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Revista de crítica Crisis cultural #13 Junio 2018

Nuestra segunda aventura nórdica La Academia Sueca y El Premio Nobel Entrevista a Kjell Espmark

Textos literarios de: Selma Lagerlöf Elin Wägner Pär Lagerkvist Hjalmar Gullberg Gunnar Ekelöf Werner Aspenström Lars Forssell Ulf Linde Índice

5 Editorial. La Academia Sueca y su literatura. 6 Homenaje. Per in secula seculorum… Francisco J. Uriz 8 La Academia sueca y el premio Nobel 8 La palabra academia en el primer diccionario académico. Vicente Lagüéns 11 La Academia sueca. Francisco J. Uriz 15 Un blues de lazo para un tiempo que se rompe, un sistema literario que se derrumba. Göran Greider 18 Sobre la Academia sueca. 21 La Biblioteca Nobel de la Academia Sueca al servicio del premio de Literatura. Lars Rydquist 23 El premio Nobel de Literatura. Francisco J. Uriz 28 El abortado Nobel de Menéndez Pidal. Gunnar Tilander 29 Dylan. Una elección audaz. Fernando Morlanes 31 Entrevista a Kjell Espmark. Francisco J. Uriz 37 Textos literarios de académicos 38 Selma Lagerlöf 43 Elin Wägner 46 Pär Lagerkvist 50 Hjalmar Gullberg 52 Eyvind Johnson 57 Harry Martinson 61 Artur Lundkvist 68 Gunnar Ekelöf 74 Erik Lindegren 79 Lars Gyllensten 83 Per Olof Sundman 86 Werner Aspenström 90 Lars Forssell 94 Birgitta Trotzig 97 Ulf Linde 101 Torgny Lindgren 104 Reseñas 104 Alfred Nobel y la historia de los Cenci. Mariano Anós 105 El agua del manantial. Clara Janés 106 Entre luz y oscuridad: La poesía de “las cosas pequeñas”. Fernando Aínsa 107 La batalla entre el Bien y el Mal. Eugenio Mateo 109 La intimidad de un hombre público. Dag Hammarskjöld o el misticismo de un político. Juan Domínguez Lasierra 110 Los insólitos cuentos de Torgny Lindgren. Juan Domínguez Lasierra 112 Sobrevolando las provincias suecas. Alianzas en el cielo. Pilar Catalán 113 Alguien que grita. Juan Marqués 114 La sencillez de lo cotidiano. Pedro Luis Blasco 115 El día sin noche. Ignacio Martínez de Pisón 117 El hombre que amaba la luz. Víctor Herráiz 119 Artista invitado. Paco Simón. Eugenio Mateo Crisis Revista de crítica cultural #13 Junio 2018

Homenaje a Emilio Gastón Per in secula seculorum… La palabra academia 11 La Academia sueca 6 Francisco J. Uriz 8 Vicente Lagüéns Francisco J. Uriz

Un blues de lazo para un El premio Nobel de 15 tiempo que se rompe 23 Literatura 31 Entrevista a Kjell Espmark Göran Greider Francisco J. Uriz Francisco J. Uriz *

Textos literarios de La leyenda de Fatumeh Alfred Nobel y la historia de 37 académicos 68 104 los Cenci Gunnar Ekelöf Mariano Anós

Actividad financiada por:

Dirección: Fernando Morlanes Remiro Lagüéns, Juan Marqués, Ignacio Mar- Baiges, Natalio Bayo, Pilar Catalán, Distribución: José Tomás Martín Revista de crítica Coordinación: Fernando Morlanes Y tínez Pisón, Eugenio Mateo, Fernando Julia Dorado, Ángel Duerto, Edvard Administración: Lucia Calavia Crisis cultural Francisco J. Uriz Morlanes, Lars Rydquist, Gunnar Forsström, Johan Krouthén, Ángel Depósito legal: Z-1505-2012 #13 Junio 2018 Subdirector: Eugenio Mateo Otto Tilander, Francisco J. Uriz, Orensanz, Emil Österman, Paco Rallo, ISSN: 2254-7282 Consejo de Redacción: Sergio Abraín, Textos de: Werner Aspenström, Gunnar Aleksandr Roslin, Paco Simón, Sorolla, Fernando Aínsa, Mariano Anós, Luis Ekelöf, Lars Forssell, Hjalmar Gullberg, Knut Stangenberg, Fernando Vicente La revista CRISIS y Erial Ediciones Beltrán Almería, Pedro Luis Blasco, Mi- Lars Gyllensten, Eyvind Johnson. Pär Ilustración portada: Paco Simón permiten la reproducción y difusión por guel Brunet, Lucia Calavia Tutor, Juan Lagerkvist, Selma Lagerlof, Ulf Linde, Diseño y Maquetación: Óscar Baiges cualquier medio de los artículos que Carretero Cebrián, Pilar Catalán, Juan Erik Lindegren, Torgny Lindgren, Artur Impresión: Icomgraph publica, sin que exista ánimo de lucro y Domínguez Lasierra, Encarnación Ferré, Lundkvist, Harry Martinson, August Edición: citando su procedencia. Sergio Gómez, Víctor Herráiz, Pablo Strindberg, Per Olof Sundman, Birgitta Erial Ediciones. C/ Escoriaza y Fabro La reproducción total o parcial de Iruzubieta, José Tomas Martin Remón, Trotzig, Elin Wägner 107, 5º F. 50010 ZARAGOZA los cuentos y poemas publicados Isabel Rosado Sánchez, Mario Sasot Traducciónes: Juan Capel, Marina [email protected] necesitará la autorización previa de Escuer, Francisco J. Serón, Antonio Torres, Francisco J. Uriz [email protected] sus autores. Villas Hernández. Fotografía: Daderot, Carmen Gascón, www.erialediciones.com El Consejo de Redacción de CRISIS no Colaboradores Crisis nº 13: Fernando Eugenio Mateo, Fernando Morlanes, Presidencia: Fernando Morlanes Remiro se identifica necesariamente con todas Aínsa, Mariano Anós, Pedro Luis Jonathan Nackstrand, Nitot, Bengt Vicepresidencias: Eugenio Mateo Otto y las opiniones vertidas en los artículos Blasco, Pilar Catalán, Juan Domínguez Oberger, Anna Ollson, Christine Olsson, Pilar Catalán Lázaro de la revista ni se hace responsable de Lasierra, Kjell Espmark, Göran Greider, Francisco J. Uriz, José Verón Secretario: Victor Herraiz las mismas. Víctor Herráiz, Clara Janés, Vicente Ilustraciones: Sergio Abraín, Óscar Tesorero: Juan Carretero Cebrián

3 ACADEMIA Las lenguas románicas comparten esta palabra con ligeros ajustes formales (francés acadé- mie, italiano accademia, portugués academia, rumano academie, etc.), pero no solo estas (inglés academy, alemán akademie, árabe al’akadimia, etc.). En último término, todas las formas se remon- tan por vía culta a un topónimo derivado del nombre de un héroe griego: Academo, relacionado con el mito de Helena. Lo explica con claridad Manuel Alvar Ezquerra en su delicioso libro Lo que callan las pala- bras. Mil voces que enriquecerán tu español (2014). Cuenta la leyenda que, tras el rapto de Helena por Teseo, los enfurecidos Cástor y Pólux quisieron atacar Atenas al creer que allí se hallaba su hermana, pero Academo les contó que era en la cercana Afidnas donde ella estaba. En señal de gratitud, los Dióscuros le regalaron un terreno plantado de olivos sagrados que recibió el nombre del héroe: Ακαδήμεια (transliterado Akadémeia). En ese lugar enseñaron Platón y otros filósofos. Esta denominación es el étimo de la voz. Pasó del griego al latín y, en último término, a las len- guas modernas, a veces como préstamo heredado, otras de forma mediata. Sin salir de este número de Crisis tendrá el lector ocasión de ver sucintamente cómo se ha ido configurando el artículo academia en el diccionario de la docta institución. Detengámonos ahora en lo que al respecto dice el estupendo Diccionario del español actual de Manuel Seco y otros autores. Los primeros valores se refieren a una ‘corporación oficial de carácter científico, artísti- co o literario’ y al ‘edificio en que tiene su sede’ (hablamos así de la Real Academia Española y de su asiento, desde 1894, en la madrileña calle de Felipe IV, al lado del Museo del Prado y de la iglesia de los Jerónimos). Una segunda acepción es la de ‘escuela militar’ (por ejemplo, con sede en Zaragoza y los adyacentes General y Militar, ha habido una importante Academia de este tipo de 1927 a 1931 y desde 1942 hasta ahora). Es el tercer sentido el de ‘centro privado de enseñanza, especialmente de materias no científicas’ (en el campo de los idiomas o de los repasos escolares, pongo por caso). Las últimas acepciones van antepuestas de marcas lexicográficas restrictivas: en el mundo del arte academia es un ‘ejercicio de dibujo, pintura o escultura con modelo desnudo’; además, en un uso literario, escaso, la voz es sinónima de universidad (de ahí que a los profesores de la alma mater se les llame a veces académicos y que este adjetivo se aplique también al vistoso traje con toga, muceta y birrete). La aragonesa María Moliner no fue elegida académica, a pesar de la importancia de su Diccionario de uso del español (1966-1967). La lexicógrafa de Paniza recuerda para academia el étimo anotado y el valor referido a la escuela platónica. Y por este orden propone, entre otras acepcio- nes, la consabida de ‘establecimiento privado en que se dan enseñanzas de cualquier tipo, supe- riores a la primera enseñanza (academia de contabilidad, de dibujo, de corte y confección [...])’ y ‘cada una de ciertas corporaciones oficiales formadas por un determinado número de hombres eminentes en los correspondientes campos de la ciencia y del arte, que realizan determinadas acti- vidades en relación con su respectiva especialidad (como la Real Academia de la Lengua)’, esta última con la marca geográfica «en España» y la precisión sintáctica «con la denominación Real antepuesta». Resulta imprudente pensar que el sustantivo hombres, núcleo del sintagma hombres eminentes, puede tener aquí un uso distinto al genérico en referencia a los seres vivos –hombres y mujeres– con capacidad para razonar y hablar. Hay en el DUE una entrada académica, -a ‘miem- bro de una academia’, con la distinción entre académico de número y correspondiente, bien conocida.

Vicente Lagüéns

4 Editorial La Academia Sueca y su literatura

En Crisis. Revista de crítica cultural ya tuvimos la suerte de contar con el apoyo de la Academia Sueca con “Nues- tra aventura sueca” (Crisis#6), y ahora volvemos a felicitarnos por haber tenido esta segunda oportunidad que, como la anterior, surge de la iniciativa de nuestro amigo Paco Uriz, a quien no le costó convencernos de lo oportuno que resultaba acercar la historia, las normas y la vida de la Academia Sueca a las personas que nos leen. Mucho más, en estos momentos difíciles para los Nobel. La influencia que la concesión de los premios Nobel tiene en la opinión pública es enorme y a todo el mundo le gusta opinar sobre la oportunidad o no de tal o cual concesión. Sin embargo, al menos en España, la mayoría reco- nocemos que estamos bastante poco informados sobre la Academia Sueca, los académicos, el testamento de Nobel, las estrictas normas de funcionamiento que rigen la concesión de los mismos, etc.. Por ello, no nos pareció mala idea intentar acercar todas esas interioridades a nuestros lectores. Y creemos que hemos conseguido un buen resul- tado, primero aprendiendo de la mano de Vicente Lagüéns qué es y para qué sirve una academia y, después, guiados por Uriz en un magnífico recorrido sobre la creación, los primeros problemas y los actuales (que no son pocos), las opiniones enfrentadas de Wirsén y Strindberg (entre otros), la existencia y la función de la Biblioteca Nobel, las vi- cisitudes en la creación del premio Nobel, etc. Hay que leer a fondo la magnífica entrevista de Uriz al académico Espmark unos pocos meses antes de su dimisión. El grueso de la publicación lo dedicamos a la literatura de los académicos (y unas pocas académicas). Podría haber sido una muestra mucho más extensa, pero las páginas de la revista son las que son (ventajas y desventajas del papel). Una de las normas más rígidas del protocolo de la Academia Sueca exige que la obra de ningún académico vivo pueda publicitarse con ediciones subvencionadas por la misma. Norma que hemos seguido al pie de la letra, aunque hay un buen número de académicos con una obra excelente, extensa y muy reconocida que todavía viven —esperaremos otra ocasión para hablar de ellos—. Uriz, muy amigo de Emilio Gastón, ha querido rendirle su particular homenaje en este número reviviendo su especial relación con Suecia. La revista Crisis no puede por menos que unirse a ese especial y sentido recuerdo de un hombre que nos ha legado una vida y una obra tan extraordinaria y que tanto ha enriquecido la cultura de nuestra tierra. Nosotros, porque lo necesitamos, seguimos llamando a Emilio “sacándole del sueño de hace veinte mil años”. No podemos cerrar este editorial sin dejar constancia de nuestro reconocimiento y agradecimiento a la confian- za que, por segunda vez, en esta nuestra “Segunda aventura sueca” ha puesto en nosotros la Academia. Sin su ayuda moral y económica no hubiese sido posible.

5 Homenaje Per in secula seculorum… Francisco J. Uriz En una revista aragonesa dedicada a Suecia no puede faltar el nombre de Emilio. Sí, de Emilio Gastón. Emilio unido a Suecia, su utopipatria

Carmen Gascón, Emilio y Marina Torres en Estocolmo (Francisco J. Uriz)

A finales de los 60 apareció en No sé si fue para poner un poco yo Suecia, cómo funcionaban las nuestra casa de Estocolmo con su de orden en nuestras anárquicas instituciones de ambos países. familia de nubepensadores y reco- charlas hiperbóreas o porque en el El punto de partida sería el do- rrimos la ciudad envueltos en su fondo ambos tratábamos de salvar cumento que yo había encontrado, a desmedida admiración por todo lo los restos de nuestras esperanzas o finales de 1984, en mi mesa del Mi- que veía con los ojos o el corazón. utopías políticas agarrándonos al nisterio de Asuntos Exteriores sueco Nuestro papel se reducía a explicarle clavo ardiendo del modelo, sueco donde trabajaba en esas fechas, y que ni las gaviotas volaban mejor por supuesto, le propuse escribir al que decía: «El Ministro de Asuntos que las españolas, ni el cielo era más alimón un libro sobre Suecia y Espa- Exteriores autoriza a los siguientes azul, ni se nadaba mejor en las aguas ña. Mi primer título En todas partes señores a realizar un viaje de im- suecas y diferentes. No le objetaba lo cuece habas no le hacía demasiada plementación de la política exterior de que el Volvo era mejor que el 600, gracia. Le gustaba más el segundo: sueca…… Olof Palme, Lisbeth Pal- ni le restringía su admiración por las En busca de la utopía en flor. Llevaría me, (sin dietas)», hasta llegar al no- rubias. un subtítulo explicativo: ¿Por qué veno y último que era yo. Para él Suecia era si no el Paraí- Suecia es el modelo para la España Me había sorprendido por lo so, sí su Paraíso realmente existente. de Felipe González? burocráticamente ordenado y lógico Abrazaba a su Suecia —socialismo En páginas paralelas —en las —si el ministro era responsable de con rostro humano— con el desafo- pares Suecia, en las impares Espa- la política exterior era él quien debía rado entusiasmo de un utopista. ña— íbamos a describir, él España, autorizar el viaje incluso al primer

6 Emilio Gastón (Francisco J. Uriz)

Paco Uriz, Marina Torres y Emilio en Estocolmo (Carmen Gascón)

ministro— y quería utilizar ese texto los profesores de español asistentes mo. Emilio seguía desplegando un para empezar el libro. También bus- a la conferencia que le había prepa- obstinado despiste para obviar los caba el equivalente en España y apro- rado Marina, entonces asistente pe- datos que le molestaban del Modelo: vechando un viaje de Felipe González dagógico de los profesores suecos de el deterioro de la educación que le a Suecia (en el que fui intérprete) español, rubricada ipsofactamente señalaba Marina, el copago en la sa- le pregunté a Julio Feo si había algo con un recital poético que puso los nidad, el copago en los medicamen- parecido en España. Cuando logré pelos de punta. tos de los jubilados, las pensiones explicarle la pregunta, para él extrava- Pero en el libro no llegamos que no eran Jauja sino a veces más gante, me soltó: «Felipe viaja porque mucho más lejos. Creo que Emilio bajas que en España...Y hablamos le sale de los cojones». tiraba al monte de los derechos hu- sobre la inmigración de puertas y Siguió la vida y un día Emilio manos y yo al del funcionamiento brazos abiertos para sirios que fue me escribe : más general de la administración del tan efímera y llevó hasta el 18 % el Sigo con la ilusión de tu idea-te- Estado. voto a los populistas de derechas, o ma-libro sobre los derechos del ciudada- Ya en el s. XXI, superando los neonazis. no sueco y español. miedos al avión, tan insólitos en un Emilio no podía (quería) creer ¿Queda firme septiembre para mi nubepensador, fue con Mari Carmen lo que oía o veía. Tozudamente fiel viaje-trabajo? como turista de fe inquebrantable en a su Paraíso. Yo lo tendré siempre El viaje tuvo lugar y Emilio vol- el modelo, ya bastante resquebraja- en su utopiparaíso, sueco por su- vió, ya como Justicia, y deslumbró a do, y volvimos a pasear por Estocol- puesto.

7 La Academia sueca y el premio Nobel La palabra academia en el primer diccionario académico Vicente Lagüéns

Sabido es que la Academia fue seis tomos de los que consta la obra. (1611) de Sebastián de Covarrubias, impulsada en 1713 por Juan Manuel Este repertorio, despojado de ejem- que pasa por ser el primer diccio- Fernández Pacheco, octavo marqués plos y sucesivamente actualizado, nario general de nuestro idioma. El de Villena, en torno a una tertulia a está en la base de las distintas edicio- vocablo —que era frecuente en el la que asistía un pequeño grupo de nes del «diccionario usual» o «dic- español de los siglos XVI y XVII— novatores (latinismo para ‘renova- cionario común» de la Academia aparece en él así explicado: dor’ o, con más precisión, ‘persona (que solemos llamar DRAE). Va este perteneciente a un movimiento de por su 23.ª edición —la del Tricente- Fue un lugar de recreación y una renovación de la ciencia española nario, de 2014—, que vio la luz bajo floresta que distava de Athenas mil entre los siglos XVII y XVIII’, según el nombre habitual de Diccionario de pasos: dicha assí de Academo, héroa; y por aver nacido en este lugar Platón, y el propio diccionario académico), la lengua española, realizado en estre- enseñado en él con gran concurrencia que creía en un proyecto abierto a la cha colaboración con la Asociación de oyentes, sus dicípulos se llamaron universalidad de los saberes de las de Academias de la Lengua Espa- académicos; y oy día la escuela o casa ciencias y de las artes para la ilustra- ñola, fundada en México en 1951 (se donde juntan algunos buenos ingenios ción de España1. Contó con el apoyo prefiere por ello la sigla DLE). a conferir, toma este nombre y le da de Felipe V, quien sancionó su exis- Llevaría a restringir el empleo a los concurrentes. Pero cerca de los latinos significa la escuela universal, tencia el 3 de octubre de 1714. de adjetivos manidos sobre la labor que llamamos universidad2. El interés se concentró pronto originaria de la Real Academia Espa- en la lengua y, concretamente, en la ñola (purista o centralista, por ejem- elaboración de un repertorio lexico- plo) la lectura detenida del discurso Aunque con ciertas imprecisio- gráfico general, que se conoce como de recepción en ella del lingüista nes, aquí está la alusión al antropó- Diccionario de autoridades, por cuanto aragonés Fernando Lázaro Carreter, nimo Academo (Acádimo) —presente cada voz está en él autorizada con quien ocupó el sillón R de la corpo- en las Vidas paralelas de Plutarco ejemplos de obras literarias y de otro ración y fue su vigesimoséptimo di- y, no estará de más señalarlo, en la tipo. Los académicos, aunque ha- rector desde 1991 hasta 1998. Se titula traducción aragonesa de esa obra ciendo gala de cierta improvisación, ese discurso, de 1972, Crónica del Dic- promovida por Fernández de He- trabajaron con ahínco y consiguie- cionario de autoridades (1713-1740). Lá- redia en la segunda mitad del siglo ron que el primer tomo de esa obra zaro cuenta que de las entradas Ac se XIV—, así como la localización de viera la luz en 1726, trece años des- encargó el abogado de origen gallego la escuela platónica que he recorda- pués del comienzo de su labor. Se Andrés González de Barcia, redactor do ya en la nota léxica que abre este avanzó a buen ritmo, de modo que cumplidor, pero poco ortodoxo en el número de Crisis. A Autoridades no en 1739 se habían publicado ya los ajuste a las normas comunes —y eso llega el mito, pero sí esa referencia que había contribuido a la elabora- locativa: «Lugar en Athenas donde ción de la planta del diccionario—, Platón enseñaba la Philosophía. 1 Sobre la Academia hay amplia biblio- por lo que su confuso trabajo hubo Es voz Griega [...]». También la si- grafía. Solo citaré dos obras de conjunto de ser rehecho por Adrián Connink, nonimia de academia y universidad: imprescindibles firmadas por sendos acadé- micos: Historia de la Real Academia Española canónigo de Salamanca y «agente «Entre los latinos (de quienes la (1999) de Alonso Zamora Vicente, que fue general de las Iglesias de España». tomaron los españoles) se llama el secretario perpetuo de la corporación, y La La heterogeneidad y el desorden Estudio general, dicho comúnmente Real Academia Española. Vida e historia (2014) deben evitarse a toda costa en cual- Universidad, donde enséñanse las de Víctor García de la Concha, quien ocupó quier empresa lexicográfica. ciencias y facultades»; se ejempli- en ella los cargos de secretario y director y Redactar el artículo academia es en la actualidad director honorario. No exagero al decir que es inmensa la cantidad debía de conllevar una responsabi- 2 Manejo la edición en Turner (Madrid-Méxi- de materiales acopiados en la página elec- lidad añadida. Se contaba con el Te- co, 1984). Actualizo la acentuación aquí y en las trónica de la institución (www.rae.es). soro de la lengua castellana o española citas posteriores.

8 Institut de France - Académie française et pont des Arts (Nitot) fica con las de Salamanca, Alcalá y gramáticas, diccionarios. La Real verbo del lema elegido: el conocido Valladolid, todas castellanas, pero Academia Española siguió explí- «limpia, fija y da esplendor» con se añade «y otras partes». Por cierto, citamente el modelo de la italiana que se rodea el crisol al fuego de su Nebrija ya había recogido esta últi- Accademia della Crusca (Florencia, escudo. ma equivalencia en 1494. 1582) y, sobre todo, de la Academie Menos clara está la mención La tercera acepción ilustra so- Française (París, 1635), que habían en el artículo que comentamos a la bre la naturaleza y los precedentes dado a la luz importantes reperto- institución portuguesa. Desde 1720 de la propia corporación: «Junta o rios lexicográficos: el Vocabulario existía la Academia Real da História Congresso de personas eruditas, que degli Accademici della Crusca (1612), Portuguesa, precursora de la Aca- se dedican al estudio de las buenas a partir de las «autoridades» de demia Real das Ciências de Lisboa letras y a tratar y conferir lo que con- Dante, Petrarca y Boccaccio, y la (con sección filológica), fundada a duce a su mayor ilustración, como primera edición del Dictionnaire de finales de 1779, pero hasta donde yo lo executan las Academias de Italia, l’Académie française (1694), orientado sé no elaboró un diccionario. La len- España, Francia y Portugal, llama- al «buen uso» de la lengua. Pero hay gua de Camoens contaba con el The- das Española, Francesa, Portuguesa, diferencias que deben destacarse: la souro da lingua portuguesa incluido y de la Crusca, que es la Italiana, Española concibe su Diccionario de en la Prosodia de Benito Pereira, de instituidas principalmente para la la lengua castellana, en que se explica el 1647, quien vivió en Madrid durante formación de los Diccionarios de las verdadero sentido de las voces, su natu- algún tiempo, y el monumental dic- lenguas». Tras la equivalencia latina raleza y calidad, con las phrases o mo- cionario de Rafael Bluteau (Vocabu- (Eroditorum virorum consessus, con- dos de hablar, los proverbios o refranes, lario portuguez e latino, 1712-1728). gressus), se acude a la «autoridad» de y otras cosas convenientes al uso de la Dice la cuarta acepción de la voz Lope en La Dorotea: «Como lo hacen lengua [...] como un gran repertorio en Autoridades: «Latamente se lla- en Italia en aquellas floridísimas de la lengua común, atento al neolo- man assí las juntas literarias o certá- Academias». gismo, al léxico vulgar y a las voces menes que ordinariamente se hacen Una lengua vive en el habla y de las distintas «provincias» españo- para celebrar alguna acción grande, se afirma en sus textos, pero para su las. En lo esencial, manda así el uso canonización de santo o para exerci- codificación se precisan ortografías, sobre el buen uso, a pesar del primer tarse los ingenios que las componen,

9 y casi siempre son de poesía sobre o de otras facultades tienen estable- diferentes assuntos». La ilustración cidas para exercitarse en la teórica o se toma de un soneto de Góngora: práctica’, valor este que se irá va alte- «Señores Académicos, mi mula / si el rando en posteriores ediciones hasta pienso ya no se lo desbarata, / en llegar a ‘establecimiento en que se los quadriles dizen que se mata, / instruye a los que han de dedicarse por ser de la Academia de la gula. a una carrera o profesión’, y, desde / Su determinación no dissimula / de 1992, a ‘establecimiento docente, pú- entrar en la Academia, do se trata / de blico o privado, de carácter profesio- convertir en nuncio la Anunciata». nal, artístico, técnico, o simplemente Claro que la invectiva satírica del práctico’. poeta cordobés queda devaluada en Un análisis detallado de los el diccionario al reproducirse solo lo cambios posteriores en el artículo que aquí se ha señalado en cursiva. academia en las ediciones del DRAE Una «autoridad» más viene del vate —y aún más en otros repertorios madrileño Anastasio Pantaleón de académicos— excedería, aunque no Ribera (1600-1629), declarado segui- son muchos, el límite asignado a esta dor de Góngora y autor de afilados nota léxica. Baste con señalar, a modo vejámenes burlescos: «y quiero en de ejemplo, que se encuentra en la 4.ª ed. indicativo / y en subjuntivo quisiera (1803) la nueva alusión tanto a la ‘casa / que el primer premio me diesse / donde los académicos tienen sus juntas’ nuestra madre la Academia». como al ‘acto de juntarse o congregarse Se recogen, en fin, los sintagmas los académicos’, con un ejemplo que Academias de Pintura, de Escultura, de vive hasta hoy: «El Jueves Santo no hay Música y de otras Artes liberales, con la academia», con el que se recuerda explicación siguiente: «Son las Jun- implícitamente que el pleno de la RAE (Daderot) tas donde concurren los professores corporación celebra sus sesiones los de estas facultades, para conferir y jueves por la tarde. Por otro lado, la adelantar lo que conduce a su mayor ‘figura desnuda diseñada por el mo- perfección y aumento», que no pre- delo vivo’, propia de la escultura y de cisa de mayores comentarios. la pintura, pasó a ser el ‘estudio de En 1720 apareció la segunda una figura entera y desnuda, tomada edición de Autoridades (reducida a del natural y que no forma parte de las letras A y B). Algunas modifica- una composición’ (13.ª ed., 1899). ciones que en ella aparecen tendrán No menos llamativa es la reor- continuidad. Se amplía la referencia denación de las acepciones. Como al lugar de los arrabales de Atenas es norma del diccionario, el valor

Diccionario de autoridades, 1726-1739 en donde se situaba la Academia marcado —en este caso, el específico platónica con la indicada mención del arte— ha venido ocupando la de Academo, dueño de aquel sitio. última posición. Y al señalar como Se incorpora una acepción sobre la propias de la filosofía las referencias escuela platónica propiamente dicha al mundo clásico, a Platón y al sitio (y no solo al lugar en donde esta se en donde este enseñó, estas se han hallaba) como ‘secta de filósofos, cu- trasladado al final del artículo. El yo maestro fue Platón’, que se mu- fruto de la aplicación correcta de dará en ‘escuela de filósofos fundada la técnica lexicográfica da pie a un por Platón’ en la 12.ª ed. del DRAE símil acerca del lugar al que algunos (1884). Y se elimina la sinonimia es- insensatos querrían desplazar el sa- pecífica entre academia y universidad, ber humanístico. aunque esto debe matizarse, pues la mención a las ‘Juntas donde concu- rren los profesores’, aludida líneas atrás, se mantiene restringida de este modo: ‘En las Universidades juntas que los profesores de Jurisprudencia

10 La Academia sueca Francisco J. Uriz Breve historia sobre la fundación de la Academia y relato de algunas cuestiones sobre su identidad

Gustav III con el brazalete de la libertad (Aleksandr Roslin)

La Academia Sueca fue fundada por el rey Gustav vuelta, en la que se le da a cada académico una bola blanca III en 1786 utilizando como modelo la Academia Fran- y una negra. Efectuada la votación, un tercio de bolas ne- cesa a cuyas sesiones había asistido. En ese mismo año gras implica el rechazo de la persona elegida en la primera. el rey encargó a su amigo y secretario en el Parlamento, La ceremonia de inauguración de la Academia tuvo Elis Schröderheim, redactar los estatutos que luego él lugar el 5 de abril de 1786 corrigió y completó. La Academia es una institución de trabajo. Las reu- Los estatutos establecían que el fin para el que se niones de la Academia son de dos tipos: privadas y una creaba la Academia era trabajar en favor de la pureza, pública. Las primeras se celebran una vez por semana fuerza y prestigio del idioma sueco que se asemejaba mu- durante siete meses del año y en ellas se trata de las cho al trío de la española «limpia, fija y da esplendor». cuestiones que corresponden al trabajo de la Academia El lema elegido para la Academia fue Talento y gusto en favor de la lengua y literatura suecas, y la pública se (bueno, se sobreentendía) y el número de miembros que celebra el día 20 de diciembre, fecha del nacimiento de iba a ser de veinte, la mitad que la francesa, quedó fija- Gustav II Adolf, en la que en la actualidad se suele pre- do en dieciocho por motivos eufónicos. De aderton, le sentar, si lo hay, al nuevo académico. sonaba mejor al rey que De tjugo. Entre ellos se elige un Para sufragar los gastos el rey cedió a la Academia secretario permanente y cada seis meses un presidente y los ingresos generados por el Post- och Inrikestidning, un vicepresidente y un secretario. publicación oficial de anuncios gubernamentales y tam- Los primeros trece miembros de una institución de bién publicidad, que fue la principal fuente de ingresos «Herrar och Män», («Caballeros y Hombres», es decir, durante doscientos años. nobles y no nobles... varones), fueron nombrados por el El asesinato de Gustav III, que había sido un activo rey y estos eligieron a los cinco restantes, elección que soporte y participante en sus trabajos, provocó una cri- tuvo que ser aprobada por el monarca. sis en la Academia. El regente no le tenía aprecio y por Posteriormente la elección de candidatos se ha llevado consejo de su poderoso asesor, Reuterholm, un enemigo a cabo en una votación doble. En una reunión a la que de- de la Ilustración, las actividades de la Academia fueron be asistir un mínimo de 12 académicos se elige al que más suspendidas y no se reanudaron hasta que el nuevo rey votos haya obtenido. Después hay un balotaje, o segunda Gustav IV Adolf la reabrió en 1796.

11 Desde entonces la actividad de la Academia se ha La Academia era entonces una institución de es- realizado sin interrupciones. casos recursos que no tenía domicilio fijo. La donación Para cumplir su importante tarea de trabajar en fa- del mecenas y académico Bernard von Beskow, en 1869, vor de la pureza, fuerza y prestigio del idioma sueco, la permitió a la Academia comprar, por una modesta can- Academia elabora diversos diccionarios y una gramática tidad, la casa del número 18 de la calle Skeppsbron, a la y organiza concursos literarios que fomentan la literatu- que se mudó la Academia en 1877, pero el deterioro de la ra y contribuyen a establecer las normas del buen gusto. casa obligó a buscar, años más tarde, otros locales. El primer suceso singular en la historia de la Acade- A finales de 1913 la señorita Magna Sunnerdahl, mia es que el vencedor de su primer concurso literario hija de un rico comerciante, ofreció a la Academia una fue el propio rey Gustav III con su trabajo Homenaje al importante donación para comprar al ayuntamiento Consejo del Reino y al Mariscal Lennart Torstenson. El rey de Estocolmo la Casa de la Bolsa, situada en la Ciudad asistió a la reunión en la que se hizo lectura y crítica de Vieja. La ciudad no quiso venderla, pero en 1914 se llegó su contribución anónima… al acuerdo de que la Academia, previo pago de 500.000 La labor literaria más importante de la Academia coronas donadas por la señorita Magna Sunnerdahl, está recogida en la publicación Svenska akademiens hand- podría disponer a perpetuidad de dos pisos del edificio, lingar / Documentos de la Academia Sueca. incluida la sala de la Bolsa, donde hoy el premiado con Sus trabajos científicos se han concentrado en el el Nobel de Literatura pronuncia el discurso de acepta- fomento y limpieza del idioma sueco. A principios del ción. En 1921 se llevó cabo el traslado. Así quedaba final- s. XIX publicó Nuevas normas ortográficas que no tu- mente solucionado el problema del domicilio. vieron demasiada aceptación al prohibir el rey que se En ese contexto se conoció la encomienda contenida siguiesen en las propias publicaciones de la Academia. en el testamento de Alfred Nobel, en 1895, a la Academia La gramática sueca se publicó en 1836. de Estocolmo: pedirle si podía ocuparse de elegir un Para la confección del diccionario se repartieron escritor cada año en el mundo de la literatura para ser las letras entre los académicos sin que se produjesen galardonado con un premio. resultados positivos. La lentitud del trabajo propició En la Academia había una lúcida reticencia a acep- la decisión de crear una redacción permanente que se tar la encomienda. ¿Tenemos los suficientes conoci- estableció en la ciudad universitaria de . Hoy, en mientos? ¿Nos atrevemos dieciocho provincianos a dar esa redacción trabajan unas veinte personas. En 1893 se un premio mundial? Eso no entra en lo que establece la publicó el primer volumen del gran diccionario histórico carta fundacional de la Academia , decían. Pero Wirsén que aún no está terminado. Van por el volumen 37 y aca- estaba por la aceptación. Sostenía que no se podía privar bando la letra v. a los escritores del mundo del reconocimiento y la gene- Dentro de la Academia un Comité de la Lengua se rosa gratificación que les otorga el testamento. ocupa de todo lo relativo al idioma y a la revisión de los Y esa fue la tesis que prevaleció. trabajos de la redacción del diccionario de Lund.

* En el último tercio del s. XIX la Academia estaba bastante desprestigiada sobre todo por el desafecto exis- tente entre el secretario Carl David af Wirsén y la joven literatura (ver artículo de Strindberg, pág. 18)

Sede de la Academia Sueca, antigua sede de la Bolsa

WIRSÉN frenando la entrada a la Academia de los jóvenes literatos, entre ellos Strindberg, mientras deja paso a un mediocre. (Edvard Forsstöm)

12 La cotidianidad de la Academia Ulf Linde

¿Qué significa ocupar un asiento en contempla la vida cultural y a sus corifeos Sueca no acepta subvenciones públicas la Academia Sueca? Una liberación social a la luz de lo que uno mismo conoce, el y no grava por tanto a los contribuyentes de muchas maneras —ser miembro de la llamado tercer poder se convierte en algo suecos. Si esta institución autónoma ca- Academia es, en cierto modo, como llegar que carece de exigencias de veracidad. Los yese en la tentación del oportunismo po- a meta—. Apenas se puede llegar más representantes del glorioso periodismo lítico, tendría sin duda sus días contados. alto en la jerarquía cultural. Hace que uno son más bien un puñado de ocurrentes Son muchos los que se irritan por que la se libre de la exigencia de seguir avanzan- asiduos de cafeterías que inventan nove- Academia no exprese condenas públicas do, soportar toda competencia. Uno se dosas historietas escandalosas. de regímenes brutales en el mundo, pero siente como extraído de esa pista de atle- La cordialidad y la integridad de los yo creo que abstenerse al respecto es muy tismo en que parece degenerar, cada vez miembros de la Academia no consisten en inteligente, su principal cometido consiste más, la vida cultural. A mí al menos me pasarse la mano por el hombro. Para mí en crear algún tipo de equilibrio en el ac- otorgó una sensación de libertad. Incluso significa una alegría natural el hecho de tual sistema sueco de becas. No fomentar, mi madre dejó de llamarme fracasado. volver a vernos tras la pausa del verano. como hacen políticos y cargos públicos, La Academia, por razón del secreto, El cometido de la Academia consis- una cultura dependiente de los medios de es a menudo un orzuelo en el ojo de los te en promover el pluralismo en la vida comunicación. Si alguien se desempeña periodistas, que quieren enterarse y dar literaria de Suecia. No existe normativa con éxito en los medios de comunicación, cuenta de todo en nombre de los lecto- alguna para lo que es literatura buena y los políticos abren los ojos a ese alguien res. Ya desde el tiempo de Carl David literatura mala, todo el tiempo es cuestión que en otro caso no hubiesen conocido af Wirsén, la Academia Sueca ha sido de reconsiderarse a sí mismos y no en- nunca, y en la práctica son los periodistas considerada un baluarte del pensamiento contrar embarazoso el hecho de premiar de las páginas de cultura los que presio- reaccionario. No es así. Vista desde den- a un escritor que tiene opiniones diame- nan a los políticos para que concedan be- tro, la Academia aparece como una insti- tralmente opuestas a las de uno mismo, cas y subvenciones a los que de momento tución casi increíblemente desenfadada, sostener puras cualidades literarias —ver- les entretienen. Y los políticos muerden el sin ningún orden jerárquico. En su seno gonzoso concepto en la actualidad— y no anzuelo. La bronca del otro año en torno gozan de gran consideración las opinio- opiniones. Un escritor que ha expresado al salón de arte de Tensta, por poner un nes discrepantes, y si todos los lugares de abiertamente su desconfianza hacia la ejemplo, tiene un fondo político y se pres- trabajo fuesen tan democráticos como la Academia y que luego le ha sido concedi- ta por tanto a que los periodistas inflen Academia, muchas cosas serían distintas. do un premio por sus méritos literarios, es el caso. Se manipula para hacer creer a Trabajar en la redacción de cultura del lógicamente libre de seguir ladrando. Ello los políticos y a la opinión pública que el diario Dagens Nyheter se consideraba, al no significa que cualquiera pueda ladrar arte subvencionado por el estado y que se menos en mis tiempos, lo más distinguido a la Academia, hay que hacerlo de forma muestra en bienales y exposiciones alrede- y exclusivo que se podía hacer, en superior bella y dotada. El ladrido debe tener cua- dor del mundo, es bueno. Yo diría que la competencia con la Academia. El que lidades literarias. Eso habría que hacer en mayoría es pura basura. El que no se gran- escribía en Dagens Nyheter formulaba la vida cultural —dar cabida a múltiples jea el interés de los medios tiene a menudo verdades absolutas. Arrogancia parecida opiniones—. La Academia no ha sido mucho más talento pero no recibe trozo no se estila en la Academia. Existe un gran nunca, ni es, ni puede ser políticamente alguno del pastel del estado. El estado solo respeto mutuo aun cuando las propues- correcta. No debe coincidir con el criterio puede creer en la prensa porque carece de tas de uno no sean aprobadas. Si uno se de lo que es “actual” en la programación juicio propio. siente acogido sin reservas en un círculo cultural de televisión o en las páginas de En una realidad así la Academia de amigos, la autoestima se refuerza y se cultura del Dagens Nyheter. En la Aca- Sueca tiene un espacio importante que desvanecen las inquietudes por la carrera; demia, la mayoría de sus miembros han cubrir. No le interesan los juicios ajenos. es una forma de descanso. alcanzado la edad de 40-50 años cuando Ella misma juzga y no por encargo de La importancia de la Academia han sido elegidos; el que suscribe es como sensacionalistas alcahuetes. como mito se refleja en la urgencia para- el salmón que ya ha desovado en la re- 2008 noica de la prensa de rodearla de patrañas. montada de la corriente. Traducción de Juan Capel La tele y los periódicos tienen que dar la La Academia es un mundo en sí, impresión de estar al cabo de las cosas generoso y sano sin ningún secreteo inter- porque ignoran la verdad. Se conoce que no aunque lo que se dice en sus juntas no la distancia entre saber y parecer saber llegue a la opinión pública. Ya se cuidó de no es tan larga para esos brujos intelec- ello con los estatutos el propio fundador, tuales. Muy poco de lo que se escribe es el rey Gustav III, que además desechó el verdad, algo que da gusto constatar. Si se nombre de Real Academia. La Academia

13 La fiesta pública anual de la Academia, que se celebra La primera secretaria permanente es la actual, Sara el día 20 de diciembre, sigue las indicaciones escritas por el Danius, elegida hace dos años, más de dos siglos después rey Gustav III, y está presidida por los reyes. de su fundación, Empieza con el discurso del director sobre las activida- En el momento en que escribo, 1 de mayo de 2018, vive des de la Academia o sobre algún tema cultural de actualidad la Academia una crisis sin precedentes. A finales de 2017, al Sigue con la presentación del nuevo académico, caso de rebufo del metoo, se publicaron en el diario Dagens Nyheter que lo haya, que diserta sobre su antecesor. Antes iba prece- los testimonios de 18 víctimas de acoso sexual señalando dido de un exordio en que se disculpaba de los pocos méri- como presunto culpable a una «personalidad cultural» re- tos que tenía para recibir tan alto honor y luego exaltaba los lacionada con la Academia. Pronto se supo que el señalado muchos del desaparecido. Respondía el director. era Jean Claude Arnault, fotógrafo, dramaturgo y esposo de Luego se pasa a la lectura de algunos textos inéditos de la académica . Luego salieron a la luz algún académico. irregularidades en la concesión de ayudas económicas que Se lee la larga lista—son más de 60 los premios — de la Academia llevaba años dándole a Forum, un club cultural premiados y de los donantes de los fondos que los posibili- cuya dirección y propiedad compartía el matrimonio Ar- tan en literatura, lenguaje, historia, jóvenes literatos, etc. (Yo nault. Además, se supo que él había filtrado, al menos, el he recibido dos: el de traducción y el de difusión de la litera- nombre de tres premios Nobel: Jellinek, Pinter y Modiamo, tura sueca en el extranjero, y mi mujer, Marina Torres, uno.) y que, según él, había influido en el de Le Clezio, una viola- Y el director cierra el acto que no suele durar más de ción del secretismo, enfermedad senil del academicismo… hora y media. Las noticias reavivaron en Suecia las voces críticas con la Academia y sus privilegios. * La orden de mantener silencio, impuesta a los acadé- En todas las instituciones hay problemas, conflictos en- micos por la secretaria permanente no calmó a la opinión tre facciones o grupos, etc. También en la Academia. El más crítica y ella, para conseguirlo, encargó, en invierno de sonado de los últimos tiempos es el que tuvo lugar en 1989 2017, a un bufete de abogados la elaboración de un in- relacionado con la condena a muerte de a forme sobre lo ocurrido. Hace unas semanas se presentó consecuencia del cual cuatro académicos abandonaron la el informe acompañado de la recomendación de que la Academia. Ekman y Gyllensten, como protesta por dicho Academia denunciase el caso a la policía. Se constataba caso, y Aspenström y Anhlund, como efectos colaterales. que había habido abusos sexuales, pero los académicos no Pero ¿se puede abandonar la Academia? Se dice que no, los conocían. La patente parcialidad de Frostenson en la pero Lars Gyllensten, que fue secretario permanente unos concesión de las ayudas de la Academia a Forum provocó diez años, dejó escrito en sus memorias que la obligación de enfrentamientos entre los académicos. Se decide votar en permanecer a perpetuidad no está en los estatutos. la Academia la expulsión de Frostenson. Tras la votación Hay opiniones de profesores de derecho que sostienen que decide no expulsarla, tres académicos renuncian a que se tiene el derecho pero no el deber de permanecer a sus puestos y poco después lo hacen dos más, la secretaria perpetuidad, lo que parece sensato. permanente y Frostenson. Los académicos se lanzan gra- Lo curioso es que sí se puede expulsar a los académi- ves acusaciones entre ellos. Y hace tres días abandona la cos. Gyllensten escribe que cuando fue secretario perma- Academia … nente hubiese podido expulsar a Artur Lundkvist por haber Para colmo, la Ekobrottsmyndigheten (Agencia contra los dicho públicamente que había votado en contra del premio delitos económicos) ha abierto una investigación sobre irre- a Golding, lo que rompía el secreto de las deliberaciones y gularidades económicas en el entorno de la Academia. era por tanto motivo de expulsión. En el poema de Lars Forssell (pág. 92) hay una frase pre- , la única en vida de los cuatro que monitoria: “¿De qué sirve la Academia Sueca?” Ahora el esta- abandonaron la Academia, habla de la cadena perpetua que blishment cultural sueco duda: ¿Para qué sirve la Academia? representa la obligación de ser académica hasta la muerte.… La Fundación Nobel se estará preguntando, ¿qué clase Ahora que otra académica, Lota Lotass, ha manifesta- de corporación es esta a la que se encomendó la tarea de do su deseo de abandonar la institución por aversión a la vi- elegir el laureado con el premio Nobel de Literatura? da social que exige la Academia, ya hay voces que reclaman: ¿El Nobel? ¿Habrá quórum? (Es de doce y ahora ¡Liberen a la señora Lotass de la cadena perpetua! quedan diez…) ¿Cómo discutirán los enfrentados Y los estatutos se pueden modificar. En realidad, en la académicos el premio Nobel este año? ¿No sería mejor carta fundacional se establecía que la formarían «Dieciocho aplazarlo? Caballeros y Hombres», es decir, no se contemplaba que ¿Quién le pone el cascabel al gato? La esperanza hubiese mujeres. Pero esa limitación se eliminó al ritmo de está en la intervención del Rey y que modernice una sociedad en que las mujeres obtuvieron derecho de voto los bicentenarios estatutos y tal vez promueva el en 1919. La primera académica fue Selma Lagerlöf en 1914, nombramiento de nuevos miembros que completen la más de un siglo después de la fundación… demediada corporación.

14 Un blues de lazo para un tiempo que se rompe, un sistema literario que se derrumba Göran Greider

Göran Greider, fotografiado en la Feria del libro de Göteborg, 2011 (Bengt Oberger)

La secretaria permanente Sara Danius (Jonathan Nackstrand)

Cuando la Academia Sueca se derrumba es un tiempo una época en miniatura lo que se acerca a su fin:

Se tardó treinta años en crear una tan distinguida institución. Se necesitó un nuevo mercado del libro dividido entre superventas y ventas difíciles, increíble cantidad de novela policiaca; miles de dobles páginas con arrambladores de estrellas, un mundo de páginas culturales despolitizado y una conexión directa con los mercados de exportación a través del premio Nobel: en dos palabras, un campo literario invadido por el mercado.

15 ¿Quién coño se preocupaba lo más mínimo de la Academia hace sólo treinta años? Pero en la época de los culebrones el sistema literario necesitaba un puntal en el mismísimo cielo mediático y desde finales de la década de los ochenta hasta hoy se fue formando una nueva academia: metafísicamente inmortal y mediáticamente poderosa al mismo tiempo. Vimos a las Casas Reales sobrevivir milagrosamente fusionándose con las Casas Mediáticas y vimos a la Academia convertirse en un piso de lujo de la mediocracia (Por lo demás también la Academia tuvo sus exiliados príncipes y princesas). El mundo de las páginas culturales echaba de menos un brillo y lo encontró en los días de Horace: nunca logró comprender que era un nuevo conservadurismo lo que brillaba.

Las revueltas de las élites son a veces complejas. La palabra “realismo” desapareció totalmente de la literatura para ser sustituida a lo sumo por el término «literatura testimonial» porque la palabra no sabía ni a rebelión ni a gente pobre. El hijo de oficial, con un hermano en la Academia militar, iba a resumir en horario de máxima audiencia el asco de un caballero por todo lo colectivo: «Política es unirse y simplificar.»

Recuerdo los malditos años ochenta, la década de los muchos cambios de rumbo. Se vació el centro de Estocolmo de clase obrera pero cuanto más igual socialmente se hacía la ciudad más a menudo se exaltaba su diversidad. Ivar Lo dejó su vivienda de Bastugatan definitivamente. En un club para iniciados del centro de la ciudad se convirtió la plaza en sótano.

Yo no era más que un chico de pueblo al pie de los retratos de los pasillos de la editorial Bonniers o en los corredores de gravilla que llevan a la fiesta en Manila. En las grandes editoriales se sentaban hombres mayores envueltos en un tiempo pasado pero por las puertas entraban los nuevos profetas: los postmodernos, los postestructuralistas, los estetas, los intertextualistas, los derridodadaístas, los pauldemansonianos, losquelehabíandichoadiósalsocialismo -istas y sostenían que el menor intento de una transformación justa de esta sociedad acabaría inevitablemente en un Gulag y venían casi siempre de París, la capital de la reacción europea. Su misión fue finalmente nada menos que salvar un amenazado conservadurismo cultural.

Los ochenta y los noventa fueron las extrañas décadas en las que nació una nueva Academia: el comercialismo plebeyo y el exquisito gusto de alta burguesía

16 iban de pronto a fundirse en el mismo espíritu del tiempo. Se vio en la literatura: Se hizo como miedosa, miedosa de sí misma y del imperioso poder que hay siempre en las palabras.

Un día después de una lectura cruzaba Kungsträdgården al lado de Katarina Frostenson. No, no nos conocíamos. Pero recuerdo que ella se paró a mirar unas grandes grúas como en un asombro catatónico por un tiempo que se elevaba sobre todos nosotros. Se vieron nacer iconos directamente de los inmensos cardúmenes de texto de las páginas culturales. Era en aquellos tiempos en que Sara Danius aún era una marxista radical y no una secretaria permanente en ciernes de una Academia venerable y patriarcal que deforma a todos y cada uno de los que entran en ella:

La blusa de lazo es al final un blues, un blues para todo el radicalismo que se ha hecho imposible

Así que cuando la Academia Sueca estalla y se derrumba no cometas el error de creer que se trata de individuos particulares: Lo que estalla es un tiempo, un sistema literario que se derrumba.

La literatura abandona el cielo.

Traducción de Francisco J. Uriz

Notas:

«la Academia tuvo sus exiliados príncipes y princesas» son Kerstin Ekman y Werner Aspenström. «El hijo de oficial, con un hermano en la Academia militar» es Horace Engdahl en los días de Horace: Horace Engdahl, secretario permanente de la Academia 1999- 2009 «la fiesta en Manila» se refiere a Villa Manila propiedad de la familia de editores Bonnier «La blusa de lazo»: prenda que suele llevar Sara Danius, hoy signo de solidaridad con ella

17 Sobre la Academia sueca August Strindberg

Manifestación en favor de Tolstoi cuando no le concedieron el primer Nobel de literatura (Edvard Forsstöm) Protesta tuye un club semiliterario. Los nombres y diletantes en literatura, que es lo que Cuando los firmantes del docu- más notables del siglo en la literatura tienen juzgar. Y el concepto que tienen mento en favor de Tolstoi recientemente francesa no iban seguidos del título de estos honorables señores sobre el arte elevaron su protesta contra la injusticia académico. Los hermanos Goncourt, de la literatura es tan infantilmente cometida por la Academia sueca al con- que abrieron una nueva época en la simple que solo llaman poesía a lo que ceder el premio Nobel a un indigno, a la literatura mundial, no pertenecieron a está en verso, de preferencia rimado. Si Academia le apeteció atribuir esta me- la Academia; a Emile Zola, que él solo por ejemplo Tolstoi solo se hubiese dis- dida a la pura envidia. Ahora bien, una constituía una época, el gigante, no se le tinguido por la descripción de destinos injusticia cometida suele despertar en consideró digno de sentarse entre escri- humanos, si hubiese pintado frescos los ciudadanos bienpensantes disgusto tores de medio pelo como Claretie, Loti, históricos, no se le consideraría, a pesar e indignación; decir que una injusticia Bourget y Cherbuliez; Alphonse Daudet de eso, poeta ya que no ha escrito versos. despierta envidia es una estupidez. Aquí despreciaba la institución, Maupassant Pero lo que ha ocurrido ahora es que en este país al indigno se le suele honrar la ignoraba, Huysmans parecía haber ol- durante la última generación ha caído con premios y condecoraciones, y la vidado que existía, Richepin… en otras la cotización de los textos en verso; Academia sueca acaba de demostrar en palabras, la Academia se ha convertido todos han aprendido a dar, en unas la última elección de nuevos miembros en un sindicato en el que faltan los pro- cuantas líneas con sílabas contadas y su extraordinario talento para descubrir fesionales más notables. El honor que rimas facilonas, una más o menos bella indignos; pero que todo un pueblo salu- nuestra Academia iba a cosechar con el expresión a un pequeño sentimiento, de satisfecho una acción deshonesta, eso apretón de manos de la parisina es pues nacido generalmente de la visión de un es, decididamente, el mundo del revés. solo pura fantasía. objeto, incluso tan insignificante como Que , que apenas es Evidentemente esto sería indiferen- un jarrón roto. El arte de la versificación poeta, aunque escribe versos, fuese hon- te si la Academia se estableciese como se ha convertido en un pasatiempo de rado con el premio Nobel podría depen- un club de aficionados, hermandad de sociedad como tocar el piano y, por muy der de que es miembro de la Academia compañeros o amigos de la literatura, perfecta que sea la técnica, el género francesa y que nuestra Academia quería porque todo el mundo tiene derecho a no es más que un educado juego con salir de su olvido y honrar a nuestro país divertirse como mejor le plazca, pero la palabras e ideas. Todo el esplendor se y a sí misma. cosa ya es más discutible cuando actúa limita frecuentemente a una metáfora, Ahora bien, desgraciadamente, como tribunal. El ser juzgado por pares una antítesis, una comparación, a las cosas no están mucho mejor en la o por iguales se ha considerado en los “decir una cosa y significar otra”, Academia francesa que en la nuestra, últimos tiempos como algo fundamen- pequeños ornamentos, que el prosista porque a la Academia francesa desde tal. ¿Cuántos pares tiene nuestra acade- echa a puñados en su creación, sin Balzac y con él, el más grande, le han mia? Bueno, tan pocos que la mayoría otra pretensión que la de adornar faltado sus grandes escritores y consti- la componen chapuceros, tramposos estilísticamente la obra.

18 Este kleinkunst, esta nimiedad se ha acusación que se me ha lanzado de que Letras, Historia y Antigüedades y no convertido para nuestra Academia en el me he sentido marginado en la última meterse a codazos en la institución de arte de la poesía por excelencia; lo acce- elección de miembros. Y aprovecho la los más notables escritores literarios de sorio se ha convertido en lo esencial, la ocasión para informar a mis amigos de Suecia (que se ven expulsados de ella). forma ha vencido al contenido, y por eso la prensa que han mencionado mi nom- ¿Por qué hay en ella obispos? Porque son nuestra Academia protege defiende las bre entre los candidatos a la academia elocuentes oradores espirituales, con- bagatelas, lo meticuloso, lo decorativo, que nunca aceptaré un puesto entre los testan. En primer lugar, ¿son elocuentes lo insignificante, y como autoridad que Dieciocho, suponiendo que se me ofre- oradores Billing, Rudin y Rundgren? juzga representa lo parcial, lo cobarde, ciese, lo que considero impensable, pues ¿Es gran oratoria escribir un discurso, a menudo lo bajo, ahora finalmente, lo supongo que la Academia seguirá igual aprendérselo de memoria y recitarlo en desvergonzado. Por eso la institución de fiel a su tradicional gusto literario voz alta? En segundo lugar: quiere una no solo es superflua, sino hasta despre- como yo al mío. conciencia tan delicada como la de Ru- ciable. Se hizo superflua cuando se creo ¡El que me aprecie, que me siga! din que se incluya su actividad profética el Sindicato de Escritores Suecos y se Svenska Dagbladet,1902 en la categoría de bellas artes, y sostiene hizo despreciable cuando últimamente que la palabra de Dios que transmite cometió una mala acción que además La Academia Sueca pertenece a la literatura de ficción y debe no era la primera. Además, el arte de la En 1753 fundó Lovisa Ulrika su juzgarse de la misma manera que las literatura, la más libre de todas las artes Academia de Bellas Letras y por bellas “frivolidades” de o las libres, exige libertad para desarrollarse. letras se contaba en aquel tiempo la his- “irreligiosidades” de Sully-Prudomme1. Liberémonos de los maestros, especial- toria, lenguas clásicas, antigüedades y (Que el profesor Rudin haya querido mente de aquellos que no conocen el numismática, etc. Cuando Gustav III en sentarse en el mismo sillón del anticristo arte que tienen que juzgar. En caso de 1786 descubrió lo informe en esta mezcla Rydberg es un asunto entre él y su deli- necesidad, renunciemos al dinero de de ciencias y literatura fundó la Acade- cada conciencia). Nobel, a ese llamado dinero de la dina- mia sueca para los que practicaban la No, la elocuencia es otra cosa, y es mita. Alguien ha dicho que la literatura literatura y dejó a archiveros y anticua- un don muy escaso en este país; uno la sueca está escrita en el reverso de los rios en la reestructurada y modificada encuentra alguna vez en el parlamen- avales de préstamo. Está explicado: esta Academia de Bellas Letras, Historia y to, a menudo en los clubes, nunca en literatura ha nacido en la pobreza, en la Patrimonio artístico. los púlpitos. Si se oye al borde de una necesidad momentánea, en la humilla- La Academia sueca debe ser “una tumba abierta buena oratoria espiritual ción, sus nombres más grandes brillan asociación de los hombres que se de- seguro que proviene de un lego. Así por su ausencia en esta Academia, en dican a la literatura más notables de pues, podemos borrar a los oradores la que el ser miembro era más bien un Suecia sin tomar en consideración su espirituales de la Academia. La buena puesto de retiro, un intercambio de fa- posición social”. oratoria escrita pueden producirla todos vor por favor, y finalmente se ha conver- Parecía que esto era hablar claro. los escritores y mucho mejor, pero no tido en un cargo de corte. Pero ¿cómo han respetado los estatutos cuenta en este caso. El pan que la Academia ha tenido que nunca se cansan de citar como su ¿Por qué hay filólogos? Deben para repartir no siempre le ha caído al ley constitutiva? Bien, en la Academia cuidar y cultivar el idioma sueco, se dice. que lo merecía, pero las lápidas que la sueca hay ahora: dos archiveros naciona- No, señores míos; el idioma es un ser academia ha levantado a los grandes les, un responsable del patrimonio na- vivo que crece del tiempo. El idioma sur- martirizados recuerdan las piedras so- cional, un bibliotecario de universidad, ge, no se hace. Es entre los ciudadanos bre las que se ofrecen sacrificios en el el resto son profesores, obispos y un de nuestro tiempo donde surge, y los túmulo de los muertos para la paz de envoyé, entre los cuales no destaca nadie escritores lo toman de allí, lo fijan y lo sus almas y la propia tranquilidad de por su dedicación a la literatura en el devuelven pulido y engarzado. Los auto- conciencia... verdadero sentido de la palabra. En toda res de diccionarios reúnen y ordenan las la institución solo hay cuatro escritores palabras de las obras de los escritores; * literarios, pero lo son en sus ratos libres. son siervos, no amos. El idioma sueco de Finalmente, un par de palabras Ninguno de ellos ha entregado su vida hoy con su enorme riqueza de vocablos sobre mi relación personal con la de lleno al arte de la literatura. y formas no está tomado del diccionario Academia. ¿Por qué hay allí historiadores? En Como claramente se desprende de un principio la historia eran panegíricos 1 Sully-Prudomme ha traducido De rerum mi obra literaria, nunca he ambicionado y se contaba entre las bellas artes, pero natura del materialista Lucrecio y en el prólogo ser académico; hasta he manifestado ahora la historia es una ciencia y por ha manifestado sus dudas sobre las cosas más elevadas. El profesor Rudin debería leerlo, de no abiertamente mi desprecio por dicho ello Annerstedt, Odhner, Hildebrand haberlo leído antes de que la Academia concedie- instituto. Lo que desprecio no puede y Hjärne deberían estar sentados tran- se a Sully-Prudomme el premio, por su creación despertar mi envidia; por eso rechazo la quilamente en su Academia de Bellas literaria “de orientación idealista”

19 de la Academia, sino que está enrique- una ilegalidad, porque la historia es de historiadores en la Academia sueca cido de todo tipo de hablas especiales, ciencia y no literatura. como un abuso o una ocurrencia ilegal. jergas de la industria y la economía, y La Academia tiene sobre su con- Desde un bando se ha argüido que recientemente refrescado con dialectos. ciencia una sucesión de injusticias en la escritura de la historia es arte. ¡Bien! ¡Entonces fuera con los hurgadores de la concesión de sus diferentes premios. Pero entonces nuestros historiadores palabras! A ellas ha sumado ahora ilegalidades al deberían tratar de ingresar en la Acade- ¿Por que está el profesor Retzius en modificar y malinterpretar sus estatu- mia de las Artes, donde el conde Rosen una asociación de escritores literarios? Él tos, y cuando recientemente ha violado los recibiría con los brazos abiertos. Y no tiene exigencias literarias muy eleva- la última voluntad de un muerto, por- el profesor Mommsen hubiera debido das sobre sí mismo como han insinuado que no ha respetado el testamento de recibir la medalla del rey pero no el pre- las malas lenguas: pero como científico Alfred Nobel. mio Nobel de literatura. es miembro de la Academia de Ciencias Esta institución le ha dado a la En el artículo anterior olvidé men- y con todo derecho. ¡Ya le basta! juventud un muy mal ejemplo al mos- cionar al profesor Ljunggren porque, ¿Es por eso por lo que el exministro trarle que la ilegalidad y la injusticia que yo sepa, no ha escrito literatura sino von Ehrenheim se sienta allí? Probable- disfrutan de la más alta protección y ha sobre literatura. Este tipo de escritor se mente. Antes los exministros eran nom- contraído una grave responsabilidad considera hoy que debe pertenecer ob- brados gobernadores. Ahora se utiliza por haber actuado con arbitrariedad y viamente a la academia y aún hay más la Academia como puesto de retiro para parcialidad; pero si sigue en concesión candidatos de este tipo. Pero la Acade- ellos; tal como se reservaban antes las de premios la misma orientación que mia debería ser una asociación represen- oficinas de correos a los comandantes. en los Nobeles anteriores la Academia tativa de los que escriben la literatura de Y luego está el envoyé X. ¡No lo co- le va a acarrear deshonor a nuestro país. nuestro tiempo. La literatura de nuestro nozco! La idea de Alfred Nobel fue hermosa al tiempo es el epos (la novela) y el drama, Finalmente están los cuatro escri- querer darle a nuestra ignorada patria pero la academia no puede presentar ni tores literarios que se sienten absurda- una hegemonía en literatura; pero él no un épico ni un dramaturgo, sino sim- mente honrados de estar en tan notable conocía la literatura ni la Academia. La plemente poetas. Es decir: los escritores compañía. literatura contemporánea es la novela y están proscritos pero los historiadores ¡Esto es la academia sueca! el drama; pero entre los cuatro escritores de la literatura son indiscutibles. ¡Eso se La Academia sueca era hacia 1880 de ficción de la Academia, que son unos llama justicia y sensatez! una ridícula asociación a la que no se le comparsas, no hay un solo novelista ni A los “indiscutibles” pertenecían daba ninguna relevancia en los círculos un autor dramático. ¡Dieciocho magis- hasta hace poco tiempo los traductores. ilustrados. Pero cuando en 1890 esta trados iletrados y ni un juez competente! Así estaba Kullberg allí como traductor institución fue elevada a la categoría de ¡Eso no es un tribunal! ¡Eso no es nada! de Tasso. Strandberg como traductor de tribunal de la literatura mundial con- Svenska Dagbladet,1903 Byron, y Rydberg no ha entrado como temporánea la Academia se convirtió poeta sino como traductor del Fausto de en algo. Pero entonces, si hubiese tenido Respuesta a las objeciones Goethe. (Pero ¡solo de la primera parte! algún resto de honor, ella misma hubie- Cuando el 20 de marzo de 1786 No tuvo fuerzas para ocuparse de la se manifestado su incompetencia y se Gustav III creó la Academia sueca, creó segunda.) De momento se habla de dos hubiese declarado no cualificada como al mismo tiempo la Academia de Bellas traductores más como candidatos. tribunal para juzgar. Porque el juez no Letras, Historia y Patrimonio artístico. El ¡Es tronchante! El que escribe debe juzgar de aquello que no conoce, y ámbito de esta última, establecido según sobre literatura y el que la traduce son mucho menos de oídas. ¿Cuántos aca- los propios estatutos del rey, se limitaba incuestionables como candidatos a la démicos leen literatura? ¿Cuántos van a historia y arqueología, mientras a la Academia, pero el que crea literatura al teatro? ¿Ha leído el profesor Rudin o Academia sueca se le confiaba el cuidado está descartado. el obispo Billing las novelas de Zola o del verdadero arte de la literatura. No tengo pues ningún motivo para han visto las piezas de Ibsen? No lo sé, ¡Son pues palabras claras! Pero ¿por retirar nada de lo que dije en los artícu- pero si profesor y obispo se atreven a qué se sientan hoy historiadores en la los anteriores sobre la Academia sueca sentarse como miembros del jurado sin Academia sueca? Mientras la escritura en los que la llamé asociación iletrada y haberse leído los documentos relativos de la historia se ceñía a discursos la descalifiqué como tribunal de la lite- al asunto; entonces su frivolidad y su laudatorios quizá se hubiera podido ratura de nuestro tiempo. ¡Arqueólogos, imprudencia son punibles. encontrar un atisbo de justificación filólogos, teólogos, historiadores, no son La primera sentencia dictada por para considerarla literatura; de la misma un tribunal literario! ¡No son nada! la Academia en favor del poco me- manera que se consideran literatura los recedor Sully-Prudhomme, fue una dramas históricos de Shakespeare; pero Estocolmo, septiembre 1903. injusticia; la segunda sentencia de la desde que la historia se ha convertido en academia en favor de Mommsen fue ciencia, se debe considerar la irrupción Traducción de Francisco J. Uriz

20 La Biblioteca Nobel de la Academia Sueca al servicio del premio de Literatura Lars Rydquist

Lars Rydquist, Paco Uriz y Lola Albiac Sala de lectura de la Biblioteca Nobel

La Biblioteca Nobel como materias humanísticas importantes en las bibliotecas universitarias y otras laboratorio para el estudio y análisis de la creación bibliotecas especiales de Estocolmo. En los países nórdicos, la Biblio- literaria. El primer bibliotecario, Karl War- teca Nobel, situada en pleno centro de Hoy día la Biblioteca Nobel es burg, adoptó desde muy pronto la idea Estocolmo, en la antigua Bolsa, junto más conocida entre traductores, crí- de que la Biblioteca debía evolucionar al Palacio Real y la Catedral en la Ciu- ticos de literatura, escritores y un pú- hasta convertirse en un laboratorio dad Vieja, es completamente descono- blico lector, que no pocas veces entran literario en apoyo del trabajo de la Aca- cida para muchos. Y cuando una vez a la biblioteca a través de la base de demia en torno al Premio Nobel de descubren que este hermoso edificio datos bibliográfica sueca LIBRIS, por Literatura. El Instituto Nobel con un del siglo dieciocho tiene algo que ver ejemplo, y descubren que la Biblio- número de expertos en literatura que con Nobel, piensan que la biblioteca es teca Nobel es la única biblioteca del se creó y trabajó durante muchos años, una parte del museo Nobel que desde país que proporciona determinadas fue una expresión de las ambiciones el año 2000 se alberga en la planta baja literaturas e historias de literatura mo- científicas que caracterizaban también de la casa. Y, sin embargo, la Bibliote- dernas. Y muchas veces en otros idio- el trabajo de las otras instituciones con ca Nobel ha tenido sus colecciones a mas que el sueco, es decir, en francés, el Premio Nobel. En ese Instituto tra- disposición de los investigadores en la inglés, alemán o español, y también en bajaba un grupo de especialistas que Bolsa desde 1921, veinte años después ruso y polaco, puesto que la Biblioteca representaban la máxima competencia de que se entregara el primer Premio aspira a adquirir lo mejor y lo más ac- en sus respectivas esferas lingüísticas Nobel. tual, independientemente del idioma, y literarias y estaban en diálogo cer- La Biblioteca Nobel inició su mientras se trate de un idioma que cano tanto con los miembros de la actividad al mismo tiempo que la tenga lectores en la Casa. Academia como con el personal de la Academia Sueca recibió el encargo de La Biblioteca Nobel es un verda- Biblioteca. El Instituto Nobel perdió elegir anualmente al Premio Nobel de dero recurso en literatura moderna pa- importancia bastante pronto, pero no Literatura. El año antes de que Sully ra muchos investigadores y estudian- se cerró hasta el siglo XX cuando se Prudhomme recibiera el primer pre- tes en todo el país y en todos los países consideró que los propios académicos, mio de literatura en 1901, se nombró nórdicos y se hacen a diario préstamos en colaboración con la Biblioteca, a Karl Warburg, famoso catedrático a otras bibliotecas de lugares lejanos. podían llevar a cabo el trabajo sin em- de Literatura de Gotemburgo, primer Además, la Biblioteca organiza acti- plear expertos. No obstante, la cues- bibliotecario de la Biblioteca. vidades como conferencias y semi- tión ha vuelto a ponerse sobre el tapete Durante los primeros años War- narios de literatura contemporánea, y se ha vinculado a un cierto número burg puso los cimientos de la Bibliote- en primer lugar para su público, para de expertos a la Biblioteca Nobel para ca que hoy consta de más de 200.000 bibliotecarios y libreros de la región. que la cobertura de la literatura con- volúmenes, la mayor parte de literatu- La Biblioteca participa también activa- temporánea tenga el mejor resultado ra moderna, pero también de historia mente colaborando en actos en torno posible. Porque mantener la biblioteca de la literatura, lingüística y otras a las humanidades que se desarrollan al día en lo que toca a la literatura de

21 calidad que se escribe hoy es la misión y críticas. Esa es también una ocasión del siguiente año (lo más tarde el 31 capital de la Biblioteca Nobel, aunque para el intercambio de experiencias de diciembre). Durante la primavera pueda parecer más o menos imposible y discusiones en torno a la literatura se hace una lista con todas las pro- cubrir la literatura de todo el mundo. que se escribe y la que se compra en puestas, que puede alcanzar hasta 200 la biblioteca. Pero los académicos nombres y que se completa con bio- Amplia cobertura literaria hacen llegar sus puntos de vista y sus grafías y datos bibliográficos, para uso Hay varios bibliotecarios em- propuestas a la biblioteca a través de la del Comité Nobel y de los académi- pleados en la biblioteca y siguen la red. La Biblioteca Nobel es, ante todo, cos. La Biblioteca Nobel sigue atenta a publicación de prácticamente toda la una biblioteca para hablar de literatu- todos los autores importantes, incluso literatura mundial por medio de 150 ra, mucho más que una biblioteca para si no figuran en la lista de propuestas. periódicos y revistas en inglés, fran- prestar libros. Todo visitante, pida o Cuando el Comité Nobel empieza a cés, italiano, polaco, portugués, ruso, no préstamo, se ve como alguien valio- decantarse en torno a una lista más español y alemán, además de las len- so con quien conversar sobre la litera- reducida la Biblioteca Nobel puede guas nórdicas. Se sigue a los autores tura contemporánea. recibir el encargo de conseguir nuevas contemporáneos de lengua francesa a traducciones y preparar bibliografías. través de Quinzaine Littéraire, Magacine En relación con la decisión final, la La“ Biblioteca Nobel es, Litteraire, Lire, Action Poétique, La Nou- Biblioteca Nobel participa con más ta- velle Revue Littérire, Lettres Québécoises, ante todo, una biblioteca reas de traducción. Pero lo importante Qantar y los suplementos literarios de para“ hablar de literatura es proporcionar a los académicos todo Le Monde, Le Figaro y L’orient Mensuel, el material y los textos posibles. Se pero también a través de otras publica- exige un secreto absoluto de todos ciones que tratan de cubrir la literatura los que trabajan en la Academia y el francófona que se produce. La biblio- Este alto aprecio de los intercam- personal de la Biblioteca Nobel ha de- teca saca asimismo provecho de exper- bios con los visitantes de la biblioteca mostrado gran integridad y rechazado tos literarios especialmente competen- se refleja también en las tardes de ter- todo intento de intromisión en las tes y de los usuarios de la biblioteca tulia que la Biblioteca Nobel organiza, semanas previas a la publicación. Más que pueden enviar sus sugerencias por en los que se invita a conversar sobre adelante, durante el otoño, la Bibliote- Internet. Es un verdadero reto el seguir literatura en el Akademiens Ljusgård ca Nobel organiza también la tradicio- la literatura mundial, pero hay que algunas noches cada trimestre. Son, nal conferencia Nobel, lo que supone tomárselo con sencillez y modestia y generalmente, críticos, traductores y el contacto con posibles traductores estar preparado para descubrir autores escritores quienes participan en esos (tradicionalmente alguno de los tra- menos famosos cuya importancia ha salones literarios que tratan de todo ductores que anteriormente ha hecho ido en aumento y que deben estar re- desde “clásicos del futuro” hasta “la una o varias traducciones de la obra presentados en la Biblioteca Nobel. biografía como novela o la novela del autor) a varios idiomas además Además del premio Nobel, la como biografía”. Entre las actividades del idioma del premiado, traduccio- Academia Sueca, al igual que la Aca- hacia afuera de la Academia Nobel nes que deben estar en forma digital demia Francesa, concede unos cin- se cuenta también la feria del libro en las páginas de la Academia y de la cuenta premios más a jóvenes autores, anual que se celebra en Gotemburgo Fundación Nobel, así como impresas dramaturgos y traductores lo que tam- en la que la Academia presenta un en papel. Un digno final del año No- bién supone una atención especial a la gran pabellón al que acuden muchos bel es la semana Nobel que incluye literatura nórdica contemporánea. interesados pata asistir a seminarios y una visita del premiado a la Biblioteca conversaciones literarias. Nobel. De los últimos premios Nobel, La Biblioteca Nobel, lugar Jean-Marie Le Clézio, , de encuentro para hablar de El trabajo en torno al Premio Herta Muller y , literatura. Nobel dura todo el año expresaron su gran aprecio por la Bi- Todos los jueves cuando la Aca- Inmediatamente después de que blioteca Nobel. Conocer a grandes au- demia Sueca se reúne en la Bolsa, los se da a conocer el nombre del Premio tores, tanto en lo personal como en lo miembros van acudiendo a la sala Nobel del año a principios de octubre, literario, desprovistos de vanidad es, de lectura de la biblioteca unas ho- la Biblioteca Nobel envía invitaciones para el personal de la Biblioteca Nobel ras antes de la reunión y ven allí las a cerca de 2000 catedráticos de litera- un premio en sí mismo, además de la nuevas adquisiciones que ha hecho tura y lengua, a asociaciones de escri- alegría que supone poder trabajar con la biblioteca de la literatura mundial. tores, a clubs PEN, a otras academias literatura tan importante para tantas La biblioteca expone una selección de equivalentes de todo el mundo con la personas. ellas en la gran mesa de la sala de lec- solicitud de que envíen sus propues- tura, a veces acompañadas de reseñas tas de candidatos al Premio Nobel Traducción de Marina Torres

22 El premio Nobel de Literatura Francisco J. Uriz El tortuoso camino de la herencia de Nobel y la difícil asunción de la organización del Premio por parte de la Academia Sueca y de las instituciones implicadas

Circunstancias accidentales Alfred Nobel es conocido en el Hugo y su preferencia literaria era convirtieron a la Academia sueca, mundo como el inventor de la dina- Tolstoi1. una anónima institución del norte de mita y el creador de los premios que El padre ya llevaba un tiempo Europa, en una entidad conocida en llevan su nombre. experimentando con explosivos y tam- todo del mundo. No por sus trabajos bién Alfred se orientó hacia ese cam- en favor de la finalidad para la que po. Alfred había encontrado a Ascanio fue creada, sino por haber aceptado, En la solución de los Sovrero, inventor de la nitroglicerina. con reticencias, el encargo de elegir problemas“ fue decisiva En 1864 un fatal accidente, una al escritor galardonado con el premio una“ persona: el albacea del explosión de nitroglicerina, acabó Nobel de Literatura. testamento Ragnar Sohlman con la vida de su hermano pequeño. En 1985, un industrial e inven- Dedicó muchos esfuerzos a descubrir tor, Alfred Nobel, redactó en París, por qué la nitroglicerina explotaba un testamento que iba a convertir a con tanta facilidad hasta que dio con Suecia en un país importante en el la causa y con un estabilizador y así mundo de las ciencias y la literatura, Nació en Suecia en 1833, año de inventó la dinamita. y a una pequeña, y por entonces des- la quiebra de su padre, un genio téc- Ello le dio la esperanza de que, prestigiada institución, la Academia nico e inventor. Debido a la precaria ante el horror de la guerra con armas Sueca, en una celebrity mundial. situación económica de la familia, tan letales, los países se orientarían a la el niño sufrió desprecios e insultos paz perpetua. Esperanza vana. La di- ¿Quién fue Nobel? durante su infancia. Su padre se tras- namita fue la base de un gran imperio ladó a San Petersburgo para tratar industrial que se extendió por más de de enderezar sus negocios y en 1842, veinte países. ya bien establecido en el campo del En 1871 Nobel se estableció en armamento bélico, toda la familia Paris y compró una casa en la avenida Nobel se trasladó a Rusia. Malakof. Tras las dificultades de la infan- A raíz de discrepancias con el cia, el joven Alfred Nobel disfrutó gobierno francés por motivo de la di- en Rusia de todas las ventajas de namita fue acusado de traición. Por lo las clases altas y tuvo una excelente que se trasladó a Italia, concretamente educación humanista, con profesores a San Remo. en casa, llegando a tener buenos co- Tuvo relaciones con Bertha nocimientos de física y química, y a Kinsky, una conocida pacifista aus- dominar cinco idiomas. triaca que trabajó como su secretaria En la adolescencia tuvo ambi- y de la que estuvo enamorado pen- ciones literarias y escribió poesía, sando que era un alma gemela, pero pero se encontró con la negativa de su ella lo dejó por su amor austriaco. padre que quería que se dedicase a la Tras la ruptura siguieron mante- técnica y los inventos. Siguió el cami- niendo buenas relaciones. Ella fue no paterno, aunque durante toda su premio Nobel de la Paz en 1905. vida mantuvo contacto con salones Alfred Nobel (Emil Österman) literarios y con escritores como Victor 1 Ver reseña página 104

23 Después tuvo relaciones con realizando los envíos gracias a un una joven, Sofie Hess, que no fue- convenio con la banca Rotschild, que ron muy satisfactorias. facilitó el asunto del seguro. Durante su última enferme- Y en medio de aquel trajín de idas dad, en octubre de 1895, Nobel y venidas a Expédition des Finances escribió en una carta: «¡Ironía del llegaron dos parientes de Nobel para destino que el médico me haya hablar con el cónsul sueco del testa- recetado nitroglicerina para uso mento, del domicilio, del valor jurídico interno!» del testamento ológrafo, etc Murió el 10 de diciembre de 1896, dejando el testamento que «Mientras nosotros sacábamos los creaba los premios Nobel. Pero valores el cónsul hablaba con los el camino iba a ser largo antes de parientes lo que colocó a este en una situación embarazosa y partidaria, por conceder el primer Nobel. Cuatro lo que propuso que hablase yo con los años que mantuvieron el premio parientes tras una cena de paz y recon- en vilo. ciliación. Les dije que la discusión tenía simplemente un valor teórico porque Del testamento a Sully Ragnar Sohlman los valores ya no estaban en Francia. Prudhomme En la solución de los problemas Puede parecer ahora, después de pasa- do el tiempo, extraño que tomásemos fue decisiva una persona: el albacea esas medidas ya que podíamos haberlo del testamento Ragnar Sohlman. mandado por medio del banco, pero Sohlman era un joven ingeniero que pensamos que en aquella delicada trabajaba con Nobel en el que este situación no debíamos por ningún con- confió como albacea y que fue el que cepto llamar la atención por si el Fisco estableció la normativa para la conce- tenía pretensiones de que se pagasen derechos testamentarios por todos los sión de los premios. valores y no solo los franceses…» Unos parientes de Nobel im- pugnaban el testamento. ¿Cuál era el domicilio del testador? ¿Era legal el El asunto pasó con los valores a testamento ológrafo? Sostenían que Suecia y el proceso sobre el testamen- el domicilio legal de Nobel era París o to se juzgó en Karlskoga, con el resul- San Remo y que lo de Suecia era una tado de luz verde para el Premio…. construcción artificial, nada más. En su libro Ett testament. Hur Reacciones en Suecia Alfred Nobels dröm blev verklighet (Un Cuando a finales del s. XIX se co- Primera página del textamento de Alfred Nobel testamento. De cómo el sueño de Alfred noció en Suecia el testamento de Alfred Nobel se hizo realidad). Sohlman expli- Nobel —lo publicó el diario Nya Dagli- El testamento se redacta en ca minuciosamente los manejos para gt Allehanda el 2 de enero de 1897— se 1895 y se ejecuta en 1897 en un am- que todo saliese bien especialmente supo que destinaba la mayor parte de biente enrarecido ya que, en el re- en un capítulo titulado el «Golpe». su cuantiosa fortuna a la creación de parto, el grueso de su fortuna, más Sohlman sospechaba que, si el asunto un fondo cuyos intereses se repartirían del 90 %, iba destinado al premio y, caía en la selva de la justicia francesa, anualmente, divididos por igual, en 5 además el testador tenía parientes el proceso, caso de que considerasen premios entre «aquellos que en el año rusos y suecos. Unos parientes lo legal el testamento ológrafo, podría precedente hayan prestado el mayor impugnaron. ¿En qué país se diri- durar décadas. Entonces decidió servicio a la humanidad». En medicina mirían los conflictos del testamen- actuar y sacar de Francia todos los se premiaba el descubrimiento más to de un sueco tan cosmopolita y valores de Nobel que pudo encontrar importante, en física y química el des- con intereses económicos en veinte y enviarlos a Inglaterra y Suecia, con- cubrimiento o invento, en literatura al países? Nobel había nacido en Sue- cretamente a la oficina de Londres que haya creado la obra más excelente cia, se había criado en San Peter- del Banco of Scotland y a en un sentido ideal y el de la Paz galar- sburgo, había vivido casi toda su Enskilda Bank. Él mismo los llevó donaba al que más haya hecho por el vida en París y finalmente en San a la Expédition des Finances de la hermanamiento de los pueblos, por la Remo, donde murió, y en sus últi- estación del Norte en un coche de eliminación o reducción de los ejércitos mos años había comprado una fin- caballos y armado con un revólver o por la organización y difusión de con- ca en Suecia, cerca de Karlskoga. cargado. Durante una semana fue gresos por la paz.

24 Se creaba así pues un premio sue- Se interpretó, por un lado, escribió la Academia de Estocolmo? co de proyección internacional para como un intentó de fortalecer la ¿Designaba a Vitterhetsakademien, distinguir a los que, en el curso del año unión de pueblos hermanos; por institución orientada a la Literatura o transcurrido, hayan contribuido al el otro, como una conspiración en a Svenska Akademien, orientada a la mayor beneficio de la humanidad, sin apoyo de Noruega… literatura e idioma suecos? El Gobier- tomar en consideración la nacionalidad La vaguedad del testamento hizo no decidió que era la Academia Sueca. para que de esa forma sea premiado el que se recabasen opiniones de los Zanjado ese tema por el Gobierno, el más merecedor de ello, sea escandina- testigos para ver si podían aclarar un albacea Solhman visitó a Wirsén, a vo o no. En unos tiempos de vibrante poco las ideas del testador. Los testi- principios de 1897, para ver si la Acade- nacionalismo, establecer un premio de gos subrayaron la animadversión de mia se haría cargo de la encomienda proyección internacional era audaz. Nobel, por principio, a la existencia que había recibido: el encargo del En el testamento, Nobel había de la herencia de las grandes fortunas inventor de la dinamita de elegir cada señalado, sin consultar con ellas, las porque el obtener una gran cantidad año al que hubiera creado en el campo instituciones que deberían elegir a los de dinero sin trabajar apoltronaba al de la literatura la obra más excelente premiados y a una, la de literatura, no la receptor. Parecía obvio que no quería en un sentido ideal. señaló con precisión. que los parientes lo heredasen. En la institución surgió una reti-

cencia lúcida. Los reticentes sostenían

Discusiones En unos tiempos de que no estaba dentro de las tareas que La publicación del testamento establecía la carta fundacional de la dio, pues, lugar a intensas discusiones, vibrante nacionalismo,“ Academia. ¿Tenemos nosotros, die- mucho antes de la entrega del primer establecer“ un premio de ciocho provincianos, los suficientes premio. En realidad, cuando aún no se proyección internacional era conocimientos para dar un premio sabía si se podría entregar… audaz mundial? La crítica se va a cebar con , presidente nosotros… No es lo mismo repartir del partido socialdemócrata, criticó 6000 coronas en premios a los escri- el testamento de Nobel diciendo que Subrayaron una característica de tores suecos que cientos de miles de las donaciones están bien, pero que el Nobel y era que cuando delegaba en coronas a un escritor mundial. dinero no era suyo. Era de los trabaja- alguien lo hacía totalmente. De ello Pero Wirsén argumentaba a favor dores de sus empresas: «Estoy a favor se dedujo que los albaceas tenían su de la aceptación del ofrecimiento de del progreso, pero con un reparto jus- plena confianza para hacer y deshacer Nobel: No podemos privar a los escri- to de los beneficios». con libertad en consonancia con las tores del mundo de un reconocimien- Al rey tampoco le gustó demasia- ideas expresadas. to y del dinero que Nobel testó en su do: salían dineros del país… La intención de Nobel había sido favor. Y vencieron sus argumentos. Se estaba de acuerdo en que la idea premiar a individuos que normal- La Academia, obviamente, no era grandiosa —premiar a hombres mente tenían dificultades para ganar tenía una normativa para conceder el que habían hecho algo grande por la dinero: claro que los inventores podían Nobel. Se creó la Fundación Nobel y humanidad—, pero cada uno ponía sus llegar a ganar fortunas como él, pero se redactaron los estatutos en conso- chinitas en el camino… no era lo más frecuente. nancia con las instrucciones del testa- La decisión de que el premio de la Lo que estaba claro era que los dor. Los estatutos aclaran y modifican Paz lo eligiese el parlamento noruego premiados tenían que haber produci- algo las escasas directrices del testa- también provocó sus problemas. Eran do algo que repercutiese en beneficio mento para dar el premio. tiempos de la Unión personal de los de la humanidad En los estatutos de la Fundación reinos de Suecia y Noruega y no estaba También hubo un debate en la se conservaron algunas de las normas el horno para bollos en las relaciones prensa entre eminentes juristas. Los de la Academia, por ejemplo, la del (en 1905, Noruega se declararía unilate- pragmáticos sostenían que: si se quiere secreto de las deliberaciones o la me- ralmente independiente)2 que haya premio hay que precisar el cánica para elegir al secretario perma- testamento: si no se hace es imposible. nente —quórum de doce académicos 2 Ahora recuerdo que estando con Jordi Pu- Los formalistas subrayaban que: toda y voto secreto, y más de la mitad a jol, en la primavera de 1965, en una terraza fren- modificación supone un quebranta- favor —que pasó a ser también la de te a la Banca Catalana, junto con Juan García miento de la voluntad expresada por el elección del Nobel—. Grau, después de hablar de los pasos que había testador. En los estatutos se precisó que que dar para conseguir el Nobel para Salvador * * * la frase «durante el año pasado» se Espríu, me preguntó discretamente si le podía hablar sobre la declaración unilateral de inde- Había un problema inicial en el debía interpretar como tiempos re- pendencia de Noruega. Desgraciadamente(?) yo camino al premio: ¿A cuál de las dos cientes y se amplió el sentido de lo sólo sabía que se había producido…. Academias se refería Nobel cuando más nuevo en cada campo hasta com-

25 que usted mismo nunca habría soli- prender trabajos antiguos «cuando su Por fin, el premio… citado un premio de esta naturaleza. importancia se ha manifestado en los Por fin en el año 1901, cuatro Nos sentimos mucho más obligados a últimos años». años después de la muerte de Alfred dirigirle estas palabras porque conside- Se amplió el concepto de literatu- Nobel, se pudieron dar los primeros ramos que, como consecuencia de su ra a otros escritos que «por su forma premios. Sully Prudhomme fue el actual composición, la institución que o presentación tengan valor literario». primer premio de Literatura y fue debe decidir sobre el mencionado pre- mio no expresa la idea artística actual Se especificó que el escrito tenía que una gran decepción. ni el sentir general. No se debe dar la haber sido publicado En la primera lista de candida- impresión en el extranjero de que el Son los escritos lo que se premia, tos había 25 nombres encabezados arte del pensamiento libre y de la libre no las personas, y es una obra específi- por Zola y en ella estaba el de un creación no se aprecia, incluso por ca lo que se premia, no la labor de toda español, Gaspar Núñez de Arce. nuestro pueblo que habita tan alejado, una vida Cuando todo el mundo esperaba como lo más alto y por encima de todo lo más perdurable. Uno mismo no puede proponerse que el premio fuese para Tolstoi el como candidato. Debe ser propuesto elegido fue un francés y no Zola sino por escrito por alguien competente. Sully Prudhomme. Había 42 firmas entre las que Se estableció una lista de personas e estaban, además de la de Strindberg, instituciones que podían presentar la de dos futuros premios Nobel, candidatos. Selma Lagerlöf y Verner von Hei- El premio no puede concederse a denstam, junto con escritores de la título póstumo. Ha habido una excep- talla de Hjalmar Söderberg y poetas ción, Karlfeldt, que se había negado a y críticos como Oscar Levertin, así aceptarlo en vida… como pintores ( Anders Zorn, Carl Se puede dividir, pero no entre Larsson) y músicos ( W. Peterson más de tres personas, y no hay nada Berger). que impida que se pueda recibir dos La Academia adujo que el mo- veces (Tomas Mann tras el premio tivo era de procedimiento: Tolstoi C.D.Wirsén reparando el jarrón de Sully Prudohmme. (Knut de 1929 estuvo propuesto otra vez en Stangenberg) no estaba propuesto… Pero sí estaba 1948. Madame Curie recibió el de físi- en la segunda lista junto con Ibsen ca y el de química). Como respuesta se desencadenó y Zola y tampoco lo recibió. Luego

un alud de protestas, como se había la decisión de Tolstoi de no aceptar profetizado. Se confirmaba la opi- premios parece que le solucionó la ¿A cuál de las dos“ nión de que la Academia no estaba papeleta a la Academia Academias se refería Nobel preparada para elegir al premiado. Desde entonces las protestas cuando“ escribió la Academia El poeta Oscar Levertin trató de por las decisiones se repiten: Algu- de Estocolmo? explicar al extranjero que «la Acade- nas son divertidas, por ejemplo, la mia Sueca se compone en tres cuar- repetida de la negación del premio a tas partes de ancianos que tienen Kafka, cuya obra más importante es Se estableció, siguiendo los es- menos que ver con la literatura que póstuma. tatutos de la Academia, el secreto de los obispos con el arte de la danza Se discute y critica si el elegido las deliberaciones, por un plazo de o los antiguos sabios con los fuegos es merecedor o no del premio, si se 50 años, en todo lo que tenga que ver artificiales». Cuarenta intelectuales le da demasiado pronto o demasiado con el premio, no solo las deliberacio- suecos escribieron la siguiente carta tarde, si es reaccionario o comunis- nes finales sino también las propues- de desagravio a Tolstoi: ta, si es demasiado joven o demasia- tas de candidatos. do viejo, si es demasiado conocido Se creó un comité Nobel de 3–5 Con motivo de la concesión por prime- o desconocido. Lo único cierto: la miembros en el seno de la Academia ra vez del premio Nobel de literatura, imposibilidad de la unanimidad. para estudiar y proponer un can- los abajo firmantes, escritores, artistas En los primeros 50 años se dan y críticos literarios suecos, deseamos didato que debe ser votado por la manifestarle nuestra admiración. Ve- once premios a escritores nórdi- Academia en su conjunto, y también mos nosotros en su persona no solo cos —es lo que mejor conocía la un Instituto Nobel para asesorar a al venerable patriarca de la literatura Academia—, lo que no está en con- los académicos y una Biblioteca con actual sino que usted también es para sonancia con la importancia de las la función de ayudarlos en la orien- nosotros uno de los grandes y profun- literaturas nórdicas en el mundo. Ni tación por el mundo de la literatura. dos escritores que, según nuestra opi- con las intenciones de Nobel. Tres nión, debería haberse tenido presente, (La Academia no tenía entonces bi- en primer lugar, en la concesión aun- mujeres en más de treinta años y blioteca). solo un escritor que no es europeo,

26 (aunque no tengo la más remota idea Tagore. Luego empieza la interna- de cómo se producirá el milagro). cionalización. Hay también una cuarta pequeña ra- ¿Es un reparto justo, zón para no despreciar al yidis: el yidis proporcionado? ¿En relación a qué? puede que sea un idioma moribundo Los chinos dijeron que si son la pero es la única lengua que conozco cuarta parte de la población mun- bien. El yidis es mi lengua materna y una madre nunca está completamente dial les pertenece la cuarta parte de muerta en realidad. los premios... Y las mujeres si son la Señoras y señores: Hay quinientas mitad de la población mundial, la razones por las que empecé a escribir mitad. Y si reclama también la aso- Neruda. Diploma para niños, pero para ahorrar tiempo ciación de lgtb ¿no cuenta el varón voy a mencionar solo diez: heterosexual europeo…? Número 1: Los niños leen libros, no reseñas. Los críticos les importan un ¿El prestigio del premio se debe Y tras la ceremonia en Konser- bledo. a lo que la prensa escribe o es el thuset se pasa a la cena de gala en el Número 2: Los niños no leen para prestigio lo que hace que la prensa salón azul del Ayuntamiento, situa- descubrir su identidad. escriba un par de días al año? Y lue- do al borde del lago Melar. Allí lo Número 3: No leen para liberarse de go durante el año se puede pasar a único que ocurre literariamente es el culpa, para sofocar su sed de rebelión críticas de los errores e injusticias brindis del premio de Literatura en o para liberarse de la alienación. Número 4: la psicología no les sirve descontextualizadas… nombre de todos los premiados. para nada. Muy justificadas son las críticas de En el banquete del año 2011, Número 5: Detestan la sociología. los primeros 20 años de premios como Tomas Tranströmer, por boca de su Número 6: No intentan entender a los de Pearl S. Buck, Churchill, Grazia esposa Monica, tras dar las gracias Kafka o Finnegans Wake. Deledda. Errores sí, pero también es- de rigor a la Academia, empezó así: Número 7: Aún creen en Dios, la fami- tán los nombres de Hesse, Gide, Eliot, «Quiero dirigir un agradecimiento lia, los ángeles, los demonios, las bru- jas, los duendes, la lógica, la claridad, Faulkner, Camus, J R Jiménez, Bec- especial a todos los traductores, que los signos de puntuación y cosas tan kett, Neruda, Sartre, Hemingway, en trabajan tan duro por tan escasa re- obsoletas como estas. poco más de veinte años. O los de G. muneración. Curiosidad y compro- Número 8: Aman las historias intere- Grass, , García Márquez, miso son vuestra motivación. Debe- santes, no los comentarios, ni las guías Szymborska, etc. ría llamarse amor —la única base de lectura ni las notas a pie de página. * * * verdadera para traducir poesía». Número 9: Cuando un libro los aburre bostezan abiertamente sin vergüenza La solemne ceremonia de en- Y en 1978 alguna ni miedo a la autoridad. trega de los premios Nobel tiene pronunció uno de los más originales: Número 10: No esperan que su escritor lugar en Konserthuset, el Palacio favorito salve a la humanidad. Saben, de la Música de Estocolmo, el 10 de porque son jóvenes, que esto no está Majestades, Su Alteza Real, señoras y en su poder. Solo los adultos tienen diciembre, fecha de la muerte de Al- caballeros, esas ilusiones infantiles. fred Nobel. La gente suele preguntarme: ¿por qué escribe en una lengua muerta? Y quie- ro explicarlo en unas pocas palabras. Primero, me encanta escribir historias de fantasmas y nada le va mejor a un fantasma que una lengua muerta. Cuanto más muerta está la lengua más vivo está el fantasma. Por lo que sé a los fantasmas les encanta el yidis, to- dos lo hablan. Segundo, yo no solo creo en fantasmas sino también en la resurrección. Estoy seguro de que un día millones de ca- dáveres yidishablantes se levantarán de sus tumbas y la primera pregunta que harán será: ¿Hay algún libro nuevo que leer en yidis? Para ellos el yidis no está muerto. Tercero, hace dos mil años el hebreo se consideraba una lengua muerta. De pronto se convirtió en una lengua sor- prendentemente viva. Lo que le pasó Mario Vargas Llosa recibiendo el Nobel al hebreo puede pasarle al yidis un día

27 El abortado Nobel de Menéndez Pidal Gunnar Tilander

…Durante la segunda guerra mun- de apoyo de 250. Pero a los 250 que ha- dial no se concedió el premio Nobel, bían apoyado mi propuesta, la Acade- pero tras el final de la contienda repetí mia los suponía influidos por mí y como año tras año mi propuesta de candidatu- la Academia no se consideraba capaz de ra de Menéndez Pidal. Y no estaba solo. dar crédito a lo que dijese el extravagante El número de los que lo proponían iba profesor Tilander desde su torre de mar- creciendo año a año y alcanzó en 1955 la fil, no podía dar ninguna importancia cifra de unos 250 entre academias, facul- a los 250 influidos por él. Sin embargo, tades y eruditos de Europa, Asia y Amé- yo era miembro de las academias más rica. Ese año estuvo muy cerca de con- antiguas y prestigiosas de Europa, más seguir el premio, pero Kruschov había antiguas y prestigiosas que la sueca, que abierto el telón de acero hacia el Este y sin el premio Nobel pasaría totalmente la Academia, a la que se le atribuye gran Fragmento del retrato de Menéndez Pidal (Bruno Beran) desapercibida en el mundo. También sensibilidad para percibir la dirección de en revistas de prestigio internacional se los vientos políticos, encontró oportuno había escrito, más de una vez, que yo era abrirse hacia el Este. Habían propuesto Los ilustres académicos deberían haber uno de los hispanistas más notables del al islandés Laxness y, en la votación, la comprendido que yo no podía haber mundo. Contra los rumores no pueden mitad se decantó por Laxness y la otra puesto en marcha un movimiento de tal nada la inteligencia, la honradez y la mitad por Menéndez Pidal, de forma magnitud, pero como yo no era persona justicia. ¿O fue tal vez envidia? que había empate. El empate se deshizo grata, todo aquello que había rozado Para explicarles a los académicos el al pasar uno de los partidarios de Pidal con mi mano se había convertido en un peso y el valor de la obra de Menéndez a apoyar a Laxnes, de forma que el gran maldito tabú. Pidal, preparé un informe en el que español quedó sin premio. Sin embargo, Todavía más humillante para Me- analizaba profundamente los trabajos uno de los miembros de la Academia néndez Pidal y para mí, como promo- salidos de su mano que le hacían me- Sueca, creo que fue Bo Bergman, im- tor de la candidatura, era que antes se recedor del premio Nobel. Dejé a un presionado por el extraordinario apoyo hubiese concedido el premio a un autor lado sus penetrantes trabajos sobre el que había recibido Menéndez Pidal, le hispanohablante que no le llegaba a Me- lenguaje y me detuve en sus trabajos había dicho a una persona: «Ante esta néndez Pidal a la suela del zapato, es de- históricos y sus investigaciones relativas gran movilización tenemos que darle cir a . Esto ocurrió de la a los romances… el premio». En aquel año de 1955, en siguiente manera. Uno de los miembros Los escritores y poetas, que marca- la Vitterhetsakademien (Academia de de la Academia había traducido sus poe- ban la pauta en la Academia, no tenían Bellas Letras, Historia y Antigüedades) mas al sueco. Después él, insistentemen- la más mínima comprensión por la yo le había dicho a uno de los académi- te, propuso su candidatura a la Acade- investigación humanista, y los humanis- cos de la Academia Sueca que ahora sí mia y como fue más enérgico y resuelto tas no pudieron o no quisieron hacerse le sería difícil a su Academia saltarse que los otros y, además, sabía muy bien valer y romper una lanza por un candi- a Menéndez Pidal cuando su nombre lo que quería, consiguió su propósito. dato, presentado por un desprestigiado ha alcanzado semejante adhesión. Con Así estaba seguro de que su traducción y detestable personaje como yo. Esto superioridad me contestó: «Eso sí que se iba a vender muy bien. Astuto, ¿no tuvo menos importancia para Menén- te ha salido bien». Le contesté: «No es cierto? De la misma manera ocurrió dez Pidal, un hombre que había recibi- tengo unos brazos tan largos como para cuando Menéndez Pidal quedó poster- do quince doctorados honoris causa, que abarcar todo el mundo. Durante todos gado por su compatriota Juan Ramón para la Academia. los años me habéis minusvalorado en la Jiménez, inferior a él. La Academia La Academia Sueca debe decir lo Academia, no habéis dado crédito a mis encontró a Churchill más merecedor del que dijo la francesa cuando se descubrió palabras, me habéis mirado por encima premio que al gran español. Churchill un busto de Molière, que nunca fue ele- del hombro y no me habéis seguido. era muy popular después de la guerra, y gido a la Academia: «Nada le faltó a su Ahora de repente me supervaloráis al la Academia, siempre sensible a la direc- gloria, la suya le falta a la nuestra». creer que he puesto en marcha esta in- ción del viento, consideró obviamente De la Autobiografía (inédita) de mensa manifestación de apoyo, y como la elección como muy inteligente. A Gunnar Tilander yo estoy detrás de ella consideráis que Churchill lo había propuesto el profesor no merece la pena tomarla en serio». Birger Nerman, que no tenía un grupo Traducción de Marina Torres

28 Dylan. Una elección audaz Fernando Morlanes

Bob Dylan, 2018. Collage y Fotografía. (Paco Rallo & Ángel Duerto)

29 Algunos hemos vivido con dotas... cosas que tienen que ver En todo caso, podemos hacer un asombro el doloroso desgarro que, con lo cotidiano, con lo real, con recorrido histórico por la poesía es- al parecer, produjo la decisión de la necesidad de crear una cohe- crita para descubrir que ese lenguaje la Academia sueca al conceder el sión social. Y para ello, se repiten directo que encontramos en Dylan y Premio Nobel de Literatura del año fórmulas: hagiografías, mitos, le- en tantos otros, ya estaba en Cátulo, 2016 a . En España no yendas, casos, sentencias, chistes, en Villón, incluso en Petrarca, en fueron pocos los críticos, incluso memorabile, märchen y perspectivas Berceo, en el Arcipreste de Hita y, autores renombrados, que pusieron (según las clasifica Jolles). Desde si hablamos de Dylan y de nuestro el grito en el cielo: ¿Cómo podían ahí, avanzando hacia las formas tiempo ¿qué rasgos diferenciados ascender a la categoría de literatura complejas del folclore oral: canción, podemos hallar entre la escritura de unas letrillas de canciones folk, rock, cuento, romance, teatro... (formas Dylan y la de Bukowski? ritmandblues o como quiera que pu- que, en un principio, tenían más Yo, personalmente, doy las diesen denominarse? que ver con la facilidad que ofrecen gracias a la Academia sueca por Para mí, el problema no sue- para la reproducción de los men- su osadía al atreverse a otorgar ese le ser el nombre de las cosas, sino sajes que con la creatividad), se premio. cómo son valoradas. Por ejemplo, comienza a tejer esa complicada red igual que para Neruda existieron los que conforma el canon de la lite- “Poetas celestes”, pienso que tam- ratura moderna que, por lo visto, bién existen los “Críticos celestes”; para un buen número de críticos y gentes que colocan la palabra lite- escritores (sobre todo los que pasan ratura en cimas casi inalcanzables. el día despotricando contra el ca- De hecho, totalmente inalcanzables non) constituye la única literatura para la mayoría de los mortales. Sin posible en este mundo occidental y embargo, esa fijación en la luminosi- civilizado. dad de los astros celestes parece que Para mostrar una visión actual, no les deja ver el objeto, la dirección desde esa perspectiva, la Academia concreta de la decisión de la Aca- sueca tuvo que elegir a alguien (co- demia. Debieron leer con más de- mo en tantas otras ocasiones, cuan- tenimiento el discurso del profesor do se elige a alguien quedan unos Horace Engdahl en la concesión del cuantos sin elegir), por eso, pienso mencionado Premio, la justificación que lo importante no es que el No- principal del mismo: «¿Qué causa bel de Literatura fuese concedido a los grandes cambios en el mundo de Dylan, sino que fuese concedido a la literatura? A menudo es cuando esa nueva/ancestral forma de hacer alguien se apodera de una forma literatura que puede encontrarse simple, pasada por alto, descontada en gran cantidad de cantautores: como arte en el sentido superior, y la Cohen, Brassens, Serrat, Aute, Sa- hace mutar». bina e incluso Labordeta. Y quiero Entonces, hay que preguntarse pensar que, de algún modo, todos ¿qué son esas formas simples? Son se sintieron premiados y que así las raíces mismas de la literatura, lo quiso declarar Leonard Cohen las formas comunes para expresar cuando dijo algo así como que “El cada clase de idea, de acto, de ocu- Premio Nobel a Dylan es como po- rrencia, de recuerdo... Ellos, tan nerle una medalla al Everest, a la intelectuales, debieran conocer la montaña más alta”. Y tenemos inte- obra de Andre Jolles, Las formas lectuales envidiosos de tanta altura, simples. A esas formas las nombra porque nadie como esos cantauto- Jolles como las que «se encuentran res desde su música, sin llamarse tan adheridas a la lengua, que pare- poetas, han sabido difundir la poe- cen resistirse a la conciencia eterna sía entre las masas en nuestra épo- de la lengua: a la escritura». ca; la época de las comunicaciones, Las formas simples nacen en de los grandes avances tecnológicos, momentos preliterarios guiadas en la que, sin embargo, todos esos por la necesidad de comunicarse, grandes artistas literarios parecen de contar sucesos, aventuras, anéc- regresar a la oralidad.

30 Entrevista a Kjell Espmark Francisco J. Uriz

Kjell Espmark

¿Quién es Kjell Espmark? En el dos libros Traducir el alma y El alma Es miembro de la Academia prólogo de su antología, La creación en imágenes son dos clásicos sobre el Sueca desde 1981 y fue presidente de renuente, Tommy Olofsson escribe modernismo en la poesía. su comité Nobel (1987 – 2004), un que existen dos personalidades: el Ha tenido algunos alumnos que tiempo en que se premió a africanos, profesor y doctor Espmark y Kjell, el son hoy destacados investigadores y pro- asiáticos, americanos, de norte y sur, poeta y novelista. fesores, por ejemplo, Anders Cullhed, europeos y a escritores como Grass, Yo conocí la admiración que tenía traductor al sueco de los poetas de la Saramago, Szymborska, Heaney, Ce- Artur Lundkvist por «un joven que generación del 27, que hizo su tesis doc- la, Octavio Paz, etc. está haciendo una tesis doctoral sobre toral sobre la poesía de Quevedo, obra Su obra ha sido traducida al in- mi obra» y el comentario adicional que, por cierto, publicó la Institución glés, francés, italiano, chino, etc. En de la poetisa María Wine, su esposa: Fernando el Católico. castellano se ha publicado una am- «También escribe poesía. Y buena...». Debutó como poeta en 1956 y des- plia selección de su obra poética con Se referían ambos a Kjell Espmark y de entonces ha publicado unos veinte el título de Voces sin tumba (Funda- sus dos vertientes literarias. poemarios en los que pasea su mirada ción Jorge Guillén) y sus tres últimos Kjell Espmark nació en 1930, en crítica por Suecia y por la historia de poemarios Vía Láctea (Prames), El Strömstad, pequeña ciudad de la nor- Europa y el mundo. Es autor de una espacio interior (Libros del Innombra- teña provincia de Jämtland, a casi mil serie de siete novelas sobre la Suecia de ble) y La creación (Bolchiro), además kilómetros al norte de Estocolmo, y nuestros días que lleva el título general de la novela Béla Bartók contra el tercer es una de las personalidades más no- de Tiempo de olvido, obra centrada en Reich (Bassarai), todas traducidas tables de la actualidad literaria sueca diferentes aspectos del surgimiento por Francisco J. Uriz, y un extenso cuya pasión por la literatura ya sea y decadencia de la socialdemocracia: ensayo sobre El premio Nobel de litera- creación, estudio, enseñanza y divul- fundamentalmente en la traición de tura (Nórdica libros)1, traducido por gación es realmente admirable. este partido al pueblo sueco. Los títu- Marina Torres, en el que presenta las Fue catedrático de Literatura los de cada novela hablan del tono de discusiones y valoraciones que, en el Comparada en la Universidad de Es- la serie: El malentendido, La traición, El seno de la Academia, han precedido a tocolmo hasta su jubilación en 1995, desprecio, La lealtad, El odio, esta última la concesión de los premios. y es autor de una importante obra trata del asesinato del primer ministro ensayística, en la que destacan sus Kleve, nombre que muchos han leído 1 En Crisis #6, Lola Albiac hizo una magnífica trabajos sobre poesía moderna. Sus como el de Olof Palme. presentación del libro”.

31 Hacemos la entrevista, para el Brandes, Ibsen, Strindberg (absoluta- disponibles gratuitamente en la red al número de CRISIS que va a tratar mente impensable que fuese elegido servicio del que quiera utilizarlos. de la Academia Sueca y el premio académico), Selma Lagerlöf y Hei- Por cierto, en mi visita a la Academia Nobel, en la cocina de su vivienda, denstam, es decir, todo lo que sonase española quedé impresionado por la propiedad de la Academia Sueca, a nuevo, a joven. sección que se dedica al diccionario. en la isla de Djurgården, el día 23 de —¿Y ahora? —En un principio la Academia septiembre, en los comienzos del des- —Ahora la Academia sigue con inte- fue una institución de modestos lumbrante otoño nórdico. rés las nuevas tendencias de la joven recursos —¿Cuándo se creó la Academia literatura y las apoya tanto como pue- —Tuvieron que vender hasta las Sueca y con que objetivo? de con becas y premios. copitas en las que bebían el aguar- —La Academia Sueca se creó en 1786 —¿Es la Academia hoy en día una diente… con el fin de, como se escribía ya en institución anacrónica? —A comienzos del s. XX no tenía el documento fundacional del rey —No, desempeña un papel impor- ni locales propios… Gustav III, fomentar el desarrollo del tante en la defensa del idioma sueco y —En sus comienzos se reunía en el idioma y la literatura suecas. su literatura. Palacio real. Más tarde alquilaba loca- —Cuando se dice literatura se —Esas tareas fundacionales, ¿no las les para sus reuniones. puede preguntar ¿qué literatura? podrían hacer mejor las Universi- Al no disponer de locales propios la Porque a mediados del s. XIX la dades, instituciones u organismos Academia no tuvo biblioteca y sí mu- Academia apoya a la tradicional y estatales? chas dificultades para aceptar legados no a la nueva. Por ejemplo, Strind- —La Academia dedica mucho traba- de libros. A finales del s. XIX hizo do- berg, el gran renovador, no parecía jo a la defensa del idioma sueco y su nación de todos sus libros a la Biblio- santo de la devoción de la Academia literatura. teca Real y a la de la universidad… y viceversa… Su labor en favor del idioma sueco la Ya a finales del s. XIX con la do- plasma en la redacción de dicciona- nación de Beskow se solucionó el rios y una gramática. Es una defensa problema de los locales, pero no de- del idioma —su «limpia, fija y da finitivamente hasta que con una im- esplendor»— sin arrogarse una fun- portante donación destinada a com- ción normativa, que lleva a cabo otra prar el edifico de la Bolsa —que la institución, Svenska språknämnden. La ciudad de Estocolmo, su propietaria, ayuda a la literatura sueca se realiza no quiso vender— se llegó al acuerdo por medio de becas y premios... de que la Academia podría disponer —¿Cómo trabaja la Academia con de una parte del edificio y de la sala el diccionario? de la Bolsa a perpetuidad. —Se intentó primero, siguiendo el Se empezó a progresar económica- modelo de la Academia francesa, que mente con las donaciones. El pintor cada Académico se ocupase de un par Zorn donó un edificio donde está el La batalla final de Carl David Wirsén: Entre los atacantes: Heidenstan, en la escalera, Selma Lagerlöf, sobre el ganso, de letras pero aquello no progresó. Se restaurante Gyllene Freden en el que Strindberg con el garrote, etc (Edvard Forsstöm) hicieron otros intentos también fraca- terminan las reuniones semanales de sados hasta que se decidió contratar a la Academia. Luego las donaciones —La Academia de la segunda mitad un experto y establecer una redacción para premios hechas por personas del siglo XIX funcionó como una en Lund. que querían oír su nombre el día 20 fortaleza contra la nueva literatura y Ahora esta redacción, donde trabajan de diciembre. La última donación es eso causó un gran daño a la cultura unas veinte personas, está acabando la de la editorial Bonniers.2 del país. el diccionario histórico. Es un diccio- —¿Cómo es la cotidianidad laboral En esos años tiene un secretario per- nario muy extenso. (La sola entrada de la Academia? manente, Carl David af Wirsén, polí- de la palabra Tid, tiempo, se publicó —Tenemos reuniones todos los jue- ticamente muy conservador —había en forma de libro…). Ya andamos por ves, de septiembre a mayo, a las 5 en que defender trono, altar y familia—, el volumen 37, terminando la letra v, punto de la tarde en el edificio de la que era partidario de la estética an- ya no nos quedan muchos años… Bolsa en la Ciudad Vieja. tigua basada en el clasicismo y el Publicamos varios diccionarios: el Normalmente se discuten las ayudas romanticismo alemán. Su misión histórico, un diccionario manual en que se solicitan para festivales de poe- en la vida parece haber sido frenar a dos volúmenes, la lista de palabras toda costa el realismo y mucho más el o diccionario ortográfico y una mo- 2 Ahora la Academia es una Institución rica naturalismo y el simbolismo, y obvia- numental gramática en cuatro volú- —la cifra que se da como capital probable es de mente a sus representantes: George menes. Todos los diccionarios están 1.000 millones de coronas—.

32 sía, proyectos literarios, fomento a la una forma muy gráfica: De la Acade- de la sueca, y subrayaba el poder y lectura, etc. y, sobre todo, los premios mia francesa sólo se sale les pieds en prestigio que le daría a la Academia de la Academia, unos 60. También avant. Nos dieron el ejemplo de un — aunque él probablemente pensaba se revisan los trabajos de la redacción académico que escribía en francés e en su propia posición de poder—. del diccionario. En la Academia hay inglés, no me acuerdo… —En el testamento la interpreta- un comité para las cuestiones del —Julian Green ción de la palabra «idealisk» ocasio- idioma que está al tanto de esos tra- —Sí, exacto. A los 95 años había nó muchos quebraderos de cabeza… bajos. solicitado dejar su puesto y no lo —En un principio «idealisk riktning» En este momento estamos tratando aceptaron. Y al morirse, poco des- se interpretó como la mejor obra de la elección de un nuevo miembro pués, salió les pieds en avant… orientada en dirección a un ideal. Se de la Academia y en plena discusión —Y en esa fiesta se lee la larga lista interpretó en una forma muy dife- del Nobel —lo decidimos la semana de premios… rente a como la entendía Nobel en que viene—. —Hoy en día la Academia reparte cuyo pensamiento había rasgos de Y, después, la reunión sigue con una en premios en favor de la cultura anarquismo, un horror para Wirsén. cena en Gyllene Freden, que a veces sueca una cantidad de dinero tres ve- Lo importante para este era frenar a es más importante, sobre todo a la ces mayor que la del premio Nobel, Tolstoi —por cierto, uno de los es- hora del café y copa, que las discu- unos treinta millones de coronas3. Es critores favoritos de Nobel—. ¡Segu- siones en la propia reunión en la algo poco conocido por el público. ramente Nobel hubiera desaprobado Academia… —¿Incluye la ayuda al diccionario? los primeros premios! —En el libro de memorias de Lars —De los treinta millones, doce van —Es curioso que la crítica al pre- Gyllensten he leído que los aca- para el diccionario, el resto para la mio Nobel de literatura empezase démicos salen de esas sobremesas literatura. ya antes de haber entregado el pri- tambaleándose… Allí se cuenta de —El testamento de Alfred Nobel mero… un secretario permanente que pide lanza a una modesta Academia na- —El motivo era el conflicto que ha- apoyo a algún colega y cuando se le cional a la fama internacional. ¿Se bía entre la Academia, bueno, el se- ofrece un premio Nobel, Pär Lager- puede decir que hoy es más Acade- cretario Wirsén, partidario de la vieja kvist, le dice: «No me hace falta un mia Nobel que Academia Gustav III? estética y enemigo del realismo, del Nobel. Cualquiera me basta». —El testamento era una idea gran- naturalismo y simbolismo… Para él —No sé nada de eso. (Sonrisa píca- diosa, pero las escasas líneas del do- un escritor debía describir lo sublime, ra.) Bueno, salimos como buenos cumento no servían para establecer lo ideal. amigos cogidos del brazo apoyándo- los mecanismos de la concesión. — Tampoco el rey estaba por la nos mutuamente… —También hubo dudas en la Aca- labor… —En la fiesta anual de la Acade- demia para aceptar la encomienda —El rey no estaba por la labor de dar mia, abierta al público el día 20 de de Nobel… dinero sueco a extranjeros… el dinero diciembre, se presenta si lo hay al —Sí, unos académicos sostuvieron sueco debía quedarse en Suecia nuevo académico ¿cómo es su elec- que en la carta fundacional de la Aca- —Aunque se podría discutir si eran ción? demia no está recogida como tarea dineros suecos o mundiales… —Tras la muerte de un académico y el dar un premio literario mundial. —Sí, claro. después de un mes de reflexión co- Pensaban que su labor debía centrar- —¿Se concede el Nobel siguiendo mienzan las discusiones, se presen- se en la defensa y fomento del idioma el testamento o los Estatutos de la tan los candidatos y se pasa a las vo- sueco y su literatura. Que no eran Fundación Nobel redactados en el taciones. Cuando hay un elegido por competentes para convertirse en un espíritu del testamento? mayoría de votos, con un mínimo tribunal literario cosmopolita. Había —El testamento dedica solo unas de 12 presentes, se pasa a la segunda miedo a las críticas mundiales. líneas al premio y hubo que precisar vuelta en la que se utilizan las bolas — Pero la posición del secretario el mecanismo en los estatutos. blancas y negras. Si hay más de la Wirsén en relación con el Premio —A mediados de la década de los tercera parte de bolas negras hay que era muy diferente 70 Cela me preguntó: ¿Cómo de repetir la elección. —El decía que la Academia no podía lejos estoy del Nobel? Le dije: Como Este año tenemos prisa porque hay dejar a los escritores notables sin el yo. Y él: ¡Coño! (Se veía lejísimos…) que dar tiempo a que el nuevo aca- reconocimiento y el dinero que les Le expliqué: Ni tú ni yo estamos en démico pueda preparar su discurso ofrece el testamento. Además, indi- la lista de candidatos. Me preguntó: de ingreso. rectamente, la difusión de la litera- ¿Y cómo se entra? Se lo dije y desde —La elección, ¿es a perpetudidad? tura mundial ayudaría al desarrollo entonces nunca faltó su nombre en —Sí, lo consultamos con la Acade- la lista de candidatos… mia francesa que nos contestó de 3 Unos tres millones de euros —Exacto. Hay un mecanismo ya bien

33 conocido. Para ser candidato tienes —En la Academia hay un Comité bastante determinante. Ahora, la in- que estar en la lista de propuestos. Nobel formado por cinco académi- fluencia es limitada. Y tienen derecho a proponer candi- cos, ¿cuál es su tarea y su influencia —Wirsén fue decisivo… datos: los miembros de la Academia en la decisión final? —Wirsén era un hombre muy conser- Sueca y de otras Academias similares, —El comité decide todo lo relativo al vador, un hombre defensor del trino- los premios Nobel, catedráticos de Nobel menos la decisión del nombre mio: Trono, altar y familia. Para él lo literatura de universidad, presidentes del elegido. que una obra valía lo daba su «elevada de organizaciones de escritores, tipo En un principio el comité Nobel y sana idealidad» tanto en el conteni- Pen club. Una vez terminadas las tenía bastante influencia en la de- do como en la manera de presentarlo, ceremonias de entrega del Nobel, la signación del premiado. Se seguía y el estilo debía ser, por tanto, alto y Academia envía entre 600-700 cartas generalmente su recomendación. sublime. Por eso cae Tolstoi que está animando a los destinatarios a que El caso de Tagore es una excepción. lejos de la «sana idealidad» … presenten candidatos. Y la propuesta Fue la intervención de Heidenstam, —No solamente Tolstoi… debe llegar antes del 1 de febrero. que acababa de ser elegido acadé- —No, también Ibsen, Strindberg y —Y eso se debe hacer todos los mico, a favor de Tagore la que de- Zola son apartados del premio por años, ¿no? rrotó la propuesta del comité. esa estrecha interpretación. —Sí y no, la Academia puede llenar —Por fin se elige el primer premio los huecos con nombres importantes y llegan las primeras críticas. que, por uno u otro motivo, no están —Se ha criticado, y con razón, al en la lista… primer galardonado Sully Prudhom- —Eso es nuevo, ¿no? me. En descargo de la Academia hay —En realidad, no. En febrero te- que decir que era una propuesta de la nemos la «lista larga» de unos 200 Academia francesa, de 14 académicos nombres que el Comité Nobel reduce franceses, y que, por agradecimiento a unos 15 en el mes de abril con una a la que fue su modelo, se le concedió. sucinta presentación de cada uno y —El caso es que se esperaba que tras severos recortes, se llega a la «lis- fuese para Tolstoi… ta breve» de 5 nombres en mayo. Los —Bueno, en aquella ocasión Tolstoi académicos tienen la posibilidad de no estaba en la lista de 27 nombres eliminar a uno para incorporar a otro, propuestos y por tanto, según los pero sin pasar de cinco. estatutos, no se pudo tomar en con- En el verano los académicos tienen sideración. Además, él dijo que no lo sus deberes que es leer las obras de hubiese aceptado porque el dinero era los cinco. pernicioso y no quería premios. Hay varias reuniones en septiembre . (F. Vicente) —Pero luego sí se le propuso según con argumentaciones de lectura, los estatutos … tanteos, votaciones y en la tercera re- Ahora han ganado fuerza las opi- —Sí, y se rechazó por los motivos unión, una semana antes de hacerlo niones de los académicos. El cambio que ya he mencionado. público, se realiza la votación final. se produjo con el caso de Beckett en —Cuando en 1912 muere Wirsén El día en que se va a hacer público el 1969. Al no alcanzar la unanimidad es elegido secretario Karlfeldt y se nombre del premiado, hay reunión a en el comité para presentar un can- rompe el marco europeo con la elec- las 11.30 y en ella se toma la decisión didato, cada uno de los miembros ción de un «periférico» Tagore. formal. Luego, se trata de contactar presentó sus opiniones individuales —Pero no hay que olvidar que antes, con el premiado en el último minuto, y ello les dio a los académicos mayor una vez muerto Wirsén y antes de para evitar filtraciones, y el secretario libertad. llegar a Tagore, se premió a Haupt- permanente lo comunica pública- Hoy el comité no puede presentar su mann, uno de los autores anterior- mente a las 13.00. candidato, sería contraproducente mente «imposibles», y se elige a dos —Será un poco agobiante esa reu- —¿Qué importancia han tenido académicos vetados por Wirsén, nión… los secretarios de la Academia y los Selma Lagerlöf y Heidenstam, ambos —No, el premio ya está decidido. So- presidentes del Comité Nobel en la premios Nobel. lo hay que ponerse de acuerdo en la historia del premio? —Y es la época de la I guerra mun- breve motivación. Luego ya no queda —La influencia del presidente del dial4 más que esperar un par de meses a la Comité y del secretario permanen- conferencia Nobel, la entrega del pre- te que podía ser, como en el caso 4 En 1914 y 1918 no se entregaron concedieron mio, el banquete y el brindis… de Wirsén, la misma persona, era premios.

34 —La guerra favorecía a los escritores negligencias de la Academia. —Y es una crítica justa. Gabriela de los países neutrales por ello se pre- —En esos años hay un límite: Ezra Mistral es la quinta mujer premiada mia a autores nórdicos y a un pacifis- Pound. y lo es a los 45 años del primero y ta que está en el espíritu antibelicista —Una persona que ensalzaba la desde Gabriela Mistral hay que es- de Nobel, eliminación de los judíos no podía perar veinte años hasta el premio a —Pero no favoreció a España que entrar en liza. Dag Hammarskjöld . era un país neutral… sostenía que las declaraciones y —Poco a poco el premio se va con- —Ese año, 1915, fue el año en que el arengas de Pound iban en contra del virtiendo en el premio universal premio debería haber correspondido testamento de Nobel. Sin embargo, que deseaba Nobel. En los años 30 a Galdós.5 el mismo Hammarskjöld sí que hizo se premia a EE. UU., la década si- —Se incorpora también a la gestiones en favor del poeta recluido. guiente a América latina, luego su- Academia Henrik Schück, —Dices que Österling fue el que cesivamente Asia, Australia, África. historiador de la literatura. abrió caminos a los innovadores, —Sí, pero si observas te darás cuenta —Sí, él y una nueva generación que pero estuvo contra Becket… de que todos los premiados emplean reinterpretan el testamento. Se pasa de —Bueno, en esa época ya era muy lenguas europeas: inglés, español, la «sana idealidad a «la generosa hu- anciano y el pesimismo sin fondo de francés… manidad». Eso rompe la estrecha in- Beckett no era del gusto de Österling. —Bueno, pero la mayoría de los terpretación de la palabra ideal, lo que Tampoco le convencía M. A. Asturias académicos juzga por traducciones, posibilita el premio a Anatole France. por su antinorteamericanismo, ni ¿no? Los años 20 son la década de tolerancia Neruda… —Ahora podemos pagarnos traduc- y abandono del dogmatismo. Son ele- —A mediados de los 70 hay una ciones exclusivas para Los dieciocho… gidos, además de France, autores de la política de la Academia que Gy- —Tener un académico que te haya talla de T. Mann, Yeats y Bernard Shaw. llensten formula diciendo que hay traducido siempre será una ven- —En la década siguiente se abre que premiar a maestros desconoci- taja, ¿no? Se habla de académicos la época que llamas «para el lector dos por el gran público, a géneros traductores y sus «premiados»: común» literarios marginados o a lenguas Gullberg, Lundkvist, Österling, —Sí, se premia a , pero desatendidas… Anhlund no se acepta a Hesse. Un académico —Eso posibilitó premiar en 1978 a —Siempre es bueno que un acadé- llegó a decir: ¡Tendréis que pasar por Singer, un maestro desconocido (aho- mico conozca a fondo a un escritor y encima de mi cadáver! y de Gide: ¡No ra traducido a más de 50 idiomas…) más si lo ha traducido. Así lo puede vamos a premiar a un maricón! Hasta frente a Grahan Greene. Luego se presentar mejor. se llegó a discutir Lo que el viento se premia a Elytis, Canetti, Milosz, Sei- Aunque no sé si fue bueno para el llevó de Margaret Mitchel… ffert… escasamente conocidos por el premio que Österling fuese el traduc- —Luego llega la época post 1946, gran público. tor de Quasimodo. Aquel año tal vez la de «los innovadores» impulsada —Se ha criticado bastante la au- el premio debía haber ido para Unga- por Anders Österling. sencia de escritoras en el palmarés retti o Montale. —En la posguerra los nuevos acadé- del premio, aunque en los últimos —Pasemos a la integridad política micos dan una nueva interpretación quince años se han premiado tantas en la concesión del Premio… a la expresión «en dirección ideal» como en los primeros noventa años —Es un premio literario. del testamento y pasan a entenderla —¿Y el caso de Churchill? como «haber prestado el mayor be- —El dar el premio Nobel de literatu- neficio a la humanidad» lo que abre ra a Churchill fue un error indefendi- el camino a los innovadores: Herman ble. Se pensó que estábamos ya lejos Hesse, de ética anarquista, Eliot, Gi- de la guerra y que se podía prescindir de, un homosexual, Faulkner, poco de su influencia en ella sin darse después, la visión negra de Beckett… cuenta que ya se estaba en plena gue- En el discurso de entrega del premio rra fría. a Eliot, Anders Österling rindió ho- Se decidió: nunca más un político menaje a Joyce, una de las grandes y por eso cayeron como candidatos Malraux y Senghor. Lo que está claro es que no se uti- 5 Al leer los informes y las opiniones particu- lizan argumentos políticos en las lares de los académicos no hay duda de que así tuvo que haber sido …A pesar de las protestas discusiones sobre el premio de Lite- que llegaban de España por la candidatura de ratura. Se produciría una reacción en Galdós… . (F. Vicente) contra…

35 —Mucho se habló del caso de Mi- Bellow. «Los rumores que en las institución donde nunca quiso estar. losz, premio en 1980. últimas semanas han circulado en Y Anhlund lo hizo más tarde. El caso de Milosz puede ilustrar el prensa y radio sobre que el escritor —Pero el caso es que la actitud de problema entre efecto político e in- judío-americano Saul Below era el la Academia provocó críticas ¿por tencionalidad política. Llevábamos ganador del premio Nobel de litera- qué?… tiempo pensando en él como pre- tura… son ciertos.» —El Pen club y la Asociación de es- miado —como sabes las decisiones critores nos pidieron que apoyásemos toman años— y de pronto cuando lo La esposa entró en la cocina para ver un escrito a favor de Rushdie dirigido íbamos a anunciar estallan importan- si íbamos a acabar: Son las cinco y al Gobierno. La contestación fue tes huelgas en Polonia, en agosto de media… que la Academia nunca se dirigía al 1980. Gobierno. Lo que es cierto. El error —Y ¿no influyó? —La concesión del Nobel a aca- de la Academia fue el no haber hecho —Artur Lundkvist lo planteó de una démicos ha provocado críticas. El inmediatamente una declaración manera radical: si lo damos van a novelista dijo que «la contundente a favor de Rushdie. decir que es por las huelgas y si no lo Academia, al conceder el Nobel a Luego ya no hicimos más hasta que, damos también, pues vamos a decidir Martinson y Johnsson ha dilapida- pasados unos días, se hizo una de- literariamente. Y es lo que hicimos. do para siempre el prestigio del pre- claración muy general en favor de la Una acción sin intencionalidad po- mio». No era la primera vez —los libertad de expresión, sin mencionar lítica a la que las circunstancias pro- académicos Heidenstam, Karlfeldt siquiera a Rushdie ni la amenaza de porcionan un efecto político. y Lagerkvist ya lo habían obteni- muerte y la fetua contra él. —El secretismo y los problemas do— pero no se había establecido Yo tomé distancias con la posición de que plantea el nombre del futuro ninguna limitación para obtener el la Academia e hice una declaración Nobel. A veces se mete la pata y se premio. Los tiempos habían cam- por mi cuenta en una entrevista pe- encargan 18 ejemplares para la Bi- biado… riodística. blioteca Nobel de un libro de Peter —Desde principios de los años 1990 —El indudable prestigio del Pre- Weiss. No hacía falta ser un gran ya no se puede dar el Nobel, ni cual- mio ¿depende de que se dan cinco detective para deducir que estaba quier otro premio de la Academia, premios al mismo tiempo, de que en la lista breve… a académicos o a sus parientes. Por los da el rey o de que tienen alta do- —Peter hizo algo imperdonable para ejemplo, mi mujer Monica Lauritzen tación económica? recibir el premio: morirse demasiado que merece premios por sus ensayos —El premio no nació prestigiado. pronto. no puede ser galardonada por ser Al principio hubo dudas y críticas a Los primeros años se anunciaba el mi esposa… Y Tomas Tranströmer los premiados. El prestigio se ha ido nombre el día de la entrega (el 10 de tuvo la suerte de haber encontrado ganando paulatinamente. Claro que diciembre) y se comunicaba discreta- enemigos en su elección como acadé- favorece que sean cinco premios que mente a la prensa para que preparase mico porque no hubiese obtenido el se apoyan entre sí, pero también el con tiempo sus presentaciones. En los Nobel… que, a partir de los 40, se ha premiado años 50-60 también se informaba a —Como en toda institución huma- a muchos grandes escritores. Los pre- algunos periódicos para que pudiesen na ha habido conflictos en la Acade- miados, con su prestigio, dan fama escribir sobre el premiado. mia. Uno de los más sonados fue el al premio y el premio consagra a los —¿Por qué se abandonó esa prác- caso Rushdie en 1989 que provocó la escritores. tica? salida de cuatro académicos. —También depende tal vez de que Fue tras el premio a . La —Bueno, el caso Rushdie no fue la prensa tiene algo de qué escribir Academia informó al diario Dagens exactamente el desencadenante de unos días al año, se alimentan uno Nyheter y no a Expressen. la salida. Eso es como decir que el a otra Ambos periódicos tenían un archivo disparo de Sarajevo fue la causa de —Sí, como se sabe la atención llama común y cuando el jefe de cultura la I guerra mundial. Fue el factor a la atención y se retroalimentan. de Expressen pidió los recortes sobre desencadenante, la excusa utilizada En EE. UU. el Nobel no tiene dema- Bellow y no estaban se confirmaron para solucionar el conflicto que había siado prestigio. En Inglaterra tengo la sus sospechas y publicó un cuento de entre Francia y Alemania impresión de que es más importante Bellow el día en que la Academia iba Había tensiones en la Academia y el premio Booker…6 a anunciar el premio. Y desde enton- para solucionarlas se utilizó un asun- ces se acabó lo de las informaciones to en el que la Academia no había previas. reaccionado bien. Y salieron dos, 6 La entrevista se hizo dos meses antes del —Recuerdo el rasgo de humor del porque Aspenström, simplemente, conflicto que provocó que Espmark abandonase secretario al anunciar el premio a aprovechó la ocasión para dejar una los trabajos de la Academia (ver pg. 13).

36 Textos literarios de académicos *

Académicos (Montaje: Óscar Baiges)

37 La mano fantasma Selma Lagerlöf (1858-1940)

Nació en Mårbacka, provincia de Värmland, sur de Suecia. Ejerció de maestra en Landskrona. Su primera obra Gösta Berling saga / La leyenda de Gösta Berling, fue mejor acogida en Dinamarca que en Suecia. Su obra más conocida es Nils Holgers- sons underbara resa genom Sverige / El maravilloso viaje de Nils Holgersson. Trabajó por el derecho de voto de la mujer. Novelas, cuentos y su extensa autobiografía completan su amplia bibliografía. Premio Nobel en 1909. Miembro de la Academia Sueca desde 1914. Publicada en español en varias editoriales: Akal, Luis Vives, Zig Zag, Ediciones B, ANAYA.

La mano fantasma. (Óscar Baiges)

Justo al dar la una de la ma- —¿Está enferma? —se oyó de esa manzana. Pero la fantasma- drugada, alguien llamó al timbre desde dentro. goría se mantiene firme en ella. del doctor. El primer timbrazo —No saben lo que le pasa. ¡Si hubiera estado en un calle- no obtuvo ningún resultado, pe- Creen que ha visto algo. jón oscuro o un poco fuera de la ro cuando el segundo y el tercero —Bueno, saluda y di que ya ciudad en un jardín selvático, don- demostraron que era algo indiscu- voy. de viejos árboles pavorosos azota- tiblemente serio, Karin salió por El doctor no preguntó nada ran los cristales de las ventanas una la puerta de emergencia a saber más. No le gustaba oír chismorreos tormentosa noche de invierno co- qué pasaba. Y después de haber de criadas sobre su novia. mo esta! ¡Pero estando como estaba negociado en vano un rato, Karin Una cosa rara esa superstición, en la amplia calle que bajaba hasta tuvo que resignarse a despertar al pensó mientras se vestía. La casa el puerto y el mar! ¡Y con la iglesia doctor. Fue a llamar a la puerta del está ahí, en plena ciudad, no hay y la caja de ahorros y el cuartel y dormitorio. nada romántico en ello. Una vieja la fábrica de azúcar justo al lado! —Es un mensaje de su prome- y fea casa completamente normal, Habría que pensar que la fábrica de tida. Tiene que ir usted allí. amueblada como todas las demás azúcar con todo el ruido y el hervor

38 y con las grandes y candentes cal- —Pero ¿cómo empezó todo? mucha inquietud y seguramente se deras de vapor harían que el fantas- —Eso no se sabe, siempre ha figuraba que él llegaría antes si iba ma no se sintiera a gusto. Pues no; aparecido aquí. a su encuentro. El doctor tuvo la todo lo contrario. Ella lo había contado con mu- impresión por primera vez de que A su manera, el fantasma era cha calma, pero ¿quién sabe, quién realmente se avecinaba un peligro. digno de admiración. Tenía ener- sabe? Seguramente creía en fantas- Sería enojoso que ahora surgie- gía, una energía enorme y capaci- magorías. ra algo que se interpusiera entre la dad de mantenerse vivo en la con- —Aparece así, doctor, sube muchacha que estaba arriba y que ciencia de la gente. Reconocían que sigilosamente hasta el borde de la él había elegido para que fuera su no se había dejado ver en veinte mesa, muy pegada al que juega. esposa. En toda su vida no había años, desde que las señoritas Bur- ¡Oh, y luego señala una de las car- visto a nadie que le conviniera más. man se mudaron a la residencia del tas con un dedo grande y torcido! Lo suficientemente hermosa y nin- fantasma. Pero ¿lo había olvidado Tiene unas uñas como garras, cur- gún otro pariente que las dos viejas alguien? Se veía ahora: sólo porque vadas y puntiagudas. tías y, como es natural, rigurosa- Ellen se había puesto enferma de Bueno, creerlo, seguramente mente educada, hogareña, buena repente, se decía enseguida que es no lo creía del todo. Porque justa- ama de casa, tranquila. que había visto algo. mente había escogido la habitación Al llegar al vestíbulo tía Malin Haberse asustado por algo, del fantasma como su habitación. se volvió de nuevo hacia él. bueno, eso no era imposible. Segu- El doctor pasaba deprisa jun- —Nos despertamos en mi- ramente estaba como predestinada to al gran edificio de la fábrica de tad de la noche porque daba unos a ver fantasmas al vivir toda su azúcar, donde el trabajo proseguía gritos terribles y no hemos conse- vida con sus dos viejas y nerviosas durante toda la noche. ¡Por una vez guido calmarla. No supimos hacer tías. Y que había un fantasma en había que alegrarse por la gran fá- nada más que mandar a buscarte. la casa debía de haberlo sabido y brica ahumada! Daba gusto pensar Abrió la puerta de la habita- creído siempre. Debía de haber que ella no había crecido en el cam- ción de Ellen, asomó la cabeza y excitado su imaginación desde la po en medio de una soledad iluso- anunció que él había llegado. En infancia. ria; en ese caso la superstición tal seguida le hicieron entrar. Claro está que no lo había olvi- vez habría echado verdadera raíz Allí dentro había tanta luz dado por haberse hecho adulta. La en ella. Pero como siempre había que en el primer momento apenas primera vez que él estuvo de visita vivido en esta verdadera y ruidosa pudo ver nada. Por lo visto habían como médico en casa de las tías, realidad… llevado allí todo lo que había en el ella le había dicho con un aire de Torció en la esquina de la fá- piso de lámparas y luces. Que por triunfo: brica, donde el viento, tan real y cierto no resultaba mal, con los al- —Aquí está la habitación del verdadero también como de cos- tos espejos fijos en las paredes entre fantasma. tumbre, silbó contra él; subió la las ventanas y con los antiguos Justo en un tono como si hu- gran escalera de piedra y entró en muebles blancos que había puesto biera mostrado un tesoro de fami- la casa. Ellen. Con esa iluminación uno se lia. Con el perdón de Dios, tam- daba cuenta de que este precisa- —Sabe, doctor, aquí en esta bién el doctor estuvo a punto de mente había sido el salón de fiestas habitación no se puede jugar a las asustarse. A la entrada había una antes, en los días de esplendor de cartas. figura alargada completamente en- la casa. —Y ¿por qué no? vuelta en un chal negro. La tía Ma- Era aquí, pues, donde la gente —Es que si uno de los que jue- lin había bajado para alumbrarle se había sentado a las mesas de gan comete el más pequeño error, por las escaleras. juego antes —mucha fastuosidad el más insignificante truco, aparece —¿Cómo está Ellen? —pre- había habido aquí porque había una mano y se posa en la mesa de guntó el doctor. vivido gente distinguida— y justo juego a su lado. —Muy amable por tu parte cuando la alegría era más grande, —¿Qué clase de mano? venir tan pronto —dijo tía Malin cuando jóvenes galanteadores esta- —Una mano vieja, amarillen- —Yo no sé qué le pasa. Entra y mi- ban tras los asientos de las damas ta, con pesados anillos de diaman- ra tú mismo. diciendo disparates y los sirvien- tes en los torcidos dedos y con en- Con lo vieja que era, casi corría tes pasaban ofreciendo leche de cajes auténticos en la muñeca. subiendo las escaleras. Y pensar almendras en bandejas de plata, —¿Y qué más? que tía Malin se había expuesto justo entonces se había aparecido —Bueno, no se ve más que la al frío abajo en la entrada para es- la mano espectral. ¡Tuvo que haber mano. perarle… Claro que había sentido sido un espectáculo y un revuelo!

39 Las señoras deben de haber gri- El dio una vuelta por la habi- vista del bordado por mucho que tado, viejos y dignos señores se tación. Cabía la posibilidad de que alborotasen. Y además en una oca- habrán levantado presurosos de las descubriera qué era lo que la había sión había tenido una especie de mesas sin decir ni una palabra. Las asustado. En el escritorio había un revelación, le había parecido llegar bandejas de plata habrán resbalado papel de cartas manchado de tin- una noche a su casa y haber encon- de las manos de los sirvientes y se ta. Ella había empezado a escribir trado a una hermosa figura inclina- habrán caído al suelo. El terror a lo algo, pero la pluma había caído de da hacia la mesa de trabajo a la luz sobrenatural se habría dibujado en su mano rodando sobre el papel. de la lámpara. Había tenido una todos los rostros. Debían de parecer Un billete que él le había enviado visión clara de la fina nuca y de las fantasmas, medio perturbados. No por la tarde para saber si ella y sus pequeñas manos. Habían revestido hacía falta más que ver a su novia tías querían hacer una excursión toda la estancia. Después de esto le para saber cómo había sido. con él al día siguiente, estaba justo había declarado. Estaba sentada en una butaca al lado. Y ahora, en cambio. Sólo lívido grande en mitad de la habitación, Era evidente que ella se había espanto y exaltada aspereza. Jus- se mantenía completamente er- sentado al escritorio para darle tamente lo que él no quería. ¡Una guida, miraba a su alrededor con contestación. Había llegado a es- esposa histérica! ¡Oh! ¡Dios nos miradas extrañamente erráticas, cribir “Queri…”. Y entonces había libre! ¡Dios nos libre! estaba pálida, como si le hubieran recibido un susto y la pluma se le En todo caso, ahora tenía que puesto el color de una persona había caído de la mano. hacer algo por ella. No debía hacer muerta, le castañeteaban los dien- El doctor sentía que la mirada caso de que casi le estaba resultan- tes y tiritaba. de las tías le seguía. Se pregunta- do repugnante. Tenía que pensar La butaca estaba colocada en ban seguramente porqué todavía en ella como paciente y no como mitad del suelo. Tenía las patas al no le había dicho nada a Ellen. No futura esposa. aire. No había ningún mueble cerca comprendían como es natural que —Dime Ellen ¿Qué ocurre? de ella, nada podía estar escondido lo más importante era que él descu- Ella no contestó. debajo y salir de repente. briese qué era lo que había provo- —Es a mí a quien tienes que Ella no se dio mucha cuenta cado el espanto. El no podía creer decírmelo ¿sabes? —dijo con cierta de quiénes habían entrado. Tenía en la mano espectral, eso quedaba severidad. ahora los ojos clavados, completa- completamente excluido. Ella clavó los ojos en él, fue mente clavados, en la sombra del Pobre muchacha, asustadiza como si un destello de esperanza se armario que estaba colocado frente como era y toda la atmósfera que encendiera en ellos. al rincón de la estufa. Debía de sos- la rodeaba estaba llena de horror. —Te calmarás en cuanto lo pechar que la sombra quería gas- No había nadie que no estuviera digas. tarle una broma pesada. Se recogió secretamente convencido de que Daba lástima ver sus hermosos las faldas como para estar prepa- ella había visto algo. Lo primero ojos claros. Siempre habían mira- rada para huir cuando la sombra que había que hacer en realidad do a quién ella se dirigía con un se volviera más densa y resultara era hacerlas salir de la habitación, resplandor tan sereno como el del ser algo, tal vez una mano grande tanto a tía Malin como a tía Berta y sol. Ahora estaban quizá más bri- con dedos como garras. El doctor también a la sirvienta para que no llantes. Pero tenían un brillo por el entonces movió rápidamente una mantuvieran el terror vivo en ella. que, en realidad, él no preguntaba lámpara de modo que su luz diera —Creo que me contará todo si en absoluto. en el rincón. Ella se hundió de nue- me dejan hablar a solas con ella — Ella libraba una violenta bata- vo en la butaca. dijo y en seguida logró que la habi- lla consigo misma. No podía man- Entró tía Berta y dio el mismo tación quedara despejada. tener la mandíbula quieta. informe que tía Malin. El cogió una silla y se sentó Se puso un pañuelo entre los —Nos despertamos porque junto a ella. dientes para que no se oyera cómo gritaba como si se hubiera vuelto ¡Es maravilloso ver cuántos castañeaban. loca, y así ha estado todo el tiempo. rostros puede tener una persona! Él Por fin la oyó decir dos pala- Sólo quiere tener luz, siempre más apenas hubiera podido reconocer bras. Golpeó una mano con la otra luz. ¿Qué crees que puede ser? a Ellen así. La calma, una calma y pensó en voz alta. —Está asustada, sólo es que serena, era el rasgo principal de su —Tengo que decírselo. Tengo está asustada, murmuró el doctor. fisonomía. A él le había encantado que hacerlo, tengo que hacerlo. Si Ahora las miradas de ella em- verla siempre tan serena, una ver- no, volverá. Sí, volverá. pezaban a tratar de ver detrás de dadera artista en el arte de hablar Luego empezó a hablar y él se una persiana. con sus tías. Apenas levantaba la fue quedando extrañamente aba-

40 tido. A lo que más se parecía era a —Y ¿por qué? ¿Era demasiado feo? al final pensé que no podía escribir la sensación que uno tiene cuando —No, ella abrió los ojos con firme- menos. se va en una procesión vestido de za. —¿Resultaba aburrido? —Ella ¿Hay tanta diferencia entre lo frac y cae un chaparrón. Uno siente hizo un gesto de rechazo con la ma- que se escribe y lo que se piensa? que pierde toda su grandeza y dig- no. —¿Qué era pues lo que fallaba —Tu no me habías pregunta- nidad. en él? — Él era demasiado frío. — do nunca si te amaba, sólo si quería Ella reconoció de inmediato Vaya, era demasiado frío. ser tu esposa. que no le quería. Había querido El doctor dio un golpe en el —¡Ah, así que fue por eso! casarse con él de buena gana, pero suelo. Era indiscutiblemente feo —Pero entonces, en ese mo- sólo y únicamente para salir de su que una criatura como ella hubiera mento, en ese mismo momento en casa. fabricado una historia como esa. el que había empezado a escribir Si no se hubiera tratado de él Permitirle besos sin quererle lo más la palabra, apareció allí la mano. mismo, él habría podido reírse de mínimo. Y ella no había desempe- Vino deslizándose por el borde de lo mucho que aquella niña añoraba ñado su papel nada mal. Él debía la mesa y yo creo que me quedé a un hombre. El primero que se haber estado muy engañado. Y que mirándola unos segundos antes presentase. Estaba completamente era tan desagradable como para que de darme cuenta de lo que era. decidida a marcharse. A causa de una jovencita no pudiera imaginar No grité en seguida. Es como si sus tías. Habían sido muy buenas en absoluto quererle… no pudiera comprender que era con ella y no sabían lo mucho que Pero claro está que había lleva- algo sobrenatural. Pero entonces la atormentaban. do una vida penosa con las ancia- se puso sobre el papel señalando Ella le miraba con ojos hu- nas. No dejaba de comprender que con sus torcidos dedos esa palabra. raños y como pidiendo que com- fuera muy importante para ella el Me parece que estaba contenta, prendiera, que sintiera algo por casarse. Debía de haber sido como como si se estremeciera de alegría. ella. El bien sabía cómo eran las salvar la vida misma. Ella había Como si quisiera raspar y coger las tías, él que las había atendido du- confesado sin mostrar compasión letras. Apareció arrastrándose con rante tantos años. Eran difíciles, de ninguna clase. No se le ocurrió los dedos amarillos como una gran muy difíciles, llenas de ideas fijas en ningún momento que podía araña. Como si tuviera prisa. Hacía y de temores. La tía Malin siempre herirle. Tenía que estar convencida mucho tiempo que no había tenido estaba esperando un incendio, la absolutamente de que él estaba motivos de aparecer. Ahora tenía tía Berta siempre creía que la iban blindado, duro como el hierro. que darse prisa. Agarró bien la plu- a atropellar por la calle. Él sabía Su voz alcanzó de repente el ma con sus húmedos dedos nudo- cómo eran. Y si ella, Ellen, seguía grito. sos. Era jugar con trampas. Quería con ellas se volvería igual de rara. —Tú sabes bien —dijo —que participar. Grité como si fuera una Eso ella lo sabía. todos los que hacen trampas en el serpiente y entonces desapareció, Pero ella quería ser una perso- juego en esta habitación, ven la ma- pero yo no sé si todavía está aquí. na como es debido. Y les había pe- no. Yo la he visto. Estaba sentada Me parece que siento que todavía dido que la dejaran salir a trabajar. allí, allí. Y se volvió violentamente está aquí en la habitación. Y si Pero, naturalmente, eso no habían hacia el escritorio. vuelve, me muero. Estuve a punto querido permitirlo. Así que él po- —Allí la vi. de morir. día comprender que a ella no le —¿No crees que la vi? —con- —No, no va a volver —dijo él quedaba más remedio que casarse. tinuó y fijó sus ojos en él como si para consolarla. El doctor no pudo dejar de pre- quisiera obligarle a decir la verdad. —Sé que hay algo que tengo guntarle si no había temido que su —Cuéntame cómo fue —dijo que hacer —dijo ella —Tengo que vida fuera peor casada con alguien para calmarla. hacerlo para que no vuelva. Pero es que ella no quisiera que aquí con —Bueno, sabes que me escri- terriblemente difícil. sus tías. biste esta noche y yo quise contes- Se quitó el anillo de compro- Ay, no, peor no podría ser nun- tarte antes de ir a acostarme. Pero miso del dedo, puso su helada y ca. Un hombre de vez en cuando cuando me senté al escritorio me temblorosa mano en la del doctor y está fuera. Las tías estaban en casa sentí inquieta y estuve un rato pen- le entregó la sortija. Luego rompió todo el día. sando porque no sabía qué poner a llorar por el sentimiento amargo Bien, puesto que era tan sin- en el encabezamiento. Debía es- de la renuncia. cera. —¿No se le había ocurrido cribir querido, pero no me pareció El doctor no dijo nada, colocó nunca quererle un poco? —Ella justo. Era la primera vez que te es- las yemas de los dedos unas contra negó con la cabeza, eso era algo que cribía. Me pareció horrible escribir otras y dejó que la sortija pasara quedaba fuera de lo imaginable. lo que no era del todo verdad, pero entre ellas.

41 La mano fantasma no era tan ambas partes. Una había buscado en sus mejillas, era como una flor difícil de arreglar como lo otro, en un hogar, la otra, un ama de llaves. recién abierta. Parecía tan alegre su opinión. Era como si la mano se Oír eso la calmaría. como alguien que sale con vida de hubiera puesto de su parte, le hu- Le diría que a él no le iba a un peligro de muerte. biera proporcionado una pequeña causar ningún amargo desengaño. El doctor estaba con la mano venganza. Sintió simpatía por ella. Él tampoco había estado tan terri- de ella en la suya y sacó sus conclu- Lo que les pasa a algunos, blemente enamorado. siones más rápidamente que nunca pensó, es que la conciencia se des- Estaba claro, no tenía ningún antes. liza y cae sobre ellos de una u otra motivo para prolongar el tormento. Ella no se entendía a sí misma, manera, por mucho que intenten Lo mejor era dejar que acabara. De- naturalmente, ni lo más mínimo. engañarla. Ella tiene sus propios jar que todos se calmaran y desper- ¡Pues, vaya! Respiró profundamen- caminos silenciosos. Ahí estaba esa tar mañana sin compromiso. te. Toda la pesadumbre había desa- pequeña novia suya que se lo había Cuando se levantó para irse, parecido. Un jubiloso sentimiento planeado todo para conseguir una las lágrimas le anegaron los ojos. A de triunfo se apoderó de él. Sólo buena casa. No necesitaba más que pesar de todo le hacía daño perder- con un pequeño esfuerzo había ha- un poco de hipocresía y toda la fe- la. Y fue eso lo que vino a decirle. blado y ganado su amor. Ella sólo licidad del mundo era suya. Y en- Empezó diciéndole cosas in- había necesitado eso, que él le ma- tonces aparece silenciosamente la coherentes, que ella era una perso- nifestara que la quería. conciencia y entierra su mina en el na con conciencia, que pertenecía Cogió el anillo de compromiso alma y revienta al final todo cálculo a la refinada clase de personas y lo puso de nuevo con firmeza en y previsión en un instante. nerviosas que estaban empezando el dedo de ella. Pues sí, sí. Ella debía de haber a aparecer ahora aquí y allá. Ella —Nada de tonterías —dijo él creído que podría seguir mintiendo era un tesoro para él precisamente cuando ella quiso retirar la mano. toda una vida. Habría visto cómo por eso. Precisamente por lo que le —Pero —dijo ella —Yo no sé, otros lograron hacerlo. Pero ocurre había pasado esta noche, a él le re- no me atrevo que ella está hecha de un material sultaba difícil renunciar a ella. —Yo sí me atrevo —dijo el más noble que eso. Resulta algo Ella era libre, claro, no faltaba doctor —Yo no he sido nunca na- complicado pertenecer a una raza más, pero si un día pudiera y qui- die que huya de la felicidad. refinada de personas con concien- siera… Salió al vestíbulo, recogió su cia. Cuando menos se espera, ya La miró sorprendido. ¿No la abrigo y volvió a entrar para encen- está ahí la alucinación de los escrú- hacía sufrir esto? Pues no, la rigi- der un cigarro. pulos. dez acababa de desaparecer de sus —Pobre —dijo mientras daba Como es natural, toma la for- rasgos y sus ojos se tranquilizaron. un par de chupadas —Me parece ma que queda más a mano. En esta Tenía la boca entreabierta y escu- que ahora estás atada y encadenada habitación la conciencia tenía que chaba con avidez. a amarme. Si no, volverá esa mano ser, evidentemente, una mano es- Él contó cómo había deseado y te hará morir de miedo. pectral. organizar su vida en común, confe- Seguía sentado sopesando el só cuánto la había añorado. Habló Traducción de Marina Torres anillo y pasándolo de un dedo a de esto de una manera completa- otro. Sentía algo más que enojo por mente diferente de cómo lo habría no haber podido ganársela. Estaba hecho media hora antes. Pero es casi triste. Ella empezaba ahora a que ahora que iba a perderla lo acordarse de él, a pensar que había veía de una forma distinta com- sufrido un agravio, porque se incli- pletamente. Habló con mucha más nó y le besó la mano. finura de lo que se había creído ca- —Perdóname —dijo. paz. La vida en común con un ser Resultaba sorprendente lo femenino dulce y gentil, sí, preci- dulce que era. Cuando tuvo claro samente la vida en común con ella, que se había portado injustamente, resultaba de repente muy atractiva no sabía qué hacer para repararlo en su imaginación, y se lo dijo. —verdaderamente no había razón Cuando se acercó a ella y le para seguir atormentándola—. tendió la mano para despedirse, las Necesitaba únicamente declararlo, lágrimas anegaron sus ojos de nue- decir que él no había sido mucho vo. Estaba muy hermosa en ese mo- mejor que ella. Conveniencia por mento, el color volvió a encenderse

42 La muchacha sin mano Elin Wägner (1882-1949)

Nació en Lund, la ciudad universitaria del sur de Suecia. Huérfana de madre desde los tres años. Ya destacó en el periódico de la escuela y pronto inicia una bri- llante carrera periodística, sobresaliendo su interés por temas sociales. Novelista, cuentista, periodista y luchadora por la emancipación femenina y la paz. Funda- dora de Rädda barnen. Estuvo casada con John Landquist, el primer editor de las obras completas de Strindberg. Académica desde 1944, su intervención fue decisi- va para el premio Nobel a Gabriela Mistral.

—¿Quién dijo usted que quiere verme? —¿Algo más? Pues sí que puede, señor redactor, si —Una obrera, una señorita Pettersson, Svensson, quiere. Espero que quiera —añadió en un tono desespe- algo así. rado. El redactor recibía siempre esas visitas de la esfera Él estaba dispuesto a conceder cualquier cosa con de los suscriptores, aunque fuera en mitad de una pala- tal de librarse de verla. Esta joven salía mutilada de un bra. Cuando ella entró, se levantó de la mesa y le tendió amargo sufrimiento físico con toda su atmósfera ro- la mano. deándola aún, eso irritaba los nervios. Él había escrito Estaba seguro de que ella se preguntaría si lo iba a sobre ella porque con ello desgarraba el corazón de otras hacer o no. Porque él sabía que había muchísimas per- personas, no el suyo propio. Pero no quería estar cerca sonas en nuestro país que nunca tomarían como algo de ella. natural un apretón de manos en el encuentro con una —¿Por qué saca usted eso, señorita? preguntó. ¿No persona de clase alta. comprendió cuando leyó mi artículo que tiene usted un La joven obrera enrojeció. amigo en mí? —No puedo tender la mano —dijo. Entonces ella contestó algo inesperado: dicen que —Bueno —dijo él retirando su mano —¿qué es lo usted, señor redactor, nunca se retracta de nada. que he hecho, pues? —Así es, dijo él sonriendo, porque supuso que ella —No es por lo que usted, señor redactor, ha hecho, no sabía qué quería decir retractarse, pero es porque uno contestó ella. Pero yo sólo necesita retractarse cuando escribe algo que no es no verdad. ¿Usted no querrá que yo retire lo que escribí so- tengo bre usted ayer? mano. —Pues sí —dijo ella —eso es lo que quiero—. Así Entonces él rodeó la esquina de la mesa rápidamen- quedaba por lo menos dicho. te, se acercó a ella y la cogió por los hombros. —¡Oh! ¿Es usted? —dijo —Que no me diera cuenta —Pero… —dijo él muy sorprendido —¿No perdió enseguida… Siéntese —la hizo sentar en la silla que es- usted su mano derecha? taba junto al escritorio —Dígame qué la trae aquí. ¿Hay Ella sacó del manguito el muñón vendado, lo puso algo más que yo pueda hacer por usted? en la mesa y continuó: Al oír ella la palabra más asomó una pequeña son- —Pero no fue como usted lo escribió, y por eso… risa en torno a su boca que estaba tirante en una línea Una mujer que ni empieza ni termina una frase, amarga. pensó él fastidiado, pero entonces vio que ella lloraba. Él la vio, pero apenas la comprendió antes de que la —Bueno, ¿cómo fue entonces? —preguntó más hiciera desaparecer una humilde expresión suplicante. amablemente de lo que pensaba.

43 Ella le tendió con la mano izquierda un sobre que —¿Por qué ha escrito esto el jefe de taller y no us- había tenido preparado todo el tiempo. La dirección es- ted? preguntó. taba disuelta en lágrimas. —Ya; es que estábamos prometidos —dijo ella. —Entiendo a pesar de todo que es para mí —dijo él —Vaya, y ahora él ha roto después del accidente… afablemente. —Bueno, depende —dijo ella —Si usted publica En el sobre había una carta, pero estaba escrita a eso, todo volverá a arreglarse. máquina: “Su artículo aparecido en el número de ayer de su —Vaya, el jefe de taller pone condiciones para man- digno periódico sobre el accidente ocurrido hace dos meses en tener el compromiso con su novia. No es una actitud la empresa de confección Svea, se basa en un malentendido”. muy gallarda. No le haga caso. El echó una mirada rápida a la muchacha, estaba sentada con la cabeza profundamente inclinada e, ine- —Es que él no puede pensar en casarse con una chica vitablemente, sus miradas se dirigieron a la bonita nuca manca: una chica que no tiene nada— le defendió ella. peluda bajo el sombrero, una rareza en esos días de cabe- Él pensó rápidamente: ella tendría puesto de tra- llos cortos. bajo y salario completo, según el desmentido del jefe Y seguía: “Yo desconozco cómo ha podido ocurrir este de taller. Pero si yo no lo publico no se cumplirá la pro- malentendido”, (¿quién? ah, el jefe de taller), “pero estoy mesa de la dirección de la fábrica. Incluso la honorable convencido de que usted lo corregirá. Es cierto que la señorita dirección de la fábrica pone condiciones para mostrarse Signe Karlson fue seriamente herida en la prueba de una humana. Presiona al jefe de taller para que haga otra ver- nueva máquina de cortar. Pero que así ocurriera se debió a sión de la historia, con la amenaza de dejar a su novia en una pura desgracia. Fue que la luz eléctrica se apagó en mitad la pura miseria. Y él la manda aquí para que, bajo pena del trabajo y la señorita Karlson, que estaba nerviosa porque de deshacer el compromiso, me mienta a fondo. la máquina era nueva para ella, se acercó demasiado al cuchi- —Ya entiendo –dijo él al cabo de un largo minuto llo con la mano. El accidente no puede tener ninguna relación de silencio. con la presencia del gerente que no llegó hasta después de que A ella no le gustó que dijera eso. Entender era preci- hubiera ocurrido. Yo fui el único que estaba presente. La di- samente lo que no debía hacer. rección de la fábrica ha apoyado a la señorita Karlson mucho —Si usted, señor redactor, tiene la bondad de pu- más de lo que es su obligación legal y por el momento costea su blicarlo en un buen sitio —añadió con vacilación. Y se estancia en una institución de recuperación. Después está dis- puso de pie. puesta a proporcionarle trabajo con el mismo salario que dis- Pero él la hizo sentar de nuevo en la silla. frutaba como trabajadora cualificada. Puesto que ella no tiene —Si tengo que publicar esto —dijo —tengo que motivo alguno para denunciar a la dirección de la fábrica, ni añadir algo. Tengo que decir que todos mis datos me los ante un juzgado ni en la prensa, no hay nada sospechoso en el proporcionó su propio hermano, señorita Karlson. No hecho señalado por usted de que el suceso no haya salido antes lo hice antes por su propia petición, puesto que también a la luz pública. La señorita Karlson es la primera en lamen- él está empleado en Svea, pero así tiene que ser. No va a tar que se hayan puesto en movimiento falsos rumores de la resultar muy agradable para los hermanos Karlson ese conducta inapropiada del gerente y que con su artículo hayan desmentido. alcanzado aún mayor difusión. —No, eso no puede ser— dijo la muchacha horro- Atentamente rizada. —¿Pretende usted que declare que me lo he inven- Karl Anderson tado yo todo? Eso es absurdo. Jefe de taller.” —¡Oh!, a usted, señor redactor, que es tan impor- tante y no está empleado por nadie ¿qué más le da? El redactor dobló el escrito y lo puso debajo de un El sacudió la cabeza: —Nunca en mi vida. pisapapeles en la mesa. —Pero usted escribió que “ todo corazón que sienta Esto lo ha redactado el propio gerente, pensó y se humanidad tiene que sangrar por Signe Karlson”. preguntó por qué éste su viejo adversario se mostraba —Sí, sangrar —dijo él —Bueno, ¿qué quiere usted? tan cortés. ¿Por qué no se aprovecha y me denuncia? Si La muchacha no contestó. Se precipitó hacia la es una infame calumnia que él fue la causa del accidente puerta. por besar en la nuca a la chica de la máquina, yo debería Él, no obstante, la alcanzó y con la fuerza de su so- ir al trullo por haber forzado la paciencia de las leyes de brenatural sabiduría dijo: la libertad de expresión hasta el máximo. —No, no corramos junto al novio, vamos a solucio- —¡Señorita Karlson! —exclamó bruscamente en nar esto antes. voz alta y ella se sobresaltó justo como él había previsto —Yo no tengo nada más que solucionar. que hiciera. Como sin duda hizo también aquel desgra- —Sí. Usted puede contar la verdad. ciado día… —Ya, pero…

44 Y volvió a sentarse en la silla de las visitas, y las pre- los dedos que le faltaban. guntas fueron cayendo con orden y con calma sobre ella. ¿Qué piensan los hombres en realidad? cavilaba. Él sabía el poder de la pregunta bien elegida, la gente cae Todos dicen al unísono que quieren ayudarme. El geren- víctima indefensa de ella, por la incapacidad de de- te rebosaba de promesas y alguien más noble que An- fenderse, de mentir rápidamente y bien. derson al principio no se puede imaginar. En todo caso Era pues como él había sospechado, el relato del sería mi hermano el que podría competir con él. Y qué hermano era veraz. no escribió éste sobre compadecerse y sangrar por Signe —Así pues, ¿usted admite que el jefe de taller la Karlson. Y ahora andan todos a la greña y sólo se preo- obligó a salir con el desmentido, porque la dirección cupan de aprovechar la ocasión de atacarse unos a otros. de la fábrica puso su publicación como condición para Lo que me pase a mí les trae sin cuidado. Y sin embargo cumplir su promesa de empleo y sueldo? soy yo la que estoy sin mano. Ese planteamiento o bien le resultó a la joven dema- El redactor la cogió del brazo. Y empezó: —Esto iba siado complicado o bien se dio cuenta de lo peligroso a ser un asunto muy importante. Iban a salir artículos, que era contestar. Clavó la mirada asustada y suplicante habría reuniones a las que ella asistiría, habría que lla- en el redactor que le dio unas palmadas para tranquili- mar a las armas a toda la familia obrera del país. zarla. No necesitaba torturarla más. Ya sabía lo suficien- —Yo no quiero eso para nada —dijo ella. te. Era exactamente como si volviera a caer presa de ¡Qué historia! Esto era mucho más grave que el una máquina que iba a romper lo que quedaba de ella. suceso mismo. Si algún empresario cometía un hecho —Sí, claro que quiere —dijo él. como éste con la nuca de la muchacha, mal hecho esta- —No. ba, pero no podía volverse como una acusación contra —Sí. Porque usted quiere que la ayuden. el capitalismo. Pero esta amenaza de no cumplir la —Sí, pero no de ese modo, para nada de ese modo. promesa de un futuro empleo mientras ella no echara la —Usted tiene que dejarse ayudar como su hermano culpa de la desgracia a su propio nerviosismo, ahí, pensó y yo decidamos. A ver, me olvidaba del escrito. No, no complacido/voluptuosamente, revelaba la crueldad del va a esperar porque se escaparía. —La retuvo—. Venga dinero, su arrogancia y locura. Pero, hasta aquí hemos usted conmigo otra vez a mi despacho. llegado, señor gerente, ¡y ni un paso más! —Devuélvame ese escrito —dijo ella tendiendo su —¿Dónde vive usted? —preguntó ardiendo de an- brazo sin mano. siedad. —De ninguna manera, muchachita —dijo él — Ella no se atrevió a contestar. Estaba fuera de sí, Venga, vamos a coger un coche. ¿Dónde vive su herma- consternada por el desenlace de su misión. no? —¿Qué piensa hacer usted? —preguntó angustiada —No quiero. —¿No va a tener usted, señor redactor, un poco de com- —Usted tiene que. Tranquilícese. Este primer susto pasión por mí? se pasa. Le enseñaremos a ser valiente, usted va a expe- Evidentemente, no la tenía. rimentar lo que es tener a toda una clase detrás. Confíe —Bueno, bueno —dijo— ¿dónde vive su hermano? en mí. —¿Por qué quiere saberlo? —¡Pero Kalle! ¿Qué va a decir Kalle? —Vamos a ir a verle y a discutir este asunto. —Sería preferible que no volviera usted a ver a —Pero ¿qué va a hacer usted? Kalle nunca. Porque es un traidor. Pero también él va a —Mover cielo y tierra, como es natural. Vamos a tener lo que merece. No llore. Usted encontrará a otro. declararle la guerra al gerente. Va a tener que pagar cara —Así que eso también —Ella se soltó. Fue inútil. su liviandad. Un segundo después ya estaba dentro del coche. —Claro, pero es precisamente por eso, porque debe —Venga —dijo el redactor— ¡la dirección, rápido! pagar, por lo que este escrito tiene que aparecer. El periódico está punto de imprimirse. Así que ya salió eso también. Con esta historia, la señorita Karlson y el redactor —Ya. Pero hay otras maneras. Se le puede obligar. se hicieron famosos en el país durante un tiempo. El ga- Si usted se querella, él perderá. nó muchas suscripciones y ella perdió a su Kalle. —¿Que yo…? ¡Nunca en mi vida!. ¡Uy! La última vez que se vieron ella estaba muy amar- Ahora he vuelto a caer en manos de otro loco, pensó gada. En esa ocasión él no tenía mucho tiempo para ella, ella, aunque loco de otra manera. porque ella ya había hecho lo que debía. El silbaba mientras se ponía el abrigo y su voz rezu- —Pero piense que usted, señorita Karlson, acelera maba júbilo cuando anunció a la centralita que iba a au- el seguro obligatorio de accidentes — dijo, tras lo cual sentarse. Llena de odio impotente ella le observó ¿Qué le cerró la puerta y se puso a salvo. pasaba? ¿Tan sugestivo resultaba precipitar a una joven de bruces en la ruina? Y mientras así pensaba, le dolían Traducción de Marina Torres.

45 La sonrisa eterna Pär Lagerkvist (1891-1974)

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de Upsala. Poeta y nove- lista. Miembro de la Academia Sueca desde 1940. Premio Nobel de Literatura en 1951. Entre sus novelas, traducidas en todo el mundo, destacan Barrabás, El enano y El verdugo (Alianza Editorial en España), en traducción de Fausto de Tezanos.

Interior de un molino de agua

Llego una tarde a un viejo molino me parece un maravilloso cuadro idíli- Los pechos le cuelgan como hoga- en el bosque. Todavía es temprano, co; tan apacible, tan bien cercado, y sin zas, vuelta como está hacia mí, y dos todo me resulta muy fresco y como embargo de un vigor y una exuberan- brazos bien cebados descansan entre acabado de empezar. Los rayos del sol cia que impresiona. En el corral hay un los pechos y el estómago. Me mira con caen oblicuamente entre los árboles, viejo carruaje con las ruedas delanteras ojos bonachones, redondos, sin cejas, los pájaros cantan todavía; es como si sin anillos y con los rayos podridos. y me saluda con una sacudida de su fuera de mañana. El rocío descansa en Parece que se hubiera puesto de ro- gordo cuello. Yo contesto con el tono la hierba y humedece los cascos de mi dillas. Está fuera del molino propia- jovial propio de quien está montado a caballo. Es primavera. Huele a tierra y mente dicho, que es una construcción caballo y se ha pasado el día cabalgan- a grandes árboles. grande, amplia y robusta, atravesada do por el bosque. El grato lugar me ha El camino en el que me encuentro por una gran tranca negra (en la mi- puesto también de muy buen humor. parece atravesar la finca del molinero. tad). Mientras estoy sentado a lomos Les digo lo agradablemente sorpren- Cabalgo pues hasta la entrada, sin del caballo, se abre esta tranca que está dido que estoy de descubrir un rincón intención de detenerme, sino de se- a cierta altura del suelo, y del sombrío así, escondido en las profundidades guir viaje. Sin embargo, el interior es interior sale el molinero y detrás de del bosque, y les hago comprender que tan hermoso y raro que no tengo más él su mujer. Yo me doy cuenta de que estoy entusiasmado. El molinero no remedio que tirar de las bridas y parar- tienen que ser el molinero y su mujer. contesta, está de pie mirando al vacío. me a contemplar mi alrededor un rato. Él es un hombre fuerte y moreno, con Pero la mujer sonríe, dulce e insinuan- Por los cuatro costados hay blancas la ropa enharinada pero con manos te: Sí, sí, esto es muy bonito. Me sigo filas de casas, parece que se hubieran de maquinista, aceitosas, grasientas, explayando acerca de las excelencias puesto blancas con el polvo de la ha- como si estuviera arreglando una má- del lugar, de lo limpio y cuidado que rina que sale del molino y de los sacos quina. Parece un hombre listo y serio. está todo, las cortinas de las ventanas cuando se cargan en los vagones. Tam- Pero la esposa, de unos cuarenta o cin- tan impolutas, lo bonito que está el bién el corral de la finca está blanco; cuenta años, gruesa y afable, parece un corral con el polvo de la harina y lo el caballo se espanta y escarba el suelo gran animal satisfecho en espera quizá bien que resulta el viejo carruaje ato- negro con uno de los cascos. Pero a mí de poder comer algo más. llado allí dentro con los muñones en la

46 tierra. La mujer del molinero asiente la vieja y a mí en remolinos. Me doy Al cabo, vuelvo por el tablón res- todo el tiempo. Está plantada con las cuenta de que es la rueda del molino baladizo a la casa. Me pongo a pensar piernas abiertas en mitad de la puerta que mueve grandes masas de agua qué se habrá hecho de la mujer. Allí y se regocija. El molinero tiene las pier- y sigo al molinero lleno de curiosi- sigue dando vueltas y más vueltas, nas juntas. dad. La mujer pregunta rezongando tan gorda y rolliza como antes. Cuan- Por fin ella me pregunta si no qué tendrá que hacer el hombre allá do me descubre se para y me sonríe quiero entrar a ver el molino. Claro afuera. Él no la oye a causa del ruido; de buen humor. Pero yo veo que no que quiero, encantado. Salto pues del yo le doy la espalda y cruzo también está contenta. Me pregunta qué he- caballo y busco una argolla en la pa- la puertecilla. Me subo a un tablón mos estado haciendo tanto rato allá red para atarlo. Pero no hay ninguna estrecho, húmedo y viscoso, y estoy afuera. Contesto que el espectáculo argolla. Le sujeto por tanto al viejo a punto de resbalar, pero recobro el era tan grandioso que uno no podía vehículo arrumbado, no hay inconve- equilibrio y avanzo unos pasos. marcharse de allí, y le pregunto por niente en ello. Me arrastro después, El espectáculo es realmente qué no quiso seguirnos. Ella dice que trepando hasta el molinero y su mu- maravilloso. Me quedo asombrado. los tablones están muy resbaladizos, jer. Es bastante complicado, porque Respiro profundamente. La enorme y que además no cabe por la puerte- la abertura está un poco alta y no hay rueda del molino, con sus viejas y cilla. Yo la miro entonces y rompo a escalera, y los pies resbalan por la viscosas palas, produce un ruido que reír, no puedo evitarlo. Pero ella no tierra enharinada. es como una música terrible y pode- se da por aludida. Se pasa las manos Cuando por fin llego arriba, reso- rosa que se levanta de las siniestras lentamente por los gruesos muslos y plo por el esfuerzo realizado. La mo- aguas de allá abajo. me echa una mirada que no acabo de linera me cepilla con una amabilidad El bramido es tan fuerte que me entender muy bien. Después pregun- que resulta casi importuna y sonríe deja medio sordo, y tengo que apo- ta por qué no viene el hombre, a qué enseñando dos grandes colmillos en yarme en el saliente de una viga que se dedica allá dentro. Está engrasando su boca desdentada. El molinero está me humedece y enfría la mano. Es la rueda, digo yo con desenvoltura, serio como una tumba. Entramos en el aterrador estar así, con el río negro y como si fuera una cosa natural. En- molino. Empieza a oírse el runruneo. amenazador precipitándose a mis pies; tonces se dirige a la puertecilla con un Pero es acogedor, denso y sordo. Las pero es al mismo tiempo tan gran- impaciente movimiento de cabeza. Se piedras del molino no hacen mucho dioso, tan inaudito, que uno se queda asoma y le llama a gritos. Pero él no ruido, aunque son grandes y pesadas. sobrecogido. Lleno de felicidad, aspiro parece oír. Vuelve a llamar, nadie acu- Dan vueltas con una lentitud que le profundamente la frescura de la tarde de. Me acerco a ver qué puedo hacer. pone a uno el ánimo perezoso y con- y miro el río que se abalanza entre las Por encima de la cabeza de la mujer fiado. Se siente que hay mucha harina angostas y escarpadas márgenes. Re- veo al hombre, sentado como antes, entre ellas, es una sensación muy agra- cuerdo haber oído a lo lejos, mientras engrasando. Resulta tan estúpido, allí dable. También por el suelo hay como cabalgaba, el rumor del río, y haberme encorvado, que no puedo evitar una una pulgada de harina y las huellas preguntado por qué no aparecía ante sonrisa. Gritamos los dos. Pero ni nos que dejan los pies son profundas. El mi vista. Ahora me alegro de haberlo ve ni nos oye. La rueda del molino molinero está de pie, mirando con la visto realmente, arrojándose con vio- retumba en la oscuridad de un modo boca abierta. Me parece tonto. Pero la lencia contra las orillas, retumbante y atroz. Él, engrasa que te engrasa. Vol- mujer sigue regocijada, es un alma de atronador, pero sin romperse en espu- vemos a gritar, los dos al mismo tiem- Dios. Se pavonea por allí, hablando sin ma, manteniéndose siniestro y oscuro po. No se mueve de su sitio. Entonces parar, y la encuentro aun más gorda todo el tiempo Al fin, me vuelvo y ella da un portazo que retumba en que antes. Me fijo en su ancho trasero, miro al molinero. Está encorvado allá toda la casa y pone la tranca. en el que se marca un estrecho hundi- lejos engrasando la rueda del molino. Inmediatamente se transforma miento, como si no llevara nada debajo Resulta extraño. La cabeza estirada, en la amabilidad misma, como si nada del vestido. Pero no veo nada cómico con el pelo cayéndole sobre la frente y hubiera pasado. Y entre ella y yo no ha en ello, me resulta más bien repelente. con esos bigotes, hace una impresión pasado nada, claro, es sólo del marido Sigo todo el tiempo su trasero retozón, ridícula en su ilimitada tristeza. Habla de quien está descontenta. Empeza- asombrado de que una persona pueda continuamente consigo mismo, yo no mos a hablar de esto y lo otro, de todo comportarse así. oigo nada, sólo veo la boca que se mue- un poco, del buen tiempo que hace, de Pero en esto el molinero abre ve. Es algo cómico en este lugar donde lo difícil que sería desollar a un elefan- una puertecita que está en el extremo todo es tan grandioso. Me doy vuelta te vivo, de esas cosas de las que uno se de la oscura habitación y un trueno de nuevo y clavo los ojos en la corriente pone a hablar cuando no sabe qué de- poderoso irrumpe por la abertura, al que se precipita a mis pies. Va cayendo cir. Ella parece interesadísima todo el mismo tiempo que una violenta ráfa- el crepúsculo. El agua es ya completa- tiempo. Por fin yo digo que tengo que ga hace que la harina nos envuelva a mente negra, como el carbón. irme, que no me queda ya tiempo que

47 perder y que tengo que disponerme velas, gruesas velas amarillas que me rentes y naturales. Los míos están a seguir. Ella mira sorprendida y me hacen la impresión de no consumirse empañados, embotados. Me siento pregunta cómo se me ocurre pensar en jamás, y que esparcen una luz cálida cada vez más embriagado por la comi- semejante cosa. ¿Qué es lo que quie- y acogedora. Me deja solo un rato en da y por la cerveza. Sobre todo por la ro decir con seguir? Seguir, digo yo, esta habitación, dice que va a preparar comida, que me pesa tanto en el estó- quiero decir que debo seguir aún un un poco de comida. Tedas las ventanas mago que no puedo moverme. Tengo buen trecho antes de que oscurezca. tienen cortinas limpias, el suelo está la cabeza pesada. A pesar de ello me ¿Seguir?, dice ella, ¡pero si el camino recién fregado, sobre la enorme mesa sirvo más. Viéndola comer a ella no termina aquí! ¿Cómo?, digo yo estu- hay un mantel deslumbrante de blan- puedo dejar de comer yo también. Y pefacto, ¿que el camino termina aquí? cura. Todo ofrece un aspecto lozano como cachazudamente, sin voluntad, Ella mueve la cabeza afirmativamente. y generoso. Tengo que sentarme para obligando a la comida a bajar pedazo a Cruza los brazos encima del vientre y rendirme cuenta de lo bien que estoy, pedazo; grandes pedazos. Al fin parece una alegre sonrisa se extiende por toda de lo a gusto que me siento con todo lo que se va acabando el asado. Ella se su cara. Pero claro que termina aquí, que me rodea. Tengo hambre también, sirve el resto. repite. Me siento consternado. ¡Y yo va a saberme a gloria comer un poco. Cuando acaba, se levanta con una que creía que era un camino de verdad Ella entra con la comida. Trae una sonrisa maternal y se va a la cocina que llevaba más lejos! No, no, dice ella artesa llena de gachas y un barril de otra vez. Yo me siento el cuerpo como sonriendo y enseñando los colmillos, cerveza que empuja con el pie a través si fuera de plomo. Apoyo los brazos en si el señor hubiera querido seguir, de la puerta. la mesa y miro pesadamente a mi alre- entonces debía haber tomado a la iz- Encima de las gachas hay una dedor. Me levanto y expulso gases que quierda en el cruce del bosque, quince gruesa capa de azúcar y canela, y en el calientan la habitación como si fuera kilómetros más atrás. Y después, el se- centro una pella de mantequilla que un horno. Estoy borracho. Pero todo ñor debía haber tomado a la derecha, y gotea por los bordes. Nos sentamos a me parece muy hermoso. Me siento luego a la izquierda, y luego a la dere- ambos lados de la mesa y comemos completamente feliz. Todo me resulta cha, y a la derecha otra vez, y después hasta la saciedad, acompañándonos sencillo y natural, diferente de como a la izquierda. Yo exclamo: ¡Oh, Dios de cerveza. Nos comemos toda la ar- yo me había imaginado. Me siento de mío! Ella añade: ése es el buen camino. tesa. Yo jadeo por el esfuerzo. Ella se nuevo y pienso en la vida y compren- Pero no hay nadie que lo encuentre. seca la mano con satisfacción. do muchas cosas que nunca había Me siento muy afectado. Ella me con- Después va a buscar una gran comprendido. Se van apaciguando suela amablemente: Pero esto es tan fuente de anguila asada que nada en ante mí, todo se hace paz y seguridad bonito, no importa. El señor puede manteca de cerdo. Está tan grasienta y buen sentido. Siento que las cosas pasar aquí la noche y probar de nuevo que parece estremecerse en el plato son como son. Me siento feliz. por la mañana. Trataremos de que y resbala al pincharla con el tenedor. Ella entra con otra fuente. Jamón. le sea agradable la estancia; haremos Comemos con los dedos. La manteca Una pierna de cerdo cocida que se sale todo lo que la casa pueda permitirse. se desliza por la garganta. Está buena. de la fuente. La miro con serenidad. Y tenemos un dormitorio en el piso Ella come enormemente. También No encuentro nada extraordinario en de arriba donde uno duerme como un yo como mucho. Me parece extraño seguir comiendo un poco más. Ya no tronco hasta bien entrada la mañana. poder comer tanto, porque de ordina- me repugna. Entiendo el significado No puedo menos que sentirme rio no siento una gran necesidad de de todo. conmovido ante su amabilidad, a pe- comer. Es como si no hubiera comido Nos disponemos a comer. Yo co- sar de lo indignado que estoy conmigo nunca en mi vida. mo de modo distinto. Como despacio, mismo por el retardo. Lo pienso, y Tomo cerveza hasta reventar. meticulosamente. Como para hartar- después acepto, agradecido, su ofre- Cuando por fin dejamos limpia la me. Me alegro ante la comida, sencilla, cimiento. Ésta puede ser, en verdad, fuente, se va a buscar el próximo plato. naturalmente. Estoy sobrio del todo. una pequeña experiencia agradable: Es asado de vaca. Tan grande, que casi No decimos palabra. Ella me parece dormir en un viejo molino tan bonito no la veo cuando entra con él. Siento buena gente. Una buena mujer del y extraño, en medio del bosque, siem- que no puedo más. Pero tiene un color campo, como deben ser las mujeres pre es algo para recordar más adelante dorado tan apetitoso que no puedo del campo. Y una cocinera excelente. en la vida. Y será muy agradable poder dejar de probar un poco. Me sirve tro- Comemos. Cuando empieza a mer- comer un poco y estirarse después en zos increíbles. Y para ella mucho más mar la fuente, estoy al tanto y me sirvo una buena cama. Estoy contento de grandes aun. Comemos. lo que queda. Me gusta comer. Reba- que las cosas se hayan arreglado así. Comemos en silencio. No deci- ño la grasa con un poco de pan. Ella me lleva por un pasillo oscu- mos ni una palabra. La oigo masticar Luego va a buscar el postre y trae ro a la vivienda y abre la puerta de una con sus colmillos, eso es todo. Y veo una torta de almendras, no demasiado habitación magnífica. Enciende las sus redondos ojos sin cejas, transpa- grande, me parece. La corta en veinte

48 pedazos. Nos servimos y comemos Entonces se va con un suave buenas mucho de comida, yo también. Le en silencio. Pienso en todo lo habido noches. digo cuánto he admirado su opulento y por haber. La torta sabe bien, es de Cuando cierra la puerta empie- pecho desde el primer instante. Ella almendra dulce y llena mucho. zo a desnudarme despacio. Siento el me pone las hogazas. Después pasan Cuando se acaba, me levanto cuerpo un poco pesado. Me doy mu- muchos años. de la mesa, coloco la silla en su sitio, cha calma para gozar bien de la idea de Yo me siento muy adormecido y me inclino ante la mujer y le doy las echarme a dormir. La luz revolotea por feliz. Un momento indago que habrá gracias. Le doy las gracias brevemente las sólidas tablas del piso sobre el que sido del caballo. Ha comido hasta pero con mucha cortesía. La comida me muevo. Por fin me meto entre las reventar, dice ella, hace mucho. Ah, fue abundante y sustanciosa, digo. Y sábanas. digo yo, bueno. Pienso mucho en la dando unos pasos vacilantes por la Cálidas, agradables, las sábanas. vida. Pienso en lo grandiosa y placen- acogedora habitación, añado: Ahora Todo es cálido y agradable. Al estirar tera que es. La amo mucho, no es ni será muy agradable poder estirarse un las piernas siento el roce de las sábanas el principio ni el fin. ¿Y el molinero? poco en la cama. No faltaba más, dice en mis rodillas con el grado justo de pregunto. Está engrasando la rueda, ella rápidamente, será muy agradable. aspereza. Me siento bien. Pongo las dice ella. Ah, bueno, digo yo. Después Y posa en mí su mirada maternal. manos sobre el estómago y miro al pasan muchos años. Coge una vela y me dice que la techo. Todo está encalado y pulido. Por fin despierto; hay algo que siga. Vamos por un pasillo estrecho y Paredes y techo. La vela de sebo espar- suena a lo lejos. Me siento en la cama a luego subimos una escalera también ce su cálido reflejo por la habitación. oscuras, me froto los ojos. No veo na- estrecha. La sigo de cerca todo el Cortinas inmaculadas en las ventanas. da. Pero oigo algo que brama y brama, tiempo. En la escalera veo su trasero Y el río fragoroso allá abajo. Todo es pesada y monótonamente. Es el río. con el hundimiento en medio. Lo veo muy agradable. Me acuesto. Es el río. La mujer ronca. simplemente, no me hace la menor Pienso en la vida, en lo grata que Yo lo oigo todo. Tengo la cabeza lúcida impresión, no se me ocurre que pueda es la vida. Me voy adormeciendo y lo y serena. Ella está acostada de espaldas significar nada. Llegamos a mi dormi- voy comprendiendo todo. Pienso en a mí. Hace calor. Sigue el fragor, cada torio. Es una habitación alegre y con- la mujer, la veo ante mí, exuberante, vez más fuerte, cada vez más violento, fortable, de paredes claras. Tiene tres saludable, sencilla y franca. Así debían inconmensurable. Es algo tan inaudito grandes ventanas que dan al río; oigo ser todas las personas; así uno podría que me da vértigo, no puedo soportar- su bramido allá abajo. Junto a una de amarlas. Siento la comida agrada- lo, es superior a mí. las paredes está la cama, grande, con blemente pesada en el estómago. No Me levanto precipitadamente. sábanas blancas, recién planchadas. puedo moverme. Todo mi cuerpo está Corro hacia la ventana. La abro brus- La mujer pone la vela en una silla al lleno de un delicioso calor; me siento camente. El fragor me golpea inmen- lado de la cama; su reflejo aletea por el cada vez mejor. No es ni el principio so, enloquecido; se aferra a mi pecho, suelo. Yo experimento una profunda ni el fin de nada. Todo da vueltas en me precipito al vacío. sensación de comodidad y bienestar mi cabeza. Creo que estoy un poco El agua me apresa, está helada cuando miro en torno. Verdadera- ido a causa de tanta beatitud, y siento Me revuelca con ella, fragorosa, atro- mente va a dar gusto dormir a pierna placer. Me voy adormeciendo. Me nadora. Me empuja contra la rueda suelta en este lugar. La mujer, que se duermo. del molino, contra las grandes palas da cuenta de lo satisfecho que estoy, Mucho después, muchos años calzadas de hierro. Me desgarro en sonríe bonachona enseñando los después me parece a mí, siento como pedazos. La sangre espumeante sale a colmillos. Entre ellos se vislumbran que alguien entra en la habitación. borbotones. los maxilares desnudos, tensos como Miro con los ojos entrecerrados. Es la Pero en la oscuridad, iluminado los resortes de un cepo. La encuentro mujer, claro. Ya no trae nada encima. por las estrellas, veo al molinero gesti- admirable. Arregla un poco la cama, Los gruesos muslos restallan uno con- cular con los brazos y gritar como un la alisa con una mano tierna. Cruza tra otro cuando se acerca a la cama. poseso, de júbilo y gozo, con la boca después los brazos, de modo que los Pero está seria, no es exactamente la abierta. Es enorme, infinito. Entrego pechos quedan colgando como masas misma. Hay que apagar la luz, dice mi aliento en un éxtasis. Entonces es en una gran artesa, y me pregunta si con firmeza, y se sienta. La luz crepita. la nada. deseo algo más. No gracias, contesto Claro, claro, digo yo. A continuación Ahora que estoy muerto no sé yo un poco confundido. Se encamina se mete en la cama. cómo son las cosas. No sé lo que signi- hacia la puerta. Se vuelve desde ella A mí me parece que todo es como ficaban, lo que significan. Yo las cuen- y me pregunta una vez más, un poco debe ser. Soy feliz. Le pongo el brazo to sólo tal y como yo creía que eran, más incisivamente me parece a mí, si sobre el cuello. Entonces ella se ablan- eso es todo. estoy seguro de que no me falta nada. da. Hablamos de la vida. Tenemos No, gracias, repito un tanto divertido. la misma opinión de todo. Ella habla Traducción de Marina Torres.

49 Discurso de Presentación del premiado JRJ Hjalmar Gullberg (1898-1961)

Poeta y traductor. Dirigió durante muchos años la sección de teatro radiofónico de la Radio Nacional de Suecia. Miembro de la Academia Sueca desde 1940. Tradujo a Eurípides, Aristófanes, San Juan de la Cruz, García Lorca, J R Jiménez. Sus tra- ducciones de Gabriela Mistral fueron decisivas para el premio Nobel de esta. En Poesía sueca contemporánea (revista Litoral y Unesco) y en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre), se publicaron poemas suyos.

Retrato de Juan Ramón Jiménez (Joaquín Sorolla)

Este año se ha honrado con el Pre- ros encalados que señalan un paisaje. exige sentidos más finos y una nueva mio Nobel de Literatura a una larga Quien se detiene un momento y entra sensibilidad. Hay una belleza que es vida dedicada a la poesía y la belleza. en ellos con su cámara corre el riesgo más que el juego y placer de los sen- Juan Ramón es un antiguo jardinero, de verse decepcionado. No hay allí tidos: ante el visitante, el jardinero que ha dedicado medio siglo a crear nada singular ni pictórico, sino solo lo silencioso aparece de pronto como una nueva rosa, una rosa mística y habitual: árboles frutales y un aire que un severo director de almas. Al entrar blanca que llevará su nombre. vibra al atravesarlos, un estanque que en el jardín juanramoniano, el turista Jardines lejanos, 1904, es uno de refleja el sol y la luna, un pájaro que debe observar las mismas normas que sus libros de comienzos de siglo. En canta. No hay pequeños minaretes cuando entra en una mezquita: lavarse las partes meridionales de Andalucía, transformados en torres de marfil en las manos y enjuagarse la boca en la lejos de la carretera de Jerez a Sevilla, ese jardín fértil plantado en el suelo de fuente de las abluciones, quitarse los bien conocida por los turistas suecos la cultura árabe. Pero el visitante que zapatos, etc. desde comienzos de siglo, nació el poe- se entretenga notará que la pasividad El año en que Juan Ramón Jimé- ta en 1881. Pero su poesía no es un vino dentro de los muros es engañosa, que nez comenzó a publicar sus melodio- fuerte y embriagador, y su obra no el aislamiento es solo de lo circunstan- sos versos fue, en la historia de Espa- una mezquita grandiosa convertida en cial y transitorio, de lo que pretende ña, un año de examen de conciencia. catedral. Más bien hace pensar en uno estar presente. No dejará de observar El 10 de diciembre de 1898, en París, se de esos jardines rodeados de altos mu- que la rosa tiene un resplandor que firmó el tratado con los Estados Uni-

50 dos por el que España perdió Cuba, se ha llamado segundo estilo poético Muy lejos, en lo que fue la co- Puerto Rico y Filipinas, así como lo de Juan Ramón. Aquí presenciamos el lonia de Puerto Rico, le aflige una que quedaba de su marina y su pres- largo período de plenitud de un poeta inmensa tristeza. No nos será posible tigio. De un plumazo, se eliminaron de la luz. Lejos quedan los cuadros ver su rostro delgado de ojos profun- los restos de todo el imperio colonial. melancólicos y ambientales, y quedan dos y preguntarnos si ha sido tomado En Madrid, un grupo de escritores lejos también los temas anecdóticos. directamente de algún cuadro de El tomó la pluma para reconquistar, a su Los poemas tratan solo de poesía y Greco. Encontramos un autorretrato modo, el mundo que quedaba dentro amor, y del paisaje y el mar que se menos solemne en su delicioso libro de las fronteras de España. Algunos de identifican con poesía y amor . Un as- Platero y yo, 1914. En él, vestido de ellos alcanzaron a la larga sus objeti- cetismo formal llevado a la perfección, luto, pasa el poeta con su barba de vos. Entre ellos estaban los hermanos que rechaza todo embellecimiento Nazareno, montado en su burrito Machado, Valle Inclán y Unamuno. exterior del verso, será el camino que mientras los gitanillos gritan con Los “modernistas”, como se llamaron, llevará a la sencillez que es la forma todas sus fuerzas: ¡El loco! ¡El loco! se agruparon a su vez en torno a su suprema de arte, la poesía que el poeta ¡El loco!... Y en verdad no siempre es jefe, el nicaragüense Rubén Darío, que llama desnuda. fácil distinguir a un loco de un poeta. estaba en España. Fue Darío también Este “segundo estilo de Juan Ra- Pero para espíritus afines la locura de quien, a comienzos de siglo, patrocinó món” llega a su desarrollo pleno en ese hombre ha sido sabiduría emi- el primer libro de versos del nuevo Diario de un poeta recién casado, en 1917. nente. , Jorge Guillén, poeta, Juan Ramón Jiménez, un libro En este año, el poeta recién casado Pedro Salinas y otros que han escrito que llevaba el poco marcial título de viaja por primera vez a América, y su sus nombres en la historia reciente de Almas de violeta, 1900. diario está lleno de un sentimiento la poesía española han sido sus discí- No era un creador audaz que se infinito por el mar, lleno de poesía pulos; Federico García Lorca es uno presentara en escena a plena luz. Su oceánica. Sus libros Eternidades, 1918, de ellos, y también los poetas latinoa- canción llegaba, tímida e íntima, des- y Piedra y cielo, 1919 señalan nuevas mericanos, con Gabriela Mistral a la de un fondo en penumbra, y hablaba etapas hacia la deseada identificación cabeza. Cito lo que dijo un periodista de la luna y la melancolía, con ecos de del “yo” con el mundo; la poesía y el sueco al enterarse del premio Nobel Schumann y de Chopin. Lloraba con pensamiento se proponen encontrar el de literatura de este año: “Juan Ra- Heine y con su compatriota, inspirado nombre exacto de las cosas. Gradual- món Jiménez es un poeta nato, uno por Heine, Gustavo Adolfo Bécquer, el mente, los poemas se hacen más con- de esos que nacen un día con la mis- exquisito poeta al que algunos admi- cisos, desnudos, transparentes; son, de ma sencillez con que brillan los rayos radores miopes llamaron “rey nórdico hecho, máximas y aforismos de Juan del sol, alguien que llana y sencilla- de áureo cabello” Al estilo de Verlai- Ramón. mente ha nacido y se ha dado, in- ne, murmuró sus Arias tristes, 1903, a En su celo constante por sobre- consciente de sus talentos naturales. media voz. Cuando, poco a poco pero pasar logros anteriores, Juan Ramón No sabemos cuándo nace un poeta con paso seguro, se liberó de los brazos Jiménez ha hecho borrón y cuenta así. Solo sabemos que un día lo en- amables y cautivadores del simbolis- nueva con sus obras anteriores y ha contramos, lo vemos, lo oímos, como mo francés, los rasgos característicos modificado radicalmente antiguos vemos un día la flor de una planta. de la música y la intimidad seguirían poemas, reuniendo en extensas anto- Eso lo llamamos milagro”. siempre impresos en él. logías los que merecían su aprobación. En los anales del premio Nobel, Música y pintura: podemos Después de su volúmenes Belleza y la literatura española ha sido uno de observar que, en Sevilla, el joven estu- Poesía en 1923, en su deseo de experi- los jardines distantes. Muy rara vez les diante había estudiado también pin- mentar con nuevas formas, abandonó hemos echado una ojeada. El laureado tura. Lo mismo que hablamos de las la publicación de sus obras en forma de este año es el último superviviente épocas azul y rosa de Picasso, nacido el de libro y publicó a menudo sin título de la famosa “generación del 98”. Para mismo año que él, los historiadores de ni nombre de autor, en hojas o folletos una generación de poetas de ambos la- la literatura han llamado la atención dispersos. En 1936, la guerra civil inte- dos del océano que separa, y al mismo sobre el predominio de distintos colo- rrumpió la proyectada edición de sus tiempo une, a los países hispánicos, ha res en la obra de Juan Ramón Jiménez. obras en veintiún volúmenes. Animal sido un maestro... de hecho, el maes- Al primer período pertenecen todos de fondo 1949, último libro de su perío- tro. Al rendir homenaje la Academia los poemas en amarillo y verde... el fa- do de exilio, es, en sí, una muestra de sueca a Juan Ramón Jiménez, rinde moso poema en verde de su discípulo su labor en curso. Hoy, por ello, resulta homenaje también a toda una época García Lorca tiene aquí su origen. Más todavía prematuro hablar de esta fase de la gloriosa literatura española. tarde, predomina el blanco, y la des- que, en la historia de la literatura, qui- nudez del blanco caracteriza la época zá lleve el título de “el último estilo de Traducción de Miguel Sáenz. brillante y decisiva que incluye lo que Juan Ramón”. Copyright © Nobel Media AB 2017

51 Parada en la ciénaga Eyvind Johnson (1900-1976)

Nació en Överluleå, en el norte del país. Empezó a trabajar muy joven como testimonia su novela Romanen om Olof / La novela de Olof. Fue uno de los primeros escritores suecos en incorporar a su obra la vanguardia de Joyce y Gide. En sus novelas se muestra muy atento a los problemas de su tiempo. Miembro de la Academia desde 1957. Premio Nobel de Litera- tura compartido con Harry Martinson, 1974.

Vía al norte. (Eugenio Mateo)

A veces paraban aquí los trenes de pesar de ello sucedía que a alguno se le o hacia las minas. A veces pasaba un mineral porque esta era una estación ponía blanca la nariz, se le entumecían tren de pasajeros, el tren de la noche de cruce. El pesado convoy frenaba los dedos y le salían uñeros, cuando los que iba hacia arriba o el de la mañana en una vía lateral mientras los ruido- treinta vagones, unas veces cargados y que iba hacia abajo, con gente de las mi- sos vagones vacíos del tren que venía otras vacíos, tronaban ruidosamente nas, comerciantes y turistas; otras veces pasaban hacia el norte, muy hacia el por el círculo polar. Había una correa era un tren de mercancías que resopla- norte, en dirección a las minas. Los con la que sujetarse porque uno podía ba indolente con su pequeña y antigua maquinistas se saludaban unos a otros quedarse dormido. No en el invierno; locomotora de latón, con un antiguo y militarmente; el jefe de estación, no, no entonces no había más remedio que tiznado vagón de tercera detrás, un tren debía ser jefe de estación (no se es jefe mantenerse despierto en medio del frío que transportaba víveres y madera y de una estación tan pequeña, aunque... y los torbellinos de nieve que barrían carbón y gente que no tenía demasiada bueno, es igual), el jefe de estación se el tren como una escoba tiesa; pero en prisa. Y los guardafrenos miraban el llevaba también la mano a la visera. Y el verano podía verse a diez hombres mundo sentados en sus asientos. Era los guardafrenos, hasta veinte a veces en fila medio dormidos, saludando un trabajo para gente perezosa, algunos en cada convoy, también saludaban al pasar y dándole a la manivela de de ellos habían hecho el trayecto duran- así cuando les parecía, en un gesto freno una vuelta para un lado, cuando te todo un verano sin ver nada de este flojo hacia la gorra. Iban encaramados el penetrante silbido se dejaba oír, al mundo salvo el lado en que estaban las en sus asientos, no había garitas que empezar una bajada, para soltarla des- estaciones. El azar había querido que les protegieran de la lluvia y el viento. pués con un bostezo, cuando el convoy siempre les tocaran vagones en los que Podían ver todo el convoy del tren y ya estaba abajo. Así iban saludando al los asientos de los guardafrenos esta- oír todos los pitidos de la locomotora. pasar, kilómetro tras kilómetro. De vez ban vueltos del mismo lado, y ¿por qué En invierno llevaban pesadas pieles de en cuando se detenía el tren mineral en habrían de mover la cabeza más de lo lobo y zapatos gruesos con cuatro capas alguna estación mientras la locomotora necesario si no tenían obligación? Pa- de suela, cardados y con mucho heno cargaba carbón y agua o un tren de cru- recían pájaros posados en un cable de dentro, guantes que les llegaban al codo ce pasaba atronando y después seguía teléfonos. Pájaros que hubieran venido y peludos gorros finlandeses, pero a su camino, lento y regular, hacia el mar volando de muchos sitios para dete-

52 nerse justamente en este tren. Alguno truyeron casas. Para los solteros había de latón en la mano. Un kilómetro más dijo con toda franqueza que nunca lo una barraca; y también vino un colono allá, en una curva, se oía el fragor del había pasado tan bien en toda su vida, del Estado con su mujer, muchos hijos tren de cruce: los enganches colgaban pero otro se quejó de que con las claras y poco dinero: drenó un trozo de pan- flojos, los asideros de las manivelas se noches de verano que había aquí en el tano, lo sembró y se compró un caballo bamboleaban como lenguas de perro. norte era muy difícil dormir. Segura- y tres vacas. Había alces por aquí y se El maquinista, de pie a la oblicua som- mente había quien se aburría también podía cazar porque abundaban las bra de la esquina de la estación, se echó con este trabajo de darle a la manivela liebres y las aves, también se cazaban al coleto medio litro de agua y se secó de frenos un par de vueltas hacia un zorros con trampas y se tendían lazos a después la cara y el pelo ralo con un pa- lado y luego un par de vueltas hacia las perdices blancas. Crecían patatas y ñuelo grande y grasiento. Cuando llegó el otro, cuesta arriba y cuesta abajo y flores, alguien probó a plantar arbustos el tren de cruce, tanto él como el jefe de en largas curvas, mientras pasaban, al de grosellas y abundaban las bayas y los estación se llevaron la mano a la visera mismo ritmo triste, kilómetros y kiló- mosquitos. Tres kilómetros al este, en el pesadamente: era un día sin fuerzas. metros de ciénaga y bosques rotos por interior de la ciénaga, había una peque- —En marcha otra vez, pues —di- el viento. Y el oficio, en sí, no era nada ña casa de labranza a la que se llegaba jo el jefe, mirando el reloj. Dentro del lucido. Algunos de ellos tenían quizás por un sendero de tablones y de troncos edificio sonaba un teléfono, el telégrafo la esperanza de conseguir empleo fijo y, cuatro kilómetros al oeste, había otra mordisqueaba la eterna tira de papel, en los Ferrocarriles del Estado y, con el con un sendero semejante. Los campesi- tap, tap—tap, tap—tap—tap. tiempo, llegar a ser factores, engrasado- nos sembraban, pescaban y quemaban —Sí, en marcha otra vez, pues res, maquinistas o revisores, pero para alquitrán vegetal; siempre había unos —dijo el jefe de nuevo, pensando, ben- la mayoría esto no era más que una cuantos barriles de alquitrán y unos dito sea Dios, que el semáforo estaba faena ocasional en la que se vieron me- cuantos sacos de carbón que llevar a la en verde. tidos por alguna razón. Era un trabajo estación por el invierno. Había además Se oía al fogonero meter el carbón que no cuadraba muy bien en el activo muchos peces en las lagunas y los pan- a paletadas. El maquinista cruzó la vía período que precedió a la gran guerra tanos de alrededor, salvo en los sitios parpadeando por el sol que reflejaban (Ahora, después del freno de Kunce, en los que habían pescado los peones los raíles. El jefe se acercó al semáforo todo esto parece una sonrisa, ¡la sonrisa cuando se construía el ferrocarril, claro, —bendito sea Dios, estaba en verde— de Ferrocarriles del Estado, allá lejos en porque habían pescado con dinamita. y maniobró el cambio de agujas. la geografía!). Aquí había una roca de A veces llegaban por aquí vendedores En ese momento uno de los guar- granito que goteó de la nariz del dios ambulantes. Extendían sus mercancías dafrenos bajó de su asiento. El maqui- antiguo y cayó en la ciénaga. Cuando se y sus manos, y algunos también eran nista levantó el brazo como queriendo construyó el ferrocarril a principios de viajantes de ropa, tomaban las medidas subirlo otra vez; el engrasador, desde siglo los primeros en llegar fueron inge- para un traje y lo enviaban meses des- el otro extremo del convoy, estiró el nieros, excavadores y perforadores. pués. Una vez llegó un viajante de bici- brazo, escarbando en el aire como para —Aquí a lo largo del borde de la cletas pero no pasó de la oficina del jefe levantar al hombre. Diez guardafrenos ciénaga irá la vía férrea. No muy alta, de estación: allí le dijeron que por aquí cansados se despertaron, dieron una no muy baja, hay que tener en cuenta la no había ningún camino. chupada al pitillo, apretaron la boquilla inclinación, mejor una curva que una Cuando el pesado convoy mineral en el pliegue formado por el pulgar y cuesta. Habrá que rellenar esa gargan- se paró en la vía lateral este cálido día, el índice y tiraron las colillas. Una sal- ta hasta la próxima isla. En mitad del antes de la guerra, el maquinista bajó va de diez disparos precisos. Miraron banco haremos una alcantarilla o un de la locomotora un instante antes de después fijamente a su compañero que puente pequeño y para eso necesitamos que entrara el tren de cruce y caminó cruzaba la vía despacio y con cuidado granito. —Un bastón escarbó la hierba, resoplando por los raíles a ver al jefe de subía al andén. se probó a dinamitar y allí estaba el estación. Los guardafrenos se quedaron Allí se quedó parado. granito que los peones fueron llevan- sentados en el tren, algunos sin gorra, —¡Súbete, muchacho, que nos do para hacer alcantarillas, puentes, con el guardapolvo y la camisa desabro- vamos! —gritó el maquinista agitando muelles de carga; y así fue surgiendo chados fumando cigarrillos Armiro en el brazo, enfadado. Allá, junto al cam- una pequeña comunidad en torno a la boquillas de madera. Por la gravilla que bio de agujas, el jefe de estación hizo cantera, un par de kilómetros al norte había detrás de la estación, una gallina una brazada con la bandera roja en una del lugar donde se había decidido cons- dio tres vueltas en torno al pluvióme- mano. truir la estación de ferrocarril. Cuando tro. En la zanja base que atravesaba El engrasador gritó: —¡Kvist! ¡Que estuvo terminada la vía férrea, algunos todo el pantano grande se secaba el nos vamos! de los peones se quedaron con empleo agua lentamente o se iba estancando en Los guardafrenos que estaban a fijo como picapedreros. Consiguieron charcos multicolores. El fogonero trepó derecha e izquierda del asiento vacío pequeñas parcelas del Estado y cons- por la locomotora, con una larga alcuza abrieron también sus cansadas bo-

53 cas. Uno de ellos gritó con voz desa- —Quedarme un tiempo —contes- —¡Qué chicos más gordos y más brida, aguda: tó el hombre con bastante afabilidad. guapos! —¡Alex! ¡Qué diab...! —Pero a usted le va a caer un in- Después volvió junto al jefe, se Kvist miró primero el reloj, y su forme encima —dijo el jefe de estación, colocó bien la gorra y dijo sonriendo: mirada abarcó aprobadora la roja pa- y pareció de pronto casi inquieto por —Hace calor, ¿eh? red de la estación. Después se volvió y este informe que, en el fondo, ni le iba El jefe había vuelto a desabrochar- levantó los brazos; sus grandes manos ni le venía. se el guardapolvo y había adoptado un sucias saludaron colgando de las mu- —Sí, sí —dijo el hombre con sen- gesto benévolo y convincente: ñecas: cillez—, eso no hay manera de evitarlo. —Pero hombre, ¿cómo es que se —¡Yo me quedo, muchachos! Yo me llamo Kvist. He dejado el trabajo larga usted así, sin más? Eso ni está El maquinista ya había subido. y, por mí, que hagan todos los informes bien ni es justo, ¿no?, tiene que recono- El fogonero sacó la cabeza, sudorosa y que quieran. cerlo. ¡Imagínese, si yo dejara mi puesto tiznada. El jefe, mientras recobraba el alien- de esa manera! —¡Ya está suelto el freno! —gritó to aspirando todo el aire posible para —Seguro que se hundía el mundo Kvist—. ¡Podéis arrancar! tener más fuerzas para reñir, contempló —sonrió Kvist. —¡Maldito loco! —gritó el ma- al hombre. Era un personaje alto, ner- —Y aquí precisamente —dijo el quinista y dejó salir el vapor como una vudo, con una chaqueta azul, gorra de jefe—. Yo no lo comprendo, es la pura especie de señal previa; siguieron dos visera y zapatos recios. Sus pequeños verdad, no lo comprendo. ¡Aquí! breves pitidos. ojos azules brillaban alegre y franca- El hombre señaló la marisma con —¡Habrá un informe! —gritó el mente, la nariz era afilada, le faltaban el dedo. engrasador. dos dientes y tenía un bigote amarillo —Pero esto es muy bonito —dijo —¡Alex! —gritó uno de los guar- y ralo. En la muñeca izquierda llevaba Kvist dafrenos. dos tatuajes, un corazón atravesado por —Aquí no hay nada de nada, ni —¡Adiós, Kvist! —gritaron una flecha y un ancla. hoteles, ni caminos, nada. otros dos. Mientras, la ira del jefe de es- —Vaya —dijo Kvist. —Adiós, adiós —dijo Kvist vol- tación había madurado; una ira —No hay donde vivir —dijo el viéndose de nuevo hacia el edificio de la magnífica y tenaz. Empezó a reñir. Él jefe de estación. estación cuya pared miró detenidamen- pensaba que era una vergüenza que —Así que no hay —dijo Kvist y te. En una ventana vio a la mujer del un hombre hecho y derecho se con- volvió a sonreír. jefe de estación —un rostro entre ma- dujese de esa manera. Arruinar así un El jefe se vio obligado a rascarse cetas de flores. La saludó amablemente. porvenir —un guardafrenos puede detrás de la oreja y mirar al hombre de Un niño gritaba dentro de la casa, el llegar a muchas cosas si se porta bien, nuevo. telégrafo mordisqueaba su tira de papel ¡se lo digo yo! Estafar así al estado, dar —Si usted estaba harto del Estado y el teléfono sonaba. lugar quizás a una desgracia y (guar- podía haberse despedido como hacen El tren se puso en marcha. dó para el final lo más terrible) ¡cargar otros —dijo—. ¿O piensa buscar traba- Cuando el jefe de estación regresó con un informe! jo en la cantera? Está a tres kilómetros después de haber cambiado las agujas, Kvist, de pie, contemplaba al pe- de aquí. También hay una barraca. Pero una vez que hubo pasado el último queño hombre sudoroso. No contestó el capataz no llega antes del sábado. vagón, se abrochó ostentosamente un ni una palabra. Pero cuando el jefe de —¿Está esto siempre así de boni- botón del negro guardapolvo y se estiró: estación tuvo que respirar otra vez in- to? —dijo Kvist. —¿Qué demonios está usted ha- tercaló: —Esto es un infierno de mosqui- ciendo aquí, hombre? ¿No tenía que ir —¿Podría beber una taza de agua? tos —dijo el jefe de estación, volvién- en el tren? —¡Vaya a la cocina y beba del dole la espalda y entrando en la oficina. Kvist le miró tranquilamente: — cazo! —estalló el jefe; comprendió de El telégrafo seguía mordisqueando, y él No, creo que me quedo. pronto lo inútil que era reprender a una se inclinó sobre el papel. Después tele- El jefe miró a su alrededor como persona que no le importaba a uno na- foneó a la siguiente estación para decir buscando ayuda contra este hombre da. Dentro, en la cocina del jefe, Kvist cachazudamente que el tren número 41 y, carente de fantasía, se abrochó otro bebió un par de cazos de agua, se echó había salido a la hora de costumbre. botón del guardapolvo al tiempo que luego la gorra hacia atrás y sonrió a la Kvist fue andando por la vía ha- tiraba de un gran pañuelo y se secaba pálida mujer del jefe de estación. No cia el norte, los rayos del sol le hacían el pelo y las badanas de la gorra de dio las gracias sino que dijo: parpadear en las curvas. Se notaba que uniforme. —¡Bonitas plantas tiene usted! tenía costumbre de andar por las vías —Usted no anda bien —dijo con Miró a los niños, un chico y una del tren, porque daba un paso largo indolencia—. ¿Qué demonios va hacer chica pequeños que le miraban fijamen- sobre dos durmientes cada vez que se usted aquí? te con los dedos metidos en la boca: juntaban los raíles y seguía la parte de

54 adentro en las curvas para ganar por sábado —informó—. Si es que va a aprobación, se la echó al hombro y dijo: lo menos diez pulgadas por kilómetro. buscar trabajo en la montaña... —Estaré de vuelta con ella dentro Cuando salió de la curva vio la ciénaga —Ya veré —dijo Kvist—, La ver- de una hora o así. extendida como una ancha calle solea- dad es que yo tenía otra cosa que hacer. La mujer del guardagujas, con da reflejando tonos rojizos y castaños El guardagujas se puso la estaquilla seis chiquillos alrededor y uno en los unos cuatro kilómetros por delante. otra vez en la boca y levantó la cabeza: brazos, apareció por la escalera y miró Junto a la curva siguiente estaba la —Usted es viajante, claro. con angustia y miedo a su marido. casilla del guardagujas. Entró en ella Pero al fijarse en la ropa del hom- Estaba encinta. El guardagujas parecía y pidió un cazo de agua, pero, como bre, en sus zapatos y en sus manos se excitado. había previsto, le invitaron a café y dul- sacó la estaquilla de la boca, cogió la —Puedo acompañarle —dijo, ces. El guardagujas estaba sentado a la lezna y otra vez: pun pun. vacilante. mesa de la cocina arreglando un par de —Seguramente podrá dormir en —No hace falta —contestó Kvist, zapatos. la barraca —dijo—. Pero antes han de y se marchó. —Está bueno para andar toman- querer mirarle el pelo. Usted compren- Cuando Kvist desapareció tras do el sol —dijo el guardagujas. derá, vienen muchos y ya ha pasado un la curva que bordeaba la montaña, el —Sí, sería una lástima que nadie par de veces que tenían piojos. guardagujas cogió una azada y em- se aprovechara del buen tiempo –con- —Claro que lo comprendo —dijo pezó a seguirlo despacio, y al llegar testó Kvist. Kvist—. Pero no es seguro que me al recodo vio al forastero bajar del —Pienso que es cuestión de bus- quede a dormir. ¿Cree usted que me terraplén, cruzar la zanja y empezar a car trabajo en la cantera —dijo el guar- prestarán una palanca de hierro en la escalar el barranco. El guardagujas se dagujas metiendo la lezna por la suela. montaña? detuvo y se quedó allí mirando todo Una estaquilla blanca se adentró en El guardagujas estuvo a punto de el tiempo. A medio kilómetro aproxi- la suela, pun, pun; y otra vez la lezna. tragarse la estaquilla. La idea que se le madamente, estaba el cargadero de la —Pues sí, no deja de ser una idea ocurrió le traspasó el cerebro tan violen- cantera con la pesada grúa de madera —dijo Kvist—. Está alto, ¿no? Lo de la tamente que tuvo que apretar los ojos y y las oxidadas vías muertas. De allí cantera, digo. tragar saliva. Pero la estaquilla se quedó partía, ondulante, la vía que llevaba —Alto, sí —dijo el guardagujas, bajo la lengua. Hubiera podido darle a la cantera propiamente dicha, que que había nacido en llano—. Bien alto. una apendicitis, pensó fugazmente. se abría como una herida cerca de la Unos cien metros. —¿No se le estará ocurriendo cumbre de la montaña. Pero Kvist —Tampoco hace falta más —opi- buscar oro por aquí? —dijo. Y, categó- no se dirigió allí. Kvist iba trepando nó Kvist. ricamente, como si se tratara de salvar despacio y con cuidado entre los ma- —¿Falta? —dijo el guardagujas la riqueza para sí mismo, continuó—: torrales y los arbustos de frambuesa mirando a Kvist más de cerca—. Claro Aquí no hay oro. De eso estoy seguro. (en este lugar hubo una vez un incen- que no. ¡Si se piensa en los caballos que ¿Es que usted cree que hay oro aquí? dio forestal y por todas partes se veían tiran de la piedra...! El guardagujas apartó la lezna y el restos quemados), de vez en cuando —Yo lo dije pensando en la vista martillo y escupió la estaquilla. se paraba, se secaba el sudor de la —dijo Kvist—. Esto es hermosísimo. —Qué va —dijo Kvist—. Y tam- frente y contemplaba la ciénaga y la —Es mejor en invierno —dijo el poco se saca oro con una palanca, así cantera. Se oía el insistente repiqueteo guardagujas, descontento—. En vera- porque sí. Pero a mí me haría falta una de los machos, de pronto, un grito de no hay que cambiar los durmientes. palanca. ¿Usted cree que me la presta- alarma —¡fuego!— y una explosión. En invierno no hay tanto que hacer. rán en la montaña? El humo se fue diluyendo. El sol Y además tenemos el sobresueldo de —Se la puedo prestar yo —dijo el quemaba y el guardagujas pensó que región fría. guardagujas. hacía sudar ver tanto esfuerzo. Cruzó —¿Tiene usted muchos hijos, —Bueno, entonces no necesito ir las manos sobre el mango de la azada pues? —preguntó Kvist. El guardagu- hasta la cantera —dijo Kvist—. Es us- y se puso a descansar cómodamente jas se quedó pensando. ted muy amable. con la espalda encorvada y la cabeza —Llevo ocho años aquí —dijo—. Y se sonrió de oreja a oreja. vuelta hacia arriba. Antes no estaba casado. Era guardafre- Lo que sigue constituye la ex- El forastero casi había llegado nos, hace mucho tiempo ya. periencia más extraña de la vida del arriba. Allí, justo en el punto donde —Ya —dijo Kvist—, es un gusto guardagujas, lo más emocionante que empezaba la pendiente más escarpada, tener hijos. le tocó vivir hasta que llegó la gran mo- había una piedra enorme cuya altura El guardagujas clavó un par de es- vilización al estallar la guerra un par de llegaba a la cintura de un hombre. Kvist taquillas más. Las conversaciones eran años más tarde. Se metió en la leñera y se sentó encima. tan raras que él las administraba bien. sacó una palanca de hierro. Kvist exa- No se daba ninguna prisa. Se quitó —El capataz no viene antes del minó la palanca, movió la cabeza con la gorra y gesticuló hacia el sol. Enton-

55 ces descubrió al guardagujas allá abajo, pero no llegó hasta la vía férrea, Dios —Vaya, ya está de vuelta —dijo, le hizo señas con sus grandes manos y sea bendito. Si no... esforzándose por sonreír. gritó algo. —¡Está usted loco! —gritó enca- —Sí —dijo Kvist. —¿Qué? —gritó a su vez el guar- minándose a su casa. Cuando había —No se queda... allá arriba. ¿No dagujas— ¿quéee? llegado a la curva se acordó de la palan- había trabajo? —¡Apártese cuando caiga! —gritó ca y volvió sobre sus pasos. El hombre El jefe de estación señalaba con el el hombre seguía allá arriba, parecía contento y sa- dedo. —¿Cuando caiga qué? —gritó el tisfecho; llorar, desde luego, no lloraba. —Ya hice lo que tenía que hacer. guardagujas. —¡Y tiene que devolverme la pa- ¿A qué hora hay trenes? —¡La piedra! —gritó Kvist. Se lanca! —gritó el guardagujas—. Preso —Dentro de media hora pasa puso la gorra y se bajó de un salto. se lo debían llevar. ¡Preso! un mercancías hacia el sur —dijo el El guardagujas vio claro que allí —Sí, ya bajo con la palanca —le jefe—. Y dentro de un cuarto de hora estaba a punto de suceder algo insólito contestó el hombre—. Espéreme y va- llega un tren mineral. o terrible, pero que en ello había tam- mos juntos. Y, de pronto, con curiosidad y un bién una estimulante alegría. Él había Pero el guardagujas no quiso; no se poco asustado también: pasado por la montaña miles de veces. atrevía, sencillamente. Cogió su azada, —Pero bueno, ¿qué es lo que tenía Había visto la piedra allá arriba, había volvió a casa y llamó por teléfono al jefe usted que hacer allá arriba en la cantera? muchas, pero ninguna daba la impre- de estación para contárselo todo. Kvist sonrió. Se frotó la barbilla sión de estar en lugar tan peligroso co- Al rato llegó Kvist paseando por con la manaza y dijo: mo aquélla. Alguna vez había pensado la vía otra vez. A la altura de la casilla —Pues ya ve, yo siempre pensé en ello indolentemente. Pero jamás depositó la palanca en el suelo y llamó que sería muy divertido volcar una pie- se le había ocurrido la idea de subir y a la puerta. Pero nadie abrió, la puerta dra bien grande y pesada. Y ésa la llevo tumbarla. En ese momento el hombre estaba cerrada con llave y las ventanas mirando durante muchos meses cada colocaba la palanca debajo y la agarra- atrancadas. Detrás de la cortina se vez que pasaba en el tren. Y además ha- ba bien. Estaba canturreando o bien divisaba a la mujer y a los niños, muy cía tan buen tiempo hoy... ¿Me podrían murmurando algo para sí. Si el guar- asustados. El guardagujas estaba en la dar un cazo de agua? dagujas hubiera sido un montón de leñera cortando leña —quizás no era Bebió. A la mujer del jefe volvió a gente, la sensación que iba invadiendo más que para tener un hacha a mano decirle: su pecho y su cabeza podría calificarse por si acaso. —Bonitas flores. Qué calor hace de pánico. Dio un grito, soltó la azada y —Quería darle las gracias por el hoy. echó a correr enloquecido por la vía en préstamo —dijo Kvist y le alargó la Llegó el tren de mineral. Entró en dirección al cargadero, como si pensara palanca—. Y también pedirle un poco la vía lateral porque iba a cruzarse con buscar ayuda. Y entonces oyó caer la de agua. el mercancías allí. Kvist se fue en uno piedra. Tuvo que pararse a ver. —Le daré el agua —dijo el de esos dos trenes, hacia el norte o ha- La piedra rodó un par de veces, guardagujas, cogiendo la palanca con cia el sur. Siguió su camino. aumentó la velocidad, dio un salto pe- cuidado—. Pero luego es mejor que se Y la historia creció en torno a él. sadamente, volvió a rodar otro poco y marche de aquí. Un año más tarde, el guardagujas decía saltó de nuevo. Después ya no se la vio —Se ha enfadado, ¿no? —dijo que Kvist lo había amenazado de muer- más, pero sí se oyó cómo se desmorona- Kvist—. Pero lo de la piedra le hizo te. Y que llevaba un bulto que, segu- ba por el bosque de malezas y arbustos, gracia, de todos modos. Estoy seguro ramente, contenía dinamita. Lo más tropezando con otras piedras y con de que le pareció lo más divertido que probable era que tuviera la intención troncos arrancados, rompiendo ramas había visto nunca. Aunque no se atreva de dinamitar la vía férrea. El verano en y arrastrándose, raspando, saltando, y a reconocerlo, claro. que estalló la guerra, la historia era ya finalmente parando en algún sitio. Una Le dieron el cazo de agua por la mucho mayor. Kvist era, en realidad, liebre pegó un brinco por el camino, ventana y lo bebió. Estaba sudoroso y un espía ruso; se le notaba. Se bebió dos pájaros remontaron el vuelo horro- alegre. diez litros de agua de una sentada y rizados, y enseguida volvió a oírse, con —Aquí, tan solos, se tienen mon- tenía el propósito de volar la cantera atormentadora claridad, el repiqueteo tones de hijos —dijo—. Da gusto con para que el país no tuviera granito con de los machos en la cantera. Debió tantos chicos. qué construir sus fortificaciones, pero haber un segundo de espeso silencio, Y se fue. el guardagujas se lo impidió. ahora todos los sonidos resultaban Junto a la estación estaba el jefe, Un mes después llegó la moviliza- doblemente agudos. Y en ese momento que lo recibió como si se hubiera trata- ción. Se extendió por Suecia como una el guardagujas sintió una furia entreve- do de un tren. El uniforme abrochado, ola barriendo la alegría del verano. rada de terror, una furia tan grande que la bandera de señales en la mano, como no podía ni hablar. Fue cuando pensó: un arma. Traducción : Marina Torres

56 Harry Martinson (1904-1978)

Su padre murió siendo él un niño y su madre pronto abandonó el hogar; tras años de soledad y abandono, Martinson se alistó como grumete y luego como fogonero en la marina mercante sueca. En sus doce años como marinero, recorrió todos los mares. Fue poeta y novelista. Cultivó además el dibujo y la pintura. Fue el primer autodidacta que ingresó en la Academia Sueca (1949). En 1974 fue galardonado con el premio Nobel. Ha publicado en España, novela y poesía, en Plaza & Janés; Entre luz y oscuridad, (Nórdica), antología traducida por Francisco J. Uriz y (Gallo Nero), traducida por Carmen Montes.

El último año Fue el año en que vendieron la cabaña abandonada del bosque para leña. Llegaron los desguazadores con un camión, la demolieron en tres horas y cuarto y se llevaron también el brocal del pozo. No era grande cuando quedó separado del pozo. No se preocuparon siquiera de romperlo, lo colocaron en la plataforma del camión tal como estaba. Allí quedó como un pequeño cajón gris cubierto de musgo.

Cuando todo volvió a quedar en silencio salió la comadreja del vetusto muro del fogón. Llamó a un cuclillo que andaba por el bosque, y juntos celebraron un breve servicio religioso. El cuclillo cantó un salmo de cuclillo. Con ello terminó todo. Después nada volvió a ser como antes. Pero los veranos siguieron su caminar haciendo crecer agróstide tenue y guirnaldas.

La impotencia Una vez encontré en un bosque un hacha clavada en la tierra hasta el ojo. Era como si alguien hubiese querido hender el mundo entero en dos trozos de un solo hachazo. La voluntad no había faltado, pero se había partido el mango.

Vivir de verdad Vivir de verdad es atreverte a elegir tus propias opiniones más que permitir que te obliguen a elegir tu realidad. Te aconsejo que vomites la realidad que odias. Sueña, sueña de buena gana y de preferencia lo que no quiere la época. Sé anticuado hacia adelante y hacia atrás. El tiempo venidero será violado y cargado de todas las cadenas imaginables sobre todo de las de la utilidad y las del insípido bienestar con su acolchada seguridad, de tan de poco valor para el espíritu, y sus cochecitos de juguete para todos.

57 Violenta tormenta (Julia Dorado)

Buque Cablero Izamos el cable atlántico submarino entre Barbados y Tortuga, mantuvimos en alto los faroles y cubrimos con caucho nuevo la herida de su espalda 15 grados de latitud norte, 61 grados de latitud oeste. Cuando pegamos la oreja al lugar raído oímos cómo zumbaba dentro del cable. — Son los millonarios de Montreal y Saint John que hablan sobre el precio del azúcar cubano y la disminución de nuestros salarios, dijo uno de nosotros.

Allí, en un círculo de faroles, estuvimos un buen rato pensando nosotros, sufridos cableros, luego hundimos el cable reparado dejándolo en su sitio, en las profundidades del mar.

A un joven cazador En la ruta de las aves y en los desfiladeros verdes eres el primero. Tu mirada avanza sigilosa delante de ti hasta alcanzar la mancha del jilguero en la hierba. Levantas la escopeta y el eco de tu disparo retumba en el valle. Vuelves a casa caminando en el rocío alegre por la captura y por la feliz carnicería.

Pero pasan los años y vas adquiriendo una nueva moral, tú cambias y desprecias los animales más pequeños que los alces. Entonces una tarde, cuando ya has despellejado el alce y mientras cuecen los pucheros de carne, te quedas pensando —: Qué poquísima carne me dio una vez el ave de la belleza.

58 Carta de un barco ganadero Nos cruzamos con el yate de placer de Ogden Armour a la altura de las Baleares. Él es, como todo el mundo sabe, nuestro patrón — tiene cinco mataderos de cerdos en Chicago y ocho mataderos de bueyes en La Plata. Levantó el catalejo, miró y dijo con plena seguridad: —¡Coño! Pero si es mi viejo barco ganadero Chattanoga.

Rendimos bandera y todos los bueyes se pusieron a mugir sobre el mar infinito como mil sirenas afónicas. Era un sonido casi angustioso, y yo me sentí inclinado a llamar a todo aquello: loa a la carne.

Después de esto nos cogió una violenta tempestad y los bueyes que, como todo el mundo sabe, tienen cuatro estómagos, sufrieron terriblemente con el mareo.

El montoncito de granizo En la espesura de escaramujos había un montoncito de granizo, la tormenta había vertido una carga de su blanca gravilla. Y la niña que había descubierto la pista de las perlas las vio descomponerse allí en el susurro del viento.

El islote El somormujo tuerce la cabeza y se da la vuelta, se lanza tras su cuello como tras una flecha policroma por los círculos del agua. Y el islote se balancea, se desliza como un barco con arboladura de roble, juega por un instante con sus siglos en las olas del ahora.

Li kan expone su opinión sobre los gallos Hasta el último momento el gallo fuerte sigue haciendo exhibiciones ante la fuerte y ciega vida para demostrar que está a la altura de ella. Pero el que se atreve a ser el débil no se apresura. Lo que opine la vida no puede opinarlo él. Lo que le da la vida lo aprovecha pacíficamente como un pollito hostigado a picotazos en el bosque de la vida.

Su concepto de la vida no es negación, ni odio, ni desprecio, sino la triste aceptación, que a veces puede mezclarse con alegría, de existir, no obstante, un breve tiempo. El gallo débil canta tristemente sobre la tumba del gallo fuerte.

59 El manantial del bosque El manantial del bosque que se esconde entre los helechos pregunta a la luna si no podría quedarse un ratito en el redondo espejo. Pero desgraciadamente la luna tiene que marcharse porque está invitada a una fiesta. Su boca torcida pronuncia un nombre pero justo en ese momento susurran los bosques.

El mundo sentimental de la utilidad Desterraron el antiguo sufrimiento, el antiguo dolor. Levantaron el yugo que agobiaba al buey de labranza. Pero inmediatamente después se llevaron también el buey.

Es lo que ocurre cuando la que libera es la mano de la utilidad. En las aldeas del país ya no queda yugo alguno, pero tampoco bueyes.

La despedida de los recuerdos Cuando los recuerdos van a morir nos visitan con frecuencia como si quisieran ser completamente consumidos. Lo mejor es comérselos como el manjar favorito, muy a menudo, hasta que uno ya se harte de ellos. Así disminuye su valor para el día en que sean presa del insolente olvido.

Noche de mayo El pájaro de la noche de mayo controla con cuidado cantarín su cesto trenzado en la horquilla de la rama. La violeta silvestre asoma su color azul celeste entre los mosquitos de la hierba. De una roca musgosa salta la rana vespertina. El arroyo corre un poco retirado, se extravía, avanza serpenteando bajo la bóveda con la calta como señal luminosa.

Los tiernos helechos confían en la estrella de la helada. Dejan flotar su filigrana desamparadamente verde, su delicado encaje recién nacido, sobre el frío agujero del manantial. Un ligero jirón de neblina enredado en la hierba espera la aurora.

El rojo resplandor del sol se desliza furtivamente por el suelo. La hierba cambia de posición. El rocío vende por unas ráfagas de brisa matutina sus frescas perlas de agua en la hierba.

Traducción de Francisco J. Uriz

60 Artur Lundkvist (1906 -1989)

Nació en Öderljunga, en el sur del país, y desde 1926 vivió en Estocolmo. Publicó su primer libro, Glöd / Brasas, a los 22 años y desde entonces lo siguió haciendo incansablemente. Poeta, novelista, ensayista, autor de libros de viajes, crítico lite- rario y traductor, sobre todo de literaturas en español: , César Valle- jo, Nicolás Guillén, J L Borges, Octavio Paz, Vicente Huidobro, Aleixandre, M A Asturias, entre otros. Fue elegido académico en 1968. Hay una amplia antología de su poesía, Textos en la nieve (Fundación Guillén), traducida por Francisco J. Uriz y Viaje del sueño y la fantasía (Montesinos) en traducción de René Vázquez Díaz.

Carmen Amaya baila Bailaora: carbón al rojo en la tormenta paloma que ha devorado a un halcón. Sin hierba ni musgo ella es sólo un zarzal que azota al viento con rosas arrancadas y mechones de pelo. No cobija en sus manos cuencos ni llamas aleja todo tirándolo con hondas silbantes hasta que la velocidad impide que el más pequeño caracol se pegue a sus manos, comadreja que vive en un montón de piedras: llama salvaje, oveja que patalea con negras pezuñas la roca que resuena como campanas. En protesta contra todas esas mujeres corrientes, que se mecen como gansos o pateras, ella se lanza hacia adelante: latigazo y serpiente. Ahí está clavada en el suelo como un cuchillo recién arrojado, la cara es una tenaza con clavos entre los dientes, los ojos, grietas en una pared con mares de acero en su interior. Oh dolorosa concentración: engranajes que se engendran mutuamente animal de la voluntad que se arroja a una red invisible. ¡Cómo la desnuda el baile! Delgado pájaro de bronce bajo la veloz sombra de la falda y sobacos profundos, relucientes. Un movimiento de cabeza libera sus cabellos: águila que flota en un río de aire. Luego descienden por sus mejillas, hombros, y ha rejuvenecido diez años como una parturienta. Envuelta en dolores de amor pare su baile, odiando la resistencia del aire, del tiempo y del espacio. Desaparecen los labios, absorbidos como si la muerte la besara desde dentro,

61 los tiernos álamos de sus brazos son descortezados sin que sangren y sin que den tampoco señales de hojas. Ella no tiene sombra no tiene más paciencia que la del salto, no tiene más espera que la del chorro de agua. Aplasta cáscaras de huevo y cráneos en un éxtasis de pájaro de nieve, surca la espesura con su corona de rayos y corta amplios círculos de espacio a su alrededor. Ahí está ella, por fin: agua que gira haciéndose cántaro después de que el cántaro se haya pulverizado y desvanecido como un soplo de humo.

o sé lo que soy yo, no sé lo que es yo en mí Nni lo que es otros, en mi boca siento el traicionero regusto de la doma, en mi pensamiento vive el alambre de la doma, haga lo que haga ya está previsto, la cadena del pasado es obstinada como la sombra y tan silenciosa, tan liviana como ella, sin embargo nos ata, nos determina, nunca se está completamente solo, siempre de excursión en compañía, una tribu que desaparece en el pasado entre los árboles, se hunde en la tierra, ¡imposible huir de ella!

¿de quién es la angustia que se acumula dentro de mí como un agua que brota de las entrañas de la tierra, que afluye incluso durante los días más tranquilos formando un estanque, cada vez más gravosa, más imperiosa, sin que esta angustia tenga nada que ver conmigo, esta chantajista, esta estranguladora que se me acerca sigilosamente por la espalda?

¿y de quién es este deseo que cae sobre mí, que galopa a través de mí como un caballo de fiebre, qué pájaros en llamas son los que prenden fuego a mis campos, qué manantial invisible es este que despierta mi sed?

mi libertad que tan caro he pagado es encerrada, sitiada, bloqueada, cercada con barricadas hasta que solo puedo dar unos pasitos miserables, prisionero en la doma, ¡soy mi propio perro! ¡son siempre los otros los que viven por mí, y nunca solamente yo! ¡si uno pudiese liberarse alguna vez de esta aglomeración,

62 de esta confusión, de este hacinamiento, si uno supiese qué es qué! las palabras se pronuncian ellas mismas con mi boca, pero no son mis palabras, sino las de ellos, las de los otros, los que deciden, resuelven, actúan, los otros, en mí queda sólo el silencio, la duda, la vacilación, a menudo sospecho que todo esto es únicamente algo que los otros me meten en la cabeza, en el fondo quizá todo sea algo muy diferente, algo completamente distinto, pero eso no lo sabré jamás.

abilonia rumia con la boca rodeada de pasta dentífrica fosforescente, la muchedumbre se apiña en torno a un cadáver que rechina los B dientes impotente en su cruz, todos se dan la mano y toman té, los ríos se llenan de cadáveres, Frutas Unidas, Petróleos Unidos, Motores Unidos se dan la mano y toman té, cien mil se consumen. (Libertad para la Libertad de erigirse en estatua, blanqueada por excrementos de pájaros, libertad para conservar las cárceles, libertad para envenar a otros como a sí mismo, libertad para vender asesinato y comprar violación, libertad para orinar en los pozos y disfrazarse de golondrina por las noches, libertad para arrancar los dientes del adversario y pisar las manos que se aferran desesperadamente, libertad para ensartar ojos y convertirlos así en collares para las mujeres más bellas del mundo.) A los huracanes se les dan nombres de esposas, homenaje a su furia, el sexo de la esposa aprieta como un potro de tortura hasta que se vomita la suma del rescate, hay tachuelas contra las caricias, bloques de hielo en el dormitorio, crisantemos en las papeleras, la felicidad espera en la mesa de operaciones donde muchos han cantado por primera vez bajo los efectos del gas hilarante, las abuelas bailan toda la noche con gafas verdes, mientras hipersensibles pilotos de bombardeo lloran en la copa del cóctel. (Libertad para el poder de elegirse a sí mismo, libertad para el amor de venderse caro y asegurarse contra accidentes, libertad para la Verdad de mentir y para el espía, libertad de volver a casa de mamá, libertad para emplear a Dios en la empresa y edificar la iglesia en el solar del banco, libertad de impuestos y libertad de prensa para los que puedan pagarlas, y también libertad de inquisición, libertad de invasión y otras innumerables libertades por tierra, por mar, entre montañas, por aire, bajo el agua, en el cosmos, la libertad es lo mejor que hay para el que la puede vender bien.)

63 n Babilonia desean y hacen el bien, solamente el bien, si parece un mal dependerá de un malentendido, Eobserva mejor y descubrirás el bien debajo, en Babilonia la verdad no es una palabra sino bondad, bondad, la justicia no es una gélida matemática sino bondad, bondad, los buenos negocios se dirigen con bondad, nada más que bondad, y las ganancias que producen echan los cimientos de más bondad, en Babilonia luchan contra el mal sin descanso, son los enemigos inexorables del mal, el mal los amenaza por todas partes, incluso por arriba y por abajo, están amenazados de muerte en su bondad, y la bondad tiene que armarse, ¡oh! más que hasta los dientes, más, hasta los más íntimos pensamientos y las capas de aire más lejanas, la bondad se moviliza contra el mal con las armas más terribles, la bondad que nunca ceja, nunca se da por vencida.

El pasado amenaza, el maligno pasado obligado a vivir bajo tierra, el pasado ya vencido, completamente muerto, pero que sin embargo amenaza con resucitar, vengarse, confundir, pero mayor es la amenaza del futuro con sus perversas intenciones, sus nefastas innovaciones, la maldad pinta falsos paraísos, construye los engañosos decorados de la felicidad, una paz y una fraternidad que son imposibles, imposibles, que sólo son sueños del mal, fantasías irresponsables que encienden, animan la revolución del mal por todas partes, perversas esperanzas, malas cosechas, amor perverso, multitudes de malos recién nacidos. También las aguas amenazan con explosiones de maldad, con negra ingratitud, con envenenamientos, el aire amenaza con los microbios de la maldad, lluvia de ciempiés, corrosivas contaminaciones, el fuego amenaza con apagarse y también con fugarse de la cárcel del bien, el fuego que no sabe cuidarse de sí mismo, que no debe convertirse en fuego del mal, que no debe dirigir su huracán infernal contra el bien cuando se desintegren los pequeños átomos blancos. Y el cosmos, lo peor de todo, el cosmos amenaza y abre abismos por arriba, por abajo, por todas partes, con su engañoso aspecto tan azul e inocente, pero perverso y traidor allá a lo lejos, rayos de un cielo azul, tribulaciones repentinas, sapos gigantes, avispas de acero, fantasmas con lanzallamas, gatos voladores diez veces más grandes que tigres, aéreos tiburones eléctricos, un globo de negra maldad que ríe a carcajadas sobre la bondadosa Babilonia.

64 os hombres se multiplican, millones, millones, miles de millones, un alud de multiplicaciones que nadie puede detener, Lmuchedumbres que se derraman por todas partes, hacia los polos y los trópicos, inundación que derriba las fronteras, toda la tierra convertida en un solo país, un mundo que hormiguea, se apiña, se arrastra sobre vidas sobre vidas sobre vidas, hombres que tienen que vivir por turnos, una mitad por el día, la otra por la noche, o sólo durante el verano, congelados durante el invierno, encerrados en ataúdes de plástico transparente, montañas enteras de ataúdes, apilados unos sobre otros, con durmientes congelados, sin necesidad, casi sin sueños, muertos vivientes que resucitan hacia la primavera, cuando los salones de la naturaleza les dan la bienvenida, hombres que viven en terrazas, unos encima de otros, en terrazas de tierra y de acero y cristal, y, finalmente, de aire comprimido o de nubes solidificadas, hombres cuya mayor parte no tiene domicilio, que viajan y viajan sin cesar, sin decidirse por un lugar definitivo, grupo nómada de la población del mundo, hombres que viven bajo el agua, en el fondo del mar, allí donde la profundidad no es excesiva ni la presión del agua irresistible, hombres que flotan a la deriva por los océanos, islas humanas que flotan entre plantas marinas que los sostienen y alimentan, hombres que viajan con las nubes, sobre ellas y dentro de ellas, y que caen con la lluvia en cualquier parte, lejos, muy lejos, todavía en el mundo, pero sin que se note demasiado, hombres que son lanzados al espacio y que desaparecen, emigrantes en lo desconocido, héroes y mártires de la superpoblación, fertilidad que no se deja detener, como en una desesperada intensificación de la vida ante la muerte.

65 ajo la Bomba atómica vivo yo como todos los demás, Bla nueva espada de Damocles cuelga sobre nuestras cabezas, el tirano de Siracusa campea sobre el mundo en su montaña de bombas, todos estamos sentados a la misma mesa, en angustiosa espera.

Bajo la Bomba atómica como y bebo con un nudo en la garganta, los frutos de la tierra y los peces del mar serán perforados por el rocío de la muerte, las aves del cielo caerán en el fuego o en el hielo y el agua será envenenada en su pureza.

Bajo la Bomba atómica amo y odio, amo todo lo vivo condenado a muerte, amo este mundo al que se ha quitado el mañana y el sentido, odio al mercader de la muerte que arrebaña las últimas ganancias, al bacilo de la avaricia que penetra la vida hasta los huesos, y mi amor es tan impotente como mi odio.

Bajo la Bomba atómica duermo y sueño, si eso es dormir y soñar, esos retorcimientos como los del cuerpo de un animal cuando se le asa en una hoguera, esos tirones en el anzuelo que me desgarran la boca, esos derrumbamientos en minas al rojo blanco.

Bajo la Bomba atómica escribo mientras el tiempo se consume, me ahogo por falta de tiempo, por falta del oxígeno de la distancia, cada día, cada hora puede ser la última, quizá no tenga tiempo siquiera para terminar este poema antes de que las palabras se carbonicen.

Bajo la Bomba atómica no rezo a nadie ni en las alturas ni en las profundidades, la bomba es nuestro dios en lugar de Dios, la sentencia sobre nosotros mismos, el infierno que nos hemos fabricado en la búsqueda de la felicidad, de la esclavitud nos podemos liberar, de las enfermedades podemos sanar, pero contra la bomba son impotentes las oraciones, no hay solución.

Bajo la Bomba atómica muero, muero día a día, me aflige la suerte de la vida, solo con mi miedo como todos los demás, solo entre los que huyen de su miedo y esconden la muerte bajo la rutina, bajo la Bomba atómica muero, muero como todos los demás.

66 a violencia nuestra de cada día dánosla hoy como todos los días, la violencia como una piedra entre los dientes, la violencia que L arranca el ombligo con tenazas y la delicada violencia que lame acariciante, los sueños que se convierten a lo lejos en realidad, las imágenes sustitutivas, la caricia de los abrigos de piel, gotas de diamante en los lóbulos de las orejas, el sollozo de las nobles intenciones y una moral de altos vuelos, la alevosa guerra del orden para mantener su orden, la violencia del silencio con costuras de espinas de cardos, la violencia de la paciencia con su pedacito de jabón bajo la lengua, la violencia de la espera como intestinos colgados entre árboles al viento, la violencia como una bebida diaria de tachuelas y aceite de ricino, el trapo metido a culatazos de fusil en la boca de la miseria o la violencia como espaldas destrozadas y varices sangrantes, violencia tanto contra el hombre como contra la naturaleza, bocamina socavada en carne viva, hambre a consecuencia de la lavativa de la inundación, las manos soldadas a la pala o a la carretilla, las sienes bien sujetas por el potro, la llama del soplete dirigida a los testículos, la mutua violencia de los niños con huesos rotos y excrementos de perro en la boca, la violencia del amor con el mutuo y lento descuartizamiento de los cuerpos, la violencia del parto con la lengua cortada de un mordisco y pechos que dan leche sanguinolenta, la violencia de la caricia como papel de lija sobre carne viva, la alegría como violación, la música como rugidos de torturados, la violencia de las damas aristocráticas con la mirada en el cielo y el dedo índice en el culo, la violencia del viento con estranguladores lazos de seda, la megatónica violencia de los bancos sobre sus pies de cemento, la violencia cotidiana desde tiempo inmemorial, la violencia cotidiana como una autopista hacia el futuro, la violencia como costumbre evidente y placer que lucha contra el aburrimiento, la violencia que nunca quiere desaparecer y que sólo puede ser aniquilada por una violencia de signo contrario.

67 Gunnar Ekelöf (1907-1968)

Nació en Estocolmo. Estudió lenguas orientales en Londres y Upsala y música en París. Participó en la redacción de las importantes revistas literarias Spektrum y Kara- van. Crítico literario en diversos periódicos y revistas. Traductor de T S Eliot, Rim- baud, Malraux y otros poetas ingleses y franceses. Desde 1930 está considerado como el gran poeta nórdico del s. XX. Hay publicada en español (Libros del Innombrable) una gran antología Non serviam, traducida por Francisco J. Uriz en la que está inclui- da en su integridad su obra maestra Diwan y dos de sus libros se han publicado en ediciones ilustradas (Nórdica y Libros del Innombrable).

(Natalio Bayo)

68 La leyenda de Fatumeh Cinco veces vi a la Sombra y la saludé al pasar pero a la sexta apareció de repente ante mí cerrándome el camino en una estrecha calleja de la ciudad baja Y comenzó a insultarme en el más grosero lenguaje— Finalmente me preguntó: —¿Por qué me has rechazado? ¿Por qué no te has acostado con tu Sombra? ¿Te soy tan repulsiva? Yo contesté: —¿Cómo puede acostarse uno con su Sombra? Es costumbre dejarla caminar dos pasos detrás de uno hasta el atardecer— Ella sonrió burlona ciñéndose al rostro su chal negro: —Y ¿después de la puesta del sol? —Entonces el caminante tiene dos sombras una la del farol que acaba de dejar tras de sí y otra la del farol al que se acerca, ambas cambian incesantemente de lugar— Ella sonrió burlona apoyando la mano en el muro vecino: —¿Y entonces yo no soy tu sombra? Yo dije queriendo seguir mi camino: —No sé de quién eres la sombra Entonces levantó la mano y me mostró la negra huella de su mano a la luz de la luna en el muro blanco Repitió: —¿ Y entonces yo no soy tu sombra? Contesté: —Ya veo quién eres Entonces tú eres quien viene a por mí Y no yo a por ti —Amor mío, dijo burlonamente ¿En tu casa? ¿O en la mía? Contesté: —En la tuya.

omo si el mar lanzase sus brazos tras de mí Cen torno a mí en mi habitación, por la noche —como si el mar se me enroscase con sus brazos sonoros El mar me acaricia El mar me abraza.

69 e topé con un vendedor de cordones de zapatos en una callejuela del zoco MQuería venderme unos cordones a mí que no tengo zapatos cordones rojos, negros, de algodón, de seda. No veía que iba descalza Este hombre tenía que estar ciego o loco o quizá estuviese cuerdo Nos saludamos con el signo que significa «Ya sabes». Y ambos nos echamos a reír.

(Natalio Bayo)

o, las almas no se hablan unas a otras Nde manera diferente que los pájaros Y los pájaros no se hablan de manera diferente que las almas Mientras nuestro oído necesita una multitud de palabras de sonidos laboriosamente ensamblados para que lo dicho llegue a su destino les bastan a ellos unos pocos Les basta con variar su intensidad variar su acento.

(Natalio Bayo)

70 eneralmente yo sentía indiferencia por no decir hastío o aversión GPero tú, Príncipe mío, me diste alas O eres acaso un Yin, un Genius Contigo volé por las esferas que están más allá del cielo y tú no me dejaste caer a tierra como hubiese hecho cualquier otro— No, tú me fuiste bajando lentamente en tus alas hasta mi cama.

(Natalio Bayo)

o negro contiene todos los colores no lo claro Launque sea el amarillo azafrán como para una novia o el rojo sangre como para una prostituta ¿Acaso son los colores otra cosa que sombras o matices de lo claro? Pon color sobre color y obtendrás el negro La visión más pura es la sombra pura la antítesis de la luz

Si miras directamente al sol o al hierro rusiente y cierras después los párpados verás por vez primera color el color de la verdadera sangre que es el tuyo propio, interior

Oscuro, oscurecimiento son todos los colores excepto el negro que no puede oscurecerse más En él me ves a mí. (Natalio Bayo)

71 (Natalio Bayo)

is carnes eran esplendorosas Yo era obstinada pero fiel MMuchas veces me encontraste reluctante Eso no lo aguantabas Ahora soy un esqueleto pero sigo siendo hermosa Mis articulaciones están bien firmes en sus junturas Si eres un Príncipe con poder: Cubre entonces con músculos mis huesos lléname el vientre de entrañas Habla a mi corazón y revísteme con un maravilloso cutis resplandeciente como la seda De lo contrario mis huesos de cristal doblarán al viento por ti Suenan en el jardín campanillas del cristal muerto Tú que colocas esas campanillas de cristal entre los dientes si eres un bufón las estarás masticando eternamente si eres un ensamblador siempre tendrás cristalitos cortantes en las yemas de los dedos si eres un amante nos encontraremos cuando hayas muerto.

72 e estado contemplando tu sombra, Fatumeh, Durante días de sol y noches de luna la he contemplado HEra tan negra que el muro en torno a ella le daba un contorno de plata que brillaba artísticamente como un basmá Por mucho que me acercase o me alejase por mucho que intentase ocultarte con alguna sombra mía permanecías tú y la plata que te rodeaba sin mácula ¡Oh, hermana gemela de la luz! ¡Oh, tú Oscura! Aprendí a dar vueltas en torno a ti a verte desde todos los lados redonda como una mujer La luz, que te hacía negra y hacía brillar la plata que te rodeaba, esa luz estaba dentro de mí como amor pero no mi propio amor. ¡No! Me atravesaban los resplandores del Sol y de la Luna. Únicamente Tu sombra daba presencia corporal a mi alma.

(Natalio Bayo)

73 Erik Lindegren (1910 -1968)

Nació en Luleå, en el norte del país. Desde 1931 vivió en Estocolmo. Fue el poeta más destacado de su generación —la llamada generación del segundo vanguar- dismo o «generación de los cuarenta»— y fue uno de los fundadores de la revista Prisma. Desarrolló su actividad crítica en la revista BLM y en los periódicos de Estocolmo. Tradujo al sueco a T S Eliot, R. M. Rilke, Saint-John Perse, Paul Claudel, y otros poetas franceses. Ingresó en la Academia Sueca en 1962. Su poemario mannen utan väg / el hombre sin camino, una de las obras fundamentales de la poesía sueca del siglo pasado, fue publicado en España por Bassarai, traducido por Francisco J. Uriz.

XV caminan los tambores por el patio de ejecución del alba y un cuerpo se despierta al resplandor de un espíritu apagado

una mano se desliza y no sabe a dónde pertenece hasta que lentamente se encoge ante las miradas de todos

qué restos de esperanza van a contemplar a la muerte que se cierne sobre el abismo de las voces hostiles

se vuelan todos los puentes sólo quedan esos abismos y esta vergüenza cubierta con el velo del escarnio

mira el sol anuncia una pietá burlona una pietá cruel pero quién levanta lo caído de sus labios

quién se aproxima a la venenosa angustia que vive bajo el llantén del lugar del crimen en el corazón colectivo

no, preferible es la pasión muerta el destino muerto y la sangre traicionada que corre suavemente junto a la fuente del ruiseñor

XXVIII matar de un tiro a un enemigo y líar un cigarrillo flamear y apagarse como un faro en la tormenta

estar atrapado como una mosca en la red de los mercaderes creerse nacido con mala suerte por el hecho de haber nacido

ser una función de todo lo que no funciona ser otra cosa o no ser nada en absoluto

ser encajado como la piedra gris en el muro del odio y aún así sentir la armonía de las piedras como la alegría del brezo

74 sentir todo desatendido en la humeante lluvia gozar de la emoción junto a las brasas de la hoguera dudar de que ésta tenga que ser la última vez afirmar todo a condición de que no se repita abrirse camino y llegar hasta una perspectiva donde los rayos se lancen a vengar a la humanidad

XXIX lejos en mitad del océano se mece la cabeza de la Medusa con serpientes encanecidas y cofa de eterna tristeza lo recordamos nosotros reconocemos la sangre de nuestros hermanos su mortaja en el llanto ardiente de las mujeres sus ojos perdidos en la mano mendicante de la muerte lo reconocemos sabemos y esperamos esperamos el aleteo de la liberación sobre nuestra cabeza esperamos el final de la humillación y nuestra propia vida— oh torbellino de odio que desgarra nuestro pecho perfóranos con vida cuando tengamos que desangrarnos levántanos como un trofeo en tu vuelo hacia el sol desgárranos el torso con la sangrienta lanza del atardecer porque en lo profundo de nuestro pecho vive la cabeza de la Medusa con serpientes encanecidas y lágrimas de tristeza petrificada

XXXV después de que hubiésemos atravesado los túneles de la muerte le llegó la hora a la esperanza de lanzarnos a una nueva desesperación sentimos cómo entrábamos en el aire aceitoso de una máquina en un acróbata despreciado y en lo eternamente humano dentro del ombligo brillaba una tragedia cromada y un espectador se columpiaba en la falsa cuerda del telón había un apuntador asomado al antiguo abismo para sincronizar los golpes del destino con la realidad pero nosotros sentíamos cómo la revelación siempre nos hace esperar hasta que es demasiado tarde y las lágrimas ya han caído cómo el corazón siempre se alegra demasiado pronto y resbala por el escenario enmarcado por coros regados cómo las intrigas se desploman pero la emoción queda hasta que lo más devastado comience un nuevo peregrinar Mannen utan väg 1942

75 Dedicatoria Pensar en ti es como la rauda huída de la sombra de la nube por la llanura inesperada conexión entre el cielo y la tierra descansado viaje de la mirada hacia más allá de los horizontes delicioso recordatorio chispeante sobre la brevedad de la vida.

Sviter 1947

Arioso En alguna parte en nosotros estamos siempre juntos, en alguna parte en nosotros nunca puede huir nuestro amor En alguna parte oh, en alguna parte todos los trenes han partido y se han parado todos los relojes : en alguna parte en nosotros estamos siempre aquí y ahora, somos siempre tú hasta la confusión y el trastocamiento, somos de pronto milagro de asombro y tranformación, rompiente ola de mar, fuego de rosa y nieve

En alguna parte en nosotros donde los huesos se han blanqueado tras la sed desplomada del investigador y del incrédulo hasta el negado desliz hasta el sellado desvarío ¡Oh, nube de consuelo! en alguna parte en nosotros donde sus huesos se han blanqueado y se han encontrado los espejismos la lejanía anula la seguridad como marejada de marejadas tú reflejas nuestra lejanía como la de la estrella en una marejada yo reflejo nuestra cercanía como la de la estrella en una marejada los sueños siempre arrojan la máscara y devienen tú que envuelta en dolor te alejas deslizándote de mí para de nuevo venir de nuevo para de nuevo venir a mí más y más dentro de nosotros, más y más tú.

Sviter 1947

76 Sin título (Ángel Orensanz)

Icaro Ahora se pierden en la lejanía sus recuerdos del laberinto. El único recuerdo: cómo se alzaban los gritos y la confusión hasta que por fin lograron elevarse y abandonar la tierra.

Y cómo todos los abismos que siempre se habían quejado pidiendo sus puentes en el pecho de él se cerraban lentamente, como párpados, cómo pasaban los pájaros, como piedras de honda o flechas, y por fin la última alondra, rozando su mano, desplomándose como una canción.

Luego empezó el laberinto de los vientos, con sus toros ciegos, gritos de luz y abismos, con su vertiginoso aliento, que él aprendió a esquivar laboriosamente y durante mucho tiempo, hasta que ascendieron de nuevo, su mirada y su vuelo.

Ahora se eleva solo, por un cielo sin nubes, en un espacio sin pájaros entre el estrépito de los aviones a reacción... se eleva hacia un sol cada vez más claro, que se va haciendo más fresco, cada vez más frío asciende hacia su propia sangre helada y la cascada fugitiva de las almas, encerrado en un ascensor silbante, el viaje de una burbuja de aire en el mar hacia el espejismo magnético de la superficie: el estallido de la membrana amniótica, transparentemente próxima, remolino de signos, transportados por un surtidor, azul rabioso, muros que se desploman, y un grito desolado del otro lado: Realidad desplomada ¡sin Realidad nacido!

Vinteroffer 1954

77 Gladiador moribundo ¿Quién te rasgó la cintura con su tridente? ¿Quién lanzó su red sobre tu cabeza y tiró —en ardiente victoria— de manera que cayeras en la arena pataleando?

No fue ese cuyas piernas ves Poeta como dos columnas sobre ti. Deslumbrado por el sol No esta mano con la mordedura del puñal iluminado por incendios que arroja su larga sombra surgido de un remolino de ceniza sobre la oscura arena del crepúsculo, nunca el mismo— no él, no el esclavo del rudo César. el juego de la superficie con la profundidad Pero ¿quién te ve entonces? (con bancos de estrellas bulliciosamente vivas) Y ¿me oyes? la amenaza de la profundidad contra la superficie (con galaxias vertiginosamente muertas) Los espectadores están ciegos. las palabras demasiado lejos En parte por la oscuridad: (como oro derritiéndose) una ola blanca como la espuma que da con la vida demasiado cerca la cabeza en la roca de Hades. (como plomo solidificado) En parte por el deseo: una última frontera en la sangre de niebla más disfrazado que la nada que tiene miedo de sí misma en ti. más desnudo que el todo ¿Quién te derribó? en una tierra donde todo ¿Quién te ve? ocurre demasiado pronto o demasiado tarde. Lo intuyes Vinteroffer 1954 pero no llegas a tiempo.

Un instante tú luchas eternamente.

Así se hace tu vida tuya. Así nace tu muerte.

Vinteroffer 1954

78 Las fauces de la serpiente Lars Gyllensten (1921-2006)

Nacido en Estocolmo. Médico, profesor de histología en el Instituto Carolino. Su primera publicación fue una parodia del modernismo sueco titulada Camara Obscura (1946) bajo el seudónimo de Jan Wictor. Debutó como novelista “serio” en 1949 con Moderna myter. Novelista y ensayista. Académico desde 1966, se- cretario permanente de 1968-87, años en que también fue presidente del comité Nobel y de la Academia de Bellas Letras, historia y antigüedades y de la Funda- ción Nobel. Publicó In memoriam en Legasa, traducido por Antonio Huedo.

En la montañosa y boscosa Ga- río, que se extendía entre el agua y el se desplazaban un poco, siguiendo lia, había un latifundista que dispo- pie del precipicio, cubierta de grava la pedregosa ribera, para volver in- nía de una de las instalaciones más gruesa, piedras del tamaño de un mediatamente cuando ya las águilas notables que se hayan visto jamás puño y algunas rocas despeñadas. se hubiesen vuelto a elevar por los para ajusticiar a cazadores furtivos, Uno de los antepasados del aires. jornaleros rebeldes, ladrones de ga- latifundista había hecho construir Se encontraron los restos del llinas, soldados desertores y otros la fortaleza. Evidentemente, la cha- prisionero en el fondo del precipicio. delincuentes. pucería lo encolerizó y mandó en- El cuerpo había quedado destro- En lo alto de un escarpado pre- cerrar, como castigo, al desgraciado zado por la caída, y los picos y las cipicio, junto a la orilla, allí, donde constructor en la inconclusa y ave- garras de las aves rapaces lo habían las rocas se asomaban a un abismo riada atalaya. Su intención era que desgarrado cruelmente. Quizás el de más de cuarenta pies de altura, el chapucero estuviese encerrado desgraciado había intentado escapar se elevaba una atalaya o torre de se- unas cuantas semanas, a pan y agua, de su prisión, aunque él debía haber ñales cuyo muro estaba construido como se suele decir, que meditase comprendido mejor que cualquiera sobre el borde mismo del precipicio. sobre su impericia y reflexionase la imposibilidad de descender con Justo en el canto se había desmoro- sobre sus deberes profesionales, para vida por la pared de rocas. Quizás se nado un trozo del muro, habiéndose luego soltarlo y obligarle a resarcir había arrastrado a través del agujero formado de esa manera un agujero su compromiso roto, reparando la por otras razones. lo suficientemente grande como para atalaya hasta dejarla en buenas con- Ninguna mano de hombre pudo que una persona pudiese arrastrarse diciones y terminando definitiva- tocar el cuerpo del muerto. El severo a través de él. Bajo el deteriorado mente la construcción. Sin embargo, señor prohibió a sus parientes llevar- muro, el escarpado precipicio rojo no ocurrió así. En la mañana del se el cadáver o enterrarlo allí mismo. caía verticalmente, casi como una sexto o séptimo día, la gente notó Tampoco hizo reparar la grieta del pared. Únicamente algunas matas en la barranca una inusitada anima- muro de la fortaleza. El agujero de retama o brezo lograban agarrarse ción entre las grandes aves. Tres o abría sus fauces como antes. A mu- en alguna pequeña irregularidad o cuatro águilas surcaban el cielo por chos les pareció que se había puesto grieta. Por lo demás, el acantilado encima de la cumbre de la montaña, más oscuro, y daba la impresión era completamente inaccesible. Era lanzándose en vertical hacia la ribera de ser más profundo y más grande imposible tanto trepar como descol- del río para alejarse después con su desde que había escupido al desgra- garse por él sin despeñarse y morir botín en las garras. Otras venían a ciado maestro de obras a una muerte aplastado contra la ribera de piedras, sustituirlas. Una bandada de cuer- violenta y un entierro ignominioso e dura y pelada, que había allá abajo. vos, seis o siete, aproximadamente, inhumano a merced de las aves ne- El río había pulido la roca en el prin- armaban un gran escándalo metidos crófagas. Era como si se viese más el cipio de los tiempos; en primavera, entre las rocas o los arbustos. Cuan- agujero abierto al pie de la atalaya. cuando crecía con el deshielo, toda- do las águilas se lanzaban hacia Pasaron unas semanas y volvió vía lamía la base del despeñadero, la base del abismo, levantaban los a ser necesario castigar a uno de los pero durante el otoño quedaba al cuervos el vuelo y cruzaban revolo- súbditos de la finca, camorrista y desnudo una franja del cauce del teando el río, vociferando de ira, o perturbador, borracho y pendencie-

79 ro, que a lo largo de muchos años en las ropas como si fuesen niños, que luego habían quedado aplastados había ido agotando la paciencia de para, al momento siguiente, lanzarse sobre las piedras. También apoyaba su señor. También él fue encerrado audazmente al agujero. Aquel que esta explicación la circunstancia de en la fortaleza a pan y agua, pero, unos instantes antes no podía man- que conforme iban pasando los años por lo demás, sin un tratamiento tenerse en pie, se lanzaba con ágiles y aumentaba el número de desgracia- más duro. Cuando el desgraciado piernas directamente a su objetivo. dos que habían encontrado su destino oyó la sentencia, se apoderó de él un Aquel que unos instantes antes tem- atravesando el agujero del muro, más gran terror y prorrumpió en lamen- blando se había compadecido de sí corto era el tiempo que demoraban los taciones. Se tiró al suelo, comenzó a mismo, se arrojaba sin titubear, in- recién llegados al cuarto de la torre en golpear con los puños y la frente el cluso temerariamente, por el hueco arrojarse por el agujero. Poco a poco se empedrado del patio e intentó arras- del grueso muro. llegó a estar prácticamente seguro de trarse hasta el señor para abrazarse a que su vigilia cesaría, a más tardar, en sus pies. Suplicó que le cambiasen la la mañana del segundo o, quizá, del pena de cárcel por los azotes, castigo tercer día. al que estaba acostumbrado y que Sin embargo, los centinelas y sabía podría resistir. Pero lo que ya los mozos de guardia juraban que no se había decidido se mantuvo firme. hacían daño a los prisioneros después Los criados se lo llevaron a rastras, de haberlos arrojado al recinto de la cruzaron el río y subieron hacia la torre, y que la comida y la bebida que cumbre de la montaña, donde la ata- les llevaban todos los días era de la laya se levantaba como una picota mejor calidad, tanto es así que ellos, sobre el fondo de un cielo vacío. En con gusto, hubiesen comido de ella, la mañana del cuarto o quinto día de haberse atrevido. También a ellos volvieron a revolotear las águilas en la torre les infundía un gran terror. el cielo, y los cuervos comenzaron a Ninguno de ellos iba solo. No sabían alborotar al pie del precipicio. lo que ocurría, ni siquiera lo que había En lo sucesivo, ocurrió muy allí dentro. Nadie pudo vislumbrar pocas veces que alguien estuviese más que un cuartucho vacío y sin dentro de la torre más de cinco o Precipicio (F. Morlanes) muebles, con suelo de tierra —que seis días antes de arrastrarse hasta el había aparecido una vez desgastada agujero. Fue inútil que el señor hi- Los campesinos de la zona y la la hierba, y matas de ortigas en los ciese cambiar los inveterados trozos gente de la finca pronto comenzaron rincones— abierto por arriba, ya que de pan, mohosos y duros, y el agua a sentir un gran terror por la torre el edificio nunca llegó a completarse descompuesta por buena comida de la cima del peñón. Poco a poco se con los pisos superiores ni el techo. —pescado ahumado o carne de cor- fueron creando toda clase de fanta- De modo que no quedaba más que dero seca— y agua fresca, mezclada, sías sobre los horrores de todo tipo creer en los espíritus y los fantasmas, a la manera de los señores, con vino. que ellos creían que acontecían en que los espectros y la chusma infernal El agujero ejercía una incomprensi- el interior de la fortaleza inacabada. surgían de las tinieblas nocturnas o ble e irresistible atracción. La mayo- Algunos decían que, sin duda algu- de la brisa vespertina o del suelo o de ría encontraba el camino durante la na, los guardianes torturaban a los los muros de piedra o del mismísimo primera guardia de la mañana, justo prisioneros hasta que estos no tenían agujero —del boquete abierto en el al alba o inmediatamente antes. Pero más remedio que tirarse al precipicio; muro—, para perseguir a los ence- también ocurrió, en contadas ocasio- que los guardianes los azotaban o rrados hasta la muerte, para hacerlos nes, que algunos no tuvieron tanta que les llevaban monstruos y seres caer por la trampa hasta el fondo del paciencia y se precipitaron con avi- fantásticos, que les echaban veneno precipicio. dez al agujero prácticamente de las en la comida de forma que perdían Pero la gente importante se iba manos de los guardianes. Lloraban y la razón, que obligaban al prisionero formando otra opinión de lo que les gritaban un momento, rebosantes de a huir llenando el recinto de humo, sucedía a los prisioneros solitarios, lamentaciones y horror, bien juran- tal y como se hace para sacar a zorros allí, al otro lado del agujero que se do como carreteros, bien suplicando y tejones de sus madrigueras. Otros iba iluminando paulatinamente en como mendigos, colgados de los —y eran la mayoría— estaban abso- las horas del alba. No eran fantasmas brazos de los guardianes, dejándose lutamente convencidos de que en las ni duendes los que asediaban a los arrastrar como quien no puede an- ruinas había fantasmas y espíritus, prisioneros, —de no considerar como dar. Incluso llegó a ocurrir que hom- quizás espectros condenados, de los fantasmas y duendes a la soledad, el bres hechos y derechos se ensuciasen que estuvieron encarcelados allí y insomnio, la ignorancia y el miedo,

80 la superstición y, sobre todo, el cono- abierto a sus pies. La gente solía ir a pasaban más se acentuaba su curio- cimiento de la caída de tanta gente buena hora y procuraba entretenerse sidad y su ansia de aventuras. Cada por el agujero, de tanta gente que no durante la espera de la mejor manera día en que no pasaba nada atraía más se había salvado, conocimiento que posible. Algunos se llevaban comida gente. Venían de los pueblos y granjas arrastraba o estimulaba cada vez más —pan y queso y cecina, quizás vino de los alrededores, a altas horas de la a la caída—. Con el tiempo fue exten- y aceitunas— algo más festivo que el noche, para velar hasta el amanecer, diéndose cada vez más esta opinión o pobre desayuno habitual. Otros apro- no sólo mozalbetes y jóvenes, sino idea de que era el propio agujero y no vechaban la ocasión para intentar pes- también gente sensata, hombres y otra cosa el que reinaba en el recinto car algún pez, bien desde los puentes mujeres. Viejos y viejas avanzaban de la torre y dirigía a aquellos que de las lavanderas, bien desde alguna vacilantes, y las madres que no po- estaban obligados a permanecer en barquita que se balanceaba plácida- dían dejar a sus hijitos solos en casa la madriguera hasta colocarlos cara a mente en las negras aguas. Los más los traían con ellas de la mano o a la cara con la profunda sima, hora tras traviesos perseguían a fojas y ánades espalda. Quizá les fuese conveniente a hora, indefinidamente. Quizás el viejo por los juncales y se reían cuando el los niños ver por sí mismos lo que les latifundista había intuido algo de esto griterío de los pájaros sorprendía a los ocurre a los que no se comportan bien cuando, hace ya tiempo, había conser- viejos y los asustaba. En verano solían y no cumplen las órdenes de las auto- vado la torre inconclusa, sin reparar algunos meterse en el agua para la- ridades —eso es lo que intentaban de- el agujero, para utilizar el recinto de varse o bañarse, sobre todo los niños, cirse para sus adentros los padres que, la torre como cárcel, aunque tenía un incluso los jóvenes, que salpicaban sin embargo, quizá no estaban tan agujero que no se podía cerrar. y tonteaban unos con otros cuando seguros de que aquél fuese un lugar Una sola vez —contaban— un los adultos no miraban hacia el lugar apropiado para los niños—. También prisionero había eludido el destino donde ellos estaban. Los habitantes iba aumentando el número de los y había resistido el agujero, si bien de la zona sabían que la mañana del que llevaban cerveza y vino, armaban más tarde siguió, de otra manera, las segundo día era el momento más se- estrépito y cantaban para mantenerse huellas de sus predecesores. Era un guro y se impacientaban si tenían que despiertos. Se le robaba el tiempo al pobre diablo, del que nadie se había esperar demasiado tiempo o volver sueño que, por otra parte, tanto ne- preocupado nunca lo más mínimo, a sus casas sin haber visto aquello cesitaban. La gente malbarataba las un hombre bonachón, en cierto modo que habían venido a ver. Entonces mejores horas de sueño, las últimas pusilánime, que vivía solo. Durante podía darse el caso de que llamasen horas de sueño profundo, las que pre- toda su vida había tendido redes a las al prisionero a gritos. Voceaban el ceden al alba, que todos, de ordinario, codornices, había preparado trampas nombre del preso. Se burlaban de él y defendían tan enérgicamente como a a los conejos y liebres, había robado lo animaban. Los más impacientes se las niñas de sus ojos. No es, pues, de leña y llevado a cabo otras transgresio- lanzaban al río en barcas y gritaban, extrañar que se impacientasen y se en- nes en las tierras del señor, cuando se haciendo bocina con las manos, en fureciesen con el que estaba allá arri- le hacía demasiado difícil procurarse dirección a la cumbre de la montaña, ba en la torre, que se había burlado el sustento. Por estos motivos había hacia las fauces estúpidas, mudas, de ellos haciéndoles saltar de la cama sido azotado innumerables veces sin del muro. Pero esto raras veces dio y velar en vano, temblando de frío y enmendarse. Cuando, finalmente, fue resultado. Era como si, al contrario, soñolientos ante el siniestro precipicio condenado a la torre, se comportó co- aquellas llamadas crueles e injuriosas y el negro río. La oscuridad y el vacío mo todos los demás. Gritó y protestó, de los compañeros situados al pie del parecían insuflar frío y humedad suplicó y se humilló, y tuvieron que agujero diesen fuerza al prisionero, en la multitud expectante. Algunos llevarlo allí como a un cerdo muerto. lo endureciesen, y él demoraba su comenzaron a gritar y otros muchos Pero luego no ocurrió lo que solía ocu- viaje al abismo más de lo que hubiese se les fueron uniendo. Se burlaban y rrir. Ante la creciente consternación hecho en condiciones normales. El escarnecían al prisionero; voceaban al de todos, pasaron tres días, cuatro latifundista había prohibido termi- unísono su nombre, armando un gran días, cinco días, sin que el agujero lo- nantemente a la gente reunirse de esa estrépito para llevarlo a gritos hasta el grara parir. forma. De vez en cuando mandaba agujero y animarlo a unirse aleteando La gente había adquirido la cos- guardias para dispersar a aquellos que con las otras aves negras que lo esta- tumbre de reunirse al alba, en la otra habían desobedecido sus órdenes. ban esperando en algún sitio por entre orilla del río, frente a la torre, cuando Sin embargo, la costumbre no pudo los matorrales y las rocas. Pero lo que se sabía que había alguien encerrado. detenerse. debía pasar no pasaba. La ribera se elevaba formando una Eso mismo ocurrió cuando fue En la mañana del octavo día, la colina o una pequeña loma, desde arrojado a la torre el pobre diablo al multitud era todavía más numerosa donde se tenía un excelente panorama que nos estamos refiriendo. La gente que los días anteriores y alborotaba del agujero de la torre y del precipicio se reunió y esperó, y cuantos más días más que nunca. Ardían un par de

81 hogueras. El flameante resplandor había reparado en ninguna grieta ni una muerte de piedra. lanzaba sobre la maleza sombras des- ningún agujero. Él no había podido En aquella zona y en aquellos concertantes y misteriosas manchas ver ninguna abertura en el muro, allí tiempos, la gente creía, como en mu- de luz. El cansancio y el miedo, la en el recinto de la torre, aunque bien chos otros lugares y muchas otras épo- vergüenza y la ira, eran los ingredien- sabía que la había cuando lo arrojaron cas, que las serpientes capturan sus tes que mantenían unidos a todos los allí dentro, y aunque después la pudo presas simplemente fijando su mirada presentes. Se encendieron los deseos vislumbrar él, como todos los demás. en ellas, jugando voluptuosamente y pasiones que suelen corresponder a Eso era lo extraordinario. El recinto de con la lengua, abriendo sus fauces la noche —algunos realizaban sobre la torre había sido un cuarto completo lentamente, con decisión, hasta con- los ramajes secos hazañas que la gente y cerrado a su alrededor —así lo ase- vertirlas en un inmenso agujero negro. decente prefiere practicar en la intimi- guraba y nadie pudo hacerle cambiar Entonces la musaraña en la hierba, dad—. Pero, finalmente, la indocili- de opinión—, aunque muchos testi- la rana en la charca, el lagarto sobre dad hizo perder la paciencia al señor, ficaban que habían visto que el negro la piedra, cualquiera que sea la presa, quien tampoco estaba dispuesto a so- orificio de la torre mantuvo siempre el desgraciado animal que haya ido a portar más tiempo trabajadores soño- sus fauces abiertas durante los días parar al campo visual de la serpiente lientos que iban arrastrando los pies que él estuvo encerrado. Él había oído y que conteste a su mirada, queda por campos y prados, en el lavadero y los gritos, su propio nombre, cuando apresado irresistiblemente por el ojo y en el banco del carpintero, y que ape- lo llamaban por las noches. Pero no la lengua de la serpiente, por la proxi- nas podían mantener les ojos abiertos había visto el agujero que conducía al midad de la serpiente. Quedará hechi- por las continuas trasnochadas. De abismo y a las aves. zado de manera que ya no se pueda repente, surgieron sus soldados del Sin embargo, poco lo ayudó su mover más que en una sola dirección. bosque próximo al río, sin que nadie ceguera. O si la torre, por una vez, Quedará cegado de manera que no hubiese reparado en ellos —un grupo realmente había cerrado para él su pueda ver más que una sola cosa. de rudos combatientes armados con siniestro ojo negro, no obstante, él no Quedará embargado de un terror tan espadas que apenas utilizaron, pero escapó a su destino. Una semana des- inmenso que llenará todo su ser hasta también con garrotes que manejaban pués de que su señor lo hubiese puesto los bordes, como una borrachera o con insólita habilidad—. Dispersaron en libertad o indultado, fue encontra- un embelesamiento. La voluntad y el a la multitud y apagaron las hogueras do en un sendero que subía hacia las ansia de la serpiente vivificarán al pri- a pisotones. terrazas escalonadas donde estaban las sionero de manera que la voluntad del Ésta fue la última noche en que viñas asesinado, detrás de un muro. El animal se haga una con la voluntad los espectadores y los animadores se crimen era obra de varias personas: lo de la serpiente. Dominado, igual que reunieron abiertamente delante de habían lapidado; en uno de los lados, el vicioso está dominado por su vicio, la fortaleza. Los soldados volvieron justo encima de la frente, tenía la cabe- amará la negra sima que le infunde también la noche siguiente y azotaron za hundida, de forma que el ojo había un terror y un asco tan inmensos. En- a todo aquel que pudieron coger entre sido expulsado de su órbita. Tuvo que tonces la propia presa será arrastrada los más rebeldes y porfiados que, a haber sido la obra de varios hombres, irrefrenablemente hacia la serpiente pesar de todo, habían llegado hasta porque estaba muy maltrecho en mu- —irá arrastrándose ella misma hacia allí furtivamente. Después de algunos chos sitios, y el cuerpo había quedado lo que va a devorarla, paso a paso, tra- días, el señor puso en libertad a su en parte cubierto de piedras. El señor mo a tramo—. Contra su voluntad, prisionero y le dejó marchar sin hacer intentó descubrir a los autores del pero arrastrada, sin embargo, por su otra cosa que despojarlo de su protec- crimen. Sus propios soldados no ha- propia voluntad, y en esa voluntad ción y abandonarlo a su destino. bían sido, ya que él confiaba en ellos. una fuerza mayor que la que nunca La gente del pueblo le pregun- Tenían que haber sido hombres del jamás logró reunir anteriormente, la taba al liberado lo que había visto u pueblo. Las conjeturas iban señalando presa se irá acercando por sus propios oído en el interior de la torre, cómo a uno y a otro, con diferentes grados medios a aquel que únicamente está había podido defenderse de los ata- de certeza o de incertidumbre. Pero no esperando y esperando devorar y des- ques de los espíritus malignos, si los había testigos, nadie sabía nada, y las truir a su víctima. demonios venían por el aire o surgían investigaciones no se llevaron a cabo Por eso se le dio a la fortaleza de la tierra, y cosas por el estilo. En- con gran entusiasmo, sino que cesaron del agujero en el muro el nombre de tonces él contestó que no había visto poco tiempo después. «Fauces de la serpiente» o «Foso de ni oído nada, ni lo había perseguido Ésta fue la única vez que alguien, la serpiente». El ser encerrado allí era fantasma alguno. Cuando le pregun- de todos los que fueron encerrados en considerado como la mayor crueldad taron por qué no se había tirado al la torre, logró eludir la grieta, el preci- que podía abatirse sobre una persona. abismo por la grieta del muro, como picio y los pajarracos. Pero ni siquiera todos los demás, contestó que no éste logró salvarse de la muerte, de Traducción de Francisco J. Uriz

82 La búsqueda Per Olof Sundman (1922-1992)

Hijo de comerciante. Diputado del partido agrario. Novelista y cuentista. Su no- vela Ingenjör Andrées luftfärd / El viaje en globo del ingeniero Andrée (Seix Barral, 1972) es una novela sobre ilusiones y autoengaños en torno a un viaje en globo al polo norte que termina en catástrofe. Académico desde 1975.

Buscad y encontraréis. O: el tienden, con altura creciente, hasta sus conocimientos botánicos eran que busca, encuentra. El Sermón de muy adentro de Noruega. impresionantes. Bajo las medias la Montaña, ¿no es cierto? El Evan- La loma pelada queda claramen- se veían unas piernas fuertemente gelio según Mateo, si recuerdo bien. te marcada, está orientada de este a vendadas. Voy a contarle lo sucedido a oeste y rodeada por bosques y valles. Los tres, el matrimonio y tres personas que buscaban. Se bus- Nadie se podría perder en ella. la mujer sola, se descubrieron caban mutuamente. Dos de ellas El caso ocurrió hace ya bastan- mutuamente. En el comedor los buscaban, cada una por su lado, en tes años. Quizá ustedes recuerden habíamos colocado en la misma parte una a otra, en parte a una ter- aquel verano tan insólitamente cáli- mesa. Se hicieron buenos amigos cera. La tercera buscaba solamente do y seco —ustedes tienen que re- sin por ello llegar a tutearse. Na- a una de las dos mencionadas —la cordarlo—; los veraneantes estaban turalmente era inevitable que se limitación de su búsqueda depen- felices, pero el ministro de agricul- hiciesen buenos amigos. Tenían en día simplemente de que ella no sa- tura se hizo fotografiar con aspecto común la edad y los achaques y los bía que había más de una persona a muy preocupado en un campo de tres sufrían de los mismos proble- quien buscar. la Suecia central, al lado de grietas mas con las piernas. Las promesas de Mateo o del anchas y profundas provocadas por Daban cortos paseos por la ca- Sermón de la Montaña no se cum- la sequía. rretera, por la ribera, por el antiguo plen. Mis tres buscadores no se Entre mis huéspedes había un camino del pueblo casi cubierto por encuentran. matrimonio de avanzada edad. El la vegetación, y por el riachuelo que Dirijo un establecimiento tu- hombre tenía sesenta y nueve años. desemboca por el oeste en el lago. rístico, un pequeño hotel, situado Era muy amable y hablador, ha- Debido a la sequía, el lecho no tenía en un vallecito suave, rodeado de bía sido dueño de una empresa de agua y estaba transitable. montañas. Delante de mí tengo, transportes, pero se la había confia- Cierto día, cinco o seis de mis a mis pies, un gran lago; sobre el do a sus hijos. Tenía unos ojos vi- otros huéspedes iban a ir de ex- lago, y a lo largo del valle, un hom- vos, era delgado, cojeaba bastante, y cursión, siguiendo las lomas que bre con vista de águila puede ver, tenía el pelo rojo y escaso. Su mujer he mencionado antes. Después cuando el aire está seco y hay buena era pequeña y algo redondita, te- de muchas vacilaciones, el viejo visibilidad, las cumbres que están a nía unas piernas gruesas y los pies transportista decidió unírseles. más de cincuenta kilómetros de dis- muy hinchados. Incluso sentada, Partieron inmediatamente después tancia. Detrás de mí y de mi casa, respiraba con la boca entreabierta; a del desayuno y comenzaron a subir los campos están maduros para la veces tosía brevemente apoyando la lentamente la escarpada ladera. La siega, ascienden por una empinada mano izquierda sobre el pecho. mujer del transportista y la ofici- pendiente; sobre los campos madu- Unos días más tarde llegó una nista jubilada salieron al patio para ros para la siega hay una estrecha mujer sola de la misma edad que el despedirlos agitando las manos. franja de abetos; sobre el bosqueci- matrimonio. Quizá fuese algo más Montaña arriba tropezaron llo de abetos hay una franja igual- vieja; no me fío de mis huéspedes con un rebañito de renos—quizá mente estrecha de servales poco femeninos cuando anotan la fecha una docena de animales—, que desarrollados y un raquítico bosque de nacimiento en el registro del pertenecían, probablemente, a al- de abedules. Luego comienzan las hotel. Había trabajado antes en la gún lapón noruego. El transportista ciénagas, los yermos y las montañas Aduana, de oficinista; usaba gafas quiso fotografiarlos, pero los renos desnudas, unas lomas que se ex- con gruesos cristales de aumento y se mostraron muy espantadizos y se

83 Sin título (José Verón) retiraron. El resto del grupo no te- No hay motivo de preocupa- seco y hay luz las veinticuatro horas nía interés en ello; habían pensado ción, dije. Hace calor y el cielo está del día y no se pueden perder. comer de las bolsas de comida que despejado y estamos en julio y hay Alguien dijo: Él cojeaba, tenía llevaban consigo un poco más al luz las veinticuatro horas del día. dificultades para caminar; casi nos oeste, junto al montículo de piedras Volverá, dije, uno se demora mucho alegramos cuando nos libramos de él. que hay en la frontera con Noruega. tiempo fotografiando renos; esperen, Parecía como si tuviese una Era un día sin nubes, muy calu- pronto estará de vuelta; hay que co- pierna más larga que la otra. roso, de mediados del mes de julio. rrer de una loma a la otra sin llegar Entre mis huéspedes había un El musgo y los carrizos de la ciéna- por eso lo suficientemente cerca co- médico, un hombre muy joven a ga tuvieron que haber crujido bajo mo para fotografiar renos dispersos; pesar de sus cuarenta años. los pies de los caminantes como son demasiado espantadizos. Claro que cojea el viejo, dijo, cuando se estruja un papel. Verdaderamente, no había mo- pero las piernas son, sin duda, igual El viejo transportistas se separó tivo de preocupación. de largas. Puede ser una fractura de del grupo. Sigan, sigan, les dijo. A las cinco y media descubri- fémur mal curada. Aunque lo más Voy a intentar fotografiar los renos mos que la mujer del transportista probable es que el mal esté en la ar- y luego regresaré. ¡Sigan sin más! había desaparecido. Mi más próxi- ticulación de la cadera. De todas las Los otros siguieron su camino. mo vecino del pueblo estaba al articulaciones es ésta la que soporta Las fronteras, sobre todo las fronte- tanto de lo ocurrido; la había visto los mayores esfuerzos y desgastes. ras nacionales, son singularmente subir, laboriosa y lentamente, hacia También pueden ser las consecuen- atractivas. las montañas, por los campos listos cias de una tuberculosis sufrida en Los excursionistas fronterizos para la siega. la infancia. regresaron poco antes de las cinco. Se había marchado andando ¿Fractura del fémur? —pre- Les preguntamos por el anciano para buscar a su marido. guntó la oficinista de los amplios transportista. Ellos nos pregunta- Las montañas son muy exten- conocimientos botánicos y las ron a nosotros. No había aparecido sas, dije, ella no lo va a encontrar, gafas con gruesos cristales de au- por ningún sitio. pero hace calor y el tiempo está mento.

84 Fractura del cuello del fémur No tengo una gran experiencia a su mujer que lo estaba buscando —contestó el médico —Pero tam- en establecer diagnósticos, dijo el a él y para buscar a la oficinista bién puede tratarse de una lesión médico, pero he notado el vendaje jubilada que los estaba buscando a congénita en la articulación de la en las piernas de ella, de la mujer él y a su mujer. Allí estaban los tres cadera. Uno se tropieza con bas- soltera. Eso nos indica que tiene viejos dando vueltas, perdidos por tante frecuencia con problemas de várices, quizá algunas heridas leves las montañas. diferentes tipos en la cadera. en las piernas. Su edad, bueno, no Como ya he dicho —era el Estamos en pleno verano y sé —el vendaje de las piernas—, mes de julio—, hacía calor, el cielo la noche es tan clara como el día, bueno, no hago más que suponer. estaba despejado y había luz las dije. Nadie puede perderse por allá —No hay peligro —dije —Na- veinticuatro horas del día. No había arriba; pronto volverán ambos. die puede perderse allí y hace calor motivo alguno de preocupación. Pero entonces, ella... dijo la y hay luz las veinticuatro horas del No se esforzarán más de lo que oficinista. día. Ellos están buscándose mutua- les permitan sus fuerzas, dijo el mé- El médico contestó: No sé. mente, nada más. El terreno de las dico. El corazón obligará a la esposa Pies hinchados y cosas por el es- montañas es accidentado, pequeñas a tomárselo con calma. La amiga tilo. Hay motivos para suponer hondonadas y monte bajo; no se sentirá el cansancio en las piernas. que tiene la presión sanguínea van a encontrar, pero tampoco pue- Al marido le empezará a doler la demasiado alta y un corazón débil. den perderse. articulación de la cadera. Los tres Probablemente le han recetado El médico asintió con la cabe- están obligados a tomárselo con digitalina. Una pastilla al día ex- za. Era joven a pesar de sus cuaren- calma. cepto los sábados y domingos —o ta años. Trabajaba como investiga- Al médico le dije: Cuando de- algo parecido. dor en una industria de productos jen de buscarse, y no antes, se en- Comenzará a jadear al menor farmacéuticos. contrarán. esfuerzo —añadió—; no creo que Cuando estábamos tomando Esperamos media noche. Un tenga mucha resistencia, tiene que café, llegó cojeando por el patio el viento suave mantuvo alejados a los tomárselo con calma. anciano transportista. Creía haber mosquitos. No hay peligro alguno, dije, tomado excelentes fotografías de La oficinista de aduanas jubila- estamos en pleno verano y hace los renos. da fue la primera en bajar la incli- calor: y la noche es tan luminosa Le conté que su mujer había nada pendiente de los campos listos como el día. No creo que ninguno subido hacia las montañas en su para la siega. La zona era tal que de ellos esté pasando apuros. búsqueda. Le conté que la oficinista uno no podía perderse en ella. Normalmente servimos la ce- de aduanas jubilada había salido Algo después llegó el trans- na a las seis. Aquel día demoramos después hacia las montañas para portista. Se sentó en silencio en los un poco para esperar al transpor- buscar a ambos. Se echó a reír y se escalones de mi hotelito y su espera tista y a su mujer. No aparecieron. llevó la mano a la frente. duró varias horas. Hicimos sonar el gong poco antes En invierno las montañas pue- Cuando finalmente su mujer de las seis y media. den ser peligrosas, dije. Pero ahora llegó al patio, salió a su encuentro. A la hora del postre me di estamos en verano y hace buen Estaba muy cansada. cuenta de que la oficinista de tiempo. Hace calor y hay luz las Él la ayudó a subir las escaleras aduanas jubilada, la de los amplios veinticuatro horas del día. hasta su habitación, mientras la conocimientos de botánica, no se Nosotros, mis huéspedes y yo, iba recriminando con voz suave y encontraba en el comedor. nos reunimos a su alrededor. Esta- amable. Llamé a la puerta de su habita- ba muy cansado y, obviamente, le ción. No contestó nadie. Entré. dolía la pierna. Traducción de Francisco J. Uriz Sobre la mesa había un papeli- Nos rechazó con un leve gesto, to en el que había escrito: Yo me voy levantando una mano, y subió a su a las montañas para buscarlos. Yo habitación. estaba subrayado con dos rayitas. Pasó una hora antes de que lo El mensaje provocó una cierta echásemos en falta. inquietud. El anciano transpor- Mi vecino, el de la vista de tista no había vuelto en el plazo águila, estaba al tanto de todo lo prescrito, y su mujer había desapa- ocurrido: el anciano transportista recido en su búsqueda; la oficinis- había cruzado laboriosamente los ta jubilada había partido sigilosa- campos listos para la siega y había mente para buscar a ambos. seguido bosque arriba para buscar

85 Gente corriente Werner Aspenström (1918-1997)

Nació en Norrbärke, en la provincia de Dalecarlia. Se licenció en Filosofía y letras en 1945. Es otro de los grandes poetas de la “generación de los cuarenta”. También ha escrito ensayos, cuentos, crítica literaria y numerosas piezas teatrales. Tradujo a Maikovski. Ha recibido numerosos premios literarios. Académico desde 1980. Bassarai publicó en 1999 Uno tiene que saber dónde vive, una antología de su obra, traducida por Francisco J. Uriz

Éranse una vez dos personas No había grandes titulares en pri- se quería decir algo fuera de lo corrien- corrientes, marido y mujer. No tenían mera página. Un accidente de aviación te. Lo único menos corriente en él mis- hijos, pero sí un gato, un gato corriente con un número desconocido de víctimas mo consistía en que su dedo meñique a rayas. Pronto iba a haber elecciones. en otro continente. Aquí en el país se era igual de largo que el anular. De su Tanto los que querían entrar en el esperaba una subida de 50 céntimos en el mujer se podía decir que era un poco Parlamento como los que luchaban precio del café. Un ex boxeador profesio- más cuidadosa con las cosas que lo que por permanecer en él, hablaban de “la nal había acabado en el calabozo a conse- suele ser la gente normal. Solía traer a gente corriente”; alguna vez se incluían cuencia de una pelea en un restaurante. casa las flores que quedaban en la flo- ellos mismos y utilizaban la expresión Dos líderes políticos se habían enfren- ristería, aquellas que no estaban lo su- “nosotros, las gentes corrientes”. El tado en un debate sobrepujándose mu- ficientemente lozanas para venderlas al hombre trabajaba en el almacén de unos tuamente en sus promesas de mejorar día siguiente ni tan mustias como para grandes almacenes, lo que hacía allí era, la situación de “la gente corriente”. Era tirarlas a la basura, a ella “le daban pe- sobre todo, andar dando vueltas con parte del juego, sabían lo que llegaba al na”, llenaban el piso de un olor dulzón, una carretilla elevadora amarilla. La oyente y daba votos. Más vale cumplido pasado. Guardaba todos los restos de esposa ayudaba en una floristería. Se las que prometido, solía decir su padre. El velas y los derretía para hacer velas de habían arreglado como mejor habían votaría por el mismo partido por el que Navidad, le salían de un color beis co- podido, su vida había transcurrido había votado siempre, no porque le gus- mo el de un boleto comestible joven. Al como la de la mayoría. Nadie se parece tase todo lo que estaban montando, pero gato lo había bautizado como “Smys- completamente a otro. Cada gato tiene uno sabe lo que tiene, no lo que viene. lov”, nombre del entonces campeón del su propio pelaje, a pesar de ello se No entendía toda aquella chácha- mundo de ajedrez. Posiblemente sería diferencia fácilmente a un gato de un ra sobre lo corriente. Como si fuese el único gato con ese nombre en su perro o de un erizo. algo muy fino, una nueva especie de barrio, pero seguro que en Rusia habría Aquel día era domingo. Tenían la aristocracia. Si hubiesen dicho “la gran un montón de gatos que levantarían las costumbre de dar un paseo por el bos- mayoría” lo hubiese entendido, sólo orejas al oír ese nombre. Tomando cada que los domingos, pero el marido sentía podían referirse a los asalariados que cosa por separado no había nada de raspera en la garganta, la esposa se que- estaban en el último peldaño de la es- notable, ni los dedos de la misma lon- dó en casa haciéndole compañía, tenía cala social donde se encontraba él. Pero gitud, ni la vela de color beis, ni el gato además quehaceres que quería terminar. ¿corriente? Ninguno de sus compañe- Smyslov, pero todo junto constituía Estaban en la edad en la que una de las ros de trabajo era corriente, tampoco algo único, sólo había un trío igual en columnas del consultorio médico del pe- ninguno de los vecinos. Los bloques todo el mundo. riódico aconseja bajar un poco el ritmo de viviendas estaban producidos en La mujer se levantó a hacer café. de trabajo mientras que la otra advierte serie, los pisos eran idénticos, pero la Por lo general era una tarea que él reali- de los peligros de detenerse y anquilo- decoración los diferenciaba, los que zaba los domingos. Le pareció agradable sarse. El domingo siguiente darían un vivían aquí no eran galletas cortadas en quedarse en la cama. En la creencia de paseo doble de largo. El marido salió al el mismo molde. Ni siquiera la muerte que sería bueno para la garganta puso vestíbulo a recoger el periódico y abrió nos iguala, cada uno expiraba y moría ella un par de cucharaditas de miel en de paso la puerta de la cocina donde el a su manera particular, su padre había la taza en lugar de azúcar. Luego oye- gato pasaba encerrado la noche, luego gritado retorciéndose de dolor, su ma- ron juntos las noticias de la radio y el se volvió a la cama y dobló la almohada dre se había dormido serenamente. programa infantil y el principio de un para que los ojos alcanzasen un mejor Por otro lado, ninguno de sus co- programa musical de solicitudes de los ángulo para la lectura. nocidos era extraordinario, si con ello oyentes. Al consultorio de los niños

86 había llamado alguien preguntando prometiendo que el muerto resucitaría sábanas sucias, se secan, se planchan, por qué se ponen las hojas amarillas el día del juicio final, el alfiler se había se ponen en la cama, gentes sudorosas y en otoño, un niño exigió saber quién caído y había rebotado tintineando con descamación las vuelven a arrugar y había inventado el ordenador, una chica sobre el suelo de ladrillo. Después de a manchar, se cambian de nuevo. A pe- quería saber cuál fue el primer animal aquello el pasar la aspiradora, el tintineo sar de eso la esposa es cuidadosa cuando doméstico. El perro, había contestado el de la aguja y el pensar en la muerte se plancha, más que cuidadosa. Cuando sabihondo señor, el gato se hizo domés- encontraban unidos para siempre en su ha terminado de planchar una sábana tico mucho más tarde. En aquel mismo cabeza. Las asociaciones de uno no se o un mantel y ha dejado la plancha ver- momento Smyslov había vuelto la cabe- parecen a las de nadie. tical sobre la parte de atrás y va a retirar za para mirarlos. No fuesen a pensar que ¿Había un Dios? Lo que pensaba y lo ya acabado, la vuelve a coger y la pasa había olvidado sus orígenes sólo porque creía su esposa en su interior no lo sabía, unas cuantas veces, innecesariamente, lamiese su plato. no solían hablar de semejantes cosas. por la blanca superficie, como si quisiese Sonó el primer toque de la misa A ella le gustaban las viejas canciones alisar aún más lo liso y reluciente para mayor. Tenían la iglesia a un tiro de pie- religiosas, probablemente por la melodía un invisible inspector. dra pero no iban nunca excepto como y no porque tratasen de Jesucristo y de Se iba acercando la hora de comer. invitados en ocasiones especiales, ahora calles celestiales de plata y oro. A uno La esposa se fue a la cocina para prepa- sobre todo a funerales. Los feligreses le bastaba con escuchar las noticias por rar la comida. El marido se tumbó en el no perdían el culo los domingos para la radio para comprender que no era un sofá, la garganta se le estaba hinchando. oír que habían nacido en el pecado. Los Dios misericordioso el que estaba de El gato que había reconocido el ruido de bancos abrían una boca paganamente presidente del consejo de administra- los muelles del sofá salió sigilosamente vacía. El coro y el altar cantaban solita- ción de la multinacional que llamamos del dormitorio, se estiró un par de veces rios dúos. mundo. No era fácil encontrarle a la y bostezó, se sentó delante del sofá, bus- La esposa cogió la cesta con la ropa vida un sentido más profundo que el de có con sus ojos los del hombre, se colocó sin planchar, el hombre la aspiradora. ir tirando. Todo parecía consistir en un de un salto sobre su pecho, se preparó El gato se metió en el dormitorio bus- eterno ir y venir, un cargar y descargar, una cama, pateó con las patas delanteras cando refugio, se hizo una bola y pronto por lo que, en ese respecto, se parecía a a la manera ordeñante de los felinos, dio se quedó dormido con la cabeza entre su propio trabajo. Primero salir con la unas vueltas y se decidió finalmente por las patas. Cuando el hombre pasaba la carretilla y sacar unas cajas del camión tumbarse con la nariz hacia la ventana aspiradora solía dar una vuelta exterior, que se ha colocado marcha atrás en el para poder observar a las palomas. Pron- siempre en sentido contrario al de las muelle de descarga, después colocarlas to olvidó al amo y las palomas, hundió agujas del reloj, y limpiar el parqué bien acomodadas en las estanterías del la cabeza hasta que le quedó aplastada debajo de los muebles, para finalmente almacén. Poco después sacarlas y llevar- como la de una serpiente. dedicarse a la alfombra. Tal vez había las a la tienda, donde desempaquetan En la cocina la esposa trajinaba mejores métodos, él había hecho de éste las mercancías y las colocan en estante- haciendo ruidos, él conocía todos los el suyo. rías para que los clientes, poco a poco, sonidos. Ahora sacaba los dos platillos y Es extraño lo de la pelusa, uno cree- las cojan, se las lleven a sus casas, las las dos tazas de café. Ahora tintineaban ría que tiene vida. Mechones de pelo, consuman y tiren los paquetes vacíos y las cucharillas contra el plato. Ahora hilos y polvo se atraen mutuamente y las latas, que a la mañana siguiente reco- rasgaba la franja perforada del paquete forman una pelota aérea, casi ingrávida gen los basureros. de bacalao rebozado congelado. Ahora que revolotea y se escapa y se escabulle Lo mismo el trabajo de su mujer. crepitaban los trozos congelados al tocar para terminar finalmente debajo de una El jardinero echa las semillas en el inver- la sartén caliente. Ahora abría una lata cómoda o en un rincón, de donde la nadero. Crecen y florecen. Se cortan las de guisantes con el abrelatas fijado a la recoge la aspiradora. flores y se llevan a las tiendas, de las tien- pared y la vaciaba en la cacerola. Ahora Cuando el hombre luego se traslada das a las casas, de las casas a la basura, aprovecha para enjuagar las tazas del a la alfombra de crin de vaca marrón donde se convierten en humus y ceniza desayuno y ponerlas en el escurreplatos. rojizo puede ocurrir que la máquina de nuevo. Ahora le da vuelta al pescado. Ahora aspire un alfiler que gire cantineando Lo mismo ocurría con el resto de la le da cuerda al reloj de pared. Ahora por el tubo antes de formar una pelota creación. Los hijos del hombre nacen, abre y cierra la nevera. Luego un sonido con otra basura y desaparecer en el estó- corretean rosados un instante por la ver- chirriante y penetrante y como el de un mago de la aspiradora. Le recuerda un de alfombra del mundo, empalidecen, grillo : ¡estaba cortando perejil. Cuando sucedido en la iglesia. En un bucle del se secan, quedan tirados como trastos se pica perejil rizado con un cuchillo cuello de una mujer que estaba delante viejos y basura que recoge la patrulla de suelen saltar las puntas por todos los de él había un alfiler a punto de soltarse. limpieza de la muerte. lados dejando restos difíciles de limpiar, Precisamente en el momento en que el El ocuparse de la colada también es para evitarlo mete el perejil con la punta cura echaba la tercera paletada de tierra un movimiento circular. Se cuecen las hacia abajo en un vaso y lo corta allí

87 con una tijera. Ahora rasga un trozo de Y que no vuelve. que ha estado fugado. En cierta manera papel de cocina y limpia las hojas de la Le es difícil concentrarse. ¿Cómo la comprende. Él no es precisamente un tijera. Ahora rompe a cocer el agua de se llama el jefe de Estado de la RDA hombre de gran personalidad con quien la cafetera llena a rebosar y empieza a recién fallecido? Recuerda su cara, no la vida fuese una excitante aventura. En sonar la tapadera. Ya pronto gritará que se puede acordar del nombre. Ha pa- realidad, es un plomo. Por otro lado, pa- la comida está servida. sado una hora. ra ser justos, tampoco se puede afirmar Ignorante del mundo y su propio No suele hacer estas cosas. que ella fuese una persona deslumbran- destino dormía el gato. Prefería tumbar- ¿Se habrá encontrado con una te. Y después de treinta años, ¿largarse se sobre el hombre que sobre la mujer, amiga por la calle y se habrán quedado así a lo loco? Tenía que pasar algo gordo. a pesar de que el cuerpo de ella era más un rato de charla? Pero primero Suena el teléfono. Se lanza a le- blando y tenía una hondonada muy hubiese venido a traer el periódico y vantar el auricular. Alguien pregunta adecuada entre los pechos. Pero el hom- a decir donde estaba para que él no se por un tal Andersson, ¿está hablando bre tenía mucha más paciencia para es- inquietase. Era un acuerdo tácito. Eran con el señor Tage Andersson? No, aquí tar echado inmóvil que la mujer, la cual su angustia mutua. Las personas no se no vive nadie que se llame así. Perdo- se retorcía y se daba vueltas y además quieren menos en la edad madura que ne. No hay de qué. prefería tumbarse de lado. Cuanto más en la juventud, su expresión es diferente. Pone la radio para oír las noticias profundamente dormía, más pesado se Espero que no le haya ocurrido na- pero llega demasiado tarde. Ya ha le sentía. Se tumbaba sobre el pecho del da. Pueden pasar tantas cosas. estado fuera casi cuatro horas. Aun hombre e iba perforando lentamente su Pero si le hubiera pasado algo, pensando que se haya caído y se haya vida congelada y cerrada como un pan ¿acaso no hubiese oído la sirena de la hecho una herida que haya exigido grande y caliente o como una piedra ambulancia? No siempre tiene que ser ponerle unos puntos, debería haber calentada por el sol primaveral sobre el algo grave. A menudo parece más gra- vuelto ya. En cualquier caso hubiese hielo. El hombre se sentía un tanto feliz ve de lo que es. Aunque a veces es al telefoneado desde el hospital o le hu- de servir al menos de cama al gato. revés. Se ayuda a alguien a subir a un biese pedido a alguien que lo hiciese. Después de la comida toman café. taxi y se le pide al taxista que lo lleve a ¿Qué otra cosa puede ser? Le gustó, dice el hombre mirando al un hospital. Allí uno puede quedarse Cualquiera puede verse afectado por gato que se ha zampado los restos de bastante tiempo. Muchas cosas no un desconcierto ocasional, un colapso un trozo de pescado y se ha puesto a aparecen hasta más tarde. nervioso, eso no tiene nada que ver lamer la bandeja con tal energía que Se va poniendo cada vez más ner- con una enfermedad mental. Una la hace patinar, bamboleándola, por vioso, no aguanta estar allí sentado espe- vez le había ocurrido a él. Fue por el suelo. La esposa quiere saber qué le rando sin más, se pone el abrigo y va pri- Pentecostés. Después de haber estado parece el café, si no estaba demasiado mero al quiosco y luego da una vuelta a dando vueltas toda la santa mañana flojo a pesar de haberlo echado con la la manzana, la busca por todo el parque, con la carretilla por el lóbrego almacén medida. El marido contesta que el café echa una mirada rápida a la iglesia — con su iluminación de neón, había estaba bien. Alguien abre una ventana pero ¿qué demonios iba a hacer allí?—, salido al exterior por la puerta principal al otro lado de la calle, los rayos de se sienta en un banco que hay fuera. Se a recoger unos cajones. Allí fuera lo sol reflejados en el cristal entran en la le acercan dos niñas a preguntarle si por había deslumbrado la intensa luz cocina haciendo brillar los terrones de casualidad ha visto pasar a un periquito primaveral, le había dado un escalofrío azúcar que hay en la mesa. La esposa volando. No lo ha visto o no sabe, sólo de sol, si hay algo que se llame así. Lo se queda un momento sola y mira los tiene ojos para lo que está buscando. De había asaltado un ansia incontenible misteriosos destellos de los cristales, repente le viene a la cabeza que tiene que de irse inmediatamente a cierta ladera levanta el azucarero a la altura de los estar en casa por si alguien telefonease y cubierta de hierba que estaba junto a ojos y lo vuelve a poner en la mesa. se levanta y vuelve medio corriendo. un lago en las afueras de la ciudad. Ya A eso de la una y media ella sale No telefonea nadie. Pasan los de joven y soltero había descubierto el a comprar el periódico de la tarde, los minutos. lugar y lo había señalado como “suyo”. domingos llega pronto. El quiosco ¿Desaparecer sin más? ¿Ceder a Había hecho muchas excursiones allí más próximo está a dos calles, nor- un impulso? Él podía imaginarse que con su mujer. El lugar estaba rodeado malmente no se tarda muchos minu- otros lo hiciesen, sobre todo jóvenes, de avellanos y tumbado de espaldas tos en ir y volver. rara vez gentes de su edad, ella jamás. uno creía que el cielo, allá arriba, pendía Se demora. Tal vez le haya apeteci- Pero ¿cuánto sabemos uno de otro? como una ubre. Sin darse cuenta de lo do dar un paseo más largo una vez que Las cosas se pueden quedar ahí crecien- que hacía, había seguido calle adelante estaba en la calle. El busca un lápiz y do durante años. Un día uno no aguanta un buen trecho y no había recuperado empieza a llenar el crucigrama del diario más y se va. Generalmente se escapa só- el buen sentido hasta que al saltarse matutino. Las charadas le gustan más, lo un poquito, como probando, y vuelve un disco rojo alguien de atrás le había pero los domingos no se publican. antes de que los otros se den cuenta de tocado la bocina indignado.

88 Algo así puede pudo haberle Tiene que haber un motivo. Ella no era bién, de haber tenido esa formación. Los ocurrido también a ella. Uno queda ese tipo de persona niños hubieran estado bien atendidos deslumbrado. Las ansias te dan un ¿Cómo lo sabe? El agua tiene la cuando hubiesen tenido dolor de gar- tirón. Vacila el sentido de la realidad. brillante tersura de la tarde. Lo único ganta o se hubiesen hecho un rasponazo El deber de uno es recuperarlo, buscar que ve es su propia imagen. en la rodilla. el camino de vuelta. Se agacha y mira en un escondite Claro que iba a volver, antes o ¡Tampoco son maneras eso de que hay en el pilar del puente, donde se después volvería. En el tráfico era muy desaparecer precisamente ahora, unos suelen reunir los borrachos. La busca en cuidadosa siempre, nunca se arriesga- días antes de las elecciones! Las dos los lugares más inverosímiles, ya que por ba. Una no puede salirse de la órbita tarjetas electorales están apoyadas lo demás todo es tan incomprensible. Se terrestre y desaparecer en el espacio contra un florero. Son unas elecciones para delante de un montón de tubos de como un satélite. importantes, según las últimas cemento y se obliga a examinarlos uno Se encienden las farolas, pero el encuestas hay una gran igualdad entre por uno, a pesar de que no tienen más día aún no ha acabado. Pueden pasar el gobierno y la oposición. Todo puede de un centímetro de diámetro. Es como muchas cosas. depender de un solo voto, ¡ el de ella ! Y aquella vez que se escapó el gato. Para el De vuelta a casa pasa por delante no porque fuese miembro del partido que quiere hacerse invisible en una ciu- del quiosco sin comprar el periódico. El o participase activamente en el trabajo dad hay miles de escondites. tictac del reloj de pared suena desolado. político o sindical, una vez había estado Regresa de nuevo al parque y se El teléfono está en completo silencio. en una reunión y lo habían elegido sienta en un banco. Trata de imagi- No tiene gana de comer, se contenta con contra su voluntad para formar parte narse cómo va a ser eso de vivir solo. pelar un plátano, coge el lápiz y el cruci- de un comité, desde entonces no se Nadie puede sustituir completamente grama y se sienta a la mesa había atrevido a ir a las reuniones y a otra persona, hay algo propio en cada Y finalmente llega. El gato que ha las asambleas anuales. Por eso mismo uno. Todavía a la una y media la esposa reconocido sus pasos en las escaleras de que vivían tan apartados de la vida estaba en vida, en su vida, ahora ha salta de la cama y corre con balancean- pública era importante participar en las desaparecido. Comienza a intuir lo que tes patas traseras. Ella le entrega el elecciones generales, si se tenía algún es echar de menos. La pena no es un periódico sin decir nada y el hombre lo impedimento había que dejar un poder estado sólo del alma sino también del coge sin preguntar. Toman el té como para que votase el otro. ¡Uno no se larga cuerpo, sobre todo del cuerpo —como de costumbre. Ella da vueltas a la cu- sin más! Sabe que es una tontería pensar cuando le han sacado a uno una muela charilla en la taza y querría explicar y así, sin embargo, no puede alejar la idea. y la lengua la busca—. Tampoco la pedirle perdón al marido, pero lo que le Huele como a pasado igual que en que había sufrido era una operación ha de contar no ha tomado aún forma. una capilla mortuoria. Tiene el impulso pequeña sino grande, de pronto se veía Le ha ocurrido algo, ha visto algo, oído de tirar las flores medio mustias, se arre- transformado en un viejo desdentado y algo, sentido algo, se ha llenado de algo, piente, piensa que tal vez ella se entris- encorvado, así se sentía. todo ello está elaborándose, debe dar tezca, por fin las tira. Hubiera sido diferente de haber tiempo a que se deposite y se aclare. El gato se aburre profundamente, tenido hijos. Alguien te sustituye “conti- Escuchan las últimas noticias. Ha bosteza, se lame, salta a la ventana y núa la obra”, como se decía antes. Pero el sido un día de numerosos mítines elec- se pone a estudiar la vida de la calle, andar dando vueltas con una carretilla, torales, los líderes de los partidos han huele un geranio, se sienta sobre las ¿era en realidad una obra que continuar? volado de ciudad en ciudad y han habla- patas de atrás y juega con el cordón ¿O estar en una floristería vendiendo los do de la gente corriente. de la cortina, tira un lápiz de la mesa, claveles de otro? Sí, tener hijos, es en to- Alguna vez la esposa le contará lo espera en vano que el amo lo recoja, se do caso una especie de cuerda de la que que le ha pasado, esta noche, mañana o retira cabizbajo a la cocina y bebe un se tira juntos, uno ve delante espaldas el año que viene. El marido está en la ca- poco de leche para consolarse. más jóvenes. Alguien nos recordará, en ma despierto escuchando los coches que El hombre tose. Le pincha y le es- el mejor de los casos, cuando hayamos pasan por la calle. Es como vivir junto cuece la garganta. Probablemente tiene desaparecido. No se puede decir: “el gato a un torrente, no se oye hasta que uno fiebre. Pero estar allí en casa esperando seguirá nuestra obra”. Tampoco irá con piensa en ello. No todos van o vienen de se le hace insoportable. Pronto va a flores al cementerio. Por otro lado, tam- ver a alguien, muchos simplemente van, oscurecer. Camina sin rumbo buscan- poco se sabe lo que hubiese pasado con pasajeros inquietos de sí mismos do el rostro de ella entre las personas los hijos, cómo hubiesen salido y qué El gato se ha tumbado a descansar con las que se cruza. A regañadientes mano hubiesen tenido para con ellos a los pies de la cama. Se olvidó de ence- desciende hasta la ribera y el muelle del como padres. La esposa tenía un gran rrarlo en la cocina. Hoy puede quedarse. club de remo. ¿Qué demonios se le ha talento para ocuparse de cosas prácticas De esa manera serán tres los que respi- perdido por allí? No ha ocurrido nada y seguro que hubiese sido una excelente ren en la misma habitación esta noche. especial. Salió a comprar un periódico. madre, una enfermera excelente tam- Traducción de Francisco J. Uriz

89 Oda en estilo antiguo a la Academia Sueca en su 200 aniversario Lars Forssell (1928-2007)

Nació en Estocolmo y estudió en la universidad de Upsala donde se licenció en Filo- sofía y Letras. Es el poeta indiscutible de la generación de los cincuenta. Además, es uno de los dramaturgos contemporáneos más notables. En su país es muy conocido como letrista y traductor de canciones, sobre todo francesas. Ha trabajado como pe- riodista, ensayista y traductor, entre otros de Ezra Pound. En 1971 fue elegido miem- bro de la Academia Sueca. En 2012, Libros del Innombrable publicó su poemario Poemas de octubre y en 2017 la editorial Bolchiro, Antología poética, extensa antología de su obra, traducidos ambos por Francisco J. Uriz.

Estaba yo junto al edifico de la Bolsa en el crepúsculo cuando el día por fin se había dormido y desiertas estaban calles y pasadizos y brillaba claro el fuego del anochecer en el del rey Gustav. Abril había clareado. Trinos de pájaros yo oí allí donde la caja de los agentes de bolsa acababan de acallar la canción. Los jóvenes leones de las finanzas la mantuvieron a raya con sus gritos de baisse y hausse, pelotazos fallados y pelotazos que fueron a gol, la salvaje simbiosis de los jóvenes leones pero ahora la cuesta del León estaba silenciosa y en calma… Abajo en la calle de Skeppsbron escaso fluía el tráfico. La música callejera de la calle Västerlång respiraba suavemente lejana y se mezclaban guitarra y mandolina en una bebida balsámica contra todo lo que molestaba y todo en el corazón de la sociedad y de la ciudad que está tan gravemente enfermo y lentamente muere como el carmesí del crepúsculo vespertino en la negrura de la noche. Yo estaba junto al edificio de la Bolsa a la hora del crepúsculo pensando en un tiempo que ha pasado.

Pensé bajo la luz púrpura del sol: la Bolsa y la Academia habitan el mismo edificio y quizá se trate de una vecindad simbólica (y no tanto por la suma de dinero que la Bolsa le administra a la Academia) sino porque, así como hay saltos arriba y abajo en la Bolsa, hay, en verdad, montes y valles en el paisaje de la literatura. Lo que se paga por acciones A y B lo decide la cotización de las acciones

90 pero ¿quién determina la cotización en ese océano que se aborrasca bajo las empresas del mundo, comerciales o literarias? ¿Es el valor nominal, los rumores, el nombre —o qué coño? Yo creo que es más bien el qué coño sin hablar mal. Rige una ley más o menos inestable que envía a algunos directamente a la eternidad y arroja a otros al Infierno hasta el día del Juicio cuando de repente vuelven a emerger divinos mientras los viejos dioses del Cielo “—¡abracadabra!—” caen como fruta madura en el limbo del Olvido. La estrella de la crítica tiene dos nombres: Venus y Lucifer. Tú emerges del mar o eres arrojado a una ciénaga.

Cuando se supo que el pueblo francés no había oído hablar más que tal vez del 2-3 por ciento de los que durante tres siglos habían campeado en la Academia de cuarenta cabezas de Francia dijo el secretario discreto y sumiso: Se es Inmortal sólo cuando uno está vivo… Veo en sueños a la Academia subir vacilando o apresurada por Lejonbacken y algunos son sombras nobles, padres venerables en esta estrecha corriente y otros sólo sombras, hormigas camino del hormiguero que desafían lluvia y sequía, tiempo primaveral e invernal. Hoy tiene doscientos años a sus espaldas. Veo como Kellgren va del brazo con el poeta Blom (¿Quién sabe hoy lo más mínimo sobre el poeta Blom?) Implacable y cruel es el juicio de la posteridad. Aunque los han desgastado el trasero de muchos pantalones vacíos han estado muchos académicos sillones. Nombres borrados, grandezas desvanecidas, apagados cometas se mezclan en plena confusión con resplandecientes planetas. Pasarán doscientos años y si nuestro mundo aún existe quizá ya no sepa nadie cómo nos llamábamos nosotros los de antaño.

Una tarde de aniversario como esta — ¿quién no piensa en todos los genios del sillón diecinueve los que nunca consiguieron un lugar en este sol que ora luce en el monte del Parnaso ora en Gehenna (una estrella poco fiable, pues, en astrología.) En dos palabras: en los que nunca fueron elegidos a la Academia, un Bellman, Lenngren, Almqvist, Strindberg, Fröding, Hjalmar Bergman, Nils Ferlin. Seguramente es así que podéis estar sentados más tranquilos en vuestra eternidad que nosotros que somos elegida la congregación de la calidad— ¡Vosotros sois inmortales en todo caso! Los difamadores de la Academia hablan más de vosotros

91 que no habéis estado aquí que de aquellos que realmente se han sentado aquí. Los difamadores suelen tener razón pero cuando orgullosamente dan la espalda a esta institución olvidan a Tegnér Rydberg y Geijer, Lagerlöf y Ekelöf! Truenan estentóreos contra Carl David af Wirsén pero callan discretos sobre Erik Lindegren…

“Sólo la barbarie fue una vez patriótica.” El Pegaso del idioma sueco se encabrita desafiante pero se hunde desamparado en la ciénaga de la barbarie lingüística ¡así que la barbarie vuelve a ser sueca, Tegnér! “Todo ángel es terrible”. Así cantó Rilke. Él no sabía pero nosotros sabemos: El más terrible de los Ángeles se llama el idioma Inglés, el aleteante tirano fantasmal de los cuartos de estar suecos que ha colocado a nuestro idioma bajo su cruel tiranía — ¿Cómo llamar a esta jerga cuyo padre se llama Dinastía y su madre Dallas? En la caverna de Platón —según la antigua filosofía— se veía apenas una hirsuta cabra vieja tan alejada de la imagen primigenia de la cabra y apenas un borroso reflejo de la realidad y no vida de la vida y núcleo de la realidad… La televisión es el pálido reflejo y la sofocante caverna (como triunfo universal del mediocre.) La indiferencia, la mediocridad son la fría estrella de nuestra época. ¿Pasará, con los años, por encima del cadáver de la literatura un periodismo arrogante y bien pagado? Claro que quien siembra vientos recoge tempestades. ¡Qué palabrería tan vana se derrama sobre los bordes unas grises y pegajosas gachas como las de la memorable perola de la novela Poesía de Ådalen! ¿De qué sirve pues una Academia sueca? Sobre los días del rey Gustaf resplandecía una luz, cantó Tegnér una vez. Sobre los días del rey Carl Gustaf se acumulan densas nieblas de gases de escape y dióxido de carbono. Nuestra época pronto será una época en la que nadie tendrá tiempo de escuchar una canción. Es como si el cubo se hubiese roto, la rueda anda torcida. Vuelca el carro de nuestra época y los hombres vacilan al cruzar la compacta oscuridad que envuelve el camino. Si hay un Dios Él está, sin duda, mudo. Nuestra vida, ha dicho alguien, son añicos de un espejo roto que se convierten en nuevos añicos rotos en el molino de espejos del Cosmos. Es un futuro pobre el que heredamos, nosotros y nuestros hijos, y no las riquezas del pasado!

92 Yo estaba junto al edificio de la Bolsa en el crepúsculo cuando la aprisionada en cadenas de luz, la Reina de la Noche, se liberó, oscura, hermosa, amenazadora, un tono de flauta mágica. misterioso y maravilloso, una respuesta enigmática — y sin embargo como hermana nuestra, una de nosotros, una adivina, una consoladora en la fe en el futuro aunque el criado del destino haya mostrado con la mano, sin palabras en el resplandor del fogonazo de una pistola que la ciudad que hemos ensalzado como sede de la paz también es la ciudad donde cantó el gallo, un lugar para asesinatos — y no en un baile de máscaras en la ópera en el que el fundador de la Academia que yo he cantado aquí cayó un día abatido por metralla mortalmente oxidada sino en la esquina de una calle corriente, una persona como nosotros a la que libremente se podía amar u odiar cuando iba a su casa con alguien a quien amaba. Nuestra vida es azar y sueño y cabrilleo del agua de Strömmen y ora trueno, ora trino de pájaros.

“Yo estaba en la ribera al pie del palacio real cuando la inquietud del día por fin se había calmado.” y la alegría de la primavera se mezclaba con la pena y en las brasas del crepúsculo, estocolmeñamente maravilloso, veo cómo flotando en el aire los espíritus de los muertos danzan con los vivos pero no es la Muerte la que da el tono y se demora— no, es la saga y la leyenda, las fábulas y la tradición que danzan desafiantes, que existen como desafío… Es nuestro terreno abonado y nuestro humus, los muertos y los vivos en parejas y aquí estamos sobre todo para homenajearlos a ellos —digan lo que quieran— una tarde en un abril que clarea.

Traducción de Francisco J. Uriz

Notas:

Página 91 Lejonbacken /la cuesta del León/ es una calle próxima a la Academia El sillón diecinueve no existe, sólo hay dieciocho Página 92 Tegnér, Esaias, uno de los más notables escritores suecos del s. XIX. Página 93 Strömmen / la Corriente/, que está al pie de la Academia, es la desembocadura del lago Melar en el Báltico. /Referencia a los asesinatos de Gustav III y Olof Palme /

93 El tiempo del emperador Birgitta Trotzig (1929-2011)

Nació en Gotemburgo. Una de las novelistas más importantes de su generación. Pu- blicó poemas en 1954 y ha escrito novela, cuento y ensayo. Vivió largos periodos de su vida en Francia. Ha recibido los premios literarios más importantes del país. Aca- démica desde 1993. Publicada por Visor Contexto, Material, en traducción de René Vázquez Díaz.

EL emperador, sentado como modo a como las había visto desde davía pálido por la falta de sueño de costumbre por las mañanas, hacía ahora más de medio siglo. y la emoción, estaba sentado en miraba la isla que nadaba allá lejos La isla era considerada inexpug- esta misma habitación en la que en la ensenada. Así había hecho nable y resultaba prácticamente todas las mañanas durante toda su durante más de medio siglo: ahora imposible huir de ella. infancia había sido recibido para era ya un hombre viejo… Era un Una hoguera llameaba en la saludar a sus padres; con frecuen- hermoso y frío día de invierno chimenea. El emperador comió un cia le dejaban mirar con el catalejo — escarcha y cascabeles—. La bizcocho y se chupó las migajas hacia la isla que flotaba como un ensenada estaba encadenada por de los dedos. Sus pensamientos espejismo azul sobre las olas — el hielo que casi llegaba hasta la —como en esta habitación y a esta Nunca, en cambio, le habían per- isla —con el catalejo sin embargo hora del día regularmente pasaba mitido ir allí—.Y cuando ahora, (había un catalejo enfocado, mon- siempre— discurrían en torno a recién proclamado, tenía que de- tado sobre un trípode, frente a la un recuerdo de hacía más de me- cidir cuál habría de ser su primera ventana, a su lado) se veía que, pe- dio siglo: acción de gobierno, no lo dudó gada a la base de la isla, había una Era la primera mañana de una mucho: la isla sería la primera. ancha y oscura arteria de agua—. nueva vida —la primera mañana Notó entonces que, entre Allí había una fuerte corriente después de haber tomado posesión quienes le escuchaban, surgían marina —allí el agua no se helaba de su nuevo cargo—. Todavía pá- murmullos y dudas, raspaban nunca—. lido después de los acontecimien- el suelo con los pies y alguno se En lo alto de las murallas de la tos de la noche —porque fue en atrevió incluso a señalar que tal fortaleza (porque la isla entera era mitad de la noche cuando el viejo vez fuera todavía muy pronto para una fortaleza) veía el emperador a emperador exhaló su último sus- acciones propias del cargo, el au- través del catalejo pequeñas figu- piro y llegó la guardia a buscarle gusto muerto aún no estaba bajo ras armadas de fusiles dando vuel- a él, un joven de diecisiete años tierra, justo en ese instante, preci- tas con movimientos regulares y entonces, que había de ser procla- samente, su cuerpo era trasladado a distancias regulares, de idéntico mado sucesor de su padre— to- a la catedral donde, descubierto y

94 con el aspecto de siempre, habría El sol subía. La luz se endure- cios y fortificaciones que acababa de estar de cuerpo presente en el ció —blanca y silente, cegadora y de recorrer, vistos desde fuera. negro y espantoso interior de la muerta—. En el rostro del empe- Cuán normales y como inofensi- basílica, los muchos días que iba rador los ojos estaban torturados vos parecían. Como una especie a durar el desfile de duelo de la y enrojecidos por el esfuerzo de de edificios escolares, en realidad. población. mirar el incesante centelleo del Ni una juntura en los muros, ni Pero el joven de diecisiete mar. El silencio reinaba en el barco un hueco de ventanas que indica- años que ya era emperador se —sólo se oía el rápido movimien- se algo inusitado. Tampoco allá limitó a decir fríamente que se to de los remos y la acompasada abajo —ni siquiera en los pasillos haría como había dicho. Y bajó respiración de los remeros—. y galerías construidos al nivel del atravesando salas y galerías y por La sombra proyectada por la agua, de modo que cuando había todas partes se inclinaba la gente isla-fortaleza caía ya sobre ellos, se tempestad el agua entraba y salía porque estaban insertos en un sis- deslizaban hacia el puerto, peque- por ellos—. Lo extraordinario era tema tal que si se inclinaba uno, se ño y extraordinariamente vigilado; el material humano y su compor- inclinaba otro, una cosa era conse- cada cinco metros había un centi- tamiento. Pero aquí arriba, a la cuencia de la otra, no había nada nela extremadamente bien arma- luz del sol, ya no se oía nada, el que hacer, se había convertido en do. Esta era la obra del fallecido, silencio era resplandeciente, en la una ley natural. Y con el séquito del padre del nuevo emperador. brisa del mar todo lo que quedaba tres pasos detrás, salió al patio del El emperador decía después de ruido era el claro murmullo de castillo, al blanco resplandor del siempre a sus fieles ministros que las pequeñas olas golpeando allá sol de primavera que iluminaba su esta visita a la isla, la gran ins- abajo el acantilado. Aquí arriba, blanco rostro — todo esto sucedía pección imperial que constituyó en el patio, todo era de una tran- a principios de primavera y el em- su primer acto de gobierno, había quilidad extrema y se sentía muy perador y su séquito atravesaron tenido una importancia decisiva fresco el aroma de sal en el viento; el patio del palacio en dirección al para él — había cambiado, más los centinelas estaban ahítos (era muelle ( la escolta real les rodeaba aún, cimentado su filosofía—. el nuevo relevo después de la co- con un bosque de armas en movi- A partir de entonces comprendió mida) en sus puestos. miento) como una congregación — les decía a los ministros que le Como la necesidad empuje y de espectros pues sólo en contadí- escuchaban en silencio— que la haya capacidad de imaginación, simas ocasiones salían a la calle el necesidad existía. qué pocos medios se necesitan emperador y los suyos, y en ellas Fue una inspección intermi- para lograr un enmascaramiento casi siempre como una racha fugaz nable. total, con qué escasos medios se camino de un lugar a otro—, en Fue, de alguna manera, como deja transformar la realidad. lo más profundo de los carruajes, una peregrinación a través del El emperador avanzó aliviado en lo más profundo del compacto mundo entero —a través de los unos pasos y aspiró profunda- muro, móvil pero impenetrable, interiores y las entrañas del mun- mente el aire fresco del mar. En de la guardia de corps. Pero ahora do entero—. El joven emperador ese instante vio a unos niños sen- el emperador mostraba su joven comprendió que aquí moraba el tados jugando, junto al muro del rostro blanco a pleno sol mientras secreto mismo del gobierno del cuartel. Era bastante lejos. Pero el entraba en la lancha imperial que difunto —el verdadero secreto de emperador dirigió sus pasos hacia esperaba en el muelle debajo del su padre—. allí. Detuvo con un gesto al Estado palacio. Fue al camarote que, sin Sólo con el máximo esfuerzo, Mayor que quería precipitarse por embargo, abandonó a los pocos con un denodado control de todo adelantado y recorrió solo los úl- instantes; prefería vista abierta y lo que la educación y el sentido timos metros que le separaban de aire fresco esta hermosa mañana del deber le habían enseñado, los niños que jugaban. de primavera. Porque era hermosa podía a veces mantenerse en pie y Los niños levantaron la vista esta su primera mañana de empe- continuar la inspección. y le vieron acercarse, un joven de rador: la isla relucía azul sobre la Y cuando al fin —¡al fin! — diecisiete años, vestido con un todavía aparentemente inmóvil terminó y regresó arriba, a la luz uniforme bastante corriente, sin superficie blanquiazul del mar. El del día en tierra firme (el patio del distintivos especiales, salvo que palacio, los edificios del gobierno, cuartel empedrado de guijarros estaba rodeado y como revestido los ministerios, se iban alejando, en el límpido resplandor del sol de ese vacío de poder que se pro- convirtiéndose en horizonte. primaveral) no pudo menos que ducía entre él y el brillantemente Pero la travesía llevaba su sorprenderse y admirarse de lo uniformado Estado Mayor al obe- tiempo. anodinos que resultaban los edifi- decerle.

95 Los niños no levantaban la despiadado: el viaje en trineo por de sus cuellos de cadenas parecían vista, clavaban los ojos en el empe- la llanura helada que no era una mirar a través de él. Ya nada sig- drado, no sabían qué hacer —no llanura sino un apretado y esca- nificaba nada. Él, el emperador, se atrevían a cambiar de postu- broso paisaje de hielo que hizo no significaba nada para ellos, su ra—. Eran hijos de presos: niños que, al final, incluso el emperador tiempo había pasado. que habían nacido en la fortaleza. tuviera que abandonar el trineo La última casamata tenía luz El emperador se puso a mirar- y montar a caballo; los caballos del mar a través de un ventanu- los. Entonces se levantó uno de los provistos de herraduras con clavos co situado a la altura del agua niños, un muchacho de unos diez iban avanzando metro a metro — de modo que los reflejos subían años, muy hirsuto y sucio, Y dio la gélida atmósfera se mantenía y bajaban por los muros de roca un paso hacia el emperador para sobre ellos, invariablemente clara (esas celdas estaban excavadas poder examinar mejor al desco- y terrible—. El emperador, ancia- directamente en la roca) —allí nocido espectador. El emperador no ya, iba como moldeado en su había una mujer encinta—. No se sostuvo la mirada del muchacho y elegante capote implacablemente movió cuando el centinela abrió dio con presteza un paso atrás: era ceñido: el blanco y flojo rostro la puerta, no se levantó. Hacía un la centelleante mirada de alguien de la vejez colgaba sobre el cuello frío inconcebible. Pero entonces que también había nacido en pri- almidonado. Allá, pero todavía el emperador vio cómo su enorme sión. lejos, cabrilleaba el agua azulnegra vientre, cubierto por las ropas del El emperador dio órdenes en torno a la isla. El emperador presidio, se elevaba y se movía, de regresar inmediatamente. La sintió que le abandonaban las algo se movía y temblaba y se es- chalupa volvió a deslizarse silen- fuerzas, pero toda una vida man- tremecía en su interior. El empera- ciosamente sobre las olas. Pronto tenida por la obligación de no trai- dor salió, era un anciano y estaba aparecieron de nuevo el palacio cionarse dio su fruto: si bien con extenuado por los esfuerzos de la y los edificios del gobierno de la la cara completamente inmóvil y inspección; para su mirada ahora, capital. Estaban intactos y así ha- rígida —una cara que, en reali- independientemente del claro y brían de seguir durante el tiempo dad, era un alarido— se mantuvo deslumbrante día, todo era oca- del emperador. derecho a lomos del caballo hasta so —sólo veía extrañas figuras Desde entonces había transcu- que por fin llegaron hasta donde borrosas, sombras atadas con ca- rrido, como queda dicho, más de se oía a las aguas lamer el borde denas—, estaba muy lejos ya de medio siglo. del hielo. Allí esperaba ya el barco cómo sentir la realidad. El regreso El emperador ahora era viejo, de la isla. De buena gana hubiera fue siniestro, casi imposible de so- su existencia pronto estaría colma- ordenado el emperador que encen- portar—lo más difícil de soportar, da. También parecía que en los úl- dieran una hoguera: pero la volun- más que los quebrantos físicos, era timos tiempos el poder se le había tad de no delatarse era más fuerte: la conciencia de que la grande y escapado de las manos, emprendía helado y entumecido en el cuerpo esforzada empresa había carecido una acción de gobierno tras otra, y en el alma, con poca más sensi- de sentido—. todo el enorme imperio se quejaba bilidad que un muñeco —eso, un Unos días más tarde el relevo y gemía de un extremo a otro y sin muñeco que marchaba y marchaba de la guardia de corps estaba ju- embargo él tenía la impresión de por el reino de las sombras — des- gando a las cartas en el corredor que todas las medidas caían en el embarcó en la isla-fortaleza para del patio en espera del cambio de vacío, que, en realidad, eran otros hacer una última inspección. guardia. Era a media noche, una los que —en lo oculto— actuaban La isla estaba hecha de hielo, noche muy oscura, y en la mesa en su lugar. murallas negras y sangre. Lo ex- que estaba entre los jugadores, ha- Esta mañana, clara e inmuta- traño era que aquellas multitudes bía una lámpara. Alguien tiró de blemente fría como el tiempo que de cuerpos todavía vivos que vio súbito los naipes en la mesa. En- desde hacía semanas mantenía a la desfilar ante sus ojos en las horas tonces se apagó la lámpara. Se oyó capital bajo su férreo cetro, el em- siguientes, tenían rostro. Algunos un estruendo. Todo se derrumba- perador decidió hacer una nueva eran muy viejos, quizá más viejos ba retumbando. El imperio se ha- visita a la isla. que él. La clara y centelleante luz cía pedazos. El cadáver mutilado Era una empresa diferente y de hielo parecía bañar los rostros del emperador flotaba en el canal. más aventurada que la primera y los cuerpos y hasta las mismas Allí, de la oscuridad, surgió un ser inspección que tuvo lugar en la murallas y los pasadizos más re- irreconocible. Era el niño que ha- brillante primavera de luz limpia, cónditos, llegando al fondo y a to- bía nacido en prisión. ciertamente, pero bastante más dos los escondrijos. Sin embargo, suave. Ahora todo estaba inmóvil, aquellos rostros que sobresalían Traducción de Marina Torres

96 El pensamiento Ulf Linde (1929-2013)

Nació en Estocolmo. Fundamentalmente crítico de arte, músico de jazz, ensayista y director de museo. Miembro de la Academia de las artes y desde 1977 de la Aca- demia Sueca. Crítico importante para la introducción del arte moderno, especialis- ta en Marcel Duchamp (Hizo réplicas de sus obras que firmó el propio Duchamp). Profesor en la escuela superior de Arte y luego director del Museo de Thiel.

Pero la fosforescencia, Nathanäel, ¡ah —¿cómo debo hablar de ella? La materia es infinitamente porosa para la vida del pensamiento y observa de buen grado todas las leyes y es de todo punto permeable. André Gide

I de que solo abarca una idea: el tipo o acaso una persona acurrucada? Es difícil creer que la distinción de todos los objetos concretos que Luego sabemos de golpe lo que vi- entre sustantivos abstractos y con- denominamos mesa. mos: era solo una piedra.¿Qué pasó cretos tenga fundamento alguno en Un tipo, por definición, es una cuando estuvimos seguros, cuando la realidad. ¿Qué pone realmente en abstracción. Y en ese caso el sustan- supimos qué era lo que vimos? estas oraciones? tivo mesa es tan abstracto como el “Solo una piedra…”, es un Los sustantivos se clasifican sustantivo logaritmo. Es algo común enunciado demasiado inexacto. De- tradicionalmente, según significa- a todos los sustantivos — denotan bía haberse dicho: “Este es un ejem- do, en abstractos y concretos. Los tipos pero nunca objetos concre- plar de los muchos objetos que he- sustantivos concretos son deno- tos—. mos convenido en llamar piedras”. taciones de algo que posee masa Muchos objetos constituyen un Y sin embargo, aquella piedra según el imaginario colectivo (es tipo. Platón se ocupó de ello en la de la penumbra pareció darse a co- decir, pueden ser pesados, vistos, República. nocer por sí misma como una pie- tocados, etc.), por ejemplo, per- —Decimos, decía, que exis- dra, como si apenas le concernieran sonas, objetos, materiales, etc., o ten muchas cosas que son bellas, las clasificaciones hechas a tientas. conjuntos de ellos. Los sustantivos muchas que son buenas, y así con Solo resultó ser lo que llamamos abstractos son denotaciones de todas las demás, y las distinguimos por ese nombre. algo que carece de masa según ese con palabras. Las cifras fosforescentes en las mismo imaginario: ideas, declara- —Sí. esferas de viejos relojes parecen bri- ciones, propiedades y estados, pro- —También decimos que exis- llar por sí mismas en la oscuridad, cesos, momentos, etc. te algo que es la belleza misma, la como si tuviesen luz propia. Pero la Sería estúpido afirmar que la bondad misma, y así con todas las luz no es suya, es una luz prestada, distinción entre cosas abstractas y cosas que nosotros suponemos ser luz acumulada durante el día. Lo concretas esté sacada de la manga. muchas: ahora damos la vuelta al que las cosas “son” no lo son por Se puede colocar un jarrón en la planteamiento y suponemos que sí mismas. Solo brillan a la luz de mesa, pero no se puede colocar un hay una idea para cada objeto, una nuestras clasificaciones, a la luz del pensamiento —hasta ahí, el ima- sola, y la llamamos por lo que es. entendimiento humano. ginario colectivo resulta impeca- Cuando distinguimos un objeto A la luz del sustantivo. ble—. ¿Pero qué denota el sustanti- con una palabra, llamando mesa al Hemos olvidado que una vez vo mesa en la frase anterior? ¿Tiene objeto, etc., referimos el objeto a su aprendimos a arrojar luz aprendien- esa mesa una, cuatro o más patas? “idea”. Simplemente lo determina- do a hablar, fijando palabras a los ¿Es redonda o cuadrada? ¿Cuánto mos; solo entonces el objeto es una objetos. El olvido podría explicar pesa? o, lo que es lo mismo, ¿cuál mesa. Sucede que en la penumbra cómo pudimos creer que una piedra es su masa? Durante esa búsqueda de una noche de verano vemos algo fuese una piedra sin nosotros. a tientas de la denotación de la pa- sin saber qué vemos, ¿un arbusto, La materia es infinitamente poro- labra, pronto cae uno en la cuenta una roca, un animal que duerme sa para la vida del pensamiento…

97 Sin título (Sergio Abraín)

II Solna. Pero a la luz incierta del alba, cuando la enfermera volvió a cam- Cuando la anestesia remitió me la memoria no produjo ninguna im- biar el suero. encontraba a la puerta de un salón presión digna de mención. Brillaba La tercera vez que desperté estaba tenuemente iluminado, donde todo a veces como una telaraña rociada, a oscuras. El leve resplandor de una era de un verde grisáceo. Dentro tenía pero sin alterar la convicción de que lámpara de noche me permitió dis- lugar un convite de alguna especie, yo seguía en Kungsholmen. Fue allí tinguir la habitación donde yacía, y rumor de gente, tintineo de cubiertos donde desperté y no en Solna. Me volví a tener conciencia clara de que y de copas. A modo de precalenta- pareció raro pero volví a quedarme me hallaba en el Hospital Carolin- miento, moví la pierna derecha hacia dormido cuando la enfermera acabó gio. El runrún de una ventanilla de adelante y hacia atrás antes de hacer de cambiar el suero. ventilación en el techo —se oía muy mi entrada, como si ensayase un paso La siguiente vez que desperté me bien— amenazaba con tragarme y se de baile. Me salió de perlas. Después deslumbró la fuerte luz blanca pri- hacía más espantosa a medida que yo no recuerdo nada. maveral que inundaba la habitación. fijaba mi vista en ella. O ella la fijaba Debía de ser de noche cuando Imaginé encontrarme cerca del mar, en mí, porque tras sus rejillas adivina- desperté y vi la pantalla de un tele- creyendo haber sido trasladado hasta ba yo la presencia de un demonio que visor que emitía rayas saltarinas que Saltsjöbaden, que había abordado no podría dominar nunca. Me pareció pitaban. Al cabo de un rato volví a un avión sepulcralmente silencioso además que, bajo la ventanilla, en ple- quedarme dormido. y que había sobrevolado un parque na penumbra, iba y venía gente —al Más tarde, no sé si horas o días, con plátanos muy podados, y aún sin menos así sonaba —¿quizás pasos me despertó una enfermera y en- hojas, antes de haber aterrizado en la por los corredores? La mirada de la tonces tuve conciencia de que me habitación del hospital. (Meses des- ventanilla y los seres extraños que hallaba en el Hospital Carolingio. pués vi una foto del parque. Estaba deambulaban en la oscuridad me Recuerdo que me llevaron allí en en Mathildenhöhe, en Darmstadt, paralizaron de pánico y apreté un ambulancia desde el hospital de pero en la foto seguían colgando botón rojo, encendido, en la mesilla Sankt Göran, un trayecto entre las hojas caducas). Tal vez perdí el oí- de noche. Una enfermera entró. En- barriadas de Kungsholmen y de do porque no percibí ningún ruido tendió lo que pasaba y me dio unos

98 calmantes, cambió el suero y desa- (Extracto de un historial III pareció. Las visiones continuaron, clínico) El trece de octubre, viernes, pero yo sentí apatía y pude dormir Varón de setenta y un años fue llevado en silla de ruedas a la de nuevo. con síntomas de arteriosclero- Academia de Arte, a una exposi- El escenario se repitió los dos días sis que han inducido el análisis ción de Harald Lyth. Le gustaba la que siguieron, los mismos desplaza- radiográfico de los conductos pintura de Lyth y quería ver lo que mientos exactos, la misma angustia 17/4 2000; en relación con el había hecho desde la última vez. nocturna y los mismos calmantes. Al análisis, el paciente ha enfer- Llegado allí, lo primero que notó tercer día dejó de sorprenderme lo mado de septicemia. Dolores fueron los colores. Apenas había que sucedía, como si el espantoso or- en el costado derecho, pelvis y reparado en ellos antes, pero aho- den fuese irrevocable a pesar de que región lumbar. El cuadro pre- ra estaban allí. Inevitablemente, la realidad “normal” asomaba una y senta complicación hemorrá- pensó. Colgado primorosamente, otra vez y existía; no era más real que gica. Formación verificada de podía verse distintamente, y ahora todo lo demás. estafilococos amarillos. — — se acercaba a él como una brisa Al cuarto día se desvanecieron las — El 2/5 es trasladado el pa- suave y silenciosa. Pero notó que extrañas representaciones; lo único ciente del hospital de San Jorge su asiento era demasiado bajo y que quedaba eran los escasos recuer- al hospital Carolingio para pidió ayuda para levantarse y ver dos que se paseaban como sombras medidas operativas. — — — mejor —para conseguir cierta Pa- por la habitación. Volvió la normali- El paciente es operado casi de norámica— como se llamaba uno dad, se instaló y pasé despierto cada emergencia el 2/5, cuando su de los cuadros. Primero creyó que vez más ratos. hemograma ha caído de nuevo solo había visto manchas planas, Y noté que mi pierna derecha, con y se sospecha nueva hemorra- pero desde la posición más alta era la que había ensayado el paso de bai- gia. Se evacua entonces más de como si viese una escena desde la le, estaba paralizada. 1 litro de sangre y coágulos de segunda fila; casi todo parecía te- — — — toda la zona. — — — Al ca- ner lugar en un suelo visto en obli- Ese caos alucinatorio cupo todo bo cierta mejora. Empeora de cuo desde arriba. Aunque no pudo el tiempo en el cubo de la habitación nuevo el 5/5 y se le practica una ver lo que sucedía; todo parecía —hormigón pintado, plástico, acero nueva operación. — — — La envuelto en su propia bruma. inoxidable, loza, ventanas acristala- presión marca 60 y ha sangra- No sabía pues lo que veía. Y das, y fuera de las ventanas fachadas do bastante en la cama. Una aun así creyó que se veía mejor si y paredes de ladrillo visto, centenares hemorragia masiva; se llega a permanecía de pie. Se preguntó por de miles de ladrillos, céspedes, grava, la herida por todo el antebrazo qué, pero no dio con ninguna res- árboles… arriba. La arteria inguinal de- puesta; bien estaba. Todo eso había, pero no podía recha está prácticamente des- Por azar se detuvo ante una retener lo que había. Todas las deno- trozada y es muy difícil contro- pintura que se llamaba Reflejos, taciones, todos los sustantivos res- lar la hemorragia. — — — Se y mientras la miraba se le acercó balaban como resbala el agua por las le cose un puente alternativo Gunnar Olsson, el simpático tra- plumas de una oca. O si se quiere: la de izquierda a derecha. Tras tante de arte que había organizado materia porosa absorbía con el mismo esta intervención ninguna la exposición, y le contó que Curt afán las denotaciones tanto verosími- hemorragia más, y la lesión Asker había opinado que se parecía les como inverosímiles —solo para es aceptable. — — — Los a un cuadro de Monet, un estanque rechazar todo al instante siguiente, pies rosados con fino derrame de nenúfares en una lluviosa noche difuminarlo—. ha descrito capilar. otoñal. ¡Claro! — se veía… con precisión ese estado: 7/5 — — — parcial pará- Y en esas llegó el propio Ha- ¿Qué vi yo? Algo que es lo que lisis de la pierna derecha que rald Lyth a la exposición. Se sumó es. Ningún predicado, ningún atri- se pronostica causado por un discretamente a la conversación y buto, ningún nombre o título podía derrame sanguíneo que presio- refirió que el comentario de Curt consignarse a ese algo de modo que na sobre los nervios — — — Asker era acertado como siempre, fuese reacio a mí en términos de además, el paciente tiene una pero que él no había pensado, ni por compresión y distinción. tendencia a la depresión reacti- asomo, en superficie de agua alguna Remitía al Éxodo 3:14, al pasaje va. El psiquiatra consultado no mientras ejecutaba el cuadro. de la Biblia en que Moisés oye la voz tiene nada que agregar. —Fue en un relieve de Dona- de Yavé desde una zarza en llamas: 25/5. El paciente expresa tello en lo que pensé, pero luego “Yo soy el que soy”. bien su sentimiento de indife- entendí perfectamente lo que Curt — — — rencia ante su situación.) había dicho.

99 El de la silla de ruedas entendió taciones con las que en otro caso el Una respuesta críptica y ma- en el acto lo que Curt Asker había objeto amarillo dorado habría po- ravillosa fue la que dio una vez visto. Pero no entendió a Harald dido entrar en contacto—. Ver algo Duchamp: “Una caja de cerillas Lyth. como un gouache es no ver ninguna sin usar es más ligera que otra ya Luego se sintió cansado y se imagen. empezada porque no hace ruido”. sentó. Por su cerebro rondan las in- ¿Qué es ese algo que se ve como —Improvisar es como meter las numerables imágenes sutiles que ha algo? —Solo puede ser lo que es lo cerillas usadas una a una en la caja acabado de proyectar sobre el cua- que es. O por citar el más famoso hasta que ésta no haga ruido, sen- dro para entender lo que ha visto. aserto de Wittgenstein: cillo. Lo ve, por ejemplo, como: Lo indecible existe ciertamente. La facilidad de Harald Lyth Dama triste en un banco. Esto se muestra, es lo místico. es de esa clase. —Probablemente Pescador de carrete en un puente. Y en este caso lo místico no se refería a que lo que hacía para Hombre que camina por fuera es nada extraño. Existe pared con sí mismo debía sentirse tan en de una ventana sucia cuya parte su- pared en las representaciones de lo desuso como el papel donde había perior ha sido limpiada. que es. Como existe pared con pared empezado. Tan en blanco. (Tampo- Transparente crucifijo del pri- el sujeto con el atributo, separados co hace ruido una caja de cerillas mer estilo sirio-siriaco con Cristo en solamente por la palabrita “es”. vacía). túnica. Lo que el hombre de la silla de Y etcétera. Visto de nuevo como ruedas experimentó fue que todas IV desde la segunda fila. las clasificaciones, todos los con- La porosidad de la materia que Solía operar así ante la llamada ceptos —todos los sustantivos, si se chocó a Gide, eso de que la idea de pintura abstracta para captar si el quiere— se difuminaban desde lo lo que se ve absorbe la idea de lo ritmo del dibujo era natural o no. que veía. Solo quedaba lo que era; y que se ve, no es toda la verdad en Pero esta vez el carrete se encasqui- no era nada extraño. materia de arte. Las palabras, los lló. La película saltó. No entendió “… como un músico de jazz sonidos, las formas tangibles tienen nada de lo que vio. Aun así, no era cuando improvisa”. asimismo la capacidad de rechazar ciego. Lyth eludió la oración subordi- las ideas que se les quiere imponer. Ni siquiera fue una imagen lo nada en la Academia de Arte; dijo Cuando sucede el rechazo, el lector, que vio, mucho menos una dama que así trabajaba. el oyente, el espectador es expuesto triste en un banco. Fue como si él Un músico de jazz que im- ante algo que él o ella no saben lo mismo no hubiese existido; lo único provisa de veras —es decir, no que “es”. que quedó fue lo que fue lo que fue. uno que solo toca movimientos ya Los teólogos hablan a veces de Y no fue aire pensado. ensayados— no sabe lo que hace. la llamada tradición apofática, una Existía. Tan pronto como se hace una idea teología que sostiene que Dios no “Ver algo como algo” … Witt- de lo que va a tocar, se ve obligado puede ser abarcado por ningún atri- genstein intentó circunscribir lo que a desecharla. No va a ser nunca buto humano. (El término remite a significaba, y uno de sus más bellos exactamente lo que ha pensado. La la palaba griega que significa nega- intentos rezaba: propia inercia del instrumento hace ción; niega el poder del pensamien- Es como si una representación que su idea quede instantáneamen- to humano, no el de Dios). entrase en contacto con la impresión te desautorizada, y esa discrepancia ¿Podría imaginarse una estética visual y se demorara allí un rato. sonora de la idea es lo que precisa- apofática? ¿Alguien que sostuvo Una tras otra reaparecían las mente genera la energía que hace que una obra de arte debía tener un representaciones: la dama en el ban- avanzar a la improvisación. Pierde núcleo interno mudo, in-mediato, co, el pescador, la figura fuera de la el control a los pocos compases; el si quería sobrevivir? Algo parecido ventana, el crucifijo… Se demoraban resto son solo intentos de recuperar a lo que Moisés pudo oír desde el un rato y desaparecían. el equilibrio tras el traspiés del pri- matorral en llamas: Una visión así resulta azaro- mer movimiento. Yo soy me envió a vosotros. sa porque las descripciones son En realidad, una improvisación continuamente rechazadas por lo es solo una serie de correcciones. Yo soy —nada más—, ningún descrito, no quedan fijadas. (No al ¿Pero qué es lo que fuerza las atributo, ningún sustantivo. De ha- menos en la imagen de Lyth). La correcciones? —¿Que no fue un ber hablado, un huevo podría haber representación gouache sí queda fija- sonido correcto? Pero eso implicaría dicho lo mismo. da, pero carece totalmente de gracia que también hay un sonido correc- porque asfixia lo que se ve: asfixia la to. Y en tal caso, ¿cómo debía sonar? Publicado por la Academia Sueca imagen —todas las demás represen- El músico no se figura… 20/12/2003 Traducción de Juan Capel

100 Selma y Verner Torgny Lindgren (1938-2015)

Nacido en el norte del país. Se inició como poeta, pero destacó como novelista. Alcanzó un gran éxito con su novela Ormens väg på hälleberget / El camino de la ser- piente sobre la roca, publicada en España por Bassarai, traducida por Francisco J. Uriz. En Francia le concedieron el premio Femina por su novela Betsabé publicada por Nórdica que también editó En elogio de la verdad. Es un cuentista excepcional como se puede comprobar en su Agua y otros cuentos (Nórdica), traducido por Ma- rina Torres y Francisco J. Uriz.

El amor, sí. Mårbacka, Verner se encogía en la de la mudez de las palabras; tuvo Pero hay algo que se le parece suya de Övralid. que esperar largo, largo tiempo con y que sin embargo no es amor en Ninguno de los dos lograba el auricular en la mano porque la absoluto, relaciones o afinidades que escribir una sola línea. Tan pronto línea parecía estar ocupada ya que nunca se consuman o confirman, como Selma trataba de construir Selma al mismo tiempo trataba de uniones que son tan secretas que una frase se le deslizaba la pluma telefonearle. ni siquiera los que las constituyen como un carámbano de sus dedos Ninguno de ellos necesitaba saben que existen. Quizá podríamos congelados, cuando Verner quería decir nada, la esterilidad del creador decir amor frustrado o amor esqui- obligar a su descarnada mano a es- tiene un idioma completamente vo, evitar voluntariamente el amor cribir alguna palabra sólo conseguía particular, se entendieron inmedia- es terriblemente difícil. dibujar una y otra vez un pomposo tamente. Selma y Verner fueron los dos monumento funerario con su propio Y se pusieron de acuerdo en en- escritores más grandes de su tiempo. nombre grabado en él. contrarse en la ribera del lago Vätter, Lagerlöf y von Heidenstam. Obviamente no podían escribir- a una cierta distancia de Ölsham- Y los dos sabían que en realidad se sobre el terrible destino que se ha- mar, junto al arroyo de Igel. no eran más que uno, que bastaba bía abatido sobre ellos, tampoco po- Juntos inventarían un plan de con que alargasen la mano el uno dían sentarse juntos en un cómodo batalla contra el silencio y la discre- hacia la otra para que se acoplasen sofá a conversar sobre la más vergon- ción. como las dos mitades de una crema- zosa enfermedad de los escritores, el Aquel día, era domingo, uno de llera y que toda relación carnal entre silencio, no, tenían que contentarse los primeros domingos del verano, ellos sería más criminal que un ma- con insinuarse uno a otro discreta- por fin había llegado el verano, Ver- trimonio entre hermanos. mente, con monosílabos, su miseria ner se levantó pronto y desayunó y Pero solían hablar, por teléfono y su desnudez cuando se encontra- luego se puso el traje negro que él se o a gritos desde diferentes rincones ban en las reuniones de la Academia había hecho coser en Haarlev hacía de inmensas habitaciones. y en torno a la mesa del rey cuando veinticinco años, metió un bocadillo Habían nacido con una dife- los invitaba una vez al año. envuelto en papel en el bolsillo inte- rencia de un año, ambos fueron A ambos les parecía que ya lo rior de la chaqueta y agarró el tosco elegidos miembros de la Academia habían dicho todo y que no les que- bastón en su mano derecha y ordenó Sueca, fueron galardonados con daba nada más que decir. Y se sen- que le preparasen un asado de ter- el premio Nobel, ambos vivían en tían abrumados por remordimientos nera con pepinillos para las siete en mansiones blancas en la frondosa de conciencia debidos a su incapa- punto de la tarde, y la salsa de nata soledad nórdica y finalmente iban a cidad; crear arte es una manera de debía estar bien espesa y con sabor morir casi al mismo tiempo. hacer penitencia, lavar sus culpas y a mantequilla requemada, y salió Una sola vez decidieron correr devenir inocente. al cálido sol delante de la escalera, el espantoso riesgo de unirse de al- Finalmente, Verner decidió un pájaro que lógicamente debía ser guna manera. telefonear a Selma y contarle todo, una alondra revoloteaba cantando Fue en mil novecientos vein- ella era la única que posiblemente delante de él, y no necesitaba decir tisiete, un año de frío y de sequía, podría resolver el enigma del silen- que debían servir patatas fritas, con Selma pasaba frío en su vivienda de cio e interpretar el lenguaje cifrado la carne las patatas siempre fritas.

101 Luego se puso en camino, compases, luego se le quedaban los Y entonces volvió la cara hacia andaba con pasos cortos y balan- labios tan secos que los tonos se ella y de repente ella vio lo viejo y ceantes debido a las anquilosadas marchitaban y se rompían. arrugado que se había quedado y caderas, descendió por la ladera Cuando avistó a Verner en el lo infantilmente aterrada e incierta talada y siguió a través del bosque horizonte ella creyó que era una que era su mirada, parecía suplicar de abetos y abedules cruzando los barca, quizá una barca con una una comprensión más allá de toda terrenos pantanosos, continuando puntiaguda vela negra, pero con- razón. por el estrecho sendero que llevaba forme se iba acercando más perso- Después quedaron un buen al viejo embarcadero de Lemunda, na se iba haciendo. rato en silencio. Finalmente dijo iba tarareando en voz baja al ritmo Y finalmente vio que, en efec- Selma: En ese caso. de sus pasos. to, se trataba de Verner . Y él dijo: Sí, en ese caso. En- había A unos veinte metros de la pla- tonces no tenemos mucho más que aprendido una inmensa cantidad ya donde estaba sentada, él se detu- decirnos de melodías durante su larga vida. vo. Se observaron, con satisfacción Él estaba inmóvil sobre el agua, A veces decidía cantar alguna de y grandes expectativas pero al mis- ella estaba inamovible en su piedra, ellas. Cuando la cantaba, siempre mo tiempo con indecible asombro. se contemplaban, pensaban en todo pensaba: Qué melodía tan extraña, Selma veía que la superficie del lo posible que siempre había sido no la había oído nunca. Vätter se combaba un poco bajo el imposible y lo palpable y evidente Tras media hora de caminar peso de Verner pero no se rompía. que nunca se deja realizar, las invi- llegó a la playa, allí se sentó en el Las gruesas venas de sus manos sibles conexiones que son también suelo, se desató los borceguíes de le daban un aire de transparencia, muros y vallas impenetrables. piel, se los quitó y los colocó en el eran tan azules como el agua. ¡Todos esos esfuerzos vanos! embarcadero. Por fin gritó Selma; ¿De veras Luego se despidieron, no por Después se levantó y entró en eres tú, Verner? última vez pero en cualquier caso un el lago Vätter. Y él contestó: Sí. Soy yo. adiós definitivo. Caminó con firmeza y confian- Entonces quedaron los dos en Y Verner se dio la vuelta y regre- za, el agua refrescó agradablemen- silencio un momento, pero luego só cruzando el Vätter andando, apo- te las plantas de los pìes, cuando ella no pudo evitar gritar contra su yándose pesadamente en el bastón, golpeó el Vätter con su bastón la voluntad: ¿Andas sobre el agua? ¿O ante él apareció el tejado de Övralid, superficie sonó como cristal, él iba eres simplemente una visión? con el asado de ternera tomaría cer- cantando, congratulándose de su Soy yo, en efecto, contestó Ver- veza danesa, porque lo que iba a ce- ingravidez y audacia. ner, y sí, ando sobre el agua. nar era asado de ternera, tarareaba. Le quedaban cinco kilómetros El entrecerró los ojos mirando Selma sentada sobre su piedra de camino. hacia el sol, ella vió su noble y or- lo vió minimizarse y difuminarse Tres horas más tarde se acer- gulloso perfil de águila, a base de y finalmente desaparecer detrás de có a la otra ribera, ya eran casi las fuerza de voluntad él había conser- Lilla Röknen. doce, el sol calentaba, tenía calor vado su porte erguido y juvenil. Cuando él hubo desaparecido se y sentía una sed enorme pero no ¿No te parece extraño? pregun- levantó y cojeando ligeramente dio se atrevía a desafiar al Vätter aga- tó Selma los pocos pasos que la separaban del chándose a beber. Sí, dijo Verner, ahora que lo agua. En una piedra lisa junto a la dices, sí, se me ocurre pensar que Se levantó las faldas y puso el desembocadura del arroyo de Igel es un poco extraño. pie derecho, con cuidado y como estaba Selma sentada esperándolo. Va contra de todas las leyes probando, sobre la superficie del Había llegado en el primer tren eternas de la naturaleza, dijo Selma agua. Pero se rompió. de la mañana a Hallsberg, donde Contra ellas he luchado toda Después con el pie izquierdo, pe- había alquilado un coche, había mi vida, dijo Verner ro este también atravesó la superficie. tomado un té con un par de pane- Pero ¿cómo lo haces? dijo Entonces ella continuó segura cillos en el Hotel de la Ciudad de Selma en voz alta y no sin cierta y objetivamente, aunque quizá un Askersund, Llevaba un vestido de angustia. tanto triste, andando en el agua, se lino de color verde claro, parecía No lo sé, contestó. Simplemen- levantó las faldas hasta los hombros, un arbusto extrañamente tupido y te ando. el agua le llegó a las rodillas, luego pesado que acababa de echar hojas. Y después de haber reflexio- hasta la cintura, sí, hasta por enci- De vez en cuando silbaba un breve nado dijo con gran claridad, sí casi ma de los hombros y en un instante fragmento de melodía, el comien- gélidamente: Creo que depende de Lagerlöf había desaparecido en el zo de alguna vieja nana, un par de la arterioesclerosis. Vätter.

102 Retrato de Verner von Heidenstam (Johan Krouthén)

Selma Lagerlöf (Anna Ollson)

Después de unas tres horas, a Pero Verner von Heidenstam, las cuatro de la tarde, volvió a salir. que con toda evidencia había an- Primero la cabellera coronada por el dado sobre el agua, actividad que moño en espiral, después la podero- se parece inquietantemente a la sa cabeza y luego finalmente toda la escritura y a la narración, no volvió imponente figura, estaba a unos dos a escribir una sola línea realmente kilómetros de Askersund, silbó clara utilizable. y sonoramente con labios húmedos la marcha triunfal de Aida. Al llegar Traducción de Francisco J. Uriz a tierra se quitó el agua de la ropa, se sacudió como un viejo pájaro, se alisó el vestido verde de lino con la palma de la mano y se dirigió cami- nando a Askersund Desde allí tomó un coche hasta Hallsberg, pasó la noche en Karlstad adonde había llegado en el último tren de la tarde, y el mediodía del lunes estaba de nuevo en Mårbacka. Y después Selma Lagerlöf ter- minó la narración de Anna Swärd y las Memorias de un niño y los Diarios y muchas más cosas, ella escribió todas esas cosas a pesar de haber estado a cincuenta, sí, tal vez hasta a sesenta metros de profundidad.

103 Reseñas Alfred Nobel y la historia de los Cenci Mariano Anós

Alfred Nobel; Némesis, Trad. A. Herranz, Baile del Sol, Tenerife, 2008.

Alfred Nobel escribió esta sor- seja a Beatrice asesinarlo vertiendo prendente tragedia, la autoeditó en plomo candente en sus orejas como París en 1896 y murió justo antes de castigo, no por la violación sino por verla impresa. Nathan Söderblom, su falta de fe. Y se queda tan ancha. pastor de la legación sueca en Fran- En cuanto a Satán, obsesiona- cia, decidió destruir todos los ejem- do por el poder, entre descreído y plares, menos tres, según él para no admirador de Dios pero también dañar la reputación del autor. Un de Giordano Bruno, tiene algunas ejemplar se conserva en el Archivo frases brillantes. Según él, el Hijo de Nacional de Suecia. Esto nos cuenta Dios “es un invento posterior de los el traductor Albert Herranz. curas para así poder engañar y sa- Stendhal, Artaud, Shelley, Du- carles el dinero a los creyentes. Pero mas, Hawthorne, Moravia, Ginas- no he de hablar mal de ellos ya que tera son algunos de los autores más son mi mejor instrumento. Ellos conocidos que de una u otra forma extienden la oscuridad allí donde se han dejado seducir por la historia lleguen”. La oposición y necesidad de los Cenci. Una historia familiar mutua de la luz y la sombra, en la en el centro del poder en la Roma que Satán se sitúa orgulloso, elevan de finales del XVI. Religión, poder, hermanos, que muchos reclamaban, el tono de su discurso. deseo, crimen, castigo, venganza: tras el asesinato de Francesco. Todos Más allá del evidente combate materiales sin duda inagotables pa- ellos fueron ejecutados. contra los poderes eclesiales y la ra explorar una y otra vez los límites Beatrice, su enamorado Guido religión misma como contraria a la extremos de la condición humana. Guerra, su hermano Bernardo y razón ilustrada (las sombras y las Ecos de las grandes tragedias Francesco Cenci son los personajes luces), el texto se adentra en el freu- griegas e isabelinas atraviesan el tex- centrales de la tragedia. El amor diano abismo trágico de la eterna to de Nobel. Por ahí andan las som- entre Beatrice y Guido choca con el disputa de eros y tánatos. Pulsiones bras de Electra, Creonte, Ricardo poder de Francesco, que amenaza de vida y de muerte, ambición de III, toda clase de entrelazamientos con matarlo (su deporte preferido). poder, deseos culpables, amor como de los clásicos peronajes trágicos, El poderoso la desea para él y final- coartada de la venganza que destru- pero también una poco ortodoxa mente, a pesar de la firme negativa ye el amor. Toda una psicopatología Virgen María o un Satán paradójico de ella, recurre a un filtro para con- que atraviesa épocas y géneros para admirador de Dios. Si no como per- seguir su deseo. La deshonra mueve situar al lector, o al posible especta- sonajes, aparecen citados Galileo y definitivamente a Beatrice a planear dor, ante sus propios abismos. Bruno, en un contexto de poder ab- el crimen. Aunque lejos de estar a la al- soluto de la Iglesia católica, que en Lo más sorprendente es que la tura de los referentes clásicos de la definitiva es el objeto de la némesis idea del asesinato, e incluso los me- tragedia, es no obstante un texto del autor. dios para su realización, es sugerida potente lleno de sugerencias, a veces La corrupción de la Corte papal por una aparición de una peculiar sorprendentes, de indudable mo- es uno de los motivos que alimen- y deslenguada Virgen, que igual dernidad en su planteamiento, por tan los diálogos, mencionando sin defiende a ultranza la Inquisición más que desigual en su desarrollo. tapujos la protección que Clemente que se queja de lo mal que la trata el En definitiva, los grandes temas de VIII otorgaba al criminal Francesco Espíritu Santo, sostiene que su hijo la historia de la tragedia no dejan de Cenci a cambio de sobornos. De he- vuelve a ser crucificado en diferen- ser fructíferos e inagotables. A pesar cho, aunque la tragedia de Nobel no tes planetas y defiende a Francesco de algunos descuidos de la traduc- incluye el desenlace de la historia, el porque ha financiado la construc- ción, se lee (no estoy seguro de si se Papa negó el indulto a Beatrice y sus ción de una iglesia pero luego acon- representaría) con interés.

104 El agua del manantial Clara Janés

Gunnar Ekelöf; Non serviam. Antología poética, trad. de F. J. Uriz, Los libros del innombrable, Zaragoza, 2006.

Según una tradición antigua el Gunnar Ekelöf (Estocolmo 1907- oro “crece” por influencia del sol. El 1968), antes de cumplir los 20 años oro de la poesía, en cambio, puede partió a Londres para estudiar en la “crecer” con luz tamizada y así, en Escuela de Estudios Orientales, estu- Suecia, surgió una de las voces líricas dios que prosiguió en la Universidad más importantes del siglo XX, la de de Upsala tras regresar a su país. Su Gunnar Ekelöf. Tras una antología interés por la y por la obra de que data del año 1981 y la edición Ibn Arabí, su conciencia de la vacui- posterior de Divan, ambas excelen- dad y de la ecuanimidad tienen el temente traducidas ya por Francisco mismo sentido. Uriz, hace tiempo agotadas, nos llegó Diván, su obra capital, una en 2006, con el título de Non serviam, trilogía constituida por El principe una recopilación, que incluye entero Emgion, La leyenda de Fatumeh y ese último libro. Guía para el averno, es una de esas Otra tradición decía que todo creaciones que cobra vida propia, procede de la piedra, hasta el hombre tan perfecta es y tan viva está. Na- mismo, de ahí nuestra proximidad a ce de una visión experimentada la tierra. Tarde en la tierra (1932) es el por su autor en Estambul en 1965, título inicial de Ekelöf, y se explica respaldada por la epopeya Digenis que él rechazara el modo en que se Akritas. Por su modo de transmi- presentó, como “el primer texto sueco Así pues, la búsqueda de Ekelöf tir en verso unos acontecimientos de poesía surrealista” pues, lejos del rebasa la palabra, pero la arrastra y históricos, esta obra se vincula a automatismo, deja traslucir la razón la implica: “es el silencio lo que hay la poesía antigua, pero los tonos y en sus poemas. El dominio de la razón que escuchar”, porque “lo que he la sutileza de la palabra es de hoy, irá in crescendo a lo largo de su obra, escrito/ está escrito entre líneas”. su pureza extrema y su intensidad como una vía necesaria: vencer por Y además: “toda mi concepción progresiva, tan delicada, hacen de la inteligencia cuanto está gastado en artística es […] la serpiente que se los versos un hilo de plata surreal. la lírica. “Las palabras son también muerde la cola.” En esa circularidad La historia del príncipe traiciona- hechos”, escribió Wittgenstein. Las —donde late el enigma— se aban- do, apresado, torturado y cegado y de Ekelöf van marcando hitos de una dona y se recoge todo; se cumple luego puesto en libertad y empren- esencialización vigorizante, como la lo que exige “La prueba del agua”, diendo peregrinaje con su hija, llega que experimenta un árbol al que se significativo poema donde Ekelöf a nosotros de modo estremecedor. quitan los renuevos, intensificando habla de los poetas que le interesan, La audacia que se requiere para desde los primeros libros hasta los “los que llevan cuidadosamente/ contar poéticamente unos hechos últimos, su trama de lucidez. Pero la con manos nerviosas/ un cuenco va respaldada por la absoluta maes- lucidez del poeta se dirige en primer lleno de sangre / en el que ha caído tría. Ekelöf con el ritmo, la intensi- lugar hacia el hombre: “uno tiene que una gota de leche/ o un cuenco lle- dad, el color y el movimiento de la empezar siempre desde los cimien- no de leche/ en el que ha caído una acción transmite al lector el trance tos”, y lo que en su escritura busca gota de sangre”, para concluir que mismo que le empujó a la escritura es “la perfecta forma de la esfera”, es su deseo es ver “un cuenco lleno ininterrumpida. Así logra de modo decir, lo que no admite desarrollo, hasta los bordes de agua del ma- múltiple el fin ansiado: ofrecer en porque, en realidad, el ahora todo lo nantial”. La contraposición patente la “perfecta forma de la esfera”, “el abarca, y hasta la muerte está en la en estas líneas es un salto por enci- agua del manantial”. Esto se debe a vida: “¡Oh cadáver que estás dentro de ma de la contradicción. Es el salto un confesado don: “En lo profundo mí!/ contemplo mis manos:/ una ma- a la irisación que emite la palabra a de mí vive un frescor/ que nadie me no de muerto en una mano de vivo”. nivel imaginal. puede quitar”.

105 Entre luz y oscuridad: La poesía de “las cosas pequeñas” Fernando Aínsa

Harry Martinson; Entre luz y oscuridad, trad. Francisco J. Uriz, Nórdica Libros, Madrid, 2009.

Con la escueta frase “Por una turas japonesas” (“Hokusai”) en poesía que refleja la totalidad del Las hierbas de Thule (1958). Puede Universo en una gota de rocío”, asimismo metamorfosearse en las el jurado del Premio Nobel de criaturas a las que alude, como en 1974 motiva su voto para conceder “La mariposa”: “Nacida para ser al poeta sueco Harry Martinson mariposa/ flamea mi fresca llama/ (1904-1974) esa distinción, Premio en el pesado terciopelo de la hier- que comparte con su compatriota ba”, en “Gaviota muerta”: “Nunca Eyvind Johnson y que consagra más atravesará/ mi hambriento una voz tan original, como por mo- pico/ la calma de la niebla” o en mentos desconcertante, donde se agresivo rinoceronte: “Yo era como concilian grandes ideas y principios granito gris”. con sencillos detalles de la vida co- Puede también invertir tópicos, tidiana. como en el poema “El cisne”, don- En su poesía —que sintetiza de la idealizada silueta poética se espléndidamente Entre luz y oscu- metamorfosea en la “fría mirada de ridad, antología preparada, tra- reptil por la ensenada del sueño”. ducida y prologada por Francisco Huérfano de padre desde niño, Uriz (Nórdica, 2009) —se refleja abandonado por su madre, el joven su doble condición de incansable Martinson descubre una temprana viajero de vocación nomádica con (1931), Viajes sin destino (1932) y Cabo vocación poética en medio de difi- la de sensible amante de la natu- Farvel (1933). Un mar que devuel- cultades para sobrevivir. Más allá raleza, a la que consagra muchos ve cadáveres tras las batallas para de sus metáforas para recordar que de sus poemas, donde descubre en que los albatros les coman los ojos “la Humanidad se siente huérfana los bosques de su tierra cómo lo (“Después”), un comprobar que en el bosque encantado de los espe- local puede contener lo universal, “barcos sin hogar somos, eterna- jismos”, me interesa subrayar como la “emoción de las cosas pequeñas” mente errantes” y que “aves mari- su poesía refleja, más que un forza- como una hoja caída en otoño o nas son nuestros pensamientos/ do optimismo, una resignación (“La una puesta de sol. A modo de resu- y siempre se alejan de nosotros resignación se encarga de arreglar men de su propia vida, el poeta nos volando”. casi todo”) y la comprobación de dirá en uno de sus últimos poemas: Su poesía —se ha dicho— de- que “Uno se esfuerza por subir, / “El bosque y el mar tienen idiomas be ser degustada lentamente. Tiene pero se acostumbra a bajar”. diferentes/ Yo aprendí los dos” […] una densidad que no escatima la La realidad es para el autor de “El mar me enseñó una unidad/ el reflexión filosófica, la alusión cien- Vientos alisios (1945) “una máquina bosque otra”. tífica o la clara preocupación social: ciclocaótica, sobrecargada de he- “Nómada universal”, Martin- “La pobreza es lo peor por el odio rramientas, nombres y datos”. Es son viaja por el mundo desde la interior que alumbra”, nos dice con también la arriesgada metáfora de adolescencia trabajando como fogo- cierto pesimismo ya que “el poder contrastar los bosques de abetos a nero de buques mercantes, deam- no necesita símbolos determinados. “la luminosidad de la lechuga” o bula por ciudades portuarias en Es omnívoro” y “la tendencia de la afirmar que la blanca nieve (“por América del Sur y la India y sella mayoría es vivir, / no comprender”. qué tan blanca”) tapa “un mundo con el mar un amor y una lealtad Minucioso en su propósito tan manchado de sangre”. que le acompaña toda la vida. Son —“elegí cantar a las cosas peque- Sin embargo, un cierto opti- ocho años que aguzan su sensibi- ñas”, afirma en un poema póstu- mismo subyace más allá de com- lidad y le otorgan una experiencia mo— el poeta se prodiga como un probar que “una lluvia de mentiras que plasma en sus libros Nómada orfebre chino o propone “minia- resplandece ante los ojos/ El éxtasis

106 La batalla entre el Bien y el Mal Eugenio Mateo

Pär Lagerkvist; Barrábas y otros relatos, Orbis, Barcelona, 1982.

convierte la mentira en verdad”, ya Enano”. En los tres, está presente la que “de ciudad en ciudad el inquisi- magia poderosa de la muerte. tivo camino del vagabundo/ avanza En “Barrabás”, Langerkvist por senderos estrechos y erráticos. describe la desolación moral, pero, Con el oído/atento a la esperanza sobre todo, la confusión del con- humana”. Una esperanza siempre denado a la cruz desde el mismo latente en su poesía. momento de su canje por el Naza- Se trata de salvarse “penetran- reno. Sobrecoge la descripción del do en los senderos del recuerdo/ Gólgota, el tenebrismo de un lugar para preparar allí el futuro y llegar maldito plagado de restos. El prota- a alcanzarlo/ con una ondulada gonista no entiende la condena de bóveda diferente a la que tensa el un hombre al que él, curtido en la día”. Se trata de “vivir de verdad”, vida y el desarraigo, considera in- atreverse “a elegir tus propias opi- ofensivo. El crucificado provoca en niones/ más que permitir que te Barrabás rechazo y curiosidad. Los obliguen a elegir tu realidad”. Se testimonios sobre Jesús acrecientan trata —en definitiva— de soñar sus dudas y descubre que ambos de “buena gana y de preferencia lo están ligados para siempre. En el que no quiere la época”. Hay que relato aparecen otros personajes: “ser anticuado hacia delante y hacia Pär Lagerkvist la mujer gorda y solícita con él; el atrás”. Todo un programa de desa- discípulo inocente que le habla de fío e imaginación independiente Pär Langerkvist demuestra en prodigios; el compañero de grilletes que la antología Entre luz y oscuri- su narrativa un profundo conoci- que acaba convertido en hermano dad lleva a cabo, para probar —por miento de la naturaleza humana, siamés; el procurador que intuye si hiciera falta— que vale la pena que cobra dimensión en los pro- en él a un esclavo útil; el final sor- leer a Harry Martinson. tagonistas de sus obras a los que prendente que lo lleva a la cruz, y muestra en un constante enfrenta- su última plegaria antes de expirar, miento entre el bien y el mal. Sin como lo hiciera el Dios hecho hom- embargo, sus héroes, que, por ser bre. La vida y la muerte teje en tor- malditos, lo son de historias que no a Barrabás una tela de araña que destilan la negrura de una atroz lo atrapa en un mundo que cambia soledad, viven en la duda de si la y que es capaz de cambiar incluso capacidad del hombre para hacer sus más profundas convicciones. el mal es el gen primigenio de una “El Verdugo” es un inquietan- Creación fallida. El trasfondo re- te relato que se desarrolla en una ligioso en obras, como Barrabás, cantina de un lugar indetermina- llevada al cine en dos ocasiones, es do. Con un traje color rojo sangre, crítico con un Creador al que se le sobresale la figura imponente del han acabado las razones. Duele a verdugo que, a pesar del bullicio, sus protagonistas la incapacidad permanece ajeno a conversaciones para resolver el porqué de sus actos. y alusiones sumido en la más abso- Barrabás y otros relatos es un luta soledad. Los parroquianos le libro contundente, si por tal toma- temen y odian lo que parece no im- mos la potencia de la palabra. Con- portarle. En la narración alguno de tiene, además del relato que le dio los asistentes cuenta historias como fama, otros dos: “El Verdugo” y “El la del dedo cortado al ajusticiado

107 que sumergía una tabernera en la hombres. Así, asistimos con horror cerveza para mejorarla, o el inespe- al pensamiento y modos diabólicos rado encuentro de uno de los clien- del servidor del príncipe, un enano tes con dos niños que viven en un perteneciente, como él dice, a una remoto bosque. Todas esas historias raza milenaria que odia y desprecia permiten al lector abandonar por a los humanos. Es siervo y sicario instantes el ambiente agobiante del de su amo —único ser que no des- local. El verdugo es otro ser mal- precia—, rotundamente amoral y dito, al que consideran necesario cargado de atávico resentimiento. para el buen orden de la vida, pero Odia todo de un mundo del que se al que todos quieren tener lejos de cree el único depositario, pero res- las suyas. Langerkvist. publicó este peta con obediencia ciega a su se- relato en 1933 inspirado en la figura ñor. La guerra es para él la absoluta del ejecutor que aplica la muerte liberación de sus instintos y Lan- como un Dios inclemente. La taber- gerkvist, en su texto, urde un des- na da paso a un local de jazz en el enlace desconcertante para la hoja que ahora los clientes hablan de un de su pequeña espada, que solo nuevo orden a punto de instaurarse, puede teñir de sangre con la de otro se bebe champán y saludan jocosos enano. La reflexión que el autor nos al verdugo, incluso le saludan a propone es aceptar que la siniestra la romana. Se ensalza la violencia utilidad de la maldad es imposible como la más alta expresión de la de contener y encuentra siempre energía humana y finalmente, el beneficiarios de sus consecuencias. delirio supremacista contra los mú- Libro para recomendar encare- sicos negros de la orquesta estalla cidamente a los que olvidan que la en toda su carga de maldad. Son los literatura es compromiso. El com- inicios del nazismo. promiso de aceptar que somos vul- “El Enano”, publicado en 1944, nerables, dioses con pies de barro, y sorprende por su construcción únicos a la vez de una cosmogonía a literaria, pues solo a través de las veces no aceptada. palabras del protagonista narradas en primera persona, conocemos los hechos acaecidos en la corte, supo- nemos que, de la Florencia renacen- tista del también supuesto Lorenzo de Médicis. Nada de esto aclara el autor, aunque nos da pistas cuando incorpora al relato la figura de Mae- se Bernardo y nombra sus trabajos, como “La última cena” o el diseño de máquinas de guerra descono- cidas; hasta nos deja vislumbrar a “La Mona Lisa” en su retrato de la princesa Teodora. Aquí no importa la Historia más que como pretexto. Importa cómo es construida por los

108 La intimidad de un hombre público Dag Hammarskjöld o el misticismo de un político Juan Domínguez Lasierra

Dag Hammarskjöld; Marcas en el camino, Trotta, Madrid, 2009.

Dag Hammarskjöld estuvo al El libro se desarrolla desde 1925 frente de la ONU desde 1953 a 1961, a 1961, fecha de su muerte, y está con una entrega absoluta hasta sus dividido en periodos. últimos suspiros, pues encontró la Abre el libro un pensamiento muerte cuando, en su tarea de paci- de Eckhart que podría ser una de ficación del ex Congo belga, sufrió las claves de la personalidad de un accidente de aeroplano. De su Hammarskjöld: “Solo la mano que talante político da idea esa “Carta tacha puede escribir lo justo”. de la paz”, que en su punto VII Una concepción aforística señala: “Siempre que coartemos la trasciende en las primeras páginas libertad de alguien o le privemos de como respuesta a ese pensamiento la sabiduría, estaremos impidiendo inicial. Hay textos de gran belleza, que esta persona pueda amarnos”. que relativizan nuestros pre-jui- Esta concepción política será cios: “No midas jamás la altura de explicitada en sus resortes más la montaña antes de alcanzar su íntimos, morales y éticos en Mar- cima. Entonces verás lo baja que cas en el camino, título español de era”; otros, remiten a su constante Vägmärken (Estocolmo, 1963). Se apelación moral: “A lo que tendrías trata de un manuscrito hallado que atreverte: a ser tú mismo. Lo después de su fallecimiento en su que podrías ganar: que la grandeza casa de Nueva York, una especie de la vida se reflejara en ti a la me- de diario donde el político sueco del aquí-ahora. El poema inicial del dida de tu pureza”; o esa que apela destapa su intimidad, al margen de libro lo expresa claramente: al sentimiento convivencial: “La su vida pública, con notas de muy amistad no exige palabras: es una variado carácter, desde poemas a Mañana nos encontraremos, soledad exenta de la angustia de reflexiones filosóficas, y donde su la muerte y yo. la soledad”, porque “el silencio es preocupación ética está ligada a su Dirigirá su guadaña contra un hom- el espacio que hay en derredor de bre prevenido. sentimiento religioso. La presencia Pero cómo duele el recuerdo en cada todo acto y de toda vida en comu- de Dios es una constante de esas instante nidad como seres humanos”. Y la páginas, como lo son autores do- que se malgasta. vida como experiencia individual y minados por una misma inquietud colectiva: “Lo que da valor a la vida trascendente, desde el Maestro Ec- puedes alcanzarlo o perderlo. Pero khart, la Biblia (especial recurren- No malgastó su vida Hammars- jamás poseerlo. Esta verdad sobre la cia a los Salmos y los Evangelios), kjöld, pero en una conciencia tan vida prevalece ante todo”. a San Juan de la Cruz, pasando por lúcida es inevitable ese sentimien- Hammarsjöld funde sus con- Pascal, Eliot, Conrad, Hölderlin, to, un hombre que, “interrogando cepciones filosóficas, religiosas, Dante, Ibsen, Faulkner, Confucio, siempre”, llegará “hasta donde con las políticas, lo individual y lo Saint-John Perse, Djuna Barnes o resuena la vida; una clara y simple colectivo: Herman Hesse, aunque sea Eckhart nota en el silencio”. su referencia mayor. Es este un Y, en la nota que dejó junto a su La sed es mi patria en el país de las diario íntimo traspasado por un manuscrito, señala que se trata de pasiones. Sed de comunidad, sed de hondo sentimiento religioso que no “una especie de libro blanco relativo justicia —una comunidad basada en la justicia y una justicia alcanzada implica solo el más allá, sino, mo- a mis conversaciones conmigo mis- en común. Y esta sed solo se puede ralmente, su condición terrena, la mo y con Dios”.

109 satisfacer en una vida en la que mi personalidad se construye como un Los insólitos cuentos de Torgny puente que me une con los demás (…) solo existe lo que es de otro, pues solo Lindgren lo que has dado resurgirá del vacío que habrá sido tu vida. Juan Domínguez Lasierra

Marcas en el camino es una in- Torgny Lindgren; Agua y otros cuentos. Trad. de Marina Torres y terrogación sobre la vida, en la que el autor arriesga respuestas, movi- Francisco J. Uriz, Nórdica Libros, Madrid, 2008. do de su fe, pero con el concurso ineludible, la responsabilidad del propio ser humano: “Intenta y vi- virás; la Vida como realidad. ¿Si la Vida tiene un sentido? Vive la vida como realidad y descubrirás que la pregunta no tiene sentido”. Y aún señala: “Si traicionas, entonces es Dios quien, a través de ti, traiciona a la humanidad. Te imaginas poder soportar tu responsabilidad ante Dios; ¿eres capaz de soportarla en nombre de Dios?”. La cosmovisión del premio No- bel sueco ha sido considerada inser- ta en el terreno de la mística, y en su pensamiento se descubren ecos Cubierta de la edición sueca de los Cuentos reunidos de las Confesiones de Agustín de Hi- pona, en especial en el concepto del Torgny Lindgren (1938-2017), uno humana, del esfuerzo por sobrevivir “desasimiento” humano. de los nombres señeros de la literatura en un mundo sin piedad, desalmado, El sentido creador de Ham- contemporánea sueca, podría haber si- a través de un imaginario que no aho- marskjöld inunda sus páginas. Bajo do incluido por Borges en su antología rra, sin el menor énfasis retórico, los el concepto cristiano de la renun- de la literatura fantástica. Agua y otros trazos más negros. ciación a lo propio y de la entrega a cuentos, el libro que aquí comentamos, Agua y otros cuentos recoge una los demás, el político sueco pregun- contiene relatos que hacen de lo oní- selección de los relatos escritos ta al Creador: “¿Me diste esa inex- rico, de lo milagroso, de lo imposible, por Lindgren en sus últimos 25 años, plicable soledad para que yo pudie- su argamasa de la realidad narrativa. procedentes de sus tres colecciones ra darte todo más fácilmente?”. Y se Poeta, novelista, autor de cuentos y de de cuentos: La hermosura de Merab responde: “La vida solo tiene valor piezas teatrales, su obra literaria le ha (1983), Leyendas (1986) y En el agua de por su contenido para los demás. granjeado un reconocimiento univer- Borkiga Blad (1999), que fueron agru- Mi vida, sin valor para los demás, sal. Fue elegido miembro de la Acade- pados en el volumen Berättelserna (Los es peor que la muerte”. Marcas en mia Sueca en 1991 cuentos) (2003), más otros dos relatos el camino, la intimidad moral de un El lector español tiene ahora la no publicados en libro. Esta antología político ético. Dag Hammarskjöld o oportunidad de conocerlo gracias a estaba dividida por el autor en tres el misticismo de un político. las traducciones de títulos como En apartados: cuentos de carácter rural, elogio de la verdad, Betsabé o Aguas y de tema bíblico o mitológico, y asun- * Marcas en el camino se publicó en español, otros cuentos, publicados por Nórdica tos en relación con la propia creación en 1965, Seix Barral, trad. Miguel Hernán- Libros, en versiones de Francisco J. artística. Los traductores, F. J. Uriz y dez Cuspinera, colección Biblioteca Breve. Uriz y Marina Torres, los grandes M. Torres, han elegido para Agua y Reeditado por Trotta (2009), con introduc- ción de Carlo Ossola. divulgadores de la literatura nórdica otros cuentos textos procedentes de las en nuestro país. tres entregas citadas. Su estilo de “narrador puro”, con La variedad de temas, como se una prosa desnuda, de eficaz senci- desprende de esta clasificación, es llez, no contradice su compleja ur- múltiple. Pero hay un hilo común dimbre. Sus novelas y relatos hablan que las unifica. Lindgren apuesta con crudeza y lucidez de la condición por historias llevadas al límite de la

110 Torgny Lindgren y Francisco J. Uriz en Valladoliz con la camiseta del equipo de futbol de la ciudad verosimilitud, oscuras alegorías sobre En el apartado segundo: “Alfred dores de pocker” aborda el concepto la arbitrariedad de la vida, su descon- Kummes”, relato del fatalismo existen- de la servidumbre, en una especie de certante sinsentido, juguete del azar o cial, sobrecogedor en su desnudez casi cruel parábola. tal vez de eso que llamamos destino. franciscana, la alegoría del hombre El último apartado nos ofrece En el apartado primero tenemos: sencillo, adaptado a su medio cam- “Das lied von der Ende”, que reúne “Agua”, la búsqueda obsesiva de un pestre, conforme con su soledad, que al pintor Schindler, al compositor pozo del que mane agua; un relato se ve arrastrado a la tragedia por las Mahler y a su esposa, Alma. “Buda y sobre la paciencia, la resignación, el estructuras ciegas de la sociedad que le la paloma”, delicado cuento budista amor de los protagonistas, que tendrá rodea. “Lot y su esposa”, curioso relato sobre la entrega a los demás. “El pase su recompensa. “El verdadero amor”, que parte de la narración bíblica y a la atrás” es un cuento futbolístico nada eros y tanatos en un relato que sostie- que el autor, en un quiebro que tiene convencional, con intervención divina, ne el valor de la palabra: “Yo celebro mucho de soterrado humor, da conti- reencarnación y destino fatal. “Zorn”, mis bodas con la vida cada día”, una nuidad y un final sorprendente, con la una fantasía sobre la nostalgia de la ca- frase que puede cambiar el curso de vuelta a la vida de la mujer convertida sa perdida. Selma y Verner es la relación una existencia. “Las palabras mayo- en estatua de sal. Un juego narrativo entre dos premios Nobel de literatura, res” insiste en el valor de la palabra, el que reinterpreta la historia e ilumina Selma Lagerlöf y Verner von Heidens- Verbo que se hace carne, lo espiritual una de las facetas lúdicas del autor tam, con el silencio, “la más vergonzo- encarnado. “La hermosura de Me- sueco. También de argamasa fantásti- sa enfermedad de los escritores”, como rab”, relato estremecedor, de vacas y ca está hecho “El árbol”, con el molde obsesión. Y “El entierro de Thomas un aparecido, y del valor de la com- de un cuentecillo popular, o “El após- Mann”, donde una sacra conversatione pasión y del amor, que nos protegen tol Santiago”, otra reinterpretación, comparte el funeral del escritor y sur- de la muerte eterna. “Ruth y Signar”, libérrima, de la figura evangélica, que gen reflexiones como “En el próximo una narración de marcado sello fa- alcanza en su final, de trazo tan carnal, siglo la literatura estará muerta (…) El talista sobre la dependencia de un un éxtasis de filiación mística. “Freja y hombre se hunde, Nunca llegará a al- padre y una hija. “La patata de cinco Rungner” es un terrible alegato contra canzar el nivel de la literatura”. dedos”, relato criminal en el que la el concepto de la divinidad y, a su vez, Agua y otros cuentos constituye fabulación del autor se vuelve a poner una reivindicación del valor del amor una indispensable introducción a la al límite. por el que todo se sacrifica. “Los juga- narrativa de este insólito autor sueco.

111 Sobrevolando las provincias suecas. Alianzas en el cielo Pilar Catalán

Selma Lagerlöf; El maravilloso Viaje de Nils Holgersson a través de Suecia, ANAYA, Madrid, 2008.

El libro es un canto a la ima- centenaria que no es joven ni fuerte ginación, la fabulación y la empa- pero que tiene la sabiduría de la ex- tía, fue escrita por encargo de la periencia de los años, en su descenso Asociación Nacional de Maestros cerca de la granja, el grupo invita a como libro de texto para estudian- las anades domésticas a unirse a un tes del ciclo de primaria con fines audaz viaje que durará desde marzo muy concretos, conocer y aprender a septiembre recorriendo el país, hay la geografía e historia de su país y que tomar una decisión y elegir en- educar a los más jóvenes en valores tre comodidad y aventura, solo uno esenciales. Su autora Selma Lager- de ellos llamado Martín atiende la löf (1858-1940) fue la primera mujer llamada y en su vuelo arrastra a Nils doctora sueca “honoris causa” de que ha intentado detenerle, Okka filosofía y consiguió el premio No- va a ser desde un principio su guía y bel a pesar de la oposición férrea de protectora, enseñándole a fundirse Carl David af Wirsen secretario de la con los bosques y las aguas, a enva- Academia que afirmaba que era un necerse con las olas, hacer guardia Ilustración de Thomas Docherty galardón que debía de recaer única interpretada por Pilar Catalán para dominar a la zorra Esmirna, a y exclusivamente en los hombres. sentir las tierras de Laponia, a ins- Comprometida con el movimiento plácidamente cuando sucedió algo truirse con la leyenda de Esmaland y feminista inaugura la Conferencia insólito que cambiaría radicalmente fraguar complicidad con los anima- Internacional de Sufragistas celebra- su destino, la aparición de un duen- les, Nils será el nuevo héroe de todo da en Estocolmo en 1911. decillo que se movía juguetonamen- tipo de hazañas y aventuras, convir- Hacer una sipnosis argumental te y a su antojo, Nils no lo dudo, lo tiéndose en el Pulgarcito sueco. excede estas líneas, solo vamos a atrapo sin miramientos y sin atender La circunnavegación ha termi- considerar algunos aspectos de la sus suplicas de libertad, el genieci- nado, el duende le ha levantado el obra que nos han parecido más rele- llo muy enojado decidió imponerle castigo, es la hora de despedirse de vantes a la hora de perfilar e identifi- un castigo y lo transformo en un la bandada de gansos salvajes, de car el mensaje inscrito y subrayar su ser diminuto, un duendecillo, eso perpetuar los vínculos creados y expresividad, la novela considerada sí, le concedió el don de hablar con seguirlos con la mirada hasta que se el “Quijote sueco” es un compendio los animales que al ver reducido su fundan en un arco iris sin límites, no de sabiduría empavesado con fanta- tamaño se congratulaban pensando será fácil dejar de sobrevolar la tierra sía, fascinación y empatía que cami- en vengarse del maltrato recibido, de y los mares, abandonar los lagos y na en paralelo con grandes verdades aquí en adelante formará parte de la no modular las montañas, es hora humanas y que tiene como objetivo periferia del cortejo y estará obligado de tomar la granja, de encontrase conocer y practicar lo más substan- arrimar el ascua a las creencias de con sus padres y de que conozcan al cial. El relato es sencillo, la forma aquellos que no hablan el mismo nuevo Nils. de contarlo grande, las lecciones idioma o pertenecen a rangos consi- La obra inspirada en los cuen- fáciles de entender y asumir, es la derados inferiores. tos de animales de historia de un muchacho indolente Era la época de migraciones, y ofrece una narración de gran belleza y holgazán que vive con sus padres bandadas de gansos silvestres sur- panorámica que con trazo firme y en una granja y que suele tener can el cielo azul en dirección a las sensible ha ido configurando un un comportamiento cruel con los tierras frías del norte, una de ellas itinerario geográfico mediante una animales. Una mañana dormitaba destaca liderada por Okka una gansa cartografía exhaustiva, rutas carga-

112 Alguien que grita Juan Marqués

Lars Forssell; Antología poética, Selec. y Trad. Francisco J. Uriz, Bolchiro, Madrid, 2017.

“Por todo aquello junto a lo que uno se das de historia, accidentes geográfi- puede calentar / te quiero. / Por encima cos singulares, paisajes engalanados de todo. Todo el tiempo. / Por encima con leyendas populares, mitos de toda razón”; o un último ruego: ancestrales, folclores, tradiciones, “dame el peso / que necesito para ele- y personajillos indescriptibles, que varme / y el amor que necesito / para hacen de Suecia un país de ensueño. quedarme”) o del que ofrece un poema La propuesta es un viaje cultural e realmente magistral, “Madrigal”, que intelectual que nos permite apren- he de reproducir entero: der valores indispensables para la convivencia, como la solidaridad, la Ni una rosa para mi amor amistad, la lealtad y en el que asis- Ni un mar timos a una mutación de poderes y Yo amo a aquella A la que quiero a un cambio de protagonistas que inutilizan los axiomas socialmente La agarro por los pechos establecidos, no hay que olvidar que Crece en ella mi inquietud Me entierro en ella detrás de la escritora hay una edu- Como en una tumba cadora que ama su profesión y que apuesta por una metodología inno- Nuestro queridísimo e inimitable Además, y junto a imágenes vadora y activa estructurada en base amigo Francisco J. Uriz, quien anun- sugerentes y audaces, muy potentes a la creatividad y la ética... ció en sus memorias (publicadas hace (“La tristeza es una flauta”), asoma ¿Cómo lo hace? La propuesta de doce años) que abandonaba la traduc- por muchos poemas ese Forssell más Selma Lagerlöf pasa por el aprendi- ción, y que desde entonces ha añadido ideologizado y político que acaso zaje permanente desde la empatía, varios miles de páginas traducidas a culminó en ese tremendo poema la adhesión a la simbología poética los otros muchos que ya acumulaba titulado “El verano sueco”, que Uriz le sirve de trampolín para conjugar (y que, como no hace falta que repita, ya adelantó en sus inolvidables Hojas realidad y ficción, de plataforma le han convertido con todo mérito en de una historia y donde reprocha a su para escuchar el pálpito de la vida, uno de los traductores más valiosos e patria su enorme y rentabilísima in- de aliciente para no vivir el olvido de insustituibles de cuantos vierten hoy li- dustria armamentística (“¿Conoces tú la igualdad y tener el don de espar- teratura foránea al español), continúa, el país donde el cañón florece? / Por cir las semillas por todos los lares y felizmente, haciendo “de las suyas”, y cierto se llama Suecia, está a orillas de confines y por conservar la inocencia en este caso ha armado una estupenda un lago / reflejándose desnuda en la para vivir en el encantamiento y la Antología poética del muy ilustre sueco superficie del agua / o en la lente de fascinación. Lars Forssell (1928-2007), poco conoci- una cámara. / Le encanta presumir do por estas latitudes, y quien sin duda / de su esplendoroso cuerpo / y de necesitaba esta difusión entre nosotros. su bienestar / basado en el cultivo de Como cabía esperar, la poesía de cañones / criados en Bofors, desde Lars Forssell es de nota, y entre mu- donde un viento estival / esparce su chos de sus temas me apetece destacar destrucción por todo el mundo…”), el del amor, asunto sobre el que forjó pero es aún mejor, más sutil, menos grandes versos (“El mundo está dema- prosaico, cuando sus denuncias socia- siado con nosotros / Nosotros estamos les asumen la forma de la solidaridad juntos”; “Primero vi a la Muerte. Des- elegante, como en el poema sin título pués a ti”; o, más directo y desnudo, de la página 216:

113 Escribo. Sólo pinto. La sencillez de lo cotidiano Un día se acabará el papel. El último será mi envoltura. Pedro Luis Blasco ¡Envuélveme! Certifícame Eyvind Johnson; Era el año 1914 y Aquí tienes tu vida, Trad. Deerie y envíame con este sello pegado a alguien que grita. Sariols, Orbis, Barcelona, 1983.

Tal vez estos versos y poemas citados basten para hacerse una idea de ese mundo que todo poeta está obligado a crear y que en el ca- so de Forssell tiene que ver con al- masa de troncos en el río porque “no gunas de las preguntas elementales tengo escapatoria y tengo que ganar- de la vida, como las que se refieren me la vida”, se decía. Necesitaba cri- a nuestras relaciones con nosotros ticar el derroche de electricidad que mismos y con los otros (entre las hacen los dueños en sus casas para cuales el amor es la opción supe- atender incluso a las vacas y a las ga- rior, pero solo una más), a nuestras llinas, conscientes deliberadamente responsabilidades y deberes como de que ellos, los trabajadores, ni tan seres humanos, a un pasado lleno siquiera tienen luz en la barraca que de dolor, un presente lleno de desa- todos comparten. Impregna todo de fíos y la posibilidad a menudo acu- gran sensibilidad humana y de una ciante de un futuro mejor. La His- descripción poética de la naturaleza toria se cuela en muchos de estos y de los trabajadores, que no oculta poemas pero también la cultura, la la severidad de sus condiciones de mitología, y lo sexual (especialmen- vida. te palpitante en esa “Balada 1952”), En las personas, la naturaleza, y hay espacio también para un hu- los acontecimientos encuentra el au- mor muy característico y, digamos, tor siempre alguna cualidad especial didáctico, como en un texto en el que se apresura a destacar. La mi- que habla Gulliver, el personaje de rada de Johnson rompe la rutina de Jonathan Swift (“Fábula sobre la Era el año 1914 y Aquí tienes tu todo lo que ocurre y de todo lo que voz de la conciencia”: págs. 50-53). vida son las dos primeras novelas, hay y nada es ya irrelevante; median- También en lo formal se nota continuación una de la otra, de la te expresiones concisas, ágiles y agu- que cada uno de los poemarios de tetralogía La novela de Olof, digna das; mediante imágenes discretas y Forssell tenía su propia persona- de Eyvind Johnson, Premio Nobel bellas, sin ampulosidad, adecuadas lidad, su propio lenguaje interior, de literatura en 1974. En estas no- a la sencillez de lo cotidiano y de la sus propios códigos, de modo que velas, muestra el autor su vida de vida normal de personas normales. no había otro remedio (ni mejor adolescente que estrena su juventud Nos cuenta que “el resplandor del decisión) que presentar los versos convertido en OLOF PERSSON, su fuego danzaba por la habitación”; por orden cronológico, como tan protagonista. La narración es lenta, que Olof llegó por la noche al río y recomendable (y de hecho habitual) irónica a veces y dura casi siempre; “allí se quedó contemplando la es- es a la hora de editar antologías, descubre el mundo interior de Olof, palda negra del agua”; mientras en que de algún modo han de dejar el crecimiento del escritor que lleva otro momento, temeroso él, “la os- constancia de toda la evolución de dentro, la búsqueda de su propio curidad le pisaba los talones”. Otra un autor a lo largo del tiempo. Tos- mundo y su desarrollo personal. vez, andaba por el bosque oscuro co o dulce, claro o críptico, delicado Olof Eyvind Person abandona a los “y tenía que abrirse camino, paso o deliberadamente rudo, directo 14 años el hogar y se gana la vida a paso, a través del propio miedo” o retorcido, Lars Forssell suele ser realizando distintos y peligrosos tra- aunque, de pronto, el peligro fue rotundo y convincente, e incluso bajos en contacto con la naturaleza. real porque “oyó pasos que salían en los momentos más negativos o Olof era ya una persona de espíritu del viento”. Describe los personajes luctuosos no olvida que “En el nido libre que no quería tenerlo todo con escuetas pinceladas: el capataz, de la muerte / vive el pájaro de la resuelto viviendo una vida desustan- el hombre de Estocolmo, August, alegría”. ciada: no podía huir del trabajo en la Larsson, Linus el de la cara como

114 una manzana, etc. O se entretiene Johnson cuida a sus personajes, em- El día sin noche describiendo el río, los distintos tra- patiza con ellos, convive con ellos e bajos, las personas que protagonizan incluso se fija en gestos habituales Ignacio Martínez de Pisón los episodios que se suceden: las en ellos que desdicen en la gente describe, a veces sin querer, en su fí- bien y educada. Hasta cuando ellos Kerstin Ekman; Ocurrió a ori- sico y en su alma, en su rudeza ruda hablan y piensan es él quien piensa casi siempre y con matices de cierta y habla como ellos. Él, que, como llas del río, Trad. Marina Torres, finura. Transmite, así, el ambiente dicen sus críticos, rompió todos los Tusquets, Barcelona, 2000 humano en la aserradora, en la ladri- moldes formales cultivados hasta llería y en el campo de patatas: para entonces; él, autodidacta, a lo Azo- que el lector “vea” lo que ocurre y rín, renovó con estilo seco, incisivo, sienta el estado de ánimo de los tra- la narrativa y experimentó con la bajadores. Y al dibujar la naturaleza concepción continua del tiempo. en otoño, invierno… parece que nos Sorprende la capacidad literaria incluye a nosotros en ella, afectados de Eyvind Johnson: realmente, la por el viento, por la nieve fría, por el historia sucesiva de los trabajos y sol tibio y a medias escondido, cru- los días de Olof con los tronqueros zando la soledad, hostil a veces, del puede hacerse en sí misma pesada, bosque y de los caminos. tan pesada como su vida y sus traba- Narra, así, el autor una sencilla jos. El contenido de Era el año 1914 y filosofía de la existencia de personas de Aquí tienes tu vida no es un gran sencillas, hundidas en las faenas tema, divertido, etc. Pero su lectura cotidianas y agotadoras, en las preo- engancha, atrae y atrapa. La inteli- cupaciones por una subsistencia me- gencia, la imaginación creadora, el diocre, pero con vivencias intensas. lenguaje vivo del autor sabe captar Una de ellas va más allá de lo coti- la vida palpitante de su protagonista diano: Olof, cuando ya no era tan y de sus compañeros de viaje, de tal adolescente, empieza a ver a la seño- manera que convierte todas estas ra de la casa como mujer. La siente historias en una verdadera obra de y la vive entonces con incipiente y arte por su belleza literaria. Es la tímido interés emocional cuando magia de la palabra. Es el placer de piensa en ella, al oír su voz, al verla la lectura. de espaldas y cómo camina con su andar ligero y suave, cuando ella En las cercanías de Svartvattnet, le coge la mano para darle el pan… un pequeño pueblo de Suecia, se co- incluso la sonrisa de la criada había mete un doble asesinato. Las víctimas dejado de ser la misma. Además, en son una joven pareja extranjera que la segunda mitad de Aquí tienes tu vi- había acampado junto a la orilla de da, su instinto le impulsaba a mirar un río y se disponía a vivir el largo y tocar a la chica aldeana, pero no se día ártico, en el que la noche no llega atreve. Se llama Johanna, y no tiene a cerrarse en ningún momento. Ese ningún defecto, y la observa atrac- crimen, que no terminará de esclare- tiva y bella hasta cuando ordeña la cerse hasta dieciocho años después, vaca. Pero ella se fija en el recién lle- irrumpe con violencia en las vidas de gado y guapo Antón, y lo “conoció”: varias personas y las marca para siem- era el principio de un final… pre. Una de esas personas es Annie E. Johnson resalta la solidaridad Raft, joven maestra que, en compañía contagiosa entre los compañeros y de su hija Mia y buscando iniciar una su fidelidad a las promesas; cualida- nueva vida, acaba de llegar a Svartva- des virtuosas bien visibles en Olof. ttnet con la intención de establecerse. También, en la segunda novela, el Otra es Johan Brandberg, un chico patrón Hallerg es repetidamente que mantiene una tirante relación humano y civilizado: hasta “su cara con su familia (especialmente con sus redonda es humana”, es la cara de hermanos, de los que por indicios bas- un hombre bonachón. Se ve cómo tante fundados sospecha que son solo

115 hermanastros) y que ese mismo día y a escarbar entre los confusos recuer- fuerza desplegada en la ocultación de decide fugarse. Y otra, finalmente, es dos enterrados en su subconsciente. esos recelos y esos rencores). Birger, el médico de la comarca, cuyo Ocurrió a orillas del río es una no- A esas sensaciones no pueden matrimonio atraviesa un momento vela con crímenes pero no una novela ser del todo ajenos los paisajes que la más que delicado. de crímenes y, si bien es cierto que la autora nos invita a visitar: esos lagos Pero en realidad ese crimen re- investigación final acaba esclarecien- y lagunas rodeados de altos juncos, mueve mucho más que todo eso. La do los hechos de una forma más que esas ciénagas que en verano se llenan calma que preside la vida en Svartva- satisfactoria, su autora parece menos de mosquitos, esas extensiones de ttnet es solo aparente, y por debajo interesada en alimentar la intriga y el tierra que durante tantos meses per- de ella abundan las tensiones que, suspense propios de las novelas del manecen como muertas bajo la nieve, sofocadas pero enérgicas, se arrastran género que en recrear la atmósfera esos bosques que desaparecen para desde quién sabe cuándo. Atávicos que rodea a los protagonistas, muy siempre entre el ruido horrísono de conflictos vecinales, viejos problemas particularmente la enigmática fuerza las sierras mecánicas... Ése es el mun- de convivencia, intolerancia hacia los que esos asesinatos provisionalmente do al que llega Annie Raft y el mundo forasteros que llegan al pueblo con irresueltos proporcionan a la vida del del que durante dieciocho años se ideas y formas de vida opuestas a las pueblo. ¿Acaso no son los mismos mantendrá alejado Johan Brandberg y tradicionales...: el asesinato provocará vecinos los que, llegado un momen- el mundo al que el melancólico Birgen una suerte de crisis colectiva que alte- to, prefieren seguir viviendo como si tratará en vano de adaptarse, y algo de rará de forma traumática la compleja nada de eso hubiera ocurrido o como esa misteriosa desolación suya se les red de relaciones personales y que, si todo hubiera sido una desgracia queda como adherida al alma, ator- sin embargo, no llegará a estallar del inevitable, una catástrofe natural y sin mentándoles durante el resto de sus todo, por lo que la necesaria catarsis culpables? Los vecinos de Svartvattnet vidas. todavía se demorará dieciocho años no quieren culpables porque ellos En esta novela, la primera de más, hasta que se produzca una nueva mismos lo son en mayor o menor me- las suyas publicada en nuestro país, muerte misteriosa que precipitará dida, y esa culpa compartida y nunca acredita Kerstin Ekman todas esas definitivamente las cosas. En una de declarada acaba poniendo en marcha cualidades que suelen coincidir en las páginas del libro alguien se pre- una compleja maquinaria de oculta- los grandes narradores: una atención gunta “si se puede mirar en la propia ciones y medias verdades, alimentada exquisita a los detalles, un sentido oscuridad y si es incluso obligatorio precisamente por la necesidad que innato del ritmo narrativo, una ex- hacerlo”, y lo que Kerstin Ekman se todos tienen de esconderse y escon- traordinaria destreza en el manejo de plantea con su novela es precisamente der. Si habló de la estructuras narrativas, una penetra- enfrentar a esta pequeña y cerrada “sensación de peligro” que transmitía ción psicológica que le permite cons- localidad nórdica con los fantasmas la lectura de las novelas de Patricia truir unos personajes perfectamente que pueblan esa oscuridad. Una espe- Highsmith, con respecto a esta novela verosímiles... Si a todo ello añadimos cie de gran terapia, en consecuencia, de Kerstin Ekman se podría hablar de un estilo sobrio y afilado, sin la menor y seguramente no podía ser de otro sensaciones bien distintas pero no por veleidad retórica, y una capacidad de modo: el pueblo se nos presenta como ello menos desasosegantes: la sensa- fabulación que nada tiene que envi- un organismo enfermo y necesitado ción, por ejemplo, de estar respirando diar a la de cualquiera de las llamadas de un tratamiento de choque, como un aire malsano, viciado, la de haber “damas del crimen”, lo único que nos un paciente que no puede aplazar por penetrado en un mundo que se man- queda es confiar en que sus editores más tiempo la visita al psicoanalista tiene en pie por la propia fuerza de los españoles nos faciliten cuanto antes el que le obligará a buscarse a sí mismo recelos y los rencores (o tal vez por la acceso a otras obras suyas.

116 El hombre que amaba la luz Víctor Herráiz

Erik Lindegren; el hombre sin camino, Trad. Francisco J. Uriz, Bassarai Ediciones, Vitoria-Gasteiz, 1998.

Erik Lindegren (1910-1968) fue Pound, y halló en el surrealismo otras ligadas a un significado más quizá el poeta sueco más relevante el estilo adecuado para expresar el personal, como las aguas, la lluvia en la década de los cuarenta. Pu- horror de la destrucción mostrada (elementos amorosos y de renaci- blicó El hombre sin camino en 1942, a su alrededor. No pasó mucho miento), la cierva en el laberinto, el cuando la tierra se desangraba en tiempo sin que las jóvenes genera- silencio, la dualidad, el ojo que ve o un holocausto sin precedentes. Sus ciones se identificaran con sus “so- no ve lo que ve… versos —una continua explosión netos estallados”, como él mismo Los espejos son una pieza ale- de imágenes que nos hablan del los llamaba. górica muy presente en su obra. En volcán de odio y de la impotencia Lindegren declaró sobre su “la sala de los espejos” campea Nar- del hombre común ante el Leviatán nueva estética: “La imagen poética ciso, cuyo mito nos recuerda que desatado— le han valido el califica- debe liberarse de su rol subordina- solo se amaba a sí mismo y que pa- tivo de “poeta de la angustia”. do y constituir el elemento central rece intuir la cuestión medular aún Lindegren experimentó una de la poesía”. Fiel a esta idea, sus pendiente del mundo contemporá- etapa literaria anterior de corte versos —largos, agrupados siempre neo: el rechazo al otro, el desprecio tradicional. Pero cambió de rumbo de dos en dos— despliegan varie- al diferente. Se duele del desgarro, para escribir El hombre sin camino. dad de imágenes pertenecientes al de la dualidad “donde dos mitades Conoció a Arthur Lindkvist, que universo modernista, como el azul, se funden en una ceguera doble” introdujo el surrealismo en Suecia, las rosas, los nenúfares, los árboles, (VII) con un resultado tan iróni- leyó a los simbolistas franceses, a la paloma, el ruiseñor, el ala del camente absurdo como este: “yo los vanguardistas T. S. Eliot y Ezra cisne, la caracola, la primavera; te maté a ti y a mí para que pudié-

117 semos vivir” (XXXI). Lindegren del error” (epígrafe); “el ojo descas- comparte angustia existencial con carillado del cadáver arde” (V); “el Sartre y con Camus, cuyas obras La sufrimiento abre nerviosamente su Náusea y El Extranjero se publica- ojo blanqueado”; “no, todavía no es ban en 1938 y 1942, casi simultánea- hora de mirar en el ojo de dios” (VI); mente a El hombre sin camino. “entre las mentiras que perforan el Grito y silencio son otra seña ojo de la verdad” (XXXIV); “rígido y de su poesía. Cuando leemos “don- oscurecido descansa el ojo en su pe- de la locura es inalcanzable y la bo- destal” (XIII); “el ojo gris de la natu- ca se dilata / en un grito de angus- raleza pierde su asombro” (XXIV); tia que se desmorona en silencio” “mi ojo nos engañó” (XXXI); “el (XII), ¿quién no siente como si se ojo preso mira / la caída de jirones hallara ante la mismísima pintura de carne” (XXXII); “sobre los ojos de El grito? mudos se extiende la bruma de la Otra figura recurrente es la del humildad” (XXXVII). Diríamos “cuerpo fragmentado”, frecuente que el hombre sin camino es un en grandes poetas contemporáneos hombre sin vista, extraviado en la como Luis Cernuda, Leopoldo ceguera. María Panero; y aquí obvia si pen- Pero Lindegren, pese a la an- samos en los efectos de la guerra. gustia, no cede al desmayo. Cierra Se alude al cuerpo: “la destrucción su obra imponiéndose un objetivo sierra mocosamente un cuerpo vital: renacer a partir de las semi- en partes iguales” (IV); “…la gui- llas de la fe destrozada, volver a llotina / separa mi cuerpo de las recuperar la luz a las tinieblas y, nubes” (XXXIX). Pero también como él mismo dice en su último se citan otros miembros: la mano poema, “descubrir la estrella que (XXXIV), los dedos (XVI), los pies espera su descubrimiento / la es- (XVIII, XIX). La típica descom- trella de la nueva creación que han posición surrealista de los objetos visto solo unos pocos” (XL). como en el Guernika de Picasso o El Al fin y al cabo, ¿para qué están Sueño de Dalí, muerta la unidad y las estrellas, sino para iluminar el la armonía en un mundo en crisis. camino de aquellos que quieren ver? Una de las oposiciones más jugosas del poemario es la de luz/ sombras; visión/ceguera. Lindegren habla de la “innata ceguera de los horizontes” (en el epígrafe); de “la ceguera se ríe burlona por su venta- na sin cristal” (VII). En el conflicto bélico ha ganado el ejército de las sombras; se apagó la luz. Y solo por un estado patológico muy parecido al que José Saramago imaginó en su Ensayo de la ceguera la humani- dad queda durante algún tiempo incapacitada para reaccionar. Nos persigue “nuestra eterna ceguera…” (XXXIII); “la ceguera de los anillos anuales”, “la mirada de la gallina ciega”; “… yo acompaño a un hom- bre que es más que ciego” (XVI). Los ojos sin función —otra imagen— saltan a cada página por su contrario, la penumbra. “El ojo ascético del sol contempla el camino

118 Artista invitado Paco Simón Eugenio Mateo

Sofi’s Remake 2016. Técnica: Acrílico sobre parel (Paco Simón)

La portada de la revista Crisis narrador que aprovecha la conjun- Su búsqueda se le hace previsible y pretende ser una síntesis gráfica del ción de formas y color para contar- emprende una evolución que le lleva contenido literario, por lo que esta- nos historias, muchas historias a las a buscar el misterio entre capas casi mos ante un elemento clave que de- que la evolución de su carrera no les monocromas. fine nuestro postulado multidiscipli- ha cambiado el desenlace: Historias De vuelta de la Gran Manza- nar. La relación de famosos artistas de sensualidad, de mujeres y de ro- na, fija de nuevo su residencia en que han colaborado con sus obras se ces voluptuosos; músicas siempre Zaragoza, donde se embarca en amplía ahora, en este número espe- nocturnas; cosmos imprevistos en nuevos proyectos multiculturales cial sobre la literatura nórdica, con la Gran Urbe: Nueva York, donde de rango internacional. Su pintura la aportación de uno de los pintores abre su estudio en 1988. En esa etapa crea formas a partir de la superfi- aragoneses más emblemáticos: Paco americana, Paco Simón consigue cie, diseccionándola capa a capa, Simón (1954). que su pintura parezca tridimen- dejando que la luz y nuestro movi- Desde su paso por el Grupo sional y se despierta su interés por miento hagan el resto. Busca nues- Forma —colectivo artístico que las instalaciones. Color y luz son el tra sorpresa para contarnos que él aportó con su vital transgresión concepto relevante en su libertad también se sorprende. La suya, su una bocanada de aire fresco al arte creativa que instala en varios países. sorpresa con el resultado es la ra- aragonés de los años finales de la Mientras, se deja seducir por el pop zón por la que pinta. Como dijo el Dictadura—, Simón ha venido sien- art y hace de esa época la más fructí- propio Simón: “No me gustan los do un investigador, o, mejor aún, un fera. Se interesa por todo, expone en pintores que de tanto pintar se con- explorador del color. También un prestigiosas galerías internacionales. vierten en relamidos”.

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