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LAS_Interiores_CC.indd 1 12/14/15 2:41 PM LAS_Interiores_CC.indd 2 12/14/15 2:41 PM LAS_Interiores_CC.indd 3 12/14/15 2:41 PM LAS_Interiores_CC.indd 4 12/14/15 2:41 PM LAS_Interiores_CC.indd 1 12/14/15 2:41 PM LAS_Interiores_CC.indd 2 12/14/15 2:41 PM Las águilas serenas LAS_Interiores_CC.indd 3 12/14/15 2:41 PM LAS ÁGUILAS SERENAS Leer para lograr en grande colección letras ensayo LAS_Interiores_CC.indd 4 12/14/15 2:41 PM Hugo Gutiérrez Vega LAS ÁGUILAS SERENAS LAS_Interiores_CC.indd 5 12/14/15 2:41 PM Eruviel Ávila Villegas Gobernador Constitucional Simón Iván Villar Martínez Secretario de Educación Consejo Editorial: José Sergio Manzur Quiroga, Simón Iván Villar Martínez, Joaquín Castillo Torres, Eduardo Gasca Pliego, Raúl Vargas Herrera Comité Técnico: Alfonso Sánchez Arteche, Félix Suárez, Marco Aurelio Chávez Maya Secretario Técnico: Ismael Ordóñez Mancilla Las águilas serenas © Primera edición. Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de México. 2009 © Segunda edición. 2015 DR © Gobierno del Estado de México Palacio del Poder Ejecutivo Lerdo poniente núm. 300, colonia Centro, C.P. 50000, Toluca de Lerdo, Estado de México © Hugo Gutiérrez Vega ISBN: 978-607-495-444-9 Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal www.edomex.gob.mx/consejoeditorial Número de autorización del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal CE: 205/01/100/15 Impreso en México Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sin la autorización previa del Gobierno del Estado de México, a través del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal. LAS_Interiores_CC.indd 6 12/14/15 2:41 PM Índice 11 Prólogo De narradores 17 Mariano Azuela, Demetrio Macías, Tácito y Antonius Primus 21 Leduc, la mosca y un codazo 25 La prosa de acción de Rafael F. Muñoz 29 Sobre Agustín Yáñez 35 Las palabras, los murmullos y el silencio de Juan Rulfo 49 Arreola, La feria, los abajeños y los alteños 65 El carnaval de Pitol 69 Luis Tovar y un poco de mantequilla 73 Las diosas de Sergio Fernández LAS_Interiores_CC.indd 7 12/14/15 2:41 PM De poetas 81 Abad y los ilustrados jesuitas del siglo XViii 85 Acercamientos a Manuel José Othón 105 Dos poetas en la sombra 133 Amado Nervo 149 González Martínez y la fila interminable de los sueños 153 Discurso para Carlos Pellicer 163 Recuerdos de Pellicer 167 Los cien años de un forjador de palabras 169 En Cocula con Nandino 175 Una voz en medio de la ruina y los discursos 181 Jorge Cuesta: lo extraordinario es lo único que fascina 189 Discurso por Villaurrutia 193 Un libro sobre el gran cocodrilo 197 Con Bonifaz en la bizarra 205 Para acercarse a la poesía de Enriqueta Ochoa LAS_Interiores_CC.indd 8 12/14/15 2:41 PM 211 Sobre Juan Bañuelos 217 Esbozos para un retrato de José Carlos Becerra 225 Eduardo Hurtado, poeta en la ciudad De Voces periféricas 231 De Anda y Salado Álvarez 233 El teatro de Ignacio Arriola 237 Lección de antropología con alimentos incluidos, un libro de Agustín Escobar 241 Los riesgos de la libertad 249 Contra esto y aquello De diplomáticos y escritores 255 Balbino Dávalos, hombre polifacético 259 Efrén Rebolledo: los viajes, el decadentismo y el amor sexual 275 Torres Bodet, la educación y la paz 281 Memoria de García Terrés 285 “El crecimiento de la tarde” 291 Alejandro Estivill y “la otra mirada” LAS_Interiores_CC.indd 9 12/14/15 2:41 PM De teXtos Varios 297 “Nombre de niña en su almohada” 301 López hermosa llegó tarde (Elena Garro) 305 Carlos Fuentes y el conde Alucard 309 Recordando a Juan Vicente Melo 313 Cartas de don Enrique a don Alfonso 317 Carmen Leñero, la luna y el espejo 323 La francofonía mexicana LAS_Interiores_CC.indd 10 12/14/15 2:41 PM Prólogo a la primera edición En un pequeño libro que antologa expresiones aforísticas de Paul Valéry, leí una frase que parece retratar la vida de Hugo Gutiérrez Vega: “Jadea el árbol bajo la carga de sus frutos…”. Pues en el tumulto de sus setenta y cinco años, ha sido director y actor de tea- tro, poeta y ensayista, promotor cultural, dirigente y maestro univer- sitario, diplomático y conferenciante, militante, tribuno y periodista. Un torrente de vida o de muchas vidas, vividas en una sola, intensa, comprometida a su manera, valerosa y, a la par, prudente, enemiga de las disputas que ponen en riesgo una bien cultivada elegancia del espíritu. Por doquier ha dejado la huella de su libertad, de su corte- sía, de su buena semilla. Es dueño de una presencia poderosa; envi- diable y envidiada es la sonoridad de su voz, y amplísimo el caudal de su memoria. Es ese árbol jadeante de Valéry. Lo conocí cuando él tenía apenas veinticinco años; fue mi maestro de Literatura en la escuela secundaria por breve tiempo, pues cambió la enseñanza por la carrera diplomática. Ha vivido en Roma, Londres, Washington, Madrid, Atenas, Río de Janeiro, San Juan de Puerto Rico. En cada residencia su vocación literaria ha cre- cido. Su poesía lleva la impronta de ese peregrinar. A pesar de su tono intimista, unas veces melancólico, otras rebosante de humor e ironía, es también un trasunto de los paisajes físicos y humanos recorridos con los ojos y los oídos siempre alertas: las nieblas lon- dinenses, las cadencias del jazz, la fuerza del alma hispana, los soles 11 LAS_Interiores_CC.indd 11 12/14/15 2:41 PM 12 Hugo Gutiérrez Vega griegos, la vitalidad de Brasil. Nunca faltó un canto para cada sin- gularidad. Su experiencia griega lo sorprendió sencillo, maduro, en la plenitud de sus figuraciones poéticas, en la cima de su ideal: “Lo único que hace la poesía es cantar lo que a todos pertenece”. De Buscado amor a Una estación en Amorgós, han transcurrido medio siglo y una veintena de poemarios. De su periplo diplomático —como consejero cultural, cónsul y embajador— no sólo sacó provecho para aprender otras lenguas, sino para leer, comentar y conocer a cuantos escritores le fue posi- ble. Me consta que cumplió con discreción y sentido de respon- sabilidad sus labores administrativas pero, en cambio, brilló en la amistad literaria y en la propagación de las letras de México. Como diplomático fue, ante todo, un misionero cultural en tierras extrañas. Hugo ha ejercido la crítica literaria, pero no en sentido con- vencional: no juzga ni pierde el tiempo en polemizar, aunque sus aseveraciones puedan suscitar polémicas en ocasiones, con motivo de sus preferencias. Por ejemplo, Paz no es una de las suyas. En esto es explícito: “yo sólo hablo de lo que amo y admiro. Lo que no me gusta sale de mi campo visual y evito detenerme a analizarlo o con- denarlo”. Viaja por la obra de otros con amor y respeto, aunque lo haga, por momentos, de manera coloquial y con un desenfado con- secuente con su actitud vital, como defendiéndose de cierta solem- nidad académica. Me atrevo a afirmar que su método se acerca a lo que Tzvetan Todorov llama “crítica dialógica”. Hugo dialoga con la obra del otro, conversa amablemente, sin aspirar a verdad alguna. En la irremediable asimetría de su diálogo —pues se trata de un dis- curso abierto que se engarza a otro ya cerrado— elude toda ventaja: su crítica es un gesto de simpatía, cuando su palabra fluye solamente dentro de los cauces literarios, pues a menudo trasciende lo literario y da pie a enunciados sobre la vida. Y nada hay de extraño en ello, pues la crítica no sólo versa sobre libros, sino también sobre la rea- lidad que los fecunda. Así, Hugo deja entrever sus convicciones: la LAS_Interiores_CC.indd 12 12/14/15 2:41 PM Las águilas serenas 13 libertad del cuerpo, la tolerancia, el justo odio ideológico al yugo político y moral que oprime a los seres humanos. En Las águilas serenas, que reúne textos sobre escritores mexi- canos, se entreveran el crítico y el humanista; la reverencia literaria y el grito de protesta. Habitan en sus páginas vivencias teatrales, conversaciones con poetas entrañables, homenajes, reseñas, recuer- dos, palabras de aliento, deslumbramientos. Lo mejor de Hugo está aquí: el lector atento, el amigo solidario, el excavador que pone en relevancia poetas marginados o convertidos en polvo de recelos o modas literarias. Dice Mircea Eliade que, a veces, las obras necesitan otras experiencias estéticas para iluminar su grandeza. A Hugo le viene como anillo al dedo esta afirmación cuando sale al encuentro de la poesía erótica de Efrén Rebolledo, de la profundidad lírica de González Martínez, más allá de lo admonitorio; de la gloria escon- dida de Francisco González León y de Alfredo Placencia, del injusto destierro histórico de un Amado Nervo y sus erasmianas meditacio- nes poéticas sobre la vida y la muerte. Por eso, la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario se honra en publicar esta antología de crítica en su Colección Letras. Letras, sí, porque es una obra de creación, como lo es toda la crítica, al decir de Oscar Wilde, cuando ésta es libre e independiente. Hugo nació en Lagos de Moreno, Jalisco, ya lo dije, hace tres cuartos de siglo. Creció en Guadalajara bajo el manto tutelar de su abuela materna, a quien así evoca en un hermoso poema: Has pasado diez años en la tumba hablando con tus ángeles percibiendo las voces de tantas insolentes primaveras “La muerte es grande”, dices y la vida se concentra en tu trenza. No hemos perdido nada. La mañana sigue entrando a la casa; entrando sin cesar. LAS_Interiores_CC.indd 13 12/14/15 2:41 PM 14 Hugo Gutiérrez Vega Si nada cesa tu nunca cesarás.