Equipo editorial

Director: Abdón Mateos (UNED/CIHDE)

Secretario de Redacción: Gutmaro Gómez Bravo (U. Complutense)

Consejo de Redacción: Juan Avilés (UNED); Montserrat Duch (U. Rovira i Virgili); Ángeles González (U. Sevilla); Abdón Mateos (UNED/CIHDE); Javier Muñoz Soro (U. Complutense/CIHDE); Gutmaro Gómez Bravo (u. Complutense); Ismael Saz (U. Valencia); Xosé M. Núñez Seixas (U. Santiago); Rosa Pardo (UNED); Ricardo Martín de la Guardia (U. Valladolid); Álvaro Soto (U. Autónoma de Madrid/CIHDE);

Comité Asesor (2011-2012): Enrique Moradiellos (U. Extremadura); Rubén Vega (U. Oviedo); Julio Aróstegui (U. Complutense); Ángel Bahamonde (U. Carlos III); Martin Baumeister (U. Ludwig-Maximilian, Múnich); Alfonso Botti (U. Modena); Rafael Quirosa (U. Almería); Julián Casanova (U. Zaragoza); Ángel Castro (UNED, Melilla); Francisco J. Caspistegui (U. Navarra); José Luis de la Granja (U. País Vasco); Jesús de Juana (U. Vigo); Encarna Lemus (U. Huelva/CIHDE); José María Marín (UNED/CIHDE); Carme Molinero (U. Autónoma de Barcelona); Conxita Mir (U. Lleida); Feliciano Montero (U. Alcalá); Mary Nash (U. Barcelona); Carlos Navajas (U. Rioja); Manuel Ortiz Heras (U. Castilla-La Mancha); Paul Preston ( School of Economics); Raanan Rein (U. Tel Aviv); Glicerio Sánchez Recio (U. Alicante); César Tcach (U. Nacional de Córdoba); Lola de la Calle (U. Salamanca); Julio Pérez Serrano (U. Cádiz); Antonio Cazorla (Trent University); Agustín Sánchez Andrés (U. Michoacana); Carmen González (U. Murcia)

Asistentes secretaría: Luis Hernando (UNED/CIHDE) y Emanuele Treglia (LUISS/CIHDE)

Editan: Asociación de Historiadores del Presente y Editorial Eneida

www.historiadelpresente.blogspot.com/ www. chide.es www.editorialeneida.com Colabora: Centro de Investigaciones Históricas de la Democracia Española, Departamento de Historia Contemporánea (UNED)

La redacción no comparte necesariamente las opiniones de los autores

Depósito Legal: M-29600-2002

ISSN: 1579-8135

Historia del Presente es indexada por: Historial Abstracts, Latindex, Ulrich, Dice, Dialnet, Isoc.

Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España, para la totalidad de los números editados en el año 2011. DOSSIER: americanization and francoism. Lorenzo Delgado and Pablo León (eds.) Lorenzo Delgado Gómez-Escalonilla y Pablo León Aguinaga: Americanization of Europe, Cold War and historical studies: milestones of a trajectory. Introduction Adoración Álvaro Moya: Cold War and formation of the human capital during the francoism. A balance about the North American Program of Technical Aid, 1953-1963 Óscar J. Martín García: «Walking on Eggs». The public diplomacy of and the student protest in Spain, 1963-1969 Iván Iglesias: «Vehicle of the best friendship»: The jazz as american propaganda in the Spain of the fifties Francisco J. Rodríguez Jiménez: Missionaries of the Americanism? Promotion and diffusion of the American Studies in Spain, 1969-1975

EGOHISTORY Enrique Moradiellos: Between the gender and the ritual. Interview with Giuliana Di Febo

THE PAST OF THE PRESENT Jorge Marco: Partisan echos. The memory of the resistence as conflictive memory

MISCELLANY Antonio Muñoz Sánchez: Europeanization is democratization. The SPD and the Spain of the Late Francoism Giulia Quaggio: Cultural policy and transition to democracy: the case of the UCD's Ministry of Culture (1977-1982) Oscar Rodríguez Barreira: Social assistance and daily attitudes in the Years of the Hunger, 1937-1943

DEBATE Pedro C. González Cuevas: The Paul Preston's Holocaust Gutmaro Gómez Bravo: An exterminationist vision of the spanish past Ismael Saz: Deal with revisionism

MEMORY Felipe Nieto: Jorge Semprún (1923-2011): between the politics and the writing, the fights for freedom READING AUTHORS ABSTRACTS EXPEDIENTE: Americanización y Franquismo. Lorenzo Delgado y Pablo León (eds.) 5 Adoración Álvaro Moya: Guerra Fría y formación de capital humano durante el franquismo. Un balance sobre el programa estadounidense de ayuda técnica, 1953-1963. 27 13 Óscar J. Martín García: «Walking on Eggs». La diplomacia pública de los Estados Unidos y la protesta estudiantil en España, 1963-1969 27 Iván Iglesias: «Vehículo de la mejor amistad»: el jazz como propaganda estadounidense en la España de los años cincuenta 41 Francisco J. Rodríguez Jiménez: ¿«Misioneros de la Americanidad»? Promoción y difusión de los American Studies en España, 1969-75 55

EGOHISTORIA Enrique Moradiellos: Entre el género y los ritos. Entrevista con Giuliana di Febo 71

EL PASADO DEL PRESENTE Jorge Marco: Ecos partisanos. La memoria de la resistencia como memoria conflictiva 79

MISCELÁNEA Giulia Quaggio: Política cultural y transición a la democracia: el caso del Ministerio de 93 Cultura UCD (1977-1982) Antonio Muñoz Sánchez: Europeizar es democratizar. El SPD y la España del tardofranquismo 109 Óscar Rodríguez Barreira: Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los Años del Hambre 127 1937-1943

DEBATE Pedro C. González Cuevas, El Holocausto de Paul Preston 149 Gutmaro Gómez Bravo, Una visión exterminista del pasado español 155 Ismael Saz, Va de revisionismo 161

MEMORIA Felipe Nieto, Jorge Semprún (1923-2011): entre la política y la escritura, los combates por la libertad 165

LECTURA 175 AUTORES 184 RESÚMENES 186 Libertad para la Historia

La Asociación de Historiadores del Presente, constituida hace diez años, ha organizado cinco congresos bienuales, otorga un premio anual a historiadores noveles y publica la revista semestral Historia del Presente. Reúne a más de dos centenares de historiadores asociados y colaboradores, contando a lo largo del tiempo con el apoyo permanente de la Universidad Nacional de Educación a Distancia a través de diversas instancias como el Vicerrectorado de Medios Impresos, el Centro Asociado de Melilla, el Departamento de Historia Contemporánea y el Centro de Investigaciones Históricas de la Democracia Española. Su campo de interés es la historia contemporánea en sentido estricto, la coetánea a nuestros días, es decir, el tiempo que recorre el corto siglo XX español y europeo. La Historia del Presente es, por tanto, un periodo cronológico de especialización en el área de conocimiento de la Historia Contemporánea diferenciándose de otros periodos históricos por la coexistencia con otras disciplinas de las ciencias sociales y de las humanida- des por la presencia de testigos, de memoria viva, y por constituir un tiempo con un uso público del pasado más intenso. Uno de sus principales propulsores, Javier Tusell, decía que la historia más reciente es una historia en «libertad vigilada» debido a la presencia de protagonistas coetáneos a los hechos y de sus descendientes directos que, a menudo, actuan como «guardianes de la memoria» ante la reconstrucción de los historiadores. Es también una Historia con una mayor demanda social por lo que, frecuentemente, el historiador tiene que participar en el uso público del pasado y salir al espacio público a través de diversas tribunas, en especial, de los medios de comunicación divulgando sus conocimientos. Dentro de esos usos públicos del pasado ocupa un lugar principalísimo el uso político de la historia. La Asociación de Historiadores del Presente considera que los historiadores hacemos historia, por lo que nuestras interpretaciones y nuestros esclarecimientos pueden resultar lejanos de las conmemoraciones y de la memoria. La Historia del Tiempo Presente está aún más alejada del uso político del pasado. En ese sentido, la Asociación considera fuera de lugar que los partidos políticos enjuicien la obra de los historiadores, por mucho que sus productos estén influidos por ideologías lejanas a las de las instituciones políticas democráticas. La obra de los historiadores la deben evaluar otros historiadores, es decir, la comunidad científica de la que forman parte. En ese sentido, el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia es una obra monumental que ha recibido financiación pública, en la que han colaborado centenares de historiadores y de profesionales cercanos a los biografiados. Sin duda, las biografías deben ser objeto de revisión y evaluación externa en su versión digital. De manera especial, resulta impresentable que las biografías de ciertas personalidades se hayan encargado a familiares, instituciones a las que el biografiado pertenece o perteneció y a historiadores especialistas en materias ajenas a su especialización. Estas discutibles cualidades hacen que buena parte de las biografías más contemporáneas encargadas a historiadores miembros de instituciones dedicadas a la memoria del biografiado sean cautivas de intereses espurios y que sus resultados sean sospechosos de servir a diversas clientelas. Sin embargo, consideramos que el Diccionario Biográfico es uno de los productos más ambiciosos de la histo- riografía española en los últimos tiempos. La aparición de los primeros volúmenes debe ser vista como un im- portante logro de la RAH que no debería quedar empañado por la existencia de algunas entradas biográficas discutibles por su carácter hagiográfico. La Asociación considera que en la Real Academia de la Historia tienen una presencia marginal los historiadores contemporaneístas lo que, sin duda, ha contribuido a que el proceso de elaboración y control de las biografías de personajes, hombres y mujeres, de la España del siglo XX, sea objeto de polémica y debate público. La Historia Contemporánea se hace en las Universidades y asociaciones de historiadores y no en la RAH, que más que un sujeto de estudio debe ser objeto de investigación de la historiografía. No obstante, este debate resultará enriquecedor para la revisión del producto final. A modo de conclusión, queremos independencia para los historiadores, pero también historiadores independientes y representativos de la historiografía del siglo XX. Biografías como la de Franco constituyen un caballo de troya de los peores aspectos de nuestro pasado reciente en el desempeño de nuestro actividad científica.

Abdón Mateos Presidente de la Asociación de Historiadores del Presente Libertad para la Historia

La Asociación de Historiadores del Presente, constituida hace diez años, ha organizado cinco congresos bienuales, otorga un premio anual a historiadores noveles y publica la revista semestral Historia del Presente. Reúne a más de dos centenares de historiadores asociados y colaboradores, contando a lo largo del tiempo con el apoyo permanente de la Universidad Nacional de Educación a Distancia a través de diversas instancias como el Vicerrectorado de Medios Impresos, el Centro Asociado de Melilla, el Departamento de Historia Americanización de Europa, Guerra Fría y estudios Contemporánea y el Centro de Investigaciones Históricas de la Democracia Española. 1 Su campo de interés es la historia contemporánea en sentido estricto, la coetánea a nuestros días, es decir, el históricos: jalones de una trayectoria. introducción 1 tiempo que recorre el corto siglo XX español y europeo. La Historia del Presente es, por tanto, un periodo cronológico de especialización en el área de conocimiento de la Historia Contemporánea diferenciándose de otros periodos históricos por la coexistencia con otras disciplinas de las ciencias sociales y de las humanida- des por la presencia de testigos, de memoria viva, y por constituir un tiempo con un uso público del pasado El debate sobre la eventual americanización densidad ni los ribetes eminentemente negativos más intenso. de Europa surgió en el viejo continente entre que la caracterizarían algo más tarde. Uno de sus principales propulsores, Javier Tusell, decía que la historia más reciente es una historia en «libertad finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. El desenlace de la Gran Guerra (1914-1918) vigilada debido a la presencia de protagonistas coetáneos a los hechos y de sus descendientes directos que, » Para entonces se habían desvanecido definitiva- puso de relieve una tendencia que venía afloran- a menudo, actuan como «guardianes de la memoria» ante la reconstrucción de los historiadores. mente las dudas sobre la viabilidad de la primera do con antelación en diversos terrenos: Estados Es también una Historia con una mayor demanda social por lo que, frecuentemente, el historiador tiene que república independiente americana, que habían Unidos estaba llamado a erigirse en la principal participar en el uso público del pasado y salir al espacio público a través de diversas tribunas, en especial, de alcanzado su punto álgido durante la Guerra de potencia del mundo occidental, como acababa los medios de comunicación divulgando sus conocimientos. Dentro de esos usos públicos del pasado ocupa Secesión (1861-1865). La creciente fortaleza del un lugar principalísimo el uso político de la historia. La Asociación de Historiadores del Presente considera de demostrar con su decisiva intervención de que los historiadores hacemos historia, por lo que nuestras interpretaciones y nuestros esclarecimientos país se apreció en el espectacular crecimiento última hora en el conflicto. En el transcurso pueden resultar lejanos de las conmemoraciones y de la memoria. económico y de población que siguió a aquel de los años veinte, un nuevo escenario fue ga- conflicto, en la plena delimitación de sus fron- La Historia del Tiempo Presente está aún más alejada del uso político del pasado. En ese sentido, la Asociación nando terreno en las relaciones transatlánticas: considera fuera de lugar que los partidos políticos enjuicien la obra de los historiadores, por mucho que sus teras continentales y en una presencia exterior el grueso de las influencias, transferencias e productos estén influidos por ideologías lejanas a las de las instituciones políticas democráticas. La obra de cada vez más asertiva –intervenciones militares inversiones cambió radicalmente de dirección. los historiadores la deben evaluar otros historiadores, es decir, la comunidad científica de la que forman parte. en México, Centroamérica y el Caribe; anexión Las sociedades europeas se convirtieron en En ese sentido, el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia es una obra monumental que de Hawai; guerra hispano-estadounidense de las receptoras y consumidoras por excelencia ha recibido financiación pública, en la que han colaborado centenares de historiadores y de profesionales 1898; incremento exponencial de las inversiones de los estímulos y productos procedentes de cercanos a los biografiados. Sin duda, las biografías deben ser objeto de revisión y evaluación externa en en el extranjero, etc. Todo ello generó al otro la nación americana. Por primera vez también, su versión digital. De manera especial, resulta impresentable que las biografías de ciertas personalidades se lado del Atlántico una mezcla de curiosidad, éstos llegaban directamente al conjunto de los hayan encargado a familiares, instituciones a las que el biografiado pertenece o perteneció y a historiadores admiración y recelo –dependiendo del obser- ciudadanos continentales gracias a la expansión especialistas en materias ajenas a su especialización. Estas discutibles cualidades hacen que buena parte de vador–, al tiempo que se abría paso en algunos las biografías más contemporáneas encargadas a historiadores miembros de instituciones dedicadas a la y el impacto de un medio de entretenimiento sectores la idea de que aquel país reunía todos y expresión que simbolizaba como ninguno la memoria del biografiado sean cautivas de intereses espurios y que sus resultados sean sospechosos de servir los ingredientes para convertirse en el modelo a diversas clientelas. modernidad y atractivo de la cultura estadouni- de progreso y desarrollo más exitoso en el por- Sin embargo, consideramos que el Diccionario Biográfico es uno de los productos más ambiciosos de la histo- dense: el cine, convertido en elemento central venir inmediato.2 riografía española en los últimos tiempos. La aparición de los primeros volúmenes debe ser vista como un im- del ocio cultural de los europeos desde en- portante logro de la RAH que no debería quedar empañado por la existencia de algunas entradas biográficas Las reflexiones sobre la americanización o tonces. De su mano, el desembarco americano discutibles por su carácter hagiográfico. La Asociación considera que en la Real Academia de la Historia tienen «modernización a la americana» de Europa, en parecía acelerarse al ritmo del jazz y los dance una presencia marginal los historiadores contemporaneístas lo que, sin duda, ha contribuido a que el proceso cualquier caso, pertenecían todavía al terreno de halls, se hacía patente en la transformación de de elaboración y control de las biografías de personajes, hombres y mujeres, de la España del siglo XX, sea la especulación periodística y literaria.3 Aunque el una sociedad urbana donde la parsimonia de los objeto de polémica y debate público. La Historia Contemporánea se hace en las Universidades y asociaciones desdén hacia la antigua colonia ya estaba presen- antiguos cafés cedía su lugar al dinamismo de las de historiadores y no en la RAH, que más que un sujeto de estudio debe ser objeto de investigación de la te entre las élites europeas, y la dura experiencia barras americanas, y mostraba su capacidad de historiografía. No obstante, este debate resultará enriquecedor para la revisión del producto final. A modo de conclusión, queremos independencia para los historiadores, pero también historiadores independientes y vital de los millones de emigrantes europeos que irradiación mediante las estrategias persuasivas representativos de la historiografía del siglo XX. Biografías como la de Franco constituyen un caballo de troya cruzaron el Atlántico en aquella época arrojaba de las nuevas técnicas de publicidad que modu- de los peores aspectos de nuestro pasado reciente en el desempeño de nuestro actividad científica. sombras sobre la imagen dorada del sueño ame- laban las pautas de consumo en la emergente ricano, la cuestión aún no había adquirido ni la sociedad de masas.4 Abdón Mateos Presidente de la Asociación de Historiadores del Presente Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 5-11 issn: 1579-8135 5 EXPEDIENTE

En un contexto de progresiva radicalización pa occidental alcanzó nuevas cotas en el marco socio-política auspiciado por el auge de las ideo- de la Guerra Fría. Estados Unidos fue la única logías nacionalistas y de izquierdas, la creciente nación beligerante que salió victoriosa y eco- influencia de Estados Unidos en la Europa de nómicamente reforzada de la última contienda entreguerras despertó reacciones de proceden- mundial. Sólo la Unión Soviética, rehabilitada in- cia y argumentos diversos, pero coincidentes ternacionalmente por su decisiva contribución en sus reticencias y su postura crítica.5 Tanto al triunfo aliado –aunque brutalmente golpeada

Lorenzo Delgado y Pablo León Lorenzo Delgado y Pablo el consumo masivo de productos culturales por los estragos de la contienda–, parecía capaz americanos como la dependencia de los cré- de rivalizar con la hegemonía estadounidense. ditos procedentes del otro lado del Atlántico En Europa, podía hacerlo tanto en el escena- fueron señalados como amenazas a la indepen- rio militar –sus tropas ocupaban la mitad del dencia e identidad nacional o de clase –depen- continente e intimidaban al resto–, como en diendo de la posición ideológica–, una lectura el ideológico. La escalada de la tensión entre interesadamente apoyada por aquellos sectores Washington y Moscú, a partir de 1947, llevó al económicos afectados por la competencia esta- engrasado aparato propagandístico soviético dounidense –desde productores cinematográfi- a difundir el mensaje de que los horrores de cos hasta agricultores. También añadieron más la reciente guerra eran la consecuencia última leña al fuego tanto la impronta del darwinismo de la brutal crisis económica iniciada con el de- social sobre la concepción del devenir de las rrumbe de la bolsa de Nueva York en 1929, o en relaciones internacionales y la filosofía histórica otras palabras, a asignar la responsabilidad del del momento –que invitaba a interpretar que enfrentamiento y sus secuelas a las contradic- el auge de los países extraeuropeos (por Esta- ciones autodestructivas del sistema capitalista dos Unidos y Japón) acarrearía la decadencia salvaguardado por el gigante norteamericano. europea–, como el predicamento que ganaron Los principales destinatarios de aquel mensaje las corrientes de pensamiento críticas hacia una no eran otros que los ciudadanos que habían modernidad simbolizada por los Estados Uni- quedado al oeste del «telón de acero», bajo el dos –su democracia de masas, su cultura para paraguas de Estados Unidos, donde la memoria el consumo, su tecnología deshumanizadora, su de la crisis económica estaba muy viva y los mo- materialismo animado por el afán de lucro, etc. vimientos comunistas gozaban de una reforzada El antiamericanismo se había instalado en el sub- popularidad gracias a su destacada participación consciente europeo como un socorrido argu- en la resistencia al fascismo. La versión antica- mento al que recurrir a la hora de buscar causas pitalista obtuvo una notable repercusión entre externas a los problemas que provocaba la inca- los simpatizantes de movimientos de izquierdas pacidad de articular sociedades más pluralistas en Europa occidental, que ponían el foco en políticamente, más dinámicas económicamente los progresos sociales de la Unión Soviética y con mayor movilidad social.6 Los años treinta dejando al trasluz los excesos autoritarios y la agravaron esa desconfianza como consecuencia ausencia de libertades que componían la otra de la profunda crisis de la economía americana, cara de la moneda. Pero incluso entre sectores su repliegue diplomático y el auge de los esta- más conservadores y nacionalistas europeos dos totalitarios en Europa. A las puertas de la causaba malestar la evidente pujanza que había Segunda Guerra Mundial (1939-1945), sólo las adquirido el modelo americano, frente al cual la omnipresentes películas de Hollywood parecían Unión Soviética no dejaba de ser una referencia mantener viva la «amenaza» de la americaniza- lejana, salvo para aquellos países que compar- ción del continente.7 tían frontera con su área de influencia.8 La polémica sobre la americanización de Euro- Ante los múltiples desafíos del conflicto

6 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 5-11 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE Americanización de Europa bipolar, Estados Unidos realizó un despliegue los presupuestos políticos y económicos de esa en el escenario europeo sin precedentes en hegemonía a las nuevas naciones en gestación tiempos de paz, tanto por su alcance como por tras la oleada de la descolonización. También su significado. La potencia americana tuvo un se señalaban los riesgos de homogeneización papel fundamental en el diseño de un sistema y empobrecimiento de las prácticas culturales de seguridad concebido para contener el ex- intrínsecos al proceso de americanización, que pansionismo soviético; apoyó la reconstrucción llevaban a muchos autores a referirse al mismo económica y la difusión de nuevos métodos como el paradigma del imperialismo cultural.11 de gestión y organización empresariales; dio Los historiadores se sumaron a aquel debate su respaldo a los proyectos de convergencia algo más tarde, si bien durante las dos últimas europea; fomentó las transferencias culturales décadas sus contribuciones a la comprensión del y científicas de diversa índole y la formación fenómeno han ido adquiriendo mayor vitalidad de capital humano, además de asumir un pro- y riqueza interpretativa. Las causas concretas de tagonismo de primer orden en la extensión de su interés pueden rastrearse en la conjunción la sociedad de consumo. Todos esos procesos de varios factores a finales de años ochenta contribuyeron a acrecentar la popularidad de y principios de los noventa. El primero y más América entre muchos europeos, pero también importante tuvo que ver con el desplome de la movilizaron a sectores críticos con su influencia. Unión Soviética, que dio lugar a la aparición de Entre estos últimos se daban cita desde el tra- un nuevo ámbito de análisis sobre los factores dicional temor conservador a la modernización que condujeron a ese derrumbe y, por con- americanizada de las pautas de comportamiento traposición, que permitieron el triunfo de los social y cultural, hasta la oposición ideológica de Estados Unidos y su modelo de organización raíz filomarxista. El pensamiento de la Escuela de social. El interés por la fortaleza y expansión Frankfurt fue el exponente más prestigioso en la del modelo americano conectaba, a su vez, con inmediata posguerra de la síntesis interpretativa otro terreno de investigación histórica también de esa corriente de opinión crítica con los Es- emergente, que afectaba a la globalización y al tados Unidos.9 liderazgo e influencia americanos en ese proce- A lo largo de los años sesenta y setenta el so –frente al cual el modelo soviético se había debate sobre la americanización se incorporó mostrado incapaz de adaptarse, lo que habría plenamente al ámbito académico. La aplicación precipitado su caída. de teorías neomarxistas a los análisis sociales Desde el ámbito de la historia económica y el considerable desgaste internacional de la comenzaron a desarrollarse estudios sobre imagen estadounidense –debido al eco de la el grado de integración y convergencia de la guerra de Vietnam y a la crisis de legitimidad economía transatlántica, que llevaron a su vez interna provocada por el movimiento de los a examinar el influjo americano en la moder- derechos civiles, la violencia racista y política o nización y transformación de los métodos y el escándalo Watergate–, llevaron a un conjunto prácticas empresariales europeos. Las sensibles de sociólogos, antropólogos culturales y teóri- diferencias todavía detectadas les hicieron valo- cos de la comunicación a adoptar una posición rar los límites y la heterogeneidad del proceso, muy crítica y militante frente a las implicaciones así como la autonomía de los receptores, dando de la hegemonía económica y política ameri- lugar a interpretaciones de la americanización cana a nivel global.10 Sus conclusiones, amplifi- sustentadas en conceptos como adaptación, ne- cadas a través de algunos organismos como la gociación o hibridación de las influencias.12 Tales UNESCO, iban más allá de la denuncia de las aproximaciones y planteamientos fueron asumi- teorías del desarrollo que pretendían trasladar dos y profundizados en paralelo por historiado-

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res y especialistas en American y Cultural Studies, la acción informativa y cultural desplegada por la mayor parte de los cuales buscaban superar los Estados Unidos en Europa –y más tarde en las limitaciones explicativas de las lecturas en el resto del mundo– para extender su influen- clave imperialista. En esa línea se produjeron cia o contrarrestar la alcanzada por la Unión toda una serie de aportaciones que abordaron Soviética. Ese factor iba a ganar espacio y pre- la difusión y transformación de la huella ame- dicamento en los análisis sobre la Guerra Fría, ricana en diversos escenarios, como vía para al tiempo que impulsaba un replanteamiento de

Lorenzo Delgado y Pablo León Lorenzo Delgado y Pablo explorar nuevas facetas de de tan heterogéneo las investigaciones desarrolladas en este cam- fenómeno.13 po.15 Diversas obras examinaron las iniciativas En aquel contexto de revisión de los moldes emprendidas por la diplomacia pública y los analíticos e interpretativos precedentes, con el servicios de inteligencia estadounidenses con telón de fondo de la caída del muro de Berlín y el objetivo propagandístico de ganar la simpatía las especulaciones sobre la posterior emergen- de los europeos, transmitirles las ventajas de su cia de un mundo unipolar o multipolar, el poli- modo de vida y obtener su confianza en el li- tólogo americano Joseph Nye formuló su teoría derazgo de Estados Unidos.16 Del mismo modo, del soft power. En ella cuestionaba la eficacia de otra serie de trabajos prestaban una singular las fuentes tradicionales de poder –militar y atención a las repercusiones culturales y de económico– para ejercer por sí solas el lide- opinión pública asociadas a aquel fenómeno, al razgo mundial. La expansión de los medios de papel de actores y estímulos transnacionales de información y comunicación, el protagonismo todo tipo, desde el turismo hasta los productos adquirido por actores transnacionales ajenos a culturales y el deporte, pasando por las transfe- los Estados y la globalización habían transfor- rencias científicas o la promoción del consumo mado las claves de las relaciones internacionales, de masas por parte de intereses económicos.17 de tal modo que la capacidad de persuasión y El horizonte de aquel conjunto de investigacio- seducción cultural e ideológica se había con- nes era disponer de una panorámica más amplia vertido en un factor de primer orden en aquel que intentase abarcar el fenómeno en toda su escenario. El potencial persuasivo de un país complejidad. Tal expansión temática estuvo asi- emanaba del respeto que despertaba su sistema mismo ligada a la creciente receptividad de los socio-político, del atractivo de su cultura popu- historiadores de las relaciones internacionales, lar y el prestigio de su política exterior, que a estadounidenses y europeos, respecto a la re- través de su transmisión al exterior favorecían novación metodológica derivada del cultural turn, la asimilación voluntaria de las posiciones pro- que promovió el interés por nuevos objetos de pias por parte de otros interlocutores interna- investigación y enfoques analíticos.18 cionales.14 La resonancia que adquirió aquella La multiplicación y diversidad de los sujetos teoría sobre el «poder blando» vino a reforzar de estudio que confluían en torno a la america- los argumentos de los historiadores críticos nización dio lugar a una reflexión sobre cómo con la escuela realista, para quienes era preciso abordar las distintas vertientes de aquel proce- vincular el colapso económico soviético con un so global sin caer en conclusiones apresuradas, proceso paralelo de erosión de la legitimidad o qué estrategias de investigación resultaban del modelo socialista, que habría sido acelerado más pertinentes para indagar en su pluralidad por la expansión de expectativas y prácticas de manifestaciones. En tal sentido, uno de los socio-culturales occidentales, con un marchamo pioneros en este campo de estudios, el histo- «típicamente» americano. riador Richard Kuisel formulaba una serie de La convergencia de ese cúmulo de elementos consideraciones a finales de los años noventa llevó también a poner el foco en el estudio de donde apelaba al rigor analítico, al esfuerzo de

8 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 5-11 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE Americanización de Europa reconstrucción documental y a la realización iniciativas de la sociedad civil de ambos países.20 de investigaciones monográficas como herra- Todo ello ha permitido, además, afrontar las rela- mientas para ir desbrozando el terreno y faci- ciones entre España y los Estados Unidos duran- litando una comprensión más precisa de aquel te el franquismo desde otra dimensión analítica fenómeno: e interpretativa, susceptible de complementar y matizar el enfoque político-estratégico que era [...] el objeto de investigación histórica debe ser 21 lo particular, no lo general: Disneyland , no predominante y casi exclusivo con antelación. la «cultura americana»; Nike, no «el estilo ame- Los artículos incluidos en este dossier son ricano»; Mc Donald’s, no la «comida americana»; una buena muestra de la nueva senda em- los turistas americanos, no los «americanos». prendida. En los textos se examinan diversas Muchos de esos productos, empresas, programas, facetas de la presencia americana en la España instituciones, formas culturales o comunidades franquista: los programas de asistencia técnica y tienen su propia historia: han dejado una estela formación de capital humano integrados en la documental y poseen un itinerario institucional. En algunos casos, el proceso de transmisión pue- ayuda económica derivada de los pactos mili- de ser cuantificado. Podemos calcular la cuota de tares de 1953 (Adoración Álvaro); la expansión pantalla y los beneficios en taquilla de las películas del jazz en la sociedad española a través de la de Hollywood, o enumerar dónde, cuándo y cuán- diplomacia pública y la iniciativa privada (Iván tos McDonald’s fueron construidos. Podemos es- Iglesias); la estrategia para atraerse a la juventud tudiar las comunidades de turistas y expatriados. universitaria desde que en los años sesenta se Y podemos prestar atención al préstamo de prác- configuró como un agente esencial de erosión ticas y tecnologías americanas, como por ejemplo del franquismo (Óscar M. García); y la promo- durante el Plan Marshall. Es posible entender la propagación de América si particularizamos el ción de los American Studies entre la universidad fenómeno. Desde lo particular podemos captar lo y la intelectualidad española a finales de la dicta- general.19 dura (Francisco J. Rodríguez). En todas esas vías potenciales de americanización desempeñaron Aunque la historiografía española se incorpo- un papel determinante las actitudes y demandas ró con cierto retraso a este frente analítico, a de la sociedad receptora. Sin esa dinámica de lo largo de la última década y tanto desde la acción-reacción, que en parte estuvo en rela- historia de las relaciones internacionales como ción con la postura asumida por los responsa- desde la historia económica son perceptibles bles políticos españoles, pero que en medida los sensibles avances obtenidos en la investiga- aún mayor fue fruto de la propia dinámica de ción, en buena medida en sintonía con las pautas sectores más amplios de la sociedad española, expuestas en la cita previa de Richard Kuisel. es imposible entender las claves locales de un Los estudios realizados en nuestro país se han fenómeno histórico de alcance global. enriquecido con las contribuciones preceden- tes y con los nuevos trabajos que se desarrollan Lorenzo Delgado Gómez-Escalonilla en Estados Unidos y en otros países europeos. Pablo León Aguinaga Actualmente, se dispone ya de un conjunto de aportaciones sobre el despliegue de la diploma- NOTAS cia pública americana en España, sus principales canales y agentes de difusión, la relevancia que 1 Este dossier ha sido realizado en el marco de los proyectos alcanzaron distintas producciones culturales de investigación «Estados Unidos y la España del desarrollo americanas –como el cine, los American Studies (1959-1975): diplomacia pública, cambio social y transición política» (Ministerio de Ciencia e Innovación, HAR2010- o algunas corrientes musicales–, o la conexión 21694), y «Difusión y recepción de la cultura de Estados de esa promoción oficial con las demandas e Unidos en España, 1959-1975» (Universidad de Alcalá). Es

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 5-11 issn: 1579-8135 9 EXPEDIENTE

también fruto de la mesa «La difusión del modelo ameri- Plan and the Transfer of US Management Models, Londres, cano en España durante el franquismo» del X Congreso de Routledge, 1998; ZEITLIN, Jonathan y HERRIGEL, Gary la Asociación de Historia Contemporánea (septiembre 2010). (eds.), Americanization and its limits. Reworking US technol- Aprovechamos esta ocasión para reiterar nuestro agrade- ogy and management in post-war Europa and Japan, Oxford, cimiento a todos los que participaron en aquella reunión Oxford University Press, 2000; DAUNTON, Martin y HIL- científica. TON, Matthew (eds.), The Politics of Consumption: Material 2 Zunz, Olivier, Why the American Century, Chicago, Univer- Culture and Citizenship in Europe and America, Oxford, Berg, sity of Chicago Press, 1998; PORTES, Jacques, Fascination 2001; KIPPING, Matthias y TIRATSOO, Nick (eds.), Ameri- and Misgivings. The United States in French Opinion, 1870- canisation in 20th Century Europe: Business, Culture, Politics,

Lorenzo Delgado y Pablo León Lorenzo Delgado y Pablo 1914, Nueva York, Cambridge University Press, 2000. Lille, CHREN-Université Charles de Gaulle, 2002; BARJOT, 3 Ver, a título ilustrativo, las obras de los británicos STEAD, Dominique, LESCENT-GILES, Isabelle y FERRIÈRE LE VAY- William, The Americanization of the World or the Trend of the ER, Marc de (eds.), L’américanisation en Europe au XXe siècle: Twentieth Century, Londres, 1902; y WELLS, Herbert. G., The économie, culture, politique, Lille, CHREN-Université Charles Future in America: A Search after Realities, Nueva York, 1906. de Gaulle, 2002; Barjot, Dominique (ed.), Catching up with 4 ROSENBERG, Emily S., Spreading the American Dream: Amer- America. Productivity Missions and the Diffusion of American ican Economic and Cultural Expansion, 1890-1945, Nueva Economic and Technological Influence after the Second World York, Hill & Wang, 1982; COSTLIGLIOLA, Frank, Awkward War, Paris, Presses de l’Université de Paris-Sorbonne, 2002; Dominion, American Political, Economic and Cultural Relations Boel, Bent, The European Productivity Agency and Transatlan- with Europe, 1919-1939, Londres, Cornell University Press, tic Relations, 1953-61, Copenhague, Museum Tusculanum 1984. Press, 2003; Schröter, Harm, The Americanization of the 5 Sirvan de ejemplo ARAQUISTÁIN, Luis, El peligro yan- European Economy. A compact survey of American economic in- qui, Madrid, Publicaciones de España, 1921; y DUHAMEL, fluence in Europe since the 1880s, Dordrecht, Springer, 2005. Georges, Scenes de la Vie Future, París, Mercure de France, 13 Una obra fundamental en la crítica de las lecturas impe- 1931. rialistas es la de TOMLINSON, John, Cultural Imperialism. A 6 Para un estudio pionero, STRAUSS, David, Menace in the Cultural Introduction, Baltimore, The John Hopkins Univer- West: the Rise of French Anti-Americanism in Modern Times, sity Press, 1991. Tras ella fueron apareciendo una serie de Westport, Greenwood, 1978. estudios que cuestionaban las tesis imperantes hasta el 7 DE GRAZIA, Victoria, «Mass Culture and Sovereignty: the momento sobre el sentido y significado de la americani- American Challenge to European Cinemas», Journal of zación de Europa: KROES, Rob y WILTERDINK, Roby N. Modern History, 61 (1989), pp. 53-87. (eds.), Within the U.S. Orbit: Small National Cultures vis-à-vis 8 JUDT, Tony, Postguerra. Una historia de Europa desde 1945, the United States, Amsterdam, V.U. University Press, 1991, Madrid, Taurus, 2006. KROES, Rob, RYDELL, Robert W. y BOSSCHER, Doeko F. 9 GIENOW-HECHT, Jessica, «Shame on US? Academics, Cul- J. (eds.), Cultural Transmissions and Receptions. American mass tural Transfer, and the Cold War - A Critical Review», Dip- culture in Europe, Amsterdam, V.U. University Press, 1993; lomatic History, 24/3 (2000), pp. 470-479. KUISEL, Richard, Seducing the French. The Dilemma of Ameri- 10 Especialmente representativos de esta vertiente interpre- canization, Berkeley-Los Angeles-Londres, University of Ca- tativa fueron las obras de GUBACK, Thomas, The Interna- lifornia Press, 1994; ELLWOOD, David y KROES, Rob (eds.), tional Film Industry, Bloomington, Indiana University Press, Hollywood in Europe: Experiences of a Cultural Hegemony, 1969; DORFMAN, Ariel y MATTELART, Armand, Para leer Amsterdam, V. U. University Press, 1994; MORELY, David al Pato Donald. Comunicación de masas y colonialismo, Chi- y ROBINS, Kevin, Spaces of Identity: Global Media, Electro- le, Ediciones Universitarias de Valparaíso 1971; SCHILLER, nic Landscapes and Cultural Boundaries, Londres, Routledge, Herbert, Communication and Cultural Domination, White 1995; KROES, Rob, If You’ve Seen One You’ve Seen the Mall, Plains, International Arts and Sciences Press, 1976. Urbana y Chicago, University of Illinois Press, 1996; PELLS, 11 «Shame on US...», art. cit., pp. 470-479. Richard, Not Like Us. How Europeans Have Loved, Hated, and 12 Entre una larga nómina de estudios podrían destacarse: Transformed American Culture since World War II, Nueva York, DUIGNAN, Peter y GANN, Lewis H., The United States and Basic Books, 1997. the New Europe 1945-1993, Oxford-Cambridge, Blackwell, 14 nYE, Joseph, «Soft Power», Foreign Policy, 80 (1990), pp. 1994; Djelic, Marie-Laure, Exporting the American Model. 153-171. Una versión actualizada en NYE, Joseph, The Para- The Postwar Transformation of European Business, Oxford, Ox- dox of American Power. Why the World’s Only Superpower Can’t ford University Press, 1998; STRASSER, Susan, MCGOV- Go It Alone, Oxford, Oxford University Press, 2002. ERN, Charles y JUDT, Matthias (eds.), Getting and Spending: 15 BRUCE, Gregory, «Public Diplomacy: Sunrise of an Aca- European and American Consumer Societies in the Twentieth demic Field», Annals of the American Academy of Political and Century, Nueva York, Cambridge University Press, 1998; Social Science, 616/1 (2008), pp. 274-290. GOURVISH, Terry y TIRATSOO, Nick (eds.), Missionaries 16 WAGNLEITNER, Reinhold, Coca-Colonization and the Cold and Managers: American influences on European management War: The Cultural Mission of the United States in Austria after education, 1945-69, Manchester-Nueva York, Manchester the Cold War, Chapel Hill, University of North Carolina Press, University Press, 1998; KIPPING, Mathias y BJARVAR, Ove 1994; HIXSON, Walter L., Parting the Curtain: Propaganda, (eds.), The Americanisation of European Business: The Marshall Culture and the Cold War, 1945-1961, Nueva York, St. Martin

10 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 5-11 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE Americanización de Europa Press, 1997; GIENOW-HECHT, Jessica, Transmission 18 La influencia del cultural turn entre los historiadores de Impossible: American Journalism as Cultural Diplomacy in las relaciones internacionales y transatlánticas en Estados Postwar Germany, 1945-1955, Baton Rouge, Louisiana State Unidos y Europa es perfectamente rastreable en los artí- University Press, 1999; STONOR-SAUNDERS, Frances, La culos publicados durante las últimas dos décadas en Diplo- CIA y la guerra fría cultural, Madrid, Debate, 2001; SCOTT- matic History, la revista editada por la Society of Historians of SMITH, Giles, The Politics of Apolitical Culture. The Congress for American Foreign Relations. Cultural Freedom, the CIA and the Post-War American Hegemony, 19 KUISEL, Richard, «Americanization for Historians», Diplo- Londres-Nueva York, Routledge, 2002; KRABBENDAM, matic History, 24/3 (2000), p. 512. Hans y SCOTT-SMITH, Giles (eds.), The Cultural Cold War in 20 Sin ánimo de exhaustividad, pueden mencionarse las con- Western Europe, 1945-1960, Londres-Portland, Frank Cass, tribuciones incluidas en obras colectivas como las de DEL- 2003; VON ESCHEN, Penny, Satchmo Blows Up the World: GADO, Lorenzo y ELIZALDE, María, D. (eds.), España y Jazz Ambassadors Play the Cold War, Cambridge, Cambridge Estados Unidos en el siglo XX, Madrid, CSIC, 2005; NIÑO, University Press, 2004; OSGOOD, Kenneth, Total Cold War: Antonio (coord.), «La ofensiva cultural americana durante Eisenhower’s Secret Propaganda Battle at Home and Abroad, la Guerra Fría», Ayer, 75 (2009); y NIÑO, Antonio y MON- Lawrence, University of Kansas Press, 2006; BELMONTE, TERO, José A. (eds.), La Guerra Fría Cultural, 1945-1960, Ma- Laura A., Selling the American Way. U.S. Propaganda and the drid, Biblioteca Nueva, 2011, en prensa. Entre los estudios Cold War, Filadelfia, University of Pennsylvannia Press, 2008; monográficos: DELGADO, Lorenzo, «Las relaciones cultu- SCOTT-SMITH, Giles, Networks of Empire: the U.S. State rales entre España y Estados Unidos, de la guerra mundial Department’s Foreign Leader Program in the Netherlands, a los pactos de 1953», Cuadernos de Historia Contemporánea, France and Britain, 1950-1970, Bruselas-Nueva York, Peter 25 (2003), pp. 35-59, Viento de Poniente. El Program Fulbright Lang, 2008; CULL, Nicholas J., The Cold War and the United en España, Madrid, Comisión Fulbright-AECI-LID Edito- States Information Agency: American Propaganda and Public rial, 2009, y «After Franco, what? La diplomacia pública de Diplomacy, Cambridge-Nueva York, Cambridge University Estados Unidos y la preparación del posfranquismo», en Press, 2008; TOBIA, Simona, Advertising America. The Unites MARTÍN, Óscar y ORTIZ, Manuel (eds.), Claves internacio- States Information Service in , 1945-1956, Milán, LED nales de la transición española, Madrid, Catarata, 2010, pp. Edizioni Universitarie, 2008; CUMMINGS, Richard H., Cold 99-126; PUIG, Núria y ÁLVARO, Adoración: «La educación War Radio: The Dangerous History of American Broadcasting de los empresarios españoles. La articulación de los intere- in Europe, 1950-1989, Jefferson-NC, McFarland, 2009; ses económicos de Estados Unidos en España», Revista de OSGOOD, Kenneth y ETHERIDGE, Brian C. (eds.), The Historia Económica, 22/2 (2004), pp. 387-424; LEÓN, Pablo, United States and Public Diplomacy. New Directions in Cultural Sospechosos habituales. El cine norteamericano, Estados Uni- and International History, Leiden-, Martinus, 2010. dos y la España franquista, 1939-1960, Madrid, CSIC, 2010; 17 Entre ellas WAGNLEITNER, Reinhold y TYLER MAY, y RODRÍGUEZ, Francisco J., ¿Antídoto contra el antiamerica- Elaine (eds.), ‘Here, There, and Everywhere’: the foreign poli- nismo? American Studies en España, 1945-1969, Valencia, PUV, tics of American popular culture, Hanover-Londres, Univer- 2010. sity Press of New England, 2000; FEHRENBACH, Heide 21 Una revisión de la evolución historiográfica sobre las re- y POIGER, Uta G. (eds.), Transactions, Transgressions, Trans- laciones bilaterales durante el franquismo en DELGADO, formations. American Culture in Western Europe and Japan, Lorenzo y LEÓN, Pablo, «De la primacía estratégica a la Nueva York, Berghan Books, 2000; GEMELLI, Giuliana (ed.), difusión del modelo americano: Estados Unidos y la Espa- American Foundations and Large-Scale research: Construction ña del franquismo», Nuevos horizontes del pasado: culturas and Transfer of Knowledge, Bolonia, CLUEB, 2001; RAMET, políticas, identidades y formas de representación, Santander, Sabrina y CRNKOVIC, Gordana (eds.), Kazaam! Splat! Publican, 2011, en prensa. Ploof!: the American Impact on European Popular Culture since 1945, Lanham, Rowman & Littlefield, 2003; BERMAN, Ru- sell A., Anti-Americanism in Europe: A Cultural Problem, Palo Alto, Hoover Institution Press, 2004; DE GRAZIA, Victoria, El imperio irresistible. Un minucioso análisis del triunfo de la sociedad de consumo estadounidense sobre Europa, Barcelona, Belacqvua, 2006; KRIGE, John, American Hegemony and the Postwar Reconstruction of Science in Europe, Cambridge, MIT Press, 2006; STEPHAN, Alexander (ed.), The Americaniza- tion of Europe: Culture, Diplomacy and Anti-Americanism af- ter 1945, Nueva York, Berghahn, 2006; WAGGN, Stephen y ANDREWS, David L.(eds.), East Play West: Sport and the Cold War, Londres-Nueva York, Routledge, 2007; OLD- ENZIEL, Ruth y ZACHMAN, Karin (eds.), Americanization, Technology and European Users, Cambridge, MIT Press, 2009; SHAW, Tony y YOUNGBLOOD, Denis J., Cinematic Cold War: The American and Soviet Struggle for Hearts and Minds, Lawrence, University Press of Kansas, 2010.

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 5-11 issn: 1579-8135 11 Esquema de Cooperación Guerra Fría y formación de capital humano durante el franquismo. Un balance sobre el programa estadounidense de ayuda técnica (1953-1963)

Adoración Álvaro Moya cunef

Las décadas que siguieron al final de la Se- El modelo americano y la ayuda técnica en Europa gunda Guerra Mundial fueron de indiscutible occidental liderazgo estadounidense, tanto en términos económicos como políticos, militares y tecno- El creciente liderazgo económico de Estados lógicos.1 Este liderazgo sentó las bases para que Unidos a lo largo del siglo XX descansó en múl- su influencia sobre Europa Occidental alcanzara tiples factores, como una adecuada dotación de máximos, al tiempo que la economía americana recursos naturales, un vasto mercado interior y se internacionalizaba con una fuerza renovada, un gran esfuerzo inversor en innovación y for- tanto en términos de comercio como de inver- mación, tanto por parte del Estado como de la sión directa. Todo ello coincidió con la labor de iniciativa privada.2 A nivel empresarial, Estados las agencias oficiales encargadas de gestionar el Unidos terminó convirtiéndose en referente European Recovery Program, más conocido como también por otro motivo: una gestión de los Plan Marshall, y con la ambiciosa política de recursos innovadora que coadyuvó a generar ayuda exterior que le siguió, también bajo los las ganancias de productividad necesarias para auspicios de Estados Unidos. Bien a través de estimular la subida de los salarios y, por ende, cauces privados, bien a través de los programas del consumo. A ese cúmulo de elementos –y su oficiales de ayuda internacional, la Administra- valedor, la gran empresa moderna– ha atribuido ción y la empresa estadounidenses difundieron la historia empresarial el liderazgo estadouni- ideas, técnicas y conocimientos alrededor del dense.3 mundo y, en particular, en Europa occidental. Ahora bien, ni los métodos asociados a la gran En las páginas que siguen se aborda uno de empresa moderna eran los únicos existentes estos cauces de difusión del modelo america- –ni siquiera en Estados Unidos– ni tenían por no, los programas de ayuda internacional. En qué ser los mejores en cualquier otro contexto concreto, se examinan las características del empresarial, como los investigadores han ido programa de ayuda técnica incluido en los poniendo de relieve.4 En cualquier caso, dados acuerdos firmados entre España y Estados Uni- sus visibles buenos resultados, constituyeron dos en 1953, vigente hasta 1963, y se valora su un referente para empresarios y gobiernos de impacto en la formación del capital humano de otros países en diferentes momentos del siglo las empresas españolas. Todo ello se compara, XX. De ahí que habitualmente se hable de «mo- además, con lo acaecido en el caso de Europa delo americano» y de la «americanización» de occidental. la empresa europea, entendiendo por ello más

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 13 EXPEDIENTE

que un único tipo de empresa a la americana, para asegurar la victoria de la democracia en el una serie de ideas, principios y técnicas que se Viejo Continente ante los cada vez más claros desarrollaron de forma pionera en el país anglo- visos de expansionismo de la Unión Soviética. sajón y de los que cada empresa u organización En este contexto se gestó el European Recovery adoptó, adaptó o imitó aquello que se ajustaba Program (Programa de Recuperación Europea), Adoración Álvaro Moya mejor a sus características y su entorno tecno- más conocido como Plan Marshall.7 lógico, económico, político y sociocultural.5 El Plan Marshall desempeñó un papel clave en ¿Y de qué ideas, principios y técnicas estamos la recuperación europea. Su éxito no radicó tan- hablando? A nivel gubernamental, la defensa de to en la cuantía de las ayudas concedidas, pues la competencia, que terminó poniendo fin al aún aliviando los estrangulamientos más graves clima de concertación que había predominado fue más bien escasa, como en que ayudó a los en la empresa europea durante el periodo de gobiernos europeos a controlar la inflación y el entreguerras. A nivel de firma, técnicas ligadas caos financiero, estabilizar sus balanzas de pagos, a la producción y distribución en masa; formas desmantelar los controles sobre la producción de organización del trabajo como la tradicio- y el comercio, y cooperar entre ellos.8 Con ello nal Organización Científica del Trabajo, pero se pretendía proporcionar la estabilidad necesa- también la nueva escuela de las Relaciones Hu- ria para reactivar el comercio y la inversión pri- manas; estructuras corporativas como la gran vada, tanto nacional como extranjera. Y para la empresa gerencial y multidivisional; y nuevos consecución de tales objetivos era preciso, en- hábitos, como el asesoramiento externo –vía tre otros factores, un uso correcto de la ayuda consultoras y formación en escuelas de nego- prestada y un gobierno adecuado, esto es, que cios– o la aplicación de técnicas de marketing implementara el modelo industrial americano y publicidad. La difusión de todo ello tuvo lugar basado en la producción y el consumo de masas a través de dos vehículos: la empresa multina- en un entorno de libre mercado.9 No obstante, cional y la ayuda internacional. Veamos cómo se para ello no era suficiente con proporcionar desarrolló el segundo. ayuda y asesoramiento en términos de política Al igual que en la primera, tras la Segunda económica. También, había que dar a conocer a Guerra Mundial la posición estadounidense las empresas europeas cómo operaban sus ho- en el escenario político internacional se había mólogas americanas. Con este objetivo se dise- fortalecido con el conflicto, al haber sido su ñó el Programa de Asistencia Técnica, financiado entrada y sus recursos claves en la victoria alia- por una pequeña parte de la ayuda (1,5% del da. Fruto del abandono del aislacionismo que total) y gestionado de forma independiente por hasta entonces había caracterizado la política la US Technical Assistance and Productivity Mission 10 exterior americana nació la ayuda internacional, (USTA&P). en sus inicios dispensada por Estados Unidos Como su propio nombre indica, la Asistencia y contando con Europa como principal recep- Técnica Estadounidense y Misión de Produc- tora.6 El primer programa, United Nations Relief tividad perseguía como objetivo primordial el and Rehabilitation Program (UNRRA), fue lanzado aumento de la productividad de las empresas cuando aún no había concluido la guerra (en europeas. Esta fórmula, al permitir el alza si- noviembre de 1943) para cubrir las necesida- multánea de salarios y beneficios empresariales, des más urgentes de la población civil de los reactivaría el consumo, a la par que, como an- países aliados. Cuando finalizó, cuatro años más tes había sucedido en Estados Unidos, limaría tarde, era evidente su insuficiencia tanto para las asperezas internas por el reparto del poder garantizar la recuperación europea y el propio entre los distintos grupos sociales e ideologías crecimiento de la economía americana, como políticas. El movimiento de la productividad, como

14 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE terminaría denominándose a las diferentes ini- formación americanos para expertos europeos, Guerra Fría y formación del capital humano durante el franquismo ciativas desarrolladas, contaba con anteceden- ingenieros generalmente. Y, por último, la or- tes en el Viejo Continente, en particular entre ganización de las «misiones de productividad», aquellos foros que se habían sentido atraídos en donde realmente se concentraron los recursos el periodo de entreguerras por la Organización y con las que se pretendía formar a grupos de Científica del Trabajo en sus distintas variantes europeos en aspectos específicos ligados a un (taylorismo, fordismo o sistema Bedaux). Así pues, sector o en materias más generales propias con anterioridad se habían desarrollado diferen- del modelo americano observándolas in situ. tes programas de intercambio técnico, aunque la Heredando el espíritu de concertación del fórmula estadounidense aplicada tras la guerra New Deal, las misiones de productividad debían presentaba fundamentalmente dos diferencias. estar constituidas tanto por altos directivos Por un lado, se trataba del primer programa como por mandos intermedios, ingenieros y sistemático, patrocinado por los gobiernos de operarios, y, en menor medida, representantes los países implicados y gestionado por agen- estatales y educadores.14 Sin embargo, al menos cias gubernamentales.11 Por otro, el objetivo a en Francia y Alemania los centros nacionales alcanzar iba más allá de los posibles cambios de productividad, que eran los encargados de que hubiera que realizar a nivel de planta o de gestionar todas las actividades englobadas en gestión empresarial. Se pretendía reconvertir el programa de asistencia técnica, no siempre las democracias europeas a las bondades de la siguieron las recomendaciones de las agencias 15 sociedad de consumo estadounidense, la base americanas. Estos centros podían, asimismo, del denominado «contrato social» americano.12 proponer los temas y actividades que consi- deraran más pertinentes, pero en la práctica la Claramente, las aspiraciones estadouniden- iniciativa estuvo en manos americanas.16 La for- ses no podían alcanzarse en los cuatro años mación empresarial ocupó la atención primor- que duró el Plan Marshall. Una vez finalizado dial de la EPA a lo largo de todos los años de su éste, y recuperados los niveles de producción funcionamiento, como también lo había sido en europeos, su gestión pasó en 1953 de la Organi- los años precedentes dentro de los programas zación para la Cooperación Económica Europea auspiciados por la USTA&P.17 Para ello contaron a la recién creada European Productivity Agency 13 con el asesoramiento del National Management (EPA). A instancias de Estados Unidos, se cons- Council –una federación de diferentes asociacio- tituyeron asimismo centros de productividad nes profesionales difusoras de la Organización nacionales, con los que se pretendía contar con Científica del Trabajo– y prestigiosas universida- una mayor participación de los gobiernos euro- des norteamericanas –como el Massachusetts peos en la gestión del programa de asistencia Institute of Technology, Standford o Columbia, técnica. Estos centros, financiados parcialmente entre otras–.18 La Fundación Ford, que recogió con fondos americanos, estaban constituidos la batuta en los años sesenta, financió parte de por representantes gubernamentales y empre- las actividades de la EPA en este campo. A edu- sariales, a los que se unían en muchos casos cación le siguieron desarrollo agrícola y sindi- cámaras de comercio y asociaciones de diversa catos.19 La importancia prestada inicialmente a índole. otros temas, como construcción y distribución, El programa de asistencia técnica descansó se diluyó al poco tiempo de iniciarse la ayuda básicamente en tres tipos de actividades. En pri- técnica. El cambio más significativo tuvo lugar mer lugar, en el envío de especialistas estadouni- a mediados de los cincuenta, cuando se gestó, denses a Europa para proporcionar formación tras la insistencia estadounidense, el programa y asesoramiento en temas concretos. Segundo, de ayuda a los países europeos menos desarro- en estancias de investigación en centros de llados, como Grecia, Turquía y Portugal.20

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 15 EXPEDIENTE

La trayectoria de las economías europeas en de atraso percibido por los agentes económicos las décadas que siguieron a la Segunda Guerra respecto de Estados Unidos o, dicho de otro Mundial nos indica que Estados Unidos consi- modo, la confianza depositada en la tecnología guió su propósito de incrementar la producti- y estructura económica e institucional propias vidad de la industria europea. Hasta qué punto como base para la reconstrucción y el desarro- Adoración Álvaro Moya el programa de asistencia técnica contribuyó a llo futuro.22 ello es, sin embargo, difícil de cuantificar. Dis- A partir de diversos estudios de caso, Jo- ponemos de mayor información sobre los nathan Zeitlin y Gary Herrigel han señalado cambios que propició en las empresas europeas. la gran receptividad mostrada por Francia e Los estudios disponibles, que se concentran Italia en contraposición a Suecia y Reino Unido, en Europa noroccidental (Reino Unido, Fran- situando a Alemania en una situación inter- cia, Italia, Alemania y los países escandinavos), media.23 En función de su participación en los muestran cómo el influjo estadounidense fue in proyectos desarrollados por la EPA, Bent Boel crescendo y cómo, en general, los empresarios, agrupa a sus miembros en cuatro categorías: 1) ingenieros y educadores europeos, entre otros, «fantasmas», por su prácticamente nula parti- se admiraban de la gran empresa americana, por cipación (Portugal, Islandia, Irlanda y Luxem- su tamaño, pero también por su más eficiente burgo); 2) «escépticos» (Reino Unido, Suecia organización.21 Ahora bien, en ningún momen- y Suiza); 3) «moderados» (Bélgica, Holanda, to hubo una traslación directa del modelo Francia, Dinamarca y Austria); y 4) «partidarios» americano, sino que se trató de un proceso de (Italia, Grecia, Turquía, Alemania y Noruega).24 adaptación selectiva de los métodos, técnicas No obstante, esto no quiere decir que, aun e ideas activamente exportadas desde Estados siendo ciertas estas conclusiones generales, no Unidos. Dado que el modelo americano había hubiera distintas percepciones entre diferentes respondido a unas condiciones económicas e grupos de cada país. Luciano Segreto y Giuliana institucionales propias, no es sorprendente que Gemelli han mostrado las reticencias por parte fuera preciso remodelarlo a tenor de la realidad del gobierno italiano, no compartidas por dife- europea. Además, la intensidad de este proceso rentes empresarios e instituciones educativas, varió significativamente de unos países a otros como Ruggero Ranieri también observa en la en función de su estructura industrial y de siderurgia.25 A juicio de Boel, la receptividad ita- mercado, pero también del grado de aceptación liana se desvaneció desde 1957, cuando la EPA mostrado por los actores locales, desde empre- viró sus objetivos hacia el desarrollo económi- sarios, sindicatos, gobiernos y partidos políticos, co de las zonas más deprimidas, contrariando hasta el entramado educativo y científico. Sin así tanto al gobierno como a algunos grandes obviar que tan sólo con estudios de caso pue- empresarios.26 Los gobiernos socialdemócratas de determinarse el impacto real de todas estas británico y sueco, frente a la desidia general, sí iniciativas, diversos factores se han apuntado fueron más proclives a colaborar al considerar como explicativos de la receptividad dispensada, el aumento de productividad clave en el soste- como la independencia económica y financiera nimiento del Estado del Bienestar.27 En Francia, respecto de Estados Unidos, la existencia o no la influencia estadounidense tuvo un rotundo de buen entendimiento (también lingüístico) eco en la planificación macroeconómica de los entre las agencias americanas de cooperación años cincuenta, en el sector de la construcción y los aliados europeos, y las relaciones econó- e ingeniería civil, así como la estandarización micas, diplomáticas y culturales existentes con de criterios de elaboración de estadísticas y de anterioridad a la guerra. Pero más interesante y contabilidad –aspecto que se generalizó en bue- controvertido resulta un último factor: el grado na parte de Europa–.28 En el caso de las misiones

16 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE de productividad, su efectividad fue mayor cuan- a las técnicas estadounidenses. Veamos qué ocu- Guerra Fría y formación del capital humano durante el franquismo do ya existían intercambios técnicos anteriores rrió en el caso de España. a iniciativa de las propias empresas29 o, incluso, tras la adquisición de tecnología más moderna La ayuda técnica en España con cargo a los fondos del Plan Marshall –como en el caso de la siderurgia italiana.30 Jonathan El desenlace de la Segunda Guerra Mundial Zeitlin y Gary Herrigel son contundentes en situó al régimen franquista en una delicada este sentido. A su juicio, la transferencia de co- situación internacional. Con las crecientes dis- nocimientos desde el Nuevo Mundo descansó, crepancias entre los otrora aliados como telón más que en los cauces oficiales, en las empresas de fondo, los países occidentales orientaron estadounidenses, léase exportadores, filiales de sus esfuerzos políticos a consolidar un bloque multinacionales, consultoras, instituciones edu- democrático alternativo al comunismo y al fas- cativas o fundaciones, entre otros ejemplos.31 cismo. Los guiños del Régimen a las potencias La guerra de Corea mitigó el mesianismo que del Eje durante el conflicto no pasaron desaper- había caracterizado la ayuda económica y la ayu- cibidos y España, considerada el último reducto da técnica en sus inicios. El propio programa de fascista, fue objeto del aislamiento diplomático asistencia técnica, que había sido hasta entonces occidental en 1946.33 Un año más tarde se el último reducto de los políticos estadouniden- quedaba fuera, además, del Plan Marshall y de ses del ala más progresista, pasó a convertirse los distintos organismos europeos gestados al en un instrumento más de los grupos más con- calor de la ayuda americana. No obstante, el servadores, junto con la ayuda económica y mi- recrudecimiento de la Guerra Fría se encargó litar, para contener la expansión del comunismo de que este ostracismo durara poco tiempo. En en el mundo.32 Si bien los recursos destinados al agosto de 1950, dos meses después del estallido programa de asistencia técnica se intensificaron, de la Guerra de Corea, España recibía un cré- la convergencia de intereses entre políticos y dito del Export Import Bank (Eximbank), entidad empresarios que había dominado hasta enton- financiera ligada al gobierno estadounidense. Su ces se rompió para siempre, pues los planes a importancia radicó, más que en su cuantía (62,5 favor del desarrollo global del Viejo Continente millones de dólares), en ser el primer gesto de se sustituyeron frecuentemente por garantizar reconocimiento del bloque occidental hacia el la seguridad estratégica del bloque occidental Régimen. El definitivo llegaría tres años más tar- en el seno de la Organización del Tratado del de, con la firma de los Pactos de Madrid.34 Atlántico Norte (OTAN). Paradójicamente, este En virtud de estos acuerdos, la potencia viraje en la política exterior norteamericana americana se comprometía a conceder durante explica por qué poco más tarde desde la EPA diez años ayuda económica, técnica y militar a se prestó una mayor atención al fomento de cambio de la construcción de bases militares las áreas económicas europeas más deprimidas, en suelo español.35 El programa de asistencia donde era más probable que la inestabilidad técnica fue gestionado por el Ministerio de Agri- económica y política diera paso a gobiernos de cultura, en lo concerniente al sector primario, corte comunista. Dado que los estudios exis- y por la Comisión Nacional de Productividad tentes se han concentrado en la Europa más Industrial (CNPI), para la industria y los servi- adelantada, no sabemos si la mayor actividad de cios. Como había ocurrido en Europa, el grueso la EPA se tradujo en más americanización. Pre- de los fondos se canalizó a través de la segunda, cisamente por el retraso económico, político el centro de productividad local, donde vino a y tecnológico que caracterizaba a la periferia confluir la ayuda americana con el movimiento mediterránea, era esperable una mayor acogida de la productividad propugnado desde distintas

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esferas de la administración local.36 La Comisión pañola. Para ello se realizaron actividades de se había creado en 1952, adquiriendo carácter diversa índole, parcialmente financiadas por la permanente en 1958. Con el fin de la ayuda es- ayuda americana, que perseguían mejorar la tadounidense, en 1964 esta institución se trans- dirección a todos sus niveles, como estudios formó en el Servicio Nacional de Productividad técnicos sobre distintos sectores, novedosas Adoración Álvaro Moya Industrial.37 actividades de consultoría,40 programas de for- Al contrario de lo sucedido en otros países, mación de mandos medios y de directivos, y la la Comisión fue esencialmente punto de en- organización del programa de asistencia técnica cuentro de representantes de diferentes ins- estadounidense.41 El grueso de sus esfuerzos se tancias de la Administración, incluyendo, además concentró en estos últimos puntos. En relación de los ministerios, Presidencia de Gobierno, la a la formación de directivos, se fundó la pio- Delegación Nacional de Sindicatos, el Consejo nera Escuela de Organización Industrial (EOI).42 de Economía Nacional y el Alto Estado Mayor.38 Enfocados en los mandos medios se diseñaron El sector privado, aunque invitado a participar el Plan Nacional de Adiestramiento de Mandos en ella, fue relegado a las denominadas Comi- de la Empresa (Plan AME) y el Plan Nacional de siones Regionales y a los centros regionales Adiestramiento de Mandos Intermedios (Plan de productividad. Las primeras fueron creadas AMA), programas que englobaron más del 60% a instancias de la propia CNPI con el fin de de los cursos impartidos por la Comisión y a observar de cerca los problemas a los que se los que se unió un «Diploma de Ingenieros Es- enfrentaban las empresas españolas en aquellos pecialistas en Producción», certificado similar a lugares de mayor concentración industrial –Ca- los que se estaban diseñando en centros como taluña, Guipúzcoa, Asturias, Vizcaya y Andalucía–. la EOI o el Instituto Nacional de Racionalización Los centros regionales, en cambio, se crearon del Trabajo (INRT).43 El Plan AMA, con el que por iniciativa y financiación de las empresas de se pretendía enseñar a «saber instruir», «saber la zona –en Alicante, Sevilla, Vigo, Albacete, Za- mejorar los métodos de trabajo» a partir de los ragoza y Palma de Mallorca–. Desconocemos la recursos de los que se dispone y «saber man- composición de estos últimos, pero en el caso dar» o «tener relaciones humanas»,44 se basaba de las delegaciones regionales y, en menor me- en el popular programa Training Within Industry dida, la CNPI, participaban ingenieros, técnicos y (TWI), desarrollado en Estados Unidos antes empresarios que comenzaban a destacarse por de la Segunda Guerra Mundial y caracterizado sus obras sobre la materia, por aquel entonces por el gran peso otorgado a la práctica en el novedosa, de organización de empresas, como aprendizaje, así como a la labor y discusión en Fermín de la Sierra, José Orbaneja, Juan Manuel grupo. Conocer su alcance precisa de un análi- Elorduy, José Luis Pinillos, Alberto Pintado Fe o sis en mayor profundidad a partir de estudios Patricio Palomar, entre otros. Todos ellos simul- de caso. No obstante, sí disponemos de una tanearon su actividad con cursos de formación relación de aquellas empresas que implantaron en distintos centros y empresas. En sus propues- este Plan, entre las cuales se encontraban tanto tas de mejora de la productividad de la industria empresas públicas como privadas de sectores española se hacían eco de los métodos a debate tan diversos como alimentación, artes gráficas, en Europa bajo el influjo estadounidense, como transporte, banca, calzado, construcción, pro- la Organización Científica del Trabajo (OCT) y ducción y transporte de electricidad, química, la nueva escuela de las Relaciones Humanas.39 siderurgia y textil, entre otros.45 El objetivo último de las actividades desa- rrolladas por la CNPI y sus delegaciones era aumentar la productividad de la industria es-

18 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE Guerra Fría y formación del capital humano durante el franquismo EQUIPOS PARTICIPANTES EN LAS MISIONES A ESTADOS UNIDOS, 1954-1962 (Número de equipos y participantes por materias) Equipos Participantes Materias Porcentaje Porcentaje Número respecto del Número respecto del total total Acero 1 0,7 11 1,1 Alimentación 7 4,9 64 6,6 Artes gráficas 1 0,7 6 0,6 Banca y bolsa 1 0,7 10 1,0 Calzado 1 0,7 9 0,9 Cámaras de comercio 1 0,7 9 0,9 Carbón 1 0,7 9 0,9 Construcción y urbanismo 12 8,4 105 10,8 Curtidos 2 1,4 15 1,5 Electricidad 5 3,5 42 4,3 Electrónica 1 0,7 7 0,7 Embalaje 2 1,4 17 1,8 Entretenimiento preventivo 2 1,4 10 1,0 Escuelas empresariales 13 9,1 37 3,8 Estudios técnicos especiales 5 3,5 5 0,5 Fabricación de muebles 2 1,4 15 1,5 Frío industrial 1 0,7 14 1,4 Fundición 3 2,1 21 2,2 Gas 1 0,7 7 0,7 Generales 14 9,8 74 7,6 Investigación de mercados y publicidad 9 9,1 52 5,3 Organización y dirección de empresas 32 22,4 228 23,5 Papel 1 0,7 11 1,1 Química 6 4,2 39 4,1 Soldadura 2 1,4 18 1,9 Textil 8 5,6 64 6,6 Transformados de caucho 1 0,7 10 1,0 Transformados metálicos 4 2,8 39 4,0 Transporte por carretera 1 0,7 7 0,7 Universidades 3 2,1 17 1,8 TOTAL 143 972

Nota: El número de participantes ha de ser menor, pues es muy probable que algunos de ellos tomaran parte de varias misiones. Un desglose detallado de los equipos incluidos en cada categoría en ÁLVARO, Adoración, Estados Unidos y la modernización de la economía española, trabajo de investigación inédito, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 2001, pp. 61-62. Fuente: Productividad, 124 (septiembre), 1963.

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Como en el resto de Europa, dentro del objetivo al que tampoco fueron ajenas en mayor programa americano de asistencia técnica los o menor medida otras iniciativas de intercam- esfuerzos de la CNPI se concentraron en las bio cultural y científico como el programa Ful- misiones de productividad a Estados Unidos, a bright.49 Lograr tal propósito pasaba por mejo- las que se unieron estancias de investigación rar las infraestructuras existentes, estabilizar la Adoración Álvaro Moya tanto en el país americano como en otros economía española y contar con el beneplácito europeos –de las que se beneficiaron particu- del gobierno, la población y los empresarios larmente ingenieros aeronáuticos del Instituto españoles. Es decir, promover cierto grado de Nacional de Técnica Aeronáutica y de la Junta de desarrollo a la par que se ensalzaba el modelo Energía Nuclear–46 y la llegada de especialistas económico y social norteamericano. estadounidenses para proporcionar formación Existen pocas dudas sobre la contribución en diferentes materias –la gran mayoría ligada de la ayuda americana a la recuperación de la a la industria y los servicios (50%), seguido de economía española en los años cincuenta. Cier- obras públicas (20%)–.47 En total se organiza- tamente, la cuantía percibida fue limitada, pero, ron 143 misiones de productividad, un número dados los graves estrangulamientos existentes sensiblemente inferior a las 300 formadas en en el aprovisionamiento de materias primas y Francia y las 200 enviadas por Noruega entre otros inputs, tuvo efectos multiplicadores sobre 1949 y 1954.48 Recordemos, no obstante, que el sistema productivo.50 Ahora bien, a juicio de ambos países se encontraban entre aquéllos Óscar Calvo no se presionó simultáneamente más receptivos a la labor de la EPA. para alcanzar la liberalización progresiva de la El Cuadro 1 recoge las misiones organizadas economía española, tal y como tradicionalmen- en el ámbito industrial. Puede observarse que, te había postulado la historiografía.51 En lugar aun teniendo cabida materias muy diversas, de condicionar su ayuda a grandes cambios todos los temas relacionados con la dirección en política económica, Estados Unidos esperó y organización empresarial (incluyendo mer- a que las mismas fuerzas internas los llevaran cadotecnia, publicidad y controles de calidad y a cabo desde dentro. Sus propios servicios de seguridad en planta) sobresalieron tanto por inteligencia se hacían eco, en 1954, del deseo de número de equipos como de participantes. colaborar de los empresarios españoles, aunque, Independientemente de la temática específica obviamente, su postura hacia la liberalización a abordar por la misión, todos los equipos re- iría acorde a su percepción sobre los beneficios cibían formación sobre las características de la que de ella se derivarían.52 De hecho, a pesar de gran empresa americana y de la American way la denuncia continua por parte de las agencias of life. Las misiones, por tanto, presentaron estadounidenses del intervencionismo estatal y las mismas características que en el resto de del peso del Instituto Nacional de Industria en Europa occidental. Ahora bien, lo observado y la empresa española, el holding público y otros aprendido en Estados Unidos, ¿se trasladó a la organismos oficiales se beneficiaron de los cré- empresa española? Esta cuestión se discute en ditos concedidos por el Eximbank y el Develo- el siguiente apartado. pment Loan Fund, organismos que en principio ofrecían sólo préstamos a empresas privadas.53 El impacto de la ayuda económica y técnica esta- Lourenzo Fernández Prieto, en una investi- dounidense en España gación más amplia sobre la innovación agraria durante el franquismo, señala que el programa La finalidad última de la ayuda económica y de asistencia técnica proporcionó el soporte técnica fue conseguir un uso eficiente del dis- financiero y tecnológico necesario para la crea- positivo militar estadounidense en España, un ción y funcionamiento del Servicio de Extensión

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Agraria (SEA); institución creada a imagen y se- éxito de lo aprendido en Estados Unidos, como Guerra Fría y formación del capital humano durante el franquismo mejanza de su homóloga estadounidense para en la firma galletera Fontaneda, la empresa de aumentar la productividad del sector agrario transformados metálicos Rivière y en distintos español. El Servicio, organismo que en Estados fabricantes de calzado mallorquines.59 Precisa- Unidos había nacido en pleno New Deal y que se mente el calzado, sector para el que el mercado difundió por toda Europa tras la Segunda Gue- estadounidense resultaba central, recibió mucha rra Mundial, fue en España el principal cauce de atención por parte de la CNPI y de los centros difusión de los métodos ligados a la revolución regionales de Alicante y Palma de Mallorca. Sin verde. Estos métodos habían sido previamente embargo, parece que los resultados concretos aprendidos por los técnicos del SEA en misio- de sus actividades, ligadas a la mejora de la nes de productividad tanto a Estados Unidos productividad y al fomento de la exportación, como a otros países europeos y, en menor fueron muy pobres. Mayor éxito tuvieron los medida, gracias a estancias de formación en los cursos de formación desarrollados por la Co- primeros.54 misión, al menos en el distrito industrial catalán Buena parte de la investigación reciente so- de Manresa.60 En cualquier caso, pese a que to- bre los efectos de los convenios de 1953 se ha davía conocemos muy poco sobre su aplicación concentrado en su impacto sobre las empresas práctica por sectores, los estudios realizados españolas y la formación de sus trabajadores. hasta la fecha matizan el papel que algunos auto- Óscar Calvo ha sugerido que la firma de los Pac- res habían concedido al Estado como impulsor tos de Madrid, al dotar de mayor credibilidad al del movimiento de la productividad en España,61 Régimen, sirvió de estímulo a la inversión priva- enfatizando, en cambio, el dinamismo de la ini- da.55 Núria Puig, por su parte, ha demostrado la ciativa privada. conexión entre la asistencia técnica americana y Sin desviar la atención de la empresa la creación de las primeras escuelas de negocios española, una mirada más atenta a la gestión de en España.56 La Asociación para el Progreso de la ayuda americana –en sus dimensiones militar, la Dirección (APD), una de las primeras aso- económica y técnica– nos abre nuevas líneas ciaciones de empresarios españoles, fue creada de investigación, hasta ahora poco exploradas en 1956 por varios de los participantes de una en la historiografía. Así, es posible apreciar el de las primeras misiones a Estados Unidos. Su vínculo entre las misiones de productividad a actividad para fomentar la profesionalización de Estados Unidos y la construcción de las bases la gestión empresarial y la comunicación entre militares con el desarrollo de los sectores de empresarios y directivos –rasgos típicos de la la construcción y de la consultoría técnica en gran empresa gerencial– le valió el reconoci- España. Las misiones permitieron que ingenieros miento de las agencias americanas.57 No obs- y dirigentes españoles observaran las técnicas tante, el contenido de las obras publicadas por y métodos que caracterizaban a las empresas los gurús españoles en dirección de empresas americanas, mientras la construcción de las demuestra que los directivos españoles apos- bases facilitó la asimilación de unas y otros taron, como en otros países europeos, por una gracias a la colaboración con los contratistas gestión donde se conjugara el modelo america- estadounidenses encargados de su supervisión.62 no con la cultura nacional, todo ello sazonado La ayuda americana tuvo dos efectos más, no por una temprana admiración hacia Alemania y directamente ligados con la formación de Japón.58 su capital humano, sobre los empresarios En cuanto al intercambio técnico, tenemos españoles: proporcionó nuevas oportunidades constancia de diversas misiones de produc- de negocio y amplió las conexiones, o reforzó tividad que se tradujeron en la aplicación con las existentes, entre diversas multinacionales y

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sus socios locales. Un buen ejemplo de ello nos no impidió que también aquí la ayuda americana los brinda, de nuevo, la construcción de las bases estimulara el crecimiento del país, facilitara la militares estadounidenses. Dicha construcción transferencia de conocimientos desde el otro constituyó el punto de arranque de uno de los lado del Atlántico y difundiera el modelo eco- grupos más destacados de consultoría técnica, nómico y empresarial americano. Adoración Álvaro Moya el Urquijo.63 Por otro lado, las maniobras de la Al igual que en el resto de Europa, los em- administración franquista para allegar recursos presarios españoles no imitaron sin reservas el del exterior permitieron trabar relaciones modelo americano, sino que adoptaron y adap- entre personalidades de ambos países que se taron a la realidad nacional parte de las ideas, prolongarían en el tiempo. Tal fue el caso de métodos y técnicas exportadas desde los Esta- Alfred Barth, representante en España del dos Unidos. Lógicamente, sólo más estudios de Chase National Bank, y Antonio Garrigues Díaz- caso nos permitirán reafirmar esta conclusión, Cañabate, futuro embajador en Washington conocer la extensión de este proceso y com- y fundador, junto con su hermano Joaquín, del prender su impacto real sobre la empresa es- despacho de abogados Garrigues, íntimamente pañola. La investigación realizada en los últimos ligado a la inversión estadounidense durante el años, empero, permite señalar algunos aspectos desarrollismo.64 Desconocemos el origen de a los que la historiografía había prestado escasa la relación entre ambos, pero probablemente atención y que se vislumbran de gran relevancia se gestó durante la Segunda Guerra Mundial, para entender cómo se transfieren conocimien- cuando Barth, a través de la United States tos en la práctica. En primer lugar, sin obviar Commercial Company en Madrid, formó el papel, ya conocido, del Estado, la iniciativa parte de la estrategia de guerra económica privada desempeñó un papel esencial en la di- desplegada por Estados Unidos en España;65 o fusión del modelo americano. En segundo lugar, tras el conflicto, pues, como vicepresidente del la ayuda militar y económica, y la construcción departamento internacional del Chase, entidad de las bases en particular, intensificaron los colaboradora en las gestiones financieras efectos de la ayuda técnica en dicho proceso. ligadas a los programas de ayuda americanos, A ello se unirían otros cauces fuera del ámbito Barth actuó como interlocutor de España de estudio de este trabajo, como la inversión y Portugal.66 En cualquier caso, sí tenemos directa, asociaciones educativas y empresaria- constancia de que tanto Antonio Garrigues les, y la acción cultural.68 Y, finalmente, tanto el como el Chase asesoraron al gobierno franquista atraso relativo español como la conciencia de en las gestiones que condujeron al crédito del que la propia ayuda generaba oportunidades de Eximbank de 1950 y de la relación fluida entre el negocio diversas a corto y largo plazo alimen- primero y Barth.67 taron la receptividad mostrada por los actores locales. El estudio de otros países de la periferia Conclusiones económica europea, con rasgos estructurales similares y receptores de la ayuda americana De manera tardía y más modesta, la ayuda por las mismas fechas que España, así como la técnica estadounidense funcionó en España inclusión de otros factores de índole social y como en el resto de la Europa occidental. Se cultural, que proporcionen más detalles sobre persiguió el mismo objetivo y se pusieron en cómo se percibían las ideas foráneas, permitirán, marcha los mismos instrumentos, si bien más no obstante, profundizar en estas cuestiones. tarde, con menores recursos económicos, con un trasfondo militar más pronunciado y sin los mecanismos intraeuropeos de cooperación. Ello

22 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE Guerra Fría y formación del capital humano durante el franquismo notas bridge, MA, MIT Press, 1993, pp. 189-230. 9 Bossuat, Gérard, L’Europe occidentale à l’heure américaine. 1 Agradezco los comentarios de los evaluadores anónimos Le Plan Marshall et lùnité européenne, 1945-1952, Bruselas, de la revista, de Núria Puig y de los participantes en la Complexe, 1992. 10 Mesa 8 («La difusión del modelo americano en España du- Djelic, Marie-Laure, Exporting the American Model. The rante el franquismo») del X Congreso de Historia Con- Postwar Transformation of European Business, Oxford, Ox- temporánea, coordinada por Lorenzo Delgado y Pablo ford University Press, 1998; SCHRÖTER, Harm, ob. cit., p. León Aguinaga. La investigación se ha beneficiado de los 50; McGlade, Jacqueline, «The US Technical Assistance proyectos ECO2009-10977 y HAR2009-07571, dirigidos Program: From Revolutionary Vision to Production Drive», por Núria Puig y Jordi Catalan, respectivamente. en Barjot, Dominique (ed.), Catching up with America. 2 Mowery, David C., y Rosenberg, Nathan, Paths of In- Productivity Missions and the Diffusion of American Economic novation. Technological change in 20th century America, Cam- and Technological Influence after the Second World War, Paris, bridge, Cambridge University Press, 1998. Presses de l’Université de Paris-Sorbonne, 2002, pp. 78-79. 11 3 Chandler, Alfred Jr., Strategy and Structure, Cambridge, Crouzet, François, «Conclusions» en BARJOT, Domi- Harvard University Press, 1962; Chandler, Alfred Jr., nique, Catching up, p. 427. 12 The Visible Hand, Cambridge, Harvard University Press, Zunz, Olivier, Why the American Century, Chicago, Univer- 1977; Chandler, Alfred Jr., Scale and Scope, Cambridge, sity of Chicago Press, 1998, capítulo 4. 13 Harvard University Press, 1990. Esta agencia terminó englobando a todos los aliados de 4 En los últimos años ha aparecido una amplia literatura en- Europa occidental cuando se disolvió en 1961, al pasar sus fatizando las ventajas de estructuras organizativas distin- actividades a ser por la Organización para la Cooperación tas a la gran empresa moderna, como la especialización y Desarrollo Económico (OCDE). 14 flexible, los distritos industriales, la empresa familiar y los DJELIC, Marie-Laurie, p. 207; CROUZET, François, ob. cit, p. grupos y redes empresariales. Una síntesis en Valdaliso, 432. 15 Jesús María, y López, Santiago, Historia económica de la em- DJELIC, Marie-Laurie, pp. 207-208. 16 presa, Madrid, Síntesis, 2007, pp. 282-289 y 343-350. SCHRÖTER, Harm, ob. cit., p. 51. 17 5 La celebración del cincuentenario del Plan Marshall dio Boel, Bent, «The European Productivity Agency. A faithful aliento a numerosas obras y proyectos internacionales prophet of the American model», en KIPPING, Matthias sobre la difusión del modelo americano de organización y BJARNAR, Ove (eds.), The Americanisation of European económica y empresarial. Una síntesis en ÁLVARO, Ado- Business: The Marshall Plan and the Transfer of US Manage- ración, Inversión directa extranjera y formación de capacida- ment Models, London, Routledge, 1998, p. 50; Boel, Bent, des organizativas locales. Un análisis del impacto de Estados The European Productivity Agency and Transatlantic Relations, Unidos en la empresa española (1918-1975), tesis doctoral 1953-61, Copenhagen, Museum Tusculanum Press, 2003, p. inédita, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, capí- 289. tulo 2. Una síntesis para el siglo XX en Schröter, Harm, 18 McGLADE, Jacqueline, «The US Technical», en BARJOT The Americanization of the European Economy. A compact sur- Dominique, Catching up, p. 79. vey of American economic influence in Europe since the 1880s, 19 Gemelli, Giuliana (ed.), The Ford Foundation and Europe Dordrecht, Springer, 2005. Centrado en la inversión di- (1950s-1970s). Cross-Fertilization of Learning in Social Science recta estadounidense, Bonin, Hubert, y de Goey, Ferry and Management, Bruselas, European Interuniversity Press, (eds.), American Firms in Europe, 1880-1980. Strategy, Identity, 1998. Perception and Performance, Ginebra, Droz, 2009. 20 BOEL, Bent, The European Productivity Agency and Transat- 6 Anteriormente se habían concedido ayudas puntuales, lantic Relations, 1953-61, Copenhagen, Museum Tusculanum pero no respondían a un programa tan amplio, por en- Press, 2003, capítulo 7. vergadura, composición y duración, como el Plan Marshall. 21 SCHRÖTER, Harm, ob. cit., p. 51. Brown, William A. y Opie, Redvers, American Foreign As- 22 DJELIC, Marie-Laurie, ob. cit. sistance, Washington DC, The Brookings Institution, 1953. 23 Zeitlin, Jonathan y Herrigel, Gary (eds.), Americaniza- 7 En las ayudas americanas enviadas a Europa habría que tion and its limits. Reworking US technology and management contabilizar también los fondos con los que se financió la in post-war Europe and Japan, Oxford, Oxford University administración de las zonas alemanas bajo control aliado Press, 2000. (1945-1948), las ayudas a los Aliados durante el conflic- 24 BOEL, Bent, The European Productivity. to (1942-1945) y un crédito especial concedido al Reino 25 Segreto, Luciano, «Sceptics and ungrateful friends vs. Unido en 1946. Central Office of Information, Dreaming social engineers: The Italian business commu- Western Cooperation. A reference handbook, Londres, Central nity, the Italian government, the United States and the Office of Information, 1956. Comitato Nazionale per la Produttività», en Gourvish, 8 DeLong, Bradford y Eichengreen, Barry Eichengreen, Terry y Tiratsoo, Nick (eds.), Missionaries and Manag- «The Marshall Plan: History’s Most Successful Structural ers: American influences on European management education, Adjustment Programme,» en Dornbusch, Rüdiger; 1945-1969, Manchester, Manchester University Press, 1998, Nölling, Wilhelm y LAYARD, Richard (eds.), Postwar Eco- pp. 77-94; Segreto, Luciano, «The impact of the US Pro- nomic Reconstruction and Lessons for the East Today, Cam- ductivity Philosophy in Italy after the Second World War»,

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 23 EXPEDIENTE

en BARJOT, Dominique, Catching up, pp. 135-147; Gemelli, 36 Gil Peláez, José, «Los EE.UU. en el movimiento espa- Giuliana, ob. cit.; Ranieri, Ruggero, «The Wide Strip Mill ñol de la productividad», Información Comercial Española, in Western Europe: Transferring American Technology», en 409 (1967), pp. 145-148; Buesa, Mikel y Molero, José, BARJOT, Dominique, Catching up, pp. 251-264. «Cambio técnico y procesos de trabajo: una aproximación 26 BOEL, Bent, The European Productivity. al papel del Estado en la introducción de los métodos de 27 MOEN, Eli, «The American Productivity Gospel in Norway: la organización científica del trabajo en la economía espa-

Adoración Álvaro Moya A Matter of Politics», en BARJOT, Dominique, Catching up, ñola durante los años cincuenta», Revista de Trabajo, 67-68 pp. 99-112; SCHRÖTER, Harm, ob. cit., pp. 52-53. (1982), pp. 249-268. 28 BARJOT, Dominique, «Catching up with America: The story 37 Álvaro, Adoración, Estados Unidos y la modernización de of productivity missions in the French public works indus- la economía española. El régimen y los empresarios españoles try after the Second World War», en BARJOT, Dominique, ante la Ayuda Técnica: la Comisión Nacional de Productividad Catching up, pp. 359-383; Touchelay, Beatrice, «L’Etat, Industrial, 1945-1964, Trabajo de investigación presentado l’INSEE, le CNPF et l’américanisation entre 1945 et 1961», en la Universidad Complutense de Madrid, 2001, p. 42. en Barjot, Dominique, y Réveillard, Christophe (eds.), 38 Archivo General de la Administración (AGA), Actas de la L’américanisation de l’Europe occidentale au XX siècle, París, CNPI, Cajas 9488-9490. Presses de l’Université de Paris-Sorbonne, 2002, pp. 227- 39 Su trayectoria puede consultarse en Guillén, Mauro, Guía 251. bibliográfica sobre organización de la empresa española hasta 29 Ranieri, Ruggero, «Learning from America: The remodel- 1975, Documento de Trabajo 9502, Programa de Historia ling of Italy’s public sector steel industry in the 1950s and Económica, Madrid, Fundación Empresa Pública, 1995. 1960s», en KIPPING, Matthias y BJARNAR, Ove, ob. cit, pp. 40 La consultoría, de crecimiento exponencial en los sesenta, 208-227; Ranieri, Ruggero, «The Wide Strip Mill»; Cail- era poco conocida una década antes. Kipping, Matthias y luet, Ludovic, «Selective adaptation of American manage- Puig, Núria, «Entre influencias internacionales y tradicio- ment models: The long-term relationship of Péchiney with nes nacionales: las consultoras de empresa en la España the United States», en KIPPING, Matthias y BJARNAR, Ove, del siglo XX», Cuadernos de Economía y Dirección de Empre- ob. cit., pp. 190-207; Feldenkirchen, Wilfried, «Produc- sas, 17 (2003), pp. 45-66; Kipping, Matthias y Puig, Núria, tivity Missions and the German Electrical Industry», en «De la teoría a la práctica: las consultoras y la organización BARJOT, Dominique, Catching up, pp. 285-300; Lanthier, de empresas en perspectiva histórica», en ERRO, Carmen Pierre, «France and US Know-How: The Case of Electrical (ed.), Historia empresarial. Pasado, presente y retos del futuro, Engineering, 1945-60», en BARJOT, Dominique, Catching Barcelona, Ariel, 2003, pp. 101-131. up, pp. 301-313; Leroux-Calas, Muriel, «The Influence 41 Álvaro Moya, Adoración, Estados Unidos, pp. 58-59 y of the Productivity Missions on R&D in France: The Case 47-55; Miranda, José Antonio, «La Comisión Nacional of AFC-Péchiney», en BARJOT, Dominique, Catching up, pp. de Productividad Industrial y la «Americanización» de la 395-404; BARJOT, Dominique, «Catching up», en BARJOT, industria del calzado en España», Revista de Historia Econó- Dominique, Catching up, pp. 359-383. mica, 22/3 (2004), pp. 642-646. 30 RAINERI, Ruggero, «The Wide Strip», en BARJOT, Domi- 42 Puig, Núria, «Educating Spanish Managers: the United nique, Catching up, pp. 251-264. States, Modernizing Networks, and Business Schools in 31 ZEITLING, Jonathan y HERRIGEL, Gary, ob. cit. Spain, 1950-1975», en AMDAM, Rolv Peter; Kvalshau- 32 McGLADE, Jacqueline, ob. cit; McGlade, Jacqueline, gen, R. y LARSEN, E. (eds.), Inside the Business Schools: The «Americanization: Ideology or Process? The Case of the Content of European Management Education, Oslo, Abstrakt United States Technical Assistance and Productivity Pro- Press, 2003, pp. 58-86. gramme», en ZEITLING, Jonathan y HERRIGEL, Gary, ob. 43 Información recopilada a partir del Boletín y la Revista cit., pp. 53-75. Productividad (1952-1964). Relación exhaustiva en ÁlvarO, 33 Portero, Florentino, Franco aislado, la cuestión española Adoración, Estados Unidos, pp. 58-59. (1945-1950), Madrid, Aguilar, 1989. Sobre las relaciones 44 Productividad, 45 (febrero), 1957. económicas franquistas con las potencias del Eje durante 45 Álvaro, Adoración, Estados Unidos, pp. 78-81. el conflicto, Catalan, Jordi, La economía española y la Se- 46 Delgado, Lorenzo, «Cooperación cultural y científica en gunda Guerra Mundial, Barcelona, Ariel, 1995; Viñas, Ángel, clave política: Crear un clima de opinión favorable para las ba- La Alemania nazi y el 18 de julio, Madrid, Alianza, 2001. ses U.S.A. en España», en DELGADO, Lorenzo y ELIZALDE, 34 VIÑAS, Ángel, «La primera ayuda económica norteameri- Mª. Dolores (eds.), España y Estados Unidos en el siglo XX, cana a España», en MINISTERIO DE COMERCIO, Lecturas Madrid, CSIC, 2005, pp. 211-214. de economía española e internacional, Homenaje al 50 aniver- 47 Fernández de Valderrama, Gabriel, «España-USA, sario del cuerpo de Técnicos Comerciales del Estado, Madrid, 1953-1964», Economía Financiera, 6 (1964). Ministerio de Comercio, 1981, pp. 49-90. 48 Kuisel, Richard, Seducing the French: The Dilemma of Ameri- 35 Estudios recientes y exhaustivos al respecto son los de canization, Berkerley and Los Angeles, University of Califor- Viñas, Ángel, En las garras del águila. Los pactos con Estados nia Press, 1996, p. 80; Moen, Eli, ob. cit., p. 101. Unidos, de Francisco Franco a Felipe González (1945-1995), 49 DELGADO, Lorenzo, «Cooperación cultural»; Delgado, Barcelona, Crítica, 2003; y POWELL, Charles, El amigo ame- Lorenzo, Viento de Poniente: el Programa Fulbright en España, ricano. España y Estados Unidos: de la dictadura a la democra- Madrid, LID, 2009. cia, Madrid, Galaxia Gutenberg, 2011.

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50 Clavera, Joan et al., Capitalismo español: de la autarquía 60 Virós i Pujolà, Lluís, La difusió de noves tècniques Guerra Fría y formación del capital humano durante el franquismo a la estabilización (1939-1959), Madrid, Cuadernos para el d’organització del treball en la indústria dels anys 60. El cas Diálogo, 1978; Fanjul, Enrique, «El papel de la ayuda ame- del districte industrial de Manresa, trabajo de investigación ricana en la economía española, 1951-1957», en Informa- de Máster del doctorado interuniversitario en historia e ción Comercial Española, 577 (1981), pp. 159-165; García instituciones económicas (UB/UAB), Bellaterra, Barcelona, Delgado, José Luis, «Crecimiento industrial y cambio en Universitat Autònoma de Barcelona, 2007. la política española en el decenio de 1950. Guía para un 61 GIL, José, ob. cit; BUESA, Mikel y MOLERO, José, ob. cit.; análisis», Hacienda Pública Española, 100 (1986), pp. 287-296. 982; Guillén, Mauro, Models of Management. Work, Author- Fernando Guirao minimiza este hecho, pues, a su juicio, la ity and Organization in a Comparative Perspective, Chicago, clave estuvo en los intercambios comerciales con Europa, The University of Chicago Press, 1994, capítulo 4. que habrían constituido la puerta de acceso a los moto- 62 ÁLVARO, Adoración, Inversión directa extranjera, ob. cit., capí- res de crecimiento de las economías más desarrolladas. tulo 6. Guirao, Fernando, Spain and the Reconstruction of Western 63 Puig, Núria, y Torres, Eugenio, Banco Urquijo, Madrid, Europe, 1945-57. Challenge and Response, Oxford, Macmillan Banco Urquijo, 2008, pp. 139-140. in Association with St. Antony’s College, 1998. 64 ÁLVARO, Adoración, Inversión directa extranjera, capítulo 3. 51 Calvo, Óscar, «Neither a Carrot nor a Stick: American For- 65 León Aguinaga, Pablo, Sospechosos habituales. El cine eign Aid and Economic Policymaking in Spain During the norteamericano, Estados Unidos y la España franquista, 1939- 1950s», Diplomatic History, 30/3 (2006), pp. 409-438. 1950, Madrid, CSIC, 2010, p. 141. 52 National Archives and Records Administration (NARA), Re- 66 Wilson, John Donal, The Chase: The Chase Manhattan cords of the US Foreign Assistance Agencies, Entry 387, Caja 31. Bank, NA, 1945-1985, Cambridge, Harvard University Press, Juan Muñoz et al. también mencionan las tensiones al res- 1986, p. 35. pecto que se fueron generando entre el capital financiero 67 Así se desprende de la correspondencia depositada en el nacional en los años cincuenta y que desembocarían en el Archivo Suanzes (AS). Véanse AS R594, R599, R603, R664, Plan de Estabilización. Muñoz, Juan, Roldán, Santiago, y R732, R752, R764, R765, R796, R840, R3044, R3047 y Serrano, Ángel, La internacionalización del capital en Espa- R3100. También, la carta enviada por Garrigues al IEME ña, 1959-1977, Madrid, Edicusa, 1978, pp. 21-26. sobre los honorarios del Chase en la asistencia al crédi- 53 Fernández de Valderrama, Gabriel, ob. cit.; Viñas, to concedido por la ECA. Archivo Histórico del Banco de Ángel, En las garras; Viñas, Ángel, «La primera ayuda eco- España (AHBE), Fondo del Departamento Extranjero/IEME, nómica norteamericana a España», en Ministerio de Secretaría, Caja 35, Expediente 1. Comercio, Lecturas de economía española e internacional, 68 ÁLVARO, Adoración, Inversión directa extranjera, capítulo 3; Homenaje al 50 aniversario del cuerpo de Técnicos Comercia- PUIG, Núria y ÁLVARO, Adoración, ob. cit; PUIG, Núria y les del Estado, Madrid, Ministerio de Comercio, 1981, pp. ÁLVARO, Adoración, «Estados Unidos y la modernización 49-90; Gómez Mendoza, Antonio (ed.), De mitos y mi- de los empresarios españolas, 1950-1975», Historia del Pre- lagros. El Instituto Nacional de Autarquía (1941-1963), Barce- sente, 1 (2002), pp. 8-29; DELGADO, Lorenzo, «Coopera- lona, Fundación Duques de Soria y Edicions Universitat de ción cultural». Barcelona, 2000, capítulos 1 y 7. 54 Fernández Prieto, Lorenzo, El apagón tecnológico del franquismo, Barcelona, Tirant lo Blanch, 2007, pp. 323-324 y 334-344. 55 Calvo, Óscar, «¡Bienvenido, Míster Marshall! La Ayuda Económica americana y la economía española en la década de 1950». Revista de Historia Económica, 19, n.º extraordina- rio (2001). 56 PUIG, Núria, ob. cit. 57 Puig, Núria, y Álvaro, Adoración, «La Guerra Fría y los empresarios españoles: La articulación de los intereses económicos de Estados Unidos en España, 1950-1975», Revista de Historia Económica, 22/2 (2004), p. 409. 58 García Ruiz, José Luis, «Estados Unidos y la transforma- ción general de las empresas españolas», Cuadernos de Histo- ria Contemporánea, 25 (2003), pp. 131-153. 59 Moreno Lázaro, Javier, «La dulce transformación. La fabricación española de galletas en la segunda mitad del siglo XX», Revista de Historia Industrial, 19-20 (2001), p. 211; Fernández Pérez, Paloma, Un siglo y medio de trefilería en España. Historia de Moreda (1879-2004) y Rivière (1854- 2004), Barcelona, MRT Moreda-Rivière Trefilerías SA, 2004; MIRANDA, José Antonio, ob. cit.

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 13-25 issn: 1579-8135 25 Esquema de Cooperación Walking on Eggs. La diplomacia pública de los Estados Unidos y la protesta estudiantil en España, 1963-19691 Óscar J. Martín García csic Introducción ticas en 1959, de signos de disidencia frente al franquismo, mezclados con un incipiente anti- Las páginas siguientes analizan la diplomacia americanismo, representó uno de los factores pública desplegada por el gobierno Johnson que alentaron la reflexión en Washington sobre con el fin de proyectar una imagen positiva de la postura norteamericana ante el futuro polí- los Estados Unidos entre los estudiantes uni- tico de España. El resultado fue la aprobación versitarios españoles. Entendemos por public por parte del National Security Council (NSC) en diplomacy el conjunto de actividades –campa- octubre de 1960 de la revisión de política espa- ñas de relaciones públicas, iniciativas culturales, ñola de la administración republicana de Dwight intercambios educativos, formación del capital D. Eisenhower (1953-61).3 Las orientaciones de humano, información radiofónica, etc.– promo- esta directiva pivotaron sobre dos coordenadas vidas por un determinado actor estatal para que marcaron la línea de actuación seguida du- comunicarse y conseguir el apoyo de la opinión rante el resto de la década por los gobiernos pública de otros países. Por tanto, el presente demócratas de John F. Kennedy (1961-63) y de trabajo se encuentra entre aquéllos que estu- Lyndon B. Johnson (1963-69). Por una parte, se dian el despliegue del poder blando por parte de decidió mantener unas buenas relaciones con el los Estados –mediante la difusión internacional régimen franquista que asegurasen la estabilidad de su cultura, su organización sociopolítica e política del país y el acceso fluido a las bases mi- instituciones o los fundamentos de su acción litares en España. Por otra, se dispuso preparar exterior– para conseguir una influencia polí- con cautela el terreno para un eventual cambio tica internacional cimentada sobre la empatía político hacia un gobierno más representativo ideológica y la atracción cultural más que en el y favorable a las prioridades estratégicas de los poderío económico o militar.2 Estados Unidos.4 La diplomacia norteamericana comenzó a La combinación de ambos objetivos supuso prestar atención a los estudiantes en España una tarea muy complicada para el servicio ex- cuando las algaradas universitarias producidas terior norteamericano. A juicio del embajador en 1956 desencadenaron el primer estado de Angier B. Duke, dicha maniobra diplomática era excepción bajo la dictadura. En los años siguien- tan difícil como andar entre huevos sin romperlos tes, el papel estudiantil en los levantamientos porque requería mantener «contactos con la contra los regímenes autoritarios de Corea del oposición pero sin molestar al gobierno en el Sur y Turquía incrementó el interés estadouni- poder». El ejecutivo americano pretendió sol- dense por los jóvenes españoles. La emergencia ventar este dilema mediante una actuación con entre éstos, según constataron fuentes diplomá- «pies de plomo» que consiguiese un «delicado

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equilibrio» entre el mantenimiento de los privi- nista de España (PCE) que, mediada la década de legios militares y la preparación de una futura los sesenta, se había convertido en la fuerza de transición moderada, pacífica y coincidente con oposición más disciplinada, numerosa y respeta- sus intereses. Desde Washington se encomendó da en los ambientes estudiantiles del país. A ojos a la sección en España del United States Informa- de la legación estadounidense tan preocupante

. Martín García Ó scar J . tion Service (USIS) un papel de primer orden en como la presencia de los comunistas en las fa- esta peliaguda estrategia. La labor de dicho or- cultades fue el aumento del antiamericanismo ganismo fue la de dirigir la política informativa y en las aulas. Conforme ascendió la agitación en cultural de los Estados Unidos para, sin colisio- las universidades se incrementaron los ataques, nar con el Régimen, influir sobre los opositores por parte de grupos estudiantiles cada vez más no comunistas de la dictadura.5 influidos por los movimientos anticoloniales y El USIS planificó sus actividades a través de las teorías tercermundistas, contra el gobierno country plans anuales encargados de adaptar las americano a causa de su apoyo a Franco, su in- directrices propagandísticas de Washington a las tervención en América Latina (Cuba, República metas específicas de la superpotencia en España. Dominicana, etc.) y la guerra de Vietnam.9 La El Country Plan de 1961 incluyó a los estudiantes espiral de protestas y manifestaciones antia- entre los target groups de la diplomacia pública mericanas en los campus españoles preocupó a americana por considerar «esencial que los la Embajada pues esa erosión de la imagen de jóvenes y líderes de los próximos cinco o diez Estados Unidos en el colectivo estudiantil po- años mirasen hacia Estados Unidos como una día enajenarle las simpatías de «los líderes del guía de conducta».6 La habitual inclusión durante mañana». Por todos estos motivos, parece rele- el resto de la década de los estudiantes entre vante analizar las iniciativas promovidas por los los blancos prioritarios de la actividad cultu- representantes de aquel país en el terreno de ral estadounidense obedeció a varias razones las ideas y de las palabras con la finalidad de mo- relacionadas con la evolución demográfica y dular las ansias de cambio de aquellos grupos política de la España del momento. El movimien- sociales, como los estudiantes, entre los que to universitario eclosionó en un contexto de podían «presentarse dificultades significativas despegue económico que propició el avance en que perturbaran una transición pacífica durante la institucionalización del franquismo. Pero las el posfranquismo».10 contradicciones e insuficiencias fruto del desor- La conveniencia de reaccionar ante la situación denado desarrollismo encontraron una de sus española se enmarcó, a su vez, en un contexto principales manifestaciones en la masificación de más amplio de pérdida de capital simbólico por la enseñanza superior.7 La expansión cuantitativa parte del país americano. En 1962 varios estudios y la diversificación social del cuerpo escolar, uni- elaborados por la United States Information Agency da a las carencias estructurales y a la ausencia de (USIA), la agencia encargada de conducir la pro- libertades, alimentaron un enconado conflicto paganda estadounidense en el exterior, revelaron en los campus del país. Desde aproximadamente el desplome de la imagen exterior americana du- 1962, hasta el estado de excepción de 1969, los rante el primer año de Kennedy en el Despacho recintos universitarios experimentaron con- Oval. Una tendencia desfavorable que se hizo tinuos desórdenes que consiguieron derribar más pronunciada bajo la presidencia de Johnson. al Sindicato Español Universitario (SEU), crear La causa fue el serio quebranto del prestigio sindicatos democráticos y contribuir «sustanti- americano ocasionado por la guerra de Vietnam 8 vamente al desgaste y deterioro del Régimen». y los disturbios raciales en los Estados Unidos. El crecimiento de los disturbios universita- Esta creciente impopularidad del amigo america- rios fue paralelo al avance de un Partido Comu- no estuvo jaleada por la ascendencia política de

28 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE "Walking on Eggs". La diplomacía pública de los Estados Unidos y la Lucha estudiantil una nueva «generación rebelde», auténtica caja americana entre los jóvenes. Ese mismo año la de resonancia de las tensiones en el convulso Embajada en Madrid constituyó su propio Youth escenario global y del enfriamiento en las relacio- Committee, que tuvo como presidente al Deputy nes trasatlánticas.11 Al calor de la bonanza econó- Counselor de la Misión, y como secretario ejecu- mica, la expansión de la sociedad de consumo, el tivo al Students Affairs Officer. Este grupo estuvo desarrollo de los medios de comunicación y la formado por once oficiales en Madrid y un extensión de los sistemas educativos y sanitarios, youth officer destacado en cada consulado. En su emergió en los años sesenta un intenso ciclo composición se encontraron representadas to- trasnacional de revueltas estudiantiles que llegó das las secciones de la Embajada, el servicio de a amenazar, según el propio Departamento de agregadurías, las fuerzas armadas desplegadas Estado, la presencia militar americana en diversos en España y el USIS a través del Cultural Affairs territorios, los intereses comerciales estadouni- Officer. El Youth Committee puso en marcha en denses, el orden interno de algunos países alia- 1964, ya bajo mandato de Johnson, un Youth dos de la superpotencia y el sistema económico Program consagrado a «identificar a los Esta- de libre empresa.12 dos Unidos con las aspiraciones constructivas del importante sector juvenil», al tiempo que a El Youth Program en España y la apuesta por la convencer a los «jóvenes líderes de hoy y po- Exchange Diplomacy tenciales líderes de mañana» que los objetivos de su política exterior resultaban «compatibles 13 Para responder a tales desafíos, la administra- con las aspiraciones del pueblo español». ción Kennedy activó diferentes canales cultura- Durante los años siguientes la maquinaria de les e informativos, de intercambio de personas y la persuasión estadounidense trató de incidir de irradiación propagandística, con el propósito sobre aquellas percepciones y actitudes de los de ganar las mentes y los corazones de los jó- estudiantes españoles susceptibles de interferir venes hostiles a América. Ya desde la segunda en las preferencias americanas en favor de una mitad de los cincuenta, con Eisenhower en el España estable, anticomunista e integrada en las gobierno, los universitarios habían ocupado un estructuras defensivas y económicas del mundo lugar preferente en la programación de la USIA. occidental. Para conquistar el respaldo univer- Pero el principal paso para contrarrestar la sitario el USIS intentó hacer ver a los líderes desafección estudiantil se produjo en 1962 con estudiantiles: la creación del Inter-Agency Committee on Youth 1. Que el acceso norteamericano a las Affairs. Este grupo de trabajo puso en funciona- bases militares era de vital importancia miento –en colaboración con la USIA, la CIA y para la defensa del «mundo libre» y la otros departamentos y agencias gubernamenta- seguridad de España, les– el programa Emphasis on Youth, encargado de transmitir a los jóvenes del mundo un mayor 2. Que los Estados Unidos representaban la conocimiento de las instituciones y de los valo- principal potencia mundial, un líder fuer- res americanos con el fin de conseguir su apoyo te y responsable, estandarte de la paz y y comprensión. del progreso humano, El Departamento de Estado confirió a esta 3. Que una Comunidad Atlántica fuerte y operación un nivel prioritario y pidió el máxi- cohesionada era el mejor dique de con- mo celo en su aplicación. Desde Washington tención contra el comunismo. se enviaron en 1963 instrucciones a más de 4. Que cualquier expectativa de un futuro un centenar de embajadas para que establecie- esperanzador para España debería com- sen secciones dedicadas a mejorar la imagen binar un mayor pluralismo social y polí-

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 29 EXPEDIENTE

tico con la economía de libre mercado, Por otra parte, uno de los principales come- como demostraba el progreso alcanzado tidos del Youth Program consistió en identificar, por América en todos los órdenes de la contactar y cultivar a «aquellos estudiantes vida. brillantes con una orientación básicamente democrática y con excepcionales cualidades de

. Martín García Ó scar J . El Youth Program en España concentró su tra- liderazgo». Empero, esa política de relaciones bajo en cuatro ámbitos: la promoción de inter- públicas tropezó con un obstáculo mayor: la cambios educativos dirigidos a líderes estudian- prelación de mantener la operatividad de las tiles, la organización de conferencias en colegios bases militares norteamericanas en España y, en mayores y universidades, la programación de consecuencia, la necesidad de entenderse con la actividades culturales que incluyesen exposicio- dictadura y no incomodar a sus dirigentes. De nes, proyecciones, actuaciones musicales, repre- igual forma, los requerimientos de la Guerra sentaciones teatrales, etcétera, y, finalmente, el Fría obturaron los cauces de intermediación en- impulso de la enseñanza del inglés y de los Ame- tre los representantes americanos y los grupos rican Studies en las universidades españolas.14 En izquierdistas, precisamente en un periodo en el adición, otras operaciones regulares del USIS que creció con rapidez el «apoyo a los líderes en España, como la distribución de libros o las comunistas entre el cuerpo estudiantil». Ambas emisiones radiofónicas, también recibieron «una orientación hacia la juventud» para acercar la limitaciones impusieron un estrecho margen imagen del país americano a las ambiciones de de maniobra a los oficiales estadounidenses, libertad de los estudiantes españoles.15 quienes sólo pudieron acercarse de forma cautelosa y vacilante a grupos minoritarios de En la práctica la aplicación del Youth Program estudiantes aperturistas, liberales, democristia- en España se vio lastrada por una serie de fac- nos y socialdemócratas. Además, sucesos como tores estratégicos que implicaron dificultades el accidente de Palomares en 1966 hicieron que económicas y políticas. Por una parte, los años sectores escolares moderados expresasen su sesenta contemplaron una considerable dismi- «desconfianza sobre la buena fe» de la políti- nución en la intensidad propagandística de los ca de defensa de los Estados Unidos, o incluso EE UU en Europa occidental y, consecuente- rechazasen «dialogar con estudiantes, profeso- mente, en España. La irrupción de movimientos res y representantes de cualquier organización revolucionarios y anticolonialistas en Asia, Lati- americana» cuando en 1967 se destapó la polí- noamérica y África hizo que el foco de la Gue- tica de infiltración de la CIA en el movimiento rra Fría se desplazase de Europa a otras par- 17 tes geográficas. El máximo exponente de este estudiantil europeo. cambio fue Vietnam. Pero antes, desde finales de Durante los años cincuenta el ejecutivo los años cincuenta, los recortes efectuados por norteamericano había apostado por el frente el Congreso sobre las dotaciones de la USIA informativo como mecanismo preferente de provocaron la reducción de los programas pro- sus campañas propagandísticas en Europa. En la pagandísticos en el viejo continente y la progre- década siguiente se puso el acento en la acción siva concentración de los menguantes recursos cultural. Entonces se dio prioridad a los inter- en el frente ideológico del Tercer Mundo. Esta cambios educativos como vía para favorecer la tendencia no tardó en dejarse sentir en España, comunicación internacional y al entendimiento donde en 1962 el USIS previno de que el cierre mutuo entre sociedades. La apuesta americana de bibliotecas y la disminución de personal iba a por los intercambios tuvo que ver con las nue- suponer «que no fuesen aprovechadas muchas vas condiciones políticas, sociales y culturales oportunidades excelentes» para avanzar en el de los aliados europeos, que hicieron innecesa- trabajo informativo.16 ria, e incluso contraproducente, una actuación

30 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE "Walking on Eggs". La diplomacía pública de los Estados Unidos y la Lucha estudiantil psicológica tan directa como la desarrollada en el La ilustración positiva de la vida al otro decenio anterior. En teoría, el impulso conferido lado del Atlántico contó con el concurso de a estos programas en los años sesenta aspiraba a estudiantes, profesores, decanos y periodistas fomentar el intercambio recíproco y neutral de españoles que habían llevado a cabo estancias conocimientos y experiencias entre ambos lados en aquel país financiadas por el Departamento del Atlántico. En la práctica, la Exchange Diplomacy de Estado. Además de escribir algún artículo también tuvo una finalidad política, pues fue dise- en la prensa, ofrecieron charlas para públicos ñada para crear a largo plazo entornos exteriores universitarios acerca de sus gratificantes viven- favorables a los intereses americanos, mediante cias made in USA. Este tipo de colaboraciones el establecimiento y cultivo de redes de líderes también permitió a la Embajada establecer lazos en el extranjero. Los objetivos de la política ex- con directores de colegios mayores, dirigentes terior estadounidense imprimieron una mayor in- del SEU, estudiantes democristianos, grupos tensidad a la corriente de desplazamientos hacia europeístas, círculos orteguianos en torno a la Estados Unidos que desde este país hacia otros Revista de Occidente y profesores e intelectuales lugares, aunque esta tendencia también fue fruto liberales y anticomunistas, como Julián Marías, de la mayor demanda formativa existente en ese José Luis Sampedro, José Ortega Spottorno, sentido. Para llegar a los jóvenes se tomaron di- Xavier Zubiri, Pedro Laín Entralgo o José Luis versas iniciativas encaminadas a que estudiantes López-Aranguren, etcétera.20 Dichos contactos de universidades americanas en España actuasen posibilitaron que los argumentos estadouniden- como embajadores no oficiales del American way ses fuesen expuestos en foros universitarios y of life. A partir de 1963 el USIS seleccionó y ase- cívicos como el Seminario Americanista de la soró a unos pocos estudiantes norteamericanos Universidad de Madrid, el Instituto de Estudios para participar en campamentos de verano del de Asuntos Europeos o la Asociación Española SEU basándose en su conocimiento del idioma y de Cooperación Europea. en su capacidad de argumentación y defensa de las A pesar de los recortes que sufrieron a partir políticas de gobierno estadounidense. El cometi- de 1966, los ciclos de conferencias representaron do de dichos estudiantes fue transmitir el mensa- una de las pocas actividades del Youth Program je americano a los universitarios españoles. Pero en España que disfrutaron de cierta continuidad. esta experiencia fue suspendida en 1966 debido Sin embargo, su clara vinculación con el frente al generalizado desprestigio de las actividades de informativo del gobierno de los Estados Unidos un SEU agonizante entre el cuerpo estudiantil y a los puso en el punto de mira de los estudiantes 18 la falta de recursos del USIS en España. más críticos con la política exterior de Washing- Mejores resultados se cosecharon en las visitas ton. Cuando se produjeron las filtraciones sobre y estancias formativas de estudiantes extranjeros las operaciones de la CIA en el mundo cultural en Estados Unidos, financiadas por Washington e intelectual europeo y se revelaron sus co- para fortalecer los vínculos con los aliados políti- nexiones con algunas iniciativas del movimiento cos de América. En este sentido, los intercambios juvenil internacional, las conferencias y otras buscaron familiarizar a los jóvenes de las clases actividades similares del USIS tropezaron con dirigentes con los valores americanos como par- «resistencias y pérdida de efectividad» entre los te de su educación política. La «alta prioridad» estudiantes. En ocasiones, las intervenciones de conferida en el caso español a las figuras emer- los representantes americanos fueron recibidas gentes del Opus Dei fue un buen ejemplo de con silbidos, pataleos e imprecaciones. Para con- la apuesta por aquellas opciones de bajo riesgo trarrestar tales manifestaciones de rechazo, el político, localizadas en los círculos de influencia USIS trató de camuflar la etiqueta oficial de algu- pro-americanos.19 nos de sus productos informativos con el ánimo

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 31 EXPEDIENTE

de soslayar la desconfianza que la impronta de facilitarles una imagen» del país americano «más Washington despertó en ciertos sectores uni- justa y objetiva». Pero estos esfuerzos posible- versitarios e intelectuales.21 mente sólo fueron efectivos ante una minoría Fue práctica habitual de la Embajada intro- de estudiantes, dado el crecimiento durante ducir contenidos de forma reservada en ca- este periodo de una militancia estudiantil alta- . Martín García Ó scar J . nales informativos españoles para aumentar la mente refractaria con los organismos oficiales o credibilidad y capacidad persuasiva del mensaje sus correas de transmisión como el Opus Dei.23 americano. Aquélla dispuso de «excelentes con- En el transcurso de los años sesenta el servi- tactos» con editores y periodistas españoles, cio exterior estadounidense detectó un aumen- algunos de ellos antiguos leader grantees o parti- to en la audiencia de la propaganda comunista cipantes en visitas a los EE UU sufragadas por el a través de las ondas. Este hecho abrió desde gobierno americano. Circunstancia que facilitó 1962 un debate en el USIS sobre la posibilidad la difusión del punto de vista estadounidense de de reanudar las emisiones en castellano a España manera velada en rotativos como La Vanguardia, de la Voice of America (VOA), canceladas en 1955. Nuevo Diario, Madrid, etcétera. Aun así, en 1965 En opinión de algunos diplomáticos estadouni- la Embajada se quejó a las autoridades españolas denses, la transmisión de contenidos atractivos porque el tratamiento dado por los periódicos para los estudiantes posiblemente colisionaría del país a la guerra de Vietnam en nada ayudaba con la censura e irritaría al Régimen. Además, la a contener el antiamericanismo en las universi- identificación de la VOA como portavoz de la dades. Cuando el Public Affairs Officer trasladó al postura oficial de Washington levantaría el rece- ministro de Información español «su consterna- lo de los numerosos estudiantes de izquierdas. ción por el tono» de la prensa en este asunto, Finalmente, se decidió no restablecer esas emi- unas cuantas gestiones bastaron para que la siones e impulsar la colaboración ya existente crítica directa fuese rápidamente sustituida por desde los años cuarenta con Unión Radio y con el silencio cómplice.22 Radio Nacional de España. Si bien desde media- Esas actuaciones tuvieron un efecto limitado, dos de los años sesenta algunos materiales de ya que los estudiantes más críticos con la dic- la VOA sobre la política exterior americana fue- tadura no eran asiduos lectores de una prensa ron introducidos en el Diario Hablado de esta 24 ahormada por la censura franquista. El férreo segunda cadena. control gubernamental sobre la información En esta línea de utilizar intermediarios locales deslegitimó a ojos de una cantidad creciente de para llegar al público español, a partir de 1964 estudiantes las noticias de la prensa tolerada. Por unas 70 emisoras retransmitieron programas esta razón, para que sus contenidos alcanzasen radiofónicos de factura estadounidense dirigi- al menos a estudiantes pro-americanos, el USIS dos a estudiantes universitarios, intelectuales prestó materiales informativos a revistas estu- y profesionales. El objetivo de tales iniciativas diantiles del entorno del Opus Dei, como Gace- fue el de promocionar entre estos grupos una ta Universitaria o Diagonal, cuya dirección trasla- mayor «receptividad a las ideas americanas y un dó a los diplomáticos americanos su voluntad conocimiento más amplio de los Estados Uni- de identificar la «publicación y su posición con dos». Cabe destacar –entre otros– programas los Estados Unidos y recibir algún tipo de apoyo como Perfiles de América, Usted que estuvo allí o americano, bien económico o moral». En otros Charlas al Viento. Este último pretendió estimular casos de publicaciones muy críticas con la su- el interés de los «jóvenes y los profesores por perpotencia, como Cisne (perteneciente al SEU sus homólogos americanos mediante discusio- vallisoletano), el Student Affairs Officer mantuvo nes amigables y la comparación de instituciones, conversaciones con los editores para «procurar costumbres, economía y cultura en general».25

32 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE "Walking on Eggs". La diplomacía pública de los Estados Unidos y la Lucha estudiantil Aunque a mediados de la década hubiese au- de un millar de ejemplares procedentes del mentado el volumen de oyentes de las emisoras programa latinoamericano, que posteriormente clandestinas, la Embajada consideró que el man- se repartieron entre bibliotecas universitarias, tenimiento de Franco en el poder garantizaba colegios mayores, instalaciones de la Organiza- la orientación anticomunista de España. Por ción Sindical, bibliotecas de la Juventud Obrera esta razón, y por la debilidad de la oposición, la Católica y de la Hermandad Obreras de Acción diplomacia estadounidense apenas se había mo- Católica, etcétera.29 lestado en contraatacar la propaganda comu- Las publicaciones periódicas propias re- nista durante la década de los cincuenta.26 No presentaron otra herramienta ideológica en obstante, en 1965 la propia Misión reconoció manos del USIS para divulgar el credo ameri- que «numerosos sectores de las universidades cano. Sin embargo, entre 1963 y 1969 apenas españolas» se sentían «atraídos por la filosofía se realizaron avances en este campo. Durante marxista». Una mala noticia porque los diplo- dicho periodo la legación en Madrid insistió máticos estadounidenses concibieron la ideo- una y otra vez en la creación de una revista logía comunista como el arma más peligrosa dirigida específicamente a los estudiantes uni- del arsenal soviético, el «virus» que amenazaba versitarios. Pero la falta de medios descartó tal con subvertir las sociedades occidentales desde empresa. Una de las soluciones contempladas dentro. En esta tesitura, el USIS buscó fomentar para rellenar este vacío fue la de perfilar ciertos la acción doctrinal para evitar el contagio en- contenidos de Atlántico con el fin de suscitar un tre los estudiantes españoles de esta infección mayor interés estudiantil por esta revista de alta procedente ya no sólo de Europa oriental sino cultura. La propuesta no cuajó, pues la revista también de Cuba, China y otros rincones del desapareció en 1964 debido a los severos re- planeta.27 cortes presupuestarios y a su fracaso para calar Los libros y las publicaciones periódicas con entre las audiencias deseadas. Un año después contenidos positivos acerca de la democracia apareció Cátedra y Aula, un proyecto fallido sin liberal o la economía de mercado encarnaron la apenas trascendencia, editado durante poco punta de lanza del combate contra el marxismo. más de un año. Entonces las únicas publica- Durante el tramo final de la década de los cin- ciones americanas que abarcaron el espectro cuenta, el Informational Media Guarantee Program universitario fueron IEN Seven Days, editada por facilitó un repunte en el número de libros co- el centro binacional de Barcelona y el Boletín mercializados en el mercado editorial español Cultural Hispano-Norteamericano, que comenzó tras el visto bueno del gobierno estadouniden- a publicar su centro homólogo de Madrid en se. Entonces tuvo lugar un notable aumento 1967. El insuficiente número de revistas propias de los fondos bibliográficos estadounidenses dirigidas a un colectivo tan importante como disponibles en las universidades españolas.28 los estudiantes aumentó el interés del USIS por En la década siguiente la reducción de las par- hacer llegar Problemas del Comunismo (la versión tidas presupuestarias afectó considerablemente española de Problems of Communism creada en a dicho programa. Si en 1960 la actuación del 1952) a los «líderes estudiantiles que la respe- USIS facilitó la traducción de 42 obras, en los tan como una publicación académica seria». Aun años sucesivos la cifra descendió drásticamen- así, hubo que esperar a los últimos meses de la te hasta suspenderse la actividad en 1965. En presidencia de Johnson para asistir a la publi- contrapartida, se pudo contar con una cantidad cación de Facetas (equivalente de Dialogue para importante de libros procedentes del programa el mundo hispanohablante), la revista juvenil de de traducción de América Latina. Sólo en 1965 producción estadounidense que disfrutó de una el USIS en España recibió una media mensual mayor difusión en las universidades españolas. A

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la postre, la debilidad del frente de publicacio- El mayor peso de los jóvenes dentro de la nes estudiantiles propias fue claro exponente programación cultural para España alentó la de la declinante intensidad del esfuerzo propa- creación de centros binacionales en Valencia gandístico norteamericano en la España de los (Centro de Estudios Norteamericanos-CEN, años sesenta.30 1958), Barcelona (Instituto de Estudios Nor- . Martín García Ó scar J . También fue paralizado por los reajustes teamericanos, IEN 1959) y Madrid (Instituto económicos uno de los principales proyectos Hispano-Norteamericano de Cultura-IHNC, juveniles de la Embajada desde 1963: la crea- 1961). Su principal actividad hasta entonces ha- ción en el campus madrileño de una residencia bía consistido en la enseñanza del inglés y en estudiantil que, además de alojar estudiantes, la promoción de diversas manifestaciones de la promoviese actividades educativas y culturales cultura estadounidense. En lo sucesivo, su pro- que orientasen a los escolares «hacia objetivos gramación cultural se hizo eco del mayor pro- democráticos y moderados con una disposición tagonismo que adquirieron los jóvenes para la favorable hacia los Estados Unidos».31 Pero esta diplomacia pública norteamericana. Conforme ambiciosa aspiración quedó definitivamente avanzó la década y crecieron los desórdenes en archivada en 1966 por su elevado coste. En los campus, los institutos binacionales procura- su lugar, el USIS organizó diversas Semanas o ron llenar el vacío artístico y cultural provoca- Ciclos Americanos en ciudades como Pam- do por el cierre de facultades y por la continua plona, Oviedo, Salamanca, Valladolid o Santiago. presencia policial en las universidades. Los tres Estas jornadas estuvieron destinadas a acercar centros estadounidenses existentes en España la vanguardia y madurez de la creación cultural acogieron eventos con una ascendente deman- americana a los estudiantes de provincias. De da entre el público juvenil, como exposiciones esta forma, la diplomacia pública estadouni- de arte, recitales poéticos, certámenes de mú- dense intentó refutar los prejuicios de algunos sica folk y de jazz y cine-clubs. En 1964 el CEN sectores estudiantiles que, a menudo influidos de Valencia y el IEN de Barcelona crearon sus por la propaganda comunista, menospreciaron a propios grupos de teatro amateur y organiza- la cultura americana por su carencia de valores ron ciclos teatrales universitarios, como el que espirituales. en la primavera del año siguiente contó con la Para reducir el antiamericanismo cultural di- actuación de las compañías de varias facultades 33 chas Semanas incluyeron varias actividades: con- del campus barcelonés. ferencias, conciertos, cine, teatro o radio shows, El ascenso del descontento universitario inci- como el protagonizado en mayo de 1964 por un tó a ampliar el radio de acción de los intercam- grupo de música folk de la New York University en bios hasta incluir a líderes estudiantiles con po- los estudios de RNE en Oviedo. Ciertamente, tencial político para el futuro. La incorporación uno de los objetivos principales de estas iniciati- de los universitarios a estos programas se vio vas fue el de generar una publicidad favorable en potenciada tras el ingreso español en el Progra- los medios locales. Por eso, el USIS celebró que ma Fulbright en 1958.34 Entre el año siguiente y en marzo de 1964 la Semana de Teatro Ame- 1965 unos 290 estudiantes españoles pasaron ricano en la Universidad de Valladolid hubiese por centros americanos bajo los auspicios de sido «afectuosamente recibida» por la prensa este programa. Al finalizar la dictadura, la cifra pucelana. Incluso se hizo eco favorable del even- de los beneficiarios españoles que ampliaron to una revista universitaria que hasta entonces su formación en el país americano subió de los sólo se había preocupado por los Estados Uni- 1.000, a los que habría que agregar una canti- dos cuando tenía algo «extremadamente crítico dad algo inferior de estudiantes y profesores que decir».32 norteamericanos que se desplazaron a España.

34 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE "Walking on Eggs". La diplomacía pública de los Estados Unidos y la Lucha estudiantil Simultáneamente se emplearon otros mecanis- Aún así, la Embajada valoró favorablemente mos para estimular la corriente de intercam- estos programas. A su juicio, incluso los estu- bio estudiantil. Entre los cursos de 1963-64 y diantes críticos adoptaron «una visión mucho 1966-67 la Embajada propuso al Departamento más equilibrada y razonable» de la forma de de Estado que cubriese las estancias breves de vida estadounidense después de su estancia en unos 160 universitarios bajo el Foreign Student tierras americanas. Por esta razón, la legación Program. El intercambio estudiantil también en Madrid consideró que los intercambios en- fue promocionado a través de otras iniciativas carnaban «una de las actividades más efectivas como el Educational Travel Program, enfocado a y exitosas que tenemos en apoyo del Youth jóvenes graduados para que realizasen estudios Program». Sin embargo, dichos intercambios no especializados en EEUU, o el International Visitors alcanzaron la incidencia deseada, debido en bue- Program –continuación del Foreign Leaders Pro- na medida a los recortes financieros que sólo gram–, que en 1967 promovió el viaje a los EE entre 1966 y 1967 detrajeron en torno al 40 UU de una quincena de líderes estudiantiles de por 100 del presupuesto para estas materias. Madrid y Valencia, entre los que se encontraba Aunque se contase con el suplemento de otras algún dirigente del Sindicato Democrático de iniciativas, como el American Field Service o el Estudiantes en la capital del Turia.35 Elías Ahuja Scholarship, la Misión lamentó esa Durante este periodo la Embajada introdujo merma de recursos al entender que supondrían una mayor apertura en los criterios de selección un fuerte lastre para su capacidad de atracción de los elegidos para disfrutar de la experiencia de las futuras elites. Más aún por producirse en made in USA. Se pensó que un mayor contacto un «periodo crucial» de «creciente actividad con la realidad norteamericana de líderes estu- contra el gobierno entre los estudiantes univer- diantiles no comunistas evitaría que su rechazo sitarios y los intelectuales disidentes».37 al Régimen se tradujese en un futuro fortaleci- miento de proyectos izquierdistas. A través de Los instrumentos de la acción informativa e ideo- los intercambios, los responsables americanos lógica buscaron cauces de interlocución discreta con aquellos jóvenes más brillantes, activos en los El Youth Committee en España tuvo la misión asuntos universitarios e interesados en encon- de establecer «un diálogo continuo» entre la trar soluciones para «una transición pacífica y Embajada y los líderes del porvenir. Una tarea estable a un eventual gobierno posterior a Fran- complicada porque dos elementos clave en la co». Junto al interés estrictamente formativo de comunicación gubernamental con públicos ex- las estancias, también se procuró que sirvieran tranjeros, como suelen ser la actuación exterior para convencer a aquellos estudiantes de las y las políticas internas de un país, se convirtie- «ventajas de los cambios evolutivos sobre los ron en el transcurso de los años sesenta en cambios traídos a través de la violencia». Was- fuente de constante desgaste de la reputación hington pretendió que tras su retorno, movidos americana entre los jóvenes españoles. Por un por sus vivencias al otro lado del Atlántico, ac- lado, un número cada vez mayor de estudiantes tuasen como intermediarios locales del mensaje contrarios a Franco tendió a «equiparar Viet- americano y como portavoces que difundiesen nam con cualquier lucha anticolonial y con su lo aprendido entre sus profesores, compañeros propia situación en España». Por otro, según 36 de clase y amigos. una encuesta realizada por la USIA en 1965, la No siempre la visita a los EE UU hizo des- mayoría de los escolares españoles encontró en aparecer los recelos y prejuicios de los partici- los problemas raciales en Estados Unidos una pantes menos atraídos por el ideal americano. evidencia clara de la «hipocresía blanca y del

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fracaso de la democracia» en el seno mismo del por presentar las facetas de la experiencia es- «mundo libre».38 tadounidense más relevantes para los escolares Para amortiguar estas tendencias, el Youth españoles en ámbitos como la economía, el Program adoptó diversas iniciativas informativas mundo del trabajo, la cultura, la ciencia, la música, dedicadas a exponer las «políticas de los Esta- los procesos electorales o la vida universitaria . Martín García Ó scar J . dos Unidos de una forma más clara para que (cuadro 1). Según un informe de la Embajada en puedan ser entendidas mejor» por los jóvenes 1964, esta clase de charlas aspiraron a exhibir españoles. Entre las que gozaron de mayor pre- «lo mejor de la cultura contemporánea» nor- 39 dicamento estuvieron las conferencias en las teamericana. que participaron el embajador y otros miem- A través de la propaganda cultural, los cen- bros del cuerpo diplomático entre 1964 y 1969 tros binacionales pretendieron proyectar hacia en colegios mayores de Madrid, Barcelona, Bil- los jóvenes una visión de los Estados Unidos bao, Sevilla, Granada, Valencia, Murcia, Salamanca, conectada con el mundo de la cultura y del Santiago, Pamplona y Oviedo. El establecimiento arte para diluir el desagradable rostro america- del Youth Program hizo que la treintena de ac- no proyectado por la relación con Franco y la tividades de este tipo desarrolladas durante el guerra de Vietnam. Pese a ello, dichos centros curso 1961-62 ascendiesen a 40 en 1965. En también se vieron afectados por el desgaste de estos coloquios, los representantes americanos su «imagen liberal» a causa de la ola internacio- trataron de reconciliar las posturas contradic- nal de protestas estudiantiles contra la política

Ciclo de conferencias en dos colegios mayores de Madrid (diciembre 1964-enero 1965)

Colegio Mayor Buen Consejo: «Los Estados Unidos de América»

Las elecciones recientes en los Estados Unidos. Algunos aspectos de la economía americana en la actualidad.

¿Quién es el americano, este hombre nuevo?

Las relaciones exteriores de los Estados Unidos.

Colegio Mayor El Viso: «Los Estados Unidos Hoy»

«Los Estados Unidos ¿Una civilización o simplemente una colección de pueblos?

¿Coexisten la cultura y la ciencia en los Estados Unidos?

Aspectos de la economía americana. Relaciones exteriores de los Estados Unidos. Proyección del film «John F. Kennedy: Years of Lightning, Days of Drums»

torias de su gobierno en Vietnam y combatir la de Washington. Al igual que otras instalaciones propaganda comunista sobre la violencia racial relacionadas con la irradiación cultural ameri- en los Estados Unidos. Asimismo, en su papel de cana en diversas partes del mundo, los centros portavoces del ideal americano, se esforzaron binacionales de Madrid, Valencia y Barcelona

36 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE "Walking on Eggs". La diplomacía pública de los Estados Unidos y la Lucha estudiantil sufrieron en ocasiones el ataque de algunos se tradujese en una «posición pública y oficial grupos estudiantiles.41 más crítica con las bases militares extranjeras». Las operaciones culturales de los centros bi- Para sortear los peligros de un futuro político nacionales, al igual que las Semanas Americanas, de estas características en España, la Embajada vieron mermada su capacidad de impacto por había activado unos años antes diversos la negativa del gobierno americano a estimular programas informativos y culturales con el fin con dólares el interés de los agentes culturales de evitar que colectivos como los estudiantes 43 privados por España. En los años sesenta, este dificultasen un posfranquismo sin sobresaltos. país generalmente permaneció fuera del circui- Sin embargo, la primacía conferida a la cola- to europeo de las figuras del arte y de la cultura boración militar con el franquismo y la falta de norteamericana. Tal ausencia dejó un espacio recursos, redujo la capacidad del USIS para ga- para la acción de otros actores que, sin formar nar política e ideológicamente a una buena par- parte del servicio exterior, pusieron su grano te de los universitarios españoles. Éstos fueron de arena en la conquista de la opinión juvenil objetivo de «máxima prioridad» en los country en España. Nos referimos a los estudiantes de plan de aquel periodo, pero existieron sensibles programas de universidades americanas y a diferencias entre lo programado y lo realmente los becarios Fulbright que colaboraron con el llevado a cabo. La extenuante desviación de re- USIS en la organización y desarrollo de diversos cursos hacia las operaciones en Vietnam asestó eventos culturales (charlas, conciertos, teatro, un «terrible golpe» a la acción juvenil del USIS etcétera). En su caso, el compromiso con la en España. El dinero destinado a conquistar las Guerra Fría cultural fue el de diplomáticos de mentes y los corazones de los estudiantes espa- base dispuestos a derribar barreras culturales ñoles fue insuficiente para contrarrestar la des- a través de la interacción y del «diálogo conti- afección producida por la pragmática armonía nuo» con sus semejantes españoles, con los que con el régimen franquista.44 compartieron actividades, gustos y aficiones.42 La intervención americana en Vietnam no sólo Por ejemplo, en el IEN de Barcelona estudiantes pasó una factura muy elevada a la reputación de ambos países colaboraron en el seno de un exterior de los Estados Unidos. Las exigencias comité elegido democráticamente y encargado bélicas requirieron un sobreesfuerzo económi- de concebir y organizar de forma autónoma la co que extenuó el frente propagandístico en el actividad cultural juvenil del centro. «mundo libre». Las consecuencias en términos de imagen fueron muy negativas en un periodo Consideraciones finales de intensas revueltas estudiantiles en Occidente contra el «imperialismo yanqui». En España, la En agosto de 1968, cuando la etapa de Embajada reconoció en 1968 que los estudian- Johnson en la Casa Blanca apuntaba a su fin, la tes seguían manifestando una evidente «insatis- Embajada en Madrid remitió a Washington un facción con la presencia de bases de los EE UU informe sobre la política estadounidense en y con nuestro papel en la guerra de Vietnam». España, donde se señalaba que tras que tras la Aunque en los últimos años el puesto en Ma- muerte de Franco –una hipótesis cada vez más drid había «aumentado sus programas con los cercana– el ejército posiblemente desempeñaría jóvenes españoles», su inconsistente aplicación un papel estabilizador y favorable a los intereses no había conseguido evitar que ambas cuestio- americanos. Sin embargo, dicho memorándum nes se convirtiesen en una fuente inagotable de no descartaba que la situación sociopolítica y «sentimiento antiamericano», y que alimentasen económica del país condujese a una «transición una «extendida oposición de los estudiantes» precipitada» y orientada «hacia la izquierda», que contra la política exterior norteamericana.45

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 37 EXPEDIENTE

Ese rechazo creció en las universidades detractores de América. Así, el fracasado pro- durante estos años porque un número impor- grama juvenil dejó paso a los esfuerzos por tante de estudiantes identificaron a los Estados ganar cierta influencia estructural a través de Unidos como «partidarios del statu quo» que la cooperación en materia educativa con gober- representaba el «régimen reaccionario de Fran- nantes amigos. En el caso español, si antes se

. Martín García Ó scar J . co». Ciertamente, la mayoría de los universita- había buscado la interlocución directa con los lí- rios españoles juzgaron al país americano más deres estudiantiles, ahora ese objetivo quedaba por algunos de sus comportamientos que por subsumido en otro más genérico, el apoyo al de- sus mensajes. Percibidos estos últimos como el sarrollo educativo y científico mediante el res- mero revestimiento cosmético de intereses es- paldo a la reforma educativa puesta en práctica tratégicos, no lograron maquillar unas políticas con la Ley General de Educación de 1970.48 La americanas consideradas por los estudiantes diplomacia pública norteamericana, una vez más, como ilegítimas y carentes de autoridad moral volvía a recurrir a interlocutores locales para por encarnar un «sostén y pilar principal para el que transmitieran el mensaje de compromiso régimen de Franco». Las artes de la diplomacia con la evolución de la sociedad española que, pública no lograron contrarrestar los efectos ad- por otros conductos, eran incapaces de hacer versos de su frente armado con la dictadura. El pasar con la dosis de credibilidad necesaria. grueso de la opinión universitaria no le concedió credibilidad ante la evidencia de la colaboración NOTAS americana con un aliado demasiado compro- 1 metedor políticamente. Entre 1963 y 1969 esa Este artículo ha sido elaborado en el marco del Seminario de Estudios del Franquismo y de la Transición (SEFT) de la asimilación de Estados Unidos con el régimen UCLM y de los proyectos de investigación «Estados Unidos franquista hizo fortuna en una parte sustancial y la España del desarrollo (1959-1975): diplomacia pública, de la comunidad estudiantil española.46 cambio social y transición política» (MICINN, HAR2010- 21694), y «Difusión y recepción de la cultura de Estados Uni- La Embajada reconoció que cualquier acer- dos en España, 1959-1975» (Universidad de Alcalá). camiento a amplios sectores estudiantiles sería 2 Este artículo sólo estudia las iniciativas oficiales, aunque la baldío, ya que la identificación con la dictadura diplomacia pública a menudo cuenta con el concurso de agrupaciones civiles y agentes privados. CULL, Nicholas, persistiría por tanto tiempo como los Estados The Cold War and the United States Information Agency, Nueva Unidos «necesitaran las instalaciones militares York, Cambridge University Press, 2008, pp. 486-504. Para en España». Por este motivo, los estudiantes la definición de poder blando aquí aplicada, NYE, Joseph, La paradoja del poder americano, Barcelona, Taurus, 2003. dejaron de ser objetivo prioritario de la diplo- Una introducción al tema en NIÑO, Antonio, «Uso y abu- macia pública estadounidense. A partir de 1970, so de las relaciones culturales en la política internacional», la administración Nixon, en el poder desde ene- Ayer, 75, 2009, pp. 28-30. En el mismo número ver también ro de 1969, decidió no dedicar más «esfuerzos MONTERO, José A., «Diplomacia pública, debate político e historiografía en la política exterior de los Estados Unidos para cultivar a los estudiantes universitarios». (1938-2008)». En su lugar, el USIS trató de reforzar la comuni- 3 Inspection Report USIS-Spain, 29-V-1959, National Archives dad de apoyo y afinidad política con los Estados and Record Administration (NARA), Record Group of the US Information Agency (RG306), Inspection Reports Unidos entre los jóvenes profesionales de la alta and Related Records, 1954-62, Box 8 y Operations Plan for burguesía financiera e industrial, del Opus Dei, Spain, 6-XI-1959, NARA, Record Group of the Department de la ACNP o del Movimiento.47 of State (RG59), Bureau of European Affairs (BEA), Coun- try Director for Spain and Portugal, Spain 1956-66, Box 5. En un contexto de condiciones internacion- LEÓN, Pablo, Sospechosos habituales. El cine norteamericano, ales adversas, el nuevo gobierno republicano Estados Unidos y la España franquista, 1939-1960, Madrid, estimó más conveniente el fortalecimiento de CSIC, 2010, p. 430. 4 DELGADO, Lorenzo, «After Franco, What?» La diplomacia la hegemonía estadounidense entre los aliados pública de Estados Unidos y la preparación del postfranquis- leales que la estrategia de persuasión hacia los mo», en MARTÍN, Óscar y ORTIZ, Manuel (eds.), Claves in-

38 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE "Walking on Eggs". La diplomacía pública de los Estados Unidos y la Lucha estudiantil ternacionales en la transición española, Madrid, Los Libros de la A History of Europe since 1945, Londres, William Heinemann, Catarata, pp. 102-106 y PARDO, Rosa, «Las relaciones hispa- 2005, pp. 390-400. Las consecuencias de las revueltas estu- no-norteamericanas durante la presidencia de L. B. Johnson: diantiles sobre la política exterior americana en KLIMKE, 1964-1968», Studia Histórica, Historia Contemporánea, 22, 2004, Martin, The other Alliance. Student Protest in West Germany and pp. 138-139. También TERMIS, Fernando, Renunciando a todo. the United States in the Global Sixties, Princeton, Princeton El régimen franquista y los Estados Unidos desde 1945 hasta University Press, 2010, pp. 192-193. 1963, Madrid, Biblioteca Nuevas, 2005, pp. 176-180. 13 The White House. Memorandum for the Secretary of State, 1963, 5 Memorandum, 14-4-1961 y Frank Ortiz a William Walker, 21- NARA, RG59, CFP, Box 3254 y Some General Observations on IV-1965, NARA, RG. 59, BEA, Country Director for Spain United States Policy Towards Spain, 25-VI-1965. NARA, RG.59, and Portugal 1956-1966, Box 5 y 2. BEA. Country Director for Spain and Portugal, 1956-1966, 6 USIS Country Plan for Spain-FY 1961, 25-VI-1960, NARA, Box 2. RG306, Office of Research. Foreign Services Dispatches, 14 Ver RODRÍGUEZ, Francisco J., ¿Antídoto contra el antiame- 1954-65, Box 4. ricanismo? American Studies en España, 1945-1969, Valencia, 7 RODRÍGUEZ, Sergio, «Los estudiantes y el cambio socio- Universitat de Valencia, 2010. cultural de los 60», en SÁNCHEZ, Glicerio (coord.), Eppure 15 Country Plan for Spain, 3-XII-1964, NARA, RG59, BECA, si mueve. La percepción de los cambios en España (1959-1976), 1955-66, Box 31; Country Plan for Spain, 30-IX-1965, NARA, Madrid, Biblioteca Nueva, 2008, p. 176. Sobre las transfor- RG306, Exhibits Division, Records Concerning Exhibits maciones en el mundo juvenil durante los años sesenta, in Foreign Countries, 1955-67, Box 29; Emphasis on Youth. GONZÁLEZ, Damián, MARTÍN, Óscar y ORTIZ, Manuel, Embassy’s Youth Program, 30-VI-1964, CFP, 1964-1966, Cultu- «Envenenando a nuestra juventud. Cambio de actitudes y ba- re and Information, Box 402. ses de la militancia juvenil durante el segundo franquismo», 16 Sobre los recortes mencionados FREY, Marc, «Tools of Em- Historia Actual Online, 20 (2009). pp. 19-33. pire: Persuasion and the United State’s Modernizing Mission 8 HERNÁNDEZ, Elena, RUIZ, M. Ángel y BALDÓ, Marc, Es- in Southeast Asia», Diplomatic History, 27 (2003), pp. 543-548 tudiantes contra Franco (1939-1975). Oposición política y mo- y HIXSON, Walter, Parting the Curtain: Propaganda, Culture vilización juvenil, Madrid, La Esfera de los Libros, 2007, p. 23. and the Cold War, Nueva York, Sant Martin’s Press, 1997, pp. GONZÁLEZ, Eduardo, Rebelión en las aulas. Movilización y 215-228. Sobre España: Country Assessment Report, USIS Spain protesta estudiantil en la España contemporánea, 1865-2008, 1961, 15-II-1962. NARA, RG306, Office of Research, Foreign Madrid, Alianza, 2009, pp. 260-262. Services Dispatches, 1954-65, Box 4. 9 Sobre la hegemonía comunista en la oposición estudiantil 17 Discussions with Christian Democrat Leaders in Barcelo- entre 1964 y 1968 ver HERNÁNDEZ SANDOICA, Elena, na, 6-VII-1966 y Student Reaction to B52 Crash, 5-III-1966, «Estudiantes en la universidad española (1956-1975): Cam- NARA, RG59, CFP, 1964-1966, Political and Defence, Box bio generacional y movilización antifranquista» en GON- 2663; From American Embassy to Secretary of State, 21-II-1967, ZÁLEZ, Damián (coord.), El franquismo y la transición en NARA, RG59, CFP, 1967-1969, Political and Defence. Box España. Desmitificación y reconstrucción de la memoria de una 2489. Sobre la revelación del apoyo encubierto de la CIA a época, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2008. El antiameri- asociaciones estudiantiles, KOTEK, Jöel, «Youth Organiza- canismo de los sesenta no fue un fenómeno nuevo en la Es- tions as a Battle field in the Cold War», en SCOTT-SMITH, paña franquista, como se describe en FERNÁNDEZ, Daniel, Giles y KRABBENDAM, Hans (eds.), The Cultural Cold War in «El antiamericanismo en la España del primer franquismo: el Western Europe, 1945-1960, Londres, Frank Cass Publishers, Ejército, la Iglesia y la Falange frente a Estados Unidos», Ayer, 2003, pp. 168-169. 62 (2006), pp. 257-282. 18 Country Plan for Spain, 4-I-1963, NARA, RG59, BECA, 1955- 10 US Policy Assessment, 30-VI-1967, NARA, RG59, CFP, 1967- 66, Box 31 y Emphasis on Youth: Pilot University Student Hostel 1969, Political and Defence, Box 2493; Country Plan for Spain, Project, 14-X-1963, NARA, RG59, CFP, Box 3248. 3-XII-1964, NARA, RG59, Bureau of Educational and Cultu- 19 SCOTT-SMITH, Giles, Networks of Empire. The US State ral Affairs (BECA), 1955-66, Box 31; Inspection Report USIS Department’s Foreign Leader Program in the Nethelands, France Spain, 29-V-1959, NARA, RG306, Inspection Reports and and Britain, 1950-70, Bruselas, Peter Lang, 2008, p. 418; LIMA, Related Records, 1954-62, Spain, Box 8. Antonio de, «The role of International educational exchan- 11 HAEFELE, Mark, «John F. Kennedy, USIA and World Public ges in public diplomacy», Place Branding and Public Diplomacy, Opinion», Diplomatic History, 25 (2001), pp. 64-65; CULL, Ni- 3/III (2007), p. 240. cholas, The Cold War and the United States Information Agen- 34 Ver DELGADO, Lorenzo, Viento de poniente. El programa cy, Nueva York, Cambridge University Press, 2008, p. 285; Fulbright en España, Madrid, Madrid, Comisión Fulbright-LID MARWICK, Arthur, The Sixties. Cultural Revolution in Britain, Editorial Empresarial-AECID, 2009, pp. 60-68. France, Italy, and the United States, 1958-1974, Oxford, OUP, 35 Education and Cultural Exchanges: Country Program Plans and 1998, p. 36. Las diferencias en el seno del «mundo libre» en Priorities for FY 66 and 67, 24-VI-1965 y Educational and Cul- SCHWARTZ, Thomas, Lyndon Johnson and Europe: In the Sha- tural Exchange: Submission of FY 1964 Proposed Educational dow of Vietnam, Cambridge, Harvard University Press, 2002, Exchange Program, 12-IV-1962, NARA, RG59, BECA, 1955-66, Box 9. pp. 9-10. 36 Country Plan for Spain, 3-XII-1964, NARA, RG59, BECA, 1955- 12 Los cambios socioeconómicos de la «edad de oro» de los 66, Box 31; Justification for the Present Educational and Cultural sesenta en HOBSBAWM, Eric, Historia del siglo XX, 1914- Exchange Program in Spain, 23-X-1965, NARA, RG, 59, BEA, 1991, Barcelona, Crítica, pp. 260 y 300, y JUDT, Tony, Postwar. Country Director for Spain and Portugal, 1956-1966, Box 2.

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 39 EXPEDIENTE

También DELGADO, Lorenzo, «¿El «amigo americano»? Espa- Secret propaganda Battle at Home and Abroad, Lawrence, Univer- ña y Estados Unidos durante el franquismo», Studia Histórica, sity of Kansas Press, 2006, pp. 287-304. Historia Contemporánea, 21 (2003), p. 264. 28 LEÓN, Pablo, «Los canales de difusión del mensaje nor- 37 Embassy Madrid to Department of State, 30-IX-1966, NARA, teamericano en España», cit., pp. 142-143. RG59, CFP, 1964-1966, Culture and Information, Box 402. 29 Annual Assessment Report for Spain, 27-XII-1965, NARA, 38 Vietnam Talk, 23-VI-1966, NARA, RG.59, BEA, Country Di- RG306, Exhibits Division, Records Concerning Exhibits in Fo- rector for Spain and Portugal, 1956-1966, Box 9 y Spain’s reign Countries, 1955-67, Box 29. . Martín García Ó scar J . University Students: Their Views on Domestic and International 30 Student Unrest, 28-IX-1968, NARA, RG59, CFP, 1967-1969, Issues, Mayo 1965, NARA, RG306, Office of Reasearch, Re- Political and Defence, Box 2489. ports, 1964-74, Box 25. El efecto de los problemas raciales 31 Programming of PL 480 Funds for Madrid Student Center, 26- sobre la imagen de Estados Unidos en DUDZIAK, Mary, XI-1965, NARA, RG. 59, BEA, Country Director for Spain Cold War Civil Rights: Race and the Image of American Demo- and Portugal, 1956-1966, Box 9. cracy, Princeton, PUP, 2000. 32 Theatre Week at the University of Valladolid, 31-III-1965 e Incident 39 Annual Assessment Report for Spain, 27-XII-1965, NARA, at Salamanca During Cultural Program, 5-III-1968, NARA, RG59, RG306, Exhibits Division, Records Concerning Exhibits in CFP, 1964-1966, Culture and Information, Box 372 y 328. Foreign Countries, 1955-67, Box 29. 33 Country Plan for Spain, 3-XII-1964, NARA, RG59, BECA, 1955- 40 Elaboración propia a partir de Emphasis on Youth, 23-III-1964, 66, Box31; Evaluation of Binational Centers, 28-III-1963, NARA, NARA, RG59, CFP, 1964-1966, Culture and Information, Box RG306, Office of Research, Foreign Services Dispatches, 402. 1954-65, Box 4. Acerca de la creación de los centro binacio- 20 Varios de estos intelectuales participaron habitualmente en nales ver LEÓN, Pablo, «Los canales de difusión del mensaje las actividades del Congreso por la Libertad de la Cultura, el norteamericano en España», cit, pp. 152-156. Sobre la impor- frente intelectual financiado por la CIA para contrarrestar tancia de los cine-clubs en el programa juvenil del USIS ver el desafío comunista en la Guerra Fría cultural. Ver SCOTT- LEÓN, Pablo, Sospechosos habituales, cit., p. 430. SMITH, Gilles, The Politics of Apolitical Culture. The Congress 41 US Policy Assessment, 30-VI-1967, NARA, RG59, CFP, 1967- for Cultural Freedom, the CIA and post-war American hegemony, 1969, Political and Defence, Box 2493. Manchester, Routledge, 2007. Para el caso español: GLON- 42 Sobre el People-to-People Program ver OSGOOD, Ken- DYS, Olga, «Causas y circunstancias del establecimiento del neth, ob. cit., pp. 214-216 y 234-252. Comité Español del Congreso por la Libertad de la Cultu- 43 US Policy Assessment, 9-V-1968, NARA, RG59, CFP, 1967- ra», X Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, 1969, Political and Defence, Box 2493. Santander, Septiembre 2010. Ver también SANTISTEBAN, 44 Substantive Comment on Post Performance and Reporting, Fabiola de, «El desembarco de la Fundación Ford en España», NARA, RG59, BEA, Country Director for Spain and Por- Ayer, 75 (2009), p. 160. tugal, 1956-1966, Box 2 y Embassy Madrid to Department of 21 From American Embassy to Secretary of State, 21-II-1967, State, 30-IX-1966, NARA. RG59, CFP, 1964-1966, Culture and NARA, RG59, CFP, 1967-1969, Political and Defence, Box Information, Box 402. 2489 y Emphasis on Youth. Student Discussion Group Initiated, 45 Student Unrest, 28-IX-1968, NARA, RG59, CFP, 1967-1969, 4-V-1964, NARA, RG59, CFP, 1964-1966, Culture and Infor- Political and Defence, Box 2489. mation, Box 402. 46 US Policy Assessment, 30-VI-1967, NARA, RG59, CFP, 1967- 22 Annual Assessment Report for Spain, 27-XII-1965, NARA, 1969, Political and Defence, Box 2493 y Student Unrest, 28- RG306, Exhibits Division, Records Concerning Exhibits in IX-1968, NARA, RG59, CFP, 1967-1969, Political and Defence, Foreign Countries, 1955-67, Box 29. Box 2489. Identificación negativa que fue generalizable a am- 23 Opus Dei’s views of the university crisis as expressed by the edi- plios sectores de la sociedad española durante los últimos tors of Diagonal, 22-XII-1965, NARA, RG59, CFP, 1964-1966, años del franquismo y la transición democrática. PARDO, Culture and Information, Box 372 y Theatre Week at the Uni- Rosa, «La política norteamericana», Ayer, 49 (2003), pp. 41- versity of Valladolid, 31-III-1965, NARA, RG59, CFP, 1964-1966, 43; NIÑO, Antonio, «50 años de relaciones entre España y Culture and Information, Box 372. Estados Unidos», Cuadernos de Historia Contemporánea, 25 24 Sobre la propaganda radiofónica de los Estados Unidos en (2003), p. 14 y ALONSO, Carlos, Miradas torcidas. Percep- España en los años cuarenta y cincuenta ver LEÓN, Pablo, ciones mutuas entre España y Estados Unidos, Real Instituto «Los canales de difusión del mensaje norteamericano en Elcano, Documento de Trabajo, 22 (2003), p. 6. España, 1945-1960», Ayer, 75 (2009), pp. 149-152. 47 US Policy Assessment, 30-VI-1967, NARA, RG59, CFP, 1967- 25 USIA: Country Program for Spain, 14-III-1964, NARA, RG59, 1969, Political and Defence, Box 2493 e Impact of Youth and BECA, 1955-1966, Box 31. the US National Interest; Mission Youth Program, 1-IV-1970, 26 DELGADO, Lorenzo, «La maquinaria de la persuasión. Po- NARA, RG59, Political and Defence, 1970-1973, Box 2597. lítica informativa y cultural de Estados Unidos en España», 48 DELGADO, Lorenzo, «After Franco, What?», cit., pp. 118- Ayer, 75 (2009), p. 122. 125. 27 Unrest in the University of Barcelona. A Professor’s Views», 17- II-1967, NARA, RG59, CFP, 1967-1969, Culture and Information, Box 355 y USIA: Country Plan for Spain, 1-IV-1963, NARA, RG 59, BECA, 1955-1966, Box 31. Sobre la cruzada ideológica contra el comunismo OSGOOD, Kenneth, Total Cold War. Eisenhower’s

40 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 vehículo de la mejor amistad: el jazz como propaganda estadounidense en la españa de los años cincuenta1 Iván Iglesias U. Valladolid

Advirtiendo de los problemas que compor- norteamericana de esa época es mucho más tan las frecuentes y naturalizadas consideracio- modesta y reciente. En 1970 apareció un breve nes negativas de la propaganda, Randal Marlin estudio de Frank Kofsky sobre el tema, encua- ha definido ésta como «un intento sistemático drado dentro de su reivindicación de la «música y organizado de influir mediante la comunica- negra».4 Más preocupado por la dimensión so- ción en el pensamiento o comportamiento de cial del jazz que por sus connotaciones políticas, una audiencia amplia en formas que dificultan o el artículo sólo mencionaba escuetamente la sortean la habilidad del receptor para apreciar función de la música afro-norteamericana como la naturaleza de su influencia».2 La definición de instrumento de la diplomacia estadounidense Marlin tiene como virtudes su neutralidad y su en la Guerra Fría, lo cual explica que este aspec- énfasis tanto en la sistematicidad como en el to pasase bastante desapercibido en un período carácter velado de la propaganda. No obstante, en el que muchos norteamericanos aún veían me interesa entender ésta, más que como una con buenos ojos cualquier estrategia con tal de acción, como un proceso informativo y persua- evitar el avance soviético. De modo que el tema sivo que ha de estudiarse teniendo en cuenta ha permanecido inexplorado hasta muy recien- múltiples aspectos como los emisores, los temente, y aún hoy existen numerosos vacíos contenidos, los medios de difusión, las técnicas historiográficos al respecto, sobre todo en lo utilizadas, los receptores y los efectos, cada uno que se refiere a Europa. Los trabajos de Lisa de ellos en relación con sus condiciones parti- E. Davenport, Penny M. Von Eschen y Graham culares y cambiantes. Carr han documentado que los Estados Unidos Desde su difusión internacional en los años intentaron mejorar su imagen internacional pa- veinte y treinta, el jazz se había erigido en un trocinando el jazz norteamericano en África, el reconocido símbolo cultural estadounidense y Próximo y Medio Oriente, Latinoamérica y la en un emblema de modernidad, igualdad racial, Unión Soviética desde 1956.5 Pero el único es- hedonismo y democracia. Con la radicalización tudio que trata extensivamente el jazz como di- de la Guerra Fría, las autoridades norteame- plomacia cultural en Europa se limita a Alemania ricanas se dieron cuenta de que podía ser un durante los años inmediatamente posteriores a efectivo embajador de la cultura y del modo de la Segunda Guerra Mundial.6 vida de su país. La utilización de la música «clá- sica» experimental como propaganda por parte Diplomacia cultural a ritmo de jazz del bloque occidental de la Guerra Fría es un tema estudiado desde hace años por musicó- A finales de la década de los cuarenta, la dic- logos e historiadores,3 pero la investigación de tadura de Franco, pese a su abierta propaganda las relaciones entre el jazz y la política exterior norteamericanista y su notable cambio de ac-

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 27-40 issn: 1579-8135 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 41-53 issn: 1579-8135 41 EXPEDIENTE

titud hacia la música de jazz desde la Segunda nating Board (OCB) y el United States Informa- Guerra Mundial, contaba con pocas posibilida- tion Service (USIS). Además, la Administración des de incentivar unilateralmente los intercam- Eisenhower se apoyó frecuentemente en la Iván Iglesias bios culturales con los Estados Unidos.7 Fue la financiación de algunas organizaciones priva- radicalización de la Guerra Fría, a causa del pri- das como la American National Theater Academy mer ensayo atómico soviético en septiembre (ANTA). En el caso español también tuvieron de 1949, la victoria militar de los comunistas un especial protagonismo la embajada de los en China un mes más tarde, y el comienzo de la Estados Unidos en Madrid, el consulado ge- Guerra de Corea en julio de 1950, lo que hizo neral de los Estados Unidos en Barcelona, las que el Estado norteamericano se interesase distintas Casas Americanas gestionadas por el por reformular las relaciones con el régimen USIS y los Centros Binacionales de Valencia y de Franco. Ese cambio estratégico en la polí- Barcelona.11 tica hacia la dictadura fue acompañado de una Aunque el gobierno estadounidense subrayó reactivación del despliegue propagandístico la necesidad de difundir en el exterior «crea- en España. En agosto de 1950, el presidente ciones distintivamente norteamericanas», en Harry S. Truman anunció la Campaign of Truth, un principio descartó mayoritariamente la la primera gran ofensiva informativa y cultural cultura popular. El objetivo era presentar una de los Estados Unidos dirigida abiertamente visión «sofisticada» de su arte, «demostrando a contrarrestar la propaganda comunista.8 a las audiencias internacionales que los gustos Al mismo tiempo, Naciones Unidas anuló la norteamericanos eran más refinados de lo que condena internacional de la dictadura, en una Hollywood y Elvis Presley sugerían».12 La Casa decisión que motivó fuertes protestas entre Americana de Sevilla fue inaugurada en febrero los músicos contrarios al régimen: el exiliado de 1951; un mes después ofreció una serie de violonchelista Pau Casals, por ejemplo, mostró audiciones de acceso gratuito con invitación, su reprobación al año siguiente, rechazando cedidas por el programa de radio The Voice of la invitación de la ONU a tocar en su festival America (VOA), entre las que se encontraban las musical, negativa que fue convenientemente obras más representativas de Bach, Beethoven silenciada por la prensa franquista.9 y Handel.13 Ahora bien, el jazz, que entonces A principios de 1951, Stanton Griffis tomó se encontraba en los Estados Unidos sobre la posesión del puesto de embajador de los Esta- fina línea que separa lo «popular» de lo «culto», dos Unidos en España, vacante desde hacía cin- tuvo una presencia nada desdeñable en las gra- co años, iniciando al poco tiempo el proceso baciones que la Embajada de los Estados Unidos negociador destinado a la instalación de bases facilitó a Radio Madrid desde la Segunda Guerra militares norteamericanas en el país a cambio Mundial, colaboración que continuó vigente en de reconocimiento político y ayuda militar, los años cincuenta.14 Este género musical en- económica y técnica. La nueva dinámica bilate- contró un espacio privilegiado en dicha emisora ral generó la necesidad de «crear un clima de desde 1944, con la «Hora Americana», y, sobre opinión favorable» en España, y la propaganda todo, desde 1946 con el programa «Casino Fin cultural fue uno de los instrumentos puestos al de Semana», que supuso un punto y aparte en la servicio de tal objetivo.10 recepción del jazz en España.15 Los principales organismos estatales que En cuanto a las actuaciones en directo, los Es- participaron en la vertiente musical de esta tados Unidos privilegiaron inicialmente el ballet, campaña durante los años cincuenta fueron la ópera o la música sinfónica como parte de su el Departamento de Estado, la United States propaganda. El Ballet inició su gira Information Agency (USIA), el Operations Coordi- de 1952 por Europa, financiada por el Depar-

42 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 41-53 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE tamento de Estado,16 con un ciclo de 21 repre- se trasladó a las 11 de la mañana para que no El jazz como propaganda estadounidense en la España de los cincuenta sentaciones en el teatro barcelonés del Liceo coincidiese con una importante corrida de to- entre el 15 de abril y el 8 de mayo. Al estreno ros que se celebró más tarde aquel mismo día.23 asistieron «las primeras autoridades de la Ciu- La tabla 1 muestra una relación de aquellos dad Condal y alto personal diplomático de los conciertos que tuvieron lugar en España du- Estados Unidos».17 El 2 de febrero de 1955 llegó rante los años cincuenta, patrocinados por el a Barcelona la Everyman Opera Company, inte- Estado norteamericano a través de alguna de grada exclusivamente por afronorteamericanos, sus instituciones, tomando como fuentes los para ofrecer una serie de representaciones de archivos estadounidenses y españoles. Sólo la ópera Porgy and Bess, de , recoge aquellas actividades cuya celebración también en el Liceo. Su gira, que desde diciem- consta detalladamente en la prensa española, bre del año anterior había recorrido Venecia, para evitar que puedan ser tenidos en cuenta París, Atenas, El Cairo y Tel-Aviv, fue patrocinada conciertos que, aunque planteados por la USIA conjuntamente por la USIA y la ANTA. Los re- o anunciados por la prensa norteamericana, es porteros fueron puntualmente informados de probable que no se llevaran a cabo. que el Estado norteamericano se había hecho A pesar de esta clara orientación inicial hacia cargo del transporte «para contribuir a la com- la música sinfónica, la ópera y el ballet, la común 18 prensión entre los pueblos». opinión entre los historiadores y musicólogos En el terreno sinfónico y coral, varias orques- estadounidenses de que no hubo actuaciones tas, coros y directores de primer nivel fueron de jazz patrocinadas oficialmente hasta la prima- enviadas a España por el Departamento de vera de 1956, con la gira del trompetista Dizzy Estado. La Philadelphia Orchestra, dirigida por Gillespie, es discutible. El jazz estuvo presente Eugene Ormandy y con el barítono afronor- en buena parte de los citados conciertos sub- teamericano William Warfield como solista, dio vencionados que se celebraron en España, pero varios conciertos en Madrid y Barcelona entre sólo si integramos la visión de los destinatarios el 29 de mayo y el 1 de junio de 1955 como de aquella diplomacia cultural. Lo ocurrido en parte de una gira europea bajo los auspicios de España es un buen ejemplo de la distancia, en la ANTA.19 La Robert Shaw Chorale and Orches- este caso conceptual, que a menudo separa a los tra actuó en el teatro Carlos III de Madrid los emisores de la propaganda de sus receptores. días 22 y 23 de abril de 1956 y en el Palacio En la España de los años cincuenta, el concepto de la Música de Barcelona cinco días después, jazz englobó multitud de géneros y estilos financiada por el Departamento de Estado nor- musicales diversos de procedencia o influencia teamericano, con obras de Bach, Mozart, Schu- norteamericana, desde el hot de Louis Armstrong. bert, Brahms, Debussy, Barber, Copland, Ives al swing de Benny Goodman, del jazz sinfónico y Gershwin, así como algunas composiciones de Paul Whiteman y Jack Hylton al bebop de polifónicas del siglo XVI.20 Leopold Stokowski, Charlie Parker y Dizzy Gillespie, incluyendo considerado entonces el director «más célebre también el blues y bailes como el fox-trot o el del mundo»,21 se puso al frente de la Orquesta boogie-woogie. A pesar de que mucha de esta Sinfónica de Madrid el 9 de mayo de 1956, en música era interpretada por blancos, persistía en el teatro Monumental. Y la Cleveland Orchestra, los medios de comunicación, la crítica musical y bajo la batuta de George Szell, ofreció tres con- la vanguardia artística la identificación del jazz ciertos en Madrid los días 13, 14 y 15 de mayo con la cultura negra norteamericana.24 Pero, al de 1957, patrocinados por la ANTA y la Emba- contrario de lo que ocurría ya entonces en los jada de Estados Unidos en España;22 el interés Estados Unidos, la transformación del jazz en por su impacto general fue tal, que uno de ellos una música considerada de elevada distinción

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social y alto valor artístico por la mayoría de por Europa estaban convenciendo a las audien- sus aficionados no tendría lugar en España hasta cias extranjeras del «gran progreso logrado por una década después. la raza bajo el sistema democrático america- Iván Iglesias Esta laxitud y versatilidad conceptual tuvo no».27 A su vez, los músicos afronorteamerica- sus consecuencias en la recepción del jazz en nos utilizaron las giras financiadas por el Depar- la España del momento. El New York City Ballet tamento de Estado como una plataforma desde representó el 2 de mayo El clarinete mágico, un la que proyectar su cultura al exterior, visitar ballet basado fundamentalmente en el Concierto otros países y promover la dignidad de la po- para clarinete y orquesta de cuerda con arpa y pia- blación negra.28 La frecuente asociación entre no que Aaron Copland había compuesto para música negra y jazz hizo que, desde muy pronto, Benny Goodman en 1948. Si bien hoy en día el segundo fuese concebido como símbolo es- puede parecernos una opinión sorprendente, tadounidense en la Guerra Fría. En 1959, Porgy la crítica calificó el concierto como una obra and Bess todavía era para la prensa española un claramente «jazzbandística» (al igual que el emblema de excelencia artística distintivamente propio Copland, dicho sea de paso).25 Mucho norteamericano y el perfecto ejemplo de diplo- más evidente todavía había sido la vinculación macia cultural, porque, como declaró José María de George Gershwin con el jazz en la España Massip, corresponsal del diario ABC en Washing- de los años treinta y cuarenta, y ni Porgy and ton: «Las gentes piensan que si los americanos Bess, interpretado tanto por la Everyman Opera pueden encontrar admirable al cuerpo de baile Company como por la Robert Shaw Chorale y los del teatro Bolshoi y los rusos a los negros de Fisk Jubilee Singers, ni célebres obras suyas como Porgy and Bess, no hay ninguna razón para que o , dirigidas sus países tengan que pulverizarse con bombas por Lee Everett y tocadas por Philippa Shuyler atómicas».29 o Mario Braggiotti, fueron una excepción. Ciertamente, la USIA no patrocinó las giras En ello tuvo mucho que ver que el jazz se de destacados músicos de jazz por Europa has- identificara entonces en España con la música ta finales de los años cincuenta, y siempre dio negra norteamericana y que los mandatarios prioridad a Asia y África sobre el Viejo Conti- estadounidenses tomaran conciencia en los nente. En ese sentido, las visitas de muchos de años cincuenta de que las cuestiones raciales los principales jazzmen y bluesmen norteameri- eran un aspecto crítico a tener en cuenta en canos a Barcelona desde 1950 han de atribuirse su política exterior.26 La Unión Soviética utilizó fundamentalmente a los esfuerzos y gestiones repetidamente la segregación racial estadouni- del Hot Club de Barcelona y del Club 49 de Gra- dense como argumento propagandístico, así nollers, aunque facilitados por la mejora de las que la Administración Eisenhower se esforzó relaciones entre España y Estados Unidos. En la desde 1955 en proyectar al exterior una imagen lista de actuaciones se encuentran muchos mú- de progreso hacia la igualdad racial, a través de sicos que, hasta entonces, no habían tocado en varias giras de músicos afronorteamericanos. El España, pese a sus frecuentes giras europeas. La éxito en España de la Everyman Opera Company, inauguraron el pianista Willie «The Lion» Smith, que llenó el Liceo en todas sus representacio- el 7 de febrero de 1950, el clarinetista Mezz nes, y de cantantes como William Warfield o la Mezzrow, el 17 y el 18 de diciembre de 1951, y contralto Marian Anderson, que entre el 31 de el trompetista Bill Coleman, el 19 de noviembre mayo y el 5 de junio dio un recital en Madrid, de 1952. La primera gran visita jazzística fue la otro en Barcelona y dos más en Sevilla, parecie- del trompetista y figura del bebop Dizzy Gilles- ron darle la razón. A finales de junio, la propia pie, el 10 de febrero de 1953. Aquel mismo año USIA interpretó que las giras de artistas negros tocaron en Barcelona el guitarrista y cantante

44 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 41-53 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE de blues «Big Bill» Broonzy, en mayo, y el can- obras de George Gershwin, «la figura cumbre» El jazz como propaganda estadounidense en la España de los cincuenta tante Jimmy Davis, en noviembre. No hubo más del jazz sinfónico según la crítica.32 Entre enero actuaciones ilustres durante meses, pero el año y febrero de 1956 se repitió varios días otro 1955 marcó una época en la Ciudad Condal con «Festival Gershwin», esta vez con el patrocinio los conciertos del polifacético vibrafonista y lí- directo de la ANTA, con el director Lee Everett, der de orquesta Lionel Hampton, el 19 de enero, la pianista Philippa Schuyler, la soprano Anne el clarinetista y saxofonista Sidney Bechet, el 26 Brown y la Orquesta Filarmónica.33 de mayo, y el esperado e idolatrado trompetista El éxito de estos conciertos de jazz, que y cantante Louis Armstrong, el 23 de diciembre. llenaron los clubes y teatros, fue inesperado y Al año siguiente, Hampton regresó para tocar abrumador, sobre todo si se compara su audien- el 12 de marzo y el 13 y 14 de julio, la banda cia con la de otros recitales patrocinados por de Sammy Price actuó el 4 de mayo, y la famosa las instituciones norteamericanas en España: el orquesta de Count Basie, ganadora en Estados concierto de la soprano Patricia Connor en el Unidos del premio de la crítica y del público a Instituto Ramiro de Maeztu de Madrid, en no- la mejor banda de jazz en los años 1954, 1955 viembre de 1952, no había logrado congregar y 1956, ofreció cuatro conciertos entre el 2 y el a suficiente público y, además, los fehacientes 3 de octubre. problemas logísticos habían motivado una seve- Sin embargo, la idea de que los conciertos ra crítica de Antonio Fernández-Cid a la orga- de jazz no formaron parte de la propaganda nización.34 Escasos espectadores se dieron cita cultural norteamericana hasta finales de mar- también en los siguientes recitales de la Casa zo de 1956 ha de ser matizada incluso cuando Americana, como los de la mezzosoprano Leslie analizamos sólo al emisor. Antes de la gira de Frick, el tenor Edgardo Gierbolini, el pianista Gillespie, varias instituciones norteamericanas Norman Klekamp, el matrimonio Rabinoff, el habían financiado conciertos de jazz en España. barítono Gregory Simms, el pianista Daniel Para celebrar la confraternidad de ambos países, Abrams, el violinista Stanley Weiner y su pia- el ejército de los Estados Unidos envió a Bar- nista acompañante Edwin Biltcliffe, los pianistas celona en junio de 1953 el portaaviones «Coral Robert Mueller y Edward Mattos, y la soprano Sea», perteneciente a la VI Flota de la marina. Su Helen Phillips.35 banda ofreció una audición gratuita en el Ate- La aceptación del jazz en España animó, sin neo de Sant Boi de Llobregat, Barcelona, con duda, a las autoridades norteamericanas a efec- la interpretación de «varias marchas militares tuar un esfuerzo económico aún mayor con el y música americana de jazz».30 Tres meses des- patrocinio de una de sus figuras internacionales pués, coincidiendo con la inminente firma de más destacadas y polifacéticas, Lionel Hampton. los acuerdos militares, atracó en Barcelona otro Este vibrafonista, pianista, percusionista y líder buque de la marina norteamericana, el «Franklin de orquesta de Louisville, Kentucky, ha sido ge- D. Roosevelt». El Consulado General de Estados neralmente olvidado por los estudios sobre la Unidos patrocinó el 12 de septiembre de 1953 relación del jazz con la propaganda norteame- un concierto con los músicos de jazz del por- ricana en la Guerra Fría. Sin embargo, puede taaviones en el Club de Ritmo de Granollers.31 considerarse a Hampton uno de los músicos El 22 de marzo de 1955, la Casa Americana de más influyentes en la decisión del Departamen- Madrid financió y organizó la actuación en el to de Estado de patrocinar las giras de músicos Palacio de la Música de una «Orquesta Nacional de jazz como instrumento diplomático. Ya en de Jazz Sinfónico», dirigida por el pianista An- una entrevista de enero de 1954, concedida al tonio Moya y compuesta por más de sesenta prestigioso crítico Nat Hentoff para la revista músicos. El programa estuvo compuesto por de jazz más importante del mundo, Down Beat,

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Hampton tomó posición amistosa pero firme- sion. Es la meditada conclusión de unos cuantos mente contra un conocido juicio del líder de americanos sensatos desde Moscú a Madrid. [...] orquesta Stan Kenton sobre las dificultades de Lo que muchos europeos no pueden entender es Iván Iglesias la audiencia europea para asimilar la música por qué el gobierno de Estados Unidos, con todo negra.36 Hampton, recién llegado de la que se el dinero que se gasta en la llamada propaganda calificó como la gira europea más exitosa de un para promover la democracia, no usa más para financiar los viajes continentales de las orquestas jazzman norteamericano, señaló que en todos de jazz y de los mejores exponentes de esta mú- los lugares en los que había tocado el público sica. [...] El jazz americano se ha vuelto ahora un de los conciertos era cada vez más numeroso, lenguaje universal. No conoce fronteras naciona- y que aquellos empresarios que «contrataban a les, pero todo el mundo sabe de dónde viene y las orquestas sinfónicas», al ver lo que sucedía, dónde buscar más. [...] No hay una gran diferencia comenzaron a contratar a su banda. Tocó de- entre las mejores orquestas sinfónicas de los Es- lante de doce mil personas en Estocolmo y en tados Unidos y las de Europa, (...) pero nadie toca Berlín. La gente, continuaba Hampton, les decía: jazz como un americano.39 «Nos gusta vuestra música porque nos dais jazz. El día de Año Nuevo de 1956, el mismo pe- El jazz es la única forma artística verdadera que riódico destacó el éxito de la reciente gira de América puede presentar al mundo. Nosotros Louis Armstrong por Europa. Había transcurri- proporcionamos las sinfonías y los clásicos a la do una semana desde la actuación del trompe- música, pero el jazz tenéis que darlo vosotros». tista en Barcelona, y el diario neoyorquino se Al año siguiente, Down Beat publicó que la gira preguntaba: «¿Puede el jazz hot ganar la ‘Guerra europea de Hampton estaba siendo todavía más Fría’ para Occidente?». La respuesta estaba cla- exitosa que la anterior. Había comenzado el 30 ra: «Incluso aquéllos que admiran a Guy Lom- de octubre de 1955 con varios músicos nuevos, bardo dirían ‘sí’ a eso después de oír al hombre por el grave accidente de autobús de Hampton que [...] ha cautivado audiencias desde Noruega y toda su banda en New Mexico un mes antes,37 a España: Louis (Satchmo) Armstrong».40 Cuan- y se extendió hasta diciembre. Después de al- do se publicó este artículo, el Departamento gunos conciertos en Estados Unidos, Hampton de Estado acababa de aprobar el patrocinio de volvió a Europa a principios de enero. En el varias giras de músicos de jazz, que comenza- curso de este periplo, tocó dos conciertos en rían en la primavera de 1956. La prensa musical Barcelona, la tarde y la noche del 19 de enero norteamericana declaró entusiasmada que «el de 1956, en un Windsor Palace «a rebosar» y sueño utópico de que el gobierno de los Esta- 38 ante un auditorio entregado. dos Unidos pudiera algún día patrocinar oficial- Fue precisamente a finales de 1955 cuando mente el jazz se ha vuelto una realidad».41 El apareció en el New York Times el artículo de Félix retraso no era del todo cierto: meses antes, el Belair Jr., corresponsal del periódico en Estocol- Departamento de Estado y la ANTA habían se- mo, que ha sido citado por Von Eschen y Daven- leccionado a The Sauter-Finegan Band para hacer port como inicio de la presión mediática para una gira por Europa, Asia y Suramérica como que el gobierno de Estados Unidos patrocinase parte de un programa de intercambio desde el 1 las giras de los músicos de jazz como propa- de septiembre. Una olvidada gira en la que esta ganda. El periodista describía el triunfo de estos orquesta de jazz, compuesta únicamente por conciertos en Europa y señalaba que: músicos blancos, había interpretado el Concerto for Jazz Band and Symphony Orchestra de Rolf El arma secreta de América es una blue note en 42 modo menor. En este momento su embajador Liebermann con conjuntos sinfónicos locales. más efectivo es Louis (Satchmo) Armstrong [...] En todo caso, la decisión del gobierno incluía Esto no es una quimera de una recóndita jam ses- en su propaganda por vez primera a las orques-

46 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 41-53 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE tas de jazz compuestas por afronorteameri- muchos, por una mera cuestión económica, El jazz como propaganda estadounidense en la España de los cincuenta canos, lo que también servía como medio de tuviesen que elegir (el concierto de la célebre contrarrestar la imagen racista de Estados soprano Elisabeth Schwarkopf, dos días antes, Unidos en general y de la administración Eisen- en el Teatro de la Comedia, y el clásico partido hower en particular.43 El comité que decidía los Real Madrid-Barcelona, en el estadio Santiago patrocinios optó preferentemente por músicos Bernabéu, tres días después), hicieron que varones, rechazando a algunas mujeres, como la afluencia de público se resintiera. Antonio Mary Lou Williams, que entonces eran amplia- Fernández-Cid escribió: mente admiradas y conocidas en el mundo del El espectáculo es alucinante, al borde, a veces, de jazz. Los resultados de las giras de los jazzmen lo demencial, lindando con lo histérico y lo epilép- se convirtieron en un asunto que preocupaba tico, [..., pero extraordinario, lleno de fuerza, de enormemente a los estadounidenses, tal y como atractivo, de seducción rítmica, de riqueza instru- se encargó de dejar claro la revista Musical Ame- mental, de color y personalidad. [...] El palomar rica en un editorial de 1956.44 Dicho artículo del Carlos III, en el que se apretaban juveniles filas emplazaba al Estado norteamericano a centrar de admiradores, parecía que iba a derrumbarse de sus esfuerzos en la música popular, con el fin de un momento a otro, que de él podían aterrizar en promover cambios en la opinión pública inter- el patio de butacas los exaltados que, los brazos nacional «desde abajo». unidos en el aire, con gestos de boxeadores en triunfo, festejaban así el de su ídolo.48 El efecto Hampton El éxito fue tan apoteósico que «a petición clamorosa», Hampton volvió a España en julio La visita de Lionel Hampton a Madrid, patro- de aquel año para dar dos conciertos en Bar- cinada por la Casa Americana de la Embajada de celona (días 13 y 14) y seis en Madrid (25, 26 Estados Unidos, tuvo lugar en este contexto y 27, dos sesiones por día). Parece que esta artístico y político. El 10 de marzo de 1956 se vez se trató de una iniciativa principalmente publicó en el periódico Arriba una entrevista económica: algunos empresarios se vieron concedida por John Davis Lodge en la que el atraídos por la fascinación que el ya proclama- embajador norteamericano aseguraba que «las do en España «Rey del Jazz» producía en el relaciones entre España y Estados Unidos son público. De hecho, el escenario de los prime- extremadamente cordiales», y «haré todo cuan- ros conciertos fue la Monumental, la conoci- to esté a mi alcance para asentar las excelentes da plaza de toros barcelonesa, con el fin de relaciones que ya existen entre nuestros dos obtener una recaudación considerable, y se países».45 Como si se tratara de una prueba llevó a cabo una intensiva aunque poco cuidada inmediata de la buena voluntad norteamerica- campaña de publicidad. Algún que otro espec- na, los conciertos oficialmente financiados de tador debió sentirse decepcionado cuando vio Hampton se celebraron en Madrid el 14 y el 15 que Hampton tocaba el xilófono y la batería, de marzo, dos semanas antes de que la banda de porque el anuncio del principal periódico de Gillespie inaugurara las giras de músicos de jazz la Ciudad Condal había señalado erróneamen- patrocinadas por el Departamento de Estado.46 te: «Menudo fuelle tiene Hampton cuando Hampton había tocado el día 12 de marzo se pone a soplar. Arranca de la trompeta [¡!] en «la aristocrática sala» del Windsor Palace unos ‘staccatos’ que arde el pelo».49 Este apoyo de Barcelona, ofreciendo «un estallido de ‘jazz’ fundamentalmente empresarial no implicó, sin frenético, delirante e infatigable».47 En Madrid, embargo, una disminución del valor político de ni la nieve y las temperaturas bajo cero, ni al- la gira. El concierto de Barcelona fue presen- gunos eventos cuya relevancia podía hacer que tado por el embajador Lodge, que agradeció

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a los músicos su contribución a la fraternidad Barcelona que no tenía nada que ver con la hispano-norteamericana. Columbia norteamericana (CBS). En Madrid, Hampton grabó un extravagante Iván Iglesias Los acuerdos de 1953 implicaron cambios disco titulado Jazz Flamenco, distribuido con materiales, pero éstos fueron considerable- éxito en Estados Unidos y en España por la mente lentos; sin embargo, hay que tener en discográfica RCA-Victor.50 El director de la di- cuenta también que, más allá de esas transfor- visión internacional de la RCA, Meade Brunet, maciones progresivas, establecieron un clima declarado anticomunista, había constituido un de confianza y una mejora de expectativas de año antes en Nueva York, junto a otros políti- las empresas sobre el crecimiento económico cos y empresarios como el diplomático nor- español mucho más inmediatos.53 Pocos días teamericano Angier Biddle Duke y el influyente después de la firma, la compañía RCA-Victor político y presidente de la división internacio- rubricó un contrato con los responsables nal de Coca-Cola, James A. Farley, la Junta de del Régimen para instalarse en Madrid (con Comercio Hispano-Norteamericana, destinada el nombre «RCA»). Su objetivo era que su a fomentar los intercambios mercantiles y fi- planta estuviera funcionando a principios de nancieros entre España y los Estados Unidos.51 1954. Por delante tenía una tarea compleja Cuando la revista Down Beat, verdadero juez y, como se revelaría más tarde, sumamente legitimador del jazz de su época, reseñó el ál- decisiva para la música en España: distribuir bum en sus páginas, el crítico señaló que «la el nuevo disco de vinilo de 7 pulgadas y 45 importancia diplomática de la gira y del disco rpm (el «single» o «sencillo», comercializado de Hampton excede indudablemente el valor por RCA desde 1949, que luego se convertiría de la música misma».52 en soporte predilecto del rock’n’roll), así como A este respecto, cabe señalar la creciente los aparatos capaces de reproducirlo, y a con- relevancia de las grabaciones sonoras en la tinuación las principales grabaciones de sus difusión del jazz en España. El nuevo marco estrellas, desde las bandas de swing de Benny diplomático y económico de los Pactos de Goodman y Glenn Miller a los crooners como Madrid facilitó la definitiva instalación en Perry Como y Eddie Fischer.54 La iniciativa de España de las discográficas norteamericanas RCA resultó contagiosa: dos semanas después, más importantes. Por un lado, antes de 1953 la rama norteamericana de la discográfica bri- había sido prácticamente imposible la impor- tánica Decca llegó a un acuerdo con Unión tación de equipos de grabación, debido a las Musical Española para utilizar los estudios de regulaciones arancelarias autárquicas, y este la empresa española en Madrid.55 problema sólo se solventaría paulatinamente. El éxito de Hampton en directo y en disco Por otro, las restricciones regulares de ener- convenció a la USIA de la importancia diplo- gía eléctrica en la España de principios de los mática de la música popular norteamericana años cincuenta (Madrid, por ejemplo, conta- en España. Pocos meses después, John T. Reid, ba con racionamiento tres días a la semana) Agregado Cultural de la Embajada de los Es- habían disuadido a muchos sellos de instalar- tados Unidos, informaba a Antonio Villacieros, se en el país. A principios de 1953, la única Director General de Relaciones Culturales gran discográfica internacional que operaba del Ministerio de Asuntos Exteriores, de «la en el mercado español era el sello británico próxima visita a España de la U.S. Army Field EMI, por medio de su subsidiaria Compañía Band, la cual tiene proyectado dar una serie del Gramófono-Odeón. No debe despistar, de conciertos por varios puntos de España». como sucede a menudo, la presencia del sello Reiteraba que todos los gastos corrían a cargo Columbia, una discográfica independiente de del Departamento de Estado norteamericano

48 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 41-53 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE y detallaba las diferentes fechas y lugares de las profundos cambios en las relaciones hispano- El jazz como propaganda estadounidense en la España de los cincuenta actuaciones: San Sebastián, 28 de mayo; Sevilla, norteamericanas y en la recepción del jazz 2 de junio; Madrid, 4 de junio; Zaragoza, 6 de en España. En primer lugar, en aquellos años junio; y Barcelona, 7 de junio.56 Llegado el mo- quedaron terminadas y operativas las bases mento, se mantuvieron las ciudades programa- militares norteamericanas en suelo español das y se le añadió Granada.57 La banda, formada proyectadas en los acuerdos de 1953. Por un por más de un centenar de músicos, creó una lado, sus emisoras comenzaron a radiar pro- enorme expectación, favorecida por la entrada gramas diarios de jazz en frecuencia modulada; gratuita (en algunos casos, con invitación).58 por otro, las bases sirvieron como escenario En Madrid, los periódicos anunciaron el 30 de para la actuación de célebres orquestas, mú- mayo los cinco despachos en los que se podían sicos y cantantes que, una vez en Madrid o en conseguir invitaciones para el concierto del 5 Sevilla, podían ser contratados por los clubes de junio en la plaza de toros de Las Ventas; dos de jazz de varias ciudades por sumas que ya días después, un comunicado de la Embajada no incluían el viaje transatlántico. En segundo de Estados Unidos a la prensa informó que las lugar, algunas de las discográficas norteameri- entradas se habían agotado.59 El programa es- canas (Vanguard, Reprise, Seeco, Capitol) que tuvo compuesto por marchas, bandas sonoras entonces controlaban parte del llamado «jazz cinematográficas, fragmentos de operetas y moderno», el bebop y sus derivados, se esta- jazz. Fue precedido por unas palabras del em- blecieron en España o firmaron convenios de bajador Lodge con las que expresó «la alegría distribución con sellos españoles, y el catálogo de poder ofrecer a todos los sectores del pue- seguiría en aumento en los años siguientes. Por blo madrileño el mensaje musical de tan viva último, este trienio marcó el abandono de la significación popular que representa la visita política económica autárquica y los primeros de la banda estadounidense», «vehículo de la efectos del nuevo programa de reforma eco- mejor amistad», y de los himnos de España y nómica, el Plan de Estabilización, que sentó las Estados Unidos «escuchados por el público bases para una economía de libre mercado y la puesto en pie y acogidos con grandes aplau- difusión en España de una cultura del ocio. Por sos».60 Esta «calurosa y franca simpatía» hacia todo ello, los años sesenta deberían ser objeto Norteamérica y su cultura evidenciaba un de un análisis específico, que excede los límites cambio sustancial en las adhesiones políticas de este artículo.62 públicas desde la Segunda Guerra Mundial. El 5 de octubre de 1940, el mismo coso de Las Ven- Conclusión tas había asistido a una manifestación popular de exaltado fascismo y antinorteamericanismo España fue uno de los objetivos de la pro- con motivo del concierto de la Banda Militar paganda musical emprendida por los Estados Alemana, «en atención a los vivos vínculos de Unidos para mejorar su imagen exterior y ganar amistad entre la Alemania de Hitler y la España adeptos en el mundo bipolar de la Guerra Fría, 61 de Franco». El acto de 1957, por el contrario, que utilizó el jazz como expresión representi- fue un claro precedente de las demostraciones va de la cultura norteamericana. De hecho, el populares de júbilo durante la visita del presi- jazz formó parte de los conciertos financiados dente Eisenhower, el 21 de diciembre de 1959, por las instituciones norteamericanas en Espa- que refrendó simbólicamente el espaldarazo ña desde 1953, mucho antes del inicio de las norteamericano a la dictadura española. giras internacionales de jazzmen patrocinadas Varios acontecimientos y procesos jalo- por el Departamento de Estado. Para constatar nan el trienio 1959-1961 como período de esto es necesario ir más allá de los informes

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generados desde el gobierno y las agencias es- decisiones posteriores de las instituciones nor- tadounidenses, y tener en cuenta tanto las acti- teamericanas. Por el contrario, la serie de giras vidades de las instituciones norteamericanas en oficiales iniciada en la primavera y el verano de Iván Iglesias España como la opinión de la prensa y de los 1956, que supuso un hito en la diplomacia cultu- oyentes españoles. Como en cualquier proceso ral estadounidense, no tuvo una gran incidencia informativo, en la propaganda median un con- en la difusión del jazz en España en la segunda junto de categorías, experiencias y condiciones mitad de los años cincuenta. La importancia materiales de acogida que a menudo adaptan de aquellos viajes, que han sido considerados o alteran su significado y alejan las iniciativas e prácticamente un punto de partida en el jazz intenciones originales de sus efectos. como propaganda exterior por musicólogas Varios de los conciertos que el Departamen- como Penny Von Eschen o Lisa Davenport y por to de Estado subvencionó en España desde historiadores como Kenneth Osgood, debería 1953 como representación de la música «clási- relativizarse a la hora de estudiar la presencia ca» estadounidense fueron identificados como del jazz como diplomacia norteamericana en «jazz» por los medios y el público, lo que influyó España y acaso en buena parte de la Europa decisivamente en su favorable recepción y en las occidental.

Giras musicales y conciertos de músicos estadounidenses celebrados en España en los años cincuenta que contaron con el patrocinio del Estado norteamericano. Fuentes: NARA RG 59, 84 Y 306, AMAE R., prensa española y norteamericana.

Solista o agrupación Fechas New York City Ballet Abril-mayo de 1952 Patricia Connor (soprano) Noviembre de 1952 Leslie Frick (mezzosoprano) Marzo de 1953 Banda del portaaviones «Coral Sea» Junio de 1953 (VI Flota de la Marina de los EEUU) Orquesta de jazz del portaaviones «Franklin Roosevelt» Septiembre de 1953 (VI Flota de la Marina de los EEUU) Benjamin Grosbayne (director de orquesta) Enero de 1955 Everyman Opera Inc. (Compañía de la ópera Porgy and Bess, de George Febrero de 1955 Gershwin) Orquesta Nacional Sinfónica de Jazz Marzo de 1955 Philadelphia Orchestra (director: Eugene Ormandy) Mayo-junio de 1955 Solista: William Warfield (cantante) Edgardo Gierbolini (tenor) Noviembre de 1955 Norman Klekamp (pianista) Diciembre de 1955 Sylvia Rabinoff (violinista) y Benno Rabinoff (pianista) Enero de 1956 Gregory Simms (barítono) Enero de 1956

50 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 41-53 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE El jazz como propaganda estadounidense en la España de los cincuenta Orquesta Sinfónica de Jazz Lee Everett (director de orquesta) Enero-febrero de 1956 Philippa Schuyler (pianista), Anne Brown (cantante) Daniel Abrams (pianista) Febrero de 1956 Lionel Hampton (músico de jazz) Marzo de 1956 Robert Shaw Chorale and Orchestra Abril de 1956 Joseph Schuster (violonchelista) y Richard Tetley-Cardos Abril de 1956 (pianista) Leopold Stokowski (director de orquesta) Mayo de 1956 Robert Mueller (pianista) Octubre de 1956 Fisk Jubilee Singers Octubre de 1956 Helen Phillips (soprano) Febrero de 1957 Stanley Weiner (violinista) y Edwin Biltcliffe (pianista) Febrero de 1957 Edward Mattos (pianista) Mayo de 1957 Cleveland Orchestra (director: George Szell) Mayo de 1957 Mario Braggiotti (pianista) Mayo-junio de 1957 U.S. Army Field Band Mayo-junio de 1957 Edith Stearns (pianista) Mayo de 1959 Banda de música del portaaviones «Essex» Noviembre de 1959 (VI Flota de la Marina de los EEUU)

Notas cians and Cold War Politics in the Near and Middle East, 1954-1960», Popular Music History 1/1 (2004), pp. 37-63; 1 Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de DAVENPORT, Lisa E., Jazz Diplomacy: Promoting America investigación «Difusión y recepción de la cultura de Esta- in the Cold War Era, Jackson, University Press of Missis- dos Unidos en España, 1959-1975» (Universidad de Alcalá). sippi, 2009; VON ESCHEN, Penny M., Satchmo Blows Up Agradezco encarecidamente a Pablo León Aguinaga y a Lo- the World: Jazz Ambassadors Play the Cold War, Cambridge, renzo Delgado, editores del monográfico, su atenta lectura Massachusetts&Londres, Harvard University Press, 2004. y sus valiosas sugerencias. 6 POIGER, Uta G., Jazz, Rock and Rebels: Cold War Politics and 2 Marlin, Randal, Propaganda and the Ethics of Persuasion, American Culture in a Divided Germany, Berkeley & Los An- Peterborough, Broadview, 2002, pp. 22 y 95. geles, University of California Press, 2000. 3 BEAL, Amy C., «Negotiating Cultural Allies: American 7 IGLESIAS, Iván, «Improvisando aliados: El jazz y la propa- Music in Darmstadt, 1946-1956», Journal of the American ganda franquista de la Segunda Guerra Mundial a la Gue- Musicological Society, 53 (2000), pp. 105-39; CARROLL, rra Fría», en CABANA IGLESIA, Ana, LANERO TÁBOAS, Mark, Music and Ideology in Cold War Europe, Cambrid- Daniel y SANTIDRIÁN ARIAS, Víctor Manuel (eds.), VII ge, Cambridge University Press, 2003; McCLARY, Susan, Encuentro de Investigadores sobre el Franquismo, Santiago «Terminal Prestige: The Case of Avant-Garde Music de Compostela, Universidade de Santiago de Compostela, Composition», Cultural Critique, 12 (1989), pp. 57-81. 2010, pp. 529-540. 4 KOFSKY, Frank, «Black Music: Cold War ‘Secret 8 DELGADO, Lorenzo, «Las relaciones culturales entre Weapon’», en Black Nationalism and the Revolution in Mu- España y Estados Unidos, de la Guerra Mundial a los sic, Nueva York, Pathfinder Press, 1970, pp. 109-121. Pactos de 1953», Cuadernos de Historia Contemporánea, 5 CARR, Graham, «Diplomatic Notes: American Musi- 25 (2003), p. 50.

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9 «Casals Rejects United Nations Invitation», Musical Ameri- 28 VON ESCHEN, Penny Marie, ob. cit., pp. 255-256. ca (15-XII-1951), p. 29. 29 MASSIP, José María, «ABC en Washington: Pese al viaje de 10 DELGADO, Lorenzo, «Cooperación cultural y científica Kruschef, quedan en pie mil problemas», ABC (Madrid) (5- VIII-1959). Iván Iglesias en clave política: ‘Crear un clima de opinión favorable para las bases USA en España’», en DELGADO, Lorenzo 30 «Concierto en San Baudilio de Llobregat», La Vanguardia y ELIZALDE, María Dolores (eds.), España y Estados Uni- Española (26-VI-1953). dos en el siglo XX, Madrid, CSIC, 2005, pp. 207-243. 31 «Concierto de la Banda del Roosevelt en Granollers», La 11 LEÓN AGUINAGA, Pablo, «Los canales de la propaganda Vanguardia Española (12 -IX-1953). norteamericana en España, 1945-1960», Ayer, 75/3 (2009), 32 FERNÁNDEZ-CID, Antonio, «La Orquesta Nacional de pp. 133-158. Jazz Sinfónico», ABC (Madrid) (23-III-1955). 12 OSGOOD, Kenneth, Total Cold War: Eisenhower’s Secret Pro- 33 FERNÁNDEZ-CID, Antonio, «La Filarmónica y su ‘Festival paganda Battle at Home and Abroad, Lawrence, KS, Universi- Gershwin’ del Monumental», ABC (Madrid) (11-I-1956). ty Press of Kansas, 2006, p. 225. 34 FERNÁNDEZ-CID, Antonio, «Presentación de la cantante 13 «Conciertos de música grabada en la Casa Americana», norteamericana Patricia Connor en el Ramiro de Maeztu», ABC (Sevilla) (9-III-1951). ABC (Madrid) (7-XI-1952). 14 León Aguinaga, Pablo, El cine norteamericano y la Es- 35 IGLESIAS, Antonio, «Madrid Season Revolves Around Wee- paña franquista: relaciones internacionales, comercio y propa- kly Concerts of Orquesta Nacional», Musical America (1-I- ganda, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1954), p. 25; Id. «Stokowski Conducts in Madrid», Musical 2008, p. 186. America (15-XI-1956), p. 29; Id. «Concerts and Recitals Per- 15 IGLESIAS, Iván, «Improvisando aliados», ob. cit., p. 531; «Ca- formed in Madrid», Musical America (1-XI-1957), p. 24. 36 sino Fin de Semana de Radio Madrid: Emisiones de Jazz», HENTOFF, Nat, «Hamp Europe Impressions Differ From Ritmo, 215 (1948), p. 19. Stan Kenton’s», Down Beat (27-I-1954), pp. 1 y 12. Las si- 16 KODAT, Katherine Gunther, «Dancing Through the Cold guientes citas son de la misma entrevista. 37 War: The Case of The Nutcracker», Mosaic, 33/3 (2000), p. 7. FEATHER, Leonard, «Crackup Was Close Shave, But 17 MORAL, Miguel, «El ‘New York City Ballet’, en el Liceo de Hamp’s Still Leaping», Down Beat (22-II-1956), p. 13. 38 Barcelona», Ateneo, 10 (7-VI-1952), pp. 6-7. LLAUDER, Manuel R. de, «Lionel Hampton y su orques- 18 «El enorme bagaje de ‘Porgy and Bess’», La Vanguardia Espa- ta alcanzaron un éxito desbordante en el Windsor Palace, ñola (2-II-1955); ARCO, Manuel del, «Mano a mano: Gloria bajo los auspicios del ‘Hot Club’ y ‘Club 49’», El Noticiero Davy», La Vanguardia Española (3-II-1955). Universal (20-I-1955). 39 19 «Philadelphia Ork to Tour Europe», Down Beat (6-IV-1955). «America’a Secret Weapon is a blue note in a minor En diciembre de 1959, en la convención anual de la Na- key. Right now its most effective ambassador is Louis tional Association of Concert Managers celebrada en Nueva (Satchmo) Armstrong. [...] This is not a pipedream of a York, Walfield hizo memoria de aquellas giras y pidió a los backroom jam session. It is the studied conclusion of a handful of thoughful American from Moscow to Madrid. artistas norteamericanos que no olvidaran su influencia [...] What many Europeans cannot understand is why como embajadores norteamericanos en los países que the United States Government, with all the money it visitaran: «Concert Managers Discuss Cultural Exchange spends for so-called propaganda to promote democracy, Program», Musical America (1-I-1960), p. 5. does not use more of it to subsidize the continental tra- 20 «Coral norteamericana, a Madrid y Barcelona», La Vanguar- vels of jazz bands and the best exponents of the music. dia Española (21-IV-1956). [...] American jazz has now become a universal language. 21 «Leopold Stokowski», Arriba (9-V-1956). It knows no national boundaries, but everybody knows 22 «Cleveland Orchestra to Tour Europe», Musical America (1- where it comes from and where to look for more. [...] XII-1956), p. 32; «The Cleveland Orchestra», ABC (Madrid) There is not a wide difference between the best sym- (5-V-1957). Más tarde, aquel mismo mes, actuó también en phony orchestras of the United States and Europe, [...] Barcelona. but nobody plays jazz like an American». Belair, Félix 23 «Cleveland Tour Raises Prestige of Midwest», Musical Ame- Jr., «United States Has Secret Sonic Weapon–Jazz», New rica, agosto de 1957, p. 26. 24 York Times (6-XI-1955). IGLESIAS, Iván, «Improvisando aliados», ob. cit., pp. 535-540. 40 25 «Europe Likes Jazz, Armstrong Reports», New York Times Fernández Zanni, Urbano, «Estreno de ‘El clarinete (1-I-1956). mágico’», La Vanguardia Española (3-V-1952). 41 «U.S. Government to Send Jazz as Its Ambassador», Down 26 Sobre este tema resultan imprescindibles: BORTELS- Beat (28-XII-1955), p. 6. MANN, Thomas, The Cold War and the Color Line: American 42 «S-F Foreign Tour, Culture Kick Set», Down Beat (1-VI- Race Relations in the Global Arena, Cambridge, MA, & Lon- 1955), p. 4. dres, Harvard University Press, 2001; DUDZIAK, Mary L., 43 DAVENPORT, Lisa E., Jazz Diplomacy, ob. cit.; KOFSKY, Cold War Civil Rights: Race and the Image of American Demo- Frank, «Black Music», ob. cit. cracy, Princeton, Princeton University Press, 2000. 44 «Reform from the Bottom», Musical America 76/9 (julio de 27 «Status of the United States Programs for National Se- 1956), p. 4. curity as Part 6 of the USIA Program», 30-VI-1955, FRUS, 45 «Las relaciones entre España y Estados Unidos son extre- 1955-1957, vol. ix, p. 533. madamente cordiales», Arriba (10-III-1956).

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46 «Gillespie Tour for State Department», Down Beat (22-II- 55 Horowitz, Israel. «Decca Records in Spain: US Firms El jazz como propaganda estadounidense en la España de los cincuenta 1956), p. 7; «Dizzy Names Touring Band», Down Beat (7-III- Active in Iberian Diskings», Billboard (17-X-1953). 1956), p. 7. 56 U.S. Army Field Band. Conciertos en España, Documentación 47 LLAUDER, Manuel R. de, «Vibrante reaparición de Lionel de la Casa Americana, Madrid, 20-III-1957, AMAE, R. 4775, Hampton y su Orquesta, ofrecida por el ‘Hot Club’ y ‘Club p. 7. 49’», El Noticiero Universal (13-III-1956). Véase también: 57 «Una banda militar norteamericana en España», Arriba (30- «Apoteósico triunfo de Lionel Hampton y su jazz», Arriba V-1957). (13-III-1956). 58 «Concierto en Sevilla», El Alcázar (5-VI-1957). 48 FERNÁNDEZ-CID, Antonio, «Presentación de Lionel 59 «El concierto de la Banda Militar norteamericana», Arriba Hampton y su Orquesta en el Carlos III», ABC (Madrid) (1-VI-1957). (15-III-1956). 60 FRANCO, Enrique, «La Banda Militar de Columbia (Was- 49 «Plaza de Toros Monumental: Lionel Hampton», La Vanguar- hington) actuó en la plaza de Las Ventas», Arriba (6-VI- dia Española (12-VII-1956). 1957); FERNÁNDEZ-CID, Antonio, «Actuación de la Ban- 50 Lionel Hampton and His Band, Jazz Flamenco. 1956. da del Ejército de EE UU en Madrid», ABC (Madrid) (6-VI- RCA Victor, LP 12» LPM 1422; Lionel Hampton con 1957). su orquesta y su quinteto «Flamenco Five», 61 «Concierto de música militar alemana», ABC (Madrid) (3-X- Jazz Flamenco. 1956. LP 33 1/3. RCA 3L12015. 1940). Para un estudio de las relaciones entre el discurso 51 «Intercambio comercial hispano-norteamericano», ABC oficial sobre el jazz y la práctica musical en España durante (Madrid) (31-III-1955). la etapa «fascistizada» de la dictadura, véase: Iglesias, Iván. 52 «Lionel Hampton: Jazz Flamenco», Down Beat (30-V-1957), «(Re)Construyendo la identidad musical española: El jazz p. 24. y el discurso cultural del franquismo durante la Segunda 53 CALVO, Óscar. «¡Bienvenido, Míster Marshall! La ayuda Guerra Mundial», Historia Actual, 23 (2010), pp. 119-135. económica americana y la economía española en la década 62 Ese periodo, hasta 1968, aparece analizado en detalle en: de 1950», Revista de Historia Económica, 19 (2001), pp. 253- Iglesias, Iván, Improvisando la modernidad: El jazz y la Espa- 275. ña de Franco, de la Guerra Civil a la Guerra Fría (1936-1968), 54 «Italy, Spain to Get Plain RCA Label», Billboard (3-X-1953). Tesis Doctoral, Universidad de Valladolid, 2010.

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¿«Misioneros de la Americanidad»? Promoción y difusión de los American Studies en España, 1969-75 Francisco Javier Rodríguez Jiménez George Washington University

Hasta hace poco, los americanos habían llegado a Europa como estudiantes. Algunos lo habían hecho como apa- sionados peregrinos al estilo de Henry James; otros, siguiendo las formas más irreverentes de Mark Twain. Pero en cualquiera de los casos, habían venido como inocentes a tierra extraña. Pero nosotros, ahora, no venimos a estudiar vuestra cultura, sino a daros a conocer la nuestra. Francis O. Matthiesen, Salzburg Seminar, 19471

Los ‘American Studies’ son entendidos como un esfuerzo por construir un entendimiento y compresión sistemática de América y su civilización, como un todo homogéneo; con especial atención a los campos –geografía humana, historia, ciencia política, derecho, religión, inglés y literatura– que constituyen su cultural nacional.2

Introducción «maquinaciones perversas», «punta de lanza del Imperio», aunque así fuesen percibidos en La Guerra Fría no se limitó a la confrontación ciertos contextos.5 Hubo por el contrario lugar en los planos militar y económico, la disputa para el desencuentro, también para el choque ideológico-cultural entre Washington y Moscú de intereses públicos y privados.6 Ni que decir también fue intensa. Fueron muchos los que tiene que en el campo soviético tenía lugar un como el historiador y crítico literario estadoun- «reclutamiento» similar. Moscú echaba mano a idense Francis O. Matthiesen, no querían ser por su vez de lo más granado de su intelligentsia para más tiempo innocents abroad, sino que pretend- mostrar al resto del mundo la superioridad de ían reivindicar sus creaciones artísticas y sus las artes y las letras soviéticas con respecto a productos culturales. Intelectuales, profesores las estadounidenses.7 universitarios, hombres de negocios y periodis- En Estados Unidos, por su parte, el American tas americanos viajaron al otro lado del Atlán- Studies Movement llevaba desde la década de los tico como «misioneros de la americanidad»,3 años veinte intentando dar cuerpo y consisten- como paladines del modelo estadounidense de cia a los American Studies, entendiéndose éstos valores, instituciones y creencias. Fueron, efecti- como el estudio de la Literatura, la Historia, la vamente, muchos, pero no tantos como algunas Ciencia Política, el Derecho y la Economía es- visiones maniqueas de aquel conflicto bipolar tadounidenses, o cualquier otra materia capaz han querido ver.4 Tampoco fueron todos dis- de transmitir algún aspecto de la «americani- ciplinados y sumisos peones de una engrasada dad». Todo ello –como apunta la segunda cita de maquinaria de propaganda cultural americana; cabecera– con una visión de conjunto y un en- ni todos los proyectos de enseñanza del inglés foque interdisciplinar. Tal esfuerzo por promo- y de la cultura americana en el exterior fueron cionar las Humanidades y las Ciencias Sociales

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made in USA se vio pronto envuelto en un clima ba con cierto sarcasmo uno de los americanistas de nacionalismo cultural.8 Uno de los objetivos británicos más reputados, Harry Allen: «Hitler de aquel movimiento era librar a aquellas ma- nos convirtió a todos en americanistas».16 Tal terias del extendido prejuicio de que no eran tendencia, receptiva pero no entusiasta, fue per- más que subproductos o apéndices sin calidad ceptible entre los Pirineos y el Elba, donde los de la cultura anglosajona.9 Poco después, las americanos fueron recibidos como libertadores iniciativas dirigidas a promover la enseñanza y del yugo nazi. difusión en el exterior de los American Studies ¿Cuál fue la situación en España, donde los avier Rodríguez J iménez J avier Francisco se superpusieron, a su vez, con la campaña lan- antecedentes fascistas apenas disimulados del zada por Eisenhower para ganar las «mentes y régimen de Franco crearon una situación de los corazones» de los europeos.10 partida muy diferente? Hasta finales de la dé- Pese a contar con el apoyo de su gobierno y cada de los años sesenta, la progresión de los de importantes iniciativas privadas,11 el camino American Studies en los planes de estudio espa- de los que como Francis Matthiesen quisieron ñoles había sido bastante deficitaria. Tan sólo la reivindicar la calidad de las Humanidades y enseñanza del inglés y materias como la Socio- Ciencias Sociales estadounidenses no iba a re- logía o la Economía –tributarias en gran medida sultar sencillo. En parte, porque los propios es- de las tendencias y métodos procedentes de los tadounidenses sufrían una especie de complejo campus americanos– gozaban de buena salud.17 de inferioridad respecto a sus parientes del Situación que se producía a pesar de la impor- Viejo Continente, supuestamente más cultiva- tancia concedida por los agentes diplomáticos dos.12 En parte, porque no pocos intelectuales estadounidenses a que los American Studies, en europeos llevaban tiempo vanagloriándose de la su conjunto, se consolidasen en los currículos pretendida superioridad de la cultura europea españoles: con respecto a la «zafia» y de «segunda clase» En España, dada las trabas que impone el cultura americana.13 Régimen para que podamos contactar con la El desenlace de la Segunda Guerra Mundial oposición e incluso con los estudiantes uni- hizo que el panorama comenzase a cambiar en versitarios, la United States Information Service el bloque europeo occidental, si bien a un rit- difunde sus objetivos [evolución paulatina hacia mo más lento de lo que se esperaba por parte un sistema político más democrático] bajo la americana. Una serie de problemas –rigidez pantalla «American Studies», cubriendo así nues- curricular, dependencia y escasez de los fondos tras actividades culturales y propagandísticas a estadounidenses o la persistencia del antiame- todos los niveles.18 ricanismo cultural– ralentizaron la promoción Los Cultural Affair Officers (CAO) estadouni- de los American Studies en las aulas europeas.14 denses destinados en la Península Ibérica se Lentitud que no se puede atribuir a la falta de mostraron preocupados porque los Estudios interés en promocionarlos por parte de la di- Norteamericanos no acabasen de despegar, a plomacia cultural estadounidense. De hecho, en pesar de los esfuerzos y energías empleadas... algún informe de los años sesenta incluso se La avanzada edad del dictador y la necesidad consideró a los American Studies como la «pie- de preparar el posfranquismo aconsejaban la dra angular de la diplomacia cultural estadouni- intensificación de lazos de empatía y mutual dense en Europa Occidental».15 La evolución de undestanding con la sociedad española, en espe- tales disciplinas estuvo, pues, mediatizada por cial con su comunidad universitaria. A tal efec- lo ocurrido en el Viejo Continente después de to, la promoción de la Literatura, la Historia o 1945 y fue más o menos fructífera dependiendo la Ciencia Política americanas encajaba con la de diversos factores y contextos. Como señala- dinámica de adoptar un perfil bajo y de largo

56 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los alcance que venía aplicando la diplomacia públi- total que –comparado con los 55.000 dólares ca de aquel país en España, como la vía menos que, por ejemplo, recibió el Programa Fulbright conflictiva para no renunciar a la colaboración en su primer año de funcionamiento, 1959-60, o del régimen de Franco, pero procurando a la los 400.000 con que se financió el curso 1963- vez marcar distancias con el mismo. Es lo que 64, máxima cantidad de la década–, se esperaba venía a calificarse como «actuar con flexibilidad permitiese un importante salto adelante. Tal evitando compromisos contraproducentes», cooperación en materia educativa era entendi- lo que incluía tanto a la dictadura como a sus da por parte española como un posible quid pro a merican s tudies en e spaña 1969-75 detractores. Los American Studies se adaptaban quo de la presencia militar estadounidense en el perfectamente a esa estrategia de persuasión país. En pocas palabras: los diplomáticos españo- para ir calando en la sociedad española, apro- les querían que los americanos sufragasen buena vechando los recursos del denominado «poder parte de la formación en el extranjero prevista blando».19 en la reforma educativa ideada por Villar Palasí y Díaz Hochleitner, como contrapartida a los pri- Los intercambios educativos hispano-estadounidenses vilegios militares de que disfrutaban en España.24 y el Programa Fulbright La aportación final estadounidense fue bas- tante modesta, si se coteja con las sumas ba- A la altura de 1969, las relaciones políticas rajadas al principio. Los Non Military Agreement hispano-norteamericanas no pasaban por su (NMA) –nombre que se dio a las partidas para mejor momento. Desde hacía unos años, el Mi- cooperación educativa y científica del Acuerdo nisterio de Asuntos Exteriores, con Fernando firmado entre España y Estados Unidos en agos- María Castiella a la cabeza, se había propuesto to de 1970– serían financiados con cerca de 3 desarrollar una política de mayor firmeza fren- millones de dólares anuales durante un periodo te al «amigo americano». La renovación de los total de cuatro años. Su puesta en marcha se de- «Acuerdos de las Bases» –después del cierre en moró, no obstante, hasta el curso 1973-74. Por falso de 1963– estaba dilatándose más de lo es- otro lado, conviene precisar que los NMA se di- perado.20 Simultáneamente, José Luis Villar Palasí, vidieron en dos ramas: NMA-Científico-Técnico ministro de Educación, junto con su mano dere- y NMA-Cultural-Educativo. El primero recibió la cha Ricardo Díaz Hochleitner, daban a conocer parte más cuantiosa, unos 2 millones de dólares el denominado Libro Blanco de la Educación.21 Un anuales, contribuyendo a sufragar proyectos de ambicioso proyecto de reforma educativa que uso civil de la energía atómica, piscifactorías, pretendía, entre otros objetivos, la actualización tecnología industrial, etc. El otro –Cultural-Edu- de las estructuras académicas a los nuevos tiem- cativo– fue financiado con 1.600.000 dólares pos, así como la renovación de conocimientos en los cursos académicos 1973-74 y 1974-75, y entre el profesorado universitario.22 con 2 millones durante los siguientes 1975-76 La colaboración de Estados Unidos se consi- y 76-77; y permitió la financiación de proyec- deró clave para la formación de investigadores tos en biología molecular, servicios técnicos de y profesores universitarios en el extranjero que información, formación del personal de la admi- contemplaba aquella reforma educativa. En el nistración pública, enseñanza del inglés, etc. proyecto inicial del Ministerio se manejaban El NMA-Científico-Técnico fue gestionado unas cifras muy elevadas de aportación exterior, directamente por varios ministerios españoles, en torno a 8 millones de dólares anuales, que mientras que la gestión del NMA-Cultural-Edu- serían sufragados en parte por el gobierno nor- cativo corrió a cargo de la Comisión Fulbright- teamericano, en parte por instituciones como el España (CFE), encargada a su vez del programa Banco Mundial o la Ford Foundation.23 Un monto de becas con dicho nombre. No sorprende

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pues que exista, todavía hoy en día, una cierta do pautas estadounidenses– podría permitir confusión entre los dos últimos.25 El organigra- que se desarrollasen, con más fortuna que hasta ma siguiente trata de poner algo de orden al entonces, los American Studies. Hay que recordar respecto. que la rigidez curricular de los planes de estu- En cualquier caso, y para el tema que nos dio españoles, la escasez de medios, la falta de ocupa de los American Studies, el NMA-Cultural compromiso por parte de las autoridades, y la Educativo estuvo más orientado a facilitar la escasa consideración que se tenía de la Ameri- avier Rodríguez J iménez J avier Francisco

Organigrama n.º 1: Intercambios educativos hispano-estadounidense en el tardofranquismo Fuente: «Archivo Comisión Fulbrigth España.. Annual Program Proposals and Annual Reports, 1967-1977.» (Elaboración propia)

formación de profesores españoles de Ciencias: can High Culture en el país, habían obstaculizado Química, Medicina o Biología, que de Letras: la consolidación de los Estudios Norteamerica- Ciencia Política, Historia, Sociología, o Literatu- nos en España en la década de los sesenta que ra norteamericanas. Excepción hecha de algún por entonces concluía. Ahora, puesto que se proyecto financiado a través del mismo que sí entendía que la enseñanza del inglés ya estaba ayudó a la modernización y actualización de la en la senda adecuada hacia su consolidación, era Sociología o la Economía españolas. Fue el caso, necesario: «potenciar los recursos de American por ejemplo, del Lasuen Project a través del cual Studies disponibles en España a través de la con- comenzaron a venir profesores estadouniden- cesión de becas a estudiantes e investigadores ses de dichas áreas a la Universidad Autónoma españoles para que completen su formación en de Madrid.26 A continuación veremos si los re- Estados Unidos y asimismo facilitar la venida cursos dedicados al Programa Fulbright tuvieron de docentes estadounidenses de dicha área de esa misma orientación, favorable a las Ciencias. estudios».27 En febrero de 1969, la CFE mostraba su en- A diferencia de situaciones anteriores, en tusiasmo por las propuestas de modernización esta ocasión la CFE recogía de manera explícita educativas recogidas en el Libro Blanco. Se es- el objetivo americano de fomentar los Estudios peraba que la nueva legislación permitiese una Norteamericanos en las aulas universitarias es- más estrecha colaboración con el Ministerio de pañolas. Hasta entonces, los Annual Reports ha- Educación, lo que junto a la renovación docente blaban de equilibrar el deseo español de contar y pedagógica prevista –en buena medida siguien- con más Ciencias y know-how estadounidenses

58 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los y el de Washington de aprovechar aquel canal respecto en buena parte del globo.30 En España, de intercambios educativos para animar el des- además, se estaba incrementando en aquellos pegue definitivo de las Humanidades y Ciencias años la audiencia del antiamericanismo, tanto Sociales made in USA. Decimos hablaban, por- entre los grupos de oposición al régimen fran- que en la práctica, y salvo un momento inicial de quista como entre los sectores que lo apoyaban. aparente equilibrio, la Comisión Fulbright había De otro lado, los sucesivos CAOs norteameri- aportado más dinero para los intercambios en canos llevaban varios años intentando persuadir los ámbitos de las Letras que en los de las Cien- a sus homólogos españoles de la necesidad de a merican s tudies en e spaña 1969-75 cias.28 que España asumiese parte de los gastos del Por esas mismas fechas, el Programa Ful- Programa Fulbright, como hacían otros países bright en España sufría un severo recorte pre- del entorno europeo.31 Hasta entonces, los es- supuestario. La aportación americana para el pañoles se habían negado a contribuir a la finan- curso 1969-70 fue de tan sólo 70.000 dólares; ciación de aquel programa, dando por sentado cifra bastante reducida en comparación con que la cooperación educativa y cultural era una los 200.000 del año precedente, y nada que de las contraprestaciones que los americanos ver con los 400.000 de 1963-64. Eso hizo que tenían que asumir a cambio de la utilización de la corriente de intercambios transatlánticos se las bases militares. redujese a 34 becarios Fulbright españoles y 27 Sea como fuere, interesa poner de relieve estadounidenses en el curso 1969-70, frente a cuál fue el reparto presupuestario por áreas los 73 y 97 respectivamente del curso 1963-64. de investigación que presentó el Programa Ful- Por su parte, el gobierno español no participó bright. Asimismo, conviene analizar si existió un en la financiación de dicho programa hasta el cierto equilibrio entre el deseo de Washington curso 1968-69, cuando apenas aportó 75.000. de dedicar más atención a la promoción de los La sequía de fondos puso en cuestión la propia American Studies y la voluntad de Madrid de continuidad del programa a finales de los se- usar el Programa, de manera preferente –como senta. Sin embargo, el presupuesto se recuperó sucedió con los fondos del NMA–, para la intro- progresivamente en los años siguientes, hasta ducción en España del know-how y las Ciencias superar los 300.000 dólares para el curso 1974- Puras y Aplicadas estadounidenses. Para res- 75, con un porcentaje de más del cuarenta por ponder a estos interrogantes conviene precisar ciento aportado por el gobierno español. primero que las Annual Proposals de la Comisión No deja de ser llamativo que durante el Fulbright-España hacían referencia a los Ameri- curso 1969-70 los americanos sólo invirtiesen can Studies con distintas fórmulas: Language and 70.000 dólares, en claro retroceso con las cifras Literature, otro más ambiguo como Humanities de años anteriores. Son varias las razones que and Other Fields, o American and Spanish Studies. explicarían tal desplome en las asignaciones del Ante tal variabilidad, hemos optado en las grá- programa. De un lado, la elevada factura de la ficas siguientes por usar la tercera. Ésta recoge guerra de Vietnam ocasionó importantes re- el propósito de la diplomacia pública americana, ducciones presupuestarias en áreas no militares, constantemente repetido en toda una serie de siendo la diplomacia cultural una de las princi- informes, por dar a conocer sus Humanidades pales damnificadas.29 Paradójicamente, y cuando y Ciencias Sociales; e integra asimismo la pre- más se necesitaba la promoción y difusión de tensión de satisfacer las necesidades del Hispa- los American Studies –en la medida en que esas nismo norteamericano. Orientación esta última formas blandas de atracción presentaban una que respondía asimismo a la intención de los imagen más amable, menos agresiva de Estados diplomáticos españoles de promover la cultura Unidos– se redujo el esfuerzo presupuestario al y la lengua española en Estados Unidos.

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Las gráficas siguientes muestran el distancia- cada uno de los proyectos por separado en miento que se produce a partir del curso 1973- dos grandes bloques temáticos, Humanities and 74 entre las cantidades invertidas en American Social Sciences versus Pure and Applied Sciences, la and Spanish Studies, y las libradas para sufragar panorámica resultante es diferente. Se mantie- los intercambios en Pure and Applied Sciences a ne el gran distanciamiento a favor de las Letras través del Programa Fulbright. Hasta entonces, desde el curso 1973-74, pero desaparece la ambos proyectos habían gozado de una finan- proximidad existente anteriormente entre lo ciación equivalente, si bien inclinada del lado invertido en American and Spanish Studies y Pure avier Rodríguez J iménez J avier Francisco de las Letras. En lo sucesivo, las cifras de lo in- and Applied Sciences. vertido en uno y otro terreno se distancian de Tal enfoque respondía, en realidad, a lo que manera notable. venía siendo la tónica habitual de buena parte Ahora bien, si agrupamos lo invertido en de los informes de los CAO encargados de

Cuadro n.º 1: Presupuestos de los distintos proyectos financiados por la CFE Fuente: «Archivo Comisión Fulbrigth España. Annual Program Proposals and Annual Reports, 1967-1977.» (Elaboración propia)

Cuadro n.º 2: Presupuestos por áreas globales de la Comisión Fulbright-España Fuente: «Archivo Comisión Fulbrigth España. Annual Program Proposals and Annual Reports, 1967-1977.» (Elaboración propia)

60 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los la difusión y proyección de los Estudios Nor- un estudio sobre la evolución de los American teamericanos en el exterior.32 Pese a que no Studies en las universidades europeas, pues sólo siempre hubo consenso, en términos generales han aparecido algunas contribuciones de ámbito primó la visión de que los American Studies de- nacional.36 En 1958, Sigmund Skard publicó una bían responder a una visión holística, de conjun- obra pionera sobre la materia, sin que estudios to de la cultura americana. Un área de estudio posteriores se hayan encargado de actualizar y donde tuviesen cabida la Lengua, la Literatura completar sus planteamientos. La obra describe o la Historia americana –Humanidades– pero someramente los programas existentes en las a merican s tudies en e spaña 1969-75 también la Ciencia Política, la Economía o la So- distintos currículos europeas, pero ni cuestiona ciología –Ciencias Sociales– procedentes de los ni analiza el papel desempeñado por el gobier- campus estadounidenses. En suma, el Programa no de Estados Unidos.37 Pese a tales lagunas, Fulbright se volcó muy claramente en la pro- Richard Horwitz ha planteado la idea de que es moción de las Humanidades y Ciencias Sociales posible trazar un mapa de la evolución de los estadounidenses en España a partir de 1973-74; American Studies. coincidencia o no, el mismo año que entró en La presencia de los American Studies alrededor funcionamiento el NMA-Cultural-Educativo.33 del planeta es irregular, pero resulta sistemáti- camente más intensa atendiendo a las alianzas El Seminario de Salzburgo en American Studies internacionales de Estados Unidos (...); así pues se pueden apreciar diferentes grados de desarrollo, Desde 1947, los americanistas europeos te- de universidad a universidad, siguiendo la estela nían una cita anual en el «corazón de Europa» de las tropas de ocupación americanas desde el durante tres o cuatro semanas.34 Impulsado a tí- final de la Segunda Guerra Mundial.38 tulo individual por varios profesores de Harvard Una reflexión que parte, en realidad, de la como Francis O. Matthiesen y Clemens Heller, idea de que la ofensiva por los «corazones y el Seminario atrajo pronto la atención de la di- las mentes» de los europeos fue más intensa plomacia cultural estadounidense, que le prestó en aquellos lugares más próximos al «Telón de cobertura logística y financiera, al igual que lo acero», y que fue perdiendo intensidad a medi- hicieron varias instituciones privadas como las da que se alejaba del mismo. Planteamiento que 35 fundaciones Ford y Rockefeller. En poco más habría que pasar, a su vez, por el tamiz de otras de una década se convirtió en el foro de debate consideraciones geopolíticas como el tamaño e y promoción de los Estudios Norteamericanos importancia estratégica del país, la vitalidad de más importante del Viejo Continente. Es más, los movimientos comunistas nacionales, etc. cabría señalar que fue el único que realmente Sea como fuere, veamos lo sucedido en Espa- encarnó el propósito fundacional del American ña. Si el tren de las becas Fulbright llegó a tierras Studies Movement: la promoción de currículos españolas con algo más de una década de retraso, interdisciplinares donde tuviesen cabida toda para subir al que llevaba a Salzburgo hubo que una serie de disciplinas relacionadas con la prác- esperar veinte años. No fue hasta 1967 cuando tica de las Humanidades y las Ciencias Sociales se produjo la primera participación oficial de en Estados Unidos. españoles, una estudiante de Ciencias Políticas y Sin embargo, no existe por el momento nin- otro de Arquitectura. Desde entonces y hasta el gún monográfico que examine en profundidad final del franquismo, 75 españoles viajaron hasta los pormenores de su puesta en funcionamien- la ciudad austríaca con el apoyo logístico de la to, ni los posibles efectos de aquel Seminario Comisión Fulbright-España. Sin embargo, las ac- en la proyección de la cultura estadounidense tas del Comité Organizador de aquel Seminario en Europa occidental. Tampoco contamos con arrojan unas cifras más elevadas: un total de

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140 ciudadanos españoles durante el intervalo zaciones sindicales, universidades, etc.»42 Con- 1947-77.39 viene, no obstante, tomar con cautela este tipo de valoraciones. A veces, los informes enviados Cuadro nº 3: Número y nacionalidad de estudiantes de a Washington por parte de los agentes nor- varios países europeos participantes en el Seminario de teamericanos en el exterior pecan de un cierto Salzburgo, 1947-77 triunfalismo, en parte debido a la necesidad de Nº DE justificar su labor. NACIONALIDAD ESTUDIANTES El conocimiento sobre las trayectorias pro- avier Rodríguez J iménez J avier Francisco RFA 1389 fesionales de los exbecarios españoles de Salz- burgo está todavía en un estadio embrionario. Italiana 1059 Es pronto, pues, para aseveraciones categóricas. Sin embargo, se pueden adelantar algunas evi- Británica 923 dencias. La especialidad con un mayor número de becarios españoles fue la de Ciencias Eco- Francesa 675 nómicas –incluimos a los que procedían de Económicas, pero también a los matriculados en Holandesa 664 Administración y Dirección de empresas– con un total de 15 en los ocho años tomados como Austríaca 455 referencia. La temática de los seminarios en los Española 140 que participaron varió desde «Dinámicas de Gestión en Estados Unidos», «Dirección de em- Fuente: «Salzburg Seminar in American Studies. presas en Norteamérica» a otros más genéricos Report 1976-77»40 (Elaboración propia) tales como «Desarrollo económico y social» o Entendemos que el diferencial se debe a los «Economía internacional». Le siguió el área de Humanidades –incluidos los procedentes de que cursaban estudios –por su cuenta o con Literatura, Filología, Historia del Arte, etc.– con otras ayudas públicas– en el extranjero, y no 14. Decíamos antes que si algo destacó del Se- tramitaron su participación a través de la Co- minario de Salzburgo fue su apuesta por la in- misión, sino mediante otras vías. En cualquier terdisciplinariedad, incluyendo todo lo relativo a caso, e incluso dando por buena la cifra de 140, Humanidades y Ciencias Sociales. No sorpren- fueron pocos en comparación con los proce- de, por tanto, la presencia de mesas dedicadas dentes de la República Federal Alemana, Austria al estudio de la Arquitectura estadounidense; si 41 o Italia, por lo que parece ser que se cumple el bien, centradas no tanto en sus aspectos téc- razonamiento planteado por Richard Horwitz, nicos cuanto en su faceta social, con paneles que comentábamos líneas atrás. sobre «La ciudad y el entorno urbano» o «Pla- Sabemos pues que el número de españoles nificación Urbana». Por su parte, los enrolados que embarcaron rumbo a la ciudad austriaca fue en Ciencias Políticas o Administración Pública reducido. Ahora bien, ¿qué efecto tuvo la expe- entraron en contacto con especialistas en «El riencia de Salzburgo en sus trayectorias vitales y futuro de la Universidad» o «Políticas secto- profesionales? Según apuntaban los Cultural Affair riales», mientras que los de Sociología hicieron Officers, «después de un mes inmersos en dicha lo propio en torno a «El impacto social de las atmósfera pro-estadounidense, los participan- Nuevas Tecnologías» o «Arte y cambio social». tes vuelven a sus respectivos países y difunden Con respecto a la inserción laboral posterior sus renovadas visiones –más favorables– sobre de estos becarios, destaca el elevado estatus Estados Unidos a través de periódicos, organi- socio-profesional alcanzado. Parte importante

62 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los a merican s tudies en e spaña 1969-75

Cuadro nº 4: Estudiantes españoles en el Seminario de Salzburgo por áreas académicas, 1967-75 Fuente: «Archivo Comisión Fulbrigth España. Annual Program Proposals and Annual Reports, 1967-1975.» (Elaboración propia) de tal colectivo acabó integrando los cuerpos Amistad y Cooperación de 1970. Sin embargo, docentes de la universidad española en sus di- no acaban de producirse resultados duraderos. ferentes escalas. Otros ocuparon puestos como El procedimiento habitual era que los American Directores Generales, Embajadores o magistra- Lecturers estadounidenses viniesen a las univer- dos del Tribunal Supremo.43 La experiencia del sidades españolas e impartiesen asignaturas so- Seminario de Salzburgo debió de tener alguna bre Literatura, Historia, Economía o Sociología importancia para su desarrollo profesional. Per- estadounidense. El problema radicaba en que la mitió que un grupo de estudiantes o jóvenes mayoría de aquellas materias eran optativas y profesores –modesto en dimensiones, pero dejaban de impartirse si no había nuevos «mi- con capacidad de impacto social– entrase en sioneros» disponibles para tomar el testigo que contacto con materias y métodos pedagógicos dejaban los colegas americanos, ni profesores norteamericanos que marcaban tendencia en españoles que pudieran hacerse cargo de dicha Europa Occidental. Un contacto que, siguiendo docencia. Las autoridades educativas españolas la lógica descrita anteriormente, los convertía en habían declarado su compromiso de incluirlas potenciales «misioneros de la Americanidad» a en los planes de estudio en no pocas ocasiones, la vuelta a sus respectivos ambientes de trabajo. pero parece ser que de las palabras a los hechos medió una distancia considerable.44 Evolución de los programas de American Studies en Pese a ello, la diplomacia cultural de Was- la recta final del franquismo hington no cejaba en su intento de promocionar y difundir las Humanidades y Ciencias Sociales Los informes anuales de la Comisión Ful- americanas en el territorio peninsular. En sep- bright-España de los años setenta transmiten tiembre de 1971, se señalaba que «en lo que continuamente la idea de que la definitiva con- al Programa Americano se refiere, necesitamos solidación de los American Studies en los currí- más becas para aumentar la contribución al culos universitarios estaba a punto de lograrse. desarrollo de los American Studies»45. Simultá- Las esperanzas habían aumentado desde la neamente, se ponían de manifiesto las carencias firma del Acuerdo hispano-estadounidense de de medios por las que estaban pasando algunos

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proyectos de Pure and Applied Sciences que se al menos en varias ocasiones, irritaron bastante ejecutaban en España gracias, en buena medida, a los instructores americanos.46 La pronunciada a la presencia de profesores norteamericanos. curva de caída que se aprecia en 1974 coincide Tanto es así que los profesores Emily Bell, espe- con la finalización de un proyecto para la reno- cialista en Biología Celular, y Lorenzo Galindo vación de los métodos docentes y pedagógicos en Patología, no pudieron prolongar sus estan- en Magisterio que siguió pautas procedentes de cias, pese a que las universidades españolas de la universidad estadounidense, y que había sido acogida así lo deseaban. La demanda de estos puesto en marcha en la Universidad de Santiago avier Rodríguez J iménez J avier Francisco profesores de Ciencias era elevada. de Compostela durante el curso 1971-72. El ¿Por qué se pedían más profesores de Estu- mismo contó con 6 profesores americanos en dios Norteamericanos a través del Programa el curso 1972-73 y 8 en el siguiente 1973-74. Sal- Fulbright al tiempo que no se podía sufragar el vo ese caso, el cuerpo fundamental de American período previsto de los otros profesores, los de Lecturers de Humanidades y Ciencias Sociales Ciencias? Como señalábamos en los cuadros 1 y vinieron a enseñar Literatura estadounidense, y, 2, los presupuestos de la CFE tuvieron un sesgo en menor medida, Sociología y Economía. claramente a favor de las Letras. Dentro de esa En el otoño de 1972, la CFE anunciaba que dinámica general, la específica de los American el énfasis había cambiado de la enseñanza del Lecturers que vinieron a las universidades espa- inglés a los American Studies; y también se de- ñolas a través de la CFE, no sólo no desentonó, cía «estamos encantados de informar que la sino que fue incluso más marcada. La mayoría creación de una cátedra en ese campo de es- de los docentes Fulbrighters estadounidenses tudios es ahora probable en un futuro no muy de Humanidades y Ciencias Sociales, represen- distante».47 Transcurrido un año, aquel deseo no tados en la gráfica siguiente, se encargaron, en acababa de materializarse. Pese a ello, en octu- realidad, de la enseñanza del inglés. En algún caso, bre de 1973, con un sentido de la previsión un a pesar de que eso no era lo previsto en un tanto precipitado, se decía que: «la creación de primer momento. Por ejemplo, profesores de cátedras de American Studies, que la Comisión Literatura estadounidense, a veces de Historia, ahora prevé como probable dentro de un año que no impartieron sus respectivas especialida- o dos, incrementará la demanda de personal des, sino que fueron empleados para mejorar cualificado de esos campos de especialidad».48 las habilidades de los españoles en la lengua de Y decimos precipitado porque ni se produjo en Shakespeare. Unos arreglos de última hora que, 1974, ni en 1975. En octubre de este último año

Cuadro n.º 5: Distribución de los profesores Fulbrigthers americanos por curso y especialidad Fuente: Archivo Comisión Fulbrigth España. Annual Program Proposals and Annual Reports, 1967-1975. (Elaboración propia)

64 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los se volvía a recordar que: «la Comisión continúa aquello no era lo que realmente dificultaba la trabajando estrechamente con las universidades consolidación de los American Studies. En opi- españolas, el Ministerio de Educación y Ciencia nión de Taubitz, lo realmente grave era que «el y el de Asuntos Exteriores para posibilitar el es- director del departamento muestra muy escaso tablecimiento de un programa interdisciplinario interés por esta clase». Algo muy parecido les de American Studies».49 había sucedido a Dorieann McDermott, en la ¿Qué impidió la incorporación definitiva de Universidad de Barcelona, y a Javier Coy, en la de a merican s tudies en e spaña 1969-75 los American Studies a los planes de estudio de Salamanca, cuando intentaron sumar esfuerzos la universidad franquista? Las actas de las reu- para que los Estudios Norteamericanos despe- niones de los docentes Fulbrighters visitantes gasen definitivamente en ambas instituciones.52 desvelan algunas claves: la falta de medios; el que En el caso de Coy, con el agravante de que era se tratase de materias optativas, cuya oferta de- español. Y decimos agravante porque los CAOs pendía, en última instancia y en la mayoría de los tenían puestas sus esperanzas en que fuesen, casos, de la voluntad del Decano o del Jefe de precisamente, «americanistas nativos» los que Departamento; la gran distancia existente entre liderasen la promoción y difusión de estos es- los métodos pedagógicos que intentaban imple- tudios para así evitar críticas de imperialismo mentar los «misioneros de la Americanidad» y cultural.53 los predominantes en la academia española de Ellen Smith, destinada en la Universidad de entonces. Asimismo, se deja constancia de que Valladolid en aquel mismo curso, señalaba que la consolidación de los American Studies topó, «a pesar de la severidad de la directora de de- en alguna ocasión, con la resistencia de inves- partamento, tanto las relaciones con mis cole- tigadores y docentes de los British Studies, quie- gas como con los alumnos son muy cordiales». nes temían que el crecimiento de los Estudios No todo era de color de rosas. Al parecer Smith Norteamericanos les restase cuotas de poder había tenido serios problemas para mostrar la y alumnos en sus respectivos departamentos. valía de su trabajo sobre Huckleberry Finn. Se- «Esto dificulta nuestras posibilidades de incluir gún cuenta, el interés de sus colegas españoles los American Studies en la lista de cursos obliga- estaba no tanto en Mark Twain como en los torios, especialmente porque es probable que poetas y literatos británicos. «Smith puntualiza- los britanistas se resistan a ceder uno de sus ba que el interés del departamento se centra en cursos en beneficio de los que tienen como ob- Gran Bretaña.54 Recordemos que precisamente jeto central de estudio la cultura estadouniden- uno de los objetivos que impulsó el American se».5 Veamos algunos ejemplos de lo señalado Studies Movement fue el de liberar a la American con antelación. En marzo de 1974, uno de los Culture de la imagen desdeñosa que la veía como profesores destinados en la Universidad Com- un remedo poco ilustre de la cultura británica. plutense, Ronald M. Taubitz, se quejaba de que Por su parte, Andrew Gordon se lamentaba de «hay muy escasa participación de los alumnos que la escasez de medios para promocionar los en las discusiones de las clases» en sus clases de American Studies era especialmente dañina en Literatura.51 La barrera del idioma no ayudaba, comparación con los materiales sobre otros pero lo que más chocaba a Ronald Taubitz era la países: «los recursos disponibles en la universi- pasividad y falta de iniciativa de sus alumnos. Su dad son inadecuados, existe escasez de libros, y método de enseñanza, basado en los comenta- los disponibles ponen el acento en cuestiones rios críticos y en las reflexiones de los propios británicas o germanas».55 Así pues, difícilmente alumnos, no cuadraba con el «memorismo» y se podrían ensalzar las realizaciones artísticas y las clases «magistrales» características de la tra- culturales de Estados Unidos si no se contaba dición académica española. Pese a ser molesto, con los medios adecuados; y los existentes tras-

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mitían una visión que las dejaba en un segundo el enfoque americano, en tanto que en los NMA plano de importancia frente a las obras británi- fueron los interlocutores españoles quienes tu- cas o alemanas. vieron un mayor predicamento en la asignación de recursos. También es cierto que los objetivos A modo de balance provisional de ambos programas no eran exactamente los mismos ni estaban financiados por las mismas Hasta hace poco, los aspectos culturales-edu- instancias, lo que modula obviamente la even- cativos e ideológicos de la conexión hispano- tual valoración sobre sus resultados. Para cono- avier Rodríguez J iménez J avier Francisco estadounidense durante el franquismo no ha- cer con mayor profundidad y detalle el esfuerzo bían recibido la misma atención académica que norteamericano en este terreno, diferenciando los militares, geopolíticos o económicos. Son el tratamiento otorgado a disciplinas de Letras bastante recientes los estudios que comienzan y Ciencias, resulta necesario disponer de una a abordar el flujo de intercambios educativos, información aún más precisa del desglose de culturales y científicos que se desarrollaron las iniciativas públicas aquí expuestas, además entre España y Estados Unidos.56 Estamos ante de agregarles las que se acometieron por vías un terreno donde la investigación aún debe privadas –fundamentalmente a través de las avanzar de forma significativa antes de formular fundaciones Ford, Rockefeller o Juan March. La conclusiones suficientemente contrastadas. Sin financiación del Seminario de Salzburgo, por embargo, se podría adelantar que los NMA favo- ejemplo, fue mixta. recieron más el traspaso de conocimientos en Sin perder de vista que quedan piezas del las áreas científicas y técnicas desde los centros puzzle por completar, sí cabe plantearse hasta norteamericanos a los españoles. Por su parte, qué punto los docentes Fulbrighters estadouni- el Programa Fulbright puso el acento –salvo un denses que vinieron a España lograron reivindi- breve período inicial de equilibrio– en la pro- car la valía de los American Studies. Hay indicios moción de los American Studies en la universidad que permitirían avanzar que la labor de aquellos española, al tiempo que los becarios españoles «misioneros de la Americanidad» en las aulas que acudían al país americano mostraban un universitarias españolas no fue del todo exito- abanico más amplio de campos de interés –que sa. No todos recibieron la misma acogida. Los cubrían desde la enseñanza de la lengua espa- paladines de la Literatura, la Historia o el Arte ñola, al aprendizaje en materia de economía, americano –American Humanities– toparon con ingeniería, ciencias biológicas, etc. bastantes dificultades: falta de continuidad en Si las autoridades educativas españolas mos- la oferta de sus asignaturas; planes de estudio traron mayor receptividad hacia el know how y que, en general, prestaban más atención a los la Ciencia made in USA, los CAOs destinados productos culturales británicos –en particular, en Madrid intentaron constantemente impulsar y europeos en general– que a los propiamente un conocimiento más amplio de la American estadounidenses; o prejuicios sobre la supues- Culture en su conjunto. ¿Por qué esa diferencia ta bisoñez cultural de la nación americana.57 de criterio? Los agregados culturales apostaron Simultáneamente, los American Lecturers de las por tales formas blandas de atracción, porque ramas de Administración y Dirección de Em- entendían que las Humanidades y las Ciencias presas, Economía o Sociología –American Social Sociales ayudaban mejor que las Ciencias Puras Sciences– gozaron de unas audiencias españolas o Aplicadas a tejer lazos de empatía y mutual más receptivas.58 Algo similar sucedió con los understanding. Una preferencia que no fue fácil docentes Fulbrighters de Ciencias Puras y Apli- de implementar en España. En el Programa Ful- cadas. Pese a que estos últimos no transmitían bright parece que prevaleció en mayor medida exactamente «Americanidad», y en teoría no

66 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los eran tan buenos portadores de mutual unders- culture, Hanover, University Press of New England, 2000, p. tanding, fueron recibidos con gran entusiasmo, 64. La traducción y el subrayado de la cita son nuestros. 2 SKARD, Sigmund, The American Myth and the European su demanda incluso superó a la oferta disponi- Mind: American Studies in Europe, 1776-1960, Philadelphia, ble. Tanto las American Social Sciences como las University of Pennsylvania Press, 1961, p. 7. La traducción y Pure and Applied eran materias donde el lideraz- el subrayado de la cita son nuestros. 3 El término es la traducción que aquí hacemos de Ameri- go americano era menos cuestionado. canness. El porqué de su aparición y las críticas que suscitó La noción de que los españoles fueron en MARX, Leo, «Thoughts on the Origin and Character of the American Studies Movement», American Quarterly, 31 a merican s tudies en e spaña 1969-75 agentes pasivos de un proceso imparable de (1979), pp. 398-401. «Americanización» –su supuesta inercia frente 4 La obra de LASCH, Christopher, La agonía de la izquierda al «imperialismo cultural» de Washington– no norteamericana, Barcelona, Grijalbo, 1970, se convirtió para muchos en libro de cabecera y muestra irrefutable de que se adecua, pues, con las evidencias que arroja todos los intelectuales estadounidenses estaban vendidos la investigación en este ámbito. La capacidad de a los planes imperialistas de Washington. Una exageración transmisión norteamericana y de asimilación es- en la que debieron beber autores como FARHANG, Man- pañola estuvo mediatizada por los intereses de sour, U.S. Imperialism: The Spanish-American War to the Ira- nian Revolution, Boston, South End Press, 1981; DORFMAN, ambas partes, como es lógico. Pero a la postre Ariel y MATTELART, Armand, How to Read Donald Duck: los receptores españoles de aquella influen- Imperialist Ideology in the Disney Comic, New York, Interna- cia prestaron más atención a aquellas facetas tional General, 1975; o VÁZQUEZ MONTALBÁN, Manuel, La penetración norteamericana en España, Madrid, Cuader- de la American Culture que consideraban más nos para el Diálogo, 1973. convenientes, o que más les interesaban. Unas 5 Algún autor ha hablado de los estadounidenses encarga- preferencias que, en general, no correspondie- dos de estos asuntos como «propagandistas reticentes.» vid. GIENOW-HECHT, Jessica, Transmission Impossible. ron con los criterios o deseos de los emisores American Journalism as Cultural Diplomacy in Postwar Ger- americanos, fundamentalmente centrados en many, 1945-1955, Baton Rouge, Louisiana State University la promoción de los American Studies como Press, 1999, p. 5. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que Washington no intentase utilizar la difusión cultural conjunto de estudios interdisciplinares sobre en el exterior en beneficio propio, para aunar esfuerzos y la Americanidad. Un análisis por especialidades generar provocar empatías en torno a su modelo político permitirá, sin duda, conocer de forma más ri- y económico. Se hizo, pero según Frank NINKOVICH con gurosa en qué medida los conocimientos y mé- una especie de «mala conciencia» de estar haciéndolo, vid. U.S. Information Policy and Cultural Diplomacy, Nueva York, todos procedentes de Estados Unidos fueron Foreign Policy Association, 1996, pp. 5-7. Otros autores adoptados o adaptados al entorno universita- han señalado que Estados Unidos ha sido un «skeptical rio y científico español en las postrimerías del participant» de este tipo de estrategias de poder blando, vid. CULL, Nicholas, American Propaganda and Public Diplo- franquismo, y presumiblemente también en la macy, 1945-1989: The United States Information Agency and etapa democrática siguiente. Asimismo, tal in- the Cold War, Cambridge, Cambridge University Press, 2008. vestigación arrojará luz sobre las repercusiones La percepción de tales estrategias en parte de la izquierda española en GUERRA GARRIDO, Raúl, «La dictadura cul- y limitaciones que tuvo dicho proceso. tural yanqui», El Socialista, n.º 154, mayo 1980, p. 34. 6 La propia experiencia vital de Francis O. Matthiesen es sig- nificativa. A pesar de ser uno de los impulsores delSalzburg NOTAS Seminar in American Studies y de reivindicar con energía la American Culture cayó poco después en el entramado de * Este texto se ha elaborado en el marco de los proyectos sospechas y acusaciones del Macartismo. Para algunos, su de investigación «Estados Unidos y la España del desarrollo «fe en América» no estaba a la altura de las circunstancias. (1959-1975): diplomacia pública, cambio social y transición Presiones que probablemente contribuyeron a precipitar política» (Ministerio de Ciencia e Innovación, HAR2010- su suicidio. 21694), y «Difusión y recepción de la cultura de Estados 7 ZASLAVSKY, Victor, «L'antiamericanismo organizzato Unidos en España, 1959-1975» (Universidad de Alcalá). nell'Unione Sovietica staliniana», en CRAVERI, Piero y 1 Citado en SCHMIDT, Oliver, «No innocents abroad. The QUAGLIARIELLO, Gaetano (eds.), L'antiamericanismo in Salzburg impetus and American Studies in Europe», en Italia e in Europa nel secondo dopoguerra, Soveria Manelli, WAGENLEITNER, Reinhold and TYLER, Elaine (eds.), Here, Rubbettino Editore, 2004, pp. 85-106. there, and everywhere»: the foreign politics of American popular 8 SPILLER, Robert, «Unity and Diversity in the Study of

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American Culture: The American Studies Association Per- en MARTÍN GARCÍA, Óscar J. y ORTIZ HERAS, Manuel spective», American Quarterly, n.° 25 (1973), p. 609. (coords.), Claves internacionales de la Transición española, 9 WISE, Gene, «Paradigm Dramas in American Studies: A Madrid, Catarata, 2010, pp. 99-127. En cuanto al concepto Cultural and Institutional History of the Movement», Ame- de «poder blando» fue enunciado por el politólogo esta- rican Quarterly, Vol. 31, n.º. 3 (1979), p. 304- dounidense Joseph NYE en «Soft Power», Foreign Policy, 80 10 El término de hearts and minds se popularizó durante la (1990), pp. 153-171, y retomado después en su obra The Guerra Fría. Fue usado por primera vez por el presidente Paradox of American Power. Why the World’s Only Superpower Dwight D. Eisenhower en la campaña presidencial de 1952, Can’t Go It Alone, Oxford, Oxford University Press, 2002 (ed. con la idea de poner de manifiesto su compromiso total española en Barcelona, Taurus, 2002). con el frente psicológico-cultural, en contraposición a la ti- 20 PARDO, Rosa, «España y EE UU en el tardofranquismo: bieza mostrada por parte de Harry Truman. Vid. OSGOOD, las relaciones bilaterales durante la presidencia de Ni- avier Rodríguez J iménez J avier Francisco Kenneth, Total Cold War: Eisenhower’s Secret Propaganda xon», Historia del Presente, n.º 6 (2005), pp. 11-41; POWELL, Battle at Home and Abroad, Lawrence, University Press of Charles, «Henry Kissinger y España, de la dictadura a la Kansas, 2006, pp. 46 y ss. democracia (1969-1977)», Historia y Política, n.º 17, enero- 11 Current contributions of american private agencies to the deve- junio (2007), pp. 223-251. lopment of American Studies in foreign countries, 13-IV-1955, 21 Díaz Hochleitner dirigió la redacción del Libro Blanco. Más National Archives and Records Administration (NARA), detalles sobre su labor en el Ministerio de Educación en RG 59, BFS-Plans and Development, 1955-60, box 43. BIESCAS, José Antonio y TUNÓN de LARA, Manuel (ed.), 12 SKARD, Sigmund, The American Myth..., op. cit., pp. 5 y 16; España bajo la dictadura franquista, (1939-1975), Barcelona, The problem of American Culture. A propaganda inquiry into a Labor, 1983, pp. 411 y 508-09. stereotype, 16-I-1952, NARA, RG 59, BFS- Plans and Deve- 22 La visión de Villar Palasí al respecto en La educación es una lopment, 1955-60, box 43. permanente tarea inacabada, Madrid, Ministerio de Educa- 13 Citas procedentes de MARKOVITS, Andrei, Uncouth Nation: ción, 1971. Villar Palasí tuvo ocasión de visitar con anterio- Why Europe Dislikes America, Princeton, Princeton University ridad Estados Unidos gracias a una Leader Grant que se le Press, 2007; y CUNLIFFE, Marcus, «Problems and Tenden- concedió en los años cincuenta, vid. , Educational Exchange: cies in American Studies», en E. GARCÍA DÍEZ (ed.), Ameri- PL-402 Leader Grants, 22-VI-1955, NARA, RG 59, 511.52, can Studies in Spain, Valencia, Tirant lo Blanch, 1988, p. 12. box 2157. 14 JOHNSON, Walter, American Studies Abroad: Progress and 23 Por ejemplo el I Seminario para profesores de Inglés fue fi- Difficulties in Selected Countries, Washington D.C., U.S Go- nanciado, casi en su totalidad, por la Fundación Ford, vid. vernment Printing Office, 1963. Correspondencia general de la Comisión Fulbright-España, 01- 15 La cita procede de University survey of American Studies, 03- V-1969, Archivo General de la Administración (AGA), caja VII-1965, NARA RG 306, Subject Files, 1953-67, box 45. 54/10571. Algunos de los informes gubernamentales donde se señala 24 Los entresijos del proceso negociador, así como la ex- explícitamente que la promoción de los American Studies plicación de cómo se pusieron en marcha algunos de los en el extranjero era una de las piezas claves de la bata- proyectos en DELGADO, Lorenzo, «Viento de Poniente» El lla cultural-ideológica con Moscú son: JOHNSON, Walter, programa Fulbright en España, 1958-2008, Madrid, CFE-LID American Studies Abroad..., doc. cit; Comment on American Editorial Empresarial-AECID, 2009, pp. 76 y ss. El contexto Studies Abroad-The Search for New Roads to International Un- general en VIÑAS, Ángel, En las garras del águila. Los pac- derstanding by Richard L. Springer, 12-VII-1973, NARA, RG tos con Estados Unidos, de Francisco Franco a Felipe González 306, USIA. Historical Collections, R&S, 1953-1998, Box 87, (1945-1995), Barcelona, Crítica, 2003, pp. 243 y ss. o The United States Communicates with the World, 25-VIII- 25 El propio Estudio sociológico sobre los exbecarios del Progra- 1975, NARA RG 306, Post Publications, 1953-99, box 65. ma Fulbright en España, habla, por ejemplo, de Josep Borrell 16 Para ejemplificar la escasa importancia que se concedía a o Santos Juliá como becarios Fulbright cuando en realidad los American Studies en el viejo continente antes de 1945, fueron becarios del NMA-Cultural-Educativo. Allen señalaba, con cierto tono burlesco, que conocía 26 Archivo Comisión Fulbright España (ACFE). Annual Report, 01- personalmente a todos los interesados; asimismo que la X-1971, AGA, caja 54/10570. primera cátedra de American Studies en Gran Bretaña no 27 ACFE. Annual Program Proposal, 11-II-1969, AGA, caja se creó hasta 1955, vid. ALLEN, Harry, «Foreword», Journal 54/10519. of American Studies, Vol. 14, No. 1, BAAS Jubilee Issue (Apr. 28 RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, Francisco Javier ¿Antídoto contra el 1980), pp. 5-7. antiamericanismo?..., op. cit., pp. 153-185. 17 RODRÍGUEZ JIMÉNEZ, Francisco Javier, ¿Antídoto contra 29 A brief History of Department of State involvement in Interna- el antiamericanismo? American Studies en España, 1945-69, tional Exchange, (d. s. f.), Special Collections, University of Valencia, PUV, 2010, p. 247. Arkansas Libraries, Archivo del Bureau of Educational and 18 Annual Assesment Report for Spain for 1965, 27-XII-1965, Cultural Affairs, Historical Collection (BECA). Historical NARA RG 306, Country Exhibits, 1955-67, box 29. Collection, box 2. 19 La evolución de los objetivos de la diplomacia pública 30 SPILLER, Robert, «The Fulbright Program in American norteamericana en esa época puede seguirse en DELGA- Studies Abroad: Retrospect and Prospect», en WALKER, DO, Lorenzo, «After Franco, What? La diplomacia pública Robert (ed.), American Studies abroad, Londres, Greenwood de Estados Unidos y la preparación de post-franquismo», Press, 1975, pp. 3-9.

68 Historia del presente, 17 2011/1 2ª época, pp. 55-70 issn: 1579-8135 EXPEDIENTE ¿ p romoción y difusión de los 31 ACFE. Annual Program Proposal, 12-VI-1965, AGA, caja posals and Annual Reports, 1967-1977. Dichos informes en 54/10519. las cajas AGA, 54/10519; AGA, 54/10568; AGA, 54/10570. 32 JOHNSON, Walter, American Studies Abroad..., doc. cit., pp. 44 En las actas de la CFE se señala reiteradamente el «com- 33-47 y Comment on American Studies Abroad-The Search for promiso» de las autoridades educativas españolas para dar New Roads..., doc. cit., pp, 56-63. más cabida a los American Studies, vid. ACFE , Annual Program 33 Acta de la primera reunión del Programa de Cooperación Cultu- Proposals and Annual Reports, 1967-1975. ral entre España y los Estados Unidos, 1973, (ACFE), caja n.º 32. 45 ACFE. Annual Report, 01-IX-1971, AGA, caja 54/10570. 34 Después de viajar por varios países europeos, y de impul- 46 «Meeting of American Lecturers», en ACFE . Annual Program sar el Salzburg Seminar en 1947 F. O. Matthiessen recogió Proposals and Annual Reports, 1967-1975. sus sensaciones y experiencias en el libro From the Heart of 47 ACFE. Annual Report, 15-X-1972, AGA, caja 54/10570. a merican s tudies en e spaña 1969-75 Europe, NuevaYork, Oxford University Press, 1948. 48 ACFE. Annual Report, 15-X-1973, AGA, caja 54/10570. 35 Salzburg and Understanding y American Studies Project for 49 ACFE. Annual Program Planning, 15-X-1975, AGA, caja Foreign Scholars, 01-IX-1955, NARA, RG 59, BPA, Corre- 54/10570. Las cursivas de la cita son nuestras. spondence, Memorandums, 1954-55. box 1. 50 Conversation with Manuel Conejero, 15-VI-1975, Library of 36 VAUDAGNA, Maurizio, «American Studies in Italy: histori- the Congress, American Studies Association (ASA), Part I: cal legacies, public contexts and scholarly trends», Storia Administrative File, 1946-2003, box I: 101. della Storiografia, 51 (2007), pp.17-63; SCOTT-SMITH, Giles, 51 Minutes of the Meeting of the American Lecturers, 07-III-1974, «The Ties that Bind: Dutch-American Relations, US Public ACFE, caja n.º 7. En este mismo sentido, resulta muy signi- Diplomacy and the Promotion of American Studies since ficativo el testimonio de ASQUINO, Mark, »Urbano, Natty the Second World War», The Hague Journal of Diplomacy, nº Bumpo and Me», en AVAREZ, Esther, GARCÍA, Aurora y UR- 2 (2007), pp. 283-305. DIALES, Martín (eds.), En Clave Frontera. Homenaje al profesor 37 Conviene recordar, asimismo, que Skard fue un convenci- Urbano Viñuela Angulo, Oviedo, Servicio de Publicaciones de do atlantista que escapó de los agentes nazis que lo per- la Universidad de Oviedo, 2007, pp. 29-33, en el que cuenta seguían en Noruega, por lo que presenta una imagen un su experiencia como profesor de Literatura Estadounidense tanto interesada del asunto, vid. SKARD, Sigmund, American en la U. de Oviedo en el convulso otoño de 1975. studies in Europe: their history and present organization, Phila- 52 ACFE. Annual Report, 15-X-1974, AGA, caja 54/10570. Javier delphia, University of Pennsylvania Press, 1958. Coy, junto a Cándido Pérez Gállego, Antonio Garnica y al- 38 HORWITZ, Richard (ed.), «The Politics of International guno más, se convirtieron en los «americanistas nativos» American Studies», en el libro editado por dicho autor: que los Cultural Affair Officers querían apoyar. Javier Coy Exporting America: Essays on American Studies Abroad, Nueva fue el que alcanzó más prestigio internacional, vid. Library York, Garland Pub, 1993, p. 399. of the Congress. ASA, Part I: Administrative File, 1946-2003, 39 Según cifras de las Comisión Fulbright-España, fueron 16 box I: 2 y Actas de la Junta de Facultad de Filosofía y Letras de los estudiantes españoles que participaron en el periodo Salamanca, 26-VI-1974, Archivo Universidad de Salamanca. 1976-1977. Lo que sumado a los 75 que lo hicieron hasta 53 JOHNSON, Walter, American Studies Abroad..., doc. cit., p. 55; 1975, arroja un total de 81. SKARD, Sigmund, American studies in Europe..., op. cit., p. 653. 40 Salzburg Seminar in American Studies, 31-X-1978, NARA, RG 54 Minutes of the Meeting of the American Lecturers..., doc. cit. 288, National Endowment for Humanities. Office of the 55 Las quejas por la falta de libros y material docente se repi- Chairman, 1965-79, box 1. ten, en términos muy parecidos y de manera constante, ya 41 STEPHAN, Alexander, «A special German case of cultural desde 1957 y hasta 1975, vid. Books for the use of U.S Pro- Americanisation», en el libro editado por ese mismo autor fessor-Lecturer Grantees, 05-IX-1957, NARA. RG 59.511.52, The Americanisation of Europe: culture, diplomacy, and anti- box 2157 y American grantee report, 24-XII-1975, AGA, caja Americanism after 1945, Nueva York, Berghahn Books, 2006, 54/10639. pp.69-87; WAGNLEITNER, Reinhold, Coca-Colonization and 56 DELGADO, Lorenzo, «Viento de Poniente»..., op. cit. y del the Cold War: the Cultural Mission of the United States in Aus- mismo autor «Cooperación cultural y científica en clave tria After the Second World War, Chapel Hill & Londres, Uni- política. Crear un clima de opinión favorable para las ba- versity of North Carolina Press, 1994; ELLWOOD, David, ses USA en España», en DELGADO, Lorenzo y ELIZALDE, «Containing modernity, domesticating American in Italy», María Dolores (eds.), España y Estados Unidos en el siglo XX. en The Americanisation of Europe..., op. cit., pp. 252-276. Es- Madrid, Biblioteca de Historia. CSIC, 2005. pp. 207-243. paña no ocupó durante el franquismo posición prioritaria 57 Hubo que esperar hasta la década de los noventa para que dentro de los rankings, Resource Area Groups (RAG) que se crease la primera cátedra de American Studies en la uni- realizaba el Departamento de Estado, vid. The United States versidad española. Y no se hizo, siguiendo las directrices de Communicates with the World..., doc. cit., pp. 241 y ss. los CAO, como campo de estudios interdisciplinarios, sino 42 Salzburg and Understanding..., doc. cit., p. 12. que se limitó a la Literatura estadounidense. Se instauró en 43 Entre los exbecarios en Salzburgo se cuentan, por ejemplo, la Universidad de Valencia. José María Morenilla Rodríguez, magistrado del Tribunal 58 PUIG, Nuria y ÁLVARO, Adoración, «Estados Unidos y la Supremo; Antonio Blanch Xiró, director de la Universidad modernización de los empresarios españoles, 1950-75: un Pontificia de Comillas; Alfonso Carbajo Isla, consejero jefe estudio preliminar», Historia del Presente, n.º 1 (2002), pp. de la Oficina Comercial de España en Japón; Miguel Benzo 8-29. Perea, embajador de España, vid. ACFE. Annual Program Pro-

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ENTRE EL GÉNERO Y LOS RITOS. ENTREVISTA CON GIULIANA DI FEBO

Enrique Moradiellos Universidad de Extremadura

dos grandes áreas de estudio recurrentes y, a veces, conexas: el campo de las relaciones de gé- nero, con particular énfasis en el protagonismo de las mujeres españolas durante la República, la guerra civil y la dictadura franquista; y el ámbito de las relaciones entre religión y política en los años de la contienda bélica y el franquismo, con especial atención a la politización de la religión, que incluía un elaborado programa como fór- mula de legitimación fundada en la utilización de liturgias, cultos y ritos. A la primera de esas áreas corresponde uno de sus primeros libros publi- cados en España, que figura entre los pioneros en roturar la materia: Resistencia y movimiento de mujeres en España, 1936-1976 (Barcelona, Ica- Aunque nacida en la ciudad de Pescara, en la ria, 1979; edición italiana de 1980). A la segunda región de los Abruzos, en plena costa adriática, pertenecen dos libros canónicos para el asunto: Giuliana Di Febo vive en Roma desde hace mu- La santa de la Raza. Un culto barroco en la Es- chos años muy cerca del Coliseo y de las ruinas paña franquista (Barcelona, Icaria, 1988; edición de los Foros romanos. Catedrática de Historia italiana del mismo año); y Ritos de guerra y de Contemporánea, enseña Historia de España en victoria en la España franquista (Bilbao, Desclée la Facultad de Letras y Filosofía de la Università de Brouwer, 2002; en proceso de reedición am- Roma Tre y lleva mucho tiempo trabajando y pu- pliada). Su infatigable labor de puente y vínculo blicando sobre la historia española (básicamente entre la historiografía contemporaneísta italiana el siglo XX). En esa calidad es autora de apor- y la española se revela en sus múltiples publica- taciones fundamentales que revelan su amplia ciones en revistas hispanas (Dialnet recoge un formación cultural (es una melómana que toca mínimo de 15 artículos escritos en español des- el piano y canta en un coro), su originalidad de de 1976) y también en varios libros escritos en perspectivas temáticas comparativas y la fecun- colaboración con colegas españoles muy afines da interacción con métodos de análisis proce- a su sensibilidad. A este respecto, son especial- dentes de la Antropología Cultural, los Estudios mente relevantes tres trabajos relativamente Literarios y la Sociología de las Religiones. Entre recientes: dos estudios comparativos sobre las su producción científica cabe apreciar, al menos, dictaduras italiana y española (uno coordinado

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conjuntamente por Javier Tusell, Emilio Gentile proporcionado una sensibilidad particular hacia y Giuliana Di Febo, Fascismo y Franquismo. Cara a algunos temas) hasta la historia. cara. Una perspectiva histórica, Madrid, Biblioteca P:. Y en ese proceso de transición, ¿Qué influencias Nueva, 2004; el otro editado por Giuliana Di teóricas y metodológicas afectaron a su formación y enrique Moradiellos Febo y Carme Molinero, Nou Estat, nova políti- a sus trabajos históricos? ca, nou ordre social. Feixisme i franquisme en una R: Mi elección de la historia fue resultado perspectiva comparada, Barcelona, Fundació Pi de muchos factores (experiencias personales y i Sunyer-CEFID, 2005); y una síntesis histórica culturales, lecturas e intercambios) que es difícil de la evolución del régimen dictatorial español reconstruir de forma completa y lineal. Pero in- (firmado por Giuliana Di Febo y Santos Juliá, El tentaré señalar las etapas más significativas. Por franquismo, Barcelona, Paidós, 2005; también pu- ejemplo, creo que haber estudiado la época ba- blicado en italiano). rroca, con su rico universo simbólico, me resul- P: Profesora Di Febo, ante todo muchas gracias tó muy útil para mis trabajos posteriores sobre por haber aceptado la invitación para hacer esta las formas barrocas de religiosidad en la España entrevista. ¿Podría contarnos dónde realizó sus franquista. Al margen de esto, una etapa funda- estudios y cómo llegó a interesarse por la historia mental fue el encuentro con la «nueva historia» española? promovida por la revista Annales que, entre R:. Hice mis estudios en mi ciudad natal, Pescara, otras cosas, abrió caminos a la incorporación a y me licencié en Lengua y Literatura extranjeras la historia política de conceptos como menta- en la Università G. D’Annunzio Chieti-Pescara lidad, imaginario, representación. Me fascinaban con una tesis sobre un poeta barroco español. las investigaciones de Jacques Le Goff, André En aquellos años universitarios tuve como pro- Vauchez, Jean-Michel Sallman y otros historia- fesor de literatura española al hispanista Vitto- dores, orientadas a la redefinición de los santos rio Bodini, gran estudioso del Barroco además como figuras históricas y consiguientemente la de experto en el surrealismo y en la poesía de posibilidad de reconstruir la interrelación entre Federico García Lorca. Empecé a interesarme modelos de santidad, cultos e instituciones. Todo por la guerra civil española a raíz de mi cono- este conjunto de innovaciones historiográficas, cimiento y percepción del asesinato de ese gran que incluían la apertura a otras disciplinas, me poeta granadino. Si no recuerdo mal, el primer fue ofreciendo un esquema interpretativo que libro que leí sobre el conflicto español fue el de utilicé en los estudios posteriores. Hugh Thomas, publicado en Italia por Einaudi. Un texto que me impresionó por la reconstrucción P:. ¿Cuándo visitó España por primera vez y qué de la tensión religiosa que había caracterizado impresión le causó? Imagino que viniendo de una la historia de España fue La realidad histórica de Italia democrática y respetuosa de las libertades España, de Américo Castro, que luego tuve muy civiles y los derechos humanos, el contraste con la presente en el capítulo sobre el Apóstol Santiago situación española debió ser muy intenso y duradero. en mi obra La Santa de la Raza. Esas lecturas, jun- R: Mi primer viaje a España fue en 1963 como to con las de las poesías de García Lorca, Miguel estudiante para profundizar en el conocimiento Hernández, Rafael Alberti y Antonio Machado, del idioma y, al mismo tiempo, movida por el fueron despertando en mí el interés por la his- interés de visitar algunas ciudades, en particular toria de España, en particular el periodo de la Madrid. Por supuesto, la diferencia con Italia Segunda República, la guerra civil y el franquismo. desde el punto de vista político era patente, Así que puede decirse que mi itinerario acadé- aunque ya se advertían en el país inquietudes mico fue experimentando una transición gradual críticas y formas de oposición al régimen. En desde los estudios literarios (que tal vez me han aquel año Luis García Berlanga filmaba El Verdu-

72 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 71-77 issn: 1579-8135 EGOHISTORIA Entre el género y los ritos. Entrevista con giuliana de Febo go y se fundaba Cuadernos para el Diálogo; y un dió con la transición a la democracia, que hizo año antes se había publicado el primer núme- posible que las mujeres empezaran a relatar (en ro de la nueva época de la revista Triunfo. De asambleas y jornadas) y a publicar sus experien- aquella visita recuerdo un hecho que revelaba cias, al mismo tiempo que se iba desarrollando el contraste entre la incipiente modernización una consistente producción (memorias, biogra- y la conservación de costumbres anacrónicas: fías, ensayos, textos de historia) sobre la Segun- la figura del «sereno», el vigilante nocturno da República, la Guerra Civil y el franquismo. En al que tenía que llamar de noche batiendo las ese contexto me pareció importante ampliar el palmas para que me abriera el portal de la pen- análisis a la discriminación de género muy visi- sión en la que me alojaba. Después de aquella ble en la legislación, al igual que a las diversas primera estancia seguí visitando España sobre formas de disidencia y movilización femeninas. todo durante los primeros años setenta. Me Para abordar un caso emblemático de esa re- encontré con un clima de intensa movilización presión y resistencia decidí concentrarme en y de efervescencia cultural que evidenciaba el la experiencia de la cárcel de Ventas de Madrid. desfase entre una sociedad muy dinámica y unas Recuerdo que hubo mucha colaboración por instituciones dictatoriales inmovilistas. Al igual parte de mujeres como Manolita del Arco (que que otros hispanistas, estaba muy interesada en estuvo recluida casi veinte años en las cárceles la marcha de ese proceso y, por supuesto, nos franquistas), Tomasa Cuevas, Josefa Amalia Villa, solidarizábamos con las numerosas iniciativas María Salvo y otras presas y mujeres de presos. de apoyo que se organizaban en Italia. En esa Ellas habían conservado relatos escritos acerca época yo estaba convencida de que el régimen de sus vivencias personales y de otras compa- de Franco tenía los días contados y que España ñeras, incluso habían guardado folletos, poemas se convertiría en una democracia muy pronto. e informaciones sobre la represión y las formas P: Abordemos ahora sus primeras publicaciones de protesta. Realicé una serie de entrevistas que relativas a la historia de las mujeres españolas, me permitieron sacar del anonimato la expe- sobre todo en la época de la guerra civil y el fran- riencia de las «vencidas» y recordar a la propia quismo. ¿Cómo surgió la idea de trabajar en aquella historiografía que las mujeres habían tenido un temática tan novedosa por entonces? papel fundamental en la resistencia antifranquis- R: Hay que tener en cuenta que en Italia, en ta. Desde luego, hoy hubiera enriquecido mi tra- los años setenta, el movimiento feminista es- bajo con documentos de archivos que entonces taba muy desarrollado y había generado una era imposible consultar. Para aquella época lo consistente producción teórica y cultural que que se imponía era recoger los testimonios de dedicaba una particular atención a la relación aquellas mujeres teniendo en cuenta su enlace de las mujeres con la política y, por consiguien- con el compromiso político, lo cual determi- te, al protagonismo femenino hasta entonces naba una circularidad entre relato, recuerdos y silenciado. En esta línea habían aparecido libros representación identitaria. sobre la participación de las mujeres en la resis- P: ¿Qué relación estableció con otras historiado- tencia contra el fascismo, muchos de los cuales ras coetáneas españolas que entonces emprendían estaban basados en testimonios y en relatos la misma línea de investigación? autobiográficos. Fue entonces cuando empecé a R: En mi opinión, un acontecimiento crucial interrogarme sobre lo que había pasado en Es- en la toma de conciencia de sus derechos por paña y fui descubriendo que la participación fe- parte de las mujeres, acompañada de una inte- menina en la lucha antifranquista había sido muy resante elaboración cultural y política, fueron significativa y había abarcado distintos planos. La «Les Jornades Catalanes de la Dona», celebra- elaboración de mi libro sobre ese tema coinci- das en la Universidad de Barcelona en mayo del

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año 1976, a los pocos meses de la muerte de idea de abordar el uso por parte del franquis- Franco. Para entonces, estaba conformándose mo de la figura de Teresa de Ávila y su culto en España una nueva historiografía sobre el pa- barroco fue estimulada por la innovadora bio- pel de las mujeres en la historia, tanto reciente grafía escrita por la hispanista Rosa Rossi, Teresa

enrique Moradiellos como lejana. En aquellos años Mary Nash publi- d’Avila. Biografia di una scrittrice (Roma, Editori caba Mujeres Libres sobre el protagonismo de Riuniti, 1983; traducción española publicada en las mujeres anarquistas en el conflicto; también Barcelona por Icaria en 1993). En ese libro la apareció el libro de Rosa M. Capel sobre el voto autora analiza la experiencia monacal e interior femenino durante la República y se comenzaban de Teresa de Jesús desde una óptica histórica a publicar las obras de las escritoras exiliadas. y, además, reconstruye su vivencia de mujer y Durante mis sucesivas estancias en España para «conversa» destacando su actuación disconfor- participar en jornadas y encuentros tomé con- me, como fundadora y reformadora, respecto tacto con investigadoras españolas que estaban a la marginación hacia los «cristianos nuevos» trabajando sobre temas de género. En particular establecida por El Estatuto de limpieza de sangre recuerdo las interesantes y concurridas Jorna- de 1547. Para esa labor de investigación pude das de Investigación Interdisciplinaria organiza- contar con los préstamos de material y las das anualmente por el Seminario de Estudios fundamentales investigaciones del historiador de la Mujer de la Universidad Autónoma de modernista y teresianista Teófanes Egido y de Madrid, cuyas actas ha publicado ese centro a otros estudiosos carmelitas que en los años se- partir de 1981. Las Jornadas se caracterizaron tenta habían desarrollado un exhaustivo trabajo por un coloquio muy rico sobre problemas teó- de revisión historiográfica de la figura y la obra ricos y metodológicos, dedicando una específica de Teresa de Jesús. Así mismo, tuve provechosas atención a las fuentes y a las nuevas líneas de conversaciones con el teólogo Alfonso Álvarez investigación. Allí conocí a prestigiosas historia- Bolado. Su completa recopilación de los bole- doras cuyos trabajos constituyeron una fuente tines episcopales publicados durante la guerra de reflexión para mis sucesivos estudios sobre civil se reveló una fuente muy importante para la mujer. Pienso en María Ángeles Durán, María analizar la relación entre política y religión en Victoria López Cordón, Mary Nash, Gloria Niel- la época. Las visitas a la biblioteca del Teresia- fa y las ya fallecidas y añoradas Carmen García num en Roma, a los archivos de Alba de Tormes Nieto y Marta Bizcarrondo. y Salamanca, y la consulta de revistas y libros P: Llegamos ahora a su gran obra sobre «la San- conservados en la biblioteca y archivo de la ta de la Raza», la revitalización del culto a Santa Abadía de Montserrat (que visité gracias a la Teresa como «modelo ejemplar de las mujeres» amabilidad del historiador Hilari Raguer), me españolas bajo el franquismo. Particularmente, resultaron útiles para estudiar no sólo el mode- debo confesar que es un libro que me sorprendió lo de santidad más propagado en el franquismo y me gustó mucho cuando lo leí en su momento, al sino también las complejas vinculaciones entre poco de publicarse en español, por el aire fresco ideología, instituciones y aparatos simbólicos y que denotaba en su concepción historiográfica y en devocionales. su apertura a métodos y estilos antropológicos de P: Por lo que dice, sus contactos con historiadores análisis de la temática. ¿Cuál fue el proceso que le españoles han sido siempre muy fructíferos. ¿Puede hizo llegar a abordar este asunto como objeto de recordar los más significativos además de los ya investigación? citados? R: Mi interés por temas religiosos surgió bá- R: He tenido muy buenas relaciones profesio- sicamente a partir del encuentro con la «nueva nales y de amistad con investigadores españoles historia» que ya he mencionado. Sin embargo, la que trabajaban en temas similares a los míos. En

74 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 71-77 issn: 1579-8135 EGOHISTORIA primer lugar, quisiera recordar a Antonio Calero, sia y el exterminio de los judíos (Bilbao, Desclée de Entre el género y los ritos. Entrevista con giuliana de Febo lamentablemente desaparecido hace ya muchos Brouwer, 2004). Mi colaboración con ellos sur- años, al que debo su precioso prólogo a La San- gió a raíz de una investigación en clave compara- ta de la Raza. Lo encontré por primera vez en tiva entre fascismo y franquismo que iniciamos Salamanca en 1986, en el congreso «Historia hace más de diez años atrás y que en España y memoria de la Guerra Civil». Santos Juliá ha tuvo como referente a Javier Tusell, que fue el sido un punto de referencia por sus completos primero en establecer parámetros comparati- trabajos sobre el siglo XX español. Nuestra co- vos entre el régimen de Mussolini y la dictadura laboración para redactar el libro sobre la histo- de Franco. En las jornadas que organizamos en ria del franquismo fue motivo para profundizar Roma y en Madrid también participaron otros en el conocimiento de la dictadura. Igualmente historiadores del Departamento de Historia debo mencionar a José Álvarez Junco, que apar- Contemporánea de la UNED (Juan Avilés, Rosa te de gran historiador ha sido también un ópti- Pardo, Susana Sueiro, José María Marín y Alicia mo organizador y animador de coloquios entre Alted, a quien ya conocía por su trabajo de estudiosos españoles y extranjeros desde su recuperación de la cultura del exilio). La prema- cargo de director del Centro de Estudios Políti- tura muerte del profesor Tusell en el año 2005 cos y Constitucionales. A Fernando García Sanz, nos privó de un amigo y de un gran historiador. experto en la historia de las relaciones entre Le hemos dedicado el volumen Fascismo e Fran- Italia y España durante la época contemporánea, chismo, coordinado por Moro y yo misma, que lo conocí en Roma a finales de los años ochenta recoge los trabajos presentados en las jornadas y ha representado un importante enlace con el celebradas en la Universidad de Roma Tre. Con CSIC. Y aunque no puedo mencionarlos a todos, Renato Moro hemos seguido profundizando en quiero decir que he mantenido intercambios aspectos relacionados con la Iglesia desde la con muchos otros historiadores e historiadoras. perspectiva comparada. En esta línea de investi- P: En los últimos años ha desarrollado una gación hemos seguido colaborando con Carme serie de trabajos sobre el comparativismo entre Molinero, Pere Ysás y otros colegas de la Uni- fascismo italiano y franquismo español que dejan versidad Autónoma de Barcelona. Y sobre esto ver su vinculación con los profesores Emilio Gentile quisiera añadir que el análisis comparativo cons- y Renato Moro. ¿Puede decirnos algo sobre esta tituye un laboratorio muy interesante, porque dimensión de sus estudios? permite cotejar distintas perspectivas teóricas R: Emilio Gentile, de la Universidad de Roma– y conceptuales presentes en la historiografía de La Sapienza, es una autoridad sobre el fascismo los dos países. Al respecto destacaría los con- italiano. Su libro Il culto del littorio, publicado en siderables avances de la historiografía española italiano en 1993 y traducido a los principales sobre el franquismo, que además ha logrado idiomas (incluido el español: El culto del littorio. evitar el peligro de ideologización como res- La sacralización de la política en la Italia fascista, puesta a la utilización de la historia en clave de Buenos Aires, Siglo XXI, 2007), es considerado adoctrinamiento hecha por el Régimen. un hito en los estudios sobre la «religión polí- P: Su libro más reciente sobre los ritos de guerra tica». Por su parte, Renato Moro, de la Univer- y de victoria en la España franquista es una mues- sidad Roma Tre, es un gran experto en temas tra más del gusto por la historia política y cultural vinculados a la historia del catolicismo italiano como ámbito preferente para penetrar en el estu- en la época contemporánea y la relación de la dio y comprensión del franquismo como fenómeno jerarquía católica con el régimen de Mussolini. histórico. Y me da la impresión que con él acentúa En español, por ejemplo, ya está traducida su algo que ya era patente en sus primeros trabajos: monografía sobre el Vaticano y la Shoah: La Igle- la negativa a considerar la dictadura como un caso

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de fascismo español similar, mutatis mutandis, al por Emilio Gentile a las tentativas de la Falange modelo italiano mussoliniano, en particular en lo para dominar y hegemonizar la configuración de la que concierne a la figura del Jefe carismático. De dictadura franquista en sus primeros años («El mo- hecho, el espléndido estudio monográfico sobre la delo beligerante del nacionalcatolicismo franquista»,

enrique Moradiellos extraña relación de Franco y la reliquia de la mano en C. Boy, ed., Religión y política en la España con- de Santa Teresa no deja lugar a dudas sobre la temporánea, Madrid, Centro de Estudios Políticos fuente confesional y devocional «del carisma del y Constitucionales, 2007, pp. 57-79). Si no me Caudillo» y su diferencia radical de la secularizada equivoco en mi apreciación, su postura es que tal raíz carismática del Duce. opción era casi imposible en virtud del peso de la R: En efecto, soy de la opinión, compartida por Iglesia en el régimen y de la fortaleza de la opción otros historiadores, de que el franquismo no nacionalcatólica como referente cultural, ideológico fue una especie de régimen fascista y totalitario y pedagógico. ¿Qué me puede decir de todo esto? al estilo del mussoliniano. Tuvo su ingrediente R: Aunque en parte ya he adelantado mi opi- fascista, pero controlado por su componente nión sobre este tema, si tuviera que sintetizar militar originario (la dictadura surgió como re- mi percepción de modo escueto diría que en sultado de un golpe militar sólo parcialmente España no hubo ni pudo haber una «religión triunfante) y muy limitado en su desarrollo por política» en el sentido que este concepto tiene el nacionalcatolicismo que se impuso con la asi- en Emilio Gentile. Como he tratado de resaltar milación de la guerra a la categoría de «cruzada» en ese ensayo citado y en otros trabajos, lo que por parte de la jerarquía eclesiástica. De hecho, hubo fue un modelo de relación entre política y la legitimación del régimen y la captación del religión que definió en gran medida el carácter consenso de las masas se realizaron también del régimen franquista y en el que confluyen, a través de liturgias y ceremonias caracteriza- readaptados, herencias carlistas y el ideario de das por un uso político de la religión y de los Ménendez Pelayo respecto a la identificación aparatos sacrales. Las modalidades, la esceno- entre nación y catolicismo. La creación en Espa- grafía y la dimensión temporal de los ritos, con ña de una «religión política» fue una aspiración su capacidad de movilización, tienen su origen por parte de Falange, a tono con el modelo en la época de la Contrarreforma. Al respecto italiano y la voluntad de control estatal de to- me han resultado muy provechosas las valiosas das las esferas de la vida social. Pero la opción aportaciones de la profesora Maria Antonietta nacionalcatólica de hecho anulaba la posibilidad Visceglia, historiadora modernista italiana (tam- de un contexto secularizado, condición impres- bién traducida en España). Asimismo los traba- cindible (según Gentile) para la afirmación de jos de George L. Mosse sobre la nacionalización una dimensión religiosa de la política «distinta y de las masas y los de Emilio Gentile sobre la autónoma» respecto a las religiones tradiciona- «religión política» fascista, me ayudaron a ex- les y destinada a movilizar las masas en apoyo plicitar ulteriormente las diferencias entre las a un proyecto totalitario. La hegemonía de la dos dictaduras precisamente en el terreno de Iglesia en muchos campos, y precisamente en la los ritos y de la simbología. A título de ejemplo, gestión de los ritos, frenaba el riesgo de incurrir ese aspecto que usted menciona de la relación en lo que el Vaticano consideraba «estadolatría entre Franco y la reliquia de Santa Teresa habría pagana». Por otro lado, en el caso español, las sido inconcebible en dos modernas dictaduras circunstancias de la guerra civil determinaron totalitarias como fueron la italiana y la alemana. que la Iglesia y la Falange buscaran «compati- P: Una de sus últimas intervenciones en el debate bilidades» fundadas en una combinación de historiográfico español ha tenido como eje la aplica- limitaciones y reconocimientos recíprocos bajo bilidad del concepto de «religión política» acuñado el arbitraje de Franco, definido por el cardenal

76 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 71-77 issn: 1579-8135 EGOHISTORIA primado Gomá como «el hombre justo». Y fue Entre el género y los ritos. Entrevista con giuliana de Febo Gomá en particular el que llevó adelante esa política pragmática, que estaba destinada a «cristianizar» –o más bien «domesticar») a la Falange, frenando las eventuales desviaciones totalitarias o «tendencias laicizantes», por ejem- plo interviniendo directamente en la elabora- ción del Fuero del Trabajo. De hecho, en esos años ya se había puesto en marcha el proyecto nacionalcatólico que configuraría el «Nuevo Es- tado» y que haría imposible la opción totalitaria en clave panestatista y con un partido único omnipresente. Mil gracias, profesora Di Febo, por su amabi- lidad al responder a estas Preguntas con tanta franqueza y detalle como paciencia y amabilidad.

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ECOS PARTISANOS. LA MEMORIA DE LA RESISTENCIA COMO MEMORIA CONFLICTIVA

Jorge Marco Universidad Complutense de Madrid

El politólogo Stathis Kalyvas, especialista en so en favor de la amnesia. De algún modo, más los procesos de violencia política, sugería en un allá de los matices, ésta fue la opción adoptada artículo que las sociedades contemporáneas por la clase política dirigente y la mayor parte pueden afrontar su pasado traumático de cua- de la sociedad española durante la Transición y tro maneras diferentes.1 El primer régimen de las décadas posteriores. El problema radica en memoria colectiva sería el de la exclusión, es que los consensos de silencio en torno a he- decir, cuando un grupo social, un partido o un chos traumáticos, antes o después, terminan Estado imponen su propia visión del pasado. Las por dinamitarse. La reparación de las víctimas memorias de exclusión son características de y la defensa de los Derechos Humanos, junto los vencedores, recordando aquel viejo dicho a la necesidad de juzgar a los perpetradores de que la historia siempre la escriben éstos. Así con el objeto de establecer una jurisprudencia sucedió a la largo de la Dictadura en España. universal que dificulte la repetición de hechos Ahora bien, en ocasiones, los perdedores de análogos, chocan frontalmente con este régi- antaño pueden ser los vencedores del presen- men de memoria basado en la impunidad y el te o del futuro, y la tentación de construir una desamparo de las víctimas. nueva memoria de exclusión a la inversa resulta El tercer régimen de memoria es el de la poderosa. Acontecimientos extremos como el inclusión, o, lo que es lo mismo, aquel que se Holocausto pueden hacernos pensar que este sustenta sobre un consenso artificial a partir régimen de memoria es conveniente y necesario, de una reconstrucción selectiva del pasado. Los pero en realidad genera más problemas de los casos de Francia e Italia en torno a la Segunda que resuelve. La memoria de exclusión se basa Guerra Mundial formarían parte de este mo- en unas versiones distorsionadas y simplificadas delo, utilizando la memoria de la Resistencia de los hechos, promoviendo falsos consensos –exagerada en su dimensión–, para minimizar la impuestos frente al debate, la reflexión y la con- colaboración y adhesión de amplias capas socia- troversia necesarios dentro de las sociedades les al fascismo. democráticas. El cuarto y último régimen de memoria sería El segundo régimen de memoria es el silencio, el conflictivo. Éste se produce cuando los histo- es decir, aquel por el cual los protagonistas del riadores y/o los movimientos por la memoria conflicto, o sus herederos, adoptan un consen- (cuando no derivan hacia la exclusión) desafían

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 79-91 issn: 1579-8135 79 EL PASADO DEL PRESENTE

la historia dominante. Entonces se rompen los simbólica de la Resistencia. En los años sesenta, tabúes, aparecen las memorias múltiples y los en cambio, se produjo una transformación sus- debates se tornan enconados y polémicos. El tancial. A cierta distancia de los acontecimientos, orge Marco J orge pasado se vuelve turbulento, problemático. En comenzó un proceso de apropiación, banaliza- ese momento es común que surjan voces que ción y manipulación dirigido por las autorida- clamen por el fin de los debates, que acusen a des del Estado y los medios de comunicación. la memoria conflictiva de abrir viejas heridas y Como señaló Gobetti, la conmemoración del 25 poner en peligro viejos consensos. La memoria de abril se convirtió en una fiesta patriótica y conflictiva tiene un claro componente desesta- nacionalista, la Festa della Liberazione, sin agre- bilizador, pero como señala Kalyvas, es «la única gar el componente antifascista a la identidad opción en las democracias consolidadas para nacional, sino todo lo contrario, desterrándola.4 enfrentarse a un pasado conflictivo». De este Del mismo modo, la sombra del fascismo y la modo, surgen las interpretaciones más nove- complicidad de la sociedad italiana quedaba di- dosas y rigurosas del pasado, al mismo tiempo luida bajo el mito de una Resistencia, cuya orga- que se liberan los traumas hasta el momento nización no comenzó realmente hasta finales de soterrados. 1943, en paralelo el desembarco de las tropas Los fenómenos violentos y las guerras civiles, norteamericanas. por su carácter personal y traumático, devienen Cuatro décadas más tarde, la fiesta del 25 un frecuente campo de batalla por la memoria de abril ha vuelto a sufrir una profunda trans- en las sociedades contemporáneas.2 La memo- formación, convirtiéndose en una efeméride ria colectiva en estos términos se convierte en controvertida. En el año 2002, en la ciudad de un instrumento de combate, un arma política Trieste se organizaron dos celebraciones por e ideológica interesada más en la búsqueda de separado. La primera tuvo lugar en la Risiera di una fuente de legitimidad, de conmemoración o San Babba, donde desde hacía décadas los su- reforzamiento de una identidad, que en el co- pervivientes de la Resistencia se reunían para nocimiento del pasado.3 Su instrumentalización rendir homenaje a los partisanos y las víctimas depende de las necesidades de los agentes en del campo de concentración. A poca distancia, el su presente histórico, por lo que su modulación Fronte Nazionale Sociale organizó un acto pa- a lo largo del tiempo es una constante. Acon- ralelo en Bassovizza, lugar donde los partisanos tecimientos como la Guerra Civil española, la yugoslavos, al ocupar Trieste en 1945, tiraron Primera y la Segunda Guerra Mundial o el Ho- los cadáveres de cientos de italianos. Las auto- locausto centran en gran medida el conflicto ridades locales acudieron a las dos ceremonias, traumático de la memoria europea del siglo XX siendo abucheados en la primera y rindiendo y comienzos del siglo XXI. Entre ellos, el fenó- homenaje «a los caídos en todas las guerras» meno de la Resistencia en Europa cuenta con en la segunda.5 En los últimos años, con el auge una posición relevante. de la derecha y las formaciones neofascistas en Italia, se mantiene el conflicto de memorias e Memorias partisanas en Francia e Italia identidades en torno al 25 de abril y el significa- do de la Resistencia.6 El 25 de abril de 1945 el Comité de Libera- La evolución de la memoria del maquisard en ción Nacional proclamó la insurrección general Francia muestra importantes diferencias res- contra la «opresión» y el «saqueo» nazi-fascista, pecto al caso italiano. La Resistencia en Francia, el último y definitivo golpe de los partisanos en aunque con un predominio de izquierdas, contó Italia. Durante años, la izquierda conmemoró con unas heterogéneas bases sociales, desde los la efeméride, convirtiéndose en la fecha más militantes comunistas hasta los conservadores

80 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 79-91 issn: 1579-8135 EL PASADO DEL PRESENTE y católicos gaullistas, pasando por republicanos, quêt antes de ser fusilado. Como en su mo- Ecos Partisanos. La memoria de la resistencia como conflictiva socialistas y liberales. Por este motivo, la pugna mento hizo Charles de Gaulle, Sarkozy empleó por el significado de la Resistencia comenzó en una táctica de apropiación, transformando al el trascurso de la Segunda Guerra Mundial y se joven comunista y antifascista en un mártir de ha mantenido a lo largo de las décadas. El PCF la Nación con todos los elementos tradiciona- se definió como el «Partido de los 75.000 fusila- les del patriotismo decimonónico.13 Diversos dos», destacando de este modo que sus militan- historiadores preocupados por el uso de las tes fueron los que combatieron desde el interior políticas de la memoria en Francia, quienes en y asumieron mayores riesgos.7 De Gaulle, por el año 2005 crearon el Comité de vigilance face su parte, siempre destacó el carácter patriótico aux usages publics de l’histoire, denunciaron la y nacionalista de la Resistencia, mientras que instrumentalización. Tampoco quedó libre de otras vertientes como la socialista trataban de críticas el PCF, quién celebró la iniciativa de lograr visibilidad entre la propaganda comunista Sarkozy. El PCF siempre utilizó los fusilamien- y gaullista.8 tos de Guy Môquet y los 27 de Châteaubriant En cualquier caso, la Resistencia se convirtió para ocultar la posición del Partido durante en uno de los elementos fundamentales de con- el Pacto Ribbentrop-Molotov entre agosto de senso en la sociedad francesa tras la Segunda 1939 y junio de 1941.14 Guerra Mundial. El espectro de Vichy y la co- La memoria de la Resistencia en Italia y Fran- laboración, más allá de las primeras purgas, fue cia ha pasado por diversas fases. Los procesos de ahuyentado bajo el mito de la Resistencia.9 La apropiación e inclusión han sido predominantes, nueva República asentó su legitimidad sobre aunque la historiografía en las últimas décadas la base de los heroicos y patriotas maquisards, ha tendido a problematizar el significado del quienes habían sacrificado su vida por la liber- movimiento partisano y sus memorias. El caso ación de Francia. Nada menos que el 85% de español, en cambio, ha recorrido un camino los primeros parlamentarios franceses de la diferente. Los cuarenta años de Dictadura y el IV República eran «resistentes», en un sentido proceso de la Transición, en gran medida, condi- amplio del término, mientras que la primera cionaron su desarrollo. Asamblea Nacional constituyente estuvo com- puesta por un 97´5%.10 Las primeras conmemo- Memoria de la Resistencia en España raciones, homenajes e, incluso, colocación de placas comenzaron en 1944, tras la liberación El movimiento guerrillero en España surgió de París.11 En ese mismo momento aparecieron en 1939, tras el final de la Guerra Civil. Miles también los primeros estudios y memorias de excombatientes republicanos, al regresar a de combatientes. La Resistencia en Francia se sus casas, fueron detenidos y enviados a cár- convirtió en la religión civil que permitió recon- celes y campos de concentración. Una nueva struir la nación, ampliar el consenso y difundir ola de represión se cernía sobre los vencidos una memoria patriótica común, reforzada de y, en este contexto, decenas de personas, a lo nuevo con la instauración de la V República y el largo de la geografía española, decidieron huir retorno de De Gaulle a la presidencia en 1958.12 al monte. Evitar la muerte, sobrevivir, fue el pri- La batalla por la memoria de la Resistencia mer impulso de aquellos hombres. Pero aquel en Francia, décadas después, ha continuado. La gesto de supervivencia con el paso del tiempo última polémica surgió tras la investidura de se transformó en un movimiento guerrillero Nicolás Sarkozy, en el año 2007, cuando pro- organizado con un objetivo común: derrocar a puso que todos los escolares franceses debían la Dictadura. La guerrilla antifraquista prolongó leer la carta de despedida del joven Guy Mo- sus actividades entre 1939 y 1952, es decir, más

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allá del marco general (1939-1945) en el que del escenario. Los poetas dejaron de cantar las se han establecido las resistencias antifascistas gestas de la Resistencia y las organizaciones en europeas. Del mismo modo, la Resistencia en el exilio silenciaron su existencia. Entre 1952 orge Marco J orge España no combatió a un invasor extranjero, y 1979 la memoria guerrillera transitó por sino a una dictadura autónoma aliada de la Ale- un desierto copado de silencios que tan sólo mania nazi y la Italia fascista en sus orígenes. Tras abrieron sus grietas a partir de los años sesenta, la derrota del Eje, la Dictadura marcó distancias cuando la Dictadura afloró los viejos discursos respecto a sus viejos aliados y se mantuvo, has- legitimadores y las memorias antifranquistas ta 1953, aislada en la esfera internacional. Los irrumpieron de nuevo en el escenario. rasgos particulares de la guerrilla antifranquista y su compleja conceptualización han conferido Legitimidades, silencios y «memoria antifranquista» a la Resistencia en España una imagen pública, (1952-1979) cuando menos, controvertida y confusa. Bandoleros, criminales, terroristas; éstos La Dictadura siempre fundamentó sus discur- fueron algunos de los epítetos empleados por sos legitimadores sobre dos acontecimientos la Dictadura para descalificar a la guerrilla anti- fundamentales: la Segunda República y la Guerra franquista. Un discurso originado en la posgue- Civil. La Resistencia, en este sentido, tan sólo rra, en plena confrontación armada, y asumido era un elemento secundario. Por ese motivo, la por amplios sectores de la sociedad española. bibliografía franquista sobre la Resistencia fue La Resistencia no contó, hasta 1943, con una muy reducida, limitándose a una producción de estructura estable de propaganda para combatir ocho libros, una novela y siete artículos, publi- el discurso de la Dictadura. A partir de ese mo- cados entre 1953 y 1977. El escaso interés de la mento la guerrilla antifranquista editó diversas Dictadura sobre la guerrilla antifranquista tam- cabeceras y pasquines. Las publicaciones gue- bién se observa en el bajo perfil de sus autores. rrilleras también se vieron reforzadas por los Mientras que los temas centrales de la «me- aparatos de propaganda de las organizaciones moria franquista» eran abordados por militares, políticas en el interior y en el exilio, destacando académicos y periodistas de renombre, los sobre el resto el PCE. Revistas como Mundo trabajos relativos a la Resistencia fueron elabo- Obrero, Nuestra Bandera o Cultura y Demo- rados en exclusiva por miembros de la Guardia cracia publicaron de forma cotidiana notas, ar- Civil. Todos eran antiguos combatientes con una tículos y reportajes sobre la «lucha heroica» de amplia experiencia en la lucha contraguerrillera. los guerrilleros en España, al mismo tiempo que Las razones de esta exclusividad eran sencillas: se lanzaban proclamas a través de las ondas de no era un tema central para la Dictadura, la Radio España Independiente.15 Las conferencias Guardia Civil era quien mejor conocía el fenó- y homenajes a los guerrilleros caídos recorrían meno, y, además, el Cuerpo estaba dispuesto a Europa, el norte de África y América Latina. El historiar «la gesta» más «gloriosa de la Guardia prestigio y mito de la Resistencia llegaron a al- Civil».17 canzar tales dimensiones que se convirtieron in- En la década de los cincuenta vieron la luz la cluso en un objeto literario. Poetas y escritores novela de Ruíz Ayúcar, el manual de contrain- en el exilio como Rafael Alberti, José Herrera surgencia de Tomás Cossias, las memorias de Perete, Juan Rejano, Jesús Izcay, José Bergamín o Cándido Gallego y el ensayo de Carlos Alonso.18 Max Aub ensalzaron en sus obras «a los héroes Los cuatro libros fueron escritos por iniciativa 16 de la Resistencia Española». personal y trataban de realzar el heroísmo de Este amplio repertorio cultural, tras la des- la Benemérita y reivindicar su «sacrificada» y movilización guerrillera en 1952, desapareció «desconocida» labor en la posguerra: la derrota

82 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 79-91 issn: 1579-8135 EL PASADO DEL PRESENTE del peligro comunista en España después de la Guardia Civil, editados por Francisco Aguado y Ecos Partisanos. La memoria de la resistencia como conflictiva Cruzada de Liberación.19 A partir de los años Ricardo de la Cierva, respectivamente.23 sesenta, en cambio, las iniciativas personales A lo largo de las décadas, el discurso de la fueron sustituidas por una campaña programada Guardia Civil recogió los elementos esenciales y planificada desde la Dirección General de la de la retórica común de la Dictadura respecto Guardia Civil. al enemigo interno derivado de la Guerra Civil: En el año 1965, el Ministerio de Información y un exacerbado odio y obsesión por el comu- Turismo creó el Gabinete de Estudios de Historia y nismo, la deshumanización del enemigo y una su Sección de Estudios sobre la Guerra de España, constante criminalización de las disidencias. A con el objeto de divulgar la historia oficial del partir de los años sesenta, además, se agregó la Régimen y contrarrestar el efecto de las pu- necesidad de contrarrestar «las previsibles» pu- blicaciones en el extranjero que desafiaban la blicaciones editadas en el extranjero. Para ello, el versión oficial de la Dictadura.20 El centro de la primer combate se dirimía en el significado de polémica era la Guerra Civil y la cuestión de la las palabras, en la definición y conceptualización Resistencia no ocupaba un lugar prioritario. En del fenómeno. «Tanto desde el punto de vista estas circunstancias, el Centro de Estudios Históri- psicológico ante la población civil, como pro- cos de la Guardia Civil asumió la misión de escribir pagandístico –ante la opinión de otros países-, la Historia sobre el «bandolerismo comunista», resulta fundamental la denominación que se dé una Historia «cuyo principal valor [...] será el al problema y a quienes son actores directos de servir de muro granítico contra falsedades del mismo»– decía Eduardo Munilla Gómez.24 y tergiversaciones que es posible asomen en el Por ese motivo el concepto de «bandolerismo campo bibliográfico –ya se presiente la avalan- comunista» se difundió en todos los estudios cha– para oscurecer y maltratar, una vez más, la elaborados por la Guardia Civil. realidad histórica española».21 Aun así, dentro de este marco común existie- Cuatro autores constituyeron el equipo ron dos interpretaciones divergentes sobre la organizado por la dirección de la Guardia Ci- naturaleza de la Resistencia, cuyas raíces se pue- vil: Francisco Aguado, director del Centro de den observar en los primeros textos publicados Estudios y del Archivo; Eduardo Munilla Gómez, en la década de los cincuenta. Algunos autores Antonio Díaz Carmona y Ángel Ruiz Ayúcar. La establecieron un estrecho vínculo entre la gue- primera decisión fue fundar la Revista de Estudios rrilla antifranquista y el bandolerismo decimo- Históricos de la Guardia Civil, donde entre 1968 y nónico.25 En su discurso subyacía la negación del 1975 se publicaron los siete artículos que asen- carácter político de la Resistencia, vinculando taron las bases del discurso en torno al «bando- su naturaleza a las características del hombre lerismo comunista».22 Antonio Díaz Carmona delincuente de la escuela del positivismo crimi- publicó en 1969 un nuevo manual de contrain- nológico. Los guerrilleros, por lo tanto, eran una surgencia, siguiendo la estela de Tomás Cossias, especie de criminales biológicos, sedientos de mientras Francisco Aguado preparaba la que se sangre, sin ningún tipo de móvil político. consideraba como la obra cumbre y definitiva Otros autores, en cambio, negaron dicha sobre la Resistencia: El maquis en España, edita- relación, resaltando el carácter novedoso del da en 1975. En esta ocasión sí contó con la cola- «bandolerismo comunista» y sus lazos con la boración de uno de los más insignes publicistas guerra revolucionaria.26 El carácter criminal de de la dictadura, Ricardo de la Cierva. El ciclo de los guerrilleros no radicaba en su naturaleza, publicaciones concluyó con el monográfico de sino en la ideología. El discurso, por un lado, Ruiz Ayúcar sobre el PCE y dos colecciones de enlazaba con las nuevas escuelas de contrain- documentos, custodiados por el archivo de la surgencia del orbe occidental, donde –en un

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contexto de Guerra Fría– el comunismo era promovieron esta política de silencio. En primer considerado una ideología criminal que fomen- lugar, en los años cincuenta se había instalado taba la subversión y el terrorismo por medio en el exilio un clima de pesadumbre y abati- orge Marco J orge de nuevos recursos y estrategias. Por otro lado, miento que no favorecía la conmemoración y recogía la retórica de la redención difundida el homenaje de la Resistencia, cubierta ahora, por la Dictadura al terminar la guerra, donde el además, bajo el signo de la derrota. Al mismo enemigo interno fue clasificado como incorregible tiempo, en el PCE se había desatado una grave (en la mayoría de los casos dirigentes y líderes crisis interna que situaba al Partido al borde de políticos) o engañado (en referencia a las masas la escisión. En este contexto se desarrolló una proletarias y campesinas). Los guerrilleros fue- persecución sistemática de los «provocadores» ron inmediatamente clasificados como incorregi- y «aventureros» que afectó a varios miembros bles, pero en la práctica se realizó una distinción de la Resistencia y que, en cierta medida, ponía entre los líderes guerrilleros (recalcitrantes) y bajo sospecha a los guerrilleros supervivien- los guerrilleros rasos (retratados como jóvenes tes.30 La nueva política de Reconciliación Na- campesinos pobres engañados por Moscú).27 cional instaurada oficialmente en 1956, con una Ambos enfoques en la década de los sesenta se renuncia expresa a los métodos violentos y la difuminaron hasta converger en una amalgama vía insurreccional, agudizaron en mayor medida confusa y contradictoria. De algún modo, las la necesidad de atenuar el valor y el significado dos perspectivas criminológicas servían a su de la Resistencia. misión: la criminalización de la Resistencia. La Historia del Partido Comunista, obra canó- La literatura militante de los años setenta nica escrita bajo la dirección de su Secretaria surgió, en gran medida, como respuesta a las General, Dolores Ibárruri, muestra con claridad últimas publicaciones llevadas a cabo por la la nueva política del Partido. Al margen de la Dictadura, dando por cerrado un ciclo de casi guerra, a la altura de 1960 la guerrilla antifran- dos décadas de silencio. La memoria de los quista había sido el proyecto de mayor enver- guerrilleros nunca desaparecerá, sugirió Rafael gadura e impacto en la historia del PCE, pero Alberti en uno de sus poemas en homenaje a a lo largo de las casi trescientas páginas de la dos guerrilleros asesinados por la Dictadura en obra tan sólo obtiene algunas escasas referen- 1948: «Más aunque su voz muera, su voz seguirá cias. Las exiguas líneas que le dedican, además, cantando a la España guerrillera».28 La realidad, aparecen camufladas en un relato donde priman en cambio, fue muy diferente. Tras la desmovili- las críticas al resto de organizaciones –CNT y zación de la Resistencia en 1952, un largo silen- PSOE particularmente–, las estrategias frente a cio cubrió la memoria de la guerrilla antifran- las diferentes coyunturas internacionales, o la quista. Entre 1952 y 1969 la literatura militante actividad de los presos, de los comités y de los se redujo a la reedición de las crónicas de Jesús cuadros dirigentes, desdibujando el carácter pri- Izcaray –publicadas con anterioridad en Mundo mordial que la lucha armada representó entre Obrero entre 1947 y 1948–, una nueva edición 1943 y 1951 para el PCE.31 del artículo de Enrique Líster, publicado origi- A pesar de las breves alusiones, los autores nalmente en 1951, y la novela de Luisa Carnés, –Manuel Azcárate, Luis Balaguer, Antonio Cor- escrita en realidad en 1948, pero publicada, por dón, Irene Falcón y José Sandoval– recogieron 29 problemas económicos, en 1956. Una muestra todos los elementos comunes del relato épico clara del desinterés de las organizaciones políti- que en el futuro se pueden observar en el resto cas en el exilio por la Resistencia después de su de la literatura militante. El PCE aparece como desmovilización. organizador y garante de la línea política de Tres fueron las razones fundamentales que guerrilla antifranquista, el gran impulsor de la

84 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 79-91 issn: 1579-8135 EL PASADO DEL PRESENTE Ecos Partisanos. La memoria de la resistencia como conflictiva resistencia popular contra la dictadura, soste- lucha de clases» como motores de la guerrilla nido gracias al entusiasmo y la combatividad de antifranquista.34 Dos años después, bajo la ini- las masas. Frente a la experiencia del guerrillero ciativa de Dolores Ibárruri, apareció también el predomina la «memoria antifranquista», con un primer testimonio de un guerrillero, José Gros, fuerte carácter unitario, y el personalismo de donde se reproducía el relato mítico, ideológico los grandes líderes de la Resistencia. El vocabu- y personalista de la Resistencia, reforzando la lario nos remite no sólo al ámbito de lo moral versión oficial del aparato.35 Tras la muerte del («imperecedera gloria», «ejemplo heroico», dictador se publicaron en España varias mono- etc.), sino que nos acerca a las categorías y a la grafías de un cariz similar, siguiendo la estela de retórica de la época, a su propia interpretación sus predecesores.36 ideológica de la realidad, basada en los grandes La corriente anarquista, por el contrario, no sujetos transformadores: el «pueblo español y abordó la Resistencia desde una perspectiva na- antifranquista», las «masas», el «campesinado», cional, sino que se limitó a defender la memoria la «clase obrera y trabajadora» y el «proleta- de la guerrilla libertaria. La primera referencia riado». fue el trabajo del exguerrillero Antonio Téllez A veinte años de silencio siguió una década Solá, quien publicó sendas biografías sobre las de expansión de la literatura militante. Entre dos figuras más representativas de la guerrilla 1970 y 1979 se publicaron nueve monografías urbana en Cataluña: Facerías y Sabaté. Dos años y los dos primeros testimonios guerrilleros, después, todavía en el exilio, Juan Manuel Molina auspiciados en la mayoría de los casos por el recopiló una serie de documentos y testimonios PCE o el movimiento libertario. La literatura sobre el movimiento anarquista en el interior, del PCE y su entorno trató, desde un primer mientras que José M.ª Reguant abordó la figura momento, de apropiarse de la memoria y la del guerrillero anarquista Marcelino Massana. experiencia guerrillera. Sus trabajos, abordados La única excepción la representa el libro del siempre a nivel nacional, depuraban los rastros exguerrillero anarquista Eduardo Pons Prades. de los militantes o los movimientos guerrilleros Las carencias metodológicas, el fuerte sesgo mi- ajenos al Partido, presentando un relato mítico litante y la escasez de documentación merman y heroico de la Resistencia comunista. Búsqueda, en gran medida su trabajo, pero las más de qui- reconstrucción e historia de la guerrilla española del nientas entrevistas orales que realizó a vecinos, siglo XX, encargado por Santiago Carrillo a An- enlaces y guerrilleros de diversas ideologías a lo drés Sorel, novelista y militante del PCE, fue el largo de la geografía española entre 1975 y 1976 37 primer trabajo que vio la luz.32 El autor recibió siguen siendo una fuente de valor incalculable. un conjunto de documentos –informes y prensa Otras corrientes de la izquierda, aunque de guerrillera, informes de la Guardia Civil, etc.–, forma minoritaria, también quisieron difundir con el propósito de elaborar una obra acorde su propia visión del fenómeno. Así nos encon- con las necesidades y la interpretación del Par- tramos con las memorias del guerrillero Adolfo tido. El libro fue fiscalizado de principio a fin por Lucas Reguilón, quien a pesar de su militancia sus promotores. Algunos de los pasajes fueron comunista siempre mantuvo una posición inde- censurados y el autor tan sólo pudo recabar los pendiente y particular; el trabajo de Víctor Alba, testimonios de un reducido número de guerri- donde se desata una fuerte crítica al PCE y se lleros, seleccionados previamente.33 El libro re- subraya el carácter poco organizado de la Re- cogía las claves del relato oficial establecido una sistencia; o la nueva publicación de Andrés Sorel década antes por el Buró Político, recurriendo a tras su expulsión del Partido en 1973.38 los mismos sujetos históricos, a las mismas con- La literatura militante se prolongó más allá de troversias partidistas y situando al PCE y a «la la década de los setenta, pero su relevancia fue

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decreciendo con el paso del tiempo.39 Pero esto jeto de llevar iniciativas similares, relativas a la en modo alguno supuso el final de la memoria Resistencia antifranquista, al territorio español. guerrillera, sino todo lo contrario, propició su En el año 1985 se celebró la primera Asamblea orge Marco J orge transformación en los años sucesivos. General de L´Amical de Catalunya dels Antics Guerrilleros, la primera asociación en España con Gestación de la «memoria guerrillera» (1980-1999) una identidad estrictamente guerrillera. Entre las decisiones aprobadas, aparecen por primera A lo largo de la Dictadura, en el interior y en vez las propuestas de establecer una fecha para el exilio, se gestaron unas memorias antifran- conmemorar el Día del Guerrillero Español y quistas con un marcado sesgo partidista. Cada erigir un Monumento Nacional al Guerrillero.42 una de las memorias respondía a una identidad En los años siguientes comenzó una búsque- ideológica, a unas siglas políticas, cuyos límites se da para encontrar un lugar representativo, al mantuvieron durante la Transición. A partir de tiempo que surgieron tres nuevas asociaciones los años ochenta, en cambio, la vieja «memoria regionales de antiguos guerrilleros en Madrid, antifranquista» sufrió un proceso de fragmen- Valencia y Cuenca.43 En 1988 las cuatro seccio- tación progresiva hacia memorias particulares nes decidieron unificarse bajo una nueva sigla: la basadas no ya en la militancia o en la ideología, asociación de Antiguos Guerrilleros Españoles. En sino en las experiencias personales. La experien- su primera asamblea se ratificaron los acuerdos cia es uno de los soportes fundamentales de la de 1985, estableciendo la fecha del 1 de octu- memoria individual y colectiva, aunque ésta pue- bre como Día del Guerrillero Español «para su de ser directa, transmitida o heredada.40 En esta celebración anual». Al año siguiente se realizó la etapa, la memoria de los aparatos se vio despla- primera convocatoria en la provincia de Cuenca, zada por la expansión de una memoria colectiva a la que acudieron doscientos guerrilleros de basada en la experiencia directa, en la memoria toda la geografía española y del exilio.44 Dos viva de los guerrilleros, de los excombatientes, años después, en 1991, se inauguró el Monu- de los presos o de los exiliados. A partir de cada mento Nacional al Guerrillero en Santa Cruz una de las vivencias se construyó una identidad de Moya, en la provincia de Cuenca, asistiendo y surgieron movimientos específicos con una al acto diversas asociaciones de excombatien- enorme heterogeneidad ideológica, cuyo punto tes, presos, guerrilleros, y algunas autoridades de unión era las experiencias comunes. políticas. También se recibieron adhesiones de El prestigio de que gozaban los maquisards diversas personalidades políticas como Ramón españoles y el papel relevante de la memoria Rubial y Joaquín Leguina, por parte del PSOE, o 45 partisana en Francia tuvieron una enorme in- Julio Anguita, del PCE. fluencia en las primeras propuestas relativas a la La memoria guerrillera había alcanzado plena memoria guerrillera en España. Un buen número autonomía, convirtiéndose en un incipiente mo- de guerrilleros españoles vivían en el exilio y vimiento social ideológicamente heterogéneo y observaban con pesadumbre la gran diferencia no dirigido por los partidos políticos, quienes de estatus y organización que existía en torno ahora figuraban en un segundo plano. A lo largo a las memorias resistentes entre Francia y España. de la década de los noventa los antiguos guerri- Así, en el año 1982 surgieron las primeras inicia- lleros mantuvieron los actos conmemorativos, tivas. La Asociación Amical de Antiguos Guerri- con una difusión ascendente, pero todavía limi- lleros Españoles en Francia inauguró en la loca- tada. lidad de Prayols un monumento a los partisanos La irrupción de una memoria guerrillera, rei- españoles.41 Varios exguerrilleros, después de la vindicada por sus propios protagonistas, tuvo ceremonia, entablaron conversiones con el ob- un claro efecto sobre la historiografía. Desde

86 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 79-91 issn: 1579-8135 EL PASADO DEL PRESENTE Ecos Partisanos. La memoria de la resistencia como conflictiva un primer momento se estableció una estrecha como no podría ser de otro modo, presentan un relación entre los antiguos guerrilleros y los fuerte sesgo partisano, pero, en contraste con historiadores, unidos por el interés común de la literatura militante, muestran el recorrido de reivindicar la Resistencia. Investigadores como la memoria y la identidad resistente, al mismo Fernanda Romeu Alfaro o Francisco Moreno tiempo que aportan un enfoque narrativo sobre Gómez se convirtieron en asesores de las aso- la experiencia guerrillera «desde dentro». Tam- ciaciones guerrilleras, teniendo un importante bién cabe señalar cómo las memorias de este protagonismo en sus diferentes iniciativas. A periodo mantienen una fuerte homogeneidad, Fernanda Romeu Alfaro, por ejemplo, se debe frente a lo que ocurrirá en la década posterior: que el Monumento al Guerrillero se erigiese en todos los autores fueron destacados miembros Santa Cruz de Moya, una pequeña localidad de la Resistencia y habían participado previa- situada a escasa distancia de Cerro Moreno, mente como combatientes en la Guerra Civil.47 donde murieron doce miembros de la AGLA en un asalto de la Guardia Civil en el mes de Auge de la «memoria guerrillera» (1999-2010) noviembre de 1949. La historia, de algún modo, se convirtió en En los años ochenta y noventa hemos desta- una herramienta de reivindicación política. En la cado la fragmentación de las «memorias», con actualidad la expresión «recuperando la memo- una proliferación de asociaciones organizadas a ria» resulta cotidiana en el debate público, pero partir de diferentes identidades y experiencias. la primera alusión la encontramos en el libro de A partir del año 2000 se inició un proceso de José Aurelio Romero Navas, donde recopilaba unificación, reuniendo en un número reducido un conjunto de testimonios orales relacionados de plataformas las diferentes «memorias» en con la Resistencia.46 Esta estrecha relación ha torno a los presos, el exilio, los brigadistas, los ayudado a difundir y reivindicar el movimiento desaparecidos, los niños robados o los gue- del guerrillero en España, al mismo tiempo que rrilleros. Esto, en cierta medida, se debe a un a defender los derechos de los supervivientes, hecho biológico y a las formas de transmisión aunque también ha generado algunos proble- de la memoria. Durante los años ochenta y mas desde el punto de vista historiográfico. La noventa todavía existía un amplio número de simpatía de los investigadores ha influido pro- supervivientes que comenzaron a reivindicar su fundamente en su interpretación, destacado dos memoria a partir de sus experiencias persona- facetas fundamentales de los guerrilleros: su po- les. El número reducido de supervivientes en la sición como víctima de la represión franquista y primera década del siglo XXI, y el fuerte prota- su compromiso en la lucha contra la Dictadura. gonismo de la generación de los nietos, con una El problema de este enfoque no es su credi- memoria adquirida y heredada,48 han provocado bilidad, sino el carácter restrictivo del análisis, la construcción de una nueva memoria común, dejando a un lado cuestiones más problemáticas. donde se reúnen en un mismo plano las memo- En este contexto de lento despegue de la rias antifascistas y las memorias de la represión.. memoria guerrillera se produjo una sustitución Aun así, la memoria guerrillera es, quizás, la que del viejo modelo de la literatura militante por ha mostrado una mayor voluntad por mantener las publicaciones de testimonios guerrilleros. La una identidad propia, aunque estableciendo un explosión de este tipo de literatura no se pro- diálogo permanente con el resto de «memo- dujo hasta la primera década del siglo XXI, pero rias». El apogeo del movimiento por la memoria a lo largo de los años ochenta y noventa apa- guerrillera se produjo en el año 1999. En ese recieron siete memorias, lo que indica su ten- año, la asamblea de guerrilleros de la AGE pre- dencia ascendente. Los testimonios guerrilleros, sentó la primera iniciativa parlamentaria que

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promovía el reconocimiento de «la memoria de toda la geografía rural española. Al mismo de los luchadores antifascistas». En el año 2000 tiempo, la Asociación Guerra y Exilio, heredera un conjunto de exguerrilleros se unieron a la de la anterior asociación de Antiguos Guerri- orge Marco J orge asociación Gavilla Verde, quien a partir de ese lleros Españoles, presentó sucesivas iniciativas momento se convirtió en uno de los referen- parlamentarias para lograr el reconocimiento y tes de la memoria guerrillera. Desde el año 2000 rehabilitación de la guerrilla antifranquista. Tras la Asociación se hizo cargo de la celebración un primer intento en 1999, dos años después se del Día del Guerrillero, al mismo tiempo que aprobó una «rehabilitación moral» de los guerri- convoca unas jornadas anuales bajo el título lleros españoles en algunas Cámaras regionales «Crónica rural de la Guerrilla española. Memo- y en el Parlamento español, mientras que en el ria Histórica Viva», cuya undécima edición se año 2005 fueron recibidos y homenajeados en ha celebrado en el año 2010. Desde distintas el Congreso por los representantes políticos de disciplinas, a lo largo de sus once ediciones han todo el arco parlamentario, a excepción de los participado guerrilleros, historiadores, escrito- diputados socialistas y populares. Desde el año res, artistas, cineastas y periodistas. El interés 2006 las Asociaciones por la Recuperación de por rendir homenaje y reivindicar la figura de la Memoria Histórica, incluyendo las guerrilleras, los guerrilleros no ha impedido a la organiza- han unido fuerzas con el objeto de sacar adelan- ción establecer debates en torno a cuestiones te la Ley de Memoria Histórica –cuya aproba- problemáticas, fomentando el análisis crítico de ción se produjo en el año 2007, pero con la que la Resistencia. La misma Asociación está ela- se han mostrado muy críticos–, y el proceso borando un archivo de la memoria guerrillera, judicial iniciado por el juez Garzón, bloqueado recogiendo entrevistas orales, memorias y tes- finalmente por el Tribunal Supremo.50 timonios de enlaces, vecinos y guerrilleros, en Los cambios en la memoria guerrillera se paralelo a una digitalización de los consejos de han ido haciendo cada vez más patentes en la guerra depositados en los archivos militares. primera década del siglo XXI. Los libros publi- El caso de la Asociación Gavilla Verde es el cados por Andrés Sorel y José Gros no habían más representativo, aunque no el único. Lo que sí causado polémica entre los exguerrilleros co- nos muestra es uno de los rasgos fundamentales munistas en el momento de su publicación o, al de este movimiento asociativo: su carácter emi- menos, si la hubo, no trascendió al ámbito públi- nentemente rural, frente al resto de asociacio- co. Tres décadas después, en cambio, cuando la nes relacionadas con la memoria, desarrolladas memoria guerrillera alcanzó una identidad propia, principalmente en el ámbito urbano. La guerrilla algunas voces críticas empezaban a irrumpir en fue un fenómeno rural en España y su memoria el escenario.51 Francisco Martínez-López «Qui- se conserva y defiende principalmente por los co», miembro de la Federación Guerrillera de jóvenes –generación de los nietos– naturales de León-Galicia y militante del PCE, en un debate estas áreas, salvo en los casos excepcionales de abierto con Andrés Sorel en el año 2006, de- la guerrilla urbana en Cataluña, Madrid, Málaga nunció cómo su libro, publicado en 1970 bajo el o Granada.49 Así, por ejemplo, entre los años auspicio de la dirección del PCE, sólo mostraba 2001 y 2006 la Asociación Comarcal de Jóvenes una versión y una memoria exclusiva del apa- del Valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, rato, excluyendo la experiencia y la «memoria organizó seis jornadas anuales dedicadas a la de los guerrilleros». El libro, apostilló, inició una guerrilla antifranquista. En la primera década «campaña de ocultación y de silencio» que más del siglo XXI los homenajes, caravanas de la adelante fraguarían los partidos políticos de la memoria, jornadas y monumentos dedicados izquierda durante el periodo de la Transición.52 a la Resistencia se han multiplicado a lo largo En ese mismo Encuentro, en el que participaron

88 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 79-91 issn: 1579-8135 EL PASADO DEL PRESENTE diversos historiadores especialistas en la Resis- partidistas se incrementaron, al tiempo que se Ecos Partisanos. La memoria de la resistencia como conflictiva tencia, se observaron importantes controversias abría una mayor pluralidad de voces en torno y debates en torno al papel de los historiadores, al fenómeno de la Resistencia y se producía el la memoria y los nuevos planteamientos de la relevo de una nueva generación, la de los nietos, historiografía.53 marcada por el discurso de las memorias trans- El auge de la memoria guerrilla trajo consigo, mitidas. Con el paso del tiempo, la memoria de del mismo modo, un importante incremento la Resistencia va mostrando la amplitud y hete- en la publicación de testimonios. Si entre 1952 rogeneidad del fenómeno, y a ello está contri- y 1979 contabilizábamos dos memorias, y en- buyendo de forma decidida la historiografía en tre 1980 y 1999, siete, durante este periodo la última década. Los estudios sobre las dinámi- se han publicado al menos veintiséis. Pero la cas de la violencia política intracomunitaria, el diferencia no es meramente cuantitativa. En análisis de figuras controvertidas en la guerrilla el periodo anterior el perfil memorialista era como los desertores, los delatores y chivatos, homogéneo, representando por una figura que los «ajusticiamientos» internos, o el estableci- en cierto modo simplificaba la imagen comple- miento de diversas formas de resistencia en el ja de la Resistencia: un destacado miembro de ámbito de la Resistencia –incluyendo la difusa la guerrilla antifranquista con militancia previa frontera con las formas de delincuencia cam- y antiguo combatiente durante la Guerra Civil. pesina– contribuyen a quebrar cualquier relato En esta nueva etapa los testimonios presentan mitológico y a profundizar en las raíces políticas y sociales de la guerrilla antifranquista.57 un carácter más heterogéneo, incorporando a la segunda generación de guerrilleros (aquellos La reivindicación de la Resistencia en España que habían sido niños durante la guerra), a los como un movimiento en defensa de la libertad cuadros medios y bajos dentro de las Agrupa- y contra la Dictadura no es incompatible con ciones guerrilleras,54 a la minoría de mujeres el fomento de una memoria conflictiva. No cabe que participaron en la Resistencia,55 y a uno de duda de que la relación entre la memoria y la los agentes más importantes: los enlaces.56 Nos historia siempre resulta controvertida, pero encontramos ante las últimas memorias vivas de no debemos tener miedo a enfrentarnos a sus la Resistencia, dado que en la actualidad tan sólo retos. La labor más importante del historia- sobreviven una decena de guerrilleros. Una mul- dor en esta materia quizás sea la de desvelar titud de voces que muestran, con gran riqueza, todos aquellos intentos de apropiación, abuso, diferentes experiencias en torno a la guerrilla silencio, exclusión o inclusión de las memorias antifranquista. traumáticas de las sociedades contemporáneas. La problematización, la defensa de las memorias A lo largo del presente texto hemos obser- conflictivas, con todas sus aristas, constituyen la vado la evolución de la memoria guerrillera en mejor contribución que los historiadores pue- España. Del silencio en el exilio y la intoxicación den realizar, aportando un pequeño grano de de la propaganda franquista se pasó a una prime- arena a la maduración y mejoramiento de los ra fase de reivindicación partidista e ideológica sistemas democráticos. de una memoria común antifranquista en los sesenta. A partir de los años ochenta, en cambio, comenzó a originarse una memoria guerrillera NOTAS autónoma –transversal en términos ideológi- 1 KALYVAS, S., «Cuatro maneras de recordar un pasado cos y partidistas– reivindicada por los antiguos conflictivo», El País, 22 de noviembre de 2006. guerrilleros a partir de sus propias experiencias. 2 ARÓSTEGUI, Julio, «Traumas colectivos y memorias ge- neracionales: el caso de la Guerra Civil», en: ARÓSTEGUI, A comienzos del siglo XXI las voces críticas Julio y GODICHEAU, François (eds.), Guerra Civil. Mito y respecto a las viejas memorias de los aparatos Memoria, Madrid, Marcial Pons, 2006, pp. 59 y ss.

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Europeizar es democratizar. El SPD y la España del tardofranquismo

Antonio Muñoz Sánchez Accésit al I Premio Javier Tusell

En la mañana del sábado 15 de noviembre Como único actor capaz de hacer realidad el de 1975, mientras el dictador Francisco Fran- deseo de los españoles de integración plena en co agonizaba en una clínica madrileña, el joven la Comunidad, la oposición a Franco habría sido líder del PSOE, Felipe González, dirigía desde la la verdadera beneficiada en términos políticos tribuna del Congreso del SPD en Maguncia una de la relación con Europa. Porque europeísmo apasionada llamada a los demócratas europeos se identificó con democracia, y se convirtió en para que contribuyeran al pronto renacer de la un instrumento poderoso de los antifranquistas libertad en España. González hacía su petición para socavar la dictadura y forzarla a acometer de manera peculiar: su propia disolución tras la muerte de Franco.3 Según esta misma interpretación, los partidos Durante muchos años la experiencia ha de- socialistas europeos habrían hecho todo cuanto mostrado que las actitudes de aceptación de un estaba en sus manos contra los intereses de régimen autocrático con la esperanza de for- Madrid en la CEE y apoyado a los compañeros zar su democratización ha producido el efecto españoles en su lucha por la conquista de las contrario. Hoy, que de nuevo se abren grandes libertades.4 perspectivas [para el triunfo de la democracia en España], nosotros los socialistas advertimos Sin embargo, las investigaciones más recientes la responsabilidad histórica de los europeos si han puesto en cuestión estas ideas al demos- trar de forma irrefutable que las democracias el error se repitiera. Todos los países democrá- occidentales nunca presionaron a la dictadura ticos de Europa y del mundo tienen el deber de franquista para que acometiera una apertura apoyar el proyecto democrático de la oposición política.5 El mayor especialista sobre las rela- española.1 ciones entre la CEE y España ha llegado a decir Esta cita es relevante porque no encaja en la que «the EC [European Community] record in explicación tradicional sobre la posición de la effectively defending human-rights and demo- España de Franco en la política europea, y muy cratic values in Spain under Franco was nil, and especialmente en el proceso de integración eu- [...] more inclined to passively support the then ropea. Durante décadas se ha dado por buena existing authoritarian regime than to actively la idea de que, pese a su creciente interrelación erode it».6 Estas revelaciones arrojan luz sobre con los países al norte de los Pirineos, la Es- las palabras de González y reclaman una nueva paña de Franco nunca dejó de ser un paria en agenda en el estudio de las relaciones de España Europa. La mejor muestra de ello habría sido con los países europeos y con la CEE, que habrá el raquítico Acuerdo Preferencial con la Co- de explicar cuales fueron las verdaderas moti- munidad Económica Europea (CEE) de 1970.2 vaciones de los Seis/Nueve hacia el régimen de

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Franco y, en fin, la influencia que sus políticas de la que los socialdemócratas alemanes se es- tuvieron en el proceso que llevó a España de la taban apartando a marchas forzadas al iniciarse dictadura a la democracia. la década de los sesenta para intentar ganarse la

Giulia Q uaggio El presente artículo pretende ser una pequeña confianza de una población abrumadoramente contribución en este sentido. Trata de la política conservadora que les había convertido en opo- española de la más influyente organización de sición eterna al canciller Konrad Adenauer. La izquierdas de Europa occidental durante la fe ciega puesta por el SPD desde su congreso Guerra Fría, el Partido Socialdemócrata Alemán de Bad Godesberg (noviembre de 1959) en el (SPD). Sostiene que este partido apoyó durante progreso económico como motor de la con- la última década de la dictadura de Franco su solidación y expansión de la democracia en el participación en el proceso de integración eu- mundo iba a ser la clave del arco de una política ropea precisamente por considerar que esa era mucho más pegada a la realidad, y en lo que se la clave de la futura conversión del régimen en refiere a España de una línea menos combativa una democracia. Comienza analizando las ra- que la inspirada por los referidos informes pero, zones por las que el SPD asimiló a mediados así se esperaba, más eficaz para contribuir des- de los años sesenta la posición del gobierno de la RFA a que el país se viera un día libre de la conservador alemán de defender la posición dictadura de Franco. de España en la CEE como piedra de toque de En el ambiente de distensión que dominó la la relación de la RFA con ese país. Continúa política europea después de la Crisis de los misi- explicando la implementación de esta política les de octubre de 1962, el SPD pudo mirar por durante la Gran Coalición y la Era Brandt, y vez primera sin prejuicios ideológicos a la Espa- expone los argumentos de los que se oponían ña franquista. Lo que descubrió fue una nación a ella dentro de la izquierda alemana, española inmersa en un frenético proceso de moderni- y europea. Concluye mostrando cómo el temor zación auspiciado por una política económica a que la autodisolución del régimen se viera que resultaba modélica para todos los países en gravemente perturbada por el impacto de la vías de desarrollo, y con esperanzadores signos Revolución de los Claveles en Portugal llevó a de aperturismo político.7 Para conocer más de Bonn a dar mucha mayor relevancia a un factor cerca esa realidad española que parecía negar la de su política hacia España hasta entonces casi principal conclusión del Informe Rengen, el SPD marginal: el apoyo a la oposición democrática dio por concluida la total incomunicación exis- y particularmente al PSOE de Felipe González. tente hasta entonces con el régimen y buscó el contacto discreto con miembros de su adminis- La RFA hacia un consenso en su política hacia la tración. Los argumentos que estos presentaron España de Franco fueron coincidentes: nadie en España deseaba la repetición de un conflicto civil y por ello había El Informe Birkelbach y el Informe Rengen son que poner los medios para evitar la polarización viejos conocidos de los estudiosos de las re- política; el aislamiento del régimen defendido por laciones entre el régimen de Franco y Europa. el socialismo europeo no ayudaba en absoluto Los dos se presentaron en 1961 y dificultaron el a esa dinámica sino que, al contrario, favorecía primer intento de España de acercarse a la Co- a los extremismos de derecha e izquierda; la munidad Económica Europea en febrero del año democracia sólo podría emerger tras la muerte siguiente. Lo que no se suele considerar sin em- del Caudillo si surgía en España una fuerza de bargo es que sendos informes con nombre de izquierda moderada, y por ello los socialistas diputados del SPD son testimonios tardíos de europeos debían implicarse en su desarrollo.8 una estrategia política altamente ideologizada Poco después de ser elegido presidente del

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SPD en febrero de 1964, Willy Brandt reconoció europeísmo democrático. Para hacerlo posible, Política cultural y transición a la democracia ante la ejecutiva de su partido que la estrategia el partido decidió romper el cordón sanitario que tradicional de la organización dirigida a promo- la izquierda europea había impuesto al régimen ver el aislamiento internacional del régimen de permitiendo que su vicepresidente Fritz Erler Franco estaba periclitada, y era por ello necesa- aceptase la invitación de una institución aca- rio proceder a su aggiornamento. En un lenguaje démica franquista para visitar Madrid en abril similar al utilizado por su hombre de confianza de 1965. Durante su estancia de un día en la Egon Bahr en una polémica conferencia meses villa del Manzanares, Erler dio una conferencia atrás en la que abogó por normalizar las relacio- sobre el programa de Bad Godesberg, cenó con nes con los regímenes comunistas como primer dirigentes del Sindicato Vertical, se entrevistó paso para favorecer su evolución interna, Brandt con el ministro José Solís, se reunió con Enrique pidió a sus compañeros de dirección un acer- Tierno Galván y otros socialistas de la capital, y camiento desapasionado a la realidad española dio una rueda de prensa en la que dejó claro que que permitiera a la izquierda alemana encontrar España no podría entrar en la CEE hasta que no la forma de ayudar a que el proceso de cambios fuese una democracia.12 En la RFA, inmersa ya que ya estaba en marcha en el país se consolida- en la precampaña electoral, el viaje a Madrid del se.9 En este sentido, la intención de Madrid de probable futuro ministro de Exteriores tuvo un aproximarse a la CEE no debía ser considerada eco extraordinario. Todos los medios de comu- como algo negativo sino, muy al contrario, como nicación aplaudieron aquel contacto crítico del una oportunidad única para contribuir desde la SPD con la España de Franco que, por un lado, Europa democrática a acelerar el proceso de demostraba la madurez y sentido de respon- formación de una sociedad moderna en España sabilidad de la oposición, y, por otro, constituía y para incrementar las tendencias pro-europeas una clase práctica de aquella política de cambio y pro-democráticas dentro de la propia dicta- mediante acercamiento que los socialdemócratas dura. Siguiendo la línea marcada por Brandt, el proponían por entonces para las dictaduras del SPD dio la bienvenida a la decisión del Consejo este de Europa.13 de la CEE en junio de 1964 de iniciar un diá- El SPD, que había madurado su nueva po- logo con Madrid, en el convencimiento de que sición hacia el franquismo sin contar con los la progresiva integración económica de España demás partidos socialistas europeos, confiaba en la Comunidad provocaría necesariamente, por que con el exitoso viaje de Erler estos acaba- las leyes de la modernización, la instauración de sen reconociendo las ventajas de una estrategia una democracia en el país a largo plazo.10 que, en definitiva, buscaba sentar las bases de Con esta decisión los socialdemócratas ale- la futura democracia española.14 Pero esta era manes asimilaron la esencia de la política de los una esperanza vana. Al contrario que el SPD, la gobiernos conservadores de Konrad Adenauer mayoría de los partidos socialistas europeos y Ludwig Erhard hacia España, que perseguía no habían sufrido un proceso de absoluta desi- atraer al país al proceso de integración euro- deologización, y la mitificada guerra civil ofrecía pea no sólo por el beneficio que reportaría al enormes resistencias al desarrollo de actitudes comercio bilateral sino también porque serviría que pudieran ser vistas por sus bases como para poner al régimen de Franco en la vía de la una concesión al régimen y como una traición lenta evolución hacia un estado de derecho.11 a los demócratas españoles. Esta percepción Sin embargo, en línea con su estrategia de opo- era además alimentada por el PSOE, que seguía sición constructiva, el SPD quiso introducir un aferrado a la política del aislamiento interna- elemento novedoso en la política de la RFA ha- cional como única forma de forzar el final del cia España: la promoción activa en este país del franquismo,15 y que veía al socialismo que es-

Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 95 taba surgiendo en España como una peligrosa necesidad del Régimen de acercarse a la CEE amenaza al monopolio de los contactos interna- daba a la izquierda europea un instrumento de cionales, esenciales para su supervivencia como presión único para forzar la apertura de parcelas organización exiliada. Si no querían ser involun- de libertad al movimiento democrático español. tarios colaboradores del fascismo, explicaba en Para explotar esta baza, era necesario que el diversos foros el secretario general del PSOE conjunto de la izquierda europea abandonara Rodolfo Llopis, los socialistas europeos debían su respetable pero estéril fidelidad al PSOE y evitar cualquier tipo de contacto con España, la UGT y se volcara en apoyar a la ASO y a los incluso con gentes de la oposición como Tierno demás renovadores del socialismo en España.18 ya que eran toleradas e incluso promovidas por Todo ello para desesperación de Rodolfo Llopis el régimen en su intento de convencer a los Seis y sus compañeros exiliados, que hubieron de de que estaba en marcha un proceso de libera- dedicar buena parte de sus energías en aquellos lización política. Siguiendo estos razonamientos, años a combatir lo que ellos quisieron presentar el PSOE denunció la decisión de la CEE en 1964 como una conspiración internacional orquestada de abrir un diálogo con el gobierno de Madrid contra las únicas organizaciones españolas que como «un acto vejatorio con la dignidad del merecían ser llamadas socialistas y que, por su- pueblo español»16 y criticó el viaje de Fritz Erler puesto, no eran otras que las suyas.19 a la capital de España como una recompensa in- A mediados de 1966 prominentes europeís- tolerable del SPD a los esfuerzos del franquismo tas españoles como Salvador de Madariaga y por obtener reconocimiento internacional.17 Enrique Gironella buscaron el respaldo de la Mientras la mayoría de los socialistas euro- socialdemocracia alemana para organizar una peos daba por bueno apoyar, sotto voce, que Es- repetición del Congreso de Munich. Se trata- paña negociara un acuerdo comercial con la CEE ba de reunir de nuevo a la oposición española y al mismo tiempo respaldar el boicot formal al del exilio y del interior para que pactasen un franquismo que les reclamaban los compañeros catálogo de reformas que el Régimen tendría del PSOE, la socialdemocracia alemana siguió que ir acometiendo si deseaba avanzar en su creyendo necesario superar aquella incon- relación con la Comunidad Económica Europea. gruencia y dar con la clave que permitiera una Ese catálogo debía ser asumido por los partidos fusión armónica entre antifranquismo y europeís- socialistas de los Seis, quienes a su vez intenta- mo. Especialmente combativo en este punto se rían imponerlo como de obligado cumplimiento mostró el sindicato IG Metall, y sobre todo sus al conjunto de las fuerzas políticas de la Comu- dirigentes Max Diamant y Hans Matthöfer, este nidad. Willy Brandt ofreció el apoyo del SPD a último diputado del SPD en el Bundestag. Caso este congreso, que encajaba perfectamente en la único en Europa, el IG Metall se había implicado política que su partido defendía de presión cons- muy activamente en el trabajo de socialización tructiva desde Europa para lograr la progresiva democrática de los trabajadores españoles que apertura del franquismo. Con ayuda del SPD los llegaban a la RFA en el marco del Acuerdo de españoles ampliaron sus contactos y lograron Emigración de 1960, y había logrado atraerse a el aval de la fracción socialista del Parlamento una parte considerable de ellos (20.000 afiliados Europeo.20 Sin embargo, cuando Rodolfo Llopis en 1965). Además, el sindicato respaldaba a los tuvo conocimiento de la iniciativa montó en có- socialistas que actuaban en España, especial- lera e impuso su boicot al congreso, consciente mente a la Alianza Sindical Obrera (ASO), que de que su celebración daría un impulso defini- como las Comisiones Obreras trabajaba por tivo entre la izquierda europea a las ideas del la democratización del Sindicato Vertical fran- SPD y del IG Metall de otorgar protagonismo quista. El IG Metall entendía que la imperiosa al socialismo del interior de España en perjuicio del PSOE y la UGT. Como reacción, el secreta- papel mojado el Informe Birkelbach fue el euro- rio general del Comité Federal Español del Mo- diputado y futuro ministro Hans Apel, mediante vimiento Europeo, Enrique Gironella, presentó un artículo que alcanzó amplia difusión en Euro- la dimisión convencido de que sus esfuerzos pa. Apel comenzaba diciendo que, dada la ambi- por coordinar en torno a la idea europeísta a güedad de los Tratados de Roma en lo referente la oposición española resultaban inútiles cuando a los requerimientos políticos para la asociación su principal exponente, el PSOE, era incapaz de o la adhesión a la CEE, la petición española de mirar más allá de sus propios intereses.21 asociación requería de una respuesta política. Ante la inexistencia de una oposición an- Esa respuesta sólo podía ser positiva porque tifranquista constructiva en la que inspirarse el acuerdo de asociación intensificaría las rela- y apoyarse, el SPD acabaría entrando en el ciones entre España y Europa, verdadero motor gobierno alemán a finales de 1966 sin un plan de los positivos cambios económicos, sociales alternativo para las relaciones con España al que y políticos por los que el país ibérico estaba ya venían desarrollando los gobiernos conserva- atravesando en los últimos años. Asociar España dores de Bonn.22 Apenas un par de días después a la CEE no significaba apuntalar al régimen de de crearse la Gran Coalición, el nuevo ministro Franco, sino muy al contrario «perseverar hoy de Exteriores Willy Brandt envió un emisario a en los objetivos de los republicanos derrotados Madrid con la labor de tranquilizar al gobierno [en la guerra civil]». A quienes considerasen que de Franco sobre sus intenciones. España, les la asociación de una dictadura amenazaba la hizo saber el presidente del SPD, podía estar se- esencia democrática del proceso de integración gura de que la RFA seguiría defendiendo con la europea, Apel respondía con el argumento de misma firmeza que hasta entonces los intereses que la esperada entrada en la Comunidad de del país en la CEE.23 países del norte con gobiernos de izquierda re- forzaría el carácter progresista de la CEE y haría La política del SPD hacia España durante la Gran menos arriesgada aquella «aventura española».26 Coalición y la Era Brandt Finalmente, y después de que el presidente fran- cés Charles De Gaulle decidiera apagar las luces En el debate abierto en la Comunidad Eco- de una posible ampliación, Francia y Alemania nómica Europea a comienzos de 1967 sobre el no fueron capaces de mover al resto de paí- tipo de acuerdo que se debía ofrecer a Madrid, ses miembro de sus posiciones contrarias a la la posición del SPD estuvo determinada por asociación de España, y a mediados de 1967 el las grandes expectativas despertadas entonces Consejo ofreció al gobierno de Madrid negociar respecto a la evolución en España y en la pro- un Acuerdo Preferencial cuyo objetivo era la 27 pia CEE. En cuanto a España, la recién aprobada creación de una unión aduanera. Ley Orgánica del Estado (LOE) apareció a ojos Irónicamente, el mismo zeitgeist que a fina- de Bonn como el primer paso de la definitiva les de los años sesenta favorecía la puesta en apertura del régimen que allanaría el camino a marcha de la ostpolitik iba a significar un obstá- la democracia tras la muerte de Franco.24 Por su culo para la profundización de relaciones con parte, la Comunidad parecía estar ante su pri- el régimen de Franco según pretendía el SPD mera ampliación, que abarcaría a varios países en el gobierno como parte de su estrategia de del norte de Europa.25 En ese contexto, el SPD europeización de España. En la RFA, donde la re- defendió la asociación de España a la CEE, y así lo vuelta estudiantil adelantó sus comienzos a la expuso públicamente para intentar ganar adep- primavera de 1967, el golpe militar en Grecia y tos a la idea. El encargado de explicar por qué los bombardeos del Ejército portugués sobre la izquierda alemana veía necesario convertir en población civil en sus colonias africanas con

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aviones de fabricación alemana tuvieron enor- el Régimen no respetase los derechos civiles.32 me eco en una sociedad fascinada por la nove- A medida que la desaparición de Franco se dosa imagen televisiva, y confrontaron por vez acercaba, la pugna entre las familias del Régimen primera al ciudadano medio con la cuestión de se intensificaba. En esta lucha, los aperturistas los derechos humanos en las dictaduras no co- buscaron el apoyo de los gobiernos amigos, y

Antonio Muñoz Sánchez munistas de Europa y la política de su gobierno muy especialmente de Francia y Alemania. Pre- hacia las mismas.28 Por lo que respecta a España, sentándose como criptodemócratas acosados el freno de las reformas y el recrudecimiento por las poderosas fuerzas reaccionarias del de la represión contra sindicalistas y estudiantes régimen,33 argumentaban que la clave para que a partir de 1967 fueron seguidos con interés ellos pudieran acabar ganando la batalla y domi- por los media alemanes, dañando seriamente la nando el postfranquismo era que se potenciara hasta entonces benévola imagen que la pobla- el acercamiento a Europa. Si, por el contrario, ción tenía del régimen de Franco.29 La opinión el acuerdo con la CEE entonces en proceso de pública alemana tuvo también muy presente las negociación acababa decepcionando las espe- injusticias cometidas por la dictadura gracias a ranzas en él depositadas, se produciría un des- los emigrantes españoles, que cada vez en mayor crédito general del europeísmo entre las fuerzas número y con más frecuencia se manifestaron vivas del país y el fortalecimiento del sector au- por las calles de las principales ciudades de la tárquico-nacionalista, que daría definitivamente RFA reclamando libertad para su patria.30 la espalda a Europa y frenaría toda posibilidad En este nuevo ambiente se alzaron tam- de liberalización política. Estos razonamientos bién en el SPD las voces hasta entonces muy fueron el mantra de muchas conversaciones pri- minoritarias de quienes no aprobaban la línea vadas entre dirigentes de ambos países, como pragmática de la dirección del partido hacia por ejemplo la que mantuvieron el ministro de España. Como líder de este grupo actuó Hans Exteriores Fernando Castiella con el canciller Matthöfer, que por su intensa dedicación a los Kurt-Georg Kiesinger durante la única visita asuntos hispanos acabaría ganándose el apodo oficial de un jefe democrático de gobierno de parlamentario por Barcelona.31 Molesto con europeo a la España de Franco.34 La embajada el artículo de su compañero Hans Apel, con alemana, que desde hacía años defendía que no las visitas de parlamentarios del SPD a España había cambio positivo en España que no viniera invitados por el régimen, con las declaraciones de la creciente vinculación con Europa, era de del ministro socialdemócrata de Economía Karl la misma opinión que los reformistas, y perma- Schiller a favor de la asociación de España a la nentemente advirtió a su gobierno en Bonn CEE y con las cada vez más frecuentes visitas de que cualquier obstáculo a las aspiraciones de ministros franquistas a la RFA, Matthöfer de Madrid en la CEE acabaría por detener el denunció públicamente la estrategia de la Gran tortuoso caminar –«dos pasos adelantes, uno Coalición dirigida a hacer a la España de Fran- atrás»– que el país estaba siguiendo hacia un co «poco a poco presentable a los ojos de la futuro democrático.35 opinión pública alemana y europea». En lugar Convencido de la solidez de estos argumen- de actuar como hasta entonces cual «portavo- tos, Willy Brandt siguió defendiendo la normali- ces» de Madrid en Bruselas, los ministros del zación de las relaciones bilaterales y aceptó visi- SPD debían, según Matthöfer, respetar las re- tar Madrid en la primavera de 1968 dentro de la soluciones de la Internacional Socialista y de la ronda de consultas de los ministros de Exterio- Confederación Internacional de Organizaciones res acordada tres años antes. Ni los socialistas Sindicales Libres, y oponerse a cualquier tipo de españoles, ni sectores influyentes de la izquierda acuerdo de España con la Comunidad mientras alemana y europea fueron capaces de conven-

98 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 93-107 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA cer al presidente del SPD de que la cancelara.36 decidió trabajar en Bruselas por una asociación Europeizar es democratizar Si la visita no se produjo finalmente se debió a que no fuese un «producto acabado» sino más su coincidencia con el viaje oficial del canciller bien «dinámico», que pudiera desarrollarse «en Kiesinger, que éste decidió sin consultar al mi- el futuro en dirección hacia una plena adhesión» nistro Brandt.37 En el invierno de 1969, el esta- de España en la Comunidad.42 Se retomaba así do de excepción decretado en España provocó la idea de 1967 de aprovechar la ampliación de manifestaciones en Alemania lideradas por los la CEE hacia el norte, que tras la retirada de activos grupos de emigrantes antifranquistas, y De Gaulle estaba de vuelta en la agenda co- protestas por la amistosa posición del gobierno munitaria, para abrir la mano lo más posible a de coalición hacia el régimen de Franco, puesta España. Con ello los aperturistas, ahora mayoría torpemente en evidencia en aquellos mismos en el gobierno, acabarían imponiéndose defini- días con la entrega de la Gran Cruz del Mérito tivamente a los inmovilistas y, una vez muerto Civil de la RFA a Manuel Fraga.38 Incluso ante Franco, podrían liderar un cambio democrático esta ola de críticas, Willy Brandt se mantuvo en desarrollando todas las potencialidades de la sus posiciones y únicamente aceptó reducir el LOE.43 flujo de visitas de ministros para evitar que la Pero los últimos años de la dictadura de oposición española y la izquierda de países con Franco iban a ser mucho menos armoniosos fuerte opinión antifranquista como Holanda y de lo esperado, también en relación con Eu- Escandinavia pudieran creer que «apoyamos al ropa, donde la hostilidad de la opinión pública régimen de forma incondicional».39 En lo refe- hacia las autocracias del sur del continente no rente a las negociaciones de España con la CEE, dejaba de aumentar. Ante el creciente activismo Bonn decidió apoyar todas las reivindicaciones democrático en España, el Régimen sólo supo de Madrid, «para continuar fortaleciendo el sec- contestar con represión, lo que multiplicó en tor liberal dentro de la actual realidad política el exterior el eco de los conflictos internos, española. Con ello servimos más a los intereses dañando gravemente la imagen aperturista del españoles a largo plazo de lo que lo haríamos gobierno y diluyendo sus deseos de asociación a través de una postura puramente negativa».40 con la CEE. El punto de no retorno llegó en di- En octubre de 1969, una semana después de ciembre de 1970 con el Proceso de Burgos, que que Willy Brandt prometiese como canciller provocó la primera protesta masiva en Europa del primer gobierno alemán de postguerra de contra el régimen de Franco, a su vez contesta- mayoría socialdemócrata, Franco formó un da en España con manifestaciones orquestadas nuevo gabinete dominado por ministros tec- de apoyo al Caudillo que reforzaron a los inmo- nócratas. Este gobierno presentó como una de vilistas contrarios a las reformas.44 sus prioridades el incremento de las relaciones En el SPD, la solidaridad con los demócratas con la CEE. El Acuerdo Preferencial que pronto españoles se convirtió en elemento inherente se cerraría, aunque altamente beneficioso para de un izquierdismo reverdecido por los miles España, no sería sino el primer impulso de una de jóvenes que entraron en el partido después carrera mucho más ambiciosa. Considerando de la Revolución del 68. El líder natural del los obstáculos políticos a la adhesión mientras lobby antifranquista en el SPD siguió siendo Hans Franco viviera, siempre maquillados por el Ré- Matthöfer. Entre sus numerosas iniciativas se gimen a la ciudadanía, Madrid intentaría alcanzar contó el apoyo, una vez desaparecida la ASO, a la asociación y para ello estaría dispuesta a to- los renovadores del PSOE y la UGT para que mar «las medidas políticas de orden interno ne- desbancaran a los exiliados y lograsen extender cesarias para dar a España un rostro democráti- su influencia en el interior, donde la fuerza del co».41 Bonn saludó a este gobierno europeísta, y Partido Comunista de España (PCE), especial-

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mente gracias a su influencia en las Comisiones oro para la coalición social-liberal liderada por Obreras, comenzaba a preocupar seriamente a Willy Brandt. Cuando en febrero de 1974 Sal- la izquierda moderada de Europa.45 Matthöfer vador Puich Antich fue sentenciado a muerte, no contará sin embargo en este punto con la la presidencia alemana de turno propuso que complicidad de la dirección del SPD, que a co- el Consejo no pidiera el indulto, argumentando

Antonio Muñoz Sánchez mienzos de los años setenta seguía prefiriendo que estaba fuera de la competencia del máximo el socialismo moderado del Partido Socialista órgano de decisión de la CEE «tomar posición del Interior (PSI) de Enrique Tierno Galván, al en asuntos internos de otros países».50 que venía apoyando a través de la Fundación Pese a la influencia cada vez mayor de la Friedrich Ebert.46 oposición a Franco, los líderes del SPD no to- En vista de la creciente hostilidad al norte de maron nunca en consideración la posibilidad de los Pirineos, el régimen español temió que su que pudiera desestabilizar la dictadura, por no periplo europeo iniciado con el Acuerdo Prefe- hablar ya de sustituirla.51 La llegada de la demo- rencial de junio de 1970 acabara convirtiéndose cracia a España después de Franco, cualquiera en un calvario. Considerando intolerables cier- que fuese su calidad, sólo sería posible mediante tas declaraciones procedentes de la Comisión un proceso de evolución totalmente controlado y del Parlamento Europeo tras conocerse las por el gobierno.52 En este sentido, Bonn depo- sentencias a muerte a seis miembros de ETA sitaba todas sus esperanzas en el príncipe don en Burgos, el gobierno de Franco informó a Juan Carlos, quien de forma inequívoca les hizo Bonn de que no descartaba cancelar el Acuerdo saber, como muy tarde en 1972, su voluntad de Preferencial.47 Aunque no pensó que se pudiera poner en marcha un proceso de democratiza- llegar a tanto, el gobierno alemán sí tomó muy ción cuando sucediera a Franco.53 Así las cosas, en serio las negativas consecuencias que un el gobierno de Willy Brandt entendió que Eu- incremento de la presión externa podía tener ropa debía seguir apostando por el programa sobre la política española en aquel periodo final reformista del gobierno de 1969 que había sido de la dictadura. Por ello, buscó disminuir los frenado por la presión de los inmovilistas y de la efectos del activismo antifranquista en Europa oposición democrática. El ministro de Exterio- y en la RFA sobre las relaciones bilaterales y res Walter Scheel lo expresó así públicamente sobre las relaciones España-CEE. Ya durante el durante su visita a Madrid en 1972: «Nos satisfa- Proceso de Burgos, el embajador español pudo ría ver mayores progresos en el proceso de ar- informar con satisfacción a su ministro de que monización de la economía y de las estructuras los partidos que formaban el gobierno alemán políticas necesario para la entrada [de España habían logrado evitar un debate en el Bundestag en la CEE]. Armonía no significa identidad [total e incluso cualquier declaración oficial sobre el con el modelo político de Europa occidental].»54 tema, «pese a que, según me ha dicho [el se- La política no ideológica del gobierno Brandt- cretario general del SPD] Hans-Jürgen Wisch- Scheel hacia España y su apoyo a los intereses newski, estaban bajo una enorme presión».48 de Madrid en la CEE irritó a muchos socialistas Bonn contribuyó también a que el Consejo de españoles, europeos y alemanes. El PSOE agra- la CEE no aceptara la petición de la fracción decía el apoyo que el SPD brindaba a aquellos socialista del Parlamento Europeo de imponer de sus miembros perseguidos en España, pero al estipulaciones políticas al desarrollo del Acuer- mismo tiempo lamentaba profundamente la que do Preferencial, argumentando que el acuerdo consideraba era una política de apaciguamiento tenía un «carácter puramente económico».49 Al de la dictadura.55 La dirección del PSOE en Tou- final, la despolitización de las relaciones España- louse se guardó sin embargo de airear sus dife- CEE acabaría convirtiéndose en una regla de rencias abismales con los socialdemócratas ale-

100 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 93-107 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Europeizar es democratizar manes, pues caso de hacerlo sólo evidenciaría la la RFA llevara a la agenda de las negociaciones orfandad internacional del partido y daría alas a condiciones de tipo político para el Régimen.58 los renovadores del interior que pugnaban por Con esta actitud, el poderoso SPD apareció desbancar a sus veteranos líderes. Este silencio ante los socialistas europeos mejor informados se rompería sin embargo excepcionalmente en como responsable de que Madrid no viera real- la primavera de 1970, cuando Walter Scheel mente en ellos «una barrera para la aproxima- decidió reunirse en Madrid con Enrique Tierno ción de España a la CEE».59 Galván y otros representantes de la oposición El lobby antifranquista del SPD no pudo rever- moderada para compensar las críticas en tir la tendencia posibilista de sus líderes, y hubo Alemania a su viaje. Promover de manera tan de conformarse con pequeñas y muy trabaja- espectacular ante la opinión pública europea y das victorias. Cuando en la primavera de 1971 española al líder del PSI pareció al PSOE un acto el miembro del PSOE y del SPD Carlos Pardo intolerable e insolidario por parte de los com- fue detenido en Barajas y puesto a disposición pañeros alemanes. Como respuesta, Le Socialiste del Tribunal de Orden Público para juzgarlo por hizo una denuncia en toda regla de la política de injurias al Jefe del Estado en la revista alemana cambio mediante acercamiento de Willy Brandt para emigrantes Exprés Español, el SPD decidió hacia la España de Franco: no pedir su liberación. Pero Hans Matthöfer se [El SPD considera] que sólo una aproximación rebeló, movilizo a la opinión pública de izquier- entre las dos Alemanias puede conducir a una das y tras una dura discusión con los dirigentes liberalización de la dictadura comunista de Wal- de su partido logró que estos aceptasen ame- ter Ulbrich. Pero si este análisis pudiera resultar nazar al gobierno de España con cancelar el acertado para Alemania oriental, aplicado a España Acuerdo de Emigración de 1960. Apenas tuvo resulta falso por la experiencia de más de 30 años noticia de que tal iniciativa iba a ser llevada al de dictadura franquista. [...] Las medias tintas se traducen en una complicidad en la opresión del Bundestag, Madrid liberó a Carlos Pardo. No pueblo español [...]. No exigimos de la RFA ni de acabarían ahí los desencuentros entre la direc- nuestros compañeros socialdemócratas una inter- ción del SPD y Matthöfer, quien rechazaba por vención más activa en apoyo de nuestra lucha. Pero indigno de un gobierno de izquierdas el argu- denunciamos [aquellas de sus acciones] que son mento de que la presión sobre Madrid pondría tan perjudiciales para la lucha del pueblo español en peligro proyectos millonarios de la industria por sus libertades fundamentales como los crédi- alemana en España como la introducción del sis- tos y ayudas financieras que [...] concede el Go- tema de TV en color PAL de Siemens. Matthöfer bierno federal alemán a los oligarcas de España.56 tampoco lograría convencer a los líderes de su En la Internacional Socialista o en el Buró de partido para que mostraran mayor atención a Partidos Socialistas de la CEE, el SPD se negó a los renovadores del PSOE, a los que durante seguir a algunos partidos en su pretensión de años sólo les quedó lamentar la actitud de regresar a una política de abierta hostilidad ha- «esos compañeros de mirada fría y amable que cia el franquismo como la de los años cincuenta. te escuchan sin oírte y para los cuales España y Con ocasión del Proceso de Burgos, el SPD el socialismo español en especial son inexisten- boicoteó un texto consensuado por los demás tes».60 El escepticismo del SPD hacia el PSOE partidos porque condenaba explícitamente el quedaría crudamente de manifiesto con ocasión régimen español.57 A finales de 1972, cuando se del congreso de Suresnes, al que el partido ale- debatía una revisión del Acuerdo Preferencial mán envió una delegación compuesta por una para ajustarlo a la inminente ampliación de la sola persona, una funcionaria del Departamento Comunidad, los sindicatos alemanes y la izquier- de Relaciones Internacionales sin ninguna rele- da española pidieron en vano a Willy Brandt que vancia política.61

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Cuando en la primavera de 1974 la Era Brandt esperanzas se quebraron, sin embargo, de forma se aproximaba a su inesperado final, la coalición inesperada con la crisis del petróleo de noviem- social-liberal realizaba un balance global positivo bre de 1973, cuya capacidad desestabilizadora de su política hacia España. Contrariamente al se mostró en toda su dimensión en el flanco Estado Novo portugués, que había utilizado los sur del continente europeo.65 Cómo la RFA, en

Antonio Muñoz Sánchez crecientes lazos económicos y políticos con la su papel de potencia occidental menos afectada RFA y otras democracias europeas para estabi- por la depresión económica y más interesada lizar el régimen y mantener manu militari su fan- en que no se malograra la distensión europea, tasía colonial en África62, el franquismo parecía respondió a esta crisis mediterránea de media- caminar, lenta pero inexorablemente, hacia su dos de los años setenta es una cuestión de gran propia disolución en su voluntario acercamien- interés que sólo muy recientemente está siendo to a Europa. Aunque las reformas anunciadas abordada por la historiografía.66 En el caso de en 1969 habían quedado en nada, el debate España, no hay duda de que la posición alemana sobre cómo alcanzar la democracia a la española se vio muy influida por el temor a que la tran- era ya omnipresente en el país. Los dirigentes sición al postfranquismo pudiera verse afectada franquistas no eran por supuesto demócratas, por la caótica Revolución de los Claveles que pero tenían plena conciencia de que después de tenía lugar en la vecina Portugal. Franco la legitimidad del sistema y de la propia El colapso incruento del Estado Novo el monarquía se desvanecería rápidamente si ellos 25 de abril de 1974 y la festiva explosión de no eran capaces de implantar en España un sis- libertad que siguió tuvieron un enorme impacto tema parlamentario, condición imprescindible en España.67 Los inmovilistas se reorganizaron y para que se cumpliese el destino manifiesto de lanzaron una agresiva campaña contra las refor- la nación: la plena integración en la CEE. Traer mas de Carlos Arias Navarro, mientras que la la democracia sin romper el Régimen era pre- oposición floreció, llegándose a la creación en cisamente el gigantesco reto que se impuso el verano de aquel año de una Junta Democrática gobierno de Carlos Arias Navarro constituido dominada por el Partido Comunista de Santia- en enero de 1974. Travestido de liberal, el nuevo go Carrillo. Con su margen de acción cada vez presidente se descolgó con un sorprendente más restringido, el gobierno mandó insistentes programa que daría al país unas así llamadas aso- mensajes a los dirigentes alemanes, «que son ciaciones políticas, original versión española de los únicos que realmente apoyan los esfuerzos los partidos políticos. El SPD dio la bienvenida de España por aproximarse a Europa», para que a Arias en el convencimiento de que con él «las mantuvieran su confianza en Arias.68 El nuevo posibilidades de una genuina liberalización, que gobierno de Helmut Schmidt respondió positi- por supuesto sólo será efectiva a largo plazo», vamente a esta llamada e ignoró a quienes, eran reales.63 como el PSOE, clamaban que la Comunidad Económica Europea no pusiera en marcha las Temor a la infección portuguesa: Helmut Schmidt y negociaciones para un nuevo acuerdo comercial la agonía del régimen de Franco con un gobierno que trataba de vender una pa- rodia de democratización.69 Las negociaciones El cálculo de los estrategas de la política ex- se iniciaron en noviembre de 1974, y sólo lo terior alemana era que la ostpolitik contribuiría alejado de las posiciones iniciales de am- a crear un Orden Europeo de Paz en el cual las bas partes en lo referente a las concesiones dictaduras de cualquier signo, libres ya de toda arancelarias impidió una rápida conclusión de presión externa, evolucionasen voluntariamen- las mismas.70 La postura alemana en los meses te para así poder acercarse a la CEE.64 Estas siguientes fue que la Comunidad debía aceptar

102 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 93-107 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA la propuesta española y cerrar cuanto antes un Estrasburgo como una vuelta de tuerca en la Europeizar es democratizar acuerdo que aportara estabilidad a las relacio- estrategia del PCE dirigida a lograr la ruptura nes CEE-España en un momento especialmente democrática. Entendía Lilienfeld que si los re- complicado para este país.71 formistas del Régimen se mostraban incapaces Pero la confianza en la capacidad de Carlos de llevar adelante la transición y la oposición Arias para ir poniendo las bases de la democ- terminaba dominando la situación política, la racia en España se iba a ver seriamente dañada poderosa organización comunista de Carrillo en los primeros meses de 1975. En febrero, su no tardaría, «como ahora [el PC de Cunhal] en 77 proyecto reformista sufrió un duro revés al Portugal», en acaparar todo el poder. plegarse el presidente al veto impuesto por el Bajo la impresión de todos estos acontec- Caudillo a la asociación política proyectada por la imientos, a comienzos de la primavera de 1975 máxima figura el reformismo franquista, Manuel el SPD concluyó que, debido sobre todo a la Fraga.72 Ante el ascenso de las protestas de la fuerza del PCE, la transición a la democracia oposición, y sobre todo de Comisiones Obre- en España corría serio peligro de fracasar. Para ras, el nuevo embajador de la RFA en Madrid, contribuir a evitar este oscuro panorama los Georg von Lilienfeld, advirtió a su gobierno en dirigentes del partido decidieron que, exacta- las semanas siguientes de que España se enfren- mente igual que en Portugal, liderarían una ini- taba a serias tensiones si Arias no era capaz de ciativa del socialismo europeo para apoyar de librarse de la sombra de Franco y relanzar la forma masiva a una organización de izquierdas reforma.73 Esta preocupación se convirtió en en España que hiciera de contrapeso a los co- alarma a mediados de marzo cuando, en respu- munistas.78 Esta organización sólo podía ser el esta a un intento de golpe de derechas, Portugal PSOE porque, al contrario que el PSI-PSP de se convirtió de facto «en una dictadura militar Tierno Galván, el partido de Felipe González no de izquierdas».74 El giro al abismo de la Revolu- había entrado en la Junta Democrática y en los ción de los Claveles incrementó enormemente últimos meses había mandado a los partidos de el grado de distorsión del cristal portugués a la Internacional Socialista señales inequívocas través del cual la RFA venía observando la políti- de que confiaba en el príncipe don Juan Car- ca española. Durante aquellas mismas jornadas los como piloto de la transición y se oponía en que el Partido Comunista de Alvaro Cunhal, radicalmente a formar un frente común con los según advertía el socialista Mario Soares en un comunistas.79 Invitado a visitar Bonn en abril, el desesperado SOS a Helmut Schmidt, había dado joven líder del PSOE dejó bien claras sus inten- un paso de gigante en su estrategia de definitivo ciones ante Willy Brandt al afirmar que «la lucha asalto al poder,75 una amplia delegación de la política decisiva en el periodo de transición tras Junta Democrática mantuvo contactos en Estras- la muerte de Franco sería entre comunistas y burgo con miembros del Parlamento Europeo socialistas».80 Siguió entonces la exposición de y de la Comisión. La normalidad con la que los compañeros alemanes de las medidas de estas instituciones europeas recibieron a los respaldo económico, político y logístico que el miembros de una organización ilegal dominada SPD y la Fundación Ebert estaban dispuestos a por los comunistas cuyo objetivo declarado era poner en marcha para ayudar a convertir aquel subvertir el orden institucional español produjo pequeño PSOE, con poco más de 2.000 afiliados la absoluta indignación del gobierno de Franco, y sólo dos liberados, en un partido de masas que exigió y consiguió de aquellas una disculpa capaz de alcanzar un buen resultado en las formal.76 Comprensivo con la reclamación de primeras elecciones que convocaría el gobierno Madrid, el embajador de la RFA interpretó la de la monarquía.81 manifestación de fuerza de la oposición en En respuesta a las insistentes llamadas del go-

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bierno español para que «acompañase de forma a sus colegas de Holanda y Dinamarca de que la amistosa» el proceso de transición,82 el gobierno presión externa era contraproducente, tras lo alemán advirtió a partir de mediados de 1975 cual fue posible aprobar la siguiente resolución que el proyecto reformista basado en las aso- nebulosa: «en el momento presente, no se pue- ciaciones políticas había sido ya sobrepasado por den retomar las negociaciones entre la CEE y 86

Antonio Muñoz Sánchez los acontecimientos y era necesario por tanto España». Al día siguiente, el embajador alemán abrir un diálogo con la oposición no comunista, regresó a Madrid. muy especialmente con el PSOE. Este mensa- En un ambiente dominado por las intrigas je fue expuesto en términos diplomáticos por palaciegas y la incertidumbre total sobre el in- Helmut Schmidt a Carlos Arias en el encuentro mediato futuro, a finales de octubre don Juan que ambos mantuvieron durante la Cumbre de Carlos asumió la Jefatura del Estado. En los días Helsinki a finales de julio,83 y también por el siguientes, el embajador alemán pidió insisten- embajador Lilienfeld al príncipe don Juan Carlos. temente al príncipe que se devolviera a Felipe Mientras el presidente del Gobierno fue muy González su pasaporte para que pudiera asistir reticente a seguir el consejo, e incluso se negó a al congreso del SPD en Maguncia. El partido dar satisfacción a una solicitud personal de Willy alemán había concebido el congreso como un Brandt para que se devolviera a Felipe González escenario en el que se presentaría como la su pasaporte, de forma que éste pudiera realizar vanguardia de un renovado socialismo capaz de una gira de promoción por Europa, el príncipe dar respuestas progresistas a la crisis del con- de España se mostró receptivo e hizo saber a tinente.87 A invitación de Willy Brandt, el quién los alemanes que estaba dispuesto a establecer es quién de la izquierda democrática europea relaciones con los principales partidos de la estaría allí reunido, y el líder del PSOE no podía oposición, a excepción del PCE, apenas sucedie- faltar a la cita para así darse a conocer.88 Per- ra a Franco.84 mitiendo que González atendiera al congreso, Las ejecuciones a finales de septiembre de dijo el embajador Lilienfeld a don Juan Carlos, el 1975 de tres miembros del FRAP y dos de ETA futuro rey estaría mandando una clara señal a la provocaron una explosión de indignación en escéptica Europa sobre su voluntad y capacidad todo el mundo. Los países de la CEE, a excep- de romper con el pasado franquista e iniciar una ción de Irlanda, retiraron a sus embajadores en nueva era de democratización y reconciliación Madrid. Los sindicatos europeos por su parte nacional.89 Finalmente, el príncipe logró imponer pidieron el bloqueo económico del franquismo. esta decisión a su presidente y Felipe González Temiendo que la opinión pública arrastrara a voló a Alemania para asistir a la última jornada los gobiernos europeos a aislar a España, una del congreso del SPD. situación que según el propio PSOE debilitaría a Como ya vimos al inicio de este ensayo, los reformistas en torno al príncipe y a la opo- desde la tribuna del congreso del SPD en Ma- sición no comunista dificultando enormemente guncia Felipe González apeló a la conciencia de la transición, Bonn decidió calmar los ánimos en los dirigentes europeos para que no cometie- el seno de la CEE.85 Dos días antes de las ejecu- sen de nuevo el error de dar la espalda a los ciones, el Parlamento Europeo había aprobado demócratas españoles. Los veteranos líderes una dura resolución en la que instaba al Con- de la socialdemocracia alemana allí presentes sejo a congelar las relaciones con España hasta seguramente hacían un balance más benévolo que las libertades hubiesen sido reinstauradas de su estrategia dirigida a europeizar la dictadura en el país. Durante la reunión del Consejo el de Franco. En todo caso, no era el momento día 6 de octubre, el ministro de Exteriores ale- de debatir del pasado; eso quedaba a juicio de mán Hans-Dietrich Genscher logró convencer la Historia. A ellos, como políticos que eran, lo

104 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 93-107 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Europeizar es democratizar que les correspondía era mirar hacia adelante promoting democracy in Franco’s Spain, 1970-1975», en y volcarse en apoyo al PSOE, un partido que HARST, Jan van der (ed.), Beyond the Customs Union: The European Community’s Quest for Deepening, Widening and de forma no previsible se había convertido en Completion, 1969-1975, Baden-Baden/Brussels/Paris, No- elemento central de la política oficial de la RFA mos Verlag/Bruylant/L.G.D.J., 2007, p. 163. hacia España. La profunda crisis mediterránea de 7 La positiva valoración de la política económica del fran- mediados de los años setenta había posibilitado quismo se debe al más prestigioso economista por enton- ces en el SPD, BAADE, Fritz, ...denn sie sollen satt werden. que se hiciera realidad para el SPD el sueño Strategie des Weltkampfes gegen den Hunger, Stalling, Ol- de todo partido de izquierdas: que la realpolitik denburg, 1964. En reconocimiento a sus iniciativas para el dictada por los intereses nacionales estuviera desarrollo agrario de Andalucía, la Universidad de Sevilla otorgó a Baade el título doctor honoris causa. en perfecta armonía con la solidaridad interna- 8 Wilhelm Dröscher (diputado del SPD) a Fritz Erler y Her- cional. Tan intenso y fructífero iba a resultar en bert Wehner (miembros de la dirección del SPD), sobre los años siguientes el respaldo solidario del SPD su conversación con el Sr. Izquierdo, 19.6.1963; informe al PSOE que no parecía lógico que esa amistad de Hans-Eberhard Dingels (director del Departamento de Relaciones Internacionales del SPD) sobre su entrevista careciese de profundas raíces. Por ello se creó en Bonn con Fernando Olivié (director del Departamento un relato idealizado del pasado común en el que de Europa Occidental del Ministerio de Asuntos Exterio- no había lugar para posiciones tibias de la so- res), 1.4.1964. Ambos en Archiv der sozialen Demokratie (AdsD), Bonn, SPD Parteivorstand 11771. cialdemocracia alemana hacia el franquismo y sí 9 Acta de la reunión de la dirección del SPD, 11.4.1964, AdsD, una constante ayuda y cercanía a los demócra- SPD Parteivorstandsprotokolle. tas españoles y sobre todo al PSOE. Que esa 10 Borrador de un informe de Käte Strobel (parlamentaria memoria histórica construida por los propios del SPD y presidenta de la fracción socialista del Parlamen- to Europeo) sobre las relaciones exteriores de la CEE, s.f. interesados haya sido asumida durante tantos [primavera de 1964], AdsD, Nachlass Käte Strobel 66. años de manera casi acrítica por muchos histo- 11 ASCHMANN, Birgit, Treue Freunde? Westdeutschland und riadores pone en evidencia, en nuestra opinión, Spanien, 1945-1963, Stuttgart, Franz Steiner Verlag, 1999; ciertas debilidades en los estudios del franquis- SANZ DÍAZ, Carlos, «España y la República Federal de Alemania (1949-1966). Política, economía y emigración, en- mo y la transición que es necesario superar si tre la Guerra Fría y la distensión», tesis doctoral, Madrid, aspiramos a un más profundo conocimiento de Universidad Complutense, 2005. nuestra compleja Historia del presente. 12 Informe de Erler a la fracción del SPD en el Bundestag sobre su viaje a España, 4.5.1965, AdsD, Helmut Schmidt Archiv 5038. NOTAS 13 «Wallfahr zum Caudillo», Christ und Welt, 5.2.1965; «Erlers Stippvisite», Die Zeit, 9.4.1965. 14 1 Citado en Exprés Español (revista mensual socialista edita- «Spanien», Parlamentarisch-Politischer Pressedienst (boletín da en Frankfurt), 64 (enero 1976), p. 11. interno de la fracción del SPD en el Bundestag), 9.4.1965. 15 2 PEREIRA CASTAÑARES, Juan Carlos y MORENO JUSTE, GUIRAO, Fernando, «The Spanish Socialist Party», en Antonio, «Spain: in the centre or on the periphery of Eu- GRIFFITHS, Richard T. (ed.), Socialist Parties and the Ques- rope?», en COSTA PINTO, Antonio y SEVERIANO TEIX- tion of Europe in the 1950’s, Leiden/New York/Köln, E. J. Brill, EIRA, Nuno (eds.), Southern Europe and the Making of the 1993. 16 European Union, 1945-1980s, New York, Columbia Univer- Comunicado del Comité Federal Español del Movimiento sity Press, pp. 62-63. Europeo (controlado por el PSOE), 3.6.1964, Archivos His- 3 CAVALLARO, Maria Elena, «El europeísmo y la oposición tóricos de la Unión Europea, Florencia, Movimiento Euro- desde el franquismo hasta la Transición democrática», en peo 1538. Salvador de Madariaga dimitió como presidente QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ, Rafael (coord.), His- del Comité Federal Español del Movimiento Europeo en toria de la Transición en España, Madrid, Biblioteca Nueva, desacuerdo con este comunicado. Véase ARRIETA ALBER- 2007. DI, Leyre, Estación Europa. La política europeísta del PNV en el 4 ORTUÑO ANAYA, Pilar, Los socialistas europeos y la transi- exilio (1945-1977), Madrid, Tecnos, 2007, p. 314. ción española (1959-1977), Madrid, Marcial Pons, 2005. 17 Pascual Tomás (secretario general de la UGT y presidente 5 Véase por ejemplo MARTÍN, Óscar José y ORTIZ HERAS, del PSOE) a Omer Bécu (secretario general de la Confede- Manuel (coords.), Claves internacionales en la transición espa- ración Internacional de Organizaciones Sindicales Libres), ñola, Madrid, Catarata, 2010. 16.4.1965, Archivo de la Fundación Largo Caballero, Madrid, 6 GUIRAO, Fernando, «The European Community’s role in 372-381. 18 MUÑOZ SÁNCHEZ, Antonio, «Entre dos sindicalismos.

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La emigración española a la RFA, los sindicatos alemanes y AdsD, WBA A11.1/1. la Unión General de Trabajadores, 1960-1964», Documento 37 Secretario de Estado Paul Frank (desde Abiyán) al Auswär- de Trabajo de la Fundación 1º de Mayo, 1 (2008). tiges Amt comunicando la decisión de Brandt de cancelar 19 MATEOS LÓPEZ, Abdón, Exilio y clandestinidad. La recons- la visita a España, 29.3.1968, PAAA, B1/339. Hasta muy re- trucción de la UGT, 1939-1977, Madrid, UNED, 2001, pp. 158 cientemente, nuestra historiografía dio por buena la ver- y ss. sión interesada que de aquellos hechos hizo por entonces 20 Informe del encuentro entre miembros del Comité Fede- el PSOE. Para hacer creer que el partido seguía teniendo Antonio Muñoz Sánchez ral Español del Movimiento Europeo y de la fracción socia- peso en Europa, Rodolfo Llopis dio a entender en Le So- lista del Parlamento Europeo, 28.9.1966, AdsD, IG Metall 5/ cialiste que él había influido en la decisión de Brandt de no IGMA071606. viajar a Madrid. 21 Enrique Gironella a Rodolfo Llopis, 15.11.1966, Archivo de 38 Hans Matthöfer pidió explicaciones al gobierno por este la Fundación Pablo Iglesias (AFPI), Alcalá de Henares, AJGG tema en el Bundestag. Verhandlungen des Deutschen Bundes- 559-24. tages, quinta legislatura, sesión del 28 de febrero de 1969, 22 ASCHMANN, Birgit, «The Reliable Ally: Germany Sup- pp. 11852-11854. ports Spain’s European Integration Efforts, 1957-67», Jour- 39 Propuesta del Dr. Hansen a su ministro Brandt sobre reac- nal of European Integration History, 7-1 (2001), pp. 37-51. ción al estado de excepción en España (26.2.1969), refren- 23 «Brandt unterstützt Spaniens EWG-Wünsche», Frankfurter dada por Brandt con su firma (1.3.1969), PAAA, B26/387. Allgemeine Zeitung, 9.12.1966. 40 Informe del Auswärtiges Amt sobre relaciones España-CEE, 24 Boletín interno del SPD, de fecha no identificada, entrega- 26.2.1969, PAAA, B20/200-1484. do por un miembro del partido al embajador español en 41 Informe de la embajada alemana sobre visita de Scheel a Bonn, José de Erice, y remitida por éste a Madrid. Erice a España, 12.3.1970, PAAA, B20/1852. Nerva, 14.12.1966, Archivo del Ministerio de Asuntos Ex- 42 Informe del Auswärtiges Amt sobre el nuevo gobierno es- teriores, (AMAE), Madrid, R.10177-1. pañol, diciembre 1969, PAAA, B1/340. 25 TÜRK, Henning, Die Europapolitik der Grossen Koalition, 43 Ibídem. 1966-1969, München, Schriftenreihe der Vierteljahrshefte 44 MOLINERO, Carme e YSÀS, Pere, La anatomía del franquis- für Zeitgeschichte, 93, 2006, capítulos I y II. mo, Barcelona, Crítica, 2008, pp. 141 y ss. 26 APEL, Hans, «Spanien und die EWG», Pressemitteilungen 45 ORTUÑO ANAYA, Pilar, Los socialistas europeos, ob. cit., pp. und Informationen, 16.1.1967. 190-194. 27 ASCHMANN, Birgit, «The Reliable Ally», ob. cit., pp. 44-45. 46 MUÑOZ SÁNCHEZ, Antonio, «La Fundación Ebert y el 28 BONDY, François, «Umgang mit Diktaturen: Griechenland, socialismo español de la dictadura a la democracia», Cua- Spanien, Portugal», publicación desconocida, s.f. [c. abril dernos de Historia Contemporánea, 29 (2007), pp. 257-278. 1968], consultable en Politisches Archiv-Auswärtiges Amt 47 (PAAA), Berlín, B1/339. Embajador de la RFA ante la CEE, Hans-Georg Sachs, al 29 Sobre la generalizada simpatía en la RFA hacia Franco y Auswärtiges Amt sobre conversación con su homólogo su régimen hasta 1966, véase WOHLFEIL, Rainer, «Der español Alberto Ullastres, 12.2.1971, PAAA, B20/1854. 48 spanische Bürgerkrieg 1936-1939. Zur Deutung und Na- José de Erice a López Bravo, 31.12.1970, AMAE, Política chwirkung, Vierteljahreshefte für Zeitgeschichte, 2 (1968), pp. Exterior 1970, caja 6. 49 101-119. Referido en un informe de Sachs al Auswärtiges Amt, 30 SANZ DÍAZ, Carlos, «Las movilizaciones de los emigran- 15.2.1971, PAAA, B20/1854. 50 tes españoles en Alemania bajo el franquismo. Protesta po- nota del Auswärtiges Amt sobre la inminente ejecución, lítica y reivindicación sociolaboral», Migraciones y Exilios, 7 26.2.1974, PAAA, Zwischenarchiv 105669. 51 (2006), pp. 51-80. «Madrid: Das grosse Warten auf die Zukunft», Parlamenta- 31 Sobre las múltiples medidas de apoyo de Matthöfer al risch-Politischer Pressedienst, 2.4.1973. antifranquismo, véase ABELSHAUSER, Werner, Nach dem 52 Informe de la embajada alemana sobre la política española Wirtschaftswunder. Der Gewerkschaftler, Politiker und Un- en 1973, 25.1.1974, PAAA, Zwischenarchiv 101440. ternehmer Hans Matthöfer, Bonn, Dietz, 2009, pp. 216-240. 53 Informe sobre la visita del príncipe don Juan Carlos a la 32 MATTHÖFER, Hans, «Seltsames Zusammenspiel zwischen RFA, 9.10.1972, PAAA, B26/454. Bonn und Madrid», Frankfurter Rundschau, 3.8.1967. 54 Informe de Ruyter (Auswärtiges Amt) al secretario de Es- 33 Caso extremo fue el ministro de Exteriores Gregorio Ló- tado Hans Apel sobre las relaciones España-CEE, 23.3.1973, pez Bravo, quien bromeó con su homólogo Walter Scheel PAAA, Zwischenarchiv 105669. en 1970 diciéndole que quizás un día tendría que pedir 55 Rodolfo Llopis a Rolf Reventlow (periodista alemán afilia- asilo político en la RFA. Akten zur Auswärtigen Politik der do desde 1937 al PSOE), 27.3.1968, AFPI, AE-595-9. Bundesrepublik Deutschland (AAPD) 1970, doc. 172. 56 «Adelante con los faroles», Le Socialiste, 14.5.1970. 34 AAPD 1968, doc. 355. 57 Veronika Isenberg a Hans-Eberhard Dingels (ambos del 35 Embajador Helmut Allardt al Ministerio Federal del Asun- departamento de Relaciones Internacionales del SPD) so- tos Exteriores (Auswärtiges Amt) sobre la situación políti- bre sesión del Buró de los Partidos Socialistas de la CEE, ca en España, PAAA, B26/389, 10.10.1967. 21.12.1970, AdsD, SPD Parteivorstand 2811. 36 Otto Brenner (presidente del IG Metall) a Willy Brandt, 58 Ludwig Rosenberg (presidente de la DGB) a Willy Brandt, 13.3.1968, AdsD, IMB 885; Brandt a Brenner, 19.3.1968, 28.9.1972; Brandt a Rosenberg, 9.11.1972. Ambos en AdsD,

106 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 93-107 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Europeizar es democratizar WBA A11.2/15. 21.3.1975, AdsD, Nachlass Bruno Friedrich 1536. 59 Así lo entendía el PSI, según se expresa en su informe so- 76 Telegrama de Pedro Cortina a los embajadores españoles bre las relaciones España-CEE, 29.9.1972, AdsD, SPD Par- en las capitales de los Nueve con instrucciones para un teivorstand 11423. démarche ante el gobierno correspondiente, 22.3.1975, 60 Tina Díaz (esposa de Enrique Múgica) a Hans Matthöfer, AMAE, 60/08-13 (E). 23.2.1973, AdsD, Nachlass Hans Matthöfer 0258. 77 Lilienfeld al Auswärtiges Amt, 18.3.1975, PAAA, Zwischen- 61 Como señala Abdón Mateos, Suresnes es un «incombus- archiv 110257. tible mito político que ha terminado confundiendo la me- 78 Acta de la sesión del Comité para Relaciones Internacio- moria». El relato heroico hace aparecer en el congreso a nales de la dirección del SPD, 21.3.1975, AdsD, Nachlass líderes del socialismo europeo que en realidad no asistie- Bruno Friedrich 100352. ron, como Bruno Kreisky y Willy Brandt. Véase, por ejem- 79 Informe de Veronika Isenberg sobre la sesión del Comité plo, CARVAJAL, Pedro y MARTÍN CASAS, Julio, Memoria España de la Internacional Socialista celebrado en Londres socialista. 125 años, Madrid, Temas de Hoy, 2005, p. 174. La el 12 de enero de 1975, 21.1.1975, AdsD, SPD Parteivors- cita sobre Suresnes, en MATEOS, Abdón, Historia y memo- tand 11423. ria democrática, Madrid, Eneida, 2007, p. 50. 80 Informe de Dingels sobre la visita de González, 23.4.1975, 62 MUÑOZ SÁNCHEZ, Antonio, «La socialdemocracia ale- AdsD, SPD Parteivorstand 11491. mana y el Estado Novo (1961-1974)», Portuguese Studies 81 MUÑOZ SÁNCHEZ, Antonio, «La política del SPD hacia Review, 13.1-2 (2005), pp. 477-503. el PSOE desde la dictadura a la democracia (1962-1977). 63 «Madrid: Wieder einmal ‘Apertura’-Hoffnungen», Parlamen- De la solidaridad a la realpolitik», tesis doctoral, Florencia, tarisch-Politischer Pressedienst, 18.3.1974. Instituto Universitario Europeo, 2010, capítulo 3. 64 WILKENS, Andreas, «Willy Brandt und die europäische 82 nota sobre el encuentro del jefe de la Cancillería con el Einigung», en KÖNIG, Mareike y SCHULZ, Matthias (Hg.), ministro español de Presidencia, 24.6.1975, AdsD, Helmut Die Bundesrepublik Deutschland und die europäische Einigung, Schmidt Archiv 7077. 83 1949-2000, Stuttgart, Franz Steiner Verlag, 2004. AAPD 1975, doc. 242. 84 65 VARSORI, Antonio (coord.), Alle origini del presente. L’Europa Lilienfeld al Auswärtiges Amt sobre su conversación con occidentale nella crisi degli anni Settanta, Milano, Franco Ag- don Juan Carlos, 6.8.1975, PAAA, Zwischenarchiv 110257. 85 neli, 2007. nota del Auswärtiges Amt sobre las ejecuciones, 30.9.1975, 66 La Südpolitik es un tema marginal en la masa de estudios PAAA, Zwischenarchiv 110258. 86 sobre la política exterior de Brandt. Veáse BANGE, Oliver, Informe del Auswärtiges Amt sobre relaciones España-CEE, «Ostpolitik-Etappen und Desiderate der Forschung. Zur 10.10.1975, PAAA, Zwischenarchiv 105669. 87 internationale Einordnung von Willy Brandts Aussenpoli- Hasta entonces el SPD no había mostrado interés en tik», Archiv für Sozialgeschichte, 46 (2006), pp. 713-736. coordinar con otros partidos socialistas su política euro- 67 SÁNCHEZ CERVELLÓ, Josep, La revolución portuguesa y su pea. Veáse HIEPEL, Claudia, «‘Europa gehört keiner Partei’: influencia en la transición española (1961-1976), Madrid, Ne- Die SPD und der Weg vom Socialist Information and Liai- rea, 1993, capítulo V. son Office zur Sozialdemokratischen Partei Europas», en 68 Embajador de la RFA en Madrid, Georg von Lilienfeld, al MITTAG, Jürgen (Hg.), Politische Parteien und europäische In- Auswärtiges Amt sobre su encuentro con el ministro de tegration. Entwicklung und Perspektiven transnationaler Partei- Exteriores Pedro Cortina, 31.8.1974, PAAA, Zwischenar- kooperation in Europa, Essen, Klartext, 2006. 88 «Die Linke auf Tauchstation», Die Zeit, 14.11.1975. chiv 101441. La cita reproduce palabras textuales del mi- 89 Lilienfeld al Auswärtiges Amt sobre su conversación nistro. con don Juan Carlos, 10.11.1975, PAAA, Zwischenarchiv 69 Manifiesto firmado por Felipe González y Nicolás Redon- 110257. do y dirigido por el secretario general de la CIOSL al Con- sejo de ministros de la CEE, 22.11.1974, PAAA, Zwische- narchiv 105669. 70 TROUVÉ, Matthieu, L’Espagne et l’Europe. De la dictature de Franco à l’Union européene, Bruxelles, Peter Lang, 2008, pp. 154-157. 71 Informe del Auswärtiges Amt sobre relaciones CEE-España, 31.1.1975, PAAA, Zwischenarchiv 105669. 72 TUSELL, Javier y G. QUEIPO DE LLANO, Genoveva, Tiem- po de incertidumbre. Carlos Arias Navarro entre el franquismo y la Transición (1973-1976), Barcelona, Crítica, 2003, pp. 153 y ss. 73 Lilienfeld al Auswärtiges Amt, 6.3.1975, PAAA, Zwischenar- chiv 110257. 74 Embajador de la RFA en Lisboa, Fritz Caspari, al Auswärti- ges Amt, 14.3.1975, PAAA, Zwischenarchiv 113503. 75 Nota para el canciller sobre el mensaje de Soares,

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Política cultural y transición a la democracia: el caso del Ministerio de Cultura UCD (1977-1982)

Giulia Quaggio Universidad Complutense

El Ministerio de Cultura, producto de la transición pañol está, por tradición, dispersa entre diferen- cultural tes organizaciones administrativas y no sólo las que llevan el epíteto de «cultural», he elegido de El objeto de esta particular perspectiva sobre adoptar como actor protagonista al Ministerio el proceso de democratización en España es la de Cultura. El interés en el Ministerio de Cultura cultura, o mejor dicho, la gestión política que de se debe a que, como ya había pasado en la V Re- la misma realizaron los Gobiernos de transición. pública Francesa, este Ministerio representa una Por tradición, la política cultural está incluida institución gubernativa de ruptura fundamental. entre las actividades políticas secundarias, de Urfalino habla de «invento» de la política cultu- simple «adjetivización»,1 en segundo plano con ral a partir de la misma fundación gaullista del relación a otros campos gubernativos, como la Ministerio de Cultura en 1959.3 política económica, la política militar o la políti- La introducción de un Ministerio que, de ca exterior, que tendrían más correspondencia manera explícita y exclusiva, se entregue a la en la vida de los ciudadanos. Mi propuesta, en producción artística e intelectual en sus dife- cambio, es precisamente la de rescatar un ám- rentes manifestaciones, señalaría, de hecho, la bito administrativo muchas veces subestimado voluntad de poner en marcha una nueva forma para convertirlo en la categoría analítica que de intervención pública que, apartada de las po- esclarezca continuidades y rupturas, transfor- líticas educativas, se manifieste en su objetivo maciones e impulsos para el cambio dentro del de democratización y divulgación del arte. En peculiar proceso de transición española. este sentido, no sorprende que el nacimiento Es posible definir la política cultural con la del Ministerio de Cultura en España en 1977 sea ayuda conceptual de Néstor García Canclini un producto directo de la transición democrá- como «el conjunto de intervenciones realizadas tica posfranquista. por el Estado, las instituciones civiles y los gru- En este contexto, vamos a ver, en concreto, pos comunitarios organizados a fin de orientar la parte central del proceso de transición, o sea el desarrollo simbólico, satisfacer las necesida- la etapa de transformación y «normalización» des culturales de la población y obtener con- llevada a cabo por los centristas de la Unión de senso para un tipo de orden o de transforma- Centro Democrático (1977-1982), que buscan- ción social».2 do un acuerdo entre todas las partes sociales Dado que la política cultural en el Estado es- implicadas en el cambio, entre luces y sombras,

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actuaron una política de integración, de estra- base del panorama cultural de la transición. Sin tégica y peculiar recuperación de la cultura embargo, como el análisis de Elisa Chuliá ha sa- republicana y de reivindicación de la identidad cado a la luz,7 no es suficiente cerrar la cuestión

Giulia Q uaggio cultural española. como fracaso del franquismo; la política cultural El cambio político vino a coincidir con cam- de la última etapa del Régimen tiene que ser in- bios estructurales más grandes: España, al igual terpretada de igual forma que un nuevo discur- que los demás países occidentales, inició el so de legitimación del Estado, que, como hemos complejo camino de estructuración de una «so- dicho, se extendió también a los primeros años ciedad de la cultura».4 Con el paso del tiempo, posteriores a la muerte de Franco. el mundo de las artes y de la cultura ha adqui- Dentro de este contexto, donde al principio rido una proyección cada vez mayor, tanto en la de la Transición convivían diferentes y concu- esfera política como en la social. rrentes culturas, producidas bien por los que Como ya han sacado a la luz diferentes estu- eran simpatizantes del Régimen, bien por los dios, es en los años ochenta, con el Gobierno se habían alejado de él, surgió el Ministerio de socialista, cuando, en un momento de entusias- Cultura en medio de una naciente sociedad civil mo histórico, la cultura se vuelve explícitamente predemocrática. moderna y joven, más que nunca oficial y legi- Este Ministerio tuvo que enfrentarse a la me- timada como verdadero sinónimo de democra- moria de la violencia que el Estado franquista cia.5 Durante esta larga mayoría absoluta del imprimió al campo cultural –censuras, listas ne- PSOE, el mundo de la cultura, en especial las gras y desapariciones–, pero también, y por esas artes visuales, adquieren una función estratégica mismas causas, se enfrentó con la necesidad de de promoción del cambio en un país que quiere refundarlo –replanteando para ello el lugar de enfatizar su incorporación al club europeo de los intelectuales y su relación con la sociedad. las democracias parlamentarias. Por eso, y en A la muerte del dictador, la hipótesis de rup- comparación con la consolidación democrá- tura con el anterior régimen se mostró imprac- tica de los socialistas, los años UCD han sido ticable y el proceso completo de transición fue entendidos, desde la perspectiva de la política sacado adelante por algunos reformistas de la cultural, como años de gestión provisional, don- anterior situación autoritaria. No obstante, para de el personal administrativo era heredero del el campo de la cultura, como para todos los 6 «botín franquista». otros sectores de la vida pública, no es posible Si estos juicios tienen muchos elementos hablar de una transición exclusivamente como ciertos, lo que es seguro es que la política cen- proceso dirigido por las élites del país; como Ál- trista aparece como un campo de verdadero varo Soto subraya, la ciudadanía, movilizándose, cruce entre dos mundos: el campo cultural que como los artistas e intelectuales que adoptaron ya se había esbozado en los años del tardofran- la cultura y sus productos como «símbolos» de quismo se dilata en los primeros años de la mo- la protesta antifranquista, presionó a las insti- narquía parlamentaria, aunque adquiera –aquí tuciones gubernativas a modificar su discurso está la diferencia– nuevos significados. político y a adaptarse a las nuevas necesidades.8 Esta continuidad está caracterizada por un Por lo tanto la transición y la reforma en doble factor. Primero, como la crítica historio- el campo de la cultura fueron dirigidas desde gráfica ha subrayado, el franquismo perdió su arriba a través de decretos gubernativos, pero batalla cultural, ya que dentro de las mismas ins- con la conciencia de que la sociedad española tituciones oficiales brotó una producción cultu- sabía que el franquismo había perdido la batalla ral crítica y en línea con las otras democracias cultural y había colocado, como primer punto oficiales, que, sucesivamente se convirtió en la en la agenda cultural, reconciliar o sintonizar

110 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Política cultural y transición a la democracia la «España oficial» con los cambios que habían sindicales falangistas y de la Dirección General ocurrido en la «España real». del Patrimonio Artístico y Cultural del Ministerio de Educación y Ciencia. Se trató de un camino de cambio de la ley a la ley, fundado sobre el consenso y favorecido por Un informe ministerial nos ayuda a formar- la actitud de los españoles que deseaban orden nos una idea de la consistencia de las organiza- y tranquilidad y no querían riesgos. Esta actitud ciones falangistas que aquí confluyeron: en una encajó bien con el reformismo moderado de la suma global de 9.511 dependientes ministeriales, 2.175 llegaban del Movimiento y 279 de las orga- UCD, coalición de quince diferentes partidos nizaciones sindicales de Franco.12 que abarcaba democristianos, liberales, social- demócratas, además de los «independientes», Hay que decir que muy pronto el Ministerio que llegaban del ala reformista del franquismo. perdió la referencia al welfare (bienestar) y, por lo tanto, a una interpretación de la política cul- Por ejemplo, en el campo de la cultura, las tural socio-antropológica, o bien a una idea de nuevas condiciones para la libertad de expre- cultura como correctivo social, para remitir, al sión fueron fijadas el primero de abril de 1977, contrario, a un ministerio que quería el renaci- a través de un real decreto que abrogaba los miento de la producción cultural, cuyo retraso artículos más polémicos de la Ley de Prensa había sido una de las mayores críticas de la opo- de 1966 y sobre todo el tristemente célebre sición a la dictadura. artículo segundo,9 dicho con otras palabras, no El verdadero ejemplo de la remodelación uce- fue introducida una nueva normativa, sino que dista fue la política cultural francesa de André fueron eliminados algunos artículos de la legis- Malraux que muchas publicaciones también an- lación de la dictadura de manera que fuera para teriores a la muerte del dictador interpretaban siempre exorcizada la práctica de los secues- como ejemplar.13 La decisión gubernamental fue tros administrativos de prensa, reproducciones la de crear una sola estructura con funciones gráficas y sonoras y alejado el espectro de una heterogéneas sobre las artes para estar en línea administración pública que asumía funciones con las políticas centralizadas europeas, como propias de la justicia. también había pasado, por ejemplo, en Italia con Dentro de este contexto, el Ministerio de Giovanni Spadolini.14 Cultura nació con la reforma del Ministerio de In- Con la introducción en julio de 1959 del formación y Turismo franquista, y, al mismo tiempo, Ministerio de la Cultura francés, en el cual constituyó el gran cambio institucional en rela- desempeñó un papel central el intelectual ción al mundo de la cultura. Como ya quedaba André Malraux, por primera vez un Gobierno claro en los últimos años de la dictadura (según occidental se daba cuenta de que los cambios la opinión de los ministros de Información y sociales y culturales tenían que ser contempla- 10 Turismo Pío Cabanillas y Reguera Guajardo), dos por el Estado, en el sentido de evitar que la desmembración del Ministerio parecía nece- los nuevos medios de comunicación de masas, saria. Sin embargo, sólo dentro de la reforma el aumento de tiempo libre de los ciudadanos general de la administración de julio de 1977 y el aumento general del nivel educativo, pro- fue instituido por el centrista Pío Cabanillas el vocasen nuevas disparidades sociales. De hecho, nuevo Ministerio, al principio llamado Ministerio con el nacimiento del Ministerio se desdibujó de Cultura y Bienestar.11 El Ministerio, fruto de la una «reforma cultural» que tenía como finalidad remodelación administrativa posfranquista, fue socializar la cultura, abrir las puertas de la pro- el resultado de la unión del franquista Ministerio ducción artística francesa al mundo, estimular la de Información y Turismo, de las organizaciones creatividad individual y colectiva, incrementar la

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libertad de expresión en todos los campos y al tas al margen de las dificultades provocadas por mismo tiempo regionalizar y descentralizar la el encuentro entre la administración civil y el acción cultural. personal procedente del Movimiento.17

Giulia Q uaggio Con el modelo de política cultural france- La «cultura de Estado», en el sentido de sa, además, se asiste a la transformación de la hacer votos para una gestión de la cultura por idea de cultura que pasa de concepto estático, parte de los organismos estatales, ha sido un estrechamente conectado a la pedagogía y a la invento franquista, y la mayoría del personal que formación de las capas altas de la sociedad en tuvo que gestionar el campo de la cultura en calidad de bien de lujo, a «acción cultural». Tal los años de democracia tenía como referencia reforma tenía que dirigirse a la difusión y a la las revistas del Sindicato Español Universitario, los comunicación de las obras de arte del país para activos teatros universitarios, y la red nacional un público cada vez más grande, a la mejora del de prensa y medios de comunicación de masas, contexto cultural de la vida cotidiana y, además, como la gestión desde arriba de los eventos al perfeccionamiento general del empleo del culturales. Con la vuelta a la normalidad demo- tiempo libre de las clases más bajas. crática, se reverdecía la larga tradición de prác- Ya en los años del tardofranquismo, el Estado ticas estatalistas, del neorregeneracionismo a se dio cuenta del potencial cultural del tiempo Ortega y Gasset, hasta el asociacionismo juvenil libre de los españoles en años de desarrollismo franquista y a las estructuras culturales que se y apuntó a una posible planificación de la política relacionaban con la idea de nacional-popular de 18 artística sobre el modelo francés.15 Sin embargo Gramsci. será sólo a finales de la dictadura cuando se Aunque las bases estructurales llegasen del den las condiciones para una verdadera moder- franquismo, los principios que tenían que ani- nización de la administración cultural de España. mar el nuevo ministerio eran completamente La institución del Ministerio de Cultura llevó diferentes. Podemos reflexionar sobre el valor a cabo una doble transformación: a nivel de semántico que debía adquirir el Ministerio, a implementación de la imagen democrática del través de los discursos y publicaciones que dejó país y a nivel administrativo. En otras palabras, el primer ministro de Cultura, Pío Cabanillas. el nuevo Ministerio de Cultura tuvo la función De hecho, el mismo Cabanillas había sido, de institucionalizar públicamente el valor de la entre 1973 y 1974, ministro de Información y cultura para la nueva sociedad democrática y, al Turismo y con Ricardo de la Cierva, director mismo tiempo, fue el producto del proceso de de Cultura Popular, había puesto en marcha un selección natural y adaptación de las institucio- recorrido de apertura informativa y cultural nes culturales franquistas a los nuevos valores dentro del Régimen. El gallego Cabanillas estaba democráticos.16 vinculado al entorno de Manuel Fraga Iribarne; Las transformaciones administrativas en los por lo tanto, había aprendido y participado en años posfranquistas representaron un proble- la gestión cultural de las transformaciones de ma urgente y, como tal, la cuestión fue resuelta los años sesenta y, después, se relacionó con el por los Gobiernos UCD aplazando la reforma grupo Tácito, que, implicando a liberales, cris- integral de la administración: lo que interesaba, tianodemócratas y socialdemócratas planteaba sobre la base de la óptica realista y pragmática una reforma desde arriba del Régimen. de la gestión democratizadora, fue la cotidiani- Un buen ejemplo de las ideas que Cabanillas dad y, sobre todo, que no se creasen tensiones tenía sobre la cultura, antes de su involucración que pudieran invalidar el proceso de transición. en el primer Gobierno democrático, fue su pre- Según esta visión, por lo tanto, no era deseable gón de la Fiesta del Libro del 23 de abril de 1974 una purga general de los funcionarios franquis- en Barcelona, en el cual después de reafirmar el

112 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA paradójico discurso tardofranquista de la nece- el evento cultural: se superaba una etapa de di- Política cultural y transición a la democracia saria simultaneidad de «relaciones de autoridad rigismo cultural y se guiaba la acción del Estado con relaciones de conflicto», concluía: hacia un trabajo de promoción y difusión de la cultura. Según Cabanillas: junto a la política social y económica del Estado contemporáneo, se perfila clara y urgente la nece- un Ministerio de Cultura no tiene la misión de sidad de realizar una política cultural basada en la crear cultura sino, por el contrario, de ayudarla mayor participación posible de la sociedad [...] La a nacer y a transmitirla tanto en las obras vivas cultura no puede estar por más tiempo destinada como en las obras creadas»,24 y en otros sitios, a una minoría privilegiada, al contrario, en este añadía: «sobre todo nuestra misión es lograr que camino de construcción pluralista de la cultura los asuntos culturales tengan en el futuro una au- –aceptado como un hecho– tiene que colocarse toridad moral y política a nivel de Gobierno [...] y el Estado.19 en la conciencia de todos los españoles [...] Pre- tendemos sensibilizar a todas las fuerzas políticas Cuando, ya en 1977, Cabanillas llegó a ser en esta ‘necesidad de lo cultural’ y en las líneas ministro de Cultura, su visión de cómo tendría básicas del nuevo tipo de vida que deseamos a que estar organizada la política cultural durante los españoles. Creo que sólo cuando se persiguen el cambio democrático fue casi idéntica, aunque metas cualitativas, se hace concreta la esencia de en los nuevos discursos el acento estaba pues- la democracia.25 to más en los deberes del Estado delante de la transformación política en curso. Hablaba por Como estas declaraciones ministeriales eso cerca de una «nueva concepción de la cul- evidencian, aunque el promotor fuese un com- tura en la vida del individuo»,20 de «nuevo dere- ponente del reformismo franquista, la ruptura cho del hombre a formar parte libremente de la cultural respecto al mundo del tardofranquis- vida cultural comunitaria y de los beneficios del mo es evidente. La concepción antropológica progreso científico y artístico».21 De esta idea de la cultura, «en equilibrio dinámico entre lo 26 se deriva la obligación estatal de «defender y tradicional y lo actual» se convierte en medio difundir» el evento cultural «en todas sus mani- directo de democracia. Es importante subrayar festaciones». Además, después de muchos años cómo el modelo que Cabanillas sigue en el es- de rigor tecnocrático, el acercamiento al mundo treno del Ministerio de Cultura está totalmente de las artes tendría ahora que ser «imaginativo en línea con los análisis de las organizaciones y fantasioso»;22 el ministro se refería a los me- culturales internacionales (Unesco y Consejo dios de la sociología de la modernidad, por los de Europa): de hecho, la voluntad de los Go- cuales la cultura representa el contenido de las biernos de transición era la de demostrar al relaciones sociales de los hombres y, en este exterior su deseo de cambio «cualitativo». Por sentido, es necesaria la intervención guberna- eso, muchos de los discursos ministeriales están mental. Después de apuntar que el ministro basados por completo en el concepto de de- quería pedir consejo a los intelectuales y a los mocracia cultural acuñado por la Conferencia otros partidos en el Parlamento para su labor, de Oslo de la Unesco (1976); ahora, después de afirmaba que «su propósito es animar el pue- la experiencia francesa de democratización de blo español a convertirse en protagonista de la la cultura de André Malraux o de liberalización propia cultura para hacer que la sociedad futura de la misma de Valéry Giscard d’Estaing, es decir, sea más sólida».23 Igualmente recordaba cómo de la cultura como idea suprema de moderni- la creación del Ministerio de Cultura significa- dad, se adjunta la idea de cultura como espacio ba la reestructuración drástica de la cuestión de experiencia, de subjetivación, de diálogo so- cultural. Sin embargo, al mismo tiempo, había bre la cual el programa socialista de François que aceptar la nueva posición del Estado ante Mitterrand fundará su acción de renacimiento

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cultural. La falta de coraje y de toma de partido contra El Ministerio de Cultura, además, fue creado los legados de la administración franquista cau- antes de la promulgación de la Constitución de só el progresivo desencanto del campo cultural 30 Giulia Q uaggio 1978, sin un verdadero debate previo, factor que en relación al Gobierno. Este mismo mundo provocó inquietudes dentro de la oposición.27 fue incluido en la política de burocratización De hecho, sólo con la nueva Constitución de- de la cultura y en la voluntad compartida de mocrática, muchos años después de la consti- acantonar el conflicto: a la búsqueda de fórmu- tución republicana, en el documento constitu- las de síntesis, de lugares de acuerdo total, sea cional se recortó un notable espacio entre la la oposición, sea el mundo de las artes, sea la relación Estado y cultura. UCD juzgaron las instituciones estatales como las únicas capaces de garantizar la libertad de España, como otras neodemocracias (Grecia expresión, la legitimación social del cambio po- y Portugal), acogió la sensibilidad internacional lítico en curso. hacia el mundo de la cultura: en concreto, ningu- na de las constituciones europeas de la posgue- El Ministerio de Cultura, por otra parte, fue rra había empleado el término «cultura» a dife- instituido entre 1976-1978, en el apogeo de los rencia de las constituciones de los años setenta, «discursos de la ostentación», según la defini- donde el término abunda. Por lo tanto, también ción del semiólogo Imbert.31 En esta primera en la España posfranquista al Estado social se fase de transición, el Estado español necesitaba vino a sumar el «Estado cultural»; el Kulturstaat «vender» al público la nueva identidad democrá- de las reflexiones de Fichte se convertía en el tica, dejando los símbolos del pasado y abrazan- centro para profundizar el proceso de demo- do nuevos, como podía ser la creación de una cratización, dado que la cultura, en su sentido nueva y oficial institución cultural. En los años más amplio, tendría ahora que convertirse en de transición la necesidad de nuevos símbolos, principio de «humanización» de la acción esta- nuevos sentidos públicos fue acuciante. tal a través de las bases de libertad, pluralismo y El Ministerio de Cultura desarrolló también progreso cultural. esta función: una suerte de agregado institu- El debate sobre la relación entre política cional de las nuevas veleidades culturales y cultural gubernamental y campo cultural en los modernizadoras de la España monárquica y años de transición fue oficial. Esta condición se democrática, una pieza del complejo proceso proyectó en muchas medidas institucionales. de institucionalización del nuevo modelo de representación colectiva. Se puede pensar, por ejemplo, en la voluntad de incluir entre los senadores a representantes de las diferentes tradiciones culturales del país28 High culture: la distinción española o, entre otros aspectos interesantes, el intento del tercer ministro de Cultura UCD, Ricardo de En el campo cultural del posfranquismo, la Cierva (1980) de acercarse, aunque sin éxito, como heredero de la diversidad cultural de los al mundo de la cultura a través del nombra- últimos años de la dictadura, aparece una «amal- miento de unos «consejeros culturales», como gama de una cultura de oposición y una cultura Santiago Amón, Julio Caro Baroja, José María democrática, desencanto y movida», dentro la Castellet, Camilo José Cela, Nuria Espert, Cris- cual se puede vislumbrar una paulatina pérdida 32 tóbal Halftter, Eusebio Sempere. También Pío de ideologización. Cabanillas escribió una carta a los intelectuales, Si consideramos que el campo político y el pidiendo «ayuda mental»,29 pese a la insuficien- campo cultural alumbran múltiples posibilidades te credibilidad que los centristas tenían ante el de transvase, podemos concluir que la transi- mundo de la cultura. ción cultural fue un movimiento gradual, ten-

114 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA dente a amalgamar la cultura del antifranquismo restablecimiento de las relaciones con artistas y Política cultural y transición a la democracia y la cultura de la democracia, y, al mismo tiem- pintores, que en los años franquistas habían sido po, un movimiento explosivo que albergó una difíciles. De esta forma, los nuevos Gobiernos fuerte identidad creativa y fue portador de una monárquicos fueron capaces de cambiar dentro expresión plural.33 del país – y no sólo en el exterior – la imagen Velocidad y lentitud se entremezclan en un de persecutores y censores y, la vez, adquirir el campo artístico en el cual, como ha subrayado papel de «dispensadores de una información la crítica, hasta ahora se encuentran muchas sistemáticamente secuestrada a la mayoría de continuidades: no hubo novedades reales, de los ciudadanos».36 hecho el entusiasmo ante la posibilidad de que Por eso, la declaración del ministro Cabani- salieran del cajón escondido nuevas obras y llas es clave para entender esta voluntad: nuevos autores que la censura hasta ahora había acallado fue pronto apagado; lo que, al contrario, [comenzaré] realizando un gran inventario de la cultura española, de los hombres que tenemos fue efectivamente nuevo y causó una verdadera dentro y que tenemos fuera, y de los medios con ruptura en el mundo de la cultura fue el arti- los que contamos en el interior y en el exterior. culado proceso de reconstrucción de nuevos Sólo con un balance que yo llamaría moral, a base discursos y originales interpretaciones analíticas de datos objetivos de los existentes, podremos a partir de cuanto había producido la cultura iniciar esta nueva aventura cultural.37 «liberal» en los años de la dictadura.34 No hay muchos estudios sobre la relación En esta dirección, es posible analizar el dis- curso político gubernativo sobre la cultura, dis- entre arte y política gubernativa en los años de transición, sin embargo nos pueden ayudar las curso que fue gestionado sobre la base de un 38 cuidadoso proceso de revisión de lenguajes he- reflexiones de Jorge Luis Marzo sobre el tema. redados del pasado y, al mismo tiempo, a través Según su posición, con el franquismo se de la voluntad compartida de permitir que la perfiló el debate sobre el papel del Estado en cultura se convirtiese en medio de governmen- relación al arte y por lo tanto, en los años de tality, o sea, un elemento capaz de modelar una transición, las políticas artísticas continuarían relación entre poder y cultura que no fuera solo este mismo modelo, o sea, la idea del Estado jerárquica, sino que se manifestase de manera como garante de la tradición del arte español, positiva en la circulación de conocimientos o paladín de las propuestas artísticas.39 discursos con la finalidad de que los individuos En los años de UCD, la necesidad de recons- pudieran asimilarlos y, por lo tanto, los emplea- truir el tejido psicológico del país determinó sen como medio en grado de guiar su com- que se realizaran importantes exposiciones de portamiento dentro de la nueva democracia artistas como Luis Gordillo, Julio González, Jo- parlamentaria.35 sep Lluis Sert, Joan Miró, Eduardo Chillida, Josep Si nos centramos en los contenidos de la Guinovart, Antoni Tàpies, Antonio Saura, Pablo política cultural de los Gobiernos de UCD, es Picasso, Eduardo Arroyo, Rafael Canogar, Equi- obligatorio centrarse en la política artística: la po Crónica... todos ellos artistas españoles ya voluntad de difundir cultura a toda la sociedad conocidos en el mundo de las exposiciones y española se cumplió en la verdadera avalancha bienales internacionales. de exposiciones que fueron realizadas por el El Ministerio de Cultura no condenó pública- Estado después de la muerte de Franco. mente en los años de UCD la censura cultural Gracias a la «apropiación estatal» de la icono- franquista, sino que se encaminó hacia una polí- grafía antifranquista y del exilio, el nuevo Estado tica de normalización de la producción artística democrático puso en práctica una política de europea e internacional que se había desarrolla-

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do bajo el franquismo. Simplemente dio visibili- El ejemplo más claro es el caso de la pintura dad oficial a artistas e intelectuales, como Miró de Juan Genovés, El Abrazo (1976). El artista, a o Picasso, o los autores de la generación del 27 través de la idea del papel transformador del

Giulia Q uaggio que habían sido ya puntos de referencia de la arte y de su realismo, había realizado el cuadro cultura de resistencia durante la dictadura y, por como manifiesto de la Junta Democrática para ende, objetivos de los mismos franquistas. pedir la amnistía para los prisioneros políticos. La nueva retórica del poder para legitimar- En junio de 1976 un funcionario ministerial en se se basó en el discurso de la recuperación: relación a una exposición del artista en Zúrich, a través de algunas operaciones estrictamente todavía hablaba de «propaganda subversiva y controladas por el Estado y de una estratégi- falsa en contra de nuestro Gobierno».42 ca devaluación de los mensajes de las obras El cuadro que representa una masa indefinida antifranquistas, se dibujó la nueva estética pos- de ciudadanos que se juntan en un abrazo so- franquista. La política ministerial se ajustó a las lidario, fue adquirido sólo pocos años después, reflexiones de Víctor Pérez Díaz respecto al en 1980, por el mismo Ministerio de Cultura surgimiento de una sociedad civil; de hecho el a través de la Galería Malborough de Nueva Gobierno español a través de la estética expo- York, asegurando que «El abrazo supone, ade- sitiva trabajó en la reconstrucción de una nueva más, el símbolo de nuestra transición hacia la identidad democrática en contraposición con la democracia y el ferviente anhelo de la reconci- España tradicional, culturalmente aislada y «dife- liación definitiva entre las que Antonio Machado rente» del resto de Europa. Por eso, la UCD hizo denominó «las dos Españas».43 No obstante, la circular en la sociedad un complejo de símbolos, política cultural gubernamental llevó adelante iconografías y autores que pudieran desempeñar una práctica de continuidad/ruptura con el pa- una indirecta función de «ritos estatales de exor- sado franquista y de claro encubrimiento de los cismo de las fuerzas destructivas, demoníacas elementos que podían arrojar sombras sobre la que amenazaban nuestra vida cívica».40 neodemocracia: grupos como Estampa Popular, Con lo cual, si comparamos el proceso polí- directamente comprometidos con una produc- tico de transición con lo que pasó en el mundo ción marxista, fueron alejados del proceso de del arte, el paralelo es todavía más cercano: la divulgación institucional. «reforma» del discurso político se trasladó al En la política cultural de transición centris- campo artístico; la dimensión de ruptura, críti- ta fue prioritaria la dimensión comunicativa y ca y de protesta antifranquista fue colocada en dramática. La vertiente política, adelantando segundo plano y el mensaje de reconciliación, la postmodernidad de los ochenta, vino a ser no violencia, y pacificación que emergía de las apartada, como los colores y los tonos más obras seleccionadas en las exposiciones estata- obscuros que habían pintado el drama de la les, ganó espacio. oposición a la dictadura. Además si aplicamos nuevamente el análi- El verdadero promotor de la «normalización» sis semiológico de Gérard Imbert, en épocas artística del país, fue el historiador Javier Tusell, de cambio social, como fueron los años de la que, entre 1979 y 1982, fue director general de transición española, son indispensables algunos Patrimonio Artístico, Archivos y Museos. Su po- simbolismos que reduzcan las complejidades de lítica expositiva recogió el interés gubernamen- la realidad.41 Por ejemplo, las obras de Picasso o tal por un acercamiento entre la sociedad y por de Antoni Tàpies se convirtieron en instrumen- los reflejos sociales de las mismas exposicio- tos de mediación simbólica y contribuyeron a nes.44 Ya con la UCD, por lo tanto, se realiza el ofrecer un horizonte previsible y estable para el binomio entre arte/cultura y modernización del Estado neo-democrático. país. Las exposiciones realizadas promovieron

116 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA básicamente a artistas españoles y extranjeros fue entregado el premio Nobel de la Literatura a Política cultural y transición a la democracia del siglo XX, aunque hubo también investigación Vicente Aleixandre, exponente de la generación sobre el rico pasado de España.45 del ’27 y del exilio interior. Además, Aleixandre La política cultural de la Transición fue prin- sintetizaba la plenitud y vitalidad intelectual de cipalmente una política destinada a homenajear una época, definida por la voluntad de difusión y la cultura como valor en sí mismo y cubrió, por profundización de la cultura en línea con la esté- lo tanto, un papel social. Tony Bennett nos ha tica europea. El tono optimista y juvenil de esta hablado de la función social del arte, dado que poesía así como la excelente calidad literaria al- contribuye a transformar los estilos de vida y canzada bien se adaptaban a los nuevos valores las capacidades de auto-reglamentación de la de participación y dinamismo democrático. ciudadanía.46 También el Premio Cervantes, instituido con El trato que los Gobiernos de UCD dieron a el último Gobierno de Franco, persiguió los la vuelta a la alta cultura del exilio, por ejemplo, mismos objetivos: celebrar la alta cultura del demuestra cómo ésta fuera entendida como país, pero, sobre todo, tuvo que ser un reco- «tecnologías morales», en grado de participar nocimiento cultural vinculado a la corona que en la construcción de una comunidad fuerte, respetase el deseo del Rey de restaurar un lazo confiada en sí misma y capaz de auto-admi- con el mundo de las artes y del intelecto. nistrarse. Otro claro ejemplo fue la vuelta del A pesar de la heterogeneidad de estilos de célebre Guernica de Picasso.47 los ganadores, el Premio Cervantes en los años Hay que decir que el proceso de transición de Transición fue otorgado a los autores que cultural del país fue definido por los «regresos» se hacían promotores de la justicia y la libertad de parte de la cultura que había sido obligada a política, sin incurrir en extremismos políticos y dejar España después de la Guerra Civil. Cada sobre todo que podían testimoniar cómo la cul- vuelta se convirtió en una especie de pieza de un tura española traía consigo fuertes elementos panorama cultural que las nuevas generaciones de modernización artística y estaba conectada a habían conocido sólo indirectamente gracias a las corrientes culturales internacionales. la prensa y revistas clandestinas. Igualmente la vuelta del Guernica de Picasso Es posible entender cómo en esa dinámica de a Madrid representó una cuestión que atravesó intersección del presente con el pasado, el Mi- todo el proceso de transición. La tela se convir- nisterio de Cultura UCD se reconcentró en el tió casi en árbitro del mismo proceso. esfuerzo de sanear las deudas culturales todavía Las ceremonias para su regreso a Madrid no resueltas, y, por lo tanto con la generación en el otoño de 1981, nos ayudan a entender el del exilio de los años treinta. Es decir que se valor que la política cultural tenía que adquirir puso en marcha un proceso de normalización para el Gobierno UCD. Tusell, que desarrolló un cultural fisiológica: el regreso de los exiliados papel central en la vuelta de la pintura, explicó encendió «la memoria poética» de la «edad de cuanto la pintura revistió el rol de «talismán pú- plata de la cultura española».48 blico» de las ganas de cambio que había dentro El Ministerio de Cultura optó por una po- el país.49 lítica de homenajes y exteriorización, capaz A la idea del regreso del Guernica como esté- de invertir la imagen de un país culturalmente tica del final de la transición se suman los datos paralizado y otorgarle una renovada autoridad concretos: la exposición del Guernica fue pre- intelectual. En un primer momento, el reconoci- miada con más de cinco mil visitantes sólo en miento de la nueva identidad cultural democrá- los dos primeros días de estreno. La crónica de tica fue internacional: el 6 de octubre de 1977 Francisco Umbral adjunta otras pruebas sobre

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la importancia de la relación entre la política irritante. cultural y el proceso democratizador y describe Hay que decir que la política cultural de UCD la compuesta cola de los españoles que querían siguió con oblicuas prácticas censoriales. Los ca-

Giulia Q uaggio ver al Guernica: sos más famosos son la censura y juicio militar Sociólogo de colas como es uno –y lo tengo muy al final de 1977 de Albert Boadella del grupo Els dicho y escrito–, me fui el domingo a la cola del Joglars por causa del espectáculo La Torna, que Guernica y aquello era como la cola del Cristo de trataba de los acontecimientos de la ejecución Medinaceli, pero en cubista. Lo cual que ambas con garrote vil de Salvador Puig Antich y Heinz devociones están por el mismo barrio alfonsino Chez en 1974. El segundo caso de censura fue del Retiro. En la cola de Picasso, hombres de bar- el de la película El Crimen de Cuenca, de Pilar ba, mujeres de media mañana, progres, niños, el Miró (1979), que igualmente fue evaluado como pueblo de Madrid, ancianos tiesos, curiosos de la injurioso para la Guardia Civil. Historia, paseantes del futuro, personal, uno que llega en bici (desgajado, quizá, del maratón), y otro Si queremos seguir con el mundo de las artes que viene andando con muletas. [...] Cada España plásticas, en 1980 en Ciudad Real fue vetada una tiene sus devociones, el primer autonomismo fue exposición de José Ortega y el mismo año la teológico, cada pueblo tiene su Virgen, y Madrid, de Agustín Ibarrola en Zaragoza; el primero por aldea manchega, le pone una vela a Dios y otra a sus conexiones con el Partido Comunista y el 50 Picasso. Esto es la democracia, me parece. segundo por la presencia de ikurriñas y referen- Si la cola para ver el Guernica de Picasso se cias a la policía en su obra. Además en 1980, no 53 convierte en una especie de referéndum popu- faltaban títulos editoriales prohibidos: la políti- lar, el profesor Aranguren en las páginas de El ca de UCD implicó, por su parte, rehuir de dar País define la política cultural de UCD como po- al público temas candentes, como las Fuerzas lítica de «representación». La cultura, como la Armadas, dado el temor por un posible golpe, política, necesita de un escenario. La política de como la represión tardofranquista y el terroris- la Transición tuvo que reconstruir este escena- mo nacionalista que estaba poniendo a hierro y rio destruido por el franquismo y el intelectual fuego el proceso de transición. No fueron, con- concluye: «Cultura, pues, como representación secuentemente, puestas en duda las libertades en el apropiado escenario –sala de conferencias, democráticas o la ya inevitable normalización aula magna o mínima, seminario, laboratorio– y del país, sino, aunque en detrimento de la de- cultura como representación o reposición –así, la mocratización del país, se intentó de todas ma- cultura española establecida hoy no es sino la neras alejar del espacio público cuestiones que representación de la cultura anterior a 1936, habrían podido molestar un Ejército susceptible por la que se diría no ha pasado el tiempo».51 y las todavía frágiles instituciones democráticas. También la televisión nacional contribuyó a edificar el nuevo imaginario cultural español: Popular culture: entre necesidades posmaterialistas y el programa Encuentros con las artes y las letras democracia cultural (1976-1981) en TVE, por ejemplo, intentó pre- sentarse como norma en la recuperación del El ciudadano español de los años de Transi- pasado artístico oculto tras cuatro décadas de ción vivió en un contexto socio-cultural influido franquismo.52 Sin embargo, los sectores más por la crisis económica y el paro, además de la conservadores de UCD, siempre al acecho del irreversible transformación de la práctica reli- programa, comenzaron pronto a censurar parte giosa católica. Mitos americanos, nivelación con de la transmisión, porque, según su opinión, era la cultura de masas occidental, música anglosajo- culpable de «comunismo» o «intelectualismo» na, un ciudadano/consumidor de un mercado

118 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA casi estandarizado se convirtieron en el nuevo especie de «libro blanco» sobre la cultura en- Política cultural y transición a la democracia objetivo de la política cultural de transición. tre 1977 y 1978. Por otro lado el Ministerio de Entre líneas es posible leer la evolución en Cultura tenía que «satisfacer las preferencias y sentido «posmaterialista» que estaba interesan- los hábitos culturales de los españoles y corre- do la sociedad ibérica a la par de las otras de- gir las desigualdades hoy evidentes en muchos 57 mocracias occidentales:54 las generaciones más sectores de la sociedad». jóvenes y protagonistas del proceso de transi- La política cultural adquiría una nueva fun- ción, educadas en el contexto de consumos y ción de bienestar social; los entrevistadores del abundancia de los sesenta, habían ya adquirido Ministerio alcanzaron 13.518 núcleos urbanos, un conjunto de exigencias e impulsos no solo de los cuales el 68% en capitales de provincia. económicos sino también culturales. En otras Otro objetivo de la encuesta fue abrir un de- palabras, el acelerado crecimiento económico bate colectivo sobre los derechos culturales de que había beneficiado de manera desigual los los españoles.58 Los resultados de la encuesta, diferentes sectores sociales contribuía ahora al como era previsible, fueron desalentadores:59 el surgimiento de nuevos conflictos políticos que pueblo español, excepto una minoría selecta, no se estructuraban sobre cuestiones no exclusiva- disfrutaba de la producción artística e intelec- mente conectadas con el desarrollo material del tual del país. Sin embargo los mismos resultados país sino con la calidad de vida de la ciudadanía. restituían una fotografía de un sustrato social, El Ministerio de Cultura no permaneció deseoso de más actividades culturales. insensible a estas críticas y asoció a la demo- Además, las consecuencias del proceso de cratización de la producción cultural también modernización inhibido por las instituciones un proceso de popularización de la misma. Los políticas del Régimen, se leían en la precarie- nuevos Gobiernos democráticos, por lo tanto, dad de las prácticas de consumo cultural, en la no tenían que seguir el modelo de política fran- persistencia, aunque en camino de reducirse, de quista que, como en el caso de Fraga o con la franjas analfabetas (en 1981 de cada 100 ciuda- experiencia de los teleclubs,55 había favorecido danos 6,35 eran analfabetos60). una cultura conformista para las masas, sino, Para paliar estos problemas fueron creadas sobre la base de la contemporánea reflexión dentro del Ministerio dos direcciones nuevas a sociológica postsesenta y ocho, tenían que en- través de la descomposición de la franquista Di- caminar una política de desmitificación de las rección de Cultura Popular, la Dirección de Difusión instituciones culturales y de desacralización de Cultural y la de Desarrollo Comunitario. la cultura tradicionalmente considerada para las La Dirección de Difusión Cultural estaba inte- élites para acercarla a la nueva sociedad demo- resada «en desarrollar una mayor participación crática. ciudadana en el sentido que todas las capas Para conseguir la mutación del statu quo, he- sociales tengan acceso directo a los bienes redado por la dictadura franquista, la UCD sabía culturales. [...] Es necesario, además, partir de que un proyecto de democratización cultural un concepto descentralizador de la cultura».61 no podía desconocer las conductas y posturas En cambio, la Dirección de Desarrollo Comunitario de los españoles delante del «hecho cultural». «implica[ba] la idea de progreso de la comuni- Aunque la idea de una encuesta nacional dad a través de su integración y participación sobre la demanda y la oferta cultural en Es- voluntaria en los deberes colectivos en los paña había ya sido aprobada por el Ministerio cuales la cultura desempeña, con una mayor o de Información y Turismo antes de la muerte menor intensidad un papel de estímulo».62 de Franco,56 el ministro Cabanillas realizó una La Dirección de Difusión Cultural organizó la

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campaña de Misiones Culturales «conjunto de emergía la consideración que «los artistas, al exposiciones, conferencias y otros eventos ar- lado de los especialistas, tienen que colaborar tísticos sobre temas fundamentales de la cultura de manera estrecha con cualquier decisión de 65 Giulia Q uaggio universal que, con carácter itinerante, se ofre- los servicios de la administración», en el curso cen en las provincias españolas».63 Aunque el del proceso de transición, y bajo el Gobierno calado social y el alcance político consiguieron UCD, asistimos a un progresivo alejamiento de niveles inconmensurables, el Plan de Misiones los intelectuales del Ministerio. Culturales recordaba las republicanas Misiones Los artistas e intelectuales no se alejaron del Pedagógicas: muy diferentes, sin embargo, fueron mundo de la política por sí mismos, dado que los contenidos culturales que circularon con las muchas personalidades que habían encabezado misiones de la Transición. Fueron elegidas sólo la protesta intelectual en contra del franquis- temáticas lejos de posibles manipulaciones ideo- mo ocuparon papeles de relieve en el espacio lógicas, por ejemplo la cultura del Renacimiento, público,66 sino desde «racionales legisladores» el Románico español, el Barroco, el Romanticismo y se convirtieron en «intérpretes» de aspectos la ciudad de Granada. Las Misiones que llegaron parciales y sectoriales.67 hasta Cáceres, no hicieron ninguna referencia a la actualidad política, sino que favorecieron una Si nos centramos ahora en las acciones de cultura institucional, de enriquecimiento de la política cultural popular centrista, exceptuando sociedad de masas con una cultura laica, clásica buenas palabras e intenciones, no hay grandes y neutral, al mismo tiempo débilmente partida- novedades. Por ejemplo, el proyecto fraguiano ria de un nacionalismo cultural, nivelador de los de los teleclubs, que aplicando los principios de desequilibrios del país. sociología cultural de Dumazedier intentaba modernizar a través de la comunicación de Otros intentos del Ministerio de Cultura masas a los núcleos rurales, volvió a ser pro- fueron las campañas «para la popularización puesto.68 del teatro de calidad» y el pacto de coopera- ción cultural entre Ministerio de Cultura y el Los teleclubs no fueron eliminados: el regio Ministerio de la Defensa (28 de noviembre de decreto de 27 agosto de 1977 los convirtió 1978). En el primer caso el Gobierno realizó en Centros Culturales dentro de la Dirección de descuentos para dos obras teatrales, Así que Difusión Cultural. Como explica una publicación pasen cinco años, de García Lorca, y Esperando ministerial: «[...] los teleclubs ya han supera- a Godot, de Beckett. El segundo caso preveía un do, de manera total, su primitiva finalidad. [...] acuerdo para la promoción cultural del soldado El teleclub es, ante todo, un centro social; una y se colocaba dentro de un más general trabajo asociación voluntaria que tiene como objetivo de modernización de las Fuerzas Armadas. esencial la promoción y extensión de la cultura La UCD, además, intentó favorecer el de- popular, haciendo así posible la expresión cultu- 69 sarrollo de la animación cultural y el asocia- ral del pueblo mismo». cionismo en el campo cultural «Justo en este Aunque en palabras ministeriales, los obje- momento, perfectamente equidistante del di- tivos de los teleclubs tenían que cambiar para rigismo cultural y de la abstención, aparece el convertirse en medios de democracia popular, concepto de animación cultural. [...] Quizás la los diarios, que todavía en democracia, los res- mejor figura para describir la animación cultural ponsables de los teleclubs tenían que redactar es considerarla como una nueva forma de ma- para el Ministerio de Cultura, nos ayudan a yéutica socrática, que ayuda las personas a que entender la vida cultural en el campo o en la se orienten a la vida estética y cultural».64 periferia española en años de transición.70 Aunque por parte del Ministerio de Cultura Representan una documentación de gran

120 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA valor y todavía inexplorada. No estamos muy circulación.73 En los ayuntamientos democráti- Política cultural y transición a la democracia lejos de «las crónicas celtibéricas», recogidas cos, a finales de 1982, el gasto municipal desde por Luis Carandell en la revista Triunfo.71 Los te- 1978 había aumentado en un 294%, y la cuota leclubs representan un buen testimonio sobre dedicada a la cultura en un 511%.74 la relación entre la sociedad española de pro- Al lado de la edificación general del aparato vincias con la cultura: una relación que esconde administrativo municipal para el amparo y pro- todavía el sentido de profunda sumisión a la moción de la cultura, desde abajo se sentaron producción cultural, de alejamiento reverencial, las bases para una política cultural por parte de la confusión-fusión entre cultura y preceptos las instituciones que, centrada en la idea de la católicos, la idea de cultura como deber, forma revitalización del tejido social español, se fun- de distinción social, bien lejos del puro placer y damentó no tanto en la transformación de las gozo estético. La concepción de la cultura como instituciones educativas, como en la creación de forma de animación y medio de cohesión social una red de servicios para la fruición colectiva de de derivación franquista se junta en los diarios la producción artística y el enriquecimiento del de los teleclubs del posfranquismo con débiles tiempo libre. Así como las ciudades se dotaron señales del cambio en curso. de nuevos planes urbanísticos de participa- Un primer cambio llegó a nivel local con los ción,75 la reapropiación de la producción artísti- ayuntamientos socialistas después de 1979, que ca democrática pasó gradualmente a conformar representaron un importante campo de experi- una institución de organismos colectivos para la mentación para una nueva manera de entender cultura, nuevas infraestructuras y la celebración la política cultural como medio de democratiza- de la tradición cultural popular, como época de ción de la vida ciudadana (véase el ejemplo de la liberación y restructuración de una identidad alcaldía madrileña de Tierno Galván). colectiva. A nivel local la «buena lección» de las asocia- El PSOE, de manera diferente a la UCD, ciones ciudadanas aportó estímulos y oportuni- apostó por una realpolitik en la cual el concepto dades para la nueva generación al Gobierno. Al etéreo de cultura se convirtiese en el volante mismo tiempo, la conexión con las instituciones de la incompleta modernización española. Esta oficiales representó el punto final de una posi- idea emerge muy clara en las Resoluciones de ble democracia popular,72 o dicho de otra forma, los Congresos Federales en materia de Cultura: el declive irreversible del movimiento ciudada- no que desde finales de los años sesenta había Alcanzar a medio y largo plazo [...] la conciencia en el Partido y en la sociedad española que la reclamado más servicios culturales. consolidación de la democracia exige una amplia La política cultural socialista a nivel local (y movilización cultural. Para la derecha española, después gubernamental) fue un claro ejemplo todavía en el poder, la política cultural se reduce, de ese intento de englobar el empuje ciudadano por un lado, al montaje de pocos actos brillan- para evitar posibles conflictos y, por lo tanto, el tes –festivales, desfiles, festejos– y por otro la entusiasmo, el activismo, a veces excesivo y a subvención de algunas actividades –publicaciones, veces poco planeado, caracterizaron las políticas premios– que ni tienen sus raíces en la sociedad culturales de los Ayuntamientos democráticos. ni se dirigen al hombre de la calle. La cultura es así convertida en un simple adorno del poder, sino En calidad de anillo inicial de la administración en simulación de una vida cultural inexistente. [...] pública, cercano a la ciudadanía, la política muni- En la política cultural consideramos criterios bá- cipal, en la primera legislatura, fue caracterizada sicos: centrar los esfuerzos en aquellos sectores por una fuerte preocupación sociocultural y, de mayor incidencia social o con mayor capacidad solamente a un nivel secundario, por la calidad de transformación. [...] Favorecer los sectores y peculiaridades de la producción artística en culturales que tienen más necesidad y, básica-

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mente en el campo institucional, las bibliotecas gubernamental de la movida), al contrario, la [...] Nosotros los socialistas nos esforzamos en UCD se apoyó en el deseo de reformismo formular una legislación progresista en relación al de la sociedad española que coexistía con el patrimonio cultural, al teatro, a la cinematografía, a Giulia Q uaggio cinismo y la apatía política. la música, etc., en definitiva, una nueva legislación democrática en línea con la problemática actual El levantamiento de la censura, el retorno de que contemple todos los aspectos de nuestra los exiliados, la normalización de la producción cultura.76 artística fueron gestionados, de hecho, por las mismas instituciones estatales, como el Minis- Conclusiones: Política cultural como forma de «na- terio de Cultura. Es obvio que la relación entre Estado y cultura levanta muchas cuestiones.79 cionalismo banal» La cultura no es sólo un «producto» del Estado, A la despiadada mirada de los observadores es decir, que el Estado, como hemos intentado internacionales le costaba hallar un cambio cul- demostrar, no sólo produce «conceptos» y tural eficaz en la España del posfranquismo.77 La «discursos» para la sociedad, sino, a su vez, el causa de esta situación, que se encontraba en mundo de la cultura y de las artes desempe- punto muerto, era atribuida a la escasa capa- ñan un papel significativo en la construcción del cidad de acción del Ministerio de Cultura, en Estado y, en el caso que aquí nos ha interesado, cuanto los centristas eran portadores del cam- en la edificación de una estructura institucional bio en la continuidad, y, además, a la escasez de democrática. presupuesto para la nueva institución. El campo de la cultura y de las artes, por lo 80 En un clima de crisis mundial, de hecho, al tanto, se convirtió en forma de comunicación. nuevo Ministerio de Cultura hasta el 31 de di- En los años de cambio fueron favorecidas las ciembre de 1977 no le fueron destinados fondos. políticas que intentasen demostrar la voluntad sino que la institución dispuso del 14 por ciento de defensa de un patrimonio artístico descuida- 81 del presupuesto del Ministerio de Información y do durante mucho tiempo, las formas de arte Turismo. Sólo a partir de febrero de 1978 pudo que demostrasen la voluntad de reconciliación hacer uso de un presupuesto anual de poco más nacional y la modernidad cultural del país. de 19.000 millones de pesetas, más o menos el El mismo Ministerio de Cultura, por sí mismo, mismo presupuesto del Ministerio de Informa- constituyó un producto del discurso social de la ción y Turismo franquista.78 Transición. De hecho, el Estado neodemocrático, Igualmente, hay que subrayar algunos a la búsqueda de una nueva definición identita- aspectos que determinaron el verdadero ria en una época de ruptura histórica, intentó cambio de política en el campo cultural. Las cristalizar la nueva realidad a través de una vinculaciones entre sociedad y cultura han institución que se proponía «volver más fácil sido muy fuertes en los años de transición y estimular la creación y actividad cultural de 82 y, aunque de manera fragmentaria, la política manera libre y espontánea». gubernativa ucedista se dio cuenta de que el Las continuidades con el pasado no faltaron. cambio cultural tenía que ser organizado en Sólo hace falta pensar en la continuación de relación a los cambios sociales. Si fueron los prácticas de censura. Como explica Genoveva socialistas los que se aprovecharon de los im- Queipo de Llano, se llegó a la libertad de expre- pulsos que llegaban desde abajo, sea a través sión de manera rápida, aunque gradual.83 de los movimientos ciudadanos que pedían Si la política cultural puede ser interpretada más infraestructuras culturales, sea a través como una acción simbólica, la implicación del de los jóvenes desencantados (véase el uso Gobierno en relación a exposiciones y centros

122 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Política cultural y transición a la democracia culturales populares contribuyó a esbozar una mismo ministerio. Véase: «PSOE: Ministerio de Información, nueva «comunidad imaginada», es decir, una fuera», Diario 16, 22 de diciembre de 1976. 11 Real Decreto-ley 1558/1977, 4 de julio por el cual se rees- nueva nación democrática, que, a través del tructuran determinados órganos de la Administración Ministerio de Cultura, al principio, y después, a Central del Estado. BOE, 5 de julio 1977, n.º 159. través de los organismos culturales autonómi- 12 Fondo Gabinete del ministro, carpeta Informes sobre el Ministerio de Cultura. «El Ministerio de Cultura. Análisis cos, trazó las representaciones cotidianas que Global del Departamento», c. 67337, Archivo Central Mi- edificaron un sentido imaginado de solidaridad nisterio de Cultura. nacional y de pertenencia a la modernidad. La 13 Véase, por ejemplo, las publicaciones de la Editora Nacio- nal: Ballester José María, La reforma cultural en Francia: política cultural, al final, y sobre todo la volun- el Ministerio de Asuntos Culturales, Madrid, Editora Nacional, tad gubernamental de centrarse en el campo 1974. Sáez-Díez, Juan Ignacio, Cultura popular y políticas del arte, contribuyeron a la creación, aunque culturales, Madrid, Editora Nacional, 1975. 14 Spadolini, Giovanni, Beni culturali. Diario interventi leggi, en su forma plural, de lo que Michael Billing ha Firenze, Vallecchi, 1976. Amorosino, Sandro, Riflessioni 84 llamado banal nationalism, esto es, un naciona- sul futuribile Ministero per le attività e i beni culturali e sul lismo moderno, casi escondido, capaz de hacer riparto di funzioni tra Stato, regioni ed enti locali, en Caputi olvidar y borrar el imaginario franquista y en Jambrenghi, Vicenzo (ed.), La cultura ed i suoi beni giuridici, Milán, Giuffrè, 1999, pp. 227-241. condiciones de lanzar a España de modo rápido 15 Véase las reflexiones de Manuel Fraga sobre el tiempo y sin conflictos en la comunidad europea gracias libre en relación al sociólogo francés Joffre Dumazedier. a la unión de la dimensión alta y baja del campo Jiménez GarcÍa, Jesús, Radiotelevisión y política cultural en el franquismo, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones cultural. Científicas, Instituto «Balmes» de Sociología, 1980, p. 341. 16 Rubio ArÓstegui, Juan Arturo, «Génesis, configuración NOTAS y evolución de la política cultural del Estado a través del Mi- nisterio de Cultura (1977-2007)», Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, vol. 7, n.º 1, 2008, p. 59. 1 McGuigan, Jim, Rethinking Cultural Policy, Glasgow, Open 17 Crespo Montes, Luis Fernando, La función pública espa- University Press, 2004, p. 5. ñola 1976-1986. De la transición al cambio, Madrid, Ministe- 2 García Canclini, Néstor, «Para un diccionario herético rio de Administraciones Públicas, 2001. de estudios culturales», Fractal, n.° 18, julio-septiembre, 2000, 18 MAINER, José Carlos, La cultura de la transición, en MO- año 4, volumen V, pp. 11-27. La Transición treinta años después De la 3 LINERO, Carme, . Urfalino, Philippe, L’invention de la politique culturelle, Pa- dictadura a la instauración y consolidación de la democracia, ris, Hachette Littératures, 2004. Barcelona, Península, 2006, p. 158. 4 RodrÍguez Morató, Arturo, La sociedad de la cultura, 19 CABANILLAS, Pío, «Pregón de la Fiesta del Libro pronun- Madrid, Ariel, 2007. ciado por el Ministro de Información y Turismo, don Pío 5 Véase BONET, Pilar, Arte en democracia, en GRACIA, Jordi y Cabanillas Gallas, en el Salón del Consejo de Ciento del RÓDENAS DE MOYA, Domingo (eds.), Más es más. Socie- Ayuntamiento de Barcelona», Boletín de Política Cultural, n.º dad y cultura en la España democrática, 1986-2008, Madrid, 3, 1974. Iberoamericana, 2009, pp. 153-179. 20 Las palabras del ministro Cabanillas aquí recogidas se 6 Fernández Prado, Emiliano, La política cultural. Qué es encuentran en: «Don Pío Cabanillas expone las líneas ge- y para qué sirve, Gijón, Trea, 1991, p. 117. nerales del Ministerio de Cultura», La Vanguardia Española, 7 Chuliá, Elisa, Cultural Diversity and the Development of a 28 de septiembre de 1977. Las fuentes están en la reseña Pre-democratic Civil Society in Spain, en Townson, Nigel de prensa: Presidencia del Gobierno, carpeta Pío Cabanillas (ed.), Spain Transformed: The Late Franco Dictatorship, 1959- (1977-1978), c. 9039, ARCHIVO GENERAL DE LA ADMI- 1975», Basingstoke, Palgrave Macmillan, 2010, pp. 163-181. NISTRACIÓN. 8 SOTO Álvaro, Transición y cambio en España (1975-1996), 21 Ibídem. Madrid, Alianza Editorial, 2005, pp. 31-33. 22 «Cabanillas ‘Espero poder llevar la imaginación a la admi- 9 Real Decreto-ley 24/1977, 1 de abril sobre Libertad de nistración de la cultura’», El País, 5 de julio de 1977. Expresión. Véase: BOE, 12 abril de 1977, n.º 87. 23 «Es hora de potenciar la participación ciudadana en la cul- 10 Ya en 1974 Pío Cabanillas, ministro de Información y Tu- tura», Abc, 14 de septiembre de 1977. rismo, hablaba acerca de la idea de construir un «Consejo 24 Declaraciones a la prensa 1978. Cabanillas Gallas, Nacional de Cultura». El ministro Reguera Guajardo, igual- Pío, Principios para una política cultural. Extracto de las decla- mente, en 1976 declaraba que pronto el Ministerio de In- raciones del Excmo. Señor Ministro de Cultura don Pío Cabani- formación y Turismo habría sido desmembrado. Igualmente, llas Gallas durante la I.ª etapa del Ministerio de Cultura, julio la oposición por parte del PSOE, pedía la desaparición del 1977-diciembre 1979, Madrid, Ministerio de Cultura, 1979.

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25 Discurso en la entrega del Premio Cervantes. Alcalá de pp. 66-67. Henares, 1978. Ibídem. 42 Archivo Central Ministerio Asuntos Exteriores (AMAE), 26 Declaraciones a la prensa, 1977. Ibídem. Dirección de Relaciones Culturales, carpeta Asuntos relativos 27 Así decía el diputado Enrique Barón Crespo del Grupo So- al pintor español Juan Genovés, carta al ministro de Asun-

Giulia Q uaggio cialista en 1977: «A nosotros nos parece una contradicción tos Exteriores de Eduardo de Josué, cónsul español, Zúrich de verdad muy profunda programar un plan de inversio- 3 de abril de 1976, Leg. R. 24455 n.º 52. nes plurianual cuando no ha sido todavía debatido por el 43 «Cultura adquiere el cuadro de Genovés que sirvió para Congreso y, aún más, cuando no ha sido todavía ultimada pedir la amnistía en 1976», El País, 3 de enero de 1980. la Constitución». Diario sesiones Congreso de los Diputados 44 Calvo Serraller, Francisco, «Una eficaz política de ex- (Comisión de Presupuestos), n.º 36, 14 de diciembre de 1977, posiciones», El País, 30 de abril de1982. p. 1304. 45 Si vamos a ver la lista de exposiciones estatales entre 1977 28 Por ejemplo, el republicano Justino de Azcárate, el filósofo y 1982, encontramos la serie «conmemorativas-históricas» orteguiano Julián Marías, el escritor Camilo José Cela, el (ej. El Siglo XV Valenciano, El Impresionismo francés, Ru- catalán Martí de Riquer. bens), la serie «antológica» (ej. Luis Gordillo, Joan Miró, 29 «He pedido ayuda mental en mi carta a los intelectuales», Josep Lluís Sert, Josep Renau, Julio González, Eusebio Sem- Pueblo, 1 de diciembre de 1977. pere, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Antonio Saura...) y la 30 Véase sobre la relación entre intelectuales y Transición: serie «formas expresivas de hoy», que quería divulgar el Muñoz Soro, Javier (ed.), «Los intelectuales en la Transi- arte más contemporáneo. ción», Ayer, n.º 81, Madrid, Marcial Pons, 2011. 46 BENNETT, Tony, «Acting on the Social. Art, Culture and Gover- 31 Imbert, Gérard, Los discursos del cambio. Imágenes e ima- nment», en DENISE, Meredith y JEFFREY, Minston, Citizens- ginarios sociales en la España de la Transición (1976-1982), hip and Cultural Policy, Londres, Sage, 2001, pp. 18-34. Madrid, Akal, 1990, pp. 161-162. 47 Quaggio, Giulia, «Il Guernica conteso. Percezione, circo- 32 Véase los sugerentes consejos de análisis en: SARRIA BUIL, lazione e ritorno di un dipinto che anche Franco avrebbe María Aránzazu, Esbozo cultural de la Transición ¿Modelo de voluto», Spagna contemporanea, n.º 36, 2009, pp. 143-168. cambio o ejemplaridad de intransición? en el blog de Editions 48 CUESTA, Josefina, La Odisea de la memoria. Historia de la Ruedo Iberico. memoria en España. Siglo XX, Madrid, Alianza Editorial, 2008, 33 Ibídem. pp. 315-319. 34 El término de cultura «liberal», aunque bastante equívoco, 49 TUSSELL, Javier, «El final de la Transición», El País, 11 de sep- es asociado por Juan Pablo Fusi y Jordi Gracia a la idea de tiembre de 1981. la existencia dentro del franquismo de una producción in- 50 UMBRAL, Francisco, «Picasso», El País, 28 de octubre de telectual y artística en línea con la tradición liberal del país 1981. y lejana del nacionalcatolicismo franquista. 51 Aranguren, José Luis, «La ‘representación’ de la cultura», 35 El concepto de governmentality (en francés gouvernementali- El País, 27 de noviembre de 1977. té) en el análisis de la política cultural es aplicado por Tony 52 Ara Torralba, Juan Carlos, «Encuentros con las letras, Bennet, que se inspira en el concepto de «governmentali- mucho más que una galería televisiva de la literatura en la ty» de Michel Foucault. Para ver el debate y las aplicacio- Transición», en ANSÓN, Antonio, Televisión y Literatura en la nes de esta categoría: LEWIS, Justin, MILLER, Toby, Critical España de la Transición (1973-1982), Zaragoza, Institución Cultural Policy Studies: a Reader, Oxford, Blackwell Publishing, Fernando el Católico, 2010, pp. 139-169. 2002, pp. 28-29. BURCHELL, Colin, GORDON, Graham, 53 «Condenas, prohibiciones y secuestros de 1980», El País, MILLER, Peter, The Foucault Effect: Studies in Governmentality, 27 de noviembre de 1980. Entre los títulos censurados en Chicago, University of Chicago Press, 1991. 1980: Álbum del erotismo (Antalve); Los vascos, de la nación 36 Calvo Serraller, Francisco, España: medio siglo de arte al Estado (Editorial Elkar); Historia de Galicia (Frente Cul- de vanguardia, 1939-1985, v. 2., Madrid, Ministerio de Cul- tural de la Asamblea Nacional Popular Galega); ¡A Ver! (Ló- tura, Fundación Santillana, 1985, p. 101. pez Ediciones); Txiki-Otaegui (Editorial Lur); Libertad Sexual 37 «Pío Cabanillas: La misión del poder político es servir la (Editorial Naper); El libro rojo del cole (Nuestra Cultura). cultura», El País, 2 de septiembre de 1977. 54 Inglehart, Ronald, The Silent Revolution. Changing Values 38 Marzo Jorge, Luis, ¿Puedo hablarle con libertad, excelen- and Political Styles Among Western Publics, Princeton, Prince- cia? Arte y poder en España desde 1950, Murcia, Cendeac, ton University Press, 1977. 2010. http://www.soymenos.net/. 55 Cantero, Chus, «Los Teleclubs», Periférica: Revista para el 39 Marzo Jorge, Luis y BADÍA, Tere, Las políticas culturales análisis de la cultura y el territorio, n.º 6, 2005, pp. 105-126. en el Estado español (1985-2005), en: http://www.soymenos. 56 Ministerio de Cultura-Secretaría General Técnica, Plan de net/. Investigación del Inventario Cultural/Ministerio de Cultura, Ma- 40 Pérez Díaz, Víctor, «La emergencia de la España demo- drid, Secretaría General Técnica Publicación, 1978. crática: la «invención» de una tradición y la dudosa insti- 57 Ministerio de Cultura, La realidad cultural de España, Madrid, tucionalización de una democracia», Working Paper, n.º 18, Secretaría General Técnica. Gabinete de Estadística e In- Madrid, Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Socia- formática, 1978, p. 5. les, 1991, p. 21. 58 Esta obra de sensibilización acerca del valor de la cultura es 41 IMBERT, Gérard, Los discursos del cambio: imágenes e imagi- evidente de la gran cantidad de artículos de periódicos so- narios sociales en la España de la Transición (1976-1982), cit., bre la encuesta, como a través de los informes enviado por

124 Historia del presente, 17, 2011/ 2ª época, pp. 109-125 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Política cultural y transición a la democracia los encuestadores al Ministerio de Cultura. Véase: Cultura y reducir el potencial conflictual. Véase: HALL, Stuart, Poli- Secretaría General Técnica, carpeta Encuesta demanda cultu- tiche del quotidiano: culture, identità e senso comune, Milán, Il ral 1978, c. 88222, Archivo General de la Administración. Saggiatore, 2006, pp. 74-75. 59 El 21,8% de los españoles de más de 15 años no tenía 73 López de Aguileta, Iñaki, Cultura y ciudad. Manual de tampoco un libro; el 30,3% no leía nunca; el 80% no visitaba política cultural municipal, Gijón, Trea, 2000, pp. 71-74. nunca un museo, y el 84,1% no iba nunca a teatro. Al con- 74 PSOE, Secretaría de Política Municipal, Cuatro años de go- trario, el 79,6% de la población miraba la televisión todo bierno municipal socialista, Secretaría Federal de Política los días. Municipal, Madrid, 1983, pp. 58, Fc 232, Fundación Pablo 60 En Madrid, según el Instituto Nacional de Bienestar, había Iglesias. zonas de la periferia con el 40% de analfabetismo. Véase: 75 ADAGIO, Carmelo, «Democrazia municipale e politiche «Todavía hay un cuarenta por ciento de analfabetos en urbanistiche in Spagna (1975-1985)», Spagna Contempora- algunos barrios», El País, 21 de febrero de 1978. El anal- nea, n.º 22, 2002, pp. 103-124. fabetismo permaneció siendo una llaga de la España con- 76 PSOE, Secretaría Federal de Formación, Programas electora- temporánea: en 1960, la tasa de analfabetismo era de 13,63 les y resoluciones Congresos Federales en materia de Cultura analfabetos cada 100 habitantes; en 1970, de 8,8. Para las (1977-1995), 29 Congreso (21-24 de octubre de 1981), p. mujeres esa tasa ascendía a 12,26 en 1970. Para analfabe- 46, Fundación Pablo Iglesias. 77 tos se entienden los españoles de más de 10 años que no HERZOG, Werner, «Los sueldos de los funcionarios se llevan saben escribir y leer. Fuente: Instituto Nacional de Estadís- la mayor parte del presupuesto», Frankfurter Rundschau, 4 tica, Anuario 1990, Población censal, clasificada por instruc- de enero de1979. Secretaría Estado de Cultura, Correspon- ción elemental. decia con consejeros (1975-1978), c. 76674, Archivo Gene- 61 Dirección Difusión Cultural. Dirección Difusión Cultural. Or- ral de la Administración. 78 ganización, competencias, objetivos, Madrid, Gabinete de Es- El 36% de la financiación era utilizado para pagar a los tudios y Coordinación. Secretaría General Técnica, 1978, dependientes del Ministerio, el 30% para los organismos pp. 9-10. autónomos recién creados, el 10% a RTVE y a los medios 62 Dirección de Desarrollo Comunitario, Dirección de De- de comunicación del Estado, y sólo el 5,5% se destinaba sarrollo Comunitario. Organización, competencias, objetivos, para actividades culturales. Véase, Diario sesiones Congreso Madrid, Gabinete de Estudios y Coordinación. Secretaría de los Diputados (Comisión de Cultura), n.º 62, 9 de mayo de 1978. General Técnica, 1978, p. 10-11. 79 63 Dirección Difusión Cultural. Dirección Difusión Cultural, cit., Steinmetz, George, State/Culture. State-Formation after the Cultural Turn, New York, Cornell University Press, 1999. pp. 77-78. 80 Graziani, Serge, La communication culturelle de l’État, Paris, 64 Dirección Difusión Cultural, Dirección Difusión Cultural, cit., Presses Universitaire France, 2000. p. 38. 81 Bobbio, Luigi, «La politica dei beni culturali in Spagna», en 65 Ibídem, cit., p. 29. Bobbio, Luigi, Le politiche dei beni culturali in Europa, Bolo- 66 Véase lo que explica Amando de Miguel en relación a los nia, Il Mulino, 1992, p. 215. intelectuales y la Transición, es decir, que estuvieron más 82 Cultura Secretaría General Técnica, Consejos de Ministros interesados en escribir en el BOE. De Miguel, Amando, (junio-julio 1977), Nota-Informe al proyecto de Real De- Los intelectuales bonitos, Barcelona, Planeta, 1980. creto sobre estructura orgánica y funciones del Ministerio 67 BAUMAN, Zygmunt, La decadenza degli intellettuali. Da legi- de Cultura, c. 73792, Archivo General de la Administración. slatori a interpreti, Torino, Bollati Borighieri, 1992. 83 García Queipo de Llano, Genoveva, «La cultura en 68 Dumazedier, Joffre, De la sociología de la comunicación tiempos de transición», Jover Zamora, José María (dir.), colectiva a la sociología del desarrollo cultural, Quito, Centro Historia de España de Menéndez Pidal, Vol. XLII, Madrid, Es- Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para pasa Calpe, 1996 p. 670. América Latina, 1965. Dumazedier, Joffre, Vers une civilisa- 84 Billing, Michael, Banal Nationalism, Londres, Sage, 1995.. tion du loisir?, Paris, Seuil, 1962. 69 Dirección Difusión Cultural, Dirección Difusión Cultural, cit., pp. 54-55. 70 Los diarios están recogidos por el Ministerio de Cultura por lo menos hasta 1979, en la etapa sucesiva (1979-1981) ya no se encuentran más voluminosos diarios sino sinté- ticos y burocráticos informes ministeriales. El material se encuentra en Dirección Difusión Cultural, c. 79357, c. 79346, c. 79320, Archivo General de la Administración. 71 CARANDELL, Luis, Celtiberia Show, Madrid, Maeva, 1998. 72 Me refiero a la tesis de Stuart Hall, según la cual el esti- lo de vida democrático se fundamenta en la contención de la democracia popular. Dicho de otra forma, el poder dominante crea productos culturales específicos para las clases trabajadoras en modo de reflejar sus características

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Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los Años del Hambre, 1937-1943*

Óscar Rodríguez Barreira London School of Economics and Politica Science

No hace demasiado, Carme Molinero escri- los Comedores de AS, así como a los recursos e bió un crítico estado de la cuestión sobre la infraestructuras de la propia delegación. Y es que, historiografía de las políticas sociales del fran- a pesar del lenguaje y propaganda triunfal, AS fue quismo. Ahí defendía que el estudio de las polí- incapaz de cubrir las terribles necesidades de la ticas sociales de la dictadura era una asignatura población por lo que se limitó a mercadear con pendiente. La valoración no era desacertada y la miseria cubriendo las necesidades de los afor- su llamamiento dio resultados. Si hoy realizá- tunados que se encontraban cerca de las zonas ramos un ejercicio similar nuestra valoración o redes de influencia de su militancia. Ahondaba tendría que ser más magnánima. En cualquier así en la división entre vencedores y vencidos caso, la receta que propuso para avanzar en el obligando a los últimos a renunciar públicamen- estudio de las políticas sociales franquistas, en te a su identidad, e ideología, para conseguir general, y de Auxilio Social (en adelante AS) en una ayuda material escasa y condicionada.4 AS particular, no era, a nuestro juicio, tan certera. creaba, así, espacios visibles en los que los apo- El interés de Molinero en las políticas sociales yos del franquismo se podían convencer de su de la dictadura no era tanto conocer las condi- eficacia y benignidad. Estos espacios desviaban ciones de vida de las capas subalternas y las res- la mirada del resto del mundo imposibilitando puestas que éstas ofrecieron como caracterizar ver el otro lado, el de los vencidos, al tiempo el franquismo y sus políticas sociales. Además, y que construían y reconstruían cotidianamente en la línea marcada por la historiografía italiana, la Nueva España. Como explica Peter Fritzsche, apostaba por abandonar el análisis del papel de los signos públicos cotidianos de colaboración FET-JONS, y sus delegaciones, desde abajo para con las dictaduras no sólo son una muestra de pasar a estudiarla desde arriba estudiando su participación colectiva sino que también con- ideología, propaganda y el papel desempeñado tribuyen a fomentarla. La aceptación popular en la nacionalización de los españoles.2 es, pues, una cuestión de estrategias cotidianas. En este ensayo, al contrario, nos proponemos El uso instrumental de la delegación falangista estudiar AS de abajo hacia arriba.3 El objetivo es por parte de personas apáticas, o disidentes, analizar el éxito, o fracaso, de las políticas socia- con la dictadura no sólo ha de ser interpreta- les y su capacidad proselitista a partir del estu- do como violencia contra el alma sino, como dio de su capacidad para aminorar las gravísimas ha analizado James Mathews para las actitudes carencias que sufrieron las capas más desfavore- de los izquierdistas que lucharon en el ejército cidas. Para ello prestaremos especial atención a rebelde durante la Guerra Civil, como copos de la acción de Auxilio a Poblaciones Liberadas y de nieve que van conformando la bola que termina

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en el alud del consentimiento. Al igual que en sarrollo de sus políticas sociales aunque sí con- otras dictaduras contemporáneas los españoles ceptuó, de acuerdo a criterios socioculturales, a aprendieron a llevar una doble vida ocultando, los enfermos sociales y disidentes que debían entre susurros, cualquier opinión crítica, o sig- ser reprimidos, controlados y reeducados por no de oposición y disidencia, con el poder. Esta, el Estado para conseguir su redención. Grupos cada vez menos aparente, aceptación pública sociales marginales como gitanos, mendigos o Ó scar Rodríguez Barreira facilitó la imposición del tiempo de silencio.5 prostitutas fueron los enfermos sociales hacia La realidad cotidiana impidió, asimismo, que los que la dictadura dirigió su mirada agresiva. FET-JONS, y AS, obtuvieran respaldo popular. Las políticas sociales dejaban de entenderse, Mientras que en la Alemania nazi la población pues, como un derecho general de la ciudadanía percibía la mejora de la situación económica ante las circunstancias desfavorables de la vida con respecto a Weimar beneficiándose, a su para usarse como un instrumento de control vez, del saqueo sobre las razas inferiores, en Es- del Estado sobre las familias y la salud popu- paña la mísera situación de 1939 no hizo otra lar. En este sentido, AS y Sección Femenina (SF) cosa que empeorar durante los primeros años fueron importantes instrumentos, aunque sus cuarenta creándose una gran distancia entre el posturas se acercaran bien pronto a la caridad discurso oficial y la paupérrima cotidianidad. El católica, y no a la moderna eugenesia fascista.7 contraste entre lo que el Régimen, y FET-JONS, El objetivo que hemos planteado –analizar la enseñaban y lo que la sociedad española veía, y capacidad proselitista de AS valorando su éxito vivía, era suficiente para explicar su estado de a la hora de aminorar las carencias de las clases ambigüedad y turbación. La completa desarti- subalternas– nos sitúa en un espacio historio- culación de la sociedad de postguerra hizo que gráfico que, últimamente, ha sido reclamado por la gente corriente permaneciera relegada a su autores como William Sewell o Geoff Eley. Los microcosmos cotidiano más inmediato, siendo principales argumentos que se han puesto so- ahí donde las proclamas falangistas entraban en bre la mesa a la hora de revalorizar algunos de abrupta contradicción con su percepción de la los antiguos objetivos de la historia social son, realidad. Como ha mostrado Francisco Sevilla- en primer lugar, la necesidad de reconsiderar la no, durante los años cuarenta la mayor parte importancia de lo material, o lo extradiscursivo, de la gente corriente vivía en un estado de en los procesos históricos y, en segundo lugar, «ambigüedad cotidiana en la que el rechazo, la la pertinencia de recuperar una comprensión resignación y la aceptación pasiva del Régimen amplia, o radical, de la política. Una forma de se entremezclaban en una misma persona», FET- entender la política en la que el lugar de trabajo, JONS, y sus delegaciones, no se beneficiaron de el barrio, la beneficencia o la familia se podían esa ambigüedad convirtiéndose, a los ojos de la estudiar como espacios de identificación políti- mayor parte de la población, en los principales ca y de resistencia, lugares en los que el poder responsables de la cruel represión y, sobre todo, se ejerce –y se resiste.8 del hambre y la corrupción.6 Las perspectivas cercanas a la historia social, Esta incapacidad para crear adhesiones ac- o historia sociopolítica, son, además, las que, tivas a la dictadura no desvincula las políticas junto a la historia de la vida cotidiana, han re- sociales propugnadas por AS de las fascistas novado el análisis de las actitudes sociales y la –aunque sí revele mucho de la naturaleza del opinión popular bajo las dictaduras europeas de régimen que lo sustentaba. Al fin y al cabo, Au- entreguerras. Estos enfoques han quebrado la xilio de Invierno nace inspirado en las prácticas visión tradicional de la historia política –domi- políticas del Winterhilfe nazi. Mas el fascismo nada por la dicotomía colaboración vs. resisten- español no uso criterios biológicos para el de- cia– profundizando en perspectivas más sutiles

128 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre Cuadro 1. Propuesta de espacio conceptual para pensar las actitudes sociales en el franquismo

Disconformidad Ambigüedad y/o Consentimiento contención

que muestran la complejidad de las actitudes y las armas de los débiles scottianas; sí dificultaron comportamientos de los más, de aquellos que, que la dictadura llevara a cabo sus objetivos. Un sin ser militantes, lidiaron cotidianamente con espacio conceptual intermedio entre ambos es pequeñas, y dramáticas, decisiones. Para poder el de disidencias que pretende diferenciar entre entender estas acciones en toda su complejidad las prácticas más instrumentales –resistencias– debemos trascender los corsés impuestos por de aquellas que, además, tenían un carácter con- los esquemas políticos clásicos: rojos, de orden, flictivo con una política o institución concreta, represión, consenso, izquierdas, derechas...9 aunque no con el Régimen en general –oposición En este sentido, y dentro de las actitudes de (Esquema 2). 10 disconformidad (Esquema 1) la distinción reali- En última instancia la diferencia principal en- zada en la historiografía de la vida cotidiana ale- tre resistencias y disidencias y la categoría de mana entre Widerstand (Oposición) y Resistenzen oposición será que las dos primeras no serán (resistencias) nos permite tener en cuenta toda incompatibles con actitudes generales de con- una serie de actitudes y comportamientos de la sentimiento hacia la dictadura. Será precisamente gente corriente que aunque no plantaban cara en este espacio de ambigüedad y/o contención frontalmente al Régimen, y en ocasiones única- (Esquema 1) donde nos encontremos a la mayor mente buscaban conquistas personales inmedia- parte de la población que, como dijimos más tas –como las luchas inmediatas foucaultianas o arriba, se debatía diariamente en la zona gris, un Cuadro 2. Propuesta de clasificación en las actitudes de disconformidad y consentimiento con el franquismo.

Adhesión Oposición

Disidencia Asenso Resistencia Resiliencia y/o adaptación

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maremágnum de sentimientos y actitudes en- para solventarla: AS. En nuestro relato cobrarán contradas.11 En cualquier caso, y dentro de las especial relevancia no sólo las opiniones y acti- propias actitudes de consentimiento, podemos, tudes de la población sino también la influencia con ánimo pragmático, distinguir tres niveles. de la miseria material en esas actitudes y en las Por un lado nos encontraríamos con las actitu- propias dificultades con que se encontró AS en des de adhesión, es decir, las de aquellos que más su acción. Ó scar Rodríguez Barreira cercanos se sentían con la dictadura y que, parti- cipando (o no) a través de cargos institucionales, El cerrojo de la autarquía hacían pública, y activa, gala de su comunión con el franquismo. Sin embargo, la mayor parte de Durante la década de los cuarenta se vivió los españoles no participaban de esta fe adop- una situación de profunda depresión y miseria tando acuerdos con la dictadura que no eran causada, fundamentalmente, por la política eco- incompatibles con actitudes, comportamientos nómica desplegada: la autarquía. Dos son los pi- y sentimientos de disconformidad. Así, la actitud lares sobre los que el Régimen fundamentó esta más extendida fue la de aquellos que se adapta- política: autosuficiencia y autoridad. A su enten- ron u optaron, usando un término no demasia- der, España era un país rico en recursos natura- do elegante, por la resiliencia a la dictadura. Los les que no necesitaba de la importación para su adaptados y/o resilientes optaron por alterar su desarrollo económico. Cerradas las fronteras, lo apariencia y comportamiento externo a fin de único necesario para florecer eran el orden y salvaguardar de las presiones externas aquello la disciplina de los agentes económicos. En esta que les era más preciado o imprescindible. En mentalidad militarista, los agentes económicos, este sentido, el concepto físico de resiliencia se al igual que los soldados en los cuarteles, obe- ha utilizado en ciencias sociales para caracterizar decerían las normas reguladoras de la actividad la capacidad humana para desarrollarse de ma- económica que impusiera el Estado. El error fue nera exitosa en situaciones de opresión o alto mayúsculo, el éxito en la reconstrucción de una riesgo. Este concepto también hace énfasis en la economía tan dependiente del exterior como capacidad para retornar a una forma similar una la española dependía, precisamente, de desa- vez esas presiones externas han cesado. Un es- rrollar una política económica que garantizase pacio intermedio entre la resiliencia y la adhesión la importación de materias primas, productos sería el ocupado por el consentimiento pasivo o energéticos y bienes de equipo. Así, la autarquía asenso, es decir, por aquellos que admitían como cercenó cualquier posibilidad de recuperación. cierto aquello que la dictadura afirmaba o pro- Mientras España necesitó una década para re- ponía. Tanto la resiliencia como el asenso dejarán cuperar sus principales indicadores económicos espacio para actitudes de disconformidad, en su los países europeos necesitaron entre tres y versión de resistencias y disidencias, pero no para cuatro años tras la, notablemente más destruc- la oposición. Ejemplos de este tipo de compor- tiva, Segunda Guerra Mundial.13 tamientos serían las burguesías y clases medias El impacto de esta política sobre la macroeco- franquistas que deseaban la victoria aliada o los nomía, y sobre la vida cotidiana de la población, propietarios rurales y campesinos que disentían fue abrumador. Durante los años cuarenta el con las políticas autárquicas y los cupos.12 salario real de los españoles osciló en torno a El objetivo en las siguientes páginas es mos- la mitad del de 1935, si bien resulta complejo trar las diferentes, y en muchas ocasiones ambi- hacer un cálculo exacto de la pérdida de po- guas, actitudes que desarrolló la población con der adquisitivo entre los años 30 y 40. Por otro respecto a la situación de privación material lado, el PIB de 1935 no volvió a alcanzarse hasta y a uno de los remedios que puso en marcha 1951 mientras que el nivel de renta per cápita

130 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre tardaría dos años más. Si a esto añadimos que Civil ya se había implantado a nivel local. El ra- la adquisición de los productos indispensables cionamiento también se retroalimentó y si en para el mantenimiento cotidiano se realizaba, un principio sólo afectaba a algunos artículos las más de las veces, en un mercado negro ex- a la altura de junio de 1941 estaba controlada tremadamente sobrepreciado, el panorama se la distribución y venta de prácticamente todos tornaba desolador.14 los bienes de consumo que, por otro lado, no La dictadura creyó que los precios de los llegaban a los consumidores salvo a través del 15 productos y de los factores de producción po- mercado negro. dían fijarse por decreto al margen de lo que Fue así como la dictadura empujó a la ilega- estableciera el mercado. Así impuso una política lidad a gran parte de una población que si, en de disciplinar los precios estableciendo los pre- el plano político, adoptó actitudes adaptativas cios de las subsistencias con los niveles de julio o resilientes, en el ámbito de la subsistencia de 1936. El primer producto agrícola objeto cotidiana convirtió –y percibió–, la transgresión de intervención fue el trigo. Un error capital en algo común –y moral. Las resistencias econó- del gobierno fue evaluar al alza la situación del micas –robos, hurtos, estraperlo...– compartían mercado triguero de 1937. La respuesta de los espacio con la sumisión instrumental –o resilien- agricultores fue sustituir el cultivo por otros cia– que les acercaba a AS o al Frente de Juven- libres de control lo que llevó a las autoridades tudes (FFJJ) a pesar de que, como apuntaban los a adoptar nuevas medidas reguladoras y más informes de opinión popular, el partido único controles en una espiral sin fin. En lugar de rec- fuera señalado como el principal culpable de la tificar una política que se mostraba ineficaz, el carestía. gobierno optó por la represión o, si se prefiere, En este sentido, las autoridades explicaban por aplicar la ley, eso sí, discrecionalmente. Mas cómo las capas medias y bajas en Palencia no la legislación no pudo evitar el florecimiento de manifestaban nada por temor a los castigos, un mercado negro consecuente con la lógica pero, en corrillos se mostraban desesperadas de mercado. Dado que el Estado marcó precios «ante la imposibilidad de desenvolver su vida». de tasa por debajo de sus niveles de equilibrio, En Castellón la opinión era similar apuntándose, los productores evitaron las actividades inter- además, al partido único como el principal res- venidas y rebajaron los gastos de explotación, ponsable de la situación. Muy cerca de allí, en lo que trajo consigo un descenso tanto de la Valencia, el ambiente era aún peor. El jefe provin- producción como de los rendimientos. Al mis- cial de FET-JONS informaba cómo la población mo tiempo, los consumidores intentaron incre- era abiertamente hostil odiando «sin disimulo mentar el consumo de los productos raciona- alguno a todo lo que signifique o provenga del dos. El desequilibrio del mercado era patente Nuevo Estado». El motivo de la hostilidad valen- dado que la oferta se reducía mientras que la ciana estaba claro, y no era otro que la lamenta- demanda crecía. La resolución de esta situación ble y errónea política de abastecimiento. Si esto de demanda insatisfecha fue un mercado negro era motivo de desazón, más aún lo era que el que crecía exponencialmente –parejo al des- esfuerzo realizado por los camaradas, para sua- equilibrio del mercado oficial. La intervención vizar la situación y levantar el ánimo, no fuera en unos mercados cada vez más desabasteci- recompensado por una población hastiada de dos hizo imprescindible el racionamiento de promesas. alimentos. El racionamiento se estableció ofi- El ambiente, repito, está enrarecido en grado cialmente el 14 de mayo de 1939 con la crea- máximo, la animosidad crece a pasos agigantados; ción de la Comisaría General de Abastecimientos y lo peor del caso es que la Falange que ve anu- y Transportes (CGAT) aunque durante la Guerra lados sus esfuerzos y su labor realizada destruida,

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es incluida dentro de este círculo vicioso y odiada que el hambre mal contenida de aquellos miles como todas las demás cosas.16 de personas en presencia de los víveres tan ge- nerosamente ofrecidos por la España de Franco, Mientras tanto, en los informes de opinión constituyó un verdadero riesgo para las chicas que realizaba la DGS no sólo se repetía que de AUXILIO SOCIAL, sobre las que se volcaban la única preocupación obrera eran los abas- montones de seres famélicos que, acuciados por

Ó scar Rodríguez Barreira tos sino que mostraban cómo los españoles el terrible aguijón de la necesidad, obraban como vinculaban la ausencia de éstos a la Segunda reses embravecidas y no como entes racionales. Guerra Mundial y a los fascismos. De esta for- El 4 de abril los comedores de las antiguas ins- ma se extendían actitudes disidentes hacia el tituciones sociales republicanas ya habían sido partido único y las políticas de abastecimiento. rotuladas con el logo de AS. Ese día se abrieron Mas las carencias eran tan abrumadoras que la tres comedores, dos días después se añadía uno población no distinguía de dónde provenía el más, mientras que, a los cuatro días, ya eran seis alimento. En Ohanes, un pequeño municipio de los que estaban en funcionamiento. Durante la Almería, el alcalde reflejaba desesperado cómo primera semana se distribuirían hasta quince mil sus vecinos habían tenido que recurrir a comer raciones diarias promedio, cantidad claramente hierbas cocidas sin aceite y sin pan, ya que la insuficiente para atender a toda una población cantidad mensual que distribuía Abastecimien- convertida en indigentes provisionales. La de- tos y Transportes no cubría las necesidades ni sesperación de los camaradas alicantinos se ha- de cinco días y «seguramente se habrían dado cía notar en cada línea del informe. Únicamente ya muchos casos de defunción por hambre en el podían taponar momentáneamente las más ur- elemento infantil y sexagenarios incapacitados gentes necesidades, pero no eran una solución si no fuera por Auxilio Social».17 a la terrible situación. Tres meses más tarde ya existía una infraestructura relativamente impor- Liberar de la miseria. Auxilio a Poblaciones Liberadas tante en la provincia, pero seguían sin ser una solución. Existían 95 comedores que atendían El 24 de julio de 1939 el delegado provincial a 17.536 niños y 2.245 adultos con una media de AS de Alicante enviaba un crudo informe a de 281.524 raciones para los primeros, y 82.546 su delegación nacional. Si la escena descrita por para los segundos. En la capital se daban hasta Max Aub en Campo de los Almendros es estreme- 15.919 raciones en frío y 4.800 más en caliente cedora, las que retrataba el informe no le iban a en sus ocho comedores. Las cifras eran impor- la zaga. Los doscientos falangistas enviados des- tantes, pero estaban descontextualizadas. Ni una de Málaga para auxiliar Alicante encontraron a línea dedicada al alcance real de las necesidades «toda la población de la provincia en un estado a cubrir. En cualquier caso, y dado que se trataba de espantosa miseria». Ahí estaban ellos, «solos de un informe interno, el delegado alicantino se frente al Hambre y también frente a las miradas podía permitir un tono realista. En su opinión de la gente incrédula». AS había preparado la era imposible corregir «las grandes deficiencias entrada de Auxilio a Poblaciones Liberadas pero, que observan en los hogares pobres» necesita- a pesar de la propaganda, no todo fue previsión ban los más básicos elementos: muebles, ropas, y acierto. Muchos de los víveres que se habían medicinas y víveres. Mas se habían propuesto preparado eran mercancías caras y caducadas. «trabajar todos los días y todas las horas», de Además la extrema pobreza del Levante post- modo que «algún fruto se obtendría del esfuer- bélico, aunque bastaba para motivar al más pusi- zo». Este tono resignado se guardaba para los lánime, sobrepasaba su capacidad de acción. informes internos, para la propaganda destinada al resto de la población el registro era comple- hubo momentos verdaderamente dramáticos en tamente distinto:

132 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre ALICANTINOS. El día, en que al paso de la paz fuera ineficaz en sus servicios sino que ni siquie- comience la unidad pacífica de España, la herman- ra había existencias para que las compraran los dad de todos los españoles bajo el mismo mando escasos adinerados.21 En Granada la situación no del Caudillo y con el mismo afán de grandeza, ese era sólo mala; además, se carecía de las infraes- día se contemplará como algo asombroso y firme tructuras necesarias para desarrollar el trabajo. lo conseguido por ‘AUXILIO SOCIAL’ durante Su delegado provincial explicaba al secretario los años de la guerra, y se sentirá todo lo que tiene de germen de obra enorme para la mejora nacional que no se podía dotar de alimentos a de la raza de los españoles.18 las delegaciones locales ya que la furgoneta que habían solicitado a Valladolid todavía no se había Ésta será la tónica cotidiana de AS. Una de- recibido. De poco servirían los ruegos, lamen- legación con un grave síndrome bipolar ya que, tos y peticiones. Dos semanas más tarde la se- al tiempo que era consciente de su incapacidad, cretaría nacional respondía admitiendo que no era la más volcada en la propaganda del partido. contaban con suficientes vehículos aunque pro- Como ha concluido Ángela Cenarro la delega- metían enviar una furgoneta en cuanto les fuera ción «tenía más que ver con la propaganda y la posible. Entre tanto, las necesidades que AS de- negación de las divisiones sociales que con la bía cubrir iban creciendo. Próxima la liberación verdadera integración de los vencidos» pudién- de Albacete, Mercedes Sanz Bachiller encargó dose decir que se trataba más de un placebo a la delegación granadina ocuparse del auxilio inocuo que buscaba dar argumentos a los ya a esa provincia. Ésta asumía la responsabilidad, convencidos que una solución a la miseria rei- aunque no ocultaba su desesperación ya que nante.19 no sólo tenían que hacerse cargo de Albacete El simbólico caso de Alicante no fue excep- sino de los 102 pueblos, próximos a liberar, de la cional. La correspondencia interna de AS nos propia Granada, «algunos muy importantes, y en muestra que el hambre, la miseria y la incapaci- los que la miseria era muy grande». En marzo dad de la delegación falangista fue lo cotidiano de 1939 Granada consiguió la ansiada furgoneta, por todo el país. Más aún que estos problemas mas la alegría duró poco. A mediados de mes la no sólo se dieron en las zonas conquistadas sino nacional instaba para que cedieran la furgoneta en todo el bando rebelde. A pesar de que, como a su homóloga murciana.22 defiende Michael Seidman, el abastecimiento En Asturias la situación no era mucho mejor. en la retaguardia y, sobre todo, en la línea de Pocos días después de la liberación la delegación frente rebelde fue mejor que en la republicana, emitía un informe acerca de cómo se encontra- la descoordinación y las luchas internas fueron, ba la provincia. En Oviedo, Falange todavía no también, moneda corriente y crecieron sin con- había conseguido abrir los comedores de Auxilio trol con el fin del conflicto. Todo ello afectó a de Invierno. En los pueblos la situación era peor. AS que, además, cargó con la responsabilidad de En Salas existían «bastante necesidades tanto paliar el hambre en las zonas que se iban liberan- en la infancia como en la edad senil», mientras do y que tenían gravísimos problemas de abas- que en Castropol «las necesidades son enor- tecimiento.20 En el frente del Ebro, por ejemplo, mes, aunque el pueblo procura sostenerlas en las poblaciones morían de inanición sin que las partes, pues todas sería imposible». En Puerto autoridades militares, ni las de AS, pudieran ha- de Figueres y en Tapia de Casariego la preca- cer nada. Tal y como explicaba el delegado pro- riedad era insostenible, ya que al tratarse de vincial de Tarragona en los pueblos de Villalba localidades que vivían de la pesca y, debido a la de los Arcos, Ascó, Gandesa... la gente se moría prohibición, no se podía salir a la mar: vivían de de inanición culpando a AS de ello. El drama era la mendicidad. En la vecina Vizcaya, a finales de de tal magnitud que ya no era que la delegación enero de 1938 la necesidad llegó a ser tan gran-

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de que se elaboró un informe sobre las causas Mano de obra para la Obra. La lucha por el Servicio del aumento de la indigencia.23 Social Si así estaba la vida en el desarrollado norte de España qué no podría acontecer en el siem- A la hora de explicar este conflicto algunos pre depauperado mediodía. En abril de 1938, en autores se han centrado en las desavenencias personales entre Mercedes Sanz Bachiller y Ó scar Rodríguez Barreira las colonias africanas se había creado una dele- Pilar Primo de Rivera –además de sus dife- gación de AS que se ocupaba de Marruecos y las rentes concepciones a la hora de entender la plazas de soberanía. Según los informes internos, movilización política femenina. El motivo que las condiciones de la delegación no eran ideales, hizo estallar el conflicto fue la aparición el 7 de aunque la situación en Ceuta era, aún, mucho octubre de 1939 del decreto estableciendo el más grave. Allí, el precio de la comida para los SS. El decreto establecía un paralelismo entre niños resultaba excesivo debido a la escasez de el servicio militar obligatorio y la nueva labor productos alimenticios en el mercado de abas- encomendada a las mujeres, si bien exponía que tos. Además, la delegación apenas recaudaba los servicios que prestarían éstas estarían en suficiente para mantener los gastos. En la vecina consonancia con sus aptitudes femeninas. Por Melilla no podía decirse que el estado de cosas otro lado, el texto vinculaba esta medida a la fuera mejor. El asilo de ancianos de la localidad tragedia de la Guerra, aunque dejaba claro que ofrecía un aspecto deplorable y la delegación su acción continuaría para el alivio de las angus- se sostenía con la Rifa de la Caridad.24 En cual- tias sociales de la posguerra. En la exposición de motivos también se señalaba la delegación que quier caso, a la altura de la primavera de 1938, gestionaría al enorme contingente humano que, las principales preocupaciones de los delegados desde ese mismo momento, quedaba en manos de AS pasaban por absorber el resto de institu- del Estado: el AS. La aparición del decreto en ciones de beneficencia y resultar victoriosos en el BOE el 28 de noviembre de 1937 provocó 25 sus pugnas con SF. la ruptura de hostilidades entre SF y AS por el La labor desplegada por el grupo de Vallado- control del SS.27 lid, añadida a la rutilante estrella del fascismo, Ya desde la aparición del decreto existió, por trajeron consigo una nueva normativa de Bene- parte de SF, un deseo no oculto por dirigir la ficencia. La nueva legislación dio muchas prerro- institución. La mayor parte de los estudiosos gativas a AS. La Ley del 19 de marzo de 1938 privilegian el conflicto ideológico y personalista garantizó la financiación de la delegación con de las dirigentes, aunque admiten que la nece- cargo al Fondo Benéfico Social dejando en clara sidad de mano de obra fue determinante en la ventaja a la delegación falangista con respecto a lucha. Desde nuestra perspectiva, este hecho las entidades existentes antes del 18 de julio de será fundamental y no sólo por la creciente necesidad de personal conforme avanzaban 1936. Por otro lado, el Decreto de 28 de mayo los frentes sino porque los conflictos persona- de 1938 creaba el Consejo Superior de Benefi- les también se producían en la base y, además, cencia y, por último, y ante el inminente final del porque AS consumía muchas horas de trabajo a conflicto bélico, el Régimen creaba el servicio unas militantes de SF perdidas, y fatigadas, con de Auxilio a Poblaciones Liberadas. Estas nuevas la doble militancia. Un ejemplo de cómo estos disposiciones abrían un panorama alentador al conflictos se reproducían desde las bases hasta AS aunque pronto surgirían problemas, el más la cúspide de la pirámide es el que se produjo grave fue la lucha con SF por el Servicio Social en Zaragoza. Allí la pugna entre las delegaciones (SS).26 hizo explosión con la negativa de las delegadas

134 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre locales de SF a colaborar en las postulaciones poderamiento, y realización personal, se hacía a de AS. El delegado provincial envió una misiva costa del resto de mujeres educadas en la sumi- a Mercedes Sanz Bachiller, denunciando que en sión a los varones y a la dictadura.29 los pueblos SF se había negado a colaborar en La querella en torno al SS inició la caída en las postulaciones y cobro de la Ficha Azul. En desgracia del grupo de Valladolid, y del propio Burgos, el delegado de AS denunciaba una situa- AS, pero no fue el hecho más importante. Hubo ción aún más conflictiva. Al parecer, las chicas otra cuestión que, unida al auge de Ramón Se- de SF llevaban un tiempo negándose a realizar rrano Súñer, fue determinante: la corrupción. las postulaciones para AS. El conflicto, lejos de Las corruptelas pueden, pues, utilizarse como reducirse, crecía ya que «en la delegación local una forma de explicar la crisis, y ulterior trans- de Briviesca se han negado a servir en el Co- formación, de AS. medor». En Huesca la delegada provincial de SF ordenó a sus militantes que no cumplieran el SS, con el argumento de que no lo necesitaban Poderoso caballero es Don Dinero: corrupción azul por estar encuadradas en SF. El hecho produjo El 8 de julio de 1939 el delegado provincial una crisis entre ambas delegaciones en la que intervino Mercedes Sanz Bachiller que rogó a de AS de Valencia enviaba un extenso, e irrita- los suyos «inteligencia y oportunidad». En Huel- do, informe a Mercedes Sanz Bachiller. En él no va la inspección comentaba que las relaciones sólo explicaba toda su actuación al frente de la entre SF y AS eran, tan sólo, regulares. Las chicas delegación, sino que se defendía de las acusacio- de Pilar Primo de Rivera no sólo se negaban a nes de corrupción que pesaban sobre él y sus realizar el SS sino que pedían que se les pagara colaboradores. Según el delegado valenciano la mano de obra por sus servicios de costura. El existían allí camarillas y grupos de presión de mismo calificativo recibía en Granada donde la gente acomodada que trataban de desprestigiar delegada de SF era «excesivamente mandona» y AS. Según su relato, la liberación de Valencia fue quería manejarlo todo.28 tremendamente costosa para su delegación, El fin del conflicto por el SS se produjo en ya que ni llegaron los auxilios previstos desde Navidades. El 28 de diciembre el Generalísimo Palencia y Valladolid ni Auxilio a Poblaciones Li- resolvía modificar el decreto de octubre de beradas cumplió con su labor como esperaban. 1937 concediendo a Pilar Primo de Rivera su Sólo la suerte, y el trabajo denodado de los ansiada pieza. Las razones de esta modificación camaradas aliviaron la situación. Un problema se debían a la caída en desgracia del grupo de añadido fue que, tras la Guerra, Valencia duplicó Valladolid y a la propia perspectiva conservado- su población. Atender, en estas circunstancias, a ra de Franco. Quedaba así establecida por De- las necesidades se tornó en un trabajo hercúleo creto Ley la contradicción típica de las políticas e imposible. A pesar de que la delegación conta- de género de las dictaduras de entreguerras, ya ba con 400 toneladas de víveres, no tenían ni un que las puertas que abría el SS eran, precisa- solo gramo de pan –algo básico para la alimen- mente, las que traspasaban la mujer contra la tación de hambrientos. En esas circunstancias se que nacía SF: la autosuficiente e independiente. debió contactar con la nacional, pero prefirió El traspaso de este servicio a SF le supuso el no hacerlo creyendo que no era el mejor mo- ingreso de una cantidad ingente de afiliadas que mento para aumentar las demandas y preocupa- le permitió la creación de un espacio en el que ciones de sus dirigentes. En lugar de eso, y con unas selectas y escogidas mujeres ejercieron la experiencia adquirida en otras delegaciones, el poder y encontraron modos de realización «consiguió llenar un almacén de víveres y así personal distintos al modelo feminista. Ese em- Valencia y su Provincia quedaron abastecidas».

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A pesar de la noble misión, y del indudable Más crudas y radicales eran las acusaciones mérito de la tarea, existieron irregularidades que se realizaban en la provincia de Ciudad Real. que levantaron las suspicacias de los valencianos En Miguelturra circulaban pasquines acusando al y llegaron a oídos de Madrid. Los dirigentes na- AS de ser «una merienda de... rojos». El texto cionales tomaron cartas en el asunto encargan- prevenía contra los «oportunistas y trepas» ex- do al administrador provincial de AS que hiciera plicando cómo en AS se había instalado un grupo Ó scar Rodríguez Barreira una escrupulosa contabilidad de las cifras de la de esa calaña. Se acusaba al delegado provincial delegación provincial. Esta orden le planteó un de ser un trepa rojo. Según el pasquín anóni- dilema al delegado provincial: «¿Cómo osten- mo, el delegado pudo pasarse al bando nacional tar dignamente un cargo si no contaba con la durante la Guerra, aunque no lo hizo porque confianza de sus superiores?». Las críticas, y los prefirió colocarse como secretario del Sindicato rumores, afectaban a toda la política desplega- de Contribuciones de Ciudad-Real. No fue hasta da por la delegación. Era necesario explicar las unos pocos meses antes del final de la Guerra acciones en la sección de ajuar, en la adquisi- cuando optó por pasar al bando franquista ción de trigo, en la administración del almacén reapareciendo en la ciudad como delegado provincial... Dada la magnitud de las sospechas provincial de AS. La única obsesión del delegado la delegación valenciana no quería dejar ningún era «arrimarse a toda clase de politiquillos para punto sin aclaración. Incluso envió dos camara- ver si podía hacer carrera». Aunque no era el das a Madrid para dar su versión del asunto del delegado provincial quien más tenía que ocultar. trigo. El caso muestra un fenómeno paradójico El encargado del almacén provincial era el anti- inherente a AS. Por un lado, era una delegación guo presidente del Sindicato de Contribuciones. El que daba una enorme carga de trabajo con es- primo del encargado, también colocado en AS y casa compensación social y económica pero, al asimismo antiguo miembro del Sindicato, había tiempo y consecuencia de ello, el acceso a sus sido además fundador de la Casa del Pueblo. Era, recursos y la arbitrariedad innata de la dictadura pues, un ilustre socialista. El mensaje del pasquín permitía tantas vías de escape y tan poca trans- estaba claro: AS estaba copado por arribistas parencia que las corruptelas terminaban por rojos que no sólo pretendían salir airosos de salpicarlo todo. Y es que, como sostiene Anto- sus responsabilidades políticas sino que, además, nio Cazorla, si por algo se distinguió la dictadura querían enriquecerse ilícitamente: fue por la venalidad y la corrupción. Finalmente Se trata de personas de una OSADÍA y CINIS- el delegado provincial admitió que habían exis- MO insospechados, con gran DON DE GENTES, tido irregularidades dentro de su delegación, amigos de GANAR MUCHO DINERO... y acos- aunque quería dejar bien claro que él no tenía tumbrados a toda clase de negocios... Sabrán y nada que ver con ellas. El mal ya estaba hecho procurarán defenderse, pero háganse verdaderas y ya sólo se podía aminorar los daños causados, y varias informaciones públicas. Fiscalícense BIEN entre otras cosas, por la desaparición del trigo. A FONDO sus operaciones, vigileseles y sobre En cualquier caso, y por mucho que pesara al todo compróbense las entradas y salidas de VÍVE- RES (azúcar, etc.) pues han vendido muchos a sus delegado, éste debía acceder a que los dirigen- amistades, etc. tes de Madrid fiscalizaran su labor. El prestigio de la delegación dependía de su honradez, y ésta Por aquellos días existían 6.000 familias sin estaba en manos de los Administradores. Todo padre en Ciudad Real. AS asistía a 20.000 per- debía estar en su lugar y la corrupción, aunque sonas, mientras que las estimaciones de Falange generalizada, no se podía admitir públicamente cifraban en 35.000 el número de necesitados. sin tomar alguna medida o, al menos, señalar un La propia FET-JONS era consciente de que en chivo expiatorio.30 las comarcas de Infantes, Alcázar, Manzanares

136 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre y Puertollano la población sentía «verdadera tario y el delegado de AS del distrito Vallecas- hambre sin encontrar medios con que apla- Pacífico. Ese distrito ya había sido investigado carla». Entretanto, habían llegado a Madrid más por el propio AS porque, inexplicablemente, ha- quejas sobre las irregularidades en la adminis- bía reducido a la mitad su número de asistidos. tración de la leña y los víveres del AS manchego. El resultado que ofrecieron las pesquisas no Estos rumores provocaron una carta en la que podía ser más desolador. El delegado no sólo se los responsables explicaban su intachable recti- dedicaba a distraer productos del almacén sino tud. La misiva pretendía rebajar la gravedad de que, junto a su secretario, se había dedicado a los hechos en función de la supuesta escasa can- la rapiña, y venta, del mobiliario del consistorio tidad de dinero de la que se estaba hablando.31 vallecano. La corrupción no se circunscribía a Y es que las irregularidades administrativas, y una delegación en la que su máximo dirigente la competencia política desleal, dentro del AS y acostumbraba a pedir dinero prestado a sus su- entre los miembros de éste y el resto de dele- bordinados, sino que para completar el círculo gaciones falangistas, fueron la norma cotidiana. de impunidad también afectaba a la delegación En un informe sobre la inspección realizada en de Información e Investigación. En febrero de el AS de Logroño se explicaba que existía un di- 1940 el delegado de Investigación del Puente de vorcio claro entre la administración y la delega- Vallecas se presentó ante el delegado de distrito ción falangista. Esta división era aún más patente de AS para con el SS, que funcionaba autónomamente sin anunciarle que habían requisado o intervenido mil prestar cuenta alguna de gastos e ingresos. Lu- y pico quilos de judías y unas trescientas libras de chas intestinas y mala gestión que sólo podían chocolate y que había acordado donarlas a Au- ser fruto de las apetencias de mando mostradas xilio Social como así lo hizo reclamando que se por los jefecillos locales. El inspector estimaba le cediera el 30% de lo decomisado accediendo necesario realizar un cambio radical en la de- a ello el declarante y entregándole por lo tanto legación, sustituyendo a todo el personal. Al unos trescientos y pico kilos de judías y noventa o margen de las apetencias de mando, la cuestión cien libras de chocolate. [...] Pasados unos días de económica y los trapicheos también estaban lo relatado, se presentó de nuevo el delegado de sobre el tapete. En Logroño circulaban rumores Investigación diciendo al compareciente que iba a ser nombrado delegado de Abastos y que conta- sobre negocios turbios. Se observa, pues, cómo ra con su protección para Auxilio Social. Que le en muchas ocasiones las denuncias eran, funda- pidió entonces a título de préstamo cien kilos de mentalmente, una maniobra política. Desde muy azúcar. temprano se hizo costumbre que los falangistas usaran la venalidad, el hambre y la corrupción – Un azúcar que, por supuesto, ni se devolvió el caciquismo– como un arma para desacreditar ni llegó a sus destinatarios: los necesitados. El y desbancar a sus adversarios. En cualquier caso, delegado de Investigación ofreció a cambio 300 el verdadero problema era que, aún más a me- pesetas que, cómo no, se repartieron entre el nudo, las quejas eran ciertas reflejando la cruda delegado y el secretario de AS de Vallecas.33 realidad aunque las intenciones y acciones de Como hemos podido observar, el clima en- los denunciantes tuvieran la misma falta de ética rarecido, las luchas intestinas y la corrupción que los acusados.32 fueron moneda corriente en casi todas las Trágicamente, un barrio humilde como Valle- provincias. A estas circunstancias se unió un cas sufriría, en sus propias carnes, la ineficacia y elemento trascendente: la religión. A pesar de corrupción innata a la delegación. A finales de que Mercedes Sanz Bachiller fue capaz de ver el abril de 1940, la delegación de Información e problema y quiso dar un giro religioso a su po- Investigación fijaba su atención sobre el secre- lítica, el conflicto dentro de FET-JONS ya estaba

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desatado y las veleidades de Martínez Bedoya Los años del hambre. Represión gubernativa y sumi- frente al todopoderoso Ramón Serrano Suñer sión instrumental unidas a las denuncias de corrupción fueron suficientes para sentenciar al grupo de Vallado- La situación social que se encontraron los lid. Durante el III Congreso Nacional, Agustín nuevos dirigentes de AS no podía ser más deses- Muñoz Grandes se mostró intransigente. El fon- perante. Si hasta entonces las dificultades en el Ó scar Rodríguez Barreira do más flamígero de su discurso apuntaba las abastecimiento habían sido grandes durante el sospechas de irregularidades en las cuentas del trienio 1940-42 –los años del hambre– no rozó AS. No sería únicamente Muñoz Grandes quien sino que desbordó el esperpento. Durante el in- quisiese mostrar un cambio de actitud durante vierno de 1940 los informes de las islas Baleares el Congreso. El futuro delegado nacional de la recordaban constantemente cómo hacía meses Obra, Manuel Martínez Tena, expuso la necesi- que no habían visto lentejas o azúcar, mientras dad de una renovación para los nuevos tiempos, que otros artículos indispensables como los los de la paz. Pero la actitud más radical e intran- garbanzos, el aceite, el arroz o las alubias se pro- sigente fue del Cuñadísimo, quien no se contentó baban muy de vez en cuando. Por esas fechas, en con vaciar de contenido al AS, dando todas las Zaragoza las autoridades estaban notablemente prerrogativas de la acción social al Estado, sino preocupadas por los «estragos que causaba la que llegó a insinuar que Mercedes Sanz Bachiller, desnutrición entre las clases humildes» obser- incurría en malversación de fondos.34 vándose, en muchos centros de trabajo, casos La acusación produjo un enorme malestar a evidentes de anemia. Unos meses más tarde, en Sanz Bachiller quien exigió que se hiciera una la primavera de 1941, Huelva informaba de la auditoria de las cuentas de la delegación y, tras inexistencia de productos alimentarios –legum- enterarse del traspaso del SS a la SF, dimitió. Cin- bres, arroz, aceite, harina..., avisando que, de no co días más tarde Arriba publicaba un editorial poner inmediato remedio, aumentarían, aún en el que identificaba a AS con una organización más, los casos de avitaminosis hasta el extremo de sopistas. La aceptación oficial de la dimisión de «tener que pasar esta provincia por la más se demoró hasta mayo de ese mismo año. Será trágica y desesperada de las situaciones». En ese el momento en que Manuel Martínez Tena abril de 1942 los obreros del Bierzo también y Carmen de Icaza copen los puestos directivos. daban síntomas de agotamiento. En Ponferrada El giro católico estaba en marcha.35 (León) los trabajadores empezaban a manifestar La cadena de acontecimientos que implicó la que ante los escasos «víveres que recibían no dimisión citada no se quedó en los mentideros iban a poder continuar trabajando». A finales de la elite política, sino que llegó a la calle dañan- de ese año, en la cuna de AS, Valladolid, el jefe do, aún más, la imagen de una delegación cada provincial de FET-JONS informaba que no te- vez más cuestionada entre las capas subalternas. nían otro modo de conseguir legumbres que En el informe sobre la opinión popular de Bar- las distribuciones de la Junta de Abastos, siendo 37 celona de abril de 1940 se recogía un rumor, éstas escasísimas. que circulaba por los barrios rojos, que decía que Dada la miseria reinante, se hacía imperiosa Muñoz Grandes había solicitado el fusilamiento la acción de AS, pero, debido a los problemas de de Mercedes Sanz Bachiller y que, ante el des- abastecimiento de la propia delegación, ésta re- prestigio de AS, el Régimen contemplaba acabar dujo su asistencia. A partir de 1940-41 la distri- con las postulaciones, y la Ficha Azul, para co- bución de comidas en los centros de AS no sólo brar un impuesto sobre el pan. En la imaginación no aumentó sino que se disminuyó. Fátima del popular el pan prometido por Franco no sólo Olmo ha mostrado cómo, en Madrid, en mayo era escaso sino que se iba a gravar.36 de 1940 el número de niños que se alimenta-

138 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA ban en los Comedores Infantiles se redujo a la difteria o el tifus exantemático. Los brotes de Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre la mitad, mientras que, en Lleida, el recorte se tifus fueron habituales entre 1939 y 1953. Los produjo a partir del verano del 41. No sólo eran años más graves no fueron otros que los del los repartos a la población infantil: en Almería, hambre (1941-1943), si bien, desde el primer en mayo de 1941, se decidió cerrar numerosos momento, la dictadura no tuvo otra política que comedores en la provincia a consecuencia de criminalizar a los enfermos. En noviembre de la falta de víveres. Meses después, en enero de 1939, una circular de la Dirección General de 1943, la provincial informaba a Auxilio de Invier- Sanidad ordenaba a los gobernadores civiles no que se habían visto obligados a eliminar un que iniciaran. comedor infantil y un puesto de distribución una campaña de despiojamiento en la provincia de de alimentos en la capital. En 1941, en La Rioja su mando, excitando el celo de los Sres. Alcaldes tuvieron que «reducir a la mitad el número de para que, por todos los medios, faciliten la labor asistencias por lo que cerraron temporalmen- de las Autoridades Sanitarias. Muy especialmente te algunos Comedores Infantiles y Cocinas de llamo la atención de VE sobre el peligro que por Hermandad». Hasta en delegaciones modélicas, su gran movilidad de desplazamiento, representan como Santander o Salamanca, admitían que tro- los gitanos, vagabundos y vendedores ambulantes pezaban con enormes dificultades para atender en la propagación de esta enfermedad por lo que dentro de la campaña general atenderá con espe- a sus asistidos, ya que no recibían suministros cial cuidado a la desinfectación de este personal y desde la delegación nacional. Lo mismo ocurría a la vigilancia en su desplazamiento sometiéndo- en Valencia, donde el desprestigio popular de AS los a la debida inspección.39 estaba a punto de ser absoluto: Nada cambió en los siguientes lustros. Para Siendo el aceite y la harina la base de la comida el franquismo no cabía más acción que las des- de nuestros asistidos y no teniendo existencias de infecciones y la cuarentena. La dictadura realizó dicha materia vamos viviendo a fuerza de présta- una lectura ideológica de la tragedia estable- mos del Excmo. Gobernador Civil a causa de que ciendo, incluso, una relación directa entre estas es completamente ridícula la cantidad que nos enfermedades y los vencidos. Frente a ellos se manda nuestra Nacional. En cuanto nos llegue a faltar la harina echaremos por tierra todo el es- encontraba la España sana y limpia: la represen- 40 fuerzo de la Obra.38 tada por AS, SF o FFJJ. El caso almeriense muestra cómo, en las si- Esta reducción de la acción asistencial pre- tuaciones extremas vividas, el mensaje caló en cisamente en los momentos que mayor falta sectores de la población. Una vecina de las in- hacía trajo consigo un notable incremento de la mediaciones del barrio de La Chanca nos explicó mendicidad, una actividad que, en el imaginario que en su casa dos de sus hermanas sufrieron ti- franquista, era llevada a cabo por «profesionales fus exantemático –que no era otra cosa que «el de la suciedad y de la limosna», ante los que sólo tifus del hambre, era el tifus de la, de la carencia cabían dos medidas: represión y aislamiento. La alimenticia»– mas, a pesar del pasado obrerista primera de las medidas era necesaria porque de su familia y del de sus vecinos, la mayor parte el franquismo culpó a los pobres de su mísera de los niños se sentían muy atraídos por la ima- situación calificándolos como «irrecuperables gen y atuendos impolutos de Falange: «las faldas para la limpieza», «enemigos sempiternos del azules, la camisa azul, la boinilla roja que era tan, trabajo» o «desarrapados alegres en la holgan- tan molona, pues ¡ale! a tirarte». El papel des- za». La segunda, debido a la proliferación escan- empeñado por la imagen fue muy importante en dalosa de brotes epidémicos de enfermedades la fascinación causada por FET-JONS pero aún asociadas a sociedades en crisis como la viruela, más lo fue la extrema necesidad y el uso que

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se hizo de la misma. Como nos contaba otro se viene observando que las emanaciones de testimonio: ácido u otras materias empleadas en la fabrica- ción producen tanto en los familiares del Cuartel Yo tenía cuatro... cinco años, en el año 40... fue como en los habitantes del barrio y viandantes en febrero... y entonces mi madre se queda con en general, molestias en los ojos, nariz y garganta cuatro hijos y sin nada. Y entonces yo... a nosotros al ser aspirados llegando a hacerse insoportable nos metieron en el Hogar de Auxilio Social [...] Ó scar Rodríguez Barreira en determinadas horas del día observándose Me fue muy bien, porque, si Sección Femenina te- asimismo dichos efectos en las plantas y objetos nía algo es que... tenía talleres, clases de cocina, de extremos que son causa de protesta por el ve- corte... de trabajos manuales, ¡de todo!41 cindario.42 Serán, en gran medida, este tipo de situaciones, Mas no será ésta la actitud corriente de las aunque también otros factores, las que expliquen fuerzas de seguridad del Estado conveniente- que, frente a la opinión extendida, más del 60% mente dirigidas a vigilar y, si era necesario, de- de los militantes del FFJJ de Almería capital entre tener y encarcelar –o desinfectar– a pobres y 1939 y 1942 pertenecieran a familias humildes mendigos considerados como «desarraigados y –hijos de obreros, artesanos o jornaleros. Este propensos, por ello, a la comisión de delitos o esquema de militancia se reproduce, con mayor inmoralidades». En noviembre de 1939 la DGS peso incluso de las capas depauperadas, en los ya indicaba a los gobernadores el peligro que pueblos de la provincia. El mercadeo de la miseria suponían los gitanos, vagabundos y vendedores y la propaganda tendría, pues, éxitos proselitistas, ambulantes para la propagación del tifus reco- aunque no era incompatible con la desazón que mendando pues «la vigilancia en su desplaza- causaba a los más humildes que se les culpabiliza- miento sometiéndolos a la debida inspección». ra de su propia indigencia, o enfermedad, cuando De este modo, se construyeron diferentes ellos sufrían en sus propias carnes la dejación de Centros de Desinfección, Hogares Municipales y las autoridades con respecto a la situación so- Pabellones de Aislamiento en los que, como nos cioeconómica y sanitaria de los barrios popula- explicó una vecina de Turre que sufrió cuaren- res. En otro lugar ya nos ocupamos de la terrible tena tras regresar a Almería desde Barcelona, situación en La Chanca que no fue sino símbolo los enfermos eran tratados sin contemplacio- emblemático de una realidad sufrida también en nes. Allí tendría tiempo, durante cuarenta y dos el Barrio Alto, La Cañada o Regiones Devastadas. En días de incomunicación, de sufrir el desamparo Regiones Devastadas, por ejemplo, en septiembre social de postguerra. Evidentemente las des- de 1945 los vecinos se quejaban de un sistema infecciones y cuarentenas –a las que también de evacuación de aguas negras ineficiente y que, se sometía a los propios niños y niñas que se incluso, era usado por algunos desaprensivos acercaban a los campamentos, estaciones pre- como agua de riego sin que las autoridades hi- ventoriales o centros del FFJJ, AS o SF– eran ne- cieran lo más mínimo. Ese mismo año el alcalde cesarias en caso de epidemia, pero la dictadura y el gobernador civil tuvieron que admitir cierta se decantó siempre por estas agresivas medidas imprevisión ya que, en pleno mes de julio, La Ca- y no tanto por otras, también necesarias, como ñada y otros barrios populares no tenían «agua alimentar o dignificar las condiciones higiénicas para atender a las necesidades más apremiantes» y de vida de estos sectores sociales. La lógica debido a que los cortes de electricidad impedían de esta actuación, que aparentaba un halo de que el motor de bombeo funcionase. Más alarma modernidad e higienismo eugenésico, no era causó aún el accidente, producido a finales de los otra que una absoluta despreocupación por las cuarenta, en la industria química recién instalada capas desfavorecidas combinada con la necesi- en el barrio de Los Molinos donde la propia Guar- dad de alejar el peligro de las enfermedades in- dia Civil informaba que: fecto-contagiosas de las capas adineradas. Algo

140 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre que expresaba claramente el jefe provincial de la extensión de un «vicio antes no arraigado en Sanidad de Almería cuando, en noviembre de este país: los hurtos y raterías cometidos por 1941, en referencia a esta problemática se hacía mozalbetes de ambos sexos y aun de personas eco del «aforismo sanitario de que ‘la sanidad mayores».44 de la clase social más modesta es garantía de Efectivamente, los estudios realizados sobre salubridad para las clases más elevadas’». De las estrategias de subsistencia de las clases este modo, la realidad fue que los repartos de populares en los años cuarenta muestran que, comida se llevaron a cabo, preferentemente, en a grandes rasgos, los detenidos por transgre- días de exaltación falangista haciendo de ellos siones a la propiedad eran jóvenes –entre 18 un uso propagandístico.43 y 35 años– de las clases subalternas –jornale- ros, campesinos, obreros, artesanos. Destaca, Resistencias cotidianas y opinión popular además, el alto porcentaje de mujeres que estraperleaban o salían a los campos, con sus En este contexto, las clases subalternas no hijos y familiares, a hurtar o frutas o animales de tuvieron más remedio que delinquir para sub- corral, así como de menores de edad que bien sistir lanzándose en tropel a campos y calles. El incumplían las normas de pastoreo, bien ratea- número de delitos contra la propiedad –hurtos, ban bombillas o alambradas de las obras para estraperlo, robos...– alcanzó su máximo durante venderlos a usureros y ayudar a la subsistencia los años del hambre siendo, gran parte de ellos, familiar. Un gran porcentaje de estas prácticas un ejemplo claro de las armas de los débiles con- eran formas de resistencia cotidiana a la autar- tra la ineficaz y cruel autarquía franquista (Grá- quía e intervención de precios que incluiríamos fica 1). No había oposición política pero, como dentro de nuestra categoría de resistencias. A ocurría en Huelva, la población asaltaba lo ajeno grandes rasgos estas acciones se caracterizaban para subsistir, mientras que en las Baleares era porque discriminaban a las víctimas en función cada vez más frecuente el robo de aves de co- de la clase social, tenían una legitimación mo- rral y alimentos. Si los hurtos eran comunes en ral de los actos –ya que eran entendidos por ambientes rurales, en los barrios de las ciudades las capas subalternas como una forma justa de no lo eran menos. En los barrios de Zaragoza redistribución en momentos de extrema esca- «menudeaban las raterías de hortalizas y frutas», sez– y eran una pauta recurrente de acciones una situación también común en Barcelona, ya no organizadas. Uno de los ejemplos más claros que en los barrios entre Sarriá y Sants la dele- de persistencia de la economía moral en las gación de Información e Investigación ocupó la armas de los débiles fueron las extendidísimas mayor parte de su actividad entre 1941 y 1942 prácticas del rebusco y el espigueo. Otra forma en perseguir los delitos contra la propiedad de venganza instrumental contra la autarquía causados por la miseria. Una miseria contra la eran los asaltos a los almacenes del Régimen o que AS apenas hacía nada, ya que corrían rumo- de las delegaciones de FET-JONS.45 res de que las comidas servidas en los comedo- Pero no sólo los pobres traspasaron la lega- res eran «bastante deplorables». Este hecho se lidad durante los cuarenta. Una de las caracte- comprobó in situ en noviembre de 1942, cuando rísticas principales de esos años fue la impor- el delegado del distrito quinto informaba a la tantísima acumulación de capital por parte de delegación provincial que en el Comedor de la los propietarios rurales y de las clases medias calle de San Olegario daban únicamente un cal- y funcionarios vinculados al Régimen. La co- do de verdura en el que la verdura brillaba por rrupción y el gran estraperlo ofreció a estos su ausencia. Especialmente sintomático era el sectores pingües beneficios a costa del hambre caso de Guipúzcoa donde observaban, atónitos, ajeno. Más indignantes resultaban aún los casos

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de corrupción en AS que, por otro lado, eran Dada la situación, era lógica la apática animo- tan generalizados que su imagen quedó herida sidad contra Falange que los informes de Galicia de muerte. En la localidad alavesa de Amurrio, describían en verano de 1942, que la población por ejemplo, se demostró que el delegado local disintiera negándose a colaborar en las postu- de AS distrajo hasta 2.125 pesetas durante el laciones o con la Ficha Azul, y que los asaltos mes de marzo de 1940. Algo similar ocurría en contra las instalaciones de AS no pudieran ser la cercana Lasarte (Guipúzcoa) donde los co- atajados por una Guardia Civil con la que la merciantes no entregaban género a AS porque población se negaba a colaborar. En el Hogar luego no cobraban lo suministrado. Más escan- Infantil de AS en Buñol (Valencia) ocurrieron daloso fue el caso descubierto unos meses más una serie de robos sucesivos en los que: tarde en Albacete en donde los responsables además de llevarse cantidades de comestibles, han del almacén provincial de AS falsearon los pesos sido sustraídos 800 pesetas, mantas y toallas... de- y los libros de contabilidad del almacén para jando carteles después de cada robo, con frases vender clandestinamente en Alicante 125.000 insultantes para el Partido, el Caudillo y con vivas kilos de harina de la que obtuvieron más de a la FAI. La Guardia Civil del puesto ha intentado 180.000 pesetas. No era de extrañar que en descubrir a los autores pero sea por la carencia enero de 1941 los informes sobre la opinión de medios de la Benemérita o sea por la desver- popular en Albacete todavía calificaran a la dele- gonzada impunidad y protección que gozan los gación como un centro de descrédito constante malhechores es el caso que continúan sin descu- brir.47 por su mala organización, peor distribución y escandaloso despilfarro. Mientras tanto en Jerez Y es que, si hacemos caso a los informes so- de la Frontera (Cádiz) y Huelva se abrían in- bre la opinión popular de la DGS, en 1943 AS vestigaciones para descubrir si los responsables carecía del más mínimo apoyo entre la pobla- de AS habían incurrido en irregularidades en el ción. Era, pues, una delegación absolutamente reparto de alimentos y en los justificantes de desprestigiada. En León la población se negaba compra.46 a abonar la Ficha Azul dado que no «había ra-

142 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA zón para seguir pagando al haber desaparecido Entretanto, en la historiografía internacional Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre los conceptos de la inversión». Algo similar había se estaba produciendo un debate en torno a los ocurrido un año antes en Ronda (Málaga). Allí límites de las aportaciones que ha realizado el se asistió a una retirada masiva de las aporta- giro lingüístico siendo, cada vez más, aceptado ciones de las clases pudientes. En noviembre que es necesario volver a tomar en cuenta la de ese mismo año, 1942, el jefe provincial de influencia de lo material. De este modo algunos FET-JONS de Toledo explicaba a la DNP cómo autores apuestan por un giro material que se la población se negaba a colaborar con las replantee las estructuras económicas o natura- postulaciones e, incluso, sus delegados locales les a partir del bagaje teórico legado por el giro solicitaban que se les admitiera la dimisión «por lingüístico.50 no tener que oír la serie de cosas e insultos que En este ensayo hemos pretendido narrar la se les dirigía». Más al norte –en el País Vasco, evolución de AS y las actitudes subalternas ante La Rioja y Navarra– la población sentía aver- la organización tomando en consideración el sión por AS ya que llevaba «una vida lánguida y contexto de penuria y necesidad. Optar por un carente de dinamismo». Por esas mismas fechas, análisis materialista no tiene porqué significar febrero de 1943, y ya fuera de la Península, en la caer en el paradigma antifascista al igual que isla de Menorca, la valoración se repetía. El AS los análisis culturales no se libran per se de su balear era denostado no sólo por sus asistidos influencia. El contexto de miseria y necesidad sino por el grueso de la población debido a su es vital para entender las dificultades que tuvo «despreocupación y poco celo».48 la propaganda de AS para calar entre la pobla- ción y, por otro lado, ayuda a explicar tanto la Conclusiones situación que acercó a muchos a las institucio- nes franquistas como la importancia de la co- Si hay un juicio recurrente en las valoracio- rrupción en la dinámica de la dictadura y en las nes que el hispanismo anglosajón, fundamen- estrategias que adoptó el franquismo no tanto talmente el norteamericano, realiza sobre la para acabar con ella como para ocultarla.51 historiografía española de la Guerra Civil y el Nuestra prolija, y siempre cuestionada, histo- franquismo es aquel que señala nuestra incapa- ria local ha servido para que nos replanteemos cidad para abandonar el paradigma antifascista los éxitos y fracasos del proselitismo franquista clásico realizando, además, una historia política, no tanto siguiendo el esquema clásico de otras un tanto, tradicional. No por recurrente y, a ve- experiencias fascistas que vincula al partido úni- ces, irritante esta apreciación es menos atinada. co en la permanente movilización y agitación de Con el cambio de milenio, nuestra historiografía la población –un papel activo– sino a partir de sobre la Guerra Civil y el franquismo iniciaba su papel en la administración de la miseria y la una renovación adoptando, paulatinamente, un necesidad –uno pasivo. En ese sentido el caso lenguaje, y perspectivas, cercanos a la nueva de AS sería emblemático e, incluso, obtendría historia cultural. El resultado, en lo referente al relativo éxito en importantes sectores socia- conocimiento de AS, fue una serie de trabajos les pero no por ello pueden ser obviadas sus centrados, fundamentalmente, en su propaganda contradicciones, dificultades y fracasos. Más aún y postulados ideológicos. Sin embargo, y salvo esos éxitos estaban más vinculados a reforzar el excelentes excepciones, estos análisis tampoco carácter pasivo del asenso al franquismo –con su se alejaban del paradigma antifascista ya que, bá- desmovilización social, catolicismo, caudillismo y sicamente, su interés era vincular al franquismo venalidad indiscriminada– que a cualquier tipo con los fascismos a través del análisis de sus de veleidad modernizadora como una justicia esfuerzos por nacionalizar a las masas.49 social incomprendida e inexistente.52

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Si algo distingue, y da carácter al franquismo, NOTAS es precisamente la corrupción que inundó to- dos los aspectos de la vida política y social. AS * Este ensayo ha sido realizado gracias a la financiación del Ministerio de Educación, mediante el Programa Nacional no se vio exento de ella, todo lo contrario, hizo de Movilidad de Recursos Humanos del Plan Nacional de de ella el modo de relacionarse con la población I-D+i 2008-2011. Agradezco a Ana Cabana, Sofía Rodrí- y, al tiempo, el motor de su dinámica interna. Los guez, Fátima del Olmo, Aurora Morcillo, Michael Seidman y Ó scar Rodríguez Barreira casos que hemos mostrado aquí, provenientes a los evaluadores de Historia del Presente su lectura crítica. Evidentemente, soy el único responsable de los errores e de la propia FET-JONS, trataban de aparentar imprecisiones. una lucha resuelta por acabar con la corrup- 2 KIM, Yong Woo, «From Consensus Studies to History of ción aunque, en realidad, no trataban más que Subjectivity: Some Considerations on Recent Historiogra- phy on Italian Fascism», Totalitarian Movements & Political centrar la atención en casos excepcionales para Religions, 10/3-4, 2009, 327-337 Molinero, Carme; «La aparentar limpieza en una organización que, política social del régimen franquista. Una asignatura pen- como señalaban los informes de opinión popu- diente de la historiografía», Ayer, 50, 2003, 319-331 y La captación de las masas. Madrid, Cátedra, 2005, p. 12 lar, permitía sin empacho casos iguales o peores. 3 Cenarro, Ángela, Los niños del Auxilio Social. Madrid, Espa- No fueron más que un reflejo exterior de una sa-Calpe, 2009 y «Memories of Repression and Resistance. lucha por el poder en la que los intereses de Narratives of Children Institutionalized by Auxilio Social in los de abajo eran un instrumento pero no un Postwar Spain», History & Memory, 20(2), 2008, pp. 39-59. 4 Sobre las políticas sociales franquistas y la reducción del objetivo. gasto público entre los 40 y los 60. MÍGUEZ MACHO, An- Las capas populares eran conscientes de algo tonio, «Políticas sociales y dictaduras genocidas. La política de bienestar social de la dictadura franquista en un nuevo a lo que, con el tiempo, no sólo tuvieron que marco comparativo» en VV.AA.; VII Encuentro de Investiga- acostumbrarse sino que, incluso, aprendieron dores del Franquismo. Santiago de Compostela, USC, 2009 a manejar. Así, Ramón, un humilde campesino (CD-Rom) 5 de la pequeña localidad soriana de Benamira, Mathews, James; «Our red soldiers. The Nationalist Army’s Management of its Left-Wing Conscripts in the Spanish recomendaba a su hijo, en una carta personal, Civil War 1936-9», Journal of Contemporary History, 45(2), ofrecer pan blanco a los falangistas para obte- 2010, pp. 344-363, Fritzsche, Peter, Vida y muerte en el ner su colaboración porque «¡vaya con ellos!». 53 Tercer Reich. Barcelona, Crítica, 2008. Figes, Orlando, Los que susurran. Barcelona, Edhasa, 2009 y Noelle-Neu- Por aquellos días, el pan había desaparecido de mann, Elisabeth, La espiral del silencio. Barcelona, Paidós, las tahonas y costaba conseguir los productos 1995. asignados en las cartillas de racionamiento. AS 6 Sevillano, Francisco, Propaganda y medios de comunica- ción en el franquismo. Alicante, UA, 1998, p. 136, Ridrue- fue cerrando sus comedores, pero no porque jo, Dionisio, Entre política y literatura. Madrid, Seminarios y ya no fueran necesarios sino porque era incapaz Ediciones, 1973, p. 118, Rodríguez Barreira, Óscar; de mantenerlos. Entretanto, el discurso de la «Cuando lleguen los amigos de Negrín... Resistencias cotidia- justicia social seguía en los reportajes gráficos nas y opinión popular frente a la II Guerra Mundial. Almería, 1939-1947», Historia y Política, 18, 2007, pp. 295-323, Bur- sobre la apertura de centros y la lucha contra el leigh, Michael, El Tercer Reich. Madrid, Taurus, 2002, p. 258 hambre infantil de las revistas o los periódicos. y Aly, Götz, La utopía nazi. Barcelona, Crítica, 2006. Eso fue AS, un placebo inocuo que, con su pro- 7 Martínez de Bedoya, Javier, Memorias desde mi aldea. Valladolid, Ámbito, 1996, Burleigh, Michael, El Tercer..., y paganda, daba argumentos a los ya convencidos Graham, Helen, «Mujeres y cambio social en la España y no soluciones reales a la tremebunda pobla- de los años treinta», Historia del Presente, 2, 2003, 9-23. So- ción que sufría las huellas del desamparo social bre la SF Rodríguez López, Sofía, El patio de la cárcel. fomentadas por el régimen que lo sostenía. Una Sevilla, CENTRA, 2010 y «La Sección Femenina: Paños ca- lientes para una dictadura» en Arenal, 12 (1), 2005, pp. 35-60. institución desbordada, y corrupta, incapaz de 8 ELEY, Geoff & NIELD, Keith, The Future of Class in History. llevar a cabo su programa salvo en días o casos Ann Arbor. University of Michigan Press, 2007, Eley, Geoff, particulares cercanos, de algún modo, a las re- Una línea torcida. Valencia, PUV, 2008, SEWELL, William, Log- ics of History. Social Theory and Social Transformation. Chicago, des de poder. Chicago University Press, 2005, Joyce, Patrick, «What is the Social in Social History» en Past and Present, 206, 2010,

144 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre 213-248 STEEGE, Paul et alii, «The History of Everyday Life: y Comercio para el Gobierno en defensa de la autarquía en A Second Chapter», The Journal of Modern History 80/2, Fundación Nacional Francisco Granco (FNFF); Documentos 2008, 358-378. Sobre este debate puede verse, además, inéditos para la Historia del Generalísimo Franco. Madrid, Azor, el dossier De la Historia Cultural a la Historia Social en el 1992-I, pp. 572-583, García Delgado, José Luís & Jimé- número 69 de Historia Social y el monográfico Más allá de nez, Juan Carlos, Un siglo de España. La economía. 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Oxford, Blackwell, dad colectiva en la legitimación del Nuevo Estado», Dynamis, 2009, p. 41 AGA. AS. 75/25496. Informe de la delegación pro- 14, 1994, 185-198. AGA. SGM. DNP. 51-20495 Almería, julio vincial de Valencia. 8-VII-1939 y Escrito de la delegación nacio- de 1940, agosto de 1940 y septiembre de 1940. nal a la provincial de Valencia. 19-VII-1939. 41 Testimonio de MLL, 9-V-2002 y Testimonio de BIS, 19-VI-2003. 31 AGA. AS. 2124. Hoja clandestina, Sf. y Escrito del delegado 42 AHPAl. GC. Sanidad. 1540, 1541. Relativos a los perjuicios oca- provincial de Auxilio Social. 28-9-1939. González, Damián; sionados por la fábrica de Productos Químicos. 13-X-1949, Ins- La Falange manchega (1939-1945). Ciudad Real, Diputación, tancia presentada por varios vecinos de Regiones Devastadas 2004, p. 105 sobre el sistema de evacuación de aguas negras, 23-VI-1947 y 32 Cazorla, Antonio; «Dictatorship from Below: Local Poli- Falta de agua en La Cañada, 31-VII-1945. Rodríguez Ba- tics in the Making of the Francoist State, 1937-1948», The rreira, Óscar; Migas... AHPAl. FFJJ. Solicitudes de ingreso. Journal of Modern History, 71 (4), 1999, pp. 882-901 y Ro- 357, 358, 370 y 371. Fichas de afiliación en Almería capital, dríguez Barreira, Óscar; Miserias del Poder. Valencia, 1939-1942. Rodríguez Barreira, Óscar; Miserias... y PUV, 2011 (En prensa). AGA. AS. 2165. Informe del estado de Rodríguez López, Sofía; El patio... Auxilio Social en Logroño. 14-III-1939 y Anteinforme sobre la 43 AGA. PGN. Fotografías Almería. F-04174. Informe sobre la delegación provincial de Logroño. 24-I-1939. situación de las cuevas en Almería. 16-XI-1941. AHPAl. GC. 33 AGA. SGM. DNP. 51-20510. Expediente abierto contra varios Sanidad. 1834. Nota de la DGS. 14-XI-1939, Nota del jefe camaradas de Auxilio Social, 3-V-1940 provincial de Sanidad, 27-XI-1939. Rodríguez Barreira, 34 Cenarro, Ángela; La sonrisa..., p. 64 Óscar; Migas... AHPAL FFJJ. Delegación Provincial. Circular 35 Arriba, 17-I-1940. Carasa, Pedro; «La revolución nacional- n.º 8, 1942 y Testimonio de IZZ, 22-V-2010. asistencial durante el primer franquismo (1936-1940)», 44 AGA. SGM. DNP. 51-20501, 51-20523, 51-20579, 51- Historia Contemporánea, 16, 1997, pp. 89-140, Saz, Ismael; 20551. Huelva, diciembre de 1940, Baleares, abril de 1941, España contra España. Madrid, Marcial Pons, 2003. Véase la Zaragoza, enero de 1941 e Información sobre la situación importancia de la religión en el recuerdo de los internados en la provincia de Guipúzcoa. 30-X-1940. ESPINET, Fran- en AS en González de Tena, Francisco; Niños invisi- cesc; «Barcelona, 1941-1942. (Segons els informants falan- bles en el cuarto oscuro. Madrid, Tebar, 2009 y Cenarro, gistes», HMiC, 4, 2006, pp. 225-276. Ángela; «Memories of Repression... La incorporación de la 45 Scott, James; Weapons... Thompson, Edward; «The

146 Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp. 127-147 issn: 1579-8135 MISCELÁNEA Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los años del hambre Moral Economy of the English Crowd in the Eighteenth During and After the Spanish Civil War», Journal of Contem- Century», Past & Present, 50, 1971, 76-136, CABANA, Ana; porary History n.º 44, 2009, 449-472 seidman, Michael; A La derrota... y barranquero, Encarnación & PRIETO, ras de suelo... y Cazorla, Antonio; «From anti-Fascism to Lucía; Así sobrevivimos al hambre. Málaga, CEDMA, 2003. Humanism: the Spanish Civil War as a Crisis of Memory» 46 AGA. SGM. DNP. 51-20506, 51-20517, 51-20585, 51-20552. en MORCILLO, Aurora (ed.); The Spanish Civil War: Cultural Correspondencia relativa con el asunto de Amurrio 25-V-1940, and Social History and Memory. Leiden, 2012 (En prensa). Informes sobre San Sebastián del Delegado Provincial Sindical, Molinero, Carme; La captación... Cobo, Francisco & 1939. Informe que eleva desde Albacete al Delegado de Auxi- Ortega, Teresa; «Pensamiento mítico y energías moviliza- lio Social 3-VI-1940. Albacete, enero de 1941, Se pide informe doras: la vivencia alegórica y ritualizada de la Guerra Civil sobre causa de la destitución del Jefe Local de Auxilio Social en la retaguardia rebelde andaluza, 1936-1939», Historia y de Jerez de la Frontera. 30-X-1941, Remite copias de oficio y Política n.º 16, 2006, pp. 131-158. Excepciones en Box, Zira; denuncia presentada a instancia del Jefe Provincial del Movi- España año 0. Madrid, Alianza, 2010 y Saz, Ismael; España miento por el Secretario Técnico de AS. 30-X-1941 y Huelva, contra... octubre de 1941. 50 Este debate se encuentra en la nota 6. 47 AGA. SGM. DNP. 51-20570, 51-20563, Parte correspondiente 51 Sobre la importancia de la miseria a la hora de entender las al estado de opinión en Lugo, 1-VIII-1942 y Valencia, julio de decisiones tomadas por los franceses durante la ocupación 1941. resulta fundamental VINEN, Richard; The Unfree French... 48 AGA. SGM. DNP. 51-20600. Toledo, octubre de 1942. Informe 52 Cabana, Ana; Xente de... Saz, Ismael & Gómez Roda, de la DGS sobre la situación interna de España. 10-II-1943, José Alberto; El franquismo en... Cazorla, Antonio; Las Informe de la DGS sobre la situación interna. 20-II-1943 en políticas de la Victoria. Madrid, Marcial Pons, 2000, Rodrí- FNFF; Documentos... (1992-IV) pp. 124, 146 y 692. Informes guez Barreira, Óscar; Miserias del... y MÍGUEZ, Anto- de la DGS sobre la situación interior en FNFF; Documentos... nio; «Políticas sociales y dictaduras genocidas... (1992-III), p. 274 53 García Encabo, Carmelo et alii; Cartas muertas. Valla- 49 Ruiz, Julius; «Seventy Years On: Historians and Repression dolid, Ámbito, 1996, p. 50.

Historia del presente, 17, 2011/1 2ª época, pp.127-147 issn: 1579-8135 147

DEBATE

El Holocausto de Paul Preston

Pedro Carlos González Cuevas UNED

Nacido en Liverpool en 1946, Paul Preston Juan Tusquets, el fascista Onésimo Redondo, el es catedrático en la London School of Econo- general Emilio Mola y el panfletista Mauricio mics y autor de diversos libros dedicados a la Carcavilla; todos los cuales presentaban a la historia contemporánea de España, entre los República como fruto de una «conspiración ju- que destacan La destrucción de la democracia en deo-masónica». A la hora de analizar el resulta- España, La guerra civil española, Franco. Caudillo de do electoral de las elecciones de 1933, el autor España, Idealistas bajo las balas, Juan Carlos I. El señala que los socialistas tuvieron «razones de rey de un pueblo, etc. En esta su última obra se peso para rechazar la validez», porque se pro- propone, según sus propias palabras, «mostrar dujo un claro «fraude electoral». La salida de en la medida de lo posible, lo que aconteció a la Largo Caballero del Ministerio de Trabajo, «dejó población civil y desentrañar los porqués», de lo a los trabajadores desprotegidos». A finales de que él denomina el «Holocausto español», a lo aquel año, el dirigente socialista «respondió al largo de la Guerra Civil y en la posguerra. malestar de las bases sindicales con declara- La obra, de ochocientas cincuenta y nueve ciones revolucionarias que no pasaban de ser páginas, se divide en tres partes. La primera está retóricas». A juicio de Preston, la intención sub- dedicada a la vida política durante la II República, yacente de las proclamas revolucionarias del lí- cuyo advenimiento supuso, por parte de socia- der socialista era «satisfacer las aspiraciones de listas y republicanos de izquierda, el proyecto de las bases, además de presionar a Alcalá Zamora construcción de «una España moderna, destruir para que convocase nuevas elecciones». Frente la influencia reaccionaria de la Iglesia, erradicar a esta ofensiva, destaca la figura de Rafael Sala- el militarismo y emprender la reforma agraria zar Alonso, ministro de la Gobernación, quien con el fin de mejorar las penosas condiciones hizo suya la estrategia de radicalizar a la UGT de vida de los jornaleros». La legislación social para asestarla un «golpe mortal». El acceso de republicano-socialista no fue revolucionaria, la derecha socialcatólica al gobierno fue «el de- sino «humanitaria elemental». No obstante, las tonante de la acción revolucionaria en las filas leyes anticlericales proporcionaron, según el socialistas». Sus amenazas iban encaminadas a autor, «una aparente justificación» a la hostilidad resolver la crisis mediante la convocatoria de de los enemigos del nuevo régimen, es decir, el nuevas elecciones. Su objetivo era «defender el conjunto de las derechas: social-católicos, mo- concepto de República desarrollado entre 1931 nárquicos, carlistas, falangistas y la facción «afri- y 1933». La tónica general fue, con todo, «la falta canista» del Ejército español, que consideraba al de entusiasmo». Y es que, a juicio del historia- proletariado agrario una «raza inferior». A con- dor británico, Gil Robles «había provocado a la tinuación, se ocupa el autor de lo que denomina izquierda deliberadamente», «el nuevo gobier- los «teóricos del exterminio», como el Padre no radical-cedista dejó bien claro que no tenía

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ningún deseo de conciliación y sólo buscaba Guerra Civil. Preston sostiene que las derechas aplastar a la izquierda». La actuación de los su- y, en concreto, el Ejército de Africa tenían «un cesivos gobiernos cedo-radicales confirmaron, plan de exterminio perfectamente diseñado». según el autor, «los temores de la izquierda de Sus objetivos se centraron, primero, en el sur, que en España no cabía esperar ninguna refor- donde los terratenientes sometieron a la cla- ma por parte de las clases conservadoras salvo se obrera rural a un auténtico holocausto. El por la vía de la revolución». Luego, Preston se terror de Mola se impuso en Navarra, Galicia, acerca al desarrollo de las elecciones de 1936, Castilla La Vieja y León. A diferencia de los ocu- acusando a las derechas de lanzarse a «la com- rrido en la zona republicana, donde las noticias pra de votos». Tras el triunfo del Frente Popular, de las atrocidades ocurridas en otras regiones Largo Caballero obstaculizó la participación de provocaban la respuestas espontáneas por par- los socialistas en el nuevo gobierno. No obs- te del pueblo, el terror en la zona nacional «rara tante, el historiador británico sigue estimando vez era descontrolado». A la hora de tratar la que el líder socialista se limitó a «repetir las violencia revolucionaria, Preston la califica de perogrulladas revolucionarias». Y es que, según antemano de «espontánea», «desde abajo», pro- él, las exigencias de los sindicatos agrarios no vocada por «la injusticia social y la dureza de las eran de carácter revolucionario, aunque, eso sí, relaciones laborales». En concreto, el clero fue «constituían un gran desafío para el equilibrio reprimido y estigmatizado, no sólo por sus re- del poder económico rural». La ocupación de laciones con las derechas y las clases altas, sino las fincas por parte de los campesinos fue una por su «supuesto poder sexual» y sus estrechas «imposición espontánea». Las medidas anticle- relaciones con el fascismo. En Madrid, la «justi- ricales se recrudecieron, pero la Semana Santa cia popular» se ejerció «de manera espontánea se desarrolló «sin incidencias». La violencia tuvo e indiscriminada». A su juicio, recae sobre los lugar igualmente en las ciudades, a cargo, según anarquistas la responsabilidad de los desma- Preston, de Falange Española, cuyo objetivo era nes. El autor califica de «accidente» el asalto la justificación de un golpe de Estado militar. Por a la cárcel Modelo. Tras la matanza rebelde de su parte, la derecha «exageró hasta la saciedad Badajoz, los republicanos respondieron con las el alcance» de la violencia de izquierda. .Gil Ro- matanzas de Paracuellos del Jarama, «la mayor bles mostraba, en sus discursos, que «el gusto atrocidad cometida en territorio republicano por la violencia, cada más acentuado, en el seno durante la Guerra Civil española, y su horror de la CEDA, no le preocupaba lo más mínimo». puede explicarse, aunque no justificarse, por las Por su parte, Largo Caballero obstaculizó el as- aterradoras condiciones de la capital sitiada». La censo de Indalecio Prieto al gobierno, logrando represión de la CNT y del POUM en Barcelona que «la facción más fuerte de Frente Popular fue fruto de su irresponsabilidad y de sus ata- no pudiera participar activamente en el uso del ques a la URSS. El ascenso de Juan Negrín a la aparato del estado para defender la República». presidencia del Gobierno tuvo, según el autor, En ese contexto, el historiador británico pre- importantes consecuencias, en el ámbito pro- senta el asesinato de Calvo Sotelo como una fesionalización del sistema penitenciario y car- represalia por la muerte del teniente Castillo; celario, «hasta un punto inimaginable en la zona y produjo una «gran consternación entre los controlada por los rebeldes»; el clero católico y dirigentes republicanos y socialistas»; para la de- los presos religiosos fueron liberados. Se creó recha, en cambio, fue la oportunidad de «poner el Servicio de Información Militar (SIM); pero la en marcha los preparativos para el tanto tiempo guerra clandestina de los soviéticos contra sus acariciado golpe de Estado». enemigos permaneció fuera del control del go- Pasamos a la segunda parte, dedicada a la bierno español. Igualmente, se creó el Tribunal

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Especial de Espionaje y de Alta Traición, com- donde el «derechista», el «católico» o el «africa- puesto, según Preston, por «jueces imparciales nista», ya no son seres humanos normales, sino y honestos». Desde la perspectiva del autor, el que se transforman en figuras mitológicas, una golpe del coronel Segismundo Casado contra auténtica encarnación de todo lo que el autor Negrín y los comunistas impidió la esperanza detesta. No deja de ser significativo que cuando de resistir «para salvar más vidas republicanas». Preston menciona a los «teóricos del extermi- En contraste, Franco llevó a cabo un auténti- nio» tan solo hace referencia a los sectores de ca «guerra de aniquilación». Considera «casi la derecha y de la extrema derecha; jamás a los racista» el sentimiento anticatalán en la zona republicanos de izquierda, a los comunistas, a nacional. los socialistas revolucionarios, los anarquistas, En la última parte de la obra, dedicada a la los anticlericales de La Traca y Fray Lazo, o los represión de posguerra, el autor tiende a enfati- redactores de Leviatán o de Claridad. Los mi- zar la colaboración de las autoridades españolas litares y las derechas parecen tener, según se con la Gestapo y los servicios de inteligencia deduce de la narración de Preston, como único alemanes e insiste en hechos ya conocidos: la objetivo flagelar, asesinar y, sobre todo, violar y redención de penas, los campos de concentra- humillar sexualmente a las mujeres de izquier- ción, los fusilamientos masivos, los malos tratos, da. Con respecto a los llamados «teóricos del sobre todo a las mujeres, etc., etc. exterminio» hay que señalar que, a comienzos de los años treinta representaban a una minoría * * * dentro de la derecha española. Tusquets, Re- dondo y Carlavilla eran en aquellos momentos No estamos ante un libro de investigación, absolutamente marginales respecto a la derecha sino de síntesis. A lo largo de sus páginas, Pres- hegemónica y a la Iglesia católica. Por entonces, ton se limita a recoger e interpretar a su gusto el sector mayoritario de los católicos apostaba las informaciones que le suministran otros au- por el posibilismo y la lucha política legal. Ahí tores. No obstante, a diferencia de otros his- está la táctica accidentalista propugnada por la toriadores, Preston no se atreve a denominar CEDA y El Debate, y que fue tan criticada por «genocidio» a lo ocurrido en la España desde los monárquicos y carlistas. Por otra parte, el 1936. La palabra «Holocausto» es mucho más intento de Preston de ridiculizar la ideología de polivalente y ambigua que «genocidio». Mien- las derechas españolas, por su insistencia en la tras «Holocausto» significa «sacrificio», «acto idea de conspiración judeo-masónica, resulta de sacrificio», «ofrenda», «genocidio» es sinóni- superficial. El propio Winston Churchill rela- mo de «exterminio» por razones de orden so- cionó, en sus escritos de la época, judaísmo y cial, político o religioso. Como ya señalé en un bolchevismo, aunque excluyó de esa relación a artículo dedicado al hispanismo de Paul Preston, los sionistas. Lo cual estaba relacionado con el el rigor conceptual no es una de las virtudes del gran número de judíos militantes en el Partido historiador británico. Bolchevique. Se trata, en aquellos momentos, de La primera parte del libro carece de sorpre- un lugar común de la opinión conservadora eu- sas. En sus páginas, Preston se limita a repetir lo ropea ante la victoria de la revolución socialista sostenido hace ya más de treinta años. Destaca en Rusia. Por desgracia, el antisemitismo es una de nuevo su odio cartaginés hacia el conjun- actitud que transciende a las ideologías. Histo- to de las derechas españolas. Leer las páginas riadores como León Poliakov o Michel Dreyfus, dedicadas a estos sectores en el libro equivale han estudiado el antisemitismo no sólo de dere- a penetrar en un mundo de locura, un mundo chas, sino de izquierdas. El tradicional odio cató- poblado de sombras repulsivas y dislocadas, lico hacia la secta masónica se encontraba lejos

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de ser irracional. Autores tan eminentes como pueblos. Por otra parte, los nuevos dirigentes Reinhardt Koselleck, padre de la historia de los republicanos no concibieron ningún papel social conceptos, han documentado elocuentemente, y/o político a la Iglesia católica ni a sus fieles; en su obra Crítica y crisis del mundo burgués, el tampoco al conjunto de las derechas tradiciona- papel esencial de la masonería en la difusión de les; lo que se reflejó en el contenido excluyente la filosofía ilustrada y de la crítica al catolicis- del texto constitucional. mo tradicional. España no fue, ni podía ser, una El giro claramente revolucionario de los so- excepción; lo cual explica la reacción clerical. cialistas poco tuvo que ver con la intransigencia En su exhaustiva obra sobre La masonería en la de las derechas o con un hipotético peligro crisis española del siglo XX, la historiadora Ma- fascista; estuvo directamente relacionado con ría Dolores Gómez Molleda estima que en las su salida del gobierno y su concepto patrimo- Cortes constituyentes de la II República hubo nialista del régimen republicano. Además, y esto aproximadamente ciento cincuenta diputados hay que dejarlo muy claro, la República siempre pertenecientes a la masonería; algo que explica, tuvo para los socialistas un carácter instrumen- al menos en parte, la dureza de la legislación tal. Preston enfatiza la inanidad de la retórica anticlerical. Otra cosa son, por supuesto, las elu- revolucionaria de Largo Caballero; pero olvida cubraciones fantasiosas producto de la visión que el lenguaje, y más en política, no es un mero conspirativa de la historia. Y, en fin, a pesar de reflejo de la realidad, sino que igualmente la crea. lo que insinúa Preston, el antisemitismo católico Preston llega a poner en duda la limpieza de tenía muy poco que ver con el racial de los nazis; las elecciones de 1933; pero no aporta pruebas incluso el propio Onésimo Redondo criticó pú- concluyentes. ¿Podría aceptarse la petición so- blicamente el racismo de Alfred Rosemberg. No; cialista, a la que igualmente se sumó Azaña, de las derechas españolas, con todos sus defectos, anular las elecciones de 1933 y convocar otras no tuvieron nada que ver ideológicamente con nuevas? Evidentemente, no; hubiera supuesto el el nacional-socialismo alemán. final anticipado de la República. A ese respecto, Como en el primero de sus libros, Preston no es de recibo su retrato de la figura de Rafael sigue defendiendo el carácter meramente refor- Salazar Alonso, que se limitó a defender una mista de la legislación social del primer bienio legalidad salida de las urnas. De otro lado, hay republicano y del propio proyecto defendido que señalar que es posible que Largo Caballero por los socialistas; lo mismo que el carácter y sus acólitos no tuvieran un plan pormenori- democrático de las izquierdas. Sin embargo, una zado para la toma revolucionaria del poder; rica bibliografía histórica, encabezada por San- pero Preston nunca tiene en cuenta el factor tos Juliá, Andrés de Blas y José Manuel Macarro, voluntarista que movía al dirigente socialista, su demuestra que esa legislación no fue simple- optimismo catastrófico, su fe en el inevitable ad- mente «humanitaria elemental». Sus objetivos venimiento del socialismo. Con tal bagaje ideo- no eran meramente reformistas; tenían un claro lógico, era imposible respetar la organización de sesgo de «revolución legal». En concreto, el pro- la competencia pacífica, es decir, la esencia del yecto socialista defendía que la clase obrera y, régimen de partidos. Además, finalmente, tras la por supuesto, la organización sindical socialista, derrota de la revolución de octubre, los milita- la UGT, participaran directamente en la gestión res no aprovecharon el momento para dar un de las empresas, último peldaño antes de llegar golpe de Estado e ilegalizar al PSOE y sus sindi- al socialismo. Los proyectos de reforma agraria catos; el Parlamento continuó abierto; la CEDA, insistían en la expropiación de las tierras de pese a sus veleidades autoritarias y corporativas, señorío, de las deficientemente cultivadas y la gobernó constitucionalmente al lado de los ra- recuperación de los bienes comunales de los dicales de Lerroux.

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Resalta igualmente en el libro, la elemental rales, ocupación ilegal de tierras y de los ayunta- sociología que sirve de fundamento a sus opi- mientos, violencia endémica, etc. Esta situación niones. En ninguna página de su obra, el histo- no fue desde luego privativa de esta región. riador británico menciona los intereses de los ¿Existió un plan previo de exterminio político pequeños y medianos propietarios agrarios, y social por parte de los conspiradores civiles y los «propietarios muy pobres» que fueron la militares? El autor así lo cree. A mi modo de ver, base social de la derecha católica a lo largo del resulta más plausible la hipótesis defendida por período republicano. Preston continúa con su el profesor Julio Aróstegui, para quien el estalli- esquema maniqueo basado en la dicotomía ra- do de la guerra civil fue el resultado imprevisto dical entre el proletariado rural y los grandes del golpe de Estado militar. Ni Mola ni el resto terratenientes, que no refleja la compleja reali- de los sublevados contaron con esa posibilidad, dad sociológica del campo español. al igual que el gobierno republicano no tomó en De la misma forma, el autor minimiza e in- serio tampoco la posibilidad de una sublevación cluso oculta los errores de las izquierdas tras el militar. Mola no tuvo un «Plan B», o sea, la previ- triunfo del Frente Popular. Apenas menciona las sión de acciones alternativas en el caso de que marchas hacia las cárceles para liberar a los pre- el golpe resultase fallido. De triunfar el golpe, sos de octubre y las concentraciones ante las hubiera habido, sin duda, represión; pero no tan obras y talleres para obligar a los empresarios a dura como la que tuvo lugar posteriormente. la readmisión de los despedidos. No sin razones, Por otra parte, como recordaba hace poco el la situación fue interpretada como el inicio de historiador Julius Ruiz, los historiadores espe- un proceso revolucionario que afectaba nada cialistas en genocidio han rechazado definitiva- menos que a las relaciones entre clases socia- mente los modelos explicativos mecanicistas, les y su puesto en la sociedad. A ello se unió basados en planes o programas de destrucción. posteriormente la destitución de Alcalá Zamora En la zona nacional, el nivel de represión estu- como presidente de la República, la legalización vo ligado, no a un plan previo y detallado de de las ocupaciones de fincas por parte de los exterminio, sino a la magnitud de la resistencia campesinos sin tierra; las movilizaciones de rei- ofrecida por la izquierda. vindicación sindical, protagonizadas por CNT y Mención aparte merecen los esfuerzos reali- UGT; la unificación de las Juventudes Socialistas zados por el autor a la hora de señalar las dife- y Comunistas bajo la dirección del PCE. El go- rencias entre ambas represiones. Sus opiniones bierno presidido por Santiago Casares Quiroga distan, a mi modo de ver, de ser convincentes. Y y el propio Azaña, como nuevo presidente de la es que, como señaló hace poco Santos Juliá, los República, no estuvieron a la altura de las cir- crímenes de la zona republicana obedecieron a cunstancias. No sólo fueron incapaces de atajar la lógica revolucionaria de socialistas revolucio- la conspiración civico-militar, sino de defender, narios, comunistas y anarquistas, que reiteraron como era su deber, el orden público. Como ha en sus discursos la necesidad de destruir desde puesto de relieve Fernando del Rey en su libro la raíz los fundamentos de la vieja sociedad. En Paisanos en lucha, donde describe elocuente y última instancia, la diferencia entre ambas repre- documentadamente los procesos de exclusión siones estuvo en que la República fue incapaz política y de violencia en La Mancha, importan- de conquistar nuevos territorios y que dentro tes zonas de este territorio, sobre todo en los del suyo la limpieza ya había cumplido las tareas pueblos y las aldeas, vivieron en una situación que se le habían asignado. Podríamos ir más le- muy próxima al hobbesiano «estado de natu- jos señalando que el bando republicano resulta raleza» bajo la presión de las izquierdas, y en complicado distinguir entre la justicia judicial particular de la UGT y del PSOE: huelgas gene- y la extrajudicial, porque sus dirigentes, y es el

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caso de Ángel Galarza y de Juan García Oliver, A nuestro entender, El Holocausto español es recompensaron a los propios agentes del terror un libro fallido, cuya única virtualidad es la de como ocurrió con la matanza de Paracuellos del ser una síntesis de multitud de estudios previos, Jarama. obra de otros historiadores. Se trata de una obra Por último, Preston tiende a enfatizar el odio que incide y continua una serie de tópicos to- «casi racista» de los franquistas hacia Cataluña. davía dominantes en algunos sectores de la his- ¿Acaso no hubo catalanes en las filas del Ejército toriografía española. No es posible reconocer la Nacional? Sin duda, la prohibición de la lengua menor originalidad de fondo a la lección que se catalana en los lugares públicos fue un error desprende de esta voluminosa monografía. Pero tanto político como histórico; pero de ahí al ex- hay, en mi opinión, otro cúmulo de defectos terminio de catalanes por el hecho de serlo hay en El Holocausto español; hay maniqueísmo, hay una distancia sideral. Por ello, podemos pregun- apasionamiento, hay ausencia total de empatía. tarnos que si ese odio fue tan fuerte e intenso, Es decir, representa lo contrario de lo que ne- por qué la España de Franco no llevó a cabo cesitamos. El reto al que los historiadores dedi- expulsiones masivas, selectivas o permanentes cados al estudio de la II República, la guerra civil de la población vasca o catalana. No existió en y el régimen de Franco nos enfrentamos es a la la España de Franco ningún proyecto de depor- ruptura definitiva con el esquema franquismo/ tación de pueblos con el objetivo de crear un antifranquismo, que resulta inaceptable en una Estado étnicamente homogéneo o políticamen- cuestión de carácter historiográfico y que es te seguro. Esto, creo yo, debería tomarse muy tan sólo válida en las plazas o en los comités de en cuenta cuando se hacen tantas referencias, partido. Para esta empresa, la obra de Preston por lo general a la ligera, sobre supuestos afanes resulta no sólo ineficaz, sino contraproducente. o proyectos exterminadores o genocidas.

154 Una visión exterminista del pasado español

Gutmaro Gómez Bravo UCM

Gonzalo de Aguilera es el personaje que abre vedad del libro se sitúa en los perpetradores y cierra esta historia ambientada entre los años más que en las víctimas, trazando un contexto veinte y mediados de los cuarenta. La figura de emocional que revela con enorme intensidad el este terrateniente salmantino, que el autor ya clímax prebélico. El autor parece distanciarse así había destacado en ocasiones anteriores, refleja de los debates de los últimos años, cuando en a la perfección la pretensión de la obra: mostrar realidad sostiene una clara visión de la violencia las raíces del odio y la locura que ensangrenta- ya consagrada: la del terror africanista como ron España en tan convulso período. En julio de instrumento de un plan fríamente urdido para 1936, para dar la bienvenida al golpe militar, Agui- respaldar un futuro régimen autoritario, siendo lera ejecuta a seis jornaleros que trabajaban sus su consecuencia más inmediata el hundimiento tierras; treinta años después sufre terribles ata- del Estado republicano, lo que automáticamente ques de furia y llega a perder la cabeza persegui- produce una violencia espontánea pero igual- do por la culpa de sus crímenes. Descripciones mente impulsiva. insólitas como ésta, componen este gigantesco Frente a recientes monografías que ahondan relato que el propio autor denomina crudamen- en la naturaleza de las relaciones de la violencia te como «crónica inhumana». Sin duda, esta es en ambas zonas, especialmente Violencia roja y una historia de cientos de nombres, de detalles azul, Preston describe lo que sucede en la guerra siniestros, de anécdotas premonitorias, donde prácticamente pueblo a pueblo. Primero, descri- aparecen de nuevo los rostros de africanistas be el terror en el sur con Queipo de Llano, para y jornaleros que hacía tiempo la sociología pasar después a narrar lo ocurrido en la zona política y la historia comparada parecían haber norte con Mola; a pesar de tratarse de zonas desterrado. con resistencia a la rebelión militar totalmente distintas, la violencia desplegada es igualmente Una de las muchas controversias que puede enérgica. Por su parte, el avance hacia Madrid generar este libro es, precisamente, la del estilo. desatará el terror rojo, descrito con especial Una gran parte de los especialistas prefieren intensidad en el asalto a la Cárcel Modelo y el el análisis y la carga conceptual y estiman su- posterior traslado y asesinato de presos en Pa- perfluas o poco argumentadas algunas de las racuellos. Este ha sido otro de los puntos que apreciaciones que en él se realizan. El propio mayor interés venía despertando la aparición Preston reconoce que metodológicamente arti- del libro, en especial por la figura de Santiago cular el Holocausto español ha resultado comple- Carrillo. En un primer lugar parece que no apor- jo; su meta es abarcar aspectos de la represión ta nada nuevo al caso, pero la recomposición de practicada en ambas zonas durante la guerra y los hechos resulta bastante demoledora de uno en toda España una vez terminada la contienda de los mitos franquistas más perdurables hasta y desentrañar los porqués. El centro de gra- el momento.

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La quinta parte del libro sigue esta línea primera tarea es la restauración del orden so- de análisis que profundiza en las prácticas de cial tradicional. Hablar de genocidio español es eliminación del enemigo interno en ambas zo- hablar exclusivamente de la maldad de los acto- nas. Mientras Franco lleva la guerra larga a la res. Y esto abre automáticamente el camino de población civil para extirpar el mal de raíz, la la inevitable comparación con lo ocurrido en el izquierda, y especialmente los anarquistas, se campo republicano en términos equiparables y lanzan a «purificar» la sociedad. Abordar la se convierte, finalmente, en una condena moral limpieza política desde una dimensión religio- que diluye la lógica de un sistema represivo con sa tiene una gran carga simbólica no siempre muchas más funciones que el exterminio físico. exenta de problemas. La justificación teológica No es cierto que el libro pase por alto los de la violencia, o el derecho a la rebeldía al que graves enfrentamientos sociales o la turbulenta apela el mundo ultraconservador, no es equipa- vida política del período; muestra con nume- rable al milenarismo anarquista. Preston lo sabe rosos ejemplos cómo el fracaso del proyecto pero no lo considera un obstáculo teórico serio, nacionalizador de la II República pasó también sino un medio para describir mejor las formas por una dimensión de la violencia que empezó de radicalización del odio; formas que luego se a afectar a todos los caracteres de la vida públi- reproducirán en la postguerra a la que dedica ca y no se quedó únicamente en el control del una escueta última parte. Uno de sus principales orden público, como aseguran todavía muchos catalizadores sería el antisemitismo introducido autores. De nuevo, la descripción de los perso- en la trama golpista a través de la red de propa- najes facilita la comprensión del proceso, pero ganda anticomunista mundial. Aunque no olvida inicia la senda de las dos Españas como si de un los precedentes tradicionalistas (Vázquez de destino ineludible se tratase. Largo Caballero es Mella, Albarrán, etc.), son elementos como Los el que peor parado sale, ya que cae en la pro- protocolos de los sabios de Sión los que conducen vocación de la derecha lanzando al ala izquierda el discurso racista del nacionalismo español ha- del PSOE a la práctica revolucionaria, desoyen- cia la dimensión exterminista condensada en la do las advertencias de Prieto sobre el fortale- conspiración judeomasónica. cimiento de una CEDA que utiliza hábilmente Éste es, sin duda, el aspecto más discutible a la Falange. El problema no es que el profesor de la obra. Un genocidio español, y más aún Preston exprese sus opiniones sobre un tema pensado en términos religiosos como los de al que ha dedicado buena parte su vida profe- Holocausto, no puede eludir el papel de la Igle- sional, sino que esta insistencia en la maldad de sia, ni del catolicismo como principal elemento los actores es recibida con aplausos por la his- movilizador y aglutinador de las masas conser- toriografía revisionista. El ejemplo más claro es vadoras. Junto al plan de terror y de exterminio, el Madrid rojo. No importa que la mayor parte hubo un plan de redención y de conversión, de de las descripciones procedan de la Causa Ge- recristianización y reeducación de España, que neral o de novelas biográficas de víctimas de las los defensores de una visión genocida suelen checas. En el relato sobre el Holocausto, los he- siempre pasar por alto. Desde mediados de chos adquieren credibilidad porque responden 1937, los jesuitas y los propagandistas católicos a las barbaridades de las columnas que avanzan van afianzando ese proyecto desde el Ministerio sobre Madrid. Una violencia engendra la otra y de Justicia y se preparan para llevarlo a cabo así de nuevo todos fuimos culpables. Tampoco el tras la batalla del Ebro, pero la guerra larga de debate sobre el genocidio contribuye a clarificar Franco lo impide. Aún tienen que esperar un las causas y las consecuencias de lo ocurrido. tiempo, pero su tarea de apostolado llega pron- Lo importante es mostrar que existía un plan to dando forma al Estado nacionalcatólico, cuya de exterminio previo y no tanto explicar cómo

156 DEBATE se desarrolló posteriormente. Las instrucciones tarea cuando el debate se plantea de este modo, de Mola o las prácticas de Yagüe siguen siendo pero es un objetivo clave para comprender la base de muchos historiadores para asegurar el proceso de mayor violencia en la reciente que hubo un genocidio sobre la izquierda; en los historia de España. Para ello hay que formular mismos términos que desde el otro extremo se preguntas que arrojen más luz sobre la génesis sostiene que el comunismo internacional diseñó del fenómeno represivo. En los últimos años una campaña de persecución de la Iglesia para han aparecido numerosas monografías especí- ser llevada a cabo explícitamente en España. ficas sobre la represión, pero estamos lejos de Por encima del revisionismo, del que eviden- entender mejor el problema. Una gran mayoría temente no es culpable Preston, la consecuencia de estas obras utilizan la categoría explicativa más palpable del auge de la visión exterminista de genocidio. En cierto modo, asistimos a una o genocida de la violencia, es la idea de que recuperación de los debates de los años 70 y todo se cerró en un espiral de muerte, odio y 80, sobre la naturaleza ideológica y política del destrucción que no superó el marco cronoló- franquismo, pero esta vez con la violencia como gico de la guerra civil y la inmediata postguerra. telón de fondo. El discurso central señalado Pero la represión, la articulación de un sistema paradigmáticamente en torno a Víctimas de la expresamente creado para ello, fue mucho más Guerra Vivil parece haber quedado desplazado allá. La eliminación del enemigo interno funcio- por el discurso del genocidio. nó sobre todo a través de la exclusión social y Un discurso construido en su mayor parte el aislamiento de todo aquel que pasaba por él. por elementos antiguos o al menos ya utilizados Poco importa el debate sobre la naturaleza del desde antes de la Guerra Civil, centrados en la régimen franquista si no se consigue transmitir retórica de exterminio, martirio y persecución la importancia de este proceso que ha marcado religiosa. Sólo podemos señalar algunos títulos profundamente la división social e ideológica representativos de distintos períodos. Uno de de nuestro país y que sigue separando a los ellos, de fecha tan significativa como 1931, es historiadores. En este sentido, Preston demues- La persecución religiosa: la Iglesia independiente tra que la erudición no es incompatible con la del Estado ateo, de Vázquez de Mella, con un explicación histórica, y que el estilo narrativo diagnóstico reproducido en parte en La domi- no tiene por qué prescindir del necesario so- nación roja en España, el primer informe sobre porte documental. El éxito de un libro de casi la Causa General publicado en 1943; pasando 900 páginas sobre una temática histórica tan por una serie de obras que culminan en torno específica debería hacernos reflexionar sobre a la Historia de la persecución religiosa en España, las dificultades que la historiografía española de Moreno Montero en los años 60 hasta las tiene para llegar al gran público. Algo realmente obras más recientes de Vicente Cárcel Ortí. Por difícil de conseguir, pero cada vez más urgente su parte, fueron las obras de Francisco Moreno, y necesario. El genocidio franquista en Córdoba, y las de Fran- cisco Espinosa, La columna de la muerte, y poste- Sobre un genocidio español riormente La Justicia de Queipo, las que recurrie- ron inicialmente al uso del término genocidio Urgente y necesario es también realizar una para describir la represión franquista en el sur reflexión que nos ayude a entender cuáles son de España. Una estela seguida no siempre por las razones que llevan a entender determinados la aparición de mismo concepto, pero sí de la procesos históricos sólo por justificaciones o descripción de un «terror» multiforme, lanzado legitimaciones actuales. Alejarse de la revisión desde la cúpula de la insurrección militar que del pasado en clave del presente es una difícil coexistiría con un alto grado de autonomía de

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organizaciones paramilitares: el llamado «terror Justicia, sólo decir que las largas condenas por caliente». Pronto pasó a generalizarse el uso rebelión militar proceden casi en su totalidad del término «táctica exterminista», como fruto de aspectos propios del Ejército y de funciona- exclusivo de la violencia política que se resuelve miento decimonónico que quedan muy lejos de y termina en la guerra civil. los elementos de inspiración en la Alemania o España adelanta en cierto modo, como ya Italia fascistas. dijera el propio Preston hace tiempo, la guerra Por otro lado, existe una íntima vinculación civil europea. La población civil sufre los efectos entre genocidio y las teorías criminológicas. de la guerra total, pero la naturaleza del conflic- Desde su nacimiento como ciencia a finales del to español tiene algunos rasgos específicos que siglo XIX, la criminología tuvo un importante descuadran este modelo, sobre todo tras el fin impacto en el discurso político. Pero no se pue- de la contienda. A diferencia de lo que ocurre de afirmar, por más que se miren una y otra vez en la Europa ocupada, se inicia el traspaso de los escritos e investigaciones del jefe de psiquia- los vencidos de los campos de concentración a tría militar durante la guerra, el doctor Vallejo las prisiones y no al revés. Es quizás la primera Nágera, que la teoría racial fuese asimilada a la manifestación de una voluntad distinta a la de Nueva España. La aplicación de esta «terapia eliminar físicamente al enemigo político, ya que de la Hispanidad», como la definió Vallejo en el trata de «legalizar» la situación de los prisione- Congreso de Psiquiatría de Bonn de 1938, era ros de guerra convirtiéndolos en presos, aunque contraria a la eliminación de «indeseables» a quedasen fuera todavía los batallones de castigo través de la eugenesia activa. El discurso racial de trabajados forzados y todos aquellos que no caló en una política criminal española que seguían detenidos o declarando en comisarías ya estaba definida por el peso de una tradición u otros centros. Este final dio paso al encarcela- propia, proyectada con fuerza tras la guerra miento más masivo en la historia de España, que hacia la negación de la reforma republicana. al afectar también de lleno a la población civil Una supuesta política racial de exterminio (o sitúa la dimensión «legal» de la represión en un su asimilación al enemigo político tras conside- plano principal. rarlo extranjero) hubiese chocado además con Otra diferencia importante está en la apela- doctrina social de la Iglesia. La misma en la que ción a la «comunidad nacional». La agresividad se basó la jerarquía católica española, a instan- que el fascismo recondujo hacia el exterior, en cias de Roma, para rechazar públicamente el España fue canalizada hacia el enemigo interior. «racismo germánico» con la clara intención de Esto marcará directamente el discurso oficial distanciarse del modelo totalitario y debilitar a sobre la necesidad del castigo ejemplarizante Falange. En la consolidación de la sociedad salida para resarcir a las víctimas. Una terapia del dolor de la guerra pesó mucha más que la idea positi- que también se ha vinculado en ocasiones con vista del «criminal nato» la vieja distinción entre los métodos genocidas. Sin embargo, el discurso el Cielo y el Infierno. Gracias a ella, la Iglesia sobre la necesidad del dolor se circunscribe a llevó a cabo un apoyo sin complejos a la Justi- un elemento tan específicamente español como cia de Franco (el Bien) frente a los asesinatos el ideal de redimir las penas. La legitimación del y persecución de la horda roja (el Mal). En su castigo se nutre de las historias de los márti- éxito descansa buena parte de la dureza de la res y de la literatura política que las utiliza para represión ya que los nuevos poderes locales se evocar la necesidad de recrear el purgatorio adaptaron sumamente bien a este maniqueísmo en la Tierra, como se puede constatar por los instalado tras la guerra de liberación, especial- medios más conservadores desde la revolución mente a la hora de confeccionar denuncias e in- de Asturias. En cuanto a la Administración de formes de conducta, atribuciones que, por otro

158 DEBATE lado, mantenían en el control del orden público desde mediados del siglo XIX. Todas estas particularidades no impiden las comparaciones con otros modelos; pero tam- bién es necesario un análisis que tienda a re- plantear y revalorizar las diferencias. Sobre todo porque la idea de un sistema de características industriales difumina los métodos empleados en España. El enfoque de una «institución total» dependiente de un estado totalitario deja fuera el importante grado de incertidumbre al que fue sometido durante años la población con- siderada «desafecta» en España. Caos o estra- tegia calculada, el hambre, la enfermedad y una variada gama de formas de deshumanización y humillación, diezmaron una población muy ex- puesta al más mínimo cambio. Desatender este y otros círculos concéntricos de una represión tan amplia y prolongada, impide advertir los efectos de la segregación impuestos tras la gue- rra, que no terminaron con la cárcel o el campo de concentración, sino que se incrementaron con una serie de medidas como la depuración laboral, las responsabilidades políticas, las multas, la incautación de bienes, la libertad vigilada, el destierro, y un sinfín de supuestas medidas cau- telares que, sumadas a otros muchos aspectos que se pueden englobar dentro de modalidades de la represión socioeconómica y cultural, ha- cen que siga siendo necesario seguir ampliando la dimensión de la represión franquista hacia aspectos que no se resuelven sólo en términos de limpieza o genocidio político.

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Va de revisionismo

Ismael Saz Universitat de València Vaya por delante que mi intención aquí no para el historiador de Liverpool «los militares es reseñar, hacer la crítica, del trabajo de Paul y las derechas» tuvieran «como único objetivo Preston, sino más bien someter a consideración flagelar, asesinar y, sobre todo, violar y humillar la reseña de Pedro Carlos González Cuevas al sexualmente a las mujeres de la izquierda»; ni respecto. Aunque sí diré a propósito del libro tampoco que quiera privar de su condición de algo que me parece fundamental: se trata de una «seres humanos normales» al conjunto de los gran monografía, discutible, como todas, por al- derechistas. Otra cosa es, claro, que con el pre- gunos aspectos, pero necesaria por otros: espe- texto de criticar lo que Preston no dice, se ter- cialmente, por aquellos que nos devuelven y nos mine por extender un manto poco menos que sitúan de una forma implacable, diría yo, ante el beatífico sobre el conjunto de las «derechas». horror de la Guerra Civil, ante el horror de la Pero vayamos al núcleo de mí crítica que no violencia brutal desencadenada en ambos ban- es tanto la de «reseñar al reseñador», cuanto el dos. No es plato de gusto, desde luego y com- de apuntar que la reseña que analizamos le sirve prendo que pueda haber distintas reacciones. A al autor de la misma como punto de partida mí, particularmente, me horroriza aquel horror, para ofrecer una visión revisionista de lo que a otros parece horrorizarles el conocimiento fue la República, la Guerra Civil y el Franquismo. del mismo y, de paso, el mensajero. Y conste que esto no es un insulto, toda vez Más allá de esto, hay, como decía, aspectos que el enfoque revisionista es y ha sido explíci- de la obra de Preston discutibles. Como la no- tamente reivindicado por González Cuevas en ción misma de «Holocausto», aunque haya que diversos foros. Dejemos, sin embargo, para el reconocer, sin adjetivarlo maliciosamente –«no final algunas de nuestras reflexiones sobre el re- se atreve», afirma González Cuevas–, que el visionismo para analizar previamente el modus historiador británico no habla de «genocidio» y operandi del mismo. que, por otra parte, su defensa del término «ho- González Cuevas (en adelante, el autor) cuál locausto» no carece de interés. Pero una cosa somete a dura crítica la importancia concedida es la crítica, que debe ser siempre respetuosa por Preston a los «teóricos del exterminio» y respecto de quien escribe y respecto de lo qué precisa, justamente, que estos distaban de ser escribe y otra cosa es el tiro al muñeco. Que hegemónicos en la derecha española durante es exactamente lo que hace González Cuevas la república. Bien, dando por sentado que no en su resumen simplificador y tergiversador de creo que Preston diga lo contrario, el problema la obra de Preston. Insisto, se puede estar o no sería en todo caso, cuál pudo ser su influencia de acuerdo con las tesis de Preston, pero no se en la guerra civil, en la que, como se sabe, las puede tergiversar haciéndole decir lo que no fuerzas hegemónicas de la derecha no eran ya dice: no se «deduce» en ningún momento que las que lo habían sido durante la república en

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periodo de paz. Pero más importante que esto cista. Eso está claro. Pero ¿no alabó El Debate la es que el autor se lamente de que Preston no destrucción del parlamentarismo y el marxismo haga referencia entre los «teóricos del exter- en Italia? ¿Y no consideró Gil Robles que una minio» a los «republicanos de izquierda, a los de las cosas más aprovechables del nazismo era comunistas, a los socialistas revolucionarios, a su «enemiga de la democracia liberal y parla- los anarquistas...». ¿Todos? Se trata de una im- mentaria? Por otra parte, ¿es que no era fascis- putación gravísima, y sin mayor fundamentación, ta Onésimo Redondo? ¿O es que el fascismo a prácticamente todo el abanico republicano. Así, español no tenía ideológicamente nada que ver «sutilmente», la carga de la prueba ha cambiado con el fascismo alemán? ¿O es que a la postre de bando. el fascismo español fue un «fascismo bueno»? Y, Al parecer la insistencia de Preston en la por supuesto, habrá que recordar que la prensa idea de la conspiración judeo-masónica resul- franquista no se mostró precisamente crítica ta «superficial». Bueno, es, por así decirlo, una con la barbarie antisemita de los nazis en la opinión. Pero la pregunta es otra vez, ¿existía, o Europa bajo su dominio. no, esa obsesión en sectores fundamentales de Bien lavada la imagen de «las derechas espa- la derecha española? Y aquí el autor da un salto ñolas», el autor se interna en el terreno de la cualitativo, ya que en lugar de negarla parece crítica –aquí sin ambages– a la izquierda. Todo justificarla, banalizarla. Lo hace con la masonería, ello porque Preston «sigue defendiendo» el ca- amparándose en Koselleck, para decir algo que rácter meramente reformista de la legislación ya sabíamos perfectamente, que la masonería social del primer bienio. Y no, no habría sido esto, jugó un papel fundamental en la difusión de la sino todo lo contrario. Habría sido, utilizando «filosofía de la ilustración y la crítica al catoli- un término de Carl Schmitt –conocido demó- cismo tradicional». Pero lo hace, el autor, para crata resistente frente al nazismo– toda una quitar toda sombra de irracionalidad «al tradi- «revolución legal». Pero aquí González Cuevas cional odio católico hacia la secta masónica» ignora que una «revolución legal» puede ser pu- ¿Racional y justificado? Porque no se me ocurre ramente reformista, como lo podía ser la idea forma más hostil para referirse a la masonería; de la participación obrera en la gestión de la y el lenguaje, como bien le recuerda el autor a empresa –aspiración por cierto sucesivamente Preston, denota bastantes cosas. generalizada en muchos sectores políticos y no Y algo similar pasa con el antisemitismo es- solamente de izquierdas– y como lo podía ser pañol, que no tendría nada de particular –«era una reforma agraria, mejor o peor concebida, un lugar común de la opinión conservadora pero reforma al fin ¿O es qué González Cuevas europea»– y que además también lo habría considera que toda reforma es una revolución? habido en la izquierda europea. Sobre todo, el Porque si lo considera en el sentido que lo antisemitismo católico tendría poco que ver consideraban también los republicanos, es decir con el racista de los nazis. De acuerdo en lo como una revolución democrática, legal y re- fundamental, que no en todos los casos; pero formista, ningún problema. Pero, si lo considera no se engañe el lector que por aquí viene otra como el primer paso de una supuesta revolu- vuelta de tuerca. Inmediatamente después de ción socialista, estaríamos ya en otro terreno: citar a Onésimo Redondo, se concluye: «No; en el del asalto a la historiografía o, peor aún, en las derechas españolas, con todos sus defectos, el de la legitimación de las cantinelas antirrepu- no tuvieron nada que ver ideológicamente con blicanas y reaccionarias. el nacional-socialismo alemán». ¿Nada que ver? Claro que para el autor todavía había mucho ¿No hubo unas fascistización de las derechas más. Porque otro de los supuestos errores españolas? La CEDA no era, desde luego, fas- de Preston sería el de dar por descontado el

162 DEBATE carácter democrático de las izquierdas, cuan- Ya en la guerra, al autor se afana en negar que do resulta según el autor que los socialistas los sublevados tuvieran un «plan de extermi- tendrían un «concepto patrimonialista» y pu- nio», y es posible, que así expresado, tenga ra- ramente «instrumental» de la República. Puede zón. Pero negar esto no supone negar que, des- ser, pero, repetimos, ¿ya en el sentido de la re- de el principio, se había concebido todo como volución socialista y desde el principio? No seré una operación a desarrollar con el máximo de yo por otra parte quien rompa muchas lanzas violencia, y que se desarrolló con el máximo de en defensa de la figura de Largo Caballero, pero terror. Y no es de recibo, es más, es ofensivo decir que su voluntarismo, «optimismo catas- para las víctimas, afirmar que la represión se trófico» y «fe en el inevitable advenimiento del debió a la «magnitud de la resistencia ofrecida socialismo» hacían «imposible respetar la or- por la izquierda». ¿También en Burgos y en tan- ganización de la competencia política», significa, tos y tanto sitios donde no hubo resistencia o simplemente, introducir elementos teleológicos ésta fue mínima? No es de extrañar que, con en toda la explicación, dar por descontada la estos mimbres, el autor disienta radicalmente posterior evolución de Largo Caballero, ignorar de la pretensión de Preston de diferenciar las la suma complejidad de la evolución del socia- represiones de ambos bandos. Puede admitirse, lismo internacional, de Kautsky y Bernstein en desde luego, que algo hay de común en el ejer- adelante, y hacer reos de incompatibilidad con cicio de la violencia en el marco de una guerra la «competencia política» a cuantos volunta- civil, pero pretender a partir de ahí poco menos ristas, optimistas y esperanzados en un futuro que igualarlas ignorando sus diferencias supone socialista ha habido en el mundo mundial. dar una carpetazo, sin más, a la historia y a la Porque, claro, si todo esto valía para el primer historiografía, española e internacional. Iguala- bienio ¿qué decir ya para la época del Frente das de facto las dos represiones ya no quedaría Popular? Pues eso, que se trataba de todo un sino conceder la existencia de un «error», se proceso revolucionario en el que todo, todo, supone que adicional, por parte franquista: la parecía marchar en la misma dirección: las ocu- prohibición de la lengua catalana en los lugares paciones de fincas, las marchas para sacar a los públicos. Aunque el autor no pueda reprimir ya presos de las cárceles, para forzar la readmisión en este terreno la afirmación de que, al menos, de los despedidos, las movilizaciones de reivin- no hubo ningún plan de «deportación de pue- dicación sindical de UGT y CNT, la destitución blos con el objetivo de crear un Estado étni- de Alcalá Zamora y hasta la unificación de las camente homogéneo o políticamente seguro». juventudes socialistas y comunistas. Todo junto Observación ahistórica donde las haya que sir- y bien mezclado, por supuesto: ocupaciones de ve, eso sí, para reducir a la categoría de «error» fincas y espirales de la violencia –de un solo sig- todo un intento de erradicar uno de los signos no, al parecer–, movilizaciones reivindicativas y de identidad fundamentales de una población. Y readmisión de los despedidos, destitución de Al- que sirve, de paso, para limpiar al franquismo de calá Zamora –aplaudida por cierto también por supuestos afanes o proyectos exterminadores la derecha– y unificación de las juventudes so- o genocidas. Por mi parte, he sostenido siempre cialistas y comunistas. Cierto que en este último que el franquismo no fue genocida, pero tam- caso se precisa que bajo «la dirección del PCE». bién que fue la dictadura europea de derechas Pero ese PCE, conviene recordarlo, no abogaba que con mayor saña y crueldad recurrió a la por entonces, como todo el mundo sabe, por la represión por motivos estrictamente políticos; línea revolucionaria. ¿O es que el problema era y es esto justamente lo que se esfuma en el tex- el PCE en sí mismo? Porque, si es así, estaríamos to de González Cuevas. Achacando la violencia ante un caso de ese anticomunismo tautológico. de los sublevados a la resistencia republicana,

163 DEBATE igualando la violencia de ambas zonas, rebajan- partir, de un supuesto ético que, por democrá- do a la categoría de error la brutal represión tico, no puede no ser antifranquista. La tercera, cultural..., la violencia franquista termina por que el revisionismo ha pasado con bastante evaporarse. No fue genocida, de acuerdo, pero, facilidad en otros países del antifascismo al si nos quedamos ahí e ignoramos todo lo demás, anti-antifascismo, de ahí al a-fascismo y, muchas ¿no estamos a un paso de un particular negacio- veces, a la justificación-banalización del fascismo nismo a la española? mismo. La cuarta, que es eso, precisamente, lo El último párrafo del texto de González que empieza a suceder en nuestro caso: so Cuevas es seguramente el de mayor enjundia pretexto de romper con la dialéctica «franquis- historiográfica y nos permite enlazar con lo que mo-antifranquismo», se ponen en cuestión los decíamos al principio a propósito de la existen- fundamentos y valores de nuestros demócratas cia en él de todo un paradigma revisionista. Aquí antifranquistas, se camina hacia el anti-antifran- se acusará a Preston de maniqueísmo, apasio- quismo y se termina por banalizar la dictadura namiento y falta total de empatía, no sin haber franquista. La quinta permite apreciar un nuevo mencionado previamente que su obra «incide maniqueísmo que el texto de González Cuevas y continúa una serie de tópicos todavía domi- denota a la perfección: ni una palabra que no sea nantes en algunos sectores de la historiografía en defensa de «las derechas», ni una palabra que española». La pregunta aquí es ¿en algunos? ¿O no sea de condena de «las izquierdas». La sexta simplemente aquellos, salvo novedad de última remite a esa curiosa propensión revisionista a hora mayoritarios, que no están dispuestos a expulsar de la historiografía –hacia la plaza o embarcarse en la espiral revisionista? Porque el comité del partido, en este caso– a quien se algo de esto parece desprenderse de la lla- oponga a su nueva verdad. La séptima es que las mada a la «ruptura definitiva con el esquema pretensiones de frialdad, objetividad y renova- franquismo/antifranquismo, que –sigue– resulta ción de nuestros revisionistas, remitiendo a la inaceptable en una cuestión de carácter histo- obsolescencia a la historiografía de los años se- riográfico y que es tan sólo válida en las plazas senta, setenta u ochenta, y a quienes mantienen o en los comités de partido». otras posiciones, les hacen olvidar que su reno- Lo que parece dibujarse aquí es el sentido vación remite a interpretaciones viejas, más vie- último del texto de González Cuevas que po- jas, y nada inocentes. Y la octava y última es que dría ser utilizar la obra de Preston para difundir nuestros revisionistas tienen mala suerte: van a el paradigma revisionista. Aunque también se arremeter contra el paradigma antifranquista podría decir que este texto de González Cue- cuando éste aún no se ha impuesto, cuando el vas se enmarca en el lanzamiento en España, un paradigma franquista sigue vivito y coleando. poco tardío, cierto, del revisionismo a lo De Malas compañías. Felice, Furet o Nolte –bien ejemplificado en el reciente libro dirigido por Fernando del Rey, Palabras como puños. De ahí que crea pertinente formular unas úl- timas reflexiones: La primera incide en el núcleo central de todos los revisionismos: la ruptura con la legitimidad antifascista de las democra- cias europeas. La segunda, que se puede aceptar perfectamente que el papel de la historiografía no es «hacer ejercicio de antifranquismo», pero no sin añadir que el historiador parte, o debe

164 Jorge Semprún (1923-2011): entre la política y la escritura, los combates por la libertad1

Felipe Nieto UNED-CIHDE

preis des Deutschen Buchhandels, Frankfurt, 1994; Premio de la ciudad de Weimar, R. F. de Alema- nia, 1995; premio de la libertad, Jerusalén, 1997; medalla Goethe, 2003; doctorados honoris causa por las universidades de Lovaina, Bélgica, 2005 y Rennes, Francia, 2007, entre otros), contrasta llamativamente con la magra cifra de las distin- ciones otorgadas en su país (la medalla Gran Cruz de Carlos III, 1993; el premio Blanquerna de la Generalitat de Cataluña, 2002; la medalla de la Universidad Internacional Menéndez Pela- yo de Santander, 2004* y el Premio Internacional de Prensa, 2010, como los más destacados), en La reciente desaparición de Jorge Semprún la que brillan por su ausencia los doctorados trae de nuevo a los primeros planos de la actua- honoríficos de universidades como las madrile- lidad, por unos momentos que desearíamos no ñas, con cuyos estudiantes trabajó y luchó por fueran efímeros, a un intelectual de la máxima la conquista de la libertad, propuestos en más relevancia, entre los nacidos en España en el de una ocasión y siempre pospuestos sine die. Al siglo XX, que ha disfrutado a lo largo de su vida final, se ha producido lo que muchos de quienes de la más alta presencia internacional, europea admiramos su obra quisimos evitar, las honras al menos, si nos circunscribimos al campo de la post mortem, los homenajes que satisfacen a los cultura, las letras y las artes. No significa esto que vivos más que al desaparecido. ¿Qué problemas en su país, ni en vida ni a la hora de la muerte, el tiene este país con algunos de sus mejores reconocimiento haya sido general. Reconocido para repetir costumbre tan poco cívica? ¿Qué internacionalmente con una nómina de premios problemas tenía y mantenía España, o algunos de prestigio, cuya enumeración completa resul- españoles al menos, con Jorge Semprún? taría prolijo exponer aquí completa (doctorado Por su orígenes familiares Jorge Semprún honoris causa por la Universidad Tel Aviv, 1989; estaba destinado a ser escritor o político. Por premio de Paz de los libreros alemanes, Friedens- la vía materna pertenecía a la llamada dinastía

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de los Maura, representada en la época en que española. En el Tweede Gymnasium de la ciudad él nació por el abuelo y patriarca, Antonio Mau- perfeccionó su dominio de las lenguas germáni- ra, por el tío Miguel Maura, futuro ministro del cas, estudió a fondo lenguas clásicas y continuó gobierno provisional republicano y por Susana cultivando su afición a la poesía. En una ocasión, Maura, la madre, ferviente republicana. De la acompañaría a su padre, como traductor, para vía paterna heredaría Jorge la atracción por las trasladar su protesta ante el sacerdote holandés artes, la literatura en especial, pues José María que en la recién terminada prédica de la misa Semprún Gurrea, doctor en leyes, abogado en había acusado al gobierno republicano de com- ejercicio, poeta él mismo y amigo de literatos batir la religión católica. y poetas, inculcó en sus hijos, a través de una La Legación española, representante del go- esmerada educación impartida en el hogar, el in- bierno republicano, se cerró en febrero de 1939. terés por la creación y el ejercicio en todos los Al mes siguiente, la familia Semprún se instala dominios de la creación artística. Con el correr en París con muchos de sus miembros disper- de los años, política y escritura se llegarías a ser sos por domicilios diferentes. Jorge continúa las dos pasiones de la vida de Jorge, convertidas sus estudios de bachillerato interno en el liceo en profesiones y ejercidas en etapas sucesivas Henri-IV. Es el comienzo de la inmersión de con intensidad similar. Semprún en la cultura francesa, en su literatura y en su lengua –Baudelaire, Rimbaud, Gide, Louis Guilloux, Malraux, Sartre...–, hasta el punto de La familia Semprún acostumbraba pasar los hacerla propia definitivamente y convertirla en veranos en el norte de España, primero en San- vehículo preferente de su escritura. tander y después, desde la desaparición tem- En la etapa preparatoria del ingreso en la École prana de Susana en 1932, en Lequeitio, Vizcaya. Normale Supérieure, con el proyecto de cursar En esta provincia sorprendió a los Semprún el filosofía, otro acontecimiento de orden exterior, comienzo de la Guerra Civil y desde aquí par- el comienzo de la guerra con la posterior inva- tieron por mar hacia Bayona, Francia, un día de sión de Francia por los ejércitos alemanes y la septiembre de 1936 en lo que sería un viaje sin caída final de París, se interpone y desbarata sus retorno, o, lo que es lo mismo, el comienzo del planes. La precariedad económica del entorno exilio. Junto a su país perdieron para siempre de Semprún, que ha obligado a interrumpir los todo lo que habían poseído y amado hasta en- estudios, le lleva a tener que ganarse la vida por tonces. todo tipo de expedientes, siempre insuficientes, José María Semprún, católico y republicano, como las clases a domicilio. Es la época de la se había puesto desde el primer momento al inmersión en París, del descubrimiento de una servicio de la República. En el transcurso del ciudad, sus gentes, más allá del círculo colegial, y periplo que siguió con toda la familia en es- de sus secretos múltiples, los teatros, las libre- taciones diversas por el sur de Francia, antes rías o los tugurios de zonas remotas. Y el sexo. de tratar de retornar a España por Cataluña, Abruptamente finaliza para Semprún aquel pe- el ministro de Estado, Álvarez del Vayo, le en- riodo que transcurre entre las «dos guerras de comendó hacerse cargo de la representación mi adolescencia», como escribirá tiempo des- diplomática española en La Haya, como otras pués. Otras actividades llaman a la puerta. muchas abandonada por los diplomáticos pro- fesionales pasados en masa al bando de los La política, por primera vez. Primero es la sublevados contra la República. protesta contra el invasor, contra el nazismo Jorge Semprún pasaría en la capital holandesa –primera manifestación en París, protagonizada los más de dos años que aún duraría la guerra por los estudiantes del Henri-IV en octubre de

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1940–, y después la lucha directa, armada, con- deportación, relata las peripecias de este trasla- tinuación para Semprún de la lucha del pueblo do brutal a los campos de la muerte alemanes. español en la guerra civil en que no pudo par- ticipar y consecuencia práctica de su formación En la ladera norte del Ettersberg, abierta a teórica marxista. Ingresa en el Partido Comu- los gélidos vientos y a la nieve de los inviernos nista de España y poco más adelante en la Resis- nórdicos, los nazis hicieron construir a los pri- tencia, integrado en redes armadas francesas en meros prisioneros comunistas alemanes a partir coordinación con movimientos de resistencia de 1937 lo que sería el campo de concentración dirigidos desde Londres. –al que se añadiría posteriormente un complejo Semprún, alias Gérard Sorel, opera con otros industrial– denominado Buchenwald, bosque de compañeros de estudios en el maquis de Bor- hayas o hayedo, por la abundancia, junto a los ro- goña, en una amplia zona en la que, con las bles, de este árbol frondoso. Era uno de los luga- armas que reciben lanzadas en paracaídas por res preferidos de Goethe, al que se desplazaba aviones ingleses, practican sabotajes sobre las con frecuencia en los veranos desde la vecina infraestructuras y las tropas alemanas. Fue un Weimar, donde ejercía de ministro y consejero largo año de actividad frenética, a caballo entre áulico de la corte. Acostumbraba a pasear por el París y los bosques y pueblos borgoñones. En bosque en compañía de su admirador y cronista la «mochila del maquis», junto a la munición Eckermann y a cortejar a su amiga, la condesa y otros pertrechos guerrilleros, Semprún, ha von Stein, a la sombra de un roble, señalado recordado frecuentemente, llevaba dos de los para lo posteridad como lugar poco menos que libros que inspiraban y ayudaban a explicar el sagrado, respetado y conservado por los nazis sentido político y ético de la lucha guerrillera y en una zona especial del recinto del campo. Por resistente, L’Espoir de Malraux y Die Religion in- nerhalb der Grenzen der bloßen Vernunf (La religión aquel territorio del oprobio humano pasarían, dentro de los límites de la mera razón) de Kant, en desde la fecha inaugural hasta el final, ocho años sus idiomas originales. después, unos 250.000 deportados, de los que morirían unos 56.000. Tras la explosión de un tren alemán, las deten- ciones y delaciones llevan a la policía alemana al Aunque en los listados del transporte Sem- grupo de Semprún que cae detenido en octubre prún figure como «apátrida», en el campo es de 1943. Vienen los meses de prisión y tortura clasificado como preso político español, Rotspa- en Auxerre a manos de la Gestapo. Semprún nier, rojo español, con la S mayúscula sobre el consigue soportar el tormento sin delatar a nin- triángulo rojo cosido al uniforme de rayas y el guno de sus compañeros de lucha. Pasados unos número de deportado. Los dirigentes comunis- meses, los resistentes detenidos son reunidos tas del pequeño grupo de deportados españo- en el campo de Compiègne, cercano a París, de les pronto se acercaron a él para contar con donde serán deportados a los diversos campos su colaboración en la organización clandestina de concentración repartidos por Alemania. El resistente en el interior del campo. Este co- transporte de Semprún parte con destino a mité internacional formado en su mayoría por Buchenwald (cerca de Weimar, en la región de comunistas dominaba la administración interna Turingia) a finales de enero de 1944 con más del campo, arrebatada años antes a los presos de 1.500 deportados, franceses en su mayoría. comunes alemanes. Dado su conocimiento del Semprún se ha convertido desde ese momento alemán, Semprún pudo ser destinado a la Ar- –y para siempre– en el deportado 44.904. El beitsstatistik, la estadística de trabajo, la oficina largo viaje, título del primer libro de Semprún, encargada del control de los trabajos de los que además es el primero de los dedicados a la prisioneros, en representación de los comunis-

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tas españoles, a cuyos dirigentes daba cuenta que actuar una lucha resistente como la de Bu- escrupulosa de su actividad y de la situación de chenwald, concluye Semprún apoyándose en el la fuerza de trabajo en el campo. Con ello dis- filósofo tomista Jacques Maritain, la naturaleza frutó, sin duda, de unas condiciones de trabajo moral de determinadas acciones en «situacio- ventajosas respecto de los deportados comunes. nes límite» cambia y sus efectos, rechazables en En los demás aspectos, padeció la vida normal situaciones normales, resultan admisibles en esa de deportado. circunstancia. La convivencia con los comunistas españo- les supuso para Semprún, además de volver a En abril de 1945 se produjo la liberación de la militancia en el PCE, algo más trascendental Buchenwald por la intervención de los ejércitos aún, recuperar la cultura y la lengua españolas, americanos con la colaboración más que simbó- aletargadas tras los estudios y la vida en Fran- lica del pequeño grupo de prisioneros provistos cia. Fortaleció su conciencia política española de las armas escamoteadas tiempo atrás por insertándose en la tradición antifascista que los la resistencia interior para su uso en este feliz deportados españoles representaban desde la momento terminal. Su empeño principal fue la Guerra Civil y la Resistencia en Francia. Según persecución y captura de sus verdugos en des- sus palabras, Semprún se «reespañoliza», lo que bandada, los miembros de la SS. tendrá por consecuencia, años después, su vuel- Si para la mayoría de los deportados la libe- ta clandestina a España como enviado del PCE. ración significaba la vuelta a casa, la repatriación, El uso de la administración interna del cam- tal circunstancia no afectaba a los españoles, cuya po por el comité internacional antifascista de patria seguía ocupada por un antiguo aliado del mayoría comunista y la manipulación de ciertas nazismo que seguía sin reconocer a los liberados listas de prisioneros han sido objeto de contro- su condición de españoles. Semprún retornó a versia desde poco después del final de la guerra París. Comienza una incierta etapa de exilio, más por parte de familiares de prisioneros muertos difícil que la anterior, pues las secuelas de la de- no comunistas. Los prisioneros que trabajaban portación, el recuerdo de la muerte compartida, en la estadística del trabajo debían confeccionar, «fraternal», lastra todo proyecto de futuro. por mandato y bajo supervisión de oficiales de El primer plan de Semprún, como el de algu- la SS, las listas de prisioneros destinados a los nos otros deportados, era narrar la experiencia comandos exteriores para realizar los trabajos de la deportación, contar al mundo, antes de más extenuantes. Podían manipular las listas, que se borrara su recuerdo, los padecimien- bajo petición del comité de resistencia del cam- tos pasados, fruto de la barbarie criminal del po, a espaldas de la SS y con riesgo de su vida, re- fascismo alemán. El descubrimiento de que tal tirando a los considerados útiles para los planes proyecto le sumergía en la muerte y conducía de resistencia y la lucha antifascista, importantes inexorablemente al suicidio, obligó a Semprún durante el tiempo de la deportación –en los sa- a abandonarlo y a dejar de lado por ahora sus botajes en las fábricas de armas, por ejemplo– y deseos de ser escritor. De nuevo optó por la después sobre todo, a la hora de la liberación. actividad política. Militante de los partidos co- La mayoría de estos excluidos de las listas, no munistas francés y español al tiempo, Semprún todos por tanto, eran de militancia comunista. actuaba en el frente cultural con la colaboración Semprún ha explicado en numerosas ocasiones en revistas escritas en sus dos idiomas habitua- que los comités de selección no escogían a los les. Continuó la producción poética con obras, prisioneros que iban a morir, sino que designa- publicadas o inéditas, dedicadas a la gloria y ala- ban a unos pocos, «los que iban a sobrevivir». banza de dirigentes venerados del comunismo Dadas las condiciones especiales en que tiene o a ensalzar las siempre consideradas heroicas

168 MEMORIA actividades de los militantes de este partido, Poco a poco un proyecto se fue imponiendo muchos de ellos caídos en el combate contra la a los demás. Semprún se había decidido por la opresión y la dictadura (Pasionaria, guerrilleros militancia única en el PCE. Su objetivo, añorado o dirigentes obreros represaliados, la muerte largo tiempo, era ser enviado a España a dina- de Stalin...). Mientras tanto, sobreviviendo pre- mizar los sectores culturales y encauzarlos a la cariamente, Semprún logró entrar a trabajar lucha contra un régimen franquista que se con- por unos años como traductor en la UNESCO, solidaba en el poder después de pasada más de hasta 1952, pocos meses antes del ingreso de una década. Fiel seguidor de los principios po- España en el organismo. líticos comunistas del momento, se preparaba París era de nuevo una fiesta. La alegría de para desarrollarlos en España como instructor la liberación –capitalizada sin reserva por un del partido entre los jóvenes intelectuales. Daba orgullo nacional francés, voluntariamente de es- comienzo a su particular «camino de perfección» paldas a fenómenos como la étrange défaite de que acabaría conduciéndole a España. Por esos 1940 y la colaboración posterior con el invasor– años, el partido comunista estaba poniendo en se desbordaba e inundaba las calles, las terrazas, pie una nueva estrategia, a largo plazo, centrada en el abandono de la lucha guerrillera y en el día y noche, a despecho de una economía de la trabajo desde dentro de las organizaciones del escasez generalizada. La alegría de vivir, la feli- franquismo, como los sindicatos. Por informa- cidad por la supervivencia impulsaba a todos a ciones recabadas por los dirigentes comunistas mirar solo hacia el porvenir, sin volver la vista al radicados en París, se sabía que estaba emer- pasado, y menos analizar el porqué de las horas giendo en España una nueva generación inquieta de sufrimiento y humillación vividas. El existen- y no doblegada completamente por el Régimen, cialismo, ahora una moda, invitaba a vivir la vida pese a la opresión y represión policial. Semprún al momento, con toda la intensidad posible y estaba de acuerdo plenamente y se disponía a se exhibía al mundo desde los cafés y las caves, desarrollar sobre el terreno esa nueva táctica. al ritmo del jazz, música libre, o traspasaba las fronteras francesas a través de la prensa y las radios. El futuro estaba previsto con precisión Jorge Semprún empezó su aventura clandes- por la ideología triunfadora en la guerra contra tina en España a partir de un primer viaje de el fascismo, el comunismo. Los dirigentes comu- contacto el año 1953. Empezando por Barcelo- nistas y sus partidarios estaban convencidos de na, visitó varias ciudades, Madrid entre ellas. El que el sistema socialista, ya triunfante en buena encuentro con la ciudad de la infancia más de parte del mundo, acabaría superando y dejando quince años después, fue una de las experiencias atrás el capitalismo y la democracia burguesa. más gratas del viaje. Pese a su brevedad, el viaje Esa era también la certidumbre de Jorge Sem- resultó fructífero por las relaciones establecidas prún, seguro y confiado de formar parte activa y por las perspectivas de trabajo que se abrie- de la corriente triunfal de la historia que haría ron para el futuro. posible un porvenir de justicia e igualdad. Años Durante una década ininterrumpidamente intensos, felices pese a la inseguridad vital, re- estuvo Semprún viajando de París a Madrid. La corridos por las polémicas que arreglaban de «clandestinidad madrileña», convertida práctica- inmediato el mundo desde los clubes y locales mente en un hábito de vida, sería considerada, donde se bebía, sin haber comido, hasta el ama- con la perspectiva de los años, la «mejor obra necer. Semprún descubrió el amor y contrajo de mi vida» y, por ello, uno de los períodos más matrimonio con la actriz Loleh Bellon, madre felices para el autor de esa obra viva. de su único hijo. Pero efímera como todo en El partido comunista fue penetrando y ex- aquella época, la unión se deshizo a los dos años. tendiéndose lentamente por los diferentes sec-

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tores culturales del país, la universidad, el cine, algunos ya militantes del PCE como Enrique la literatura, la prensa y sectores profesionales Múgica, Javier Pradera, Julio Diamante, Julián como la medicina o la abogacía. En todos ellos Marcos, Sánchez Dragó, López Pacheco y el ci- se fueron constituyendo poco a poco grupos neasta Juan Antonio Bardem, y Ramón Tamames estables y fieles, unos militantes y otros sim- próximo a ingresar. patizantes o compañeros de viaje. El dirigente Le relevancia de estos nombres ponía de ma- clandestino, conocido como Federico Sánchez o nifiesto que el franquismo tenía perdidos secto- por otros sobrenombres coyunturales, no solo res significativos de la juventud universitaria y era el instructor político, el que transmitía las de la intelectualidad. Pronto irían surgiendo en directrices y consignas de la organización. Era, los mismos medios nuevos grupos de rechazo además, el interlocutor, el orientador e impul- a la dictadura. Era evidente que quienes así se sor, el que sabía dar sentido a una lucha que enfrentaban al sistema franquista habían surgi- se enmarcaba en la lucha revolucionaria de la do del interior de la España dominada por ese humanidad por la justicia, el socialismo y la paz Régimen desde hacía 17 años, algunos incluso en un sistema nuevo, implantado en la Unión procedían del bando de los que habían contri- Soviética en 1917. buido a su victoria en la guerra. Por primera El trabajo intenso dio resultados. En la uni- vez después de la Guerra Civil, «los hijos de los versidad de Madrid se luchó contra el SEU y la vencedores y de los vencidos» condenaban el política cultural impuesta, mediante proyectos Régimen «que no ha sabido reconciliarnos con de congresos, manifiestos, recitales de poesía España y con nosotros mismos» y abogaban y otros actos que relegaban la política oficial por uno nuevo, respetuoso de la dignidad y los o aprovechaban las facilidades abiertas por el derechos de todos. Así lo afirmaba el manifiesto nuevo equipo del ministro de educación Ruiz- lanzado el 1 de abril de ese mismo año, obra de Giménez. El entierro laico del filósofo Ortega Javier Pradera y Federico Sánchez. Era la prime- y Gasset en octubre de 1955, protagonizado ra vez que desde el interior de España, gentes exclusivamente por los estudiantes, fue un al- procedentes de cada uno de los bandos, suscri- dabonazo. En febrero de 1956, la difusión de un bía un documento a favor de la reconciliación manifiesto convocando a un congreso nacional de los españoles y en contra de la dictadura. de estudiantes y la victoria de los candidatos no El PCE haría oficial su política de reconci- oficiales en las elecciones universitarias agitaron liación nacional a partir del verano de ese año la universidad y movilizaron a los estudiantes en una reunión plenaria de su comité central. durante semanas. La reacción fascista de falan- Una dirección parcialmente renovada y reju- gistas extraños a la universidad degeneró en venecida se encargaría de desarrollar la nueva incidentes violentos el 9 de febrero. En un en- política. Sánchez-Semprún, uno de sus artífices cuentro de dos grupos de manifestantes, resultó en el interior de España, llegaría a los puestos herido grave por fuego amigo un joven falangista. de máxima responsabilidad en la organización, La universidad de Madrid quedó clausurada por miembro más joven del máximo órgano ejecuti- unos días, se declaró un estado de excepción vo del partido, el buró político. parcial, dimitió el rector y dos ministros fueron cesados por el general Franco. A partir de ese Durante los años posteriores la vida de Sem- día serían detenidos los acusados de instigar los prún, funcionario del partido, tiende a la estabili- conocidos como «sucesos de febrero», exfalan- zación. Reparte su vida entre Madrid –alguna vez gistas como Dionisio Ridruejo o Sánchez Ma- visita alguna otra ciudad española como Sevilla zas, dirigentes del SEU, monárquicos y los más o Barcelona– y París. Aquí ha creado una familia numerosos, los seguidores de Federico Sánchez, estable, a partir de su relación con Colette Le-

170 MEMORIA loup. Y aquí está la plana mayor comunista, con Sin embargo no puede impedir que en su seno las reuniones, largas y pesadas muchas veces, de empiecen a germinar semillas de duda acerca de los órganos directivos del partido y sus comi- la estrategia hasta ese momento unánimemente siones múltiples. La dirección de las revistas del aceptada. Semprún, apuntaría años después, veía partido, cables lanzados a los intelectuales es- una sociedad española, joven y dinámica, distante pañoles para acercarles la doctrina y atraerlos y fuera del alcance, incluso en el lenguaje, de los a la causa, a Nuestras Ideas primero, después a la mensajes políticos comunistas. Realidad, más sólida y plural, ma non troppo (di- Las dudas no salieron de la esfera interna. El cho sea con la lengua de Roma donde se edita). voluntarismo militante impregnaba la actividad Pero ahora es Madrid, «la alegría de Madrid» diaria. Semprún siempre recordará el trabajo lo que atrae y suscita esa emoción única que abnegado de los militantes, nombres y apellidos provocan las empresas arriesgadas. Las orga- que repite con frecuencia, la entrega, «la frater- nizaciones del partido se estabilizan. Semprún, nidad» comunista al servicio de una causa en en nombre de la dirección, coordina toda la ese momento prioritaria, el fin de la dictadura y política del partido en el interior. Dispone de la conquista de la libertad para España. Semprún domicilio estable por cuenta del partido desde se mueve por la clandestinidad como el pez en el que puede planificar a diario la actividad. Lo el agua. «Inasible y burlón Pimpinela escarlata», principal es el espacio madrileño, el territorio al decir de Juan Goytisolo que lo vio en Madrid de la ciudad amada y recuperada, sus calles y sin conocer su verdadera identidad, aparece y gentes bulliciosas que Semprún vive a diario con desaparece misteriosamente en los lugares de ansiedad. Son muchas las horas libres que deja reunión, acude a sus citas minuciosamente pre- la clandestinidad. Los cafés son la atalaya de ob- paradas con puntualidad rigurosa y se oculta o servación, el Museo del Prado el refugio, el paso desaparece cuando el peligro policial amenaza. de las horas muertas ante la pintura holandesa, Su valentía, según los que lo conocieron en- o Velázquez o Goya, recuerdo vivo de las visitas tonces, rayaba en la osadía. Podía presentarse con el padre los domingos desde el domicilio como sociólogo ante un Hemingway rodeado cercano. Al atardecer de la primavera o el ve- de toreros, visitar a Javier Pradera en el acuarte- rano esperan los amigos en las terrazas de sus lamiento de Getafe donde estaba detenido, to- casas, por las que pasan escritores, cineastas o mar parte en un almuerzo en el Palace invitado editores, militantes o simpatizantes, antifran- por su suegro, el funcionario de la FAO Marcel quistas todos, con nuevos proyectos creadores Leloup, de visita oficial en España, o asistir a un que el instructor supervisa, enmienda y aprueba partido de fútbol dos filas detrás del poco ama- en nombre del partido. ble comisario Conesa, uno de sus más encarni- Este partido, crecido y confiado en sus fuerzas, zados perseguidores, fracasado, como todos los lanza dos grandes acciones, jornadas de lucha policías franquistas, en su objetivo, a pesar de y huelga política, dos desafíos sucesivos con la poner en juego recursos y técnicas detectives- pretensión de hacer tambalear al régimen. Ni los cas de todo tipo. Nadie logró poner rostro real preparativos intensos ni un esfuerzo de propa- a Federico Sánchez. Nunca fue detectado pese ganda nunca antes visto, puestos en juego por a las decenas de veces que atravesó la frontera, toda la militancia, pudieron impedir el fracaso en provisto de la segura documentación falsa fa- las expectativas depositadas en unas acciones bricada por Domingo Malagón. Nadie en diez contenidas por la dictadura con el despliegue años fue detenido por su relación o trato con policial y represivo habituales. La dirección co- Sánchez-Semprún. munista, con Santiago Carrillo al frente como se- Los designios de la dirección iban por otros cretario general de facto, no reconoce el fracaso. caminos. Carrillo decidió retirar a Semprún del

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trabajo en Madrid, en contra de los deseos del y al peso predominante del secretario general interesado. No constan documentalmente los que limitaba la libertad interna de opinión y crí- motivos reales, políticos, de esa decisión. Una tica. Semprún no dudó en proclamar, después tenue brecha se abría entre ambos dirigentes, de sostener sus posiciones junto a Claudín y de unidos estrechamente hasta entonces. rechazar los improperios de Dolores Ibárruri y En diciembre de 1962 Semprún realizó su otros dirigentes, «yo no dimito de mi función de último viaje clandestino a España para presentar intelectual comunista... yo no dimito de nada...». ante la militancia a su sucesor, José Sandoval. No obstante, ambos serían condenados como «dos intelectuales con cabeza de chorlito» y, a lo largo de un año, expulsados de los órganos En el reducido núcleo de la dirección del PCE de dirección y finalmente del partido. Para Sem- de París se iban incubando pequeñas diferencias prún terminaban más de 20 años de militancia que acabarían por estallar y salir a la luz en 1964. comunista. Ya en los seminarios de verano de Arras, una municipalidad comunista en el norte de Francia, un Carrillo decidido a establecer la doctrina Dos años antes de esa expulsión Semprún ortodoxa en todos los campos en virtud de su había publicado su primer libro, Le grand voya- cargo de secretario general del partido, incluso ge, galardonado el año siguiente, poco después en el del arte, arremetió de modo virulento con- de esa expulsión, con el premio Formentor de 8 editores europeos, lo que no lograría hacer tra Francesc Vicens, contra Fernando Claudín y posible, sin embargo, que el editor español di- contra Federico Sánchez. Fue Claudín el que fundiera la obra en España antes de la muer- de modo más tajante se opuso a la intromisión te del dictador. Escrito en francés, Semprún de Carrillo para defender la libertad dentro del lo había empezado en Madrid, sin plan previo, partido y un marxismo crítico y antidogmático. aprovechando la circunstancia de una reclusión A partir de entonces fue imposible llegar a forzosa en casa ante el peligro ocasionado por una acuerdo por cuanto los disidentes, por pri- una oleada de detenciones. Había encontrado al mera vez en la historia del partido, a lo largo fin el don de la escritura y lo había hecho desde de las discusiones previas, se negaron a plegarse el territorio de la muerte sin verse arrastrado sin más a la disciplinaria verdad impuesta desde al abismo. la dirección centralizada. Las divergencias se Perdido contra su voluntad para la profesión sustanciarían en una reunión plenaria del comi- de la política, comenzó así la larga marcha de té ejecutivo –nuevo nombre del buró político un escritor único e irrepetible, autor de una desde 1959– en la reunión celebrada en Praga, obra extensa –guiones cinematográficos, relatos, en el célebre «castillo de los reyes de Bohemia», ensayos y artículos– destinada a la reconstruc- según la apasionante reconstrucción llevada a ción y confrontación abierta con el pasado, el cabo por Semprún en 1976. propio en primer lugar, el de los otros después, Claudín y Semprún sostuvieron sus posi- hombres de muchos puntos de Europa, de los ciones críticas ante el resto de sus camaradas, que perdieron su voz para siempre y de los que fiscales acusadores y jueces unánimes. Así, los prefirieron recluirse en el silencio. La obra de críticos se desmarcaron de la visión subjetivista Semprún es la voz y la memoria de todos ellos. y voluntarista sobre la situación política y eco- No es una vuelta morbosa del pasado. Ni tan si- nómica española, consideraron que el partido quiera pretende ser su reconstrucción histórica, continuaba inmerso en la tradición estalinista y arqueológica. Es un análisis, una revisión orbital en el apoyo incondicional a la URSS y expre- y obsesiva del tiempo pasado, mediante los múl- saron su oposición al centralismo democrático tiples prismas de la memoria, con afán demo-

172 MEMORIA ledor de ideas, creencias y certezas –propias y pues, la historia de este siglo ha estado marca- ajenas– para arrancar con lucidez y precisión da a sangre y fuego por la ilusión mortífera de algunas verdades imprescindibles para la vida la aventura comunista, que habrá suscitado los humana de su tiempo, el tiempo histórico del sentimientos más puros, los compromisos más siglo XX. La corriente continua de su escritu- desinteresados, los impulsos más fraternales, ra fluye a través de una prosa que gusta de la para acabar desembocando en el fracaso más paradoja, elegante y precisa, depurada de toda sangriento, en la injusticia social más abyecta y retórica y sugerente para evocar y provocar opaca de la historia.» emociones y reflexiones siempre fecundas. Así Semprún recuerda a menudo en sus escritos lo reconocía el mundo de las letras cuando al que en el mismo recinto de Buchenwald, pocos escritor se le propone el ingreso en la Academia tiempo después de la liberación, los soviéticos de Lengua Francesa. levantaron un nuevo campo de concentración, Finalmente no se consumó la entrada porque conocido como Speziallager. Se destinó en un Semprún nunca adquirió la nacionalidad fran- principio al castigo de los nazis supervivientes, cesa. Sin requisitos nacionales, por los méritos pero pronto se empezaría a encerrar en él a literarios exclusivamente, era uno de los 10 presos políticos, comunistas y otros disidentes miembros del selecto grupo de escritores de la del sistema comunista de la Alemania Oriental. Academia Goncourt desde 1996. En sus siete años de existencia morirían unas Lentamente van siendo demolidas algunas de 30.000 personas, enterradas en fosas comunes las más firmes convicciones sostenidas en su en el bosque contiguo bajo las hayas. Concluye larga vida militante. La huelga general revolucio- Semprún, Buchenwald tiene el dudoso privilegio naria –guión de La guerre est finie–, el partido de haber visto pasar por su suelo a las víctimas comunista –Autobiografía de Federico Sánchez–, de los dos grandes totalitarismos del siglo XX. la Unión Soviética, el comunismo, el marxismo El carácter implacable de todas estas denun- convertido en sistema político –Aquel Domingo– cias no debe ocultar, como se ve y se ha indi- y la misma idea de revolución, son otros tantos cado varias veces más, el reconocimiento de la mitos, sostenidos por grandes colectividades, entrega, el sacrificio y el coraje hasta sus últimas que urge desmontar desde su raíz porque su consecuencias puesto en juego por millones de vigencia y dominio totalizador han conducido a comunistas en su lucha contra el fascismo y las algunas de las más grandes catástrofes humanas a lo largo del siglo. Semprún conoció y padeció dictaduras de ese signo a lo largo del siglo XX el totalitarismo nazi a su pesar, el «Mal radical» Este siglo «no se puede entender sin la genero- (das radikale Bösse, en terminología kantiana) sidad de los comunistas». Fueron éstos, insiste –al que dedica Aquel Domingo, La escritura o la Semprún, los primeros, muchas veces los únicos vida y Viviré con su nombre, morirá con el mío–. y los más tenaces luchadores contra el franquis- Voluntariamente se sometió al proyecto to- mo. Bien es cierto, piensa Semprún, que esta talitario del comunismo, ciego y sordo por un resistencia comunista es más útil para destruir tiempo a las señales de alarma que advertían del un sistema opresor que para contribuir a crear peligro que tal proyecto suponía para la libertad sociedades libres y plurales. y autonomía humanas en aras de paraísos re- En los primeros tiempos en que Semprún motos. El lento descubrimiento de la impostura hacía públicas sus posiciones, era frecuente ver comunista, la opresión aplastante bajo la coraza cómo era tildado de renegado, traidor o sim- del programa de una liberación superior, llena plemente anticomunista. Nunca le importó ni con tintes de denuncia vehemente la escritura le apartó de su objetivo. También esta es una de Semprún. Concluye Semprún en 1994: «Así tradición del comunismo, consolidada desde los

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tiempos en que era obligada la defensa a ultran- ritu de partido» contra el que había luchado en za de la URSS, como lo es de todas las sectas y su juventud. Ahora tampoco iba a aceptarlo. Dos sistemas dogmáticos cerrados considerar que años y medio después sería cesado. las críticas, incluso las fundamentadas en hechos ¿Se habrá consolidado esa reconciliación de la incuestionables, al estar formuladas por aque- sociedad española en conjunto con Jorge Sem- llos considerados enemigos o elementos ajenos prún y su obra en los veinte años posteriores? A al grupo, son inconvenientes, inoportunas y juzgar por los datos que recogíamos al principio carentes de validez, cuando no rechazables por y por las reacciones de algunos sectores de la principio. Se trata de comportamientos y actitu- comunicación, la cultura y la política se diría que des que se descalifican por sí mismas. no por completo. Cabe decir, empero, que el asunto no con- «El antiguo dirigente clandestino... había roto cierne directamente a Semprún, a quien no se con el comunismo por el compromiso con la ha oído presentar reclamación alguna al respec- realidad y el descubrimiento –tardío, es cierto, to. Semprún, más bien, se ha despedido de noso- pero definitivo– de la razón democrática...». Ahí tros, esta vez de forma definitiva, con el legado se sitúa el punto de destino de la reflexión sem- de sus últimos años vivo y actualizado. Semprún, pruniana, en la afirmación de un sistema político desde su residencia en París que nunca se deci- basado en la «razón democrática, crítica y dia- dió a abandonar, se ha reafirmado como un in- logante». La democracia parlamentaria sin más telectual y ciudadano europeo que no renuncia adjetivos se caracteriza por una voluntad refor- al horizonte utópico necesario para fomentar mista permanente, construida desde la tradición la renovación constante de nuestros sistemas socialdemócrata europea que tiene la obligación políticos y sociales y combatir las desigualdades de reformarse y renovarse continuamente. e injusticias que afectan a los conciudadanos eu- Por eso no dudó a aceptar el nombramiento ropeos y a quienes, más menesterosos, intentar de ministro de cultura que le propuso Felipe instalarse en nuestras sociedades. Semprún, que González en 1988. Además de su valía intelectual, tantas veces puso en riesgo su vida, defendía por bien contrastada en Europa, la vuelta a la política encima de todo la libertad, sin la que la prime- activa como responsable de la política cultural ra carece de sentido. El conjunto de ensayos y española serviría también para integrar por la vía conferencias recogidos bajo el título de Pensar de una alta responsabilidad de Estado a un genui- en Europa contiene la plenitud de este legado. no representante del exilio, a un rojo republicano Semprún ha declarado con frecuencia, desde y, lo declaró expresamente González, a un diri- que se lo hiciera decir a su alter ego en Las rutas gente de la oposición clandestina a la dictadura al del sur, que «hemos perdido nuestras certidum- que, desde ese momento, la guardia civil saludaría bres, pero hemos conservado nuestros ideales». y se pondría a sus órdenes en vez de perseguirle En su adiós invita a todos a conservar la espe- como en el pasado cuando se llamaba Federico ranza para seguir el lucha por la consecución Sánchez. Se cerraba así un nuevo círculo de la progresiva de los ideales. historia reciente de España y de la vida de Jorge Su gran deseo es que su obra, una parte al Semprún. La reconciliación de los españoles daba menos, perdure en el tiempo. Sea. Leámosla. un paso más. No definitivo. Algunos sectores del partido socialista, encabezados por el vice- presidente del gobierno, mantuvieron siempre Notas relaciones tensas con el nuevo ministro, político 1 Concedida a iniciativa del rector, José Luís García Delgado, veterano que, yendo muchas veces por libre, aca- tuve el privilegio de pronunciar la Laudatio. bó topándose de nuevo con el denostado «espí-

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SANTOS JULIÁ subordinarlo al hoy, es decir elaborar un relato más Hoy no es ayer: ensayos sobre la España del siglo XX o menos mitológico que resulte útil para determina- Barcelona, RBA, 2010, 375 pp. do proyecto político. ISBN: 978-84-9867-783-6 Para el lector con sensibilidad histórica, el hecho de que los artículos y ensayos de este libro hayan La obra historiográfica de Santos Juliá, que repre- sido escritos a lo largo de más de una década pre- senta una sustancial aportación al conocimiento de senta el aliciente de que no sólo es posible percibir nuestro pasado reciente, se caracteriza por dos ras- la modificación del ambiente intelectual en el que se gos muy particulares. En primer lugar, por una calidad ha movido la historiografía española, desde el culto en la escritura que, seamos sinceros, no resulta nada a la objetividad y el optimismo histórico (insólito frecuente en nuestro gremio, y en segundo lugar, por éste en nuestro país) de los años noventa, hasta las la elaboración de un relato coherente en el que los más recientes polémicas ideológicas. Estas fueron distintos elementos de la historia española del siglo promovidas primero por los llamados historiadores XX se integran en una visión de conjunto. Se puede discutir si ese relato es más o menos adecuado para revisionistas de la derecha (alguno de los cuales no integrar los aspectos más importantes de nuestra era ni verdadero historiador, por falta de rigor, ni ver- historia, pues no creo que hoy nadie piense que so- dadero revisionista, por falta de ideas nuevas, aunque bre la base de los datos objetivos proporcionados nada podía objetarse a su entusiasmo derechista, a por la documentación sólo se pueda construir un veces fruto de una conversión tardía), y más tarde único relato, pero es difícil negar que el esfuerzo de por los defensores de la memoria histórica (alguno interpretación global realizado por Juliá destaca en de los cuales muestra tanta facilidad para encontrar un panorama dominado en exceso por los estudios demócratas en la izquierda de los años treinta como monográficos. Y es esa visión global la que da valor a para encontrar insuficiencias a la democracia fun- la recopilación de trece ensayos y artículos, escritos dada en los setenta). La ironía de Santos Juliá, que entre 1996 y 2009, que Juliá ha publicado con el su- tan bien conocen los lectores de sus columnas en El gestivo y un tanto intrigante título de Hoy no es ayer. País, suave en superficie pero ácida en el fondo, tiene ocasión de ejercitarse en la polémica con alguno de Hoy no es ayer, es decir, que el presente no está los exponentes de estas escuelas. determinado por el pasado ni nunca lo ha estado, no hay un determinismo histórico. La experiencia Pero comencemos por el principio, es decir por la democrática iniciada en 1931 no estaba condenada visión optimista de los años noventa, en los que la in- al fracaso por el atraso de la sociedad española, ni vestigación histórica comenzaba a demoler los mitos la iniciada en 1977 tenía asegurado el éxito por el acerca de la sucesión de fracasos que supuestamen- desarrollo económico de los sesenta. Hay circuns- te habrían caracterizado nuestro pasado: a partir de tancias más o menos favorables para determinados que una dinastía extranjera torció nuestro destino proyectos, pero ello no implica que su resultado esté en el siglo XVI, según los liberales románticos; desde previsto de antemano. Hubo muchos pasados posi- que el espíritu de la Ilustración, precursor de todos bles y en uno de sus ensayos Juliá plantea algunos los errores sucesivos, penetró en nuestro suelo en el de ellos, en un ejercicio de historia contrafactual siglo XVIII, según los católicos tradicionalistas; desde necesariamente hipotético pero no por ello menos no se sabe cuando, pero desde hace muchísimo, se- sugestivo. Pero el hoy tampoco debe ser confundido gún los espíritus más pesimistas de la generación del con el ayer en otro sentido al que Juliá ha prestado 98; o debido al fracaso de la revolución burguesa y/o mucha atención, sin rehuir la polémica, al condenar industrial, según los historiadores más novedosos de como contrario al espíritu de la investigación his- hace cuarenta años. Ese es el tema del ensayo con el tórica todo intento de imponer una determinada que se abre el libro, «Anomalía, dolor y fracaso de visión de la historia mediante la evocación de una España», publicado por primera vez en 1996. Por en- supuesta memoria histórica colectiva. La memoria tonces los historiadores de la economía española ya genuina es individual y no se remonta mucho en el no se referían al «fracaso de la revolución industrial» tiempo, mientras que la supuesta memoria histórica ni a la «modernización frustrada», sino a la «moder- es una construcción intelectual en la que conviene nización económica» y al «desarrollo de España». En distinguir si el objetivo es conocer el ayer o más bien particular, y ello es fundamental para la interpretación

175 LECTURA de Juliá acerca del siglo XX español, las tres primeras a tantos militares sin ese precedente? ¿Qué hubiera décadas del mismo experimentaron un importante ocurrido si la CEDA hubiera ganado las elecciones crecimiento agrario, industrial, urbano y cultural. Ni de febrero? Posiblemente que la CEDA hubiera re- la República se proclamó en una España estancada, ni formado la Constitución en un sentido autoritario, el desarrollo de los años cincuenta y sesenta carecía para volver a la democracia tras el triunfo aliado en de precedentes. Hubo, sí, un corte brutal en nuestra la guerra mundial. En realidad había varios caminos historia a partir de 1936, cuyo impacto económico alternativos por los que España podría haber evitado costó casi veinte años recuperar, mientras que el la guerra civil y la dictadura de Franco. Hoy seríamos político se prolongaría durante cuarenta. un país algo más rico y algo más culto, aunque quizá ¿Qué habría ocurrido sin ese corte de 1936? Ese no muy distinto del que hoy somos, porque en 1977 es el tema que Juliá aborda en su ensayo «España retomamos el camino perdido en 1923 y en 1936 y sin guerra civil», publicado originalmente en 1999. Su hemos llegado a un modelo de Estado y de sociedad tesis principal es que España ha pagado caro haber que representa, en palabras de Juliá, «lo contrario de perdido dos oportunidades de democratización, y, lo que intentaron los vencedores de la Guerra Civil». por tanto, de modernización, la primera con el gol- Lo que éstos intentaron lo resume Juliá en una pe de Primo de Rivera en 1923, y la segunda con la afortunada fórmula con el título de uno de los en- Guerra Civil. Sin el golpe de Estado de 1923, España sayos incluidos en el libro: «Un fascismo bajo palio podría haber seguido un camino «británico», con en uniforme militar». Se trata de una crítica a las una progresiva democratización en el marco de la tesis esbozadas por un intelectual italiano según las monarquía y un importante papel de los socialistas, cuales «Franco no fue fascista», «salvó a España del que, de hecho, mostraron en los años de la dictadura comunismo» y «preparó la democracia». No nece- de Primo un notable interés por la experiencia del sita muchas páginas Juliá para desmontar estas tesis, laborismo británico. Y sin el alzamiento militar de disparatada la tercera, muy discutible la segunda y 1936 podría haber seguido un camino francés. Según sólo parcialmente correcta la primera. El régimen Juliá, habría sido improbable que se produjera una construido por los vencedores de la Guerra Vivil revolución izquierdista, y en cambio podría haberse no fue estrictamente fascista, pero tomó muchos producido un reforzamiento del gobierno mediante elementos del modelo fascista, que le suministró la entrada del sector socialista que encabezaba Inda- incluso una cierta modernidad, frente a los compo- lecio Prieto, que habría podido restablecer el orden nentes más tradicionales aportados por las otras público y canalizar las reivindicaciones obreras por dos instituciones que, junto a Falange, sustentaban el vías compatibles con el sistema democrático, como régimen: el Ejército y la Iglesia. La ferocidad represiva lo hizo el Frente Popular francés. En ambos casos, del mismo no derivaba, por otra parte, de su com- España se habría ahorrado los horrores de la gue- ponente fascista: la crueldad no era de importación. rra civil y la brusca interrupción de ese desarrollo Las tesis básicas del libro se desarrollan con cierta económico y cultural del primer tercio de siglo al amplitud en el más extenso de los ensayos «La so- que ya hemos aludido. Se trata de una especulación ciedad», publicado en el año 2000. La modernización inteligente y plausible, que contribuye a combatir la del primer tercio del siglo, la «sociedad reprimida, cerrazón mental que se deriva de la aceptación de regimentada, recatolizada y autárquica» de los años falsos determinismos y a recordar que, en determi- cuarenta y el desarrollo económico que cobra fuerza nadas circunstancias, ciertas decisiones colectivas en los años sesenta, bajo la batuta de los ministros de un momento histórico pueden condicionar un económicos vinculados al Opus Dei, son los tres futuro de décadas. grandes temas abordados en el mismo. Su tesis prin- Creo, sin embargo, que este ensayo de Juliá podría cipal es que el desarrollo económico no conducía haber explorado otras posibilidades contrafactua- necesariamente a la democracia y que de ninguna les igualmente plausibles aunque más alejadas de la manera era ese el designio oculto de los ministros corrección política socialdemócrata. ¿Qué hubiera del Opus Dei, como alguno de ellos ha pretendido ocurrido, por ejemplo, si el partido socialista no se después. «El tipo de sociedad -escribe Juliá- marca el hubiera alzado en armas en octubre de 1934? ¿Hu- límite de lo que se puede hacer en política, pero no bieran podido los conspiradores de 1936 movilizar determina nunca por sí mismo lo que en definitiva

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se hace». Los ministros de los años sesenta espe- o no en su integridad. Su tesis central, si es que la raban que la paz, el orden y el aumento del nivel de he entendido bien, es que el modelo por el que los vida satisficieran a unos españoles mayoritariamente españoles optamos en la transición democrática no despolitizados y conformistas y que el Régimen se venía predeterminado por las características de la perpetuara tras la muerte de Franco. La transición sociedad española en 1975, pero a su vez entroncaba democrática fue el resultado de una movilización con una tradición española mucho más antigua. De política que hizo inviable esa opción. manera muy simplificada, se podría decir que en 1977 La última novedad en el debate de nuestro pasado cogimos un tren que habíamos visto venir en 1923 es, sin embargo, la crítica de esa transición democrá- y en el que habíamos subido en 1931, pero que en tica que, al haber eludido la condena del franquis- ambos casos había descarrilado. La gran ruptura se mo y haber fomentado supuestamente la amnesia produjo en 1936 y su resultado fue un régimen que histórica, no había recuperado la genuina tradición pretendió anular siglo y medio de historia española democrática de los años treinta y habría generado mediante la represión de quienes la encarnaban. Una una democracia de baja calidad. Es el debate sobre cuestión clave es por tanto la de explicar por qué la la memoria histórica, en el que el propio Santos Ju- experiencia democrática de 1931 concluyó en una liá ha desempeñado un importante papel, y que en guerra civil que sólo una tergiversación histórica este libro se aborda en dos ensayos, uno de ellos podría presentar como un enfrentamiento entre inédito: «Tres apuntes sobre memoria e historia». En fascismo y democracia. En mi opinión, parte de la él se tratan temas poco gratos a quienes pretenden respuesta estriba en que en los años treinta muchos españoles pretendían tomar otros trenes que en la buscar en la tradición nacida en los años treinta el Europa de entonces parecían incluso más modernos, «germen de la cultura democrática», como afirma el de la revolución social en sus diferentes variantes la ley del Memorial Democrático aprobada por el o el del Estado autoritario en sus distintos mode- parlamento catalán en 2007, «silenciando convenien- los. No es una cuestión que Juliá aborde de manera temente -escribe Juliá- que ni la CNT, ni la FAI, ni el suficiente en Hoy no es ayer, pero no la elude en el POUM, ni en períodos críticos los socialistas y los ensayo final, en el que recuerda que ni los socialistas comunistas, e incluso la Generalitat, manifestaron de 1934, que expresaban su deseo de que la Repúbli- hacia la República española ningún otro interés que ca se muriera, ni los poumistas que en 1936 llamaban no fuera verla desaparecer y que algunos tomaron al exterminio de los curas y la destrucción de las las armas contra la República para conseguirlo». Esa iglesias, ni los comunistas que en 1937 encubrían con ley catalana y buena parte de la literatura que va mentiras el asesinato del poumista Nin, defendían la en ese misma dirección, responden al propósito de democracia republicana. En cuanto a las columnas construir una memoria histórica apropiada de la que anarquistas que sembraron el terror en Cataluña, sus se marginan realidades históricas incómodas, como miembros «soltarían hoy una siniestra carcajada si el hecho de que miles de víctimas del terror y la alguien les viniera con la memoria en clave democrá- represión lo fueron en la zona republicana y que ello tica de que estaban defendiendo la República». no fue siempre obra de incontrolados, recuerda Juliá, sino que «en algunos casos las ‘sacas’ de las cárceles Juan Avilés ocurrieron de forma organizada y al mando de gen- tes uniformadas, por decisión adoptada en reuniones de comités dirigentes de partidos y sindicatos, con MANUEL BUENO LLUCH y SERGIO GÁLVEZ BIESCA (eds.) órdenes emitidas y firmadas por autoridades y po- Nosotros los comunistas. Memoria, identidad e histo- deres competentes». ria social Sevilla, Fundación de Investigaciones Marxistas / En conclusión, estamos ante un libro que es Atrapasueños, 2009, 460 pp. bastante más que una recopilación de artículos mo- ISBN: 978-84-87098-52-9 nográficos ya publicados. Con las repeticiones y las lagunas inevitables en una obra de estas caracterís- Desde hace varios años, la Sección de Historia de ticas, proporciona una sugerente interpretación del la Fundación de Investigaciones Marxistas viene rea- siglo XX que en mi opinión resulta imprescindible lizando una meritoria labor con el objetivo de pro- tomar en consideración, al margen de que se acepte mover la investigación, el debate y el conocimiento

177 LECTURA en torno a la experiencia histórica del movimiento lucha antifranquista, fundamental fuese en el apoyo a obrero español y, en especial, a la historia del PCE. la guerrilla, en la actividad de las mujeres de preso o Como resultado de esta labor se han organizado en el Movimiento Democrático de Mujeres. diversos encuentros, entre ellos el II Congreso de Como bien señala Carme Molinero, la gran apues- Historia del PCE. De la resistencia antifranquista a la ta –y el mayor éxito y mérito – de los comunistas en creación de IU. Un enfoque social que se celebró en la lucha frente a la dictadura, a partir de los años cin- Madrid en el otoño de 2007 y cuyas ponencias apa- cuenta, fue el impulsar una extensa movilización so- recen ahora publicadas en Nosotros los comunistas. cial, que analiza desde una perspectiva global. Gracias Además de continuar el trabajo para favorecer la al éxito de esta estrategia fue posible avanzar, pese «normalización» del tratamiento historiográfico del a las difíciles condiciones impuestas por la repre- tema, desde una perspectiva alejada del esquema de sión franquista, en la conquista de reivindicaciones hagiografía/denuncia en que se ha movido con fre- obreras, en el desarrollo de movimientos sociales cuencia la literatura sobre el comunismo y basada en cada vez más amplios, en la creación de «espacios una firme base científica, aquel congreso pretendió de libertad», creando un tejido social antifranquista y avanzar hacia una historia social del comunismo es- extendiendo una cultura democrática y participativa. pañol, atendiendo a las prácticas, las experiencias, las Como ámbito central de esa movilización estuvo el identidades o las concepciones políticas propias de movimiento obrero, analizado por Rubén Vega en su la militancia comunista. Un objetivo que, en la intro- crecimiento desde el renacimiento de la lucha en ducción firmada por Gálvez y Bueno, se vincula a una los años cincuenta al desarrollo de las comisiones combativa posición historiográfica en defensa de la obreras en los años sesenta y setenta. Asimismo, historia social, en oposición tanto a un cierto relato la aportación comunista al movimiento estudiantil hegemónico de la transición como al empuje de la es estudiada por Sergio Rodríguez, subrayando la historia cultural con su «sacralización del discurso y apuesta del partido por las plataformas unitarias el texto» (p. 29). como fueron los sindicatos democráticos de estu- El título elegido se hace eco del prólogo que Ma- diantes. El análisis sectorial se cierra con un texto de nuel Vázquez Montalbán escribió a las memorias de Manuel Aznar Soler sobre las relaciones del mundo Miguel Núñez, en el que reivindicaba la sacrificada de la cultura con la lucha contra la dictadura en el lucha antifranquista de los comunistas, tema que primer franquismo, si bien se echa a faltar el análisis constituye precisamente la preocupación central de la cuestión en el período posterior (de la que se de Nosotros los comunistas. En efecto, las mayores había ocupado en el congreso Giaime Pala). Se puede aportaciones de la obra se encuentran en torno señalar también entre las lagunas existentes la falta a dos ejes entrelazados: el estudio de la militancia de una atención específica al movimiento vecinal comunista bajo la dictadura y la participación de los (cuestión cada vez más atendida por la historiografía, comunistas en la movilización social contra aquel como muestra el dossier sobre Movimiento vecinal y régimen de evidente vocación totalitaria. A través cambio político coordinado por Xavier Domènech en de los capítulos escritos por David Ginard, Xavier el n.º 16 de esta revista). Domènech y Francisco Erice nos acercamos a los El volumen se cierra con dos aportaciones entre perfiles sociológicos (mayoritariamente obreros), la historia y el testimonio: una interesante reflexión a las culturas militantes, a los discursos y modelos de Francisco Fernández Buey sobre el tipo de «de- sobre la militancia, así como a la identidad comunista, mocracia» a la que aspiraban los comunistas y una con sugerentes aportaciones que nos adentran en valoración crítica de Josep Fontana, en su línea habi- un territorio de compromiso, clandestinidad y re- tual, sobre los errores de la línea seguida por el PCE presión (desde la otra parte, Francisco Sevillano se en la transición democrática. ocupa de la imagen del comunismo difundida por la Estos últimos aspectos se relacionan directamen- dictadura). Un territorio que en absoluto fue sólo te con dos de las reflexiones más interesantes que de hombres, si bien tampoco integró a las mujeres nos sugiere esta lectura, en relación con la lucha an- en pie de igualdad, como muestran las aportaciones tifranquista y con la Transición. La primera cuestión, dedicadas por Claudia Cabrero e Irene Abad a la explicitada sobre todo en la aportación de Molinero, experiencia de las comunistas y su aportación a la pero que planea sobre todo la obra, es la relevancia

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determinante del trabajo de los comunistas en la libertades que, si bien no logró alcanzar la ruptura creciente movilización social, la cual creó cada vez democrática, sí forzó la apertura de un proceso más dificultades a la dictadura y, en última instancia, democratizador que desbordó por completo los es- hizo inviable mantenerla después de Franco o limi- trechos límites del reformismo franquista. Otra cosa tar el cambio a una reforma del régimen. En otras bien diferente es lo que sucediera más adelante, en palabras, que la apertura de un proceso democra- especial en la década de los ochenta, que no estaba tizador «no fue producto del pacto entre las elites prefijado ni determinado necesariamente por el des- sino de la presión de la movilización social» (p. 282). enlace de la transición. Lo cual implica que los logros democratizadores Hemos bosquejado tan solo algunas de las muchas alcanzados fueron herencia primordialmente de la aportaciones y reflexiones que sugiere Nosotros los lucha antifranquista, sostenida por el compromiso y comunistas, una obra que pese a las lagunas apuntadas el sacrificio de tantos opositores a la dictadura que –y alguna más, notablemente la falta de atención a las contribuyeron –como señalaba Vázquez Montalbán– identidades etnoterritoriales o de las características a la necesaria reconstrucción de la «razón demo- específicas del PSUC– se convierte desde ahora en crática», una deuda que el régimen constitucional de una referencia en el estudio de la historia de los co- 1978 apenas ha reconocido. munistas españoles, de la oposición antifranquista y, De ahí deriva una segunda reflexión, sobre aspec- por ende, de la dictadura y de la Transición. tos menos concretados en el texto, que se refiere a los relatos, limitaciones y resultados de la Transición. Julián Sanz Hoya Ciertamente existe un extendido relato mítico de la transición como nodo fundacional único de la de- CHARLES POWELL mocracia y como resultado, sobre todo, de pactos El amigo americano. España y Estados Unidos: de la elitarios entre los aperturistas de la dictadura y los dictadura a la democracia dirigentes de la oposición. Una visión conservadora Madrid, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, que es hegemónica en los medios de comunicación, 2011 aunque no tanto en la historiografía, por lo que resulta deformante atribuirla a una «construcción Charles Powell, autor de obras como El piloto del institucional-académica» urdida entre el poder y los cambio o España en democracia, que tanto han ayu- medios universitarios (p. 28). Pero, en cierta manera, dado a hacer inteligible la historia nacional reciente, aunque con una valoración muy diferente, esta visión nos ofrece un nuevo libro historia política, que esta ha penetrado también en sectores de la izquierda, vez pone el foco en la dimensión exterior de la ac- que han leído la transición como el resultado de ción del estado. En él reconstruye las relaciones bi- diseños o designios de los poderes fuertes y acuer- laterales entre 1969 y 1989, al tiempo que consigue dos cupulares que hicieron posible una derrota de sumergir al lector en la apasionante coyuntura de la la izquierda –en especial de los comunistas– por los transición democrática española y la etapa final de la errores y traiciones de sus dirigentes. Una visión que Guerra Fría. tiene mucho que ver, creemos, con factores añadidos La solidez del libro tiene mucho que ver con la ca- como la constatación del pobre reconocimiento ha- lidad de las fuentes utilizadas. La política de desclasi- cia la lucha antifranquista, el escaso peso alcanzado ficación de los archivos nacionales norteamericanos, por la izquierda transformadora y la frustración por envidia de cualquier historiador español, le ha permi- las limitaciones del actual sistema, dando como re- tido manejar la rica documentación generada por el sultado un rechazo global a la Transición, convertida Departamento de Estado y el Consejo de Seguridad en una suerte de omnipresente causa explicativa de Nacional. El autor se ha molestado, además, en incluir todos nuestros males. Una interpretación que, en las direcciones de aquellas que pueden consultarse nuestra opinión, aunque sea muy cómoda para desig- en la red y ha colgado algunos documentos no acce- nar culpables, resulta simplificadora, inexacta y poco sibles en la página de la Fundación Transición Españo- explicativa, no calibra adecuadamente los equilibrios la (http://www.transicion.org). de fuerzas actuantes en los años de la transición y Comienza analizando el «pecado original» que acaba por contribuir indirectamente a minusvalorar vició la relación hispano-norteamericana: el apoyo los resultados de una movilización popular por las de EE UU al Franquismo desde 1953 a cambio del

179 LECTURA uso de bases militares. Explica por qué fracasaron de Seguridad y embajadores; cómo se establecen las los intentos de reequilibrar su asimetría durante estrategias políticas generales al ritmo de la Gue- la dictadura: cómo la necesidad del paraguas nor- rra Fría; los problemas económicos y los controles teamericano minó siempre la capacidad de sus ne- impuestos por el Legislativo, herencias ambas de gociadores para conseguir una garantía de defensa, la Vietnam. Sorprende comprobar las limitaciones de incorporación a la OTAN o suficiente ayuda hasta la su poder de influencia y la lenta consolidación (hasta autosuficiencia militar. Nunca hubo unidad de acción 1983) de una política gubernamental de promoción exterior. Desde Asuntos Exteriores querían recupe- exterior de la democracia. En España se confirmó el rar soberanía, para los militares lo importante era llamado «dilema americano»: cómo la no injerencia armamento, pero para el núcleo duro del Régimen, en los asuntos internos de una dictadura anticomu- Franco y Carrero, la prioridad era mantener a toda nista valiosa en la confrontación con la URSS dañó costa el vínculo con EEUU, salvaguardando eso sí las y politizó la imagen de EE UU y limitó su capacidad apariencias de prestigio y dignidad nacional; de hecho de maniobra en el momento del cambio de régimen algunos avances se lograron desde 1963. Retratadas en el país. La única apuesta norteamericana (aunque quedan en el libro las decepciones de Castiella, la sólida) había sido cuidar la relación con el futuro ambivalencia de López Bravo y la vergonzante cesión rey más una alicorta diplomacia pública. Desde 1975 de Cortina en 1975. se intentó recuperar el tiempo perdido gracias al empuje de un embajador ejemplar, Wells Stabler: los En los siguientes capítulos, Powell revisa cómo líderes reformistas recibieron consejo y aliento para se aceleró la dignificación de los acuerdos desde facilitar un cambio sin inestabilidad (muy lejos de 1976 (quizá el momento de mayor flexibilidad nor- una «transición tutelada»), pero faltaron instrumen- teamericana por su interés en apoyar una transición tos (fundaciones similares a las alemanas) y quizás democrática reformista contra-modelo de la portu- sobró prudencia a la hora de cultivar a la oposición guesa) y, sobre todo, en 1982, cuando se «renacio- teóricamente rupturista, aunque la embajada apostó nalizaron» las bases gracias al ingreso en la OTAN. muy pronto, con acierto, por cortejar al PSOE y ayu- Finalmente, desentraña por qué no se logró romper dar en lo posible a la UGT a través del sindicalismo el modelo «bases por ayuda» ni se obtuvo una re- norteamericano. El libro saca a la luz el significativo ducción significativa de la presencia norteamericana apoyo norteamericano al Rey y a Suárez en 1976 y hasta 1988, después de cumplirse el objetivo último cómo el temor a la desestabilización, tras lo sucedi- de Washington (una España democrática y estable do en Portugal, hizo que nadie (tampoco los gobier- definitivamente anclada en la OTAN) y coincidir en nos europeos) creyera necesario presionar para que el poder un gobierno fuerte que pudo jugar con la las reformas se acelerasen. Powell también aclara el amenaza de romper la relación defensiva, aunque triángulo con Marruecos en Sáhara y el sinsentido de cediera en lo nuclear. Porque si algo queda claro es una conexión norteamericana tanto en el atentado a la siempre implacable actitud negociadora de EE UU Carrero como en el 23-F. para salvaguardar el uso de las instalaciones milita- En segundo lugar, algunos de los contenidos más res. Quizá hubiera merecido la pena comparar las sabrosos del libro tienen que ver, sin duda, con el negociaciones españolas con las que por esos años juego político español. El autor deja hablar a las estaban llevando a cabo otros países, sobre todo el fuentes resumiendo conversaciones casi sin glosarlas caso de Grecia entre 1982-3, también bajo gobierno cuyos protagonistas se retratan solos. La documen- socialista. tación norteamericana no avala interpretaciones Pero sería un error pensar que el libro se queda revisionistas de la Transición, sino que confirma el en una buena historia diplomática; va mucho más decisivo papel de D. Juan Carlos y sus dilemas con el allá. En primer lugar, el autor profundiza en el fun- tempo de la reforma por la fluidez de la situación y cionamiento del Estado norteamericano con una bi- del equilibrio de fuerzas: como novedades, su papel bliografía muy actualizada. Desvela los entresijos del con los altos mandos militares para facilitar la lega- proceso de toma de decisiones en política exterior lización del PCE o el apoyo directo a Suárez en las durante las Presidencias de Nixon, Ford, Carter y elecciones de 1977. La embajada captó los dilemas Reagan: prejuicios, ideas y proyectos de los Presiden- del PSOE ante el proyecto reformista de Suárez y tes, el papel de Secretarios de Estado, Consejeros ayudó tímidamente a su incorporación y moderación,

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en un esfuerzo compartido con la socialdemocra- dirigentes sindicales, las transformaciones sociales cia europea. La imagen que se refleja de Suárez, de del periodo republicano en el mundo pirenaico, o la flexibilidad y agilidad política, es muy positiva y su importancia de las mujeres en labores de resistencia curiosa relación con Carter permite una explicación y solidaridad frente a la represión franquista. más congruente de su política exterior: tanto de su Para empezar, la propia iniciación de Zabalza en timidez otánica como de su obsesión por el estrecho el mundo sindical nos remite a la clásica cuestión de Ormuz. Powell también demuestra que el 23-F en torno al proceso de formación y desarrollo de la retrasó el ingreso en la OTAN, subraya la coherencia conciencia de clase, a su articulación territorial y al de Calvo-Sotelo y cómo se vieron desde Washington peso de factores culturales y simbólicos en su formu- las contradicciones de los «jóvenes nacionalistas» lación discursiva. En efecto, si bien Zabalza nace en del PSOE: del «moderado y pragmático» González, 1898 en el montañoso valle de Baztán, su entrada en al ideologizado Morán. la militancia obrera la realiza en Argentina, a donde En fin, frente a historiadores que trabajan a favor había emigrado muy joven. A través del seguimiento de corriente, otros se atreven con temas complejos de su periplo trasatlántico Majuelo nos traza un pa- y consiguen desvelar cuánto hay de realidad tras norama del ambiente sindicalista argentino, al tiempo tópicos y estereotipos arraigados en la opinión pú- que subraya el papel del referente simbólico cristia- blica, en este caso los vinculados al antiamericanismo. no, si bien reelaborado desde presupuestos laicos, Powell, que pertenece al segundo grupo, se preocupa en la manera en que Zabalza entendió la militancia además de transmitir sus hallazgos con la claridad sindical y afrontó la posterior represión. En este sen- expositiva de la mejor tradición británica. tido, valores como la solidaridad y el sacrificio por el prójimo, centrales en su militancia socialista, apare- Rosa Pardo cen claramente influenciados, aunque radicalmente reformulados, por una profunda tradición religiosa EMILIO MAJUELO que había vivido también en su familia. La generación del sacrificio. Ricardo Zabalza 1898- 1940 Una vez de vuelta a España, la presencia de Za- Tafalla, Txalaparta, 2008, 426 pp. balza en Jaca junto a sus hermanos le permite a ISBN: 978-84-8136-516-0 Majuelo presentar un interesante panorama sobre las transformaciones que experimentó esta localidad Con este libro Emilio Majuelo nos presenta una pirenaica en el periodo republicano. En este sentido, primera aproximación biográfica a una de las figuras la figura clave es la del hermano de Ricardo, Javier, más importantes del sindicalismo en los años de la II con un claro protagonismo en la dinamización de República, Ricardo Zabalza, secretario desde 1934 de actividades deportivas y culturales. Así pues, de nue- la Federación de Trabajadores de la Tierra, integrada vo la presencia de Zabalza nos sirve como hilo con- en la UGT. Primera aproximación, decimos, porque a ductor para enriquecer nuestro conocimiento del través de esta minuciosa y precisa biografía, que re- periodo republicano, esta vez adentrándonos en el corre con detalle casi detectivesco todas las etapas ambiente cultural del Pirineo. También nos permite de la vida de Zabalza desde su nacimiento en 1898 a esta biografía conocer mejor el clima social durante su fusilamiento en 1940, Majuelo realiza también una la II República en el navarro valle del Roncal, a donde suerte de biografía colectiva del entorno del sindica- se habían trasladado parte de su familia, debido al lista navarro, de manera que el volumen sirve a la vez oficio de médico de su padre, presentándonos una de presentación y marco para un posterior trabajo realidad compleja en la que afloraban los conflictos en el que se abordará exhaustivamente, tal y como en torno al uso de la tierra, especialmente del pa- anuncia el autor, la etapa de mayor trascendencia trimonio comunal. En este sentido, gracias al paso pública de Zabalza. Así pues, Majuelo presenta todo de Zabalza por Burgi y su posterior presencia en un cuadro familiar y social que nos ayuda a entender Pamplona, entre 1932 y 1934, ya con responsabili- en un contexto colectivo la evolución de este líder dades en la UGT, contamos ya con una nueva bio- sindical, enlazando al mismo tiempo con cuestiones grafía de dirigentes políticos y sindicales del entorno historiográficas que trascienden con mucho el mar- republicano u obrerista navarro que nos presentan co biográfico, como las relativas a la formación de los una realidad más plural que la que nos podría hacer

181 LECTURA pensar el importante respaldo popular que obtuvo remiten también, en este caso, a cuestiones historio- el golpe de estado de 1936. gráficas que no han sido abordadas en profundidad Tal y como ya hemos apuntado al principio, se- hasta los últimos años, como la centralidad de las guramente la lectura de los capítulos relativos a la mujeres en todo lo que era fundamental para la su- actividad sindical y política de Zabalza en puestos pervivencia de las personas presas y sus familias, así de responsabilidad, entre 1934 y 1939, son las que como en lo relativo a la transmisión de la memoria y pueden dejar al lector con la sensación de que la identidad política. En suma, nos encontramos ante quedan importantes aspectos en los que profundi- una biografía que es en buena medida una biografía zar. El minucioso rastreo de personas y fuentes de colectiva, en la que a través de la vida de Ricardo Za- información desplegado en otros capítulos contrasta balza podemos profundizar en el conocimiento de la ahora con una menor profundidad en lo relativo a que él mismo, en vísperas de su fusilamiento, calificó cuestiones relacionadas con el periodo en que fue el como «generación del sacrificio». máximo dirigente de la Federación de Trabajadores Fernando Mendiola de la Tierra, en especial en torno a la gestación y resultados de la huelga campesina de 1934 o a las ANA DOMÍNGUEZ RAMA (ed.) discrepancias internas en el PSOE entre el sector Enrique Ruano. Memoria viva de la impunidad del largocaballerista, en el que Zabalza se incluía, y otras franquismo corrientes. Ahora bien, como ya se ha advertido, Ma- Madrid, Editorial Complutense, 2011, 414 pp. juelo ha preferido dejar estas cuestiones para una ISBN: 978-84-9938-058-2 posterior publicación. Otra de las aportaciones del libro es la amplitud El libro «Enrique Ruano. Memoria viva de la impu- de miras con la que nos presenta la experiencia re- nidad del franquismo» dirigido por Ana Domínguez presiva que Zabalza y su entorno familiar sufrieron Rama constituye un rara avis en el campo de la lite- desde el inicio de la guerra, con el asesinato de Javier ratura memorial desarrollada, desde diversos signos a finales de julio de 1936. En el caso de Ricardo, el y con diferentes objetivos, en las últimas décadas. paso por campos de concentración y cárceles se Esto es así porque tiene como voluntad escapar de produce entre su detención en el puerto de Alicante la mera conmemoración o reivindicación y mantiene al final de la guerra y su fusilamiento en 1940. Aho- en su corazón un tenue hilo que nos permite re- ra bien, no termina ahí la represión ejercida sobre pensar la construcción memorial desde laderas que, la familia. Otro de sus hermanos tuvo que realizar siendo de una fertilidad indudable, a veces han que- trabajos forzados, mientras que su padre, un anciano dado veladas en el debate público sobre la memoria médico rural, fue apartado de su profesión y vivió histórica en este país. los últimos años de su vida sumido en la tristeza y En el primer sentido, el de la voluntad que con- la pobreza. En efecto, los padres de Zabalza son una forma este libro, el mismo procede a proponer un parte de esa población desplazada que no salió al análisis de una gran variedad y densidad temática extranjero, pero que no podía vivir en un ambiente para permitir contextualizar un hecho, la muerte en local asfixiante. Esas mismas razones empujaron a manos de la policía franquista del estudiante Enrique abandonar su residencia a otros familiares o a co- Ruano en 1969, para llevarnos más allá del mismo nocidos de Zabalza, que optaron por el exilio tras y comprender toda una época. En ese sentido el el final de la II Guerra Mundial. En suma, toda una texto de Ana Domínguez Rama, que inaugura el li- serie de movimientos migratorios poco estudiados bro, reconstruye la muerte de Ruano en todos sus todavía, diferentes del inicial exilio ligado al avance contextos –el de la conformación de un nuevo tipo de las tropas franquistas, y anterior a las migraciones de oposición y de un nuevo tipo de militancia política, de los años del desarrollismo. el del tratamiento que dio al régimen a la muerte de Protagonistas de los últimos capítulos son Obdulia Ruano, la realidad judicial del caso y la sedimentación y Ricarda Bermejo, esposa y cuñada, respectivamente, de las memorias al entorno de la rememoración de de Ricardo. Sin duda alguna, tanto la labor de su cu- la muerte del joven estudiante– que deviene el pun- ñada durante su encarcelamiento en Madrid, como la to de partida para el resto del libro. Articulado en experiencia de su esposa en el exilio desde 1939 nos cuatro grandes apartados, cada uno se ocupa amplia-

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mente de un contexto que nos permitirá retornar al riales. El mismo texto inicial de Ana Domínguez Rama hecho ya no sólo como una muerte desprovista de ya nos avisa sobre ello. En la reconstrucción que significado, sino como un cristal que en sus trágicos hace de la potencia del recuerdo de Ruano en sus reflejos nos permite repensar de forma diferente primeras rememoraciones memoriales, realizadas todo nuestro pasado y su construcción memorial en por el movimiento estudiantil bajo el franquismo, y su presente y, a su vez, nos retorna a Enrique Ruano las conmemoraciones posteriores emerge la imagen ya no como una «víctima» desprovista de atributos, de una memoria difícilmente reducible a los paráme- ni tampoco como un cliché político, sino a un ser tros de las políticas memoriales desarrollados hasta humano en toda su amplitud más allá de su tragedia. día de hoy. Un marco que es retomado y profundiza- No era fácil, como sabemos los que nos hemos de- do en el texto de Ricard Vinyes, quien analiza cómo dicado a trabajar con la memoria, y ello constituye la la creación de una memoria que tiene como único principal aportación de un libro que devendrá en una fundamento ético el reconocimiento de la víctima referencia fundamental no sólo de una memoria, sino vacía a la memoria, y al mismo pasado, de contenido también para la comprensión de una época. y al presente de capacidad de comprensión y de re- Así, en su parte primera nos encontramos con un ferentes éticos. Se pierde así en el proceso memorial elenco de textos que permiten tanto contextualizar aquello que de fundamental hay en esta memoria: la una nueva época para los movimientos opositores, decisión ética de resistir a una dictadura, y no la de de la mano de Manuel Garí, como acercarnos a la morir en sus manos. Una línea argumentativa que historia del movimiento estudiantil en Madrid, con está en la base de la posibilidad de liberar las ac- Jaime Pastor, o reflexionar sobre la contribución ciones del pasado de todas sus constricciones, para servir a nuevos presentes y futuros posibles. Una de los movimientos sociales al final de la dictadura, línea argumentativa, en definitiva, que pretende ir con Ismael Saz, o ver una síntesis que pretende ser más allá de una acción memorial caracterizada por el a la vez propuesta sobre el desarrollo de la historia ejercicio de reconocimiento de un dolor, convertido social de este periodo que se quiere, para la autora, en valor absoluto, hacia las barbaries de un pasado ahora post-social. Esta parte va seguida de una se- sin contextos, en ausencia de cualquier otra decisión gunda dedicada a la propia historia del F.L.P., donde ética sobre el mismo. Proceso que nos lleva a una militaba Ruano, que deviene una interesante síntesis política memorial que tiene más de apología del pre- de la mano de García Alcalá, referente ineludible de sente, ese presente dispuesto a «reconocer» y no a esta temática, con dos importantes contribuciones «comprender», ese presente que ha «superado» al de José Luis de Zárraga y Miguel Romero. En este pasado, que no de confrontación con los legados que mismo camino, el de una visión multilateral del pe- lo han tejido de forma conflictiva. En el mismo sen- ríodo y el hecho, el modelo de impunidad específico tido, el de liberarnos de las coerciones de toda una del franquismo es abordado en la tercera parte del visión de nuestro pasado presente, Ismael Saz aborda libro desde la vertiente policial por Jiménez Villarejo, en su texto la crítica a la transición como objeto de informativa por Enrique Bordería y judicial por Can- interpretación para situar una cronología del cambio cio Fernández. Queda para el final lo que está en el político mucho más amplia, que nos permite inscribir eje programático del libro, la construcción memorial la vida y la muerte de Ruano en un nuevo contexto. al entorno de la muerte de Ruano, una construcción Una muestra que finalmente nos permite pensar en que ahora se puede abordar, con múltiples aporta- qué sentido la memoria aún vindicativa reclama una ciones de expertos en las temáticas memoriales y historia que sepa estar a su altura. allegados al mismo Ruano, desde una perspectiva más amplia que la que teníamos antes de abrir las Xavier Domènech Sampere primeras páginas de este texto. Y es que, de hecho, el libro permite, y debe ser abordado así, diversas lecturas con diferentes niveles, y ésa es probablemente su principal aportación, pero yo destacaría una en el segundo sentido apuntado al inicio de esta reseña: la de poder pensar desde otras laderas el desarrollo actual de las temáticas memo-

183 AUTORES Adoración Álvaro Moya [email protected] Es profesora de Historia Económica en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF). Su investigación se ha concentrado en el papel de la empresa como transmisora de conocimientos entre países y, en particular, en la influencia de Estados Unidos en la formación de capacidades organizativas en la empresa española. Entre sus publicaciones recientes destacan «Redes empresariales, inversión directa extranjera y monopolio: el caso de Telefónica, 1924-1965», Revista de Historia Industrial, 34 (2007), pp. 65-96; «Foreign Direct Investment, Economic Aid and Modernization: US Firms in Spain (1920-1975)», en H. Bonin and F. de Goey (eds.), American Firms in Europe, 1880-1980. Strategy, Identity, Perception and Perfor- mance, Geneva, Droz (2009), pp. 209-228 (2009); «Los inicios de la internacionalización de la ingeniería española», Información Comercial Española, 849 (2009), pp. 97-112; y «Growing International Business Faced to Political Bargaining: International Harvester in Spain (1952-1980)», Business History Review, 52, 3 (2010), pp. 371-389.

Iván Iglesias [email protected] Iván Iglesias es profesor de Historia y Ciencias de la Música en la Universidad de Valladolid y profesor consultor en la Universidad Internacional de Valencia. Sus investigaciones se han centrado en la música durante la guerra civil española y el franquismo, con particular énfasis en la difusión y recepción del jazz en España en el marco de las relaciones diplomáticas hispano-norteamericanas. Entre sus publicaciones recientes sobre este último tema cabe destacar: «‘No es un lugar, es un sentimiento’: La música española como propaganda y alteridad en los Estados Unidos de la Guerra Fría», Revista de Musicología, 32/1 (2009), pp. 321-334; «Ni rojo ni blanco: el mito de la Guerra Civil española en la historiografía sobre el jazz», Etno-Folk, 14-15 (2009), pp. 369-389; «(Re)construyendo la identidad musical española: el jazz y el discurso cultural del franquismo durante la Segunda Guerra Mundial», Historia Actual, 23 (2010), pp. 119-135.

Óscar J. Martín García [email protected] Doctor en Historia Contemporánea de la Universidad de Castilla-La Mancha desde finales de 2006. Además de coordinar, junto a Manuel Ortiz Heras, el volumen Claves internacionales en la transición españo- la (2010), es autor de las monografías Albacete en transición (2006) y de A tientas con la democracia (2008). Ha realizado diversas contribuciones en revistas especializadas como Historia Social, Political Power and So- cial Theory e Historia Contemporánea, entre otras. Ha participado en varias obras colectivas y proyectos de investigación. Igualmente ha sido investigador invitado en la London School of Economics, en el Instituto Universitario Europeo de Florencia y en la Georgetown University.

Francisco J. Rodríguez Jiménez [email protected] Francisco Javier Rodríguez Jiménez es investigador postdoctoral Fulbright en el Institute for European and Russian Studies de la George Washington University. Su formación y líneas de investigación han girado en torno a la historia de las relaciones internacionales durante el siglo XX, y en especial al análisis del factor cultural en la conexión entre España y Estados Unidos durante el franquismo. Entre sus aportacio- nes recientes se pueden citar ¿«Antídoto» contra el antiamericanismo? American Studies en España, 1945-69, Valencia, Publicacions de la Universitat de València, 2010; «Controversias de la Guerra Fría Cultural. Una reflexión desde los American Studies, 1945-1975.» Revista Complutense de Historia de América, vol. 36 (2010),

184 pp. 79-102; «¿Ideología, Educación o Propaganda? Promoción y difusión de los Estudios Norteamericanos en Salamanca, 1939-59» Studia Historica, H.ª Contemporánea, vol. 26 (2009), pp. 243-271.

Jorge Marco [email protected] Es investigador en la Cátedra «Memoria Histórica del siglo XX» (UCM). Ha realizado dos estancias en el Cañada Blanch Centre for Contemporary Spanish Studies, de la London School of Economics (LSE) Autor de artículos y conferencias sobre la violencia política en España, la memoria histórica y la guerrilla antifranquista, codirigió, junto a Julio Aróstegui, el libro El último frente (2008), además de ser autor de Hijos de una guerra. Los hermanos Quero y la guerrilla antifranquista (2010) y coautor, junto a Gutmaro Gómez Bravo, de La obra del miedo. Violencia y sociedad en la España franquista (2011).

Antonio Múñoz Sánchez [email protected] Antonio Muñoz Sánchez (Gijón, 1971) es doctor en Historia por el Instituto Universitario Europeo de Florencia. Ha publicado diversos artículos sobre la política de la socialdemocracia alemana hacia las dictaduras ibéricas y las relaciones con la oposición socialista a ambos regímenes, así como sobre la emigración española en Alemania. Su tesis, «La política del SPD hacia el PSOE desde la dictadura a la democracia (1962-1977). De la solidaridad a la realpolitik», será publicada próximamente.

Giulia Quaggio [email protected] Giulia Quaggio es doctora por la Universidad de Florencia con la tesis «Políticas culturales y transición a la democracia: el caso del Ministerio de Cultura en España (1975-1986)» (2010, tutor Paul Ginsborg). En 2010 ha disfrutado de una ayuda a la investigación de la Fundación Francisco Ayala para llevar a cabo el proyecto «¿Libertad para qué? Encuentros y desencuentros entre Francisco Ayala y los Gobiernos españoles en la transición a la democracia». Desde mayo de 2011 es investigadora contratada postdoc- toral en el Departamento de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos de la Universidad Complutense (Madrid) con el proyecto «Las políticas culturales del PSOE: base de la conso- lidación democrática española (1982-1992)», tutor José Álvarez Junco. Colabora con la revista «Spagna Contemporanea».

Óscar Rodríguez Barreira [email protected] Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Almería (UAL). Entre 2001 y 2005 fue investigador predoctoral en la UAL, especializándose en la historia social y política del franquismo. Entre 2003 y 2004 realizó estancias de investigación en York University (Toronto, Canadá) y en la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus trabajos destacan Migas con miedo (Almería, 2008), Miserias del Poder. (Valencia, 2011) y diversos artículos en revistas como Historia Social, Ayer, Hispania... Actualmente trabaja como Investigador Postdoctoral en el Cañada Blanch Centre de la London School of Economics & Po- litical Science. Su línea de investigación afronta las resistencias cotidianas de las clases subalternas a las dictaduras meridionales de entreguerras desde una perspectiva comparada

Felipe Nieto [email protected] Profesor tutor de historia contemporánea en la UNED. Doctor en Historia con la tesis Jorge Semprún: militancia y oposición al franquismo (2007). Secretario de la Asociación de Historiadores del Presente.

185 RESÚMENES Y ABSTRACTS

Guerra Fría y formación de capital humano durante el franquismo. Un balance sobre el programa estadounidense de ayuda técnica, 1953-1963 Recepción: 25.02.2011 Revisión: 30.03.2011. Aceptación: 20.04.2011. Publicación: 30.06.2011 Este artículo analiza el papel de la ayuda internacional en la difusión de conocimientos entre países. Para ello se examina en perspectiva comparada el impacto que, sobre la formación de capital humano en las empresas españolas, ejerció el programa de asistencia técnica concedido por Estados Unidos a España en el marco de la Guerra Fría. El estudio muestra que, al igual que en el resto de Europa, la ayuda técnica sirvió para difundir las bondades atribuidas al modelo empresarial americano, que los empresarios españoles jugaron un papel relevante en la adopción y adaptación de parte de las ideas y técnicas asociadas a dicho modelo, que la ayuda militar y económica inten- sificaron los efectos de la ayuda técnica; y que tanto el atraso relativo español como la conciencia de que la propia ayuda generaba oportunidades de negocio diversas alimentaron la receptividad mostrada por los actores locales hacia las técnicas foráneas. Palabras clave: Guerra Fría, Modelo Americano, Ayuda Técnica, Capital Humano, Comisión Nacional de Productividad Industrial, Misiones de Productividad. This article examines the contribution of foreign aid to the dissemination of knowledge among nations. It does so by analyzing the technical assistance program granted by the US to the 1950s Spain and its contribution to local firms’ human capital formation. The study shows that, as in other European countries before, the technical aid was a tool to spread the American business model. It is concluded that: 1) the Spanish entrepreneurs played a great role spreading this model; 2) they did not imitated it but adapted it to its specific business environment; 3) the receptivity shown regar- ding the foreign ideas and methods was exacerbated by the country’s relative backwardness and the business opportunities that arose around the American aid; and 4) the military and economic aid which was granted together with the technical assistance program intensified the effects of the latter. Keywords: Cold War, American Model, Technical Assistance, Human Capital, National Center of Productivity, Productivity Drive.

«VEHÍCULO DE LA MEJOR AMISTAD»: EL JAZZ COMO PROPAGANDA ESTADOUNIDENSE EN LA ESPAÑA DE LOS AÑOS CINCUENTA. Recepción: 16.03.2011 Revisión. 20.03.2011. Aceptación 20.04.2011. Publicación 30.06.2011 Como símbolo musical norteamericano y emblema de modernidad y progreso racial, el jazz tuvo un destacado protagonismo en la propaganda exterior que los Estados Unidos llevaron a cabo durante la Guerra Fría (1947-1991) para intentar mejorar su imagen y ganar aliados. Este artículo analiza el lugar que el gobierno norteamericano reservó al jazz en su diplomacia cultural en España durante los años cincuenta, atendiendo a los diversos agentes, medios y mecanismos de esta propaganda, así como a su relación con los circuitos jazzísticos internacionales, sus condiciones de recepción y sus efectos en la sociedad y la opinión pública españolas. Palabras clave: Jazz, Música, España, Estados Unidos, Propaganda, Recepción, Guerra Fría.

186 As an American musical symbol and an emblem of modernity and racial progress, jazz had a prominent role in the foreign propaganda that the United States carried out during the Cold War to improve their image and win allies. This article analyzes the place that the American government reserved to jazz in its cultural diplomacy in Spain during the fifties, considering the several agents, means and mechanisms of this propaganda, as well as its connections with the international circuits of jazz, its reception conditions and its effects on Spanish society and public opinion. Keywords: Jazz, Music, United States, Propaganda, Cold War. «Walking on Eggs». La diplomacia pública de los Estados Unidos y la protesta estudiantil en España, 1963-1969. Recepción: 18.03.2011 Revisión:12.04.2011. Aceptación: 20.04.2011. Publicación: 30.06.2011 Durante los años del presidente Johnson al frente del gobierno de los EEUU, su aliado autorita- rio en España tuvo que enfrentarse a una intensa protesta estudiantil. La agitación universitaria fue acompañada de un aumento del antiamericanismo alimentado por el apoyo de los EE UU al régi- men franquista. La eclosión del activismo estudiantil desafíó las intenciones americanas de facilitar un cambio político moderado tras la muerte de Franco que no cuestionase sus privilegios militares en España. Por estas razones, el movimiento estudiantil se convirtió en un blanco prioritario de la diplomacia pública estadounidense dedicada a mejorar la imagen de los EE UU entre aquellos universitarios con influencia política. Este trabajo se propone analizar los programas informativos y culturales desplegados por el gobierno de los EE UU para atraer a los líderes estudiantiles sin arriesgar la colaboración militar con el régimen dictatorial. Palabras clave: Relaciones España-Estados Unidos, protesta estudiantil, antiamericanismo, política exterior, propaganda y diplomacia pública. During Lyndon B. Johnson’s tenure as President of the United States, his ally the Spanish dictator faced serious student protests. These university upheavals coincided with a rise in anti-American feelings spurred by America’s support of the Franco’s regime. They also endangered U.S. plans for a moderate transition that would preserve Washington’s military privileges in Spain once the Dic- tator had passed away. Therefore, the students’ movement became a primary target for American public diplomacy, in order to improve the U.S. image among those youngsters who enjoyed political influence. This essay will focus on the cultural and informational programs the U.S. government undertook to attract the students’ leaders without jeopardizing its military cooperation with the local dictatorship. Keywords: Spanish-American Relations, Student unrest, anti-Americanism, Foreign Policy, Propaganda and Public Diplomacy.

¿«Misioneros de la Americanidad»? Promoción y difusión de los American Studies en España, 1969-75. Recepción: 07.03.2011 Revisión: 12.04.2011. Aceptación: 20.04.2011. Publicación: 30.06.2011 Concluida la Segunda Guerra Mundial, las transferencias culturales entre las dos orillas del At- lántico se intensificaron. El gobierno estadounidense actuó para potenciar y agilizar esos flujos. La apuesta por tales formas de soft power entraba dentro de la batalla cultural que se libraba con el bloque soviético. Fueron bastantes los profesores estadounidenses que se embarcaron en ese pro- yecto, como «misioneros de la Americanidad». Este artículo describe las experiencias de algunos de los que vinieron a España a través del Programa Fulbright; y sus posibles contribuciones a la proyección de la American culture en la sociedad española.

187 Palabras clave: Relaciones Culturales Hispano-Estadounidenses, Diplomacia Cultural, In- tercambios educativos, Programa Fulbright, American Studies, Soft Power. After the end of Second World War, the cultural transferences between the two edges of the Atlantic Ocean increased. The American government acted to boost and to speed up those flows. The bet for such forms of soft power entered within the cultural battle which was taking place against the Soviet Union. The number of American professors who embarked on that project, as «missionaries of the Americanness’», was high. This article describes the experiences of some of them who traveled to Spain through the Fulbright program; and their possible contributions to the spread of the American culture in the Spanish society. Keywords: Spanish-NorthAmerican Cultural Relations, Cultural Diplomacy, Educational Exchange, Fulbright Program, American Studies, Soft Power.

Ecos partisanos. La memoria de la resistencia como memoria conflictiva Recepción: 16.02.2011 Revisión: 10.03.2011. Aceptación: 20.04.2011. Publicación: 30.06.2011 Las sociedades contemporáneas tienen diferentes formas de afrontar su pasado traumático. Las memorias que promueven la exclusión, el silencio o la inclusión selectiva han dominado en el siglo XX, generando nuevos conflictos sociales y políticos. La memoria de la Resistencia en Europa en uno de los ejemplos más evidentes. En el presente artículo el autor analiza la evolución, las diferencias y similitudes de las memorias de la Resistencia en Italia, Francia y España, apostando por una modalidad de memoria conflictiva. Una memoria problemática que permita el avance historio- gráfico, la reivindicación de la memoria partisana y, al mismo tiempo, el debate plural necesario en las sociedades democráticas. Palabras clave: Memoria colectiva, Resistencia, Guerrilla, Antifascismo. Contemporary societies have different forms of facing their traumatic pasts. Memories that promote exclusion, silence or selective inclusion have dominated the twentieth century, generat- ing new political and social conflicts. The memory of the Resistance in Europe is one of the most evident examples. The author of this article analyses the evolution, the differences and similarities in the memories of Resistance in Italy, France and Spain, proposing a model of ‘conflictive memory’: a problematic memory which permits historiographical advances, the affirmation of the memory of the partisans and, at the same time, the pluralist debate which is necessary in democratic societies. Keywords: Collective Memory, Resistance, Guerrilla warfare, Antifascism.

Europeizar es democratizar: el SPD y la España del tardofranquismo Recepción: 20/11/2010 Revisión: 14/04/2011 Aceptación: 12/04/2011 Publicación: 30/06/2011 Este artículo, accésit del I Premio de Historia Javier Tusell, estudia la política del SPD hacia la España de Franco desde comienzos de los años sesenta, y la explica en el contexto de la estrategia del partido dirigida a promover la distensión europea. Sostiene que los líderes del SPD respaldaron los esfuerzos del gobierno de Madrid de aproximarse a la Comunidad Económica Europea por entender que ello serviría para acelerar el proceso de modernización de España y para fomentar las tendencias pro-europeas y pro-democráticas en el país, que llevarían a la autodisolución de la dictadura tras la muerte de Franco. Examina también cómo el SPD en el gobierno se resistió a las insistentes peticiones de su ala izquierda para que renunciara a su posición posibilista hacia España y volviera a la política de presión sobre el régimen para forzar su democratización. Finalmente,

188 muestra cómo el temor a que la influencia de la Revolución de los Claveles en Portugal pudiese alterar la previsible transición pacífica en España, sobre todo a causa de la capacidad movilizadora del PCE, llevó al SPD a apoyar masivamente al PSOE, partido del que hasta entonces había estado muy alejado. Palabras clave: España, Alemania, Historia de las relaciones internacionales, socialdemo- cracia, socialismo, europeísmo, tardofranquismo, Revolución portuguesa 1961-1975. This article deals with the policy of the SPD vis-à-vis Franco´s Spain since the mid 1960s, and explains it in the context of the party´s foreign strategy aimed at promoting European détente. It is argued that SPD leaders backed Madrid´s intention to get closer to the European Economic Community because this would, in their eyes, boost the modernization of Spain and strengthen pro-European and pro-democratic tendencies in the country, leading to the self-dissolution of the dictatorship after Franco´s death. It also examines the scarce influence of the left wing of the party in its claim to the SPD ministers of putting effective pressure on the regime to force its democra- tization. Finally, it shows how the fear that the influence of the Portuguese Revolution after 1974 could alter the expected peaceful transition in Spain due firstly to the capability of the communist party moved the SPD to strongly support the PSOE, a rediscovered partner after many years of cold relations. Keywords: Spain, Germany, History of international relations, socialdemocracy, socialism, europeanism, late francoism, Portuguese Revolution, 1961-1975. Política cultural y transición a la democracia: el caso del Ministerio de Cultura UCD (1977-1982) Recepción: 28.01.2011 Revisión: 20.02.2011. Aceptación: 12.03.2011. Publicación: 30.06.2011 Se examina el proceso de Transición española a través de la perspectiva de la gestión política que los Gobiernos de UCD realizaron del campo cultural y de las artes. El actor protagonista es el Ministerio de Cultura, heredero del franquista Ministerio de Información y Turismo. Sobre la base de los cambios socio-culturales que han definido los Gobiernos de Occidente cada vez más interesados en la imagen y en la dimensión simbólica del poder, el análisis intenta contextualizar las transformaciones de la Transición a la democracia española como proceso de reajuste y normali- zación en relación con otros Estados occidentales. Palabras clave: Democratización, UCD, Ministerio de Cultura, Política cultural, Estado cul- tural, PSOE. The Spanish Transition is examined through the perspective of the UCD political management of the cultural and artistic field. The lead actor is the Ministry of Culture, heir of Franco’s Ministry of Information and Tourism. On the basis of socio-cultural changes that have defined Western governments increasingly interested in the image and in the symbolic dimension of power, the analysis tries to contextualize the changes in the Spanish Transition to democracy as a process of adjustment and normalization in relation to the other Western States. Keywords: Democratization, UCD, Ministry of Culture, cultural policy, cultural State, PSOE. Auxilio Social y las actitudes cotidianas en los Años del Hambre, 1937-1943 Recepción: 16.02.2011 Revisión: 28.02.2011. Aceptación: 20.03.2011. Publicación: 30.06.2011 Tradicionalmente, la historia de Auxilio Social ha sido una historia política. En ella ha dominado el relato de sus líderes y las pugnas de éstos con los de otras delegaciones de FET-JONS o con

189 dirigentes del Nuevo Estado. Más recientemente se han ampliado las perspectivas incorporando una perspectiva de género, el impacto de la propaganda y el recuerdo de los niños que vivieron en sus instituciones. Nuestro ensayo se centra en la relación de Auxilio Social con la población y en su capacidad para solucionar la situación de extrema miseria de la inmediata postguerra. Se prestará especial a los Comedores y a la organización interna de la delegación en provincias haciendo énfasis en la corrupción y las actitudes sociales que ésta generó entre las capas desfavorecidas. Un relato de abajo hacia arriba que enmarca la acción de Auxilio Social en el debate sobre las actitudes sociales y la vida cotidiana en los años cuarenta. Palabras clave: Franquismo, Auxilio Social, actitudes sociales, políticas sociales, hambre, re- sistencias Traditionally, the history of Auxilio Social (AS) has been explained from a political perspective. In this tradition, both the leadership and local branches of the New State and the single party (FET- JONS) have enjoyed particular attention by historians. More recently, there have been new stud- ies on gender, propaganda and personal memoirs (particularly by children). This article addresses the relationship between AS and the general population, exploring the organisation’s purported capacity to improving the atrocious social conditions existing in post-war Spain. Special attention is paid to the functioning of AS canteens, organisation of local branches, the extent of corruption, and how all those aspects were perceived by the poorer social strata. This study from below is a contribution to a wider debate on socio-political attitudes and daily life in early Franco’s Spain. Keywords: Francoism, Auxilio Social, social attitudes, social policies, hunger, everyday resistance.

RELACIÓN DE EVALUADORES EXTERNOS EN EL AÑO 2010

José Babiano (Fundación 1º de Mayo). Encarna Lemus (U. Huelva) Dolores de la Calle (U. Salamanca) Manuel Loff (Universidade do Porto) Luc Capdevila (Université Rennes 2) Carlos Malamud (UNED) Francisco Cobo Romero (U. Granada) Miguel Martorell Linares (UNED) Inmaculada Cordero (U. Sevilla) Pedro Oliver Olmo (U. Castilla-La Mancha) Lorenzo Delgado Gómez Escalonilla (CSIC) Juan Carlos Pereira Castañares (U. Complu- José M.ª Faraldo (U. Complutense) tense) Ramón García Piñeiro (IES Navia) Tomás Pérez Vejo (ENAH, México) David Ginard i Féron (U. Illes Balears) François Godicheau (Université Michèle de Julio Prada (U. Orense) Montaigne Bordeaux 3) Alberto Sabio (U. Zaragoza) Cristóbal Gómez Benito (UNED) Pablo Sánchez León (U. Complutense) ­Damián González Lamadrid (U. Castilla-La Julián Sanz Hoya (U. Valencia) Mancha) Joan M.ª Thomas (U. Rovira i Virgili) Carmen González Martínez (U. Murcia) Hipólito de la Torre (UNED) Emilio Grandío (U. Santiago) Mercedes Yusta (Université Paris 8) Marco Antonio Landavazo (U. Michoacana, México)

190 II PREMIO DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA JAVIER TUSELL

La Junta Directiva de la Asociación de Historiadores del Presente convoca el premio de investi- gadores noveles dedicado a la memoria del profesor Javier Tusell. 1. Podrán participar en el concurso, investigadores en Historia Contemporánea que estén reali- zando su tesis doctoral o que la hayan ya presentado durante los últimos cinco años, contados desde la fecha del cierre de la convocatoria. Se deberá acreditar la inscripción de la tesis o la certificación de su defensa. 2. Los artículos de investigación deberán ser originales e inéditos sobre cualquier aspecto de la Historia de España del siglo XX, con especial atención a la historia política y de las relaciones internacionales. 3. La extensión de los trabajos no podrá exceder las 8.000 palabras, incluyendo notas y cualquier anexo. 4. Los textos deberán enviarse en papel (tres copias) sin identificación, junto a un sobre cerrado en que el autor presente un breve curriculum vitae y acredite la condición de investigador novel según lo establecido en el punto primero. Se dirigirán a la Asociación de Historiadores del Presente (UNED, Senda del rey 7, 28040 Madrid). 5. El Jurado será nombrado por la Junta directiva de la Asociación. 6. El Premio está dotado con 1.000 euros. Podrá concederse un accésit y, en su caso, declararse desierto. 7. El artículo premiado y, en su caso, el accésit serán publicados en la revista Historia del Presente en el año posterior al de la convocatoria. 8. El plazo de presentación de originales finaliza el 30 de noviembre de 2011.

SUSCRIPCIONES

Editorial Eneida y la Asociación de Historiadores del Presente coeditan la revista semestral Historia del Presente. Los precios de suscripción (cuota de la Asociación), incluido IVA, son: Suscripción anual individual en España: 35 euros Suscripción anual en el extranjero: 45 euros Número suelto: 15 euros PEDIDOS Editorial Eneida C/ Valderrodrigo, 4 28035 Madrid WWW.EDITORIALENEIDA.COM [email protected] NORMAS DE REDACCIÓN

Los textos enviados a Historia del Presente serán originales e inéditos, y deberán atenerse a las siguientes normas de redacción. Corresponderá al equipo editorial decidir sobre su publicación, en un plazo máximo de seis meses, a la vista de los informes expedidos por dos evaluadores externos y del interés del artículo. Se enviarán por correo electrónico a la dirección [email protected] o por correo postal a la Asociación Historiadores del Presente, UNED, C/ Senda del Rey, 7, 28040 Madrid, España. Los textos irán acompañados del nombre, dirección, teléfono, correo electrónico y centro donde desarrolle su ac- tividad el autor; así como de un breve currículo, de seis palabras-clave y de un resumen (abstract) de unas diez líneas (máximo cien palabras), en lengua española e inglesa. Estarán escritos o traducidos al castellano, y todos los resúmenes serán introducidos en la página de la revista en internet. Deberá constar la sección a la que van destinados y, en su caso, ajustarse a las normas previstas para cada una de ellas: «Expediente» (dossier monográfico), «Teoría» (reflexiones teóricas y metodológicas), «El pasado del presente» (cues- tiones de actualidad), «Historiografía» (reseñas historiográficas), «Crónica» (información sobre congresos, conferencias, etc.) y «Lectura» (recensiones de libros). Los artículos ocuparán un máximo de 20 páginas DIN-A4 a doble espacio, en letra Times New Roman, tamaño 12 puntos para el cuerpo de texto y 10 para las notas (8.000 palabras o 50.000 caracteres con espacios, notas, cuadros e índices incluidos). La primera línea de cada párrafo iniciará con una sangría de un centímetro. Para las recensiones de la sección «Lectura» se aconseja una extensión de 2 páginas (5.000 caracteres) y en ningún caso superarán las 3 páginas (máximo 8.000 caracteres). Las palabras caracterizadas por algún motivo dentro del texto irán con comillas altas dobles (« »), en cursiva las escritas en otro idioma, los títulos de libros, periódicos, revistas, películas, congresos o los nombres de empresas comerciales (Renfe). Los guiones de texto serán medios (– –), reservándose los cortos sólo para las fechas o palabras compuestas (1936-1939), sin utilizar en ningún caso los largos o bajos. Las citas textuales dentro del texto irán con comillas altas («»). Sólo cuando superen las tres líneas irán en cuerpo distinto del texto, en letra tamaño 10, donde las citas internas se harán con comillas altas simples (‘ ’), las omisiones o las explicaciones externas entre corchetes con tres puntos [...] o texto [sic]. Los cuadros y gráficos deben presentarse numerados y en buenas condiciones de reproducción en blanco/negro. Se ruega no incluir espacios previos o sucesivos suplementarios en ningún caso; no abusar de las numeraciones en los distintos apartados dentro del texto; poner los números volados o índices de remisión (1) después de los signos de puntuación, así como seguir estrictamente las siguientes indicaciones para los notas a pie de página (sólo en las secciones «Teoría» e «Historiografía» es posible el sistema americano): – APELLIDOS, Nombre entero del autor, Título de la obra, Lugar de impresión, Editorial, año, página/s de referencia (p./pp.); APELLIDOS, Nombre entero del autor, «Título del artículo», Título de la revista, número (mes/año), páginas del artículo (pp.) / Título del periódico (fecha: 1-IV-2001); – APELLIDOS, Nombre entero del autor, «Título del artículo», en APELLIDOS y Nombre del autor/es (comp./ed./ coord./y otros), Título de la obra, Lugar de impresión, Editorial, año, páginas del artículo (pp.); – APELLIDOS, Nombre entero del autor (si existe), Título del documento (si existe), fecha; Archivo o Centro de investigación, Fondo o nombre de la colección, caja o localización, expediente. Las remisiones sucesivas a obras ya citadas se harán con los APELLIDOS, Nombre completo del autor, ob. cit. (en redonda), p./pp., cuando se trate de la única obra del autor; o Título abreviado..., cit., p./pp. si hay más obras del mismo autor citadas en el artículo. Para las referencias consecutivas, Ib., p.–, o bien, Ibídem (en cursiva).

La correspondencia relativa a la Asociación de Historiadores del Presente debe dirigirse a: UNED, Historia Contemporánea/CIHDE Senda del Rey 7 * 28040 Madrid www.historiadelpresente.blogspot.com [email protected] [email protected]