CUADERNO DE NOTAS 11 p a u l s c h m i t t h e n n e r

José Manuel García Roig El albañil desconocido

Un recorrido por su biografía, comentarios a tres textos fundamentales y traducción de su conferen- cia La belleza descansa en el orden pronunciada en 1952

Schmitthenner, el arquitecto y su época

La figura y la obra. Una intro- En efecto, el recorrido por la biografía ducción y la obra de Paul Schmitthenner (1884-1972) muestra aspectos de un Dentro de la arquitectura moderna interés excepcional, no sólo circuns- Paul Schmitthenner es conocido critos a su ferviente aplicación a sobre todo por su adscripción a las determinadas tareas implícitas en el corrientes más conservadoras y tradi- amplísimo Movimiento para la cionalistas de la arquitectura alema- Reforma de la Vida o na durante los años de la República Lebensreformbewegung del Período de Weimar; por enfrentarse en prime- Guillermino (1888-1918). Supone, ra línea de combate en esos años a además, un acercamiento imprescin- las tendencias más vanguardistas del dible para la comprensión de los ava- momento. Después, por saludar con tares que experimenta el debate gran entusiasmo la llegada al poder, arquitectónico a lo largo del siglo XX, en 1933, del Partido Nacional- al menos por lo que concierne a sus Socialista, en cuyas filas militó. Pero dos primeros tercios. Porque, sin ceñirse sólo a esta vertiente de su necesidad de caer en el tópico, esos vida ofrece, como veremos, un perfil avatares arquitectónicos se encuen- parcial y deformado de su figura dada tran ligados, si se observa la repercu- la proyección e importancia que su sión que alcanzan en el conjunto de obra alcanza en determinadas cues- la obra de Schmitthenner, a las con- tiones que afectan a la teoría y prác- diciones ideológicas y políticas de la tica de la arquitectura contemporá- historia de Alemania y, en conse- nea. cuencia, a las de la Europa de su tiempo.

Paul Schmitthenner nace en 1884 en Lauterburg (Alsacia) y después de cursar el bachillerato en el Gymnasium de la localidad de Barr, comienza sus estudios de arquitectu- ra en la Technische Hochschule de Karlsruhe en 1902, que concluye en 1907. Para centrar su personalidad y su figura interesa, para empezar, situarnos en 1918, cuando la Gran Guerra ha concluido y cuando su actividad como arquitecto ya ha alcanzado una cierta relevancia con la construcción de varias ciudades jardín en pleno conflicto bélico. En ese año, en el mes de noviembre, Paul Schmitthenner firma, por sorpren- dente que pueda parecer, el manifies- to del Arbeitsrat für Kunst (Consejo Paul Schmitthenner del trabajo para el arte), poco tiempo

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Paul Schmitthenner: Ciudad-Jardín de Staaken (Berlin- Spandau), 1914- 1917. Planta gene- ral, alzados y planta de los edificios de la Marktplatz y casa- tipo

después de comenzar a enseñar en la dos a la arquitectura. Además, jóve- Hochschule (Escuela Superior) de nes entonces, esos arquitectos de la , llamado allí por Paul tradicionalista Escuela de Stuttgart, Bonatz. También el mismo año, que habría de dar la batalla en toda 1918, comienza a militar la línea contra las propuestas van- (sólo hasta 1919) en los contornos de guardistas de los años veinte, fuesen la izquierda, siendo elegido miembro las que fuesen (entiéndase, la batalla del comité ejecutivo de los Consejos contra la , o contra tenden- de obreros y soldados de esa ciudad cias como la Neues Bauen, tildadas para llegar a formar parte temporal- de bolcheviques en arte y arquitectu- mente de la mayoría socialdemócrata ra), formaron a arquitectos que nada (SPD), opción política que, según sus tenían que ver con aquellos soldados palabras, en ese momento le parecía y marineros de Kiel, de la Revolución la más oportuna para frenar la revo- alemana de Noviembre del 18. lución en curso. Arquitectos, sus alumnos, que eran hijos de burgueses y que más tarde, Con todo, esas referencias suponen como puede suponerse, integraron sólo hechos aislados en el conjunto parte de los Freikorps para reprimir Staaken. Vista gen- las manifestaciones de la izquierda eral de una de las del itinerario que recorre Paul calles Schmitthenner a lo largo de sus casi alemana, y que posteriormente perte- 88 años de vida y de sus 60 dedica- necieron a las elites dirigentes del nazismo.

Si observamos con detenimiento la trayectoria de Schmitthenner vere- mos que fue, en cierto modo, un arquitecto inoportuno, situado a con- tracorriente de las tendencias impe- rantes en cada momento, enfrentado casi siempre a las directrices oficiales que trataron de atar los hilos de la política a los de la arquitectura. Habría que excluir aquí únicamente dos momentos, apenas dos instantes: por un lado, el período entre 1913 y 1918 cuando, como arquitecto inte- grante del departamento de construc- ciones del Ministerio del Interior, se encarga de la construcción de una serie de ciudades jardín destinadas

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generalmente a tectura. En él, Schmitthenner dirige la residencia de sus diatribas tanto contra la mala los trabajado- arquitectura historicista que copia res y emplea- formas del pasado, como contra la dos de las arquitectura de la Neues Bauen y las fábricas de propuestas de una arquitectura armamento del internacional. El momento de las Reich esperanzas puestas en la creación de Guillermino: las condiciones que hagan posible Staaken en una renovación de la arquitectura se Berlín- produciría entonces con la llegada del Spandau, albañil desconocido (der unbekannte Plaue cerca de Maurer), en clara alusión al Führer. Brandenburgo, Forstfeld en Kassel. Por Der Block como germen de la otro, el de la Liga para la cultura alemana y ascensión del el papel de Schmitthenner en la nazismo, cuan- política artística del nazismo do ingresa como militante Paul Schmitthenner: El acontecimiento de la construcción en el Partido Nacional-Socialista y Ciudad-Jardín de de un barrio experimental de prototi- publica en 1934 su libro Die Plaue pos de vivienda, precisamente en (Brandenburgo), Baukunst im neuen Reich (La arqui- Stuttgart, en el área denominada de 1914-1917. Planta tectura en el nuevo Reich). Entonces, la Weissenhof, explicita bien a las general todavía alberga la ilusión de que la claras la lucha de contrarios en el puesta en práctica de una arquitectu- terreno de las ideologías que, en esos ra entroncada con la tradición y el años, se estaba también librando en carácter alemán (pegada a la tierra el campo de la arquitectura. Batalla alemana y a sus habitantes, una en la que, por cierto, Schmitthenner arquitectura que exprese el carácter asumió un papel relevante. de ese pueblo, una arquitectura del Volkstum concebida según una ley Cuando en 1925 la dirección de la suave), sea la entendida por los jerar- Deutscher Werkbund encarga a la cas nazis. Ilusión vana que apenas presidencia del Círculo de estudios, duró un instante, le acabó enfrentan- el Arbeitsgemeinschaft de do con Goebbels y supuso su arrinco- Würtemberg, la preparación de una namiento durante todo el tiempo que exposición dedicada a la temática se extendió el dominio de Hitler. específica de la vivienda, las fuerzas en conflicto entran en escena: la Die Baukunst im Neuen Reich (La vehemente protesta de Paul Bonatz arquitectura en el nuevo Reich) es un contra la concepción urbanística y texto de combate contra los concep- Plaue. arquitectónica de Mies van der Rohe tos y las formas de vida que se opo- Vista de una de las aparece por primera vez expuesta en nen a una determinada idea de arqui- calles un artículo del Schwäbischer Kurrier de 26 de mayo de 1926, donde llega a proponer un concurso restringido, que debía confrontarse con el planea- miento ya elaborado.

En el fragor desatado por la polémica, todos los intentos de mediación entre él y Mies fueron vanos y, a pesar de las agudas críticas, la Siedlung se lleva a efecto, acabándose su cons- trucción en 1928. Dado que tanto Bonatz como Schmitthenner también pertenecían a la Werkbund, todo el proceso que condujo a la exposición que la asociación alemana celebró en Stuttgart en 1927 no podía sino ser entendido por ellos como una provo- cación a los planteamientos que su

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Staaken. Dibujo de contra la nueva arquitectura. Paul Schmitthenner para Schmitthenner, por ejemplo, gustaba una calle de prevenir contra el radical aleja- miento de la tradición por parte de los arquitectos.

Como frecuentemente argüía, “lo que en arquitectura obedece a contenidos realmente espirituales no puede ser internacional”. Sus argumentaciones a este respecto formaban parte de su conferencia Neues Bauen und Tradition, que pronunció por primera vez en Weimar en febrero de 1931 y que salió publicada, por las mismas fechas, en el Völkischer Beobachter, el órgano de propaganda más importan- Escuela defendía. El suceso precipitó te del partido nazi y en el que gozaba así el abandono, por parte de ambos, de una presencia notable Alfred de la Werkbund y la formación del Rosenberg, el fundador en 1930 de la grupo Der Block, cuyo manifiesto fir- Kampfbund. man en , en 1928, Bestelmeyer, Blunk, Bonatz, En torno a 1933, año crucial para el Gessner, Schmitthenner, Schultze- ascenso del nazismo con la llegada a Naumburg, Seeck y Stofreggen, la cancillería de Hitler, arquitectos todos de reconocida ideo- Schmitthenner repetía pasajes de sus logía conservadora.1 primeras conferencias atacando la “nueva arquitectura” y defendiendo Resulta relevante observar que entre “las tradiciones de 1900” como “el los siete signatarios del manifiesto se auténtico arte alemán”. Pero, ade- encuentre Schultze-Naumburg, acti- más, Schmitthenner hacía un esfuer- vo sobre todo a partir de 1926 dentro zo por identificar la revolución nazi del NSDPA (Partido Nacional- con su idea de arquitectura, por Socialista) como mecenas del agita- medio de un argumento que cobraba dor del movimiento Blue und Boden la forma de una parábola, la historia (Sangre y tierra) Walter Darré y del del albañil desconocido. Parábola que teórico del racismo dentro del movi- encontramos explicitada en su texto miento nazi, Hans F.K.Günther. Paul Die Baukunst in Neuen Reich (La Schultze-Naumburg se convirtió a arquitectura en el Nuevo Reich), en el partir de 1930 en consejero para la apartado que titula La renovación de política cultural de Wilhelm Frick, la arquitectura (Der Aufbau), y que en primer ministro nacionalsocialista en podemos resumir así: durante la últi- Turingia. Gracias a Frick, Naumburg ma generación se habría consentido fue más tarde director de la Escuela echar a perder “un edificio antiguo de Weimar, que había sido en 1919 la magnífico” (el Reich alemán). Pero sede inicial de la Bauhaus, sucedien- entonces llegó un albañil desconocido do en el cargo a Otto Bartning. En ese (), que concitó en torno a sentido no deja de resultar coherente sí, no a nuevos talentos, sino a los pues, que las actividades del Block buenos y viejos obreros. Entre todos las asumiese en la práctica la ellos juntos expulsaron a los malos Kampfbund für deutsche Kultur (Liga maestros y, apuntalando firmemente de combate por la cultura alemana).2 el edificio, comenzaron a limpiarlo de sus falsas decoraciones y vanos oro- peles, de manera que su antigua y Desde comienzos de 1931 y hasta la genuina forma pudo revelarse de primavera de 1933, Schmitthenner, 3 Bestelmeyer, el suizo Alexander von nuevo. Senger y muchos otros arquitectos siguieron el ejemplo de Schultze- Pero el fervor de Schmitthenner hacia Naumburg, integrándose en la el nuevo régimen habría de conocer Kampfund y dando conferencias bajo ya muy pronto, como hemos apunta- sus auspicios. Todos ellos continua- do antes, profundos desencuentros. ron, por supuesto, planteando sus En 1934, cuando publica Das propios y característicos argumentos Baukunst im Neuen Reich, las diferen- cias con la política oficial nazi en el

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campo de la arquitectura eran ya Rosenberg esperaba transformar la patentes en su conciencia y, además, Kampfbund für deutsche Kultur antes la dirección de esa política se había que en un órgano del partido, en un confiado a otros. En el contexto del aparato que fuese el más firme defen- debate público sobre las artes que sor del establecimiento de una orga- promovieron los jerarcas nacionalso- nización de gobierno única para el cialistas las referencias llenas de sen- control de los asuntos culturales. timentalismo de Schmitthenner hacia Pero cuando esa organización se lo que él entendía como valores pro- creó, la Reichskulturkammer (Cámara pios de la vida de la comunidad que para la Cultura del Reich), se colocó constituía el pueblo alemán o bajo la autoridad del ministro de Volkstum, tienen que ser entendidas Propaganda, es decir de Goebbels, como lo que eran: una llamada de rehusando éste hacer un uso extensi- atención a Hitler para que éste apo- vo de la misma para el control de una yase a Rosenberg y a la Kampfbund cultura völkisch. contra aquellos que sostenían puntos de vista diferentes. Si el debate susci- En el proceso de lucha por el poder, tado en los inicios del régimen nazi, los dos se atacaron repetidamente y acerca de qué arte oficial debía expresaron públicamente concepcio- implantarse, la trasladamos al campo nes muy diferentes sobre los objeti- específico de la arquitectura veremos vos de la política cultural del régi- que, la idea de arquitectura que men. Es más, Goebbels se nos apare- defendía Schmitthenner no se corres- ce en general, frente a las concepcio- pondía, desde luego, con los puntos nes de Rosenberg, detentador en sus de vista más reaccionarios.4 comienzos de una actitud relativa- mente más liberal hacia las artes, A este respecto resulta interesante extendiendo invitaciones a determi- observar la postura independiente nados artistas considerados más o que sostuvo Schmitthenner en defen- menos modernos para que colabora- sa de sus posiciones, y que le hizo sen con los nazis. Es el caso de nom- enfrentarse tanto a Rosenberg como bres como los de Stefan George, a Goebbels, a su vez enfrentados ya Thomas Mann, Richard Strauss, Fritz desde el principio. En efecto, la lucha Lang, Emil Nolde, Erich Heckel, Karl entre posiciones ideológicas distintas Schmidt-Rottluff o, en el ámbito de la sobre arte y arquitectura se plasman arquitectura, de Peter Behrens y Mies claramente dentro de la lucha por el van der Rohe. Incluso después de que poder cultural que sostienen éstos la Unión Estudiantil dos últimos. Nacionalsocialista se manifestase a favor de un cierto expresionismo de raigambre nórdica, defendiendo a grupos como Der Blaue Reiter (El jine- te azul) y Die Brücke (El puente), Goebbels siguió fomentando cierto vanguardismo de suerte que Hitler, azuzado por Rosenberg, se sintió obligado a censurar en sus discursos de 1933 estos ramalazos de libertad creativa. Así hasta llegar a su discur- so de Nuremberg, en la celebración del día del partido, donde atacó asi- mismo a los predicadores völkisch, demasiado retrógrados según él como para pertenecer a la nueva revolución alemana, tratando de mediar sólo aparentemente en la confrotación Rosenberg-Goebbels. A partir de entonces, pues, la suerte de Rosenberg y de sus seguidores más recalcitrantes quedaba echada. Staaken. Vista par- cial del frente princi- Es precisamente a partir de la toma pal de la Marktplatz del poder por Hitler cuando las dife- rencias de Schmitthenner con el nuevo régimen se hacen profundas y

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cada vez más patentes. Para consta- plo de una arquitectura nazi y se tarlo no hace falta más que recorrer llevó a cabo en construcción de los avatares de su esforzada biogra- madera bajo la dirección de fía. Cuando la Kampfbund für deuts- Schmitthenner. Pero cuando la che Kultur atacó a Hans Poelzig Siedlung se terminó en 1934, la (entonces director de las Vereignite Werkbund, como institución hasta Staatschulen für Architektur, Malerei cierto punto autónoma, la und Kunstgewerbe, Escuelas estata- Kampfbund, y el mismo les reunidas para la arquitectura, la Schmitthenner ya habían perdido el pintura y las artes aplicadas, a causa favor del régimen y el proyecto no de su amistad con Martin Wagner y recibió ninguna publicidad oficial. ), el ministro Rust obligó a dimitir al arquitecto berlinés, La idea de una Siedlung que pudiera reemplazándolo por Schmitthenner, aparecer como una permanente exhi- a instancias justamente de la bición de la política de vivienda nazi Kampfbund. fue realizada sin embargo en la Ramersdorf Siedlung, construída Schmitthenner asumió el cargo insta- tempranamente en 1934 en la perife- do asímismo por la Kampfbund, pero ria sudeste de Munich. El Völkischer dimitió muy pronto, ya en el mismo Beobachter publicó una edición espe- verano de 1933, disgustado por la cial con comentarios e imágenes, campaña denigratoria, llena de recordando la Weissenhof y descri- calumnias e infamias seguida, ade- biendo la Ramersdorf como represen- más de contra Poelzig, contra Bruno tativa de la futura morada alemana. Paul. Es entonces cuando también rechaza la oferta de un puesto docen- Nadie puede discutir, desde luego, te en la Technische Universität de que Schmitthenner fue nazi. Pero Berlin-Charlottenburg, puesto ligado nunca recibió, ni llevó a cabo, encar- a la promesa de un cargo como ase- go oficial alguno por parte del Partido sor en el Ministerio de Cultura. Nazi y tanto él como Schultze- Decide permanecer en Stuttgart, Naumburg u otros arquitectos de su tomando partido en 1934, junto a escuela realizaron sólo algunas obras Fischer y Bonatz, contra los proyec- menores, que incluso fueron casi tos presentados por Ludwig Troost, siempre completamente ignoradas un encargo de Hitler para la transfor- por la prensa y la propaganda nacio- mación de la Königsplatz de Munich nal-socialista.5 como lugar consagrado a los caídos por el movimiento Nacional- A este respecto resulta pues esencial Socialista. precisar qué idea de arquitectura se encierra en la teoría y práctica del De la caída en desgracia de algunos quehacer de Paul Schmitthenner. de los hombres que habían alentado Una idea que no se puede desligar de la Kampfbund da fe el hecho de que un concepto de cultura que atraviesa entre noviembre de 1933 y 1935 la sin solución de continuidad las dife- Kulturkammer se hiciese cargo de rentes etapas de su biografía. En todo todas las funciones de aquélla, absor- caso, conceptos clave ligados a los biendo instituciones como la movimientos para la reforma de la Asociación de Arquitectos Alemanes y vida de principios de siglo en la Werkbund: la gran mayoría de los Alemania como Handwerk (trabajo comisarios de Goebbels para el con- artesanal), Stadtfeinlichkeit (enemis- trol artístico del régimen fueron hom- tad hacia la ciudad), inherentes a una bres nuevos, ni profundamente impli- cierta crítica de la cultura, indisocia- cados en las actividades anteriores de ble ésta, a su vez, de la forma especí- la Kampfbund, ni estrechamente aso- fica o cualidad de lo que se considera ciados a la tradición historicista. propiamente alemán (Deutschtum), tienen su continuidad en sus escritos Otro ejemplo: en 1933, la reorganiza- de los años del nazismo. da Werkbund, la Werkbund ya nazifi- Puede afirmarse sin embargo que cada, decidió construir una nueva Schmitthenner, aun defendiendo Siedlung en Stuttgart cerca de la valores tradicionales, estuvo siempre Weissenhof, para contraponerla a a favor de una arquitectura sencilla, ésta. El proyecto, llamado Siedlung desprovista de cualquier vestigio de Kochenhof, se entendía por los líderes historicismo y de elementos tanto de la Werkbund como el primer ejem- constructivos como compositivos

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Plaue. Vista de una inútiles, apoyada en una formaliza- de las casas-tipo ción de lo sachlich, lo objetivo, que en él encuentra, justamente porque la explica y la realiza, una definición muy precisa.

La situación de la arquitectura y de los arquitectos en Alemania después de 1945. El caso Schmitthenner

Después de la derrota nazi de 1945 el gobierno militar americano suspende temporalmente a Paul Schmitthenner de sus funciones como profesor en la Hochschule de Stuttgart. Los avatares posteriores que recorren la actividad profesional y la biografía del arquitec- to alsaciano suponen un ejemplo explícito de la batalla que, en el campo del pensamiento arquitectóni- co asociado a los prejuicios ideológi- cos y la venganza política, tiene lugar en Alemania en los años sucesivos. forma contundente, tenía como obje- tivo combatir los intentos de reponer En efecto, durante toda la primera a Schmitthenner en su cátedra de década de la segunda post-guerra, se Stuttgart. produce un agudo conflicto en Alemania entre los llamados arqui- Como Hartmut Frank señala, “había tectos modernos y los tradicionalis- que abortar esos intentos, ya que tas. En el caso de los modernos, la cabía la posibilidad, en caso contra- Neues Bauen está también represen- rio, de que, a causa de sus enseñan- tada por arquitectos que habían tra- zas, como se decía en el periódico, bajado durante la época nazi. Así, los una amplia generación de arquitectos arquitectos modernos controlan la en ciernes fuese educada siguiendo la planificación dirigida a la reconstruc- orientación arquitectónica nacional- 7 ción de las ciudades bombardeadas socialista”. por los aliados de los centros más importantes: Berlín, Hamburgo, Por la reposición en su puesto docen- Hannover, Colonia o Frankfurt del te se había pronunciado, junto a Meno; los tradicionalistas, Munich, Theodor Heuss, la totalidad de los Friburgo, Würzburg, Münster y la estudiantes de Stuttgart. Contra él mayor parte de las ciudades de tama- hicieron campaña algunos arquitec- ño pequeño o mediano. En Stuttgart, tos modernos de esa misma ciudad por ejemplo, la situación se convierte que, con sus ataques, buscaban en una lucha abierta por la suprema- exponerse al sol que más calentaba cía de una u otra tendencia. Dentro en ese momento. de este contexto, en la vida cultural de la post-guerra alemana tras la Pero Schmitthenner había sido exo- Segunda Guerra Mundial, el así nerado ya en 1947 de toda responsa- denominado caso Schmitthenner bilidad política por el tribunal de des- resulta sintomático.6 nazificación o Spruchkammer, que tuvo que decidir sobre sus activida- En un suelto publicado en el Neue des nazis y, en consecuencia, nada se Zeitung, que aparece en Munich como podía oponer desde el punto de vista periódico americano para la población legal a su vuelta a la cátedra de alemana, se califica el 25 de marzo de Stuttgart. La mayor parte de sus cole- 1948 a Paul Schmitthenner como gas, fueran entonces profesores de la arquitecto nazi y como uno de los Hochschule, funcionarios o arquitec- prominentes representantes de la tos dedicados a la profesión libre, y arquitectura del nacionalsocialismo. que permanecían desde hace tiempo El artículo, que estaba redactado de en sus puestos o habían vuelto a

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ellos, recibió nuevos encargos. Vista construcción. Resultaba imposible así la situación, la etiqueta arquitec- alcanzar el mismo resultado con ata- to-nazi podía colocarse a casi todos ques persistentes contra aquellos los arquitectos de aquel período acti- arquitectos que habían erigido los vos en Alemania, por lo que esos ata- monumentos nazis, como Troost y ques puede entenderse que no tenían Speer, ya que éstos se encontraban en absoluto como finalidad el pasado fuera del panorama arquitectónico. político de Schmitthenner, sino su En efecto, era impensable creer que idea de arquitectura. pudieran encargarse de nuevo pro- yectos como los que ellos realizaron. El caso Schmitthenner supuso en rea- Troost había muerto hacía ya algunos lidad una confrontación en el campo años, y Speer había sido retirado de de la definición formal de lo que debía la circulación para las siguientes ser la arquitectura de la Segunda décadas a causa de su condena en el post-guerra. La campaña se justifica- proceso de Nuremberg. No era difícil, ba en el hecho de que la arquitectura tanto para los arquitectos "modernos" de Schmitthenner y Bonatz, el urba- como para los "tradicionales", distan- nismo de Wetzel, eran representati- ciarse de ambos... Con objeto de sal- vos de la Escuela de Stuttgart, que var el conjunto de la arquitectura, había encontrado, en un principio, uno y otro al menos, debían de ser una clara y explícita simpatía por excluidos del mundo de la construc- parte de los dirigentes nazis. Pero ción. El "caso Schmitthenner" no ocultaba que otras corrientes de la contribuyó en nada a resolver una cultura arquitectónica alemana tam- superación del pasado de esa índole. bién habían encontrado reconoci- Contribuyó más bien a establecer las miento oficial durante los doce años condiciones de una futura disputa en de duración de un Reich que se había torno a la tendencia estilística por la autoproclamado un Reich de 1000 que debía optarse a la hora de impo- años. ner un principio constructivo en las tareas representativas que habían de Atendamos a lo que al respecto nos afrontarse. La argumentación política dice Hartmut Frank: “Realmente no supuso únicamente un pretexto se atacó a Schmitthenner a causa de oportunista”.8 sus actividades nazis, sino por la extraordinaria popularidad de una El caso Schmitthenner resulta ejem- arquitectura tradicional ligada al plar para entender la batalla que, lugar, de la que él era un represen- enmascarando los auténticos moti- tante especialmente cualificado. Esta vos, se libra en el ámbito de las ten- arquitectura podía expresar, en las dencias después de 1945. Ya en tareas de reconstrucción de la post- 1946, algunos arquitectos alemanes guerra, las exigibles condiciones de como Werner Hebebrand, Ernst contención y modestia. Pero también Neufert, Gustav Hasselflug, se habí- podía ofrecer soluciones para unas an entrevistado con Giedion para nuevas y representativas tareas de comenzar una colaboración entre el reconstrucción que complaciesen CIAM y Alemania. Con ocasión del fehacientemente los deseos "senti- congreso CIAM de Bridgwater se con- mentales" de la mayor parte de la fió a Gropius la tarea de reunir a un población. La arquitectura de grupo alemán. Justamente, en una Schmitthenner, después de la derrota comunicación de Gropius a nazi, tuvo realmente muy pocas difi- Scharoun, de 25 de octubre de 1947, cultades para volver a echar a andar, conservada en los archivos Scharoun como ocurrió igualmente con la de la Akademie der Künste (Academia "Neues Bauen". Estaba presente en el de las Artes) de Berlín puede leerse: panorama arquitectónico de la época. “el congreso (CIAM) confía en mí,... ya Y determinados alumnos del mismo que, naturalmente, se intenta evitar Schmitthenner participaron en la que los simpatizantes del nazismo reconstrucción de algunas ciudades, sean admitidos en ese grupo”.9 y a su vez formaron a otros arquitec- tos... Los ataques al todavía muy En efecto, en torno a 1947 la idea activo Schmitthenner, que entonces general era que Gropius asumiría un contaba 65 años, tenían como objeti- papel protagonista en la reconstruc- vo abrir una brecha a la "Neues ción. Pero ante la displicencia de Bauen" para conseguir un decisivo Giedion y la irritación de Gropius por ensanchamiento del mercado de la

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la tardanza del CIAM en impulsarlo, En este sentido, Berlín, con los pro- fue quien dio los pri- yectos emanados de los concursos meros pasos para establecer un llevados a cabo para su reconstruc- grupo alemán que se reunió por pri- ción en 1957, se llevó la palma, ade- mera vez precisamente en Stuttgart, más de celebrarse allí el primer con ocasión de un congreso para encuentro internacional del CIAM estudiar la reconstrucción de la ciu- que tuvo lugar en Alemania después dad. En este congreso, Richard de 1945, el 23 de octubre de 1957 en Döcker previene contra los intentos el ámbito de la Interbau. Y no hace de reposición de Schmitthenner en falta decir lo alejados que estaban sus cargos públicos y se propone él estos presupuestos urbanísticos de mismo para formar un grupo basado los de la escuela de Stuttgart, de los en el modelo del viejo Ring, la asocia- de un Wetzel y su concepto de ción de arquitectos progresistas de Einpassung, o adecuación de la Berlín que se formó en los años vein- arquitectura al paisaje.10 te, al que se denominaría Architektenring: Neues Bauen. Schmitthenner no volvió a recuperar su cátedra, pero construyó, pronun- De las controversias en el interior del ció conferencias, participó en concur- grupo de los arquitectos modernos sos. En 1949 fue admitido a la vez puede dar fe, por ejemplo, la postura que Paul Bonatz, como una misma de Hugo Häring, que rechazaba la voz, en la Academia de Bella Artes de creación de un nuevo Ring pues con- Baviera (Bayerische Akademie der sideraba, como en los años veinte, Schöne Künste). Poco después, fue que los miembros del CIAM eran designado por el presidente de la unos puros tecnócratas y desprecia- República Federal miembro de la ba a Giedion considerándole “el Friedensklasse de la orden Pour le mayor falsificador de la historia” en mérite. Su obra más importante des- términos de arquitectura. Pero, a pués de la guerra es el Rhein-Main- pesar de estas luchas internas, se Bank de Stuttgart y el edificio Königin puede constatar que en aquellas ciu- Olga, probablemente su proyecto más dades que cayeron en manos de los característico para la época, fruto de arquitectos alemanes modernos no un concurso celebrado en 1949 para hubo cambios considerables en la la reconstrucción del edificio del teoría básica de la ciudad funcional y Bayerische Staatbank, junto a la los principios de la Carta de Atenas. Lorenzkirche en Nuremberg.

Comentarios y reflexiones a tres textos fundamentales de Schmitthenner

La arquitectura en el Nuevo Reich, la dialéctica Kultur-Zivilization y la Crítica de la cultura

En un pequeño ensayo de 1933, La más reaccionarios y antimodernos, arquitectura del III Reich, Philip cercanos y bien asentados entre los Johnson, al pasar revista a la situa- líderes del partido. En el segundo ción que se crea en Alemania con la grupo incluye, precisamente, a implantación del régimen nazi y los Schmitthenner, dentro del conjunto problemas tan tremendos de reorga- de arquitectos pertenecientes a la nización a los que se enfrenta a la Kampfbund für Deutsche Kultur. Y no hora de elaborar un programa de arte debería extrañar el juicio positivo que y arquitectura que haga borrón y sobre él emite: “Aunque este persona- La arquitectura en cuenta nueva de la arquitectura inter- je sea enemigo declarado de la Neue el Nuevo Reich. nacionalista y de los ismos de las Sachlichkeit proclama su fe en la Portada décadas precedentes, diferencia tres modernidad. Sus casas son sólidas, movimientos dentro del partido, bien proporcionadas,... Sus edificios según él muy definidos. En esa dife- de mayor tamaño están realizados en renciación, Schultze-Naumburg y un estilo semimoderno de buen Troost pasan por ser los arquitectos gusto, obteniendo unos resultados

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una emanación de la razón práctica, basada exclusivamente en los valores de cálculo, en los valores puramente económicos, no sería sino deudora unilateral de la Zivilisation (civiliza- ción). Si el estilo no es sino la expre- sión de la actitud espiritual de una época y de los anhelos de un pueblo, del Volkstum, en el siglo de la técnica, el alma, los anhelos fundamentales del pueblo, no se habían asumido y, como consecuencia, se había caído en la ruina cultural. La Kultur se con- trapone pues, a la Zivilisation y, aqué- lla, se erige, en la pauta más segura y fidedigna para medir una actitud espiritual que encuentra en las obras de arquitectura sus testimonios más trascendentes, ya que atraviesan los siglos más allá de la destrucción y la muerte, de los deseos y de la capaci- dad del hombre, ya que “se elevan La bella ciudad ale- mucho mejores que los de buena sobre sus instintos primitivos para mana. Con una parte del resto de las realizaciones ennoblecer los rasgos comunes de la unidad formada y alemanas; son al menos más moder- vida”. mantenida a lo largo nos en su intención... debemos decir de siglos. Sentido Así, carencia de cultura se asimila a constructivo cívico. que Schmitthenner es un arquitecto tan competente como estos dos últi- carencia de forma y, como veremos, No es una ciudad de imbuir de forma a lo esencial implica fundación creada mos (Hans Poelzig y Bruno Paul)”. En por orden de un el tercer grupo, Philip Johnson inclu- una cualidad de la Gestaltung que da príncipe, sino por la ye a los jóvenes arquitectos y estu- por supuesto lo útil, lo práctico y que auto-limitación de la diantes seguidores del nazismo, y se se traduce en la forma sachlich. libertad individual y, refiere a Mies van der Rohe como el “Convertir en esencial lo que se debe por lo tanto, por la único arquitecto que incluso los más dar por supuesto, en este caso la auténtica libertad. objetividad, la Sachlichkeit, significa jóvenes son capaces de defender.11 (Herrenberg en precisamente no entender lo esen- Württemberg) cial...” En Die Baukunst im Neuen Reich (1934), Paul Schmitthenner en su La Neue Sachlichkeit pues, equivale a defensa de una arquitectura auténti- una Unsachlichkeit, a una arquitectu- camente sachlich entiende que la ra formalista que queda así equipara- decadencia que se ha producido en la da a la arquitectura de estilo, a la arquitectura de su época se debe jus- Stilarchitektur, a la arquitectura his- tamente a la pérdida de esa “condi- toricista propia de la época ción de objetividad”, consecuencia del Guillermina y que en el texto de avance de la técnica. Ésta, vista como Schmitthenner cobra la significativa

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Cuatro casas bur- y nítida acepción de Gralsarchitektur; guesas de cuatro es decir, una arquitectura del Grial, A diferencia de Tessenow que ve el siglos (siglos XVI- en referencia al ambiente de los trabajo artesanal como una condición XIX) de diferentes cuentos o leyendas de las sagas salvífica, sólo plausible en la pequeña comarcas alemanas. medievales: “construir factorías cer- ciudad (la ciudad de no más de Todas ellas portan el rostro alemán. Sus veceras en el viejo estilo de la arqui- 60.000 habitantes), donde asume el fuentes comunes son tectura burguesa alemana y edificios mismo papel decisivo que posee la la tradición y el de correos como si fuesen castillos de madre, fecundada por el padre, o sea carácter propio del leyenda, Gralsarchitektur, son, y por la activa voluntad de trabajar, ser alemán. serán siempre mentiras sin sentido..” (una pequeña ciudad que se contra- (Ver también página La llamada arquitectura de estilo, una pone a la metrópoli inundada por el anterior) arquitectura sin estilo en el sentido estrépito y las torres de Babel y, asi- que se ha explicado antes, eine stillo- mismo, al pueblo dominado por el se Architektur, se entiende pues des- aislamiento y donde todo se confía al provista del decoro y la dignidad que albur del buen Dios), Schmitthenner encierra el viejo trabajo artesanal, concibe el trabajo artesanal como éste sí detentador de la auténtica meta común. Para él, el trabajo arte- objetividad o Sachlichkeit. sanal sólo puede existir y volver a

La así denominada arquitectura nacional de los años que van de 1890 a 1900. La figura 6 muestra un edificio que no es ni una prisión de distri- to ni una dirección de correos, sino una factoría cervecera. La figura 7 docu- menta, a este respecto, la pobreza espiritual de un pathos vacuo y de una presunción arro- gante en este género de arquitectura

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Una gran casa de darse dentro de aquellas alquiler en Berlín. La clases sociales que arti- satisfacción de las culen el Estado puras necesidades Corporativo o Gremial: materiales está dom- inada por la dig- “el Estado Corporativo nidad y el decoro. Es alemán consiste en la sachlich en el mejor existencia de esas clases de los sentidos. corporativas dirigidas a (Arquitecto Paul un objetivo común, basa- Mebes) do en el carácter propio del pueblo alemán, del Volkstum, y en la idea de Nación”.

Puede afirmarse que este Nueva Sachlichkeit concepto de Estado con torres de Corporativo constituye artillería y puentes una forma de crítica de mando. La voz social inherente a esa crí- popular llama a este tica de la cultura que irriga el pensa- jerárquicamente, de un orden social artefacto: acorazado en el que cada uno conoce y ocupa su B. (Arquitecto Hans miento alemán ya bastante antes de la llegada del nazismo. Una crítica lugar y que, en absoluto, ha caído en Scharoun) el desatino de postular la igualdad y la libertad de todos.

Para Julius Posener, esa resuelta crí- tica de la cultura, desde Nietzsche, no perseguía, aunque pueda resultar paradójico, un anhelo de reforma sino de transformación. En todo caso una transformación que suponía una vuelta atrás, un restablecimiento de lazos que implicaban la conquista de nuevos vínculos. Era una manera de pensar que rechazaba el capitalismo, no porque oprimiese al hombre, sino porque le había exonerado de todos los lazos históricos y que, con una vehemencia aún mayor, rechazaba el materialismo como herencia pernicio- sa y consumación del capitalismo. La social que, como ella misma preconi- utopía revolucionaria del marxismo, zaba, aunaba el conservadurismo y basada en el materialismo dialéctico, las formas revolucionarias. Desde ese constituía para ella entonces el abis- punto de vista, la cultura es el resul- mo de la trivialidad ya que daba el tado de una sociedad articulada último empujón, certificaba y suscri- bía la decadencia de todos los vínculos. En definitiva, el camino de esa crítica de la cultura conduce más bien, con una determinada lógica, hasta el desesperado intento de llegar a implantar, de nuevo, el Estado Corporativo o Casas unifamiliares en hilera en Ständestaat. Se querría Hellerau. salvar así esa incompati- Construídas en bilidad, derogando el 1910. Sachlichkeit capitalismo, pero sin plena de belleza. En derogarlo, e instaurando su sencillez reside ese Estado que resulta su digna belleza. ser únicamente un deco- (Arquitecto Heinrich rado: “la Crítica de la cul- Tessenow)

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Viviendas unifa- miliares en hilera Nueva Sachlichkeit. En la Siedlung Dammerstock de Karlsruhe, con- struídas veinte años después de las casas de la figura 10. Pobreza progra- mada dentro de su deficiencia técnica. Estética de barco-tren de la peor especie. (Arquitecto Otto tura, con todo, no pereció con el fas- Haesler) cismo (suponiendo que el fascismo ya no exista), pues el libro de Hans Seldmayr, Der Verlust der Mitte (La pérdida del centro) es un producto Vivienda en la genuino de esa visión del mundo... Siedlung Weißenhof Ese es el camino de la utopía reaccio- de Stuttgart. Las ref- naria que venera las obras del pasa- erencias conscientes do porque pertenecen al pasado, y artesanos capaces, no dedicarse a en su volumetría a la que desea, y seguirá deseando, volver formar semi-arquitectos que no com- formas de un barco prenden el objetivo de su tarea”.13 son evidentes. Por la a recobrar aquellos lazos sociales de imagen se puede los que puedan surgir nuevas considerar que no es obras”.12 Una enseñanza de la arquitectura un edificio. apoyada así en los fundamentos bási- Responde a un con- En Die Baukunst im neuen Reich, cos del oficio del artesano resultaría cepto entumecido de ser pues el antídoto eficaz que vivifi- un esteta intelectual Schmitthenner reclama la presencia, de nuevo, del maestro artesano acti- caría el material que tiene en sus del gusto. Esta manos el arquitecto. Si todo el texto Nueva Sachlichkeit vo, cuyo papel considera básico en la de Schmitthenner se postula como tiene validez interna- formación artesanal, para que todo cional, pues su ima- aprendiz de albañil, cerrajero, eba- un escrito de combate contra el eco- gen vale lo mismo en nista, formado en las Gewerbeschule nomicismo en cuanto valor contem- cualquier parte del o Escuelas de Artes Aplicadas, apren- poráneo dominante que impregna mundo donde se da con devoción y bofetones bienin- todo el quehacer de la arquitectura, sitúe. (Arquitecto Le tencionados los rudimentos básicos y, además, como él mismo dice, con- Corbusier) París, tra el ejercicio profesional fuera de 1927 del trabajo artesanal en vez de con reglas de dibujo, escuadras y carta- toda ley, es porque el oficio de arqui- bones. Según él, los fundamentos tecto sólo se entiende conforme a un de construcciones tan deficientes como las pertenecientes tanto a la línea historicista como a la de la Neue Sachlichkeit se encontra- Vivienda en la parte rían en la existencia de una Über- alta de Stuttgart, bildung o formación que excede construída en 1930. los límites sensatos de un apren- Muestra de vivienda dizaje armónico, como correspon- burguesa alemana dería al propio del artesano. En que denota una acti- este sentido, y siguiendo a tud espiritual. Goethe, esta Überbildung no con- Sachlich en todos duciría sino a la mediocridad, sus extremos. Casas de este género no como habría ocurrido con esa son idóneas para clase de arquitecturas que se cri- hacer ningún tipo de tican: “las escuelas de construc- publicidad. Una casa ción de grado medio, las institu- como ésta no es váli- ciones complementarias aptas da para cualquier para la enseñanza de las artes sitio, pues no es aplicadas e industrias de la cons- internacional. trucción deben formar, por medio (Arquitecto Paul Schmitthenner) de una educación continuada,

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plan organizado que afecta a la la construcción: en una obra trabaja- noción misma de comunidad o ban tres canteros, cada uno ocupado Gemeinschaft, dentro de cuyo plan con una piedra. Alguien les preguntó toda obra, ya sea pequeña o grande, lo que hacían. El primero dijo: "yo me no puede ser vista sino como un trozo gano aquí el pan de cada día"; el del patrimonio común alemán, como segundo respondió: "yo me ocupo de una parte de los bienes de la Kultur. trabajar esta piedra", sin embargo el tercero respondió: "yo colaboro en la Schmitthenner se expresa así, en el construcción de una catedral". Este párrafo final de su libro: “comencé tercero es el aristócrata del trabajo, y este capítulo, la renovación de la sólo esa forma de pensar contribuye a arquitectura, con una parábola. edificar nuestro nuevo Reich”.14 Quiero concluirlo con otra acerca de

La ley suave en el arte (Das sanfte Gesetz in der Kunst)

En mayo de 1941, ya en plena en efecto, Schmitthenner convoca a Segunda Guerra Mundial y con oca- Friedrich Tamms y a los más íntimos sión de la entrega del premio Erwin colaboradores de Speer con el objeti- von Steinbach, que le es concedido vo de afirmar ante ellos su propio por la fundación Goethe, Paul credo y mostrar su desacuerdo con la Schmitthenner pronuncia en la uni- idea de arquitectura que se había ido versidad de Friburgo una conferencia imponiendo según criterios del propio de título Das sanfte Gesetz in der Speer y Giesler.16 Kunst, in Sonderheit in der Baukunst (La ley suave en el arte, en particular Das sanfte Gesetz in der Kunst se en la arquitectura). El título hace alu- postula como un documento funda- sión a un concepto expresado por el mental de la línea tradicionalista del escritor Adalbert Stifter en el prólogo Movimiento Moderno, activa tanto en de su obra Bunte Steine (Piedras mul- la Werkbund como en el ticolores).15 Heimatschutzbewegung o Movimiento para la Protección de la tierra propia. La polémica surgida a raíz del conoci- La ley suave, en tanto que ley esen- miento y difusión de este texto, que cial, se entiende ley implícita en todo puede entenderse como el hito que lo que es decisivo y que, como tal, es marca el comienzo de la caída en des- permanente. Ley que, al mismo tiem- La Gartenhaus de gracia de Schmitthenner entre los po, existe en todo lo que posee un Goethe en Weimar: Paul Schmitthenner jerarcas nazis y en concreto entre el silencioso y tranquilo movimiento, y (Das Deutsche círculo de colaboradores de Albert crece: en todo lo que sustenta el Wohnhaus). Dibujo Speer, arranca de la relectura de esa mundo y la humanidad. de Heinrich conferencia que efectúa él mismo en Tessenow Potsdam en diciembre de 1942. Allí, Schmitthenner la asocia así, en con- cordancia con el concepto expresado por Stifter, a la idea de lo no-aparen- te o no-pretencioso en arquitectura: “las leyes de la configuración cons- tructiva son las mismas tanto para la arquitectura elevada como para la poco llamativa. Sólo son diferentes por lo que se refiere a las dimensio- nes. En ambos casos rigen igualmen- te las leyes de la armonía que des- cansa en el orden y en la proporción, con el hombre como medida de todas las cosas... Lo pensado de una mane- ra sencilla y elevada siempre será grande”.17

En su texto, Schmitthenner incide en la importancia esencial que adquiere la forma de lo cotidiano, expresada en el trabajo artesanal, en cuanto fun-

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La Gartenhaus de damento de esa ley suave Goethe en Weimar: que reclama para la arqui- Paul Schmitthenner tectura. Los dos edificios (Das Deutsche que, en el sentido expuesto Wohnhaus). anteriormente, suponen referencias para él ineludi- bles son la catedral de Estrasburgo, ejemplo de arquitectura grande, máxi- ma expresión de la cultura alemana, y la casa de Goethe en Weimar, ejemplo de arquitectura no preten- ciosa.

A propósito del primer ejemplo (referencia no casual, pensemos en el escrito de Por otro lado, la Gartenhaus de juventud, 1773, de Goethe Von deuts- Goethe en Weimar se ofrece como cher Baukunst dedicado por la figura prototipo de la casa alemana atempo- más venerada de la cultura alemana ral, contrapuesta al concepto de la al arquitecto al que se atribuye la casa como máquina de habitar, expre- construcción de la catedral de sión pues de un estilo alemán enfren- Estrasburgo), Schmitthenner cita al tado a toda idea de estilo internacio- influyente crítico de arte Karl nal. Aquí encontramos no sólo una Scheffler: “por encima del templo crítica acerba a la máquina habitacio- griego está la catedral de Erwin von nal, que para él puede estar repre- Steinbach, auténtica encarnación del sentada por la vivienda que constru- alma alemana. La catedral de yese Hans Scharoun en la Estrasburgo supone pues, la fe y el Weissenhof de Stuttgart, también al anhelo alemanes hechos forma, el historicismo pues, como afirma manto alemán con que se cubre Dios. Hartmut Frank, para Schmitthenner Apenas nadie se ha expresado al res- “la tradición no se transmite a través pecto mejor que Karl Scheffler, "siem- de las formas locales y sus elementos pre que un alemán se sitúe frente a estilísticos predominantes, como en esta obra de arquitectura, dirá: si Paul Schmitthenner: la arquitectura historicista, sino úni- Alemania se encuentra en algún La vivienda alemana camente por medio del uso de técni- 18 típica (Das Deutsche lugar, ese lugar está aquí””. cas y modos constructivos heredados Wohnhaus) de la tradición artesanal”.19 En este sentido la casa se valora por su rela- ción con el lugar y el paisaje, con el carácter de los materiales y con la diversidad de la configuración de los detalles. Y conviene no olvidar que la casa, concebida desde esos presu- puestos, se expone ya con exactitud a través de una serie de ejemplos que el arquitecto describe minuciosamente en Das deutsche Wohnhaus (La casa alemana), primera entrega de un con- junto de libros que debía conformar su proyecto de un manual denomina- do Baugestaltung (Configuración constructiva).

El texto, con gran profusión de imá- genes, editado por primera vez en 1932 y que conoció una extraordina- ria fortuna en el momento de su publicación, se reeditó dos veces más en vida de Schmitthenner, en momentos (1940 y 1950) que señalan paso a paso la postura y posición

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Paul Schmitthenner: independientes del arquitecto alsa- Die Arche Über ciano frente a la arquitectura estable- En 1944 un bombardeo destruye la Stuttgart (el arca cida, la arquitectura de Estado del III casa de Schmitthenner en Stuttgart, sobre Stuttgart). Reich en el primer caso, la preconiza- Planta y alzado y que su amigo el poeta alsaciano René da por el CIAM después de la escalera (esta última Schickelé, proscrito a su vez en esa Segunda Guerra Mundial para la en Das Deutsche época por los nazis, había definido reconstrucción de las ciudades ale- Wohnhaus) Die Arche über Stuttgart (El Arca sobre manas, en el segundo. Stuttgart).21 Pero volvamos a la reacción suscitada por Das sanfte Gesetz in der Kunst Tras la destrucción y el cierre de la (La ley suave en el arte). La conferen- Escuela de Stuttgart, encuentra cobi- cia fue replicada por un artículo de jo junto a su familia en el castillo de Tamms titulado Das Grosse in der Kilchberg, en Tubinga, donde alberga Baukunst (Lo grande en la arquitectu- a cerca de una veintena de estudian- ra), cuyo manuscrito envió por carta tes del último curso de arquitectura, al mismo Schmitthenner y que éste le con el objetivo de impartirles sus últi- rogó, en caso de publicación, que mas lecciones y que así puedan aca- acompañase de la referencia a su bar su carrera. Es el semestre de intervención en Potsdam a fin de evi- invierno de 1944-45, y ya desde apro- tar malentendidos. ximadamente dos años antes Schmitthenner ha establecido con- El texto, sin atender el ruego de tactos con la resistencia alsaciana, Schmitthenner y con un último apar- consiguiendo que un Tribunal de jus- tado que se titula La ley dura en la ticia acoja una petición de suspen- arquitectura, se publicó finalmente en sión de la condena a muerte dictada uno de los últimos números de la contra 19 personas. revista de , Die Baukunst (La Arquitectura), suplemento de la Las palabras que dirige por ese tiem- oficiosa Kunst im deutschen Reich (El po a un alumno suyo, en carta fecha- arte en el Reich alemán). En todo da en enero de 1945, y que se con- caso, Tamms respondió a serva en su archivo de Munich, no Schmitthenner solamente en mayo de dejan lugar a dudas sobre la visión de 1944, ya después de su publicación y un mundo y unos ideales que se por medio de una carta redactada en derrumban: “¿qué tiene que ver mi términos muy duros y amenazado- mundo con el de la máquina, con el res.20 maquinismo y la tecnificación? Me parece sencillamente lógico que éste

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mundo acabe destruido por la máqui- que requerirá todavía mucha des- na... La ley suave, la que conserva la trucción, antes que el terreno se puri- vida y los hombres, se ha alterado. fique y la tierra se vuelva Dios”.22 En el mundo rige ahora la ley dura,

La belleza descansa en el orden

Una cierta recuperación de la figura de Schmitthenner y, al mismo tiempo, una revalori- zación de su idea de arqui- tectura, tuvo lugar en Alemania con ocasión de la celebración del centenario de su nacimiento en 1984. Con ese motivo se publican algu- nos estudios esclarecedores, como el conjunto de aporta- ciones que se reúnen bajo la coordinación de Gerhard Müller-Menckens con el mismo título de su conferen- cia Schönheit ruht in der Paul Schmitthenner: Ordnung (La belleza descan- Gebaute Form. La sa en el orden), como libro casa de mam- homenaje al arquitecto de la postería Escuela de Stuttgart. Asimismo, la celebración en Munich de una exposición dedicada a los arquitectos de 1971, donde murió, un año después. la Academia Bávara de Bellas Artes, que trabajaron en el siglo XX dentro También en 1984 aparece Gebaute de la tradición de la arquitectura del Form, un texto didáctico de sur de Alemania, dio pié a que, en el Schmitthenner, una precavida intro- catálogo de la muestra, Wilhelm ducción al modo de pensar propio de Hofmann le dedicase un pequeño la Escuela de Stuttgart, que debía estudio. Schmitthenner había sido haberse publicado con ocasión de su miembro de la Academia de Bellas sexagésimo cumpleaños el 15 de Artes de Baviera desde 1949 y se diciembre de 1949. Entonces no se trasladó a trabajar a Munich en publicó, y en su lugar la casa edito- rial Otto-Mayer de Ravensburg distri- buyó un depliant en el que anuncia- ba la publicación para la primavera del año siguiente.23

En la página de cubierta se reprodu- cía un interior del Alte Schloss de Stuttgart, reestructurado por Schmitthenner en los años treinta. La parte interior del depliant contenía un facsímil de la carta de felicitación que Paul Bonatz le había enviado desde Estambul a su viejo amigo y colega por su cumpleaños. En ella, Bonatz escribe: “nos hemos conocido hace más de treinta años, en 1918, el último año de la guerra. En aquella Paul época buscábamos para la sección de Schmitthenner: arquitectura de nuestro politécnico Gebaute Form. La un profesor de elementos de arquitec- casa en España tura. Yo había visto unas fotografías

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Paul de construcción dinámica y funcio- Schmitthenner: nal. El alemán utiliza muy a menudo Gebaute Form. la palabra extranjera para designar el La casa con ven- aspecto negativo de algo. A propósito tanas en hilera de las tareas de reconstrucción se discute agriamente acerca de si se debe construir siguiendo una línea histórica o moderna, cuando la auténtica cuestión debería ser si la arquitectura es buena o mala, y si es adecuada para el lugar para la que está destinada... A pesar de mi buena voluntad no puedo figurarme nada cuando se habla del concepto "cons- trucción dinámica". Cuando se hace acerca del de construcción funcional, probablemente se haya pensado en una realización que deja ver con cla- ridad la función de las partes indivi- duales de la construcción. De ello tenemos ya en la Edad Media los de tus ciudades jardín de Staaken y ejemplos más perfectos. Por ejemplo, Plaue, que me habían impresionado los pilares fasciculares de los templos profundamente por su madurez abovedados, que absorben los empu- urbanística y por la concepción jes de la bóveda y los transmiten al arquitectónica de todo su conjunto. suelo y que, desde el punto de vista Fue así como entraste en nuestro cír- de la forma, encuentran su definición culo...”.24 a partir, justamente, del propio con- cepto constructivo. O los edificios de Todavía en 1952, en el texto ya cita- entramado visto de madera, en los do, La belleza descansa en el orden que la función de las partes tanto (que lleva un subtítulo que reza estructurales como de relleno de la Observaciones de un arquitecto acerca pared determinan el aspecto esencial de la tradición y el progreso en la de la forma. El procedimiento cons- arquitectura y que responde a la con- tructivo y el material eran el signo ferencia pronunciada por distintivo de la forma. Llamo "forma Schmitthenner con motivo de su construída" (gebaute form), precisa- ingreso en la Orden pour le mérite für mente a esa representación”.25 Wissenschaften und Künsten), se nos revelan los principios esenciales del En su búsqueda de una forma senci- pensamiento del arquitecto, manteni- lla, no aparente, objetiva, apoyada en dos firme y coherentemente a lo largo de toda su vida.

Fijémonos en dos de los párrafos de este texto. De ellos pueden extraerse algu- nos conceptos que terminan por definir un pensamiento tan diáfano. Schmitthenner dice, a propósito de los años dominados por el Movimiento para la reforma de la vida en Alemania y de los anhelos en él expresados: “La Sachlichkeit, palabra de la que se abusó durante un cierto tiempo como palabra- clave, se convirtió en un con- cepto que se daba por Paul Schmitthenner: La casa en el paisaje supuesto, pues toda renova- de pizarra (regiones ción conducía inevitablemen- del Rhin y el Mosela) te a la objetividad (Sachlichkeit). Hoy se habla

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la tradición, Schmitthenner tampoco detalle del mismo, les proponía la ela- renuncia a la utilización de métodos boración de un proyecto individual en de prefabricación y standardización, cada caso: la casa de un hombre de que algunos pudieran considerar letras o amante del arte, de un hom- métodos exclusivos de la técnica bre cultivado por lo general, o incluso moderna. Su sistema de construcción la imitación o recreación de la rápida a base de un entramado de Rosenhaus de la novela de Adalbert madera y losas de piedra pómez, que Stifter Nachsommer. Su discípulo experimenta en el invierno de 1928- Offenberg cuenta entusiasmado que 29 con apoyo de la industria de la “ya el mismo tema del ejercicio pro- madera, supone, en efecto, una apor- puesto como proyecto estimulaba la tación para integrar un material tra- idea de una definición formal poéti- dicional en el ámbito de la prefabrica- ca”.27 ción con nuevos materiales de cons- trucción como el acero y el hormigón. Como ya hemos advertido, la figura En 1929, en la revista mensual del escritor del siglo XIX, Adalbert Wasmuth Monatshefte, presenta las Stifter, resulta capital para entender casas realizadas según ese sistema, las preocupaciones más íntimas de llamadas casas Fafa (Fafa-Häuser, de Schmitthenner por lo que se refiere a las sílabas iniciales del término fabri- su concepto de vida y, por ende de ziertes Fachwerk). Por otro lado, ya arquitectura. Como afirma el mismo antes, en el número especial de 1928 Offenberg, las casas de de la misma revista, número dedica- Schmitthenner respiran la atmósfera, do a la Escuela de Stuttgart, se Stimmung, de una de esas novelas de encuentra una exacta descripción de Stifter. Una Stimmung propia de un los cursos de construcción que mundo utópico, alejado de la política Schmitthenner daba a los estudian- y de la industria, un mundo al que el tes de arquitectura.26 arquitecto alsaciano se vuelve conti- nuamente, y que también trataba de En esas lecciones se proporcionaban inculcar a sus alumnos. al alumno prototipos, con frecuencia casas ya construidas por el propio Der Nachsommer (término cuya acep- Schmitthenner, a partir de los cuales ción en español sería la correspon- debía experimentarse con el sistema diente a el veranillo de San Martín y, antes aludido. Los proyectos había por cierto, y no casualmente, uno de que desarrollarlos a escala 1/100 y los libros patrimonio de la cultura los detalles constructivos más impor- alemana más queridos por tantes realizarlos en materiales dife- Nietzsche), constituye, como Emil rentes, ello en el primer curso. En el Staiger ha escrito, un auténtico códi- segundo curso se exigía un, por así go de la vida, una obra que se mues- decir, proyecto específicamente cons- tra como profesión de fe en una exis- tructivo, como primer trabajo autóno- tencia humana fundamentada en la mo del alumno. interioridad y el silencio, la intimidad y la calma, el amor y la abnegación, Para los estudiantes resultaba un ali- en consonancia con la ley suave por ciente especial el hecho de que la que se rige el género humano (das Schmitthenner plantease la enseñan- sanfte Gesezt, wodurch das menschli- za del proyecto integrando en ella la che Geschlecht geleitet Word). de las diferentes materias que, parce- ladas en asignaturas dispersas, cons- Si nos fijamos en las primeras reali- tituía el plan de estudios preliminar. zaciones de Schmitthenner ya cita- Así, Schmitthenner hacía copiar sus das, es decir, aquéllas que correspon- propios proyectos de viviendas en den al período Guillermino y que él curso, desde la preparación del terre- lleva a cabo como arquitecto del no sobre el que se iba a construir Ministerio del Interior del II Reich; si hasta el remate de la cubierta, con la observamos, por ejemplo, sus casas ventaja evidente de que, de esa mane- unifamiliares en hilera de las ciuda- ra, podía experimentarse de modo des jardín de Staaken (Berlin- común el proceso real de la edifica- Spandau) o de Plaue ción en todos sus pasos. Después de (Brandemburgo), ambas terminadas que los alumnos hubieran tenido una en 1917 y construídas por lo tanto en determinada impresión arquitectóni- plena guerra, tendremos que conve- ca del proyecto y de que se hubiesen nir que encontramos en ellas, por empapado adecuadamente de cada encima de su firme adscripción a los

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ideales que configuran el panorama arrasado, y la faz de la tierra está reformista de la época, rasgos que siendo gradualmente transformada resultan ser la expresión más enérgi- para asemejarse a una gran ca de un Volkscharakter propio que Chicago”, proclama Klages en 1913 encubre conceptos peculiares de la en su obra Mensch und Erde (Hombre cultura alemana. y tierra).29

Es precisamente en la reivindicación Y dado que “el hombre moderno de un concepto específico de cultura sacrifica la vinculación con la pleni- contrapuesto al de civilización, en tud inagotable de la vida a una inte- cuanto argumento recurrente que lectualidad desarraigada y alienada domina todo el amplio conjunto del que lo desvincula de la tierra, la exis- debate ideológico alemán ya desde los tencia sólo puede entonces sentido si años anteriores a la guerra, como el exterior resulta ser un mundo inte- han de entenderse las significativas rior que se eleva a la condición de palabras que Schmitthenner pronun- secreto”.30 cia casi al final de su conferencia-dis- curso, Die Schönheit ruht in der Insistiendo en este punto de vista Ordnung (La belleza descansa en el puede establecerse pues una clara orden): “conceptos del mundo como asociación entre el carácter de la los que nos han dejado Spengler y arquitectura de Schmitthenner, el Klages apenas nos dejan desde luego pensamiento de Klages y Langbehn, y esperanza alguna si no somo capaces la poesía de Novalis. Un carácter völ- de dirigir nuestra voluntad hacia la kisch, el de su arquitectura, que búsqueda de equilibrio. Debemos entendida como arte enraizada en la conciliar lo opuesto y procurar, den- tradición popular se hace volkstüm- tro de un ritmo natural, producir 28 lich porque se conforma al carácter tonos cardíacos más sanos”. nacional o étnico, dando el rodeo cuasi mitológico de la Volkstum Búsqueda de equilibrio, conciliación, (obsérvese la frecuencia con que ritmos naturales, latidos sanos, pala- Schmitthenner utiliza este concepto bras que todavía en 1952 evocan la en sus escritos). Un carácter völkisch, figura de Ludwig Klages, y se expre- además, que sólo puede entenderse san, después de los horrores de la por lo tanto, en sentido literal, como destrucción de un país, ocasionada algo original y autónomo, es decir, por el paso a su través de dos gue- como carácter alemán según la idea rras, como antídotos de las causas ya expresada por Fichte (Deutsch que condujeron a ellas; como antído- heisst schon der Wortbedeutung nach tos, en todo caso, de un mundo que völkisch als ein ursprungliches und se equipara a la imagen de un caba- selbstständiges). llo desbocado, al que es preciso suje- tar por sus riendas a fin de frenarle, Un carácter, en definitiva, que cobra interrumpir su carrera y evitar de un especial significado si se tiene en nuevo el accidente.

¿No nos recuerdan, acaso, tales pala- bras la crítica de tantos intelectuales que, en torno a 1918, reivindican la necesidad de reestablecer la impor- tancia de los vínculos interiores fren- te al pathos de un mundo (en ese caso el de la Alemania Guillermina), dominado por los únicos valores del crecimiento económico, la política y la técnica?

Técnica, industrialización, guerra; es decir aquéllos valores propios del Geist (intelecto) y de la Zivilisation que suponen “la aniquilación de la vida, la auto-destrucción de la huma- nidad, en definitiva, la ruina del alma y de la Kultur. Al fin y al cabo, el Paul Schmitthenner canto primigenio del paisaje ha sido

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cuenta, por ejemplo, la forma holan- En un tiempo, como afirma desa de los frontones de algunas de Schmitthenner, marcado por los sig- sus casas en hilera o los de las casas nos de un paroxismo conocido que no de la plaza del mercado de la ciudad puede propiciar un desconocido futu- jardín de Staaken, a que antes hemos ro a partir de un desarrollo natural; hecho referencia, pues como Julius en un mundo tormentoso, en que la Langbehn había afirmado en 1890 en prisa, el escaso respeto ante la vida y su libro Rembrandt als Erzieher una libertad mal entendida harían (Rembrandt como educador), “el imposible el florecimiento de cual- auténtico significado del arte alemán, quier fruto; en un tiempo que debe y de cualquier arte, reside fundamen- superarse para alcanzar lo humano talmente en sus personalidades si queremos vivir, cobran entonces nacionales más típicas”, y Rembrandt una significación especial las pala- estaba siendo reivindicado desde bras de Novalis como expresión feha- entonces en cuanto personalidad ciente de una determinada cultura. genuinamente típica de la cultura Palabras que alcanzan ese valor que alemana como expresión de la idea de posee el decir, cuando éste se ocupa Kultur and Seele (cultura y alma), de las cosas esenciales. Palabras a como ejemplo de que ninguna activi- las que quiere remitirnos, en fin, la dad del hombre podía alcanzar sus experiencia artística y vital del arqui- propios fines sin el matiz de los valo- tecto de Stuttgart, “que todo se res del sentimiento. encauce para provocar una nueva y más pura cristalización”.

Una Conferencia de Paul Schmitthenner

LA BELLEZA DESCANSA EN EL ORDEN* Observaciones de un arquitecto acerca de la tradición y el progre- so en la arquitectura

“Quizá sea necesario que, en determinados períodos, se encauce todo para engendrar una nueva y necesaria sín- tesis, y provocar así una nueva y pura cristalización. En todo caso, resulta de absoluta necesidad y es suficiente, para mitigar la crisis y evitar la desintegración total, que permanezca al menos un tronco, un núcleo al que pueda adherirse la nueva sustancia para configurar, en torno a él, una forma más nueva, más bella”. Novalis

Deutscher Werk- La construcción, en la segunda mitad bund. Cartel para la del siglo diecinueve, mostró una Exposición de decadencia de los valores permanen- Colonia de 1914 tes, una considerable carencia de orden y criterio. Al formalismo sin recursos, retrógrado y vuelto hacia el pasado de la imitación de los estilos históricos, se le hizo frente, en torno a 1900, con la tendencia que debía * DIE SHÖNHEIT conducir a la sencillez (Einfachheit) y RUHT IN DER ORD- NUNG, conferencia sinceridad (Wahrhaftigkeit). La tradi- pronunciada con ción, como transmisión inmediata de Lo que se conoce con el nombre de motivo del ingreso en valores permanentes, no era posible Deutscher Werkbund, recoge el senti- la Orden pour le en la arquitectura que, entonces, do de aquella época. Dentro de esa mérite für denotaba la falta de todos ellos. Así, asociación, se concitaron las mejores Wissenschaften und se tuvo que recurrir a los firmes y fuerzas. No se trataba sólo de dar un Künsten (Orden del auténticos fundamentos de la artesa- primer paso para encontrar la forma mérito en las ciencias nía. ¡Entendámoslo bien, me refiero y las artes), 1952. adecuada, sino de llevar a cabo la al trabajo artesanal, no a la forma!

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magnífica idea de conci- tareas de reconstrucción se discute liar, dentro de una gran agriamente acerca de si se debe cons- unidad, las fuerzas truir siguiendo una línea histórica o enfrentadas dentro del moderna, cuando la auténtica cues- arte, la técnica, la artesa- tión debería ser si la arquitectura es nía y la industria. buena o mala, y si es adecuada para el lugar de que se trata. Las mentes Si uno desea citar el nom- chocaron unas con otras. “No siem- bre del arquitecto que pre es posible la delicadeza y el buen decidió dar el paso más gusto. Pero, ¿dónde y cuándo ha teni- vigoroso hacia esa renova- do lugar una renovación en la que ción, entonces se nos apa- todo no haya estado tocado por la rece, luminoso y en pri- delicadeza y el buen gusto?”. mer lugar, , el hijo del car- pintero de Mecklenburgo. A él debe atribuírsele, antes que a ningún otro, el valor de eliminar la vieja decoración y de per- turbar la autocomplacien- te tranquilidad del burgués acostum- Peter Behrens. brado a la falsedad del estilo Cartel para la exposición de la Biedermeier. “Aceptamos de buen Deutscher grado que nos censurasen por ser el Werkbund. Colonia, arquitecto de la gente pobre, que nos 1914 tachasen de ser un arquitecto purita- no. No nos importaba, porque sabía- mos que estábamos en el camino justo”.

Esa renovación, llena de esperanza, se interrumpió a causa de la catás- trofe de la Segunda Guerra Mundial. Nos encontramos ahora ante ruinas y, sin embargo, los arquitectos tienen Peter Behrens. ante sí posibilidades insospechadas Fábrica de turbinas con las tareas de la reconstrucción. de la AEG, 1907 Una fiebre afectó a los empresarios de la construcción y a los arquitectos. Cada fiebre tiene una crisis, que si se supera devuelve la salud. Pues bien, estamos en medio de esa crisis. Los arquitectos reflexionaron sobre todas y cada una de las cosas que les incumbían, no sólo sobre la tradi- ción, que estaba presente gracias a la continuidad perseguida por aquella renovación. Pero la palabra tradición se desterró, pues se apreciaron en ella aspectos formales, no su conoci- miento consciente.

La Sachlichkeit, palabra de la que se abusó durante un cierto tiempo como palabra-clave, se convirtió en un con- cepto que se daba por supuesto, pues toda renovación conducía inevitable- mente a ella, a la objetividad (Sachlichkeit). Hoy se habla de cons- trucción dinámica y funcional. El ale- mán utiliza muy a menudo la palabra Walter Gropius. extranjera para designar el aspecto Fábrica Fagus, 1912 negativo de algo. A propósito de las

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gar a ser más ligero, sutil y diáfano y, en el lugar adecuado, representar la mejor solución para cualquier necesi- dad. Sin embargo, esas posibilidades Heinrich Tessenow. A pesar de mi mejor voluntad no se utilizan según la moda y en el La Goethehaus puedo figurarme nada cuando se lugar equivocado. Materiales como la habla del concepto de construcción piedra natural, el ladrillo, la madera, Heinrich Tessenow. dinámica. Cuando se hace acerca del que se habían probado eficaces a lo Casa Dohrn. largo de los siglos, se consideran ya Hellerau, 1911 de construcción funcional, probable- mente se ha pensado en una realiza- en muchos casos como anticuados. ción que deja ver con claridad la fun- ción de las partes individuales de la Las mejores realizaciones las encon- construcción. De ello tenemos ya en tramos, ya desde hace décadas, en la la Edad Media los ejemplos más per- construcción industrial. En ella se fectos. Por ejemplo, los pilares fasci- dan edificios de impactante belleza. culares de los templos abovedados, Algunas tareas son nuevas para el que absorben los empujes de la bóve- arquitecto, también lo son, en parte, da y los transmiten al suelo y que, los materiales, pero la ley que rige el desde el punto de vista de la forma, orden, la disposición, y la que regula encuentran su definición a partir, las medidas, las proporciones inma- justamente, del propio concepto teriales, es inmutable. Pero es com- constructivo. O los edificios de entra- prensible que esos nuevos edificios mado visto de madera, en los que la nos parezcan antes que nada extra- función de las partes tanto estructu- ños, pues es indudable que también rales como de relleno de la pared nuestras pautas de percepción, nues- determinan el aspecto esencial de la tra costumbre, cambian. forma. El procedimiento constructivo y el material eran el signo distintivo Aún no hace mucho tiempo que el de esa forma. Llamo forma construida sentimiento hacia una chimenea de (gebaute Form), precisamente a esa una fabrica era de fealdad y molestia. representación. Pero, ¿en qué consiste su fealdad? Una construcción fabril puede consti- Hoy existen para los arquitectos, gracias a la expe- riencia de nue- vas y perfeccio- nadas construc- ciones, posibili- dades nuevas que conducen inevitablemente a la nueva forma. Acero, cemento, cristal, ¡excelen- Heinrich Tessenow. tes materiales Casa para cuatro con magníficas familias en Hellerau, posibilidades! 1914. Sección, alza- dos y plantas. Todo puede lle-

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Sistema constructivo tuir en sí misma una obra perfecta, gótico (Choisy) ser bella y estar adecuadamente colo- cada en su sitio. Un bosque de chi- meneas en un área industrial puede dar paso a una magnífica vista en cuanto monumento del trabajo y del esfuerzo. Determinar su lugar ade- cuado es una cuestión que afecta a la ordenación de la ciudad y a la plani- ficación del territorio. En este senti- do, queda todavía mucho por mejorar y, desde luego, existen cosas que ya no se pueden subsanar. Por ejemplo, ¡cómo se puso el grito en el cielo ante los postes de los tendidos de toda clase que cruzan nuestros campos! Pues bien, conozco paisajes en los que yo no podría prescindir de la frá- gil osadía de esos postes. Una chime- nea de una fábrica o un poste de hie- rro de esa índole, estropean menos el paisaje que una mala casa o un edi- ficio colocados en un lugar inadecua- do.

Arcos góticos y los límites de la libertad. “No puede bóvedas de volverse a una ley elemental, que se crucería ha abandonado, sin haber sufrido por ello, durante largo tiempo, graves perjuicios”. La destrucción de nues- tras ciudades nos dio la posibilidad de mostrar nuestra capacidad para el orden y de dar forma a nuestras necesidades en la tarea de la recons- trucción y, siguiendo las palabras de Novalis, de provocar “una cristaliza- ción más pura”. Tras una década de reconstrucción, tenemos que afirmar que aún no lo hemos conseguido. Probablemente podamos decir que El concepto de belleza también cam- hoy, en todas las tareas de la cons- bia, pero la belleza descansa en el trucción, contamos con realizaciones orden y éste, precisamente, se muy buenas, en parte excelentes, que encuentra hoy gravemente afectado. nos hacen dichosos gracias a su cui- Solamente en el orden se asienta lo dada belleza y pureza, y que podrían permanente, lo permanente de la representar una esperanza. Pero son Planta y alzado de condición natural y humana, y en la realizaciones singulares que no deter- un templo gótico ley del orden es donde se encuentran minan la generalidad, son oasis en el desierto. Las mejores realizaciones singulares no representan nada deci- sivo, si falta el centro sustentador: Verlust der Mitte! (¡la pérdida del cen- tro!)

Nunca ha llegado a convertirse un paroxismo conocido en un futuro desconocido a partir del desarrollo natural. Una cristalización necesita tiempo. Y es cierto que ésta nos falta todavía. En medio de la tormenta no puede florecer fruto alguno. “Ese signo del tiempo debe superarse, si queremos en efecto salir de la tem-

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Casa con sistema pestad y alcanzar lo humano. Y debe- constructivo de mos hacerlo si queremos vivir”. Los entramado de cánceres son la prisa, el escaso res- madera. Trabajo del peto ante la vida y una libertad mal curso de proyectos de Heinrich entendida. Tessenow en la Technische Las nuevas y bellas formas que, gra- Universität de Berlín cias a nuevas y adecuadas construc- ciones, han resultado ser buenas rea- lizaciones, se convierten en lugar equivocado en un nuevo formalismo que hoy alienta las flores más raras. En otro tiempo, antes de 1900, no se era capaz de diferenciar, en la época del renacimiento alemán, una fábrica de un edificio de la administración de correos. Hoy, nos sucede por ejemplo, que a menudo nos resulta difícil que no distingamos una escuela de una hilandería. Los arquitectos han olvi- dado que están llamados a crear orden. Les compete, en primera línea, adecuarse al orden. Ello presupone, naturalmente, conocimiento y deter- otros, debe considerarse esa actitud, minación. A pesar de ello, estos valo- sin duda, como una arrogancia pro- res disminuyen, como asimismo pia de la juventud. Los hijos son decrece la conciencia. La conciencia siempre, al menos de forma pasajera, de nuestra misión y, frente a ella, la los adversarios de los padres. Pero, de su universalidad. por contra, constituiría algo vergon- zoso que las viejas, a menudo muy Si las jóvenes y buenas inteligencias, viejas, inteligencias arrojasen por la K. F. Schinkel. que están desprovistas de la carga de borda su experiencia en su afán de Lámina del Lehrbuch la experiencia, creen perder su origi- poder competir en la carrera y no (libro de enseñanza nalidad al admitir lo verdadero, aque- aparecer como pasados de tiempo. A de la arquitectura) llo que ya fue reconocido como tal por causa de ello, quedaría dañado el equilibrio necesario que se establece gracias a la continuidad de las gene- raciones. La actividad propagandísti- ca de esas viejas cabezas ha prospe- rado con tal magnitud que hoy, oca- sionalmente, buenas y jóvenes cabe- zas se han sentido impelidos a ejercer el papel de custodios de las leyes.

Pero, ¿puede considerarse a los arquitectos como los únicos culpa- bles de la confusión general que se da hoy en el mundo de la construcción? Sí, si no existiera el comitente. Pues los arquitectos dependen de quien les encarga la edificación. Nunca fueron los arquitectos quienes determinaron el estilo de una época. Fueron los comitentes quienes planteaban las tareas, las ideas que los arquitectos se encargaban de dar forma. Si el que encarga la obra tiene las ideas en orden, también podrá tenerlas el arquitecto. Pero, ¿dónde está hoy el cliente, el comitente responsable?

Los comitentes de antaño, grandes personalidades de una época, podrí- an ser sustituidos sólo por la con-

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Fábrica de la ciencia general y fundamental del Stanley Mill como compromiso con el pasado y el futu- prototipo de estruc- ro. Por ello, sin duda, debería ser más tura reticular. necesario que nunca un nuevo pen- Fachada samiento que resultase, que se des- prendiese de una nueva educación, del reconocimiento voluntario de la autoridad. Si la libertad no se vincu- la a la ley del orden, se convierte en arbitrariedad; una arbitrariedad como la que hoy florece, y precisa- mente no sólo en el mundo de los arquitectos. El arquitecto está sujeto a la ley de la necesidad, y su fantasía nunca es libre, está condicionada por los medios materiales y por la tarea encomendada, y ésta la dispone el comitente.

El gran arquitecto Bernini dijo en 1665: “si se quiere ver de lo que un hombre es capaz, entonces se le deben imponer vínculos”. lares en este terreno, debe admitirse Parece haberse perdido el sentimien- que, por temor o abandono, la repre- to por la representación. Cada género sentación es una cuestión que se de representación exige una actitud. elude. A juzgar por las apariencias, se Determinadas obras de arquitectura ve algo en la idea de la pura repre- de nuestro tiempo deben, aún hoy, sentación, que hace no considerar ostentar un carácter representativo. digna la tradición. Estas edificaciones Un carácter de pura representación, debían y tendrían que estar obligadas como forma de ser, comprometido, a salirse de la fila y, aunque la fila pero un carácter que nunca llame la esté dispuesta, se las ha de sacar de atención y que siempre infunda res- ella. Incluso, las bellas formas de la peto. Un ayuntamiento, por ejemplo, arquitectura industrial que aún exis- un teatro o una iglesia, deben gozar La Stanley Mill. ten, no son las apropiadas para cons- de ese carácter. Hecha excepción de Frente oeste y planta trucciones de esa clase. Y aunque los algunas buenas realizaciones singu- fines prácticos son decisivos, existen también aquéllos aspectos del hom- bre que se elevan por encima de los puros fines prácticos.

Dos palabras todavía sobre la cues- tión del comitente. La Iglesia podría ser hoy ese comitente singular carga- do de autoridad. Pero lo que vemos en la nueva construcción de iglesias (hecha excepción de algunas pocas y buenas realizaciones singulares), constituye precisamente el ejemplo más significativo de esa general des- integración de la arquitectura. La desconcertante variedad de esa clase de construcciones muestra la mayor de las inseguridades. No se alumbra ningún núcleo, donde pudiera esta- blecerse la nueva cristalización. Además, se abre paso ampliamente una determinada mística del arte industrial como sensación conscien- te. Ambas iglesias se superan en esa preocupación. Si alguna institución debiera descansar en la tradición,

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K. F. Schinkel. son las iglesias. En la Berlín: la tradición de una idea Bauakademie. de compromiso. Alzado y plantas Pero, tal parece que, por lo que se refiere a sus actuales inquie- tudes en este terre- no, existiera una coordinación.

En la Exposición Universal de Bruselas hay dos pabellones, uno pro- testante y otro católi- co. En los pabellones de las naciones quie- ren, o deben, presen- tar lo que han conse- guido para el progre- so humano en el campo de la técnica, la economía y el arte. Según mi opinión, es la primera vez que las iglesias juzgan como necesario par- ticipar en algo de esa naturaleza.

Acerca del propósito del pabellón pro- te en el del hombre hendido, desinte- testante, leemos en un importante grado. De suerte que uno no queda semanario cristiano: “No se trata de así llamado a reflexionar, sino a probar en primera línea, lo que la seguir navegando. Hinc illae lacrimae. Iglesia Evangélica hace por el progre- so y la civilización, sino de procurar Esta confusión y falta de claridad que se preste oídos a la llamada de queda superada ampliamente por la Jesús en medio de la agitación capilla de peregrinación de total...”. Ronchamp de Le Corbusier. A propó- sito de ella se ha encendido una agria El aspecto exterior se describe así: polémica. Han entrado en liza los “se asemeja, con la forma del alumi- conservadores contra los vanguardis- nio y con el tono fundamental azul tas, quedando divididos en dos blo- brillante de su superficie pintada, al ques enfrentados. El dominico fondo de un barco... El mástil mayor Coutourier afirma con respecto a Le es la torre erigida de columnas de Corbusier, que el instinto por lo sacro acero, con las tres cruces del Gólgota es casi más puro y perfecto entre los que se iluminan de noche. Bajo el que no pertenecen a una fe (Le puente de mando, el espacio destina- Corbusier es protestante), que en do a exposiciones, se entra en el muchos de los artistas creyentes, auténtico ámbito de la iglesia... De la también que incluso entre muchos de pared frontal cuelga la cruz, elevada y los miembros del clero. La comisión dominante. Es de cobre y, de tanto en artística de la archidiócesis de tanto, se encuentra quebrada. De Paderborn afirma, en ese sentido, que suerte que produce un efecto dinámi- Ronchamp no constituye un ejemplo co, simbolizando al mismo tiempo la exagerado de la búsqueda de lo nuevo condición del hombre contemporá- a toda costa, de la arbitrariedad y de neo... Uno deja la iglesia y experi- la falta de orden, con lo que la ruptu- menta la sensación de seguir nave- ra de la tradición con los edificios gando, de seguir estando a flor de religiosos de la Iglesia católica se ha agua”. consumado con un radicalismo hasta ahora inaudito. La cruz deja ya de ser el símbolo de la meditación comunitaria y se convier- Otra opinión, de un hombre muy

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algo no va bien en la arquitectura y, desde luego, tampoco en las iglesias. La fantasía es un favor divino, es libre en todas las artes, únicamente en la arquitectura está sometida al mate- rial y al arreglo o disposición de las partes. Ronchamp presenta una con- figuración de fantasía romántica, no es arte, es una forma artística fabulo- sa. Si uno entra, allí, en el espacio de la iglesia, se siente desconcertado por la presencia de lo inesperado. Se guarda silencio debido al desconcier- to, no a la emoción que conmueve. Sorprendente (Verblüfft) e inesperado (unerwartet) son dos términos usados con frecuencia por el mismo Le Corbusier en su descripción de Ronchamp. Pero una vez que se sale Le Corbusier. Capilla competente, ve en Ronchamp un de la capilla, la sorpresa cae rápida- de Ronchamp carácter arcaico-pagano. Un promi- mente en el olvido. Después de cono- nente arquitecto, muy moderno, cer Ronchamp, fui a visitar con mis habla de anarquismo de la forma. amigos las magníficas iglesias romá- Precisamente, los juicios de influyen- nicas de Alsacia con sus más anti- tes arquitectos modernos son des- guas criptas. Fueron para nosotros concertantes. Más desconcertantes una liberación de la pesadilla que son los pros y contras de la misma Ronchamp había dejado en nuestra Iglesia. Yo opino, como arquitecto conciencia. Un pedazo de eternidad que, por encima de todo, Ronchamp en un espacio cautivador: esa es la no es una obra de arquitectura. En esencia de esas casas de Dios. Nada ella se niegan todas las leyes de la de desconcertante, nada de sorpren- construcción, responde tan poco a la dente se encierra en ellas. Al contra- condición de lo que es arquitectura rio, un sentido de totalidad que como las arquitecturas cinematográ- embarga al alma. ficas, que tanto llaman la atención, con la diferencia de que una película Tras estas observaciones debo sopor- una vez que se ha pasado se puede tar que se me llame pesimista o, olvidar. incluso, reaccionario. Lo último es, ciertamente, lo peor que a uno le El hecho de que Ronchamp impresio- puede pasar hoy. Como participantes ne tanto a los profanos se puede en el tráfico moderno sabemos que, explicar justamente por la sugestiva con frecuencia, es más importante arquitectura fílmica, en la que la frenar que acelerar. En todo caso el multitud adiestra su imaginación. acto de frenar resulta hoy heróico. Pero la imagen de Ronchamp es una Es adecuado y valiente, en efecto, imagen fija, estable. Hay que tenerlo sujetar por las riendas a un caballo en cuenta. No se trata del carácter de que se ha desbocado para interrum- la arquitectura, se trata de que lo pri- pir su carrera, con lo que se evita el mero y lo que se debe dar por accidente. Todavía tengo la esperanza supuesto implica una actitud. Es de que esto se pueda conseguir. decisivo que se muestre una actitud. Y, en este caso, se trata de la disposi- Conceptos del mundo como los que ción espiritual de un espacio en el se nos han dejado Spengler y Klages busca a Dios, un espacio de la devo- apenas nos dejan, desde luego, espe- ción, de la introspección, de la refle- ranza alguna si no somos capaces de xión. Debido, precisamente, a su dirigir nuestra voluntad hacia la bús- inaudito planteamiento, no se debe queda de equilibrio. Debemos conci- pasar por alto lo que Ronchamp liar lo opuesto, y procurar, dentro de representa. Pero no sirve de nada un ritmo natural, producir tonos car- indignarse. Se deben comprender las díacos más sanos. cosas para, así, poder mejorarlas. Hace exactamente cien años, Ronchamp es el mejor ejemplo de Adalbert Stifter escribía acerca de su ello, de que algo no va bien. De que fe en el progreso de la humanidad y,

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ciertamente, en términos de una cla- tantes. La lucha en esta dirección se ridad profética, lo que supone el epí- mantendrá firmemente, ya que ha logo a mis palabras: “Nuestro tiempo surgido debido a las nuevas relacio- se nos aparece como una época de nes humanas que han entrado en transición tras el cual, llegará otro escena. Ese ligero aletear, al que me que superará el de la Antigüedad he referido antes, se hará más fuerte, griega y romana. Trabajamos en un pero no estoy en condiciones de decir momento decisivo de la historia del lo que durará, ni que inconvenientes mundo, en el campo de las ciencias acarreará. Pero, a él, le seguirá una de la naturaleza, un ámbito que era iluminación, la supremacía de lo bastante desconocido todavía para material dejará paso a la preponde- los antiguos, y que sobrepasa incluso rancia de lo espiritual, que finalmen- el elevado sentido que ellos tenían te triunfará, constituyéndose en el para las cosas del estado, del derecho único poder, y dado que producirá y, de tanto en tanto, del arte. Pero nuevos beneficios para la humani- ahora mismo, aún no podemos figu- dad, alumbrará una época de grande- rarnos el peso que pueda tener esta za como aún no existido en la histo- época a la hora de influir en la con- ria. Creo que, así, se escalará, pelda- formación de nuestro mundo y de ño tras peldaño, milenio tras milenio. nuestra vida. Porque aunque haya- Qué amplitud tendrá, cómo resulta- mos usado sólo algunas proposicio- rá, cómo acabará, es algo que una nes o hipótesis de esas ciencias en la inteligencia mortal no está en condi- industria, en el comercio, en la cons- ciones de poder indagar. trucción de carreteras y otras cosas Lo único de lo que estoy seguro, es de parecidas, estamos todavía solamen- que llegarán otras épocas y otras for- te en medio del ligero aletear de ese mas de expresión de la vida en las comienzo como para poder enjuiciar que, también en gran medida, lo que los resultados. En efecto, se puede comprende y abarca el espíritu y el decir que estamos por completo en el cuerpo del hombre, puede persistir principio del principio. ¿Cómo será, como última razón de su existencia”. cuando podemos expandir noticias por todo el mundo con la misma rapi- dez del rayo, cuando con la misma gran velocidad y en poco tiempo podemos alcanzar los diferentes luga- Notas res de la tierra, y cuando podemos transportar las mayores cargas con la 1. Sobre el clima de confrontación ideológica entre los arquitectos alemanes que precipi- misma rapidez? ¿Serán los bienes de ta la formación del grupo Der Block, cfr.: la tierra, gracias a las posibilidades Werner Durth, Deutsche Architekten. de fácil intercambio, accesibles para Friedr. Vieweg und Sohn. DTV. Braunschweig 1992, pp .67-71 todos y de disfrute general?... 2. Cfr.: Werner Durth, op.cit. pp.72-73. Ante todo, ¿qué configuración alcan- 3. Paul Schmitthenner, Die Baukunst im zará el espíritu dentro de la totalidad neuen Reich. Georg D.W. Callwey Verlag. Paul Schmitthenner. de su ser? Las repercusiones en este Munich 1934 (Das Neue Reich, Deutsche Dibujo Akademie, n.6). Der Aufbau, pp.17-18 ámbito son, de lejos, las más impor- 4. Barbara Miller Lane, Architecture and Politics in 1918-1945. Cambridge, Mass. 1968, p.180 5. Acerca de todas las vicisitudes acaecidas en torno a la posición de Schmitthenner dentro del panorama arquitectónico ale- mán en el período correspondiente a la segunda post-guerra y a la reconstrucción de Alemania, cfr.:Hartmut Frank, Der Fall Schmitthenner (El caso Schmitthenner). En Arch+ n.68, Aquisgrán, mayo de 1983, pp.68-69 6. Hartmut Frank, Der Fall Schmitthenner. En Arch+ n.68. Aquisgrán mayo 1983, pp.68- 69. 7. Ibid., p.68 8. Ibid., p.69 9. Sobre la influencia del CIAM en Alemania después de la Segunda Guerra y la imposi- ción de sus criterios reflejados en la conso- lidación de la Neues Bauen en las tareas de reconstrucción de la segunda postguerra, véase: J.Christoph Bürkle, Berlín y la influencia del CIAM en Alemania después de 1945. En Rassegna, The Last CIAMs

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n.52/54. Milán diciembre de 1992, pp.69- 27. Wolfgang Voigt, op.cit. p.68 75 28. Paul Schmitthenner, Schönheit ruht in der 10. Cfr.: Wolfgang Voigt, Die Stuttgarter Schule Ordnung. En: Gerhard Müller-Menckens und die Alltags-Architektur des Dritten (edit.), op.cit. p.156 Reiches. En: Arch+ n.68. Aquisgrán mayo 29. Ludwig Klages, Mensch und Erde (Hombre y 1983, pp.64-71 tierra), escrito conmemorativo de la funda- 11. Philip Johnson, La arquitectura del III ción de la Freideutsche Jugend, 1913 Reich. En: Philip Johnson. Escritos. Gustavo 30. Cfr.: Richard Hinton Thomas, Nietzsche en Gili. Barcelona 1981, pp.54-55 (publicado la Alemania de Weimar y el caso de Ludwig originariamente en Hound and Horn, VII Klages, pp.112-113. En: Anthony Phelan octubre-diciembre de 1933, pp.137-139) (edit.), El dilema de Weimar. Los intelectua- 12. Julius Posener, Kunstwerke (Obras de les en la República de Weimar. Edicions arte). Traducción castellana en Anales de Alfons El Magnànim. Valencia 1990 Arquitectura n.6, Valladolid 1995, p.164. (Texto original en: Julius Posener, Aufsätze und Vorträge 1931-1980. Fried. Vieweg und ______Sohn. Braunschweig/Wiesbaden 1981. Bauwelt-Fundamente n.54-55, pp.311-322) 13. Paul Schmitthenner, Die Baukunst im neuen Reich. Georg D.W. Callwey Verlag. Paul Schmitthenner Munich 1934, p.27 Escritos 14. Ibid., p.38 15. Paul Schmitthenner, Das sanfte Gesetz in der Kunst in Sonderheit in der Baukunst. 1918 Die Gartenstadt Staaken. Berlín Eine Rede. Hünenburg Verlag. Estrasburgo 1943. El título de la conferencia hace alu- 1929 Die Baukunst im Jahrhundert der Technik sión, en efecto, a un término utilizado por (La arquitectura en el siglo de la técnica). Adalbert Stifter, el escritor austríaco Berlín (Oberplan -actual Horní Planá, Bohemia- 1805-Linz 1868) en el prólogo de su obra 1932 Baugestaltung. Erste Folge. Das deutsche Bunte Steine (Piedras multicolores) (1853): Wohnhaus (Forma constructiva. Primera Wir wollen das sanfte Gesetz zu erblicken serie. La casa alemana). Stuttgart 1932, suchen, wodurch das menschliche 1940, 1950 Geschlecht geleitet wird 16. Cfr.: Hartmut Frank, La via dimenticata. 1934 Die Baukunst im neuen Reich (La arqui- Osservazioni su un libro mai pubblicato. En: tectura en el nuevo Reich). Munich Paul Schmitthenner, La forma costruita. Variazione su un tema. Electa. Milán 1988, 1943 Die sanfte Gesetz in der Kunst in pp.14-18. (Edición italiana de Paul Sonderheit in der Baukunst. Eine Rede (La Schmitthenner, Gebaute Form. Variationen ley suave en el arte y en particular en la über ein Thema mit 60 Zeichnungen im arquitectura. Una conferencia). Faksimile. Verlagsanstalt Alexander Koch Estrasburgo GmbH. Leinfelden-Echterdingen 1984) 17. Paul Schmitthenner, Das sanfte Gesetz in 1948 Die Ratio in der Baugestaltung (La razón der Kunst in Sonderheit in der Baukunst. de la forma constructiva). Darmstadt Eine Rede. Hünenburg Verlag. Estrasburgo 1943, p.14 1952 Die Schönheit ruht in der Ordnung. 18. Ibid., p.32 Tradition und Fortschritt in der Baukunst 19. Hartmuth Frank, op.cit., pp.19-20 (La belleza se basa en el orden. Tradición 20. Carta de ocho páginas, fechada el 11 de y progreso en la arquitectura). mayo de 1944, de Tamms a Schmitthenner (Schmitthenner-Archiv, Munich) 1984 Gebaute Form. Variationen über ein 21. René Schickelé, Die Arche über Stuttgart. Thema mit 60 Zeichnungen im Faksimile En: Wasmuths Monatshefte für Baukunst (Forma construída. Variaciones sobre un (Cuadernos mensuales Wasmuth de arqui- tema con 60 dibujos en facsímil). tectura). Berlín 1929, XIII, fasc.9, p.355 y Leinfelden-Echterdingen sg. 22. Carta de Schmitthenner a un alumno, enero 1985 Das deutsche Wohnhaus (La casa alema- de 1945, conservada en el Archivo na). Stuttgart Schmitthenner de Munich. Véase: Hartmut Frank, op.cit., p.14. 23. Hartmuth Frank, La via dimenticata. Osservazioni su un libro mai pubblicato. En: Paul Schmitthenner, La forma construita. Variazioni su un tema. Electa. Milán 1988, p.7 24. Cfr.: Marco De Michelis, Heinrich Tessenow 1876-1950. Das architektonische Gesamtkunstwerk. DVA. Stuttgart 1991. (Drittes Reich. Krieg und Wiederaufbau, p.345) 25. Paul Schmitthenner, Schönheit ruht in der Ordnung. Betrachtungen eines Architekten über Tradition und Fortschritt in der Baukunst. En: Gerhard Müller-Menckens (edit.), p.152 26. Paul Schmitthenner und seine Schüler, en Wasmuth Monatshefte für Baukunst, XIII, Berlin 1929, fasc.9. Cit. en: Hartmut Frank, La via dimenticata, en Paul Schmitthenner, La forma costruita, pp.20 y sg.

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