Nuevas piezas de arqueología cristiana altomedieval en César García de Castro Valdés *

Desde la publicación de Arqueología cristia- ATLAS DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS, 1996: 159; na de la Alta Edad Media en Asturias (Oviedo, LÓPEZ ROCA, 1997: 153). En ambas se limita la Real Instituto de Estudios Asturianos, 1995) he cita a reseñar la existencia, postulando una cro- tenido conocimiento de la existencia de la nología entre los siglos VII y X. siguiente relación de piezas adscribibles al mismo periodo y temática: Se encuentra empotrado en el muro S del pórtico occidental del templo parroquial, por 1. Epigrafía: epitafio de Santa María de Bulla- lo que sólo es posible examinar el anverso. Por so (Eilao). lo mismo, las dimensiones reales no pueden ser conocidas, apuntándose las de la superficie visi- 2. Equipamiento litúrgico: ara de altar de la ble. No obstante, el cuidado con el que ha capilla de Santa Susana y San Daniel de la sido empotrada permite suponer que las dimen- Casa de la Torre de San Martín del Valle- siones reales han sido respetadas. dor (); tenante de altar, pila bautis- mal y pila de agua bendita de la parroquial Se trata de una estela discoidal funeraria, de Santa María de Bullaso (Eilao). labrada en esquisto, de contorno semicircular sobre vástago triangular invertido. La inscrip- 3. Elementos arquitectónicos de iluminación: ción se dispone a lo largo de una corona cir- ventanas exentas de la capilla de Santo cular que rodea un círculo central, delimitado Tomás de Priandi (Nava) y la parroquial de por dos circunferencias concéntricas incisas. En San Bartolomé de Puelles (Villaviciosa). el interior de este círculo se ha labrado una cruz De estas piezas he dedicado un trabajo latina incisa, con los brazos rematados por tra- monográfico a la ventana de Puelles (GARCÍA zos incisos perpendiculares, sobrepuesta a un DE CASTRO VALDÉS, 1996: 281-284), por lo que pequeño taladro situado en el centro geomé- no será objeto de estudio en esta entrega. Las trico de la circunferencia. La altura máxima restantes disponen de escuetas menciones en apreciada es de 49’5 cm. La anchura es de 34 obras generales de reciente aparición, o se cm. El diámetro exterior del círculo es de 22, encuentran inéditas. el interior de 18’5 cm. La inscripción se desarrolla hacia la derecha, 1. Epitafio de Santa María de Bullaso a partir de una cruz incisa situada en el ápice (Eilao) (lám. 1; fig. 1). de la corona circular. Ocupa 3/4 del desarro- llo de la misma. El cuarto superior izquierdo Ha sido escuetamente mencionada en dos presenta incisiones indescifrables, de menor obras de carácter general sobre la región (GRAN entidad que las de la leyenda, por lo que es

* Arqueólogo. dudoso que pertenezcan a ésta. La lectura per- celoneses de 916 y 921, referidos a la adqui- mite postular que el texto legible está prácti- sición de propiedades en el término de Moyá, camente completo. condados de Manresa y Vic, por el conde Suñer, donde figura este antropónimo entre los con- Transcripción firmantes de ambas piezas (UDINA MARTORELL, 1951: 178, 204). Se trata de un nombre godo: dos + MAR ET ELLA SILET• IN DN II NA DE YO personajes que lo portaban suscriben las actas IA C I del III (589) y IX (655) concilios toledanos, siendo calificado el primero como vir illustris y Se aprecia el nexo ET, la abreviatura de N el segundo como comes et dux (MARTÍNEZ DÍEZ sobre E en SILENT mediante pequeño trazo Y RODRÍGUEZ, 1992: 98, 514). horizontal hacia la izquierda sobre el trazo ver- tical de la E, las abreviaturas de DOMINO La fórmula funeraria representa una nove- –DN– y la de NONAS –NA– por síncopa, y dad en Asturias: SILENT IN DOMINO, frente la de DECEMBRIAS –DE– por abreviación. Las a las más frecuentes que se refieren estricta- letras finales son de difícil interpretación. La Y mente a atestiguar la defunción: OBIIT, OBUIT, podría no ser tal, sino dos trazos indepen- OBIT, o a señalar el lugar de la tumba: HIC dientes, pues de hecho no están ligados. La O REQUIESCIT, REQUIEVIT, REQUIEST, HIC es clara, así como la abreviatura siguiente, MILLE- IACET, IACENS, SIPULTUS EST (GARCÍA DE SIMA –MA–, formada por un vástago con trazo CASTRO VALDÉS, 1995: 197). Tampoco se encuen- superior vuelto, al modo típico de la escritura tra en el corpus altomedieval vasco (AZKÁRATE visigótica. A continuación una C, con trazo ver- Y GARCÍA, 1996: 305-306), ni en el elenco de tical inferior, a la que sigue un trazo vertical rema- incripciones altomedievales gallegas de Núñez tado en la parte inferior por una curva hacia Rodríguez (NÚÑEZ RODRÍGUEZ, 1979). Es extra- la derecha. ña la expresión de la fecha, no precedida de la indicación de la Era. No obstante, estimo que Lectura la lectura ofrecida se ajusta a las posibilidades MAR ET ELLA de interpretación, y explica la ausencia de texto SILET• IN DN II en el cuarto cuadrante de la corona circular. NA(S) DE YO MA C I ción de los signos YO como topónimo, iden- tificable con el vecino Xío. Traducción Los rasgos paleográficos merecen comen- Martín y Ella callan en el Señor. II de las nonas tario. Se trata de letras mayúsculas de módu- de diciembre, en Yo (Xío), (era) MCI (4 de diciem- lo alargado, grabadas sin excepción mediante bre del año 1063). incisión simple, fina, con extremos ensanchados mediante trazos perpendiculares u oblicuos, Se trata, por tanto, de la inscripción fune- que en alguos casos forman triángulos incisos, raria o epitafio de un par de individuos llama- como en la M y A de la primera palabra. La A dos ¿Martinus? y Ella, fallecidos el 4 de diciem- presenta siempre trazo angular con prolonga- bre del año 1063 en la localidad de Xío, que ción hacia abajo. La C –presente sólo como se encuentra a aproximadamente 1 km en línea numeral– es redonda, con trazo vertical hacia de aire al NO de Bullaso, en la margen izquier- abajo, a modo de G. La D es redonda. La E, da del Navia. También es razonable suponer que cuadrada, faltándole en trazo horizontal supe- se encuentran enterrados en la citada localidad, rior. La I carece de remate superior. La L cons- aun cuando no hubiera acaecido allí el falleci- ta de trazo vertical recto, sin prolongación hacia miento. Nada presenta de especial el nombre atrás. La M presenta trazo angular con prolon- del primero, corriente en las fechas. El del gación vertical hacia abajo. La N es capital, con segundo, Ella, excepcional en Asturias, encuen- trazo oblicuo descendente de extremo izquier- tra paralelos en dos documentos de venta bar- do a extremo derecho. La O es ligeramente

202 ovalada, de extremos apuntados. La R presen- (Valderredible); Santa Marina (Valdeprado del ta un ojal estrecho y cerrado. La S es inclina- Río) (LAMALFA Y FERNÁNDEZ, 1992: 512-514); Cér- da y de curvas abiertas. La T es de trazo hori- digo 1 (Castro Urdiales) (BOHIGAS ET AL, 1992: zontal vuelto hacia atrás, con bucle. La Y –en 520); y Santa María de las Henestrosas (Valde- el caso de que la identificación propuesta se olea), con pie triangular invertido y cruz latina revelara cierta– consta de dos trazos separa- incisa, fechada a partir del XII (BOHIGAS ET AL, dos. Sólo se observa un signo de interpunción, 1992: 22-23, nº3). Se trata de estelas discoideas consistente en un punto situado a media altu- anepígrafas, con representaciones de cruces en ra del renglón, entre SILENT e IN. Como nexos su mayor parte griegas, simples o patadas, inser- figuran ET, DN, NA, IA. La inscripción se inicia tas en ocasiones dentro de círculos delimita- con una cruz, práctica habitual en la epigrafía dos por cicunferencias, en el anverso, de unas funeraria y, en general, constructiva, de la Edad dimensiones semejantes a la de Bullaso, para Media. Los tipos de letra más significativos apun- las que se proponen fechas entre los siglos IX tan a inscripciones del XI en la región. Así, la y XI. Más al Este, las provincias de Vizcaya y A de trazo angular aparece en Cartavio (1007) Álava ofrecen estelas discoideas con cruces y Sangoñéu (1042); la M de similar rasgo, en griegas y latinas, datadas en la Alta Edad Media: Cibea (1083); La R de ojal estrecho y cerrado, Los Castros de Lastra (Caranca, Álava), siglos en Trevías (1000), Bárcena del Monasterio IX-X; epitafio de Monico Munio (Museo Arqueo- (1003), Cartavio y Cibuyo (1099); y la T esbel- lógico de Álava), siglo XI; San Julián y Santa ta de rasgo horizontal vuelto, en Trevías, Bár- Basilisa de Aistra (Zalduendo, Álava), siglos IX- cena del Monasterio, Cartavio, así como en X; epitafio de Nuninco (San Bikendi de Munt- Cibea y Cibuyo (IBIDEM: DESP). Por su parte, xaraz, Vizcaya), siglo X; epitafio de Enego (Mar- la I numeral con trazo horizontal vuelto apa- zana, Vizcaya), siglos X-XI; epitafio de Belaco rece en inscripciones cántabras: La Serna (ca. (Finaga, Basauri, Vizcaya), siglos IX-X, con la 1067), Cervatos (1129), al igual que la T con particularidad de disponer la leyenda en el inte- trazo horizontal vuelto: La Serna, Santillana del rior de una corona circular, al modo de la de Mar (ca.1081), Pesquera (1085) y Cervatos Bullaso; epitafio de Muninco (Andikona, Bérriz, (GARCÍA GUINEA, 1979: 580-581). Vizcaya), siglos IX-X; Mendraka (Vizcaya), siglo XI (AZKÁRATE Y GARCÍA, 1996: 131-134; 137-138; 139- La presencia de una estela discoidal fune- 140; 142-144; 164-165; 166; 167-168; 171-173; 200-201). raria altomedieval constituye igualmente una La pieza asturiana viene a proporcionar un segu- novedad radical en Asturias, donde hasta el ro jalón cronológico para este tipo arqueoló- momento no se conocían piezas similares gico, al contar con la fecha inscrita de 1063, y (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1995: 536). Es lla- contribuirá a asentar de modo más firme, en mativo el contraste con la vecina Cantabria, función de criterios internos, la seriación cro- donde este tipo funerario es relativamente nológica de los tipos de estelas discoidales. abundante, como atestiguan las piezas proce- dentes de las necrópolis de Pie de Concha Tipométricamente, la pieza de Bullaso podría (Bárcena de Pie de Concha); Izara (Campoo insertarse en el grupo A.2 –estelas discoideas de Enmedio); Retortillo (Campoo de Enmedio) pequeñas– definido por estos dos autores, al –Museo de Santander nº55, 56, 57, 58, 59, 60–; oscilar sus diámetros y alturas en torno a valo- Villaescusa (Campoo de Enmedio) –Museo de res cercanos a los de la pieza asturiana (diá- Santander nº75–; Espinilla (Campoo de Suso) metro inferior a 55 cm) (IBIDEM: 270-271). Los –Museo de Santander nº76–; Cobejo (Molle- paralelos más claros, entre esta serie, están en do); convento de San Francisco en la capital San- las estelas cántabras de Pie de Concha, Izara, tander –Museo de Santander nº66, 67, 68–; Retortillo, Cobejo, San Francisco de Santander, Saro (Saro) –Museo de Santander nº70–; Las Saro, Las Quintanillas y Selaya, así como en la Quintanillas (Valdeolea); Arcea (Valdeprado del alavesa de Munico Monio y las vizcaínas de Río); Loma Somera (Valderredible); Selaya (Sela- Finaga y Mendraka, emparentadas formalmen- ya) (BOHIGAS ROLDÁN, 1986: 57; 84; 85-86; 93; 94- te con las cántabras citadas. En el corpus viz- 96; 136-137; 165-166; 169; 179; 181; 230); Salcedo caíno se dispone de otra estela con inscripción

203 circular, en una pieza de forma tabular: un epi- cripción es coetánea grosso modo de la pri- tafio anónimo de San Juan de Momoitio, fecha- mera mención documental del valle –Ripa de do en los siglos IX-X (AZKÁRATE Y CAMINO, Nauia– (Libro Registro de Corias, 4 v A), inser- 1996: 210-211). Las necrópolis castellanas han ta en la dotación fundacional del monasterio proporcionado algún ejemplo de estela discoi- de San Juan Bautista de Corias, en 1044 (FLO- dea anepígrafa con cruz incisa: Palacios de la RIANO CUMBREÑO, 1950, II: 11; GARCÍA DE CAS- Sierra BG (Burgos), fechada en los siglos XI- TRO Y RÍOS, 1997: 87). XII (ANDRIO GONZALO, 1992: 531). El carácter epi- gráfico de la pieza de Bullaso viene a confirmar la aseveración de Azkárate y García Camino 2. Ara del altar de la Capilla de Santa sobre la coexistencia de inscripción y estela Susana y San Daniel (Casa de la Torre. funeraria discoidal en el alto Medievo del Norte San Martín del Valledor, Allande) (lám. peninsular (1996: 260-261). 2 y 3; fig. 2). Ha sido dada a conocer, mediante breve Formalmente, este tipo posee un antece- referencia, por García , quien la fecha en dente en la epigrafía funeraria romana de la el siglo X, calificándola como “del período de región: la inscripción de La Lloraza (Oles, Villa- la Monarquía Asturiana” (1996: 664). Se encuen- viciosa), cuya leyenda se reparte en renglones tra depositada en la capilla de Santa Susana y horizontales, y cuyo diámetro (40cm) se acer- San Daniel de la Casa de la Torre de San Mar- ca al de la estela de Bullaso, aun cuando la tín del Valledor (Allande), propiedad del mismo supere en altura (82 cm) (DIEGO SANTOS, 1985: Antonio García Linares, a quien agradezco la 104-105). En modo alguno, por el contrario, pue- cordial acogida y la facilidad para el estudio de den admitirse como antecedentes tipológicos la pieza. Procede, según me comunica ama- las grandes estelas anepígrafas cántabras o las blemente el propietario 1, de una de las parro- estelas funerarias romanas de los Valles del quias de presentación episcopal del concejo de Duero y del Ebro con remate o decoración dis- Allande. Aun cuando no podamos saber la pro- coidal, que por su volumen y concepción deco- veniencia exacta, consta la seguridad del ori- rativa pertenecen a tradiciones diferentes de gen allandés. la representada por el tipo arqueológico de la pequeña estela medieval. Se trata de una placa de mármol de con- torno trapecial, con unas dimensiones máxi- Aún más llamativa es la localización del mas de 32 x 28’5 x 3’5 cm. El anverso, com- hallazgo, en pleno valle del Navia, al Occiden- pletamente pulido, presenta una cruz griega te de la región. Ello implica la necesidad de patada incisa, de un solo trazo, con botón cen- explicar el vacío de más de 200 km lineales exis- tral. Penden de los brazos laterales las letras A tente entre las piezas cántabras y este primer y Ω, mayúscula la primera, con remates cur- ejemplar asturiano. Al margen de la razón que vos hacia afuera en los trazos oblicuos, y minús- se proponga, es necesario insistir en la falta de cula la segunda, sin ángulo de nexo entre las prospección, como ya se apuntaba en 1995 dos curvas. El brazo inferior apoya sobre otra (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1995: 521), causa cruz incisa, a modo de astil. Sobre el brazo del desigual conocimiento que de estos tipos superior se encuentra el taladro para la depo- arqueológicos se posee en los distintos terri- sición de la reliquia, en la actualidad tapado. torios de la Península Ibérica. A ambos lados del brazo superior de la cruz Ciñéndonos a la comarca donde se encuen- han sido grabados los siguientes caracteres epi- tra, el valle medio del Navia, en la vertiente gráficos, verosímilmente con posterioridad al occidental de la Sierra de Carondiu, esta ins- remate de la cruz:

1. En conversación mantenida el 5-5-1998.

204 1. Sector izquierdo, parte superior, junto al (Fuentes, Villaviciosa) y 1083 (Cibea, Cangas taladro: X. del Narcea); la O rómbica aparece en Asturias en el 882 (La Riera, Somiedo), 927 (Bier- 2. Sector izquierdo, parte inferior, junto al ces/Beroñes, Piloña), 940 (Llamas, Aller), 944 remate de la cruz: IOANE. (Serrapio, Aller), 951 (Argüelles, Siero; San Mar- 3. Sector derecho, parte superior, junto al tín de Salas, Salas), 1000 (Trevías, Valdés), 1007 taladro: ¿A?, de trazo angular, de cuyo vér- (Cartavio, Coaña), 1021 (Fuentes, Villaviciosa), tice parten dos nuevos trazos en ángulo, 1042 (Sangoñéu, Tineo), 1083 (Cibea, Cangas divergentes, que se dirigen hacia los rasgos del Narcea) y 1099 (Cibuyo, Cangas del Nar- oblicuos de la A. Podría interpretarse como cea) (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1995: DESP.). una torpe ejecución del anagrama VERE Este marco cronológico –2ª mitad del X y XI– DIGNVM, con el que se inicia el Prefacio se confirma por los paralelos tipológicos de la del Canon en la plegaria eucarística del rito pieza. El más directo es el reverso de la ins- romano, conforme a una convención icono- cripción fundacional de San Miguel de Teverga gráfica que representaba la V con una cruz (Teverga), cuyo anverso conserva el texto fecha- interior. De verificarse como cierta esta do entre 1036 y 1048, proporcionando de este interpretación, hemos de admitir la pos- modo un terminus ante quem, dado que la ins- terioridad de este signo, claro indicio de cripción se adaptó al taladro del ara (IBIDEM: 99- romanización litúrgica, respecto a la labra 100, 631). Esta placa, subrectangular, es formal- de los motivos principales de la pieza. Se mente idéntica a la del Valledor, de la que sólo opone a ella, sin embargo, la posición del se diferencia por la presencia de la cenefa peri- signo, casi invertido, a todas luces inade- metral con zig-zag. Muy similar es también la cuado para la expresión de inicio de la ple- placa de Santa María de Leorio (Gijón), fecha- garia eucarística. da en 1051 (IBIDEM: 144-145, 641), con la parti- cularidad de presentar la decoración y la ins- 4. Sector derecho, parte inferior, sobre el brazo cripción esculpidas en resalte y no incisas. Un lateral de la cruz: V. tercer ejemplo fue recogido por C. Miguel Vigil en 1887, correspondiente al ara de San Miguel Ambos signos X y V pueden ponerse en de Quiloño (Castrillón) (MIGUEL VIGIL, 1887: 336; relación con el antropónimo IOANES. Consti- GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1995: 192), que, en tuirían así las abreviaturas de X función de los caracteres epigráficos de la ins- V, referido al propio Ioanes, del cripción depositoria conservada (GARCÍA DE modo como el Adefonsus de la placa de Qui- CASTRO VALDÉS, 1995: 157-158), podría situarse loño se calificaba de Christi seruus (MIGUEL VIGIL, en torno a fines del IX o principios del X. 1887, II: lám. N II 3). Similitudes formales, que no tipológico-fun- El reverso de la placa carece de pulido, con- cionales, se aprecian en la serie de placas astu- servando las huellas de la talla. rianas y gallegas con cruz esculpida: inscripcio- nes procedentes de la Fortaleza ovetense, Los caracteres paleográficos que figuran en fechadas en 875 (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, las inscripciones son los siguientes. A abierta, 1995: 88-89, 626; 121-122, 634); placa de la facha- sin trazo angular; con trazo angular. E recta. I da occidental de San Salvador de Valdediós con remate de trazos horizontales. N de trazo (Villaviciosa) (IBIDEM: 675); inscripción fundacio- derecho curvo y trazo oblicuo descendente de nal de San Martín de Salas, fechada en 951 extremo izquierdo a extremo derecho. O róm- (IBIDEM: 95-96, 630); inscripción deprecatoria bica. V angular. del mismo templo (IBIDEM: 136-137, 638); placa de San Martín de Churrio (La Coruña) (LUEN- Estos caracteres permiten una aproxima- GO Y MARTÍNEZ, 1969); piezas del Museo Arque- ción cronológica. Así, la A abierta, sin trazo ológico de Orense, placa de San Salvador de horizontal superior figura aparece en 976 (Car- Samos (NÚÑEZ RODRÍGUEZ, 1978: 230). También, tavio, Coaña), 1000 (Trevías, Valdés), 1021 la placa en la fachada occidental de la ermita

205 de Santa Cruz de Montes de Valdueza (León), Ambos documentos son claras falsificacio- fechada probablemente en 905 (SÁINZ SÁIZ, nes (FERNÁNDEZ CONDE, 1971: 169-176; 193-197), 1996: 41-42); y la de Tubilla del Agua (Burgos) sin que se pueda prejuzgar sobre la existencia (PÉREZ DE URBEL, 1945: 516). de donaciones preexistentes que sirvieran de base a la oficina del obispo ovetense. En cual- Se desprende de este recorrido una fecha quier caso, en las fechas de compilación del en torno a la segunda mitad del X y primera cartulario, a principios del XII, está claramente del XI, 950-1050 grosso modo, con mayor pro- individualizado el territorio del Valledor, con babilidad en la primera mitad del XI. los núcleos de San Martín, San Salvador, Vila- nova, Tremao, Robledo y Cornollo. Cuestión aparte es la del significado del per- sonaje cuyo nombre aparece en la placa: Iohan- No obstante, el Registro Coriense contiene nes. La ausencia de mención del cargo –pres- menciones a lugares del Valledor en fechas biter, monachus, diaconus– podría inclinar la anteriores: Barras, Fonteta y Vilasonte apare- opinión a excluir la pertenencia al clero, si inter- cen vinculados al patrimonio del conde Pinio- pretásemos la fórmula hipotética Christi vernu- lo Xemeni, fundador del cenobio y fallecido en lus como simple signo devocional. Ahora bien, 1049 (FLORIANO CUMBREÑO, 1950, I: 75; II: 265), no parece posible que el nombre de un laico que compartía la posesión del tercero con figurase en una pieza destinada a la consagra- Oveco Roderici. Éste, a su vez, es autor de una ción. Parece, por tanto, razonable suponer que donación en Robledo a Corias en 1072, y de se trata del clérigo que la mandó hacer o que su parte en Vilasonte en 1077. Por último, Enal- la labró con sus manos. Reforzaría esta hipó- so, personaje calificado por el Registro como tesis la torpeza de la inscripción, sin guardar la dompno, donó al monasterio cangués sendas horizontalidad en la disposición de las letras, ni posesiones en Vilanova y Tremao en 1089, con la uniformidad en el tamaño, así como el ya refe- lo que se consolidaba la implantación del domi- rido paralelo de San Miguel de Quiloño. nio monástico en el valle.

Las primeras menciones no interpoladas De los datos anteriores se colige una inte- específicas del territorio allandés datan de los gración señorial del Valledor en manos del años 1085 y 1086 (GARCÍA DE CASTRO Y RÍOS, conde Piniolo Xemeni como propietario prin- 1997: 88), refiriéndose al espacio situado al Este cipal, y de otros miembros de la aristocracia de las Sierras de Ourúa, Lagos y El Palo (GARCÍA posesora, como Oveco Roderici y Enalso, a LARRAGUETA, 1962: 258-260). Las tierras del Valle- principios del XI. A estos propietarios o sus dor, al Oeste de dicha alineación montañosa, antepasados habría correspondido la erección no aparecen como tales en la documentación de los primeros templos, dotados con clero catedralicia ovetense hasta tiempos del obispo dependiente, entregados al dominio monásti- Pelayo (1098-1130), en sendas composiciones co coriense a lo largo del XI. De ellos, el colo- documentales del Liber Testamentorum. La pri- cado bajo la advocación de San Martín alcan- mera está atribuida a Fruela II (912): zaría en tiempos plenomedievales –fines del XII/XIII– la condición parroquial, y como tal In territorio Hor monasteria Sancti Martini et figura en el estadismo diocesano elaborado en Sancti Salvatoris ab omni integritate (GARCÍA tiempo del obispo Gutierre de Toledo (1377- LARRAGUETA, 1962: 81). 1389). Se da la circunstancia de que San Mar- tín del Valledor está asignado tanto al Arci- La segunda figura en la donación de Truc- prestazgo de Grandas –dentro del arcedianato tino Veremúdiz (972): de Ribadeo– como al de Allande –dentro del arcedianato de Tineo. Dentro de este último In territorio Or nostras portiones in Villam arciprestazgo, San Martino de Valdeor carece novam et in Tremulato et in Rovoreto et in Cor- de datos, y es seguido de una mención de San nolio (IBIDEM. 110). Salvador, sin mayor especificación, mientras que la anotación en el arciprestazgo de Grandas

206 contiene los datos habituales sobre derechos -Veremudo Guterriz, famulus Dei, donó su por- de presentación, reparto de diezmos y alcan- tio en el mismo a San Salvador de Oviedo ce de la procuración (FERNÁNDEZ CONDE, 1987: en 1086 (GARCÍA LARRAGUETA, 1962: 259-260). 165; 192). Esta doble anotación responde pro- bablemente a la confusión entre límites con- - En 1092 el abad Munio de Corias permu- cejiles y límites arciprestales. Las entidades tó su parte en Obona (1/3) por 2/5 del de población del concejo de Allande se encuen- monasterio de Celón con los herederos de tran repartidas eclesiásticamente según la divi- Obona. Posteriormente, el mismo abad soria de aguas Narcea-Navia. La cuenca del Munio y sus sucesores continuaron la misma Narcea se integra en el arciprestazgo de Allan- labor de adquisición de partes del monas- de (La Pola, , Araniego, , Villa- terio de Celón, hasta completar 2/3 del vaser, , Només, Celón, Beduléu, Lina- mismo y convertirse en el maior patronus res, ); la del Navia en el del in eligendo abbate (FLORIANO CUMBREÑO, Grandas (Montefurao, , Valledor, San- 1950, I: 96). Esta frase, así como otros testi- tomillao de Ema, Santa Coloma). monios documentales (FERNÁNDEZ CONDE, 1971: 293), atestigua la existencia de autén- En lo referente al la cuenca del Narcea, la tica vida cenobítica en Celón, sometida pese documentación coriense y ovetense es más a ello a la autoridad coriense. abundante. Los valles del Meirúa y del Argan- za se encuentran dentro del patrimonio fami- La implantación de San Salvador de Ovie- liar del fundador de Corias, Piniolo Xemeni, y do se hallaba finalizada a principios del XII, de su hermano Sancio Xemeni. Ambos po- como atestigua el Liber Testamentorum. En el seen partes en San Juan de Villaverde y su villa, falso testamento de Fruela II (912), se explici- que donan al cenobio coriense, respectiva- ta el dominio episcopal en el monasterio de mente, en 1044 y, cabe suponer, en torno a San Andrés cum decaneis suis, en el monaste- mediados de la centuria (FLORIANO CUMBREÑO, rio de San Clemente de Notimas -el actual 1950, I: 9-13; 71). Es de señalar que la posesión Només- cum suis decaneis pernominatis infra en el valle del Arganza le viene a Piniolo Xeme- suos terminos et foris, entre las que se encuen- ni por parte de su madre Aragonti –fallecida tran las ecclesias de Santiago de Linares y San en 1003, como atestigua su epitafio conserva- Cipriano de (GARCÍA LARRAGUETA, do en el templo paroquial de San Miguel de 1962. 82). Bárcena, Tineo– (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1995: 64-65), quien, a su vez, dispuso de ella a En 1214 Alfonso IX de León efectuó un través de su participación en la propiedad del deslinde de los dominios señoriales de San Sal- monasterio de San Miguel de Trevías (Valdés). vador de Oviedo y San Juan Bautista de Corias A este cenobio había sido donado por Nunio y de los bienes realengos en las Asturias occi- Vistelani, capellán de Vermudo II de León (FLO- dentales (in totam terram tiniensem), cuyo resul- RIANO CUMBREÑO, 1950, I: 67). tado nos ha sido parcialmente conservado en el Registro de Corias (FLORIANO CUMBREÑO, El valle del Prada está repartido entre los 1950,I: 174-199, esp. 193-196). La pesquisa confir- posesores del monasterio de Santa María de mó los derechos corienses en el Valledor, sepa- Celón, fundado por Tructino Enalso y su espo- rándolos con claridad del realengo. sa Godigeva (IBIDEM: 97) en torno al año 1000 y repartido entre los herederos del matrimo- De esta implantación señorial se derivó el nio. La disgregación del patrimonio era paten- reparto del derecho de presentación de los te a fines de la centuria, cuando se atestigua, beneficios parroquiales que figura en el esta- al menos, el siguiente reparto: dismo diocesano del pontificado de Gutierre - Rodericus Moniz, famulus Christi, y su madre de Toledo (1377-1389). Al obispo de Oviedo domna Lexauia donan sus portiones a San correspondían, en la cuenca del Narcea, Santo Salvador de Oviedo en 1085 (GARCÍA LARRA- Andrés de la Puebla de Allande, San Cibrián GUETA, 1962: 258-259). de Villasel, San Crimente de Només, San Pedro

207 de Presnes, Santiago de Villar de Sapos y San- de San Juan de Corias a Ariano o Arias, quien tiago de Linares; en la cuenca del Navia, Santa lo ocupó entre 1043 y 1062, sucediendo en el María de Verduzedo, San Martino de Or, Santa pontificado de Oviedo a Froilán, desde 1073 a María de Pennafonte, Santa María de Tablada. 1094, fecha en la que se retiró a Corias, donde Al abad de Corias, en la cuenca del Narcea, murió en 1098 (FLORIANO CUMBREÑO, 1950, II: San Martino de Vesullo, San Iohán de Aranie- 49). El Registro coriense incluye un texto deta- go, San Iohán de Villaverde y San Martino de llado del proceso: Beduredo. Santa María de Çelón húsala apre- sentar el abbad de Çelón (FERNÁNDEZ CONDE, Interea clarus in palacio comitis Pinioli ubi Dei 1987: 165, 190-192). Arianus bonis pollebat moribus, a primeva etate studiis litterarum traditus, fidelis et cantus exis- La cuestión que ahora se plantea es la de tebat. Hunc videns comes soli Deo militantem insertar el ara de altar –que fechamos por razo- confecit eum gradibus ecclesiasticis ordinari et a nes tipológicas y paleográficas en torno a la Froilano Ovetensi episcopo in Monesterio corien- primera mitad del XI– en este panorama his- si in ecclesia que nunc est Beatae Mariae in abba- tórico. Concretamente: tem consecrari abque omni iugo servitutits eccle- sie coriensi. (FLORIANO CUMBREÑO, 1950, I: 67). 1. ¿Corresponde el ara a un templo pertene- ciente a un dominio particular, siendo así el Al final del mismo códice se incluye incluso testimonio de una cristianización –mejor la noticia del acta de la consagración abacial de habría que decir eclesialización– dirigida e Arias, con la fecha de 1043, en la relación bio- impuesta por la aristocracia terrateniente? gráfica de este primer abad (IBIDEM: 200). 2. ¿Corresponde por el contrario a un momen- to anterior a la integración señorial del terri- La relación que de esta circunstancia hubo torio, y es por tanto testimonio de la cris- de derivar entre Froilán y Arias pudo ocasio- tianización por vía misional, a cargo de la nar que éste se convirtiese en firme valedor de actividad de un presbítero constructor del la aplicación de los decretos conciliares en los primer templo? términos de su jurisdicción. El ara allandesa sería, así, un ejemplo de la puesta en acción de 3. ¿Corresponde a la construcción de un tem- los decretos de Coyanza. Contaríamos, de este plo una vez entregado el territorio al do- modo, con una datación contextual para la pieza minio monástico, actuando el clero como perfectamente coherente con la que propor- elemento de transmisión de la autoridad ciona el análisis paleográfico y tipológico, por señorial? lo que la hipótesis más adecuada entre las tres enumeradas líneas arriba sería la tercera. El hecho de tratarse de un ara de piedra, fechable en la primera mitad del siglo XI, auto- Sin embargo, no se puede olvidar que el riza a proponer un contexto histórico para la empleo de la piedra como material exclusivo misma. Hito de referencia es el canon III, 9 del de la fabricación de altares fue prescrito en el Concilio de Coyanza (1055), que reza en las canon XVIIII del concilio de Epaon (517), inclui- dos redacciones conservadas: do en la colección hispana (MARTÍNEZ DÍEZ Y RODRÍGUEZ, 1984: 196). A. Omnis altaris ara sit lapidea et ab episcopis consecrata. 3. Pila bautismal y pila de agua bendita B. Altaris vero ara tota sit lapidea et ab episco- de Santa María de Bullaso (Eilao) pis consecrata. (GARCÍA GALLO, 1950: 293). Inéditas hasta el momento, constituyen dos Entre los asistentes al sínodo figuraba el interesantes elementos arqueológicos de la obispo Froilán de Oviedo (IBIDEM: 287), a quien implantación cristiana altomedieval en el valle correspondió consagrar para el cargo de abad medio del Navia.

208 3.1. Pila bautismal. Fuera de uso en la actuali- La unidad de los motivos decorativos mueve dad, se encuentra en la capilla situada a la a considerar coetáneas ambas piezas. En el derecha del presbiterio, que hace las veces territorio asturiano no han sido publicados de sacristía, colocada en vertical apoyada ejemplares comparables. Tipológicamente, la contra la pared de la dependencia. (lám. 4). pila bautismal es anterior a la irrupción de los tipos románicos en forma de copa, que hacen Se trata de una pila de contorno oblongo su aparición en Asturias, verosímilmente, a par- -rectangular con esquinas redondeadas- tir de la segunda mitad del XI (GARCÍA DE CAS- labrada en un bloque de esquisto, con forma TRO VALDÉS, 1995: 245). La presencia del desa- de bañera. Las dimensiones exteriores son güe lateral, las dimensiones y la forma en bañera 80 cm. de longitud, 56 cm. de anchura y 33 indican la presencia del rito de inmersión de cm. de altura. La cavidad interior mide 62 niños de muy corta edad, recién nacidos, lo que x 43 x 21 cm. de profundidad. El reborde atestigua que estuvo al servicio de una comu- superior tiene un grosor de 4´5 cm. En los nidad plenamente cristiana en lo que a los ritos lados menores, este reborde está retran- de paso se refiere. Dada la indigencia en la queado respecto al contorno de la pieza. El investigación de las pilas bautismales altome- desagüe, de 4 cm. de diámetro, se encuen- dievales hispánicas, el aporte de referencias tra situado en el centro de unos de los comparativas ha de resultar forzosamente esca- lados, en la arista. El frente está decorado so. En todo caso, pilas de contorno cuadran- con una serie de 11 baquetones paralelos gular o rectangular se encuentran en San Pedro verticales, de contorno rectangular, separa- de Beloncio (Piloña, Asturias), posiblemente dos por estrías de canto vivo. El fondo de altomedieval (IBIDEM: 242); Santa María de Villa- la pila es plano. La disposición del desagüe nueva de Valdecarzana, fechable hacia media- permite asegurar que la pila careció de dos del XI (IBIDEM: 243-244); San Isidoro de León, soporte, asentándose directamente sobre el coetánea grosso modo de la anterior; Gormaz pavimento. (Soria) (ORTEGO FRÍAS, 1973: 807-808); San Julián de Bustasur (Las Rozas, Cantabria), cuyo tem- 3.2. Pila de agua bendita. Se encuentra situa- plo se hallaba en remate en 1112 (EÁLO DE SA, da en el tramo posterior del templo, sobre 1978: 230; GARCÍA DE GUINEA, 1996: 310-311); San un pie de altar adosado a la pared que sos- Prudencio de Armentia (Álava), fechada en la tiene la tribuna de madera. (lám. 5). segunda mitad del XII (BILBAO LÓPEZ, 1994: 24, 110); Soto de Bureba (Burgos), Santillán del Es una pieza de esquisto cilíndrica, de 35 cm. Agua (Burgos), San Miguel de Rosales (Burgos), de diámetro y 22 cm. de altura. La cavidad Santa María de Dosante (Burgos) y San Andrés interior, de sección paraboloide, alcanza 27 de Quintanillalabón (Burgos), fechadas genéri- cm. de diámetro y 11 de profundidad. Pre- camente entre la segunda mitad del XII y pri- senta una decoración a lo largo de todo el meras décadas del XIII (BILBAO LÓPEZ, 1996: 293, desarrollo vertical de la pieza, consistente f. 3; 292; 291; 278; 289; 47-48). El tipo pervivió en en una serie de baquetones verticales de tiempos bajomedievales, como atestiguan los contorno rectangular, paralelos, separados ejemplares góticos de Santa María de Rípodas por acanaladuras de sección triangular, de y Santa María de Turrillas (Navarra) (DOMEÑO cantos suavizados, rematados en ambas par- MARTÍNEZ DE MORENTÍN, 1992: 85-87; 60-61). tes superior e inferior por sendos toros. En la serie de baquetones ha sido retallada una Baquetones al modo de los de Bullaso, deli- cruz latina con cuadrado central y brazos mitados por sendos boceles, aparecen en la de remates rectos, delimitada por profun- pila navarra de Santa María de Larrión, datada das incisiones agudas, que rompen la serie en el XII, donde son interpretados como gallo- de baquetones y acanaladuras. Por el dise- nes planos (DOMEÑO MARTÍNEZ DE MORENTÍN, ño de la cruz cabe suponer una fecha tar- 1992: 62-63). Otros ejemplares de la misma pro- día para esta modificación, avanzada ya la cedencia –definidos como pilas aristadas, por Edad Moderna. poseer la copa dividida en dos sectores verti-

209 cales por una carena horizontal– incluyen la 4. Tenante de altar de Santa María talla de los gallones de modo semejante al de de Bullaso (Eilao) las piezas asturianas: parroquiales de San Vicen- te de Ardanaz de Egüés, San Salvador de Eran- Se encuentra depositado junto a la pila bau- sus y Santa María de Elcano (IBIDEM: 42; 77). tismal. Consiste en un prisma cuadrangular de Decoración de baquetones paralelos excava- esquisto, con esquinas achaflanadas, lo que pro- dos y no en resalte se encuentra en la pila de duce una sección octogonal irregular. La altu- Susilla (Valderredible, Cantabria), fechada en el ra es de 57 cm. y la sección de 26 x 27 cm. XII (EÁLO DE SA, 1978: 233) y en la de Santa En la superficie superior dispone de loculus para María la Mayor de Navamuel (Valderredible, las reliquias, cuadrangular, con una sección de Cantabria), fechada “a muy finales del XII o 9 x 10 cm. y una profundidad de 15 cm. Care- principios del XIII” (GARCÍA GUINEA, 1996: 322- ce de decoración y la labra es muy tosca, difi- 323). La ausencia de baquetones en los otros cultada por la calidad de la piedra. tres lados de la pieza pone en guardia frente a la interpretación como gallones de una vene- Es pieza de tipología muy genérica, con ra, tema abundante en la iconografía de las ascendencia altomedieval hasta tiempos avan- pilas bautismales románicas. zados del Medievo. En Asturias contamos con el paralelo de San Salvador de Deva (Gijón), Ambas piezas asturianas poseen, pese a todo, fechable a fines del X (GARCÍA DE CASTRO motivos decorativos de larga vigencia medieval. VALDÉS, 1995: 207). La presencia de las pilas estu- La aproximación a la cronología no puede, por diadas en el apartado precedente, con una cro- ello, basarse en los mismos. Tipológicamente, nología semejante, mueve a asignar al mismo la forma en bañera parece desconocida en el horizonte esta pieza, que verosímilmente formó inventario románico –desde mediados del XI a parte del primer altar erigido en el templo, primeras décadas del XIII–, mientras que encuen- constituyendo el soporte central único de una tra analogías con pilas bajas, sin soporte, carac- mesa de reducido tamaño. terísticas de tiempos altomedievales, cuando no se ha alcanzado la canonización de los tipos y pervive la tradición de las instalaciones bautis- males de la Antigüedad Tardía. Por ello, y a títu- 5. Ventana exenta de Santo Tomás de lo estrictamente provisional, proponemos para Priandi (Nava) (lám. 6). estas piezas una fecha entre el siglo X y la pri- mera mitad del XI. Refuerza esta opinión la difu- La primera noticia al respecto, acompaña- sión en la relativamente cercana cuenca alta del da de fotografía, se debe a Martínez Faedo y Narcea de un tipo de pila bautismal sobre sopor- Díaz García (1995: 233-234). Posteriormente, te cilíndrico y copa hemiesférica baja, decora- la recogen, con fotografía, García de Castro da con arquillos ciegos y acanaladuras radiales Valdés y Ríos González (1996: 45-46). Por últi- –Santiago de Cibea, Santa María de Agüera de mo, ha sido objeto de estudio por Manzanares Castanéu, San Salvador de Cibuyo–, que per- Rodríguez (1996: 53-54). Los primeros la des- tenecen a monasterios documentados en la pri- criben como “pequeña ventana geminada de mera mitad del XI y que cuentan con apoyo cronología altomedieval”. Los segundos la inte- epigráfico para la datación (1083 para Cibea, gran en el tipo de “ventanas concebidas como 1166 para Agüera de Castanéu) (GARCÍA DE piezas aisladas del paramento”, definido en 1995 CASTRO VALDÉS, 1995: 245, nota 375). Si las pilas por García de Castro Valdés (1995: 247-252). aludidas pueden derivar de los momentos fun- Por su parte, Manzanares la inserta en la “serie dacionales referidos por las inscripciones, las asturiano-mozárabe”, señalando “un regusto de piezas de Bullaso podrían corresponder a tiem- mozarabismo” y asignándole fecha en “un pos anteriores, tal y como proponemos. momento entre los siglos X y XI” 2.

2. Es notorio que la publicación de Manzanares no cite las referencias de los que le precedieron en la tarea. De igual modo, tampo- co menciona la lectura y transcripción de los epígrafes de Santiago de Sariego que publiqué en 1995 (pp. 250-251), al referirse a ellos dentro del mismo trabajo.

210 Está empotrada en el exterior del muro en arco y huecos cerrados, circunstancia en la meridional de la capilla de Santo Tomás de que no se encuentra ninguno de los ejemplos Priandi (Nava), bajo el alero de la cubierta. vizcaínos citados, ni otros similares, dotados de Está labrada en una lastra rectangular de 65 x mayor riqueza decorativa: San Lorenzo de Isla 47 x 12 cm. Bífora, consta de dos huecos ver- (Gautegiz de Arteaga) o San Salvador de Zaran- ticales alargados, rectangulares rematados en doa (Larrabetzu) (IBIDEM: 35; 37). En la Galicia arco de herradura –de 9 cm. de diámetro, meridional se han conservado ejemplos simi- según Manzanares–, prolongado aproximada- lares a los vizcaínos, con una mayor calidad for- mente los 4/5 del radio. El parteluz tiene sec- mal: San Lorenzo de Melias (Orense) o Santa ción rectangular. Junto con las jambas posee Eufemia de Ambía (Orense) (RIVAS FERNÁNDEZ, impostas voladas de perfil triangular. Sobre los 1971; 1974). vanos han sido taladrados otros dos huecos de contorno semicircular peraltado, de base hori- Cronológicamente, por ello, parece segura zontal. No figuran otros rasgos decorativos, la adscripción al siglo X, probablemente en sus como capiteles, collarinos, basas, molduración décadas centrales, constituyendo una verosímil del trasdós o la rosca, motivos en las enjutas irradiación del cercano ejemplo de Santiago de o en el fuste del parteluz... Sariego. Dado que en este templo la presen- cia de tres ventanas parece atestiguar la exis- Los paralelos más cercanos dentro del grupo tencia de una fábrica preexistente dotada de asturiano son los ejemplares de San Lorenzo triple cabecera rectangular, semejante en su de Cortina (Llaranes, Avilés), San Cipriano de aspecto al testero de Santa Eufemia de Ambía Pillarno (Castrillón) (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, (Orense), fábrica al servicio de una verosímil 1995: 247-248) y San Bartolomé de Puelles (Villa- comunidad monástica atestiguada en los años viciosa) (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1996: 281- centrales del siglo X (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 284), caracterizados por poseer un pilarcillo 1995: 251), no parece descabellado suponer una como parteluz y dos huecos cerrados –Corti- relación de dependencia entre el cenobio de na– o de pronunciada prolongación del arco Sariego y este templo de Nava, separados por –Pillarno y Puelles–. No obstante, la diferencia escasos 5’5 km en línea de aire. de la pieza de Nava estriba en la proporción alargada, la talla en pieza rectangular y la pre- Otro problema reside en la definición “cul- sencia de los dos huecos superiores. En Astu- tural”, explícita en la propuesta de Manzana- rias, dentro de una muy superior calidad for- res, al aludir al “regusto mozárabe” o a la mal, se encuentran vanos bíforos rematados “serie astur-mozárabe” en la que se integra esta en arco de herradura y con tres huecos supe- pieza. A este respecto, me limito a reiterar lo riores en las tres ventanas de Santiago de Sarie- expuesto a propósito de la ventana de Pue- go (Sariego), talladas en piezas perfectamente lles (1996: 283). Estas ventanas pueden consi- rectangulares (GARCÍA DE CASTRO VALDÉS, 1995: derarse traducciones populares de los vanos 250-251). Tipos de ventana con dos series de más elaborados característicos de la arquitec- huecos circulares o subcirculares aislados de tura altomedieval de los siglos IX y X. Han de los vanos principales son relativamente abun- considerarse, por tanto, coetáneos a ellos, aun dantes en Vizcaya. A modo de ilustración, des- cuando tipológicamente constituyan una copia tacan las piezas bíforas dotadas de dos huecos de la arquitectura de escuela, ejemplificada, circulares: San Pedro de Arta (Markina-Xemein), dentro de la comarca, por San Salvador de Val- San Miguel de Urrieldu (Gorozika-Muxika), San dediós (consagrada en 893). Ni la forma en Lorenzo de Bermejillo (Güeñes), San Martín herradura de los calados, ni la decoración –ine- de Amatza (Iurreta-Durango), entre las que xistente en este caso– constituyen elementos carecen de elementos decorativos, si excep- sólidos para afirmar la habitual clasificación de tuamos la columnilla-parteluz (GARCÍA CAMINO estas piezas como “ventanitas mozárabes”, en ET AL, 1987: 31; 32; 37). La peculiaridad del caso el supuesto improbable de que tal denomi- naveto estriba en que posee vanos rematados nación -el mozarabismo- responda a una enti-

211 dad culturalmente definible y arqueológica- DIEGO SANTOS, F. (1985): Epigrafía romana de Astu- mente identificable 3. rias. Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos. DOMEÑO MARTÍNEZ DE MORENTÍN, A. (1992): Pilas No poseemos menciones documentales bautismales medievales en Navarra: tipos, formas y símbo- coetáneas del lugar de Priandi. La primera apa- los. Pamplona, Gobierno de Navarra. rición está datada en 1227, año en el que Diego EÁLO DE SA, M. (1978): El románico de Santander en sus Ordonniz, prior de Santo Tomás, suscribe como cinco colegiatas. Santander, Institución Cultural de Canta- testigo un documento de permuta del monas- bria. terio de San Bartolomé de Nava. El mismo FERNÁNDEZ CONDE, F. J. (1971): El Libro de los tes- personaje continuaba en el cargo en 1252 tamentos de la catedral de Oviedo. Roma. Iglesia Nacional (TORRENTE FERNÁNDEZ, 1982: 210-211). Este prio- Española. rato disfrutaba del derecho de presentación FERNÁNDEZ CONDE, F. J.(1987): La Iglesia de Asturias del párroco a fines del XIV, según el estadismo en la Baja Edad Media. Estructuras económico-administra- diocesano del obispo Gutierre de Toledo tivas. Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos. (FERNÁNDEZ CONDE, 1987: 140). FLORIANO CUMBREÑO, A. C. (1950): El Libro Registro de Corias. 2 Vols. Oviedo, Instituto de Estudios Asturia- nos.

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3. Es de lamentar la pervivencia de conceptualizaciones manifiestamente ideologizadas y trasnochadas -como el concepto de mozára- be, o el de reconquista, o el de despoblación y repoblación- en el estudio de las manifestaciones históricas altomedievales. El presti- gio de quienes las elaboraron, cuya calidad intelectual está fuera de duda (Gómez Moreno, Sánchez Albornoz), pesa como un lastre en la erudición local, por no referirnos a los epígonos asentados en la academia.

212 LAMALFA DÍAZ, A. C. y FERNÁNDEZ IBÁÑEZ, C. (1992): NÚÑEZ RODRÍGUEZ, M. (1979): “Inscripciones de la “Aportación al mundo de las estelas medievales de las Galicia altomedieval”. Revista de Guimarâes, LXXXIX, pp. montañas cántabras”. III Congreso de Arqueología Medieval 293-320. Española, II. Comunicaciones, Oviedo, pp. 512-517. ORTEGO FRÍAS, T.(1973): “Miscelánea arqueológica LÓPEZ ROCA, A. (1997): “Illano”. Asturias a través de soriana”. XII Congreso Nacional de Arqueología. Zaragoza, sus concejos. Oviedo, Prensa Asturiana, pp. 149-154. pp. 805-808.

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RESUMEN RÉSUMÉ Se publican seis nuevas piezas arqueológicas altome- On publie six nouvelles pièces archéologiques de l’Haut dievales procedentes de Asturias (España): una estela Moyen Âge provenant des Asturies (Espagne): une stèle discoidea funeraria fechada en 1063, un ara de altar funéraire datée en 1063, une ara altaris datée aux X- fechada entre los siglos X-XI, una pila bautismal y otra XIème siécles, une cuve baptismale et une autre peti- pequeña pila de tipología altomedieval, un tenente de te cuvette, toutes les deux appartenant à l’Haut Moyen altar y una ventana bífora, fechada en el siglo X. La este- Âge d’aprés leur typologie, un support d’autel et une la presenta la particularidad de ser la primera que apa- fenêtre à double vain, datée au Xème siécle. Il s’agît de rece en territorio asturiano. Las investigaciones futuras la première stéle funéraire discoïdale que l’on trouve podrán contar con la valiosa referencia cronológica de aux Asturies. L’on tiendra bien compte dans le futur su inscripción. de la valeur chronologique de l’inscription qu’elle porte.

PALABRAS CLAVE: MOTS CLÉ:

Asturias. Arqueología medieval. Epigrafía. Asturies. Archéologie médiévale. Epigraphie.

213 Fig. 1. Estela discoidea de Santa María de Bullaso.

Fig. 2. Ara de altar de San Martín del Valledor.

214 1 3

2 0-400 400-800 800-1.600 +1.600

1. Bullaso 2. San Martín del Valledor 3. Priandi

Fig. 3. Mapa de Asturias con la situación de las piezas estudiadas en el texto.

Lám. 1. Estela discoidea de Santa María de Bullaso.

215 Lám. 2. Ara de altar de San Martín del Valledor. Anverso.

Lám. 3. Ara de altar de San Martín del Valledor. Reverso.

216 Lám. 4. Pila Bautismal de Santa María de Bullaso.

Lám. 5. Pila de agua bendita de Santa María de Bullaso.

217 Lám. 6. Ventana bífora de Santo Tomás de Priandi.

218