Ii. La Obra De Silvina Bullrich
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA VISIÓN SOCIOPOLÍTICA EN LA NOVELÍSTICA DE SILVINA BULLRICH MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR María Cristina González López Bajo la dirección del Doctor: Lucrecio Pérez Blanco Madrid, 2002 ISBN:84-669-1932-5 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA VISIÓN SOCIOPOLÍTICA EN LA NOVELÍSTICA DE SILVINA BULLRICH TESIS DOCTORAL DIRIGIDA POR PROF. DON LUCRECIO PÉREZ BLANCO Mª CRISTINA GONZÁLEZ LÓPEZ MADRID, 2002 7 AGRADECIMIENTOS Como es natural, detrás de este tipo de trabajos hay muchas personas a las que transmitir una profunda gratitud. Yo quiero agradecer su interés y ayuda a mis profesores del Departamento de Filología IV, porque avivaron en mí muchas inquietudes y siempre he encontrado en ellos la sonrisa y el aliento necesarios para esforzarme más. A mis compañeros de Doctorado, por estar ahí cuando les he necesitado y por compartir algo tan importante en nuestras vidas como es la literatura. Especialmente, mi más sincero agradecimiento le debo al profesor Lucrecio Pérez Blanco, mi director de tesis, por su amabilidad, su atención y sus valiosas orientaciones. Por último, a mis padres nunca les podré agradecer como merecen la educación que he recibido, su colaboración, ayuda y apoyo moral y económico, para que pudiera hacer académicamente lo que siempre he querido. A ellos y José Ramón, mi marido, por su absoluta confianza y fe ciega en mi capacidad y posibilidades, les dedico este trabajo con todo mi cariño. 8 PRESENTACIÓN No es Silvina Bullrich una escritora conocida en España, ni siquiera por los más aficionados a la lectura o incluso al estudio de las letras hispanoamericanas y argentinas. Aún más, quienes han leído su obra no suelen tener de ella una opinión favorable. La crítica le ha vuelto la espalda prácticamente a lo largo de toda su trayectoria literaria, unas veces cargada de razón -cuando pone de manifiesto la excesiva inclinación de la autora hacia los textos fáciles, repetitivos, poco originales y descuidados- y en otras ocasiones, por motivos personales muy relacionados con la tendencia política de cada uno, con las manifestaciones vertidas por la escritora en los medios de comunicación sobre todo tipo de cuestiones, o simplemente por la antipatía que en algunos suscita la imagen altanera de una mujer demasiado orgullosa de haberse hecho a sí misma, superando cuantos obstáculos -y han sido muchos- ha puesto la vida en su camino, y que por ende siempre ha hecho gala de unas maneras muy acordes a la clase social a la que pertenece, la alta sociedad bonaerense. Si a esto añadimos que, pese a quien pesara, cada una de sus publicaciones tuvo una acogida excepcional por parte de los lectores argentinos, especialmente a partir del éxito de Los burgueses, podemos concluir que no resulta difícil entender el rechazo que esta mujer ha provocado, haciéndolo extensivo a su obra. Transcurría mi primer año de Doctorado, cuando entré en contacto por primera vez con Silvina Bullrich. Fue en el curso dedicado a la Renovación de la Narrativa, dirigido por la doctora Teresita Mauro. Una de las alumnas eligió Bodas de cristal como texto para trabajar individualmente y en clase, de modo que todos tuvimos que leerlo. Me interesó la 9 forma en que autora acometía el tema de la situación de la mujer en la sociedad y dentro del matrimonio, su problemática y la forma en que lo resolvía al finalizar la novela. La sumisión al orden establecido era, al fin y al cabo, el único asidero para una mujer sin preparación y, por tanto, sin posibilidades de enfrentar la vida por sí sola. Más adelante, cuando buscaba temas para una futura tesis, me vino a la mente en varias ocasiones el nombre de Silvina Bullrich. Y así empecé a conocerla un poco mejor, a leer otras novelas y a descubrir enormes defectos e interesantes virtudes. La obra de esta escritora argentina es tan extensa, que el abarcarla toda se hacía poco recomendable. Había que limitar el terreno. La verdad es que el tema de la mujer, de su esencia y de sus problemas, era el que más me atraía, pero cuanto más ahondaba en la cuestión, más me daba cuenta de que era precisamente el aspecto más estudiado y comentado, el que más había llamado la atención de los estudiosos y los críticos. Sobre todo, de las estudiosas y las críticos. Una de ellas, Erica Frouman-Smith, fue quien me proporcionó su inestimable ayuda a la hora de decidirme, ya que en su repaso a la vida de Silvina, a los temas y la crítica de su obra, aportaba un resumen de las obras críticas y apuntaba la necesidad de establecer el valor de su crítica social y examinar cómo su visión ha experimentado desde el principio hasta el final de su carrera un cambio genuino1. En efecto, la mayor parte de la crítica encontrada se reducía a reseñas de sus libros en periódicos como La Nación o en revistas literarias especializadas en literatura hispanoamericana o feminista. Los estudios extensos, tales como tesis doctorales, además 1 Frouman-Smith, Erica, Sivina Bullrich (1915-1990). Argentina, en Diane E. Marting (ed.), Escritoras de Hispanoamérica: una guía bibliográfica, México, Siglo XXI, 1990. 10 de escasos, se centraban en aspectos relacionados con la imagen de la mujer que aparece en sus obras; por otra parte, de los citados por Frouman-Smith tan sólo dos dedicaban su análisis exclusivamente a la autora, mientras que la mayoría la incluía en una nómina de varias escritoras unidas por algún aspecto en común -ser argentinas, tratar el tema de la mujer y, en una ocasión, la cuestión política2. Todo ello me condujo a elegir definitivamente la sociedad y la política como ejes de un estudio para el que no iba a encontrar demasiados apoyos críticos. Tampoco la autora iba a ayudar cuanto hubiera sido de desear, ya que muchas veces es paradójica y contradictoria, cuando no desordenada y liosa, y no porque no exprese claramente sus opiniones -habla demasiado claro-, sino porque su afán de sinceridad la lleva a exponer siempre lo que piensa en cada momento sin partir de posiciones previamente establecidas, lo que descoloca un tanto a quien se acerca a su obra pensando en observar tendencias claras y bien definidas. No las hay en su obra porque no las había en ella misma. Su personalidad le impedía estar de un lado o de otro, la objetividad era una pretensión obligada, un esfuerzo que debía realizar para resistir en la postura elegida, al margen de amiguismos o hipocresías. Sin embargo, también comprobaremos que ello no implicó un compromiso o una posición auténticamente crítica hacia algunos aspectos políticos, lo que despertó antipatías y frecuentes acusaciones por parte de estudiosos y compañeros de profesión, que echaron en falta una actitud decididamente combativa sobre todo en momentos especialmente críticos de la historia argentina. 2 Class, Bradley M., Treatment of Politics by Argentine Female Novelist, Tesis doctoral, Univ de Nuevo México, 1974, analiza varias obras de ocho escritoras: de Silvina, Los salvadores de la Patria y La creciente. 11 Admirada por muchos y denostada por una legión muy numerosa también de detractores, después de haber acometido la empresa de estudiar su obra y especialmente sus novelas, se llega a entender el enorme éxito que esperaba siempre a cada una de sus publicaciones, independientemente de su calidad literaria. Descuidos sintácticos y estructurales, errores que con una lectura atenta previa a la impresión podrían haberse evitado, repeticiones de anécdotas personales, personajes estereotipados y situaciones casi calcadas de una a otra novela no fueron óbice para que Silvina Bullrich se convirtiera en la gran dama de las letras argentinas..., al menos, para una gran mayoría de lectores que esperaban ávidos la salida a la luz del que siempre acababa siendo best-seller. Díez Borque lo explicaría por la falta de cultura3, pero hay algo más que no puede pasarse por alto y que sus defensores a ultranza, sus amigos, se encargaban de resaltar en cuanto se les presentaba la ocasión. Extremadamente comunicativa, la escritora era capaz de captar enseguida la atención de un lector que difícilmente no se sentiría identificado con sus personajes y sus problemas. Porque los problemas planteados podían ser sentimentales, pero también sociales, económicos o políticos: el argentino se veía reflejado, en cada momento, en cada situación de la vida cotidiana del país, en las novelas de Silvina Bullrich. Si a ello añadimos que los temas de actualidad y los problemas de una clase social a la que la autora pertenecía eran acometidos sin concesiones demagógicas a los demás grupos sociales; que fue además una mujer que también prestó atención, antes y después de ser famosa, a la situación de tantas mujeres desplazadas por las desigualdades sufridas tradicionalmente 3 En la cultura de masas el grado de originalidad llega a niveles mínimos a favor de la estandarización y el tópico. (...) la originalidad propuesta por el mensaje cultural es mínima en cuanto que el receptor sólo está capacitado para recibir mensajes con un máximo de redundancia, (...) que tendrá como consecuencia el impedir una participación activa. José María Díez Borque, Literatura y cultura de masas. Estudio de la novela subliteraria, Madrid, Al-Borak, 1972 (p. 26). 12 respecto al hombre, y que lo hiciera alzando una voz sin fisuras y sin adulaciones ni hipocresías, nos haremos una idea más clara de lo que pudo suceder entre ella y sus lectores, así como del motivo por el cual no descarté la posibilidad de hacerla objeto de esta tesis, pese a una tentadora antipatía inicial. Este estudio constará de cuatro Partes. En la Introducción, haremos un breve recorrido por la historia mundial y argentina desde 1915 hasta 1990; es decir, por los años que vivió la autora.