Una Breve Aproximación Al Rol Del Qhapaq Ñan En El Proceso Conducente a La Formación Del Pueblo De Tambo, Sausa, Junín
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UNA BREVE APROXIMACIÓN AL ROL DEL QHAPAQ ÑAN Manuel F. Perales Munguía EN EL PROCESO Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional CONDUCENTE A LA Autor FORMACIÓN DEL PUEBLO DE TAMBO, 21 de febrero SAUSA, JUNÍN, PERÚ de 2020 El 24 de febrero de 1965 se creó el distrito de Sausa mediante Ley N° 15437, fijándose su capital en la villa homónima, categoría y denominación que le fueron otorgadas al antiguo pueblo de Tambo a través de la Ley N° 10155 del 30 de diciembre de 1944 (Aranda 2009: 25). No obstante, este último nombre –Tambo– posee una singular connotación histórica, pese a que en la actualidad está cayendo en desuso frente al de Sausa, el cual ha ido ganando terreno a partir de la adquisición del estatus distrital de la localidad.1 Considerando lo expuesto, el presente trabajo desarrolla un conjunto de planteamientos en torno al proceso que condujo a la formación inicial del pueblo de Tambo, que en la actualidad constituye el núcleo urbano del moderno distrito de Sausa, localizado sobre los 3371 msnm y dentro de la jurisdicción de la provincia de Jauja, en el departamento de Junín (figura 01). Dicho proceso tuvo hitos importantes, como el establecimiento del extenso complejo inca de Hatun Xauxa en la segunda mitad del siglo XV y la fundación de la ciudad hispana de Xauxa por par de Francisco Pizarro entre 1533 y 1534, consolidándose durante las décadas de 1560 y 1570, cuando alcanzó funcionamiento pleno el tambo colonial del mismo nombre. Figura 01: Mapa de ubicación del distrito de Sausa, en la provincia de Jauja, departamento de Junín. 1 Se puede plantear que el nombre castellanizado de Sausa corresponde a una pronunciación particular que se ha venido haciendo de la denominación Xauxa, la misma que aparece en la documentación escrita colonial y de la que deviene también el término Jauja. De acuerdo a la lingüística, Xauxa debió representar a la voz quechua shausha o shawsha (v. Cerrón-Palomino 1989: 53-57), sobre cuyo origen se brindan algunos alcances más adelante en este documento. 1 Cabe precisar que el enfoque que se desarrolla en las páginas siguientes resalta el papel desempeñado por los caminos –integrados, en tiempos incaicos, al propio Qhapaq Ñan– a lo largo del proceso arriba señalado, incidiendo en la posición estratégica del territorio que actualmente comprende el distrito de Sausa en el establecimiento de antiguas rutas de comunicación terrestre que se fueron estructurando con el paso del tiempo, por lo menos desde el siglo III de nuestra era hasta el siglo XVI. De este modo, se espera que el presente documento sirva para contribuir al reconocimiento de los valores del patrimonio cultural del lugar por parte de la población sausina en general, así como al fortalecimiento de sus identidades y sus vínculos con la historia de su localidad, continuando con la labor iniciada años atrás por autores de la zona como Pedro Aranda (2009). Antecedentes: los tiempos previos al Tawantinsuyu De acuerdo a las investigaciones realizadas hasta la fecha (v. g. D’Altroy 1981, 1992, 2015; Parsons et al. 2013), las evidencias más antiguas de la presencia humana en el territorio que actualmente corresponde al distrito de Sausa datan de los periodos Intermedio Temprano (ca. 200 a.C. – 600 d.C.) y Horizonte Medio (ca. 600 – 1000 d.C.). De manera concreta, se ha señalado que durante esos tiempos se pudieron haber establecido al menos dos pequeños asentamientos, de los cuales solo se han reportado hasta el momento restos dispersos de cerámica fragmentada superficial (figura 02). Figura 02: Ubicación y probable extensión de los sitios arqueológicos JASP 549 y JASP 550 con evidencias de ocupaciones de los periodos Intermedio Temprano y Horizonte Medio. El primero de dichos sitios se localizó hacia el lado noroeste del área urbana de Sausa y habría ocupado una superficie estimada en cinco hectáreas (D’Altroy 1992: 111; 2015: 244; Parsons et al. 2013: 234).2 Siguiendo las referencias disponibles, se puede plantear que ese espacio se habría ubicado principalmente hacia el sector por donde hoy corren los jirones Túpac Amaru, Dos de Mayo y Huayna Cápac. El segundo posible asentamiento, de unas 3.4 hectáreas, estuvo emplazado a unos 500 metros al sureste del anterior, hacia la parte alta del pueblo de Sausa (figura 02), en una ladera de suave 2 Sitio 550 de acuerdo al registro del Proyecto de Reconocimiento Arqueológico Junín o JASP (Junin Archaeological Survey Project) por sus siglas en inglés (Parsons et al. 2013: 232-234) y sitio J5 según el Proyecto de Investigaciones Arqueológicas Alto Mantaro o UMARP (Upper Mantaro Archaeological Research Project) por sus siglas en inglés (D’Altroy 1992: 113). 2 pendiente muy cerca del sector conocido como Macón y en la margen izquierda de la sección superior de la quebrada Huatanay (Parsons et al. 2013: 232).3 Algunos hallazgos recientes confirman la eventual existencia de ocupaciones humanas preincas en Sausa y brindan algunos alcances adicionales al respecto. Por un lado, se cuenta con una figurina zoomorfa de cerámica (figura 03a),4 similar a otros especímenes que han sido reportados en sitios vecinos con ocupación temprana como San Juan Pata al noroeste de Jauja (Perales et al. 2015: 84-87; Villanes et al. 2009: 82-83), los mismos que se pueden clasificar dentro del estilo Usupuquio del periodo Intermedio Temprano (ca. 300 – 500 d.C.), definido décadas atrás por David Browman (1970).5 De manera específica, el ejemplar referido representa a un camélido –posiblemente una alpaca de la variedad huacaya– en estado de preñez, con las patas extendidas y el cuello erguido. Figura 03a: Figurina zoomorfa de Figura 03b: Cuenco de estilo cerámica (estilo Usupuquio), procedente Huacrapuquio, procedente de Sausa del sector noroeste de Sausa. (Colección Sergio Reyes Peralta). 3 Sitio 549 en el reporte del JASP (Parsons et al. 2013: 232). 4 Esta figurina fue recuperada en el marco de la ejecución de un proyecto de monitoreo arqueológico de obras civiles a lo largo de la avenida Hatun Xauxa en el año 2017. De acuerdo a la información brindada, un punto de referencia de la ubicación de su hallazgo es la intersección de la referida vía con la avenida Héroes de la Breña (Dannal Aramburú, comunicación personal 2017). 5 Inicialmente Christine Hastorf et al. (1989: 96) consideraron la cerámica Usupuquio dentro de una categoría mayor denominada Huacrapukio I, a partir de sus estudios en el cercano sitio de Ninacanya en Pancán, Jauja. No obstante, en una publicación posterior, Terence D’Altroy (2001: 30) retoma el término Usupuquio para referirse a toda la cerámica desarrollada en Jauja durante el periodo Intermedio Temprano. 3 De otra parte, también se cuenta con un cuenco de base redondeada y engobe naranja (figura 03b),6 con decoración interior de aspecto geométrico, consistente en bandas rectas de tono rojizo que se entrecruzan de manera casi perpendicular, conformando dos campos reticulados de aspecto triangular que se unen a su vez por un vértice ubicado hacia la parte central de la pieza. Adicionalmente, hacia sus bordes dicho cuenco presenta más bandas similares que corren de forma horizontal, definiendo otros campos reticulados parecidos a los anteriores. De acuerdo a la clasificación alfarera de Browman (1970) este espécimen correspondería al estilo Huacrapuquio, que se habría vuelto popular en el valle del Mantaro hacia la parte final del periodo Intermedio Temprano (ca. 500 – 600/650 d.C.).7 Otros hallazgos adicionales se han reportado cerca del lado noreste del distrito de Sausa, hacia las orillas del río Yacus y a un lado del aeropuerto Francisco Carlé, en donde se han recuperado de manera fortuita piezas de cerámica que evidentemente pertenecen al periodo Horizonte Medio. A modo de ejemplo, se puede mencionar una vasija cerrada de cuerpo globular, que presenta apéndice con orificio, gollete ancho y superficies pulidas, además de decoración polícroma con atributos relacionados al estilo Chakipampa (figura 04a). De otro lado, también podemos señalar una vasija abierta, en la forma de vaso con bordes divergentes y superficies pulidas (figura 04b), vinculado al estilo conocido como Negro Decorado, específicamente con su variante llamada Wari Negro (v. Menzel 1964; cf. Pozzi-Escot et al. 1994).8 6 Si bien se sabe que esta pieza procede de Sausa, no se cuenta con información precisa sobre el lugar del hallazgo de la misma. En la actualidad obra como parte de la colección particular del Sr. Sergio Reyes Peralta, ciudadano del distrito de Sausa y miembro de la Comunidad Campesina de Tambo. 7 Tal como se ha indicado en la nota 5, también ha habido cambios en relación al uso del término Huacrapuquio en los esquemas de periodificación elaborados para Jauja y el valle del Mantaro por parte de los integrantes del UMARP. En un principio dicho nombre se utilizó para denominar a toda la tradición alfarera del área señalada, desarrollada desde casi la mitad del periodo Intermedio Temprano hasta la primera porción del Horizonte Medio (Hastorf et al. 1989: 96). No obstante, años después se reconsideró su aplicación para incluir únicamente a los estilos alfareros del periodo Horizonte Medio, como Calpish y Quinsahuanca definidos previamente por Browman (D’Altroy 2001: 30). Esta situación deja entrever la necesidad de revisar con detenimiento el problema de la periodificación arqueológica en la región. Por este motivo, en este texto se emplea la propuesta inicial de Browman, para evitar mayores confusiones. 8 En el caso de las dos piezas que se acaban de describir, ambas actualmente son parte de la colección del investigador jaujino Henoch Loayza Espejo, quien las recibió en calidad de donación y quien, gentilmente, nos ha brindado alcances respecto de las circunstancias de su hallazgo (Henoch Loayza, comunicación personal, 2014). 4 Figura 04a: Vasija con atributos Figura 04b: Vaso relacionado al estilo Wari Negro, procedente de las estilísticos Chakipampa, procedente de las inmediaciones del río Yacus al noreste de inmediaciones del río Yacus al noreste de Sausa (Colección Henoch Loayza Espejo).