De Tomebamba a Cuenca
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De Tomebamba a Cuenca Aquitectura y arqueología colonial Ross W. Jamieson Simon Fraser University Burnaby, British Columbia, Canada Traducción: Ion Youman De Tomebamba a Cuenca Arquitectura y arqueología colonial Ross W. Jamieson Simon Fraser University Burnaby, British Columbia, Canada Traducción: Ion Youman UNIVERSIDAD DE CUENCA DE TOMEBAMBA A CUENCA Ross W. Jamieson © 2003 1era Edición: Ediciones Abya-Yala Av. 12 de Octubre 14-30 y Wilson Casilla: 17-12-719 Teléfonos: 2 506-247 / 2506-251 Fax: (593-2) 2 506-255 / 2 506-267 e-mail: [email protected] Quito-Ecuador Universidad de Cuenca Banco Central del Ecuador, Sucursal Cuenca Universidad Simon Fraser, Canadá Diagramación: Ediciones Abya-Yala Quito-Ecuador Portada: Abya-Yala Traducción: Ion Youman ISBN: 9978-22-332-0 Impresión: Producciones digitales Abya-Yala Quito-Ecuador Impreso en Quito-Ecuador, agosto del 2003 Presentación La arqueología histórica, una de las ramas de la arqueología de más rápido crecimiento en Norteamérica, se ha desarrollado con más lentitud en la América Central y en particular en la del Sur. Felizmen- te, esta circunstancia está terminando, pues un creciente número de proyectos recientes están integrando con éxito datos de cultura escrita y material, en estudios de eventos y procesos de los últimos 500 años. Este intervalo y esta región -frecuentemente llamada Iberoamérica- han sido estudiados durante un siglo o más por los historiadores con perspectivas tradicionales y que han puesto énfasis al centrarse en las elites coloniales y los eventos político-económicos de gran escala. Tales inclinaciones van muy bien dentro de los modelos del sistema mundial y otros modelos de centro-periferia que han tenido mayor impacto en el pensamiento histórico desde la década de 1970. Desde hace aproxi- madamente 20 años, sin embargo, los modelos del sistema mundial han venido siendo criticados por los historiadores, antropólogos y otros, en parte por el énfasis en las tendencias globales y el crecimien- to del capitalismo que niega la importancia de entender la variabilidad en las historias y circunstancias locales. Los historiadores han incre- mentado su atención en contextos locales, rurales y domésticos, escla- reciendo de esta manera la gran diversidad de respuestas a la domina- ción cultural que fue instaurada en la vasta área de las Américas. No es coincidencia que éste sea el clima intelectual en el cual la arqueología histórica se establece por sí misma en la América Central y del Sur. Tampoco es coincidencial que estos temas de diversidad rural y ejercicios de poder social sean enfatizados en los estudios arqueológi- cos pioneros de Ross Jamieson acerca de la arquitectura y el material cultural del período colonial en Cuenca, en la sierra del sur del Ecua- dor. Como el autor indica (p.157), no hay otros análisis publicados con referencia a los sitios domésticos urbanos de la colonia en el Ecuador; lo que se sabe de la arqueología y del material cultural de este período proviene de trabajos realizados en sitios religiosos. 6 Ross W. Jamieson En este estudio, Jamieson sigue el conocido modelo de “arqueo- logía de patio trasero” propuesta por el difunto Charles Fairbanks y co- múnmente practicada por los arqueólogos históricos del sudeste de los Estados Unidos. Este enfoque se centra en las adaptaciones domés- ticas a la situación colonial de los dos contextos, el rural y el urbano y facilita interrogantes de investigación que envuelven economías fami- liares, relaciones sociales y de género, etnicidad y muchos otros asun- tos. Aquí Jamieson está particularmente interesado en la manera en que las casas y los artefactos (incluidos vestuario, mobiliario y alfarería), participaron en la negociación de relaciones de poder social y en la creación y la subsecuente reificación de categorías tales como urbano / rural, élite / clase pobre, hombre / mujer e indígenas / españoles. La investigación de Jamieson resalta las variadas vías en las cua- les la arquitectura y los objetos domésticos reprodujeron la institución del colonialismo y del control español. Con respecto a la arquitectura, un ejemplo clásico es el plano de damero con su plaza central rodeada por edificios públicos, y el plan de casas urbanas con sus patios interio- res y sus balcones en las fachadas. Estos patrones, con su estructura dialéctica entre visibilidad y privacidad, permitían a la élite monitorear las actividades de otros, mientras mantenían su propia insularidad do- méstica. La cultura material, particularmente aquélla asociada con las comidas formales, tales como sillas individuales, cubiertos de plata y vajillas, suministran conocimiento sobre las complejas dualidades de lo urbano y lo rural, la élite y el vulgo e indios y españoles. En particu- lar, Jamieson argumenta que la presencia de estos elementos apunta a la renegociación de las relaciones de poder dentro de los hogares, así como el creciente interés en una “ideología de individualismo” en la economía de capitalismo mercantil. Es un estudio fascinante, que esclarece detalles de la vida domés- tica en una pequeña esquina de Iberoamérica y firmemente establece su relevancia dentro del contexto más amplio sobre las relaciones de poder en la experiencia colonial. Jamieson ha hecho una importante contribución a la arqueología histórica de las Américas. PRUDENCE M. RICE Southern Illinois University Carbondale, Illinois Prefacio La ciudad de Cuenca, en la sierra del sur del Ecuador, fue suce- sivamente un centro Cañari e Inca antes de convertirse oficialmente en una ciudad española, en 1557. En 1821, la ciudad y su campo circun- dante se convirtieron en parte de la recientemente formada República de Nueva Granada y, eventualmente, en una parte de la nación de Ecua- dor. Así, durante casi trescientos años, desde el siglo XVI hasta comien- zos del XIX, la ciudad fue parte del Imperio Español, un centro media- no, lejos de los núcleos imperiales del poder. Durante ese tiempo, la ciudad y su área periférica cambiaron y crecieron y, lo que fue más im- portante, las relaciones entre la gente de la región también cambió. La historia colonial ha dejado una indeleble huella en su gente y su paisa- je. La arquitectura doméstica y el poder se centran en las casas y los objetos domésticos del período colonial en Cuenca. Este no es un in- tento de reseñar la moldeada regularidad de una cultura española co- lonial monolítica (Deagan, 1983). En lugar de esto, el libro examina có- mo la negociación de poder en la Cuenca colonial fue llevada a cabo por la gente que vivía en ella, a través de los múltiples significados que ésta dio a las casas en las que vivían y a los objetos que usaba diaria- mente (Beaudry et al., 1991). Desde junio de 1993 hasta mayo de 1994 viví en Cuenca. Duran- te ese tiempo busqué, medí y fotografié casas aún en pie, que mante- nían características de la arquitectura colonial. También llevé a cabo una serie de excavaciones arqueológicas en patios de casas para recupe- rar restos relacionados con las ocupaciones domésticas coloniales en la región. Finalmente, emprendí una inspección de documentos notaria- les de la colonia en los archivos de Cuenca, con el objetivo de localizar los datos arquitectónicos y arqueológicos en un contexto socio-históri- co. 8 Ross W. Jamieson Desde principios de la década de 1970, las búsquedas arqueoló- gicas se centraron en el colonialismo español en el Nuevo Mundo, y se expandió rápidamente al sur de los Estados Unidos, el Caribe y Mesoa- mérica. Las descripciones del estado actual de esta investigación son de fácil acceso para el suroeste (Dobyns, 1982: Farnsworth, 1986; Hurst Thomas, 1989) y el sureste de los Estados Unidos (Deagan, 1983; Hurst Thomas, 1990; Maüsen, 1985) y el Caribe (Deagan, 1983; 1988; 1995b; Hurst Thomas, 1990; Marrinan, 1985). De entre los muchos proyectos de investigación que ya se han llevado a cabo, dos deben ser menciona- dos por su influencia en mi trabajo en Cuenca, así como para el traba- jo realizado por muchos otros arqueólogos del período colonial espa- ñol. El primero es el de arqueología en la ciudad de San Agustín, Flori- da, el cual empezó a principios de la década de 1970, cuando Charles Fairbanks instituyó un programa de “la arqueología de patio trasero orientada a problemas” (Deagan, 1983; Fairbanks, 1975). Este trabajo ha sido continuado por Kathleen Deagan y representa la primera inves- tigación seria de los asentamientos domésticos españoles de la colonia con una perspectiva antropológica. San Agustín fue fundada por los es- pañoles en su lejana frontera septentrional en 1565, como una respues- ta a los asentamientos franceses, un poco más al norte, en la costa este de Norteamérica. Los militares, los misioneros franciscanos y la gente que apoyó a estos dos grupos, en gran medida, conformaron la pobla- ción de la ciudad. San Agustín fue tomada por los ingleses en 1763, pe- ro tuvo un segundo período de ocupación española, desde 1783 hasta 1821, después del cual Florida se integró al territorio de los Estados Unidos (Deagan, 1983: 22-27). Deagan (1983) también ha liderado un segundo gran proyecto, que consistió en excavaciones de gran escala realizadas desde 1979 has- ta 1985 en el sitio de Puerto Real, ahora en Haití. Puerto Real fue ocu- pado desde 1503 hasta 1579, cuando la población fue relocalizada por la Corona con el objetivo de reducir la piratería en la costa norte de la Española (Hodges y Lyon, 1955). La investigación en este lugar ha in- cluido excavaciones de gran escala de muchos sitios habitacionales, los resultados de los cuales son comparables a la investigación de San Agustín (Deagan, 1995b). Los proyectos de San Agustín y Puerto Real han expandido grandemente nuestro conocimiento a cerca de las adap- taciones españolas coloniales domésticas en el Nuevo Mundo y fueron una de las principales inspiraciones para mis excavaciones en Cuenca.