La Traducción En Las Tertulias Literarias Del Siglo XIX En Cuba
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LA TRADUCCIÓN EN LAS TERTULIAS LITERARIAS DEL SIGLO XIX EN CUBA LOURDES ARENCIBIA RODRÍGUEZ Sección de Traducción Literaria de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba I do amenazaba la seguridad de lo sacaro- cracia y otra propugnar la eliminación del ualquier estudio sobre lo que se tra- sistema esclavista. De suerte que ni el uno dujo, cómo se tradujo y quién lo tra- ni el otro fueron partidarios de la abolición y Cdujo en el siglo XIX en Mayor de las sus respectivas contribuciones en el ámbito Antillas o en el extranjero sobre todo tema de la cultura no alcanzan, en puridad, a una que interesara a los cubanos de la época y participación activa en favor de la indepen- particularmente a aquéllos que vivieron y dencia de Cuba. Este trabajo, puesto que participaron de una vida cultural y sociopo- enfoca únicamente el tema de la traduc- lítica intensa en el periodo que abarca des- ción, atañe particularmente a la tertulia de la fundación del Papel Periódico hasta delmontina, no porque los que participaron las primeras crónicas salidas de la pluma de las de Luz no cultivasen también este de nuestro José Martí a finales del siglo, no género (Piñeyro, Zenea, el propio Luz y puede soslayar el papel desempeñado en Caballero fue un latinista notable, amén de la Isla por las tertulias literarias que anima- conocer también el griego y dominar con ron primero Domingo del Monte y Aponte y fluidez y corrección el francés, alemán, ita- José de la Luz y Caballero más tarde: dos liano, leer el ruso y las lenguas escandina- figuras señeras que, pese a sus debilida- vas y de haber frecuentado en sus viajes a des en el plano político, por su vastísima Europa a figuras de la talla de Longfellow cultura, su afán divulgativo, su amor por el —traductor al inglés de las Coplas de Jorge conocimiento y su vocación magisterial se Manrique—, Ticknor, Walter Scott, Cuvier, propusieron y lograron aglutinar en torno de Michelet, Humboldt y Goethe), sino porque sus respectivos proyectos culturales a lo un análisis particularizado de ambas daría más valioso de los creadores de su gene- una extensión desproporcionada a este tra- ración y establecer y mantener sólidas re- bajo y tendría además que abordar, por laciones de intercambio de ideas y conoci- fuerza, temas que nada tienen que ver con mientos con pensadores y creadores de la traducción. Europa y Norteamérica. Esos dos hombres La huella de la traducción en la forma- de vasta cultura plurilingüe, de formación ción de nuestra joven literatura o la práctica española y antecedentes neoclásicos y que de ella hicieron las figuras que fre- conservadores no fueron ajenos ni indife- cuentaron esas peñas —las más desco- rentes en la importante época que les tocó llantes del siglo—, se manifiesta en dife- vivir, ni inconsecuentes con sus circunstan- rentes planos, atendiendo a su razón de cias. A su manera, quisieron ser reformis- ser, a su motivación o a su tipología. tas, y condenaron el tráfico de esclavos no — Un plano referencial, que se refiere a porque fueran abolicionistas. La moral de la obras traducidas que circularon, se juzgaron y época era una moral racista y esclavista y se leyeron en las tertulias literarias merced al los intereses de la clase a la que pertene- mecenazgo cultural llevado a cabo por Del cían no les permitían proyectarse sino a Monte, quien las seleccionó, las adquirió e in- partir de grandes contradicciones. Porque trodujo en la Isla, las revisó, las reimprimió, una cosa era repudiar la trata, o sea, el trá- las publicó y las difundió tanto desde Ma- fico de esclavos, cuyo aumento incontrola- tanzas como posteriormente en la capital. iieronymus 27 — Una labor ensayística crítica sobre plía aun más, si cabe, el ámbito de sus re- traducciones y traductores cuyos trabajos laciones. José Martí lo califica como «el más relevantes son de la autoría del propio más real y útil de los cubanos de su tiem- Del Monte o trozos o referencias atinentes po» (creo que el calificativo de útil es harto al tema, de menor categoría generadas por atinado) que se propuso a través de su los asiduos a sus tertulias o a su correo. proyecto de magisterio la difusión entre sus — Un material epistolar traducido que contemporáneos isleños de las más actua- atañe a la correspondencia personal soste- lizadas corrientes de pensamiento europeo nida por interlocutores extranjeros con Do- y americano. Flexible y ecléctico siempre, mingo Del Monte que figura a continuación supo promover sin embargo la formación del texto original en el Centón Epistolario de una literatura provincial elevando, al de- compilado por Don Domingo. cir de Henríquez Ureña, el criollismo a doc- Antes de seguir adentrándonos en el tema trina literaria, lo que le convierte en uno de de nuestro trabajo, resulta oportuno y necesa- los primeros voceros del americanismo lite- rio presentar una breve semblanza de la per- rario, si bien, como señala Lezama Lima, sonalidad y la labor de este infatigable pro- «al querer unir las formas más clásicas y motor del importantísimo intercambio inte- tradicionales con un contenido netamente lectual que tanto la tertulia como la corres- cubano, paisajes, hombres y costumbres pondencia reflejan y que hacen de éstos el [...] trajo a la poesía cubana una interroga- centro de animación cultural y el testimonio ción más que una solución a la expresión escrito más sobresaliente del quehacer cultu- de lo nuestro [...] No pareció comprender que ral, y de la vida sociopolítica e incluso econó- la expresión cubana no iba a tomar los cami- mica y científica de la Cuba del siglo XIX. nos del romancero sino los de la décima». Domingo del Monte y Aponte (1804- No obstante, la labor literaria más desta- 1853) nació en Maracaibo, Venezuela, de cada de Del Monte no habría que buscarla padres dominicanos. Fijó su residencia en del lado de la poesía, ni como traductor ya Cuba desde su infancia hasta 1843, fecha que no sobresalió particularmente en nin- en la que abandona definitivamente la Isla guno de los dos géneros, que sin embargo para morir en Madrid diez años más tarde. cultivó, sino del de la crítica y el ensayo. Fue discípulo de Félix Várela en el Semina- Cintio Vitier señala que «el substrato de rio de San Carlos y se desempeña como sus criterios literarios fue neoclásico sin abogado en Matanzas. Por el Prefacio que que ni el americanismo ni el cubanismo li- le dedicó Domingo Figarola Caneda al pri- terarios —como tampoco el político— sig- mer tomo de la compilación que hiciera el nificaran ningún género de separatismo, de propio Del Monte de su voluminosa corres- aspiración a la independencia». Siempre pondencia, que atestigua la vastedad de fue un polemista convencido de que el vín- sus conocimientos y sus numerosas rela- culo de la lengua era algo insuperable. Por ciones políticas, literarias y personales con ello, Menéndez y Pelayo lo califica de «gran las más sobresalientes figuras de su épo- celador de la pureza de la lengua castellana y ca, conocemos que se trataba de un hom- de la conservación de sus antiguos tesoros». bre acaudalado, de elevada posición social No podría mencionarse una publicación que se encumbra todavía más a raíz de su periódica cubana de importancia donde no enlace con una de las hijas del opulento hubiese colaborado Del Monte amén de los hacendado Domingo Aldama, Rosa Alda- trabajos que de su pluma aparecieron en ma y Alfonso, circunstancia que, al decir de revistas europeas y norteamericanas. Fun- Pedro Guiteras en el trabajo que le dedica dó y dirigió con J.'Vallerino La Moda o Re- en la prensa neoyorquina en 1873, le otor- creo Semanal del Bello Sexo de la que lle- ga desde entonces lo posición de «jefe y garon a publicarse de noviembre de 1829 a Mecenas de la civilización cubana» y am- junio de 1830 tres tomos. Cabe señalar que 28 îeronymus se trató de un período particularmente pro- también remitiré a V. en cambio de la Alham- lijo en publicaciones periódicas de exce- bra en inglés que V. se sirve ofrecerme. lente factura y esmerada selección que die- ron cabida a lo mejor de nuestra producción Desde España, Don Ángel Iznardi, quien nacional. El bostoniano George Ticknor, pro- con suma frecuencia se refiere en su co- fesor de Literatura moderna en la Universi- rrespondencia al tema que nos ocupa, en- dad de Harvard, filólogo y autor de una vía a Don Domingo el tomo I de la Historia Historia de la literatura española traducida de la Literatura española, escrita en alemán al español y al alemán, opina en este sentido con notas por F. Bouterweck, pero a juzgar en carta dirigida a Del Monte en abril de 1834: por sus comentarios, se muestra escéptico con la labor del traductor Hugalde y Cortina / have been struck, ever since I first began to cuando previene a su amigo de hallarse read the Revista Cubana, with the amount of «en conflicto de complacer al traductor que literary talent and accomplishement in your is- es amigo y de no faltar a la verdad si algu- land. Nothing to be compared with it has, so far na vez puedo escocer al que lo volvió en as I am informed, ever been exhibited in any of castellano». the Spanish Colonies & even in some respects, 1 Algo similar comenta a su vez Salustiano nothings like this is to be seen in Spain Proper. de Olózaga, gobernador civil de Madrid en Tampoco hubo escritor o poeta de esa 1836, sobre la traducción de los Discursos generación que no recibiera de Don Do- Forenses de Servan que envía para que mingo orientación y estímulo moral y mu- [...] mejor que yo podrá juzgar quien ha puesto chas veces material para su inspiración.