Los Pasiegos, De A. García-Lomas
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. G. ADRIANO GARC~A-LOMAS 1 LOS PASIEGOS Estudio crítico, etnográfico y pintoresco (Años 1011 a 1960) SANTANDER LOS PASIEGOS G. ADRIANO GARCÍA-LOMAS Ejemplar núm. LOS PASIEGOS Estudio crítico, etnográfico y pintoresco ES PROPIEDAD DEL AUTOR (Años 1011 a 1960) Depósito legal. SA. 131. 1960 SANTANDER 19 6 O ÍNDICE BIBLIOGRAFICO SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. 1839, págs. 201-3. E. Gil Carrasco. EL PASIEGO. Idem, ídem. Antolín Esperón. 1851. págs. 390-92. DEDICATORIA EL SALTO DEL PASIEGO. L. de Eguilaz y M. Fernán'dez Caballero. Madrid. 1881. LOS PASIEGOS. Manuscrito de D. Vida1 de las Pozas Abascal. CANCIONERO PASIEGO. Fray Justo Pérez de UrbeI. Santander. 1933 A la gloriosa memoria de D. Mareelino Menéndez Pelayo, CHASCO GIRACIOSO DEL PASIEGO. Pliego de cordel núm. 316 de la serie. Imprenta J. M. Moreno. Carmona. Calle de Madre de Dios. 1860. D. Ramón Pelayo de la Torriente, Marqués de Valdecilla, y Frey LA CONSULTA DEL PASIEGO. Art. de B. Rodríguez Parest en "El Cantábrico". 2-1@-1928. 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Decía, en efecto, el inmortal polígrafo: que nuestra zona geográfica tenía tan pecu- liar fisonomía entre las de Castilla la Vieja, que ofrecía tantos rasgos distintos en su topo- grafía, en el carácter de los moradores, en sus recuerdos históricos, en su vida familiar y hasta en los accidentes de su lenguaje, que podía y d,ebía constituir #materiade especial es- tudio para el investigador (1). Notorias y destacadas son dichas características de la Montaña santanderina pero, a l mayor abvndalmiento, existe asimismo, en esta región, una singular y reducida comarca en la que por sí sola concurren diferencias cardinales y posiblemente antitéticas, no sólo cote- jandola con otras tierras castellana~s,sino con las restantes de la Península Ibérica. La glosa histórico-costumbrista d,e los habitantes de los pueblos y cabañas de los lla- mados Montes de Pas tiene, efectivamente, una solera específica como para ser incluída en 10s anales del folklore español y en los del localista, ya que a ambos los puede integrar y exornar cumplidamente. (1) PrÓ13go a IJo~sías,de Evaristo Silió. 1897. 10 G, ADRIANO GARCIA-LOMAS LOS PASIE'GOS 11 La cosecha de tipo etnográfico que de conjunto puede hacerse, relativa a estos monta- A pesar de que, por aletargadas o por perdidas, van evaporándose en el olvido las particularidades antañonas de los pasiegos, aun qued,an perspectivas prometedoras para si1 ceses, tiene que ser provechosa en todos los aspectos, pues los pasiegos poseen un rango tan típico y castilzo, que acusa marcados contrastes con la anatomía psi~coilógicade los demás catalogación, pues -en pequeño campo y amplio horizonte- todavía se respiran auras de pobladores de Cantabria que, a su vez, gozan entre sí de algunos matices diferenciales. tiempos pretéritos y se toca con las manos esa falta de coincidencias entre su manera )de ser y la de los pobladores de las restantes zonas montañesas. Sobre tales discordancias ya Félix Cavada esbozó de un modo general esta condición, puntualizándola de esta fonma : ¿Quién comparará jamás la cavilosa transcendencia del Destácanse, especialmente, su léxico y su fonética; la organización y aprovechamien- cjiie mora en las cabañas de l'as con la disinadora alegría de los habitantes de algunas ju- to de los prados, de las "branizas", de la "brerna", de los "chuzones", cabañas y "cabañas risdicciones del centro') Examinando sus usos y costumbres, las #horasse le harían momen- tos y en la ladera de los montes que habita el pasiego la atención del más indiferente siempre se vió distraída, y nunca 'dejó de hallar muclho que le admirase (2). En virtud de semiejantes cualidades, una escrarecida aportación al estudio de este tema sugestivo sacaría a la luz la incógnita de la hoy enigmática y misteriosa condición de la pasiegiiería, que si bien es austera en determinadas modalidades folklóricas, las que le concierner, atraen por su peculiaridad y apasionan por lo que tienen de románticas, pinto- rcscas y famosas. De un modo puralaente objetivo, las costumbres de los pasiegos de antaiio y aún de los de hogaño, en sus manifestaciones pastoriles, de trashumancia y de trajinería, intere- sarán al sociólogo; y sus bodas, epitalamios y funerales a la antigua usanza, con sus velato- rio~y variados trajes, así como su intrincada idiosincrasia, son materias capaces de des- pertar viva curiosidad al etnhlogo más exigente. En el concierto literario ya han dejado constancia y han sido reseñadas algunas parcelas folltlóricas de las mencionadas y otras -aunqiie en fárfara- son en parte conoci- das por la tradición oral. Quedan, sin embargo, a la intemperie documental dos firmes es- labones que todavía hay que engarzar en la cadena racial y costumbrista pasiegueril. Nos referimos al estudio antropológico del espécimen pasiego y a la necesidad, de haconcienzuda labor sobre su fraseología y su fonética, para la prosecución de nueyas huellas que corran el velo de su ignota y disoutitla filiación. Es indudable que estos dos pel- daíios del filón científico, que tanto pueden cooperar al escu2riñamiento etiológico y yaleo- Fig. 1.-MUSEO ARQUEOLOGICO NACIONAL-Porcelanas procedentes del Palacio Real. Núm. del registro: sociológico d,e los hechos distintivos de ciertas agrupaciones humanas, no han sido todavía "Fondo antiguo 4305" (pasiego) y "Fóndo antiguo 4370" (pasiega). explorados en Pas, estando virtualmente en barbeoho a pesar de ser componentes muy esti- mables para desvanecer la nebulosa que todo el cuestionario actualmente tratado y reco- vividoras", así como el uso de los elementos de transporte. Este tríptico diferencial, con nocido no ha podido conseguir, dejando el problema de la oriund,etz pasiega en la atonía o otros aditamentos en estatismo, momificados o casi en desuso, como sus ,desopilantes aven- en la dudosa certidumbre en que se halla. turas y garbeos; su clásico ropaje; su vivir casi henmético, y algunas sutilezas d,e mayor o Cumplidos aquellos requisitos -a nuestro juicio insoslayables- puede resurgir la menor cuantía, han coad,yuvado a definirlos como una tribu aislada entre los límites de los esperanza de que apunte la aurora del éxito con un cuadro más fiel y acabado de este pue- Montes de Pas.