CINEJAZZ TEATRO VARIEDADES ESPECTACULOS MUSICA BALLET Una denuncia y una elegía . . 1963. Producción, Arles Cinematográfica. Productores, Fernando Ayala y Héc­ tor Olivera. Dirección, Fernando Aya- la. LtBreto cinematográfico del mis­ mo y Beatriz Guido sobre un cuento de la ultima (“La representación”). Fotografía, Alberto Etchebehere. Es­ cenografía. Mario Vanarell!. Música, Astor Piazzolla. Con Susana Freyre, , Lautaro Murúa, Leo­ nardo Favio, Fernando Mistral, Ores­ tes Caviglia, Crandall Dlehl, Merce­ des Sombra. Lola Palombo, Claudia Fontán, Oscar Caballero, Marta Mu- rat, Ricardo Florembaum. Estrenada en el Ambassador, lunes 11. Hay aquí uno de los grandes temas del cine argentino: el contraste entre la Ar­ gentina que enseñan los textos de His­ toria Patria, la Argentina de la Tradi­ ción Estanciera, la Argentina que Eduar­ do Mallea calificó de “visible”, y esa otra Argentina que desde Perón ha empezado a borrar y esconder a la otra, la Argen­ tina real. El punto de partida es una anécdota trivial, casi periodística. La des- I cendiente de una de las familias estan- j cieras del pasado (Susana Freyre) es aho­ ra una call-girl de lujo, para uso exclu­ sivo de los norteamericanos que vienen a cerrar Jugosos contratos en dólares en la vecina orilla. Su abuelo, que ella llama Grandpapa en el mejor estilo francés de la vieja oligarquía (Orestes Caviglia), uti­ liza lo que queda de su estancia, “La Cautiva”, para entretener a los turistas norteamericanos, ofreciéndoles espectácu­ los “típicos”. Ambos están vendidos al dólar, aunque la manera del anciano tie­ Lautaro Murúa con la Casa Rosada al fondo. ne algún rasgo de humor (llama “la re­ presentación” a esa farsa criolllsta en que ro también es claro que la película va mismo estanque poético, recibiendo a W. está metido), en tanto que la muchacha bastante lejos en mostrar la presión mi­ amado, el nuevo argentino, en el casca, está en un plano francamente comercial. litar, 'el clima de coimas, la venta a pla­ aún intacto (aunque mancillado) de I* La llegada de un argentino (Duilio zos de la nación vecina en que están Cautiva”. Los símbolos son claros T Marzio), que hace 15 años que falta del empeñados muchos padres de la patria. muestran que por un lado se denuncia país y hasta se ha naturalizado en Norte En lo que el film no consigue coagu­ una clase pero por otro (en el teu*¡}® América, provoca la catarsis. Enfrentada lar es en la crítica de la nación entera. de la sensibilidad) se está aún adherid» a esos ojos que son ajenos y familiares, No basta que Duilio Marzio recoja un a ella. la muchacha comprende y asume hasta texto de Historia Patria, en el frente de Esta ambigüedad es el punto más el fondo la sórdida mentira en que vive. una escuela abandonada por el temor al bil del film, que tiene muchos otros, •**» En el exilado se produce también una golpe, que hojee sus páginas llenas del siempre Ayala consigue de suu actores « toma de conciencia.. Comprende que es renunciamiento de San Martin y la gran­ rendimiento necesario. La peor es BMW muy fácil el expediente de huir del país deza de la Nación, qué haga frases más na Freyre, que abruma de mohines, jj* j en busca de un ambiente mas propicio. tarde sobre esos mismos textos o contem­ papel que debió ser jugado más írlanie»; De ahí que al cabo, después de melo­ ple el monumento a San Martin, tan ob­ te, más contenido. Tampoco Orestes w* dramáticas alternativas (aparentemente soleto en el de hoy. Por­ vigila está bien: tiene casi siempre ^ el Joven no se habla dado cuenta de la que el problema argentino es más com­ empaque demasiado teatral. Mejor ® antigüedad de la profesión de la prota­ plejo que lo que el film propone. No só­ Duilio Marzio, salvo al final cuando gonista), Marzio decide aceptar su país y lo la clase dirigente, esa oligarquía sim­ be convencer al espectador de que n» quedarse. bolizada en la estancia disfrazada, es la había dado cuenta que la muchacha responsable de la decadencia del país. La una call-girl. La empresa es lmpo<*w8S Todo lo que es sátira está bastante bien oligarquía es un extremo; el otro es el como lo es la pelea con Lautaro Mu^ en este film, desde el conjunto de turis­ poder militar, al que el film sólo se atre­ Este hace uno de esos argentinos tas que fotografían extaslados a los gau­ ve a mostrar de soslayo y por implica­ patrias y lo hace con su acostum**"^ chos de opereta, cortan asado con el fa­ ción. En medio, está la apatía política de autoridad. En el papel de norteaméj^^H cón, con peligro de sus narices, bailan una nación que se creyó todos los slo­ que viene a cerrar un negocio, erg un camavalito, y aplauden todo lo “tipi- gans que le vendieron en la escuela y Diehl resulta natural. Es un coreog^ cou”, hasta detalles más tristes. Es cierto se echó a sestear a la sombra del foot- que vino a armar los bailes de que la principal turista tiene un acento ball, de la Imitación de París, de la gran­ Lady en Buenos Aires y se fue quea*^* que revela su origen británico, pero este deza del país. Atacar a la oligarquía es Es un rico tipo. . ._a. lunar no perjudica demasiado toda la atacar un blanco fácil y que ahora ya A pesar de 6us defectos y ahlbiK primera parte del film, lleno de peque­ no puede contestar. des, la película importa. Repre8®**,vuí ñas malicias para ei turista y para los Por eso el film tiene una condición su­ retorno al cine de un director qu* supinos proveedores de color local. Tam­ perficial de denuncia aunque en realidad cosas que decir: es además un *T bién es buena la sátira que Be dirige con­ sea una elegía. En las intenciones de Bea­ estimable por poner las verdaderas tra la fragilidad Institucional argentina, triz Guido, y tal vez de Ayala mismo, sobré la mesa de la realidad arg«ji con la constante amenaza de un golpe, está ese responso por una clase que se Se queda corta pero apunta hacia, y hasta la valentía (para el cine argen­ muere, evocación de una vida que valia do bueno. Ya es bastante en un* tino) de mostrar noticieros de los tan­ la pena ser vivida. De ahí que el film matografía abrumada por el c0*°®r0. ques ocupando las calles de Buenos Ai­ se abra con las Imágenes románticas de mo, las intenciones trascendentes j res, los combates suburbanos, Isb trin­ una niña que recorre la magia de la es­ genios de la Nueva Ola. Habría d™ ^ cheras improvisadas. Es claro que el film tancia a la luz de la luna, y se cierre tir de aquí para superarse. j.¡jj jfflacluye con una nota de concordia, pe­ sobre esa misma niña, ya crecida, en el