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Contenido análisis y perspectivas urbano-regionales

AÑO XVi l NUMERO 17 l 2012 Editor Centro de Educación y Coloquio Nuevo Proyecto Nacional Comunicación “Guaman Poma de Ayala” Supervivencia y construcción del futuro. Director JOSÉ MARÍA GÓMEZ La inclusión de los sectores populares en la Editores historiografía peruana reciente ELDI FLORES NÁJAR Jesús A. Cosamalón Aguilar 7 LUIS NIETO DEGREGORI

Comité Editorial Luis Castro, Enrique Estrada, Efraín Imaginarios de nación en el Perú de hoy Gonzales de Olarte, Abel Laurent, Gonzalo Portocarrero 21 Asunción Marco, Fernando Ruiz Caro Diseño Mario Castillo Centeno La heterogeneidad del proyecto nacionalista peruano Fotografía de carátula Javier Solís Omar Coronel 29 Fotografías Rainer Hostnig ¿Qué nación? Discursos, luchas indígenas y Colaboradores demandas de nación en el Perú actual: Cindy Carol Álvarez Flores, Omar Coronel, Jesús A. Cosamalón Aguilar, Una reflexión a propósito de la movilización Osmar Gonzales, Sandra Margarita aimara del 2012 Huamán Luna, Rubén Hurtado Ramón Pajuelo Teves 39 Huarsaya, Hannah McClure Baron, Bruce Mannheim, Luis Nieto Degregori, Juan Víctor Núñez del Prado Béjar, Ramón Pajuelo Teves, Proyectos de nación en la narrativa Jheyson Pineda Huillca, Gonzalo andina peruana Portocarrero Luis Nieto Degregori 53 Corrección de estilo Eleana Llosa, Jorge Vargas Diagramación Génesis de un proyecto nacional mariateguista Aly de la Vega Calderón Juan Víctor Núñez del Prado Béjar 59 Impresión Servicios Gráficos JMD Av. José Gálvez 1549 - Lince - Lima II concurso Un Perú de todas las sangres Tiraje 1000 ejemplares Realidades y mitos en las exploraciones en la , Amazonía en los valles del Mapacho, Dirección Pilcopata y Madre de Dios Centro “Guaman Poma de Ayala” Jirón Retiro 346 - Tawantinsuyo Cindy Carol Álvarez Flores 63 Teléfonos 235931 l 236202 [email protected] www.guamanpoma.org Nutrición y tradición en los Andes: Cusco l Perú Entomofagia en la región Cusco Jheyson Pineda Huillca 73

El dilema de cambiarse el apellido “indio” a un apellido “español” ante los ojos de una sociedad “postmoderna” Rubén Hurtado Huarsaya 79 2 l C R O N I C A S U R B A N A S

Apu Yaya Jesucristo Sandra Margarita Huamán Luna 89

Sociedad y cultura

Interculturalidad en el parto y el embarazo: Logros y limitaciones en el centro de salud de Paucartambo Hannah McClure Baron 95

El futuro de los idiomas oprimidos en los Andes, de Xavier Albó, cuarenta años después Bruce Mannheim 113

Alberto Flores Galindo y Carlos Iván Degregori: La polémica desplazada Osmar Gonzales 119 C R O N I C A S U R B A N A S l 3

EDITORIAL

os días 12 y 13 de julio del 2012, el Centro Guaman Poma de Ayala convocó un coloquio sobre Nuevo proyecto nacional con la finalidad de explorar las L nuevas imágenes y narrativas que apuntan hacia la descolonización del imaginario peruano. Se buscaba hacer un inventario crítico sobre las representaciones del Perú que surgen desde el arte y la literatura, desde las ciencias sociales y la política. El objetivo último era activar la reflexión sobre las características que debería tener un proyecto nacional que no convierta las diferencias en motivo de jerarquía y en impulso a la homogeneización.

La proximidad del bicentenario de la Independencia fue el marco que comprometió a los ponentes a imaginar cómo tendría que ser nuestro país para ser una nación solidaria, respetuosa de sus diferencias culturales y capaz de encauzar, a través del diálogo y la política, sus conflictos y su búsqueda de justicia.

Las ponencias del coloquio ocupan la primera sección del presente número de Crónicas Urbanas. “Supervivencia y construcción del futuro. La inclusión de los sectores populares en la historiografía peruana reciente” titula la ponencia presentada por el historiador Jesús Cosamalón y en ella el autor trata de responder a preguntas como las siguientes: ¿cuándo comenzó la incorporación de la historia de los sectores populares en la historiografía peruana?, ¿cuál es el desarrollo de este tipo de visión en los últimos años?, ¿cuál es su importancia? El sociólogo Gonzalo Portocarrero, por su parte, explora el tema de los “Imaginarios de nación en el Perú de hoy”, invitando con su reflexión a que los jóvenes asuman el reto de imaginar el futuro. En la ponencia “La heterogeneidad del proyecto nacionalista peruano”, el antropólogo Omar Coronel busca hacer visible el protagonismo de jóvenes militantes y simpatizantes del Partido Nacionalista Peruano en Ayacucho. La mirada del antropólogo Ramón Pajuelo, en cambio, se enfoca en los movimientos indígenas con la ponencia “¿Qué nación? Discursos, luchas indígenas y demandas de nación en el Perú actual: Una reflexión a propósito de la movilización aimara del 2012”. Seguidamente, el escritor Luis Nieto Degregori indaga en los “Proyectos de nación en la narrativa andina peruana” y señala que desde esta vertiente de la narrativa peruana, contrapuesta a la criolla hegemónica, se ofrecen maneras distintas de imaginar el fu- turo del país. Finalmente, el antropólogo Juan Víctor Núñez del Prado se detiene en la “Génesis de un proyecto nacional mariateguista” y sostiene que en nuestro país se ha gestado un proyecto de esta naturaleza del que no somos todavía plenamente conscien- tes y que puede constituir un vector interesante para la conformación nacional durante el siglo XXI.

En la línea del coloquio sobre Nuevo proyecto nacional, la revista Crónicas Urbanas convocó por segunda vez el concurso de artículos de investigación para estudiantes universitarios “Un Perú de todas las sangres”. Al igual que en su versión anterior, este concurso propuso como temas de reflexión asuntos como la construcción de la identidad peruana actual, la problemática de la exclusión y el racismo y la posibilidad 4 l C R O N I C A S U R B A N A S

de un nuevo proyecto nacional con miras al bicentenario de la independencia. El jurado calificador del concurso estuvo conformado por las antropólogas Karina Pacheco y Ligia Alencastre y por su colega Fernando Villafuerte. Los dos primeros puestos, en esta oportunidad, pertenecen a Cindy Carol Álvarez Flores y Jheyson Pineda Huillca, ambos de la Universidad Nacional del Cusco. El tercer lugar fue para Rubén Hurtado Huarsaya, de la Universidad Técnica del Altiplano de Puno. Además, un jurado en quechua conformado por Ligia Alencastre e Hilda Cañari recomendó la publicación del artículo de Sandra Margarita Huamán Luna en esa lengua.

Completa este número de Crónicas Urbanas la sección de Sociedad y cultura con los artículos de Hannah McClure Baron sobre “Interculturalidad en el parto y el embara- zo: logros y limitaciones en el centro de salud de Paucartambo”, Bruce Mannheim sobre “El futuro de los idiomas oprimidos en los Andes, de Xavier Albo, cuarenta años después” y Osmar Gonzales sobre “Alberto Flores Galindo y Carlos Iván Degregori: la polémica desplazada”. C R O N I C A S U R B A N A S l 5

Rainer Hostnig Un registro de la Reserva de Biosfera del Manu

Rainer Hostnig nació en 1949 en Vorarlberg, dos de 2008 hasta fines de 2012 trabajó en Austria. Realizó sus estudios superiores en un programa de seguridad alimentaria de la Alemania, recibiéndose como Licenciado en Unión Europea en Bolivia. Lingüística Aplicada (especialidad en Litera- Durante los años noventa, siendo tura Latinoamericana) en la Universidad del coordinador de la cooperación austriaca Sarre en 1977 y como Master of Science en para el desarrollo en Guatemala, Hostnig Desarrollo Rural para Países en Vías de De- publicó varios libros sobre la literatura oral sarrollo en la Universidad Técnica de Berlín, maya del altiplano occidental, así como com- Alemania, en 1984. Trabajó durante catorce pendios de fuentes históricas sobre la histo- años para la Cooperación Austriaca en pro- ria de la etnia maya-mam y quiché. yectos de desarrollo en Perú y Guatemala y Inició sus estudios sobre arte rupestre condujo entre 1998 y 2004, como codirector en los años ochenta, en el departamento de europeo, un programa de la Unión Europea Apurímac, siendo desde entonces miembro para el desarrollo de la Reserva de Biosfera activo de la Sociedad de Investigación de y Parque Nacional del Manu. Desde media- Arte Rupestre de Bolivia (SIARB), institución 6 l C R O N I C A S U R B A N A S

preocupada por la documentación y conser- Durante mi primer trabajo como co- vación del arte rupestre en los países vecinos. operante en Apurímac (1984-1989) aprove- Desde enero del 2002, Hostnig es ché el tiempo libre para realizar un registro miembro del consejo directivo de la SIARB fotográfico de las tradiciones campesinas, y su representante en el Perú. Es autor de paisajes y restos arqueológicos del departa- varios artículos sobre arte rupestre de Apu- mento. Parte de estas imágenes fue publica- rímac, Cusco, Puno, Madre de Dios y Are- da más tarde en el anexo de un libro sobre el quipa y de un primer inventario integral de Santuario Nacional del Ampay. Fue en Apu- arte rupestre peruano, publicado con apo- rímac donde nació, en 1985, mi afición por yo de CONCYTEC en 2003. A partir del año el arte rupestre al hallar por casualidad las 1998 realiza el registro y documentación de pinturas rupestres de Pulpintoccasa en la yacimientos rupestres del sur peruano con el comunidad de Pisquicocha, cuando me re- propósito de crear una base sólida para com- fugiaba de una tormenta en un abrigo roco- paraciones estilísticas e iconográficas intra- e so en las punas de Aymaraes. Al comunicar interregionales y de rescatar estas manifesta- este hallazgo al arqueólogo Luis Barreda del ciones artísticas –tan vulnerables a la acción Cusco, fui invitado por el antropólogo Jorge antrópica y climática– para la posterioridad Flores Ochoa en 1987 a redactar un artículo mediante la creación de un banco de imáge- sobre las pinturas que apareció en un com- nes y de datos respectivos. pendio sobre “llameros y paqocheros”. Sobre su trabajo propiamente fotográfi- Al hacerme cargo en 1998, como co- co, Rainer Hostnig ha escrito lo siguiente: director europeo, del proyecto Promanu, fi- “Pasé mi niñez y juventud en Austria, nanciado por la Unión Europea, tuve la oca- en una pequeña ciudad junto al lago Cons- sión de llevar a cabo numerosos viajes a las tanza, en la frontera con Alemania y Suiza. diferentes zonas de la Reserva de Biosfera Me inicié en la fotografía a los quince años del Manu, generando un archivo volumino- al montar en mi casa un pequeño laboratorio so de fotografías sobre las distintas facetas rústico para el revelado y ampliación de fotos de la realidad de esta hermosa y extensa en blanco y negro. área de conservación. Un lugar del Parque Tuve una vocación temprana por la ar- Nacional del Manu que me cautivó e intrigó queología y etnografía y una motivación cre- de manera particular fue , en el cur- ciente, fomentada por la lectura, para cono- so superior del río Palotoa, por contener los cer los Andes y la Amazonía. Entre 1970 y petroglifos más importantes de la Amazonía 1973 realicé mi sueño y pasé tres años via- peruana. jando y trabajando en Colombia, Ecuador y Las fotografías sobre los petroglifos de Perú. Pasé esos años inseparable de mi cá- Pusharo se convirtieron en la base de un ar- mara fotográfica para testimoniar mis im- chivo fotográfico especializado sobre el arte presiones sobre los paisajes andinos y sitios rupestre regional y nacional que sigue cre- arqueológicos, así como para realizar mis pri- ciendo año tras año gracias a documenta- meros registros etnográficos. ciones propias y aportes de investigadores y Habiendo retornado a Europa en 1974, aficionados peruanos y extranjeros. Muchas comencé mis estudios en Alemania y me gra- de las fotografías sobre arte rupestre y pai- dué como licenciado en idiomas en 1977 y sajes tomadas en el sur del Perú fueron di- como ingeniero agrónomo en 1983. Mi tesis vulgadas en diferentes publicaciones, entre fue sobre la crianza tradicional de camélidos las que destaca el libro Carabaya: Paisajes y en la comunidad campesina de Queros, en cultura milenaria, financiado por la Munici- Paucartambo. palidad de Carabaya en 2010.” C R O N I C A S U R B A N A S l 7 Supervivencia y construcción del futuro. La inclusión de los sectores populares en la historiografía peruana reciente

Jesús A. Cosamalón Aguilar Pontificia Universidad Católica del Perú Coloquio Nuevo Proyecto Nacional

Casa típica de una familia huachipaeri en Santa Rosa Huacaria.

as preguntas que guían este texto son: portante observar hacia dónde puede caminar ¿cuándo comenzó la incorporación de este tipo de historiografía y cuál puede ser el la historia de los sectores populares en valor de este tipo de perspectiva. En otras pa- la historiografía peruana? ¿Cuál es el labras, ¿por qué es necesaria la historia de los desarrolloL de este tipo de visión en los últimos sectores populares? ¿Cuáles son las diferencias años? Y especialmente, ¿cuál es su importan- con la historiografía anterior? cia? Lo que sigue está limitado por mi propio Mi primer punto de entrada se refiere a conocimiento historiográfico, es decir, lo que lo que significa esta inclusión desde el discur- se suele conocer desde Lima, en la que existe so histórico. Desde mi posición se trata de re- un vacío lamentable respecto al conocimiento lacionar estructuras sociales, individuos y su de lo publicado en otras regiones del Perú. Pero historia. Es un poco complicado denominar o se trata de enrumbarnos hacia una reflexión colocar algún título a las personas que no han mayor y vincularla con el futuro, aún con los destacado en la historia por ser parte de una vacíos que este artículo pueda contener. Es im- elite política, intelectual, militar, etcétera. No 8 l C R O N I C A S U R B A N A S quisiera calificarlas de “personas comunes y toriografía reciente lo rescata– es su constan- corrientes”, porque ninguna persona es común te lucha por mejorar sus condiciones de vida: y corriente; y la expresión “sectores populares” cambiar de un amo a otro menos riguroso, abo- suena bastante imprecisa. Cualquier denomi- gar por el derecho a mantener una familia uni- nación parece incompleta y muy probablemen- da, en fin, una serie de pequeñas batallas que te ningún término lograría consenso. Sin em- se pelean a nivel legal y que sin duda para las bargo, quizá “sectores populares” sea uno de familias y personas que se embarcaron en esos los menos complicados, dado que no encierra conflictos eran parte de la constante batalla por la pretensión de incorporar visiones uniformes construirse un futuro, por lograr sobrevivir. de clase en las que las diferencias internas se Esto en el horizonte de los esclavos fue bastan- diluyen; aunque se puede establecer en diver- te complicado: dadas sus condiciones de vida, sos momentos de la historia intereses grupales su lucha era diaria y la victoria consistía en es- o de clase en su interior, los “sectores popu- tar vivo al día siguiente para continuar tratan- lares” se caracterizan por su fragmentación y do de construirse un futuro mejor. Lo que se divisiones horizontales. En este caso, mi pro- encuentra en los documentos es el intento de puesta es enfatizar la importancia de crear un muchas personas por mejorar su propia con- discurso histórico que incluya la participación dición. Por ejemplo, en los casos de juicio de de las personas que, siendo parte de un sector divorcio, mujeres (que suelen ser la mayoría en social muy ampliamente definido, y por lo mis- estas fuentes) y hombres también se enfrentan mo a veces impreciso, no figuraron o no figuran para lograr mejorar sus condiciones de vida1. en las fuentes históricas como personajes no- Todo esto se puede incorporar en la ex- tables en función de una historia de héroes o periencia histórica colectiva, porque finalmente de personalidades. Me refiero no solamente a esas experiencias fueron construidas de cara al fuentes escritas, es decir, a lo que usualmente futuro. A ello se puede agregar las gestas colec- se consulta en archivos –periódicos o cualquier tivas, como las de las comunidades campesinas otra fuente similar–, sino también a fuentes au- o indígenas, e incluso esfuerzos que partiendo diovisuales, como fotografía, televisión, radio, de lo individual terminaron en acciones grupa- etcétera; esto precisamente en una época en les, como el cimarronaje, el cual sigue más o que los medios de comunicación permiten acu- menos la misma línea en zonas urbanas y rura- mular una gran información. Los miembros de estos grupos no son percibidos como importan- tes y no han sido registrados por no ser parte de las elites, salvo para destacar su comporta- miento violento, criminal, centrado en los as- pectos negativos. Aunque, como es evidente, su existencia es parte de la construcción de nues- tra historia. Por estas razones creo que la inclusión desde el discurso histórico de la acción de es- tas personas, de las cuales provenimos todos, supone incorporar su experiencia histórica en función de comprender el Perú contemporá- neo. Pero, ¿cuál es esta experiencia histórica? y ¿qué es lo que sí está registrado? La experiencia en el manejo de información en archivos mues- tra que la presencia de personas populares, sin demasiada notoriedad, se encuentra, por ejem- plo, en fuentes de tipo judicial (crímenes, jui- cios de divorcio, etcétera), operaciones legales rutinarias como contratos o instrumentos no- tariales, libros con datos tales como partidas de matrimonio, bautizo o actas de defunción y otras fuentes similares. En estos documen- tos se puede encontrar retazos de la vida de las personas, los cuales son insuficientes para in- tentar reconstruir un perfil más completo. Sin embargo, en algunos de esos documentos, sean fuentes judiciales o no, se puede encontrar ca- minos para entender la experiencia histórica de las personas en la lucha por construirse un fu- turo. Tomando el caso de los esclavos y las es- clavas como ejemplo, lo que generalmente se encuentra en muchas de estas fuentes –y la his- C R O N I C A S U R B A N A S l 9 les. Todos ellos son esfuerzos en la lucha por la rectos o en condiciones mínimas de bienestar, supervivencia. pero la idea es que alguien nos hizo sobrevivir Quisiera que se entienda el significado o sobrevivió de algún modo, alguien nos ayudó que le otorgo a la expresión “lucha por la su- a seguir vivos y nos permitió llegar al presente. pervivencia”. No la uso en el sentido de algo tan Ese papel puede haberlo hecho bien, mal o re- cotidiano y mecánico como solo conseguir el gular, pero todos somos parte de un esfuerzo sustento. Desde mi perspectiva se trata de la colectivo que comenzó mucho antes que noso- creación de caminos para que otros también lo- tros. Lamentablemente, la memoria familiar no gren sobrevivir. Así, cuando un esclavo se fuga llega más que a una, dos o tres generaciones, y tiene éxito, esto le permite a un segundo es- pero sería hermoso lograr rastrearla más allá clavo fugarse o aspirar a mejorar su vida; de de lo usual. igual modo, una mujer que consigue a través de un juicio de divorcio mejorar su condición de vida abre la puerta a una siguiente mujer. De esta manera la acción individual crea silen- ciosamente caminos colectivos hacia al futuro. Incorporar la experiencia histórica es En los textos escolares, la muy importante porque mirando el presente quizás quienes nos dedicamos a la enseñanza agencia de las personas casi no de la historia compartimos algo: la urgente ne- existe y se explica la historia cesidad de justificar adecuadamente la presen- como una secuencia continua cia del conocimiento histórico. La mayor parte de líderes desde la época de nuestros estudiantes viven en un mundo en el cual la historia significa memoria y aprendi- prehispánica hasta el presente. zaje de nombres, acontecimientos y lugares sin mayor conexión con su propia existencia. Se trata entonces de mostrar que la historia como perspectiva de análisis de la realidad no con- siste en ejercitar la memoria. En ella hay que incluir a los actores, porque una historia que Además de reconocernos como parte de aborde su experiencia, la lucha por conseguir una cadena de decisiones y de esfuerzos en la un buen futuro y elaborarse un camino que lucha por la supervivencia, otra cosa importan- nos trae al presente, nos permite reconocernos te es que la perspectiva de incluir a los sectores como constructores del mundo que nos rodea. populares en el discurso histórico nos permi- Y el gran problema de la historia, sobre todo de te superar una visión muy esquemática y has- la que llamaríamos historia tradicional u ofi- ta cierto punto perniciosa de nuestra historia: cial, es la distancia que muestra entre lo reali- dividir nuestro mundo entre malos y buenos. zado por militares, generales, políticos, etcéte- Una tendencia muy fuerte del discurso histó- ra y otros grupos menos visibles, pero que sin rico, sobre todo a nivel escolar, es la de victi- cuyo aporte no comprenderíamos lo que somos. mizarnos, es decir, presentarnos en la historia En los textos escolares, la agencia de las solo como víctimas del abuso de otros, naciona- personas casi no existe y se explica la historia les o extranjeros. La alienación y la explotación como una secuencia continua de líderes desde existen –aunque son palabras que a algunos la época prehispánica hasta el presente. Este pueden parecer obscenas– y sin duda reflejan discurso tradicional que prohíja héroes no per- realidades y son parte totalmente válida de la mite apreciar la participación de otros actores. historia. Pero esa no es la única forma de con- Entonces, la inclusión de la participación de tarla, dividiéndola solo en dominados y domi- individuos no pertenecientes a las elites nos nadores o explotados y rebeldes. La línea divi- permite reconocernos como parte de una ca- soria entre unos y otros no siempre se ha man- dena de decisiones, es decir, conocer nuestra tenido tan estática y además las familias han dimensión histórica y reconocernos como parte tomado decisiones en un mundo marcado por de una serie de relaciones que nos vinculan con la discriminación, la violencia o el abuso. Las procesos históricos; nos permite interrogarnos familias muchas veces han intentado construir acerca de nuestra historia personal y, de ese un mundo donde sus hijos sean felices, para lo modo, interesarnos en mirar hacia atrás. Pero cual han tenido que tomar decisiones en medio no para encontrar una historia marcada solo de esas condiciones. Eso es importante, es lo por el conflicto o el drama, que existen, sino que nos trae al presente. también para explicarnos los medios por los En la historiografía peruana existe un cuales hemos llegado hasta el presente. punto de partida para comprender esta pers- A la larga o a la corta, todos somos hi- pectiva. Al menos para mi generación de his- jos de personas que sobrevivieron. Es verdad toriadores, quienes entramos a la universidad que las historias pueden ser muy complicadas, en la primera mitad de la década de 1980, hay hay muchas personas que fueron abandonadas un autor fundamental: Alberto Flores Galindo; y que no fueron criadas por sus familiares di- y un libro suyo en particular, quizás uno de sus 10 l C R O N I C A S U R B A N A S estudios más influyentes entre los historiado- históricos. Siempre debemos preguntarnos ha- res –aunque no el más difundido, que es Bus- cia dónde nos conducen los detalles, para qué cando un Inca (1988)–, el más histórico y rico queremos acumular tantas historias persona- en términos metodológicos: Aristocracia y ple- les. Ciertamente, Flores Galindo no fue el pri- be en Lima colonial, 1760-1830 (1984)2. Hasta mero que utilizó esas fuentes, pero sí el primero ese momento estábamos acostumbrados a leer en extraerle su mayor riqueza: la experiencia textos de historia donde las personas no eran humana. más que masas o colectivos abstractos: indios, El uso por otros historiadores de estas esclavos, españoles, mestizos, etcétera. Eso no fuentes ofrece diferencias importantes. Por está del todo mal, es una forma de compren- ejemplo, se puede mencionar a Guillermo Loh- der y entender la realidad más allá de las anéc- mann, un historiador sumamente reconocido dotas personales. Pero fue sorpresivo cómo un por su pulcritud en el uso de las fuentes, en estudiante de esa época –yo mismo–, en los especial los libros de notarios que conocía muy estudios básicos universitarios encontró en el bien. Lohmann era capaz de biografiar la vida capítulo llamado “Rostros de la plebe” una nue- de conquistadores desconocidos y de diversos va forma de escribir la historia. Esa fue la pri- personajes reconstruyendo pacientemente y mera vez en mi vida –quizás había otros textos con cientos de datos sus vidas personales4. Sin anteriores pero mi ignorancia no me permitía embargo, a pesar del gran mérito que tiene su conocerlos– que encontraba que las personas trabajo y de ser una fuente que se utiliza hasta populares en la historia tenían nombre y ape- hoy, la gran mayoría de sus estudios no preten- llido. En ese capítulo y en el titulado “Vidas de den comprender a profundidad las estructuras esclavos”, hay un esfuerzo notable por reco- sociales o económicas que acompañaban a los nocer a las personas concretas a partir de las individuos5. situaciones que tuvieron que enfrentar. Inclu- Del mismo modo, puedo agregar, con el so en el caso de los esclavos, quienes a veces gran mérito que tienen muchos de sus traba- ni siquiera eran registrados con sus nombres, jos, a José Antonio del Busto, cuya perspectiva Flores Galindo cuenta la historia de Antonio, es bastante similar. Él fue capaz de reconstruir quien al no poder pagar sus jornales se colgó de la historia de los conquistadores; de hecho hizo un árbol de la Alameda. El esclavo Antonio, así, un gran esfuerzo por elaborar un diccionario con nombre propio, con una familia y un dra- biográfico que dejó inconcluso y que es suma- ma fatal, se nos revela en su humanidad y en mente valioso (1986-1987). Pero tampoco exis- su fracasada lucha por salir adelante. En este te en él la intención de discutir a profundidad libro existe un sumo cuidado al retratar la vida lo que llamaríamos sistema, estructuras, de de los personajes populares de esa época, no comprender cómo funciona la realidad más allá se trata de indios o negros abstractos, imper- de los personajes. sonales, descarnados y vacíos de humanidad, Existen algunas excepciones al respec- son personas con sentimientos y aspiraciones to, quizás por provenir del exterior y del con- similares a las nuestras. Fue así una experien- tacto con otras corrientes de investigación, que cia nueva encontrar en un libro académico la comparten parcialmente este estilo de traba- historia cotidiana de la gente y su lucha por so- jo. Como particularidades mencionaré a dos brevivir, incluso aunque algunas de esas bata- clásicos: James Lockhart, autor de El mundo llas cotidianas hayan fracasado trágicamente. hispano-peruano (1982) y Frederick Bowser, es- El libro de Flores Galindo probablemente no es critor de El esclavo africano en el Perú colonial el primer texto que describió la vida de los es- (1977). Estos dos textos siempre están presen- clavos de esa manera, pero sin duda es el más tes en cualquier bibliografía acerca de la época completo y redondea esta perspectiva como un colonial. Los dos utilizan abundantemente do- ineludible hito historiográfico3. cumentos notariales, trabajados muy meticulo- El texto de Flores Galindo incorpora a su samente. Tal metodología actualmente ya no es investigación un tipo de fuentes que ya habían tan popular pues exige un tipo de trabajo muy sido utilizadas por otros historiadores, pero paciente, detallado y riguroso que solo ofrece quizás sin explotar a profundidad su riqueza; resultados concretos luego de acumular cien- son las fuentes judiciales compuestas de juicios tos y quizá miles de datos. Ambos autores rea- criminales, civiles y eclesiásticos. Estas fuentes lizan su labor con mucha paciencia, Bowser so- durante mucho tiempo no habían sido emplea- bre todo con fuentes judiciales y con los Libros das con regularidad, dado que contenían las del Cabildo de Lima. Sus trabajos son clásicos, experiencias vitales de personas sin mayor no- fundacionales en una serie de temas y siguen toriedad: de una vendedora del mercado, de un siendo recomendables en un salón de clase a esclavo fugitivo, de artesanos, sirvientes, mar- nivel universitario, más allá de aquellos que se ginales y otras personas que no eran las que han publicado posteriormente. Sin embargo, tradicionalmente hacían historia. El riesgo que ninguno de estos dos autores hace explícito su tiene esta perspectiva es componer una narra- modelo teórico. tiva basada en anécdotas, una historia de mil y Tal modelo se encuentra presente, sin una personas, que puede ser muy interesante duda, pero no evidencian su andamiaje, sino pero que no permite comprender los procesos que van directamente a los aspectos concretos. C R O N I C A S U R B A N A S l 11

Por ejemplo, Lockhart estudia a los encomen- peruana en un contexto que abarque un esce- deros y sus mayordomos, los describe muy cla- nario más allá de sus fronteras. En la monu- ramente, pero el lector no encuentra fácilmente mental obra de Basadre, La historia de la Repú- un argumento teórico conceptual, no porque blica del Perú (2005), no se encuentra un debate esté ausente sino porque no es explícito. Qui- acerca de la relación del Perú con los procesos zás quien se dedicó a obtener el sustrato teóri- económicos y sociales extranjeros. Es como si co de ambos autores sea un intelectual recien- el contexto internacional no tuviera demasiada temente fallecido: Magnus Mörner. Él publicó importancia y, a pesar de los indudables méri- un trabajo llamado Estratificación social hispa- tos y vigencia de su obra, no hay una discusión noamericana durante el periodo colonial (1980), o diálogo con lo que se escribe en otros lugares. documento que circuló relativamente poco. Allí Con Raúl Porras sucede lo mismo. Y ninguno él reelabora los argumentos de Bowser y Loc- de ellos puede ser considerado un historiador khart, abstrae el modelo conceptual y lo hace de menor cuantía; al contrario, son maestros, explícito. Todos ellos utilizan fuentes de nivel pero esas son sus características. Así, hasta muy puntual, muy individual, e intentaron 1960 los historiadores que llamaríamos clási- plantear un modelo para entender el mundo cos no se preocupaban por intervenir en la dis- colonial. cusión historiográfica internacional; aunque sí Retornando al análisis de los historiado- la conocían, no sentían la necesidad de explicar res peruanos, hacia mediados de la década de la historia peruana en función de un contexto 1960 comenzó una suerte de internacionali- internacional. zación de la historiografía peruana en el sen- A partir de la década de 1960 la vincu- tido siguiente. Hasta 1960 los viejos maestros lación con nuevas historiografías, sobre todo historiadores –Jorge Basadre, José de la Riva- con mucha influencia marxista, se intensificó Agüero y Rubén Vargas Ugarte, entre otros– sí y esto produjo la necesidad de integrar al Perú tenían conocimiento de la historiografía extran- en el proceso global. Este proceso también tie- jera y los debates de ese momento. Basadre, por ne que ver con las condiciones sociales y eco- ejemplo, conocía bien la historiografía europea, nómicas del Perú de ese tiempo, en el que las como lo demuestra en entrevistas y referencias críticas de los intelectuales acerca del subde- que a veces se puede notar en sus trabajos. Sin sarrollo promovieron que se analice la situa- embargo, en ninguno de estos maestros existe ción peruana dentro del contexto local, regio- una clara intención de comprender la historia nal y mundial, con el objetivo de proponer las

Pareja de Psarocolius bifasciatus. 12 l C R O N I C A S U R B A N A S

después y algunos retornaban. Este es el caso de Heraclio Bonilla, que retorna al Perú a ini- cios de la década de 1970. Él se formó en Euro- pa, vino con una mirada diferente hacia la his- toria peruana y sus trabajos tienen una carac- terística: intentan entender el Perú dentro del contexto internacional en aspectos tales como la estructura de la economía, la sociedad, las revoluciones coloniales, etcétera. Este tipo de aproximaciones, a pesar de sus enormes méritos, tiene algunas insuficien- cias. Un límite de las explicaciones estructura- les, que probablemente Alberto Flores Galindo y otros autores percibieron, es que lo individual desaparecía en las estructuras. Textos como los de Heraclio Bonilla y otros, que son muy importantes para entender las relaciones y vin- culaciones del Perú con la estructura mundial, tienen la dificultad de que en ellos la agencia individual se diluye al punto de casi desapa- recer. Y si se lleva al límite esta perspectiva, resulta que las personas actúan fundamental- mente por medio de manos invisibles que las mueven y de las cuales no pueden escapar; se convierten en masa y casi no hay posibilidades de interpretación de la acción individual. En este sentido el esfuerzo de Flores Ga- lindo por tratar de romper ese límite es muy importante. Sin embargo, le pasó algo muy paradójico: en la especialidad de historia de la Pontificia Universidad Católica del Perú, al- Petroglifos de Pusharo en la comunidad nativa de Palatoa - Te- gunos profesores no utilizaban sus libros por paro, Parque Nacional del Manu. considerarlo un autor marxista, mientras tanto en la especialidad de historia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos tampoco era reformas necesarias. Por ejemplo, la discusión muy frecuente su lectura por la opinión con- acerca de la aplicación de la Reforma Agraria traria: no era percibido como un marxista vá- provino también del exterior: en varios países lido y su propuesta inspirada en el marxismo de América Latina se intentó reestructurar la no-ortodoxo era considerada errada, justamen- propiedad agrícola bajo el estímulo de los Es- te por su creatividad heterodoxa y su preocu- tados Unidos, país preocupado por la aparición pación por la acción individual. Su perspectiva de radicalismos políticos que podían seguir el provenía del marxismo británico, con autores ejemplo de la Revolución Cubana. Esto condujo como E. P. Thompson, E. J. Hobsbawm y Geor- a una apertura intelectual, dada la necesidad ge Rudé, los cuales se cuentan entre sus lec- de comprender el caso peruano en función de turas fundamentales. ¿En qué residía la nove- procesos globales. Un ejemplo notable en esta dad de estos autores? Ellos también intentaban línea se produjo en 1972 con la publicación de explicar la participación individual –sobre todo la compilación La Independencia en el Perú, con Thompson–, es decir, buscaban comprender una serie de artículos de Heraclio Bonilla, Ka- cómo interactuaban las estructuras y los me- ren Spalding y otros autores vinculados al tema canismos sociales y, al mismo tiempo, entender del proceso independentista, que criticaban, cómo la gente los vivía, los hacía funcionar y justamente, la no incorporación del contexto los sobrepasaba. Tal era la razón de estudiar la internacional en el debate. participación del individuo en la historia: com- Este movimiento coincide con reformas prender con mayor profundidad el funciona- en la educación, especialmente a nivel supe- miento de los sistemas sociales. rior. El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas La segunda razón por la cual pienso que Armadas, liderado por el general Juan Velasco Flores Galindo se acercó mucho a esta perspec- Alvarado (1968-1975), eliminó los doctorados tiva es porque el marxismo que se enseñaba en de las universidades e introdujo la licenciatu- muchas casas de estudio en el Perú, y que fue ra o título en las carreras universitarias. Así, estéril al final, es una variante que pretendía varias generaciones de estudiantes de carre- llegar a la historia con la definición previa de ras académicas, como la Historia, tuvieron que los conceptos, es decir, la variante que exige doctorarse fuera del Perú. Algunos ya habían que la definición de clases se elabore antes del salido antes a estudiar, otros pensaban salir estudio histórico. Se establece la teoría y luego C R O N I C A S U R B A N A S l 13 se busca la realidad que la confirme, provocan- realiza con total conciencia por parte de sus au- do que ella encaje en la teoría. tores; en todo caso es una hipótesis a explorar, En cambio, el marxismo que Flores Ga- que solo puede resolverse en un diálogo directo lindo aplica es el de Thompson. Así, el libro con ellos. Sin embargo, como suele ocurrir con Aristocracia y plebe de alguna manera parafra- la historia y otras actividades humanas, unas seó un trabajo de Thompson llamado Patricios y son las intenciones del autor y otras las ma- plebeyos (1974), que fue publicado en castella- neras en que el lector percibe los resultados, no muy tardíamente6. En este texto, el afamado los cuales pueden incluir motivaciones incons- historiador británico sostiene que el análisis de cientes. Muchas veces se critica la ausencia de clase deriva de una aproximación a la estruc- escuelas historiográficas en el Perú, pero este tura social por la vía de las prácticas sociales, cuestionamiento asume la existencia de tales donde la definición no es el punto de partida escuelas como lo normal, siendo por el contra- sino el resultado del análisis histórico, de ese rio lo general la existencia de líneas y temas de modo las clases sociales son resultado del aná- investigación desarrollados por diversos inte- lisis empírico de la realidad de cada momento. lectuales, desde universidades y experiencias formativas diferentes. Desde mi punto de vista, una de las his- toriografías más importantes y en la que se ha incorporado mucho la participación de las per- sonas es la dedicada a la esclavitud. Quizás Desde mi punto de vista, pueda sentirse exagerado, pero creo que es un una de las historiografías más tema en el cual tenemos una agenda propia de importantes y en la que se ha investigación. En otras historiografías, como ocurre en muchas otras ciencias, los temas incorporado mucho la de investigación a veces no están dictados por participación de las personas es la propia academia local o por la evolución de la dedicada a la esclavitud. mecanismos locales, sino por modas, porque algún autor extranjero publica un libro sobre un tema interesante que comienza a replicarse aquí. Pienso que el tema de la esclavitud en el caso peruano tiene una dinámica propia y au- tores locales que conocen las discusiones na- Desde esta perspectiva, Flores Galindo cionales, pero que han aportado términos y dis- aborda Lima colonial y establece la existencia cusiones a nivel continental, ámbito en el que de dos grandes sectores: aristocracia y plebe. son leídos. En efecto, la historiografía peruana No tiene la definición previa, arriba a ella a par- sobre la esclavitud es leída entre nuestros ve- tir de los archivos; esa es la razón por la que le cinos inmediatos, por ejemplo, Chile y Colom- interesan las prácticas: cómo actúa la gente y bia, y más lejanamente México o la Argentina. de qué manera se construyen las relaciones so- En cuanto a autores, sin duda Hünefeldt fue ciales cotidianamente. Por ejemplo, un detalle la primera intelectual que abordó el tema y no interesante es que él define a los bandoleros de solamente en el caso de los esclavos, sino de la etapa colonial como marginales, habitantes las esclavas, introduciendo la pertinente varia- que encontraron fuera del ordenamiento legal ble de género. Este esfuerzo fue bastante nove- una manera de sobrevivir, incluso en zonas doso, especialmente en el pequeño y bello libro alejadas de las ciudades y del espacio contro- donde recrea la vida de una familia (1992). Ella lado por el poder. Sin embargo, como su tex- reconstruye incluso el nivel de toma de decisio- to lo muestra, muchos de ellos asumieron un nes doméstico, al mostrar que cuando la fami- comportamiento señorial, que exigía respeto de lia decide liberar a uno de los miembros, con los demás, a pesar de su condición de margina- bastante lógica, opta por liberar a las mujeres les, revelando la vigencia de los valores cultu- para que busquen algún trabajo, de manera rales que permitieron el funcionamiento social que con ese dinero se permita la liberación de de arriba hacia abajo, a pesar de las distancias otros miembros de la familia. Esto siempre me de clase. De esta manera, son las prácticas co- pareció muy emotivo porque la situación parece tidianas las que lo guían para entender cómo la típica discusión que una familia tiene por la funciona la sociedad, prácticas ejercidas desde noche: padre y madre, con los hijos dormidos, las vivencias cotidianas por gente “común y co- se preguntan: ¿qué hacemos mañana?, ¿qué rriente” y marginal; es decir, por las personas hacemos con la plata que tenemos? Se nota que que desde su vida diaria convivían con el sis- hay una dirección, que las decisiones tomadas tema e intentaban alterarlo o conseguir benefi- no fueron aleatorias, que hubo una suerte de cios para lograr sobrevivir. elección racional. Es interesante porque quizás A continuación intentaré realizar un co- no nos percatamos de que las familias en el pa- mentario no exhaustivo de los trabajos que en sado también tenían –o intentaban tener– los los últimos años continúan esta línea historio- mismos espacios y beneficios que buscamos gráfica. Probablemente dicha perspectiva no se conquistar hoy, con las distancias del caso. Se 14 l C R O N I C A S U R B A N A S trata de esclavos y probablemente les era mu- logrando un mejor trato para ellas y sus hijos, cho más difícil remontar su situación, pero lo producto de este tipo de relaciones. Quisiera lograron, contribuyendo así con la eliminación hacer notar que en sociedades como la nuestra, de la esclavitud. con siglos de mestizajes, no sería extraño que El libro fundamental en ese sentido es el alguna de estas mujeres sean parte de nues- de Carlos Aguirre, Agentes de su propia liber- tra familia. Si ese fuera mi caso, en verdad le tad7; en él Aguirre demostró que los esclavos agradecería que haya decidido y soportado es- no esperaron la abolición de la esclavitud por tas situaciones pues gracias a su sufrimiento, el presidente Ramón Castilla, como sostiene la si ese fue el caso, estoy aquí y otros están aquí. historia oficial y los textos escolares, sino que Arrelucea también presenta con amplitud los se dedicaron desde mucho tiempo antes a ir múltiples recursos de los esclavos utilizando el minando el sistema por medio de acciones co- sistema judicial, mostrando sus enfermedades, tidianas e individuales sumamente eficaces. simulándolas, agravándolas o sencillamente re- Esto podría parecer desestimulante, dado que clamando un trato más humano, si es que cabe nuestra visión actual preferiría considerar a los dentro de la situación que les tocó vivir. Los es- esclavos como rebeldes inherentes a su condi- clavos desarrollaron mil y una estrategias para ción; mientras tanto los historiadores actuales procesar su propia dominación y hacerla ma- muestran que más que estar contra el sistema nejable. Esta es una línea historiográfica muy esclavista, el esclavo estaba contra su propia valiosa y justifica en el presente la existencia esclavitud y la de sus familiares. de movimientos afroperuanos que intentan rei- Se puede pensar muy románticamente vindicar su presencia a partir de una relectura que todos los esclavos deberían estar en contra del pasado, pero saliendo de la imagen del es- de la esclavitud, pero las familias debían tomar clavo azotado, maltratado, que existe pero no decisiones que preserven su futuro y, por lo es la única parte de la historia. Así como existió tanto, entre embarcarse en una rebelión en la el esclavo maltratado y abusado, hubo muchos que probablemente perderían la vida ellos y sus otros que intentaron agujerear la esclavitud de hijos o tratar silenciosamente de ir acumulan- una manera u otra, tratando de sobrevivir den- do dinero para liberarse, o buscar los puntos tro de las duras condiciones de existencia que débiles del sistema, optaron muchas veces por enfrentaron y, felizmente para todos, muchos estos últimos mecanismos. No valoramos sufi- lo lograron. cientemente que esa labor cotidiana fue igual- mente eficaz, porque el que unas personas se liberasen y mostrasen que algo funcionaba per- mitió a otras pensar y optar por este sistema. Después, más recientemente, los diver- sos trabajos de Maribel Arrelucea acerca del Cecilia Méndez es una sistema esclavista y la esclavitud femenina son historiadora que en todos sus muy importantes8. Sus trabajos han intentado trabajos deja en claro que su una comprensión de la esclavitud que elimine preocupación es el presente y que o, en todo caso, haga más flexibles los límites entre esclavitud y libertad, sobre todo en rela- su perspectiva de comprensión ción con los amos. Por ejemplo, qué tan distinto es histórica. es un esclavo jornalero que vive en la ciudad de alguien que es parte de la plebe; ese esclavo no vive con su amo, paga sus propias cuentas, paga un jornal al amo y tras ello le queda se- guramente un excedente. Su vida cotidiana lo Otro tema importante en la historiografía acerca mucho más a los trabajadores libres que reciente, pero que tiene una larga trayectoria, al clásico esclavo de plantación o panadería. es el de los indígenas. No solo interesan los lide- Arrelucea se refiere especialmente a las escla- razgos, pero incluso en ese ámbito se han ela- vas y a los múltiples mecanismos que emplea- borado excelentes trabajos que demuestran la ban para lograr mejorar su propia existencia, presencia de otras formas de poder, en diálogo lo que incluía, por ejemplo, relaciones sexua- con instituciones que les sirven tanto de meca- les con el amo. Desde nuestro presente, quizá nismo de negociación como de transformación. teñido de moralismo, estas actitudes pueden Muchos de estos movimientos carecieron de un ser consideradas denigrantes, pero hay que ideario escrito que haya sobrevivido hasta no- colocarlas en su contexto, tal como Arrelucea sotros, por esta razón no es fácil reconstruir- lo hace. Si estas mujeres tenían que sobrevivir los y ello exige una paciente labor de archivo y por ellas y para otros, quizás puede ser para una habilidad para leer “entre líneas”. Cecilia nosotros bastante inmoral o cuestionable que Méndez es una historiadora que en todos sus recurran a estrategias que incluyen el uso de trabajos deja en claro que su preocupación es su cuerpo para mejorar su situación. Pero en el presente y que su perspectiva de compren- el contexto que les tocó vivir probablemente era sión es histórica. Su célebre estudio de la rebe- una de las pocas vías para enfrentar el futuro, lión de los iquichanos (2005), que esperamos C R O N I C A S U R B A N A S l 15

Viejo avión Antonov en el fundo Villa Carmen, ahora Estación Biológica de ACCA. tener pronto en castellano, aborda el tema de dora libre fue recibida y tratada frecuentemente los liderazgos campesinos regionales, entre los como esclava. Un autor peruano de gran im- cuales destaca un hoy olvidado José Antonio portancia en este tema es Humberto Rodríguez Navala Huachaca, campesino indígena realista Pastor, quien siguiendo los estudios pioneros que luchó por la causa española. Es verdad que de Watt Steward (1976)10 profundizó el tema lo- esa rebelión fue a favor de los realistas, pero grando llegar hasta las dramáticas y encomia- eso no explica todo. El asunto es por qué lo fue, bles historias personales11. En el último de sus por qué cuando muchos apoyaban una causa, trabajos (2012), además de contextualizar el los campesinos de esta región apoyaban la con- tráfico de inmigrantes chinos y sus implican- traria. Méndez intenta mostrar que existe una cias, Rodríguez desarrolla la vida de Acuam, lógica y también entendimiento y comprensión súbdito chino de catorce años, que arribó al de los mecanismos políticos, de manera que Perú en el segundo barco con trabajadores cu- incluso esos campesinos buscaron diversos ti- líes y rápidamente fue contratado para el ser- pos de aliados en función de sus intereses. No vicio de José Gregorio Paz Soldán, abogado, y eran individuos que esperaban pasivamente las su esposa Mercedes Martínez. Pronto se bau- elecciones para en ese momento expresar su tizó, siendo padrinos sus patrones, adoptando opinión, tampoco expresaron únicamente una el nombre de Juan Miguel Paz Soldán. Su vida rebelión antisistema; eran personas que cons- fue extensa y muy productiva; de acuerdo al de- truían redes políticas y que sabían utilizarlas. tallado relato de Rodríguez, tuvo catorce hijos En esa misma línea, hay un trabajo re- en tres mujeres diferentes, la última de ellas de cientemente publicado de José Luis Igue, ba- origen chileno; trabajó de sirviente doméstico, sado en su tesis de licenciatura, en el que se traductor en los tribunales, fondero, etcétera. aborda la participación en el bando patriota de Finalmente falleció de vejez en Lima en 1914, a los morochucos, míticos guerrilleros de la zona la edad de 87 años, y su tumba, cuyas fotogra- de Cangallo en Ayacucho (2012). También Te- fías ilustran el artículo, se encuentra en el ce- resa Vergara, otra historiadora, ha dedicado menterio Presbítero Maestro. Fue un verdadero varios estudios a la población indígena urbana, superviviente y se puede deducir de su vida algo con el interés de comprender los mecanismos sorprendente: por algún lugar de nuestro país de movilidad social que permitieron la super- caminan algunos Paz Soldán que deben parte vivencia de muchos niños y jóvenes en la Lima de su existencia a un inmigrante chino y lo más colonial (2011)9. probable es que no tengan idea de ello. En los últimos años también se ha dedi- Personalmente, también me parece muy cado numerosos estudios a la población china, interesante descubrir los mecanismos que la cual a pesar de ser contratada como trabaja- permitieron integrarse a estos inmigrantes, 16 l C R O N I C A S U R B A N A S considerando que la sociedad que los albergó gaciones trascienden el ámbito de la historia no les manifestaba demasiado aprecio; por el del deporte interesada en la narración de los contrario, lo usual era un descarnado rechazo acontecimientos y sus actores y comprenden la y discriminación, que no pocas veces llegaba práctica del fútbol como un espacio complejo, a la violencia12. Los chinos ni siquiera tenían construido socialmente y que fue objeto de ne- que ser obligatoriamente evangelizados, no gociación por parte de los sectores populares y existió ningún proyecto de integración educa- las elites. De más está decir que muchos de sus tiva o cultural, su actividad cotidiana es la que aficionados y practicantes, los cuales contri- construyó los caminos para su supervivencia buyeron a su aceptación y difusión, provenían entre nosotros. Por ejemplo, en los archivos masivamente de los grupos urbanos e incluso ubiqué el caso el caso de un chino que vivía en rurales más pobres. un callejón donde habitaban solo negros; él era El último tema que deseo abordar es uno aguador, un oficio que se relacionaba con los que ofrece en el futuro perspectivas muy valio- afrodescendientes. No sabemos cómo se lleva- sas para la investigación: la música popular. ba con sus colegas, cómo hizo para sobrevi- Los historiadores en el Perú no hemos estado vir, pero sabemos que vivió allí y que tuvo que demasiado interesados en la música –aunque aprender a encontrar mecanismos de supervi- sí los musicólogos14–, aspecto que es de una vencia (Cosamalón 2012). trascendencia mayúscula en la vida cotidiana y producto de muchos autores populares e inclu- so anónimos. Así, la hoy considerada música criolla es una de las primeras que ha motivado la atención de los especialistas, tales como José Antonio Lloréns y Rodrigo Chocano, quienes en Los chinos ni siquiera tenían un reciente trabajo realizan una valiosa histo- que ser obligatoriamente ria social del vals limeño (2008)15. La reciente evangelizados, no existió publicación de Gérard Borras, Lima, el vals y la canción criolla (1900-1936) (2012), estudia ningún proyecto de integración una fuente subestimada por los historiadores educativa o cultural, su actividad y que en el libro es analizada profundamente, cotidiana es la que construyó los mostrando todo su potencial: los cancioneros caminos para su supervivencia populares. Su trabajo demuestra que las mú- sicas populares no son solo un producto que entre nosotros. permite llegar como una vía hacia su cultura o un producto periférico, sino el corazón mismo de ella. Los cancioneros ofrecen multiplicidad de letras dedicadas a hechos cotidianos como la carestía de alimentos, la legalización del di- Estos temas, si bien es cierto ofrecen vorcio, el conflicto con Colombia, etcétera; es aproximaciones novedosas, tienen antece- decir, cumplen la función de ser “noticieros” y dentes extensos en la historiografía peruana. permiten conocer la percepción que desde aba- Pero también existen otros en los que, si bien jo se construía sobre los acontecimientos coti- se puede encontrar estudios previos de gran dianos. Pero no solo la música criolla ha moti- importancia, solo en los últimos años están vado análisis desde el punto de vista histórico; logrando posicionarse en el medio académico vale la pena mencionar el excelente trabajo de como válidos. Uno de ellos son los deportes, es- Zoila Mendoza, quien destaca la contribución pecialmente el caso de nuestro siempre polémi- de notables músicos populares que por medio co fútbol. El texto pionero, qué duda cabe, es el de su destacada performance han construido la de Steve Stein, José Deustua y Susan Stokes música que disfrutamos hoy. (1986). Antes de este trabajo no se dedicaron Antes de terminar, se puede observar estudios detallados a este tema y aún hoy no la existencia de un vacío. La comida peruana son abundantes. Quizá esto tiene que ver con ha recibido últimamente una atención estatal los orígenes de los intelectuales: para estudiar y mediática que no tiene precedentes en tiem- el fútbol hay que simpatizar con su ejercicio pos pasados. Además, es más que evidente que como aficionado o como practicante13. Feliz- nuestra gastronomía –como es llamada hoy– es mente en los últimos años hay trabajos valio- motivo de orgullo de los peruanos y peruanas, sos al respecto y me permito citar dos de ellos. quienes siempre preguntan a cuanto extranje- En primer lugar, Gerardo Álvarez (2001, 2008) ro conocen si es que les gusta nuestra comi- hizo su tesis de licenciatura sobre los orígenes da. Si bien hay trabajos históricos destacados del futbol en el Perú y se encuentra elaborando al respecto, una deuda pendiente es lo que se una tesis doctoral sobre el mismo tema. Tam- podría llamar la historia social de la comida, bién el periodista e historiador Jaime Pulgar una historia que debe incorporar la vida de las Vidal ha anticipado algunos estudios sobre la personas que a lo largo del tiempo han contri- construcción social y cultural del llamado “clá- buido silenciosa y anónimamente a la creación sico” del fútbol peruano (2008). Estas investi- de este legado cultural, el cual, nuevamente, C R O N I C A S U R B A N A S l 17 fue muchas veces elaborado desde abajo. Un que afectaron a otros, dañando su vida y la de aspecto a considerar dentro de este tema son sus familiares, amigos o desconocidos, ocasio- los espacios donde se comparten los alimentos: nando sufrimiento. Mi intención no es reem- somos una cultura muy característica en este plazar una idealización negativa por otra igual aspecto –aunque así es en general en buena de perniciosa, pero positiva. El sentido de esta parte de América Latina– y el lugar en el que se reflexión es lograr construir una historia en la comparte la intimidad entre amigos, de carác- que esos dramas y miserias humanas, que aún ter familiar, es la cocina. existen entre nosotros, no opaquen las accio- La inclusión de la historia de los sectores nes de otros para revertirlas o para alterarlas populares en la historiografía no es solo una de diversas maneras, logrando fundamental- manera de completar el escenario histórico, es mente que mucha gente pueda sobrevivir a sus una forma de comprender cómo este presente condiciones históricas de marginación, domi- fue construido por la acción de muchas perso- nación y sufrimiento. A la larga o a la corta, to- nas, por medio de gestos y decisiones cotidia- dos provenimos de personas que sobrevivieron nas que permitieron tanto que los sistemas se lo suficiente como para dejar vida a otros. Una preserven como su alteración. No se debe caer manera de convertirlos en vencedores en esa en el romanticismo popular, dado que es más lucha es mostrar que su brega cotidiana no fue que obvio que muchas de las personas que fue- en vano: nosotros somos los testimonios de que ron parte de esta historia tomaron decisiones su vida sí valió la pena. 18 l C R O N I C A S U R B A N A S

Notas

1. No es mi intención en lo absoluto afirmar que to- Lima y la desintegración de la esclavitud, 1821- dos los miembros de los sectores populares fueron 1854 (1995). luchadores o que su conducta fue ética. Todos sabemos que existieron y existen en estos grupos 8. Su trabajo más importante es Replanteando la es- muchos individuos que ejercieron la violencia, la clavitud: estudios de etnicidad y género en Lima delincuencia, el abuso, etcétera, tanto o más que borbonica (2009). También es valiosa su propuesta en cualquier otro grupo. Mi reflexión tiene como general acerca del sistema esclavista en Lima: “Es- objeto trascender ese nivel, más que negarlo, con clavitud, movilidad social y resistencia en Lima a el interés de incluirlos en la historia a partir de sus fines del periodo colonial” (2012). prácticas cotidianas. 9. En el mismo libro se puede consultar mi artículo 2. Reeditado luego de su muerte con el título La ciu- acerca de los sirvientes domésticos entre las eta- dad sumergida. Aristocracia y plebe en Lima colo- pas colonial y republicana (Cosamalón 2011). nial, 1760-1830 (1991). 10. Editado originalmente en 1951 en inglés. 3. Si bien es cierto que Christine Hünefeldt escribió an- tes que Flores Galindo excelentes estudios acerca 11. El texto fundamental de Humberto Rodríguez Pastor de los esclavos (“Los negros de Lima: 1800-1830” es Hijos del celeste imperio en el Perú (1850-1900). [1979a] y “Cimarrones, bandoleros y milicianos: Migración, agricultura, mentalidad y explotación 1821” [1979b]), la profundidad del retrato es me- (1989). Posteriormente se publicó una ampliación nos vívida y de menor influencia, dado que su inte- de este trabajo con otros estudios que enriquecie- rés estaba concentrado en otros aspectos. ron las perspectivas del autor (2000).

4. Un texto clásico suyo es en el que establece la 12. Véase, para conocer los virulentos discursos de la identidad del autor desconocido de una descrip- época, el texto de Juan José Heredia, “Los chinos ción del territorio peruano en el siglo XVII, Pedro en el discurso de la identidad nacional peruana, León Portocarrero: “Una incógnita despejada: la último cuarto del siglo XIX. Una breve aproxima- identidad del judío portugués autor de la ‘Discri- ción” (2012). ción general del Perú’ (Lohmann 1967). 13. Esa es la razón que señala David Wood para la de- 5. Valgan verdades: Lohmann sí tiene al final de su ex- mora académica en el tema. Véase De sabor na- tensa labor como historiador un importante trabajo cional. El impacto de la cultura popular en el Perú sobre las estructuras económicas: Plata del Perú, (Wood 2005). riqueza de Europa. Los mercaderes peruanos y el comercio con la Metrópoli en el siglo XVII (2004). 14. Dos personas son muy valiosas en ese sentido: Raúl Renato Romero y “Chalena” Vásquez Rodríguez, in- 6. Una edición en castellano se puede conseguir en: fatigables investigadores y difusores de la música (pp. 29-114). 15. Este trabajo tiene sus antecedentes en otro libro de 7. Sus aportes son varios, pero su texto fundamental Lloréns: Música popular en Lima: criollos y andinos es Agentes de su propia libertad. Los esclavos de (1983). C R O N I C A S U R B A N A S l 19

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Imaginarios de nación

en el Perú de hoy

Gonzalo Portocarrero Pontificia Universidad Católica del Perú

o que sigue quiere ser una invitación a dirigirse en primer lugar hacia los jóvenes, pensar. Hasta hace unos veinte años como una suerte de balance de lo hecho y lo había cierta certidumbre sobre lo que por hacer. Y, en primer lugar, a los jóvenes li- podía ser el futuro del país. Alberto gados al campo de la cultura, pues ellos deben LFlores Galindo decía que nuestras alternativas asumir el reto de imaginar el futuro desde el eran o bien tratar de ser la réplica de un subur- campo de sus especialidades, sean las ciencias bio norteamericano –como alguna vez dijo Ma- rio Vargas Llosa, hacer una Suiza en el Perú– o bien tratar de construir una sociedad socialista a la medida de su historia, un socialismo que no fuera ni calco ni copia, según la famosa frase de Mariátegui. Actualmente, estas visiones de futuro se encuentran bastante desvanecidas, ya no representan una guía que pueda orientar nuestras expectativas y nuestra acción. Por un lado, respecto al mundo desarrollado, vemos que sus formas de vida no son –quizá– todo lo que ilusionamos que puede ser una vida que realmente valga la pena. Se trata de un mundo donde percibimos a gente demasiado sola y sin los apoyos afectivos de la familia y de los ami- gos, que aquí solemos tener. Entonces, el mo- delo euronorteamericano, aunque ofrece una serie de ventajas y riquezas, también tiene sus problemas que hacen que no necesariamente nos encandilemos con la perspectiva de ser esa réplica del suburbio norteamericano. Respecto al otro futuro que se imagi- nó para la sociedad peruana, el de llegar a ser una sociedad socialista que no fuera ni calco ni copia, la situación es más clara, pues ahora el horizonte socialista casi ha desaparecido, de modo que tal posibilidad aparece como bastan- te vaga. En todo caso, habría que repensar muy a fondo qué podría ser el socialismo en nues- tros días. En síntesis, estamos en una situa- ción de perplejidad frente al futuro: no sabe- mos qué es lo queremos, no tenemos un relato que enrumbe nuestro deseo. Ahora que se acerca el bicentenario de la República, estamos en un buen momento para pensar colectivamente el tema. Los centenarios tienen siempre un aura casi mágica, ya que nos fuerzan a considerar lo que hemos sido y lo que debemos o podemos ser. Entonces, es impor- tante, desde ya, ir preparando una reflexión so- bre la nación peruana. Una reflexión que debe Joven líder matsiguenka en el Parque Nacional del Manu. 22 l C R O N I C A S U R B A N A S sociales, el arte, la filosofía, el derecho, etc. En la Tijereta”, trata de la viveza de un escribano, realidad, cualquiera puede tratar de presentir un operador de la audiencia –de lo que ahora las posibilidades del país y de hacerlo partien- sería el Poder Judicial–. Era un hombre que, do de ciertos valores que se irían concretizando según dice Ricardo Palma, de tanto dar fe había en formas de socialidad, de modos de relación perdido la poca que él tenía; era de una mora- entre la gente. Pero, ¿cuáles son las condicio- lidad bastante laxa, un hombre que no se des- nes que permitirían una socialidad más solida- tacaba precisamente por su honradez. El hecho ria, más integrada, que implique la reparación es que en esos trajines había logrado acumular de las deudas, el saneamiento de las heridas una cantidad interesante de dinero. Siendo ya y, por tanto, la eliminación de las injustas bre- de edad, piensa en el matrimonio y cae embe- chas sociales que marcan tan agudamente, lesado por una joven que de manera muy ocu- todavía, la realidad de nuestro país? Imaginar rrente Palma bautiza con el nombre de doña esas condiciones es un desafío. Y a tratar de Visitación. El problema está en que la doña sugerir una respuesta van orientadas las re- tenía un cortejo de vejetes que suspiraban por flexiones que siguen. sus favores. Y ella alentaba a todos pero ante Empiezo con dos relatos muy significati- ninguno se rendía. Desesperados, los ancianos vos, cada uno a su manera, de la tradición crio- competían y le hacían costosos regalos. Todo lla y de la tradición andina1. El primero perte- este juego de pujas y discretas postergaciones nece a Ricardo Palma y se llama “Don Dimas de estaba sabiamente administrado por la ubi- la Tijereta”. Se trata de una “tradición”, género cua madre de doña Visitación. Entonces, en un literario inventado por el propio Palma. El au- momento melancólico, pero también quizás de tor trata de articular las narrativas orales anó- lucidez, don Dimas se dice: “¡Venga un diablo nimas con reflexiones más personales, en una cualquiera y llévese mi almilla, en cambio del proporción realmente indiscernible. En verdad, amor de esa caprichosa criatura!”. No acaba de Ricardo Palma es el gran codificador de la tra- dición oral de la Lima virreinal. Su obra repre- senta y, a la vez, construye el mundo criollo. Las Tradiciones peruanas crearon un universo común, establecieron las formas de ser com- 1. Me disculpo por no poder integrar en mi reflexión la tradición amazónica, que está adquiriendo una presencia cada vez partidas por los habitantes de Lima. Crearon más notable en el país. Pero el trabajo tiene que dividirse, afinidades entre personas distintas, facilitaron esta imaginación de futuro tiene que resultar de un trabajo la comunicación. Una de ellas, “Don Dimas de compartido, porque una persona no puede cubrirlo todo. C R O N I C A S U R B A N A S l 23 decir la frase, cuando aparece una suerte de viveza, el ingenio, que permiten situarse fren- íncubo, un ayudante de Satán, presentándole te a la autoridad de manera tal que uno pue- un contrato por el cual don Dimas habría de de evadir la ley, quizás no enfrentándola, pero dar, después de un año, su almilla a cambio de sí a través de una maña, a través de lo que los favores de doña Visitación. Desde luego que se llama, de manera también peyorativa, una don Dimas firma el contrato de lo más feliz. Y “pendejada”. Y no es casual que Ricardo Palma no hace más que regresar a visitar a Visitación, sitúe el origen de la corrupción y de la trasgre- cuando se da con la grata noticia de que ella sión de la ley en la Real Audiencia, el órgano está rendida por un súbito amor por él. Este encargado de hacer prevalecer la justicia. En enamoramiento se proyecta en un matrimonio todo caso, el poder de sanción, que está repre- y en una relación muy feliz para don Dimas. Va sentado por la figura de Satanás, nada puede pasando el tiempo e inevitablemente se cumple contra la picardía de don Dimas. En cambio, el plazo. Al año aparece el íncubo y le dice que en el relato sobre el jugador del valle del Man- viene a llevar su alma. Don Dimas se muestra taro, encontramos que la ley, y los contratos, sí de acuerdo. Entonces, se quita el saco y le da lo se cumplen. Es una sociedad donde hay más que sería la camiseta, que en el lenguaje de esa autoridad, más control, donde Satanás tiene época se llamaba almilla. Don Dimas afirma el poder que tan eficazmente don Dimas puede entonces que solamente había comprometido evadir. En el mundo andino hay entonces una su almilla, no su alma. El íncubo va de lo más autoridad más sólida y, correlativamente, no furioso a consultar a Satanás y Satanás man- existe esa “viveza” para engañar. El resultado da a llamar a don Dimas. Don Dimas acude, es un orden más predecible, con las ventajas y por supuesto con el diccionario bajo el brazo, desventajas que esto puede significar, dado que donde se leía que efectivamente la almilla es la esa autoridad puede desbordarse en una domi- prenda que está debajo de la camisa. Don Di- nación tiránica, en el gamonalismo. Mientras mas ratifica que ya ha entregado su almilla y tanto, en la costa esta picardía es una forma de así ha cumplido con su parte. Satanás no tiene resistir, no frontalmente, pero sí en forma efec- más recurso que dejarlo libre. tiva, las exigencias del poder. Esta es una historia muy expresiva de la cultura criolla y voy a contrastarla con otra historia parecida, pero de muy distinto desen- lace, una historia que nos habla de la cultura andina. Se trata de un relato recogido en el va- lle del Mantaro. El protagonista es un hombre En el mundo criollo tenemos enviciado por el juego. Pero, asediado por la la viveza, el ingenio, que mala suerte, pierde toda su considerable fortu- permiten situarse frente a la na. Entonces, en un momento de más deses- peración que lucidez, decide convocar al diablo autoridad de manera tal que uno diciendo: “Yo daría mi alma por tener un año puede evadir la ley, quizás de suerte”. Respondiendo al llamado, se apa- no enfrentándola, pero sí a rece un íncubo, una criatura satánica, con el contrato respectivo. Él firma, por supuesto en través de una maña. duplicado, y se queda con una copia. De inme- diato va a jugar con sus amigos. Y no hace más que ganar y volver a ganar. En poco tiempo acu- mula una fortuna que le permite encumbrar- se en la sociedad. Es exitoso con las mujeres y Esto conduce a pensar que las narracio- vive una suerte de estado beatífico de felicidad, nes codificadas por Palma como Tradiciones de plena bonanza. Conforme van pasando los peruanas deberían llamarse “Tradiciones lime- meses, sin embargo, su ánimo se acorta pues ñas”. De hecho casi todas ocurren en Lima. Ri- no le abandona la idea de que ya se le acaba cardo Palma cristaliza el espíritu criollo que se el año de suerte y que pronto llegará el íncubo identifica con la alegría, la picardía, la levedad. para tomarle las cuentas. Entonces, sin saber Ahora bien, si se analiza la palabra “criollo”, se qué hacer, piensa que la manera de solucionar constata que se usa para nombrar a alguien el problema es tirando al fuego su copia de con- “local” que, a pesar de que hayan transcurri- trato. Lo hace efectivamente y el contrato arde do diez generaciones desde que arribaron sus y se convierte en humo. Tras ello, el hombre se antepasados, sigue reivindicando un origen fo- siente aliviado, pensando que ya no le pasará ráneo. Entonces, esa persona local piensa que nada. Al cumplirse el plazo, llega el íncubo y el una parte esencial de su identidad está dada señor le dice que ya no hay contrato, que se ha por su alejamiento de lo aborigen o indígena. hecho humo. El íncubo responde que eso no le Entonces, el criollo es alguien que siendo local importa pues hay un duplicado y se lo lleva al no termina de arraigarse en el mundo donde ha infierno donde pasará la eternidad. nacido y siente una elevación de su autoestima Es muy interesante comparar estas dos por el hecho de tener antepasados que han ve- narraciones. En el mundo criollo tenemos la nido desde fuera. 24 l C R O N I C A S U R B A N A S

Entonces, este mundo criollo se constru- turación, el espacio donde el indio se transmu- ye en una relación de hospitalidad, de identifi- taría en ciudadano peruano. Porque el indígena cación con el mundo europeo y, al mismo tiem- tal como era no podía ser ciudadano. Tenía que po, de rechazo, de ocultamiento de lo indígena. aprender a hablar y escribir el castellano, tenía En primer lugar, ocultamiento de lo indígena que adquirir este barniz, o sustancia occiden- que hay dentro del propio criollo, porque en la tal, para poder ser reconocido como persona síntesis criolla hay un elemento indígena muy con derechos. Y recién así poder participar en importante que pasa a ser desconocido. Ade- la vida política del país. Esta es la raíz del pro- más, el nativo o indígena se convierte en un yecto criollo que da lugar a la expansión de la modelo negativo de identidad. El orgullo criollo escuela sobre todo a partir del gobierno de José consiste justamente en no ser zonzo, en no ser Pardo. Así, desde el año 1904, la escuela va co- como el indio, una raza que en los textos de la menzando, a través de sucesivas olas, a llegar época comienza a ser valorada como abyecta, a lugares cada vez más apartados con la misma degenerada. Acaso podría tener salvación gra- propuesta de castellanización forzada, de “in- cias a la escuela o gracias al mestizaje con, lo corporación” a la civilización, de postergación que se llamaba en la época, las razas más enér- de los saberes ancestrales y, por supuesto, de gicas. Entonces, este proceso de negación del los idiomas nativos. elemento indígena dentro de lo criollo está en la Este proyecto funcionó y fue teorizado propia obra de Ricardo Palma y coincide con la luego por autores como Víctor Andrés Belaún- desaparición de la figura del indio urbano. de. No en vano en la polémica entre Ricardo Palma y Manuel González Prada la elite aristo- crática del momento se situó del lado de Palma, pese a que curiosamente Palma era lo que en esa época se llamaba una persona parda, es de- cir, alguien que tenía un componente afro muy Este mundo criollo se construye importante. Ese componente ha sido elimina- en una relación de hospitalidad, do por los “milagros” de la fotografía y a veces de identificación con el mundo parece que Ricardo Palma fuera un ario, una europeo y, al mismo tiempo, persona bajada de un barco llegado directa- mente de Europa; cuando en realidad era más de rechazo, de ocultamiento de bien un mulato, aunque un poco más oscuro lo indígena. era sin duda alguna Pancho Fierro. El hecho es que paradójicamente González Prada, su gran oponente, era rubio, de ojos azules y provenía de una familia aristocrática. De él nace la crí- tica a la impostura criolla. La segunda imagen Hasta el siglo XVIII y principios del XIX de nación. existían indios en la ciudad de Lima y esto es Manuel González Prada es quien hace muy visible en el otro constructor del imagina- explotar el primer petardo sobre ese proyecto rio criollo, tan importante como Ricardo Palma: criollo. En el llamado discurso del Politeama, el acuarelista Pancho Fierro. Pancho Fierro dice: “No forman el verdadero Perú las agrupa- hizo miles de acuarelas y en algunas de ellas ciones de criollos y extranjeros que habitan la se ve la presencia indígena. Es curioso que Ri- faja de tierra situada entre el Pacífico y los An- cardo Palma nunca mencionara en sus obras a des; la nación está formada por la muchedum- Pancho Fierro, pero que, al mismo tiempo, fue- bre de indios diseminada en la banda oriental ra el principal coleccionista de sus acuarelas, de la cordillera”. González Prada recusa así, de al punto que la gran colección que actualmente una manera incipiente pero cierta, el proyecto pertenece a la Municipalidad de Lima fue jun- criollo. Invita a que los indígenas se pronun- tada por Palma. En el reverso de esas acuarelas cien por sí mismos respecto a cuál es la nación, se puede leer una serie de apuntes manuscri- cuál es el país en el que ellos piensan, que ellos tos de Palma. Esto hace pensar que en sus evo- desean. Y la respuesta llegó justamente desde caciones Palma se inspiró en la obra de Pancho el Cusco, aunque no fueran indígenas sus au- Fierro. Hay pues una deuda no reconocida de tores. No en vano el libro que llevó a la fama a Ricardo Palma hacia Pancho Fierro; además, Luis Eduardo Valcárcel, Tempestad en los An- en Palma hay una exclusión de lo indígena de des, empieza con una cita de González Prada la síntesis criolla, porque la identidad criolla se y de alguna manera es una respuesta a su in- construye a través de la negación del vínculo vocación. Lo que dice Valcárcel es que el indio con lo indígena. no es una raza abyecta, degenerada, llamada a Esta tradición criolla dio lugar al proyec- ser redimida a través de la occidentalización es- to nacional que sigue siendo el proyecto hege- colar, sino que hay un resurgimiento indígena. mónico en el país. Como parte de ese proyecto, El indio es una potencia que va a bajar hacia resignadamente, los políticos e intelectuales la costa, a restaurar la grandeza del imperio a criollos deciden que había que expandir la es- costa de la vida de millares de criollos. En pala- cuela, la cual sería el laboratorio de la transcul- bras de Valcárcel: “el vencido alimenta en silen- C R O N I C A S U R B A N A S l 25 cio su odio secular; calcula fríamente el interés compuesto de cinco siglos de crueles agravios. ¿Bastará el millón de víctimas blancas?” Para- dójicamente Valcárcel pertenecía a la elite aris- tocrática cusqueña, esa elite que podía hablar muy bien de los indios, pero no necesariamente tratar humanamente, por ejemplo, a sus em- pleados o empleadas. Entonces es cierto que hay una contradicción en el indigenismo, entre su exaltación de lo indígena y su trato cotidiano con las personas, con los seres humanos. Pero, más allá de esta contradicción, los indigenistas pusieron la base de una revaloración de la cul- tura indígena. También del Cusco llegó una propuesta que entraba en controversia con Luis Valcárcel: me refiero a la de Uriel García. En su famoso libro El nuevo indio, él no piensa tanto en térmi- nos de biología, en una suerte de resurgimiento de la raza; piensa más en términos sociales y culturales. Lo que propone es el impulso a un mestizaje, al surgimiento de un “nuevo indio”, de alguien capaz de asimilar lo valioso de Occi- dente y proceder a una síntesis. Estos autores fueron muy importantes en la revaloración de la cultura indígena. Pero quien produce la síntesis más potente de lo que puede ser el nuevo país es José Carlos Mariá- tegui. A su regreso de Europa, Mariátegui co- mienza a tener cierto contacto con los indige- nistas. Lee a Valcárcel y se entusiasma con la idea de que el futuro del Perú podría estar dado por una mezcla entre, por un lado, la tradición Niña huachipaeri criando un mono machín (Cebus apella). andina basada en la comunidad, el respeto por la naturaleza y, por otro lado, el socialismo, la ideología más moderna de Occidente. El Perú ción a las tesis de Mariátegui de los 7 ensayos es una nación en formación y su cimiento, sen- de interpretación de la realidad peruana. El año tencia Mariátegui, es precisamente lo andino. 1928, cuando se publican los 7 ensayos, Víctor De esta conjugación de elementos nacería este Andrés Belaúnde encuentra que la seducción, socialismo peruano que no sería calco ni copia. el talento de José Carlos Mariátegui, se habían La perspectiva de Mariátegui de un socialismo convertido en un imán y que toda la clase in- andino, de lo andino como “cimiento de la na- telectual estaba detrás suyo. Belaúnde, pues, cionalidad”, tuvo una influencia enorme en la se sentía aislado en su posición conservadora cultura peruana. Desde partidos como Acción y decide lanzar una suerte de contraataque que Popular hasta los de la izquierda recogieron va a desarrollar en varias de sus obras. Quizás sus planteamientos. Recordemos que el primer la más resonante haya sido Peruanidad, que es gobierno de Acción Popular llama a que todas posterior, de 1942, donde sostiene la tesis de las comunidades se reúnan en cabildos abier- que el Perú es una síntesis viviente, una trans- tos. Los comuneros entendieron esto como una culturación de Occidente en el suelo america- invitación a tomar las haciendas y justamente no. En realidad, esta imagen minimiza el sig- el año 1963 se produce un movimiento pacífico, nificado de lo indígena en la síntesis peruana, pero muy consecuente, que toma prácticamen- porque el proceso sociocultural peruano se te todas las haciendas en la sierra del país. Así, simboliza como el trasplante de Occidente a un tanto en Acción Popular como sobre todo en la suelo diferente que puede darle características izquierda, la propuesta del socialismo andino propias pero sin cambiar su identidad. Enton- tiene una gran acogida, adquiere un arraigo ces, para Belaúnde, el Perú es una nación occi- muy fuerte y cuando se piensa en el Perú desde dental y cristiana donde existe lo indígena, pero la izquierda se piensa justamente en términos en términos de lo arcaico. Y está llamado a des- de una suerte de socialismo andino. aparecer porque el Perú tendría que superarlo Mientras tanto, la otra propuesta de futu- para convertirse en un país realmente moderno ro, la república criolla, plásticamente insinua- y valioso. da en la obra de Ricardo Palma, es conceptuali- Esta tradición, que empieza en Ricardo zada por Víctor Andrés Belaúnde en La realidad Palma y continúa en Víctor Andrés Belaúnde, nacional, libro donde ensaya una contraposi- es retomada en algún momento de su vida por 26 l C R O N I C A S U R B A N A S

Mario Vargas Llosa, sobre todo el año 1996 muy presente, pero, curiosamente, esta movili- cuando publica un libro sobre Arguedas: La dad no produce una democratización. En efec- utopía arcaica. Vargas Llosa insiste en la idea to, la persona que, con su esfuerzo, logra la an- de que lo andino es justamente lo arcaico; es siada movilidad termina identificándose con los decir, lo que no debería tener lugar, lo que de arriba y despreciando a los de abajo. Esto es tendría que desaparecer porque es una rémo- lo usual. ra para el progreso. En algún momento en las Entonces en nuestro país hay mucha mo- elecciones de 1990 dijo que el Perú debería as- vilidad social –tanto ascendente como descen- pirar a convertirse en una Suiza, en un país dente–, pero esta no lleva a la democratización, emblemático de cordialidad y alta civilización, sino más bien a la reproducción de la jerarquía. olvidándose de las veleidades andinistas o mi- Si uno ve la historia del Cusco, por ejemplo, lenaristas. Y entre los peruanos debería reinar constata que hay una constante renovación de una actitud más pragmática2. las elites, los grandes apellidos de principios de Estos dos grandes proyectos, la Suiza o el siglo no son los apellidos actualmente vigentes suburbio norteamericano de un lado y, del otro, en términos de fortuna. Los grandes apellidos el socialismo andino, han perdido mucho de su dieron lugar a decadencias familiares y desde capacidad para seducirnos. Especialmente el abajo surgen nuevas fortunas, nuevos poderes, segundo porque el socialismo ha dejado de ser pero estos no están comprometidos en una de- un referente. mocratización, en reconocer en los otros lo que En esta coyuntura, una formación ideoló- uno fue sino más bien en identificarse con los gica tan potente como fue el socialismo andino que ya fueron y continuar con esa tradición comienza a descomponerse, a perder vigencia y más bien señorial. audiencia. Y aparece una serie de derivas, una Entonces esta tradición andina, desvin- serie de evoluciones donde se insinúa un na- culada del socialismo, en todo caso en una re- cionalismo andino que se cristaliza como oposi- lación mucho más débil con él, tiene una serie ción al centralismo criollo de Lima. de opciones. La primera, y quizás la más sig- En realidad, la propuesta criolla adqui- nificativa, es la aceptación del acriollamiento: rió bastante consenso. A partir de la década de el migrante llega a la capital o a la ciudad y lo 1950 se dan las grandes migraciones a la costa primero que aprende es lo que sabía hacer tan y, aparentemente, el quechua fue retrocedien- bien don Dimas de la Tijereta, es decir, a trans- do y las costumbres fueron olvidadas. La pro- gredir, a sacarle la vuelta al orden mediante la puesta criolla pide un olvido a cambio de una “viveza”. Esta aceptación de la idea del progreso promesa: te olvidas de lo arcaico y te prometo a través del acriollamiento es en cierto sentido que te conviertes en un ciudadano igual a los consecuencia del debilitamiento más o menos demás. Esta propuesta funcionó y sucesivas radical de la tradición andina. olas de migrantes se convirtieron en los fun- Junto a esta opción hay otras. Una se- dadores de la nueva Lima, la nueva Arequipa, gunda es cierto fundamentalismo, cierta misti- la nueva Trujillo… La migración es el proceso ficación del pasado, glorificación de lo que fue- central del Perú del siglo XX. Pero, en realidad, ron los tiempos antiguos. La referencia funda- hubo mucho más continuidades de las que el mental es la obra del Inca Garcilaso de la Vega. modelo criollo hubiera aceptado. Esas conti- Garcilaso produce un retrato del imperio de los nuidades tienen que ver con algo que es muy incas como una sociedad fundamentalmente profundo, que está incrustado en el cuerpo, armónica, donde no había hambre, con una como es el caso de la música y el baile, también suerte de despotismo benevolente, un gobierno los universos míticos religiosos, las fiestas pa- fuerte pero justo. Esta idea ha marcado en pro- tronales. En todo ello hay una persistencia de fundidad el imaginario peruano. Se idealiza el la tradición mucho más allá de lo que el proyec- mundo andino de modo que se postula que no to criollo postulaba. debe ser “tocado”, que debe mantenerse en su Resultado de este desacoplamiento entre pureza y que cualquier influencia, cualquier fu- socialismo y tradición andina es un nacionalis- sión, es una tergiversación o una falsificación, mo andino a la deriva. Y el Perú está un poco algo que no debería ser. Esta es una posición a la deriva. Porque no tenemos un horizonte de país, no tenemos un imaginario que poda- mos compartir, señalar como algo que todos queremos. Creo que nuestro país es un pro- yecto fundamentalmente inconcluso, porque 2. Yo creo que últimamente Vargas Llosa ha reevaluado su po- sición, me parece que él no ha permanecido estático, sino en lo esencial la nación implica la creación de que ha evolucionado y que ahora está en otra situación. un sentimiento de fraternidad, un sentimiento Quizás se ha dado cuenta de que el término arcaico viene de co-ciudadanía que significa que nos vemos del término arqué: lo primordial, los fundamentos, lo básico. más iguales que diferentes. Significa que las je- Lo arcaico está siempre con nosotros, es el fundamento de rarquías están basadas en el mérito, no en la nuestro ser. Entonces, la idea de despojarnos de lo arcai- co sería como tratar de eliminar los primeros cinco años de herencia y en la desigualdad ancestral. Lo que nuestra vida, donde justamente al haber sido como plastili- tenemos es un país fracturado, con brechas so- na nos hemos configurado en lo esencial de lo que hoy día ciales. Un país donde la movilidad social está somos. C R O N I C A S U R B A N A S l 27 fundamentalista que no abre futuro. Reivindi- posición multicultural termina en una suerte ca el pasado, lo que es muy importante, pero de indiferencia hacia la suerte del otro. también lo mistifica y se cierra a cualquier in- Finalmente, está la posición de la inter- fluencia o cambio, con el resultado de quela culturalidad, la opción que trata de crear es- persona que vive dentro de esta perspectiva pacios de encuentro, de pensar que uno pue- está condenada a la nostalgia, a constatar que de estar aquí y allá al mismo tiempo, de llevar las cosas no son como debieran, y a deslizarse hacia el campo de las otras culturas lo propio un poco en la decepción de que el mundo no es de uno. Quizás el gran maestro de la transcul- como se ha soñado. A esta opción, que ha sido turación en nuestro país sea José María Argue- recargada por el ecologismo, no le veo muchas das. Y aquí me valgo como ejemplo de una si- posibilidades de representar una inspiración tuación muy personal, aunque creo que es muy para pensar el Perú del mañana. compartida. Yo veo el Cusco, en gran medida, a Una tercera opción, junto a la del acrio- través de los ojos de Arguedas, siguiendo el pri- llamiento radical y la del fundamentalismo, es mer capítulo de Los ríos profundos. Allí hay una la que puede ser llamada multicultural, que evocación del Cusco desde la sensibilidad de plantearía que cada uno siga la vida como me- un niño marcado por la cultura indígena y su jor la entiende y que cada cultura se desarrolle concepción de lo maravilloso como permeando como mejor pueda o según sus líderes, artistas, la realidad: la Plaza de Armas, la Catedral, la intelectuales, pensadores, incluso en el mun- Compañía, el muro del palacio de Inca Roca. Y do popular. Que cada cultura vaya haciendo un me resulta difícil no ver el Cusco a través de camino y que después ya se verá. Esta posición esos textos, porque se han vuelto parte de mi multicultural, aparentemente tolerante, liberal, mirada, de tal manera que cuando veo el muro no resulta muy convincente porque en el fon- de Inca Roca veo realmente lo que escribe Ar- do reproduce las diferencias de poder. Bajo el guedas de este muro sinuoso que parece un río pretexto del respeto se presenta en realidad el cargado en el momento del yawar mayu. En- desinterés por el otro. No es el intento de cons- tonces hay una textualidad que carga la mira- truir una nación que tiene que ser diversa, pero da de historia. Creo que Arguedas nos enseña a donde también hay compromisos, como un ver el Cusco y lo que el Cusco significa para el sentimiento de obligación por los otros. Esta país. Pero enseña esto no solamente a los cus-

Niños y niñas de Palotoa-Teparo refrescándose en el río. 28 l C R O N I C A S U R B A N A S queños sino a todos los peruanos. El esfuerzo su sacrificio no tuvo ningún sentido. Creo que de Arguedas en términos de transculturar, de el heroísmo existe. Quizás no tanto como se traducir, de hacer comprensible una cultura propaga desde el mundo oficial. En el mundo para otra cultura, es un esfuerzo promisorio y oficial hay una distorsión, un intento de apro- fundante de un imaginario distinto para el país. vechar a las figuras más queridas en nuestro Arguedas era un hombre de izquierda, aunque país. Pero estos señores y señoras, los héroes, decía que él no entendía mucho lo que era el sí han existido y han dejado un modelo que es socialismo; y también decía que la cultura occi- sin duda inspirador. No es que todos debamos dental, en la cual él también estaba tan embe- ser mártires. Pero pienso que el Perú desgracia- bido, no había matado dentro suyo el campo de damente es una sociedad donde hay una suerte lo mágico. Producir encuentros, poder moverse de pacto de complicidad frente a la transgre- entre tradiciones, poder llevar lo mejor de una sión. Nos decimos: “si él lo hace, ¿por qué no lo tradición a otra… es un movimiento que crea voy a hacer yo?” o “si él no lo hace, ¿por qué lo un espacio de confluencias. No necesariamente voy a hacer yo?”. Bajo este razonamiento somos disuelve las diferencias, pero sí por lo menos llamados a transgredir. Todos estamos deba- hace posible una comunicación, un espacio de jo de lo que deberíamos estar. Creo que el día mayor proximidad y un espacio de conciudada- en que todos digamos: “no porque este fulano nía. o mengano haga algo malo lo tengo que hacer Yo no sé cómo será el Perú en el año 2021, yo”, entonces, romperemos este pacto de com- pero sí me gustaría que fuera una sociedad que plicidad y vamos a ser una sociedad mejor. haya pagado la deuda histórica que tiene con las personas más sufridas, más débiles, con los que han heredado la pobreza. Que fuera una sociedad más solidaria, más integrada. Creo que el camino no está en el acriollamiento ra- dical, tampoco en el fundamentalismo ni en el El esfuerzo de Arguedas en multiculturalismo tolerante, sino más bien en términos de transculturar, los encuentros, en las fusiones que ya comien- zan a darse. No todas serán necesariamente de traducir, de hacer comprensible válidas, pero ese es el camino que hay que ex- una cultura para otra cultura, plorar. es un esfuerzo promisorio y En un lugar como el Cusco, la tradición fundante de un imaginario puede ser un poco agobiante, demasiado pe- sada. Puede anular la individualidad. He visto distinto para el país. trabajos del artista plástico Jorge Flores: una serie de esculturas sobre los héroes, donde los desmitifica. A veces los héroes pueden ser un modelo demasiado alto y frente a ellos nos sentimos en una situación de falta, de culpa, Le doy mucha importancia al arte, a las de ser poca cosa respecto a su enormidad. Yo imágenes. El arte es la objetivación de la exis- creo en la propuesta de desmitificar al héroe y tencia humana: poder poner en un lienzo o en de levantar al hombre honrado como el héroe palabras aquello que duele, aquello que ilusio- más significativo, ese hombre que lucha por na, que moviliza. Muchas veces el futuro apa- su felicidad, por su familia. Pero también creo, rece en los sueños y en las imágenes que los y en esto discrepo un poco con el artista, que artistas nos entregan. Ahí hay que tratar de toda sociedad necesita ciertos modelos, necesi- visualizarlo. Pienso que los artistas logran ob- ta reconocer a personas que en algún momen- jetivar rápidamente imágenes de lo que puede to de su vida han tomado decisiones que apa- ser. También lo hacen los narradores. Y al final rentemente van en contra de sí mismas, pero de este pelotón van los científicos sociales, que que significan un ejemplo y un orgullo para la manejamos más que todo conceptos, que no comunidad a la que pertenecen. Si no hubiera hacemos el salto a la ficción o no somos cons- héroes, gente que voluntariamente aportó su cientes de haber dado ese salto. Concluyo re- vida, el Perú no tendría tanto sentido. Esas per- afirmando mi invitación a imaginar, a pensar, a sonas tienen que merecer todo nuestro respeto tratar de ver cómo salimos de la situación difícil y tienen que significar para nosotros un com- en la que estamos, de la perplejidad en que vivi- promiso. Porque no podríamos decir –o sería mos, de las fracturas que amenazan, periódica- muy triste hacerlo– que murieron en vano, que mente, con hacer colapsar nuestro país. C R O N I C A S U R B A N A S l 29

La heterogeneidad del proyecto nacionalista peruano

Omar Coronel1 Pontificia Universidad Católica del Perú

Atravesando uno de los numerosos rápidos del río Palotoa impulsados por un motor fuera de borda.

A qué me refiero con proyecto naciona- la salida de Alejandro Toledo y cuando Chávez lista en el Perú? No me refiero a cual- era una figura política con mucho más poder, quier tipo de proyecto nacionalista, influencia y presencia que ahora no solamente ¿ sino a un tipo en particular: el proyecto en Venezuela sino en toda América Latina? del Partido Nacionalista Peruano. Hay múlti- Debo advertir también que no me con- ples proyectos que buscan reinterpretar la na- centro en el discurso político de Ollanta Hu- ción y el proyecto de Ollanta Humala es uno de mala, las elites políticas, los congresistas o los ellos. Pero no estudio este proyecto tal como es actualmente, sino como era en 2007, luego de las elecciones de 2006, en las cuales Humala fue derrotado por Alan García. ¿Cómo era la si- 1. Texto basado en mi tesis de licenciatura, con datos trabaja- tuación política en el país en ese momento, a dos en 2006 y 2007. 30 l C R O N I C A S U R B A N A S intelectuales del Partido Nacionalista, sino, en el ejército y buscaban rememorar el cace- por el contrario, estoy buscando hacer visible rismo –que vincula al ejército con la población el protagonismo de las bases, de los militantes indígena para vencer a los chilenos en la Gue- y simpatizantes del proyecto nacionalista, de rra del Pacífico– para derrotar al terrorismo, no aquellos jóvenes que se convirtieron en militan- para aniquilar campesinos, sino para vincular- tes y simpatizantes y se definieron políticamen- se con ellos, así como el tayta Cáceres lo había te como nacionalistas –no como izquierdistas, hecho. Ambos hermanos, pues, declaran que el no como parte de un proyecto independiente–. etnocacerismo surge de una especie de cofradía En lo que sigue, en primer lugar, haré en ese momento dentro del ejército, idea que si- una pequeña introducción, luego entraré a las guió madurando y que recién en el año 2000, consideraciones teórico-metodológicas y a los con el levantamiento de Locumba, se visibiliza. nacionalismos en la historia del Perú, mostran- do solamente dos experiencias previas a Ollan- ta Humala en el siglo XX. Más adelante desa­ rrollaré los hallazgos de los tres discursos –tres formas de entender la política y el nacionalis- mo– que he encontrado en el proyecto político El trabajo político de nacionalista entre los jóvenes entrevistados. Por último, presentaré mis conclusiones. Antauro se convierte en En las elecciones generales de 2006, Hu- primera plana nacional el mala obtuvo 47% de los votos en la segunda primero de enero de 2005, con vuelta, con una distribución regional muy si- el levantamiento en milar a la que logró el 2011. En términos de regiones, la gran mayoría del Perú vota por el Andahuaylas, en el cual nacionalismo; sin embargo, en términos de po- Ollanta dice que no participa. blación García ganó con 53%, sobre todo por los sectores de Lima y la costa, más beneficia- dos por el modelo económico, como los sectores agroindustriales, que están muy vinculados a la exportación en estos últimos años. Para lo que se verá después, es importan- Entonces, mientras Ollanta está en el ex- te recordar ahora quién fue Ollanta Humala. terior realizando trabajo burocrático, Antauro Él aparece en el escenario político con el levan- está haciendo actividad política: constituye es- tamiento en Locumba en el año 2000. En las cuelas caceristas y etnocaceristas y empieza a postrimerías de la dictadura fujimorista, Hu- escribir. A diferencia de Ollanta, que a duras mala lidera un levantamiento cuyas intencio- penas escribe un discurso si es que los escribe nes quedaron poco claras, pero entonces él fue en verdad, a Antauro le gusta escribir. Hacia el reconocido como la reserva moral de las Fuer- año 2002 publica un primer libro sobre el ejér- zas Armadas. En ese momento, Humala era te- cito etnocacerista y el 2006 otro mucho más niente coronel en actividad e hizo una especie esclarecedor sobre la ideología del etnocaceris- de marcha de rememoración del etnocacerismo mo. El trabajo político de Antauro se convierte con su hermano Antauro, que ya era mayor en en primera plana nacional el primero de enero retiro. Meses después, cuando el gobierno de de 2005, con el levantamiento en Andahuaylas, Fujimori cae, ambos se entregan a la justicia en el cual Ollanta dice que no participa. Más y son encarcelados; pero hacia diciembre Va- adelante, encarcelado su hermano y luego de lentín Paniagua los libera diciendo que efecti- haber sido oficialmente pasado al retiro, Ollan- vamente su levantamiento había sido legítimo. ta empieza también a hacer trabajo político. Es Desde entonces, Ollanta Humala pasa a hacer así que se va constituyendo una opción nacio- trabajo burocrático en las Fuerzas Armadas – nalista. Poco a poco, Ollanta va escalando y re- lo que él considera como una sanción debido a presentando todo aquello que siempre genera su levantamiento– y en su libro De Locumba a mucho miedo en Lima, sobre todo en las cla- Presidente denuncia su pesar porque tenía am- ses medias, medias altas y altas limeñas: en el bición de seguir escalando dentro del ejército, 2005 dice que él representa a los excluidos y se consideraba que ese era su destino. Más tarde declara antiimperialista y antineoliberal. Ofre- lleva cursos de ciencias políticas en la Universi- ció llamar a una Asamblea Constituyente y la dad Católica, aunque no completa la maestría, nacionalización de las empresas estratégicas. y luego es enviado a Francia y a Corea del Sur, Este era también el programa de un sector im- donde estuvo como agregado militar. Mientras portante de la izquierda en el país, motivo por tanto, su hermano Antauro se dedicó a hacer el cual lo apoya en las elecciones de 2006. un importante trabajo político. Antauro tenía En ese momento, todos fuimos testigos una visión mucho más clara de lo que debía ser de cómo se descalificaba el discurso de Humala el etnocacerismo, tendencia que según ambos y toda esta propuesta nacionalista, particular- hermanos surge en la década de 1980, cuando mente desde los medios de comunicación lime- todavía tenían una posición muy subordinada ños y desde muchos intelectuales y políticos C R O N I C A S U R B A N A S l 31 con llegada nacional. Ellos decían que el pro- por Humala y Jaime Baily en su programa “El yecto de Humala era antidemocrático porque Francotirador” dijo: “¡Qué curioso!, 83% ha vo- era nacionalista. Mario Vargas Llosa, por ejem- tado por Humala en Ayacucho, debe ser que el plo, escribió entonces en varios artículos que el oxígeno no llega a las alturas”. Ese tipo de vio- nacionalismo es intrínsecamente autoritario y lencia se reflejaba en la mayor parte de los me- que significa, en primer lugar, creer que la cul- dios de comunicación y llamó poderosamente tura de uno es mejor que la cultura de otro, que mi atención. el origen, el idioma, el color de piel de uno son Más allá del evidente racismo –no solo superiores a los de otros, y que por ende el na- clasismo sino racismo– de estas expresiones, cionalismo era uno de los peores errores de la se encuentra esta falta de reconocimiento de modernidad. En general, se decía que Ollanta que los proyectos políticos suelen ser heterogé- representaba esto –y se lo ligaba mucho a su neos. Mientras tanto, se puede ver en la his- hermano Antauro y al proyecto chavista–, que toria de América Latina cómo el nacionalismo era populista, un caudillo con un proyecto mi- no siempre es autoritario, no es “naturalmente” litarista, velasquista, comunista, etc. Podemos autoritario, sino que puede dar cabida a varios recordar que todo esto se dijo también en las tipos de proyecto político. Particularmente en elecciones de 2011. Pero la crítica no solo se América Latina el nacionalismo ha acompaña- centraba en Ollanta Humala, sino también en do procesos de democratización, de lo que se quienes lo seguían. Muchos políticos, medios llama ahora inclusión, mediante los cuales se de comunicación y formadores de opinión de ha ampliado la comunidad política, es decir, se Lima pensaban qué clase de gente podía seguir ha asignado más derechos civiles, políticos y a un hombre tan evidentemente autoritario, sociales a los ciudadanos. caudillesco y ridículo. Y así se calificó y se ata- En América Latina, el nacionalismo ha có simbólicamente a quienes seguían a Ollanta sido menos regresivo que progresivo. El na- Humala o habían dicho que iban a votar por él. cionalismo regresivo es cerrado, se basa en el Se decía que quienes votaban por Humala eran color de piel, en la religión, en características gente autoritaria, una masa autoritaria, homo- étnicas o culturales. Y niega a los que no tienen génea, irracional, ignorante, emotiva, resenti- estas características la pertenencia a la nación. da. Por ejemplo, Aldo Mariátegui usó el adjetivo Es un nacionalismo que se cierra como un eri- “electarado” para referirse a quienes votaron zo. Pero existen también nacionalismos progre- sivos, que no buscan cerrarse, sino ampliar la comunidad nacional, incluir. Y la teoría dice que esto ocurre, lo mismo que diversos datos empíricos de proyectos políticos en América La- tina nos muestran que probablemente más allá de lo que diga el candidato Humala, quienes votan por él, quienes asumen el proyecto na- cionalista, no son necesariamente autoritarios, como tanto insistían los medios de comunica- ción. Este es el punto de partida de mi tesis, lo que me hace desarrollarla. Mi primera hipótesis es, entonces, que no todos los nacionalismos son autoritarios, hay heterogeneidad. Mis preguntas de inves- tigación son: ¿el proyecto político nacionalista de Humala realmente es homogéneo o abarca más de un discurso?, ¿cuáles serían los discur- sos políticos en el proyecto nacionalista?, ¿qué generaría tal heterogeneidad y por qué existe? Además, ¿cuáles serían las diferentes formas de entender el nacionalismo o la nación desde los discursos políticos? Para desarrollar estas interrogantes he trabajado en uno de los es- pacios que usualmente se considera más pro- penso al autoritarismo en el Perú: Ayacucho. Esto se piensa así, en primer lugar, porque es una región históricamente excluida, con po- breza comprobable por todo tipo de indicado- res socioeconómicos; en segundo lugar, porque Ayacucho es el espacio donde se desarrolla el Partido Comunista Peruano Sendero Lumino- so y donde se dio con mucho más violencia el conflicto armado interno; y en tercer lugar, por- Joven tucán, en Villa Carmen, Pillcopata. que en Ayacucho el candidato Humala, en la 32 l C R O N I C A S U R B A N A S segunda vuelta de 2006, obtuvo 83% de los vo- la. También sobre la experiencia de estos jóve- tos, o sea una aplastante mayoría. Quienes de- nes con la violencia política (la violencia como nostaban el nacionalismo consideraban que los estrategia política: buena o mala, necesaria o nacionalistas ayacuchanos debían ser indiscu- innecesaria), su participación en política y su tiblemente autoritarios, comunistas, violentísi- experiencia con la cultura política local ayacu- mos. Mi idea era entonces que podía demostrar chana, es decir, por ejemplo, su participación que inclusive en la militancia nacionalista de en centros federados de la universidad, su vin- Ayacucho hay heterogeneidad, con lo cual se culación con el frente de defensa de Ayacucho, derrumbaría la idea de que el proyecto nacio- con el Sute y con distintas organizaciones polí- nalista es homogéneo. ticas; sobre qué tanto han participado en estas Otra dimensión para mi estudio se refiere organizaciones que son precisamente las que al grupo a entrevistar. Decido trabajar con jóve- reproducen una cultura política que yo califi- nes, adultos jóvenes entre 21 y 35 años. Para mí co como de izquierda que tiende a un patrón era curioso que los jóvenes participasen en po- autoritario –se asumen jerarquías muy duras, lítica, la cual viene siendo desprestigiada hace se evita la divergencia, se empuja a la homoge- por lo menos veinte años. Sin embargo, muchos neidad y a la unanimidad, etc.–. Son organiza- jóvenes se estaban sumando entusiastamente ciones que reproducen un quehacer político de al proyecto nacionalista, particularmente en línea única y me interesaba conocer qué tanto Ayacucho, donde un sector de la dirigencia eran estos jóvenes estaban vinculados o comprome- jóvenes de ese grupo de edad. Otra razón para tidos con ellas, lo cual llevaría a saber qué tan- elegir a este grupo fue considerar que ellos son to estaban o no hegemonizados por una cultura los hijos del conflicto armado interno, crecieron política regional. con él. Esto fue importante porque una subpre- gunta de mi investigación se refería a cómo este conflicto ha influido en el proyecto y el discurso El nacionalismo popular, dos político de estos jóvenes. experiencias en el siglo XX Por último, para mí era importante estu- diar a personas comprometidas con el naciona- Para comenzar a exponer los resultados, qui- lismo, no solo a quienes votaron por el Partido siera presentar primero algo del marco teórico Nacionalista, porque en 2006 muchos lo hicie- utilizado. Un concepto fue muy importante: el ron porque un amigo, un pariente o quién sea nacionalismo popular –que no necesariamente les dijo que era una buena opción; pero eso no es novedoso–. Consiste en una fuerte defensa significa compromiso, ni siquiera entusiasmo de las riquezas naturales, es un discurso an- político por un candidato. Por eso yo me dirigí tiimperialista, demanda participación en la po- a militantes y simpatizantes y, además, a quie- lítica –no solamente votar cada cinco años, sino nes asistieran sistemáticamente o con cierta fiscalizar, participar en mesas de concertación, regularidad al local partidario en Ayacucho. en presupuestos participativos, etc.–, sentir Para ello yo estuve en esta ciudad durante los amor a lo nuestro, a lo propio y autóctono, y primeros meses de 2007 acompañando a estos tener un paradigma social basado en el impe- jóvenes y comprobando que se reunían una vez rio incaico. Quienes han leído el libro El Perú a la semana todos los sábados a la misma hora desde la escuela, de Gonzalo Portocarrero y Pa- en el mismo local. tricia Oliart, reconocerán en todo lo anterior los Además de estar activamente relaciona- componentes de lo que estos autores llamaron dos con el Partido Nacionalista, estos jóvenes idea crítica: un mínimo común denominador compartían la característica de pertenecer al que caracterizó a la izquierda peruana entre las nivel socioeconómico bajo, como buena parte décadas de 1970 y mediados de 1980, pero sur- de los estudiantes universitarios de la Univer- gió en la década anterior con el mayor grado sidad Nacional San Cristóbal de Huamanga de escolarización y de estudios universitarios (UNSCH). Además, no todos habían nacido en en la población. La idea crítica persiste y con la ciudad, sino también en provincias y distri- gran fuerza no solamente en los partidos de iz- tos alejados de la capital ayacuchana, pero es- quierda sino en el nacionalismo, en el proyecto taban residiendo ahí. Fueron más hombres que nacionalista. Y en las entrevistas que hice se mujeres y, además de estudiar, la mayoría de revive lo que ese estudio encontró treinta años ellos también trabajaba y militaba en el Partido antes: una base doctrinal marxista y una base Nacionalista Peruano. emocional de tradición andina, una mezcla de La metodología consistió en entrevis- tas2 semiestructuradas sobre discurso político y concepción del nacionalismo, con pregun- tas sobre democracia y ciudadanía (el grado de afección con los principios democráticos; 2. Apliqué veintiún entrevistas entre enero y febrero de 2007. La la importancia que se da a la democracia y al metodología para determinar la cantidad fue ir haciendo desarrollo económico; la tolerancia frente a la entrevistas hasta llegar al punto de saturación, es decir, el momento en que ya no encontrara nada nuevo, en que los oposición; lo que se piensa sobre la libertad de discursos se repitieran y pudiera construir una tipología en prensa), sobre el nacionalismo y Ollanta Huma- función a los discursos encontrados. C R O N I C A S U R B A N A S l 33 defensa de lo nacional andino y reflejos analíti- mo demanda estatización, antiimperialismo y cos con categorías del marxismo. está muy cargado de sentimiento y discurso po- Lo que yo encuentro en torno al naciona- lítico antioligárquico. Desde allí, al reclamar un lismo popular es que los fundamentos que com- paradigma social específico, incorpora también ponen la idea crítica, si bien se hicieron fuertes, al imperio incaico como modelo, aunque no con casi hegemónicos, en la izquierda entre las dé- tanta claridad como el proyecto velasquista. cadas de 1960 y 1980, pueden ser encontra- El segundo espacio es justamente el na- dos en cierta medida en otros momentos en la cionalismo de Velasco Alvarado, donde por pri- historia, por ejemplo antes de esa etapa. Antes mera vez el nacionalismo popular se produce del nacionalismo, del etnocacerismo de los her- desde el Estado generando derechos sociales manos Humala, he identificado por lo menos y derechos políticos para diversos sectores, ya dos momentos donde se desarrollan proyectos no solamente obreros o campesinos proleta- políticos que utilizan el nacionalismo popular: rizados, sino también para los campesinos en el nacionalismo del Apra auroral, es decir, del general. El Apra nunca tuvo mayor interés en Apra de finales de la década de 1920 e inicios el campesinado del mundo andino. En cambio, de 1930, por un lado, y, por otro, el nacionalis- Velasco sí y es la primera vez que desde el Es- mo de Velasco Alvarado de 1968 a 1975. tado se reconoce la inclusión del mundo cam- pesino, de su historia y su cultura, dentro del proyecto nacional. Y ello se hace a partir de co- sas tan simples o gráficas como la recuperación de la imagen de Túpac Amaru, la traducción del himno nacional al quechua, la conversión El Apra nunca tuvo mayor interés del canal 4 en el “Tawa canal”, etc. En suma, a pesar de que el gobierno revolucionario fue sin en el campesinado del mundo duda una dictadura, generó las bases para una andino. En cambio, Velasco sí relación más horizontal entre peruanos; en ese y es la primera vez que desde el sentido, tuvo una importante fuerza democrati- Estado se reconoce la inclusión zadora. El nacionalismo popular vuelve a tener alguna fuerza cuando el Apra llega finalmente del mundo campesino, de su al poder en 1985 (particularmente en el discur- historia y su cultura, dentro del so de Alan García) y, más adelante, también proyecto nacional. permea parte del discurso de Alejandro Toledo en su oposición al autoritarismo de Fujimori. Pero en realidad no es sino hasta la concreción del discurso de los hermanos Humala que em- pieza a discutirse de nuevo la idea de nación. Lo particular es que esta idea no parte del na- Guillermo Nugent decía que el Apra fue cionalismo de Ollanta, sino del etnocacerismo un partido que a fines de la década de 1920 y a de Antauro, quien hace el trabajo político en inicios de la siguiente ayudó a los cholos a con- gran parte del país y fundamentalmente en la vertirse en ciudadanos. El nacionalismo de este sierra sur –no tanto en el oriente ni en el norte Apra dio así instrumentos al discurso político peruanos–. Es un trabajo político de años que para que los migrantes, no solamente en Lima, genera el colchón que hizo posible que Ollan- sino sobre todo los que se han proletarizado en ta tenga tanta popularidad cuando se presenta las haciendas del norte, empiecen a sentir que como actor político a mediados del año 2005. tienen derechos, que deben ser reconocidos como ciudadanos y comiencen a reclamar tales derechos. En este sentido, empiezan a arran- El proyecto etnocacerista de Antauro car, no a pedir, derechos al Estado y así el Apra y el proyecto nacionalista de Ollanta se convierte –dice Nugent– en un simulacro de lo que podría ser una nación: un espacio don- Lo que caracteriza al etnocacerismo es, desde de estos otros están por primera vez incluidos, mi aproximación teórica, un nacionalismo muy reconocidos como iguales en derechos. El Apra regresivo. Antauro encarna los miedos que ha- nunca llegó al poder en ese tiempo; sin embar- cen que Vargas Llosa se despeine cuando ha- go, era un partido de masas que fue incluyendo bla; miedos a un nacionalismo homogeneizante estos sectores y los fue socializando en la mi- que anule al individuo, que busque la guerra litancia política, en lo que es soñar, aspirar a étnica, la guerra racial. Más aun, lo que An- una república de verdad. El Apra –Haya de la tauro dice excede los temores de Vargas Llosa. Torre– estaba muy prendido de la Revolución Antauro llama a una internacional incaica y a Mexicana y en sus inicios tenía algunas ideas una exclusión de los blancos. Todo eso que en en relación a lo indígena como el tronco, la co- caricatura se le decía a Ollanta Humala entre lumna vertebral de la nación. También recono- los años 2006 y 2011, con todas sus letras lo ce el mestizaje como proyecto, que asimismo había dicho y escrito Antauro. Existe un pro- estaba en la Revolución Mexicana. Este apris- yecto, el cual es además interesante porque es 34 l C R O N I C A S U R B A N A S

Anciano colono andino en su cabaña improvisada en las afueras de Pillcopata.

–por primera vez– un proyecto manifiestamente Esa ambigüedad hace que tenga una mi- racista. Se podría decir que el proyecto civilista litancia heterogénea que imagine distintos pro- de inicios del siglo XX también era racista, pero yectos. A pesar de que todos votan por la olla jamás fue tan explícito. Mientras tanto, Antau- de Ollanta, cada uno ve distintas cosas en ella: ro Humala explícitamente busca posicionar al algunos un proyecto más democrático y otros hombre andino, al cobrizo, por encima de los uno más autoritario. Las propuestas del plan criollos. Es un proyecto que denota un autori- de gobierno del 2006, sin embargo, son claras. tarismo de revancha, que no llama a la inclu- En ese plan –uno mucho menos extenso que el sión, sino a aplastar al otro. último que presentó– promete una nueva Cons- El proyecto nacionalista comenzó en Lo- titución política, que era una vieja demanda cumba y tuvo su segundo hito en el andahua- de la izquierda nacional, y ofrece la nacionali- ylazo, la rebelión armada del primero de enero zación de las actividades estratégicas. En este del 2005. El tercer momento fue la constitución último aspecto hubo un debate fuerte, ya que del Partido Nacionalista Peruano, que se carac- se supone que no se trata de que el Estado vio- terizaba por una ambigüedad notoria. Cuan- lentamente despoje a los inversionistas de sus do se escuchaba las declaraciones iniciales de empresas, sino de que fomente que empresa- Ollanta Humala en 2005 y 2006, se tenía en rios nacionales tengan más acciones en deter- frente un proyecto democrático. Su plan de go- minados sectores estratégicos. Por ejemplo, bierno era seguir la batuta de José Carlos Ma- de que en el sector de energía o en el sector de riátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre, forjan- transporte aéreo haya más empresas peruanas do una síntesis para un Perú de todas las san- que extranjeras. Así, al menos, en algún mo- gres. Sin embargo, el Ollanta que va viajando, mento Félix Jiménez –economista de la PUCP que habla en las plazas del Cusco, Ayacucho, que estuvo con el PNP – definió lo que sería este Junín, Arequipa, es un Ollanta que recupera el plan económico. Entonces es un nacionalismo discurso de su hermano porque sabe que An- que se caracteriza por ser un proyecto antiim- tauro ha hecho un trabajo importante y ha lo- perialista, defensivo y redentor. Se habla de un grado generar expectativa y anhelo por cambios nuevo Perú, de la refundación de la patria, de radicales. Así, Ollanta es un poco ambivalente, la construcción de un nuevo momento de la no es tan “democrático” como se muestra en historia. televisión y utiliza esta ambivalencia para am- El nacionalismo en Ayacucho es muy si- pliar su margen de posibilidades para las elec- milar al de otras regiones. En Cusco, por ejem- ciones del 2006. plo, probablemente ha tenido un camino pare- C R O N I C A S U R B A N A S l 35 cido: surge con el periódico Ollanta entre 2002 ca –es decir, padres, madres, hermanos, tíos y 20033 y con escuelas etnocaceristas, que no o abuelos asesinados por Sendero Luminoso o eran muchas ni masivas, sino núcleos peque- las Fuerzas Armadas– eran menos propensos ños con alguna visibilidad, conformados sobre a participar en las organizaciones de izquierda todo por los reservistas que, con el uniforme (siendo bastante críticos cuando lo hacían) y que les dieron en el ejército y con un altavoz, tendían a rechazar claramente la violencia, es- iban difundiendo las ideas matrices de este tando en contra de su utilización como instru- proyecto. En Ayacucho tenían un programa ra- mento político. dial –“La hora etnonacionalista”– y apoyaban Finalmente, quienes no tuvieron ninguna marchas y protestas. Por ejemplo, si el Sute o tuvieron muy poca interacción con la cultura Ayacucho salía a protestar, entonces los etno- política ayacuchana, los jóvenes sin padres po- caceristas apoyaban en la organización y difu- litizados y que no habían participado política- sión de la protesta. Esto genera la oportunidad mente en la universidad ni tenían un discurso electoral para Ollanta. Cuando Ollanta empieza político previo, sino que de un momento a otro a lanzarse a la presidencia, este etnocacerismo se encontraron con un amigo que los llevó al siente que él representa lo que ha hecho An- partido, resultan teniendo una orientación más tauro –a pesar de que este tildaba ya entonces pragmática y su vinculación a un discurso más a aquel de traidor–; hay la sensación de que o menos democrático depende sobre todo de su Ollanta se estaba disfrazando de demócrata experiencia con la violencia política. Quienes para la contienda electoral, porque se conside- no tienen familiares afectados o asesinados por raba que en el fondo era un etnocacerista. el conflicto armado interno son más tolerantes con la opción por la violencia política; y, vice- versa, quienes sí los tienen, tienden a alejarse Experiencia con la violencia y con la de las propuestas a favor de ella. Una caracte- cultura política local rística importante de este grupo de jóvenes es que no tienen un principio político rector, es A partir de las entrevistas aplicadas a jóvenes decir, depende de las circunstancias si están en Ayacucho se encontraron tres discursos: más cerca o más lejos de principios democrá- uno más democrático, uno más autoritario y ticos. uno más pragmático con respecto a la política. ¿Cómo se explica esta diversidad? Se par- te de un grupo sociológicamente similar, en el sentido de que todos los entrevistados nacie- ron más o menos en el mismo lugar, tienen una misma identidad de clase y una misma identi- Quienes sufrieron una fuerte dad cultural. Entonces, ¿por qué algunos op- tarían por uno u otro discurso? Las variables experiencia dolorosa con la explicativas que encuentro se refieren sobre violencia política eran menos todo a la experiencia con la violencia política y propensos a participar en las a la interacción con la cultura política, con las organizaciones de izquierda organizaciones antes mencionadas. Así, mientras mayor interacción con la (siendo bastante críticos cuando cultura política ayacuchana, es decir, mien- lo hacían) y tendían a rechazar tras más participación había en frentes de de- claramente la violencia. fensa, en las direcciones políticas dentro de la UNSCH, en los diversos grupos tradicionales de la izquierda local, se encontró mayor acerca- miento a una tendencia autoritaria. Y a ello se tuvo que sumar la otra variable, la experiencia con la violencia política: si se tuvo una expe- Tres discursos dentro del proyecto riencia dolorosa o no. Esto generó tres escena- nacionalista rios. Quienes no tuvieron familiares cercanos muertos o asesinados durante la violencia polí- En primer lugar, tenemos entonces un discur- tica –por Sendero Luminoso o por el Ejército– se so democrático donde hay un nacionalismo mostraron más propensos a participar acrítica- más incluyente, en el sentido de que apunta a mente en organizaciones de izquierda locales y construir una comunidad política más abierta; tenían una mayor simpatía por el autoritarismo en segundo lugar, un discurso autoritario con con un discurso violentista. un nacionalismo excluyente, más cerrado, que En contraste, quienes sufrieron una fuer- construye una otrificación de lo criollo, de lo te experiencia dolorosa con la violencia políti- burgués, etc.; y, finalmente, un discurso prag- mático, que produce un nacionalismo ambiva- lente, relacionado mucho más al orden y a la 3. Hay que recordar que el periódico Antauro antes se llama- consecución de objetivos prácticos más allá de ba Ollanta. los principios que dirijan esos objetivos. 36 l C R O N I C A S U R B A N A S

El común denominador de estos tres dis- En este discurso no se justifica la violen- cursos se da en varios temas. En los tres hay cia, en términos de violencia política, en nin- consenso respecto a lo siguiente: en el Perú no gún caso. Se reconoce que el trabajo de la Co- hay democracia –en todo caso, hay solo una de- misión de la Verdad y Reconciliación fue posi- mocracia liberal insuficiente–; el principal res- tivo, que falta continuarlo y que puede haber ponsable político del conflicto armado interno una reconciliación entre peruanos si el Estado es el Estado; y los medios de comunicación li- asume una responsabilidad política y las repa- meños están manejados por los grupos de po- raciones. El Estado debe disculparse y recono- der. cer que lo que hizo estuvo mal y que había otra Con respecto al proyecto nacional, se forma de solucionar el problema. O sea, se cree piensa que el tema étnico es muy relevante en que debe ser quebrado el discurso de que Fu- el sentido de que todos los entrevistados sos- jimori venció al terrorismo matando terrucos, tienen que el racismo de los criollos contra los matando a la gente que tenía que matar porque cobrizos es un problema fundamental en una en caso contrario no lo hubiera vencido. agenda nacionalista. Es muy clara la idea de que los excluidos en el Perú son fundamental- mente los cobrizos. Donde se diferencian los tres discursos es en la forma de enfrentar este problema central. Por otro lado, se está de acuerdo también En el discurso democrático se en una mayor participación del Estado en la economía. Y se considera que el general Juan desarrolla un nacionalismo Velasco Alvarado es el referente más importan- incluyente donde la democracia te del nacionalismo. es tan o más importante que el desarrollo económico. El nacionalismo inclusivo del discurso democrático

En el discurso democrático se desarrolla un na- cionalismo incluyente donde la democracia es Sobre el nacionalismo, en este discurso tan o más importante que el desarrollo econó- se reconocía que Ollanta era autoritario y que mico. Aunque hay una crítica a la democracia eso era un problema, a pesar de que en el con- política, se rescatan sus valores proponiendo texto de la lucha electoral se le toleró. Hay una una democracia participativa que la supere, es oposición al proyecto etnonacionalista o etno- decir, que no se reduzca al voto en elecciones cacerista de Antauro y un sentimiento proglo- cada cinco años, sino que implique fiscaliza- balización, aunque al mismo tiempo se está a ción del Estado y participación permanente a favor de la nacionalización de empresas estra- través de presupuestos participativos y asam- tégicas. Por último, aunque este discurso im- bleas municipales plica un nacionalismo inclusivo, existe un ene- Luego, en este discurso hay también un migo diferenciado: el vendepatria, el corrupto. rechazo a los medios de comunicación, pero sin censura. Se piensa que el Estado no es un buen regulador de ellos, que es peligroso en tanto El nacionalismo excluyente del puede reducir la libertad de expresión. Por otro discurso autoritario lado, se encuentra una alta tolerancia a la opo- sición, algo sorprendente. Por ejemplo, se hace El discurso autoritario es opuesto al demo- una elocuente diferencia entre Lourdes Flores crático. En este caso, el desarrollo económico y Alan García, oponentes fundamentales de siempre es considerado más importante que Ollanta Humala en ese momento, donde se re- la democracia. Se critica a la burguesía crio- conoce a Lourdes Flores como una compatrio- lla y se propone una dictadura del proletaria- ta, alguien que es parte de la nación, porque a do cobrizo. Aquí hay mucha vinculación con el pesar de tener ideas equivocadas o de estar con marxismo ortodoxo más clásico y prima lo que una opción política equivocada, es una mujer dice Antauro, es decir, la raza sobre la clase, honesta, con buenas intenciones, una peruana entonces el proyecto político tiene color: es co- fiel que quiere construir un Perú mejor, a pe- brizo. La lucha de clases no es tan determinan- sar de estar totalmente equivocada. En cambio, te, puede haber inclusive un capitalismo cholo, de Alan García se dice que es un canalla, se le cobrizo. reconoce como enemigo de la patria y del pue- La prensa debe estar controlada por el blo, como vendepatria y corrupto. Entonces, en Estado y la participación debe ser organizada este discurso se diferencia entre quienes, por o dirigida por el Estado. En este caso, hay una un lado, son parte del pueblo, respetan la ley rememoración muy fuerte de Sinamos, de cómo y los intereses de la nación y, por otro lado, los el Estado debe canalizar la participación po- corruptos y vendepatria. pular. Se admite cambios y sugerencias pero, C R O N I C A S U R B A N A S l 37 como decía Fidel Castro: todo dentro de la re- blanco, el limeño. Esto es algo que se tiene muy volución, nada fuera de ella. En consecuencia, claro. hay intolerancia a la oposición y la disidencia debe ser restringida. Dentro de este discurso, evidentemente, Lourdes Flores merece el pare- El nacionalismo ambivalente del dón. discurso pragmático Respecto a la violencia política, se dice que no solamente es tolerable sino necesaria Por último, en el discurso pragmático se con- para la transformación política. Por otra par- sidera que no hay democracia sin desarrollo te, se considera que la Comisión de la Verdad y económico, ni desarrollo económico sin demo- Reconciliación estuvo parcializada y se le llama cracia. Sin embargo, hay una crítica a la demo- “coimisión de la verdad”; se cree que solamente cracia política, pero sin una alternativa clara. sirvió a la tecnocracia de la elite dorada limeña Se piensa que la libertad de prensa debe es- y que no ayudó en nada. Además, se considera tar limitada, aunque por la sociedad civil. En que la reconciliación es imposible porque siem- cuanto a la participación, se dice que debe ser pre va a haber lucha. La lucha prima, mientras solo fiscalización, no se propone una demo- que la reconciliación es un engañamuchachos cracia participativa. Se reivindica una toleran- de la democracia. cia moderada de la oposición, aunque en de- Por último, en referencia al nacionalismo, terminadas circunstancias –si la oposición se se dijo que Ollanta es un buen líder porque es pone muy violenta, si hace muchas marchas– autoritario. El nacionalismo y el etnonaciona- se justifica la represión, inclusive violenta. De lismo son vistos como parte de un mismo pro- esta manera, la violencia se puede justificar en ceso y se habla de un proyecto pronacionaliza- casos extremos. Se dice que la Comisión de la ción de empresas. Pero es importante remarcar Verdad y Reconciliación hizo un trabajo impor- que ni siquiera dentro de este discurso auto- tante pero sin resultados y abriendo heridas y ritario se habla de estatización. Aquí es donde que solo habrá reconciliación si el Estado en- este discurso se diferencia del etnocacerismo trega reparaciones. En este grupo no se pide (que llega a reivindicar la autarquía), ya que se que el Estado reconozca que estuvo equivoca- considera que la estatización llevaría a la crisis do sino algo mucho más práctico: que dé becas económica. En esto se discrepa inclusive de Ve- universitarias y dinero. lasco. El enemigo diferenciado en este discurso De Ollanta se dijo que es autoritario, pero no es el corrupto, ni siquiera solamente el pla- tolerable porque en determinadas circunstan- tudo de clase alta, sino en general el criollo, el cias se considera bueno el autoritarismo. Hay

Casas de familias huachipaeri en Santa Rosa Huacaria, Kosñipata. 38 l C R O N I C A S U R B A N A S oposición fuerte al proyecto etnonacionalista y por las diferentes experiencias con la violencia un discurso a favor de la globalización y la na- política y por la diferente aproximación hacia la cionalización, como en el discurso más demo- cultura política ayacuchana. Los tres tipos de crático. El enemigo diferenciado está más cer- discurso encontrados implican tres formas de cano al vendepatria, pero en general se rechaza ver el nacionalismo: uno más incluyente, más la idea de enemigo, se dice que se puede invitar republicano; otro más excluyente, más cerrado a cualquiera y que el nacionalismo es un espa- y erizo; y el tercero más ambivalente, pragmáti- cio completamente abierto. co en función de los objetivos. Finalmente, el mínimo común denomina- * * * * * dor de estos tres discursos de militantes y sim- patizantes del Partido Nacionalista Peruano (no Para terminar, como conclusión hay que de su elite) indica que el proyecto nacionalista señalar que el proyecto político nacionalista de de Ollanta es –o era– un proyecto nacionalis- Humala es, entonces, un proyecto heterogéneo ta que encaja en la tradición del nacionalismo que se muestra en los tres discursos encontra- popular, es decir, con un discurso antioligár- dos en los jóvenes nacionalistas ayacuchanos: quico, anticentralista y particularmente antili- el democrático, el autoritario y el pragmático. meño. Esta heterogeneidad de discursos se explica C R O N I C A S U R B A N A S l 39

l organizar este coloquio sobre nuevo proyecto nacional en el Perú, el Centro Guamán Poma de Ayala nos convoca a un debate necesario en torno a los al- cancesA del proceso histórico de construcción nacional en estas tierras. Tal discusión resul- ta propicia en el contexto actual de conmemo- ración del bicentenario de las independencias latinoamericanas, debido a que plantea el de- safío de evaluar críticamente los alcances, di- ficultades y legados de nuestra experiencia re- publicana. Después de casi doscientos años de historia independiente, ¿existe realmente una comunidad nacional en el Perú? ¿Hasta qué punto los peruanos somos ciudadanos de pleno derecho, por tanto con efectiva igualdad ante la ley? ¿Cuál es el lugar que los pueblos y cultu- ras indígenas tuvieron, tienen y tendrán en el futuro de la nación peruana? En estas páginas me propongo reflexionar sobre estas preguntas, a partir del análisis de un caso reciente de mo- vilización indígena: la protesta aimara ocurrida en mayo y junio del año 2011. Se trata de un movimiento que se inició como expresión de un conflicto local en torno a la actividad minera, pero que rápidamente escaló de magnitud hasta convertirse en una manifestación de descontento de alcance re- gional y nacional. Un aspecto de dicho suceso en el cual enfocaremos la mirada es el que co- rresponde al discurso de la movilización social. Cabe manifestar que entendemos por discurso

* Correo electrónico: [email protected] Paisaje ribereño en el río Palotoa.

¿Qué nación? Discursos, luchas indígenas y demandas de nación en el Perú actual: Una reflexión a propósito de la movilización aimara del 2012

Ramón Pajuelo Teves* Instituto de Estudios Peruanos 40 l C R O N I C A S U R B A N A S no solamente las palabras e ideas que expresan nal.2 Dicha efeméride constituye una ocasión los distintos actores, sino sobre todo las lógicas pertinente para revisar críticamente la trayec- de acción y movilización social, las cuales mu- toria y resultados de la promesa de construc- chas veces se evidencian mediante el lenguaje ción republicana. Obviamente, estas páginas hablado pero también subyacen a las acciones no son el lugar para esta labor de dimensiones colectivas de protesta. Como sugiere Bourdieu, titánicas. Sin embargo, cabe resaltar un par de los discursos entendidos como prácticas que aspectos que resultan importantes para la dis- forman parte del mundo de lo simbólico no con- cusión que nos proponemos. Uno primero tiene sisten en simples epifenómenos de las estruc- que ver con lo que podríamos denominar como turas sociales “objetivas”, sino que instauran la una paradoja de nuestra construcción repu- realidad social y le otorgan sentido. Sin embar- blicana: el hecho de que la independencia ins- go, esa capacidad performativa de los discursos tauró una república nominalmente liberal pero no es automática ni depende enteramente de la sin ciudadanía universal. Como es sabido, las voluntad de los actores, sino que se entrelaza repúblicas instauradas tempranamente en His- con condiciones sociales exteriores a la lógica panoamérica se fundaron sobre ideas liberales estrictamente lingüística del discurso (Bour- de amplia cobertura, pero sin embargo restrin- dieu 1999). En ese sentido, la práctica de “ha- gieron fuertemente el acceso a una ciudada- blar” va mucho más allá del discurso lingüísti- nía efectiva a sus poblaciones internas. En la co, revelando también planos profundos de la práctica, esto significó que sectores demográ- existencia social. Esto resulta particularmente ficamente significativos de la población de los importante en condiciones de aguda conflictivi- flamantes países –entre ellos los indígenas y las dad social como la que analizaremos más ade- mujeres– resultaron excluidos de la condición lante. de ciudadanos mediante mecanismos como la prolongación del tributo colonial y la restric- ción del acceso al voto, entre otros. Para el caso Bicentenario, nación y conflictividad de los indígenas, el fuerte racismo de origen co- social lonial sustentó la exclusión política de quienes fueron considerados incapaces de alcanzar la El año 2021 –es decir dentro de poco menos de plena ciudadanía. Así, las nacientes repúblicas una década– el Perú conmemorará oficialmen- prolongaron –de manera paradójica– fuertes te el bicentenario de su independencia nacio- restricciones coloniales que limitaron los alcan- C R O N I C A S U R B A N A S l 41 ces reales del ideal liberal que otorgó sustento a la mirada en un momento específico de con- las ideas independentistas y republicanas. flictividad social ocurrido en la región de Puno Un segundo aspecto que quisiera resaltar el año 2011, donde ocurrió una amplia movi- es justamente el hecho de que debido a dichas lización de campesinos aimaras opuestos a la restricciones a la igualdad ciudadana, en paí- instalación de una empresa minera, que pron- ses con fuerte composición indígena se aprecia to pasaron a la demanda de reconocimiento de posteriormente que los alcances de la ciuda- una “nación aimara” por parte del Estado pe- danía resultan vinculados a distintas formas ruano. Comprender las múltiples dimensiones de diferenciación social. Es posible de hecho de dicho conflicto requeriría un estudio mucho encontrar una gradiente de acceso efectivo a más detallado. Sin embargo, en las siguientes la condición ciudadana, en la cual dicha dife- páginas nos proponemos abrir una discusión a renciación depende de diversas categorías de partir de considerar el componente discursivo clasificación social que terminan instaurando de dicho conflicto. los márgenes de la noción liberal de ciudadanía universal (por ejemplo, el hecho de ser indíge- nas, ser mujeres, ser alfabetos o tener propie- dades). En países como Perú, con importante población indígena, ocurre de manera peculiar el entrecruzamiento entre desigualdad ciu- Los “conflictos sociales” son dadana y diferencia étnica: quienes son más también momentos que expresan blancos y/o europeos son también más ciu- luchas en torno al significado y dadanos al tiempo que los más indígenas son sentido histórico de la nación en también quienes acceden en menor medida a dicha condición. Se instaura así de manera la sociedad peruana. perversa, sobre la base de criterios étnicos de origen colonial, una diferenciación ciudada- na de larga data, cuyos alcances pueden ser rastreados hasta el presente. Asimismo, como manera de sortear dicha concatenación entre condición ciudadana y diferencia étnica, se ins- Conflictividad social y el escenario taura entre las poblaciones indígenas el anhelo puneño de alcanzar la ciudadanía (es decir, la igualdad) mediante la vía de la desindianización, a tra- Durante estos años, en el Perú se aprecia un vés de la renuncia a sus propias características nuevo ciclo de conflictividad social, sustancial- distintivas, tanto personales como sociales. La mente distinto al que existió hasta la década pertenencia a las sociedades indígenas termina de 1980. Si hasta entonces buena parte de la siendo por ello, a lo largo de los siglos posterio- conflictividad social estuvo ligada a la acción de res a la independencia, una suerte de encierro sindicatos y partidos políticos de izquierda, así del cual resulta necesario desprenderse a cómo como a las demandas de trabajadores asala- dé lugar a fin de alcanzar plena condición de riados de la ciudad y el campo, en los actuales igualdad en tanto peruanos.3 conflictos sociales se aprecia sobre todo movi- En relación con estas cuestiones, la pre- lizaciones de orden más social que político. No sente ponencia pretende mostrar –a partir existen ideologías movilizadoras claras ni agru- del caso de la movilización aimara ocurrida paciones u organizaciones políticas vinculadas el 2011– cómo en la sociedad peruana actual a partidos políticos de izquierda, al tiempo que vienen dándose nuevos discursos y luchas de la presencia de trabajadores asalariados resul- significado en torno a la idea de nación y el sen- ta minúscula. tido de lo nacional. Se trata de disputas que Un ejemplo que ilustra estos cambios es se expresan no solamente a través de textos o el hecho de que los sindicatos del período previo discursos hablados, sino que pueden rastrear- han sido desplazados por organizaciones como se en sucesos como los llamados “conflictos so- Frentes de Defensa o Comités de Lucha, las ciales” que últimamente se han convertido en cuales muestran una ascendencia más territo- motivo de preocupación y seguimiento público rial que clasista. Asimismo, a diferencia de las en el país.4 Los “conflictos sociales” son tam- grandes huelgas o paralizaciones convocadas bién momentos que expresan luchas en torno por los antiguos sindicatos, muchos conflic- al significado y sentido histórico de la nación tos sociales despliegan otras formas de lucha en la sociedad peruana. Ejemplo de ello es el y movilización, tales como bloqueos, marchas estallido de nuevas protestas y movilizaciones o plantones en las vías públicas. Las deman- indígenas en los últimos años, tales como los das de muchos conflictos actuales correspon- paros amazónicos5 o los conflictos protagoni- den, por lo demás, a reclamos de distinto tipo: zados por comunidades campesinas enfrenta- la búsqueda de mejores condiciones de trabajo das a empresas extractivas interesadas en la y salarios del período anterior resulta minorita- explotación de los recursos existentes en sus ria, destacando en la gran mayoría de conflic- territorios. Como hemos indicado, enfocaremos tos la defensa del medioambiente, el territorio 42 l C R O N I C A S U R B A N A S y los recursos naturales o el descontento por Podemos apreciar la evolución del ciclo problemas de gestión de gobiernos municipa- actual de conflictividad social a partir del 2004, les o regionales (destacan los reclamos en torno año en el que la Defensoría del Pueblo inició un a supuestos actos de corrupción o exigiendo la seguimiento sistemático debido a los sucesos realización de determinadas obras públicas por ocurridos en Ilave.7 Lo que puede apreciarse en parte de las autoridades electas). Un rasgo del el gráfico 1 es que la conflictividad social inicia- actual ciclo de conflictividad social que resulta da con la transición democrática posterior a la inquietante tiene que ver con el uso inmedia- caída del régimen de Alberto Fujimori alcanza to y descarnado de la violencia como forma de su momento más álgido durante los años 2008, protesta o represión por parte del Estado. De 2009 y 2010. Esto tiene que ver con el incre- allí que se hayan contabilizado aproximada- mento de conflictos vinculados a problemas so- mente doscientos muertos y muchísimos he- cioambientales, en gran medida desatados por ridos como producto de los conflictos sociales la expansión de las actividades mineras. Poste- ocurridos a partir de la década pasada, mien- riormente se aprecia una cierta disminución de tras que en períodos anteriores de fuerte movi- la intensidad de la conflictividad social, aunque lización social el número de víctimas mortales durante los últimos dos años la mayoría de ca- fue bastante menor.6 sos siguen correspondiendo a temas medioam- bientales.8

Gráfico N° 1 Perú: número de conflictos sociales 2004-2012 Gráfico 1 Perú: número de conflictos sociales 2004-2012 250

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0 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

Fuente: Reportes de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo.

En lo que respecta a la dimensión territo- tividad minera en el territorio regional. La revi- rial de la conflictividad social, Puno resulta la sión de la abundante información que produce región que presenta la mayor cantidad de casos la Defensoría del Pueblo sobre seguimientos de de conflicto. El gráfico 2 registra información conflictos muestra, sin embargo, que no sólo la de los conflictos ocurridos en las regiones en- minería se encuentra entre los motivos de con- tre los años 2004 a 2010. Una primera consta- flictividad, sino también disputas en relación tación que puede hacerse es que los mayores al agua, la conservación del medioambiente en problemas corresponden a regiones con fuerte general y hasta problemas territoriales con re- actividad minera, tales como Puno, Cajamarca, giones vecinas como Moquegua o Cuzco. Ancash, Cuzco, Ayacucho y Junín, entre otras. No es éste el lugar para una exploración A la luz de la protesta aimara ocurrida en Puno detallada acerca de las raíces y dinámica de la el año pasado, que tuvo como su desencade- evolución de la altísima conflictividad social nante principal la presencia de la empresa mi- que muestra la región. Sin embargo, cabe plan- nera Santa Ana, cabe preguntar si el hecho de tear una hipótesis que he venido elaborando en que Puno ocupe el primer lugar de la conflicti- diversos trabajos dedicados al escenario pu- vidad es resultado de la intensificación de la ac- neño. Esta región presentaría un nivel elevado C R O N I C A S U R B A N A S l 43

Gráfico N° 2 Conflictos sociales en las regiones, 2004-2010

Gráfico2 Conflictos sociales en las regiones, 2004-2010 70

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Fuente: Reportes de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo.

de conflictividad social debido a los impactos y ilegal (contrabando al menudeo y al por mayor, contradicciones desatadas por el intenso pro- narcotráfico, especulación con productos rura- ceso de modernización que viene ocurriendo en les y urbanos, etc.). En un escenario en el cual la zona desde hace décadas. Al respecto, cabe se ha incrementado significativamente –sobre especificar que en el contexto actual de vigen- todo entre los jóvenes– el acceso a información cia del modelo de acumulación neoliberal, la y comunicación mediante las nuevas tecnolo- modernización desbocada que exhibe la región gías como el internet, la expansión del teléfono resulta ser aún más contradictoria que en las celular o la masificación de la televisión, resul- décadas previas, debido a que las amplias ex- pectativas de progreso y futuro de la población se estrellan de forma estrepitosa ante el incre- mento de las desigualdades, la agudización de la pobreza y la falta de oportunidades de de- sarrollo personal. Algunos sectores sociales ex- hiben mayor sensibilidad ante dicha situación. Es el caso de la juventud, sobre todo si se trata de jóvenes rurales o de reciente urbanización, y también de las familias de centenares de comu- nidades campesinas quechuas y aimaras que diariamente comprueban la distancia existen- te entre sus condiciones de vida cotidiana y la desigual distribución de los beneficios del dina- mismo y crecimiento regional y nacional. No se trata de presentar una imagen es- tancada o arcaica de las poblaciones indígenas y campesinas. Por el contrario, cabe destacar que la crisis de las economías familiares cam- pesinas ha empujado a sus miembros a buscar complementar los insuficientes ingresos pro- venientes de las labores agropecuarias tradi- cionales mediante actividades de distinto tipo desarrolladas en sus comunidades de origen o bien en las ciudades, que cada vez resultan más cercanas debido al incremento de caminos y ca- rreteras. Entre estas actividades cabe destacar el comercio, el transporte, el empleo precario o bien otros negocios que lindan entre lo legal e Niño matsiguenka con pájaro carpintero. 44 l C R O N I C A S U R B A N A S ta explosiva la combinación entre altas expec- va como la del Estado, es más importante en el tativas de cambio, acceso a información y agu- ámbito local que la del presidente comunal y la dización de la pobreza y desigualdad.9 A pesar de otros cargos de autoridad comunal. de los altos índices macroeconómicos de cre- Estos dos elementos, liderazgos locales y cimiento, se aprecia fuertes desigualdades so- movimientos comunitarios, son dependientes cioeconómicas que parecen alimentar nuevas de redes de poder que actúan no solo en Puno formas de descontento, sobre todo entre aque- sino en muchos otros espacios del país. Porque llos sectores escasa o nulamente beneficiados lo que aparece funcionando en el Perú en los por el dinamismo reciente. Esto en un contexto espacios políticos en un momento de crisis del en el cual no existen canales institucionaliza- sistema de partidos,11 sobre todo en ámbitos lo- dos de representación política pues no existen cales y regionales, son redes de poder formadas partidos políticos de alcance nacional, en tanto por personas con distintos tipos de arraigo en que en diversos espacios predominan grupos o la actividad económica y política que terminan redes de poder que controlan férreamente los disputando el espacio de lo público, la autori- poderes públicos (municipalidades y gobiernos dad pública encarnada en municipalidades y regionales, sobre todo). gobiernos regionales. Este es un espacio apeti- toso para coronar trayectorias iniciadas por la vía de la educación o del mercado y los nego- La movilización aimara de 201110 cios y que también saben valerse de redes de amistad, paisanaje, clientelaje, etc. Estamos En relación a la revuelta aimara de 2011, se pues antes poderes personales capaces de arti- ha hecho famosa la figura de Wálter Aduviri. cular fuertes redes de poder que acaban siendo Su liderazgo y su discurso deben ubicarse en la base social real de los movimientos y “parti- una cronología del conflicto. Se dieron algunos dos” políticos regionales y locales en todos es- momentos que permiten comprender el desen- tos años en el Perú. volvimiento de este conflicto, entre los cuales reconozco cuatro: uno primero, que podemos llamar de antecedentes del conflicto; el segun- do, correspondiente a mayo de 2011, cuando el conflicto estalla, pero tiene sobre todo una lo- calización que transita desde lo local –lo subre- Uno de los elementos del escenario gional en realidad– hacia una dimensión regio- político puneño actual es la nal en Puno; un tercer momento ocurre en ju- nio de 2011, en el cual la dimensión geográfica cristalización de un movimiento del conflicto va bastante más allá de la región y intercomunitario articulado por se convierte en uno de dimensiones nacionales; las autoridades étnicas finalmente, el cuarto momento es visible desde tradicionales, los jilacatas. junio de 2011 en adelante y en él se transforma el escenario que generó esa conflictividad, ya que se reformulan las alianzas y las correlacio- nes de fuerza en la zona. En relación a los antecedentes, de he- cho uno importante es el estallido del conflicto En Ilave ocurrió esto: la concatenación de de Ilave años antes. En esa ocasión se conca- este espacio de movilización política local y un tenaron dos ingredientes: por un lado, líderes movimiento comunitario aimara articulado por políticos y movilización política local en Ilave; los tenientes gobernadores. Si bien este movi- por otro lado, el ingrediente que vengo tratando miento –que acabó de manera trágica con la de poner en la discusión hace algún tiempo: el muerte del alcalde Cirilo Robles el año 2004– surgimiento de un movimiento comunitario ai- se circunscribió al ámbito de la provincia del mara en los últimos años en esta zona del sur Collao y no tuvo una dimensión regional, des- de Puno. tapó muchas cosas en el ámbito del mundo ai- En efecto, desde mi punto de vista uno mara puneño. Uno de los elementos sacados a de los elementos del escenario político puneño luz por este movimiento es la suerte de moda actual es la cristalización de un movimiento in- de un discurso de reivindicación de lo aimara tercomunitario articulado por las autoridades más explícitamente formulado: la pertenencia a étnicas tradicionales, los jilacatas, las viejas lo que desde entonces comienza a hacerse más figuras de autoridad étnica del mundo aimara visible, el pueblo o nación aimara. Es así como convertidas a lo largo del siglo XX en tenientes comienza a instalarse el discurso de una na- gobernadores. Los tenientes gobernadores en el ción aimara e incluso se arma un movimiento mundo aimara tienen más autoridad, son más que intenta articular municipalidades repre- respetados, que los presidentes de las comu- sentantes de la nación aimara. Se da además nidades. Esto ha ocurrido así porque la actual una efervescencia política en relación a la bús- figura del teniente gobernador, que es ambi- queda de representación del pueblo y la nación gua porque expresa tanto la autoridad colecti- aimaras en el espacio de lo estatal realmente C R O N I C A S U R B A N A S l 45

Mujer matsiguenka tejiendo una bolsa con fibras vegetales. existente, sobre todo las municipalidades dis- el proyecto minero se lleva adelante. Al mismo tritales y provinciales. tiempo, sin embargo, entre el 2009 y 2010 en En los años posteriores a la tragedia el resto de comunidades del distrito y de distri- de Ilave ocurren algunos sucesos importan- tos vecinos se genera una fuerte oposición a la tes, como los conflictos en torno al control del presencia de la empresa minera. La razón prin- agua12 entre territorios aimaras, básicamen- cipal es que, al estar esta ubicada en las zonas te entre municipios y sus comunidades de las altas, se teme que su actividad podría afectar la zonas bajas y municipios y sus comunidades pureza de las aguas. Surge así un sentimiento de las zonas altas. Asimismo, comienzan a de- de desconfianza bastante fuerte. sarrollarse algunos proyectos mineros y se va Son, pues, años de bastante efervescen- configurando un escenario que se vería total- cia, en los cuales hay una suerte de competen- mente cristalizado en las protestas del 2011. cia de liderazgos y surgen varios movimientos Las protestas en la zona empiezan el año políticos. Uno de ellos es el Frente de Defensa 2008 en relación a un proyecto específico, el de los Recursos Naturales del Sur de Puno; proyecto de la minera Santa Ana, ubicado en el apareció luego una asociación de comunidades distrito Huacullani. A partir de ese año, los co- que bordean el lago Titicaca, la cual reclama muneros comenzaron a protestar en contra de territorialidad no solo sobre la tierra que cul- esa empresa con el discurso de que toda activi- tivan sino también sobre el propio recurso hí- dad minera constituye un riesgo para los recur- drico. Es, sin embargo, en relación al Frente de sos naturales, específicamente para el agua. Defensa mencionado que surgió el liderazgo de En octubre del mismo año, varias comunida- quien después irrumpiría en el escenario polí- des de Huacullani rodean la zona del proyecto e tico nacional como líder de los aimaras, Wálter incluso llegan a tomar el campamento minero, Aduviri. tras lo cual ocurre una intervención de la poli- Llegamos así al movimiento del 2011. En cía que termina con el desalojo de los comune- abril de ese año se convoca un primer paro de ros del campamento. comunidades como respuesta a la culminación En los dos años siguientes se da un exi- del estudio de impacto ambiental de la empre- toso acercamiento entre la empresa minera y sa minera Santa Ana en Huacullani, el mismo las comunidades del distrito. Los gerentes de la que fue presentado en el distrito con oposición empresa minera Santa Ana desarrollan un plan de pocos comuneros. Como la presentación del de persuasión y negociaciones políticas con las estudio de impacto ambiental fue exitosa, se autoridades locales, tanto municipales como monta una oposición más organizada. Líderes comunales, logrando convencer a las comu- de distintas zonas se agrupan en la estructura nidades de Huacullani, especialmente a cinco ya existente del Frente de Defensa y se convo- de ellas, de los beneficios que pueden recibir si ca a un paro para los días 25 y 26 de abril. En 46 l C R O N I C A S U R B A N A S tanto el paro no tuvo mucha acogida, se con- rro Molino Capía, de mucha importancia en la voca a otro para el 8 de mayo. La novedad de religiosidad aimara. Se inicia así este segundo esta segunda convocatoria es que no solamente momento de protesta en el cual ya se aprecia el involucra a los líderes y comunidades de la pro- estallido de un movimiento social. La protesta vincia de Chucuito –Huacullani, Kelluyo y otros del 8 de mayo se inicia en dos frentes: en Des- distritos–, sino también de la provincia vecina aguadero, con la movilización de comunidades de Yunguyo. Más aún, se intenta construir una de este distrito, que bloquean algunos puntos plataforma panaimara incluso con las provin- de la carretera, y en Yunguyo, con la moviliza- cias del Collao e Ilave. Sin embargo, muchos ción paulatina de las comunidades de la pro- dirigentes de Ilave y muchas comunidades de- vincia tras las demandas mencionadas. ciden no participar por el temor a que se gene- Este primer momento de movilización con ren actos de violencia que terminen de dañar bloqueos genera un primer intento de diálogo la imagen de los ilaveños, de por sí motejados con las autoridades regionales, quienes en con- como “mata alcaldes” en la región. En el con- versaciones con los dirigentes del Frente de De- flicto que se desarrolla a partir de mayo se invo- fensa y con los propios alcaldes prometen emi- lucran pues sobre todo dos provincias: la vieja tir una ordenanza declarando a Puno como una provincia madre de la zona aimara, Chucuito, y región libre de concesiones mineras. Mientras la provincia de Yunguyo. tanto, continúan las protestas y frente a ello y a En este conflicto hay un ingrediente no- la amenaza de marchas de sacrificio a la capital vedoso en relación al de Ilave del año 2004. A de la región, la ciudad de Puno, el gobierno re- la protesta se suman los alcaldes distritales y gional modifica una ordenanza disponiendo un provinciales que asumen la bandera de oposi- mejor control de las concesiones mineras. En ción a las actividades mineras y de defensa de realidad la norma es algo ambigua: se suspen- los recursos naturales y exigen la eliminación de indefinidamente el otorgamiento de nuevas de las concesiones mineras en toda la región de concesiones mineras, pero al mismo tiempo se Puno, no solo en la zona aimara. Obviamente dice que el gobierno regional no tiene atribucio- se demanda el retiro de la empresa Santa Ana nes para otorgar tales concesiones. y el respeto, en el caso de Yunguyo, a un cerro La movilización va creciendo –aunque no considerado un apu tutelar de la zona, el ce- se suman los ilaveños– y la gente se desplaza a la ciudad de Puno en marchas de sacrificio. Es así como hacia el 19, 20 de mayo comienzan los bloqueos en la ciudad. Puno se ve “invadida” por miles de campesinos aimaras. Según cifras confiables, llegan a ser alrededor de veinte mil en el momento más álgido. Todas las calles de Puno eran escenario de protestas de los cam- pesinos movilizados y durante varios días se realizan mítines. En un comienzo, la población de la ciudad colabora con los campesinos y se arman las ollas comunes. A medida que pasan los días, sin embargo, la población puneña se ve encerrada en su propio territorio y muchos retiran su apoyo a los campesinos movilizados, mientras estos persisten en permanecer en la ciudad. El día 26 de mayo la situación se desbor- da completamente. Ante la falta de atención a las demandas campesinas y la pasividad del gobierno regional, los grupos más radicales desatan una ola de violencia: los edificios de la Sunat, de Aduanas y la Contraloría son que- mados. Y esto ocurre al mismo tiempo que los dirigentes denuncian el fracaso de las negocia- ciones y de la propia comisión de negociación. Este suceso, como ocurrió el año 2004, hace que la protesta sea finalmente conocida en todo el país. En esta nueva etapa del conflicto, de ca- rácter nacional, la propia titular de la Presi- dencia del Consejo de Ministros, Rosario Fer- nández, se reúne con una delegación de auto- ridades y dirigentes, entre los cuales están los alcaldes distritales y provinciales. Se acuerda una tregua, declarándose además –para con- C R O N I C A S U R B A N A S l 47 tentar por lo menos a los movilizados de la pro- rigente o representante de un pueblo indígena vincia de Yunguyo– al cerro Molino Capía como aparece en un medio de comunicación nacional zona reservada por su carácter sagrado. –o sea, en uno de los espacios más importantes Al producirse esta tregua, los alcaldes, del actual espacio político público– reivindican- sobre todo los de Yunguyo, se retiran de la pro- do su pertenencia a ese pueblo y modificando testa, mas no así muchas comunidades y tam- al mismo tiempo el discurso inicial de la pro- poco los dirigentes articulados a los frentes de testa. La modificación consiste en que reclama defensa. Estas organizaciones, en un segundo al Estado peruano el respeto a los derechos del momento y con intervención de operadores po- pueblo aimara y el reconocimiento de la nación líticos del Partido Nacionalista, acuerdan una aimara. Exige, además, la implementación de tregua hasta el día 7 de junio tomando en con- mecanismos legales como la consulta previa, sideración que el domingo 5 de junio se reali- para lo cual se escuda en normas internaciona- zaba la segunda vuelta de las elecciones presi- les con valor jurídico como el convenio 169 de denciales. En ese contexto, los dirigentes pune- la Organización Internacional del Trabajo, OIT, ños estaban muy cuestionados por su radica- y normas de las Naciones Unidas. Realiza pues lismo y porque ponían en riesgo la realización una interpelación discursiva al Estado y al or- de las elecciones presidenciales en una región den político en el Perú. que era considerada uno de los bastiones del nacionalismo. Pasadas las elecciones, hacia el 7, 8 de junio se reinician las protestas, aunque sin la participación de los alcaldes y con menor par- ticipación de población urbana organizada. Lo Se presenta así la idea de que la que vuelve a empezar es la movilización del propiedad del territorio de la movimiento comunitario aimara. Otra vez se toman algunos puntos estratégicos como el nación aimara tiene formas puente internacional en Desaguadero. Hay me- comunitarias y que las empresas nor participación de Yunguyo y sigue sin parti- mineras no pueden violentar ese cipar Ilave. Posteriormente, evaluando el cam- derecho a la propiedad. bio en la coyuntura tras el triunfo electoral de Ollanta Humala, los tenientes gobernadores de la provincia de Chucuito deciden, entre el 8 y el 11 de junio, que el gobierno no los va a escu- char. Entonces optan por una vieja estrategia de los campesinos peruanos para intentar ser Lo que ocurrió durante esas 34 horas escuchados: ir a Lima. Se arma así una dele- puede ser objeto de un análisis específico por- gación de decenas de tenientes gobernadores que se puede ver el surgimiento de diferentes nombrados por las comunidades. Cabe seña- líneas de discurso. Una primera línea, expresa- lar que este tipo de autoridad étnica responde da en algunos sectores de la prensa nacional, a una territorialidad que persiste en el sur de levanta nuevamente, como en el año 2004, la Puno y que es distinta a la división distrital. En idea de la existencia de algo como un pueblo ai- la provincia de Ilave, por ejemplo, existen tres mara homogéneo, “los aimaras”. No se les atri- zonas para organizar a los tenientes goberna- buye el estatuto de pueblo en realidad, sino que dores y en Chucuito son seis. Se trata de terri- son considerados simplemente una masa, pero torios de autoridad étnica que no calzan con los masa homogénea, “los aimaras”, y se dice que territorios de la autoridad de los distritos. estos aimaras son una suerte de comunidad Los tenientes gobernadores, tras elegir extraña al Estado, extraña a la nación, total- como su representante a Wálter Aduviri, lle- mente distante; que son violentos por natura- gan a Lima entre el 11 y el 14 de junio. En la leza y una amenaza para el Estado y un lastre capital intentan reuniones con distintas auto- para el desarrollo y bonanza económica que el ridades del Congreso y el Poder Judicial, con Perú está gozando los últimos años. Este dis- representantes de los partidos políticos, etc., curso aparece intensamente en la prensa. y posteriormente se enteran de que hay una Una segunda línea de discurso, una va- orden de detención contra Wálter Aduviri. En riante de la anterior, es la de Rosa María Pa- esas circunstancias, Aduviri se presenta en un lacios y el diario El Comercio. Expresa un re- canal de televisión para ofrecer una entrevista clamo de la igualdad para los ciudadanos pe- y es allí donde la policía judicial, actuando con ruanos, pero es un reclamo bastante curioso: mucha torpeza, intenta detenerlo. Entonces, el según este discurso, todos los peruanos somos dirigente se atrinchera en el canal, al tiempo iguales ante la ley y entonces nadie, por el he- que los tenientes gobernadores rodean el edifi- cho de tener una lengua distinta, costumbres cio y toman la calle durante las 34 horas en las distintas, puede reclamar beneficios debido que Wálter Aduviri permaneció atrincherado en a esas características o a esas diferencias. Es ese local. Este momento resulta excepcional en una suerte de discurso antimulticultural, que la historia política peruana: pocas veces un di- en aras de la necesidad de resguardar el Estado 48 l C R O N I C A S U R B A N A S de derecho y el funcionamiento de un orden de piedad, tan importante en el Perú de es- igualdad ciudadano para todos no puede per- tas décadas, pero con la variante de que mitir beneficios. En este caso, el beneficio de se trata de propiedad comunal, comuni- que Wálter Aduviri sea liberado, que se revo- taria, que debe ser respetada. que la orden de detención y salga del Canal 5 3. El reclamo de derechos colectivos, en vitoreado no solo por los jilacatas o tenientes el sentido de que no solamente existen gobernadores aimaras que estaban ahí, sino campesinos aimaras, “ciudadanos ai- por muchos aimaras residentes en Lima que se maras”, sino comunidades aimaras que habían acercado durante las horas anteriores a son representantes de un pueblo, de una colaborar con ellos. nación que tiene derechos colectivos en La tercera línea discursiva es una suerte tanto pueblo originario. Aquí se rescata de paternalismo político, que se manifiesta en la idea de pueblos originarios según la le- algunos otros medios. La Primera, por ejemplo, gislación internacional. expresa la idea de que los indígenas sí existen 4. El último componente del discurso es el en el Perú y lo que el Estado tiene que hacer es rechazo a todas las concesiones mineras hacerles caso en tanto ciudadanos peruanos. y a toda la minería. Este rechazo viene Alan García, por ejemplo, debido a su soberbia, junto al reclamo de que los recursos na- habría hecho mal en no escucharlos. turales permiten la subsistencia de las Estos tres discursos, o contradiscursos, comunidades y deben ser utilizados por se generan frente a los de los propios mani- el Estado para generar junto a las comu- festantes. Como he dicho ya, los discursos del nidades modelos de desarrollo agrícola y movimiento podemos identificarlos en dos mo- pecuario. mentos: el primero cuando el conflicto es to- davía subregional y se convierte en regional, reclamando, uno, la eliminación de las con- cesiones mineras; dos, el retiro de la empresa minera Santa Ana del distrito de Huacullani; y tres, respeto a algunos sitios sagrados, como el Podemos decir con todo que se cerro Molino Capía. En el segundo momento, el trató de un momento discurso se formula en términos más radicales extraordinario en el cual se vio y el interlocutor que actúa como intermediario dentro del movimiento comunitario aimara y en cómo crujían las estructuras de el movimiento de liderazgos de organizaciones significado de la construcción políticas –que surgen, desaparecen y vuelven a histórica de la nación en el Perú. surgir en Puno– es Wálter Aduviri, uno de los dirigentes del Frente de Defensa de los Recur- sos Naturales. En el discurso de Aduviri puede encontrarse algunos elementos: 1. La necesidad de reconocimiento de la existencia de un pueblo o de una nación Este es el discurso que en Lima se siente aimara (dice, por ejemplo: “los aimaras como absolutamente ajeno y provoca los con- no tenemos gobernantes ni representan- tradiscursos que he mencionado y reacciones tes en el Congreso hasta este momento y extremas como la del entrevistador de Aduviri, nuestro proyecto consiste en que en al- Beto Ortiz, quien llegó a decir: “El señor Aduviri gún momento logremos tener represen- y yo vivimos en mundos distintos, en planetas tantes”), convocando a una reforma del distintos”. Estado, de la estructura de representa- Aduviri finalmente sale del canal de tele- ción en el Estado para incorporar formas visión y se inicia un proceso de negociaciones de representación étnica. con el Estado que se prolonga casi una semana. 2. El reclamo de respeto por parte del Esta- Los presidentes de comunidades, los tenientes do a poblaciones originarias preexisten- gobernadores y dirigentes finalmente logran tes al Estado peruano, respeto que debe un acuerdo que consiste en la cancelación de hacerse efectivo a través de la implemen- la concesión entregada a la minera Santa Ana. tación de derechos indígenas al territorio. Con este acuerdo, Aduviri regresa a Puno como Por primera vez se impone la noción de un dirigente que logró derrotar al Estado y en territorio desde el lado andino, algo que Puno se le da una recepción impresionante. En ya se había hecho desde el lado amazó- todas las ciudades se realizan manifestaciones nico en los paros amazónicos del 2009 y en las plazas y él aparece convertido en un líder 2010. Se presenta así la idea de que la legítimo del pueblo aimara. De esta manera, el propiedad del territorio de la nación ai- discurso de la nación aimara termina encarna- mara tiene formas comunitarias y que las do en un liderazgo. Sin embargo, también se empresas mineras no pueden violentar hicieron visibles disputas en relación a esto: ese derecho a la propiedad. Aquí aparece cuestionamientos a Aduviri por parte de otros el discurso respecto a la sacrosanta pro- dirigentes aimaras. C R O N I C A S U R B A N A S l 49

Seguidamente se abre un siguiente mo- discordia en la movilización en contra del alcal- mento del conflicto, que se prolonga varios me- de, el puente que el alcalde Cirilo Robles había ses y se caracteriza por marchas y contramar- ofrecido reconstruir porque se había caído du- chas en relación a la respuesta gubernamental rante una de las épocas de lluvia meses antes frente al movimiento. Se rompen algunas alian- de su gestión. Este puente, en 1900, estaba en zas logradas al formular la plataforma de movi- plena construcción, para lo cual se utilizaba lización y se vuelven cada vez más visibles los mano de obra de las comunidades. Estas en- conflictos entre las comunidades del distrito de tonces plantearon dos demandas: una, que se Huacullani, que hubieran sido las beneficiarias ponga fin a los abusos de los gamonales, aun- con el desarrollo del proyecto minero, y los líde- que en realidad la zona del sur de Puno no era res políticos de diversos frentes y movimientos una zona de gamonalismo fuerte; y, dos, que se que encarnan el discurso antiminero y medio- acabe el uso impago de la fuerza de trabajo in- ambiental. Al mismo tiempo, el movimiento co- dígena para la construcción de ese puente. munitario aimara articulado por los tenientes Ese año, las comunidades se reunieron gobernadores entra en estado de latencia. Pode- y armaron una “rama”, que es una costumbre mos decir con todo que se trató de un momento que también se usó el 2011 por la cual todas extraordinario en el cual se vio cómo crujían las las comunidades ponen recursos para financiar estructuras de significado de la construcción una actividad, en ese caso el viaje de los delega- histórica de la nación en el Perú. dos aimaras a Lima. En la capital, los delegados Existen antecedentes históricos en re- fueron entrevistados por los medios de comuni- lación a un conflicto como este. Uno de ellos, cación, visitaron el Congreso de la República y bastante aleccionador, ocurrió entre 1900 y llegaron hasta la Presidencia de la República, 1903. En ese momento, las comunidades de la regresando a Puno con una serie de decretos de zona aimara de Puno, en lo que era entonces la protección de sus derechos frente a los abusos provincia de Chucuito –sobre todo de la zona de los gamonales. Sin embargo, todo quedó en alta de lo que actualmente es el distrito de San- el papel. Los años siguientes, 1901 y 1902, las ta Rosa– deciden nombrar una comisión de tres cosas siguieron igual, se siguió construyendo el jilacatas13 dirigida por un líder muy recordado puente, que fue terminado recién hacia 1905. en muchas comunidades en la zona, José An- En 1903, se arma una segunda comisión de tonio Chambilla. En el año 1900, la comisión jilacatas, compuesta esta vez por ocho jilaca- viaja a Lima para protestar ante el gobierno de- tas aymaras, que llegaron nuevamente a Lima bido a que algunas autoridades locales estaban denunciando que los decretos que les habían queriendo construir un puente en la ciudad de dado no se cumplían y que los señores de la Ilave. Se trataba del viejo puente que se conver- zona seguían abusando de ellos. Nuevamente tiría un siglo después en uno de los puntos de son escuchados en Lima, inclusive tienen una 50 l C R O N I C A S U R B A N A S audiencia con el presidente Candamo y van al sabilidad en relación a intentar analizarlas a Congreso, el cual promulga una ley. Además, el cabalidad. El foco se pone simplemente en un Presidente de la República nombró un comisio- dirigente, en este caso en Wálter Aduviri, y se nado especial, Alejandrino Maguiña, quien fue deja de lado todo lo que hay detrás, todo lo que a la zona y produjo un informe que fue elogiado se juega. La realidad es que en movilizaciones por Jorge Basadre. como esta se expresan procesos de cambio muy A pesar de las normas de protección de fuertes en el país, que tienen que ver con el di- las comunidades, las cosas no cambiaron mu- seño histórico de la nación que hemos cons- cho en los meses siguientes y en 1905 la res- truido hasta ahora y que vamos a festejar den- puesta de las comunidades fue la movilización tro de pocos años, por el bicentenario de nues- violenta, que se produjo en los meses finales de tra Independencia. Este diseño de nación está ese año y en el siguiente. Se trató de una fuerte siendo cuestionado por movilizaciones como la movilización de las comunidades de esa zona de los aimaras o el “baguazo”. El hecho es que y la respuesta del Estado peruano fue enviar a esta nación que hemos construido –como lo re- un destacamento naval a bombardear a las co- flejó dramáticamente el Informe de la Comisión munidades desde el lago y a un destacamento de la Verdad y Reconciliación– es una nación de soldados para que realizase un recorrido pu- en la cual se empalman en términos perversos nitivo contra ellas. Hasta el momento no se ha la desigualdad de acceso a la ciudadanía y la logrado determinar la cantidad de muertos que diferencia étnica; es decir, quienes son más in- produjeron las acciones militares. Así acabó en dios son menos ciudadanos y los que pueden esa ocasión la movilización de los campesinos a ser más ciudadanos son los menos indios. través de sus delegados y el envío de delegacio- En el Perú en estos años vivimos un mo- nes de representantes indígenas a Lima. mento en el que los sentidos comunes histó- Más de un siglo después, lo que hubo fue ricamente construidos sobre las poblaciones sobre todo una interpelación discursiva, la cual indígenas están cambiando aceleradamente. logró alcanzar mucha importancia debido a que El racismo pierde legitimidad, deja de ser po- durante el primer momento de la movilización líticamente correcto y la vieja idea de que se se estaba pasando por un periodo electoral puede acceder al progreso y la igualdad a tra- bastante delicado en el país. Fue un momen- vés de dejar de ser indio se cae a pedazos. Está to en el cual, insisto, crujieron las estructuras ocurriendo una renovación de los discursos, de discursivas, las formas de significado construi- los imaginarios, de las narrativas y de los pro- das alrededor de la nación. cesos de movilización que se concatenan, como Como conclusión, considero que se tra- no puede ser de otra forma, con las demandas ta de mirar planos distintos y correlaciones de y necesidades inmediatas de las poblaciones fuerza tanto políticas como territoriales que indígenas en el país. En este contexto, el incre- son muy complejas. Es mucha la heterogenei- mento de la actividad minera en el país apare- dad y complejidad de los movimientos sociales ce como una suerte de lanzador de sentidos de en protestas como esta y desde los medios de movilización, como el que hemos rastreado en comunicación hay todavía demasiada irrespon- el último movimiento aimara. C R O N I C A S U R B A N A S l 51

Notas

1. Investigador del Instituto de Estudios Peruanos dad peruana: el reconocimiento por parte del (IEP). Correo electrónico: [email protected] Estado de los derechos colectivos indígenas en tanto derechos referidos a pueblos y no así a 2. Como es sabido, debido a que Lima fue duran- individuos o comunidades agrarias (sean nati- te buena parte del período colonial el centro vas o campesinas). Por primera vez ocurrió una político y administrativo del imperio español en amplia movilización indígena en demanda del esta parte del continente, la independencia respeto estatal a derechos colectivos recono- peruana se efectivizó plenamente de manera cidos por normas internacionales como el Con- tardía respecto a otros países. Algunos países venio 169 de la Organización Internacional del como Argentina, Bolivia, Ecuador, Chile, Co- Trabajo (OIT). Desgraciadamente, la protesta lombia, Venezuela, México y Paraguay, aca- tuvo un final violento al ocurrir la tragedia de ban de festejar el bicentenario de sus indepen- Bagua, en la cual perdieron la vida al menos dencias, ocurridas entre 1809 y 1811. Otros, 32 personas, entre policías y nativos moviliza- tales como Costa Rica, Nicaragua, Honduras, dos. Guatemala, Brasil, Uruguay y Perú lo harán to- davía en la próxima década, debido a que sus 6. Como recordó la Comisión de la Verdad y Re- independencias ocurrieron entre 1821 y 1825. conciliación en su Informe Final, períodos de Desde el Cuzco, hablar del bicentenario toda- intensa conflictividad como las luchas por la vía en 1821 resulta problemático, pues dicho tierra de las décadas de 1960 y 1970 causa- proceso se inicia tempranamente desde 1780, ron poca cantidad de muertos, a pesar de su con la rebelión que encabezara Túpac Amaru expansión y alcances. Sin embargo, es a partir II. de la guerra interna ocurrida entre 1980 y 1995 que en Perú las cosas se desbordan y comien- 3. Dicha falacia cultural se encuentra en la base za a generalizarse el uso descarnado de la de fuertes procesos de movilización y cambio violencia con un saldo irreparable de muertos social, que sobre todo a partir del siglo XX tras- y heridos. Pareciera que una vez finalizado el formaron completamente los rasgos definitorios periodo de violencia política, queda en la so- de la sociedad peruana. El anhelo de alcanzar ciedad peruana un sentido bajo de aprecio la igualdad ciudadana aún a costa de renun- por la vida humana que se extiende al actual ciar a la propia identidad cultural llevó a con- ciclo de conflictividad social. En este, cada tingentes significativos de la población indíge- cierto tiempo apreciamos cómo la violencia se na peruana a movilizarse a lo largo de los siglos instaura como forma de protesta o represión XIX y XX en pos de demandas de derechos indiscriminada, con la secuela de tragedias básicos, tales como la supresión de toda forma como la ocurrida en Bagua en junio de 2009. de contribución personal, el reconocimiento de las comunidades por parte del Estado, el 7. El 26 de abril de ese año, el alcalde de la pro- acceso a educación, el fin de la servidumbre, vincia de El Collao, Cirilo Robles Callomama- la reforma agraria y de propiedad de la tierra, ni, fue linchado por una turba de pobladores la posibilidad de participación electoral, entre que se hallaba en movilización desde hacía otros. Estos fenómenos estuvieron acompaña- un mes, en demanda de su renuncia al cargo dos por profundos cambios culturales que lo- debido a supuestos actos de corrupción que graron redefinir las nociones de pertenencia e posteriormente fueron descartados por la Con- instauraron una noción de peruanidad distinta traloría General de la República. Al respecto a aquella restringida propia de las élites, en su véase Pajuelo 2009. afán de distinguirse de los “pobres” e “indios”. Ligados a fuertes procesos de cambio social, 8. Véanse al respecto los reportes difundidos tales como las oleadas migratorias que en po- mensualmente por la Defensoría del Pueblo cas décadas transformaron para siempre la (http://www.defensoria.gob.pe/conflictos-so- demografía del país hacia mediados del siglo ciales/home.php). Dichos reportes presentan XX o el ciclo de luchas por la tierra que culminó información abundante acerca del tipo de con la reforma agraria de 1969, estos cambios conflictos y las formas de acción colectiva que socioculturales actúan hasta el presente y pue- acompañan su desarrollo a lo largo del tiem- den ser rastreados en la expansión de nocio- po. Al analizarlos, se observa cómo hasta me- nes de pertenencia peculiares como la idea diados de la década pasada la mayoría de de que todos los peruanos somos “cholos”. los conflictos correspondieron a problemas de gobernabilidad (el de Ilave es el caso emble- 4. Existe una oficina gubernamental en la Presi- mático de ello), pasando posteriormente a ser dencia del Consejo de Ministros dedicada al predominantes los conflictos medioambienta- seguimiento de los conflictos sociales. Asimis- les. mo, la Defensoría del Pueblo elabora men- sualmente un reporte descriptivo y cuantitativo 9. Esta historia no resulta completamente nue- sobre la evolución de la conflictividad social. va. Salvando las distancias, puede citarse el En el Instituto de Estudios Peruanos, se elabora caso de la relativa modernización ocurrida en asimismo cronologías mensuales de conflicto Ayacucho desde mediados del siglo XX, que social para el Observatorio Social de América condujo a ciertas capas de jóvenes mestizos Latina (OSAL) del Consejo Latinoamericano de altamente educados a encontrar en el discurso Ciencias Sociales (CLACSO). senderista una alternativa válida de cambio. En tal sentido, no resulta casual que Puno ex- 5. Ocurridos en 2008 y 2009, los dos paros amazó- hiba actualmente la proliferación de discursos nicos convocados por la Asociación Interétni- radicales de tintes étnicos o bien articulados ca de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) al denominado etnocacerismo que propugna en contra de un paquete de decretos guber- Antauro Humala, cuyos libros se venden como namentales lesivos a sus derechos colectivos, pan caliente en muchos puestos de diarios y expresaron una demanda inédita en la socie- revistas de toda la región. 52 l C R O N I C A S U R B A N A S

Referencias bibliográficas

10. Sobre la base de un trabajo previo acerca de BOURDIEU, Pierre otro conflicto en el mundo aimara, el de Ilave 2009 ¿Qué significa hablar?. Barcelona: Akal. del 2004 y los años siguientes, intentaré una lectura de los vínculos entre ambos movimien- COMISIÓN DE LA VERDAD Y RECONCILIACIÓN tos. 2003 Informe final. Lima: CVR.

11. No existen partidos políticos organizados con PAJUELO, Ramón ideologías políticas que les den norte. Tam- 2009 No hay ley para nosotros. Gobierno local, so- poco estructuras políticas de movilización. Es ciedad y conflicto en el altiplano: el caso ay- decir, no hay una estructura de representación mara. Lima: IEP - SER. política de intereses sociales y políticos.

12. Son importantes, asimismo, los conflictos entre regiones, como el ocurrido entre Puno y Mo- quegua, en el cual las comunidades aimaras del sur de Puno participan con fuerza.

13. Hasta ese momento se usaba la palabra jilaca- ta, no teniente gobernador ni presidente de comunidad. C R O N I C A S U R B A N A S l 53

uiero empezar por definir qué cosa El planteamiento que hemos hecho un entiendo por narrativa andina. A la conjunto de escritores de mi generación es que, cultura criolla peruana, al sector do- junto a esta literatura criolla, existen otras li- Q minante de nuestra sociedad hasta el teraturas que son reflejo de otros universos día de hoy, le corresponde una vertiente muy culturales. En primer lugar, una literatura in- importante en nuestra literatura, en nuestra dígena, expresión de las culturas quechuas, narrativa: una narrativa criolla. Esta es tan im- aimaras y amazónicas. Muchas veces se trata portante que en realidad muchas veces se pone de literaturas que se mantienen en el plano de signo de igualdad entre literatura peruana y la oralidad, que no llegan a la escritura, pero literatura criolla. Es como si esta vertiente se recientemente hay escritores que, pese a que adueñara de toda la producción literaria perua- nosotros no los calificaríamos como indígenas, na. empiezan a calificarse a sí mismos como tales.

Familias matsiguenkas retornando a su comunidad.

Proyectos de nación en la narrativa andina peruana

Luis Nieto Degregori 54 l C R O N I C A S U R B A N A S

Hace poco, por ejemplo, en el Segundo Encuen- una serie de conflictos, conflictos con los ha- tro de Literaturas Indígenas, organizado por la cendados y conflictos con los empresarios mi- Universidad Nacional Mayor de San Marcos de neros, pero también conflictos con la comuni- Lima y universidades de Chile, Argentina, Boli- dad vecina, que en este caso lleva al parecer su via y Ecuador, varios poetas –hombres y muje- nombre real: Lucanamarca. Lo que hace Julián res peruanos– se presentaron como escritores Pérez es buscar una explicación al fenómeno indígenas: Dida Aguirre, Odi Gonzales y Mace- de la violencia en nuestro país en esta serie de donio Villafán. conflictos que enfrentan a los sectores campe- Por otro lado, está lo que se suele llamar sinos de origen indígena en la sociedad perua- la narrativa andina: la narrativa producida por na. Incluso presenta a su hermano como per- intelectuales provenientes de sectores medios sonaje de la novela; lo llama Grimaldo en la fic- y medios altos de la sierra que culturalmente ción. Pero no hace una apología de la actuación también están permeados por la cultura indí- de su hermano en Sendero Luminoso, trata por gena y que escriben su obra en parte –solo en el contrario de entender las motivaciones que lo parte– sobre el mundo campesino, indígena, habrían llevado a unirse a este movimiento y, pero más bien centralmente sobre el mundo ur- finalmente, a sacrificar su vida. bano de la sierra, incluso sobre Lima como una La hora azul, la novela de Alonso Cueto, ciudad que es foco de atracción de migrantes tiene algunas similitudes con Retablo. El perso- en nuestra sociedad. naje narrador, Adrián Ormache, también trata Esta narrativa andina está mucho menos de encontrar una explicación a la violencia por- visibilizada que la narrativa criolla. Un episodio que se ve implicado personalmente cuando se reciente sirvió para que salga a la palestra hace entera de que su padre, un marino, había par- poco, me refiero a un congreso internacional de ticipado en acciones represivas muy violentas narrativa peruana que hubo en Madrid el año en Ayacucho. Adrián intenta entonces entender 2005, en el que estuvieron presentes varios de al padre y justificar la culpa de la familia. Pero los escritores andinos y donde se desató una lo que encontramos en esta novela –y para lo polémica muy acre, muy dura, que luego saltó que sigue voy a utilizar el análisis que hace una a las páginas de los diarios nacionales. El argu- joven crítica literaria de la Universidad Católi- mento de los representantes de la literatura pe- ruana criolla era que los escritores andinos son simplemente acomplejados, personas que lo único que quieren es un mayor reconocimien- to. Yo creo, como voy a tratar de mostrar, que la confrontación es más de fondo, que en reali- dad estamos ante dos maneras muy diferentes de reflejar el país en la literatura. Incluyo aquí un ejemplo relacionado con la literatura sobre la violencia que, según me parece, muestra las maneras tan distintas de ver nuestra sociedad desde estas dos vertientes literarias. Me refie- ro a dos novelas: una del año 2004, escrita por Julián Pérez Huaranca, Retablo, y otra del reco- nocido escritor Alonso Cueto, titulada La hora azul, que es del año siguiente y fue merecedora incluso de un premio internacional en España, el premio Herralde. Julián Pérez es hermano de otro escri- tor de esta vertiente andina, Hildebrando Pé- rez Huaranca, lo cual muestra un raro caso en nuestra literatura: que dos hermanos sean escritores. Hildebrando, varios años mayor, en algún momento se unió a Sendero Luminoso y su nombre terminó mezclado con las acciones de este grupo; incluso se le llegó a acusar de ser uno de los dirigentes presentes en la matanza de campesinos de Lucanamarca. Al parecer, él falleció durante el conflicto interno en alguno de los enfrentamientos de Sendero Luminoso con el ejército. En Retablo, Julián Pérez trata de reflejar no solo la historia de la violencia, sino la histo- ria ayacuchana en general a través de una fa- milia y de un pueblo de Ayacucho, que él llama Niño matsiguenka con su compañero, un pájaro de la especie Pumaranra. Es un pueblo que está envuelto en Eurypyga helias. C R O N I C A S U R B A N A S l 55 ca, Mercedes Victoria Mayna Medrano (2008)– Media; por otro lado, una de las figuras centra- es un grupo de familias de poder de este sector les de la novela, por la que Esteban profesa un criollo que en realidad no tiene capacidad para amor platónico, se llama Urganda, que es un entender al otro andino, a esa gran mayoría de personaje de Amadís de Gaula, una de las no- población del país que tiene este origen cultu- velas clásicas de caballería, y tiene los mismos ral. Como también señala Mayna Medrano, otro atributos que la Urganda de esta novela: es una aspecto muy marcado en esta novela es el pa- mujer que puede avizorar el porvenir. Además, ternalismo: la fantasía oligarca del buen amo al hay otro personaje femenino, Justina. Aunque entablar una doble relación con el otro andino, Juan Esteban Uscamayta está enamorado pla- al que trata con paternalismo y con violencia tónicamente de esta Urganda de estirpe occi- al mismo tiempo. Por ejemplo, en la novela hay dental, ama carnalmente a Justina y tiene una una mujer que primero es violada por el padre relación con ella, una mestiza de polleras que marino y que luego empieza una relación senti- introduce en la novela el mundo mágico andi- mental con el hijo, con Adrián Ormache. no, las narraciones y las canciones. Justina tal En cada una de estas dos novelas, se tra- vez sea una referencia a ese personaje maravi- ta, según yo creo, de maneras distintas de en- lloso de “Warma kuyay”, el cuento de José Ma- tender el país: desde la narrativa andina y des- ría Arguedas. de la narrativa criolla. Volviendo al tema de la narrativa andina, esta viene haciendo una contribución al esbozo de nuevos proyectos de nación. En este aspecto me voy a detener en dos novelas muy impor- tantes de los últimos años. Una es de Edgardo Otra característica de esta Rivera Martínez, quizás el escritor andino con sociedad mestiza que pinta Rivera mayor reconocimiento en nuestro país. Su no- Martínez, y la que más llama la vela País de Jauja, en una encuesta de una re- vista limeña, fue reconocida como una de las atención del lector, es que Jauja novelas más importantes del siglo pasado. El sería una sociedad mestiza otro escritor es Óscar Colchado Lucio, con su armoniosa donde no hay novela Rosa Cuchillo (2005), otra novela que ha mayores conflictos. llamado bastante la atención de la crítica y a la que se han dedicado muchos estudios y tam- bién una obra de teatro del grupo Yuyachkani. En la propuesta de Rivera Martínez, en la novela Libro del amor y de las profecías (1999), llaman la atención sus planteamientos sobre En la percepción de Jauja de Rivera Mar- el mestizaje, ello desde el nombre del persona- tínez, porque El libro del amor y las profecías je narrador. El personaje narrador de Rivera está ambientado en Jauja, la ciudad natal del Martínez se llama Juan Esteban, nombres es- narrador, también hay esta referencia a ambas pañoles, y tiene un apellido quechua, Uscama- culturas, la andina y la occidental. Es conocido yta. Lo que hace este escritor –que lo diferencia que en algún momento, tras la Conquista, Jau- bastante de Arguedas– es mostrar un mestizaje ja en el imaginario europeo occidental se volvió que combina en partes casi iguales y de ma- sinónimo de riqueza, igual que Perú. “País de nera muy equilibrada los elementos de origen Jauja” significaba lo mismo que “vale un Perú”: andino y los elementos de origen occidental. sinónimo de abundancia de oro. En relación a Entonces nos enfrentamos con un personaje esto, en su novela, Rivera Martínez muestra un y con un mundo para los que puede ser igual tercer personaje femenino, Celeste Gandarías, de importante un huayno o una pieza de mú- que empieza a bordar un tapiz que reflejaría la sica clásica de un compositor europeo del si- esencia mítica de Jauja. Pero en ese tapiz los glo XVIII o XIX. A diferencia de Arguedas, por elementos son todos provenientes de la cultu- ejemplo, que para construir sus ficciones, sus ra andina, están los colibríes, las cantutas, los novelas, se basa mayormente en referentes cul- halcones, los amarus, todos premunidos de la turales andinos (mitos, cantos, el idioma que- simbología que el hombre andino les atribuye chua, leyendas, todos de origen andino), Rivera hasta el día de hoy. Pero el autor dice, a través Martínez incluso en esto, en los referentes lite- del personaje narrador, que en Jauja, al mismo rarios de la novela, apela casi en partes igua- tiempo, estaría escondido un tapiz que refleja les a lo andino y a lo occidental. Lo occidental, el orbe, todo ello más bien en alusión a la tradi- que en realidad no es tan presente en nuestra ción occidental. cultura, menos en el universo serrano, a veces Otra característica de esta sociedad mes- llega a parecer un poco exótico. Les doy algu- tiza que pinta Rivera Martínez, y la que más nos ejemplos: Juan Esteban escribe un diario y llama la atención del lector, es que Jauja sería Rivera Martínez equipara ese diario con el libro una sociedad mestiza armoniosa donde no hay maravilloso que escribía Astolfo, un personaje mayores conflictos. Urganda dice, por ejemplo: de Orlando furioso, una obra clásica de la Edad “Aquí la vida no tiene el carácter tedioso fre- 56 l C R O N I C A S U R B A N A S cuente de otras partes y muchas veces sinies- e indígenas. Pero aquí llamo la atención sobre tro”. Yo me pregunto si en una sociedad mes- cómo la figura emblemática de Garcilaso puede tiza como la peruana es posible esta armonía. ser utilizada de muy distintas maneras. Gonza- Me pregunto si una sociedad como la de Jauja lo Portocarrero ha señalado cómo también des- o como la cusqueña vería con buenos ojos la de un esencialismo andino se retoma su figura relación de un funcionario municipal, que es el para mitificar, para idealizar el pasado preco- personaje principal, Juan Esteban Uscamayta, lombino peruano, pero también es usual que se con una mestiza de polleras, si ellos no encon- use a Garcilaso para ofrecernos esta imagen de trarían rechazo en su sociedad por este tipo de una sociedad mestiza armoniosa. relación. La respuesta finalmente hay que bus- La segunda novela donde encontramos carla en el hecho de que la propuesta de Rivera un esbozo de proyecto nacional es Rosa Cuchi- Martínez está más bien en el plano utópico. Él llo (2005) de Óscar Colchado Lucio. Rosa Cu- nos propone una sociedad que integra lo andi- chillo es el personaje protagonista de la novela, no y lo occidental de manera armoniosa y equi- en realidad un personaje que funciona en dos librada, no presentándonos la Jauja real del día planos: puede ser vista simplemente como una de hoy sino Jauja en un plano de utopía. Hay madre campesina que ha perdido a su hijo en una parte del libro que creo que refuerza esta la guerra, en el conflicto interno de las décadas lectura y nuevamente está en las palabras de de 1980 y comienzos de 1990, pero también por Urganda. Ella dice: “Estamos lejos de los acon- momentos es presentada como encarnación de tecimientos que hacen historia y si bien sufri- la diosa Caravillaca, una diosa del ciclo míti- mos muchas de sus consecuencias todo asume co de Dioses y hombres de Huarochirí. A quien aquí una coloración mucho más amable, más Rosa busca en su peregrinaje por el mundo de luminosa”. Me parece, entonces, que esta no- los muertos es a Liborio, su hijo, un joven indio vela de Rivera Martínez se puede leer en el pla- que fue enrolado a la fuerza en las filas de Sen- no del planteamiento de un futuro para el Perú dero Luminoso. Es a través de este personaje, como nación, una nación amestizada en la que Liborio, que Colchado nos ofrece una visión convivan de manera armoniosa los elementos distinta de lo que podría ser el Perú. Desde el de origen indígena y de origen andino con los momento mismo en que se enrola en las filas elementos occidentales. de Sendero Luminoso contra su voluntad, Li- borio inicia un doble proceso de aprendizaje: en primer lugar, empieza a conocer a esos actores que supuestamente están luchando por la libe- ración de los indios, en los que ve que tienen una manera de pensar, de ver el mundo, que es Este discurso que viene del distinta a la suya; una manera absolutamen- proyecto criollo hegemónico te racional que no reconoce el mito, que es la forma en la que Liborio interpreta el mundo. intenta encubrir las profundas En segundo lugar, él comienza a aprender que, brechas sociales que hay en en realidad, así ganara en esa guerra Sendero nuestra sociedad y la terrible Luminoso, las cosas para los indios seguirían marginación de los sectores siendo iguales, por lo que dice: “Seguiríamos con nuevos patrones, tal vez mejores pero pa- mestizos e indígenas. trones al fin y al cabo”. Entonces el plantea- miento que finalmente hace Liborio es el si- guiente: “Lo deseable sería un gobierno donde los naturales netos tengamos el poder de una vez por todas, sin ser solo apoyo de otros. Ahí Estos planteamientos de Rivera Martínez sí, caracho, volveríamos a bailar sin vergüenza se desmarcan de los provenientes del discurso nuestras propias danzas, en vez de esos bailes criollo hegemónico, que yo retomé al comien- del extranjero; hablaríamos de nuevo el runa zo de mi ponencia. Desde el discurso criollo en simi, nuestro idioma propio; adoraríamos sin nuestro país hay también una vertiente que miedo de los curas a los dioses en los que tene- pinta la sociedad peruana como una sociedad mos creencia todavía. Sólo si así era la condi- mestiza armoniosa, lo cual viene desde Riva ción, valía la pena luchar; si no ¿por qué pues? Agüero, y que pone como emblema de esta so- ¿Para que otros blancos sigan haciéndonos vi- ciedad peruana al Inca Garcilaso de la Vega, vir como a ellos les gusta?” Estamos pues ante hijo de capitán español y de princesa incaica, lo que yo llamo una solución indígena del pro- el primer mestizo peruano y emblema de una blema nacional. En esta novela se plantea una sociedad mestiza que no tendría conflictos pro- solución que ha hecho un deslinde con el pro- fundos que la separan. Desde mi manera de yecto autoritario de Sendero Luminoso y que ver, este discurso que viene del proyecto crio- finalmente trabaja en el plano mítico apelando llo hegemónico intenta encubrir las profundas al mito de Inkarri, al mito del retorno del inca. brechas sociales que hay en nuestra sociedad y He mostrado, pues, dos ejemplos de cómo la terrible marginación de los sectores mestizos desde la narrativa andina se esboza un pro- C R O N I C A S U R B A N A S l 57

Manada de ronsocos, los roedores más grandes de la Amazonía. yecto nacional distinto al que nos viene desde tes del rebelde Diego Cristóbal Túpac Amaru, el proyecto criollo hegemónico hasta el día de el hermano de Túpac Amaru; en otros momen- hoy en nuestra sociedad. La narrativa andina tos aparece como arrepentido de haber matado ofrece además otros elementos que apuntan en a su propia gente en esa primera rebelión. Lo esta misma dirección, que voy solo a esbozar. que al parecer intenta hacer Rosas Paravicino En primer lugar, me parece que desde la na- en esta novela es plantear la hipótesis –en la rrativa andina se ha hecho una lectura distin- ficción– de que la imagen del Señor de Qoyllur ta de la historia nacional. Tomando el título de Rit’i habría surgido en el siglo XVIII para sos- un famoso libro de Nathan Wachtel, es como si layar en el imaginario popular la imagen del esta narrativa mostrara la historia con los ojos rebelde Túpac Amaru II, como una manera de de los vencidos. Así, el escritor Enrique Rosas opacar la gesta del rebelde Túpac Amaru II. Paravicino trabaja la historia de esta manera y Su otra novela, Muchas lunas en Machu ofrece una comprensión distinta de ella en sus Picchu, es un fresco que presenta a Machu Pic- novelas El gran señor (1994) y Muchas lunas en chu como una ciudad sagrada. Este texto tie- (2006). ne también elementos muy interesantes desde La primera está dedicada al Señor de Qo- este punto de vista que estoy señalando. En yllur Rit’i, esa gran fiesta tan importante en primer lugar, se presenta el tema del pachaku- nuestra sociedad, en el Sur Andino. Es una ti, la gran transformación del mundo indíge- novela con referentes obvios a Yawar fiesta, na. El primer pachakuti habría ocurrido con la de José María Arguedas, y también con algu- llegada de los españoles y en la novela se pre- nas diferencias muy claras. Si en Arguedas la sentan señales de eso ya desde tiempos de Pa- fiesta es el eje de los conflictos que se desatan, chacútec. Hay un personaje muy interesante en El gran señor la fiesta prácticamente es ecu- llamado el Profeta Negro del Altiplano, Raurac ménica: no hay conflictos en torno a ella, pero Sallo, quien en tiempos de Pachacútec empezó sí existen en relación a la visión de la historia. a hacer augurios de la venida de un gran cam- Rosas Paravicino muestra cómo en esta fiesta bio que traería muchas desgracias al imperio del Señor de Qoyllur Rit’i aparece un personaje incaico. Pero este personaje también se relacio- histórico y figuras de fantasmas. El personaje na con la historia de Machu Picchu, la de sus es Mateo Pumacahua y es presentado en esos últimos defensores, con el origen del mito del parajes donde se desarrolla la peregrinación y Inkarri y con el origen de la propia festividad por momentos como persiguiendo a las hues- de Qoyllur Rit’i. Hay en la novela otro personaje 58 l C R O N I C A S U R B A N A S muy importante, que se llama Astor Ninango, ravicino también apela al personaje de Garcila- que es el último defensor de Machu Picchu y el so y a sus Comentarios reales para reforzar esta líder que queda en la ciudadela en esta ficción idea de retorno al pasado y para contraponer el de Enrique Rosas Paravicino cuando es final- imperio incaico al nuevo orden que han creado mente abandonada y todo el último contingente los españoles o “españarris”, como se les llama de sus pobladores vienen al Cusco y presencian en la novela. la ejecución de Túpac Amaru I por orden del Así pues, como en estas novelas que he virrey Toledo. Ellos, luego de la ejecución, ro- presentado, creo que en la narrativa andina hay ban la cabeza del inca Túpac Amaru, la llevan muchos elementos que nos ayudan a encontrar a los pies del nevado Ausangate y la entierran esbozos que apuntan a una narrativa de nación en la nieve. La idea que trasmite esta ficción es distinta a la que ofrece el proyecto criollo hege- que en este momento surge el mito del Inka- mónico. He puesto ejemplos en el tratamiento rri, ese mito que anuncia que se va a presentar de la violencia y en el tratamiento de la historia, nuevamente una gran transformación y que los del mito, de la leyenda. Y he mostrado el caso indios van a recuperar el lugar que alguna vez de Colchado y el de Rivera Martínez como esbo- tuvieron. Finalmente, en esta novela Rosas Pa- zos de maneras distintas de imaginar el Perú.

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2006 Muchas lunas en Machu Picchu. Lima: Lluvia Editores. C R O N I C A S U R B A N A S l 59 Génesis de un proyecto nacional mariateguista

Juan Víctor Núñez del Prado Béjar

a tradición intelectual del Perú puede llu al imperio (1925), que fue presentado como adjudicarse el raro privilegio de haber tesis de grado a la Universidad del Cuzco en sido capaz de asimilar casi simultánea- 1916. En este texto, Valcárcel se vale de la teo- mente las cuatro grandes corrientes ría de Morgan para intentar situar al imperio deL las ciencias sociales teóricas contemporá- de los incas en el cuadro general de evolución neas, diferenciadas durante el siglo XIX a par- de la civilización. Dicho sea de paso, el citado tir del trabajo fundacional de Claude Henri de trabajo es, hasta donde sé, el primer ejemplo de Saint Simon. producción de ciencia social teórica realizado Tales corrientes son, a saber: el positi- en el Perú. vismo francés fundado por Augusto Comte; el La asimilación del evolucionismo socioló- evolucionismo sociológico de Herbert Spencer; gico de Spencer la produjo Víctor Raúl Haya de el materialismo histórico iniciado por Carlos la Torre en una serie de artículos producidos Marx y el evolucionismo cultural de Lewis Hen- entre 1928 y 1930 y se expresa también a tra- ry Morgan. vés de su primera obra orgánica, El antiimpe- La primigenia asimilación del evolucio- rialismo y el Apra (1972). La más clara mani- nismo cultural la produjo el moqueguano-cuz- festación de la deuda del aprismo con la socio- queño Luis E. Valcárcel con su trabajo Del ay- logía de Spencer es su postulación política de

Joven matsiguenka quinceañera con su hijo. 60 l C R O N I C A S U R B A N A S la “alianza de clases explotadas” para “la cons- ducción y desarrollo desigual y combinado y titución de un Estado antiimperialista fuerte”. partía de su aplicación al material empírico lo- Para el conocedor de la tradición sociológica cal, ofreciendo una bastante plausible imagen spenceriana, tales postulados están basados analítica de la estructura del Estado nacional en –y además concuerdan con– la noción de so- peruano. lidaridad vertical y en el carácter de sociología Poco antes, el Gobierno Revolucionario constructiva, propios de la sociología evolutiva de las Fuerzas Armadas, en sus acciones de de Spencer. Reforma Agraria, cometió el error de privilegiar La asimilación del materialismo histórico la promoción de organizaciones colectivistas, entre nosotros está mucho mejor establecida tales como las que fueron llamadas cooperati- intelectualmente que las dos tradiciones an- vas agrarias de producción (CAP) y sociedades teriores y se plasmó a través de 7 ensayos de agrícolas de interés social (SAIS), en desmedro interpretación de la realidad peruana, de José de las tradicionales comunidades indígenas an- Carlos Mariátegui (1928). Aquí se postula un dinas. proyecto político “clasista”, obviamente inspira- do en la noción de solidaridad horizontal o “so- lidaridad de clase” del materialismo histórico. Finalmente, la asimilación del positivis- mo francés se plasmó a través del libro La reali- La asimilación del materialismo dad nacional, de Víctor Andrés Belaúnde (1984 histórico entre nosotros está [1930]), elaborado como réplica a los 7 ensayos mucho mejor establecida de Mariátegui. En ese trabajo se postula una opción comunitarista y una identidad nacional intelectualmente que las dos peruana fundadas en el cristianismo, en con- tradiciones anteriores y se cordancia con el énfasis en los aspectos religio- plasmó a través de 7 ensayos so y corporativo, propios del análisis sociológi- co del positivismo francés. de interpretación de la Como nos recuerda Imelda Vega Centeno realidad peruana, de (1996) en La construcción social de la sociología, José Carlos Mariátegui. existe un proceso de formación social del pen- samiento sociológico que intentaremos seguir en lo que nos parece que es la conformación de un proyecto nacional de tradición mariateguis- ta. Frente a esto y basados en el diagnóstico Debemos retrotraer nuestro análisis a la de Montoya, operadores políticos provenientes década de 1970, cuando Rodrigo Montoya pro- de Vanguardia Revolucionaria realizaron con duce A propósito del carácter predominantemen- amplio apoyo campesino un “redimensiona- te capitalista de la sociedad peruana (1978). En miento” de las adjudicaciones agrarias hechas cierto sentido, este trabajo surge en respuesta por la Revolución Peruana bajo la consigna: al diagnóstico nacional producido por Carlos “Todo el poder a la asamblea comunal”. Tal re- Delgado Olivera en el libro Problemas sociales dimensionamiento se inició alrededor del año en el Perú contemporáneo (1971), el cual en 1982 y culminó hacia 1988 y se extendió desde aquel entonces servía de sustento teórico al ac- la cuenca del río Pampas hasta la frontera con cionar del Gobierno Revolucionario de las Fuer- Bolivia, en la cuenca del lago Titicaca. Mencio- zas Armadas –de la llamada Revolución Pe- no este hecho puesto que, personalmente, valo- ruana– y cuyas conclusiones teóricas guiaron ro la certidumbre de un diagnóstico sociológico la acción del Sistema Nacional de Apoyo a la por su capacidad de generar una praxis exitosa Movilización Social (Sinamos), aparato de ins- y, desde mi punto de vista, este es el mérito del trumentación de la política de aquel gobierno. diagnóstico hecho por Rodrigo Montoya en re- Durante el tiempo que Sinamos actuó, lación al proceso de “redimensionamiento”. entre 1972 y 1975, la única contestación teóri- El segundo paso en la producción del ca coherente que se le oponía era la provenien- proyecto nacional que me ocupa fue dado a me- te del libro mencionado de Rodrigo Montoya, la diados de la década de 1980 por la producción cual era instrumentalizada entonces por el par- de Buscando un inca, de Alberto Flores Galindo tido de izquierda llamado Vanguardia Revolu- (1987). El diagnóstico de Rodrigo Montoya era cionaria. El resto de la oposición de izquierda al estructural y por tanto sincrónico y lógicamen- régimen dirigido por el general Juan Velasco se te desembocó en la revaloración del factor de basaba en el uso de clichés ideológicos y en la la estructura social característico del segmen- repetición de irreflexivas consignas provenien- to andino de la sociedad peruana, es decir, de tes de otras realidades y trasladadas mecánica- la comunidad indígena andina. Por su parte, el mente a la peruana. trabajo de Flores Galindo expone por primera El libro de Montoya emprendía el análisis vez de modo completo la secuencia de movi- de la estructura social peruana basándose en mientos sociales de resistencia protagonizados las nociones de articulación de modos de pro- por el segmento andino de la sociedad perua- C R O N I C A S U R B A N A S l 61 na, en un proceso que se inicia en el siglo XVI, se extiende a través de la Colonia y la Repúbli- ca, y llega a principios del siglo XX a través de los movimientos de Atusparia y Rumi Maki, los cuales preludian las invasiones campesinas de tierras de los años 1960 y desembocan en la Revolución Peruana. Este estudio es, por tanto, procesal y diacrónico, por lo que se presta al pronóstico y revalora un factor fundamental de la mentalidad colectiva andina. Flores Galindo señala que, a pesar de la heterogeneidad de las condiciones y circuns- tancias de dichos movimientos sociales, estos muestran una constante que les confiere iden- tidad distintiva y que se basa en lo que Juan Ossio ha calificado como ideología mesiánica del mundo andino, en un libro del mismo nombre (1973). Flores sugiere explícitamente que la ex- pectativa mesiánica del regreso del inca puede en el futuro constituirse en el catalizador de mo- vimientos sociales que completen las transfor- maciones requeridas por la sociedad peruana. Posteriormente, Nelson Manrique, en “Historia y utopía en los Andes” (1991), par- tiendo de un movimiento analítico del presente al pasado, opuesto al usado por Flores, da tra- tamiento al fenómeno del mesianismo indígena en términos de la conformación de una utopía. Dicho tratamiento implica la asunción de que subyace al modo de pensamiento andino con- temporáneo una idealización extrema de la so- ciedad inca que ha producido una imagen abs- tes están en la toma de consciencia del mesia- tracta, que es totalmente imaginaria y que ha nismo andino y en la afirmación hecha por Flo- sido proyectada al futuro en términos de una res Galindo de que la misma puede ser base de utopía. un proyecto político. Asimismo, considero que Aunque el texto no explicita una des- es de vital importancia, aún no debidamente calificación de tal utopía, el contexto de la re- ponderada, la trascendencia del “hechizo de la flexión materialista histórica en que se ubica sí sangre” –es decir, del racismo de todo género–, lo hace, pues no se debe olvidar que el debate en relación al postulado de Arguedas sobre la marxista solía descalificar, por ejemplo, al so- validez de “todas las sangres” como parte del cialismo libertario como “socialismo utópico”, carácter nacional peruano. frente al comunismo, considerado como “socia- Como toda participación en un debate, la lismo científico”. explicita descalificación hecha por Vargas Llosa El intento de descalificación explícita ha tenido la virtud de generar una coherente del proyecto mesiánico es postulado por Mario doble respuesta formulada por Rodrigo Monto- Vargas Llosa en nombre de la modernidad, en- ya en De la utopía andina al socialismo mágico tendida esta como un proyecto neoliberal capi- (2006). En este libro, Montoya usa el aserto de talista, lo cual se plasma a través de su libro La José María Arguedas acerca de la posibilidad utopía arcaica (1996). de un socialismo mágico, es decir, un socialis- Aunque dicho texto está literariamente mo basado en una mentalidad estética totali- muy bien logrado, es desde nuestro punto de zadora, intuitiva, mítica y sagrada; alternativa vista históricamente incompetente. Conside- viable al socialismo occidental, basado en una ro que ello es así puesto que, junto con Flores mentalidad descriptiva, analítica, racional, his- Galindo, Vargas Llosa trata de descalificar tam- tórica y secular, que aún no ha logrado calar en bién a José María Arguedas y a la corriente que la mentalidad nacional mayoritaria. él representa de modo conspicuo: el indigenis- Según mi opinión, al valerse extensamen- mo peruano. te del aserto de Arguedas y desarrollarlo analí- Calificamos este intento de históricamen- ticamente, Rodrigo Montoya ha trascendido si- te incompetente pues se contrapone directa- multáneamente las objeciones de Nelson Man- mente a la sólida postulación histórica de Jorge rique y las de Mario Vargas Llosa, postulando Basadre, cuando dice que “el fenómeno histó- –ahora desarrollado convenientemente– el nue- ricamente más importante acaecido en el siglo vo proyecto nacional de un socialismo mágico. XX en el Perú es la recuperación de lo indíge- Hay un componente más que puede ser na”. Dentro de esta, los factores más importan- a la larga de suma importancia para el tema 62 l C R O N I C A S U R B A N A S que nos ocupa; se trata de la publicación en 1990 de Visión arqueológica del Perú milenario, de Luis Guillermo Lumbreras. Este autor ex- plora el desarrollo de las sociedades andinas Montoya usa el aserto de José hasta su propio origen, acaecido según él hace María Arguedas acerca de la aproximadamente quince mil años, cuando el posibilidad de un socialismo hombre arribó al continente americano en esta- do realmente primitivo, es decir, como cazador, mágico, es decir, un socialismo pescador y recolector. Lumbreras sigue el cur- basado en una mentalidad so de su evolución social hasta la conformación estética totalizadora, intuitiva, del imperio del Tahuantinsuyo y, luego, el ca- taclismo de la conquista europea, que según el mítica y sagrada. autor produjo una regresión que nos devolvió a un estado de desarrollo de las fuerzas pro- ductivas de dos mil años antes. En su epílogo, el autor nos dice: “Nos toca pues descongelar el pasado para desplazar la modernidad colo- tra estructura social antes de la Revolución Pe- nial por una modernidad que debe comenzar ruana, que según mi opinión la cambió radical por rescatar el patrimonio que la Colonia des- y definitivamente; y, finalmente, otra vez con truyó o paralizó”. Esta exhortación nos parece Montoya, el desarrollo de la postulación más totalmente concordante con la expectativa del importante de la propuesta arguediana, que regreso del inca o con la recuperación del modo constituye una alternativa entre otras posibles de sacralidad de la sociedad andina, que sería frente al proyecto neoliberal, el cual según mi clave en el proyecto de socialismo mágico. parecer ya ha sido agotado. Como es bien conocido, Luis Guillermo Como quiera que los participantes en este Lumbreras suscribe también los parámetros debate todavía libresco, con excepción de Mario analíticos del materialismo histórico. De haber Vargas Llosa, son próximos o se inscriben explí- entre su trabajo y los antes señalados la comu- citamente dentro de la tradición mariateguista, nidad de propósito que hemos presumido, esta- opino que mediante el proceso aquí explicitado ríamos frente a una masa de conocimiento que se ha gestado entre nosotros un proyecto na- mediante un único paradigma teórico cubre: cional mariateguista del que no somos todavía con Lumbreras, el proceso de evolución autó- plenamente conscientes y que puede constituir noma de la civilización andina; con Flores, la un vector interesante para la conformación na- dinámica social de los periodos colonial y re- cional durante el siglo XXI y que, cuando me- publicano; con Montoya, el carácter de nues- nos, es merecedor de un amplio debate.

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Realidades y mitos en las exploraciones en la Amazonía en los valles del Mapacho, Pilcopata y Madre de Dios

Cindy Carol Álvarez Flores Primer puesto en el II Concurso “Un Perú de todas las sangres” II Concurso Un Perú de todas las sangres

Matsiguenkas de la comunidad nativa de Tayakome en una celebración del Parque Nacional del Manu.

ara el común de las personas en el ¿Desde cuándo comienza la historia de Perú hablar de la historia de los incas los incas? Según recordamos, nuestro punto parecería ser algo muy propio: buena de partida referencial es la llegada de los espa- parte de nuestra identidad se basa en ñoles. Así, corrientemente dividimos nuestra decirP que somos los descendientes del poderoso historia en dos etapas: antes de la llegada de y enigmático “Imperio de los Incas”. Pero, ¿más los españoles o la época prehispánica, caracte- allá de Cusco, Machu Picchu y Sacsayhuamán, rizada por las referencias a culturas preincas y hay algo más que podamos indicar sobre nues- a los trece incas, y después de la llegada de los tra identidad? Y, sobre todo ¿hay algo nuevo españoles, etapa en la cual pueden incluirse los que podamos decir de nosotros mismos? periodos colonial y republicano, caracterizados 64 l C R O N I C A S U R B A N A S por el saqueo y destrucción del Tawantinsuyo y se convirtieron en un campo de estudios igual- de los recursos de su territorio, una vez decla- mente fértil?” rada la Independencia. Pero, ¿puede este punto En respuesta sostiene: referencial en verdad reconstruir nuestra his- toria sin dejar espacios en blanco? En este ar- Es cierto que los estudios derivados de la tículo pretendemos dar una aproximación para tradición de Murra en el sur andino man- llenar algunos de esos espacios, enfocándonos tuvieron, a excepción de Saignes, una en el ámbito regional entre Cusco y Madre de perspectiva “de arriba hacia abajo”, es Dios. decir, que privilegiaron una perspectiva de “agencia andina”. Además, como lo ha señalado Pease, al estar basados en las Vacíos en el conocimiento de las fuentes administrativas coloniales, estos relaciones entre la población de los estudios privilegiaron la óptica del poder Andes y la Amazonía con lo que ciertos aspectos se hicieron inteligibles, mientras que otros se han El territorio que se extiende a lo largo de los va- mantenido relativamente oscuros. (Bar- lles del Mapacho (Challabamba) y Kosñipata de clay 2001: 496) la provincia de Paucartambo y Lacco de la pro- vincia de Calca (Región Cusco), así como en el Thierry Saignes fue un historiador que se distrito de Fitzcarrald de la provincia del Manu interesó por reconstruir la figura de las socie- (Región Madre de Dios) es un escenario en el dades amazónicas del pasado y su relación con cual llaman la atención tres aspectos: uno, la el Tawantinsuyo y criticaba la impermeabilidad existencia de vestigios arqueológicos que dela- con la que se había tratado la historia de esa tan la ocupación de poblaciones humanas en relación. Dicha impermeabilidad era producto zonas de ceja de selva, selva alta e incluso selva de una visión de la Amazonía como un espacio baja. Dos, la vigencia del mito del Paititi en el salvaje, como una tierra que había que desen- imaginario no solo de poblaciones quechuas y cantar, visión arrastrada de la época colonial a amazónicas, sino de los mismos pobladores ur- la republicana y que aún hoy en día perdura en banos de esos distritos, mito reforzado por las cierta forma. Esto le motivó a realizar un aná- exploraciones realizadas por personajes nacio- lisis crítico acerca de las fuentes documenta- nales y extranjeros. Tres, la corroboración de les sobre exploraciones y contactos con las po- los contactos interétnicos entre las poblaciones blaciones amazónicas durante las épocas inca andinas y amazónicas a lo largo de la historia. y colonial y a contrastar esos datos con los de Hay aún un cuarto aspecto: las exploraciones los vestigios arqueológicos, esforzándose por realizadas en las diferentes épocas. Sin embar- encontrar fuentes más sensatas que pudieran go, desarrollaremos el contenido de este artícu- engarzar los distintos testimonios acerca de lo solo dentro de los tres puntos antes mencio- una ciudad perdida en medio de la Amazonía, nados. la que era buscada con mucho empeño por pa- raguayos, cruceños y peruanos con los nom- bres de Paititi, Candire y Moxos, entre otros. Y si bien concluye afirmando que el mito se trata de un contagio místico, hay diferentes versio- Dicha impermeabilidad era nes de él que se complementan o corroboran producto de una visión de la (Saignes 1981). Amazonía como un espacio salvaje, como una tierra que había que Dificultades de los incas en la desencantar, visión arrastrada exploración de la Amazonía de la época colonial a la En el ensayo “El Inka vive”, Ricardo Valderrama republicana y que aún hoy en día y Carmen Escalante hacen una recopilación de perdura en cierta forma. mitos sobre el inca en la comunidad de Poqes (en el distrito de Lamay, provincia de Calca, Región Cusco). Uno de ellos se titula: “El Inka vive en la ciudad del Paititi”. Según versa el testimonio recogido, el inca Poqes se habría ido a vivir a la Frederica Barclay (2001: 495) reconoce ciudad del Paititi y para dar cuenta de él se na- que los trabajos de John Murra sobre el control rra la historia de un pobre runa (‘hombre’ pobre) vertical de los pisos altitudinales “[…] abrieron que llegó hasta el Paititi en busca de su toro. las más importantes pistas para los estudios Reproducimos una parte del mito del inca de la frontera andino-amazónica prehispáni- de Poqes: ca”. Pero ella se pregunta: “¿por qué si la ver- ticalidad abría las puertas a estudios sobre las Dicen que nuestro Poqes Inka se ha ido relaciones entre Andes y Amazonía, estas no a la […] “ciudad del Paititi”. Él también C R O N I C A S U R B A N A S l 65 está bajo ese Sol, bajo la luz del Wayna no poderlo reconocer y con lo más que se Qhapaq. Aunque otros dicen que a la ciu- acercaba los pumas se pusieron a gritar. dad no llega el Sol, pero cómo viviría sin Ahí un wiraqocha le dijo: Oye hijo vete; no el Sol. entres, aquí no está tu toro […]. Se regre- La ciudad del Paititi está en el fondo de só llorando. Tendré que irme, dijo. (Val- la montaña, ahí donde ningún humano derrama y Escalante 1995) “runa” puede ver al señor de Paititi, está dice al lado de los Apus Qañiqway y Pi- El mito continúa expresando que, ya sa- tamay, allá por el lado de Qosñipata. Ahí liendo el pobre runa de la ciudad del Paititi, la está en este momento el abuelo Inka, “señora” de la entrada le regaló tres choclos, como encanto y […] cuántos aviones ten- advirtiéndole que no debía mirar su bulto y que drá encantados1 […]. A esta ciudad no se vaya derecho a su casa. Pero en el camino el puede llegar porque está rodeado de ti- runa se cansó y decidió reposar, cuando hizo gres y pumas. Pero una vez, dice un runa esto sus choclos se convirtieron en oro y al no pobre, que había perdido su toro y este poder cargarlos dejó dos en el camino y el otro toro ni siquiera era de él, era lo que pas- lo hizo llegar apenas a su casa. taba al partir […], llorando a mares des- Este mito es muy parecido al que nos consoladamente, emprendió una cami- contaron en Callanga3, una población ubica- nata, siguiendo las huellas del toro […]. da entre los Apus Siwas y Pitama. Este último, Cuando preguntó le dijeron: Los ladrones según el mito anterior del pobre runa, sería el acostumbraban llevar a la ciudad del Pai- lugar donde se encuentra el Paititi. El siguiente titi; seguro allí lo han metido […]. testimonio es de una pobladora mayor de Ca- Y caminando […] había llegado hasta una llanga –en la traducción de Lucía, otra poblado- portada de piedra donde estaba una “se- ra más joven–: ñora”2. Esta “señora” le dijo: Cindy: Hay un camino inca que pasa por “Oye hijo: no entres a esta ciudad del acá. Paititi, cuidado que te coman los pumas, Lucía: […] Dice que hay por Incatasquina aquí adentro abundan los tigres y los pu- […] graditas, graditas dice hay abajo, dice mas […]”. hay, pero habría que buscar pues, así Entonces este runa entró así […]. Aquí dice por ahí está viniendo… debe estar mi toro, diciendo, lloraba al Cindy: Camino… Lucía: Chimpanta, por el frente, dice. Cindy: Monte será. Y ¿a dónde dice se iría por ese camino? Lucía: Paititi […] atrás dice está voltean- do, atrás […]. Bonito es, como un ciudad, dice hay tigres, dice cuando están des- piertos te lo puede comer, cuando están durmiendo no más puedes pasar. Cindy: ¿Quién ha visto eso? Lucia: Dice su abuelito […]. De su papá, su abuelo dice entraba, dice le daba cho- clo, le decía no vas a comer, cuando vas a llegar vas a orinar Waycanto, dice. Puro oro orinaba y ese choclo también era oro, por eso le decía, no vas a comer, su abue- lo dice contaba […].

En ambos testimonios pueden hallarse coincidencias en la ubicación y en la natura- leza misma del mito. El mito del inca de Poqes también guarda relación con una cita de docu- mentos testimoniales de los franciscanos que hace Saignes, acerca de un inca fugitivo:

Un tercer testimonio, tardío, pero sin am- bigüedad, evoca las huellas de la travesía del inca. En 1677, unos franciscanos del Cuzco bajan a las vertientes del Carabaya y alcanzan unas rancherías en las pam- pas. Entrando en una “casa y adorato- rio”, hallan una petaca grande que con- tenía varios objetos de culto y entre otros una “mascaipacha de las que usaban los 66 l C R O N I C A S U R B A N A S

incas”. Los misioneros se asombran: “y respetando sus estatutos. Aunque los inter- preguntándole quién le había dado aque- cambios culturales no quedarían descartados. llo respondió el cacique que todo junta- A este fenómeno, Saignes lo denomina como el mente con un llauto de oro que se avia reino neo-inca del Paititi, que hallaría en Vilca- perdido lo avia dado a su abuelo el inca bamba uno de sus escenarios. Capac quando pasó por allí de retirada […]. Y preguntando a dónde estaba el inca nos dijo que en la punta del río Pai- Exploradores de la Amazonía del sur titi y Maparia, que está a tres días de otro del Perú en los siglos XIX y XX gran río llamado Manu donde tributaron sus abuelos y vieron que la casa del ídolo Entre mediados del siglo XIX y comienzos del del inca estaba guarecida por dentro de siglo XX, el “supremo gobierno peruano” con- oro y plata y comía en vajillas de lo mis- trató los servicios de Juan Guillermo Nystrom mo y se sentaba en banco de oro” (Cuzco, y John Von Hassel para que realizaran explora- 16.XII.1677, LIM 12:59). (Saignes 1981) ciones entre Cusco y Madre de Dios. Ambos las inician en Pilcopata (Cusco). Lo importante en estos testimonios no es La expedición de Nystrom en 1867 fue tanto la validez literal del mito, sino lo que se más corta, pero tan riesgosa como la de John puede interpretar de él. La referencia que más Von Hassel en 1902. Este último no solo llegó a nos ha llamado la atención, tanto en los testi- la desembocadura del río Piñi Piñi, al igual que monios y mitos como en el desarrollo teórico, es su antecesor, sino que de regreso a Pilcopata la que habla de incas errantes o fugitivos. siguió rumbo al Manu y llegó hasta el río Con- Una vez llegados los españoles, el siste- deja. Von Hassel sostiene que el río Huasampi- ma de administración del Tawantinsuyo tenía lla o Pilcopata nace del nevado Pucará: que cambiar. Al estar al tanto de la naturaleza de estos cambios, muchas poblaciones debie- […] unos 2200 metros más adelante de­ ron haber decidido huir de sus tierras y refu- semboca por la margen izquierda del río giarse en la Amazonía, territorio con el cual ya Tono, cuyo origen se encuentra en las in- tenían un fluido contacto. En este contexto, ta- mediaciones del cerro Cañahuay, situado les poblaciones habrían sido adoptadas por las al norte de Tres Cruces. A la distancia de poblaciones amazónicas pero, en apariencia, 2600 m se efectúa la confluencia con el

Mariposa grande del género Caligo. C R O N I C A S U R B A N A S l 67

río Piñi Piñi. Formando con su unión el mente por las personas acostumbradas a Alto Madre de Dios. El río Piñi Piñi vie- la montaña. (Von Hassel 1907: 14) ne del O. formado por los ríos Callanga y Maestrón4. Los brazos principales de la Por su parte, Nystrom relata que, cuando red fluvial del río Callanga son los ríos de entró con su equipo para explorar las trayecto- Juncaria, Chunchosmayo, Belempata, rias de los ríos Tono y Pillcopata, a medida que Huatanay, Pitama y Ciriala; el nacimien- se adentraba en el monte hizo contacto con un to más remoto está en el cerro Pitama grupo de nativos: situado en la cordillera oriental de Pau- cartambo, que forma una sola cadena de A las 8 y media echamos a andar con ramales secundarios que dan origen a los rumbo al N. E. a lo largo del río y por es- afluentes del Madre de Dios y Manu su- pacio de media legua: penetramos en el cesivamente […]. (Von Hassel 1907: 11) monte, donde encontramos yucas, cañas de azúcar y plátanos en medio de una En la actualidad, la información que se vegetación profusa y cerrada, que nues- maneja en el Parque Nacional del Manu es que tro guía concluyó por asegurar que los el río Piñi Piñi nace de la unión del río Callanga chunchos andaban cerca y que debíamos y el río Mameria, y no, como afirma Von Hassel, estar listos en caso de que nos saliesen que el Piñi Piñi nace de la unión de los ríos Ca- al encuentro […], pero San Miguel7 gritó: llanga y Maestrón. Tal es así que en su informe “Amigos” […]. (Nystrom 1867: 226) ni se menciona al río Mameria. El testimonio de dos guardaparques puede ayudar:

Luis: […] o sea Callanga mismo es el Maestrón […], Mameria y el Callanga o Maestrón o sea esa unión y de ahí se Los matsiguenkas de Mameria forma el Piñi Piñi, toma ese nombre por iban hacia su hacienda para ejemplo de aquí –acá dicen Callanga– y de intercambiar productos, no aquí –acá dicen Maestrón–, pero este sí es solamente con el hacendado, Mameria, incluso hay otra quebrada. Ignacio: Los afluentes con Callanga, Ma- sino también con la población meria y eso. quechua, y afirma que estos Luis: Incluso hay otra quebrada grande intercambios se hacían en también, ¿cómo se llama…? idioma quechua. Ignacio: Chocoriari.5

Ya de regreso a Paucartambo, Von Hassel hizo una segunda expedición cuyo objeto fue el estudio del río Paucartambo, que en la ac- tualidad es conocido como Mapacho, desde su En estas exploraciones se da cuenta de origen hasta su desembocadura. En la siguien- que habían poblaciones y un sistema de cami- te cita, la descripción parece dar cuenta de la nos entre los valles de Paucartambo y Lacco- cuenca baja del Mapacho, donde este río cam- Yavero y también de la existencia de poblacio- biaría su nombre para llamarse Yavero, río ubi- nes entre los ríos Tono y Piñi Piñi, de las cuales cado en la provincia de Calca y que desemboca no se establece su identidad étnica, lo cual se- en el Bajo Urubamba6. Von Hassel sostiene ha- ría importante para determinar si eran las an- ber pasado por el sector de Amparaes, que en la tecesoras de la población matsiguenka actual actualidad es una comunidad conocida: o si esta es resultado de los desplazamientos ocurridos en la época del caucho. […] en el curso de la marcha de varios días observé con asombro numerosos in- dicios de cultura incaica, especialmente ¿Qué se busca en la Amazonía? terrazas y andenes, muchos de ellos bien conservados […]. Convencido de que debe Barclay habla de los pueblos de bisagra entre existir un camino en las alturas según el el Tawantinsuyo y las poblaciones amazónicas, sistema incaico, dirigí la marcha por el sosteniendo que ellos estaban caracterizados monte, cerro arriba […]. Ya en la cumbre, por hablar un idioma de frontera. Un hacenda- sin encontrar rastro de camino antiguo y do del sector de Nuevo Oriente (donde el río Ma- temiendo haber causado inútiles sacrifi- pacho pasa a ser denominado Yavero) testimo- cios a mis compañeros, oigo la voz de uno nia que los matsiguenkas de Mameria iban ha- de ellos: “Aquí señor es el camino”. En el cia su hacienda para intercambiar productos, acto estuve a su lado, y efectivamente allí no solamente con el hacendado, sino también estaban las huellas de un ancho camino con la población quechua, y afirma que estos cubierto por la vegetación, visible sola- intercambios se hacían en idioma quechua8. 68 l C R O N I C A S U R B A N A S

Otros datos de las incursiones en Mameria ubicarse en los lugares a los cuales estas ha- dan cuenta de la existencia de más restos ar- cen referencia, sostiene que hay dos aspectos queológicos y tiestos de cerámica. En Callan- vinculados entre sí; el primero es que el “[…] ga, que también fue una hacienda, se pueden ‘Paititi’ es nombre de un territorio, un río, un encontrar vestigios arqueológicos e indicios de cerro, una laguna y/o jefe de cierto grupo étni- que posiblemente hubo población matsiguenka co (o varios grupos), gobernante del respectivo transitando por la zona. Uno de ellos es que la territorio […], se localiza en los Andes, más pre- madre de un poblador de Callanga era matsi- cisamente en la sierra sur”. El segundo aspec- guenka. to es que: “El Paititi es el nombre de un lugar ¿Cuáles son las similitudes entre la ideo- hacia donde los incas organizaron una o varias logía de las poblaciones andinas y amazónicas? expediciones […]. Según algunas versiones, a Saignes afirma: “Las prácticas culturales de los raíz de esas expediciones se formó un encla- chunchos eran las mismas que las de los incas ve inca en las tierras del Paititi. Después de la [adoración a las huacas] […]” (Saignes 1981: conquista española, comenzó una migración de 170). los Andes hacia el Paititi que impuso entre la Si bien los mitos acerca del inca de Poqes población local una notable influencia cultural” y la ciudad del Paititi, a los que hicimos referen- (Tyuleneva 2010: 37). cia en anteriores párrafos, esbozan un contexto Según el autor de Notas de lectura acerca más regional –entre las provincias de Calca y del problema de la penetración en la Amazonía Paucartambo­–, ellos se extienden a lo largo de peruana9 (Anónimo 1970), el interés de los in- toda la Amazonía, sobre todo de aquella que se cas por explorar el Antisuyo habría surgido por halla en frontera con los Andes en Bolivia, Bra- razones de tipo ideológico, ya que ellos adora- sil y el sur peruano entre las regiones de Cusco ban a animales como la serpiente y el puma; y Madre de Dios. pero también por el interés de proveerse de En un reciente estudio de Vera Tyuleneva recursos del monte, por ejemplo, plumas para de 2010, titulado Cuatro viajes a la Amazonía sus indumentarias reales o especies de flora y boliviana, la autora, después de contrastar de fauna y otros adornos con los que decoraban forma exhaustiva las fuentes documentales y sus palacios, como Pumacurcu o Amarucan- cha. Este autor anónimo también afirma que el deporte favorito de Mayta Cápac Amaru10 era cazar serpientes y fue él mismo quien integró la imagen de la serpiente en el blasón real de los incas. Este autor esquematiza tres etapas para describir el proceso de ocupación de los incas en la Amazonía, proceso que aparece en el cua- dro11. Por otro lado, el mismo autor cita al Inca Garcilaso de la Vega para describir que Inca Roca envío a Yawar Huácac –su propio hijo– para comandar la expedición de conquista del Antisuyo. Para ello movilizó a 15.000 hombres y tres maîtres de camp o coroneles.

Las tropas llegaron hasta Paucartambo y ganaron Challabamba, donde sometieron a las pocas poblaciones que encontraron allí. Enseguida ellos fueron a Pilcopata y “allí poblaron cuatro sitios con gente del imperio”, según la técnica de los mitmac. La expedición luego fue para Havisca y Tono donde encontraron plantaciones de coca, que ya eran conocidas en el impe- rio. Garcilaso señala que él había recibi- do en herencia la tierra de Havisca, pero que nunca la aprovechó él mismo. Y aña- de: “para entrar en los valles donde crece la coca es a través de una colina llamada Canachuay, donde hay cinco leguas casi perpendiculares de descenso”. (Anónimo 1970: 16)

Según Frederica Barclay, caben dos po- sibilidades para interpretar la zona de contacto C R O N I C A S U R B A N A S l 69

Ocupación de la Amazonía por los incas

Periodo de Eventos ocurridos en sus Incas gobierno incursiones en la Amazonía (aproximado)

Manco Cápac 1021-1062 Establece la frontera del Tawantinsuyo al Este del Cusco en las riberas del río Paucartambo.

Sinchi Roca 1062-1091 Lloque Yupanqui 1091-1126 Exploradores Se destaca su afición por la caza de serpientes; Mayta Cápac Amaru 1126-1156 llega a la tierra de los Mojos y busca un fabuloso imperio.

Cápac Yupanqui 1156-1197 Continúa las exploraciones; un tío suyo muere por envenenamiento en un viaje.

Primera conquista sistemática de la Amazonía Inca Roca 1197-1249 Envía a su heredero hacia el Antisuyo, el cual llega hasta Paucartambo, Pilcopata, Havisca y Tono.

Yáhuar Huácac 1249-1296 Viracocha 1296-1340 Conquistadores Pachacútec 1340-1400 Segunda conquista sistemática de la Amazonía Túpac Yupanqui 1439-1475 Rodeando el Amaru Mayo, llega al “País de los Mojos”.

Huayna Cápac 1475-1525 Huáscar y Atahuallpa 1526-1533 Manco Cápac II 1533-1553 Se refugia en Vilcabamba y en el piedemonte amazónico.

Titu Cusi 1553-1560 Errantes Sayri Túpac 1560-1571 Reorganiza la resistencia a los españoles. Túpac Amaru 1571-1592 Santos Atahualpa 1742 Túpac Amaru II 1780-1781 ELN, Ensayos de exploración en el río Mayo 1963 Madre de Dios

Fuente: Anónimo (1970); traducción libre de la autora.

entre las poblaciones andinas y amazónicas del una nueva frontera entre los Andes y la Amazo- piedemonte: una es que los incas ponían po- nía, lo que generó que en la época de la Repú- blaciones de mitmacs en estas fronteras para blica se tuviera “una imagen de las poblaciones cerrar o replegar las incursiones posiblemente amazónicas caracterizada por su simplicidad, belicosas de las poblaciones amazónicas. Otra, inmovilismo y autarquía” (Barclay 2001: 506). si se hubiera dado el caso de que los curacazgos En la actualidad las exploraciones en en el área amazónica hubieran sido promovidos nombre del Paititi no han cesado, pueden ser por los incas para tener acceso a los recursos tal vez igual de riesgosas que en el pasado, de- tropicales, razón por la cual se hicieron visibles pendiendo de quién las realice. Buena parte de a las autoridades coloniales y que, a causa de los nuevos exploradores hacen públicas sus las enfermedades introducidas por los españo- aventuras, sus hallazgos de restos arqueológi- les, estas etnias desaparecieran a mediados del cos ocultos en la espesura del monte, sus em- siglo XVII. Esta probable desaparición supuso presas de búsqueda del Paititi… mucha de esta 70 l C R O N I C A S U R B A N A S información se puede encontrar en el internet. social, ambiental, educativo y económico de las A Carlos Neuenschwander Landa se le poblaciones locales, fomentando el uso racio- atribuye haber descubierto la ciudadela del nal del patrimonio cultural y natural, así como Pantiacolla12, pero su búsqueda de la misma el conocimiento y fortalecimiento de nuestra ciudad del Paititi fue incansable incluso hasta identidad histórica como parte de la región an- antes de su muerte. Al igual que él, el padre dina” (Ministerio de Cultura s. f.). Polentini, párroco de la iglesia de Lacco, llevó a cabo varias exploraciones con los pobladores de la zona y en uno de sus testimonios afirma haber encontrado el Paititi, acerca de lo cual escribe en su libro Yo estuve en el Paititi, al cual se hace referencia en una entrevista subida al El interés de los incas por portal de You Tube el año 2011. Polentini hizo también una denuncia pú- explorar el Antisuyo habría blica contra Fujimori, sosteniendo que durante surgido por razones de tipo su gobierno se ubicó el Paititi y se saqueó la ideológico, ya que ellos adoraban ciudadela, luego de la entrada de cuatro heli- a animales como la serpiente y el cópteros13. Otro buscador incansable del Paititi es Gregory Deyermenjian, quien lo viene bus- puma; pero también por el interés cando desde la década de 1980. de proveerse de recursos del Los sucesores de estos exploradores son monte, por ejemplo, plumas para Thierry Jamin y Yury Leveratto, quienes tienen sus indumentarias reales o sus propios portales colgados en el internet. Yuri Leveratto parece promover intereses más especies de flora y fauna y otros científicos dentro en su “Portal de historia y adornos con los que decoraban medio ambiente”, cuyo objeto es: “promover la sus palacios. integración cultural de los pueblos de la Nue- va América” (Leveratto s. f.). En este portal hay un enlace titulado “Paititi”. Por su parte, Thie- rry Jamin, en su página “Los exploradores del gran Paititi” (Jamin 1998-2012), muestra una imagen más exótica pero a la vez moderna de Conclusiones sus exploraciones, en donde se puede leer lo si- guiente: “Después de los descubrimientos ex- Entre las regiones del Cusco y Madre de Dios traordinarios realizados por su equipo en 2006, hay un espacio que requiere ser observado por en el sitio de los petroglifos de Pusharo, Thierry los investigadores sociales de las distintas dis- Jamin descubre en 2009 una decena de sitios ciplinas. Si bien el ánimo de los exploradores incas desconocidos en el valle de Lacco, sobre que van en busca del Paititi está revelando mu- el camino de Paititi. ¡Increíble! Algunos de ellos cha información, esta requiere ser incorporada [sic] son de la amplitud de Pisac o Choquequi- dentro de un marco teórico que permita recons- raw […]”. Según Jamin, los petroglifos de Pus- truir la naturaleza del relacionamiento social, haro dibujarían un mapa que ofrece la ubica- cultural y espacial de los antiguos pobladores ción exacta del Paititi. del piedemonte amazónico. Por ello, vale des- La pregunta que surge de todo esto es tacar que se tienen avances de investigaciones ¿hacia qué parte del conocimiento se orien- similares en Brasil y Bolivia, en los cuales se tan los resultados de estas exploraciones? Los podrían apoyar las iniciativas de exploración personajes aludidos reviven incesantemente el científica. En este sentido, es importante que mito del Paititi. Así, según Pablo Cingolani: “Ex- las instituciones y organismos estatales y pri- presa de manera simbólica la memoria colecti- vados convoquen, incentiven y apoyen a los es- va, la memoria que actúa no solo en el tiem- tudiantes de ciencias sociales a formar parte de po sino también en el espacio. La herencia que los grupos de trabajo del Proyecto Qhapaq Ñan. atesoran los mitos es el fundamento rotundo de Para responder a la pregunta del inicio la defensa de la territorialidad de sus pueblos del artículo, se puede mencionar que sí, hay nativos […]” (citado en Tyuleneva 2010). mucho que decir de nosotros y de la tierra que La propaganda de esas empresas opaca pisamos; de nosotros mismos para entender de lejos al proyecto Qhapac Ñan, promovido por nuestro mestizaje y de nuestra tierra para ver el Ministerio de Cultura, y entonces es una in- cómo es que las mujeres y hombres que la ha- cógnita lo referente a cuánto se cumple el obje- bitaron en tiempos prehispánicos la hicieron tivo de “[…] recuperación, salvaguarda y puesta crecer, fuera como aliados o como retractores en uso social de la red vial […] en la búsqueda del Tawantinsuyo. de su revalorización como medio de desarrollo C R O N I C A S U R B A N A S l 71

Notas

1. Esta referencia debe estar vinculada a las explora- 4. El nombre de Maestrón es una transformación de ciones del Paititi de Carlos Neuenschwander Landa Nystrom, porque según las referencias tal nombre y Thierry Jamin, que se realizaron por aire. habría sido puesto en honor a su descubridor.

2. En realidad era la Virgen de la Montera, la cual, 5. Se trata de los guardaparques Luis Huanda e Igna- a pesar de ser una virgen indígena, no era mesti- cio Mamani. En general a todos los guardaparques za. La referencia que ofrecen los autores es que: del Parque Nacional del Manu les agradezco por su “Tanto en la tradición oral como en la imaginería colaboración constante y su amistad. popular está asociada a la Pachamama. Elemento que pertenece a este como al otro mundo”. 6. Alfredo Ugarte en conversación directa con Cindy Álvarez y Sandra Rodríguez (2011). 3. A pesar de que los datos son escasos, se afirma que el asentamiento de Callanga se remonta a muchos 7. San Miguel sería el nombre de un hacendado de siglos atrás, al tiempo de los incas. Pero si bien es la zona, que al igual que otros hacendados había cierto que no existen datos en los registros, se pue- abandonado sus tierras por los constantes ataques den hallar vestigios de tradición oral y arqueológi- de las poblaciones nativas. ca dando cuenta de que la zona efectivamente tuvo una ocupación prehispánica. Por otro lado, 8. Conversación con Klaus Rumenholler (2011). existen referencias a Callanga en documentos de la Colonia en los cuales aparece en la relación 9. El título original es: “Notes de lecture sur le problème de repartimientos de la Visita General de Francis- de la pénétration en Amazonie péruvienne”. En di- co de Toledo (1570-1579) a la provincia de Pau- cho documento solo se encuentra la firma del autor. cartambo. En el siglo XVIII, Callanga figura como hacienda en un documento del corregimiento de 10. Esta referencia puede ser un tanto dudosa, pero causas ordinarias de la provincia de Paucartambo, decidí incluirla debido a que el autor sustenta una que data de 1780-1784; se menciona la compra razón. de la hacienda de Callanga el 3 de enero de 1769 (legajo 76, 1780-1784). Los documentos indican la 11. Hay datos que, al igual que en la referencia ante- existencia de cultivos de coca y crianza de gana- rior, podrían refutarse, pero la cronología y catego- do vacuno. rías establecidas, creemos, son pertinentes. Los mapas políticos no dejan muy en claro si Ca- llanga se ubica en el distrito de Challabamba o 12. El Pantiacolla es un lugar destacado en el que se Kosñipata, de la provincia de Paucartambo, o si se encuentran montículos sucesivos de tierra. Muchos halla en el distrito de Fitzcarrald (Madre de Dios). de los exploradores afirman que esta formación no De todos modos, Callanga se halla dentro del Par- sería natural sino que son un conjunto de pirámides que Nacional del Manu, dentro de la zona de uso que conforman una ciudadela, situadas en el mar- especial y destinada solo a poblaciones que es- gen izquierdo del río Madre de Dios entre la quebra- tuvieron asentadas antes de la creación del área da Inchipato y el río Palotoa Chico. natural protegida (ANP), las cuales están sometidas a muchas restricciones y condiciones en cuanto al 13. La población de Callanga también afirma haber uso y manejo de los recursos. Con respecto a la visto sobrevolar helicópteros en la misma época. ubicación por cuencas hidrográficas, Callanga se ubicaría en las nacientes del Alto Madre de Dios. 72 l C R O N I C A S U R B A N A S

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Jheyson Pineda Huillca Segundo puesto en el II Concurso “Un Perú de todas las sangres”

as prácticas entomofágicas o consumo ción por los pueblos que supieron aprovechar de insectos, además del de frutos, fru- este gran recurso. En muchos lugares esto es tas, tallos y flores, han sido una de las considerado tabú y en otros es algo muy apre- formas más antiguas del hombre para ciado por el alto valor proteínico de los insectos. conseguirL alimento y calmar el hambre. En este En el mundo existen muchos casos de consu- sentido, el insectivorismo sentó las bases para mo de insectos: en Japón saltamontes en sal- el posterior desarrollo de la desteridad manual, sa de soya dulce y también gusanos de río, en la diferenciación de manos y pies y la capaci- China escarabajos marinados en jengibre, en dad cerebral extra que definen el lugar caracte- Indonesia arroz con libélulas salteadas y en Es- rístico del homo en la gran cadena de los seres tados Unidos chupete de grillo sin azúcar para vivos (Harris 1999: 194). diabéticos. En el caso de América, el país que En la actualidad, el consumo de insectos más consume insectos es México; y en el Perú, forma parte de una gran tradición culinaria he- en la selva el consumo del suri (Rynchophorus redada y transmitida de generación en genera- palmarum) es muy popular. Asimismo, en la

Mirador cerca de la confluencia de los ríos Alto Madre de Dios y Carbón. 74 l C R O N I C A S U R B A N A S sierra sur y en las poblaciones altoandinas se de los primates desciende de una musaraña consume regularmente el waytampo y el han- primitiva que pertenecía, a su vez, al orden de coiro, utulo kuru o wiskhuro, debido a que estos los mamíferos denominados insectívoros (Ha- pueden encontrarse con relativa abundancia rris 1999: 194). en la zona. Los insectos, tan poco atractivos y tan Los insectos constituyen el grupo domi- necesarios para el equilibrio en la naturaleza, nante sobre la Tierra, siendo desaprovechados son el grupo más grande dentro del reino ani- como alimento de manera sistemática en nues- mal. Hay más de ochocientas mil especies que tra región, a pesar de poseer una gran riqueza se desarrollan en todos los climas (Goligorsky proteínica y vitamínica y de que, mientras en 2005: 182) y entre los insectos que se comen los países desarrollados las personas disponen se puede citar un gran número de especies. de 45 gramos de proteínas animales por día y En términos generales es posible incluir hue- per cápita, en los subdesarrollados disponen de vos, larvas y pupas de mariposas, escarabajos, escasos 10 gramos (Ramos 1991: 62-73). hormigas, abejas, avispas, moscos, termitas y Comparando el valor calórico de un in- libélulas, así como también algunos de ellos ya secto con el de otros productos básicos de los adultos (Ramos 1991: 58). que se obtiene proteína de origen animal, se En diversas partes del mundo, los insec- nota que el primero es muy superior, lo cual tos son consumidos utilizando diferentes técni- es fundamental, ya que se necesita energía no cas de preparación, por ejemplo, se pueden ha- solo para efectuar las tareas cotidianas, sino cer larvas fritas o braseadas, sopa de babosas, también para las múltiples reacciones quími- bacalao hervido con salsa de caracoles, entrecot cas oxidantes que conforman el metabolismo a la brasa con orugas, zanahorias con salsa de de los seres humanos (Ramos 1991: 78). gusanos y larvas de escarabajos untadas sobre En los párrafos siguientes, efectuaremos pan tostado (aunque algunos de los menciona- un recuento de las prácticas entomofágicas dos sean moluscos u otros tipos de animales desde nuestros ancestros hasta nuestros días, y no insectos). Las langostas voladoras asadas poniendo énfasis en las bondades del consumo y las hormigas, ambas envasadas al vacío, es- de insectos en el Perú y en la región de Cusco, tán al alcance de la mano en muchas tiendas especialmente de waytampo y hancoiro o wis- de alimentos exóticos y tienen gracia para los khuro.

Los insectos en la alimentación de los primeros primates y seres humanos

El grupo de los primates, al cual pertenece el hombre, proviene originalmente del primitivo tronco insectívoro. Estos primeros mamíferos fueron criaturas pequeñas e insignificantes, que correteaban temerosas y al amparo de los bosques, mientras que los señores reptiles do- minaban la escena animal. Entre ochenta y cincuenta millones de años atrás, al colapsar la era grande de los reptiles, los pequeños come- dores de insectos empezaron a aventurarse por nuevos territorios (Morris 1989: 18). Sin embargo, su antigua dieta del bosque no se componía únicamente de frutos y nueces. Indudablemente, las proteínas animales tenían gran importancia para ellos. A fin de cuentas, su remoto origen se hallaba entre unos seres básicamente insectívoros y su reciente mora- da arbórea había sido siempre rica en insec- tos. Jugosos escarabajos, huevos, jóvenes e indefensos polluelos, ranas arbóreas y peque- ños reptiles debieron de abastecer su despensa (Morris 1989: 21). Los chimpancés, nuestros parientes más cercanos entre los grandes simios, cazan insec- tos con tanta avidez como crías de babuino y jabatos (Harris 1999: 193). Estas costumbres insectívoras de monos y simios son esperables si pensamos que, muy probablemente, el orden C R O N I C A S U R B A N A S l 75 gourmets del Primer Mundo, que no las comen a nivel mundial son insectos (Viesca y Romero por necesidad (Goligorsky 2005: 182-184). 2009: 60). Desde el punto de vista de la alimenta- Algunas sociedades en la actualidad ción, la carne de insecto es tan nutritiva como mantienen la costumbre de comer insectos, es la carne roja o la de aves de corral. 100 gramos decir, la entomofagia, con fines alimenticios de termitas africanas contienen 610 calorías, y/o medicinales, la misma que podría ser con- 38 gramos de proteínas y 46 gramos de materia siderada una manera de combatir el hambre y grasa. En comparación, 100 gramos de ham- contribuir a disminuir los niveles altos de des- burguesa cocinada con un contenido de mate- nutrición en todo el mundo (Nina 2009: 14). ria grasa media ofrecen solamente 245 calorías, Santiago E. Antúnez de Mayolo, en su li- 21 gramos de proteínas y 17 gramos de materia bro La nutrición en el antiguo Perú (1981), men- grasa (Goligorsky 2005: 202). ciona que las larvas, insectos, orugas y hormi- gas fueron otras tantas fuentes de proteínas y lípidos en la dieta del poblador precolombino. En el Perú, el consumo de insectos es practi- cado en muy pocos lugares actualmente, como Las langostas voladoras asadas en zonas de la selva (Tarapoto) o de la sierra (Cusco, Apurímac), siendo el suri (Rynchopho- y las hormigas, ambas envasadas rus palamarum) o gusano de la palma el más al vacío, están al alcance de la conocido, el cual se halla perforando los tallos mano en muchas tiendas de del aguaje (Olivas 1996: 15, 25). alimentos exóticos y tienen Sergio Zapata, en su Diccionario de gas- tronomía peruana tradicional, define al suri gracia para los gourmets del como un “gusano que se cría en los árboles del Primer Mundo. aguaje y pichayo o pijuayo; es agradable, de alto poder alimenticio y se le come frito o guisa- do. El gusano es blanco o amarillo y es posible, a los diez días, hacer su recolección” (Zapata 2009: 693). La única comparación desfavorable que Antonio Brack complementa esto dicien- puede hacerse entre los insectos y la carne do que roja, la de aves de corral o del pescado afecta la calidad de sus proteínas, medida en términos […] del tronco cortado del aguaje se obtie- de aminoácidos esenciales. Pero algunos insec- ne el suri, la larva de un coleóptero (Ryn- tos tienen combinaciones de aminoácidos casi chophorus palamarum) que es un alimen- tan buenas como las del vacuno o el pollo. Al to importante en las zonas rurales. El igual que otros alimentos cárnicos, los insectos coleóptero pone sus huevos en la pulpa son ricos en lisina, que suele ser el aminoácido del tronco de aguaje y allí se desarrollan que más escasea en cereales y tubérculos (Ha- las larvas, que son gusanos blancos y rris 1999: 202). gordos, y que se consumen generalmen- Aunque sean fáciles de capturar y ofrez- te fritos y son de sabor agradable. (Brack can un elevado rendimiento calórico y proteí- 2004: 244) nico por unidad de peso, el beneficio que rinde la captura y preparación de la mayoría de los insectos es minúsculo en comparación con el La persistencia del consumo de de los grandes mamíferos, el pescado o inclu- waytampo en el Cusco so vertebrados más pequeños, como roedores, aves, conejos, lagartos o tortugas. Por lo tanto, La práctica de la entomofagia en el departamen- aquellas sociedades con menor acceso a espe- to del Cusco, aunque existe, es muy escasa. El cies de grandes vertebrados tendrán las dietas principal insecto comestible es el waytampo, más amplias y se dedicarán más intensamente que es la crisálida de un lepidóptero (Cossinga al consumo de insectos y otras criaturas de pe- metardaris). queño tamaño (Harris 1999: 211). El waytampo, así como la gran mayoría La entomofagia es tan antigua que en el de insectos, tienen un gran valor nutritivo, en- Antiguo Testamento ya aparece información al contrándose dentro de ellos proteínas y vita- respecto: en el Levítico y en el Éxodo se men- minas. Además, una vez que están secos, los ciona el consumo de abejas, escarabajos, lan- insectos incrementan su valor proteico (Ramos gostas y langostines. En el Nuevo Testamento, 1991: 95). Respecto a las proteínas que contie- Juan el Bautista sobrevivió en el desierto co- nen, comprenden veintidós aminoácidos bási- miendo langostas (llamadas en México chapu- cos, de ellos entre ocho y doce son indispensa- lines) y miel. Es tal la riqueza de esta fuente bles para el hombre (Ramos 1991: 19). Algunos de alimento que los insectos son el grupo de de estos aminoácidos se encuentran en las pro- animales más abundante en el planeta: tres teínas de origen animal a las que pertenecen cuartas partes de todas las especies animales los insectos. 76 l C R O N I C A S U R B A N A S

Ross refiere además que los lepidópteros se usa como alimento en estado de crisálida, se caracterizan por presentar una metamorfo- frito y acompañado de maíz tostado y que dicho sis completa, pasando de huevos a pupas. La insecto se alimenta de hojas de chachacomo y gran mayoría de las especies a la cual pertene- es consumido entre los meses de junio y sep- ce el waytampo se alimentan externamente de tiembre (Nina 2009). hojas o de los peciolos de estas; y otro grupo Otro autor, Sergio Zapata, refiere que Me- extenso, que incluye especies grandes y peque- jía Xesspe en una publicación de 1931 mencio- ñas, taladra por dentro los tallos, troncos o raí- na al waytampo, señalando que “es un gusano ces (Ross 1968: 368). La principal fuente de ali- rojizo comestible. Se cría en la planta llamada mento del waytampo son las hojas tiernas del chachakoma. Se utiliza en la misma forma que chachacomo (Escallonia resinosa) (Nina 2009: la qorpuna, especialmente en ciertos lugares 6) y en algunos casos las de pequeños arbustos del Cusco” (Zapata 2009: 402). denominados por los pobladores maychas. El waytampo es expendido en los mer- cados de abastos de la región en los meses Otro lepidóptero en la dieta andina: de agosto, septiembre y mediados de octubre, el hancoiro o wiskhuro siendo su precio actual de un nuevo sol por la compra de veinte unidades. Este insecto se El hancoiro, utulo kuru o wiskhuro, es también puede recolectar solo una vez cada dos años, un lepidóptero consumido en la zona andina. siendo los meses de junio, julio y agosto los más Su principal planta hospedera es la achupalla apropiados. Se recolecta en su estado de pupa, o utulo (Puya herrerae Harms), especialmente que es la forma en que es consumido. Antes de en las inflorescencias de la misma (Nina 2009: la recolección, se abre el capullo donde la larva 27). La larva pertenece al orden Lepidóptera, pasó los últimos meses para dejar de ser una a la familia Pyralidae y a la subfamilia Galle- larva y convertirse en pupa, teniendo cuidado rinae, aunque no se ha podido determinar su de no dañarla. Los pobladores las recogen en género (Nina 2009: 53). Asimismo, se mencio- mantas o bolsas y, cuando se las transporta, se na que tiene como hábitat los rodales de Puya puede observar que todavía están vivas. herrerae Harms, que son formaciones vegetales Para ser consumido, el waytampo se fríe conformadas por una población de bromeliá- y se acompaña con maíz tostado, cancha o ceas (Nina 2009: 11). hancca. Para el poblador andino, la presencia del waytampo es sintomática de las condicio- nes del medio ambiente, ya que su abundancia señala que el año será de buena producción y, por lo tanto, que el alimento no faltará, los ani- males se reproducirán y las crías estarán sanas Para ser consumido, el y fuertes. De otro lado, su ausencia presagia un waytampo se fríe y se acompaña año en el que prevalecerá la escasez de produc- con maíz tostado, cancha tos y alimentos. o hancca. Existen diversas referencias al waytampo en la producción académica sobre la región del Cusco. Por ejemplo y desde el punto de vista del árbol que aloja al waytampo, el chachacomo, este es a veces atacado por la larva o gusano de ese lepidóptero, que se alimenta de sus hojas Las larvas de hancoiro se hallan perforan- (Pretell y otros 1985). En algunas partes de la do el escapo floral de la Puya herrerae Harms, sierra, como en la provincia de Paruro (Cusco), donde ellas han cavado galerías de hasta cin- el gusano tostado se usa y comercializa como cuenta centímetros de longitud, comiendo todo alimento (Pretell y otros 1985: 39). el tejido vegetal. Su periodo larvario coincide Por su parte, Alex Nina cita a Fortunato con la fenología de la planta hospedera, dado L. Herrera, quien al ocuparse del hospedero del que a medida que el escapo floral va perdiendo chachacomo hace mención a este insecto: “En humedad y las semillas se van desarrollando, sus ramas se aloja un insecto, cuyas larvas de- la larva concluye su estadio de tal para ingresar nominadas ‘huaytampu’, después de tostadas, al siguiente, de pupa. El tiempo de floración de son utilizadas por los indios, como alimento, el la Puya herrerae Harms es de veinticinco sema- mismo que es objeto de comercialización en la nas incluyendo la marchitez, lo cual coincide ciudad de Cusco” (Nina 2009: 4). con el desarrollo biológico del hancoiro, cuyo De otro lado, también Nina cita un texto ciclo biológico es de seis meses en condiciones de Montesinos (de 1951), quien realizó el pri- naturales (Nina 2009: 41). mer y único estudio bromatológico existente del Se observa que todas las larvas tienden “huaytampu”, estableciendo su riqueza en gra- a descender hacia la roseta de hojas, dado que sas y fósforo. Por último, menciona que Franco es donde se halla mayor humedad y los teji- hizo el año 2009 un pequeño relato acerca del dos permanecen frescos. Las larvas halladas a consumo del waytampo y dice que este insecto este nivel son más grandes que las que se en- C R O N I C A S U R B A N A S l 77 cuentran más arriba de la roseta de hojas (Nina tadas para curar los dolores de espalda (Nina 2009: 31). 2009: 11). Como se ha dicho, el tiempo de floración de la planta hospedera es de seis meses: en el primer mes crece el escapo y presenta botones Potencial del consumo de insectos florales, luego se desarrollan las semillas y se hallan larvas de diferentes tipos. En el último Como se ha visto, el consumo de insectos ha mes, cuando se están diseminando las semillas ayudado desde siempre al desarrollo de la so- y el escapo se esté marchitando, es el momen- ciedad humana, además, la ha salvado de to en que se pueden hallar hancoiros adultos hambrunas y es una gran fuente de alimento. (Nina 2009: 53). En la actualidad tenemos que utilizarla con un Es en el estado larval en el que el han- solo fin: mejorar la calidad de vida, para lo cual coiro se recolecta y consume. En opinión de al- se tiene que cuidar su ecosistema, concientizar gunos pobladores, su presencia se da todo el a los pobladores y enseñarles a conservar estos año, mientras que otros consideran que se pre- recursos. senta solamente durante la época de siembra Viendo las bondades que tiene el consu- (agosto y septiembre) y otros mencionan la épo- mo del waytampo y el hancoiro, estos deben ser ca de lluvia (diciembre a marzo). En promedio, considerados como alternativas culinarias im- se puede hallar entre cinco y ocho individuos portantes, ya que existen tanto personas que de este lepidóptero en las inflorescencias ubi- visitan nuestro país como población local que cadas en los rodales (Nina 2009: 27-29). El pro- busca lo exótico y extraño. Sería una alterna- medio de longitud de las larvas es entre 2,4 cm tiva muy novedosa, ya que en otros países el x 0,4 cm y 5,5 cm x 1 cm (Nina 2009: 31-32). consumo de insectos se ha convertido en una Realizando el análisis bromatológico del fuente de ingresos económicos importantes, tal hancoiro, el contenido proteínico presente en es el caso de México, donde las prácticas ento- 100 gramos de base seca de la larva (15,53 g) es mofágicas se dan en una gran parte de la po- mayor al contenido de proteínas en 100 gramos blación y se puede encontrar restaurantes que de carne gorda de res (14 g). El tipo de grasa ofrecen platos hechos a base de insectos, como que poseen las larvas fitófagas es en su mayor los chapulines fritos. parte del tipo no saturado y es probable que las Ramos (1991) considera que el aprove- proteínas presentes tengan aminoácidos esen- chamiento de los insectos ayudaría a resolver ciales. el problema de la pobreza, pues proporcionaría El contenido nutricional (sobre todo de un alimento de alto valor nutritivo y la posibili- fósforo, hierro y calcio) presente en cien gra- dad de tener una comida equilibrada con un ni- mos de materia seca del insecto sobrepasa los vel mínimo razonable de alimentación que per- valores existentes en las carnes que se consu- mitiera satisfacer las necesidades nutritivas del men con mayor frecuencia, además de tener cuerpo y lograr una capacidad funcional ma- elevados nutrientes. Esta larva se alimenta de yor. Todo esto se traduciría en un mejoramien- plantas que no quitan terrenos de cultivo a los to de la salud física y mental y del bienestar hombres y tampoco compiten por alimento con social y la dignidad humana. Además, influiría ellos, siendo una fuente alimenticia que no de- considerablemente en el fenómeno migratorio manda mucha inversión, ya que solo implica de las áreas rurales a las urbanas. la protección de los rodales de Puya herrerae Otra forma de aprovechar los recursos Harms, su principal planta hospedera (Nina anteriormente señalados sería la conservación 2009: 49). y procesamiento a pequeña escala de harina de El principal uso que se da a la larva es waytampo o de hancoiro. Esto permitiría contar como alimento, la misma que es consumida con un recurso extra en las épocas de escasez una vez que ha sido tostada, sin necesidad de de alimentos y con un suplemento en la dieta agregar aceite, debido a que al momento de diaria del poblador andino. ser cocinada segrega una especie de aceite. Se Hasta aquí hemos visto cómo el consumo acompaña de maíz tostado (h’ancca). También de insectos continúa vigente en nuestra región puede ser consumida sin necesidad de tostar, pese a los embates de la modernidad, que hace es decir, directamente. Basta con extraerle la que se produzcan cambios no solamente en el cabeza y el buche, que son agrios. Sin embargo, medio ambiente (como en las condiciones cli- no se la puede recolectar en grandes cantida- máticas), sino también en los hábitos cultura- des debido a su escasez. les que hacen que este tipo de prácticas estén Las larvas de hancoiro también se utili- cayendo en desuso o sean consideradas como zan con fines medicinales, para curar callos y “cosa de viejos o de ignorantes”, sin tener en rajaduras en los pies. Para ello, se realizan em- cuenta más bien que es una solución a las ne- plastos o frotaciones moliendo las larvas junto cesidades básicas de consumo de proteínas de a hojas de ch’iri ch’iri (Grindellia boliviana Rus- una forma sostenible. by); otras personas consumen las larvas tos- 78 l C R O N I C A S U R B A N A S

Bibliografía

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En estas circunstancias existe un deber contra el cual se rebelan en el fondo mis hábitos y más aun el orgullo de mis instintos, a saber, el deber de decir: ¡Escuchadme!, pues yo soy tal. ¡Sobre todo, no me confundáis con otro! F. Nietzsche

lo largo de esta investigación, me voy a “A veces callar es otra forma de mentir”, permitir una interpretación poco orto- afirmaba Miguel de Unamuno. Lo decía porque doxa acerca del tema que he decidido la verdad de un hecho es una, mientras que las tocar. Se plantearán reflexiones, aná- mentiras acerca del mismo hecho siguen sien- Alisis y atrevimientos desde mi propia experien- do múltiples o hasta versiones opuestas. Por cia y aprendizaje; y se actuará a veces desde ello, siento la necesidad de poner el dedo en la las heridas y cicatrices, con coraje y decisión, llaga de mi dignidad herida. aunque también con dolor. Sin embargo, lo Muchas veces me he preguntado cuáles hago de todo corazón y con convicción. Sé tam- son las bases y los fundamentos de la naturale- bién que este artículo no reflejará de manera za humana para distinguir, discriminar y crear completa lo planteado; sin embargo, se ha rea- un paradigma o por lo menos un modelo de in- lizado un esfuerzo importante con este modes- terpretación. Pese al clima de esperanza den- to trabajo. tro de un discurso de ciudadanía y pertenencia El dilema de cambiarse el apellido “indio” a un apellido “español” ante los ojos de una sociedad “postmoderna”1

Rubén Hurtado Huarsaya Tercer puesto del II Concurso “Un Perú de todas las Sangres” Joven madre matsiguenka en Palotoa-Teparo. 80 l C R O N I C A S U R B A N A S nacional que parece reinar hoy cotidianamente, me permite ahora establecer dos miradas cier- no disminuye el legado colonial de la esclavitud tamente paradójicas dentro de la sociedad. y la servidumbre, ni los prejuicios raciales y ét- Primeramente, respecto al apellido indio nicos contra indígenas, que todavía perduran a “Huanaco”3, recuerdo todavía en la inocencia lo largo de los años. de mi niñez y mis años de adolescente que me Por ello, el objetivo fundamental de esta llamaban con términos como: “huanaquito”. No investigación es establecer las causas que in- entendía claramente si se trataba de un cariño- ducen a mucha gente a cambiar su apellido con so diminutivo (como decirle a un hijo “hijito”) raigambre y pasado cultural por uno vacío y, o si era una palabra para ningunear, como un así mismo, determinar también las consecuen- sinónimo de “cualquierita”. A veces, el término cias de este cambio. En cierto sentido, se busca lo utilizaban cuando discutía con alguien y ter- determinar si el cambio representa una ausen- minaban diciendo “¡cállate, huanaco!” ¿Cómo cia de identidad, de personalidad o baja au- debía entender todo esto? ¿Me decían que me toestima. O si simplemente es el resultado de calle porque ya bastante había hablado o por- los prejuicios en una sociedad “postmoderna”. que tenía un apellido aborigen y lo que decía no tenía sentido ni validez? Como dicen hoy los jóvenes, yo era “el pescado”, “el punto” de burla y sarcasmo; más aún, sentía que lo que hacía o decía no tenía mucha importancia para el gru- po. Lo mismo ocurre con el uso de otros rótulos Recuerdo todavía en la inocencia como “serrano”, “cholo”, “indígena” vinculados de mi niñez y mis años de a expresiones como “¡qué vas a saber!”, “no sir- adolescente que me llamaban con ves para eso”, etc. Es claro que esas palabras y términos como: “huanaquito”. No frases tienen un potente contenido peyorativo y discriminatorio. entendía claramente si se trataba En segundo lugar, respecto al apellido es- de un cariñoso diminutivo (como pañol “Hurtado”4, debo admitir que fue difícil decirle a un hijo “hijito”) o si era acostumbrarme a él y, lejos de resolver el pro- blema, creo que lo complico más, puesto que una palabra para ningunear, como para muchos el hecho se reducía al significado un sinónimo de “cualquierita”. A a priori de haber negado nuestros orígenes, de veces, el término lo utilizaban no tener identidad, personalidad, autoestima, cuando discutía con alguien y en fin… Era usual escuchar murmuraciones como: “Aunque el mono se vista de seda, mono terminaban diciendo “¡cállate, se queda” o “¿Qué se cree?”. huanaco!” ¿Cómo debía entender Sin embargo, por situaciones de estudio, todo esto? ¿Me decían que me al poco tiempo de habernos cambiado el apelli- calle porque ya bastante había do, tuve que salir a otra ciudad. Cuando estuve ya lejos de la gente que me conocía, con el re- hablado o porque tenía un cuerdo de los maltratos todavía presente en mi apellido aborigen y lo que decía mente y con cierto temor a la nueva sociedad a no tenía sentido ni validez? la que debía integrarme, noté que ¡mágicamen- te!, en mis relaciones sociales desaparecieron esas frases, rótulos y actitudes despectivas ha- cia mí. ¿Qué había pasado?

Para ello, recurrimos a una evaluación crítica de la vida cotidiana y a tratar de enten- ¿Falto de identidad o de der cómo se manifiestan algunas relaciones en personalidad? la sociedad. En ese sentido, apelaremos a con- ceptos centrales para ubicar el problema en Teóricos como Homi Bhabha, Franz Fanon y nuestro contexto actual. Edward Said afirman que “la identidad de uno siempre se constituye y se define a partir del otro”. Es decir: la mujer sabe que no es hombre; De “Huanaco” a “Hurtado”2. La un blanco sabe que no es negro; un mestizo, paradoja de cambiarse el apellido de que no es indio; un criollo, que no es campesi- “indio” a “español” no; el pobre sabe que no es rico, el “Huanaco“, sabe que no es “Hurtado”. En consecuencia, al A manera de contextualizar el problema de in- definirse uno, tiene la percepción del otro inter- vestigación: nalizada como parte de su propia identidad. Apenas había cumplido yo los trece años En ese sentido, partimos de un reconoci- cuando mis padres, consciente o inconsciente- miento previo de que todas las personas tene- mente, tomaron la decisión de cambiarnos el mos un valor, no una esencia o una identidad apellido a mí y a mis seis hermanos. Este hecho igual como seres humanos. Este reconocimien- C R O N I C A S U R B A N A S l 81 to de hecho engendra susceptibilidades y pa- se puede definir “como las ideas que tenemos radojas de primera magnitud porque toca as- acerca de cómo somos y cómo nos ve el mun- pectos dolorosos en individuos, grupos, colecti- do”. vidades, sociedades o todos ellos. En aspectos Esto quiere decir que desde la infancia conocidos como la sangre, los antepasados, los la actitud de nuestros padres y/o de las per- orígenes, el terruño, la pertenencia, la identi- sonas significativas que nos rodean juega un dad personal y la identidad social se hallan pre- papel muy importante en cómo nos percibimos sentes “pequeños” detalles como la historia, la a nosotros mismos. Así, un niño que ha sido memoria colectiva, la religión, las tradiciones, elogiado y estimulado y que siente el apoyo y las costumbres, el color de la piel, el arte culi- aprobación de sus padres y otras personas im- nario, la lengua, las maneras de ver, de sentir y portantes para él o ella va a tener mayores pro- de enfrentar a los otros: los diferentes. babilidades de sentirse bien consigo mismo, de La antropología al momento de abordar el valorarse como persona y desarrollar confianza fenómeno de la identidad lo hace desde dos óp- en su capacidad de tener éxito que un niño o ticas: la esencialista, que es el reconocimiento niña cuyo estilo de crianza se haya caracteriza- desde dentro (quién soy / quiénes somos) y la do por la crítica permanente, el castigo excesi- constructivista, que es el reconocimiento desde vo, el trato desigual. fuera (cómo nos ven). La interrelación de estas dos ópticas permite ver la identidad como algo […] los seres humanos necesitamos del vivo y dinámico. elogio sincero, de sentirnos queridos y Tenemos hasta aquí una primera aproxi- aceptados por los demás para facilitar mación de que identidad y otredad son dos ca- el desarrollo de la confianza en nosotros ras de la misma moneda. Es decir, ninguna mismos. (Foucault 1992: 42) persona se autopercibe y se autodefine más que por oposición a la manera cómo percibe y Entonces, surgen preguntas: ¿a los “Hua- cómo define a otro, al que considera diferente naco”, “Quispe”, “Mamani”, etc., cómo nos ve la de sí. sociedad? ¿Nos quieren? ¿Quién nos elogia? La Es así que, en base a nuestras experien- respuesta parece obvia. cias de vida, vamos forjando nuestra identidad Considero que el problema no reside tan- personal, la que, en términos muy simples, to en el quién soy o cómo soy (desde dentro), sino en el cómo nos ve el mundo y sobre todo cómo nos trata. Esto significa que las percep- ciones que vamos formando sobre nosotros mismos resultan de cómo percibimos nuestra relación con los demás y cómo los demás nos acogen y reconocen. Es decir, si yo “Huanaco” percibo que mis relaciones con los demás no son buenas, pues- to que “soy” objeto de menosprecio, de burla, de sarcasmo y veo que no soy parte de ciertos grupos por el apellido o en los que creo que sí soy parte, no soy reconocido como uno de ellos, entonces no me siento aceptado, mucho menos querido. Por lo tanto, no tengo confianza en mí. ¿Este es el argumento que podría justifi- car y responder el por qué la gente decide cam- biarse de apellido? Bajo el principio de que so- mos seres sociales, que sienten y tienen la ne- cesidad de ser acogidos y reconocidos, de que sus relaciones con los demás sean relativamen- te “normales”; entonces está claro que existe la exclusión y, por ende, la necesidad de querer “insertarse socialmente”. Por eso, en el Perú, se cambia de apellido “indio” a apellido “español”, porque nuestra sociedad valora más el apellido “español”. Sin mucha exageración, en la actua- lidad, por ejemplo, las chicas prefieren chicos con “buenos” apellidos con la intención de que sus hijos hereden un buen apellido y por ende un status dentro de la sociedad, bajo el lema de que ¡ser selectivo no significa ser discrimi- nador! Recordemos otro conocido refrán: “El fin 5 Colono quechua en Pillcopata. justifica los medios” . Este pensamiento puede 82 l C R O N I C A S U R B A N A S justificar varias tendencias. En mi caso se tra- Queda claro entonces que la identidad ta de “justificar” una injusticia con la verdad, y la personalidad dependen de cómo se han ido mientras que en el otro se trata de “justificar” mezclando y alineando estos elementos. La di- la injusticia maquiavélicamente. Por ello, debe- ferencia está en que la personalidad resulta de mos precisar que el “fin” no es negar los oríge- la interacción entre los factores genéticos y el nes, sino lograr la “inserción social”, ser acep- medio cultural. Por ejemplo, el apellido es he- tado y tener las mismas oportunidades que los redado, así como la inteligencia, pero necesa- demás. riamente va a encontrar diferentes canales y Otra perspectiva que me parece impor- expresiones para desarrollarse, de acuerdo al tante abordar es la propia función que ejerce medio sociocultural del individuo. Es decir, la la ley en la historia moderna y “democrática”6 sociedad “moldea” la conducta, aunque pode- sobre la sociedad. mos reconocer que el actor social también tiene capacidad de afectar y transformar la sociedad. […] la ley está allí para igualarnos en la esfera pública, precisamente porque no somos iguales o sea porque todos nace- ¿Por qué las personas deciden mos y somos diferentes en nuestras vidas cambiase el apellido? ¿para privadas: somos altos y bajos, hombres esquivar el racismo? ¿o es una y mujeres, gordos y flacos, católicos y cuestión de “inclusión social”?7 protestantes, negros y blancos, guapos y feos, indios y mestizos, campesinos y ur- Ahora bien, abordaremos el racismo bajo la banos, viejos y jóvenes, etc. (Arendt 1997: premisa “de identidad y otredad” (los nosotros 124) y los otros), como elementos dinámicos en la construcción social históricamente determina- Esto me sugirió que, si quería entender da. la “diferencia”, tal vez lo que tenía que hacer era pensarla a través de la relación entre la ley El racismo es un fenómeno complejo que y las costumbres. Vale decir que, más allá de adopta múltiples formas en espacios y mi pertenencia a un sector social, es el cruce tiempos diferentes; en la actualidad está entre la ley y la costumbre en el día a día de etiquetado de forma diversa: nuevo racis- cada individuo lo que lo diferencia en su cotidiano, le da especificidad a su identidad personal y social, le estructura su experiencia particu- lar dentro de las relaciones sociales. Entonces me parece que la relación estrecha entre las leyes y costum- bres en cada sociedad es esencial para entender las diferentes mane- ras de inserción social. Es decir, de nada me sirve como individuo ape- llidado “Huanaco” saber que soy ciudadano o insistir en que, a pesar de ser indio, tengo “el derecho de te- ner los derechos de los Bustamante, De La Torre, Tagle, etc”. En base a ello podemos des- prender una segunda aproximación, pensando ya la construcción de es- tas dos identidades (personal y so- cial) en el sentido de que en una so- ciedad democrática la ley pasa a ser vista como instrumento que permite igualar a todo individuo, a pesar de sus características particulares, su diferencia del otro. Es decir, esto no se trata de amor, sino de derechos políticos, de derechos de ciudada- nía, del derecho de ser lo que uno es y de andar donde quiera sin que lo molesten, por ende, sin tener la necesidad de cambiarse el apellido para ser aceptado a pesar de la dife- rencia. Mariposa nocturna. C R O N I C A S U R B A N A S l 83

mo, racismo moderno, racismo diferen- nivel del consumo en sí de las imágenes, de las cialista, racismo latente, racismo sutil, aspiraciones, de las necesidades y de la deman- por citar solo los más arraigados. (McCo- da en los mercados domésticos, etc. nahay 1986: 54) Así, el racismo moderno:

Bajo este enfoque, la polémica aterriza en […] es a menudo expresado por personas una lógica dialéctica “entre los otros y los noso- que se consideran a sí mismas como pro- tros” a través de la historia, para concentrarnos gresistas, imparciales y sin prejuicios. No en la realidad de una sociedad colonizada como tienen sentimientos de odio o aversión la nuestra en medio de un discurso de “moder- sino de incomodidad, inseguridad y en nidad y postmodernidad”, “democracia” y “glo- ocasiones temor. Sensaciones que provo- balización”, en el cual resulta prácticamente can más la evitación del ‘otro’ que no su evidente que el racismo surgió de la propia co- agresión directa. (Newman 1995: 23) lonización y su ola modernizadora. Aunque las cosas ya no sean como antes, sí perduran los significados y los valores sociales que jerarqui- zaron los atributos lingüísticos y culturales, el fenotipo y el color de piel de la población, que cimentaron la organización estamental del pa- Tenemos hasta aquí una primera sado. Estos persisten a través de los diversos aproximación de que identidad rótulos (sea indio, cholo, campesino, serrano, y otredad son dos caras de la etc.) que todavía se usan para identificar y ubi- misma moneda. Es decir, ninguna car a nivel simbólico a los distintos grupos en el cotidiano social peruano en general. persona se autopercibe y se autodefine más que por oposición […] los rótulos sociales tienen su propia a la manera cómo percibe y cómo historia y los significados que se les atri- define a otro, al que considera buyen, así como los propios nombres, se van transformando con el discurrir del diferente de sí. tiempo, poniendo en evidencia los cam- bios en los valores y la posición social que ocupa cada grupo en distintas coyuntu- ras […]. (Oboler 1995: 31) En esta sociedad “moderna”, se juzga a Quiere decir que el racismo solo se esta- los individuos “dice” por lo que hacen y no por ba transformando para adaptarse a los nuevos lo que son. Pero me pregunto: ¿cuánto de ver- valores de nuestra sociedad. Y precisamente en dad hay en esta frase? Bastaría echar una mi- la actualidad vivimos una era de cambios en los rada, por ejemplo, a las instituciones públicas: valores. Con la modernidad y la globalización ¿Cuántos de sus integrantes están ahí por lo se dan procesos acelerados de integración eco- que hacen y cuántos están ahí por lo que son? nómica, casi nunca equitativa, sino más bien (Claro: son parientes, son compadres, son ami- desigual y poco menos que ineludible, de vin- gos, son bonitas, etc.). Esto indica que el deno- culación inmediata por medios de comunica- minador común en el racismo se expresa ahora ción cada vez más sofisticados y rápidos como de forma encubierta, hecho que lo diferencia la televisión, el internet o la telefonía móvil. Se del racismo tradicional. El racismo moderno está construyendo una cultura de consumo ba- aparece entonces como un defensor de la igual- sada en el individualismo que se expande in- dad y la no discriminación. Y creo que la cues- controlablemente a través de las fronteras po- tión racial en el Perú tiene esta particularidad, líticas, sociales y culturales; estamos hablando puesto que el racismo es más escondido, más entonces de uno de los retos más importantes solapado. para la sobrevivencia cultural y de identidad. Asimismo, en nuestra sociedad peruana, La propuesta de la globalización homoge- aunque en distintos grados, los rótulos parecen neizante es que todos queremos comer lo mis- señalar la inclusión o exclusión social y polí- mo, vestir lo mismo, comprar lo mismo, hacer tica en cuanto a los ciudadanos de primera o lo mismo; que el “Huanaco”, el “Quispe”, el “Ma- segunda categoría. Mucha discriminación no mani” tengan las mismas oportunidades que el se hace pública, la gente con mucha hipocre- “Parker”, el “Romero”, el “Hurtado” y puedan sía la trata de cubrir y la particularidad es que triunfar de la misma manera. Vemos también la discriminación y rechazo se da entre gente que los medios de comunicación parecen estar de la misma raza. Existe una discriminación ejerciendo una influencia inédita en el desarro- muy marcada hacia los “serranos”, “indios”, llo político y cultural de la sociedad peruana a “cholos”, “campesinos”; hacia los “Huanaco”, través de la divulgación internacional de pro- “Quispe”, etc. También está íntimamente ligada ductos culturales. Parece que se está generan- al status8, lo que a su vez se basa en la idea de do una creciente homogeneización cultural: a que el dinero blanquea9. 84 l C R O N I C A S U R B A N A S

[…] la diferencia entre la sociedad an- un resentimiento social y remordimien- terior a la modernidad se basaba en un to que permanecería y en pocos casos se principio estructurante de desigualdad; llegaría a olvidar y eliminar. (Bruce 2007: mientras que la sociedad moderna está 31) basada en el principio estructurante de la […] el resentimiento permanece latente, igualdad como valor. En otros términos, es un período traumático y de constante todos los ciudadanos de una nación son repetición en la mente de la víctima […]. iguales ante la ley y gozan de los mismos (Freud 1984: 74) derechos individuales. (Wieviorka 1994: 233) Apoyado en las afirmaciones de Jorge Bruce y Sigmund Freud puedo responder que Esta dicotomía me lleva a entender el por “sí, soy un resentido”. Pero de ninguna mane- qué, en la actual coyuntura política y social en ra un “acomplejado”, porque resulta que soy nuestro país, está de moda hablar de “inclusión consciente de mis ideas, mis emociones y mis social”, de “interculturalidad”. Sin duda es el sentimientos en relación con mi realidad social. reflejo de la discriminación, la marginación, la Sin embargo, en medio de estas tribula- desigualdad en la supuesta igualdad, la exclu- ciones, abrigo el consuelo de saber en las afir- sión política, económica y social de la que veni- maciones de Callirgos que “el racismo es vivido mos hablando. Es decir, vivimos en una socie- por el individuo que lo produce como un con- dad donde, en las costumbres cotidianas, aún flicto interno, porque al discriminar a alguien no se reconoce del todo el derecho a la diferen- por ‘indio’ se tiene que negar la probable parte cia como base de la definición de ciudadanía. ‘india’ de uno mismo, lo cual significa la nega- ción de la propia identidad” (1993).

Entre el juicio y el prejuicio, desde la Ridiculizan nuestros apellidos, conspiración del silencio… nuestros acentos, nuestras Muy difícil se torna el querer pretender concluir apariencias. Sentir el rechazo, la un tema que apenas empieza, más aún cuando discriminación y la marginación no hay claridad de conciencia. Es obvio que el mundo de los felices es distinto del mundo de de tus compañeros de escuela, de los infelices. Sin embargo, no hay mejor humi- colegio, de tus vecinos del barrio, llación para el humillador que hacerlo pensar etc; sentir qué quiere decir no y ver que su posición es la equivocada, que es poder estar en un sitio por tener injusta y deshumanizada. Entre la desesperanza y la esperanza de un apellido “indio” o que te boten encontrar más respuestas, me provoca abjurar de algún lugar; sentir la una vez más: soy indio, soy cholo, soy Huana- discriminación, saber lo que es, co y campesino, como estos racistas hijos de mier…, soy peruano; he perdido muchísimas no es lo mismo que leer, opinar, oportunidades por un simple apellido y en ver o escuchar. verdad no me gusta que opinen de lo que no sienten. Ridiculizan nuestros apellidos, nues- tros acentos, nuestras apariencias. Sentir el rechazo, la discriminación y la marginación de tus compañeros de escuela, de colegio, de tus […] la única especificidad decisiva del vecinos del barrio, etc; sentir qué quiere decir racismo es el no permitir a los otros ab- no poder estar en un sitio por tener un apellido jurar10, pero si ya han abjurado o se les “indio” o que te boten de algún lugar; sentir la persigue o se sospecha de ellos cuando ya discriminación, saber lo que es, no es lo mismo han abjurado […]. (Castoriadis 1985: 17- que leer, opinar, ver o escuchar.A diario oímos 18) expresar o decirse en forma de insulto entre las personas de las mismas características: “eres A manera de ejercicio, podemos afirmar un indio”, “cholo”, “campesino” o simplemente entonces que al cambiarme el apellido de indio “originario”; “ignorante”. “¿Ese cholo? ¡Aj! ¡Qué “Huanaco” al de español “Hurtado” ya he abju- feo!” Palabras cargadas de desdén y menospre- rado y ¡ahora! sospechan y me persiguen por- cio por el otro. Esa burla sangrienta, el sarcas- que creen que soy un resentido y acomplejado. mo criminal, son los que hieren nuestra digni- dad, nos ofenden hasta el alma. […] la desigualdad, la discriminación, la Lamentablemente existe el poder de la diferencia (el racismo moderno) es como televisión que vomita su discriminación sobre un mal que, tanto al decir “cholo” o cual- nosotros con cómicos sin talento que se apoyan quier otro apelativo, reside en la víctima en el racismo y la homofobia para hacer reír y C R O N I C A S U R B A N A S l 85

Niños en la comunidad matsiguenka de Shintuya, Reserva de Biosfera del Manu. los periódicos superficiales que ponen énfasis lescentes y jóvenes con diferentes antecedentes en la farándula, donde los blanquiñosos lucen en sus clases. “Los Soto para el pot…” y “los el patrón de “belleza” aceptada. Algunos pitu- Angulo están en el cul…” ¡Jajaja! cos se creen con el derecho legítimo de apare- Al principio siempre pensé que el haber- cer en la televisión solo porque se creen más nos cambiado el apellido era un triste y califi- “presentables”. Es decir, contratando gente que cado caso de falta de identidad, personalidad o no se parece a la mayoría de nosotros, mucho autoestima; sin embargo, ahora puedo afirmar menos que tenga nuestros apellidos. ¡Dígan- que la autoestima depende de en qué medida me cuándo se vio en las novelas, propagandas, nos sentimos valorados, queridos y aceptados noticieros, etc. alguien apellidado “Mamani”, por “otros”, lo que en definitiva determinará en “Quispe” o “Huanaco”! ¡Allí está el paradigma, qué medida nos valoramos, queremos y acepta- el modelo a seguir! mos a “nosotros” mismos. Por eso la gente se cambia de apellido y Parece entonces que la identidad y la per- se pinta el cabello, pues el pelo negro grueso y sonalidad son solo ideas, no hechos; es litera- frondoso que es admirado en otros lugares aquí tura no es realidad. Es palabra sin acto. es un rasgo de fealdad. Es como “Hernando Lo que he querido expresar aquí es que Soto”, que se puso el “de”, Hernando “De” Soto, el tema de la identidad y la personalidad no es para darle caché a su ordinario “Soto”. Es como un asunto de reflexión o investigación, sino de ver a las chicas y chicos de hoy cambiarse per- creación. La identidad no es algo que se hereda, manentemente el look, según la moda. sino algo que se construye. Por lo tanto, identi- Y cuando afirmo todo eso me llaman “re- dad y personalidad no son algo estático, sólido sentido”, “acomplejado”. ¡Qué podemos esperar o inmutable, sino que son dinámicas, malea- de esta sodoma-gomórrica y mentirosa socie- bles y hasta manipulables; aunque vividas de dad!, heredera de una cultura colonialista, que manera individual, son una construcción social le ha ido cambiando de nombre a través de la que va modificándose a partir del contexto his- historia a los originarios de estas tierras con su tórico, cultural y nacional en el que se cons- menosprecio, llamándonos indios, cholos, cam- truyen, sobre todo moldeadas por los valores pesinos. Vemos que al “originario” se le bautiza éticos y morales vigentes en nuestra sociedad. y se le disfraza de una y otra cosa según los Por otro lado, sigue latente “[…] la ten- tiempos y según los regímenes. dencia a considerar el problema indígena como Estos tampoco son fenómenos desconoci- un problema moral […]” (Mariátegui 1995: 20). dos para los profesores que tienen niños, ado- Porque el racismo “moderno” juzga moralmente 86 l C R O N I C A S U R B A N A S lo que está bien o mal. Cuando alguien encuen- una demanda por su reconocimiento, por sus tra algún pecado en el prójimo, busca sentirse derechos, por su futuro. superior y con facilidad cae en el prejuicio, que No obstante, todo lo escrito probablemen- ciega la razón y lleva a juicios temerarios y a la te estribe entre juicios y prejuicios. Decía Han- calumnia; con frecuencia justifica y fomenta el nah Arendt: rechazo o el odio, es contrario a la caridad, a la solidaridad, a la verdad y a la justicia. […] los prejuicios siempre ocultan un pe- En mi experiencia he podido constatar dazo del pasado… Si queremos disolver que “[…] el racismo proporciona la única opor- los prejuicios primero debemos redescu- tunidad que tiene la gente mediocre de sentirse brir los juicios pretéritos que contienen, superior a otros que realmente valen la pena, es decir, mostrar su contenido de verdad. pero que racialmente son diferentes” (Oliver Si esto se pasa por alto, ni batallones en- 2001). teros de ilustrados oradores ni bibliote- Pero debo decir también que el miedo a la cas completas de folletos pueden conse- humillación es el mejor aliado del racismo; las guir nada. (Arendt 1997: 53-54) personas, en vez de enfrentar nuestros funda- dos temores con la frente en alto y dar la lucha Porque sin claridad de conciencia no pue- a lo injusto con el raciocinio y la inteligencia, de haber ideología. nos escondemos también bajo otros prejuicios Entonces, “el problema del indio” sigue del “qué dirán”, “dice”, “parece”. vigente, con nuevos matices. A lo que debemos Por eso, el racismo sigue instalado en enfatizar que: “la cuestión social del Perú es nuestra sociedad, lo rechazamos cuando se la cuestión indígena; ningún pueblo puede re- presenta con toda su crudeza y barbarie, pero nunciar a su destino y el del Perú es resolver- pasamos por alto su realidad cotidiana. La la, cuales quiera que sean los obstáculos y los creencia de que somos un país no racista es sacrificios que haya que hacer para vencerlos” un mito fundador que se nos desmorona entre (Belaunde 2005: 22). los dedos gracias a insistentes voces indígenas Finalmente, asumo con mucha esperan- que, aunque diversas, coinciden en muchos za que este trabajo contribuya en la defensa de puntos. Ser indígena hoy significa ser parte de la dignidad humana, sin resentimiento ni frus- una comunidad culturalmente diferenciada. tración, a luchar desde nuestra diferencia. Pero Tiene por eso una connotación de identidad, de de ninguna manera pienso que la vida debe ser cultura y también, hoy por hoy, de proyecto po- aceptada y vivida en su inmediatez como hace lítico. Como una forma de resistencia y como la mayoría de la gente. C R O N I C A S U R B A N A S l 87

Notas

1. La postmodernidad es entendida en este caso versidad, el pluralismo, la tolerancia y el respeto al como el reconocimiento de la “diferencia” como otro” (CND 2006: 44). núcleo de un pensamiento, a diferencia de la mo- dernidad que apostaba por una razón totalizante y 7. La inclusión social es la situación que asegura que universal (Celorio y López 2004: 224). todos los ciudadanos sin excepción puedan ejer- cer sus derechos, aprovechar sus habilidades y to- 2. Son los dos apellidos paternos del autor, que se po- mar ventaja de las oportunidades que encuentran nen de manifiesto para contextualizar en un hecho en su medio (MIDIS 2012) real la investigación. 8. Con el status se determina la posición, el grado o 3. Apellido de origen indígena, proviene del nombre la reputación social de una persona dentro de una del camélido silvestre “guanaco”. originario de Su- comunidad. Es el lugar que el individuo ocupa en damérica. la escala social (Morveli 1997: 64).

4. Apellido de origen español, que desciende de 9. El racismo no está vinculado solo a la apariencia Doña “Urraca” (Reina de León). física, sino es más englobante. Una persona puede tener un “buen aspecto”, pero si es pobre tiene un 5. Frase de Nicolás Maquiavelo, con un pensamiento valor social relativo (Portocarrero 1993). político caracterizado por muchos investigadores como déspota, frío y amoral. 10. “Con un sentido no peyorativo, sino positivo, se utili- za el término abjuración para designar el abando- 6. En el sentido de que “garantiza el ejercicio de no de una creencia o de una fidelidad” (Wikipedia nuestros derechos ciudadanos poniendo en prác- 2012). tica valores como la libertad, la igualdad en la di- 88 l C R O N I C A S U R B A N A S

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Secado de hojas de coca en el patio de una casa de colonos de Patria, Kosñipata. Apu Yaya Jesucristo

Sandra Margarita Huamán Luna Mención honrosa del II Concurso “Un Perú de todas las sangres”

“Apu Yaya Jesucristo pisqayuq mayu killata waranqa isqun pachak Qispichiqniy Diosnillay isqun chunka watata yuyarispa Andahuaylas llaqtanpi, payqa rikusqa imaynatas tayta- Rikraykita mast’arispa mamanta terroristakuna maqasqaku, yawar Hampuy waway niwashanki” mayus llaqtanpi phuturisqa, hinaspataq kay llaki yuyariy sunqu rurunpi qhipakapusqa. Llapankus ninku, llaqtaqa imatapas qunqa- amos p’unchaypis, waranqa isqun pa- llanmi, ichaqa manan, Vidalqa sinchitas tayta- chak isqun chunka tawayuq watapi mamanta munakuq, paykunaqa ronda cam- Qosqo rumi k’iklluchakuna ch’in ka- pesinatas ruwarqanku chayrayku haciendapi sharqan; hanaq pachataq aswan laqha huñunakuyta ruwaqku terroristakunamanta kasharqan,R phiñasqahina. Wayrataq khuyay‑ amachakunankupaq, paykunataqa manas Es- ta huywirqan Kusipata chiri tiyanakunapi, taduqa amachaqchu, manas sinchikuna kaq- kunanqa Plazoleta de Regocijo nispan ninchis, chu nitaq wallakuna kaqchu, chayrayku pay- chaypi Vidalcha irqiqa marq’aqninta suyashar- kuna ronda campesinawan amachanakuqku; qan. ronda campesinaqa ayllutas qhawaq, runaq Vidalchaqa wakcha irqichan karqan, pay- kawsaynintas qhawaq; manan justiciaqa ay- qa chunka kimsayuq watachayuqsi karqan, llunkupiqa karqanchu. taytankunataq Don Alberto Huamán, Doña Chaysi Vidalqa pisqa watachayuq Qos- Inocencia Espinoza ima karqanku, terroris- qo llaqtaman ayqikusqa, manan Limataqa takuna wañurqachipusqaku ñawichankuna‑ ch’usayta atiymanchu; limeño runakunacha qa wiqiwansi hunt’arqukusqa iskay chunka millayta qhawariwanman ¿Pis serrano indiyu- 90 l C R O N I C A S U R B A N A S chata yanapanman? Paykunaqa ninkuman- comadren Margaracha qillqapuq, kay kartaku- cha “wakcha irqicha, taytamamancha wañur- naqa munay qillqaykunas kasqa: qapun”, hinaspapas manan payqa kastilla “¡Temblores Taytachay! ¡Ay, Taytallay simita yacharqanchu runasimillatan rimaq, sumaq qhawayniykiwan Qosqo llaqtanchista huk runakunawan rimananpaq, hinaspataq sumaqta amachanki , unquyniyta hampinki, aswan sasas kanman Lima llaqtapi kawsayqa, tutan tutan mana allinman churawan, sumaq karrukunatas maqchinman, misk’itas qhatun- ñawiykikunawan Vidal irqichayta qhawariy, man, chayraykus taytamamanqa Vidalchataqa nuqaqa hampushaniñan, qamwan kanaypaq, niqpuni, “imapas kaqtinqa marq’aqninman ri- ama sapanta saqiychu, ch’uyay kawsaynin su- nanpaq”. maqta purichun. Khuyay kawsayninpi sumaq- Vidalchaqa chaytas ruwasqa, huk ayllu ta k’anchariy, wakchaq marq’ayninhina, ma- masin wayqinkunawan, panankunawan imas, ñapakuq asiyninhina, ñawsaq ñawinhina! ¡Ay, huk k’anchaywan laqha ñanta puririsqa, chay- ñukñu Jesusllay! ¡Apu Jesusllay! ¡Tinkunan- mantataqsi Chaconkunaq carrunman siqapus- chis p’unchaykama!”. qaku, chirimanta manchakuymanta imas kas- Mañakuynin tukuqtintaq Sacristanta qaku. Chhaynatas Andahuaylas llaqtamanta niq, Taytacha Temblorespa waqta k’irinman Qosqo llaqtaman chayamusqa, kaypi Evangeli- kartata churananpaq, Taytacha Temblores na Quispe marq’aqnin quyata tarisqa. unquyninmanta yachananpaq chaymanhina Khuyay iñiq warmis kasqa, suqu uma- hampinanpaq, wiqi ñawinta pichananpaq, Vi- chantin, qara uyachantin, payqa catedralpi dalchaq makichanta hap’inanpaq. ch’ayñas kasqa, payqa apaqpunis huk taki pa- Ñas tawa wataña puririsqa Vidalcha- tarachata, Taytacha Temblorespaq takinanpaq. taq Evangelina quyawan kuska tiyasqaku, hi- Paysi Vidalchataqa sumaqta chaskirisqa, hi- nallataq ña khuyayña kawsaynin. Imaynatas naspataq “Vidasllay” nispa sutichasqa, wawan- maman wakata marq’arikuspa wañusqa, An- ta hinapunis qhawasqa, sinchitataq munakuq. dahuaylas wayllarpi, chaytapas qunqapusqa- Evangelina quyaqa millay unquywansi ñas. kasqa, ichaqa sumaqtas Taytacha Temblores- Hinas Vidalchaqa yuraq tiyanakunapi paq sapa domingo tutamantan misapi takiq, Qosqo ñawpa wasikunata balconninkunata, chaymantapas Vidalchata Taytacha Temblo- gringukunata ima qhawariq, Evangelina quya- respi iñinanpaq yachachisqa, iskayninkus qa mat’inpi much’aspa niq: sapatuta Taytacha Tembloresta mañakuqku, —Wakcha irqichallay, ¿chirimantachu chaymantapas Evangelina quyaqa “Cartas a kay plazoletapi kashanki?, ¿manachu pun- Dios” sutiyuqta apachiq, manan payqa allin- chuchata apamurqanki? —Evaqa sumaqta asi- tachu qillqaq, chayraykun paypa rantinninta rikuspas nisqa, payqa allin runallañas karqan. —Mamay, qhawaspan qhipakamurqa- ni, munaychallañan Qosqo llaqtaqa, pampa- chaway, manan punchuchaytaqa apamurqani- chu, Hidelfonsuchamanmi mañarqani, paywan matacholata pukllarqayku, “alalaw, alalaw” nispan nisharqan —nispa Vidalchaqa runasi- mipi nisqa. —Ay, wawallay, allinmi chhaynaqa ¿Ima urasmi? —nispa Evangelinaqa tapupusqa, ñan tutaña kasqa, runakunapas pisiyapushar- qanñan sach’akunallan llanthusharqanku. —¡Pusaq urasñan!¡ Tutañan, mamallay! ¡Haku wasinchisman¡ ¡Ichaqa Apu Yaya Jesu- cristuta usqhaylla chayananchispa takiy, sin- chitan takisqaykita munakuni, mamallay! — nispa nisqa Vidalchaqa, chayrayku Evangelina quyaqa sumaqta Vidalchapaq takiq. —“Apu Yaya Jesucristo, qispichiqniy Diosnillay, rikraykita mast’arispa, hampuy waway niwashanki… Aqu t’iyu huchaywanmi, Diosnillay phiñachirqayki; khuyapayakuqmi kani, huchaymanta pampachaway…” —chayta takispa iskayninku San Blas wasinman puriri- puqku. T’iqwasqa yuraq anqhas punkukuna, adobe wasicha, sumaq patiyucha wasichan karqan… Wasinman chayaspa Evaqa Lunes Santupaq allichakusqa Taytacha Temblorespa puririynin kanqa, chaypi sinchita wiksa nanay hap’isqa. C R O N I C A S U R B A N A S l 91

—¡Mamallay! ¡Mamallay! —waqaspa Vi- Ñas qanchis pachaña kasharqan, hinas- dalchaqa Evangelina quyata marq’arikuspa qa- pataq Taytachaqa samilliyninta mast’ariyninta parisqa, chaymantataq wasi masinkunata ya- tukusqa, k’umu k’umu runakunapas kashar- napakuyta mañarikusqa. qanku, killapas sumaqta k’anchasharqan, —Wawallay, sinchitan wiksay nanawashan, wakin karu llaqta runakunaqa punchunwan comadre Margarachawan Hospitalman apaway, uyanta p’isturqukuspanku purisharqanku, hospitalman risaq, ama llakikuychu, allinmi ka- hinaspapas paykunaqa manchasqa kashar- saq —nispa Evangelina nisqa, Vidalchaq mana qanku, Maria Angolaqa “chilin chalan”, “chilin llakikunanpaq, mana waqananpaq ima. chalan” nispa qaparisharqan. Margarachaq wasinmanta Antonio Lore- Vidalchataq khuyayta waqaspa uyaris- na hampina wasiman risqaku, chaypi hampi harqan, payqa confesionariopi pakarqukus- kamayuqkuna nisqaku: “Evangelina quyaqa qa, carrokunaq sirenankuna qaparisharqan, wañupunñan” nispa. hinaspataq catedralpa k’uchun k’uchunpi Sinchi llakikuywan, Lunes Santo tuta- uyarikusharqan; Taytacha Temblorestaq ca- mantan Evangelina quyaq kurkunta catedral- tedralman haykupusharqan, qirukunaq pu- man apasqaku, Taytacha Tembloreswan huñu- tutunkunapas uyarikusharqanku catedralpa rikuspa, chaymantapas Hanan ch’ayñakuna, punkunpas wisq’akapusharqan. Urin ch’ayñakuna ima Evangelina qutaq kaw- Ña ukhupiña cofradukuna Taytacha Tem- sayninmanta rimarisqaku, hinaspapas Tayta- bloresta waq’aychapusharqanku, hinaspataq cha Tembloresman Mamacha Belenman ima añanchasharqanku, chaymantapas cofraduku- mañarikusqaku, imaynatas kay pachapi takiq naqa quivario nisqata ruwasharqanku, chay- chhaynata qillpu pachapi ch’ayñahina taki- manta catedral punkuta wisq’apusharqanku, nanpaq. chaymanta lluqsipusqaku. Chaymanta Vidalchaqa p’ampakuynin– Pachapas purisharqansi, ñas chunka man khuyay khuyay risqa, chaypi “Apu Yaya hukniyuq tutaña kasqa, Vidalchaqa confesio- Jesucristo” takita mast’arisqaku. nariopi puñurqapusqa, chayllamansi kimsa —“Ama taytay chiqniwaychu, ama Tay- kutita takakusqaku “tuq” “tuq” “tuq” nispa. tay chiqniwaychu, huchaymanta waqaspaymi —¿Pin kanki? ¿Pin kanki? ¿Iman sutiyki? chakiykiman chayamuni” —waqaspañataq Vi- ¿Maymantan hamushanki? —nispa Vidalcha- dalchaqa khuyayta qhipa kaq takichata takir- qa tapukusqa, sinchi mancharisqa, payqa “huk qan, marq’aqintataq kay takichata munarqan, yaya kurachá”, nispas nisqa, “icha mayqin ru- umanmantaq yuyaykuna kutimurqan, ñaw- napaschá maqanakuymanta ayqikuspa, chay- paqtaqa Evaqa arpawan, qinawan, violinwan pi kasharqan”. Ñawpaqtaqa urin Qosqokuna ima takirqan, payqa mana piwanpas rimayta hanan Qosqokunawan maqanakusqaku, yaqa- munaranchu, wiqin uyanta apichasharqan, pas hampi kamayuq kanman, amachaqpaschá ñawichantaq khuyay khuyay kasharqan, nu- kanman karqan. nantaq mana allin kasharqan. —¡Allillanchu, Vidalcha, kashanki! ¡Ima- Qillpupas paraytas qallarisqa Qosqo llaq- raykun pakakushanki?, sinchitan chirimus- tapi, kuskan p’unchaypi, ch’ayñakuna Tayta- han, ¡hamuy nuqawan kuska! —nisqa. chaq puririyninpaq allichasharqanku, Vidaltaq Vidalchaqa ancha mancharisqa, chuk- maman Evata yuyaychakusharqan Taytacha chanpas sayarirqusqa, confesionarioq t’uqu– Temblorespi, mañakusqanpi, chaymanta sapa- chantas qhawarisqa, chaypis hatun chukcha- tunpa mayt’unanta allinta watakuspa ñukch’u yuq hatun runata rikusqa, yana p’achawan t’ika pallaq risqa, chaymantapas Tayta- p’istusqas kasqa. cha Tembloresman sapa watahina sumaqta —¡Ay, wiraquchallay, añanchakuyki! t’akaykusqa. Ñawpaqtaqa Eva quyaqa takirqan, ¿Wasiykichu? ¡Pampachawayyá hamusqayra- Vidalchataq catedral punkuman Hidelfonsu- yku! —nispa Vidalchaqa confesionariomanta chawan kuska siqarquq, iskayninku ñukch’u lluqsispa nisqa. t’ikata t’akaqku, kay ñukch’utaqa Taytachaman —¡Ama llakikuychu! Ichaqa ¿Imaraykun chumpanpi aparqanku. Paykunaqa, ñukch’u llakisqa kashanki? Nisyutamá waqasqanki t’ikaqa Taytachaq yawarninmi nispa iñirqanku, ¿Nuqawanchu tiyayta munanki? —nispas kay huchanchisrayku phuturisqa, chaymantapas wiraquchaqa nisqa. payqa yuyarisqa quya Evaq nisqanta. —¡Añay! Ichaqa manan riqsiykichu, sin- “Aswan ñukch’u t’ikataTaytachapaq chitan manchakushani, paqarin wasiykipi ta- t’akaqtiykiqa aswan allin runan kanki ”. rirquwanqaku, “suwachá” nispa ninqaku ¿Wa- Tutañas kasharqan chaysi Vidalchaqa Mar- tukuqniyki waqmanta atiymanchu? —nispa garacha quyawan kasharqan, paypas Taytacha- Vidalchaqa tapukusqa, ñawichantaq sayk’usqa paqsi Eva quyawan takiq karqan, ichaqa manas wisq’akusharqan, rimayninpas manas allinña- payqa wasinman kutiyta munasqachu chayrayku chu kasharqan, “¡Puñuymi aysawashan!”, nis- wasinmanta ayqipusqa, pisillamanta runakunaqa pa Vidalcha nisqa. Plaza de Armasmanta chinkapusharqanku, llaqta —¡Hamullay, Vidalcha! ¡Kunanqa puñuy! kamachiqkunapas, qhatuqkunapas, sinchiku- —nispa chay wiraquchaqa nisqa, chaymanta- napas uywankupis ripusharqanku, Vidalchaqa taq yana p’achanwan p’isturqusqa. paka pakallapi catedralman haykurqusqa. Paqarisnintinqa pichaqkuna catedral- 92 l C R O N I C A S U R B A N A S

man haykusqaku, hinaspataq Vidalchata Ta- chay pampapi mikhuyta qallarisqa, chayman- ytachaq hayt’anpi tarisqaku. tataq Hidelfonso khumpanta rikurqusqa. —¡Suwa! ¡Suwa! ¿Maymantataq kay irqiri —¡Vidalcha! ¿Maymanmi chinkarqanki? rikhurirqamun? —nispa pichaqkuna qaparis- Umaypi usahina chinkanki ¿Maypin kashar- qaku chayrayku Vidalcha rikch’arisqa. qanki? —nispa Hidelfonsoqa llakisqallaña ta- —¡Manan suwachu kani! —nispa qapa- pusqa. risqa Vidalchaqa, paykunataq hap’irquspanku —¡Ay Hidelfonsocha! ¡Willaykiman chay- Saphi comisariaman apapusharqanku. qa… —nispa Vidalchaqa nisqa. Ña Saphi comisariapiña sinchikuna Vi- —¡Haku Q’inquman! Chaypi kuruskunata dalchata millayta qhawasqaku, payqa qhasu pallamusunchis, chaymanta San Blaspi qhatu- qhasu sapatuchawan, punchuchawan, qhi- pusunchis, chaymanta sumaqta mikhusunchis, lli makichanwan kasharqan. Sinchi tapusqa chaymantapas mamayqa manan suq’awanqachu “suwakurqanchus, manachus” nispa, chay- kimsa kutita, ñan Taytachata napaykuku- mantapas lluyta maskhaykusqaku ichaqa niña, tutallamanta Caleraman hamurqan, chaypin manas imatapas tarisqakuchu. Vidalchaqa sayarqurqan chaymantapas hawas punchichatan willakusqa huk hatun runawan catedralpi upyarqayku —nispa nisqa. tupasqanta, sinchikuna ichaqa aswanta phi- Hidelfonsoqa Vidalchawan qura pallaq, ñakusqaku, “hinaspapas chansatachá rimas- kiska pallaq risqaku, urquta siqarqanku chay- han”, nispa nisqaku. pi askha kiskakunata kurusman rikch’akuqta, —¡Qhawakuy! ¡Khuchillaña kashan- phallcha t’ikakunata pallasqaku, chaymanta ki! ¡Qamqa suwapunin kanki! ¿Hinaspa cate- niwa raphiwan achalasqaku, chaymanta Saq- dralpi gentilchu kashan? ¿Pichá karqan chay saywaman suchunaman risqaku, chaypi mu- gentil? ¡Llulla maqt’a! ¡Mamaykiman willasaq, nanakuqkunata much’anakuqta rikusqaku, suq’achisqaykin —nispa sinchikunaqa asikus- paykunataq p’inqakuspa qhawasqaku, hinas- pa nisqaku, chaymantapas catedralman hay- papas kay k’itipi asikusqaku. kusqanmanta maqaykusqaku, chaymanta —¡Sunquymi sinchita waqan, tuta- Carceletaman wisq’apusqaku, ichaqa plazoleta pas manan tutañachu, p’unchaypas manan Regocijopi saqiykapusqaku, Vidalchataq sapa- p’unchayñachu! ¡Sunquymi yuyasunki us- llan chirimanta ima chaypi tarikusqa. qhayllaman tukukun, ch’aska ñawiykiwan Vidalcha sinchi khuyay Viernes Santu- qhawawaqtiykiqa sunquymi kusikun, qhawaway pi, manaña Eva quyaqa paywanchu kashar- misk’i misk’illa! —nispa, warmi irqichawan su- qan, puririyta qallarisqa, yarqaymanta San payta much’anakunku. Pedro plazapi t’anta qhatuqkunata qhawasqa, Hidelfonsoq cojinetenwan k’ikllukunapi huk khuyakuq qhatuq t’antachata aypachisqa, suchuspa, qhatuq risqaku. C R O N I C A S U R B A N A S l 93

—¡Mamay! allin kanaykipaq kay kurus- Chay runallas kasqa, kunanqa khum- kunata rantiwayku, punkuq qhipallanman pantinña kapusqaku. churanki, ima mana allin kawsaypas ripu- —Taytallay, ama hina kaychu qanwan nanpaq, chaymantapas chakrayki, uyway- kuska ripuyta munani, kaypi sinchita kikuna ch’uyanchanaykipaq —nispa Hidel- ñak’arishani, manañan chhaynata kawsayta fonsochawan, Vidalchawan qaparisharqanku, atiymanchu, Eva quyatan yuyarini, qanwan llapan kurusninkunata pisqa sulisman qha- kuska tiyayta munani, comisariapipas sinchita tupusqaku, hinaspa Carmen Bajo k’ikllupi maqawarqanku, “llulla” nispa. aqha wasiq punkunpi puka thantayuq pen- Vidalchaqqa simichan phata phatallaña donta rikusqaku, paykunaqa kusisqallañas kashasqa, p’achachanpas qhasu qhasuchalla- phawarisqaku, hinaspataq kay aqha wasiqa ña kasqa. Mama Antoña kasqa, chhaynata sutichasqaku. —¡Vidalcha, ama llakikuychu! ¿Pikuna Mama Antoñaqa q’unchapi wayk’urqan chay- maqarqasunkiku? —nispa kay hatun runa ta- rayku mankankunapas yanallaña kasharqan, pusqa. anqas pullirayuq, umanpitaq yuraq sombreru- —¡Haqay sinchikunan maqaykuwanku, yuq kasqa, Mama Antoñaqa manas nisyu qull- p’achachayta qhaykuwaspanku! —nispa Vidal- qiyuqchu karqan, ichaqa sumaq sunquyuq chaqa k’irichankunata rikuchispa nisqa. karqan, nisyu munakuqsi karqan. Hidelfon- —Vidallay, Eva quyaqa qanrayku ma- sochapas Vidalchapas llank’asqankurayku ñakuqpuni, nuqaqa uyariqmi kani, payqa nu- sayk’usqa, hump’ishaq tiyasqaku, mama An- qawanmi kashan, hamuyá nuqawan allin ka- toñaqa iskayninkuman hatun p’ukupi malaya naykipaq —nispa. thiqti mikhunata patas locrotawan yuraq aqha- —¡Añay, Taytallay! Hidelfonsoq khumpay- tawan ima haywarisqa, paykunaqa manasyá manta ripusaq. hatun runakunahinachu sara aqhataqa upya- —¡Hidelfonso! ¡Kusisqan kashani! —nis- yta atinkuman. pa Vidalqa nisqa. Hidelfonsoqa, Vidalchawan yarqasqa Hinaspataq chay allin runa wiraqu- kasharqanku, chakinkupis quwikuna kas- chaq makinta hap’isqa, Vidalchaq ñawi- harqanku mama Antoñataq quwinkunaman chantaq pakakuyta qallarisqa, hinaspapas q’achuta qarasharqan. Kay irqikunaqa mikhur- k’irichankuna manaña nanarisqachu. quspanku aqha wasimanta lluqsipusqaku. Paqarisnintinqa, yaya kurakuna, pichaq- Tutataña Hidelfonsochaqa wasinman ri- kuna catedralman haykusqaku chaypi huk puyta qallarisqa, Vidalchataq llullakuspa nisqa: irqichata Taytachaq hayt’anpi tarisqaku. —¡Comadre Margaritaq wasinmanmi ris- —¡Taytallay! ¡Jesusllay! ¡Chay tarisqan- hani! —ichaqa manan mayman riyta atirqan- chis irqillan! ¡Kunan ichaqa wañusqa kashan! chu, lluy kurkunsi nanasharqan, chayrayku ¡Taytallay! —nispa pichaqkuna qaparisqaku. Kusipata tiyanachapi k’irayusqa periodicoku- Vidalchaqa wañurqapusqa, uyachanpi nawantaq p’isturqukusqa. Payqa catedralpi ichaqa sumaq asikuy kasqa, sinchi llakikuy- Lunes Santupi riqsisqan chay hatun runapi mantas Taytacha Tembloresqa apapusqa Eva hamut’asharqan, hinaspataq sayarispa cate- quyawan, Taytankuwan ima kanapaq. dralman risqa, punkupas kichalayasqas kas- Tutayasharqanñas, runakunapas uti uti- harqan, waqmantas confesionariopi pakar- raqsi qhawasqaku, Hidelfonsochapas sinchi lla- qukusqa. kisqa puñuq ripusqa, Vidalchapi hamut’aspa, —“Wasiykita saqirispa, karunchaspa ña puñunanpiña t’ikrakushaqtinsi Vidalchata purirqanki, kaqniy quwasqaykitapas, lliwta rikurqusqa, chayqa Vidalcha nisqa: tukuykamurqani… imaraqmi munakuyllay- —¡Añay, Hidelfonso khumpallay, ya- ki, Jesusllay wawallaykipaq, Kurus pataman chachiwasqaykimanta! Mañarikuy Taytacha churakunki, nuqa awqa runarayku…” — Tembloresta sinchita yuyarisqayki ichaqa ñan chaymantapas takiyta qallarisqa, takisqan- huñunakusunchisña, tupananchiskama, Hi- pi sayk’uymanta llakimanta ima ñawichan delfonsocha. wisq’akusqa. Hidelfonsoqa ñawichanta pichakuspa Relojpas “tik tak”, “tik tak” nisqa. Ñas waqmanta puñupusqa. kuska tutamanña kasharqan hinaspataq waq- “Ñan kunanqa, mana chanin ruwasqayta manta kimsa kutita takakusqa, Vidalchaqa riqsiniña. Chaskipuway wasiykipi, Awqa sunqu manaña manchakusqachu lluqsirisqapacha. wawaykita”. 94 l C R O N I C A S U R B A N A S

Notas Bibliografía

1. Ch’ayñas: Grupo de mujeres mayores que año DE LA CADENA Marisol tras año brindan cánticos sagrados con mucha fe 2004 Indígenas Mestizos: Raza y Cultura en el Cus- y devoción; ellas mediante la tradición oral con- co, IEP Ediciones, Lima. servan una antigua costumbre religiosa, como es cantar en quechua; quizá desde hace muchos DE LA CADENA, DEGREGORI, BASOMBRIO, MANRIQUE, años atrás según nuestra historia se ofrecían estas HINOJOSA, DEL PINO, RENIQUE, MALLON, OBANDO , MU- músicas sagradas a los Apus y a la Pachamama, ÑOZ, OLIART, CORAL, STARN, BURT pero actualmente se dedican a nuestro Señor de 1999 Los senderos insólitos del Perú: guerra y socie- los Temblores, capaz de aplacar los movimientos dad, 1980-1995, Instituto de Estudios Peruanos, telúricos, quién se impregnó en la cosmovisión de Lima. los pobladores andinos, ya que ellos lo llamaban Wiraqocha. VALCARCEL Luis 1959 Etno-Historia del Perú Antiguo, Universidad Na- 2. Taytacha de los Temblores: Patrón Jurado del Cus- cional Mayor de San Marcos,Lima. co, a la memoria de cada uno llega aquel sombrío 31 de marzo de 1650, un Domingo de Ramos, don- VALENCIA ESPINOZA Abraham de el Cusco fue víctima del terremoto más grande 1990 Taytacha Temblores, Patrón Jurado del Cuzco: de toda su historia. Los temblores se presentaban Ideología religiosa cuzqueña, Centro de Estu- en forma constante y reiterada, originando que los dios Andinos Cuzco CEAC. pobladores no se sientan seguros y embargados por la desesperación salían a las calles a gritar 2007 Cuzco Religioso, Universidad Nacional Mayor para poder apaciguar su dolor. Según algunos de San Marcos, Lima. personajes, se pudo contar hasta 832 movimientos telúricos. ZAPATA VELASCO, Antonio; ROJAS ROJAS, Rolando y PE- Las personas muy preocupadas sacaron al Cristo REYRA CHAVEZ, Nelson de la Buena Muerte, como era llamado en ese 2008 Historia y Cultura de Ayacucho. IEP-UNICEF entonces, para poder sosegar dichos fenómenos (Miscelánea ,11), Lima. naturales; estuvo tres días en la puerta de la Cate- dral del Cusco asombrando a la población con el cese de todas las desgracias y posteriormente fue llamado Señor de los Temblores. En el año de 1720, la ciudad del Cusco sufrió una peste que sólo paró después de sacar en procesión a nuestro Tayta- cha, siendo proclamado consecutivamente como Patrón Jurado del Cusco. Años más tarde el Cusco siguió siendo atormentado por muchas desdichas que solo fueron tranquilizadas por el Taytacha. Es grande la fe que el pueblo cusqueño presenta, cada lunes santo salimos a la procesión para im- plorar misericordia al Señor de los Temblores y para que ayude a nuestros hermanos de las comunida- des alejadas del Cusco, donde el Estado nunca ha llegado, donde existe hambre de justicia y paz.

3. Valencia Espinoza Abraham, Cuzco Religioso, Edi- torial San Marcos, 2007, pp 114-116.

4. Información verbal de Antoña Valencia Montesi- nos, 85 años. C R O N I C A S U R B A N A S l 95

Interculturalidad en el parto y el embarazo: Logros y

limitaciones en el centro de Sociedad y cultura salud de Paucartambo

Hannah McClure Baron

l sistema de salud del Estado peruano obstáculos geográficos, económicos y conflic- opera conforme a las políticas públi- tos culturales. Los obstáculos geográficos y cas del país que, aunque aseguran ser económicos están muy vinculados: el servicio democráticas y representativas, son de salud para pacientes campesinos suele ser asimétricasE y excluyentes frente a los conoci- gratuito, pero para llegar a los establecimientos mientos y prácticas de los diversos pueblos de salud es necesario gastar dinero en trans- indígenas que forman parte de él. Consecuen- porte, comida, muchas veces en alojamiento temente, las políticas del sistema de salud en y también en medicamentos. Además, las pa- cuanto a atención materno-perinatal presentan cientes pierden días de trabajo en el traslado de obstáculos serios para las mujeres campesinas su hogar al centro de salud. Las barreras cul- para acudir a la atención institucional en los turales al acceso a la salud materna general- centros de salud. Las barreras al acceso a la mente son complejas –algunas sutiles y otras salud materna para las mujeres campesinas explícitas–, por ejemplo: los centros de salud no de las regiones altoandinas incluyen además integran el conocimiento y la práctica indígena 96 l C R O N I C A S U R B A N A S en su asistencia, existen barreras idiomáticas do es: ¿por qué las mujeres campesinas de las y hay desconfianza en el personal de salud por zonas altoandinas, a pesar de las iniciativas malentendidos culturales o discriminación. interculturales con respecto al tema materno Estos numerosos obstáculos para acceder a la en el centro de salud de Paucartambo, siguen atención médica exacerban el estatus marginal resistiéndose a la atención materno-perinatal multidimensional de las mujeres de poblacio- institucional? nes rurales, ya muy alejadas y marginadas en la sociedad peruana. La alta tasa de mortalidad materna en el Perú, especialmente en zonas rurales, implica la resistencia continua o la incapacidad de las Uno de los factores predominantes mujeres campesinas de utilizar los servicios de que han determinado la alta tasa salud materna en los centros de salud y refleja la preferencia de dar a luz en sus domicilios. de mortalidad materna es la La tragedia de la mortalidad materna resulta resistencia de las mujeres de las disparidades de una sociedad muy des- altoandinas a utilizar los igual. Esto es producto de desequilibrios socia- servicios en los centros de salud les perjudiciales y, además, agrava y perpetúa un status quo inequitativo injustificado. Ínti- para controlar su embarazo. mamente, una muerte materna significa la pér- dida de una madre querida y fundamental en la estructura familiar y esta “desintegración y desorganización familiar” implican falta de cui- La metodología usada en cuanto a inter- dado y abandono de niños que forman parte del culturalidad en el tema materno en el centro de entorno social y económico marginal. En efecto, salud de Paucartambo se basa en entrevistas la probabilidad de que “los descendientes in- (estructuradas y no estructuradas), conversa- gresen al círculo vicioso de marginalidad es alta ciones y observación participante. Las entre- [y a ella] se sumará la falta de oportunidad para vistas se realizaron en el centro de salud de estudiar, el desempleo, la desigualdad de ingre- Paucartambo con doce mujeres entre 19 y 43 sos, etc.” (Grajeda et al. 2012: 4-5). años, las cuales provienen tanto de este cen- Uno de los factores predominantes que tro urbano como de comunidades en el distrito. han determinado la alta tasa de mortalidad ma- Ellas se encontraban en el centro de salud para terna es la resistencia de las mujeres altoan- realizar diversos controles de salud: del emba- dinas a utilizar los servicios en los centros de razo, de sus niños o de su estado de puerpe- salud para controlar su embarazo y aun más rio y fueron elegidas mayormente al azar en la para que su parto sea atendido allí. Para poder sala de espera, seleccionando principalmente a disminuir la mortalidad materna y las barreras mujeres gestantes y lactantes. Adicionalmente, al acceso de salud para mujeres parturientas se realizaron entrevistas con cuatro mujeres de es imprescindible investigar las relaciones e la comunidad Nuevo Amanecer, que queda a interacciones interpersonales y estructurales una hora de Paucartambo, y con tres mujeres dentro de su contexto multicultural y asimétri- de Pucará, a dos horas y media de camino, en co, como es la institucionalidad del sistema de dos visitas distintas del centro de salud a es- salud en el Perú. tas comunidades. Además, se entrevistó a las Desde 2005, el centro de salud de Pau- cuatro obstetrices que actualmente se dedican cartambo cuenta con iniciativas intercultura- a la adecuación intercultural en el centro de les, como el parto vertical (llamado parto hu- salud de Paucartambo, a una técnica de labo- manizado), la casa materna y la atención en ratorio (quien actuó como traductora en Nue- lengua quechua. Este trabajo de investigación vo Amanecer) y a la partera de Paucartambo, se planteó porque, a pesar de que tal centro de que después de muchos años de dedicación a salud ha intentado hacerse más atractivo y có- este trabajo ha dejado de practicarlo. En lo que modo y brindar iniciativas interculturales para sigue, también se ha incluido comentarios de las pacientes de la zona, la provincia de Pau- observaciones y conversaciones no estructu- cartambo tiene la tasa de mortalidad materna radas respecto a comportamientos, actitudes e más alta de la Región Cusco. En el año 2011, interacciones entre el personal de salud y las en la región “se reportaron 26 muertes mater- pacientes y también a costumbres sobre el em- nas, con una razón de mortalidad materna de barazo, parto y puerperio. Además del trabajo 117 por 100.000 nacidos vivos” (Grajeda et al. de campo en Paucartambo, se realizó investiga- 2012: 2). Y solo en Paucartambo, el centro de ción bibliográfica que contribuye a la investiga- salud tiene registradas dos muertes maternas ción y el análisis de los temas que constituyen cada año de 2008 a 2011, excepto en 2010 (año este trabajo. Quiero señalar finalmente que, en el que hubo una), fluctuando alrededor de respetando la privacidad y la confidencialidad una razón de mortalidad materna de aproxima- de los entrevistados, este trabajo no incluye damente 800 por 100.000 nacidos vivos. sus nombres, sino solo su característica como La pregunta central del trabajo realiza- informantes (paciente, personal de salud, etc.)1. C R O N I C A S U R B A N A S l 97

Debo mencionar que en este trabajo quechuahablantes, limitando la capacidad de abundan las limitaciones. En primer lugar, presentar sus respuestas en su autenticidad. se tuvo que realizar en muy poco tiempo, lo Paralelamente, muchas de las entrevistadas que impidió observar la atención en el centro fueron muy reservadas, en parte debido a la de salud y en las visitas comunitarias en pro- presencia de un traductor que frecuentemente fundidad y desarrollar relaciones de confianza incluía comentarios como: “les hablo y les ha- e intimidad con la población entrevistada. Por blo y no quieren opinar”, frente a la paciente, otro lado, para la mayoría de las entrevistas cuando la intención era seguir con la entrevista hubo que utilizar traductores, que fueron las a pesar de las dificultades enfrentadas (Pacien- obstetrices, otro personal del centro de salud te J). o pacientes femeninas cercanas a la informan- Este trabajo no evita las generalizaciones te. En palabras de una obstetriz: “el léxico acá que inevitablemente acompañan a los estudios es el quechua, un 80% de la población habla culturales. Sin embargo, hay que reconocer la quechua. Más tenemos pacientes que son de diversidad dentro de un grupo, especialmente comunidades que hablan quechua, quechua, en un contexto intercultural. Las mujeres cam- quechua, y nosotras tenemos que habituarnos pesinas andinas forman su realidad con mu- a este lenguaje, queramos o no” (Obstetriz B). chas preferencias en común, pero también con Esta situación presentó varios desafíos, preferencias distintas, dependiendo de cada por ejemplo, la articulación de las preguntas persona. Su cultura no es estática, sino diná- con palabras con otra connotación o de una mica y cambiante, como todas las culturas. A manera no deseada. Con demasiada frecuen- pesar de estas limitaciones, este trabajo logra cia los traductores no podían dejar de insertar conocer una parte de la realidad compleja de la –durante las entrevistas– explicaciones, justifi- interculturalidad en el tema materno en Pau- caciones o intentos de convencer a las pacien- cartambo y en el mundo andino. tes de la racionalidad y las exigencias del cen- tro de salud, aspectos que pudieron influir en la comodidad de las pacientes al responder y en Iniciativas actuales de la honestidad de sus respuestas. Fue posible interculturalidad utilizar una grabadora en las entrevistas con las obstetrices, lo que permitió presentar sus La interculturalidad se sustenta en la comuni- respuestas aquí con más profundidad. Mien- cación efectiva, el aprendizaje mutuo, el diálogo tras que, por el contrario, el no poder usarla y el debate, el intercambio de saberes y expe- con las pacientes provocó las respuestas cortas riencias, la resolución pacífica de conflictos, el que proveyeron los traductores de las pacientes consenso desde las diferencias, la cooperación

Cría de venado colorado (Mazama americana) en cautiverio. 98 l C R O N I C A S U R B A N A S y la convivencia. Además, fomenta una interac- do sobre su manta o cuero o también apoyadas ción social equitativa entre personas, conoci- en una colchoneta. La práctica dominante occi- mientos y prácticas diferentes, una interacción dental en los hospitales es hacer acostar a las que reconoce y que parte de las desigualdades mujeres horizontalmente para parir –muchas sociales, económicas, políticas y de poder (Lo- veces con anestesia peridural, como cuando se zano et al. 2005: 28, 30). En el contexto de la efectúa una cesárea–, lo que es más cómodo y atención médica, la interculturalidad implica fácil para el médico o la obstetriz, que atender la adecuación cultural, dependiendo del o de la un parto vertical, el cual es más cómodo y ade- paciente, y muchas veces la integración de los cuado culturalmente para la mujer campesina conocimientos y prácticas de la medicina tradi- andina. cional en el discurso y la práctica dominantes “Parto vertical” es un término que cubre de la atención de salud institucional. El centro varias posiciones posibles: en cuclillas, de ro- de salud en Paucartambo desde 2005 cuenta dillas, sentada o semisentada, tomada de una con prácticas de adecuación intercultural en la soga o apoyada en las manos y pies de su pa- atención obstétrica, incorporando el parto ver- reja, de una partera u otra persona con quien tical (“parto humanizado”), que es la posición la parturienta tiene mucha confianza (Nure- preferida y practicada en el trabajo de parto por ña 2009). Una informante gestante de treinta las mujeres campesinas. Adicionalmente, des- y cuatro semanas que acudió al centro de sa- de el 2007, el centro de salud de Paucartambo lud de Paucartambo relató que en los prime- ha incorporado dos módulos, cada uno con dos ros controles que tuvo para su embarazo, para casas, de casa materna, casa de espera o ma- desarrollar su plan de parto las obstetrices le mawasi, que se encuentran directamente a su preguntaron cuál posición prefería, horizontal lado. o vertical, y eligió la de cuclillas. Ella comentó también que quería la presencia de su esposo, que la apoyara durante el trabajo de parto. Dijo l El parto vertical que a pesar de no haber conversado sobre esto en sus controles esto no le parecía necesario En el centro de salud de Paucartambo, la sala porque en el centro “a lo que he visto, sí, así es, de parto con adecuación intercultural incluye dejan que el esposo participe” (Paciente A). En una cama, en la base de la cual las parturien- cambio, mencionó que su cuñada dio a luz en tas se arrodillan encima de un plástico coloca- el hospital (en Cusco) y no pudo estar presen-

Surcando el río Palotoa rumbo a Pusharo. C R O N I C A S U R B A N A S l 99 te su hermano, sino afuera, porque el personal complicaciones que pueden resultar en la mor- de salud no dejó que entrara. La obstetriz nom- talidad materna. El lugar debe sentirse como brada del centro de salud confirmó que allí en el propio hogar de la mujer. La casa materna casi todos los partos el esposo brinda impor- en Paucartambo cuenta con cocina, baño y tante apoyo psicológico, físico y emocional du- cama equipada. Allí las mujeres tienen la po- rante el trabajo de parto, lo cual es sumamente sibilidad de continuar con sus actividades co- importante para la comodidad y tranquilidad tidianas y quedarse con sus hijos y su esposo. de la mujer en el trabajo de parto. El centro de salud apoya con alimentos –como La práctica del parto vertical represen- arroz, atún, aceite–. Una obstetriz comentó so- ta una comodidad importante para las partu- bre este beneficio: “durante la temporada en la rientas porque toda la variedad de posiciones casa materna aumentan de peso las mamás y verticales “aprovechan la fuerza gravitacional, nacen con buen peso los bebes. Los que vienen reduciendo el tiempo y los esfuerzos en el tra- de su casa de frente, nacen con bajo peso los bajo de parto… también se evita la compresión bebes. En casa materna dos, tres semanas, los a la aorta de parte de la matriz y del feto, per- bebes nacen bien gorditos, por la alimentación” mitiendo una buena oxigenación, cosa que no (Obstetriz D). Según una mujer lactante de una ocurre en la posición horizontal” (De Tomaso comunidad, antes de su parto se quedó en casa et al. 1985: 225). Las obstetrices del centro de de su hermano en Paucartambo, porque la ma- salud de Paucartambo no solamente practi- mawasi estaba ocupada, pero le hubiera gusta- can la adecuación cultural, sino que realmente do quedarse allí: “está cerquita, cualquier cosa entienden su lógica y empatan con las partu- puedes entrar” al centro (Paciente M). A las 36 rientas. Una informante obstetriz demuestra o 37 semanas de embarazo, la casa materna así que ha internalizado este tema: “cuando es intenta preparar a las gestantes para el traba- horizontal, abren las piernitas y todo eso se les jo de parto en el centro, familiarizándolas con ve, pero cuando es vertical no, ellas se sientan el espacio y el personal dispuesto a atender el y hay más ventajas también del parto vertical, parto, que puede darse en cualquier momento. pues. Por ejemplo, la acomodación de la cabeci- ta, desciende más rápido… Vertical se dice que es menos dolor, disminuye el desgarro también, hay mejor descenso de la cabecita, hay menos dolor, es más rápido”. Sin embargo, ella mues- tra su mayor preocupación por “las desventa- La mamawasi, casa materna o jas… serían que hay circular, el cordoncito del casa de espera es una iniciativa bebe que le enreda la cabecita” (Obstetriz C). de interculturalidad existente Más allá del parto vertical, las obstetri- ces se dedican a la adecuación intercultural en algunos establecimientos de durante el trabajo de parto y el puerperio. Una salud rurales. informante lactante de la comunidad Nuevo Amanecer comentó que, además de ser atendi- da en posición vertical agarrada de la espalda por su esposo, en el puerperio le permitieron realizar prácticas propias de las mujeres andi- l La atención intercultural según las nas. Así, ella amarró su cabeza con un chumpi obstetrices (faja) “para no perder la memoria” y para evitar el mal de viento, el esposo amarró su barriga Para la atención intercultural materno-perina- con otro chumpi “para que no crezca el útero” y tal, todas las obstetrices enfatizan lo esencial las obstetrices entregaron al esposo la placenta de la confianza en la relación entre paciente y para que la queme, porque la ceniza “es bueno obstetriz: el “calor humano”, la posición en la para la medicina” y así se evita malos espíritus que ella quiere dar a luz (vertical) y la acepta- (Paciente M). ción de su cultura. Las cuatro obstetrices que trabajan en el centro de salud de Paucartambo responden sobre lo que para ellas significa la l La casa materna o mamawasi atención intercultural: La posición que ella quiere para dar par- La mamawasi, casa materna o casa de espera to, ella elige que echadita o sentada, horizontal es una iniciativa de interculturalidad existente o vertical, ellas deciden. La adecuación tam- en algunos establecimientos de salud rurales bién, como ellas quieren el ambiente: algo ce- “para enfrentar la barrera de inaccesibilidad rrado, con la luz medio oscura, no quieren que geográfica” que experimentan las gestantes de haya muchas personas que las atienden. La comunidades alejadas (Grajeda et al. 2012: 7). obstetriz es suficiente. Sobre todo quieren que Son espacios comunitarios al lado o muy cer- una mujer les atienda… como ellas quieren y ca del centro de salud que proveen alojamien- nosotras también nos adecuamos a ellas… Ge- to para mujeres gestantes en los días previos neralmente las obstetrices acá estamos en eso. a dar a luz, para prevenir o atender posibles En otras palabras, estamos tras nuestras ges- 100 l C R O N I C A S U R B A N A S tantes… Estamos cambiando. Antes no era así. nen [en las visitas comunitarias] no saben que- Entre todas yo sé que vamos a cambiar y so- chua y nosotros, como no entendemos, ¿cómo bre todo disminuir la mortalidad materna. Que podemos sanarnos?”2 El uso de la lengua ma- ellas se sientan satisfechas con la atención que terna de las pacientes, que frecuentemente son estamos dando… (Obstetriz C) monolingües o entienden muy poco el castella- Tenemos que ponernos en lugar de la pa- no, ayuda a solidificar las relaciones entre el ciente, practicar bastante lo que es la empa- centro de salud y los pacientes, a dar confianza tía… nosotros tenemos que respetar las creen- y lograr entendimiento mutuo. Entonces, a pe- cias, los costumbres de las pacientes… En eso sar de que desde el centro de salud de Paucar- estamos practicando el famoso parto vertical, tambo se asegura que se utiliza el quechua en atención de parto con adecuación intercultu- la atención y se observa que en muchos instan- ral. Nosotros nos ponemos en su condición de tes ello se intenta, los pacientes reclaman que ellas… se ponen el chumpi, que se coloca en la han experimentado barreras idiomáticas. cabecita, según ellos dicen para que no pierdan Vinculado a esto y junto con los altos el sentido, para no [volverse] tontas… también niveles de pobreza y analfabetismo, general- lo que se pone [el chumpi] después de que sale mente hay un desconocimiento del tratamiento la placenta a la barriguita, la madre [el útero] biomédico, lo cual incomoda y da miedo a las para que no regrese. Están viniendo con más pacientes. Un ejemplo de la falta de comunica- confianza para que den su parto. Ellas tienen ción entre personal y paciente, que exacerba que sentir un calor humano, un ambiente que el desconocimiento de la atención en el centro sea cómoda para ellas… parto vertical o parto y lo que se les hace a las pacientes, se ve en humanizado. (Obstetriz D) el alumbramiento dirigido después del parto, cuando las obstetrices colocan una inyección intramuscular de oxitocina (10 mg) para que Choques culturales y razones de salga la placenta, evitando complicaciones que resistencia a la atención acompañan su retención. Una obstetriz expli- institucional có con respecto a esta inyección: “ellas dicen ‘me duele’”, pero no las dejan rechazar la inyec- l Quechua, comunicación y ción. Las obstetrices explican que es para que conocimiento no sangren, pero no se lo dicen antes, sino en el momento, porque “si no, se asustan”. Fren- Aunque los servidores del centro de salud de te a la falta de comunicación, el esposo de una Paucartambo aseguran que la gran mayoría de puérpera en el centro de salud de Paucartambo ellos domina el quechua, o por lo menos lo en- de la comunidad de Quescay se quejó de que tiende, se observa en muchas de las interaccio- “nos hablaron en castellano mayormente, con nes entre paciente y personal que la paciente suero y inyecciones y no explica para qué lo ha- habla en quechua y se le responde en castella- cen” (Esposo de paciente J). no. Una paciente lactante que vino al centro de El desconocimiento biomédico y la falta salud para sus controles durante el embarazo de comunicación, aunque sea en algunos ins- expresó que la atendieron con una mezcla de tantes, pueden parecer beneficiosos al personal castellano y quechua, pero ella prefería que de salud, facilitar que haga su trabajo sin re- solo le hablaran en quechua, porque tenía difi- sistencia. Aunque no siempre es así. Por ejem- cultad en entender algunas cosas, por ejemplo plo, con la inyección durante el alumbramien- la talla de su niña (Paciente E). Otra paciente to, más que perjudicar a la paciente también lactante que fue al centro de salud para los se puede provocar problemas al personal. Una controles de su bebe comentó: “todos los que de las obstetrices cuenta sobre la dificultad que trabajan acá, que no hablan quechua. ¿Cómo resultó de una atención biomédica que careció deben dar antibióticos, de alimento, aseos? de comunicación eficaz: Todo está en castellano… no saben quechua el La inyección es cosa novedosa, práctica- personal, es indignante. Deberían por lo menos mente nuevo para ellos, pese que les concien- saber quechua” (Paciente D). Una paciente en- tiza… Después de que dio parto [una paciente] trevistada en la visita al centro de salud de la tuvo infeccioncita, recibió tres días de trata- comunidad Nuevo Amanecer compartió que las miento y ella echa la culpa a la inyección que pacientes hablan quechua y el personal caste- ha recibido a que no puede caminar… Esta pa- llano y “como no comprenden [las pacientes] ciente fue a quejarse en la radio por la inyec- tienen que esperar mucho porque no pueden ción, fuerte ha sido eso… Se les explica… pero reclamar, articular lo que están pensando” (Pa- no te creen fácilmente ellas… Ellos lo malin- ciente K). Además, en la visita comunitaria a terpretan, piensan que es algo malo para ellos, Pucará, antes de empezar la asistencia, toda la pese a que se les explica. (Obstetriz D) comunidad se reunió para la presentación del El conflicto que surgió de la inyección de personal y para conversar sobre asuntos de la oxitocina es un microcosmo dentro de un des- atención que reciben y cómo deben acudir al conocimiento general de la atención biomédica, centro. En esta interacción un miembro de la agravado por el uso del castellano en vez del comunidad se quejó de que “la mayoría que vie- quechua e incluyendo términos desconocidos. C R O N I C A S U R B A N A S l 101

[Las gestantes no bajan por] el factor geo- gráfico, en la temporada de la lluvia, hay inac- cesibilidad geográfica. Ellos viven muy lejos, siempre en las alturas. Siempre tienen sus ani- malitos, su alpaca, su oveja, entonces a veces ellos no son tan conscientes de su salud. “¿Por qué voy a bajar a la casa materna? Voy a perder el tiempo, mis animalitos van a morirse, dicen. ¿Qué va a ser de ellos?” (Obstetriz A) Entonces, lo arduo y complicado de llegar al centro de salud desde su domicilio, para las mujeres de comunidades lejanas, las inhibe de cumplir con sus obligaciones en la comunidad si bajan al centro de salud, haciendo que fre- cuentemente elijan no acudir a sus controles o a tener un parto institucional.

l Ciudad versus campo en la concepción de embarazo y parto

Las pacientes no conocen sobre medicina bio- médica y además muchas la consideran inade- cuada para el cuidado de su salud. Por otra parte, ellas se conciben distintas a las mujeres urbanas, con cuerpos que requieren atención y tratamientos diferentes a los de estas (Cáceres 2004: 68). Sienten que su salud es incompati- ble con la medicina empleada en los estableci- mientos institucionales, mayormente debido a que los médicos “no conocen de nuestras enfer- medades y si nos tocan cuando no somos para esa medicina que usan en la posta, podemos sufrir peor. Nosotros no somos para el hospital, aquí [en comunidad] no más nos atendemos 3 l Distancia y dificultades para llegar bien” . Además, ellas se reconocen como más al centro de salud fuertes que las mujeres urbanas, necesitan- do “otra clase” de tratamiento que desconocen La sección de obstetricia del centro de salud de los doctores en el establecimiento, porque to- Paucartambo se dedica a servir a mujeres de dos ellos se han condicionado y estudiado en la poblaciones rurales en el distrito mediante vi- ciudad: “…a nosotros, qué nos va hacer efecto sitas domiciliarias tanto en el pueblo como via- los medicamentos de la posta, es que nosotras jando con frecuencia a comunidades en las al- somos más fuertes, como trabajamos en la cha- turas. Las vías entre el pueblo y las comunida- cra cargando y caminamos duro, por eso otra des son carreteras estrechas con grandes preci- clase de tratamiento necesitamos, en la posta 4 picios al lado de las carreteras y especialmente no saben de esto” . peligrosas durante la temporada de lluvias. Con Adicionalmente, la atención médica do- frecuencia, las pacientes no encuentran trans- minante, occidental, considera que el embarazo porte para bajar al centro de salud, de manera y el parto requieren intervención médica, frente que tienen que caminar horas o días. Y algunas a la concepción de las comunidades, donde se comunidades se ubican en lugares altos, solo considera esto como un proceso natural (Nure- accesibles a pie. La lejanía y la dificultad del ña: 2009). Lo anterior se expresa en la tensión camino al centro de salud de Paucartambo pre- entre obstetrices y gestantes, las primeras si- sentan un obstáculo para utilizar sus servicios guen intensamente a las gestantes y tratan de de embarazo y parto. convencerlas, mejor dicho, obligarlas a bajar Una puérpera de la comunidad de Ques- de las comunidades para sus controles de em- cay explicó por qué realizó un parto domicilia- barazo y para dar a luz en el centro de salud, rio con su primer hijo: “tuve mi primer hijo en mientras las gestantes siguen trabajando sin casa porque no había puesto, el centro queda cambiar sus actividades cotidianas por el he- demasiado lejos y no tuvimos carro. Dar parto cho de estar embarazadas. en casa fue mejor por la lejanía…” (Paciente J). También las mujeres de las zonas altoan- La obstetriz señala factores muy impor- dinas asocian el centro de salud con enferme- tantes relacionados a la lejanía. Ir a dar a luz dad y muerte, para ellas asociar parto y emba- en el centro significa para las pacientes: razo con muerte y enfermedad las afecta adver- 102 l C R O N I C A S U R B A N A S

res se atienden solas, como una paciente de la comunidad de Pucará explica: siempre da a luz sola en su casa, porque tiene vergüenza y mie- do5. Lo público del parto institucional, en otras palabras, la falta de privacidad, es muy cho- cante para las mujeres andinas: Las personas que nos atienden en la pos- ta solo se preocupan por ellos, no saben si tene- mos vergüenza o no. Por eso sin ningún reparo nos destapan feo nuestro cuerpo, eso hacen a cada rato y todos las personas extrañas nos mi- ran nuestro cuerpo, tal vez hasta nos criticarán de nuestros cuerpos y nuestra ropa. La puerta también abren y cierran a cada rato haciéndo- nos pasar con el frío. (Cáceres 2004: 134) En el centro de salud de Paucartambo fue posible observar a una puérpera en la cama del internamiento obstétrico: casi todo el per- sonal del centro, incluso varios hombres, esta- ban alrededor de su persona. Uno de los mé- dicos habló del estado de la madre y el recién nacido al personal, nunca dirigiéndose a la pa- ciente directamente, quien miraba al techo. El doctor hablaba enteramente en castellano y la puérpera era quechuahablante. En varios otros momentos, en obstetricia, doctores y personal de salud, hombres y mujeres, entraban al con- sultorio donde la paciente estaba con el vien- tre descubierto y hablaban siempre castellano entre ellos frente a las pacientes. Una obstetriz reconoce este problema de falta de privacidad en el centro de salud al responder cómo podría samente y también al feto. A continuación, dos mejorar la atención materna intercultural: obstetrices ilustran esto, lo cual está en conflic- Que tengamos lugares, ambientes más to con la forma como ellas quieren atender a las privados, donde ellas se sientan mucho me- gestantes: jor. Como ves, acá es un lugar donde todo el No quieren venir a casa materna por no mundo entra y sale de la sala de partos, eso les dejar su casa, sus animales, porque en el pen- molesta mucho a las gestantes. Ellas general- samiento de una persona del campo es más mente te piden que esté uno, a lo mucho dos, importante ir a pastar a sus animales al cam- no más personas. A veces en el momento del po, cuidar sus chacras. El embarazo no es algo parto entran como diez personas, no les gusta. prioritario en ellos como lo es en una persona Y ¿por qué entran diez personas? Hay los in- de la ciudad que prioriza el embarazo, prioriza ternos, los estudiantes… ¿Cómo es su parto? sus controles. En cambio para ellas el embara- Generalmente cuando estoy yo, yo atiendo a mi zo es algo secundario. (Obstetriz A) parto con el doctor y la enfermera. Al resto les Las mujeres campesinas no priorizarían digo que salgan afuera porque no le gusta a la sus embarazos, dando más importancia a sus paciente. (Obstetriz B) obligaciones diarias, lo cual aporta a la incom- patibilidad que perciben entre el cuidado de su salud y lo que les ofrece el centro de salud. l Frío, limpieza y tacto vaginal

La sala de parto donde se atiende el parto verti- l Lo público del parto institucional cal en el centro de salud de Paucartambo es un frente a lo privado del parto domici- ambiente de color gris/crema con mayólicas, liario donde hace frío y hay mucha iluminación. Para combatir estos aspectos que van contra la ra- Para dar a luz, las parturientas andinas se cionalidad andina para un parto sano y cómo- sienten más cómodas en un espacio cálido, ín- do, en un ambiente cálido, oscuro y pequeño, timo, oscuro y privado, o sea, en su domicilio. hay una pequeña estufa eléctrica; además se En esta privacidad las atiende solo su esposo, intenta tapar las ventanas con tela para oscu- su mamá, su suegra u otro familiar con quien recer la sala. Al mostrarnos la sala durante la tienen mucha confianza. Y “no les agrada que realización de este estudio, una de las obstetri- varias personas desconocidas intervengan en ces comentó, reconociendo el frío desagradable su parto” (Cáceres 2004: 132). Algunas muje- para las pacientes: “madera sería mejor [que C R O N I C A S U R B A N A S l 103 mayólicas], pero va contra las reglas de hospi- choca pero saben que no es nada invasiva, pero tal” (Obstetriz A). Una multípara, que dio a luz que es por su salud. (Obstetriz A) cinco veces en su casa y tuvo sus dos últimos También muchas veces el tacto que ha- hijos en el centro (por obligación, dice ella), co- cen las obstetrices durante las contracciones mentó sobre el frío en el centro de salud. Dio a en el trabajo de parto desagrada a las partu- luz verticalmente, como prefirió, pero se que- rientas en el centro de salud. Este tacto les pa- jó: “está mal aquí, por el piso hace frío”, y se- rece más que innecesario: sumamente invasivo. guía contando que no había con qué taparla. Una lactante de la comunidad Nuevo Amanecer Además, ella prefirió quedarse en el “barrio”, comenta: “no quieren que les hagan tacto cada con personas conocidas, en vez de ir a la casa rato mientras tienen dolores [contracciones]” materna, porque “en casa hace calor, acá frío, (Paciente M). Según las pacientes, el tacto ex- acá falta una estufa, me han dicho que había cesivo, el agua y contingentemente el frío incó- pero se ha quemado” (Paciente I). Relacionado modo y perjudicial son desincentivos de acudir al frío, en las parturientas existe el temor de al centro de salud para un parto institucional. que las “bañen”, que las laven con agua fría. En sus respuestas a por qué creen que hay resis- tencia al parto institucional, muchas pacientes l Temores a lo extraño y a ser entrevistadas dijeron que no les gusta que las reprendidas bañen, les echen agua, porque creen que el frío puede perjudicar su salud y la del bebe. Las Muchas de las informantes se resisten a acu- obstetrices también expresan su conciencia so- dir al centro de salud para dar a luz por algún bre esta incomodidad con el agua y el frío de miedo muchas veces no especificado. Puede ser sus pacientes: falta de confianza en el lugar, comparado con su domicilio; desconocimiento del centro de salud o del pueblo en general; también miedo de ser reprendidas o de enojar a las obstetri- ces por no haber acudido a sus controles pre- viamente. Varias pacientes comentaron sobre Muchas de las informantes se esto, por ejemplo: “[Las mujeres] tienen mie- resisten a acudir al centro de do a que puede pasarles algo. Durante el par- salud para dar a luz por algún to no se sienten de repente seguras, prefieren miedo muchas veces no dar a luz en su casa por el calor, la confianza que tienen” (Paciente F). Otra paciente articu- especificado. la: “los controles estuvieron bien, pero se han molestado porque no he ido antes” (Paciente K). Paralelamente, otra más explica que antes no había hecho sus controles y tenía miedo de que no la atendieran cuando fue a dar a luz; otra Dicen antiguamente había maltrato, no no quería bajar al pueblo después de su parto acá, o sea, a nivel nacional, dicen ellas que les domiciliario porque temía que no la atiendan, bañaban. Nosotros, ¿qué hacemos ahora? Ge- que se iban a molestar (Paciente J; Paciente neralmente las limpiamos para que no se con- H). Una técnica de laboratorio afirma: “cuando tamine el cuello [del bebe]. Lo limpiamos, con no vienen a sus citas, cuando no cumplen sus una gasa húmeda y ellas piensan con eso que controles,… siempre les enoja el personal: ‘¿por estás limpiando, estás bañando. No quieren qué no vienen?’ Tienen miedo a eso” (Técnica). que les toque nada. Entonces eso hemos opta- Sin embargo, las obstetrices demuestran em- do ahora no hacerles nada, no quieren que les patía por los temores de las pacientes: toque nada porque dicen que les van a bañar. Una u otra se resiste, ¿por qué?, por el te- Antes antiguamente dicen que las bañaban, las mor tal vez a la institución ya que ella siempre maltrataban… dicen maltrato psicológico (Obs- ha vivido en lugares altoandinos y tal vez nun- tetriz B). ca ha venido a los distritos, a las ciudades y de- […] entonces muchas veces ellas malen- bido a eso pues el temor, ¿no? Y dicen: “no, no tienden. Digamos que después del parto les ha- voy, ¿cómo será? Tal vez no me atienden cómo cen un aseo diario, un aseo al nivel de la vagina, quiero dar”. Son tantos temores de ellas, que una higiene perineal se les hace. Ellas muchas por eso mayormente la resistencia…A veces veces dicen: no, me han bañado. No entienden ellas creen que nosotras somos personas extra- que esta higiene es por su salud y además es ñas, raras para ellas. (Obstetriz D) con todos los cuidados de no hacerles doler, ¿Por qué no quieren venir? Siempre di- no hacer nada brusco, con agua tibia. Siempre cen miedo, ni especifican miedo. Solo creen hay una que otra que se queja. Queremos mos- que este es un sitio donde hay personas enfer- trarles que no es así, la realidad. También hay mas, hay personas que han muerto, y muchas que luchar con lo que es esto con la higiene. veces venir acá les da como, no sé, algo de te- No están acostumbradas a este tipo de cosas; mor. También no están como en sus casas, en cambiar un poquito eso, ellas un poco que les sus casas están en lugares oscuros, calientes y 104 l C R O N I C A S U R B A N A S todo eso. Acá están en un lugar iluminado, con 126). Una paciente pensaba que “mejor será te- las paredes cubiertas de mayólicas que les dan ner partera y doctora. Atenderán mejor, pues, frío, es un poco también las molestias que ellas no iríamos a Cusco” (Paciente B). Ella aludía sienten. (Obstetriz A) al trabajo de las parteras (el suysuk’a y otros Con el temor a veces coexiste la vergüen- masajes que ellas realizan) que arregla la mala za que puede experimentar la paciente, fruto posición de las wawas durante el embarazo, de la preocupación por cómo ella es percibida ya que por esta razón las obstetrices mandan a dentro de las reglas sociales en un entorno muy sus pacientes a Cusco para que les hagan una público. Una paciente compartió lo siguiente: ecografía o para que den a luz mediante cesá- “mi hermana dio a luz acá hace diez meses. rea. Y la cesárea es el temor más profundo de Tenía miedo a sus controles, nadie sabía que las mujeres campesinas hacia el parto y la me- estaba embarazada y no vivía con su esposo, dicina occidental. tenía vergüenza” (Paciente C). Además, una de Una obstetriz expresó así su preocupa- las obstetrices comentó: “estoy viendo que acá ción respecto a los elementos de la medicina la gente tiene miedo, por ejemplo, ‘mi vecina, tradicional en el trabajo de parto: ¿qué dirá?’ Hay control, traen a sus niños. Ima- gínate, la señora se embaraza de nuevo y su be- bito está chiquito y ella dice ‘mi vecina me va a ver ¿qué dirá la vecina?’ Eso, yo veo eso” (Obs- tetriz C). Se percibe en el centro que el temor a Si bien se practica la lo extraño junto con la incomodidad de no estar interculturalidad en la posición como en casa, la falta de certeza de cómo las va a tratar el personal de salud o la vergüenza por de la parturienta y se aceptan el “qué dirán” por su estado de embarazo, des- muchas prácticas durante el animan a las pacientes de buscar atención en puerperio, hay mucha resistencia el centro de salud. y poco conocimiento de la medicina tradicional l Falta de integración de la medicina tradicional andina

La preferencia de dar a luz en el domicilio (en los últimos cuatro años, casi uno de cada tres Antes del parto, ellas toman mejorana, partos registrados en el centro de salud de Pau- alguna yerbita toman. Eso no… a veces nos cartambo fue domiciliario) indica la pervivencia acelera el parto y hay una hipertonía, las con- de la medicina tradicional en las zonas rurales. tracciones se aumentan. Ahora que sabemos Hugo Delgado Súmar, quien investigó el tema y eso vamos a visitar y hablamos “hijita no tienes escribió el estudio: “Embarazo, parto y puerpe- que tomar ninguna yerbita”, se rompe el úte- rio en Ayacucho”, argumenta que el parto do- ro, hay desgarros. Eso es un factor, ahora que miciliario no solo representa “la continuidad de somos cuatro [obstetrices] estamos haciendo una herencia ancestral”, sino que es más una visita. [Las contracciones tienen] que avanzar “forma de respuesta ante la incapacidad [insu- poquito a poquito, lo normal es cinco en diez, ficiencia e ineficacia] del sistema y del Estado pero ellas tienen siete, ocho. Eso también hay para afrontar adecuada, oportuna y coherente- que ir a concientizar la paciente. Eso causa su- mente, los problemas de salud, entre muchos frimiento fetal al bebe. (Obstetriz C) otros que afectan al país” (Delgado 1988: 3). En una conversación con la partera que Delgado insiste en que la enajenación y el re- trabajaba en Paucartambo, ella dijo que utili- chazo de la integración de la medicina tradicio- zaba una infusión de mejorana para que el tra- nal con la medicina occidental fomentan inefi- bajo de parto demore menos, introduciendo y cacia en el sistema de salud de Perú, lo cual experimentando en el equilibrio sano con dife- se debe a las desigualdades y a la marginación rentes medicamentos e infusiones para las dis- cultural profundamente arraigadas en el país. tintas complicaciones que pudiera haber (Par- Y el Estado no se dispone a reconocer esto, mu- tera). cho menos a transformarlo. Pero fundamentalmente la integración de Si bien se practica la interculturalidad en las prácticas de parto y medicina tradicional a la posición de la parturienta y se aceptan mu- su trabajo representa un asunto de responsa- chas prácticas durante el puerperio de las par- bilidad para las obstetrices: “imagina si [la par- turientas en el centro de salud de Paucartambo, tera] le diera algo y morirían acá” (Obstetriz C). en este hay mucha resistencia y poco conoci- Delgado sugiere: “la única vía que supere las miento de la medicina tradicional. En el centro limitaciones propias de la medicina Occidental de salud, además, las pacientes no tienen acce- y la marginalidad en la que se ha colocado a so a sus propios medicamentos, como lo tienen la Medicina Tradicional: incorporar al sistema en la comunidad y sienten bastante vergüenza formal de salud a los especialistas tradiciona- de usarlos o ello se les prohíbe (Cáceres 2004: les, dando con ello el primer paso a la integra- C R O N I C A S U R B A N A S l 105 ción” (Delgado 1988: 4). Sugiere esto cuidado- dos, no había signos de feto. Entonces la única samente, enfatizando la necesidad y la urgen- forma de determinar qué era, era enviándola a cia de “conocerlas [las prácticas], evaluarlas, [hacerse] una ecografía en Cusco. Fue a Cusco, adoptar las válidas y deshacer aquellas que se hizo la ecografía, pero no entendió la forma resulten perjudiciales” (Delgado 1988: 4-5). En que se lo dijeron. Entonces los médicos de Cus- efecto, integrar la medicina tradicional andina, co no supieron explicar a la paciente la situa- sin ignorar que sería desafiante, tiene el poten- ción de su salud y se retornaron a su comuni- cial de afrontar la resistencia de las pacientes dad sin volver por acá. Si tal vez hubiéramos al parto institucional, que es parte de la pro- tenido un ecógrafo, habríamos podido justificar blemática de la mortalidad materna y supone, y convencer a la paciente el riesgo que tenía su además, brindar servicios adecuados dentro de salud. Yo creo que esas son las mayores limi- una realidad multicultural. tantes que tenemos hasta ahora, porque ya las otras del idioma, de entender su situación, de alguna manera lo hacemos, ¿no? (Obstetriz A) l Las referencias a la ciudad de Cusco En Cusco, la realidad es muy distinta a la atención que brindan en el centro de salud Actualmente, las ecografías son esenciales en de Paucartambo: no se utiliza el quechua, no la medicina biomédica de obstetricia. Ellas se han implementado iniciativas intercultura- ayudan a detectar complicaciones evitables du- les en el tema materno ni en ningún otro campo rante el embarazo y el parto y a vigilar el pro- de atención médica, no se permite la presen- greso de la madre y el feto. El centro de salud cia de familiares durante el parto y hay fuerte y de Paucartambo no cuenta con un ecógrafo que frecuente maltrato psicológico, físico y emocio- funcione adecuadamente y la obstetriz nom- nal contra los pacientes de zonas rurales. Una brada describió este problema grave: de las entrevistadas compartió que quiere que En todo este tiempo me he dado cuenta haya un ecógrafo en el centro de salud de Pau- que muchas veces es frustrante, como dices, cartambo para no tener que ir a Cusco, porque en la parte que no tenemos mucho apoyo, por en Cusco “son malos, tienen mala voluntad, no ejemplo, no tenemos un ecógrafo que nos ayu- tienen paciencia. Dicen, ‘¡levántate, párate!’” de a diagnosticar a tiempo algunas patologías… (Paciente B). Una paciente cuenta que, duran- Hemos tenido anteriormente muerte materna te el dolor del trabajo de parto, el personal del en una comunidad lejana. La única oportu- hospital en Cusco le gritaba “¿Por eso has teni- nidad que tuvo [la parturienta fue] para venir do hijos? ¿Para qué has tenido hijo? ¡Tienes que acá, al establecimiento. No teníamos un ecó- aguantarte!” (Paciente C). Este abuso es com- grafo para determinar cuál era su problema. No probado por una enfermera de Cusco, la cual era un embarazo molar, sabíamos que tenía in- cuenta que cuando atendía un parto la docto- cremento de altura uterina, pero no había lati- ra le decía a la parturienta del campo: “tienes 106 l C R O N I C A S U R B A N A S que aguantar el dolor, ¿para qué has abierto refieran al Cusco para una cesárea6. También las piernas?” (Enfermera). La jefe de obstetricia una lactante de Nuevo Amanecer contó: “[Las confirmó lo anterior: mujeres gestantes de esta comunidad] piensan El parto domiciliario no es el mayor pro- que van a mandarlas a Cusco para la cesárea. blema, el mayor problema es con las pacientes Se dedican a la chacra, cargan peso y tienen que tienen que dar su parto en hospital. Dicen miedo que se va a abrir la herida, quieren dar “doy acá, me muero acá, pero no voy a Cusco”. solas” (Paciente K). El potencial de una refe- Uno, por el maltrato que reciben en el hospital. rencia a Cusco, donde existen las amenazas de En el hospital obviamente no atienden parto maltrato y de cesáreas, disuade a las pacientes vertical, mucho menos con interculturalidad. de ir al centro de salud. Para ellas todo este proceso es algo traumático. (Obstetriz A) Por otra parte, las obstetrices en el cen- l Maltrato en el centro de salud de tro de salud de Paucartambo no pueden rea- Paucartambo lizar operaciones de cesárea, solo pueden ha- cerlo los especialistas en Cusco. Cuando una Predominantemente, se ve que las cuatro obs- gestante es referida a Cusco mayormente eso tetrices del centro de salud de Paucartambo significa que se le hará una cesárea, lo cual, son cariñosas, sensibles, profesionales y que según los campesinos, deja a una mujer invá- intentan atender a las pacientes con adecua- lida, se destruye su bienestar y su capacidad ción intercultural. Como ellas dicen: “están de trabajar y aportar. La jefe de obstetricia re- tras sus gestantes”. Se sacrifican bastante por conoce este choque cultural respecto a la cesá- un trabajo exigente que no es remunerado ni rea: “sobre todo nos falta trabajar el temor de reconocido en el nivel que supone este tipo de la paciente a ir a un hospital, a hacer su parto labor. atendido por cesárea, creen que la cesárea es Sin embargo, a pesar de la actitud com- convertir a la mujer en una persona inválida” prensiva de las obstetrices, también fue posible (Obstetriz A). La mayoría de las entrevistadas y observar incidencias de maltrato. Por ejemplo, las mujeres de la comunidad campesina Puca- durante la cita de una paciente lactante en el rá expresaron que su mayor preocupación y la consultorio obstétrico, una doctora entró al razón más fuerte de su resistencia para bajar consultorio y empezó a gritarle violentamente: al centro de salud de Paucartambo era que las “cállate”, “no te importa la vida de tu bebe”. La doctora levantó su mano y jaló las trenzas de la paciente, quien estaba sentada en el consulto- rio con su bebe en la manta atada a su espalda. El conflicto se aceleró y la paciente se levantó, llorando de miedo. Entonces la obstetriz tuvo que intervenir entre las dos, la doctora gritando en castellano y la paciente en quechua; luego, la obstetriz consoló a la paciente: “ya se va a ir [esta doctora], mamita”. Aparentemente esta paciente debía dinero al centro de salud7. Mien- tras ella seguía llorando, preocupada y teme- rosa, la obstetriz pidió la receta y la pagó para apaciguar la situación. Al día siguiente, la doc- tora me pidió disculpas por cómo se había por- tado, con la excusa de que “esta mujer es una terrible… Que no se muera su bebito”. Esta misma doctora se descontroló nuevamente en la visita a la comunidad Nuevo Amanecer, gri- tando, burlándose y amenazando en castellano a una mujer exclusivamente quechuahablante sobre el pago de medicamentos para su niño con diarrea8. Todas las obstetrices están de acuerdo en que el maltrato que experimentan las pacientes del centro de salud de Paucartambo no lo reci- ben de las obstetrices y una de ellas comenta sobre el maltrato de otro personal de salud: Al momento de sacar las historias de las señoras hacen esperar mucho, mucho tiem- po, y si son de lugares alejados, no les quieren atender. Dicen “¡espérate un rato!”, con gritos. A veces por el mismo hecho que son gente hu- Figura antropomorfa estilizada en los petroglifos de Pusharo. milde. No debería ser así, o por ser así, de co- C R O N I C A S U R B A N A S l 107 munidades lejanas, no les dan el trato, la im- arroz, aceite, frejoles, papillas en polvo, hari- portancia de vida que deberían dar. Y al final nas, atún) para las gestantes y las familias con todos somos seres humanos y merecemos el bebes en sus controles mensuales. Muchas de mismo trato. (Obstetriz B) las informantes, a la pregunta de por qué deci- Una forma en que las obstetrices no dieron dar a luz en el establecimiento de salud muestran una actitud óptima en el consultorio en vez de hacerlo en sus casas, responden ad- obstétrico se da cuando hay música bastante mitiendo que lo hicieron porque es obligatorio ruidosa, lo que pasa con frecuencia. Esto com- y son forzadas por el personal de salud. “No es plica más la capacidad de entendimiento entre en sí por una propia convicción de cuidar su pacientes quechuahablantes y obstetrices his- salud” (Obstetriz B). En la visita a la comuni- panohablantes. En adición a esta distracción, dad Nuevo Amanecer, el personal del centro de se observan interacciones entre pacientes y salud subió a la casa de una gestante de 36 se- obstetrices teniendo en medio la presencia de manas, que tenía una niña de tres años, y la una pantalla de computadora. Otras veces, las forzó a bajar para su control de embarazo, obli- obstetrices no invitan a la pareja de la gestante gándole a que entregue los documentos del SIS a sentarse durante el control, obstruyendo una y los DNI de la gestante misma, de su hija y su comunicación fluida y transparente. En gene- esposo durante la duración de la atención a la ral, las obstetrices reconocen que sus acciones comunidad. Así el personal de salud se aseguró y su tratamiento a las pacientes tienen un efec- de que la gestante y su hija volvieran a Paucar- to dominó en la población que atienden: tambo9. Hay que tener mucho cuidado en tratar a Una de las obstetrices explica de la si- una gestante, porque ellas van a decir a otras guiente manera la estrategia de amenazas que que [las] han atendido así. Todo es una cadena, siente como necesaria para poder acceder a la eso hay que tener mucho cuidado… Eso va a población rural: ser una cadena entre vecinas: “me han atendi- do bien”. Aun si haces tres visitas, si la tratas mal, ya fuiste. (Obstetriz C) Siempre escuchan comentarios. Los co- mentarios vienen atrás, de muchos años atrás; El maltrato y el abuso fomentan que a la actualidad ha cambiado. Pero ellas lo un ambiente de temor y peligro siguen manteniendo como algo real, que había maltratos, que no les permitíamos dar en la en los centros de salud e impiden posición que ellas querían. Otras dicen que les la confianza que pueden tener bañan cuando nunca ha ocurrido así… [risa]. las pacientes en los servicios Muchas veces no tenemos ni agua para lavar… de salud. Son cosas también que ellas se creen. Pasan de persona a persona, lo que no podemos impe- dir… Más que todo creen en lo que dijo la abue- lita, lo que dijo la vecina. (Obstetriz A) El maltrato y el abuso fomentan un am- Ya no sabemos qué estrategias tomar, biente de temor y peligro en los centros de sa- pero no con todas las gestantes, con algunas lud e impiden la confianza que pueden tener las que no hacen caso. Ya no sabemos qué estra- pacientes en los servicios de salud. Las actitu- tegias tomar porque se les habla, se les habla des del personal y la discriminación más sutil y no quieren venir a la casa materna, viviendo también limitan las ganas de acudir al centro a tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho horas de de salud. Las interacciones entre el personal caminata hacia el centro de salud. Una estra- y las pacientes afectan tanto la percepción del tegia que hemos tomado para este caso es de- centro de salud que circulan entre las pacien- cirles que “si tú no vienes a la casa materna a tes historias no solo del presente, sino también dar tu parto en institución, se te va a cortar el del pasado, acentuando la importancia de un seguro gratuito de ti, de tus hijos, de tu espo- trato con respeto, cariño y calidez. so, de todos y tú verás cómo haces para pagar cuando ellos se enfermen”. Aparte, se les va a hacer cortar, a modo de castigo, el programa La estrategia de amenazas y favores Juntos que reciben cien soles por mes. Eso ya les ayuda a ellos para comprar su leche, hue- En el afán de bajar la tasa de mortalidad ma- vo o algo para llevar a casa y de esta manera terna disminuyendo los partos domiciliarios e alimentar a sus hijos. Con eso se les amenaza, incrementando los institucionales, las estrate- del programa Juntos que se le va a retirar. Otra gias que emplea el centro de salud de Paucar- cosa con que se les amenaza: si dan parto en tambo con más fuerza son, por un lado, ame- casa no se les va a expedir el certificado de na- nazas de quitar el Seguro Integral de Salud, cimiento. Esto para que lo hagan inscribir en el SIS, y el programa Juntos y de imponer mul- municipio y consecutivamente tengan su DNI. tas a la comunidad y, por otro lado, ofertas de Y si no damos nosotros ese niño no va a tener canastas familiares de alimentos (que incluyen DNI o en todo caso… les demora… Para evitar 108 l C R O N I C A S U R B A N A S todos esos problemas que mejor que venir acá. piensa que porque nos están dando gratis no Otra cosa, si ellos dan en su casa se les cobra nos quieren atender” (Paciente D). Ella explica una multa, por todas las atenciones que se ha el desincentivo de utilizar los servicios si parece realizado, por todo el tiempo que se ha perdi- que el personal siente que está regalándoselos. do vanamente en esa mujer gestante. Aparte La conversación introductoria entre la co- tienen que pagar una multa a su comunidad; munidad de Pucará y el personal, al hacer la vi- su junta directiva, el presidente y el promotor sita, confirma la actitud paternalista y condes- se encargan de cobrar esa multa. Generalmen- cendiente. El personal que actuó como traduc- te es doscientos, trescientos soles. Si no pagan tor en esta visita enfrentó a toda la comunidad esa multa tampoco les dan la constancia que en quechua diciendo: “el Estado les está dan- es efectivamente “este niñito ha nacido acá, ese do Juntos, alimentación, seguro, y ¿qué están día, tal hora y qué sexo es”, que es muy impor- haciendo ustedes? Nada, sentados, por lo me- tante para que traigan los datos acá. Y ya pues nos deben bajar a vacunar a las wawas”10. Los de alguna manera se les expide el certificado favores y principalmente las amenazas como para que inscriban a su hijo. Con todo eso se método de motivar a las pacientes a presentar- les hace asustar un poco y de esa manera aho- se en el centro de salud para los controles de ra ya vienen a dar su parto acá. (Obstetriz B) embarazo y para tener un parto institucional, infunden aprensión, distanciamiento y resenti- miento en las pacientes, al considerar su posi- ción en relación al personal de salud.

Una parte del personal del Sugerencias para mejorar la atención centro de salud de Paucartambo intercultural presenta los servicios como Aunque se ha incorporado el parto vertical hu- favores y no como derechos para manizado y existe la casa materna, hay, sin los ciudadanos que tienen el SIS. embargo, un sentimiento compartido por todas las obstetrices de que aún queda mucho por lo- grar en la atención intercultural en el centro de salud y al mismo tiempo en animar a las mu- jeres a dar a luz en forma institucional para disminuir la tasa de mortalidad materna. Ellas El SIS y el programa Juntos son subsi- también reconocen que los partos domiciliarios dios que brinda el Estado peruano. El SIS trata siguen ocurriendo con frecuencia y creen que la de eliminar las barreras económicas en el ac- única manera de estimular a muchas pacientes ceso a la salud para los peruanos en extrema a acudir al centro de salud para sus partos es pobreza. De forma similar, el programa Juntos obligándolas o amenazándolas. también es para familias en extrema pobreza, El trabajo realizado muestra que el temor a las cuales el Estado les da cien soles al mes general a la institución, el maltrato, el temor a con condicionantes, como la asistencia de los la referencia a Cusco y a la cesárea, la lejanía, niños al colegio y el cumplimiento de las vacu- los choques culturales del ambiente, las prác- nas. El centro de salud tiene la función de cola- ticas de tacto vaginal, la diferencia de lengua borar con el coordinador del programa Juntos y los problemas de comunicación, el desco- para castigar a las mujeres que dan a luz en nocimiento de la salud biomédica de parte de sus domicilios. Realmente, el centro de salud las pacientes y la falta y/o rechazo a integrar no puede quitar el SIS, pero puede influir en la medicina tradicional andina, entre muchos la demora de su obtención para el recién na- factores más, representan las razones de re- cido y si “el bebe se enferma, es mucho gasto, sistencia a acudir al centro de salud para los mucho dinero para gente pobre como ellos in- partos. Las obstetrices del centro de salud de vertir en la salud de su bebe, porque no tienen Paucartambo enfatizan la necesidad de fortale- eso. Les conviene a ellos que el bebe tenga ya cer la confianza y concientizar a la paciente, su cuanto antes su seguro para cualquier caso de esposo y sus familiares para mejorar la aten- emergencia o alguna enfermedad que se podría ción intercultural. En adición a esto, la obste- presentar, ya pues no gastar de esa manera el triz nombrada explicó su deseo de “hacer una dinero ellos” (Obstetriz B). psicoprofilaxis, pero a su a manera, algo más Una parte del personal del centro de salud visto, más entendible para ellas”, con filmacio- de Paucartambo presenta los servicios como fa- nes, “así es la sala de parto, acá vas a dar luz, vores y no como derechos para los ciudadanos acá [se] va a atender a tu bebe, después te pa- que tienen el SIS, quienes también reciben el sas a esta sala. Ver la forma real de cómo se programa Juntos del Estado. Una informante atiende”, para familiarizar a la paciente con el criticó al personal de salud, imitándolos: “‘acá proceso (Obstetriz A). Para un siguiente paso tú no pagas nada’, ‘no te cobramos nada’… hacia la sensibilidad intercultural, otra obste- Como si fuera un regalo… La gente entonces triz reflexionó: “interculturalidad, plantearlo C R O N I C A S U R B A N A S l 109 bien, definir qué es una interculturalidad con pecialmente hombres, en el consultorio todas las colegas” (Obstetriz C). obstétrico y la sala de parto; y no permitir La investigación de campo y bibliográfi- la entrada de personas sin el permiso de ca de este trabajo ha hecho posible sugerir las la paciente. Al mismo tiempo, brindar es- siguientes reorientaciones potenciales para la pacios más cálidos, oscuros e íntimos. mejora de la atención intercultural materno- - No enojarse ni expresar molestia cuando perinatal en el centro de salud de Paucartambo las pacientes llegan a un control después y en el Perú en general: de no haber acudido a otros anteriormen- - Los centros de salud deben considerar te; al contrario, animarlas a acudir de más la integración de la medicina tradi- nuevo con optimismo y enfatizar lo positi- cional andina, en lo cual lo primordial vo de su visita. para una medicina integral empieza con - Evitar en lo posible las referencias a la la investigación de “costumbres, creen- ciudad de Cusco, consiguiendo un ecó- cias, prácticas, procedimientos y elemen- grafo para el centro de salud. Además, tos curativos aún vigentes en relación explicar la necesidad de realizar cesáreas a la concepción, el parto y el puerperio” en los casos necesarios y poner ejemplos (Delgado 1988: 7). A partir de allí, adop- exitosos. tar e integrar los elementos que apoyan - Simbólicamente, promover la ruptura de a la paciente en sus experiencias físicas, las desigualdades sociales que contribu- emocionales y psicológicas en el centro de yen a la marginalidad en el sistema de sa- salud y que no perjudican a la salud (por lud, por ejemplo, el analfabetismo y otras ejemplo, el uso de aceites, cremas y hier- barreras al acceso a la educación (idio- bas caseras durante el trabajo de parto). máticas, culturales, geográficas). - Capacitar al personal de salud en aspec- El Estado peruano y los centros de salud tos de la medicina tradicional andina e se dedican a disminuir la mortalidad materna intercultural y, por supuesto, en apren- que asola a las poblaciones marginadas del der el quechua, promoviendo su utiliza- país y agrava su posición social desventajosa. ción en el centro de salud. Con ese compromiso, deben brindar un sistema - Mantener por tiempo más largo al perso- de salud más accesible y atractivo para las po- nal de salud en el mismo lugar para fo- blaciones de zonas altoandinas, motivando, por mentar relaciones de confianza y familia- ejemplo, el parto institucional en vez del domi- ridad entre este y los pacientes. ciliario. Mayor accesibilidad a la salud institu- - Explicar los procedimientos de higiene a cional significa una transformación hacia una las pacientes y después dejar que los rea- mentalidad en la cual el fundamento y la prác- licen ellas mismas en su propio cuerpo tica de la atención médica realmente respetan (Miranda 2009: 726). e integran los conocimientos y costumbres de - Explicar en forma clara y honesta la ló- la población atendida. El Estado no solo nece- gica de tratamientos, medicamentos, etc. sita reconocer urgentemente las desigualdades a la mujer y a su pareja y evitar el tacto actuales caracterizadas por siglos de relaciones vaginal si no es absolutamente necesario. de dominación y dependencia (perpetuadas por También pedir permiso antes de hacer los el aparato estatal), sino también responsabili- exámenes, en vez de exigir que suban a la zarse de romper las brechas entre lo occidental camilla o se quiten ropa sin elección. privilegiado y lo indígena silenciado dentro del - Respetar la privacidad y limitar la entra- discurso oficial que domina en el Perú. da de gente y personal desconocido, es- 110 l C R O N I C A S U R B A N A S

ANEXO

Informantes

Entrevistas realizadas en el centro de salud de Paucartambo11 Paciente A, 19 años, Paucartambo, gestante de 34 semanas (13/4/2012) Paciente B, 41 años, Paucartambo, 3 hijos (14/4/2012) Paciente C, 23 años, Paucartambo, 1 hijo (14/4/2012) Paciente D, 35 años, Paucartambo, lactante, 1 hijo (15/4/2012) Paciente E, 20 años, Carmelina, lactante, 1 hijo (15/4/2012) Paciente F, 29 años, Paucartambo, lactante, 2 hijos (15/4/2012) Paciente G, 40 años, Puyucari, lactante, 7 hijos (15/4/2012) Paciente H, 30 años, Chumpipata, lactante, 3 hijos (15/4/2012) Paciente I, 43 años, Puyucari, 7 hijos (15/4/2012) Paciente J, 27 años, Quescay, puérpera de un día, 3 hijos (18/4/2012) Paciente (no citada) 34 años, Paucartambo, lactante, 3 hijos (14/4/2012) Paciente (no citada) 29 años, Tawantinsuyo, lactante, 3 hijos (14/4/2012)

Visita a la Comunidad Nuevo Amanecer12 (16 de abril de 2012) Paciente K, 22 años, Nuevo Amanecer, lactante, 2 hijos Paciente L, 67 a 70 años, Nuevo Amanecer, 6 hijos Paciente M, 25 años, Nuevo Amanecer (Paucartambo), lactante, 2 hijos Paciente N, 20 años, Nuevo Amanecer, gestante de 36 semanas, 1 hijo

Visita a la comunidad de Pucará14 (17 de abril de 2012) Paciente, 21 años, Pucará, lactante, 1 hijo (primer hijo fallecido) Paciente, 36 años, Pucará, lactante, 4 hijos Paciente, 26 años, Pucará, gestante de 20 semanas, 3 hijos

Partera, Paucartambo Partera, (“jubilada” hace aproximadamente cinco años) (18/4/2012)

Personal de salud, Paucartambo Obstetriz A (nombrada), (18/4/12) Obstetriz B, (18/4/12) Obstetriz C, (14/4/12) Obstetriz D, (24/4/12)� Técnica, (24/4/12)

Enfermera, Cusco Enfermera, (20/3/12) C R O N I C A S U R B A N A S l 111

Notas

1. En el anexo se incluye información sobre las per- 8. Observación participante (Paucartambo, 24 de sonas entrevistadas y sobre el lugar y fecha en los abril de 2012). que se realizaron las entrevistas. 9. Observación participante y Paciente N (Nuevo 2. Observación participante (Pucará, 17 de abril de Amanecer, 16 de abril de 2012). 2012). 10. Observación participante (Pucará, 17 de abril de 3. Informante: gestante de la Comunidad de Churo; 2012). ver también Cáceres (2004: 62). 11. Datos que se incluyen: paciente, edad, lugar de 4. Informante: gestante de la Comunidad de Churo; origen, estado, cantidad de hijos (fecha de la en- ver también Cáceres (2004: 63). trevista).

5. Observación participante (Pucará, 17 de abril de 12. Aproximadamente a una hora de distancia de 2012). Paucartambo. Datos que se incluyen: paciente, edad, lugar de origen, estado, cantidad de hijos 6. Pacientes entrevistadas de Pucará. (fecha de entrevista).

7. La obstetriz explicó que el bebe de esta mujer estu- 13. Aproximadamente a dos horas y media de distan- vo hospitalizado por bronquitis o neumonía y tenía cia de Paucartambo. Datos que se incluyen: pa- puesta una vía con suero. La mamá arrancó la vía ciente, edad, lugar de origen, estado, cantidad de y se escapó de Paucartambo porque su esposo es- hijos (fecha de entrevista). Entrevistadas no citadas. taba en la casa cuidando los animales: “por eso se fue”, cuenta la obstetriz. No se había terminado 14. La conversación citada en la entrevista fue hecha el tratamiento al bebe, si se lo hubiera terminado, el 14 de abril. el Seguro Integral de Salud (SIS), que garantiza atención gratuita, hubiera cubierto sus costos. Pero como interrumpió el tratamiento, la paciente tenía que pagar aproximadamente dieciocho soles. 112 l C R O N I C A S U R B A N A S

Obras citadas

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El futuro de los idiomas oprimidos en los Andes, de Xavier Albó, cuarenta años después

Bruce Mannheim Universidad de Michigan

mpiezo con una anécdota que parece lejana para nuestro propósito de hoy, pero no lo es. Hace unos meses, una investigadora neozelandesa que vivió enE Samoa llegó a Sitka (Alaska, Estados Uni- dos) con una enciclopedia de tlingit, un idioma y una cultura indígenas actuales hoy en día en el estado de Alaska. Esta enciclopedia fue he- cha como un trabajo de amor durante varios años a base de las fuentes escritas que ella ha- bía encontrado: algunas en bibliotecas, otras en internet; fuentes que van desde el siglo XIX hasta la actualidad, incluyendo el trabajo su- mamente etnográfico de John Swanton, escrito antes de que Franz Boas fundara la antropolo- gía norteamericana. Ella presentó su trabajo –escrito comple- tamente en tlingit– a los mayores de una co- munidad de hablantes de esta lengua en Sitka. Pero nadie podía entender nada de dicha enci- clopedia. ¿Qué es lo que pasó? Quiero contes- tar esta pregunta a través de la situación actual del quechua sureño y del trabajo del antropó- logo nacido catalán –pero de corazón y nacio- nalidad bolivianos–, Xavier Albó, sobre todo a través de un artículo de este jesuita insigne que influyó en mí enormemente al principio de mi propia carrera de antropólogo y lingüista. Tal texto se titula El futuro de los idiomas oprimidos en los Andes (1977). Este libro fue publicado por primera vez hace cuarenta años en mimeógrafo por la ONG Centro de Investigación y de Promoción del Campesinado (CIPCA), fundada por el propio Xavier Albó. El ensayo también apareció unos años después traducido al inglés en una ver- sión deformada del original en castellano. Por ejemplo, el concepto usado en el original: “idio- ma oprimido”, era más apropiado que el usa- do en inglés: “idioma minoritario”, porque en 114 l C R O N I C A S U R B A N A S aquel momento la mayoría de la población tan- de selva del Cuzco –ambos siguiendo patrones to de Bolivia como de Perú hablaba un idioma que anteceden a 1532–; (2) la variabilidad que indígena. Más aun, llamar a sus hablantes “na- existe y existía en los idiomas indígenas, que tivos, autóctonos, vernáculos, indígenas, etc.”, –como cualquier idioma vivo– varían extraordi- según Albó: nariamente por la geografía, pero también cam- bian a través del tiempo por motivos internos; […] no expresa suficientemente las di- y (3) la disminución de la variabilidad según mensiones sociales que moldean sus las clases sociales y la experiencia lingüístico- peculiaridades. En ciertas zonas tradi- social dentro del quechua y del aymara, lo que cionalmente castellanas de los Andes borra la opresión social reflejada en las distin- éste es el idioma nativo, mientras que el ciones entre registros del idioma. Voy a tratar quechua de los grupos inmigrantes es el la última de estas tres limitaciones, pero quie- idioma foráneo. O si no se acepta este cri- ro repetir que no eran defectos del argumen- terio, tampoco debería aceptarse que el to de Albó, sino que reflejaban el estado de la quechua sea llamado autóctono en tan- coyuntura y las investigaciones en las décadas tas regiones de Argentina, Bolivia, Ecua- de 1960 y 1970, en las cuales se trataba a los dor e incluso del Perú donde fue introdu- idiomas indígenas en términos esencialistas1. cido por el Inca sólo unos años antes de Por lo tanto, rendir homenaje al trabajo vital de la Colonia o quizás por los misioneros ya Albó significa deshacernos de las limitaciones en pleno dominio español. (Albó 1977) de aquella época.

Se proponía entonces usar una expre- sión inventada por el lingüista paraguayo Bar- tomeu Meliá (1996): “idioma oprimido”, la que ofrecería una explicación causal a sus caracte- rísticas sociolingüísticas, como su “reducción Albó rechazaba una solución de dominios funcionales”, “bajo prestigio”, idio- romántica a nivel de idioma. ma “casero” y, aún (hoy en día), en peligro de No se puede reivindicar los extinción. Nos advierte Albó: idiomas oprimidos sin acabar, Por todo ello resulta adecuado hablar de de forma plena y consciente, una subcultura oprimida y de una pre- con la opresión social. sión que, con los siglos, no sólo atenaza, sino que llega a ahogar, siempre –repito– que no cambie la composición de fuerzas en la estructura matriz. (Albó 1977)

Su argumento tenía –y tiene– muchos El punto principal es que existe una je- puntos importantes así como limitaciones. En- rarquía de registros lingüísticos dentro de los tre los aspectos más fuertes –todavía vigentes– idiomas indígenas, jerarquía que refleja la do- se encuentra la dirección causal, que empieza minación social. Tal como ha mostrado Alan con la economía política (“la matriz,” en térmi- Durston en su libro magistral Pastoral Quechua nos de Albó) y llega a la situación lingüística, (2007), la existencia de registros del quechua rechazando la posición común –desde la época calcados en las prácticas lingüísticas españo- de José de Acosta– que va en el sentido contra- las se remonta a la última mitad del siglo XVI. rio y trata la cuestión lingüística como si tu- Lejos de describir una variedad del quechua viera una cierta autonomía o independencia de que era ya generalizada en el incanato –como la situación social. Por lo tanto, Albó rechaza- constatan investigadores destacados como Ge- ba una solución romántica a nivel de idioma. rald Taylor y César Itier–, los trabajos religio- No se puede reivindicar los idiomas oprimidos sos coloniales fomentaban el desarrollo de un sin acabar, de forma plena y consciente, con la registro particular del quechua sureño que fue opresión social. difundido a través de ellos en sus particulari- Pero el texto de Albó también tiene limi- dades, sin estandarizarlo en el sentido normal taciones, las cuales reflejan el estado del arte de la palabra. en las décadas de 1960 y 1970. Lo más sobre- Un proceso semejante se vio en el de- saliente es que se veía el “cambio lingüístico” y sarrollo del quechua como idioma vernáculo la variación lingüística solamente en términos urbano a través de la clase incipiente de terra- del contacto entre el castellano y los idiomas tenientes, constituido como un registro de elite andinos, dejando a un lado tres ejes de cambio con formas que a veces –pero no siempre– re- igualmente importantes: (1) el contacto entre idiomas indígenas, tal como se puede ver ac- tualmente en el existente entre aymara y que- 1. Nótese sobre todo el énfasis en el multilingüismo como eje chua en el norte de Potosí o también en el con- de opresión social y la tendencia a ver el idioma desde un tacto entre machiguenga y quechua en la ceja grado cero social. C R O N I C A S U R B A N A S l 115 flejaban la condición bilingüe de esta clase so- Ni siquiera el contacto lingüístico entre cial y que luego dejaría sus propios reflejos en el castellano y los idiomas indígenas es plano. el quechua mestizo-urbano de los comerciantes Se sabe, por ejemplo, que la dominación lin- y profesionales de las ciudades de Cuzco, Puno, güística que ejerce el castellano es distinta en Huamanga, Arequipa, Sucre y Cochabamba, el sur del Perú –no se lo usa en dominios públi- entre otros lugares. Por ejemplo, el historia- cos– que en Cochabamba, lugar donde el que- dor Lavallé documenta que en el siglo XVII los chua es un canal de comunicación aceptado li- miembros de las elites cuzqueñas se dirigían bremente en las emisoras de radio y en diversas entre ellos ­–por lo menos entre los varones– ocasiones públicas. Las interacciones entre el con el título de apu, que a pesar de ser palabra español y los idiomas autóctonos son distintas quechua se usaba con la pragmática de ‘señor’. en las relaciones cara a cara en distintas regio- Este es el quechua de los dramas versificados nes y ocasiones, como nos muestra el trabajo del siglo XVIII como Ollanta y El pobre más rico. reciente de Ana Babel en Vallegrande (Bolivia). También el quechua de los dramas cuzqueños También las consecuencias lingüísticas de la del siglo XIX y del Centro Qosqo de Arte Nativo, interacción entre idiomas se distinguen cuali- el de Luis Valcárcel y de José María Arguedas. tativamente en regiones diferentes. En Chim- Y, hoy en día, es el quechua de la educación borazo (Ecuador), donde la introducción del bilingüe multicultural y de las ONGs. quechua fue tardía y quizás postcontacto, una Para no apuntar en una dirección aje- variedad de quichua que ya se había acomo- na, en mi propio trabajo The Language of the dado a la sintaxis del español se acomodó más lnka since the European Invasion (1991) usé todavía formando un registro intermedio, una un modelo que no reconocía la existencia de chawpi lengua. En cambio, en el sur del Perú una diversidad de registros sociales –un mode- y en Bolivia, donde la presencia del quechua lo bien plano– para hablar de la diferenciación en la prehistoria fue más profunda –y donde histórica de la familia lingüística quechua, así el quechua conserva una sintaxis más rígida- como de la historia registrada por la escritura mente SOV (sujeto/objeto/verbo)–, la interac- del quechua sureño y de la variabilidad social ción lingüística estructural entre el quechua y entre los hablantes actuales del quechua sure- el castellano es mucho más ortogonal. A pesar ño –en fin, mea culpa, mea máxima culpa–. del folklore académico que sostiene que existen

Mujer matsiguenka de la comunidad nativa de Palotoa-Teparo sirviendo el almuerzo. 116 l C R O N I C A S U R B A N A S

lares. Entre los trabajos de Michael Pasquale y de Jorge Iván Pérez y sus asociados (2008), estudios completamente independientes el uno del otro, se puede constatar lo siguiente. Registro uno. Los hablantes monolin- gües del quechua –el 99%– tienen una apertura estrecha de sus tractos bucales y por lo tanto distinguen entre tres vocales, ninguna de las cuales corresponde a una del castellano: una i céntrica, como la i laxa del inglés, que es más o menos intermedia entre la i y la e del caste- llano; una u céntrica, como la u en la palabra book en inglés, más o menos intermedia entre la u y la o del castellano; y una ae laxa, produ- cida más en la parte delantera de la boca que la a del castellano. Estas tres vocales, cuando están cerca de una consonante uvular, se mue- ven hacia atrás, mas no bajan. Registro dos. Los hablantes del quechua que han aprendido el castellano de forma coor- dinada, en cambio, tienen una apertura abierta de sus tractos bucales. En ellos hay una dis- tinción entre las cinco vocales del castellano en el quechua y, por lo tanto, se han reubicado las vocales del quechua en términos parecidos a los del castellano. Cerca de las consonantes uvulares, las vocales bajan, mas no se mueven hacia atrás. Registro tres. Los hablantes del caste- llano que aprenden el quechua como segundo idioma –esto es, la antigua clase terrateniente, comercial y administrativa–, pero también mu- chos que trabajan de forma oficial en las zonas variedades híbridas del quechua y del castella- quechuahablantes, como profesionales y tra- no, hasta el momento no se ha podido producir bajadores de ONGs, asignan a las vocales del ni una sola descripción lingüística de tales “va- quechua sus contrapartes en castellano. Así, riedades”, que más se parecen a un chupaca- tienen un quechua de cinco vocales y apren- bras que a una variedad lingüística verdadera. den la posición de la vocal cerca a consonantes Por lo tanto, no solamente la variación dentro uvulares de memoria, palabra por palabra. del quechua no es plana, ni mucho menos, sino ¿Se pueden usar estas diferencias mi- que el contacto lingüístico entre castellano e croscópicas como señales de las distinciones idiomas indígenas es polimórfico. Y tenemos un sociales entre los hablantes? En una palabra: campo abierto para entender lo complicada que sí. En su trabajo doctoral, la antropóloga social es la interacción multilingüe en la zona andina. Margarita Huayhua (2010) hizo pruebas match Ahora voy a concentrarme en un punto guise2 tanto con hablantes de quechua como de esta interacción entre registros que es cla- primer idioma como con personas que van a ve no solamente para entender las lenguas en pueblos cuzqueños a trabajar como maestros y sí, sino también las prácticas etnográficas fina- como trabajadores de salud y de ONGs. Todos mente detalladas de las que se depende para los hablantes monolingües del quechua o los comprender las relaciones entre registros. Para que tenían el quechua como idioma dominante ello, existe un corpus creciente de evidencia podían identificar por el registro sonoro los orí- que nos permite distinguir entre los registros genes sociales del hablante; y más del 90% de de clase del quechua sureño. La evidencia so- los hablantes del castellano como primer idio- bre todo viene de la fonología: se demuestra ma también podían hacerlo. Las marcas fono- que la apertura de la cavidad bucal es distinta lógicas son un sitio potente de discriminación entre los hablantes monolingües del quechua, social. los hablantes dominantes del quechua que también hablan español y los hablantes domi- nantes de español que también han aprendido quechua. Esta evidencia proviene mayormen- 2. La prueba match guise es una prueba experimental desa- te de dos trabajos que han hecho mediciones rrollada por los sicólogos sociales para estudiar la discri- minación social en situaciones de contacto entre idiomas. sonoras de la realización de las vocales (vowel- Se hace escuchar grabaciones en distintos idiomas y en plots) entre las tres clases de hablantes y su distintos registros de un mismo idioma y se hace preguntas comportamiento cerca de las consonantes uvu- oblicuas sobre la identidad social del hablante. C R O N I C A S U R B A N A S l 117

Pero, regresando al argumento de este Finalmente, quiero regresar a la inves- texto: si revisamos los trabajos que se han he- tigadora neozelandesa y a su estudio del tlin- cho sobre el quechua tanto en la Colonia como git. Como ella, nosotros actualmente citamos en los siglos XX y XXI, se nota, casi sin excep- las gramáticas y diccionarios de los siglos XVI y ción, que describen una variedad con la bajada XVII como si fueran un repositorio transparen- de vocales o una variedad pentavocalista. Esto te, sin pensar en la manera en que fueron cons- quiere decir que la mayor parte del trabajo lin- truidos intelectual y socialmente. Los vemos güístico que tenemos del quechua no es en base como fotografías de los cerebros de los quechua a los hablantes monolingües, sino a hablantes y aymarahablantes de la época colonial, meti- bilingües o dominantes en español. Las dife- dos en una cápsula de tiempo. Los citamos –en rencias entre los sistemas de vocales, aunque vez de hacer el trabajo etnográfico y lingüístico son pequeñas, son marcas de las orientacio- duro que consiste en hablar con gente mono- nes sociales y de las formaciones conceptuales lingüe en estos idiomas– sin explicar sus prác- de los hablantes que sirvieron de informantes ticas lingüísticas de forma etnográfica, usando a estos trabajos. Más aun, todo lo que se dice las fuentes escritas hasta para entender las de los trabajos lingüísticos puede ser ampliado prácticas cotidianas de hoy. Como la investiga- a los antropólogos sociales, que por sí mismos dora neozelandesa, lo hacemos como trabajo de o por medio de un traductor reciben sus datos amor. Con todo cariño, tratamos las expresio- filtrados a través de hablantes de los registros nes “ama suwa, ama llulla, ama qilla” y “allin dos o tres. kawsay” como si fueran conceptos originarios desde tiempos inmemoriales; con todo respeto, iniciamos nuestras oraciones con “wayqikuna panaykuna” o “ñañaykuna turaykuna”, pen- sando que, si los politiqueros nacionales dicen estas frases, debe ser la manera correcta de di- Una marca de la opresión rigirse a personas que no fueron nacidas de la lingüística es que los rasgos misma madre que nosotros. Lo podemos hacer, fundamentales de las lenguas y digo otra vez, con todo el cariño que se mere- cen, pero precisamente porque son idiomas las culturas oprimidas se oprimidos. Y, al llevar al campo las fórmulas conocen solamente a través de escritas del quechua pastoral –o del quechua las orientaciones sociales de mestizo, o del quechua gamonal– que hemos las elites ajenas. leído en los libros y al interpretar las oraciones de la gente del campo con las mismas formu- las escritas –ayni, pachamama, ayllunchis–, a pesar de nuestras mejores intenciones, promo- vemos la continuación del estatus oprimido de los idiomas oprimidos. ¿Quién de nosotros está Para retornar al concepto de “idioma opri- preparado para unirse con Albó para desafiar el mido” de Xavier Albó, una marca de la opresión desorden establecido y aceptar la lengua, ya no lingüística es que los rasgos fundamentales de como objeto escolástico, sino por su sangre y las lenguas y las culturas oprimidas se conocen por su suspiro? Las buenas intenciones nos lle- solamente a través de las orientaciones socia- van solamente por una parte del camino; como les de las elites ajenas. Esta reflexión no debe nos muestran los tlingit, hay todavía mucho deprimirnos, más bien debe animar las ansias camino por abarcar y recorrer para ser entendi- intelectuales de reconceptualizar tanto la lin- dos. güística como la antropología andinas. 118 l C R O N I C A S U R B A N A S

Bibliografía

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lberto Flores Galindo y Carlos Iván De- obra más integral, Buscando un Inca (1987), gregori se conocieron, coincidieron en cayó enfermo y la crítica que tenía preparada innumerables foros, incluso en publi- Degregori hubo de ser guardada en un cajón caciones y participaron en el mismo esperando quizás una mejor oportunidad. De campoA político. Pero no fueron amigos, a pesar alguna manera, y guardando las distancias, re- de tener amistades comunes. La vida y la muer- cuerda lo que aconteció entre José Carlos Ma- te quisieron que se frustrara un debate entre riátegui y Víctor Andrés Belaunde. Cuando este ambos, debate que se esperaba fuera inmensa- comenzó a publicar sus críticas a 7 ensayos mente enriquecedor para las ciencias sociales de interpretación de la realidad peruana (1952 peruanas, pero que no pudo ser. Poco tiempo [1928]), ensayo por ensayo, el primero murió. después de que Flores Galindo publicara su Después Belaunde publicaría su famosa obra,

Alberto Flores Galindo y Carlos Iván Degregori: La polémica desplazada

Osmar Gonzales 120 l C R O N I C A S U R B A N A S integral también, La realidad nacional (1984 éticos, sociales y políticos que asumieron sin [1931]). Mala suerte la nuestra. esa dimensión y ello explica en gran medida la En este artículo trato de reconstruir los belleza de sus prosas. Amaban la literatura y argumentos expuestos por Flores Galindo y por con ella aprendieron no solo los secretos de la Degregori alrededor de la idea de la utopía an- buena escritura sino a entender que las socie- dina, utilizando el texto crítico inédito de este dades están compuestas de individuos reales, último1. Es mi homenaje a ambos intelectuales con sus dramas y alegrías. Sinesio López acos- que, cada uno a su manera, influyeron sobre tumbraba decir que los dos representan los me- mi forma de entender nuestros problemas y el jores estilos literarios de las ciencias sociales papel de los intelectuales en el Perú2. peruanas. En efecto, cuando uno lee sus textos académicos tiene la impresión de estar frente a narraciones que envuelven el ánimo y despier- Dos intelectuales, algunos aspectos tan la imaginación. Todo esto adquirió sentido definitivo cuando pusieron sus capacidades a Es mucho lo que existe en común en las figu- disposición de lo que cada uno creía que de- ras de Flores Galindo y Degregori: las ciencias bía ser la construcción de la izquierda peruana. sociales, la izquierda, la proximidad generacio- Quizás los procesos que cada cual siguió y sus nal, la academia, la labor editorial, la buena características personales impidieron la mira- escritura, la infatigable lectura, la amena con- da excesivamente ideologizada que mostraban versación. Se trata de dos intelectuales perua- otros compañeros suyos, tanto generacionales nos que vincularon su obra directamente con como políticos. el quehacer o la reflexión políticos. Entonces, Un elemento que ayuda a comprender entender sus escritos implica previa y necesa- a Flores Galindo y a Degregori es el humor que riamente conocer sus posturas políticas. portaban. Mientras el primero era más irónico Socialmente, ambos provenían de la y burlón, y con ello podía destazar a sus ad- clase media. Flores Galindo tuvo una posición versarios en las polémicas con una sonrisa de más holgada y menos conflictiva. Había naci- media luna, el segundo envolvía su sentido del do en el distrito de Bellavista, Callao, en el año humor en metáforas para destilar críticas cer- 1949, en el seno de una familia de clase me- teras, aunque tan elegantemente que no pare- dia (su padre era abogado y su madre ama de cían tales. Por otra parte, los dos eran exigentes casa). Los estudios escolares los cursó en el en el terreno moral: siempre buscaron que hu- colegio particular religioso La Salle. Su educa- biera congruencia entre lo que decían y lo que ción correspondió con los valores de la moral hacían. Flores Galindo era mucho más direc- cristiana, los mismos que eran compartidos en el núcleo familiar. Por su parte, Degregori, que había nacido en Lima, en 1945, experimenta- ba en su seno familiar el desgarro reiterado en muchos hogares peruanos: madre andina, de Ayacucho, y padre criollo; con todos los conflic- tos que ello permite suponer3. Curiosamente, como recordaba el propio Degregori, a pesar de haber estudiado en el mismo colegio, no se co- nocieron sino hasta la década de 1980. Ambos, obviamente, fueron criados, tanto en el seno fa- miliar como en el colegio, bajo los preceptos de la religión católica; pero ya cuando adultos, se distanciaron de ella, aunque esto no quiere sig- nificar que su impronta católica dejó de estar presente en la manera de estudiar los procesos sociales que los obsesionaban. Tanto uno como otro se acercaron a la palabra impresa desde muy tierna edad, descu- briendo en la lectura un placer especial y una manera estimulante de conocer el mundo. Flo- res Galindo leyó prontamente el Quijote, mien- tras Degregori se entusiasmaba con libros de aventura como los de Emilio Salgari. Ambos mostraron inteligencia precoz y gran inquietud intelectual, las que posteriormente se reforza- ron con un agudo sentido crítico, y eran dueños de sensibilidades especiales para comprender los problemas sociales. Quizás en este aspecto Flores Galindo era más racional que Degrego- ri, pero no es posible entender los compromisos C R O N I C A S U R B A N A S l 121 to que Degregori, pero ninguno de los dos –en historiador Flores Galindo, con influencia de la sus propios estilos– estaba dispuesto a conce- academia francesa, creaba la categoría “utopía der terreno en lo que creían debía ser un modo andina” y la sintetizaba en la expresión “bus- de vida. Pero si aquel era mucho más drástico cando un Inca”; Degregori, el antropólogo con frente al error, este buscaba aplicar la pedago- estudios en Estados Unidos, proponía que ha- gía, era más orientador y maestro en este as- bía un nuevo sujeto social, el andino migrante pecto. moderno, y resumía su trayectoria bajo la fór- Como profesores universitarios ambos mula “del mito de Inkarrí al mito del progreso”. eran sumamente didácticos. Amparado en sus Es en este momento de sus procesos intelec- fichas, Flores Galindo hacía gala de su gran tuales en el que demandaban sujetos políticos erudición y cada tema que estudiaba lo aborda- distintos, cuando surge una polémica que muy ba de manera integral, especialmente cuando pronto abortaría por la temprana muerte del trataba sobre sus personajes favoritos, como primero en 1990, cuando solo tenía 41 años y Mariátegui. Por su parte, Degregori tenía la trataba de concluir su ensayo sobre José María virtud de hacer de cada clase una aventura y Arguedas. era tal la sencillez de estas que producía en sus La producción académica de Flores Ga- alumnos la necesidad de seguir ahondando en lindo fue más prolífica en un tiempo más bre- las ideas que presentaba. Ello se revela en algo ve. La vocación por la historia se le reveló tem- que marca una diferencia entre nuestros dos pranamente, cuando ingresó a la Universidad personajes: si uno era un gran profesor erudito, Católica de Lima apenas terminada su adoles- el otro ejercía el liderazgo del guía académico. cencia. En ese entonces, inicios de la década de Pero ambos tuvieron como preocupación espe- 1970, su espíritu no entró en conflicto con la cial atraer a los jóvenes, no solo a los terrenos intelectualidad conservadora de la Facultad de de la investigación académica, sino también a Historia, heredera del mayor historiador perua- los campos de la participación política. no de inicios del siglo XX, José de la Riva-Agüe- ro. Fue solo paulatinamente que experimentó un cambio interior radical gracias a sucesos que enmarcaron a su generación y dieron nue- vo molde a su espíritu: las luchas de liberación nacional, la Revolución Cubana, la guerra de Flores Galindo y Degregori Vietnam, el movimiento juvenil parisino, todos jamás ocultaron su filiación ellos en el plano internacional. La crisis de la socialista o, como después les oligarquía y el golpe del general Juan Velasco gustaría decir, mariateguista. Alvarado en octubre de 1968, en el plano de las experiencias nacionales, también fueron acontecimientos decisivos en su derrotero inte- lectual. Durante sus años como estudiante en la Universidad Católica destacó rápidamente como un alumno brillante. A los veintidós años Más allá de una pequeña diferencia de ya había concluido su tesis sobre los trabaja- edad –Degregori era mayor por cuatro años–, dores mineros de la Cerro de Pasco, obteniendo fueron contemporáneos de una de las genera- el calificativo de sobresaliente. Esta tesis sería ciones peruanas más politizadas y creativas, la publicada por la propia universidad en forma de los militantes de la década de 1970. Flores de libro e inmediatamente después el joven his- Galindo y Degregori jamás ocultaron su filia- toriador sería becado para continuar su espe- ción socialista o, como después les gustaría de- cialización en la École des Hautes Études en cir, mariateguista. El primero estuvo cercano a Sciences Sociales de París. partidos de la llamada nueva izquierda, como Flores Galindo se aproximó al marxis- el MIR o Vanguardia Revolucionaria, actuan- mo, que empató rápidamente con su sensibili- do como una permanente conciencia crítica de dad social, alimentada también por lecturas de ella; mientras Degregori sí fue militante con- autores como Frantz Fanon. El marxismo para vencido del MIR IV Etapa, también de esa nue- él no significó una reducción de sus análisis al va izquierda, y luego del Partido Unificado Ma- economicismo. Por el contrario, sus obras son riateguista (PUM). Paralelamente, impulsaron ricas en perspectivas que hacen dialogar, como una prolífica actividad editorial. Con muy poco la etnohistoria, la antropología y el psicoanáli- tiempo de diferencia, hacia mediados de la dé- sis. Su estadía en Francia y la nueva orienta- cada de 1980, aparecieron la revista política El ción histórica que recibió a partir de la historia Zorro de Abajo, encabezada por Degregori, y la de las mentalidades, propia de los Annales, le revista de corte más académico, Márgenes (de permitió ampliar su formación y la manera de la Casa Sur), dirigida por Flores Galindo. Cada encarar los problemas que le interesaban. Ello publicación representaba una manera distinta se expresó en las diferentes temáticas que abor- de pensar a la izquierda peruana y cada una dó en sus estudios: los movimientos obreros y estaba sostenida en diferentes modos de com- cañeros, la conformación de mercados regiona- prender el proceso peruano. Mientras que el les, las tensiones y conflictos entre aristocracia 122 l C R O N I C A S U R B A N A S y plebe en el siglo XVIII, la relación entre el inte- llerato. Luego, hacia mediados de la década de lectual y la sociedad, entre multitud y política, 1970, regreso al Perú para ejercer la enseñanza etcétera. En ello es incuestionable la influencia en la Universidad de Huamanga. Este fue un de sus maestros: Ruggiero Romano, Robert Pa- espacio fundamental para su formación acadé- ris, Pierre Vilar y J. P. Vernant, entre otros. mica, pero sobre todo política, pues le permi- Luego de sus estudios en París, volvió al tió acceder a una parte de la realidad nacional Perú para enseñar historia en la propia Univer- ausente en los textos oficiales. Recuerda De- sidad Católica. Pero su espíritu inquieto y su gregori la importancia de dicha universidad en capacidad crítica fueron motivos para que sus esos años y señala que hasta allá llegaban es- antiguos profesores, en ese entonces ya cole- tudiantes e intelectuales de Lima y de distintas gas, lo vieran con incomodidad. Por eso es que universidades, públicas y privadas, fuera para Flores Galindo se sintió más a gusto enseñando estudiar, para descansar o para realizar tareas en la Facultad de Ciencias Sociales, especial- partidarias. En Ayacucho tradujo el famoso li- mente en Sociología, especialidad identifica- bro de Eric Wolf, Campesinos (1972), solo para da como un reducto de radicalidad juvenil. Ya los estudiantes de la universidad. Asimismo, para ese entonces nuestro historiador era autor editaba una revista y colaboraba con artículos. de varios trabajos importantes: Los mineros de Hacia fines de esa década, publica dos com- la Cerro de Pasco (1974), Arequipa y el Sur An- pilaciones, una sobre el indigenismo y el pro- dino (1977) y sus análisis sobre la rebelión de blema nacional, la otra sobre el campesinado. Túpac Amaru, la mayoría de ellos desarrollados Además, colaboró con ensayos para diferentes en Francia. Después, con Manuel Burga escri- libros, producto de seminarios nacionales o biría un libro central para entender los prime- internacionales. Posteriormente, a su retorno ros treinta años del siglo XX en el Perú: Apo- a Lima ingresaría al Instituto de Estudios Pe- geo y crisis de la República Aristocrática (1979). ruanos. Y sería en la década de 1980 cuando Casi dos años después, publicó el libro que fue- la producción académica de Degregori crecería ra calificado por algunos como el mejor dela notablemente. década: La agonía de Mariátegui (1980). Poste- Recordemos que esta década es la del riormente vinieron Aristocracia y plebe (1984), regreso a la constitucionalidad, pero también la con el que se graduó de doctor en Historia en de la aparición pública de Sendero Luminoso París. Además, compiló varios de sus muchos en Ayacucho, lugar que Degregori conocía ex- artículos bajo títulos diversos, como Tiempo de tremadamente bien. Se dedicó entonces a des- plagas (1988), quizás su selección más famosa. entrañar la lógica de Sendero Luminoso y la de Hasta llegar a Buscando un Inca. Identidad y su líder, Abimael Guzmán, a quien había co- utopía en los Andes, con el cual ganó el Premio nocido en la Universidad de Huamanga, pues Casa de las Américas en 1986, libro que tendría eran colegas profesores. A partir de entonces numerosas reediciones, tanto en el Perú como se inicia el despegue de Degregori. Publica en- en el extranjero. Complementariamente, dirigió tonces: ¡Qué difícil es ser Dios! (1989) y El sur- la revista Allpanchis y participó de numerosas gimiento de Sendero Luminoso (1990), además empresas editoriales. de ofrecer múltiples charlas y conferencias. En esos años, también ejerció el periodismo en El Diario de Marka4, periódico de gran impacto en su momento. Es decir, Degregori empezaba a ser una figura pública. A mediados de esa dé- Con muy poco tiempo de diferencia, cada, publicaría junto a Cecilia Blondet y Nico- hacia mediados de la década lás Lynch Conquistadores de un nuevo mundo (1986). Al mismo tiempo, la dirección de la re- de 1980, aparecieron la revista vista El Zorro de Abajo le otorgaría mayor pres- política El Zorro de Abajo, tigio al interior de la izquierda peruana. En la encabezada por Degregori, y la década de 1990 llegaría a ser director del Ins- tituto de Estudios Peruanos, iniciando una po- revista de corte más académico, lítica de atraer a jóvenes antropólogos de San Márgenes (de la Casa Sur), Marcos e incentivándolos a la investigación y dirigida por Flores Galindo. la reflexión conjunta. Producto de ese esfuerzo fueron libros colectivos como No hay país más diverso (2001), donde retoma una famosa ex- presión de José María Arguedas. La década de 1990, los años del fujimorismo, fueron duros Por su parte, Degregori, al terminar el y Degregori fue un constante y lúcido opositor. colegio, postuló con gran éxito a la Universidad Una vez caído el fujimorato, y con el retorno a Católica, pero sintió que la enseñanza y el am- cierta estabilidad constitucional, se conformó biente eran demasiado conservadores para él, bajo el gobierno de Alejandro Toledo la Comi- por lo que decidió postular a la Universidad de sión de la Verdad y Reconciliación, de la cual San Marcos para estudiar antropología. Poste- Degregori fue el alma. Pero ya la enfermedad riormente, viajó a Boston a terminar su bachi- que lo llevaría a la muerte se había instalado en C R O N I C A S U R B A N A S l 123

Foto aérea del río Manu con una cocha en formación en el primer plano. su organismo. Finalmente, en 2011, moriría a Me pregunto en qué medida el itinerario la edad de 66 años. intelectual de Carlos Iván resultó a su vez Para concluir este segmento, a conti- atravesado por las profundas convulsio- nuación reproduzco testimonios, que son tam- nes sociales, políticas y culturales que bién análisis, de un discípulo de cada uno de transformaron el Perú en la segunda mi- nuestros personajes, donde ellos revelan la in- tad del siglo XX. fluencia académica y personal que lograron en Quizá solo así sea posible reflexionar en trayectorias vitales irreprochables5. qué grado Carlos Iván contribuyó a le- Ricardo Portocarrero escribe sobre la vantar una determinada comprensión de sensibilidad teórica de Flores Galindo: problemas centrales; a construir ciertas visiones del Perú contemporáneo, dis- Si bien la calidad de su obra se expresa en tintas tanto de la vieja visión oligárqui- un estimulante ejercicio de pensamiento ca como del actual consenso neoliberal; crítico que combina la rigurosidad académica a la difusión de determinados valores y a y un depurado estilo literario, su calidad la creación de cierto “sentido común” en- se percibe, sobre todo, en su capacidad tre importantes sectores sociales alrede- para generar debate y polémica: una obra dor de ciertos temas: diversidad cultural, capaz de abrir nuevos derroteros e incapaz memoria histórica, violencia política, de- de pasar desapercibida. Es por ello que su rechos humanos, educación, etnicidad, influencia, pese a sus críticos, tanto los que antropología y poder, sociedad rural. Pero le recriminaban su adhesión socialista en en especial cuáles fueron sus aportes en momentos en que había dejado de estar de la reinvención de un relato histórico que moda o su supuesto romanticismo por su desde la izquierda otorgase un horizonte defensa del mundo andino y campesino, y un nuevo lenguaje para comprender los sigue teniendo una fuerza inusitada. Sus desgarramientos del Perú contemporá- críticos podrán señalar y encontrar con- neo. (Sandoval 2011) tradicciones teóricas, análisis incompletos y actitudes políticas idealistas, pero no se podrá negar que en su momento alcanzó El debate que no fue un alto grado de presencia intelectual y política que pocos han logrado en el Perú. Flores Galindo y Degregori actuaron en un (Portocarrero 2007) tiempo compartido, en espacios cercanos y re- flexionaron sobre problemas más o menos co- Y sobre la importancia personal e intelec- munes. No obstante, ello no impidió las discre- tual de Degregori, Pablo Sandoval señala: pancias, los análisis diversos, las posturas di- 124 l C R O N I C A S U R B A N A S ferenciadas. Cada uno desde su propio mirador trató de encontrar las claves de la vida nacio- nal. Ahí es cuando aparece la polémica. El contrapunteo entre nuestros dos personajes ya había tenido manifestaciones al aparecer las revistas El Zorro de Abajo y Már- genes, pero prosiguió cuando Degregori, Blon- det y Lynch publicaron Conquistadores de un nuevo mundo. Cuenta Degregori que las críticas que hizo Flores Galindo a dicha publicación lo molestaron, pues no le gustó que dijera que los autores confundían a los habitantes del Bronx con los de San Martín de Porres, en alusión al uso que hacen de Marshall Berman y su céle- bre Todo lo sólido se disuelve en el aire (1988)6. Lo que decía entre líneas Flores Galindo era que los autores leían más de lo que conocían la realidad. Al parecer, lo auténticamente pe- ruano se encontraba en el mundo andino, algo en lo que discrepaba Degregori,­ quien ya había tenido intercambios polémicos con otros miem- bros de Márgenes –como Nelson Manrique y Gustavo Buntinx– y se dispuso a ofrecer su lec- tura alternativa de la realidad escribiendo un comentario crítico a Buscando un Inca. Cuando lo redactaba, se conoció de la enfermedad incu- rable que había atacado a Flores Galindo. Por esa razón, prefirió no publicar su texto y lo hizo circular solo entre algunos amigos. Degregori lo tituló “Del mito mariateguista a la utopía andi- na” y lo desempolvó cuando, sabiendo ya de su propia enfermedad final y a instancia de Rafael samiento utópico en determinadas circunstan- Tapia, entonces director del Fondo Editorial del cias y, finalmente, alude a la apropiación que Congreso, decidió publicarlo junto con otros los diferentes grupos sociales de la Colonia y la textos relacionados. Degregori hizo algunas co- República hicieron de dicha categoría7. rrecciones de estilo menores y lo dejó listo para Para Flores Galindo, los sujetos que su publicación. En este momento (mayo de reelaboran la utopía son tanto los indígenas 2012) todavía no ha salido a la luz –qué triste como los mestizos o los criollos, convirtiéndola, ironía, un texto postergado por dos muertes–, según sus palabras, en “proyectos que preten- pero considero que se debe dejar constancia de dían enfrentar la realidad, intentos de navegar tal intercambio de ideas. Aunque en un sentido contra la corriente para doblegar tanto la de- estricto el debate no fue posible porque Flores pendencia como la dominación”. Buscando un Galindo no conoció la crítica de Degregori y me- Inca se debe entender al interior de toda la obra nos aun pudo responderle, de lo que sí hay evi- de Flores Galindo, cuyo propósito central era dencias es de dos visiones muy distintas sobre hacer una historia en donde los principales ac- el Perú que abonan al terreno de las ideas so- tores fueran las “clases subalternas”, es decir, ciales desde posturas socialistas, de izquierda. los vencidos; historia que a su juicio no ha sido escrita y que no siempre es de derrotas. Aquí se percibe muy claramente la influencia de sus Sobre la utopía andina maestros franceses. Recordemos que el contexto en el que Como he dicho, con su libro Buscando un Inca, Flores Galindo pensó el tema de la utopía an- Flores Galindo ganó el Premio Casa de las Amé- dina –y en el que se despliega la crítica de De- ricas en 1986. Para este autor, la utopía an- gregori– estaba marcado por una de las crisis dina representa el encuentro de una línea de globales más duras que ha vivido el Perú. Sen- continuidad entre el pasado y el presente, un dero Luminoso puso en evidencia la fragilidad elemento fundante en la identidad nacional pe- de la imagen que se tenía del país en la década ruana. En su base está la valoración positiva de 1980, planteando un conjunto de interro- de lo nativo, el reconocimiento de ser diferente gantes sobre lo andino que se creían resueltas: y de la importancia de lo andino para un mode- la pobreza y el retraso, su exclusión de la vida lo de desarrollo en el Perú. A su entender, son política, la fragmentación espiritual de la na- tres los rasgos característicos de la utopía: per- cionalidad. Flores Galindo considera que este mite el desarrollo de identidades colectivas, da discurso trata de ser un proyecto alternativo, cuenta de una constante reactivación del pen- precisamente en un país carente de proyectos. C R O N I C A S U R B A N A S l 125

Es el intento por recuperar la tradición andina dad de los hombres andinos coexisten imáge- en el futuro proyecto de la sociedad peruana, nes variadas y contradictorias, en las cuales los en gran parte retomando las ideas de Mariáte- elementos de la tradición están presentes. La gui. Desde esta perspectiva, la utopía es una esperanza en el progreso, la lucha por la escue- noción donde lo andino se presenta como un la y otros servicios que ofrece la modernidad, mecanismo de continuidad histórica. conviven con imágenes de vuelta al pasado, La publicación de Buscando un Inca como la recreación del mito de Inkarrí y otras despertó una importante reacción en el Perú, representaciones (aquí la alusión a Degregori y no solo en el ambiente académico. También es directa). Los migrantes –continúa– no dejan la opinión pública acogió este ensayo con gran de ser andinos por el solo hecho de vivir en la interés. Agotada la primera edición, siguió una ciudad, no rompen con su pasado por esta ra- segunda en 1987 y una tercera al año siguiente. zón. Por el contrario, aseguraba, ellos mantie- ¿Por qué la obra de un historiador se convirtió nen conexiones con su tierra, afiliándose a las en una de las más leídas? La misma temática asociaciones de su pueblo en la capital y parti- y las explicaciones que ofrece sobre los proble- cipando periódicamente en todas las festivida- mas del Perú de los años 1980, fundamental- des que se celebran en sus lugares de origen. mente sobre la violencia política, partiendo del Para precisar un poco más, para Flores Galin- pasado, son centrales para explicar su acogida. do lo andino no se refugia exclusivamente en Sin embargo, la recepción de la obra de la sierra, sino que es un espacio geográfico y Flores Galindo fue diversa y en muchos casos cultural mucho más amplio. Así, sostenía que adversa. Recordemos lo que señalaba en líneas la discusión sobre la modernidad en el Perú no anteriores: sus propuestas analíticas tienen un tenía por qué oponerse a la tradición andina. alto contenido político e ideológico y por ello Por el contrario, concluía, el conocimiento de también las reacciones a su argumentación lo andino posibilitaría descubrir el tipo de mo- tuvieron ese carácter. Hubo quienes señalaron dernidad que le corresponde al Perú. En este que Buscando un Inca era una justificación ex- sentido se entiende la aproximación que él hace plícita de la insurrección de Sendero Luminoso. desde la utopía andina. A mí me parece que lo que pretendió el autor fue enfatizar el papel de la violencia que ha estado presente en toda nuestra historia. Otros veían en la propuesta de Flores Galindo una versión contemporánea del neoindigenismo, en donde el pasado encerraría una tradición signada por Para Flores Galindo lo andino la inmutabilidad. Yo considero que el análisis no se refugia exclusivamente en que realiza escapa de esta crítica, precisamente la sierra, sino que es un espacio por el recorrido histórico que ejerce, aunque no está despercudido de cierta mirada romántica geográfico y cultural mucho sobre el elemento andino. Como buen polemis- más amplio. ta, Flores Galindo respondió inmediatamente a los cuestionamientos, reivindicando que preci- samente los llamados neoindigenistas eran los que con mayor frecuencia habían escrito so- bre la actualidad del mundo andino; que eran Flores Galindo aclaraba que su libro quienes inquirían sobre un tema tan conflicti- Buscando un Inca no significaba la necesidad vo como el de la violencia senderista. Y hacía de seguir buscándolo. Se trataba, sí, de movili- la acusación de que en el medio académico ese zar una idea como la de la utopía y de proponer fenómeno no había tenido un interés similar una lectura del pasado en función del presente, y que sus integrantes se habían limitado a la en la cual los principales actores son los hom- condena acrítica. Es cierto que Flores Galindo bres andinos y los elementos que conforman su se movía en una línea muy delgada: ¿cómo ha- cultura. Este nuevo discurso se inscribía en un blar del papel de la violencia en abstracto con proyecto socialista, como una propuesta para la presencia maciza de Sendero Luminoso? el futuro desarrollo del país. El socialismo se- Por otro lado, Flores Galindo conside- ría, pues, la nueva utopía. raba que no se había producido una ruptura radical con el pasado andino, como otros auto- res sostenían, basándose en las masivas migra- La crítica de Carlos Iván Degregori ciones del campo a la ciudad producidas desde mediados del siglo XX (en parte está pensando Degregori inicia su lectura crítica –y ubica su en el mencionado libro de Degregori y otros au- perspectiva también en los sectores popula- tores Conquistadores de un nuevo mundo). Es res– señalando que indagar en el pasado –el más, advertía, la cultura popular no es un todo más lejano posible– siempre ha estado presente homogéneo al que se le puede atribuir un solo en el pensamiento social peruano. Cotler, por contenido; la cultura presenta una mayor com- ejemplo, se remonta a la toma de Cajamarca; plejidad. Afirmaba también que en la mentali- Macera se remite a la violación que significó el 126 l C R O N I C A S U R B A N A S encuentro entre andinos y españoles. De esta desde los tiempos de la Colonia, cuando surge manera, “la recuperación del Perú andino sim- la utopía andina, y llegando hasta la actuali- boliza entonces la reivindicación de la madre, dad. Para ello, analiza rebeliones, sueños, pro- no solo vejada sino oculta, arrinconada duran- clamas, libros. Degregori reconoce la calidad de te cuatro siglos”. Pero ya en el Perú postoligár- la obra, pero afirma que “cruje” cuando llega al quico y posthispano, “las poblaciones andinas momento actual. Aquí es cuando la crítica de recuperan presencia social, política y cultural Degregori comienza a avanzar sin concesiones: en el país”, nueva interpretación que se con- “Flores, enamorado de una idea vistosa, radi- vierte en terreno de disputa. Por un lado, desde cal y romántica, la persigue más allá de sus lí- un indigenismo estatal que manipula la histo- mites”. Entonces exagera cualquier signo que ria y, por otro, desde quienes observan que el encuentra en la vida social para dar sustento acto de conquista sigue siendo actual, pero con a su elaboración sobre la utopía andina. Todo la expectativa de que el proceso de cholificación se convierte entonces en evidencia que soporta –o mestizaje vía las migraciones, especialmen- su hipótesis. De este modo, cuando la utopía te– libere a las poblaciones andinas del yugo andina decae, languidece, Flores Galindo “le oligárquico-terrateniente y haga posible que insufla bríos; cuando no la encuentra, la ima- conquisten el progreso. La mentalidad de las gina, la inventa, la advierte en cada rostro so- nuevas generaciones explica una nueva imagen cial y en cada acción política. Todo le habla de del país que construyen estos contingentes y la utopía andina”. Esta lectura lo lleva a omitir que se plasma en la educación, por ejemplo. otras evidencias, no discutir puntos polémicos Para afianzar su posición, Degregori re- y contrarios, a sesgar datos. En esta estrategia, curre a José Carlos Mariátegui, para quien la las novelas de Arguedas “le sirven de puente tradición no es algo estático, sino renovable. El para empalmar con los movimientos campesi- socialismo permitiría enlazar el pasado con la nos de los años 50 y 60”, luego con la aparición actualidad. Pero es en Jorge Basadre en quien de Hugo Blanco y con la toma de tierras en An- encuentra su punto de apoyo, pues el historia- dahuaylas en 1974. Pero inevitablemente cho- dor había llamado la atención sobre el nuevo ca con versiones de pesadilla de la utopía an- mestizaje que empieza a ser la base de la na- dina, como la que expresa Sendero Luminoso, cionalidad. Así, en ese proceso, la obra de José precisamente: “¿Qué discurso es este que luego María Arguedas cobraba nueva vitalidad y sig- de una larga marcha de esperanza a través de nificación. Este contexto explica por qué se los siglos, cuando toda la argumentación apun- vuelve a Mariátegui desde la década de 1970 taba a un final apoteósico, termina en cambio – –precisamente los años del reformismo estatal en un momento tan grave y desesperanzado de del velasquismo–, donde lo andino y lo popu- nuestra historia– con sus banderas revolucio- lar adquieren protagonismo y permiten pensar narias convertidas en ‘discurso de dominación’ bajo nuevas claves el tema de la nación, sos- o pesadilla?”, se pregunta con evidente ironía tiene Degregori. La democracia aparecía en el Degregori. horizonte como un tema importante, pero tam- Una de las razones por las cuales Flores bién la utopía andina, aunque con una atin- Galindo no comprende a cabalidad el fenómeno gencia: “A pesar de la calidad de los trabajos que estudia –señala Degregori– es que si bien que se realizan en ambos campos, la bifurca- describe con acierto los cambios ocurridos tan- ción constituye un empobrecimiento del debate to en los grupos de poder terratenientes como anterior; expresa de alguna manera las nuevas en el propio Estado y en el declive de la agricul- escisiones que desgarran el país y en algunos tura, entre otros, se olvida de un componente casos contribuye a ahondarlas”. Se producen fundamental: el propio campesinado y las mo- entonces dos lecturas: mientras la del proyecto dificaciones que ha experimentado en las últi- nacional se sumerge en el tema de la democra- mas décadas. En sus luchas, los campesinos cia y este en el de la gobernabilidad, la lectura no van necesariamente pertrechados de armas de la identidad nacional pasa del mito mariate- ni quieren arrasar con las propiedades de los guista a la utopía andina. La consecuencia es hacendados. Esto, que puede ser visto como que no se incorpora el pasado en el presente, una demostración de debilidad o como una ac- sino que se subsume el presente en el pasado, titud reformista, Degregori lo entiende como la sentencia Degregori. expresión de una nueva fortaleza y de mayor Específicamente, en la crisis total de la astucia. Se trata de un nuevo nivel de concien- década de 1980, se estructura una lectura de cia política que Flores Galindo, permanecien- la historia basada en la violencia y el autori- do fiel a su discurso, no descubre ni pretende tarismo, llegando a asociaciones demasiado li- entender. “Es esta ‘cuestión del poder’ la que bres para explicar esta supuesta característica marca el punto de quiebre”. Flores Galindo de- nacional. Se trata de una mirada apocalíptica riva entre comprender la revolución y anunciar y fatalista, sostiene Degregori. La producción el apocalipsis, sostiene Degregori. Finalmente, académica de la época comprobaría este aser- para cerrar sus argumentos afirma: “Y enton- to. Y ahí se encuentra, justamente, la obra de ces, al cerrar el libro, constatamos que AFG Flores Galindo, Buscando un Inca. Discurso ha quedado desgraciadamente atrapado en la brillante que recorre nuestra historia partiendo ‘cárcel de larga duración’ de sus ideas. Porque C R O N I C A S U R B A N A S l 127 a lo largo del libro, la ‘mística milenarista’ de que estos se acrecientan en la medida en que se la utopía andina ha sido la columna vertebral acerca al tiempo presente. En otras palabras, de la cultura andina. Por tanto, en su propues- Degregori acepta su lectura sobre el pasado re- ta final el mundo andino aporta la pasión y el moto, pero la cuestiona cuando se acerca a su marxismo (ojo: el marxismo es un producto de contemporaneidad, que es la de ambos. Pero si ‘occidente’), la razón. Cualquier lector atento partimos de que el análisis de Flores Galindo advertirá que sobre esa frase final siguen va- es un discurso narrativo, y por tanto ideológico gando insepultos los espíritus de los viejos mis- (lo que no lo supone desgajado de hechos his- tis y su visión teñida de ‘acendrado racismo’”. tóricos, reales), las mismas críticas pueden ser trasladadas al pasado. Solo se trataría de bus- car evidencias. Las herencias dejadas en nuestras El tercer aspecto se refiere a la pregunta ciencias sociales acerca de si la utopía es una construcción de intelectuales y sobre cómo y por qué se hace En esta sección final me refiero a algunos as- carne en los campesinos. ¿O acaso es un dis- pectos que me surgen de la crítica aquí resu- curso intelectual atribuido a los campesinos mida de Degregori al libro de Flores Galindo. indígenas y del cual estos no se han enterado? El primer punto es la contradicción –o tensa ¿Los movimientos indígenas tienen en su base convivencia– ­que se advierte en Flores Galindo la recuperación de la utopía o una racionalidad entre el ser ideólogo y el ser historiador. Quizás que todavía no sabemos desentrañar? Degrego- se pueda resumir su estrategia diciendo que ri afirma que los campesinos andinos muestran pretendía ser ideólogo basándose en la historia, su racionalidad en las últimas décadas, pero entendiendo por ideólogo a aquel que justifica ¿por qué la existencia de racionalidad no pue- proyectos políticos. Por ello, resulta inevitable de ser atribuida al mundo andino de otros si- que cuando Degregori critica las afirmaciones glos, claro que con características, objetivos y de Flores Galindo, inmediatamente se deslice a orientaciones distintos? Pareciera que ahora sí, la postura ideológica de este y viceversa. antes no. El resultado de esta reflexión quizás El segundo punto es el que se refiere a sería otro si en vez de perseguir el camino de la algo en lo que discrepo cuando Degregori se- utopía se siguiera el de la racionalidad. ñala que mientras Flores Galindo mira al pasa- El cuarto punto es sobre la continuidad do más lejano no incurre en mayores deslices, de la utopía andina: Túpac Amaru leyó a Gar- 128 l C R O N I C A S U R B A N A S cilaso, es cierto, ¿pero lo hicieron los indígenas lectual y la política: ¿Buscando un Inca es un que lo acompañaron en 1780?, ¿cómo se trans- arma para la acción? Esto implica otra pregun- mitió la idea de la utopía andina, mediante qué ta: ¿con quién está polemizando Flores Galin- canales, con cuáles actores? Complementa- do? No solo con otros historiadores, sino con riamente, ¿cómo se emparenta el movimiento sujetos políticos de carne y hueso que están ac- tupacamarista con el de Aguilar y Ubalde, por tuando en la vida pública contemporánea. En ejemplo? La unidad, me parece, no la da la his- este sentido, es preciso mencionar que Flores toria, sino la mirada de quien la lee e interpre- Galindo tenía proyectado escribir una especie ta. de anti-Hernando de Soto para tratar de ganar En quinto lugar, quiero aludir a que la el imaginario colectivo de las clases populares. continuidad que busca transmitir Flores Galin- Él mismo proponía leer El otro sendero no como do es difícil de seguir, puesto que no solo inclu- un texto académico sino como uno eminente- ye a indígenas sino también a mestizos de di- mente ideológico y político; exactamente como ferentes espacios geográfico-culturales y siglos. seguramente pensaba él que se debería hacer Por ello, es muy rica la exposición que hace De- con el suyo. gregori sobre otras maneras con las que se pue- Por otra parte, Degregori –partiendo de entender la utopía andina, según estén las también de su necesidad de comunicar sus re- comunidades más cerca del polo moderno o del flexiones al campo político, de izquierda espe- polo tradicional. Precisamente, la lectura ideo- cíficamente–, por la manera lógica y envolvente lógica que exhibe Flores Galindo le impide ver como construye su contraargumentación a Flo- esos matices y llega a excluir las evidencias que res Galindo –pero no solo en este texto, eviden- incomodan en su argumentación, como afirma temente–, nos remite a la figura de un intelec- Degregori. Finalmente, si la utopía andina de tual racional, pero que paradójicamente arropa todos estos sectores sociales no solo es antico- sus reflexiones en una escritura literaria, con lonial sino también antioccidental, ¿cómo hace metáforas e imágenes sintetizadoras que facili- el mestizo, siendo un producto del contacto con tan la transmisión de sus ideas. Por momentos, Occidente, para mantener cierta “pureza” an- más que un antropólogo parece un literato, un dina? cuentacuentos que utiliza la palabra oral para El sexto punto tiene que ver con lo ar- transmitir su mensaje; su escritura está plena gumentado por Degregori sobre si está de ve- de oralidad y esto es parte de su encanto. ras arraigado el mito del progreso en los nuevos Sin embargo, hay que advertir que el De- sujetos urbano-populares. ¿No se trata de otra gregori que escribe la reseña sobre Buscando “atribución” a los sujetos sociales que se consi- un Inca es diferente al Degregori de sus últi- dera que serían las vanguardias sociopolíticas? mos años. En efecto, mientras que hacia fines ¿No estamos más bien ante otro discurso? de la década de 1980 e inicios de la siguiente El sétimo y último punto es acerca de los él buscaba constituirse en un intelectual orgá- proyectos políticos que se derivan de cada lec- nico, en el presente siglo fue convirtiéndose en tura y del actor social que los lideraría: los cam- uno socialmente desvinculado, lo que no quie- pesinos premunidos de una gran utopía que re- re decir ajeno a causas nobles. Por el contra- mecería el orden existente desde sus bases o rio, considero que su participación destacada los pobladores neourbanos que constituirían la en la Comisión de la Verdad y Reconciliación base nacional popular del socialismo futuro. lo constituye en un intelectual preocupado por Desde otro aspecto de análisis, en al- valores generales, vale decir, como un dreyfu- gunos pasajes de Buscando un Inca tengo la sard –los que dieron origen precisamente al impresión de encontrar a un Flores Galindo intelectual contemporáneo–, y ello le permitió que se parece más a Luis E. Valcárcel que a obtener una audiencia mayor a la que gozaba Mariátegui. Su retórica suena más a la de un antes, circunscrita solo a los predios ocupados “profeta”, como calificaba el Amauta al autor por la izquierda. de Tempestad en los Andes (1977 [1927]). Am- Para terminar, más allá de las diferen- bos se presentan como antioccidentales, me- cias entre Alberto Flores Galindo y Carlos Iván siánicos, catastrofistas, e incluso reivindican Degregori quiero señalar algunas cuestiones el andinismo. En ello, Flores Galindo invierte ciertas y lamentables al mismo tiempo. En pri- una de sus mayores virtudes: la de transmitir mer lugar, que las reflexiones de ambos son los temas más áridos con profundidad y sen- parte de una herencia de inmenso valor para cillez. Por momentos uno tiene la impresión de las ciencias sociales peruanas; pero, en segun- estar frente a una narración trepidante, llena do lugar, ellas han quedado como retóricas del de actores y salidas imprevistas. Así, la uto- pasado, es decir, no alimentan los debates ac- pía andina se transforma constantemente ante tuales de las nuevas generaciones y, por consi- nuestros ojos y eso nos subyuga. La belleza de guiente, no enriquecen ni sus propios campos la forma no está separada de la rigurosidad que disciplinarios ni la reflexión política de nuestro requería su labor como científico social. Pero tiempo. Quizás ello tenga que ver con la crisis volvamos a lo indicado en las primeras líneas que observamos en el presente en los propios de este artículo sobre la relación entre el inte- sujetos sociales y políticos. C R O N I C A S U R B A N A S l 129

Notas

1. Hacia fines de 2010 (19 de noviembre), Carlos Iván 3. Creo que fui el primero o, en todo caso, uno de los me envió un correo electrónico con un texto en el primeros que hicieron una biografía de Carlos Iván. que comentaba la obra de Alberto Flores Galindo, La publiqué en mi libro Señales sin respuesta. Los pidiéndome mi opinión sobre su contenido y, ade- zorros y el pensamiento socialista en el Perú, 1968- más, preguntándome si yo pensaba que su crítica 1989 (1999), basado en la tesis que presenté para guardaba actualidad para ser publicada en un obtener la maestría en Ciencias Sociales en Flacso, texto que el Fondo Editorial del Congreso estaba México (1994). preparando con algunos otros ensayos suyos. Le respondí inmediatamente después de leer su larga 4. Años antes de que fuera convertido en el vocero crítica y le señalé que, a mi parecer, ahora resul- de Sendero Luminoso. taba más pertinente que cuando fue escrita (entre 1989 y 1990). Lamentablemente, Carlos Iván murió 5. La bibliografía sobre Flores Galindo es amplia y y aún no ha salido el volumen que preparó con las la enumera Carlos Aguirre, aunque debe haber- últimas fuerzas que le quedaban. Espero que salga se incrementado en estos últimos años. Véase su a luz pronto. Por todas estas razones me he atrevido importante artículo “Cultura política de izquierda y a escribir este artículo retornando a algunas de las cultura impresa en el Perú contemporáneo (1968- ideas que le envié a Carlos Iván. 1990): Alberto Flores Galindo y la formación de un intelectual público” (2007). Sobre Degregori, 2. Conocí a Alberto Flores Galindo en las aulas univer- debido a su reciente fallecimiento, todavía son es- sitarias cuando fui su alumno en la Universidad Ca- casos los trabajos sobre su vida y obra, aunque, tólica, a mediados de la década de 1980. Todos como era obvio, a los pocos días de su partida sus los que fuimos sus alumnos terminábamos cada amigos más cercanos rindieron sus homenajes en clase con la convicción de que la investigación emotivos artículos periodísticos. Véanse: de Sinesio histórica era una necesidad, pero también una López, “Carlos Iván Degregori” (2011); de Nicolás aventura estimulante. Yo soy sociólogo, pero estoy Lynch, “Adiós a un ateniense” (2011); de Alberto seguro de que sus amenas y eruditas clases me lle- Adrianzén, “Elogio de la lucidez” (2011); de Carlos varon a incorporar la dimensión histórica en mis en- Tapia, “Carlos Iván Degregori” (2011); o, de Gusta- tonces trabajos iniciales. Por esos mismos años, un vo Gorriti, “El tiempo, la muerte, la lucidez” (2011); grupo de amigos (Eduardo Arroyo, Manuel Castillo, por mencionar algunos ejemplos. Julio Alfaro, Artemón Ospina y Mirtha García, entre otros), empezamos a editar una revista de cierto 6. Un análisis de este libro, pero en comparación con éxito en su momento, Los Caminos del Laberinto. El otro sendero, de Hernando de Soto et al. (1986), Tito, como le decíamos todos los que lo conocía- se puede consultar en mi artículo “Populistas contra mos, nos acompañó en esa empresa editorial. Pre- revolucionarios” (2011). cisamente, en el tercer número de esa publicación (abril de 1986), publicamos su artículo “Soldados 7. Un texto muy importante que comenta Buscando y montoneros”, que resultó ser el primer adelanto un Inca se encuentra en el libro de Manuel Burga, que dio a conocer del libro que sería pocos meses La historia y los historiadores en el Perú (2005), que después puesto en circulación: Buscando un Inca. me ha sido muy útil para esta sección. También he utilizado, reelaborándolo, el artículo que escribí en colaboración con Fanni Muñoz, “Buscando una utopía” (1998). 130 l C R O N I C A S U R B A N A S

Bibliografía citada

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1990 El surgimiento de Sendero Luminoso. Ayacucho LYNCH, Nicolás 1969-1979. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. 2011 “Adiós a un ateniense”. En: La República, 24 de mayo. 2001 (editor) No hay país más diverso: compendio de antropología peruana. Lima: Universidad MARIÁTEGUI, José Carlos del Pacífico / Instituto de Estudios Peruanos. 1952 [1928] 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. 3ª edición. Lima: Editorial Amauta. DEGREGORI, Carlos Iván; Cecilia BLONDET y Nicolás LYNCH PORTOCARRERO GRADOS, Ricardo 1986 Conquistadores de un nuevo mundo. De inva- 2007 “Alberto Flores Galindo: la historia, la política sores a ciudadanos en San Martín de Porres. y el socialismo”. En: Ciberayllu, 6 de mayo. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. .

FLORES GALINDO, Alberto SANDOVAL, Pablo 1974 Los mineros de la Cerro de Pasco 1900-1930. 2011 “Carlos Iván Degregori: un intelectual público Un intento de caracterización social. Lima: y de izquierda”. En: Quehacer, Nº 182, abril- Pontificia Universidad Católica del Perú. junio.

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1986 “Soldados y montoneros”. En: Los Caminos del WOLF, Eric Laberinto, Nº 3. 1972 Campesinos. Ayacucho: Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga.