, “El mundo por hacer: una propuesta para el análisis de la cultura juvenil en la Argentina de los años setenta”, en Entrepasados N° 13, pág. 67-76, 1997. Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011

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“la célula básica de la sociedad”, de la familia y su sustitución en la comuna, en una asociación en la que reine la libertad y el amor libre. El rock and roll desplaza al jazz y adquiere una autonomía y un protagonismo decisivo hasta el punto de ser el vehículo más característico de esa generación y de las que le siguen la expresión por antonomasia de la protesta, de la rebeldía, de las aspiraciones y de la forma de vida de una juventud que hace del inconformismo su principal bandera. El movimiento hippie es difícilmente disociable de la ebullición que se produce en estos mismos años en las Universidades de Estados Unidos y Europa Occidental64.

¿Qué pasó durante la dictadura?

Durante la última dictadura, con las universidades controladas por las autoridades militares, el muy limitado grupo estudiantil y la prohibición de partidos políticos, los jóvenes se refugiaron en el rock argentino. Este movimiento, si bien fue desplazado por la fuerza a una posición marginal, pudo funcionar como un espacio de reconocimiento mutuo y de resistencia. Ante la imposibilidad de mantener sus organizaciones sin censura, los jóvenes conformaron un movimiento musical con una tradición de enfrentamiento al sistema, como ámbito de sostén de identidad, en un período histórico en el que toda expresión era cuestionada.

El período 1976–1977 fue marcado por la inmensa cantidad de conciertos de rock nacional, muchos de ellos en el Luna Park, el estadio cubierto más grande de Buenos Aires con capacidad para 15.000 personas. Estos conciertos que, como explica Pablo Vila, servían más a un propósito social que musical, son un ejemplo de un acto político encubierto. Como los espacios para las actividades políticas se hallaban totalmente clausurados, los conciertos brindaron un nuevo ámbito donde los jóvenes podían masificarse, desafiando el individualismo impuesto por la política del régimen. Los conciertos eran como rituales de la resistencia, en los que la música era el medio de comunicación y donde, muchas veces, las canciones que habían sido censuradas se tocaban en público. Para fines de 1977, ante esta amenaza pública al régimen, a los organizadores de conciertos se les “aconsejó” que los interrumpieran, por lo que los recitales decayeron abruptamente en frecuencia. Ese año fue muy difícil para los músicos de rock, algunos debieron irse del país para poder continuar trabajando. Ante un gobierno militar que convocaba a la juventud para garantizar el

64 NÚÑEZ, Rafael, Sociedad y política en el siglo XX, Madrid, Síntesis, 1993. Cap. 6 “Rebelión juvenil, revolución cultural” y Cap. 7 “Fin de siglo; volver a empezar?”, pp. 205-282 50

éxito del Proceso, pero que, a la vez, reprimía a los jóvenes, censuraba sus expresiones artísticas y políticas, y prohibía la libertad de expresión, esa misma juventud eligió el rock para disentir. Tal vez porque el Proceso no tenía una identidad musical fuerte, el rock ocupó ese espacio que estaba vacío. El rock argentino, en general, no apuntó a la música bailable, sino que puso su acento en las letras y en una experimentación musical, a veces, más avanzada. Lo destacable es, irónicamente, que este fenómeno llamado rock nacional tuvo su auge durante la dictadura como consecuencia inesperada de la gran represión, que estaba dirigida especialmente a los jóvenes. A través de sus letras, los músicos crearon una forma alternativa de protesta, formando un movimiento contracultural que proponía una identidad que desafiaba la ideología de los militares65.

Si la dictadura decía que los jóvenes estaban confundidos, los mismos jóvenes salieron a congregarse en conciertos masivos donde demostraban la firmeza de sus convicciones. Como la universidad y la escuela ya no eran el lugar para expresarse libremente, los conciertos brindaron a la juventud un espacio para construir una identidad colectiva. Durante la dictadura, curiosamente, en lugar de disminuir a causa de la censura que lo acosaba, el rock creció a pasos agigantados, como un legado inesperado de la historia militar argentina. Esto ocurrió por dos razones fundamentales: primero, porque, debido a la censura y la represión, los jóvenes encontraron en el movimiento de rock nacional una forma de resistencia y de apoyo solidario en comunidad. Segundo, porque, con motivo de la guerra de Malvinas, se prohibió la difusión de la música cantada en inglés, lo que abrió un espacio a las bandas locales que antes estaba ocupado por el rock anglosajón. Esta oportunidad de difusión masiva, dio un impulso al rock nacional argentino que fue considerado un efecto rebote de la censura66.

El rock y los jóvenes

La huelga docente de 1971, en oposición a las reformas educativas que planeaba llevar adelante la administración del General Alejandro Lanusse (1971- 1973), ofreció el marco para que se comenzara a visibilizar la heterogeneidad de grupos que procuraban organizar al activismo en las escuelas, incluyendo comunistas

65PUJOL, Sergio. Rock y Dictadura. Booket. Buenos Aires, 2007 Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 66FAVORETTO, Mara, La dictadura argentina y el rock: enemigos íntimos, Resonancias vol. 18, n°34, enero-junio 2014, pp. 69-87 51 y trotskistas, de “izquierda nacional”, “guevaristas”, “chinoístas” y peronistas67. Fue el peronismo, en sus vertientes revolucionarias, el que más informó y se benefició de la politización juvenil, algo que en las escuelas secundarias era ya muy evidente a lo largo de 1972, profundizándose el año siguiente. La llegada de Cámpora a la presidencia marcó una suerte de “primavera democrática” que se percibió con nitidez en los ámbitos educativos. En términos de agrupaciones, los sectores revolucionarios bajo la dirección de Montoneros se abroquelaron en la llamada “Tendencia” y dos de sus frentes, ambos lanzados en abril de 1973, proponían organizar al estudiantado: la Juventud Universitaria Peronista y la renovada Unión de Estudiantes Secundarios (UES)68. Significativamente, en el acto de lanzamiento de la UES las disputas entre esa “Tendencia” y Perón se manifestaron por primera vez: Rodolfo Galimberti, hasta allí, representante de la “Juventud, convocó a la formación de milicias populares y Perón lo removió de su cargo. En lo inmediato, esas desavenencias quedaron en un segundo plano. A poco de asumido Cámpora, y como parte de una oleada de ocupaciones de instituciones públicas para evitar el “continuismo”, la UES organizó la toma de unas 20 escuelas. En algunos casos, las tomas dieron lugar a transformaciones muy profundas, como sucedió en la escuela Belgrano, donde losestudiantes lograron expulsar al director, “un gorila”.

Roberto Perdía69, ex número dos de Montoneros, se encarga de probar que Montoneros y la izquierda son cosas diferentes. Ahora bien, el problema no es que tome distancia de esta última, sino que se ocupe de ocluir el derrotero de la izquierda revolucionaria, a la que apenas le reconoce entidad histórica. Su objetivo de presentar a la clase obrera y al peronismo como sinónimos, lo obliga a ocultar (o desconocer, lo que no es menos grave), el papel de la izquierda en la historia argentina. Para ello, no solo pasa por alto la influencia de sus contemporáneos del PRT-ERP, sino también la de quienes los precedieron (anarquistas, socialistas y comunistas) y la de los que los sucedieron (maoístas y trotskistas). Busca asimilar al peronismo con la “juventud”,

67 “La hora de los pibes”, Panorama, N° 210, 4 de mayo de 1971, pág. 14; “La huelga docente ha contribuido a la politización del estudiantado”, La Opinión, 4 de junio de 1971, pág. 13 68 GILLESPIE, Richard, Soldiers of Perón: Argentina’s Montoneros, Oxford, Clarendon Press, 1982. Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 69PERDÍA, Roberto: Montoneros. El peronismo combatiente en primera persona, Planeta. Buenos Aires, 2013 Leer también: -Duzdevich, Aldo, Raffoul, Norberto, Beltramini, Rodolfo, La Lealtad Los Montoneros que se quedaron con Perón, SUDAMERICANA, Agosto 2015 -Manfroni, Carlos. Montoneros. Soldados de Massera. La verdad sobre la contraofensiva montonera y la logia que diseñó los 70, SUDAMERICANA, Marzo 2012 -Lanusse, Lucas. Montoneros. El mito de sus 12 fundadores. Vergara, 2005 52 para lo que no se le ocurre mejor idea que omitir la militancia comunista en la Universidad de la década de 1960.

Uno de los signos más inequívocos de esa efímera “primavera” fue el anulamiento del decreto de la Torre y la autorización ministerial a la creación de “organismos de participación estudiantil” que, se creía, ayudarían a forjar jóvenes “participativos, dispuestos a tomar riesgos y a cuidar de su prójimo” en esa etapa de “reconstrucción nacional”. El llamado a la participación estudiantil no se hizo esperar. Mientras desde la Federación Juvenil Comunista se insistía en la creación de centros basados en delegados por curso, inicialmente la UES promovió las “Mesas de Trabajo” que vincularan, en cada escuela, a docentes y estudiantes. Las “Mesas” no tuvieron el éxito esperado, mientras en pocos meses se habrían creado alrededor de 300 centros en todo el país. Los líderes de las organizaciones más fuertes acordaban, en septiembre de 1973, que la efervescencia organizativa no se detenía aunque, por un lado, todos reconocieran que era más difícil organizar a las chicas y, por otro, difirieran en el orden de sus prioridades. Mientras comunistas y radicales procuraban avanzar con “demandas gremiales”, los voceros de la UES insistían en que tales demandas eran las de la “reconstrucción nacional”. De manera literal, la UES desarrollaba “operativos de reconstrucción”, consistentes en trabajo social en los barrios más carenciados de cada distrito que incluían desde ayuda escolar y recreación hasta pintura de escuelas y hospitales o la construcción de zanjas. En enero de 1974, todos esos esfuerzos se mancomunaron en el emprendimiento más importante de la UES, el “Operativo Güemes,” que llevó a 500 estudiantes de todo el país a Salta, donde colaboraron en el zanjeo y limpiado de canales y en la construcción de aulas. Asimismo, los líderes de la UES -que eran elegidos, como en otros frentes, por la dirección de Montoneros- promovieron que los estudiantes de las escuelas mejor organizadas, como el Colegio Nacional de Buenos Aires, se transfirieran a otras, preferentemente localizadas en barrios más humildes y de orientación técnica. Más allá de cualquier voluntarismo, 1974 marcó el definitivo encumbramiento de la derecha peronista en las estructuras gubernamentales, algo que se percibió con crudeza en el ámbito educativo. Con el inicio del año lectivo de 1974, en el cual se registró el crecimiento inter-anual más elevado de la década de 1970, 6,9%, con un cuerpo estudiantil que sobrepasaba los 1.200.00070, la “primavera

70 TIRAMONTI, Guillermina, “¿Quiénes van a la escuela hoy en la Argentina?”, en TIRAMONTI, Guillermina; BRASLAVSKY, Cecilia; y FILMUS, Daniel (eds.), Las transformaciones de la educación en diez años de democracia, Buenos Aires, Tesis, 1995. Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 53 democrática” se comenzaba a evaporar. Las autoridades que meses antes habían promovido la participación estudiantil, llamaban ahora a limitar el activismo y a recuperar el principio de autoridad. Ese proyecto asumió formas cada vez más represivas. A poco de comenzado el año, una estudiante de la Tendencia Estudiantil Revolucionaria Socialista denunció que una banda parapolicial la había secuestrado y violado, prácticas que alcanzarían luego dimensiones escalofriantes. En agosto, mientras tanto, apareció muerto Eduardo Beckerman, un líder de la UES. En términos más institucionales, por si alguna duda quedaba del irreversible giro a la derecha del gobierno de Isabel Perón, el Dr. Oscar Ivanissevich se hizo cargo del Ministerio de Educación. En uno de sus primeros discursos, transmitidos por cadena nacional, le prometía a los padres y a los docentes que su misión era la de desterrar la subversión del ámbito educativo. Mientras ordenaba la intervención ministerial de las escuelas cuyas autoridades se mostraban remisas a recuperar la autoridad, con su firma decretó que, al iniciarse el ciclo lectivo 1975, se cerrarían todos los centros71. La noche ya había comenzado a caer sobre el movimiento estudiantil secundario72.

Políticas educativas

Laura Rodriguez en su artículo sobre la educación en la última dictadura militar73 analiza que los nacionalistas pretendían que el gobierno le otorgara el control total de la educación a la Iglesia Católica, como había ocurrido en España durante la dictadura de Franco, a quien admiraban. Para ello, se tenía que derogar la Ley de Educación Nº 1420 del año 1884 que establecía la educación laica, gratuita y obligatoria. Hacia el fin del Proceso nada de esto se concretó, lo que agudizó los ataques. Los nacionalistas católicos elogiaron una serie de medidas que se llevaron a cabo durante los dos primeros años de gobierno: la intervención a los colegios, la censura de libros, el contenido de un documento que avaló la represión en el ámbito educativo y el cierre de carreras en la universidad. Sin dudas, estas acciones formaban parte de su propia agenda educativa. Siguiendo la idea de que “era imposible ignorar el papel que jugaban la cultura y la educación en los planes de la

71 “Discurso pronunciado por el Dr. Oscar Ivanissevich el 11 de septiembre de 1974”, Carpeta 042-I93, CeNIDE; Resolución 51/74, Boletín de Comunicaciones del Ministerio de Cultura y Educación, N° 12, 15 de octubre de 1974, pág. 9; Resolución 41/75, Boletín N° 18, 31 de enero de 1975, pág. 3. 72 Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 Citado en Valeria Manzano, ‘Cultura, política y movimiento estudiantil secundario en la Argentina de la segunda mitad del siglo XX’, publicado en la Revista Propuesta Educativa en 2011 73 RODRIGUEZ, Laura, Los nacionalistas católicos de Cabildo y la educación durante la última dictadura en Argentina, Anuario de Estudios Americanos, 2011 54 revolución marxista”74, desde los primeros meses del Proceso las fuerzas de seguridad comenzaron a intervenir colegios públicos y privados católicos. La Iglesia protestó en privado por estas medidas, ya que si bien en líneas generales las autoridades religiosas apoyaban estas acciones, lo que reclamaban al gobierno era que fuera la propia institución la que investigara y sancionara las transgresiones en sus establecimientos. La autora examina el grado en el que las políticas públicas implementadas por la dictadura vehiculizaron intereses de distintas fracciones de la iglesia católica. A tales efectos, recorre las trayectorias personales y políticas de los distintos funcionarios de la cartera educativa, sus discursos e intervenciones públicas y un número importante de las políticas implementadas en ese período. Otra serie de estudios, también recientes, que recuperan la dinámica general del sistema educativo, dan cuenta de las continuidades entre lo actuado por la dictadura y determinadas políticas públicas previas, tanto en el plano administrativo, curricular como disciplinar75.

La historiadora Laura Graciela Rodríguez reconstruye el origen y el derrotero de las políticas estudiadas, teniendo en cuenta las trayectorias profesionales de los principales funcionarios de la cartera, y el contenido y la implementación de las políticas más relevantes destinadas a los niveles primario y secundario, y al área de cultura. La intención de la autora es evitar pensar la política educativa de la dictadura como un todo coherente y homogéneo.

En su libro, Católicos, nacionalistas y políticas educativas en la última dictadura, Rodríguez76, advierte que los principales objetivos de la última dictadura militar, principalmente, la aniquilación del enemigo subversivo. Advierte que en el período 1976–1983 no sólo reaparecieron muchos funcionarios de la dictadura anterior, sino que también se intentaron reactivar muchas de las propuestas que habían sido desarrolladas en ese contexto. Por ejemplo, al analizar los proyectos para el área educativa de la última dictadura, la autora encuentra similitudes con los propósitos de un anteproyecto de Ley Orgánica de Educación, aprobado en 1968, propuesto por el ministro de Educación de Juan Carlos Onganía, José Mariano Astigueta.

74 RODRIGUEZ, Laura, Los nacionalistas católicos de Cabildo y la educación durante la última dictadura en Argentina, Anuario de Estudios Americanos, 2011 75 Romina De Luca y Natalia Álvarez Prieto, ‘Las transformaciones del currículum y de la normativa escolar durante la última dictadura militar: el uso y el disciplinamiento de la fuerza de trabajo a través del sistema dual y del régimen disciplinar’, publicado en la Revista Trabajo y Sociedad, Núm. 23, 2014 76 Reseña de Florencia Ossuna del libro de Laura Rodríguez (Católicos, nacionalistas y políticas educativas en la última dictadura, 1986-1983), publicada en Clío & Asociados. 2012 55

Entre los objetivos básicos que se fijó la Junta Militar el 24 de marzo de 1976 figuran: 2.2.-Vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad de ser argentino. 2.3.-Vigencia de la seguridad nacional77, erradicando la subversión y las causas que favorecen su existencia. 2.4.-Vigencia plena del orden jurídico y social (…) 2.8.-Conformación de un sistema educativo acorde con las necesidades del país, que sirva efectivamente a los objetivos de la Nación y consolide los valores y aspiraciones culturales del ser argentino.

El primer ministro de Educación de la dictadura, Ricardo Bruera (marzo 1976- abril/mayo 1977), dejó claro que la educación debía seguir los carriles ideológicos del Proceso de Reorganización Nacional (PRN). Para ello había que “restaurar el orden en todas las instituciones escolares”: “La libertad que proclamamos como forma y estilo de vida, tiene un precio previo, necesario e inexcusable: el de la disciplina”78. Para disciplinar tanto a estudiantes como a docentes, en los establecimientos más grandes o más activos ideológicamente se nombraron preceptores o “celadores” que eran en realidad agentes de servicios de inteligencia. Además de intervenir colegios y censurar libros, el ministro Bruera ordenó intervenir también las universidades, declaró cesantes a cientos de profesores y mandó cerrar distintas carreras, entre ellas las de Sociología, Psicología y Antropología.

En diciembre de 1976 Bruera aprobó una reforma curricular para el nivel primario que apuntó a profundizar el sesgo católico de las áreas y en especial de “Estudios Sociales”. El director elogió los nuevos programas por el “loable propósito formativo integral y antienciclopedista”. Retomaba una vieja idea elitista de la educación, adonde sugería que se debía considerar la posibilidad de otorgarle al niño de primaria “una salida labora la esa altura”. Esta noción suponía que la educación secundaria era solo para las élites y que la mayoría de la población debía aspirar solo a cursar algunos años de la formación básica. El ministro se destacó, entre otras cosas, porque hizo circular en las escuelas un documento denominado Subversión en

77 Seguridad social: doctrina difundida por los Estados Unidos por la cual las fuerzas armadas latinoamericanas deben tener como misión fundamental el combate contra el enemigo interno (subversión), caracterizado por ser afín a ideologías marxistas u opuestas a los intereses de Estados Unidos. 78INVERNIZZI, Hernán; Gociol Judith, Un golpe a los libros, represión a la cultura durante la última dictadura miliar, Eudeba, Buenos Aires, 2003 56 el ámbito educativo. Conozcamos a nuestro enemigo. El texto se había hecho para facilitar la “comprensión del fenómeno subversivo que vivía la Argentina de esos días” y a los fines de “explicar en forma directa y clara los principales acontecimientos sucedidos” sobre el “accionar del marxismo”. Al contrario de los nacionalistas, que lo elogiaron enfáticamente (al contenido, no al ministro), en el periódico eludieron hacer alguna observación. Después de haber anunciado una reforma que no pudo concretar y se supo que había renunciado, el director del Consudec79 criticó duramente su gestión. En los últimos tiempos, decía, había cometido varios “desaciertos” que provocaron “espinudas e irritativas reacciones en el área y sus adyacencias” debido al alto grado de “improvisación” que lo caracterizó. La cartera volvió a quedar vacante por unos meses porque nuevamente no había consenso sobre la elección del próximo ministro80.

Docentes desaparecidos

A los docentes, preceptores o directivos que no comulgaban con las ideas de la dictadura y que eran denunciados, se les aplicaba la ley de prescindibilidad que podía ser “por razones de servicio” si no se tenía la certeza de la militancia política y por consiguiente se podía cobrar la indemnización (artículo 3º Ley 21.26081) o “por razones de seguridad” (artículo 5º Ley 21.260), sin indemnización. En ambos casos los docentes quedaban excluidos del sistema educativo estatal y privado, pero la segunda causa los ponía en riesgo de muerte, por lo que en general debía optar por el exilio. Para detectar a esos agentes peligrosos se creó la Operación Claridad, que desde el Ministerio, desde las áreas de Recursos Humanos y de Comunicación Social, controlaron la ideología de los docentes y produjeron más de 8000 cesantías en siete años82.

Del informe de la CONADEP se desprende que el 5,7 % de los desaparecidos en la última dictadura representa a más de 600 docentes desaparecidos. Para poder comprender cómo terminamos en este proceso, nos tenemos que remontar al golpe de 1966 denominado Revolución Argentina, cuando la educación se puso en manos del sector más representativo de la derecha católica, cesó la vigencia de la Constitución

79 Consejo Superior de Educación Católica Argentina 80 RODRIGUEZ, Laura, Iglesia y educación durante la última dictadura en Argentina, Revista Cultura y Religión, Vol. IV, Nº 2 (octubre del 2010) 4 -19 81 Ley de Seguridad Nacional 82 INVERNIZZI, Hernán; Gociol Judith, Un golpe a los libros, represión a la cultura durante la última dictadura miliar, Eudeba, Buenos Aires, 2003 57

Nacional, y las universidades fueron intervenidas con la consecuente pérdida de sus autonomías universitarias y el epílogo conocido como “La Noche de los Bastones Largos”, lo que significó a posteriori que los cuadros de docentes de universidades fueron reducidos vía renuncia o expulsión, algo que le costó al país 301 profesores, de los cuales 215 eran científicos pertenecientes a equipos de investigación. Además, los movimientos estudiantiles fueron reprimidos e ilegalizados.

Los ministros de educación modificaron ciertos artículos del Estatuto del Docente y el Estatuto del Magisterio para establecer pautas que les permitieran controlar más estrechamente la carrera docente en el marco de la legalidad. En la provincia de Buenos Aires, durante los años que estuvo suspendido el derecho a la estabilidad. Bajo la justificación de mejorar la “calidad” de los docentes, el ministro reformó el Estatuto para implementar la universalización de los concursos “de oposición” destinados a reforzar los controles sobre el acceso a los cargos jerárquicos. Hasta ese momento, la mayoría de los ascensos se realizaban por concursos de “títulos y antecedentes”. El procedimiento habitual era el siguiente: el Tribunal de Clasificación elaboraba un orden de mérito en base al puntaje que tenían los docentes titulares del distrito y se hacía la designación a quien tuviera el más alto. Hasta 1978 existían once Tribunales que correspondían a cada rama y especialidad de la enseñanza integrado con representantes docentes elegidos democráticamente. En septiembre de ese año Solari fundó un solo Tribunal, eliminó los restantes, anuló los mandatos de los representantes que habían sido elegidos por el voto y seleccionó él mismo a los docentes del nuevo organismo.

Los encargados del Tribunal tenían que cumplir una misión estratégica: se encargaban de fiscalizar la correcta valoración de los datos que figuraban en la foja de servicio de los docentes; clasificar anualmente al personal en ejercicio; dictaminar en todos los pedidos de movimiento de personal; intervenir cuando mediara apelación en los reclamos sobre calificaciones; y seleccionar de acuerdo a sus méritos a los aspirantes a los concursos.

Con respecto a los legajos docentes, era común que la mayor parte del puntaje acumulado correspondiera casi exclusivamente a la antigüedad. Su implementación significaba un estímulo para los docentes en ejercicio, posibilitando que la cobertura de las vacantes existentes se realice con personal de demostrada capacidad técnica. Según se fundamentaba en el texto de la ley, con esto se perseguían los objetivos de “optimizar la utilización de los recursos humanos” mediante “un aumento de la

58 eficiencia interna” y concretar el “principal objetivo: la selección de agentes capaces”. En la práctica, la reforma apuntaba a que el concurso durara más tiempo, tuviera más “pruebas” y que todo el proceso a nivel local estuviera controlado por los inspectores y los responsables del Tribunal. Estos mecanismos se conservaron sin mayores modificaciones hasta el fin de la dictadura.

En el caso del Estatuto del Docente nacional, de acuerdo a los estudios de la historia Laura Rodriguez83 una de las primeras modificaciones que se hicieron al Estatuto fue la destinada a suspender los artículos que establecían los llamados y el régimen de concurso para cubrir los cargos de preceptores, subjefes y jefes de preceptores para todas las ramas. A principios de 1976 el gobernador de la provincia de Buenos Aires publicó dos medidas que le permitieron dar de baja, dejar cesantes y disponibles a cientos de docentes sin la elaboración de un sumario previo. Estas fueron la Ley de Prescindibilidad por un lado, y la suspensión de varios artículos del Estatuto del Magisterio y de la Ley de Educación provincial, por el otro.

En julio de 1976 se suspendieron “por el término de 180 días” la vigencia de los algunos incisos, varios artículos y el artículo 29 de la ley de educación. El propósito era lograr “la erradicación de la penetración ideológica existente en los diversos sectores de la docencia”. Dichos artículos estaban referidos a la estabilidad en el cargo, categoría, jerarquía y ubicación; a la libre agremiación; a la situación de disponibilidad; a la promoción de hecho y a los derechos del docente ante situaciones de racionalización, cambios de estructuras o planes de estudio. En el texto de la ley se fundamentaba esta medida citando el “Acta de la Junta Militar” en la que se fijaban los “Propósitos y Objetivos Básicos del Proceso de Reorganización Nacional” que disponía la conformación de un sistema educativo “acorde con las necesidades del país”, que sirviera “efectivamente a los objetivos de la nación” y consolidara “los valores y aspiraciones culturales del ser argentino”. En marzo de 1977 se prorrogó hasta el 31 de diciembre la medida. Se afirmaba que si bien “la tarea ha sido iniciada en forma eficaz, sin arbitrariedades y con una acción caracterizada por la firmeza, eficiencia, austeridad y moralidad”, continuaba la necesidad de eliminar “la penetración ideológica presente en los más diversos sectores de la docencia”, “tarea”, decían, muy “dificultosa”. A mediados de 1978 se extendió nuevamente la vigencia hasta el 31 de diciembre de ese año, con un agregado: se prohibía a los docentes dados de baja por

83Rodríguez, Laura Graciela, (2008), “Las reformas al Estatuto del Magisterio en la provincia de Buenos Aires durante la última dictadura militar (1976-1983)”, en Revista de la Escuela de Ciencias de la Educación. N° 2, Rosario, Editorial Laborde, pp. 137-160. 59

“subversivos” que se incorporaran a los establecimientos de enseñanza no oficial. En la ley se advertía que los establecimientos que “admitieren o mantuvieren” personal de ese tipo, serían inhabilitados por el ministerio. En febrero del año siguiente se prorrogó la vigencia de esta ley (9097/78) y la suspensión del articulado del Estatuto hasta el 31 de diciembre de 1979. Los plazos, afirmaban, eran “exiguos”.

Finalmente, después de casi tres años (abril 1976-diciembre 1979) se levantó la suspensión y hacia el final de su mandato como ministro de educación, Ovidio Solari publicó la ley N° 9589/80 adonde se sustituían once artículos del Estatuto y algunos incisos de otros. Según se fundamentaba, estos cambios perseguían “lograr un eficiente y moderno régimen”. Los artículos fueron reescritos en dos direcciones: ligar la estabilidad de los docentes a la obtención de una calificación de ocho puntos, que antes era de seis; y recortar los salarios de los docentes que las mismas autoridades habían dejado en situación de “disponibilidad”. La primera etapa del Proceso los grandes sindicatos no consiguieron organizar acciones centralizadas de nivel nacional. Hasta 1981 hubo solamente dos paros generales, uno el mismo día del golpe con repercusión casi nula y el segundo el 2 de abril de 1979 que fue lanzado por un sector del sindicalismo peronista y tampoco alcanzó una dimensión nacional total. Para el tema de los docentes, comparando el caso de la provincia de Buenos Aires con el de la nación, encontramos que el gremio que hacía más declaraciones y denuncias contra las autoridades educativas de manera sistemática fue la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) al mando de su secretario general, Alfredo Bravo. Si bien la CTERA no era la única entidad que se manifestaba, fue una de las más críticas y en septiembre de 1977 un grupo comando secuestró a Bravo, quien era maestro, afiliado al Partido Socialista y con presidente de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH). Estuvo detenido- desaparecido por las Fuerzas Armadas hasta junio de 1978. En un contexto de crisis económica agravada, crecientes manifestaciones y el reagrupamiento de los partidos políticos alrededor de la Asamblea Multipartidaria tuvo lugar la marcha por “Pan, Paz y Trabajo84” que involucró a amplios sectores de la sociedad. Le siguió la “Jornada de Protesta” del 22 de julio, la “Marcha del Trabajo” del 7 de noviembre, el “Plan de Movilización Pacífica” a comienzos de 1982 y finalmente la movilización masiva del 30

84 La movilización del 30 de marzo de 1982 fue la mayor expresión de lucha obrera, realizada durante la dictadura cívico militar que sufrió nuestro país entre los años 1976-1983. Convocados por la CGT, cuyo secretario general era Saúl Ubaldini y bajo la consigna "Paz, Pan y Trabajo", miles de jóvenes y trabajadores ganaron la calle, y se dirigieron a Plaza de Mayo. http://www.cta.org.ar/paz-pan-y- trabajo.html 60 de marzo del mismo año que resultó duramente reprimida y cuya consigna fue “decirle basta al Proceso”

Los más de 600 docentes detenidos desaparecidos, lo fueron debido a su ideología política o cosmovisión del mundo. Sin embargo, en la mayoría de los casos fueron producto de su actividad sindical a favor de una mayor dignidad para los trabajadores de la educación que legalmente representaban, al anhelo de encontrar mejores oportunidades educativas para sus alumnos, al compromiso social que desarrollaban junto a sus alumnos en los barrios marginales o a una producción literaria que apuntaba al mejoramiento o superación social de los mismos. En estas actividades, mayoritariamente, y antes de la desaparición del docente, el Estado prestó y decretó el cesanteo del docente o de cualquier otro trabajador, y, por si fuera poco, la humillación que rubricaba el pase a la clandestinidad como de su exclusiva responsabilidad, ya que en el legajo plasmaban como causas figuras tales como el cese de actividades o el abandono del cargo85.

Para el caso de la Provincia de Buenos Aires, más de 100 docentes desaparecidos durante la dictadura. Alfredo Bravo fue uno de ellos. Bravo encabezó una lucha en defensa de la escuela pública, que unió en la acción al entonces fragmentado mapa gremial de los docentes y obligó al régimen a dar marcha atrás. Aquella experiencia convenció a Bravo de que si los maestros pudieron unirse para frenar esa iniciativa dictatorial, también debían lograr su unificación gremial. Lanzado a recorrer el país, intentó vencer resistencias y limar asperezas en cuanto a la modalidad que debía adquirir esa unificación. Ese largo trajinar por el país fructificó el 11 de septiembre de 1973, fecha en que más de 140 sindicatos confluyeron en la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA).

Siendo presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos fue secuestrado, el 8 de septiembre de 1977, mientras daba clases en una escuela de Colpayo y Rivadavia, en Caballito. Fue liberado el 16 de junio de 1978, tras nueve meses y ocho días de cautiverio. La tortura le dejó secuelas vasculares en sus piernas. Cuando recuperó la libertad militó en defensa de los derechos humanos en la APDH, y con el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, fue designado subsecretario de Estado del área de Educación, cargo al cual renunció por la Ley de Punto Final y la

85 OIT-UNESCO “Recomendación Conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la situación del personal docente”. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y Organización Internacional del Trabajo 2008.

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Obediencia Debida. Luego de participar activamente junto a muchos compañeros en la reunificación del Partido Socialista en el 2002, fue aclamado en un congreso partidario como candidato a presidente para las Elecciones de 2003, acompañado por Rubén Giustiniani como candidato a vicepresidente. Falleció el 26 de mayo del 2003.

La dictadura en las escuelas

En las escuelas no se debían hacer reuniones de padres, para evitar que se hablasen temas que la dictadura no quería: era preferible que los problemas de disciplina se trataran individualmente o por grupos pequeños. Se trató de clausurar los mecanismos de participación social en la educación. Incluso se intimidó a Asociaciones Cooperadoras que colaboraban mejorando la educación de sus hijos fomentando hechos culturales. En algún caso, para demostrar que no tenía nada de ocultad, la Cooperadora en pleno fue a mostrar las actas y documentos personales a la comisaría local, para que cesara la sensación de persecución.

El ministerio de Educación solicitaba a las autoridades de los establecimientos la intensificación de la observación de clases y la revisión de apuntes, cuadernos, trabajos prácticos y material bibliográfico. Como listado indicativo de que la educación se utilizaba con fines subversivos, había que centrar la atención en los siguientes aspectos: • Tendencia a modificar la escala de valores tradicionales (familia, religión, nacionalización, tradición, orden, jerarquía) • Desnaturalización del principio de propiedad privada • Interpretación tendenciosa de los hechos históricos, asignándoles un sentido clasista o reivindicatorio de los anhelos populares contra los excesos del capitalismo • Utilización interesada de la Doctrina Social de la Iglesia para alentar la lucha de clases86

Este suceso incrementó el autoritarismo en los colegios secundarios y muchos cambios en las asignaturas escolares. Durante el período que abarca desde 1973 hasta 1975, bajo el nuevo gobierno peronista, se implementó una asignatura denominada ERSA (Estudio de la realidad social argentina), en la cual se apuntaba fundamentalmente a articular el conocimiento con las problemáticas sociales. En ella,

86 Ídem anterior 62 los contenidos estaban organizados en torno a la teoría de la dependencia e inspirados por la pedagogía crítica de Paulo Freire (Porro e Ippolito, 2003). La presencia de esta asignatura en el currículum de la Escuela Secundaria, fue un indicio de ruptura definitiva con el modelo de neutralidad moral propiciado por la escuela normalista. Sus contenidos se organizan alrededor del eje “soberanía o dependencia” y se desarrollan a partir de cuatro áreas interrelacionadas: economía, política, sociedad y cultura, orientándose a promover la conciencia y la participación de los adolescentes en su realidad social. Esta asignatura fue reemplazada, durante la última dictadura militar, por Instrucción Cívica, y luego por Formación Moral y Cívica. En marzo de 1976, el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación dicta una Resolución donde fija los contenidos programáticos de la asignatura que se estaba dictando, en vistas a “alcanzar la vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino”87.

Con el gobierno militar, se produce entonces un retorno a la idea del “hombre argentino” y de la democracia como “forma de vida”. El diagnóstico efectuado por la dictadura militar era que la sociedad argentina padecía de una especie de “enfermedad”: la subversión, y que una parte de la responsabilidad en la formación de la “violencia” debía atribuirse a la escuela88.

La dictadura consideró a la escuela como un aparato de reproducción ideológica, pero no en términos de reproducción de las desigualdades, sino de reproducción de la subversión. De allí que las prácticas educacionales impulsadas desde la dictadura estaban orientadas hacia la producción del orden y la obediencia89

En 1977, la Junta Militar aprueba el Proyecto Nacional (en el marco del Proceso de Reorganización Nacional), con un capítulo dedicado a la enseñanza, fundado en una concepción católica, nacionalista y autoritaria. En el marco de la “Doctrina de la Seguridad Nacional”, uno de los mandatos que se le da a la escuela es la restitución de las relaciones jerárquicas “patrón-obrero”, “padre-hijo”, “profesor – alumno” conforme a la estructura de la “sociedad disciplinaria”. El discurso oficial indica que es necesario defender los “valores tradicionales” de “la patria”, en el marco de la “civilización occidental y cristiana”.

87 La otra sociología http://laotrasociologia.blogspot.com/2010/09/un-recorrido-historico-sobre-la.html 88 Ibídem 89FILMUS, Daniel. Estado, sociedad y educación en la Argentina de fin de siglo: Proceso y desafíos. Buenos Aires, Troquel, 1996 63

En este contexto, la asignatura ERSA (Estudio de la realidad social argentina) es sustituida por Instrucción Cívica, y más tarde por Formación Moral y Cívica. A pesar de tratarse de un sistema educativo legalmente laico, los contenidos imponían una educación en los valores religiosos del catolicismo. En cuanto al papel del Estado, se lo identifica con el control –fundamentalmente del sistema económico y financiero, y con la potestad de defensa del territorio “nacional” de las fuerzas e ideologías “anti- argentinas”. Como dijimos más arriba, el “ciudadano” es sustituido por la categoría universal y abstracta del “hombre argentino”, y se lo identifica con “la persona que habita en la ciudad y que goza de obligaciones y de derechos”, aunque los derechos nunca terminan de enumerarse.

La inclusión de la materia fue elogiada por distintos grupos de católicos, como los nucleados en el CONSUDEC (Consejo Superior de Educación Católica Argentina). Sin embargo, la aparición de esa asignatura fue muy criticada por organizaciones judías, evangélicas, laicas y de editorialistas de diarios como La Nación. Las distintas voces cuestionaban los contenidos católicos e incluso hubo versiones que aseguraban que Llerena Amadeo implementaría seguidamente la asignatura “Religión”. Debido a estas polémicas que tuvieron una gran cobertura de la prensa, el ministro tuvo que modificar algunas partes de los programas y salir a desmentir que se pretendiera introducir la enseñanza religiosa.

En 1981, Instrucción Cívica pasa a llamarse Formación Moral y Cívica, donde se incorporan explícitamente más contenidos morales y católicos, siendo el eje del trabajo curricular “el hombre” y sus realizaciones sociales, económicas, culturales y políticas. Los derechos aparecen como la contrapartida de las obligaciones y deberes. El ciudadano, más que portador de derechos, se define como “titular de deberes”: el deber de respetar las leyes, el deber de vivir honestamente sin transgredir las normas morales, el deber de trabajar, el deber de participar legítimamente en la vida social. El referente legitimador, en un esquema en el que no se contemplan elecciones libres, es “la patria” o “la nación”, la defensa del orden y “el estilo de vida democrático”. Con esta materia, se pretendía volver a “las viejas prácticas de la moral y las buenas costumbres” que habían sido alteradas por los avances de “la subversión”90.

90PORRO, I. e IPPOLITO, M. “Educación política y régimen político. Un recorrido por la enseñanza de lo político en la escuela media argentina (1953-2003)”, Trabajo Presentado en el 6to. Congreso de Ciencia Política de la Sociedad Argentina de Análisis Político, Universidad Nacional de Rosario, 5 al 8 de noviembre de 2003 64

Capítulo 4: La dictadura en Vicente López

En este capítulo trataré el tema de las desapariciones durante la dictadura en el partido de Vicente López y zona norte que se produjeron en fábricas y empresas. En general, las desapariciones se dieron al oeste del partido, siendo la ruta Panamericana el límite geográfico. En esas localidades (Florida, Munro, Villa Adelina y Villa Martelli) se ubicaban la mayoría de las fábricas y empresas de Vicente López.

Desapariciones en fábricas

La Zona Norte del Gran Buenos Aires, tuvo en la década de los ´70 un importante cordón fabril con gremios que fueron alcanzando una destacada participación en lo concerniente a la lucha por recuperar los sindicatos que, según denunciaban, estaban en poder de dirigentes sindicales que respondían más a los intereses patronales que a los de los trabajadores, haciendo oídos sordos ante sus reclamos por mejoras salariales, de higiene y seguridad laboral91.

En el caso puntual de las fábricas productoras de artículos de cerámica, se trabajaba con temperaturas que excedían los 50° grados centígrados, lo que en muchos casos producía esterilidad debido al calor de los hornos a los que debían ingresar estando prendidos, tenían serias dificultades respiratorios por la aspiración de polvillo de arcilla por falta de extractores adecuados y problemas de columna derivados del esfuerzo físico que realizaban al arrastrar las pesadas zorras sobre barro resbaloso. Las instalaciones de las fábricas eran deficientes, muchas no contaban con salón comedor, servicios sanitarios indispensables para el aseo, etc.

La movilización de los trabajadores (mediante paros, tomas de plantas, concentraciones) y la toma de la Federación Obrera Ceramista Filial 2 de Villa Adelina en 1973 forzaron a la conducción nacional de la Federación Ceramista de la República Argentina (FOCRA) a convocar a elecciones en el sindicato zonal, resultando ganadora la Lista Marrón, opositora, políticamente identificada con la izquierda (cuyos integrantes pasaron luego a ser perseguidos).

Cientos de obreros ceramistas que trabajaban en fábricas de la zona se dirigieron hacia allí solidarizándose con compañeros que habían quedado dentro de la

91Prensa de la Comisión Juicio Campo de Mayo Participan organismos de Derechos Humanos, entidades sociales y gremialeshttps://comisionjuiciocampodemayo.wordpress.com/ 65 filial en manos de los hombres de Roberto Salar, jefe de control de calidad de Lozadur, quienes al verse rodeados y por temor a la reacción de los trabajadores, deciden salir pidiendo se arme un cordón que garantice su seguridad al retirarse.

A los dos meses del triunfo, el 21 de agosto de 1973, la nueva conducción local debió enfrentar el intento de los hombres de Salar de recuperar por la fuerza el sindicato. Armados con ametralladoras y granadas de gases lacrimógenos intentaron forzar la puerta de entrada y saltar por las medianeras traseras para recuperar el edificio, objetivo que lograron.

Frente a este hecho, los activistas desalojados se dirigieron a las fábricas ceramistas y luego de asambleas multitudinarias se decidió paralizar la actividad y marchar hacia el sindicato. La situación se cargó de gran tensión y la correlación de fuerzas volvió a invertirse: quienes habían ocupado recientemente el edificio pedían ahora que se garantizara su seguridad para abandonarlo. Luego de extensas negociaciones se acordó la realización de un cordón humano para garantizar la salida de los ocupantes. En este contexto, se produjo la primera víctima del conflicto de los ceramistas de la zona norte del gran Buenos Aires: cuando se iban los ocupantes, Líder Quirós efectuó dos disparos de pistola, hiriendo de muerte a Juan Carlos Baches, uno de los obreros movilizados. 92.

Los conflictos en las fábricas venían sucediéndose desde 1973 y en el sindicato de Villa Adelina se suscitaba un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda del peronismo. Después del Golpe de Estado de 1976, la Federación Obrera Ceramista fue intervenida y quedó a cargo del comandante de gendarmería Máximo Milarck. En 1977, los trabajadores de Lozadur iniciaron un reclamo salarial con medidas de fuerza. El interventor convocó al personal de la fábrica y les planteó que “si no deponían su actitud de trabajar a jornal y hacer la producción, alguno iba a tener que lamentarse”. Luego, dos operarios de la fábrica, Villanueva Pablo (desaparecido el 3/11/77) y Rodríguez fueron citados a la delegación del Ministerio de Trabajo y allí, en presencia del Jefe de Personal de Lozadur llamado Pedro Penna, el Comandante Máximo Milark y un capitán de apellido Martínez, les anunciaron que debían avisar a los demás trabajadores que abandonaran los reclamos pues de lo contrario ellos

92 Ibídem 66

“serían encuadrados en la ley de seguridad o el decreto 20.400”, normas que prohibían el derecho de huelga y la actividad sindical93.

Según un estudio publicado por el historiador Daniel Dicósimo94, los operarios y empleados de la industria recurrieron, entre 1976 y 1983, a distinto tipo de medidas de fuerza para oponerse a directivas empresarias o para satisfacer sus demandas. En la descripción de los motivos del conflicto ya enumeramos algunas de las formas que registran las fuentes: ocupación de establecimientos, denuncias ante las autoridades administrativas del trabajo, paros generales y parciales. La flexibilización salarial, coherente con los principios económicos liberales de la dictadura, tuvo un impacto contradictorio sobre las acciones reivindicativas de los trabajadores. Por un lado, dificultó una articulación de la protesta y las medidas de fuerza, pesando en su contra las diferencias respecto a los ingresos entre ramas de actividad, entre empresas grandes y pequeñas, en el interior de las escalas salariales de cada actividad y entre los obreros calificados y los peones. No obstante ello, los conflictos fueron estimulados por la disminución de la intransigencia patronal y del poder coercitivo de los despidos, debido a la situación de pleno empleo en que funcionó el mercado de trabajo entre 1976 y 1978.

Luego de las desapariciones, familiares de los desaparecidos y algunos trabajadores de Lozadur dirigen una carta a Monseñor Aguirre, Obispo de San Isidro, para que interceda aclarando el paradero de sus compañeros: Juan Pablo Lobos, Segundo Figueroa, Francisco Juan Blatón, Salvador Miguel Scarpato, Jorge Ozeldín, Juan Carlos Panizza, Faustino Romero, Pedro Ponce, José Agustín Ponce, Felicidad Abadía Crespo, Dominga Abadía Crespo, Sofía Tomasa Cardozo, Elba María Puente Campo, Ismael Notaliberto, Francisco Palavecino y Ramón Pablo Villanueva. En la misma consignan que sus demandas se relacionan con un justo reclamo salarial y pedido de mejoras en las condiciones de trabajo, así como malos tratos, despidos y suspensiones de trabajadores que efectuaban reclamos, paseos diarios por las secciones de la fábrica de policía interna haciendo ostentación de armas. También denuncian las “visitas” amenazantes del ejército y refieren que ante las gestiones defendiendo su fuente de trabajo fueron prevenidos por el delegado regional del Ministerio de Trabajo, Sr. Sánchez, a que abandonaran las gestiones, pues “iban a ir

93Comisión Juicio Campo de Mayo POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA, CASTIGO A LOS GENOCIDAS https://comisionjuiciocampodemayo.wordpress.com/juicio/obreros-ceramistas- desaparecidos-en-zona-norte/ 94Dicósimo, Daniel Los trabajadores argentinos y la última dictadura. Oposición, desobediencia y consentimiento, Tandil, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, 2016 67 de civil a llevarse a algunos obreros de sus domicilios”. Hecho que motiva se dirijan a pedir garantías por sus vidas en la Nunciatura Apostólica.95

Algunas versiones refieren que regularmente las empresas Cattaneo y Lozadur enviaban informes sobre la evaluación de los conflictos al Arsenal Esteban de Luca de Boulogne y algunos de ellos fueron detenidos y llevados a dicho Arsenal como medida intimidatoria, siendo luego liberados96.

“La mayoría de los desaparecidos de la zona pasaron por Campo de Mayo y forman parte de esa causa. También hubo otros compañeros (trabajadores de las empresas Cattaneo y Lozadur) que terminaron en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada)”, cuenta Delia Belardinelli, cuyo marido, legislador provincial, Ricardo de la Lama, fue secuestrado en 1976 por bandas de la última dictadura y permanece desaparecido. Vicente López, por ejemplo, es el distrito de zona norte97 que más desaparecidos tiene, con alrededor de 220 casos, y gran parte de ese número estuvo detenido en el centro clandestino de Nuñez.

El Coronel Pedro Ursini fue el militar designado para conducir y administrar el municipio más rico del conurbano durante los duros años del 78 hasta el 83, cuando la recuperación democrática ubicó en ese cargo al radical Jorge Sabbattini, y a pesar de este contexto (los juicios los hace el lector), fue un personaje que no respondía a los cánones de los dictadores, ya que tuvo iniciativas que podrían considerarse como progresistas. Fue el creador de los centros periféricos Burman y Ravazzoli, los que ahora se conocen como U.A.P (Unidades de Atención Primaria) en dos barrios que en la década del 70 estaban muy retrasados con respecto a los centrales de Vicente López, como Carapachay y Villa Martelli. Ideó y gestionó el túnel bajo nivel de la avenida Mitre, que terminó inaugurando el gobierno radical, el que hizo el edificio de la casa de la cultura en Ricardo Gutiérrez frente a la plaza de Olivos, comentó la historiadora de Vicente López Cristina Mirabelli98.

Siguiendo lo expuesto por la historiadora Mirabelli, Pedro Ursini, el intendente de Vicente López durante la dictadura, permitía a los obreros de Mantenimiento municipal un régimen horario que compensaba los bajos salarios característicos de

95 Ibíd. pág. 96Prensa de la Comisión Juicio Campo de Mayo Participan organismos de Derechos Humanos, entidades sociales y gremialeshttps://comisionjuiciocampodemayo.wordpress.com/ julio 2011 97 GBA Norte: Vicente López, San Isidro, San Fernando y Tigre 98 Vecina e Historiadora de Vicente López 68 aquellos años en el Estado, y no fue denunciado por violaciones a los Derechos Humanos, aunque sí se produjeron hechos de este tipo durante su mandato, pero fueron adjudicados a la Inteligencia Militar y los Grupos de Tareas.

La prensa cuenta su historia

Consultando la prensa local sobre el período investigado, el diario Lo Nuestro, comparte su opinión, a través de su director Miguel Armaleo en una entrevista telefónica el día 8 de marzo de 2017:

“Nacimos en un momento más que difícil para la Argentina. Las balas surgidas de los fusiles de la dictadura militar ya se habían cobrado miles de muertos y sembrado el terror en toda la nación. Junto a las muertes y el miedo, los argentinos comenzamos a incorporar muy lentamente a nuestro lenguaje cotidiano la palabra desaparecido. Con los años se convirtió en una cuestión que ya nadie podría soslayar de la triste realidad. Semejante “atropello y barbarie“emanada del denominado proceso militar, no tenía otro fin que la implementación de un plan económico de profunda raigambre neoliberal. Para llevar a cabo el modelo (que no hacía más que comenzar el camino de la exclusión y marginalidad social y el desmantelamiento de nuestra industria nacional), el Proceso Militar reclutó a cientos de civiles que le sirvieron de cómplices. Y en esa saga de complicidades y genuflexiones también ingresaron parte de las empresas periodísticas y muchos “profesionales”: los “Bernarditos” y los “Marianitos”. En el orden zonal, un sector del periodismo también sucumbió ante la tentación del poder de turno. Y aún lo siguen haciendo”99.

El diario Lo Nuestro, nacido en 1978, desde el periodismo, fue la contracara de esa realidad. El compromiso profesional nos llevó indefectiblemente a ser testigos de las cuestiones cotidianas. Decir y contar lo que otros callaban era nuestro principio rector. Y por eso pagamos nuestro precio. Sin lugar a dudas, fuimos mucho más afortunados que cientos de colegas periodistas que pagaron con su vida el buscar la verdad. Pero no zafamos de las “visitas” de los uniformados. A pocos meses de salir, fuimos “invitados” a subir a un camión militar que nos llevó a lo que había sido la casa de Perón en Vicente López. Allí, en la calle Gaspar Campos, donde funcionaba, luego

69 de haber sido ocupada ilegalmente, un centro de operaciones militares, un tal capitán Vacaro nos hizo las “recomendaciones del caso”. Y como esto no siempre funcionaba, cada tanto venían los “muchachos de los servicios”, con el diario marcado en aquellas notas “no muy recomendables”.

“Con escasos 22 años de edad, los que dimos vida a Lo Nuestro salimos al ruedo a ganar un espacio periodístico. Sólo cargábamos en nuestra mochila el diploma de periodistas, la pasión y las tremendas ganas de contar la realidad y lo que otros medios de aquel entonces venían callando. Simplemente intentábamos ser como aquellas aves que aguijonean hasta lograr el objetivo: en este caso la verdad. Tal vez demasiado jóvenes para enfrentar semejante responsabilidad. No tuvimos un punto de apoyo en el periodismo regional, en el cual nos reflejáramos. Pagamos nuestro precio”. Pasaron 30 años, y como muchos colegas sostienen, hay un antes y un después en el periodismo regional tras la aparición de Lo Nuestro. Fuimos el primer medio de prensa regional en zona norte. Anteriormente, el periodismo gráfico se circunscribía a un solo, en el mejor de los casos dos, municipios. Rompiendo esa tradición, Lo Nuestro ganó la calle de una manera distinta. A la calidad profesional le agregamos una cantidad de ejemplares antes nunca vista. También hicimos mucho hincapié en la distribución gratuita. En otras épocas muchos periódicos se vendían, pero con la irrupción de Lo Nuestro se debieron entregar gratuitamente a los vecinos. Nos constituimos en los precursores de la distribución gratuita en grandes negocios y supermercados. Un éxito que, con el correr del tiempo, imitaron otros colegas. Así finaliza telefónicamente el director del diario con su recuerdo de esos días nefastos.

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Capítulo 5: las desapariciones en Vicente López, un panorama general

El objetivo de este capítulo es analizar y relacionar la participación política/social/religiosa de los estudiantes secundarios de Vicente López con sus desapariciones y el impacto en sus entramados familiares y sociales. En este análisis hemos querido desarrollar en forma descriptiva el proceso que se produjo en Argentina desde la década del ’60 donde se hace masivo el surgimiento de las guerrillas. Luego se analizará lo sucedido en el partido de Vicente López. Dentro del contexto histórico, político, social general buscaremos cómo repercutió en un área específica - los sujetos sociales-y qué grado de complicidad tuvieron, cómo afectó la vida cotidiana y cómo soportaron la violencia. Por último se nombraran los estudiantes secundarios desaparecidos, objeto de estudio central de este trabajo, señalando su participación o no en algún movimiento en contra de los militares.

Antecedentes:

Las organizaciones revolucionarias.

En el partido de Vicente López hubo cerca de 300 desaparecidos, entre ellos hubomás de 30 obreros y17 estudiantes secundarios. El resto era trabajadores de diferentes ramas. La mayoría militaba en alguna agrupación política: Juventud Peronista, Juventud Guevarista, Partido Comunista, Partido Revolucionario de los Trabajadores y Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), o simplemente eran estudiantes sin ninguna vinculación política. La Juventud Peronista, más conocida como JP, englobaba al sector juvenil del Movimiento Nacional Justicialista, es el órgano mayoritario y quizás más fogueado de todos los nucleamientos juveniles de nuestro Movimiento. (…) Nosotros somos los que ahora con el General en el Gobierno y el Poder, vamos a exterminar en esta lucha dogmática a los enemigos del Movimiento. Y somos los que vamos a institucionalizar la Revolución Peronista con fanatismo y hasta las últimas consecuencias100.

100Muciaccia, Juan Alfredo, entrevista que le hizo El Caudillo en su número 5 del 14 de diciembre de 1973, en Besoky, J. (2016). La derecha peronista: Prácticas políticas y representaciones (1943-1976). Tesis de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1280/te.1280.pdf 71

El 23 de agosto de 1962, a las 20:30 horas, otro de los fundadores de la Juventud Peronista y obrero metalúrgico, Felipe Vallese, es secuestrado en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Flores. Sus captores fueron integrantes de la policía de la provincia de Buenos Aires, Unidad Regional San Martín, comandados por el inspector Juan "El Tano" Fiorillo, quien 20 años después será mencionado en las listas de la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas (CONADEP) como torturador en el campo de concentración "Omega", durante la dictadura militar iniciada en 1976. Felipe Vallese no aparecerá nunca. Algunos lo consideran el primer desaparecido de la historia argentina contemporánea en tanto otros opinan que lo fue Juan Ingallinela, dirigente comunista detenido y torturado por la policía en junio de 1955 durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón cuyo cuerpo nunca fue encontrado101.

En julio de 1963, el gobierno radical de Arturo Illia promulga una amnistía para todos los presos políticos. Son liberados, entre otros, los iniciales fundadores de la Juventud Peronista Rearte, Rulli, Spina y El Kadri, quienes se abocan a reorganizar la JP, que había sufrido duros golpes por la represión implementada por el Plan CONINTES (Plan de Conmoción Interna del Estado - Decreto 2.628/13 de marzo de 1960 - Gobierno radical de Arturo Frondizi)102.

La Juventud Guevarista fue una organización política juvenil donde se organizaron trabajadores ocupados y desocupados, estudiantes, artistas, y todos los jóvenes que adhieran a los ideales y objetivos de terminar con el actual sistema de opresión, por la conquista de una sociedad más justa y libre, sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos.

La Juventud Guevarista asumió el Guevarismo, sintetizando en el Comandante Ernesto Che Guevara el ideal rebelde que pretendieron alcanzar todos “los jóvenes que luchamos contra la miseria, la opresión, la explotación, el hambre y la entrega. También consideramos que paralelamente debemos ir creando y forjando un Nuevo Hombre, guiado por grandes sentimientos de solidaridad y amor al pueblo. La Juventud Guevarista nace para avanzar en la organización de la rebeldía, para fortalecer la Resistencia Popular”.

101Flax, Rocío, El caso de La Cámpora. Vol. 2, Tesis presentada con el fin de cumplimentar con los requisitos finales para la obtención del título de Doctor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en Letras, Buenos Aires, 2004 102Flax, Rocío, Op. cit. 72

Adriana Taboada, integrante de la Comisión de Memoria y Justicia de Zona Norte, ex alumna del ex Nacional de Vicente López y compañera de los estudiantes desaparecidos, afirma que casi todo el grupo que desapareció había estado afiliado a la Juventud Guevarista.

Por su parte, el Partido Comunista Revolucionario (PCR) es el partido político revolucionario del proletariado argentino. El propósito es dirigir al proletariado y las masas populares en la lucha revolucionaria contra sus enemigos (el imperialismo, los terratenientes y la burguesía intermediaria del imperialismo) hasta lograr el objetivo histórico de la clase obrera: la dictadura del proletariado y la sociedad comunista. El 6 de enero de 1968 se produjo la ruptura más grande que tuvo el Partido Comunista de Argentina, producto de un complejo proceso que cuestionó la línea oportunista de ese partido y sus métodos antileninistas. Nació con las grandes puebladas que conmovieron a la dictadura encabezada por el general Onganía (1966-1970) y del histórico Cordobazo (pueblada conducida por el movimiento obrero cordobés, en mayo de 1969). En esa época “los estudiantes encendieron la mecha, y los obreros y las masas hicieron arder la Argentina. Nosotros dirigíamos la FUA [Federación Universitaria Argentina] cuando se encendió la mecha. Y luego, el Smata Córdoba (seccional del sindicato de mecánicos dirigido por René Salamanca, miembro del Comité Central del PCR)”, explica Otto Vargas103

El Partido Revolucionario de los Trabajadores fue fundado en 1965 a partir de la confluencia entre el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP), movimiento indoamericanista liderado por Mario Roberto Santucho, y Palabra Obrera, agrupación trotskista liderada por Nahuel Moreno. En 1968, en vísperas de la realización de su IV Congreso, un grupo de militantes identificados con Nahuel Moreno se escindió, conformando el PRT-La Verdad. Por su parte, los militantes identificados con las posturas de Mario R. Santucho asumieron el nombre de PRT-El Combatiente (en adelante PRT), denominación claramente alusiva a la decisión de este último grupo de iniciar en lo inmediato la lucha armada como parte de su estrategia para la toma del poder (tema central, éste, de las disputas que determinaron la fractura de la corriente morenista). A mediados de 1970, el PRT celebró su V Congreso y allí dio carta de fundación al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). A partir de entonces el PRT-ERP llevaría adelante una intensa y variada actividad política y militar que lo erigiría como la organización de la izquierda revolucionaria de mayor incidencia en el

103VARGAS, Otto, El marxismo y la revolución argentina, Tomos 1. (1987). Editorial Ágora.

73 escenario político nacional fuera del peronismo y la más activa militarmente. Si bien desde su surgimiento, adscribiendo al modelo leninista de organización, el PRT se postuló como partido clandestino de cuadros, estimuló, a su vez, la formación de distintos “frentes” –expresiones legales de sus alianzas y acuerdos con diversas agrupaciones políticas, gremiales y sociales así como con dirigentes independientes– con el objetivo de canalizar y orientar la movilización popular y alcanzar una mayor gravitación en la arena política nacional104.

Hubo una fuerte influencia de la Revolución Cubana y del FLN vietnamita (organización político-militar). En su matriz ideológica coincidieron en un momento donde el marxismo en Argentina no había salido de la polaridad entre trotskismo y estalinismo, las tendencias latinoamericanista, leninista, y guevarista, consideradas por algunos intelectuales como "vietnamitas", lo transformaron en una identidad política "nueva" para esos tiempos.

Llevó adelante una marcada política internacionalista, pues desde su origen en 1965 hasta agosto de 1973 constituyó la sección argentina de la Cuarta Internacional, de la cual se separó por el rechazo de la organización trotskista a la lucha armada como vía para la toma del poder. A principios de 1974, el PRT impulsa la creación de la Junta de Coordinación Revolucionaria que también integró el Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros de Uruguay, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia.

A partir de 1973 el objetivo del ERP sería convertirse en un ejército guerrillero regular, de esta manera se crean nuevas unidades, donde cada zona debía formar un pelotón, cada regional importante debía formar una compañía y las regionales Gran Buenos Aires y Tucumán debían contar cada una con un batallón (hay que recordar que el PRT dividía al país en dos zonas operativas: urbana y rural, donde Buenos Aires ocupaba el centro de la primera, mientras que Tucumán lo era de la segunda).

Una de las diferencias de más importancia entre Santucho y Montoneros105se refería a Perón. Santucho sostenía que la revolución socialista debía hacerse con las

104Carnovale, Vera, Sociohistórica, Cuadernos del CISH 27, primer semestre 2010, págs. 41-75

105MONTONEROS: fue una organización guerrillera argentina de la izquierda peronista que desarrolló la lucha armada entre 1970 y 1980.Sus objetivos iniciales fueron la desestabilización del gobierno de facto autodenominado Revolución Argentina (1966 - 1973) y el retorno al poder de Juan Domingo Perón. Una 74 armas sin importar si en el poder de turno había una democracia elegida por el voto popular o fuerzas militares. Montoneros sostenía que podía hacer la revolución de la mano de Perón, quien mostraba simpatía con la clase obrera y distancia con el capitalismo, en tanto para Santucho, Perón era un impostor a quien se debía desenmascarar.

Las desapariciones

Aunque nuestro objeto de estudio son los estudiantes desaparecidos, nos pareció importante mencionar a todos los desaparecidos del partido, ya que en los imaginarios Vicente López aparece como una comunidad de clase media y se desconoce el polo fabril y las víctimas de ese sector laboral.

Los testimonios que usé son orales y escritos. Los testimonios orales provienen de vecinos del partido de Vicente López que vivieron en el partido durante la última dictadura militar, ex alumnos de la Escuela Nacional N°1, familiares de algunos desaparecidos y periodistas locales.

El 26 de mayo de 1976 fue secuestrado Francisco Juan Blatón de 18 años de edad, trabajador de una fábrica de cerámica de Munro. Al no encontrarlo en su domicilio cuando efectúan el operativo se llevan a sus padres, obligando a su madre a llevarlos al lugar de trabajo de Francisco, secuestrándolo en la puerta de su trabajo. Tanto sus padres como Francisco son llevados a la ESMA. Allí Francisco es torturado en presencia de su padre a quién utilizan para sacarle información. Con posterioridad liberan a la madre y días después al padre, mientras que Francisco permanece aún desaparecido. Su caso fue denunciado ante la embajada de Bélgica, país de origen de los padres.

“El 26 de mayo de 1976, un grupo de hombres portando gran cantidad de armas, unos de civil y otros uniformados, se presentaron en el domicilio de la familia Blaton y preguntaron por Francisco Juan, de 18 años. Eran las 6.30 hs. y éste ya vez que asumió la Presidencia Héctor José Cámpora sus acciones de violencia se dirigieron a la instauración de un “Socialismo Nacional”, al que consideraban la evolución natural del peronismo. Si bien durante sus primeros años recibieron el apoyo de Perón y de buena parte del Movimiento Peronista, a partir del asesinato del dirigente sindical José Ignacio Rucci sus acciones provocaron el rechazo de su líder y el alejamiento de los sectores sindicales y políticos del peronismo, llevándolos a un gradual aislamiento

75 había salido rumbo a su trabajo. Los hombres obligaron a los Blaton a subir en sendos vehículos. Los encapucharon, y maniataron al señor Blaton, quien fue arrojado al piso del coche. Fueron así conducidos a una dependencia aparentemente militar, donde fueron interrogados sobre el lugar de trabajo del hijo, cada uno por separado, durante una media hora, sufrieron insultos y amenazas. Por fin llevaron a la señora Blaton, siempre encapuchada y acostada sobre el asiento del auto, a recorrer una zona de Munro hasta encontrar la fábrica de cerámica donde trabajaba Francisco Juan, cuya dirección exacta su madre ignoraba. Pudo escuchar el grito de su hijo cuando lo introducían en el otro automóvil: ‘Madre, dónde estás que me van a matar!’. Después los vehículos se pusieron en marcha, y la señora fue liberada en un lugar solitario. Su marido había quedado como rehén en el local donde fueran interrogados”. (Extracto del testimonio de secuestro de Francisco Juan Blaton),obrero ceramista, detenido-desaparecido)106.

Una estudiante, en particular, pertenecía a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Su nombre era Gabriela Mónica Petacchiola. Era alumna de 5º año en el Colegio “Ceferino Namuncurá”, situado en Florida, provincia de Buenos Aires. Es la única registrada en la UES que vivía en Vicente López. Fue secuestrada- desaparecida el 8 de octubre de 1976 en Olivos, partido de Vicente López. Trabajaba como empleada en tanto cursaba sus estudios. Fue vista en el CCD ESMA antes de su asesinato. También las hermanas Leonora y María Zimmermann Francani, de 17 y 18 años, fueron secuestradas en su domicilio de General Paz 1628 Florida, el 23 de octubre de 1976. En una primera investigación se desconoce las causas de sus desapariciones. Asistían al Colegio Nacional de Buenos Aires. En una sola noche, la del 23 de octubre de 1976, fueron secuestrados cuatro estudiantes. Varios alumnos militaban en la Juventud Guevarista, seguida de cerca por los servicios de Inteligencia que se habían infiltrado en el secundario de la calle Agustín Alvarez107.

Pablo Fernández Meijide, fue alumno del Colegio Nacional de Vicente López y del Colegio de Capital Federal. Fue secuestrado en su domicilio a las dos de la madrugada, detenido clandestinamente y asesinado a los 17 años, el 23 de octubre de 1976108.

106Adolescentes detenidos-desaparecidos, Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS, Buenos Aires, 1982

107 Colegio Ceferino Namuncurá 108 BASCHETTI, Roberto, Biografía de Pablo Fernández Meijidehttp://www.robertobaschetti.com/ 76

“Los secuestros y desapariciones de mi hijo, cuenta Graciela Fernández Meijide, de las hermanas María y Leonora Zimmerman y de Eduardo Muñiz estuvieron relacionados con la persecución de la Juventud Guevarista como parte de la desarticulación total del ERP. En documentos que se encuentran en Memoria Abierta109, Graciela Fernández Meijide caracteriza a su hijo Pablo como simpatizante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), tras una breve afiliación a la Federación Juvenil Comunista (FEDE). No quedan dudas tras estos documentos que Pablo sí pertenecía a una afiliación política. Esta organización, el ERP, a fines de 1976 (…) estaba totalmente desbaratada. (…) La desaparición de sus líderes fue el acto de defunción final. ¿A quiénes persiguieron y aniquilaron entonces los estrategas militares? ¿Quiénes quedaban de esa organización? Los integrantes, simpatizantes, allegados o simples conocidos de la Juventud Guevarista, adolescentes de colegio secundario. Éste es el punto en el que esta historia se cruza con las desapariciones del Colegio Nacional de Vicente López y que ocurren cuando el ERP había dejado de actuar y de existir. El grupo de la Juventud Guevarista estaba constituido entre otros por María y Leonora Zimmerman, Pablo Nemirovsky, Leticia Veraldi, Pablo Pizzutielo, Gerardo Szerzon, Liliana Caimi, Luis Nacht, Marisa Giegner. Recuerdan estos dos últimos ‘Las reuniones (…) eran encuentros de amigos que se ponían serios para hablar de temas serios. Creábamos así un ámbito que era sólo nuestro, secreto, donde estaban presentes tanto la aventura como cierta conciencia social (…). Todo era posible entonces para nosotros. Cuba, el Che, nos inspiraban. (…) Queríamos un mundo mejor’. A ellos podía agregarse Eduardo Muñiz –que había participado también del grupo pero al momento del secuestro había pasado por Franja Morada—y mi hijo, que tenía una relación amistosa con ellos y desde hacía ocho meses, algún noviazgo con María. Todos tenían dieciséis o diecisiete años”110.

El origen del episodio según investigó la familia de Pablo fue una venganza personal iniciada por un capitán de la Marina que en 1974 había sido director de ese colegio. Cuestionado por los estudiantes durante su cargo el marino encontró el momento del ajuste de cuentas dos años después cuando ya en plena dictadura pudo marcar en una lista negra los nombres de sus enemigos adolescentes. Con un dato aún más patético: no se llevaron a la gente que buscaban. Según el informe del marino el grupo de tareas debía encontrar a una chica de nombre María de novia con un tal Pablo uno de los estudiantes que había cuestionado al capitán dos años antes.

109 MEMORIA ABIERTA http://catalogo.memoriaabierta.org.ar/cgi-bin/koha/opac- showmarc.pl?id=32261&viewas=html 110 Fernández Meijide, Graciela, “La historia íntima de los derechos humanos en Argentina” (Sudamericana, 2009) 77

Pero María había terminado su relación con aquel Pablo hacía ya tiempo y estaba de novia con otro Pablo el hijo de Graciela Fernández Meijide. Graciela Fernández Meijide formó parte de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) a partir de 1983, y fue luego una de las principales dirigentes del Frente País Solidario (Frepaso). Perdió las elecciones internas por la presidencia de la Nación con el candidato radical Fernando de la Rúa y luego perdió en su carrera por la gobernación de la Provincia de Buenos Aires en 1999.

El grupo de tareas no vio la diferencia no le importó saber que ese chico que para 1974 apenas tenía 14 años ninguna participación había tenido en aquella historia que tanto odio tanto rencor y tanta sed de venganza provocaron en el ánimo del capitán.

Además de estudiantes, también hubo desaparecidos docentes. No hay un número exacto, pero se conocen dos nombres: Esperanza Cacabelos y Eduardo Degregori. Esperanza era profesora de Historia del Colegio Ceferino Namuncurá y hermana de José y Cecilia, ambos estudiantes desaparecidos111. Sus alumnos la recuerdan con inmenso cariño, por ser una persona con la que se podía hablar de política, de ética y de dignidad humana. Formó parte de la Juventud Peronista y en 1972 se sumó a Montoneros. Degregori fue preceptor del mismo colegio. El día 8 de octubre de 1976, en la localidad de Florida, Partido de Vicente López, irrumpieron en el domicilio de la familia Degregori un grupo de civiles armados portando armas largas. Los que violaron el hogar fueron 6 individuos, permaneciendo en la calle más efectivos de esas fuerzas de seguridad las que no fueron identificadas por arma, aunque se identificaron como "coordinación federal". No allanaron su casa ni se llevaron nada.

La madrugada del 23 de octubre de 1976, fueron secuestrados Leonora y María Zimmermann, Eduardo Muñiz, Pablo Fernández Meijide. Días antes arrancaron de su casa a Liliana Caimi, embarazada de 5 meses. En abril de ese mismo año, una fuerza de tareas había asesinado a otro joven, Gerardo Szerzon junto a su hermana Lía. En julio de 1977, fue secuestrada Leticia Veraldi en Cipolletti, donde se había exiliado. Todos tenían entre 15 y 18 años. Todos eran alumnos del mismo Colegio al momento de la desaparición.

111 MEGA CAUSA ESMA http://www.espaciomemoria.ar/megacausa_juicio.php?ju_ID=71&cabezal=megacausa&barra=megacausa&titulo= megacausa 78

“Los días previos a los secuestros, gente de la Policía del Ejército visitaba la escuela y pedía información de sus alumnos. Algunos padres fueron avisados y escondieron a sus hijos, o se exiliaron, eso evitó que el número de desaparecidos fuera mucho mayor”, relata Taboada, ex alumna del colegio. Su amiga Leticia había logrado exiliarse en Cipoletti, pero fue hallada por el aparato de inteligencia represor y secuestrado un año después. Taboada, en la entrevista realizada para esta tesis, relató que se enteró inmediatamente de los compañeros desaparecidos. El primer hecho se produce el 2 de abril cuando asesinan a un compañero de su curso que hacía poco se había cambiado de colegio, iba al Colegio Integral de Munro. Era Gerardo Szerzon que junto a su hermana de 17 años fueron acribillados. Su amiga Leticia Veraldi, compañera de banco, se va del colegio por decisión de su mamá al enterarse del asesinato de Gerardo. La sacan del país y luego regresa y se radica en Cipoletti donde es secuestrada en julio del 77.

Taboada sigue relatando “Pero las acciones dirigidas contra los familiares no se limitan a robos o amenazas. En muchos casos los padres, hermanos o novios de los adolescentes fueron obligados por los secuestradores, a dar indicaciones sobre el paradero de aquellos. La liberación posterior del familiar retenido como rehén o señuelo, demuestra, una vez más, que los grupos operativos tenían la garantía de su impunidad. Además las víctimas liberadas que cuenta experiencias llenan una función necesaria dentro de los mecanismos de terror implantados como reaseguro del sistema: son el vivo testimonio de que ninguna barrera moral habrá de morigerarla represión”. La integrante de la Comisión de Memoria y Justicia de Zona Norte, Adriana Taboada personalmente no sufrió persecución pero sí su familia: su tío preso dos años con una opción de salir del país y varios familiares en el exilio que lograron salir a fines del 75, también Taboada tenía cuatro primos desaparecidos, dos con sus compañeros y una prima que fue secuestrada con su mamá a los tres días de haber nacido.

Como demuestran estos casos, no hubo ninguna resistencia por parte de los desaparecidos ni de sus familiares ya que no sabían a quién recurrir. El colegio estaba sorprendido por lo sucedido pero tampoco hizo nada. En ese tiempo, ya estaba prohibido el centro de estudiantes y lo único que se llegó a hacer fue una marcha frente al colegio para pedir por la aparición con vida de los estudiantes desaparecidos, unos días después de las desapariciones, según comenta en la entrevista Adriana Taboada, ex alumna del colegio, psicóloga y actual integrante de la Comisión Juicios de Campo de Mayo.

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El 16 de septiembre de 1976, que recuerda un hecho represivo conocido como La Noche de los Lápices, trae a la memoria a un grupo de jóvenes estudiantes secundarios que fueron secuestrados por la última dictadura (1976 – 1983) en la ciudad de La Plata. A mediados de septiembre de 1976 en la ciudad de La Plata un grupo de estudiantes secundarios fue secuestrado por las Fuerzas Armadas. Durante su secuestro, los jóvenes fueron sometidos a torturas y vejámenes en distintos centros clandestinos, entre ellos el Pozo de Arana, el Pozo de Banfield, la Brigada de Investigaciones de Quilmes y la Brigada de Avellaneda. Seis de ellos continúan desaparecidos.

La mayoría de los jóvenes tenían militancia política. Muchos habían participado, durante la primavera de 1975, en las movilizaciones que reclamaban el BES (Boleto Estudiantil Secundario), un beneficio conseguido durante aquel gobierno democrático y que el gobierno militar de la provincia fue quitando de a poco, subiendo paulatinamente el precio del boleto, a partir del golpe del 24 de marzo de 1976. Por otro lado, buena parte de los estudiantes integraba la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) y la Juventud Guevarista, entre otras organizaciones.

Este fue un caso emblemático en nuestra historia. El partido de Vicente López no fue ajeno a estos sucesos de persecución política a los estudiantes que militaban en alguna agrupación. Algunos pocos eran integrantes activos en agrupaciones políticas, otros solo participaban activamente en el centro de estudiantes. Sin embargo, no importaba la actividad de cada uno. Según Taboada, "las desapariciones fueron solo por indicios o buchones dentro de la escuela" y que no cree que sus compañeros hayan estado planificando algo malo”.

Los estudiantes desaparecidos, estando dentro o no de alguna agrupación política tenían convicciones más profundas y aspiraban, a partir de su compromiso práctico, a transformar la realidad imperante. En la mayoría de los casos, eran sofocados por la fuerza policial, la cual mediante gases lacrimógenos, por ejemplo terminaban con cualquier intento de expresión que fuera en contra de la autoridad del momento. Otros jóvenes con los mismos ideales de justicia, de solidaridad, de ayuda, de generosidad, eligieron caminos distintos de participación. No querían estar al margen. Desde los centros urbanos, las comisiones gremiales, la catequesis en las villas y los barrios marginales tenían esa intención de contribuir a transformar el orden injusto.

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¿Quiénes fueron los estudiantes y ex estudiantes desaparecidos?

- Floreal Avellaneda: Tenía 15 años cuando fue secuestrado. Su cuerpo mutilado apareció en la costa uruguaya en 1976

-Lía y Gerardo Szerzon: alumnos del Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6) del turno mañana. 19 y 15 años, llevados de su casa en Drysdale 5408 Carapachay, el 2 de abril del 76, sus cuerpos aparecieron masacrados en los bañados de Boulogne.

-Liliana Beatriz Caimi (embarazada, su hijo nació en cautiverio). Ingresa en segundo año al Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6) en 1973 y egresa el 20/03/1975 con destino a la escuela Sarmiento. Desaparece a los 18 años el 11/10/1976

-Eduardo Muñiz: alumno del Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6) desde 1972 proveniente de la Escuela Primaria Nº6. Al momento de su desaparición cursaba el quinto año en el turno mañana. Edad 17 años. Fecha de desaparición: 23/10/1976

-María Zimmermann: Alumna del Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6) desde primer año proveniente de la Escuela primaria Nº8. Al momento de su desaparición tenía 18 años y cursaba el último año en el turno mañana. Fecha de la desaparición: 23/10/1976

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-Leonora Zimmermann: alumna del Nacional de de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6) desde primer año. Al momento de su desaparición tenía 17 años y cursaba el cuarto año. Fecha de desaparición: 23/10/1976

-Pablo Fernández Meijide: alumno del Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6), cursó el 4º4º del turno mañana en 1975. Provenía de la Escuela del Sol. Desapareció a los 17 años el 23/10/1976

-Leticia Veraldi: alumna del Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6), ingresó a primer año en 1973 y egresa el 21/04/1976. Desaparece el 04/07/1976

-Gabriela Pettachiola Conti: alumna del Nacional de Vicente López desde 1973 (ahora EES Nº6), cursaba el quinto Comercial al momento de su desaparición. Ingresó con pase del Instituto Ceferino Namuncurá de Florida. Desapareció el 11/10/1975

-Eduardo Degregori: Ingresó a primer año en 1964 y solicita pase al Nacional Sarmiento el 23/10/1968. Desapareció el 13/06/1976 a los 25 años de edad. En el momento del secuestro era preceptor del Ceferino Namuncurá

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-Gloria Kehoe Wilson: Era la hija de Ernesto Eliseo Kehoe Wilson, productor de cine, y ErciliaAckermann Calvete, ceramista. Gloria estudió la primaria en la escuela Esteban Echeverría, y la secundaria en el colegio Nacional de Buenos Aires. Era inteligente, buena alumna pero muy rebelde y tenía conflictos con sus maestros, por esto último no la dejaron ir a esa escuela su último año y tuvo que asistir a la escuela nacional Vicente López, de la que se recibió en 1973. Desapareció el 13 de junio de 1977

-Martín Belaustegui: Ingresa en 1972 con pase de la Escuela del Sol. Egresó de 5º1º en el Nacional de Vicente López en 1973 con 19 años de edad. Desapareció el 26/07/1977

-Patricia Parreira: Cursó 5º3º en el Nacional de Vicente López en 1969. Provino del Colegio Nacional 10 J.B. Alberdi. En el momento de su desaparición tenía 26 años. Desapareció el 21/01/1977

-José Francisco Flores: Ingresó en 1966 en segundo año al Nacional de Vicente López. Y egresó con pase al Colegio Sarmiento en 1970. Desapareció el 09/09/1976 con 24 años de edad

-Valeria Dixon: alumna de Nacional de Vicente López desde 1968 a 1972. Desapareció el 27/12/1977 a los 23 años

-Gladys Caudet: Ingresó en segundo año Comercial al Nacional de Vicente López en 1970. Finaliza sus estudios en este establecimiento. Desaparece el 03/06/1976 a los 21 años de edad

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-Francisco Juan Blatón: 18 años de edad, trabajador de una fábrica de cerámica de Munro. Militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en Zona Norte del Gran Buenos Aires. Secuestrado-desaparecido por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) el 28 de mayo de 1976 en su lugar de trabajo, una fábrica de cerámicos en Munro, provincia de Buenos Aires.

-Liliana Teresa Certo: Detenida-Desaparecida el 17/5/76 Tenía 18 años Era estudiante de secundaria Fue secuestrada en Munro, Bs. As. No hay testimonio de su paso por un campo de concentración.

Los datos nombrados en este informe fueron suministrados por la ex alumna del Nacional de Vicente López, Adriana Taboada, psicóloga y miembro de la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Zona Norte, investigadora del Centro de Estudios de Genocidio (UNTREF) y forense en causas por delitos de lesa humanidad. También hubo aportes de la autora del libro “El Negrito vuelve a la escuela”, Marina Mapelli.

La Escuela Media N° 6, donde funcionó el Colegio Nacional de Vicente López, junto con el Instituto Superior de Educación Nº39 realizan todos los años, el 23 de octubre para sus alumnos una jornada de Memoria, en homenaje a los al menos 15 ex alumnos desaparecidos en la última dictadura militar. La jornada cuenta con talleres y mesas debate.

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Capítulo 6: Los estudiantes desaparecidos, panorama general y contrapunto

En el siguiente capítulo se presentara un panorama general sobre las desapariciones de los estudiantes de colegios secundarios de Vicente López y un contrapunto (diferencias y similitudes) entre el Negrito Avellaneda y Pablo Fernández Meijide. El objetivo del contrapunto es demostrar que a pesar de las diferencias sociales, políticas y económicas, los dos terminaron con el mismo final: ser un desaparecido durante la dictadura militar. No importa a qué clase social perteneces, si participas o no en algún partido o agrupación juvenil. Si los responsables de este sistema represor notaban que los estudiantes (u otro tipo de persona) podría estar vinculados a la subversión actuaba de tal forma que el final sería su desaparición.

En todos los países de la región hubo dictaduras gobernadas por militares que ejercieron sangrientas represiones e incluso desapariciones, pero en Argentina éstas se consagraron como método represivo sistemático y adquirieron una mayor dimensión cualitativa y cuantitativa. En Argentina, en cambio, los militares actuaban en forma encubierta y negaban hipócritamente su participación en los secuestros y asesinatos de ciudadanos.

La falta de certeza acerca de cuántos fueron los desaparecidos se debe ante todo a que la documentación disponible proviene de las denuncias de sus familiares y/o el testimonio de los sobrevivientes, pero las Fuerzas Armadas no han abierto aún sus archivos ni difundido las listas de los detenidos y ejecutados clandestinamente.

Las denuncias se encuentran más representados los sectores de clase media, profesionales y urbanos, que son mayoritarios también en los organismos de derechos humanos, y que hay una subrepresentación de desaparecidos de otros segmentos sociales bien porque aquellos de menores recursos culturales y económicos no pudieron o no supieron efectivizar las denuncias o bien porque entre los grupos sociales más acomodados se prefirieron realizar gestiones particulares antes que denuncias públicas y/o se ignoró al pariente desaparecido.

La principal característica del sistema represivo adoptado, que lo distingue de otros en América Latina, lo constituye la clandestinidad casi absoluta de los procedimientos. Por ello, la detención de las personas, seguida de su desaparición, y la negativa a reconocer la responsabilidad de los organismos intervinientes, practicado

85 en millares de casos a lo largo de un dilatado periodo, es el instrumento clave del método concebido y utilizado por el Gobierno de las Fuerzas Armadas para actuar sobre sospechosos y disidentes activos. Se trata de la práctica en gran escala del terrorismo de Estado q u e incluye, entre otros elementos, el uso indiscriminado de la tortura, el ocultamiento de la información, la creación de un clima de miedo, la marginacióno complicidad del poder judicial, la incertidumbre de las familias y la confusión deliberada de la opinión pública.

“El 18 de octubre de 1976 personas que se identificaron ante la Rectora del Colegio Nacional de Vicente López como pertenecientes a Fuerzas de Seguridad - aseveración que aquella comprobó mediante llamadas a dos números telefónicos que le proporcionaron- le preguntaron antecedentes de alumnos del Colegio, entre ellos María y Leonora Zimmermann. Las visitas se repitieron durante la semana, y en su transcurso los hombres interrogaron a algunos alumnos sobre la ‘toma de Colegio en 1973’.

Advertidos los padres, por sus hijos, de estos interrogatorios, se presentaron ante autoridades para aclarar la situación. Se les aseguró que nada había contra los muchachos. Estos siguieron concurriendo normalmente al colegio y viviendo en sus respectivos domicilios.

Fueron detenidos precisamente allí, en la madrugada del 23 de octubre de 1976. El primero fue Eduardo Muñiz, luego las hermanitas Zimmermann y pocos minutos después, Pablo Fernández Meijide, novio de María y alumno de cuarto año del Colegio, en 1975. Cuando este último –ya detenido- era descendido por sus captores en el ascensor de la casa de sus padres, aquellos le preguntaron en presencia del portero - quien así lo declaró ante el Juez doctor Mariño-: ‘¿Por qué cambiaste de colegio?’. Con pocas horas de diferencia, el mismo grupo, presuntamente, allanó el domicilio de Leticia Veraldi, de 16años, que había asistido al Nacional de Vicente López hasta los primeros meses de 1976. La joven, que no estaba en su casa, fue detenida en oportunidad posterior, y permanece desaparecida al igual que sus ex-condiscípulos”.Durante el allanamiento, los participantes, que dijeron pertenecer a la Policía Federal, sustrajeron del dormitorio de un hermanito de la víctima, un microscopio y dinero de una alcancía, todo ello propiedad del menor.

En el caso de Gloria Kehoe Wilson, ex alumna y muy recordada en el ex Nacional de Vicente López. De ascendencia suiza alemana e irlandesa, Su padre fue

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Ernesto Eliseo Kehoe Wilson, productor de cine. Nacida en Capital Federal el 25 de septiembre de 1954. Estudió la primaria en la escuela Esteban Echeverría. Durante la secundaria Gloria participó en varios grupos de izquierda, incluyendo la Tendencia Estudiantil Revolucionaria por el Socialismo. En 1973 se unió a la Juventud Peronista, pero para el ‘76 ya había abandonado la actividad política para dedicarse a escribir y estudiar literatura.

En el año ‘74, la pareja de Gloria y Adolfo convivían. Adolfo Luis Infante Allende militaba en el movimiento peronista. Primero vivieron en un departamento en la calle Quintana, pero luego se mudaron a la casa de la abuela de Gloria, ubicada en la calle Sucre No. 2212 en Belgrano. Fueron secuestrados la noche del 13 de junio de 1977, presuntamente por un grupo de tareas de la Armada dirigido por el oficial de inteligencia Jorge García Velazo. Fueron llevados a la ESMA y fueron "trasladados" al poco tiempo.

Su madre Ercilia “Pelusa” Ackermann, ceramista, la recuerda así: “Ya en el jardín de infantes la maestra me decía que Gloria podía llegar a ser actriz. Siempre estaba creando. En su cuarto, siempre estaba produciendo algún acontecimiento. Le gustaba encerrarse a jugar sola con las muñecas, pero no por solitaria sino porque las muñecas se convertían en sus personajes imaginarios (...) Después, ya grande, recogía todos los perros que encontraba por la calle. Un día trajo a dos criaturas que halló en el tren, las bañó, las vistió, les dio de comer (...) La política la marcó en su adolescencia, sin duda alguna”112

Su desaparición fue denunciada por todas partes, incluyendo al nuncio papal Pio Laghi. Su secretario, un cura irlandés llamado Kevin Mullen, les dijo que tenían una lista actualizada de la gente asesinada por los militares, pero su nombre no estaba incluido.

Liliana Certotenía 18 años. Era estudiante de secundaria. Era sumamente tímida. Solo salía para ir al colegio, donde la llevaba y la iba a buscar su madre. Jamás lo hizo sola. El último año estaba asistiendo a un instituto en Munro. Allí debe haber conocido a alguien o algunas personas de algún partido político con quienes debe haberse involucrado.

112BASCHETTI, Roberto, Biografía de Gloria Kehoe Wilson de Infante Allendehttp://www.robertobaschetti.com/ 87

Fue secuestrada el 13 de mayo de 1976 de su hogar en el barrio de Munro, en presencia de sus padres. Cinco personas, que se identificaron como policías, entraron a la casa portando armas largas. Luego de revisar la casa, se llevaron a Liliana con sus documentos. Desde entonces permanece desaparecida.

La noche del 2 de abril de 1976 secuestraron a Lía y Gerardo Szerzon de su casa en Carapachay, Vicente López, junto con otros 32 estudiantes de localidades próximas, en su gran mayoría judíos. El delito de Gerardo fue, aparentemente, el haber distribuido volantes de una denominada Juventud Guevarista. Lía, que no tenía ninguna actividad gremial o política estaba, como su hermano, estudiando.

Su madre había ido al teatro y una hermanita más pequeña se salvó porque estaba en la casa de su abuela a pocas cuadras de distancia. Al día siguiente un tío de los chicos luego de una búsqueda desesperada encontró, en una funeraria de la zona, los cuerpos de ambos que habían sido encontrados en un campo maniatados con alambres y con evidentes señales de torturas, como quemaduras de cigarrillos, etc.

Prácticamente la totalidad de estos adolescentes vivía con su familia. Cursaban estudios en colegios secundarios Estos jóvenes no se ocultaban, circulaban normalmente, mantenían relaciones normales en el ámbito familiar, laboral o en los establecimientos educacionales a los que concurrían. Todo esto hace imposible que pudiera considerárselos como un peligro para la sociedad. Si agregamos a esto que en ninguno de los allanamientos se encontraron armas, ni tampoco material alguno que pudiera ser considerado comprometedor, cabe preguntarse: ¿cuál fue el motivo de estos allanamientos?

Contrapunto: Floreal Avellaneda y Pablo Meijide

Pablo Fernández Meijide. El por qué de su desaparición

En una entrevista al Diario Clarín, la madre de Pablo Fernández Meijide, Graciela Fernández Meijide, charlando sobre su libro "Eran humanos, no héroes", relata que cuando secuestraron a su hijo ni lo tocaron, no hubo ni un exabrupto. "A Pablo le gustaba hablar de política, pero no militaba en ningún lado y los otros

88 compañeros que se llevaron el mismo día habían estado en la juventud guevarista, pero ya no participaban de la militancia".

Pablo Fernández Meijide, fue alumno del Colegio Nacional de Vicente López y del Colegio Bernardino Rivadavia de Capital Federal. Militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de Montoneros, con un amplio bagaje intelectual, con una formación y capacidad que le permitió leer a Hegel a los 13 años. Fue secuestrado en su domicilio a las dos de la madrugada, detenido clandestinamente y asesinado a los 17 años, el 23 de octubre de 1976. Su madre, Graciela Castagnola de Fernández Meijide, fue dirigente de los Derechos Humanos y funcionaria del gobierno de De la Rúa.

Durante las turbulencias políticas que la Argentina vivió durante los 60 y 70, el papel de la juventud “fue clave”, según Fernández Meijide. Más estudiantes en las universidades significaban más militancia política. Muchos jóvenes se enamoraron de la Revolución Cubana y la lucha anticolonial en Argelia. La aparición del papa Juan XXIII le dio espacio a la Teología de la Liberación y parte de los jóvenes católicos de derecha viraron hacia una izquierda nacional.

Algunos apostaron por la vía armada. Para Victoria Moyano, militante del Frente de Izquierda, nieta recuperada, fue central el rol del movimiento obrero y la militancia en las fábricas. Asegura que las bases no seguían a las cúpulas sindicales y querían un cambio radical en la sociedad: desde la economía hasta los valores culturales. Por eso, cree que no era posible la vía institucional: “Sus convicciones eran muy fuertes, estaban dispuestos a entregar la vida por sus ideas”113, dice. Fernández Meijide, en cambio, rechaza la violencia política.

Sin embargo, la escritora Viviana Gorbato, en su libro "Montoneros Soldados de Duhalde114" relata que luego, en su rol de Presidente de la Conadep, Ernesto Sábato se vio acompañado por personajes también de nula imparcialidad, como la dirigente Graciela Fernández Meijide, comprometida ideológicamente con la izquierda y familiarmente con la guerrilla, puesto que tuvo la desgracia de perder un hijo durante

113 Extraídos de una entrevista en el Diario Perfil a Graciela Fernández Meijide y Victoria Moyano, del 23 de marzo de 2014. https://www.perfil.com/noticias/elobservador/derechos-humanos-mas-alla-de-la- dictadura- 20140323-0066.phtml) 114GORBATO, Viviana Montoneros Soldados de Perón. Soldados de Duhalde, Sudamericana. Buenos Aires 1999 – Página 79 citado en https://www.mdphoy.com/la-conadep-un-organismo-infame-que- ahora-se-pretende-imitar-96259/ 22/04/2014 89 la guerra desatada por su hijo en calidad de montonero. Cuenta el ex guerrillero Miguel Angel Lico (uno de los pocos que conservan lealtad y reivindicación a su Jefe Mario Firmenich), que él conoció perfectamente bien a Pablo Fernández Meijide cuando militaban en la U.E.S.115

Finalmente, en la entrevista realizada a la ex integrante del Centro de Estudiantes del colegio donde concurría Meijide, aseguró que Pablo fue confundido con otra persona. Esa persona era el novio de Leticia Veraldi. Y que él no participaba en ninguna agrupación, según tenía conocimiento. En este punto, tenemos contradicciones que aún no logré dilucidar. Si una compañera del secundario que conocía bien a Pablo decía que lo confundieron con otra persona como puede ser otra diga que lo conoció muy bien como militante de la UES. Sin embargo, repasando los datos obtenidos y hablando nuevamente con Taboada me confiesa que es cierto que participaba en la UES pero no creería que estaría vinculado con alguna agrupación guerrillera.

Floreal Avellaneda, la clase trabajadora y el orgullo de la militancia por generaciones

Floreal tenía 15 años. Iba a la escuela secundaria. Quería ser mecánico, hacía deportes y tenía novia. Militaba en la Federación Juvenil Comunista. Había aprendido de su mamá y su papá a soñar con que el mundo podía ser diferente. A los 15 años no tenía motivos para imaginar que por soñar con un mundo mejor lo iban a castigar con la muerte. Fue uno de los pocos militantes del Partido Comunista que fue víctima de las desapariciones. Floreal Avellaneda (padre) creció en el seno de una familia de militantes del Partido Comunista. Su mamá fue una conocida militante de Vicente López, cofundadora de la Liga por los derechos del Hombre, organización creada para defender los presos políticos. Floreal padre se afilió a la Federación Juvenil Comunista, la “Fede”, en 1943.

En la madrugada del 15 de abril de 1976, un grupo de personas atacó la casa, en Munro, donde vivían los Avellaneda. Buscaban a Floreal padre. “Entraron pateando puertas, baleando, con pelucas y anteojos. Uno solo de ellos entró a cara descubierta, que era a quien después pude identificar como Aneto. Floreal escapó por los techos”, comentó la hermana. “Llegaron a casa, yo los vi a través de una ventana, eran una

115 Extraídos de una entrevista en el Diario Perfil a Graciela Fernández Meijide y Victoria Moyano, del 23 de marzo de 2014. https://www.perfil.com/noticias/elobservador/derechos-humanos-mas-alla-de-la- dictadura- 20140323-0066.phtml) 90 cantidad de gente terrible. Tiraban sobre la puerta de entrada, mi hermana vivía adelante y nosotros atrás. Largaron una cantidad de tiros de fal sobre la puerta. Floreal padre, según relató en el juicio, logró saltar por la casa de la vecina y se encontró con uno del grupo que lo identificó, comenzando a disparar. “Yo estoy segura de que a mí me fueron a buscar por los hechos de TENSA. Al momento del secuestro yo no estaba participando de ningún conflicto”, cuenta Floreal padre. Se calcula que hay más de 20 desaparecidos de los 27 delegados que fuimos despedidos de TENSA116.Talleres Electrometalúrgicos Norte SA (TENSA) fue una empresa metalúrgica ubicada en la Avenida Mitre, en la localidad de Munro. Tenía aproximadamente 1.200 empleados, que producían elementos metal-mecánicos para las principales empresas automotrices y otras industrias. Hacia comienzo de la década de 1970, los trabajadores comenzaron una serie de reclamos ya que la empresa no cumplía con sus compromisos laborales en cuanto a condiciones de higiene y seguridad, remuneración por trabajos suplementarios, pago en término de salarios, entre otros

De Villa Martelli, Iris y el Negrito fueron trasladados a Campo de Mayo. A Iris la tuvieron detenida durante quince días en los que la sometieron permanentemente a torturas y luego la trasladaron a la cárcel de Olmos. Del destino del Negrito hay testimonios que dan cuenta de que fue visto en Campo de Mayo, con signos de haber sido cruelmente torturado, unos días después del secuestro y que fue arrojado al Río de la Plata en uno de los operativos conocidos como “vuelos de la muerte”.

El 15 de mayo de 1976 se conoció la noticia de que aparecieron ocho cadáveres en el Río de la Plata, en las costas de Uruguay. En el país vecino también gobernaba una dictadura militar. Tal vez porque la aparición de cadáveres en sus costas era todavía una novedad, nadie impidió que la prensa publicara la noticia, con la versión de que se tratara de muertos de una pelea. Según la versión periodística, "un comunicado oficial de la Prefectura Nacional Naval" refería que el último cadáver hallado era de cutis trigueño, cabellos castaño oscuro y 1,70 m de estatura y tenía un rasgo característico, consistente en un tatuaje en forma de corazón con las iniciales "F" y "A". Es decir un tatuaje igual a uno que tenía el Negrito Avellaneda. Estaba atado con sogas y tenía signos de haber sido torturado, probablemente muerte por empalamiento. Accediendo a una petición efectuada por los abogados del desaparecido ante el Juzgado Federal Nº 1 de San Martín, se requirió por exhorto diplomático al Uruguay, los datos sobre el cadáver encontrado con el tatuaje referido y,

116MAPELLI, Marina, El negrito Avellaneda vuelve a la escuela, CTERA

91 después de una dilatada tramitación, se recibieron las fotografías y fichas dactiloscópicas respectivas.

Las fotografías mostraban al niño con sus manos y piernas atadas, desnucado, con signos de haber sufrido graves torturas. Cuando se comenzaron los trámites de extradición, en el cementerio Norte informaron que el cadáver no estaba más. Había desaparecido nuevamente.

Para reconstruir los últimos días del Negrito Avellaneda, no sólo se cuenta con el testimonio de su mamá. En el juicio oral prestó testimonio el ex sargento Víctor Ibáñez que contó cómo vio a Floreal, secuestrado por el ejército117.

Ibáñez era un cabo que estuvo a cargo de tareas de logísticas y atención a prisioneros que pasaron por el Campito, uno de los centros clandestinos de detención que funcionó en Campo de Mayo entre 1976 y 1980. Llegó hasta el grado de sargento, pero le dieron de baja por rebeldía. En la audiencia describió que entre sus funciones se encontraba las de buscar el desayuno y el almuerzo de los detenidos.

“Los detenidos estaban en los galpones, encapuchados y en colchones, colchonetas o trapos, y en la radio estaba en el mismo edificio donde trabajaban los torturadores”, dijo Ibáñez en su testimonio.

El ex cabo ya había visto el apellido Avellaneda en unas listas escritas a mano a las que tenía acceso. “La pista de aviación estaba cargando personas vestidas y encapuchadas y me comentaron que era un traslado a una base en el sur, pero era vox populi que eran lanzados”, agregó a su testimonio, haciendo referencia a un método que utilizó la dictadura para asesinar personas y que es conocido como “los vuelos de la muerte”.

Recién en 2009, después de 33 años, la causa por su secuestro y asesinato, y por el secuestro y torturas a Iris -su madre-, llegan a juicio oral. Es la primera del megaproceso sobre los crímenes cometidos en jurisdicción de Campo de Mayo.

La historia de Floreal “Negrito” Avellaneda es parte de los hechos aberrantes que ocurrieron durante el transcurso de la última dictadura militar en la Argentina,

117MAPELLI, Marina, Op. cit. 92 durante los años 1976-1983. En esos años, como nunca antes, se pudo ver la dimensión del horror que puede desatar el Estado si deja de lado el derecho y la conformidad a los tres poderes del Estado para actuar, aún si argumenta legítima defensa. En medio de ese clima de inseguridad jurídica se produjeron hechos aberrantes los cuales Floral Avellaneda fue una de las víctimas. Tenía nada más que 15 años, era vecino de Munro y cursó sus estudios primarios en la Escuela nº10 de la misma localidad. Después quiso entrar a una escuela que fue la “Güemes”, una escuela-fábrica. De ahí se fue a Capital y estudió 2º y 3º año, quería ser mecánico de aviación pero no encontraba donde estudiar eso y entró a la Escuela de Mecánica de la Armada. Pocos antes de su desaparición, habían dejado los estudios. Era un chico como cualquiera, que estaba cursando estudios secundarios, que vivía a la luz del día, sin nada que ocultar, realizando actividades sociales y políticas que estaban permitidas en democracia y que se censuraban sin ningún apego a legitimidad bajo un gobierno que había sido constituido por la fuerza mediante un golpe de Estado de manera inconstitucional.

Floreal fue secuestrado de su hogar por fuerzas paramilitares, torturado y asesinado sin haber sido puesto jamás a disposición de un juez, sin que se le acusara de ningún delito y, mucho menos, se le comprobara. Porque no había cometido ningún delito. Y porque el estado de terror implantado en el gobierno de facto llegó a la desaparición forzada de muchas personas, sin marco jurídico, a escondidas, en la oscuridad de la clandestinidad118.

El Negrito, como le decían, nació en un hogar de trabajadores con compromiso social. Su abuela fue una de las primeras en organizar la solidaridad con los presos políticos de la Década Infame en los ’30, mientras que sus padres, Iris y Floreal, fueron y son militantes comunistas. Al tiempo del golpe de Estado de 1976 Floreal padre trabajaba en Tensa, una fábrica metalúrgica del norte bonaerense, y había sido elegido delegado junto a otros compañeros de izquierda y de la Juventud Peronista.

En Vicente López es más conocido el caso del “Negrito Avellaneda”. En todo el partido podemos encontrar pintadas, baldosas y hasta un centro cultural que lleva el nombre de Avellaneda.

118 Ibídem MAPELLI, Marina, El negrito Avellaneda vuelve a la escuela, CTERA 93

Ciudadanos de toda edad y condición social fueron secuestrados o detenidos ilegalmente por personal que en ocasiones se presentaba como perteneciente a las fuerzas de seguridad pero siempre actuaba en forma clandestina e ilegal. Intenté plasmar en estas páginas estos casos, de diferentes mundos, pero ambos pensando e ideando un mundo mejor.

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Capítulo 7: La Memoria de la dictadura en la comunidad de Vicente López

La recuperación de la memoria es un proceso de creación de significados y de identidades tanto individuales como grupales. La memoria de los acontecimientos traumáticos a partir de la recuperación de historias de vida da lugar al estudio de historias locales que permiten, en este caso en el colegio, dotar de significado social e identidad al contexto en que los alumnos y alumnas desarrollan su vida. En los últimos años se ha producido en Argentina un auge sostenido de la historia reciente, entendida como campo de estudio específico. Una de las principales novedades en el panorama historiográfico argentino de los últimos años es el auge de la denominada Historia reciente, verificado en el sostenido crecimiento de la producción académica y de los espacios donde se debate y se investiga sobre el pasado más cercano119.

Mientras la Historia era cuestionada en sus credenciales disciplinares para ingresar en el estudio del pasado reciente, hacia fines de los ’90 aparecería una nueva vía de entrada: la memoria. En este plano, lo sucedido en la Argentina no es diferente a lo acaecido en otras historiografías: la memoria se ha convertido en un objeto de importante reflexión intelectual en las últimas décadas, dando lugar al surgimiento de un campo de estudios –la historia de la memoria o los estudios sobre la memoria-, con un significativo impacto en el ámbito de la Historia como disciplina120.

Centrados en particular en el análisis de las últimas décadas, estos abordajes privilegiaron las experiencias individuales y colectivas de hombres y mujeres involucrados en la militancia y las luchas de los años ‘60 y ‘70 como las vivencias de los afectados por la represión implementada durante la dictadura militar, que incluyeron la desaparición de personas, la experiencia concentracionaria y los exilios. Estas últimas dimensiones colocaron a ese pasado reciente en el horizonte de análisis de los genocidios o los asesinatos en masa cometidos por el terror estatal, favoreciendo el énfasis comparativista que permeó este campo de estudios121.

En este capítulo trataremos el tema de la memoria, a través de entrevistas a personas que, en el momento de las desapariciones eran estudiantes o trabajadores y cómo, en la actualidad, es tratado el tema en los colegios y en la sociedad local.

119 Extraídos del artículo de Gabriela Águila, ‘La Historia Reciente en la Argentina: un balance’ publicado en 2012 en la Revista Historiografías 120 Op. cit 121 Op. cit 95

Oscar Edelstein, profesor de Historia del Instituto Superior de Formación Docente N° 39, de Florida, señaló que el comienzo de las jornadas de la memoria disparó el tema para a trabajar el movimiento estudiantil”. Las jornadas de la memoria comenzaron en el 2007. El docente destacó que ahora "muchas instituciones hacen un proceso de investigación de su pasado y de su memoria, tomando a varias generaciones de egresados incluso”. En cuanto a la participación de la comunidad educativa, resaltó que "aquí estamos formando profesores de historia, así que nos pareció muy importante para esa formación organizar esta jornada". Desde el 2007, todos los 23 de octubre se reúnen familiares de los estudiantes desaparecidos en el ex Nacional de Vicente López. Una de las oradoras más importante de todos los años es la señora Fernández Meijide, ex estudiantes del Colegio Nacional de Vicente López que participaron en la toma del 73 y a los miembros del centro de estudiantes que funcionó hasta el 76. También han participado ex jueces de los juicios contra los dictadores122.

Edelstein continúa. "A principios del 73 -año del retorno del peronismo al poder después de 18 años de proscripción política- un explosivo movimiento de protesta de secundarios se desparramó como reguero por numerosísimas escuelas públicas". La mayoría estuvo identificada con los jóvenes peronistas de aquel entonces y su reclamo era la derogación de un decreto que prohibía la actividad de los centros de estudiantes secundarios". El relato finalizó al recordar que "tiempo antes y al calor de los nuevos aires que vivía el país contra la dictadura de Onganía, un subterráneo movimiento estudiantil se había gestado acá, en el Vicente López".

En el 2016 fue la primera vez desde el regreso de la Democracia, que se realizan actos en memoria de los desaparecidos en la escuela secundaria Nº6. Hasta ahora sólo se han hecho homenajes, colocación de placas y baldosas en el profesorado, que funciona en el mismo edificio, pero la escuela media nunca había organizado una jornada de memoria para sus alumnos123. Fue un momento emocionante pero a la vez triste. En los rostros de los familiares que asistieron se podía ver lágrimas que caían de sus ojos, a tantos años de las desapariciones. Ellos no los olvidaron. Los adolescentes y jóvenes de ahora, tampoco.

122 Entrevista al diario zonal INFOBAN 24 de octubre 2006 123 Asistí personalmente a la colocación de baldosas ya que estudié en ese profesorado 96

Los nombres de los 15 estudiantes desaparecidos y asesinados del ex Colegio Nacional de Vicente López quedaron plasmados en las tres baldosas que se colocaron en la vereda de Agustín Álvarez al 1400, en la puerta de lo que hoy es la Escuela Media Nº 6. Ex alumnos, docentes en formación y estudiantes formaron parte de la iniciativa bajo una consigna: “La construcción de la memoria colectiva es parte de la tarea de la formación de las futuras generaciones”.

Las baldosas por la memoria constituyen una marca en el barrio. Permiten reconstruir la historia de vida, reivindicar su compromiso político y recuperar la historia

97 de los militantes populares secuestrados, torturados y desaparecidos por la última dictadura cívico militar. La iniciativa surgió a partir de la organización Barrios por Memoria y Justicia, integrada por distintas comisiones de grupos vecinales de derechos humanos, que desde 2005 se agrupan en diferentes barrios porteños. Luego de varias reuniones, se propuso señalizar en cada barrio los lugares donde vivieron, estudiaron, trabajaron, militaron o donde fueron secuestrados los detenidos desaparecidos durante el terrorismo de Estado. Entonces, fue allá por 2006 que la organización comenzó a homenajear con las llamadas "Baldosas por la Memoria" a vecinos desaparecidos durante la última dictadura militar en distintos rincones porteños.

Las organizaciones "Barrios por Memoria" y "Justicia Zona Norte" convocaron al acto de colocación de varias baldosas por la Memoria en el colegio Ceferino Namuncurá, en la localidad bonaerense de Florida, en homenaje a cinco jóvenes que allí estudiaban y trabajaban y fueron muertos en 1976. El homenaje fue el 7 de septiembre de 2013. Fue convocado por los gremios docentes como Suteba y Feb y a través de la web del colegio. Fue un acto emotivo y con una gran convocatoria por parte de vecinos, padres y alumnos, y familiares de los desaparecidos.

"El terrorismo de Estado implementado durante la dictadura militar también dejó su huella en el colegio Ceferino Namuncurá de Florida", señalaron las organizaciones en un comunicado. En ese colegio estudiaban y trabajaban cinco jóvenes, quienes en 1976 pagaron con "su vida por ser militantes sociales o políticos" y, cuatro de ellos, aún continúan desaparecidos, señala Adriana Taboada.

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"A uno de esos estudiantes, Esperanza María Cacabelos, ex profesora de 27 años, un grupo de tareas de la ex ESMA la asesinó en su casa junto a su esposo, Edgardo Salcedo. Alcanzaron a salvar a su hijo, Gerardo Salcedo, quien tenía dos años", señalaron. Las cuatro estudiantes que continúan desaparecidas son Cecilia Inés Cacabelos y Gabriela Mónica Petacchiola, alumnas de 5º grado y de 17 años; Eduardo José Degregori, ex preceptor de 26 años, y José Antonio Cacabelos, ex alumno de 18.

También en el colegio Integral de Munro en el 2009 colocaron placas recordando a ex alumnos desaparecidos durante la última dictadura militar.

A través de las entrevistas realizadas en el partido de Vicente López a profesores, ex alumnos y vecinos del partido pude sacar las siguientes conclusiones. De 50 personas entrevistadas, el 39% de los encuestados se encontraban en el colegio secundario y sus primeros recuerdos de esa fecha fueron los autos Falcón verdes, la policía revisando los DNI arriba de los colectivos, la paranoia de la familia y las marchas militares y comunicados por la radio y un 30% conoció a alguien que colaboró con la dictadura militar. Casi el 90% se enteró del golpe militar a través de los comunicados escuchados por radio. 12 entrevistados sufrieron el secuestro de uno de sus padres, amigos o conocidos. Casi un 50% se enteraba de los sucesos que estaban ocurriendo por la televisión. Un 30% cree que la cifra de desaparecidos es exagerada y la mayoría desconoce que sucedió en el batallón de Villa Martelli124.

124 De acuerdo a los testimonios registrados por la CONADEP (Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas) y publicados en el Informe Final “Nunca Más”, en el predio donde se encuentra el Batallón 601 de Villa Martelli funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura militar. En el año 2009, los vecinos presentaron un proyecto de ley por el Batallón de Villa Martelli como espacio de la memoria. Jamás fue tratado. Actualmente funciona Tecnópolis, es una megamuestra de ciencia, tecnología, industria y arte. 99

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ANEXOS

ENTREVISTAS:

Julia: entrevista realizada el 3/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media trabajadora

1-¿Qué edad tenía en 1976? 8 años

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2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Estudiante de primaria 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? Por comentarios de mis padres 4-¿Sabes por qué ese día tomaron el poder los militares? no 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? No 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? Creo que hubo más, los hacían desaparecer porque se les fue de las manos. 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? No recuerdo 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? De la tele no recuerdo, de la radio los comunicados 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? No recuerdo 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Era muy chica, no me informaba 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Que tiraban a la gente viva al mar o al río con una piedra atada para que no flote. Opino que el ser humano es el peor animal del planeta. 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? No recuerdo 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Que se perdió mucha gente con ganas de cambiar, de participar, de involucrarse 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983?

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No lo se 17-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Pienso que la disciplina ayudaba a que haya seguridad, la cual hemos perdido.Lo necesario es que sepamos que el que hace algo paga, no como ahora que todo da lo mismo, total salen por la otra puerta.

Mónica: entrevista realizada el 3/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media acomodada

1-¿Qué edad tenía en 1976? 19 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Recién empezaba la universidad 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? Ese mismo día a la mañana, veníamos con mi viejo de trabajar desde Lobos y escuchamos la radio, al llegar a Ezeiza nos paró un retén de la fuerza aérea y me tuvieron a mí separado un rato largo hasta que se ve que nos creyeron y nos dejaron ir 4-¿Sabes por qué ese día tomaron el poder los militares? Sí. La situación política estaba muy mal. Recuerdo que un dirigente sindical dijo, me parece que el día antes, yo me borré. Creo que era Casildo Herreras 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? Conocidos del colegio secundario. No éramos amigos 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? La cifra debe ser cercana a esa aunque no estoy muy seguro de que sea esa 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? En la Universidad un montón. La policía estaba dentro. Había un interventor militar y todos sabíamos que había buchones en las aulas. Cambiaron profesores a los que no vi nunca más. En el trabajo, yo trabajaba con mi viejo como viajante de comercio y teníamos que andar con documentos en todos lados. En la ruta te paraban cada dos por tres. En casa teníamos la costumbre de salir en familia de vez en cuando a comer y recuerdo que no lo hicimos más. 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? Recuerdo las marchas militares pero no mucho más 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? Sui Generis pero había que ir a verlos a cafés concert y la policía muchas veces no nos dejaba entrar.

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10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) En casi siempre había diarios. Mi viejo compraba crónica y yo la opinión hasta que cerró, después la radio, mucha radio 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? Sí aunque supe que era colaborador mucho después. 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Sé lo que se conoce ahora después de que habló Scilingo. Mi opinión….a confesión de parte relevo de pruebas. 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? El mundial tapó muchas cosas, la principal la conciencia, que ya de por sí estaba bastante dormida. Recuerdo que fueron unos días en que se aflojó el control sobre la gente y eso sumado a que el equipo ganaba generó manifestaciones espontáneas que fueron permitidas pues no se cuestionaba nada político. Mucha gente llevaba distintivos con la leyenda los argentinos somos derechos y humanos. 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Mucha bronca. Me enteré de lo que vivió una compañera de la secundaria a la que fueron a buscar a la casa y se salvo de milagro. Yo mismo viví una experiencia bastante traumática en Tucumán. Supongo que después que pasó la dictadura fui como atando cabos de episodios que me tocaron vivir y me dio mucha bronca, impotencia y vergüenza. 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Por qué fueron derrotados en Malvinas 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Fueron nefastas, retardaron el desarrollo social y político del país un montón y ni que hablar de las consecuencias económicas.

Marta: entrevista realizada el 3/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media trabajadora

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1-¿Qué edad tenía en 1976? 26 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) trabajadora 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? el 24 de marzo de 1976 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Indignación y temor 5--¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? Sí tuve conocidos desaparecidos 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? No importa el Número. SI HUBO 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? Influyó negativamente porque estábamos asustados 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? Recuerdo la censura y represión 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? Rock nacional. Fueron censuradas algunas canciones 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Radio 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No sé 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Que son ciertos 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Proscripciones, secuestros, torturas, vejaciones, endeudamientos 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? Sí 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? Sí, no hacía nada 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Desazón y mucha bronca

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17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? No les quedaba otra salida. Estaban muy debilitados 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Nunca más Laura 1-¿Qué edad tenía en 1976? 8 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Era estudiante de primaria 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? Me enteré por la televisión 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Soldados por la calle portando armas largas 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? No 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? No hubo tantos, sino aproximadamente 5000. Aunque la desaparición de una sola persona es un hecho gravísimo. No es una cuestión de cantidad sino de no respetar las garantías y derechos individuales 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? No lo noté en ese entonces 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? No 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? No 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Nos informábamos por televisión 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Personas condenadas a muerte, sin juicio previo. que eran sedadas y arrojadas de helicópteros al Río de la Plata 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social?

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Se trataba de mostrar al mundo y a los propios ciudadanos una sociedad perfecta y sin conflictos. Para ello se recurrió al aparato propagandístico del Estado 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Sorpresa porque en mi casa no se hablaba de política 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Porque luego de Malvinas no podían sostener la situación, ni su autoridad, ni la economía y el panorama geopolítico estaban cambiando 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? No estoy de acuerdo con ninguna dictadura

Carlos: entrevista realizada el 3/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media trabajadora

1-¿Qué edad tenía en 1976? 23 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Empleado administrativo 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? Por la televisión 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Muerte 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? No 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? Sí, creo que fueron esa cantidad 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? Mucho miedo 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? Sí 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella?

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Rock Nacional. Hubo censuras de canciones 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Por la televisión 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Eran vuelos con los cuales se hacía "desaparecer" a los detenidos 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Desaparición, muerte, torturas, endeudamiento 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? No sentí ninguna consecuencia, salvo precaución al salir de casa 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? No tenían más apoyo 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Lo peor de las sociedades

José: entrevista realizada el 3/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media

1-¿Qué edad tenía en 1976? 16 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Estudiante de la secundaria 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? Por mi hermano 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Represión y persecución 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos?

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Si 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? Sí 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? Se volvió todo más negro realmente un desastre con poca libertad 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? Se tuvieron que ir muchos artistas y los programas eran guionados 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? Sui Generis, Spinetta 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Otros 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Que partían de la Esma y los tiraban de punta indio 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Estaban torturando en la Esma y en otros centros clandestinos 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No recuerdo 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Si bien consocia fue terrible el dolor 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Porque perdieron Malvinas 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Que son una mierda (sic)

Claudio: entrevista realizada el 3/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media trabajadora

1-¿Qué edad tenía en 1976? 14 años

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2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Estudiante de la secundaria 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? 24 de marzo a la mañana 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Tanques pasando por la calle Malaver 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? Si 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? Creo que fueron muchos, no sé cuantos, 30000 es un número demasiado redondo. 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? Se reforzó la disciplina, cambiaron la rectora, vinieron soldados más de una vez a la escuela. 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? No recuerdo 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? Rock Nacional 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Otros 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? Sí 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Llevaban gente y la tiraban al río, cuando aparecían los cuerpos deformados decían que eran de buques chinos ilegales. 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Se secuestraba gente. 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No recuerdo 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Tristeza

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17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Porque no tenían más poder 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Que son malas como todas las dictaduras

Fernanda: entrevista realizada el 10/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media acomodada

1-¿Qué edad tenía en 1976? 21 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Otras 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? En el momento q ocurrió y sacaron a Isabelita 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Por un lado demasiado militar en la calle y por otro la infiltrada q le puso la bomba a la hija del milico. Todo un descontrol de los 2 lados 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? No 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? No creo 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? en el profesorado y en el trabajo todo normal 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? A cada rato un comunicado de la junta 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? Beeges, Beatles, Rock nacional. Obligaron a la nacional 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Televisión 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Solo lo q se contó x los medios con posterioridad

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13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Los argentinos somos derechos y humanos???!!! .... 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No recuerdo 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Indignación, desinformación 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Porque ya no daba para más tanta corrupción y el error de Las Malvinas 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Si son "dictaduras" no pueden ser ideales para nadie

Eduardo: entrevista realizada el 10/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media trabajadora

1-¿Qué edad tenía en 1976? 12 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Estudiante de primaria 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? El mismo día 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Los militares en las calles revisando autos 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos? No 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? Si. Está en la Conadep 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? En la escuela la extremada disciplina 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? No recuerdo 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella?

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Almendra y otros 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Televisión 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? No 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Había reclamos por desaparecidos 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? No sé 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Asombro 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Por la guerra de Malvinas 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Que no tendrían que existir

Valeria: entrevista realizada el 10/11/2015. En el momento del golpe militar su familia pertenecía a la clase media trabajadora

1-¿Qué edad tenía en 1976? 11 años 2-¿En qué etapa de su vida se encontraba? (Era estudiante de primaria, secundaria, otras) Estudiante de primaria 3-¿Cuando se enteró que los militares se hicieron cargo del poder ejecutivo? la ex presidenta saliendo de la casa rosada. 4-¿Cuál es el primer recuerdo que viene a su mente? Los militares en las calles revisando autos 5-¿Tuvo familiares o amigos desaparecidos?

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Sí 6-¿Crees que en realidad hubo 30.000 desaparecidos? ¿Cuál es tu opinión? Es posible. 7-¿Influyó la dictadura en la escuela o en su lugar de trabajo? ¿De qué manera? Cambiaron las costumbres en cuanto a lo estético. 8-¿Recuerda qué cambios hubo en la tele o en la radio? Se prohibieron algunos temas. 9-¿Qué música escuchaba en ese año? ¿Notó algún cambio en ella? Rock nacional e internacional. Sí. 10-¿Cómo se informaba sobre lo que ocurría? (Los diarios, la tele, algún periodista en particular, la radio, una persona que le contaba) Televisión 11-¿Conoció a alguien que haya colaborado con la dictadura? No 12-¿Qué sabes de los “vuelos de la muerte”? ¿Cuál es tu opinión? Eran matanzas organizadas por los miliares 13-¿Qué ocurría mientras se jugaba el mundial del ’78 desde el punto de vista político y social? Economía liberal y represión 14-¿Usted saber qué pasó en el Batallón de Villa Martelli en la dictadura? Sí 15-¿Recuerda quién o quiénes fueron los intendentes de Vicente López y qué postura tuvieron ante la dictadura? No 16-¿Qué sintió al conocer las consecuencias de la dictadura militar? Tristeza 17-¿Por qué crees que los militares entregaron el poder a un gobierno democrático en 1983? Debido a la derrota en Malvinas 18-En la actualidad, ¿qué piensa de las dictaduras militares? Fueron necesarias? Son nefastas, igual que cualquier dictadura

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