Teatro Y Antiteatro, La Vanguardia Del Drama Experimental
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TEATRO Y ANTITEATRO LA VANGUARDIA DEL DRAMA EXPERIMENTAL BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA 14 TEATRO Y ANTITEATRO LA VANGUARDIA DEL DRAMA EXPERIMENTAL Edición dirigida por Salvador Montesa Han colaborado en la celebración de este Congreso y en la edición de las presentes Actas Area de Cultura y Educación. Diputación Provincial de Málaga Concejalía de Cultura. Ayuntamiento de Málaga Secretaría General de Universidades e Investigación Junta de Andalucía PUBLICACIONES DEL CONGRESO DE LITERATURA ESPAÑOLA CONTEMPORÁNEA Actas del XV Congreso de Literatura Española Contemporánea Universidad de Málaga, 12, 13, 14, 15 y 16 de noviembre de 2001 Organización del Congreso: Presidente de honor: Cristóbal Cuevas García Director: Salvador Montesa Peydro Comisión Científica: Enrique Baena, Ana Gómez Torres, Antonio A. Gómez Yebra, María Isabel Jiménez Morales, Amparo Quiles Faz y María Victoria Utrera Torremocha Primera edición: noviembre 2002 © Congreso de Literatura Española Contemporánea Edita: AEDILE ISBN: 84-921919-4-5 Depósito legal: MA-1.407-2002 Impresión: Imagraf impresores. Tel. 95 232 85 97 Impreso en España - Printed in Spain ÍNDICE PONENCIAS Las vanguardias en el teatro occidental contemporáneo, por Angel Berenguer...................................................................... 7 Antecedentes de la vanguardia escénica, por César Oliva... 33 Sobre un teatro (en) vivo, por José Romera Castillo.......... 45 Teatro y antiteatro: la ardua cuestión del público, por Felipe B. Pedraza Jiménez..................................................... 63 La guerra no ha terminado, por José Monleón..................... 79 Barroco y neo vanguardia: la obra dramática de Miguel Romero Esteo, por Pedro Aullón de Haro............................ 113 La poética teatral de Francisco Nieva, por Jesús Rubio Jiménez........................................................................................ 127 CREADORES Entrevista con Fernando Arrabal............................................... 157 ¿Realismo versus vanguardia?, por Jerónimo López Mozo..... 169 Mi experiencia y esperanza en el teatro español, por José Martín Recuerda.......................................................................... 179 Riaza y las vanguardias, por Luis Riaza................................... 185 Mi generación realista, por José María Rodríguez Méndez 199 Mi teatro, por Miguel Romero Esteo..................................... 207 COMUNICACIONES Jerónimo López Mozo: últimas tendencias (1990-2001), por José Paulino Ayuso.................................................................. 223 El teatro último de Jerónimo López Mozo: combate de ciegos y la Infanta de Velázquez, por José Luis Campal Fernández... 241 José Martín Recuerda: un teatro de libertad poética, por Miguel Avila Cabezas.............................................................. 257 Martín Recuerda: un paso comprometido, por Antonio A. Gómez Yebra........................................................................... 267 El Nudo (1982) de José Luis Sampedro: balance de una tentativa teatral, por Francisco Martín M artín.................... 287 Parábasis para una dramática conjetural, por Juan Hurtado .... 299 Formas del teatro español actual: génesis y renovación en el período transitorio, por Manuel Pérez............................... 309 MESA REDONDA Orígenes, contexto y actualidad del teatro experimental e independiente........................................................................... 327 PONENCIAS LAS VANGUARDIAS EN EL TEATRO OCCIDENTAL CONTEMPORÁNEO Ángel Berenguer Universidad de Alcalá En un artículo publicado recientemente, el Premio Nobel Steven Weinberg afirma (y mide perfectamente el alcance de sus palabras): “Here we can make a prediction with fair confidence-that sooner or later we shall discover the physical principies that govern all natural phenomena.” (“Podemos predecir, con bastante confianza, que antes o después descubriremos los principios físicos que rigen todos los fenómenos naturales”)-1 La cuestión no deja de tener interés ya que plantea cuestiones fundamentales relacionadas tanto con el desarrollo de la ciencia como también el de la mente humana que elabora esas teorías. No olvide mos que su objetivo fundamental es la comprensión de los fenóme nos complejos que pueblan nuestra vida cotidiana para elaborar una explicación plausible de los mismos. Naturalmente, una Teoría Ge neral de la Física exige una aplicación eficaz en otros terrenos cien tíficos como son la biología y todas aquellas ramas del saber que, desde ella, estudian sus efectos en la comunicación humana com prendida cual rama de la que nacen otras (que en ella se sustentan y, al mismo tiempo, la nutren), como son los lenguajes humanos y su empleo como signos y como símbolos. 1 1. “The future of Science, and the Universe”, The New York Review of Books, 15-11-2001, pâg. 5 8 ,1. La traduction es nuestra. Sin embargo, el camino es largo (aunque científicamente viable), y posible puesto que la mente humana (en este caso un premio Nobel de Física, es decir una persona fiable a la hora de formular una afir mación tan importante) puede imaginar un sendero viable para su elaboración. Esta futura teoría que, aunque parece viable, aún exige un recorrido cuya duración ignoramos hasta alcanzar su formula ción, tiene un punto de partida cuya fecha conocemos. Se sitúa en los albores del siglo XX, es decir hace menos de cien años. En efecto, los trabajos de Einstein y sus primeras publicacio nes sobre la Teoría de la Relatividad plantean la evidencia de las interrelaciones existentes entre los fenómenos así como entre las di ferentes ramas del conocimiento. Frente a los sistemas hieráticos precedentes (la dura ciencia decimonónica) se planta un sistema elaborado con elegancia y cuya fragilidad aparente es, sin embargo, su mayor fuerza. Así, su sistema de interrelación que asume los hallazgos de los distintos campos y los incluye, pone en duda el catálogo inflexible de la ciencia del siglo XIX y, al mismo tiempo sus métodos y principios. Son éstos los que han inspirado nuestra Historia Literaria y los mismos cuya heterogeneidad me sorprendía ya en mis tiempos de estudiante de la Facultad de Letras de Granada. No entendía aquella nomenclatura de generaciones que no explicaban nada y que, sin embargo, parecían mostrar una carencia absoluta de comprensión y explicación del fenómeno literario que deseaban aclarar. Años más tarde, en el París de los años sesenta y setenta se materializó ese escepticismo en una convicción clara y doble: alguna vez España entraría en el Mercado Común y los criterios literarios en la Historia de su Literatura. Lo primero ya ha ocurrido, lo segundo se está ha ciendo. Pero volvamos al párrafo de más arriba y continuemos nuestra presentación. Como la ciencia decimonónica, la expresión artística había mostrado una tendencia chocante a elaborar sistemas (que ve nían a proponer nuevos acercamientos a nuevas realidades desde conciencias individuales también nuevas) que terminaban por encorsetarse, academizarse, y exigir el respeto que sus hallazgos in negables les hacían merecer. 10 Por estos mismos años en que Einstein pensaba la Relatividad, Picasso estaba atento y al corriente de los caminos que abría la nueva ciencia gracias a Maurice Princet (le mathématicien du Cubisme) y a sus lecciones de física en la tertulia a la que asistía también Max Jacob y el resto de la bande à Picasso. En ellas los artistas se entera ban de los últimos avances de la ciencia no euclidiana, la cuarta di mensión y las aclaraciones vulgarizadoras de un libro científico fun damental para explicar la revolución cultural de aquel principio de siglo: La science et l ’hypothèse, de Elenri Poincaré.2 En esa pasión desbordada por el descubrimiento de que la Gran Ciencia Decimonónica estaba siendo puesta en duda por uno de sus grandes pilares académicos y desbordada por la imaginación rompedora de un oscuro empleado de la Oficina de Patentes de Zurich, hay que situar la aparición del creador vanguardista. Su juventud desenfrenada acerca su estilo de vida al de un tropel decimonónico cuya bohemia muestra más el desencanto ante el sistema que la ca pacidad de abrir brecha en él para plantarle cara y deshacer su encorsetado universo de afirmaciones y certezas. Los bohemios constituyen, pues, el resultado desilusionado de la última verdad artística del siglo XIX, el simbolismo, mientras que los vanguardistas abordan su entorno con una actitud bien diferente, propia del siglo XX: la puesta en duda de las bases de la realidad en que se sustenta el sistema y que también cuestionan los nuevos (y también vanguardistas) científicos liderados por Einstein. Poner en duda las bases de la realidad significa romper los prin cipios estáticos que gobiernan las relaciones humanas, su universo simbólico y los modos de comunicación establecidos. Como señala William H. McNeill refiriéndose a las bases teóri cas de la actual historiografía: Durante el siglo XX las ciencias de la física convergieron con la biología para transformar la máquina newtoniana del mundo, gobernada por leyes matemáticas eternas y universales, en un cos 2. Véase el libro de Arthur I. Miller, Einstein, Picasso, Basic Books, New York, 2001, pág. 100 y siguientes. 11 mos que evoluciona -e incluso estalla- en el que prevalece la in determinación, y los esfuerzos humanos de observación afectan lo que observan. Ello acerca las ciencias matemáticas a las ciencias sociales y convierte a la historia en otra especie de agujero