Espacio Regional Vol. 2, n.º 12, Osorno, julio - diciembre 2015, pp. 25 - 38

CARTOGRAFÍA COLONIAL DE OSORNO: LA OBRA DEL SUPERINTENDENTE JUAN MACKENNA O’REILLY 1

COLONIAL CARTOGRAPHY IN OSORNO: THE WORK OF THE SUPERINTENDENT JOHN MACKENNA O’REILLY

Ramiro Lagos Altamirano2 [email protected] Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas Santiago,

RESUMEN

Juan Mackenna, superintendente de Osorno entre 1797 y 1808, dibujó en total cinco planos de Osorno: tres versiones del “Plano Topográfico de la Jurisdicción de Osorno” y dos del “Plano Iconográfico de la Antigua Planta y Edificios de la Ciudad”, según consta en varios documentos. Sin embargo tanto sus originales como copias de ellos no existen en los archivos chilenos ni en el de Indias ni en el de . En el Archivo General de Indias de Sevilla se encuentran dos mapas cuyos nombres coinciden con los dibujados por Mackenna, pero bajo el nombre de Miguel María de Atero. En esta comunicación se plantea la tesis que Atero copió los planos y firmó esas copias como si fuesen de su autoría, plagio que se trata de demostrar.

Palabras claves: Osorno, mapas, Mackenna, Atero, plagio.

ABSTRACT

John Mackenna, superintendant of Osorno between the years 1797-1808 drew five maps of Osorno: three versions of the “Osorno´s Jurisdiction Topographical Plane” and two of “The new Osorno´s city Ichnographical Plane”, as various documents testify. But his originals or copys do not exist under his signature at Chilean files, nor at those of Sevilla and Lima. However at Sevilla´s General Indians File there are two maps whose title coincides with those drawn by Mackenna, but under the signature of Miguel María de Atero as author. This paper presents the thesis that Atero copy the maps and signed them as if they were a fruit of his own work, a case of comprobated plagiarism.

Key words: Osorno, maps, Mackenna, Atero, plagiarism.

Artículo recibido el 29 de octubre de 2014; aceptado el 26 de noviembre de 2014. 1 Este artículo es parte del Proyecto presentado al CNC, Fondart concurso fondo del libro. 2 Miembro permanente de la Sociedad Chilena de Ciencias Geográficas y Doctor en Geografía por la Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España. Dossier Vol. 2, n.º 12, julio – diciembre 2015, Ramiro Lagos Altamirano

Introducción

Ninguna ciudad del imperio español puede ostentar el record cartográfico de Osorno, donde en tan solo en doce años (1792-1804) fueron dibujados cinco mapas de la ciudad y de su entorno. En publicaciones anteriores se ha analizado los de Ignacio Andía y Varela (Lagos, 2002), Manuel Olaguer Feliú (Lagos, 2004) y Miguel María de Atero (Lagos y Vahí, 20011, Vol.2). En esta comunicación se trata acerca de los trabajos cartográficos y geográficos realizados por el capitán de ingenieros y superintendente de la naciente colonia don Juan Mackenna O´Reilly, obra cuya inexistencia material genera una discusión que se plantea en este artículo.

El personaje Juan Mackenna

Juan Mackenna O´Reilly nació en Clogher, a 30 km al NW de Dublín, en la provincia de Ultonia, actual Irlanda del Norte, el 26 de octubre de 1771. A la temprana edad de trece años se trasladó a España (1784) para estudiar ingeniería en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, bajo la protección del “veterano conde O´Reilly, mi paisano y amigo”3 (Vicuña, 1902; Téllez, 1976; Guarda, 1990). Demostró aptitudes que le permitieron ingresar como cadete, de 16 años, al Regimiento de Irlanda (1787). Ese mismo año debió abandonar sus estudios para incorporarse a la Brigada Irlandesa y participar en dos campañas en Ceuta contra los marroquíes, lo que le valió el ascenso a subteniente. En 1791 regresó a Barcelona para reanudar sus estudios y al año siguiente ascendió a teniente del Real Cuerpo de Ingenieros y recibió el título de Ingeniero Extraordinario de los Ejércitos Reales. En carta a Bernardo O’Higgins (Vicuña, 1902) relataba sus acciones militares en España: “he servido cinco campañas en el ejército español, dos de ellas en África y tres contra los franceses en la llamada Guerra del Rosillón, en los años 1793, 1794 y 1795, habiendo tenido empleos de Estado Mayor”.

Su desempeño en esta guerra contra la República de Francia fue notable, su cometido fue calificado como brillante en la defensa de la plaza de Rosas (noviembre de 1794). En la batalla de Bañolas volvió a destacarse, siendo herido en un pie. En esta campaña reemplazó exitosamente al Marqués de Coupigni en el cargo de cuartel-maestre (Jefe de Estado Mayor) de la División Izquierda del Ejército de Cataluña, siendo ascendido a capitán por el Rey Carlos IV (Real Orden de 22 de marzo de 1795) en recompensa de sus méritos. En conformidad a la ordenanza, debió ser ascendido a Teniente Coronel, con la unánime aprobación de sus superiores y compañeros. Presentó un memorial al Rey, pero su ascenso fue desestimado. El propio Coupigni le escribió desde Barcelona el 26 de octubre de ese año “la razón por la cual Ud. no ha sido ascendido, es por impedir las quejas de muchos oficiales más antiguos que Ud.” (Vicuña, 1902). Mackenna debió haber sufrido una total decepción que manifiesta, cuando años más tarde escribe a Bernardo O’Higgins, al señalar:

muy a menudo me ha dejado perplejo el pensar en que la mala conducta de los oficiales españoles del ejército y la marina recibe más comúnmente recompensa que castigo, mientras que la buena conducta es casi uniformemente despreciada y a veces perseguida… es que España ha tenido la desgracia de ser gobernada durante largo tiempo por hombres débiles y de escaso valor moral, con poquísimas

3 Carta de Mackenna a Bernardo O’Higgins, en Santiago 20 de febrero de 1811. En esta carta Mackenna reconoce un vínculo de amistad, no de parentesco, con el conde Alejandro O`Reilly, Mariscal de Campo y Capitán General de Andalucía, aunque autores como Vicuña Mackenna, Téllez y Guarda señalan que era su tío materno.

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excepciones” y más adelante agrega “aquel que conoce por experiencia la Corte de España, su depravación, su favoritismo y los recelos y antipatías de los españoles contra los extranjeros (Vicuña, 1902).

Terminada la guerra contra Francia se le destinó a continuar sus servicios en Perú (Vicuña, 1902). El desaliento explicaría su decisión de marcharse a América en busca de nuevos rumbos, abandonando su carrera militar en la península. En octubre de 1796 zarpó llevando una recomendación (Vicuña, 1902)4 para su coterráneo recientemente designado Virrey del Perú, don Ambrosio O’Higgins. El viaje fue largo: tras escalas en Montevideo, y luego de esperar 27 días en Mendoza, el 23 de enero de 1797 comenzó el cruce de Los Andes. Desde Valparaíso embarcó al Callao y llegó a Lima en mayo. El Virrey recibió con complacencia a este joven compatriota de 25 años, aprovechando de inmediato su experiencia como ingeniero para encargarle la reconstrucción del puente sobre el Rímac, que estaba a punto de colapsar. Pronto don Ambrosio evaluó las condiciones de Mackenna y decidió encomendarle una tarea para él muy importante y deseada: asegurar la ya comenzada repoblación de Osorno, para lo cual el 11 de agosto de 1797 lo designó Superintendente de la colonia, con atribuciones de Gobernador Político y Militar. Como una demostración de su celo, el Virrey del Perú dejaba bajo su dependencia exclusiva la autoridad del Superintendente. El 4 de octubre don Juan zarpaba en la fragata Castor, al mando de otro cartógrafo, explorador y geógrafo excelso, el capitán José de Moraleda, con rumbo a Chiloé, con las misiones de inspeccionar las fortificaciones de la Isla y de reclutar colonos para trasladar a Osorno. Después de 32 días de navegación desembarcaron primero en San Carlos de Ancud el 6 de noviembre y luego en Castro. Allí el flamante Superintendente comenzó a ejercer sus funciones: logró reclutar a 10 familias para trasladarlas a la naciente colonia de Osorno, donde arribaron el 30 de noviembre de 1797.

Mackenna, un hombre ilustrado, se destacó en el manejo de la naciente colonia consiguiendo un rápido desarrollo y florecimiento de la agricultura, regulando la asignación y compra de tierras, la creación de incipientes industrias, la edificación urbana, la habilitación de caminos y puentes. Aumentó el número de habitantes y elaboró detallados censos con datos estadísticos de los movimientos de la población. Controló el trato con los indios y mantuvo con ellos provechosas relaciones, al estilo de su mentor el Virrey. Pero fue notable al demostrar una profunda vocación de geógrafo, con un incansable afán de conocer todo el territorio bajo su autoridad. Realizó varias expediciones con tal fin, a la cordillera andina, a la de La Costa, navegó el río Bueno hasta la barra, donde naufragó y casi se ahoga. Escribió detallados informes de sus viajes y plasmó sus conocimientos en documentos cartográficos e informes que analizaremos a continuación.

Cuando en 1808 los ejércitos de Napoleón invadieron España, el entonces Gobernador, Presidente y Capitán General del Reyno de Chile, ingeniero militar don Francisco Antonio García Carrasco (Vicuña, 1902)5 consideró necesario que un militar de la experiencia de Mackenna estuviera disponible en el ejército y el 30 de junio de ese año le ordenó trasladarse a Santiago. Cumpliendo doce años alejado del quehacer puramente militar, el capitán Mackenna dejó Osorno a comienzos de enero del año siguiente y llegó a la capital en mayo de 1809. En

4 Vicuña Mackenna dice que era una recomendación de su tío general y conde O’Reilly. Pero éste falleció en 1794, ya anciano, cuando viajaba a Cataluña para asumir el mando del Real Ejército, en reemplazo del también recientemente fallecido general Antonio Ricardos. De manera que en 1796 no pudo ser él quien recomendara a Mackenna al virrey O’Higgins. 5 Vicuña Mackenna dice que fue el Virrey Abascal quien dispuso que Mackenna se trasladara a Santiago.

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un reconocimiento a su experiencia como ingeniero, García Carrasco le confió de inmediato la dirección de las obras del camino a Valparaíso iniciadas por Agustín Caballero.6 En 1810 el Cabildo de Santiago lo designó miembro de una comisión destinada a elaborar el Plan de Defensa del Reyno.

Adhirió a las ideas independentistas en 1810. En 1811 era Gobernador de Valparaíso y tuvo ocasión de conocer a José Miguel Carrera que regresaba al país desde España (Téllez, 1976). Fue designado miembro de la Junta de Gobierno en setiembre de 1811. Retomando sus actividades militares fue ascendido a comandante de ingenieros y a Coronel Graduado. Cuidó de las fortificaciones de Valparaíso y Coquimbo en 1812, ocupación que debió abandonar para actuar en las campañas del sur contra el Ejército Real comandado por el General Pareja. Participó en el combate de San Carlos, en el sitio de Chillán, en Cucha Cucha, distinguiéndose en las batallas de Membrillar y Quechereguas.

Desterrado a la Argentina por José Miguel Carrera en agosto de 1814, murió en un duelo con el general en Buenos Aires, el 21 de noviembre siguiente.

La obra cartográfica de Mackenna

En su carrera como ingeniero Mackenna tuvo ocasión de realizar algunas obras cartográficas. La primera conocida es un plano de la ciudad catalana de Bañolas, dibujado en la 3º campaña de la guerra del Rosillón, en 1795. En 1809 en Valparaíso dibujó un croquis del “Camino de la quebrada de San Francisco al cerro de la Cordillera” (AN Cartografía n.º 552) También lo hizo durante el sitio de Chillán, en julio de 1813, donde dibujó un plano de la ciudad y croquis del terreno (AN Cartografía n.º 314) y luego otro de la “Zona entre ríos Ñuble y Bío Bío-batallas El Roble y Membrillar” (AN n.º 313). Pero sus trabajos cartográficos más importantes los realizó durante su permanencia en Osorno.

Se trata de cartografía cuya realización se encuentra perfectamente establecida a través de documentos, ellos revelan que dibujó en total cinco planos de Osorno: tres versiones del “Plano Topográfico de la Jurisdicción de Osorno” y dos del “Plano Ychnografico de la nueva Ciudad de Osorno repoblada de orden de SM en 13 de Enero de 1796 por el Exmo. Señor Capitán Gral. de este Reino Dn. Ambrocio Híggins”.

Documentación de su obra

Los documentos a que hemos hecho referencia son cartas intercambiadas entre el Superintendente de Osorno Juan Mackenna con la autoridad de la que dependía. Primero bajo la obediencia al virrey O’Higgins, que sustrajo la soberanía de la jurisdicción de Osorno al Reyno de Chile para ejercerla personalmente hasta su deceso el 18 de marzo de 1801. Luego, una vez devuelta la dependencia a la Gobernación chilena el 28 de noviembre de 1802 durante el virreynato de Gabriel de Avilés, la colonia osornina dependió directamente de los gobernadores de Chile. Mackenna mantuvo correspondencia con Luis Muñoz de Guzmán y Francisco Antonio García Carrasco. Sobre el tema en comento, se trata de 10 documentos que cubren desde el 19 de marzo de 1798 hasta el 2 de octubre de 1806, en los cuales se menciona los trabajos cartográficos de Mackenna:

1) 1798. La primera carta (AN Fondos Varios en Bascuñán, 1982), está dirigida al virrey O’Higgins y en ella Mackenna manifiesta su intención de enviar un mapa topográfico.

6 El ingeniero militar Agustín Caballero, profesor de matemáticas de la Real Academia de San Luis y encargado de la construcción del Canal San Carlos fue reemplazado por Miguel María de Atero, en 1803.

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Luego que el tiempo me permita remitiré a V.E. el plano topográfico de esta jurisdicción, lo que por ahora es imposible, por motivos de tener que asistir personalmente a las obras, cuya asistencia me ha demostrado la experiencia… Al Virrey Dn. Ambrosio O’Higgins en Osorno, 19 marzo 1798.

2) 1798. Una segunda carta (AN Fondos Varios en Bascuñán, 1982), escrita seis meses después, precisa su intención y demuestra su vocación de realizar reconocimientos en terreno.

resolví abrir un camino, desde esta colonia en derechura por el este, hasta salir a las pampas nuevamente descubiertas, o hasta encontrar el camino referido en las inmediaciones del paraje o punto donde torna la verdadera dirección al este, concluido este camino procuraré abrir otro desde otras pampas hasta la laguna de Llanquihue, que lame al pie de la cordillera, y da nacimiento al río de las Canoas, verificando estos senderos podré entonces explorar con exactitud todo el país comprendido en el territorio que con propiedad puede llamarse isla de Osorno, formada por la cordillera y los ríos de las Canoas, Bueno y Pilmaiquén; de todo lo que como también de los descubrimientos que haga, y de lo restante de esta jurisdicción V.E. se enterará por menor, por el plano que remitiré luego que haya verificado el reconocimiento que llevo verificado, que sea inmediatamente que los indios abran los senderos expresados. A Dn A. O’Higgins, Marqués de Osorno, Virrey del Perú y Chile. Osorno, 20 de agosto de 1798.

3) 1800. Mackenna escribe (AN Fondos Varios en Bascuñán, 1982) al Virrey el Oficio n.º 37 en respuesta a la Real Orden del 18 de noviembre de 1799, carta en donde envía cuatro estados acerca de la población y de la marcha de la economía de la colonia. Ellos se refieren a: 1. Padrón con número de habitantes, edad, patria, oficio. 2. Tierras repartidas, ganado y cantidad de semillas que recibieron. 3. Relación de obras ejecutadas. 4. Gastos efectuados en la repoblación y sueldos.

En la presentación de este informe se refiere a los reconocimientos geográficos efectuados y menciona el Plano Topográfico que ya había enviado:

de todos estos reconocimientos y exploraciones he tenido el honor de noticiar por menor a V.E. en mis oficios anteriores en particular al tiempo de remitir el Plano Topográfico de esta jurisdicción Al Virrey Dn. Ambrosio O’Higgins.

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En Osorno, 30 de enero de 1800.

4) 1800. Una carta (AGI, Chile 316, doc.114) enviada por don Juan Clarke, gobernador de la plaza fuerte de Valdivia al Virrey O’Higgins, en que manifiesta el cumplimiento de una orden virreinal, demuestra el interés del Marqués de Osorno por conocer a cabalidad el territorio que sustentaba a la colonia y la situación de los habitantes:

Cumpliendo lo solicitado en R.O. de 13 de diciembre de 1799:

pedí al comandante planos topográfico e iconográfico con descripción circunstanciada civil y natural de ella para poder instruir a S.M. de su estado y adelantamientos. También le exigí las noticias que en ello se previenen, las que evacuó en un padrón de población, relación del repartimiento de tierras, otra de las obras publicas y un estado de los gastos emprendidos en ellos Al Virrey Dn. Ambrosio O’Higgins. Valdivia, 13 de febrero de 1800.

5) 1800. Al cabo de dos meses, Mackenna reitera (AN Fondos Varios en Bascuñán, 1982) la información al Virrey y agrega el otro mapa que le solicitara por intermedio del Gobernador Clarke:

Excelentísimo Señor. Paso a manos de V.E. el Plano Iconográfico de la antigua planta, y edificios de esta ciudad, según manifiestan sus ruinas, como también el duplicado del plano Topográfico de esta jurisdicción: Incluyo igualmente en esta ocasión a la superioridad de V.E. duplicados del oficio N' 37 de fecha de 30 de enero último, y de los demás documentos relativos al actual estado de la repoblación de esta ciudad. Al Virrey Dn. Ambrosio O’Higgins. En Osorno, 30 de marzo de 1800.

Esta carta pone de manifiesto que Mackenna sigue estrictamente el conducto regular y se relaciona directamente con el Gobernador de la Plaza de Valdivia, el cual deriva la documentación el Virrey y éste al Rey. También demuestra que Mackenna había enviado con anterioridad el Plano de la Jurisdicción, pero que por alguna circunstancia, (seguramente su extravío) debe repetir el envío, adicionando la primera versión del plano iconográfico de la ciudad. Se concluye que a esa fecha, 30 de marzo de 1800, Juan Mackenna ya había dibujado sus dos mapas y escrito la primera versión de la “Sucinta descripción histórica y geográfica de la ciudad de Osorno”, aunque ésta la fechó dos semanas después, el 12 de abril de 1800 y fue enviada el 16 siguiente. Además, había enviado 4 estados acerca de la población de Osorno (véase documento 3), los cuales hemos encontrado en el AGI, Chile, n.º 114, tira n.º 3. Y surge la pregunta: si fueron enviados y recibidos los informes por la corona ¿Por qué no se encuentran también los mapas de Mackenna que los acompañaban? Tras el envío de esta última carta hay un lapso de cuatro años en que no se menciona el tema de la cartografía

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Cartografía colonial de Osorno Espacio Regional osornina; sin embargo, el documento siguiente demuestra que se trataba de una materia importante para el Gobernador:

6) 1804. En carta a Dn. Luis Muñoz de Guzmán (MM tomo 329, doc. 504-517), Mackenna informa del envío de sus dos mapas por segunda vez, en respuesta a una orden a recibida de su superior. Ello hace pensar que los mapas enviados anteriormente no estaban en poder del Gobernador, lo que hacía necesario rehacerlos. Está fechada en Osorno, el 14 de abril de 1804 y, dada su importancia, presentamos una reproducción de la misma (ver Figura 1).

Excmo. Sr. Don Luis Muñoz de Guzmán Capitán General del Reyno de Chile. Excelentísimo Señor Dirijo a la superioridad de V.E. los dos adjuntos planos, el uno Ichnográfico de la ciudad y el otro Topográfico de la Jurisdicción, acompañados de una Descripción Geográfica, Civil y Histórica: todo en virtud de la superior orden de V.E. de 18 de enero último. Dios guíe la importante vida de V.Em. 18-A Osorno 14 de abril de 1804. Excelentísimo Señor

Juan Mackenna.

Este documento lleva escrito al margen izquierdo el texto siguiente:

Stgo 6- VI- 1804 Contéstese el recibo, Sáquese testimonio para dirigir con copia de los planos que acompaña a S.M. y agréguense estos originales a sus antecedentes. Hay una firma: Luis Muñoz de G. Sácase el testimonio en 28 enero 1805 Se dio cuenta a SM…… Con los testimonios en febrero….1805

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Figura 1. Carta de Juan Mackenna al gobernador Luis Muñoz de Guzmán, fechada en Osorno el 14 de abril de 1804, adjuntando los planos que menciona. Fuente: MM tomo 329, doc. 504-517.

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7) 1804. Mackenna escribió numerosos informes que acompañaban a su cartografía. En la “Sucinta Descripción Geográfica, Civil y Histórica” fechada en Osorno el 12 de abril de 1804, (MM. 329, doc. 504, fs 508) y enviada al Gobernador acompañando las obras cartográficas mencionadas en el anterior documento 6 hace referencia explícita, en dos citas, a detalles de su Plano Topográfico:

He reconocido personalmente los lavaderos antiguos cuyo paraje está dibujado en el adjunto Plano Topográfico; la superficie de muchas leguas que de ese terreno está enteramente trastornada en zanjones prueba el inmenso gentío que los antiguos Osorneces ocupaban en estos lavaderos.

En una segunda cita (MM 329, doc. 504, fs 512) al mismo documento dice: “El río de las Damas, como manifiesta el adjunto Plano Topográfico, ciñe a esta ciudad por el norte y este, y por el oeste y el suroeste el río de Las Canoas”.

8) 1804. Casi dos meses después, el Gobernador responde a Mackenna (MM. 329 doc. 504, fs 512. Biblioteca Americana José Toribio Medina) informando la recepción de los documentos y la cartografía:

Con el Oficio de Ud. Datado en 14 de abril último he recibido para los efectos que le anuncié en el mío de 18 del anterior enero los dos planos, Iconográfico y Topográfico de esa repoblación, ciudad y su jurisdicción, lo que acompaña la Descripción Geográfica, Civil e Histórica comprensiva de estos documentos. Dios guíe a Ud… Santiago, 8 de junio de 1804. El Gobernador y Cap. General Luis Muñoz de Guzmán al Superintendente de Osorno, Juan Mackenna.

9) 1804. Posteriormente, ese mismo año se le pidió al Superintendente enviar nuevamente los datos acerca de la colonia, lo cual él rehúsa explicando sus motivos, que reafirman la existencia de sus obras cartográficas (AN Archivo Fondos Varios vol. 227, fs. 167-168):

Como en la descripción Geográfica, Civil e Histórica que en oficio de 16 de abril último remití a la superioridad de V.E. acompañado de un Plano Iconográfico de la ciudad y otro Topográfico de la Jurisdicción, he detallado por menor la situación geográfica de esta colonia, sus límites y extensión, ríos, caminos, calidad de su terreno, producciones y ramos de industria, carácter físico y moral de sus habitantes, puntos en defensa, número, estado y disciplina de las Milicias, medidas tomadas para precaver la Colonia contra cualquier intento de los indios infieles, carácter y número de éstos, concluyendo todo con una sucinta idea histórica de esta ciudad desde su primera fundación, concibo por consiguiente superfluo el ocupar la

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atención de V.E. con detallar de nuevo los referidos puntos, que sería caer en inútiles repeticiones… Osorno 29 de junio de 1804. Al Gobernador Cap. General Luis Muñoz de Guzmán.

Figura 2. Carta de Juan Antonio Caballero, fechada en San Lorenzo el 2 de octubre de 1806. Fuente: AN Fondos varios, vol.753, # 74, fs.159, también Cap. General, tomo12, vol. 753, # 13140.

10) 1806. Cumpliendo con el conducto regular, Luis Muñoz de Guzmán envió al Rey (AN Fondos varios, vol.753, # 74, fs.159, también Cap. General, tomo12, vol. 753, # 13140) los documentos de Mackenna el 7 de febrero de 1806 (casi dos años después de haberlos recibido) los que fueron acogidos con satisfacción, según lo expresa José Antonio Caballero, Secretario de Gracia y Justicia del Rey Carlos IV (ver Figura 2):

Real Orden de 2 de octubre de 1806, acusa recibo de relaciones y Planos de Osorno.

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Por las relaciones, estados y planos de la ciudad y Jurisdicción de Osorno, que remitió V.E. con fecha 7 de febrero de este año, queda enterado el Rey de los progresos que ha hecho aquella importante colonia ha fines de diciembre de 1805. Así, en el número de pobladores, como en su agricultura, crianza de ganado, industria, obras públicas y edificios, y espera S.E. del zelo de V.E a su Real Servicio que continuará dando activas providencias de un establecimiento tan necesario, procurando conciliar sus gastos con la economía del erario. Dios que a Ud. Os guarde. José Caballero, 2 de octubre de 1806, en San Lorenzo.

Estos 10 documentos dejan de manifiesto que los mapas de marras fueros dibujados por Mackenna y enviados, siguiendo el conducto regular, tanto al Virrey O’Higgins como al Gobernador de Chile y enseguida a Madrid para conocimiento de la corona. Las relaciones y estados que recibió el Rey fueron los que elaboró el Superintendente Mackenna, que tuvo el tiempo necesario para recopilar, clasificar, ordenar y analizar los datos por él reunidos y presentarlos a la autoridad bajo su firma, acompañando a los documentos cartográficos.

Pero, en una extraña transmutación, los planos recibidos y mencionados por el ministro José Caballero ya no venían con el nombre y firma de su autor, el capitán de ingenieros Juan Mackenna, sino que con el de Miguel María de Atero y González, ingeniero militar avecindado en Santiago durante el año de 1804.

La relación Mackenna-Atero

Fechados en Santiago el 31 de Julio de 1804 y firmados por Miguel María de Atero estos planos se encuentran actualmente en el Archivo General de Indias, Sevilla, y solamente allí. Son dos planos que llevan los mismos nombres que los dibujados por Mackenna: "Plano Ichnográfico de la nueva ciudad de Osorno, repoblada de orden de S.M. en 13 de enero de 1796, por el Excmo Sr. Capitán General de este Reino D. Ambrocio O'Higgins". Está fechado en Santiago el 31 de julio de 1804, lleva la rúbrica de Miguel de Atero.

El plano está dibujado en colores, sobre un fondo acuarelado de color beige. Una cartela situada en el vértice superior izquierdo (cuadrante WNW) contiene la Explicación o leyenda, bajo el título de Nota. Bajo la Nota, se encuentra la escala, que es de 300 varas, en 8 1/2 centímetros, (correspondiente a 1: 2950).

El tamaño del plano es de 69 X 49 centímetros. Se encuentra en la mapoteca del Archivo General de Indias de Sevilla, Estante 129 ----- Cajón 3.----Legajo 21 (9).= Chile, 316. No existe copia en Chile.

“Plano Topográfico de la Jurisdicción de Osorno”, fechado en Santiago el 31 de Julio de 1804. Miguel de Atero (su rúbrica). En colores------Con explicación Escala de 5 leguas, los 9 1/2 centímetros. Dimensiones: 71 X 48 centímetros. Se encuentra en el Archivo de Indias de Sevilla Estante 129 ----- Cajón 3.----Legajo 21 (1 l).= Chile, 316. No existe copia en Chile.

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José Toribio Medina (1889, Ensayo acerca de una mapoteca chilena. Santiago de Chile: Imprenta Ercilla, 1889) lo describe así: “Comprende desde 305°33’ del meridiano de Tenerife y 40° 30’. Hacia el centro donde está Osorno. 68° 47´. Escala de una legua por pulgada. En colores, regularmente hecho”.

Por el contrario, los originales de Mackenna no existen bajo su nombre y firma, no existen físicamente en ningún archivo. La búsqueda de estos mapas en Chile en el Archivo Nacional, Biblioteca Nacional, Archivo Medina, en España en el Archivo General de Indias de Sevilla, Biblioteca Nacional, Archivo Histórico Nacional, en Perú en el Archivo Nacional de Lima, en la Biblioteca Nacional, en la de Garcilaso de La Vega, demuestra la inexistencia en ellos de estas obras realizadas y firmadas por el capitán Juan Mackenna, planteando una incógnita que en esta comunicación tratamos de resolver.

En una comunicación anterior (Lagos y Vahí) se ha descrito, analizado y explicado ambos mapas de Atero, con una reseña biográfica del autor. Llama la atención el paralelismo existente entre las carreras militares de Mackenna y Atero: ambos eran ingenieros militares con amplia formación matemática, el irlandés se formó en Barcelona mientras que el andaluz lo hizo en la Real Academia de Matemáticas de Zamora. Ambos participaron en la guerra contra Francia, el primero en las campañas de 1793 a 1795, el segundo en las de 1794-95 en el ejército de operaciones de Cataluña, combatiendo en Lérida. Luego viajaron a Chile: Atero enviado para reemplazar al ingeniero militar Agustín Caballero, Mackenna sin destino militar, buscando nuevos horizontes bajo la tutela del Virrey O’Higgins. Sus permanencias en Chile fueron diferentes: Mackenna estuvo en Osorno entre 1797 y comienzos de 1809, en Valparaíso en la segunda mitad de 1809, desde 1810 en Santiago, Valparaíso y Coquimbo hasta que comenzó la guerra de la Patria Vieja en que se desplazó hacia el sur hasta las provincias de Talca y Concepción, en 1814 viaja a Argentina (Mendoza y Buenos Aires) donde fallece. Miguel de Atero llega a Santiago a mediados de 1803, seis años después de Mackenna. Con el antecedente de haber sido catedrático de la Academia Militar de Cádiz entre 1796 y 1798, desde 1804 ejerce la cátedra de matemáticas en la Real Academia de San Luis y está además encargado de conducir las obras del Canal del Maipo. Permanece en la capital hasta que es destinado a Valdivia en 1809 en calidad de comandante de ingenieros, en 1811 es apresado por los patriotas valdivianos junto al gobernador Eagar, logra escapar y luego trasladarse a Perú. Regresa a Chile posiblemente en agosto de 1814, con la invasión de Mariano Osorio, puesto que participa en la batalla de Rancagua como jefe de la artillería (1 y 2 de octubre 1814) y en marzo de 1815 se encuentra en Concepción, donde es nombrado Gobernador. En 1816 se encarga de las fortificaciones de Talcahuano, en 1817 participa en la batalla de Chacabuco.

Lo que puede parecer curioso es que aunque Mackenna y Atero nunca se encontraron, aunque nunca estuvieron en el mismo momento en el mismo lugar, tanto en España como en Chile, produjeron mapas con el mismo título sobre el mismo territorio y en fechas muy cercanas, en lo que se asemeja a una gran y fortuita coincidencia.

Miguel María de Atero, copista y plagiario

Al respecto, presentamos la siguiente tesis:

Que, ante la necesidad de enviar estos documentos a Su Majestad se requería copiarlos, siendo necesario encontrar un dibujante capacitado -que se encontrara disponible en el momento- para que actuara como copista de los planos dibujados por Mackenna. Pero no estaba disponible en Santiago ninguno de los dibujantes con experiencia en cartografía osornina: el mismo Mackenna estaba en Osorno, Ignacio Andía y Varela en San Felipe, Manuel Olaguer Feliú en Valdivia, Mariano de Pusterla había fallecido en Valdivia en 1791. En

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Cartografía colonial de Osorno Espacio Regional

Santiago, en esa fecha se encontraba Miguel María de Atero, ingeniero militar llegado al país apenas un año antes, a mediados de 1803.

La elección recayó entonces en Atero, quien no se limitó a copiar los planos, sino que además los firmó como si fueran de su autoría. Los cinco planos originales enviados por Mackenna en fechas diferentes se extraviaron, desapareciendo definitivamente, e indiscutiblemente fue Atero la última persona que tuvo en sus manos la última versión de ambos… Los únicos documentos relacionados con ellos que permanecen hasta hoy son las dos versiones enviadas por Mackenna como textos anexos explicativos de sus planos, de las “Sucinta descripción histórica y geográfica de la ciudad de Osorno” de 1800 y la “Sucinta descripción geográfica, civil y histórica de la ciudad y jurisdicción de Osorno”, de 1804, firmadas ambas en la misma fecha: el 12 de abril de sus respectivos años, además de los Estados y Relaciones conteniendo los datos estadísticos de la repoblación.

La autoría de Atero nos parece dudosa porque: a) En ninguna carta o documento queda constancia de que Atero hubiera estado en Osorno a fines de 1803 o comienzos de 1804, cumpliendo alguna misión oficial o visita privada, pues Mackenna lo hubiera comentado en su correspondencia al Gobernador. b) Atero estaba en Santiago en 1804, ejerciendo funciones de director de la obra del Canal del Maipo, (lo hizo durante cuatro años, tiempo en que pudo dibujar el plano del canal que conduce aguas desde el río Maipo hacia el Mapocho, cruzando el piedemonte andino), a la vez que se desempeñaba como catedrático de Matemáticas en la Real Academia de San Luis. c) Los mapas dibujados por Mackenna, que acompañan a sus Sucintas Descripciones Geográficas y son sus expresiones gráficas, así como sus informes conteniendo los Estados y Relaciones con los datos estadísticos y padrones de la repoblación, demuestran un cabal y completo conocimiento tanto del territorio, adquirido por numerosos viajes y salidas al terreno, como de la ciudad y sus pobladores. Ello significa la inversión de mucho tiempo, más del que pudo haber dispuesto Atero en el caso de haber viajado a Osorno en 1803 ó 1804. d) La igualdad de títulos de los planos, una coincidencia que Atero no podía modificar, dado el largo historial de los mapas. e) Tanto la correspondencia enviada por Mackenna y la recibida por él, dejan fehaciente testimonio de la existencia de sus obras, como se ha demostrado en esta comunicación.

Estos argumentos son demostrables y confirman al capitán Mackenna como autor de la cartografía en referencia. En cambio, el único argumento que encontramos a favor de Atero es que también era Ingeniero Militar y estaba técnicamente capacitado para realizar los dibujos.

Este argumento resulta muy pobre en defensa de la autoría de Atero, ante lo cual postulamos la aceptación de nuestra tesis: Atero copió los planos de Mackenna y los firmó como si fuese su autor. En un artículo anterior (Lagos 2004) se analizaba la cartografía de Manuel Olaguer Feliú y la copia de ella realizada por Ignacio Andía y Varela. Feliú no firmó su mapa de Osorno, sin embargo, Andía y Varela, al copiarlo escribió al pie: “copiado de su original por… Ignacio Andía y Varela…” y le puso el nombre del autor verdadero. Desde luego, Atero no tuvo tal honestidad; pero Atero no fue el único que plagió a Mackenna: también lo hizo en 1820 Cayetano Letelier (Guarda) quien firmó con su nombre una copia del “Plano Ichnográfico de Osorno”, lo que será tema de un próximo artículo.

Una consecuencia práctica de la importancia de los trabajos de Mackenna fue la reafirmación de la necesidad de realizar estudios geográficos y cartográficos para un mejor gobierno y aprovechamiento de los recursos, idea subyacente en el Despotismo Ilustrado. La Real Orden siguiente (AN Fondos Varios, vol.753, n.° 99, fs. 192 -211) lo expresa claramente:

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Dossier Vol. 2, n.º 12, julio – diciembre 2015, Ramiro Lagos Altamirano

Refiérese a las Órdenes del Rey en la ocupación de ingenios con el mandato de que éstos realicen mapas, planos, descripciones, memorias, referencias de todos los puntos de defensa, de los pueblos y costas marítimas, límites con las Potencias confinantes, naturaleza y calidad de los terrenos, caminos y avenidas para sus comunicaciones, curso y caudal de los ríos, cordilleras de montañas y puestos militares, nervio y recurso de los países, carácter y genio de los habitantes, y demás conocimientos militares, políticos y geográficos, topográficos y geológicos conducentes a enriquecer los archivos y suministrar datos para el xxxxx (borroso en el original) de las providencias que en tiempos de paz y de guerra exige el bien del real servicio. San Lorenzo, 17 de diciembre de 1806

Conclusión

La documentación expuesta es contundente para demostrar la veracidad de la existencia de una cartografía sobre Osorno creada por Juan Mackenna, debiendo su existencia actual a la actuación como copista de Miguel María de Atero, hecho que finalmente puede ser considerado afortunado ante la pérdida material de los mapas del Superintendente de Osorno.

Bibliografía

Siglas utilizadas en el artículo:

AN: Archivo Nacional. AGI: Archivo General de Indias, Sevilla. BN: Biblioteca Nacional. FV: Fondos Varios. MM: Manuscritos Medina.

Bascuñán, C. (1982). Correspondencia sostenida entre don Juan Mackenna y don Ambrosio O’Higgins relativa a la repoblación de Osorno. En Sergio Villalobos (Ed.), Relaciones fronterizas en la Araucanía. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile. Guarda, G. (1990). Flandes Indiano. Las fortificaciones del Reino de Chile 1541-1826. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile. Lagos Altamirano, Ramiro (2002). El plano de la refundación de Osorno. Boletín de Geografía UMCE 16-17, 89-96. Lagos Altamirano, Ramiro (2004). El plano del descubrimiento de Osorno. Boletín de Geografía UMCE 20- 21, 47-57. Lagos, R. & Vahí, A. (2011). Cartografía Colonial de Osorno: los mapas de Miguel María de Atero, 1804. Espacio Regional 2 (8), 25-35. Medina, J. (1889). Ensayo acerca de una mapoteca chilena. Santiago de Chile: Imprenta Ercilla. Téllez, R. (1976). El general Juan Mackenna. Buenos Aires: Editorial Francisco de Aguirre. Vicuña, B. (1902). Vida del general Juan Mackenna. Santiago de Chile.

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