Valles Pasiegos
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VALLES PASIEGOS El corazón de Cantabria Los ríos Pas, Pisueña y Miera dibujan tres cuencas fluviales que comparten una cultura, la pasiega, sin perder las peculiaridades propias de cada valle. A la izquierda, el interior del Palacio de Soñanes, en Villacarriedo. Arriba, el Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz (patrona de los pasiegos), en Selaya, junto a la Casa de la Beata. En páginas anteriores, tradicionales cabañas pasiegas. on muy pocos los lugares de mitía sortear la difícil orografía de la los principales atractivos de la comar- nuestra geografía donde la Cordillera Cantábrica, cuando la nie- ca sin emplear demasiado tiempo. interacción del hombre con ve dejaba libre los puertos, para lle- Selaya, municipio situado en la S la naturaleza ha alcanzado el gar a tierras castellanas. parte alta del valle, nos recibe con nivel de los Valles Pasiegos. Aquí, en Por suerte, las comunicaciones han sus casonas hidalgas y palaciegas, este pequeño rincón del sur cánta- cambiado mucho desde entonces, lo como la del Marqués de Donadío, bro, lindante con la provincia de que nos hace llegar a la comarca de pero también con un amplio abanico Burgos, los campesinos llevan mo- los Valles Pasiegos con suma facili- de servicios actuales -comercios, delando el paisaje agrario desde ha- dad, mientras el paisaje continúa restaurantes, tiendas...- que hacen de ce cinco siglos, con el fin de obtener prácticamente intacto, circunstancia la población uno de los centros el máximo rendimiento ganadero a que nos permite disfrutar de algunas neurálgicos del Pisueña. El río atra- un medio natural que nunca lo puso de las panorámicas más bellas del viesa el casco urbano del pueblo y demasiado fácil, principalmente, de- norte peninsular. Son muchas las op- sirve de guía para llevarnos hasta bido a una complicadísima orografía. ciones y recorridos posibles por estos otros rincones de Selaya que merece De hecho, el término ‘pasiego’ no se tres valles que discurren casi en para- la pena resaltar. refiere simplemente al habitante de lelo. En nuestros caso, preferimos to- El primero es el Santuario de estos valles y sus deliciosos sobaos. mar como punto de partida -y aloja- Nuestra Señora de Valvanuz, patrona Este gentilicio define, en su origen, miento- el centro mismo del Valle del de los pasiegos, que la veneran con una mera cuestión geográfica; el Pas Pisueña, situado a su vez en medio devoción cada 15 de agosto. El tem- era el río de ‘paso’, pues en su cabe- de los otros dos valles. Una situación plo, de sencillas proporciones, se cera la ruta del Lelsa o Aguasal per- idónea, si duda, a la hora de visitar ubica en un paraje natural suma- 22 ED mente atractivo, junto a la llamada Casa de la Beata, un museo dedica- EL ORIGEN DE LOS PASIEGOS do a la curiosa historia de las amas de cría pasiegas; madres jóvenes, de La comarca pasiega ya fue poblada en oriental de Cantabria. Los pastores envia- 19 a 26 años, que habiendo criado tiempos del paleolítico, como han demos- dos por los monjes de Oña para cuidar de ya dos o tres hijos, en perfecto esta- trado los numerosos hallazgos de las Cue- su ganado decidieron pronto abandonar la do de salud, eran requeridas por vas del Miera, por trashumancia y es- Fernando VII para trabajar como no- ejemplo. Sin em- tablecerse en este drizas en la corte. bargo, fue a partir territorio, con la Montaña adentro, en el barrio de de la edad media única condición Pisueña, se conservan un buen nú- cuando se comen- del respeto y la per- mero de cabañas pasiegas de donde, zaron a crear los misividad de unos posiblemente, saldrían muchas de primeros núcleos vecinos sobre otros. aquellas esforzadas amas de cría, cir- poblacionales esta- Comenzaron a edi- cunstancia que nos recuerda las pe- bles. Todo ello, mo- ficarse, así, las pri- nurias que se llegaban a pasar en la tivado por una do- meras cabañas pa- montaña cántabra tiempo atrás. nación realizada en siegas y a cerrarse Apenas un kilómetro escaso sepa- el año 1011 por el para uso individual ra el casco urbano de Selaya del Conde Don Sancho los antiguos pasti- conjunto de Villacarriedo, donde de Castilla a favor zales colectivos, destaca por derecho propio el Pala- del monasterio bur- previa división de cio de Soñanes, la obra civil más im- galés de Oña, por la la parcela en pe- portante del barroco montañés. cual se otorgaba el queños minifun- Convertido hoy en hotel de lujo y derecho de uso de dios. Una pintores- declarado Bien de Interés Cultural, sesteaderos y pasti- ca estampa, la de el edificio constituye todo un ejerci- zales al ganado del las cabañas y los cio de estilo, proporciones y orna- clero -que más tar- cercados de piedra, mentación. de sería de la noble- que todavía se pue- Camino de Villafufre y Saro, río za y de los Monteros de la Guardia Real de de contemplar, sobre todo, en la cabecera abajo, el valle se abre y suaviza aun Espinosa- en una amplia franja del sector de los tres valles pasiegos. ED 23 A la izquierda, una casa de Esles, pueblo declarado Conjunto Histórico-Artístico. Debajo, el interior de la Colegiata de la Santa Cruz de Castañeda. más su apariencia, dejando paso a los cultivos de cereales y las huertas. Estos lares ofrecen la posibilidad de admirar palacios como el de Gómez Barreda, en Saro; la iglesia de San Lorenzo, en Llerana, que fue levanta- da en el siglo XVII sobre los restos de un primitivo templo medieval; o el Solar de Felix de Vega y Carpio, padre del insigne escritor Lope de Vega, en Vega de Villafufre. El terreno se vuelve a encrespar en el municipio de Santa María de Cayón, donde se alzan tres buenas muestras del románico pasiego: la iglesia de San Andrés, la de San Mi- guel de Carceña y la de Nuestra Se- ñora de la Asunción. Frente a la pri- mera encontramos la Casona de Ce- ballos ‘el caballero’, originalmente construida en el siglo XVI. También merece la pena desviarse hasta el pueblo de Esles, declarado Conjun- to Histórico-Artístico. Y la verdad es que, ya sea por sus casas montañe- sas, sus jardines o su magnífico en- torno, la villa bien ganado tiene el título. Ya en la parte final del valle, ac- cedemos a los últimos dos munici- pios del Pisueña; Penagos, famoso por albergar el popular Parque de la Naturaleza de Cabárceno, que ocu- pa unas antiguas explotaciones mi- neras; y Castañeda, donde no queda más remedio que descubrirse ante la armónica belleza de la Colegiata de Santa Cruz. Construida entre los siglos XI y XII, declarada Bien de Interés Cultural, el templo es todo un prodigio de proporciones, equi- librio y sencillez propios del mejor románico, a pesar de las modifica- ciones sufridas durante los años posteriores. MIERA, EL MÁS AGRESTE Si anteriormente recorrimos el Valle del Pisueña de sur a norte, ahora nos adentramos en el vecino Valle del Miera por su vertiente septentrional, es decir, a través del municipio de Liérganes, para remontar uno de los cauces fluviales más impresionantes de Cantabria. El río ha labrado aquí un valle más cerrado y agreste, don- de las cumbres alomadas del Pisue- ña han dejado paso a formaciones kársticas de caprichosas formas. Los blasones son habituales en las casonas de Liérganes (a la derecha). Arriba, el interior de la Cueva Sopeña-Salitre II. En Liérganes, sin embargo, la siempre caprichosa naturaleza se permitió un respiro, haciendo de es- te lugar un remanso de paz y tran- quilidad, rodeado de frondosa vege- tación. Quizá por ello decidieron asentarse aquí algunos de los más nobles linajes de Cantabria, como los Setién o los Miera Rubalcaba, cu- yas casonas todavía lucen hoy orgu- llosas sendos blasones. Pero también queda sitio en Liérganes para la ar- quitectura popular montañesa, la de los balcones de madera repletos de macetas con flores. LA LECHE, SEÑA DE IDENTIDAD Desde la edad media, la explotación de ga- Hoy en día, la leche sigue siendo el produc- nado vacuno para la obtención de leche to estrella de los Valles Pasiegos y basta con fresca y carne ha sido la principal actividad echar un vistazo a su paisaje rural para económica de los pasiegos. Un modo de vi- comprender la importancia que tiene di- da que se consolidó, todavía más, a princi- cha actividad ganadera. No obstante, la le- pios del siglo pasado con el aumento de la che de vaca es el ingrediente básico de los demanda urbana de leche fresca y la aper- principales alimentos típicos de la zona; tura de la fábrica de Nestlé en La Penilla, los quesos frescos, los sobaos pasiegos y las allá por 1905. quesadas. La mayoría de ellos se producen en pequeñas queserías y hornos de carácter familiar, por lo que se ha conservado el ca- rácter artesanal de los productos, ese que ‘obliga’ a utilizar única y exclusivamente ingredientes naturales. En este sentido, la creación de Denominaciones Geográficas Protegidas -como en el caso de los sobaos pasiegos- permite garantizar la autentici- dad y, por tanto, la calidad final del pro- ducto que llega a los consumidores. ED 25 Diversas rutas de senderismo nos permiten descubrir idílicos paisajes, salpicados de cabañas pasiegas y puentes de piedra. La tradición termal de la pobla- ción, originada por las bondades medicinales del manantial de la Fuensanta, fue otro de los factores influyentes en el desarrollo de Liér- ganes, sobre todo a partir del siglo XIX, cuando se levantó la primera casa de baños. Todavía hoy, la villa es un centro balneario-termal de primer orden.