Más Allá De La Gesticulación. Ensayos Sobre Teatro Y Cultura En México
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2 Domingo Adame Más allá de la gesticulación. Ensayos sobre teatro y cultura en México Buenos Aires, Argentina - Los Ángeles, USA 2017 Más allá de la gesticulación. Ensayos sobre teatro y cultura en México ISBN 978-1-944508-15-9 Ilustración de tapa: Vania Paola Bilem © 2017 Domingo Adame All rights reserved. This book or any portion thereof may not be repro- duced or used in any manner whatsoever without the express written per- mission of the publisher except for the use of brief quotations in a book re- view or scholarly journal. Editorial Argus-a 16944 Colchester Way, Hacienda Heights, California 91745 U.S.A. Calle 77 No. 1976 – Dto. C 1650 San Martín – Buenos Aires ARGENTINA [email protected] A Claudia, por hacerme sentir tan bien en su casa Más allá de la gesticulación Índice Introducción 1 I. Conciencia de la gesticulación. Las aportaciones de Rodolfo Usigli 13 Rodolfo Usigli: teatro de la gesticulación contra la simulación 13 Itinerario del Itinerario del autor dramático de Rodolfo Usigli 29 II. Teatro y exilio 49 Max Aub en el contexto del teatro contemporáneo en México 49 III. Construyendo a México desde la dramaturgia 61 La dramaturgia mexicana contemporánea de 1950 a 1990 y sus temas fundamentales 61 Emilio Carballido: Dramaturgo de la modernidad mexicana 73 El Retablo del gran relajo de Hugo Argüelles 83 La noche de Hernán Cortés de Vicente Leñero/ Luis de Tavira 91 Moctezuma II de Sergio Magaña 103 Olímpica de Héctor Azar 111 La escritura teatral de Hugo Salcedo vista desde la perspectiva transdisciplinaria 117 Tradición y transdisciplinariedad en el teatro de Óscar Liera 125 IV. Teatralidad y Cultura 139 Teatros y teatralidades en México en el siglo XX, un acercamiento desde la complejidad 139 Domingo Adame Crítica de la crítica: Posmodernidad y teatro mexicano del nuevo milenio 153 Los teatros regionales en los contextos nacional, global y planetario 175 Teatralidad india y comunitaria en México 181 Teatro Totonaca Contemporáneo 195 De la nación y las teatralidades bi-centenarias a la concepción de transnación y transteatralidad 205 V. Hacia el Transteatro 217 Rodolfo Valencia y el lenguaje del actor 217 De la ritualidad a la transteatralidad en el teatro de entre siglos en México 235 Experiencia trans-escénica y trans-cultural en El Tajín 247 Nicolás Núñez: Esclavo por su patria, violencia y muerte en el México contemporáneo 263 Para no concluir 273 Transteatro: El caso de Puentes Invisibles 273 Bibliografía 279 Bibliografía General 281 Lista de obras citadas 293 Lista de autores, instituciones y grupos citados citados 299 Más allá de la gesticulación Introducción ―Si yo no hubiera nacido en Egipto, yo habría querido ser egipcio‖ es la frase de Mustapha Kamel, un militante nacionalista egipcio nacido en 1847, que da nombre a la novela corta de Alaa el Aswany J´aurais voulu etre égyptien (2009). Cuando conocí el libro me llamó la atención y me pre- gunté ¿Si yo no hubiera nacido en México, habría querido ser mexicano? Al leer la introducción coincidí con el autor quien decía que ―esa era la frase más estúpida que podía decirse‖, pues más que aprecio por el lugar de ori- gen expresaba la identificación con un sentimiento condicionado de perte- nencia y que cualquiera podría decir en el lugar que hubiera nacido. Enton- ces me cuestioné sobre lo que significaba para mí haber nacido y crecido en México reconociendo que, además de todo lo inaceptable que tiene, disfru- to su ecosistema generoso, sus más genuinas tradiciones y, en general, la bondad de su gente. Puedo, por eso, darme cuenta que me complace estar en cualquier otro lugar donde ni me ufano ni me siento en desventaja por mi origen, sino que estoy como ―en mi casa‖ pues, antes y más allá de ser mexicano, soy un ser humano abierto a valorar y apreciar ―lo otro‖, lo dife- rente. Así, desde ese reconocimiento, deseo compartir los textos que in- tegran este volumen y que forman parte de mi andanza a través de México y del Teatro. Tres recuerdos de mi infancia en Chilpancingo —ciudad donde nací— viven en mi memoria y, entremezclados, configuran el mural de mi primer contacto con la realidad: 1) el niño que fui mira asombrado la danza de Tlacololeros cuyos personajes portan enormes máscaras y hacen sonar violentamente sus chirriones; 2) en la calle principal, en 1960, durante la Huelga por la autonomía universitaria, el ejército dispara contra una mani- festación y mata a gente indefensa; y 3) como una aparición mágica aparece una carpa con un letrero que dice ―Teatro Portátil Tayita‖. Tradición, violencia y teatro fueron los cimientos de esa realidad plena de teatralidad. Los danzantes me asustaban y me producían gran cu- riosidad ¿qué había detrás de esas máscaras? Las fotos que vi en la prensa de la masacre me aterrorizaban ¿Por qué el gobernador había ordenado disparar contra el pueblo? Y la carpa me inquietaba ¿cómo podía contener en su interior otra realidad? 1 Domingo Adame Hoy me doy cuenta que fue por todo ello que el teatro se convirtió para mí en una estrategia de conocimiento y, gracias a él, pude descubrir que hay distintas maneras de percibir la realidad y que México no es solo el país de la gesticulación, donde cada uno se pone la máscara que mejor le conviene, ocultando su verdadero rostro. No, han existido y existen mu- chos hombres y mujeres que, siguiendo los principios ancestrales de hacer- se un ―rostro y corazón‖, buscan tener su propia voz y encontrar ―su lu- gar‖ para desde ahí compartir lo que poseen como herederos y regenerado- res de una cultura conectada a la vez con la tierra y el cielo. El teatro y las diversas teatralidades que se despliegan en México1 dan testimonio de ello. ¿Puede considerarse al teatro como una vía para conocer a México? Todas las ramas del saber, especialmente las llamadas ―ciencias humanas‖ y las artes, han hecho significativas aportaciones para permitir- nos conocer a México. Gracias a ellas sabemos que a partir de la Conquista española, en el territorio de lo que hoy es este país, sus habitantes hemos vivido etapas de violencia, destrucción, manipulación y abusos inimagina- bles; que con los movimientos de Independencia y Revolución las cosas no cambiaron como se anunciaba y que la actualidad muestra un grave deterio- ro de las instituciones y del tejido social haciendo que se dude de la viabili- dad del país, esto, además, lo confirmo por mi propia experiencia. Pero, atendiendo la advertencia de Edgar Morin cuando dice que ―nada está seguro, ni siquiera lo peor‖ (2003, 330), me considero uno de esos mexicanos que confían en un mejor porvenir porque he tenido la di- cha de caminar por las calles de muchos de sus pueblos y ciudades, de con- vivir con su gente y percibir en sus rostros y actitudes una gama de expre- siones: sonrisas francas, generosidad, angustia, sufrimiento, impotencia, in- certidumbre, desconsuelo pero, sobre todo, esperanza. Aunque he visto también fisonomías que me producen temor y desconfianza. ¿Qué conocimiento de México nos ofrece el teatro? 1 En 2004 publiqué Teatros y teatralidades en México. Siglo XX, donde propuse y de- sarrollé 5 teatralidades: India y comunitaria, Educativa y de orientación política, urba- na-popular, dramática-burguesa y de investigación-experimentación. 2 Más allá de la gesticulación Considero que el teatro se debe estudiar como movimiento cultural vivo, porque verlo solamente como disciplina artística es seguir mantenien- do el concepto reduccionista occidental, pues está presente —como la tea- tralidad— en distintas actividades que el ser humano realiza en comunidad y éstas, a su vez, se relacionan con otras manifestaciones en la vida del in- dividuo y de la sociedad. Por eso creo necesario identificar en cualquier in- vestigación de carácter cultural los niveles deterministas del imprinting cog- nitivo (Morin 2001) y su normalización, así como sus posibilidades de debi- litamiento. Los individuos conocemos, pensamos y actuamos de conformidad con paradigmas culturalmente grabados que definen nuestras visiones del mundo, los mitos y las ideas, las actividades y las conductas. Además, un gran paradigma está profundamente inscrito en la organización de una so- ciedad a la cual determina, tanto como ella lo hace con él. La doctrina, sa- bemos, es dogmática por naturaleza, se erige como poseedora de la verdad, a diferencia de la teoría que está abierta a la crítica. Bajo el ―conformismo cognitivo‖, nos aclara Edgar Morin, hay mucho más que eso, hay un ―im- printing cultural‖ que marca irreversiblemente el espíritu individual en su modo de conocer y actuar (2001, 29). La normalización, al controlar cual- quier desviación de forma represiva o intimidatoria, se convierte en custo- dia del imprinting. Éste y la normalización operan recursivamente, así los modos de conocimiento de los individuos son elaborados por una cultura que produce dichos modos (2001, 30). Precisamente por eso se pueden re- conocer cambios, de tal manera que es necesario considerar, por una parte, los constreñimientos sociales, culturales e históricos que inmovilizan y apri- sionan al conocimiento y, por otra, las condiciones sociales, culturales e históricas que lo movilizan o liberan posibilitando su innovación y evolu- ción. El teatro, cuando deja de ser un alimento para el espíritu y se con- vierte en puro entretenimiento, se convierte en producto desechable como tantos de la sociedad de consumo. Divertir y ofrecer conocimiento al mis- mo tiempo es, en cambio, algo que el arte teatral logra cuando valora lo que nos hace ser humanos. Rodolfo Usigli, desde una postura que puede considerarse franca y abierta, nos colocó a los mexicanos el rostro de gesticuladores, poniendo de ejemplo a los políticos —y en ello tenía razón, pues hoy observamos de qué manera han logrado perfeccionar esa caracterización—, pero otros 3 Domingo Adame creadores teatrales han observado distintos aspectos y nos muestran como un pueblo con humor, religiosidad, ingenio, solidaridad, fortaleza, ingenui- dad y nobleza.