LOS ENEMIGOS EN CASA edición de diego simini

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No existen datos internos ni externos que ayuden a datar la composición de Los enemigos en casa. Tampoco disponemos de noticias relativas a repre- sentaciones de la obra. La comedia figura en la segunda lista de El Peregri- no en su patria, de 1618 y se publica en la Parte XII, Madrid, Viuda de Alonso Martín, 1619. Por su parte, Morley-Bruerton [1968:320-321] indi- can como época de composición los años 1612-15, aunque se inclinan por una probable datación más precisa entre 1612 y 1613. La comedia pertenece sin duda al género de la comedia de costumbres o de capa y espada. Sin embargo, Manuel Cornejo, en su estudio sobre las comedias urbanas de Lope ambientadas en Sevilla, la excluye de la nómi- na.1 Los enemigos en casa presenta algunas peculiaridades en la trama dra- matúrgica. Lo más llamativo sin duda es la presencia de niños, fruto de las relaciones entre el primer galán y la primera dama, y simétricamente entre el criado del galán y la criada de la dama. Esto implica una dilatación tem- poral de la acción, que cubre hasta tres y años y medio. Hay sin duda un contraste neto entre elementos de fuerte amenaza, representada por las dos parejas simétricas de hermanos, don Fernando-don Pedro y don Ho- norio-don Vasco, y la vitalidad y desparpajo de los galanes, damas y cria- dos. Don Felis y doña Isabel (con Carrillo y Elvira) consiguen aprovechar de condiciones en primera instancia muy desfavorables. Esto permite un desarrollo muy cómico de los acontecimientos, ya que el encierro de don

1. Manuel Cornejo, «Algunas funciones del espacio sevillano en las comedias de Lope», AISO, Actas VI (2002), pp. 559-569. Cornejo indica que salvo cuatro, entre las que se encuentra Los enemigos en casa, Lope utiliza la ambientación sevillana para comedias urbanas. El crítico no especifica a qué categoría pertenece la comedia según él.

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Felis y Carrillo se resuelve en una jocosa «cárcel de amor» que fructifica en los repetidos embarazos de las dos mujeres. La situación da pie para varias chanzas, relacionadas precisamente con el contraste entre la conde- na a la oscuridad, la penuria, la segregación y el trabajo forzado (la noria), que es lo que piensan los mayores, y la vida que llevan los dos hombres, regocijados sexualmente por las mujeres, que también les suministran re- fuerzos de comida y comodidad. La ambientación, en una Sevilla que ca- rece casi por completo de elementos concretos (solo se alude a la iglesia de San Salvador en el v. 1866) y en una época ambigua, resalta lo abstracto de la trama. Las dos familias rivales alimentan una enemistad tópica, tanto es así que el texto no permite distinguir entre Atienza y Ovando. El relato de las continuas peleas protagonizadas por los pertenecientes a los dos linajes recuerda las atmósferas relatadas por los novellieri italianos, y la misma es- tructura dramática de la obra, basada en el conflicto generacional, el con- traste entre realidad y apariencia, y el suspense mantenido hasta el desenla- ce jocoso y poco convencional, presenta indudables analogías con el género de la novella. No hemos localizado fuentes directas del argumento. Solo una alusión permite fechar el posible marco histórico de referencia. Se trata de la iden- tificación del rey, indicado como Alfonso en el v. 1998. Ya que se alude a una vaga «guerra de Granada», habría que deducir que el rey es Alfon- so XI, que aparece en un buen número de comedias del xvii. Sin embargo, la ausencia del rey en la escena, citado una sola vez por su nombre y repre- sentado por el Marqués de Cádiz, y la falta de indicaciones cronológicas o históricas, deja paso a la sospecha que Lope no haya querido de forma de- liberada dar precisiones sobre el marco histórico en que se sitúa la come- dia. Hay que puntualizar, además, que el marquesado de Cádiz se creó en 1471, lo cual contradice de forma estridente la ambientación bajo Alfon- so XI.2 Ahora bien, en 1482, Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz, se distingue, junto con el asistente de Sevilla Diego de Merlo, en la conquista de la Alhama, que se sitúa en la fase inicial de la Guerra de Granada, o sea la ofensiva militar que llevaría a la conquista de Granada diez años más tarde,3 lo cual se ajusta al papel del Marqués en Los enemigos en casa. Se

2. Archivo Histórico Nacional, Nobleza, Osuna, legajo 136, n. 3. 3. Juan de Mariana, Historia General de España, Libro XXV, cap. IV

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puede suponer que el trasfondo imaginado por Lope es el de la penúltima década del siglo xv, dando unos pocos elementos de ambientación, la gue- rra de Granada, el papel que en ella tuvo del marqués de Cádiz, la existen- cia del Asistente de Sevilla, a la sazón Diego de Merlo, pero no cabe duda de que al citar a un rey Alfonso se crea una contradicción difícil de resolver históricamente, ya que como es sabido el rey que reinaba en la época es Fernando de Aragón. La hipótesis de que Lope recordara que Rodrigo Ponce de León haya sido partidario de la Beltraneja y por tanto aliado de Alfonso V de Portugal durante la guerra de sucesión, anterior a la guerra de Granada, por un lado resolvería el anacronismo, pero por el otro carece de fundamento, ya que el rey de Portugal no intervino en la guerra de Granada, que es con toda evidencia el marco histórico aludido.4 Las fuen- tes historiográficas que pudo utilizar Lope respecto al marqués de Cádiz pudieron ser la Historia General de España de Juan de Mariana, por lo que se refiere a la conquista de la Alhama, y la Crónica de Enrique IV de Alonso de Palencia, en que se hallan noticias de la familia de los Ponce, partidaria de Alfonso XII de Castilla y de cuyo seno procede el marqués de Cádiz representado en la obra. La rivalidad entre las dos familias citadas en la comedia, los Atienza y los Ovando, no encuentra eco en la Historia general de España de Juan de Mariana. Tampoco consta la existencia de dichas familias en la Sevilla de los siglos xiv-xv. García Fernández no cita ni a las familias ni episodios que puedan relacionarse con nuestra obra teatral.5 Blanco y Morales aluden a una posible aunque tenue analogía entre la rivalidad alrededor de la cual gira la trama de la comedia y una situación histórica del siglo xiv sevilla- no.6 Cabe finalmente observar que los dos apellidos corresponden a sendas poblaciones, Atienza en lo que hoy es Castilla-La Mancha, y Obando en Extremadura.

4. Ibid., Libro XXIV, cap. XV 5. Manuel García Fernández, El reino de Sevilla en tiempos de Alfonso XI, Sevilla, Uni- versidad de Sevilla, 1989. 6. «Los Guzmán consiguieron el condado de Niebla y consolidaron su situación como primer linaje noble, aunque en pugna con los Ponce de León, lo que provocó luchas en Sevilla, especialmente en 1391-1394» (Antonio Blanco Freijeiro y Francisco Morales Pa- drón, Historia de Sevilla, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1992, p. 168)

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La comedia guarda aparentes analogías con temas de novelle al estilo de Boccaccio, Bandello o Giraldi Cintio, por los juegos de equívocos y las alu- siones sexuales. Lope utilizó para sus comedias algunas novelle de Boccac- cio (valga el ejemplo de El anzuelo de Fenisa), de Bandello (El castigo sin venganza) o de Giraldi Cintio (Servir a señor discreto), pero no hemos en- contrado correspondencias más precisas. Don Fernando introduce el ‘ene- migo’ en casa con la intención de castigarlo, segregándolo y esclavizándo- lo, pero al enterarse de esto su hija Isabel, transforma la reclusión en un tiempo muy agradable, en que don Felis y su criado Carrillo gozan a diario de una situación privilegiada, en que las mujeres se preocupan de realizar al menos una parte de la tarea a la que están obligados (girar la noria, vv. 1829-1830), los alimentan mucho mejor de lo que piensan los carceleros, y desde luego se dedican a agradarles las noches. Se realiza así un violento contraste entre lo que piensa don Fernando y lo que ocurre en realidad, contraste que se resuelve a raíz del regreso del marqués de Cádiz, que quiere resolver de una vez el eterno conflicto entre las familias, y provoca así el inesperado desenlace. Por lo que respecta a la recepción de la obra, parece que esta fue muy limitada, ya que no se registran ediciones distintas a la de la Parte XII en vida de Lope, ni hay ediciones posteriores hasta la de Cotarelo y Mori de 1918. La única copia manuscrita que se conserva es la indicada de la Biblio- teca Palatina de Parma, y deriva directamente de la Parte XII.Tampoco consta ninguna representación en la base de datos CATCOM, que recopila la casi totalidad de noticias de representación en España entre 1540 y1700.7

problemas textuales

Se ha tomado como texto base la primera edición de la Parte XII (Madrid, Viuda de Alonso Martín, 1619), A, de la cual se han cotejado los tres ejem-

7. Una referencia marginal a la comedia se halla en Juan Antonio Martínez Berbel, quien cita Los enemigos en casa en un trabajo sobre «las Medeas» en Lope, observando que don Felis compara a su padre con Medea (vv. 1308-1310): «’Puso el honor dragones de Medea’. Sobre esta y otras Medeas en el teatro de Lope», Criticón 87-88-89 (2003), pp. 479- 491 (la cita en p. 488).

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plares que corresponden a las siglas A1, A2 y A3 utilizadas en el conjunto de la Parte. El texto es en general bastante correcto. Se observan solo unas pocas incoherencias en el reparto de los personajes, en el esquema métrico y en la pertinencia del texto. La calidad indudable del texto es coherente con el uso como modelo del original de Lope, o de algún manuscrito muy cercano a este. Los enemigos en casa cuenta con una versión manuscrita en la Biblioteca Palatina de Parma. Como en otros casos, se trata de una copia derivada directamente de una de las ediciones impresas, por lo que resulta intras- cendente para el establecimiento del texto. En concreto, en este caso, la co- pia se hace sobre A y, más en particular, sobre un ejemplar semejante a A3, puesto que coincide en varias ocasiones con sus lecturas singulares frente a A1 y A2 (380, 426, 624, 866, 901, 1117). Por otro lado, es una copia bastante cuidada y fiel al impreso, pues apenas cuenta con omisiones (178-179, 767, 1638, 1697, 1710) y no son excesivos los errores particulares.8 La única edición moderna de esta obra se halla en Lope de Vega, Obras dramáticas, ed. Emilio Cotarelo y Mori, Madrid, Real Academia Española, 1918 tomo V, pp. 145-180. El texto procede directamente de la Parte XII, probablemente un testimonio cercano a A3, por las lecciones distintivas de los vv. 624 y 1117. Se observan las siguientes variantes respecto a la edición princeps:

– v. 1473: «quién se ha muerto» por «quién te ha muerto». La interven- ción le devuelve sentido al verso. – v. 1693: «cuidar» por «cuidado» – v. 2137: «ve» en lugar de «ves». La intervención curiosamente rompe la regularidad de la rima. – v. 2572: «es bueno para el que esté» en lugar de «es bueno mientras esté». Posiblemente la única intervención de cierta relevancia.

Por lo general, Cotarelo interviene en las formas en —es de la segunda persona (singular o plural) del pretérito indefinido: «usasteis» en lugar de

8. Dichos errores se encuentran en los versos 91, 146, 161, 218, 278, 409, 456, 732, 755, 816, 819, 922Acot, 933, 961, 989, 1026, 1161, 1223, 1312, 1327, 1402, 1419, 1469, 1475, 1555, 1627, 1787, 2163, 2386, 2497, 2625, 2696, 2767, 2777, 2784, 2860.

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«usastes» (v. 1083); «Burlasteis» en lugar de «Burlastes» (v. 1148, con nota al pie dando razón); «vistes» y «supistes» por «visteis» y «supisteis» (v. 2047-2048, dando razón con nota al pie). Sin embargo, mantiene «supis- tes» (v. 1246). Normaliza en x las s preconsonánticas que lo exigen según la ortografía académica («extremado» por «estremado» v. 293; «extraña» por «estraña» v. 341, v. 749 y v. 1134; «excusamos» por «escusamos» v. 908; «extremo» por «estremo» v. 1881; «experiencia» por «esperiencia» v. 2565). Cabe observar que el primer galán en la versión de Cotarelo se llama don Félix en lugar de don Felis de la Parte XII. Normaliza en «azahar» el «azar» del v. 823. Finalmente, observemos las interpretaciones divergentes de Cotarelo en la lectura del texto. En el v. 1161 propone «quedará» en lugar de «que- dara»; en el v. 1711 transcribe «Mas no me podrán prender» en lugar de «Más no me podrán prender». Entre las pocas notas al pie, cabe citar las que se refieren: al v. 1926 («Así en el texto; quizá diría mejor ‘que ayuno estoy desde el alba’») en que no parece recordar que «ayuno» puede ser conjugación del verbo «ayunar»; al v. 2291 en que observa que Lope «una vez más habla de sí»; la del v. 2336 («Así en el texto. Quizá diría en el ori- ginal ‘chaza’» [en lugar de ‘traza’]), sin que quede claro por qué Cotarelo propone esta enmienda; y la del v. 2641 en que comenta: «parece equivoca- do este verso», sin especificar qué le resulta «equivocado». En definitiva, la edición Cot es una reproducción fiel de uno de los testimonios de la Par- te XII, con pocas anotaciones y sin aparato crítico.

resumen del argumento

acto primero

Felis se encuentra en la puerta del Cabildo de Sevilla, con la intención de hablar con su padre, don Honorio, y su tío, don Vasco. El texto revela ense- guida que don Felis está enamorado, correspondido, de doña Isabel, hija de don Fernando, jefe de la familia enemiga de la de Felis. Las dos fami- lias, Atienza y Ovando, se odian profundamente desde hace mucho tiem- po. Salen del Cabildo, furiosos, don Fernando y don Pedro por un lado, y don Honorio y don Vasco por el otro. En cuanto se ven unos a otros se

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agreden primero de palabra y luego con las armas. Felis no sabe qué parti- do tomar, ya que por un lado está su padre, y por el otro el padre de su amada. Llegan el Asistente de Sevilla y el Marqués de Cádiz, y el duelo se interrumpe. El Marqués de Cádiz propone que, en lugar de capturar a los transgresores de la ley que prohíbe los duelos, se reconcilien los «bandos» que en tantos años han asolado la ciudad, mediante la alianza matrimo- nial. Se avizora la posibilidad de que se realice el amor de Felis e Isabel, pero en cuanto quedan solos, don Honorio y don Vasco le achacan a Felis no haber intervenido en la trifulca contra don Fernando y don Pedro, y lo repudian. A continuación, el criado Carrillo explica a don Honorio y don Vasco por qué Felis no ha intervenido: “Don Felis señor adora/ la hija de tu enemigo,/ que es una hermosa señora.” (vv. 309-311). Isabel y su hermana Leonor están en una huerta con la criada Elvira. Isabel tiene cita con Felis, pero mientras tanto lee un mensaje de su enamo- rado. Están en eso cuando llega Felis con su amigo Rodrigo y en pocas ré- plicas se debate la oportunidad de que Felis deje Sevilla como le ha orde- nado su padre, para participar en la guerra de Granada. Pero el diálogo entre amantes se interrumpe por la llegada de don Fernando, que le anun- cia a su hija que se va a casar con Felis. El Marqués de Cádiz le cuenta la situación a su mujer Juana. Honorio y Vasco planean su venganza: hacen creer a Felis que podrá casarse con Isabel, pero por poderes y siendo su apoderado don Vasco. Pero después el mismo don Vasco le dice que la boda no se podrá celebrar por culpa de don Fernando que, como explica Felis, le daba a “Teodora,/ hija suya bastarda” (vv. 747-748), en lugar de Isabel. Don Vasco sigue con su venganza: va a casa de don Fernando para casarse por poderes con Isa- bel y la lleva a su propia casa, haciéndole creer que allí irá a recogerla su esposo. Don Felis, con la ayuda de su amigo don Rodrigo, intenta infruc- tuosamente seguir la carroza que lleva a doña Isabel a la casa de don Vasco.

acto segundo

Ya se acerca el alba y doña Isabel está sola en el aposento en que supuesta- mente debía hallarse Don Felis para realizar la boda. Para la joven se trata de un feroz desengaño. Entra don Vasco, quien le dice que don Felis no

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cumplió con su palabra y revocó el poder, porque estimó que no podía ca- sarse con una mujer de más bajo linaje que él. Indignada, Isabel deja la casa de don Vasco para volver a la suya. Lleno de rabia por haber entendido la trampa que han urdido sus fami- liares, Felis increpa a su padre llamándole cobarde por vengarse en una mujer, hasta amenaza quemar la hacienda y matar a su tío, don Vasco. Además, proclama que “Ya es mi padre don Fernando” (v. 1298). A esto, don Honorio le da una bofetada y le ordena una vez más que salga ense- guida de Sevilla, pero en lugar de irse se dirige a la casa de su amada. Isabel llega a su casa y su padre entiende la afrenta que sus enemigos han puesto en marcha. Don Fernando no accede a la propuesta de sus her- manos don Pedro y don Luis de desencadenar una guerra sin piedad con- tra sus enemigos. En ese momento llega Felis ofreciendo su vida a cambio de que lo entierren en el umbral de la casa de su amada. Don Fernando, en lugar de matarlo como le sugieren sus hermanos, decide vengarse de for- ma prolongada, encerrándolo con su criado Carrillo en la noria para que “mil muertes sin morir reciba” (v. 1573). Don Rodrigo se encuentra por la calle con los hermanos don Honorio y don Vasco y les afea su comportamiento indigno, tras lo cual hiere de gra- vedad a don Vasco. Rodrigo queda solo en la escena, cuando llegan don Fernando y don Pedro. Al saber lo ocurrido, don Fernando decide cobijar a Rodrigo en su casa para protegerlo de la captura por parte de la justicia. Don Rodrigo ama a Leonor, hermana de Isabel; y al verse en la misma casa de su amada, aprovechará la ocasión para verse con ella “sin papeles, / sin balcones, sin ventanas” (vv.1891-1892). El segundo acto se cierra con un alegre encuentro, en casa de don Fernando, entre don Rodrigo y don Felis , a quienes se suman doña Isabel, doña Leonor y la criada Elvira para citar- los para esa misma noche, y con el comentario del gracioso Carrillo que considera imprudente a don Fernando por las consecuencias previsibles de esta cercanía entre las mujeres de casa y los galanes: “Antes de un mes / verán estos lo que gana / quien mete sin discreción / los enemigos en casa” (vv. 1963-1966).

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acto tercero

Tres años y medio más tarde, el marqués de Cádiz está de paso por Sevilla, de regreso de la guerra, debido a que hasta el rey Alfonso se ha enterado de la persistencia de la enemistad entre las familias de los Atienza y de los Ovando y quiere que el marqués los reconcilie definitivamente. Hablando con Fernando, este no le revela que mantiene a Felis prisionero en su casa; le cuenta que doña Isabel sufrió el repudio por parte de don Felis, de quien no se sabe nada. Para solucionar el problema, el Marqués decide que Isabel deberá ca- sarse con don Vasco (que se ha recuperado de la herida que le provocó don Rodrigo) y que don Rodrigo, que se ha cubierto de gloria en la guerra, po- drá hacer las paces con él. Don Fernando no quiere casar a su hija con su peor enemigo, y don Pedro le aconseja otro engaño: él mismo se casará con su sobrina, mientras se dará muerte a don Felis, que sigue recluido en la casa. Al volver a casa, don Fernando y don Pedro ven que hay un recién na- cido en la cesta que Belardo ha traído de la huerta, a la vez que Isabel re- gresa de una temporada en el campo. Fernando recuerda que esto ya ha ocurrido otras veces, por lo que, muy enojado, quiere enviar al niño a don Vasco y a don Honorio, pensando que estos expósitos son una maquina- ción de la familia rival; en cambio Isabel, enternecida, le pide que lo dé a Belardo para que este lo críe. Finalmente, don Fernando dice a Isabel que quiere que ella se case con su tío Pedro, y añade que solucionará el problema de tener a Felis en casa con “matarle como a enemigo”. La situación se aclara con Isabel, quien cuenta a su padre toda la verdad: desde el día que don Felis ha entrado en la casa, ha mantenido la vigencia del matrimonio entre ambos, hecho por voluntad de don Fernando. Ella está casada con don Felis, y los niños que han ido apareciendo a lo largo de los tres últimos años son sus hijos. A esta revelación se suma la de Elvira, criada de Isabel, quien afirma haber tenido tres hijos de Carrillo. Son seis, pues, los nuevos «enemigos en casa» de don Fernando. Contando a Felis y Carrillo, llegan a ocho. A continuación llega el valentón encargado de la muerte de don Felis. Es evidente que hay que revocar el encargo, conteniendo el afán asesino del valentón. El desenlace ve a todos los personajes en escena con las clari-

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ficaciones del caso: el Marqués intenta obligar a don Fernando a que entre- gue a su hija a don Vasco, a lo que don Fernando replica que quizá no la aceptara de saber que con ella ya tenía tres hijos. Cuando don Vasco inten- ta pedir a doña Leonor a cambio, la reacción de don Rodrigo y don Fer- nando lo disuaden. La respuesta de don Fernando a la queja de don Hono- rio con relación al hecho de haber tenido secuestrado a don Felis también resulta irónica, pues se lo devuelve con intereses (un hijo por cada uno de los tres años de encierro). La comedia termina con las bodas de los tres galanes con las tres damas y el reconocimiento de la pareja Carrillo-Isabel. Los jóvenes han consegui- do vencer contra las obsesiones de los mayores. Cabe observar que ningún elemento del texto permite aclarar a qué familia pertenecen los protago- nistas. En dos ocasiones se citan las familias, pero juntas (v. 64 y v. 944).

sinopsis de la versificación

acto i

1-84 Redondillas 85-123 tercetos de endecasílabos 124-188 endecasílabos sueltos 189-383 quintillas 384-491 redondillas 492-565 romance a-e 566-641 redondillas 642-665 octavas reales 666-741 redondillas 742-799 endecasílabos sueltos 800-879 redondillas 880-993 romance i-o

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acto ii

994-1155 décimas9 1156-1299 redondillas 1300-1313 soneto 1314-1390 redondillas10 1391-1439 endecasílabos sueltos 1440-1495 octavas reales 1496-1549 romance e-o 1550-1597 octavas reales 1598-1712 quintillas 1713-1864 redondillas 1865-1966 romance a-a

acto iii

1967-2026 redondillas 2027-2096 romance a-e 2097-2336 redondillas 2337-2350 soneto 2351-2358 redondillas 2359-2407 endecasílabos sueltos 2408-2447 décimas 2448-2461 soneto 2462-2593 redondillas 2594-2634 endecasílabos sueltos 2635-2742 romance i-o 2743-2806 redondillas 2807-2890 romance a-a

9. La última décima presenta una irregularidad, ya que consta de dos versos (vv. 1149- 1150) de más que quizá representen la pérdida de otros dos para completar una redondilla. No obstante, el sentido es correcto. 10. El v.1358 queda suelto en la serie de redondillas.

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resumen

Estrofas Total % Redondillas (I: 424; II: 373; III: 504) 1301 45,02 Romance (I: 188; II: 156; III: 262) 606 20,97 Quintillas (I:195; II: 115; III: 0) 310 10,73 Endecasílabos sueltos (I: 123; II: 65; III: 90) 278 9,62 Décimas (I: 0; II: 162; III: 40) 202 6,99 Octavas reales (I: 24; II: 88; III: 0) 112 3,87 Soneto (I:0: II: 14; III: 28) 42 1,45 Tercetos (I: 39; II: 0; III: 0) 39 1,35

047-108943-05-Los enemigos en casa.indd 14 12/03/13 22:40 COMEDIA FAMOSA DE LOS ENEMIGOS EN CASA

Hablan en ella las personas siguientes:

doña isabel carrillo, criado don vasco un escudero un portero de cabildo doña leonor don honorio don luis don pedro finardo don fernando don felis celio elvira, esclavilla otáñez, mendo, pajes un capitán el marqués de cádiz un valentón don rodrigo belardo la marquesa [soldados] el asistente de sevilla

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Salen don Vasco, Honorio y un portero de cabildo

honorio ¿Está don Fernando aquí? portero Agora en la sala entró. honorio No hay cosa que tiemble yo, ni dé más disgusto en mí. vasco Ten paciencia, que no es justo 5 que aquí entiendan tu pesar. honorio Creo que me ha de causar el verlos tanto disgusto, que el oficio he de vender, y salir de este cuidado. 10 vasco En eso vas engañado, porque en dejando de ser veinticuatro en la ciudad, tus enemigos esfuerzas; y dar al contrario fuerzas, 15 amigos y autoridad, ¿quién lo tendrá por cordura? honorio Tomad, portero, la espada. vasco Tomad esta. honorio ¡Si envainada la viera en él, por ventura 20 que la ciñera mejor! vasco Quien no disimula y sabe cerrar su enojo con llave para la ocasión mejor, perderase de ignorante. 25 honorio ¡Estos bandos heredé...!

13 veinticuatro: cargo municipal de algunas ciudades andaluzas. La palabra se repite en los vv. 79, 82, 166, 2007. 26 bandos: por metonimia, ‘enemistad’, que se crea entre bandos opuestos.Con esta acep- ción se repite en los vv. 61, 132, 158, 334, 507, 667, 714, 1975, 2028. En el v. 943 en cambio tiene el significado propio, de ‘grupo’, ‘facción’.

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vasco El vuestro mi padre fue, y tengo siempre delante el odio y enemistad que a este linaje tenía, 30 pero, sin perder la mía, quitarle la autoridad tuve siempre a discreción. Entrad y disimulemos, que antes de mucho tendremos 35 tiempo, lugar y ocasión.

Váyanse, y salgan don Felis y Carrillo su criado

felis ¿Entró mi padre, portero, en el cabildo? portero Ya entró. felis ¿No saldrán tan presto? portero No. felis Pierdo la ocasión si espero. 40 carrillo Después le podrás hablar. Mira que salir quería doña Isabel. felis ¡Qué porfía de amor, que me ha de matar! Amo, Carrillo, la hija 45 de un hombre que, por ultraje del honor de mi linaje, no hay cosa que más le aflija, que verme lucir a mí, tanto a mi padre aborrece. 50 Mira tú qué le merece quererle y amarle ansí, o cómo, cuando beber mi propria sangre quisiera, me dará la suya. carrillo Espera 55

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milagros que suele hacer el tiempo en desconfïanzas, que dicen que la fortuna nunca miente en cosa alguna mejor que en las esperanzas. 60 felis Pues, ¿puede ser que estos bandos del padre de mi Isabel, tan ciego, airado y crüel, y los Atienzas y Ovandos puedan cesar algún día? 65 carrillo ¿Son piedras los hombres? felis No, pero conózcome yo, y amor la desdicha mía, que entre un millón de mujeres que en esta ciudad miré, 70 de esta sola me agradé. carrillo Si fue tu estrella, ¿qué quieres? Ya sabes tú que el amor no es elección, ni consiente fuerza, porque es acidente. 75 felis ¡Mi muerte fuera mejor! Pero retírate aquí, que del cabildo ha salido don Fernando.

64 Atienzas y Ovandos: Respecto a los bandos sevillanos, hay que decir que fueron mu- chas y muy sangrientas las luchas entre la nobleza sevillana desde la muerte de Enrique II en 1379 hasta que los Reyes Católicos, y en particular la reina Isabel, reinstauraron la auto- ridad monárquica en la ciudad. Como se explica en el prólogo, no he localizado ni a Atien- zas ni a Ovandos (apellido que parece forzado por la rima) en tales guerras y quizá Lope escogió estos nombres por evitar mencionar las familias que realmente sí participaron en dichas parcialidades, encabezadas por los Guzmán, duques de Medina Sidonia, y los Pon- ce de León, condes de Arcos; tras la guerra de sucesión castellana, fue la reina Isabel quien compuso y apaciguó la rivalidad entre ambas familias en Sevilla en 1477. 72-75 Si... acidente: alusión a la teoría neoplatónica de la predestinación del amor, visto como conjunción de almas.

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Salen don Fernando y don Pedro, veinticuatro

carrillo ...¡Y qué perdido de color! felis ¿De color? carrillo Sí, 80 y con él viene también el veinticuatro su hermano. felis ¿Si han reñido? carrillo Ten por llano que no han salido por bien. fernando Dadme esa espada, Ojeda, que os prometo, 85 que el que mandó que aquí sin ella entrasen, no era poco repúblico y discreto. pedro Dadme la mía a mí. felis ¡Que estos dejasen el cabildo a tal hora! carrillo No es sin causa. fernando ¡Que tales cosas a mis ojos pasen! 90 pedro ¡La necedad su atrevimiento causa, que vive Dios...! fernando ¡Espada no tuviera! pedro ¡Con qué fingida risa, con qué pausa el sombrero os quitó! fernando No se pudiera juzgar si le quitó, pues solo un dedo 95 le levantó, cual si celada fuera. No me pude sufrir, ni estarme quedo: los guantes me quité de las airadas manos, que detener apenas puedo. Echelos en el suelo, y dos patadas 100

93-96 ¡Con... fuera.: un caso sintomático de ‘pundonor’ exasperado. «Quitarle a alguien el sombrero» indica sacarse (o desplazar) el sombrero propio, en señal de saludo, y este sa- ludo protocolario era un acto de cortesía social muy importante, como se ve en el propio texto y se evoca ya en el Lazarillo, cuyo mísero escudero cuenta que había abandonado su tierra «por no quitar el bonete a un caballero su vecino».

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les di con tal furor, que vi en algunos mudar color.

Salen Honorio y don Vasco

honorio ¡Pidamos las espadas! vasco ¡Estuvieron los Cerdas importunos en no dejarnos ir! felis Mi padre es este. honorio Cuidado ha sido no salir ningunos. 105 pedro Las espadas se ciñen. fernando Aunque cueste mil vidas, he de hablarlos; llega, hermano, y mi casa y quietud paciencia preste. pedro ¿Es término, señores, cortesano, no levantar dos dedos el sombrero? 110 ¿Pone la voluntad plomo en la mano? ¿Habemos de buscar un relojero que levante esas pesas que ha bajado la calidad, que no subió el dinero? honorio ¿Ha hablado con nosotros, o pensado 115 que habla con los necios sus iguales? vasco ¿Cuándo este necio fue más bien hablado? honorio ¿Sabéis que con los hombres principales se ha de hablar con respeto, mayormente

103 Cerdas: Al comienzo de los Anales eclesiásticos y seculares de la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla, de Diego Ortiz de Zúñiga (Madrid, Imprenta Real, 1677), texto dedicado al duque de Medinaceli, Juan Francisco de la Cerda Henríquez de Ribera, aparece el árbol genealógico del linaje de los Cerdas, cuyo iniciador es Fernando, hijo de Alfonso X. El apodo de Fernando era «el de la cerda» debido a «una muy señalada y larga con que nació en las espaldas» (Mariana, Historia General de España, vol. 8, p. 62). Juan de la Cerda, que se había casado con la hija mayor de Alonso Fernández Coronel, la María Coronel prota- gonista de La corona merecida de Lope de Vega, volvió de repente desde las fronteras con Aragón a Sevilla (Mariana, op. cit., vol. 10 p. 8). Cabe subrayar además que Juan de la Cer- da tenía en Sevilla el encargo de Alguacil mayor, tal y como lo había tenido Alonso Fer- nández Coronel hasta su muerte en 1354 (Anales sevillanos, vol. 2, p. 210 y 214; García Fer- nández, El reino de Sevilla en tiempos de Alfonso XI (1312-1350), p. 44).

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los que con ellos son tan desiguales? 120 vasco ¡Quitar la gorra a tan humilde gente, no conviene a tan nobles caballeros! fernando ¡El que dijere que me iguala, miente! vasco Responden al agravio los aceros! carrillo ¡Saca la espada! felis No podré, Carrillo, 125 que es padre de mi bien, si este es mi padre.

En comenzando a reñir dos a dos, salga el marqués de Cádiz y el Asistente y gente

marqués ¡Ténganse, caballeros! asistente ¡Fuera, ténganse! marqués ¡Ténganse, digo! honorio Cuando no bastara la del Marqués, tu autoridad sobrara. asistente ¡Muestren las armas! fernando Estas son las mías. 130 asistente Si no bastare para dar remedio a tanta enemistad, a tales bandos, que tiene la ciudad para perderse, el castigo que hiciere de mi parte, al Rey escribiré que lo remedie. 135 marqués Por vida mía, que pues ha llegado ocasión en que yo, si yo merezco que me hagan merced estos señores, esté presente a sus enojos y iras, que el señor Asistente por bien tenga 140 que trate de las paces y interponga

126 Acot marqués de Cádiz: Como se indica en el prólogo, el título de marqués de Cádiz fue concedido por Enrique IV a los Ponce de León, y fue en concreto don Rodrigo Ponce de León quien ostentó el título, que desapareció tras su muerte en agosto 1492, cuando los Reyes Católicos retomaron el control de la ciudad, aunque se mantuvo el de duques de Cádiz (López de Haro, Primera Parte del Nobiliario Genealógico de los Reyes y títulos de Es- paña, ff. 200-201).

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mi autoridad para que todo cese, y se trate de tales amistades que duren desde aquí por mil edades. asistente Si a Vuestra Señoría le parece 145 que los podrá quietar, y ellos conocen la merced que les hace, con deseo de su quietud remitiré la causa a su jüicio, y dejaré en sus manos lo que me toca a mí. marqués Pues yo os suplico 150 no haya prisión aquí, ni se dé cuenta al Rey de ningún modo, que yo quiero que corra por la mía. honorio Cualquier cosa que a mi hermano y a mí, sobre este caso mande el señor Marqués, obedecemos. 155 fernando Y nosotros lo mismo respondemos. marqués Pues denme la palabra, caballeros, de ser amigos y dejar los bandos, casando, para ser todos parientes, las hijas y los hijos del linaje 160 en llegando ocasión; que esto es servicio de Dios, a que vivimos obligados, al Rey, que estos oficios les confía de la ciudad, cuyo gobierno tienen, siendo cual es cualquiera de los cuatro 165 en su noble cabildo veinticuatro. pedro Yo digo que la doy. fernando Y yo lo mismo. honorio Yo también por los dos. marqués Dense los brazos. Dad a estos caballeros las espadas, y adviertan que me han dado esta palabra, 170

169Per marqués AB : asistente Cot

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y que la pediré como soldado y capitán del Rey en campo armado. asistente Vénganse con nosotros, don Fernando y don Pedro. fernando Verá el Marqués que he sido el mayor servidor de su apellido. 175 marqués Todos son caballeros principales, y harán como quien son.

[Vanse el Marqués, el Asistente, Fernando y Pedro]

vasco ¡Buenos quedamos! honorio Pues, ¿qué habemos perdido? vasco ¿Y qué ganamos, quedando por lo menos desmentidos? honorio Miraras eso tú, cuando prendernos 180 el Asistente quiso. vasco ¡Mejor fuera que en una torre presos nos pusiera! honorio Ya es hecho, ya hemos dado la palabra. vasco ¡Que no hay palabra, si hay agravio! carrillo Llega, que yo sé que tu padre te había visto 185 antes de la pendencia. felis Voy contento a darle el parabién de ser amigos, que era mi muerte el verlos enemigos. El contento que me ha dado ver que de tantos enojos 190 haya la causa cesado, remite el alma a los ojos, donde le traigo cifrado. Quiero dar el parabién,

173Per asistente AB : marqués Cot

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después de vos, padre mío, 195 a mi buen tío también. vasco A ser padre como tío, yo te respondiera bien. felis Pues, ¿de qué estáis ofendido? vasco ¿Tan pequeña ofensa ha sido 200 ver a tu padre en la mano la espada contra un villano, afrentado y desmentido, y hallándote en la quistión, tener la tuya envainada? 205 felis No tenéis, señor, razón, que no estuviera mi espada cobarde en esta ocasión si desiguales os viera, pero estando dos a dos, 210 pienso que agravio os hiciera. honorio ¡Buena disculpa, por Dios, si yo su lacayo fuera! Cuando de un padre la vida a peligro suele estar, 215 y la honra está ofendida, el que es hijo, ¿ha de mirar con cuál espada se mida? Si se hallare alguna historia desde el principio del mundo 220 que de esto deje memoria, ¡yo seré el padre segundo de un hijo de tanta gloria! ¡Con qué cortés invención disfraza la cobardía! 225 Pienso que en esta ocasión dudosa hacerme quería

204 quistión: pendencia, lid. La palabra se repite en v. 280, v. 301, v. 339, v. 1698,

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de su madre la opinión, que hijo que con la espada mira riñendo a su padre 230 y se la tiene envainada, sospechas pone en su madre. felis ¡Señor...! honorio No respondas nada: si tú mi sangre tuvieras, ¿no se te alterara allí? 235 felis No pienso que hablas de veras. vasco Pues, ¿qué ha de decir de ti? ¿Por qué no te vas? ¿Qué esperas? ¿Disculpa le quieres dar? honorio ¡Vete cobarde! ¡y no solo 240 de este famoso lugar, destiérrate al otro polo! ¡Infama el agua del mar, pues cuando montes excede no cubre infamia tan vil! 245 vasco Bien habéis dicho: ¡no quede un mancebo tan gentil adonde afrentarnos puede, pues lo ha de hacer otro día con otra igual valentía! 250 honorio ¡Si a mi casa vuelves más, en este acero verás que noes tu sangre la mía! ¡Enviárate a Granada, pero no es para la guerra 255 quien en la defensa honrada de su padre y en su tierra

254-255 ¡Enviárate ... guerra: Se refiere a una guerra de Granada, que no se identifica con claridad, como se explica en el prólogo. Sin duda, Lope alude a Granada como a la guerra por antonomasia, la que concluyó la Reconquista, sin por eso dar detalles históricos. La guerra trasfondo de Los enemigos en casa es aludida también en los vv. 432-433, 560, 575, 1972, 2001-2002, 2077, 2101-2103.

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no sabe sacar la espada! Vete en casa de un amigo, y este tu crïado, igual 260 en pensamientos contigo, pues también, como leal, me dejó con mi enemigo, te llevará con qué luego te vayas donde quisieres. 265 felis Señor, que me oigas te ruego... vasco ¿Que te escuche un padre quieres, de tan justo enojo ciego? ¡Vete de aquí! felis Pues no puedo daros disculpa, yo voy 270 donde mandáis.

[Vase Felis]

honorio ¡Lindo miedo! ¡Carrillo! carrillo ¿Señor? honorio ¡Estoy...! carrillo (Para mi muerte me quedo.) honorio ¡Estoy de suerte...! carrillo No sé cómo disculparte de... 275 honorio Ven acá, así Dios te guarde, ¿es este mozo cobarde? carrillo ¿Cobarde? ¡Si el Cid lo fue! honorio ¿Ha tenido por ahí alguna quistión? carrillo Señor, 280 no ha tres noches que le vi

275 disculparte de AB : disculpa te dé Cot

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con tan gallardo valor, si tengo crédito en ti, que con espada y broquel, con lindo despejo y talle, 285 como otro don Manuel echó de toda una calle seis hombres. vasco Y diez con él. carrillo No estaba sino a su lado un buen hijo, un hombre honrado 290 que por su parte ayudó. honorio ¿Y quién era ese hombre? carrillo Yo. vasco ¡Qué buen testigo! honorio ¡Estremado! vasco Ellos debieron de huir. carrillo Eso no puedo sufrir, 295 señor don Vasco, y,¡por Dios!, que los dos con otros dos, y aun dos mil pueden reñir. vasco Pues, ¿cómo en esta ocasión, la más justa y más honrada, 300 don Felis vio la quistión puesta en la vaina la espada?

286 don Manuel: Se trata del caballero don Manuel Ponce de León, apodado el valiente, hijo tercero de don Juan Ponce de León, segundo conde de Arcos, famoso por sus múlti- ples hazañas en la Guerra de Granada, ampliamente recordadas en el Romancero, como recuerda Alonso López de Haro: «[don Manuel], de cuyas hazañas hay gran memoria, celebradas en las cantinelas y romances de aquellos tiempos, por los desafíos y trances de batalla que tuvo [...] entre los cuales escriben deste conde que, hallándose rodeado de siete moros, los venció y dio muerte, cortándoles las cabezas, las cuales metió en Santa Fe en el arzón de su caballo» (Segunda Parte del Nobiliario Genealógico de los Reyes y títulos de Espa- ña, ff. 118-119); no cabe duda de que a esta hazaña alude Lope. Otra especialmente famosa fue la de recoger un guante de una dama en una leonera en presencia de la reina Isabel. Agustín Durán le dedica una sección completa en su Romancero general (Romances sobre don Manuel Ponce de León, nº 1128-1139). Más noticias sobre su persona y la pervivencia de su fama pueden hallarse en Fernández de Oviedo (Batallas y Quinquagenas, II, pp. 309 y ss.) o en Fradejas Lebrero (Más de mil y un cuentos del Siglo de Oro, pp. 23-41).

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carrillo Por una negra afición. (Bien sé que en esto hago mal y que callar es mejor, 305 pero no es ser desleal recuperar el honor de un hombre tan principal.) Don Felis, señor, adora la hija de tu enemigo, 310 que es una hermosa señora; helose en verle contigo, sacada la espada agora. Verdad es que si durara la pendencia, la sacara, 315 mas como el Marqués llegó, a su suegro le guardó, como a su padre, la cara. honorio ¿Cómo, a su suegro? ¿Es casado? carrillo No, señor. vasco ¿Halo tratado? 320 carrillo Tampoco. honorio Pues, ¿qué pretende? carrillo Tratarlo, si no te ofende, y amigos habéis quedado. vasco Déjame hacer esto a mí. honorio Pues en esto, ¿qué has de hacer? 325 vasco Óyeme en secreto. honorio Di. carrillo Poco se puede perder en haberlo dicho aquí, que, las amistades hechas, de enojos y pesadumbres 330 cesan todas las sospechas, y las difíciles cumbres de este imposible deshechas. Cesen bandos, haya paz, amor, amistades haz, 335

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parará la guerra en bodas, si a parentesco acomodas un odio tan pertinaz. Sin duda que esta quistión ha sido para más bien. 340 honorio (¡Estraña resolución! vasco No hay en todo el mundo quien pueda ofender tu opinión, haciendo lo que te digo.) honorio ¡Carrillo! carrillo ¿Señor? honorio Escucha: 345 ¿cuál es el mayor amigo de Felis? carrillo O es grande o mucha la amistad de don Rodrigo. Si es para buscalle, allí sé yo sin duda que está. 350 honorio Estas palabras le di: «Tu padre hizo paces ya con los contrarios aquí, y para fortalecer el concierto, por mujer 355 a doña Isabel te dan, que solo aguardando están a que firmes un poder, que no quiere que al efecto del desposorio secreto 360 estés presente». carrillo Yo iré y albricias le pediré. honorio Carrillo, tú eres discreto. No tengo que te advertir:

342 en todo el mundo AB : en el mundo Cot

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dado el poder, irse puede, 365 que cuando haya de venir, haré que avisado quede para que pueda partir con galas de desposado, como hijo de quien es. 370 carrillo ¡Hoy a tu linaje has dado nuevo valor!

[Vase]

vasco Esto es venganza de un pecho honrado. honorio ¿Quién se casará con ella? vasco Yo, y llevándola a mi casa, 375 verás cómo vengo en ella la cólera que me abrasa y que es de Troya centella. No se habrán hombres vengado por tan estrecho camino. 380 honorio A eso voy determinado. vasco Es el honor desatino en el corazón airado.

[Vanse] Salen doña Isabel y Leonor en una huerta

isabel ¿Hay alguno que nos vea? leonor Las hiedras y los jazmines 385 con que estos frescos jardines la primavera hermosea. isabel ¿Podré sacar el papel? leonor Aquí segura podrás,

380 estrecho A1A2B Cot : estraño A3 381Per honorio AB : om Cot 382Per vasco : Bla AB : honorio Cot

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que hay una mujer no más, 390 pero está vuelta en laurel. isabel De eso estoy segura yo, que en mi vida he sido ingrata a quien de quererme trata, y con saber que nació 395 obligado a aborrecerme por odio de su linaje. leonor Advierte que aguarda el paje. isabel ¿Será responder perderme? Leo, en fin. leonor Y yo te escucho. 400 isabel «Belisa, un padre crüel...» Lea leonor ¿Qué es Belisa? isabel Es Isabel, y no se disfraza mucho, porque es el nombre a la letra, comenzando por el fin. 405 Mira otra vez el jardín. leonor Si algún lince no penetra las paredes, yo no veo ojos, sino solas hojas. isabel «...me pone en tantas congojas Lea 410 que traigo loco el deseo, pues si considero el tuyo lleno de tanto rigor, trágico fin de mi amor en sus crueldades arguyo.» 415 ¡Ay, Dios! ¿Si quiere dejarme? leonor No es eso, sino sentir lo que os han de hacer sufrir.

390-391 hay... laurel: alusión a Dafne, que fue convertida en laurel para huir del amor de Apolo. Aludida nuevamente en el v. 2345. 401 Belisa: anagrama de Isabel, como se explica en los versos siguientes. Fue nombre poético que Lope usó en ocasiones para referirse a su esposa de Isabel de Guardo. También cabe recordar que el dramaturgo escribió la comedia Las bizarrías de Belisa.

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isabel Es imposible casarme, Leonor, por su voluntad, 420 que de tales enemigos no son los libros testigos ni de esta ni de otra edad: aborrécense en estremo, y persíguense envidiosos. 425 leonor Pasos siento. isabel Los celosos de mi padre, Leonor, temo. Toma y esconde el papel. leonor Si es él me le trago entero.

Salen don Felis y don Rodrigo

felis En fin, despedirme quiero 430 de mi querida Isabel, y a la guerra que en Granada tiene el Rey irme a probar si sé por dicha sacar entre enemigos la espada. 435 rodrigo No os espantéis de que esté vuestro padre tan airado. felis Este mi sujeto amado causa, don Rodrigo, fue de no acertar a sacar 440 contra su padre la espada. rodrigo La mano está disculpada. felis No me dejó disculpar. Mil veces la fui a poner en el puño, y otras tantas 445 me tuvo amor, ni aun las plantas quiso dejarme mover, mas pienso que si pensara

426 celosos A3 B Cot : celos A1A2

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que mi padre me había visto, que aunque quedara mal quisto 450 contra los dos la sacara. Del águila, don Rodrigo, dicen que sus hijos prueba al sol, y esta misma prueba hizo mi padre conmigo, 455 que el águila, a quien enoja el no tener certidumbre, si los ofende su lumbre, de su nido los arroja. Águila mi padre ha sido, 460 sacó la espada, sol fue, y como no la miré, hame arrojado del nido: dice que no he de volver a su casa eternamente. 465 rodrigo Junto aquella hermosa fuente he visto... felis No hay más que ver; esta es mi Isabel, Rodrigo, aquí habemos concertado vernos. isabel ¿Quién viene a su lado? 470 leonor Aquel su gallardo amigo, que no me parece mal. felis ¿Puedo llegar, mi Belisa? isabel ¿No te lo dice esta risa? felis Dice, aurora celestial, 475

463 del A Cot : en el B

452-465 Del... eternamente: se trata de una difundida creencia, según la cual las águilas pueden mirar el sol y obligan a sus pichones a hacerlo como prueba de su fortaleza y linaje, arrojando del nido a las crías que no lo consiguen. Es un apólogo medieval, que se utilizó con frecuencia como alegoría de Cristo (el águila), los hombres (los aguiluchos) y Dios (el sol).

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que sale el sol de tu cielo, y en su risa y arrebol veo que trae agua el sol, y mi tempestad recelo. Pensé venir a tus ojos 480 para descansar contigo de lo que pasó conmigo, y fue para darte enojos, pues vengo a notificarte mi ausencia. isabel Pues, ¿vaste? felis Sí, 485 aunque no me voy de ti, que solo el cuerpo se parte. isabel ¿Búrlaste? felis Pesadas son burlas de ausencia entre amantes. isabel Pues, ¿qué causas hay bastantes? 490 felis Oye, mi bien, la ocasión. A la puerta del cabildo llegué a buscar a mi padre, cuando vi salir el tuyo, que Dios muchos años guarde. 495 Salió don Pedro, tu tío, con él; retireme aparte. Ciñéronse las espadas, sin advertir en mirarme. Mi padre y su hermano luego 500 salieron por otra parte, las suyas también se ciñen, mirándome sin hablarme. Los cuatro en fin hablan, riñen,

486-487 aunque... parte: alusión a la teoría neoplatónica de la conjunción de las almas. Según esta teoría, ya que las almas están indisolublemente unidas, solo los cuerpos se ale- jan.

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porque... No quiero cansarte 505 en decirte las palabras, pues que ya sus bandos sabes. No puse mano a la espada, por respeto de tu padre, o por amor que te tengo, 510 que hace el amor respetarse. Salió presto el Asistente, y con el marqués de Cádiz los cuatro hicieron amigos, digo: firmaron las paces, 515 que tengo por más posible que hacer estas amistades, los lobos y los corderos en un redil albergarse; vivir en un nido juntos 520 los pescados y las aves; y en un álamo de noche las alondras y alcotanes; dos soberbios o envidiosos, dos profesores de un arte, 525 un necio con un discreto, que es imposible juntarse. Fuéronse todos en fin, quedando, solo a matarme, don Vasco y mi padre fiero, 530 pues apenas quise hablalle, cuando me dijo: «¡Aquí vienes, villano, crüel, infame,

528 todos en fin A: todos y en finB Cot

516-527 que tengo... juntarse: Lope presenta un largo ejemplo del tópico de los adynata o impossibilia, de larga tradición bíblica (Isaías) y clásica (Virgilio, Horacio, Ovidio), y poste- riormente recogida por poetas vernáculos como Petrarca o, en el caso español, Garcilaso en su Égloga II, vv. 155-168, según explica Bienvenido Morros en las notas a su edición de Garcilaso de la Vega, Obra poética y textos en prosa.

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hombre que pones sospecha en la lealtad de tu madre, 535 pues sacando yo la espada, no se te alteró la sangre! ¡Vete de mi casa luego, no entres en ella, cobarde!» Fuime, por no le decir 540 una disculpa tan grande, como era tenerte yo por alma, y que el alma hace oficio de presidente, que los oficios reparte 545 a potencias y sentidos, y que queriendo arrojarme, me llegó un recado tuyo, que me dijo que templase las leyes del nacimiento 550 con las del amor, que trae desde el principio del mundo origen tan admirable, que dijo Dios que podía dejar su padre y su madre 555 el hombre por la mujer, porque es carne de su carne. Dejé a mi padre por ti, y agora es fuerza dejarte, por mí, que yendo a Granada, 560 satisfación quiero darles de que soy hombre que puedo sacar la espada y matarme, porque solo para eso será mi ausencia bastante. 565 isabel ¿Cómo podré responder

554-557 que... carne: referencia a Gen 2.24, evocada también en Mateo 19.5

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a tan grande sinrazón, pues no hay en el corazón las fuerzas que he menester? ¡Ah, mi señor don Rodrigo, 570 llegaos acá, que bien puedo atropellar cualquier miedo! rodrigo Soy de don Felis amigo, y muy vuestro servidor. isabel Don Felis se va a Granada, 575 porque quiere más su espada, que cuanto vale mi honor. ¿Paréceos que puede ser amor este desatino? rodrigo Ya le digo que es camino 580 en que más puede perder que aventurar a ganar, que si es dar satisfación a su padre, no es razón, pues él no puede agraviar, 585 ni el jüez, con lengua o vara, ni con jineta el soldado, ni con la lengua el airado padre, porque todo para en debida autoridad 590 y en propia naturaleza. felis Cuando por vuestra nobleza disculpáis mi necedad, ¿dónde tengo de vivir? rodrigo En mi casa retirado, 595 que soy un amigo honrado que en ella os sabré servir,

587 jineta: «algunas veces sinifica una lanza con una borla para guarnición, junto a hierro dorado, insignia de los capitanes de infantería. Púdose decir así por ser corta y re- cogida, y no porque sea arma de los jinetes, cuyas lanzas son muy largas» (Covarrubias). Lope se refiere pues a una señal de autoridad militar, paralelamente a los demás ejemplos citados.

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y que pretendo la gracia de Leonor, que guarde Dios, si emparentamos los dos 600 por fin de tanta desgracia. leonor ¡Ay, don Felis! ¿Dónde os vais? Si por dar satisfación de valiente, no es razón, mirad que en Sevilla estáis: 605 matad dos hombres o tres, no busquéis moros allá.

Sale Carrillo

carrillo ¿Y don Felis? isabel Aquí está. carrillo Señor del alma... felis ¿Quién es? carrillo Carrillo soy, pesia a mí, 610 que puedo serlo en la cara de la hermosura más rara. ¡Albricias! felis La causa di. carrillo Las paces se han confirmado con casaros a los dos. 615 felis ¿A quién? carrillo ¡Qué lindo, por Dios! A Isabel con un letrado, y a ti con una irlandesa. rodrigo Mira que con Isabel te casan.

610-612 Carrillo... rara: juego de palabras con el nombre del personaje, que presume de ser muy guapo. 616 ¡Qué... Dios!: «Qué lindo! Nota de admiración con que se pondera la extrañeza de algún dicho o hecho» (Autoridades). En este caso, el gracioso quiere subrayar lo disparata- do de la respuesta de don Felis, añadiendo la chanza de los novios imaginarios de los dos enamorados, una irlandesa y un letrado, figuras aberrantes. Véase la nota al v. 909

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felis ¿Tan de tropel 620 mi airada fortuna cesa? Carrillo, ¿es esto verdad? carrillo Y que vengo a que me des un poder, porque a las tres, tú ausente y en la ciudad, 625 han de quedar desposados don Vasco y este ángel bello. felis ¿Ella con él? rodrigo ¡De un cabello cuelgan de amor los cuidados! Don Vasco con tu poder 630 se ha de desposar por ti. felis ¿Queda concertado así? carrillo ¡Acaba ya de temer, que es vergüenza tanto miedo! leonor ¡Mi padre y don Pedro! isabel ¡Ay, Dios! 635 carrillo Por aquí salid los dos. felis ¡Que aun despedirme no puedo! Doyte el alma desde aquí. isabel ¿Luego nunca me la has dado? felis Es otra alma que he engendrado 640 después de la que te di.

Váyanse Salen don Fernando y don Pedro

fernando Aquí pienso que están. pedro Sobrina mía, yo he de ganar albricias, pero quiero que disimuléis, porque sería dilataros el bien.

624 las A3 Cot : los A1A2 B

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isabel La causa espero. 645 pedro De nuestras amistades llegó el día: vuestro padre, Isabel, es caballero, dio la palabra a un príncipe, ya es hecho, limpiado habemos de pasión el pecho. Vos sois la oliva de estas paces, tanto 650 que hoy con don Felis quedaréis casada. isabel Solo, señor, respondo, que me espanto de ver paz tan dudosa confirmada. fernando Porque después se regocije, cuanto es digno a nuestras prendas, hija amada, 655 hoy por poder os desposáis. isabel Mi celo miró en tus paces el autor del cielo. fernando Solo falta, Leonor, tu casamiento. leonor Aún agora, señor, es muy temprano. fernando No faltará ocasión, si el fundamento 660 son estas paces en que tanto gano. pedro Pide el coche, sobrina, y al momento vuelve a tu casa. isabel El cielo soberano os confirme en las paces comenzadas. fernando Hoy envainan tus bodas mil espadas. 665

Váyanse, y salgan el marqués de Cádiz y la marquesa doña Juana y criados

marqués Fueron, Marquesa, tan fuertes los bandos que os he contado, que en la ciudad han causado mil escándalos y muertes. Dicen que origen tuvieron, 670

654 cuanto Cot : cuando AB

650 oliva: Por alusión a la rama de olivo que trae la paloma tras el diluvio universal (Gen. 8.8-11).

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para que durasen tanto, de unos hidalgos que al santo Fernando entonces sirvieron, conquistando esta ciudad, y que, haciéndoles favor 675 sobre ambiciones de honor y oficios de autoridad, hicieron mil desafios, en que murieron algunos, cuyos hijos importunos, 680 heredando sangre y bríos, han continuado de suerte, que apenas se pasa el mes sin heridos dos o tres, y por dicha alguna muerte. 685 Fui a cabildo, y quiso Dios que en el mismo se apuntasen y que, en saliendo, sacasen las espadas dos a dos los que las cabezas son, 690 y más ricos y enemigos; al fin yo los hice amigos, con que estorbé su prisión. Quedaron apaciguados, y, a lo que se vio, contentos, 695 y para hacer casamientos y emparentar concertados; que en esto la paz estriba, y hase trazado de modo que hoy queda en silencio todo, 700 si no es que cubierta viva alguna oculta centella en las cenizas del pecho.

672-673 santo / Fernando: alusión al rey de Castilla Fernando III, que capitaneó la recon- quista de Sevilla en 1248.

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El casamiento se ha hecho de una gallarda doncella, 705 hija de aquel don Fernando, y don Felis, un mancebo que fuera Narciso nuevo si se estuviera mirando. Este es el hijo de Honorio, 710 pienso que le conocéis. juana Servicio a Dios hecho habéis, y a la ciudad muy notorio, a quien estos bandos tienen en tal peligro. marqués He sabido 715 que está todo apercebido y el desposorio previenen para esta noche, que ha dado el don Felis su poder para que se pueda hacer 720 presto y con menos cuidado. Desposarase con ella don Vasco, del Felis tío; y porque es amigo mío el padre de la doncella, 725 vos y yo somos padrinos: hacedme gusto que vais. juana Si vos de por medio estáis, cesarán los desatinos, y más ya tan confirmadas 730 las paces con casamiento. marqués El bien de esta gente intento, y que las cosas pasadas en silencio se sepulten. juana Quiera Dios que sea bastante, 735 para que de aquí adelante

712 hecho habéis AB : habéis hecho Cot

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secretos odios se oculten. marqués Toda su quietud y honor consiste en el casamiento. juana De grande aborrecimiento 740 suele nacer grande amor.

[Vanse] Salen don Vasco y don Felis

vasco Esto pasaba entre esta infame gente. felis Pues vuélveme el poder, si no aprovecha. vasco Tu padre le tomó y allá le tiene, y aun pienso que le ha dado a tu enemigo. 745 felis ¿Que se volviese atrás de su palabra? vasco Dicen que te casaba con Teodora, hija suya bastarda, y que no era doña Isabel. felis ¡Estraña desventura! ¡Cuán poco el bien en desdichados dura! 750 vasco Helado me quedé, cuando me dijo que tomase la mano de Teodora, y desde aquí me está temblando agora. felis ¡La mano de Teodora! ¡Estaba loco! ¿Mi amor y calidad tiene en tan poco? 755 vasco En tan poco los tiene, como digo. felis ¡Qué poco hay que fïar del enemigo! vasco Por lo que sucediere, Felis mío, revoca aquel poder. felis ¡Yo le revoco, de mi desdicha muerto, de amor loco! 760 ¡Tan enseñado a males he vivido, que no pensé jamás que me quedara alguno que sentir!

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Sale Carrillo

carrillo Un escribano me pregunta por ti. vasco Parte, don Felis, y revoca el poder. felis ¡Voy de tal suerte, 765 que revocara el ser, si ser pudiera, y el autor de mi ser no se ofendiera! carrillo ¿Qué tenemos? felis Ya es nada el casamiento. carrillo ¿De qué manera? felis Dícenme que agora me daba don Fernando una Teodora. 770 carrillo ¿Quién es Teodora? felis Cierta bastardilla de una mujer que es fábula en Sevilla.

[Vanse Felis y Carrillo]

vasco ¡Qué bien se va trazando mi venganza!

Sale don Honorio

honorio ¿Adónde está don Felis? vasco ¿No le viste? Ya revoca el poder. honorio ¡Qué bien hiciste! 775 vasco Revocado el poder, haré esta noche el desposorio, y llevaré en un coche la novia con gran fiesta a mi posada, donde hasta la mañana esté guardada. Por la mañana dos caballos toma 780

773Acot honorio : Fer eds 774Per honorio : Fer eds 775Per honorio : Fer eds

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y a don Felis a Córdoba te lleva, para que yo le vuelva a don Fernando su hija y, revocado, el poder. honorio Creo que no se ha imaginado tal venganza. vasco Si culpan a don Felis, decir puedes 785 que supo que era gente mal nacida. Dará al Marqués esta disculpa, y luego correrá por Sevilla su bajeza, y tú, satisfaciendo a tanto agravio, te vengarás sin sangre, como sabio. 790 honorio Vamos a ver si el escribano acaba, que pienso que la novia te esperaba. vasco Con la revocación dentro del pecho, que hace sin pensar en este engaño, creyendo que a Teodora darle quiso, 795 con Isabel me casaré esta noche, y no de otra manera. honorio Bien has dicho. vasco Yo quiero caminar a lo seguro. honorio Y yo vengarme hasta morir procuro.

[Vanse] Salen Leonor y doña Isabel

isabel ¿Vengo buena? leonor A mi contento, 800 ¡así lo viniera yo! Pues, ¿qué? ¿Don Rodrigo habló contigo en mi casamiento? isabel Déjame tú desposar con don Felis de mis ojos, 805 que le daré mil enojos

783Per honorio : Fer eds 789 satisfaciendo ACot : satisfazion B 791Per honorio : Fer eds 797Per honorio : Fer eds 799Per honorio : Fer eds

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hasta venirte a casar, que él, como su grande amigo, solicitará el deseo de tu Rodrigo, que creo 810 que mueres por don Rodrigo. leonor Si una vez te ves allá en el reino de tu amor, sin memoria del temor con que me dejas acá, 815 segura estoy que mi nombre aun apenas se te acuerde.

Sale un escudero

escudero Puesto que estoy algo verde, no tan mozo y gentilhombre, ¡cómo me quisiera hallar 820 para alegrar esta boda! isabel ¿Qué hay, Trigueros? escudero Que ya toda viertes oloroso azahar, y que estás hecha una tienda de guantes de ámbar y flores. 825 isabel ¿Ya vos me decís amores? escudero Mientras que viene tu prenda... isabel ¿No veis que el señor don Vasco se desposa por poder?

818 estoy algo verde: «Estarse uno verde, no dejar la lozanía de mozo, habiendo entrado en edad» (Covarrubias). El escudero procura justificar sus galanteos con esta locución, siendo el personaje un anciano, como corrobora en los vv. 2375-2377. 825 guantes de ámbar: citados en Fuenteovejuna v. 562; en Peribáñez y el Comendador de Ocaña, v. 537, o en Don Gil de las calzas verdes de Tirso de Molina v. 277. También están mencionados en La tía fingida de Cervantes («Delante venía su sobrina, moza, al parecer, de dieciocho años, de rostro mesurado y grave... guantes olorosos, y no de polvillo, sino de ámbar»). Entre los distintos tipos de guantes, eran los más lujosos, ya que estaban perfu- mados con ámbar, «una pasta de suavíssimo olor, tan estimado como a todos es notorio» (Covarrubias).

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escudero ¡En mi vida pude ver 830 este don Vasco y don asco! Pues, ¿don Felis dónde está, que me daba lindo escudo? isabel Venir agora no pudo, pero mañana vendrá. 835 leonor Los Marqueses han venido, tu padre viene con ellos. isabel ¿Están bien estos cabellos? leonor Como un sol. isabel ¿Y este vestido? leonor No tienes que preguntar. 840

Salen con acompañamiento los Marqueses y don Fernando y don Pedro

fernando Era, aunque fuera muy rica, a tales huéspedes chica. isabel Dadme esos pies a besar. marqués Alzaos, señora, del suelo, pues sois la paz de esta guerra, 845 que no ha de estar en la tierra prenda que viene del cielo. isabel Al cielo me levantáis, señor, con tanto favor. juana Celos tengo del amor 850 que a doña Isabel mostráis, mas no dejaré por eso de darle un gran parabién. isabel Con vuestro amparo, mi bien se aumenta con mucho exceso. 855 escudero Don Vasco ha llegado ya. pedro Haced plaza al desposado.

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Salen don Vasco y Honorio

marqués Vos seáis muy bien llegado. vasco ¡Tanto bien estaba acá! Parece que me turbé, 860 no siendo yo el desposado, mas del poder que me han dado la necedad heredé. honorio La novia es tal que podría hacer mayores efetos. 865 isabel Padre y tío tan discretos suplen la ignorancia mía. fernando Por muchos años y buenos vengáis, Honorio, a mi casa, ya vuestra, pues hoy se pasa 870 tan buen dueño, por lo menos, a ella para mi bien. honorio Del que yo gano, Fernando, cuantos me ven me están dando con envidia el parabién. 875 escudero El cura aguarda, señor. marqués Pues señores, ¿qué aguardamos? juana Dadme vos la mano, y vamos. isabel Para besarla es favor.

866 Padre y tío tan discretos A3B Cot : Tan discretos padre y tío A1A2

859-863 ¡Tanto... heredé: se hace referencia a la creencia de que lo primero que dice el novio al contemplar a su futura esposa es una necedad. Así el personaje, que suple por po- deres al novio, hace como todos los novios, decir antes que nada una estupidez. El mismo Lope alude en La Arcadia a esta creencia: «Necio dicen que, en efeto, / ha de ser el desposa- do» (Lope de Vega, La Arcadia, ed. Antonio Sánchez Jiménez, p. 258, «Celso» vv. 249- 250). Melchor de Santa Cruz, por su parte, recoge varios chistes al respecto (Santa Cruz, Floresta EspañolaParte VI, cap. iv, De casamientos; ed. M. Chevalier y Mª P. Cuartero, pp. 173-174). Vasco es también necio, como novio, por poderes.

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Váyanse, y salgan en hábito de noche don Rodrigo y don Felis y Carrillo

rodrigo Nunca con tanta razón 880 broqueles hemos traído. felis De miedo y armas cargados, a ver un ángel venimos. rodrigo ¿Piensas que podrás hablar, si aquesta noche ha sabido 885 que te engañaba su padre y no la casa contigo? carrillo Antes por esa razón no habrá ventana o resquicio por donde no intente hablarte, 890 para saber lo que ha sido y para tener consuelo. felis Dice la verdad Carrillo. ¡Oh, fementido Fernando! ¿Tú eres hombre bien nacido? 895 ¿Ansí cumples la palabra dada a mi padre, a mi tío, al Asistente,al Marqués, a Sevilla, a su cabildo, a doña Isabel, a mí, 900 al amor, al cielo mismo? ¡No puedo disimular! ¿Qué haremos, que estoy perdido? rodrigo No sé lo que te aconseje. felis ¡Por vida de don Rodrigo, 905 que lleguemos a la puerta! rodrigo Si estos están prevenidos,

901 al amor A3 : a tu amor A1A2B Cot

882 De ... cargados: por la expresión, recogida por Correas entre otros: «cargado de hie- rro, cargado de miedo».

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no escusamos pesadumbre. carrillo ¿Pesadumbre? ¡Oh, qué lindico! ¿No ven que vengo aquí yo 910 con cuatro dedos de vino? Déjenme reconocer. felis Llega a este muro divino, llega a estas almenas de oro. carrillo ¡Qué temerario rüido! 915 felis ¿Es de armas? carrillo Antes parece de fiesta y de regocijo. rodrigo ¿Fiesta y regocijo? carrillo Sí. felis Este borracho ha bebido algún vino glorïoso. 920 rodrigo ¡Dice verdad, por Dios vivo! felis Cantando están, no lo entiendo. rodrigo Gente sale. felis ¿Qué habrá sido?

Salen el escudero, que ha bebido, y unos pajes: Celio, Mendo, Otáñez

escudero ¡Fuera pícaros! ¿Qué es esto? otáñez ¡Trigueros se fue a los trigos! 925 escudero ¿Conmigo burlas? ¡Afuera! celio ¡Dale, Mendo!

909 ¿Pesadumbre... lindico!: Es alusión a la expresión proverbial ¡Oh, qué lindico!, recogi- da por Correas («¡Oh, qué lindico! Mas, ¡oh, qué lindoque! Fórmase “lindoque” por gra- cia. ¡Oh, qué lindo! -Pie de gindo. Lo primero es ironía, y añaden lo segundo por conso- nante»). ¡Oh, qué lindico! es el estribillo de una célebre letrilla gongorina («Que pretenda el mercader», Letrillas, p. 98), que a su vez dio pie a Quevedo para su romance antigongorino «Poeta de ¡Oh, qué lindicos!» (Poesía original completa, nº 828). Felipe Pedraza en su edi- ción de las Rimas de Lope (Lope de Vega, Rimas. Edición crítica, ed. Felipe Pedraza Jimé- nez, Ciudad Real, Universidad de Castilla-La Mancha, 1994, p. 296) sugiere la hipótesis que la expresión «a las Musas/ le dan sus calabazas en arrope» de los vv. 260-261 de la epís- tola «Al contador Gaspar de Barrionuevo» entre en la polémica entre Góngora por un lado y Quevedo y Lope por otra. El romance satírico de Quevedo entra en ese contexto.

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escudero ¡Ah, picarillos! mendo ¡Juguemos al abejón! escudero Sí, pero... ¡estense queditos! celio ¡Ea! Pues, ¡póngase en medio! 930 escudero ¡Miren, señores, que aviso! otáñez ¡Ponle el pie por esa parte y por esta...! escudero ¡Ya les digo que doy a todo cristiano, y que con todos me tiro! 935 celio ¡Cayó en tierra! escudero ¡Muerto soy! felis ¡Ah, hidalgos! ¡Ah, reyes míos! ¿Qué fiestas hacen en casa? ¿Es por dicha algún bautismo? otáñez Sábelo toda Sevilla, 940 y vos solo peregrino, ¿no sabéis que han hecho paces aquellos bandos antiguos de los Atienzas y Ovandos, y que es don Felis marido 945 de doña Isabel, mi ama? felis Don Felis, señores, quiso, pero don Fernando no. otáñez ¿Cómo no, si habemos visto los desposorios agora? 950 felis ¿De quién? otáñez Don Vasco, su tío, con ella se ha desposado, y han sido sus dos padrinos

928 abejón: «El juego del abejón que se hace entre tres, y el de en medio juntas las manos, amaga a uno de los dos que le esperan, el un brazo levantado y la mano del otro puesta en la mejilla y da al que está descuidado; entonces ellos tienen libertad de darle un pestoreja- zo. El juego es ordinario, y lo es un modo de decir, que juegan con alguno al abejón, cuan- do le tienen en poco y se burlan de él» (Covarrubias). Es evidente que los demás personajes «tienen en poco» al Escudero.

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los dos marqueses de Cádiz. celio ¡Hola, aho! ¿Estáis dormido? 955 ¡Ásele tú de esa pierna, que si yo de esta le tiro, le hemos de hacer carretón de los que amuelan cuchillos! escudero ¡Ah, traidores! ¡En cangrejo 960 un hombre habéis convertido! otáñez ¿Hay cuchillos a amolar? escudero ¡El braguero me han rompido! felis Don Rodrigo, ¿qué es aquesto? rodrigo Que tu tío te ha mentido 965 o, revocado el poder, volvieron a ser amigos y se ha vuelto a desposar. felis ¿Son los que salen los mismos?

Toda la boda salga, y los Marqueses

juana No os habemos de dejar 970 la novia, que conclüido ha de quedar esta noche. fernando Yo he cumplido lo que he dicho. marqués Doña Isabel ha de ser de don Felis, su marido, 975 por nuestra mano esta noche. fernando Yo obedezco y no replico. juana A su casa se la llevo, que es de la madrina oficio, y dure un siglo la paz. 980

963 braguero: el término no está registrado en Covarrubias. Autoridades en cambio descri- be el braguero como un «género de ligadura compuesta de diferentes fajas o ramales, que se atan a la cintura y pasan por debajo de las ingles, con las cuales se sostienen las quebra- duras o para que se suelden, o para que las tripas no hagan más bolsa y peso». Otro ele- mento de la fisionomía ridícula del gracioso.

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[Vanse]

felis ¿No escuchastes lo que dijo? rodrigo ¿Qué hay que escuchar? ¡A tu casa, y desposada contigo, llevan a doña Isabel! felis Yo he de perder el sentido: 985 ¿están en el coche ya? ¡Mírale presto, Carrillo! carrillo Ya suben. ¿De qué te espantas? felis ¡De que no pierdo el jüicio! ¡Echemos por esta calle! 990 rodrigo ¿Aún temes? felis Pues, ¿no hay peligro? rodrigo Sin enemigos, ¿adónde? felis Desdichas son enemigos.

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acto segundo

Sale doña Isabel

isabel ¿A quién habrá sucedido la desventura que a mí, 995 pues con tal dicha nací? ¡Oh, nunca hubiera nacido! Anoche —¿o perdí el sentido?— con don Vasco desposada aquí vine acompañada, 1000 donde don Felis mi esposo me aguardaba cauteloso, y yo le amaba engañada. Llegué, diéronme aposento, no me quise desnudar, 1005 por más honesta esperar la luz de mi pensamiento. Turbose mi entendimiento, dando las diez y las doce, porque quien amor conoce 1010 ya sabe qué es esperar, y más cuando ha de llegar la ocasión en que le goce. Cuando ya sentí la una, diome en la imaginación 1015 una triste prevención de mi presente fortuna. Quedé sin fuerza ninguna dando las dos y las tres, y tan sin alma después, 1020 que cuando el alba salía, de loca me parecía

998 Anoche —¿o perdí A Cot : anoche perdi B 1009 dando A3 B Cot : donde A1A2

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que andaba el mundo al revés. ¡Qué de veces acechando por la llave de la puerta, 1025 miraba mi gloria incierta, ya creyendo, ya dudando! Tal vez el aire, sonando, a su voz me parecía; tal vez sus pasos sentía, 1030 hasta que por desengaño, por las puertas de mi engaño se entró de repente el día. ¡Oh crüel esposo mío! ¿Estos eran tus deseos? 1035 ¿Conmigo tratos tan feos? ¿Con mi amor tanto desvío? ¿Tan presto en hielo tan frío tu fuego se convirtió? Si otra mujer te agradó 1040 ¿de qué ha servido engañarme? Pero quiero reportarme, él viene, la puerta abrió.

Sale don Vasco

vasco Estarás muy admirada de que tu ingrato marido 1045 no haya esta noche venido, y de esperarle cansada. La primera desposada sin esposo en ti contemplo. isabel ¡Qué bien mis desdichas templo! 1050 Mas, desde que vine aquí, que sería conocí de desdichadas ejemplo. A don Felis esperé, hasta que sentí tus pasos, 1055

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revolviendo varios casos con que el deseo engañé; hasta agora no acabé de desengañar mi engaño, pero en viéndote, mi daño 1060 es tan cierto, que te nombra de mi tragedia la sombra y de mi amor desengaño. A desposadas dichosas despiertan música y fiestas; 1065 y para salir compuestas, las crïadas, codiciosas, galas ricas y olorosas, cuadras cubiertas de estrados; y a mí, en tus pasos airados, 1070 quiere amor que me despierte el verdugo de mi muerte con los cordeles doblados. ¿Qué tienes que me decir, que revientas por hablar? 1075 Si me vienes a matar, no me puedo resistir: supe amar, sabré sufrir. Mas quien amó su enemigo bien merece este castigo, 1080 porque quien de ellos se fía, ¿qué bien esperar podría, sino el que usastes conmigo? vasco De mí no debes quejarte, sino de tu esposo. isabel Yo 1085 aún no sé quién me ofendió.

1073 cordeles doblados: no aparece como expresión lexicalizada. El verdugo utilizaba ha- bitualmente los cordeles para el tormento. Sin embargo no es muy clara la expresión, pare- ce indicar un doble tormento por parte de don Vasco, identificado como verdugo.

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vasco Él es el todo y la parte. Las nuevas que puedo darte es que cuando supo ayer que eras para ser mujer 1090 de un caballero tan cierto, desigual mudó el concierto, y al fin revocó el poder. Yo, como no lo sabía, contigo me desposé, 1095 trájete aquí, que pensé que tu marido sería; no quiso, porque tenía el poder ya revocado, por ser, como fue, avisado 1100 que eras, hermosa Isabel, mal nacida: hecho crüel, pero sumamente honrado. No pudo todo el amor hacer que se case mal 1105 un hombre tan principal; venció en efeto el honor: tú no eres limpia en rigor. Anoche quise enviarte a tu padre, y por no darte 1110 tan presto tal pesadumbre, aguardé del sol la lumbre. isabel No puedo, infame, escucharte. ¿Para qué al sol aguardabas, si no ser limpia sabías, 1115 pues con la noche cubrías lo que en la luz declarabas? Pero como imaginabas la invención que habías de hacer,

1117 en A3 Cot : con A1A2B declarabas A3 Cot : declaras A1A2B

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tiempo hubiste menester, 1120 y toda la noche ha sido, en que ese mozo perdido ha revocado el poder. ¡Ábreme la puerta luego! ¡Abre, que me muero aquí! 1125 ¡Abre de presto! ¡Ay de ti, que te abrasará mi fuego! vasco Que aguardes tanto te ruego, cuanto el coche pongan. isabel ¡Mira que me provocas a ira! 1130 ¡Déjame, que daré voces! vasco Mal, Isabel, me conoces. isabel ¿Hay tal enredo y mentira? ¿Hay tan estraña invención, como la que habéis pensado? 1135 ¡Qué bien os habéis vengado, dando mi amor ocasión! ¡Trazas de villanos son! ¡Fingida fue el amistad, todo ha sido falsedad, 1140 todo ha sido trato doble! ¡Mirad si mi padre es noble, en que ha tratado verdad! ¡Abre presto! vasco Este poder puedes contigo llevar. 1145 isabel Allá sé yo que he de hallar el poder que he menester. ¡Burlastes una mujer, que en efeto sois mujeres! vasco Muy libre doncella eres. 1150 isabel ¡Porque me casé contigo! Que, a ser verdad, enemigo, ¡yo te hiciera tal afrenta,

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que a la que tu sangre intenta fuera notable castigo! 1155

Váyanse, y salgan Honorio y don Felis

felis ¿Esto se podía usar con tan nobles caballeros? honorio Pues, ¿a mí me haces fieros? felis ¡Y te quisiera matar! honorio ¡Villano! felis Nací de ti: 1160 ¿cómo no seré villano? honorio Pienso que afrento la mano, si llego a ponerla en ti. felis Más lo quedara mi cara. honorio ¿Vienes loco? felis Loco estoy 1165 de ver que sin culpa soy culpado en maldad tan clara. Con engaño me habéis hecho que revocase el poder, como si en una mujer 1170 fuese un mentís satisfecho. Mi tío se desposó, habiéndole revocado, solo por haber pensado que ansí su afrenta vengó. 1175 Encerrada la ha tenido donde, por voces que he dado, ni del traidor fui escuchado, ni de mi mujer oído. Toda la noche pasé 1180 enterneciendo sus rejas,

1155Acot Váyanse AB : vanse Cot salgan AB : salen Cot

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que con lágrimas y quejas su hierro y piedra ablandé. celestiales sus rayos escurecer 1185 vi mil veces por no ver un hombre entre tantos males. Romper intenté las puertas, mas sosegome el traidor con decir que era mi honor 1190 que no estuviesen abiertas. Con esto la luz del día de su puerta me quitó; tardó el sol, mas no tardó, si encerrado le tenía. 1195 Fuime y véngote a buscar, para que me des consuelo, y en tus entrañas de hielo no das a mi amor lugar, que en vez de venir conmigo 1200 para que me den mi esposa, dices que es más justa cosa vengarte de tu enemigo. ¿Véngaste de él o de mí? Di: ¿con quién eres crüel? 1205 ¿Por qué, si te ofendes de él, haces la venganza en mí? Pues, ¡desengáñate, padre, si padre llamarte debo, nombre que por fuerza apruebo, 1210 por la virtud de mi madre!, que si no me mandas dar hoy mi querida Isabel, y más que Nerón crüel quieres tu hacienda abrasar, 1215 ¡que he de matar a mi tío, y luego matarme a mí!

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honorio ¡Nunca pensé que de ti oyera igual desvarío! Revocas muy necio ayer 1220 el poder que a Vasco diste, ¿y luego a voces quisiste que te diese tu mujer? felis Él me engañó, que a Teodora dijo que darme quería. 1225 honorio A Isabel le volvería Vasco a su padre al aurora, que el no abrirte fue muy justo, para no darte ocasión a que perdiese opinión 1230 una mujer por tu gusto. Salte de Sevilla luego, que sé que te han de buscar para matarte, y es dar viento al mar y leña al fuego. 1235 Vete a Córdoba o Granada, yo iré contigo si quieres. felis ¡Para cobardes mujeres, tuvistes anoche espada! ¡No para los hombres, no, 1240 que os desmintieron como hombres, y ansí merecéis los nombres que esta vil hazaña os dio! ¡Mujeres sois, en efeto, pues os vengáis en mujer, 1245 que aun no supistes tener tan vil agravio secreto! El alma me habéis quitado, que el sentido es lo de menos; túveos hasta ayer por buenos, 1250 de ser vuestra sangre honrado,

1247 agravio secreto AB : agravio en secreto Cot

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pero ya serán mejores vuestros propios enemigos, porque yo no quiero amigos desmentidos y traidores. 1255 honorio Si a mis enemigos vas, ¡llévate ese bofetón! ¡Tendrás conmigo opinión, si en llegando se le das! Y ¡vete luego de aquí, 1260 porque si saco la espada...! felis La mía tendré envainada, porque he nacido de ti, pero quisiera poder deshacerme y engendrarme 1265 en mí mismo, por quitarme este ser, si es tuyo el ser. No es el dar un bofetón un padre a un hijo deshonra, y más si en consejos de honra 1270 el hijo tiene razón, que es darme en la cara a mí que tu mano llama y toca a la puerta de la boca al alma que vive aquí, 1275 porque la sangre le vuelva de este cuerpo que me diste, que el agravio que me hiciste, no hay sangre que no revuelva. Tómala, pues tu traición 1280 que es tan mala me declara, vesla aquí toda en la cara al golpe del bofetón, que como la sangre suele al corazón acudir, 1285 quiere a la cara venir, que es donde la afrenta duele.

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honorio Yo sé que no merecías mi sangre. felis Sángrame, pues armas tienes con que des 1290 fin a tu rabia y mis días. honorio ¡Salte de Sevilla digo! [felis] Presto verás lo que hago: ¡yo seré para tu estrago capitán de tu enemigo! 1295 honorio Quiérome quitar de aquí, que me va el furor cegando. felis Ya es mi padre don Fernando. honorio Si vuelvo, infame, ¡ay de ti!

Vase el padre

felis Mató para vengar a Filomena 1300 Progne su hijo, y la homicida espada al padre que comió su carne airada mostró por postre en la sangrienta cena; agora, huyendo por la tierra ajena, se queja arrepentida aunque vengada, 1305 y en ruiseñor su hermana transformada canta en los bosques su tragedia y pena. Ansí mi padre por venganza suya hace en su sangre tan crüel matanza, que no hay Medea de quien tal se arguya; 1310 mas llegará del cielo la venganza, pues no hay lugar donde de Dios se huya, que desde el cielo hasta el infierno alcanza.

1300-1313 Soneto. El personaje de Felis, vapuleado por su padre, alude a dos mitos clási- cos, el de Progne y Filomena y el de Medea. Ambos se caracterizan por la crueldad hacia los hijos. Felis encuentra una analogía entre el rechazo violento que su padre le ha mani- festado y la maldad de Progne y de Medea.

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Vase, y salga doña Isabel con manto

isabel Sola, cual mujer ninguna desposada amaneció, 1315 que sola pudiera yo correr tan crüel fortuna, vengo a donde ayer salí acompañada y honrada; pero más acompañada, 1320 si lo son penas, volví, porque de esas traigo tantas, que de honor parece exceso que puedan tan grave peso sustentar tan flacas plantas. 1325 ¿Ha vuelto jamás mujer de diez horas desposada, por más que fuese engañada como yo? ¡No puede ser! Ahora bien, quiero llamar 1330 antes que más entre el día. No hay una piedra: ¡aun podría piedra a mis dichas faltar! Mas, ¡ay, cielos! ¡quién pudiera llamar con el corazón, 1335 que es piedra en esta ocasión, con que mi padre me oyera! ¡Ay, puertas por quien salí! ¿Cómo no os enternecéis? Pero por no abrir, lo haréis 1340 a mujer que vuelve ansí. ¡Ah, de casa! ¿Están dormidos? Es de mañana. ¡Ah, dichosos, que mis males rigurosos

1341 ansí A Cot : en si B 1442 tuve A Cot : tuvo B

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no han tocado sus sentidos! 1345 ¡Ah, de casa!

El escudero en alto

escudero ¿Quién vocea? ¡Mala pascua le dé Dios! isabel ¡Trigueros! ¡Hola! ¿Sois vos? escudero Pues, ¿quién queréis vos que sea? isabel ¡Abrid a doña Isabel! 1350 escudero Ya el vino se me pasó. isabel ¡Abrid, mirad que soy yo! escudero ¡Qué necedad tan crüel! Doña Isabel, mi señora, con su marido acostada, 1355 ¿andaba desesperada por esta calle a tal hora? ¡Vaya en mal hora quien es! isabel ¡Fuese! ¡Ah, cielos! ¡Esto, más...! ¡Trigueros! ¡Hola, Trigueros! 1360 escudero ¡Mas cuánto va que he de haceros que os volváis con Barrabás!

Elvira esclava en lo alto

elvira ¿Con quién es tan de mañana, Trigueros, la pesadumbre? escudero ¡Más quisiera media azumbre 1365 de mi santo, Elvira, hermana!

1361-1362 !Mas cuánto va ... con Barrabás!: alusión frecuente en el siglo xvii a Barrabás como a inquilino del infierno. Una forma de mandar al diablo. 1365-1366 ¡Más ...santo: Una expresión semejante se halla en los Cigarrales de Tirso: «¿No lo hubiera hecho mejor conmigo media azumbre del santo y dos mostachones acom- pañados de seis bizcochos?» (Cigarrales de Toledo, ed. L. Vázquez Fernández, p. 481 y n. 1225), en lo que parece una referencia a algún vino reconstituyente con nombre de santo, lo que permite explicar el texto de Lope en el mismo sentido: tan de mañana, lo que preferi- ría es una buena cantidad de vino (quizá del célebre vino de San Martín de Valdeiglesias).

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La puerta nos apedrea una mujer o demonio, que basta por testimonio, que a tales horas lo sea. 1370 elvira ¿Mujer? escudero ¡Mujer! ¿No la ves? elvira ¿Qué busca? ¿Quién es, señora? ¿Qué es lo que quiere a tal hora? escudero Doña Isabel dice que es. isabel ¡Tu señora soy, Elvira! 1375 elvira En la voz ella parece. isabel ¡Sí, que yo soy quien padece! ¡Abre! ¡Este es mi rostro, mira! elvira ¡Ay, Trigueros! ¡Mi señora! escudero ¿Estás borracha? elvira ¡Ella es! 1380 ¡Doña Leonor, doña Inés, Julia, Casilda, Teodora! ¡Espera, señora mía, que señor se ha levantado! escudero ¡Vive Dios que me he turbado! 1385 No la vi, no es bien de día. Algo le habrá sucedido, ¡voy a señor como un rayo! isabel Toda en pensar me desmayo; tu rostro, padre ofendido... 1390

Sale don Fernando

fernando ¿Qué es esto? isabel ¿Con qué cara podré hablarte, padre mío y señor? fernando Pues, hija mía, ¿tú, sola, y en mi puerta, antes del día? isabel ¡Quién, sino yo, tan desdichada fuera, que a tus años tan triste amaneciera! 1395

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fernando Bien dices, que el postrero de mis años será este día, ¿cómo ansí tan sola? pero ¡qué te pregunto, pues que vienes de en casa de unos bárbaros villanos! isabel Harto ha sido venir libre a tus manos. 1400 Lleváronme cual viste acompañada de los Marqueses y de deudos tuyos, a casa de don Vasco, despidiéronse, y yo estuve sentada en un estrado casi hasta media noche, con cuidado 1405 de mi traidor marido fementido, mas mintiendo en la fe no es mi marido. Vino don Vasco, y con fingida risa me asió la mano y me llevó a una cuadra donde estaba una cama que vacía 1410 la vimos yo y la noche, amor y el día. Cerrome por de fuera y en voz baja me dijo que en aquella me acostase; fuese, quedé llorando, vergonzosa, por engañada, más que por esposa. 1415 Así pasé, bañada en amoroso llanto, hasta el alba, que salió a reírse de quien a su enemigo quiso tanto: diome su risa y yo le di mi llanto. Decirte mis cuidados y congojas, 1420 pintarte el levantarme y el sentarme, el ir a las ventanas por momentos, el escuchar poniendo los oídos en los resquicios de la puerta, es cosa más para imaginada que contada, 1425 aunque de nadie fuera imaginada. Vino don Vasco tras del alba: mira qué sol me amaneció, pero ¡qué menos tan negra y triste noche merecía! Al fin, como la noche trajo el día, 1430 díjome que don Felis avisado

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de que éramos nosotros malnacidos, mientras vino a tu casa a desposarse, el poder revocó que le había dado, y ausente de Sevilla me dejaba 1435 para que me casases con quien fuese de mi bajeza igual, y a que saliese de su casa cual ves me dio licencia. ¡Venganza me dé Dios, y a ti paciencia! fernando Quisiera a voces, hija, lamentarme 1440 de la mala fortuna tuya y mía, mas que tuve en confïarme, aun de quejarme al cielo me desvía. Tus lágrimas pudieran obligarme, y de este hombre sin Dios la tiranía, 1445 a salir por Sevilla y poner luego con mis parientes a sus casas fuego, pero considerando que esta afrenta requiere más acuerdo en la venganza, demos lugar al alma que lo sienta, 1450 mientras que de estos bárbaros la alcanza. ¡No ha corrido en la mar tanta tormenta, cuando por las estrellas se abalanza, poniendo escalas de agua al cielo mismo, nave ya estrella y ya profundo abismo, 1455 como esta noche triste habrás pasado! Éntrate a desnudar. ¡Hola!

Sale Leonor, Elvira y el escudero

leonor ¿Qué es esto? fernando Una hazaña que ha hecho el desposado, con que su nombre con los nueve ha puesto:

1459 los nueve: alusión tópica a los Nueve de la Fama, o sea los que a partir de la Edad Media se consideraron los modelos de la caballería. Se evocan en Don Quijote también (I, 5 y I, 20). La locución vuelve, de forma burlesca, en v. 2735

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así a doña Isabel nos ha enviado. 1460 leonor Hermana mía, ¿tanto mal tan presto? elvira ¡Señora de mis ojos...! escudero Hija mía, ni creí vuestra voz, ni al sol, ni al día. leonor ¿Esto ha usado contigo aquel villano? fernando Lleva, Leonor, de aquí tu hermana triste, 1465 porque mirar rigor tan inhumano de nueva furia el corazón me viste. leonor Dame esos brazos y esa blanca mano, que a aquel traidor con tanto amor le diste. isabel Vamos, hermana, que me faltan fuerzas. 1470 leonor Las mismas piedras a venganza esfuerzas.

Llévanla, y salen don Pedro, don Luis y Finardo

pedro ¿Qué es esto, hermano? ¿Qué notable llanto es este de tu casa? ¿Quién te ha muerto? fernando Ya les suplico que no lloren tanto, mas como yo lo soy, el llanto es cierto. 1475 pedro ¿Tú? ¡Dios te guarde! fernando Sí, que el cielo santo ofendido, por dicha, del concierto de aquellos mal nacidos enemigos, me ha dado con razón tantos castigos... luis ¿Han hecho alguna cosa como suya? 1480 ¿Han tomado venganza en vuestra prenda? fernando De que en mi casa está su mal se arguya. pedro ¿En vuestra casa? fernando Quedo, no se entienda. pedro Pues, ¿cómo, hermano, en una hija tuya toman venganza, y quieres que no encienda 1485 nuestra razón el cielo con suspiros y la ciudad con armas y con tiros? ¡Parientes, convocad vuestros amigos! ¡Ármense todos, demos en la casa

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de estos bárbaros, fieros enemigos! 1490 luis ¡Presto verás con qué furor se abrasa! fernando No es justo de la afrenta hacer testigos, ni que sepa Sevilla lo que pasa; más agraviado soy y soy más viejo, mi consejo tomad. pedro ¡Que no hay consejo! 1495

Sale don Felis y Carrillo

felis Para mostrar mi inocencia, generosos caballeros, y que no he sido culpado en la traición que os han hecho, a Dios remito el jüicio, 1500 y por vuestras puertas entro a dar a vuestra justicia sin resistencia mi cuello. ¿Qué miráis? Don Felis soy, yo soy, que a mostraros vengo 1505 la verdad del amor mío con la sangre de mi pecho. Don Vasco me dijo ayer que don Fernando, en desprecio de mi honor, como a Jacob 1510 Labán, su idólatra suegro, por Raquel me daba a Lía, y a Teodora, que aborrezco, por doña Isabel, mi esposa, que es mi esposa cuanto al cielo. 1515 Hízome con este engaño revocar el poder luego, y vínose a desposar

1510-1512 Jacob, Labán, Raquel, Lía: alusión al episodio bíblico en que Labán engaña a Jacob entregándole a Lía en lugar de la prometida Raquel (Gen. 29).

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para engañaros, diciendo que yo la culpa tenía, 1520 porque muchos me dijeron que no érades bien nacidos, y que era afrentar mis deudos. Aquí estoy, señores míos, si queréis creerme, os ruego 1525 que me deis mi amada esposa, a quien tanto adoro y quiero, que yo viviré con ella en vuestra casa, contento de mejorarme de padre, 1530 que la ventaja os confieso tanto, que porque hoy al mío dije los méritos vuestros, con un bofetón me puso las armas de vuestro sello. 1535 Si no me queréis creer, y acaso entendéis que vengo de cobarde arrepentido, o por la fuerza del miedo, sacad las espadas todos: 1540 sangre en estas venas tengo de Honorio vuestro enemigo, no penséis que me defiendo. ¡Matadme! ¿Qué me miráis? Manos y espada os ofrezco, 1545 mas solamento os suplico que, en fe de mi amor eterno, al umbral de vuestra casa deis sepultura a mi cuerpo. fernando ¿Qué os parece de cosa tan estraña? 1550 pedro ¡Que juntos le pasemos aquel pecho! fernando ¡Tened, por Dios, que no es honrada hazaña! carrillo ¡Aquí te han de matar! Señor, ¿qué has hecho? felis ¡Vete, Carrillo!

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carrillo Un hombre te acompaña que morirá contigo, satisfecho 1555 de que emplea la vida justamente. pedro Pues, ¿quieres tú que el mundo nos afrente? luis ¡Déjamele matar! fernando Don Luis, ¿qué es esto? finardo Pues, ¿qué piensas hacer? fernando ¡Tente, Finardo! carrillo ¡En qué peligro tu persona has puesto! 1560 felis A morir vine aquí, la muerte aguardo. pedro Si el cielo a tu venganza está dispuesto, no te acobardes tú. fernando No me acobardo, pero bien puedo yo sin afrentarme de este linaje bárbaro vengarme. 1565 luis Pues, ¿qué llamas afrenta, si la muerte de este mancebo recupera el daño? fernando Tracemos la venganza de otra suerte, y dure aquesta muerte todo un año. finardo ¿De qué manera? fernando Una cadena fuerte 1570 con un candado que no sufra engaño le pongamos al pie, y en prisión viva, donde mil muertes sin morir reciba. Yo le pondré con este su crïado donde nadie de casa sepa de ellos, 1575 hasta que muera a mi placer vengado, asiendo la ocasión por los cabellos, que en fin con Isabel está casado,

1577 asiendo... cabellos: proverbial forma de referirse a la fortuna, que hay que aferrar por los cabellos,:«La ocasión asilla por el copete ó guedejón. (Pintaron los antiguos la oca- sión los pies con alas, y puesta sobre una rueda, y un cuchillo en la mano el corte adelante, como que va cortando por donde vuela; todo denota su ligereza, y con todo el cabello de la media cabeza adelante echado sobre la frente, y la otra media de atrás rasa, dando á enten- der que al punto que llega se ha de asir de la melena, porque en pasándose la ocasión no hay por dónde asirla)» (Vocabulario p. 168). La alusión se repite en el v. 1707.

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aunque lo niegan y revocan ellos, y como el tiempo tantas cosas muda, 1580 parece que es bien que viva en duda. luis Bien dice don Fernando. pedro ¡Plega al cielo, don Luis, que alguna vez no se arrepienta! finardo Ama a su hija, y es pïadoso celo, pues con esta prisión cubre su afrenta. 1585 fernando ¡Muestra esas manos, mísero mozuelo! felis Y el corazón en ellas os presenta el amor que a Isabel siempre he tenido: desde que se las di las he rendido. pedro Con esta liga atarle puedes. felis Ata, 1590 que más fuerte prisión amor me puso. fernando Ata ese mozo tú. carrillo Fortuna ingrata su desventura y mi prisión dispuso. pedro ¡Agradeced, villanos, que no os mata! felis De que vida me deis estoy confuso. 1595 fernando Entrad, que tiempo habrá. felis Por amor muero. carrillo Tú por amor, y yo por majadero.

Métenlos atados, y salen don Vasco, don Rodrigo y Honorio

vasco ¿Que de Felis no sabéis, ni a vuestra casa ha venido? rodrigo Si vosotros le ponéis 1600 adonde pierda el sentido, ¿qué le buscáis? ¿qué queréis? Pienso que desesperado habrá el camino tomado de Córdoba o de Granada. 1605 honorio ¿Que no os dio parte de nada, ni os ha visto ni buscado?

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rodrigo Ni me ha buscado ni visto. ¿Qué había de hacer aquí, odioso al mundo y malquisto, 1610 que apenas de verlo ansí el justo llanto resisto? Hace Vasco, por engaño, que revocando el poder se ponga a tan grave daño, 1615 dando a tan noble mujer tan infame desengaño. Llévala a su casa luego y a Felis no deja entrar, de venganza injusta ciego; 1620 vuélvela sin dar lugar a ella al dolor, de él al ruego, ¿y búscale por Sevilla, cuando será maravilla, aunque a cielo y tierra enoje, 1625 que en el Betis no se arroje, desde la puente o la orilla? ¡Ah, señores, qué mal hecho ha sido, y qué mal pensado! honorio Ya nos reñís sin provecho. 1630 vasco Mal nos culpáis si ha quedado hoy nuestro honor satisfecho, y mirad qué gente ha sido, pues han callado su afrenta. rodrigo No la pondrán en olvido, 1635 que en mármol dicen que asienta el agravio el ofendido, y en el agua el que ofendió,

1636-1642 en... mató: Lope se hace eco de un adagio latino: «in vento scribit laedens, in marmore laesus», que también recuerda en otros versos de El piadoso veneciano: «que estos traidores me ofendan / [...] sin ver que tiene el agravio / su dueño en mármol escrito» (en Obras de Lope de Vega, ed. RAE, tomo XV, p. 556).

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y ansí el uno se borró, y el otro quedando vivo, 1640 acordose el vengativo, y al descuidado mató. vasco Mucho volvéis, don Rodrigo, por esa gente. rodrigo No soy más que de Felis amigo; 1645 siento que sin él estoy como él el no estar conmigo. Lo mal hecho vitupero, que en una mujer no fue venganza de caballero. 1650 vasco ¡Hombre soy yo! rodrigo No se ve en un ejemplo tan fiero. vasco ¡Hablad bien! rodrigo Haced vos bien, y ninguno hablará mal. vasco Yo hablo y hago también. 1655 rodrigo No temáis que por igual ejemplo crédito os den. vasco ¡Muy descompuesto me habláis! rodrigo ¿Qué otra cosa merecéis, si a vuestra sangre matáis, 1660 traidora amistad hacéis, y una mujer deshonráis? vasco ¡Quien eso dijere miente! rodrigo ¡Ansí respondo a traidores! honorio ¡Tente, don Rodrigo, tente! 1665 rodrigo ¡Oh, si fuérades mejores! Pero aunque la espada afrente, ¡tíñase en sangre tan baja! vasco ¡Muerto soy!

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[Vanse Honorio y Vasco]

rodrigo ¡Hüid, villanos, que a correr os doy ventaja! 1670 Siempre descansan las manos donde la lengua trabaja. Herido pienso que fue.

Salen don Fernando y don Pedro

pedro ¿Qué es aquesto, caballero? rodrigo Para dos liebres saqué 1675 la espada; no soy ligero, y atrás cual veis me quedé. pedro Mirad que dicen allí que está muerto el uno de ellos. rodrigo Pues por vos muerte le di, 1680 que de vuestro honor con ellos, don Fernando, hablaba aquí, y el muerto don Vasco es, si es que de mi espada es muerto. fernando ¿Don Vasco? rodrigo ¡Culpad sus pies! 1685 [pedro] Vuestro peligro os advierto, y que hablar podéis después. fernando A mi casa he de llevaros donde estaréis con secreto, que bien sabré regalaros. 1690 rodrigo Que la acetara os prometo, pero no quiero obligaros a cuidado en mi persona. Iglesias hay. fernando Mi opinión pienso que en esto me abona; 1695 yo os he cobrado afición, la buena ausencia aficiona.

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Por mí la quistión ha sido, mi casa os ha de esconder, que la honréis, señor, os pido. 1700 rodrigo Mientras que pueda saber lo que hay de don Vasco herido, iré a recebir favor. fernando Ese me hacéis vos mayor, por honrarme y defenderme. 1705 rodrigo (¡Basta que voy a esconderme en los ojos de Leonor! Muestra ocasión los cabellos, pues la puedo hablar y ver: ¡guardadme bien, ojos bellos! 1710 ¡Más no me podrán prender, si tengo sagrado en ellos!)

[Vanse] Sale doña Isabel y Elvira

isabel ¿Qué me cuentas? elvira Esto pasa. isabel ¿Esclavos, mi padre, aquí? elvira Digo que meterlos vi 1715 con grande secreto en casa, y que, mientras fuiste a ver la huerta, los han herrado. isabel ¿Para qué los ha comprado, si los procura esconder? 1720 No es eso sin ocasión: todo pienso que amenaza venganza, y para la traza esos dos esclavos son.

1715 meterlos A Cot : matarlos B

1708 Muestra... cabellos: ver v. 1577

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elvira Pues, ¿qué han de hacer? isabel Algún día 1725 matarán quien me mató. elvira ¿Dices a don Felis? isabel No, que aún vive en el alma mía. ¡Mira cuál era mi amor, pues siendo tal su crueldad, 1730 tengo a su vida piedad y no la tengo a mi honor! elvira ¿A don Felis quieres bien después de crueldad tan fiera? isabel No te espantes que le quiera, 1735 pues le aborrezco también, que querer y aborrecer puedan en un alma estar: es lo que te ha de espantar. elvira Los esclavos quiero ver. 1740 isabel ¿Y si mi padre se enoja? elvira No lo sabrá. isabel Aquestos son. elvira La tahona es su prisión. isabel Toda prisión me congoja.

Salgan don Felis y Carrillo con unas cadenas

carrillo Pues, ¿atréveste a salir? 1745 felis ¿Qué mal me pueden hacer? carrillo Que nos pongan a moler. felis Aquí habemos de morir. carrillo Tú, que estás enamorado,

1737 querer y aborrecer: «En todas las cosas hay medio, si no es en la mujer, porque es extremada en querer y aborrecer» (Vocabulario). También existen otras versiones como «En querer y aborrecer/ estremada es la mujer»; «querer y aborrecer/ no puede a un tiem- po ser».

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no sentirás la tahona, 1750 porque el amor galardona con el trabajo el cuidado, pero yo, que sin amor ando la rueda, estoy loco. felis Y yo por Belisa en poco 1755 tengo el trabajo mayor. isabel Elvira, ¿qué es lo que veo? ¿No es este don Felis? elvira Yo digo a los ojos que no, y que sí digo al deseo. 1760 isabel ¡Ay, Dios, que sin duda es él! ¡Temblando estoy de miralle! elvira Mira que te engaña el talle. felis ¡Cielos! ¿No es esta Isabel? isabel ¿Quién le trajo preso aquí? 1765 felis ¡Señora del alma mía...! isabel ¡Desvía, infame, desvía! Pues, ¿tú te llegas a mí? felis Pues, esposa, si el traidor de don Vasco te ha cerrado 1770 toda la noche que he estado con mil lágrimas de amor enterneciendo las puertas, y al alba te envía ansí, sin querer que para mí 1775 se viesen jamás abiertas; si, en sabiendo que aquí estás, vengo a que me den la muerte, y me ponen de esta suerte, ¿qué quieres, mis ojos, más? 1780 ¿Cuál mujer a un hombre debe tales finezas de amor? isabel ¡Entre el amor y el temor, el alma apenas se atreve!

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¿Luego tú no eres culpado? 1785 felis Pues, si yo culpado fuera, por dicha,¿a morir viniera? ¡Ay, Dios, qué noche he pasado! ¡Mira mi rostro ofendido de mi padre, que las manos 1790 puso en mí, y de mil tiranos parientes mírame herido! ¡Mira con cuánta lealtad vine a morir a tu casa! ¡Mira la crueldad que pasa, 1795 aunque por ti no es crueldad! ¡Yo estoy en una tahona...! carrillo ¿Y yo ensarto aljófar? felis ¡Mira que estoy expuesto a la ira de quien a nadie perdona! 1800 ¡Tu esposo soy: firme, fuerte en la muerte y en la vida! ¡Déjame que me despida de tus brazos en la muerte! isabel ¿Que todo ha pasado así? 1805 carrillo No, que a jugar a los cientos venimos los dos. felis ¿Qué intentos más firmes quieres de mí? ¿Debo más que haber venido a morir, pues mil espadas 1810 he visto desenvainadas, no habiéndolas ofendido, de tus deudos a mi pecho, incitando su crueldad, que, por tenerme piedad, 1815

1806 jugar a los cientos: «El juego de los cientos, juego ingenioso, y muy usado en Espa- ña» (Covarrubias, 279v). Juego de naipes, en que gana el que llega primero a cien puntos.

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bestia en tu casa me han hecho? ¿Qué dudas? ¡Tu esposo soy! isabel ¡Ay, mi don Felis! carrillo Elvira, que han hecho amistades mira, y que yo sin dueño estoy: 1820 a su ejemplo has de abrazarme. elvira Ya te abrazo. carrillo Si hoy pudieres, de lo que arriba comieres, alguna cosa bajarme... ¡Duélete, Elvira, de mí, 1825 que rabio de hambre! elvira Sí haré, de comer te bajaré. carrillo Y yo comeré por ti. elvira Yo andaré por ti la rueda de la tahona importuna. 1830 carrillo Y yo a la de la fortuna tendré con tu mano queda. isabel Vete, que viene mi hermana. felis ¿Verasme esta noche? isabel Sí. elvira ¡Huye! carrillo ¡Acuérdate de mí 1835 cuando comieres sin gana!

[Vanse don Felis y Carrillo] Sale doña Leonor

leonor Toda la casa he buscado por hallarte. isabel ¿Qué alegría es esta en tan triste día? leonor Pierde, Isabel, el cuidado 1840 de vengarte.

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isabel ¿Cómo ansí? leonor ¡Don Vasco es muerto! isabel ¿Matole don Pedro? leonor No, pero viole matar. isabel ¿A quién? leonor Oye. isabel Di. leonor Diole muerte don Rodrigo, 1845 de nuestro padre en defensa, y aunque mi padre no piensa por la causa que es su amigo, le ha traído a retraer a nuestra casa. isabel ¡Es la cosa 1850 más alegre y más dichosa que nos pudo suceder! leonor Ha de estar con gran secreto. isabel Otro secreto hay, Leonor, dentro de casa mayor. 1855 leonor De guardalle te prometo. isabel Más de espacio le sabrás. leonor Ya traen a don Rodrigo. ¡La fortuna fue conmigo piadosa! isabel ¡Y conmigo más! 1860 leonor Yo tengo a Rodrigo aquí. isabel Y yo a don Felis mi bien. elvira Y yo a Carrillo también. leonor ¿En casa? isabel Sí. leonor ¿Cómo ansí?

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Salen don Rodrigo, don Fernando y don Pedro

fernando Por la pared de esta puerta 1865 a san Salvador se pasa. Si llamare el Asistente, que aquí no llega otra vara, fácilmente pasaréis. leonor (¡Qué contenta voy, hermana, 1870 que viva aquí don Rodrigo! isabel De esta vez con él te casan. leonor No hay mal que por bien no venga. elvira Comida a los presos falta. Voy, porque quiere Carrillo 1875 ocupar los de su cara.)

[Vanse Isabel, Leonor y Elvira]

rodrigo La merced que he recebido, señor don Fernando, es tanta, que la agravio si la quiero satisfacer con palabras. 1880 pedro Mi hermano os quiere en estremo. Dad lugar para que vaya a saber qué hay del herido. rodrigo La puerta tened cerrada. fernando Eso dejadme el cuidado, 1885 y pondré portero y guarda.

Váyanse los dos

rodrigo ¡Por qué notables caminos me trajo la suerte varia

1866 san Salvador: iglesia de Sevilla con un patio adosado al que asoman casas. 1867-1868 Si... vara: la nobleza del dueño de la casa no permite que autoridades de me- nor peso penetren en la casa misma.

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a obligar a don Fernando, y él a meterme en su casa! 1890 Aquí sí, que sin papeles, sin balcones, sin ventanas veré y hablaré a Leonor.

Carrillo se asome

carrillo ¡Elvira! ¡Elvira! rodrigo ¿Quién llama? carrillo ¿No traes algo que coma? 1895 rodrigo ¡Ce! ¡Ce! ¡Esclavo, dos palabras! carrillo Libre solía yo ser, mas como las ruedas andan del reloj de la fortuna, ella las sube y las baja. 1900 rodrigo ¿Es Carrillo? carrillo ¿Es don Rodrigo? rodrigo ¿Tú en esta casa? carrillo No para nuestra desgracia en mí solo. rodrigo ¿Cómo ha sido esta desgracia? carrillo En esta tahona queda 1905 don Felis, que a las espadas de sus enemigos puso su vida. rodrigo Dile que salga. carrillo Él te ha oído y sale ya. ¡Señor! ¡Señor! felis ¿Con quién hablas? 1910 carrillo Con don Rodrigo, tu amigo.

Sale don Felis

felis ¡Don Rodrigo de mi alma! rodrigo ¿Qué es esto, amigo don Felis?

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felis Un alma desesperada en un abrasado pecho, 1915 pero mi inocencia es tanta, que me reserva la vida, aunque en lo que ves trabaja. Aquí ha bajado Isabel, y estando certificada 1920 de que no he tenido culpa en aquella infame hazaña, promete verme esta noche. carrillo Y a mí, Elvirilla su esclava traer algo que comer, 1925 que ayuno desde hoy al alba. felis ¿Cómo te han dejado entrar estos hombres en su casa? rodrigo He muerto un hombre por ellos, y no permiten que vaya 1930 a otra parte a retraerme. felis ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Y por qué causa? rodrigo La causa ya queda dicha; el cuándo fue esta mañana; el quién no puedo decir. 1935 felis ¿Es mi padre? rodrigo No. felis Pues basta, como de él abajo sea. rodrigo Él vive, Felis. felis Abraza, Rodrigo, otra vez mi pecho.

En alto doña Isabel, doña Leonor y Elvira

isabel ¡Ah, caballeros! rodrigo ¿Quién llama? 1940 carrillo de los tres. felis ¿Y las tres tienen tres almas?

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isabel ¡Felis mío! felis ¡Isabel mía! leonor ¡Rodrigo! rodrigo ¡Leonor amada! carrillo ¡Elvira! elvira ¡Carrillo mío! 1945 carrillo Seis, dos a dos: ¡linda danza! isabel ¡Gran ventura ha sido aquesta! felis ¡Bien la merecen mis ansias! leonor ¿Que sois mi huésped, Rodrigo? rodrigo Al amor debo las gracias. 1950 elvira Carrillo, tu pozo soy. carrillo Alta estás, y sogas faltan; dale, por Dios, a Carrillo, que ejerciten sus quijadas. isabel A peligro nos ponemos, 1955 hermana: di que se vayan. leonor Que se vayan, caballeros, aunque nos lleven las almas, que esta noche nos veremos. rodrigo Vamos, que temo que salga 1960 quien nos vea. felis ¡A Dios, señoras! isabel ¡A Dios! carrillo Oye una palabra. felis ¿Qué quieres? carrillo Antes de un mes verán estos lo que gana quien mete sin discreción 1965 los enemigos en casa.

1956 di B Cot : de A

1951 tu pozo soy: quizá por alusión cómica al conocido refrán «mi gozo en el pozo» (Vo- cabulario).

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acto tercero

Salen el marqués de Cádiz y soldados y un capitán

marqués Puesto que pasar quisiera a Cádiz, y era razón, sin que en aquesta ocasión Sevilla me detuviera, 1970 pues ha tres años y medio, como la guerra no cesa, que no he visto a la Marquesa, por dar, si puedo, remedio a estos bandos, en que ya 1975 mi persona está empeñada, quiero que también la espada ejercitemos acá, pues el ruego no aprovecha, fuera de que el Rey me ha escrito 1980 que cómo lo solicito, si está el amistad deshecha. ¿Llamastes al Venticuatro? capitán A don Fernando llamé, y de tu parte avisé, 1985 que a verte venga a las cuatro. marqués ¡Con notable enojo estoy! capitán Ya don Fernando ha venido.

Sale don Fernando

fernando El que más culpado ha sido dirás, gran señor, que soy, 1990 pero, en dándome tus pies, quedarás bien informado. marqués Tres años habrán pasado, y aun pienso que más de tres, que hice entre vos y Honorio 1995

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paces para mil edades; que hice estas amistades fue al rey Alfonso notorio, y se mostró agradecido por carta que me escribió. 2000 Partime a Granada yo, y en la guerra le he servido, adonde he sido informado... fernando Antes que Vuseñoría prosiga, darle querría 2005 disculpa... marqués Estoy enojado, Veinticuatro, con razón, que el Rey me ha vuelto a escribir, pues que a Sevilla venir me es fuerza en esta ocasión, 2010 castigase a los culpados de estos linajes, y quiero no ser letrado severo, porque tienen los soldados escritas todas sus leyes 2015 en la vaina de la espada, máquina en esto cifrada: servís a Dios y a sus Reyes. Yo os pienso pedir con ella la palabra que me distes 2020 cuando estas paces hicistes. fernando Y yo pondré el cuello en ella, si a ejecutar os provoco el golpe con mi inocencia: oíd... marqués ¡No tendré paciencia! 2025 fernando Sí tendréis, oíd un poco. Tres años habrá, señor, que estos bandos sosegastes, y que, dándoos la palabra,

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se confirmaron las paces, 2030 Honorio y yo, porque somos cabezas de estos linajes, de casar a nuestros hijos. Yo, de que tendréis bastante información en Sevilla, 2035 pretendí que se casasen doña Isabel y don Felis, y con diligencias tales llegó el día en que esta gente, para ofenderme y vengarse 2040 de palabras, que no obligan, como las armas se saquen, quisieron que por poder mi hija se desposase; diole a don Vasco don Félix, 2045 pero no hay para qué os canse, pues vistes el desposorio y a doña Isabel honrastes. La mañana de aquel día, que luego os fuistes a Cádiz, 2050 antes que el alba saliese me enviaron los cobardes mi hija, que aun no traía un escudero ni un paje, diciendo lo que sabéis, 2055 y que no era bien casarse con mujer tan mal nacida un mozo de aquellas partes. Callé mi afrenta, y el mozo es ido donde no saben 2060 más ha de tres años de él; pero aquella misma tarde hirió de muerte a don Vasco, por defenderme y honrarme, don Rodrigo, un caballero, 2065

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de Felis amigo grande. Llevele a mi casa, y esto fue causa que murmurasen que le mandé a don Rodrigo que le hiriese o le matase. 2070 En sanar tardó dos meses don Vasco, al fin de los cuales se les antojó prender, aunque ellos no lo mandasen, a don Rodrigo en mi casa, 2075 al Asistente o alcaldes. Él huyó, fuese a la guerra, lleváronme a mí a la cárcel, donde estuve quince meses por esto, y porque buscase 2080 a don Felis, que decían que le maté por vengarme, porque ni vivo ni muerto pueden hallarle sus padres. Juzgad vos quién tiene culpa: 2085 yo, que la inocente sangre de mi hija di a un traidor que pretendió deshonrarme, o ellos, que dicen que he muerto a su hijo, sin que hallen 2090 testigos, señal ni indicio por donde puedan culparme. Si con aquesto os parece que he faltado por mi parte, juez sois, la espada es vara, 2095 mi cuello es este: cortalde. marqués Huelgo de haberos oído, y algo de aquesto sabía, de quien en mi compañía hoy a Sevilla ha venido, 2100 que es don Rodrigo, que ha hecho,

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como quien es, en Granada lo que un Héctor con la espada; y aunque vos tengáis derecho a mayor satisfación, 2105 habemos de dar remedio, mirad que estoy de por medio. fernando No perdiendo mi opinión ni el honor que he profesado, aquí, señor, me tenéis. 2110 marqués Fïarme el honor podéis, por amigo y por soldado. ¿Don Vasco no fue por quien está Isabel afrentada? Pues escuchad, si os agrada, 2115 que por aquí se hará bien: las paces de don Rodrigo también quiero hacer con él, démosle a doña Isabel. fernando ¿A don Vasco? marqués Al mismo os digo. 2120 fernando Pues ¿es posible, señor, que así por mi honor volvéis? marqués Pues ¿cómo mejor podéis recuperar vuestro honor? Esto se ha de hacer así, 2125 y mirad que yo os lo pido y el Rey lo manda. fernando ¡Esto ha sido vengaros también de mí! marqués Ahora bien, yo voy a hablar a los dos. fernando ¡Id en buen hora! 2130 marqués Prevenid esa señora, que hoy los tengo de casar.

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Váyase el Marqués y su gente

fernando ¿Adónde habrá sufrimiento para desdichas iguales? Muerte, si aquí no me vales, 2135 ¿cuál otro remedio intento? ¡Haz que el alma, que tal ves, esta cárcel desocupe!

Sale don Pedro

pedro En este momento supe que te ha llamado el Marqués. 2140 ¿Qué habéis hablado los dos? fernando ¡Quejas, palabras rompidas que se han de pagar con vidas, y aun esto pluguiera a Dios! Al fin, se ha determinado, 2145 por hacer también amigo con don Vasco a don Rodrigo, que ha sido con él soldado, que viene en su compañía, que le dé a Isabel. pedro ¿A quién? 2150 fernando A don Vasco. pedro ¿Y que también la vuelva al siguiente día? fernando ¡Sí hará, que sabe el camino! pedro ¡Antes con un lazo al cuello, y de su mismo cabello, 2155 que la mates determino! ¡Pesia al Marqués, no pudiera hallar remedio mejor!

2137 ves AB : ve Cot

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fernando ¡Ay de mí, perdido honor! pedro ¿Otra vez das a una fiera 2160 una cordera inocente? fernando Pues, ¿qué remedio tendré? pedro Escucha y te le diré, aprendido de esa gente. Di que supiste de mí 2165 que estoy con ella casado, que en secreto lo he tratado. fernando ¿Tú? ¿Con tu sobrina? pedro Sí. fernando ¿Y ha de ser verdad? pedro ¿Pues no? Dar quiero luego en doblones, 2170 para las dispensaciones, todo lo que cuestan yo. fernando Bien, pero ¿cómo ha de ser estar don Felis aquí? ¿Hase de quedar así? 2175 pedro Todo lo que puedes hacer de una vez, con discreción, que de lo que te ha ofendido, tres años que le has tenido preso, no es satisfación. 2180 fernando Pues, ¿qué he de hacer? pedro Darle muerte. fernando ¿Cómo? pedro ¿En tu casa no está? fernando Sí, mas ¿quién se la dará? pedro Yo le traeré. fernando ¿De qué suerte? pedro Con dinero, conducido. 2185 fernando ¿Y si lo dice?

2169-2172 ¿Pues... yo: referencia a las dispensaciones necesaria para poder celebrar la boda entre consanguíneos, como en este caso entre tío y sobrina.

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pedro A él le va. fernando Don Felis contento está, aunque preso le he tenido, con esperanza de ser de Isabel marido. pedro Advierte 2190 que si no es dándole muerte no puede ser mi mujer. fernando ¿Por qué? pedro Porque tiene duda si aquel poder revocó don Felis en tiempo o no. 2195 fernando Dame como hermano ayuda para salir de cuidado: ¡muera don Felis! pedro En él el deshonor de Isabel queda en secreto vengado, 2200 que ha tanto que no parece que no se ha de echar de ver. fernando Hoy ha de ser tu mujer. pedro Mi voluntad la merece.

[Vanse] Sale doña Leonor y Elvira

leonor Sin albricias me dijiste 2205 que don Rodrigo ha venido. elvira No es tarde, aunque te las pido después que ya lo supiste: con el favor del Marqués ha osado entrar en Sevilla. 2210 leonor Aunque será maravilla que el amor ni el interés de mí le acuerden, Elvira, de su venida y salud

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me huelgo. elvira De tu inquietud 2215 quien sabe amar no se admira; mas, ¡ay, señora! ¿si es él este gallardo soldado?

Sale don Rodrigo, muy bizarro, de plumas y galas

rodrigo ¿Puede entrar un olvidado donde no hay memoria de él? 2220 leonor Olvidado por su parte, no a lo menos por la mía, y dígalo el alegría del alma que sale a hablarte. ¡Gran soldado, bravas plumas! 2225 rodrigo El amor me las prestó, porque no pudiera yo, si más que la mar espumas me diera plumas Orán, venir sin las de mi amor, 2230

2300 sus AB : mis Cot

2229 plumas Orán: Se refiere Lope a las vistosas plumas procedentes de Orán que eran utilizadas para adorno de caballos y soldados, como en El guante de doña Blanca: «el moro [...] diez caballos alárabes te envía / [...] Por el codón, que no hay en Berbería, / encintan perlas, crines y copetes, / y al modo de jinetes andaluces, / plumas de Orán los vuelven avestruces», (Comedias della Vega del Parnaso. I. El guante de doña Blanca, ed. M. G. Profeti, vv. 505-520). Lope menciona también las plumas de Orán en El hidalgo Bencerraje (Jorna- da II) o la Jerusalén conquistada (Parte I, libro XV). 2278-2308 ¿Ella... yo!: Lope, utilizando uno de sus heterónimos más conocidos, el horte- lano-jardinero Belardo, utiliza estos versos para defenderse de la acusación de copiar las trazas de sus comedias de un cierto Flores, siendo él Lope de Vega. Quizá la identificación del sacristán pueda aludir a Góngora, en cuyo autorretrato poético «Hanme dicho, her- manas» se autodenomia «sacristán» («pues tiene/ (demás de una sacristía) / barcos en la sierra...», vv. 91-93), que posee un «jardín de flores» (v. 97); sin embargo, también puede referirse a otro personaje, sin que quede claro quién. Para la figura de Belardo como por- tavoz metateatral de Lope en sus comedias, véase ahora Marcella Trambaioli, «El jardine- ro fingido en la comedia lopeveguesca», pp. 181-210.

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donde con tanto furor mis enemigos están. leonor Antes no pienso, Rodrigo, que aquesta venida os debo, ni que fue peligro apruebo 2235 el temor del enemigo, pues a sombra del Marqués os tenemos en Sevilla. rodrigo ¿Desdenes? No es maravilla, después de tres años. leonor ¿Tres? 2240 ¡Tres mil diréis! rodrigo Es verdad, pero sintiéndolos yo, mas vos no. leonor ¿Cómo que no? ¡Agravias mi voluntad! rodrigo ¿Qué hay de Isabel? ¿Está buena? 2245 leonor En una heredad está, y sospecho que hoy vendrá. rodrigo ¿En qué paró la cadena de Felis mi buen amigo? ¿Dónde es ido? leonor Bien, por Dios, 2250 a proceder como vos, supiéramos, don Rodrigo, de tres a tres años de él: en casa está de la suerte que le dejastes. rodrigo ¡Qué suerte 2255 tan lastimosa y crüel! leonor No le tengáis, os suplico, en opinión de ignorante, ni su prisión os espante. rodrigo Mozo tan gallardo y rico, 2260 ¡sufre tres años, Leonor,

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de prisión en una casa! elvira Bien decís: ¡muy mal lo pasa! ¡Es lástima! ¡qué dolor! Él y su paje de espada 2265 comen mejor que el Marqués, y no les falta después su poquito de posada. Si ellos estuvieran presos como en Argel, fuera cosa 2270 crüel, fiera y lastimosa, mas con tan altos sucesos no se ha tenido prisión... [leonor] Después se lo contarás, que viene Isabel.

Salen doña Isabel, con capotillo y sombrero, y Belardo, villano, con una cesta

isabel Harás, 2275 Belardo, con discreción, lo que habemos concertado. belardo ¿Ella no es traza? Pues calla, que bien sabré ejecutalla con un poco de cuidado. 2280 Aunque un cierto sacristán dicen que me da las trazas de aquestas nuevas trapazas que en verso cantando van, ni pienso que estoy tan flaco 2285 de invención, pues pobre soy, que cuando en público doy, de mi caletre lo saco. ¡Pardiez, que son embaidores, y que hasta el nombre lo niega, 2290 pues no es bien que siendo Vega sus trazas me diese Flores!

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Para mí me las querría, madre mía, digo yo: ¿quién al sacristán metió 2295 en dejar su sacristía? Cuando con lances diversos no me pueden ofender, taujía quieren hacer de sus trazas y mis versos, 2300 quien no acierta para sí, ni aun se acierta a conocer: bien ves que no puede ser que acertase para mí. ¿Trazas dice que me dio? 2305 ¡Advierta, señor compadre, que esto me enseñó mi madre, y estotro me supe yo! isabel Luego, ¿esta traza no es mía? belardo Del niño digo que sí, 2310 porque yo no le parí, que es traza que no sabía. Pero del traerle a casa, ¡pardiez, de Belardo es! isabel Calla, que hay gente. belardo Después 2315 sabréis todo lo que pasa. isabel ¡Hermana! leonor ¡Señora mía! rodrigo ¿Isabel? isabel ¿Es don Rodrigo? rodrigo ¡El mismo! isabel Para conmigo bien entra, Leonor, el día, 2320 que he menester buen agüero. ¿Mi padre, Elvira, está aquí? elvira No, señora. isabel Pues de mí

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sabéis lo que a Felis quiero, y que ha dos meses que estoy 2325 ausente en una heredad: que le vea me dejad. rodrigo Con vos, mi señora, voy, que es mucho mayor mi ausencia, pues que es de tres años. isabel Vamos, 2330 que si a mi padre aguardamos, perderé la diligencia. Belardo, cuenta en la traza. belardo Como de esas tengo escritas... isabel ¿Son muchas? belardo Son infinitas, 2335 y ninguno me las traza.

[Vanse doña Isabel, doña Leonor, Elvira y don Rodrigo]

Halló la flauta Pan, Palas la oliva, Tritolemo el arado y Aristeo la miel, y la trompeta halló Piseo, Ceres cómo la tierra se cultiva; 2340

2337-2350 En el soneto se enumeran los descubrimientos mitológicos, en oposición a la imposibilidad de «hacer discreto a un necio». Parece haber una alusión personal, aunque no está claro a quién. 2337 Pan: el semidiós Pan es conocido por la siringa o flauta de Pan, compuesta por cilin- dros de distinto tamaño. Palas: según el mito, Palas o Atenea, diosa de la guerra y de las artes, ofreció a los habitantes de la ciudad que luego se llamaría Atenas el olivo. Desde en- tonces, la diosa y el árbol están asociados. 2338 Tritolemo: según la mitología griega, el dios Deméter le reveló a Triptólemo el arte de la agricultura, además de los ritos eleusinos. Aristeo: hijo de Apolo y Cirene, es dios pro- tector de la agricultura y de modo especial de la apicultura. 2339 Piseo: «Las trompetas de metal tuvieron origen (como lo escribe Plinio) en Piseo Tirreno, aunque Diodoro en el libro sexto las atribuye a todos los tirrenos en general y no a Piseo solo» (Los ocho libros de Polidoro Vergilio, ciudadano de Urbino, de los inventores de las cosas, libro I, cap. XV, f. 36). 2340 Ceres: hija de Saturno y Ops, es la diosa de la agricultura; se le atribuye haber ense- ñado la agriculura a la humanidad.

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Zoroastes el arte encantativa, el conservar el fuego Prometeo, el eclipse del sol el sabio Atreo, y Endimión el de la luna altiva; Venus halló el amor, Dafne el desprecio, 2345 Trejilo el carro en Grecia y otras partes, y a Dédalo la sierra le dio precio; la escultura de piedra halló Anaxartes, pero traza de hacer discreto a un necio, ni el tiempo, ni los hombres, ni las artes. 2350 Mas gente siento venir, poner quiero en el umbral la cesta, y en el portal

2341 Zoroastes: en el Renacimiento y hasta el siglo xviii se consideraba a Zoroastro autor de los Oráculos caldeos, que contienen elementos de magia. 2342 Prometeo: titán hijo de Jápeto y la oceánideAsia o Clímene, que robó el fuego en el Olimpo para entregarlo a los hombres, siendo castigado por ello. 2343 Atreo: rey de Micenas, padre de Agamenón y Menelao, consiguió recobrar el reino gracias a que Zeus accedió a hacer retroceder el sol, cumpliendo con una condición plan- teada anteriormente. 2344 Endimión: un pastor extremadamente bello, amado por Selene, quien obtuvo de Zeus que los dos pudieran amarse eternamente. Así es que Endimión vivió siempre dur- miendo. 2345 Dafne: ninfa de la que se enamoró Apolo. Al huir de él, Apolo la transformó en laurel. Hay otra alusión a este mito en los vv. 390-391. 2346 Trejilo: Es probable que el texto esté deturpado, pues no parece existir ningún «Trejilo» a quien se atribuya tal invención. Se puede suponer que Lope escribiera Ericto- nio, a quien sí se vincula con la invención del carro y que tiene una larga tradición mitoló- gica como hijo de Vulcano en su frustrado matrimonio con Minerva: «del [carro] de cua- tro caballos usó primeramente Erictonio, porque como dice Ovidio en el lib. 2 del Metamorfoseos y Servio sobre el libro 3 de las Geórgicas, Vulcano alcanzó de Júpiter que casase con Minerva, y como ella no le quisiese por marido, dicen que derramó la simiente por tierra y de allí se engendró un niño que tenía los pies de dragón [...] y este por encubrir la fealdad y deformidad de sus pies, inventó una manera de carro en que anduviese y le llevaban caballos» (Diodoro, Los ocho libros de Polidoro Vergilio, libro II, cap. XII, ff. 83r- 83v). Lope cita también a Erictonio en La Filomena y Los celos de Rodamonte. 2347 Dédalo: el sobrino de Dédalo, Perdix, inventó la sierra imitando la espina de pesca- do. Envidioso, Dédalo intentó despeñarlo, pero Atenea lo salvó tansformándolo en una perdiz. A causa de su conducta, Dédalo fue desterrado de Atenas. 2348 Anaxartes: Anaxáreta fue una bellísima doncella de Chipre, transformada en esta- tua de piedra por la dureza de su corazón al rechazar de manera empecinada el acoso de un enamorado.

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persona y traza encubrir, por si no topan con ella, 2355 mas imposible será, que amor de su parte está, y le ayuda buena estrella.

[vase] Salen don Fernando y don Pedro

fernando Y en viendo que la aparto para hablalla, solos nos dejaréis. pedro Ireme al punto, 2360 que delante de mí no es bien tratarlo. fernando Entremos pues, que dicen que ha venido, con que me escusa de enviar por ella. pedro ¿Qué es esto que al umbral de vuestra casa os han echado? fernando Cesta y paños veo. 2365 pedro ¡Por Dios, qué pienso! fernando No penséis, que creo que es criatura también como otras veces. pedro ¿Es criatura? fernando ¿Pues no? pedro Tú lo mereces, que crías las demás que te han echado, y con eso se atreven cada día. 2370 fernando Pues esta no será de esa manera. Llamar quiero: ¡crïados! ¡hola, gente!

2368 ¿Es criatura? B Cot : ¿Escritura? A

2368 ¿Es criatura?: Los testimonios transmiten «¿Escritura?». Emendamos consideran- do la réplica anterior y la respuesta de Don Fernando.

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Salen un escudero y Elvira

escudero ¿Qué mandas? fernando ¿Qué criatura es esta? escudero ¿Cómo? fernando ¿Qué criatura es aquésta de esta cesta? escudero Mis años puedo darte por respuesta, 2375 y si esta no bastare, enfermedades, que impiden mucho más que las edades. fernando ¿Qué es esto, Elvira? elvira ¿Yo, señor, qué entiendo? Tú lo sabrás mejor. fernando Luego son mías, eso es muy bueno al cabo de mis días. 2380

Salen doña Isabel y doña Leonor

isabel ¿Qué es esto, señor mío? fernando Isabel mía, seas bien venida. Estoy con pesadumbre, ¡hola! escudero ¿Señor? fernando Tomad ese muchacho, y llevádsele a Honorio o a don Vasco, que entiendo que por solo darme pena, 2385 no hay cosa que no intenten, ¡id volando! isabel ¿Qué muchacho, señor? fernando Al tiempo cuando entraba de la puerta los umbrales, le hallé, pobre de dicha y de pañales. ¡Llévenle luego! isabel ¡Espera, por tu vida! 2390 Señor, hazme placer, pues ha venido Belardo del aldea, que le lleve, y allá le dé a criar. fernando Pues, ¿qué te mueve?

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isabel No más de que al miralle se ha reído; hazme aquesta merced, pues yo la pido. 2395 fernando ¡Sea en buen hora! Tú, Leonor, al punto le da a Belardo, y críenle en la huerta. leonor ¡Yo voy, señor! ¡Qué lindo, Dios le guarde!

[Vase Leonor]

isabel Yo voy también a dársele. fernando Detente, que tengo que te hablar. pedro Y yo, Fernando, 2400 tengo que hacer. fernando Pues id con Dios, don Pedro, y buscad aquel hombre brevemente. pedro Dejadme a mí, pues basta que lo intente para nuestro remedio.

[Vase Pedro]

fernando Isabel, oye, óyeme como a padre, estame atenta. 2405 isabel (¡Temblando estoy! ¿Si sabe mi secreto?) fernando ¿Qué dices? isabel Que silencio te prometo. fernando Hija, las cosas se han puesto en estado que me importa, con la prevención más corta, 2410 decirte que estoy dispuesto a darte... isabel Prosigue presto. fernando ...a tu tío por mujer. isabel Dispuesto no puedo ser, pues vienes determinado. 2415 fernando Harto mejor has hablado que supe darme a entender.

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No repliques a mi gusto, ansí Dios tu vida aumente, que te hará bien obediente. 2420 isabel Obediente en lo que es justo. fernando ¡No respondas con disgusto en lo que me va el honor! isabel Digo que envíes, señor, por esas dispensaciones. 2425 fernando En nuevas obligaciones pones, Isabel, mi amor. isabel ¿Y de don Felis qué harás? fernando Mira que en breve lo digo: matarle como a enemigo, 2430 y menos después tendrás. isabel En eso no acertarás, que tres años de prisión bastantes castigos son. fernando Ya no lo puedo escusar, 2435 ni tú debes replicar, sabiendo mi condición. A Felis y a su crïado un hombre robusto y fuerte dará esta noche la muerte, 2440 violentamente, pagado. No te desvele el cuidado, si de mi sangre te abrasa tanto agravio como pasa. isabel ¡Oye...! fernando Después lo dirás, 2445 que no quiero que estén más los enemigos en casa.

Vase

isabel Cuando pensé que estaba la fortuna de hacerme mal tan sin razón cansada,

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apercibe otra vez la fiera espada, 2450 como si hallase resistencia alguna. Estrellas, cielo, sol, planetas, luna, ¿cómo no detenéis su mano airada, si la inocencia dicen que os agrada, y la malicia os cansa y importuna? 2455 En mi vida, de Felis tan querida está su vida, porque vive en ella: por mí se mueve, de mí vive asida. Matad mi vida y quedará sin ella, que si a Felis queréis quitar la vida, 2460 no puede ser si me dejáis con ella.

Salen don Felis y Carrillo

felis A tus lastimosas quejas salgo, querida Isabel, rota la prisión crüel, donde tan presto me dejas. 2465 Dos meses de ausencia son los que he vivido sin ti, que he estado fuera de mí para romper la prisión. Tan presto, cuando te veo, 2470 de mi presencia te vas que aún pienso que aquí no estás y que me engaña el deseo. Haz, pues eres el sol mío, lo que el sol; estate un día, 2475 que en la abrasada alma mía no reina clima tan frío. Allá cuentan, de la tierra

2456-2461 En... ella: una vez más se alude a la indisolubilidad de las almas y hasta de los cuerpos de los enamorados (véase vv. 486-487).

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sujeta al Setentrión, que enteros seis meses son 2480 por los que el sol se destierra. Y si yo he de ser ansí, está seis meses de día, que después, Isabel mía, harás esa noche en mí. 2485 Si yo con la libertad que tienen otros viviera, si libremente anduviera por el campo y la ciudad, divirtiera los sentidos 2490 de tu amorosa afición, pero en aquesta prisión, ¿qué importan ojos ni oídos? No veo si no te veo, no oigo si no te escucho, 2495 y esto, mi Isabel, no es mucho: ciego soy de tu deseo, que un ciego dentro de sí forma en la imaginación las cosas, no como son, 2500 mas como él las pinta allí. ¿Lloras? ¿qué es esto? ¿qué tienes? Háblala, Carrillo, llega. carrillo ¿Agora, de llanto ciega, después de dos meses vienes? 2505 ¡Ah, señora, vuelve en ti! ¡Esta vida, y aun la mía, nos viene de tu alegría! isabel ¿Qué quieres, triste de mí? ¡Mi padre, determinado 2510 a tan grave desvarío, me ha dicho que con mi tío me ha casado! carrillo ¿Qué es casado?

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Pues, ¿puédeste tú casar? felis ¿Y de eso son los enojos? 2515 ¿Por eso pueden tus ojos tales eclipses pasar? ¿Hay más de salir de aquí, buscando alguna ocasión, y este amor, pues es razón, 2520 y cuanto hay de ti y de mí, decírselo al Asistente o al Marqués, pues ha venido? isabel Mayor mal ha sucedido, ¡no quiera Dios que lo intente! 2525 felis ¿Es matarme? isabel Concertado para esta noche quedó. carrillo ¿Entro en esa danza yo? isabel Así está determinado. carrillo ¡Saltemos estas paredes! 2530 ¡Rompe esas puertas! ¡Salgamos! ¿En ese peligro estamos? felis Tú, amigo, romperlas puedes, que yo aquí quiero morir. carrillo Como a lechones nos tratan, 2535 que nos engordan y matan. isabel ¿No será mejor decir a mi padre la verdad? felis Tienes, señora, razón, porque romper la prisión 2540 y alborotar la ciudad, no me parece cordura. Búscame alguna pistola. carrillo Eso sí, busca una sola, ansí Dios te dé ventura, 2545 y el pobre Carrillo muera. felis De tu flaqueza me admiro. carrillo ¡Búscame, señora, un tiro

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que arroje de un golpe fuera dos quintales por lo menos 2550 de plomo o hierro colado! isabel Pienso que mi padre ha entrado. felis ¡Vete tú! Y Elvira denos las armas que tú quisieres. isabel ¡Primero me han de matar 2555 que te ofendan!

Vase doña Isabel

carrillo No hay que dar mucho crédito a mujeres. felis Cuando yo amaba a Isabel, mis locuras perdonabas, que amando me disculpabas 2560 de ser conmigo crüel. De los peligros huías, porque estaban sin amor, que de su loco rigor poca esperiencia tenías, 2565 mas agora que adorando estás a Elvira, Carrillo, amando, me maravillo que estés de morir temblando. carrillo Señor, decir el que ama: 2570 «¡moriré, mataré, haré!», es bueno mientras esté solicitando a su dama, pero pasados tres años de conjunción cada mes, 2575 fuerte capítulo es hacer a la vida engaños. Búrlese con el dinero una mujer, y aun con otro, porque en fin eso y esotro 2580

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es del amor lo postrero, pero cosa del gaznate, y esto de requien, es cosa de sufrir dificultosa: ni lo digas, ni se trate. 2585 ¿Haste muerto alguna vez, que tan animoso estás? felis Si quieres bien, tú seras de mi corazón jüez. ¡Ven, que nos defenderemos! 2590 carrillo ¿Y a no poder más? felis ¡Morir! carrillo ¡Qué facil es de decir, después, cerotem faciemus!

Váyanse, y salen el Marqués y Honorio y don Vasco y gente

marqués No la quiero pedir de otra manera, aunque sé que pedírosla pudiera, 2595 pues que por vuestra parte se ha quebrado. vasco Vos venís, gran señor, mal informado. honorio Yo he sido siempre amigo de aquel hombre. marqués No se conoce, pues calláis el nombre. honorio ¿Es amistad haberme muerto a Felis? 2600 marqués Él jura, y juramentos tan estraños, que en ellos no podrán caber engaños... honorio Pues, ¿qué se ha hecho? marqués Habrá pasado a Italia, desesperado, y él vendrá algún día, pues no fue parte en el engaño vuestro, 2605 de que corrido, y con razón, me muestro; mas no es tiempo de andar averiguando,

2593 cerotem faciemus, latín macarrónico, en que el gracioso latiniza la expresión ‘hace- mos cerote’, que indica «tenemos miedo».

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si es culpado Honorio o don Fernando. Yo he concertado aqueste casamiento, y quiera Dios que sea con más dicha. 2610 vasco Yo, señor, no te digo lo que siento, mas, pues doña Isabel ya es mujer mía, y amor con todos cuantos son discretos, o que a lo menos saben sus efetos, está tan disculpado, agora digo, 2615 que venganza no fue de mi enemigo, sino amor de Isabel y envidia mía, de ver que ya don Felis la tenía. marqués Según eso, pues vos estáis contento, confírmese esta paz con casamiento. 2620 vasco Digo, señor, que vamos a su casa, donde veréis con cuántas humildades se firman de esta vez las amistades, que mi hermano querrá lo que yo quiero y lo que vos mandáis, que es lo primero. 2625 honorio Ya deseo que estéis, pues es tan justo, de mi justa obediencia satisfecho. marqués Servid a Dios y al Rey con limpio pecho, y no tengáis suspensa, con enojos, esta ciudad de quien los dos sois ojos. 2630 honorio Vamos, y lo veréis. marqués Venid conmigo. vasco Solo me hiciera de Fernando amigo el amor de Isabel: ¿hay tal ventura, que venga yo a gozar de su hermosura?

Vanse, y salen don Fernando y doña Isabel

fernando ¡La escritura has de firmar, 2635 ya que el notario ha venido, o he de quitarte la vida! isabel Riguroso estás conmigo, sospecho que has de obligarme

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a hacer algún desatino. 2640 fernando ¿Qué desatino es? ¿matarme? ¿Tan desigual es tu tío a tus años y a tu talle, que en calidad es lo mismo? isabel Matarte no, pero darte 2645 ocasión que, por castigo, me des tú la muerte a mí. fernando Si la hubieres merecido... isabel Espera, ansí Dios te guarde, y pues darte el cielo quiso 2650 entendimiento y edad, oye sin pasión. fernando ¡Replico que no te quiero escuchar! isabel Pues no harás en eso oficio de padre ni de hombre cuerdo. 2655 fernando ¿Y si te escucho? isabel Eso pido. fernando Di. isabel ¿Casásteme con Felis, de tus enemigos hijo? fernando ¡Casé, que no te casara! isabel ¿Fue cuanto a Dios mi marido? 2660 fernando ¡Fue! isabel ¿No le engañó don Vasco? fernando ¡Sí que le engañó! isabel ¿No vino a darte satisfación para morir atrevido? fernando ¡Vino! isabel ¿No le echaste preso 2665 sin culpa? fernando Estaba ofendido de su padre. isabel Pues yo no

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de mi esposo, que a su tío, ni a su padre no miré, autores de aquel delito, 2670 y así, desde aquella noche... fernando ¿Qué dices? isabel ...que le he tenido por mi esposo. fernando ¡Norabuena! isabel Y así, como a esposo mío... fernando ¿Cosa de veras? isabel Señor, 2675 cuando hallaste a Fernandico, este que crías en casa, a tu puerta... fernando ¡Tente! isabel ...digo que era hijo de los dos, que con aquel artificio 2680 quisimos que le criases. fernando ¿Fernandico es vuestro hijo? ¿Este que anda por aquí? isabel Sí, señor, y Felicicos, el que está en brazos del ama. 2685 fernando ¿Otro niño? isabel Y el más lindo es este que hallaste hoy, que en la huerta le he parido, fingiendo que estaba enferma. fernando ¡Tres niños! isabel Hemos tenido 2690 poco lugar... fernando ¡Bien, por Dios! En tres años hay tres niños, ¿y os ha faltado lugar? ¡Estoy que pierdo el jüicio! ¡Infame! ¿No los pudieras 2695

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matar? isabel ¡Son tus nietecicos! fernando ¡No son! ¡Ah, Dios! ¡Cuánto yerra quien mete sus enemigos en casa, pues traje dos, y a tres años tengo cinco! 2700 isabel Pues si enemigos sembraste, ¿qué pensabas coger? ¿higos? fernando ¡Desvergonzada! isabel ¡Ay de mí! fernando ¡Si no huyera...!

Vase [Isabel], y sale Elvira

rlvira Don Rodrigo te espera. fernando ¡No estoy agora 2705 para hablarle! elvira Iré a decirlo. fernando ¡Vuelve! elvira ¿Qué es lo que me mandas? fernando ¿Qué sabes tú de estos hijos? elvira ¡Ay, señor, si ya lo sabes, misericordia te pido! 2710 Palabra y firma me ha dado de ser mi esposo Carrillo. fernando ¡Que no te pregunto eso! elvira ¿Qué, señor, lo de los niños? Tres son, como mi señora: 2715 Francisquito, un morenillo que suele andar con Fernando, y el otro, aunque no le has visto, es Antoñico, señor, y el otro llaman Francisco. 2720 felis ¿Qué? ¿Tú has parido también? elvira Aconsejome Carrillo

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que pariese, si pudiese, en todo caso en domingo, y he tenido mucha cuenta 2725 que no fuese en martes. fernando Digo que los enemigos hacen en casa lindo ejercicio: ¡ya eran cinco, y ya son ocho! ¡Vive Dios, que no examino 2730 a Leonor, porque no añada otros tres de don Rodrigo! elvira Don Rodrigo ha estado ausente, que si aquí hubiera asistido, a los nueve de le fama 2735 llegaran tus enemigos. fernando ¡Vete con la maldición! elvira ¡Señor, señor!

[Vase]

fernando ¿Que he tenido esta cosecha en mi casa?

2722-2726 Aconsejome... martes: tanto en el diccionario de Covarrubias como en el refra- nero de Correas registra muchas expresiones hechas que indican que martes es día infaus- to para cualquier actividad: «En el martes, ni paños cortes ni hija cases.» (Covarrubias p. 111); «En martes, ni tu casa mudes, ni tu hija cases, ni tu ropa tajes. En martes, ni tu tela urdas, ni tu hija cases. (Opinión del vulgo contra el martes, y nace de ser tenido Marte en la gentilidad por dios de las batallas, y este planeta domina en ese día, y por eso le tienen por aciago los ignorantes, tomándolo de la gentilidad, que no hacía casamientos en martes por su dios de disensiones y batallas. Quiere decir el refrán que no comencemos cosa con pesa- dumbre y enojos, sea el día que fuere, ni con malos fines ni torcida intención: que en nues- tro obrar está el bien ó el mal.)»; «Martes. (Tiene el vulgo por aciago este dia, y es opinión errada.)» (Vocabulario). Sin embargo, no parece que esto se aplique en refranes al parto, ya que como es evidente es un evento imposible de prever. La comicidad de esta réplica estri- ba precisamente en la necedad consistente en la unión de la superstición relacionada con los días de la semana y el nacimiento de los hijos. 2735 los nueve de la fama: Otra alusión, burlesca, a los Nueve de la Fama (ver nota v. 1459). En este caso se alude al total de hijos que hubieran nacido, de poder juntarse la pare- ja Leonor-Rodrigo también.

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¡Yo los traje, yo castigo 2740 mis enemigos ansí! Pues, ¡quéjeme de mí mismo!

Sale don Pedro con un valentón

valentón ¿Es esta la casa? pedro Sí, pero conviene callar. valentón ¿Dónde se han de trabajar 2745 aquestas muertes? pedro Aquí. valentón Sepa qué tengo que hacer, cuántos son, ¡y vengan luego! pedro No habéis de venir tan ciego. valentón Aguárdame una mujer, 2750 por quien tengo de matar su marido y tres cuñados, que pienso que son honrados, y tendrán que negociar. pedro Yo os pondré con esta gente. 2755 valentón ¿Es este? pedro ¡Tened la mano! valentón A no me hablar... fernando ¿Qué hay, hermano? pedro Aquí viene aquel valiente. valentón ¿Es vuesa merced alguno de aquestos que han de morir? 2760 fernando ¡Bien pudiera no vivir! valentón Pues no se queje a ninguno, que en dándole dos mojadas no habrá menester dotor. fernando Ya, hermano, de nuestro honor 2765 son las cosas acabadas. Echad este hombre de aquí. pedro ¿Luego ya no es menester?

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fernando No, que otro hierro ha de ser, y ese ha de ser para mí. 2770 pedro Gentilhombre, aquesto es hecho. valentón ¡Luego doyle! pedro ¡Estaos quedito! valentón ¡De esta la nariz le quito! pedro Antes no sois de provecho, porque se ha determinado 2775 mirar mejor la razón; servíos de este doblón. valentón ¿Un doblón, a un hombre honrado, por dos muertes? pedro Si se hicieran os valieran cien ducados. 2780 valentón Pues muertos o perdonados los dos, que nunca lo fueran: ¿que más costa me tenían, si cuando los concerté, para mí ya los maté? 2785 pedro Cóleras son que se enfrían, veis aquí un escudo más. valentón No lo puedo hacer, por Dios, eche siquiera otros dos. fernando Pues, don Pedro, ¿qué le das? 2790 pedro Deseo echarle de aquí. fernando Id en buen hora. valentón Sí haré, pero otra vez yo sabré donde tengo de venir. Trae hombre dos muertes hechas, 2795 y vase, ¿a quién le vendrán? fernando ¡Idos con Dios! valentón Ya se irán. fernando Ciertas fueron mis sospechas.

2780 valieran A Cot : valiera B

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valentón Pues, ¡por el agua de Dios...! fernando ¡Hola, llama un alguacil! 2800 valentón ¡Yo os cogeré, viejo vil! fernando ¡Matalde! valentón ¡Salgan los dos!

[Vase el valentón]

pedro Acábame de contar. ¿Qué es esto?

Sale un escudero

escudero Aquí está el Marqués. fernando Yo te lo diré después, 2805 ¡y después no habrá lugar!

Salen el Marqués y Honorio y don Vasco y don Rodrigo

marqués Hoy es, señores, el día que han de quedar confirmadas estas paces para siempre; denme todos la palabra. 2810 fernando Yo la doy de parte mía. pedro Yo, señor, la tengo dada. honorio Yo vengo a ser vuestro amigo. fernando Estos brazos os aguardan. vasco Yo, como hijo, señor, 2815 que el señor Marqués me casa con doña Isabel, os pido las manos. fernando Verdad es llana que la palabra le di, pero fue con ignorancia, 2820 porque ya doña Isabel de secreto está casada.

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vasco ¿Casada? marqués Mirad, Fernando, que los que con nobles tratan han de proceder... fernando Señor, 2825 no sé si a Vasco le agrada llevar a doña Isabel con tres hijos. marqués ¡Cosa estraña! ¡Tres hijos! ¿De quién o cómo? Mirad que queda tratada 2830 la paz con este concierto, y para más abundancia a don Rodrigo he traído, que de perdonarle es causa casar a Isabel con Vasco. 2835 rodrigo Señor, mirad que no salga más guerra esta paz de aquí. fernando Llama a Isabel y a su hermana, a Elvira y a sus maridos. escudero Yo voy. fernando En mi propia casa 2840 metí el fuego en que se quema. vasco El alma tengo turbada. fernando Salgan los hijos también. vasco ¿Hijos también? fernando Si no bastan los padres, puedan los hijos 2845 desempeñar mi palabra.

Salen Leonor y doña Isabel con don Felis de la mano, Elvira con Carrillo, y venga un niño con ellos, y Belardo con los dos empañados en los dos brazos

honorio ¿Qué es esto? fernando Los desposados

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que ha tres años que se hablan, pensando yo, como necio, que en prisiones los guardaba. 2850 honorio ¿Es don Felis? felis Sí, señor. honorio Puesto que de paces trata, señor, Vuestra Señoría, ¿cómo quiere que se hagan, si me ha tenido a don Felis 2855 tres años preso en su casa don Fernando de esta suerte? fernando Juzgad, señor, esta causa: cuando un censo o una hacienda tiene un hombre, ¿a quién engaña, 2860 si al dueño del principal justos réditos le pagan? Tres años tuve a don Felis, ¿de qué se queja y se agravia? Hijo por año le vuelvo, 2865 ¿no pago bien? marqués Lo que basta. fernando Pues si me pide a Carrillo, otros tres, si no me engaña, tiene de Elvira. carrillo Y aun pienso que anda en cuatro la potranca, 2870

2869-2871 Y... Belardo: En La pícara Justina, aparece el término «potranca» asociado al concepto de fertilidad acentuada: «Ahí veréis vos que me sirvo yo de vos como de potra paridera. No me diera Dios mayor trabajo que, si conversáramos mucho, haceros cada año escupirme más renta que una potranca de las de buena arca, que maldito más me diera que tener cada año una mula boba, hija de madre» (Francisco López de úbedaed. A. Rey Ha- zas, vol. II, p. 450). También usa Lope el término en una carta al duque de Sessa, aunque no parece haber relación con el tema de los embarazos: «llegan las desberguenzas deste pícaro, guiado de Estrada, a estos atreuimientos; y que en el le pide a Vex.ª mande que le enbien la niña Antonia, que rabia por conocerla, y por hurtarla, que le parece medio para obligar a su madre, creyendo que yrá la yegua donde fuere la potranca» (Lope de Vega, Epistolario, ed. A. G. de Amezúa, p. 41)

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que allá los tiene Belardo. belardo Allá he criado, a Dios gracias, una colmena de hijos de la enjambre de esta casa. vasco Señor, pues que ya Isabel 2875 con Felis está casada, no me nieguen a Leonor. rodrigo Sí negaran. vasco ¿Por qué causa? rodrigo Porque es mi mujer. pedro ¡Callad, y no repliquéis palabra, 2880 que os sacaran cuatro niños! marqués Del cielo es esta venganza: él lo ha permitido ansí, las sangres están mezcladas, y con tan hermosos nietos, 2885 fiestas y paces se hagan a los nuevos desposorios. felis Aquí la comedia acaba. fernando Guardaos de tener, señores, los enemigos en casa. 2890

Fin de la comedia de Los enemigos en casa

047-108943-05-Los enemigos en casa.indd 121 12/03/13 22:40 047-108943-05-Los enemigos en casa.indd 122 12/03/13 22:40 VARIANTES LINGÜÍSTICAS

1175 ansí A : assi B 2741 ansí A : asi B 2764 dotor A : doctor B

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047-108943-05-Los enemigos en casa.indd 123 12/03/13 22:40 047-108943-05-Los enemigos en casa.indd 124 12/03/13 22:40 NOTA ONOMÁSTICA

Alfonso (rey) Felicicos Narciso Anajartes Felis Ojeda Antoñico Fernandico Orán Argel Fernando (galán) Otáñez Aristeo Fernando (niño) Ovandos (familia de Asistente de Sevilla Fernando (santo) Sevilla, rival de los Atienzas (familia de Filomena Atienzas) Sevilla, rival de los Finardo Palas Ovandos) Flores Pan Atreo Francisco Pedro Barrabás Francisquito Piseo Belardo Granada Progne Betis Grecia Prometeo Cádiz Héctor Raquel Carrillo Honorio Rodrigo Casilda Isabel Sevilla Celio Italia Teodora Cerdas Jacob Tregilo Ceres Julia Trigueros Cid (Rodrigo Díaz de Labán Tritolemo Vivar) Leonor Troya Córdoba Lía Vasco Dafne Luis Vega Dédalo Marqués y Marquesa Venus Don Manuel de Cádiz Zoroastes Elvira Medea Endimión Mendo

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anajartes. En todos los testimonios, «Anaxartes». belardo. Los testimonios transmiten «Velardo» (dramatis personae; v. 2274Acot; v. 2276; v. 2314; v. 2871) y «Belardo» (v. 2333; v. 2392; v. 2397). dafne. En todos los testimonios, «Daphne». felis. Los testimonios transmiten mayoritariamente «don Felis», pero en el v. 2045 aparece la forma «don Félix». héctor. En todos los testimonios, «Ector». honorio. Los testimonios transmiten mayoritariamente «Honorio», pero tam- bién «Onorio» (v. 1995) isabel. En todos los testimonios, «Ysabel». jacob. En todos los testimonios, «Iacob». julia. En todos los testimonios, «Iulia».

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