BOLETÍN

DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA

T O MO LXXXI • C UADERNO CCL XXXII • EN ERO-ABRIL DEL 2001

HISTORIA Y LINGÜÍSTICA LOS REPARTIMIENTOS DE LA PROVINCIA DE MÁLAGA (1485-1496)

Para AURORA y MANOLO*

I REPARTIMIENTOS DEL SIGLO XV

A publicación de una serie de Repartimientos malagueños nos permite replan­ tear el problema lingüístico de la irradiación de la norma lingüística sevilla­ Lna. Saber como se hizo la repoblación de unas tierras ganadas muy a finales del siblo XV, cuando podemos adentrarnos ya en unos problemas de discrepancias que establecería la insoslayable oposición entre dos normas castellanas: la arcai­ zante del norte y la innovadora que se genera en Sevilla y que, desde la metrópo• li, irradia hacia el reino nazarí, hacia Canarias, hacia América y con la diáspora de los sefardíes, hacia tierras de Marruecos y de los Balcanes. Tenemos a nuestro alcance unos cuantos textos impresos con cuidado, aunque tengamos que hacer reservas, desde la filología, al quehacer de los historiadores.

* Estas páginas han estado perdidas desde septiembre de 1975 (Mesitas, Bogotá) y noviembre de 1977 (Madrid) hasta estos días últimos del afio 2ooo. Numerar las notas -sólo numerarlas- ha sido muy duro. No he puesto ni quitado nada. Sólo los nombres de mis nietos malaguefíos, que aún no habían nacido. Es posible que ahora no hubiera escrito un trabajo tan penoso. Pero quede como recuerdo a unas tierras que me hicieron suyo y a las que quiero entrafíablemente. 6 MANUEL ALVAR

Precisamente en un problema -el del seseo'- que es capital en nuestro interés y que tendremos que replantear desde unas grafías falaces. La documentación a nuestro alcance es la siguiente: Juan de Mata Carriazo, Asiento de las cosas de . Conquista y repartimien­ to de la ciudad por los Reyes Católicos (I48J-I49I), "Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos", anejo al t. III, 1954. Rafael Bejarano Pérez, Los repartimientos de Afora y Cdrtama. (Premio Málaga de Investigación.) Ediciones de Cultura de la Peña Malaguista. Málaga, 1971. Repartimiento de Benalmddena y Arroyo de la Miel, transcripción de Rafael Bejarano Pérez. Ayuntamiento de Benalmádena, Málaga, 1969. Repartimiento de Comares (1487-T496), transcripción e índices por Francisco Bejarano-Robles, estudio preliminar por Joaquín Vallvé Bermejo. Publicaciones del Departamento de Árabe. Barcelona, 1974. Rafael Bejarano Pérez, El repartimiento de . Excma. Diputación de Málaga. Instituto de Cultura. Málaga, 1974. A lo largo de estas páginas usaré las siguientes abreviaturas con referencia a los repartimientos recien descritos: AA= Atora, AM =Arroyo de la Miel, BM = Be­ nalmádena, CB = Casarabonela, CT = , CM = Comares y R = Ronda. Los documentos incluidos en unos ricos volúmenes van de 1485 a 1491, los de Ronda; de 14912 a 1495, los de Atora y Cártama; de 1493 a 1496, los de Benalmá­ dena y Arroyo de la Miel; de 1492 a 1496, el de Casarabonela, y de 1487 a 1496, el de Comares (aunque los documentos son de 1494). A pesar del valor de todos estos testimonios apenas si poseemos un comienzo del trabajo que hay que realizar. Al frente de la transcripción del Repartimiento de Comares se dice:

"En la sección histórica del Archivo Municipal de Málaga existe una serie integrada por cuatro grandes volúmenes encuadernados, de tamaño folio marquilla (37,5 x 25 cm.), con W11S cua­ trocientas hojas cada uno, en los que se contiene el traslado coetáneo y autorizado del Repartimiento de Málaga y su reformación inmediata, de fines del siglo XV y comienzos del XVI, sacado de los originales que estaban en poder de los escribanos del mismo y cuyo parade­ ro se desconoce en la actualidad[ ... ]. En el volwnen IV de dicha serie se encuentran los repar­

2 timientos de los pueblos que los Reyes Católicos señalaron como de jurisdicción de Málaga" •

Tenemos planteadas no pocas cuestiones y pienso volver sobre estos problemas. Para mí son impresionantes y no tan sólo por lo que significan para la historia, sino porque se entreveran con la literatura y porque con ellos va naciendo la ple-

' A vueltas con el seseo y el ceceo, "Romanica", V, 1972, págs. 41-57. ' Bejarano-Robles, CM, pág. V HISTORIA Y LINGÜfSTICA 7

1 nitud de un mapa muy hermoso al que llamamos España. Los textos son lacóni• cos y conmovedores: tienen la emoción del alumbramiento de una nueva nación. Permítanme acabar con unas palabras que valen para otras muchas ocasiones, todas aquellas en las que sentimos el suave temblor al que llamamos historia de hechos menudos, pero que siguen llamándonos a una verdad comprobada: ''Vier­ nes diecisiete días de hebrero año de noventa y tres años, entró en la dicha villa con su mujer e hijo el alcaide Alonso Palmero. Tomó la vesindad para sí como uno de los treinta vesinos". La historia dura todavía y nosotros contemplamos ciuda­ des que nos prenden y nos emocionan. Gentes que hablan nuestra lengua con per­ sonalidad y donosura. Casas albeadas en paisajes de campiña o serranía. Hermo­ sísimos conjuntos en los que gustamos perdernos y que nos arraigan en calles con macetas que retrepan por escalones de piedra o que nos conducen a los serri­ jones donde el sol reverbera y las brisas tienen amables palpitaciones. A finales del siglo XV se conformó una presencia a la que nos sentimos arraigados.

EL REPARTIMIENTO DE RONDA

La ocupación de Ronda fue un motivo de honda emoción en el mundo cris­ tiano. La escarpada geografía y la fiereza de sus habitantes servían para las más feli­ ces evocaciones. Hernando del Pulgar escribía:

[Ronda] Está asentada sobre vna gran peña, alta y esenta de todas partes; y en la parte de lo más llano de la peña está fundado vn alcá<;ar, fortale<;ido con tres muros, torreadas de muchas torres [ ... ]las dos partes de la <;ibdat rodea vna hoz, do está vn valle muy hondo, e por el valle corre vn río [ ... ] E estas dos partes de la <;ibdat son ynexpunables, que no ay juyzio de omes que las piense conbatir [ ... ] Está poblada de muchos moradores, a quien la aspereza de aquellas montañas face ser onbres robustos e ligeros; e guerreros, porque en aquellas fronteras siempre continuaron la guerra contra los cristianos. Estas gentes acos­ tunbran mostrar sus fijos de pequeños a tirar la ballesta, y en este arte, por el grand vso que tienen, son maestros, que no yerran de dar en qualquier lugar do tiran 3,

Y, en caliente la conquista, Fernando el Católico diría a su embajador en Roma: "es una ciudat de 2.ooo vezinos, e cabec;:a de una prouinc;:ia que se llama la Garuía, en que ay 1 5.ooo hombres de pelea, los mejores del reino de Granada'' 4• El asentamiento de los cristianos dio mucho que escribir. Aquí vinieron gentes de muy diversas partes y con muy diversas ocupaciones, pero -sobre todo- lle-

3 Fernando del Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos, edic. J. de Mata Carriazo, t. II, Madrid, 1943, págs. 165-166. 4 Carriazo, R., pág. 8. Para unos informes, concisos, sobre la historia de la ciudad, véase Alfonso Gamir Sandoval, Ronda mora y cristiana, Ronda, 1957. MANUEL ALVAR

garon sevillanos, y gentes del reino de Sevilla. Unos, a remediar daños; otros, a empezar la vida cristiana de Ronda, pero unos y otros con su lengua acuñada en las normas sevillanas. Se sabe gue a "adobar muy bien los muros [ ... ] hicieron ir albañiles e carpinteros de Sevilla" (R, pág. 1 6) y, un día después de que la ciudad se entregara (el 23 de mayo de 1485), el rey escribió a los de Sevilla exigiéndoles nada menos que esto: "luego que esta mi carta veáis, sin poner luenga ni dilación alguna, enbiéis con el jurado Barahona 8o albañiles e carpinteros e 10 pedreros, e vengan todos con sus herramientas" (R, pág. 17). Los de Sevilla no anduvieron muy diligentes, pero sí los de Jerez: se habló, se hicieron acuerdos, se arbitraron subsidios, pero los obreros iban poco a poco, de Bodonal de la Sierra los últimos, pero ni aun así cumplieron la voluntad del rey (R, págs. q-1 8). Carriazo ha escrito algunas líneas que nos evitan mayor detenimiento (R 1 8): la repoblación fue difícil, una epidemia se interpuso y no pocas gentes volvieron a marchar. Fue entonces (zo de marzo de 1490) cuando los Reyes mandaron al bachiller Juan Alfonso Serrano a que hiciera indagaciones y pesquisas: cómo fue el reparto y cómo las ventas, si los bienes se acumulan y los pobladores no residen. De todo ello salió un "Libro del Repartimiento y reformación del bachiller Juan Alfonso Serrano: Año 1491: Caxa 12" (R 19): sobre él se fueron acumulando pape­ les y sellos, testimonios y traslados, peticiones y copias. Pero gracias a él, podemos saber cuáles fueron los pobladores de esta Ronda cristiana. Ya tenemos a Serrano por tierras malagueñas y nos lo iremos encontrando a cada paso: leguleyo, minu­ cioso, prolijo. Su acción era "obra de nunca acabar". Mal de siempre en nuestros administradores. Pero los pasos lentos para los demás, fueron seguros para él: repartió casi toda la provincia (Ronda, , Gaucín, Casares, Bentomiz, la Hoya, Ajarquía y Garbía malagueñas), fue corregidor de la capital (1491) y llegó a contador y consejero real de Aragón y Castilla s.

LOS REPARTIMIENTOS DE ALORA Y DE CARTAMA

La publicación de estos textos -y las consideraciones son válidas para todos los demás- sirven para dar vida a lo que no la tiene o a lo que nos llegaba nimbado por otros hados que los de la realidad cotidiana. Gracias a la edición conjunta de estos Repartimientos, Alora y Cártama son más que unos ecos literarios. Están presentes en el menudo verbenear de unos hombres, en la peri­ feria cotidiana de unas gentes, en el quehacer silencioso de otras muchas. Un día, el Adelantado Diego de Ribera puso cerco a Alora y allí quedó. Era en mayo de 1434 cuando -lo dicen los romances- hace la calor y los trigos se encañan. Y en

s Guillén de Robles, Historia de Mdlaga y su pt·ovincia, Málaga, r873, pág. 437, nota l. Sobre el personaje, vid. informes y bibliografía en R., pág. 24. HISTORIA Y LINGÜÍSTICA 9

romances se cantó la desastrada aventura; el bellísimo testimonio se imprimió en hojas volanderas por los años del siglo XVI cuyo título era Romance antiguo y ver­ dadero de A fo ra la bien cercada. Tradicional era el romance y bien sabido por cul­ tos e ignaros. Juan de Mena recordaría el triste suceso en un par de estrofas del Laberinto (190-192) y una de ellas parece recordar el texto:

Aquel que tu vees con la saetada, que nunca mas faze mudan<;a del gesto, mas por virtud de morir tan onesto dexa su sangre tan bien derramada sobre la villa non poco cantada, el adelantado Diego de Ribera es el que fizo la vuestra frontera tender las sus faldas mas contra Granada.

Alora entró con buenos tientos, pero con mal pie, en la Literatura española. El 22 de febrero de 1444, las Trescientas habían quedado listas. Por entonces ya se cantaba un poema que debió escribirse -poesía noticiera de la mejor calaña- a raíz de los hechos mismos. Pero los cristianos entraron en Alora 6 y con ellos los romances, sí, y preocupaciones que nunca son buenas de olvidar.

6 Me permito copiar el romance que narra los versos, según la versión de la Antología de líricos castellanos (Edic. Nacional de la Obras Completas de Menéndez Pelayo, t. XXIV, Madrid, 1945, págs. 208-209):

AJora, la bien cercada, tú que estás en par del río cercóte el adelantado una mañana de domingo de peones y hombres de armas el campo bien guarnecido; con la gran artillería hecho te habla un portillo. Viérades moros y moras todos huir al castillo: las moras llevaban ropa, los moros harina y trigo, y las moras de quince años llevaban el oro fino, y los moricos pequeños llevaban la pasa y higo. Por cima de la muralla su pendón llevan tendido. Entre almena y almena quedado se ha un morisco con una ballesta armada y en ella puesta un cuadrillo. En altas voces decía, que la gente lo habla oído: -"Treguas, treguas, adelantado por tuyo se da el castillo!" Alza la visera arriba por ver el que talle dijo: asestárale a la frente salido le ha el colodrillo. Sacólo Pablo de rienda, y de mano Jacobillo, estos dos que habla criado en su casa desde chicos. Lleváronle a los maestros por ver si será guarido. A las primeras palabras el testamento les dijo. ro MANUEL ALVAR

En 1486, medio siglo después, Luis Puertocarrero llegaba como justicia mayor de la villa de Alora. Pero, en el alcalde, "más vale favor que justicia ni razón". Y el capi­ tán y consejero de Sus Altezas no dio gusto a todos. La obra de los hombres es siem­ pre inestable, como garza en reposo, y, cuando se echa cal, cae arena y si viene la arena, hubiera hecho falta cal. La cosa por trivial no deja de ser verdadera, y un judío castellano - de Tierra de Campos por más señas- escribió en el siglo XIV unos versos que, por su dignidad, nos hacen olvidar la vulgaridad de un aserto: Quien antes non esparze trigo, non lo allega; si son tierra non yace, a espiga non llega. Non se pued' coger rosa sin pisar las espinas; la miel es dulce cosa, mas tien' agras vezinas. La paz non se alcan~a, si non con guerrear; non se gana folgan~a, si non con ellazrar. Y la verdad es que ni aún así. Tras el guerrear, la folganza no llegó. Al menos para las voluntades de Puertocarrero. A Écija fueron los de Alora con sus quejas y -ambladura de mula desde Málaga- el z8 de agosto de 1492, Juan Alonso Serrano llegó con su fardel de títulos -bachiller, corregidor, reformador, justicia mayor- para poner las cosas en orden. Como si el orden viniera con las talegas repletas de pergaminos. La suerte de Cártama anduvo condicionada por la de Alora: tomada esta villa, el rey mandó a Cártama al marqués de Cádiz "con la gente de su casa, e con la gente del cardenal de España, e otros capitanes, que serían fasta dos mil de caua­ llo", pero no hubo guerra: los de la villa querían hacerse siervos de don Fernando 7 y el rey los acogió como tales •

EL REPARTIMIENTO DE BENALMÁDENA Y ARROYO DE LA MIEL

Treinta vecinos vinieron a poblar Benalmádena y el Arroyo de la Miel 8 y, como en las repoblaciones de la otra banda del mar, el hombre debe estar acompañado: así lo exige el servicio a los Reyes y las buenas costumbres que la Iglesia quiere esta­ blecer. Por eso

7 Antes de ocupar definitivamente la villa, desde Écija, Enrique N entró hacia y llegó a AJora (abril y mayo de 1456), según cuenta Diego Enríquez del Castillo, Cr6nica del rry don Enrique el qum"to, BAAEE, LXXIX, págs. ro6-ro7. Cfr. Ángel Caffarena, Alora, Málaga, 1968. 8 Pulgar, Cr6nica, t. JI, pág. 11 O. HISTORIA Y LINGÜfSTICA II

se pone plazo a los que no han traido muger a la dicha vezindad en el dicho logar que las traigan dentro de quince [sic] dias primeros siguientes sopena que ayan perdido la dicha vezindad (BM, pág. 10).

Las gentes que aquí vienen son tan variopintas como en cualquier otra parte: a los caballeros se les espera con su beneficio, como a aquel Juan Daza de quien se habla en febrero de 1493 (AM, pág. 30) 9, o vienen menestrales -que de todo necesita la república- que truecan su barbería de Málaga por unas tierras conve­ nientes. Ni siquiera falta la referencia que nos da la vida condicionada por muy otras inquietudes que aquellas con las que el hombre desasosiega al hombre:

En veinte e siete de octubre de noventa y tres años entro con su muger y hijos y casa maes­ tre Pedro y estovo fasta el dia del terremotu 10 y luego se fue con su muger y casa y dixo que no quería ser vesino si no le davan otra mejor vesindad, y [ ... ] quedo por asiento que le diesen la vesindad de yuso escripta y aquel traería veinte e cinco mili maravedis de su tierra demas de lo que! tenia, desde el dicho terremotu fasta el día de Sant Miguel, y que! dexaria la tienda de barveria que tenía en Málaga e que de continuo resideria en esta villa (BM, pág. 36).

EL REPARTIMIENTO DE COMARES

Carácter muy distinto de los anteriores tiene la distribución de tierras en Comares. Lo que estas páginas acreditan es la formación de un señorío, el Mar­ 11 quesado de Miranda de Anta, en beneficio de Francisco de Coalla • Por eso ape­ nas si aparecerán repobladores en una colección de textos relativamente extensos: todo quedará reducido a la voluntad del tal Francisco de Coalla, que se traerá a sus propios criados, como el Pero Hernández y el Perucho, vizcaínos, que estaban a su servicio (CM, pág. 1 5), o gentes con patronímicos de Cáceres, Salamanca y Segovia (CM, pág. 37).

9 Cfr. BM, pág. 3 rv. El texto es de una enorme sencillez, pero tiene la emoción del alumbra­ miento de una nueva vida. Viernes diez y siete días de febrero de noventa y tres años; entró en la dicha villa con su mozo, y casa el Alcaide Alonso Palermo; tomó vestidos para sí como para cada uno de los treinta.

oo Entró el primero de agosto de 1493 con su mujer y sus bienes (BM, pág. 35). Hubo algún otro terremoto famoso, como el que sacudió a Córdoba el siete de abril de 1487, y del que dieron buena cuenta Hernando del Pulgar y Diego de Valera en sus Cr6nicas respectivas. La del primero en la BAAEE, pág. 448 a y la del segundo en la edición de]. de M. Carriazo (Madrid, 1927, pág. 21 5). " Cfr. Vallvé, CM, pág. XI. El marquesado se constituyó con 1965 fanegadas cedidas al primer posesor o comprador por él mismo (ib., pág. XVII). 12 MANUEL ALVAR

Creo que es ésta y no otra la razón por la que pocas gentes vinieron a poblar Comares. Para todos los pueblos de la jurisdicción, Málaga (o Vélez o Ronda) ejercerían el mismo tipo de atracción y, sin embargo, admitieron variedad de repo­ bladores. Para ahorrarnos palabras, aduzcamos el testimonio de Benalmádena que estamos comentando en estas mismas páginas. Y Benalmádena se pobló con numerosas gentes que -incluso- abandonaron la capital para establecerse en los campos, según hemos tenido ocasión de ver. Pensar en lo quebrado del terreno no es decir nada, si nos olvidamos de la serranía de Ronda; hablar de malas comuni­ caciones -en 1487 o en 1494- me parece anacrónico, sobre todo si se aduce la fertilidad de unas tierras que no consiguen atraer a las gentes. Para mí es eviden­ te: no lo consiguen porque no se quiere que haya otros esteblecimientos que los de Francisco de Coalla, y para ellos se basta él con sus criados (no cristianos libres) y, para el trabajo de la tierra, son suficientes los moros sometidos. De ahí la hete­ rogeneidad que he señalado para estos documentos. En la edición que manejo, el documento que lleva el número r (Deslindamien­ to de la villa de Comares) nos sirve para entrar con pie seguro en algo que hemos comentado y que volveremos a glosar: Comares ya había sido entregada, pero Francisco de Coalla debió abusar y las capitulaciones no se cumplieron; por eso protestaron los moros con firmeza, ya que han tenido e poseydo los dichos sus terminos anteguamente e que por aquestos mojones les faga conservar e guardar el dicho señor corregidor el dicho termino e non de lagar que cosa alguna de aquello les sea quitado pues notoriamente es suyo.

Pero el 22 de febrero de 1494, Juan Alonso Serrano, cargado con sus títulos, va a poner orden en Comares, como unos meses después irá a Alora: corregidor, reformador, justicia mayor. Mucho pergamino para gentes que se cuentran agra­ viadas. Pero Serrano afectó tener buena voluntad, rodeado de moros y cristianos se subió a un alto cerro en la sierra a la que llaman Carar Aljubayalid en algarabía y allí, con los ojos de todos bien abiertos, volvió a disponer de los hitos, pues el hera ende venido a renovar los mojones del dicho deslindamiento que pues los moros se quexan e dizen aver rescebido agravio del dicho amojonamiento que! corregidor de Velez avía fecho. Que! sobreseya e sobreseo en hazer ni ynovar cosa alguna en los dichos mojones hasta tanto la guerra de los dichos moros sea vista por sus altezas e sobre ello manden e provean lo que fuese su servicio (CM, págs. 3-4).

La buena voluntad puede quebrarse por el capricho de los poderosos. En Alora, Serrano fue con su talega repleta de pergaminos y no se arreglaron mucho las cosas. Con la misma talega estuvo en Comares, mostró buena voluntad y no hizo nada. HISTORIA Y LINGÜfSTICA

Serrano era hombre astuto: recordó obligaciones (los moros tienen el deber de declarar todos sus bienes), renovó amenazas (de no cumplirlo, serán cautivos ellos, sus mujeres y sus hijos, y les serán confiscadas sus pertenencias), pero -eso sí• fue condescendiente (otorgó un día para que alguaciles y moros viejos "hablen y se acuerden"). Diplomacia puede llamarse esto. Pero las ofensas no se amenguan. Por tierras de Málaga acabaron en rebelión; entonces hubo motivos para eliminar a los quejosos. Y, como siempre, a más moros, más ganancia: quienes sucedieron a Francisco de Coalla dormirían tranquilos. Sin embargo, lo que el Repartimiento pierde de interés para una cosa, lo gana -y con notoria compensación- para otra. Los textos son más que un apeo, por­ que, habiendo un sefior, pocos apeos se pueden hacer, pero sí nos dan lo que no pueden las distribuciones minuciosas: las gentes vencidas que aquí se quedaron, la cesión de los bienes al nuevo propietario, la forma de tomar posesión de las nue­ vas riquezas. Todo lo que hasta este momento no habíamos podido intuir. Los moros de Comares habían perdido sus franquicias en los últimos tiempos del reino nazarÍ 12 y habían renunciado al derecho sobre sus tierras por razones que una y otra vez se van salmodiando 1 3. Baste un solo y venerable testimonio:

Parescio Hamete el Lobo e dixo que su padre es de ciento e diez años e que! le ha oydo dezir que los dichos moros de la tierra de Comares fyzieron dexamiento de las dichas tierras en lavor que tenían en el campo al rey porque con las guerras non podían gozar dellas e non querían pagar derechos al rey dellas, antes que ovieron por bien de dexar las tierras al rey 14.

Pero los moros quedaron y su~ costumbres duraban y duraban: cuando se hacía un molino de pan o una almazara o se preparaba un horno, la mitad - uso de moros- era para el rey (CM, 19); la posesión de las heredades adquiridas se hacía según el hábito de los moros 1 5, de ellos era la incumbencia de los cami-

" Véase lo que declara Cacen Alhaumi (CM, pág. ro). 'J Así el alguacil moro de Comares (pág. r 2) o una serie de viejos de los lugares y alquerías de la villa (págs. 12-Ij). ' 4 CM, pág. 12. Como la declaración es de 1494, el abandono de las tierras habría que situarlo por 1444, el año que se acabaron Las Trescientas y diez después del asedio de Alora. La verdad pare­ ce acompañar al testimonio. 'l Hamete el Zuque vendió unas heredades a Francisco de Coalla, que, por sus ocupaciones, no pudo tomar posesión de ellas. El moro llamó a Pero Fernández de Córdoba, escribano de Anteque­ ra, y le rogó que levantara acta de cuanto viera:

El dicho Hamete el Zuque tomo por las manos al dicho alcayde Francisco de Coalla e metiolo corporalmente de pies dentro en la dicha casa que se dize del zuque e cerro las puertas sobre sy e luego abriolas e despues de MANUEL ALVAR

nos •6 y la fortaleza se mantenía también conforme las costumbres tradicionales entre los vencidos '7. Cierto que los cristianos cuidaron de la fortaleza, según era la costumbre de los fueros •8: para el castillo eran los beneficios de una alma­

20 zara '9 y la tercera parte de los que diera un molino harinero •

EL REPARTIMIENTO DE CASARABONELA

Casarabonela tiene ecos de romancero fronterizo. En una teoría de hombres heroicos (Martín Vázquez de Arce, Gutierre de Sotomayor, Rodrigo de Vera), le cupo en suerte al conde de Belalcázar, llamado por su gallardía el "Conde Loza­

22 no" ZI, pero don Gutierre de Sotomayor, 24 años, casado con una prima del rey , con su muerte dio un respiro a los moros de Casarabonela, que desde su "fuerte" villa, pensaron que la fortuna había mudado el rostro hacia ellos. Pero en el refra­ nero, que para tanto vale, se había dicho que quien con hierro mata a hierro muere. Y ahora fue con hierro y con yerro. El 2 1 de junio de 1484, el rey debió plantar sus tiendas ante la villa, y se produjo la "fazienda" de la inoportuna saeta­ da contra don Gutierre de Sotomayor y la tristeza de los cristianos ante la escara­ muza. Los cristianos se retiraron a , pero volvieron un año después y el 2 de junio, se entregó Casarabonela 'l, no sin que sus moros escribieran a don Fernando una carta aduladora y llena de zalemas: ansy salido andovo por las tierras e montes e aguas contenidas en la dicha heredad de unas partes a otras e de otras a otras cortando de las ramas e bevicndo de la aguas, todo lo qua! el dicho Francisco de Coalla [ ... ] dixo que lo fazia e fizo en señal de posesion (CM, pág. 38). Vid., también, la toma de posesión de un molino por Abrahen Aluden (CM, pág. J7). 6 ' CM, págs. 6-7 (documento núm. 3): "están obligados de abrir los caminos de sus pertenen­ cias e fasta agora non lo han fecho". ' 7 En el documento núm. 4, pág. 6, se lee: El rey moro pagaba los maestros que quebravan la piedra e los que cortaban la leña e los que trayan fasta la cale­ ra e los maestros que annavan la calera e a los que la quemaran, e que los vezinos dellogar heran obligados a traer la cal fasta la obra a su costa [... ], e que los vezinos de las alquerías de la tierra de Comares heran obliga­ dos a traer el agua que era menester para la dicha obra[ ... ] e dixeron que el alcayde que tenia a cargo de la dicha fortaleza hera obligado a dar a los que trayan el agua zaques o cantaros que la truxesen. 8 ' Vid. El foero de Salamanca. Historia y lingüística. Granada, 1968, págs. 13-15. ' 9 CM, pág. 55· zo Ibídem, pág. 56. De los Reyes eran diez días de molienda de la piedra de un moro huido. Coalla -teniendo en cuenta las necesidades de la fortaleza- consiguió y obtuvo que esos diez días pasaran a beneficio del castillo ("vuestra merced i voluntad es que la dicha tercia parte de la dicha piedra del dicho molino [ ... ]se aplique a la thenencia de la dicha fortaleza", pág. 57). " M. Alvar, El romancero. Tradicionalidad y pervivencia (2.• edic.), Madrid, 1974, pág. 149· " Pulgar, Crónica de los Reyes Católicos, edic. J. de M. Carriazo, JI, pág. 123. 'l Bejarano, edic. cit., págs. 22-29. HISTORIA Y LINGÜfSTICA Ij

Escriuió al gran rey mayor, poderoso, señor de muy grandes reynos e señoríos e muchas provins;ias, poderoso e justo en sentencias, e amador de la justicia, rey de Castilla: ensals;e­ lo Dios e esfuers;elo. Nos, la Comunidat e alguacil e alcayde del castillo de Cas;arabonela [... ] estamos en voluntad de todos obedes;er a Vuestra Alteza, pues oydo avernos que vues­ tra palabra es verdad, y cierta en dicho y en fecho [ ... ] a Vuestra Alteza nos conviene ser­ vir e acatar, pues Dios vos fizo tan poderoso e dichoso en todas las cosas, e plazerá a Dios que siempre sea así ' 4.

Sancho de Rojas recibió la fortaleza y comenzó la andadura cristiana de la villa: difícil convivencia de moros y cristianos, marcha de los unos y acrecentamiento de los otros. Durante cuatro años (1492-1496), el bachiller Serrano anduvo repar­ tiendo bienes con su fardel de títulos que ya conocemos, aunque los mor •s en las distribuciones que hizo, no quedaran tan mal parados como en otras partes. Lo que ya es algo, pues sus antecesores Morquera y Alcaraz no anduvieron con la equidad debida '5. Sin embargo, Juan Alonso Serrano se encontró con muchos moros y pocos cristianos en la villa:

El viernes pasado estando ayuntados en su algima todos los moros de la dicha villa des­ pues de fecha oración fue platicado de commo en la dicha villa se hazyan alcaldes, algua­ zil e regidores e jurado e mayordomo por aver menos numero de treynta vezinos christia­ nos para que se oviese de aver por bien que les fuese dada alguna algima por los dichos moros de las que avia en la villa para a do los sacramentos pudiesen ser administrados a los christianos pues que se avian ydo tanto numero de moros. (CB, pág. 59) .

Las cuatro mezquitas de moros les parecían muchas a los cristianos y los moros, comprensivos, decidieron entregar una para el nuevo culto, precisamente la "algi­ ma mayor". En Casarabonela se practicó la experiencia repobladora de otros sitios z6 y con ella vino la práctica de cultivos nuevos. Leer estas enfadosas listas de hombres y de pagos no resulta divertido; sin embargo, surge una vegetación variada y opulenta que trae a los ojos el recuerdo de unas costas siempre brillantes de sol. Allí se encuentran cultivos ya desaparecidos, pero que un día sirvieron al trabajo de los menestrales; así aquella "tierra calma'' en las que hay "unas pozas donde echan lino a cozer" (CB, 64) '7 pero

' 4 Pulgar, Crónica, II, págs. r76-r77. ' l Bejarano, págs. 37-40. 6 ' "Diosele [ ... ) cinco cauallerias de tierras a treynta y seys fanegas cada caualleria commo se tasaron en Ronda" (CB, pág. 74). ' 7 Cfr.: "ninguno non sea osado de enryar lino ni esparto" (CB, pág. roz). Hoy apenas si se tra­ bajan estas fibras; vid. el t. IV del ALEA, mapa 98 r bis. MANUEL ALYAR también otros importados, como los que se van a poner en las "tierras para majue­ los" del monte de Ajarafe, "proveydor [ ... ] para los vezynos christianos porque los moros non lo quisyeron poner" (CB, pág. 100). La vida, menuda vida, va fluyen­ do entre estas páginas: unas veces nos habla de la condición social de los pobla­ dores (la de los moros es imaginable), como aquel Francisco de Mena "que quie­ re quedar por peón porque non tyene de que por agora sostener cavallo" (CB, pág. 127). Otras nos habla de curiosas formas de entrar en posesión, como las que descubre cuando Mohamad Buen Amor vino a ser dueño de los bienes de Mohamad el Madoní: pusyeronlo e metyeronlo en la posesyon de la fazienda [ ... ] e en señal de posesyon e the­ nencia de las dichas casa e heredades e tierras andouo por la dicha ha<;:a [ ... ] e arranco dos o tres yemas e cojo medya dozena de granadas de un granado dulce de otra tierra que es de la dicha hazyenda (CB, pág. I I 5) z8 .

LOS REPOBLADORES DE RONDA

En las minuciosas enumeraciones que poseemos, las gentes que vienen a Ronda proceden de las actuales provincias de:

Á 1 a va: "perucho de Lezana", "Fernán García de Saluatierra", "Juan Fernán- dez de Saluatierra" = 4· A 1 i e a n t e : ''Alonso de Villena" = I. A 1 m e r í a : "una casa [ ... ] de Rioja" (85 , 48) = x. A 1 a v a : "Andrés Daréualo", ''Alonso de Areualo", "García de Areualo", "Juan Davila de Aréualo", "Pedro de Aréualo", ''Alonso de Auila", "Juan de Bonilla", "Pedro Ruys de Torre"= 8. Badajo z: "que fue del deAlburquerque" (8 2, 46o), ''Alonso Marín deAlbur­ querque", ''Alonso Martín de Azuaga", "Juan de Azuaga", ''Alonso Martínez de Badajoz", "Fernand Sánchez de Badajoz", "Dyego Fernández de Fuente de Cantos", "Juan Sánchez de Fuente de Cantos", "Diego de la Fuente" z9, "Rodrigo

8 ' La transcripción de este Repartimiento es muy discutible, y los criterios que se dan, no son válidos. Por ejemplo, ¿qué quiere decir (1492) que se mantiene "f con sonido z", o ¿por qué es "inde­ bido" el empleo de b por v o por u, "y a la inversa''? Y como en otros textos semejantes a éste, no se puede pensar en "el valor fonético actual para transcribir 8, unas veces con s, otras con z. Es incom­ prensible lo que se dice en el§ 8 (pág. 54) a propósito de /y h, y mucho habría que hablar -desde la historia de nuestra ortografía- si no es correcto poner n ante bilabial. '9 Pienso en el pueblo extremeño de Fuente del Maestre que, explícitamente, aparece a continuación. HISTORIA Y LINGÜfSTICA

Alonso de la Fuente del Maestre", 'Mtonio Garda de Llerena", "Diego Fernán­ dez de Llerena", "Fernando de Llerena", "Gonzalo García de Llerena", "Her­ nando de Llerena", "Rodrigo de Llerena", 'Mdrés Martín de Monasterio" ''Alonso Gómez de Montemolln", "Ruy López de Montemolln", "Bartolomé 30 García de la Morera" , "Fernando Gómez de la Parra", ''Alonso Gómez de Reyna", ''Aparicio de Reyna", "Pero Martín de Reyna", ''Alonso López, cabrero de Syruela", 'Mdrés Martín de Syruela", "Juan Gar~ía de Syruela", "Pero Fer­ nández de Syruela", "Pero López de Syruela", "Bartolomé Redondo de Valencia de la Torre", ''Alonso García de Usagre", "Hernando de r;afra" (26-29), ''Aluaro de r;alamea", "Gonzalo Fernández de r;alamea", "Juan Delgado de r;alamea" . A esta nómina habría que añadir 'Mdrés Sereno", si como pienso indica pro­ cedencia de La Serena, y las gentes de Herrera, tal vez de Herrera del Duque 3': "Diego de Herrera" y "Gómez de Herrera" . En total 40 pobladores (puede haber algún pequeño cambio según otros cómputos).

Burgos : "Pedro de Aranda" F, "Íñigo de Berberana", "Juan de Burgos", 33 "Francisco de Contreras", ''Alonso Gómez d'Espinosa" , "Juan Despinosa", "Rodrigo de Espinosa" 34, "Sancho Despinosa", "Gon~alo de Guzmdn" 35 , "Juan d e Guzman ' " , "J uan d e Lara ", "'T'10mas ' d e L erma " , "F ranc1sco. d e ua" la s" , 36 "Sancho de Rojas" , "Francisco de Vil/alba", "Juan d~ Vil/alba", "Rodrigo de Villasanta" = 17 (puede verse alguna pequeñísima variante). e á e e r e S : ''Alonso Pérez Galisteo" J7 ' ''Alonso Gil Moreno"' ''Alonso Sánchez de Guadalupe", "Juan Fernández de Plasencia", "Juan de Trujillo" = 5 (llega a 7, según otros cómputos). e á di z: "Pedro Sánchez, portogués de Alcald de Gazules", "Juan Ximénez de 38 Arcos", 'Mtón de Bejet' , "Juan de Bejel", "Martín Fernand de Bejel" 39, "Fernand Ruys de Bornos", "Gon~alo Sánchez de Bornos", "Juan Delgado de Las Cumbres", ''Alonso Fernández de Chic/ana", "Bartolomé García de 40 Medina", "Juan Alonso de Medina" , ''Alonso Gon~ales Portogués de Sanlú-

¡o Villa y municipio de la provincia de Badajoz, partido judicial de Zafra. l ' Cabeza del partido judicial al que pertenece Siruela, inequívocamente documentada. l' Me parece imposible que sea Aranda del Moncayo, en la provincia de Zaragoza. H Hay un Gomes Despinosa, que probablemente será el mismo. l4 Para que no quepa duda de su procedencia, es montero. JS Tal nombre tiene un pueblo del partido judicial de Roa. 6 J Partido judicial de Bribiesca. J7 Partido judicial de Plasencia. 38 "Vejer de la Frontera''. l9 Tal vez el mismo Martín de Bejel que aparece más adelante. 40 Teniendo en cuenta los muchos repobladores de la provincia de Cádiz y los escasísimos de otras en las que existe el topónimo Medina, me inclino a creer que se trata de Medina Sidonia. !8 MANUEL ALVAR

car', "Bartolomé Ruyz Tarifa", "Bartolomé de Xerez", "Cristoual de Xerez" , "Pedro García de Xerez" = 16. Ciudad Re a 1 : ''Antón de Alcdrar', Alvar Gan;ía de r;ibdat Real', ''Alonso de Chillón", "Martín de Villarrubia" = 4 ( 5, según otras lecturas). Córdoba: "Fernando de Aguilar", "Juan Alonso de Aguilar", "Sebastián de 4 Aguilar', "Juan de Añora" \ "Gonc;:alo López de Benalcdrar", "Mateo Sánchez de Benalcdrar", "Miguel López de Benalcdrar', "Martín Sánchez de Castro del Río", ''Alfonso de Córdoua" 4Z, ''Alonso de Córdoua" (5o, ro5; 109, 728); Alonso García de Córdoua", ''Alonso Gómez de Córdoua", ''Alonso Pérez de Córdoua", ''Alonso Ruyz de Córdoua", ''Antón de Córdoua" (91, 537), "Cristóbal de Córdoua", "Diego Martín de Córdoua", "Gonc;:alo Ruyz de Córdoua", "Luys de Córdoua", "Luys de Córdoua", "Martín de Córdoua", "Pedro de Córdoua", "Miguel Sánchez Cordoués", "Diego Sánchez de Fuenteovejuna, "Juan Alonso de la Hinojosa", "Martín Larios" 43 , "Fernand Péres de Lucena" 44, "Bartolomé de Luque", "Johan de Luque", "Isabel García de Montilla", "Rodrigo de Mon­ tilla", "Francisco Martín de Montoro", ''Antón Ximénez de Pedroche", "Pedro Gonc;:ález de Pedroche", "Pedro Rodríguez Pozo Blanco", "Bartolomé de La Rambla", "Pedro Ruy de Santaella", ''Alonso de Vttena", "Diego de Vttena" , "Juan Gutiérrez de Vttena", "Pedro de Vttena", "unas casas de Velenruela" 45 = 43 pobladores. 46 C u en e a: "Pedro Martín de Cañete", "Juan de Cuenca", ''Antón de Paredes" , "Fernando de Paredes", "Juan de Paredes", "Juan de Vttlera" = 6 (7, según otra lectura). G u a d a 1 a j a r a : "Mateo de Luzón", "Fernando de Molina" = 2 . G u i p ú z e o a : "Juan de Mondragón", "Franc;:isco de Vergara" = 2. Hu e 1 va: "Juan Delgado de Aracena", "Juan Martín de Aroche", "Juan Alonso Arroyo Molinos", ''Alonso Gómez de Arroyo de Molinos", ''Alonso de Escarena", "Rodrigo de Niebla", "Gonc;:alo de Palma", "Juan de Palma", "Pero García de Palma" = 9 ( 1 o según otra lectura) . Jaén : "Francisco de Alcabdete", "Gonc;:alo de Alcabdete", ''Alonso Fernández de Andújar", "Cristóual de Baera", "Fernando de Baera", "Gómez de Baera" ,

4 ' Partido judicial de Pozoblanco. 4 ' En la 57, 188, hay un Antón Gonraleez de Córdoua. 4 3 Cortijo en el partido judicial de Montilla. 44 Hay un Fernando de Lucena, probablemente el mismo. 4 5 Villa perteneciente al partido judicial de Baena. 6 4 Lugar del partido de Tarancón. HISTORIA Y LINGÜfSTICA

''Antón Ruyz de Baera", ''Alonso Martín de Carorla", "Juan de jahén", "Luis de jahén", "Gons;alo Fernández de jahén", "Fernand Gutiérrez de jahén", ''Alonso Ortiz dejahén", "Luys Gómes de Linares", "Johan de Parzel", "Diego Fernán­ dez de Quejada", "Diego de Saviote", "Cristoual de Segura", "Martín Alonso de Segura", "Miguel Sánchez de Segura", "Martín de Sorihuela", "Benito de To ­ 47 rres" , "Juan de Vbeda", "Fernando de Valenruela" (Cuenca?) = 24 poblado­ res (26, según el otro cómputo). 48 4 León: ''Alonso de Cea" , "Benito de León", "Diego Fernández de Balboa" 9, 50 ''Alonso de Quadros" , ''Antonio de Sahagún" 5' = 5 (6, según otra lectura) . L o g r o ñ o : "Que agora tiene Arnedo", "Pablo de Briones", ''Antón de Haro", 5 ''Alonso de Leyva" \ "Juan de Leyva", "Juan Martínez de Logroño", "Sancho Ruyz de Matute", "Fernando Varea"= 9· L u g o : "Diego de <;ervantes", "Ramiro de <;ervantes" = 2. Madrid: "Francisco de Madrid", "Pedro de Madrid', "Juan Muñoz de Vi- 1/averde'' = 3. M á 1 a g a: "Juan de Antequera", "Rodrigo Alonso de Campillo", "Miguel Sánchez de Campillo" = 3. N a v a r r a : "J uan D arze " , "Al onso d e runesv " , "G omes' d e runesv " , "Pe d ro d e Sa!arar'', "Xpal. de Sa!arar", "Juan Muñoz de Sa!arar" = 6. O vi e d o : "Juan de Oviedo", "Gonzalo de Prado", "Dyego Lópes de Tjmeo" = 3· P a 1 e n e i a : "Lope de Dueñas" = 1. Ponte ved r a : "Bartolomé Dyas de Estrada", "Bernal Dianes de Moscoso", "Gons;alo de Villagarcía", ''Alonso Gars;ía de Villa Garría" = 4· S a 1 a mane a: "Francisco Bejarano" (85, 482; 51, 124), "Naflo del Madro­ ñal" 53 , "las casas de Monleón", ''Antón de Salamanca" 54 = 4· Santander: "Alvaro Martín de Aja", "Sancho de <;elis", "Mens;ia Desea­ /ante" 55 , "Martín de Laredo", "Rodrigo de Laredo", "Fernando de Santander" = 6.

47 Partido judicial de Mancha Real. 48 Aparece también un Alonso G6mez de Cea. 49 Partido jurídico de Villafranca del Bierzo, por León. ¡o Partido judicial de León. '' Partido judicial de Sahagún. l ' Partido judicial de Santo Domingo de la Calzada. 51 Partido judicial de incierta su localización, habida cuenta de los diversos madroñales que se documentan. 14 Se documenta también un Ant6n Sdnchez de Salamanca. 1' Era mujer de Jorge de Alderete (58, 204). 20 MANUEL ALVAR

56 S ego vi a: ''Andrés de Arriafa" , "Jerónimo de Coca", "Juan de Coca", 58 "Fernán Martín de la Cuesta" 57 , "Bartolomé Sánchez de Monte Ruvio" , "Juan de Segouia", "Benito Gonc;:áles de Villacastín", ''Antón Martín de Yanguas [de Eresma]" = 9· S e v i 11 a : ''Alonso de Alanys", "Miguel Fernández del Arahal", "Fernando de Brenes" 59, "Gonc;:alo Gonc;:ález de Burguillos", "Diego de Constantina", "Juan 60 Fernández de Constantina", ''Alonso de EfiJa" , "Juan Gómez de EfiJa", ''Antón Sánchez de EfiJa", "Johan de la Parra, vecino de EfiJa" (pág. 29), "Bartolomé Sánchez de Lebrixa", "Gonc;:alo Sánchez de Morón", "Martín Gómes de Osuna", "Martín del Real [de la Jara]", "Juan de Barahona, vecino de Sevilla", "Rodrigo Alonso de Sevilla", "Juan de Triana", "Pedro Martín de Utrera", "Fernán Martínez de Utrera", "Gonc;:alo Moreno de Utrera", "Juan Núñez de Utrera" = 21 repobladores (22, según otros cómputos). S o r i a : "Miguel Sánchez de Berlanga", "Francisco González de Berlanga", "Juan de Gómara", "Pero López de Morales", "Ruy Sánchez de Soria", "Pedro de Valdenebro" 6r, ''Alonso de c;avas" = 7· T o 1 e d o : ''Andrés de Biedma", "Juan Sánchez Camarena", "Pero Sánchez de Consuegra", "Bartolomé García de Galues", "Juan de Yllescas", "Melgarejo de Juan de Segovia", "Madre de Montalvdn", "Diego de Mora", · "Fernando de Ocaña", ''Alonso Díaz Santolalla", "Fernando de Toledo", "Nicolás de Toledo", "Juan Sánchez Toledano", "Ruy Lópes de Toledo" = 14. V a 1 e n e i a : "Garda Fernández de Oliva" = r. V a 11 a d o 1 i d : ''Antón de Valladolid'' = r. Vi z e a y a: "Diego de Carranza", "Pedro de Carranza", "Diego de Orduña", " norosco,u texe d or " 6 ', "J uan d e noroscou " , "M'tgue 1 d e noroscou " = 6. Zamora: "Francisco de Toro", "Juan de Toro", "Pedro del Toro", "Franc;:isco de c;amora", "Juan de c;amora" = 5. Po r t u g a 1 : ''Alonso de Coynbra", "criado de portogués" (5o, 104), "Pedro Portogués" = 3.

S6 "Riaza". 17 Partido judicial de incierta localización. ss Partido judicial de Santa María la Real de Nieva. !9 Partido judicial de Sevilla. 6o Hay un Alfomo de Ecija (Izo, 18) y un Alonso Martin de E~ija (46, 57), que podrían ser la misma persona. 61 Partido judicial del Burgo de Osma. 6' Partido judicial de Durango. HISTORIA Y LINGÜÍSTICA 21

La lista anterior puede servir para orientarnos en el caso de que un topóni• mo se documente en varias provincias: lógicamente -lo que no quiere decir que sea una resolución infalible- si una región da muchos repobladores y otra pocos o ninguno, podemos inferir que el topónimo pertenece a la provincia mayoritaria. Tal sería el caso de '~ntón Gómez del Cerro", que, verosímilmen• 63 te, será del 'Cerro de Andévalo', en Huelva; de los numerosos Cdrdenas , veni­ dos de Badajoz con más probabilidad que de Logroño o Murcia; de "Juan de Lora", sevillano y no toledano; de "Martín de Mesa", jienense; de "Antonio de Monasterio" y '~ndrés Martín de Monasterio", que yo creería pacenses; de "cata­ lina de Moya", conquense; de "Juan [Gómez] de la Parra", de la provincia de Badajoz, con preferencia a las de Oviedo, Avila y Cuenca; de "Juan de Parras", de Ciudad Real; de "Juan Alonso de Valen~ia" y "Fernand Sánchez de Valen~ia" y "Fernand Sánchez de Valen~ia", extremeños de Cáceres; de los numerosos Salvatierra y Villafranca, que deben proceder de la Tierra de Barros, en Bada­ 64 joz • del Treviño, burgalés y no santanderino o del Somoza leonés, mejor que gallego. Con estas apreciaciones, habría que modificar los índices anteriores en esta forma: Badajoz, 54; Burgos, 18; Cáceres, 7; Ciudad Real, 5; Cuenca, 7; Huelva, 10; Jaén, 26; Sevilla, 21. En otros casos no hay posibilidad de decidirse, sea porque un topónimo se encuentre en dos provincias que concurrieron de manera notoria a la repoblación 65 de Ronda , sea porque se documenta en regiones no demasiado caracterizadas por su aportación 66, sea porque aparece en numerosas provincias 67. Según los cálculos precedentes, se dispone de una nómina de 3 14 repobladores de quienes se puede tener bastante certeza de su origen 6s. Ordenando los índices numéricos tendríamos:

6J "Bartolorné de CdrdenfiS", "Lope de CdrdenfiS", "Lope de CdrdenfiS, el Moc,:o", "Pedro de CdrdenfiS". 64 "Francisco de Salvatierra", "Juan Fernández de Salvatierra", "Bartolorné García de Salvatie­ rra", "Bartolorné García de Salvatierra", "Gonc,:alo Martin de Villafranca", "Lorenc,:o Martin de Villafranca", "Fernand Sánchez de Villafranca", "Pero Sánchez de Villafranca". 61 Tal sería el caso de Alcald (Cádiz, Jaén), ContrerfiS (Badajoz, Sevilla). 66 Así Bolaños, en Valladolid y Ciudad Real; Escobar, en León y Segovia; lamfiS, en La Corufia y Pontevedra; San He/ices o Sahelices en Cuenca, León, Valladolid, Salamanca; Sarrid, en Álava y Lugo. 67 Caso de CfiStillo, CfiStro, Cuadra, Cervera, Fonseca, Miranda, Morales, Padilla aunque tal vez sea de Jaén), Pozuelo, Puente, Ribera, SalinfiS, Santiago (la importancia del corufiés tal vez sea impor­ tante, pero no decisiva), Tapia, Torre, Torres, Vtoga, Vtora, Vi/laseca. 68 A ellos se afiaden tres portugueses. zz MANUEL ALVAR

Número de Provincia Proporción en o/o Pobladores

Alicante, Almería, Palencia, Valencia, Valladolid 0,34 2 Guadalajara, Gupúzcoa, Lugo ...... o,68 Madrid, Málaga, Oviedo ...... 1,2 6 4 Álava, Pontevedra, Salamanca ...... I ,63 5 Ciudad Real, León, Zamora ...... r,69 6 Santander, Vizcaya ...... 2,04 7 Cáceres, Cuenca, Logroño, Navarra, Soria ...... 2,37 8 Avila, Segovia ...... 2,72 lO Huelva ...... 3,39 14 Toledo ...... 4,72 r6 Burgos, Cádiz ...... j,42 21 Sevilla ...... 7,1 I 24 Jaén ...... 8,13 43 Córdoba ...... 14,5 7 54 Badajoz ...... I 8,3 0

Proyectando estos resultados sobre un mapa veríamos que la densidad mayor de repobladores procede de un conjunto de provincias que están agrupadas geo­ gráficamente y si tenemos en cuenta la dependencia lingüística que con respec­ 69 to a Sevilla tienen Huelva, Cádiz, Jaén y Córdoba , un 38,62 % de los repo-

r . PROPORCION DE POBLADORES DE RONDA

Menos del 5o/o

~ Entre 5 y lOo/o

!I1III1] Entre 1O y 15 o/o

lml! Entre 15 y 20%

6 9 Vid. R. Menéndez Pida], Sevilla frente a Madrid. Algunas precisiones sobre el español de Amé­ rica (Miscelánea Homenaje a André Maninet", III. La Laguna, r9G z, págs. lq, rr 5, rr9, rzz­ r z4). HISTORIA Y LINGüfSTICA

bladores de Ronda hablaba "sevillano" al hacerse los repartos de la conquista y, si unimos Badajoz, tan vinculado a las realizaciones meridionales, casi el 57 % de los hablantes tendría rasgos de la norma innovadora. Frente a ese bloque revolucionario, poco podían significar los hablantes arcaizantes, aunque los bur­ galeses representaran un 5,52 %del total. Los Repartimientos han venido a per­ filar mucho la afirmación de Hernando del Pulgar que, si cierta, no encerraba toda la verdad.

Fueron ansimesmo moradores christianos de las cibdades de Sevilla e de Córdoba, e de 70 otras partes a la poblar •

Los REPOBLADORES DE ALORA Y CARTAMA

En esta pequeña parcela que ahora nos incumbe, vemos repetirse la misma his­ toria que acabamos de comprobar para Ronda: la importancia de Sevilla. En Alora y Cártama, los medidores de las tierras eran de Carmona, y la medida, sevillana 7' ya, un cortejo de nombres que evocan las tierras de donde procedían los coloni­ zadores: lo que hoy es provincia de S e v i ll a (''Alonso de Cafalla", ''Alonso Fernández d'Estepa", "Gonzalo Fernández d'Estepa", "Juan Fernández d'Estepa", "Juan Fernández d'Estepa, el moc;:o", "Pedro Sánchez d'Estepa", ''Alonso sevillano", "Pedro Gómez, sevillano", "Rodrigo sevillano") o de C ó r d o b a (''Alonso Gil de Aguilar", "Christóval Ruiz de Aguilar", "Fernand de Aguilar", "Marcos Pérez de Baena", "Pedro de Baena", "Nicolás de Córdova", "Rodrigo de Pimentet', "Antón Ruiz de Pliego", ''Alonso Martín de Santaella"), o de C á d i z (''Alonso Gil de Arcos", ''Alonso González d'Espera", "Juan de Medina [Sidonia]", "Pedro Fernández de Montes", "Diego Martín de Xerez"), o de Hu e l va (''Alonso Fernández de las Cumbres" 7', "Fernán Martín Palmero" 73 ) o de J a é n ("Pedro García de Arquillos", "Cristóval Ruiz de Perogil"). Con ellos, las gentes de las tie­ rras que son -ya- M á l a g a (''Andrés García de Antequera", "Francisco Fernández de Antequera", "Juan de Antequera", "Martín Alonso del Campillo") o

7o Crónica de los Señores Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel de Castilla y Aragón (BAAEE, LXX, pág. 420 a). 7 ' "Juan Alonso Serrano [ ... ] ress;ibio juramento en forma devida de derecho del dicho Fernan­ do de Arevalo e so cargo de aquel fue preguntado que declare e diga que por medida se midio el ter­ mino e tierras desta villa. Dixo que los medidores heran de Carmona e la medida hera de tierra de Sevilla" (Declaración de Puertocarrero, en la pág. 52). 7' Previsiblemente Cumbres de San Bartolomé, aunque no haya que excluir otras posibilidades. 73 De la Palma del Condado. MANUEL ALVAR

E x t r e m a d u r a (''Alonso Rodríguez de Albuquerque", "Estevan de la (:arfa", "Gons;alo Pérez de Frexinal", "Juan Martín de Frexinal", "ehristóval de Malpar­ tida", "Juan Ximénez de Trogillo", ''Alonso García de Valencia [de Alcántara]", 74 "Juan Alonso de Valencia"). Una ojeada sobre eártema vuelve a confirmarnos lo que en Alora acabamos de ver: gentes de S e v i 11 a ("Pedro Alonso de Aznal­ cdfar", "Pedro Sánchez d' Ecija", "Pedro Sánchez d' Estepa", "Antón Sánchez de Utrera"), de e ó r do b a ("Martín de Montoro", "Mingo de Montoro"), de eádiz ("Bartolomé de Xerez"), de Hu e 1 va ("Juan González de Aroche"), de J a é n (''Alonso de ]ahén", ''Alonso Sánchez de jahén", "ehristóval Ruyz de jahén", "Gons;alo Ruyz de jahén" , "Pedro Siménez de Lopera", "Juan Martín de Sigura"), de M á 1 a g a ("Bartolomé Sánchez de Antequera", "Francisco de Cdrtama", "Juan Martín de Coyn", "Martín Alonso de Ronda"), de Bada j o z ("Juan Alonso de Llerena", "Antón Sánchez de Llerena", "Fernán Sánchez de Llerena", "Juan Pérez de Mérida") y de e á e ere S (''Alonso de Garganta" [la Olla], "Juan Sánches de la Garganta", "Fernando de Plasenzia", "Bartolomé de Trogillo", "Pedro Martínez de Valencia [de Alcántara]", "Pedro Núñez de Va- l encza. ") . Fuera de este gran conjunto formado por la Andalucía occidental y Extrema­ dura, poco es lo que aportan las otras tierras peninsulares: algún hablante leonés ("Lucas Fernández de (:amora"), algunos castellanos viejos ("Thomás de Alforo", "Bartolomé Sánchez de Alforo", "Fernando de Arévalo", "Francisco de Arévalo", "Gons;alo Alonso de los Ayllones", "Juan López de Vil/atoro"), otros nuevos ("Pedro de Atienfa", "Juan de Cuenca", "Pedro Fernández de Oropesa", "Bartolo­ mé de Vargas"), algún albaceteño ("Juan de Alcaraz"), algunos navarros ("Barto­ lomé de Lodosa", "Juan Navarro", "Fernando de Salazar"), un catalán ("Juan Cataldn"), algún vasco ("Perucho Vizcaíno"), un portugués ("Luys Fernández, portugués") y varios gallegos CAntón López de doña Elvira", "Pedro López de doña Elvira", "Miguel Sánchez de doña Elvira". Según hemos visto en la repoblación de Ronda, el testimonio de la onomásti­ ca puede no ser incontrovertible en algún momento: ¿Salazar será apellido de un hombre nacido en el valle pirenaico o - más bien- de algún castellano que ya lo llevara? Probablemente, lo segundo y no lo primero. Y quedan aparte esos nom­ bres que dicen poco por demasiado corrientes: Alcald ("Diego de Alcald"), Fuentes ("Rodrigo de Fuentes"), Puebla ("Martín Alonso de la Puebla"), Villanueva ("Diego García de Villanueva", "Francisco Fernández de Villanueva"), ¿a qué Alcald, Fuentes, Puebla o Villanueva pueden referirse? ¿A las de Extremadura? ¿A las de Andalucía? ¿A las de cualquiera otra región? Y quedan los que pueden ser

74 Este personaje aparece en BM 10, 11, 17, 31 y sabemos que era tornadizo (BM 13). HISTORIA Y LINGÜfSTICA 25

de dos provincias: Gadea (en Vizcaya y Burgos), Vil/atoro (en Ávila y Burgos), aparte los Villagarcía y Va/mayor de geografía muy difundida. Las cifras no dejan de tener su valor: del gran complejo de la Andalucía occi­ dental (Sevilla, Cádiz, Córdoba y Huelva), esto es, las tierras de carácter lin­ güísticamente más sevillano tanto por historia cuanto por geografía, hay 3 3 hombres identificados; I 8 de Extremadura; 8 de Jaén; 8 de la propia provincia de Málaga; 6 castellanos viejos y, tras ellos, gentes de mucha menor cuantía: 4 castellanos nuevos, 3 navarros y gallegos, 2 leoneses y uno de Albacete, otro de Catalufia, otro de Vasconia y otro de Portugal. Es decir, un 37 % de gentes del reino de Sevilla (y no incluyo las tierras de Badajoz, tan vinculadas con la metró• poli), ni las de Jaén (que pueden ser lingüísticamente sevillanas); tras ellas, Extremadura sólo significa un 20 % y las regiones que le siguen en proporción no llegan a un I o %. Si comparamos estos datos con los que nos facilita la repoblación de Ronda, sorprende su notable similitud: al 30 % de andaluces occidentales (Sevilla, Huelva, Cádiz y Córdoba) corresponde ahora un 37 %; si a estas cifras afiadimos Jaén, los resultados son 38,62 % (Ronda) y 46 % (Cártama y Alora) respectivamente, con lo que todavía se acentúa el "sevillanismo" en las dos poblaciones recién consideradas, mientras que en las dos series perma­ nece estable la proporción de extremefios: 20,67 en Roda y 20 % en Cártama y Alora. En cuanto a las diferencias entre Alora y Cártama debemos sefialar la frecuen­ cia del complejo sevillano en Alora y la de jienenses en Cártama. Valga un cuadro para evitar más comentarios:

A lora Cdrtama

Cádiz 5 I Sevilla 9 4 Córdoba 9 2

Huelva 2 I

Jaén 2 6

Málaga 4 4

Badajoz I 4 Cáceres o 6 26 MANUEL ALVAR

LOS REPOBLADORES DE BENALMADENA

Hernando del Pulgar en su Crónica de los Reyes Católicos habla de la destruc- ción del pueblo por orden de don Fernando: ~

El Rey con toda hueste siguió adelante su camino, fasta venir á un lugar que estaba enci­ ma de la mar á la vista de Málaga, que se llamaba Benalmadala; al qua! mandó derribar, porque estaba en tal sitio que no se podía defender, salvo á gran peligro de los christianos (ed. cit., pág. 424 a).

Los Repartimientos nos van a dar la otra faz de la moneda. Cómo tuvo que lle­ varse a cabo la reconstrucción. Porque a reconstruir vendrían todos aquellos cris­ tianos cuyos nombres conservamos y otros, que no por ser de prima hora queda­ ron en el olvido. Gracias a los documentos que vamos estudiando sabemos que Andalttcía dio una buena nómina de pobladores en los repartos de Benalmádena y Arroyo de la Miel: Hu e 1 va ("Johan de Palma, natural de Palma", "Alonso Palmero") , S e vi 11 a ("Johan Gonzales d'Ecija", ''Antón Martín d'Ecija", "Juan Muñoz d'Ecija", "uno de Cantillana"), C á di z ("Christóval Fernandes de Tarifo"), C ó r do b a ("Johan Gonzales cordovés", "Pero Fernandes de Espejo", "Pero López vezino de Santaella"), J a é n ("Gonc;:alo de jaén" 75), G r a n a d a 76 (''Antón García d'Alhama" ), M á 1 a g a ("Martín de Marbella" 77). A éstos habría que añadir el "Juan de Medina", verosímilmente de Medina-Sidonia, con lo que la nómina llegaría a 14 repobladores de los 26 con documentación segura. Resulta curioso que no haya ningún extremeño, cuando tantos y tantos fueron los que vinieron a la conquista, según acabamos de ver en los Repartimientos de Ronda, de Alora y de Cártama. Sin embargo, se documentan castellanos viejos de 78 Burgos ("Juan López de Salas", ''Andrés de Aranda" ), Av i 1 a (''Alonso de Avila") y los que no aparecen bien identificados como "Fernando castellano" y "Johan de Vascuña", pues con indiferencia de que Bascuña sea el pueblo de Burgos (lo que me parece más probable) o el de Cuenca, se trata de un castellano viejo. De Castilla la Nueva hay gentes venidas de M a d r i d ("Christóval Pérez de Madrid') y T o 1 e do (''Alonso de Consuegra", "Juan de Escalona" 79, ''Alonso

71 Así en BM 16, AM, 29; debe ser el "Gon<;alo Ferrandes de jaén (BM 17). 76 Por otra parte, el apellido Alhama no creo que sea de Murcia, Almería o Zaragoza, provincias que no suelen aportar ningún nombre a estos repartos. 77 Tal vez sea el ''Alonso Martín de Marbella", de BM 14. 8 7 Por razones sabidas no podría ser de la Aranda zaragozana. 79 La importancia de la Escalona toledana es muchísimo mayor que la de Segovia, por eso la incluyo aquí. HISTORIA Y LINGÜfSTICA

López de Toledo"). Hay también algún navarro CAntón de Eslava"), algún 80 p o n t e v e d r é s (''Andrés de la Barra" ) y algún personaje más extraño, como el "Pero Benites de Marruecos". Otros quedaron indecisos por la frecuencia del topónimo, Alcald ('Alonso Martín de Alcald"), Molina ("Pero Ruis de Molina"), 8 por la inseguridad de la documentación ' o por la falta de datos complementa­ 8 rios '. El conjunto de testimonios seguros de este segundo grupo asciende a 12. Como se ve, y a pesar del carácter limitado que tuvo la repoblación, Andalucía dio más del 50% de las gentes que se establecieron en Benalmádena y de ellas más de un 46 % del total procedía de las conquistas más antiguas (Sevilla, Córdoba, Jaén, Cádiz y Huelva).

LOS REPOBLADORES DE CASARABONELA

Como siempre, muchas lagunas tenemos sobre las gentes que vm1eron a Casarabonela. Sabemos nombres, faltan patronímicos. Sobre el parvo material podemos intentar entreabrir un poco de historia, aunque nos quede siempre un poso de incertidumbre, producido en el mismo documento. Un vecino, Lope de Sabzedo, pide permiso para ausentarse, pues "sobre algunos negocios que le con­ 83 vienen ha de yr a su tierra que es Vizcaya'' (CB, pág. 138) • ¿Cuántos casos habrá semejantes a éste? Gentes con nombre y apellidos perfectamente neutros y, sin embargo, de inesperada geografía. Recíprocamente, otros pobladores tienen un apellido de segura adscripción local, pero ¿podrán ser de donde denuncia su patro­ nímico? Pienso en "Diego Alonso de Mena" (CB 91, 119, 137) y "Francisco de Mena" (CB 119, 127), tal vez sean de origen burgalés, pero no sé si podemos ase­ gurarlo en este momento: ¿no marraríamos al hacer castellano viejo a Juan de Mena? Y, a mayor abundamiento, en el documento que estudio hay un "Diego García de Hinestrosa" (CB 98), por tanto, del partido de Castrojeriz, en la misma

so No me parece muy seguro, ¿podría tratarse de un topónimo andaluz, onubense acaso? 8 ' El Valenciano de BM 19,32, y el "Juan Martín Valenciano" de BM 31, ¿son el mismo perso­ naje? De serlo, ¿a qué Valencia se refiere? Otro caso: en BM 14 se lee "Alonso de Alloza"; en BM 16, "Alonso Ayozo"; en BM 30 "Alonso de Alloso". Evidentemente es un solo repoblador, pero transcri­ to heterogéneamente: creo que Ayozo es una errata motivada por el yeísmo del impresor; Allozo y Alloza no pueden valer igual: sólo documento Alloza en la provincia de Teruel, pero los aragoneses difícilmente vendrán a la conquista del reino nazarí. 8 ' juanot (BM 18) parece forma oriental, y Lloreinte (BM z¡), occidental. Pero no se puede afi­ nar más. 8 l Y, por lo demás, hoy no existen topónimos Sacedo ni Saucedo en el repertorio del Diccionario corogrdfico de España. 28 MANUEL ALVAR provincia de Burgos (pero el texto nos dice que era "vecino de Málaga"; y surgen nuevas dudas, ¿desde cuándo? ¿Había venido directamente de las tierras del norte? Otras veces me considero incapaz de tomar una decisión: "García de Caruajaf' podría ser oriundo de Albacete, de León, de los muchos Carvajales asturianos o, menos probable, de aldeas de Benalmádena o , pero ¿cómo decido? Teniendo en cuenta todo esto, voy a atreverme a ordenar la infor­ mación que poseo:

e á d i z : "Francisco de Xerez" = 1. e i u d a d R e a l : "Diego de Alcdfar' = 1.

8 e ó r d o b a : "Juan de Castro" \ "Alonso de Cardona", "Fernando de Cór­ 85 doua", ''Antón de Lucena", "Alonso de Montilla", "Juan Alonso de Montilla" , 86 87 "Diego López de Montoro" , "Juan Martínez de Santaella" = 9·

88 e u en e a: "Juan de Alarcón" , "García de Cañizares" = 2.

H u e l v a : "García de Palma" = 1.

89 J a é n : "ehristóual López de jaén", "Pedro de Lopera" , "Pedro Gómez de la 90 Puerta [¿de Segura?]" , "Rodrigo de Sygura" 9' = 4·

Logro ñ o : "Pedro Fernández de Logroño", "Pedro de Navarrete" 9', "Juan de Navarrete", "Mateo de Robres" 93 = 4·

84 Entre los muchísimos Castros de la toponimia peninsular, parece lógico que se trate del Castro del Rio, y no de un nombre gallego. 8 5 Uno aparece en la pág. 74 y otro en la 104, si es que no se trata de la misma persona. 86 En la pág. 91 se ha impreso con errata (Montero), mientras que en las 119, 122 figura correc- tamente. 8 7 Partido de la Rambla. 88 Partido de Morilla del Palancar. 8 9 Partido de Priego. 9o Partido de Orcera. 9' Hay otro topónimo de este nombre en el partido de Cifuentes (Guadalajara), pero la falta de pobladores de Guadalajara no parece autorizar un nuevo apartado. Creo que debe ser el 'Segura de la Sierra', del partido de Orcera. Segura de León (Badajoz) y Segura del Toro (Cáceres) no parecen pro­ bables. 9' Hay un Navarrete del Rio, en Teruel, pero la reconquista andaluza es castellana y no aragone­ sa; por tanto, hay que desechar la hipótesis de que el poblador no fuera castellano. 93 Se trata de 'Robres del Castillo' en el partido de Arnedo. En Sariñena (Huesca) existe un Robres que no puede tomarse en consideración por las razones expuestas en la nota anterior. HISTORIA Y LINGÜÍSTICA

M á 1 a g a : "Juan de Cuevas" 94, "Benito Garda de ", "Ruy González de Teua", "Juan de Valeros" 95 = 4·

S a 1 a m a n e a : ''Alonso Dalua" 96 = 1. S e v i 11 a : "Diego Martín de Librixa", '~tón García de Osuna", "Bartolomé Sánchez de Osuna", "Gon~alo Martín de Osuna", "Juan Ruyz de Osuna", "Juan Garda de Real" 97 , '~tón Rodríguez seuillano"= 7· 8 T o 1 e do : "Miguel Ruiz de Maqueda" 9 = 1.

De acuerdo con la tabla anterior, se obtienen las siguientes proporciones:

N.• de pobladores Provincia Proporción en % Cádiz, Ciudad Real 1 2,85 Huelva, Salamanca, Toledo

2 Cuenca 5,71

4 Jaén, Logroño,' Málaga 11,42

7 Sevilla 20 9 Córdoba 25,71

En la enumeración que precede, vemos que la única información significativa se puede deducir de las provincias que aportan un número considerable de repo­ bladores, por muy relativos que sean los números que manejamos. Entonces vemos que Sevilla y Córdoba aportan el 45,71 % de los pobladores; si añadimos a ese conjunto el 1 1,42 de Málaga y el z.,85 de Cádiz y Huelva, tendríamos un 62,83 % de gentes que, al establecerse en Casarabonela, practicaban ya la norma lingüística sevillana, con lo que -una vez más- se nos comprueban las infor-

94 De las infinitas Cuevas de la toponimia peninsular, creo que sólo pueden aceptarse las que están en la parte septentrional de la provincia de Málaga, en los linderos ya con Córdoba. 95 En el partido de Vélez-Málaga. No incluyo en estas listas un "Rodrigo de Valdés", pues se trata de una insignificante agrupación en Moclinego, cuyo nombre parece tomado de algún propietario, y no al revés. 6 9 En Salamanca están las dos Albas más conocidas (de Tonnes y de Yeltes), otras hay en Palencia (de Cerrato, de los Cardaños), pero no parecen probables, pues de Palencia no vino gente a la pobla­ ción de Málaga. Conste, de todos modos, mi duda. 97 'Real de la Jara', partido de Cazalla de la Sierra. 8 9 Partido de Escalona. MANUEL ALVAR maciones que veníamos repitiendo a lo largo de estas páginas: Sevilla y Córdoba aportan una abrumadora mayoría de gentes a la repoblación y, lógicamente, con ellas fue una determinada norma lingüística disidente, y cuyas consecuencias duran todavía hoy.

LOS REPOBLADORES DE COMARES

Ya ha habido ocasión de hablar de las peculiaridades del establecimiento: Francisco de Coalla 99 fue adquiriendo la totalidad de las tierras y sólo aparecen unos cuantos nombres con su topónimo: "Juan Gómez de Córdoua" y "Juan González de Alanís" (prov. De Sevilla), entre los andaluces; "Francisco de Segovia'', "Diego García de Hinestrosa" (prov. de Burgos), "Rodrigo Alvares de Madrid' y "Pero Fernandes de Madrid', entre los castellanos. Queda aparte un grupo leonés, muy importante si nos atenemos a los poquísimos testimonios de que dispone­ mos: "Christóual de Carryón" (prov. de Palencia), ''Alonso de la Fuente Aguinal­ 100 do" , "Gil de Salamanca", "Juan de Salamanca", y el extremeño septentrional "Pero de Cdceres". De ellos, Rodrigo Alvarez, Pedro de Cdceres, Juan de Salamanca y Francisco de Segovia eran criados del alcaide Francisco de Coalla (CM 37), lo mismo que los dos vizcaínos Pero Ferndndez y Perucho (CM q). La información que da el Repartimiento es bien distinta de las que hemos ido comentando. Ni el número ni la procedencia de los pobladores ayudan gran cosa a cuanto estudiamos. Sin embargo, en Comares, como en todos los pueblos que se iban reconquistando por tierras de Málaga, los combatientes venían de los mis­ mos sitios. Hernando del Pulgar dice en un pasaje de su Crónica:

E mandó a Diego López de Ayala, e a Francisco de Bovadilla, que con las gentes de sus capitanías, e con los caballeros e peones de las cibdades de Jaén, e Ubeda e Baeza e Anduxar, pusiesen real en un cerro alto apartado una legua del real, e cercano á una villa que se llama Comares; porque la gente de moros que estaba en ella y en las otras fortale­ zas de Bentomiz, e Canillas, e Cómpeta, e Benamarhoja, otrosí los moros que estaban metidos en las Bre.fias e lugares ásperos de aquellas sierras, no ficiesen da.fio en las gentes que venían con las provisiones (ed. cit., pág. 450a -b).

Pero una cosa fue la guerra y otra resultó la paz. Gentes de Jaén, de Úbeda, de Baeza y de Andújar se asentaron en el cerro alto que se llamaba Comares, pero en

99 Coalla es un pueblo asturiano, pero el alcalde de Comares se dice que era madrileño. •oo 'Fuenteguinaldo', provincia de Salamanca, partido de Ciudad Rodrigo. HISTORIA Y LINGÜÍSTICA

Comares, las tierras no fueron para las gentes del Santo Reino. Otra explicación que añadir a las que se han dado en páginas anteriores.

ÍNDICES NUMÉRICOS Y LINGÜfSTICOS

Podemos intentar reunir todos los informes dispersos por las páginas anterio­ res. Son relativos, ya lo hemos dicho; limitados a aquellos pobladores de cuya pro­ cedencia tenemos unos indicios verosímiles; reconstruidos -en algún caso- de acuerdo con una lógica aceptable. Pues bien, con todas esas cortapisas, podemos tener un conjunto de 456 hombres que se asentaron en los pueblos malagueños a cuyos Repartimientos hemos tenido acceso. Intentemos poner en orden esas columnas de cifras para obtener una información racional.

AA BM* CB CT CM R Totales o/o

Álava o o o o o 4 4 o,877 Alicante o o o o o 1 1 0,219 Al m ería o o o o o 1 1 0,219 Ávila o 1 o o o 8 9 1>97 Badajoz 1 o o 4 o 54 59 12,93 Burgos o 2 o o 1 r8 21 4,6

Cáceres o o o 6 1 7 14 3,0 7 Cádiz 5 1 I I o r6 24 j,26 Ciudad Real o o 1 o 1 5 6 1,3 1 Córdoba 9 3 9 2 o 43 67 14,69 Cuenca o o 2 o o 7 9 1 >97 Granada o 1 o o o o 1 0,219 Guadalajara o o o o o 2 2 0,438 Guipúzcoa o o o o o 2 2 0,438

Huel va 2 2 1 I o lO 16 3,5 Jaén 2 1 4 6 6 26 45 9,868 León o o o o o 5 5 r,o96 Logroño o o 4 o o 9 13 2,89 Lugo o o o o o 2 2 0,438 Madrid 1 1 o o 2 3 7 1,j 3 5 * No hay información individualizada de AM. (Continua cuadro) MANUEL ALVAR

AA BM* CB CT CM R Totales o/o

Málaga 4 1 4 4 4 3 20 4,385 Navarra 1 1 o o o 7 9 1>973 Oviedo o o o o o 3 3 o,657 Palencia o o o o 1 1 2 0,438 Pontevedra 1 1 o o o 4 6 1,3 1 5 Salamanca o o 1 o 3 4 8 1,754 Santander o o o o o 6 6 1,3 1 5 Segovia o o o o o 9 9 1>973 Sevilla 4 4 7 o 1 22 38 8,3 3 3 Soria o o o o o 7 7 1,5 3 5 Toledo 3 3 1 o o 14 21 4,6 Valencia o o o o o 1 1 0,219 Valladolid o o o o o 1 1 0,219 Vizcaya o o o o 2 6 8 1,754 Zamora o o o o o 5 5 1,096 Portugal o o o o o 3 3 o,657 Marruecos o 1 o o o o 1 0,219 Repobladores 24 22 1 identificados 33 23 35 3 9 456

* No hay información individualizada de AM.

Lógicamente, una determinada norma lingüística actuará de manera homogé­ nea cuando esté presente en todos los puntos observados. En este sentido, el hablar de Córdoba (con independencia de su gran importancia numérica) fue hondamente significativo en la forma de las hablas malagueñas porque hubo cor­ dobeses en todos los puntos de nuestra investigación, y otro tanto habría que decir también de Jaén y, con limitadas restricciones, de Sevilla. Sin embargo, la pro­ porción de pobladores de Badajoz da una idea falsa de la importancia que tuvo esta provincia: un río de gentes extremeñas fue a Ronda, un escaso número a Cártama, un solo individuo a Alora, y ninguno a Benalmádena, Casarabonela y Comares; con lo que se puede inferir la importancia pacense en Ronda, y apenas nada más. Vemos que Málaga se repuebla -principalmente- con gentes de Córdoba, Jaén y Sevilla, pues queda clara la anomalía de Badajoz. Ese conjunto de cordo­ beses, jienenses y sevillanos son un 32,88 o/o del total; si unimos a ellos a los de HISTORIA Y LINGÜÍSTICA 33

Cádiz, Huelva y Málaga (un 13,14 o/o), que pertenecen a la misma norma, ten­ dríamos un 46 o/o de pobladores con una peculiaridad lingüística evidente. Pero ese enorme bloque era, a finales del siglo XV, mucho más uniforme de lo que es hoy, por cuanto el timbre ciceante de su habla se manifestaba en discrepancia con la peculiaridad toledana, pero no se había escindido aún en ceceo (sevillano) y seseo (cordobés) ror. Lo que ha venido llamándose norma sevillana es, propiamen­ te, andaluza occidental (Córdoba, Sevilla, Cádiz y Huelva), aunque para su difu­ sión gozara del enorme poder de Sevilla como foco irradiador.

II EL SESEO

Toda vinculación sevillana ro• se refleja en hechos lingüísticos bien concretos. En primer lugar, el problema del seseo. No quiero repetir lo que es conocido, ni siquiera cuestiones en las que he tomado partido ro3; sin embargo, me veo preci­ sado a reducir la cuestión a un brevísimo apuntamiento para poder aducir los tes­ timonios que se obtienen de los Repartimientos. Sirvan mis propias palabras:

El sistema medieval castellano con sus dos pares de sibilantes (s [z] fricativa sonora-ss [s] sorda, y z [dz] africada sonora-f [ts] sorda) estaba determinado por el carácter apical de las primeras y el predorsal de las segundas. Al perderse la oclusión de [dz] y [ts] surgió una posición mínima entre articulaciones apicales y predorsales, que era de difícil sosteni­ miento por su proximidad tanto articulatoria como de timbre. El castellano adelantó hasta zeta las s y z predorsales -con lo que vinieron a distinguirse de las s, z apicales; mientras que el andaluz las atrajo al punto de articulación de las predorsales, neutralizándolas.

Como -además- en una época adelantada no existía ya la oposición sonori­ dad-sordez ro\ en andaluz todos estos fonemas medievales /si , /ss/ y lzl, Ir! se redujeron a uno: 1s 1 ro s. No es ésta la ocasión de señalar la cronología de todos estos cambios, sí la de hacer constar cómo en los Repartimientos de finales del siglo XV roG hay un verdadero caos gráfico, reflejo fiel de la inseguridad lingüística en que se vivía y testimonio de todos estos procesos en marcha.

0 ' ' M. Alvar, A vueltas con el seseo y el ceceo, "Romanica", V, 1972, págs. 56- 57,§§ 4-10. 0 ' ' Cfr. R. Menéndez Pidal, Sevilla frente a Madrid. Algunas precisiones sobre el español de América. ("Miscelánea Homenaje a André Martinet", III. La Laguna, 1962). 0 ' 3 Vid. A vueltas con el seseo y el ceceo citado en la nota 1O l.

0 ' 4 En CB la oposición z-r funciona normalmente: hazyenda (71)-haca (68), passim. 0 ' ! Artículo aducido en la nota 101 , § 1.2. 'o6 "Hecho el repartimiento a fines del siglo XV, hoy disponemos para nuestro estudio de una copia coetánea y autorizada" (R. Bejarano, prólogo a la transcripción de AA y CT, pág. 19). 34 MANUEL ALVAR

En primer lugar debemos desechar el falso seseo o seseo puramente gráfico de los editores modernos. Los tres historiadores en que me apoyo transcriben como ese un grafema parecido a

w7 Frente a los menos numerosos, pero no infrecuentes, Gómez (R 83, 465; 85, 483), Gonfalez (R 83, 467; 85, 485), Gonfalez (R 83, 467; 85, 485), Ximenez (R 82, 46o), etc. ws Estos dos ciudadanos aparecen como Lopez (CB 91, 122), Sanchez (CB 141) en el mismo Repartimiento. w9 Pero vezindad en la misma página.

0 " Pero altezas en CM 57· El editor no dice del folio de que se trata, pero debe ser el 34r (págs. 9-10 del texto impreso). Lopez con z no con sigma ni con s. "l En la edición, se transcribe bien la primera (con z) y malla segunda (con s). ll4 Hay un desajuste entre estos signos y las normas de transcripción que se dan en AA, pág. 2j , § J. HISTORIA Y LINGÜfSTieA 3 j casos de consonante sorda procedente de e latina (esperiero 50-105; carrel51-126, ofiriaf76, 398; prinripal49-96, etc.), de los cultismos originarios con TY (justiria 57-195, condiríon 49-96) y de e- y z- iniciales cualquiera que fuera su origen (ramarrra 57 -19 5, fÍrujano 83 -469, rerrada 93-5 53 , rapatero 79-436; redufa 72-3 58, etc.). Paralelos a estos casos son los de ofiríos (AA, pág. 59), Galíría (AA, pág. 58); los de rayde (CM 24), rarral (CM 65, CB 103), con S:· El ses e o lo documento en Tendesuelas (R §§ 213 -214) rrj y en el problemá­ tico Horoscopo (86-494, 88 - 51 r); en otros casos, la z sonora (hazia BM 24; honze­ na BM 21; trezena BM 21; honze CB 98; doze CB 102; dyzeCB 11 1), generalmente mantenida, ha sido transcrita por s (hasía, BM 24, desena, 25), que debe ser error. Más abundan casos de probable e e e e o. Así c;omora (R 30), c;uares (51-125), cenbradura (CT 134), Zabzedo (CB 138); el topónimo mozárabe Cararabonela (AA, pág. 70; CB 59), Cararabonera (CM 30) y, acaso, la transcripción de z donde se esperaría s (Plazencia pág. 165; Cizneros R 49-99). Salvo estos pocos casos, la distinción de s y z parece muy viva todavía. Sin embargo, se puede inferir - lo que va concorde con la geografía lingüística actual- que el ceceo que se apuntaba lo era ya con timbre ceceante y no con tim­ bre seseante. O con otras palabras, proceso en marcha que se realizaba según la 6 variante rural o socialmente menos considerada rr •

LA LENG UA DE LOS REPARTIMIENTOS

Es muy frecuente la in e sta b i 1 id a d de las vocales átonas: lantíscos (BM 23) -lentiscos (BM 23), mideria (BM 36), encontinente (CM 1),juredición (CM 34), cevil(CM 35),previlegio (CM 35), encorpor.ado(s) (CM 38 , 44), minción (CM 49), copieren (CM 57), andouo (CB 115), conpliese (CB II 2)- cumpliendo­ la (CB II2), Frexiliana (CB 138), Librixa (CB 134). Rasgo vulgar parece la neutralización de 1y r en los grupos consonánticos bl y pr [rublica AA 52; Pliego 'Priego (Córdoba)', AA 62 y 69], mientras que, en otros casos, el fenómeno será de disimilación r.. . r = r.. . 1 (Bernaldino, AA 64, pero 1 17 Bernardino, AA 74 y 79; alvañir 'albañil', AA 94; CM 71 • La lengua de todos estos repartimientos permite consignar numerosos ejemplos del paso de F- inicial a h, por más que haya pervivencias - gráficas al menos- de f

l l5 Frente a Tenderuelas (R )8-207). 116 Vid. mi artículo citado en notar,§§ 4.1.1 y 4.1.2. 11 7 Mientras que, en CM 7, se lee alvañíes. La forma que cito en el texto es ligeramente anterior a los testimonios aducidos por Corominas (DCELC, s.v.). 36 MANUEL ALVAR

1) E v o 1 u e i ó n : R: herrador (41), herrero (41), hiziese (42), hazera (42), horno (42), hijo (43), hazienda (46), etc. AA y CT: haldas (págs. 70, 87), hara (64, 69, 76, etc.), hazer (144), herrero (84), higueral (87), higuerones (98), hocino (1oo), horca (66) , horno (144). En posición intervocálica: dehesa (págs. 65, 89), tahures (55), tarahe (65, 78; en la pág. 70, Turahe es errata). Es muy frecuente la forma etimológica hacera procedente de *fa e i aria) 'acera' (págs. 117, 141, 145, etc.). BM: hanegadas (35), hazia (21, 22, 30), hara (p), higueral (25 ), higueras (24), hilada (24), honsario (34) , que puede presentar la desaparición del fonema: onsa­ rio (1 5, 1 8). CM: hasta (9), hara (9, 1 1), haruela (71), hazya (42). CB: hazya (62, 71), hazyenda (71 , 112, 130), herydo (72), hedyonda (1 q), hara (62, 63, 68), hendido (62), hyjo (66).

2) C O n S e r V a C i Ó n : R:fizo (42),jija (44),[echo (44),jasta (56),fazia (102) , pero son muchísimos menos que los que tienen h. AA y CT: fanegas (64, 1 q), fanegas (65), figueras (8I), figueral (1 17). BM:fanegas (15, 33),fanegadas (22),jasia (22). CM: fanegas (92),fanegas (92),jasta (1o, 64),figuera(l) (24, 3). CB:fecha (98),fazer (141) ,fanegas (126) ,fanegadas (8o, 134).

Es muy importante la persistencia de b como primer elemento en los grupos 8 11 consonánticos sean originarios (- PT-, -CT-) Tl , secundarios (-VT-, -PT-) 9 resultando de la transcripción de un wau primariorzo, de un wau metatizado IZl, o 122 procedente de un grupo romance (-L'c-) • En todos estos casos la b tendría una pronunciación semejante a la actual -fricativa sonora-, pues de otro modo se esperaría la transcripción p, que incluso podría ser etimológica (en prerebtos, en

8 " Ejemplos:precebtos (AA 53), cabtivos (AA 55; CB 130, 132), cabtyverio (CB 130), abto (BM 18), recebtor (CM 27, 49), recebtoria (CM 49); abtoridad, abtor, abción (todos en CM ¡o), ecebto (CM 64), acebto (CB 136). 11 9 Ejemplos: cibdat (AA ¡8; BM 9; CM 23, 29); recabdados (CM 16), recabdanca (CM 49) . 1 0 ' Ejemplos: cabsa(s) 'causa(s)' (AA 55, ¡8; CM ¡o, 94; CB 6o, 1oo, etc.), abdíencia 'audiencia' (AA71). 1 1 ' Ejemplos: bibda 'viuda' (AA 93,% BM 18; CB 97, 99), bibdo (CM 68). m Ejemplos: cabz 'cauce' (AA 7o,IOo, 140, etc.; CB 63, 102), sabzedo (BM 25; CB 98). Hay otros derivados de calice: cavz (CT 149), cauz (CT 16o, 161). HISTORIA Y LINGÜ{STICA 37

cabtivos). Formas como subjetos (CM 35), subcesos (CM 27, 28, etc.) son grafías de 123 carácter muy culto • La neutralización, en posición inicial, de b y v está muy atestiguada: bibda (AA 93, 94; BM 18, 21 ), bívos (CM 36, 50), bísperas (CM 7; CB 104); bolvío (BM 10), buelua (CB 102), buelve (BM 19, 23; CM 89), bolvímos (CM 29), boz (CM 36), buelta (CM 45). Frente a estos casos, varranco (AA 67), vancal(es) (BM 19, 31, 3 5), vancalejos (BM 1 8). Tras nasal, también se transcribe b: en bien (BM JO), 124 enbiantes (CM 28), enbío (CM 125) , En m o r f o l o g í a es de señalar la abundancia de sufijos d i m i n u t i -

v o s : -ejo (colmenarejo BM 22, 24; hígueralejo BM 1 s; vancalejos BM 1 s; pajarejos CB 123); -íco (cerrico BM 23; vallecíco BM 23, 32; cerrico CM 32), -illo (casyllas CB 6o, 61 , etc.; cerrillo BM 23; CM 66; CB 83; cañadilla BM 19; montesillo CM 67; peda­ cillos CM 20; quebradilla BM 19), -ito (cañadita CM 65), pedacito CM 20), -uelo (arroyuelo CB 67; ha~uela CM 9, 11, etc.; CB 63, 81; pechuelo CM 65; peda¡¡uelo BM 19, 22; CM 20; CB 72; poyuelos CB 88; vallejuelo CM 32). Mención aparte merece la alternancia -al = -ar en sustantivos que indican colectivos de plantas. En AA y CT, es frecuentísimo -ar (azebuchar 65, 93; savinar 64; palmares 149; ¡¡umacar 145) y en CB (azebuchar 139, juncar 63; peñascares 126, sauínar 121 , 125, ¡¡umacar 92). Sin embargo, -al abunda en CM (almendral 19, 23, etc.;jiguera/9, 11, 18; retama/58; ¡¡ar¡¡a/65) 125 y se encuentra también en BM (higue­ ral 12, 23; retama/22) 126 y en CB (hyguera/82; noga/64; ¡¡umacals9). Esta forma -al 127 es la que pasó a América donde se difundió extraordinariamente • Lógicamente, el vocabulario no puede ser muy rico. Está mediatizado por el carácter curialesco de los repartos y las fórmulas estereotipadas se repiten por doquier. Sin embargo, merece la pena anotar unas cuantas palabras que, fre­ cuentemente extrañas, completan la fisonomía de estos repartimientos y pueden ser primera presencia de algo que nunca se olvidará. A veces se trata de palabras

~>J Un caso paralelo al de - P'T- sería el de -T'c-, con sud no evolucionada plenamente: terrad­ gos (CM 23, 27). 124 Fenómenos menos atestiguados son las epéntesis (Alcoleya CM 22, 89; posesiyon, CM 44), la aféresis (royada 'arroyo' CM p; talaya CM 3) y la metátesis (ynterpretes CM 1, 6, 8, etc., CB IIo; Graviel CM 22, 23 ). ~>¡ También se documenta -ar: azebuchar (CM 43, 89, etc.), olivar (CM 18, 19, etc.). 126 Pero tabacar en BM 18. ~> 7 Vid. Pedro Henríquez Hureña, El español de Santo Domingo, publicado en la "Biblioteca de Dialectología Hispano-Americana", V. Buenos Aires, 1940, pág. 184; Max Leopold Wagner, Zum spanisch-portugiesischen Suffix "al" ("Volkstum und Kultur der Romanen", III, 1930, págs. 87-92). MANUEL ALVAR

8 9 0 bien castellanas, que han caído en el olvido (albarrada " , alca~er " , ancón '' , 35 6 aran~ada '3', azeituno '3\ enxerir '", ervajar, ervaje 'H, estadal' , tranzo 'l ; otras, 38 derivados que no tuvieron acceso a la lengua normal (alinde ' 37, cabe~ada ' , vara­ dera '39; otras, voces que subsisten en determinados niveles de habla, pero no en

8 " La voz significaba 'pared de piedra seca (DHLE, s.v., 2) y su presencia en los Repartimientos (CB 107, 132; CM 43) es muy importante: Corominas (DCELC, s.v.) la documenta en potugués en 1 51 5, pero "la palabra castellana, no la hallo documentada en parte alguna, fuera de los glosarios de Dozy y Eguilaz y las ediciones recientes de la Academia". Tenemos que el término debió ser muy corriente para que pudiera pasar de la lengua militar a la civil, según acredita nuestro texto de 1488 ("un hornazo de peñas que esta de forma de albarrada[ ... ] e en comedio de dicha albamrda se fizo otro mojan"). Si la voz estaba muy difundida a finales del siglo XV ya no extraña que se documente hasta la saciedad en cro­ nistas como Berna! Díaz del Castillo y en otros muchos textos de los cronistas y documentos de Indias (vid. Peter Boyd-Bowman, Léxico hispanoamericano del siglo XVI, Londres, 1971, s.v.). "9 'cebada verde'. En AA y CT, págs. 64, 115, 164; en BM, pág. 43· Arabismo documentado ya en el Alexandre (1 294 b). o¡o 'ensenada'. Documento en CM 23. También fue éste un término muy difundido en los cro­ nistas de Indias. Cfr. Boyd-Bowman, op. cit., s.v. 'l ' CT, pág. 122; CB 125. 'l' 'olivo', documentado desde el siglo xv, se atestigua muchas veces en los repartimientos de BM (págs. 22, 25), CB (62, 63, 68) y CM (págs. 10, 11, 24, etc.). La palabra estaba por er.tonces en colisión con olivo (CM zo, 23, 25), con la que alternaba en muy pocas líneas: "Otra hac;:a de Najas con quatro olivos que cabe quatro almudes en Handacalnaz. Tres azeytun os en un monte de Abra!Jen alfaqui. Una hac;:a de Mila que cabria cada! e medio con olivos e almendros" (CM 26). Por más que aparezca en algún escritor moderno, la palabra no tiene vitalidad, según acredita el mapa I, 222 del Atlas lingüfstico y etnogrdfico de Andalucia. 'll 'injertar' "Enxerir e fazer oliuar" (CB 141). ' l 4 'hierbas de un pastizal' (CM 28 y CM 64, respectivamente). Corominas cita, como docu­ mentación más antigua, a Nebrija: "pabullum". 'll 'medida de once cuartos o palmos, exactamente 2,2987 metros' (Vallvé, CM XIX). Docu­ mentación en CM 44, etc. Cfr. DCELC, s.v. estm: 6 ' l 'cada una de las partes en que se divide la tierra'. Se atestigua en AA y CT 64, 75, 164, etc. En BM y CB 77, tran(O, y en BM 22, 38, tr.tn(e. En el DRAE, sólo tranzón. •n 'colindante': "quedale la meytad del solar grande que estava por proveer, alinde con casa de Anton Rodriguez de Alburquerque e del adarve" (AA, 95). También en CB, págs. 122, 125, entre muchos otros casos. 8 ' l 'comienzo': "ha por linderos del cabo hac;:a de Juan palma [ ... ] y el camino de Malaga a la cabe(ada". 'l9 'vado, especialmente el ancho por donde pueden pasar ganados y carruajes' (DRAE). Aunque no he recogido nunca la voz en Andalucía, los testimonios de AA y CT son bien elocuentes: "En el cabz del molyno [ ... ] no ay vaderas ni pasos por do pasen los dichos ganados" (pág. 161), y poco después -en la misma página- se añade: "los ganados pasen de un cabo a otro sin peligro ni en pe­ dimento alguno e que las vaderas que quedan señaladas, que ayan de estar abiertas del anchura que de suso se haze mencion, que el dicho alcayde [ ... ] sea obligado a las tener abiertas e bien aderec;:a­ das para que los dichos ganados libremente las puedan bien pasar". HISTORIA Y LINGÜÍSTICA 39

140 14 14 143 las realizaciones habituales (buhedo , contía \ navazo ', poya ). Son muy valiosas, como era previsible, las documentaciones de medidas. Líneas más arri­ ba he aducido los estada/es, anteriormente pude hablar de fanegas y fanegadas (pág. 41) y aranradas (pág. 43), añadamos ahora cadae (CM 9, II; CB 71, 73, etc.) o cadahe (CM 25; CB 76), "cordada en ancho" (CM 65) y la caballería de tierra y la peonía. (Cada(h)e procede del hispanoárabe qaddh (< ár. qáda}:¡) "'jarro para vino y otros usos'; de ahí el alcadafe 'vasija que tienen los taberneros para recoger el derrame del vino' (DCELC, s.v. alcadafe); en época nazarí el qadab "es la medida de las tierras de secano y el mmya' para las de regadío" (Vallvé, CM XIX). En cuanto a la caballería de tierra 144 podemos establecer su valor de acuerdo con las siguientes explicaciones: "quedale otrosí una cavalleria de tierra de treynta e seys fanegas" (dos veces en AA 76), "quedale media cavalleria de tierra que son diez e ocho fanegas de senbradura'' (AA 94). Una caballeria de tierra tendría 13P7lAo metros cuadrados, partiendo de los cál­ culos de Vallvé (CM XX). En cuanto a la peonía, oscilaba en los repartos, pues unas veces eran z/3 de lo que se concedía a los caballeros y otras la mitad (BM 22). Resumiendo la información de Vallvé y añadiendo la mía, tendríamos las siguien­ tes equivalencias en metros cuadrados:

40 ' 'espadafia, planta de lugares húmedos', AA 93, CT 102.

' 4 ' 'cuantía', al parecer restringida a Asturias (DCELC, s.v. cuanto).

' 4' 'charca de agua llovediza, que rara vez se seca'. Cfr.: "el uno [pedazo de tierra] es en un nava­ zo entre! monte" (CT 168; también en BM 1 j, 36). La cuestión figura en el Atlas lingiUstíco y etno­ grdfico de Andalucia (tomo IV, mapa 900), pero - al parecer- sólo persiste en el extremo oriental de Almería, en la raya murciana.

' 43 'derecho que se paga por comer el pan'. Cfr.: "Un horno de pan cozer de poya" (pág. 144). La voz subsiste en Andalucía (ALEA., I, 270), pero se trata de un área en retroceso -ante cochura y maquila- cuya mayor vitalidad está en el oriente de la región. En la provincia de Málaga, la voz sólo se mantiene en los pueblos arcaizantes de la serranía de Ronda. Cfr. CB 127.

' 44 Carriazo (R 1 8) da para la caballerfa la equivalencia de 6o aranzadas, pero no dice en qué fundamenta su criterio; según ese cálculo, la caballería consta de 15 j.24o metros cuadrados, lo que no parece exacto. Se documenta en AA 76 y en AA 94; BM 22; AM 29, 30; CM 27, 28, jO. La designación procede, naturalmente, por ser 'porción de tierra que se repartía a los caballeros que habían contribuido a la conquista' (DRAE) y así lo atestigua el repartimiento del Arroyo de la Miel: "es cavalleria de cavallero que berna Juan Das:a" (AM 30). Peonfa, por tanto, era la 'tierra asignada a un peón'. En CB (74), hay un informe que importa mucho, tanto por dar una valoración preci­ sa de la caballerfa de tierra, como por sefialar la vinculación de alguno de estos pueblos con la de Ronda: "Diosele [ ... ] cinco cauallerias de tierras a treynta y seys fanegas cada caualleria commo se tasaron en Ronda''. MANUEL ALVAR

caballería de tierra (36 fanegas) ...... 13 5.275,40 fanega ...... 3·757,65 aranzada (y'¡ de fanega) ...... 2.254,59 cada(h)e (V3 de fanega) ...... 2.505,10 celemín de secano (x/8 de cadae; r/2 fanega) ...... 313,13 almud de secano (x/8 de fanega) ...... 494,70 marjal ...... 528,42 celemín de regadío (x/3 de marjal) ...... 176,14 almud de regadío (IIz marjal) ...... 264,21

Y para que fuera completa esta enumeración de las posibilidades del vocabula­ rio habría que añadir los términos que no se han atestiguado todavía y las docu­ mentaciones anteriores a las del DCELC

III

CONCLUSIONES

Estos Repartimientos han servido para que sepamos algo más de lo que cono­ cíamos por inicios y mucho más de lo que tablas, sillerías y romances nos daban a entender. La Historia de los pueblos se venía contando con incendios, con reyer­ tas, con guerras y con rebeldías. Ojéese la Mdlaga musulmana de Guillén de Robles ' 45 y sólo sabremos que los cristianos incendiaban arrabales, quemaban mieses, destrozaban alrededores urbanos, en total que "tanto fue la cabra a las ber­ zas, que se dejó los cuernos entre ellas". Un día el Adelantado se quedó por las bre­ ñas, pero otro no volvería a repetirse el atrevimiento y los moros tuvieron que someterse. Es éste el momento que nos interesa para la historia lingüística del español. Los cronistas habrían ido desgranando sus informes, pero apenas si en ellos encontrábamos algo que valiera para nuestro objeto: Hernando del Pulgar da los nombres de los primeros señores de las ciudades y poco más.

La Reyna, quando sopo que la cibdad de Ronda era tomada[ ... ] mandó dar la tenencia de aquella cibdad a un caballero de su casa que se llamaba Antonio de Fonseca (pág. 429 a).

Dio cargo de su capitanía mayor de aquella villa [Alora] a Luis Fernández Portocarrero, con doscientos homes a caballo e otras gentes a pie (pág. 403 a).

!45 Parra AJora y Cártama, véanse sus páginas 124, 125 y 135. HISTORIA Y LINGÜfSTICA 41

El Maestre de santiago le suplicó al Rey la tenencia de la villa [Cártama] [ ... ] e mandó­ gela entregar. Y el Maestre [ ... ] puso por Alcayde en la fortaleza a un caballero de su casa que se llamaba Juan de Céspedes (pág. 415 b).

Ahora sabemos quiénes se asentaron y quiénes fueron elaborando la intrahis­ toria. Se había cerrado un capítulo y era preciso iniciar otro. La diligencia de la guerra no podía descuidar en la paz. Por eso el cronista oficial tiene buen cuida­ do en dejar constancia de las cosas en una página que tiene el valor del nacimien­ to de una nueva vida:

E mandaron a Juan de Torres un caballero de los que estaban en el contino servicio de su palacio, e al licenciado Juan de la Fuente, Alcalde en su corte, que fuesen a las cibdades de Ronda e Marbella, e a las villas de Cártama, e Cazarabonela, e Setenil, e a las otras villas, e valles e serranias e tierras que se ganaron de los moros, e pusieron términos a cada una, e repartieron las casas y heredades entre los moradores christianos que nuevamente las fue­ 46 ron a poblar ' •

Estos moradores traían una lengua para comunicarse y la historia explica los hechos pasados y nos ayuda a entender los del presente. Para ello nos han servido los Repartimientos y son -ya- las últimas consecuencias que de ellos quiero extraer. Las gentes que vienen a establecerse a las localidades estudiadas se distribuyen según unos principios homogéneos en todas ellas, excepto en Comares, donde Francisco de Coalla consigue alzarse con el santo y la limosna. Esto tiene conse­ cuencias inmediatas: el alcaide logra hacer el reparto entre sus paniaguados, con lo que las gentes que en Comares se establecen son de muy otro matiz. No obs­ tante, la lengua que reflejan esos repartos no es la de los moradores, sino la de notarios y escribas que cargados con plumas y tinteros van de una a otra parte estableciendo el orden que los Reyes quieren. De ahí que nos encontremos en muchas veredas con Juan Alonso Serrano y sus talegas de ejecutorias. Sin que él remediara mucho lo que los dos Juanes -el de Torres y el de la Fuente- dejaron sin ordenar. Las diferencias lingüísticas que pudiera haber en Comares se encon­ trarían después, pero no en las fojas de los repartos, y hoy ya no se puede hablar de diferencias. Sin embargo, ellas, las diferencias, constaban y contaban con los viejos papeles: los documentos de Francisco de Coalla hablan más directamente de la vida y son testimonios de una realidad que está agonizando y de otra que la ayudará a mal morir.

6 '• Hernando del Pulgar, Crónica, pág. 42.5 a. MANUEL ALVAR

Al repasar las listas onomásticas que se pueden sacar de los repartos hay algo que resulta incontrovertible, por mucha cautela con que manejemos la informa­ ción: los andaluces occidentales constituyen mayoría abrumadora entre los repo­ bladores de Ronda, de Cártama, de Al ora, de Benalmádena y de Casarabonela. En definitiva, esas gentes hablaban "sevillano" y "sevillano" es lo que ahora siguen hablando los sucesores de aquellas gentes, y de todas las que vinieron después, pero que se las asimilaron. Y eso que los cómputos se han hecho dejando aparte a las gentes llegadas de tierras de Badajoz, tan vinculadas en muchas cosas con la norma andaluza occidental. Ya he dicho que aparte quedó Comares, por voluntad de Francisco de Coalla y las mercedes que se le otorgaron. Los escribas reflejan en sus páginas una lengua que proyecta ya la norma lin­ güística de Sevilla; como eran sevillanos, de Carmona, los medidores de las tie­ 147 rras (AA 52); sevillanas las medidas que allí utilizaron , y estadales sevillanos 148 los que servían de patrón en Comares • No extraña, pues, que la difusión de las normas culturas de la gran metrópoli se produjera como la mancha de acei­ te sobre el agua: los hombres que de ella salieron -no sólo de ella, sino de las tierras que a ella se vinculaban- llevaron una realidad andaluza ya, y en esa realidad la lengua neutralizaba la vieja oposición castellana entre s sorda y s sonora, había perdido el carácter oclusivo de la f' -o estaba perdiéndolo- por cuanto (' se utilizaba -sobre todo- como índice de sordez, constaba el ceceo con alguna frecuencia y, para nosotros, con más segura identificación, por cuanto el seseo en muchos casos no es otra cosa que una mala transcripción de CT, que era zeta y no ese. Sin embargo, la distinción de s y z -en grafía al menos- se mostraba aún con gran intensidad 149. Otros rasgos lingüísticos manifiestan falta de nivelación o vulgaridad (vocales inestables, neutralización del y r), diferencias entre grafía y realidad fonética (tra­ tamiento de fy h), procesos en trance (la b como constante en grupos que la han convertido en u o la han asimilado), la neutralización de by ven posición inicial, etc. Pero estamos a finales del siglo XV y los escribas eran - no lo olvidemos tam­ poco- gentes instruidas; por eso tanto cultismo gráfico como enfada la lectura: h superflua en palabras como honze (BM 14; CB 98), honzena (BM 21, 24), hene­ ro (CM 27, 96), hera(n) (CB 6o, 61; CM 3, 6, zo) y los mil derivados de horden

' 47 Eran iguales a la gasaba o cafia de los moros y su valor era el de seis codos reales de o,574 metros de largo por seis de ancho (Vallvé, CM XIX) . ' 48 "Dixo que los medidores heran de Carmona e la medida hera de tierra de Sevilla'' (AA 52). 149 El pezcador de BM r 5 debe ser un yerro por cuanto en BM z r, z 3 se lee "Juan Martin pes­ cador" y en BM 24, ''Andrés de Aran da pescador". HISTORIA Y LINGÜfSTICA 43

150 (CM 37, 51, etc.) ; la abundancia del grupo th (thenia BM 10; thener BM 14; CM 3, 37); thenor (CB 1 II; CM 16, 45); thenencia (CB 113, 1 14, CM 3 5, 48); the­ neyo (CM 63), etc. e incluso othaua (CB 122, 1 24) I)'; la p ante nasal (dapnos CM 5, 36; dapño CB 102) ' 52 los grupos consonánticos (actoria CM 36, doctar CM 22), la grafía de ll por l (jullio BM 9, mili BM 9, allcaide CB 127), etc. 'B. Y en el vocabulario, a pesar del carácter muy restringido con que tiene que manifestarse, hay arcaísmos (naturalmente, desde nuestra perspectiva), voces que nunca llegaron a la lengua común o que se restringieron a los usos de un determinado grupo; otros ausentes hasta hoy de los repertorios lexicográficos y, por último, algunos cuya documentación se adelanta -y a veces mucho, y aun muchísimo- con respecto a lo que suelen darnos los repertorios de máxima sol­ vencia. Por último, hagamos mención del valor muy significativo que en estos repartos tienen las medidas de superficie: mundo muy rico en el que las pala­ bras se vinculan a las realia permitiendo su mutua ilustración. Hasta su extin­ ción del mundo árabe, y más allá todavía, el léxico -sobre todo el de las cosas concretas e inmediatas-, quedó marcado por lo que fue la terminología de los moros. La historia se fue haciendo así como los Repartimientos nos han permitido exponer en todas estas páginas. Sin brillo, pero día a día. Al correr un poco el telón hemos visto los más viejos testimonios de lo que hoy son y no son estas tierras de Málaga. Lo que fueron y siguen siendo, lo que fueron y ya no son y, para otra ocasión queda, lo que son, pero no fueron. Los moros perdieron su lengua y luego se perdieron. Los cristianos traían la suya tamizada por los ceda­ zos de Córdoba y de Sevilla, y así se quedó. Habla de Castilla aprendida en labios andaluces, y escondida la algarabía que para poco iba a servir. Algo como aquello que contaban las viejas tras el fuego y que puede servir de meditación para el descanso: "algarabía de allende, que el que la sabe la habla, y el que la habla no la entiende".

qo Vid. Estudios sobre el dialecto aragonés, I, Zaragoza, 1973, 14. 'l' Resulta curioso que junto a u!tracorrecciones como ésta, en el mismo reparto aparezcan vul­ garismos del tipo otaua (BM 21; CB 88), otubre (CB 126) y evoluciones totalmente cumplidas: ochaua (CB 1 13). En setena tenemos ya una lexicalización bien conocida (CB 122). ' F Documentos de jaca (1 362-1 502), 196o, § p, págs. 35-37, donde explico el valor de esta p. q¡ Aunque, recíprocamente, se dan las reducciones vulgares: juredycion (CM p, 34), refacion (CM 92, 93, ere.), refacion (CB 123). Otros vulgarismos son el sintagma lo de ("por lo del arroyo", "en lo del majuelo", ambas referencias en BM 1 5; "en lo de Monryjar", CB 135) o concordancias del tipo "do esta la venta e molino" (CB 126), "se midio treynta fanegas de tierras" (CB 126). 44 MANUEL ALVAR

z. RESULTADOS TOTALES

Menos del 5o/o

~ Del 5 al lOo/o

~~~ Del 11 al15o/o

MANUEL ALVAR