Zapotecos Del Istmo De Tehuantepec Pueblos Indígenas Del México Contemporáneo

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Zapotecos del Istmo de Tehuantepec Pueblos Indígenas del México Contemporáneo

Mujeres desfilando durante la celebración de una calenda. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1982. Fototeca Nacho López, cdi.

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Nota sobre la autora de Tehuantepec Eliana Acosta Márquez es historiadora por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México y candidata a maestra en antropología social por la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Ha realizado estudios sobre migración e historia colonial y contemporánea entre los zapotecos del Istmo de Tehuantepec.

Fotografía 1a. de forros y portadilla: Mujer con indumentaria tradicional en un ámbito festivo. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

Fotografía página 5: Detalle de la fotografía en pág. 21.

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CDI 972.004 C65 ZAPOTECOS ISTMO Acosta Márquez, Eliana Zapotecos del Istmo de Tehuantepec / Eliana Acosta Márquez. -- México : CDI, 2007. 55 p. : fots., tablas. – (Pueblos Indígenas del México Contemporáneo) Incluye bibliografía ISBN 978-970-753-093-5

1. INDIOS DE OAXACA – ZAPOTECOS 2. INDIOS DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC, OAXACA – ZAPOTECOS 3. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) - HISTORIA 4. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) – UBICACIÓN GEOGRÁFICA 5. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) – DESARROLLO SOCIOECONÓMICO 6. IDENTIDAD ÉTNICA – ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) 7. COMERCIO INDÍGENA – ISTMO DE TEHUANTEPEC 8. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) – VIDA SOCIAL Y COSTUMBRES 9. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) – ORGANIZACIÓN SOCIAL 10. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) - RITOS Y CEREMONIAS 11. ZAPOTECOS (DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC) – POLÍTICA Y GOBIERNO I. t. II. Ser.

Catalogación en la fuente: GYVA

Primera edición, 2007

ISBN 978-970-753-093-5 / Zapotecos del Istmo de Tehuantepec

ISBN 978-970-753-006-5 / Pueblos Indígenas del México Contemporáneo

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Impreso y hecho en México

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Zapotecos del Istmo de Tehuantepec

Los bInnIZá: eL “puebLo que provIene de Las nubes” la leyeNda más aNtigua de la tradicióN zapoteca del istmo de tehuaNtepec cueNta la historia de los aNtepasados, los binnigulaza. Los “padres de la raza”, como también se les conoce, fueron elegidos por los dioses y eran unos hombres gigantes: nacieron de las nubes o descendieron de las raíces de los árboles, y además de ser guerreros y sabios, tenían la capacidad de convertirse en animales. Se dice que los binnigulaza no fueron derrotados por los españoles, pues, al son de la música y al ritmo de la danza, se dispersaron y se lleva- ron con ellos la tradición. El escritor zapoteco Andrés Henestrosa des- cribe que los binnizá, como se autodenominan los actuales zapotecos, “…cayeron a la tierra en forma de pájaros, de una nube: sabían cantos melodiosos y en las plumas trajeron pintados todos los colores del tró- pico” (2003, p. 30). Los binnizá, la “gente que provino de las nubes”, actualmente con- forman el pueblo indígena mayoritario del Istmo de Tehuantepec, y, como macroetnia, constituye el primer grupo del estado de Oaxaca y

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en el estado de Oaxaca; de igual forma un número significativo de población se localiza en Veracruz, Chiapas, Estado de México y Distrito Federal (Serrano, 2002; pp. 74, 100). Los istmeños son un subgrupo de los cuatro que constituyen una de las principales macroetnias de México, junto con los zapotecos originarios de los Valles Centrales, la Sierra Norte y la Sierra Sur. En el Istmo, donde la población total se calcula en 546 288 y más de 50 por ciento se cataloga como población ori- ginaria, 7 de cada 10 hablantes de una lengua indígena se desenvuelven en zapoteco. Así, en el Istmo de Tehuantepec cerca de 114 633 son representantes de Mujer y niña conversando en didxazá. la “gente de la palabra verdadera”, co- Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. mo también se designa a los zapotecos2 Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi. (Millán; 2006b). Si bien desde la etnografía y la his- el tercero del país, después de los na- toria es posible concebir a los zapote- huas y los mayas.1 cos como un grupo etnolingüístico, los En el año 2000 se registraron 545 581 binnizá integran una entidad diferen- zapotecos en nuestro país, de los cuales ciada, configurada por la región del Ist- cerca de 75 por ciento se concentraban mo; además tienen una historia, una tra-

1 Para fines de este trabajo, se retoman plantea- 2 El término zapoteco proviene de la palabra ná- mientos de Alicia M. Barabas y Miguel A. Barto- huatl zapotecatl, que se traduce como “pueblo lomé, quienes definieron como macroetnia a los del zapote”. Este término, usado por los mexicas grupos con cientos de miles de hablantes de un para referirse a la “gente de la palabra verdadera”, idioma, compuestos por subgrupos y comunidades. fue retomado por los españoles, se castellanizó Véase Barabas, Alicia M., y Miguel A. Bartolomé en zapoteco o zapoteca, y se generalizó como (1999). denominación propia de este grupo.

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El Istmo de Tehuantepec destaca por contar con múltiples recursos naturales, lo cual ha motivado proyectos para construir vías de comunicación y planes de explotación del entorno.

dición y un estilo cultural propios. Se cual, en distintas épocas, ha motivado a distinguen de los zapotecos de otras re- cristalizar proyectos para construir vías giones y cuentan con una variante lin- de comunicación y planes de explota- güística: el didxazá, término que alude ción del entorno que comprende esta a su origen mítico y que se traduce co- zona.4 Por sus caminos terrestres y flu- mo “palabra de las nubes”.3 viales, desde la época prehispánica fue Aunque hay fuentes que registran la lugar de tránsito. Durante la Colonia presencia de los zapotecos en el istmo también se distinguió por ser un puente oaxaqueño desde los años 700 y 800 comercial, con rutas que iban a Vera- d.C, no fue sino hasta el Posclásico (ca. cruz, Chiapas, Campeche, Guatemala o 1400) cuando su presencia predominó, La Habana. Desde entonces se formula- al grado de que desde entonces hasta la ron planes para conectar el Océano Atlán- fecha han integrado el grupo hegemóni- tico con el Pacífico, pero no fue sino co en una región multiétnica que se ha hasta finales del siglo xix cuando éstos distinguido por su ubicación estratégica. se vieron concretados con la construc- Justamente, el Istmo de Tehuante- ción del ferrocarril que conectó Coatza- pec destaca por estar en la parte más es- coalcos con Salina Cruz, y más tarde, ya trecha del territorio del país y por con- a mediados del siglo xx, con la carretera tar con múltiples recursos naturales, lo Panamericana y la Transístmica.

3 El didxazá es una de las tres variantes lingüísticas 4 El Istmo de Tehuantepec abarca una franja de 100 que se han clasificado del zapoteco en el Istmo, la kilómetros, aproximadamente. Limita al norte con cual se concentra en la zona de los Llanos; las otras el Golfo de México, al sur con el Océano Pacífico, al dos se hallan en el área montañosa de la región: la este con Chiapas y al oeste con la Sierra de Oaxaca de Petapas-Guevea y la de Lachiguiri. El didxazá es y la Sierra Madre del Sur. Como región geográfica la variante predominante y es escaso el grado de abarca los estados de Oaxaca, Veracruz, Tabasco inteligibilidad entre ésta y las otras. y Chiapas.

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Junto con la construcción de vías de primero con 22 municipios y el segundo comunicación, múltiples proyectos, en- con 19. Ambos presentan tres zonas geo- tre los que sobresalen la modernización gráficas y económicas diferenciadas: la agrícola, la industria petrolera y algu- de la planicie, donde se concentra la po- nas tentativas de desarrollo —como el blación zapoteca, orientada al comercio Megaproyecto del Istmo y el Plan Pue- y a la producción agrícola y ganadera; bla Panamá— han configurado al istmo área beneficiada por la infraestructura y oaxaqueño y han marcado la historia de las vías de comunicación. Después está los zapotecos y de los otros pueblos ori- la zona montañosa, donde coexisten za- ginarios de la región (mixes, huaves, zo- potecos, chontales, mixes y zoques; se ques y chontales). distingue por la producción de café y La región está conformada por el dis- maderas, así como por la falta de cami- trito de Juchitán y el de Tehuantepec, el nos y servicios. Por último, está la zona

Palacio municipal de Juchitán. Juchitán de Zaragosa, Oaxaca. Fotógrafo: Carlos Torres, 1992. Fototeca Nacho López. Palacio municipal de Juchitán. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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Puente de Juchitán, ejemplo del desarrollo urbano de la ciudad. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

de las lagunas interiores (lugar habitado por los huaves, pueblo dedicado pre- Junto con la construcción de vías dominantemente a la pesca), y que pre- senta los mayores niveles de margina- de comunicación, múltiples ción del Istmo (Miano; 2002, p. 30). Los proyectos han configurado al istmo zapotecos se encuentran prácticamen- oaxaqueño y han marcado te en la mayoría de los municipios (en la historia de los zapotecos 36 de 41), y en 29 constituyen el ma- así como de los demás pueblos yor número de población indígena. Más originarios de la región. de 70 por ciento se concentra en siete municipios: Juchitán, San Blas Atempa,

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Unión Hidalgo, Asunción Ixtaltepec, que, en su mayoría, no están compues- Ciudad Ixtepec, Santa María Xadaní y tos por áreas rurales; de hecho, 60 por Santo Domingo Tehuantepec. Sólo en ciento de la población se localiza en zo- Juchitán se ubica más de 40 por ciento nas urbanas y ha conformado ciudades de la población, y, junto con Tehuante- indígenas con un notable poder político pec y Ciudad Ixtepec, históricamente ha y económico. Tehuantepec destaca por dado forma a los centros económicos de haber sido, durante la época colonial, el los binnizá. centro poblacional más importante de En el marco de la diversidad de los la región, y Juchitán, por contar, hoy en pueblos indígenas del país, los asenta- día, con el principal polo comercial del mientos zapotecos se distinguen por- istmo oaxaqueño.

Mujeres, niñas y niños en una festividad. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

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Desde la época colonial, los binnizá se erigieron como el grupo predominante del Istmo de Tehuantepec; en el periodo novohispano se convirtieron en el centro de articulación de las políticas del régimen colonial, y durante los siglos xix y xx protagonizaron las vicisitudes del México independiente.

En definitiva, los zapotecos del Istmo pec; en el periodo novohispano se con- de Tehuantepec se han distinguido por virtieron en el centro de articulación de su hegemonía, su superioridad demográ- las políticas del régimen colonial, y, du- fica y por contar con mejores condicio- rante los siglos xix y xx, fueron protago- nes socioeconómicas si se las compara nistas de las vicisitudes de la moderni- con las de otros pueblos originarios de zación y de la construcción de México la región. El Estado ha impulsado su cul- como un Estado-Nación. 11 tura y, en realidad, ha sido instituido co- La configuración histórica de los za- mo modelo representativo de la región. potecos se dio en un principio por su arribo al istmo oaxaqueño. Hacia el año ConfIguraCIón hIsTórICa 1400 d.C., como parte de la expansión de Los ZapoTeCos del Señorío de Zaachila, provenientes Los binnizá se han constituido como de los Valles Centrales, los zapotecos se grupo a partir de la conjunción de una asentaron en la zona más rica y estraté- estructura de dominio y un estilo cultu- gica del Istmo, desplazando a los mixes ral. Su capacidad de negociación, la au- hacia el norte y replegando a los huaves tonomía política y la paradójica dispo- a los litorales, al sur de la región. sición al contacto cultural, dado su El hijo del señor de Zaachila, Cosijo- arraigo en la tradición, han conformado pi, quien fundara el Señorío de Tehuan- su particularidad histórica en el panora- tepec, coronó una alianza entre zapo- ma indígena del país. Desde la época tecos y mexicas al casarse con la hija prehispánica se erigieron como el grupo del tlatoani Ahuizotl. Con este pacto y predominante del Istmo de Tehuante- tras el sometimiento de diferentes pue-

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12 Vías ferroviarias que por décadas conectaron al puerto de Coatzacoalcos, Veracruz, con Salina Cruz, Oaxaca. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

blos de la zona, logró controlar las rutas los principales recursos de la zona mon- comerciales que iban al Golfo y a Cen- tañosa, de la planicie y del área costera. troamérica, y asegurar así la hegemonía Con la irrupción española, aunque zapoteca en el Istmo de Tehuantepec. se redujo el control de los zapotecos en En poco tiempo, los zapotecos conso- el Istmo, desarrollaron estrategias pa- lidaron un poder central e integraron ra compartir el poder con los conquis- asentamientos zoques, mixes, chontales tadores y afianzar su predominio en la y huaves, y con ello se apropiaron de región. En un principio, gran parte de

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la población quedó circunscrita al Mar- quesado del Valle, pero pronto estuvie- Con la irrupción española, ron bajo la jurisdicción de la Corona. los zapotecos desarrollaron Al igual que en la época prehispánica, estrategias para afianzar durante la Colonia, Tehuantepec fue el un predominio en la región. centro político de la región; en ese lugar En un principio quedaron residían las autoridades, se concentraban los tributos recaudados y desde ahí en su mayoría circunscritos los dominicos evangelizaban a los pue- al marquesado del Valle, blos indígenas. y luego directamente El Istmo continuó siendo un lugar a la Corona. estratégico gracias a sus rutas comer-

Ejemplo de una zona agrícola del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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La primera rebelión zapoteca, en 1660, estalló como consecuencia de los abusos de las autoridades en la recaudación tributaria y la explotación laboral. En 1715 hubo otra insurrección, pero esta vez los españoles prefirieron negociar y conceder más derechos.

ciales, recursos naturales y actividades se expandió a toda la región y a lo lar- productivas. De gran importancia pa- go de un año la población zapoteca se ra los zapotecos fue mantener una lógi- autogobernó. Medio siglo después, en ca económica y comercial a la par de la 1715, desconocieron una vez más a las española. En efecto, los españoles for- autoridades; los españoles, en lugar de talecieron un poder económico con el reprimir, prefirieron negociar y conce- establecimiento de haciendas, y, sobre der más derechos a la población zapo- todo, a partir de la producción ganadera teca (ibid., p. 75). 14 y del control de la sal y la grana cochi- Aunque el régimen colonial legó una nilla. Sin embargo, los zapotecos no só- región donde los zapotecos fueron favo- lo participaron en la venta de estos pro- recidos, durante el siglo xix vivieron las ductos, los más codiciados y cotizados contradicciones de la modernización y de la región, sino que también mantu- participaron en las luchas intestinas de vieron un circuito comercial al margen la joven nación. de los españoles que involucraba a los Durante este periodo destaca la cons- huaves, chontales, mixes y zoques (Co- trucción del ferrocarril, pues repercutió, ronado; 2004, pp. 72-73) entre otras cosas, en la conformación de Precisamente, la primera rebelión un nuevo escenario económico y social. zapoteca, en 1660, estalló como res- La conexión, a través de las vías ferro- puesta a los abusos de las autoridades viarias, del puerto de Coatzacoalcos y en la recaudación de tributos y la explo- el de Salina Cruz intensificó y expandió tación laboral. Como trasfondo estuvo el comercio zapoteco y motivó la intro- el intento de los españoles de obstaculi- ducción de nuevas modalidades eco- zar el comercio paralelo que habían lo- nómicas, como fueron las plantaciones grado articular los binnizá. La rebelión agrocomerciales. Desde entonces, el Ist-

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mo de Tehuantepec ha permanecido es- versificaron los oficios y las actividades trechamente integrado al capital nacio- productivas. Las poblaciones zapotecas nal y extranjero. no dejaron de ser predominantemente Este nuevo escenario económico dio agrícolas; sin embargo, en lugares co- pie a un notable incremento demográ- mo Juchitán, Ixtepec y Tehuantepec, fico; en tres décadas se duplicó prácti- además de los de campesinos y comer- camente la población —de cerca de 50 ciantes, había muchos más oficios: car- mil a más de 100 mil—, y a la par se di- pinteros, alfareros, albañiles, médicos,

Cultivo de melón, el cual constituye uno de los productos agrocomerciales de la región. Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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y del país, y sobre todo, por el despojo de las salinas al volverse monopolio de Los binnizá tuvieron que un particular. Las mismas demandas de adaptarse a las políticas del Estado esta rebelión (tierras, salinas y autono- posrevolucionario, que diseñó mía) se observan en la década de 1880 para el lado oaxaqueño del Istmo con la movilización de Mexu Chele en un polo de desarrollo agrocomercial. contra de Porfirio Díaz. Igualmente, los binnizá se involucraron en la lucha entre conservadores y liberales, lucha que se tiñó de disputas internas cuando Te- sastres, soldados, empleados públicos, huantepec tomó partido por los prime- profesores, abogados, plateros, herre- ros y Juchitán por los segundos (Bara- ros, zapateros y barberos (Reina, 1995, bas; 1999, pp. 97-98). p. 39; Coronado, 2003, p. 82). En contraste, la historia de los zapo- La modernización del Istmo de Te- tecos en el siglo xx está marcada por los huantepec durante el siglo xix inten- proyectos de modernización agrícola y 1 sificó las diferencias socioeconómicas el desarrollo de la industria petrolera. entre los binnizá y las diferentes pobla- Los binnizá tuvieron que adaptarse a las ciones. Hubo sectores sociales —como políticas del Estado posrevolucionario, la élite comercial zapoteca y los centros que diseñó para el Istmo de Tehuante- económicos, como Juchitán— que se fa- pec un polo de desarrollo industrial en vorecieron por la nueva lógica moneta- el territorio del sur de Veracruz y un po- ria; otros, en cambio, quedaron al mar- lo agrocomercial en el lado oaxaqueño. gen y fueron perjudicados en sus formas Las tres primeras décadas fueron es- tradicionales de subsistencia. pecialmente críticas, en principio por Desde los inicios de la nueva Repú- los rezagos de las políticas porfiristas, blica, el contexto político nacional tam- que favorecieron la privatización y el bién trastocó a los zapotecos. Muestra acaparamiento de tierras. Existen dos de ello es la rebelión dirigida por Che factores más: por un lado, los resabios Gorio Gómez en la década de 1830, de la Revolución, expresada en el Istmo motivada por la usurpación de terri- sobre todo en la rebelión Chegomista, torio a favor de extranjeros y de gente en la que brotaron reclamos agrarios y proveniente de otras partes de la región conflictos de linderos entre los pueblos.

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Tehuanas en procesión religiosa. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, 1979. Acervo personal.

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Y por el otro lado está el declive eco- rio no impactó considerablemente hasta nómico por la apertura del Canal de Pa- que, en la década de los sesenta, diseñó namá, que afectó considerablemente el un programa de modernización agríco- carácter comercial del puerto de Salina la a partir de la construcción de la Presa Cruz y del ferrocarril transístmico. Benito Juárez y del Distrito de Riego Nú- Una de las consecuencias más no- mero 19. El Estado pretendió dotar a los tables de lo anterior es la migración de campesinos de un sistema que posibili- grandes contingentes de población a la tara el aumento y la comercialización zona petrolera del sur de Veracruz, y, de los cultivos y superar así la agricultu- vinculado a ello, el decrecimiento de la ra tradicional y de temporal. El resultado población en los municipios zapotecos fue que un gran número de campesinos en 24 por ciento (Reina; 1994, pp. 128- se quedaron sin tierra y no gozaron de 129). La industria petrolera se convirtió los beneficios del distrito de riego, que en la fuente de empleo más importante se concentró en muy contadas propieda- de la región, y los zapotecos, en una de des. Además, se desplazaron los produc- las principales fuerzas de trabajo. Los tos agrícolas tradicionales (maíz, frijol) 1 binnizá llegaron a representar 70 por en beneficio de los nuevos (arroz, caña ciento de la población indígena que la- de azúcar), los cuales no prosperaron.5 boraba en Petróleos Mexicanos (pemex), La construcción de la refinería de y en el sur de Veracruz se concentró 25 Salina Cruz en la década de los setenta por ciento del total de zapotecos del Ist- tampoco contribuyó a superar la crisis mo (Acosta; 2005, p. 2). que dejaron los proyectos de moderni- En el istmo oaxaqueño, en cambio, zación agrícola. En el transcurso de es- la política del Estado posrevoluciona- tos años, la concentración de las tierras fértiles en pequeños propietarios, auna- da a la escasez de empleo y la falta de En los años sesenta, la concentración

de las tierras fértiles en pocas manos, 5 Arturo Warman, en el texto Los campesinos, hijos la escasez de empleo y la falta predilectos del régimen, da cuenta del conjunto de fracasos de la presa y del distrito de riego. Este pro- de actividades productivas fomentaron yecto de modernización, que fuera una de las prin- la migración y el empleo informal. cipales promesas de desarrollo en la región y una de las más esperadas demandas entre los campesinos, dio lugar a una de las mayores crisis del Istmo.

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Comercio en uno de los centros urbanos. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

desarrollo de actividades productivas, En la actualidad, desde distintas po- agudizó la tendencia de los zapotecos siciones políticas y frentes ideológicos, a migrar y a emplearse en ocupaciones los binnizá reclaman un desarrollo re- informales. En medio de este contex- gional que supere la crisis agrícola y la to, una de las respuestas más contun- falta de empleo, y logre potenciar tan- dentes fue la formación, en 1974, de la to la ubicación estratégica de la región Coalición Obrero Campesino Estudiantil como sus recursos humanos y natura- del Istmo (cocei), que no sólo reivindicó les. Para el Estado, la solución está en el derecho sobre la tierra, sino también el Megaproyecto del Istmo y en el Plan la autonomía política y la identidad Puebla Panamá, a los cuales, a pesar zapotecas. de haber sido apoyados por muchos

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Mujeres portando la indumentaria tradicional, una de las expresiones del estilo cultural zapoteco. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. 20 Fototeca Nacho López, cdi.

zapotecos, otros se han opuesto y están eL enTramado de una regIón: construyendo otras alternativas.6 predomInIo ZapoTeCo en eL IsTmo de TehuanTepeC La configuración y el entramado del Ist- 6 El Programa de Desarrollo Integral del Istmo de mo de Tehuantepec como región se ha Tehuantepec, mejor conocido como Megaproyecto dado en gran medida a partir de la cen- del Istmo, se diseñó durante el gobierno de Er- nesto Zedillo (1996-2000). Entre los aspectos que tralidad y el predominio de los zapote- contempla este proyecto se encuentran la moder- cos, y hoy en día no ha dejado de ser nización de la infraestructura de comunicaciones portuaria, urbana y de complejos petroquímicos, notable la hegemonía de los binnizá, so- así como la introducción de plantaciones agroco- bre todo en relación con los otros pue- merciales y maquiladoras, la creación de granjas blos originarios. camaronícolas y la ampliación de zonas turísticas. En tanto, el Plan Puebla Panamá se creó a inicios Cada municipio y cada comunidad del sexenio de Vicente Fox (2000), con la finalidad tienen sus propias dinámicas, a pesar de de integrar a nueve estados del sureste de México y a los siete países de Centroamérica con la lógica que se encuentran y articulan en las ciu- de la economía globalizada y capitalista. dades zapotecas. Salina Cruz y Matías

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Romero comprenden importantes polos ganaderos del istmo oaxaqueño y vera- económicos; no obstante, Tehuantepec, cruzano para vender sus productos. Ixtepec y, en mayor medida, Juchitán, Por esa razón se afirma que tal centra- constituyen los centros comerciales de la lidad comercial ha conformado una “es- región. Indígenas y mestizos concurren a tructura dual” constituida por dos eco- estas ciudades para comprar y vender, y nomías con orientaciones distintas: una tener acceso a ciertos bienes y servicios. encaminada a la subsistencia y otra, a la A Juchitán acuden desde las mujeres acumulación de capital. La segunda se huaves para ofrecer camarón hasta los concentra en las ciudades y es controla-

Zapotecos bailando. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

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da en gran parte por los binnizá, quie- centran los binnizá cuentan con más nes han propiciado que las actividades ventajas productivas y están mejor co- productivas locales sean una extensión municados. del comercio zapoteca. Hasta hace po- De especial relevancia en este proce- co, las mujeres zapotecas eran las inter- so ha sido lo que se ha denominado la mediarias del comercio de camarón que “zapotequización” del Istmo de Tehuan- producían los huaves y por mucho tiem- tepec, término que se ha utilizado para po proveyeron a mixes y zoques de mer- explicar la conformación de una cultura cancías industrializadas a cambio de sus regional de estilo zapoteca (Reina, 1995, productos locales (Millán; 2006a). p. 44; Barabas, 1999, pp. 101-102). Así En definitiva, la hegemonía zapoteca pues, en contraste con otras regiones in- ha estado aparejada a relaciones interét- dígenas, en el siglo xix, durante la lle- nicas desiguales, que se han reflejado gada de población de distintas regio- no sólo en el ámbito económico, sino nes de México y diferentes países —en también en el político y cultural. Los el contexto de la construcción del ferro- centros zapotecos han concentrado los carril transístmico—, los mestizos y los 22 recursos públicos y, por tanto, los ser- extranjeros no se erigieron como gru- vicios y la infraestructura. Por eso no es pos dominantes, sino que se adaptaron de extrañar que localidades mixes, zo- y mezclaron, y los zapotecos se consoli- ques, huaves o chontales presenten los daron como la oligarquía regional. mayores grados de marginación, mien- Si en el siglo xix los mestizos y extran- tras que los municipios donde se con- jeros se “zapotequizaron”, una centuria después no sólo tomó forma “una cultura regional de fisonomía zapoteca”, sino Las localidades mixes, zoques, que también se volvió modelo para los otros pueblos originarios del Istmo (Ba- huaves y chontales son las más rabas; 1999, pp. 101-102). Por ejemplo, marginadas, mientras que las mujeres huaves dejaron de portar su los municipios de los binnizá indumentaria tradicional y adoptaron la gozan de ventajas productivas de las zapotecas, en tanto que los mixes y mejores comunicaciones. en sus fiestas incorporaron las “velas”, forma festiva que es, por excelencia, de los binnizá.

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ConTrasTes IdenTITarIos y soCIoeConómICos Es indudable la hegemonía de los binni- zá en el Istmo de Tehuantepec; sin embargo, no dejan de ser patentes los contrastes y las contradicciones dentro de la población zapoteca. Entre los sectores sociales y los municipios se marcan las diferencias en las condiciones de vida y en los índices de marginación. Igual- mente son significativas las disputas po- líticas, sobre todo en relación con pro- blemas de linderos y con discrepancias partidarias, y a pesar de que hay un estilo cultural regional, las diferencias entre los zapotecos son notables. Muestra de las contradicciones so- Tehuana. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. 23 Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. cioeconómicas es la migración de los Fototeca Nacho López, cdi. que van a la zona petrolera del sur de Veracruz. El temprano proceso de mo- proyectos de modernización orquesta- dernización y urbanización de los za- dos por el Estado (Acosta; 2005, p. 41). potecos generó una acentuada desigual- Otro caso, como se mencionó, son dad entre los municipios y las clases las disputas por los linderos: represen- sociales. En principio, quienes no se in- tan uno de los conflictos más antiguos tegraron al nuevo escenario económi- y de mayor lucha intercomunitaria entre co buscaron en la industria petrolera las posibilidades que no encontraban en su lugar de origen. Si bien los migrantes En el siglo xix, los mestizos aprovecharon la coyuntura del desarro- y extranjeros no se erigieron llo de la creciente industria y construye- en grupos dominantes, sino ron las condiciones para una migración que se “zapotequizaron”. exitosa, generalmente se aventuraron aquellos que quedaron al margen de los

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24 Tehuantepec, uno de los centros político-económicos de la región, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

los binnizá. Por ejemplo, desde el siglo Los espinaleños en distintas épocas e xviii, los espinaleños y los juchitecos se instancias legales han abogado a favor han enfrentado por la definición de lí- de la solicitud de tierras y la ampliación mites y por la dotación de tierras.7 de su jurisdicción. Fue ya en el siglo xx cuando los espinaleños —población predominantemente campesina hasta la dé-

7 El Espinal es un municipio que colinda al este cada de los sesenta— se vieron en la con Juchitán, pertenecientes ambos al distrito del necesidad de arrendar tierras a los ju- mismo nombre. Tiene sus orígenes en el siglo xvii, chitecos; y finalmente, cuando se lega- tiempo en que se fundó la Hacienda de Santa Cruz con población española, mestiza, mulata y zapote- lizó su derecho sobre la tierra, se dio ca. En la actualidad es una población con cerca de un proceso de acaparamiento entre los 7 700 habitantes, que se distingue por mantener una arraigada identidad zapoteca y por contar con mismos espinaleños (Coronado; 2004, altos niveles de vida y de escolaridad. pp. 247-266).

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Expresión de las oposiciones identitarias entre los binnizá la constituye la añeja rivalidad entre juchitecos y tehuanos, ya sea con el tamiz de liberales y conservadores o de priistas y coceístas. Lo son también las representaciones y los estereotipos en torno a las valoraciones positivas o negativas de los diferentes tipos de zapotecos.

Las disputas intercomunitarias se han ferentes tipos de zapotecos. Los juchi- expresado especialmente en diferencias, tecos se consideran “robaganados” o e incluso, en oposiciones identitarias. “revoltosos”, pero también “valientes” En principio, los zapotecos se han dis- o “unidos”; en tanto, los tehuanos, si tinguido por el municipio de origen, de bien pueden calificarse de “traidores” o manera que es clara la distinción entre “presumidos”, se tienen por “amables” los juchitecos, tehuanos, ixtepecanos, o “conservadores de la tradición”. Mien- ixtaltepecanos, chihuitecos y espinale- tras que a los espinaleños se les suele 2 ños. Existe la noción de “nosotros” co- dar el nombre de “codos” o “cometri- mo comunidad zapoteca, la cual se ha pas”, no obstante, se les ve como “aho- fundamentado tanto en una tradición rradores” o “preparados”. como en una forma de ser compartida Las valoraciones referidas dan cuenta en el ámbito regional; sin embargo, es- de contextos distintos entre los munici- tán los “otros/nosotros”, que da cuenta pios zapotecos. Juchitán se ha destacado de la diferencia y las disputas entre las por estar constituido por gente aguerri- comunidades zapotecas del Istmo. da y no someterse al Estado; por lo que Expresión de las oposiciones identi- no es casual que en esta ciudad se ha- tarias entre los binnizá la constituye la ya fundado la cocei, uno de los movi- añeja rivalidad entre juchitecos y tehua- mientos políticos de izquierda más ra- nos, ya sea con el tamiz de liberales y dicales de la región. Tehuantepec se ha conservadores o de priistas y coceístas. distinguido por colaborar con las instan- Lo son también las representaciones y cias gubernamentales y por ser el prin- los estereotipos en torno a las valora- cipal bastión del Partido Revolucionario ciones positivas o negativas de los di- Institucional en el Istmo; también se le

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Actividad comercial en la ciudad de Juchitán. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

ha reconocido por contar con las tradi- chitán, las actividades productivas han ciones zapotecas más antiguas y menos girado en torno al comercio, y en es- transformadas. El Espinal se ha diferen- ta ciudad se ha desarrollado una im- ciado por gozar de las mejores condi- portante economía de servicios que ha ciones socioeconómicas de la región y atraído a un significativo número de po- por tener un alto grado de escolaridad y blación migrante proveniente de otras un gran número de profesionistas. partes de la región y de diferentes esta- Las diferencias identitarias se suman dos. En contraste, en Chihuitán, toda- a las distinciones socioeconómicas en- vía hace dos décadas la agricultura era tre los municipios. Por ejemplo, en Ju- la base de su sustento, y hoy en día de-

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pende en gran parte de las remesas que profesores de enseñanza básica y media proporcionan los migrantes. Ahora que superior del Istmo. el sistema tradicional de subsistencia no Por más que los zapotecos se adap- da siquiera para el autoconsumo y no se ten a nuevos escenarios económicos, las han generado otras posibilidades econó- fuentes de empleo son limitadas en la re- micas, la migración pasó de ser un me- gión, excepto la creciente economía de dio de autorregulación socioeconómica servicios en las ciudades y la escasa in- a una franca expulsión demográfica. dustria, representada básicamente por la Hasta los años sesenta, los municipios refinería de Salina Cruz y la cementera zapotecos fueron predominantemente situada en el municipio del Barrio de la agrícolas y pesqueros, con una enor- Soledad. me actividad comercial. Esta dinámica Así pues, los binnizá cuentan con se sustentaba en una estructura ocupa- mejores condiciones de vida en compa- cional por géneros, en la que el hombre ración con los pueblos indígenas de la se dedicaba a la producción agrícola o región; sin embargo, las diferencias so- pesquera y la mujer, a la preparación y cioeconómicas —vinculadas a los pro- venta de los productos del campo y del yectos de modernización y crisis agríco- 2 mar que le eran proporcionados por sus la— son considerables y se expresan en compañeros. diferentes grados de marginación. Aunque sigue siendo vigente esta for- Hay ciertos municipios como El Es- ma de economía tradicional —como en pinal, que está clasificado como de muy ciertos sectores de Juchitán o de Santa baja marginación, ya que más de 90 por María Xadaní—, ésta se ha visto trasto- ciento de su población cuenta con todos cada por la crisis agrícola, pero, sobre todo, porque los hombres han tenido que emplearse en servicios o en la re- El municipio de El Espinal ducida industria de la región, mientras se ha diferenciado por gozar que otros han terminado por migrar. En de las mejores condiciones municipios como El Espinal o San Pedro socieconómicas de la región y por Comitancillo, además de la migración, tener un alto grado de escolaridad una salida a la crisis del campo fue la profesionalización, así que se convirtie- y un gran número de profesionistas. ron en los principales proveedores de

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Hombre desgranando maíz, cultivo tradicional de los zapotecos. Asunción Ixtaltepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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los servicios, además de presentar un al- de salud (Dirección General de Pobla- to grado de escolaridad y de ingresos. ción de Oaxaca, 2000, pp. 85-89; Mi- Sin embargo, en otros, como San Blas llán, 2006b). Atempa y Santa María Xadaní, más de Las diferencias en las condiciones 40 por ciento de la población es anal- de vida y los contrastes identitarios dan fabeta, en tanto que en Santiago Lao- cuenta de que los binnizá, aunque for- llaga nadie tiene acceso a los servicios men parte de un grupo delimitado histó-

Mujeres desfilando durante la celebración de una calenda. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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rica, regional y culturalmente, no consti- y localidades que, como los huaves, zo- tuyen un pueblo homogéneo, ya que en ques, mixes o chontales, giran en torno el interior se marcan dichas diferencias. a él. El desarrollo de las ciudades y de Hay un centro constituido por las ciuda- ciertos sectores de la población zapote- des zapotecas —Tehuantepec, Juchitán ca se ha dado, en mayor o menor medi- e Ixtepec— y un conjunto de municipios da, en detrimento de los otros binnizá y pueblos originarios de la región.

No se advierte la particularidad deL ToTopo a La sandunga de los zapotecos si no se repara o Las CLaves deL esTILo en el conjunto de prácticas, símbolos CuLTuraL ZapoTeCo y valores que los distinguen de otros La etnografía y la historia en torno a los pueblos y de la sociedad nacional. zapotecos han puesto especial atención a lo que conforma el estilo cultural de

Altar zapoteco: una de las manifestaciones del estilo cultural de la región. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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Expresiones de la fiesta en las calles de Juchitán. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

los binnizá, debido a sus múltiples im- ración histórica y de la fusión de ele- plicaciones. No se advierte la particula- mentos de distintas tradiciones. Si bien ridad de los zapotecos si no se repara en se puede constatar el origen prehispáni- el conjunto de prácticas, símbolos y va- co o colonial de ciertos componentes, lores que han dado forma a una mane- es en el siglo xix cuando adquiere el ca- ra de ser que los distingue de los otros rácter que hoy en día encontramos. En pueblos indígenas y de la sociedad na- efecto, en el contexto de la construcción cional. del ferrocarril transístmico y, en particu- Lo que en la literatura se conoce co- lar, a partir de la prosperidad económi- mo “estilo étnico” o “estilo cultural” ca y el contacto con otras culturas, se zapoteco es el resultado de la configu- define la tradición y se fija el estilo que

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Mujeres en procesión con flores. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

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se expresa en la lengua, la gastronomía, sin excepción llevan indumentaria re- las fiestas, la música y la indumentaria gional y se desenvuelven en zapoteco, (Peterson, 1990, p. 72; Cabrera, 2001, se distinguen por preparar las “delicias pp. 125-126). istmeñas” siguiendo la tradición. Pro- El didxazá, que se habla en la zona veen a propios y a extraños de totopos, de los Llanos, al igual que el zapoteco camarón, queso fresco, tlayudas, igua- de Petapas-Guevea y el de Lachiguiri na, pescado seco, chocolate, tamales de en el área montañosa del Istmo, expre- elote, quesadillas de arroz, entre otros san una de las claves fundamentales del tantos productos que se han vuelto dis- estilo cultural zapoteco. La lengua de la tintivos de la región e incluso del estado “gente de las nubes” condensa un saber de Oaxaca. y una tradición que se viven en la co- Las claves del estilo cultural zapote- tidianidad y en las festividades, y a pe- co son parte de la vida cotidiana; se res- sar de ser pocos los monolingües de la pira en los mercados y se saborea en la región, no sólo es alto el porcentaje de mesa, aunque su espacio privilegiado es hablantes, sino también es grande el or- el ámbito festivo. En las fiestas “la pala- gullo étnico al respecto. Además del uso bra de las nubes” se vuelve canto y poe- 33 habitual de la lengua, ante la sociedad sía, se escucha La Llorona y La Petenera, mestiza y los otros pueblos indígenas, y no falta La Sandunga: el “himno de los hablar zapoteco es sinónimo de distin- zapotecos”. Mientras las mujeres bailan ción y prestigio, sobre todo de quienes sones, los hombres, alrededor, hacen hablan el didxazá.8 Otro de los elementos más representativos es la comida zapoteca, que es La lengua de la “gente impensable sin las mujeres (muchas de ellas comerciantes). Las “tecas”, quienes de las nubes” condensa un saber y una tradición que se viven en la cotidianidad y en las festividades. 8 El nombre zapoteco designa a un grupo indígena, que desde la etnografía se ha considerado una Hablar zapoteco es sinónimo macroetnia, pero, más que referirse a variantes de distinción y prestigio, sobre todo lingüísticas, corresponde a un conjunto de lenguas relacionadas entre sí. Se distinguen por lo menos entre hablantes de didxazá. 10 lenguas zapotecas, que forman parte del grupo zapotecano de la familia lingüística otomange.

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despliegue de su ingenio en el lengua- je. Las mujeres sobresalen por sus trajes de tehuanas; además, compiten por lle- Más allá del totopo, var la enagua y el huipil más elaborados la sandunga o el traje y costosos y por estar mayormente ata- de tehuana se encuentra viadas en oro. la organización comunitaria: Más allá del totopo, la sandunga o el lazos de parentesco y alianzas traje de tehuana, está la organización que se ponen en juego comunitaria. El despliegue del estilo en las mayordomías. cultural zapoteco no se explica sin los lazos de parentesco y las alianzas entre grupos que se ponen en juego en las mayordomías. En estas agrupaciones se Es posible que en la organización articulan el trabajo y la cooperación ceremonial y en la fiesta se reafirmen económica, producto de las relaciones los vínculos dentro de una familia o de de reciprocidad y obligatoriedad, que un barrio, pero también puede ser moti- 34 hacen posible la celebración de la fiesta vo de lo contrario. En una sociedad con y la reproducción de la comunidad. marcadas distinciones socioeconómicas Los zapotecos se distinguen por con- y contrastes identitarios, el ámbito festi- tar con prácticas y categorías que expre- vo no deja de ser un espacio en el cual san la solidaridad comunitaria dentro y se reproducen las diferencias. Así pues, fuera del ámbito festivo, como xendxaa se encuentran las “velas” en honor del o “cooperación o apoyo en dinero”; gu- santo patrono que reúne a distintos sec- na o “dádiva en especie en ocasión de tores sociales, al tiempo que existen alguna celebración”; tequio o “trabajo otras de carácter exclusivo que convo- obligatorio o comunal”; gurendaracanee can sólo a ciertas familias. o “ayuda mutua para construir una casa Desde este punto de vista, se ha re- o para cooperar en una fiesta” (Matus; saltado la relación entre adscripción so- 1997, p. 18). Estas prácticas y catego- cial y estilo; en otras palabras, el estilo rías dan forma al sentido de comunidad no es más que la expresión de una situa- y crean relaciones de interdependencia ción social. Por más que los zapotecos que pueden abarcar distintos ámbitos, del Istmo cuenten con valores y símbo- desde el familiar hasta el regional. los compartidos que han contribuido a

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Mujeres en camión durante la celebración de calendas. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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la noción de una comunidad regional, es de extrañar que la burguesía local sea las diferencias sociales han hecho del la principal beneficiaria. La profusión de estilo zapoteco un privilegio de las clases las velas—contar con las mejores ban- medias y altas (Peterson; 1990, p. 77). das o los trajes más suntuosos, por ejem- Si la hegemonía de los binnizá ha es- plo— se traduce en ascensos políticos o tado asociada al control y manipulación en concesiones económicas. del estilo cultural zapoteco, y si el des- A pesar de que las clases medias y pliegue de este recurso requiere de redes altas se han apropiado del estilo zapote- sociales y disponibilidad económica, no co, las clases bajas también han luchado

Las flores como una de las principales manifestaciones festivas. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

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Mujeres preparando alimentos para una festividad. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

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por sus derechos no sólo al vivir la tra- oficios y lugares; se ha destacado su ori- dición día a día, sino también al reivin- gen prehispánico, en particular la rela- dicar la identidad étnica en agrupacio- ción con el culto a los ancestros. Igual- nes políticas como la cocei. Además, es mente, se ha considerado el trasfondo importante no perder de vista que tanto agrícola, ya que su celebración corres- en el contexto regional como en el de ponde al inicio del cultivo de maíz y la la nación, el estilo zapoteco ha favore- entrada de las primeras lluvias. cido la disposición de una relativa au- En Juchitán se cuenta con unas 24 ve- tonomía política y su predominio en el las, que van desde las dos velas dedica Istmo de Tehuantepec. das a San Vicente, santo patrono de la ciudad, hasta las que honran apellidos, Las veLas: expresIón de La fIesTa como la de los Pineda y los López. En el y La organIZaCIón CeremonIaL Espinal, las principales velas se vinculan Los zapotecos consideran las velas co- a los barrios; en mayo, cada barrio del mo una de las tradiciones más arraiga- municipio hace gala de su vela distinti- das, y los antropólogos las catalogan va, la de San Lucas, San Juan, San Mar- 3 como una de las instituciones centrales cos y San Mateo. de la cultura binnizá. Constituyen las “Mayo es el mes de las velas”, dicen; fiestas principales y se celebran en toda no obstante, también se llevan a cabo la región, no sólo entre zapotecos, sino en otros meses del año, especialmente también en los otros pueblos indígenas en los días de los santos patronos. Lo y grupos mestizos. que es un hecho es que cuentan con Las velas se hacen en honor de los ciertos pasos rituales que presentan po- santos patronos de apellidos, grupos u cas variaciones.

Los zapotecos consideran las velas como una de las tradiciones más arraigadas, y los antropólogos las catalogan como una de la instituciones centrales de la cultura binnizá. Constituyen las fiestas principales y se celebran en toda la región.

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Si ejemplificamos de manera sucin- ralmente se inaugura la celebración dos ta y nos centramos en las velas en honor días antes de la fiesta grande con la ca- a los santos como una de las celebra- lenda, que consiste en un recorrido por ciones más significativas y representati- las principales calles de la ciudad, reco- vas entre los binnizá, encontraremos un rrido que va de la casa de los mayordo- presunto modelo constituido por fases mos o el salón de eventos a la iglesia. bien definidas. En el camino de ida y vuelta destaca la Las calles se visten de fiesta con la presencia de las mujeres vestidas con el calenda y “la regada de frutas”. Gene- traje regional y sus medallones de oro;

Encargados de la fiesta adornando un altar. Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López, cdi.

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Celebración con velas. 40 Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafo: Nacho López, ca. 1980. Fototeca Nacho López. cdi.

no faltan las bandas de música tocando El día principal se abre en la madru- sones istmeños, la quema de cohetes y gada con las mañanitas dedicadas al toritos, los estandartes y las flores. santo, a las 12 del día se celebra la mi- La regada de frutas se efectúa al si- sa y posteriormente se hace la procesión guiente día; así como con la calenda, de la iglesia a la casa del mayordomo o los zapotecos toman las calles, con la al salón de actos. Durante la fiesta, ante diferencia de que este día las mujeres el santo patrono, cargueros, autoridades, dan obsequios: “riegan” frutas, dulces y familiares, amigos y demás invitados, juguetes a los participantes que siguen se hace la entrega formal de la mayor- los carros alegóricos. Al final del reco- domía, que se representa con una vela rrido se entrega a los santos patronos las adornada de flores. Al día siguiente, la ofrendas, formadas por flores y velas. bebida y la comida circulan sin límite y

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los zapotecos, en especial las mujeres, La organización de las velas es res- bailan al ritmo de los sones istmeños. ponsabilidad de sociedades, conocidas La celebración culmina con el lava- como “sociedades de la vela”. En Juchi- do de olla, momento en que se comparte tán, por ejemplo, se conforma por una el recalentado y la bebida con la gente mesa directiva, cuyos cargos principa- más cercana. En realidad es una prolon- les son un presidente, un secretario, un gación de la fiesta y la puesta en marcha tesorero y cinco vocales. Completan las del apoyo de familiares y amigos —de la sociedades las mayordomías, compues- “ayuda mutua” o “mano vuelta”—, que tas por un hombre y una mujer —que no se expresa precisamente en la entrega necesariamente son esposos—, y en ellas de limosnas y el lavado de ollas. recaen los principales gastos de la fiesta.

Mujeres bailando. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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Se ha advertido que en Tehuantepec el cargo de xuaana, término que se tra- es donde mejor se ha conservado el ori- duce como “el que tiene el poder en la gen de la organización ceremonial, y es mano”, “el que manda”, “el que mue- posible reconstruir su trasfondo prehis- ve el mundo” o “el dueño de las cos- pánico y colonial. En esta ciudad existe tumbres”. Los xuaanas son la autoridad

Mujeres juchitecas. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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máxima de cada barrio y son conside- faCeTas y represenTaCIones rados dueños de la costumbre; llevan de Los bInnIZá el seguimiento del ciclo festivo, desde Los binnizá han motivado la creación bautizos hasta las fiestas patronales. Se de uno de los imaginarios más represen- ha señalado que en el Lienzo de Gue- tativos de México en lo que se refie- vea, una de las principales fuentes his- re a la etnicidad; es decir, lo que en tóricas de los zapotecos, los xuaanas otro tiempo se conoció como folclor están registrados como militares en el indígena. Por propios y extraños se ha Consejo de Cosijopi, señor de Tehuan- construido una imagen de lo zapoteco, tepec (Munch; 1999, pp. 117-146). que se expresa en los relatos de viaje- Otros cargos de la festividad, además ros, en la literatura, en la pintura, en la de los principales, mayordomos, capita- fotografía y en el cine (Cabrera; 2001, nes y padrinos, son el de gussana, “orga- pp. 2-11). nizador de las fiestas”, que funge como Artistas e intelectuales, tanto nativos anfitrión, y el de chagola, “casamente- como extranjeros, han disertado sobre ro”, quien es el animador oficial de la el “ser zapoteco” y han recreado los ras- celebración. La mayoría de los cargos gos distintivos de su identidad. Así, en- 43 cuenta con su parte masculina y femeni- contramos a un Andrés Henestrosa, que na. Así como el gussana, también se tie- lleva la tradición oral a la literatura aca- ne a la gusaana gola, “la gran anfitrio- démica, o a un Francisco Toledo, que na”, cargo privativo de las mujeres que plasma el colorido del Istmo en sus lien- es de los más valorados, y clave en la zos; o también a una Frida Kahlo, que organización de las velas (ibid.). se apropia del traje de tehuana, o a un

Otros cargos de la festividad, además de los principales, mayordomos, capitanes y padrinos, son el de gussana, “organizador de las fiestas”, que funge como anfitrión, y el de chagola, “casamentero”, quien es el animador oficial de la celebración. La mayoría de los cargos cuenta con su parte masculina y femenina.

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Mujeres comerciantes. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres. 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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Como tantos otros viajeros que crearon una imagen, a veces idílica, del Istmo de Tehuantepec, Charles Brasseur deja ver su asombro por la libertad y el poder de las mujeres, así como por “cierto misterio que atrapa”.

Manuel Álvarez Bravo, que capta la dis- poetas, quienes han creado un icono en tinción de la mujer zapoteca. torno a su belleza, fuerza y sensualidad Los viajeros fueron de los primeros (Cabrera; 2001, p. 107). en construir una imagen, muchas veces Se ha construido un inagotable dis- idílica, del Istmo de Tehuantepec y de curso sobre el protagonismo de la mu- los binnizá. Destaca Charles Brasseur jer en la sociedad zapoteca. No sólo se por ofrecer un panorama del Istmo en la ha reconocido su preponderancia en el segunda mitad del siglo xix, que hoy en comercio y en el ámbito festivo, sino in- día es fuente obligada para el estudio de cluso se ha hablado del “matriarcado 4 los zapotecos. Este viajero registra espe- zapoteca” y de la libertad sexual entre cialmente la riqueza natural de la región las binnizá, que han sido descartados y los cambios traídos por el ferrocarril; por la etnografía, pero siguen siendo da cuenta, por ejemplo, del proceso de motivación para los buscadores de exo- mestizaje de los zapotecos a partir de la tismo (Miano; 1992, pp. 15-16, 72-73). presencia de población extranjera. Rela- Algo semejante sucede con la ima- ta también la práctica de sacrificios en gen del muxe, “un hombre-mujer”, que cuevas y la creencia en el nahualismo; da cuenta de la homosexualidad mascu- como tantos otros, deja ver su asombro lina en las comunidades zapotecas del por la libertad y el poder de las mujeres, Istmo. Se tienen datos del “hombre amu- y “cierto misterio que atrapa” (Brasseur; jerado” desde la época colonial, y en la 1981, pp. 144,173-174). actualidad es parte de la “composición En efecto, la mujer binnizá ha dado genérica de la sociedad”. lugar a una prodigalidad única del ima- Entre los zapotecos, el afeminamien- ginario étnico. La imagen de la tehua- to y el transvestismo son permitidos; el na ha inspirado a pintores, músicos y muxe es particularmente valorado y

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tiene un lugar en el ámbito doméstico y so antropológico, la imagen del muxe comunitario. Son famosas las velas ju- ha dado pie a discusiones en torno a la chitecas de los muxe, la “Vela de las construcción de los géneros, y en comu- Auténticas Intrépidas Buscadoras de Pe- nidades gays, en el contexto nacional, ligro” y la “Vela Baila Conmigo”, que se ha erigido en símbolo (ibid., pp. 16- son de las más esperadas por los tecos y 17, 149-150). constituyen una de las principales atrac- Cabe hacer notar la existencia de ciones para los turistas. En el discur- una “alta cultura” zapoteca, que está

Mujeres en un puesto de flores. Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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En la segunda mitad del siglo xx des- Los intelectuales y artistas taca el movimiento cultural vinculado a binnizá han recreado la cocei, que tiene su mejor expresión la tradición zapoteca al en la creación, en 1972, de la Casa de la Cultura en la ciudad de Juchitán. La integrarse a las instituciones Lidxi Guendabiaani o “casa de la inteli- mestizas y la han llevado gencia” ha reunido a artistas, políticos y más allá de las fronteras periodistas comprometidos con la tradi- del país. ción binnizá y con la democratización de la cultura. De este movimiento resal- ta la labor del pintor Francisco Toledo, compuesta por intelectuales y artistas de del poeta Macario Matus y del investi- reciente incorporación al ámbito acadé- gador Víctor de la Cruz. mico o que se halla dentro del circuito Los intelectuales y artistas binnizá artístico nacional. han recreado la tradición zapoteca al En los años veinte se formó la pri- integrarse a las instituciones mestizas y mera agrupación de escritores juchite- la han llevado más allá de las fronteras 4 cos; la integraron estudiantes radicados del istmo y del país. Se han servido de en la ciudad de México; la Sociedad de su estilo cultural para distinguirse y ser Estudiantes Juchitecos publicó un perió- parte de la sociedad nacional. dico mensual, La Raza y más tarde, El Zapoteco. Una década después se fun- una ConsTruCCIón deL poder dó la Academia de la Lengua Zapoteca desde La eTnICIdad y la Sociedad Nueva de Estudiantes Ju- La suma de prácticas políticas y repre- chitecos, que dieron a conocer la revis- sentaciones étnicas ha distinguido la for- ta Neza (camino). De esta generación, mación del poder entre los zapotecos. que tuvo su mayor impacto en la prime- Los discursos en torno a la identidad y ra mitad del siglo xx, destacan Andrés el uso de la tradición han acompañado Henestrosa, Gabriel López Chiñas y a movimientos políticos de posiciones Wilfrido C. Cruz, quienes buscaron di- ideológicas divergentes en distintos mo- lucidar el “ser zapoteco” retomando la mentos de su historia. tradición oral y la riqueza del didxazá, Tanto priistias como coceístas apelan “la lengua de las nubes”. a la “raza zapoteca” y al orgullo étnico

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Zapoteco trabajando la tierra. Asunción Ixtaltepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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e incorporan elementos característicos terminación” o “tradición guerrera”; lo de las velas en sus campañas y mítines. cierto es que ya sea mediante la partici- De igual forma, los zapotecos en el si- pación en las disputas que han marcado glo xix mantuvieron su predominio fren- la nación —como la Guerra de Reforma te a los extranjeros al zapotequizarlos, y o la Revolución— o interviniendo en los en el siglo xx lograron controlar el sin- partidos políticos que actualmente se dicato petrolero al hacer uso de su esti- disputan el poder, han luchado por su lo cultural. privilegio y autonomía (Campbell, 1989, No se puede explicar esta construc- p. 249; Reina, 1995, p. 41). ción del poder desde la etnicidad en- Hoy en día, los binnizá se hallan in- tre los binnizá, si no se alude a su tra- tegrados al sistema de partidos, de tal dición de lucha y a su participación en forma que el poder de los municipios movimientos políticos que han marcado se disputa principalmente entre priistas lo que ahora es México. En efecto, los y perredistas. Si bien las organizaciones zapotecos se han destacado por no so- tradicionales —como el consejo de an- meterse, ya sea a los mexicas en la épo- cianos— han perdido vigencia, las ma- ca prehispánica, a los españoles durante yordomías no han dejado de estar articu- 4 la época colonial o a los mestizos y ex- ladas al poder político. La influencia y tranjeros en el siglo xix. el prestigio de los políticos se adquie- No sólo han conservado una relativa ren en la organización ceremonial y se independencia frente a los grupos hege- afirman en el ámbito festivo. Más aún, mónicos en turno, sino que también han su legitimidad depende de la manipula- sostenido y reproducido su predomi- ción del estilo cultural y la apropiación nio en el Istmo de Tehuantepec. Habrá de la identidad zapoteca. quienes aludan a su “espíritu de autode- Son especialmente representativos de este proceso la conformación de La Coalición Obrero Campesino Estudian- Los zapotecos se han til del Istmo (cocei) y el control de los distinguido por no someterse, binnizá del sindicato petrolero. La con- ni a los mexicas, solidación de ambos movimientos fue ni a los españoles, tampoco posible, en gran medida, gracias al arrai- a mestizos o extranjeros. go en la tradición y al uso de la organi- zación comunitaria.

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Ganadería, una de las actividades económicas que más ha trastocado el Istmo de Tehuantepec. Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

La cocei se formó en Juchitán hacia vió un movimiento político de alcance el año 1974 por iniciativa de estudiantes regional que integró a huaves, mixes y —hijos de campesinos ideológicamen- chontales. te influidos por el movimiento del 68—, En un principio la cocei, sustentada bajo tres principios fundamentales: la en un discurso radical de izquierda, tu- lucha por la tierra, la autonomía políti- vo como prioridad recuperar las terrenos ca y la reivindicación étnica. En alianza comunales en el contexto de la expro- con otros sectores de la población za- piación y el acaparamiento de terrenos poteca sobre todo campesinos, se vol- durante los proyectos de modernización

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del campo que impulsaba el Estado. No juntaron política y tradición en las artes, obstante, después concentró su lucha en especialmente en la literatura y la plás- la arena electoral al disputar el control tica, y de ahí surgieron múltiples orga- político de los gobiernos municipales. nizaciones afines (Campbell; 1989, pp. En 1981, por primera vez ganó las elec- 252-253). ciones en Juchitán; durante dos años La experiencia zapoteca en la indus- mantuvo el poder hasta que fue desco- tria petrolera del sur de Veracruz es otro nocida por el Congreso local. La cocei caso de la construcción cultural del po- recuperó el control político a finales de der desde la etnicidad; en particular, la la década de los ochenta y lo mantuvo hegemonía de los binnizá en el sindica- durante los años noventa en alianza con to petrolero deja ver el binomio entre el el Partido de la Revolución Democráti- estilo cultural y la estructura de dominio ca (prd). En la actualidad, aunque sigue zapoteca (Acosta; 2005, pp. 21-25). teniendo presencia —sobre todo en Ju- Por un lado, los zapotecos migrantes chitán— su poder se ha reducido con- operaron mecanismos de alianza y apo- siderablemente (Coronado; 2004, pp. yo mutuo entre familiares, compadres y 202-214). paisanos, que posibilitaron el control de 1 En amplios sectores de la población la agrupación. Por otro lado, se sirvie- zapoteca, la influencia de la cocei se ron de sus tradiciones e identidad regio- dio, en gran medida, a partir de la apro- nal para fortalecer la unidad entre ellos piación de luchas independentistas pa- y consolidar de esta manera un frente sadas y de la promoción de la lengua y común ante las distintas fuerzas del sin- las costumbres de los binnizá. Los co- dicato. Comunicarse en didxazá, formar ceístas hicieron de la cultura e identidad mayordomías de carácter regional y ha- zapotecas una prioridad de su proyecto cer las velas a la usanza del Istmo afir- político; en efecto, no fueron los prime- mó el sentido de comunidad entre los ros en hacer uso de la tradición; sin em- zapotecos y consolidó una base política bargo, la impulsaron como nunca antes. con tintes étnicos. Se sirvieron del tequio y de las redes co- Los binnizá pudieron colocarse en la munitarias, y su práctica política no se industria petrolera por haber sido de los diferenció mucho de la organización ce- primeros grupos en emplearse; de modo remonial y las fiestas zapotecas. Coceís- que desde muy temprano —principios tas y simpatizantes del movimiento con- del siglo XX— inauguraron una tradición

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Comercio, una de las actividades económicas tradicionales de la región. Tehuantepec, Oaxaca. Fotógrafa: Carla Torres, 1992. Fototeca Nacho López, cdi.

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laboral que se prolonga hasta nuestros Petróleos Mexicanos (pemex), además días. Participaron en las primeras luchas de expresar una construcción del poder sindicales y tejieron relaciones con los lí- desde la etnicidad, dan cuenta de una deres hasta llegar a controlar el sindicato. de las particularidades culturales más El predominio zapoteco no se redujo significativas de los binnizá: la apertura al sindicato petrolero: trascendió a los go- al contacto y la articulación entre tradi- biernos municipales. Generalmente, des- ción y modernidad. pués del cargo de dirección en la sección En la conjunción de una estructura del sindicato, los zapotecos continúan su de dominio y un estilo cultural, los za- carrera política, si no dentro de la estruc- potecos, a la vez que se han integrado tura político-administrativa del sindicato a las instituciones y dinámicas naciona- en los ámbitos regional y nacional, sí en les y mestizas, han recreado la tradición las diputaciones locales y federales y en binnizá y han reproducido su hegemo- los gobiernos municipales y estatales. nía dentro y fuera del istmo oaxaqueño, Al igual que en el istmo oaxaqueño, y en el camino, han zapotequizado a en el veracruzano también se dio un pro- otros grupos y culturas. ceso de zapotequización, con la diferen- Aunque los zapotecos, en diferen- 3 cia de que impusieron su hegemonía tes épocas y contextos, han impuesto fuera de los asentamientos tradicionales su predominio en el Istmo de Tehuan- zapotecos, en un contexto inédito con- tepec, en la actualidad se enfrentan a formado por la industria petrolera. Los viejos y nuevos desafíos. Frente a una binnizá lograron implantar su propio política de Estado que pretende mo- tiempo, espacio y relaciones a partir de dernizar la región a partir de una ló- las fiestas, la organización ceremonial y gica global y capitalista, con planes la constitución de barrios zapotecos, y como el Megaproyecto del Istmo y el su impronta fue tal que contribuyeron a Plan Puebla Panamá, los binnizá se ha- la reconfiguración del sur de Veracruz. llan frente a una disyuntiva. Se enfren- En este sentido, su presencia en la zona tan al dilema de adaptarse a los planes petrolera, más que resultado de un pro- del Gobierno Estatal y Federal o crear ceso migratorio, responde a una suerte otras opciones y ser protagonistas del de expansión de su territorio. desarrollo regional que demandan los El movimiento político de la cocei zapotecos y los demás pueblos origi- y el control del sindicato petrolero de narios del Istmo de Tehuantepec.

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bIbLIografÍa

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características de la poblacióN eN hogares zapotecos del istmo de tehuaNtepec, 20001

Total % hombres mujeres

población en hogares 185 814 90 280 95 534 Población de 0 a 4 años 1 . 30 Población de a 14 años 42 22. 21 443 21 143 Población de 1 a 24 años 3 33 1.0 1 01 1 2 Población de 2 a 44 años 4 0 2.1 21 24 1 Población de 4 a 4 años 2 2 1. 14 133 1 142 Población de y más años 13 2 .4 04 0 Población de edad no especificada 0.3 330 2 población de 5 años y más hablante de 116 010 56 045 59 965 lengua indígena2 población de 15 años y más 124 943 59 577 65 366 Sin instrucción escolarizada 2 0 22. 43 1 0 Con algún grado de primaria 0 4 40.4 24 34 2 11 Con posprimaria 4 132 3.1 24 14 1 No especificado 1 2 1.0 3 2 población ocupada 65 868 43 508 22 360 Ocupados en el sector primario 1 30 2. 1 4 1 13 Ocupados en el sector secundario 1 4 2.2 11 2 2 Ocupados en el sector terciario 2 42.3 14 24 13 0 Ocupados en sector no especificado 1 140 1. 3 4 3 Ocupados sin ingresos 13 3 20.3 0 3 1 viviendas habitadas 41 683 Con agua entubada 3 0 1.3 Con drenaje 31 . Con electricidad 3 32 3.2

notas 1 Se refiere a la población en hogares en donde el jefe, el cónyuge o algún ascendiente declaró ser hablante de lengua didxazá. 2 Incluye hablantes de didxazá y de otras lenguas indígenas de 5 años y más. 3 La diferencia entre la población ocupada y la población sin ingresos está distribuida en otros rangos de ingresos.

fuente: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas / Programa de las Naciones Unidas para el Desa- rrollo, “Sistema Nacional de Indicadores sobre la Población Indígena de México”, 2002, con base en XII Censo General de Población y Vivienda, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 2000.

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ZapotecosFINAL.indd 55 25/7/07 20:02:49 Zapotecos del Ismo de Tehuantepec, de Eliana Acosta Márquez, se terminó de imprimir en diciembre de 2007 en los talleres de Impresora y Encuadernadora Progreso, S.A. de C.V., San Lorenzo 244, Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P. 09830, México, D.F. El tiraje fue de 6 000 ejemplares. Las tareas de digitalización y retoque de imágenes, composición tipográfica, diagramación y cuidado de edición estuvieron a cargo de la Coordinación Editorial de la cdi.

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