Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones

(S-2112/08)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación DECLARA:

1- Rendir homenaje al Dr. Mariano Boedo, benemérito salteño, a quien le tocó actuar en una época crucial y particularmente difícil para la patria en el proceso independentista de 1810-1816, desplegando en este período gran actividad en favor de los ejércitos de la patria y posteriormente destacándose con especial participación en el Congreso de Tucumán (1816) en la Declaración de la Independencia. 2- Disponer, en recordación del nacimiento de este “numen de la revolución del norte”, el emplazamiento de una placa conmemorativa a colocarse sobre la pared, en el hall de la estación "Boedo" de la Línea "E" de subterráneos, a la izquierda del sitio donde se encuentra el busto. Dicha estación tiene cuatro accesos, uno por cada esquina de la intersección de San Juan y Boedo. 3- Invitar a la Ciudad Autónoma de y a la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo para su participación en el acto homenaje, así como la ornamentación y mantenimiento del espacio del emplazamiento.

Sonia Escudero. - Juan C. Romero. – Juan A. Pérez Alsina.

FUNDAMENTOS Señor Presidente:

Es cosa probada, que cada vida es hija de sus obras. No es necesario el hecho magnífico, la hazaña que exceda el escenario local, para que la historia juzgue y coloque a cada hombre, en el sitio dilecto de hijo ejemplar de la patria.

Por el contrario, la historia se teje también con la labor callada de todos los días. Tal es el caso de Mariano Boedo.

Nació en el 25 de julio de 1782. Sus padres fueron Don Manuel Antonio Boedo y Doña Magdalena Aguirre.

Estudioso por vocación y sobresaliente por naturaleza, cursó sus primeros estudios en el Seminario de “Nuestra Señora de Loreto”, en Córdoba. Luego, en la Universidad de Charcas obtuvo el título de abogado con excelentes calificaciones, el 20 de mayo de 1805.

Un año antes, en 1804, ya había sido nombrado Secretario de la Real Audiencia de Charcas, por sus dotes personales. Impetuoso, apasionado, vehemente, en favor de las causas justas. La revolución de 1810 lo encuentra en Salta y de ahí en más lo cuenta entre sus servidores.

En 1813 es nombrado cabildante en Salta, desplegando gran actividad en favor de los ejércitos de la patria. Al retirarse Belgrano de esa provincia, se le encomendó el gobierno, la tesorería y la misión de proteger la inmigración.

Luego pasó a Córdoba. , que era su gran amigo desde que realizó un viaje al Alto Perú, lo tuvo en gran estima e interpuso toda su influencia para que se le nombrara asesor letrado del gobierno de esa provincia.

Así Mariano Boedo deja su ciudad natal y vuelca en Córdoba lo mejor de sí mismo; es secretario del Gobernador Intendente, Juan Martín de Pueyrredón, y luego, cuando éste renunció para ir a ocupar la presidencia de Charcas, asume interinamente, el 18 de diciembre de 1814, la jefatura del gobierno de Córdoba.

Su inquietud no le permitía afianzarse mucho en un sitio. Vuelto a Salta, en 1815, al surgir un conflicto entre esta provincia y Jujuy; es nombrado por Güemes como su representante para la solución del mismo. De esta manera, el 14 de septiembre de 1815, suscribe un tratado de paz en nombre de su provincia, luego de defender su posición con una eficacia incomparable.

Pero es en 1816, en el Congreso de Tucumán, donde su personalidad desborda. Por pluralidad de votos es designado por la Asamblea electoral de Salta, para representar a la provincia junto a José Moldes y al Dr. Ignacio Gorriti, e integra con el Dr. Ulloa una comisión que proyecta las instrucciones por las que debe investirse a los representantes del Congreso. Constituido el mismo es designado Vicepresidente y, como tal, jura la Declaración de la Independencia. El 1° de enero de 1817 se lo eligió presidente del mismo, pero tras formar parte de una comisión revisora del Reglamento Provisorio que debía darse al Estado, la salud no lo acompañó y tras retirarse de Tucumán y viajar a Buenos Aires, muere el 9 de abril de 1819, a la edad de 37 años.

Su admirable temple lo lleva a redactar, días antes, su testamento. En él elige como sepultura a la Iglesia del Convento de San Francisco, donde descansan sus restos.

Su vida breve nos privó de nuevos hechos. Pero en todas las oportunidades donde le tocó actuar, Mariano Boedo se perfiló indiscutiblemente como un gran patriota, un estudioso incansable y, por sobre todas las cosas, un vehemente “hombre ejemplo”.

Cuando la Ciudad de Buenos Aires aún no había recibido las tierras que formaban parte del pueblo de San José de Flores y que, según la Ley de Capitalización debían pasar a formar parte de la Capital Federal de la República , siendo presidente de la Corporación Municipal Torcuato de Alvear, el 6 de marzo de 1881 se le da el nombre de Mariano Boedo a la calle que, desde 1867, había sido el linde de la ciudad.

El 11 de junio de 1968 por Ordenanza Nº 23.698 publicada en el Boletín Municipal Nº 13.336, el Intendente Manuel Iricibar establece los límites definitivos de todos los barrios capitalinos. Es la partida de nacimiento oficial del barrio de Boedo, cuyos límites quedan establecidos por la Av. Loria, Av. Caseros, Av. La Plata y Av. Independencia. Los límites se ratifican luego mediante la Ordenanza Nº 26.607 publicada el 4 de mayo de 1972.

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, según proyecto presentado por el diputado Fernando Finvarb, a solicitud de la Junta de Estudios Históricos del Barrio de Boedo, instituye el 25 de Julio de cada año como “Día del Barrio de Boedo”, conmemorando así la fecha de nacimiento del prócer salteño. La norma que lo establece, Ley 1.043, es aprobada el 19 de junio de 2003.

A partir de ese momento se revaloriza la memoria del ilustre salteño, realizándose año a años diversos actos con participación de alumnos de escuelas públicas y privadas de los distintos niveles, autoridades y público en general. Un Jardín de Infantes, Nº 4, del D.E, 6, designa a Mariano Boedo como “Patrono” del establecimiento y ya tiene estado legislativo la designación de la futura plaza del barrio con el nombre de Mariano Boedo.

A este ilustre personaje de la historia, a quien le tocó actuar en una época particularmente difícil para la patria, ejemplo y el modelo de entrega radical, que en todos los cargos se desempeñó con fervor patriótico, desde su visión de estudioso, y así logró coronar con éxito las tareas más difíciles, a este hombre, creemos necesario el merecido reconocimiento de este Honorable Cuerpo.

Por las razones expuestas, Señor Presidente solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.

Sonia Escudero. - Juan C. Romero. – Juan A. Pérez Alsina.