Sor Patrocinio, la lllonja de las llagas

Antonina Rodrigo

, En 1830, por , empieza a propagarse el rumor de que una monja del convento del Caballero de Gracia está estigmatizada con.las llagas de Cristo. La elegida del Señor es sor Patrocinio.

48 ABIA nacido diecinueve se convierte en monja francis­ VENERADA EN VIDA U] años antes, en San Cle~ cana y, un año más tarde, pro­ El 10 de octubre de 1830 nace mente de la Mancha. donde a fesa y hace votos de pobreza, Isabel 11. Un partido mayori­ la madre la sorprendieron los de humildad y d. castidad. tario cifra el bienestar de Es­ dolores del parto, cuando Para entonces. el rumor de paña en la princesa recién na­ huía de las tropas francesas que está tocada de la gracia cida. Otro, al amparo de una que invadian el país. Era el 17 divina es irrefrenable. Así se vieja ley derogada, se dispone de abril de 1811. Y ese mismo admi te, sin reservas, desde las a luchar por la continuidad de día comienzan los prodigios altas capas sociales hasta los la tradición. La guerra civil de esta vida afabulada y cu­ más bajos estratos del país. En entre cristinos y carlistas co· riosamente influyente. capaz, adelante, sus actos deberán ronará la tensión interna. al decir de Benjamín Jarnés, corresponder a la fama adqui­ La noticia de que el señor ha su mejor biógrafo, de pertur­ rida, hija de sus prodigios y de estigmatizado a sor Patroci­ bar la sucesión de una dinas­ la ciega devoción del vulgo. nio, en gracia a sus excelsas tía. Mosén Joaquín Serrano, su virtudes, corre de boca en bo­ Terminada la Guerra de la confesor y capellán de las Sa­ ca. La monja despierta una Independencia, sus padres, lesas, cuida todos los detalles: inusitada curiosidad: nadie don Diego Quiroga y doña Do­ La leyenda arranca desde su quiere perderse el espectácu­ lores Cacopardo. se instalan infancia, ya que a los dos años lo. Al tomo del convento de en Chinchilla, donde él reco­ dialoga con la Virgen y a los Caballero de Gracia llaman bra su cargo de administrador cuatro entra en la cueva de un incesantemente toda suerte de de Rentas Reales. Años más león y la fiera, sumisa, le lame personas, deseosas de con· tarde, cuando la familia pro­ las manos. templar de cerca el prodigio yecta trasladarse a la Corte, mUere el padre y su viuda, acompañada de sus dos hijas. marchaba a Madrid. A los 16 años, Lolita, como se llamaba en el mundo sor Pa­ trocinio, por influencia de su tia la marquesa de Santa Co­ loma, entra como educanda en las Comendadoras de San­ tiago. Primero tienen que ven­ cer la resistencia de la madre que veía con buenos ojos al pretendiente Salustiano 016- zaga, que será jefe de los pro­ gresistas. La jovencita es con­ fiada a la hermana de la aba­ desa, doña Petronila Zurita, la cual alienta y propala los pri­ meros prodigios de Lolí ta: éx­ tasis, visiones y viajes por los aires en compañía del demo­ nio. Un día, sus compañeras la encuentran en la capilla, en trance, sentada sobre el ataúd de un caballero que espera le den sepultura. El demonio la persigue y es víctima de toda suerte de sevicias: la hace ro­ dar por la escalera, ·la vierte encima una olla de lejía hir­ viendo y el convento es inva­ dido por espantosos ruidos. c ••• d. San Clem.nte de le Mencha, dolMt. 1lK16}' '11'11610. prim.ro ••"oa aor Patrocinio El 19 de enero de 1829, Lolita CO" su. padr... 4 9 sobrenatural. Las damas de la aristocracia son las primeras en precipitarse al convento. La princesa de Biera llega a pedir a la madre superiora que le den un almohadón en el que la monja haya apoyado su llagada cabeza, con las hue­ llas de la corona de espinas, para poder curar así .Ios acci­ dentes que sufría •. Otras da­ mas linajudas pretenden lle­ varse sus vendas y mitones, para utilizarlas en sus prácti­ cas religiosas. La incontenible y condicionada imaginación popular atribuye a sor Patro­ cinio innumerables curacio­ nes y profecías, que más de una vez se confirman ante la asombrada curiosidad públi­ ca. En agosto de 1831, estando sor Patrocinio en el coro, ve bajar a la Virgen María sentada en una nube. La Señoraentrega a la monja una «preciosa ima­ gen. enriquecida con dones e indulgencias. Se abre enton­ ces el ciclo de las apariciones. Para el país son tiempos de violencia. En 1834, el cólera asola Madrid, las turbas acu­ san a los frailes de envenenar las aguas, grupos de agitado­ res asaltan los conventos y matan, violan e incendian ... Las gentes piadosas necesitan Awnón M.O Na,v6e:t, duqua d. Valancla (1800-1868). P,a.ldantadaIGoblemoen mayo d. más que nunca evadirse de 1844 Y(:on brav •• lntervalos halla enaro de 18S,. Po.terlormenta, da ..pllambra da 115(1 a oclubr. d. 1857, de .eptlembre de 1864 a Junio d. 1865 Y de Julio da 18N ha.u mayo aquel terror terrenal, están de18S1. sedientas de consuelos eté­ reos. Sor Patrocinio es la da, acto que la multitud se tud. El juez, al fin, sale solo. fuente que mitiga su sed. dispone a impedir. Dos días más tarde, cel 9 por La fama del poder sobrenatu­ El juez es don Salustiano Oló• la mañana, después de rezar ral de la monja alcanza tales zaga, antiguo pretendiente de los maitines, la sacaron entre dimensiones que la justicia se Lolita, se encuentra cara a bayonetas, y puesta en un co­ ve obligada a intervenir: el 7 cara con su desdeñosa amada, che, sin que nadie la acompa­ de noviem bre de 1835, a pri­ para instruirle expediente y ñara, la llevaron a una casa, meras horas de la garde, llega tratar de esclarecer aquel en­ no buena, y si no hubiera sido al convento de Caballero de jambre de «misteriosos he­ por el demandadero que tuvo Gracia un piquete de la Guar­ chos ... , que traen soliviantado la feliz ocurrencia de disfra­ dia Nacional, que precede a la a Madrid. El amanuense zarse para no ser conocido y Justicia. Tanto elemento judi­ transcribe durante nueve ho· seguir el coche, ni este con­ cial y militar llama la aten­ ras las declaraciones. Al ter­ suelo de saber dónde estaba ción de los curiosos que se minar, el juez intenta llevarse hubiese tenido su querida co­ agolpan a las puertas de la a la cmonja de las llagas ... , munidad ... , declaró la priora. casa religiosa. Alguien ha lan­ pero la priora se opone resuel­ El carruaje la condujo a la zado la noticia de que a sor tamente a ello. Fuera, dis· casa número 1 J 9 de la calle de Patrocinio se la llevan deteni- puesta a todo, está la multi- la Almudena, donde la espe- 50 rio y se encontró que estaba allí solo dicho padre Alcaraz, el cual como en tono de ser­ món le dijo que San Pablo en sus cartas exhortaba mucho a la penitencia, y enseguida sacó de la capil1a una bolsita en que dijo conservaba una re­ liquia, la cual aplicada a cual­ quier parte del cuerPo cau­ saba una n,ga, que debía te­ nerse abierta para seguir pa­ deciendo y tenjendotal morti­ ficación, ofreciendo a Dios ta­ Jes dolores como peni tencia de las culpas cometidas y que pudiera cometer, y alcanzaría el perdón con ellas. Sobre esto le hizo un terrible encargo. mandándole aplicase a las palmas de las manos y al dorso de ellas, a las plantas y parte superior de los pies, en el costado izquierdo y alrededor de la cabeza, en fonna de co­ rona, encargándole muy es­ trechamente bajo promesa de obediencia y las más terribles penas en el otro mundo, que no manifestase a nadie de qué la había provenido y que si le preguntaban debería decir que sobrenaturalmente se ha­ bía hallado con ellas_.

LA SENTENCIA

"-hato .16~o de SOl' Petroe:lt'llo. luc: ••1 c:"slco nliblto rr."dsc:."o: toe:. ntl9r., c:.p. UUI, EI25 de noviembre de 1836,el .. p.c:ho el • ..::UikI dot l. Ord.". U.... bIdO '"' ji &11 Puris""., y l. d"lur. el C:i"uulo ".~ cls~no. juez dictaba la sentencia de la causa seguida a sor Patroci­ raban SU madre ysu hermana. mujeres de vida pintoresca, nio, acusada de haberse pres­ Al día siguien te las llagas de la deshauciadas porel amor, que tado .... a la impostura y arti­ monja eran examinadas por la observan como a un bicho ficio de la impresión de las varios facultativos, los cuales raro. Es el blanco de la mor­ llagas, cuyo origen natural se prescribieron remedios para dacidad de sus compañeras de había intentado atribuir a mi­ curarlas. Las heridas no tar­ cautiverio que toman a chi­ lagro del Altísimo_. Por todo daron en cicatrizar y los mé­ fladura la farsa de los estig­ lo cual se la condenaba a sufrir dicos certificaron la curación mas. destierro en un convento que de las vulgares llagas. Sor Patrocinio se ve obligada distara 40 leguas de la Corte. en el proceso a confesar: .Que Sus compañeras de claustro, su confesor y demás religiosas SE DESCUBRE EL habiendo enfermado una reli­ giosa, cuando la declarante que contribuyeron a divulgar ARTIFICIO DE LAS el suceso, quedaban absuel­ LLAGAS estaba de novicia, entró el pa­ dre Alcaraz, religioso capu­ tas. A sor Patrocinio la trasladan chino del Pardo, a asistida y Era sor Patrocinio una mujer al convento de las Arrepenti­ entonces la vio y habló de co­ de 25 años. A esa edad su das, de la calle de Hortaleza. sas indiferentes. Que a los po­ nombre había llegado a todos Allí, la monja está rodeada de cos días fue llamada allocuto- los rincones del país. A su ju- 51 ventud unía belleza, de gran­ crece de día en día. El 28 de do, carta VI, escribía: ~ Se des ojos rasgados, de poderosa octubre de 1845, la comuni­ murmuraba que don Francis­ mirada, no exenta de ~dulzu­ dad se traslada del convento co, por las frecuentes visitas y ra, suavidad y aquel conjunto de La Latina al de Jesús Naza­ a horas desusadas, que hacía a de cosas que roban la atención reno, cedido por el duque de sor Patrocinio, hubo de tener de quien la trata», según de­ Medinaceli. La ~ monja de las con ella apegamientos fuera claró en el proceso una de sus llagas» es nombrada maestra de modo, que debilitan en compañeras. El lugar elegido de novicias. mucho la san tidad de la para el destierro es Talavera monja y la fe del adorador ... ». de la Reina. El convento, el de Según las fluctuaciones de la las Concepcionistas calzadas EL PRIMER ATENTADO política española, la monja de la Madre de Dios. En este recuperaba su influencia en retiro, primer destierro de los palacio, cuando gobernaban Una fría mañana de enero de muchos que sufrirá a lo largo los moderados, apostólicos o de su ·existencia, enferma a 1848, llama al tomo del con~ carlistas, o se veía obligada a poco de llegar y es trasladada ven to un señor que pide ver a salir de nuevo.al destierro, si al de Torrelaguna. Allí la sor Patrocinio, para un asunto subían al poder los progresis­ de gran urgencia. Tras algún ~ monja de las llagas» escri­ tas. La auxiliaban en estos titubeo, la maestra de novi­ birá su «Ejercicio Manual a menesteres extrareligiosos el cias se decide a bajar al locu­ padre Fulgencio, confesor del María Santísima del Olvido, torio acompañada de la aba­ Triunfo y misericordia, por la Rey, hombre limi tadísimo, desa. Apenas la ve aparecer, el más humUde de sus hijas, sor pero provisto de sinuosa habi­ desconocido saca una pistola lidad aduladora. Las intrigas Dolores María del Patroci­ y dispara sobre las monjas. nio». Impreso de orden de de la monja la indispusieron a que escapan ilesas. Pero días S. M. y de Su Real Casa. 1860. veces con los dos bandos, más tarde, VÍCtima de susto, como ocurrió con el complot Sor Patrocinio sufrirá destie­ fallece la vieja abadesa. El 7 del ministerio llamado «re­ rro hasta 1844 y permanecerá de febrero es elegida, en su fámpago», el 19 de octubre de alejada de Madrid nueve años. puesto, la sobreviviente del 1849, que sólo duró 24 horas. En septiembre se reincorpora atentado. Las primeras per­ Por el Madrid chusco pulula­ a su comunidad, alojada sonas que felicitan a sor Pa­ ban romances, coplillas y ver­ ahora en el convento de La La­ trocinio son la reina Isabel IIy sos, que el pueblo divulgaba tina. La monja que vuelve del el rey consorte. don Francisco con generosidad y sarcasmo: destierro es acogida con gran­ de Asís, grandes amigos suyos. Temo que el cetro se convierta en bdculo des muestras de alegria y de En el reinado de Isabel 11 la y el Esuu:lo, hoy caduco, muera ético fervor. No se la ha olvidado, el figura del confesor como la del si otro escolapio en ademán ascético logra ser rey cónyuge el oroculo. escándalo ha fortalecido su consejero, gozaron de un pres­ popularidad. En tal ambiente Venero a Dios, Ye~ al Tabernáculo. tigio excepcioha1. Los libera­ mas no a hipócrita SOf', que con embico no tardan en reproducirse las les lucharon tenazmente con­ llagas rentllÚ1, Q cuyo hum.". herpético llagas. Pero ahora no es nece­ tra su nociva y prepotente in­ fue qu{~ el torpe vicio receptáculo. ¿C~tiórJ de re1igiónlD que es de e/lnica? sario exhibirlas y por lo tanto fluencia. Aparte del poder que aplicarse la bolsita de la reli­ ¿Yadarnos leyesckstk el torno? iCásca- ejerció el oscuro personaje del [ras ... ! quia. Basta con que se vende P. Fulgencio.los san tos oficia­ aparatosamente las manos. Esto na se tolera ni en el Bósforo. les de la «Corte de los Mila­ Mas, si la farso: demasiado círJica La popularidad de sus enig­ gros» fueron sor Patrocinio y se repite, caerdrJ todas las mdscaras mas reverdece con singular el P. Antonio María Claret. La y arderá Esparntlll"ntera como un fósforo. empuje. De todas partes em­ soberana, de vida tan poco Al triunfar de nuevo Narváez, piezan a afluir consultas y so­ ejemplar, y su consorte, en intenta detener a sor Patroci­ licitan sus consejos. La propia perpetua desavenencia, se es­ nio. Pero la monja se acoge a la Infanta Maria Luisa Carlota, en forzaron en dar a su gobierno clausura del convento de Je­ su lecho de muerte, pide tener una imagep cristiana que «bo­ sús, de donde no puede salir a su cabecera la imagen de la rrara en Jo posible las impie­ más que con el visto bueno del virgen del Olvido, que des­ dades» liberales. De ahí que vicario de la Orden, y éste se cendió desde el cielo a las ma­ los santos cortesanos tuvieran niega a darlo, sin el consenti­ nos de sor Patrocinio. Otro día tan marcada ascendencia en miento del Nuncio. Al fin lo­ recibe la visita de doña María palacio. Sor Patrocinio fue ín• gra encararse con la monja, Cristina y de sus hijas. doña tima amiga, confidente y con­ que aparece ante el general María Fernanda e Isabel ll. El sejera del matrimonio. Ber­ con un crudfijo en las manos, prestigio de sor Patrocinio mejo, en su Estafeta de Pala- en actitud teatra.lmente hierá- 52 tica. Pocos días después era cuando Narváez, O'Donnell, Francia, y que no pierden en trasladada al convento de Espartero, inmisericordes, la esto ocasión ninguna ." el Se­ Santa Ana, en . destierran hasta que la (L 'na ñor Duque de Valencia me es­ consigue su indulto. Sus car­ cribió por el correo. Buscaré la carta para que V. M. la lea: LAS CAMISAS tas dan fe de la clase de teje­ manejes a que tan inclinada parece que está complacido ... DE LA MONJA PARA era ce la monja de las llagas»: los señores obispos y arzobis­ LA SOBERANA tan pronto intercedía para pos que yo conozco son el de El cúmulo de adversidades que se nombrara cardenal a Valencia, señor angelical, de que debe afrontar sor Patroci­ un arzobispo amigo, como virtudes nada comunes y de nio acentúa su actividad epis­ proponía a una marquesa bastante talento. El señor tolar con la reina y hace crecer para dama de honor de la rei­ obispo de Pamplona, a quien su influencia político-clerical. na: «Ningún cardenal tene­ también conozco y he tratado Su amistad con Isabel II fue mos ya en España y esto no mucho, como al de Valencia ... de absoluta intimidad. Por está bien para V. M. Yo qui­ el señor CIaret, a quien tam­ Madrid se decía que la «santa siera que Vuestra Majestad, bién conozco, no hay que decir monja» prestaba sus camisas con su perspicacia, fuese dis­ de su virtud, de su laboriosi­ a la soberana. La correspon­ poniendo las cosas con el dad y de todo el conjunto de dencia está fechada en los dis­ Santo Padre a fin de que para cualidades apostólicas que le tintos conventos por los que este Reino se nombrase si­ adornan. Sólo encuentro que peregrina, al azar de la cam­ quiera tres cardenales, pues siendo catalán no me parece biante política del país, vea V. M. cuántos tienen en la haria muchos progresos con los castellanos, porque hay entre los dos países una cierta prevención que yo misma he visto y experimentado y me he admirado de ello, y entre per­ sonas muy de Dios y virtuosas, y quizá proporcione a V. M. disgustos inesperados. Tam­ bién conozco al señor arzo­ bispo de Burgos, y le he tra­ tado hace bastantes años ... el cual, además de su gran talen­ to, sagacidad y virtud, es se­ ñor castellano, conoce las cos­ tumbres, inclinaciones del pueblo y del clero, cosa muy necesaria para el que ha de gobernar, que lo primero ha de ganar los corazones ... pues en el día puede sacarse par­ tido con la miel de san Fran­ cisco de Sales, nada con los rigores de san Carlos de Bo­ Tromeo .. ,». Y en 10 tocante a la aristocracia: «. ,. y ahora le voy a pedir a V, M. nuevamente la gracia que ya le tengo pedi­ da ... estaes: que V. M.nombre Dama de honor suya, con ejer­ cicio y servidumbre, a mi que­ rida cristianísima amiga la señora Marquesa, viuda de Gaviria, Condesa de Buena Esperanza, y que este nom­ • bramiento me diera vuestra Fichada del con.... nlo de r"lglo ••• del Cerm.n, en GuadeleJerl, donde .or P.lroclnlo Majestad el gusto y consuelo ••11.1'0'0 dlll.rrldl dlll Cortl, por dlclll6n de Nlrvi.J:. de mandármelo y el día 9, 53 para el día cumpleaños de mana de V. M. y las amas creo juez es escenario de toda V. M. tener yo el placer de serán las mejores y más opor­ suerfe de manifestaciones re­ llamar a dicha señora y entre­ tunas asturianas ... ». ligiosas y en una de las proce­ gárselo». Las despedidas epis­ Un capítulo nada desprecia­ siones la propia reina desfila tolares rezuman fragancias ble de la relación epistolar se descalza. Sor Patrocinio sigue arrebatadoras: .. Sor Patroci­ refiere al agradecimiento de la siendo el polo de la eferves­ nio de su Reina », .. Patrocinio monja por los importantes so­ cencia pa triótico-religiosa. La todo, todo, para consuelo, ale­ corros materiales (algunos del guerra por tierras africanas ha gría, vida y felicidad de su orden de 20.000 reales), que le dado nuevos héroes y, en Reina, de la Señora de su cari­ manda su Reina. agradecimiento a sus buenos ño, de sus esperanzas y de su En octubre de 1859, España oficios, la reina la autoriza a todo, y todo para su Isabel, declara la guerra a Marruecos. fundar otros conventos. A los P.» ... En el convento de sor Patroci­ de La Granja, El Pardo y El El 31 de julio de 1857, res­ nio, en , se emprende Escorial, se suman los de Manzanares, de Alcázar de ponde a la Reina: ti ••• como el apresurado bordado de tengo poco tiempo y la cabeza banderas destinadas al Ejérci­ San Juan y el de Lazoya. mala, no me detengo hoy, y to. La comunidad trabaja fe­ Entre la abundante corres­ sólo voy a contestar a las pre­ brilmente e incluso las pren­ pondencia de a la monja de las guntas de V. M. se digna ha­ das interiores de las monjas se llagas», haya menudo cartas cerme. Primera, que si es niño transforman en material sani­ anónimas, en las que se vier­ lo que V. M . lleva en sus en­ tario: hilas, vendas, etc. En ten amenazas de todo género, trañas, quién será su padrino. febrero de 1860, otras bande­ que sor Patrocinio se apresura Contesto V. M. qU€ lo sea el ras aparecen por el santo re­ a mandar a su reina. El 19 de Sumo Pontífice: esto es, el Pa­ cinto: dos trofeos enemigos, noviembre de 1962 le envía a pa. Si es niña, la señora du­ que son depositados a los pies la soberana el último anónimo quesa de Muntpensia. he¡-- de la Vi rgen del Olvido. Amn- !"I..'Ci bidu. cun una carta en la

Sor Pauoeiniocon au d • .,ota amiga y admiradora la relnala.MIII de Eapana. 54 que se queja de la ceguera de la gente que« ... no quiere con­ vencerse que yo no me mezclo ni me he mezclado nunca en cosas de política, y mucho menos en poner o quitar Mi­ nisterios». El segundo atentado a sor Pa­ trocinio tiene por escenario el locutorio del convento de Aranjuez. Esta vez el agresor está dispuesto a no Callar y dispara consecutivamente a corta distancia. Pero de nuevo la monja sale ilesa. Como un eco de los disparos, del Con­ greso surgen también protes­ tas incandescentes contra «la influencia perniciosa ejercida por sor Patrocinio».

SOR PATROCINIO EN EL EXILIO En la madrugada del 18 de septiembre de 1968, veintiún cañonazos de la fragata Zara­ goza, anclada en Cádiz, anun­ ! cian el destronamiento de 1.... 'ió Isabel n. El 19, en la bella ciu­ • dad andaluza, se lanzaba un manifiesto revolucionario, en •• el cual se hacían grandes acu­ saciones a la reina y preveían Selu.lleno de 016:r:e"e e1805-1873). P,e.ldenle del GobIerno en 1843 (por nue.,e die.). Ire. la necesidad de un «gobierno l. eeide de E.pertero. PO.erlonnenle embejedOf' en Perl •. Antiguo e nemoredo cM Lollte provisional que represente a (10' Pe1roclnlo), y prolector de le monje de 1.. !te" .., dUfenle ele.1ll0 de '.le en Frenele. lodas las Cuerzas vivas del país, asegure el orden en tanto su disposición la emperatriz París, cuyo castillo ha adqui­ que el sufragio universal eche Eugenia de Montijo. rido gracias a la venta dejoyas los cimientos de nuestra rege­ El convento de las Concepcio­ procedentes de obsequios re­ neración social y política». El nistas se ve asediado por una gios. Es la primera fundación encuentro de las fuerzas reales muchedumbre agresiva, que de sor Patrocinio en Francia. con las revolucionarias, man­ denuesta y amenaza a sor Pa­ Poco después recibe la visita dadas por el general Serrano, trocinio. Entre la lluvia de de Alfonso XII y de su madre tuvo lugar en el pueblo cordo­ piedras estallan mueras a la Isabel n. bés de Alcolea. Las tropas de «monja de las llagas». El ar­ Pero la tranquilidad dura po­ Isabel II no tardaron en un irse zobispo de Toledo aconseja a co. En 1870 estalla la guerra al ejército revolucionario. que sor Patrocinio quese marche a con Prusia. Sor Patrocinio de­ prosiguió su marcha a Ma­ Francia. Cuando el Gobierno cide evacuar la comunidad del drid. La reina, que estaba ve­ ordena su detención la monja castillo de Bonneuil. y pocas raneando en San Sebastián. ha cruzado la Crontera. EI4 de horas más tarde se alojan en él cruzó la frontera el 30 de sep­ octubre llega a Bayonne. Va­ oficiales prusianos. En París tiembre. en medio de la indi­ rias comunidades de Concep­ sejuntan con la comunidad de Cerencia general. Iba acompa­ cionistas son expulsadas del Montmorency. La «monja de ñada de su servidum bre y del país y a fines de 18681a mayor las llagas» acaudilla meqio P. Claret. En Francia se insta­ parte de sus compañeras se centenar de religiosas. com­ laron en el castillo de Enri­ han reunido con ella en tierra pletamente desprovistas de que IV, fundador de la dinas­ francesa. De Bayonne se tras­ medios. Aparece entonces un tía de los Barbones que puso a ladan a Bonneuil, más allá de caballero, que antes había 55 Patrocinio salir al campo y al camino real, por el de una ría situada al final de la huerta del convento. La madre suele acercarse al agua, a regalar a los pececillos con miguitas de pan. Hoy salen todos los peces a despedir a la madre. A lo largo del borde se apiñan, alargan la cabeza, para ver marchar a sor Patrocinio, que les dice: ¡No seáis tontos, naos AUlógrafo de a« Pelroclnlo. dejéis coger! ». protegido ya a las dos comu­ de monjas concepcionistas, Desde ese día, ni las redes ni nidades. Es don Salustiano francesas y españolas, al cui­ los anzuelos logran apresar un Olózaga, embajador de Es­ dado de la prelada francesa, solo pez. Los pescadores, de­ paña y antiguo enamorado de sor María del Socorro. Más sesperados, acuden al párroco Lolita, sor Patrocinio. Merced tarde, sor Patrocinio funda un pidiéndole que destruya el he­ a su constante solicitud la co­ convento en BeUoc, en Las chizo. El buen hombre tras­ munidad puede ser evacuada Landas, tras lo cual vuelve a lada a la monja las palabras hacia -Etienne, donde Pau. Benjamín Jarnés refiere de los sencillos parroquianos. estaban las religiosas expul­ que, « ... al regresar quiere sor El tiempo pasa y la anomalía sadas de La Granja y El Esco­ rial. Para terminar su nuevo éxodo en Anglet, un pueble­ cito vasco cercano a Bayonne, desde donde, al poco tiempo, se trasladan definitivamente a una comunidad vecina: Guét­ hary. Allí permanecen hasta la prima vera de 187l. Prusia ha ganado la guerra y Francia es un inmenso hospital rodeado de ruinas. Pese a que el castillo de Bonneuil está «en un es­ tado imposible de explicar», sor Patrocinio y sus monjas deciden emprender el retorno, aun a riesgo de cruzarse con la Comuna. En París vuelven a alojarse en casa del solícito embajador español. Un tro­ piezo, sin consecuencias, con los comuneros y la noticia del asalto al palacio episcopal y el fusilamiento del arzobispo de París, determina a sor Patro­ cinio a dar media vuelta y re­ gresar a su retiro de Guéthary.

EL MILAGRO DE LOS PECES En 1872, la comunidad se tras­ lada a Villa Anita, cerca de Pau, lugar donde sor Patroci­ nio había sufrido destierro veinte años antes. En Bon­ neuil sigue viviendo un grupo Plo IX, Glovennl Mene M.. lel Fe"ettl (1 792·' 978). Pepa de 1848 e 1878. 56 persiste. Ahora son los propios fundar una casa en Belén o en mayo de 1890, aún trata de pescadores los que escriben a Nazaret. Se concierta incluso fundar una comunidad en San la monja, la cual les contesta: el viaje con un capitán de na­ Clemente de La Mancha. Y, a ce ... que no tengan pena, que se vío marsellés. La respuesta punto de extinguirse, inicia la van a dejar coger». Corría el del Patriarca es negativa. En­ reforma de un beaterio de otoño de 1873 y el hecho suce­ tonces proyecta la vuelta a Granada. Sor Patrocinio, tan dió en Belloc. España. Mas el Gobierno da amada y tan odiada, que con La conducta de sor Patrocinio largas al asunto. La reina in­ el montaje de sus sangrientas sigue obsesionando a las gen­ siste, pero sor Patrocinio res­ llagas llegó hasta el trono, tes y uno de los muchos libelos ponde que no quiere volver sin donde durante tanto tiempo que contra ella se escriben el permiso del prelado. Por movió, desde su convento y en llega a las manos de Pío IX. España circula otro libelo, nombre de Dios, los hilos del Sus autores son sor María del que tratan de esconder a la tinglado palaciego y explotó Socorro, b priora francesa de monja porque está escrito en la credibilidad de las gentes la comunidad de Bonneuil y términos más duros que de sencillas con su farsa esper­ un sacerdote. La aflición de la coótumbre. Pero de nuevo, péntica, moría en la madru­ «monja de las llagas» es gran­ como tantas veces, surge la gada del 27 de enero de 1891. de, pero incluso en tan deli­ patraña del milagro: Sor Pa­ Año más tarde, la abadesa del cado trance se verá apoyada trocinio tiene conocimiento convento mostraba a Benja­ por reyes, prelados y vicarios. de él por un sueño celestial. Al mín Jarnésel báculo queel ar­ poco tiempo, el arzobispo de zobispo de Toledo había rega­ A mediados de 1873, Madrid Toledo, asistido por Alfonso­ recibía con júbilo a su joven lado a sor María de los Dolores XII, que sufraga los gastos del y Patrocinio, en Aranjuez. El rey Alfonso XII. El mentor de viaje, autoriza su regreso a la política nacional, en los seis escritor dijo: España. Mientras la comuni­ -Es evidente qu.e la madre primeros años de la Restaura­ dad sigue viaje a Aranjuez, el ción, es Cánovas del Castillo. es, en la historia del siglo XIX, 21 de enero de 1877, sor Patro­ u.na gran figura. Le sucederán los fusJonlstas, cinio, acompañada por el partido creado p,or Sagasta, conde de Losa y don Juan An­ La abadesa replicó viva­ mente: cehombre nefasto, al decir de tonio Quiroga, lle ga a Guada~ Valle Inclán, todo sonrisas, lajara. -Yo no quiero que la madre simpatías, promesas, ambi­ sea una gran figu.ra. Qu.iero que güedades y horro de lecturas». A dos pasos de la muerte, en sea u.na santa .• A. R. La oposiCión dinástica la completaban los centralistas, acaudillados por Alonso Mar­ tínez y por Gamazo. la oposi­ ción antidinástica era más va­ riada: la componían los carUs­ tas, mandados por Nocedal; los posibilistss, partidarios de una República unitaria y con­ servadora, dirigidos por Cas­ telar; los repubUcano8 revolu­ cionarlos, a cuya cabeza esta­ ban Salmerón y Ruiz Zorrilla, y los federales, adoctrinados por Pi y Margall. El Gobierno francés decreta la expulsión de las congregacio­ nes. Los reyes de España quie­ ren que sor Patrocinio regrese a su tierra, pero ella tiene el pensamiento puesto en los Santos Lugares. Ha escrito al Patriarca de Jerusalén, pi­ diéndole autorización para trasladarse allí con algunas religiosas, con la misión de 57